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Importancia del agua en los principales cultivos

1.- Arroz

La aparente abundancia del agua en el mundo ha dado la impresión de que se trataba de


un bien inagotable. Hoy la historia cambió: el agua es considerada un recurso económico
de gran valor y, en consecuencia, debe ser administrada racionalmente. Con esta
premisa, el INTA trabaja para que las arroceras usen el recurso con mayor eficiencia,
mediante estrategias de manejo que se compartirán en INTA Expone NEA del 27 al 29 de
junio en Posadas, Misiones.

De acuerdo con Juan Francisco Moulin –especialista en arroz del INTA Corrientes– “la
inundación bien controlada crea las condiciones ideales para el desarrollo y buen
rendimiento del arroz, al tiempo que aumenta la eficiencia de los insumos aplicados”. Por
eso, se recomienda empezar con el riego lo más temprano posible, cuando el arroz tiene
4 a 5 hojas –entre 14 y 17 días después de nacido–.

En esta línea, Moulin recomendó un riego temprano: “Si se maneja adecuadamente el


agua, inundando los lotes en el momento oportuno, se logra aumentar la eficiencia de los
fertilizantes aplicados hasta en un 70%”.

Además, destacó que las láminas de agua aplicadas deben ser permanentes y con una
profundidad de entre 5 y 10 centímetros, al menos en las etapas iniciales. “Así, disminuye
el consumo total en el campo y se eficientiza el uso de este recurso tan valioso”, explicó
Moulin.

Para poder iniciar el riego justo en el momento en el que la planta lo necesita y que la
inundación sea completa, el técnico recomendó tener bien nivelado el suelo –tapar pozos
y corregir la pendiente del terreno mediante un correcto trazado de taipas– y los canales,
conductores, desagües y bombeos en óptimas condiciones de uso.

En referencia a las taipas, Moulin explicó que estos bordos de tierra cumplen la función de
dividir los cuadros o lotes en espacios de desnivel controlado, lo que permite mojar y
mantener con una lamina de agua la totalidad del lote. Para que esto resulte, entre una y
otra debe haber un desnivel que no supere los 2 centímetros en campos planos y hasta
15 centímetros en aquellos con mucha pendiente.

Como regla general, se recomienda regar primero las partes más altas de los cuadros, y
una vez que éstas se completaron con agua, continuar por desnivel a las otras zonas.
“Para asegurar la eficiencia del sistema de canales y conductores resulta fundamental
mantenerlos en buenas condiciones, libres de sedimentos, malezas y filtraciones”, indicó
Moulin.

Cuando la inundación es una buena noticia

El agua es un recurso de gran importancia en el cultivo de arroz porque además de ser


fundamental para la vida de la planta, potencia el efecto de los fertilizantes y herbicidas,
colabora en el control de plagas y malezas.

“La inundación provoca cambios en el suelo que hacen sus nutrientes se vuelvan
disponibles para que las plantas lo puedan absorber y, además, potencia el efecto de los
fertilizantes”, explicó el especialista.

Cuando ya se aplicaron los herbicidas y la urea en un lote, no debe tardarse más de cinco
días en completarlo con agua ya que, si se demora más de 7 días se pierde más del 70%
de la urea aplicada.

Asimismo, Moulin sentenció: “El agua es el mejor herbicida que hay” ya que, si bien las
malezas que afectan las arroceras tienen la misma capacidad para vivir en suelos
inundados, éstas no nacen abajo del agua. De allí la importancia de inundar a los dos días
de aplicado el herbicida.

Como si fuera poco, la disponibilidad de agua favorece la generación de macollos en la


planta de arroz y disminuye el riesgo de enfermedades como pyricularia y podredumbre
de los tallos y plagas como orugas y algunos tipos de cascarudos, chinche y gorgojo
acuático. “Todos estos beneficios se perciben sólo cuando la lámina de agua es la
adecuada”, aclaró el técnico de Corrientes.

El ecosistema correntino, presente


Del 27 al 29 de junio en Posadas, Misiones, quienes recorran INTA Expone NEA
conocerán el aporte del organismo a la región. En particular, en la estación “El agua que
alimenta”, dentro del ambiente Ecosistemas correntinos, reunirá aspectos de agregado de
valor en arroz, manejo del cultivo, estrategias de cuidado del recurso natural,
recomendaciones técnicas para un uso eficiente del agua.

Con entrada libre y gratuita, la novena edición de la muestra agropecuaria no comercial


más grande de Latinoamérica dará una segunda vuelta por el noreste argentino, para
representar en 13 hectáreas a los sectores productivos de Misiones, Corrientes, Chaco y
Formosa.

Organizada en tres grandes ambientes, la Selva paranaense, los Ecosistemas correntinos


y el Parque chaqueño y bajo el lema “Ambiente, cultura y desafíos”, INTA Expone exhibirá
innovación y procesos de agregado de valor en origen para diferentes estratos
productivos, con la mirada puesta en el desarrollo territorial.

2.- Maíz

El cultivo de maíz en nuestras latitudes, necesita el aporte de agua a través del riego en el
80% de la superficie cultivada en territorio español, tan solo en la cornisa Cantábrica,
Galicia y alguna pequeña zona de Gerona (gracias a su alta y continua pluviometría) es
viable en condiciones de secano. El maíz es una planta relativamente eficiente con
respecto al uso del agua para producción de materia seca. Se necesitan unos 350 litros
de agua para producir 1 kg de materia seca. Sirva como referencia cultivos que se dan en
la zona como la remolacha que se sitúa en torno a 200-300 litros por kilo de materia seca
producida. Esto hace que las necesidades de riego medias teóricas totales se sitúen en
torno a 5500 – 8000 m3/ha dependiendo de zonas, climatología y tipo de riego, durante
una campaña. Esta necesidades de agua están relacionas con la morfología de la planta
que posee un sistema radicular fasciculado que, dependiendo de la naturaleza del suelo,
puede explorar de forma significativa hasta 90-100 cm, por lo que es necesaria una
recarga del perfil del suelo de forma continua una vez que se comienza el ciclo de riego.

Atendiendo a la fisiología de la planta, podemos establecer 4 fases en las que el aporte de


agua es fundamental. La falta de riego en cada una de ellas puede afectar en mayor o
menor medida la producción final. En una primera fase, desde la nascencia hasta la
emisión de la 6-7ª hoja, una falta acusada de agua en suelo afecta directamente al
crecimiento final de la planta y como consecuencia a la superficie foliar de la planta que
será el motor de basculación de nutrientes hasta el final del cultivo. Podemos considerar
un estrés severo cuando, durante al menos dos días vemos las hojas de la planta
completamente enrolladas, independientemente de la hora a la que se observe el cultivo
(es de todos conocido que con altas temperaturas ambientales, en las horas de máximo
calor del día, la planta siempre tiende a sestear un poco). Esta reducción de superficie
foliar, puede llegar a provocar hasta un 10% de pérdida en cosecha. No se debe caer en
el error, heredado de antaño, de provocar este estrés de forma intencionada para que “la
planta profundice más sus raíces y se ancle mejor”. En la fase siguiente, que va desde la
7ª hoja hasta la floración, el estrés hídrico va a afectar directamente no solo al crecimiento
vegetativo, sino también, de forma muy significativa al número final de hileras de la
mazorca, a la longitud de la misma y al número de óvulos (granos) que pueden llegar a
ser fecundables. Las pérdidas pueden llegar hasta el 50% por un estrés severo por falta
de riego. El periodo de máxima sensibilidad es el de polinización y fecundación. Si hay
una falta acusada de riego, puede llegar a producir hasta un 100% de pérdidas de
rendimiento final, ya que el descenso de viabilidad del polen y las sedas incrementan el
número de óvulos no fecundados en la mazorca. Ya en la última fase, el llenado del
grano, la consecuencia directa de la falta de agua es el sacrificio por parte de la planta de
los granos de la punta de la mazorca a favor de los de la base, colateralmente también
conlleva una bajada en el peso específico del grano. Podemos cifrar la bajada de
rendimiento en torno al 20- 30%. No hay que confundir este hecho con la característica de
algunas genéticas que tienen tendencia a abortar, en condiciones normales de cultivo, los
granos de la punta de la mazorca (nariz) sin que ello suponga ninguna merma en la
producción. Una vez que el grano llega a madurez, no hay merma posible por falta de
agua. Es el momento clave para finalizar los riegos en un cultivo de maíz. Coincide con la
aparición del llamado punto negro del grano. Este punto negro es fácilmente observable
cuando se elimina, de la punta del grano, la parte que lo une al zuro. El color negro indica
que las células han muerto y han finalizado su misión de traspaso de nutrientes y agua al
grano, por lo que un aporte de agua a la planta en este momento, la mantendrá durante
más tiempo verde pero no influirá en absoluto en mejorar la producción que tengamos
hasta ese momento.

3.- Caña de azúcar

Un cultivo de caña de azúcar sano y en fuerte desarrollo, apoyado por fertilizantes,


aprovecha mejor el agua dando cosechas máximas.

Las recomendaciones de nutrición vegetal de Yara, como las que se presentan en este
sitio web, hace que las plantas aprovechan mejor el agua en manera productiva, dando
crecimiento más fuerte y rendimientos altos que dan más transpiración y menos
desperdicio de agua en el drenaje y evaporación directa.

Uso regular de fertilizantes fomentará el desarrollo radicular, dando así mejor extracción
de agua del suelo.

Una nutrición balanceada producirá una masa foliar fuerte y de producción eficaz, que a
su vez reducirá la evaporación del suelo por crear sombra sobre el surco por más tiempo.

El potasio (por su función osmótica), y el nitrógeno (por regular internamente las


hormonas y el pH del xilema), son elementos importantes para regular la absorción de
CO2 en manera eficiente y óptima, y para regular la pérdida de agua por via de las
estomas.
Finalmente, usando programas de fertilización comprensivos y hechos a medida,
programas que aseguran que no falte ningún nutriente, aumentará el rendimiento, así
produciendo más papas por cada litro de agua pluvial o agua de riego que se aplica.

Yara reconoce que esta eficacia mejorada en el aprovechamiento del agua es cada día
más importante por la escasez de aguas. En efecto, con casi 3 mil millones de seres
humanos habitando zonas con insuficiencias de agua, la importancia de poder aprovechar
en la mejor manera posible este recurso limitado, es fundamental para tener una
producción sustentable.
4.- Trigo

La siembra directa incrementa la infiltración del suelo al favorecer los caracteres físicos.
Consecuencia de la acumulación de materia seca en los primeros cm del suelo.

Es de importancia para alcanzar mejores resultados en la agricultura de secano es tratar


de maximizar el uso del agua de lluvia por parte de los cultivos.

“Si tenemos en cuenta que el agua de lluvia debe infiltrarse en el perfil del suelo y luego
ser absorbida por el sistema radicular para su utilización en el resto de la planta, surge la
importancia de favorecer la mayor acumulación de agua y así tender a mantener una
adecuada disponibilidad hídrica durante el mayor tiempo posible”, señalan en un trabajo
los ingenieros agrónomos Jorge Fraschina, Carlos Bainotti y José Salines del INTA
Marcos Juárez.

El cultivo de trigo contribuye a la sustentabilidad de los sistemas de producción en


siembra directa con su importante aporte de residuos de cosecha y su particular tipo de
sistema radicular.

En general, la cantidad de residuos de cosecha que aporta un cultivo de trigo depende


más del rendimiento obtenido que de la variedad. Sin embargo, a igual rendimiento hay
algunas variedades de siembra temprana que tienden a dejar mayor cantidad de rastrojo.

Los residuos de cosecha de trigo quedan distribuidos en forma homogénea en la


superficie del suelo y se caracterizan por su durabilidad en el tiempo, favorecida por su
alta relación carbono/nitrógeno y contenido de lignina.
Esta situación se observa claramente en la presencia de rastrojo en la cobertura de lotes
provenientes de la rotación trigo/soja, que resultan excelentes antecesores del cultivo de
maíz.

La acumulación de agua en el perfil de suelo en el momento de la siembra es


especialmente importante en trigo por la baja ocurrencia de lluvias durante gran parte de
su ciclo.

Partiendo de adecuados niveles de agua acumulada, un cultivo bien implantado puede


afrontar el período invernal normalmente seco durante el cual transcurren importantes
etapas de desarrollo, como son el macollaje y gran parte del encañado.

Posteriormente, en el momento de espigazón, que eligiendo adecuadamente la variedad y


época de siembra debería ocurrir inmediatamente pasado el riesgo de heladas tardías, la
probabilidad de lluvia aumenta y la disponibilidad hídrica generalmente resulta suficiente
para abastecer el llenado de los granos.

El trigo puede alcanzar elevada eficiencia en el uso del agua que está acumulada en el
suelo.

Ensayos de variedades de trigo conducidos durante varios años en campo de productores


en el sudeste de Córdoba y sur de Santa Fe, han permitido medir consumos de agua
entre 10 y 15 kilos de grano por cada milímetro de agua total utilizada por el cultivo
medida hasta 1,5 metros.

Disponibilidad hídrica inicial

En trigo, tanto el cultivo anterior como el sistema de labranza modificarán la acumulación


de agua en el suelo durante la segunda mitad del verano y el otoño, y por lo tanto la
disponibilidad hídrica inicial del cultivo.

Esta situación es especialmente importante en la región central norte triguera donde el


maíz y las variedades de soja que maduran durante el mes de marzo, resultan buenos
antecesores de trigo.

Al elegir las variedades para siembra directa, primero hay que caracterizar cual será el
ambiente de producción.
Si bien en la mayoría de las situaciones se sigue observando buena adaptación de las
variedades que permiten una siembra temprana, en los buenos ambientes de producción
se alcanzan iguales rendimientos con variedades de ciclo intermedio y corto de buen
potencial de rendimiento.

La siembra temprana asegura una mejor implantación y ofrece condiciones más


favorables en las primeras etapas de desarrollo, y por lo tanto tiende a un mejor uso del
agua almacenada en el suelo.

Sin embargo, cuando los ambientes de producción de trigo son mejores por su mayor
disponibilidad hídrica, adecuado nivel de nutrientes, años de siembra directa y rotación de
cultivos, las diferencias entre ciclos desaparecen y prevalece el potencial de rendimiento
de la variedad independientemente de su ciclo.

5.- Soja
La necesidad de agua del cultivo de soja es la cantidad de agua necesaria para cubrir el
consumo originado en la evapotranspiración y el agua retenida por las plantas, esta última
representa aproximadamente el 1% del total de agua evapotranspirada por un cultivo a lo
largo de su ciclo.

El consumo de agua del cultivo es el valor de la evapotranspiración acumulada a lo largo


su ciclo de crecimiento y desarrollo. Para la región sojera núcleo, las necesidades de
agua de los cultivos de soja de 1º y 2º varían de 500 a 600 mm y de 350-550 mm,
respectivamente. Las variaciones en dichas cantidades dependen de la demanda
atmosférica, la duración del ciclo del cultivo y del área foliar desarrollada por el mismo.

La evapotranspiración del cultivo (ETC), es la suma de la evaporación desde el suelo y la


transpiración de las plantas, cuando no hay deficiencia de agua. Mientras que la
evapotranspiración real del cultivo (ETR) es la cantidad de agua consumida por el cultivo
bajo las condiciones ambientales existentes durante el crecimiento y desarrollo. En
condiciones de deficiencia de agua la ETR se reduce con respecto a la ETC. La ETC se
calcula sobre la base de la ETP y el coeficiente del cultivo (Kc.). Este Kc. varía según las
condiciones ambientales específicas, el tipo de cultivo y su cobertura, el estado de
desarrollo y la época de siembra.

La deficiencia de agua es generalmente la limitante más importante en la producción de


semilla de soja. Poder neutralizar esta deficiencia por medio del riego, nos permitirá
obtener altos rendimientos. Por eso es importante tener en cuenta además que la
producción de un cultivo es función de su ciclo fenológico, de los nutrientes disponibles y
de la radiación solar interceptada.

El momento de ocurrencia de una deficiencia hídrica en soja es de gran importancia,


porque para una misma intensidad de deficiencia, el efecto de esta sobre el rendimiento
en semilla será distinto según el estadío del cultivo. En el caso del cultivo de soja
podemos determinar tres subperíodos con diferentes respuestas a la reducción del
rendimiento ante deficiencias moderadas o severas.

En orden de menor a mayor importancia se destacan tres subperíodos:

 Desde emergencia a Floración: este período de deficiencias hídricas de mediana


intensidad (40-50% del agua útil en el suelo) no producen reducciones en el
rendimiento de semilla, si bien pueden reducir el área foliar y la altura de la planta.
Intensidades mayores( 20-40% de agua útil) producirían reducciones en el
rendimiento de la semilla del orden del 10%. En la Pampa Húmeda, en soja de
primera, no es nada común alcanzar estos porcentajes de agua útil y rara vez
ocurren en soja de segunda. Es bastante seguro establecer el valor de 40% como
límite del contenido de agua útil del suelo y solo en cultivos de soja de segunda y
de baja densidad de plantas, donde se corre el riesgo de no llegar al área foliar
crítica, ese límite podría aumentarse.

 Desde Floración a comienzo de llenado de semillas: este período es más


susceptible a deficiencias hídricas que el anterior, ya que las intensidades medias
pueden causar reducciones en el rendimiento de la semilla. Las magnitudes de
estas reducciones es variable según el hábito de crecimiento del cultivo y el
régimen hídrico del período anterior. Sin embrago sería correcto establecer el nivel
del 50% de agua útil en el suelo como límite del agua almacenada.

 Desde comienzo de llenado a fin de llenado de la semilla: es el período más crítico


para el cultivo de soja, porque además de depender de la historia previa, se
produce un cambio en la distribución de los asimilados y el sistema radicular ya
alcanzó su máxima profundización. Sería aconsejable mantener un valor superior
al 40 % de agua útil en este período.

6.- Sandia

El agua es un componente crítico en la producción de sandías. A continuación te


presentamos cómo la selección del sistema de riego adecuado, registro de humedad y
establecimiento del programa de riego optimiza el rendimiento y la calidad en frutos de
sandía.
Una sandía madura está formada por más del 90% de agua (un fruto de 14 kilos contiene
más de 11 litros de agua). Por tanto, el suministro de agua adecuado es crítico para
optimizar el rendimiento y la calidad de este cultivo.

Las sandías poseen el potencial de desarrollar raíces profundas (1.2 a 1.8 metros), pero
dicha profundidad depende en gran medida de las condiciones del suelo y las prácticas de
cultivo. La restricción en la profundidad de las raíces y el hecho de que las sandías crecen
normalmente en suelos arenosos con baja capacidad de retención de agua, hace
necesario el empleo de la irrigación para obtener rendimientos consistentemente altos en
muchas regiones del mundo, y en particular de México.
La carencia de agua durante el establecimiento del cultivo de sandía retrasa la
maduración y causa lapsos de producción. Además, la sequía en etapas vegetativas
tempranas produce reducción de superficie foliar y rendimiento.

Aspersión de calidad

En la actualidad, muchos campos de cultivo de sandía son irrigados con algún tipo de
aspersión. Estos sistemas incluyen pivote central, avance frontal, cañón viajero, y
sistemas fijos y móviles de tubería de aluminio con aspersores, entre otros. Todos ellos
son muy satisfactorios siempre que se utilicen correctamente. Sin embargo, existen
diferencias significativas en costos iniciales y requerimientos laborales.
Cualquier sistema de aspersión empleado en el cultivo de sandía debe tener la capacidad
de suministrar al menos 25 mm de agua cada cuatro días. Además, el sistema debe
aplicar el agua con la lentitud suficiente para prevenir escorrentía.

Los sistemas de aspersión con alta uniformidad de aplicación (pivote central y avance
frontal) pueden aplicar fertilizante a través del sistema. Esto incrementa la eficiencia en el
uso del fertilizante al hacerlo inmediatamente disponible para la planta, y reduce el
lixiviado.

Si se utiliza acolchado plástico, es recomendable emplear camas estrechas (30 a 60 cm),


ya que así el agua puede alcanzar las raíces más fácilmente. Con camas más anchas
podría ser más problemático, sobre todo en suelos arenosos en los cuales el movimiento
lateral del agua está restringido.
Éxito en cada gota

El riego por goteo también ha ganado popularidad en el cultivo de sandía. Puede utilizarse
con o sin acolchado plástico, y una de sus mayores ventajas es la eficiencia en el uso de
agua, de nuevo, siempre que se utilice correctamente. En segundo lugar, la presencia de
malezas no supone un problema tan acusado, ya que aunque las hileras son irrigadas, las
zonas entre hileras permanecen secas. Algunos estudios indican que este sistema de
riego favorece un rendimiento temprano así como el tamaño del fruto.

La cinta de riego puede instalarse en la superficie del suelo o enterrada. Si se emplea en


combinación con acolchado plástico, la cinta puede instalarse al mismo tiempo que se
tiende el plástico. Se recomienda ubicar la cinta ligeramente hacia un lado del centro de la
cama. Ello previene que la cinta se dañe durante el perforado de huecos y plantación del
cultivo. Si se instala una línea de riego en cada hilera, un campo con hileras espaciadas
unos 180 cm entre sí requiere unos 5,500 metros de cinta por hectárea.

Debe tenerse en cuenta que con este sistema sólo deben emplearse formulaciones
solubles en agua y que el sistema deberá enjuagarse completamente después de cada
inyección.

La cinta está disponible en varios grosores de pared, pero cuando ésta es muy fina
(menos de 0.25 mm) es necesario remplazarla cada año. La cinta más gruesa puede
reutilizarse durante varias temporadas, pero debe retirarse del campo con cuidado para
no dañarla.
Los sistemas de riego por goteo pueden adaptarse fácilmente para la inyección de
fertilizantes. Este método permite suministrar nutrientes en el cultivo a medida que se
necesiten y elimina la necesidad de una significativa aplicación de fertilizante temprano en
la temporada, evitando los consiguientes problemas de salinidad excesiva.

Por otra parte, el agua empleada en un sistema de riego por goteo debe filtrarse bien para
retirar partículas sólidas, y someterse a pruebas para detectar minerales que podrían
causar problemas de obstrucción.

Tiene sentido usar sensores

El agua utilizada por el cultivo y evaporada desde el suelo se denomina


evapotranspiración (ET). Se han reportado ritmos de ET en sandías de 75 mm al día. La
etapa de crecimiento del cultivo, temperatura, humedad relativa, radiación solar, viento y
espacio entre plantas afectan al ritmo de ET.
Los suelos arenosos suelen requerir aplicaciones más ligeras y frecuentes para prevenir
estrés hídrico que los suelos pesados.
Emplear sensores de humedad del suelo para programar las sesiones de riego
adecuadamente. Esto asegura que la humedad del suelo sea la adecuada para prevenir
el estrés hídrico. El programa de riego debe ajustarse cuando los valores de humedad del
suelo indiquen condiciones extremadamente secas o húmedas.
La humedad del suelo debe observarse y registrarse mediante mediante sensores de
resistencia eléctrica o tensiometros. Instalar dos sensores en cada punto de observación:
uno a 20cm de profundidad y otro a 40cm. Cada campo de cultivo debería tener un
mínimo de dos lugares para la observación, y más en campos de superiores a 8
hectáreas o si existe diversidad de tipos de suelo en el campo.
Los sensores situados a 20 cm se ubican cerca de la mitad de la zona radicular e indican
cuando debe iniciarse la sesión de riego. Hasta que ocurra la primera floración, las
lecturas no deben exceder 30 centibares. El rango óptimo de humedad del suelo es de 5 a
30 centibares dependiendo de los tipos de suelo y de la cantidad de humedad de suelo
deseada.
El sensor ubicado a 40cm evalúa las sesiones de riego previas. Si las lecturas
permanecen bajas (menos de 5 centibares), las cantidades de riego deben disminuirse. Si
continúan subiendo incluso después de una sesión de riego, las cantidades de riego
deben incrementarse. Deben leerse los sensores de humedad de suelo al menos tres
veces por semana durante el tiempo seco.

Recomendaciones de riego en cultivo de sandía

• Desde la plantación hasta el desarrollo vegetativo, aplicar 13mm de agua cuando los
15cm de la superficie del suelo estén secos (cada cinco o seis días en tiempo seco)
• Desde el desarrollo hasta la primera floración, aplicar 19mm cada cinco días en
tiempo seco. Si se produce mustiado en las plantas antes del mediodía, incrementar la
frecuencia de riego.
• Desde la primera floración hasta la cosecha, aplicar 25mm cada cuatro días en
tiempo seco. Si el tiempo es extremadamente cálido (más de 35°C), convendría
incrementar la frecuencia a tres días para evitar el estrés hídrico.
7.- Plátano

Este cultivo presenta altos valores de evaporación anual, los cuales llegan a los niveles
desde 1500 mm hasta 1800 mm (1500-1800 m.ha-3) por mes con valores diarios que
oscilan entre 4 y 8 mm por día según las condiciones en que se desarrollan, el clon y el
clima. Las necesidades de agua anualmente en estas plantas varían desde 1200 mm en
las zonas tropicales húmedas hasta 2200 mm en las tropicales secas, aspecto que influye
directamente el método de riego empleado para la realización de dicha actividad. Debido
a que las musáceas tienen un área foliar extensa, consumen cantidades grandes de agua.
Una planta con un área foliar permanente de 14 m2, se estima un consumo diario de 26
litros de agua en días soleados, 17 litros en días seminublados y entre 2,5 - 10 litros en
días completamente nublados. Un cultivo de plátano con 1500 plantas.ha-1 y un índice de
área foliar igual a 2,1, consume en un mes 1170 m3.ha-1 de agua, en ambientes soleados
y 765 m3.ha-1 en condiciones de nubosidad intensa permanente (Cayon, 2004).

Influencia del riego sobre el crecimiento y el rendimiento del cultivo

El plátano requiere un suministro de agua abundante y frecuente; el déficit de agua,


influye en forma negativa sobre el crecimiento y el rendimiento del cultivo. El período de
establecimiento y la primera fase del período vegetativo, determinan el potencial de
crecimiento y de fructificación; siendo esencial durante este período un suministro
adecuado de agua y suficiente de nutrientes. Las plantas de plátanos y bananos que gran
parte de su ciclo vegetativo han estado sometidas a grandes períodos de seca se afectan
fisiológicamente con un marcado impacto en aspectos entre los que se destacan, una
significativa disminución de la actividad fotosintética, la conductancia y en menor medida
el nivel de transpiración. Impacto del estrés hídrico en la actividad fotosintética, la
conductancia y medida transpiración.
Desde el punto de vista morfológico existe una marcada disminución del ritmo de emisión
de hojas, aspecto que conjuntamente con la disminución del área foliar por la acción de
enfermedades como la Sigatoka negra inciden en una marcada reducción del área
fotosintética activa, lo que a su vez puede incidir en el número de flores, en el número de
manos y en el peso de los racimos. Estas plantas, se caracterizan por presentar
seudotallos delgados, reducido número de hojas, espacios pequeñas entre las inserciones
de los pecíolo con la vaina con respecto a la hoja más próxima, a su vez se produce un
estrechamiento de la parte superior lo cual provoca en ocasiones la obstrucción de la
salida al exterior del esbozo floral, dando lugar al alargamiento del periodo vegetativo. En
los casos más extremos se observa que se producen rajaduras en los seudotallos por
donde logra salir la bellota. Por su parte en las plantas afectadas por un estrés hídrico en
el seudotallo se pueden observan un gran número vainas fuertemente adherida las cuales
permanecerán allí hasta quedar totalmente seca. Sin embargo en condiciones óptimas de
régimen hídrico en la planta se produce la separación de las vainas del seudotallo en la
medida en que las hojas comienzan a ser menos eficientes.

Frecuencia de riegos

La frecuencia con que se realizaran los riegos dependerá fundamentalmente del tipo de
suelo en que se encuentre ubicada la plantación. En cuanto a este último aspecto se
tendrá en cuenta el grado de retención de agua, aspecto este estrechamente vinculado a
las características físicas propias del suelo, así como la época del año. En el caso de los
suelos rojos se regará con un intervalo de tres a cinco días, mientras que en los suelos
pardos esta actividad será realizada entre siete y 10 días, este intervalo de riego varia en
la etapa de frecuentes lluvias (mayo - octubre), con vista a lograr la reposición del agua
extraída por el cultivo y con ello mantener un nivel de agua nunca menor del 70%
disponible para las plantas. La tendencia de las plantas de plátano es a reducir la
transpiración bajo condiciones de estrés hídrico, aspecto que puede ser considerado
como un indicio de un mecanismo de resistencia a la sequía, asociado a otros que la
planta posee para economizar agua, ya que ésta especie presenta una gran superficie
transpirante (Tai 1977; Robinson y Bower, 1988). En la práctica las plantaciones de
plátano que no cuentan con sistemas de riego, requieren alrededor de 150 mm mensuales
de precipitación (1500 m3.ha-1) para satisfacer las necesidades hídricas. Por tanto si no
existen sistemas de riego en las áreas con este cultivo lo ideal para plantaciones es un
nivel de precipitaciones medias de 2000-2500 mm por año, bien distribuidas, aunque el
plátano crece frecuentemente con menos lluvia. En zonas y épocas en que la
precipitación o el agua almacenada en el suelo sean inferiores a 5 mm.día-1, es necesario
aplicar riego suplementario. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el consumo
de agua por las plantas de plátano es variable, porque ni la radiación solar ni el área foliar
permanecen constantes (Belalcázar et al. 1991).

8.- Frijol

El cultivo del fríjol es muy exigente en riegos en lo que se refiere a la frecuencia, volumen
y momento oportuno del riego que van a depender del estado fonológico de la planta así
como del ambiente en que ésta se desarrolla (tipo de suelo, condiciones
climáticas, calidad del agua de riego, etc.).

De dos a cuatro días antes de sembrar conviene dar un riego para facilitar la siembra y la
germinación de las semillas. Después de la siembra el primer riego solo deberá darse
después de la nascencia de las plantas.

En los primeros estados de desarrollo conviene mantener el suelo con poca humedad, sin
embargo las necesidades de agua son muy elevadas poco antes de la floración y después
de esta.

Un exceso de humedad puede provocar clorosis y pérdida de cosecha, especialmente


en suelos pesados. Un aporte hídrico desequilibrado disminuye la calidad de los frutos.

Para el establecimiento del cultivo el momento y volumen de riego vendrá dado


básicamente por los siguientes parámetros:

 Tensión del agua en el suelo (tensión métrica).


 Tipo de suelo (capacidad de campo, porcentaje de saturación).

 Evapotranspiración del cultivo.

 Eficacia de riego (uniformidad de caudal de los goteros).

 Calidad del agua de riego (a peor calidad, mayores son los volúmenes de agua, ya
que es necesario desplazar el frente de sales del bulbo de humedad).

Evolución de la técnica del riego en el cultivo del fríjol

Comportamiento del requerimiento de agua.

En la tabla 1. Se observa los reportes de los requerimientos de agua del cultivo (CWR)
junto a varios indicadores como la evapotranspiración de referencia (ETo) en la época de
siembra que se expresan en valores desde 45,24 hasta 58,40 (mm/periodo) durante el
ciclo vegetativo del cultivo, para un 90 % del área sembrada, donde nos percatamos que
el coeficiente del cultivo (Kc) se incrementa a medida que aumenta el desarrollo del
cultivo, de 0,81 el día 8 de septiembre hasta 1,01 el 17 de diciembre. En el intervienen
varios factores como es el aumento de la humedad relativa, la temperatura existente,
la velocidad del viento y las precipitaciones durante el ciclo vegetativo del cultivo; además
al multiplicar los valores de la evapotranspiración de referencia (ETo) con los valores del
coeficiente del cultivo (Kc) alcanzó valores de la evapotranspiración máxima desde 39,06
mm el 8 de septiembre hasta 48,70 mm el 17 de diciembre, es de importancia destacar
que el cálculo de tiempo de el período que se evaluó se desarrollo cada 10 días, según
las fechas que siguen: (8/9; 18/9; 28/10; 7/11; 17/11; 27/11; 7/12 y el 17/12); la eficiencia
de la irrigación se comporto al 70 %; también se puede observar el total de lluvia y la lluvia
efectiva en el período expresado en mm, con el requerimiento de irrigación en cada
período que abarca desde 9,90 mm el día 8 de septiembre hasta 48,10 mm el 17 de
diciembre, el cuál se comportó directamente proporcional con la evapotranspiración
máxima del cultivo; siendo mayor en el período, el 28 de octubre con 58,40 mm hasta el
17 de diciembre; porque el cultivo del fríjol Cueto 25-9 despliega en esta etapa la plena
capacidad de la floración y desarrollo de la fructificación para un total en toda la cosecha
de 561,95 m; también observamos que el mes de octubre los requerimientos de irrigación
se comportaron de 199,26 mm ; porque en este período las precipitaciones totales fueron
de 409 mm, la humedad del suelo alcanzó valores elevados, el hidromódulo del cultivo
que comenzó con un riego de 0,16 l/s/ha el 8 de septiembre, necesario para comenzar la
germinación, el cual incremento a medida que el cultivo se desarrolló hasta 0,80 l/s/ha,
siendo mayor los valores en el período floración y de fructificación el que se considera
como el período crítico del cultivo, por lo que hay mayor exigencias nutricionales y de
agua.

9.- Tomate

Normalmente el primer riego se efectúa entre 15 y 30 días después que las plantas se
han establecido. Los trabajos realizados por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias
muestran que un déficit de hasta 28 días, después de los riegos de establecimiento, no
tiene efecto sobre los rendimientos.

Frecuencia de riego: La frecuencia se refiere a "cuándo" es e! momento más apropiado


para regar. Existe una serie de índices basados en !a interrelación clima, suelo y planta a
través de !os cuales es posible estimar este factor. Así se han seleccionado algunos
índices prácticos para el agricultor, como son: determinación del contenido de humedad
del suelo y las características vegetativas del cultivo.

Cantidad de agua: La cantidad de agua necesaria para un cultivo de tomate depende del
clima y de la variedad. Para !a Región Metropolitana se ha encontrado que las
necesidades de agua para este cultivo son de alrededor de 7 000 m3/ha al año. Estas
cifras indican las necesidades de agua neta del cultivo, sin considerar que al aplicar el
agua al terreno se pierde cierta cantidad por concepto de escurrimiento superficial
(derrame) y percolacion profunda.

Debido a que normalmente al regar se pierde agua por derrames y per colación profunda,
la cantidad de agua debe aumentarse en un 50%.

10.- Ají
El consumo de agua de una plantación de chile depende de factores tales como:

a. la zona de siembra

b. la época de siembra

c. el tipo de suelo

d. el cultivar empleado

e. el tipo de riego que se emplee.

El cultivo de chile demanda riego durante su ciclo de vida, ya sean


siembras hechas bajo riego o en el invierno.

El manejo del agua debe de ser muy cuidadoso, porque la escasez o el exceso son
inapropiados para la planta. Si no tiene la cantidad apropiada de agua por medio del
riego, daña la calidad del fruto, ocasionando rajaduras, o bien pudiera darse un asocio
con la enfermedad fisiológica en el fruto de la pudrición apical. Y si hay exceso de
humedad en el suelo por efectuar riegos muy pesados, es factible que se incrementen las
enfermedades.

En forma general, se puede decir que el cultivo de Chile demanda de buena humedad en
la zona de raíces que oscila de 0 a 40 centímetros de profundidad. Este cultivo requiere
de una buena humedad, la cual debe de estar bien distribuida. Los mejores rendimientos
en chile se alcanzan cuando los suelos se tienen próximos a capacidad de campo.

En zonas cálidas secas por su baja humedad relativa, se requiere de mayor


aprovisionamiento de agua. Así también los suelos sueltos y arenosos requieren de
riesgos más frecuentes y ligeros. En los suelos pesados a francos, los riesgos deben de
ser más espaciados, con la finalidad de mantener la humedad que exige la planta.

11.- Arveja

Es un cultivo de clima templado y algo húmedo. La planta se hiela con temperaturas por
debajo de 3 ó 4 ºC bajo cero. La planta de arveja detiene su crecimiento cuando las
temperaturas empiezan a ser menores de 5 ó 7 ºC. El desarrollo vegetativo tiene su
óptimo de crecimiento con temperaturas comprendidas entre 16 y 20 ºC, estando el
mínimo entre 6 y 10 ºC y el máximo en más de 35 ºC. Si la temperatura es muy elevada la
planta vegeta bastante mal. Necesita ventilación y luminosidad para que vejete bien.

El arveja va bien en los suelos que son idóneos para la poroto; es decir, en los ligeros de
textura silíceo-limosa. En los suelos calizos puede presentar síntomas de clorosis y las
semillas suelen ser duras.

Prospera mal en los suelos demasiado húmedos y en los excesivamente arcillosos;


agradece la humedad del suelo, pero no en exceso. El pH que mejor le va está
comprendido entre 6 y 7.

Este cultivo en óptimas condiciones de humedad del suelo necesita pocos riegos. No
necesita mucha humedad y los riegos han de ser moderados.

Cuando se riega por gravedad, antes de la siembra, es necesario dar un riego para que el
suelo tenga humedad suficiente cuando reciba la semilla. Después, si el cultivo es de
otoño-invierno, con un par de riegos es probable que sea suficiente, si es de invierno-
primavera necesitará 3 ó 4 riegos.
Al ser un cultivo de relleno y poco exigente en materia orgánica no es conveniente
estercolar. Es también poco exigente en abonos minerales. Es aconsejable echar antes
de la siembra unos 25 gramos por metro cuadrado de abono complejo 8-15-15.

En riego por gravedad, después de cada riego pueden aplicarse unos dos gramos por
metro cuadrado de nitrógeno, no rebasando en total los 10 gramos de N.

12.- Lechuga

Al ser de raíces cortas, la Lechuga no requiere un suelo muy profundo. Crece en una gran
variedad de suelos y necesita temperaturas templadas para desarrollarse exitosamente.
Las temperaturas muy elevadas impiden la germinación. La Lechuga necesita que haya
diferencias muy marcadas de temperatura entre el día y la noche, alrdedor de 15 a 20
grados durante el día y menos de 10 grados durante la noche. Esta diferencia de
temperatura ayuda a que el cultivo de la Lechuga se desarrolle de modo óptimo.

El cultivo de Lechuga tolera mejor las temperaturas bajas que las altas por lo que en
verano hay que tener cuidado de que estas no espiguen ya que si las temperaturas
superan los 25 grados sin duda pueden espigar, dando lugar a hojas muy amargas.

La lechuga tampoco tolera la sequía, aún cuando esta dure poco. La excesiva humedad
también es un problema. El porcentaje de humedad ideal es del 50%. Es por ello que es
más recomendable cultivar la lechuga al aire libre donde no hay tanta humedad que en un
patio de invierno donde la humedad es muy concentrada.

El riego también es importante para mantener la tierra con humedad aunque recordemos
que no debe ser excesiva. El mejor sistema de riego en este caso es por goteo ya que
mantiene los niveles de humedad equilibrados. El riego que más daño le hará al cultivo de
Lechuga es el de manguera ya que el sol quemará las hojas de la lechuga que estén
mojadas con agua.

Lo ideal es que el cultivo de Lechuga se desarrolle a plena luz, bajo el sol. La luz solar es
altamente recomendable para que este cultivo se desarrolle normalmente.

Además de plantarse en el suelo, pueden sembrarse en macetas también con los mismos
cuidados que una plantación en el suelo. Siempre hay que sacar las malas hierbas que
pueden crecer alrededor.

13.- Café

El gran interés actual por el riego por goteo en la caficultura se debe principalmente a los
excelentes resultados de ahorro de agua y energía junto con el sustancial aumento de la
productividad.

La planta de café se puede considerar como de cierta tolerancia a la sequía, aunque la


cosecha se puede ver reducida significativamente cuando el suministro es inadecuado.
Debido a la carencia de agua, se merma el crecimiento vegetativo y el hecho de que el
café usualmente produce flores y frutos sólo en la madera formada por el crecimiento de
ramas laterales durante el año anterior, permite que la disminución de la cosecha por una
deficiencia de agua, muy rara vez se observe en el mismo año en que ha ocurrido esa
carencia, sino más bien se presenta en la cosecha siguiente.

El riego por goteo permite una importante reducción de la evaporación del suelo y de las
pérdidas por percolación, así como también reduce la proliferación de malas hierbas en
las zonas no regadas y el aporte controlado de nutrientes, permite asimismo operaciones
de cosecha, poda o pulverizaciones a la misma vez que se realiza el riego.

Las principales ventajas son:


• Mayor eficiencia en el uso del agua: reducción de pérdidas por evaporación.

• Mayor productividad: las menores variaciones del nivel de humedad hacen que los
frutos se desarrolen y sean más uniformes

• Mayor eficiencia para abonar: Facilita la aplicación del abono ampliando la eficiencia
en la absorción y aprovechamiento de los nutrientes.

• Mayor eficiencia en el control fitosanitario: Al tratarse de un riego localizado, facilita


el control de las malas hierbas, y de los insectos y hongos

• Se adapta a diferentes suelos y topografías: se adapta mejor que cualquier otro a


topografía irregular y accidentada

• Menores costes de mano de obra: Al tratarse de sistemas fijos hay un ahorro


considerable en estos costes.

14.- Cacao

En el cultivo de cacao el riego y drenaje es una práctica fundamental su manejo para un


buen desarrollo de las plantas, la aplicación depende de las condiciones climáticas y de
las características del suelo.
Se debe evitar el exceso de riego y humedad que puede incidir en el desarrollo de
enfermedades y falta de oxigenación de las raíces y una sobre descomposición orgánica.

Las necesidades de agua de la planta de cacao oscilan entre 1.500 a 2.500 mm.
repartidos en todo el año para zonas cálidas; y, de 1 .200 a 1.500 mm. en zonas más
húmedas.

La cantidad mensual de agua es de 100 a I20 mm. en los meses más secos, factor a
considerar en huertas bajo riego.

Tipos de riego.- El método que se elija depende del tamaño de la huerta, del costo de los
sistemas y del tiempo que se quiera dedicar al cuidado de las plantas.

La eficiencia de un método de riego está dada por la cantidad de agua que queda
almacenada en la zona radicular, en relación con la cantidad total de agua que se aplica.

Gravedad: El riego por gravedad o inundación es el más antiguo utilizado por el hombre,
en suelos con mayor contenido de arena la pérdida de agua será mayor que en suelos
arcillosos.

Goteo: El agua se conduce a presión por tuberías y luego por mangueras de riego que
recogen las hileras del cultivo, el emisor, externo o incorporado a la manguera de riego es
un “gotero” de caudal, separado uno de otro según el suelo y la distancia de siembra,
aplica el agua en forma de gotas que se van infiltrando a medida que caen.

El objetivo es regar con poca frecuencia, sin humedecer la totalidad del terreno, y evitar el
desarrollo de malezas. Se riega una o dos veces a la semana (I ó 2 horas cada vez).Hay
que ser cuidadoso y no regar en exceso.

Aspersión: Simula de alguna manera el aporte de agua que realizan las lluvias, consiste
en distribuir el agua por tuberías a presión y aplicarla a través de aspersores, si el equipo
está bien diseñado respecto al tipo de suelo a regar, se obtiene una lámina muy uniforme.

La ventaja que presenta este tipo de riego es que no hay pérdida de agua por conducción,
y existe una buena distribución, se puede utilizar equipos móviles o fijos.

Microaspersión: Similar al anterior pero cantidad de mangueras emisores individuales o


a escala muy reducida, se disponen de una gran de riego que recorren las líneas del
cultivo o para un grupo de plantas.

Frecuencia de riego: La frecuencia del riego en las plantaciones de cacao estará dada
por las condiciones climáticas, de suelo y el estado de desarrollo de las plantas. El suelo
arenoso retiene menos agua que el arcilloso; las plantas grandes usan más agua que las
recién sembradas.

. En viveros las semillas y las plantas necesitan que la tierra se encuentre constantemente
húmeda, par a poder germinar y desarrollarse.
. Las plantas adultas deberán regarse de acuerdo a sus requerimientos y su frecuencia
será mayor en época seca o verano.

Drenajes: Son canales que permiten eliminar rápidamente el exceso de, agua de una
huerta cacaotera los cuales deben desembocar en una zona de descargue natural o
artificial.

15.- Espárrago

El sistema de riego Pivot es el más generalizado, por su buena adaptación al cultivo del
espárrago y por ser el de mejor relación, coste de instalación y mano de obra de
funcionamiento. Según las dimensiones de la parcela, se utilizan sistemas que cubren
entre 40 y 80 ha. Los bordes de la parcela no regados por el Pivot se riegan por medio
de un sistema de cobertura total, bien enterrada o superficial. Se suelen dar algunos
riegos cortos durante el periodo de recolección, buscando más el mantenimiento de los
caballones de blanqueo, que cubrir las necesidades en agua de las plantas. Cuando al
final de Junio termina la recolección y se rompen los caballones se inician los riegos.
Durante julio y agosto se suele dar un riego semanal de entre 400 y 600 m 3/ha; a partir de
finales de agosto se va reduciendo el caudal de los riegos hasta que las lluvias de otoño
los hacen innecesarios. Los volúmenes medios de agua aplicados a lo largo de toda la
campaña son de alrededor de 6.000 m3/ha
La recolección se realiza de marzo a junio, no es susceptible de mecanización, pero
cuando se trata de grandes explotaciones es imprescindible organizarla y racionarla al
máximo. La recolección se organiza de modo que se asigna a cada recolector una
superficie de 5.000 a 6.000 m (según el estado de la plantación) sobre la que se trabaja
toda la campaña. Los turiones se recolectan descalzando el caballón con azada y
cortándolos con cuchillos con dientes de sierra.

16.- Arándano

El riego por pivotes, además de ser posible en terrenos de difícil orografía que no se
podrían regar con otros métodos, garantiza mayor rendimiento de los cultivos y seguridad
de cosecha, eficiencia en el uso del agua y ahorro de energía y agroquímicos. Aplicando
conjuntamente el agua y los fertilizantes a través de todas las salidas del Pivot con
manguera exudante o de goteo que se arrastran por los caballones, podemos regar con
frecuencia utilizando dosis bajas.

Es necesario mantener un nivel adecuado de humedad sobre todo en los periodos de


sequía estival, ya que el tamaño del fruto está condicionado por el nivel y los cambios
de humedad en el suelo. Las mayores necesidades de riego se sitúan de junio a
septiembre en la época de engrosamiento y de maduración del fruto.

El cultivo de arándanos no tolera bien la salinidad, ni los excesos de calcio, boro o cloro,
de ahí que haya que controlar la calidad del agua de riego.
17.- Melón

Los melones son plantas anuales enredaderas (con guía) o rastreras, con tallos que
pueden trepar si se les proporciona el soporte adecuado. El tallo es cilíndrico, de 1 a 3 m
de altura. La forma del fruto va desde esférica hasta elipsoidal. Su tamaño depende de la
variedad y de las condiciones de cultivo. Hay melones pequeños que pesan alrededor de
400 g y otros muy grandes que pueden pesar 20 kg o más. Externamente los frutos
pueden ser lisos, corrugados o suturados, con epidermis lisa o corchosa y de múltiples
colores, desde blanco, pasando por amarillo y naranja hasta verde oscuro. La parte
comestible o pulpa presenta colores variables entre blanco, verde y anaranjado.

Los melones son plantas tropicales que requieren temperatura mínima de 18ºC para
germinar, que se elevan a 25ºC durante la estación de desarrollo. En climas templados se
cultivan en invernaderos o cajoneras. Requieren suelo bien drenado y fértil, alto contenido
de tierra negra y de nitrógeno.

Los melones se pueden sembrar directamente o empezar con trasplantes. Si el tiempo y


suelo no están calientes y el nivel de humedad en el suelo es moderado, las semillas no
germinarán y las plantas no crecerán. Siembre después que el peligro de heladas haya
pasado y el suelo se haya calentado y esté seco. Los horticultores de climas fríos u otras
áreas de estaciones cortas que desean una producción temprana pueden utilizar
trasplantes.
Los melones sufren extremos en la humedad del suelo (demasiada lluvia o una larga
sequía). Se recomienda riego en caso de sequía, especialmente cuando el parral o vid
están creciendo y las frutas se están formando. Se benefician especialmente de la
incorporación de abono bien descompuesto, antes de plantar y también aprecian altas
cantidades de potasio.

En plantas con frutos de gran tamaño, se coloca debajo de cada fruto paja, hierba seca,
un ladrillo o un bloque de madera para proteger de enfermedades del suelo.

Los melones deben ser recogidos cuando el tallo se separa fácilmente de la vid, en el
punto donde se encuentra unido. En estas etapas, habrá una rajadura o grieta cerca del
punto de unión. Apretando los extremos podemos ver su esponjosidad y al hacerlo
debemos notar una sensación de fruto macizo y no hueco.

Una vez que se recojan los melones, se pondrán suaves, pero no más dulces.

18.- Limón

Especies que demandan grandes aportes de agua (9.000-12.000 m3/Ha). En parcelas


pequeñas se aplicaba el riego por inundación, aunque hoy día la tendencia es a emplear
el riego localizado y el riego por aspersión en grandes extensiones de zonas frías, ya que
supone una protección contra las heladas.

El limonero produce con menos dotaciones que el naranjo y el mandarino. Manejando el


riego se pueden provocar floraciones en fechas adecuadas.

El proceso de inducción y desarrollo floral en el limonero está controlado por el estrés de


temperatura e hídrico; aprovechándolo se realiza la siguiente práctica: se retira el riego
durante 45 días y luego se riega en abundancia; así se produce una abundante floración
que trae buena cosecha y buenos precios al año siguiente.
19.- Fresa

Muchos productores de fresas utilizan el riego por aspersión para establecer sus
trasplantes en campo abierto, o para controlar el polvo en su producción. Sin embargo,
existen otras prácticas de riego que podrian ser más eficientes para las plantas.

A continuación te presentamos un estudio sobre el tema, conducido por la empresa John


Deere Water, el Distrito Unido de Conservación de Agua de California, y la Universidad
Politécnica de California-San Luis Obispo.

El Centro de Investigaciones y Capacitación de Riego de la Universidad Politécnica de


California-San Luis Obispo, en coordinado esfuerzo con la empresa John Deere Water y
el Distrito Unido de Conservación de Agua de California, condujeron estudios sobre la
manera más eficiente de regar trasplantes de fresas.

Uno de los objetivos del ttrabajo investigativo era descubrir por qué algunos productores
utilizaban riego por aspersión para establecer sus trasplantes. “Hablamos con 20
productores y obtuvimos 20 respuestas. Una de las respuestas más comunes es que
querían que el trasplante se conectara con el suelo existente, y el riego por aspersión les
ayuda a hacer esa conexión,” menciona Stuart Styles, director del centro de investigación.

Otra respuesta común era “para controlar el polvo.” Los campos regados por aspersión se
veían limpios y mucho más atractivos estéticamente.
20.- Palto

El primer período crítico de riego, está dado por la época de floración y primera etapa de
crecimiento de los frutos. La superficie de canopia disponible para transpiración aumenta
en casi un 90% durante el período de floración y hasta un 13% del total del agua
transpirada por los paltos puede ser atribuida a las estructuras florales. Sin embargo,
tanto las estructuras florales como las hojas, tienen características morfológicas y
anatómicas destinadas a disminuir las pérdidas de agua. Las estructuras florales poseen
estomas en la cara del envés de los sépalos y pétalos y son densamente pubescentes,
aumentando con ello la profundidad efectiva de la capa límite sobre ellos. A pesar de
estas características, las flores son susceptibles a déficit hídricos mayores que las hojas
durante períodos de transpiración moderada, desencadenando en épocas de estrés
hídrico excesivo daños irreversibles en los órganos florales, limitando con ello el potencial
de cuajar fruta y su posterior retención.

Sin embargo, en los climas Mediterráneos, esta época es delicada, pues excesos de agua
causarán una reducción en la aireación y enfriamiento del suelo, que darán como
resultado la destrucción de raíces; en Israel se ha comprobado por estos efectos, fuertes
reducciones de cosecha en la variedad Ettinger.

La segunda época crítica de riego, corresponde a la fase de rápido crecimiento de los


frutos, en esta época dar un riego eficiente, significa una reducción de caída de los frutos
en el segundo período y un incremento en el tamaño final de los frutos. En esta época,
reducir los intervalos de riego – dentro de ciertos límites – es una práctica que da
resultados en la cantidad final cosechada y en el calibre de los frutos.
Qué sistema de riego se adapta mejor a esta especie?

Existen tres sistemas de riego tecnificado que pueden ser utilizados en una plantación de
paltos:

Riego por goteo: Muy utilizado en la implantación y durante el primer año de vida de esta
especie, tiene una serie de ventajas durante este primer año, como: bajo gasto de agua,
menor gasto de energía eléctrica, fácil control de malezas, mayor eficiencia en la
fertilización, etc. Por lo general se obtienen tan buenos resultados durante este primer año
que la pregunta es por que no seguir con este sistema en el transcurso de la vida de los
paltos.

Se puede seguir utilizando este sistema siempre y cuando se cuente con los siguientes
antecedentes: Suelo de muy buena calidad (ojalá lo más cercano a un suelo franco) y de
gran profundidad (a lo menos 1,2 a 1,5 m de suelo libre de cualquier impedimento), la
superficie mojada debe ser en lo posible de un 70% o más, que significa poner tres líneas
de goteros, si estamos hablando de una plantación de 6 m de distancia entre las plantas.
Como una forma de tener toda la superficie de riego uniformemente mojada la idea es
poner tres goteros de bajo caudal por cada 1 m de línea, que significa tener 54 goteros
por planta si los árboles están a una distancia de 6 x 6 m. Complicado en suelos extremos
(muy arenosos o muy arcillosos) o suelos poco profundos o irregulares en profundidad
efectiva, características muy comunes en nuestros suelos de cerros, también se debe
contar con un sistema de filtraje de muy buena calidad ya que los emisores al ser de bajo
caudal son más fáciles de obstruir; por último, el costo de tres líneas de riego es mayor si
se compara con una de microaspersión o de microchorro.

Riego por microchorro: Sistema muy bien adaptado para el riego de plantaciones
hechas con camellones ya que se riega sólo el suelo removido, evitando mojar la parte
baja de los camellones – donde no interesa el crecimiento de raíces – ya que es un sector
que posee muy poca profundidad de suelo y es fácilmente asfixiable en años de alta
pluviometría. También tiene ventajas en cuanto a la eficiencia en la fertilización ya que
concentra fuertemente la cantidad de raíces a lo largo del camellón, donde llegarán los
fertilizantes puestos por el riego.

Tiene una mejor distribución de agua dentro del camellón comparado con el riego por
goteo. Durante 4 a 5 años se llevó en varios huertos ensayos de riego por goteo con dos
líneas – goteros cada 1m, versus riego por microchorro. El resultado, fue en la mayoría de
los casos un decaimiento de los árboles en los sectores regados por goteo y no en los
regados por microchorros; al analizar la distribución radicular dentro del camellón, la
diferencia era muy grande, mientras en el riego por goteo la cantidad y la calidad de las
raíces era totalmente irregular, en los regados por microchorros la cantidad y calidad de
éstas era muy superior y uniforme.

Riego por microaspersión: Es el sistema más utilizado en todas las zonas palteras del
mundo y también en nuestro país. Es el sistema de riego mejor adaptado cuando las
condiciones del suelo son irregulares tanto en su textura como en su profundidad. Muy
bien acondicionado para el cultivo hecho en cerros donde no se ha movido el suelo. Es
muy fácil mojar con este sistema el 70% o más de la superficie del suelo. Los
microaspersores actuales tienen una mejor distribución del agua a lo largo de su recorrido
y poseen distintos sistemas para ir aumentando el radio de mojamiento (al poder girar
piezas o tener pestañas), que facilitan enormemente el riego según el crecimiento de las
plantas. Es sin lugar a dudas el sistema que más perdona errores de riego (algo muy
común en nuestros huertos de paltos).

Sin embargo, muchas veces nos topamos con una escasa profundidad de suelo que hace
fracasar las plantaciones de paltos (normalmente entre el 7º y el 10º año o a veces
anticipadamente), independiente de los tres tipos de riego descritos.

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