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En el presente se le hablara de los precursores de la independencia.

Pero no es lo mismo preguntarse quienes fueron los


precursores de la independencia que quienes fueron los autores o quienes lucharon por la independencia. La lista de
precursores es tan grandes que los agrupan con personajes tan dispares como se puedan imaginar como por ejemplo:
Napoleón Tomas Jefferson y todos los artífices de la independencia de los Estados Unidos. Fray Servando, Teresa de la
Mier ellos fueron uno de los primeros en denunciar el sistema español. Pero en si quienes actuaron directamente como
precursores de nuestra independencia venezolana fueron Francisco de Miranda y Simon Bolívar, pero también
participaron José Antonio de sucre, Santiago Mariño, Manuel Carlos Piar, Pedro Camejo (Negro Primero), José Félix
Ribas, Juan Bautista Arismendi, José Antonio Páez, entre muchos otros. En el presente se le hablara de dos grandes
luchadores como lo son José Félix Ribas y Pedro Camejo o mejor conocido como negro primero

Publicado por Joska' en 15:46 2 comentarios:

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Jose Felix Ribas

José Félix Ribas fue el último de once hijos de una familia distinguida de Caracas, que al igual que Simón Bolívar,
pertenecía a la oligarquía criolla de la época colonial. Hijo de Marcos Ribas y Bethencourt y Petronila de Herrera; su
padre nativo de la isla de Tenerife, fue Regidor y Alcalde Ordinario del Ayuntamiento caraqueño. Era hermano del
teólogo Francisco José Ribas. Se casó el 1 de febrero de 1796 con Josefa Palacios Fue alumno del Seminario, se dedicó
luego a labores agrícolas. Fue además, uno de los más apasionados los Bolívar y otros el principal grupo que apoyaba la
independencia de Venezuela y su organización como República y cuyas gestiones desencadenaron la Revolución de
1810. Ribas formó parte desde el 25 de abril de la Junta Suprema organizada tras la deposición de Vicente Emparan para
regir la Capitanía General. En octubre de ese año organizó una protesta pública como líder de los pardos caraqueños por
la ejecución del 2 de agosto de 28 patriotas en Quito por las autoridades realistas. Participó igualmente en las acaloradas
reuniones de la Sociedad Patriótica donde fue uno de los líderes radicales que apoyaba la independencia absoluta de
Venezuela.

Comenzó la carrera de las armas a favor de la independencia como coronel y jefe del recién creado batallón de Milicias
Regladas de Blancos de Barlovento. En 1812 participó en la campaña contra Domingo Monteverde bajo las órdenes del
general Francisco de Miranda quien lo envió con su batallón a reforzar al coronel Juan Pablo Ayala que defendía el
portachuelo de Guaica. Luego siguió a Caracas para asumir el cargo de comandante militar de la ciudad en sustitución de
Juan Nepomuceno Quero. Emigro a Nueva Granada tras la caída de la Primera República en julio de ese año, y allí se
encontró con otros patriotas venezolanos, uniéndose en Ocaña a las fuerzas de venezolanos y neogranadinos con que
Simón Bolívar preparaba la invasión al occidente de Venezuela.

La Campaña Admirable comenzó el 28 de febrero de 1813 con la Batalla de Cúcuta contra el coronel Ramón Correa
donde Ribas dio el golpe decisivo con una carga de bayoneta al centro de las líneas realistas.

El 7 de agosto de 1813, Bolívar culmina su Campaña Admirable al entrar en Caracas, abandonada por el Gobernador
Fierro, Ribas pasa de San Carlos a Caracas donde asume la Gobernación de la Provincia. A finales de noviembre de 1813
vence en la Batalla de Vigirima.

Durante la independencia, participó en numerosas batallas, pero el episodio más importante fue el de la Batalla de La
Victoria el 12 de febrero de 1814 en donde logró parar a las fuerzas realistas de José Tomás Boves con unas tropas poco
experimentadas formadas principalmente, por jóvenes estudiantes y seminaristas que Ribas había logrado reclutar y en
cuyo preámbulo pronuncio la famosa arenga: «No podemos optar entre vencer o morir, necesario es vencer».
Después de esta batalla, junto con José Francisco Bermúdez, ofreció una resistencia heroica al jefe realista Francisco
Tomás Morales en Maturín, pero también fueron derrotados. Huyó con un sobrino y un criado, pero fue delatado por un
esclavo llamado Concepción González.

Ribas fue capturado por los realistas en los alrededores de la ciudad de Valle de la Pascua. El Justicia Mayor de Tucupido,
Lorenzo Figueroa Barrajola quien reclamó al prisionero como suyo, ordenó su muerte el 31 de enero de 1815, dentro de
grandes vejaciones fue trasladado a la Plaza Mayor de Tucupido en donde fue fusilado. Al pie de un árbol a escasos
metros de la mencionada plaza su cuerpo fue desmembrado, la cabeza frita en aceite fue enviada a Caracas, donde
cubierta con el gorro frigio que solía usar Ribas, la colocaron en la Puerta de Caracas dentro de una jaula en el camino
para La Guaira, sus brazos y piernas colocadas en los cuatro puntos cardinales del pueblo en represalia a los patriotas de
la zona.

Pedro Camejo

Mejor conocido como Negro Primero. Nació en San Juan de Payara, Venezuela en 1790 fue un militar venezolano quien
luchó primero junto al ejército realista para luego pasar al ejército patriota durante la guerra de independencia de
Venezuela alcanzando el grado de Teniente.

El apodo de Negro Primero con el que se le conoce, se inspiró en su bravura y destreza en el manejo de la lanza y porque
siempre formaba la primera fila de ataque en el campo de batalla. También se debe a que era el único oficial de tez
oscura en el ejército de Simón Bolívar.

Había sido esclavo de Vicente Alonzo, de Apure. Era una persona de escasa preparación intelectual, aun cuando poseía
una mente ágil y despierta. A comienzos de la Guerra de Independencia formó parte del ejército realista. En 1816 sentó
plaza en las filas republicanas en las fuerzas que mandaba el general José Antonio Páez en Apure. En 1816, el teniente
Camejo y el presbítero Trinidad Travieso intercedieron ante el general Páez, en favor del teniente José María Córdoba
(más tarde general de división), quien había sido condenado a muerte por un Consejo de Guerra, por el delito de
deserción. En 1818, cuando el general en jefe Simón Bolívar llegó a San Juan de Payara, durante el desarrollo de la
campaña del Centro, vio a Camejo por primera vez. La corpulencia del guerrero y las referencias que le dio el general
Páez, despertaron en Bolívar su interés y en la breve charla que sostuvieron, Bolívar le formuló algunas preguntas, las
cuales fueron respondidas por Camejo con ingenuidad y sencillez; al explicar la razón que le llevó a sentar filas en el
ejército republicano, dijo que fue inicialmente la codicia; pero que luego comprendió que la lucha tenía otros propósitos
más elevados. Fue uno de los 150 lanceros que participaron en la batalla de las Queseras del Medio 2 de Abril de 1819 y
en esa ocasión, recibió la Orden de los Libertadores de Venezuela. En la batalla de Carabobo el 24 de Junio de 1821 era
integrante de uno de los regimientos de caballería de la primera división; donde rindió la vida. Muere el 24 de Junio de
1821 en Campo Carabobo. Eduardo Blanco, en Venezuela heroica, narra el momento cuando, herido de gravedad,
Camejo compareció ante el general Páez y con voz desfalleciente le dijo: «Mi general, vengo a decirle adiós porque estoy
muerto».

Movimientos precursores de la independencia

Fecha 2014-07-21

Poco después de la llegada de los europeos al continente americano se inició la Resistencia, por parte de la población
indígena, pero ésta fue reducida a su mínima expresión durante los siglos XVI y XVII. No obstante, la incomodidad de
importantes grupos sociales con las regulaciones del imperio español, así como la explotación brutal de los grupos
indígenas y esclavos fue combustible que alimentó motines, asonadas e insurrecciones a lo largo de los siglos XVI, XVII,
XVIII y principios del siglo XIX.

Los movimientos de resistencia tuvieron múltiples causas, como el cobro de altos impuestos, limitaciones impuestas a
los criollos para tener acceso a altos cargos en la administración colonial, la dramática desigualdad social y el Latifundio,
entre otras. Algunos movimientos de resistencia que destacan en esta época son: la rebelión del Negro Miguel, en las
minas de San Felipe de Buría (1553), la rebelión del Negro Andresote (1733), la rebelión de San Felipe El Fuerte (1741), la
rebelión de El Tocuyo (1744), la insurrección de Juan Francisco de León (1749), la revuelta de los Comuneros de los
Andes (1781), la rebelión de José Leonardo Chirinos y José Caridad González (1795), la conspiración de Gual, España y
Picornell (1797), la sublevación de Maracaibo (1799) y la invasión libertaria de Francisco de Miranda (1806).

El proceso de la Independencia de Venezuela se desarrolla a todo lo largo del siglo XVIII, mediante rebeliones,
insurrecciones, conspiraciones, contrabandos, entre otros movimientos, casi todos eran manifestacionesoriginadas por
causas económicas, sociales y políticas, como el descontento de las colonias hacia los impuestos, las injusticias y los
abusos a los que estaban sometidos

Todos estos acontecimientos fueron protagonizados por distintos personajes como Manuel Gual y José María España,
quienes plantearon el primer movimiento precursor, la compañía Guipuzcoana, la cual se convirtió en ungran monopolio
trabajando en la disminución de el contrabando, Andrés López, conocido como, Andresote y Juan Francisco de León,
quienes se opusieron a la Guipuzcoana, El Negro Miguel, quien paso de esclavo a Rey por su propia voluntad, José
Leonardo Chirino, quien comprometió a los esclavos, negros y mulatos libres y por ultimo Francisco de Miranda, quien
participo como un combatiente en LaIndependencia de los Estados Unidos, La Revolución Francesa y La Independencia
de Hispanoamérica.

En el siguiente trabajo se presentara mayor información acerca de los sucesos y personajes nombrados anteriormente,
se conocerá mas sobre sus vidas sus obras y se sabrá por que son conocidos como movimientos precursores de la
independencia y por que representan un papel sumamente importante en lahistoria Venezolana.

Se espera dar a conocer con este trabajo una pequeña muestra informativa de importantes hechos de Venezuela, así de
esta forma mientras mas conocimientos adquieran los ciudadanos del país, se pueda formar un mejor futuro
aumentando el nivel de educación y cultura en la población.

Rebelión del Negro Miguel

El Negro Miguel en 1533 en las minas de Buría y suregión tuvo una rebelión, esta considerada como la primera rebelión
de negros en la historia de Venezuela.

Durante el gobierno de Juan de Villegas Maldonado, a mediados del siglo XVI, aumento la necesidad de adquirir mano
de obra esclava, tras el descubrimiento de una importante venta de oro en las márgenes del río Buría, cerca de
Barquisimeto, estas minas causaron una gran conmoción en lapoblación de la ciudad de El Tocuyo, pues revivió la idea
del antiguo y enigmático Dorado. En tal sentido, muchos vecinos motivados con la posibilidad de enriquecerse,
organizaron y llevaron sus esclavos, mineros o agricultores, hacia la nueva venta. A fines de 1552 son trasladados a la
ciudad de Nueva Segovia de Barquisimeto, 80 esclavos negros para dedicarlos al trabajo en las minas, surgiendoasí el
Real de Minas de San Felipe de Buría.

Entre estos esclavos que llegaron al Real de Minas de San Felipe de Buría, figuraba un esclavo que se distinguía por su
rebeldía y arrojo, el Negro Miguel, quien era propiedad de Pedro del Barrio. Dado su carácter indomable, en 1553
Miguel huyó con unos compañeros a las montañas, desde donde preparó un ataque al Real de Minas, resultando...

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN

U.E. NUESTRA SEÑORA DEL CAMINO

9no grado “C”

Integrantes:

Brett Abraham

Contreras Hacson

Marquina Cindy

Mejias Lissett

Guatire, 7 de Noviembre de 2008

lunes, 27 de febrero de 2012

Antonio José de Sucre y Juan Francisco de León

Antonio José de Sucre

Antonio José de Sucre

Nació: Cumaná, 3 febrero 1795

Murió: Montañas de Berrueco, 4 Junio 1830

Oficial (general en jefe) del Ejército de Venezuela, Colombia y Ecuador, Gran Mariscal de Ayacucho (Perú). Presidente de
Bolivia. Político y estadista. Hijo del teniente Vicente de Sucre y Urbaneja y de María Manuela de Alcalá y Sánchez. Se le
considera el militar más completo y cabal de los próceres de nuestra Independencia. Fue un paradigma en el estricto
cumplimiento de su deber; era inflexible, duro y justo. Su padre, sus 2 abuelos y 4 bisabuelos y los más de sus
tatarabuelos, fueron militares. Perdió su madre a los 7 años. Adolescente fue enviado a Caracas al cuidado de su padrino
el arcediano de la catedral, presbítero Antonio Patricio de Alcalá, para iniciar estudios de ingeniería militar en la Escuela
de José Mires. En 1809, con su hermano Pedro y otros jóvenes, integró como cadete la compañía de Húsares Nobles de
Fernando VII, en Cumaná, unidad organizada por Juan Manuel de Cajigal y Niño, gobernador de la provincia de Cumaná.

En 1810, la Junta de Gobierno de Cumaná le confiere el empleo de subteniente de milicias regladas de infantería. Este
grado fue ratificado por la Junta Suprema de Caracas el 6 de agosto de ese mismo año. En 1811 desempeña en
Margarita el cargo de comandante de ingenieros. El 31 de julio de ese año recibió el despacho de teniente. En 1812 se
halla en Barcelona, en calidad de comandante de la artillería. Allí, el 3 de julio del citado año, junto con otros ciudadanos
notables, firmó el acta de la junta de guerra que se reunió aquel día para resolver lo conducente a la seguridad de la
República, a raíz de los acontecimientos en Caracas (ofensiva de Domingo de Monteverde) y la ocupación de Cúpira por
un grupo de partidarios de Fernando VII.

Estudió matemáticas y fortificaciones en la escuela de Ingenieros de Caracas en 1808. Al caer la primera república
emigró a Trinidad, de donde regresa en 1813, bajo las órdenes de Mariño. Es nombrado Coronel en 1817, por el mismo
Simón Bolívar. En 1821, es nombrado Jefe del ejército del Sur de Colombia, en donde logra la independencia de las
provincias de Ecuador en las batallas de Río Bamba y Pichincha. Participa en la batalla de Junín y gana la batalla de
Ayacucho en 1824, al mando del ejército unido, con lo cual logra el título de Gran Mariscal de Ayacucho. En 1825, ocupa
el territorio del Alto Perú, que se independiza del gobierno de Buenos Aires, adaptando el nombre de Bolivia. El
congreso del recién fundado país, encarga a Bolívar la elaboración de su constitución. Sucre fue el primer presidente de
Bolivia, cargo que ocupó por dos años.

Capitulación de Ayacucho

Capitulación de Ayacucho

Como lo expresa muy bien el historiador Tomás Polanco Alcántara, "el símbolo de la continuidad de Bolívar era Antonio
José de Sucre. Paulatinamente, por su talento personal, por sus dotes intelectuales y por su espíritu altivo, digno y
limpio, Sucre se fue convirtiendo en el complemento indispensable de Simón Bolívar. [...] Respetado por los argentinos,
los chilenos y los peruanos, admirado por los bolivianos y quiteños, sin enemigos en Venezuela y en la Nueva Granada y
con todos sus antecedentes, Sucre estaba destinado a ser el natural sucesor de Bolívar".

Martín Tovar y Tovar: Batalla de Ayacucho

Martín Tovar y Tovar: Batalla de Ayacucho

La vida de Sucre fue un luchar continuo. Combatía contra las fallas humanas, contra los elementos, contra las distancias.
Su preocupación por los servicios, por la eficiencia administrativa, llenó muchas de sus horas. Fue indoblegable en su
actitud vigilante por la probidad. Castigaba sin vacilar, con rigor extremo, crímenes, vicios y corruptelas, pero fue
magnánimo con enemigos y adversarios vencidos. Sobre todo resaltan en Sucre sus conceptos del patriotismo
americano, del honor, de la gratitud y la lealtad. En la última carta de Antonio José de Sucre a Simón Bolívar, escrita en
Bogotá el 8 de mayo de 1830, consta "...el dolor de la más penosa despedida...", y asÍ de su propia mano escribe: "No
son palabras las que pueden fácilmente explicar los sentimientos de mi alma respecto a Vd.: Vd. los conoce, pues me
conoce mucho tiempo y sabe que no es su poder, sino su amistad la que me ha inspirado el más tierno afecto a su
persona. Lo conservaré, cualquiera que sea la suerte que nos quepa, y me lisonjeo que Vd. me conservará siempre el
aprecio que me ha dispensado. Sabré en todas circunstancias merecerlo. Adiós, mi general, reciba Vd. por gaje de mi
amistad las lágrimas que en este momento me hace verter la ausencia de Vd. Sea Vd. feliz en todas partes y en todas
partes cuente con los servicios y con la gratitud de su más fiel y apasionado amigo"

Probablemente por esto en la reforma constitucional de 1830 en la Gran Colombia, sus enemigos logran poner la norma
que para ser presidente o vicepresidente se debían tener 40 años (Sucre tenía 35). Y también es muy probable que esto
haya sido la causa de su asesinato. Con Sucre vivo, continuaría la visión política de Bolívar y la unidad de la Gran
Colombia. Es asesinado de un disparo en Berruecos. Bolívar dijo: "Lo han matado porque era mi sucesor".

Muerte de Sucre en Berruecos

Muerte de Sucre en Berruecos

Juan Francisco de León

Juan Francisco de León (El Hierro (Canarias), 19 de marzo de 1699 - San Fernando (Cádiz), 2 de agosto de 1752) fue un
comerciante canario que tuvo una destacada actuación en la historia colonial venezolana, al liderar una revolución
popular en contra del monopolio comercial que tenía la Compañía Guipuzcoana en la Provincia de Venezuela a
mediados del siglo XVIII.}

Juan Francisco de León nació en la isla de El Hierro, la más suroccidental de las Islas Canarias, en el seno de una familia
numerosa. Emigró a Venezuela en la primera mitad del siglo XVIII fijando su residencia enCaracas, en la zona de la plaza
La Candelaria, donde vivió con su esposa Lucía García y tuvo una descendencia de 14 hijos, dedicándose a la agricultura
del cacao. Fundó la población de Panaquire el 4 de marzo de1734, en la región de Barlovento, en la provincia de Caracas.
En 1744, el gobernador lo nombra comisario de la jurisdicción real del valle de Panaquire con facultad de hacer
sumarias, prender personas y conocer de las causas civiles y criminales contra cualquier individuo. Este nombramiento lo
lleva a residenciarse en forma permanente en el valle y le permite el descubrimiento de nuevas tierras hacia la zona de
El Guapo.

La posición monopólica de la Compañía Guipuzcoana y los bajos precios que ésta impuso al cacao cultivado por los
agricultores de Panaquire hizo florecer el contrabando, avalado por de León, como método para mejorar los ingresos y
la calidad de vida de sus habitantes. Enterado de esta situación, el nuevo gobernador de la provincia, Luis Francisco de
Castellanos (1747-1749), por sugerencia del factor de la Compañía Guipuzcoana Juan Manuel Goyzueta, designa el 7 de
marzo de 1749 a Don Martín de Echeverría con el título de cabo de guerra y teniente de justicia de Panaquire. Buscando
la aniquilación del contrabando de cacao, dicha designación desplaza a de León de su cargo, pero profundizando una
desigualdad social existente en las colonias españolas de la época: canarios, pardos y mulatos eran relegados al último
estrato social, en beneficio de vascos ycastellanos.

Molesto por el nombramiento de un vasco como reemplazante suyo y temeroso de perder la relativa prosperidad que el
contrabando traía a la región, Juan Francisco de León promueve un levantamiento en 1748 contra los intereses y el
dominio monopolístico de la Compañía Guipuzcoana en cuanto al comercio del cacao, apoyado por la población
barloventeña, compuesta mayoritariamente de esclavos, zambos, pardos y canarios, habiendo adquirido algunas armas
y municiones a comerciantes holandeses de Curazao, naturalmente a través del contrabando de cacao. Luego de algunas
acciones exitosas y un gran apoyo popular, entra a Caracas, provocando la huida de Echeverría, pero finalmente el
gobernador Felipe Ricardos logra someterlo y el 28 de marzo de 1752 es enviado como prisionero a la prisión de la
Carraca en Cádiz; allí Juan Francisco de León contrajo viruela y murió el 2 de agosto de 1752.

Declarado traidor por Felipe Ricardos, su casa en La Candelaria fue arrasada y sembrada con sal, para que ni la hierba
creciese. El 25 de septiembre de 1753, y sobre sus ruinas, se colocó un padrón de ignominia que rezaba así:

«Esta es la justicia del Rey Nuestro Señor mandada hacer por el Excelentísimo Señor Don FPE RICARDOS. TTE. GENERAL
DE LOS EJERCITOS de su majestad su Govr y CAPNA General de esta provincia de Caracas – con Juan Francisco de León,
amo de esta casa, por pertinaz, rebelde y traidor a la Real Corona y por ello reo. Que se derribe y siembre de sal por
perpetua memoria de su infamia.»

Este padrón fue demolido luego de declarada la independencia de España, en 1811, siendo posteriormente sus terrenos
devueltos a los descendientes de Juan Francisco de León y su memoria exaltada, en homenaje a su lucha reivindicatoria
por una sociedad más justa. Aunque su movimiento no fue de carácter independentista ni contrario a la autoridad del
Rey de España, el fuerte componente social que tuvo lo convierte en un hito importante dentro de los antecedentes que
posteriormente llevarían a la independencia de las colonias españolas en América. En la actualidad una placa ubicada al
frente de lo que era su casa, honra su memoria en Caracas.

La rebelión encabezada por Juan Francisco de León puede caracterizarse como un movimiento de protesta abanderado
por los pequeños cultivadores isleños de Barlovento, que apenas habían comenzado la roturación de sus tierras y sus
plantaciones con un reducido número de esclavos que se sentían víctimas de las restricciones y limitaciones impuestas
para dar salida a sus producciones, y de la política hostil de la Gobernación contra sus fundaciones. Vieron en la
deposición de León por Martín de Echevarría un claro intento de control del contrabando que había sido la única
posibilidad rentable que tenían.

En 1739 España rompe relaciones diplomáticas con el Reino Unido. Es la llamada Guerra de la Oreja o de la Sucesión
Austriaca (1739-1748), un conflicto de larga duración de graves consecuencias de todo orden en la sociedad venezolana.
Una de las primeras fue la supresión del asiento británico. Su finalización se tradujo en un doble impacto en la provincia
de Caracas, y en particular en Barlovento y las áreas cacaoteras. Primero dejó a la Guipuzcoana como virtual
monopolista, con la excepción del registro anual de Canarias, lanzándola a intentar monopolizar el rico mercado
mejicano. En consecuencia los precios cayeron desde el récord de 1735 de 18 pesos, a los 12 de 1739, los 9 de 1741 y los
5 de 1749, cuando la protesta culminó en la rebelión de Juan Francisco de León. La segunda consecuencia repercutió
directamente sobre los pequeños cultivadores. Mientras que los grandes propietarios del Alto Tuy disponían ya de un
número considerable de esclavos, comenzaban a incrementar su reproducción y tenían sus plantaciones a pleno
rendimiento, los inmigrantes apenas habían comenzado a roturarlas en Barlovento y se les restringían las posibilidades
de adquirirlos.

La mayoría de los colonizadores del Bajo Tuy y del Yaracuy eligieron el contrabando antes que aceptar la nueva
situación. El comercio ilegal de cacao era una práctica tan vieja como su tráfico, pero después de 1739 era la única
alternativa para la primera generación de plantadores si no querían perder sus haciendas. Una necesidad que no era tan
obvia para los hacendados que podían vender directamente sus granos en el mercado novohispano. Estos estaban
afectados en la medida en que sus esclavos sustraían parte de él y lo vendían furtivamente para comprar aguardiente,
comida y ropas. Al no vivir en sus haciendas contrataban mayorales que en su mayoría eran pardos e incluso esclavos.
Preferían servirse de agentes de la autoridad como los Tenientes de Justicia para guardar el orden. La tradición fue
alterada en 1738 cuando una Real Cédula aumentó las prerrogativas del Gobernador. A partir de ella podía nombrar o
cesar a los Tenientes de Justicia sin la aprobación de la Audiencia. Una prerrogativa cuyas consecuencias se vieron en
1741 en la rebelión de San Felipe a raíz del nombramiento para ese cargo de Basaba sal por el Gobernador Zuloaga, que
levantó a diferentes sectores sociales de ella, encabezados por su elite rectora isleña con Bernardo Matos a la cabeza y
con la activa colaboración de contrabandistas y pulperos de ese origen. La insurrección fue de tal gravedad en un
conflicto bélico de tales proporciones y con la armada británica en la costa, que Zuloaga se vio obligado a pactar con la
mediación del futuro Arcediano de Caracas, el palmero Bernardo Acosta Romero. Este vasco, que gobernó la provincia
entre 1737 y 1747, fue un adalid de la Guipuzcoana. En 1739, cuando fue transferida a la jurisdicción del Virreinato de
Nueva Granada, ejerció el privilegio de nombrar y cesar a los Tenientes debido a la distancia y la guerra con Inglaterra.
La Corona, gracias a la influencia de la Compañía en el Consejo de Indias, lo reafirmó en 1742. Al año siguiente la colonia
vivió un momento de extrema gravedad. Una escuadra británica al mando del almirante Charles Knowles sitió la Guaira y
Puerto Cabello hostigando sus costas con promesas de liberar a los criollos de la empresa monopolista, lo que
demuestra la animadversión reinante. El diario de la expedición no tiene desperdicio. Su misión era hacer saber a los
habitantes del país que el inglés no venía a despojarlos de sus derechos, religión o libertades, sino que recibirían de
nosotros una mayor seguridad y más felicidad que bajo la tiranía y crueldad de la Compañía Guía pesco (sic), de la que
los veníamos a libertar. En virtud de estas órdenes, nosotros deberíamos tomar como botín cualquier cosa que en tierra
o mar perteneciese a la mencionada Compañía1. El encono contra Zuloaga y la Guipuzcoana estaba presente en tales
sucesos hasta el punto que años después León recordaría su huida de La Guaira y la defensa del puerto por los vecinos y
patricios de la tierra al mando del jefe de la fortaleza Mateo Gual y de las milicias capitaneadas por los isleños Domingo
Francisco Velázquez y José Hernández Sanabria. Por contra resultó el título de Excelentísimo a dicho Gabriel de Zuloaga,
sin haberlo merecido2. Igual incuria se aprecia en la defensa de Puerto Cabello por las de Aragua, silenciada para
proporcionarle todas las glorias y prorrogarle, como recoge Terrero, cinco años de gobierno y el grado de Teniente
General, mientras que quienes estaban a su frente, los hermanos Gaspar y José Lorenzo de Córdoba, promotores en
1749 de la rebelión, se les prepara de aquí a breve tiempo, en una ignominiosa prisión, el premio y el honor que se
merecían de tan celebrada victoria3. La enemistad entre vascos e isleños hace correr rumores sobre la dudosa fidelidad
de éstos, como se desliza en un poema épico impreso en México en 1743 por el vasco Francisco de Echavarri y Ugarte,
Oidor de su Audiencia, cuyo objetivo era exaltar las glorias de Zuloaga y Cantabria. En una de sus octavas reales se
menciona un papel de Knowles dirigido a los isleños defensores de Puerto Cabello incitándoles a la rebelión contra la
opresión vizcaína.

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