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El concepto de género discursivo desde la perspectiva de Bajtín1

1. ¿Qué son los géneros discursivos?


Para comprender a cabalidad qué son los géneros discursivos desde la perspectiva
de Bajtín (1982), antes es necesario conocer los siguientes conceptos clave:
- cultura

- esferas de la praxis humana

- situación comunicativa

- niveles del lenguaje

1.1. Cultura
Bajtín (1982) explica que toda práctica humana2 ocurre en una determinada
cultura. En otras palabras, en un sistema de creencias, valores y estilos lingüísticos que son
el resultado de las convenciones adoptadas por una comunidad de personas y se realiza en
la interacción entre ellas. En este sentido, cada práctica humana refleja la cultura de la
colectividad en que nace.

1.2. Esferas de la praxis


Bajtín (1982) reconoce en la cultura distintas esferas de la praxis humana, es decir,
distintas comunidades en las que interactúan grupos de personas que comparten una
misma cultura. En una cultura, una persona puede participar, a la vez, en distintos grupos.
Por ejemplo: un(a) profesora(a) puede participar, al mismo de tiempo, en un grupo
político, en un grupo familiar y en un grupo educacional. Las convenciones ideológicas,

1
Cómo citar este apunte: Concha, S., Andrade, L. y Loyola, P. (2015). El concepto de género discursivo desde
la perspectiva de Bajtín [Material de clase].
2
Este término se refiere a la producción, tanto oral como escrita, del discurso.
valóricas y lingüísticas de cada grupo conforman una comunidad particular; en palabras de
Bajtín (1982), una esfera de la praxis humana3.

1.3. Situación comunicativa


Ahora bien, al momento de configurarse concretamente una práctica humana en
una determinada esfera, esta praxis se desarrolla en una situación comunicativa particular.
Esta situación involucra: destinador, destinatario, mensaje que se comunica, tiempo,
espacio, medio de composición (lápiz o computador) y canal (presencial, informático,
televisivo, radial, etc.) en que se lleva a cabo la comunicación.
Según el grupo Didactext (2003), cuando el destinador decide comunicarse con el
destinatario, el primero debe considerar la edad, el género, la profesión, la distancia social,
el conocimiento, las motivaciones, los intereses, los estados de ánimo y las actitudes (p. 8)
del otro, con el objetivo de lograr su propósito comunicativo.

1.4. Niveles del lenguaje


Tal como se explicó en el apartado 1.1., cada práctica humana involucra una serie
de características propias de la cultura, de la esfera de la praxis y de la situación
comunicativa en que se contextualiza. Estas características se realizan concretamente en
discursos (escritos u orales), los que se construyen a partir de un conjunto de recursos
lingüísticos que son el resultado de las convenciones adoptadas por una colectividad. Así,
la selección de los recursos lingüísticos necesarios para construir un discurso dependerá de
cada cultura, de cada esfera de la praxis y de cada situación comunicativa. Todo hablante
debe seleccionar estos recursos de entre los distintos niveles de la lengua:
a) Nivel textual discursivo: en este nivel, se debe considerar la estructura a la que se
ajustará el discurso producido (oral o escrito). Esta estructura está compuesta por una
serie de etapas, en las que cada una cumple una función determinada en pro de alcanzar
el macropropóstio del discurso. A su vez, en este nivel, se deben considerar los marcadores
y conectores que relacionarán, de manera global y local, las ideas del discurso.

3
Es importante especificar que en cada esfera predominará un tema en particular, el que se relacione,
principalmente, con las características ideológicas y valóricas de cada grupo.
b) Nivel semántico: en este nivel, se debe considerar el léxico que se utilizará en el
discurso. Este debe responder a las necesidades de la situación comunicativa,
específicamente, al tema del mensaje y al nivel de conocimiento del destinatario.
c) Nivel sintáctico: en este nivel, se debe considerar el orden de los elementos (sujeto,
verbo y predicado) que componen cada oración del discurso. La complejidad (oraciones
simples, compuestas, complejas) de las oraciones dependerá de las características de la
situación comunicativa.
d) Nivel gramatical: en este nivel, se deben considerar todas las convenciones gramaticales
de la lengua (uso de pronombres, gerundios, concordancia, etc.), con el objetivo de
brindar cohesión al discurso4.

1.5. Géneros discursivos


Según lo planteado por el grupo Didactext (2003), Bajtín concibe los géneros como
registros sociales o modos de discurso que nacen en una determinada esfera de la cultura,
para satisfacer una determinada necesidad comunicativa. Por lo tanto, estos géneros se
definen por las características particulares de la cultura y, sobre todo, por las formas de
participación en cada esfera particular. Estas características, a su vez, se manifiestan
concretamente mediante los recursos lingüísticos utilizados en cada género, y que
corresponden a cada uno de los niveles de la lengua.
Ahora bien, cada esfera de la praxis usa, o bien, crea los géneros que se adecúan de
mejor manera a sus necesidades comunicativas 5. Por ejemplo: en la esfera familiar,
predomina el uso de géneros como la conversación informal; en la esfera política,
predomina el uso de géneros como la declaración pública y, en la esfera
educativa/académica, predomina el uso de géneros como el ensayo. El Esquema 1 refleja
la variedad de géneros existentes en algunas esferas de la cultura chilena 6.

4
Para acceder a una descripción detallada de los recursos de cada uno de los niveles del lenguaje, véase
Apuntes de lectura para la asignatura Fundamentos teóricos para la enseñanza de la lengua.
5
Resulta importante dejar claro que, en ocasiones, los miembros de una determinada esfera pueden ocupar
los géneros que ya existen en su cultura para cumplir un determinado propósito comunicativo. En cambio, en
otras ocasiones, ese mismo grupo puede crear un nuevo género si considera que los existentes en su esfera
de la praxis no cumplen con sus expectativas.
Esquema 1. Géneros presentes en algunas esferas de la cultura chilena.

1.6. ¿Cuándo utiliza un hablante un determinado género discursivo?


Una vez entendido el concepto de género discursivo, cabe hacerse la siguiente
pregunta: ¿cuándo utiliza un hablante un determinado género discursivo? Bajtín (1979, p.
267) indica que “la voluntad discursiva del hablante se realiza ante todo en la elección de
un género discursivo determinado”. Cabe deducir entonces que la elección del hablante se
define por la especificidad de una esfera discursiva dada, por las consideraciones
temáticas y por las características de la situación concreta de la comunicación ; rasgos que
luego se manifiestan en el discurso mediante la elección de determinados recursos
lingüísticos en cada uno de los niveles de la lengua.
Por ejemplo: en la esfera de la educación, un grupo de estudiantes universitarios
pretende comunicarse con el director de carrera para pedir asistencia libre un
determinado día de la semana producto de una marcha estudiantil. En este caso, el
propósito de los estudiantes es convencer al director respecto a la suspensión de clases.
6
Las flechas ubicadas en el centro del esquema indican que si bien existen géneros prototípicos de ciertas
esferas, existen otros géneros que se pueden ocupar en distintas esferas de acuerdo a las necesidades
comunicativas de los hablantes. Por ejemplo: la anécdota y/o la explicación.
En coherencia con ese propósito comunicativo (convencer o persuadir), los estudiantes
cuentan con diversos géneros argumentativos: comente, ensayo, reflexión pedagógica,
tesis, etc. No obstante, al considerar las características de la esfera de la praxis y de la
situación comunicativa, el género más adecuado para cumplir este propósito sería una
carta o mail formal.
Desde la situación comunicativa, los estudiantes deberían considerar una serie de
elementos antes de escribir la carta, principalmente: características del jefe de carrera (el
rol social, el nivel de conocimiento sobre el tema, las motivaciones, los intereses y las
actitudes, entre otros), así como el tiempo y espacio en que se lleva a cabo la
comunicación.
Desde el ámbito del lenguaje, los estudiantes deberán seleccionar los recursos más
adecuados, de cada nivel del lenguaje, para cumplir con el propósito comunicativo de
manera efectiva:
a) Nivel textual discursivo: en este nivel, resultaría necesario considerar la estructura de la
carta (etapas: fecha, vocativo, saludo, cuerpo de la carta, despedida y firma). Además,
sería apropiado usar marcadores discursivos de orden y conectores explicativos y de
oposición, debido al propósito argumentativo de la carta.
b) Nivel sintáctico: en este nivel, sería adecuado privilegiar el uso de oraciones simples
para facilitar la comprensión del destinatario.
c) Nivel semántico: en este nivel, lo más apropiado sería usar un registro formal y
académico, de acuerdo a la esfera en que se lleva a cabo la comunicación. Además,
resultaría conveniente explicar los términos que podrían resultar complejos para el
destinatario, con el fin de evitar ambigüedades en el mensaje.
d) Nivel gramatical: en este nivel, resultaría necesario seguir las convenciones gramaticales
del lenguaje académico. Por ejemplo: evitar el uso de la primera persona y usar de manera
adecuada los gerundios.
Las decisiones que debieran tomar los estudiantes en la cultura, en la esfera de la
praxis, en la situación comunicativa y en cada uno de los niveles de la lengua, con el
objetivo de cumplir su propósito comunicativo mediante el género, se visualizan en el
Esquema 2.

Esquema 2. Posibles elecciones que realizarían los estudiantes al momento de usar


un género.

1.7. Los géneros discursivos escritos, más allá de la lengua y del discurso
Desde la noción de género discursivo, la producción escrita puede ser entendida
como una acción que las personas ejercitan en la medida en que participan de la sociedad.
Así, producir determinados géneros discursivos escritos (ej: cartas, notas, ensayos,
reseñas, diarios de vida, etc.) es una manera de interactuar con otras personas, por vías
escritas que han sido consensuadas socialmente a lo largo del tiempo. Al respecto, una
cuestión clave es que los géneros discursivos no solo se caracterizan por tener una
estructura determinada y formas lingüísticas más o menos estables. Producir un género
discursivo involucra seguir y respetar valores, así como formas particulares de pensar,
gestionar el conocimiento e interactuar entre las personas, en una esfera de participación
determinada. De hecho, son estos valores y modalidades de pensamiento y participación
las que justifican las decisiones lingüísticas y discursivas.
Un buen ejemplo de lo anterior es el género conocido como artículo académico,
que es propio de las comunidades científicas. Respecto del conocimiento y su
construcción, estas comunidades exigen a sus participantes trabajar con hechos objetivos
y explicar claramente qué experimentos realizaron y cómo los hicieron, de modo tal que
quien lea el artículo pueda eventualmente replicar los mismos pasos y obtener los mismos
resultados. En atención a esta manera objetiva de concebir el conocimiento y a la
valoración del método científico para producirlo, el género artículo contiene una sección
denominada metodología en la que los autores deben explicitar quiénes participaron de su
estudio, qué tipo de datos recogieron, cómo analizaron los datos y qué resultados
obtuvieron, usando tablas y gráficos que aporten precisión y permitan, eventualmente,
replicar el proceso descrito. En cuanto a las selecciones lingüísticas, la objetividad para con
el conocimiento se realiza gramaticalmente en oraciones despersonalizadas; así también,
se utilizan conceptos técnicos, mencionando para cada caso el o los autores que los
acuñaron o utilizan, para asegurar que quien escribe forma parte de una comunidad de
científicos que comparten los mismos principios y evidencias.
En efecto, son diversas las convenciones o modos establecidos de participación que
determinan nuestras selecciones lingüísticas al producir un determinado género. Otro
ejemplo, ahora de la esfera escolar, sería un comentario escrito a partir de un libro leído.
En este género se espera que el escritor o escritora introduzca a sus lectores al contenido
del libro (en lugar de crear un contenido) y que les permita distinguir con claridad estos
hechos de su opinión personal sobre el mismo. A la vez, quien escribe debe fundamentar
sus opiniones con referencias directas a la lectura o a otras lecturas. Todas estas
convenciones le permitirán interactuar respetuosamente con el autor del libro y con sus
propios lectores, a la vez que validar su posición crítica frente a ellos, y hacerse parte de
una comunidad escolar que reflexiona y analiza distintas ideas con rigor y responsabilidad
por los propios dichos. Estos valores y principios se reflejarán en el texto en selecciones
lingüísticas y discursivas tales como las secciones del texto (introducción, resumen del
texto, comentario crítico), modos discursivos (narrar para resumir el texto, argumentar en
el comentario crítico); oraciones impersonales en la introducción (en este trabajo se
presentará…), marcadores discursivos temporales en el resumen, entre otras tantas.

2. Conclusión
Así entendida la producción escrita, en su dimensión social y cultural, escribir en el
aula no puede reducirse a un ejercicio que se realiza para evaluar a los estudiantes; más
bien, se hace necesaria una didáctica específica que promueva en ellos una competencia
lingüística y comunicativa para producir textos coherentes, cohesivos, bien organizados,
correctos y apropiados gramaticalmente, correctos ortográficamente y adecuados a las
particulares situaciones de comunicación (Lomas, Osoro y Tusón, 1993). Respecto de la
adecuación, sin embargo, se propone que esta involucra no solo una consideración de los
destinatarios y de la situación inmediata de recepción del escrito (el aula, por ejemplo),
sino también de las convenciones culturales y recursos de la lengua que caracterizan a los
géneros discursivos en las particulares comunidades discursivas en que se utilizan.

Referencias bibliográficas

Bajtín, M. (1982). Estética de la creación verbal. México, DF: Siglo XXI.

Grupo DIDACTEXT (2003). Modelo sociocognitivo, pragmalingüístico y didáctico para la


producción de textos escritos. Didáctica, 15, 77-104.
Lomas, C., Osoro, A. y Tusón, A. (1993). Ciencias del lenguaje, competencia comunicativa y
enseñanza de la lengua. Barcelona: Paidós.

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