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CRISIS DE LA MODERNIDAD
MODERNIDAD
"Ser moderno es encontrarnos en un ambiente que nos promete
aventura, poder, alegría, crecimiento, transformación de nosotros
mismos y del mundo y, al mismo tiempo, amenaza con destruir todo
lo que tenemos, todo lo que sabemos, todo lo que somos [...] Ser
moderno consiste en ser parte de un universo en el que, como dijo
Marx: Todo lo que es sólido se desvanece en el aire".
Marshall Berman.
Recordemos que lo central para el pensamiento moderno pasaba por la búsqueda del
progreso a través de la razón, por la lucha por un futuro mejor y la posibilidad de
cambiar al mundo. Metas a lograr por medio de la ciencia y la tecnología y con
grandes relatos instaurados como verdades absolutas.
Se suele metaforizar la crisis de la modernidad utilizando como metáfora el estallido
de un gran espejo. Gran espejo que cae y se fragmenta en miles de pedazos.
Pequeños brillos homologables a la amplia gama de terapias alternativas que
conviven con el psicoanálisis, de sectas que acompañan a la religión, de
manifestaciones musicales que se amparan bajo el estigma del rock. Espejo
quebrado, fin de las certezas, de los absolutos. Puesta en duda de aquellos
grandes relatos que invitan a la deconstrucción de la realidad moderna.
Aquel futuro mejor, no llegó. Aquellas luchas no cambiaron el mundo. El progreso a
través de la ciencia mostró una serie de riesgos para el planeta. La posibilidad de querer
cambiar el mundo dejó de ser el motor de los jóvenes y el desencanto se echó a rodar.
“Una primera dimensión del desencanto posmoderno es la pérdida de la fe en que exista
una teoría que posea la clave para entender el proceso social en su totalidad”,
dice Nortber Lechner. Desconfianza que nace porque detrás de toda concepción
de verdad se oculta una relación de poder. El desencanto tiene al menos dos
aspectos: la pérdida de la ilusión y la resignificación de la realidad.
Nuestros tiempos
"...la cultura posmoderna es descentrada y heteróclita,
materialista y psi, porno y discreta, renovadora y retro,
consumista y ecologista, sofisticada y espontánea,
espectacular y creativa; el futuro no tendrá que escoger una
de esas tendencias sino que, por el contrario desarrollará las
lógicas duales, la correspondencia flexible de las
antinomias...”.
Gilles Lipovetsky.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA: