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Biografía
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Su filosofía
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Algunos ejemplos pueden dar idea de hasta qué punto Aristóteles estableció
las bases que configurarían el pensamiento europeo: las teologías cristiana
y musulmana del Medioevo asumieron su metafísica; la física y la astronomía
aristotélicas se mantuvieron vigentes hasta el siglo XVII; sus estudios
zoológicos, hasta el XIX; la lógica, hasta el siglo XX; sus apenas cincuenta
páginas sobre estética se siguen debatiendo en nuestros días. Su
incuestionada autoridad, reforzada desde la Baja Edad Media por el
aristotelismo eclesiástico, llegó incluso a frenar el desarrollo de la ciencia. De
tomarse este hecho como una acusación, habría que dirigirla no al filósofo
sino a sus dogmáticos seguidores; pero más razonable es tomarlo como
ilustración de la sobrehumana magnitud de su impronta y del abismal
adelanto que representó su obra.
En la Academia de Platón
Aristóteles nació en el año 384 a.C. en Estagira, una pequeña localidad
macedonia cercana al monte Athos; de su población natal procede una
designación habitual para referirse al filósofo: el Estagirita. Su padre,
Nicómaco, era médico de la corte de Amintas III, padre de Filipo II de
Macedonia y, por tanto, abuelo de Alejandro Magno. Nicómaco pertenecía a
la familia de los Asclepíades, que se reclamaba descendiente del dios
fundador de la medicina y cuyo saber se transmitía de generación en
generación. Ello invita a pensar que Aristóteles fue iniciado de niño en los
secretos de la medicina, y que de ahí le vino su afición a la investigación
experimental y a la ciencia positiva. Huérfano de padre y madre en plena
adolescencia, fue adoptado por Proxeno, al cual podría mostrar años después
su gratitud adoptando a un hijo suyo llamado Nicanor.
En el año 367, es decir, cuando contaba diecisiete años de edad, fue enviado
a Atenas para estudiar en la Academia de Platón. No se sabe qué clase de
relación personal se estableció entre ambos filósofos, pero, a juzgar por las
escasas referencias que hacen el uno del otro en sus escritos, no cabe hablar
de una amistad imperecedera. Lo cual, por otra parte, resulta lógico si se
tiene en cuenta que Aristóteles iba a iniciar su propio sistema filosófico
fundándolo en una profunda crítica al platónico.
Biografía
Biografía de Aristóteles
Aristóteles nació en Estagira, en Tracia, el año 384-3 a. C., según
Diógenes Laercio, quien nos dice que era hijo de Nicómaco y Efestiada,
y que su padre ejercía la medicina en la corte del rey Amintas (II) de
Macedonia, "por causa de la medicina y por amistad", lo que se ha
tratado de asociar con el posterior interés naturalista de Aristóteles.
Diógenes Laercio nos describe a Aristóteles como "el discípulo más
legítimo de Platón, y de voz balbuciente... que tenía las piernas delgadas
y los ojos pequeños, que usaba vestidos preciosos y anillos, y que se
cortaba la barba y el pelo". (Vidas de filósofos ilustres, libro V, 1).
Aristóteles en la Academia
Aristóteles
(Unknown - Unknown)
Aristóteles
Al fallecer Platón en el año 347 a.C., viaja a Assos, ciudad de Asia Menor
en la que gobernaba su amigo Hermias, al que sirvió como asesor,
casándose además con su sobrina e hija adoptiva,Pythias, con la que tuvo
tuvo una hija. Se relacionó también con Hepylis, con la que tuvo otro hijo
al que llamó Nicómaco y dedicó su Etica a Nicómaco.
Obras
Lógica
Órganon
Categorías (Categoriae)
De la interpretación (De interpretatione)
Primeros analíticos (Analytica priora)
Segundos analíticos (Analytica posteriora)
Tópicos (Topica)
Refutaciones sofísticas (De sophisticis elenchis)
Física
Física (Physica)
Tratado del cielo (De caelo)
De la generación y la corrupción (De generatione et corruptione)
Meteorología (Meteorologica)
Del alma (De anima)
Pequeños tratados sobre la naturaleza (Parva naturalia)
De los sentidos y de lo sentido (De sensu et sensibilibus)
De la memoria y la reminiscencia (De memoria et reminiscentia)
Del sueño y la vigilia (De somno et vigilia)
Del ensueño (De insomniis)
De la adivinación por el sueño (De divinatione per somnum)
De la longitud y la brevedad de la vida (De longitudine et brevitate vitae)
De la juventud y la vejez, De la vida y la muerte, y De la respiración (De
juventute et senectute, De vita et morte, De respiratione)
Historia de los animales (Historia animalium)
Las partes de los animales (De partibus animalium)
El movimiento de los animales (De motu animalium)
Progresión de los animales (De incessu animalium)
Generación de los animales (De generatione animalium)
Problemas (Problemata)
Metafísica
Metafísica (Metaphysica)
Ética y política
Retórica y poética
VIDA
Del período de los viajes (del año 347 al 330, más o menos) -
viaja a Assos, a Pella, y permanece en Atenas unos años por
segunda vez:
Sobre la Filosofía.
Parte de la Política.
Período último (cerca del año 330 al 322 o 23), que son los
últimos años de su estancia en Atenas:
El resto de la Política.
Sobre la Interpretación.
Retórica.
Por ello llena de gusto tomar entre las manos estos tres tomos:
Aristóteles
(- 384 a - 322)
Biografía Obras Cronología Filosofía y contexto Textos Ejercicios Curiosidades
Obras filosóficas
La obra de Aristóteles
A diferencia de lo que ocurría con Platón, de quien conservamos
prácticamente todos sus diálogos, es decir, las obras
llamadasexotéricas por estar dedicadas al gran público, y no las
lecciones internas de la Academia, de Aristóteles nos han llegado las
obras escritas para uso interno del Liceo, pero no las destinadas a la
difusión de sus doctrinas entre público en general. Conservamos, en
efecto, muchas de sus obras esotéricas, es decir, lo que probablemente
fueron las notas y apuntes de las lecciones impartidas en el Liceo,
destinadas a un círculo reducido de alumnos, habiéndose perdido la
práctica totalidad de las obras destinadas al gran público, (o de las que
sólo conservamos algunos fragmentos), escritas, al igual que las de
Platón, en forma de diálogo.
Por lo general se tiende a contraponer Platón y Aristóteles en cuanto al
estilo utilizado en sus obras: más fluido y literario en Platón, más tosco
y abstruso en Aristóteles. Hemos de tener en cuenta, sin embargo, que
las obras que conservamos de Aristóteles, al ser resúmenes de las
lecciones impartidas en el Liceo, no pueden presentar las características
de una obra cuidada y dirigida al gran público; pero sí encontramos esa
fluidez en sus diálogos, obras de juventud realizadas a la sombra de su
maestro Platón y que no están exentas de ciertas gracias literarias. La
contraposición de estilos procede, pues, de la comparación de obras
destinadas a públicos diferentes y elaboradas con criterios pedagógicos
o literarios, también diferentes.
Además de esta distinción entre obras esotéricas y exotéricas, se suele
clasificar la obra de Aristóteles en función de los períodos en los que
fue elaborada, siguiendo, por lo tanto, un orden cronológico. Dichas
obras eran conocidas por los miembros del Liceo, pero no fueron dadas
a conocer al público hasta el siglo I antes de Cristo por Andrónico de
Rodas, estableciendo una clasificación que se mantuvo posteriormente
durante siglos. Los estudios realizados por los especialistas ( W. Jaeger
o P. Aubenque, entre otros) a lo largo de los siglos XIX y XX han
permitido esclarecer la evolución sufrida por el pensamiento
aristotélico, así como la correcta datación de algunos libros que fueron
agrupados por Andrónico de Rodas en la misma obra y que pertenecen
a periodos distintos. De acuerdo, pues, con esta datación cronológica,
podemos clasificar las principales obras de Aristóteles como sigue.
2) Segundo período
(348-335): desde el abandono de la Academia hasta su retorno a Atenas.
En este periodo Aristóteles comienza a apartarse de la de las tesis
predominantemente platónicas y comienza a elaborar su propio
pensamiento, aun considerándose todavía un "académico", al menos en
su primera fase.
3) Tercer período
(335-322): desde su retorno a Atenas, coincidiendo con su actividad en
el Liceo. A este período pertenecen la mayor parte de las obras
conservadas, destacando claramente la orientación empirista y científica
de su pensamiento en contraposición a la filosofía de Platón. A pesar de
la unidad con la que se nos han presentado por los recopiladores
posteriores, las obras de Aristóteles de este período, tal como las
conocemos, son el resultado de las lecciones impartidas en el Liceo, y
fueron publicadas aisladamente como tales; sólo posteriormente se las
fue agrupando en tales obras, en un trabajo de composición quizá
iniciado ya por Aristóteles pero continuado, con seguridad, por sus
discípulos en el Liceo. Podemos clasificarlas en cinco grupos,
ateniéndonos a las más significativas:
A) Lógica
B) Metafísica
C) Obras científicas
D) Ética y política
E) Estética
Aristóteles fue un gran filósofo que nació en el año 384 a.C. en una pequeña localidad
macedonia cercana al monte Athos llamada Estagira, de donde proviene su sobrenombre,
el Estagirita. Su padre, Nicómaco, era médico de la corte de Amintas III, padre de Filipo
y, por tanto, abuelo de Alejandro Magno. En el año 367, es decir, cuando contaba
diecisiete años de edad, fue enviado a Atenas para estudiar en la Academia de Platón. No
se sabe qué clase de relación personal se estableció entre ambos filósofos, pero, a juzgar
por las escasas referencias que hacen el uno del otro en sus escritos, no cabe hablar de una
amistad imperecedera A la muerte de Platón, ocurrida en el 348, Aristóteles contaba
treinta y seis años de edad, habla pasado veinte de ellos simultaneando la enseñanza con el
estudio y se encontraba en Atenas, como suele decirse, sin oficio ni beneficio. Aristóteles se
ha significado como uno de los filósofos más importantes de todos los tiempos y ha sido
uno de los pilares del pensamiento occidental. Sus obras, escritas hace más de dos mil
trescientos años, siguen ejerciendo una influencia notable sobre innumerables pensadores
contemporáneos y continúan siendo objeto de estudio por parte de múltiples especialistas.
La filosofía de Aristóteles constituye, junto a la de su maestro Platón, el legado más
importante del pensamiento de la Grecia antigua
ócrates
(Atenas, 470 a.C. - id., 399 a.C) Filósofo griego. Pese a que no dejó ninguna
obra escrita y son escasas las ideas que pueden atribuírsele con seguridad,
Sócrates es una figura capital del pensamiento antiguo, hasta el punto de ser
llamadospresocráticos los filósofos anteriores a él. Rompiendo con las
orientaciones predominantes anteriores, su reflexión se centró en el ser
humano, particularmente en la ética, y sus ideas pasaron a los dos grandes
pilares sobre los que se asienta la historia de la filosofía occidental: Platón,
que fue discípulo directo suyo, y Aristóteles, que lo fue a su vez de Platón.
Biografía
Se tiene por cierto que Sócrates se casó, a una edad algo avanzada, con
Xantipa, quien le dio dos hijas y un hijo. Cierta tradición ha perpetuado el
tópico de la esposa despectiva ante la actividad del marido y propensa a
comportarse de una manera brutal y soez. En cuanto a su apariencia,
siempre se describe a Sócrates como un hombre rechoncho, con un vientre
prominente, ojos saltones y labios gruesos, del mismo modo que se le
atribuye también un aspecto desaliñado.
La mayéutica
Al parecer, y durante buena parte de su vida, Sócrates se habría dedicado a
deambular por las plazas y los mercados de Atenas, donde tomaba a las
gentes del común (mercaderes, campesinos o artesanos) como
interlocutores para sostener largas conversaciones, con frecuencia parecidas
a largos interrogatorios. Este comportamiento correspondía, sin embargo, a
la esencia de su sistema de enseñanza, la mayéutica.
Sin embargo, en los Diálogos de Platón resulta difícil distinguir cuál es la parte
de lo expuesto que corresponde al Sócrates histórico y cuál pertenece ya a
la filosofía de su discípulo. Sócrates no dejó doctrina escrita, ni tampoco se
ausentó de Atenas (salvo para servir como soldado), contra la costumbre de
no pocos filósofos de la época, y en especial de los sofistas. Si, como parece,
las ideas éticas antes expuestas son del propio Sócrates, su filosofía se sitúa
en la antípodas del escepticismo y del relativismo moral de los sofistas, pese
a lo cual, y a causa de su pericia dialéctica, fue considerado en su tiempo
como uno de ellos, tal y como refleja la citada comedia de Aristofánes.
Aportes
El Conocimiento de uno mismo
A Sócrates se le considera según Sobrino (2008), el fundador de la ética, de la ciencia de la moral,
reconociendo que cada persona presenta límites y por lo tanto a medida que indaga más sobre un tema,
descubre que hay más cosas por conocer, que cada vez aparecen nuevas verdades, nuevos conocimientos,
nuevas ideas y al revisarlas nos vemos en la necesidad de reconocer nuestra ignorancia, de saber que el ser
humano no se la sabe todas, de reconocer nuestras debilidades, quizás las fortalezas engrandezcan el ego,
pero si en ego se apodera del ser, entonces uno mismo se desconoce, se pierde, deja su brillantes y toca la
estupidez. También afirmaba que el concepto moral de virtud reside en el conocimiento, es una riqueza
interior que proviene de ser sabio, se puede saber y enseñar y solo el ignorante se equivoca obrando mal.
El secreto de la sabiduría era reconocer sus propios errores y los errores de los demás, cuando Sócrates
conocía algún sabio, este creía que lo sabía todo, y Sócrates le daba a relucir sus errores, partiendo de la
premisa de que no hay que alimentar el ego, pues el ego destruye la sabiduría. Él mismo llegó a decir: "Sólo
sé que no sé nada".
Para Sócrates, era necesario tener dominio de sí mismo, dominar las pasiones, sus apetitos y
tener control sobre sí mismo. Es importante saber quién es cada uno y el rol que cumple en una sociedad, por
ejemplo, para ser un buen zapatero implica conocer los zapatos, sus formas, los tipos y su función, ahora
bien, sí queremos preguntarnos en qué consiste ser un hombre bueno (o mujer buena), lo primero que
necesitamos saber, es en qué consiste eso de ser bueno y para saberlo necesariamente tenemos que
conocernos, indagar nuestras fortalezas y nuestras debilidades, una vez que nos conozcamos, podremos
aprender a cuidar de nosotros, pero si no, nunca lo haremos.
Dicho de otra manera, el conocer implica funcionalidad, y la función es en esencia gobernar, regir o controlar,
¿pero cómo se logra esto?, solo si sus cimientos o sus bases están asentadas en la verdad. De aquí que
Sócrates no hable de una pluralidad de virtudes, sino de la unidad de la virtud, la cuál es la sabiduría, y el
camino para hallarla parte desde el interior del ser humano, cuando somos capaces de reconocernos, de
saber quién soy, entonces podremos ayudar al prójimo, alguien podría recordar la reflexión bíblica del
Evangelio de Lucas 6, 37-42 que dice: "¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la
viga que está en el tuyo?". Muchas veces vemos los defectos de los demás y nos parecen feos y terribles,
pero esos mismos defectos o quizás peores en uno mismo, nos parecen insignificantes y encima se llegan a
justificar.
Definición y Dialéctica
La definición expresa el núcleo común de todos los actos virtuosos y sólo ella sirve de criterio para
diferenciarlos de los que no lo son. La universalidad de la moral se sustenta en la razón, fijando así la esencia
inmutable de la realidad investigada a través de la inducción, es decir, extrayendo a partir de determinadas
observaciones o experiencias particulares y basado en cuatro principios básicos: la observación y la anotación
de todos los hechos; el análisis y el orden de los hechos; la obtención inductiva de una generalización a partir
de los hechos; y la contrastación. Esto supone que, tras una primera fase de observación, análisis y
clasificación de los hechos, se deriva una hipótesis que soluciona el problema planteado. Una manera de
llevar a cabo el método inductivo es proponer, a partir de la observación repetida de objetos o acontecimientos
de la misma naturaleza, una conclusión para todos los objetos o eventos de dicha naturaleza.
En la búsqueda de una definición, se usa un método basado en el diálogo, la llamada Dialéctica. Sus
características son, según Echegoyen (2009):
1. Ironía. Con ella se trata de deshacer los prejuicios.
2. Mayeutica. Arte de descubrir la verdad mediante hábiles preguntas.
3. Reducción al absurdo. Con ella se refutan las tesis contrarias Si nuestra tesis es p, llegamos a una
contradicción con (p (tesis contraria) y deducimos p. Formalización:
Conclusiones
Una de las razones que justifican el estudio de la filosofía es que nos enseña a pensar con mayor claridad en
un amplio conjunto de problemas. Los métodos del pensamiento filosófico resultaran útiles en muchas
situaciones, porque el análisis de los argumentos en pro o en contra de una determinada posición se puede
aplicar a cualquier orden de la vida. Por lo tanto la filosofía es una actividad humana que se motiva en la
necesidad de comunicar las particularidades de nuestra experiencia, ese vivir produce asombro y el asombro
es solo uno de los comienzos en que llegamos a planteamos preguntas, las analizamos, las contestamos y
argumentamos las respuestas. Ahora bien, dicha actividad humana también se ocupa de examinar
cuidadosamente los conceptos y las estructuras conceptuales con base en las cuales pensamos nuestra
realidad que inducen o posibilitan los cambios sociales, políticos, artísticos y morales, todo esto requiere de
una actitud crítica, la cual consiste en estar en disposición de examinar todas nuestras creencias, la cual
envuelve a su vez la actividad de razonar, que sencillamente nuestra capacidad de comprender y evaluar
razones mediante el argumento. La disciplina que evalúa argumentos es la lógica, por lo tanto, para hacer
filosofía hay que comprender los procesos básicos de ella. El saber argumentar pasa por las proposiciones,
las premisas, la conclusión, la verdad, la validez y su aplicabilidad, todo esto fue planteado por Sócrates y es
por ello que muchos filósofos concuerdan que él fundador de la filosofía moral, la cual ha tenido peso en la
filosofía occidental, incluso en nuestros días.
En la doctrina de Sócrates destacan los siguientes aspectos:
El Conocimiento de sí mismo, es el primer principio de la filosofía socrática, así que todo mortal que
deseé ser sabio debe partir de su raíz, enfocando su estudio y conocimiento del hombre como ser
moral, llegándose a estudiar así mismo. Sócrates será un escéptico con respecto al mundo y a las
ciencias físicas, expresándolo mediante el aforismo que repetía con cierta frecuencia: Sólo sé que no
sé nada.
El método socrático tiene su punto de partida en la observación de los fenómenos, en la reflexión y
los análisis razonados. Por eso, la variabilidad y flexibilidad de su método de enseñanza, hacía que
el oyente o discípulo se sintiera maravillado. A veces Sócrates aparentaba ignorancia del objeto en
cuestión, realizaba preguntas intencionadas y dialécticas, empleando a su debido tiempo, la
inducción y la analogía, esto provocaba dudas en el diálogo y ahora, las cuestiones sencillas se
empezaban a complicarse, sin embargo Sócrates conducía insensiblemente a sus oyentes al
conocimiento de la verdad y esta a su vez salía espontáneamente del fondo de la conciencia.
Sócrates utilizó la técnica de la pregunta en su método, tales preguntas estaban formuladas bajo el
siguiente estilo: ¿Qué pretendes decir realmente con…?; ¿cómo llegas a esa conclusión?;
¿realmente qué estás diciendo?; ¿qué consecuencias tendría sí fuese falso …?; ¿realmente dices la
verdad?; ¿qué tan importante es…?
El ser humano está obligado a investigar el bien y conectarlo en su conducta, una vez conocido.
Debe alejarse de las pasiones y las malas inclinaciones, sujetándolas a la razón para así conseguir la
perfección moral cuya finalidad verdadera es la felicidad del ser en el espacio y tiempo que lo rodea.
Señala Sócrates que lo importante no es el vivir, sino el vivir bien, conforme a las normas morales y
la justicia. Así que la armonía radica en obedecer dichas normas y creer en la justicia, por lo tanto no
se debe tomar venganza de las injurias, ni devolver mal por mal, el llamado "ojo por ojo y diente por
diente". Se debe anteponer la justicia y el patriotismo, cumpliendo las leyes. Las virtudes básicas
como la prudencia, la justicia, la templanza y la fortaleza serán las bases de la perfección moral del
ser humano.Los Autores
Sócrates
(Unknown - Unknown)
Sócrates
Filósofo griego
"Habla para que yo te vea"
Sócrates
Se cree que era poco agraciado y corto de estatura. Desde niño demostró
facilidad de palabra y agudeza de razonamiento. Su padre fue un cantero
o escultor llamado Sofronisco, y su madre fueFainarate, comadrona.
OBRA
Frases de SOCRATES
.
El amigo ha de ser como el dinero, que antes de necesitarlo, se sabe el valor que
tiene.
Desciende a las profundidades de ti mismo, y logra ver tu alma buena. La felicidad
la hace solamente uno mismo con la buena conducta.
Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su
comida, y le faltan al respeto a sus maestros.
La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia.
Habla para que yo te conozca.
Las almas ruines sólo se dejan conquistar con presentes.
Cuatro características corresponden al juez: Escuchar cortésmente, responder
sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente.
El orgullo engendra al tirano. El orgullo, cuando inútilmente ha llegado a acumular
imprudencias y excesos, remontándose sobre el más alto pináculo, se precipita en
un abismo de males, del que no hay posibilidad de salir.
Un hombre desenfrenado no puede inspirar afecto; es insociable y cierra la puerta
a la amistad.
Yo sólo sé que no sé nada.
ALGO MAS...
Sócrates (469 – 399 a.C.) a diferencia de los sofistas no cobraba y era ateniense. Su método
de enseñanza era el diálogo y en realidad no creía ser portador del saber, por el contrario hace
suya la frase del Oráculo de Delfos, sólo sé que no sé nada. Además no dejó escritos propios
y todo lo que nos ha llegado de él ha sido a través de sus discípulos, principalmente Platón.
No le interesaba la naturaleza ya que pensaba que no se podía extraer un conocimiento de ella,
tal y como demostraba la diversidad de teorías de los presocráticos.
Este rechazo generalizado al mundo físico, implica al mismo tiempo, el menosprecio por el
conocimiento empírico y del propio cuerpo. De esta forma, Sócrates se preocupa por el hombre
y la sociedad. Según él, la areté, es decir la virtud, consiste en obtener conocimiento a partir de
la propia alma, por lo tanto el saber es virtud.
Sócrates no pretende transmitir contenidos, sino establecer un método para pensar y poder
diferenciar entre verdad y falsedad. Explica que el verdadero conocimiento se encuentra en el
interior del alma humana, presentes como ideas innatas las cuales aparecen inseparables de
la razón. Estas ideas son verdaderas, porque son universales, es decir que todos las tenemos,
y necesarias, ya que no admiten crítica al ajustarse a la racionalidad.
Para él, el conocimiento consiste en deshacerse de las ideas adquiridas y convencionales que
impone la sociedad para encontrar en el alma, las verdaderas ideas, es decir, pensar por uno
mismo. Para conseguir esto, Sócrates crea un método que se lleva a cabo mediante el diálogo.
El primer paso del método socrático es la ironía, que consiste en reconocer la propia ignorancia.
En este primer momento, Sócrates hace entrar en contradicción a su interlocutor, haciéndole
reconocer que lo que sabe es una mera convención. El segundo paso de este método se
llama mayéutica, en este paso se consigue descubrir la verdad,aletheia, mediante el diálogo.
Finalmente se llega al paso de la definición, donde se encuentra una verdad universal y
necesaria.
Además, Sócrates pensaba que era muy importante la vida en la polis. Para él, nadie podía
conseguir la felicidad en otra ciudad que no sea la suya, y a pesar de la convencionalidad de
las leyes, creía que era necesario respetarlas y obedecerlas ya que esto conserva el orden. Por
otra parte, Sócrates cree que quien conoce el bien, no actuará mal, por eso, la educación es
básica y la búsqueda del saber todavía más.
Para otros usos de este término, véase Sócrates (desambiguación).
Sócrates
Escultura de Sócrates, obra de arte romana del siglo I d. C.
Información personal
Residencia Grecia
Nacionalidad Griego
Familia
Padres Sofronisco y Fainarate
Jantipa
Cónyuge
Myrto
Hijos Lamprocles
Información profesional
Ocupación Filósofo
Sucesor Platón
Miembro de Boulé
Sócrates de Atenas (en griego: Σωκράτης, (Sōkrátēs); demo de Alopecia, 470 a. C.-
399 a. C.)1 2 3 fue un filósofo clásico ateniense considerado como uno de los más grandes,
tanto de la filosofía occidental como de la universal. Fue maestro de Platón, quien tuvo
a Aristóteles como discípulo, siendo estos tres los representantes fundamentales de
la filosofía de la Antigua Grecia.
Índice
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1Biografía
o 1.1El juicio
o 1.2Muerte
2El problema de las fuentes
3Descripción
4Pensamiento
5Véase también
6Referencias
7Bibliografía
8Enlaces externos
Biografía[editar]
Nació en Atenas, donde vivió durante los dos últimos tercios del siglo V a. C.,1 2 3 la época
más espléndida en la historia de su ciudad natal, y de toda la antigua Grecia. Fue hijo
de Sofronisco —motivo por el que en su juventud lo llamaban Σωκράτης Σωφρονίσκου
(Sōkrátēs Sōfronískou, ‘Sócrates hijo de Sofronisco’)—, de profesión cantero, y
de Fainarate, comadrona, emparentados con Arístides el Justo.
Según Plutarco, cuando Sócrates nació, su padre recibió del oráculo el consejo de dejar
crecer a su hijo a su aire, sin oponerse a su voluntad ni reprimirle sus impulsos.4 5 No
obstante, ni Jenofonte ni Platón mencionan esta intervención del oráculo, lo que hace
pensar que pueda ser una tradición popular muy posterior.4
Desde muy joven, llamó la atención de los que lo rodeaban por la agudeza de
sus razonamientos y su facilidad de palabra, además de la fina ironía con la que salpicaba
sus tertulias con los ciudadanos jóvenes aristocráticos de Atenas, a quienes les preguntaba
sobre su confianza en opiniones populares, aunque muy a menudo él no les ofrecía ninguna
enseñanza. Tuvo por maestro al filósofo Arquelao quien lo introdujo en las reflexiones
sobre la física y la moral.[cita requerida]
Se casó con Xantipa (o Jantipa), que era de familia noble. Según una tradición antigua,
trataba muy mal al filósofo, aunque en realidad Platón muestra, al narrar la muerte de
Sócrates en el Fedón, una relación normal e incluso buena entre los dos.
Su inconformismo lo impulsó a oponerse a la ignorancia popular y al conocimiento de los
que se decían sabios, aunque él mismo no se consideraba un sabio, aún cuando uno de sus
mejores amigos, Querefonte, le preguntó al oráculo de Delfos si había alguien más sabio
que Sócrates, y la Pitonisa le contestó que no había ningún griego más sabio que él
(Apología 21a). Al escuchar lo sucedido, Sócrates dudó del oráculo, y comenzó a buscar
alguien más sabio que él entre los personajes más renombrados de su época, pero se dio
cuenta de que en realidad creían saber más de lo que realmente sabían. Filósofos, poetas y
artistas, todos creían tener una gran sabiduría, en cambio, Sócrates era consciente tanto de
la ignorancia que le rodeaba como de la suya propia. Esto lo llevó a tratar de hacer pensar a
la gente y hacerles ver el conocimiento real que tenían sobre las cosas. Asumiendo una
postura de ignorancia, interrogaba a la gente para luego poner en evidencia la
incongruencia de sus afirmaciones; a esto se le denominó «ironía socrática», la cual queda
expresada con su célebre frase «Solo sé que no sé nada» (Ἓν οἶδα ὅτι οὐδὲν οἶδα, hèn oîda
hóti oudèn oîda). Su más grande mérito fue crear la mayéutica, método inductivo que le
permitía llevar a sus alumnos a la resolución de los problemas que se planteaban por medio
de hábiles preguntas cuya lógica iluminaba el entendimiento. Según pensaba, el
conocimiento y el autodominio habrían de permitir restaurar la relación entre el ser humano
y la naturaleza.[cita requerida]
La sabiduría de Sócrates no consiste en la simple acumulación de conocimientos, sino en
revisar los conocimientos que se tienen y a partir de ahí construir conocimientos más
sólidos.
Esto le convierte en una de las figuras más extraordinarias y decisivas de toda la historia;
representa la reacción contra el relativismo y subjetivismo sofista, y es un singular ejemplo
de unidad entre teoría y conducta, entre pensamiento y acción. A la vez, fue capaz de llevar
tal unidad al plano del conocimiento, al sostener que la virtud es conocimiento y el vicio
ignorancia.
El poder de su oratoria y su facultad de expresión pública eran su fuerte para conseguir la
atención de las personas.
Sócrates no escribió ninguna obra porque creía que cada uno debía desarrollar sus propias
ideas. Conocemos en parte sus ideas desde los testimonios de sus
discípulos: Platón, Jenofonte, Aristipo y Antístenes, sobre todo. Tales testimonios no son
convergentes, por lo que no resulta fácil conocer cuál fue el verdadero pensamiento de
Sócrates.[cita requerida]
Además de los discípulos mencionados, tuvo otros discípulos y oyentes, entre los que
pueden recordarse a Euclides de Megara, Fedón de Elis y Esquines de Esfeto.
El juicio[editar]
Artículos principales: Juicio de Sócrates, Apología de Sócrates (Platón) y Apología de Sócrates
(Jenofonte).
Aunque durante la primera parte de su vida fue un patriota y un hombre de profundas
convicciones religiosas, Sócrates sufrió sin embargo la desconfianza de muchos de sus
contemporáneos, a los que les disgustaba la nueva postura que tomó frente al Estado
ateniense y la religión establecida, principalmente en contra de las creencias metafísicas de
Sócrates, que planteaban una existencia etérea sin el consentimiento de ningún dios como
figura explícita. Fue acusado en el 399 a. C. de despreciar a los dioses y corromper la moral
de la juventud, alejándola de los principios de la democracia.
La Apología de Platón recoge lo esencial de la defensa de Sócrates en su propio juicio; una
valiente reivindicación de toda su vida. Fue condenado a muerte, aunque la sentencia sólo
logró una escasa mayoría. Cuando, de acuerdo con la práctica legal de Atenas, Sócrates
hizo una réplica irónica a la sentencia de muerte del tribunal proponiendo pagar tan sólo
una pequeña multa dado el escaso valor que tenía para el Estado un hombre dotado de una
misión filosófica, enfadó tanto al jurado que éste volvió a votar a favor de la pena de
muerte por una abultada mayoría. Los amigos de Sócrates planearon su huida de la prisión,
pero prefirió acatar la ley y murió por ello. Pasó sus últimos días con sus amigos y
seguidores.
Muerte[editar]
El envenenamiento por cicuta era un método empleado habitualmente por los griegos para
ejecutar las sentencias de pena de muerte. Sócrates fue juzgado y, declarado culpable,
cumplió esta pena en el año399 a. C.
Murió a los 70 años de edad, aceptando serenamente esta condena, método elegido por un
tribunal que le juzgó por no reconocer a los dioses atenienses y corromper a la juventud.
Según relata Platón en laApología que dejó de su maestro, éste pudo haber eludido la
condena, gracias a los amigos que aún conservaba, pero prefirió acatarla y morir.
A su muerte surgen las escuelas socráticas, la Academia platónica, las menores, dos
de moral y dos de dialéctica, que tuvieron en común la búsqueda de la virtud a través del
conocimiento de lo bueno.[cita requerida]
Platón no pudo asistir a los últimos instantes y éstos fueron reconstituidos en el Fedón,
según la narración de varios discípulos. Aquí está el paso que describe los síntomas:
La muerte de Sócrates. Óleo de Jacques-Louis Davidde 1787.
Él paseó, y cuando dijo que le pesaban las piernas, se tendió boca arriba, pues así se lo había aconsejado el
individuo. Y al mismo tiempo el que le había dado el veneno lo examinaba cogiéndole de rato en rato los pies y las
piernas, y luego, apretándole con fuerza el pie, le preguntó si lo sentía, y él dijo que no. Y después de esto hizo lo
mismo con sus pantorrillas, y ascendiendo de este modo nos dijo que se iba quedando frío y rígido. Mientras lo
tanteaba nos dijo que, cuando eso le llegara al corazón, entonces se extinguiría.
Ya estaba casi fría la zona del vientre, cuando descubriéndose, pues se había tapado, nos dijo, y fue lo último que
habló:
—Critón, le debemos un gallo a Asclepio. Así que págaselo y no lo descuides.
—Así se hará, dijo Critón. Mira si quieres algo más.
Pero a esta pregunta ya no respondió, sino que al poco rato tuvo un estremecimiento, y el hombre lo descubrió, y él
tenía rígida la mirada. Al verlo, Critón le cerró la boca y los ojos.
Este fue el fin, Equécrates, que tuvo nuestro amigo, el mejor hombre, podemos decir nosotros, de los que entonces
conocimos, y, en modo muy destacado, el más inteligente y el más justo.
Fedón 117e-118c.6
Descripción[editar]
Restos de la prisión estatal extramuros del Ágora de Atenas, donde se cree que estuvo preso y murió.
Sócrates nació en Atenas el año 470 a. C. y murió en el 399 a. C.1 Hijo de un escultor o
picapedrero8 9 10 y una comadrona, recibió una educación
tradicional: literatura,música y gimnasia. Más tarde se familiarizó con la dialéctica y
la retórica de los sofistas. Al principio, Sócrates siguió el trabajo de su padre; realizó un
conjunto de estatuas de las tres Gracias, que estuvieron en la entrada de la Acrópolis hasta
el siglo II a. C. Durante la guerra del Peloponeso contra Esparta, sirvió como hoplita con
gran valor en las batallas de Potidea en el 432 a. C.-430 a. C., Delio en el 424 a. C.,
y Anfípolis en el 422 a. C.
Era de pequeña estatura, vientre prominente, ojos saltones y nariz exageradamente
respingona. Su figura era motivo de chanza. Alcibíades lo comparó con los silenos, los
seguidores ebrios y lascivos de Dioniso. Platón consideraba digno de ser rememorado el día
en que le lavó los pies y le puso sandalias, y Antifón, el sofista, decía que ningún esclavo
querría ser tratado como él se trataba a sí mismo. Llevaba siempre la misma capa, y era
tremendamente austero en cuanto a comida y bebida.
Fue el verdadero iniciador de la filosofía en cuanto que le dio su objetivo primordial de ser
la ciencia que busca en el interior del ser humano. El método de Sócrates era dialéctico:
después de plantear una proposición analizaba las preguntas y respuestas suscitadas por la
misma. Sócrates describió el alma como aquello en virtud de lo cual se nos califica de
sabios o de locos, buenos o malos, una combinación de inteligencia y carácter.
Tuvo gran influencia en el pensamiento occidental, a través de la obra de su
discípulo Platón.
Creía en la superioridad de la discusión sobre la escritura y, por lo tanto, pasó la mayor
parte de su vida de adulto en los mercados y plazas públicas de Atenas,
iniciando diálogos y discusiones con todo aquel que quisiera escucharle, a quienes solía
responder mediante preguntas. Privilegió un método, al cual denominó (probablemente
evocando a su madre partera) mayéutica, es decir, lograr que el interlocutor descubra sus
propias verdades.
Fue obediente con las leyes de Atenas, pero evitaba la política. Creía que podría servir
mejor a su país dedicándose a la filosofía. No escribió ningún libro ni tampoco fundó una
escuela regular de filosofía. Todo lo que se sabe con certeza sobre sus enseñanzas se extrae
de la obra de Platón, que atribuyó sus propias ideas a su maestro. Platón describió a
Sócrates escondiéndose detrás de una irónica profesión de ignorancia, conocida
como ironía socrática, con gran ingenio y agudeza mental.
La base de sus enseñanzas y lo que inculcó, fue la creencia en una comprensión objetiva de
los conceptos de justicia, amor y virtud; y el conocimiento de uno mismo. Creía que todo
vicio es el resultado de la ignorancia y que ninguna persona desea el mal; a su vez, la virtud
es conocimiento y aquellos que conocen el bien actuarán de manera justa. Su lógica hizo
hincapié en la discusión racional y la búsqueda de definiciones generales. En este sentido
influyó en sus discípulo Platón y, a través de él, en Aristóteles.
Otro pensador y amigo influenciado por Sócrates fue Antístenes, el fundador de la
escuela cínica de filosofía. Sócrates también fue maestro de Arístipo, que fundó la
filosofía cirenaica de la experiencia y el placer, de la que surgió la filosofía más elevada
de Epicuro. Tanto para los estoicos como el filósofo griego Epicteto, para el filósofo
romano Séneca el Viejo como para el emperador romano Marco Aurelio, Sócrates
representó la personificación y la guía para alcanzar una vida superior.
Pensamiento[editar]
Aristóteles señala claramente las dos grandes aportaciones de Sócrates:
Dos cosas hay que atribuir con justicia a Sócrates, por un lado el argumento inductivo (επακτικοί
λόγοι)11 y por otro la definición general (ορίζεσθαι καθόλον) 12
René Descartes
(La Haye, Francia, 1596 - Estocolmo, Suecia, 1650) Filósofo y matemático francés. Después del
esplendor de la antigua filosofía griega y del apogeo y crisis de la escolástica en la Europa
medieval, los nuevos aires del Renacimiento y la revolución científica que lo acompañó darían
lugar, en el siglo XVII, al nacimiento de la filosofía moderna. El primero de los ismos filosóficos
de la modernidad fue el racionalismo; Descartes, su iniciador, se propuso hacer tabla rasa de la
tradición y construir un nuevo edificio sobre la base de la razón y con la eficaz metodología de
las matemáticas. Su «duda metódica» no cuestionó a Dios, sino todo lo contrario; sin embargo,
al igual que Galileo, hubo de sufrir la persecución a causa de sus ideas.
Biografía
René Descartes se educó en el colegio jesuita de La Flèche (1604-1612), por entonces uno de los
más prestigiosos de Europa, donde gozó de un cierto trato de favor en atención a su delicada
salud. Los estudios que en tal centro llevó a cabo tuvieron una importancia decisiva en su
formación intelectual; conocida la turbulenta juventud de Descartes, sin duda en La Flèche debió
cimentarse la base de su cultura. Las huellas de tal educación se manifiestan objetiva y
acusadamente en toda la ideología filosófica del sabio.
René Descartes
El programa de estudios propio de aquel colegio (según diversos testimonios, entre los que figura
el del mismo Descartes) era muy variado: giraba esencialmente en torno a la tradicional
enseñanza de las artes liberales, a la cual se añadían nociones de teología y ejercicios prácticos
útiles para la vida de los futuros gentilhombres. Aun cuando el programa propiamente dicho
debía de resultar más bien ligero y orientado en sentido esencialmente práctico (no se pretendía
formar sabios, sino hombres preparados para las elevadas misiones políticas a que su rango les
permitía aspirar), los alumnos más activos o curiosos podían completarlos por su cuenta mediante
lecturas personales.
Según relataría el propio Descartes en el Discurso del Método, durante el crudo invierno de ese
año se halló bloqueado en una localidad del Alto Danubio, posiblemente cerca de Ulm; allí
permaneció encerrado al lado de una estufa y lejos de cualquier relación social, sin más compañía
que la de sus pensamientos. En tal lugar, y tras una fuerte crisis de escepticismo, se le revelaron
las bases sobre las cuales edificaría su sistema filosófico: el método matemático y el principio
delcogito, ergo sum. Víctima de una febril excitación, durante la noche del 10 de noviembre de
1619 tuvo tres sueños, en cuyo transcurso intuyó su método y conoció su profunda vocación de
consagrar su vida a la ciencia.
Supuesto retrato de Descartes
Tras renunciar a la vida militar, Descartes viajó por Alemania y los Países Bajos y regresó a
Francia en 1622, para vender sus posesiones y asegurarse así una vida independiente; pasó una
temporada en Italia (1623-1625) y se afincó luego en París, donde se relacionó con la mayoría
de científicos de la época.
En 1628 decidió instalarse en Holanda, país en el que las investigaciones científicas gozaban de
gran consideración y, además, se veían favorecidas por una relativa libertad de pensamiento.
Descartes consideró que era el lugar más favorable para cumplir los objetivos filosóficos y
científicos que se había fijado, y residió allí hasta 1649.
Los cinco primeros años los dedicó principalmente a elaborar su propio sistema del mundo y su
concepción del hombre y del cuerpo humano. En 1633 debía de tener ya muy avanzada la
redacción de un amplio texto de metafísica y física tituladoTratado sobre la luz; sin embargo, la
noticia de la condena de Galileo le asustó, puesto que también Descartes sostenía en aquella obra
el movimiento de la Tierra, opinión que no creía censurable desde el punto de vista teológico.
Como temía que tal texto pudiera contener teorías condenables, renunció a su publicación, que
tendría lugar póstumamente.
En 1637 apareció su famoso Discurso del método, presentado como prólogo a tres ensayos
científicos. Por la audacia y novedad de los conceptos, la genialidad de los descubrimientos y el
ímpetu de las ideas, el libro bastó para dar a su autor una inmediata y merecida fama, pero también
por ello mismo provocó un diluvio de polémicas, que en adelante harían fatigosa y aun peligrosa
su vida.
Descartes proponía en el Discurso una duda metódica, que sometiese a juicio todos los
conocimientos de la época, aunque, a diferencia de los escépticos, la suya era una duda orientada
a la búsqueda de principios últimos sobre los cuales cimentar sólidamente el saber. Este principio
lo halló en la existencia de la propia conciencia que duda, en su famosa formulación «pienso,
luego existo». Sobre la base de esta primera evidencia pudo desandar en parte el camino de su
escepticismo, hallando en Dios el garante último de la verdad de las evidencias de la razón, que
se manifiestan como ideas «claras y distintas».
El método cartesiano, que Descartes propuso para todas las ciencias y disciplinas, consiste en
descomponer los problemas complejos en partes progresivamente más sencillas hasta hallar sus
elementos básicos, las ideas simples, que se presentan a la razón de un modo evidente, y proceder
a partir de ellas, por síntesis, a reconstruir todo el complejo, exigiendo a cada nueva relación
establecida entre ideas simples la misma evidencia de éstas. Los ensayos científicos que seguían
al Discurso ofrecían un compendio de sus teorías físicas, entre las que destaca su formulación de
la ley de inercia y una especificación de su método para las matemáticas.
Los fundamentos de su física mecanicista, que hacía de la extensión la principal propiedad de los
cuerpos materiales, fueron expuestos por Descartes en lasMeditaciones metafísicas (1641),
donde desarrolló su demostración de la existencia y la perfección de Dios y de la inmortalidad
del alma, ya apuntada en la cuarta parte del Discurso del método. El mecanicismo radical de las
teorías físicas de Descartes, sin embargo, determinó que fuesen superadas más adelante.
Conforme crecía su fama y la divulgación de su filosofía, arreciaron las críticas y las amenazas
de persecución religiosa por parte de algunas autoridades académicas y eclesiásticas, tanto en los
Países Bajos como en Francia. Nacidas en medio de discusiones, las Meditaciones
metafísicas habían de valerle diversas acusaciones promovidas por los teólogos; algo por el estilo
aconteció durante la redacción y al publicar otras obras suyas, como Los principios de la
filosofía (1644) y Las pasiones del alma (1649).
Cansado de estas luchas, en 1649 Descartes aceptó la invitación de la reina Cristina de Suecia,
que le exhortaba a trasladarse a Estocolmo como preceptor suyo de filosofía. Previamente habían
mantenido una intensa correspondencia, y, a pesar de las satisfacciones intelectuales que le
proporcionaba Cristina, Descartes no fue feliz en "el país de los osos, donde los pensamientos de
los hombres parecen, como el agua, metamorfosearse en hielo". Estaba acostumbrado a las
comodidades y no le era fácil levantarse cada día a las cuatro de la mañana, en plena oscuridad y
con el frío invernal royéndole los huesos, para adoctrinar a una reina que no disponía de más
tiempo libre debido a sus obligaciones. Los espartanos madrugones y el frío pudieron más que el
filósofo, que murió de una pulmonía a principios de 1650, cinco meses después de su llegada.
La filosofía de Descartes
Descartes es considerado como el iniciador de la filosofía racionalista moderna por su
planteamiento y resolución del problema de hallar un fundamento del conocimiento que garantice
su certeza, y como el filósofo que supone el punto de ruptura definitivo con la escolástica. En
el Discurso del método (1637), Descartes manifestó que su proyecto de elaborar una doctrina
basada en principios totalmente nuevos procedía del desencanto ante las enseñanzas filosóficas
que había recibido.
Convencido de que la realidad entera respondía a un orden racional, su propósito era crear un
método que hiciera posible alcanzar en todo el ámbito del conocimiento la misma certidumbre
que proporcionan en su campo la aritmética y la geometría. Su método, expuesto en el Discurso,
se compone de cuatro preceptos o procedimientos: no aceptar como verdadero nada de lo que no
se tenga absoluta certeza de que lo es; descomponer cada problema en sus partes mínimas; ir de
lo más comprensible a lo más complejo; y, por último, revisar por completo el proceso para tener
la seguridad de que no hay ninguna omisión.
René Descartes
El sistema utilizado por Descartes para cumplir el primer precepto y alcanzar la certeza es «la
duda metódica». Siguiendo este sistema, Descartes pone en tela de juicio todos sus conocimientos
adquiridos o heredados, el testimonio de los sentidos e incluso su propia existencia y la del
mundo. Ahora bien, en toda duda hay algo de lo que no podemos dudar: de la misma duda. Dicho
de otro modo, no podemos dudar de que estamos dudando. Llegamos así a una primera certeza
absoluta y evidente que podemos aceptar como verdadera: dudamos.
A partir de ello elabora Descartes toda su filosofía. Dado que no puede confiar en las cosas, cuya
existencia aún no ha podido demostrar, Descartes intenta partir del pensamiento, cuya existencia
ya ha sido demostrada. Aunque pueda referirse al exterior, el pensamiento no se compone de
cosas, sino de ideas sobre las cosas. La cuestión que se plantea es la de si hay en nuestro
pensamiento alguna idea o representación que podamos percibir con la misma «claridad» y
«distinción» (los dos criterios cartesianos de certeza) con la que nos percibimos como sujetos
pensantes.
Clases de ideas
Descartes pasa entonces a revisar todos los conocimientos que previamente había descartado al
comienzo de su búsqueda. Y al reconsiderarlos observa que las representaciones de nuestro
pensamiento son de tres clases: ideas «innatas», como las de belleza o justicia; ideas
«adventicias», que proceden de las cosas exteriores, como las de estrella o caballo; e ideas «
ficticias», que son meras creaciones de nuestra fantasía, como por ejemplo los monstruos de la
mitología.
René Descartes
Las ideas «ficticias», mera suma o combinación de otras ideas, no pueden obviamente servir de
asidero. Y respecto a las ideas «adventicias», originadas por nuestra experiencia de las cosas
exteriores, es preciso obrar con cautela, ya que no estamos seguros de que las cosas exteriores
existan. Podría ocurrir, dice Descartes, que los conocimientos «adventicios», que consideramos
correspondientes a impresiones de cosas que realmente existen fuera de nosotros, hubieran sido
provocados por un «genio maligno» que quisiera engañarnos. O que lo que nos parece la realidad
no sea más que una ilusión, un sueño del que no hemos despertado.
Del Yo a Dios
Pero al examinar las ideas «innatas», sin correlato exterior sensible, encontramos en nosotros una
idea muy singular, porque está completamente alejada de lo que somos: la idea de Dios, de un
ser supremo infinito, eterno, inmutable, perfecto. Los seres humanos, finitos e imperfectos,
pueden formar ideas como la de "triángulo" o "justicia". Pero la idea de un Dios infinito y perfecto
no puede nacer de un individuo finito e imperfecto: necesariamente ha sido colocada en la mente
de los hombres por la misma Providencia. Por consiguiente, Dios existe; y siendo como es un ser
perfectísimo, no puede engañarse ni engañarnos, ni permitir la existencia de un «genio maligno»
que nos engañe, haciéndonos creer que es real un mundo que no existe. El mundo, por lo tanto,
también existe. La existencia de Dios garantiza así la posibilidad de un conocimiento verdadero.
Esta demostración de la existencia de Dios constituye una variante del argumento ontológico
empleado ya en el siglo XII por San Anselmo de Canterbury, y fue duramente atacada por los
adversarios de Descartes, que lo acusaron de caer en un círculo vicioso: para demostrar la
existencia de Dios y así garantizar el conocimiento del mundo exterior se utilizan los criterios de
claridad y distinción, pero la fiabilidad de tales criterios se justifica a su vez por la existencia de
Dios. Tal crítica apunta no sólo a la validez o invalidez del argumento, sino también al hecho de
que Descartes no parece aplicar en este punto su propia metodología.
René Descartes
El atributo de los cuerpos es la extensión (un cuerpo no puede carecer de extensión; si carece de
ella no es un cuerpo), y todas las demás determinaciones (color, forma, posición, movimiento)
son solamente modos. Y el atributo del espíritu es el pensamiento, pues el espíritu «piensa
siempre». Existe, por lo tanto, una sustancia pensante (res cogitans), carente de extensión y cuyo
atributo es el pensamiento, y una sustancia que compone los cuerpos físicos (res extensa), cuyo
atributo es la extensión, o, si se prefiere, la tridimensionalidad, cuantitativamente mesurable en
un espacio de tres dimensiones. Ambas son irreductibles entre sí y totalmente separadas. Es lo
que se denomina el «dualismo» cartesiano.
Tanto por no haber definido satisfactoriamente la noción de sustancia como por el franco
dualismo establecido entre las dos sustancias, Descartes planteó los problemas fundamentales de
la filosofía especulativa europea del siglo XVII. Entendido como sistema estricto y cerrado, el
cartesianismo no tuvo excesivos seguidores y perdió su vigencia en pocas décadas. Sin embargo,
la filosofía cartesiana se convirtió en punto de referencia para gran número de pensadores, unas
veces para intentar resolver las contradicciones que encerraba, como hicieron los pensadores
racionalistas, y otras para rebatirla frontalmente, como los empiristas.
No resulta exagerado afirmar, en suma, que si bien Descartes no llegó a resolver muchos de los
problemas que planteó, tales problemas se convirtieron en cuestiones centrales de la filosofía
occidental. En este sentido, la filosofía moderna (racionalismo, empirismo, idealismo,
materialismo, fenomenología) puede considerarse como un desarrollo o una reacción al
cartesianismo.
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Biografía
René Descartes (1596-1650)
René Descartes
(1596/03/31 - 1650/02/11)
René Descartes
Obras
1628 Reglas para la dirección del espíritu
1630 El mundo o tratado de la luz
1637 Discurso del método
1641 Meditaciones metafísicas
1642 La búsqueda de la verdad mediante la razón natural
1644 Principios de filosofía
1649 Las pasiones del alma