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Historia de la Economía

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historia de la economiaLa constitución de la ciencia económica, históricamente se


sitúa en una línea de tiempo comenzando con los “filósofos – políticos” de Grecia y
Roma, hasta llegar a las modernas corrientes del pensamiento económico. En ese
largo periodo, se desarrollaron centenares de ideas y sistemas conflictivos, a
pesar de ello los pensadores económicos siempre tuvieron puntos en común ya que su
preocupación básica siempre fue la investigación sobre la mejor solución para los
angustiantes problemas económicos de sus respectivas épocas.

HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO

Grecia y Roma; Las primeras manifestaciones de la economía:

Las primeras manifestaciones históricas del pensamiento económico se encuentran


íntimamente ligadas a los esfuerzos de los pueblos primitivos por mejorar su
cultura técnica y solucionar sus necesidades económicas inmediatas, a partir de la
era neolítica, que marca el inicio de la utilización de instrumentos para el
desarrollo de la agricultura y pastoreo, los problemas de naturaleza económica ya
abarcaban, además de los referentes a la producción para la sobrevivencia de la
especie, los relativos al desarrollo técnico admitiéndose que las comunidades de
esa época mejoraban su técnica por la sedentaria práctica agrícola por la
rudimentaria industria cerámica.

Transcurridos esos periodos primitivos, es en el Mediterráneo donde se iban


desarrollando, en grandes áreas, civilizaciones socialmente más organizadas, que
exigían fijar principios menos rudimentarios de la organización económica.

El Económico (Οικονoμικός) del escritor griego Jenofonte es una de las primeras


obras de economía y una fuente importante para el conocimiento de la historia
social e intelectual de la Atenas clásica. Además de la economía doméstica, el
diálogo trata temas como las cualidades de hombres y mujeres, sus relaciones, la
vida rural frente a la urbana, la esclavitud, la religión y la educación. Los
estudiosos sitúan la redacción de esta obra en los últimos años de la vida de
Jenofonte, tal vez tras el año 362 a. C. Cicerón tradujo el Económico al latín, y
la obra fue muy popular durante el Renacimiento y fue traducida a varios idiomas.

En Roma Platón se dedico a la planificación de un Estado ideal en el cual se


evitaban las instituciones decadentes y las injusticias sociales de su época.

Aristóteles desarrollo diversas ideas sobre el Estado y discutió la usura y los


salarios, el intercambio y la adquisición, el valor y la acumulación de riqueza.

Las manifestaciones Escolásticas de la Edad Media:

A partir del siglo XI, un claro crecimiento demográfico creó la oferta necesaria de
mano de obra, provocando un aumento de producción que desarrolló el comercio y las
ciudades. Surgió entonces un comercio internacional de largo alcance, creándose una
cierta especialización del trabajo; nacieron varias formas de asociación; surgió el
sistema bancario de formas casi modernas, se generalizo la utilización de
instrumentos de crédito. En suma, muchos de los elementos de la economía moderna
surgen como creaciones medievales.
Procurando desempeñar el papel social que le era atribuido la Iglesia desde la Alta
Edad Media formuló una línea propia del pensamiento económico cuyo objetivo era el
de reducir el alcance de la debilitada producción y proteger a los consumidores. La
libre iniciativa y la competencia eran vistas como peligrosas, pues colocarían a
los más débiles a merced de los más poderosos.

Formalizando el punto de vista económico de la Iglesia, Tomas de Aquino destaca


como el principal pensador escolástico. En sus escritos, varios pasajes de
naturaleza económica revelan su preocupación por la correcta utilización de la
propiedad privada, por un sistema de precios justos, por el comercio, la usura y
por los sistemas salariales. Tomas de Aquino hacía notar que “comerciar por simple
amor al comercio es vergonzoso, por que aumenta el interés por el lucro sin
límites” y, además, “el comerciante debe buscar el lucro no como un fin, sino sólo
como una remuneración a su trabajo”.

El Mercantilismo:

En esta nueva fase, las restricciones de los escolásticos al comercio y al lucro


fueron prácticamente puestas al margen, y los comerciantes obtuvieron el
reconocimiento de la comunidad y del Estado. Se desarrollaron sentimientos
nacionalistas, se registraron grandes transformaciones políticas y sociales. Los
Estados trataron de acumular metales preciosos, símbolos y bases de la potencia
económica y de la riqueza nacional.

El comercio internacional se transformó en ese periodo en uno de los más poderosos


instrumentos de política económica. Los Estados ambicionaban el poder y cuando no
poseían metales preciosos recurrían al comercio como medio de acumularlos; el
exceso de las exportaciones sobre las importaciones no debería de ser recibido en
mercaderías, sino en lingotes de oro y plata.

Por ello para evitar que se tuvieran más importaciones que exportaciones, se
llegaba a incurrir en un conjunto de normas impuestas por el Estado que ocasionaban
malestar entre los productores y la sociedad en general; por ello se tuvo que
recurrir a otro sistema económico; el liberalismo.

El Liberalismo:

Las reacciones a la política mercantilista condujeron al liberalismo económico,


defendido por dos importantes escuelas que se desarrollaron particularmente en
Francia y en Inglaterra en la segunda mitad del siglo XVII. En ese periodo, además
se inicio la fase científica de la economía, al mismo tiempo en que las grandes
naciones pasaban como profundos cambios como la Revolución Industrial de
Inglaterra.

Las dos corrientes liberales más significativas de la mitad del siglo XVIII fueron
la escuela Fisiócrata en Francia y la Escuela Clásica en Inglaterra. Con ellas, la
economía adquiría la jerarquía de ciencia.

La Escuela Fisiocrática:

La Fisiocracia introdujo dos nuevas ideas opuestas al mercantilismo:

La creencia de la existencia de un orden natural, subyacente a las actividades


económicas. Sería inútil imponer leyes y reglamentos a la organización económica,
ya que esta es capaz de guiarse por sí misma. La palabra fisiocracia esta compuesta
por dos vocablos griegos que significa “Gobierno de la Naturaleza”.
La superioridad de la agricultura sobre el comercio y la industria. Para los
fisiócratas solo la tierra es fuente de riqueza. Las clases sociales no
involucradas en la agricultura fueron consideradas estériles.
La Escuela Clásica:

El liberalismo económico defendido por los fisiócratas fue también la base de la


escuela clásica de la economía desarrollada en Inglaterra. Esta nueva escuela
comienza con la publicación, en 1776 de “Wealth of nations” (Riqueza de las
naciones), obra en la que el escocés Adam Smith se opuso a las ideas
mercantilistas, considerando que la riqueza y el poder nacional no deberían
limitarse a las existencias de metales preciosos.

Establece principios para el análisis de valor, de la división del trabajo, de los


lucros, de las ganancias y de la renta de la tierra, y desarrolla teorías sobre la
distribución, el crecimiento económico, la intervención del Estado, la formación y
la aplicación del capital.

El Siglo XIX y las reacciones frente a las escuelas Liberales:

En este periodo, bajo la expansión del capitalismo surgieron no sólo una, sino
distintas crisis de sobreproducción que desmintieron las clásicas leyes del ajuste
automático de la oferta global, además de serios problemas sociales. Generadas
entonces; por un conjunto de problemas sociales y económicos surgieron las Escuelas
Histórico Alemanas y la Socialista.

La Escuela Histórica Alemana:

La escuela histórico alemana proponía no sólo una amplía revisión de los métodos de
investigación de los economistas clásicos, sino además, la sobreposición del Estado
al individuo. Postulaban que los intereses individuales deberían subordinarse a los
intereses colectivos y estos a los intereses nacionales.

La Escuela Socialista:

A pesar de que la escuela histórico alemana haya representada la más aguda reacción
metodológica a la escuela clásica, la principal reacción, al clasicismo, desde el
punto de vista político e ideológico, fue desarrollada por los socialistas;
particularmente por Karl Marx y Friedrich Engels.

Partiendo de la teoría clásica del valor, Marx llegó a definir, con desarrollos
teóricos en forma definitiva, la parte del producto nacional resultante del trabajo
es “indebidamente apropiado por los empresarios capitalistas”. En la historia del
pensamiento económico, pocas obras promovieron un impacto tan grande y provocaron
importantes modificaciones en el orden económico de varias naciones como “El
capital de Marx”.

El Marginalismo:

Al considerar que la economía debería partir del análisis de las necesidades


humanas y de las leyes que determinan la utilización de los recursos disponibles
para satisfacerlas. La revolución marginal procuro, dentro de ese espíritu y
contradiciendo los planteamientos objetivos de la escuela clásica, histórico y
socialista, analizar las características subjetivas de las escalas de preferencia
individuales, a las necesidades humanas y de la actividad económica desarrollada
para saciarlas.

El Keynesialismo:

La victoria de Keynes sobre los clásicos se tradujo en el intervencionismo moderado


sobre el liberalismo radical, además de constituir – en gran sentido – un término –
medio deseable entre la libertad económica absoluta y el control total del Estado
sobre el medio económico.

De inicio, Keynes trato entonces de estudiar las determinantes del nivel de empleo
y del ingreso nacional y demostró que el Estado debería de participar en la
actividad económica, tratando de compensar la disminución de las inversiones
privadas en los periodos depresivos o las crisis económicas.

Para Keynes la política económica debe complementar pero no sustituir por completo
a la iniciativa privada.

Fuente:

María Inés Barbero. (2001). Historia económica y social general. México: Macch

Historia de la Economía

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historia de la economiaLa constitución de la ciencia económica, históricamente se


sitúa en una línea de tiempo comenzando con los “filósofos – políticos” de Grecia y
Roma, hasta llegar a las modernas corrientes del pensamiento económico. En ese
largo periodo, se desarrollaron centenares de ideas y sistemas conflictivos, a
pesar de ello los pensadores económicos siempre tuvieron puntos en común ya que su
preocupación básica siempre fue la investigación sobre la mejor solución para los
angustiantes problemas económicos de sus respectivas épocas.

HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO

Grecia y Roma; Las primeras manifestaciones de la economía:

Las primeras manifestaciones históricas del pensamiento económico se encuentran


íntimamente ligadas a los esfuerzos de los pueblos primitivos por mejorar su
cultura técnica y solucionar sus necesidades económicas inmediatas, a partir de la
era neolítica, que marca el inicio de la utilización de instrumentos para el
desarrollo de la agricultura y pastoreo, los problemas de naturaleza económica ya
abarcaban, además de los referentes a la producción para la sobrevivencia de la
especie, los relativos al desarrollo técnico admitiéndose que las comunidades de
esa época mejoraban su técnica por la sedentaria práctica agrícola por la
rudimentaria industria cerámica.

Transcurridos esos periodos primitivos, es en el Mediterráneo donde se iban


desarrollando, en grandes áreas, civilizaciones socialmente más organizadas, que
exigían fijar principios menos rudimentarios de la organización económica.

El Económico (Οικονoμικός) del escritor griego Jenofonte es una de las primeras


obras de economía y una fuente importante para el conocimiento de la historia
social e intelectual de la Atenas clásica. Además de la economía doméstica, el
diálogo trata temas como las cualidades de hombres y mujeres, sus relaciones, la
vida rural frente a la urbana, la esclavitud, la religión y la educación. Los
estudiosos sitúan la redacción de esta obra en los últimos años de la vida de
Jenofonte, tal vez tras el año 362 a. C. Cicerón tradujo el Económico al latín, y
la obra fue muy popular durante el Renacimiento y fue traducida a varios idiomas.

En Roma Platón se dedico a la planificación de un Estado ideal en el cual se


evitaban las instituciones decadentes y las injusticias sociales de su época.
Aristóteles desarrollo diversas ideas sobre el Estado y discutió la usura y los
salarios, el intercambio y la adquisición, el valor y la acumulación de riqueza.

Las manifestaciones Escolásticas de la Edad Media:

A partir del siglo XI, un claro crecimiento demográfico creó la oferta necesaria de
mano de obra, provocando un aumento de producción que desarrolló el comercio y las
ciudades. Surgió entonces un comercio internacional de largo alcance, creándose una
cierta especialización del trabajo; nacieron varias formas de asociación; surgió el
sistema bancario de formas casi modernas, se generalizo la utilización de
instrumentos de crédito. En suma, muchos de los elementos de la economía moderna
surgen como creaciones medievales.

Procurando desempeñar el papel social que le era atribuido la Iglesia desde la Alta
Edad Media formuló una línea propia del pensamiento económico cuyo objetivo era el
de reducir el alcance de la debilitada producción y proteger a los consumidores. La
libre iniciativa y la competencia eran vistas como peligrosas, pues colocarían a
los más débiles a merced de los más poderosos.

Formalizando el punto de vista económico de la Iglesia, Tomas de Aquino destaca


como el principal pensador escolástico. En sus escritos, varios pasajes de
naturaleza económica revelan su preocupación por la correcta utilización de la
propiedad privada, por un sistema de precios justos, por el comercio, la usura y
por los sistemas salariales. Tomas de Aquino hacía notar que “comerciar por simple
amor al comercio es vergonzoso, por que aumenta el interés por el lucro sin
límites” y, además, “el comerciante debe buscar el lucro no como un fin, sino sólo
como una remuneración a su trabajo”.

El Mercantilismo:

En esta nueva fase, las restricciones de los escolásticos al comercio y al lucro


fueron prácticamente puestas al margen, y los comerciantes obtuvieron el
reconocimiento de la comunidad y del Estado. Se desarrollaron sentimientos
nacionalistas, se registraron grandes transformaciones políticas y sociales. Los
Estados trataron de acumular metales preciosos, símbolos y bases de la potencia
económica y de la riqueza nacional.

El comercio internacional se transformó en ese periodo en uno de los más poderosos


instrumentos de política económica. Los Estados ambicionaban el poder y cuando no
poseían metales preciosos recurrían al comercio como medio de acumularlos; el
exceso de las exportaciones sobre las importaciones no debería de ser recibido en
mercaderías, sino en lingotes de oro y plata.

Por ello para evitar que se tuvieran más importaciones que exportaciones, se
llegaba a incurrir en un conjunto de normas impuestas por el Estado que ocasionaban
malestar entre los productores y la sociedad en general; por ello se tuvo que
recurrir a otro sistema económico; el liberalismo.

El Liberalismo:

Las reacciones a la política mercantilista condujeron al liberalismo económico,


defendido por dos importantes escuelas que se desarrollaron particularmente en
Francia y en Inglaterra en la segunda mitad del siglo XVII. En ese periodo, además
se inicio la fase científica de la economía, al mismo tiempo en que las grandes
naciones pasaban como profundos cambios como la Revolución Industrial de
Inglaterra.

Las dos corrientes liberales más significativas de la mitad del siglo XVIII fueron
la escuela Fisiócrata en Francia y la Escuela Clásica en Inglaterra. Con ellas, la
economía adquiría la jerarquía de ciencia.

La Escuela Fisiocrática:

La Fisiocracia introdujo dos nuevas ideas opuestas al mercantilismo:

La creencia de la existencia de un orden natural, subyacente a las actividades


económicas. Sería inútil imponer leyes y reglamentos a la organización económica,
ya que esta es capaz de guiarse por sí misma. La palabra fisiocracia esta compuesta
por dos vocablos griegos que significa “Gobierno de la Naturaleza”.
La superioridad de la agricultura sobre el comercio y la industria. Para los
fisiócratas solo la tierra es fuente de riqueza. Las clases sociales no
involucradas en la agricultura fueron consideradas estériles.
La Escuela Clásica:

El liberalismo económico defendido por los fisiócratas fue también la base de la


escuela clásica de la economía desarrollada en Inglaterra. Esta nueva escuela
comienza con la publicación, en 1776 de “Wealth of nations” (Riqueza de las
naciones), obra en la que el escocés Adam Smith se opuso a las ideas
mercantilistas, considerando que la riqueza y el poder nacional no deberían
limitarse a las existencias de metales preciosos.

Establece principios para el análisis de valor, de la división del trabajo, de los


lucros, de las ganancias y de la renta de la tierra, y desarrolla teorías sobre la
distribución, el crecimiento económico, la intervención del Estado, la formación y
la aplicación del capital.

El Siglo XIX y las reacciones frente a las escuelas Liberales:

En este periodo, bajo la expansión del capitalismo surgieron no sólo una, sino
distintas crisis de sobreproducción que desmintieron las clásicas leyes del ajuste
automático de la oferta global, además de serios problemas sociales. Generadas
entonces; por un conjunto de problemas sociales y económicos surgieron las Escuelas
Histórico Alemanas y la Socialista.

La Escuela Histórica Alemana:

La escuela histórico alemana proponía no sólo una amplía revisión de los métodos de
investigación de los economistas clásicos, sino además, la sobreposición del Estado
al individuo. Postulaban que los intereses individuales deberían subordinarse a los
intereses colectivos y estos a los intereses nacionales.

La Escuela Socialista:

A pesar de que la escuela histórico alemana haya representada la más aguda reacción
metodológica a la escuela clásica, la principal reacción, al clasicismo, desde el
punto de vista político e ideológico, fue desarrollada por los socialistas;
particularmente por Karl Marx y Friedrich Engels.

Partiendo de la teoría clásica del valor, Marx llegó a definir, con desarrollos
teóricos en forma definitiva, la parte del producto nacional resultante del trabajo
es “indebidamente apropiado por los empresarios capitalistas”. En la historia del
pensamiento económico, pocas obras promovieron un impacto tan grande y provocaron
importantes modificaciones en el orden económico de varias naciones como “El
capital de Marx”.

El Marginalismo:
Al considerar que la economía debería partir del análisis de las necesidades
humanas y de las leyes que determinan la utilización de los recursos disponibles
para satisfacerlas. La revolución marginal procuro, dentro de ese espíritu y
contradiciendo los planteamientos objetivos de la escuela clásica, histórico y
socialista, analizar las características subjetivas de las escalas de preferencia
individuales, a las necesidades humanas y de la actividad económica desarrollada
para saciarlas.

El Keynesialismo:

La victoria de Keynes sobre los clásicos se tradujo en el intervencionismo moderado


sobre el liberalismo radical, además de constituir – en gran sentido – un término –
medio deseable entre la libertad económica absoluta y el control total del Estado
sobre el medio económico.

De inicio, Keynes trato entonces de estudiar las determinantes del nivel de empleo
y del ingreso nacional y demostró que el Estado debería de participar en la
actividad económica, tratando de compensar la disminución de las inversiones
privadas en los periodos depresivos o las crisis económicas.

Para Keynes la política económica debe complementar pero no sustituir por completo
a la iniciativa privada.

Fuente:

María Inés Barbero. (2001). Historia económica y social general. México: Macch

Historia de la Economía

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historia de la economiaLa constitución de la ciencia económica, históricamente se


sitúa en una línea de tiempo comenzando con los “filósofos – políticos” de Grecia y
Roma, hasta llegar a las modernas corrientes del pensamiento económico. En ese
largo periodo, se desarrollaron centenares de ideas y sistemas conflictivos, a
pesar de ello los pensadores económicos siempre tuvieron puntos en común ya que su
preocupación básica siempre fue la investigación sobre la mejor solución para los
angustiantes problemas económicos de sus respectivas épocas.

HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO

Grecia y Roma; Las primeras manifestaciones de la economía:

Las primeras manifestaciones históricas del pensamiento económico se encuentran


íntimamente ligadas a los esfuerzos de los pueblos primitivos por mejorar su
cultura técnica y solucionar sus necesidades económicas inmediatas, a partir de la
era neolítica, que marca el inicio de la utilización de instrumentos para el
desarrollo de la agricultura y pastoreo, los problemas de naturaleza económica ya
abarcaban, además de los referentes a la producción para la sobrevivencia de la
especie, los relativos al desarrollo técnico admitiéndose que las comunidades de
esa época mejoraban su técnica por la sedentaria práctica agrícola por la
rudimentaria industria cerámica.

Transcurridos esos periodos primitivos, es en el Mediterráneo donde se iban


desarrollando, en grandes áreas, civilizaciones socialmente más organizadas, que
exigían fijar principios menos rudimentarios de la organización económica.

El Económico (Οικονoμικός) del escritor griego Jenofonte es una de las primeras


obras de economía y una fuente importante para el conocimiento de la historia
social e intelectual de la Atenas clásica. Además de la economía doméstica, el
diálogo trata temas como las cualidades de hombres y mujeres, sus relaciones, la
vida rural frente a la urbana, la esclavitud, la religión y la educación. Los
estudiosos sitúan la redacción de esta obra en los últimos años de la vida de
Jenofonte, tal vez tras el año 362 a. C. Cicerón tradujo el Económico al latín, y
la obra fue muy popular durante el Renacimiento y fue traducida a varios idiomas.

En Roma Platón se dedico a la planificación de un Estado ideal en el cual se


evitaban las instituciones decadentes y las injusticias sociales de su época.

Aristóteles desarrollo diversas ideas sobre el Estado y discutió la usura y los


salarios, el intercambio y la adquisición, el valor y la acumulación de riqueza.

Las manifestaciones Escolásticas de la Edad Media:

A partir del siglo XI, un claro crecimiento demográfico creó la oferta necesaria de
mano de obra, provocando un aumento de producción que desarrolló el comercio y las
ciudades. Surgió entonces un comercio internacional de largo alcance, creándose una
cierta especialización del trabajo; nacieron varias formas de asociación; surgió el
sistema bancario de formas casi modernas, se generalizo la utilización de
instrumentos de crédito. En suma, muchos de los elementos de la economía moderna
surgen como creaciones medievales.

Procurando desempeñar el papel social que le era atribuido la Iglesia desde la Alta
Edad Media formuló una línea propia del pensamiento económico cuyo objetivo era el
de reducir el alcance de la debilitada producción y proteger a los consumidores. La
libre iniciativa y la competencia eran vistas como peligrosas, pues colocarían a
los más débiles a merced de los más poderosos.

Formalizando el punto de vista económico de la Iglesia, Tomas de Aquino destaca


como el principal pensador escolástico. En sus escritos, varios pasajes de
naturaleza económica revelan su preocupación por la correcta utilización de la
propiedad privada, por un sistema de precios justos, por el comercio, la usura y
por los sistemas salariales. Tomas de Aquino hacía notar que “comerciar por simple
amor al comercio es vergonzoso, por que aumenta el interés por el lucro sin
límites” y, además, “el comerciante debe buscar el lucro no como un fin, sino sólo
como una remuneración a su trabajo”.

El Mercantilismo:

En esta nueva fase, las restricciones de los escolásticos al comercio y al lucro


fueron prácticamente puestas al margen, y los comerciantes obtuvieron el
reconocimiento de la comunidad y del Estado. Se desarrollaron sentimientos
nacionalistas, se registraron grandes transformaciones políticas y sociales. Los
Estados trataron de acumular metales preciosos, símbolos y bases de la potencia
económica y de la riqueza nacional.

El comercio internacional se transformó en ese periodo en uno de los más poderosos


instrumentos de política económica. Los Estados ambicionaban el poder y cuando no
poseían metales preciosos recurrían al comercio como medio de acumularlos; el
exceso de las exportaciones sobre las importaciones no debería de ser recibido en
mercaderías, sino en lingotes de oro y plata.

Por ello para evitar que se tuvieran más importaciones que exportaciones, se
llegaba a incurrir en un conjunto de normas impuestas por el Estado que ocasionaban
malestar entre los productores y la sociedad en general; por ello se tuvo que
recurrir a otro sistema económico; el liberalismo.

El Liberalismo:

Las reacciones a la política mercantilista condujeron al liberalismo económico,


defendido por dos importantes escuelas que se desarrollaron particularmente en
Francia y en Inglaterra en la segunda mitad del siglo XVII. En ese periodo, además
se inicio la fase científica de la economía, al mismo tiempo en que las grandes
naciones pasaban como profundos cambios como la Revolución Industrial de
Inglaterra.

Las dos corrientes liberales más significativas de la mitad del siglo XVIII fueron
la escuela Fisiócrata en Francia y la Escuela Clásica en Inglaterra. Con ellas, la
economía adquiría la jerarquía de ciencia.

La Escuela Fisiocrática:

La Fisiocracia introdujo dos nuevas ideas opuestas al mercantilismo:

La creencia de la existencia de un orden natural, subyacente a las actividades


económicas. Sería inútil imponer leyes y reglamentos a la organización económica,
ya que esta es capaz de guiarse por sí misma. La palabra fisiocracia esta compuesta
por dos vocablos griegos que significa “Gobierno de la Naturaleza”.
La superioridad de la agricultura sobre el comercio y la industria. Para los
fisiócratas solo la tierra es fuente de riqueza. Las clases sociales no
involucradas en la agricultura fueron consideradas estériles.
La Escuela Clásica:

El liberalismo económico defendido por los fisiócratas fue también la base de la


escuela clásica de la economía desarrollada en Inglaterra. Esta nueva escuela
comienza con la publicación, en 1776 de “Wealth of nations” (Riqueza de las
naciones), obra en la que el escocés Adam Smith se opuso a las ideas
mercantilistas, considerando que la riqueza y el poder nacional no deberían
limitarse a las existencias de metales preciosos.

Establece principios para el análisis de valor, de la división del trabajo, de los


lucros, de las ganancias y de la renta de la tierra, y desarrolla teorías sobre la
distribución, el crecimiento económico, la intervención del Estado, la formación y
la aplicación del capital.

El Siglo XIX y las reacciones frente a las escuelas Liberales:

En este periodo, bajo la expansión del capitalismo surgieron no sólo una, sino
distintas crisis de sobreproducción que desmintieron las clásicas leyes del ajuste
automático de la oferta global, además de serios problemas sociales. Generadas
entonces; por un conjunto de problemas sociales y económicos surgieron las Escuelas
Histórico Alemanas y la Socialista.

La Escuela Histórica Alemana:

La escuela histórico alemana proponía no sólo una amplía revisión de los métodos de
investigación de los economistas clásicos, sino además, la sobreposición del Estado
al individuo. Postulaban que los intereses individuales deberían subordinarse a los
intereses colectivos y estos a los intereses nacionales.

La Escuela Socialista:

A pesar de que la escuela histórico alemana haya representada la más aguda reacción
metodológica a la escuela clásica, la principal reacción, al clasicismo, desde el
punto de vista político e ideológico, fue desarrollada por los socialistas;
particularmente por Karl Marx y Friedrich Engels.

Partiendo de la teoría clásica del valor, Marx llegó a definir, con desarrollos
teóricos en forma definitiva, la parte del producto nacional resultante del trabajo
es “indebidamente apropiado por los empresarios capitalistas”. En la historia del
pensamiento económico, pocas obras promovieron un impacto tan grande y provocaron
importantes modificaciones en el orden económico de varias naciones como “El
capital de Marx”.

El Marginalismo:

Al considerar que la economía debería partir del análisis de las necesidades


humanas y de las leyes que determinan la utilización de los recursos disponibles
para satisfacerlas. La revolución marginal procuro, dentro de ese espíritu y
contradiciendo los planteamientos objetivos de la escuela clásica, histórico y
socialista, analizar las características subjetivas de las escalas de preferencia
individuales, a las necesidades humanas y de la actividad económica desarrollada
para saciarlas.

El Keynesialismo:

La victoria de Keynes sobre los clásicos se tradujo en el intervencionismo moderado


sobre el liberalismo radical, además de constituir – en gran sentido – un término –
medio deseable entre la libertad económica absoluta y el control total del Estado
sobre el medio económico.

De inicio, Keynes trato entonces de estudiar las determinantes del nivel de empleo
y del ingreso nacional y demostró que el Estado debería de participar en la
actividad económica, tratando de compensar la disminución de las inversiones
privadas en los periodos depresivos o las crisis económicas.

Para Keynes la política económica debe complementar pero no sustituir por completo
a la iniciativa privada.

Fuente:

María Inés Barbero. (2001). Historia económica y social general. México: Macch

Historia de la Economía

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historia de la economiaLa constitución de la ciencia económica, históricamente se


sitúa en una línea de tiempo comenzando con los “filósofos – políticos” de Grecia y
Roma, hasta llegar a las modernas corrientes del pensamiento económico. En ese
largo periodo, se desarrollaron centenares de ideas y sistemas conflictivos, a
pesar de ello los pensadores económicos siempre tuvieron puntos en común ya que su
preocupación básica siempre fue la investigación sobre la mejor solución para los
angustiantes problemas económicos de sus respectivas épocas.

HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO

Grecia y Roma; Las primeras manifestaciones de la economía:


Las primeras manifestaciones históricas del pensamiento económico se encuentran
íntimamente ligadas a los esfuerzos de los pueblos primitivos por mejorar su
cultura técnica y solucionar sus necesidades económicas inmediatas, a partir de la
era neolítica, que marca el inicio de la utilización de instrumentos para el
desarrollo de la agricultura y pastoreo, los problemas de naturaleza económica ya
abarcaban, además de los referentes a la producción para la sobrevivencia de la
especie, los relativos al desarrollo técnico admitiéndose que las comunidades de
esa época mejoraban su técnica por la sedentaria práctica agrícola por la
rudimentaria industria cerámica.

Transcurridos esos periodos primitivos, es en el Mediterráneo donde se iban


desarrollando, en grandes áreas, civilizaciones socialmente más organizadas, que
exigían fijar principios menos rudimentarios de la organización económica.

El Económico (Οικονoμικός) del escritor griego Jenofonte es una de las primeras


obras de economía y una fuente importante para el conocimiento de la historia
social e intelectual de la Atenas clásica. Además de la economía doméstica, el
diálogo trata temas como las cualidades de hombres y mujeres, sus relaciones, la
vida rural frente a la urbana, la esclavitud, la religión y la educación. Los
estudiosos sitúan la redacción de esta obra en los últimos años de la vida de
Jenofonte, tal vez tras el año 362 a. C. Cicerón tradujo el Económico al latín, y
la obra fue muy popular durante el Renacimiento y fue traducida a varios idiomas.

En Roma Platón se dedico a la planificación de un Estado ideal en el cual se


evitaban las instituciones decadentes y las injusticias sociales de su época.

Aristóteles desarrollo diversas ideas sobre el Estado y discutió la usura y los


salarios, el intercambio y la adquisición, el valor y la acumulación de riqueza.

Las manifestaciones Escolásticas de la Edad Media:

A partir del siglo XI, un claro crecimiento demográfico creó la oferta necesaria de
mano de obra, provocando un aumento de producción que desarrolló el comercio y las
ciudades. Surgió entonces un comercio internacional de largo alcance, creándose una
cierta especialización del trabajo; nacieron varias formas de asociación; surgió el
sistema bancario de formas casi modernas, se generalizo la utilización de
instrumentos de crédito. En suma, muchos de los elementos de la economía moderna
surgen como creaciones medievales.

Procurando desempeñar el papel social que le era atribuido la Iglesia desde la Alta
Edad Media formuló una línea propia del pensamiento económico cuyo objetivo era el
de reducir el alcance de la debilitada producción y proteger a los consumidores. La
libre iniciativa y la competencia eran vistas como peligrosas, pues colocarían a
los más débiles a merced de los más poderosos.

Formalizando el punto de vista económico de la Iglesia, Tomas de Aquino destaca


como el principal pensador escolástico. En sus escritos, varios pasajes de
naturaleza económica revelan su preocupación por la correcta utilización de la
propiedad privada, por un sistema de precios justos, por el comercio, la usura y
por los sistemas salariales. Tomas de Aquino hacía notar que “comerciar por simple
amor al comercio es vergonzoso, por que aumenta el interés por el lucro sin
límites” y, además, “el comerciante debe buscar el lucro no como un fin, sino sólo
como una remuneración a su trabajo”.

El Mercantilismo:

En esta nueva fase, las restricciones de los escolásticos al comercio y al lucro


fueron prácticamente puestas al margen, y los comerciantes obtuvieron el
reconocimiento de la comunidad y del Estado. Se desarrollaron sentimientos
nacionalistas, se registraron grandes transformaciones políticas y sociales. Los
Estados trataron de acumular metales preciosos, símbolos y bases de la potencia
económica y de la riqueza nacional.

El comercio internacional se transformó en ese periodo en uno de los más poderosos


instrumentos de política económica. Los Estados ambicionaban el poder y cuando no
poseían metales preciosos recurrían al comercio como medio de acumularlos; el
exceso de las exportaciones sobre las importaciones no debería de ser recibido en
mercaderías, sino en lingotes de oro y plata.

Por ello para evitar que se tuvieran más importaciones que exportaciones, se
llegaba a incurrir en un conjunto de normas impuestas por el Estado que ocasionaban
malestar entre los productores y la sociedad en general; por ello se tuvo que
recurrir a otro sistema económico; el liberalismo.

El Liberalismo:

Las reacciones a la política mercantilista condujeron al liberalismo económico,


defendido por dos importantes escuelas que se desarrollaron particularmente en
Francia y en Inglaterra en la segunda mitad del siglo XVII. En ese periodo, además
se inicio la fase científica de la economía, al mismo tiempo en que las grandes
naciones pasaban como profundos cambios como la Revolución Industrial de
Inglaterra.

Las dos corrientes liberales más significativas de la mitad del siglo XVIII fueron
la escuela Fisiócrata en Francia y la Escuela Clásica en Inglaterra. Con ellas, la
economía adquiría la jerarquía de ciencia.

La Escuela Fisiocrática:

La Fisiocracia introdujo dos nuevas ideas opuestas al mercantilismo:

La creencia de la existencia de un orden natural, subyacente a las actividades


económicas. Sería inútil imponer leyes y reglamentos a la organización económica,
ya que esta es capaz de guiarse por sí misma. La palabra fisiocracia esta compuesta
por dos vocablos griegos que significa “Gobierno de la Naturaleza”.
La superioridad de la agricultura sobre el comercio y la industria. Para los
fisiócratas solo la tierra es fuente de riqueza. Las clases sociales no
involucradas en la agricultura fueron consideradas estériles.
La Escuela Clásica:

El liberalismo económico defendido por los fisiócratas fue también la base de la


escuela clásica de la economía desarrollada en Inglaterra. Esta nueva escuela
comienza con la publicación, en 1776 de “Wealth of nations” (Riqueza de las
naciones), obra en la que el escocés Adam Smith se opuso a las ideas
mercantilistas, considerando que la riqueza y el poder nacional no deberían
limitarse a las existencias de metales preciosos.

Establece principios para el análisis de valor, de la división del trabajo, de los


lucros, de las ganancias y de la renta de la tierra, y desarrolla teorías sobre la
distribución, el crecimiento económico, la intervención del Estado, la formación y
la aplicación del capital.

El Siglo XIX y las reacciones frente a las escuelas Liberales:

En este periodo, bajo la expansión del capitalismo surgieron no sólo una, sino
distintas crisis de sobreproducción que desmintieron las clásicas leyes del ajuste
automático de la oferta global, además de serios problemas sociales. Generadas
entonces; por un conjunto de problemas sociales y económicos surgieron las Escuelas
Histórico Alemanas y la Socialista.

La Escuela Histórica Alemana:

La escuela histórico alemana proponía no sólo una amplía revisión de los métodos de
investigación de los economistas clásicos, sino además, la sobreposición del Estado
al individuo. Postulaban que los intereses individuales deberían subordinarse a los
intereses colectivos y estos a los intereses nacionales.

La Escuela Socialista:

A pesar de que la escuela histórico alemana haya representada la más aguda reacción
metodológica a la escuela clásica, la principal reacción, al clasicismo, desde el
punto de vista político e ideológico, fue desarrollada por los socialistas;
particularmente por Karl Marx y Friedrich Engels.

Partiendo de la teoría clásica del valor, Marx llegó a definir, con desarrollos
teóricos en forma definitiva, la parte del producto nacional resultante del trabajo
es “indebidamente apropiado por los empresarios capitalistas”. En la historia del
pensamiento económico, pocas obras promovieron un impacto tan grande y provocaron
importantes modificaciones en el orden económico de varias naciones como “El
capital de Marx”.

El Marginalismo:

Al considerar que la economía debería partir del análisis de las necesidades


humanas y de las leyes que determinan la utilización de los recursos disponibles
para satisfacerlas. La revolución marginal procuro, dentro de ese espíritu y
contradiciendo los planteamientos objetivos de la escuela clásica, histórico y
socialista, analizar las características subjetivas de las escalas de preferencia
individuales, a las necesidades humanas y de la actividad económica desarrollada
para saciarlas.

El Keynesialismo:

La victoria de Keynes sobre los clásicos se tradujo en el intervencionismo moderado


sobre el liberalismo radical, además de constituir – en gran sentido – un término –
medio deseable entre la libertad económica absoluta y el control total del Estado
sobre el medio económico.

De inicio, Keynes trato entonces de estudiar las determinantes del nivel de empleo
y del ingreso nacional y demostró que el Estado debería de participar en la
actividad económica, tratando de compensar la disminución de las inversiones
privadas en los periodos depresivos o las crisis económicas.

Para Keynes la política económica debe complementar pero no sustituir por completo
a la iniciativa privada.

Fuente:

María Inés Barbero. (2001). Historia económica y social general. México: Macch

Historia de la Economía

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historia de la economiaLa constitución de la ciencia económica, históricamente se


sitúa en una línea de tiempo comenzando con los “filósofos – políticos” de Grecia y
Roma, hasta llegar a las modernas corrientes del pensamiento económico. En ese
largo periodo, se desarrollaron centenares de ideas y sistemas conflictivos, a
pesar de ello los pensadores económicos siempre tuvieron puntos en común ya que su
preocupación básica siempre fue la investigación sobre la mejor solución para los
angustiantes problemas económicos de sus respectivas épocas.

HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO

Grecia y Roma; Las primeras manifestaciones de la economía:

Las primeras manifestaciones históricas del pensamiento económico se encuentran


íntimamente ligadas a los esfuerzos de los pueblos primitivos por mejorar su
cultura técnica y solucionar sus necesidades económicas inmediatas, a partir de la
era neolítica, que marca el inicio de la utilización de instrumentos para el
desarrollo de la agricultura y pastoreo, los problemas de naturaleza económica ya
abarcaban, además de los referentes a la producción para la sobrevivencia de la
especie, los relativos al desarrollo técnico admitiéndose que las comunidades de
esa época mejoraban su técnica por la sedentaria práctica agrícola por la
rudimentaria industria cerámica.

Transcurridos esos periodos primitivos, es en el Mediterráneo donde se iban


desarrollando, en grandes áreas, civilizaciones socialmente más organizadas, que
exigían fijar principios menos rudimentarios de la organización económica.

El Económico (Οικονoμικός) del escritor griego Jenofonte es una de las primeras


obras de economía y una fuente importante para el conocimiento de la historia
social e intelectual de la Atenas clásica. Además de la economía doméstica, el
diálogo trata temas como las cualidades de hombres y mujeres, sus relaciones, la
vida rural frente a la urbana, la esclavitud, la religión y la educación. Los
estudiosos sitúan la redacción de esta obra en los últimos años de la vida de
Jenofonte, tal vez tras el año 362 a. C. Cicerón tradujo el Económico al latín, y
la obra fue muy popular durante el Renacimiento y fue traducida a varios idiomas.

En Roma Platón se dedico a la planificación de un Estado ideal en el cual se


evitaban las instituciones decadentes y las injusticias sociales de su época.

Aristóteles desarrollo diversas ideas sobre el Estado y discutió la usura y los


salarios, el intercambio y la adquisición, el valor y la acumulación de riqueza.

Las manifestaciones Escolásticas de la Edad Media:

A partir del siglo XI, un claro crecimiento demográfico creó la oferta necesaria de
mano de obra, provocando un aumento de producción que desarrolló el comercio y las
ciudades. Surgió entonces un comercio internacional de largo alcance, creándose una
cierta especialización del trabajo; nacieron varias formas de asociación; surgió el
sistema bancario de formas casi modernas, se generalizo la utilización de
instrumentos de crédito. En suma, muchos de los elementos de la economía moderna
surgen como creaciones medievales.

Procurando desempeñar el papel social que le era atribuido la Iglesia desde la Alta
Edad Media formuló una línea propia del pensamiento económico cuyo objetivo era el
de reducir el alcance de la debilitada producción y proteger a los consumidores. La
libre iniciativa y la competencia eran vistas como peligrosas, pues colocarían a
los más débiles a merced de los más poderosos.
Formalizando el punto de vista económico de la Iglesia, Tomas de Aquino destaca
como el principal pensador escolástico. En sus escritos, varios pasajes de
naturaleza económica revelan su preocupación por la correcta utilización de la
propiedad privada, por un sistema de precios justos, por el comercio, la usura y
por los sistemas salariales. Tomas de Aquino hacía notar que “comerciar por simple
amor al comercio es vergonzoso, por que aumenta el interés por el lucro sin
límites” y, además, “el comerciante debe buscar el lucro no como un fin, sino sólo
como una remuneración a su trabajo”.

El Mercantilismo:

En esta nueva fase, las restricciones de los escolásticos al comercio y al lucro


fueron prácticamente puestas al margen, y los comerciantes obtuvieron el
reconocimiento de la comunidad y del Estado. Se desarrollaron sentimientos
nacionalistas, se registraron grandes transformaciones políticas y sociales. Los
Estados trataron de acumular metales preciosos, símbolos y bases de la potencia
económica y de la riqueza nacional.

El comercio internacional se transformó en ese periodo en uno de los más poderosos


instrumentos de política económica. Los Estados ambicionaban el poder y cuando no
poseían metales preciosos recurrían al comercio como medio de acumularlos; el
exceso de las exportaciones sobre las importaciones no debería de ser recibido en
mercaderías, sino en lingotes de oro y plata.

Por ello para evitar que se tuvieran más importaciones que exportaciones, se
llegaba a incurrir en un conjunto de normas impuestas por el Estado que ocasionaban
malestar entre los productores y la sociedad en general; por ello se tuvo que
recurrir a otro sistema económico; el liberalismo.

El Liberalismo:

Las reacciones a la política mercantilista condujeron al liberalismo económico,


defendido por dos importantes escuelas que se desarrollaron particularmente en
Francia y en Inglaterra en la segunda mitad del siglo XVII. En ese periodo, además
se inicio la fase científica de la economía, al mismo tiempo en que las grandes
naciones pasaban como profundos cambios como la Revolución Industrial de
Inglaterra.

Las dos corrientes liberales más significativas de la mitad del siglo XVIII fueron
la escuela Fisiócrata en Francia y la Escuela Clásica en Inglaterra. Con ellas, la
economía adquiría la jerarquía de ciencia.

La Escuela Fisiocrática:

La Fisiocracia introdujo dos nuevas ideas opuestas al mercantilismo:

La creencia de la existencia de un orden natural, subyacente a las actividades


económicas. Sería inútil imponer leyes y reglamentos a la organización económica,
ya que esta es capaz de guiarse por sí misma. La palabra fisiocracia esta compuesta
por dos vocablos griegos que significa “Gobierno de la Naturaleza”.
La superioridad de la agricultura sobre el comercio y la industria. Para los
fisiócratas solo la tierra es fuente de riqueza. Las clases sociales no
involucradas en la agricultura fueron consideradas estériles.
La Escuela Clásica:

El liberalismo económico defendido por los fisiócratas fue también la base de la


escuela clásica de la economía desarrollada en Inglaterra. Esta nueva escuela
comienza con la publicación, en 1776 de “Wealth of nations” (Riqueza de las
naciones), obra en la que el escocés Adam Smith se opuso a las ideas
mercantilistas, considerando que la riqueza y el poder nacional no deberían
limitarse a las existencias de metales preciosos.

Establece principios para el análisis de valor, de la división del trabajo, de los


lucros, de las ganancias y de la renta de la tierra, y desarrolla teorías sobre la
distribución, el crecimiento económico, la intervención del Estado, la formación y
la aplicación del capital.

El Siglo XIX y las reacciones frente a las escuelas Liberales:

En este periodo, bajo la expansión del capitalismo surgieron no sólo una, sino
distintas crisis de sobreproducción que desmintieron las clásicas leyes del ajuste
automático de la oferta global, además de serios problemas sociales. Generadas
entonces; por un conjunto de problemas sociales y económicos surgieron las Escuelas
Histórico Alemanas y la Socialista.

La Escuela Histórica Alemana:

La escuela histórico alemana proponía no sólo una amplía revisión de los métodos de
investigación de los economistas clásicos, sino además, la sobreposición del Estado
al individuo. Postulaban que los intereses individuales deberían subordinarse a los
intereses colectivos y estos a los intereses nacionales.

La Escuela Socialista:

A pesar de que la escuela histórico alemana haya representada la más aguda reacción
metodológica a la escuela clásica, la principal reacción, al clasicismo, desde el
punto de vista político e ideológico, fue desarrollada por los socialistas;
particularmente por Karl Marx y Friedrich Engels.

Partiendo de la teoría clásica del valor, Marx llegó a definir, con desarrollos
teóricos en forma definitiva, la parte del producto nacional resultante del trabajo
es “indebidamente apropiado por los empresarios capitalistas”. En la historia del
pensamiento económico, pocas obras promovieron un impacto tan grande y provocaron
importantes modificaciones en el orden económico de varias naciones como “El
capital de Marx”.

El Marginalismo:

Al considerar que la economía debería partir del análisis de las necesidades


humanas y de las leyes que determinan la utilización de los recursos disponibles
para satisfacerlas. La revolución marginal procuro, dentro de ese espíritu y
contradiciendo los planteamientos objetivos de la escuela clásica, histórico y
socialista, analizar las características subjetivas de las escalas de preferencia
individuales, a las necesidades humanas y de la actividad económica desarrollada
para saciarlas.

El Keynesialismo:

La victoria de Keynes sobre los clásicos se tradujo en el intervencionismo moderado


sobre el liberalismo radical, además de constituir – en gran sentido – un término –
medio deseable entre la libertad económica absoluta y el control total del Estado
sobre el medio económico.

De inicio, Keynes trato entonces de estudiar las determinantes del nivel de empleo
y del ingreso nacional y demostró que el Estado debería de participar en la
actividad económica, tratando de compensar la disminución de las inversiones
privadas en los periodos depresivos o las crisis económicas.
Para Keynes la política económica debe complementar pero no sustituir por completo
a la iniciativa privada.

Fuente:

María Inés Barbero. (2001). Historia económica y social general. México: Macch

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