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Concepto de enfermedad 1

ENFERMEDAD

DEFINICIÓN DE ENFERMEDAD

Como es habitual con otros términos, existen muchas definiciones de lo que es la enfermedad; no
obstante, suelen ser menos variadas que las correspondientes a salud. Se ha dicho que es una
alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo. También como el
conjunto de fenómenos que se producen en un organismo que sufre la acción de una causa
morbosa, de etiología en general conocida, que se manifiesta por síntomas y signos característicos
y cuya evolución es más o menos previsible.
Al margen de las definiciones, son importantes a considerar otras cuestiones referentes a
las enfermedades y, desde el punto de vista psicológico, a lo que serían los modelos de
representación de la enfermedad, que se verá más adelante.

PROCESO DE LA ENFERMEDAD

La enfermedad como proceso, posee un período inicial o de comienzo, un período de estado y un


período final que puede ser la muerte del individuo o su curación. La curación puede ser ad
integrum cuando tiene lugar el restablecimiento completo de las estructuras y funciones afectadas
por la enfermedad o dejar secuelas o alteraciones permanentes en el organismo. Según su curso,
pueden ser: agudas, caracterizadas por aparición brusca, síntomas muy acusados y duración
relativamente corta y crónicas, de curso más duradero.

TIPOS DE ENFERMEDAD

También hay muy diversas clasificaciones de la enfermedad. Para los propósitos que aquí se
persigue se pueden distinguir, de forma general, por lo menos tres tipos. Primero, las
enfermedades infecciosas, que se atribuyen a algo patógeno tal como una bacteria o un virus
(como en el resfriado corriente). Segundo, las enfermedades sistémicas, que resultan de un fallo o
mal funcionamiento de un órgano o sistema fisiológico. Un órgano determinado puede fallar en su
función y causar un serio problema médico (por ejemplo, la apendicitis). Tercero, las
enfermedades traumáticas, que resultan de un suceso externo como puede ser un golpe físico o la
ingestión de una sustancia tóxica. Un ejemplo sería el envenenamiento.
También existen otras maneras de distinguirlas, en función de varios criterios, p. ej.,
hereditarias, congénitas, infecciosas, alérgicas, carenciales, metabólicas, yatrogénicas, idiopáticas,
etc.

MODELOS DE REPRESENTACIÓN DE LA ENFERMEDAD

INTRODUCCIÓN

El papel desempeñado por los factores psicológicos, sociales y culturales en la salud y la


enfermedad humana constituye un importante objeto de estudio en las ciencias sociales y de la
conducta. Una de estas nuevas líneas teóricas y de aplicación viene determinada por cuestiones
tan básicas como las relativas a lo que los individuos piensan acerca de su salud y enfermedad.
Las investigaciones que se centran en la representación mental de la salud y la
enfermedad intentan responder a cuestiones como éstas: ¿Qué procesos tienen lugar en la
comprensión y conceptualización de la salud y la enfermedad por parte de los individuos? ¿Qué
tipo de representaciones mentales elaboran las personas sobre sus enfermedades? ¿Cuáles son
las implicaciones de esas representaciones mentales?
Uno de los investigadores que más ha trabajado en este campo de la representación de la
enfermedad es, sin duda, Howard Leventhal.
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EL MODELO DE AUTOREGULACIÓN

Leventhal centra su investigación en el estudio de las teorías o representaciones que la persona


elabora acerca de su enfermedad.
Se trata de modelos de enfermedad elaborados por el sentido común, razón por la cual
no se ajustan necesariamente a los modelos científicos sostenidos por los especialistas y
profesionales de la salud. Estas representaciones de los pacientes a veces se basan en
concepciones culturales erróneas o en una información equivocada. Sin embargo, son estos
modelos elaborados por los pacientes los que determinan la conducta de enfermedad y la
utilización de los servicios. Así, por ejemplo, un paciente puede pensar que su enfermedad es un
“castigo divino”, adoptando en consecuencia una actitud de resignación.
El supuesto básico del que parte Leventhal es la consideración del paciente como un
procesador activo que construye o elabora una definición o representación de su enfermedad y
que, en función de esta representación, regula su comportamiento. A partir de esta premisa, los
autores plantean un modelo acerca de cómo los sujetos se autorregulan ante experiencias
estresantes de enfermedad; es decir: a) cómo definen o representan la amenaza de enfermedad, y
b) cómo actúan para hacer frente a dicha amenaza.

Características del Modelo

Los supuestos básicos que caracterizan el modelo de autorregulación propuesto por Leventhal et
al. son los siguientes:

1) El primero de ellos hace referencia a las etapas de procesamiento. El sistema de


autorregulación propuesto opera en tres etapas:

a) En la primera de esas etapas tiene lugar la definición o representación de la enfermedad


y de la emoción que la acompaña.
b) La segunda etapa supone la planificación, selección y ejecución de respuestas para
afrontar la amenaza objetiva de enfermedad y las reacciones emocionales que ésta
suscita.
c) La tercera etapa es una fase de evaluación, a fin de determinar si las estrategias de
afrontamiento han logrado la consecución de las metas establecidas.

La información derivada de la última etapa aporta un feedback sobre las anteriores y, de


este modo, puede alterar las estrategias de afrontamiento del individuo o la forma en que
representa la enfermedad.

2) Una segunda característica del modelo de auto-regulación es la existencia de dos canales


paralelos en el sistema de procesamiento:

a) Uno de ellos da lugar a la elaboración de una representación objetiva de la enfermedad


y al desarrollo de respuestas de afrontamiento para controlarla.
b) El segundo sistema supone el procesamiento de las reacciones emocionales provocadas
por la enfermedad y la puesta en práctica de estrategias de afrontamiento para controlar
esas emociones.

Se trataría, pues, de dos sistemas reguladores (uno objetivo o informacional y otro


afectivo) independientes, pero interactuantes, propugnando así la independencia entre cognición
y afecto. Una representación gráfica del modelo se puede observar en la Figura 1.
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Figura n.º 1.- Modelo de autorregulación de Leventhal et al.

Implicaciones del Modelo

En base a estos planteamientos, Leventhal et al. sugieren una serie de pautas a la hora de
proporcionar a las personas una visión lo más realista posible de su enfermedad. Estas pautas de
actuación por parte de los profesionales de la salud pueden sintetizarse como sigue:

a. La información que se ofrece al paciente debe referirse a las tres etapas de procesamiento:
representación de la enfermedad, posibles estrategias de afrontamiento y criterios para la
evaluación de la eficacia de éstas.
b. Es necesario evitar discrepancias entre la amenaza objetiva provocada por la enfermedad y
la representación que el sujeto hace de ella; controlando al mismo tiempo el esquema
afectivo del individuo, ya que puede estar influyendo en su representación de la
enfermedad.
c. Hay que especificar metas y objetivos temporales que deben referirse tanto al control del
peligro que se deriva de la enfermedad, como al control del miedo u otras respuestas
emocionales.
d. Por último, la persona debe ser consciente de que existen factores sociales y ambientales
que pueden estar influyendo en la representación que hace de su enfermedad.

En definitiva, se trata de ofrecer al sujeto la oportunidad de estructurar su comprensión


de la enfermedad y de construir representaciones más adecuadas de la misma, que creen
estrategias eficaces de afrontamiento y una evaluación estable de todo el proceso.

ESQUEMAS Y MODELOS DE ENFERMEDAD

Como consecuencia de sus investigaciones, Leventhal sugiere que las representaciones o


esquemas cognitivos que las personas elaboran sobre sus enfermedades incluyen diferentes
factores o variables. Estos factores son los siguientes:

1. Identidad. Se trata de variables que identifican la presencia o ausencia de una enfermedad.


Pueden referirse al nombre o etiqueta de la enfermedad (p. e., cáncer o infarto) y a signos o
síntomas concretos de la misma (p. e., inflamación, dolor).
2. Consecuencias. Se refieren a la percepción de las personas acerca de las implicaciones
(físicas, sociales y económicas) que tendrá la enfermedad así como a las reacciones
emocionales que podrán surgir como consecuencia de la misma.
3. Causas. Se trata de las ideas que tiene el sujeto sobre la etiología o la causa de la
enfermedad (p. e., herencia, contagio).
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4. Duración. Referida a la expectativa del individuo acerca de la evolución y el tiempo que


durará la enfermedad.

Según los autores, la combinación de los factores anteriores da lugar a diferentes


esquemas o modelos de enfermedad. Así, las representaciones que hacen las personas incluyen
tres modelos dominantes de enfermedad:

a. Modelo de enfermedad aguda, que se concibe como causada por factores muy concretos
(como un virus o agente bacteriano), con una duración corta y de consecuencias sólo a corto
plazo.
b. Modelo de enfermedad crónica, causada por múltiples factores, entre los que se incluyen
hábitos y estilos de vida inapropiados; es de larga duración y produce graves consecuencias.
c. Modelo de enfermedad cíclica, caracterizada por períodos alternativos sintomáticos y
asintomáticos.

Leventhal et al. han puesto de manifiesto que, para la elaboración de estos modelos de
enfermedad, las personas utilizan cuatro fuentes de información. En primer lugar, las
experiencias corporales, como son la naturaleza, persistencia y gravedad de los síntomas. La
segunda fuente de información se refiere a las concepciones predominantes sobre la enfermedad
en la cultura del individuo. La tercera viene dada por la comunicación social o información
obtenida a través de otras personas, como familiares y amigos, y fundamentalmente
profesionales de la salud. Por último, la cuarta fuente de información proviene de las
experiencias personales que en el pasado han tenido los sujetos con la enfermedad.
Además de los factores señalados por Leventhal (identidad, consecuencias, causas y
duración), investigaciones posteriores han encontrado que las representaciones que los sujetos
construyen sobre sus enfermedades pueden incluir otros diferentes factores. Así, por ejemplo,
Turk et al. proponen los siguientes:

1. Gravedad. Determinada por las concepciones del individuo acerca de las dificultades que
entraña la curación de la enfermedad y la duración de la atención que requerirá.
2. Responsabilidad personal en la causa y el tratamiento. Hace referencia a las creencias del
sujeto sobre qué o quién es el responsable del comienzo de la enfermedad y su resolución.
3. Controlabilidad. Referida a las creencias del sujeto sobre el grado de control que puede
ejercer sobre la evolución de su enfermedad.
4. Variabilidad. Determinada por las creencias del individuo sobre si los síntomas y otros
aspectos de la enfermedad permanecerán estables o no a lo largo del tiempo.

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