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PSICOLOGÍA
y EDUCACIÓN
ISSN 1665-756X Vol. 16, núm. 2 | JULIO-DICIEMBRE 2014 | Tercera época
REVISTA INTERCONTINENTAL DE
PSICOLOGÍA
y EDUCACIÓN
Vol. 12, núm. 2 | JULIO - DICIEMBRE 2010 | Tercera época
Vol. 16, núm. 2 | JULIO-DICIEMBRE 2014 | Tercera época
Rector REVISTA INTERCONTINENTAL DE
Mtro. Juan José Corona López
Vicerrector
PSICOLOGÍA y EDUCACIÓN
Lic. Luis A. Sandoval Berumen Vol. 16, núm. 2, julio-diciembre de 2014 | tercera época
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cología y Educación
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ISSN: 1665-756X
Se permite la reproducción de estos materiales, citando la fuen-
te y enviando a nuestra dirección dos ejemplares de la obra
donde sean publicados.
Portada: Javier Curiel con base en una obra de Andrew Salgado
71
Evaluación psicológica con el mmpi-2
a padres en litigio judicial de materia familiar
María Cristina Pérez Agüero y María
Angélica Verduzco Álvarez-Icaza
151
Factores pedagógicos relacionados con
el rendimiento académico en estudiantes
de cinco instituciones educativas del
distrito de Santa Marta, Colombia
Suly Castro Molinares, Argelis Beatriz Paternina
Meriño y Mailen Rocío Gutiérrez Barro
171
Emociones de inseguridad determinantes de
la desconfianza hacia la autoridad pública
Cruz García Lirios
N
o existen verdades absolutas ni teorías acabadas; menos aún si
se trata del comportamiento humano, de sus motivos, procesos,
finalidades y logros. Es de sumo interés continuar explorando
acerca de las emociones y la personalidad, en un mundo donde el curso
de los sentimientos —la sensibilidad, que no de la sensiblería— ha caído
muy por debajo de lo valioso fundamental —importante para este mundo
enajenado—, ante la cotización de lo material, lo visible, lo presumible,
lo aparente, es decir, de lo que se tiene en lugar de lo que se siente, de lo
que se es.
Recuperar lo trascendental en la formación de las emociones es un
paso esperanzador en la medida en que signifique una aportación racional
de la realidad individual, cultural, social e histórica. Es relevante estudiar
la aportación histórico-cultural de Vigotski, Leontiev y Luria y, además
de comprenderla, se debe aplicar, utilizando la percepción, la memoria,
la imaginación hasta la conciencia y la estructuración de la personalidad.
Quizá abocarse a comprender la situación cultural y el desarrollo de los
niños, atendiendo a las necesidades primarias emocionales, ayudaría a re-
forzar la parte sana de pequeños medicados o disminuiría su situación de
enfermedad. Sin duda, esto convendría también en el ámbito económico
familiar y social. El beneficio es obvio. ¿Por qué no arriesgarse? Sólo re-
quiere estar conscientes del desarrollo infantil en función de su contexto,
además de estimular y amar a los niños. Por supuesto, habría que educar
también a los adultos que rodean a esos infantes.
Lo anterior cobra relevancia si recordamos que según la literatura
científica la génesis de la salud se determina por procesos como el sentido
de coherencia, el cual, a su vez, se encuentra determinado por factores
Maritza García Montañez, Coordinación del Laboratorio de Neurociencias, Dirección Divisional de la Salud, Uni-
versidad Intercontinental.
Revista Intercontinental de Psicología y Educación, vol. 16 núm. 2, julio-diciembre 2014, pp. 5-8.
“la palabra enseña y el ejemplo arrastra”. Hay, además, otros varios facto-
res que deben considerarse para entender la confianza en las autoridades;
por un lado, el miedo a situaciones de inseguridad —secuestro, violación,
asaltos, desaparición o asesinato— y, por otro, el enojo de las personas
consigo mismas. Lo relevante es cómo las experiencias de violencia ma-
nejadas en los medios de comunicación se relacionan con las experiencias
de inseguridad. Vale la pena revisar estas circunstancias para que cada
organismo o institución recobre su función: la autoridad, cuidar y defen-
der; los ciudadanos, confiar y cumplir. Todo junto mejorará la calidad de
vida social.
Por último, no hay que olvidar que el comportamiento es responsabi-
lidad de cada individuo. Eso debemos enseñar, con respeto y amor, a los
niños, para que al llegar a la edad adulta se hayan identificado con ello y
puedan vivirlo plenamente.
Maritza García Montañez
Resumen Abstract
Este trabajo presenta una discusión This paper presents a discussion refer-
referente al desarrollo emocional ring to the emotional development
en la infancia y fundamentada en la in childhood, based on Historical-
psicología histórico-cultural. Vigotski Cultural Psychology. Vigotsky and his
y sus colaboradores consideraron collaborators considered that initially
que al principio predominan afectos there is a predominance of instinctive
instintivos, relacionados con aspectos emotions, related to biological aspects
biológicos del organismo y después of the organism and, subsequently,
ocurren modificaciones de acuerdo changes occur according to the activ-
con la actividad establecida para ity established for the satisfaction of
satisfacer necesidades en la relación needs in relation to the social context
con el contexto social en que vive in which the individual lives. These
el individuo. Tales aspectos van a aspects will contribute to the forma-
contribuir para la constitución del tion of language and consciousness,
Renata da Silva y Silvana Calvo Tuleski. Universidad Estadual de Maringá, Brasil [refenix@yahoo.com.br] y
[silvanatuleski@gmail.com].
Revista Intercontinental de Psicología y Educación, vol. 16, núm. 2, julio-diciembre 2014, pp. 9-30.
Fecha de recepción: 11 de septiembre de 2013 | Fecha de aceptación: 10 de enero de 2014.
L
a emoción humana se refiere a un fenómeno complejo que envuel-
ve, por un lado, una base biológica y, por otro, posee determinantes
socioculturales presentes en el desarrollo del individuo. El estudio
sobre las emociones se torna relevante como consecuencia de los procesos
de patologización y medicación de niños y adultos, los cuales constituyen
un fenómeno creciente en la actualidad (Consejo Regional de Psicología
de São Paulo, 2011). Gran parte de los estudios actuales sobre el tema se
refiere a los aspectos biológicos de la emoción o a su mensuración (Brasil y
Pondé, 2009); sin embargo, los factores histórico-culturales del desarrollo
emocional y la formación de la personalidad son poco discutidos.
Distinta de estas posturas, teóricos e investigadores de la psicología
histórico-cultural comprenden el desarrollo emocional junto con las de-
más funciones psíquicas. Esta forma de conocimiento de los procesos
psíquicos pone de manifiesto que el hombre sólo puede entenderse en su
totalidad como sujeto concreto, que se caracteriza como unidad y síntesis
de múltiples relaciones que lo definen. En esta perspectiva, la constitu-
ción de las funciones superiores no puede ser pensada de manera aisla-
da, sino como una creciente constitución de unidades que ocurre en el
transcurso del desarrollo del hombre, en cuanto ser que vive en un medio
social, en determinada cultura y período histórico (Saviani, 2004).
más complejas en sus relaciones sociales. Igual que las demás funciones,
la emoción también se halla presente de modos distintos en cada una
de esas fases, pues los periodos de transición y crisis acarrean cambios
significativos que se inician con una base orgánica, a la cual se añaden
determinantes históricos y sociales.
La periodización del desarrollo infantil, considerada por Vigotski
(1996b), se fundamenta en los cambios decurrentes del propio desa-
rrollo, donde el proceso, más que el producto, determina los periodos de
formación de la personalidad. El proceso consiste en un movimiento no
lineal y continuo, sino con avances y retrocesos, según las determinacio-
nes del medio social y sus implicaciones para la experiencia más inme-
diata del niño. Partiendo de la fundamentación materialista y dialéctica,
Vigotski y sus colaboradores consideraron la imposibilidad de que el de-
sarrollo ocurriera de manera separada de la realidad material y social, cu-
yos avances presentan características cualitativas y no sólo cuantitativas.
Según Vigotski (1996b), en este proceso son evidenciadas varias crisis
que señalan las etapas del desarrollo infantil. Ellas se caracterizan por una
determinación social sobre los procesos biológicos presentados por el niño,
la cual promueve la estimulación de su desarrollo al exigir que se comporte
socialmente, con el objeto de corresponder a estas ordenaciones externas
que generan cambios internos. En estos periodos de crisis también se de-
sarrolla la personalidad, pues adquiere características específicas, en con-
sonancia con las retiradas o superaciones que suceden de una fase a otra.
No obstante, según Pino (2005), la comprensión de la naturaleza his-
tórica y cultural del ser humano considera que los factores psíquicos se
determinan por formas diferenciadas de convivencia entre los hombres,
acordes con la cultura y la época en que viven. En consecuencia, las
edades y la manera en que ocurren las crisis no están establecidas fija-
mente, razón por la cual no asumen un carácter universal, como en otros
abordajes teóricos. Tal constatación posibilita comprender que los perio-
dos de crisis durante el desarrollo infantil resultan de las mediaciones
específicas de la época y la cultura en que el niño se encuentra. Las crisis
son momentos de ruptura y, al mismo tiempo, de continuidad, pues invo-
particular. Ello provoca que los sentidos y motivos estén unidos en los
procesos subjetivos y caractericen la manera en que las personas buscan
la satisfacción de sus necesidades. Por eso, las necesidades específica-
mente humanas son llamadas superiores y surgen a partir de la actividad
vital primaria que pretende la supervivencia y presentan características
elementales. Después, las necesidades van siendo modificadas y se rela-
cionan con los objetos y motivos complejos, que pasan a determinar la eje-
cución de la actividad (Leontiev, 1983). El autor afirma que los objetivos
cambian en el transcurso del proceso histórico, es decir, según el creci-
miento y el desarrollo del individuo. Estos dos factores configuran lo esen-
cial para que una actividad ocurra en determinado periodo y establezca el
motivo para su ejecución; sin embargo, lo que era fundamental para una
fase puede tornarse de menor importancia en otra y así dejar de motivar al
individuo. Estas transformaciones acarrean crisis en determinadas fases
del desarrollo infantil, las cuales se caracterizan por los intensos cambios
vividos en términos de intereses y en las formas de establecer relaciones
con el mundo, aspectos que destacaremos para la comprensión del desa-
rrollo emocional, de acuerdo con Vigotski (1996b).
ralizar las palabras en relación con los objetos que conoce, a partir de los
significados formados con el perfeccionamiento gradual del lenguaje.
Con la adquisición creciente del lenguaje y la atribución de significa-
dos a la realidad objetiva, la conciencia también empieza a estructurarse
de acuerdo con el medio donde vive el niño, pues él inicia el aprendizaje
de formas de pensamiento que van más allá de los aspectos inmediatos.
Con el principio del desarrollo de la conciencia, los afectos empiezan a
ser dominados por el niño, que los diferencia y expresa en la convivencia
con los adultos. Alrededor de los dos años de edad —lo cual puede ser
variable para cada niño, de acuerdo con sus posibilidades de mediación
y aprendizaje,— ya se torna una práctica y pide lo que desea cuando se
halla frente al objeto, o bien se queja de algo que le molesta, por ejemplo,
frío, hambre o sed (Vigotski, 1996b). Es importante destacar de nueva
cuenta que los modos sociales de manifestación afectiva son apropiados a
partir de lo experimentado en la cultura, sociedad y clase social en la que
el niño se inserta.
Entre el segundo y el tercer año de vida, los juegos —constituidos por
un vasto repertorio de acciones posibles para el niño gracias a su desarrollo
motor— le permiten correr con otros infantes, patear una pelota, ingresar
en actividades colectivas. Por medio del juego y de la convivencia social,
también empieza a incorporar significados inherentes a las reglas sociales,
lo que caracteriza un nuevo periodo de transición y, en consecuencia, una
nueva crisis. Tal actividad se distingue por promover modificaciones en los
procesos psíquicos del niño y contribuir al desarrollo de su personalidad
(Leontiev, 1983).
Más o menos a los tres años de edad, el niño vive una nueva crisis que,
para Vigotski (1996b), constituye la fase en la cual predomina el negati-
vismo infantil hacia las propuestas de las personas con quien convive, aun
cuando tal negación contraríe su propia voluntad. En esta fase, también
puede presentar rebeldía e insubordinación hacia las reglas sociales. Es
un periodo marcado por conflictos, percibidos en el lenguaje del niño,
que, en muchos casos, también puede manifestar agresividad. En algunos
tipos familiares, el niño se torna un déspota y exige de los padres que sus
deseos sean atendidos. Vigotski (1996b) explica que, durante esta fase,
ocurren cambios en las esferas afectivas y volitivas dirigidas a las perso-
nas con quienes el niño se relaciona; la crisis, marcada por la frustración
de sus deseos constituye el comienzo de su emancipación. Esto ocurre
porque empieza a diferenciar las situaciones que le causan satisfacción o
frustración y a internalizar el significado de reglas sociales; como sucede,
por ejemplo, cuando en el juego otro niño le quita el juguete y los adultos
lo exhortan a no agredirlo por esa acción. De este modo, la educación —
formal o informal— constituye la alternativa para superar la crisis inhe-
rente a esta fase y permitir el aprendizaje del niño con objeto de que inicie
el control de sus voluntades y emociones recurrentes de situaciones que le
frustran o le satisfacen.
Tales aprendizajes también son posibles, una vez más, por medio del
juego, de la diversión. Así, los juegos de representación, o simbólicos,
despuntan como formas sociales para satisfacer aquellos deseos que, en
la realidad objetiva, el niño aún es incapaz de realizar, como dirigir un
auto, ejercer el papel de madre, etcétera. Sin embargo, como resaltó Vi-
gotski (2008), en estos juegos donde predomina la imaginación infantil,
existen reglas predefinidas que determinan la forma en que el niño juega
y el desempeño de papeles. En el juego, el niño se comporta a partir de
lo que imagina y no de lo que ve; su acción se torna independiente de su
percepción, pues los objetos adquieren sentido y significado mediante las
palabras que los denominan. Al seguir las reglas, aprende a ejercer control
sobre su voluntad, pues el juego involucra la satisfacción y, por medio de él,
el niño descubre que esta satisfacción puede ser mayor, si no actúa de forma
inmediata a sus impulsos. En este sentido, el autor cita la tesis de Spinoza,
quien afirma que un afecto sólo puede ser dominado por otro más fuerte
y contrario al primero. Ello se torna posible a partir del desarrollo de la
memoria, la cual constituye una función predominante en este periodo.
Entre los seis y siete años, etapa marcada por una nueva crisis, el niño
adquiere una estructura de sus vivencias. Esto le permite la conciencia de
sus sensaciones y sentimientos. “Igual al niño de tres años que descubre
sus relaciones con otras personas, el de siete descubre el propio hecho de
Consideraciones finales
Referencias
Resumen Abstract
Margarita Chávez Becerra, Ofelia Contreras Gutiérrez y Miriam Velázquez Ortiz. Facultad de
Estudios Superiores Iztacala-Universidad Nacional Autónoma de México, Estado de México.
Este trabajo es parte del proyecto de investigación “Determinación de la validez predictiva y de
constructo de la escala de pensamiento constructivo para estudiantes universitarios”, financiado
por papiit con número IN404008. Contacto [margaritachabe@gmail.com].
Revista Intercontinental de Psicología y Educación, vol. 16, núm. 2, julio-diciembre 2014, pp. 31-49.
Fecha de recepción: 28 de octubre de 2013 | Fecha de aceptación: 18 de marzo de 2014.
L
as instituciones de educación superior son escenarios de alta exi-
gencia académica asociados con el reporte de elevados niveles de
estrés en los universitarios. Algunas situaciones, señaladas como
fuentes potenciadoras de estrés, son la participación y exposiciones en cla-
se, el trabajo en equipo, el tiempo insuficiente para la elaboración de tareas
o trabajos, la exigencia de los docentes, la competencia entre compañeros,
el excesivo material para estudiar, la presión de evaluaciones y los exá-
menes, así como la atención a pacientes en algunas carreras. Exigencias
ante las cuales, si no se tienen las estrategias adecuadas o no son apropia-
das a las circunstancias, el afrontamiento puede fallar y, en consecuen-
cia, derivar en la aparición de ansiedad, depresión, violencia, consumo
de sustancias adictivas, desadaptación y repercutir en el bienestar físico
y psicológico, en el despliegue de conductas saludables, así como en la
permanencia y rendimiento escolar de los universitarios.
Afrontar el estrés implica poner en marcha una serie de estrategias
conductuales y cognitivas mediadas por la evaluación que se efectúa sobre
una situación con el fin de aliviar la carga que supone el estresor y dar res-
Los estudios efectuados por Epstein (1998) revelan que un buen pen-
samiento constructivo se relaciona con logros en el trabajo, ajuste emocio-
nal, éxito en las relaciones personales y una mayor satisfacción de la vida
en general. Con fundamento en la teoría cognitivo experiencial, Epstein
desarrolló el inventario de pensamiento constructivo (cti) como una medi-
da de evaluación del pensamiento constructivo y del pensamiento no cons-
tructivo en la vida diaria. Los principales componentes del pensamiento
constructivo son la emotividad y la eficacia, en tanto los del no construc-
tivo incluyen pensamientos rígidos, esotéricos y de optimismo ingenuo.
La emotividad se liga con pensamientos asociados con la capacidad para
manejar en forma adecuada los sentimientos negativos, con una actitud
favorable hacía sí mismo, con la tolerancia a la frustración y con una ten-
dencia a no obsesionarse con los acontecimientos negativos del pasado. La
eficacia considera un patrón de pensamientos automáticos y positivos que
facilitan la acción eficaz, soluciones realistas a los problemas, se mantiene
una actitud optimista, se aceptan los desafíos y se arriesga. En oposición
al pensamiento constructivo, en el no constructivo hay una tendencia a
pensar en los sucesos de modo negativo, a la intolerancia, a la rigidez,
a soluciones simplistas y a creencias irracionales o de tipo supersticioso,
por lo que se adopta una actitud defensiva y poco arriesgada.
Sustentado en la teoría cognitivo experiencial, el inventario de pensa-
miento constructivo (cti) de Epstein y con la finalidad de contar con un ins-
trumento para evaluar el pensamiento constructivo en estudiantes universi-
tarios de manera confiable y válida, Contreras, Chávez y Velázquez (2006)
diseñaron el cuestionario de pensamiento constructivo para estudiantes uni-
versitarios (cpce), orientado a eventos o situaciones vinculados en específico
a la vida académica, con el fin de valorar el grado en el cual los pensamien-
tos automáticos preconscientes de los educandos favorecen un buen afronta-
miento y solución de problemas a las situaciones que la vida académica les
demanda, así como para identificar los pensamientos no constructivos que,
muy probablemente, se relacionan con estados o tendencias depresivas; por
lo que es de esperarse que puntuaciones altas en pensamiento constructivo
correlacionen de modo positivo con estrategias de afrontamiento dirigidas a
Método
Instrumentos
mentos de todas las escalas, lo que permite emplearla como una medida
global y rápida del pensamiento constructivo.
En el área de pensamiento constructivo se encuentran las escalas de
afrontamiento conductual y afrontamiento emocional; esta última, a su
vez, contiene las subescalas de autoestima y capacidad de sobreponerse.
El área de pensamiento no constructivo está constituida por las escalas de
rigidez, pensamiento esotérico e ilusión. Se alcanzan puntajes de manera
global para las dos áreas: pensamiento constructivo y no constructivo, así
como, de modo independiente, para cada una de las escalas y subescalas.
El área de pensamiento constructivo, sus escalas y subescalas, se cali-
fican de acuerdo con los siguientes rangos percentiles: del percentil 1 a
25, indican bajo pensamiento constructivo; del percentil 26 a 74, adecua-
do y, del percentil 75 o más, alto pensamiento constructivo. En tanto que,
para calificar el área de pensamiento no constructivo y escalas, los puntos
de corte son del percentil 1 a 25, bajo pensamiento no constructivo; del
percentil 26 a 74, moderado y, un percentil igual o mayor a 75, califica
con alto pensamiento no constructivo (Contreras, Chávez, Aragón et al.,
2011).
Procedimiento
Resultados
Afrontamiento
Depresión
Conclusiones
Referencias
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Resumen Abstract
El objetivo del presente estudio con- The purpose of the present study was
sistió en validar y confiabilizar el to validate and assess the reliability
instrumento de sentido de coherencia of the sense of coherence sc-29 and
en sus dos versiones (29 y 13 reacti- sc-13 created by Antonovsky and to
vos) y comparar dos formatos de él: compare two formats of this test: a
una primera versión cuya traducción first version translated literally and
fue literal y una segunda, adaptada a a second one adapted to linguistic
los términos lingüísticos y culturales and cultural terms of the popula-
de la población. Para lograrlo, se tion. To accomplish this, the sc was
aplicó el cuestionario de sentido de applied to 205 college students from
coherencia creado por Antonovsky one public and one private university,
(1985) a 205 estudiantes de licen- in its last version (translated and
Héctor Velázquez Jurado, Verónica Cárdenas Rivera, Alejandra Chávez Franco, Vanessa Oliva
Montes de Oca, Paola Hernández Salazar y Marco Antonio Pulido Rull. Laboratorio de Condicio-
namiento Operante, Universidad Intercontinental [velazquezjurado@gmail.com].
Revista Intercontinental de Psicología y Educación, vol. 16, núm. 2, julio-diciembre 2014, pp. 51-70.
Fecha de recepción: 19 de febrero de 2013 | Fecha de aceptación: 31 de marzo de 2014.
Palabras clave:
validez, confiabilidad, salutogénesis
D
esde 1960, se dio a conocer la salutogénesis como una oposición
al paradigma biomédico; la propuesta principal de esta teoría
gira en torno de identificar y promover estrategias para recupe-
rar, mantener u optimizar la salud. Desde entonces, se ha reconocido el
valor de dicha teoría y su uso se ha extendido sobre todo en el campo de la
investigación acerca de la promoción de la salud, dada la estrecha relación
con el estrés y las maneras de afrontarlo (Sumikawa y Yamazaki, 2007).
La salutogénesis sostiene que la habilidad de afrontar situaciones es-
tresantes es inherente a los individuos y, de este modo, el mundo que
les rodea cobra sentido. Así, propone el sentido de coherencia como un
constructo que predice el éxito en el afrontamiento de estresores en el
continuo “enfermedad”-“bienestar” y una posible solución del conflicto
(Antonovsky y Sagy, 1986).
El término sentido de coherencia (sc) se define como “una orientación
global que expresa el alcance en el que el individuo tiene un sentimiento
de confianza dominante, duradero y dinámico, caracterizado por una alta
Primer estudio
Método
Participantes
Procedimiento
Resultados
Discusión
Segundo estudio
Método
Participantes
Procedimiento
Resultados
Discusión
Conclusiones
Referencias
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Resumen Abstract
María Cristina Pérez Agüero. Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, Centro de Convi-
vencia Familiar Supervisada [psicologiatsjdf@gmail.com].
María Angélica Verduzco Álvarez- Icaza. Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, Cen-
tro de Convivencia Familiar Supervisada [angelicaverduzco@gmail.com].
Revista Intercontinental de Psicología y Educación, vol. 16, núm. 2, julio-diciembre 2014, pp. 71-91.
Fecha de recepción:18 de junio de 2013 | Fecha de aceptación: 1 de noviembre de 2013.
Palabras clave
personalidad, fingirse bien, di-
vorcio, evaluación forense
C
ada año en México, más de 86 mil matrimonios terminan en di-
vorcio (inegi, 2013); muchas de estas parejas tienen niños, por lo
que deben tomarse decisiones no sólo de repartir los bienes mate-
riales, sino de con quién estarán mejor los hijos. Entre los profesionistas
de la salud mental, existe polémica respecto del uso de pruebas psicoló-
gicas en la valoración de la guarda y custodia, cuyo propósito es evaluar
la aptitud de cada padre para ser el cuidador del menor y hacer la reco-
mendación al juzgador; el principal fundamento de ello es que hasta hace
relativamente poco no existían instrumentos elaborados específicamente
para evaluar las capacidades parentales, diseñados en el entorno forense
(Arch-Marín y Jarne-Esparcia, 2010; Ewing, 1996; Patel y Jones, 2008;
Stahl, 1999; Quinnell y Bow, 2001) y aunque en la actualidad existen
algunos cuestionarios que prueban tener una alta confiabilidad, como el
Cuida (Bermejo, Estévez, García et al., 2008), son limitados los estudios
Método
Participantes
Instrumento
1
Acuerdo 33-25/2013, emitido en sesión de fecha 28/05/2013 del Consejo de la Judicatura del Distrito Federal.
Procedimiento
Resultados
julio-diciembre 2014
Desviación Desviación Desviación
Escala Media Escala Media Escala Media
estándar estándar estándar
L 64.84 11.52 ANS 47.38 8.71 A 45.33 8.17
Validez
Suplementarias
DEP 46.89 9.39 HR 57.10 8.74
1-Hs 52.06 10.00 SAU 48.94 9.81 Do 53.21 9.19
2- D 51.80 9.23 DEL 45.77 8.40 Rs 57.02 8.92
Evaluación psicológica con el mmpi-2 en litigios judiciales de materia familiar
3- Hi 54.75 10.49
Contenido
ENJ 43.22 7.75 Dpr 45.07 8.82
4- Dp 52.19 9.36 CIN 44.34 9.09 GM 52.46 8.85
5- Mf * 50.95 8.35 PAS 42.95 8.24 GF 54.07 8.52
Clínicas
*p <.001
*p <.001
Discusión
julio-diciembre 2014
% por escalas
Nivel Puntuación 1-Hs 2-D 3-Hi 4-Dp 5-Mf 5-Mf 6-Pa 7-Pt 8-Es 9-Ma 0-Is
T * **
Bajo < 40 8.9 6.1 5.4 9.9 10.1 24.7 10.6 13.2 20.5 21.3 18.2
Medio 41-55 60.5 63.9 50.6 53.1 65 33.8 53.4 62.1 64.8 64.6 63.3
Moderado 55-65 20.7 21.4 30.6 27.8 21.1 32.4 25.8 20.2 10.6 10.4 14
Alto 66-75 7.4 6.7 8.5 8.2 3.8 7.9 8 3.8 3.1 3.4 3.8
Muy alto > 76 1.7 1.9 5.2 1 0 1.2 2.2 0.7 1 0.3 0.7
* Puntuación para varones ** Puntuación para mujeres
Evaluación psicológica con el mmpi-2 en litigios judiciales de materia familiar
vieron puntajes T en promedio más altos que los hombres, lo cual requiere
un estudio más profundo para saber si estas diferencias son estadística-
mente significativas. Asimismo, debe estimarse que los puntajes referidos
por Strong, et al. (1999) son sin la corrección de K, mientras que, en el
estudio actual, son puntuaciones corregidas. Además, de acuerdo con el
reporte de Strong, et al. (1999), acerca de que 26% de la muestra de su
estudio logró puntuaciones T por arriba de 65, considerando las escalas
clínicas, en la muestra de este estudio se detectaron estas elevaciones de
entre 3.7% de la muestra (escala 9-Manía) y 13.7% de la misma (escala
3-Histeria); aunque por debajo de 26%, son significativas las escalas para
ambas muestras: 10.2% (escala 6-Paranoia), 9.2% (escala 4-Desviación
psicopática) y 9.1% (escala 1-Hipocondriasis).
En referencia a las escalas de contenido, no se advierten elevacio-
nes significativas ni siquiera bajo la observación de elevación subclínica,
lo cual puede explicar el porqué ha sido nulo el reporte de resultados
de estas escalas en estudios previos. Finalmente, para las escalas suple-
mentarias, tampoco se obtuvieron puntajes T > 65 e incluso de 60 para
algunas escalas, pues ya podrían considerarse como altos. Sin embargo,
se hallaron picos de perfil con elevaciones subclínicas en las escalas de
represión (R), hostilidad (hr) y responsabilidad social (rs), lo cual per-
mite complementar la interpretación de los indicadores de validez y de
las escalas clínicas del instrumento, al menos en esta muestra de estu-
dio. Por ejemplo, la elevación de R implica una tendencia a exhibir un
comportamiento convencional, así como la evitación de confrontaciones
desagradables, ya que son personas que por lo común se visualizan a sí
mismas como libres de problemas, características que se relacionan con
los indicadores de validez. La tendencia a puntuaciones elevadas en hr —
reportada con anterioridad por Bathurst (1997)— se observa en personas
que pueden responder de manera apropiada a la provocación, pero que
eventualmente manifiestan respuestas de agresión exagerada, lo cual po-
dría ser importante en los individuos que elevan de modo significativo las
escalas 4-Dp y 6-Pa; no obstante, se requiere mayor investigación al res-
pecto. Es preciso mencionar que una elevación en la escala R en conjunto
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Resumen Abstract
Francisco Javier Conde González. Universidad Latina, Campus Cuernavaca, México. [jabiercon-
de@gmail.com].
Revista Intercontinental de Psicología y Educación, vol. 16, núm. 2, julio-diciembre 2014, pp. 93-110.
Fecha de recepción: 20 de mayo de 2013 | Fecha de aceptación: 16 de diciembre de 2013.
inclusión social. Estos procesos han processes have to be creative, open and
de ser lo suficientemente creativos, flexible enough to return the responsi-
abiertos y flexibles para devolver a bility and control of their own learn-
dichos sujetos la responsabilidad y ing to these subjects. Here, we outline
el control de su propio aprendizaje; here the principles and nature of a
aquí esbozamos los principios y la possible proposal: educational frames.
naturaleza de una propuesta po-
sible: las tramas educacionales.
K eywords
Palabras clave Social exclusion, educational
Exclusión social, inclusión edu- inclusion, nonschool learn-
cativa, aprendizaje no esco- ing, educational alternatives
lar, alternativas educativas.
E
n una sociedad profundamente desigual como la mexicana, la pra-
xis pedagógica ha de tener entre sus prioridades el análisis del
problema de la exclusión social y cultural, y proponer alternativas
educativas que, junto con otras estrategias de orden económico y político,
permitan a los sujetos en situación de vulnerabilidad revertir los procesos
de exclusión mediante la construcción de itinerarios de inclusión social.
En el presente ensayo, tejemos un entramado teórico mínimo, que per-
mite el abordaje del problema ya señalado, y alimenta el acuciante debate
contemporáneo en relación con la exclusión social y educativa, en razón
de las crisis económicas recurrentes que arrastran a millones de seres hu-
manos a condiciones cada vez más precarias de vida, de alimentación, de
trabajo, de participación política y de educación. Se trata de crisis comu-
nes en todas las sociedades capitalistas y con Estados neoliberales como el
nuestro.
El documento está integrado en cuatro partes solidarias e interdepen-
dientes. En la primera, se establece el gran telón de fondo de la reflexión;
se identifica como sociedad exclusógena a la causa primera que parece
desencadenar las marginaciones en todos los ámbitos de la vida social.
En la segunda, se argumenta que la pedagogía, por su vocación crítica,
1
En línea: http://www.jornada.unam.mx/2013/04/16/politica/022n1pol. Consultado el 16 de abril de 2013 a las
8:00 h.
2
En nuestro país, es posible encontrar financiamiento en secretarías de cultura o desarrollo social de algunos go-
biernos locales interesados en alternativas educativas que reconstruyan el tejido social y disminuyan los índices
de violencia en comunidades con problemas de adicciones, delincuencia y violencia.
Conclusión
Referencias
Resumen Abstract
Adrian Israel Yañez Quijada. Instituto de Formación Docente del Estado de Sonora, coordinación
de investigación y posgrado [a.yanez@ifodes.edu.mx].
José Ángel Vera Noriega. Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, Investigador
Titular D. [avera@ciad.mx]
Jesús Enrique Mungarro Matus. Instituto de Formación Docente del Estado de Sonora, coordina-
ción de investigación y posgrado [j.mungarro@ifodes.edu.mx]
Revista Intercontinental de Psicología y Educación, vol. 16, núm. 2, julio-diciembre 2014, pp. 111-129.
Fecha de recepción: 3 de octubre de 2013 | Fecha de aceptación: 28 de octubre de 2013.
en dos partes, la primera alude a los to the 1142 not accepted and the sec-
1 142 no admitidos y la segunda a ond one to those accepted (761). By
761 aceptados. Mediante un análisis an analysis student t, was found that
t de student, se encontró que los estu- students admitted to present a higher
diantes aceptados presentan un ma- socioeconomic background than their
yor nivel socioeconómico que sus pa- not accepted mates. The variables
res no admitidos. Las variables que that predicted the first academic year
predijeron el rendimiento académico of study were the final grades from
del primer año de estudios fueron el high school, index of home posses-
promedio de preparatoria, posesio- sions and the scores of the exani ii.
nes en el hogar y los puntajes de la It was concluded that socioeconomic
prueba exani ii. Se concluyó que las variables influence not only in ac-
variables socioeconómicas influyen cess, during teacher training too.
no sólo en el acceso, sino también
durante la formación como docente.
K eywords
social diversity, entrance tests, ac-
Palabras clave cess to education, teacher training
diversidad social, pruebas de
ingreso, acceso a la educa-
ción, formación docente
I
ncorporarse como alumno en una Institución de Educación Superior
(ies) puede resultar una tarea difícil, pues la mayoría de las universi-
dades del mundo implementan rigurosos procesos de admisión, con el
fin de analizar las capacidades de los aspirantes a incorporarse a sus filas.
En Latinoamérica, una situación social que marcó la pauta para el
establecimiento de tales procesos fue el periodo de masificación. Tal es-
cenario se debió a la lucha de los estudiantes por tener mayores oportuni-
dades de acceso a la educación superior. En esta condición, el alumnado
universitario dejó de ser una pequeña élite para convertirse en un sector
social más amplio dentro de las sociedades (Brunner, 2007).
Brunner y Uribe (2007) señalan que, con el aumento de la matrícula,
las ies se encontraron en un predicamento, debido a la dificultad de garan-
tizar el acceso a un número de aspirantes cada vez mayor.
en las pruebas de admisión estipuladas por las ies que los alumnos en
mejor situación social y económica, que procedan de mejores colegios,
sus padres tengan un mayor nivel educativo y posean mejores condiciones
para el estudio —como contar con computadoras, internet, software edu-
cativo, libros, automóvil para llegar a la escuela, entre otras característi-
cas económicas y culturales que los pondrían en ventaja— (Organización
para la Cooperación y Desarrollo Económico [ocde], 2010a; Déves, Castro,
Mora, et al. 2012).
En este sentido, College Board (2011) dio a conocer un informe donde
se muestra que los estudiantes con mayores puntajes en pruebas estan-
darizadas son precisamente los que proceden de familias con mayores
ingresos económicos, como lo muestra la tabla 1.
En este sentido, Zwick y Himelfarb (2011) analizaron si el estatus
económico, la prueba sat y el promedio de preparatoria predice el rendi-
miento académico de estudiantes universitarios. Mediante la colaboración
de College Board se obtuvieron los datos de 123 835 estudiantes prove-
nientes de 34 universidades de Estados Unidos. Además se solicitó a cada
universidad que proporcionara los expedientes de los participantes con
el fin de obtener las calificaciones reales, la escolaridad de los padres y
su nivel de pobreza. Las variables predictivas se estandarizaron de la si-
guiente manera: el promedio de preparatoria se constituyó con una escala
que va de 1.30 a 4.96; como se mencionó anteriormente, la prueba sat se
Objetivo general
Objetivos específicos
Método
Participantes
Instrumentos
1
Sin embargo, se utilizó la siguiente clasificación: primaria = 6 años, secundaria = 3, preparatoria = 3; universidad,
como varía, se le asignó un valor de 5, y posgrado, si era maestría se le asignaba 2 y doctorado, 4 años. A todos se
les preguntaba si sus padres habían culminado el nivel de estudio mencionado. Después, se realizó una sumatoria
entre la escolaridad de la madre y del padre.
Rendimiento académico
Éste será medido mediante las calificaciones de todas las materias que
cursan los estudiantes normalistas; a partir de ellas se realizará un pro-
medio global con unidades que van de 0 a 10.
Procedimientos estadísticos
Resultados
cabe resaltar que los padres de los estudiantes presentan un nivel edu-
cativo medio superior.
El índice de posesiones en el hogar evalúa el poder adquisitivo de
las familias, lo cual lo convierte en un vital indicador para la evaluación
de los antecedentes socioeconómicos de las familias de los estudiantes
normalistas. En la tabla 5, se muestra que los estudiantes admitidos se
ubicaron de mejor manera en este índice, reflejando mayores posesiones
materiales. Lo anterior implica que los admitidos poseen, en mayor medi-
da, recursos importantes para el estudio, como computadoras e internet,
condición que puede impactar de manera directa en el logro educativo,
pues el acceso a la información y las posibilidades académicas generadas
por el contar con estas herramientas son de vital importancia en la actua-
lidad (ocde, 2010a).
Se encontró que la ocupación de los padres no fue una variable que mos-
tró diferencias significativas entre los grupos. Los datos indicaron que en
ambos existe predominancia de trabajos no profesionales, tales como obrero
por parte de los padres y ama de casa por las madres.
Una vez encontrado que existen diferencias entre los antecedentes socioe-
conómicos de los aspirantes, se procedió a realizar la regresión lineal con
Conclusiones
Referencias
Resumen Abstract
Larissa Desiree Plata Zanatta, Norma Ivonne González Arratia López Fuentes, Hans Oudhof
van Barneveld, José Luis Valdez Medina, Sergio González Escobar. Facultad de Ciencias de la
Conducta, Universidad Autónoma del Estado de México [larissap_z@hotmail.com].
Revista Intercontinental de Psicología y Educación, vol. 16, núm. 2, julio-diciembre 2014, pp. 131-149.
Fecha de recepción: 7 de enero de 2013 | Fecha de aceptación: 3 de marzo de 2014.
L
a educación favorece la formación integral del ser humano y cons-
tituye el principal camino para la superación económica y social.
Además, permite el desarrollo de capacidades y dominios para el
desempeño en diversos aspectos de la vida diaria. Por esto, la escuela
posee una gran responsabilidad al ser depositaria de las expectativas de
la familia y del propio estudiante (Silas, 2008b). Sin embargo, en muchas
ocasiones, estas expectativas no se cumplen. Los investigadores lo han
atribuido a que distintos factores afectan el logro académico, como es el
caso de los recursos con que las escuelas cuentan, el nivel socioeconómi-
co y cultural, la formación de los docentes, el compromiso de los padres,
la metodología utilizada, entre otros (Alaníz, 2009).
Tal como se concibe en la actualidad, la educación atañe al desarro-
llo de capacidades, habilidades, perspectivas y potencialidades, tendiente
hacia una formación integral, para que el sujeto pueda desarrollarse en
diferentes ámbitos. Para ello, la educación debe sustentarse en cuatro pi-
lares: saber, saber hacer, saber ser y saber convivir (Delors, 1997). De
manera tradicional, la educación básica en México se ha ocupado de for-
ma exclusiva del aspecto cognitivo, más que del área emocional y psico-
lógica (Alaníz, 2009). No obstante, se ha incorporado recientemente el
interés por reconocer cómo es que los aspectos de la personalidad influyen
en el aprendizaje. Esto se debe a que varios estudios han expuesto que los
niños que presentan aspectos positivos de personalidad cuentan con un
mejor rendimiento escolar (Duarte, 2003).
Lo anterior implica que la formación básica necesita reconceptuarse
para sentar las bases que permitan a los individuos desempeñarse con
éxito en el mundo laboral, el cual requiere personas que tengan no sólo
conocimientos y habilidades, sino que sean activas, eficaces, que crean
en sí mismas y con iniciativa en el lugar de trabajo; es decir, se buscan
también características individuales que hagan al ser humano más com-
petente en todo sentido (Díaz-Barriga, 2011).
De acuerdo con la tradición griega de paideia, se pretendía que todos
los alumnos fueran formados bajo un ideal y modelados con base en él
para su perfeccionamiento (Yurén, 2000). En cambio, las nuevas propues-
tas educativas promueven la autonomía y el desarrollo de las potencialida-
des de cada sujeto, no sólo las más requeridas por la sociedad, situación
que atañe, en particular, a la educación básica, que debe tender hacia una
formación integral.
Existen variables de personalidad vinculadas con el rendimiento esco-
lar, entre las que se encuentran la resiliencia, la autoestima y la autoefica-
cia, las cuales propician que el sujeto participe, se involucre activamente,
resista las adversidades y tenga un mejor desempeño en la escuela.
Al respecto, las investigaciones reportan que los niños con capacidad
resiliente muestran facilidad para establecer relaciones, resolver proble-
mas, desarrollar un sentido de identidad, hacer planes y determinar ex-
pectativas (Werner y Smith, 1992). Además, son niños que manifiestan
mayor introspección, independencia, capacidad de relacionarse, iniciati-
va, humor, creatividad, moralidad, autoestima y pensamiento crítico (Me-
lillo, Suárez y Rodríguez, 2008); poseen mayor tolerancia a la frustración
y son cooperativos (Gordon, 1996). Asimismo, tienen madurez intelectual,
son activos, seguros, competentes, flexibles y expresan interés por nuevos
Método
Participantes
Instrumentos
Procedimiento
Resultados
Discusión
Referencias
Resumen Abstract
Revista Intercontinental de Psicología y Educación, vol. 16, núm. 2, julio-diciembre 2014, pp. 151-169.
Fecha de recepción: 19 de septiembre de 2013. Fecha de aceptación: 7 de noviembre de 2013.
E
n el marco de la formación escolar, el rendimiento académico de
los estudiantes constituye un factor impredecible y fundamental
para la valoración de la calidad educativa y la enseñanza en todos
sus niveles. Es el resultado de múltiples y complejos factores que intervie-
nen en el proceso de aprendizaje y ha sido definido como un valor atribui-
do al logro del alumno en las tareas académicas, el cual se mide por medio
de las calificaciones obtenidas, sean éstas cuantitativas o cualitativas, y
cuyos resultados muestran las materias ganadas o perdidas, la deserción y
el grado de éxito académico (Pérez-Luñu, Ramón y Sánchez, 2000).
Esta posición deja ver el rendimiento académico como la evaluación
del conocimiento que un estudiante ha adquirido en el ámbito educativo,
en cualquiera de sus modalidades y niveles, expresado mediante las ca-
lificaciones obtenidas en las pruebas, exámenes y actividades evaluativas
que debe presentar en el desarrollo de su formación académica.
Autores como Pérez (1978) definen el rendimiento académico, en tér-
minos generales, como la máxima eficiencia alcanzada en el nivel educati-
de Santa Marta, donde, según las estadísticas del icfes, para el año 2010
87% de sus instituciones públicas “perdieron el año”. Sólo dos institu-
ciones oficiales de esta ciudad alcanzaron el nivel alto en las pruebas de
acceso a la educación superior en Colombia. Ello es preocupante, pues
son resultados recurrentes en los últimos años (icfes, 2011).
Son varios los factores del rendimiento escolar que se han identificado
en los numerosos estudios (García López, 1994; Page, Bueno, Calleja et
al., 1990; Polou y Norwich, 2000; García, Guzmán y Martínez, 2006;
Caso y Hernández, 2007; Muñoz y Guzmán, 2010); para este análisis, se
destacan los factores pedagógicos, en especial los atribuibles al profesor
por cuanto son susceptibles de variación; en tal sentido, indagar por ellos
proporciona insumos para la toma de decisiones orientadas a mejorar los
niveles de pertinencia, equidad y calidad educativa, no sólo en las institu-
ciones epicentro del estudio, sino en los docentes interesados en mejorar
la calidad de la enseñanza.
Como antecedentes de esta investigación, se destacan varios estudios,
entre ellos el de Valdez (2012), sobre los factores socioculturales y peda-
gógicos que influyen en el bajo aprovechamiento escolar. Entre otras con-
clusiones, la autora plantea que los factores pedagógicos no son determi-
nantes en el bajo rendimiento escolar, por lo que propone prestar especial
atención al binomio docente-alumno y a las estrategias empleadas para
orientar la enseñanza.
De igual modo, se cita una investigación realizada por Muñoz y Guz-
mán (2010), donde se encontró que las escuelas con mejor infraestructura
física y tecnológica, recursos didácticos de mejor calidad y maestros con
niveles más altos de habilidades y experiencia logran mejores resultados
académicos. No obstante, el análisis de los autores no permite determi-
nar la medida en que los insumos físicos y los recursos humanos de las
Metodología
1
El artículo 23 de la Ley General de Educación de Colombia, Ley 115 de 1994, ubica a la tecnología e informá-
tica como un área obligatoria, necesaria para ampliar y profundizar en el razonamiento lógico y analítico para la
interpretación y solución de los problemas de la ciencia, la tecnología y de la vida cotidiana.
Resultados
julio-diciembre 2014
Organización- Actualización- Estrategia Atención ritmos Autorregulación-
Profesores Relación Motivación
planeación cualificación didáctica estilos aprendizaje monitoreo
Liceo del Norte 3.33 3.50 3.00 3.87 4.17 4.00 3.50
Liceo del Pando 3.56 3.60 3.40 4.40 4.26 3.60 3.75
Rodrigo de 2.89 3.10 2.80 3.57 3.10 3.20 2.25
Bastidas
Simón Bolívar 3.67 4.10 3.20 4.43 4.10 4.00 4.00
Camilo Torres 3.78 4.10 3.60 3.68 4.00 3.80 3.75
Factores pedagógicos relacionados con el rendimiento académico en estudiantes
Conclusiones
Referencias
Resumen Abstract
En virtud de que los estudios de las Given that the study of emotions
emociones relativas a la inseguridad concerning insecurity have estab-
han asentado asociaciones directas, lished direct significant and positive
positivas y significativas con la eva- relationships with the evaluation of
luación de políticas de prevención crime prevention policies or fighting
del delito o combate a la delincuen- crime, the objective of this study was
cia, el objetivo de este análisis fue to establish relationship between emo-
establecer las relaciones entre fac- tional factors and evaluations of law
tores emocionales y evaluaciones de enforcement. For this purpose we used
la procuración de justicia. Para tal a nonrandom sample of 170 residents
propósito, se utilizó una muestra no of a community. We estimated the
probabilística de 170 habitantes de reliability and validity of five inven-
una comunidad. Se estimó la confia- tories that measured anxiety, worry,
Cruz García Lirios. Unidad Académica Profesional Huehuetoca, Academia de Trabajo Social,
Universidad Autónoma del Estado de México [garcialirios@terra.com].
Revista Intercontinental de Psicología y Educación, vol. 16, núm. 2, julio-diciembre 2014, pp. 171-184.
Fecha de recepción: 10 de julio de 2013. Fecha de aceptación: 23 de septiembre de 2013.
Emociones de inseguridad determinantes de la desconfianza hacia la autoridad pública
Palabras clave
delincuencia, seguridad, emocio-
nes, preocupación, confianza.
E
n el marco de la seguridad pública, la relación entre los ciuda-
danos y las autoridades locales puede analizarse a partir de sus
emociones (tabla 1). La opinión pública, en tanto evaluadora de
las políticas públicas, está conformada más por sentimientos que por ra-
zonamientos en torno del sistema judicial. En este sentido, la clase política
en referencia a la esfera civil es evaluada por afectos que se derivan de su
acción gubernamental en materia de prevención del delito o combate a la
delincuencia organizada.
Las emociones, a diferencia de los razonamientos, son procesos auto-
máticos, improvisados y heurísticos que activan experiencias con perso-
nas u objetos en situaciones de riesgo o incertidumbre.
julio-diciembre 2014
Chaux
2010 Elizalde Profesores Modos de afrontamiento Determinó diferencias significativas entre edad y sexo respecto de
(N = 130) de estrés estilos de afrontamiento de la violencia; apoyo social, autocontrol,
confrontación, responsabilidad, distanciamiento y evitación.
2010 Fernández, Estudiantes Análisis de contenido Las emociones (nerviosismo, ansiedad, disgusto, repugnancia, horror, enojo,
Revilla y (N = 8) miedo, catarsis e insensibilidad) inmediatas y diferidas de los contenidos de la
Domínguez televisión propician narrativas de responsabilidad y culpa. Son construcciones
derivadas de discursos mediáticos en los que se enlazan valores, actitudes y
acciones. La primera reacción ante la inseguridad y la violencia es emocional.
2010 Gibson, Residentes Self-Control Temperament Encontraron efectos significativos del contexto del barrio sobre el
Sullivan, (N = 8772) Instrument autocontrol, aunque las características individuales en interrelación con las
Jones y características del barrio diluyeron la varianza explicada. En el caso de los
Piquero estilos parentales de supervisión (r = .07), entusiasta (r = -.08) y hostil
(r = -.10), correlacionaron significativamente con el autocontrol.
2010 Malone Estudiantes Latin American Public En ciudades con una alta tasa de criminalidad, la confianza en el sistema de justicia está
Opinion Project determinada por el temor a la delincuencia local (β = -.146; p = .000), la evaluación de
la acción institucional (β = .737; p = .000), la edad (β = -.0004; p = .05), el tamaño del
municipio (β = -.052; p = .05). La confianza hacia la policía es influida por la victimización
personal (β = -.175; p = .000), la delincuencia local (β = -.154; p = .0000), la evaluación
de la acción gubernamental (β = .437; p = .001). La confianza en los derechos humanos
está afectada por la delincuencia local (β = -.091; p = .0000), la evaluación institucional
(β = .558; p = .000), el sexo masculino (β = -.158; p = .000) y el tamaño del municipio
(β = -. 046; p = .05). En el caso de las ciudades con un bajo índice delictivo, destaca la
173
Cruz García Lirios
Tabla 1. Estado del arte (continuación)
Año Autor Muestra Instrumentos Hallazgos
(β = .585; p = .000), la policía (β = .567; p = .000) y los derechos humanos (β = .324; p =
.000). La atención a las noticias en la radio incidió sobre la confianza en el sistema (β =
.078; p = .010) y los derechos humanos (β = .112; p = .05). En el caso del seguimiento de
la delincuencia en la prensa, influyó negativamente en la confianza al sistema (β = -.091;
p = .05), la policía (β = -.092; p = .05) y los derechos humanos (β = -.129; p = .05).
2010 Oliva, Residentes Inventario estado rasgo y Los deseos de expresar ira correlacionaron con la expresión externa de ira (.616; p
Hernández (N = 825) expresión de ira (staxi-2) < .05) y con el control externo de la ira (-.271; p < .05). El sentimiento de ira con el
y Calleja temperamento iracundo (.598; p < .05) y con el control externo de la ira (-.301; p <
.05). El temperamento iracundo con la expresión externa (.618; p < .05) y con el control
externo (-.387; p < .05). La reacción de ira con la expresión externa (.479; p < .05)
y con el control externo (-.142; p < .05). El control interno con la expresión externa
(-.209; p < .05). Por último, la expresión interna con la expresión externa (.412).
Detectaron diferencias significativas entre hombres y mujeres en referencia
al sentimiento de ira (t = 1.992; p < .05), el temperamento iracundo
satisfacción con la policía, (-.315), satisfacción con la policía (-.242), con la victimización (.170) y el clima emocional
escala de miedo concreto, (-.475). La eficacia colectiva se vinculó con cultura ciudadana (-554), satisfacción con
escala de victimización la policía (.229) y el clima emocional (.382). La cultura ciudadana correlacionó con
la satisfacción con la policía (.358), la victimización (-.142) y con el clima emocional
(.567). La satisfacción con la policía se vinculó con la victimización (.114) y el clima
emocional (.333). Por último, la victimización con el clima emocional (-.295).
julio-diciembre 2014
Año Autor Muestra Instrumentos Hallazgos
2010 Sánchez y Estudiantes Test Bullying Encontraron diferencias entre agresores y víctimas. Los primeros manifestaron
Cerezo (N = 426) necesidades económicas y sociales de integración escolar y los segundos, necesidades
afectivas parentales. A medida que se cumplen características de sexo, edad y escolaridad,
se incrementan las probabilidades de riesgo y vulnerabilidad de la violencia bullying.
julio-diciembre 2014
2010 Silveira, Estudiantes Cuasi-experimento El programa de prevención del delito implementado en una favela de violencia media
Assunçào, resultó poco significativo en otras favelas más violentas de la ciudad de Belo Horizonte.
Figeiredo El número de homicidios antes y después del programa no varió significativamente.
y Beato
2011 Álvarez, Estudiantes Cuestionario de violencia Establecieron correlaciones positivas entre la violencia cotidiana y la
Núñez, (N = 638) escolar revisado violencia a través de las tecnologías de información y comunicación. Hallaron
Álvarez, diferencias significativas entre sexos y entre centro y periferia espacial.
Dobarro,
Rodríguez
y González
2012 García 188 Escalas de percepción La percepción mediática del accionar gubernamental se reflejó de modo
estudiantes del accionar policiaco, positivo en la percepción de la inseguridad pública (β = .36; p < .001).
inseguridad pública,
mediatizada del accionar
policiaco y mediatizada del
accionar gubernamental
Hipótesis
Ansiedad
Hipótesis 4
Hipótesis 2
e3
Hipótesis 9
e1 Enojo Hipótesis 8
Hipótesis 6
Hipótesis 10 Hipótesis 7
e2 Miedo
Hipótesis 3
Hipótesis 5
Preocupación
Método
Diseño
Muestra
Instrumento
julio-diciembre 2014
R1 Al caminar volteo hacia atrás 1.14 .41 1.41 .368
R2 Al recibir llamadas escucho las mismas voces 1.28 .26 1.52 .161
R3 Al salir de casa reviso cerraduras 1.02 .37 1.62 .162
R4 Al subirme al transporte elijo los primeros asientos 1.71 .41 1.73 .674
R5 Al entrar a cualquier lugar oculto pertenencias 1.26 .82 1.75 .831
179
Cruz García Lirios
Tabla 2. Normalidad, confiabilidad y validez de las emociones (continuación)
Código Ítem Media Desviación Curtosis F1 F2 F3 F4 F5
R24 El tráfico es provocado por los agentes de tránsito 3.85 .89 1.38 .368
R25 Más vale instalar videocámaras de seguridad que contratar a un 3.61 .97 1.69 .316
vigilante para prevenir el delito
Curtosis = 3.211, Bootstrap = .000; kmo = .762, Bartlett = .000; F1 = Ansiedad (31% de varianza explicada), F2 = Preocupación (25% de varianza explicada), F3 = Enojo (19% de
varianza explicada), F4 = Miedo (12% de varianza explicada), F5 = Desconfianza (7% de varianza explicada)
julio-diciembre 2014
Cruz García Lirios
Análisis
Se estimó la normalidad con una curtosis multivariable inferior a 5, una
consistencia interna a partir de un alfa superior a .60, la adecuación a
partir de un valor kmo superior a .50, una significancia menor a .05 para
esfericidad con la prueba de Bartlett y la validez se constituyó con una
correlación factor-ítem superior a .300 (tabla 2).
Resultados
Ansiedad
,06
,17
,38
,50 e3
1
e1 Enojo 1
-,24
,26
,19
,50
Preocupación
Discusión
Referencias
Álvarez, D.; Núñez, J.; Álvarez, L.; Dobarro, A.; Rodríguez, C. y González, P.
(2011). Violencia a través de las tecnologías de la información y la comunica-
ción en estudiantes de secundaria. Anales de Psicología, 27, 221-231.
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moral y dinámicas del robo escolar. Revista de Criminología, 52, 243-261.
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bullying en profesorado mexicano. Education and Psychology, 8, 353-372.
Fernández, C.; Revilla, J. y Domínguez, R. (2010). Emotions elicited by televi-
sion violence. Scientific Journal of Media Literary, 36, 97-104.
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rabit, 17, 1-10.
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Assessing neighborhood influences of children’s self-control. Journal of Re-
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Malone, M. (2010). The verdict is in: the impact of crime on public trust in Cen-
tral American Justice System. Journal of Politics and Latin American, 3,
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del inventario de expresión de ira estado rasgo (staxi-2). Acta Colombiana de
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exploratorio con sus relaciones con diversas medidas de miedo al crimen.
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con la dinámica bullying en escolares de educación primaria. Journal of
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Silveira, A.; Assunçào, R.; Figeiredo, B. y Beato, C. (2010). Impact of the staying
alive program on the reduction of homicides in a community in Belo Horizon-
te. Revista Saùde Pùblica, 44, 1-6.
REVISTA INTERCONTINENTAL DE
PSICOLOGÍA
y EDUCACIÓN
Vol. 10, núm. 2 | JULIO-DICIEMBRE 2008 | Tercera época
Convocamos a todos los investigadores e interesados a enviar sus colaboraciones
a nuestra Redacción:
Los textos propuestos deberán abordar temas diversos en los campos de la psico-
logía y la educación, y serán sometidos a dictamen ciego a cargo de tres árbitros.
políticas de publicación
En consonancia con las políticas de la American Psychological Associa-
tion (apa), sólo se aceptan textos inéditos. “Después de publicarse los
resultados de la investigación, los psicólogos no deben ocultar los datos en
los que se basan sus conclusiones a otros profesionales competentes que
intenten verificar sus postulados por medio de un análisis y que pretendan
usar tales datos sólo con ese propósito, siempre que la confidencialidad
de los participantes pueda protegerse y a menos que los derechos legales
relacionados con la propiedad impidan su divulgación” (Norma 6.25). En
específico, los autores de documentos sometidos a las revistas de apa de-
berán tener sus datos disponibles a lo largo de todo el proceso de revisión
editorial y por lo menos cinco años después de la fecha de publicación.
Proceso de selección
1. Recepción de textos: una vez recibido el texto, el editor acusará
recibo por correo electrónico, con la posibilidad de que vuelva a
solicitarse al autor aplicar modificaciones a su trabajo.
2. Condición de anónimo: Para asegurar la imparcialidad en la eva-
luación de los trabajos, los autores deberán procurar que el docu-
mento no presente pistas sobre su identidad.
3. Selección previa: El director de la revista efectuará una primera
valoración para comprobar la adecuación del texto al ámbito temá-
tico de la revista y excluir aquellos cuyo contenido sea ajeno a la
psicología o la educación, o no cumplan con la estructura y calidad
de un texto académico.
4. Revisión de árbitros: Los textos que superen la selección previa se-
rán enviados a dos especialistas para que procedan a la evaluación
y emitan sus dictámenes en un plazo no mayor de seis semanas. En
caso de que el resultado de ambos dictámenes resulte abiertamente
discrepante, podrá solicitarse una tercera evaluación. En todo mo-
mento, el arbitraje será ciego y realizado por pares académicos.
5. Selección de árbitros: La designación de los evaluadores externos
correrá a cargo del editor y del director de la revista, quienes con-
siderarán su experiencia profesional y su campo de especialidad.
6. Dictamen: Los árbitros podrán emitir tres tipos de decisiones:
a) Aprobar el texto para su publicación, tal como está o con peque-
ñas modificaciones.
b) Proponer al autor una revisión más profunda del texto como con-
dición para ser publicado. Si el autor acepta la reelaboración, su
texto se someterá a la lectura de los evaluadores que hubieran
emitido el primer dictamen.
c) Rechazar su publicación sin invitación para reelaborar el texto.
7. Notificación: el editor informará al autor, mediante correo electró-
nico, la decisión del Consejo editorial.
8. Revisión de textos: los autores que deban revisar su texto para pu-
blicación dispondrán de dos semanas para notificar si acceden a
realizar las modificaciones propuestas por los evaluadores. En caso
de aceptar, el plazo para entregar la versión revisada no deberá
rebasar los dos meses.
9. Criterios del dictamen: los evaluadores de los textos emitirán su
dictamen, atendiendo siempre a la calidad metodológica, la origi-
nalidad, la relevancia y presentación, así como al estilo.
10. Sólo se aceptarán textos en español.
Formas de citar
Toda cita textual debe consignar su fuente entre paréntesis: el apellido del
autor (coma) el año en que se publicó la obra (dos puntos) páginas citadas.
Las citas originales en otro idioma deben traducirse al español; si el texto
en el idioma original es imprescindible, puede conservarse y ha de agre-
garse la traducción.
Las referencias deben aparecer completas y al final del documento;
las obras se ordenarán alfabéticamente por autor-año, con su información
correspondiente al pie de imprenta y datos complementarios de la obra.
Tales datos se distribuirán en la forma y con la puntuación que señala apa
(http://www.apa.org/).
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Los originales deben enviarse por correo electrónico como archivo adjunto
(formato Word o rtf) a ripsiedu@uic.edu.mx; o por correo postal (una im-
presión de texto con su correspondiente archivo en disco compacto, idén-
ticas ambas versiones) a la siguiente dirección: Revista Intercontinental de
Psicología y Educación. Dirección Divisional de Programas Directivos y
Posgrados, Coordinación de Publicaciones, Insurgentes Sur núms. 4135 y
4303, Santa Úrsula Xitla, Tlalpan, 14420, México, D. F.; tels. 5487 1300
y 5487 1400, ext. 4446.
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La Revista Intercontinental de Psicología y Educación está dedicada a la publicación de
artículos de carácter teórico, descriptivo o experimental en todas las áreas y enfoques de
la psicología y de la educación, que contribuyan a su avance científico. Tiene una periodi-
cidad semestral; en cada número se publica un promedio de diez artículos. Sus textos son
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