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Para el cultivo de raíces se realiza una labor a 20-30 cm. de profundidad, para mejorar la
estructura del suelo donde se van a desarrollar las raíces. Seguidamente, se dará un pase con
fresadora a unos 8-14 cm. de profundidad.
Para la preparación del lecho de siembra se realiza uno o dos pases de grada.
Generalmente se realizan surcos separados entre sí 33-36 cm. Se recomienda es este momento
incorporar un herbicida superficial (Propizamida 40%, presentado como suspensión concentrada, a
una dosis de 1.75-3.75 l/ha).
2. Siembra.
3. Abonado.
La endibia es una planta que no soporta el exceso de abono. Todo exceso nutritivo en el campo es
desfavorable, particularmente en lo que concierne al nitrógeno y al potasio.
Generalmente solo se tolera un débil abonado de fondo (menos de 75 unidades de K2O).
Para asegurar un buen desarrollo en el campo y para mejorar la conservación de las raíces y su
calidad de forzado es preferible realizar un programa de abonado foliar.
4. Malas hierbas.
Es frecuente el empleo de escardas químicas durante el cultivo, siendo una de las materias activas
recomendadas contra malas hierbas anuales: Propizamida 40%, presentado como suspensión
concentrada (fluido concentrado) a dosis de 1.75-3.75 l/ha.
5. Recolección.
Una buena recolectora eliminará toda la tierra cortada junto a la raíz y cargará solo con las raíces,
con la menor cantidad posible de tierra. Se recolecta una media de 150.000 raíces forzadas/ha.
Antes del forzado hay que acondicionar las raíces. Esta operación se efectúa con máquinas para: