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UNIVERSIDAD RAFAEL LANDIVAR

Campus P. César Augusto Jerez García S.J. de Quiché


Facultad de ciencias Políticas y Sociales
Trabajo Social
Séptimo Semestre
Administración de Organizaciones Sociales
Lic. Miguel Itzep

Técnicas de toma de decisión

Alex Spencer Natareno Gomez

Santa Cruz del Quiche, 28 de febrero del año 2018


Introducción
En la vida cotidiana tenemos que tomar decisiones tanto en forma individual,
decisiones que nos afectan a nosotros únicamente, pero también en dadas
ocasiones tenemos que tomar decisiones difíciles e importantes que implican a
mas personas, decisiones que definirán el futuro de nuestra organización, como
lideres tenemos que tomar una decisión sabia para el bien común de las
personas a las que estamos representado, estas decisiones se tienen que
pensar muy bien, pensar en las alternativas en cómo afectaría una decisión u
otra y que pasaría si no tomáramos ninguna decisión, para ello a continuación
estudiaremos más a fondo técnicas de decisión que nos pueden ser de gran
utilizad al momento de decidir sobre algo y resolución de algún problema.
¿Qué es la toma de decisiones?
Una decisión consiste en elegir entre diversas posibilidades, y es gerente general
quien hace tal elección. Una decisión puede tomarse de manera inmediata, pero
suele suponer un proceso de identificación, análisis, evaluación, elección y
planificación. Para llegar a una decisión debe definirse el objetivo, enumerar las
opciones disponibles, elegir entre ellas y luego aplicar dicha opción. Las
decisiones y el proceso de tomarlas son fundamentales en la gestión.

Técnicas de toma de decisiones

1) Lista de ventajas e inconvenientes


Es la más conocida de las técnicas para la toma de decisiones, lo primero que
enseñan en cualquier curso para la toma de decisiones o en cualquier estudio
que realices sobre el tema; de ahí que figure en el primer lugar de la lista.
Básicamente consiste en sentarnos con un papel y un lápiz, trazar una línea
vertical en mitad del folio, y escribir en el lado izquierdo del mismo todas aquellas
ventajas que tiene la decisión, y a la derecha todos los inconvenientes o
perjuicios que nos puede causar la misma. Observa la lista. ¿En qué lado
aparecen más ideas? ¿cuáles pesan más? Imagina el papel en el centro de la
balanza. ¿Hacia qué lado se decanta?
Hay muchas variaciones de esta técnica: puedes dar pesos o puntuaciones a
cada una de las ideas, para ponderar como de importantes es cada una, puedes
hacer una cuadrícula en el caso de decisiones con varias opciones, ponderando
las ventajas e inconvenientes de cada una... la idea final es visualizar qué te
puede reportar cada decisión y que puede perjudicarte, de manera que de una
forma gráfica y visual te hagas una idea mental de cuál es la mejor decisión.

2) Esperanza positiva
Consiste en visualizar EL ÉXITO de cada una de las opciones, percibirlo
mentalmente hacerlo nuestro. Se trata de sentirnos como si ya hubiéramos
tomado esa decisión, y hubiéramos acertado. ¿Cómo nos sentimos con cada
opción? ¿Somos felices? ¿Nuestra vida ha mejorado? ¿Hemos llegado donde
queríamos? ¿Ha merecido la pena los esfuerzos? Esto nos ayudará a predecir
cómo nos vamos a sentir con cada opción, cual nos va a merecer más la pena,
por cual nos es más reconfortante apostar.
Pongamos un ejemplo práctico: supongamos que nos surge una oportunidad de
realizar un curso o una posibilidad de mejora laboral en una ciudad diferente a la
nuestra. La decisión que tenemos que tomar es ¿aceptamos o no la oferta?
debemos intentar visualizar el éxito de ambas opciones. Podemos visualizar
nuestro futuro en el nuevo trabajo, mejorando nuestro desempeño,
estableciendo nuevas relaciones, ganando más dinero, abordando un nuevo
reto... y también podemos visualizar el éxito de la otra opción, desarrollar nuestro
trabajo actual intentando crecer en el mismo, disfrutar de los lugares y las
personas que tenemos a nuestro alrededor... Los dos escenarios son exitosos,
placenteros, pero... ¿cuál de las dos visiones nos motiva más? ¿dónde somos
más felices? Vernos en el éxito puede ayudarnos a elegir por qué opción
queremos apostar.

3) Esperanza negativa
Esta técnica es justo la contraria y complementaria a la anterior. En este caso
tenemos que tratar de visualizar EL FRACASO de cada una de las opciones.
debemos intentar experimentar como sentiríamos si ya hubiéramos elegido cada
una de las opciones, y nos hubiéramos equivocado. ¿Como sería nuestra vida?
¿Como de infelices somos? ¿Cuánto nos ha perjudicado nuestra decisión?

Continuando con el ejemplo anterior, decidiendo si aceptar un curso o un


trabajo en una ciudad distinta, debemos imaginarnos en una ciudad extraña, con
pocos conocidos y amigos, sufriendo un clima al que no estamos
acostumbrados... ¿somos capaces de adaptarnos a nuestra nueva vida?
¿echamos de menos todo lo que hemos dejado atrás? Y por otro lado debemos
visualizar como nos sentimos si fracasamos al quedarnos ¿frustrados por no
progresar profesionalmente? ¿decepcionados por nuestra vida monótona y
continuista? ¿arrepentidos de haber dejado pasar el tren que nos llevaba hacia
el progreso? ¿cuál de las dos situaciones nos resulta más indeseable? ¿Dónde
no queremos estar de todas todas?
(Ojo, algunas personas prefieren no sugerir esta técnica, ya que puede resultar
triste y quitar las ganas de ninguna decisión; puede estar contraindicada en
personas pesimistas o con tendencias depresivas, ya que quizás les bloquee
aún más en la decisión; sin embargo, es una técnica muy efectiva para tener
claro lo que NO queremos. (Es nuestra decisión usarla o no)

4) Esperanza inversa
A veces, por muchas vueltas que le demos a las consecuencias de una decisión,
no somos capaces de ver cual nos convence más o cual preferimos. Llegados a
este punto de bloqueo, puede ser interesante cambiar radicalmente el enfoque
de la diatriba: en vez de plantearnos acerca de las consecuencias de ELEGIR
una opción... ¿por qué no analizar las consecuencias de NO ELEGIR esa
opción? ¿Qué pasa si no optamos por ella? ¿Qué consecuencias tiene? ¿Qué
ventajas e inconvenientes? ¿Qué éxitos o fracasos nos proporcionarían?

Podemos aplicar todas las otras técnicas que ya hemos visto desde un nuevo
punto de vista: en vez de analizar qué ocurriría si tomamos una decisión,
podemos analizar qué ocurriría si NO la tomamos.
5) Experiencias previas
¿Es la primera vez que tomamos una decisión en el curso de nuestra vida?
Seguramente no. Todos tomamos a diario muchas decisiones, muchas de ellas
sin darnos cuenta. ¿Por qué no sentarnos un rato a analizar qué otras decisiones
parecidas hemos tomado en el pasado? Es probable que alguna vez
anteriormente nos hayamos visto en una situación similar, o en una situación
diferente con condicionantes similares. ¿Qué decisión tomamos en su día? ¿Por
qué? ¿Qué resultados tuvimos? También pueden servirnos, salvando las
distancias, las experiencias ajenas. ¿Conocemos a alguien que haya atravesado
una situación parecida? ¿Cómo la afrontó? ¿Cómo la resolvió? ¿Qué resultados
obtuvo?

(¡Ojo! Es muy importante que analicemos NUESTRA percepción de su decisión,


no la que ellos nos cuenten; las personas tendemos a tergiversar, exagerar,
excusarnos cuando hablamos de nuestras situaciones personales, por lo que su
percepción seguramente no será objetiva)
Evidentemente un caso no tiene por qué ser igual a otro, nuestra decisión debe
ser única e irrepetible, pero el análisis de otros casos nos dará mucha
información a tener en cuenta a la hora de tomar la decisión.

6) Modelos a seguir
Una de las técnicas para la toma de decisiones más útiles para afrontar una
decisión es tratar de imaginar como la afrontaría alguien a quien admiramos.
¿Tienes algún ídolo, alguien a quien admires? Muchas personas admiran a
personajes que han destacado por sus logros y sus hechos en el curso de la
historia. ¿Como afrontaría Julio César esta situación? ¿Y Simón Bolívar? ¿Y
Thomas Jefferson o Winston Churchill? Si eres creyente... ¿Qué mejor modelo
que Jesús?
Quizás admires a un personaje de ficción , es igualmente válido suponer como
actuaría él ¿Qué solución tomaría en este caso Indiana Jones, el Maestro Yoda,
Tintín, o Harry Potter? ¿Como reaccionaría Tony Soprano, el Dr. House o
Annibal Smith?
También puedes fijarte en las decisiones que harían personas reales , de carne
y hueso, cercanas a ti: ¿qué haría tu padre en tu lugar? ¿qué te aconsejaría
aquel profesor de la escuela superior que tanto aconsejaba? ¿Ese amigo
emprendedor al que tanto admiras? Fíjate en las personas de tu entorno,
emprendedores, triunfadores... ¿qué harían ellos ante esta situación?

7) Pedir consejo
A veces las personas somo reticentes a dejarnos aconsejar por los demás, nos
parece humillante o subordinado el que alguien nos diga lo que tenemos que
hacer. Y sin embargo esto es un enorme error. Nada hay más enriquecedor que
escuchar opiniones diversas, puntos de vista opuestos, perspectivas diferentes.
Cuantas más opiniones escuchemos, más completa será nuestra formación
respecto a un tema, y por ende más fácil nos resultará dar curso a la toma de
una decisión.
Debemos despojarnos de nuestros prejuicios y no tener miedo en consultar,
pregunta, escuchar, leer. Diversificar nuestra mente y completar nuestra
información. No creamos que lo sabemos todo, aunque pensemos que ya
sabemos todo lo que hay que saber nunca está de más seguir escuchando
opiniones y consejos.
Incluso, en muchos casos, podemos consultar a un profesional para que nos
oriente, podemos buscar un psicólogo online, un coach o un orientador que nos
puede encaminar hacia la decisión correcta, ayudarnos y entrenarnos, o que
pueda administrarnos un curso para la toma de decisiones.

8) El poder de la Intuición
El proceso de toma de decisiones es un proceso principalmente racional. Todas
las técnicas que hemos visto se basan en el análisis, en los argumentos, el los
razonamientos. La razón es la que decide.
Y sin embargo, en toda decisión siempre hay un factor subjetivo sicológico, que
se escapa a toda razón lógica. Hay una preferencia personal, una intuición, hay
una opción que, sin saber por qué, nos resulta más atractiva que el resto. Muchas
personas lo llaman "una corazonada" porque sale de lo más profundo de nuestro
interior. Mira en tu interior, dentro de ti, hacia donde crees que debes seguir. Qué
te pide tu cuerpo, cual crees que es tu camino. A veces, aunque no tengamos
argumentos para tomar una decisión, en realidad sabemos lo que tenemos que
hacer. Hay una fuerza superior que nos empuja a ello, con seguridad. Sigámosla.

¡Ojo! Al no ser un proceso racional, debemos tener siempre cuidado a la hora de


dejarnos guiar por él. Si todos los argumentos racionales apuntan en una
dirección, sería un riesgo poco razonable elegir en otro sentido por una
corazonada (de hecho, muchos cursos no incluyen esta idea en sus programas).
Eso queda para las películas, en el curso de la vida real lo más probable es que
te equivoques siguiendo una corazonada contra toda lógica. Pero, por el
contrario, cuando los argumentos racionales (las técnicas anteriores) no sean
capaces de discernir claramente cuál es la mejor opción, cuando la lógica no es
capaz de discernir que es lo mejor... ¿por qué no seguir nuestro propio instinto?

9) Madurar las decisiones


Una vez hayamos tomado una decisión, no es necesario lanzarse
apresuradamente a la ejecución. Ya hemos decidido, ahora descansemos,
pensemos en otra cosa, vayamos haciendo los preparativos, y dejemos pasar el
curso del tiempo. Lo normal es que con el paso del tiempo nos reafirmemos en
nuestra decisión, pero a veces nos daremos cuenta, al ir haciendo los
preparativos, de otros factores que no habíamos tenido en cuenta, por lo que
podríamos reconsiderar nuestra decisión.
Una decisión madurada con el tiempo y afianzada en nuestro entendimiento,
será mucho más fuerte y sólida una vez la pongamos en práctica.

10) Ser coherente con las decisiones tomadas


Tras el proceso de maduración, una vez que hemos puesto en práctica la
decisión tomada, debemos ser firmes en la misma. En el curso de la vida
debemos actuar con seguridad, con solidez, y confiando en nuestras decisiones.
Ya habíamos analizado las consecuencias de nuestra decisión, ahora nada nos
va a coger de sorpresa, así que asumamos todas las consecuencias con
valentía.

Esto no significa que, si aparecen imprevistos o nos damos cuenta de que


claramente nos hemos equivocado, no podamos reconsiderar nuestra decisión.
Siempre podremos corregir nuestros errores estratégicos. Pero no es bueno ir
dando bandazos por la vida y cambiando de opinión cada poco tiempo, debemos
tener una postura sólida y robusta, fiel a nuestros ideales, y coherente con
nuestras decisiones. Defiende tus decisiones a capa y espada, y cámbialas sólo
cuando sea evidente que te has equivocado.
En resumen: aplicando todas estas técnicas seremos capaces de acercarnos
mucho a la mejor solución ante un problema, y ser capaces de tomar la decisión
con más probabilidades de acertar en la misma. No hay soluciones mágicas, no
podemos garantizar al 100% una solución frente a otra, pero sí podemos aclarar
bastante cual es nuestra opción preferida. Apliquemos todas las técnicas aquí
descritas en el curso de tomar una decisión importante en nuestra vida, y
reduciremos la probabilidad de equivocarnos en nuestra decisión.
Comentario
Las decisiones personales son muy importantes para guiar el rumbo de nuestra
historia, pero las decisiones mas importantes son las más difíciles porque implica
a mas personas y si se toma una decisión equivocada todos pagaran, por lo
tanto, es necesario considerar cualquier opción y aplicar las técnicas de decisión
para escoger la mas factible.
Conclusiones
Las decisiones las tenemos que tomar con sabiduría, no a la ligera sino
tenemos que tomar el tiempo suficiente para considerar la mejor opción.
Tenemos que escuchar consejos para ver diferentes perspectivas del
problema.
Tenemos que tomar como referencia experiencias anteriores que se parezcan
a la situación actual, o tomar experiencias ajenas, pero desde nuestro punto de
vista porque las personas puede que lo cuenten a su manera y no como
realmente es.
Bibliografía

http://www.personalysocial.com/2011/09/10-tecnicas-para-la-toma-de-
decisiones.html#.WpXhXuhubIU

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