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1.

- Diversas Definiciones de Derecho Agrario

Joaquin Osorio: “El derecho agrario es el conjunto de normas concernientes a las


personas, a las propiedades y a las obligaciones rurales”.

Giovanni Carrara: “El derecho agrario es el conjunto de normas jurídicas que


regulan la actividad agraria, en sus sujetos, en los bienes que a ella se destinen y
en las relaciones jurídicas constituidas para hacerla”.

Miguel Alanís Fuentes: “Es una rama del derecho en general formada por un
conjunto de normas, leyes, reglamentos, principios, doctrina y jurisprudencia, que
tienen por objeto la resolución del programa agrario de México, es decir, el de la
satisfacción de las necesidades de la clase campesina, inspirándose en un espíritu
de justicia y equidad”.

Lucio Mendieta y Nuñez: El Derecho Agrario es el conjunto de normas, leyes


reglamentos en general, Doctrinas y jurisprudencia, que regulan la actividad
profesional del agricultor, la propiedad rústica y las explotaciones de carácter rural,
así como el tráfico consecuente y necesario a la producción.

Antonio Luna Arroyo: “El Derecho Agrario mexicano es una rama del derecho
público que regula la tendencia y economía de los ejidos, tierras comunales, nuevos
centros de población agrícola y en algunos aspectos, de la pequeña propiedad

Héctor Lugo Chávez y Alejandro Hernández Luna: El Derecho Agrario mexicano


es un conjunto de normas que se dirige a un determinado grupo social protegiéndolo
al traducir la suma de sus patrimonios económicamente negativos, por lo pobre, en
una fuerza jurídica capaz de oponerse a los de un interés patrimonialmente positivo,
por ende, estas normas rigen todas las relaciones jurídicas que surgen a
consecuencia de la organización y explotación de la propiedad ejidal, de la pequeña
propiedad y de las comunidades agrarias”

Carlos Humberto Durand Alcántara: El Derecho rural es un conjunto de normas


jurídicas, que se encuentran sistematizadas, jerarquizadas y clasificadas; además
de principios jurídicos, de costumbres, de jurisprudencia y doctrinas agrarias que
justifican, explican o legitiman la propiedad, de producción de posesión y de
distribución de la riqueza que históricamente se ha generado en el agro mexicano,
así como también el control y hegemonía que las distintas clases y núcleos
humanos ejercen sobre la tierra, el territorio y sus recursos.

Martha Chávez Padrón: regula la organización territorial rústica, todo lo


relacionado con las explotaciones y aprovechamientos que éste considera como

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agrícola, ganaderos y forestales y algunos otros aprovechamientos colaterales, y la
mejor forma de llevarlos a cabo.

Luis Ponce de León Armenta: El Derecho Agrario “es una rama de la ciencia
jurídica que regula a través del conjunto de normas, principios y valores, la actividad
humana y su entorno natural, así como las relaciones que con motivo de la tenencia
de la tierra, la producción, explotación, comercialización y los procesos de
industrialización de la agricultura se dan, teniendo como finalidad hacer efectiva la
justicia social

NUESTRA PROPUESTA

El derecho agrario es el sistema de normas jurídicas, axiomas y valores previsto en


la Constitución, Tratados Internacionales de la materia, legislación, reglamentos,
jurisprudencia nacional e internacional, que regulan la tenencia de la tierra social y
sus formas de transmisión; así como la infraestructura, explotación y trabajo
agrícola, basados en el desarrollo rural sustentable y teniendo como límite los
derechos humanos colectivos y difusos, en particular el derecho a la alimentación y
al acceso al agua.
Este sistema tiene por objeto disminuir la desigualdad económica de los derechosos
agrarios a través de figuras jurídicas a su favor

2.- CONTENIDO Y OBJETO DEL DERECHO AGRARIO

Regulación de la tenencia de la tierra rural social..


Formas de transmisión. Enajenación, cesión, sucesión.
Determinación de las formas de adquirir y perder la calidad agraria.
Regulación de la vida interna de los núcleos de población rural.
Regulación de formas de asociación civil y mercantil.
Regulación de las autoridades agrarias.
Derecho social reivindicatorio
Control político

3.- RELACION CON OTRAS MATERIAS

Derecho Constitucional.

Deducido de la misma Constitución Política, como base y fundamento esencial en


la conformación de la República, esta rama del derecho contiene los preceptos
preeminentes que rigen la materia agraria, aquellos que establecen los derechos y
prerrogativas de los campesinos y el régimen constitucional de la propiedad,
conformada por la trilogía de la propiedad pública, la propiedad social y la propiedad
privada. Para estas dos últimas establece las limitaciones y modalidades a las que
se encuentran sujetas en atención al interés público.

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Garantías individuales y sociales.

Le corresponde el estudio de las garantías de los campesinos en general y de los


indígenas en lo particular, consagradas en los Artículos 4º y 27 constitucionales.
Como parte sustancial del derecho agrario, lo que le da una conformación propia,
deberá analizarse su relación con dos grandes vertientes: la primera, de las
garantías individuales atribuibles a todo ser humano, y una segunda, de las
garantías sociales atribuibles a los grupos humanos que presentan condiciones de
desventaja frente al resto de la sociedad.

Amparo.
El amparo en materia agraria, contenido en el Libro Segundo de la Ley de Amparo,
establece un procedimiento especial del juicio de garantías para los campesinos,
donde se atiende precisamente a la protección de sus derechos sociales.

Derecho Administrativo.
A la materia administrativa le corresponde el estudio de la estructura, funciones y
actuación de la administración pública y la posición del gobernado frente a ella; en
nuestro caso, siempre pensando en las dependencias y organismos del Ejecutivo
encargados de la aplicación de la Ley Agraria, su normatividad reglamentaria y, en
general, la de las instancias gubernamentales participantes en la aplicación del
derecho agrario integral.

Derecho hidrológico.
Regulado por la Ley de Aguas Nacionales, publicada en el Diario Oficial de la
Federación el 1º de diciembre de 1992, la cual derogó a la Ley Federal de Aguas,
esta Ley es reglamentaria del Artículo 27 constitucional en la materia y tiene por
objeto regular la explotación, uso o aprovechamiento, distribución, control y
preservación de las aguas nacionales, sean superficiales o del subsuelo (artículos
1º y 2º).

Derecho forestal.
La Ley Forestal se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 22 de diciembre
de 1992, con el objeto de regular el aprovechamiento de los recursos forestales del
país y fomentar su conservación, producción, protección y restauración (artículo 1º).
Formalmente, su aplicación es competencia de la Sagar (artículo 4º), actualmente
en transición por la reestructuración del sector forestal en la Secretaría de Medio
Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnat).

Derecho Pesquero.
La Ley de Pesca es reglamentaria del Artículo 27 constitucional, en virtud de que el
párrafo cuarto de éste establece que le corresponde a la Nación el dominio directo

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de todos los recursos naturales de la plataforma continental y los zócalos
submarinos de las islas, en tanto que el párrafo sexto del mismo ordenamiento
señala que la explotación, uso o aprovechamiento de estos recursos por particulares
o sociedades, sólo podrán realizarse mediante concesiones otorgadas por el
Ejecutivo Federal, de acuerdo con las reglas y condiciones que establezcan las
leyes.

Derecho Minero.
Con fundamento en el Artículo 27 constitucional, párrafo cuarto, la minería es
también una actividad debidamente regulada, que guarda una estrecha relación con
el régimen de la propiedad rural por tratarse del subsuelo, que se encuentra sujeta
al régimen de la concesión que establece el párrafo sexto del citado ordenamiento.

Derecho Urbanístico.
Lo entendemos como un derecho relativamente nuevo, que nace de la
sistematización de elementos jurídicos dispersos relacionados con la
racionalización, ordenación y conducción de las ciudades, que sólo agrupados
aportan el perfil de su régimen legal, para dar solución a su problemática.3 Parte de
ésta son sin duda los asentamientos humanos irregulares y las reservas territoriales
indispensables para el crecimiento de las manchas urbanas.

Derecho Ecológico.
Deben observarse las disposiciones de la Ley General de Equilibrio Ecológico y
Protección al Ambiente en todos los aspectos que corresponden a los recursos
naturales en las tierras, bosques y aguas de los propietarios privados y sociales.

Derecho Fiscal.
Tiene relación con los derechos sociales que corresponden a los campesinos,
especialmente en su carácter de productores rurales y atendiendo a la necesidad
de impulsar el desarrollo del agrario, en materia tributaria se han establecido
disposiciones para un tratamiento especial.

Derecho Penal.
En materia de derecho penal resulta aplicable la clasificación tradicional de los
delitos en comunes y especiales, entendidos los primeros como aquellos que se
encuentran incluidos en el Código Penal, en tanto que los segundos son los que
están penados en leyes particulares por razón de la materia. Así pues, el derecho
penal tiene una presencia significativa en la materia agraria, ya que en ella tienen
lugar no sólo delitos comunes, específicamente tipificados, que ocurren en relación,
precisamente, con la propiedad inmueble de carácter rústico o de los semovientes
(ganado), sino que también existe una gran diversidad de los delitos especiales,
acorde con las distintas materias que también se relacionan con el campo y que,
por lo mismo, pueden ser aplicables a los propietarios sociales y privados.

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Derecho Procesal
Encontramos esta materia en la aplicación de los principios procesales en lo general
y en lo particular de aquellos que rigen al proceso agrario, denominado juicio
agrario, entendido como "el conjunto complejo de actos del Estado como soberano,
de las partes interesadas y de los terceros ajenos a la relación sustancial, actos
todos que tienden a la aplicación de una ley general a un caso concreto
controvertido para solucionarlo o dirimirlo".

Derecho Notarial.
Bajo los lineamientos del nuevo derecho agrario, la participación de la figura del
fedatario público es ya una exigencia de validez para determinados actos y
documentos y una conveniencia o necesidad para otros. Como ejemplo de los
primeros encontramos la celebración de asambleas de ejidatarios y comuneros, y
sus respectivas actas, que tengan por objeto los asuntos comprendidos en las
fracciones VII a XIV del artículo 23 de la Ley Agraria (artículo 28); y en el caso de
los segundos, encontramos la formalización ante fedatario público de la lista de
sucesión, como alternativa a su depósito ante el Registro Agrario Nacional (artículo
17), y ciertos contratos como el otorgamiento del usufructo de parcelas como medio
de garantía (artícu-lo 46), así como la notificación de enajenación de parcelas que
se debe realizar a los familiares del titular para efectos de ejercitar el derecho del
tanto (artículo 80).

Derecho Mercantil.
Su relación con el derecho agrario es ahora más estrecha, principalmente como
consecuencia de la derogación de la prohibición a las sociedades por acciones para
que adquieran el dominio de propiedad rural. Alrededor de las denominadas
sociedades civiles y mercantiles propietarias de tierras, la Ley Agraria ha creado
una estructura específica que debe ser cumplida, independientemente de la
normatividad que les corresponda a dichas personas morales por el Código Civil y
por la Ley General de Sociedades Mercantiles. Esta última es, además, de
aplicación supletoria en nuestra materia cuando se trata de vigilancia de las
sociedades (artículo 75, fracción V, LA).

Derecho Empresarial.
Como señalamos oportunamente, ahora las sociedades mercantiles pueden
adquirir la propiedad de tierras para destinarlas a su explotación comercial, por lo
que la empresa obtiene un redimensionamiento con su presencia en el campo.

Derecho Internacional Privado.


En años recientes, en los foros internacionales se le ha prestado especial atención
a los derechos humanos de los grupos desvalidos y minoritarios, particularmente de

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los núcleos indígenas, para quienes se ha exigido mayor respeto y presencia en la
vida nacional.

Derecho Laboral.
La Ley Federal del Trabajo señala que los trabajadores del campo son los que
ejecutan los trabajos propios y habituales de la agricultura, de la ganadería y la
silvicultura, al servicio de un patrón (artículo 279), y establece los derechos y
obligaciones de ambos.

Derecho Económico.
Le corresponde, entre otros múltiples aspectos, desentrañar y aplicar el concepto
del "desarrollo rural integral".9 que establece la fracción XX del Artículo 27
constitucional, a la que podríamos calificar como el capítulo económico
constitucional del campo, que tiene el propósito de generar empleo y garantizar a la
población campesina el bienestar y su participación e incorporación en el desarrollo
nacional, y de fomentar la actividad agropecuaria y forestal para el óptimo uso de la
tierra, con obras de infraestructura, insumos, créditos, servicios de capacitación y
asistencia médica, así como la regulación jurídica reglamentaria de este precepto
para planear y organizar la producción agropecuaria, su industrialización y
comercialización, por ser de interés público. En otras palabras, esta materia atiende
al régimen jurídico de la explotación y aprovechamiento del campo.

Derecho de la seguridad social.


Constituido como una rama del derecho social, su presencia en el derecho agrario
resulta indispensable, ya que protege a los grupos humanos marginados o en
situación de desventaja, a quienes les asiste el derecho a la protección de la salud
previsto por la misma Constitución Política, en su Artículo 4°, cuarto párrafo.
Derecho Consuetudinario.
Entendemos al derecho consuetudinario como aquel que nace de la costumbre, de
los usos reiterados que una sociedad considera obligatorio.10 México ha sido un
país de derecho escrito por excelencia, donde la costumbre no tenía prácticamente
ninguna observancia hasta la consagración de las garantías sociales
constitucionales, específicamente las que están a favor de los pueblos indígenas,
en los artículos 4° y 27 constitucionales.

4. Garantías individuales y sociales

Le corresponde el estudio de las garantías de los campesinos en general y de los


indígenas en lo particular, consagradas en los Artículos 4º y 27 constitucionales.
Como parte sustancial del derecho agrario, lo que le da una conformación propia,
deberá analizarse su relación con dos grandes vertientes: la primera, de las
garantías individuales atribuibles a todo ser humano, y una segunda, de las
garantías sociales atribuibles a los grupos humanos que presentan condiciones de
desventaja frente al restos de la sociedad. Dentro de las primeras encontramos las

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garantías de respeto a la vida, libertad, propiedad, seguridad jurídica, legalidad,
igualdad, procreación, trabajo, pensamiento, petición, reunión y asociación,
posesión de armas, tránsito y correspondencia, religiosa y de libre concurrencia.
Las garantías sociales "son las disposiciones constitucionales que establecen y
regulan los derechos y prerrogativas de los grupos humanos, conforme a criterios
de justicia y bienestar colectivos. En tal sentido, son derechos del hombre, en su
característica de persona social, por quedar aquel vinculado ya sea a un grupo o a
una clase o bien a una comunidad determinada, y que el derecho garantiza con
sentido de integración, lo que impone un deber para el Estado, de suministrar
prestaciones específicas".

Éstas se encuentran contenidas en los Artículos 3º, en lo que se refiere a la


educación, y en el 28, respecto de los llamados derechos difusos, y por excelencia
las encontramos contenidas en los Artículos 4º y 27 constitucionales, de aplicación
específica en nuestra materia.

En el citado Artículo 4º constitucional, párrafo primero, se establecen como


garantías para los pueblos indígenas:

a) la protección y promoción del desarrollo de sus lenguas, culturas, usos,


costumbres, recursos y formas específicas de organización social;
b) su efectivo acceso a la jurisdicción del Estado, y
c) tomar en cuenta sus prácticas y costumbres jurídicas en los juicios y
procedimientos agrarios en los que sean parte.
Respecto al Artículo 27 constitucional, encontramos como algunas garantías
sociales:
a) el mejoramiento de las condiciones de vida rural;
b) el fraccionamiento de latifundios;
c) la organización y explotación colectiva de los ejidos y comunidades;
d) el desarrollo de la pequeña propiedad rural;
e) la personalidad jurídica y patrimonio de ejidos y comunidades, que protege la
integridad de las tierras de los grupos indígenas (fracción vii), y
f) la restitución de tierras, bosques y aguas (fracciones VIII y XVIII).

5.- Reforma agraria

Del verbo “reformar “indica la acción de rehacer, modificar, enmendar o volver a


formar algo. La acción y efecto de reformar (o reformarse), por su parte, recibe el
nombre de reforma.

Agrario es lo perteneciente o relativo al campo. El término también se utiliza para


referirse a la política que defiende los intereses del sector de la agricultura.

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La fusión de estos conceptos en el de reforma agraria se utiliza para hablar del
conjunto de las medidas económicas, sociales, políticas y legislativas que sirven
para modificar la estructura de la propiedad y de la producción de la tierra.
Estas reformas intentan evitar que la distribución de la tierra se halle en pocas
manos; porque en ese caso, los dueños (latifundistas) pueden especular con su
valor y no fomentan necesariamente su uso productivo.

La reforma agraria es una de las aspiraciones de la revolución de comienzos de


siglo.

En 1910 los grandes propietarios terratenientes constituían una oligarquía que


dominaba el país.

La revolución de Emiliano Zapata terminó con esta situación, ya que accedió al


poder con la consigna del reparto de la tierra.

No hay que olvidar que Zapata venía de regiones agrícolas donde el problema de
la tierra era secular. La reforma agraria zapatista es política, la primera reforma
agraria política del mundo.

6.- el problema agrario en México

ÉPOCA INDEPENDIENTE

A principios del Siglo XIX el número de indígenas desposeídos era ya muy grande,
llegaron a formar una masa de individuos oprimidos que consideraban a los
españoles la causa de su miseria; por eso la guerra de independencia encontró en
la población rural su mayor contingente; “esa guerra fue hecha por los indios
labriegos, guerra de odio en la que lucharon dos elementos: el de españoles
opresores y el de indios oprimidos

Las masas de indios no combatieron por los ideales de independencia y


democracia, que estaban muy por encima de su mentalidad; la guerra de
independencia fue una guerra en cuyo fondo se agito indudablemente el problema
agrario, para entonces ya perfectamente definido.

Tan pronto iniciados los desórdenes en las colonias, el gobierno español se


preocupó por detenerlos, estudiando con la premura del caso las causas para
buscar un remedio, entre ellas la del mal reparto de la tierra, todas las medidas
fracasaron, porque ya nadie tenía fe en las disposiciones legales; la experiencia de
tres siglos, había demostrado que sólo eran expresiones de buena voluntad del
gobierno, pero completamente ineficaces en la práctica.

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El Problema Agrario surgió en México a raíz de las primeras disposiciones sobre
concesión de mercedes de tierra y reducciones de indios, porque ellas establecieron
el reparto entre indígenas y españoles sobre una base de desigualdad absoluta, la
que se acrecentó con el tiempo, hasta producir el malestar que impulsara a las
clases indígenas a iniciar y sostener la guerra de independencia. El Problema
Agrario, por tanto, nació y se desarrolló durante la época Colonial. Cuando México
logro independizarse llevaba ya este problema como una herencia de la época
Colonial.

LA ORGANIZACIÓN AGRARIA EN LA ÉPOCA INDEPENDIENTE.-

Conseguida la Independencia de México, los nuevos gobiernos procuraron resolver


el problema agrario, pero contemplando dicho problema desde una perspectiva
distinta de la que domino en la época Colonial.

La Época del México Independiente se inició con la entrada a la ciudad de México


del Ejercito trigarante; pero en materia agraria, la nueva República tenía que
enfrentarse a muchos problemas que heredo de la Colonia.

El problema presentaba dos aspectos: una defectuosa distribución de los habitantes


sobre el territorio y una defectuosa distribución de la tierra. Claro que durante la
guerra de Independencia, se consideraba con vehemencia el segundo aspecto,
pero una vez consumada esta, sólo se atendió al primero, esto es, que el país lejos
de necesitar una equitativa distribución de la tierra, lo que necesitaba era una mejor
distribución de los pobladores sobre el territorio. Así pues, el gobierno se avoco a la
colonización de las tierras, realización que intento mediante una serie de
disposiciones legales en esa materia.

Las primeras disposiciones que encontramos, dictadas por los poderes del México
Independiente, son las que tuvieron por objeto conceder a Esteban Austin, la
introducción de 300 familias en el territorio de Tejas, y dar los primeros pasos en la
colonización de nuestro país; para lo cual dictó La Junta Instituyente la primera ley
de nuestro gobierno en materia agraria, ley que fue suspendida poco tiempo
después por orden del Gobierno General.

Ligera huella imprime sobre esta materia, el decreto de 4 de Julio de 1823, que
concedía a los militares que probasen haber pertenecido al ejercito trigarante, en
recompensa de sus virtudes, una fanega de tierra y dos bueyes, en el lugar que
hubieren elegido para vivir. La mayor parte de las disposiciones legales sobre
terrenos baldíos y colonización, se hallan dominados por tres puntos:

a) recompensas en terrenos baldíos a militares;

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b) concesiones a los colonos extranjeros y
c) preferencia en la adjudicación de baldíos, a los vecinos de los pueblos cercanos
a ellos.

El 18 de Agosto de 1824, se dio el decreto más antiguo después del que dictó la
Junta Instituyente, en este decreto de ofrecía a los extranjeros, vinieran a
establecerse en México, ofreciendo seguridad en sus personas y sus propiedades,
con tal de que sujetaran a las leyes del País.

Pero en todos estos decretos aparece apenas como vaga y flotante la ¡idea de
utilizar los terrenos baldíos de la nación, sin pensar en establecer algún sistema
para el deslinde y fraccionamiento de dichos terrenos. Lo único que puede deducirse
de los referidos decretos, es que en ellos se da por sentado el principio de que, a la
Soberanía Nacional corresponde el dominio de los terrenos baldíos.

Teóricamente las leyes de colonización no eran malas, los legisladores parece que
hicieron la siguiente reflexión: En algunos lugares del País hay exceso de tierras
baldías y falta de Pobladores; en otros, al contrario, provocando una corriente de
inmigración de los puntos en que hay exceso de pobladores a aquellos en que
faltan, se lograra un perfecto equilibrio y la solución del problema agrario. Pero en
la práctica, las leyes a que hacemos mérito, fueron completamente ineficaces; lo
fueron, porque al dictarse no se tuvieron en cuenta las condiciones especiales de la
población rural mexicana, ni las que por el momento guardaba el país.

Las Leyes de colonización ni siquiera fueron conocidas por los indígenas, porque
los medios de comunicación eran retardados y difíciles, porque la mayor parte de
dicha población no sabía leer ni escribir, porque las revoluciones y asonadas, hacían
inconsistentes las disposiciones legales y por último, porque contradecían su
idiosincrasia. "El indio vive y muere en la miseria, pero en el pueblo de su nacimiento
al que se haya ligado por muchos lazos, la devoción al santo patrono de su pueblo,
las costumbres, las deudas etc, por estas razones fracasaron las leyes de
colonización."

El 31 de Mayo de 1875, se expidió una ley general sobre colonización, en la cual se


facultaba al ejecutivo para procurar la inmigración de extranjeros al país, bajo
condiciones determinadas.

Esta Ley es importante, porque autoriza los contratos del gobierno con empresas
de Colonización, a las que se conceden subvenciones y otras franquicias en favor
de las familias que lograsen introducir a la República, así como terrenos baldíos
para que se repartieran entre ¡os colonos con obligación de pagarlos en largos
plazos. La fracción V del artículo lo de esta ley, autoriza la formación de comisiones
exploradoras para medir y deslindar las tierras baldías, y la fracción IV del propio

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artículo, otorga a quien mida y deslinde un baldío, la tercera parte del mismo como
premio por el servicio.

Este empeño en colonizar nuestro territorio, lo analiza Don Wistano Luis Orozco, en
su Obra " Legislación y Jurisprudencia sobre Terrenos Baldíos": " Hemos visto
muchos actos legislativos emanados de nuestros gobiernos, que han tenido por
objeto distribuir y aumentar la Población del País. Este empeño en Colonizar nuestro
territorio obedece probablemente, como principal y más poderoso motivo, a un pueril
espíritu de imitación a los Estados Unidos.

Pero es seguro, que no han faltado al mismo tiempo ni buenos deseos ni buenos
propósitos al ánimo del Legislador. ¿Cuáles podían ser estos propósitos? Aumentar
en otro lugar las fuerzas sociales y materiales de la nación, con el contingente de
razas hermosas, fuertes y civilizadas traídas del Antiguo Mundo.

Es seguro que este ideal ha flotado vaga y fantásticamente en la mente de nuestros


legisladores, a la manera que en el ánimo de un adolescente vagan en celajes de
rosa y oro las ilusiones todas del porvenir. Como quiera que sea, los resultados no
han correspondido a las esperanzas, y estamos aún por tanto, en el caso de revisar
nuestras teorías, opiniones o sistemas, sobre colonización extranjera en nuestra
población.

Lo que se puede alcanzar por medio de una fuerte inmigración extranjera, es en


primer lugar el aumento de la población: luego el cultivo de terrenos desiertos, el
aumento de producción, el cruzamiento de las razas, la creación de nuevas
industrias, la transformación de las costumbres y otras cosas de menos importancia.
Pero dadas las actuales condiciones del Mundo, los países americanos deben
limitarse a reglamentar la inmigración extranjera, restringiéndola más que
favoreciéndola, es decir tomando enérgicas medidas, para que de la corriente
espontánea de emigrantes constantemente desprendida del Asia y de la Europa,
sólo puedan penetrar al suelo americano individuos laboriosos, honrados, fuertes y
civilizados, capaces de ocuparse desde luego, en alguna labor útil y honesta. Y ya
que sería poco liberal exigir un impuesto de ingreso al territorio Nacional, a lo menos
que el tesoro Público no gaste un solo peso ni en traer, ni en instalar ni en sostener
al extranjero en nuestro territorio.

Es necesario también, que se aseguren perfectamente las preeminencias de raza o


de los nacionales, y que se guarden la homogeneidad de sentimientos y tendencias
sociales, con celo vigilante y ojo previsor.

Es necesario, por último, que no se permita al extranjero adquirir propiedades raíces


en el país, sino mediante una naturalización sincera, que no se conceda sino
precediendo escrupulosas precauciones, fuera de aquellos casos en que la

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propiedad raíz sea necesaria para la creación de nuevas empresas industriales." La
idea de restringir en vez de favorecer la inmigración extranjera la apoyaba Don
Wistano Luis Orozco en consideraciones de tipo nacionalista y se oponía a la
inmigración con los siguientes argumentos: " El aumento de la Población es un bien
para el Estado, si por la extensión de su territorio y por la sabiduría de sus leyes, los
medios de subsistencia crecen en igual o mayor proporción que la multiplicación o
aglomeración de la humana especie. De otra forma el crecimiento de la Población
es un mal Publico."

"De aquí es que favorecer la inmigración extranjera por el solo propósito de


aumentar las cifras de nuestro censo, no demuestra pericia en el manejo de los
negocios Públicos”.

"No es lo importante tener una densa población, sino tenerla de hombres bien,
mantenidos, bien educados, sanos y fuertes." " El ideal de una sociedad feliz, seria
una agrupación de familias que disfrutaran sin exceso de todas las comodidades
honestas de la vida; donde la miseria y las enfermedades fueran cosas
desconocidas; donde no existiera el contraste de la opulencia orgullosa y de la
abyecta indigencia; donde el amor y las mutuas consideraciones formaran el vínculo
social; donde el ordenado reparto de las riquezas garantizara la dignidad e
independencia de cada uno, haciendo imposible la tiranía oligárquica de los unos y
la esclavitud mísera de los otros. Una sociedad en fin, culta, piadosa, alegre,
virtuosa, sana, fuerte y laboriosa, con abundantes medios materiales de
subsistencia, comodidades, goces y adelanto. Este ideal no se realizara nunca
completamente en el mundo. Pero acercarse a el cuanto sea posible, debe ser el
constante y decidido afán de todo gobierno ilustrado y justo."

LAS COMPAÑÍAS DESLINDADORAS

La Ley de 15 de Diciembre de 1883, en sus puntos esenciales coincide con la


anterior de 1875, con la modalidad de que autoriza la formación de las mencionadas
compañías deslindadoras. Este fue el origen de las llamadas Compañías
Deslindadoras, de negra memoria, cuya acción tuvo una gran influencia en el
desarrollo del problema agrario en México, contribuyendo a la decadencia de la
propiedad rural, porque con pretexto de deslindar terrenos baldíos, se llevaron a
cabo verdaderos despojos.

En efecto, para que un propietario pudiera poner a salvo sus terrenos y no fueran
considerados como baldíos, al llegar las compañías, necesitaba presentar los títulos
que acreditaban su propiedad y su extensión, pero como la mayoría de los
propietarios, carecían de títulos perfectos, se vieron en la dura disyuntiva de
entablar juicios contra esas compañías, que casi siempre perdían, no podían tener
los recursos y la influencia de estas empresas que generalmente contaban con el

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apoyo oficial, incluso los mismos funcionarios del gobierno tenían interés en las
famosas compañías, finalmente entraban en composiciones, pagando ínfimas
cantidades por las extensiones de tierras que poseyesen sin título o con título
defectuoso.

El Ingeniero Pastor Rouaix, hace remembranza de las actividades de las Cias.


Deslindadoras diciéndonos": Los habitantes de la sierra de Durango, jamás habían
sospechado que aquellos cerros agrestes por donde diariamente transitaban y que
generosamente les ofrecían su leña, maderas y pastos, aprovechados por 9ellos
desde tiempo inmemorial, no eran suyos, porque el viejo título castellano, que
amparaba sus derechos de propiedad, no los comprendía dentro de los linderos que
fijaba. Por otra parte, es seguro que jamás pensaron que ricos hombres les
disputarían alguna vez la posesión de aquellas escarpadas serranías, de las que
ningún provecho podrían obtener, si no era el alza del precio de los terrenos
esperando venderlos, porque confiaban en la protección de los gobiernos
mexicanos, recordando algunos hechos paternales del gobierno del Rey."

Tras las acciones de las Cias. Deslindadoras, removiendo mojoneras y revisando


títulos, apoderándose a nombre propio o del gobierno de todos aquellos terrenos
que no estaban amparados por documentos bastantes a juicio de las propias
compañías, llegaron los compradores de terrenos baldíos y las denuncias de las
demasías, quienes después de los trámites legales ante las lejanas e ignoradas
oficinas de la Ciudad de México, tomaban posesión, a veces con apoyo de la fuerza
pública, de todas las tierras que se habían considerado libres, incluyendo en ellas
hasta las rancherías cultivadas y poseídas por familias con arraigo inmemorial.
Estas compañías, nacidas bajo el amparo y complicidad de un régimen,
contribuyeron al acaparamiento y monopolio de la tierra en México. El lie. José L.
Cossio después de un estudio en su Libro de "Cómo y por Quienes se ha
Monopolizado la Propiedad Rustica en México ", concluye diciendo que: "más de
una tercera parte de la superficie total de la República fue objeto de la voracidad de
esas Compañías". Las operaciones de estas empresas amortizaron en las manos
de aprox. 29 individuos, el 14% de la superficie total de la República, y en los cinco
años subsecuentes, otras tantas empresas acapararon un 5 % más de dicha
superficie, o sea una quinta parte de la propiedad total de la superficie nacional,
monopolizada por no más de 50 propietarios.

Durante el periodo del México Independiente y el año de 1856, observamos que el


problema Agrario seguía agravándose en su configuración; se reconocía la
existencia del problema, pero poco o nada se hacía para resolverlo; se sabía de la
defectuosa distribución de la tierra, pero se quería resolver este problema, sólo con
redistribuir la Población, promoviendo la colonización de los terrenos baldíos,
principalmente de las fronteras y zonas despobladas y aunque teóricamente se
pueden encontrar leyes de colonización de magnifico contenido, las soluciones

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legislativas tendieron a ser más políticas que técnicas. Era obvio que con tales
medidas, no se distribuyera la tierra, ni la población, ni. se resolvería el problema
agrario. Lo más grave fue que con apoyo en la Colonización, se permitió la fatal
colonización extranjera en el norte de la República, que provoco el
desmembramiento del país; cara resulto la experiencia para que finalmente se
sentaran las bases mediante las cuales un extranjero pueda obtener tierras, porque
nos costo la mitad del territorio nacional, el sacrificio de muchos mexicanos y un
maligno precedente.

LA PROPIEDAD DE LA IGLESIA

Los bienes de la iglesia que ya eran cuantiosos durante la Colonia, en la época del
México Independiente continuaron acrecentándose, de acuerdo con la relación del
Doctor José María Luis Mora, la propiedad de la Iglesia podía clasificarse de la
siguiente manera:

- Bienes Muebles, consistentes en alhajas, pinturas esculturas, objetos religiosos.

- Capitales impuestos sobre bienes raíces, para capellanías. Era capellanía, la


obligación contraída entre una capilla determinada y una persona, por medio de la
cual, la capilla aceptaba la carga de celebrar un número determinado de misas
anuales en favor del. alma de quien le designase el fundador de la capellanía, y este
a su vez gravaba alguna finca o derecho en favor de la capellanía.

- Del mismo género son los capitales destinados a la celebración de misas y


aniversarios perpetuos por el alma de sus fundadores, a funciones de los santos y
otros objetos conocidos como piadosos, consistentes en legados testamentarios
influidos a los ricos por el clero en los últimos momentos, como satisfacción de sus
pecados o para descanso de su alma.

- Bienes destinados al sostenimiento de instituciones religiosas, regulares o


monacales, debidos también a legados testamentarios.

- Bienes de Cofradías. Las Cofradías eran asociaciones o comunidades civiles con


fines piadosos y benéficos y adictos a algún templo o iglesia. Los cofrades
destinaban, para fines de la comunidad, bienes y capitales que constituyeron con el
tiempo considerables riquezas.

- Correspondían también a los bienes del clero los edificios de templos, iglesias y
monasterios y los capitales adquiridos por concepto de diezmos, primicias y
limosnas.

A esta enumeración debe agregarse según Pallares:

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M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
- Bienes destinados a Colegios, Seminarios, hospitales y en general a instrucción y
beneficencia Pública.

Todos estos bienes, según el Dr. Mora, alcanzaban hasta fines de 1832 una valor
de 1791163,754.00, Pallares considera que este es el cálculo más minucioso que
se haya hecho sobre el valor de los bienes eclesiásticos. Don Lucas Atamán, calculo
que los bienes del Clero eran del orden de los 300'000,000.00, y Don Miguel Lerdo
de Tejada, decía que los bienes del Clero andaban entre 250'000,000.00 a
300*000,000.00, no existen medios para precisar con exactitud el Monto del Capital
de la Iglesia, pero basta con observar los datos anteriores para darse una idea de
los bienes que la mano muerta había tomado en el país.

La situación económica del país empeoraba cada día a consecuencia entre otras
cosas, de la amortización eclesiástica y de las circunstancias políticas.

Realizada la Independencia Iglesia y Estado continuaron unidos; pero entre ellos


empezaron a surgir diferencias, entre algunas de esas diferencias encontramos las
disposiciones del gobierno relativas a los bienes de la Cia de Jesús. Los Jesuítas
en época de la Colonia estaban administrados por una oficina Pública, al
consumarse la Independencia, estos bienes siguieron en administración del
gobierno, disponiendo de ellos por ultimo como bienes nacionales, así como de los
fondos piadosos de las alta y baja Californias, los destinados a las misiones de
Filipinas y los bienes de la Inquisición. Las disposiciones del gobierno de estos
fondos fueron mal vistos por el clero, quien empezó a golpear al gobierno desde el
púlpito.

El Gobierno ordeno entonces a la Iglesia, que sus sacerdotes se concretaran a


ejercer su ministerio sin inmiscuirse en asuntos públicos. Posteriormente se empezó
a hablar de la ocupación de los bienes del clero. Don Lorenzo de Savala, presento
un proyecto ante la Cámara de Diputados en que abiertamente proponía la
ocupación de los bienes de la Iglesia, pero todos estos proyectos fracasaron ante la
resistencia del Clero. Don Antonio López de Santa Ana apoyado por el Clero llego
a la Presidencia de la República y los Nulifico.

Don Valentín Gómez Farias volvió a pensar en la Ocupación de los bienes de la


Iglesia y siendo Presidente interino de la República, propuso la ocupación de los
bienes de la Iglesia hasta donde fuere necesario, para obtener quince millones de
pesos, la Cámara de Diputados celebro una sesión que duro deliberando tres días
hasta que se votó afirmativamente, pero a su regreso en 1847 Antonio López de
Santa Ana, derogo la ocupación de los bienes de la Iglesia. Para 1856 año en que
damos por cerrada esta etapa, el clero continuaba siendo un terrateniente y era, en
realidad el más poderoso de ellos.

15
M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
Este es el panorama ambiental que nos presenta la existencia de un problema
agrario, que el tiempo y el crecimiento de la población, los errores técnicos y las
ineficaces leyes agrarias, agudizaron durante la primera etapa del México
Independiente, también son los antecedentes legales y políticos de las Leyes de
desamortización y nacionalización de bienes de la Iglesia que veremos en nuestro
siguiente capítulo.

7.- CLASIFICACION DEL DERECHO AGRARIO

En el derecho mexicano, hemos creado una clasificación para nuestras distintas


ramas jurídicas, y conforme a ésta clasificación encontramos al:

DERECHO PUBLICO: que está constituido por los conjuntos de normas que regulan
las relaciones delos particulares con el estado.

DERECHO PRIVADO: que está constituido por los conjuntos de normas que
regulan las relaciones delos particulares con los particulares.

DERECHO SOCIAL: está constituido por los conjuntos de normas que regulan,
tutelan y protege la clase social más desprotegida. (Éste derecho nace en un
principio del derecho público)

De las propuestas surgidas en el esfuerzo por clasificar al Derecho Agrario,


sobresalen tres marcadas corrientes de opinión:

A) El Derecho Agrario es una rama del Derecho Privado, porque sus instituciones
participan de la misma naturaleza, es decir, las relaciones de coordinación son las
que se encuentran presentes, incluso participa del carácter patrimonial propio de lo
privado.

B) Forma parte del Derecho Público en atención a la trascendencia de la producción


agrícola, pecuaria y forestal en la vida económica de las naciones, y del interés que
tiene el Estado por regular y controlar todo lo concerniente al campo como fuente
económica. Otro razonamiento al respecto es el siguiente: "El Derecho Agrario
deriva de la parte fundamental del 27 Constitucional, las autoridades encargadas de
aplicarlo son administrativas y también el procedimiento (salvo el amparo judicial
que en todo caso es de orden federal), el ejido no es propiedad privada absoluta, y
se encuentra constantemente sujeto a la intervención pública...". Situaciones, estas
últimas que han adquirido un sentido diferente con las últimas modificaciones
hechas a la legislación agraria.

C) El Derecho Agrario, al estar integrado por leyes que participan de la naturaleza


de las relaciones privadas, pero que son también de orden público, adquiere un

16
M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
carácter mixto; o bien domina alguno de los aspectos antes señalados (posición
ecléctica).

Los juristas mexicanos que se han ocupado de la materia, en general aceptan la


existencia de la rama Social del Derecho, con propiedades de las que participa la
Disciplina Jurídica Agraria, pero acuerdan también que en cada estado, su
clasificación dentro del orden jurídico respectivo, se encuentra directamente
vinculada con determinaciones históricas, y obedece a razones de índole
económica, política, social y cultural; todos estos aspectos, además, condicionan la
evolución de la legislación respectiva.

En México, el asunto de la tierra como propiedad y como fuente económica, ha


tenido un papel destacado a lo largo de su historia, particularmente al momento de
integrar la Ley Fundamental de 1917, que se caracteriza por avanzadas conquistas
de tipo social; pronto esta área legislativa adquiere autonomía formal, como lo hacen
también la Disciplina del Trabajo, y la Seguridad Social.

Para esta triple concepción en torno a la clasificación del Derecho Objetivo (Rama
Pública, Privada y Social) tenemos una tesis, que ante las objeciones de la Doctrina,
presenta una mayor precisión.

Siguiendo la idea de clasificar las normas a partir de la naturaleza de la relación


imperante en las normas, se distingue.

a) El Derecho de Coordinación o Privado, con las características previamente


señaladas.

b) Un Derecho de subordinación o público.

c) Un Derecho de Integración Social.

En la tercera posibilidad el primero y el segundo se entrelazan y sintetizan, para


situarse en un punto intermedio que se ha dado en llamar derecho de integración
por tener como finalidad específica la de lograr la solidaridad de la totalidad de los
miembros de un grupo social, consolidando un poder que debidamente
institucionalizado y organizado, actúa en el sentido de beneficiar y proteger a los
integrantes de esa colectividad. De ahí que se le haya denominado también derecho
de clase.

En esta tercera rama, los intereses individuales y del Estado se conjugan, dando
lugar a relaciones jurídicas de naturaleza peculiar, que se denominan de
integración.

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M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
Esta perspectiva trilateral, que ha puesto en crisis la división tradicional de la
Sistemática Jurídica, ha sido el origen de los siguientes conceptos:

DERECHO PUBLICO: Es el conjunto de normas e instituciones jurídicas que


organizan la actividad del Estado y rigen las atribuciones, facultades y relaciones de
los órganos públicos entre sí, y de éstos con los particulares, así como sus
relaciones con otros Estados.

DERECHO PRIVADO: Es el conjunto de normas e instituciones jurídicas, en sentido


amplio, que rigen las relaciones e intereses de las personas, y donde el Estado
puede participar si lo hace en un plano de igualdad.

DERECHO SOCIAL: Aquella rama del derecho formada por el conjunto de normas
e instituciones que establecen y desarrollan principios y procedimientos de carácter
protector en favor de grupos o sectores demográficos (y de las personas que forman
parte de ellos), que se encuentran en desventaja patrimonial respecto al conjunto
social; su objeto es lograr la convivencia de los diferentes estratos de la comunidad
en base a principios de equidad y equilibrio entre los diferentes poderes
económicos.

Con todo lo anterior, prevalecen opiniones que niegan rotundamente su existencia


debido a que todo Derecho regula relaciones de tipo social, y esto resulta cierto en
términos generales; pero sin negar que esta rama participa de normas públicas y
privadas. En su más plena expresión, existen factores decisivos para atribuirle una
categoría diferente.

PRIMERO: El interés social al que da respuesta, un interés que se perfila por encima
del interés individual, cuantitativa y cualitativamente, pero que se encuentra en
desventaja con respecto al interés público. Su respaldo constitucional lo
encontramos en la consagración de garantías de tipo social al lado de las Garantías
individuales.

SEGUNDO: Los sujetos jurídicos que en el intervienen, se encuentran


caracterizados por ostentar determinada calidad patrimonial (la desventaja) y que
en unidad integran sujetos jurídicos colectivos cuya solidaridad se funda
básicamente en razones socio-económicas. Esas agrupaciones humanas
(sindicatos, cooperativas, núcleos de población ejidal, comunidades agrarias...) que
por sus características no pueden ser consideradas como particulares como entidad
soberana, tampoco pueden admitirse como sujetos jurídicos colectivos de Derecho
Privado. Aún más, cuando alguno(s) de sus miembros establece, como sujeto
jurídico individual, relaciones que sean consideradas dentro del denominado
Derecho Social (o de clase), continua participando de la protección correspondiente.

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M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
TERCERO: La naturaleza de las relaciones que ha de regular, no puede ser
consideradas de coordinación (entre iguales), ni de subordinación (entre gobernante
y gobernado), por lo que es calificada de integración, a raíz de su carácter tutelar
para que con un grupo social cuantitativamente más importante que un particular,
pero que se presume cualitativamente más vulnerable. Las relaciones
fundamentales a regular por el Derecho Social pueden darse:

i) Entre el Estado y el grupo, o bien entre el Estado y alguno(s) de los miembros del
grupo.

ii) Entre los particulares y el grupo, o bien entre particulares y alguno (s) de los
miembros del grupo.

iii) Entre los diversos grupos, o bien entre los miembros de los mismos.

CUARTO: Tener por objeto que mediante el agrupamiento de intereses comunes


(fundamentalmente socio-económicos) se generen opciones reales y materiales
para equilibrar los diferentes poderes patrimoniales que existen en una sociedad.

Factor que podría sumarse a los anteriores, es que su reconocimiento -y el origen


formal de las Disciplinas Jurídicas Especiales que lo componen-, puede ser
explicado a partir de los trascendentales cambios económicos, políticos y sociales
que en 1917 se plasmaron en la Carta Magna.

8.- ARTICULO 27 CONSTITUCIONAL

Del Artículo 27 constitucional, se han creado nuevas e importantes instituciones


jurídicas agrarias que deben ser estudiadas y analizadas con minuciosidad por los
juristas.
De esa reforma constitucional hay detractores y partidarios, desde la perspectiva
oficial se subraya la certeza jurídica de la propiedad rústica como un logro
importante.
En función del Artículo 27 constitucional se deben precisar los alcances y límites del
Derecho Agrario y si bien en el texto se abordan temas de diversa índole, el que
interesa se refiere a la agricultura, la ganadería, la silvicultura y las demás
actividades económicas complementarias en el medio rural; pero también el Artículo
27 regula temas relativos al agua, con la Ley de Aguas; la de recursos naturales,
como los minerales, en la Ley de Minería, pero que de ninguna manera forman parte
del Derecho Agrario.
No obstante, el Artículo 27 constitucional sirve de base para otras ramas del
Derecho tales como:
Ley de Asentamientos Humanos;
Legislación Forestal y de Caza;
Ley de Aguas Nacionales;

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M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
Ley de Pesca;
Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente;
Ley de Asociaciones Agrícolas;
Ley de Asociaciones Ganaderas; Ley de Distritos de Desarrollo Rural;
Ley de Expropiación;
Ley de Fomento Agropecuario;
Ley Federal de Sanidad Animal;
Ley Federal de Sanidad Vegetal;
Ley Federal de Variedades Vegetales;
Ley Minera;
Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios;
Ley Reglamentaria del Artículo 27 constitucional en materia nuclear; Ley
Reglamentaria del Artículo 27 constitucional en materia del petróleo
Ley Agraria.

El art. 27 constitucional, en donde están incluidas las garantías de la propiedad,


además de consignar la propiedad originaria de la nación sobre aguas y tierras del
país y de consignarse el derecho de propiedad privada, se establecen los derechos
de propiedad comunal y ejidal, que son conocidos como Derecho Agrario. Además
de La SEDATU, sus funciones y organigrama de esta institución gubernamental
encargada de aplicar la Ley agraria y regular el funcionamiento del RAN y de la PA.

9.- ANTECEDENTES DEL DERECHO AGRARIO

Introducción: México es un país rico por sus aportaciones culturales al mundo,


pero lo mejor para nuestra legislación, lo es el derecho agrario, ya que su origen y
organización se basa en las formas de propiedad comunal de los Aztecas y Mayas

Origen de la Cuestión Agraria en México


Los más antiguos datos del Derecho Agrario en México se encuentran en a época
pre colonial. Desde entonces se ha buscado la mejor forma de hacer productiva la
tierra, y es también desde entonces que se distinguen las instituciones agrarias, por
ejemplo las de los aztecas; por medio de tales instituciones se puede apreciar
claramente la proyección de su estructura social, ésta se formaba de nobles,
sacerdotes, el ejército, del pueblo en el que había agricultores, comerciantes,
artesanos y esclavos.
Las guerras fueron fuente de ingreso territorial para los aztecas; así es como se
apoderaban de las tierras, y las repartía entre los más altos rangos.
La denominación que se le dio a la propiedad agraria entre los aztecas fue la
siguiente:
o Tlatocalli. Ésta era la propiedad del monarca
o Pillali. Tierras de los principales nobles.

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M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
o Altepetlalli. Tierras propiedad del barrio.
o Calpulli. Tierras que se les repartieron a cada jefe de familia, para que las
cultivaran y sostuvieran.
o Miltchimalli. Con éstas tierras se sostenían al ejército.
o Teotlalpan. Eran las tierras de los dioses, el producto se destinaba al
mantenimiento de los gastos que originaba el culto.
La Desposesión de la Tierra

Al consumarse la caída de Tenochtitlán, la Corona española adoptó diversas


medidas tendientes a organizar la vida política, económica y social de ese nuevo y
enorme territorio. Al efecto, el Consejo Real de las Indias emitió diversas
disposiciones para promover el mejoramiento espiritual y material de los indios; sin
embargo, de manera paralela también autorizó la creación de otras instituciones, en
primer término la encomienda, cuyo propósito era modificar las costumbres de los
naturales y obtener tributos y tierras. En la época colonial los españoles probaron
varias formas para hacer del campo un eje económico y productivo: la encomienda,
las composiciones, los mayorazgos y la hacienda principalmente.
La encomienda fue un premio que se concedió a la mayoría de los soldados que
vinieron con Cortés. Se les concedió el derecho de explotar directamente el trabajo
de los indios encomendados, en especial mediante la recaudación de tributos.
La Conquista representó un cambio rápido, dramático y en la mayoría de los casos
violento de las formas de vida de más de un centenar de grupos étnicos distintos. A
la privación del principal medio de vida, la tierra, se debe agregar la introducción de
nuevos cultivos y de la ganadería, la sustitución de las antiguas deidades y fiestas
y la pérdida de sus formas de vida y gobierno tradicionales

Existieron en la Nueva España muchos tipos de tierras, pero claramente se puede


apreciar que la propiedad agraria se clasificó en tres grupos:

 la propiedad privada de los españoles,


 la propiedad de los pueblos indios y
 la propiedad eclesiástica.

La consolidación de la hacienda como una unidad productiva eficiente sólo pudo


lograrse a partir de la creación de un sistema que permitiera atraer, fijar y reponer
de manera sistemática los trabajadores a su servicio. Sin embargo, también se debe
tomar en cuenta que, de manera paralela, se fortalecía el espíritu señorial en los
hacendados, deseosos de mostrar a familiares, amigos y socios la extensión de sus
tierras y el control que ejercían sobre los cientos o miles de peones a su servicio.

El siglo XIX fue tan conflictivo que la atención al campo y su desarrollo quedaron
relegados, surgiendo grandes y poderosos latifundistas que no fueron lo

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M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
suficientemente sensibles y generosos para hacer participar de sus utilidades a los
campesinos y trabajadores. Por el contrario, lejos de alentarlos, los explotaban

El Inicio de la Revolución

La dictadura de Porfirio Díaz generó un conjunto de contradicciones que afloraron


plenamente a `partir de 1910 y fueron estandarte de uno u otro bando en las luchas
que se sucedieron por casi diez años. La insatisfacción originada por el
autoritarismo, la ausencia de democracia, la concentración de la riqueza y de la
propiedad y la violencia de los órganos de represión del Estado, abrieron cause de
las demandas para moderar la desigualdad, recuperar las tierras expropiadas
injusta e ilegalmente a las comunidades, elevar los salarios de los obreros y mejorar
en general las condiciones de vida de la población.

Las exigencias de la sociedad se concretaron en planes y leyes que tuvieron en casi


todos los casos importantes un apartado de carácter agrario. Vale anotar que las
demandas de hacer justicia agraria no eran nuevas, pues se nutrían de un largo
proceso de planes, programas, proclamas y levantamientos registrados durante
todo el siglo XIX.

Fue con el Plan de San Luis Potosí que se levantaron en armas la mayoría de los
campesinos, en tal Plan estaba mencionado la promesa de devolvérseles a éstos
las tierras que les fueron despojadas. Pero aunque el levantamiento triunfó, no se
cumplieron las promesas agrarias, lo cual generó inconformidad entre diversos
líderes y caudillos.

El movimiento encabezado por Emiliano Zapata fue similar en muchos aspectos a


otros movimientos agrarios, tanto en los motivos como en las estrategias de lucha.
La mayor parte del ejército zapatista estuvo compuesta por campesinos libres y su
principal sustento era la solidaridad aldeana, el respeto a una autoridad avalada por
la tradición y la no-remuneración o pago a los soldados. Sus dirigentes, entre los
que se encontraban campesinos, obreros e intelectuales, mostraron siempre una
gran adhesión a los ideales del movimiento, por lo que éste mantuvo siempre una
considerable unidad

De conformidad con el Plan de Guadalupe, Venustiano Carranza encabezó el


Ejército Constitucionalista y emprendió una lucha cuyo objetivo fundamental era el
restablecimiento del orden legal, con lo que luchó contra los zapatistas y villistas.
Carranza pretendió mostrar al país que su proyecto de nación era sensible a las
causas profundas de la Revolución y que además del restablecimiento de la
legalidad retomaría las demandas más apremiantes de la sociedad

22
M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
Este proceso se inició con la Ley Agraria del 6 de enero de 1915, emitida por
Carranza en Veracruz, la cual recogió el aspecto nodal de la lucha zapatista, pues
ordenó la restitución de tierras arrebatas a raíz de una interpretación dolosa de la
legislación de julio de 1856 y estipuló la dotación para aquellos pueblos que
carecieran de ella.

Asimismo, estipuló la creación de la Comisión Nacional Agraria por cada estado o


territorio de la federación, y de los comités particulares ejecutivos que en cada
entidad federativa se considerasen necesarios

1917: Reconocimiento a la Propiedad Comunal

El Art. 27 estipuló la restitución de tierras a las comunidades que hubiesen sido


despojadas y ordenó la dotación para los pueblos que carecieran de tierras. La
expropiación con fines de restitución y dotación respetaría únicamente las
propiedades legalmente establecidas que no excedieran de 50 hectáreas de tierras
de primera calidad.. Con todo ello se dejó establecidas las bases legales para una
profunda Reforma Agraria.

La aplicación del Artículo 27 encontró grandes dificultades. Entre los dirigentes


revolucionarios existían diversas posturas en torno a la cuestión agraria.

Los años que van de 1920 a 1934 se caracterizaron por hegemonía que lograron
imponer los sonorenses Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles al resto de los
generales revolucionarios. Como presidentes de la República, ambos se
caracterizaron por considerar al ejido como una forma transitoria que deberían
culminar en la formación y consolidación de una pequeña propiedad.

Durante la gestión presidencial de Calles se inició la formación de diversas


instituciones con las que se pretendió hacer de la Reforma Agraria un proceso
integral y proveer a los nuevos propietarios con la infraestructura necesaria. Los
proyectos de mayor envergadura fueron la creación de la Comisión Nacional de
Irrigación y del Banco Nacional de Crédito Agrícola

Con Lázaro Cárdenas, se inició un cambio radical de la estructura de la tenencia de


la tierra. El ejido no fue considerado una etapa transitoria hacia la pequeña
propiedad ni complemente salarial, sino concebido como el eje principal para
emprender una transformación de fondo.

Cárdenas efectuó el mayor reparto agrario hasta entonces y se afectaron las


haciendas de las zonas de agricultura más prósperas del país.

23
M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
Durante los años de 1930 a 1966 la producción agrícola de México creció más
rápidamente que su población, contribuyendo significativamente al desarrollo
general del país.

El crecimiento sostenido de la agricultura se basó tanto en el reparto agrario


cardenista como en la fuerte inversión pública destinada a este sector

PLAN EXTRACTO
1.- PLAN DE AYALA El Plan de Ayala fue una proclamación
política, promulgada y firmada por el
jefe revolucionario mexicano Emiliano
Zapata, dentro de la Revolución
mexicana el 28 de noviembre de 1911,
en el que desconoció el gobierno del
presidente Francisco I. Madero, a quien
acusó de traicionar las causas
campesinas
2.- DISCURSO DE LUIS CABRERA DE El licenciado Cabrera, según dijo en su
03 DE DICIEMBRE DEL 1912 notable discurso pronunciado el 3 de
diciembre de 1912 en la Cámara de
Diputados, expuso desde el mes de
abril de 1910, la conveniencia de
reconstruir los ejidos de los pueblos
como medio de resolver el problema
agrario que planteó con toda claridad.
Para esto, afirmo, es necesario pensar
en la reconstitución de los ejidos,
procurando que éstos sean
inalienables, tomando las tierras que se
necesitan para ello de las grandes
propiedades circunvecinas, ya sea por
medio de compras, ya por medio de
expropiaciones por causa de utilidad
pública con indemnización, ya por
medio de arrendamientos o aparcerías
forzadas.

Las partes centrales de su discurso las


enfoca a criticar al sistema de
haciendas, que creación a costa de los
ejidos, de las comunidades e incluso de
la pequeña propiedad agraria. De ahí
que se deban dictar medidas tributarias

24
M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
que igualen la pequeña propiedad con
la gran propiedad.

3.- PROYECTO DE LEY AGRARIA DE La expide en el puerto de Veracruz el


DON VENUSTIANO CARRANZA 15 de diciembre de 1914, bajo el lema
“Constitución y Reforma”. Este proyecto
está imbuido del pensamiento del
pensamiento del ingeniero Pastor
Rouaix y del licenciado José I. novelo,
que fungieron como responsables de la
política agrícola/agraria del
carrancismo. Tiene un valor relativo,
porque a escasos veintidós días entra
en vigor la Ley del 6 de enero de 1915,
que recoge algunos lineamientos del
proyecto

4.- DECRETO DEL 6 DE ENERO DE Ley que expide don Venustiano


1915. Carranza en su carácter de Primer Jefe
del Ejército Constitucionalista, en el
puerto de Veracruz, su lema era:
“Constitución y Reforma”.

Se hace hincapié en el hecho de que el


artículo 27 de la Constitución de 1857
negaba a los pueblos de indios
capacidad legal para obtener y
administrar bienes raíces y que por esa
razón carecieron de personalidad
jurídica para hacer valer sus derechos,
pues aun cuando las leyes de baldíos
dieron facultad a los síndicos de los
ayuntamientos para defender los
terrenos de sus pueblos respectivos, no
pudieron hacerlo por falta de interés y
por las circunstancias políticas.

De todo esto se deduce la conveniencia


de restituir por justicia y de dotar por
necesidad, tierras a los pueblos
desposeídos o carentes de ellas, y al
efecto, se facultaba a los jefes militares
para que hicieran la expropiación y el

25
M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
reparto que estimen conveniente,
ajustándose a lo que en la ley dispone.

10.- Análisis del Artículo 27 Constitucional Reformado en 1992:

Se publica en el Diario Oficial la reforma que da por finalizado el reparto agrario para
otorgar certidumbre jurídica al campo; se suprimen todos los preceptos que
reglamentaban el reparto agrario y señalaban las instituciones encargadas del
mismo. A partir de ahora, con el mismo propósito de otorgar certidumbre jurídica al
campo, se crearán tribunales federales agrarios autónomos, integrados por
magistrados propuestos por el presidente de la República y designados por el
Senado, quienes tendrán bajo su plena jurisdicción los conflictos agrarios.
Asimismo, se crea una Procuraduría de Justicia Agraria. De este modo, la reforma
pretende proporcionar seguridad jurídica en la tenencia de la tierra, necesaria para
que la producción y la productividad aumenten y por lo tanto, el bienestar de las
familias campesinas.

Por otra parte, se reconoce la personalidad jurídica de los núcleos de población


ejidales y comunales, así como los derechos de ejidatarios y comuneros sobre sus
parcelas y tierras y se les faculta para decidir sobre el aprovechamiento de sus
recursos productivos. Asimismo, se protege la integridad de las tierras de los grupos
indígenas. La reforma tiene como propósito crear condiciones favorables para que
los campesinos se beneficien tanto de la posesión de sus tierras, como de su
propiedad y explotación.

Con la intención de lograr la capitalización del campo, se reglamenta la adquisición


de terrenos rústicos por sociedades mercantiles por acciones, hasta determinado
límite máximo que pueden tener en propiedad. Asimismo, se suprime la prohibición
de que las corporaciones civiles tengan en propiedad o administren bienes raíces.
Así, el gobierno de Carlos Salinas de Gortari pretende atraer el flujo de la inversión
privada para modernizar al campo mexicano y hacerlo competitivo ante la
producción mundial globalizada

Desde su primer informe de gobierno Carlos Salinas había expresado: “El reparto
masivo de tierras ha concluido. Quien afirme que todavía existen millones de
hectáreas por repartir está mintiendo”.Más tarde, el 1º de Noviembre de 1991, en
su tercer informe, Salinas anunció la decisión de impulsar una profunda reforma a
la Constitución y a las leyes en materia agraria. Tras intensos debates que
cimbraron la estructura del Partido Revolucionario Institucional PRI, porque se
abandonaba una de las instituciones emblemáticas de la Revolución Mexicana y se
afectaba seriamente uno de sus sectores fundamentales en los que cimentaba su
poder, el 7 de diciembre de 1991 la reforma fue aprobada por la Cámara de
Diputados y el 12 de diciembre del mismo año, por el Senado de la República.

26
M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
En el mes de febrero siguiente, se expedirá una nueva ley reglamentaria del artículo
27, que permitirá la asociación entre ejidatarios e inversionistas privados; la
enajenación de tierras ante instituciones de crédito para la obtención de recursos
económicos; la entrega de títulos de propiedad definitiva a los ejidatarios; y la
asociación entre ellos para ampliar la superficie cultivable de modo que sea
redituable la modernización de la explotación agrícola.

Para Edmar Salinas Callejas (Balance General del Campo Mexicano 1988-2002),
“lo que el presidente Salinas trató de lograr con esta reforma fue legalizar los predios
agrícolas para regular la propiedad y asegurar el patrimonio de los propios
campesinos. La razón de privatizar las tierras de labor fue atraer la inversión privada
al campo ya que en la situación de “inenajenabilidad” la tierra no podía ser garantía
de crédito; sin embargo, el carácter de “inenajenabilidad” fue para evitar un nuevo
proceso de reconcentración de tierras y es en este sentido que el espíritu de la ley
agraria ejidal fue trastocado…. Los regímenes revolucionarios no quisieron ni
supieron generar un proyecto que pudiera convertir a la institución ejidal en una
alternativa de desarrollo económico y bienestar social; se centraron en facilitar la
acumulación urbano industrial y mantener la dominación política. En este sentido el
sistema ejidal sirvió para reproducir un régimen de producción ineficiente que
alimentó su propio circulo vicioso de pobreza y, en esta situación, trastocar su
carácter de inenajenabilidad condena al ejido a su desmembramiento”.

Concluirá así el ciclo de la revolución agraria que se inició en 1910 y que creó el
ejido en 1917. Hasta antes de la presente reforma existía la obligación del gobierno
de dar tierra a todo el que la solicitara; sin embargo, el crecimiento de la población
rural estimulado por mejores condiciones de alimentación y salud que disminuyeron
la mortalidad infantil, así como la creciente escasez de tierras fértiles a repartir, sin
afectar las grandes propiedades en producción, fueron haciendo perder eficacia a
los propósitos originales del reparto agrario. Además, salvo el gobierno del general
Lázaro Cárdenas y quizás el de López Mateos, los demás presidentes confiaron
más en las empresas agropecuarias para satisfacer la demanda nacional y no
dieron oportunidad al ejido de probar sus bondades productivas. Fue así que el ejido
fue cayendo en el minifundio, a priori incapaz de absorber tecnologías modernas y
de lograr altos rendimientos, propios de una producción a mayor escala. Pero los
beneficios esperados de la presente reforma sólo llegarán para el sector
agroexportador; el grueso de los campesinos abandonará más rápidamente las
tierras de labor para emplearse en las ciudades o para emigrar a los Estados
Unidos.

11.- EL EJIDO
El Artículo 27 constitucional, fracción VII, reconoce la personalidad jurídica de los
núcleos de población ejidales y comunales
Pero ¿Qué es el ejido?

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Ejido (del latín exitus, "salida") es el "campo común de un pueblo, lindante con él,
que no se labra, y donde suelen reunirse los ganados o establecerse las eras".

En México, el ejido es una propiedad rural de uso colectivo aún existente, y que
fue de gran importancia en la vida agrícola del país.

Nos remitimos a lo que se expone en la Constitución Mexicana, más precisamente


a lo plasmado en la Ley Agraria, podemos encontrar tres tipos de tierras ejidales,
estas son:

Tierras parceladas: pertenecen a un individuo y él tiene derecho a enajenarlas a


otras personas, pero no así de venderlas. Su derecho reside en aprovechar el
usufructo de dicho terreno.

Tierras de uso común: son aquellas que se encuentran entre los límites de otros
terrenos. Se trata de zonas comunes que todos los vecinos pueden utilizar pero que
no pertenecen a ninguno en particular.

Tierras para el asentamiento humano: pertenecen al Estado y son repartidas entre


las personas que menos tienen para que vivan en ellas, pero no pueden hacer uso
de ellas como si fueran propias.

Cabe mencionar que cuando tuvo lugar en México la Revolución Agraria, el Estado
expropió grandes fracciones de territorio a los Hacendados para poder repartirlas
entre los que carecían de vivienda, la gente más pobre. Dichos terrenos podían ser
trabajados pero no vendidos; aunque sí podían heredarse. A quienes recibieron
estas tierras se les conoció como ejidatarios.

Los ejidos operan de acuerdo con su reglamento interno, sin más limitaciones en
sus actividades que las que dispone la ley. Su reglamento se inscribirá en el
Registro Agrario Nacional, y deberá contener las bases generales para la
organización económica y social del ejido que se adopten libremente, los requisitos
para admitir nuevos ejidatarios, las reglas para el aprovechamiento de las tierras de
uso común, así como las demás disposiciones que conforme a esta ley deban ser
incluías en el reglamento y las demás que cada ejido considere pertinentes.

Las tierras ejidales podrán ser objeto de cualquier contrato de asociación o


aprovechamiento celebrado por el núcleo de población ejidal, o por los ejidatarios
titulares, según se trate de tierras de uso común o parcelado, respectivamente. Los
contratos que impliquen el uso de tierras ejidales por terceros tendrán una duración
acorde al proyecto productivo correspondiente, no mayor a treinta años,
prorrogables.

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¿Qué es el reglamento interno del ejido?

Es el documento jurídico formal aprobado por la Asamblea del núcleo e inscrito en


el Registro Agrario Nacional, que tiene por objeto regular la organización social y
económico-productiva del núcleo agrario
 Es un derecho de los núcleos agrarios establecer y acordar su propia
reglamentación interna, sin más limitaciones que las que dispone la Ley y
cumpliendo los requisitos para su inscripción en el Registro Agrario Nacional.
 Sus disposiciones son de observancia obligatoria y la violación de sus
principios se sanciona de acuerdo con el propio Reglamento y demás
ordenamientos legales aplicables.
 Para su elaboración, deberán de tomarse en cuenta las tradiciones, usos y
costumbres del núcleo agrario, siempre en el marco de la Ley Agraria ó
cualquier otra Ley competente. Es recomendable que se revise al menos
cada 3 años.

¿Que debe de contener el reglamento?

 Las bases generales para la organización económica y social del ejido;


 Los requisitos para admitir o separar ejidatarios;
 Las reglas para el aprovechamiento de las tierras de uso común; y
 Las demás que el ejido considere convenientes para su desarrollo interno
(por ejemplo, sanciones).
¿Quién puede ser ejidatario?

Son ejidatarios los hombres y las mujeres titulares de derechos ejidales.


Los avecindados del ejido, para los efectos de la ley agraria, son aquellos
mexicanos mayores de edad que han residido por un año o más en las tierras del
núcleo de población ejidal y que han sido reconocidos como tales por la asamblea
ejidal o el tribunal agrario competente. Los avecindados gozan de los derechos que
la ley les confiere.
¿Cómo se adquiere la calidad de ejidatario?
Para poder adquirir la calidad de ejidatario se requiere:
I. Ser mexicano mayor de edad o de cualquier edad si tiene familia a su cargo
o se trate de heredero de ejidatario; y
II. Ser avecindado del ejido correspondiente, excepto cuando se trate de un
heredero, o cumplir con los requisitos que establezca cada ejido en su
reglamento interno.
¿Cómo se acredita la calidad de ejidatario?

La calidad de ejidatario se acredita:


I. Con el certificado de derechos agrarios expedido por autoridad
competente;

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II. Con el certificado parcelario o de derechos comunes; o
III. Con la sentencia o resolución relativa del tribunal agrario.

¿Cómo se suceden los derechos agrarios?


El ejidatario tiene la facultad de designar a quien deba sucederle en sus derechos
sobre la parcela y en los demás inherentes a su calidad de ejidatario, para lo cual
bastará que el ejidatario formule una lista de sucesión en la que consten los
nombres de las personas y el orden de preferencia conforme al cual deba hacerse
la adjudicación de derechos a su fallecimiento.
Para ello podrá designar al cónyuge, a la concubina o concubinario en su caso, a
uno de los hijos, a uno de los ascendientes o a cualquier otra persona. La lista de
sucesión deberá ser depositada en el Registro Agrario Nacional o formalizada ante
fedatario público. Con las mismas formalidades podrá ser modificada por el propio
ejidatario, en cuyo caso será válida la de fecha posterior.

¿Qué sucede si el ejidatario no realizó su lista de sucesores?


Cuando el ejidatario no haya hecho designación de sucesores, o cuando ninguno
de los señalados en la lista de herederos pueda heredar por imposibilidad material
o legal, los derechos agrarios se transmitirán de acuerdo con el siguiente orden de
preferencia:
I. Al cónyuge;
II. II. A la concubina o concubinario;
III. III. A uno de los hijos del ejidatario;
IV. IV. A uno de sus ascendientes; y
V. V. A cualquier otra persona de las que dependan económicamente de él.
En los casos a que se refieren las fracciones III, IV y V.
Si al fallecimiento del ejidatario resultan dos o más personas con derecho a heredar,
los herederos gozarán de tres meses a partir de la muerte del ejidatario para decidir
quién, de entre ellos, conservará los derechos ejidales.
En caso de que no se pusieran de acuerdo, el Tribunal Agrario proveerá la venta de
dichos derechos ejidales en subasta pública y repartirá el producto, por partes
iguales, entre las personas con derecho a heredar. En caso de igualdad de posturas
en la subasta tendrá preferencia cualquiera de los herederos.
¿Qué sucede si no existen sucesores?

Cuando no existan sucesores, el tribunal agrario proveerá lo necesario para que se


vendan los derechos correspondientes al mejor postor, de entre los ejidatarios y
avecindados del núcleo de población de que se trate.
El importe de la venta corresponderá al núcleo de población ejidal.
¿Cómo se pierde la calidad de ejidatario?

La calidad de ejidatario se pierde:


I. Por la cesión legal de sus derechos parcelarios y comunes;

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II. Por renuncia a sus derechos, en cuyo caso se entenderán cedidos en
favor del núcleo de población;
III. Por prescripción negativa, en su caso, cuando otra persona adquiera sus
derechos en los términos del artículo 48 de la ley.

¿Quiénes son los órganos del ejido?

Son órganos de los ejidos:


I. La asamblea;
II. El comisariado ejidal; y
III. El consejo de vigilancia. Artículo
¿Quién es el órgano supremo del ejido
El órgano supremo del ejido es la asamblea, en la que participan todos los
ejidatarios.
El comisariado ejidal llevará un libro de registro en el que asentará los nombres y
datos básicos de identificación de los ejidatarios que integran el núcleo de población
ejidal correspondiente.
La asamblea revisará los asientos que el comisariado realice conforme a lo que
dispone este párrafo.
¿Cada cuando se reúne la asamblea general del ejido?
La asamblea se reunirá por lo menos una vez cada seis meses o con mayor
frecuencia cuando así lo determine su reglamento o su costumbre. Serán de la
competencia exclusiva de la asamblea los siguientes asuntos:
I. Formulación y modificación del reglamento interno del ejido;
II. Aceptación y separación de ejidatarios, así como sus aportaciones;
III. III. Informes del comisariado ejidal y del consejo de vigilancia, así como
la elección y remoción de sus miembros;
IV. Cuentas o balances, aplicación de los recursos económicos del ejido y
otorgamiento de poderes y mandatos;
V. Aprobación de los contratos y convenios que tengan por objeto el uso o
disfrute por terceros de las tierras de uso común;
VI. Distribución de ganancias que arrojen las actividades del ejido;
VII. Señalamiento y delimitación de las áreas necesarias para el asentamiento
humano, fundo legal y parcelas con destino específico, así como la
localización y relocalización del área de urbanización;
VIII. Reconocimiento del parcelamiento económico o de hecho y
regularización de tenencia de posesionarios;
IX. Autorización a los ejidatarios para que adopten el dominio pleno sobre
sus parcelas y la aportación de las tierras de uso común a una sociedad,
en los términos del artículo 75 de esta ley;
X. Delimitación, asignación y destino de las tierras de uso común así como
su régimen de explotación;
XI. División del ejido o su fusión con otros ejidos;

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XII. Terminación del régimen ejidal cuando, previo dictamen de la
Procuraduría Agraria solicitado por el núcleo de población, se determine
que ya no existen las condiciones para su permanencia;
XIII. Conversión del régimen ejidal al régimen comunal;
XIV. Instauración, modificación y cancelación del régimen de explotación
colectiva.
¿QUIEN CONVOCA A ASAMBLEA GENERAL DE EJIDATARIOS?
La asamblea podrá ser convocada por el comisariado ejidal o por el consejo de
vigilancia, ya sea a iniciativa propia o si así lo solicitan al menos veinte ejidatarios o
el veinte por ciento del total de ejidatarios que integren el núcleo de población ejidal.
Si el comisariado o el consejo no lo hicieren en un plazo de cinco días hábiles a
partir de la solicitud, el mismo número de ejidatarios podrá solicitar a la Procuraduría
Agraria que convoque a la asamblea.

¿Dónde SE LLEVA A CABO LA ASAMBLEA, COMO SE PREPARA Y CUAL ES


EL CONTENIDO DE LA CONVOCATORIA A ASAMBLE GENERAL DE
EJIDATARIOS?

La asamblea deberá celebrarse dentro del ejido o en el lugar habitual, salvo causa
justificada. Para ello, deberá expedirse convocatoria con no menos de ocho días de
anticipación ni más de quince, por medio de cédulas fijadas en los lugares más
visibles del ejido.

En la cédula se expresarán los asuntos a tratar y el lugar y fecha de la reunión.


El comisariado ejidal será responsable de la permanencia de dichas cédulas en los
lugares fijados para los efectos de su publicidad hasta el día de la celebración de la
asamblea.
La convocatoria que se expida para tratar cualesquiera de los asuntos señalados
en las fracciones VII a XIV del artículo 23 de esta ley, deberá ser expedida por lo
menos con un mes de anticipación a la fecha programada para la celebración de la
asamblea.
Si el día señalado para la asamblea no se cumplieran las mayorías de asistencia
requeridas para su validez, se expedirá de inmediato una segunda convocatoria
En este caso, la asamblea se celebrará en un plazo no menor a ocho ni mayor a
treinta días contados a partir de la expedición de la segunda convocatoria.

Para la instalación válida de la asamblea, cuando ésta se reúna por virtud de


primera convocatoria, deberán estar presentes cuando menos la mitad más uno de
los ejidatarios, salvo que en ella se traten los asuntos señalados en las fracciones
VII a XIV del artículo 23, en cuyo caso deberán estar presentes cuando menos tres
cuartas partes de los ejidatarios.
Cuando se reúna por virtud de segunda o ulterior convocatoria, la asamblea se
celebrará válidamente cualquiera que sea el número de ejidatarios que concurran,
salvo en el caso de la asamblea que conozca de los asuntos señalados en las

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fracciones VII a XIV del artículo 23, la que quedará instalada únicamente cuando se
reúna la mitad más uno de los ejidatarios.

Las resoluciones de la asamblea se tomarán válidamente por mayoría de votos de


los ejidatarios presentes y serán obligatorias para los ausentes y disidentes.
En caso de empate el Presidente del comisariado ejidal tendrá voto de calidad.
Cuando se trate alguno de los asuntos señalados en las fracciones VII a XIV del
artículo 23 de esta ley, se requerirá el voto aprobatorio de dos terceras partes de
los asistentes a la asamblea.

En la asamblea que trate los asuntos detallados en las fracciones VII a XIV del
artículo 23 de la ley, deberá estar presente un representante de la Procuraduría
Agraria, así como un fedatario público.
Al efecto, quien expida la convocatoria deberá notificar a la Procuraduría sobre la
celebración de la asamblea, con la misma anticipación requerida para la expedición
de aquélla y deberá proveer lo necesario para que asista el fedatario público.
La Procuraduría verificará que la convocatoria que se haya expedido para tratar los
asuntos a que se refiere este artículo, se haya hecho con la anticipación y
formalidades que señala el artículo 25 de la ley. Serán nulas las asambleas que se
reúnan en contravención de lo dispuesto por este artículo.

¿Puede un mandatario asistir a las asambleas generales?

Para la asistencia válida de un mandatario a una asamblea bastará una carta-poder


debidamente suscrita por el titular ante dos testigos que sean ejidatarios o
avecindados del mismo núcleo al que pertenece el mandante. En caso de que el
ejidatario mandante no pueda firmar, imprimirá su huella digital en la carta y
solicitará a un tercero que firme la misma y asiente el nombre de ambos.
El mandatario sólo podrá representar a un ejidatario en la asamblea para la cual se
le confirió el poder; debiendo quedar asentada en el acta de la asamblea, la
participación del mandatario y el documento con el que se acreditó.
En el caso de asambleas que se reúnan para tratar los asuntos señalados en las
fracciones III, VII a XIV del artículo 23 de esta Ley, el ejidatario no podrá designar
mandatario.
De las actas de las asambleas generales de ejidatarios
De toda asamblea se levantará el acta correspondiente, que será firmada por los
miembros del comisariado ejidal y del consejo de vigilancia que asistan, así como
por los ejidatarios presentes que deseen hacerlo.
En caso de que quien deba firmar no pueda hacerlo, imprimirá su huella digital
debajo de donde esté escrito su nombre. Cuando exista inconformidad sobre
cualesquiera de los acuerdos asentados en el acta, cualquier ejidatario podrá firmar
bajo protesta haciendo constar tal hecho. Cuando se trate de la asamblea que
discuta los asuntos establecidos en las fracciones VII a XIV del artículo 23 de la ley,
el acta deberá ser pasada ante la fe del fedatario público y firmada por el

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representante de la Procuraduría Agraria que asistan a la misma e inscrita en el
Registro Agrario Nacional.

¿Quién ejecuta los acuerdos de la asamblea?


El comisariado ejidal es el órgano encargado de la ejecución de los acuerdos de la
asamblea, así como de la representación y gestión administrativa del ejido.
¿Cómo se encuentra constituido el comisariado ejidal?

Estará constituido por un Presidente, un Secretario y un Tesorero, propietarios y


sus respectivos suplentes.
Asimismo, contará en su caso con las comisiones y los secretarios auxiliares que
señale el reglamento interno. Este habrá de contener la forma y extensión de las
funciones de cada miembro del comisariado; si nada dispone, se entenderá que sus
integrantes funcionarán conjuntamente.
¿Cuáles son las facultades del comisariado ejidal?

Son facultades y obligaciones del comisariado:


I. Representar al núcleo de población ejidal y administrar los bienes
comunes del ejido, en los términos que fije la asamblea, con las facultades
de un apoderado general para actos de administración y pleitos y
cobranzas;
II. Procurar que se respeten estrictamente los derechos de los ejidatarios;
III. Convocar a la asamblea en los términos de la ley, así como cumplir los
acuerdos que dicten las mismas;
IV. Dar cuenta a la asamblea de las labores efectuadas y del movimiento de
fondos, así como informar a ésta sobre los trabajos de aprovechamiento
de las tierras de uso común y el estado en que éstas se encuentren;
V. Las demás que señalen la ley y el reglamento interno del ejido. Artículo

¿Cómo se integra el consejo de vigilancia?

El consejo de vigilancia estará constituido por un Presidente y dos Secretarios,


propietarios y sus respectivos suplentes y operará conforme a sus facultades y
de acuerdo con el reglamento interno; si éste nada dispone, se entenderá que
sus integrantes funcionarán conjuntamente.
Cuáles son las facultades del consejo de vigilancia?

Son facultades y obligaciones del consejo de vigilancia:


I. Vigilar que los actos del comisariado se ajusten a los preceptos de la ley
y a lo dispuesto por el reglamento interno o la asamblea;
II. Revisar las cuentas y operaciones del comisariado a fin de darlas a
conocer a la asamblea y denunciar ante ésta las irregularidades en que
haya incurrido el comisariado;

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III. Convocar a asamblea cuando no lo haga el comisariado
¿Cómo se eligen a los miembros del comisariado ejidal y consejo de
vigilancia?
Los miembros del comisariado y del consejo de vigilancia, así como sus
suplentes, serán electos en asamblea.
El voto será secreto y el escrutinio público e inmediato.
En caso de que la votación se empate, se repetirá ésta y si volviere a empatarse
se asignarán los puestos por sorteo entre los individuos que hubiesen obtenido
el mismo número de votos.
¿Cuáles son los requisitos para ser miembro del comisariado ejidal y
consejo de vigilancia?
Para ser miembro de un comisariado o del consejo de vigilancia se requiere ser
ejidatario del núcleo de población de que se trate, haber trabajado en el ejido
durante los últimos seis meses, estar en pleno goce de sus derechos y no haber
sido sentenciado por delito intencional que amerite pena privativa de libertad.
Asimismo, deberá trabajar en el ejido mientras dure su encargo.
¿Cuánto duran en su encargo el comisariado ejidal y consejo de vigilancia?

Los integrantes de los comisariados y de los consejos de vigilancia durarán en


sus funciones tres años. En adelante no podrán ser electos para ningún cargo
dentro del ejido, sino hasta que haya transcurrido un lapso igual a aquél en que
estuvieron en ejercicio. Si al término del período para el que haya sido electo el
comisariado ejidal no se han celebrado elecciones, sus miembros propietarios
serán automáticamente sustituidos por los suplentes.
El consejo de vigilancia deberá convocar a elecciones en un plazo no mayor de
sesenta días contado a partir de la fecha en que concluyan las funciones de los
miembros propietarios.

SEGUNDO EXAMEN PARCIAL


1.- La comunidad Agraria

Las comunidades indígenas, por su origen étnico, pueden ser de Derecho y de


Hecho en cuanto a los títulos que poseen, y por el régimen de tenencia comunal
encontramos a la comunidad agraria. Cuando se trata de núcleos formados con
población indígena, la comunidad asume características particulares y
diferencias con la comunidad agraria.

Origen de la propiedad comunal en México

Dos grandes civilizaciones existían en el continente americano a la llegada de


los invasores europeos en el siglo XVI, al sur los “incas”, por Centroamérica y

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parte de Norteamérica, la “mesoamericana”. Esta región se caracterizaba por la
existencia de estados jerarquizados, clases sociales, religiones centralizadas
con castas sacerdotales y la práctica de una agricultura intensiva. Mesoamérica,
pues, estaba y está formada por una serie de áreas o regiones, que muestran
características específicas de cada cultura; por ello, hasta nuestros días, puede
hablarse del área maya, el área huasteca, el área zapoteca y el área mixteca,
entre otras, pero todas forman parte de la civilización mesoamericana.
Nuestro breve y sumario esbozo histórico no versará sobre la organización
político-social y agraria de todas las culturas o etnias que existieron en nuestro
territorio mexicano, tan sólo nos referiremos a dos culturas que por sus
contraposiciones de organización político social y agraria, destacaban antes de
la conquista; la organización de los tenochcas o aztecas que dominaban gran
parte del territorio nacional y que tenían una de las civilizaciones más
evolucionadas de la época precolonial, así como a la civilización maya, quienes
por las condiciones peculiares del suelo en que se desenvolvió presenta un
contraste en gran parte a la organización de los aztecas, lo que tiene como
propósito de dejar claro sobre el origen de la propiedad comunal en nuestro país.

La cultura azteca

Los mexicas, tepanecas y alcolhua o texcoco se desarrollaron en el valle del


Anáhuac, localizado al lado sur del río Lerma, por la cercanía de sus territorios
y por sus estrechas relaciones políticas, estos tres pueblos formaron lo que
nuestra historia conoce como “la triple alianza”, logrando con ello mantener su
independencia en medio de pueblos hostiles como los chichimecas y
guachichiles. Formaron lo que posteriormente se conoce como la cultura azteca,
cuyos dominios se extendieron en forma no lograda hasta entonces por otros
pueblos indígenas de su mismo grado evolutivo. …Los nahuas habían
alcanzado la mayor parte del dominio de Mesoamérica: desde las tierras
mexicanas hasta la actual región del Guanacaste, en las tierras ístmicas de
Costa Rica. Poco antes habían conquistado Nicaragua, Nicanahua en lengua
indígena, que significaba “hasta aquí los nahuas”.
La sociedad azteca estaba integrada por 38 provincias que pagaban tributo. Lo
que se conoce como imperio azteca era más bien una confederación flexible de
ciudades-estado con situaciones políticas muy diversas. Esta confederación de
ciudades englobaba una gran cantidad de poblaciones caracterizadas por
lenguas muy diferentes. La consolidación de esta confederación de ciudades por
los aztecas, que ejercían su hegemonía sobre pueblos muy variados, creó una
clase dirigente compuesta por el tlatoani o tlacatecutli se- ñor supremo, los
guerreros, los sacerdotes, los funcionarios y los comerciantes, que comenzaron
a disfrutar de privilegios importantes. Su estructura organizativa estaba
compuesta por los siguientes sistemas.

Sistema político de gobierno

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La organización política de los aztecas se funda en un principio democrático,
pues el supremo jefe, llamado tlacatecutli, era designado por elección, y se
seleccionaba tomando en consideración sus virtudes personales y sus hechos
guerreros. Según la tradición histórica, Acamapixtlí fue el primer gobernante que
se consigna.

El signo distintivo del gobierno indígena era la religión, que impregnaba a todas
las instituciones, tanto sociales como económicas y, por supuesto, políticas: el
jefe tlatoani o tlacatecutli, que los españoles le llamaron rey o emperador, era al
mismo tiempo el jefe religioso, en torno a él giraba el gobierno y en la vida
práctica era reverenciado. Su señorío apenas tenía como límite en su poder, la
influencia del consejo de ancianos.

La sociedad azteca estaba representada por el tlacatecutli o rey, quien era la


autoridad suprema, el señor de vidas y haciendas; se encontraba rodeado de
nobles de gran estirpe, como los sacerdotes que representaban al poder divino,
los guerreros de alta categoría; de la nobleza en general representadas por las
familias de abolengo, después el pueblo, una masa enorme de individuos sobre
cuyos hombros se mantenían las clases mencionadas.

Sobre la estructura política, social, económica y división de la tierra en el reino


azteca, hacemos referencia en la forma en que lo analiza Raúl Lemus García,
quien al respecto nos dice: para consolidar el poderío del gobierno azteca, sobre
los territorios conquistados, el jefe supremo tlacatecutli era asistido por diversas
categorías de señores:

• Primera categoría. Señores tlatoques, término derivado de tlatoa, que significa


hablar, eran aquellos que tenían el mando de todas las provincias y pueblos
sometidos a su autoridad, con plena jurisdicción civil y criminal.

• Segunda categoría. Esta se integraba por los llamados tectecutzin, quienes


tenían encomiendas específicas sobre determinada región o provincia.

• Tercera categoría. Esta categoría se integraba por los calpullec o chinancallec,


quienes integraban consejos de parientes mayores o ancianos con jurisdicción
en los barrios o poblados de los que formaban parte.

• Cuarta categoría. Aquí figuran los pipiltzin, hijos, nietos y bisnietos de los
señores supremos. A los supremos señores, con pleno señorío y jurisdicción, les
estaban sujetos otros inferiores llamados comúnmente “caciques”

Sistema social

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La organización social de los aztecas o tenochcas estaba constituido por grupos
de personas emparentadas entre sí, formando barrios específicos, asentados en
áreas determinadas de la ciudad, que dieron origen a lo que se conoce como
calpulli, institución sociopolítica de los aztecas con un marcado carácter
totémico.

El calpulli en su concepción e integración primigenia era el conjunto de personas


descendientes del mismo linaje y asentadas en un lugar determinado, que
significa “Barrio de gente conocida o linaje antiguo”.

Sistema económico

El calpulli es la figura que le daba una organización colectiva a los aztecas y es


al mismo tiempo el sistema económico que contaba con una superficie de tierra
(calpullalli) que se dividía en parcelas y cuyo usufructo correspondía a las
familias que las detentaban y otra de manera colectiva para sufragar los gastos
de la tribu y pago de tributos. Podemos decir entonces que el calpulli tiene dos
caracteres: humano y territorial.

Régimen de propiedad agraria


Podemos decir que en la organización azteca, el monarca tlatoani o tlacatecutli,
en representación del estado-ciudad, era el dueño absoluto de todos los
territorios sujetos a sus armas y la conquistada el origen de su propiedad;
cualquier otra forma de posesión o de propiedad dimanaba del rey. La
organización política y social del pueblo azteca guarda estrechas relaciones con
la distribución de las tierras, encontrando que ésta presentaba las siguientes
formas de tenencia: tierras del monarca, tierras públicas, tierras de los señores
y tierras comunales.

Tierras públicas

Eran aquellas destinadas al sostenimiento de instituciones u órganos del


gobierno, es decir, a financiar la función política. Se señalaban los siguientes
tipos:

a) Tecpantlalli, tierras cuyos productos se destinaban a sufragar los gastos


motivados por la conservación, funcionamiento y cuidado de los palacios del
tlacatecutli.

b) Tlatocalalli, tierras cuyos productos se destinaban al sostenimiento del


tlatocan o consejo de gobierno y altas autoridades. En este grupo quedan
comprendidas las tierras que se otorgaban a algunos funcionarios para sostener
su cargo con dignidad.

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M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
c) Mitlchimalli, tierras cuyos frutos se destinaban al sostenimiento del ejército y
a gastos de guerra.

d) Teotlalpam, que eran aquellas áreas territoriales cuyos productos se


destinaban a sufragar los gastos motivados por el sostenimiento de la función
religiosa o culto público.

Tierras de los señores

Las referidas tierras se otorgaban para recompensar los servicios de los señores
y eran tierras cultivadas por los macehuales, labradores asalariados y aparceros
o mayeques.

a) Las pillalli eran posesiones otorgadas a los pipiltzin, con la facultad de


transmitirlas por herencia a sus descendientes.

b)Tecpillalli se otorgaban a los señores llamados tecpantlaca, que servían en los


palacios del tlacatecutli o jefe supremo.

c) Yahutlalli, eran tierras recién conquistadas, sin destino específico y bajo la


disposición de la autoridad

Tierras comunales

Reviste gran importancia el conocimiento de la forma en que los aztecas se


dividían las tierras comunales y las características de las mismas, en
consideración que hoy en día persisten en nuestras comunidades. Las tierras
comunales de los aztecas eran de dos tipos fundamentales:

a) Calpullalli. Eran superficies de tierra cultivable que se dividían en parcelas


(tlalmilli) cuya posesión y dominio útil se otorgaba a las familias
pertenecientes al barrio. Estas tierras presentaban las siguientes
características:

• El pariente mayor, llamado chinancallec, con el consenso del consejo de


ancianos, hacía la distribución de las parcelas entre los miembros del calpulli.
Cada familia tenía derecho a una parcela que se le otorgaba por conducto,
generalmente, del jefe de familia.
• El titular de la parcela la usufructuaba de por vida.
• El titular de la parcela no la podía arrendar, enajenar o gravar.
• La parcela sólo podía transmitirse por herencia.
• El titular de la parcela tenía la obligación de cultivarla personalmente.
• La explotación de la parcela era individual-familiar, no colectiva.

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• Si el titular de una parcela dejaba de cultivarla por más de dos años
consecutivos, era amonestado y requerido para que la cultivase al año
siguiente y si no lo hacía perdía sus tierras retornando al calpulli.

• La menoría de edad, ser huérfano, enfermo o muy viejo, eran las causas
justificadas para no cultivar la tierra.

• Sólo por causa justificada el titular de una parcela podía ser desposeído de
ella.

• Si el poseedor moría sin sucesor, la parcela volvía a la corporación (calpulli).


b) Altepetlalli. Eran tierras de los pueblos que se encontraban enclavadas en
los barrios, trabajadas colectivamente por los comuneros en horas
determinadas y sin perjuicio de los cultivos de sus parcelas, cuyos productos
se destinaban a realizar obras de servicio público e interés colectivo y al pago
de tributos.

La cultura maya

El imperio maya estuvo conformado por 16 kuchcabal (provincias)


relativamente independientes entre sí, pero bajo el control y poder de tres
dinastías: Cocom, Itza y Xiu. La cultura maya se asentó en una diversidad
ecológica y climática (la costa este del litoral peninsular, la zona sur selvática
de Guatemala y Honduras, y el altiplano guatemalteco).

Sistema político social

La sociedad maya estaba dividida en núcleos sociales en la que existía un


halac unic (el gran señor): El gran señor contaba con una burocracia que
administraba la exacción de recursos de los pueblos, los representantes de
esta burocracia se llamaban batab. Y al conjunto de la clase dominada se le
conoció como yalba uinicob que eran los campesinos comuneros mayas,
cazadores, recolectores y artesanos.

Con el dominio de las dinastías Cocom, Itza y Xiu, la vida de las comunidades
sufrió una profunda transformación: por el despojo de sus propiedades, por
la sujeción de parte de su producto a una condición tributaria, por la
conversión de macehuales a esclavos al servicio del señor.9 Con lo que se
presume la existencia de un sistema de derecho clasista en la formación
social y en la repartición de la tierra, y un poder político estrechamente ligado
a la religión como institucionalizadora del poder político y como sostén del
status quo social.

Sistema económico

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La base de su economía fue la agricultura y el maíz el producto más
importante, más no exclusivo: El reconocimiento de la existencia de otros
productos, no solamente el maíz, ha llevado a establecer la hipótesis de que
los mayas prehispánicos desarrollaron el policultivo, ya que este tipo de
técnica se adaptaba óptimamente a los problemas del agotamiento del suelo,
la maleza, las plagas y la escasez de tierras.

La comunidad

Para el propósito de la clase, encontramos que comunidad significa:

I. En sentido estricto podría confundirse esta voz con las figuras jurídicas
del ejido y con los núcleos de población que la ley crea o reconoce
como figuras fundamentales de la acción de reparto y restitución de
tierras. A veces, en la vida real llega a contraponerse comunidad
agraria, que sería la comunidad formada por aquellas personas que
fueron incluidas en el censo que sirvió de base para el reparto o
restitución individual de tierras y los restantes vecinos de la misma
población, que fueron expresamente excluidos del censo de referencia
o que no pertenecen sencillamente a dicho ejido, suscitándose no sólo
enconadas rivalidades, sino un trato desigual por parte del sistema
encargado de otorgar auxilios y beneficios a dichas comunidades
agrarias.
II. II. En sentido amplio, también significa o abarca a toda la población
rural, sean o no ejidatarios todos sus componentes. La misma ley da
pie para esta noción, toda vez que, por un lado, autoriza al ejido a
entregar lotes para vivienda a personas que no pertenezcan al ejido;
mientras que, por otro lado, la ley impone ciertas obligaciones de
solidaridad respecto de obras y servicios hechas por el ejido a las
demás personas avecindadas.
La comunidad es una modalidad en la configuración de la propiedad de los
núcleos agrarios. Esta denominación por lo general se identifica con la
comunidad indígena, lo cual no siempre es correcto ya que el término se
refiere específicamente al tipo de posesión de la tierra .

¿Qué es una comunidad indígena?

Las comunidades indígenas son aquellas que presentan antecedentes y


características eminentemente autóctonas, por su organización familiar,
económica y política. Los pueblos son “considerados indígenas por el hecho
de descender de poblaciones que habitaban en el país o en una región
geográfica a la que pertenece el país en la época de la conquista o la
colonización o del establecimiento de las actuales fronteras estatales y que,

41
M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
cualquiera que sea su situación jurídica, conserven todas sus propias
instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas”.
Como elementos distintivos encontramos los siguientes:
• Un espacio territorial, demarcado y definido por la posesión.
• Una historia común que circula de boca en boca y de generación en
generación.
• Una variante de lengua del pueblo a partir de la cual identificamos nuestro
idioma común.
• Una organización que define lo político, cultural, social, civil, económico y
religioso.
• Un sistema comunitario de procuración y administración de justicia. Para
entender cada uno de sus elementos hay que tener en cuenta ciertas
nociones: lo comunal, lo colectivo, la complementariedad y la integridad, que
tienen las características que la definen y son:
• La tierra como madre y como territorio.
• El consenso en asamblea para la toma de decisiones.
• El servicio gratuito como ejercicio de la autoridad.
• El trabajo colectivo como acto de recreación.
• Los ritos y ceremonias como expresión del don comunal. Más que cosas
son personas, la geometría comunal

La comunidad indígena en el ámbito nacional

Tenemos principalmente a la Constitución Federal y algunas leyes de las


entidades federativas que regulan y protegen los derechos de los pueblos
indígenas, a saber:
• En la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos La
Constitución otorga una protección especial a las comunidades o pueblos
indígenas, tanto para usos y costumbres como para su integridad territorial,
disponiendo lo siguiente: La nación mexicana tiene una composición
pluricultural, sustentada originalmente en sus pueblos indígenas. La ley
protegerá el desarrollo de sus lenguas, culturas, usos, costumbres, recursos
y formas específicas de organización social, y garantizará a sus integrantes
el efectivo acceso a la jurisdicción del Estado. En los juicios y procedimientos
agrarios en que aquéllos sean parte, se tomarán en cuenta sus prácticas y
costumbres jurídicas en los términos que establezca la ley. (artículo 4º) La
ley protegerá la integridad de las tierras de los grupos indígenas. (Artículo 27,
fracción VII, párrafo segundo).
Aclaramos desde ahora que las comunidades indígenas pueden ser parte
integrante de las comunidades que se rigen por el sistema tenencial de la
tierra —comunidades agrarias—, como también de los ejidos. Dicho de otra
manera, hay comunidades agrarias y ejidos constituidos con población
indígena, como también los hay sin esta; hay comunidades y ejidos con

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M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
mayor población indígena que mestiza, así como también hay comunidades
agrarias y ejidos con mayor población mestiza que indígena.

La comunidad indígena en la Ley Agraria

Las tierras que corresponden a los grupos indígenas deberán ser protegidas
por las autoridades, en los términos de la Ley que reglamente el artículo 4º y
el segundo párrafo de la fracción VII del Artículo 27 constitucional (artículo
106).
Deberán inscribirse en el Registro Agrario Nacional: Los títulos primordiales
de las comunidades, y en su caso, los títulos que las reconozcan como
comunidades tradicionales (art. 152, frac. III). En los juicios en que se
involucren tierras de los grupos indígenas, los Tribunales deberán de
considerar las costumbres y usos de cada grupo mientras no contravengan
lo dispuesto por esta ley ni se afecten derechos de tercero. Asimismo, cuando
se haga necesario, el Tribunal se asegurará de que los indígenas cuenten
con traductores (art. 164, segundo párrafo).

Comunidades de hecho y de derecho

Ahora bien, por comunidades de derecho debemos entender los núcleos de


población indígenas que recibieron la confirmación de las tierras que poseían
con anterioridad al proceso de conquista, mediante mercedes reales de la
corona española en la Colonia, y aquellos que fueron beneficiados con tierras
por la citada corona como parte del proceso de concentración (reducción) de
los pueblos indígenas en la época.
Las comunidades de hecho, de facto, fueron reconocidas como aquellas que
mantuvieron el estado comunal aun sin tener títulos primordiales, que por
circunstancias mantuvieron el respeto a su régimen interno.34 Para poder
entender y aclarar esta clasificación citamos el siguiente criterio
jurisprudencial:

Comunidades agrarias de hecho y de derecho, personalidad de las.

La comunidad agraria como forma de tenencia


Respecto al estudio de las comunidades agrarias, existen tantos conceptos
como estudios en la materia, por los que citaremos algunos de los que
consideramos más importantes en los últimos tiempos.

Para el Dr. Arturo Warman:


(...) la comunidad agraria es una organización de gente en la misma posición
social y que comparte el derecho a un mismo espacio territorial. Dicho en
otras palabras: es una organización de una clase específica, el campesinado,
por medio de la cual se realizan negociaciones colectivas con otras fuerzas

43
M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
de la sociedad con el fin de obtener las condiciones para la subsistencia y
reproducción de una colectividad y de cada una de las unidades que la
forman.
Mario Ruiz Massieu hace referencia al documento presentado por México en
la Segunda Conferencia Mundial de Reforma Agraria Rural celebrada en la
sede de la FAO en Italia, publicado en 1979, donde se señala que:
(…) La comunidad es el núcleo de población con personalidad jurídica y es
titular de derechos agrarios, reconocidos por resolución presidencial
restitutoria o de confirmación, sobre sus tierras, pastos, bosques y aguas, y
como unidad de producción cuenta con órganos de decisión, ejecución y
control, que funcionan de acuerdo con los principios de democracia interna,
cooperación y autogestión conforme a sus tradiciones y costumbres.

Por su parte el Dr. Isaías Rivera Rodríguez, nos dice que:


Las comunidades son los núcleos agrarios con personalidad jurídica y
patrimonio propio constituido por las tierras, bosques y aguas que les
hubieran sido reconocidas, restituidas o convertidas, las cuales, desde su
constitución, son inalienables, imprescriptibles e inembargables, respecto de
aquellas que conserven el estado comunal de explotación y
aprovechamiento. Por otra parte, su organización y administración interna es
regulada por la ley y la costumbre.
El Dr. Guillermo Gabino Vásquez Alfaro nos dice que:
por comunidad agraria debe entenderse ...a la persona jurídica colectiva
titular de derechos agrarios reconocida, desde luego por el derecho positivo,
constituida previamente por sujetos jurídicos individuales entre sí por
tradiciones y costumbres y generalmente por lazos étnicos, cuyo patrimonio
colectivo se constituye primordialmente por bienes dedicados a la
explotación agropecuaria, con un régimen interno que comprende además
de la asamblea general de comuneros, órganos de representación y de
administración y que tiene su origen generalmente en situaciones jurídicas y
sociológicas ancestrales que de derecho y aun de hecho, dan lugar al
reconocimiento legal del núcleo como comunidad agraria poseedora de la
personalidad jurídica propia del derecho agrario.

• La comunidad en la legislación agraria


En la legislación agraria encontramos un capítulo V, inmensamente reducido,
compuesto por tan sólo diez artículos (98 a 107), de los cuales, uno no le
corresponde en consideración respecto a los ejidos que deseen convertirse
en comunidades y otro, en el sentido de que la comunidad pueda convertirse
en ejido, y otro más que tan sólo remite a las disposiciones del ejido para
aplicarse a la comunidad en lo que no contravenga las disposiciones
específicas referentes a la comunidad, es decir, a falta de disposición
expresa, aplicar supletoriamente lo concerniente al ejido, por lo que en
realidad son siete artículos que tratan de normar la propiedad comunal.

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M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
Acciones agrarias de las que deriva el reconocimiento de un núcleo agrario
como comunidad

El reconocimiento como comunidad a los núcleos agrarios deriva de los


siguientes procedimientos: I. Una acción agraria de restitución para las
comunidades despojadas de su propiedad; II. Un acto de jurisdicción
voluntaria promovido por quienes guardan el estado comunal cuando no
exista litigio en materia de posesión y propiedad comunal. III. La resolución
de un juicio promovido por quienes conservan el estado comunal cuando
exista litigio u oposición de parte interesada respecto a la solicitud del núcleo;
o IV. El procedimiento de conversión de ejido a comunidad. De estos
procedimientos se deriva el registro correspondiente en los registros Público
de la Propiedad y Agrario Nacional (art. 98 LA).

Efectos jurídicos sobre su reconocimiento


Los efectos jurídicos del reconocimiento de la comunidad son:
I. La personalidad jurídica del núcleo de población y su propiedad sobre la
tierra;
II. La existencia del comisariado de bienes comunales como órgano de
representación y gestión administrativa de la asamblea de comuneros en los
términos que establezca el estatuto comunal y la costumbre.
III. La protección especial a las tierras comunales que las hace
inalienables, imprescriptibles e inembargables, salvo que se aporten
a una sociedad en los términos del artículo 100 de esta ley, y IV. Los
derechos y las obligaciones de los comuneros conforme a la ley y el
estatuto comunal (art. 99 LA).

Estado individual de comuneros y sus derechos


La comunidad implica el estado individual de comunero y, en su caso, le permite a
su titular el uso y disfrute de su parcela y la cesión de sus derechos sobre la misma
en favor de sus familiares y avecindados, así como el aprovechamiento y beneficio
de los bienes de uso común en los términos que establezca el estatuto comunal. El
beneficiario por la cesión de derecho de un comunero adquirirá la calidad de
comunero.

2.- TIPOS Y EXTENSIÓN DE LA PEQUEÑA PROPIEDAD AGRÍCOLA,


GANADERA Y FORESTAL.
PEQUEÑA PROPIEDAD AGRÍCOLA.

En principio, tanto el artículo 27 constitucional, en su fracción XV, como el 117 de la


Ley Agraria, establecen una dicotómica división de la pequeña propiedad agrícola,

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M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
en cultivos genéricos y cultivos específicos. Son cultivos específicos, el algodón,
plátano, caña de azúcar, café, henequén, hule, palma, vid, olivo, quina, vainilla,
cacao, agave, nopal o árboles frutales.

Por exclusión, son cultivos genéricos cualquier otro que sea diferente a los que han
sido consignados, vg. Maíz, trigo, hortalizas, etc. En cultivos genéricos, una persona
física, puede ser propietaria de una superficie de 100 Has, de tierras de riego, o 200
de temporal o 400 de agostadero de buena calidad, u 800 de monte o agostadero
en terrenos áridos,

Aquí es conveniente aclarar las diferencias que existen entre las diversas calidades
de tierra, así:

-Tierras de riego: Son aquéllas que poseen humedad permanente, y no depende de


la lluvia para su irrigación, pues esta se consigue a través de aguas provenientes
de presas, ríos, pozos, lagunas, etc.

-Tierras de temporal: Son aquéllas cuya humedad, está sujeta a los ciclos
pluviométricos de la región, en el entendido de que estos son constantes, vg. La
parte sur de Tamaulipas, en la cual las épocas de lluvia y estiaje están
perfectamente definidas. La época de lluvias, abarca desde mayo a noviembre. y el
estiaje los meses restantes.
- Tierras de agostadero de buena calidad:Igual que las tierras de temporal, su
humedad depende de las lluvias, sólo que en estas regiones los ciclos
pluviométricos, no se encuentran tan definidos como en las tierras de temporal ya
que puede haber años o temporadas en que las lluvias no caen o caen
irregularmente.
- Tierras de monte o agostadero en terrenos áridos: En los terrenos de monte, puede
llover mucho, sólo que por su grado de pendiente o inclinación, hacen difícil la
posible la práctica de la agricultura. En tanto que las tierras de agostadero en
terrenos áridos, son regiones en las que casi nunca llueve.

1.- PEQUEÑA PROPIEDAD AGRÍCOLA.-Destinada a cultivos genéricos.

Cuando nos referimos a cultivos genéricos, estamos haciendo alusión a cualquier


tipo de plantación, vgr. Papas, tomates, maíz, trigo, etc., con exclusión de los que
en forma expresa menciona el artículo 27 constitucional y el 117 de la Ley Agraria,
mismas disposiciones que establecen que ninguna persona física puede ser
propietaria de tierras que excedan las siguientes superficies:

- 100 hectáreas de tierra de riego o su equivalente en tierras de menor calidad, cabe


señalar que las tierras de riego son aquellas que permanentemente tienen
humedad, la cual no depende del régimen pluviométrico de la zona.

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M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
- 200 hectáreas en tierras de temporal. Este tipo de tierras, reciben su humedad por
medio de los ciclos pluviométricos de la región, o sea la lluvia, En estas regiones la
estación de lluvias está muy bien definida y es constante todos los años, sin
embargo como se sustentan a base de fenómenos meteorológicos imprevisibles por
exceso o por falta de temporales, la ley les asigna un menor valor que a las tierras
de riego y permite al propietario poseer hasta 200 hectáreas de tierra en esta
categoría.

- 400 hectáreas de agostadero de buena calidad. Al igual que las tierras de temporal,
la humedad de estas tierras está supeditada a las lluvias que caigan en la región,
sin embargo estas no caen en forma periódica, sus ciclos son irregulares, puede
llover un año y dejar de llover dos, por lo que la ley las considera de una categoría
inferior de las tierras de riego y de temporal, y como forma de compensar al
propietario, lo autoriza a poseer una extensión de hasta 400 hectáreas en esta
categoría de tierras.

- 800 hectáreas de monte o agostadero en terrenos áridos. Estas son las tierras
menos propicias para la agricultura: las tierras de monte, porque están ubicadas en
suelos cuya topografía es irregular, o dicho en forma coloquial son los cerros y las
montañas. Salvo contadas especies vegetales , no es factible el cultivo en terrenos
con pendientes mayores de 450 ., en tanto que el agostadero en terreno árido, es
una zona en que la lluvia ni es periódica, ni es constante, esta es ocasional y poco
frecuente, por tal motivo la ley permite que las personas físicas puedan ser
propietarias de terrenos con superficie hasta de 800 hectáreas.

2.- PEQUEÑA PROPIEDAD AGRÍCOLA DEDICADA A CULTIVOS ESPECIALES.

Por la importancia económica que revisten ciertos tipos de cultivo, el artículo 27


constitucional y el 117 de la Ley Agraria, se permite ser propietario de una mayor
superficie de tierra en los casos siguientes:

- 150 hectáreas, si se destinan al cultivo de algodón


- 300 hectáreas, si se destinan al cultivo de plátano, caña de azúcar, café,
henequén, hule, palma, vid, olivo, quina, vainilla, cacao, agave, nopal o árboles
frutales, pequeña Propiedad Ganadera.

El artículo 116, fracción II, de la Ley Agraria, reputa como tierras ganaderas, los
suelos utilizados para la reproducción y cría de animales mediante el uso de su
vegetación, sea esta natural o inducida.

El artículo 120 de la Ley en consulta, considera pequeña propiedad ganadera la


superficie de tierras que de acuerdo con el coeficiente de agostadero de la región
de que se trate, no exceda a la necesaria para mantener hasta 500 cabezas de

47
M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
ganado mayor conforme a las equivalencias que determine y publique la Secretaría
de Agricultura, Ganadería Desarrollo Rural Pesca y Alimentación.

El coeficiente de agostadero, es la superficie de terreno que se requiere para


alimentar una cabeza de ganado mayor o su equivalente en ganado menor,
atendiendo los factores topográficos, climatológicos y pluviométricos que
determinen la capacidad forrajera de cada región.

Pequeña Propiedad Forestal

El artículo 116 frac. III, de la Ley Agraria, define este tipo de tierra corno los suelos
utilizados para el manejo productivo de bosques o selvas, en tanto que el artículo
119 de la misma Ley, considera que la pequeña propiedad forestal no debe exceder
de 800 has., sea cual fuere la calidad de las tierras.

Sociedades Propietarias de Tierras y Límites de Extensión.

La explotación agropecuaria y forestal en nuestro país, puede ser llevada a cabo


por personas físicas y por personas morales de tal suerte que cualquier sociedad
mercantil o civil, puede tener entre sus objetivos actividades de carácter
agropecuario o forestal

A diferencia de las personas físicas, las sociedades mercantiles o civiles, pueden


ser propietarias de tierras agrícolas, ganaderas o forestales hasta el equivalente a
25 veces los límites de la pequeña propiedad individual y deben cumplir con los
siguientes requisitos:

 Deberán participar en la sociedad, por lo menos tantos individuos como


veces rebasen las tierras de la sociedad los límites de la pequeña propiedad
individual. Al efecto se tomará en cuenta la participación de cada individuo,
ya sea directamente o a través de otra sociedad.

 Su objeto social deberá limitarse a la producción, transformación o


comercialización de productos agrícolas, ganaderos o forestales y a los
demás actos accesorios necesarios para el cumplimiento de dicho objeto.

 Su capital social deberá distinguir una serie especial de acciones o partes


sociales, identificada con la letra "T" la que será equivalente al capital
aportado en tierras agrícolas, ganaderas o forestales o al destinado a la
adquisición de las mismas, de acuerdo con el valor de las tierras al momento
de su aportación o adquisición (artículo 126 LA.)

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M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
ENAJENACIÓN DE EXCEDENTES DE LA PEQUEÑA PROPIEDAD INDIVIDUAL
Y COLECTIVA

La fracción XVII del artículo 27 constitucional, establece que los excedentes


establecidos para la pequeña propiedad de personas físicas o morales deberán de
ser fraccionado y enajenado por el propietario dentro del plazo de un año contado
a partir de la notificación correspondiente. Si transcurrido el plazo el excedente no
se ha enajenado, la venta deberá hacerse mediante pública almoneda.

1.- Los núcleos de población colindantes.


II.- Los Municipios en que se localicen los excedentes.
III.- Las Entidades Federativas en que se localicen los excedentes.
IV.- La Federación.
y.- Los demás oferentes.

LA ASOCIACIÓN PARA LA PRODUCCIÓN SOCIEDADES CIVILES Y


MERCANTILES

Tradicionalmente, los doctrinarios del derecho hacen una dicotómica división del
Contrato de Sociedad y así, diferencian las sociedades civiles y las sociedades
mercantiles, afirman que a las primeras las regulan los Códigos Civiles Locales en
tanto que a las segundas las regula la Ley General de Sociedades Mercantiles y la
Ley General de Sociedades Cooperativas.

La nota característica que distingue a ambas categorías, es el lucro, pues mientras


en las sociedades civiles su finalidad es la realización de un fin común de carácter
preponderantemente económico, pero que no constituye una especulación
comercial, en los segundos, la esencia de su existencia, estriba precisamente en la
especulación y en la obtención de un lucro ad-infinitum.

SOCIEDADES CIVILES

Como antes expresamos, éstas son reguladas por la legislación civil de cada
entidad federativa.

SOCIEDADES MERCANTILES
El marco normativo de este tipo de personas morales, son la Ley General de
Sociedades Mercantiles y la Ley General de Sociedades Cooperativas y contempla
las siguientes figuras asociativas:

1.- Sociedad en nombre colectivo


II.- Sociedad en comandita simple
III.- Sociedad de responsabilidad limitada
IV.- Sociedad anónima

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M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
y.- Sociedad en comandita por acciones
VI.- Sociedad cooperativa.

SOCIEDADES PREVISTAS POR LA LEY AGRARIA.

Como una medida para fomentar la productividad en el sector agropecuario, con


gobierno federal implementó desde la promulgación de la Ley General de Crédito
Rural el 27 de diciembre de 1975, una serie de figuras asociativas, diseñadas
específicamente para apoyar al sector campesino, en esta ley se crearon un nuevo
tipo de sociedades que por su ámbito de aplicación se les conoció como
"sociedades rurales", estas fueron las siguientes:

-. Unión de Ejidos y Comunidades


-. Sociedades de Producción Rural
-, Unión de Sociedades de Producción Rural
-. Asociación Rural de Interés Colectivo

3.- DERECHO PROCESAL AGRARIO.


EL PROCESO AGRARIO

Definición de proceso, procedimiento y juicio.

La distinción entre estos conceptos, es de carácter teórico:

Rosenberg opina que: "la esencia del proceso civil moderno, se encuentra en una
comunidad de jueces y partes, en la que éstas deben preocuparse de facilitar al
juzgado el seguro hallazgo de la verdad, para restablecer en un procedimiento vivo,
la paz jurídica entre las partes en disputa, y con ello asegurar la paz de la
comunidad."

El proceso — según Chiovenda — "es el complejo de actos coordinados por parte


de los órganos de la jurisdicción encaminados a la realización del derecho objetivo.
Estos actos considerados en su aspecto exterior y puramente formal, constituyen el
procedimiento."

La conclusión que pudiéramos anotar es que un proceso es una serie de actos


jurídicos concatenados y su finalidad siempre es una sentencia que dirime el
derecho sustantivo de dos o más partes en conflicto, en tanto que el procedimiento
también son una serie de actos jurídicos concatenados, que no necesariamente
conllevan como finalidad teleológica la emisión de una sentencia que actualice el
derecho sustantivo de una de las partes sobre las otras.

PRINCIPIOS PROCESALES.

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M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
Inquisitivo y dispositivo.
Los procedimientos inquisitivos, doctrinalmente, son aquellos que se llevan de oficio
por parte del órgano jurisdiccional, los asuntos penales, en éstos, a actividad del
proceso no depende del estímulo de las partes, el Juez, promuevan o no las partes
en el juicio, impulsará éste hasta emitir la sentencia definitiva, el procedimiento
dispositivo, supone que el impulso procesal es responsabilidad de las partes en el
litigio.

En el ámbito del derecho civil por ejemplo, la responsabilidad de impulsar el


proceso, es casi absolutamente de las partes, ya que cuando no lo hacen la propia
ley los sanciona con la caducidad de la instancia.

DE LEGALIDAD.

Este principio se refiere a que todo tipo de actuaciones deberá fundarse en la Ley,
la Ley Agraria recoge este principio en el artículo 164 que establece: "en la
resolución de las controversias que sean puestas bajo el conocimiento de los
Tribunales Agrarios, éstas se sujetarán siempre al procedimiento previsto por esta
Ley, y quedará constancia de ello por escrito.

En los juicios en que se involucren tierras de los grupos indígenas, los Tribunales
deberán de considerar las costumbres y usos de cada grupo mientras no
contravengan lo dispuesto por esta Ley ni se afecten derechos de terceros."

DE IGUALDAD Y EQUILIBRIO CONSTANTE ENTRE LAS PARTES.

Uno de los ideales de la ciencia jurídica es que dentro del proceso, tanto actor como
demandado, tengan las mismas oportunidades, el uno para probar la acción, y el
otro para probar su excepción, de esta manera el juzgador emitirá una sentencia
que refleje la verdad histórica, y no una mera verdad formal.

En este aspecto el procedimiento agrario es muy celoso, pues en su artículo 179


señala: “Será optativo para las partes acudir asesoradas. En caso de que una de
las partes se encuentre asesorada y la otra no, con suspensión del procedimiento
se solicitará de inmediato los servicios de un defensor de la Procuraduría Agraria,
el cual para enterarse del asunto, gozará de cinco días contados a partir de la fecha
en que se apersone al procedimiento

DE ORALIDAD

Este principio se refiere a la forma de integrar el proceso, ya sea oralmente o por


escrito. No obstante que el artículo 178 de la ley Agraria dispone que "en la
tramitación del juicio agrario los Tribunales se ajustarán al principio de oralidad "El
procedimiento agrario es mixto, pues algunas actuaciones pueden ser por escrito, y

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M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
otras pueden ser en forma oral, como se desprende de los siguientes artículos de
la Ley Agraria.:
ARTICULO 164.- "En la resolución de las controversias que sean puesta bajo el
conocimiento de los Tribunales Agrarios quedará siempre constancia de éstas por
escrito

ARTICULO 170 .- "El actor puede presentar su demanda por escrito, o por simple
comparecencia, en este caso, se solicitará a la Procuraduría Agraria, coadyuve en
su formulación por escrito de manera concisa"

ARTÍCULO 178.- el demandado contestará la demanda a más tardar en la


audiencia, pudiendo becado por escrito o mediante su comparecencia. En este
último caso el Tribunal solicitará a la Procuraduría Agraria que coadyuve en la
formulación del escrito en forma concisa."

ARTICULO 185.- "fracción 1.- Expondrán sus pretensiones por su orden, el actor su
demanda, y el demandado su contestación, y ofrecerán las pruebas que estimen
conducentes

DE PUBLICIDAD.

Dependiendo de la materia, los juicios pueden ser privados o públicos. Ejemplo del
primer tipo son los negocios civiles que sólo atañen a particulares y que en asuntos
de carácter familiar, involucran temas muy íntimos de ahí que la ley respete la vida
privada de los gobernados y no permita que sus controversias se ventilen
públicamente.

Por otra parte existen juicios de carácter público, los de carácter penal, y en nuestro
caso los de carácter agrario y expresamente el artículo 194 de la Ley Agraria señala:

ARTICULO 194.- "Las audiencias serán públicas, excepto cuando a criterio del
Tribunal pudiera perturbase el orden o propiciar violencia"

DE INMEDIATEZ.

Sergio García Ramírez, en su libro Elementos de Derecho Procesal Agrario nos


dice: "El proceso tiende a un solo fin, que el Juzgador resuelva el litigio una vez
escuchadas las pretensiones de las partes y desahogadas las pruebas conducentes
a la indagación de la verdad persuadir al Juzgador, a efecto de que éste emita una
resolución debidamente motivada y fundada, interesa a las partes, en
consecuencia, es indispensable, que los actos procesales sean del conocimiento
del Juzgador, no apenas de sus auxiliares.

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M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
Si se lee con atención el artículo 185 de la Ley Agraria, se concluirá fácilmente que
el legislador ha querido la presencia constante y activa del Magistrado en la
audiencia del juicio agrario. Los secretarios pueden intervenir en la preparación de
la Audiencia, así como en los actos preliminares pero ha de ser el Magistrado quien
presida la Audiencia y reciba las pruebas".

DE CONCENTRACIÓN PROCESAL

Siguiendo al mismo autor, este señala: "Por lo que respecta al agrupamiento de los
actos procesales, se contraponen los principios de concentración y continuidad.
Aquel obedece al propósito —vinculado con la celeridad del procedimiento- de
congregar concentrar el mayor número de actos en una sola audiencia o en un muy
reducido número de audiencias, inmediatas entre sí; el segundo favorece, en
cambio, el desahogo espaciado de los actos procesales a intervalos más o menos
largos. En la legislación procesal agraria, hay un manifiesto propósito de
concentración, se pretende que la absoluta mayoría de los actos del procedimiento
con la excepción de la demanda y el emplazamiento, y la posible salvedad de la
contestación de la demanda, se realicen de una sola vez, es decir, en una sola
audiencia, que puede comenzar con la contestación de la demanda, y concluir con
la sentencia.- El artículo 185 de la Ley Agraria refleja el proyecto de concentración
procesal."

A mayor abundamiento, el artículo 194 de la Ley en consulta, ordena que si al llegar


la hora para el inicio de una audiencia, aún no ha terminado la anterior, la primera
audiencia deberá continuar hasta su total conclusión.

DE CELERIDAD

Se refiere de acuerdo al artículo 17 Constitucional de que la justicia, que ésta


debería ser "pronta y expedita".

DE DEFENSA MATERIAL.

Existen dos puntos en controversia por la impartición de la justicia, por una parte el
apego del Juzgador al principio de estricto derecho, o bien el apego a la defensa
material que supone la búsqueda de la verdad histórica, lo cual conlleva la suplencia
del Juez en la deficiencia de una o ambas partes en el proceso.

Sergio García Ramírez, en su obra comentada, nos señala que: "El principio de
defensa material, no implica por supuesto, parcialidad del Juzgador sólo que éste
utiliza la amplia capacidad de indagación y corrección de deficiencias que la ley le
concede, en aras de la equidad".

DE EFICACIA PROCESAL

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M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
Este tema se refiere a la validez y solidez de los actos procesales. Ya que sólo
podrán ser invalidados a través del recurso legal correspondiente, algunos cuando
se emita la correspondiente sentencia y otros, excepcionalmente por vía de amparo
indirecto

DE OBJETIVIDAD E IMPARCIALIDAD.
Los judicantes agrarios deben apegarse a los principios de objetividad e
imparcialidad, sus sentencias deben ser construidas sobre las pruebas allegadas al
juicio, ya sea por las partes o por el Tribunal mismo, sus decisiones no pueden ser
subjetivas, repetimos, sino que deben basarse en las pruebas rendidas, al respecto
la Ley Agraria señala:

ARTICULO 189.- "Las sentencias de los Tribunales Agrarios, se dictarán a verdad


sabida sin necesidad de sujetarse a reglas sobre estimación de las pruebas,
Sino apreciando los hechos y los documentos según los Tribunales lo estimaren,
debiendo en conciencia, fundando y motivando sus resoluciones’

4.- LA ACCIÓN AGRARIA.


SUJETOS AGRARIOS.

Los sujetos que normalmente intervienen en la relación jurídico procesal son: el


demandante, el demandado y el Juez.

Lo anterior no significa que sólo las personas mencionadas sean los únicos sujetos
en el Juicio Agrario, con carácter secundario o auxiliar, también intervienen con
carácter de sujetos, aunque de rango inferior, los testigos, peritos, etc,

Personalidad y capacidad de los sujetos agrarios.

a.- Ejido y Comunidades.


La personalidad del ejido se acredita con la Resolución Presidencial (de 1915 a
1992) o la Escritura Constitutiva correspondiente (de 1992 a la actualidad) y la de
sus representantes, el Comisariado Ejidal, con copia del acta de asamblea en la que
fueron elegidos.

b.- Ejidatarios

La personalidad de éste se acredita con el Certificado de Derechos Agrarios


Parcelarios: Comunes o con la Resolución de un Tribunal Unitario Agrario

c.- Avecindados.

54
M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
Su personalidad se acredita con la Carta de Avecinamiento expedida por el
Comisario Ejidal o con el Acta de Asamblea donde conste su admisión al ejido

d.- Poseedores

Su calidad de poseedor es materia de prueba

e.- Particulares ya, sean personas físicas o morales

Cuando se trata de personas morales, deberán acreditar su personalidad en los


términos del derecho común.

f.- Autoridades en los tres niveles de gobierno, Federa, Estatal o Municipal.


Los funcionarios que representen a alguna dependencia u órgano de gobierno
deberán acreditar su personalidad con el nombramiento correspondiente.

g.- Empresas Paraestatales.

Este tipo de empresas, deben acreditar su existencia y su legal representación en


los términos de su escritura constitutiva.

SUPREMO TRIBUNAL AGRARIO.-

Las acciones colectivas de dotación, ampliación o creación de nuevos centros de


población que hayan quedado pendientes de resolución presidencial ya que señala
el artículo cuarto transitorio de la citada Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios.

Los recursos de revisión, competencias, impedimentos, etc., de acuerdo al artículo


noveno, teniendo también la facultad de atracción conforme al artículo 10 del citado
ordenamiento en aquellos juicios que por sus características especiales, así lo
ameriten.

TRIBUNALES UNITARIOS AGRARIOS.-De acuerdo al artículo 18 de la Ley en


consulta estos tribunales conocen de:
Juicios Ordinarios Agrarios
Juicios Sucesorios Agrarios
Jurisdicciones voluntarias
Providencias precautorias

De la manera siguiente:

Los tribunales unitarios serán competentes para conocer:

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M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO
I.- De las controversias por límites de terrenos entre dos o más núcleos de población
ejidal o comunal, y de éstos con pequeños propietarios, sociedades o asociaciones;
Fracción reformada

II.- De la restitución de tierras, bosques y aguas a los núcleos de población o a sus


integrantes, contra actos de autoridades administrativas o jurisdiccionales, fuera de
juicio, o contra actos de particulares

III.- Del reconocimiento del régimen comunal;


IV.- De juicios de nulidad contra resoluciones dictadas por las autoridades agrarias
que alteren, modifiquen o extingan un derecho o determinen la existencia de una
obligación;
V.- De los conflictos relacionados con la tenencia de las tierras ejidales y comunales;
VI.- De controversias en materia agraria entre ejidatarios, comuneros, posesionarios
o avecindados entre sí; así como las que se susciten entre éstos y los órganos del
núcleo de población;
VII.- De controversias relativas a la sucesión de derechos ejidales y comunales;
VIII.- De las nulidades previstas en las fracciones VIII y IX del artículo 27 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia agraria, así como
las resultantes de actos o contratos que contravengan las leyes agrarias;
IX.- De las omisiones en que incurra la Procuraduría Agraria y que deparen perjuicio
a ejidatarios, comuneros, sucesores de ejidatarios o comuneros, ejidos,
comunidades, pequeños propietarios, avecindados o jornaleros agrícolas, a fin de
proveer lo necesario para que sean eficaz e inmediatamente subsanadas;
X.- De los negocios de jurisdicción voluntaria en materia agraria; y XI.- De las
controversias relativas a los contratos de asociación o aprovechamiento de tierras
ejidales, a que se refiere el artículo 45 de la Ley Agraria;
XI.- De las controversias relativas a los contratos de asociación o aprovechamiento
de tierras ejidales, a que se refiere el artículo 45 de la Ley Agraria; Fracción
reformada
XII.- De la reversión a que se refiere el artículo 97 de la Ley Agraria; Fracción
adicionada
XIII.- De la ejecución de los convenios a que se refiere la fracción VI del artículo 185
de la Ley Agraria, así como de la ejecución de laudos arbitrales en materia agraria,
previa determinación de que se encuentran apegados a las disposiciones legales
aplicables; y Fracción adicionada
XIV.- De los demás asuntos que determinen las leyes.

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M. EN D. ADRIANA MORALES ORDUÑO

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