Sunteți pe pagina 1din 3

Ignasi de Sola-Morales: una mirada a sus pensamientos.

Autor: Erick Lorenzo López Domínguez


Fecha: Martes 21 de Febrero del 2017
Nacido en 1942 en la ciudad de Barcelona, hijo de una familia de arquitectos Ignasi de Solá-
Morales fue una de las mentes más considerables del mundo de la arquitectura, por ello se realizó
un memorial sobre él, donde se dialoga la forma de pensar de Ignasi como crítico con espíritu
que a pesar de ciertas circunstancias, siguió esa forma indudable de redacción que tanto
caracteriza, no buscando fama o un foco de atención si no atrayéndonos a un sitio de dialogo
donde se piense y se discuta los diferentes puntos de vista de cada crítico y/o arquitecto. En
primera estancia se lleva a cabo un dialogo constructivo en base a Ignasi, donde Peter Eisenman
y Rafael Moneo Vallés, ambos arquitectos, mencionan a Manfredo Tafuri quien escribía
manifiestos sin importarle el tema y tienden a dialogar sobre estos, los cuales tenían que creerse
sin objetar, a diferencia de Ignasi quien pretendía abrir la mente y dialogar, explorando el punto
de vista de cada quien, para poder tener discusiones que sean de indudable importancia, su
objetivo no era que creyeras en su forma de pensar, si no que en base a ello, se tomara una
posición distinta a la de él. Ignasi no tendía a dialogar con arquitectos que eran de sus mismos
pensamientos, si no que se interesaba por los que tenían una forma diferente de pensar que la
de él. Ignasi tiende a escribir sobre Tafuri, donde hace mención que dicho personaje fomentaba
una patente en el que su tiempo carecía de valores, y donde además debiera existir un acuerdo
colectivo para que funcione de fundamento de actividades prácticas, las cuales son la
manifestación de ideas dominantes de una civilización. Ignasi estaba de acuerdo en la carencia
de valores, más sin embargo menciona que a pesar de la falta de dichos valores, sigue existiendo
arquitectura y creaciones artísticas que dan un significado a su tiempo. Él cita: “se trata de
investigar cómo se constituyen las obras de arte en una situación de crisis”. En mi opinión Ignasi
tenía razón, el que una época no tenga valores o no tenga una dirección, la hace tener su propia
identidad, y con ello conocer un poco sobre las ideas de aquellos momentos importantes, son
como testigos que relatan lo vivido tanto en arquitectura, el arte y en otros aspectos importantes
para la sociedad. Ignasi se formó en una exclusión de su generación, enfrentándose a una cultura
dominante, que aún permanece, por ello buscaba otros caminos para poder satisfacer aquella
necesidad de conocimiento y también discutir sus pensamientos con otras personas que tenían
diversas formas de interpretar lo que sucedía en aquellos momentos. Esta parte de Ignasi me
parece muy grata, el conocer otros puntos de vista, y tratando de entender las diferentes formas
de interpretar un tema, no quedándonos en el conformismo de solo saberlo, sino también el
analizarlo. Posteriormente se encuentra un texto donde Trence Riley e Iñaki Ábalos, ambos

1
arquitectos, hacen un dialogo sobre Mies Van Der Rohe y como Ignasi interpreto sus conceptos
en la reconstrucción del pabellón de Barcelona. Ignasi interpreto la materialidad en la
reconstrucción, donde Iñaki Ábalos menciona que ello no es un rasgo distintivo de aquel
arquitecto creador del pabellón, por supuesto hablamos de Mies, a diferencia de la interacción de
los materiales con los espacios que hablan por sí solas y te guían a un lugar que necesita ser
explorado. Terence Riley justifica esto comentando que la aventura de la circulación y del reflejo
de los materiales están relacionados, ya que crean una conciencia por parte del visitante
activando el cuerpo en el espacio. Volviendo a Mies, sitúan como sucedió el llamado exilio
cultural de este gran arquitecto, tomando como referencia sus inicios en Europa y posteriormente
en América. Dicho exilio se explica al mencionar que Mies estando en Berlín, cosecho ciertas
críticas por la posición de sus edificios tanto física como intelectualmente dentro de un paisaje
regido por normas mayormente culturales, es decir, aquellas tipologías que identificaban al lugar.
Por otra parte al estar en América vio la denominada “jungla”, que para él representaba un paisaje
sin formar, donde podría introducir sus ideas de acuerdo al entorno, lo cual lo llevo a una
aceleración y refuerzo hacia lo abstracto. En el siguiente tema, sobre teoría y critica, se encuentra
Juan Herreros quien dice: “si la teoría puede presentarse como el recurso fundamental para
anclar la arquitectura a su tiempo, la crítica dibujaría el mapa que verifica su pertinencia”. Esto es
algo que no se debe tomar a la ligera por ello no se debe dejar sin antes razonar, la teoría es
parte esencial de la arquitectura, suelen ser bases para forjar otros estilos, tal vez parecidos por
sus elementos físicos o por sus ideas, o totalmente diferentes entre sí, esto hace que cada estilo
tenga su identidad y la crítica por su parte suele analizar dicha identidad de forma detallada para
distinguir y tener en claro el significado de esta. Entramos a un tema de interés donde Ignasi
habla sobre el arte contemporáneo, suele resaltar el cubismo, el cual exploraba la nueva
estructura molecular de la percepción, teniendo un poco más de sensibilidad, el cual solía hacerse
como en un laboratorio, no frente a los grandes y nuevos espacios metropolitanos sino en general,
en la cotidianeidad del café, del espacio privado y de la intimidad del lugar del ocio y de lo
aparentemente neutro. Por otra parte el futurismo estaba convencido de que la obra de arte debía
repetir con sus palabras bellas la realidad en la cual el arte se producía, el objetivo de este arte
era asemejarse a la nueva naturaleza técnica y metropolitana, repitiendo sus imágenes, imitando
sus estructuras formales, explicando por simple reproducción en lo artístico, la realidad exterior a
la propia obra de arte. En si los dos coinciden ya que la función del arte para ellos era una función
de transparencia, esto se ve ya que las obras de arte y de arquitectura debían enseñar, reproducir
e imitar la realidad el cual se vive, aun cuando esta realidad fuese distinta de la realidad que nutrió
la experiencia artística del pasado. En esta parte suelo ir de la mano, ambos movimientos tenían

2
esa característica en común de la transparencia, diferentes ideas pero mismo método para
desarrollarlas, el cubismo desarrollaba una aproximación a la representación de la realidad en
cambio el futurismo hace mención que es la representación de la realidad lo que ha de
caracterizar al arte del futuro. Con esto se puede decir que aún no aparece el cambio más
sustancial de la condición moderna del arte, el cual es la perdida de la noción de imitación como
noción fundamental. La idea de que la obra de arte es una invención, un objeto nuevo con propias
características únicas producido desde el esfuerzo creativo del sujeto es la característica esencial
del arte en la modernidad. En un tema siguiente Xavier Rubert arquitecto, escribe sobre la forma
de ser de Ignasi quien en palabras muy exaltantes menciona las virtudes de este, como el
“transmitir y traducir su desazón en palabra viva en lugar de expresarlo como un síntoma
infeccioso”, con esto podemos deducir que Ignasi sabia o tenía una forma de expresarse que
agradaba a quien lo escuchaba hablar, la cual sería por esa manera de desenvolverse al dialogar
con otros, no pensando en hacer creer a otros lo que dice, si no ayudándolos a razonar sobre sus
palabras y que ellos mismo puedan sacar conclusiones, más adelante menciona en palabras
claras: “hay gente a quien le hace falta un tornillo, a Ignasi mas bien le sucedía lo contrario: le
sobraba uno, el teórico. Dejando la forma de ser de Ignasi, ahora se redacta la relación de Ignasi
con uno de sus alumnos, Pedro Azara, quien realizo en compañía de su amigo Manuel Arenas,
un estudio de art decó en catalán. Pese a que el trabajo no coincidía con su ideario estético ni
propósito, Ignasi acepto el trabajo. Dicho trabajo pienso que fue aceptado gracias a esa virtud de
Ignasi de saber sobrellevar los pensamientos de otros, el ver cosas diferentes que a lo mejor no
le parecían, pero dejaba que fluyera dando paso a nuevas formas de razonar y pensar. Relata el
apoyo de Ignasi desde inicio a fin, como el arquitecto les decía si a cada propuesta, de los
estudiantes por la magnitud del trabajo, con ello fomentaba una relación entre maestro y alumno.
La generosa ayuda de Ignasi y su confianza orientaron la vida de este arquitecto, quien menciona:
“la universidad no es solo un lugar donde se imparte enseñanza, sino que, ante todo, es donde
se tejen relaciones de amistad y confianza entre profesores y entre alumnos y enseñantes”. Ignasi
supo apoyar a sus alumnos adoptando los puntos de vista de estos y viendo más allá, aunque en
ocasiones decepcionándose a veces, lo cual no era impedimento para seguir. Con esto puedo
decir que en mi recorrido por la carrera de arquitectura, pocos profesores dejan esa relación entre
alumno y profesor, y los pocos que he sentido esa relación, suelen ser de los que uno aprende
más ya que intentan ver lo que uno ve o lo que uno interpreta de algún objeto o situación, es decir
“verlos con nuestros ojos”, y comprender un poco los pensamientos de cada alumno, apoyando
como lo hizo Ignasi de Solá-Morales.

S-ar putea să vă placă și