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El insólito caso de un viajero

en el tiempo que fue


capturado por el FBI
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La posibilidad de viajar en el tiempo siempre es un tema recurrente en las


producciones de ciencia ficción, por lo que se ha convertido en el sueño de
millones de personas en todo el mundo y la obsesión de muchos físicos
experimentales. ¿A quien no le gustaría ir al pasado con todo el conocimiento
del presente y tomar mejores decisiones o ganar la lotería y las apuestas
deportivas todos los días? Realmente resulta algo muy tentador, lo mismo
pensó Andrew Carlssin el viajero del tiempo que capturado por el FBI, por
hacerse millonario en pocos días invirtiendo en la bolsa de valores de New York.
La sucesión de los hechos

Aunque parezca insólito y de hecho ya


ha sido oficialmente negado por las autoridades, la verdad es que en el año 2003
ocurrió un caso policial muy extraño en el cual un viajero en el tiempo fue
capturado por el FBI para ser interrogado por obtener ganancias por el orden de
los 300 millones de dólares en solo dos semanas, realizando pequeñas
inversiones de alto riesgo en la bolsa de Wall Street.

El fulgurante éxito de Andrew Carlssin llamó la atención de los inspectores de la


casa de valores, quienes dieron parte a las autoridades y de inmediato fue detenido.
En el momento de rendir declaraciones Carlssin indicó que tenía 42 años de edad
y venía del año 2256, se identificó como economista de profesión por lo que tenía
un registro histórico de todas las acciones de la bolsa desde el año 2000 en
adelante.

En sus declaraciones judiciales Carlssin indicó que un amigo de la infancia que


era físico experimental, había logrado importantes avances en el
perfeccionamiento de los viajes en el tiempo siguiendo los paradigmas de Nikola
Tesla, por lo que él, movido por la codicia se ofreció de voluntario para
“colaborar” con el proyecto de su amigo, cuando en realidad se trataba de un plan
personal para venir al pasado a ganar dinero fácil.

Sin embargo, Carlssin subestimó los sistemas de seguridad financiera del siglo
XXI, que para él, era una época primitiva por decir un término cortés, por lo que
dio rienda suelta a su codicia y comenzó a usar la información privilegiada que
traía del futuro para invertir y ganar cantidades exageradas de dinero sin
cautela alguna, razón por la cual fue detectado por los servicios de seguridad
internos de Wall Street y posteriormente detenido por el FBI.

Negociación entre el viajero en el tiempo y el


gobierno
Inicialmente Carlssin fue considerado un cínico o un loco que pretendía
burlarse de la autoridad con aquella insólita declaración, no obstante el viajero
en el tiempo comenzó a revelar hechos del futuro inmediato que ocurrirían allí
mismo en el 2003, como la invasión a Irak, la victoria de los Marlins en la Serie
Mundial y siguió aportando datos de la bolsa de valores que fueron aprovechados
por los funcionarios para ganar algo de dinero.

En vista de las contundentes evidencias ofrecidas por el testimonio de Carlssin y


al no saber cómo proceder ante esta situación sin precedente alguno conocido por
el buró policial, los oficiales reportaron el caso a sus superiores y casi de
inmediato empezó una disputa entre el FBI y el Servicio Secreto por quedarse con
el fascinante prisionero.
Finalmente delegaron el caso en una comisión mixta de ambas agencias de élite
que continuaron corroborando la exactitud de las predicciones de Carlssin y no les
quedó otra opción razonable más que creer en su declaración, definitivamente
este hombre decía la verdad por lo que había que aprovechar la oportunidad de
incautarle su máquina del tiempo a cambio de su libertad.

Le hicieron esta propuesta al viajero en el tiempo pero él se negó rotundamente,


estaba dispuesto a revelar información muy importante para el gobierno de los
EEUU, pero no se arriesgaría jamás a que la máquina del tiempo de su amigo
cayera en manos equivocadas.

Como contrapropuesta les ofreció revelarle la ubicación exacta del escondite de


Saddam Hussein, información que fue utilizada para la rápida captura del dictador
iraquí posterior a la guerra, y también les entregó la ubicación de Osama Bin
Laden y la cura del SIDA, esta última no ha sido implementada por intereses
perversos de los gerentes de la industria farmacéutica en complicidad con la élite
política mundial.

Luego de revelar al gobierno estas y otras informaciones sensibles, el viajero en el


tiempo fue liberado sin poderse quedar con la fortuna ganada en Wall Street,
bajo régimen de presentación, aunque él nunca se volvió a presentar y tampoco lo
buscaron, simplemente desapareció y este caso oficialmente jamás ocurrió.

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