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Delitos contra

la vida

Derecho
Penal II

1
Delitos contra las personas.

Bien jurídico protegido.

Cuando tuvimos la oportunidad de estudiar este tema en la materia “Derecho Penal – Parte
General”, profundizamos en el concepto de “bien jurídico”, principalmente como fundamento y fin
del derecho penal. En ese momento destacamos la opinión de Díez Repollés quien señalaba que
el concepto de bien jurídico, surgido de la profundización en la idea de la antijuricidad material
frente a la mera antijuricidad formal propia del más estricto positivismo jurídico, se había
configurado en los últimos tiempos como un instrumento técnico-jurídico de primordial importancia
en la determinación penal de los presupuestos esenciales para la convivencia social. Señalaba el
autor que por medio de él se dotaba al Derecho penal de un catálogo de bienes con las
cualidades necesarias para acomodarse a los principios estructurales de la intervención penal,
singularmente al de lesividad, y capaces por otro lado de configurar, en su entorno, preceptos que
describían conductas que los lesionen o ponían en peligro.
Nuestro Código Penal agrupa las distintas figuras de acuerdo al bien jurídico que la
conducta del eventual autor podría lesionar. Los “delitos contra las personas” están regulados en
el Titulo 1º del Libro Segundo del CP. Allí se intenta abarcar todas las situaciones en donde la
persona puede ser sujeto pasivo de un delito, desde conductas que pongan en peligro su vida
hasta atentados contra su integridad personal. Estos son justamente los bienes que se intentan
proteger mediante la inclusión de estas figuras en el elenco penal. En los puntos que siguen
analizaremos –de acuerdo a la figura tratada- específicamente qué bien se afectaría de
desplegarse la conducta prohibida.

Delitos contra la vida. Definición legal de muerte. Ley 24.193 de


ablación y transplantes de órganos y material anatómico

Delitos contra la vida

En este título se buscar brindar protección a la vida humana. Las otras formas de vida
también poseen protección penal, pero su tratamiento está ubicado sistemáticamente en otra
sección del Código Penal.

Concepto legal de muerte. Ley 24.193 de ablación y transplantes de órganos y material


anatómico.

Este tema será tratado en lo que a la materia interesa en el acápite referido al “Homicidio
simple”.

Homicidio.

El verbo típico es “matar” (se define resumidamente como “la muerte de una persona por
otra”).
Especies

Homicidio simple

Homicidio agravado por sus circunstancias

Homicidio atenuado por sus circunstancias

Homicidio simple. Su determinación. Su determinación por la ley.


Estructura del delito. Regla de subsidiaridad

Homicidio simple, art. 79 del CP.


Se aplicará reclusión o prisión de ocho a veinticinco años, al que matare a otro, siempre que en
este código no se estableciere otra pena.

El bien jurídico protegido es - naturalmente - la vida humana. La figura simple funciona


siempre y cuando el hecho no configure un homicidio agravado o atenuado (regla de
subsidiariedad), o sea desplazado por un tipo penal especial (por ejemplo por otras figuras
delictivas que aumentan la escala penal cuando como resultado de la conducta se produce la
muerte de la víctima -art. 142 bis del CP).

El homicidio se consuma con la muerte de la víctima, ahora bien ¿Cuándo podemos decir
que una persona ha fallecido?

La ley 24.193 -de ablación y transplantes de órganos y material anatómico- (modificada por
la ley nro. 25.281), señala que deben darse de modo acumulativo y durante un mínimo
interrumpido de tiempo, los siguientes signos a los fines de poder afirmar un fallecimiento:

a) ausencia irreversible de respuesta cerebral con pérdida absoluta de conciencia;


b) ausencia de respiración espontánea;
c) ausencia de reflejos cefálicos y constatación de pupilas finas no reactivas;
d) inactividad encefálica corroborada por medios técnicos y/o instrumental adecuado.

Esta es la denominada muerte clínica o cerebral que se comprueba mediante un


encefalograma, concepto que puede contraponerse al de muerte biológica (tradicional) según el
cuál esta acaece cuando el corazón deja de latir y la respiración y circulación sanguínea se
detienen.
Básicamente el fallecimiento podría producirse o por el cese del funcionamiento del
corazón o del pulmón (cese irreversible de la función cardiorrespiratoria), que detendría la
irrigación de oxígeno a todo el organismo; o por el cese irreversible de la función cerebral
(cerebro), órgano que regula y controla al resto del organismo.

En lo que aquí respecta, la “muerte cerebral” se produce cuando la persona sufre una
lesión cerebral catastrófica que provoca el cese total e irreversible de la actividad cerebral. Esta
circunstancia puede, no obstante, permitir que el resto de los órganos vitales puedan funcionar
durante un tiempo –variable- si la persona es mantenida artificialmente con vida (ejemplo
respirador).

Estos casos deben ser diferenciados de los estados de coma, y aún del llamado coma
irreversible. La persona que se encuentran padeciendo un coma, se encuentra sufriendo una
enfermedad neurológica, pero se encuentra con vida. La persona que se encuentra conectada a
un respirador artificial (con muerte cerebral) moriría si se lo desconectara1.

Comete homicidio tanto el que dirige sus actos a tal fin como el que, debiendo resguardar
la seguridad física del sujeto pasivo, por su omisión, permite que ocurra. El homicidio simple exige
dolo, en cualquiera de sus tres formas: directo, indirecto o eventual.

Repasemos unos conceptos básicos que nos ayudarán con relación a todos los tipos
penales que analizaremos en el cursado.

Elementos del dolo.


Conocimiento
El autor debe saber que realiza
Cognoscitivo el hecho, qué hecho realiza y
las circunstancias que lo
rodean
DOLO

Intención o Voluntad de
Volitivo realización del tipo penal
El sujeto debe querer realizar el
hecho

1
Ver en documentos ilustrativos el “CASO KAREN ANN QUINLAN”, “Muerte humana” y “Muerte
encefálica”.
Clases de dolo.

Directo
Los elementos cognoscitivos y I
Los elementos cognoscitivos I
volitivos del dolo se puedenydar N
N
volitivos del dolo se pueden dar
con distintas intensidades. T
T
con distintas intensidades. Indirecto E E
La combinación de sus variantes,
La combinación de sus variante, NN
permiten diferenciar tres clases DOLO
permiten diferenciar tres clases SS
de dolo II
de dolo.
Eventual D
A
D

Cuando la acción o el resultado típico constituyen el


Dolo objetivo perseguido por el sujeto.
Directo Ejemplo: el sujeto quiere matar a otro, sabe que
está desarrollando esa conducta querida, y mata.

Esta clase de dolo abarca los resultados no queridos


directamente por el autor, pero que aparecen unidos de
Dolo modo necesario e ineludible al resultado comprendido en la
Indirecto intención del sujeto.
Ejemplo: la actitud de quien coloca la bomba en un
avión para matar a un pasajero determinado. La muerte del
resto de los pasajeros de la aeronave es una consecuencia
no buscada por el autor, pero ligadas inexorablemente al
efecto querido.
Cuando el sujeto que realiza la conducta conoce que
probablemente se produzca el resultado típico, y no deja
de actuar por ello.
Dolo Este es el umbral mínimo de dolo.
Eventual La representación de la eventualidad del resultado se
equipara a quererlo.
Teorías según se ponga el acento en la esfera del
conocimiento de la persona o en la de su voluntad:
- Teoría de la voluntad o del consentimiento:
Exige que el autor se haya representado el resultado lesivo
como probable y que en su esfera interna lo haya
consentido.
Crítica → la posibilidad de descifrar la actitud interna del
sujeto.
- Teoría de la probabilidad o representación:
Esta teoría intenta objetivar la configuración del dolo
eventual.
La definición del dolo dependerá del grado de probabilidad
del resultado advertido por el autor con el conocimiento
que dispone de la situación.
Mayer → Se afirma el dolo cuando el sujeto consideró
sumamente probable que se produjere el resultado y pese
a ello no desistió de proseguir su comportamiento.
Welzel → Si el grado de probabilidad no es elevado,
estamos ante la culpa consciente y no frente al dolo, atento
a que en tal caso el autor no tenía necesariamente que
contar con el resultado.

No importa la actitud interna del autor, sino su


intención de seguir actuando a pesar de conocer el grave
peligro de realización del resultado como consecuencia de
su obrar.
Esta teoría resulta preferible.

Ejemplos:

Homicidio simple cometido con dolo directo: Ver “SENTENCIA NÚMERO DIECISIETE”,
dictada el veintisiete de abril de dos mil cuatro, en autos: "Moreyra Luís Alberto p.s.a. Homicidio
simple", Expte. M0303, por la Excma. Cámara Duodécima del Crimen (también abarca los temas
“ACTIO LIBERA IN CAUSAE - CAUSA EFICIENTE DE LA MUERTE”). Otro ejemplo en donde se
realiza una diferenciación entre los tres tipos de dolo es el fallo dictado en autos “19139.- LEGAL
JORGE s/homicidio simple. Int.4ta. 3/110. I.” (17-julio-2002).
Homicidio simple cometido con dolo indirecto: Puede utilizarse el ejemplo mencionado,
fallo dictado en autos “19139.- LEGAL JORGE s/homicidio simple. Int.4ta. 3/110. I.” (17-julio-
2002). También se incluye la sentencia dictada por la SALA DE CASACION PENAL DE LA
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA - Santa Fe de Bogotá (D. C., seis de junio de dos mil), en el
proceso Nº 12853 en autos N° 12.853 “C/ CARLOS ARTURO LIZCANO CARDENAS”.

Homicidio simple cometido con dolo eventual: ver en documentos adjuntos el dictamen del
Procurador General de la Nación en autos "Pirola, Javier Emilio y otros s/homicidio simple".

Homicidios agravados. Sistematización, características y fundamentos


de cada uno de ellos.

FEMICIDIO – Su incorporación al sistema legal –La reforma de los tipos


penales del art. 80 del CP

Redacción actual Redacción anterior


“Artículo 80 – Se impondrá reclusión perpetua o prisión “Artículo 80 – Se impondrá reclusión perpetua o prisión
perpetua, pudiendo aplicarse lo dispuesto en el art. 52, al que perpetua, pudiendo aplicarse lo dispuesto en el art. 52, al
matare: que matare:
Inc. 1. A su ascendiente, descendiente, cónyuge, ex cónyuge,
Inc. 1. A su ascendiente, descendiente, cónyuge, sabiendo
o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación
que lo son.
de pareja, mediare o no convivencia.
Inc. 4. Por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a
Inc. 4. Por placer, codicia, odio racial o religioso.
la orientación sexual, identidad de género o su expresión.
Art. 2 – Incorpóranse como incs. 11 y 12 del art. 80 del Código
Penal los siguientes textos:
11. A una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un
hombre y mediare violencia de género.
Art. 2 – Incorpóranse como incs. 11 y 12 del art. 80 del Código
Penal los siguientes textos:

12. Con el propósito de causar sufrimiento a una persona con
la que se mantiene o ha mantenido una relación en los
términos del inc. 1.
Art. 3 – Sustitúyase el art. 80 in fine del Código Penal, el cual
quedará redactado de la siguiente manera:
Cuando en el caso del inc. 1 de este artículo, mediaren
circunstancias extraordinarias de atenuación, el juez podrá
aplicar prisión o reclusión de ocho a veinticinco años. Esto no
será aplicable a quien anteriormente hubiera realizado actos de
violencia contra la mujer víctima.

Art. 52 del Código Penal. Se impondrá reclusión por tiempo indeterminado, como accesoria de la última
condena, cuando la reincidencia fuere múltiple de forma tal que mediaren las siguientes penas anteriores: 1)
Cuatro penas privativas de libertad, siendo una de ellas mayor de tres años; 2) Cinco penas privativas de
libertad, de tres años o menores.
Los tribunales podrán, por única vez, dejar en suspenso la aplicación de esta medida
accesoria, fundando expresamente su decisión en la forma prevista en el art. 26.
Fundamento: debe basarse en la “…personalidad moral del condenado, su actitud posterior al
delito, los motivos que lo impulsaron a delinquir, la naturaleza del hecho y las demás circunstancias
que demuestren la inconveniencia de aplicar efectivamente la privación de libertad…” (art. 26 del
CP.).
Tal como lo señala el manual de Núñez la previsión de reclusión por tiempo indeterminado
prevista en el art. 52 del CP fue declara inconstitucional por la CSJN. Se adjunta al presente el fallo
completo en donde se trató esta delicada cuestión (ver en documentos adjuntos el fallo de la CSJN en
“RECURSO DE HECHO - Gramajo, Marcelo Eduardo s/ robo en grado de tentativa - causa N° 1573.
G. 560. XL).
Es decir que el homicidio puede agravarse por: el vínculo; el modo; la causa o motivo; y el
medio.

Introducción

La ley 26.791 (Buenos Aires, 11 de diciembre de 2012, B.O.: 14/12/12 - Vigencia: 23/12/12),
modifica sustancialmente el contenido de los incisos 2 y 4 del art. 80 del Código Penal, incorpora
además dos incisos (11 y 12), más un agregado final (último párrafo del artículo).
De esta forma se altera la anterior conformación de los supuestos previstos en el art. 80, -
especialmente los referidos incisos 2 y 4-, que se mantenían conforme su redacción original (Ley
11.179).
A continuación se realizará una breve explicación de cada uno de los supuestos que se
incluyen en la norma, teniendo en cuenta que, siendo de tan reciente sanción, no se cuenta con
jurisprudencia o abundantes trabajos de doctrina al respecto1.

Homicidio agravado por el vínculo y por la relación del autor con la víctima. El inciso
1ero. “al que matare a su cónyuge, ex cónyuge, o a la persona con quien mantiene o ha
mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia

Comenzaremos a tratar cada uno de los incisos modificados o incorporaciones


efectuadas con un caso real a los fines de ejemplificar y clarificar la temática.

Caso:

Un preso mató a su pareja durante una visita íntima


Cumplía una condena por incitación a la prostitución en Gualeguaychú y asesinó su novia delante de su hija de
un año y medio.
Un interno de la cárcel de máxima seguridad de Gualeguaychú asesinó a su pareja durante una visita íntima en
el penal y en presencia de la pequeña hija de la mujer, de un año y medio, informaron hoy fuentes
penitenciarias a la agencia Télam.
Voceros de la Dirección de Institutos Penales de Entre Ríos indicaron que el crimen se produjo en las últimas
horas, en momentos en que la mujer visitaba a su pareja en un sector llamado unidad familiar dentro del penal.
El autor del femicidio es Marcelo Schiaffino, de 38 años y oriundo de Gualeguaychú, quien cumple una condena
de 13 años por incitación a la prostitución y privación ilegítima de la libertad de una menor de edad.
La víctima, por su parte, fue identificada como Vanesa Ocampo (23), domiciliada también en esa ciudad del sur
entrerriano.

1
El tema si fue debatido y comentado en derecho comparado, y en Argentina se realizaron muchísimas investigaciones, estudios y comentarios, pero casi
todos son de fecha anterior a la reforma. El interés que genera el tema puede apreciarse por ejemplo en la cantidad de trabajos finales de graduación
que se dedican a tratarlo (por ej. “Femicidio: homicidio por condición de género”, de la alumna Anabel Lemos Acosta; “Protección integral de las mujeres
víctimas de violencia”, de la alumna María Virginia Iraldi; “Violencia de género”, de la alumna Mariana Olguin; “El femicidio y la necesidad de su
recepción en el Código Penal”, de la alumna Marta Noemi Ruano; entre otros, los cuáles pueden consultarse en la biblioteca de la UE Siglo 21).
La joven había ingresado en la tarde del lunes a la Unidad Penal 2 de Gualeguaychú para tener una visita
íntima con Schiaffino y anoche se conoció el crimen cuando el propio detenido le avisó a las autoridades
carcelarias que había asesinado a su pareja.
Los guardias penitenciarios fueron a la habitación y allí encontraron a Ocampo muerta, con claros signos de
estrangulamiento.
Al momento de ser asesinada, Ocampo estaba acompañada por su pequeña hija de un año y medio, producto
de una relación con otro hombre.
Delante de la hija.
Voceros del penal dijeron que la pequeña no sufrió lesiones, aunque se presume que presenció cuando
Schiaffino mató a su madre.
Las fuentes agregaron que el interno se produjo a sí mismo algunos cortes en el cuello, pero que su estado no
revestía gravedad.
http://www.lanacion.com.ar/1554260-un-preso-mato-a-su-pareja-durante-una-visita-intima
No obstante la reforma, estamos siempre ante un homicidio, por ende, se hacen extensivas al
supuesto de referencia todas las consideraciones formuladas respecto al tipo en cuestión con
anterioridad en el presente texto.
La “acción típica” consiste en –lo que respecta a la reforma- matar al cónyuge, ex cónyuge, o
a la persona con quien se mantiene o ha mantenido una relación de pareja, hubiere o no mediado
convivencia (conforme Buompadre Jorge Eduardo, “Los delitos de género en la reforma penal (Ley
26.791)”, trabajo que seguiremos como guía en el presente desarrollo). Como bien lo señala el autor
“… a diferencia del uxoricidio –justificado por razones normativas: el vínculo del matrimonio-, el
precepto incorpora la agravante del “ex cónyuge”, sin hacer ninguna distinción ni referencia acerca de
la subsistencia del vínculo matrimonial, porque bien puede tratarse de un matrimonio desavenido,
separado de hecho, con o sin voluntad de unirse o divorciarse vincularmente…”, siendo solo
relevante, la existencia del vínculo entre agresor-víctima. Idéntica situación se da si el autor tiene o
tuvo una relación de pareja con la víctima, hayan o no convivido. Indica Bounpadre que es suficiente
que hayan concurrido estos vínculos o situaciones, quedando comprendido dentro del agravante el
homicidio del concubino o novio, siempre que haya habido una relación de pareja entre el agresor y
su víctima, situación que a su vez excluye las meras relaciones pasajeras, transitorias o amistosas2
(publicado en http://www.pensamientopenal.com.ar/articulos/delitos-genero-reforma-penal-ley-no-
26791 - Edición No. 152 - 04/02/2013).
Con respecto a la autoría, en los casos de homicidio de un ascendiente, descendiente o
cónyuge, corresponde remitir a lo oportunamente desarrollado (tanto el sujeto pasivo de la acción
como el activo deben reunir determinada condición normativa). La situación varía cuando se trata de
un ex cónyuge, la pareja o un conviviente.
En este sentido, Buonpadre indica que tanto el autor como la víctima pueden ser cualquier
persona ya que “…las relaciones descriptas por el tipo (relación de pareja, con o sin convivencia) no
son situaciones que requieran de una regulación normativa, sino circunstancias objetivas que
determinan el plus de injustos que justifica el incremento de pena…” (obra citada, pág 9). En estos
casos –agrega- los sujetos son indiferentes al sexo, vale decir, que pueden pertenecer al sexo
masculino o al sexo femenino (hombre-mujer, hombre-hombre, mujer-mujer, mujer-hombre),
circunstancia que revela que esta clase de homicidios no configuran delitos de género, sin conductas
neutrales en el que pueden estar involucrados sujetos pertenecientes a cualquiera de los dos sexos
(ídem)3.

2
El resaltado y la negrita es un agregado. El autor citado señala de las “clases conocidas doctrinariamente, el tipo penal comprende solo el denominado
“femicidio íntimo”, cuando se trate del asesinato de una mujer, con quien el agresor haya tenido una relación afectiva, familiar o de pareja”.

3
Sobre los aspectos censurables de la reforma, así como de los extensísimos alcances que puede darse al término “relación de pareja”, se impone la
lectura del artículo citado.
El tipo penal es doloso y admite la concurrencia del tipo agravado mediante dolo eventual4.

Circunstancias extraordinarias de atenuación (art. 80 in fine: “Cuando en el caso del


inc. 1 de este artículo, mediaren circunstancias extraordinarias de atenuación, el juez podrá
aplicar prisión o reclusión de ocho a veinticinco años. Esto no será aplicable a quien
anteriormente hubiera realizado actos de violencia contra la mujer víctima”)

Aun cuando el hecho se desarrolle en el marco de lo que la doctrina entiende como “causas
extraordinarias de atenuación”, no se aplicará la reducción de la escala penal en abstracto previsto
para la figura –de prisión o reclusión perpetua a una pena de prisión o reclusión de 8 a 25 años- si se
mata al cónyuge, ex cónyuge, o a la persona con quien se mantiene o hubiera mantenido una
relación de pareja, con o sin convivencia, si el autor hubiera realizado actos de violencia contra la
víctima mujer.
Entonces, la atenuación solo regirá entonces si la muerte recae sobre una mujer (como sujeto
pasivo del delito). La redacción presenta una amplitud excesiva, y su alcance deberá ser determinado
vía jurisprudencial.

Inciso 4to. Homicidio agravado por odio (“al que matare por odio de género o a la
orientación sexual, identidad de género o su expresión”)

Caso:

Neonazis torturaron y mataron a joven por ser gay


Daniel Zamudio falleció en un hospital de Santiago de Chile luego de 24 días de agonía tras el ataque sufrido
por su condición de homosexual. La víctima fue castigada durante horas y su cuerpo fue fracturado, quemado y
marcado con esvásticas.
El joven estuvo internado en el hospital Posta Central de Santiago de Chile y permanecía sin actividad cerebral
desde el pasado fin de semana, por lo que los médicos ratificaron su deceso luego de un test de apnea.
Zamudio, de 24 años, recibió el brutal castigo durante unas seis horas el 4 de marzo por parte de cuatro sujetos
de entre 19 y 26 años, con antecedentes delictivos y que podrían ser condenados a cadena perpetua, de
acuerdo figura en las pesquisas de la Fiscalía.
Palabras en medio del dolor
“Fue terrible, era una masa, estaba desfigurado, quemado, marcado”, dijo su madre, Jacquelina Vera. “Quisiera
que todo sea un sueño y ver a mi hijo abrazándome”, agregó.
“Queremos destacar la entereza y la fortaleza de sus padres, de haberlo apoyado, para haber sostenido con
tanta fuerza a su hijo pese al estigma que para muchos significa hoy ser homosexual”, destacó Jaime Parada,
vocero del Movimiento de Liberación Homosexual (Movilh).
“Fue una víctima de la homofobia, del odio de algunos por quienes tienen una orientación sexual distinta y es un
mártir ciudadano”, agregó Parada.
http://diariogazeta.com/18041_neonazis-torturaron-y-mataron-a-joven-por-ser-gay.html
Intolerancia: Creyeron que era gay por abrazar a su hermano y lo mataron
http://www.diariodigital.com.ar/notas/24828-24828
Ocurrió en Brasil. Hay cinco detenidos por el caso. La comunidad homosexual brasileña condenó el asesinato
Sábado 30 de Junio de 2012 | 15:30 hs
Brasil.- Un joven que caminaba abrazado de su hermano murió tras recibir una feroz golpiza por una patota
integrada por ocho hombres que pensaron que se trataba de una pareja homosexual.

4
Buonpadre: “El nuevo precepto prescinde de la vieja fórmula “sabiendo que lo son” que, de algún modo, subjetivizaba el tipo, aunque tal omisión no
implica ningún cambio significativo de interpretación del tipo subjetivo. El delito sigue siendo doloso, resultando admisible el dolo eventual con respecto
al resultado, no así las formas imprudentes” (obra citada, pág. 10).
La víctima fue identificada como José Leonardo da Silva, de 22 años, quien falleció producto de los golpes
mientras que su hermano quedó con fracturas en el rostro.

"Ya iniciamos las investigaciones. Cinco jóvenes siguen detenidos en la delegación policial y todos fueron
interrogados pero no tienen justificaciones para la agresión. Trabajo con la sospecha de homofobia", declaró a
la prensa la responsable de la unidad policial, María Tereza Santos Silva.

"Aunque fueran homosexuales no tienen por qué ser víctimas de ninguna agresión, mucho menos de un
asesinato homofóbico y brutal", declaró Jaime Asfora, presidente de la comisión de Derechos Humanos de la
Orden de Abogados de Brasil, la máxima entidad que representa a los juristas.

Según las estadísticas, 266 homosexuales fueron asesinados en Brasil en 2011, de acuerdo con datos
proporcionados por el Grupo Gay de Bahía (GGB).
http://www.elcivico.com/notas/2012/6/30/intolerancia-creyeron-abrazar-hermano-mataron-89078.asp
Siguiendo a Bounpadre, se puede señalar que este tipo se caracteriza por el móvil del autor.
Este elemento eta constituido por el odio o la aversión que siente el autor por la víctima, por el simple
hecho de pertenecer –en este caso- a un determinado género (masculino o femenino), por su
orientación sexual –herero, homo o bisexual- o por su identidad de género (sentirse de un sexo
distinto al que se posee biológicamente (obra citada página 12 y ss.). En este caso, el concepto
identidad de género, debe ser extraído –integrando de esta forma el tipo penal- de la Ley 26.743 –
Identidad de Género-.
Encontramos la definición en su art. 2: Se entiende por identidad de género a la vivencia
interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con
el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Esto puede
involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos,
quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello sea libremente escogido. También incluye otras
expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales – (elemento normativo
del tipo – extrapenal).
Es –por supuesto- un tipo doloso, que requiere dolo directo. Señala Buonpadre que –para
algunos autores- estos delitos se caracterizan por contener en el tipo subjetivo especiales elementos
del ánimo, que refieren concretamente a la actitud –o ánimo- del autor en el momento en que
desarrolla la conducta.

Femidicio. El inciso 11 del art. 80 del Código Penal: el que matare a una mujer cuando
el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género. El tipo penal
incorporado: femicidio íntimo o vincular

1) Femicidio y Feminicidio. Concepto y diferencias.

Este primer acápite es un extracto de del punto primero –introducción- del libro “Feminicidio”
(“Los conceptos de femicidio y feminicidio”, página 23 y ss.)5. Las ideas, su elaboración y conceptos
pertenecen a la autora citada. Se realizó un resumen ilustrativo, respetándose la redacción original –
textual- y sus citas originales.
Las expresiones femicidio y feminicidio, encuentran su antecedente directo en la voz inglesa
femicide, expresión desarrollada inicialmente en el área de los estudios de género y la sociología por
Diana Russell y Jane Caputi a principios de la década de 19906.

5
Obra “Feminicidio”, Patsilí Toledo Vásquez -Investigadora invitada del Departamento de Ciencias Penales de la Facultad de Derecho de la Universidad
de Chile. Investigadora con Doctorado en Derecho Público de la Universidad Autónoma de Barcelona - 1a. edición, 2009 - DR © Oficina en México del
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos - Alejandro Dumas No. 165 Col. Polanco, Delegación Miguel Hidalgo - C.P. 11560,
México D.F. - Publicado por la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (oacnudh) - ISBN 978-92-1-
354117-3 Coordinación editorial: oacnudh México - Diseño y edición: Estirpe, concepto e imagen - Impreso en México

6 Cita de la autora: “La expresión femicide fue usada por primera vez por Diana Russell en el Tribunal Internacional sobre Crímenes contra las Mujeres
celebrado en Bruselas, en 1976. Luego, en 1990 junto con Jane Caputi publica el artículo Femicide: Speaking the Unspeakable en la revista Ms.
Estas autoras incluyen en este concepto las muertes violentas de mujeres que se ubican en el
extremo de un continuum de violencia, que incluye muchas más formas que la que se da en el ámbito
privado o íntimo.
En efecto, ya desde esta primera formulación, femicide surge como expresión para evidenciar
que la mayoría de los asesinatos de mujeres por parte de sus maridos, novios, padres, conocidos y
también los cometidos por desconocidos, poseen un sustrato común en la misoginia, crímenes que
constituyen, a juicio de las autoras, “la forma más extrema de terrorismo sexista, motivada por odio,
desprecio, placer o sentimiento de propiedad sobre las mujeres” (Russell Diana y Radford Jill,
Femicide, 1998, http://www.dianarussell.com/femicide.html).
Es, por tanto, un concepto que surge con una intención política: develar el sustrato sexista o
misógino de estos crímenes que permanece oculto cuando se hace referencia a ellos a través de
palabras neutras como homicidio7 o asesinato. A pesar de hablarse principalmente de crímenes, la
amplitud de este concepto queda expresada en el siguiente párrafo, uno de los más citados en
diversas publicaciones y estudios sobre el tema: El femicidio representa el extremo de un continuum
de terror anti-femenino que incluye una amplia variedad de abusos verbales y físicos, tales como
violación, tortura, esclavitud sexual (particularmente por prostitución), abuso sexual infantil incestuoso
o extra-familiar, golpizas físicas y emocionales, acoso sexual (por teléfono, en las calles, en la oficina,
y en el aula), mutilación genital (clitoridectomías, escisión, infibulaciones), operaciones ginecológicas
innecesarias (histerectomías gratuitas), heterosexualidad forzada, esterilización forzada, maternidad
forzada (por la criminalización de la contracepción y del aborto), psicocirugía, negación de comida
para mujeres en algunas culturas, cirugía plástica, y otras mutilaciones en nombre del
embellecimiento. Siempre que estas formas de terrorismo resultan en muerte, ellas se transforman en
femicidios (Russell D. y Radford J., op. cit., nota 7). En la traducción del término femicide al castellano
ha habido dos tendencias: como femicidio o como feminicidio. La diferencia entre estas dos
expresiones ha sido objeto de profunda discusión a nivel latinoamericano, y la mayor parte de las
investigaciones sobre este tema en la región dedican un capítulo o sección a la distinción entre
ambas, y aún en la actualidad se sostiene que no existe consenso a nivel teórico en cuanto al
contenido de cada uno de estos conceptos8. Estas elaboraciones conceptuales provienen de las
ciencias sociales, constituyendo marcos teóricos y políticos para la acción e investigación en torno a
este fenómeno; por tanto, no es posible su aplicación directa en el ámbito jurídico, en particular en lo
penal, en donde el principio de legalidad importa exigencias materiales y formales especialmente
rigurosas en lo referido a la precisión, determinación y taxatividad de sus conceptos.
El femicidio, ha sido definido como la “muerte violenta de mujeres, por el hecho de ser tales”9
o “asesinato de mujeres por razones asociadas a su género”10. La expresión muerte violenta enfatiza
la violencia como determinante de la muerte y desde una perspectiva penal incluirían las que resultan
de delitos como homicidio simple o calificado (asesinato) o parricidio en los países en que aún existe

(septiembre/octubre, 1990), que posteriormente hetefue publicado en el libro Femicide: The Politics of Woman Killing, de Diana Russell y Jill Radford en
1992. El texto, en una versión ampliada de 1998, está disponible en: http://www.dianarussell.com/femicide.html”.

7
Cita de la autora: “En relación a la palabra homicidio, sin embargo, se sostiene que no existe tal neutralidad, ya que etimológicamente corresponde a
causar la muerte de un hombre, por lo que ciertas autoras prefieren utilizar únicamente la palabra asesinato como expresión neutra, prescindiendo de su
contenido jurídico específico (Monárrez Julia, Las diversas representaciones del feminicidio y los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, 1993-2005, en
“Sistema Socioeconómico y Geo-referencial sobre la Violencia de Género en Ciudad Juárez”, Vol. II, El Colegio de la Frontera Norte, y Comisión Para
Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres en Ciudad Juárez, Disponible en: http://www.comisioncdjuarez.gob.mx/Portal/PtMain.php?nId
Header=39&nIdPanel=81&nIdFooter=40)”.

8
Cita de la autora: “Cladem, Feminicidio. Monitoreo sobre femicidio/feminicidio en Bolivia, Ecuador, Paraguay, Perú y República Dominicana, Lima, 2008,
p. 10, http://www.cladem.org/espanol/regionales/Violenciadegenero/Docs/feminicidio2/feminicidio%20vf2.pdf”.

9
Cita de la autora: “iidh/ccpdh, I Informe Regional: Situación y análisis del femicidio en la región centroamericana, San José, 2006, p. 33,
http://www.iidh.ed.cr/BibliotecaWeb/Varios/ Documentos/BD_1896785571/Informefemicidio/I%20Informe%20Regional%20Femicidio.pdf”.

10
Cita de la autora: “Chejter Silvia (Ed.), Femicidios e impunidad, Centro de Encuentros Cultura y Mujer, Argentina, 2005, p. 10,
http://www.cecym.org.ar/investigacion.shtml?sh_itm=bc92d41a6c337563c3989159ccf017a6; Carcedo Ana y Sagot Montserrat, Femicidio en Costa Rica,
1990-1999, Organización Panamericana de la Salud-Programa Mujer, Salud y Desarrollo, San José, 2000, p. 11,
http://www.paho.org/Spanish/Hdp/HDW/femicidio.pdf”.
esta figura. Existen, sin embargo, dentro de quienes utilizan la voz femicidio, posturas más amplias
que abarcan situaciones tales como “la mortalidad materna evitable, por aborto inseguro, por cáncer y
otras enfermedades femeninas, poco o mal tratadas, y por desnutrición selectiva de género”11. Desde
esta perspectiva se incluyen en el femicidio las muertes de mujeres provocadas por acciones u
omisiones que no necesariamente constituyen delito, básicamente porque carecen –en general– del
elemento subjetivo que requieren los delitos contra la vida –la intención de matar a otra persona– o
son conductas que no pueden ser imputadas a una persona determinada, sin perjuicio que pueden
dar cuenta de violaciones a los derechos humanos por el incumplimiento de las obligaciones del
Estado relativas a la garantía del derecho a la vida de las mujeres.
Concepto de feminicidio: se ha señalado que esta expresión surge a partir de la insuficiencia
que tendría la voz femicidio para dar cuenta de dos elementos: la misoginia (odio a las mujeres)
presente en estos crímenes12 y la responsabilidad estatal al favorecer la impunidad de éstos13. El
concepto de feminicidio, además, presenta –al menos en sus primeras formulaciones como tipo
penal– una amplitud mayor al concepto de femicide en la formulación de Russell, en cuanto incluye
otras conductas delictivas que no necesariamente conducen a la muerte de la mujer, sino a un daño
grave en su integridad física, psíquica o sexual. Respecto de los elementos misoginia –aversión u
odio a las mujeres– e impunidad, es interesante constatar que pudieran encontrarse tanto en las
elaboraciones teóricas de femicidio como de feminicidio. En efecto, la misoginia puede considerarse
constitutiva de todo crimen cometido “por razones de género” contra una mujer (considerando que el
sistema sexo/género posee una base misógina), y en cuanto a la impunidad –dependiendo del
concepto que se le dé– puede ser también considerada consustancial –desde alguna perspectiva– a
todo sistema jurídico que justifica la violencia contra las mujeres, ya sea responsabilizando a las
víctimas o atenuando la responsabilidad de los victimarios, impunidad que –en cualquier caso–
siempre importa un incumplimiento de las obligaciones del Estado en materia de derechos humanos.
De cualquier manera, es importante tener en cuenta que la mayor parte de las investigaciones
y estudios realizados en la región en los últimos años, ya sea en torno al femicidio o feminicidio,
igualmente aluden a una visión restringida respecto del concepto original de Russell y Caputi, referido
inicialmente16. En efecto, las definiciones más frecuentes de femicidio y feminicidio se restringen a
las muertes violentas de mujeres, consecuencia directa de delitos, excluyendo los decesos que se
producen como consecuencia de leyes o prácticas discriminatorias (abortos clandestinos, deficiente
atención de la salud de las mujeres, etc.), así como a las manifestaciones de violencia que no
conllevan la muerte.

2) Por otra parte, existen varias clasificaciones de conductas que son encuadradas
como “femicidio”, así como varios tipos de clasificaciones. La siguiente es una de tipo amplio
(extraída de la página www.femicidio.net)

14
TIPOS DE FEMINICIDIO
La creación de tipos de feminicidio y tipos de asesinato de mujeres es fundamental en este campo para
comprender el distinto alcance de la violencia que los hombres ejercen sobre las mujeres. También

11
Cita de la autora: “Carcedo Ana, Conferencia dictada en Taller Regional sobre Femicidio. ccpdh/iidh. Guatemala, 2 de agosto de 2006. Citada en
iidh/ccpdh, op. cit., nota 12, p. 14”.

12
Cita de la autora “de acuerdo a Marcela Lagarde, en castellano, femicidio es una voz homóloga a homicidio y sólo significa asesinato de mujeres”.
iidh/ccpdh, op. cit., nota 12, p. 37”.

13
Cita de la autora: “Elementos recogidos en el concepto de feminicidio del Informe de la Comisión Especial para Conocer y Dar seguimiento a las
Investigaciones relacionadas con los Feminicidios en la República Mexicana y a la Procuración de Justicia Vinculada, Cámara de Diputados del H. Congreso
de la Unión–lix Legislatura, Violencia Feminicida en la República Mexicana, 2006, p. 49, http://labcomplex.ceiich.
unam.mx/fem/infRep/general/0_Presentacion.swf”

14
Clasificación extraída del dominio web: http://www.feminicidio.net/noticias-de-asesinatos-de-mujeres-en-espana-y-america-latina/datos-informes-y-
cifras-de-feminicidios/2862-tipos-de-feminicidio-o-las-variantes-de-la-violencia-extrema-patriarcal.html
consideramos que según los tipos de feminicidio que se produzcan, deberán generarse políticas distintas en
prevención y sanción de estas prácticas. A continuación, nuestra primera clasificación de tipos de feminicidios y
tipos de asesinato de mujeres, sujeta a ampliación y a debate.
FEMINICIDIO ÍNTIMO
Es el asesinato cometido por un hombre con quien la víctima tenía o había tenido una relación o vínculo íntimo:
marido, exmarido, novio, exnovio o amante. Se incluye el supuesto del amigo que asesina a una mujer -amiga o
conocida- que rechazó entablar una relación íntima con este.

FEMINICIDIO NO ÍNTIMO
Aquel asesinato cometido por un hombre desconocido con quien la víctima no tenía ningún tipo de relación:
agresión sexual que culmina en asesinato de una mujer a manos de un extraño. También consideramos
feminicidio no íntimo el caso del vecino que mata a su vecina sin que existiera entre ambos algún tipo de
relación o vínculo.
FEMINICIDIO INFANTIL
El asesinato de una niña hasta los 14 años de edad cometido por un hombre en el contexto de una relación de
responsabilidad, confianza o poder que le otorga su situación adulta sobre la minoría de edad de la niña.
FEMINICIDIO FAMILIAR
El asesinato se produce en el contexto de una relación de parentesco entre la víctima y el victimario. El
parentesco puede ser por consanguinidad, afinidad o adopción.
FEMINICIDIO POR CONEXIÓN
Cuando una mujer es asesinada “en la línea de fuego” de un hombre que intenta o mata a otra mujer. Puede
tratarse de una amiga, una parienta de la víctima, madre, hija u otra; o una mujer extraña que se encontraba en
el mismo escenario donde el victimario atacó a la víctima.
FEMINICIDIO/FEMICIDIO POR PROSTITUCIÓN
Es el asesinato de una mujer que ejerce la prostitución cometido por uno o varios hombres. Entran en esta
tipología los casos en los que él o los victimarios asesinan a la mujer motivados por el odio y la misoginia que
despiertan en estos la condición de prostituta de la víctima. Los casos también conllevan la carga de
estigmatización social y justificación del feminicidio por prostitución en la mente de los asesinos: “se lo merecía”;
“ella se lo buscó por lo que hacía”; “era una mala mujer”; “su vida no valía nada”.
FEMINICIDIO/FEMICIDIO POR TRATA
La muerte o el asesinato se produce en una situación de sometimiento y privación de la libertad de la mujer
víctima en situación de “trata de personas”. Por trata entendemos -tal como lo señala la ONU- la captación, el
transporte, el traslado, la acogida o la recepción de mujeres y niñas, recurriendo a la amenaza o al uso de la
fuerza u otras formas de coacción, ya sean rapto, fraude, engaño, abuso de poder o la concesión o recepción
de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de la o las mujeres y niñas con fines de explotación. Esta
explotación incluirá, como mínimo, la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o
servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de
órganos.
FEMINICIDIO/FEMICIDIO POR TRÁFICO
El asesinato de la mujer víctima se produce en una situación de tráfico ilegal de migrantes. Entendemos por
tráfico -tal como lo señala la ONU- la facilitación de la entrada ilegal de una mujer en un Estado Parte del cual
dicha mujer no sea nacional o residente permanente, con el fin de obtener, directa o indirectamente, un
beneficio financiero u otro beneficio de orden material.
FEMINICIDIO/FEMICIDIO TRANSFÓBICO
La víctima del asesinato es una mujer transexual y el o los victimarios la matan por su condición o identidad
transexual, por odio o rechazo de la misma.
FEMINICIDIO LESBOFÓBICO
La víctima del asesinato es una mujer lesbiana y el o los victimarios la matan por su orientación o identidad
sexual, por el odio o rechazo de la misma.
FEMINICIDIO/FEMICIDIO RACISTA
El asesinato cometido contra una mujer por su origen étnico o sus rasgos fenotípicos, por odio o rechazo hacia
los mismos.
FEMINICIDIO/FEMICIDIO POR MUTILACIÓN GENITAL FEMENINA
Cuando la mutilación genital que se practica a una mujer o niña acaba con la vida de ésta. Nos basamos en la
definición amplia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), comprende todos los procedimientos
consistentes en la resección parcial o total de los genitales externos femeninos, así como otras lesiones de los
órganos genitales femeninos por motivos no médicos. Esto incluye:
- Clitoridectomía: resección parcial o total del clítoris.
- Excisión: resección parcial o total del clítoris y los labios menores, con o sin excisión de los labios mayores.
- Infibulación: estrechamiento de la abertura vaginal para crear un sello mediante el corte y la recolocación de
los labios menores o mayores, con o sin resección del clítoris.
FEMINICIDIO COMO CRIMEN INTERNACIONAL
Proponemos este tipo de feminicidio como término que pudiera ser utilizado en el ámbito del derecho
internacional, los Estados serían responsables política y jurídicamente por dichos crímenes. El feminicidio como
crimen internacional aglutina a su vez, tres tipos de feminicidio: feminicidio como genocidio, feminicidio como
crimen de lesa humanidad y feminicidio como crimen de guerra. Para la definición de los tres subtipos nos
hemos basado en el Estatuto de Roma y los Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949. Somos
conscientes de las dificultades teóricas y prácticas de utilizar este tipo de feminicidio. Sin embargo
consideramos necesario incluirlo como forma de contribuir al debate sobre la necesidad o no de reconocerlo
como tipo penal internacional. Y todo ello sin olvidar que existen otros crímenes de género fruto de la violación
del derecho internacional, como los recogidos en el Estatuto de Roma, tales como la violación.
ASESINATO/FEMINICIDIO SIN DATOS SUFICIENTES
Esta categoría la hemos creado para poder dar seguimiento al caso de la muerte violenta de una mujer del que
no contamos con datos suficientes para clasificarlo como algún tipo de feminicidio o asesinato pero existe la
confirmación de que la víctima fue asesinada.
FEMINICIDIO/FEMICIDIO SEXUAL SISTÉMICO
El feminicidio sexual es el asesinato de mujeres que son secuestradas, torturadas y violadas. Sus cadáveres,
semidesnudos o desnudos son arrojados en las zonas desérticas, los lotes baldíos, en los tubos de desagüe, en
los tiraderos de basura y en las vías del tren. Los asesinos por medio de estos actos crueles fortalecen las
relaciones sociales inequitativas de género que distinguen los sexos: otredad, diferencia y desigualdad. Al
mismo tiempo, el Estado, secundado por los grupos hegemónicos, refuerza el dominio patriarcal y sujeta a
familiares de víctimas y a todas las mujeres a una inseguridad permanente e intensa, a través de un período
continuo e ilimitado de impunidad y complicidades al no sancionar a los culpables y otorgar justicia a las
víctimas. Se divide en las subcategorías de organizado y desorganizado y toma en cuenta a los posibles y
actuales victimarios.
Feminicidio sexual sistémico desorganizado
El asesinato de las mujeres está acompañado -aunque no siempre- por el secuestro, tortura, violación y
disposición del cadáver. Los asesinos, presumiblemente, matan por una sola vez, en un período determinado; y
pueden ser hombres desconocidos, cercanos o parientes de las víctimas que las asesinan y las depositan en
parajes solitarios, en hoteles, o en el interior de sus domicilios.
Feminicidio sexual sistémico organizado
El asesinato de las mujeres está acompañado por el secuestro, tortura, violación y disposición del cadáver. Los
asesinos pueden actuar como una red organizada de feminicidas sexuales con un método consciente y
sistemático a través de un largo e indeterminado período, dirigido a la identidad de sexo y de género de las
niñas/mujeres.

3) La reforma.
Buompadre concreta estas ideas y su desarrollo indicando que en el contexto penal –
vinculado directamente a la figura en análisis- el femicidio implica la muerte de una mujer en un
contexto de género, caracterizándose por la presencia de una víctima mujer vulnerable. El femicidio –
indica el autor- no es un simplemente un homicidio que se agrava por el resultado de muerte de una
mujer, sino el homicidio de una mujer por su pertenencia al género femenino (obra citada, pág. 15 y
ss.). El bien jurídico protegido es –por supuesto- la vida de la mujer víctima de la acción homicida. El
homicidio se agrava por la condición del sujeto pasivo y por “…su comisión en un contexto ambiental
determinado…” (Buompadre). El hecho no se agrava por “matar a cualquier mujer”, sino “…sólo
aquella muerte provocada en un ámbito situacional específico, que es aquél en el que existe una
situación de subordinación y sometimiento de la mujer hacia el varón, basas en una relación desigual
de poder…” (Buompadre, obra citada, pág. 16). La previsión y protección de la figura excluye al
hombre.
El autor indica que se trata de un tipo especial impropio calificado por el género del autor y
siempre que concurran los siguientes elementos:

1 Que el autor del homicidio sea hombre.


2 Que la víctima sea mujer.
3 Que el agresor haya matado a la víctima “por ser mujer” (pertenencia al género
femenino).
4 Que el asesinato se haya perpetrado en un contexto de violencia de género.

El hecho debe desarrollarse en un contexto de género15. El concepto de “violencia de género”


–indica el autor que seguimos para desarrollar estos temas- es un elemento normativo del tipo,
extralegal. Por ende, no debe buscarse en el código penal, sino en la Ley N° 26.485 de Protección
Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos en que
Desarrollen sus Relaciones Interpersonales. En si art 4to se define la violencia contra la mujer como
“…toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público
como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad,
integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad
personal. Quedan comprendidas las perpetradas desde el Estado o por sus agentes. Se considera
violencia indirecta, a los efectos de la presente ley, toda conducta, acción omisión, disposición, criterio
o práctica discriminatoria que ponga a la mujer en desventaja con respecto al varón…”16.
El tipo exige dolo directo, admite tentativa y se consuma con la muerte de la víctima mujer.

Homicidio transversal o vinculado. El inciso 12. El que matare con el propósito de


causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o ha mantenido una relación en los
términos del inc. 1

Caso:

Mata a un niño de 8 años para vengarse de la mamá (Por Aracely Garza | Excélsior – mar, 12 feb 2013)
MONTERREY, 12 de febrero.- Axel Antuán Landeros Reyes, el asesino confeso del menor, Moisés Alejandro,
de 8 años de edad, fue presentado en las instalaciones de la Policía Ministerial, en donde declaró que mató al
pequeño para vengarse de la madre del infante.
El joven de 19 años mantuvo una relación con la mamá de “Moy”, identificada como Giovana. El homicida pidió
perdón a la familia de “Moy” y se mostró arrepentido por su acción. “Sí estoy arrepentido y que me perdonen”,
dijo Landero Reyes ante los medios de comunicación.
También reconoció que se llevó al niño con engaños hacia el sitio en donde lo ultimó. La última ocasión en que
el niño fue visto con vida fue el jueves, cuando llegó de la escuela, cambió sus ropas y salió de su casa,
ubicada en la colonia Las Sabinitas en Juárez.

15
Este aspecto también se desarrolla en el acápite anterior.

16
Ver además el Decreto 1011/10 - LEY DE PROTECCION INTEGRAL A LAS MUJERES - Reglamentación de la Ley 26.485 de protección integral para
prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, que se acompaña como
documento adjunto.
En algún momento, Axel Antuán interceptó al menor y con engaños se lo llevo hacia el río, en donde fue
encontrado su cadáver. “Sí, con engaños”, respondió el asesino confeso cuando se le cuestionó cómo se había
llevado al menor.
El cuerpo del infante fue localizado torturado y estrangulado en un terreno baldío en el lecho del Río Santa
Catarina, a la altura del Fraccionamiento Paseo Las Margaritas, en el mismo municipio en donde vivía el niño.
La noticia de su desaparición ocasionó una intensa movilización para tratar de dar con su paradero.
Desafortunadamente su historia tuvo un trágico fin.
http://ar.noticias.yahoo.com/mata-a-un-ni%C3%B1o-de-8-a%C3%B1os-para-vengarse-de-la-mam%C3%A1-
172048590.html

La ley castiga a quien matare con el propósito de causar sufrimiento a un ascendiente,


descendiente, cónyuge, ex cónyuge, o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación
de pareja, mediare o no convivencia.
Quedan incluidos –como se señaló al comentar en nuevo inciso primero- el matrimonio -como
unión formal-, el concubinato, el noviazgo, etc. El objetivo del autor está centrado en lograr el
sufrimiento de cualquiera de los sujetos enumerados la norma, mediante la muerte de una persona.
La acción debe tener –en definitiva- la entidad suficiente para provocar ese “sufrimiento”, sin
importar la relación que tenga la víctima de la conducta homicida con la persona a quien va dirigida la
intención de provocar sufrimiento.
Para Buompadre, lo que caracteriza al delito es su “…configuración subjetiva: la finalidad
subjetiva: la finalidad del agresor (causar sufrimiento) siendo suficiente para la perfección típica que
se haya matado con dicha finalidad aunque no se haya logrado el fin propuesto… Este tipo de
homicidio, independientemente del hecho físico o material de la muerte de una persona, se
caracteriza subjetivamente, por cuanto al dolo propio de todo homicidio, se añade un elemento
subjetivo del injusto típico consistente en el logro, la búsqueda el propósito de causar un sufrimiento
en otra persona ligada a la víctima. Se mata “para” que otro sufra…” –obra citada-.
La conducta que se incorpora al ordenamiento penal posee un alto impacto con relación al
bien jurídico que se intenta proteger. Basta con prestar atención al ejemplo con el que se abre esta
somera explicación para comprender la brutalidad de los hechos que abarca.

Para complementar la información, ingresar al siguiente link correspondiente a un informe


especial de Perfil.com: http://especiales.perfil.com/femicidios/index.php

Homicidios atenuados. Homicidio en estado de emoción violenta.


Exigencias de la fórmula legal. Homicidio Preterintencional

Homicidios atenuados en razón del vínculo.


Este punto se encuentra desarrollado en punto anterior, de acuerdo a la última
reforma del Código Penal.

Estas circunstancias concurren en el autor al momento de la realización del hecho


delictivo, y por ende, tienen naturaleza subjetiva. Se indica en el manual que “… el autor tiene que
haber sido impulsado al homicidio calificado por el vínculo por un hecho…” que haya operado
como detonante (causa motora) hacia el crimen, y que hayan implicado una influencia excepcional
con arreglo a las circunstancias a él preexistentes y concomitantes
Para demostrar, qué causas pueden ser consideradas en la especie, y cómo se valoran
estas “circunstancias extraordinarias de atenuación” se extrae a continuación un párrafo del fallo
“Tejerina” en donde la CSJN repasa los elementos tenidos en cuenta por los tribunales de la
causa a los fines de encuadrar la conducta en la figura legal correspondiente y establecer el
monto de pena que consideraron adecuado al caso: “…Después de situar el comportamiento de
Tejerina en la figura del homicidio agravado, los jueces evaluaron las circunstancias previas y
concomitantes al desenlace mortal, tras lo cual concluyeron que aquéllas disminuían el grado de
reproche que merecía Tejerina. En tal sentido, tuvieron especialmente en cuenta la falta de
contención y apoyo familiar durante su infancia y adolescencia que confluyeron con diversos
desórdenes psíquicos desencadenados durante el parto, que, si bien no habían provocado un
estado de inimputabilidad, le dificultaron la aceptación de la niña que había dado a luz como su
hija, a partir de la evaluación de estos presupuestos entendieron que concurrían en el caso las
"circunstancias extraordinarias de atenuación" previstas en el último párrafo del referido artículo
80.1 del Código Penal, y por lo tanto la pena debía graduarse dentro de la escala de ocho a
veinticinco años, prevista, en su artículo 79, para el homicidio simple. Finalmente, dentro de los
límites de la escala atenuada, valoraron la gravedad del hecho y la situación personal de la
imputada. De este modo, si bien los jueces, al decidir qué pena correspondía a Tejerina, partieron
de la pena perpetua a prisión o reclusión, con la mediación de las particulares circunstancias que
aminoraron la plena culpabilidad por el hecho, arribaron a la de catorce años de prisión como
respuesta punitiva por el homicidio de su hija…”.

Homicidio calificado en razón del modo: esta agravante tiene su justificativo en la mayor
criminalidad que conllevan ciertas formas de cometer homicidio (Ej. modos crueles como el
ensañamiento, o a traición, por ejemplo con alevosía, o por medio del uso de venenote, otros.).

Homicidio calificado en razón del


modo

Con el concurso de dos o más Con abuso de las funciones o


personas cargo desempañado por el sujeto
activo n las fuerzas de seguridad,

Cometido con ensañamiento

Cometido con alevosía

Cometido con veneno u otro


procedimiento insidioso

Con veneno insidiosamente


suministrado

Con otro procedimiento insidioso

Homicidio cometido con ensañamiento: el agravamiento tiene su basamento en la crueldad, tanto


objetiva como subjetiva, de la conducta del autor, que imprime a la víctima sufrimientos
innecesarios (acto de crueldad, requerimiento subjetivo). Objetivamente se requiere que la agonía
de la víctima signifique para ella un padecimiento innecesario ya sea por el dolor o por la
prolongación del padecimiento. Esta circunstancia no se configura cuando el sufrimiento es una
consecuencia directa del medio utilizado, y no se busca lograr mediante esa conducta la
consecuencia gravosa en la víctima. Presupone un plan de conducta, preordenado, orientado a
causar o infligir el sufrimiento no necesario.
Veamos cuándo entiende la jurisprudencia que no se puede tener por configurada la agravante de
ensañamiento:

“...No entiendo procedente la calificación del homicidio por su comisión con ensañamiento, toda
vez que, si bien objetivamente se ha infligido a la víctima un sufrimiento salvaje, lo cierto que ello
fue a los fines de obtener la información que buscaban sobre el destino del dinero y no con el fin
de darle muerte a través de dicha modalidad. Por el contrario, los sujetos que le produjeron las
diversas heridas vitales a la víctima, necesitaban que éste estuviera con vida para que les dijera
donde estaba el dinero, razón por la cual mal podían, en ese momento, tener dolo de matar. Es
con posterioridad, cuando aparece la decisión de quitarle la vida a C. y, por otra motivación a la
que me referiré seguidamente, y es allí cuando se le aplica el golpe en el cráneo que le produce la
muerte... En este sentido ha dicho Soler que: „...la agravación del homicidio por el ensañamiento
se produce cuando además de existir en el agente una clara voluntad tendiente a causar la
muerte, existe en él el propósito de causarla de determinada manera, que aumenta el mal y el
sufrimiento de la víctima, y de esa forma ejecuta el hecho...El fundamento de la agravación está
precisamente en ese desdoblamiento de la voluntad, que separadamente se dirige a dos fines
claramente discernidos: el de matar y el de hacerlo de determinado modo...‟ (Sebastián Soler.
Derecho Penal Argentino. T. III. Ed. TEA, Pág. 28). Amen de ello, no puedo dejar de señalar
también que según surge del protocolo de autopsia, hubo una rápida perdida de conciencia de la
víctima, lo que relativiza la prolongación del sufrimiento. Es por ello que no encontrándose
acreditado que al momento de producir los padecimientos a la víctima los sujetos activos tuvieran
dolo homicida, no corresponde la aplicación de dicha agravante...”. (Del voto del Dr. Angulo al que
adhirieron los Dres. Conti y Simaz “FUSTER, Andrés Rafael y otro homicidio triplemente
agravado, C. 2401, sent. del 2/10/06). “... El imputado fue claro y contundente cuando nos dijo que
explotó, que por eso reaccionó mal, porque se había sentido engañado y defraudado.
Personalmente creo que el mismo puede estar siendo veraz en sus dichos, pero también creo que
la furia demostrada en su actuar no fue ciega. El origen de su enojo fue emotivo y pasional, pero
su actuar fue premeditado y feroz: supo que hacer, como y con qué hacerlo. Las lesiones que le
provocó a la víctima, en casi la totalidad de su integridad corporal no tuvieron otro designio que
inferir el mayor castigo posible, precisamente, porque se sintió defraudado y humillado por la
misma, y ello resulta claro, por cuanto estaba siendo engañando. Empero, puede advertirse con
meridiana claridad, de la simple lectura de los informes médicos, que los golpes propinados a la
víctima tuvieron el inequívoco propósito de causar dolor. Prueba de ello es el elemento
contundente elegido por el autor para llevar a cabo su conducta... Objetivamente no me queda la
menor duda que se le ha infligido a la víctima un sufrimiento salvaje, ello es un dato objetivo, una
circunstancia fáctica acabadamente demostrada en este juicio. En tanto, el elemento subjetivo que
exige la agravante tratada, tengo para mí, se halla plenamente verificado sobre la base de las
consideraciones precedentes. La agravación de un delito por el ensañamiento se verifica cuando,
además de existir en el agente una clara finalidad tendiente a lograr un propósito determinado (en
nuestro caso, las lesiones corporales), existe en él la intención de lograrlo de una manera
específica y determinada, elegida con anterioridad al comienzo de la conducta: aumentar
sufrimiento de la víctima...”. „... En el plano subjetivo, la agravante exige un elemento de actitud
interna que en doctrina alemana pertenece en parte al injusto y en parte a la culpabilidad, y
consiste en matar(en este caso lesionar) cruelmente causando especiales dolores o torturas a la
víctima por una actitud inmisericorde y sin sentimientos...‟ (ver Roxin, „Derecho Penal‟, Parte
General, t. I, Civitas, 1.997, p. 315), que convierte al hecho de matar „en un homicidio potenciado‟.
Y este aumento deliberado „...debe ser inhumano y referido al dolor del ofendido, sea psíquico o
físico...‟ (Bustos Ramírez, „Derecho Penal, parte especial‟, PPU, Año 1994, p.577)...”. (Del voto del
Dr. Conti al que adhirieron los Dres. Simaz y Angulo, “HEREDIA, Genaro Omar s/ abuso sexual
agravado”, C. 2.840, sent. del 9/10/2006)… ” (Tribunal en lo Criminal Nº 2 del Departamento
Judicial Mar del Plata -Periodo Agosto 2006/Agosto 2.007).

Sí se da la agravante –para la Sala II de la Cámara Nacional de Casación Penal integrada


por el doctor Pedro R. David como Presidente y los doctores Raúl R. Madueño y Juan E. Fégoli-
en el siguiente caso:

“… En virtud de lo expuesto, considero que el delito de homicidio cuya autoría se atribuye a los
procesados Pereyra y Alonso no se encuentra calificado por alevosía, aunque como se verá a
continuación, en mi opinión queda igualmente encuadrado en las previsiones del inciso 2 del
artículo 80 del Código Penal por su comisión mediante ensañamiento. En efecto, del plexo
colectado en el debate según consta a fs. 865 vta. -especialmente los resultados de la autopsia
glosada a fs. 31/36, la ampliación del informe pericial de fs. 42, los informes histopatológicos de fs.
189 y 210, el informe del especialista en histopatología Dr. Eugenio Caputi glosado a fs. 830
conforme lo ordenado en el debate según consta a fs. 867 vta., y las vistas fotográficas agregadas
a fs. 75 y ss.- resultan a mi juicio elocuentes indicadores de que la muerte del menor A. significó
para él un padecimiento extraordinario e innecesario, y constituyó a su vez un acto de crueldad
deliberada por parte de los autores del hecho, verificándose los requisitos objetivos y subjetivos
comprendidos en la agravante. Así, siguiendo a Creus puede señalarse que el homicidio es
perpetrado con ensañamiento cuando objetivamente, la agonía de la víctima significa para ella un
padecimiento no ordinario e innecesario en el caso concreto, tanto sea por el dolor que se le hace
experimentar como por su prolongación; por su parte, subjetivamente el padecimiento infligido al
sujeto pasivo debe ser un acto de crueldad del agente, esto es, su acción tiene que ir
deliberadamente dirigida a matar haciendo padecer a la víctima de aquel modo. (confr. Carlos
Creus, Derecho Penal, parte especial, tomo 1, tercera edición, Buenos Aires, 1991, pág. 26). En el
mismo orden de ideas, señala López Bolado que el ensañamiento exige para su configuración la
suma de los siguientes elementos, a saber, el hecho físico de la muerte que sea innecesariamente
dolorosa; además requiere la intención definida de matar y, por último debe concurrir el ánimo de
causar un sufrimiento inútil para ese fin pues se elige la forma de hacerlo con el mayor dolor, lo
que demuestra que el elemento psíquico tiene una preponderancia relevante para la figura pues
está integrado con la intención de causar deliberadamente males innecesarios para el delito. Es
que al ánimo de dar muerte propio de todo homicidio se une un elemento subjetivo independiente
que es el propósito de hacerlo en forma perversa y cruel, requisito subjetivo éste que le da la
tónica al hecho calificado. (confr. Jorge López Bolado, ob. cit. pág. 85). Tengo para mí que los
autores de la muerte violenta del menor A. perpetraron el hecho bajo la modalidad arriba
descripta. Ello, por cuanto se ha acreditado en el debate más allá de toda duda razonable que el
incapaz fue cruelmente golpeado durante varios días, al menos a lo largo de una semana,
ocasionándole lesiones de diversa etiología y gravedad cuya magnitud fue tal que resultaban
reconocibles a simple vista por cualquier persona de su entorno -ver fs. 916 y 944 vta.-. Señalaron
los peritos que las lesiones descriptas en la autopsia desde el punto de vista de la conducta del
afectado provocan llanto, irritabilidad, expresión de dolor -síntomas éstos reconocidos por los
propios agresores- falta de apetito, regurgitación, trastornos de la deglución por las lesiones
abdominales y bucales, focos de irritación neurológica y vómitos entre muchos otros, siendo que
la expresión histopatológica del sufrimiento y los cambios de conducta se expresan a través de la
hemorragia medular adrenal -ver fs. 916 y 944 vta.-. Los informes y las explicaciones de los
especialistas son concluyentes en cuanto a las manifestaciones externas de la brutal golpiza que
le fue propinada al menor a lo largo de los días y que concluyeran con el fatal desenlace hoy
investigado, manifestaciones que resultaron visibles tanto en el cuerpo del menor como en su
estado anímico conforme lo detallado ut supra. En apoyo de todo cuanto vengo sosteniendo basta
con reparar en las elocuentes imágenes fotográficas glosadas al sumario a fs. 75, que dan cuenta
del tremendo hematoma escrotal, los múltiples traumatismos en su cara, cráneo, glúteos, torso y
espalda, lesiones que le fueron ocasionadas en días sucesivos, y que conforme las conclusiones
de los facultativos, provocaron un intenso sufrimiento en el menor que no podía pasar en modo
alguno desapercibido para sus agresores, quienes integraban el grupo conviviente de la criatura y
conocían -según sus propios dichos- que el menor se sentía mal, descompuesto, lloroso, quejoso
y malherido -ver fs. 938 vta.-. Tan contundente cuadro probatorio me lleva a concluir que la
víctima de autos sufrió un padecimiento extraordinario que fue conocido y procurado por sus
agresores, que acrecentaron a sabiendas su dolor mediante sucesivas golpizas prolongadas en el
tiempo propinadas en el domicilio de la Avenida Rivadavia 5669, planta baja, de esta ciudad, que
culminaron en un último ataque que produjo el fallecimiento por politraumatismos múltiples y
hemorragias interno cerebrales, torácica y abdómino pelviana, deceso que ocurrió el 25 de
octubre de 2002 cuando era trasladado al Hospital Durand constatándose su muerte por paro
cardiorespiratorio. En definitiva, encuentro probado el tipo objetivo del injusto a través de las
contundentes conclusiones de los informes periciales acerca de la magnitud y etiología de las
heridas sufridas por el menor así como el padecimiento que provocan en el damnificado tales
lesiones. Por su parte, la estructuración del tipo subjetivo la estimo verificada a partir de las
múltiples exteriorizaciones corporales y anímicas del sufrimiento que padeció el infante, las cuales
según los especialistas eran evidentes para sus agresores quienes, no obstante ello, continuaron
a lo largo de los días propinándole sucesivas y cada vez más severas golpizas, prolongando así la
agonía hasta su mortal desenlace; de tal guisa, el hecho psíquico de la figura entendido como la
deliberación de matar haciendo padecer innecesariamente a la víctima resulta a mi juicio
indubitable (Causa n 5218, del registro de esa Sala, caratulada: “Pereyra, Lorena Elizabeth y
Alonso Williams Domingo s/recurso de casación”).

Homicidio cometido con alevosía: en este caso el autor prepara, preordena su conducta a los fines
de cometer el homicidio, evitando poner en riesgo su integridad, su persona, neutralizando tanto la
posible reacción de la víctima como de terceros. No existe peligro para el autor, el autor obra “a
traición” y “sobre seguro”.

Al respecto señala el Tribunal Superior de Justicia de Córdoba:


“… es pacífica la doctrina en señalar que la alevosía exige, objetivamente, una víctima que no
esté en condiciones de defenderse, o una agresión no advertida por la víctima capaz y en
condiciones de hacerlo. Y subjetivamente, que es donde reside su esencia, requiere una acción
preordenada para matar sin peligro para la persona del autor, proveniente de la reacción de la
víctima o de un tercero. La incapacidad o la inadvertencia de la víctima puede ser provocada por
el autor o simplemente aprovechada por él (Conf. Núñez, Ricardo C., Derecho Penal Argentino,
Parte Especial III, Omeba, p. 37, en el mismo sentido, Creus, Carlos, “Derecho Penal”, Parte
especial, Tomo 1, 6ª, edición actualizada y ampliada, 2ª reimpresión, Astrea, Bs. As., 1999, p. 20;
Donna, Edgardo Alberto, “Derecho Penal Parte especial” Tomo I, Rubinzal-Culzoni, Santa fe,
1999, p. 41; Soler, Sebastián, “Derecho Penal Argentino” T.E.A., Bs. As., 1970, T. III, p. 23 y
sgtes.)...” (Sentencia Numero: 27, 17-abril-2006, autos "SALVAY, Daniel Arnaldo p.s.a. Homicidio
calificado –Recurso de casación-” - Expte. "S”, 42/04).

Por su parte la Sala Tercera de la Cámara Nacional de Casación Penal, sostiene:


“… Teniendo ello presente, adviértase entonces que si bien la empeñosa defensa señala que
para configurarse la agravante prevista en el artículo 80 inciso 2 del Código Penal “no basta con
la situación objetiva ni con el conocimiento de la misma previo a la voluntad homicida o
concomitantemente con ella, sino que se exige un elemento del ánimo, esto es, la particular
orientación a aprovecharse de la indefensión”, dicha afirmación confronta con los hechos tenidos
por ciertos por el Tribunal de mérito, que expresamente señaló que “Senet perpetró su ilícito
accionar con total frialdad y evidente preordenación habiendo elegido ese día y hora con absoluta
conciencia y a sabiendas de que encontraría a su víctima durmiendo y en total estado de
indefensión”. Por lo demás, y para una mejor respuesta del recurrente, cabe añadir que si bien el
Tribunal Oral tuvo por fehacientemente acreditado que Senet concurrió al domicilio de su víctima
sabiendo que lo encontraría durmiendo, en caso de que ello no hubiera sucedido así -es decir,
que el imputado hubiere encontrado, para su sorpresa, a Volontieri dormido- dicha circunstancia
no obsta a la configuración de la agravante de la que se duele la defensa. Al respecto, se ha
señalado que “En la faz subjetiva [del homicidio calificado por alevosía] el autor debe querer obrar
sobre seguro o sea sin el riesgo de una reacción por parte de la víctima, lo cual requiere una
preordenación para actuar con dicha seguridad, como ocurre cuando se dispara contra el que se
halla de espaldas y sin armas o en el caso de quien, al encontrar dormida a la víctima, decide en
ese momento darle muerte, sin haberlo premeditado, pues si bien la premeditación importa
preordenación, ésta puede darse sin aquella (...)” (conf. causa n 161 caratulada “Avila, Juan
Carlos s/ rec. de casación”, reg. n 161 del 26/8/94, Sala II de este Tribunal). También se señaló
en el precedente evocado que la alevosía requiere “una acción preordenada para matar sin peligro
para la persona del autor, ya sea provocada por el agente o simplemente aprovechada por él”
(Causa N 4376, caratulada “Senet, Horacio Alberto s/recurso de casación”).

Homicidio cometido con veneno u otro procedimiento insidioso: en este caso, no sólo debe
utilizarse “veneno”, sino que debe utilizárselo en forma insidiosa (oculto, a escondidas, otros.).
Veneno es toda sustancia animal, vegetal o minera, sólida, líquida o gaseosa que introducida en el
cuerpo, produce la muerte, por acción química o bioquímica. No se incluye en este espectro a las
sustancias que matan mecánicamente o térmicamente, como el vidrio molido. Si se utiliza veneno
(u otro…) pero no se oculta este elemento no es de aplicación la agravante. El ejemplo clásico es
el de la persona que cree estar recibiendo una medicina, y en cambio, el autor, le administra una
sustancia venenosa. La víctima esta totalmente consciente de estar recibiendo “algo” pero está
equivocada en cuanto “al qué”.
Bajo “otro procedimiento insidioso” podemos encontrar la misma conducta, un modo oculto
de usar una determinada sustancia que provoca la muerte de la víctima. Los casos abarcados
incluyen sustancias como “vidrio molido”, y se admiten las formas mecánicas o térmicas de
producir la muerte.
Homicidio calificado “con el concurso premeditados de dos o más personas”: el
fundamento de la agravante es la menor posibilidad defensiva de la víctima, todo en razón de la
pluralidad de partícipes, accionar previamente concertado (requisito subjetivo de la figura, la
premeditación, así como la convergencia intencional). El número mínimo es tres (el autor, más el
concurso de dos o más personas). Estas personas que “concurren” con el autor pueden ser a su
vez coautores o cómplices.
A los fines de determinar cómo y cuándo funciona esta agravante se incluye en el material
adjunto un dictamen del Procurador Nacional ante la CSJN (A. 393. XXIX), en autos “RECURSO
DE HECHO - Agüero, Luís Miguel y otros s/ homicidio calificado “causa N° 171/01” (también
puede ser utilizado como ejemplo de cómo puede ser mal utilizado el agravante “criminis causa”).
Homicidio agravado en razón de la causa o el motivo:

Homicidio agravado en razón de la causa o el


motivo

Por precio o promesa remuneratoria

Por placer, codicia, odio racial o religioso

Criminis causa

Por “pre ci o o pro mesa remune rato ria ” : en estos supuestos el autor mata para otro, por un
precio (Ej. suma de dinero) o promesa de pago. La agravante tiene su fundamento en la
peligrosidad que representa una persona que sin motivo alguno (más allá de precio o promesa
remuneratoria) provoca la muerte de otro. Si el mandato existe, pero no precio dado o prometido,
la agravante no funciona, aún cuando el sicario espere que se le pague. El delito se consuma
con la muerte, no con el pago o promesa de pago, que sólo constituyen actos preparatorios.
Tampoco constituyen tentativa, ésta requiere para el caso, actos ejecutivos del homicidio. Si
el ejecutante desiste voluntariamente, no beneficia con ello al mandante, cuya conducta
representaría tentativa acabada.

Por placer: el fundamento de la agravante esta dado por la mayor perversidad que demuestra
quien mata para experimentar placer, para sentir agrado o deleite. Es justamente esa finalidad de
satisfacción (sentir placer) lo que moviliza al agente a cometer el acto, a desarrollarlo de esa
forma (requisito subjetivo).

Por codicia: no debe identificarse con el simple ánimo de lucro, éste se agota en la finalidad de
obtener un beneficio económico. La codicia importa una inclinación extremada del agente a la
ganancia, al lucro. Los objetivos del codicioso pueden abarcar cualquier ganancia (no solo dinero,
por ejemplo la obtención de una herencia), aunque esta pueda parecer exigua. “Codicia” en
definitiva es el afán de lograr provecho mediante dinero o bienes, o liberándose de determinadas
cargas, otros.

Por odio racial o religioso: se identifica al odio como una aversión que sufre el agente por una
persona o grupo de ellas. La agravante funciona cuando el autor mata motivado en ese
sentimiento y no cuando el odio proviene de otra fuente, o cuando se mata sin odio a una persona
que pertenece a otra raza o religión distinta a la del autor (ver además art. 2 de la Ley 23.592).

Homicidio criminis causa: el homicidio se agrava, con prisión o reclusión perpetua, entre otros
supuestos, al que matare “para preparar, facilitar, consumar, y ocultar otro delito o para asegurar
sus resultados o procurar la impunidad para sí o para otro o por no haber logrado el fin propuesto
al intentar otro delito” (CP., 80, 7º). Lo que caracteriza esta calificante es la conexión ideológica
entre la muerte producida por el autor y la comisión de oto delito. La conexión ideológica puede
ser final (el “otro delito” ha sido el motivo para matar) o impulsiva (se mata por haberse logrado el
fin propuesto primeramente).
Es fundamental diferenciar esta figura de la de “homicidio en ocasión de robo”. A tales
fines se incluye un impecable fallo del Tribunal Superior de la Provincia de Córdoba (SENTENCIA
NUMERO: VEINTIDOS), del 19 de abril de 2004, autos caratulados "Caro, Javier Lino p.s.a.
homicidio en ocasión de robo, otros. Recurso de casación" ("C", 15/2003), y el dictamen del
Procurador General ante la CSJN en el “RECURSO DE HECHO - Agüero, Luís Miguel y otros s/

en el suceso los requisitos por ella requeridos.

Homicidio calificado en razón del medio utilizado (medio idóneo para crear un peligro común). La
razón de la agravante es el medio del que se vale el autor, que dificulta la posibilidad de defensa
de la víctima, creando un peligro general, tanto para otras personas y como para distintos bienes.
El requisito objetivo está conformado por un medio idóneo para crear un peligro común
(ejemplo iniciar un incendio). El subjetivo es el de utilizar ese medio seleccionado para matar a la
víctima.

Homicidio calificado en razón de ser la víctima un miembro de las fuerzas de seguridad pública,
policiales o penitenciarias, por su función o cargo o condición: El requisito objetivo está constituido
por la calidad que debe revestir la víctima. Subjetivamente se requiere, no que se mate -por
ejemplo- a un policía, sino que se “mate” a una persona por ser policía.

Homicidio calificado en razón de ser cometerse mediante el abuso de función o cargo cuando
fuere el autor miembro integrante de las fuerzas de seguridad, policiales o del servicio
penitenciario. Ver a los fines de ejemplificar la agravante el dictamen del Procurador General de
la Nación ante la CSJN, en autos: "Tarditi, Matías Esteban s/homicidio agravado por haber sido
cometido abusando de su función o cargo como integrante de la fuerza policial (causa n1 1822,
S.C. T. 763; L. XLII).

Homicidios atenuados. Homicidio en estado de emoción violenta (art.


81 inc. 1ero. CP).
En estos casos, el autor no es arrastrado al delito por su sola voluntad, sino que la
conducta de la víctima -que lesiona sus sentimientos- lo impulsa a cometer el delito, dificultando el
pleno dominio de sus acciones. En ese estado, mientras éste perdura, el autor produce la muerte
de otro (emoción violenta). Son requisitos para la configuración de la atenuante: a) estado
psíquico de “emoción violenta”; b) valoración del estado emocional; c) excusabilidad de la
emoción; d) relación o vinculación causal entre el estado emocional y el homicidio. El desarrollo de
estos requisitos se encuentra adecuadamente desarrollado en el manual obligatorio.
Observemos a través de dos fallos dictados por el TSJ cómo se analiza una situación
particular o hecho concreto a los fines de determinar cuándo se actúa en estado de “emoción
violenta”.
1º ejemplo:
SENTENCIA 198 (17/08/07). Autos "CANTARINI, Rubén Alberto, p.s.a. de homicidio
simple -Recurso de Casación-" (Expte. "C", 31/05). Se señala “…el factor desencadenante del
trastorno transitorio de la personalidad de Cantarini se inició el día anterior al del hecho acusado
(más precisamente con la sustracción de mercaderías que había sufrido en el negocio comercial
de su esposa); que el nombrado tenía la íntima convicción de que uno de los autores de tal
sustracción era la víctima del presente; que éste pasó -el día del hecho y solo unos momentos
antes-, por frente dicho local, insultó y amenazó a Cantarini y que tal proceder lo reiteró e
intensificó instantes antes de que el resultado mortal tuviera lugar (donde incluso Héctor Rubén
Sosa le anunció que abusaría sexualmente de su hija, siendo que Cantarini conocía que aquél
había purgado una condena por el delito de violación), puede concluirse que ciertas circunstancias
tomadas como agravantes por el a quo a la hora de individualizar la pena y dentro de ese
contexto, han sido indebidamente escogidas. Es que, si se tiene en cuenta que la sentencia
estableció que en tal escenario Cantarini actuó “arrastrado”, con su personalidad trastornada
transitoriamente por obra de actos de la propia víctima y que ello no obedecía a rasgos de
intemperancia o intolerancia de su carácter, no resulta correcto achacarle al acusado, por ejemplo,
que haya ido a la búsqueda de Sosa con el arma de fuego cargada o que siendo ya un hombre
que por su edad, instrucción y situación familiar, contara con cierta experiencia de vida como para
evitar el desenlace, cuando se ha establecido lo anterior, esto es, que circunstancias externas
(emanadas del ofendido e idóneas) fueron las que conmocionaron su ánimo y le dificultaron el
pleno dominio de sus acciones. Dicho de otra manera, en tal contexto emocional, no podía
exigírsele al imputado prudencia o actos reflexivos aptos para evitar el resultado acaecido, porque
precisamente, existieron factores externos que dieron lugar a la alteración de la personalidad del
acusado. Por último, la restante circunstancia que fuera ponderada en el fallo de marras como
agravante, se hace referencia a los actos llevados a cabo por el encartado inmediatamente
después de acaecido el hecho sub-examen, tampoco debió computarse como circunstancia
agravante, toda vez que no resulta reveladora de peligrosidad penal. En otras palabras, tal suceso
no autoriza a predicar o inferir que el imputado volverá a delinquir, teniendo presente las
circunstancias en que se cometió el hecho ilícito…”.

2º ejemplo:
SENTENCIA 66 (03/05/07). Autos "ORTIZ ROJAS Sebastián Emanuel y otro p.ss.aa.
Homicidio Calificado -Recurso de Casación-" (Expte. "O", 20/2005). Se señaló: “… los encartados
actuaron bajo un estado psíquico de conmoción violenta de su ánimo a causa de las ofensas
inferidas por la víctima a sus sentimientos, que sin privarlos de la posibilidad de comprender la
criminalidad de su conducta y dirigir sus acciones, afectó seriamente sus facultades de poder
controlarse a sí mismos (fs. 582). Esta figura exige –señaló-, un estado psíquico de conmoción
violenta del ánimo del autor a causa de una ofensa inferida por la víctima o un tercero a sus
sentimientos que sin privarlo de la posibilidad de comprender la criminalidad de su conducta y de
dirigir sus acciones, afecta seriamente su facultad de controlarse a si mismo, facilitando la
formación de la resolución criminal. La causa de la alteración anímica debe encontrarse fuera del
sujeto y debe ser eficiente en relación a quien la padece para provocar la crisis emotiva. En el
caso, no hay duda que los insultos, amenazas de muerte, maltrato psíquico y físico, la sumisión y
presión a que eran sometidos los miembros de la familia por la propia víctima por largos años,
fueron las causas exógenas generadoras de la emoción violenta y eficientes para quienes la
padecieron para provocarle la crisis emotiva... En el hecho, la dinámica del mismo, la reacción de
los imputados –contraria a la personalidad tranquila, pacífica y tolerante-, la gravedad y cantidad
de lesiones inferidas y el estado en que se encontraban a posteriori –acorde con lo relatado por
sus propias novias y lo dictaminado por los peritos psiquiátricos, psicólogos y neurólogos- ponen
de manifiesto que mataron encontrándose bajo el estado de emoción violenta; en el momento del
suceso padecieron un estrechamiento del campo de su conciencia que les provocó una marcada
disminución en la comprensión de sus actos, en el control de sus impulsos y en la dirección de sus
acciones. Las circunstancias antes, durante y después del hecho ponen de manifiesto que hubo
disminución y no anulación de la conciencia… En el fallo, se evaluó la particular magnitud de la
reacción de ambos jóvenes, distante de sus personalidades, para sostener que el acusado actuó
en un contexto situacional anormal, bajo un estado psíquico de conmoción violenta de su ánimo,
que disminuyó su culpabilidad, a causa de las ofensas inferidas por el agredido a sus
sentimientos, afectando seriamente sus facultades de poder controlarse a sí mismo, facilitando la
formación de la resolución criminal. Los insultos, maltrato psíquico y físico, la sumisión y presión a
que eran sometidos los miembros de la familia por la propia víctima a través de los años, se
consideraron como causa exógena eficiente, generadora de la crisis emotiva padecida por el
imputado y sobre ella se asentó la valoración de la excusabilidad. Ese cúmulo de circunstancias
fueron valoradas en favor de Sebastián Ortiz Rojas a los efectos de encuadrar su comportamiento
en la figura atenuada de homicidio…”.
El texto completo de los fallos está disponible en la carpeta de archivos adjuntos.

Homicidio Preterintencional (art. 81.1 inc. b del CP).


Para que se configure un homicidio preterintencional se deben dar dos condiciones: a) Que
se haya producido la muerte de una persona; b) Que el homicidio haya hecho ocurrido fruto del
propósito de causar un daño en el cuerpo o en la salud (se quiere lesionar). La muerte de la
víctima tiene que derivar físicamente de la conducta del autor, sin interferencia de otra fuerte
causal autónoma y preponderante. El criterio para establecer la intención que requiere la figura es
la frase final del texto normativo “cuando el medio (en el sentido de procedimiento) empleado no
debía razonablemente…”.
¿Cómo se analiza en el caso concreto la figura?
Nuevamente recurrimos a un precedente del TSJ. Hecho: “Se atribuye al nombrado la
comisión del siguiente hecho: Que con fecha siete de enero de dos mil tres, en horario que no ha
podido establecerse con exactitud pero durante el transcurso de la mañana y hasta las 13:30 hs.
aproximadamente, en momentos en que Débora María Quiroga salió al centro junto con su hija
Solange, el imputado Rubén Eduardo Pez se quedó en la casa, sito en calle José Pizarro Nº 337
de Bº Ciudadela de esta ciudad, junto con los menores Gastón Farías, de un año y once meses de
edad, César Masnovo, de diez años de edad, ambos hijos de su cuñada y sobre los cuales ejerce
la guarda, junto a su esposa, y con Pablo, de trece años de edad, hijo biológico de él. Que durante
esa mañana Pez le propinó múltiples golpes, en distintas partes del cuerpo, en la cabeza y fuertes
sacudidas a Gastón Farías lo que le provocó la pérdida de conocimiento e hipotimia. Momentos
más tarde, cuando llegó Débora Quiroga a la casa y al ver como se encontraba Gastón, llamó al
107, y como no la atendieron, lo llevaron junto con Pez al dispensario, pero el mismo se
encontraba cerrado, por lo que lo trasladaron hasta el Hospital de Niños de Nuestra Santísima
Trinidad, sito en calle Bajada Pucará s/n de esta ciudad, ingresando a las 14:30 hs.
aproximadamente, con traumatismo de cráneo, en coma, Glasgow 4 con Hipotonía, repuesta
extensora al dolor, con paro respiratorio y bradicardia, Midriasis Paralítica, múltiples hematomas
evolucionadas en rostro y tronco, y lesiones cicatrizales en miembros por lo que el menor quedó
internado en la Unidad de Terapia Intensiva. Que con fecha ocho de enero de dos mil tres, siendo
alrededor de las 20:00 hs., se produjo el deceso de Gastón Farías siendo la causa eficiente de la
muerte Traumatismo Craneoencefálico el cual sería consecuencia de de los golpes propinados
por el incoado Pez, según conclusiones de las autopsia de fs. 16 y ampliación de autopsia…”.
Análisis legal: “…No obstante tener acreditado con certeza que las lesiones fueron
intencionales, que el acusado fue su autor y, además, sin que sea necesario, las probables
causas de su conducta, el debate no acreditó el medio que Pez se valió para causar tales
lesiones. ¿Fue con sus puños o con un objeto contundente o lo arrojó contra el piso, la pared o un
mueble?. El informe médico de fs. 49 y el croquis de fs. 50 da cuenta de equimosis en pabellón
auricular bilateral. Dicho de otra manera, detrás de ambas orejas. Lesiones muy sugerentes.
Sirvieron de "manijas" para que Pez sacudiera al niño? Recuérdese que el Dr. Fontaine habló de
sacudida o sacudida impacto y de ser así, tales sacudones ¿pudieron obrar como agente
potenciador de un hematoma subdural anterior?. Estos interrogantes no tienen respuesta. La duda
al respecto, constitucional y legalmente, debe favorecer al imputado y por ello concluyo que Pez
lesionó al niño Gastón Emmanuel Farias utilizando un medio que racionalmente no debió causarle
la muerte…” (CAMARA EN LO CRIMINAL 2 Nominación, autos “PEZ, RUBÉN EDUARDO –p.s.a.
HOMICIDIO-”).

Otros casos analizados por distintos tribunales:

1) Registro n° 5013.2, autos “Llambías Pravaz, Marcelo Alberto s/recurso de casación”


(26/06/02 - Causa n°: 3862) - Cámara Nacional de Casación Penal - Sala: II.
“… Sin previsibilidad del resultado no puede hablarse de preterintencionalidad, pues así
lo exige el principio de culpabilidad, siendo que para que un hecho encuadre en la figura del
homicidio preterintencional debe mediar dolo en el principio y culpa en el remate, esto es, dolo
de lesiones y resultado de muerte pues no pudo ser ajeno al agente la previsibilidad de lo
ocurrido. Cabe concluir que la descripción fáctica realizada por el tribunal de a quo encuadra en la
preterintención propia de la figura prevista por el art. 81 inciso 1° b del C.P., por lo que la
calificación escogida en el veredicto se encuentra ajustada a derecho..” (Voto del Dr. Madueño -en
minoría-).

2) Registro n° 8944.1, autos “Vequi Martínez, Josué s/recurso de casación” (01/06/06 –


Causa n°: 6908) - Cámara Nacional de Casación Penal - Sala: I.
“… Aún de aceptarse que el acusado no tenía en un principio el dolo directo de
matar y sólo el de lesionar a su esposa; la falta de razonabilidad en el medio empleado me lleva a
descartar el elemento subjetivo; ya que aún por dolo eventual, debió haber previsto que
el objeto utilizado –maza para machacar milanesas- dirigida a la cabeza, podía
razonablemente causar la muerte. Lo expuesto, aunado a las demás circunstancias que
rodearon al hecho y que fueron tomadas en consideración por el tribunal de mérito: el medio
utilizado para agredir, así como la dirección del golpe -al costado de la cabeza- y las
características físicas tanto de la víctima como del victimario; llevan a descartar la
preterintencionalidad del
homicidio…” (Voto del Dr. Madueño, adhieren los Dres. Bisordi y Catucci).

3) Autos “MAGNASCO, Hernán” (21/09/99 - c. 11.435). Cámara Nacional en lo Criminal y


Correccional - Sala IV.
“… Los imputados agredieron con golpes de puño y puntapiés a la víctima lo que le generó
problemas respiratorios y su posterior fallecimiento. Esta actividad aparece encaminada a una
conducta dolosa restringida a la persona física de la víctima que excluye la muerte como
resultado querido o aceptado con un medio (no referido exclusivamente al instrumento, sino al
procedimiento empleado por el autor) que razonablemente (atañe a la capacidad o idoneidad
letal del medio empleado que normalmente es apto para causar la muerte ya sea por su
finalidad o por su capacidad vulnerante) no debía ocasionar la muerte…”.

4) Autos “ELORZA, Matías E. y otros” (18/01/02 - c. 163B). Cámara Nacional en lo Criminal


y Correccional - Sala de feria B.
“… Se configura el delito de robo agravado por homicidio (art. 165, C.P.) y no
homicidio preterintencional, cuando, más allá de la intención del sujeto, el medio empleado -
arma de fuego- y las circunstancias que rodearon el desenlace
-amenaza de quitar la vida apuntando con el arma cargada a una zona vital del cuerpo-,
advierten "ex ante" que tal resultado podía acontecer pues el medio resultaba razonablemente
idóneo para ocasionar la muerte...”.
Parricidio circunstanciado y circunstancias extraordinarias de
atenuación
Parricidio y circunstancias extraordinarias de atenuación.

Este tema se encuentra desarrollado en páginas 40/42 del Manual de Derecho Penal –
Parte Especial. Señala Núñez que el autor “…tiene que haber sido impulsado al homicidio
calificado por el vínculo (único al que alcanza este atenuante) por un hecho que sea la causa
motora hacia el crimen, de poder excepcional con arreglo a las circunstancias preexistentes o
concomitantes…”. Para ampliar este tema que no presenta mayores dificultades, remitimos al
texto citado.

Homicidio culposo. Su estructura. Agravantes.


Introducción: el delito culposo: repaso general.
Vamos a realizar una distinción básica y de sentido común a la cual luego iremos
agregando elementos técnicos jurídicos hasta llegar al concepto que es lo que nos interesa.

Comencemos con un simple ejemplo:

JUAN CAUSA LA MUERTE DE PEDRO

JUAN puede causar la muerte de PEDRO mediante una acción o mediante una omisión. Además
de esto podemos decir que la muerte de PEDRO -ocasionada por JUAN- puede ser “querida” o
“no querida” por él.
Ejemplo de muerte “querida”: JUAN dispara con un arma de fuego mecánicamente apta
contra PEDRO y lo mata. Ejemplo de muerte “no querida”: JUAN conduce su vehículo por Av.
Colón a una hora pico y a 100 Km. por hora. En esas circunstancias, y cruzando un semáforo en
rojo, atropella a PEDRO y lo mata.
En este segundo supuesto, en donde lo que JUAN quiere en realidad es llegar rápido a
algún lugar, o no perder la onda verde, o sobrepasar un colectivo que lo venía molestando hace
varias cuadras (pero nunca causar la muerte de nadie) ¿Cómo se define su conducta desde el
punto de vista del DP?
Desde el punto de vista de nuestra materia, lo que JUAN hace es infringir un deber de
cuidado, con lo cual pone en peligro un bien jurídico, superando con su conducta el riesgo
permitido, causando así un resultado (muerte de PEDRO) que podría haber previsto y evitado.
JUAN provoca la lesión del bien jurídico vida por desarrollar un actuar descuidado o
negligente.
La conducta de JUAN puede entonces ser definida desde el punto de vista del DP como
culposa.

Tipos de culpa:
Por su representación por parte del autor: culpa consciente y culpa inconsciente. Cabe
aclarar primeramente que esta es una clasificación teórica que no importa una consecuencia
práctica. Esto se debe fundamentalmente a que ambos tipos de actuar culposo tienen la misma
escala penal. Distinta es la diferencia entre dolo y culpa, y en definitiva, entre culpa consciente y
dolo eventual que veremos a continuación.
En la culpa inconsciente el autor actúa sin representarse de ninguna manera la posible
lesión del bien jurídico. Ejemplo: el conductor que maneja por una Av. en forma correcta, con
cinturón de seguridad, por su carril, a la velocidad adecuada y segundos antes de llegar al
semáforo que le daba paso, se agacha por un instante e intenta recoger un CD que se le había
caído mientras lo colocaba en el estéreo. En ese instante el semáforo cambió y dio paso a los de
la mano contraria, produciéndose un grave accidente con lesiones para varias personas. El autor
sabía lo que estaba haciendo, pero nunca se representó una lesión al bien jurídico, y por ende,
tampoco el resultado típico.
Por otra parte el que actúa representándose la posible lesión al bien jurídico pero
confiando que por X circunstancia que ella no ocurrirá, actúa con culpa consciente. Ejemplo: otro
conductor, pero ésta vez uno más intrépido, conduce por una Av. a 120 Km. por hora cuando el
límite de velocidad es de 30. En ese curso atraviesa un semáforo en rojo, sin intentar frenar, y
pudiendo observar que desde el otro carril los automóviles que tenían paso habían comenzado su
marcha. A esa velocidad impacta contra dos vehículos produciendo la muerte instantánea de tres
personas. En este caso, podemos observar que el conductor previó la posibilidad del resultado
lesivo, pero confiando en algo –que bien podría ser en su pericia como conductor, en la suerte, en
que los demás autos iban a verlo e iban a frenar, o lo que sea- creyó que éste no se produciría. El
conductor no quería causar la muerte de nadie, en realidad, quería llegar velozmente a algún
lugar, no obstante el hecho ocurrió por su responsabilidad.
Tengamos en cuenta por último que un hecho ocurrido con culpa consciente no
necesariamente debe ser más grave que uno cometido en forma inconsciente, basta pensar a
tales fines que en el primer ejemplo el conductor distraído podría haber ocasionado de todas
formas la muerte de alguna persona, y en el segundo caso, el intrépido, podría haber solo
chocado con otro vehículo, produciendo así solamente lesiones.

Distinción entre dolo eventual e imprudencia (distinción entre dolo y culpa)

FORMAS SUBJETIVAS DEL OBRAR HUMANO

DIRECTO
D
O
L INDIRECTO
O
EVENTUAL

C
U CONSCIENTE
L
P
A INCONSCIENTE

A los fines de clarificar este punto vamos a repetir necesariamente algunos conceptos que
ya tratamos. La actitud subjetiva del autor se analiza en el segmento del “tipo subjetivo”. Esta
actitud puede variar desde su grado máximo –dolo directo- hasta la culpa inconsciente –su grado
mínimo- En el ínterin el autor puede vivir distintas actitudes subjetivas: dolo indirecto, eventual y
culpa consciente. Vamos a señalar las características de cada uno de ellos para marcar de forma
más precisa las diferencias.
Dolo directo: la acción y el resultado típico constituyen el objeto perseguido por el sujeto:
quiere matar a otro y lo mata.
Dolo indirecto: abarca los resultados que, aunque no queridos directamente por el autor,
aparecen unidos de modo necesario e ineludible al resultado comprendido en la intención del
sujeto: poner una bomba en un lugar donde hay varias personas para matar una de ellas,
sabiendo que matará al resto.

Dolo eventual: quien realiza la conducta conoce que probablemente se producirá el


resultado típico, y no se detiene por ello. Es el umbral mínimo de dolo, y se dice que el sujeto le es
indiferente la representación de la eventualidad del resultado. Se resigna ante la posibilidad de
resultado, de buena o mala gana. Esta indiferencia hacia el resultado se equipara normativamente
a quererlo.

Entonces podemos decir que en las tres representaciones del dolo la representación del
hecho en cuanto a la comprensión de la criminalidad del acto es más o menos semejante. Lo que
varía es la aptitud anímica: en el dolo directo el autor desea el acto y dirige su conducta hacia él,
quiere el hecho representado; en el dolo indirecto el autor, si bien no lo desea, lo admite
resignadamente por su vinculación necesaria con el hecho principal directamente querido; en el
dolo eventual el autor tiene la comprensión de la criminalidad del acto, y ante la eventualidad
asume una actitud de menosprecio, desdén o indiferencia respecto del eventual resultado lesivo.

En los tipos culposos el agente no pretende lesionar el bien jurídico, pero su conducta
descuidada produce su afectación. Aquí la conducta no está dirigida por la voluntad del autor
contra la norma que le prohíbe dañar el bien jurídico, y muy por el contrario, se limita a infringir
una norma de cuidado. Estos comportamientos –los culposos- tienen una gravedad diferente a la
de los dolosos, circunstancia que se traduce en la intensidad de la pena a aplicar a los infractores,
generalmente inferior a la prevista para los culposos. Ejemplo: la figura básica del homicidio
doloso tiene una escala penal en abstracto que va de 8 a 25 años de prisión o reclusión; por su
lado, la figura básica del homicidio culposo tiene una escala penal en abstracto que va de 6 meses
a 5 años de prisión o reclusión.

Culpa consciente: se represente el resultado pero considera que este no ocurrirá. La


imprudencia consciente (con representación del posible resultado lesivo) también requiere una
voluntad; pero es una voluntad negativa porque el sujeto no quiere la lesión del bien jurídico y
confía en que no se producirá. Es decir que la diferencia entre culpa consciente y dolo eventual
pasa por el plano volitivo, de la voluntad, aunque en el plano cognitivo sean iguales.

Ejemplo del conductor con culpa consciente: sabe que va en exceso de velocidad, y sabe
que puede ocasionar la lesión o la muerte de unos transeúntes que están cruzando la calle a 40
metros de distancia de su inminente recorrido, se representa como posible ese resultado, pero
está convencido –por ejemplo- de que éstos advertirán su paso y se abstendrán de continuar
caminando. Los peatones no advierten el paso del automóvil y son atropellados.
Culpa inconsciente: no se representa el resultado.

Clasificación de los delitos culposos de acuerdo a su modalidad: negligencia, impericia,


imprudencia y violación de reglamentos.

Se trata en realidad de distintas clases de culpa, y la diferenciación es meramente


terminológica. Sin embargo, parte de la doctrina ha considerado de relativa importancia su
distinción. Tratando de ensayar una diferenciación entre negligencia e imprudencia podemos decir
que en la primera consistiría en un comportamiento omisivo y descuidado con relación a la norma
(ejemplo: no controlar a un bebé que se lesionó estando al cuidado de la enfermera de guardia en
el hospital); mientras que la segunda surgiría de un actuar comisivo y temerario contra la norma
(atravesar una calle con semáforo en rojo causando lesiones).

Por su parte las fórmulas “violación de reglamentos o deberes a su cargo” señalan


comportamientos que deben interpretarse como especiales reglamentaciones o deberes que les
incumben a determinadas personas conforme a la actividad que desempeñan. Por ejemplo: no
controlar cada 45 minutos -conforme la directiva laboral nro. 9- la presión de una caldera cuyo
estallido hiere a varias personas.
La “impericia” (en el arte o la profesión) está referida a deficientes ejercicios de profesiones
u oficios reconocidos públicamente. Es imperito el médico que a consecuencia de falencias o
defecciones en el conocimiento o la práctica de sus respectivas actividades, causaren resultados
lesivos a terceros
Una misma conducta a su vez puede encuadra en varios de los supuestos mencionados.
Por ejemplo: un médico cirujano pero no especializado en cardiocirugía, decide realizar una
operación vascular. Esta persona obra con impericia (porque evidentemente no tiene pericia para
realizar el acto en concreto), pero al asumir una responsabilidad que sobrepasa su capacidad obra
culposamente, y viola con ello reglamentos médicos específicos.

TIPOS DEFINICIÓN CASO


Negligencia Es negligente el comportamiento Ej. Niñera que olvida la
descuidado. Se identifica más plancha conectada, armero
con un comportamiento omisivo. que entrega un arma
cargada a un cliente, otros.
T Imprudencia Es imprudente el comportamiento Conducir a alta velocidad
I riesgoso, atrevido, o peligroso muy cerca de la vereda
P para las personas o bienes atestada de peatones,
O ajenos. Se identifica más con una conducir estando ebrio,
S acción. otros.
Impericia Es la culpa profesional. Es una El médico que a
D forma de imprudencia o consecuencias de
E negligencia en el ejercicio del falencias en su
propio arte o profesión, es decir, conocimiento causa
C sin el saber, experiencia o lesiones a terceros.
U habilidad mínima exigible. Oculista que trata de coser
L una herida grave.
P Inobservancia de Es una forma de culpa en donde El mismo oculista que trató
A reglamentos, ordenanzas la precaución exigible está la herida del paciente sin
o deberes del cargo predeterminada por las normas tener la pericia suficiente
de una actividad o cargo. violó un reglamento
específico de su profesión
(lex artis).

Sistema del Código Penal Argentino respecto del delito imprudente.


Se han ideado básicamente dos sistemas reguladores de los delitos culposos. El primer
sistema es el que prevé una cláusula genérica que se incluye en la parte general, es decir, que
influye o tiene incidencia en toda la parte especial, en donde se establece que cada delito doloso
puede a su vez ser cometido en forma culposa (sistema abierto).
Este sistema fue el seguido por ejemplo por el código penal español y que fue abandonado
aproximadamente en 1995 debido principalmente a que atentaba contra principios de legalidad.
En efecto, quedaba un poder amplísimo en manos de jueces o fiscales que debían decidir en cada
caso concreto si una conducta podía o no ser cometida en forma culposa. Esto presentaba en la
práctica graves contradicciones e inconvenientes y de hecho podría ocurrir que existieran
diferencias entre la interpretación de distintos magistrados, resultando -por ejemplo- posible que
una parte -o uno de ellos- considerara una conducta como delictiva y otros la consideraran atípica.
El otro sistema –que es el seguido en nuestro país- es de de “número cerrado”. Aquí se
establecen ya en la parte especial los tipos culposos especialmente determinados.
Es decir que en nuestro derecho los delitos culposos están específicamente determinados
en la parte especial del CP, y si bien no contamos con una cláusula que señale que sólo se
castigará una conducta como culposa cuando expresamente lo disponga la ley (como sí lo tienen
España y Alemania), es a través del art. 18 de la CN en donde encontramos el principio de
legalidad y la limitación necesaria para no expandir el margen de punibilidad, es decir que –como
dijimos- lo que no está expresamente prohibido, está permitido.

Homicidio culposo (art. 84 del CP)


El autor causa la muerte de una persona debido a su comportamiento culposo. Sólo se responde
por culpa si una disposición así lo establece. La razón de la culpa reside en la voluntad contraria a
la precaución que el autor está obligado a observar en determinadas circunstancias, todo con el
objetivo de no dañar intereses ajenos. El hecho recién adquiere tipicidad cuando se ocasiona un
resultado lesivo para el bien jurídico.

SENTENCIA NUMERO: VEINTIDOS Córdoba, ocho de julio de dos mil cinco, siendo la
oportunidad fijada para que tenga lugar la lectura de los fundamentos de la Sentencia cuya parte
dispositiva fue dictada el día veintinueve de junio del corriente año, en los autos caratulados
“MURUA, Silvio Armando y otro p.ss.aa. Homicidio Culposo, otros." (Expte. “M” 64874/03), se
constituyó el Tribunal Unipersonal en la sala de audiencias de la Excma. Cámara del Crimen de 8ª
Nominación,
Hecho:
“… Con fecha dieciocho de noviembre de dos mil tres, siendo alrededor de las dieciséis
horas, en la Base de la Patrulla Preventiva Norte del Distrito V, sita en la intersección de las calles
Melián y Arriola de Bº Quintas de San Jorge de esta ciudad de Córdoba, más precisamente, en el
interior del recinto denominado “Sala de Armas”, ubicado en los fondos de la Dependencia Policial
aludida, en circunstancias en las que se encontraban conversando allí el Oficial Principal René
Fabián Nieto, junto con el Cabo Primero Alfredo González y el Cabo Primero Luís Marcelo
Sánchez, se habría hecho presente el imputado Cabo Silvio Armando Murúa, quien no ingresó a
dicho recinto, sino que parado a la vera de la ventana con rejas de la Sala de Armas que da la
playón de estacionamiento del lugar, se incorporó a la conversación desde la ventana del mismo.
Que así las cosas, mientras Luís Marcelo Sánchez se encontraba sentado en una banqueta
ubicada al costado de la ventana que da al playón de estacionamiento , (dándole la espalda a la
pared), René Fabián Nieto por su parte, estaba sentado en otra banqueta sita al lado de Sánchez
y al frente de Alfredo Eulogio González, y mientras Sánchez conversaba con Murúa por
cuestiones habituales y normales entre compañeros de policía, el incoado Murúa, sin decir palabra
y en cuestión de un instante, habría extraído con su mano derecha de la pistolera que pendía de
su cintura el arma que le fuera provista por la Institución Policial, un arma de fuego corta o de
puño, de carga múltiple, pistola semiautomática de carga automática, correspondiente al calibre 9
x 19 mm, de origen español, marca “Astra”, modelo “A-100”, matrícula original Nº 07987-95-A, la
cual estaba cargada y en aptitud de ser disparada, y dirigiéndola hacia Luís Marcelo Sánchez
(cuya cabeza se encontraba a la altura de la ventana sobre la que estaba parado el imputado
Murúa) inmediatamente, prácticamente sin dar lugar a reacción alguna de parte de Sánchez ni de
los demás presentes en el interior de la Sala de Armas, accionó el gatillo, descerrajándole un
disparo en la cabeza (que habría ingresado en el cachete izquierdo de Sánchez, puesto que éste
se encontraba dado vuelta, conversando con Murúa). A raíz de esto, el Cabo Primero Luís
Marcelo Sánchez se desplomó, quedando sobre la banqueta en la que se encontraba gravemente
herido, siendo trasladado por sus compañeros al Hospital Córdoba de esta ciudad, desde donde
es derivado al Hospital San Roque de esta ciudad; lugar éste desde el cual a su vez, es derivado
al Hospital de Urgencias de esta ciudad Sala de Terapia Intensiva, donde con fecha veintitrés de
noviembre de dos mil tres, siendo aproximadamente las veintidós horas con cincuenta minutos,
como consecuencia de la citada herida fallece, víctima de herida por arma de fuego en tronco
encefálico, pese a los numerosos esfuerzos realizados por los diversos facultativos médico s que
lo socorrieron..”.
Análisis legal:
“… llego a la conclusión de que Murúa no obró accidentalmente, ni jugaron factores
extraños e imprevisibles. Nada de eso ocurrió, y el justiciable tiene responsabilidad en la
producción del trágico evento: irrumpió en una conversación, tomó el arma conociendo
perfectamente su manejo, apuntó en dirección a la cabeza de Sánchez con el que tenía buena
relación con la intención de sumarse al clima de distensión que se respiraba en la Sala de Armas,
accionó voluntariamente la cola del disparador y , para sorpresa de todos y desgracia de Sánchez,
el proyectil que se hallaba en la recámara y que Murúa por imprudentemente había omitido
verificar, fue expulsado, produciendo el lamentable resultado. Es evidente que su confianza
radicaba, insisto, en la creencia de que el arma estaba descargada. Ninguna otra razón que la
señalada pudo ser hallada para desentrañar cuales fueron las verdaderas motivaciones que
generaron tal comportamiento. Descarto absolutamente que hubiese actuado con dolo homicida ni
aún con dolo eventual, que supone la representatividad del resultado en el agente y su desprecio
por el mismo. La prueba es categórica y definitiva sobre las características de las vinculaciones
que relacionaban al justiciable con Luís Marcelo Sánchez, y ellas descartan toda posibilidad, aun
la más lejana, de que hubiera querido ultimarlo sin más, o que el resultado que produjo le hubiese
sido indiferente. Su conducta posterior fue mas que reveladora acerca de la sorpresa y espanto
que le causo ver a su compañero herido de muerte, al que entre llantos, desesperadamente le
pedía que aguantara mientras le sostenía su cabeza en la caja de la camioneta policial rumbo al
Hospital, y le hacía masajes en el corazón para evitar lo irremediable. Fue necesario que los
facultativos lo medicaran y ni siquiera debió advertir cuando en esos acongojantes momentos de
espera le fue retirada por el Cabo Carrizo su arma reglamentaria “sin decírselo previamente y
desde atrás”.

Instigación y ayuda al suicidio.


El suicidio –por cuestiones obvias- no está penado en nuestro sistema legal. En la
antigüedad esto sí estaba permitido mediante la mutilación –u otros métodos- aplicados sobre el
cadáver del suicida. Tampoco se castiga la tentativa de suicidio, aun cuando en estos casos la
pena podría provocar efectos preventivos. Principalmente se trata de no agregar motivos en el
ánimo del autor que lo lleven a intentar repetir esa conducta.
El derecho penal castiga concretamente la intervención en el suicido de otro, ya sea que
instigue o ayude al suicida. La instigación es un modo de intervención moral en el suicidio de otra
persona, consiste, en el despliegue de actos que inducen a la víctima a suicidarse (ejemplo
aconsejar a la víctima que quitarse la vida es lo mejor que puede hacer, otros.). Por su parte, la
instigación requiere la determinación consciente y voluntaria de la víctima. Si la muerte se produce
por engaño o por violencia, no se responde por instigación al suicidio sino por homicidio (tentado o
consumado). La ayuda implica un modo material de intervención en el suicidio de otro, implica
actos de cooperación para que la persona que determinó suicidarse (instigada o por si misma)
logre su objetivo. Esta “ayuda” no incluye actos sobre el cuerpo de la víctima que impliquen acción
de matar. El suicida debe mantener el dominio del curso causal del hecho (ejemplo: proporciona
una ayuda quien coloca el nudo de la cuerda con la que el suicida se ahorcará, pero participa en
una acción de matar, quien patea la silla en donde se encontraba parado).
La instigación o ayuda se consuma con el suicidio o su tentativa. Es el instigado o ayudado
quien debe haber tentado o consumado, requiriendo la figura dolo directo.

Teniendo en cuenta el desarrollo eminentemente teórico de las unidades, se les recomienda leer
los fallos y dictámenes fiscales que se agregan en una carpeta adjunta a la presente unidad o
lectura. La intención es que ustedes tomen contacto directo con "Derecho penal II" en toda su
dinámica, y en este sentido, qué mejor método que el estudio de las resoluciones emanadas por
los tribunales o procuradores fiscales, quienes tienen la tarea de poner en marcha todo el
andamiaje teórico que compone nuestra materia. Algunos fallos son extensos, y no son de tipo
obligatorio, no obstante se aconseja -en la medida de su tiempo- su lectura
Delitos contra las personas (continuación).

Delitos contra la vida de las personas por nacer.


El castigo de este tipo de conducta no fue siempre integrante del elenco penal. Por ejemplo
en el derecho Romano, era considerado como un derecho de la mujer de disponer de su propio
cuerpo. El feto era considerado parte de las entrañas de la mujer.

Aborto. Razones de su especialidad y fundamentos de su punibilidad.


Objeto protegido.
Aborto es la interrupción del embarazo debido a la muerte del feto causada por la madre o
por un tercero, con o sin expulsión del seno materno.
Una vez que se acepta que el aborto es delito, se discute sobre cuál sería correctamente el
bien que esta conducta lesiona o intenta lesionar (contra la familia, contra la moralidad, contra la
vida, contra la especie, otros.). Más allá de las discusiones teóricas, nuestro ordenamiento
considera al aborto como un delito contra la vida. La acción lesiona el derecho a la vida de un ser
al que la legislación reconoce calidad de persona (ver arts. 63 y 70 del CC). El castigo –atenuado-
de esta conducta -como aborto y no como homicidio- se ha justificado –entre otras razones-
porque se está atacando un “germen”, una esperanza de vida, y no una vida definitivamente
adquirida. Ahora bien ¿a partir de qué momento podemos afirmar que existe vida? Este es un
tema en donde existen posturas muy divergentes, donde se mezclan distintos conocimientos
científicos, se combinan diferentes métodos, otros, lo que provoca además una cierta complejidad,
sin mencionar los factores morales, religiosos, otros., que influyen en gran medida. Basta
mencionar aquí las distintas posturas, debiendo el estudiante recurrir al manual para ampliar el
contenido.

Posturas:
A) Desde la concepción.
B) Desde que existe actividad cerebral en el feto.
C) Desde el momento de la anidación del óvulo fecundado en el útero (a los 14 días de la
fecundación.

Tipos legales. Agravantes. Abortos profesionales. Tipos.

El que causare un aborto será reprimido:


1) Con reclusión o prisión de tres a diez años, si obrare sin consentimiento de la mujer. Esta
pena podrá elevarse hasta quince años, si el hecho fuere seguido de la muerte de la mujer.
2) Con reclusión o prisión de uno a cuatro años, si obrare con consentimiento de la mujer. El
máximo de la pena se elevará a seis años, si el hecho fuere seguido de la muerte de la
mujer.
Art. 86. Incurrirán en las penas establecidas en el artículo anterior y sufrirán además, inhabilitación
especial por doble tiempo que el de la condena, los médicos, cirujanos, parteras o farmacéuticos
que abusaren de su ciencia o arte para causar el aborto o cooperaren a causarlo.
El aborto practicado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer encinta, no es
punible:
1) Si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y si este
peligro no puede ser evitado por otros médicos;
2) Si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una
mujer idiota o demente. En este caso, el consentimiento de su representante legal deberá
ser requerido para el aborto.

Art. 87. Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que con violencia causare un
aborto sin haber tenido el propósito de causarlo, si el estado de embarazo de la paciente fuere
notorio o le constare.

Art. 88. Será reprimida con prisión de uno a cuatro años, la mujer que causare su propio aborto o
consintiere en que otro se lo causare. La tentativa de la mujer no es punible.

Aborto cometido con dolo. Elementos:

1) Embarazo de la mujer. Según Creus, las maniobras abortivas practicadas sobre una mujer
no embarazada son atípicas (se carece del sujeto pasivo: el feto). Para Núñez esto
constituiría un delito imposible por falta de idoneidad del objeto sobre el que recae la
acción.
2) Resultado típico: muerte del feto causada por la madre o un tercero. Es indiferente la
maniobra utilizada (medios físicos, químicos, otros., se admite la forma comisiva por
omisión). La acción de matar un recién nacido (feto nacido con vida) constituye homicidio.
3) Dolo del autor: debe obrar con dolo de causar el aborto.

Consentimiento de la mujer: la escala penal se incrementa cuando el autor (tercero) obra


sin el consentimiento de la mujer. En este caso, el consentimiento está constituido por el permiso
dado por la mujer a un tercero para que realice el sobre ella las maniobras abortivas. En estos
casos ella no es partícipe del aborto, sino que consiente que este tercero cometa el delito (aún
cuando este “consentir” este penado con idéntica escala –art. 88- ). El consentimiento puede ser
expreso o tácito, y se requiere capacidad penal (imputable). Si no se cumple este requisito no
existe consentimiento válido.

Aborto preterintencional (art. 87 del CP).


Este tipo penal sólo puede ser desarrollado por un tercero. El sujeto comete el hecho sin
tener ese propósito (requisito subjetivo), si el embarazo es notorio –cualquiera puede advertirlo sin
esfuerzo- o le consta –el autor tiene la certeza de que la mujer está embarazada-.

Veamos un ejemplo de un hecho que fue encuadrado por la jurisprudencia como “aborto
preterintencional”.
Autos “BAZAN, Oscar Arturo p.s.a. aborto preterintencional Recurso de Casación” (Expte.
"B", 47/04) (AUTO 28 – 23/02/05), TSJ Cba.
Hecho “…fueron los golpes recibidos en la región lumbar los que ocasionaron el aborto. En
efecto, junto con el Dr. Jorge Maguna, suscribió el informe de fs. 47, donde previo afirmar que el
cuadro se ajusta "a la lógica médicolegal", expone que hasta la fecha del hecho la víctima cursaba
un embarazo "sin factores ni patologías que promuevan aborto espontáneo. Que el embarazo
hasta antes del 29/3/04 ha progresado normalmente. No hay constancias en autos sobre
inconvenientes previos al trauma en este embarazo. Dentro del marco de las 24 hs. siguientes de
los golpes referenciados en la denuncia y constatados en fs. 39 y 40 de autos, comienza con
sintomatología concerniente de 'amenaza de aborto'. Por lo precedentemente expuesto, se
deduce que la lesión o lesiones provocadas tienen una relación temporal con el final conocido
(aborto espontáneo). La sintomatología de aborto espontáneo se conjuga y concilia
armónicamente con la etiología traumática referenciada...". En consecuencia, concluyó De Uriarte
que "existe suficiente acreditación del vínculo entre el resultado y la acción, pues entre el trauma y
el desencadenamiento de la sintomatología del aborto espontáneo ha sido inferior a 24 hs.,
porque son hechos paralelos y coetáneos entre sí... los golpes recibidos tienen relación con la
pérdida del embarazo..." (fs. 47 y vta., el resaltado es nuestro). En función de ello, debieron los
impugnantes justificar qué relevancia tenía la alusión a un elemento de características diversas a
un trozo de manguera, teniendo presente además de lo dicho en el párrafo precedente que la
utilización de este instrumento fue referida inmediatamente después del hecho por la víctima a su
madre, cuando concurrió al domicilio de ésta a solicitar ayuda (fs. 283 vta.)…”.

Tentativa impune.

Aborto causado por la mujer (art. 88 del CP)


La autora es la propia mujer que causa el aborto obrando sobre su cuerpo. Se requiere
dolo directo. El aborto se consuma con la muerte del feto dentro del seno materno o mediante la
expulsión. Sólo la tentativa de aborto de un tercero es punible.

Figuras agravadas.
Se agrava con el resultado de muerte de la mujer, exista o no consentimiento. La muerte
de la mujer es un resultado preterintencional, ya que si las maniobras abortivas tienen la finalidad
de causar su muerte entramos en la figura de homicidio. Las lesiones no agravan la conducta,
quedan absorbidas por el hecho abortivo.

Aborto profesional punible (art. 86).


Sólo se limita a los profesionales nombrados en la ley (lo contrario sería analogía).
Requiere dolo directo.

Aborto profesional impune (art. 86). Inciso 1º: no requiere que se configure un estado de
necesidad. Lo que justifica la acción es que sea indispensable para la vida o la salud de la madre.
La evaluación de esta circunstancia queda a criterio del profesional interviniente en el suceso. Inc.
2º: es el llamado aborto eugenésico. Se practica a los fines del perfeccionamiento de la raza,
circunstancia que es considerada de interés superior al derecho de conservación de la vida del
feto. Debe haber sido concebido producto de una violación o atentado contra el pudor. La mujer
debe ser “idiota o demente” al momento de la concepción (no abarca el aborto “sentimental”, es
decir el producido por violación de una mujer que no responde a esas características).

Elementos extra a tener en cuenta con relación a este tema es el del “secreto profesional” que
debe guardar el facultativo que toma conocimiento de hechos de esta naturaleza y que la
jurisprudencia a tratado de la siguiente manera: “…Si la causa fue iniciada a raíz de la
intervención de personal policial, cuya presencia fue requerida por personal del "Hospital Argerich"
ante la posibles maniobras abortivas desplegadas por la imputada y de las constancias médicas
se desprende que las lesiones constatadas en su cuerpo al momento de presentarse en el
hospital eran de carácter grave a punto tal que debió ser intervenida quirúrgicamente a efectos de
extraerle el útero como consecuencia de la sepsis que presentaba, ello permite inferir que ante la
seriedad de su estado de salud la imputada se vio en la necesidad de concurrir al nosocomio
para preservar su salud razón por la cual resulta aplicable la doctrina sentada en fallo plenario
"Natividad Frías", "en tanto establece que: "No cabe instruir sumario en contra de una mujer que
ha causado su propio aborto o consentido que otro lo causara, sobre la base de una denuncia
efectuada por un profesional del arte de curar que haya conocido el hecho en ejercicio de
su profesión o empleo-oficial o no." El derecho a vivir -que no pierde quien ha delinquido- y el de
no acusarse –que tiene precisamente en aquel caso su pleno sentido- no deben ser situados en
posición de conflicto irreducible. Se trata de derechos humanos esenciales, y es preciso no
sacrificar uno al otro. Ello está en el interés no sólo del individuo titular de esos derechos, sino
también, al mismo tiempo, en el de la sociedad, que, como sociedad de personas -solidaria, por
tanto, con éstas-, reconoce como lo más valioso del bien común la vigencia de los
derechos esenciales inherentes a la personalidad, y su primacía incluso sobre la facultad
estatal de reprimir los delitos, la cual tiende a salvaguardar bienes jurídicos y no a
allanar los más fundamentales. El que nadie está obligado a declarar contra sí mismo es
expresión constitucional de esa primacía. Y es norma de derecho positivo que conduce
directamente a la solución de la cuestión planteada en esta convocatoria: Si es injusto
obligar a quien delinquió a que provoque, acusándose, su propia condena, es igual y,
consiguientemente injusto condenarla sobre la base de una autoacusación a la que se vio
forzada nada menos que por la inminencia de perder su humano derecho a sobrevivir a su
delito. Por ello, habida cuenta de que no se ha podido determinar la existencia de terceras
personas que pudieran haber colaborado con la imputada en la conducta que se investiga,
corresponde confirmar el sobreseimiento decretado con la expresa mención de que la
formación de este sumario no afecta el buen nombre y honor del que gozare (art. 336, inc. 5°
del C.P.P.N.)…” (Autos: COTTO, Claudia - 23/11/05 - c. 28.183. – Cámara Nacional Criminal y
Correccional - Sala V).

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