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El techo es la parte superior de una edificación (edificio, casa, choza, etc.), que
tiene la función de cubrir y cerrar las diversas estancias de una construcción (por
ejemplo recámaras, baños, cocina, y demás), es decir, es la parte esencial de la
edificación, toda vez que cumple la función de cubrir las estancias, protegiendo los
interiores de la misma, del clima y medio ambiente, siendo la parte que queda más
expuesta a los elementos, como la lluvia o el sol, durante mayor tiempo, evitando
la entrada de los elementos al interior.
Estos se construyen de diversos materiales, dependiendo del tipo de construcción
de la cual se esté tratando, del clima de la región, y de la disposición que se posea
de tal o cual material. Los techos pueden tener diversas formas, según sea el
diseño o arquitectura de la casa o edificio, lo cual suele estar influido por el clima
local, o por la disposición económica para conseguir los materiales.
Desde los primeros tiempos en que el ser humano aún continuaba viviendo en el
nomadismo, se han necesitado refugios para la protección ante el clima, siendo
que en un principio los primeros refugios contaban con techos improvisados de
ramas, hojas y lodo, que se acomodaban, evolucionando después, gracias al uso
de otros materiales como las pieles o las telas (como en los tipies de los indios
norteamericanos, las tiendas de los mongoles y las tiendas de los pueblos del
desierto, en donde se realizaba el techo de la tienda, tejiendo o cosiendo, la piel o
la tela.
En el caso de las construcciones primitivas, hechas con materiales como el adobe,
o ramas con lodo, los primeros techos consistían en ramajes, paja y lodo, siendo
sostenidos en ocasiones mediante el uso de vigas de madera.
Techos de Ramas y hojas.: Se trata de uno de los tipos que se han utilizado
desde tiempos arcaicos, para la protección de los habitáculos o refugios,
usando los materiales que se encuentran en la naturaleza, como las ramas
y hojas. Fueron utilizados durante milenios, e incluso en la actualidad varios
pueblos aborígenes de américa (amazonia, y de áfrica), aun usan este tipo
de protección temporal contra el clima.
Techos de Tela.- Son aquellos que suelen usarse en tiendas como las ya
mencionados yurtas, así como en tiendas de campaña, como las que
suelen usarse en casos de emergencia. Para ello se usan telas como la
lona, y otras, siendo sostenidas por vigas o revestimientos de madera o
estructuras tubulares de metal.
Techos con pendiente.- Se trata de aquellos techos que están hechos con
ciertas pendientes, para que la lluvia o la nieve se “corra” hacia abajo,
evitando de esta manera que se filtre la humedad en el interior.
De dos aguas.- Son aquellos que están hechos formando dos pendientes,
que forman una cumbrera o pico, configurando una forma similar a un
triángulo o a la letra” A” mayúscula
De varias aguas.- Se trata de aquellos que están hechos formando varias
inclinaciones, en los diversos costados de la construcción, permitiendo que
se le dé una figura aerodinámica, que permite mayor resistencia a los
efectos del viento, resistiendo mejor las ventiscas y tormentas.
Casa con techo de muchas aguas.
Techo de varias aguas.: Techo de varias aguas curvos.- Son aquellos que
cuentan con una forma curva, ya sea siguiendo los arcos de la construcción
o formando cúpulas. Es el caso de los techos de varios edificios antiguos y
modernos, que poseen cúpulas, como iglesias, mezquitas y demás. Otro
tipo de techo curvo, es el techo cónico, como el que se puede observar en
chozas y casas tradicionales.
Las cúpulas son ejemplos de techos curvados.
TIPOS DE IMPERMEABILIZACIÓN
La principal función de los productos impermeabilizantes es preservar y prolongar
la vida útil de cualquier edificación. Hay impermeabilizantes adecuados para cada
situación, todo dependerá del lugar a proteger de la humedad.
TIPOS CERRAMIENTOS
Los Cerramientos de un edificio caracterizan cada construcción constituyéndose
como una piel protectora.
El Cerramiento Macizo Pesado de Una Hoja es un tipo tradicional de
cerramiento exterior hasta el siglo XIX. Por lo general cumplía funciones
estructurales y tenía gran espesor.
Estaba construído en distintos materiales, a saber: piedra de mampostería o
sillería, arcilla (muro de tapia), cerámica, o, muchas veces, una mezcla de los
nombrados.
Los cerramientos de piedra solían tener un espesor entre 40 y 50 cm., los de
cerámica, tenían un espesor mínimo de 30 cm.
Estos cerramientos tan pesados poseían una baja capacidad de aislamiento
térmico, pues los materiales que lo constituían tienen gran capacidad de
transmisión térmica.
Cuesta mucho calentarlos en épocas invernales debido a que están compuestos
de una sola hoja, que está de una cara al interior y de la otra al exterior, sin
cámara de aire; por lo cual, ese grosor tiene una gran inercia térmica. Una vez
calentados, mantienen por más tiempo la temperatura, y en verano, los espacios
interiores logran permanecer más frescos respecto del exterior.
A pesar de haber recabado la información antes descripta, con todos estos datos,
no es suficiente para elaborar un proyecto; debemos considerar la resistencia a la
acción de los vientos y al peso propio del edificio, y la adecuada colocación de las
juntas de dilatación.
Debe darse la importancia que merece al aislamiento térmico y acústico, a pesar
de que pueda elevar los costos de la construcción; ya que en muchas
oportunidades, desestimar estos ítems genera problemas posteriores como la falta
de estanqueidad, sobre todo en las juntas de la carpintería de cerramientos.
Protección Térmica
El Decreto 1490/75 sobre ahorro de energía, obliga a tomar una serie de
medidas sobre aislamiento térmico del edificio, de manera que el
coeficiente global de transmisión de calor, sea inferior al valor admisible en
función de la forma y de la situación geográfica del edificio.
Protección Acústica
La protección acústica protege a los ocupantes de un edificio contra los
llamados ruidos aéreos que se originan en el exterior o en los locales
vecinos; también los ruidos producidos por efecto de choque, en general
sobre techos o cubiertas (pasos e impactos por caída de objetos), y del
equipo del edificio (cierre de puertas, ventanas, vibraciones y sonidos de
instalaciones en general).
Para efectuar un control sobre los ruidos, se actúa directamente sobre las
fuentes que lo generan; efectuando aislaciones de locales y espacios donde
se producen los ruidos; sobre su transmisión desde el exterior y desde el
interior de los edificios y sobre el aislamiento del local que se necesita
proteger.
Los Cerramientos Prefabricados son sistemas de cerramiento exterior sin
función estructural propia; sus paneles son elementos prefabricados que se
fijan por anclajes a la estructura resistente del edificio.
Por lo general, estos sistemas de paneles ya vienen de taller con el
acabado exterior de fachada incorporado a los mismos. En su interior
pueden ir trasdosados con obra tradicional.
Replanteo
Para la realización de la fachada, debe efectuarse un cuidadoso replanteo pues
las piezas son fabricadas en taller fuera de obra; por ello es necesario hacerlas
encajar de manera perfecta y considerando en todos los casos, la carpintería que
debe acoplarse al sistema.
Juntas Horizontales
Se sitúan entre paneles realizadas con mortero de retracción controlada; esta
junta cumple con los requisitos de estanqueidad y transmite las cargas verticales.
Juntas Verticales
Se ubican entre paneles sellándose con siliconas.
TIPOS DE REVESTIMIENTOS
– Paneles de madera: Son una buena opción para cubrir imperfecciones y
mejorar el aislamiento acústico ya que la madera es un buen aislante. Aportan a la
estancia un ambiente cálido y rústico, pero hay que tener muy en cuenta que si se
trata de madera natural requiere bastante mantenimiento -como alternativa,
existen imitaciones madera bastante logradas-.
– Mármol: El mármol es un clásico que no pasa de moda. Aporta un aire
elegante y distinguido a cualquier ambiente, pero tiene la desventaja de que su
precio es bastante elevado. No obstante, existen materiales que lo imitan bastante
fielmente por lo que, si nos gusta esta opción pero el precio se nos va de las
manos, podemos optar por ellos.
– Cerámica, piedra y pizarra: Ya sean naturales o artificiales (la diferencia de
precio entre una alternativa y otra es muy grande) son una opción que gusta
mucho para revestir, por ejemplo, una parte de nuestro salón, dándole un toque
diferenciador, personal y atractivo. Eso sí, no abuses de estos revestimientos
porque la estancia puede quedarte demasiado recargada.
– Vidrio: Es una solución moderna que puede ser perfecta para dar mayor
luminosidad a un espacio y conseguir una comunicación fluida entre dos
estancias. Es un material frío, pero puede quedar bien combinado con otros
materiales más cálidos. Además, las alternativas son casi infinitas ya que existen
vidrios de todos los colores, formas, texturas, se les puede pegar vinilos, etc.
– Metal: El metal transmite una estética industrial muy vanguardista, ideal para
casas de personas jóvenes o solteras a las que les gusta romper con lo
convencional. Combinado con ladrillo, hormigón o el tan de moda microcemento, y
con elementos de decoración reciclados, puede quedar un ambiente realmente
atractivo y rompedor.
– Azulejos: Aunque es un material típico para baños y cocinas, actualmente se
ha ampliado mucho su uso y puede usarse (con moderación) en cualquier
estancia. Además, los hay que imitan otros materiales con un aspecto bastante
realista. Su ventaja es su fácil limpieza y la diversidad de formas y tamaños.
– Papel pintado: A priori el papel pintado nos puede parecer algo antiguo, de
otra época, ya que lo primero que nos viene a la imaginación es el papel de flores
que había en casa de la abuela. Sin embargo, hoy en día la cosa ha cambiado
muchísimo y existe una amplísima variedad de papeles pintados, adaptados a la
estética más actual. Y la ventaja es que cuando nos cansemos de él, lo quitamos y
ponemos otro nuevo.
– Fibras naturales: Si lo que nos va es lo ecológico, podemos elegir un
revestimiento natural como el corcho, el junco, etc. Son buenos aislantes acústicos
y dan un aspecto diferente y atractivo a la estancia en la que se colocan, pero
tienen el “pero” de su necesario mantenimiento, a pesar del cual acaban
deteriorándose con el tiempo.
ESCALERAS
La palabra escalera procede etimológicamente del latín scala.