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Ambar en cuarto
y sin su amigo
Ambar en cuarto
Paula Danziger y sin Su amigo
‘ai on Washington ys
en Nueva York, Ha sido profesora feel Oye Tay-d10/ 1
de instituto y de universidad.
Su primera novela tuvo tanto exito
que pronto pudo decicarse s6io
‘escribir. Ha recibido muchos
premio en Norteamérica
‘Sus personajes parecen tan reales
‘que los nifos siempre le dicen
‘que tienen la impresion de Gonacertos.
‘Ambar esta un poco preocupada,
pues empieza un nuevo curso.
¢ Quik serd el profesor ?
2 Como Io pasara en el colegio
sin su amigo junto ?
2 Seguira Saliando su madre eon Max,
al que ella ne quiere ni ver?
Pronto, Ambar compiueba
‘que he crecido y que también crece
Su cépacidad de comprendarse
'y de comprender a los demas.
AS! que valentemente se enfrenta,
a los retos del nueva curso.
‘Ambar Dorado es la protagonista
de 2Segriremos siendo amigas?
aa ce UARA32
—Ambar, :qué has hecho este
verano?
—Estuve en Inglaterra.
—;Vaya mentita! —dice Ana
Burton, que sigue siendo la misma
estipida de siempre—. Estés min-
iendo para presumir
—No estoy presumiendo.
ia me ha preguntado y por eso lo
he dicho. Es verdad, he estado en In-
glacerra.
=Y ci, ;qué has hecho? —le
ha preguntado Naomi a Ana Burton
—Mi familia alquilé una casa
en Ia playa. Por eso he vuelto tan
morena, —y s¢ mueve como si fuera
una modelo.
Yo hago como que bostezo.
—:Dénde esté Brenda? —pre-
gunta Alicia—, ;No fue a verte a la
—Si, pero eso fue a principios del
verano, No sé dénde est ahora.
Ia verdad es que tampoco me impor-
ta —Ana se encoge de hombros—. A *
lo mejor sigue en California con su
familia, no sé.
—Yo creia que era eu mejor
amiga —dice Alicia—, ;Camo es que
no sabes dénde est
Ana vuelve a encogerse de
hombros y no dice nada34
Parece que Ana esté. también
sin su mejor amigo, como yo; pero
con lo idiora que ¢s yo no querria de
ninguna manera ser su mejor amiga,
ni siquiera su peor amiga, Esa mons-
trua lo que deberfa tener serfa una
mejor ENEMIGA.
—Me han dicho que tuviste
varicela en Londres —me dice Tiffany.
—Al segundo dia de llegar,
pqué te parece?
Ana Burton nos inrerrumpe y
dice:
—Yo tuve la varicela en pri-
mero.
—Esrés mintiende —le digo
y le saco la lengua.
Me mira furiosa y luego le-
vanta la cabeza con la nariz hacia las
nubes déndose muchos aires de sabi-
honda.
—Eres una mentirosa. {Que
has estado en Inglaterra! {Como que
nos lo vamos a creer!
—Mira, ten cuidado —le di-
go—. si sigues con la nariz para atri-
ba y llueve te ahogards; claro que a
nadie le importaria,
Gregorio Bronson hace como
que habla por un micréfono que tie-
ne en la mano;
—jNoticias frescas para los
amantes del deporte! {Primer asalto
entre las veteranas Burton y Dorado!
Algunos opinan que ésta puede ser la36
pelea del siglo. Otros dicen que es
simplemente el comienzo de un nue-
vo curso.
—Yo no he sido la que ha em-
pezado —digo y seftalo a Ana, que lle-
va una polera en la que dice: Mls PADRES
FUERON A LA PLAYA Y TODO LO QUE TRA-
JERON FUE ESTA ESTUPIDA POLERA.
Personalmente pienso que en
su polera deberia decir: MIS PADRES
SE CASARON Y TODO LO QUE TRAIE-
RON A ESTE MUNDO FUE A ESTA ESTU-
IDA CRIATURA.
Jaime y Roberto Iegan co=
rriendo y empiezan a hacer ruidos de
lo més ordinarios.
Después de hacer ruidos ver-
daderamente fuertes y groseros, Jai
me anuncia que se va a celebrar una
«Olimpiada de eructos» y que todo
el que quiera se puede inscribir des-
pués del almuerzo.
37
—Voy a buscar mi lapiz —d.
g0, y pongo los ojos turnios.
—;Yo me inscribo ahora mis-
mo! —Naomi se rie y firma en el aire.
Roberto erucea y luego dice
—Pueden tomarlo a broma si
quieren, pero vamos a dar un premio
estupendo.
jNo creo! —Naomi niega
con la cabeza,
—3No, eh? Pucs mira —}
me levanta a mano como enseiiando
un invisible crofeo—, vamos a dar de
premio la sirena musical que yo le
regalé a mi hermana la Navidad pa-
sada.
—A ella no le gusté nada
—nos explica Roberto.
—Estaba de oferta, muy ba-
raca —dice Jaime y se rie
“5 feisima! —asegura Ro-
berto.38
—Me la devolvis como rega-
lo de cumpleaiios. Y ahora va a ser
nuestro premio en el campeonato de
eructos. La traeré manana —prome-
re Jaime
Los dos empiczan a hacer rui
dos de codas clases y a soltar eructos.
Los demis chicos empiezan a
hacer Io mismo.
Algunas cosas no cambian
nunca.
El ato pasado los chicos sol-
taban chillidos de mono.
Este afio st aN €ructos.
Bueno, algunas cosas si que
han cambiado. Tiffany ahora escribe
su nombre asf: Tiffani, y se ha puesto
sostén, y la verdad es que le hace Falta
Jaime y Roberto han ido de-
crs de ella comentindolo a grivos y
el sefior Coten, nuestco profesor del
afta pasado, los ha regafiada.
39
Y otto cambio en el que no
tengo més remedio que pensar todo
el tiempo es en que Justo no esti
aqui el primer dia de clases por pri-
mera vez en seis afios, desde que es-
tibamos en kinder.
Seguro que Justo podria ga-
nar el campeonato de eructos. Podia
eructar el alfabeto completo al dere-
cho y al revés.
Gregorio vuelve a imitar a un
locutor deportivo:
—jFredi Romano va el prime-
10... con cuarenta y dos eructos con-
secutivos!
—Gracias, gracias —Fredi se
inclina ante una imaginaria audien-
cia—, le debo mi éxito a las dos bo-
tellas de gaseosa que me he bebido
para desayunar.
Suena el timbre de la escuela.
Es hora de volver a clase.40
Como sera el nuevo profesor?
{Cémo sera la clase sin Justo?
{Dénde habré puesto mi mo-
chile?
CUATRO
—Enhorabuena, Ambar, este
afio eres tii la que estrenas el rincén
de las cosas perdidas —la sefiora
Peters, la seeretaria, me sonrle y me
pasa mi mochila rosi—. zHas perdi-
do algo mds? —me pregunta,
Me gustarla decitle: «St..., he
perdido a mi mejor amigo. ;No han
encontrado ninguno?» Y como me
quedo mirindola, la sefiora Peters
me recuerda:
—Creo que debes irte a clase,
vas a llegar tarde.
Miro el reloj.
Voy a llegar tarde el primer
dfa que estoy en cuarto.
Tomo mi mochila y grito:
Gracias! —y salgo zum-
bande hacia mi clase,
El sefior Robinson, el director,2
me detiene, me hace volver atris y
me obliga a recorrer otra ver todo él
camino andando despacio.
Después me Ilama la arencién
por llegar tarde.
‘Camino deprisa hacia mi cla-
se y paso por delance de la puerta de
cercero,
El sefior Coren estd presen-
tandose a sus nuevos alumnos.
{Qué suecerte tieeenen
Entro en mi clase a toda velo-
cidad.
—Llegas tarde —me dice Ana
Burton mizando su reloj
43
—Gracias, Big Ben —Ia he lla-
mado con el nombre que en Londres le
dan al gran reloj de la Casa del Parla
mento; busco un sitio donde sentarme.
Echo una mirada a la clase y
me doy cuenta de que todos se han
sentado en las mismas filas y los mis-
mos sitios que tenian el afio pasado
en la otra clase,
Me siento en lo que hubiera
sido mi antiguo puesto.
El banco de al lado esta vacio,
—Bienvenida, Ambar —la
profesora me sonric—. Soy la sefiora
Sole. Tiffani me ha contado que esta
bas buscando tu mochila, veo que la
has encontrado.
Miro a la profesora y cambién
sonsfo:
—Hola.
La sefiora Sol es una profeso-
ra nueva,44
No sé qué le habré pasado al
profesor de cuarto del afio pasado.
Bueno, la sefiora Solr no es
sdlo nueva, también es guapa. Tiene
los ojos pardos, la piel costada y el
pelo castafio. Sus pestafias son las
ms largas que he visto en mi vida
Lleva una falda larga y un chaleco
rosa precioso.
Espero que sea tan buena pro-
fesora como el sefior Coten... ¢ igual
de simpatica.
45.
Nos ha pasado unos papeles y
anos dice que los rellenemos con una in-
formacién que para ella cs importante.
NOMBRE
DIRECCION
NOMBRE DE LOS PADRES 0 TU
TORES
2QUE TE GUSTARIA CONTARME
SOBRE TE
@QUE TE GUSTARIA APRENDER
ESTE ARO?
(QUE TE GUSTARIA QUE PASARA
ESTE ANO?
Las dos primeras cosas son fa
ciles.
Sé muy bien cémo me llamo
y dénde vivo.
Fn cuanto al nombre de mis
padres, primero pienso en poner
PAPA y MAMA, pero luego deeido que
mejor no.46
No quiero que la seftora Solt
piense desde ahora mismo que me
gusta tomar el pelo. Ya sabe que soy
una perdedora de mochilas. Pongo
los nombres de mis padres: Sara y
Phil. Lo demas ya no es tan ficil
iQué es lo que me gustaria
contarle de mi?
Después de estar un ratico ha-
ciendo dibujitos en un pedazo de pa-
pel, escribo:
De mi ne sd que: decinke.
cb peda upted ain
Heche que esta conlestacon
fusta ore de: verdaclers/fabbo?
dOque pore uma, de ofan
peaymtar com tees
oe
47
Las otras preguntas son un
poco menos dificiles.
Chea que quiver ayn der
ancy sabe be quate laure
clian es qut no enbende nada
a faa qanvonce
Gears anus 3 day
mode teorte 44 Depend
de encstdear tum mejor amigo
dae qu eo to que
ae ae
Bad aise ga peed
tanae, quiere que
5 Et a puebrenn,
Pd ccetbon ms maa
acer
eben a ee48.
Miro la dltima respuesta; es-
pero que la sefiora Solr no crea que
yo sélo pienso en mi misma, ast
que afiado:
sy quiere que ne
quarras ne canbamingeid ni
vadie qu tore Rommbre
Y entonces me acuerdo de al-
He terminado de rellenar la
dichosa hoja de papel; ahora a espe-
rar que pase algo interesante.
CINCO, a
2.672 dividido por 2.
;Por qué me hace la sefiora
Sole esto a mi?
Pon, pon! Allguien esté llaman-
doa la puerta.
—,Quign llama? —pregunta
Jaime.
—Alguien que quiere entrar
en esta clase —le concesta Roberto.
—Esto no es una clase, esto
es un cuarto —canta Jaime,
La sefiora Solr se vuelve a
ellos y los mira con esa cara que po-
nen los profesores medio divertida y
medio seria:
—Han llamado a la puerta y50
ésa no es ninguna razén para que di-
gan courerias
La sefiora Solt va hasta la
puerza j la abre.
Bara las
subdireccora.
ra Clarke, la
Y no viene sola
Aqui les craigo a Brenda,
5
que no sabia dénde estaba su nueva
clases veo que ya estén todos bien
instalados y nos sontie.
Casi todos los de la clase mi-
famosa Brenda y la saludamos con
la mano o le decimos cosas como:
— Hola!
—Cémo te ha crecido el pe-
lot
Yo la saludo con la mano.
Me gusta como viene vestida.
Se ha puesto unas mallas rojo oscu-
ro, una camiseta larga de color rojo
mis claro y zapatillas con cordones
de colores.
Su pelo largo y rizado tiene
algo especial. No es facil distinguirlo
desde tan lejos, peto veo que s algo
especial.
La sefiora Solt dice:
—Bienvenida, Brenda,
En ese momento suena un te-32
Iéfono dentro de la clase.
La sefiora Clarke saca un apa-
ratio de su bolso. Suena otra ver. Se
lo pone en la oreja y escucha duran-
te un minuto, después dice:
—;Que ha hecho QUE?
Todos la miramos.
Ella nos dice:
—Perdénenme, por favor.
¥ sale de la clase corriendo.
Brenda se queda alli, delante
de nosotros, mirindonos.
De verdad que me gusta c6-
mo va vestida.
La sefiora Solt dice:
—Bueno, Brenda, vamos a
ver dénde tienes un sitio.
Decido lo que quiero hacer y
Jo hago répidamente.
— Hay un sitio vacfo a mi la-
do! —digo.
—=)No ha levantado la mano
53
antes de hablar! —me acusa Ana
Burton mirindome.
—Tampoco tt la has levanta-
do —le contesta la sefiora Solt.
Ana se enfurruiia. Yo sonrio.
_ —Brenda, puedes sentarte jun-
to a Ambar —la sefora Solt sefiala el
sitio vacio que hay a mi lado—. Y,
Ambar, recuerda que debes levantar la
mano antes de hablar.
Levanto la mano.
—Si, Ambar, dime.
—Gracias —le digo.
(54
Brenda se sienta a mi lado.
Ana se vuelve hacia nosotras y
nos saca la lengua,
La sefiora Solt me dice:
—Ambar, explicale a Brenda
lo que estabamos haciendo mientras
yo busco sus libros.
Le ensefio a Brenda el libro de
matematicas.
Brenda mira mi ejercici
—Ia solucién es doscientos
veintidés, coma, seis, seis, seis.
;Gracias! —la mito y le
guifio un ojo.
La sefiora Sole trae los libros
de Brenda
Mientras ellas hablan, yo mi-
ro a Brenda.
Leva tres mechones de su pe-
Jo rubio trenzados con hebras de co-
lores diferentes y Heva cuentas en ca~
da uno: unas arriba y otras en las
puntas. Dos mechones empiezan a
trenzarse desde lo alto de su cabeza.
E] tercero sale de detrds de su oreja y
es por lo menos tres centimetros mis
largo que ef resto de su pelo. Eso era
lo que me parecié especial al verla.
La sefiora Solt vuelve hasta su
sitio y escribe en la pizarra el ejerci-
cio de matematicas que tenemos que
hacer. Nos da tiempo para que lo ha-
gamos
‘Antes de ponerme a hacerlo,
le escribo una nora a Brenda.36
Firmo con la firma especial
que he estado ensayando para cuan-
do me haga famosa y le paso la nora
a Brenda.
La lee, escribe algo en ella y
me la devuelve,
feh,
Gracias.
Ar me gustan Avamiza y tos zapatos
La ha firmado con su firma
especial también.
7
Creo que voy a tener un aue-
vo mejor amigo, bueno, amiga.
Vuelvo a escribirle ocea vez
Brenda mira mi nota, prime-
co sonrle, pero luego se pone seria.
Escribe en el papel y me lo
devuelve.
Ho necesite ayida en orlogra fia.
/y 70 soy disto |58
Me vuelvo hacia ella.
Estd mirando fijamente hacia
adelante.
—Brenda —llamo bajito.
—iNo soy Justo! —me dice
también en voz muy baja
La sefiora Solt nos advierte:
—Ambar y Brenda, calladas 0
tendré que separarlas.
Cuarto va de mal en peor... y
no hemos hecho mis que empezar.
SEIS
Apenas cuatro dias en cuarto
y yo, Ambar Dorado, no quiero vol-
ver al colegio. Lo tinico que quiero
es quedarme en casa.
Le he dicho a mamé que te-
nia paperas, sarampién, un nuevo
tipo de varicela, un dolor de gar-
ganta que me llegaba hasta las ufias
de los pies, un ataque al corazén,
dolores horribles de cabeza y un en-
venenamiento.
No me ha servido de nada, mi
madre me ha hecho ir al colegio to
dos los dias. /
A mi madre no se la convence
ficilmente.60
Bueno, pues yo no quiero ir
al colegio.
Y noes que sea TAN malo.
La sefiora Solt es una buena
profesora..., pero no es el sefior Co-
ten.
Pienso en el sefior Coten.
Me acuerdo del Gltimo dia
del curso pasado cuando nos repai
los pasaportes que nos hablamos he-
cho.
Los urilizébamos en aquellos
Viajes imaginarios.
—Quiero que guarden estos
pasaportes para que se acuerden
siempre de los viajes que hemos he-
cho para visitar otros paises... y tam-
bién para que piensen en el aviajen
que cada uno de ustedes ha hecho
para crecer, para aprender, para cam-
biar —nos dijo.
Yo miré mi pasaporse,
6
El sefior Coten habia puesto
un sello en dl.
Un sello que decia:
VISA PARA ENTRAR EN CUARTO.
Dentro de mi pasaporte en-
contré una notita que él me habia cs-
cxito:
Ambar: ha sido estupendo te-
nerte en mi clase. Me han gustado se
sentido del humor, tu interds por todo,
tus ganas de preguntar siempre, we
coraje para enfrentar cosas ruevas,
aunque fceran difeciles (como las ma-
semdticas .. 0 la marcha de Justo).
Has usado bien este pasaporte
Disfruta ahora de tw pasaporte de ver-
dad. Mandame alguna postal. Pasalo
bien en Londres y en Paris.eo
Le mandé una postal desde
Londres,
Este afio ya no lo rengo de
profesor, aunque sigo teniendo los
mismos compaiieros. Los compaiie-
ros de clase estan bien todos... me-
nos Ana Burton, pero ésa ya era asi el
aio pasado. Y me gusta Brenda, aun-
que yo creo que yo no le gusto mu-
cho a ella
Echo de menos a Justo.
Yo, Ambar Dorado, pienso
que todo el mundo en este mundo
deberfa tener un mejor amigo.
Doy vueltas por el patio du-
rante el recreo, no hablo con nadie y
recorro mi «paseo con Justo».
En los columpios recuerdo
cémo —cuando estibamos en pri-
mero— nos turndbamos para empu-
jarnos uno a otro y haciamos como
si fuéramos pajaro’. Gritdbamos:
63
«(Soy una paloma... gli, gli, glil>
Al pasar junto al gimnasio de
los pequefios me acuerdo de cuando
Justo y yo organizamos un campeo-
nato de ejercicios de circo. Yo gané
una cinta azul porque estuve colgada
cabeza abajo de una barra més tiem-
po que ninguno y, ademés, cantando
la cancién de Plaza Sésamo.
Junto-a la fuente me acuerdo
de cuando estudidbames las ballenas
y Justo y yo nos Ilenamos la boca de
agua y jugamos a que éramos balle-
nas con hipo. Nos empapamos.
Yen el rincén de la arena me
acuerdo de cuando me cai saltando y
Justo me ayudé a sacarme una pie-
dita que se me habja clavado en la
rodilla
Y recuerdo cuando en tercero,
en aquella fiesta de disfraces, Justo
convencié a toda la clase para que seof
todos a gritar al mismo
p ‘ior Coten, sefior Coten,
seftor Coten...ty Y cuando el sefior
Coren nos pregunté que por qué ha-
clamos aquello, Justo le dijo: «Por-
que estamos corentos.../
Me quedo debajo del arbol y
miro a todos los que estin en el pa-
tio.
Creo que casi todos tienen un
mejor amigo.
E] drbol es un sitio muy espe-
cial. Es el lugar en que le conte a Jus-
to que mis padres se separaban y que
yo me sentia muy triste.
No me dijo nada que me ayu-
dara mucho, pero sélo eso de podér-
selo contar a alguien ya ayuda un
poco. A nadie de mi clase le puedo
contar ahora lo que me est pasan-
do..., ni hay nadie con quien me
pueda divercir algo.6
Echo muchisimo de menos a
Justo. = s
Brenda pasa andando despa .
cio cerca. de ml.
‘Me gustarla lamarla y deci,
que se quede conmigo, pero no 1e-
hago.
Mira hacia mi como si fuera a
decitme algo, pero no me dice nada.
Y me aleje de ella cuando sue-
na el timbre.
| Se acaban el recreo y el paseo
con Justo.
Espero con todas mis fuerzas
que las cosas mejoren pronto.Aa SIETE .
Yo, Ambar Dorado, declaro
que me gustaria poder repetir esta
primera semana de colegio como
cuando en clase de gimnasia me con-
fundo en un ¢jercicio y el profe chas-
quea los dedos y me dice:
—VWuelve a empezar, repicelo
todo desde el principio.
Si yo pudiera chasquear los
dedos y gritar: s{Repitelo todo desde
dl principio'», haria muchas cosas de
modo diferente.
No le hablaria a Brenda de
Justo..., especialmente no para com-
pararla con él.
Y trararia de que no me im-68
portara tanto que Brenda no quiera
ser amiga mia.
Y tracaria de alegrarme al ver
que mis compaiicros son simpaticos
conmigo.... y de no ponerme tan
triste cuando pienso que no cengo
un mejor amigo... ¥ que tampoco sé
cémo conseguir uno.
Y desde luego no irfa el pri-
mer dia a permanencia, Mi nombre
no estaba en la lista, asi que hubiera
podide esconderme en el baiio o en
cualquier otra parce hasta que mamé
viniese a buscarme.
Pero ahora ya estoy en la lista
y tengo que quedarme alli sentada
con un grupo de alumnos de distin-
tas clases, desde primero hasta sexto.
Opino que deberfan cambiacle el
nombre de permanencia y lamarle:
«Horas de Aburtimiento para Alum-
nos Prisioneros en el Colegio Hasta
69
que sus Padres Vienen a Buscarles»
Hago todo lo posible por no
pensar en todas las cosas que me es-
tén molestando: el divorcio de mis
padres, Justo y su familia tan lejos.
Pero aunque trate de chas-
quear mis dedos y gritar: «;Vuelta
atrds! ‘Se repite todo desde el princi-
pio'», sé que no funcionard
Para empezar no sé chasquear
los dedos. En vex de un chasquido
me sale algo que suena como un sus-
piro suave, asi: zug.70
En segundo lugar, yo, Ambar
Dorado, sé que por muy ansiosa-
mente que se espere algo, es0 no sig-
nifica que vaya a conseguirse
— Ambar! —me llama mama
desde abajo—, hora de cenar.
Me asomo a la escalera y
—Bajo en un minuto.
Mientras me lavo las manos,
sigo pensando en todos los lios que
me estdn volviendo loca.
Bajo las escaleras ensayando
eso de chasquear los dedos. Zug,
zug, Zug...
Entro en el comedor.
Casi siempre cenamos en la
mesa de la cocina, pero mamé ha di-
cho que esta noche vamos a hacer al-
go especial... cenar algo rico y char-
lar sin apuros,
Anda tan ocupada ahora
Como tiene que salir del trabajo an-
igo:
ves para recogerme a mi tiene que
traerse trabajo a casa
Miro a los tres servicios pues-
tos sobre ka mesa.
Yo creia que sélo tbamos a es-
tar ella y yo.
A lo mejor ha invitado a ce-
nar a Max.
Estoy casi segura de que ella
habia dicho que iba a esperar un po-
co antes de invirarle a que viniera a
casa.72
Yo, Ambar Dorado, tengo
que asegurarme antes de ponerme
furiosa de verdad.
—Mama! —grito—. ;Quién
més viene a cenar?
—Nadie, sélo cenamos tt y
yo —me contesta desde la cocina.
Vuelvo a mirar la mesa: tres
platos, tres cuchillos, tres tenedores,
tres cucharas, tres servilletas, tres co-
pas...
Me parece que hay tres de to-
do.
Me quedo alli mirando.
jTiene mi madre un amigo
imaginario?
{Se ha vuelto Max invisible y
es éste el modo de estar en casa sin
que yo le vea?
3Padece mi madre alguna en-
fermedad cerebral?
Estoy yo mal de la vista y veo
73
triple o doble mas uno?
¢Me habré convertido de ver-
dad en una preocupona profunda y
habré alguna razén razonable para
que haya tres de todo?
Entra mi madre en el come-
dor y pone la fuente de espaguetis
encima de la mesa. Exclama:
Buena, jes para no creerlo!
Recoge un servicio entero y se
lo lleva. Dice otra ver:
—jEs para no creerlo!
Habla con ella misma como si
yo no estuviera all.
—No puede ser. He puesto
servicios para nosotros ues: Phil,
Ambar y yo. Como si nada bubiera
pasado...
La tiro de la manga:
—Oye, a lo mejor eso quiere
decir que estis deseando volver a
juntarce con papa74
Niega con la cabera:
—No, eso sélo quiete decit
que estoy muy cansada y que no
pensaba en lo que estaba haciendo.
Duranre mucho tiempo he puesto la
mesa para tres y supongo que ahora
lo he hecho por pura costumbre
Se sienta a la mesa sin decir
nada mas.
Tambien yo me siento.
—Si, es como cuando yo em-
piezo a ir hacia la antigua casa de
Justo o como cuando descuelge el te-
Iéfono pata ma. 11 su antiguo néme-
ro.
Afiema con un gesto y me
sonrie,
—Todo eso forma parte de
nuestro pasado y no siempre nos
acordamos de que ya no corresponde
al presente, al menos no de la misma
forma.
15
Yo, Ambar Dorado, creo que
soy muy joven para tener un pasa-
dou especialmente un pasado con
tantas complicaciones dentro.
Me acuerdo de cuando todo
era facil y divertido.
Miro a mi madre,
Tiene aspecto triste y cansa-
do.
Sé como se siemte.
Vamos, mam4, hagamos un
campeonato de sorbet espaguetis.
—Ambar —se rie mamd—,
yo soy una persona mayor y a mi
edad ya no se participa en campeo-
natos de sorber espaguetis.
Le hago una mueca divertida.
Se rie
— Por favor, por favor... le
pido.
Primero niega con la cabeza,
luego se rie y al final dice que bueno.Comparamos la longitud de
nuestros espaguetis, después los sor-
bemos.
Gano yo.
iguemos otra ver! —dice.
adre tiene en fa barbilla
una mancha de tomate.
Sorbemos otra ver.
Ahora ha ganado ella
Un tercer sorbetén. Yo, Am-
bar Dorado, ;campeonal
La cara de mi madre es una
pura risa manchada de salsa de espa-
guetis.
~—Oye, zpuedes ensefiarme a
chasquear los dedos? —le pregunto,
y te hago una demostracién del 2ug
que es todo lo que consigo.—Es muy ficil —dice y chas-
quea sus dedos.
Practicamos.
Y pronto empiezo a conseguir
una especie de zug-chasc. No es toda-
via un chasquido perfecto, pero ya es
algo. Cuando logte un chasquido
perfecto, voy a chasquear mis dedos
ya decit: «Se repite todo desde el
principio!»
be)
Si no funciona, voy a decir:
«(Sige intentindolo!»
Yo, Ambar Dorado, voy a po-
der con todo esto.
Zug.
iChasc!a”. OCHO +.
Todas las tardes, la misma
aburrida permanencia.
jAh!, pero hoy ha sido dife-
rente.
Ha venido Brenda.
He oido decir a la sefiora Solt
que la madre de Brenda ha empeza-
doa trabajar.
Eso quiere decir que Brenda
va.a quedasse aqué todas las cardes,
Cuando ented yo le sonreh.
Una sonrisa amistosa, pero no una
sonrisa demasiado amistosa. Yo, Am-
bar Dorado, he decidido no preocu-
parme tantisimo por conseguir un
mejor amigo, aunque de verdad sigo82
quetiendo tener uno o una.
‘Asi que la saludé con la sonri-
sa normal con la que se saluda a un
compaiicto de clase..., n0 con la son-
risa de epor favor, por favor, por fae
vor, sé-mi mejor amiga».
Ella me salud también, eché
una mirada por toda la clase y vio
que éamos las dos dnicas alumnas
de cuarto que habia alli.
Asi que vino y se senté a mi
ldo.
Sentimos un escindalo enor-
me al otro lado de la clase.
83
Tres chicos de quinto juegan
a que son maestros de kdrate y andan
cortando el aire con las manos y lar-
gando patadas mientras lanzan gritos
de «Hit ;Yalr y otros parecidos.
La profesora los hace sentarse,
Bueno, nos manda sentarnos
a todos y después grita:
—jLas cabezas sobre los ban-
cos!84
Empiezo a reirme.
Procuro contenerme, pero no
puedo.
—jLe importaria a usted con-
tarle al resto de la clase qué es lo que
encuentra tan divertide, sefiorita
Dorado? —me dice la profesora con
un tono sarcastico.
No pucdo remediarlo, Cuan-
cos!s, estuve a punto de decir: «Yo no
puedo, la tengo todavia sujeta a los
hombros».
85
Me mira. Pienso en que mis
padres se pasan la vida diciéndome
que una buena educacién me va a
ensefiar a mantener bien firme la ca-
beza sobre mis hombros. Ahora me
pregunto: zcémo voy a mantener mi
cabeza bien firme sobre mis hom-
bros si tengo que ponerla de vez en *
cuando sobre el banco?
No puedo parar de reirme.
Quiero parar, pero cuando empieza
es que no puedo parar.
—Castigada a quedarte des-
pues de clase! —la profesora viene
hacia mt—. ;Pon la cabeza en el ban-
co ahora mismo!
La pongo.
Esta profe es un poco boba; si
me tengo que quedar aqui todas las
tardes, ;qué me puede importar que-
darme porque ella me haya castigado
a.quedarme?86
Mientras tengo la cabeza apo-
yada en el banco pienso que si Justo
estuviera aqui, yo podria subirme el
chaleco hasta cubrit la cabeza y hacer
como si no tuviera cabeza,
Miro a Brenda. Levanta una
ceja y se muerde ef labio para no
echatse a reir,
Me pongo el chaleco por la
cabeza y hago que no tengo cabeza.
Brenda explota y se ric a todo seit.
Eso hace que yo me ria mucho mis.
87
La profesora me castiga a
quedarme otro dia después de clase,
Y castiga también a Brenda a
lo mismo.
Cuanto més quiero parar de
teirme, mds me rio. Es que no puedo
parar. ¥ lo mismo le pasa a Brenda
La profesora esté furiosa
Me eastiga a quedarme otro
dia mas, el rerceto, y luego a otro, el
cuarto.
A Brenda la castiga a quedar-
se un segundo dia y luego a un terce-
10.‘Me quedo alli sentada y pien-
so: Yo, Ambar Dorado, estoy en
cuarto. Y esta profe me ha castigado
a quedarme cuatro dias sentada en
esta sala. Lo malo es que voy a que-
darme aqui después de las clases mu-
chos mds que cuatro dias».
i NUEVE .
— Burp! Burp! Burp,
burp..!
Se produce un momento de
silencio,
—(Cuarenta eructos...1 {No
pares ahora! —Jaime y Roberto ja-
lean a Federico. ;Vas a conseguir-
lo! ; Tees mas y bates el récord!
—No puedo mas —Federico se
pone una mano en el pecho—. No me
queda ya nada aqui dentro. Estoy vacio
del todo, ya no puedo eructar més.
— El siguiente! —Ilama Jai-
me; sostiene en alto la sirena—,
eQuign es cl siguiente? Quiéa va a
ganar esta preciosa sirena?Miro a la sirena: tiene el pelo
rubio, cuerpo azul de plistico y cola.
Y estrellas brillances por encima. Jai-
me aprieta una de las estrellas y
suena una musi
uilla. La sirena es
feisima y la musica suena completa-
mente desafinada.
Yo quiero la sirena.
Levanto una mano,
—Ambar Dorado, eu turno
—vocea Jaime.
Me adelanco y salgo al centro.
mu
Y eructo
Y eructo
¥ eructo.
Naomi y Alicia empiczan a
acompaiiarme y a animarme eruc-
tando también,
Veintinueve eructos... no son
suficientes, pero estoy mejorando.
Ayer s6lo consegui veintiséis.
—Eres tan poco femenina
—me tira a la cara Ana.
—jMuchas gracias! —le digo.
—jBres tan infantil! —aftade.
Le hago una teverencia rién-
dome.
—jEres un globo! —dice
Le suelto un eructo,
Sélo uno.... pero me ha salido
uno estupendo.
Da media vuelta y se larga
—Ambar lo ha incencado quin-
ce veces Gregorio lleva la cuenta.92
EI campeonato de eructos ha
terminado por hoy. Sélo falta uma se-
mana pata que alguien gane la sire-
na
Brenda est4 cerca de mi.
La miro y sonrio, Se acerca,
me hace una mueca amistosa y alza
uma ceja:
—Lo has hecho estupenda-
mente, Ambat. A lo mejor consigues
ser la Reina del Eructo de cuarto.
—iNo estaria mal! —Ie con-
‘testo, y le guifio un ojo—. Pero va a
ser dificil. No puedo practicar du-
yante la permanencia y mama me ha
prohibido eructar en casa. Dice que
es.una ordinarie2 y se enfadé cuando
eructé delante de ella en vez de de-
cirle: «Hola», al verla entrar. Necesi-
to practicar mas para ganar la sirena.
—Y serfas Reina del Eructo.
—Brenda se rie y me dice—: ;Sabes?
93
Si yo fuera capaa de eructar a propé-
sito y no s6lo cuando me sale sin
querer, también participaria en el
campeonato, Me encanta esa sirena
tan fea.
Me quedo pensando durante
unos minutos y luego digo:
—Oye, si yo la gano, podre-
mos compartirla. Yo la tengo una se-
mana y tt la ota, jvale?
(Huy, gracias! —me dice
Brenda contenta.
Yo le sontfo.24
No me dice nada y se queda
seria como si estuviera pensando en
tomar una decisién importante; lue-
go me dice:
—Escucha. Puedes venir a
casa despuds de le escucla para prac-
ticar. Yo seré como tu entrenadora...
¥; si quieres, puedo trenzarte el pelo
también,
—jClaro que quiero! —le di-
go y le hago mi mueca més divertida.
—Bueno, pues se lo diremos
a nuestras madres esta noche y pue-
des venir mafiana.
iQuiero que ya sea mafana!
- DIEZ +
Gracias por cu carta,
yMe gustarfa que estuvieras
aqui, (Probablemente ti no querrias
estar aqui porque estoy en eso de
permanencia y encima castigada en
un banco aparte... porque el otro dia
no quise agachar la cabeza.)
El chicle masticado que me
mandaste lo he pegado a nuestra bo-
Ja, Fue una buena idea mandarlo en-
vuelto en una servillera de papel26
mojada y dentto de un sobre fuerte
(lo manché un poco).
Yo sigo pegindole mis chicles
viejos también, Me gustarla que pudie-
ses venir td mismo a pegar los cuyos
También me gustarfa que tu
letra fuera un poco mejor.
Quiero que me aclares unas
cuantas cosas sobre lo que comes en
tu nuevo colegio (¢s dificilisimo en-
tender lo que pones. ;Tienes una le-
tra malisima!).
Te ponen huevos con arroz 0
hutesos con aos?
:De verdad tienes que comer
filitas de cardos con patadas atadas?
(Me parece una comida rarisima, la
verdad.)
iB cierto que los chicos de tu
clase le llaman al comedor hambur-
gueseria?
;Guau.
97
Tengo otra cosa que pregun-
tarte: ZNo haces caligrafia en tu nue-
vo colegio?
¥ vengo que preguatarte otra
cosa, Ahora que vives en ese sitio que
esté tan lejos, se te esté pegando el
acento con que hablan los de ahi?
Vas a empezar a pensar que la que
habla con un acento distinto soy yo?
Me da mucha rabia que no
estés aqui. Jaime y Roberto estén ha-
ciendo un campeonato de eructos.
jiMe gustatia que vieras lo que van a
dar de prem
Bueno, ahi van unas pocas
noticias:
1, Mi madre esta saliendo
con un tipo que se llama Max. Secre-
camente yo le llamo Min.... como en
minimo. Todavia no le he visto... ¥la
verdad es que tampoco tengo ningd
interés en verle.98
2. Me gustaria que mi pa-
dre volviera
3. ¥ que ti volvieras tam-
bign.
4, He aprendido a chas-
quear mis dedos
5. jAh!, y sabes qué? Me
estoy haciendo amiga de Brenda
Colvin. Es simpatica. Te gustaria,
Espero que también ci tengas
un amigo nuevo, sélo que no le quie-
ras 0 le quieras mas que a mi, zeh?
Autor
PS. Creo que no deberias co-
mer demasiadas filitas de cardo con
patadas atadas.
—Brenda —dice dulcemente
la profesora que nos cuida en la per-
manencia—, tu madre he venido pa-
99)
ra recogerlas a ti y a Ambar,
Resulta interesante compro-
bar lo suave y dulce que suena la voz
de algunos profesores cuando los pa-
dres estén cetca.
Me encanta que la voz de la
sefiora Solt sea igual de dulce cuan-
do habla con nosotros que cuando
habla con los padres.
Mientras recogemos nuestros
libros le digo bajito a Brenda:
—Espero que tu madre sea
una forzuda.
—:Por qué? —me pregunta
en e] mismo susurro.
—Bueno, ella ha dicho que tu
madre va a RECOGERNOS, jno?
Empezamos a reirnos y a reir
nos, pero esta vez no nos castiga a
quedarnos més tiempo... Supongo
que 6 porque la sefiora Colvin estd
ahi esperindonos... 0 quizd porque100
la profe esti hoy de mejor humor.
Yo estoy de un humor estu-
pendo.
No sélo voy a ir a casa de
Brenda; ademas me va a trenzar el
pelo.
Voy a ser una Ambar Dorado
con un aspecto completamente nue-
xo.
as ONCE .
— Quieres ver una cosa feno-
menal? —me pregunta Brenda cuan-
do entramos en su habicacién.
Le digo que si.
Abre el cajén de arriba de su
cémada y saca un rollo de cinta de chi-
cle de fo menos dos metros de largo.
—Puedo decir una cosa de
Justo? —se lo pregunto con un poco
de miedo de que se enfade.102
—Mientras no me compares
con él... 0 digas algo que me haga
pensar que eres mi amiga porgue no
has encontrado a nadie mas que
quicra setlo —me dice.
—iNada de eso, palabra! ;Qué
cosas dices! —protesto
—Bueno, di —abre el paque-
te de chicle.
—Creo que este chiele es de
verdad fenomenal. Justo y yo lo
compridamos muchas veces y luego
nos lo repartiamos, la mitad para ca-
da uno. Algunas veces nos metiamos
en la boca esa mitad entera y cuando
Ja tenfamos ya muy masticada la pe-
gibamos en nuestra bola de chicles
masticados. Ya es.enorme y ahora la
tengo yo. Un dia te la ensentaré.
—Bueno, un dia —Brenda
hace una mueca y levanta tina ceja
Desde la primera vez que la vi
103
hacer eso he intentado hacerlo yo
también, peto no lo consigo, En vez
de la ceja se me mueve el lal
Brenda dice:
—Podian Justo 0 ri hacer
globes can el chicle soplando por la
nariz?
-N
Se mete en la boca un trozo
grande de chicle y lo mastica duran-
Te un rato y cuando lo tiene ya blan-
do se lo saca de la boca, lo aplasta y
se lo pega sobre los agujeros de la na-
Después sopla fuerte por a
nariz,104,
Hace el globo de chicle més
grande que he visto en mi vida.
Yo, Ambar Dorado, me que-
do verdadeamente impresionada
Lo intento, pero en seguida
me doy cuenta de que pata poder en-
sayar este truco fo primero que hay
que hacer es sonarse a fondo la nariz.
—Bueno —dice Brenda—,
ahora vamos a hacerce las crencitas,
Me siento en una silla.
—Estite quieta —me dice
Brenda, y me da un espejo—j puedes
mirar lo que hago, pero no te mucvas.
Me muevo
Es que es dificilisimo estarme
quieta
—jNo mitevas Ia cabeza!
Brenda: pone un crozo de car-
tén alrededor de un mechén de mi
pelo. Mantengo el’espejo