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La cosa juzgada y sentencia ejecutoria

Las siete partidas nos dejaron la siguiente definición: “la decisión


legitima del juez sobre la causa controvertida en su tribunal. Escriche
comenta la definición y dice que se llama así porque la palabra
sentencia procede del vocablo latino sentiendo, ya que el juez declara
lo que siente, según lo que resulta del proceso. La definición de las
partidas solo comprende a la sentencia definitiva y no a las
interlocutorias. Sentencia dice Manresa y Navarro, es el acto solemne
que pone fin a la contienda judicial, decidiendo sobre las pretensiones
que han sido objeto del pleito. Otra definición dada por Ugo Rocco es
que la sentencia es el acto, por el cual el estado, a través del órgano
jurisdiccional destinado a tal fin, al aplicar la norma al caso concreto,
declara que tutela jurídica concede el derecho objetivo a un interés
determinado.
Chiovenda la define como “la resolución del juez que, acogiendo o
rechazando la demanda, afirma la existencia o la inexistencia de una
voluntad concreta de la ley, que garantice un bien o lo que es igual,
respectivamente, la inexistencia o existencia de una voluntad de la ley
que le garantice un bien al demandado.. Por parte del auto sentencia es
el acto jurisdiccional por medio del cual el juez resuelve las cuestiones
principales material del juicio o las incidentales que hayan surgido
durante el proceso.
Se entiende por sentencia ejecutoriada la que no puede ser impugnada
por ningún recurso ordinario, pero si puede serlo por alguno
extraordinario. Por ejecutoria, se entiende la copia certificada de la
sentencia misma. La sentencia ejecutoria tiene la autoridad de la cosa
juzgada necesariamente la de la cosa juzgada material. Carece de esta
última, porque, según su propia definición, puede ser revocada o
modificada mediante un recurso extraordinario.
Las sentencias ejecutorias lo son bien por ministerio de la ley o por
resolución judicial. Para obtener que una sentencia se declare ejecutoria
por resolución judicial, el código ha establecido lo que en la práctica se
llama incidente de sentencia ejecutoria, la declaración se hará
sustanciando el articulo con un escrito de cada parte. Los términos
serán tres días para contestar y otros tres para dictar la resolución. Si
hubiere deserción o desistimiento del recurso, la declaración la hará el
tribunal o el juez, en su caso. La resolución que declara ejecutoria una
sentencia no admite ningún recurso ordinario pero si el de amparo.
La cosa juzgada puede entenderse en dos sentidos. El primero tiene su
origen como se verá más adelante, en el derecho romano y con la frase
“cosa juzgada” se mención el juicio no concluido por sentencia
irrevocable, que no está sujeta a ninguna impugnación. En la segunda
acepción, es la autoridad que la ley otorga a la sentencia ejecutoria o
sea la que no puede ser modificada o revocada por ningún medio
jurídico, sea un recurso ordinario o uno extraordinario, incluso por un
juicio autónomo.
El código definió la cosa juzgada en los siguientes términos: la cosa
juzgada es la verdad legal y contra ella no se admite prueba ni recurso
alguno en contrario. Claramente se percibe en esta definición, la manera
como contemplaban la naturaleza jurídica de la sentencia los autores
del código. Según ellos, las sentencias tienen por objeto establecer la
verdad sobre los hechos controvertidos y olvidaron que en todo fallo hay
un mandato o sea un acto de voluntad que dimana de la ley o debe
dimanar de ella. Es la actividad jurisdiccional solo encontraban autos de
la inteligencia del juez, encaminados a establecer la verdad sobre los
puntos cuestionados, pero dejaban en la sombra lo más sustancial de
las decisiones de los tribunales, o sea los imperativos que contienen.
Como es natural, tratándose de una institución tan importante como la
de la cosa juzgada, se han formulado muchas definiciones de ella.
Carnelutti dice: la expresión cosa juzgada, de la que, por la fuerza de la
costumbre no cabe prescindir tiene as de un significado, la res judicata,
es en realidad el litigio juzgado ósea el litigio después de la sentencia,
pero más exactamente, la sentencia dada sobre el litigio, es decir su
decisión. En otras palabras, el acto y a la vez el efecto de decidir, que
realiza el juez en torno al litigio. Si se descompone este concepto (acto
y efecto), el segundo de los dos que dé el resultan, o sea el efecto de
decidir, recibe también y especialmente el nombre de cosa juzgada,
que, por consiguiente, sirve para designar tanto la decisión en conjunto,
como en particular su eficacia.
Ugo Rocco define la cosa juzgada como la cuestión que ha constituido
el objeto de un juicio lógico de parte de los tribunales o sea una cuestión
sobre la cual ha intervenido un juicio que la resuelve mediante la
aplicación de la norma general al caso concreto y justamente porque ha
constituido el objeto de un juicio lógico.
Arellano García la define el interés jurídico material cuando es objeto de
una sentencia incontrovertible y obligatoria recibe la denominación de
cosa juzgada. La cosa juzgada impide por lo mismo, que un nuevo
proceso pueda desarrollarse teniendo como objeto ese mismo interés,
por tener este la característica de cosa juzgada. Cuando con violación
de este principio el actor promueve por segunda vez un proceso que se
refiere a un interés que ha sido objeto de una sentencia incontrovertible,
tiene el demandado el derecho de oponerse al desarrollo del segundo
proceso. Esta defensa constituye la excepción de cosa juzgada.
Garcia dice que es necesario que la relación procesal pueda constituirse
y desarrollarse válidamente, que con relación al interés jurídico material
llevado al proceso como insatisfecho, no exista cosa juzgada. La cosa
juzgada opera como un un presupuesto presencial.
La cosa juzgada como institución jurídica de la cual dimanan diversos
efectos de carácter trascendental. Es un título legal irrevocable, y en
principio inmutable, que determina los derechos del actor y del
demandado, que tienen su base en lo fallado r el juez. Como título
fundatorio de estos derechos, piede acerse valer no solo ante las
autoridades judiciales y ate el tribunal que pronuncio la sentencia
ejecutoria, sino también ante las autoridades administrativas e incluso
legislativas para demostrar la existencia del hecho o del derecho
declarados por la sentencia.. de la cosa juzgada dimana la acción que
lleva el mismo nombre para hacer efectivo lo resuelto y ordenado en la
sentencia ejecutoria. La acción tiene carácter autónomo y puede
ejercitarse en el juicio que produjo la sentencia ejecutoria por la vía de
apremio, o en un juicio diverso que, en la generalidad de las veces es
ejecutivo. También deriva de la cosa juzgada la excepción del mismo
nombre, que favorece a cualquiera de las partes que podrá oponerla si
en juicio ulterior se le demanda una prestación que este en pugna con
lo resuelto por la sentencia ejecutoria. La cosa juzgada es un
antecedente que puede formar jurisprudencia cuando el número de
sentencias que resuelven de igual manera un punto litigiosos, es el que
exige la ley para crear una doctrina jurispuridencial.
Los jurisconsultos modernos sostienen que hay dos clases que llaman
respectivamente, cosa juzgada formal y cosa juzgada material. La
primera consiste en la fuerza y en la autoridad que tiene la sentencia
ejecutoria en el juicio en que se pronunció, pero no en juicio diverso. La
cosa juzgada material es la contraria a la anterior y su eficacia
trasciende a toda clase de juicios. Además, la primera puede ser
destruida mediante los recursos extraordinarios que otorga la ley contra
las sentencias ejecutorias, y según algunos autores opinan, también
puede serlo mediante un juicio autónomo que nulifique la sentencia
base de la cosa juzgada los recursos extraordinarios que existen son
el de apelación extraordinaria y el llamado juicio de amparo, que si bien,
no es propiamente un recurso, prácticamente las veces del mismo.
Limites objetivos y subjetivos de la cosa juzgada
Los limites objetivos de la autoridad de la cosa juzgada, de la
inmutabilidad del fallo, están dados por los límites del fallo mismo: “es
solo el mandato concreto pronunciado por el juez el que deviene
inmutable y no la actividad lógica cumplida por el juez para preparar y
justificar el pronunciamiento. En consecuencia, la autoridad de la cosa
juzgada se extiende exclusivamente al objeto del proceso decidido en
la sentencia. El objeto del proceso se identifica, en términos generales,
por las partes, las pretensiones y la causa de pedir. En relación con los
limites objetivos de la cosa juzgada, el código establece: “para que la
presunción de cosa juzgada surta efecto en otro juicio es necesario que,
entre el caso resuelto por la sentencia y aquel en que este invocada,
concurra identidad en las cosas, las causas, las personas de los
litigantes y la calidad con que lo fueron. Cabe aclarar que la cosa
juzgada no es una presunción, sino como hemos visto, una cualidad de
la sentencia. En este mismo sentido, la suprema corte de justicia ha
sostenido. “Para que la sentencia ejecutoria dictada en un juicio, surta
efectos de cosa juzgada en diverso juicio, es necesario que haya
resuelto el mismo fondo sustancial controvertido nuevamente en el juicio
donde se opone la excepción perentoria. Para ello es necesario que
concurra identidad en las cosas, en las causas, en las personas y en las
calidades con que éstas intervinieron.”
En conclusión, para que en un proceso posterior la parte interesada
pueda impedir mediante la excepción de sao juzgada que el juzgador
conozca y resuelva un litigio que ya fue resuelto mediante sentencia
firme, debe demostrar que entre el litigio resuelto y el que se plantea en
el nuevo proceso existe identidad entre:
1.- las partes
2.- los objetos reclamados
3.- las pretensiones.
Rafael de Pina dice: Los límites objetivos de la cosa juzgada se señalan
cuando se reconoce que su existencia constituye un obstáculo al
planteamiento de procesos futuros, excluyendo la posibilidad de un
nuevo juicio sobre el tema de la relación jurídica declarada en la
resolución pasada en autoridad de cosa juzgada. Para que este efecto
se produzca, se requiere, necesariamente, que el objeto de la acción
que se pretende ejercitar coincida por completo con el de la sentencia
anteriormente pronunciada de la dimanen los efectos de cosa juzgada.
Por otro lado, la expresión límites subjetivos de la cosa juzgada hace
referencia a la regla de que la autoridad de la cosa juzgada solo rige
entre los sujetos que hayan sido partes en el proceso en el cual se haya
dictado la sentencia respectiva. En este aspecto es en el que se
manifiesta en mayor medida la distinción propuesta por Liebman, entre
eficacia de la sentencia y autoridad de la casa juzgada. De acuerdo con
Liebman, “ la sentencia produce normalmente efectos también para los
terceros, pero con intensidad menor que para las partes, porque para
estas los efectos se hacen inmutables por la autoridad de la cosa
juzgada, mientras que tratándose de terceros, los efectos pueden ser
combatidos con la demostración de la injusticia de la sentencias.
Subjetivamente considerada, se admite como regla general que la
eficacia de la cosa juzgada no se extienda a quienes no hayan
intervenido en el proceso. Pero esta regla general no tiene un valor
absoluto, por lo menos desde el punto de vista de las legislaciones
vigentes. Rocco contradice la posición de los autores que al abordar el
problema de los límites subjetivos de la cosa juzgada parten de la
premisa de que esta debe tener efectos relativos, limitados a las partes,
y afirmando, en su consecuencia, que ningún efecto deberá desplegar
con relación a los llamados terceros.
Bibliografía (no se si lleve)
Derecho procesal civil, Carlos Arellano García, editorial porrua, Mexico,
1981, pp 354
Instituciones de derecho procesal civil- Rafael de pina, editorial porrua,
mexico, 1979, pp 334
Derecho procesal civil, Jose Ovalle Favela, editorial oxford, 2003, pp
216- 221
Derecho procesal civil, Eduardo Pallares, editorial porrua, 1974, pp 435-
445

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