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Resumen:
Vulgarmente la revelación se ha entendido como que Dios habló hace unos dos o tres
mil años a Israel, pueblo elegido, los demás pueblos en su religión natural esperan que
algún día les llegue la revelación. Dios ha creado a todos pero se revela a una minoría,
este hablar de Dios se ha completado con los apóstoles y tenemos la Biblia, esta ha sido
interpretada y aplicada fundamentalistamente, se da un dualismo en la vida humana que
es reforzado por una mentalidad deísta, el resultado es una mala conciencia, una
división entre teoría y práctica, una incompatibilidad entre fe y cultura moderna. No se
puede mantener esta concepción tradicionalista, toca revisar la concepción de
revelación, cambiar la idea de Dios y la vivencia de la fe, que como lo enuncia Torre
Queiruga: La experiencia religiosa implica que Dios se nos comunica aquí y ahora a
todos y cada uno, de modos siempre nuevos1.
1
http://www.servicioskoinonia.org/relat/243.htm, p 2.
conocer a sí mismo a través de su acción salvífica histórica, cuyo centro y culminación
es Jesús el Cristo (D.V. No. 2, 4,6). La revelación no es directa e inmediata, sino
mediada por los acontecimientos de la historia incluyendo el mundo como parte de este
acontecer, que como dice Carlos Bravo: Los acontecimientos son ya palabra de Dios en
cuanto que son portadores de sentido como constitutivos del desarrollo de la historia
(obras y palabras intrínsecamente ligadas), incluyendo el mundo como parte de este
acontecer2.
Por otro lado, Fernando Olvani3, propone que el punto de partida del quehacer teológico
no es el enunciado teológico, sino el teologal “experiencia del creyente”, normalmente
se ha concebido que el punto de partida para hacer teología sea la Biblia, como algo
seguro, pero no lo es, porque el objeto de la teología no estaría dado por el depósito de
la fe a custodiar, sino por la experiencia creyente de ayer y de hoy que se hace texto,
cuyo sentido habrá que explicar, comprender, actualizar, cuestionar y reorientar. El
creyente que se acerca al texto y puede conocerlo como texto, accede a la experiencia
fundante y su horizonte de sentido, se ve remitido desde su experiencia al encuentro con
esa experiencia fundante y, se descubre llamado a configurar su existencia desde el
mundo posibilitado por ese encuentro.
BIBLIOGRAFIA.
Olvani, Fernando. ¿Qué significa afirmar que Dios habla?. Bogotá: Ed. Bonaventuriana,
2007.
http://www.servicioskoinonia.org/relat/243.htm
2
Bravo, Carlos. La revelación, cambio de perspectiva del Vaticano I al Vaticano II, p. 264
3
Olvani, Fernando. ¿Qué significa afirmar que Dios habla? P. 99-102
4
Parra, Alberto. Textos, contextos y pretextos. P 73