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El escenario de disputa es ahora el mercado de los jugos. Santo Domingo adquirió en julio de 1993
la fábrica de Concentrados y Jugos de Frutas Tutti Frutti, hasta ese momento propiedad de una
tradicional familia antioqueña. De inmediato anunció que seis meses más tarde construiría fábricas
en las principales ciudades del país y cubriría el territorio nacional. Hace apenas dos semanas,
Postobón, de la Organización Ardila Lulle, sacó al mercado sus zumos y anunció la
"nacionalización" de su producción y mercadeo.
En esas condiciones el negocio se puso al rojo vivo. Lo cierto es que Tutti Frutti, un año después de
pasar al control de Santo Domingo, aún no ha salido de Antioquia y el Viejo Caldas, y sólo es
conocido en el territorio nacional por que se distribuye como bebida acompañante durante los
vuelos de Avianca. Ante el despegue de los zumos Postobón, a Tutti Frutti no le quedó más remedio
que acelerar su proceso de ampliación: antes de finalizar agosto lanzará sus jugos por todo el país,
reformulará sabores y adoptará nuevas presentaciones.
Pero mientras eso ocurre, sus pequeños rivales tampoco se quedarán con los brazos cruzados.
Actualmente existen en Colombia una decena de medianas empresas que por años manejaron a su
antojo este mercado, pero que ahora se enfrentan a competidores de ligas mayores. El sector se
había convertido casi que en un feudo regional de determinadas marcas. Pero hoy, con el poder de
distribución de los grupos Santo Domingo y Ardila Lulle, las cosas son a otro precio. El proceso de
surtido de los nuevos productos Tutti Frutti y Postobón será nacional. Eso obliga a que las
compañías tradicionales cambien su forma de hacer las cosas.
EL NEGOCIO
El mercado de los jugos colombianos está compuesto básicamente por los de naranja (50 por
ciento), otros sabores (20 por ciento), néctares (15 por ciento) y refrescos -exceptuando gaseosas-
con sabor a fruta (15 por ciento). Los jugos, tienen generalmente una concentración de fruta natural
en un 100 por ciento. Al producto natural se le aplica un reconstituyente para preservar y fortalecer
sus condiciones alimenticias. En el caso de los néctares, la concentración de fruta está en el orden
del 40 por ciento y los refrescos, que son productos diluidos, contienen un 8 por ciento de zumo de
fruta en promedio.
Desde el punto de vista del producto, hay quienes clasifican los jugos en dos categorías:
refrigerados y no refrigerados. Por lo general los primeros utilizan como empaque una botella
plástica o de vidrio, mientras que los segundos han adoptado nuevas tecnologías de empaque
conocidas como foil de aluminio, Tetra Pak y Tetra Brik. Además, los canales de distribución en
esta industria son básicamente los supermercados, las tiendas pequeñas y algunas instituciones que
albergan notorias cantidades de personas como clubes, hoteles, restaurantes, etc.
Una cosa es clara. El negocio tiene un mercado típicamente regional. En Bogotá, la plaza fuerte
para el negocio de los jugos, lideran el mercado: Canary (de la Compañía Colombiana de Cítricos),
Piti de Coljugos, Jugos Tropicales, y Country Hill producido por Meals de Colombia S.A. En la
Costa Atlántica ha sobresalido California. En el Valle del Cauca es bien conocida la marca Orense,
que pertenece a la familia Grajales. En Barranquilla son populares los jugos Pulpy, y aunque cada
empresa tiene un mercado regional, todas mantienen una distribución restringida a nivel nacional.
En Medellín, por otra parte, la cosa se está poniendo buena. Los jugos Tutti Frutti allá son
tradicionales y ahora entra a la zona Postobón. Y en Bogotá la lucha de titanes también se va a
concentrar. Los zumos de la Organización Ardila Lulle son importados de la factoría de batidos
Ryalcao, de propiedad del conglomerado y cuyas plantas de producción se encuentran situadas en
las afueras de Madrid (España). Los jugos Postobón están en la categoría de 100 por ciento
naturales y son empacados en Tetra Brik tipo Slim. Desde España se distribuyen, aparte de
Colombia, en Portugal, Italia y otros países europeos.
Pero las novedades de Postobón también incluyen el lanzamiento del tamaño litro en empaque Tetra
Brik, y la posibilidad de añadir dos sabores más en los productos de tamaño personal. Sobre el
futuro del mercado, Montaño considera que la categoría de jugos en Colombia puede presentar en
los próximos tres años un incremento promedio anual de un 12 por ciento. "Frente a ese panorama,
hemos considerado invertir más de 12 millones de dólares para consolidar una posición de liderazgo
en ese segmento de bebidas", agrega. Lo cierto es que Postobón no solo posee una marca
reconocida, sino que también cuenta con un buen respaldo publicitario y de mercadeo, y una de las
redes de distribución más completas del país. Todo indica que la pelea en ese segmento va a ser
reñida.
MÁS INGREDIENTES
El mercado actual supera los 30 millones de litros al año (ver gráfico). Hasta el año 1992 el
mercado se mantuvo estancado. Sin embargo, con la presencia de nuevos competidores, el negocio
ha tenido un crecimiento de un 20 a un 30 por ciento en términos reales. Para las empresas que han
desarrollado el mercado, consideradas de tipo mediano, la presencia de dos grandes como Tutti
Frutti y Jugos Postobón antes que un desafío es un nuevo desarrollo en el crecimiento del mercado,
pues las fuertes campañas publicitarias van a estimular el consumo y la pelea también va a estar en
los precios.
"El negocio da para todos", dijo un empresario a SEMANA. Incluso, la publicidad está cambiando
los hábitos de los consumidores en un esfuerzo para que los bebedores sustituyan el jugo recién
exprimido por los jugos procesados de notorio valor nutricional. De todos modos, el mercado de los
jugos colombianos se puede catalogar como pequeño. Venezuela, por ejemplo, tiene un mercado
cinco veces mayor en tamaño con una producción que rebasa los 150 millones de litros por año.
Además, la industria de jugos en el país presenta rezagos en el plano tecnológico y un bajo nivel de
diversificación de productos.
Aunque Bogotá sigue siendo el mercado más grande, y la mayoría de productores se concentran en
sus alrededores, existen otras regiones potencialmente importantes como la Costa Atlántica. La
esperanza de los productores de jugos es que sus productos compitan con el mercado de las
gaseosas. Además, algunos como Country Hill están incursionando en las mezclas de jugos
tropicales en un esfuerzo por diversificar el mercado.
Esta perspectiva, según el estudio sectorial que en meses pasados realizó Monitor, es una ventaja
estratégica para aquellos productores que tengan en mente la exportación de sus jugos. Además,
según el estudio "el crecimiento histórico del mercado de jugos colombiano se ha presentado en los
jugos no tradicionales. Entre 1991 y 1992 se presentó un incremento del 20,2 por ciento en el
número de productos con mango, maracuyá y guayaba".
Por otra parte, según el mismo trabajo sobre competitividad, para los exportadores de jugos el
mercado de Estados Unidos se pone cada vez más atractivo: "el consumo de jugos se ha
incrementado en los últimos siete años". En cifras, el consumo per cápita de los estadounidenses se
incrementó de 8.8 galones al año en 1982 a 11.8 galones en 1992. Y la buena noticia para los
productores colombianos es que "buena parte de ese aumento se debe a un incremento en el
consumo de sabores exóticos".
Según los mismos productores el sector es bastante heterogéneo y afronta un problema estructural
en el abastecimiento de la materia prima. Para ellos este factor es un cuello de botella que limita el
crecimiento del mercado porque las zonas de producción frutícola se encuentran dispersas por todo
el país. Además, son conscientes de la ausencia de una organización gremial que los defienda y se
convierta en un interlocutor válido ante el gobierno para diseñar y desarrollar políticas sectoriales
coherentes con sus necesidades. Y a fe que la van a necesitar porque la pelea que se les viene
encima con los grandes va a ser dura.
En una muestra que abarcó el consumo de bebidas entre hombres y mujeres en diferentes
rangos de edad, en un total de 187 países, Colombia figura en el puesto número dos en la
ingesta de jugos de frutas naturales.
“Es un esfuerzo grande para entender los factores de riesgo que afectan la nutrición y que
pueden ser el origen de enfermedades crónicas”, dijo el científico Singh, quien en sus
trabajos preliminares encontró el apoyo de la Fundación Bill y Melinda Gates.
Entre los resultados más destacados a nivel global, se contempla el alto consumo de
bebidas azucaradas en los países de la Cuenca del Caribe, y su insignificante demanda en
los países de Asia.
El mayor consumo de jugos de frutas se dio por parte de las mujeres entre los 20 y los 39
años de edad y la mayor demanda de los mismos está ligada a los países de mayores
ingresos.
En este caso, en cuanto a países, el primer lugar lo ocupa Nueva Zelanda con un promedio
de 0,83 porciones por día. Le sigue Colombia con 0,80 y en tercer puesto se ubica Gabón,
al sur del Sahara.
En este reglón, la nota destacada es para Costa Rica, que se ubica en tercer lugar a nivel
mundial, con un consumo promedio de 1,47 porciones por día, solo superada por Suecia e
Islandia, respectivamente; Panamá está en el puesto séptimo, y Colombia se ubica en el 25.
SOBRE EL ESTUDIO
Germán Duque
Miami
Locales de D1, Ara y Justo & Bueno cada vez le compiten más a las grandes plataformas e
incluso a las tiendas de barrio.
En 2010, con menos de 150 almacenes, las tiendas D1 se empezaron a ver en Colombia. Al
principio se creía que eran para los estratos más bajos, pues había productos de la canasta
familiar que costaban hasta 30% menos que en las grandes plataformas del retail.
Lo cierto es que sus artículos buscaban llegar a todos los segmentos sociales, y con los años
se hizo común ver locales en estratos dos o tres, pero también en el cinco e incluso seis.
A eso se le suma que ya no solo D1 está en el territorio de las llamadas tiendas hard
discount, pues empezaron a llegar otras como Ara y Justo & Bueno, con lo que más
personas decidieron reemplazar algunas compras de los supermercados tradicionales por
estos comercios.
Por otra parte, el negocio que empezó en Bogotá se descentralizó el mismo año en el que
comenzó a operar, pues al cierre de 2010, D1 ya se había expandido a varias ciudades en las
que tuvo el mismo éxito que en la capital, y había cerrado con poco más de 180 locales.
“Incluso el éxito de acogida de las personas de todas las regiones puede ser una razón de
que para las fechas en las que se abrieron Ara y Justo & Bueno, no solo lo hicieron en el
centro del país, sino que desde los inicios le apostaron a otros departamentos como
Antioquia o zonas del Eje Cafetero. ¿A quién no le gustan los precios bajos y más cuando
esos productos económicos tienen fama de buena calidad?”, comentó Agustín Pedraza,
analista de Buscadata.
Según esta misma empresa de análisis, el éxito de este tipo de compañías se ha podido
evidenciar en los ingresos de las tiendas. En 2015, ya habían facturado $4 billones; en
2016, la cifra subió a $4,4 billones; y se espera que al cierre de diciembre aumente a unos
$5 billones.
Gran parte de la diversificación de los ingresos está por la cobertura de las tiendas. Por
ejemplo D1, con 400 locales llega a Cundinamarca, Antioquia, Risaralda, Caldas, Quindío
y Valle del Cauca; mientras que Ara con 300 tiendas además de los mismos departamentos,
le suma Atlántico; y Justo & Bueno agrega Santander, Tolima y Meta al mapa.
“Bogotá y Antioquia son las regiones del país que más han visitado a este tipo de canales en
2016. Para el caso de la capital del país, se trata de 53%, comparado con 35% que se
registró en 2014, y 48% de 2015. Por su parte, el departamento antioqueño cuenta con un
22%, cifras que cada vez se van moviendo más”, afirmó Jaime García, director comercial
de Kantar Worldpanel.
Otras consultas de Kantar han identificado que además del consumo masivo de los
colombianos, la penetración de los canales de descuento en este periodo es de 73%, es
decir, que creció su participación 17 puntos porcentuales comparado con el mismo periodo
de 2016, y se podría llegar a 80% si se cumplen los planes de expansión de cada una de las
marcas para 2018 en los que se contemplan pasar de 1.000 puntos a 1.500.
Otros datos que se han logrado obtener después del comportamiento de este tipo de
comercios es que dada la cantidad de locales, entre las tres marcas ya se habla de 6.000
empleos directos gracias a que cada local tiene por lo menos una nómina de 14 personas.
Zumos de frutas naturales: ¿opción sana o
veneno dulce?
Eric Santaona
18/02/2016 - 19:16h
Los zumos de frutas naturales, consistentes en la trituración doméstica o 'in situ' de una
pieza de fruta en una licuadora o un exprimidor, están de moda: su consumo ha aumentado
vertiginosamente desde los años noventa a esta parte en las zonas más industrializadas de
España. Ya sea conservando su pulpa o solo su jugo, estos brebajes ha pasado a ser muy
apreciados en los ambientes en los que hay una preocupación por la adquisición de
productos orgánicos y naturales. Y efectivamente, al contrario que las bebidas de consumo
de ocio tradicionales, que suelen exceder en grado alcohólico o en aditivos 'no intrínsecos'
-como los azúcares añadidos-, los zumos naturales pueden considerarse más 'integrales'.
En sí mismo, un zumo de frutas es un producto sano que además puede ser creativo en
cuanto a las mezclas y sabores y aporta un buen número de vitaminas, como la C, la A, los
folatos o los carotenos. También contienen no pocos antioxidandes, como los licopenos, el
beta-caroteno o las antocianinas, y minerales como potasio, magnesio, hierro o zinc, en
cantidades variables según las frutas. Por otro lado, estos elementos están en forma de sales
que permiten que el agua que sirve de base al zumo sea retenida por el cuerpo y lo hidrate
con eficiencia.
En el caso de algunas frutas como la piña, se aporta un valor diurético adicional al zumo
que puede ayudar a expulsar los excesos de toxinas acumuladas por comidas excesivas o la
ingesta inmoderada de alcohol tras una noche tumultuosa. Y bien: ¿acaban aquí sus
virtudes? En buena medida sí. Es decir, si se los considera una bebida ocasional, son
perfectos. Si se los tiene por algo más, hay que reflexionar sobre sus contrapartidas, que son
superiores a sus ventajas. Sobre todo en niños y adolescentes, pero también en adultos que
creen que consumiendo el zumo en lugar de una copa de vino o una cerveza, están optando
por la alternativa más sana.
Hay cierta confusión respecto al valor de la fruta en nuestra dieta diaria: los expertos la
consideran imprescindible y de hecho la OMS la recomienda como un elemento
fundamental. Pero dicha recomendación se refiere a las piezas enteras y alternadas con las
comidas principales. Por el contrario, su sustitución por zumos -por muy naturales y
domésticos que sean- es poco recomendable. En otras palabras, salvo el zumo del
desayuno, e incluso en este caso, es mejor guardar la licuadora y la exprimidora en un
armario y sacar el cuchillo y el pelador.
A continuación relatamos los motivos por los que los expertos desaconsejan la ingesta de
zumos como hábito cotidiano.
Este hecho explica los límites que se especifican en el primer punto: si ingerimos, por
ejemplo, el equivalente diario a nueve piezas de fruta, superamos con creces el nivel de
azúcar en sangre que necesitamos. En el caso de personas diabéticas el peligro es evidente,
pero lo peor es que niños y adolescentes están sustituyendo las bebidas azucaradas por los
zumos como bebida de costumbre. Nos encontramos con el problema de que se ha
cambiado una de las principales fuentes de obesidad infantil por otra no menos
problemática.
Por otro lado, algunos estudios también culpan a la fructosa, cuando es consumida en
grandes cantidades como edulcorante industrial, de causar daños hepáticos al favorecer los
depósitos de grasa en el hígado, así como de potenciales daños coronarios por favorecer la
creación de triglicéridos y colesterol 'malo', el que se acumula en las arterias. Finalmente,
hay estudios que indican que la fructosa es más perniciosa cuando se toma en soluciones
líquidas, como es el caso de los zumos, que cuando se ingiere en la pieza entera de fruta. Al
parecer, la ausencia de la fibra de la pulpa está relacionada con este fenómeno.
Leptina aparte, una de las razones por las que se recomienda comer fruta entre comidas, o
al final de las comidas principales, es su gran aporte en fibras naturales, que no da la carne,
aunque sí algunos cereales integrales y la verdura. Cuando comemos una pieza entera de
fruta, ingerimos numerosas fibras que después en el estómago se hinchan con el agua y
crean sensación de saciedad y calman el ansia de comer. También el hecho de tener que
masticar contribuye a fomentar esta sensación. En el caso de los zumos, como
generalmente se tamiza la pulpa, no existe la sensación de saciedad, por lo que pierden su
función e incluso pueden fomentar la sensación de hambre.
Es cierto que las vitaminas se conservan bien en los zumos, incluso mejor de lo que se cree
popularmente, pero una ingesta cotidiana de grandes cantidades de ellos puede ser
perjudicial al crearnos una hipervitaminosis. Por ejemplo, en el caso de la vitamina C, hay
estudios que vinculan un exceso de esta a la formación de piedras en el riñón. Hay que
tener en cuenta que en un solo zumo de naranja se excede sobradamente la cantidad diaria
de esta vitamina que necesitamos.