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CONOCIMIENTO CIENTÍFICO Y SUS CARACTERÍSTICAS

El conocimiento científico surge como una aproximación crítica a la


realidad apoyándose en el método científico que, fundamentalmente, trata de
percibir y explicar desde lo esencial hasta lo más prosaico, el porqué de las
cosas y su devenir, o al menos tiende a este fin. Aunque, no todo
conocimiento que tenemos sobre el mundo que nos rodea puede ser
considerado como Conocimiento Científico, ya que muchas veces el saber
popular tiene que tener una demostración que indique lo contrario, o bien que
pueda explicar el porqué se producen ciertos fenómenos, y es justamente de
esto de lo que se encarga la ciencia, con sus distintas disciplinas.

Aún así, no se puede negar la importancia que el mismo ha tenido y


sigue teniendo para poder comprender todos los sucesos que pasan a
nuestro alrededor, de allí que a través del presente ensayo analizaremos los
logros que ha obtenido la humanidad a través del desarrollo de este tipo de
conocimiento.

En primer lugar debemos tener claro su definición, que permite


diferenciarlo de los otros tipos de conocimiento. Pero es necesario
conceptualizar el conocimiento, que según Fontaines (2012): “puede
entenderse como el resultado del estudio que el sujeto hace del objeto para
describirlo, explicarlo, generando visiones actuales y prospectivas sobre su
estructura, composición, vinculación y funcionamiento” (p. 21), es decir
significa buscar conocer y entender objetos u hechos de los cuales es
testigo, de manera de comprender su funcionamiento.
De esta forma, se llega al concepto de conocimiento científico, objeto
del presente trabajo. La forma de conocer científicamente con método surgió
durante la época clásica Griega, pero su desarrollo fue interrumpido por
cerca de 1700 años, hasta que en 1214 Roger Bacon empezó a propugnar
por la separación entre fe y ciencia y casi trescientos años más tarde Francis
Bacon (1561-1623) y Galileo Galilei (1564-1642) establecieron las bases del
moderno método científico (Heimendahl, 1969).

A lo largo de cuatro siglos de desarrollo, el conocimiento científico se


transformó, en un instrumento cognoscitivo tan fiable como nunca se había
encontrado, de ahí el éxito tan grande que ha alcanzado como guía para la
acción humana (Bunge, 1985). En la actualidad, el conocimiento científico es
definido por Tamayo (2006) como “toda actividad intelectual que busca
explicaciones profundas de gran alcance objetivo, esto quiere decir, datos de
posible comprobación por parte del investigador. El conocimiento científico se
basa en la objetividad, que es la capacidad para desprenderse de situaciones
en la que se está implicado personalmente y para examinar los hechos
basándose en la prueba y la razón y no en el prejuicio y la emoción” (p. 69).

Lo anterior permite comprobar que el conocimiento científico posee


características particulares que lo diferencian de los diferentes tipos de
conocimiento. Para Huerta de Soto la primera característica es la
abstracción. Abstraer es tomar separadamente una característica o
propiedad de un objeto y considerarla aisladamente, con lo que se puede
dejar de lado todo cuanto sea irrelevante para el tema estudiado, con la
consiguiente economía de esfuerzo y claridad expositiva.

De manera que, como resultado del proceso de abstracción se elaboran


modelos, que son versiones a escala reducida y simplificada de la realidad,
en los que sólo se mantienen las relaciones más significativas y las
propiedades más importantes. Estos modelos pueden reflejar distintos
niveles de abstracción y correspondencia con la realidad, pudiendo ser en
este sentido icónicos (mapas y diseños), analógicos (que incorporan
explicaciones supliendo una propiedad por otra, por ejemplo, los colores por
la altitud o la densidad de población en los mapas) o simbólicos (que
representan la realidad por medio de símbolos).

La segunda característica del conocimiento científico es que ha de ser


general, es decir, aplicarse a todos los elementos de una clase dada. Gracias
a la generalización es posible obtener un conocimiento que sea
independiente en su validez de la experiencia. El procedimiento para obtener
proposiciones de validez general combina elementos deductivos e inductivos.
Por otro lado, la generalización aspira a explicar y a predecir, existiendo
distintos grados y clases de explicación según que ésta sea analítica,
probabilística, funcional o genético-causal

También se considera que el conocimiento científico ha de ser


contrastable. Esta tercera característica del conocimiento significa que lo que
el mismo explica acerca de algo puede ser aplicado por observadores
distintos de quien logró la evidencia o explicación aportada. El criterio de
verificación que sostuvo la escuela del positivismo lógico limita esa actuación
a procedimientos empíricos, dejando para la “metafísica” cualquier
aseveración que no sea susceptible de rebasar la prueba empírica. Este
criterio no es en general aceptado en la actualidad.

Del mismo modo el conocimiento científico se considera que es


objetivo. Esta cuarta característica implica que el mismo es intersubjetivo por
el doble motivo de aspirar al conocimiento de los hechos y por ser su método
independiente de las personas que, al aplicarlo, podrán tener una desigual
capacidad, maestría o experiencia pero, aplicando iguales procedimientos,
habrán de llegar a resultados también similares. Este aspecto de la
objetividad es particularmente delicado en el campo de las ciencias sociales,
en las que el científico comparte la naturaleza de los entes observados
(seres humanos), lo cual es, a la vez, una gran ventaja y un inconveniente.

Por un lado, es ventaja, en cuanto le proporciona por simple


introspección un conocimiento de primera mano que nunca podrá lograr en el
campo de la ciencia natural. Y es inconveniente, pues sus valores personales
pesan en la selección tanto de los problemas a resolver como de los
procedimientos elegidos para llegar a adquirir el conocimiento. Por otro lado,
las implicaciones del conocimiento obtenido pueden afectar radicalmente a la
vida de otras personas.

Finalmente el conocimiento científico está ordenado, sistematizado y


formalizado. En sus diferentes niveles aparecen axiomas que son verdades
autoevidentes e indemostrables, y postulados que, sin tener la generalidad
de los axiomas, se aceptan como elemento irreductible de una disciplina o de
un problema. De los axiomas y postulados se derivan teoremas que
establecen proposiciones acerca de la realidad. La conjunción de estas
construcciones mentales constituye un cuerpo de conceptos que, como
afirma Machlup (1983), integran el material que, debidamente articulado,
configura las teorías.

En conclusión, del concepto y características que han sido expuestos


del conocimiento científico, se puede establecer, que el mismo es el producto
de la implementación de un método sistemático de investigación que culmina
en la generación de leyes y teorías a partir de las cuales se explica el
funcionamiento del objeto o situación bajo estudio. . Entre sus objetivos
centrales está el analizar cómo es la realidad, cómo se forma; explicar cómo
interactúan sus partes y elementos a fin de saber porque el objeto es como
es; predecir el comportamiento futuro del objeto de estudio; controlar el
funcionamiento del objeto o situación. Por ello se considera oportuno referir
como características del conocimiento científico aquí explicadas, a la
abstracción, generalización, la contrastación, objetividad, ordenado,
sistematizado y formalizado.

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