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- situación comunicativa
1.1. Cultura
Bajtín (1982) explica que toda práctica humana2 ocurre en una determinada
cultura. En otras palabras, en un sistema de creencias, valores y estilos lingüísticos que son
el resultado de las convenciones adoptadas por una comunidad de personas y se realiza en
la interacción entre ellas. En este sentido, cada práctica humana refleja la cultura de la
colectividad en que nace.
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Cómo citar este apunte: Concha, S., Andrade, L. y Loyola, P. (2015). El concepto de género discursivo desde
la perspectiva de Bajtín [Material de clase].
2
Este término se refiere a la producción, tanto oral como escrita, del discurso.
valóricas y lingüísticas de cada grupo conforman una comunidad particular; en palabras de
Bajtín (1982), una esfera de la praxis humana3.
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Es importante especificar que en cada esfera predominará un tema en particular, el que se relacione,
principalmente, con las características ideológicas y valóricas de cada grupo.
b) Nivel semántico: en este nivel, se debe considerar el léxico que se utilizará en el
discurso. Este debe responder a las necesidades de la situación comunicativa,
específicamente, al tema del mensaje y al nivel de conocimiento del destinatario.
c) Nivel sintáctico: en este nivel, se debe considerar el orden de los elementos (sujeto,
verbo y predicado) que componen cada oración del discurso. La complejidad (oraciones
simples, compuestas, complejas) de las oraciones dependerá de las características de la
situación comunicativa.
d) Nivel gramatical: en este nivel, se deben considerar todas las convenciones gramaticales
de la lengua (uso de pronombres, gerundios, concordancia, etc.), con el objetivo de
brindar cohesión al discurso4.
4
Para acceder a una descripción detallada de los recursos de cada uno de los niveles del lenguaje, véase
Apuntes de lectura para la asignatura Fundamentos teóricos para la enseñanza de la lengua.
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Resulta importante dejar claro que, en ocasiones, los miembros de una determinada esfera pueden ocupar
los géneros que ya existen en su cultura para cumplir un determinado propósito comunicativo. En cambio, en
otras ocasiones, ese mismo grupo puede crear un nuevo género si considera que los existentes en su esfera
de la praxis no cumplen con sus expectativas.
Esquema 1. Géneros presentes en algunas esferas de la cultura chilena.
1.7. Los géneros discursivos escritos, más allá de la lengua y del discurso
Desde la noción de género discursivo, la producción escrita puede ser entendida
como una acción que las personas ejercitan en la medida en que participan de la sociedad.
Así, producir determinados géneros discursivos escritos (ej: cartas, notas, ensayos,
reseñas, diarios de vida, etc.) es una manera de interactuar con otras personas, por vías
escritas que han sido consensuadas socialmente a lo largo del tiempo. Al respecto, una
cuestión clave es que los géneros discursivos no solo se caracterizan por tener una
estructura determinada y formas lingüísticas más o menos estables. Producir un género
discursivo involucra seguir y respetar valores, así como formas particulares de pensar,
gestionar el conocimiento e interactuar entre las personas, en una esfera de participación
determinada. De hecho, son estos valores y modalidades de pensamiento y participación
las que justifican las decisiones lingüísticas y discursivas.
Un buen ejemplo de lo anterior es el género conocido como artículo académico,
que es propio de las comunidades científicas. Respecto del conocimiento y su
construcción, estas comunidades exigen a sus participantes trabajar con hechos objetivos
y explicar claramente qué experimentos realizaron y cómo los hicieron, de modo tal que
quien lea el artículo pueda eventualmente replicar los mismos pasos y obtener los mismos
resultados. En atención a esta manera objetiva de concebir el conocimiento y a la
valoración del método científico para producirlo, el género artículo contiene una sección
denominada metodología en la que los autores deben explicitar quiénes participaron de su
estudio, qué tipo de datos recogieron, cómo analizaron los datos y qué resultados
obtuvieron, usando tablas y gráficos que aporten precisión y permitan, eventualmente,
replicar el proceso descrito. En cuanto a las selecciones lingüísticas, la objetividad para con
el conocimiento se realiza gramaticalmente en oraciones despersonalizadas; así también,
se utilizan conceptos técnicos, mencionando para cada caso el o los autores que los
acuñaron o utilizan, para asegurar que quien escribe forma parte de una comunidad de
científicos que comparten los mismos principios y evidencias.
En efecto, son diversas las convenciones o modos establecidos de participación que
determinan nuestras selecciones lingüísticas al producir un determinado género. Otro
ejemplo, ahora de la esfera escolar, sería un comentario escrito a partir de un libro leído.
En este género se espera que el escritor o escritora introduzca a sus lectores al contenido
del libro (en lugar de crear un contenido) y que les permita distinguir con claridad estos
hechos de su opinión personal sobre el mismo. A la vez, quien escribe debe fundamentar
sus opiniones con referencias directas a la lectura o a otras lecturas. Todas estas
convenciones le permitirán interactuar respetuosamente con el autor del libro y con sus
propios lectores, a la vez que validar su posición crítica frente a ellos, y hacerse parte de
una comunidad escolar que reflexiona y analiza distintas ideas con rigor y responsabilidad
por los propios dichos. Estos valores y principios se reflejarán en el texto en selecciones
lingüísticas y discursivas tales como las secciones del texto (introducción, resumen del
texto, comentario crítico), modos discursivos (narrar para resumir el texto, argumentar en
el comentario crítico); oraciones impersonales en la introducción (en este trabajo se
presentará…), marcadores discursivos temporales en el resumen, entre otras tantas.
2. Conclusión
Así entendida la producción escrita, en su dimensión social y cultural, escribir en el
aula no puede reducirse a un ejercicio que se realiza para evaluar a los estudiantes; más
bien, se hace necesaria una didáctica específica que promueva en ellos una competencia
lingüística y comunicativa para producir textos coherentes, cohesivos, bien organizados,
correctos y apropiados gramaticalmente, correctos ortográficamente y adecuados a las
particulares situaciones de comunicación (Lomas, Osoro y Tusón, 1993). Respecto de la
adecuación, sin embargo, se propone que esta involucra no solo una consideración de los
destinatarios y de la situación inmediata de recepción del escrito (el aula, por ejemplo),
sino también de las convenciones culturales y recursos de la lengua que caracterizan a los
géneros discursivos en las particulares comunidades discursivas en que se utilizan.
Referencias bibliográficas