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Actas del XIX Congreso Nacional de Arqueología Argentina pp.

1791 - 1794

EL “MONTÍCULO DE LOS CUARTOS”, TAFÍ DEL VALLE,


MÁS ALLÁ DE LOS TIEMPOS.

Bárbara Manasse1 y Piero G. P. Dimarco Palencia2


1
Instituto de Arqueología y Museo, Facultad de Ciencias Naturales e IML, Universidad
Nacional de Tucumán; Dirección postal: J. Chaile s/n, Los Cuartos, Tafí del Valle, Tucumán.
Correo electrónico: bamanasse@gmail.com
2
Instituto de Arqueología y Museo, Facultad de Ciencias Naturales e IML, Universidad
Nacional de Tucumán; Dirección Postal: San Martín 1545, SM de Tucumán; Correo
electrónico: pider_12@hotmail.com

Palabras claves: arqueología, Tafí del Valle, estructura monticular, paisaje, territorio

Key Words: archaeology, Tafí del Valle, monticular structure, landscape, territory

Unos pocos años atrás dejó de existir, es decir, dejamos de ver el “montículo de
Los Cuartos”1.
Por centurias y, tal vez, más de un milenio en esta localidad del Norte del valle
de Tafí (Oeste de la provincia de Tucumán; coordenadas: 26º51’01’ - Lat S y
65º41’22” Long O) se podía apreciar un rasgo notorio en el relieve que, sin embargo no
superaba los 1,70 metros de altura. De forma oval, se hallaba delimitado por grandes
rocas a su alrededor, y un largo muro de piedras transversal – que cortaba, a su vez, la
pendiente - le daba inicio por el Norte. Los pobladores locales, mayormente nativos, lo
tenían integrado a su paisaje cotidiano, así como también a una elevación de superficie
plana localizada a poco más de un centenar de metros de distancia, y otra, más cercana y
de menor tamaño; a la vez que a dos de esos típicos “corralitos” “donde vivía la gente
de antes...”.
Nosotros llegamos a ver la trama de senderos que articulaban estos espacios de
todos los tiempos, antes de que la urbanización de veraneo2 se impusiera cortando la
historia en su paisaje3.
El montículo se extendía, y literalmente se asomaba, hacia el Sur, permitiendo –
según nos lo hicieran notar los comuneros que acompañaron parte de nuestra revisión en
campo - a quienes se paraban en su extremo meridional, tener un amplio panorama de lo
que sucedía más abajo: de todo un paisaje de sentidos para cada época y para los
diversos sujetos implicados. La pendiente del terreno fue aprovechada para distinguir y
remarcar esta estructura que, desde el Norte prácticamente no se destaca en la
actualidad, aunque fue claramente delimitada por aquella larga hilera de grandes rocas.

1
El nombre se lo pusieron pobladores vecinos ante ciertas semejanzas que señalábamos con el montículo
de Casas Viejas en El Mollar.
2
Hablamos de una urbanización de veraneo, que, desde ya, es un avasallamiento como proyecto político
de los sectores de la oligarquía tucumana y regional, a una región caracterizada como territorio rural –
campesino de población nativa (Manasse 2012a). Proyectos que, como viene sucediendo en
Latinoamérica, son llevados adelante por sectores de la propia población tafinista, tal vez convencida de
que ello significa “desarrollo”.
3
Paisaje sufrido, claramente definido años atrás por Bolsi (1992).
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Fotografía aérea del área en donde se observa la integración del montículo (marcado
con una flecha) a otras estructuras arquitectónicas. Con un punto rojo señalamos una
depresión rectangular del Tardío local referida en este trabajo.

El montículo de Casas Viejas (Sur del Valle de Tafí), mucho más grande y mejor
conocido, fue ubicado temporalmente en los albores del primer milenio EC (González y
Lagiglia 1973). Las publicaciones existentes remiten su ocupación central durante las
siguientes centurias, pero solo escasamente refieren al hallazgo de material cerámico de
tiempos prehispánicos más recientes (entre 800 y 500 años atrás) (cf. Gómez Cardoso y
Dlugosz 1998). Su presencia induce a pensar que ese montículo siguió siendo parte de
los paisajes activos, más que de memoria, para los pueblos que habitaban este sector del
Valle en tiempos de la conquista española4 – así como ahora -. Ello es interesante, dado
que es en ese lugar donde también se hallaba una de las concentraciones importantes de
huancas o monolitos (menhires) que siempre fueron asignados específicamente a los

4
Solo recientemente se está abordando la investigación del Tardío en el Sur del Valle de Tafí, una deuda
pendiente de la arqueología regional (Ibañez 2015).
Actas del XIX Congreso Nacional de Arqueología Argentina pp. 1791 - 1794

primeros tiempos de ocupación en el Valle; difícil es que ellos no hayan sido tomados
en cuenta por estas nuevas generaciones de pobladores (Manasse 2014).
En Los Cuartos no hay referencias de la existencia de este tipo de monolitos, tal
vez por ello no llamó tanto la atención de los científicos. Sin embargo, es de notar que
guarda ciertas semejanzas y comparte cierta configuración; por caso, esos largos
“brazos” que se extienden hacia su alrededor: una serie de alineamientos en piedras que,
en el caso del de Los Cuartos, parecen “unirlo” a otras estructuras arquitectónicas. Lo
llamativo, es que en éste, esas líneas “tocan” unidades que se suponen de
temporalidades diferentes: por un lado, las clásicas de patrón circular de hace casi dos
mil años atrás, pero también por el otro, esas otras, de morfología rectangular y patio
hundido, que atribuimos desde la arqueología a momentos mucho más cercanos.
Si la utilización hasta los tiempos del imperio inca de ese gran montículo del Sur
del Valle pudo implicar un mecanismo vinculado a la construcción simbólica de
autoridad y/o de apropiación del territorio, es una interpretación sobre la que no se ha
avanzado aún. Nosotros hubiéramos querido hacerlo, en relación al de Los Cuartos. De
hecho, es de gran interés para la población local (comuneros indígenas y nativos en
general) el modo en que estos territorios se fueron configurando en las últimas centurias
previas a la conquista española; pero las estrategias de investigación implementadas,
lamentablemente dificultan cualquier intento de interpretación científica de los
resultados obtenidos5.
De acuerdo a la descripción realizada por Sampietro (2012; 2013), el montículo
habría estado compuesto por rocas de diverso tamaño, sin orden aparente y escasa
matriz, con una potencia de unos 1,60 a 1,20 metros de Sur a Norte. La investigadora no
identificó rasgos que dieran cuenta de los procesos vinculados a su construcción y uso6.
Los estudios que estamos realizando sobre los informes brindados al Estado provincial,
además del análisis de los materiales que se extrajeran en el transcurso del Estudio de
Impacto7, nos remiten, sin embargo, a contextos complejos, en los que se
comprometieron sentidos que intentamos comenzar a imaginar y comprender.
Por lo pronto, hace unos 600 a 700 años aproximadamente, algunas personas –
tal vez en representación de otras tantas – hicieron de ese montículo un espacio ritual
colocando a unos 0,50m de profundidad una tinaja “aparentemente completa” (sensu
Sampietro 2012:11)8 con rasgos peculiares (se representa un rostro humano por medio
de la aplicación al pastillaje), sin pintura, pero sus paredes levemente cepilladas y, en su
interior, un puco Famabalasto Negro Grabado9 en posición invertida. Ambos habrían
estado vacíos.

5
El montículo quedó comprendido en un loteo del Norte del Valle de Tafí. Durante más de dos décadas
logramos que quede exceptuado de todo tipo de construcción. Sin embargo recientemente, ante su venta a
nuevos propietarios caducó ese compromiso y, en contraposición a lo dictaminado por dos profesionales
que trabajan en Tucumán, se realizó un Estudio de Impacto para habilitar la construcción de una vivienda
de veraneo, que consideramos altamente cuestionable desde el punto de vista teórico, metodológico y
ético (vgr. Sampietro 2012 y 2013). Los informes del mismo son analizados por uno de nosotros (P.D.) en
un trabajo a presentarse en este mismo Congreso.
6
“No se identifican estratos culturales definidos…” (Sampietro 2012: 12). Es “…imposible separar o
identificar niveles culturales.” (Sampietro 2013:15). “No se identificaron niveles con cenizas ni
carbones.” (Ibidem: 16). Sampietro (Ibidem:18) sostiene que “No hay elementos que permitan definir una
funcionalidad específica dada la falta de elementos de todo tipo fuera de la cerámica y unas escasa
muestras de material óseo de llama (Lama glama).”
7
Hablamos ex - profeso en términos de “extracción”.
8
La pieza que se encuentra en depósito está parcialmente fragmentada y carece de la base que, por la
morfología de la vasija sería en pie de compotera.
9
Mantenemos esta nominación por su aceptación general.
Actas del XIX Congreso Nacional de Arqueología Argentina pp. 1791 - 1794

Aunque aún no tenemos elementos suficientes para evaluar cuál ha sido el


contexto de la depositación de estas piezas10 es interesante referir algunos de los datos
que estamos comenzando a construir.
Posiblemente este montículo – o al menos el área en que se lo levantó - haya
comenzado a ser parte del paisaje de la gente hace ya más de 1000 a 1500 años atrás. La
alfarería que tradicionalmente se asigna a ese período de la historia local aparece
prácticamente en todo el espesor del montículo, aún hasta en sus estratos más
superficiales. Identificamos fragmentos de manufactura y terminación definidas como
“Tafí”, “Ciénaga” y, aún, posiblemente “Condorhuasi”. Es de notar que, por otro lado,
esa cerámica habría estado asociada a otra, de estilos más recientes como
“Santamariano Negro sobre Crema” (con fragmentos que presentan superficie externa
con impronta de cestería y otros con su superficie cepillada), Santamariano Negro sobre
Rojo, Famabalasto Negro Grabado, así como la característica cerámica tosca de esta
época en Tafí del Valle. En proximidades a la tinaja con el puco se habría colocado una
ollita más pequeña similar en su morfología, pero más pequeña, además de una figurina
femenina que no presentaba su cabeza, pero se distingue por sus brazos cruzados frente
al pecho.
La presencia de este otro tipo de materiales, evidencia de tiempos más recientes,
es coherente con la de estructuras arquitectónicas del Tardío local en las inmediaciones.
Las excavaciones realizadas en una de las más próximas al montículo (Ver Figura N°1),
dieron cuenta de su utilización hasta tiempos del imperio inca11. Pero, también en este
caso, la estructura arquitectónica “retoma” espacios previamente habitados y
construidos: se la construyó inmediatamente por encima de otra estructura con
paramento de piedra cuyo contexto atribuimos a unos 1200 o 1500 años atrás (Manasse
2012a).
Aquí, como en otros lugares del Valle de Tafí12, las evidencias arqueológicas
sugieren que hay un particular interés por reutilizar espacios ocupados en el primer
milenio de la Era Cristiana. Podemos aventurar explicaciones funcionales, en donde las
características favorables de los mismos hayan incidido en su “reelección”; pero en un
valle de tanta amplitud y condiciones relativamente homogéneas, no deja de llamar la
atención el uso de lugares previamente habitados y mayormente construidos. Son
espacios con arquitectura, que en su perduración se integran y conforman parte de este
nuevo / viejo paisaje. ¿Un paisaje con historia? Esta reincidencia fue, además,
simbólicamente señalada y remarcada.
En esta zona de Los Cuartos13, registramos ese particular entrelazamiento –
¿creación de lazos?– de las arquitecturas residenciales pertenecientes a distintas épocas,
de las productivas y las de valor ritual, a través de nexos trazados con alineamientos de
piedra (Manasse 2012b). Esas “ataduras” parecen ligar, parecen amarrar funciones,
espacios y tiempos a través de una escenografía creada (al menos) desde lo
arquitectónico, que aún a la fecha sostiene cierto impacto visual (Gosden 2001).
Es muy sugerente la idea de que en las centurias previas a la conquista española
del valle, miembros de los pueblos que lo habitaban hayan elaborado (o reconstruido /
reutilizado) además, una estructura monticular, excavando para colocar unas piezas de

10
Estamos trabajando en un análisis que nos permita reconstruir en primer lugar las estrategias de
excavación llevadas adelante, para así poder siquiera inferirlos.
11
Se trata de una estructura rectangular deprimida que presentó abundante alfarería Santamariana bicolor,
alfarería con pintura Negra sobre engobe Rojo pulido, Negra pulida, tosca cepillada –en algunos casos,
con modelados antropomorfos– y bases en pie de compotera, anchas (Manasse 2012).
12
Por ejemplo, La Quebradita, Los Cuartos, La Costa o Casas Viejas.
13
ZIA I, de acuerdo a la nomenclatura que trabajamos (Ver Manasse 2012).
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algún modo emblemáticas de sus tiempos: la llorona y el puco Famabalasto NG, junto a
la ollita, la figurina…, pero, también, trayendo a su presente las materialidades de otros
tiempos previos. No las separaron ni las sacaron, las dejaron junto a aquellas
depositadas en el marco de lo que parece haber sido parte de una práctica ritual que los
integraba en ese paisaje de múltiples tiempos.
Si en algún momento fueron “otros”, es decir –desde un concepto posiblemente
peculiar del término – gente sin ningún tipo de vínculos con las sociedades del segundo
milenio, estas últimas procuraron integrar –de algún modo – esos pasados a su presente.
La gente, la sociedad, eligió estrategias de reconocimiento y de inclusión más o menos
explícita a esos pasados. Lo que podría interpretarse como “arcaico” parece funcionar
en ellas más como un elemento “residual”, siguiendo las propuestas de Raymond
Williams (1977).
El montículo de Los Cuartos parece ser testimonio de esa voluntad de crear
pertenencia, de construir territorio que incluye la historia; el proceso de urbanización de
veraneo, claramente dio fin a ella.

Bibliografía
Bolsi, A. 1992. A propósito de las bellezas de Tafí del Valle. La Gaceta, domingo
22.11.1992.
Gómez Cardoso, C. E. y J. Dlugosz 1998. Nuevos aportes a la arqueología del
Valle de Tafí. Trabajo presentado en el V Congreso Nacional de Estudiantes de
Arqueología. Facultad de Humanidades, Escuela de Antropología. UNSa. Manuscrito
en posesión de los autores.
González, A. R. y H. Lagiglia 1973. Registro nacional de fechados radiocarbónicos:
necesidad de su creación. Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología 7: 291
– 312. Buenos Aires.
Gosden, C. 2001. Making Sense: Archaeology and Aesthetics. World Archaeology
33 (2): 163-167.
Ibañez, S. 2015. Arqueología en el territorio indígena de Casas Viejas (Tafí del
Valle, Tucumán). Trabajo inédito en posesión de BM.
Manasse, B. 2012 a Arqueología en el borde andino del Noroeste argentino:
sociedades del último milenio en el valle de Tafí, provincia de Tucumán, República
Argentina. Tesis Doctoral, Facultad de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de La
Plata. http://naturalis.fcnym.unlp.edu.ar/id/20120625001252. (fecha de último acceso:
21.12.2015).
2012 b Construyendo territorios. Una mirada desde la arqueología.
Trabajo presentado en las Jornadas de Estudios Andinos 2012. Pensando la
multiplicidad y la unidad de los Andes. Tilcara, Jujuy. Manuscrito en posesión de BM.
2014 Testigos de pasados, presente de memorias: los “monolitos” del
valle de Tafí. I Jornadas Latinoamericanas de Humanidades y Ciencias Sociales; XI
Jornadas de Ciencia y Tecnología, Facultad de Humanidades UNCA. Aportes
Científicos en Humanidades, en prensa.
Sampietro, M. M. 2012. Informe de Impacto Arqueológico y Plan de gestión de
Obra. Exp. N° 2305-232-K-12. Padrón Provincial 680.201. Presentado a la Dirección de
Patrimonio del Ente Cultural Tucumán. Inédito.
2013. Informe de Seguimiento de Obra. Exp. N° 2305-232-K-
12. Padrón Provincial 680.201. Presentado a la Dirección de Patrimonio del Ente
Cultural Tucumán. Inédito.
Williams, R. 1977 (2000). Marxismo y Literatura. Ediciones Península, Barcelona.

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