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La ley 27785, establece que el régimen laboral de la actividad privada es el que va a regir
al personal de la Contraloría General. Ello es entendible debido a que este se encuentra
orientado a constituir un régimen de igualdad de oportunidades de empleo que asegure a
todos los ciudadanos el acceso a una ocupación útil que los proteja contra el desempleo y
el subempleo en cualquiera de sus manifestaciones (Larco, 2013).
Según la ley 27785, la “Contraloría General cuenta con Oficinas Regionales de Control
como órganos desconcentrados en el ámbito nacional, con el objeto de optimizar la labor
de control gubernamental y cuyo accionar contribuirá activamente con el cumplimiento
de los objetivos del proceso de descentralización del país […]”.
Las contralorías regionales son las dependencias desconcentradas del Sistema Nacional
de Control y dependen directamente de una Gerencia de Coordinación Regional. Tienen
la responsabilidad directa de dirigir y ejecutar servicios de control y servicios
relacionados en las entidades públicas que se encuentran en su ámbito. Están a cargo de
un Contralor Regional (Contraloría General de la República, 2016).
La ley establece que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional del Perú, son instituciones
reguladas directamente por dos ministerios como entes rectores, es decir el Ministerio de
Defensa y el Ministerio del Interior. Con respecto a ello la ley 27785° nos dice que “Sin
perjuicio de las Inspectorías Generales del Ejército, Marina de Guerra, Fuerza Aérea, y
de la Policía Nacional, cuyas competencias se circunscriben a asuntos netamente
castrenses y disciplinarios, dichas Instituciones contarán dentro de su estructura
organizativa con un Órgano de Auditoría Interna […]”
Al respecto de ello, los órganos de auditoría interna son tomados como los responsables
de llevar a cabo el control gubernamental en la entidad, que mantiene relación funcional
con la Contraloría General de la República, y forma parte del Sistema Nacional de Control
(Napurí, 2013), y en el apartado de las Fuerzas Armadas y la Policía nacional, estos se
regulan por las disposiciones generales del artículo 19° de la ley 27785°. Finalmente, las
Jefaturas de los Órganos de Auditoría Interna en relación a este tema, son designadas por
el Contralor General de la República
A partir del 6 de abril de 2011, la Contraloría General está facultada para determinar y
sancionar por responsabilidad administrativa funcional a aquellos funcionarios y
servidores públicos por hechos considerados como infracciones graves o muy graves en
perjuicio del Estado, derivados de los informes de control emitidos por los órganos del
Sistema Nacional de Control. El procesamiento de las demás infracciones (que no son
graves ni muy graves) es competencia del Titular de la entidad pública (Contraloría
General de la República, 2016).
La Contraloría General asume esta nueva facultad con el propósito de orientar la conducta
de los funcionarios y servidores hacia una gestión transparente y eficaz, previniendo así
acciones que afecten los recursos públicos, buscando, asimismo, generar conciencia de
que resulta más ventajoso cumplir con la normativa vigente que intentar violarla
(Contraloría General de la República, 2016).
SANCIONES
Amonestación
Multa
Suspensión del Registro de Sociedades de Auditoría
Exclusión definitiva del Registro de Sociedades de Auditoría.
Inhabilitación para el ejercicio de la función pública de uno (1) a cinco (5) años.
Suspensión temporal en el ejercicio de las funciones, sin goce de remuneraciones, no
menor de treinta (30) días calendario ni mayor de trescientos sesenta (360) días
calendario.
SUBCAPÍTULO II
La ley 29622°, que modifica a la Ley Orgánica del Sistema Nacional de Control y de la
Contraloría General de la República, establece la facultad sancionadora exclusiva de la
Contraloría General de la República en materia de responsabilidad administrativa
funcional, sólo para los casos derivados de los informes de control emitidos por los
órganos del Sistema Nacional de Control (entiéndase, la Contraloría General, los Órganos
de Control Institucional y las Sociedades de Auditoría designadas), que identifiquen
responsabilidades graves o muy graves, por hechos cometidos o culminados a partir del
6 de abril de 2011; en cuyo caso las entidades deben inhibirse de realizar cualquier
proceso de deslinde de responsabilidades (Contraloría, 2015).
Las siguientes conductas infractoras en materia de responsabilidad administrativa
funcional son aquellas en las que incurren los servidores y funcionarios públicos que
contravengan el ordenamiento jurídico-administrativo y las normas internas de la entidad
a la que pertenecen, y se encuentran por lo tanto sujetas a la potestad sancionadora de la
Contraloría General (Contraloría General de la República, 2016):
Incumplir las disposiciones que integran el marco legal aplicable a las entidades para
el desarrollo de sus actividades, así como las disposiciones internas vinculadas a la
actuación funcional del servidor o funcionario público.
Incurrir en cualquier acción u omisión que suponga la transgresión grave de los
principios, deberes y prohibiciones señalados en las normas de ética y probidad de la
función pública.
Realizar actos persiguiendo un fin prohibido por ley o reglamento.
Incurrir en cualquier acción u omisión que importe negligencia en el desempeño de
las funciones o el uso de estas con fines distintos al interés público.
EL PROCEDIMIENTO SANCIONADOR