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MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA

HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA

NICOLÁS LATORRE VICO

Entre las muchas cuestiones que suscita el estudio de la


Historia Troyana Polimétrica no es la menor la que se refiere a
su datación. Los primeros editores y estudiosos de la obra la
situaron en el siglo XIV, pero Menéndez Pidal adelantó la fecha
de composición hasta el último tercio del s. XIII, haciéndola
contemporánea de las obras alfonsíes. Como se sabe, es una
traducción en prosa y verso del célebre Roman de Troie, de
Benoît de Sainte-Maure (S. XII), si bien los versos son en gran
parte originales del autor castellano.
No se puede decir que la Historia Troyana Polimétrica (en
adelante, HTP) haya atraído mucho la atención de los
historiadores de la literatura. Son muy escasas las líneas que se
le dedican1. A. Deyermont2, en el capítulo dedicado a la leyenda
troyana, hace algunas consideraciones elogiosas al decir que
gran parte de la obra «es una versión competente y bastante
fiel a la obra de Benoît, pero algunas secciones del Roman de
Troie, y sobre todo las de emoción más intensa, se hallan tan
ampliadas que no se trata de una traducción sino de
composiciones originales inspiradas en el material de la obra
francesa. Esto se nota con más claridad en los poemas de la
Historia troyana polimétrica, [...] Tres rasgos de los poemas
ofrecen especial interés: su variado repertorio métrico, la
reproducción del combate de Troya y de la sociedad troyana en
términos medievales (como sucede en el Libro de Alexandre, se
trata de un intento deliberado), y, formando parte de su
actualización medievalizante, el énfasis que se da al amor cortés
en las relaciones entre Troilo y Criseida.»
1
Menéndez Pelayo le dedica tres líneas en sus Orígenes de la novela. J. L. Alborg
(Historia de la Literatura Española, Tomo I: Edad Media y Renacimiento, Madrid,
1970, pág. 260) hace tan solo una referencia en nota referente a la mezcla de
octosilabismo y heptasilabismo en el Libro del Buen Amor. López Estrada
(Introducción a la literatura medieval española, Madrid, Gredos, 1987, págs. 315 y
373), la despacha con dos brevísimas citas.
2
A. D. Deyermond, Historia de la Literatura Espanola. Vol. I, La Edad Media, Ariel,
Barcelona, 1980, págs. 289-290.
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La obra fue dada a conocer en 1863 por Amador de los
Ríos. Antonio Paz y Melia editaba en 1899 el texto3, mientras
que García Solalinde se ocupaba de estudiar los manuscritos, las
fuentes y las relaciones con otros textos4. Posteriormente sería
Menéndez Pidal el máximo valedor de la obra, proponiendo la
datación más temprana y esforzándose por demostrar su valor
literario5. Recientemente ha merecido la atención de diversos
investigadores6, a la vez que nuevos estudios ponen en cuestión
algunas de las conclusiones de Menéndez Pidal7.
Antes de abordar el estudio de la HTP es conveniente
situarla en el conjunto de las manifestaciones literarias
medievales que se nutren de la materia troyana. Para ello hay
que detenerse un poco en la transmisión de los textos antiguos
que abordaban ese fertilísimo ciclo, que empezaba ya desde la
expedición de los Argonautas, seguía con los antecedentes
inmediatos de la guerra y la guerra misma y acababa con el
regreso de los héroes a su patria o la búsqueda, en el caso de
Eneas, de una nueva.
La tradición oral sobre la guerra de Troya es muy anterior
a la composición de la Ilíada y la Odisea, aunque serán estas
3
A. Paz y Mélia, “Poesías intercaladas en la Crónica troyana romanceada”, en
Revue Hispanique, 6, (1899), págs. 62-80.
4
En Revista de Filología Española, III, 1916, págs. 124 y ss.
5
Menéndez Pidal, Ramón, ed.: Historia troyana en prosa y verso. Texto de hacia
1270, con la cooperación de E. Varón Vallejo, Madrid, Revista de Filología Española,
1934.
- Tres poetas primitivos, Madrid, Espasa Calpe, 1948 (3ª ed. 1968).
6
En Francisco Rico, Historia y crítica de la literatura española. Edad Media, Primer
suplemento, págs. 283-284, Deyermont se refiere a los trabajos de M. S. Browlee:
«los libros de aventuras de tema troyano han sido mucho menos estudiados
recientemente, pero Browlee aporta tres interesantes artículos. El primero (1978-
1979), más breve, aunque probablemente más importante, demuestra que no es
satisfactoria ninguna explicación anterior de la relación entre prosa y verso en la
HTP y sugiere que la Historia no adapata el Roman de Troie de Benoît de Sainte-
Maure, sino el Roman de Troie en prose. ; es de esperar que esta línea de
investigación tenga continuidad. En otro artículo, Browlee (1985b) subraya la
originalidad de la Historia y, en forma más discutible, examina su relación con otros
géneros. Las Sumas de historia troyana que firma Leomarte, son un texto
problemático bajo varios aspectos; Browlee (1985a) trata uno de ellos: su posición
frente a la tradición historiográfica.
- Browlee, Marina Scordilis: “Towards a Reappraisal of the Historia troyana
polimétrica, La Coronica 7, 1 (1978-1979), págs 13-17-
- “The Troian Palimpsest and Leomarte’s Metacritical Forgery”, MLN, C
(1985), págs. 397-405.
- “Narrative Structure and the Rhetoric of Negation in the Historia Troyana,
Romania, 106 (1985), págs. 439-455.
7
Véase, por ejemplo, el capítulo V de la excelente monografía de Juan Casas Rigall,
La materia de Troya en las letras romances del siglo XIII hispano, Santiago de
Compostela, Universidad de Santiago de Compostela, 1999.
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obras las que fijarán en buena medida los patrones de la
leyenda. Los trágicos enriquecerían los materiales suministrados
por la épica, dedicando al tema troyano numerosas obras. La
atención en adelante irá declinando, aunque de cuando en
cuando se retoma el tema en obras de Licofrón (s III a. C.),
Quinto de Esmirna (s. III y IV d. C.), Trifiodoro (s. IV d. C.) y
Coluto (s. VI d. C.). Homero es, sin embargo, el único de todos
ellos que tendrá una influencia manifiesta en las letras hispanas
medievales8, aunque a través de versiones latinas, dado el
progresivo desconocimiento de la lengua griega en la Europa de
la Edad Media. No obstante, la ortodoxia creada por la Ilíada
«fue sometida a revisión y a través de ella se detectaron
contradicciones e inconsistencias que darían lugar, con el paso
del tiempo, a una verdadera heterodoxia, que se abrió camino
antes de finalizar la Antigüedad Clásica y se consolidó
definitivamente durante la Edad Media. Los comienzos de esta
actividad revisionista aparecen ya en Grecia tanto por parte de
los filósofos, que plantearon serias objeciones a la teología y a la
manera como Homero pintaba a sus personajes, como por los
historiadores, que criticaron el concepto homérico de la
extensión e importancia de las luchas. Surgió de este modo una
tendencia antihomérica, de la que apenas tenemos noticias, y a
la que pertenecerían los nueve libros de Contra la poesía de
Homero, de Zoilo de Anfípolis, autor del siglo I a. C., conocido
con el sobrenombre de “azote de Homero”, o el Anthomeros de
Ptolomeo Quemnos, de finales del siglo I y comienzos del II d.
C.»9
Ya en la literatura latina, la Odussia de Livio Andrónico se
utilizó como libro escolar, debiendo esperarse hasta el siglo I a.
C. para contar con una traducción de la Ilíada, la que hizo Macio.

8
Los pioneros en el estudio de la penetración de la leyenda troyana en España
fueron Agapito Rey y Antonio García Solalinde, Ensayo de una bibliografía de las
leyendas troyanas en la literatura española, Bloomington, Indiana University, 1942.
Véase también, por seguir con estudiosos españoles, Julio Pallí Bonet, Homero en
España, Barcelona, Universidad, 1953. Recientemente se pueden encontrar un
excelente estudio en T. González Rolán, Mª F. Del Barrio Vega y A. López Fonseca,
Juan de Mena. La Ilíada de Homero (Edición crítica de las Sumas de la Yliada de
Omero y del original latino reconstruido, acompañada de un glosario latino-
romance), Madrid, Ediciones Clásicas, 1996. Utilísima es la obra de Juan Casas
Rigall, citada más arriba, para el siglo XIII hispánico, especialmente para el Libro de
Alexandre, la obra histórica alfonsí y, aunque le dedica mucho menos espacio, para
la Historia Troyana Polimétrica.
9
9 GONZÁLEZ ROLÁN, T., DEL BARRIO VEGA, Mª F., y LÓPEZ FONSECA, A. Juan de Mena. La Ilíada
de Homero (Edición crítica de las Sumas de la Yliada de Omero y del original latino
reconstruido, acompañada de un glosario latino-romance), Madrid, Ediciones
Clásicas, 1996, pág. 8 de la “Introducción”.
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La aportación de la Eneida10 virgiliana será esencial, así como la
de su comentarista Servio. Ovidio11 trata el asunto troyano en
las Heroidas y en los libros XII, XIII y XIV de las Metamorfosis. La
Aquileida de P. Estacio, integrada en los Libri Catoniani gozó de
gran difusión como texto en las escuelas medievales. Los
trágicos latinos también escribieron numerosas piezas sobre el
tema, siendo lógicamente Séneca el que más huella dejaría.
También las Fábulas de Higino, compilación mitográfica del s. I o
II, tiene referencias a la leyenda de Troya.
Recuérdese el concepto de “autoridad” de la Edad Media,
el prestigio de lo escrito, y la valoración de los autores antiguos
tan diferente a la moderna12. Esto hará, junto al
desconocimiento del griego en la Europa occidental, que se
convierta en la obra de referencia para el conocimiento de la
guerra de Troya la llamada Ilias Latina13, conocida también por
Homerus Latinus o por Homerulus. Consta la obra de 1070
hexámetros que condensan los 15.693 de la Ilíada y que
resultaron ser casi la única vía de conocimiento del poema
homérico en la cultura europea occidental hasta que en 1358
apareciera la traducción latina de Leoncio Pilato, que ponía la
obra al alcance de muchos lectores desconocedores del griego.
Hasta el s. X, la Ilias Latina formó parte de los Libri Catoniani, de
amplio uso escolar, si bien a partir del s. XIII se separó para
formar grupo con otros textos de naturaleza épica como la
10
Su huella se aprecia en la Crónica Silense, la Crónica Najerense y la Chronica
Adefonsi Imperatoris.
11
Las Heroidas y las Metamorfosis están muy pesentes en la General estoria de
Alfonso X.
12
Curtius, en el capítulo dedicado a los autores leídos en las escuelas, dice: «Entre
los autores que se leían en las escuelas medievales hay escritores paganos y
escritores cristianos. La Edad Media no distingue en la literatura latina entre “edad
de oro” y “edad de plata”; no conoce el concepto de lo “clásico”; todos los
escritores son autoridades con idéntico derecho. Veamos algunos testimonios
medievales acerca de los autores leídos en las escuelas. Hacia 975, Walther de
Espira enseñaba a Virgilio, a “Homero” (es decir, la llamada Ilias Latina, tosca
refundición de la Ilíada, en 1070 hexámetros, escrita en el s. I d. C), a Marciano
Capela, Horacio, Persio, Juvenal, Boecio, Estacio, Terencio, Lucano. Esta selección
no es casual, sino normativa; la encontramos en la base de otras listas más
tardías». E. R. Curtius, Literatura Europea y Edad Media Latina, I, FCE, Madrid, 1955,
págs. 79-80. Siguen otras listas que van ampliando la nómina de autores a Donato,
Catón (Disticha Catonis), Esopo, Avieno, Sedulio, Juvenco, Próspero de Aquitania,
Teodulo, Arator, Prudencio, Cicerón, Salustio, y Ovidio.
13
Muy recientemente ha sido publicada una traducción española moderna de la
Ilias Latina, acompañada de la primera versión española de Dictis cretense y Dares
frigio: La Ilíada latina. Diario de la guerra de Troya de Dictis cretense. Historia de la
destrucción de Troya de Dares frigio, Introducciones, traducción y notas de Mº
Felisa del Barrio Vega y Vicente Cristóbal López, Madrid, Gredos, 2001. Esta es la
edición que manejaremos para las citas de estas obras y de la que a menudo será
deudora nuestra exposición.
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Aquileida de Estacio. Aunque fue atribuida a diferentes autores,
hasta hace poco se consideró anónima. En 1875 se reparó en
dos acrósticos, uno al principio y otro al final del poema, en los
que puede leerse ITALIC<V>S SCRIPSIT, lo que llevó a pensar que se
tratara de un ejercicio de juventud de Silio Itálico. Pero en 1890
en un códice humanístico de Viena, aparece una inscriptio
encabezando el poema: BEBII ITALICI POETAE CLARISSIMI EPITHOME IN QVUATUOR
VIGINTI LIBROS HOMERI ILIADOS, con lo que el autor podría muy bien ser
P. Baebius Italicus, miembro del círculo de jóvenes poetas de
que se rodeó Nerón. La obra habría sido escrita, pues, en torno
al 65 d. C. Pera la atribución no es segura para muchos14. Juan
de Mena tradujo la obra al castellano en 1442 por encargo de
Juan II15. Aunque sin correspondencia exacta, la Ilias Latina está
dividida, como el poema homérico, en 24 cantos, pero de
extensión desigual y menguante conforme se avanza en la
narración. Mª F. del Barrio16 resume las preferencias del autor
del texto latino, que van a marcar una tendencia en posteriores
14
Seguimos la exposición de Mª F. del Barrio Vega, en su introducción a La Ilíada
Latina, ed. cit. En ella se abordan cuestiones relativas a la transmisión del texto, su
presencia en España, contenido y estructura de la obra, comparación con el modelo
homérico, sus modelos literarios, la técnica compositiva, la lengua y el estilo. Existe
una edición moderna del texto latino, la de M. Scaffai, Baebii Italici Ilias Latina.
Introduzione, edizione critica, traduzione italiana e commento, Bolonia, 1982 (1997
2ª ed.). En Internet se puede descargar gratuitamente el texto en la dirección
www.intratext.com/LAT/Default.htm. En la misma página, se pueden descargar los
Disticha Catonis, De excidio Troiae de Dares Frigio, las Periochae Homeri Iliadis et
Odyssiae y las Etimologías de Isidoro de Sevilla, por citar algunos de los utilizados
en este trabajo.
Los dos fragmentos que forman el acróstico son:
Iram pande mihi Pelidae, Diva, superbi
Tristia quae miseris iniecit funera Grais
Atque animas fortes heroum tradidit Orco
Latrantumque dedit rostris volucrumque trahendos
Illorum exsangues, inhumatis ossibus, artus.
Confiebat enim summi sententia regis,
protulerant* ex quo discordia pectora pugnas,
Sceptriger Atrides et bello clarus Achilles.
vv. 1-8

Sed iam siste gradum finemque impone labori,


Calliope, vatisque tui moderare carinam,
Remis quem cernis stringentem litora paucis,
Iamque tenet portum metamque potentis Homeri.
Pieridum comitata cohors, summitte rudentes
Sanctaque virgineos lauro redimita capillos
Ipsa tuas depone lyras. Ades, inclita Pallas,
Tuque fave cursu vatis iam, Phoebe, peracto.

vv. 1063-1070

15
Véase la edición moderna de T. González Rolán, cit. con un estudio introductorio
sobre la presencia de la materia troyana en la Edad Media y el Renacimiento (págs.
7-51).
16
Introd. a ed. cit., págs. 27-29.
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acercamientos al tema: 1º) Los episodios de carácter
sentimental (súplicas de Crises a Agamenón; súplicas de Príamo
a Aquiles; encuentro de Héctor y Andrómaca; enfrentamientos
debidos a la pasión amorosa , como los de Aquiles y Agamenón
por Briseida y el de Menelao y Paris por Helena). 2º) Episodios
protagonizados por Héctor y Eneas (es decir, el punto de visto
filotroyano). 3º) Episodios tópicos en la poesía épica, como el
catálogo de las naves. Y lo que menos interesan son las
asambleas de dioses y hombres, las intervenciones de los dioses
en las batallas y sus interpelaciones a los héroes. Se toma así
partido por una visión de la leyenda más racionalista, tendencia
que se acentuará con Dictis y con Dares. Algunas de las
divergencias con el modelo griego se explican por la influencia
de Virgilio y de la elegía erótica latina, especialmente Ovidio.
Las Periochae Homeri Iliadis et Odyssiae atribuidas a
Ausonio (h. 310- h. 394) debieron de tener una difusión limitada
y además, por su drástica brevedad (muchos cantos se
despachan con una sola línea) poco podían influir en la
conformación de la materia troyana. Todo lo contrario de lo que
sucederá con los relatos de Dictis y Dares que veremos más
adelante. Contemporáneo de estos parece ser el original del
anónimo Excidium Troiae, texto en prosa, con notable difusión
en la Europa medieval, que sigue fuentes mitográficas griegas, a
Estacio, Virgilio (para los viajes de Eneas), Plutarco y Dionisio de
Halicarnaso. Casas Rigall17 señala el uso que de esta obra se
hace en la General estoria, y da como casi segura su lectura por
el autor del Alexandre y, ya en el s. XV, su manejo por Enrique
de Villena.
Pero el verdadero protagonismo en la transmisión y la
recreación del ciclo troyano lo van a tener dos obras que, a
despecho de su escaso valor literario, se erigirán en la
referencia obligada durante todo el medioevo: la Ephemeris belli
Troiani de Dictis (s. IV) y De excidio Troiae historia de Dares (ss.
V o VI d. C.).18 En la introducción a la primera versión española
17
Ed. cit. pág. 22. El Excidium Troiae fue editado E. Atwood y V. Whitaker: Excidium
Troiae, Cambridge (Massachusetts), The Mediaeval Academy of America, 1944. Su
prólogo sigue siendo el mejor estudio sobre la obra y su difusión.. Existe una edición
más reciente: Alan Bate, Excidium Troiae, Frankfurt am Main-Bern-New York, Peter
Lang, 1986.
18
Estas obras tan influyentes han sido, no obstante, descuidadas por la
investigación. Las únicas ediciones fiables son: Eisenhut, Werner, Dyctis Cretensis.
Ephemeridos belli Troiani libri a Lucio Septimio ex Greco in Latinum sermonem
translati, Leipzig, Teubner, 1973. Y Meister, Ferdinandus, Daretis Phrygii de excidio
Troiae historia, Leipzig, Teubner, 1873 (reimpresión, 1991). La única versión
española publicada en español es la muy reciente de Vicente Cristóbal, cit. supra,
con una útil y precisa introducción que aprovechamos para nuestra exposición.
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de ambas, Vicente Cristóbal nos dice: «Dictis y Dares pasan por
ser los autores de unas desaparecidas crónicas (escrita en
griego la de Dictis; en frigio o en griego la de Dares), sobre la
guerra de Troya, que fueron halladas en la época romana y
traducidas posteriormente al latín. Ambas obras pretenden ser
testimonios coetáneos, auténticos y fidedignos, de la propia
guerra de Troya, anteriores, por tanto, a Homero, y escritos
nada más y nada menos que por hombres que participaron en la
contienda: un soldado del bando griego, cretense, que combatía
a las órdenes de Idomeneo (Dictis), y un frigio que sufrió el
asedio dentro de las murallas de Troya (Dares). Uno y otro texto,
en consecuencia, adoptan perspectivas distintas —y
complementarias— frente a los hechos: el relato de Dictis es
filogriego y escrito desde el campo griego; el de Dares,
filotroyano y escrito dentro del recinto de la ciudad sitiada. Lo
que conservamos son los textos latinos de unos originales
griegos —cuya existencia se ha comprobado en el caso de
Dictis, siendo sólo presunto en el caso de Dares—, originales
que, desde luego, no se remontan a tanta antigüedad como
pretenden hacernos creer sus autores»19.
Los originales griegos remontarían al s. II d. C.. Su
antihomerismo parece remitir al ambiente de la segunda
sofística. En la supuesta epístola de Cornelio Nepote, dirigida a
Salustio, y que encabeza el relato de Dares, se lee:

« utrum magis vera existiment, quae Dares Phrygius memoriae


commendavit, qui per id tempus vixit et militavit, quo Graeci Trojanos
oppugnarent; an Homero credendum, qui post multos annos natus est,
quam bellum hoc gestum fuisset: de qua re Athenis judicium fuit, cum

Sorprende encontrarse todavía en el s. XVII con referencias a Dictis y Dares.


Lope de Vega, por ejemplo, los recuerda en su Isidro. En 1639 Francis Kynaston en
el largo poema Amorum Troili et Creseidae libri quinque, lib. I, 21 dice:

Fas nobis. Gesta Troianorum quare


Homeri libris, Dictys aut Daretis
(Si libet) scripta singula legetis.

Y en lib. V, 194:

Ut potui scripsi ergo eius honoris.


Qui avet sua magna gesta audire
Libris Daretis possit invenire.

Es célebre el dislate del Padre Le Moyne, que en 1670, en un tratado De


l’Histoire escribía: «La Ilíada de Homero, como todo el mundo sabe, no es más que
una copia en verso de lo que Dares y Dictis han escrito en prosa sobre las guerras
de Troya». Cit. por González Rolán, ed. cit., pág. 12.
19
Vicente Cristóbal, Introducción a ed. cit., pág. 117.
NICOLÁS LATORRE VICO 7
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
pro insano Homerus haberetur, quod Deos cum hominibus belligerasse
descripsit».

Como se ve, Dares aventajaría a Homero no sólo por haber


sido testigo ocular de lo que relata, sino por su racionalismo, ya
que es impensable que los dioses luchen con los hombres.
Vicente Cristóbal explica así el éxito tremendo de estos textos:
«Y sin embargo habían brillado para ellos soles más luminosos
en otro tiempo: fueron clásicos en la Edad Media y gozaron de
una autoridad y un prestigio singulares como testigos fidedignos
de los hechos que narraban. Muy por encima de los poetas, muy
por encima de Homero y de Virgilio. Aquellos eran tiempos en
los que interesaba más la verdad que la belleza, más la materia
que la forma y más la historia que la poesía. La ingenuidad
medieval creyó las afirmaciones de Dictis y Dares sobre su
autenticidad y autopsia, y tuvo por historia y verdad lo que en
realidad no era sino un híbrido de mitología y ficción, pura
superchería, juego retórico, falacia y engaño tanto o más que el
testimonio de los poetas, siempre sospechoso desde Platón»20.
Son, pues, obras que tratan materia épica, pero con la
pretensión de verosimilitud y la ausencia de elementos
sobrenaturales de la historiografía, y con la importancia que se
concede al tema amoroso y a las figuras femeninas propia de la
novela. García Gual estudia las obras de Dictis y Dares en un
capítulo de Los orígenes de la novela titulado “Degradación de
los mitos épicos”. A él pertenecen estas palabras: «Estos
intentos en prosa muestran ya en su forma la enorme distancia
que los separa de la auténtica épica. No sólo por su simbólica
prosificación (recordemos que hay novelas medievales en
verso), ni porque la gravedad ritual del hexámetro confiera, con
su mecanismo tradicional de epítetos, símiles y fórmulas, una
rigidez solemne y una arcaica belleza; sino ante todo porque
carecen de la fe en ese mundo de dioses y héroes que
simbolizan una esfera superior de humanidad»21. Es lógico el
uso preferente que se hace del filotroyano Dares en el
occidente europeo, que se siente heredero de Roma y, por
tanto, en última instancia, de la estirpe troyana que arribó a las
costas de Italia. Dictis en cambio tendría más fortuna en la
parte oriental del imperio, en la que, además, se manejaría el
original griego no conservado.
Bastante más extensa que la obra de Dares, la Ephemeris
belli Troiani cuentan en seis libros lo siguiente: rapto de Helena

20
V. Cristóbal, Introducción a ed. cit. Pág. 120.
21
García Gual, Carlos, Los orígenes de la novela, Madrid, Istmo, 1972, pág. 150.
NICOLÁS LATORRE VICO 8
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por Paris, viaje de la flota griega a Troya, peste en el
campamento griego, enfrentamiento entre Agamenón y Aquiles,
amor de Aquiles por Políxena, muertes de Patroclo y Héctor,
rescate del cadácer de éste, llegada y muerte de Pentesilea,
muerte de Memnón, muerte a traición de Aquiles, muerte de
Paris, caída de Troya (con la traición de Antenor y Eneas y el
episodio del caballo), regreso de los griegos a la patria, regreso
de Ulises a Ítaca, donde se hijo Telégono le da muerte
accidentalmente. El autor de la obra tiene parece haber
recogido tradiciones procedentes de la épica posthomérica, de
los líricos, de la tragedia y de la poesía helenística. Pero no pudo
desde luego sustraerse, a pesar de su antihomerismo, a la
influencia del gran rapsoda (sobre todo en lo que tiene que ver
con Ulises) y no es difícil descubrir el conocimiento que de la
Eneida tenía el autor, por más que trate de apartarse
voluntariamente de ella.
De excidio Troiae historia consta de un solo libro.. Es por
extensión y por estilo obra bastante inferior a la de Dictis,
aunque, como hemos visto, mucho más influyente que la de
aquel22. No todos están de acuerdo en que la obra conservada
sea la traducción de un original griego (como sí se ha
confirmado en el caso de la Ephemeris). No obstante, y por sus
peculiaridades narrativas, son muchos los que se inclinan por la
tesis de que la obra sería un resumen del presunto original
griego. Dares se remonta en su relato a la expedición de Jasón y
los argonautas, que recalan en la costa de Troya y se apoderan
22
En Etimologías I, 42, Isidoro se refiere así a Dares:
XLII. DE PRIMIS AVCTORIBVS HISTORIARVM. [1] Historiam autem apud
nos primus Moyses de initio mundi conscripsit. Apud gentiles vero
primus Dares Phrygius de Graecis et Troianis historiam edidit, quam in
foliis palmarum ab eo conscriptam esse ferunt.
Para el estudio de la difusión de Dares, véase la tesis doctoral de Louis
Faivre D’Arcier: “La circulation des manuscrits du De Excidio Troiae de Darès
le Phrygien”, Tesis de l’Ecole National des chartes, 2000, que hace una
clasificación de los manuscritos y estudia la recepción y difusión del autor. Se
accede libremente a un resumen en Internet, al que pertenecen estas
palabras sobre la proliferación de manuscritos de Dares en las abadías
benedictinas: «D'un point de vue “sociologique”, l'étude des possesseurs
attestés et de l'aspect des manuscrits, donne une image essentiellement
“cléricale” de la diffusion de Darès. En effet, ce sont surtout les bibliothèques
des monastères bénédictins que l'on rencontre. Néanmoins, la majorité des
ordres religieux médiévaux sont représentés, y compris les cisterciens,
pourtant réputés pour être réfractaires aux études classiques. La fin du Moyen
Age voit, chez les possesseurs de Darès, émerger des bibliothèques de types
nouveaux, entre autres celles de particuliers». El resumen se encuentra en la
siguiente dirección de Internet: http://theses.enc.sorbonne.fr/document.html?
id=101. En este sitio se puede pedir autorización para acceder a la tesis
doctoral.

NICOLÁS LATORRE VICO 9


MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
de Hesione, agravio que servirá para justificar el que supone el
rapto de Helena. Tras la muerte de Protesilao y Patroclo sigue
una larga sucesión esquemática de luchas y treguas. Muere
Héctor, Palamedes sustituye a Agamenón al frente de los
griegos, aunque por poco tiempo. También aquí el amor que
siente por Políxena acarreará la muerte de Aquiles. Troilo
sustituye a Héctor como paladín de los troyanos y muere a
manos de Aquiles. Neoptólemo es llamado por los griegos.
Mueren Áyax y Alejandro. Neoptólemo mata a Pentesilea.
Anténor y Eneas entregan la ciudad, que es saqueada y
destruida (sólo se respetan las vidas y posesiones de los que
han propiciado la toma, o los que siempre fueron contrarios a la
guerra, como Casandra y Héleno), muerte de Príamo, reparto de
botín y prisioneros. Neoptólemo degüella a Políxena sobre la
tumba se su padre Aquiles y conmina a Eneas para que salga de
Troya. Balance de la duración y las bajas (exageradísimas) de
cada bando. Parece que el original griego tiene en cuenta a
Homero y Dictis, pero para decir cosas diferentes. Como en
Dictis, igual visión racionalista, igual intento de apariencia
historiográfica. Y el propósito de hacer una obra
complementaria de la de aquél. La ausencia de voluntad o de
capacidad literaria es tan grande, que su editor Meister pensó
que se trataba de la obra de un mal epitomista o incluso de un
escolar de pocos años. Su latín, tan evolucionado respecto al
clásico, suele ser situado en el s. VI. Su mención por Isidoro es
el término ante quem.
En todas estas obras de materia troyana se han querido
ver dos corrientes23: una “ortodoxa”, la representada por la
tradición que arranca de Homero (Ilias Latina, Excidium Troiae,
Heroidas y Metamorfosis ovidianas) y una “heterodoxa,
antihomérica, representada por Dictis y Dares. El interés
genealógico que representó para Roma la Eneida, se continuaba
para el occidente europeo con el filotroyano Dares. Francos y
bretones se pretendían descendientes de troyanos epónimos.

Dictis y Dares serán parafraseados y amplificados en una


obra fundamental en la transmisión y la recreación del ciclo
troyano, de la que nuestra Historia Troyana Polimétrica es, a su
vez, traducción y paráfrasis: el Roman de Troie de Benoît de
Sainte-Maure. El autor, originario de Turena, trabajó para la
corte de Leonor de Aquitania. En la Chronique des ducs de
Normandie y por encargo de Enrique II Plantagenet,
prolongando el Roman de Rou del clérigo anglo-normando
23
González Rolán, del Barrio Vega y López Fonseca, op. cit. Págs. 7 y ss.
NICOLÁS LATORRE VICO 10
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
Wallace, traza la historia de los antepasados del rey en un vasto
fresco dinástico cuyas intenciones políticas, como las del Roman
de Troie, son claras: afirmar la autoridad de la dinastía
angevina, suponiéndole, a imitación de los Francos merovingios,
una ascendencia troyana24. El Roman de Troie pertenece a lo
que se ha dado en llamar la tríada clásica o antique de la novela
francesa del s. XII, junto al Roman d’Énèas y el Roman de
Thèbes25. La obra de Benoît de Sainte-Maure, de considerables
dimensiones, alcanza los 30.000 octosílabos26, y eso que sus
fuentes principales son de extensión modesta. «En su mayor
parte consiste en una paráfrasis del texto de Dares, y sólo sus
aproximadamente 5.000 últimos versos o pocos más recogen
contenido procedente del libro VI de Dictis, de manera que —al
igual que Dares— comienza hablando de la expedición
argonáutica, considerada como el germen remoto de la
contienda, y culmina —en seguimiento de Dictis— con las
correrías de Ulises y la muerte trágica del itacense a manos de
su hijo Telégono, habido de Circe. El libro trata la materia
antigua con propósito de acomodarla a su momento histórico,
por lo que abundan los anacronismos de toda especie; incure en
alguna que otra incongruencia, como secuela de la no
24
Highet, La tradición clásica, FCE, México, 1954, vol. I, pág. 92, dice al respecto:
«Esto había sido un hábito ya en la Roma antigua. Virgilio y otros autores dedicaron
muchas cavilaciones y mucho cuidado a probar que los troyanos, aunque
derrotados, fueron en realidad el lado virtuoso en la guerra, y que el sobreviviente
Eneas vino a ser el fundador de la estirpe romana y antepasado de Augusto. En esto
hallaban los romanos una especie de justificación: no tenían ya por qué
considerarse una tribu advenediza que había conquistado a los inteligentes griegos
por la sola fuerza bruta, y la nueva dinastía imperial quedaba legitimada. Casiodoro,
según se dice, elaboró positivamente para Teodorico, el monarca ostrogodo que
mandó ejecutar a Boecio, un árbol genealógico troyano. Durante la Edad Oscura los
hombres habían perdido su perspectiva histórica y la costumbre había caído en
desuso, pero ahora se la resucitaba. La Edad Media y aun el Renacimiento
estuvieron del lado de los troyanos. Hay un paralelo coetáneo de la obra de Benoît
en la Historia de los reyes de Britania de Godofredo de Monmouth (1135), libro que
además de contener la primera historia detallada del rey Arturo, lleva la línea
genealógica de los reyes de inglaterra hasta Troya».
25
El Roman d’Énèas (h. 1155-1160) parece cronológicamente anterior al Roman de
Troie. Se trata de una adaptación de la Eneida virgiliana, con elementos de otra
procedencia, como Ovidio y los bestiarios medievales. La descripción del amor se
inspira en el ceremonial cortés. Así, Eneas ve a Lavinia asomada a una ventana y
cae perdidamente enamorado, exhibiendo todos los síntomas del mal de amores. El
Roman de Thèbes (1160) retoma la Tebaida de Estacio y narra las luchas entre los
hijos de Edipo, Eteocles y Polinices, suprimiendo las comparaciones épicas, las
intervenciones de Estacio como narrador, y los nombre geográficos y mitológicos. El
autor se serviría de un epítome de la obra de Estacio y el resto sería invención
novelesca.
26
La edición clásica e íntegra de la obra es la de L. Constans, Benoît de Sainte-
Maure. Le Roman de Troie, París 1904-1912. 6 vols., con reproducción fotostática de
1968.
NICOLÁS LATORRE VICO 11
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
armonización de sus dos fuentes (por ejemplo, hace morir dos
veces y de manera distinta a Palamedes y a Ayax); potencia
además, con intención evidente de incrementar el atractivo de
la historia, el componente amoroso, y así, apoyándose en la
pormenorizada descripción que hace Dares de Briseida, por una
parte, y de las hazañas de Troilo, por otra, conecta a ambos
personajes en una aventura amorosa que después de él tendrá
larga fortuna literaria»27. Como hacía Dares, también Sainte-
Maure, va a poner en duda la autoridad de Homero en el relato
de los hechos. Estas son sus palabras en el prólogo de la obra:

Et qui plus siet, e plus deit faire :


De ce ne se deit nus retraire.
E por ce me vuell travailler
En une estoire conmencer
Que, de latin ou je la truis,
Se j'ai le sens e se ge puis,
Le voudrai si en romanz metre
Que cil qui n'entendront la letre
Se puissent deduire el romanz.
Mout est l'estoire riche e granz
E de grant ovre e de grant fait.
En maint lué l'avra hon retrait,
Saveir cum Troie fu perie,
Mes la verté est poi oïe.
Omers, qui fu clerz merveilleus,
Des plus sachanz, ci trovons nos,
Escrist de la destructïon,
Del grant siege e de l'achaison
Par quei Troie fu desertee,
Qui onc puis ne rabitee.
Mais ne dist pas ses livres veir,
Car bien savons, sens niul espeir,
Qu'il ne fu puis de cent anz nez
Que li granz osz fu asenblez.
N'est merveille s'il en faillit,
Qui unc n'i fu ne rien n'en vit.

Como se ve, es voluntad del autor facilitar el conocimiento


de la leyenda trasladándola de la fuente latina a la lengua
romance que todos entienden. Y no tiene nada de extraño
cuestionar la veracidad de Homero, que vivió “más de cien

27
V. Cristóbal, Introducción a ed. cit., pág. 148.
NICOLÁS LATORRE VICO 12
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
años” después de la guerra. M.A. Marcos Casquero28 recuerda
que cuando Sainte-Maure y otros autores critican a Homero «no
hay que pensar en el viejo Homero» sino en el “Homerus
latinus” autor de la Ilias Latina, afirmación que habría que
matizar seguramente. Del Roman de Troie se hicieron
prosificaciones en francés ya desde el s. XIII. Se conservan cinco
con distintas dataciones. Últimamente diversos estudiosos han
planteado la posibilidad de que la HTP no derive directamente
del original francés, sino de una de estas prosificaciones. Casas
Rigall29 cree que el poema francés es el texto más próximo a los
escritos ibéricos, aunque señala posibles rastros de las
prosificaciones en algunas obras. M. A. Marcos Casquero
describe de manera elocuente la novedad que supone Sainte-
Maure en el tratamiento de la materia troyana: «El resultado es
una novela típicamente medieval. Ante nuestros ojos desfilan
heroicos caballeros y hermosas damas; se multiplican las
escenas bélicas en que se pone a prueba el valor y destreza de
los paladines que se acometen en duelos personales o aniquilan
con su arrojo personal a incontable número de enemigos; se
describen sus bruñidas y resplandecientes armaduras, sus
pabellones y estandartes, sus emblemas y sus corceles. Todas
las asambleas, todas las batallas, todas las treguas tienen una
indudable impronta medieval. Pero a ello supo Benoît agregarle
un nuevo elemento coetáneo que, si pudo hallarlo in nuce en
sus fuentes, no es menos cierto que su desarrollo y su
imbricación en el argumento resulta un genial hallazgo del poeta
francés. Nos referimos a las cuatro historias de amor que
emergen estratégicamente colocadas a lo largo del relato: la de
Jasón y Medea, la de Paris y Helena, la de Troilo y Briseida, y la
de Aquiles y Políxena. Aparte de lo anterior, se descubren en
Benoît una larga serie de elementos típicamente medievales
que en modo alguno se encontraban en sus fuentes latinas. Se
trata, sobre todo, de temas derivados de relatos populares,
romances y cuentos maravillosos en los que predomina la
magia, la brujería, las hadas o los elementos portentosos que
llenan las consejas relatadas al amor de la lumbre»30.
En 1287, más de ciento veinte años después de la
aparición del Roman de Troie, Guido delle Colonne hace una
traducción en prosa latina del poema francés, alcanzando un

28
M. A. Marcos Casquero, “El tema troyano en la Edad Media. Guido delle Colonne
¿traductor de Bennoît de Sainte-Maure?, Estudios Humanísticos. Filología, 15
(1993), pág. 82.
29
Op. cit., pág. 26.
30
M. A. Casquero, art. cit., pág. 89.
NICOLÁS LATORRE VICO 13
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
éxito en toda Europa sin precedentes, gracias a la utilización
del latín, lengua internacional y de autoridad. La obra se llama
Historia destructionis Troiae31. El autor cita como fuentes
directas a Dictis y a Dares, pero silencia el nombre de Benoît, a
pesar de que está claro que el argumento procede íntegramente
de él. En cambio no parece haber leído realmente a Dares.
Según Marcos Casquero, Guido consultaría la obra de Dictis tan
sólo después de acabada la composición, realizando algunos
apuntes finales. Parece conocer directamente a Ovidio y cita a
Virgilio, Ptolomeo y Beda el Venerable, pero se trata de citas
indirectas, «elementos de erudición o pruebas de autoridad» sin
mayor valor. No se comporta, sin embargo, como un simple
traductor, pues a menudo «simplifica o selecciona, racionaliza o
discute, suprime u omite, al par que introduce abundantes
elementos de su cosecha, como son los frecuentes apóstrofes,
reflexiones morales, digresiones poéticas o consideraciones
eruditas o pseudo-eruditas»32. Por cierto, que llama la atención
la violenta misoginia de que hace gala en una época, la del
amor cortés, de culto a la dama e idealización de la mujer. La
obra de Guido delle Colonne eclipsó al Roman de Troie de
Benoît, y durante mucho tiempo fue considerada verdadera
“historia”. No sólo se difundió en la versión original latina, sino
que fue tempranamente traducida a diversas lenguas
vernáculas. Si aceptamos la datación propuesta por Menéndez
Pidal para la HTP, su autor no pudo conocer la obra de Guido. En
la Historia destructionis Troiae se basa el Filostrato de Boccaccio
(1340), que a su vez inspiraría el poema Troilus and Criseyde de
Chaucer. De Benoît-Guido y sucesivas traducciones al francés y
al inglés se llega al Troilo y Crésida de Shakespeare. También en
Inglaterra, pero a finales del s. XII compuso Joseph Iscanus su
De bello Troiano, obra en hexámetros, basada
fundamentalmente en Dares, que no gozó de la fama ni de la
repercusión que merecía.
En España, además de la Historia troyana polimétrica,
contamos con la traducción en prosa del Roman de Troie hecha

31
Griffin, Nathaniel E., Guido delle Colonne. Historia destructionis Troiae,
Cambridge (Massachusetts), Mediaeval Academy of America, 1936. Existe en
español una traducción reciente: Marcos Casquero, Manuel A., Guido delle Colonne.
Historia de la destrucción de Troya, Madrid, Akal, 1996. Véase también el artículo
del mismo autor citado más arriba. Mª Dolores Peláez Benítez publicó en 1999 la
única traducción castellana medieval completa existente de la Historia Destructionis
Troiae de Guido de Columna, realizada por Pedro de Chinchilla en 1443 y
conservada en el manuscrito 326 de la Biblioteca Menéndez Pelayo de Santander,
hasta ahora inédito.
32
Marcos Casquero, art. cit. págs. 90-91.
NICOLÁS LATORRE VICO 14
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
por encargo de Alfonso XI y terminada en 1350, así como con un
par de traducciones al gallego. También de la primera mitad del
s. XIV son las Sumas de historia troyana33 que su autor atribuye
a un desconocido Leomarte y basadas en Benoît, Guido y
Alfonso X. Y a Leomarte se remonta la Crónica Troyana, primera
de las obras impresas en español sobre la materia troyana, que
conoció quince ediciones entre 1490 y 158734.

Pasemos a ocuparnos ya de la Historia troyana polimétrica.


Antonio G. Solalinde publicó en 1906 un estudio sobre los
manuscritos y las fuentes de la obra, titulado “Las dos versiones
españolas del Roman de Troie”35, donde decía: «Existen en
nuestra literatura dos versiones: una fragmentaria, que llamo
Versión en prosa y verso, por mezclar en su redacción la forma
métrica con la prosaica, y otra, toda en prosa, mandada hacer
por Alfonso XI, que designo con el nombre de este rey» 36. A
continuación Solalinde hace un estudio de los dos manuscritos
conservados de la HTP, M (Biblioteca Nacional de Madrid, ms.
10146, fols. 63a-153b) y M’ ( Biblioteca del Escorial, L. jj. 18,
fols. 157b – 180b. El primero sería de mediados del s. XIV y el
segundo de finales de esa centuria. M conserva la Versión de
Alfonso XI, interrumpida por la Versión en prosa y verso. M’
contiene también una redacción miscelánea de ambas
versiones, aunque enlazadas de manera distinta, además
incluye un fragmento de una traducción anónima de la Historia
Troyana de Guido delle Colonne. Ambos mss. son
independientes, pero el cotejo de errores y aciertos lleva a
Solalinde a propugnar la existencia de un manuscrito X del que
derivarían37.
33
Rey, Agapito, Leomarte. Sumas de historia troyana, Madrid, Revista de Filología
Española, 1932. Contiene una breve introducción que incluye un capítulo dedicado
a las fuentes y otro titulado “La leyenda troyana en la Literatura Española de la
Edad Media”.
34
A propósito de esta Crónica troyana impresa, dice Agapito Rey (Introd. a ed.
cit.págs. 24-25): «La Crónica Troyana no es sino una refundición del texto de
Leomarte que hoy editamos; mas por hallarse éste inédito y desconocido, no fue
tenido en cuenta por los críticos que se ocuparon de la versión impresa. De haber
conocido el texto de Leomarte, no les habría extrañado hallar en la Crónica impresa
material ajeno a la Historia de Guido, ni de que siga a éste tan de cerca, puesto que
es una combinación de Guido y Leomarte».
35
G. Solalinde, Antonio, “Las versiones españolas del Roman de Troie”, Revista de
Filología Española III, 1916, págs. 121-165.
36
ibídem, págs. 123-124.
37
ibídem, págs 124-126. Cf. Menéndez Pidal, op. cit. que sigue en lo esencial, a
Solalinde. Un estudio más moderno es el de Casas Rigall, op. cit., págs. 209-214.
NICOLÁS LATORRE VICO 15
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
No es tarea fácil llegar a una conclusión incuestionable
sobre la fecha de composición de la obra. Solalinde decía: «Esta
versión [en prosa y verso] es anónima y coetánea, si no anterior,
de la de Alfonso XI (1350). No esclarece este último punto el
examen lingüístico que he hecho, aunque pudiera variar su
resultado un estudio detenido»38. Menéndez Pidal adelanta la
composición, suponiéndola escrita hacia 1270, «es decir, en la
misma época alfonsí en que se comenzaba la Crónica General y
en que se componía la General Estoria. La métrica “a sílabas
contadas”, que luego estudiaremos, saca la composición de la
Troyana de la época de Hita para colocarla más atrás. Ciertos
vocablos arcaicos, el plural los dios, el verbo terzer, “enjugar”,
los sustantivos famadia, sobreseñal, el adjetivo enatio, la forma
descabeñada por “descabellada”, el galicismo joya en su sentido
primitivo de “alegría”, nos llevan al siglo XIII, y hacia esta
centuria nos inclina también la abundancia de otros vocablos
(desmanchar, albergada, almofar, t(r)exiello, etc.), que, aunque
usados en el siglo XIV, eran ya entonces poco frecuentes. La
abundancia de la apócope de la vocal final, la de la –e del
pronombre personal especialmente, nos haría subir hasta la
primera mitad del siglo XIII, según después diré; pero como a la
vez el poeta admite la sinalefa en mayores proporciones que el
Alexandre, me inclino como lo más prudente a fechar la Troyana
hacia 1270, cuando se escribe la parte más vieja de la Primera
Crónica General, donde la apócope pronominal tiene aún gran
vigor39». Casas Rigall40 cuestiona cada uno de los argumentos
aportados por Pidal para la datación temprana. Reconoce que
los argumentos del maestro, aunque sopesados de uno en uno
no son irrefutables, en conjunto sí que inducen a pensar en una
composición temprana. Sin embargo, no considera desdeñable
la postura, más flexible, de Solalinde, para quien la HTP y la
Versión de Alfonso XI eran coetáneas.
Tras estudiar y elogiar la variedad métrica de la obra,
Menéndez Pidal concluye que el poeta de la HTP debe ocupar un
puesto señalado en la historia de la métrica española, por su
esfuerzo de adecuación del verso y la estrofa al tema tratado.
No es posible determinar si la HTP traducía al completo el
original francés. Lo conservado es la traducción de los versos
5.703 a 15.567 del Roman de Troie, es decir, algo menos de un
tercio de los 30.316 octosílabos de Benoît. Menéndez Pidal se
38
ibídem, pág. 127.
39
Menéndez Pidal, Ramón, Tres poetas primitivos, Madrid, Espasa-Calpe, 1968(3ª),
pág. 87.
40
op. cit. págs. 214-216.
NICOLÁS LATORRE VICO 16
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
pregunta cómo sería la obra completa, e incluso si habrá que
suponer partes versificadas perdidas o prosificadas en los
primeros 32 folios del manuscrito M, que traducen en prosa casi
la mitad de los 9.865 versos de los que se ocupa la HTP tal como
la conservamos. Pidal descarta la hipótesis de M Schiff que,
creyendo ver más arcaísmos en las partes en verso que en la
prosa, propugnaba una antigua versión de Benoît toda rimada a
la que un traductor más tardío le intercalaría fragmentos en
prosa. Y, dado que las poesías de la HTP no traducen el texto
francés, sino que lo parafrasean multiplicando el número de
versos del original, habida cuenta también de la variedad de
metros, Menéndez Pidal concluye que la obra «fue en su origen,
en el siglo XIII, lo mismo que hoy se nos revela: una traducción
del Roman de Troie hecha en prosa y entreverada de trozos
versificados que parafrasean los pasajes más llamativos; es muy
probable que esta traducción fuese total y que las partes
métricas, aun en el fragmento hoy conservado, fuesen más que
las conservadas»41.
Solalinde42 estudió la manera en que los traductores de la
versión polimétrica y de la de Alfonso XI seguían el texto
francés. Eligió varios pasajes y colocó en columnas paralelas el
original francés y las dos versiones españolas. Concluía que las
dos versiones eran independientes. La redacción era distinta, los
errores independientes de traducción se deberían a una mala
inteligencia del texto francés y las coincidencias aun de frases
enteras habría que achacarlas al Roman de Troie. Ciñéndose a
la HTP dice que hay «como en toda traducción, algunos errores;
pero, en general, se puede seguir bastante bien el Roman de
Troie. Son pocas las amplificaciones grandes, aunque abundan
las frases incidentales y los refranes y sentencias. Pocas veces
modifica el sentido del texto»43. Merece la pena consignar los
resultados del estudio de Casas Rigall, que el autor resume en
las siguientes conclusiones44:
- Entre el Roman de Troie en verso y sus cinco
prosificaciones, es el poema de Benoît el modelo más
cercano de la HTP y de la Versión de Alfonso XI.

41
op. cit. pág. 105.
42
art. cit. págs. 136-154.
43
ibídem, págs. 151-152. Como ejemplo de modificación del texto Solalinde se
refiere a la traducción no literal que enmascara el sentido de los versos 13183-6 en
que Héctor echa en cara a Aquiles los amores contra natura con Patroclo. La
ampliación más llamativa es la descripción del sagitario traído por el rey Pitroplax
para luchar contra los griegos.
44
Casas Rigall, op. cit., págs. 236-238.
NICOLÁS LATORRE VICO 17
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
- La Polimétrica y la Versión de Alfonso XI no son
traducciones independientes de una versión del RT, sino
textos muy estrechamente filiados desde su propia
génesis. Ambos derivarían de una misma fuente
iberorrománica, como deja entrever la utilización de
refranes ajenos al texto francés.
- La fuente común iberorrománica sería una versión
intermedia, hoy desconocida, del RT en gallego o
portugués, que ha dejado huellas textuales sobre todo en
el ms. A de Alfonso XI, pero también en la HTP.
Así, la nueva propuesta de filiación entre estas obras sería
la siguiente:
Roman de Troie

Versión gallega o portuguesa perdida

Polimétrica Alfonso XI

Ms. M Ms. M’ Ms. A Ms. G

No despiertan especial entusiasmo en Solalinde los trozos


rimados. En su opinión las partes en verso proceden «de una
excesiva facilidad versificatoria del traductor, que le arrastraba
a poner en verso algunos pasajes de asunto más o menos
poetizable», y más adelante: El poeta o versificador nada
inventa, ni aduce nada que pueda remontar a otra fuente, pero
se difunde en monótonas repeticiones, que hacen pesada su
lectura»45. Mejor valoración hace Menéndez Pidal: «el traductor
se divierte en largas variaciones sobre algunos temas que la
obra francesa le suministra. En esa tarea, como todo
parafraseador, propende a verbosidad y a repeticiones; pero no
se puede desconocer que, aunque flojo y desmalazado a veces,
muestra un positivo temperamento poético [...] Nuestro poeta
inventa, más que nada, discursos, y en ellos tiene trozos
retóricos de valor. Además, como era devoto lector de Ovidio,
gustó explayarse sobre todo en los casos amorosos»46.
45
ibídem, págs. 155 y 157.
46
M. Pidal, op. cit. pág. 88. La referencia a Ovidio es una cita de Remedia amoris,
463, amplificación del versificador castellano: «Et por esto me tengo e creo que es
verdat lo que escriuio Ouidio, que fue muy sabidor enestas cosas, quando dixo:
NICOLÁS LATORRE VICO 18
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
Este es el contenido de las once poesías insertas en el
texto en prosa de la HTP47, con expresión entre paréntesis del
número de versos que traducen del Roman de Troie:
I.- Duelo de Aquiles por la muerte de Patroclo. 150 versos (40 en
RT).
II.- Profecía de Casandra después de la segunda batalla. 150
versos (34 en RT).
III.- Agamenón aconseja la muerte de Héctor. 24 versos (9 en
RT).
IV.- Descripción de la sexta batalla. 56 versos (26 en RT).
V.- Lamento de Troilo por la partida de Briseida. 124 versos (7
en RT).
VI.- Lamentos de Briseida por su separación de Troilo. 84 versos
(19 en RT).
VII.- Despedida nocturna de Troilo y Briseida. 152 versos (30 en
RT).
VIII.- Briseida llevada al campo de los griegos. 120 versos (20 en
RT).
IX.- El doncel de Diomedes presenta a Briseida el caballo de
Troilo. 104 versos (54 en RT).
X.- Diomedes gana el amor de Briseida. 158 versos (105 en RT).
XI.- Hécuba y Andrómaca quieren impedir la ida de Héctor a la
batalla. 180 versos (96 en RT).

Pasemos a comentar la utilización de los mitos de la


materia troyana en estos poemas. Aunque se trate de
recreaciones y amplificaciones del Roman de Troie (en algunos
casos multiplicando por seis o más el número de versos del
original francés), está claro que en última instancia es siempre
Benoît quien está detrás de su traductor y quien ha modelado
personalmente el mito. Ciertamente sigue a Dares y, en menor
medida a Dictis, pero una obra tan extensa como ésta
forzosamente debe nutrirse de la aportación personal del autor.
Mientras no se demuestre la existencia de una fuente
intermedia, Benoît de Sainte-Maure será el responsable, por
ejemplo, de los apasionados amores de Troilo y Briseida (luego
Cresida) de tan afortunado cultivo literario en los siglos
siguientes (Boccaccio, Chaucer, Shakespeare, Kynaston, etc.)
bien directamente o bien gracias a intermediarios como Guido
delle Colonne.

“subçesore nouo vinçitur omnis amor” que quiere dezir: “todo amor es vençido por
el nueuo entendedor». M, 131 a.
47
Para más detalles, vid. Solalinde, art. cit. pág. 155 y M. Pidal, op. cit. págs. 100-
103.
NICOLÁS LATORRE VICO 19
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
La primera poesía es el lamento de Aquiles por la muerte
de Patroclo, 150 versos en sextinas octosilábicas. En Dictis,
Euforbo hería a Patroclo y Héctor lo remataba. En Dares Patroclo
cae, como Protesilao, en las primeras escaramuzas. Lo mata
Héctor, que no puede, sin embargo despojarlo. Dares relata así,
con su habitual sequedad, lo que ocurre inmediatamente
después:
. Postera die Grajugenae inducias petunt.. Achilles Patroclum
plangit, Grajugenae suos. Agamemnon Protesilaum magnifico funere
effert, ceterosque sepeliendos curat. Achilles Patroclo ludos funebres
facit.
Benoît recogió la versión moderna que hacía amantes a
Patroclo y Aquiles, si bien el autor de la HTP, como vimos más
arriba, solapaba esa relación no traduciendo literalmente los vv.
13183-6 del original, cuando Héctor se la echaba en cara a su
adversario. El poema comienza con las exequias de los griegos
muertos en combate para, en rápida transición, centrarse en
Aquiles, que da rienda suelta a su dolor quebrantándose la
cabeza contra el escudo, rompiéndose la frente y acusándose
de ser el causante de la muerte del amigo. Sus lamentos
adoptan el tono de la elegía amorosa. Acaba lanzando una
imprecación contra Héctor, perdiendo el sentido y haciendo a
los griegos temer por su vida.
[I] Los unos por sus Anchiles esto decía
cormanos, e con grand coita caía
por amigos, por hermanos, sobrel lecho amortecido,
los otros por sus parientes e los griegos que lo veíen
que veian todos quemados cuidaban que lo habien
e los polvos soterrados por siempre jamás perdido.
en tierras d'estrañias gentes, E creed que bien tres tanto
Anchiles, cosa certera, era ya mayor el lanto
por Patroclo el que era que se facía sobrel vivo
un amor con él contado, que sobrel muerto; e cuando
porque se amaron mucho, acordaba, iba dando
a estado es aducho grandes voces el cativo,
de morir, el mal fadado. tirando de sus cabellos
Ca, pues lo non veia vivo, cobriendo el lecho dellos.
fazia llanto muy esquivo, Mas griegos, por conhortarlo,
teniase por cofondudo, todos el lecho cercaron;
muy grave mientre loraba, e de Patroclo trabaron

NICOLÁS LATORRE VICO 20


MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
su cabeza quebrantaba pensaron de soterrarlo.
mill veces en el escudo; E cuando lo soterraban,
toda su fruente rompía todos de Anchiles cuidaban
lloraba fuerte e dezía: que s'mataría con gran coita;
"¡Ay Patroclo, ay amigo! e allí fue la su muerte,
amigo, ¿quien cuidaría allí fue el pesar fuerte,
que muerte nos partería [allí gran dolor le acoita],
de non vevir vos comigo allí maldecía su vida,
siempre mientre yo veviese; allí non sabía guarida,
e que luego non moriese allí non ha de sí cura,
yo, cuando a vos viese allí se quexa, allí llora;
muerto? e por end oid agora
vv. 1-27 como fue la sepultura. vv. 121-
150

El segundo poema, 150 versos en décimas tetra y octosílabas,


que corresponden a 34 versos del RT, (10421-10454), cuenta las
profecías de Casandra luego que los griegos han enterrado a sus muertos. En
Dares Casandra profetiza la destrucción de Troya ya desde que se aprestan a
construir la flota que pretende marchar a Grecia para vengar el rapto de Hesione
y tan pronto como ve a Helena48. Según Dares, Casandra queda libre tras la
guerra y marcha, en compañía de Héleno y Andrómaca, al Quersoneso, en contra
de la versión más común según la cual en el reparto del botín se le asigna a
Agamenón y morirá con éste al regreso a Micenas. El poema de la HTP logra
transmitir el patetismo de la situación. Casandra advierte y amonesta, sufre la
angustia de conocer la desgracia que se avecina y de no ser creída, tal es su
destino. Acaban encerrándola como a loca. Especialmente emotivo es el pasaje
en que dice que ya no hay en Troya huertos ni prados para enterrar a tantos
muertos.
¡Ay gentio ¿que facedes?
mal apreso, despertados!
¡Gent perdida, de gran brio, ¿non veedes
mal fadada, mas sin seso, cuantos mueren cada dia?
cofondida, gentio de mala andança! Ya el suelo
desesperada, ¡Ay cativos non los coge;
gente sin entendemiento, sin consejo, se quier duelo
gente dura, sodes vivos vos enoje
gente fuerte mas sobejo por dexar esta porfia;
sin ventura, es grave vuestra esperança! Vuestros muertos
dada a muerte, ¡Mal fadados, son atantos
gente de confondimiento!

48
Cassandra, postquam audivit patris consilium, dicere coepit quae Trojanis futura
essent, si Priamus perseveraret classem in Graeciam mittere. (Cap. 8). . Priamus
gavisus est, sperans Graecos causa recuperationis Helenae sororem Hesionam
reddituros, et ea quae inde a Trojanis abstulerant. Helenam moestam consolatus
est, et eam Alexandro conjugem dedit: quam ut aspexit Cassandra, vaticinari
coepit, memorans ea quae ante praedixerat (Cap. 11). Sobre Casandra véase
también RUIZ DE ELVIRA, ANTONIO, Mitología clásica, Madrid, Gredos, 1984, págs. 399-400.
GRIMAL, PIERRE, Diccionario de mitología griega y romana, Barcelona, Paidós, 1984,
págs. 89-90. APOLODORO, Biblioteca, III 12, 5. BOCCACCIO, GIOVANNI, Genealogía de los
dioses paganos, Madrid, Editora Nacional, pág. 383.
NICOLÁS LATORRE VICO 21
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
que ya huertos que m'quebranta, no t'partes por mill
e prados cuantos faz me loca de despecho! logares,
ha en Troya non los ¡Ay cativos si podieses,
caben, de gentios que este dapño
¡Ay mesquinos! pues partivos non lo vieses,
vos habedes destos brios pues tamaño
adevinos, e dexad aqueste fecho! es e de tantos pesares?
bien tenedes Gente mala, ¡Troya rica
entre vos muchos que saben mala gante, e nombrada,
el mal fado non vos sala ay que chica
que vos presto, ya de mente mal fadada!
Mal pecado, se quiera la vuestra vida; ¿Que sera la vuestra
es por esto grande pena honra?
que vos a mi non creedes. vos es presta Vos ardida,
Mal apresos, por Elena, despoblada
mal andantes, si aquesta cofondida
bien como esos guerra non fuere partida. e arada
vos, enantes Gente loca, seredes por grand
de mucho tiempo, morredes. gente dura, deshonra.
Vuestra joya e que poca ¿Ay troyanos
e vuestro bien, es la cura caballeros,
todo Troya que de vos mesmos muy loçanos
que vos tien habedes, e guerreros!
asi ardera a fuego. mas bien se yo ¡como seredes lorados!
Griegos ternan ¡malfadados! ¡Mas ninguno
muy grand bando, bien lo veyo que vos llore!
a vos vernan por pecados ca solo uno
sagudando, que todos por end morredes. que aqui more
Ylion entraran luego. ¡Ay astrosos, non fincara por pecados."
¡Ay que quexa, non oides! Esto dezia
que quebranto, pereçosos, la infante
que aquexa ¿non vos ides e mas queria
a mi tanto por non caer en aquesto? adelante
que non podria mas sin falla! ¡Ay que grand mal dezir, mas non la
¡Ay que coita, pasaredes! dexaron;
mal apresa, ¡Ay que mortal! fue tomada
que m'acoita ¿Non veedes por sandia,
que me pesa como vos esta tan presto? encerrada
de aquesta negra batalla! ¡Ay coraçon noche e dia;
¡Ay que pena quebrantado! como a loca la guardaron.
e que tanta ¿por cual razon
que me pena, mal fadado

Tercer poema: Agamenón aconseja la muerte de Héctor.


Cuartetas octosílabas, 24 versos que corresponden a 9 del RT,
11025-11033. Amplificación retórica y empleo abusivo y
monótono de la anáfora. En los términos propios de la caballería
medieval Agamenón se dirige al consejo de príncipes: «Amigos e
señores: nos habemos vn mal enemigo de parte de los troyanos
que nos mata e nos atierra e nos confonde a todos; e pues si no
queremos dar cabo al fecho de Trya, aquel ha mester que
tolgamos primero de entre ellos, ca nos han hoy muertos tales
tres reys, que sabedes que había cada vno muy grand prez de
caballeria, e eran hombres muy honrados e muy poderosos. E
pues guisemos en todas sus guisas como prendamos aquel
caballero o lo matemos o lo destorpemos todo, ca muy grand
enojo e muy grand dapño nos ha fecho; por él somos escarnidos

NICOLÁS LATORRE VICO 22


MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
e maltrechos, e de aquí adelante tenemos en él muy grand
dapño; si non nos guardamos, e muestranoslo amenudo; e si lo
non matamos, nos por él nos perderemos, ca él es todo el
esfuerzo e todo el bien de los troyanos, e ellos otro bien no
han»;
Este es su esfuerzo e su bien,
este es su castiello fuerte,
este es el que los mantien,
este los guarda de muerte;
este es su amparamiento,
este es toda su fiança,
este es su acostamiento,
este es toda su esperança,
este es toda su creencia,
su pendon e su señal;
este es la su mantenencia,
este es su seña cabdal;
este su señor e rey
es, en cuyo poder son,
este es su dios y e su ley,
est los g[ui]a e otro non;
est es su recobramiento,
su escudo e su manto;
este es el su ardimiento,
mas este es nuestro quebranto.
Por este somos vencidos,
ellos por el ensalzados,
este nos ha cofondidos,
este nos ha quebrantados.
Mayor talento literario hay en los 56 versos en cuartetas
alejandrinas (que sustituyen a 26 del RT, 12709-12734) del
cuarto poema, donde se hace la descripción de la sexta batalla,
lucha total que dura desde la mañana hasta la noche y en la que
mueren innumerables guerreros de ambos bandos. Menéndez
Pidal49 no duda en elogiar al autor al decir que «mezclando la
visión épica antigua con representaciones de la vida cortés y de
la Antigüedad clásica, nos da un cuadro más animado que el del
poeta francés; no hay en los versos españoles rastro de los
sesos, tripas y entrañas que Benoît esparce por el campo (“les
cerveles, les entrailles e les boëles”); en cambio, aparecen las
mujeres troyanas sobre los muros de la ciudad, tapando sus ojos
ante la saña de los combatientes».
IV Por end do tanta gente estaba ayuntada
e feria e cortaba tanta tajante espada,
do fue tanta loriga fermosa desmanchada
¿como podria ser que non fuese y tajada
mucha cabeça d'homne rico e poderoso?
Andaba cada uno muy bravo e muy sañoso,
de lança e de espada de ferir muy sabroso;
era y el cobarde ardit e agucioso.
49
op. cit. pág. 88. En nota niega que haya imitaciones concretas del Mio Cid como
creía ver Paz y Melia.
NICOLÁS LATORRE VICO 23
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
Grande era el torneo, grande era la batalla,
muy grandes los alcances, grande el ferir sin falla;
quien podia dar ferida nos tardaba en dalla,
quien la ha rescebida quexabas' por vengalla.
Grande era el bollicio, muy grande ela vuelta;
andaban los caballos todos en gran revuelta,
reninchando e saltando corrien a rienda suelta,
non podia ya tenerlos traba, rienda nin suelta.
Todos seien iguales los buenos e mejores,
bien ferian los vasallos, bien ferian los señores;
matar eran sus vicios e matar sus sabores,
los que menos mataban tenianse por peores.
Los escudos que eran fermosos e pintados
andaban sin blocales, rotos e foracados.
Sin brazos caian unos e otros descabezados;
de muertos e feridos llenos eran los prados.
Morian los señores, lidiando los vasallos;
salian, siellas vacias, aparte los caballos;
morian muchos dellos andando por tomallos;
los que rescebien golpes andaban por vengallos.
Mais Hector e Anchiles, cada que se fallaban,
abaxaban las lanzas, grandes golpes se daban,
rompianse las lorigas, los escudos quebraban,
caien de los caballos, mas luego los cobraban;
desi de las espadas muy fuerte se ferien,
cortaban los almofares e los yelmos rompien,
los rayos de la sangre por los pechos corrien
pero con tod aquesto matar non se podien;
sangrientas han las barbas, sangrientos los cabellos;
allegabanse muchos por sabor de veellos,
los unos e los otros morien por acorrellos;
volviense sus amigos, matabanse sobrellos.
Veinlo de la villa las dueñas e doncellas
que estaban por las torres muy altas e muy bellas;
otrosi las burgesas que estaban y con ellas
oien dar las feridas, mas non querian veellas.
Lloraban de los ojos gravemiente por ello,
cual rompia su cara, cual rompie su cabello,
la que habia amigo quexabase por ello,
anda los dios rogando por miedo de perdello;
grande es el sacrificio que por los templos arde.
Que vos yo mucho diga, que vos mucho detarde,
duraron en aquesto fasta que fue bien tarde,
el muy ardit feriendo e feriendo al cobarde.
Los escudos muy fuertes pasando las cochiellas,
quebrandose las astas, volando las estiellas,
saliendo los caballos aparte con las siellas,
tornadas son bermejas las yerbas amariellas.
Cuatro son las historias de amor engarzadas en el poema
de Benoît: Jasón y Medea, Aquiles y Políxena50, Paris y Helena,
Troilo y Briseida. Las tres primeras contaban con una larga
50
Para la versión tardía (Higino fab. 110; Filóstrato Heroico XX 16) que relaciona la
muerte de Aquiles con su amor por la Priámide Políxena y la celada que le tienden
los troyanos en el templo de Apolo Timbreo, véase Ruiz de Elvira, op. cit. págs. 427-
428, donde se ofrece también la variante según la cual Aquiles estaba enamorado
de Troilo, hijo, aquí, de Apolo. Vid. también Grimal, P., op. cit., pág. 43. Dictis la
incluye en IV 10 y s. Dares la cuenta en el cap. 34.
Un estudio sobre el carácter destructivo de la pasión amorosa en Benoît, con
especial referencia a Aquiles y Políxena, se encuentra en : "Human Responsibility
and the Fall of Troy", Diane P. Thompson, DIS., CUNY, 1981.
NICOLÁS LATORRE VICO 24
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
tradición literaria. Los amores de Troilo y Briseida parecen ser
creación del trovero francés, inspirándose en Dares, a menos
que alguna vez se demuestre que manejó una versión previa del
tema. Esta es la única historia de amor que recoge la Historia
troyana polimétrica. De sus once poemas, seis están dedicados
a la pasión de estos amantes. Troilo, mencionado una sola vez
por Homero, era uno de los hijos de Príamo. Virgilio lo menciona
en el libro I de la Eneida, muerto por Aquiles51. Frenzel52 resume
así esta historia: «[Benoît] conviertió a Briseida, que en la Ilíada
es prisionera y esclava de Aquiles, en hija del augur troyano
Calcas, que a la vista de la amenaza de destrucción de Troya se
pasa a los griegos, pero dejando a sus hijos en la ciudad. Se
convierte en la amante de Troilo, y los amantes están
inconsolables, cuando Briseida es canjeada por prisioneros
griegos por deseo de su padre. Pero la joven se deja conquistar
rápidamente por el cortejo del griego Diomedes, después de
haberle dado largas astutamente durante algún tiempo. Troilo
se entera de la infidelidad y se encuentra con su rival en el
campo de batalla, pero se niega a luchar por la infiel, cuya
dudosa posesión no envidia a Diomedes. Briseida se pone del
lado de su nuevo amante, a pesar de tener conciencia de su
vergüenza, y cuida sus heridas. Troilo es muerto por Aquiles
traidoramente en un combate.
Este fruto tardío del tronco de la leyenda troyana fue difundido
principalmente por la culta Historia destructionis Troiae de
Guido da Colonna (1287); la fábula y los caracteres se ciñen
estrechamente a Benoît, pero Briseida está caracterizada desde
un principio como infiel. Es canjeada por Antenor, que se halla
prisionero de los griegos, y para las negociaciones acude Héctor
al campamento griego, detalle que se conservó hasta
Shakespeare». Boccaccio cambiará en su Filostrato el nombre
de Briseida por el de Criseida, que ya se mantendrá en las
versiones posteriores. La idea de Benoît de dotar de mayor
protagonismo a Troilo probablemente le viniera directamente de
Dares. En efecto, en De excidio Troiae historia Troilo aparece en
51
Boccaccio, op. cit., VI, 28, dice: «Troilo fue hijo del rey Príamo y de Hécuba, como
es suficientemente conocido sin necesidad de testimonio. Siendo todavía un
adolescente, se atrevió a emprender combate contra Aquiles y fue muerto por éste,
según escribe Virgilio [I, 474-8]: “En otra parte Troilp huye tras haber perdido las
armas, el infortunado niño que se enfrentó en desigualdad a Aquiles, es llevado por
los caballos y está quieto y boca arriba en el carro vacío, aunque sosteniendo las
riendas; su cabeza y su cabellera se arrastran por la tierra y el polvo es surcado por
la lanza vuelta, etc.”
52
FRENZEL, Elisabeth, Diccionario de argumentos de la literatura universal, Madrid,
Gredos, 1976, págs. 468-469. Aquí se puede ver también de forma resumida la
evolución del motivo en Boccaccio, Chaucer y Shakespeare.
NICOLÁS LATORRE VICO 25
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
28 ocasiones, de ellas 16 en nominativo. Se trata, pues, de un
personaje de relevancia (al contrario que en Homero) que tras la
muerte de su hermano Héctor lo va a sustituir como paladín de
los troyanos:
Postera die Troilus et Alexander exercitum educunt.
Contra omnes Argivi prodeunt: acriter utrimque pugnatur.
Troilus Diomedem sauciat: in Agamemnonem
impressionem facit, necnon faciem ipsius sauciat, Argivos
caedit. (Cap. 31)

Fit pugna major: acriter saevitur. Troilus enim in prima


acie Argivos caedit, Myrmidonas persequitur:
impressionem facit in castra: multos occidit: plurimos
sauciat. (Cap. 32)
En la curiosa descripción que hace de los personajes en los
capítulos 12 y 13, Dares retrata así a Troilo y a Briseida:
Troilum magnum, pulcherrimum, pro aetate valentem,
fortem, cupidum virtutis.
Briseidam formosam, alta statura, candidam, capillo
flavo et molli, superciliis junctis, oculis venustis, corpore
aequali, blandam, affabilem, verecundam, animo simplici,
piam.

El poema V de la HTP es el lamento de Troilo por la partida


de Briseida. Escrito en cuartetas heptasílabas, consta de 124
versos, en lugar de 7 del RT, 13261-13267.
Mas quien quier que hobiese
placer o alegria,
bien podria quien quisiese
entender aquel dia
que del hora adelante
que esto fue sabido,
Troilo el infante
muerto fue e perdido;
ca el muy mas amaba
Breise[da] que si,
matabase, e lloraba,
desci decie asi:
"El mi bien, el mi seso,
la mi vida viciosa,
todo lo tiene preso
la mi señor fermosa;
mi placer, mi cuidado
en ella lo he puesto;
si yo soy esforzado
o ardit o apuesto
por ella lo soy todo.
Cuando en el mundo veo
todo m'semeja lodo
e nunca al deseo
de bien, si non veella;
mas non puedo haber
placer nin bien sin ella;

NICOLÁS LATORRE VICO 26


MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
vv. 1-27
A continuación Troilo se entrega a una serie de reproches a la
ciudad y a sus padres, por permitir la entrega de Briseida:
¿Quien seria que creyese
que Troya la viciosa
asi partir quisiese
a quien es una cosa?
¡Ay Priamo, mi padre,
tan mal que lo feciestes!
¡Ecuba, la mi madre,
por mi mal me pariestes!
Ca si yo fuese muerto
en aquesta batalla,
non feciera este tuerto
el mi padre sin falla.
¿Quien seria que por ruego
de falso enemigo
quisiese matar luego
su fijo o su amigo?
¿Qui ante non quisiese
sofrir grande afruenta
si non fues quien hobiese
muchos fijos sin cuenta
como ha el mi padre,
que non da por mi nada?
¡Mas bien se que mi madre
morra por mi, cuitada,
cuando a mi muerto viere!
E cerca es mi muerte,
pues que haber non podiere
Breiseda mi conhuerte.
vv. 45-72
Incluso se plantea Troilo huir con Briseida, pero la conciencia de
la traición que cometería lo detiene. Piensa entonces en darse
muerte, pero también le pesa ser tachado de vil. La solución
entonces será esperar a que acabe la tregua y lanzarse al
combate para morir en él. En el fondo su conducta viene
determinada por el código de honor del caballero medieval.
Pero, mesquino, toco
se me iria con ella;
mas en esto so loco
si por una doncella
que echan de la tierra,
maguer que la cobrase,
feziese tan gran yerra
que traidor me tornase;
e buen traidor faria
si por miedo de muerte,
dexas la gente mia
en tal guerra tan fuerte;
derian que dexara
cercados mis amigos
e con miedo m'pasara
a los mis enemigos.
Por end val mas agora
NICOLÁS LATORRE VICO 27
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
que yo mesmo me mate
por vuestro amor, señora,
e nada al non cate.
Mas temo que despecho
me hobiesedes sin falla,
si faciendo buen fecho
en aquesta batalla,
muerte prender podiese;
e que por mi m'matase,
temo quien lo oyese
por muy vil me contase".
Troilo en aquesto
yacuanto asosegaba;
muy alegre e muy presto
e muy sabroso estaba,
atanto que saliese
el plazo e se acabasen
las treguas, ques'metiese
en logar do l'matasen
los griegos, e feciese
el en ellos tal fecho
que, en cuanto veviese
Breiseda, fuese end retrecho.
vv. 85-124
Las mujeres en Benoît y en la HTP no son solamente el
objeto de las pasiones de sus amantes masculinos, sino que
hablan largamente con su propia voz, desde una perspectiva
que recuerda a las heroínas de Ovidio. Hay toda una serie de
imágenes y un vocabulario especial para la expresión de la
experiencia amorosa.
El poema VI corresponde al lamento de Briseida. Cuartetas
octosílabas. 84 versos por 19 del RT (13276-13294). Antes se
traducen en prosa 8 versos de Benoît (13268-13275): «El infante
Troilo estaba en esta coita e en este cuidado que habedes oído.
Mas cuando Breyseda, que amaba a Troilo más que a sí, sopo
las nuevas de la su ida e vio que se habería por fuerza de partir
de aquel a quien feciera muchas veces amor de su cuerpo,
sabiéndolo los más de la çibdat, por poco no se morió». Briseida
se deja arrastrar por la desesperación. Acude a su mente la
deshonra de tener que vivir en el campamento griego, de ser
arrastrada a un espacio enteramente masculino donde no
conoce a nadie.
E alli fue el cuidado,
alli fue la coita fuerte,
alli tovo ella guisado
de veer cerca su muerte.
Alli fue la grand flaqueza
de coraçon e la saña,
alli fue la grand tristeza,
nunca homne vio tan maña.
De coraçon sospiraba,
de las manos se ferie,
NICOLÁS LATORRE VICO 28
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
muy gravemente loraba
toda la color perdie,
e dezia: "¡ay, que ventura,
mi mesquina, mal andante
atan fuerte e tan dura!
¿Por que non mori yo ante
que aquesto allegase
nin que me en aquesto viese?
¿Quien fue nunca que cuidase
que yo el mi señor perdiese,
nin que asi fuese echada
del lugar do fui nacida?
¡Por dios, desaventurada,
por mi mal fue la mi vida!
Ca nunca yo en tal manera
cuide ir a la albergada;
ca una vil soldadera
seria asaz deshonrada
de ir asi vevir en hueste,
como ire yo, mesquina.
vv. 1-30
Aparece el habitual anacronismo:
Mais, ¡ay dios!, ¿por que me viene
este tan grand desplazer?
ca yo rey nin duc nin conde
nin otra caballería
non conosco allá, donde
pueda haber alegría.
vv. 35-40
También en boca de Briseida hay un reproche para Príamo. Y el
mismo deseo de que la muerte ponga fin a una vida que no
merece ser vivida sin la persona amada:
Pero en la muerte me atrevo,
si m'acorrier todavia.
Priamo desamar debo
que de su villa me envia;
e desamolo sin falla,
ca no m'debia el quexar
d'ir a huest nin a batalla
e mi amigo dexar.
Mais pues asi es, la muerte
se duela desta cativa
e la guarde que, en tan fuerte
coita, fasta cras non viva;
ca pues yo tal pesar veo,
tal daño e tal quebranto,
morir codicio, deseo,
non quiero otra cosa tanto."
Esto dezia e lloraba
e prendedero nin toca
en su tiesta non dexaba,
daba voces como loca;
e rompie los sus cabellos,
ante si los allegando,
fazia grand llanto sobrellos
a Troilo ementando.

NICOLÁS LATORRE VICO 29


MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
vv. 61-84
A propósito del tratamiento que el poeta castellano hace
del episodio de Troilo y Briseida, dice Menéndez Pidal53: «La hija
de Calcas sale nueva de las manos del poeta castellano, y sale
radiante de pasión, volubilidad y descoco, entregada a nuestra
simpatía, por más que el autor, siguiendo a Benoît, sermonea, a
propósito de la dama troyana, contra la revesada condición de
las mujeres. Las cuatro escenas, en que se desarrolla el dolor de
Troilo y de Briseida por su separación, habrán de ocupar un
indisputable puesto en nuestra historia literaria como primer
ensayo de poema sentimental, aunque languidezcan a trechos
reflejando demasiado realmente la monotonía y la reiteración en
los lamentos de los amantes. Aun el lector moderno menos
familiarizado con la lengua antigua puede percibir a través de la
ofuscadora pátina del arcaísmo, la intensa coloración en las
emociones de los infelices enamorados:
que amigo con amiga
nunca vistes tan cuitados».
Pasan los amantes la última noche abrazados en el lecho y
entregados al llanto, tratando de animarse entre sí. Nuevamente
culpan a Príamo de su desgracia. Briseida incluso llega a decir a
Troilo que no debe pesarle mucho su marcha cuando no ha
hecho todo lo posible para convencer a su padre. Estos
reproches desesperan al muchacho que le hace ver el carácter
inflexible de Príamo, que por nada ni nadie se volvería atrás
después de haber tomado una decisión. Maldice el momento en
cruzaron los griegos el mar, en que se concertaron las treguas,
en que el traidor Calcas dejó en Troya a Briseida. El poeta se
dirige al lector: ¿Qué queredes que vos diga?/ así estaban
quexados/ que amigo con amiga/nunca vistes tan cuitados.
Entre lloros y abrazos los jóvenes vigilan la llegada del día y
discurren el modo de burlar los planes de entrega de la joven.
Pero si ella se escondiera, Príamo no podría cumplir su promesa
y quedaría deshonrado. Si Troilo huyese con Briseida al
campamento griego, se convertiría en traidor. Nuevamente el
poeta dirige apóstrofes a los que han dado lugar a esta situación
y que van a ser responsables de muchas muertes, pues tras la
separación, Troilo se vengará dirigiendo su saña contra los
griegos y matando a más de mil. Con el día llega la separación.
La séptima poesía, escrita en cuartetas octosílabas, consta de
152 versos, que corresponden a 30 de Benoît (13297-13326). Va
precedida de la traducción en prosa de dos versos del RT:

53
op. cit. pág. 89.
NICOLÁS LATORRE VICO 30
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
«En este cuidado e en esta tristeza estudo Breyseda aquel día
desque sopo
las nuevas de su ida fasta la noche. E desque la noche fue Troilo
ver a Breyseda por conhortarla e por conhortarse él con ella».
VII Mas aquel hora ques que es tan firme e tan fuerte
siempre en la su postura,
maguer que nunca quedaban
de llorar, ambos pensando
vieron
quier ponga derecho o tuerto; en el plazo que venie,
el infante y la fermosa
que por saber por ventura catando el alba cuando
sol fablar non se podieron
que verie a Hector muerto vernie e los partirie.
nin decir ninguna cosa.
non desderia una vegada; Aquella noche a su grado
E echaronse abraçados
pues menos por mi, sin falla. por siempre les durarie;
en un lecho que y estaba;
Por mi mal, señor, fue dada mill razones han fablado
estando y acostados,
esta tregua en la batalla, por veer como podrien
cada uno asi lloraba
e por mal de mi pasaron por cual guisa o por cual arte
que sol decir non podrie
los griegos el mar aquende, por ellos seer desfecho
la grand coita e el cuidado
señor, pues que recabdaron por engenio o por arte
e el pesar que habia
de pasar a vos allende, aquel tan esquivo fecho.
de vevir desamparado.
e por mal el vuestro padre, Pensaban de la doncella
Del rey Priamo habien
que vos dexo aca doncella, esconderse si podrie,
ambos muy grandes
cuando morio vuestra madre o irse Troilo con ella;
despechos,
non morio e fincase ella, traicion decie que serie:
las lagrimas lles corrien
ca el a Troya non dexara si el a griegos fuyese,
muy espesas por los pechos.
nin fuera por traidor dado dar lo ian por alevoso;
Uno a otro conhortaba,
nin na mi non me matara e si ella se escondiese,
las lagrimas le tercia,
como m'mato mal pecado. saldria el rey por mintroso.
el conhortado lloraba
¡Mal pecado, diz, mesquino, ¡Dios, que fuerte que
e el conhortador emia
diz locura e diz tuerto! pecaron,
Breiseda, que habie consigo
ca pues me tanto mal vino dios que grande mal fezieron
muy gran coita porque se iba,
cierto es que yo soy muerto". cuantos les esto guisaron
dezia: "Troilo amigo,
Troilo, esto deciendo, e los en esto metieron!
¿asi perdio esta cativa
muy gravemiente loraba ¡Ay dios, nunca placer vean,
el servicio que ha fecho
las lagrimas le terciendo mas vivan desamparados
a señor tan grand sazon?
Breiseda, mas le pesaba non hayan lo que desean;
En vos yo rebtar derecho
del, ques quexaba tan cuanto dos enamorados
fago e muy gran razon,
fuerte, asi s'parten tan ambidos!
ca bien se que, si pesase
que della, que se veie Mucho fueron y villanos,
mucho a vos de la mi ida,
atan cerca de la muerte, por end fueron y destroidos
non cuido que me echase
que mas cerca non podie. todos griegos e troyanos,
Priamo atan escarnida
¿Que queredes que vos ca d'aquel hora adelante
nin yo non iria morar
diga?, por esta coita tan maña
a logar o en cuanto viva
asi estaban quexados fue Troilo el infante
non fare si non lorar
que amigo con amiga cogiendo tan brava saña
mi trista vida cativa".
nunca vistes tan cuitados; contra griegos e tan fuerte,
Troilo, cuando esto decia,
e non era maravilla, que el mesmo, por sus manos
el corazon le quebraba,
ca el plaço lo fazie vengandose, dio la muerte
toda la color perdia
en que se iria de la villa mas d'a mill griegos loçanos.
grandes palmadas se daba
Breiseda, e fincarie E pues que vos mucho diga,
en la fruente e en la cara,
Troilo desamparado en aquel vizio lorando
toda la sangre l'foie,
e non bien seguro della: estido con la su amiga
tal como muerto se para,
nin seria del ¡mal pecado! el infante muy cuitado
desi a pieza recodie
bien segura la doncella. besando la noche toda.
e decia: "la señor mia,
Aquella noche, maguera, Mas vieno claro el dia
en fuert punto fui nacido,
en que ellos asi estodieron, que partio aquella boda,
pues yo morir todavia
que les fue la postremera partio aquella alegria.
e non fuer de vos creido.
que ambos en uno tovieron
Mas, señor ¿como creredes
jamas en toda su vida,
que yo quisiese la muerte
besaban e abraçaban
del rey Priamo? Sabedes
muy fuerte por espedida,
Briseida es por fin conducida al campamento de los griegos para
ser entregada a Diomedes. Se ha vestido sus mejores galas para
salir de Troya y se despide de sus amigos y de Príamo. Tres hijos
de éste la van a acompañar, además de Troilo. La octava poesía
consta de 120 versos en cuartetas octosílabas (20 versos del RT,
13495-13514). El poeta se complace en la descripción del
NICOLÁS LATORRE VICO 31
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
cortejo. Los amantes siguen llorando y abrazándose, están a
punto de caer de las caballerías. El momento más poético es el
llanto de los hermanos de Troilo cuando ven que los amantes
retienen las riendas. Los jóvenes se quejan de la poca distancia
que media entre la ciudad y el campamento griego:
E alli do la levaba
ibanse entrambos catando
uno a otro non fablaba,
atan fuerte iban lorando.
Cuando al facer non podien,
atan fuerte se abrazaban
que por poco non caien
de las bestias en que andaban;
e sin falla si cayeran
mill veces, si los hermanos
del infant non los tovieran
trabandolos con las manos
e teniendoles muy fuerte.
Mas non habian y consejo,
todos se piden la muerte
con el grand duelo sobejo
que habien porque los vien
ir reteniendo las riendas;
a Priamo maldecien
e maldecien las tiendas
en que los griegos moraban.
E maldecian la carrera
en que ellos asi andaban
porque tan pequeña era.
Troilo mucho dezie:
"non dura cuatro pasadas",
mas Breiseda bien querie
que duras cient mill jornadas.
vv. 1-28
El poeta acentúa el patetismo de la situación cuando Troilo cae
sin sentido del caballo. Al recuperarse pregunta a sus hermanos
si habría alguna excusa para pasarse a los griegos. Aquellos le
recuerdan que sería un traidor. Troilo desearía entonces estar al
menos prisionero de los griegos, pues así podría seguir viendo a
su amada. Al escucharlo, Briseida se desespera.
e dezia: "por dios, hermanos
¿ha cosa que me escusase
si yo dexase troyanos
e a griegos me tornase?"
E cuanto ellos le dezien
que serie traidor en ello
el corazon le partien,
duelo habriades de veello.
Ca decia: "¡ay mal apreso!
¿e por que yo non seria
se quier d'algun griego preso?
ca, maguer preso, veria
alguna vez mi señora,
e algund bien me faria,

NICOLÁS LATORRE VICO 32


MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
lo que non faria agora!"
E cuando el esto decia,
muy cuitada la doncella,
toda salia de su seso,
apenas podien tenella
los tres infantes en peso,
con coita de derribarse
del palafren en que iba;
grado habie de matarse,
si podiese, la cativa.
vv. 57-80
El momento más logrado del poema es aquel en que Briseida
lamenta el valor y las gracias del infante, que se le han clavado
tan hondos en el corazón y que son la causa de su presente
desgracia.

"Por mi mal vos fizo dios,


¡ay Troilo!, tan apuesto;
[por mi mal fue cuanto en vos
de nobles mañas ha puesto;]
por mi mal tan enseñado
e tan ardit vos ha fecho,
tan de plez, tan razonado,
por mi mal todo ha fecho;
por mi mal tan corajoso,
tan lidiador en batalla,
por mi mal atan fermoso,
por mi mal todo sin falla.
Por mi mal es cuanto bien
don Troilo vos habedes,
en si espentado lo tien
este corazon que veedes;
por end morra mal andante!"
Pues sabe que asi venieron
Breiseda e el infante,
fasta que se despartieron.
vv. 101-120

El noveno poema viene precedido por una traducción en prosa


de 849 versos franceses que acaba con el enfrentamiento entre
Troilo y Diomedes. Este consigue herir al troyano y derribarlo del
caballo, que enviará, por medio de un doncel, a Briseida, como
presente y homenaje. De nuevo se hacen presentes las
convenciones caballerescas y corteses de la época. Ahora es
Diomedes el que anda perdidamente enamorado de Briseida, el
que le muestra vasallaje. El poema, en cuartetas octosílabas,
tiene 104 versos, por 54 del Roman.
El doncel desque fue entrado
e vio estar a la doncella,
como era demostrado
los hinojos finco antella.
E dixol: "la señor mia,

NICOLÁS LATORRE VICO 33


MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
saluda vos Diomedes,
e por amor vos envia
este caballo que veedes.
E Diomedes, señora,
sin falla es vuestro vasallo,
e creed que aun agora
lo gaano el caballo
de un caballero que andaba
entre la caballeria,
de vos, señora, loando
ante todos tod el dia;
Troilo era, señora,
el que vos bien conoscedes;
por end lo derribo agora
el mi señor Diomedes.
E por vuestro amor bien se yo,
Briseida, e non vos miento,
fizo el un tal torneyo
que morieron mas de ciento.
E mandom' que vos dexiese,
señora, de tod en todo
que el cuerpo e quanto hobiese
siempre vuestro serie todo.
E dixom' que vos rogase,
señora, si vos pesaba,
que non se vos enojase
del que mucho vos amaba."
vv. 17-48
Briseida acepta con pesar el regalo, pero deja bien claro al
escudero que si realmente Diomedes quiere complacerla, debe
ayudar a sus amigos troyanos:
«Mas si tan grand bien me quiere
como muestra tu señor,
mal fara si mas fiziere
pesares e desamor
a los que sabe que son
de parte de los de Troya,
ca alli es mi coraçon,
mi plazer e la mi joya;
e si se el mostrar quisiere
por verdadero mi amigo,
ayude cuanto pudiere
por mi amor a su enemigo;
el su cuerpo e las manos
vasallos e cuanto hobiere
meta en ayudar troyanos
e su ayuda les cumpliere».
vv. 69-84
Sin embargo, la última respuesta de la muchacha es ambigua y
parece anticipar la mudanza de sus sentimientos por Troilo.
«E si me el ama yacuanto,
no he por que l'desamar;
mas non es el mi amor tanto
porque el se deba alegrar».

NICOLÁS LATORRE VICO 34


MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
El poema décimo cuenta en 158 versos en cuartetas
octosílabas cómo Diomedes gana el amor de Briseida. Comienza
con la descripción del padecimiento amoroso del héroe, con
todos los síntomas consagrados por la tradición literaria. Vienen
aquí a cuento las palabras de Huizinga sobre la estilización del
amor que los trovadores provenzales van imponiendo a partir
del siglo XII: «Uno de los cambios de rumbo más importantes
llevados a cabo por el espíritu medieval, es el que se verificó
cuando este espíritu desarrolló, por primera vez, un ideal de
amor con un tono fundamentalmente negativo. También la
antigüedad había cantado, ciertamente, los anhelos y los
dolores del amor; pero en el languidecer de amor, ¿no se veía
entonces propia y exclusivamente una demora e incentivo de la
segura satisfacción? Y en las historias de amor de la Antigüedad,
trágicamente terminadas, no da el tono las más de las veces la
inasequibilidad del objeto amado, sino la cruel separación de los
amantes ya unidos por la muerte, como en las historias de
Céfalo y Procris y de Píramo y Tisbe. El sentimiento de dolor no
radica en la insatisfacción erótica, sino en el trágico destino.
Sólo el amor cortés de los trovadores ha convertido en lo
principal la insatisfacción misma»54.
Mas como quier que hobiesen
algunos grand alegria
e jugasen e riesen,
Diomedes noche e dia
siempre cuitado andaba;
nin jugaba nin reie
e folgura non fallaba
ca grand amor lo seguie:
nunca l'dexaba dormir,
nunca l'dexaba folgar,
amor le fazia morir
non l'dexaba sosegar.
Amenudo sospiraba,
amenudo era irado,
amenudo le pesaba,
amenudo era pagado,
amenudo se ensañaba,
amenudo se reia,
amenudo se alegraba,
amenudo entristecia.
Tan grande era el amor
que amenudo mudaba
Diomedes la color
e amariello se paraba;
desi una calentura
le tomaba al coraçon
tan grand e tan sin mesura
que l'era muerte e al non;

54
HUIZINGA, Johan, El otoño de la Edad Media, Altaya, Barcelona, 1997, pág. 153.
NICOLÁS LATORRE VICO 35
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
e dolienle las quexadas,
ca muchas veces aviene
que estas tales cabalgadas
amor, contra los que tiene
en su poder encerrados,
faz: e aquestas penas tales
sufren los enamorados.
vv. 1-35.

Como el amante cortés, Diomedes no tiene esperanza de


conseguir el amor de las amada y considera la muerte la única
cura:
E pues en este cuidado
de amor tan grande que vedes
esta preso e encerrado
el cuitado Diomedes,
por Brezaida la fermosa,
que mas que asi amaba;
mas bien sabed una cosa
que nunca jamas cuidaba
alcançar el su amor,
e por ende noche e dia
vive en tal pena e dolor
que nunca habie alegria.
E cuando habie bien pensado,
non fallaba otra guarida,
si su amor le fues negado,
sinon el perder la vida.
vv. 41-56.
El poema va a experimentar ahora un brusco giro, una larga y
dura diatriba contra las mujeres, también de larga tradición
literaria. Cuanto más amada se siente, vuélvese la mujer más
brava y desdeñosa; y al contraria, se pierde por quien sólo le
muestra desdén.
E iba con grand amor
a fablar e a estar con ella,
ca todo el su sabor
e su bien era veella;
e sospiraba amenudo;
mas, sesuda la doncella,
entendia bien que perdudo
andaba con amor d'ella,
e por end l'era mas fiera
e mas brava e desdeñosa;
ca, amigos, tal manera
ha toda mujer fermosa:
que desque sopier, [creades],
que muy grand bien la queredes
e que al non cobdiciades
e por ella ensandescedes,
alli vos desdeñara,
alli vos sera mas fuerte,
alli vos despreciara
menazar vos ha de muerte;
alli con el su engaño,
NICOLÁS LATORRE VICO 36
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
alli con las sus maldades
vos buscara un tal daño
porque el cuerpo perdades
e por muy caro compredes
cualquier bien que entendiere
que d'ella haber debedes
si vos lo fazer quisiere;
siempre lo avieso faze
e tal costumbre ha presa
que con el mal siempre l'plaze
e con el bien siempre l'pesa;
siempre tien amor a quien
la desama e la desdeña;
a aquel que la quier grand bien
siempre desamor le enseña.
Mas soy muy maravillado
del homne que siempre ama
e siempre anda cuitado
por muger que lo desama;
asi vencer d'ella [dexa]
su coraçon el cuitado,
el se mata, el se quexa
por quien non le ha ende grado;
vv. 57-100.
Y por fin se produce la traición, que el poeta ha venido
preparando con su alegato misógino. Briseida se deja conquistar
por el cortejo de Diomedes. El héroe griego pasa de fenhedor,
“tímido” y pregador, “suplicante”, a entendedor, “enamorado
tolerado” y drutz, “amante”55, y no cabe en sí de gozo. La
venganza del destino caerá sobre la voluble Briseida (ya
convertida en Criseida) en un poema de Robert Henryson, The
Testament of Cresseid, donde la muchacha es repudiada por
Diomedes y enferma de lepra por decisión de los dioses. Troilo
acierta a pasar junto a ella, la reconoce a pesar de las úlceras y
le da una limosna; ella muere tras enviarle un anillo que había
recibido de él. Pero volviendo a nuestro poema, señalemos que
Briseida entrega una prenda a Diomedes como prueba de
asentimiento, para que éste la luzca como pendón56.
La doncella cuando vio
como por ella murie,
fue alegre e de grand brio;
e en un brial que vestie,
que era de ciclaton,

55
véase LÓPEZ ESTRADA, Francisco, Introducción a la literatura medieval española,
Gredos, Madrid, 1987, pág. 257.
56
Huizinga, op. cit., pág. 114, dice a propósito de este tipo de prendas entregadas a
los caballeros en los torneos: «En el hecho de llevar el velo o la ropa de la mujer
amada, que conserva el olor de su cabello o de su cuerpo, revélase el momento
erótico del torneo caballeresco con toda la transparencia posible. En la excitación
del combate, regalan las damas un adorno tras otro, de suerte que al terminar el
expectáculo se encuentran en sus asientos sin nada a la cabeza e incluso sin
mangas».
NICOLÁS LATORRE VICO 37
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
tajo una manga muy bella
e diogela por pendon
que truxies por amor della.
Alli fue el alegria
tan esquiva e tan fiera
que por pocas aquel dia
Diomedes y muriera;
e asi se falso el amor
de Troilos el infante;
Diomedes por señor
finco e por bien andante;
vv. 139-154.

La undécima poesía, última de las conservadas en la Historia


troyana polimétrica, narra los intentos desesperados de Hécuba
y de Andrómaca para convencer a Héctor de que no salga a
combatir. Andrómaca ha tenido un sueño en el que veía
claramente la muerte de su esposo. 180 versos pareados
octosílabos (96 del RT: 15436-15532). La Ilias Latina recoge la
esencia de la despedida homérica de Héctor y Andrómaca con
Astianacte. Dictis presenta por primera vez a Andrómaca como
acompañante de Príamo en la embajada para rescatar el
cadáver de Héctor y luego en las escenas finales del reparto de
las prisioneras, cuando la esposa de Héctor toca en suerte a
Neoptólemo, y en el intento de Hermione de acabar con el hijo
de Andrómaca, Laomedonte. Es en Dares (cap. 24) donde se
narra el sueño de Andrómaca y cómo intenta esconder las
armas de Héctor para que no acuda a la lucha. De nada le vale
poner ante los pies de Héctor al pequeño Astianacte. Príamo
consigue retenerlo en un primer momento, pero las terribles
pérdidas sufridas por los troyanos obligan a Héctor a pelear y
sucumbe ante Aquiles:
24. At ubi tempus pugnae supervenit; Andromacha uxor Hectoris in
somnis vidit, ne Hector in pugnam procederet: et cum ad eum visum
referret, Hector muliebria verba abicit. Andromacha moesta ad Priamum
misit, ut illi prohibeat ne ea die pugnaret. Priamus Helenum,
Alexandrum, Troilum, Aeneam, et Memnonem jubet accersi, ut illi in
pugnam prodirent: in pugnam misit. Hector ut ista cognovit, multum
increpans Andromacham, arma ut proferret poposcit, nec retineri ullo
modo potuit. Moesta Andromacha summissis capillis Astyanactem filium
protendens ante pedes Hectoris eum revocare non potuit. Tunc planctu
femineo oppidum concitat, ad Priamum in regiam currit, refert quid in
somnis viderit, et Hectorem velle in pugnam prodire, nec posse projecto
ad genua filio suo revocari. Priamus omnes in pugnam prodire jussit, et
Hectorem retinuit

El poema comienza con las súplicas que Hécuba, enterada


del sueño de Andrómaca, dirige en vano a su hijo:
"¡Ay mi fijo, ay mi señor,
ay mi bien, ay mi amor,

NICOLÁS LATORRE VICO 38


MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
ay mi lumbre, ay mi amigo!,
bien vos juro, bien vos digo
que pues que vos non creedes,
mi fijo, ya vos fazedes
mi enemigo mortal,
mi traidor, otro tal
de aquesta vuestra mogier
que vos tamaño bien quier,
e traidor del vuestro padre,
pues que a el ni a vuestra madre
desto creer non queredes.
VV. 1-13.
E si, fijo, a mi desamas,
duelte de tus fijos que amas
e debes amar sin falla,
por end dexa esta batalla.
Prend consejo de tu madre,
e habe duelo de tu padre,
que es viejo e en cuidado,
e morrie por ti cuitado;
e duelte de tus hermanos
e de todos los troyanos
que morran, si tu murieres.
VV. 23-33.
Nada pueden las palabras de Hécuba, ni de Helena y Políxena.
Héctor se irrita cada vez más y Andrómaca se desespera,
entregándose a todo tipo de demostraciones de dolor y llenando
la ciudad con sus lamentos. Cuando llega con Astianacte, ya
Héctor se está poniendo las grebas. Ya que no se compadece de
ella, le pide que lo haga del pequeñuelo, que va a quedar
huérfano o a morir. Héctor permanece inconmovible y
Andrómeda cae al suelo desvanecida.
Mas por cuanto ellas fizieron
detener non lo podieron,
ante l'fue creciendo saña
tan esquiva e tan maña
que non sabie que feciese
nin de cual guisa saliese;
mas su mogier desamaba
e muy fuert la menazaba.
Andromaca, cuando vio
la grand saña e grand brio
que Hector tomado habia
e la lid non dexaria,
de ambas sus manos ferie,
muy mal su rostro rompie,
de sus cabellos tiraba
e muy grand cuita se daba
e muy grand duelo fazia
con grand rabia que habia
e andaba como loca
descabeñada, sin toca;
e fue con grande dolor
por su fijo el menor:
en los braços lo tomaba
NICOLÁS LATORRE VICO 39
MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
e al palacio se tornaba,
grandes apellidos dando,
plañendo fuert e llorando.
Mas cuando ella llegaba,
Hector a grand priesa estaba
las brafoneras calzando.
Ella muy cuitada, cuando
vio que Hector asi yerra,
echose ante el en tierra;
decie llorando: "Hector,
mi amigo e mi señor,
¡habed duelo d'este infante
que vedes aqui delante
que dexas tan pequeñuelo,
pues de ti non habes duelo!
Por escarnio non lo tengas
[lo que te digo, e non vengas
a muerte, a tu fijo] vivo
[venga a seer en cativo]
de griegos; e nos faremos.
Por tu culpa nos perdremos.
Pues ¿por que eres tan fuerte
en ir rescebir la muerte?
Ca si a mi non creyeres
e a la hueste salieres,
cree que muerte tomaras
e tu fijo dexaras
huerfano o muerto o preso.
vv. 53-95.

Héctor, con el caballo (otro elemento medieval) ya preparado,


quiere salir a la batalla. Su esposa va corriendo al encuentro de
Príamo motejándolo de loco por no impedir la salida de Héctor:
E asi fue su carrera
para do Priamo era;
tal como muerta se para,
catandolo de la cara;
desque estudo asi un poco,
dixo'l: "Rey, tu eres loco
e sin seso ¿ay mal fadado!
que non has de ti cuidado.
Sepas bien, sin toda falla,
que si va a la batalla
Hector, que lo has perdido,
yo lo he muy bien sabido
ca el hoy muerto sera
nunca jamas lo vera
amigo que haya vivo.
¿Que sera de ti, cativo?,
yo lo se por amostranza
que asi sera, sin dubdanza:
ca los dios me lo mostraron
e ellos lo desafiaron;
e su desafiamiento
por mi mesma, non te miento,
a decir gelo embiaron.

NICOLÁS LATORRE VICO 40


MITO Y TRADICIÓN CLÁSICA EN LA HISTORIA TROYANA POLIMÉTRICA
E mill veces le rogaron
su madre e Policena
e su cuñada Elena
que fincase esta vegada,
mas non faz por ellas nada;
e yo, con coita e con duelo,
su fijo el pequeñuelo
le traxe alli do el estaba:
el muy poco que el daba,
mas cabalga e quier se ir,
e yo vin telo a decir.
Helo, o s'va para el torneo;
y morra, yo bien lo creo.
¡Cabalga, cosa mesquina,
ve tornallo ende aina!"
Dixo esto la cuitada,
a sus pies se es echada.
vv. 141-180.

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