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La gestión ética del sector pesquero: Un modelo basado en la cogestión

adaptativa de las comunidades de pescadores.

Simón Hernández Aguado (Universidad Politécnica de Cartagena)

Ignacio Segado Segado (Universidad Politécnica de Cartagena)


Mª Eugenia Sánchez Vidal (Universidad Politécnica de Cartagena)

Miembros de la Cátedra de Cultura y Ética Directiva y Empresarial


Universidad Politécnica de Cartagena
Correo referencia: simon.hernandez@upct.es
Resumen
Las necesidades sociales y económicas de las comunidades de pescadores requieren de
una actividad pesquera justa, no solo desde la perspectiva ambiental sino también desde
la social, y responsable más allá de las acciones desarrolladas hasta el momento. Para
conseguir el ansiado desarrollo sostenible es esencial estudiar este concepto desde seis
perspectivas diferentes pero relacionadas entre sí: Ambiental, económica, tecnológica,
ética, institucional y social. Dichas dimensiones deben ser analizadas desde una
perspectiva multidisciplinar donde participen los diferentes agentes de interés y con un
marco localmente aceptado. Al mismo tiempo, se debe crear un nuevo modelo de
gestión de la actividad pesquera, con una estructura comunitaria, que garantice cubrir
las necesidades actuales de la pesca y de acuerdo con las directrices del Código de
Conducta para la Pesca Responsable de la FAO. Este trabajo analiza el estado actual de
la gestión y sostenibilidad de la pesca, presentando una serie de direcciones políticas y
procesos de gestión basados en un estudio empírico realizado en la ciudad de Cartagena.

Palabras Clave: Cogestión adaptativa, Desarrollo sostenible; Ética; Sector pesquero;


Código de Conducta para la Pesca Responsable; Rapfish.

1. Introducción
Con el 30% de las poblaciones de peces sobreexplotadas y con unas pérdidas de 50.000
millones de dólares al año, la pesca mundial se encuentra en una profunda crisis
ecológica, social y económica, reflejada en un descenso significativo del bienestar
social de los pescadores y sus familias (Pauly et al., 2003, William et al., 2008; Pitcher
y Cheung, 2013).

La preocupante situación del sector pesquero, ha llevado a los organismos


internacionales a desarrollar diferentes iniciativas de gestión, con el propósito de frenar
el deterioro de las poblaciones de peces y garantizar la sostenibilidad de la actividad
pesquera (Coll et al., 2013). Dichas iniciativas, como el Reglamento de la Comunidad
Europea para la Conservación y la Explotación Sostenible de los Recursos Pesqueros
(2002), han sido desarrolladas bajo los normas dictadas por la Organización para la
Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) y recogidas en el Código
de Conducta para la Pesca Responsable (1995).
El Código de Conducta para la Pesca Responsable fue desarrollado en 1995 bajo un
amplio consenso científico y político (Edenson, 1996), estableciendo los principios
éticos y científicos necesarios para la explotación sostenible, responsable y equitativa de
las poblaciones de peces. Sin embargo, el último estudio realizado sobre el
cumplimiento del Código de Conducta refleja una situación crítica para la sostenibilidad
del sector pesquero (Pitcher et al., 2009a).
A pesar de los informes optimistas sobre la práctica de la pesca en algunos países
desarrollados (Worm et al., 2009), los resultados del estudio muestran como ninguno de
los países presenta buenas puntuaciones de sostenibilidad (> 70%) y como el 60% de

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los países realizan una actividad pesquera insostenible, es decir, poniendo en peligro la
existencia de la actividad en el futuro (Pitcher et al., 2009b).

Este pésimo estado de la sostenibilidad de la pesca refleja el fracaso moral de la gestión


de las comunidades de pescadores para mantener el entorno natural y la productividad
de la actividad pesquera (Lam y Pitcher, 2012). El grave estado de la pesca mundial
exige que su dimensión ética se analice críticamente, con el propósito de conocer si las
medidas de gestión están siendo desarrolladas de acuerdo con el Código de Conducta.

Tradicionalmente, la gestión del sector pesquero se ha encontrado centralizada en la


Administración, emprendiendo medidas basadas en el conocimiento científico-biológico
y en la privatización de la pesca. El fin de estas medidas de gestión ha sido garantizar la
conservación de las poblaciones de peces siguiendo la idea central de la “Tragedia de
los comunes”: la libertad del bien común trae ruina para todos (Hardin, 1968).

La “tragedia de los comunes” es una de las teorías más influyentes en la gestión de la


pesca durante las últimas décadas, siendo aceptada de forma mayoritaria por los
responsables políticos y gestores de la pesca mundial (McGoodwin, 1990). Sin
embargo, los resultados obtenidos por este modelo de gestión han sido ineficientes e
injustos para las personas y los ecosistemas marinos (Lam y Pauly, 2010; Lam y
Pitcher, 2012).

Así lo indican los datos sobre la pesca ilegal en el mundo, cifrada en el 20% total de las
capturas, los colapsos de las poblaciones de peces, bajo el control de las Cuotas
Individuales Transferibles (CIT) que someten a criterios económicos el acceso a los
recursos pesqueros, el déficit presupuestario de la actividad o el deterioro de las zonas
rurales cuya actividad principal es la pesca (Watson y Pauly, 2001; William et al.,
2008). Por lo tanto, la pesca mundial no solo es insostenible en la actualidad, sino que
su práctica tampoco es ética.

Para responder a la crisis social, ambiental, económica e institucional que atraviesa el


sector pesquero, se necesita un nuevo modelo de gestión multidisciplinar y
participativo, que se adapte a las circunstancias reales de las comunidades de pescadores
(Sissenwine and Mace, 2003; Adrianto et al., 2005; Berkes, 2009).

A través de este nuevo enfoque, conocido como cogestión adaptativa, se pretende hacer
frente a la problemática que atraviesa el sector pesquero fomentando la colaboración de
los diferentes agentes del sector, compartiendo la responsabilidad en la toma de
decisiones y aprendiendo de las experiencias de los miembros de la comunidad
(Armitage et al., 2008; Lam y Pauly 2010).

La incertidumbre y complejidad del sector pesquero, junto con el conflicto originado


entre las divergencias de los intereses políticos y las demandas de los pescadores, hace
fundamental a la ética (Fennell et al., 2008). Ésta debe ser la herramienta que estimule
la participación equitativa y eficiente de los pescadores en la gestión de la actividad,
evitando la destrucción de los recursos naturales y la marginación social y económica de
los pescadores (Berkes 2009).

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El objetivo del presente trabajo es ofrecer un modelo multidisciplinar y participativo de
gestión, que proteja los recursos pesqueros al mismo tiempo que responde a las
necesidades sociales y económicas de los diferentes agentes del sector pesquero.
Asimismo, se presenta una metodología de análisis de la gestión y la sostenibilidad de la
pesca con el propósito de conocer la problemática que atraviesa el sector pesquero de
una determinada comunidad.
Con el fin de alcanzar dicho propósito, el trabajo se estructura en tres bloques. En
primer lugar, se va realizar una revisión bibliográfica, donde se define qué entendemos
por una pesca sostenible y cómo alcanzarla a través de la gestión comunitaria. A
continuación, se evaluará, desde un enfoque participativo y multidisciplinar, el estado
actual de la sostenibilidad del sector pesquero de Cartagena y el estado de la gestión en
la comunidad de acuerdo a las directrices del Código de Conducta, realizando para ello
un estudio empírico. Para finalizar, se propone una estrategia de gestión alternativa a la
actual, basada en la comunidad y descentralizado de la Administración, junto con una
serie de pasos que permitan implantar el proceso de cogestión en el sector pesquero de
Cartagena.

2. El desarrollo sostenible y la dimensión ética de la pesca


El concepto de sostenibilidad ha estado en el centro de los debates económicos, sociales
y ambientales después de que la Comisión Brundtland (1987), definiera este concepto
como “el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la
capacidad de las generaciones futura para satisfacer sus propias necesidades”. Desde
entonces, son múltiples las definiciones que han tratado el concepto de sostenibilidad
sin encontrar una definición que ponga de acuerdo a la comunidad científica.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza define al desarrollo
sostenible como “un tipo de desarrollo que proporciona mejoras reales en la calidad de
vida humana, al mismo tiempo que conserva la vitalidad y diversidad de la Tierra
(IUCN, 1991). Costanza (1992), sostiene que la sostenibilidad implica la “capacidad del
sistema para mantener su estructura y su función con el tiempo”, es decir, hace
referencia a la capacidad de resistencia de un sistema.
Slow (1991), siguiendo el carácter intergeneracional de la definición de la Comisión
Brundtland, argumenta que un sistema va a ser sostenible siempre que el capital total de
este es igual o mayor en cada generación. Otros investigadores, como Costanza y Daly
(1992), dicen que un sistema solo es sostenible si no se produce un deterioro de su
capital natural.
Tal y como afirma Voinov (2008), todas estas definiciones tratan como imprescindible
el mantenimiento de los recursos en el tiempo, evitando su destrucción. En el ámbito de
la pesca, el desarrollo sostenible ha estado relacionado con el concepto de Rendimiento
Máximo Sostenible (RMS), es decir, se ha determinado la sostenibilidad de la pesca de
acuerdo a un nivel de capturas (Charles 1994). Este fenómeno, denominado por Charles
“paradigma de la conservación” centra sus objetivos de sostenibilidad en la protección
de las poblaciones de peces sin orientar sus objetivos a la dimensión social de la pesca.
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También se ha prestado especial atención al logro de una actividad eficiente y racional
desde el punto de vista económico (paradigma racional), siendo el objetivo de este
enfoque de la sostenibilidad maximizar los beneficios económicos (Anderson, 1994).
Sin embargo, ambos paradigmas han fracasado, dejando a la pesca mundial en una
situación alarmante (Pitcher y Cheung, 2013).
Otra de las amenazas para la sostenibilidad de los recursos pesqueros son los avances
tecnológicos. La tecnología desarrollada en las últimas décadas, junto con el
crecimiento de la población y el consumo de recursos, ha llevado a la flota pesquera a
un incremento de su capacidad de explotación por encima de los límites de recuperación
de los ecosistemas marinos (Rockström et al. 2009; Martell y Froese, 2012).
De acuerdo con Charles (2001), se necesita una visión amplia del concepto de
sostenibilidad, que no solo incluya objetivos ambientales y económicos, sino que
además incluya las preocupaciones humanas (paradigma social) con el propósito de
preservar el modo de vida de las comunidades de pescadores. La pesca debe ser
entendida como una actividad gestionada y realizada por seres humanos, pertenecientes
a diferentes grupos de interés, y con fuertes implicaciones sociales e institucionales pero
también éticas (Charles 2001)
La ética, o los principios morales que rigen la conducta de los individuos, o grupos, que
participan en el sector pesquero, debe ser analizada rigurosamente, con el objetivo de
paliar el grave estado, social y ambiental, de la pesca mundial y conseguir una pesca
justa (Lam y Pauly, 2010).
El concepto de justicia hace referencia a la distribución equitativa de los beneficios y los
daños de una actividad (Rawls, 1971; Sen, 2006). Dentro del sector pesquero existen
dos tipos generales de justicia: la justicia social y la justicia ambiental (Coward et al.,
2000; Lam y Pitcher 2012). La justicia ambiental tiene como fin preservar el valor
intrínseco y la interconexión de todos los miembros del ecosistema (Rawls, 1971;
Coward et al. 2000). Asimismo, la justicia social pretende la creación de sociedades
justas e instituciones que protejan los derechos humanos, la iguladad y la solidaridad
para participar en la conservación de los recursos pesqueros (Allison et al., 2012).
No solo es importante tratar objetivos que afecten a las capturas actuales y futuras
(justicia ambiental) sino que además hay que prestar especial atención al estado del
sistema humano (justicia social) ya que ambos sistemas están estrechamente
relacionados (Berkes, 2012). La consecución de una pesca justa nos permitirá alcanzar
una actividad preventiva, viable, resistente, participativa y equitativa, garantizando la
dimensión ética de la pesca y estimulando el desarrollo sostenible de la actividad
(Coward et al., 2000).

Por lo tanto, el desarrollo sostenible de la pesca debe ser estudiado en términos


generales y de manera integrada, incluyendo aspectos ambientales, económicos,
sociales, institucionales, tecnológicos y éticos en el ejercicio de la actividad pesquera
(Pitcher et al., 2013). De acuerdo a los estudios de Charles (1994; 2001) y Pitcher et al.
(2001; 2013), estas seis dimensiones de la sostenibilidad son definidas como:

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- Sostenibilidad ambiental. Tiene como objetivo garantizar que las capturas sean
sostenibles, evitando el agotamiento de las poblaciones de peces y asegurando que éstas
se encuentran a niveles óptimos para que las futuras generaciones puedan seguir
practicando la actividad (Charles 1994; 2001).
- Sostenibilidad económica. Se centra en la preocupación por el individuo (pescador)
para garantizar el bienestar económico a largo plazo de la comunidad. Para cumplir este
fin, basa su actividad en la generación de beneficios sostenibles y en el reparto
equitativo de dichos beneficios con el objetivo de alcanzar la viabilidad de la actividad a
nivel local y global (Charles 1994; 2001).

- Sostenibilidad social. Insiste en mantener y mejorar el bienestar social de las


comunidades de pescadores, entendiendo a la comunidad como algo más que una
simple suma de individuos. Dicho bienestar pasa por asegurar la cohesión social de
estas comunidades en el largo plazo (Charles 1994; 2001).

- Sostenibilidad institucional. Garantiza la estructura administrativa, financiera y


organizativa capaz de alcanzar las tres dimensiones anteriores de la sostenibilidad por
medio de políticas y normas de gestión (Charles 1994; Pitcher y Preikshot, 2001).
- Sostenibilidad tecnológica. Estimula el uso adecuado de la tecnología con el fin de que
se reduzcan al mínimo los riesgos para el desarrollo sostenible de la pesca. El uso
inadecuado de los avances tecnológicos y sus efectos contrarios al desarrollo de la
actividad pesquera hacen necesaria esta dimensión (Pitcher et al,. 2013).
- Sostenibilidad ética. Protege el cumplimiento del principio de justicia en la actividad
pesquera. La necesidad de desarrollar una pesca justa con el ecosistema y la sociedad,
basada en la equidad y en la reparación de los daños ocasionados a las poblaciones de
peces a través del desarrollo económico de las comunidades de pescadores, ha dado
lugar a dicha dimensión de la sostenibilidad (Pitcher y Lam, 2012).
Figura 1. Dimensiones de la sostenibilidad de las comunidades de pescadores

Ambiental Institucional

Social Ética

Desarrollo
Económica Tecnológica
Sostenible

Fuente: Pitcher et al. (2013)

Estas dimensiones son imprescindibles para el desarrollo sostenible de la pesca. Sin


embargo, las poblaciones de peces se mueven de un lugar a otro, dependen de

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circunstancias difíciles de controlar y su explotación está condicionada por los recursos
que cada comunidad de pescadores disponga. Por esta razón, las políticas nacionales y
autonómicas no son igual de válidas para cada comunidad de pescadores (Hess y
Ostrom, 2005).
La necesidad de adaptar la gestión de la actividad a la idiosincrasia de cada comunidad,
nos lleva a buscar nuevas alternativas de gestión éticas basadas en las características
locales del sector pesquero, con el propósito de estimular el desarrollo sostenible de la
pesca y que se adapte a los recursos y características de la comunidad.

3. La Cogestión adaptativa
Para alcanzar el desarrollo sostenible del sector pesquero, formado por componentes
sociales y ambientales, se requiere de un enfoque innovador de gobernanza que se
adapte a las circunstancias actuales de dichos componentes, utilizando un conocimiento
completo cuyo origen sea la experiencia y aprendizaje de los diferentes grupos de
interés (Dietz et al. 2003; Armitage et al., 2008). Los estudios sobre las mejores
prácticas de gestión sitúan a la cogestión adaptativa como una alternativa real para
responder a las demandas de los sistemas socio-ecológicos y alcanzar el desarrollo
sostenible de éstos (Olson et al., 2004; Folke et al., 2005; Armitage et al., 2008;
Gutiérrez et al. 2011, Cinner et al., 2012).

Este nuevo enfoque de gestión combina la interacción de los diferentes grupos de


interés, públicos y privados (Estado, industria pesquera y sociedad civil) para hacer
frente a los cambios sociales y ambientales del sector pesquero a través de un diálogo
continuo y participativo (Berkes 2004; Kooiman et al., 2008). Dichos cambios van a ser
recogidos por la cogestión adaptativa, utilizando el conocimiento y la experiencia de los
diferentes agentes, que permitan el desarrollo y la ejecución de políticas que respondan
al cambio, complejidad e incertidumbre de la pesca.

Folke et al. (2005), sostiene que para alcanzar una gestión eficaz de la actividad
pesquera, es esencial el reparto equitativo de responsabilidades, así como el desarrollo
de procesos flexibles, dinámicos y orientados al aprendizaje social. El resultado de este
proceso debe ser un conjunto de decisiones, adecuadas al estado de la comunidad, que
permitan y avancen en la consecución del desarrollo sostenible de la pesca (Berkes,
2004; Olsson et al., 2004). Por lo tanto, de acuerdo con los autores citados, la cogestión
adaptativa se caracteriza por los siguientes rasgos:
- Relaciones entre agentes de interés heterogéneos. Diferentes grupos de actores
(Estado, sector pesquero y sociedad civil) mantienen relaciones formales e informales
para repartir las responsabilidades del sector. Sin embargo, los intereses, opiniones y
tareas de dichos agentes son diferentes y puede surgir un conflicto de intereses entre
ellos (Lam y Pauly, 2010).
- Comunicación y negociación. Es esencial entender los diferentes puntos de vista de los
agentes, así como desarrollar acuerdos mediante procesos donde se intercambien
opiniones y conocimiento, evitando y resolviendo así el conflicto de intereses. Para

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alcanzar dicho objetivo es necesaria la participación activa de todos los agentes de
interés (Olsson et al., 2004).

- Diálogo. La toma de decisiones se alcanza a través del diálogo, atendiendo a las


diferentes peticiones y nuevos conocimientos generados a partir del conocimiento y
experiencia de los agentes de interés. Para ello es esencial crear redes donde la política
del gobierno y las instituciones locales puedan intercambiar el conocimiento sobre los
recursos pesqueros, aprovechando las fortalezas de las instituciones locales ya
existentes, y se adapten a la capacidad de los recursos y la comunidad (Hess y Ostrom,
2005).

- Aprendizaje social. Los actores se comprometen a realizar acciones conjuntas y


comparten los beneficios y daños de dichas acciones (experimentación). Las respuestas
a las consecuencias de las acciones se realizan como parte de un proceso continuo y
activo de reflexión. Esta reflexión debe servir para corregir los errores de la actividad
diaria, los valores y políticas responsables de dichos errores y, además, para analizar de
forma rigurosa las normas de gobierno del sector. El conocimiento generado se acumula
en la memoria social de la comunidad (Sinclair et al., 2008).
De acuerdo con Plummer y FitzGibbon (2004), la cogestión adaptativa permite mejorar
la toma de decisiones, fomentando el desarrollo sostenible a través de la integración del
conocimiento de los diferentes agentes de interés. La elaboración conjunta de medidas
políticas permite una mayor legitimación y credibilidad de los objetivos de
sostenibilidad, ya que recoge el conocimiento científico de los técnicos de la
Administración pero también el conocimiento ecológico local de los pescadores.
Por lo tanto, la cogestión adaptativa, a partir de la colaboración, el aprendizaje y el
reparto de responsabilidad, pretende hacer frente a la complejidad e incertidumbre de la
pesca. Gunderson (2003), afirma que está incertidumbre no podrá ser gestionada por la
cogestión adaptativa si las ambigüedades, inherentes a este modelo de gestión, no son
reconocidas y examinadas por la comunidad de una forma ética.
La ética es fundamental para hacer frente a esta incertidumbre, ya que acepta que
vivimos con ella. Sin embargo, la gestión tradicional de los recursos naturales ha
marginado a la ética a través de procesos de tomas de decisiones inflexibles, que evitan
el debate e imponen de manera jerarquizada las políticas a desarrollar por los miembros
de la comunidad (Gunderson, 2003; Fernell et al., 2008).
Un ejemplo de la falta de ética de la gestión de la pesca actual son las citadas Cuotas
Individuales Trasferibles (CIT). Las CIT, conocidas popularmente como derechos de
pesca, pueden ser vendidas y alquiladas sin el consentimiento de los trabajadores
(Pinkerton y Edwards, 2009). Este mecanismo de gestión privatiza y somete a los
recursos públicos de pesca a criterios económicos, al mismo tiempo que excluyes de los
beneficios de su explotación a la mayoría de miembros de la comunidad (Bromley,
2008). Sin embargo, es la comunidad quien soporta los costes ambientales de este
mecanismo de asignación de los recursos (Wiber, 2000).

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Esta privatización de los recursos en las grandes entes económicas del sector, ha
incentivado la conocida como “carrera por el pescado”, donde muchos pescadores
incumplen los reglamentos para poder alcanzar un nivel de ingresos suficientes (Grafton
et al., 2006; Rosenberg 2009). El resultado de una gestión no ética se resumen en el
agotamiento de las poblaciones de peces (Pauly et al., 2003), en el incremento de las
capturas ilegales, no reguladas y no declaradas (Sumalia et al. 2006) y el incumpliendo
del Código de Conducta para la Pesca Responsable (Pitcher et al., 2009a).
Por lo tanto, la ética es imprescindible para garantizar una gestión eficaz y capaz de
alcanzar el desarrollo sostenible de la pesca (Fernell et al., 2008). La importancia de la
ética para el sector pesquero hace esencial su incorporación, tanto en la gestión de la
actividad como en la sostenibilidad, para desarrollar posteriormente políticas pesqueras
sostenibles y adaptadas a las necesidades actuales del sector (Croward et al., 2000).

4. Metodología
Antes de desarrollar el proceso de cogestión para la actividad pesquera, primero debe
ser evaluada la dimensión ética de la pesca para conocer las debilidades y fortalezas de
la gestión actual. Para poner de manifiesto la revisión literaria realizada hasta ahora y
aplicar dicha literatura a un caso real, se va a analizar la gestión actual del sector
pesquero y, de forma participativa, la sostenibilidad de la comunidad de pescadores de
Cartagena (Figura 2).

Figura 2. Localización del caso de estudio.

Fuente: Oscar Esparza (2010)


La comunidad de pescadores de Cartagena resulta idónea para realizar nuestro estudio
por diversos motivos. En primer lugar, su gestión se encuentra bajo el modelo
tradicional, cuyos efectos negativos para la sostenibilidad de la comunidad han ido
creciendo en la última década. En el periodo 2003-13, el sector pesquero de la ciudad ha

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sufrido un descenso del 30% del empleo y la reducción del 10% de sus embarcaciones,
según el Centro Regional de Estadística de Murcia (2014). Asimismo, los diferentes
estudios realizados con los pescadores de la ciudad, nos dan una amplia visión sobre la
situación social, económica y ambiental que facilitan el análisis de la comunidad.
Para analizar la dimensión ética se ha utilizado la metodología Rapfish (Coward et al.,
2000), un marco de evaluación diseñado para evaluar el estado actual de la pesca a
través de una serie de atributos. Este análisis se divide en dos partes. La primera hace
referencia al cumplimiento del Código de Conducta para la Pesca Responsable (Pitcher
et al, 2006) y que determina la calidad de la gestión de la pesca (Mora et al., 2009). En
segundo lugar se evalúa la sostenibilidad de la pesca, analizando las seis dimensiones
citadas previamente: ambiental, económica, social, institucional, tecnológica y ética
(Pitcher et al., 2013). El proceso de análisis y los indicadores utilizados han sido
revisados por dos expertos internacionales en la gestión sostenible de la pesca: el propio
Pitcher TJ (Universidad de la Columbia Británica) y García-Allut A (Universidad de A
Coruña).

4.1 Campos y atributos del Código de Conducta para la Pesca Responsable


Las directrices para la aplicación del Código de Conducta se recogen en el artículo 7 de
dicho Código. El citado artículo 7 se divide en ocho secciones; una de ellas
introductoria y otra basada en premisas financieras que no consideran la conducta
responsable de la gestión. Las seis secciones restantes son evaluadas individualmente
con el objetivo de evaluar la gestión ética de la pesca. Estas secciones hacen referencia
a: objetivos de gestión, Marco, Precaución, Stock, flota pesquera y técnicas de pesca,
Resultados socio-económica del sector y Control, seguimiento y vigilancia de la
actividad. Las tres primeras secciones hacen referencia a la intención de la gestión para
garantizar el cumplimiento del Código. Las tres últimas evalúan la efectividad del
cumplimiento en la práctica.

La tabla 1 enumera los 44 indicadores, agrupados en las seis secciones citadas, que son
utilizados para evaluar el comportamiento responsable de la actividad.

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Tabla 1. Indicadores de evaluación del cumplimiento del Código de Conducta para la
Pesca Responsable de la FAO.

Sección (Art. 7) Indicador


Utilización del conocimiento científico
Consulta a los pescadores artesanales
Deseo de reducir la capacidad de la flota
Consideración del impacto de la flota sobre el ecosistema
Objetivos de gestión Restablecimiento de las poblaciones de peces
Identificación de las prácticas humanas negativas
Artes para evitar las capturas accidentales
Conocimiento del impacto de la flota en el área donde se practica
Conocimiento de la influencia ambiental sobre el medio
Consideración del ciclo de vida del stock pesquero
Compatibilidad de las leyes con las del resto de la sociedad
Definición de los objetivos a largo plazo
Marco de gestión Consulta a todos los agentes de interés
Toma de decisiones abierta a otros agentes
Auditoría de datos periódicas
Evaluación de los factores sociales, económicos e institucionales
Reglas de precaución para garantizar el futuro de la pesca
Se aplican las medidas de precaución citadas en la legislación
Se evalúa la consecución de los objetivos en la gestión
Consideración del número de pescadores en la evaluación
Acciones Preventivas Existen planes alternativos para casos de emergencia ambiental
Evaluación instrumentos de gestión del sector pesquero
Las área de veda son suficientes
Suficiencia del control sobre las áreas de veda
Suficiencia de los planes para restringir la pesca
Reducción del exceso de capacidad de la flota
Ausencia de daño de los métodos de pesca para el hábitat marino
Reducción de la captura incidental
Resultados de Stock, flota y artes Reducción de los descartes
Los artes de pesca están elaborados de manera sostenible
La pesca de juveniles actual se encuentra en niveles seguros
Las poblaciones de peces están siendo reconstruidas
No existe conflictos entres las partes interesadas
Respeto de las costumbres de los pescadores de Cartagena
Satisfacción de las necesidades actuales de los pescadores
Resultados Socioeconómicos
Consideración los beneficios y los costes de realizar un cambio en la gestión
Consideración del impacto social
Beneficios de la investigación son mayores que los costes
Efectividad del control de las capturas
Efectividad del seguimiento de la gestión
Seguimiento, control y vigilancia Efectividad del sistema de localización de buques
Los barcos no pescan ilegalmente en las aguas cercanas a Cartagena
Efectividad del control de la pesca ilegal
Suministro de información que la ley de pesca le exige
Fuente: Pitcher et al. (2006)
Cada atributo se califica en una escala de valores de 0 a 10. Aquellos resultados que no
alcancen el valor 4 serán calificados como graves o fallos de gestión en el sector
pesquero. Por el contrario, los resultados iguales o superiores a 7 indicarán el buen
cumplimiento del Código. De acuerdo con Pitcher et al., (2006) un sector cuyo grado de
cumplimiento alcance el 60- 70% es aceptable pero necesitarían mejorar si se quiere
garantizar la continuidad de la pesca en el futuro.
Caddy (2000), aconseja que la evaluación de la gestión del sector pesquero sea realizada
por su responsable o la persona que mayores conocimientos posea sobre éste y su

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gestión, con el objetivo de realizar un análisis de la manera más objetiva posible. Sin
embargo, se advierte de que es inevitable cierto grado de subjetividad.

Siguiendo las recomendaciones de García-Allut, la evaluación ha sido realizada por la


Consejería de Agricultura y Agua de la Región de Murcia. El análisis de los atributos,
que aparecen en la tabla 1, fue realizado por el Jefe del Servicio de Pesca y Acuicultura
durante mayo del año 2014. Este fue elegido por la Consejería de Agricultura y Agua
por ser el responsable de la planificación, coordinación, dirección y control del sector
pesquero de Cartagena y, por lo tanto, el máximo conocedor de la gestión de la
actividad pesquera de la ciudad.

En este aparatado se descartó la consulta a otros agentes de interés, pues éstos no


intervienen en la elaboración de las medidas de gestión de la actividad sino que se
limitan a cumplir las directrices marcadas por la Administración. Sin embargo, para su
interpretación se realizó una dinámica de grupo donde intervinieron 7 miembros de la
comunidad de pescadores, expertos en la gestión de la pesca, contado con la
participación del Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores de Cartagena, entidad que
representa los intereses económicos y sociales de los pescadores.

4.2 Análisis de Sostenibilidad


La metodología Rapfish es una técnica multidisciplinar, objetiva y transparente que nos
permite evaluar el estado actual de la sostenibilidad de la pesca, a través del estudio de
las seis dimensiones necesarias para asegurar la vialidad de la actividad pesquera en el
largo plazo (Pitcher et al., 2001).
Este estado no debe ser confundido con la eficiencia de la gestión, pues la actual gestión
de la pesca puede estar cumpliendo los objetivos marcados por el Código de Conducta,
aunque se debe tener presente que las décadas de políticas insostenibles han dejado al
sector en una situación alarmante y que requiere de medidas a largo plazo para
recuperar la biodiversidad y riqueza del sector pesquero (Pitcher et al, 2009)
Dentro de cada dimensión se definen un conjunto de indicadores (tabla 2), considerados
esenciales para la sostenibilidad. Dichos indicadores han sido elaborados de acuerdo
con los estudios de los expertos internaciones en el desarrollo sostenible de la pesca
Charles (1994; 2001) y Pitcher (2001; 2013).

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Tabla 2. Indicadores de evaluación de la sostenibilidad del sector pesquero.

Dimensión Indicador Definición

A1. La potencia de la flota


Potencia de las embarcaciones en relación con los últimos 10 años
pesquera
A2. La sobrecapacidad de la Número de embarcaciones respecto al volumen de las poblaciones de
flota peces existentes en la zona
Tecnológica A3. La evolución de la eslora
Longitud y capacidad de las embarcaciones en relación con los últimos
y el arqueo de la flota
10 años
pesquera
A4. Dispositivos de captura Número de dispositivos de captura selectiva, evitando capturas
selectiva accidentales de aves y otras especies
B1. Volumen de las capturas Volumen de la producción en comparación con el patrón histórico

Económica B2. El valor de las capturas Valor de la producción en relación con el patrón histórico
B3. El ingreso de la pesca Los ingresos netos de la actividad pesquera
B4.Contribución de la pesca Contribución de la pesca a la economía local
C1. Presencia y apoyo de la Apoyo de las diferentes Administraciones al desarrollo sostenible de la
política pesca

Institucional C2.Subvenciones y política Presencia de subvenciones con el fin de estimular las actividades
fiscal pesqueras locales en la zona de estudio
C3. Integración de los Participación de los diferentes agentes de interés en la gestión del
interesados en la gestión sector pesquero
D1. Aportación del
Aportación del conocimiento ecológico, social y económico de los
conocimiento de los
pescadores a la toma de decisiones sobre el sector pesquero
pescadores
Social D2. Presencia de pescadores Presencia de los pescadores en la toma de decisiones que afecten a su
en la toma de decisiones comunidad
D3. El comportamiento de los Nivel de consumo de productos identificados con la etiqueta de origen
consumidores local
Conservación de la integridad y relación de todos los miembros del
ecosistema marino, adaptándose a las circunstancias reales y
E1. Justicia ambiental
permitiendo la recuperación de la pesca garantizando el beneficio
Ética deseado
Distribución equitativa de los beneficios y daños de la actividad
E2. Justicia social
pesquera
Cantidad de esfuerzo pesquero (presión sobre los recursos marinos) en
F1. Tasa de explotación
relación con el patrón histórico
F2. Área explotada Porcentaje de área protegida de la actividad pesquera
Ecológica
F3. Estructura de las capturas Tamaño de los peces en relación con la media histórica
Impacto de las actividades humanas en prejuicio de la diversidad de los
F4. Actividad Humana
ecosistemas marinos
Fuente: Charles (1994; 2001) y Pitcher et al. (2001; 2013)
Los indicadores, recogidos en la tabla 2, han sido aceptados y evaluados por un grupo
de expertos locales en la gestión de la pesca (tabla 3), formado por 12 miembros, con el
propósito de realizar una evaluación objetiva y multidisciplinar del estado actual de la
sostenibilidad de la pesca en Cartagena.

12
Tabla 3. Expertos locales en la gestión del sector pesquero.

Agentes Definición Nº de miembros


Han sido entrevistados miembros del Cabildo de Pescadores que representan
Comunidad de
a dicho colectivo y cuyos conocimientos sobre la gestión del sector pesquero 7
Pescadores
son amplios.
Para conocer la sostenibilidad del sector pesquero desde la óptica de la
Administración, es decir, quién toma las decisiones sobre el sector pesquero,
se ha contado con la participación del Jefe de Servicio de Pesca y
Administración 2
Acuicultura de la Dirección General de Ganadería y Pesca de la Región de
Murcia y con la colaboración de la Jefa de sección de Ordenación y
Estructuras Pesqueras.
Con el objeto de obtener la perspectiva científica respecto a la sostenibilidad
Científicos del sector pesquero, se han entrevistado a los tres expertos existentes en la 3
gestión de recursos pesqueros en el área de Cartagena.

Fuente: Elaboración propia.


Para realizar dicha evaluación se ha seguido una escala de valor 1-7, donde el valor 1
indica una sostenibilidad extremadamente débil del indicador y 7 una sostenibilidad
extremadamente favorable, entendiendo que dicho rendimiento está muy por encima de
los índices normales de la comunidad. Dicha escala ha sido elegida según las
recomendaciones realizadas por Vreeker et al. (2002) y Adrianto et al. (2005), con el
propósito de analizar cada indicador desde un enfoque mixto, donde participen tanto el
conocimiento científico-biológico como el ecológico-tradicional de la comunidad de
pescadores en la evolución de la sostenibilidad.

Los datos se han recogido mediante entrevistas personales, cuya duración aproximada
fue de 45 minutos, realizadas durante los meses de marzo, abril y mayo de 2014. El
proceso de evaluación ha sido revisado por Pitcher TJ, creador de la metodología
Rapfish, quien ha validado la idoneidad de los indicadores utilizados para medir el
desarrollo sostenible de la pesca en Cartagena, así como la escala utilizada y la
participación de diferentes agentes de interés en dicho proceso.

5. Resultados
En este apartado se va analizar el estado actual de la gestión del sector pesquero de
Cartagena, así como el estado actual de su sostenibilidad. Dicho análisis, es el paso
previo a la realización de un conjunto de políticas, fases y medidas que nos permitan
alcanzar una gestión ética e impulsar el desarrollo de una pesca sostenible.

5.1 Código de Conducta para la Pesca Responsable


De acuerdo con la evaluación realizada por el Jefe del Servicio de Pesca y Acuicultura
de la Región de Murcia, Cartagena cumple el 51% de las directrices que marcan la
gestión responsable del sector pesquero. Esto nos indica que en Cartagena, a pesar de no
encontrarse en una situación de extremo peligro en el desarrollo de la actividad
pesquera, se debe actuar de forma urgente pues dichos valores muestran una pesca muy
lejos de los requisitos del Código de Conducta de la FAO (se requiere un 70% para
practicar una pesca sostenible y responsable de acuerdo con dicho código). En el gráfico
1, se muestran las medias obtenidas en cada una de las secciones analizadas.

13
Gráfico 1. Análisis del cumplimiento por secciones del Código de Conducta para la
Pesca Sostenible de la FAO de la gestión del sector pesquero de Cartagena.

Objetivos

Seguimiento, Control y 4,9


Marco de gestión
Vigilancia 5 6,1

5,3 6,1
Soc&Eco 3,3 Prevención

Stock de peces, flota y


artes

Conducta Responsable Conducta Irresponsable Conducta de Cartagena

Fuente: Elaboración propia.


Se puede observar como los resultados obtenidos en la intención por gestionar de
manera responsable el sector pesquero son más elevados que los resultados de la gestión
llevada a cabo en él. De acuerdo con Pitcher et al, (2.008) el hecho de que las
puntaciones obtenidas en las intenciones de gestión sean superiores a los resultados
obtenidos en ésta, es común en la mayoría de las comunidades de pescadores como
consecuencia de una gestión centralizada en la Administración.
Con el fin de estudiar cada una de las dimensiones que forman este modelo de análisis,
se van a analizar de forma individualizada cada uno de los indicadores que la forman,
destacando aquellos datos que afectan de manera significativa a los resultados de la
gestión y sean determinantes para el sector pesquero de la ciudad (Tabla 4).

14
Tabla 4. Análisis del cumplimiento de los indicadores del Código de Conducta para la
Pesca Sostenible de la FAO de la gestión del sector pesquero de Cartagena.

Sección Indicador Valor


Utilización del conocimiento científico 4
Consulta a los pescadores artesanales 7
Deseo de reducir la capacidad de la flota 4
Consideración del impacto de la flota sobre el ecosistema 3
Restablecimiento de las poblaciones de peces 5
Objetivos de gestión
Identificación de las prácticas humanas negativas 4
Artes para evitar las capturas accidentales 4
Conocimiento del impacto de la flota en el área donde se practica 7
Conocimiento de la influencia ambiental sobre el medio 7
MEDIA 4,9
Consideración del ciclo de vida del stock pesquero 6
Compatibilidad de las leyes con las del resto de la sociedad 3
Definición de los objetivos a largo plazo 5
Consulta a todos los agentes de interés 7
Marco de gestión Toma de decisiones abierta a otros agentes 7
Auditoría de datos periódicas 7
Evaluación de los factores sociales, económicos e institucionales 7
MEDIA 6,1
Reglas de precaución para garantizar el futuro de la pesca 6
Se aplican las medidas de precaución citadas en la legislación 4
Se evalúa la consecución de los objetivos en la gestión 7
Consideración del número de pescadores en la evaluación 8
Existen planes alternativos para casos de emergencia ambiental 8
Acciones Preventivas
Evaluación instrumentos de gestión del sector pesquero 7
Las área de veda son suficientes 3
Suficiencia del control sobre las áreas de veda 7
Suficiencia de los planes para restringir la pesca 3
MEDIA 6,1
Reducción del exceso de capacidad de la flota 3
Ausencia de daño de los métodos de pesca para el hábitat marino 4
Reducción de la captura incidental 3
Resultados de Stock, flota y Reducción de los descartes 3
artes Los artes de pesca están elaborados de manera sostenible 3
La pesca de juveniles actual se encuentra en niveles seguros 3
Las poblaciones de peces están siendo reconstruidas 4
MEDIA 3,3
No existe conflictos entres las partes interesadas 4
Respeto de las costumbres de los pescadores de Cartagena 5
Satisfacción de las necesidades actuales de los pescadores 4
Consideración los beneficios y los costes de realizar un cambio en la
Resultados Socioeconómicos 7
gestión
Consideración del impacto social 7
Beneficios de la investigación son mayores que los costes 5
MEDIA 5,3
Efectividad del control de las capturas 5
Efectividad del seguimiento de la gestión 6
Efectividad del sistema de localización de buques 7
Seguimiento, control y
Los barcos no pescan ilegalmente en las aguas cercanas a Cartagena 3
vigilancia
Efectividad del control de la pesca ilegal 3
Suministro de información que la ley de pesca le exige 6
MEDIA 5
Fuente: Elaboración propia.
En los Objetivos de Gestión se puede observar como la consideración de los objetivos
relacionados con el impacto de la flota pesquera y de los artes utilizados sobre las

15
poblaciones de peces, son insuficientes para garantizar el desarrollo sostenible de la
pesca. No hay urgencia para reducir la capacidad de la flota ni existe un interés por la
utilización de un nivel superior de conocimiento científico, pues dichos objetivos ya han
sido tratados en años anteriores. Los fines prioritarios para la Administración son paliar
las necesidades informativas sobre la influencia de la pesca en el medio y los efectos de
la flota sobre el área en la que actúa.
El Marco de Gestión nos muestra que existen divergencias significativas entre las leyes
que legislan la actividad pesquera y las que afectan al resto de la sociedad respecto al
sector pesquero de Cartagena. Esto se debe al carácter tradicional de la pesca y a las
numerosas costumbres del sector, como no disponer de un salario fijo mensual o la
aceptación de las largas jornadas de trabajo. Además, el marco de gestión necesita
alcanzar niveles superiores respecto al enfoque temporal de ésta y a la consideración del
ciclo de vida de las poblaciones de peces.
A través de las Acciones Preventivas se percibe como la prevención es uno de los
pilares fundamentales de la gestión responsable del sector pesquero. La consideración
de los pescadores en la gestión y la existencia de planes alternativos para evitar
catástrofes ambientales y pesqueras, hacen que las intenciones de gestión de la pesca
sigan una conducta esperanzadora para la sostenibilidad del sector pesquero de
Cartagena. Es imprescindible que las intenciones de gestión de la pesca vayan
encaminadas a tomar medidas considerando a los pescadores y no solo los criterios
ambientales.

Como se puede observar en los Resultados de Stock de peces, flota pesquera y artes de
pesca, las intenciones de conseguir una gestión responsable de la pesca no siempre se
corresponde con la realidad de dicha gestión. Los resultados observados ponen en
evidencia las carencias de un modelo de gestión centralizado, no siendo capaz de
reducir el exceso de capacidad de la flota ni de emprender las medidas necesarias para
disminuir el número de capturas incidentales.

Los Resultados Socioeconómicos muestran como la consideración del impacto social


en la gestión del sector no es suficiente para compensar los bajos resultados obtenidos
en la satisfacción de las necesidades de los pescadores ni en los conflictos entre las
partes interesadas. Existe una gran divergencia entre las necesidades reales de los
pescadores y las medidas emprendidas por la Administración. Los beneficios obtenidos
por la investigación en el sector y el respeto de las costumbres de los pescadores,
alcanzan valores intermedios, siendo necesario su mejora para alcanzar una gestión
capaz de responder a las necesidades socioeconómicas del sector pesquero a través del
conocimiento y la innovación.
La pesca ilegal es una de las irregularidades a atenuar para conseguir una gestión
responsable en el sector pesquero. Sin embargo, como se observa en el Control,
Vigilancia y Seguimiento de la actividad, los resultados obtenidos en la efectividad del
sistema de localización de buques nos muestra una gestión moderadamente responsable
de la actividad, cumpliendo en gran medida con la ley e implantando un sistema de

16
gestión efectivo pero que, sin embargo, necesita mejoras que permitan garantizar el
desarrollo sostenible de la pesca.

5.2 Análisis de sostenibilidad


Una vez analizado el estado de la gestión del sector pequero, es esencial elaborar un
diagnóstico sobre la situación actual de la pesca en Cartagena. Como se observa en el
gráfico 2, la dimensión ética y social de la pesca han sido las más dañadas por una
gestión centralizada de la Administración. Asimismo, la dimensión tecnológica y
ambiental presentan un estado más sostenible pues, como se ha podido observar en el
punto 5.1, su papel en la gestión de la pesca es más relevante aunque la eficacia de
dichas medidas todavía tenga que alcanzar mejores resultados.
Gráfico 2. Análisis del estado actual de la sostenibilidad de la peca en Cartagena.

4,21 4,03
3,40 3,35
2,81 2,63

Tecnológica Económica Institucional Social Ética Ambiental

Fuente: Elaboración propia.


Para realizar un análisis más riguroso del estado actual de la pesca, se ha elaborado la
tabla 5 donde se estudia el estado actual de los indicadores que forman las diferentes
dimensiones de la sostenibilidad. La tabla 5 nos muestra como la justicia social y
ambiental del sector pesquero presentan un estado crítico. Esta situación alarmante de la
justicia en la actividad marca la necesidad de un cambio en la gestión, buscando
técnicas alternativas que mejore la dimensión ética de la pesca y estimule la
sostenibilidad del sector.
De acuerdo con los expertos, la escasa presencia de los pescadores en la toma de
decisiones es el factor con niveles de sostenibilidad más bajo. Este hecho ha llevado al
sector a crear una política que no se corresponde con la problemática real que atraviesan
los pescadores de la ciudad y sus familias, siendo ineficientes las medidas de gestión
emprendidas para garantizar una actividad pesquera viable en el futuro.
Asimismo, la falta de una política que responda a las necesidades sociales y económicas
de los pescadores, es reflejada en el deterioro de los ingresos procedente de la actividad,
así como en una política de subvenciones que no ha sido capaz de mantener el empleo
del sector y que ha llevado a la destrucción de su flota más sostenible, la artesanal.

17
Tabla 5. Análisis de los indicadores de sostenibilidad de la pesca en Cartagena.

Dimensión Indicador Valor Medio

A1. La potencia de la flota pesquera 3,92


A2. La sobrecapacidad de la flota 4,33
Tecnológica A3. La evolución de la eslora y el arqueo de la flota pesquera 3,92
A4. Dispositivos de captura selectiva 4,67
MEDIA 4,21
B1. Volumen de las capturas 4,33
B2. El valor de las capturas 3,17
Económica B3. El ingreso de la pesca 2,55
B4.Contribución de la pesca 3,55
MEDIA 3,40
C1. Presencia y apoyo de la política 2,33
C2.Subvenciones y política fiscal 2,92
Institucional
C3. Integración de los interesados en la gestión 3,18
MEDIA 2,81
D1. Aportación del conocimiento de los pescadores 4,45
D2. Presencia de pescadores en la toma de decisiones 1,92
Social
D3. El comportamiento de los consumidores 3,67
MEDIA 3,35
E1. Justicia ambiental 2,58
Ética E2. Justicia social 2,67
MEDIA 2,63
F1. Tasa de explotación 3,75
F2. Área explotada 4,08
Ecológica F3. Estructura de las capturas 4,25
F4. Actividad Humana 4,03
MEDIA 4,03
Fuente. Elaboración propia.
Otro aspecto a destacar, es la falta de apoyo político al desarrollo sostenible de la pesca.
Los expertos demandan más apoyo de las diferentes Administraciones para que la
sostenibilidad sea un objetivo real dentro de sus planes de gestión. También se destacan
los valores alcanzados por los indicadores ecológicos y tecnológicos, ya que el carácter
artesanal de la pesca de la ciudad favorece a la salud de los ecosistemas. Sin embargo,
como muestra la evaluación de la gestión del punto anterior, estos buenos resultados no
garantizan una gestión que se adapte las circunstancias reales del ecosistema marino,
permitiendo su recuperación social, a la vez que la pesca obtiene los beneficios
suficientes para que los pescadores puedan atender sus necesidades sociales y
económicas.
Por lo tanto, se necesita emprender una nueva política y un nuevo proceso, donde las
medidas que gestionen la pesca sean elaboradas de forma conjunta por la
Administración y los pescadores, ya que estas no solo pueden atender a mejorar los
resultados de unas dimensiones sino que para lograr una pesca sostenible hay que
emprender un mejora de todas (Charles, 2001).

6. Hacia una pesca ética en el sector pesquero de Cartagena.


Los resultados obtenidos en el análisis anterior nos muestran una gestión irresponsable
del sector pesquero de Cartagena. Para alcanzar una pesca sostenible, a través de una

18
gestión ética de la actividad, se estudian a continuación las políticas y procesos
recomendados por los expertos en gestión pesquera para alcanzar dicho fin.

6.1 Dirección política para garantizar el desarrollo sostenible de la pesca


En 1994, Charles citó cinco aspectos estratégicos para estimular el desarrollo sostenible
de la pesca. Dichos aspectos han ido evolucionando hasta nuestros días siendo éstos la
base para alcanzar el desarrollo sostenible de la pesca. En este apartado se van a analizar
las cinco direcciones que debe tomar la política pesquera para conseguir el objetivo que
se propone: Una gestión ética que asegure una pesca sostenible.
Para alcanzarlo, tanto los pescadores de Cartagena como los técnicos de pesca de la
Consejería de Agricultura y Agua de la CARM, deben de llegar a un consenso sobre
qué medidas responden a las necesidades reales del sector, desarrollando políticas justas
sociales y ambientales, a través de los siguientes puntos (Charles, 1994; 2001;
Armitage et al., 2008; Lam y Pauly, 2010).
- Gestionar la incertidumbre. Como se ha visto, la pesca es una actividad económica
sometida a la incertidumbre de las poblaciones de peces y ecosistemas marinos. Para
gestionar dicha incertidumbre, se ha de adaptar la gestión nacional y autonómica a las
características de la pesca en Cartagena. Conseguir este objetivo pasa por elaborar un
plan anual de gestión entre pescadores y técnicos, siendo éste quien determine la gestión
a corto plazo, dentro de la estrategia a largo plazo, que nos permita alcanzar el
desarrollo sostenible de la pesca. A través de este plan se conocerá el estado de las
poblaciones de peces y se establecerán las cuotas de captura desde criterios de
sostenibilidad. Asimismo es esencial elaborar un Código de Conducta de carácter local,
basado en las directrices del Código de la FAO, donde se determinen los principios que
deben guiar la gestión de la actividad y crear un Comité de Ética que vele por su
cumplimiento.

- Gestionar la complejidad. El sector pesquero está formado por un grupo complejo de


relaciones bio-socioeconómicas difícil de gestionar. Además, dentro de dicho sector,
encontramos diferentes técnicas de pesca (arrastre, cerco, palangre y artes menores), con
diferentes intereses y problemas. También, se deben tener en cuenta la comercialización
y distribución del pescado, al igual que la ley que regula el consumo de pescado. Esta
complejidad se debe gestionar desde la apuesta por una investigación multidisciplinar,
que englobe estudios económicos, sociales, tecnológicos, éticos, biológicos e
institucionales, donde los pescadores participen de manera activa en ellas.
Es esencial, en segundo lugar, establecer una estrategia a largo plazo, basada en la
cooperación frente a la competición y en nuevas técnicas de mercado que estimulen la
venta directa de pescado y la sensibilización por el producto local y capturado de forma
sostenible. También se debe de tener en cuenta la formación para resolver los diferentes
conflictos éticos, inherentes a la complejidad del sector, ya que la mayoría de conflictos
no nacen de la mala voluntad sino del desconocimiento de qué conductas estimulan una
pesca ética y cuáles no.

19
- Control local. Muchos pescadores piensan que las políticas emprendidas por la
Administración están en contra de sus intereses. La gestión centralizada no solo ha
deteriorado la confianza entre ambas partes sino que además ha establecido un sistema
de control centralizado, inviable e ineficiente. Por esta razón, la Administración y la
Cofradía de Pescadores de Cartagena deben de establecer mecanismos que permitan el
control compartido de la actividad. Para desarrollar un control eficiente, la
comunicación interna entre Administración, pescadores y biólogos, es fundamental pero
también la externa, donde se recojan las sugerencias, quejas y datos de otros agentes de
interés, como por ejemplo los consumidores. Este proceso debe emprenderse con una
transparencia total y donde toda la actividad quede recogida en un informe de
responsabilidad, quedando reflejada que la política emprendida ha sido realizada de
acuerdo a las directrices del buen gobierno recogidas en el Código de Conducta.
- Derechos de propiedad. El derecho a la pesca debe residir en la comunidad y no estar
sometido a intereses económicos, es decir, la comunidad de pescadores, respetando la
legislación internacional y nacional, debe de establecer la cantidad a capturar de
pescado y el acceso a los recursos, ya que son los agentes más cercanos a la realidad del
medio, a la vez que cumplen los objetivos de sostenibilidad marcados. Se debe debatir
qué forma de asignación de derechos es más beneficiosa para el sector y desarrollar
nuevos mecanismos que empoderen a los pescadores con el propósito de recuperar la
riqueza (empleo, ingresos, flota artesanal, capacidad de bienestar,…) perdida por las
comunidades locales en beneficio de grandes multinacionales.
- Planificación y diversificación. Se debe abandonar el modelo de la máxima captura
para emprender estrategias basadas en el máximo beneficio. Minimizar las capturas y
maximizar su valor debe ser uno de los pilares esenciales de la actividad pesquera. Es
necesario, para conseguir este fin, establecer una planificación interna, basada en la
cooperación entre pescadores y técnicos de pesca que permita desarrollar alternativas a
la actividad extractiva y generé un mayor nivel de empleo en el sector.
Estas son las direcciones que debe tomar una política pesquera sostenible y cuyo
compromiso no debe estar centralizado en la Administración, sino ser compartida con
los verdaderos protagonistas de la pesca: Los pescadores.

6.2 Implantar la cogestión adaptativa en el sector pesquero


Los datos analizados indican que bajo un sistema centralizado de pesca los valores de
sostenibilidad son deficientes. La cogestión no es únicamente una transferencia de ideas
desde un modelo centralizado a uno comunitario, sino que engloba una serie de
dificultades que, a menudo, dificultan el acuerdo entre la Administración y las Cofradías
de Pescadores.

Por esta razón, a continuación, se van a presentar los pasos a seguir para su correcta
implementación en la ciudad de Cartagena. Para ello se va a seguir el estudio realizado
por Chuenpagdee y Jentoft (2007) y Lam y Pauly (2010), sobre los pasos previos a la
cogestión ética. Con dicho proceso se pretende resolver la problemática observada a
través de la participación de los diferentes agentes de interés (Berkes, 2009). Siguiendo

20
a estos autores se van a desarrollar siete pasos para llevar a cabo el modelo de cogestión
en el sector pesquero de Cartagena.

- Condiciones y agentes de interés. En primer lugar, tenemos que localizar la condición


del sector pesquero que nos lleva a emprender la cogestión frente al modelo
centralizado, es decir, cuáles son las causas de la crisis de la pesca. Se debe definir qué
se entiende por cogestión, qué problemas resuelve y estimular su percepción entre los
agentes de interés.

- Origen y definición. Los pescadores, Administración, biólogos y otros grupos deben


cooperar de forma activa en el desarrollo de la planificación de la cogestión. El favor y
el acuerdo de las partes que participan en la actividad pesquera es esencial para no
repetir el fracaso de otros modelos de cogestión, consecuencia de la oposición de alguna
de las partes a la idea de compartir la gestión de la actividad pesquera.

- Inicio y comunicación. La idea de la cogestión puede nacer desde diversas fuentes. Por
esta razón es esencial conocer el conflicto y la crisis que hace plantearnos dicho modelo
y el enfoque social, político y cultural de la comunidad de pescadores de Cartagena.
- Participación y preparación. Antes de implementar este modelo, se debe preparar de
forma adecuada tanto a la Administración como a los pescadores para que la
implantación del modelo sea realizada de forma eficiente.
- Reflexión y adaptación. Pescadores, técnicos de pesca (Administración) y biólogos
deben reflexionar sobre lo aprendido en los cuatro pasos anteriores, pues se debe
recordar que la insostenibilidad del sector es causada por diversos motivos pero solo el
consenso sobre su percepción y el compromiso de los agentes llevarán al desarrollo
sostenible de la pesca en Cartagena..
- Implementación. Se han de implementar las medidas consensuadas por los agentes de
interés y que garanticen el desarrollo sostenible de la pesca en Cartagena.
- Consolidación. Los pescadores cada vez tienen que intervenir de manera más dinámica
y fluida en la toma de decisiones. El éxito de dicha participación se basa en delegar
responsabilidades en éstos y hacerlos participes del control, seguimiento y vigilancia de
la actividad.
Seguir estos pasos son el principio para impulsar el desarrollo sostenible del sector
pesquero, a través de una cogestión ética llevada a cabo por la Administración y los
pescadores, aprovechando la riqueza del conocimiento biológico y local para establecer
un proceso idóneo que permita construir medidas de gestión éticas.

7. Conclusiones
En este trabajo hemos podido analizar las ventajas de la cogestión, como alternativa de
gestión al modelo tradicional que, centralizado en la Administración, ha quedado
obsoleto para responder a las necesidades de las comunidades de pescadores. Es decir,
el modelo centralizado en la Administración y su toma de decisiones bajo el monopolio
del conocimiento biológico, no ha sido capaz de garantizar el futuro de la pesca. Para
21
llegar a dicha conclusión, hemos realizado un análisis de la dimensión ética de la pesca
donde se han evaluado un grupo de indicadores cuyo resultado refleja el estado actual
de la gestión, según las directrices del Código de Conducta para la Pesca Responsable
de la FAO, y de las seis dimensiones del desarrollo sostenible de las comunidades de
pescadores (Tecnológica, Económica, Social, Institucional, Ética y Ecológica).

Es esencial iniciar un modelo de gestión en el que las medidas desarrolladas se adapten


a las necesidades de la comunidad y donde los pescadores participen de forma activa en
la gestión del sector pesquero. No se puede gestionar la actividad a través de medidas
nacionales o autonómicas cuando cada comunidad de pescadores dispone con un estado
y recursos diferentes. Se necesita de una gestión de la pesca compartida entre la
Administración y las comunidades de pescadores, con el fin de gestionar la pesca como
un bien común y no como un derecho económico. Los pescadores recogen un amplio
conocimiento sobre los recursos y características de la comunidad que representan y
cuya inclusión en la gestión es esencial para alcanzar una eficiente cogestión adaptativa.

Antes de desarrollar el modelo de cogestión en una comunidad de pescadores, se debe


someter a dicha comunidad a un proceso de análisis. La metodología utilizada, que nos
ha permitido recoger el conocimiento de un grupo de expertos, ha sido la Rapfish. Sin
embargo, dicha metodología ha sido modificada para que puedan participar diferentes
agentes locales, expertos en gestión pesquera, con el propósito de crear un diagnóstico
aprovechando el conocimiento de diferentes agentes de interés.

A través de esta experiencia, los expertos en la gestión pesquera de la ciudad de


Cartagena han examinado el estado actual de la comunidad de pescadores de dicha
ciudad y su gestión. De acuerdo con el análisis realizado, se observa como la gestión
actual del sector pesquero necesita adaptar su gestión a las demandas ambientales,
sociales y económicas de la comunidad, con el fin de alcanzar las directrices del Código
de Conducta. Asimismo, es urgente emprender acciones que refuercen la justicia social
y ambiental de la pesca en Cartagena, con el objetivo de paliar el daño que ha sufrido la
dimensión ética de la pesca como consecuencia de una gestión centralizada y que
necesita de “arreglos institucionales” para garantizar el desarrollo sostenible de la pesca.

Por medio de este estudio, hemos podido compartir con miembros de la Administración,
comunidad científica y pescadores la idea de la cogestión y sus beneficios para el sector
pesquero, con el propósito de implantar, en estudios posteriores, las políticas y siete
pasos analizados en la comunidad de pescadores de Cartagena.

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