Cuando hablamos de globalización y los avances en todos sus aspectos,
tecnológicos, económicos, inmediatamente llena al pensamiento del ser humano de oportunidades, mejores condiciones de vida u otros pensamientos. Pero cuando analizamos estos avances o mejor aún todos estos procesos históricos que conducen a una globalización interna de un país o del mundo, notemos que la nueva libertad capitalista continuamente y con mayor ímpetu descuidad o mejor aún nunca se han interesado por sostener las necesidades de la población o sus sitios ecológicos, sino que solo se interesa por ser aún más poderoso, creciendo como un poder galopante cuyo principal propósito es obtener todos los lazos y controles que las sociedades han construido, trayendo consigo relaciones trasnacionales perniciosas y configuradas como la causa esencial de los procesos globales en ámbitos diferentes, haciendo creer a la sociedad que por su parte, la globalización busca los procesos en virtud de los cuales los Estados nacionales soberanos se entremezclan mediante actores transnacionales y sus respectivas probabilidades de poder, orientaciones, identidades. Sometiendo a la sociedad a depender de estos poderes sometidos más y más en la ignorancia haciéndonos creer ser dependientes y hacer parte del proceso de evolución en lo muy bien llamado globalización, cuando solo somos títeres mal pagados y mal dirigidos para ellos sostenerse en sus cúspides ambiciosas en las que los hemos establecidos.
Beck nos brinda, desde mi entender, el concepto de globalización, sin reflexionar
en que los acontecimientos económicos reclaman una interpretación menos cargada de juicios de valor y más centrada en explicar las principales tendencias de la economía mundial, para él, tanto el Estado asistente como la sociedad de mercado y la misma democracia liberal se encaminan por líneas nuevas hacia su paulatino "debilitamiento" o, cuando menos, transformación. Y ello se debe a cambios inéditos, en primera instancia, en el ámbito de la economía y de la política. El Estado-nación está siendo sometido a procesos de cambio intensos, y los acontecimientos que ocurren sin su regulación se incrementan en forma considerable desde la pasada década. Según Beck, es el concepto que implica el incremento de las relaciones internacionales en un sentido amplio, que corresponde a múltiples aspectos de la vida social, económica, política, cultural, ecológica, etc., cuya intensidad y diversidad son apreciadas y reconocidas con mayor rapidez y accesibilidad por amplios sectores de todas las naciones del mundo. Por globalización entiendo la concepción desde Beck, según la cual el mercado mundial desaloja o sustituye al que hacer político; es decir, la ideología del dominio del mercado mundial o la ideología del liberalismo. Subyugar una sociedad. Para Bauman, la globalización no posee características rígidas sino que, al contrario, se caracteriza por ser liquida es decir de fácil circulación, al igual que la modernidad, es decir, que, en la medida que su manifestación objetiva o subjetiva se va transformando de manera constante y fluida, así mismo se va incorporando. Para el autor el concepto de globalización constituye un elemento analítico fundamental. Bauman abre la discusión con un planteamiento sobre la actualidad y la posición que ocupa la globalización, gira en torno al espacio de lo global y lo local, asumiendo que para algunos el primero se presenta como una nueva libertad, mientras para otros el segundo se expresa como un saqueo cruel e inesperado.
El Estado nacional se ve cada vez más desvanecido gracias a las consecuencias
de la transnacionalización del capital financiero, el cual se mantiene progresivamente más anónimo, puesto que el Estado nacional ha quedado reducido a ser una instancia policial y coercitiva que se desvela por los intereses del capital transnacional, a quien tiene que asegurarle "protección y confianza" para invertir, pero a la sociedad sumirla en el estado de necesidad profunda.
La sociedad contemporánea crea individuos orientados hacia el consumo y se les
presenta como norma cumplir esta función. Es por ello que concluyo de manera propia y legitima este pensamiento:
Toda la historia seguirá siendo historia, indefectiblemente época tras época,
luchas entre los explotados y quienes le explotan, toda una nación dependiente sin voz y sin oportunidad, caducando y volviendo a empezar sin ningún resultado.