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INTRODUCCIÓN..................................................................................................................................3
La Comunicación.....................................................................................................................................4
La comunicación en el Hogar................................................................................................................5
La comunicación en la pareja...............................................................................................................6
Comunicación asertiva.........................................................................................................................12
RECOMENDACIONES........................................................................................................................14
CONCLUSIÓN......................................................................................................................................15
BIBLIOGRAFÍA...................................................................................................................................16
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INTRODUCCIÓN
El comunicarnos en forma sana con quienes convivimos diariamente es la base de una buena
relación familiar, y ésta es una tarea en la que siempre tenemos algo que aprender. La
familia es el primer lugar donde aprendemos cómo comunicarnos. La manera de hacerlo en
nuestra familia de origen determinará cómo nos comunicaremos con los demás. Así, niños y
niñas comienzan aprendiendo los gestos y tonos de voz de sus padres y hermanos mayores.
Una de las funciones que tiene la comunicación al interior de las familias es poder
expresar necesidades y que éstas sean escuchadas y satisfechas por otro miembro de la
familia. Una de las dificultades habituales de las familias radica en pensar que ese otro va
a poder adivinar lo que uno necesita. Esto ocurre tanto con necesidades materiales como
con necesidades afectivas. Es fundamental que todos los miembros de una familia puedan
expresar sus necesidades, emociones y expectativas sin temor a ser rechazado o no ser
considerados por los demás. Al hacer explícitas estas necesidades se establecen
relaciones más claras y eficientes. Mantener el mito de que otros pueden adivinar mis
necesidades sólo lleva a producir acumulación de rabia y frustración en las personas,
porque se interpreta erróneamente la falta de adivinación como falta de cariño o de
preocupación.
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La Comunicación
La comunicación en general toma lugar entre tres categorías de sujetos principales: los
seres humanos (lenguaje), los organismos vivos (biosemiótica) y los dispositivos de
comunicación habilitados (cibernética).
Naturalmente tiene que haber algo que comunicar, un contenido y un proceso que
con sus aspectos previos y sus consecuencias motive el Mensaje.
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El Propósito u objetivo de la comunicación se puede denominar bajo la acción de
informar, generar acciones, crear un entendimiento o transmitir cierta idea.
Desde un punto de vista técnico se entiende por comunicación el hecho que un determinado
mensaje originado en el punto A llegue a otro punto determinado B, distante del anterior
en el espacio o en el tiempo. La comunicación implica la transmisión de una determinada
información.
Escucha las palabras de los sabios y aplica tu corazón a mi sabiduría (Proverbios 22.17). El
buen entendimiento se incrementa con la conversación.
Con respecto a la comunicación entre los seres humanos la Biblia nos menciona en
Proverbios 12:18 que, “hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; más la
lengua de los sabios es medicina”. Toda acción tiene una reacción. Hay situaciones que nos
provocan una explosión de ira. Al comunicarnos con otras personas, debemos orar y pedir a
Dios control y sosiego para evitar herirlas. Un diálogo sosegado aunque el tema sea
delicado provocará entendimiento. Si estás afectado emocionalmente, la comunicación no
será efectiva, pues “la palabra áspera hace subir el furor” (Proverbios 15:1).
La comunicación en el Hogar
Comunicarse es hacer al otro partícipe de lo que uno piensa, siente y hace, por tanto éste
es un elemento indispensable para que la relación entre la pareja, o padre, madre, hijos e
hijas sea sincera y sólida. Cuando la comunicación familiar es eficaz, se presta atención
entre la pareja y entre hijos e hijas y en todo momento, se brinda información,
explicaciones , afectos y sentimientos; cuando un padre o madre se dirige a sus hijos e
hijas, las palabras o gestos deben ir acompañados de una sonrisa o de un gesto dulce. Una
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manera muy importante de comunicarse con los hijos e hijas es compartir los juegos, ya
que a través de estos se comunica alegría, gozo y diversión. Crear un clima de comunicación
en la familia no es una tarea fácil, son los padres y madres quienes han de introducir desde
que son niños(as), espacios y mecanismos que faciliten la comunicación y una convivencia
armoniosa, para cuando se llegue a la adolescencia gozar del espacio formado y
conquistado a través de un proceso de enseñanza - aprendizaje de ensayo y error.
La comunicación en la pareja.
Cuando iniciamos una relación de pareja, uno de nuestros principales objetivos, sobre todo
en un principio, es compartir nuestros aspectos más íntimos y así, establecer un fuerte
lazo de unión. Sin embargo, con frecuencia, desde los primeros momentos tendemos a
cometer tres errores importantes:
1. No nos conocemos, porque una gran parte de nuestra vida hemos actuado y pensado
como la sociedad espera de nosotros, por lo que no sabemos que necesitamos y
queremos de nuestra pareja y cómo pedirlo de manera adecuada.
2. No vemos a nuestra pareja como realmente es, ya que la vemos a través de: El
enamoramiento, de la imagen que nos quiere transmitir, y de lo que proyectamos
(ponemos en ella, aquella parte que es de nosotros, pero que desconocemos) y
3. Creemos que si la otra persona nos quiere, tiene que saber lo que queremos y
necesitamos, para dárnoslo, sin que tengamos que pedirlo.
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A través de la comunicación se conoce la pareja, su vida, deseos, valores, inquietudes, etc.
y permitimos que ella nos conozca, por lo que puede ser, también, una de las mejores
herramientas para resolver muchos de nuestros problemas.
La mayoría de los errores que se suelen cometer en la comunicación de pareja tiene que
ver con no saber expresarse adecuadamente o por las faltas de respeto hacia uno mismo o
hacia la otra persona:
Imponemos nuestro criterio creyendo que nuestro punto de vista es mejor que el
de nuestro compañero o compañera.
Todos nos comunicamos, pero no todos lo hacemos de manera efectiva. Tomar conciencia
de ello puede ayudarnos a construir una mejor comunicación con nuestra pareja. Hace
mucho tiempo se descubrió que todos los humanos necesitamos comunicarnos, porque esa
comunicación es en absoluto necesaria para nuestro bienestar psicológico. Es decir, quien
no se comunica, quien decide encerrarse en sí mismo, termina por acusar severos
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problemas mentales. Los estudiosos señalan que una persona normal, 75 por ciento del
tiempo que está despierta se está comunicando de una u otra manera. Sin importar si
estamos solos, no dejamos de comunicarnos (nos aconsejamos, a veces incluso nos
regañamos y sí, hablamos mucho) con nosotros mismos.
En nuestro medio podemos decir que por las circunstancias de la vida, uno de los dos
cónyuges puede estar ausente por: sobrecarga de responsabilidades, separación de la
pareja, migración a algún país y otros. Esto dificulta en un momento determinado que
padre y madre, puedan desarrollar una comunicación adecuada con sus hijos e hijas.
Todos los padres necesitan tener una buena comunicación con sus hijos. La comunicación
favorece la relación, se obtiene un ambiente de unión, de respeto, de tolerancia y de
cariño y confianza. Si es importante el diálogo en las relaciones interpersonales, lo es aún
más la comunicación en la familia, ésta está guiada por los sentimientos, nos ayuda a
establecer contacto con el otro, a dar o recibir información y así expresar aquello que
queremos decir, ya sean ideas, sentimientos o sufrimientos. La comunicación ayuda a
fortalecer el apego en la familia y entre sus miembros.
A los padres y a las madres les gusta tener con los hijos una comunicación fluida y positiva.
Cuando esto no es así, cuando la relación se deteriora y se convierte en superficial,
aparecen las dudas y la desconfianza, los problemas pasan por la mente de los padres y
surge la angustia. De igual modo hay momentos que los hijos no necesitan comunicar según
qué aspectos de sus vidas a los padres y este hecho ha de ser respetado, en este momento
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los hermanos o los amigos cobran un papel importante. Aquí los padres tendrán que darles
a los hijos su espacio y momento y estar presentes por si son necesarios en algún
momento. Este hecho suele ser más frecuente en la adolescencia y los niños se vuelven más
reservados que cuando son más pequeños. Es en este momento cuando los padres tendrán
que estar más alerta y observar las conductas de sus hijos por si necesitan de su ayuda y
ellos no son capaces de comunicarlo. Es importante que sepamos que, a veces, con el afán
de ayudar a los hijos, los padres pueden convertirse en jueces, se critica o se censuran sus
conductas con mucha rapidez y esto no favorecerá a la relación.
Escuchar atentamente es el primer paso que nos permitirá conocer qué preocupa al niño y
cuál es su estado emocional. Los niños aprenden desde el ejemplo, por eso es necesario que
los padres comiencen desde muy pequeños a interiorizar en los niños pautas o normas de
una buena comunicación. Cuando existe la comunicación en una familia, seguramente se
puede afirmar que existe un compañerismo, una complicidad, y un ambiente de unión y
afecto en la casa. Hay que ayudar a los hijos, es decir, que los padres introduzcan
mecanismos que faciliten la comunicación, por ejemplo:
Escuchar con atención e interés, que el niño sienta que está siendo atendido.
Cuando se dé un consejo que sea siempre en clave positiva.
Ponernos en el lugar del niño y poder entender que es lo que le pasa, así podremos
ayudarle con mayor facilidad.
Crear un ambiente que facilite la comunicación.
Que se sienta partícipe de decisiones de la familia, que pueda opinar sobre
aspectos concretos y explicarles las cosas que suceden en el núcleo familiar,
siempre teniendo en cuenta la edad del niño.
No juzgarlos antes de tiempo cuando nos expliquen alguna cosa.
Proporcionarles confianza para que puedan hablar sobre cualquier tema dentro de
la familia, es mejor que puedan hablar obtener información dentro del núcleo
familiar que no fuera.
Es importante poder seguir todas estas pautas, que el niño se sienta escuchado, que pueda
comunicarse abiertamente y se sienta apoyado cuando exprese todos sus sentimientos. De
esta manera la comunicación será positiva y el ambiente familiar será el adecuado para el
buen desarrollo del niño.
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La importancia de la comunicación entre padres e hijos
Una pareja que resuelva las discrepancias, en cuanto a la educación de sus hijos de una
manera inquisitiva, donde un miembro impone y el otro acata, con el tiempo su relación se
verá resentida, gobernando el distanciamiento y la frialdad entre ellos. Una madre que
critique constantemente a su hija por su forma de vestir, por ejemplo, será caldo de
cultivo para generar una relación fría, distante, además de afectar a nivel emocional a la
hija.
Como padres debemos hacer un esfuerzo para transmitir una actitud acogedora, inspirar
calma y respeto a la hora de comunicarnos. Es imprescindible tratar de entender a
nuestros hijos; despertar la intuición para detectar sus preocupaciones, sus necesidades
y, por supuesto, saber respetar su intimidad.
No obstante, la mayoría de las veces nos dejamos llevar por las emociones, no controlamos
lo que decimos y el cómo lo decimos, generando sentimientos de culpabilidad y
resentimiento. Algunos errores que dificultan una comunicación en familia adecuada son:
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Tendencia a minimizar las preocupaciones de nuestros hijos: los adultos consideramos
nuestros problemas más relevantes que los de los jóvenes porque percibimos que son más
superficiales y de fácil solución. El hecho de no ofrecer la importancia merecida a los
problemas de nuestros hijos o no compartir con ellos sus emociones, genera desconfianza o
sentimientos de inferioridad. - No ofrecer apoyo a los hijos cuando tienen un problema y
posicionarse a favor del contrario: en la etapa.
El hecho de tratar de resolver un problema de nuestros hijos sin contar con él a ciertas
edades puede resultar contraproducente, ya que son ellos los que deben aprender a lidiar
con sus dificultades. Por tanto, escucharles y ofrecerle pautas para solucionar un
problema sin imponer nuestra opinión, tal vez sea la manera más aconsejable de afianzar la
comunicación.
Existen hogares donde hay alianzas, esto no es malo si es para el crecimiento de la familia,
podemos encontrar que la hija se une con la madre y el padre con el hijo, o la madre con
sus hijos e hijas, entre otros; la dificultad radica cuando los adultos tienden a conquistar a
sus hijos e hijas para tomar posiciones en contra de uno de ellos, tal situación llega al
extremo de generar una inadecuada comunicación familiar en donde:
En ocasiones el padre y la madre por cualquier cosa están regañando teniendo un estilo de
comunicación agresiva, esto va afectando a los(as) hijos/as, hay casos en que los
hermanos(as), tienden a crear una relación muy cercana, pudiendo llegar a generar alianzas
y una serie de convenios generacionales que dejan de lado a sus progenitores. En casos
extremos se puede observar:
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Hijos e hijas crean sus propios proyectos dejando al margen a sus progenitores
principalmente cuando estos están lejos.
Con el fin de suplir la poca atención brindada por el papá y la mamá, los hijos e hijas
buscan a grupos de amigos que comparten los mismos problemas.
Para protegerse del maltrato y de la negligencia de los responsables de la crianza
los y las adolescentes eligen un mal camino.
Los que deciden en el hogar sobre el padre y la madre serán los hijos e hijas
mayores.
Los y las adolescentes no gozan de su juventud.
La situación familiar asumida, les hace madurar muy precozmente.
Sus relaciones con los y las demás jóvenes se pueden volver escasas o nulas.
Comunicación asertiva
Es un tipo de comunicación donde todo el mundo tiene derecho a hablar, a que se tome en
cuenta sus opiniones, tanto adultos, como niños, niñas y adolescentes son considerados y
respetados como personas únicas y valiosas. Las familias tienden a generar un proceso de
comunicación con democracia, en donde todo debe ser consensuado estableciendo
relaciones de igualdad, equidad y de participación armoniosa.
Una buena comunicación parte del reconocer que cada uno de los miembros de la familia
tiene un lugar: El padre y la madre tienen la responsabilidad de ser guías de sus hijos e
hijas, quienes deben reconocer su autoridad, respetarla y apoyarse en ellos; todo esto en
relación armoniosa contribuirá a que se forme una personalidad adecuada.
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Esto exige de los padres y madres:
Entender los problemas del otro.
Penetrar en sus sentimientos.
Confiar en sus capacidades.
Colocarse en su lugar.
Respetar su libertad e intimidad.
Aceptar a los y las adolescentes tal cuales son.
Amarlo como nosotros mismos nos amamos.
Moldear su carácter fortaleciendo las partes débiles y haciendo que reflexionen y
modifiquen sus errores.
Las personas nos comunicamos mediante palabras, tonos de voz, y con el cuerpo: posturas,
gestos, expresiones en un contexto determinado. Creemos que actuamos sobre la misma
realidad de la otra persona y que ella posee las mismas referencias que nosotros. En las
familias esto provoca, con frecuencia, malos entendidos, errores de interpretación,
conversaciones confrontativas, con la consecuente pérdida de energía, tiempo,
oportunidades, generando conflictos. En un conflicto, la persona no se siente escuchada, ni
comprendida y por eso habla más fuerte y trata de convencer al otro.
Desafortunadamente, los dos hacen igual. Escuchar no significa estar de acuerdo,
solamente comprender como se siente el otro.
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RECOMENDACIONES
1. Una buena comunicación fortalece una relación de pareja y cuando esto se da, la
comunicación mejora, estableciéndose un círculo virtuoso que mejora la calidad de
nuestra vida. Para todo esto es necesario aprender a establecer un diálogo
respetuoso y fluido y que vaya acompañado de una comunicación corporal
congruente.
3. Para que una comunicación sea agradable, no es necesario buscar temas de gran
importancia o grandes problemas, con compartir el día a día de manera adecuada,
puede ser suficiente.
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nosotros mismos. Nunca vamos a poder mantener una buena comunicación y, sobre
todo, una buena relación de pareja, si la primera está basada en insultos,
humillaciones, deseos de lastimar al otro, etc.
CONCLUSIÓN
En cada intento de comunicación siempre una es la cosa que queremos decir y otra lo que
en realidad decimos, y una tercera, lo que se entiende de nuestras intenciones. Cada
acción, cada palabra lleva tomada de la mano una serie de ideas y de sentimientos, y eso
hace que a veces la comunicación pueda ser complicada. Todos nos comunicamos, pero no
todos lo hacemos bien. Lo bueno es que todos podemos aprender a expresarnos mejor.
La comunicación en la familia es fundamental para que todo vaya bien. A veces, la falta de
comunicación, el no predicar con el ejemplo o no dedicarles un tiempo a los hijos,
determina que no todo marche como es de esperar, en el núcleo familiar. En ocasiones, los
pequeños detalles son los que hacen la diferencia.
Las relaciones familiares han cambiado mucho en estos últimos tiempos. La poca
disponibilidad horaria o las ocupaciones que cada uno tiene terminan haciendo de la
relación familiar algo fría y distante, ocasionando problemas y no estando delimitados los
límites que tiene cada uno. Y esto, muchas veces, se debe a que se desatienden cuestiones
básicas.
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Predicar con el ejemplo es una de las cosas más importantes en la relación familiar.
También es muy importante establecer una comunicación clara con la familia. Es muy
importante escuchar a los hijos, prestarles atención a sus palabras. Ellos también tienen
cosas muy importantes que decir.
En la buena comunicación siempre debe existir uno que hable y otro que escuche y puedan
comprender la importancia de la sana comunicación. En el arte de la buena comunicación
debe haber armonía, no gritos, ni conflictos. Dios quiere que el hombre del siglo XXI
aprenda a comunicarse con Él, consigo mismo y con sus semejantes. Para poder alcanzar
una comunicación efectiva y saludable es necesario conocer al comunicador por excelencia
su nombre es Jesucristo, que por medio de su sacrificio abrió el cielo de Dios para darnos
el privilegio de tener comunión con Dios y con nuestros semejantes.
BIBLIOGRAFÍA
http://www.devocionalescristianos.org/2016/11/principios-comunicacion-segun-
biblia.html
http://www.monografias.com/trabajos/lacomunica/lacomunica.shtml
http://www.hacerfamilia.com/familia/comunicacion-padres-hijos-conflictos-
familiares-confianza-20170627120711.html
http://impactoevangelistico.net/noticia/142-el-arte-buena-comunicacion
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