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LOS PETROGLIFOS Y COSMOGONIA PREHISPANICA EN LA CUENCA DEL

LAGO DE VALENCIA (VENEZUELA)

León Omar 1; Delgado de S. Yamile 2; Falcón Nelson 3; Delgado Rafael4

RESUMEN

Se presenta un registro sistemático y la clasificación estilística de los glifos y caracteres pétreos


del complejo arqueológico de Vigirima en el sitio de Tronconero, Municipio Guacara, Edo.
Carabobo. El análisis de las técnicas de elaboración, del substrato y la distribución espacio
temporal de los petroglifos demuestra que los mismos fueron elaborados con diversos grados de
especificidad y de evolución cultural de los grupos humanos que le dieron origen a estas
expresiones rupestres. Se presentan, adicionalmente, elementos contextuales que permiten
establecer la cronología antigua del yacimiento.

Palabras Clave: Petroglifos, Etnología Antigua, Arte Rupestre.

INTRODUCCION

La mayoría de las investigaciones efectuadas sobre petroglifos en Venezuela se han orientado al


estudio de las representaciones que suponen, con el fin implícito o explícito, de dar cuenta de su
significación. Esto ha supuesto considerar a los petroglifos como un objeto de estudio aislado, de
naturaleza definidamente artística, descontextualizada de los fenómenos sociales que hicieron de
los petroglifos un producto del trabajo humano (Rodríguez, M. 1985), generado por grupos
aborígenes con cierto grado de desarrollo social y de tradiciones culturales míticas, astrológicas o
pragmáticas.
1 ) Instituto de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales.
2) Escuela de Relaciones Industriales, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
3) Dpto. Física Facultad Experimental de Ciencia y Tecnología
4) Oficina Central de Tecnología Educativa.

Las variadas interpretaciones de los petroglifos de la región circundante al lago de Valencia se


basan en el estudio parcial de diversos hallazgos arqueológicos con distintas interpretaciones.
Como por ejemplo un mapa cartográfico del Lago de Valencia (vease Idler, O., 1985, y
referencias en e1) y como representaciones simbólicas de las prácticas mágico religiosas
aborígenes (Straka. H.; 1975). Los estudios realizados hasta el presente no han establecido la
antigüedad del yacimiento; como tampoco existe consenso sobre el grupo étnico al cual
pertenecieron quienes los elaboraron (Alvarado, R. 1958; Dramas, L. 1959) otros autores
suponen entre 4000 y 400 años antigüedad (Straka, H. 1975).
Esta investigación, se circunscribe al estudio de los alineamientos petreos, apilamientos líticos,
registros rupestres y demás evidencian físicas existentes en el Complejo Arqueológico «Piedra
Pintada» , ubicado en el sitio de Tronconero, Valle de Vigirima, Municipio Guacara, del Estado
Carabobo. Para la caracterización e interpretación de los mismos, hemos intentado abordar el
estudio de los petroglifos como un dato arqueológico y como tal, tratando de situar las referidas
expresiones culturales en el contexto arqueológico correspondiente, así como también,
relacionarlos con la cosmogonía de una etnia probablemente vinculada culturalmente con la
sociedad que las elaboró. La metodología del estudio de las evidencian físicas se fundamenta en
el registro fotográfico exhaustivo de los glifos grabados en rocas, la contextualización
geomorfo1ógica y geológica del substrato, el análisis estilístico y la clasificación temática de los
significantes.

CARACTERIZACION DEL YACIMIENTO

El Complejo Arqueológico de Vigirima, conocido como "Piedra Pintada", esta ubicado


geodésicamente en las coordenadas 10° 18’ latitud Norte y 67° 53' longitud Oeste abarcando un
área aproximada de 12 hectáreas, constituida por don promontorios naturales (de alturas 474 y
526 metros sobre el nivel del mar, respectivamente), y el estribo o ladera sur que desciende desde
la cúspide del cerro Las Rosas perteneciente al ramal litoral de la Cordillera de la Costa.
La flora circundante es la característica del ramal litoral de la cordillera y de los llanos de las
zonas calidas tropicales, tales como gramíneas y chaparros. El substrato geológico corresponde a
la formación cuaternaria circunscrita por terreno aluvional, propio de la Cuenca del Lago de
Valencia; abundante en rocas cuarciticas, marmoleas y esquistos metamórficos.
Los diseños de los grabados o petroglifos fueron realizados en rocas afloradas del propio lugar,
muchas de las cruales fueron cortadas y dispuestas de una forma específica. El perfil de los
surcos, sobre la roca que funge de substrato, constituido por rocas metamórficas, evidencia un
trabajo lítico por abrasión. Pudiendo haberse efectuado los surcos con cristales de cuarzo
aflorados abundantemente en la región. Todos los petroglifos fueron grabados en bajo relieve y
pudieron ser elaborados mediante el siguiente procedimiento: pespuntando su diseño en las
rocas, a través de la técnica de la percusión, uniendo los agujeros percutados previamente y
puliendo los surcos por medios abrasivos, tal como arena. Durante el catastro de petroglifos se
encontró una única roca de trabajo lítico inconcluso, en el montículo B, que ilustra la técnica
antes descrita (fotografía # 1).
Los glifos encontrados no evidencian restos de pigmentación alguna. Sin embargo no puede
descartarse la existencia original de la misma y la posterior perdida de la evidencia debido a los
factores de meteorización a los que han sido expuestos.
Los grabados sobre rocas o petroglifos existentes en el Complejo Arqueológico ofrecen una
variedad de diseños aislados o formando conjuntos, que pueden clasificarse como
antropomorfos, zoomorfos, fitomorfos y astronómicos. Los diseños evidencian un carácter
definidamente realista que se expresan en escenas de cacería, realización de ritos mágico-
religiosas, actos de alumbramiento (partos) y un profuso inventario de la fauna de la región
(monos, aves, felinos, tortugas, ranas, peces, caracoles y culebras).

ANALISIS DE LOS SIGNIFICANTES

En cuanto a diseños y formas, los petroglifos encontrados se estructuran en base a la profusa


utilización del punto y la línea curva. El punto puede expresarse formando agrupamientos
aislados, como detalles de figuras específicas, alrededor y entre los grabados. La línea curva se
expresa en círculo simple, círculos concéntricos, semicírculos, espirales simples y dobles, y
líneas de sinuoso recorrido. Es de destacar, que para la delimitación de espacios cuadrados,
rectangulares y triangulares, los vértices de la figura suelen ser generalmente redondeados se
refieren a contenidos mayormente realistas y naturalistas.
El análisis morfológico de los glifos evidencian la tendencia de sus realizadores a plasmar
elementos (naturales y culturales) propios de su medio circundante. La fotografía # 2 evoca una
escena de caza donde una figura antropomorfa con tocado ceremonial, es representada contigua a
un venado.
Igualmente el detalle mostrado en la fotografía #3 parece sugerir una mujer en posición de
alumbramiento. La ubicación relativa de este glifo contigua al surco filiforme que parece
representar el curso del arroyo en la zona, avala la interpretación.
Las figuras zoomorfos en las fotografías # 4 y # 5 representan a un buho y un mono "Araguato"
respectivamente, animales característicos de estos parajes.
También es posible interpretar algunos petroglifos en función de ]as tradiciones culturales, como
el caso del diseño reproducido en la fotografía # 6 que podría representar una deidad o una figura
antropomorfa ataviado con un tocado ceremonial.
El glifo mostrado en la fotografía # 7, ilustra un quelonio o bien mascaras ceremoniales. El
diseño circular con las 54 segmentaciones ha sido generalmente interpretado como un
calendario. Discrepamos de esta interpretación, por cuanto el calendario actual de 54 semanas,
basado en el calendario Gregoriano, es un producto de nuestra cultura, y no del año astronómico.
Además no hay otros elementos, que permitan vincular el resto de los glifos de dicha fotografía
con elementos astronómicos o calendáricos.
En este mismo orden de ideas, de vincular los significantes de los petroglifos con la realidad
inmediata y mediata de las etnias que lo elaboraron, cabría interpretar el "símbolo de espiral
doble" a ambos lados de la cabeza de la figura antropomorfa (fotografía # 2) como la
representación cultural de pinturas faciales femeninas. Destaca el hecho que un grafo idéntico es
utilizado tradicionalmente, incluso en la actualidad, por las etnias Guajira en la pintura facial de
]as hembras (Perrin, M. 1993) y, dicho símbolo, aparece profusamente en ]as representaciones
cerámicas de la tradición barrancas (vease fotografías en A. Boulton, 1993).
A nivel figurativo destaca ]as profundas similitudes formales entre los petroglifos del Complejo
arqueológico de Vigirima y los estilos cerámicas prehispánicos de La Cabrera y El Palito, de la
Cuenca del lago de Valencia y de la costa carabobeña respectivamente, pertenecientes a la serie
cerámica Barrancoide. Destacan las similitudes morfológicas, a nivel, de las escenas de gravidez
y/o parto, entre las representaciones rupestres del Complejo arqueológico de Vigirima y las
representaciones cerámicas de la Tradición Barrrancas, verificable esta en la Cuenca del ]ago de
Valencia, a través, del estilo La Cabrera. Obsérvese por ejemplo la conformación tridactilar y la
disposición extendida de ]as extremidades inferiores, que parecen remitir a un significante rana-
mujer y a un significado asociado a la fertilidad (fotografías # 8 y # 9). También, con relación al
Estilo Barrancas del Bajo Orinoco, Lelia Delgado (1989) señala la tendencia a la
tridimensionalidad lograda por la proyección de volúmenes ejecutados por medio de la
aplicación de elementos de arcilla que presionados por incisiones de línea ancha, forman
espacios redondeados.
La utilización de significantes tales como el de la rana-mujer, guarda relación con sociedades
profundamente dependientes de la naturaleza, dado cuenta del incipiente desarrollo
tecnoeconómico de los inicios de las sociedades pertenecientes al neolítico venezolano. Así,
conformarían estructurar mágico-religiosas, orientadas a garantizar las condiciones ideológicas
que permitieran, objetivamente, la reproducción biológica y cultural de la comunidad. De aquí, el
destacado lugar que ocuparían para las comunidades aborígenes de la Cuenca del Lago de
Valencia, en su etapa Neoindia, las estructurar mágico-religiosas expresadas a través de mitos y
ritos (artefactos simbólicos por excelencia) como lo evidencian ]as representaciones rupestres y
cerámicas encontradas.
Es importante señalar, que la similitud morfológica indicada, parece sugerir la asociación entre
las representaciones rupestres y cerámicas, específicamente, las vinculadas a la Tradición
Barrancas, y de manera indirecta, permite asignarle una cronología relativa al Complejo
Arqueológico Vigirima.
En otro orden de ideas, el diseño de los petroglifos del Complejo Arqueológico «Piedra Pintada»,
en tanto que expresión fenoménica de la vida social de las etnias, probablemente Barrancoide,
encuentra correlación con la cosmogonía de la etnia Wayuu, lingüísticamente perteneciente a la
familia Arawaco, como también eran algunas de las etnias que se encontraban en la Cuenca del
Lago de Valencia para el momento de la llegada de los europeos a la región, como por ejemplo,
de acuerdo a Manzo Nunez (1981: 35-38), Ajaguas, Chirguas y Tacariguas formando parte del
area cultural de los Arawacos Occidentales definida por Acosta Saignes (1961: 19-53).
Destacan en la Cosmogonía Wayuu, de acuerdo a Michel Perrin (1993: 139151), un conjunto de
oposiciones expresadas a través de los pares Sol-Luna, Verano-Lluvia, Enfermedad-Salud,
Animales-Plantar Cultivadas, entre otros, clue definen la vida cotidiana de esta etnia y, que bien
podrían estar representadas en los petroglifos del Complejo Arqueológico «Piedra Pintada» .
Es significativo, el profundo estudio de los fenómenos de la naturaleza, celeste y terraquea, que
de acuerdo a Michel Perrin (1993), le permitieran a la etnia Wayuu, estructurar su ano en torno a
dos estaciones de lluvias, la primera (la mas grande) durante los meses de octubre, noviembre y
diciembre, asociado a la estrella Joyo'u (Arturo) y la segunda (la mas pequeña), durante los
meses de abril y mayo, asociado a la constelación de Las Pleyades, intercaladas de las estaciones
secas, de enero, febrero y marzo, asociado a la floración de la Uraichi y, la de junio, julio y
agosto, vinculada a la presencia de grandes vientos.
Si la emia Wayuu, como manifiesta claramente su cosmogonfa, fue capaz de realizar un
calendario como el referido anteriormente, asociado a sus practicas sociales, tambibn to
elaborarfan otras etnias culturalmente vinculadas, como las que crearon el Complejo
Arqueológico «Piedra Pintada» , a la vera de las representaciones astronómicas clue ofrecen sus
petroglifos (ver fotografía # 10).
Mención aparte merece un grupo de glifos, plasmados en varias rocas con la simbología del Sol,
media Luna y puntos acoplados (constelaciones) que podrían rememorar un posible y muy
antiguo eclipse de Sol. Los glifos de carácter astronómico de la fotografía # 1 I podrían
representar un Eclipse Total de Sol. Un espectáculo natural como el eclipse total de Sol, donde
este astro literalmente desaparece, convirtiendo todo en tinieblas y cambiando
momentáneamente el clima y la conducta de los animales, debió ocasionar por lo inesperado y
eventual del fenómeno. una necesidad de comunicación y FOTOGRAFIA No 3 registro tal y
como aparecen en la fotografía # 11.
RESULTADOS Y DISCUSION

A manera general, los rasgos figurativos de este complejo arqueológico presentan una
elaboración compleja e imaginativa, que se expresa a nivel zoomorfo en animales a cuerpo
entero con características anatómicas especificas que permiten su identificación. A nivel
antropomorfo se observan manos, pies y rostros con detalles específicos. Destaca el hecho, que
las representaciones antropomorfas se presenten de manera parcial y las representaciones
zoomorfas se expresen en cuerpo entero (de forma completa).
Además de las representaciones zoomorfas y antropomorfas aisladas, suelen encontrarse,
también ambas representaciones asociadas en escenas de parto y cacería. Destacan por lo
elaborado y profuso las representaciones de las deidades, cuyos diseños expresan una tendencia a
la abstracción, consustancial a la representación figurativa de ellas. En cuanto a ]as
representaciones astronómicas sus diseños se caracterizan por la utilización de figuras
geométricas simples tales como: puntos, círculos, semicírculos y líneas generalmente en
asociación. Es importante destacar que la gran mayoría de los glifos son de tipo naturalista
realista predominando entre estos las representaciones zoomorfas.
Todo parece indicar la prioridad del mundo de la naturaleza sobre el mundo de la cultura. Ello
sugiere una sociedad en estrecha dependencia del individuo frente a la naturaleza, en cuya
organización tribal, de carácter igualitario, tendría un rol importante el Chaman como mediador
hombre-naturaleza y la mujer como símbolo de la reproducción de la fuerza humana de trabajo;
tal y como lo señalarían las imágenes antropomorfas encontradas.
Se ha establecido, en el análisis de los significantes, una relación hipotética entre el diseño de los
grabados y la Serie Cerámica Barrancoide, cuyo origen en el país, se sitúa en el Bajo Orinoco,
con expresiones estilísticas en la región, como lo es. el Estilo El Palito y La Cabrera.
En este orden de ideas, debemos destacar, de acuerdo a Cruxent y Rouse (1982: 30ó-312), el use
por parte de los estilos pertenecientes a la Serie Cerámica Barrancoide de las técnicas del
modelado e incisión, para la representación de cabezas zoomorfas y antropomorfas, con ojos
elaborados en base a círculos y puntos, tal y como se expresó en la sección precedente.
De comprobarse la relación que planteamos anteriormente, podría establecerse una cronología
relativa para el Complejo Arqueológico «Piedra Pintada» con base a las establecidas para los
estilos El Palito y La Cabrera perteneciente a la Serie Barrancoide, que oscilaría entre el ano 1 y
el 700 d.c.(Sanoja, M., 1979).
La evidencia astro arqueológica corroboraría esta cronología. En efecto, es conocido que en esa
región se produjeron solo 17 eclipses anulares o totales de Sol, entre los anos 100 a.c. y el siglo
X de nuestra era (Oppolzer, T. 1962), siendo el mas conspicuo el Eclipse Total de Sol sucedido
en fecha 31 de Agosto del 478 de nuestra era, entre las 12:36 y las 4:15; y que tuvo una duración
durante el máximo de 4 minutos con 34 segundos, y que de acuerdo con los círculos
astronómicos efectuados para dicha latitud y longitud geográfica, parece coincidir con el evento
registrado en la fotografía # 11.
El Complejo Arqueológico «Piedra Pintada» , a través de sus grabados, recintos, caminos,
alineamientos y apilamientos líticos, son una expresión fenoménica de una Sociedad
estrechamente vinculada y dependiente de la naturaleza. Una sistemática determinación de la
forma de los petroglifos de Vigirima y de los estilos cerámicos La Cabrera y El Palito, informan
sobre dos expresiones fenoménicas, distintas en cuanto a los materiales y técnicas utilizadas,
pero de un solo estado de conciencia, reflejo de una misma percepción cultural del mundo
circundante con la que se relacionaba a través de la cacería, recolección y practicas agrícolas.
La presencia valencioide formalmente hablando, en el Complejo Arqueológico «Piedra Pintada»
podría explicarse como una ocupación del sitio, entre los siglos VIII y XVI d.c., por etnias
arqueológicamente valencioides, quienes continuarían utilizándolo. Quizás la relativamente
pobre presencia valencioide en el sitio se deba a la tendencia a la especialización en el trabajo
cerámico por parte de estas etnias. El estilo Valencia es propio de la Cuenca homónima y de la
Costa Central de Venezuela y se sitúa temporalmente entre el 800 y el 1500 de nuestra era
(Vargas, 1. 1985).
La presencia formal del estilo Valencia puede ser explicado como una ocupación posterior del
Complejo Arqueológico de Vigirima por etnias arqueológicamente valenzoides. Sobre todo
porque el estilo Valencia, dentro de la secuencia cultural regional, le sigue a las etnias
arqueológicamente Barrancoide. Ello corroboraría la hipótesis, propuesta por otras
investigaciones (Alvarado, J. 1958), de la sucesiva ocupación del Complejo Arqueológico de
Vigirima por etnias de distinta cultura material.
De lo anterior se podría inferir que el yacimiento podría ubicarse en el período Neoindio
Venezolano, construido por etnias arqueológicamente clasificables come, pertenecientes a la
Serie Cerámica Barrancoide, especialmente, a las etnias que desarrollaron los estilos cerámicos
La Cabrera y El Palito en la región, entre los siglos I y VIII d.c., sin que se niegue la ocupación y
use posterior del mismo, por etnias vinculadas al estilo Valencia, entre los siglos VIII y XVI d.c.,
siendo ocupados por grupos étnicos pertenecientes a las familias lingüísticas Arawaka y Caribe.
Sin embargo, la riqueza del Complejo Arqueológico Vigirima, invita a un estudio mas profundo
con la finalidad de precisar y contrastar lo hasta aquí expuesto.

BIBLIOGRAFIA

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