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LOS SOFISTAS

Una cultura que se ha desarrollado económica y políticamente, y que incluso ha tenido una fuerte transformación cultural, no puede mantenerse con las mismas
estructuras y los mismos criterios y valores; es necesario el cambio. ¿Cuáles son los nuevos valores? ¿Cuáles son los nuevos criterios? ¿Cuál es el nuevo sentido de la
vida? ¿Cuál es la nueva manera de ver al hombre?
1. ALGO DE HISTORIA: LA NUEVA SOCIEDAD

En el año 479 con la batalla de Salamina, terminó la guerra con los persas, y Atenas, que había encabezado la Confederación de los estados griegos durante la guerra, se
convirtió en la capital del mundo griego, en su centro económico, político y cultural.
En este tiempo, llamado siglo de Pericles, Atenas, y con ella el genio griego en general, alcanzó el punto máximo de su esplendor y creatividad, al desarrollar una suma
de valores sociales, artísticos, literarios y filosóficos que serían alimento y guía para el mundo occidental durante mucho tiempo.
A la revolución económica y política corresponde necesariamente también una revolución cultural. La floreciente Atenas fue el lugar de encuentro de artistas,
pensadores, literatos, hombres de diferentes culturas y civilizaciones que desplegaron rápida y esplendorosamente un desarrollo cultural refinado y elegante que ha
quedado en la historia con el nombre de "civilización griega".
Pericles favoreció el desarrollo de Atenas y se ganó la simpatía y apoyo del pueblo por el camino de las obras públicas. Tenía dinero para hacerlo y artistas para hacerlo
bien, como es el caso de Fidias; de este tiempo es el Partenon.
Atenas acogió y favoreció el talento que llamaba a sus puertas buscando apoyo como fue el caso de pensadores como Protágoras de Abdera y Gorgias de Sicilia,
hombres de pensamiento, reconocidos en la historia de la filosofía como los más famosos de los sofistas.
Esta fue la Atenas del siglo de Pericles: un punto en el que se encontraron hombres de diversas culturas, los cuales, al confluir, generaron de manera fácil una nueva
civilización, madre de muchas otras.
2. EL NUEVO IDEAL DE HOMBRE
Atenas pasó de capital del pequeño estado del Ática a capital de un extenso imperio.
Este cambio no se pudo hacer sino desbordando las antiguas estructuras, valores y costumbres tradicionales de corte aristocrático y agrario como la religión, tradiciones
de sangre, moderación, belleza física y espiritual etc. que fueron sustituidas por el individualismo liberal de la oligarquía que tiene como objetivo la ganancia para la
"buena vida" y el desprecio para toda norma moral o religiosa que trate de frenarlo.
Con el dominio de la oligarquía sobre la aristocracia predominó también lo individual sobre lo social; se buscaba el beneficio personal, y el valor y el prestigio social se
midió por el poder económico y político que se tenía.
Sin embargo, la lucha no era fácil y retener el prestigio político requería, además de dinero, una preparación técnica ayudada con conocimientos y habilidades para
actuar con eficacia. La práctica, política requería elocuencia y una formación adecuada en legislación, historia y economía.
El orden nuevo exigía una educación nueva, más técnica que tradicional y más racional que religiosa. Los encargados de proporcionar esta nueva educación fueron
llamados sofistas, para quienes el conocimiento no se hereda por sangre sino que se conquista con el esfuerzo personal.
La palabra sofista vino a significar algo así como "maestrucho" y ese tono despectivo se debió a que para algunos tradicionalistas eran falsos maestros que corrompían
a la juventud ya que los preparaban para escalar posiciones políticas, aumentar sus ganancias, dominar tribunales aún a costa de la misma ley y gracias al poder de la
palabra.
3. EL HOMBRE ES LA MEDIDA DE TODAS LAS COSAS
Los sofistas, concretamente Protágoras, expresaron el sentir individualista de este tiempo con esta frase: "El hombre es la medida de todas las cosas". Esta frase
quiere decir que el hombre es el que dice qué es bueno y qué es malo, qué es justo y qué es injusto, qué es verdad y qué es falsedad, qué es bello y qué no lo es. En el
sentir de los sofistas el hombre es árbitro y juez de lo moral, de lo político y aún de la religión misma. Pero, ¿qué es el hombre para Protágoras? ¿Cómo conoce?
El hombre es pura actividad sensorial: ver, gustar, oír, tocar. Pero no todos los hombres ven de igual manera o tienen el mismo gusto, o sienten lo mismo cuando tocan
algo; de esta manera todo varía de sujeto a sujeto: lo que para uno es justo para otros es injusto; lo que para unos es bello para otros no lo es, lo que para unos es verdad
para otros es falsedad.
A esta situación cambiante se le llama relatividad de la verdad, puesto que no hay una verdad universal, igualmente válida para todos. Las cosas, las acciones valen por
la utilidad que tienen y no por su contenido, de aquí la necesidad de manejar bien la palabra y la oratoria para convencer a los demás de que un hecho es justo y si los
demás se convencen, ese hecho ya es justo, o noble, o bello.
De aquí se deduce que la clase de hombre que juzga entre la verdad y la falsedad o entre lo injusto o lo justo es el fuerte, o sea, el que tiene la palabra, o el poder o el
dinero. Justo es lo que conviene al fuerte aunque sea imponer la violencia al débil.
ACTIVIDAD
Sintetiza en tu cuaderno

1. ¿Cuál fue la nueva situación que vivió Atenas?


2. ¿Cuáles fueron las antiguas estructuras que cayeron?
3. ¿Cuál fue el nuevo ideal de hombre que se fue imponiendo?
4. ¿Cuáles fueron los valores predominantes?
5. ¿Cuál fue el papel de los sofistas en esta situación de Atenas?
6. Según los sofistas, ¿qué es la relatividad de la verdad?
7. ¿Estamos de acuerdo con ese relativismo de la verdad? ¿Por qué?
8. ¿Conocemos situaciones en nuestro país en las que la fuerza, el dinero o el poder imponen la verdad?
9. ¿Puede la verdad ser impuesta?
10. ¿Qué opinamos del tipo de hombre que impulsaron los sofistas?

Recuerda:
Los sofistas desplazaron la región filosófica desde la Metafísica y la Cosmología a la Antropología. El nuevo mundo que constituye el interés de la filosofía sofista
es el mundo social, económico, político y cultural. Y el principio de este nuevo mundo es el hombre

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