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A partir del siglo XI, un claro crecimiento demográfico creó la oferta necesaria de
mano de obra, provocando un aumento de producción que desarrolló el comercio y las
ciudades. Surgió entonces un comercio internacional de largo alcance, creándose una
cierta especialización del trabajo; nacieron varias formas de asociación; surgió el
sistema bancario de formas casi modernas, se generalizo la utilización de
instrumentos de crédito. En suma, muchos de los elementos de la economía moderna
surgen como creaciones medievales.
Procurando desempeñar el papel social que le era atribuido la Iglesia desde la Alta
Edad Media formuló una línea propia del pensamiento económico cuyo objetivo era el
de reducir el alcance de la debilitada producción y proteger a los consumidores. La
libre iniciativa y la competencia eran vistas como peligrosas, pues colocarían a
los más débiles a merced de los más poderosos.
El Mercantilismo:
Por ello para evitar que se tuvieran más importaciones que exportaciones, se
llegaba a incurrir en un conjunto de normas impuestas por el Estado que ocasionaban
malestar entre los productores y la sociedad en general; por ello se tuvo que
recurrir a otro sistema económico; el liberalismo.
El Liberalismo:
Las dos corrientes liberales más significativas de la mitad del siglo XVIII fueron
la escuela Fisiócrata en Francia y la Escuela Clásica en Inglaterra. Con ellas, la
economía adquiría la jerarquía de ciencia.
La Escuela Fisiocrática:
En este periodo, bajo la expansión del capitalismo surgieron no sólo una, sino
distintas crisis de sobreproducción que desmintieron las clásicas leyes del ajuste
automático de la oferta global, además de serios problemas sociales. Generadas
entonces; por un conjunto de problemas sociales y económicos surgieron las Escuelas
Histórico Alemanas y la Socialista.
La escuela histórico alemana proponía no sólo una amplía revisión de los métodos de
investigación de los economistas clásicos, sino además, la sobreposición del Estado
al individuo. Postulaban que los intereses individuales deberían subordinarse a los
intereses colectivos y estos a los intereses nacionales.
La Escuela Socialista:
A pesar de que la escuela histórico alemana haya representada la más aguda reacción
metodológica a la escuela clásica, la principal reacción, al clasicismo, desde el
punto de vista político e ideológico, fue desarrollada por los socialistas;
particularmente por Karl Marx y Friedrich Engels.
Partiendo de la teoría clásica del valor, Marx llegó a definir, con desarrollos
teóricos en forma definitiva, la parte del producto nacional resultante del trabajo
es “indebidamente apropiado por los empresarios capitalistas”. En la historia del
pensamiento económico, pocas obras promovieron un impacto tan grande y provocaron
importantes modificaciones en el orden económico de varias naciones como “El
capital de Marx”.
El Marginalismo:
El Keynesialismo:
De inicio, Keynes trato entonces de estudiar las determinantes del nivel de empleo
y del ingreso nacional y demostró que el Estado debería de participar en la
actividad económica, tratando de compensar la disminución de las inversiones
privadas en los periodos depresivos o las crisis económicas.
Para Keynes la política económica debe complementar pero no sustituir por completo
a la iniciativa privada.
Fuente:
María Inés Barbero. (2001). Historia económica y social general. México: Macch
Historia de la Economía
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A partir del siglo XI, un claro crecimiento demográfico creó la oferta necesaria de
mano de obra, provocando un aumento de producción que desarrolló el comercio y las
ciudades. Surgió entonces un comercio internacional de largo alcance, creándose una
cierta especialización del trabajo; nacieron varias formas de asociación; surgió el
sistema bancario de formas casi modernas, se generalizo la utilización de
instrumentos de crédito. En suma, muchos de los elementos de la economía moderna
surgen como creaciones medievales.
Procurando desempeñar el papel social que le era atribuido la Iglesia desde la Alta
Edad Media formuló una línea propia del pensamiento económico cuyo objetivo era el
de reducir el alcance de la debilitada producción y proteger a los consumidores. La
libre iniciativa y la competencia eran vistas como peligrosas, pues colocarían a
los más débiles a merced de los más poderosos.
El Mercantilismo:
Por ello para evitar que se tuvieran más importaciones que exportaciones, se
llegaba a incurrir en un conjunto de normas impuestas por el Estado que ocasionaban
malestar entre los productores y la sociedad en general; por ello se tuvo que
recurrir a otro sistema económico; el liberalismo.
El Liberalismo:
Las dos corrientes liberales más significativas de la mitad del siglo XVIII fueron
la escuela Fisiócrata en Francia y la Escuela Clásica en Inglaterra. Con ellas, la
economía adquiría la jerarquía de ciencia.
La Escuela Fisiocrática:
En este periodo, bajo la expansión del capitalismo surgieron no sólo una, sino
distintas crisis de sobreproducción que desmintieron las clásicas leyes del ajuste
automático de la oferta global, además de serios problemas sociales. Generadas
entonces; por un conjunto de problemas sociales y económicos surgieron las Escuelas
Histórico Alemanas y la Socialista.
La escuela histórico alemana proponía no sólo una amplía revisión de los métodos de
investigación de los economistas clásicos, sino además, la sobreposición del Estado
al individuo. Postulaban que los intereses individuales deberían subordinarse a los
intereses colectivos y estos a los intereses nacionales.
La Escuela Socialista:
A pesar de que la escuela histórico alemana haya representada la más aguda reacción
metodológica a la escuela clásica, la principal reacción, al clasicismo, desde el
punto de vista político e ideológico, fue desarrollada por los socialistas;
particularmente por Karl Marx y Friedrich Engels.
Partiendo de la teoría clásica del valor, Marx llegó a definir, con desarrollos
teóricos en forma definitiva, la parte del producto nacional resultante del trabajo
es “indebidamente apropiado por los empresarios capitalistas”. En la historia del
pensamiento económico, pocas obras promovieron un impacto tan grande y provocaron
importantes modificaciones en el orden económico de varias naciones como “El
capital de Marx”.
El Marginalismo:
Al considerar que la economía debería partir del análisis de las necesidades
humanas y de las leyes que determinan la utilización de los recursos disponibles
para satisfacerlas. La revolución marginal procuro, dentro de ese espíritu y
contradiciendo los planteamientos objetivos de la escuela clásica, histórico y
socialista, analizar las características subjetivas de las escalas de preferencia
individuales, a las necesidades humanas y de la actividad económica desarrollada
para saciarlas.
El Keynesialismo:
De inicio, Keynes trato entonces de estudiar las determinantes del nivel de empleo
y del ingreso nacional y demostró que el Estado debería de participar en la
actividad económica, tratando de compensar la disminución de las inversiones
privadas en los periodos depresivos o las crisis económicas.
Para Keynes la política económica debe complementar pero no sustituir por completo
a la iniciativa privada.
Fuente:
María Inés Barbero. (2001). Historia económica y social general. México: Macch
Historia de la Economía
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A partir del siglo XI, un claro crecimiento demográfico creó la oferta necesaria de
mano de obra, provocando un aumento de producción que desarrolló el comercio y las
ciudades. Surgió entonces un comercio internacional de largo alcance, creándose una
cierta especialización del trabajo; nacieron varias formas de asociación; surgió el
sistema bancario de formas casi modernas, se generalizo la utilización de
instrumentos de crédito. En suma, muchos de los elementos de la economía moderna
surgen como creaciones medievales.
Procurando desempeñar el papel social que le era atribuido la Iglesia desde la Alta
Edad Media formuló una línea propia del pensamiento económico cuyo objetivo era el
de reducir el alcance de la debilitada producción y proteger a los consumidores. La
libre iniciativa y la competencia eran vistas como peligrosas, pues colocarían a
los más débiles a merced de los más poderosos.
El Mercantilismo:
Por ello para evitar que se tuvieran más importaciones que exportaciones, se
llegaba a incurrir en un conjunto de normas impuestas por el Estado que ocasionaban
malestar entre los productores y la sociedad en general; por ello se tuvo que
recurrir a otro sistema económico; el liberalismo.
El Liberalismo:
Las dos corrientes liberales más significativas de la mitad del siglo XVIII fueron
la escuela Fisiócrata en Francia y la Escuela Clásica en Inglaterra. Con ellas, la
economía adquiría la jerarquía de ciencia.
La Escuela Fisiocrática:
En este periodo, bajo la expansión del capitalismo surgieron no sólo una, sino
distintas crisis de sobreproducción que desmintieron las clásicas leyes del ajuste
automático de la oferta global, además de serios problemas sociales. Generadas
entonces; por un conjunto de problemas sociales y económicos surgieron las Escuelas
Histórico Alemanas y la Socialista.
La escuela histórico alemana proponía no sólo una amplía revisión de los métodos de
investigación de los economistas clásicos, sino además, la sobreposición del Estado
al individuo. Postulaban que los intereses individuales deberían subordinarse a los
intereses colectivos y estos a los intereses nacionales.
La Escuela Socialista:
A pesar de que la escuela histórico alemana haya representada la más aguda reacción
metodológica a la escuela clásica, la principal reacción, al clasicismo, desde el
punto de vista político e ideológico, fue desarrollada por los socialistas;
particularmente por Karl Marx y Friedrich Engels.
Partiendo de la teoría clásica del valor, Marx llegó a definir, con desarrollos
teóricos en forma definitiva, la parte del producto nacional resultante del trabajo
es “indebidamente apropiado por los empresarios capitalistas”. En la historia del
pensamiento económico, pocas obras promovieron un impacto tan grande y provocaron
importantes modificaciones en el orden económico de varias naciones como “El
capital de Marx”.
El Marginalismo:
El Keynesialismo:
De inicio, Keynes trato entonces de estudiar las determinantes del nivel de empleo
y del ingreso nacional y demostró que el Estado debería de participar en la
actividad económica, tratando de compensar la disminución de las inversiones
privadas en los periodos depresivos o las crisis económicas.
Para Keynes la política económica debe complementar pero no sustituir por completo
a la iniciativa privada.
Fuente:
María Inés Barbero. (2001). Historia económica y social general. México: Macch
Historia de la Economía
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A partir del siglo XI, un claro crecimiento demográfico creó la oferta necesaria de
mano de obra, provocando un aumento de producción que desarrolló el comercio y las
ciudades. Surgió entonces un comercio internacional de largo alcance, creándose una
cierta especialización del trabajo; nacieron varias formas de asociación; surgió el
sistema bancario de formas casi modernas, se generalizo la utilización de
instrumentos de crédito. En suma, muchos de los elementos de la economía moderna
surgen como creaciones medievales.
Procurando desempeñar el papel social que le era atribuido la Iglesia desde la Alta
Edad Media formuló una línea propia del pensamiento económico cuyo objetivo era el
de reducir el alcance de la debilitada producción y proteger a los consumidores. La
libre iniciativa y la competencia eran vistas como peligrosas, pues colocarían a
los más débiles a merced de los más poderosos.
El Mercantilismo:
Por ello para evitar que se tuvieran más importaciones que exportaciones, se
llegaba a incurrir en un conjunto de normas impuestas por el Estado que ocasionaban
malestar entre los productores y la sociedad en general; por ello se tuvo que
recurrir a otro sistema económico; el liberalismo.
El Liberalismo:
Las dos corrientes liberales más significativas de la mitad del siglo XVIII fueron
la escuela Fisiócrata en Francia y la Escuela Clásica en Inglaterra. Con ellas, la
economía adquiría la jerarquía de ciencia.
La Escuela Fisiocrática:
En este periodo, bajo la expansión del capitalismo surgieron no sólo una, sino
distintas crisis de sobreproducción que desmintieron las clásicas leyes del ajuste
automático de la oferta global, además de serios problemas sociales. Generadas
entonces; por un conjunto de problemas sociales y económicos surgieron las Escuelas
Histórico Alemanas y la Socialista.
La escuela histórico alemana proponía no sólo una amplía revisión de los métodos de
investigación de los economistas clásicos, sino además, la sobreposición del Estado
al individuo. Postulaban que los intereses individuales deberían subordinarse a los
intereses colectivos y estos a los intereses nacionales.
La Escuela Socialista:
A pesar de que la escuela histórico alemana haya representada la más aguda reacción
metodológica a la escuela clásica, la principal reacción, al clasicismo, desde el
punto de vista político e ideológico, fue desarrollada por los socialistas;
particularmente por Karl Marx y Friedrich Engels.
Partiendo de la teoría clásica del valor, Marx llegó a definir, con desarrollos
teóricos en forma definitiva, la parte del producto nacional resultante del trabajo
es “indebidamente apropiado por los empresarios capitalistas”. En la historia del
pensamiento económico, pocas obras promovieron un impacto tan grande y provocaron
importantes modificaciones en el orden económico de varias naciones como “El
capital de Marx”.
El Marginalismo:
El Keynesialismo:
De inicio, Keynes trato entonces de estudiar las determinantes del nivel de empleo
y del ingreso nacional y demostró que el Estado debería de participar en la
actividad económica, tratando de compensar la disminución de las inversiones
privadas en los periodos depresivos o las crisis económicas.
Para Keynes la política económica debe complementar pero no sustituir por completo
a la iniciativa privada.
Fuente:
María Inés Barbero. (2001). Historia económica y social general. México: Macch
Historia de la Economía
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A partir del siglo XI, un claro crecimiento demográfico creó la oferta necesaria de
mano de obra, provocando un aumento de producción que desarrolló el comercio y las
ciudades. Surgió entonces un comercio internacional de largo alcance, creándose una
cierta especialización del trabajo; nacieron varias formas de asociación; surgió el
sistema bancario de formas casi modernas, se generalizo la utilización de
instrumentos de crédito. En suma, muchos de los elementos de la economía moderna
surgen como creaciones medievales.
Procurando desempeñar el papel social que le era atribuido la Iglesia desde la Alta
Edad Media formuló una línea propia del pensamiento económico cuyo objetivo era el
de reducir el alcance de la debilitada producción y proteger a los consumidores. La
libre iniciativa y la competencia eran vistas como peligrosas, pues colocarían a
los más débiles a merced de los más poderosos.
Formalizando el punto de vista económico de la Iglesia, Tomas de Aquino destaca
como el principal pensador escolástico. En sus escritos, varios pasajes de
naturaleza económica revelan su preocupación por la correcta utilización de la
propiedad privada, por un sistema de precios justos, por el comercio, la usura y
por los sistemas salariales. Tomas de Aquino hacía notar que “comerciar por simple
amor al comercio es vergonzoso, por que aumenta el interés por el lucro sin
límites” y, además, “el comerciante debe buscar el lucro no como un fin, sino sólo
como una remuneración a su trabajo”.
El Mercantilismo:
Por ello para evitar que se tuvieran más importaciones que exportaciones, se
llegaba a incurrir en un conjunto de normas impuestas por el Estado que ocasionaban
malestar entre los productores y la sociedad en general; por ello se tuvo que
recurrir a otro sistema económico; el liberalismo.
El Liberalismo:
Las dos corrientes liberales más significativas de la mitad del siglo XVIII fueron
la escuela Fisiócrata en Francia y la Escuela Clásica en Inglaterra. Con ellas, la
economía adquiría la jerarquía de ciencia.
La Escuela Fisiocrática:
En este periodo, bajo la expansión del capitalismo surgieron no sólo una, sino
distintas crisis de sobreproducción que desmintieron las clásicas leyes del ajuste
automático de la oferta global, además de serios problemas sociales. Generadas
entonces; por un conjunto de problemas sociales y económicos surgieron las Escuelas
Histórico Alemanas y la Socialista.
La escuela histórico alemana proponía no sólo una amplía revisión de los métodos de
investigación de los economistas clásicos, sino además, la sobreposición del Estado
al individuo. Postulaban que los intereses individuales deberían subordinarse a los
intereses colectivos y estos a los intereses nacionales.
La Escuela Socialista:
A pesar de que la escuela histórico alemana haya representada la más aguda reacción
metodológica a la escuela clásica, la principal reacción, al clasicismo, desde el
punto de vista político e ideológico, fue desarrollada por los socialistas;
particularmente por Karl Marx y Friedrich Engels.
Partiendo de la teoría clásica del valor, Marx llegó a definir, con desarrollos
teóricos en forma definitiva, la parte del producto nacional resultante del trabajo
es “indebidamente apropiado por los empresarios capitalistas”. En la historia del
pensamiento económico, pocas obras promovieron un impacto tan grande y provocaron
importantes modificaciones en el orden económico de varias naciones como “El
capital de Marx”.
El Marginalismo:
El Keynesialismo:
De inicio, Keynes trato entonces de estudiar las determinantes del nivel de empleo
y del ingreso nacional y demostró que el Estado debería de participar en la
actividad económica, tratando de compensar la disminución de las inversiones
privadas en los periodos depresivos o las crisis económicas.
Para Keynes la política económica debe complementar pero no sustituir por completo
a la iniciativa privada.
Fuente:
María Inés Barbero. (2001). Historia económica y social general. México: Macch