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Como primer paso Descartes propone dudar de los sentidos, por que engañan alguna
vez y nadie asegura que no dañen siempre. De mismo modo se debe dudar de la
existencia de las cosas, pues igual se presentan en los sueños como en la vigilia.
Luego Descartes introduce un nuevo motivo de duda: la que Dios halla puesto estas
ideas en su mente con la intención de engañarlo. Para evitar equívocos con la fe,
Descartes sustituye a Dios con la hipótesis de un genio maligno, que tiene la voluntad
de engañarlo en todo lo que piensa.
Llegando hasta este punto, Descartes aplica la duda a la propia duda y es en este
preciso momento cuando encuentra un principio que resiste a la duda: DUDO,
LUEGO PIENSO, PIENSO, LUEGO SOY, SOY, POR TANTO EXISTO.
Ante este hecho de dudar, aunque me esté engañando, siempre puedo tener la certeza
de que estoy dudando. Además sobre todo, Dudar implica pensar y a su vez pensar
implica existir. Por lo tanto tenemos aquí la primera verdad: “pienso, luego existo”, a
partir de la cual se puede construir conocimiento bien fundamentado.
BACON
Bacon duda de la simple utilización de los sentidos para estar al tanto del mundo,
reconoce la necesidad de la inteligencia humana de poseer instrumentos que permitan
conocer la naturaleza y, por ende, dominarla; sin embargo esta investigación científica
no se funda en el entendimiento humano ni en los sentidos.
Otra posible causa de que una mujer sea más propensa a desarrollar miomas uterinos
viene dada por la genética y el factor hereditario. Cabe decir que la mayoría de
mujeres afectadas por estos miomas superan los 30 años de edad, siendo un tumor
que acaba afectando a la mitad de las mujeres a la edad de 50 años y también se
generan miomas en mayor proporción en las mujeres de raza negra que en las de
raza blanca.
Los miomas en la matriz no tienen por qué presentar síntomas. Si son de un tamaño
muy pequeño pueden no percibirse ni siquiera mediante una exploración física.
Cuando la paciente presenta un dolor sintomático es el momento de tratarlo. Los
síntomas asociados a los miomas uterinos son los siguientes:
Sangrado anormal
El sangrado anormal es uno de los síntomas más habituales del mioma uterino.
Puede darse en periodos que no se corresponden con el ciclo menstrual, o por el
contrario puede producirse durante el periodo, ocasionando una mayor pérdida de
sangre o una duración más larga, pudiendo producir anemia en la paciente por la
pérdida del hierro consecuente a la pérdida de sangre. Dolor pélvico El dolor
pélvico suele ser el acompañamiento del sangrado, siendo el segundo síntoma más
habitual. Viene dado por el abultamiento que producen los miomas que crecen desde
el útero hacia el exterior, y produce dolores agudos y puntuales durante la
menstruación.Este dolor se puede atenuar con la ingesta de analgésicos en los
momentos que más molestia produce. La disminución mayor o menor del dolor pélvico
depende en gran medida del tamaño y cantidad de los miomas, aunque el tomar
analgésicos es una solución temporal; el dolor puede reaparecer en el siguiente
periodo, al seguir existiendo el mioma.