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Desde hace mucho tiempo, a los diamantes se les considera

piedras preciosas. Algunos han sido valorados en millones de dólares.


Pero ¿habrá algo más valioso para Dios que los diamantes y otras
piedras preciosas?
Haykanush, una publicadora no bautizada de Armenia, encontró
un pasaporte cerca de su casa. Dentro había varias tarjetas de débito
y una gran cantidad de dinero. Ella se lo contó a su esposo, quien
también es publicador no bautizado.
Aunque pasaban por muchos apuros económicos y tenían
deudas, decidieron entregar el dinero en la dirección que aparecía en
el pasaporte. El hombre que lo había perdido y su familia se
sorprendieron muchísimo. Haykanush y su esposo les explicaron que
se sintieron obligados a ser honrados por lo que habían aprendido en
la Biblia. Además, aprovecharon la oportunidad para hablarles sobre
lo que creen los testigos de Jehová y les dejaron unas publicaciones.
La familia quiso recompensar a Haykanush con algo de dinero,
pero ella lo rechazó. Al día siguiente, la señora visitó a Haykanush y a
su esposo e insistió en que ella aceptara un anillo de diamantes como
muestra de su agradecimiento.
Al igual que a esa familia, a muchas personas les hubiera
sorprendido la honradez de este matrimonio. Pero ¿se sorprendió
Jehová? ¿Cómo vio ese gesto de Haykanush y su esposo? ¿Valió la
pena ser tan honrados?
No es difícil contestar estas preguntas. Los siervos de Dios
creen que, para Jehová, reflejar sus cualidades es más valioso que
los diamantes, el oro y otras cosas materiales. En la Biblia, la palabra
griega que en ocasiones se traduce como “honradez” se refiere a lo
que es bueno por naturaleza. También da la idea de algo hermoso y
muy valioso en sentido moral. Para sus siervos, conseguir imitar las
cualidades de Jehová a un mayor grado no tiene precio.
Todo el que afirme adorar a Dios debe ser honrado en todas las
cosas [lea Hebreos 13:18].
Proverbios 3:13-15 indica: “Feliz es el hombre que ha hallado
sabiduría, y el hombre que consigue discernimiento, porque el tenerla
como ganancia es mejor que tener la plata como ganancia; y el
tenerla como producto, que el oro mismo. Es más preciosa que los
corales, y todos tus otros deleites no pueden ser igualados a ella”.
Es evidente que Jehová valora estas cualidades más que cualquier
riqueza.
Todos tendremos que dar cuenta a Jehová por lo que hagamos, sea
bueno o malo.
Debemos suplicarle a Jehová que nos examine, nos corrija y nos guíe
[lea Salmo 139:23, 24].
Deberíamos examinarnos con humildad y decidirnos a hacer cualquier
cambio necesario
EL RETO DE SER HONRADOS
Hay que reconocer que no es fácil ser honrados en estos últimos días,
pues muchos son “amadores de sí mismos, amadores del dinero”
(2 Tim. 3:2).
Cuando se pasa por una crisis económica o es difícil encontrar un
empleo, muchas personas creen que está justificado robar, hacer
trampas o implicarse en otras prácticas poco honradas. Esta forma de
pensar es tan común que muchos piensan que es sencillamente
imposible ser honrado si eso significa perder dinero. Incluso ha habido
cristianos que han tomado malas decisiones al respecto. Por querer
conseguir “ganancia falta de honradez”, han perdido su buena
reputación en la congregación Proverbios 11:1
Sin embargo, la inmensa mayoría de los cristianos imitan a Jesús.
Se dan cuenta de que las cualidades cristianas son más importantes
que cualquier riqueza o ventaja.
En el matrimonio hay que expresarse con franqueza y sinceridad, pero
siempre con cariño y amabilidad
Los cónyuges honestos no coquetean con otras personas.
Los padres deben enseñar a sus hijos a ser honestos en todo lo que
hagan y digan. Pueden usar buenos y malos ejemplos de la Biblia
para mostrarles que es importante ser honestos
La forma en la que tratamos a los demás, incluidos otros cristianos,
debe dejar claro que somos honestos
Al tratar con las autoridades, también hay que ser honrados.
BENEFICIOS
Si somos honestos y honrados mantendremos una buena conciencia
y tendremos franqueza de expresión en la predicación, podremos ser
amigos de Jehová
Jehová ama a quienes adornan su enseñanza manifestando sus
maravillosas cualidades, como la honradez (Tito 2:10). Él inspiró al rey
David para que escribiera estas animadoras palabras: “Un joven era
yo, también he envejecido, y sin embargo no he visto a nadie justo
dejado enteramente, ni a su prole buscando pan” (Sal. 37:25).
La experiencia de Rut lo demuestra. Esta fiel mujer se mantuvo al lado
de su envejecida suegra, Noemí, en vez de dejarla sola. Rut se mudó
a Israel, donde podría adorar al Dios verdadero (Rut 1:16, 17). Una
vez allí, demostró ser honesta y diligente. Trabajó muy duro
recogiendo las espigas que los segadores dejaban en el campo, como
indicaba la Ley. Tal como ocurrió con David más tarde, Jehová
no dejó que Rut y Noemí pasaran hambre (Rut 2:2-18). Es digno de
notar que Jehová hizo mucho más que proveerle cosas materiales a
Rut. La escogió para que fuera antepasada del rey David y hasta del
Mesías prometido (Rut 4:13-17; Mat. 1:5, 16).
Al igual que hizo Rut, cristianos de todas partes han manifestado fe en
que Jehová puede ayudarlos. Han confiado plenamente en su
promesa, que leemos en Hebreos 13:5: “De ningún modo te dejaré y
de ningún modo te desampararé”. Jehová ha demostrado muchas
veces que puede ayudar, y ayudará, a quienes son honrados en todo
momento.
Es cierto que los humanos valoran los diamantes y otros objetos
costosos. Pero podemos estar seguros de que, para nuestro Padre
celestial, el hecho de que manifestemos honradez e imitemos sus
otras cualidades tiene muchísimo más valor que las piedras preciosas.
Por tanto, sigamos imitando a Jehová, sus cualidades, y
sigamos siendo honrados en todas las cosas.

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