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JORGE WAGENSBERG
En ocasiones, los científicos se convierten en
pensadores para explicar esa forma de cono-
cimiento que es la ciencia: cómo es, haciá
dónde va, qué quiere investigar exactamente I DEAS
y qué relación guarda con otras disciplinas y
árnbiros, como, por ejemplo, el arte y la lite- SOBRE LA COMPLEJIDAD

tB
ratura. En los últimos tiempos, el pensamien-
ro científico se ha centrado, entre ocros ternas,
DEL MUNDO
en la idea de la complejidad, fundamenral
para entender ese fenómeno raro· llamado V ......._..._.._,..._..._,.._IIL

~ ~00~
vida y ese otro fenómeno, aún más raro, lla-
mado mente. En esta apasionante obra, Jorge
Wagensberg, conocido por su labor científi- .V' _,._................ ~.JILI

ca y divulgadora, saca a la luz cuestiones que 0()00/..:.001:. 0.. ~...............~.JILI


8 ~ .................__..._.
atraen a todos, como el azar o las ideolo- o ~.....,.__..._..__JIIJJ
u ..................................__
gías, y despliega una vez más su ta~ento expo-
sitivo para, a partir de lo más comP!ejo, ofre-
~ ww
cer h'tcidas revelaciones sobre el mundo en
que VIVImOS.

PVP 6,95 €
ISBN 84-8310-859-3

FABULA
TUSQ.s~
9 788483 108598

L
In dice

P. 9 Ori(mtación
..
·
11 ffi ¿sabemos siquiera lo que deseamos saber?
futroducción al conocimiento de la complejidad
21 2. La esencia del cambio
Adaptación y autoorganización: un nuevo concepto de
historia para la complejidad
51 3. El azar de la ignorancia y el azar absoluto
Sobre la aprehensión del caos

l." edición en colección Mc:carc:mas: mano 1985 71 4. El indeterminismo es la actitud científica com-
4.• edición en colección Mc:ratemas: diciembre 1998 patible con el progreso del conocimiento del mundo
t.• edición en Fábula: febrero 200.~ ,. , , ... .. O el determinjsmo es la actitud compatible con la des-
l. : ........ .

cripción del mundo


©Jorge: Wagc:nsbcrg. 1985 /' " ·· ~- ~ .......,, ~ ;·:·.
.... ,.• .. '·' ·.·..... 89 @ La simulación de la complejidad
Discfio de: la colc:cción: Pie¡l~gi,Cc:._rr~, \ · ¡:.: Ver, mirar, observar, experimentar y simular
f\ " ' ····- ., ~,.· t 'f ) U{('• ;"'' (~
. {1( 1;\ CUl')\C:rta.. dt"t'>u
\\ustr.\Citll) .,;,.11 fractal
.
autocuadradó
... ,1 ,
105 6. ·El arte es una forma de conocer la complejidad
' - .: ít . O el principio de comunicabilidad de complejidades inin-
Reservados todos los deredl.cis ~c:. :esra c:di~i~!' p~ra· teligibles
• ean· • ,. · 8 · 08023 Barcelona
Tusqucts Editores, S.A. - Cesare .. tu, . :
www.tusquers-c:ditorc:s.es
141 7. Sobre utopías e ideologías
O la esencia del cambio en el hombre
ISBN: 84-8310-859-3
161 Postscriptum. Las tres formas fundamentales del
Depósito legal: B. 638-2003
conocimiento
. , GRAFOS S.A Ane sobre papel
Impresión y encuadernac10n: • ·
o 36 Zona Franca - 08040 Barcelona 165 Bibliografia
Sc:ctor e , ea11e D , n. ,
Impreso en Esparía
Capítulo l
¿Sabemos siquiera lo que deseamos saber?
(Introducción al conocimiento de la complejidad)

.; ! . !
' ' !
En más de tres siglos de ciencia todo ha cambiado ex- .
cepto tal vez una cosa: el amor por lo simple. Desde que .
Galileo, Descartes y Newton inventaran la física, simples ·
han sido los objetos descritos por la ci.encia, muy simples .
las leyes para describir y simplísimas sus expresiones ma-
temáticas. De tal simplicidad se deduce buena parte de su ·
prestigio: rigor, universalidad, incluso belleza. El mérito de
las ciencias de la. naturaleza consistía precisamente en cap-
tar la esencia simple e inmutable, pero emboscada tras apa-
riencias superfluas y cambiantes. Se ha querido ver en la·
complejidad un obstáculo interpuesto por la naturaleza
para proteger el secreto de sus leyes, un obstáculo con.la
sola misión de sugerir diferencias entre sistemas igyales,.·v.
varios fenómenos donde sólo hay uno, o ciertos forzados .
modelos allí donde reina una única ley natural. Se non .e.· ·
vero e ben trovato, reza la sentencia positivista. Esta hipó- . .··
tesis de trabajo ha tenido la virtud de proporcionar buena :·
parte del saber acumulado hasta hoy (mucho sin duda), · .~:
pero el inconveniente de cultivar cíerto monoteísmo cien"' ·. :
tífico llamado mecanicismo. Planeaba ya Descartes en su ·
Discurso del método: «Empecemos con los sistemas más :Sim.~
pies y de más fácil discernimiento para ascender después gra-
dualmente a la comprensión de los más complejos». Se trata,
sí, de un reconocimiento de lo complejo, pero eón tenden-
cia a sugeri; que las leyes de . tq_~~-n~plej~_.se_ob_tiene_~~~-

11
binando hábilmente las de lo simple. Y recomienda Whi-
tehead: «La ciencia d~be buscar las explicaciones más simples- organización biológica y bioquímica, carecemos de una teo;-:~i
de los fenómenos más complejoÚ>.. Pero sobre todo el gran ría para el creciJ;niento, la diferenciación, la regulación, ya~
Occam, cuyo eco sonaría hoy más o menos así: «Si dos fór- sea de up. ser vtvo, de una sociedad o, incluso de ciertosJ~
{mulas de distinta longitud explican un mismo fenómeno con ingenios ~hu'man.os. Las leyes de la física y de la química;·;
igual mérito, la más corta es verdadera, falsa la otra. » No son aunq~e. ~ompatlbles con tales procesos, son incapaces de'
malas propuestas para una aproximación al conocimiento descnbtrlos. Ca~emo.s. d~¿.ma teQ!ía de la O.ffiª'11jZ.-ª_ción:
de la complejidad. Pero hay algo insostenible en la visión HeMJuí el primer proJJ.lema. ¿Sabemos siquiera lo que de-
que de ella tiene la cie~cia de los úl~imos años.: . 1~ defe- seamos s.~ber? Retroc~d~mos un poco. ¿Cómo empieza la·
nestración de lo compleJo por excepciOnal y artiftctal. En elaboracwn del conocimiento? Una respuesta viene de la
efecto, el paradigma clásico (dentro incluso de la física) no mano de, una pregunta, una pregunta de la mano de una
sólo ha ccunbiado, siiJ..Q que se hajn_vertj_9o. Lo natural- inquietud, y una inquietud de la mano de un estímulo que
.f11ente natural era antes lo determinista y lo reversible; lo nos llega d~l exterior vía sensorium. .
lprtificialmente excepcional era lo aleatorio e irreversible.
Hoy se ;1cepta la idea exactamente opuesta. De es~e modo 1
1
El elymento central es la inquietuq que turba nuestro '
espíritu. Es una complejidad que nos inquieta por deseo- '
se.ha creado un prometedor desconcierto en ciencia que no
es (ése no) necesario transmitir a otras formas de conoci-
miento.
i nacida, precisamente. En ese momento no sabemos lo que
nos gustaría saber; sólo hay una cosa clara: la complejidad
debe ser-tratada, y lo único que controlamos es la in ten~ .
Resulta hoy que las llamadas partículas elementales me- siclad de ·la inq.u ietud que sentimos. Si durante la elabora-
recen llamarse de cualquier manera menos de ésta, que la 1 ción del conocimiento ésta remite, serú un indicio (uno)dc{'¡
cosmología moderna nos muestra una historia del universo la bondad del camino elegido. Pero caminos hay muchos / .
en la privilegiada dirección de la complejidad creciente y la ciencia, la filo~ofía,. el .a~te. Cada camino, cada oficiop .:
·que las complejidades de la física, la química, la biología, 1 parte de sus propios pnnc1p10s fundamentales. Atendamos
la s?7iología, el art~ o la c~ltura, p~~~~~entes 1 en primer lugar a la ciencia. . .
d Ivos de aleatonedad e ureverstbll.ioad. No puede com- Un objeto y la sospecha de una descripción no trivial'- .
pren e e a complejidad con una ciencia en la que tales he aquí el móvil que puede poner en marcha la tarea cien~ .
componentes han sido excluidas previamente. Molestos tífica. Se empieza por la elección del objeto y se term'Ú1a. ·
conceptos, antaño omitidos por indeseables, deben ser re- cuando tal elección ha alcanzado cierta plenitud. Porque ·:

~
habilitados e introducidos. · Tal ha ocurrido ya con ideas no se puede elegir un objeto sin definirlo y no hay buen·a :
como las de azar, probabilidad, fricción, disipación, no definiciói1 que _n~ inc~uya el mínimo número de propieda~ .:._·
equilibrio, no reversible, fluctuaciones ... , y tal .d,eberá oc~­ des capaz de distmgUirlo de todos aqu ellos otros ·a exduir ·-'
,rrir aún con conceptos como estructura, funcwn, orgam- de nues.tro estu?io. Entre. una cosa y otra, entre el principio;
zación, adaptación. Dicho de. otro modo: la ciencia puede de elegir y el fm d.e elegir plenamente, media el esfuerzo(,
explicar ya complidados fenómenos irreversibles de reac- de observar, expenmentar, modelar, teorizar, generailzar. :
ción-difusión en bioquímica (ha elaborado leyes que des- Todo hacer científico torna a la línea de salida, es redondo
criben su evolución en el espacio y en el tiempo) , pero, y las últimas frases de un en.§_ayo científico suelen versar so~
a pesar de la gran cantidad de datos acumulados sobre la bre las.Q!.il11~ Cuando el círcufoii.os s'áfe vicioso significa
que el ejercicio ha fracasado; si virtuost?, entonces que h ~l ·
12
triunfado. Y el círculo .es vicioso cuando el punto de llegada sistema en no equilibrio puede descomponerse en un nú-
coincide exactamente con el de partida, cuando la defini- mero de partes suficientemente grande (luego lo bastante
ción ensayada no logra enriquecerse en ningún sentido. Se pequ~ñas), para que cada una de ellas pueda considerarse,
trata entonces de un movimiento circular perfecto y por mdtvtdualmente, como un sistema en equiliqrio. Se trata
ello condenado a la eterna y boba rotación trivial. ~-- de entend~~ el. no equilibrio corno una profusión de dife-
,culo virtuoso, en cambio, no se cierra. El punto de llegada rentes eqmhb:10s, la ~e~erogeneidad como una 'población ·
eSei principio de otro círculo tigeí1irñe~te desplaza?o. ~e
lforma una espiral, hay precesión, hay vtr~ud. Hay ci:ncta.
La termodinámica clásica es un buen eJemplo de circulo
?e homogenei_dades dtstmtas, el nuevo y desconocido ob-:"·
J~t? como la mtegración de viejos objetos conocidos. El
VIeJ~ plan de Descartes se ha cumplido , la ciencia puede.
virtuoso. El objeto inicial a (medio) definir es el sfstema. ~n contmuar. ·· .
equilibrio. Inmediatamente después se declara la mtenc10n La bi0logía declara elegir los sistemas vivos corno S~ .
de considerar sólo procesos lo bastante lentos como para obje~~ de est~dio. Casi_ ~a?,a. Per~ ~ay indulgencia para
que todo esta?o de toda _evolució~ haya d_ispuesto del admitir una pnmera defmJcion y suficiente virtud en el tre-
tiempo necesano para envejecer hacia un particular estad? c?o ::corrido para e_sperar el día de la completa caractc-' ·
de equilibrio. Se trata de un fundamento repleto de no t~t­ n_zacwn de la matena viva. El capítulo segundo está de-
vialidades y de intuiciones experimentales que no tardar~n dicaqo a la aportación más importante surgida en los últi-=
en asomar como principios fundamentales de la matena. mos años para el conocimiento de la complejidad. Se trata~
Sobre ella se lev~nta la g~an arqui~~erm~di­ fundamentalmente, de la t(dmodinámica de los procesos
námica que culmma, prects_amente, c~n una potente ~~~­ ir e er . la teoría ma~ídelaCOrñüñicaci6n.
riima60ifOerptrrmJ de partida, .:es dectr, con. ~1 _estableci- De ella espero extraer i eas de cierto Yéllor para ofr~las ·
miento de un conjunto de proptedades y condtctones que a ot~·as fo~ma~ ?e cono~irniento. Otros proyectos científicos
determinan el estado de equilibrio de un sistema. Só~~ e~­ de mvestigacwn empiezan con complejidades como la ·
tonces podemos distinguir con rigor un estado de eqmhbn? mente. el mercado. la nación. la civilización o la belleza.
de otro que no lo es y medir su estabil_i?a~. La ter~Od_I­ La evolución de la vida y de la mente es un caso de la ae-
námica clásica es pues la ciencia del eqmhbno. una ctencta nera_l cuestión: sobre la interacción de las partes para la (~r- 1
de estaJ\."lS finales. de estados homog.éneos que sólo sufren maczón de Lm todo. En ciencia y filosofía sólo se pueden. en-
cambios reYersibles 'l donde nunca aparec-e explícitamente contrar una o dos .~uestiones de este calibre. El pensador
el factor tiempo. Por ello. se ha dicho. debería llamarse ' frente a la compleJidad es el pensador frente a la elección
te~m~a. Pero _u_na _breve ojeada a_l mundo b~l~ta para . dc.las partes ~ s~s todos. Hoy hemos acumulado ya el su- .
coñstatar que el equthbno no e~ regla, smo exc~pcron Y. q_u_c fictcnte conocimte.!_ltO como para saber que el PE!P de Des- .
todo proceso natural exhibe cierto grado d~~- trre.v.~rsi~h­ ca~~s for~sarnente viable. Nadie espera desvelar los
dad. El mundo que percibimos pareéeéfüedar ento~ccs s~cretos (~el estado de angustia o del sentido del humor par-
fuera de la termoestática. Es cuando, en un segundo nzo, tiendo <m!mosamente del concepto de átomo de hidrógeno,
la termoestática se convierte en Jo que sí merece llamarse pero · nadie renuncia a que la ciencia se ocupe del orden ·
termodinámica: la term9dinámica del no eq0!ibrio.y~s ' universal de los sistemas y de los fenómenos, de ese juego ·
procesos irreversible_s. ~1al requtere el ,g~numo de jerarquías cuyo escenario va desde las partículas ele-
co~epto de eqmli5no conqmstado por la termostat1ca: un mentales hasta el propio universo. Atacar este amplio es-

14 15·
para intro~ucir la inquietud como elemento motor del co-
pectro por algún flanco.supone' elegir algo má~ que una pa- . nocimiento, como su estímulo. Pero no todas las comple-
labra. La definición inicial ~1 saque- . cont1ene, a pesar jidades han tenido la misma suerte con respecto al cono-
de su provisionalidad, la esencia del círculo que genera. cimiento ni sugieren las mismas formas de aprox imación. ·
Contiene en realidad, el genio científico .del pensador. Por Me:rece la _pe:na adelantar aquí algunas consideraciones. so-
ello no e~ del todo cierto que la ciencja ·descubra leyes de bre el conocimiento y sobre sus estímulos.
la naturaleza, más bien las propone por -~i la naturaleza se El centro del mundo está, definámoslo así, allí donde .:
digna a obedecerlas. Toda búsqueda está' condicionada por el mimdo es pensado. Y el ansia por conocer el mundo está !
lo que se espera encontrar. Se intenta encajar la naturaleza en e~ miedo por desconocerlo. Está, admitámoslo, en com- ·
en un esquema preconcebido, es yerdad, pe~o en la pre- prender qué papel mundial desempeña el centro del :
concepción está el mérito porq~~ falta, ademas, que la na- mundo. Un centro por conciencia, y acaso un cogito ergo ·
turaleza se deje. Y ello es tan vahdo para las leyes d~ Ne\Y- sum, para que cada una despegue o aterr.ice del intento de.·.
ton como para el materialismo histórico. En la ele~ct~n del explicarse a sí misma. La conciencia huma·na (pues nada
ol1jet~. est.?.r.lJ.os orígenes subjetivos ~e tod~conoctmte.n.~o. sabemos de otras conciencias animales, vegetales o mine- .
Pero" el subjetivismo no es aibitrano, no vare--cuarqmer raJes) emprende la conquista del conocimiento como res.: ·
elección. · En el capítulo cuarto y sexto tratar~m?s de las puesta a ciertos estímulos, estímulos que pueden ser duros ··
actitudes y principios fundamentales del conoctmt~nto .. o blandos~ Un estímulo blando es el que proviene de oti-a
Profundizar en las implicaciones de la termodmám1ca conciencia (los que yo pueda transmitir aquí, por ejemplo);
moderna (capítulo segundo) caldeará la atmósfera para in- es una conversación, es un cuadro, es un libro. El estímulo
tentar otras aproximaciones, y ya hemos dicho que la _teoría duro es el que proviene de la propia conciencia; 'e,s la agi-
de la información· (o de la comunicación) será la mas no- tación del alma, un asalto. Es la súbita perplejidad ante lo-.
toria. Cumplidos estos primeros círculos virtuosos, e~ lect.or hasta entonces natural y cotidiano. El primer espejo debió
acaso perciba que se han calmado al~_unas .de sus mqme- ser decisivo ~n este sentido. En el mundo virtual del espejo
tudes iniciales, pero acaso not.e tal!'b1en el tmpacto de un vemos, sí,, una mañana cualquiera, la imagen de -nuestro .
aluvión atropellado de nuevas mq':uetu?es. Se~a una buen.a propio rostro como algo extrañísimo y altamente impro-
señal. Entraremos así en la zona mult1frontenza con la fi- bable. Es una mañana en la que salimos del cuarto de baño
losofía, el arte y la conducta humana. El concepto puente atónitos y cop un ligero retraso.
para deslizaroos .de unas complejidades a otras s~rá el con- Estímulos duros y' blandos empujan la creación cientí-
cepto de azar. Y, en su honor, el capítulo tres. En e.ste fica, filosófiCa o artística. Y la aventura del conocimiento
punto de la reflexión nos permitiremos un alto en el cammo continúa según devenga la inquietud inicial. Pues, si no la
para hacer una crítica al método ci~nt~fico .Y como pr?d~c~o enterramos apresuradamente, esta inquietud caliginosa y
de la misma nos atreveremos a anadtr un nuevo pnnc1p10 zumbona se debatirá por ceñirse en una pregunta o en una
fundamental relacionado con el progreso del conocimiento i~agen finita. Es ésta la fase fundamental; proceso turba-
(capítulo cuatro). Y así,. de círcu!o en círculo, trazando ~sa d~a el espíritu y doloroso Qara las_~!_scer-ª~· .Es cuando .
espiral que espero sea virtuosa, Iremos avanzando: Las m- el pintor pinta o cuando el pensador piensa. Es cuando al
quietudes iniciales irán remitiendo a costa de encaJar otras contemplar un cuadro, al escuchar música o al terminar un .•
mayores. . ·. . . .. libro, concluimos en que algo había realmente que ver, oír
Hemos utilizado una Idea pnmana. de la compleJidad

16
j 17 .
0 leer. Es cuando los·impulsos blandos derivados de ~tras Y así, por diferentes pistas, en diversidad de formas y
conciencias se endurecen en la nüestra; crear y comumcar. a través de· distintas conciencias, el conocimiento se abre
Todo lo que tiene que o·c urrir ocurre durante este proce~o, paso hacia: la. complejidad del mundo. El progr~so ~e . la
pues, una vez se ha logrado formular la pregunta, la m- elaboración de imágenes por parte de una conciencia, el
quietud ya remite en su zumbido turba~;or y el ahr~a se se- t
progreso del :fQ!!_~_E!!!!iento, se _91j_de_.mu.c.h.o___ro_t::jQr por Ja.
rena. La respuesta puede ser luego obvra, necesanamente historia de las preguntas que_por la_ci~Ja.s_.r..esJ2_uestas. Pues,
provisional o del todo .in~xist~nte, pero esto ya no es tan éñli1TIIño-terriiino;-üñ-cerebro que piensa, piensa solo, solo
. J grave. Crear es. traducir ~nq~t~tudes, en pr_oblemas y con- en el centro del mundo. Y aunque el pensamiento no em-
1 templar es asistir a tal eJerciciO. Ast es com? la c~mtem­ pieza en la pregunta, sí termina en la respuesta. Por ello
plación induce creación y cómo la contemplación misma se desconfía más de la segunda. y porque responder es un
erige en creación. Grande puede ser ento!lces. el gozo. Por proceso de adaptación y preguntar un acto de r~b_e)JOn. POr ·
ello nos es posible penetrar en otra conciencia que se e~­ las preguntas y por el método elegido para buscar las res-
presó hace siglos en otra cultura, al tiempo que nos senti- puestas se reconocen las distintas formas de conocimiento.
mos a siglos de distancia d~ algún vecino cultural. . Por ejemplo: la ciencia y la filosofía tal y como hoy las co-
Todo buen conocimiento se levanta pues so?r.e un SIS- nocemos .
. tema de preguntas en las qüe ~e rec~nocen vestigios de su La cienbia utiliza un método que soporta pocas varia- ·
origen duro y las huellas de Cierto~ Im~actos. b~a.ndos. Lo dones. Responder a la pregunta ¿qué es la filosofía? obliga
primero es posible P?rque e.n. toda mq':uetud Im_~Ial late la a filosofar. Este es quizás el primer ejercicio de todo filó-
extrañeza de la propia condtctón, lo cual, a su vez, res~lta sofo. El primer ejercicio de un científico es asim ilar el mé-
inseparable de otro concepto: lo vivo. La pr~gunta ¿que es todo que hereda. Y el segundo ejercicio de ':In c~entífico es.
la vida? no es propiamente una pr~gun!-a~ smo una _forma concluir en que la respuesta a ¿qué es la ciencia? corres-
l tosca y primera de referirnos a tal mqme~ud. Llam:m~sla ponde, eD todo caso, . al segundo ejercicio de un filó~ofo.
«la cuestión vital», dado que las dos acepcwnes ?.el termmo El¡científico se debe en primer o último término a la con- _-
convergen felizmente en este caso. Las compJeJ.Idades q~e suita de la naturaleza (que considera por principio objetiva .
más lejos han llegado en las formas de con.?cii!l!ent.o estan e inteligible) y, para describirla, busca verdades que fun-.· ·
de .una forma u otra relacionadas con la cuestwn vttal. Lo donen (es más positivista que realista). El filósofo consulta ..~:·
segundo es.obvio cuando las influ~ncias son confesa~as ex- sobre todo a su propio interior en donde se debate por ha- ;
plícitamente, y, cuand~ no, ¡ah.! , - e~ton.ces es el d~leite del llar verdades· verdaderas (es más realista que positivista). :~:
observador de la histona. La h!stona del pensamie_nto Yla Eri ciencia no todas las preguntas tienen_sentido. Cualquier :· .
histo_r_ill_Q_el arte constitl!Y;en !![l1_I)._J!l_~ns9 ~!bQ~, cuya fron- pregunta es lícita, en pnnc1pio, pa~a _un .filósofo que sufre .··.
dosidad crece en el sentido del avance del tiempo. Pero cuando una inquietud de su alma m siqUiera es formulaple
sólo algunas de las ramas ha~ pas.ado siempre por nudos . como tal. Los científicos colaboran fácilmente entre sí apo-
en los que ha vibrado la cuestión ~1tal. Cuando tal ;~sa no yándose en-las limitaciones de los sistemas formales que de ·
ocurre no hay nuevos brotes o, SI los hay, son estenles. o, antemano ácuerdan. Filosofar es una actividad íntima e in-.
si no lo son, son horizontales, en cuyo _caso, y nunca meJOr dividua! que tiene mucho de expresión personal , p~r~ que .·
dicho, la cosa se va por las rama~ h_asta secarse, no muy está a pesar de todo, mucho más cerca del conoctmtento .· ·
lejos, definitivamente. · científico que-de la manifestación artística. Cicntíricos y fi-

-18 19 .
. .
Capítulo 2 ,
·Iósofos se tienen,· por todo ello, ·_un~ m~z~la de m~tua ad- La esencia del cambio
miración y desconfianza. En-tierra 'de n~die, o en tierra de
(Adaptación' y autoorganización: un nuevo concepto de
. ambos habitan unos conceptos que reciben luz ora de un
lado, ~ra del otro. Son conceptos .fundamentales que, historia para' la complejidad)
cuando de repente asoman por un lad<? ?e la frontera, pro-
vocan en el otro lado, la duda o la cnsts. El azar, l<!S.Olll:.
plejid~d la esenci b" er~n aquf: térm~nos de esta
ciase. a investigación en los límites comp~rtldqs por la
ciencia y la filosofía es apasion~nte por · a~nesgada, y e~ ·,,:
este dominio, en severa y delicada tensión, ~l conoci-
miento, en alguna de sus formas, avanza, ¿RI.e,sgo? Ul)
riesgo que aumenta precisamente cuando la tenswn p1erde
severidad y delicadeza, cuando aventuras que parten de un Jnicjación al concepto de azar
lado de la frontera se alejan desenfadadatnente por ~l otro.
Es el riesgo de llegar a qmcl~siones ingenu~s ? mcluso La bola salta, caprichosa, en la ruleta. Los dados c<;>m-
.fraudulentas. Me refiero, por eJemplo y en el hmtte, a una piten sobre el tapete. El bombo revuelve sus entrañas de
tentación para muchos. irresisti.ble:_ ~.a prom.oci_ó": o demo- números. Los naipes juegan a despistarse en la baraja. Es
lición·científica de un sistema filosofico·o, simetnc.ame~te, la excitación que precede a una curiosa afición del hombre: ·
la ]ústificación o negación ~ilosófica ~e cie.r:a doctnna cte~­ la· consulta del azar. O bien, ¿se puede decir así?, la con-
tífica. Digamos que lo valioso, es la versw~ se~era y deli- sulta de su deliberada incapacidad de predicción. El juga- ·
cada, es la crítica mutua y constante. La ciencia s~ele ~e­ dor mitifica el azar, su suerte, su estrella. A él se entrega,
forzar su positivismo frente a los embates de la filosofia. ilusionado; a él le habla, mimoso; con él se irrita, deses- .
Así protegió Einstein a su recién nacida teoría de la rela- perado. Todo esto hace el jugador con su premeditada ig-
tividad frente a los ataques realistas de la época y así se norancia. El azar en el juego está organizado y acotado por
·defendió poco después la mecánica cuántica d~ los comen- ciertos acuerdos iniciales. Por eso puede ser desenfadada.: ·
tarios filosóficos de Einstein. La filosofía también sabe elu- mente divertido. Pero el aspecto festivo del azar termina
dir o aprovechar los apuros causados por la osadía cientí- con todos agu~Ilos sistemas y fenómenos que, afortuna-·
fica, pero no hay que olvidar a un tercer actor que aparece damente o no; escapan a nuestro control. Es entonces
en escena. Se trata de aquel ciudadano que no culttva, de cuando sobreviene la duda, la confusión, la maravilla o .el .r1
oficio, conocimiento. Ya he anunciado que en la. segunda miedo. La ciencia es uno de los caminos por donde huir de i
parte del libro entraremos en. est~ zona resbaladiza, pues tales desasosiegos. He aquí un buen ideal científico: el re-¡}
me dispongo a enfrentar la c~encia a ot!as. f?rmas d~ co- troceso del poder del azar en función del progreso del co-
nocimiento que están muy aleJadas de mi oftc1o. Me Siento nocimiento. La ciencia declara la guerra al azar. Los mo-
honesto en el discurso, pero, sobre todo, por es_ta adver- mentos difíciles de la ciencia son batallas críticas de esta
tencia. guerra. Son tnomentos en los que la ciencia se ve obligada
a hacer reformas (pulir y matizar ideas), o revoluciones .

21
20
..<b.:.~-.. ~~
- t..-.--~ <fl.&.- ~
~ .I'(~

Co\PITlJl 0 2

LAS COSAS

('.od.l p~ dep;.orn una nu"'-;o esperanza,


"h('<"ndod.o a Ia -.olucion de una nue-.-;o difi-
nohad . F.l exp..·thcntc jam;b se cierra.
Cvll'OI:. U ?.VI-STR.\USS

lo «antrop6gcno•

Cuando hnblo de cost1S, me c~toy l'l'firic·ndo a tudo lo que es
de fac tum huma na: a lo que algunos thmominan lo cmtrop6geno
(de anlropo-: hombre y -~I'll() : <'ngcndra •·). Es d~c ir a todos esos
e ntcs anific ia lcs q ue c l scr humano ha ido c r()a ndo pam con n-a-
rrestar SIIS ctu·cncin,. Ill ronn•p10 de l'Mfl e n contn•posici6u a) de
persona. 0 l:lnl bic:u , ~q~un , u,.l(t ;:timol<i!(ica, que rcficrecosa al
latin COIISfl: o rigcn dl' ••lgn. Eu cil.'rta m<'tlida, co,as casas han sido,
en cicrta m('dic.la, un f.K tor ctlll\fll de Ia propi:l homini7.aci6n.

Los t<'•mino' pmclucto, Of>amto o inclu~o ob,eto, que a me-


oudo se usan pat·a tldini1· co,a<, co.,a,, po'>een ya demasiada
carga connot:ub par.• dl'nominar {ll'ncril"affil'nte a uxlo ese ar-
senal de a11cfactu,, El knni no C<l.\<1\, en l"'tc contt'"tto. hade en-
rendcrse <'11 c-.a <IH'pt' ion tjlll' Ia' n>n.,dcra como • entidades •
mawrial<"' indh ic.lu.oJ,., •. Es..~' C"''" ;th;orc-.m a!>> todo el \<LSIO y
38 1..\SCOS.\S 39
mu} don:rso parqu~: Jc lo antrop6geno. toc.lo d ntuipamiento
artificial del I lombre: de lomas infimo a lo mn~ensu, dd objeto
saau a Ia hen. mknta, de Ia obra de arte unica nlproducto in-
duM rial masifi~ado. ExisteD entre todo~ clio~ muhipl<"'> \'arian-
tes de tamano, de peso, de comp)ejidad ' de: momento, pero
~ e<h<H """ · todlb elias, fruto de Ia J>OI••ncoalitbd cr.'!lti\'3 del
hombo ,. v ,.,Ia bones en que se apuntal.o '" pmJlio '"' ~omo hu-
mano. Sin rn•·nosprecio por otras dim~:n,oum·' rn:o-. abstractas
de s1 1 propiu IL'n1Lr.aci6n como ~cr pcn'lultt• y '''liM bit:, quieo·o
n·ntnu· c:-.tas L'Onsidcraciones en tonw ,, h" 1:11\ll., que inslru-
men!<ll()ll Ia faceta practica que todo 'btcma t:onllcva y que
tambum est•i prescnte en el procc-o de 1.1 burnm11.a~•6n, posibi-
htanJo, en t.-ada momcnto.la pcni\cn~oa de Ia ~:~pecic.

En <u~ !L-oria' e-.peculati\'aS sobre c-1 pr<x."--..o n-oluth-o que


• ha sq;uido Ia e-.pecie hurnana. lo., naturali't;b del siglo '\IX rela-
cionarun Ia dabor...: i<>n de las primer:~!> ~rr.ami.-ntas con d cJeo..
pumar d,• la ontdogt'ncia. Esa capacidad J>3m d.1borur ' u..ar uti-
les p;.m.-coa 1111 d;.uo int-qui\"OCO que indtc-ab.o d mumcnto a par1ir
del que:..._. pm-.IL· h.1blar de los bommido<o ,-nmu , ..., ,., ra~:oonales
Crentt• a Ju, anun.1lt" irr.acionales. Scgun J.Kqm·tt·• 11.1wkes •se-
rcs que hayan "do capaces de bacer hc:nami,•nl<l'- tk·hcn ser ca-
lificudos •·nmn lwmbr·es•. 11 Sabemos hoy que r1n l'~ unn prucba
~ufkit•ntL', qiiL' ~on nccesarias otr.b evidcnt·i,,.. ,),Ira tltctaminar
d nwmcntuL'Xil~tn en que se maml1e.ta Ia 'liJ'l'llmoJ.•J imelec-
11\a tic l.ll"'IX"'"' humana respecto a Ja., Jcm!•~ lll.ltlll"'-'· &!gUn
·~\iS MumlurJ, cia tecnica de l;b hcroamlc:nt:ls no e.. mis que
un lragmcnh> de Ia biotecnia del hombre tid total c:quipo ,;tal•.
fJ llombrc ha tcnido que aprcndcr o;ohre r mismo y ~'lJ cntc:xno
para logo.•r controlarse) controlarlo. • f'tr t'.!l~ proceso tk aut~
dc.scubrimit'Jito ' autotrans{omrat:torr, los ln·rromrcmas, t'TI su
snrtttlo r:•tricto. <in·uron mas brcrr como in<tntm,·nto.\ subsidia-
n'os, pun "" ro11w t'l principal agt>lltt opt•ratll'o tiel dt·~arrollo IIU-
mallo, c~ If II<' Ia I< cmca 111mco !>t Ita tli.wcrado. 111 ''" nul'stro
t!pocll, til' <'.It' todo cultural mds amplro, 1!11 ('/ qut• t'l 1/om/Jre Ira
/imcioruulo .1 II'IllPH' como un ser lmmouo.•" r,.-mp/<1 dt•lll ''""'"'idatl de hcrramh•rrltl\ """"'"'"' "'' <ilu
40
, 41

J>,·n• aun an·ptando esta m:i<> pnttkmc \,tlumcion de lo que v d ju<ogo int<·n'i'·o at que kK "<>tnc.>tio - at nigu un mayor ejer-
signific;u Ull Ju, primero.> utiJes creado<, JlUI cJ llornbte, Jo cierto ncio de las ncuronas--les hizo -.cr rnudw m;" cmprendedores
es qut" , ...;J, hen amientas halladas en Jo, d,·,c uhrimiL•ntos ar- que 'u' .c•ngeneres mantenidos ina<tiHr.
qutool~ico~ ..on d unico dato tangible que pu ...de informamos
l>Obre el ni\d d.: d~Uo cultural de una derenninada epoca
anterior ~• Ia hbtoria. Esos primitho" lltil,.., que fue creando eJ Crear para sobrernic
llombre, ln11o de un notable incremento de 'u intcle(tO. fucron
\ los que p.•r 11111ieron I" fonnaci6n de un h:\hital C'tx:dlko que Ia I .os p111ncros hombres ruvieron que dedii.':Jr gran parte de
L''tx•de IW~l''ltab;l para su propia supc"•inmna. El ~er humano su indpu:ntc capocidad intelect iva pm a ll'solwr lol> acuciantes
c•s incapa1. cll· sobn:vivir en una natumkra ;,(llvajc i ntact<~. Para prohl~·ma~ prfict icos que les acosaban. i\sl, l''" facu ltad de razo-
que 1111 1e11 itorio rl!l>ulte habitable, el ll omb1·c hade alterar Ia 11<11 que Ia espccie iba adquiriendo, 1.· si rvi11 par" '"' c.:OJ!l>ciente
fauna vIa nota primitivas. A su \CZ, el c.Ji,tWHll'l de un habitat de 'oth c;ucncias e ir creando los aditanwnll" p1cdso:. para n::e-
propio 1:\mrecio d desan-ollo del cociente intt-il'(;II\'O de Ia espe- quiltbrar '"tificialmeme lo que no It• ofn:c1.1 su propia natura-
cic Pnr un dL-clo (c:edback, se desarrollaron a'-1, a Ia par. -.u cere- ~~~ Ia .\ 1udl0 de lo que hicieran to, p1 im<'ms hominidos para
bro \ -.u ullllat<.'. -~uar.-cer-...: del entomo hostil fueron una-. simples e:<tensiones
pc:rf~-.:uonad~ de las reaccione. in,tinti\'as propia..\ de Ia com-
Come• lo .ld\ierte Tomas .\1aldonado, ""'"''/"' rcalt::nci6n del Jl<Hlcntl' .mtmal.
mwulo lwmmw e• in<eparable de llllt''"" alltnnc·t~lt:ad6n hu-
maua. b1 c·(,·<·to. haca nuestro ambient<', ). lwn-n11" t1 uo:.otros C~<•no' .lntmales tambi~n se au'{tllan cnn algunos clcmen-
mismo\, ("(111\litun:. (tlogenilicameme v tmto~;c·lu'tKtmu:we un 11" t''II.Korpot':.llcs. El fr.igil e inddcn'n l-;.lnJ•r <'IO llamado er-
prvn'.\0 Ill/leo{... ] <?1 medio lwmano vIa cmul1nm1 lwmana- mrtano 'icntc. de un modo innato, quc: 'II vida tll•pende de
~011 d II!Mdtmlo de 1111111ismo proceso dialt'ctit·o, dt'IIIIIIIIYmo pro- aquell;o l <11 acoJa vocia que habra de <'llWnll ;11, ~oin fOJita. dentro
ceso dc {in11wd611 y condicionamiento lllllluo.\ . ''1 Dcsdc el primet· de Ml fin·n dl! movilidad. Pero aun "poscycndo C~l! t:onocimiento
hombrc:, f11c •·~ I a in~tru mentac i6n pr:lctica in,ligada por el cong(lnito de lo que precisa para sobrcvivir, s,•,-a finalmen te el
in~tinto e iluminada va pot· una tenue llama ucaliva Ia que :u:u cl tttt<' dccidira si hade hallar, o no, c.''ol' 111dispcnsable habi-
penn tilt> 1,, 'ital ~upcn;,·encia de Ia cspt'\. ie, llllenll.l' .,.. desarro- t:it-uln fmanl'o. El Hombre. que prt:l:h:l l:unbien de multiples
llahan' .11inaban, paulath<Ullente, su<o f.tl·uha(flo, inlelt'Cth-as y prou·s,, 11:1ra supc•rar su fragilidad mot tologil'n. no c.:~ta sin em-
ak"t:ti\ ..... l~t ;u.Jqui,ici6n de estas nllt'\.1'- f.onthatk·' It' hicieron bargo a mern·d de esa elemental ca'ualidad , Esta c-.s.pacirado
conc:d>il, t:n justu r••tomo. unas po~ibk' nwjur," pat a '"'e inci- p:u.1 u·,·ar pcu " mismo, artificialnwnt<', ,.,,. ll<'n·~rio <'quipa-
picnte m'tntmental que utilizaba )o que a" htl' arnpli:indose y mit·nto \ ,c,-;j c'>la capacidad c:reador.r \ liO.::tadnra uno de los
pcrfecdonandosc. &.tos ejercicios de rcn.•,ion e imaginaci6n marL·adu, (.<ir.lcteres diferenciall!' que le d"tmgucn de las de-
que -.e plantc:aban. dt' un modo natural, en rotno a problemas mas espccie' 'uperiores. Otros animate,.,, ,-umo d c~tor. por
cotidianch, "mpte.. y concretos, ftu~mn un;o ,u,·r t<' d•• •gimnasia cjcmplu, c:o11an Mboles, constnt\Cn pres:" El paja.ro rccoge
mental .. qm· f<tVOI<'ci6 cl desarrollo d,• fan1hau<'' n.:Oexivas y hnl!l;l\ v hwrbas para hacer su nido. L,,., ahej<~s haccn hoy los
:.Crhitiva,. Los r•·c: rcnlcs experimentus dd prof.o,ur W. Gree- mbnw' h•·xugonos que ya hadan cuandu aun no .-xistian los
nouph con 1awncs Je laboratorio han tkmost r•H iu tJlll' cl U<1bajo rn;11111f.oros. 1'.-ro el hombre es cl unicc1 sc r vho tflll.' log.ra reba-
42 LA ;\VENTURA CREATIVA: LAS RAlcES DEL DlSEJ\!0 LASCOSAS 43

sar esta prirnera dimension y llega a crear todo uo mundo an-


trop6geno, artificial y cohercnle, en constante perfecciona-
rniento. Cazar, cubrirse con pieles, construirse madrigueras,
eran ya -segun los parametros ani males- una conquista sufi- (~
ciente que hubiera bastado a los primE<ros homfnidos para so-
brevivir y perpetuarse, al igual que los demas aoirnales. Pero, en
+c,
0
..
~

el humano, su ansia de saber y de dominar le lleva mas alia. ....


§ 10 -
'0

La Naturaleza va revelando su vasto, fascinante y coherente


conjunto de sistemas. Poco a poco varnos atisbando sus !eyes "'e~ 60 - - -- - -
~-!!llooJ..
rectoras. Desde las especulalivas teorfas de Darwin hasta el des- ~60 --------- - --------- -------
cubrimienlo del ADN, vamos enteodiendo c6mo, a lo largo de xn---------- ---------------
miles de millones de aiios, fueron aflorando formas de vida mas En a/gun memento de. Ia evoluci6n lwy un es/ab611 perdido.
y mas perfeccionadas. Comprendemos como se desan-olla la
proc1·eacj6n, sabemos cuales son los mecanismos de Ia muta-
ci6n. Hasta Jlegar al Hombre, 10do parcce encajar armooiosa y Uo factor extrafto se introdujo en el sistema biol6gico, un
comprensiblemente en esa 16gjca •biol6gica», pero c:que raz6n elemento heterogeneo, t1nico, produjo un rompimiento de )as !e-
fisiol6gica puede explicar que unos determinados ser·es escapa- yes naturales que, hasta esc momento. habian seguido una hila-
ran a ese somerimiento absoluto a una pauta establecida, se li- ci6n perfectamenre explicable. A pesar de que mucho sabemos
beraran y tomaran decisiones por sf mismos? c:Pueden unos ya, aun hemos de descubrir aquellas reglas que explicarian este
gramos mas de masa encefalica justificar esa enorme ruptura? paso. El es/.a.b6n perdido puede at1n hallarse, pero hoy, al seguir la
historia de ]a evoluci6n de Ia vida en !a 1ierra, resu.lra turbador
El Hombre, la especie humana, resulta ser uno de los enig- encontrar un tieropo en el que e.l recon'ido sistematico y pautado
mas con los que se enfreota la Ciencia. Los especialistas en ge- que segufamos y cornprendfamos deja un lapso, una zona nebu-
netica explican la aparici6n de Ia especie humana como un acci- losa, oscura, en Ia que el hilo conductor se pierde y cuando
deme gem!tico. Teilhard de Chard in escdbi6: •El Hombre, tal emerge nuevamente, cl ser que observabamos ha carnbiado -no
como Ia Ciencia logra hoy recorzstruirlo, es un animal como los tanto en apariencia: sus caracteristicas morfol6gicas son muy si-
demds -tan poco alejado por su anatomfa de los Antropoides- milares-. y, sin embargo, ya noes ese aut6mata alieoado, es-
que las clasiflcaciolleS nzodernas de Zoolog£a, retomando a Ia po- clavo de unas !eyes que no esta facultado para comprender, sino
sJci6n de Lim1e, lo incluyen con ellos en I.a. misma superfamilia de un ser li bre, consciente de su existir, que aprende del me<bo en
los Homfnidos. Cuando sin embargo, a juzgar por los resultados que vive y llega incluso a visionar en su mente lo que no existe.
biol6gicos de su aparici611, c:no es precisamente a/go muy dife-
reme?. 6 Desde entonces, y a pesar de los muchos y recientes des- Si consideramos como una normativa natural generalizada
cubrimientos de la citogenetica, la Ciencia no ba encontrado las reglas que Ia Naturaleza impone a rodas las especies para so-
aun un Iugar para el Hombre en su 1·epresentaci6n de] Universo. brevivir-seguo las cuales s6lo perdura aquello que dispone de
unas caracteristicas fisiol6gicas adecuadas al ecosistema en que
44 LA AVENTURA CREATIVA: LAS RA1CES DEL DJSEJIJO LASCOSAS 45

vive--, noes exagerado decir que en cl IIombre, que no cumple en si mismo y en su entorno sensorial. La raz6n comprende e in-
aparentemente este requisito, se eslablece una pen<ivencia con- fiere hechos y fen6menos, pero nada hay en ella que le faculte
trtJ-nawra y, si bien cs eviclente que ell £ombre se ha adaptado a para adivinar aquello que no puede someterse a Ia comprensi6n
su medio, esta adnptaci6n nose haUa ,·eJacionada, ni cxplicada, o a Ia deducci6n. Otros factores coadyuvantes habfan de darse
por razones moifol6gicas o fisiol6gicas, sino que ha surgido de para que la especie alcanzara esa dimensi6n humana.
una nueva y especrfica dimensi6n que no podemos calibrar
desde la sola biologfa. Asi, adem6s de esa decisiva racionalidad que le distingue de
las demas especics animales, cl Hombre dispone tambi~n de
Este Hombre emancipado, consciente de su propia cxisten- una inestimable porencialidad a{ecciva que le permite asumir e
cia, ve con ojos nucvos cuanto le rodca y va deduciendo de Ia ob- insertar en su vida, allado del mundo de lo concreto, aquel otro
servaci6n atenta de sus pmpios gcs tos y reaccioncs instinlivas mundo no racional de lo inconmensurable, en que confluyen
y del comportamiento de los demas sen:s orgarucos de Ia fauna y sentim.ientos, emocioues, intuici6n c imaginaci6n. Los trabajos
de Ia Oora cicnas reglas 16gicas y principios naturales que lucgo del profesor Roger Speny han demostrado que el hemisferio iz-
puede extrapolar y aplicar cuando asume Ia responsabilidad de- quierdo del cerebro humano controla Ia logica: lo racional, y el
libcrada de decidir, ycndo mas alia de sus basicos instintos ani- bemisferio derecho, lo emocional. En 1990 los trabajos del sic6-
males. El Hombre cs capaz de claborar sus propios meC3nismos logo Peter Salovey ban revelado Ia existencia e importa.ncia del
de lorna de decisl6n, basados en Ia observaci6n deduct iva de los cociente emocional (CE). La intcligencia emocional como con-
fen6menos y reacclones naturales que ocun·en en su entorno. trapunto y complemento del cociente intelectual (Cf), por el que
hasta entonccs se venia valorando Ia calidad intelectual hu-
mana. Daniel Goleman ha sido quicn, con su libro La inJeligen-
AJgo mas que habilidad cia emocional aparecido en J 995, explica el papel que el factor
emocioDal tiene en nuestro comportamiento. Son las emocio-
La selecci6n natural fue, posiblemente, eligienclo de entre nes las que nos permiten afrontar situaciones y haltar solucio-
las individualidades del homo habilis -el hombre habil- a nes que no podrfamos resolver solamente con el intelecto.
aquellos que por su m6s desrurollada capacidad sensorial e ima- •Cualquier concepci6n de Ia naruralez.a humana que soslaye el
ginativa tuvieron una mayor babilidad creativa basta, depu- poder de las emociones pecarti de miopfa... Todos sabemos por ex-
rando Ia especie, alcanzar Ia estirpe del homo sapiens - d •hom- periencia propia que nuestras decisiones y nuestras acciones de-
bre sabcdor»-- plenamente consciente de lo que haec. En cl esta penden tanto -y a veces mas- de nuescros sencimientos como de
lotente pulsion creal iva forrn6 ya parte de su propia pauta gcne- n.uestros pensamientos. Hemos sobrevalorado Ia imporlancia
lica. Esta potencialidad creativa noes, sin embal·go, consecuen- de los aspectos puramente racionales (de todo lo que mide el Cl)
ci:l de su sola racionalidad. EJ hombre no puede dcfinirsc cxclu- para La exi.stencia hwnana... • 20
sivamentc como un ser racimwl. Si bien ~sta es una aptitud que
~~ es (inko en poseer. Noes, sin embargo, su {mica aptitud ni iOue gigantesco desmarque en relaci6n con las demas espe-
aquella que pue<la expl lear Jo que hay de trascendeme en su con- cies el poder imaginar aquello que los ojos DO ven, las manos DO
duct a. La raz6n le es indfspensable para permitirle an::~lizar y sienten, aquello que no tiene presencia fisica, y a expresarlo,
luego comprendcr el lPOr que? y e) ,:e6mo? de lo que aeontece dandole vida con Ia voz, el gesto o Ia mano! Estas facultades
46 LA AVENTURA CREAffi'A: LAS RAJCES DEl. DJSEilO LASCOSAS 47

han dotado al llombre de una capacidad creativa que le permite aportaciones de nuestra ~poca han de scr obras de sofisticada
supHr a Ia Naturaleza. tecnologfa y, por lo tanto, de mayor sen•icio y menor participa-
ci6n del usuario.
Finalmente, toda esta progresi6n, desdc el primer bomf-
nido hasta el hombre modemo, ha sido posible tambi~n porque Aunque lo creado en estas ultimas dt!cadas es lo que mas
esta especie ha vivido en grupos, instaurando Ia vida comunita- destacamos por su novedad, nuestro entomo en este siglo XXI
ria como fi.mdamento de su especie. Como dice Gabriel Marcel comprende tam bien uo importante lcgado de cosas del pasado,
cexisti: es coexistir•. yes que el ren6meno de 1:! pervivencia y en el que hallamos maquinas del siglo XIX, insU1.1mcntos del Re-
evoluct6n del scr humano s6lo es concebible en colcctividad. La nacimiento, herramienlas del Medicvo c incluso enseres y utiles
vida social ha permitido un enriquecimiento cultura l, hccho de del Neolftico, como el hacha. Ninguno de dlos se baUa en su
simbiosis y sincrgias. Esta convivencia ha for-.wdo Ia inslituci6n apariencia odgi nal, pero su esencia cstructural es Ia misma que
del lenguaje como meclio de comunicaci6n, indispensable para sc defini6 en el momento de su creaci6n. Sin pretender hacer
Ia vida comunitaria de un grupo y, a su vez, ha supuesto el vehi- una clasificaci6n ta:mn6mica -que seria por supuesto de uo
culo id6neo para la lransmisi6n de los conocimienlos adquiri- enorme in teres y utilidad- podernos subdiviclir este vasto arse-
dos a las siguientes generaciones: el Hombre hereda asi, ade- nal de cosas que utilizamos seg(in su mcnor o mayor grado de
mas de las pautas geneticas de comportamiento, un enorme complejidad, de necesidad y de participaci6n en su funciona-
bagaje cultural. A una mayor comunicaci6n e informaci6n co- micnto.
rresponde un mayor desarroUo de Ia cultura y, asf, cunnto mas
oumerosa Ia base social que com parte una misma vida colec- Siguicndo con ese pacaleHsmo que cxistc entre natura y ar-
tiva, mnyores scran tambicn las posibilidades dt· que sc de un tificio, lo gencrado por el ingenio del llombre podrfa clasiEi-
elevado desnrroUo de sus conocimicntos. Asi como al animalle t."U"Sc de fonna taxon6mica. Es decit~ segun las distintas catego-
es imposible transmitir sus propias expericncias a sus congene- das sistematicas de «especie•. •g~nero•, cfa milia», corden•,
res, el Hombre puede com partir y legar -gracias al lenguaje y a •clase• y • tipo•. Es evidente que no se puede incluir en un
muchos otros medios de comunicaci6n y regislro que ha ido mismo reng16n Ia bicicleta y el tcncdor. por cjemplo. El uno es
creando: desde Ia escrilura a los ordcnadores- todo el {ondo cl arqueripo de un ingenio sofislicado que clemultiplica Ia efica-
culru_ral que cada gcneraci6n ha ido enriqueciendo a lo largo de cia del csfuerzo muscular y pennite adquirir una velocidad im-
los stglos. Como ser social, el Hombre ha podido a:;i potenciar posiblc de otro modo. El olro es un ~implc v no por eUo meoos
s~ caudal de co_~ocimienros y, en consecuencia, ampliar Ia mag- esencial util. Ambos son obras que fo1man parte del mismo
rutud y complcJtdad de sus empefios. mundo artificial creado por el Hombre pcro cuya funci6n y
complcjidad son muy diferentes. AI igual que en biologia, Ia be-
rramicnta puede diferenciarse de Ia m:iquina, o el mueble de Ia
De lo simple a Jo complejo indumentaria. Tam bien cada una de Cl>tas familias" puede. a
su ve7., subdh'iclirse, seg(m sus rasgos.
Por esa sincronfa evolutiva que eJdste cnrre el progreso de
los conocimiento~ del Hombre y la creciente complejidad es- Tomcmos por ejemplo los obje10s. Fom1an un grupo impor-
tructural Yopcr.:ttiva de sus obras, es evidcntc que las mayores tantc de artefactos poco complejos, CU)':l funci6n-util suele evi-
48 l.A AVENTURA CRE1\TIVA: L.AS R;\ICES O!!L OJSE!\10 l.ASCOSAS 49

dencia.rse en su propia forma yen los que Ia participaci6n ac- ma;:o o el manillo simulan un puilo cciT'3do. El cuchillo o Ia sie-
liva de quien los u~a es dccisiva. Son cosas que auxilian al usua- rra rccmplozan y superan Ia funci6n cortanlc de nuesrros dien-
rio sin sul>tituir a ~1. Este grupo comprende nquellos enscres tes. Estos objctos engloban utensilios. hcrrnmicntas o enseres
que sc necesitan p:~ra las funciones m6.s elementales de nuestra cuya historia morfol6gicn y conceptunl Cl> paralela a Ia propia
vida cotidiana: un tenedor, un vaso, pero tambi6n el peine, el historia del Hombre. No es :1\'enturndo decir que toda funci6n
bot6n. Es. adem<is, una area en Ia que hay mAs libenad creativa. que pudiera resolversc con una simple herramienta o un enser
Libertad que es posible al no estar supeditada Ia funci6n que ha sido concebido en alguno de los muchos siglos que nos pre-
cumplen esto~ objetos a unos complejos dispositivos tecnol6gi- ceden. Desde cl Pnleolitico hasta el final del Medievo, Ia creati-
cos que imponen siempre unas exigencias dimensionales que vidad del Hombre se ha basado escncialmcntc en Ia utilizaci6n
pueden diftcultar Ia nplicaci6n de ciertas mejoras fonnales. Una ingeniosa de unos pocos materiales inmt:diatos y unas cuantas
liber·tad que lc permite nl creative scntirse aun hoy autosufi- t~nicas elemcntales.
ciente. sin dependencia de Ia tecnologfa, cuando las posibles so-
lucioncs creativas consisten en unn simple rccstructuraci6o de
las formas que facilit:m Ia funci6n.

Los objetos simples

Podemos subdividir estos objetos en dos ramas. Los objetos


simples scrlnn nqucllos que, formados por uno o wrios elemen-
tos y mntedns, no contienen dispositive mec:\nico alguno.
siendo su propio for·ma Ia que fac ilita Ia funci6n . Unns forma.~ y
un material id6ncos son suficien tcs para que, manejados con
destrcza. esos objetos cumplan pcrfectamente su servicio. Son
como accesorios para Ia manoa Ia que complctan en algu na ta-
rea especffica. El llombre siguc sicndo en cUos cl protagonista
de Ia acci6n opcrativa al controlar In intcnci6n y aportar Ia
energfa que nl.'ccsitnn para ser utiles.

Para au~iliamos. estos objetos imitan y \UStituyen a alguna


parte de nue;,tra morfologfa: son como una prolongaci6n de al-
g(tn gesto humano aJ que superan. Un peine o un rastrillo scme-
jan unos dedos entreabienos. Unas pim..as actuan como lo ha-
cen nuestro pulgar e indice en su funci6n aprehensora. El
cuenco, el plato o eJ vaso imitan a nucstrru. mnnos en las actitu-
des que adoptan cuando pretendemos contencr algo en elias. El E.ste p<int nfncano ~intula una mauo. tttu)' mt:nuda para ~inar nJejor.
so I.A AVENTURA CRCATIVA: LAS RAiCES DEL 1)1$"~0 LASCOSAS 51

Los objctos articulados

Los objctos aniculados serian aquellos eslructurados


como un conjunto de piezas con dislintas fom1as v/o materia-
les que, en acci6n combinada, ejercen una funci6n. La articula-
ci6n de sus varios componentes constituve un si!.tcma meca-
nico pdmatio. La mayoria de sus componente~ ~on cxtcrnos y
Ia funci6n de los principios ffsico-mecanico\ l'll que ~e basan
result an facilmente comprensibles. Estos objcto~ articulados
son gcncralmcnle instrumcntos o dispositive<; a los que cada
epOCa y cada cultura ha aportado su contribuci6n crcati\'a. En
ellos se revcla ya un sincrgismo que. por b interacci6n de pro-
picdadcs ffsicas o mecanicas, permite un desdoblamiento de Ia
rcsultante funcional. Con una minima complejidad e~tructural
posibilitan funciones que no podrian lograrsc de otro modo,
como: Ia balanza, las tenazas o las tijeras. por l'jemplo. Aquf
tambi~n rcencontramos esa mbma inspiraci6n .mtropom6r-
fica que ob>.ervabamos en los objetos simples: imit.m. en cierta
mancra. Ia pmpia articulaci6n del cuerpo humano. Poseen una
ma\or ver..atilidad y capacidad que los objetos simple<, pero si-
gu~:n prccisando de Ia cnergfa y de Ia babilidad del usuario
para funcionar. 111 txlntaro: uno de los enseres de Ia era 11/lt'~IJ"(IS
(}IU' seguimos utilizlludo.
Muchos de estos objetos, ya sean s imples o arliculados,
cumplcn a(m hoy unas funciones utiles insustiHiibles. Esos mu- dm:i1, robuMecer las panes o cltodo de un objclo ·, tambien
cho~ en~l'fl'S y hernlmicntas tradicionales son n!.,ultado de un pt·optclan variaciones m<is o menos sensiblcs de Ia configura-
largo,. fiable- proccso de uso y pcrfeccionamiento. Sus princi- cion de e'os objctos. Del mismo modo que las tcndcncias esteti-
pia., fundonak"" fuemn depur.indose de gencr.u:i6n en genera- L'tl' pucdcn incidir superficial mente en ~u c~prc~16n formal sin
cion ha,la cristalizar en las soluciones formales, mec:inicas o ;tk'Ctar a Ia pmpia escncia conceptual que conttencn.
a mba' que ho) poscen. Estos objetos han alcant~'\do su · apogeo
e\olutivo• y s6lo es posible aportarles una ciclica adecuaci6n al Escas soluciones heredadas son ciertamcntc insuperables y
cambiante contexto sociotecnol6gico. La evoluci6n del modo de lo lecci6n magistral de creatividad que encicmm nos seiiala tm
vida de Ia gcnte afecla al modo de uso de las co~as) \ucle exigir camino crcativo que aun sigue vigente. Por esta vfa de Ia simpli-
cic11as adaptacioncs funeionalcs. El descubdmiento de nuevos cickttl lwm()s de hallar todavra solucioncs para las nuevas nece-
matrrialcs y t.:-cnicas de fabricaci6n -que pc1mi1cn :~ligerar, re- 'idade;. que van surgiendo como resultado del progreso. Ocurre
52 1.-\ AVEI\'TURA (RP.AI IVA: LAS RAfCES DEL DISERO I.ASCOSAS 53

mliq11ina, cstc antmpomurli ..rno directo v evidente parecc per-


dcrsc. Pcro es s6lo en ;~p;uacncia, pues e:,conden en sus cntra-
ains mec:inicas unas pic1a' qul' se asemcjan a los 6a·ganos y aJ
csquclcto humano. Unn:. mccanismos que par.~ funcionar, fin-
gcn lambicn nucstros movimicntos gestuales.

Pero es mas, el propio c:onccpto de maquina -e;, decir, de


~i~tcma estructur.~do en cl que confluycn coordjnadamente
multiples acciones, para lela' o cono;ecuti\'as para d IPgrO de un
resuhatlo- no cs smo Ia tr.~,laci6n de la pt·opia organizacion
del lr.Jbnjo desarrollatlo por Ia sociedad humana, reencon-
rrando a;;f ese insoslay<~blc mimetismo incluso al ni"el pura-
mcnte conceptual.

Lewis Mumford, en Elmiro de Ia mliquina, hace un erudito


an:\lisis de los orfgencs de Ia lecnologfa y dcstaca Ia dependen-
cia direct a que ticnc de f:aci<Jrcs culturalcs y sociologicos. Se-
1ijfftJS tradimmo/n 1·/n.• nti<"'OJ mtis ttgau6mtca'
nala como Ia tecnica modcma no tu,·o su origen en Ia llamada
Rc,olucion indu>.~rial dd 'i1,1lo \\,11 •sino en los pt'Opios princi-
pio~ de Ia organi7.aci6n dl· una maquina arqucllpica, compucsta
a mcnudo que, en un '>iSicma que prefiere Ia lntculencia a la de partes humanas• a lo que dcnomina megamaquina. Sere-
d1scrcci6n eficaz, CS I:l::. nuevas ucccsidades prcficn:n resolverse nere ra esas primcr:ls m::\quina~ humanas que fucron posjbles
con cngotTosos artefactos motori zados, donde un simple dispo- por Ia jerarquizaci6n de Ia socicdad llegando a so meter aJ pue-
sit ivo mccanico seguirfo sicndo suflcicnte. blo n los designios de un mona rca divinizado. «S61o los reyes,
asi,,tidos por las disc:iplilltl.\ de las ciencias astron6micas y respal-
rlados por las sanci0/11!.\ tlr Ia rcligi6n, ten ian capacidad suficiente
La maquina para Jlmtar vdirigir c.~a mc-gamaquina que era una ntmetura in-
vi.,ibk compuesta dr partt·' lumumas. vi••as, fJt·ro r(J~idas, apli-
llcmo~ ,·isto como dl·..Oc los primeros objetos hasta los mAs catla <~Ida cual a "' taT<·a np.:cifica, a ~~~ trabaju. t1 •u fi.mci6n,
elabor.~dos instrumcniOs v hcrramaentas, lo que va creando el para retlh~ar et!tre tuda.\ Ia\ 111111~1/sas obras .\'los grandiosos de-
Hombre, copia, sustituyt• y amplfa a algll.n 6rgano o gesto hu- sign ius de tan enonne 0/~am;:anou colectiva [ .. .}Tal invento fue
mnno. Todos los utensilio!> ) herramientas manualcs ::.on como Ia suprema hazafia de faJmtmlll'a civi/izaci6n: proe;:a tecnof6gica
un:'IS pa·6tesis par.J quicn Ia~ usa y sicmpre han tenido en el pro- que ~irvio de modefo a rmla.~ las {onnas posteriore.s de organiza-
pio Hombre a su modclo in,pir-.Jdor. Cuando, rebasando eJ nivel cion mectfnica [ ... ] £11 t'(c·cto, c.,ta extraordi11aria un•enci6n ha
clcmt•ntal del objcro nnintlado, lo amrop6geno -.e hace mas mmrrado ser el primer mcJ<Idoftmciollal de roda.\ Ia~ complicadas
complejo, llegando a Ia daborada organizaci6n que Uamamos nwquirtas que l'iniuo11 dc''l'"'''· au11que el ePJ{tnis del maqui-
5..1 LA AVENTURA CRP.ATIVA: LAS RAICf:S PEL OISI::JQO LAS COSAS 55

tcngan en c-ucnla los rcqubitos antropomct ricos y ergon6micos


del huuro usuario.

De hccho,las maquinas puedcn \Ubdividin.e en dos ramas:


las participati•·a.s ) las pasi•·as. En las primcras, el hecho de que
contengan emraflas mecanicas mas o menos tecnol6gicas, no
implica Ia de..aparici6n de un determinado grndo de participa-
ci6n del usuario. Simplemente csos 6rganos intemos penni ten
optimi~.ar el scrvicio ofrccicndo mejon:s prcstaciones a menor
csfuerzo. Si bien •comodizan• el servicio, no por cllo anulan Ia
intcrvenci6n acti\'a d.: quien las usa. El usu:uio sigue viendo en
estos aparntos un 1ittl que lc ayud:;~ sin marginarle. En cllos si-
guc comprendiendo ' comprobando Ia relaci6n que existe entre
Ia forma c-.:tema \ Ia funci6n que aqud aparnto facilita.
Troslado Jtl rolo.<o dt Ia tumlxl dt Ttluii-H~t~p: rma ~quina
humana ~~~ acciOn. Las ouas m;iquinas, las pasi\as mas aut6nomas. nada di-
cen de !.1 relaci6n que existc entre su fom1a cxtema y el servicio
nismo {ue tra.\ladtindosl! lemameure desde lo~ at·tor(s lwmanos a que prcstan. 01 de Ia tecnologta en que se amparnn. Son artefac-
lo~ m<·cani.\IJW.\ mammados.•s lOS mudo~ CU}<t.s f"'rfonnmzces deja n marnvillado:. a quienes los
usan. EM<)' aparntos distancian alusuario de Ia comprensi6n de
La1. m:\quinas suponcn una nueva gcncrnci6n de lo antro- c6mo sc open• Ia funci6n uti I. Lu unica f'IU I"ticipaci6n que se
p6gcno. St>n un agrcgado de divcrsos mccanismos funcionales pide cs Ia de pulsar :Jig(m bot6n p:Jm que funcione. Son artefac-
indcpcndicntcs que se complcmcntan y potencian para cumplir Los hc1·mcticos a los que no nos atrcvcmos y:1 ni a hurgar en sus
conjuntamcnlc una acci6n predcl eml in:;~da. Gada uno de los 6r- cntranas p<wa vcr de <u-reglarlos cuando dejan de funcionat:
ganos til' una m::lquina cs un i11gcnio m.:c:\nico aislable, con una
•funci6n pm-cinl• y cspccifica que, aclecuadnmenle asociadas Es101 aul onomia opcra1iva que va n adqtlilicndo las m<is so-
entn~ ~i. fnc ilit:ln una •hmci6n globnl.. Estos 6rganos estan fislicndas rn;iquin:~s supone que nos ncceSJtan mcnos, en lame-
compueslo~ a 'll vcz por distintos mccnnhmo~ y cstos fonnados did:• en que nos suplcn m:h. Para adquit;r l''a autonomia serdl,
por varia<, pwns. E.'a' pi.:~ que componen los mecanismos Ia func1<m de esos aparntos h:~ de ser ma' <•,pccihC:l, menos \'er-
opcrntims, no 'olo condicionan Ia funci6n sino que tambien s::\til Es dccir. qu~: d '~:n icio que nos p.-".,tan habra de ser mas
afectan a Ia fi,onomia C\lcma de Ia maquina en Ia que sc inte- definido ' que ~lo poclra ofrccemo~ esa' predefinidas funcio-
gran. Esta e\igenc1as (volumen, tamal'lo, peso. etc.) que im- nes. E.'>il m:l\Or autonomia sen·il sc consigue mediante una ma-
pone d conjunto de Ia estructura intema fundon:~l. interfieren yor sofisticaci6n tecnol6gica. De tal su~:rte que. cuanto menos
con las exigencias que n-clama su buen mancjo - l>Obre toclo en participacion se no~ pide. ma,or sera 1:~ complejidad interna del
las maquina, que han de manipularse . Parn que una maquina aparnto, los dispositi,·os que lo componen set a mayor y, en con-
re,<ouhe de l;icil manejo es necesario qul' sus formas cxtcrnas sccucncia, aumcntaran proporcionalmcntc ~us probabilidades
56 LA AVENl URA CRI!ATJVA: L1\S RAICI!S DEL (>lSENO LJ\SCOSAS 57

de avcrfa. Cuando un aparoto ofn:ce un servicio rm'ls completo, recientes: hebrea, grccolatina, arobc, etc. E~tas raices. que re-
sus di~positivos opcr.~tivos son n~'Ce....ariamentc m:is numerosos sultan muy tltiles para ClCplicar Ia proc~>dencia e interrclaci6n de
y complejos e implica una ma)·or frogiUdad dd conjumo. Con e) las lengua' modernas, de sus tecnicismos y otros neologismos,
agravante de que el usuario, ni put.>de remediar e.tas :werias por nada dicen de lol. m<is remotos origencs de mochas denomina-
si s61o, ni comprcndc c6mo funcionan uno:> artefactos que, pre- cion~ que sc rcmontan m<is alia del tiempo hist6rico.
cisamente, no han sido proye<:tados para M:r rcparados por rna-
nos ine'tpertas. 0 !.ea. que en ~os a para to!. de alto comenido Asi, del termino chacha• que. scgun Joan Corominas21 apa-
tecnol6gico: a mavores probabilidadcs de avena corresponden n.'Ce por ve1. p1imcro en un escrito a mcdiados del sig)o xm, sa-
menore.~ probabilidades de f:icil arreglo. ~ cicrto que en Ia era bemos que procedc del fr.lncico y cstc del aleman antiguo
electr6nica ~:n Ia que vamos entmndo, los dispositivos de ltappJa. Estos ~on los unico"' datos que conoccmos. Si pudiera-
mando dejan de ...:r pie:t.as m6,'iles par.t M:t micro-circuitos es- mos segUtr las huclla.~ de su etimolog•a m:~ alia, encontraria-
l:iticos con menor posibilidad de avena. Sin embargo. por mu- mos su origen en cllenguaje propio de quicnes crearon esa he-
cho que avance Ia clcctr6nica, las accione" opemlivas que faci- rmmicnl<l. Cabc imaginar que en su denominaci6n persjste a(m
Uta una rna)ori:. de m:iquinas y ap:.mtos sigucn realizandose algo de su voz iniciaL Cada gencraci6n hereda de las anteriores
por mcdio de Ia combinada acci6n de sus partes m6' iles. Unas co~ y vocablos. Asf han llegado hasta nosotros -modilicados
partes cuyo:> m~'C3ni~mos seguirnn tcnicndo las mismas posibi- por los mttltiples transferencias que sc operon en este largo
lidades de :'1\ cri:.r;c. tran~itar muchos iitiles con nombre propio, nacidos antes
que Ia llistOria. Muchas de e.sas herr.mticntas, que nos vienen
de muy lcJO'- y que han pennancddo vigcntcs por Ia tradici6n
Nominando las cosas anesana, pucdcn ser cotejadas con Ia:. de "us propios orfgenes
halladas intOCI3S cn los dcscubrimientos arqucol6gicos. Nada
A par1 ir del momcnto en que un artefacto se incorpora a Ia sabcmos, .:n cambio, de su dcnomina.:i6n ptimitiva, segura-
vida coticliamr, precisa de un nombre propio que permita su mcntc vinculacla a los primcros csbm:os del lcnguaje. Un len-
identificaci6n por cl colcctivo que lo adoptn. La dcnominaci6n guajc que fue articu landose prccisamentc e n torno a las crecien-
de las co,os ~.:s nsi simultanea <~I pri rn~.:r uso. De modo que los tcs act ividndc~ que les permiLf<t cl ll!iO de las herTamicntas que
nombn~~ de lo' objetos que conocemos, adcm:'ls de denotar es- iban crcando. llubo que denominM a cada ut iI para distinguirlo
pecfficamentc oquello que designan, tambil!n conticnen ocluido de collu: lo, d.:m;h. Sc invent<~ ron nuc~as voces que inaugura-
otro mensaje subv:~centc que nos habla dl'l ticmpo en que fue- ban Ia' tafcco; dd h:nguajc. A Ia mullhr memc un verbe est atta-
ron creados y del primct lenguaje que los dcnomin6. clr~ (Gcrord de Ncf\'al).n Sicndo ast que Ia autcntica rafz etimo-
16gica dc cieno-. nombrc:. de Ia' herr.tmientas ) enseres
No pretendo iniciar aqui una teorfa sobre Ia etimologia de elementales que a\m usamos enciena huellas del primit.h·o len-
los nomb~><> de las co~as, sino simplemente remarcar c6mo es- guaje de Ia epoca en que fucron creados. Cuando ese lenguaje
tas denominaciones encierran ese olro contcnido informative. debia limitar;c a un bre"e repcrtorio de sonidos codi6cados que
La im·~tigaci6n etimol6g.ica. que ticne precisamente esc obje- dcsignaban accione~ y acc~rio'> b;hicos. cada im·enc:i6n de un
tivo, M: \'C limuada al ambito de las lenguas conocidas) las rai- nuevo \ttil c-cigia Ia invenci6n de un 'ocablo que definia su pe-
ces que rcvcla s6lo sc remontan a civili7acioncs relath·amenre culiar idcnticlad. Asi. por cjemplo. en un dctcrminado momento
58 LA ,\VENTURA UU\A I IVA: L \S RAICES DEL DISENO LASCOSAS 59

de Ia e1oluci6n del hacha.lmbo que dcnominar a aquella hen-a- como Ia sefial y el sus1i1u1o del pcnsamiento del olro• [ ... ] • con
mienta que iba emcrgiendo con car.'icter propio de Ia crisaJida el uo;o conccrtado de un 'ip:no (ya cxpresion), algo como un len-
primiuva del guijatTO de\polllllado que Ia habla \ugcndo. Fue guaje csta nacicndo• I ... j •signos que scrian como otras tantas
nccesario dotarla de un nombrc que Ia difenmciarfa de las de- palabras mudas a dcscifrnr y a hacer audibles nucvamente•. El
m:b herramientas que tambicn nacfan en esc momcnlo. Del lenguaje de acci6n ha l:~nzado cl primer puente comunicativo
mismo modo que su fonna. '-11 nombre se desmarcaba v adqui- entre los bumanos y a ~u veT. ha servido de modele para formar
ria car.lcter propio. Cada l:O'a conquista asf su nombre especi- ou-os lcnguajcs, ou-o' nucvos ~ign~. esta vcz sonoros, segiin los
[ico en el momento en que, pur \UCC\i\'as mutacione.,, llcga age- e!>quemas cstructurale<. que "'~..,t:~blccieron .:n e.o;e lenguaje ges-
nerar una nueva especre. ,\ panir de emonces, si ~ nombre es lual. E!.tos signos o;onoms lucron Ia raiz dcllcnguaje •impuestos
propio. t.., dccir; si d('<;cribc <tqut'llo que esa co..a Clo, , . no ~u fun- porI:~ naturalez.a como gnto.. imoluntarios;. ulihQ<Jos espon~
cion. lo mantendra en c'd'~'~' ,, prupicdad: e<:e nombrc wlo po- neamcntc por el lcnguajc de Ia acci6n ... 'I si tod~ los pueblos,
dr:.i d,"ignar a esc paniculat ohjcto. Como el vocablo ·arbol. en todos los clim:~s. han I.'Scogido de entre cl material dellen-
~lo dcsigna al arbol. o •agu<~• al agua, •hacha• no.. reficre l>Oio guaje de acci6n, csta., -on011dadcs elementalcs, cs porque descu-
a .,, misma. a Ia magia o'cur;1 de \ll~ raic~ que se pier-den en Ia brf;~n en ellos, pcro de un modo sccundario y rcflex.ivo, un pare-
penumbra que em'\oclvc al :tlba de Ia humanidad. Epicentro de cido con el objeto que dcsignab:ln• . Peo-o muchos o1ros vocablos
su rwopia fonetica, pcrcibimu' c11 ella min el sonido hosco de las denominativos nose l'l'monl;~n ran lejos v lo percibimos en su
priml·ras voces humana\. Ver,ion pot;Lica, ;.urgida e'pontanea pmpia cMructura. No cncierran csa m:~gia, en ellos sentimos
de un;J ll-aslaci6n mimetKa dd propio objeto en <.u lotalidad olro odioma, otras hue lias me nos primarias v e'pontaneas. La
formal Y activa. Aun oimu' en hacha• cl sonido del fifo hen- simple lcctura de un numcndator objetual pone de manifiesto
dicndo Ia materia mczdadn al 'uplo del csfuerzo de qu1cn Ia cstos distintos ori~.:nc' v \ugiere posiblcs ordcnaciones de
usa. Sentimos latir Ia vida mbma en esc vocable t:~n conante ' :~cuerdo con Ia trn/a c~cnc•al qm: encien~lll. As1, de un primer
como lo que nomina. Ln fc)lma y e l acto son representados en el ex;Jmc:n pareccn des1ac:u~e y;o cic110s grupo::. difcrcnciables.
de n n modo audible. Una fi liaci6n fonetica que abarca muc hos
idiomas: e n fra nces hache, e n ing lcs axe o hachet ye n il a liano Ex istc n unos o bjetas n •yo nombrc ha gcncrado cl verbo de-
flsrin que ~c pmnuncia as/111. En 10dos c ll os esc mismo sonido nomim.tlivo q ue cldinc In acci6n que csos ob jclos cjcrcen: h a-
co11:~111e v l>Oplante. chalhach:~r, cuchillo/arurhillar, bot6n/abotonar. clavo/clavar; bo-
wlla/embotcllar. h"ol!hl'ol;u, etc. Otros objctos. en cambio, aun
Michl'! Foucault. en'" lohru L115 palabras '' /a.f co.~as, en el siendo algunos 1:10 remoto!> \ b•i~ico~ como lo~ anteriores. no
opitulo V, haec una sime"' dl' fa, worias que explicarfan el ori- han gcncrado ~u prnpio \l'IOO dcrh·ado: wch:~ra, cuenco, lam-
gl'n dd lcnguaje. Dc~taca Ia importancia de Ia nominaci6n p:~m, 'ilia. plato, llan•, It bro. etc. c.Por que exi,Le •acuchillar- y
prima: cPoner al dfa cl Orif:\t'n dellcnguaje es reecontr.lr e1 mo- no •acucharar»? c:Por que '-C dice cabotonar• y no puede decirse
mcnto primitivo en que ~·o·a pura de~ignaci6n.• Prcvio allen- •llavear•? .: Por que c~ con"t.'CLO dccir •embole liar• p:~ra Uenar Ia
guajc hablado cxisti6 un lcnguaje geslual-•ellenguaje activo, bo1ella yen cambio no lo es •emplalar• pam llen:~r un plato?
e~ cl cut'rpo que lo habla• . que pcnniti6 establt..-cer una pri-
mera codificaci6n de ge.. IO\ \ mul'l·as. Con C!>tc c6digo d hom- Vemos tam bien cuonu lter1o~ objctos ;.on dc.,ignados con el
bre \a podia comunicar con t>trch: puede percibir cMa mfmica nombrc propio del matl•rial con que .:stan hcchos. s6lo antepo-
60 LA AVIiNl URA CREATIVA: LAS RAICI!S DilL L)lSililO LASCOSAS 61

nicndo el articulo indctcnninado un/una, f'Cl;Crvando el articulo las fonnas, las materias o las funciones de las sucesivas criatu-
determinado cilia para cl propio material en sf: un papcl, una ras de ambos mundos: biol6gico y antrop6gcno. Sin embargo,
pluma, un \·idrio, una ti:ta, un corcho, etc Ta.mbil!n son signifi- como hcmos visto, se advier1e claramentc en el propio proceder
cativas aqucUa.s dcnomiru~cioncs, general mente de enseres con- de esas e\'Oiuciones: en sus mecanismos basicos. Si en las cria-
tenedores, que wlo se refieren al tipo de producto que manejan, ruras biol6gicas las altemativas novadoras surgen por mulaci6n
sin especil'icar Ia funci6n que ejercen: aceitcra, 37ucarero, fi- accidental, en las cosas de factura humana es Ia racionalidad
chero, salcro, huevera, lechera, pecera, cenicero, etc. Tambien inspirada del hombre que las suscita. En ambos casos las alter-
aquellos que hablan del Iugar de uso: pedal, dedal, delantal, etc., nativas retcnidas han sido seleccionadas naturalmente por el
OLrO>i, en cambio, describen clara y llanamente Ia funci6n que contexto: en lo biol6gico, seglln su aptitud para sobrevivir, en lo
van a cumplir: sacapuntas, pararrayos, cerradura, portalampa- antrOp6geno, para una funci6n util.
ras, escurridor, cxprimidor, reclinatorio, incubadora, paracai-
das, lavadora, etc. Otros usan de neologismos cultos: autom6vil, Hay evidcntcs diferencias. Por de pronto, las cosas de fac-
telefono, oscil6grafo, periscopio, pod6metro, teleft'rico, etc. rura humana, como entes inorgt\nicos. no poscen, de momento,
esa capac1dad de autorreproducci6n que constituye La esencia
De toda.s cstas denominaciones, aquellas que no se refieren rnisma de lo vivo. Tam bien. en lo vivo, existe un proceso de aca-
a una detenninada fonna consolidada en e:.e pr~>ciso nombre, bado y puesta a punto fuera del claustro progenitor. Puede de-
sino que hablan de una funci6n generica, pcnniten amparar, cirse que el proceso crcath·o de lo orgtinico ~ prolonga mas aJJa
por su propia apcrtura semantica. a toda una sucrte de varian- de su propio nacimiento, pues un ser vi' o no alcanza su total
tes, tanto fom1ale~ como estructurales, con Ia (mica exigencia culminaci6n h:ll>ta Ia madurcz. El organismo participa en su
de que d objcto que designan cumpla Ia funci6n descrita en ]a propio pcrfeceionamiento. •Vivir es naccr lcnwrncnte• (Antoine
denominaci6n. Por el con tr;trio, cuando dccimos •hacha•, de Saint-Exup~ry).ll En las obras del Hombre, la configuraci6n
•vaso• o •cuchillo•, todos reconstruimos en nucstra imagina- y las prcstaciones que poseen son aqucllas con que sc las ha do-
ci6n un mismo tipo de objcto dentro de un margen muy Jimi- tado. Alcanza n su estado definitivo. inmutable, en el mismo
tado de va1·iaci6n formal. momento en que naccn, es decir, cuando se matet·ializan. En ese
instante, lo que hasta cntonces era un co11ccpto, una idea modi-
Todo clio susci ta cucstioncs que no han h;tll;ldo aun res- ficable, f1·agua en una determinada f01 ma que va no podra ser·
puesta y el tema siguc a.~! abicrto a las m(L~ imaginativas hip6te- otra que aquc!lla. 1\Jada podm variar 1.'1 df'\lino Q\lt' 'l" II' ha asig-
sil. que prctendan escla~>ccr Ia cohcrcncia de I.'<. Ia sclectividad nado. Lo qui.' no po;.ean en el momcnto de c~c •nacimiento• no
denominallva. lo podmn adquitir a lo largo de :.11 uso. Sera cl Hombre quien
como conceptor v usuario podr.i al utilizatlo c"raer ciertos da-
tos que le servimn para crear un nue' o objeto que lo mejore.
Evoluci6n t·erstiS ruptura
AI Hombre le corresponde Ia rcvbi6n pcnnanente del modo
Esc paraldismo emrc el proceso evolutivo de Ia Vida en la de ser de las cosas que conCiguran su cntomo. Estas han de
Tierra y Ia cmluci6n de las co~s que cl Homb~· ha ido creando aportar sicmprc soluciones innovadora;, \ ~ongruentes, aquellas
-que ll::unarnos •antrop6gcno•- no ~e vhlumbra siempre en que esas cosas precisan para seguir mejor1indolas. A veces
62 I A AVF.NTURA CREATTVA: LAS RAIC'ES LWL lliSP.ilO LASCOSAS 63

pucdc que uno rcsulte imperceptible. No 'uclcn haber cambios en Ia man<' I 'a de usar Ia cuberteria. f:.,ta, cntcmccs, puede salir
radtc<~lCl>. 01 -.:cambia a un tiempo todo cl P.lrttUC de cosas que de !>ll c~<:uho •aparcamiento• en un C:IJClll \ aparcccr en el pai-
no~ rooc<~n. A menudo, el cambio e!> mu) ll'\C en ap.uiencia, si ..ajc d<>m<·,t 11.0 cot idiano, al alcance de 1:. mono, l>iempre di~
bien pucdc ~1portar alg:o imponantc. La-. ~:o,as van asi cam- niblc.
biando continuamente y hacen que, a ~u \C/, cambie cl modo
que tencmos de comi\ir con elias: nue\ Ol> u~os para nuevas cos- A,r \a l'\Oiucionando, poco a poco. uxlo e:-e arsenal de ob-
tumbrc'>. Y t'~ que, por infima que sea una innov:1ci6n oportuna jetos que fom1a nuestro entomo: sin c~uidcnci:.s, sin demago-
en un objcto de uso cotidiano, esa varianlc :Kab:l indefectible- gias. pem con cficacia. La evoluci6n .,.. h;"l' discreta y ponde-
mente por .-ft·ctar a Ia forma de vi vir Ut' quicr1 lo usn. Por ejem- rada. Cad:• nuevo (lbjeto es e) rcsult::.do Ol' una rcalidad anterio1·
plo, dtHnr ::1 los c ubi crtos de un s imple nguj<·ro l'n cl cxu·cmo del a 1:1 que s ll pl·ra, de tal suerte que ca<la objcto·cncierra en si
mango, si n otros cr~mb ios, parecc m11y pot::t t'UStl, ~:u:mdo sin mismo Ia hi~toria de su propio pasado. l.as l'OM1S que eonstitu·
embargo c'a kvc modificaci6n posibilita un import::1 r11e cambio yen llll(!,ll'lll'quipamiento objetual ~ou d n:~u l tado de un largo
pmce\Cil'Volutivo que podria rccorrcr'l' a Ia invcl'\a. Asi, en esa
marcha att ;\s, por derroteros a vcce::; mm abig:m-:~dos, llegaria-
mos ha!>ta b'\ primeras herramienta.<\ neoluica\. La evoluci6n de
los objclo., <'' cienamente una cadcna ,.,oluti~a que se ha for-
jado e,l,1oon a eslaoon: sin hiaw.' que hubicra ~upuesto una
de.conc\l!ln entre el ayer y el maitan<J. 1[., n>rno" toda evolu·
ci6n futura .~tmicrn va contenida. como una ptomesa. en esos
toscos utile': d filo ~~ estaba incipicntc <'11 cJ pcdcmal, el arse-
n:ll de <'nscn·s domesticos, en.el ba-.ko tucnco o todo el con-
ccphl de l:t mccnnica, en la elemental palunc:t. Es asi posible
imagitUII un vas to arbol geneal6gico de Ins co~as ::~ntrop6genas
que por cnlf•ec ruzados linajes que lc npor laron riq ueza y va-
riednd eng lob:wa a todo el arsenal d<· obit•lo" que mi les de ge-
ncrncionc' hurnanas han ido incorpor;utdn a k1 Cu ltura. La rea-
lidad uhjt•tual que nos rodea encic11a llll imncnso •banco de
dat<>'>• t'n qll<' '.: n"COgen las aport;Ktunc' dd p:1..ado, en el que
,61o pet d11r.ID :~quellas altemati~as qut·, <'II "' .:otidiano enfren..
tamit•ntut·on Ia pr.lctica del uso. han lc~t.tdo demostrar su in-
'upcrable clicacia.

La <''oluci6n de las tecnicas v de Jo, cumportamientos. in-


cluMl hov t•nla <.ociedad indusu;al, no pu<·dc mmpcr nunca esta
~m·t1c· de ~:ont inuidad. Los p1·imeros auwmovilcs fucron cons-
Cul>into' ·'"·'l'mditlos en un soporte grro1mio (pmtolifl'• tift 11111m, 1975). truido' (I 'cmcjanza de los anterior<::. cntm:t jt·~. cl honnig6n se
64 USCOS,\S 65

uti lu6 en 1111 pr·incipio para imitar Ia 'rga tic madera antes de Diflcrlmente se impondr.i una nueva nt"CcMdad si aqueUos
adquim c,w;rctcr propio. Cualquier nuc\3 propuc~ta de cambio que habrian de beneficiarse no Ia han alcptado va inconsciente-
debe ,jemprc enlu.ar con lo que se intu\c ha tie '"rIa normal mcnte. " no Ia e~tan en cierto modo cspcrando. La e\'Oluci6n de
e\'Oiuci6n de e-.c objeto, ba de ser ~ ~-,lab6n natural siguiente. las co,tumb~ y de los usos va sicndo sugerid<t por los propios
Una propueMa altemati\.<t que no ha}a 'cgurdo esta norma no indilidu~ que componen el grupo social en que e!>la evolucion
sern facilmcnte adoptada por el colectivo humano. Es diffcil '>C opera. AI reaccionar cotidianamcntc ante los impactos de Ia
qucmar t'lapa~ 'in tcner. luego. que aguartlar a que el contexto, realidad de un modo en apariencia r:spcrado, pcro que en algo
en ~u evoluci6n lnrto de cautas ilacioncs, aka nee aqucllo que se ''" MCndo c:lda clfa distinto, Ia propia 'ocicdad senala el camino
]Q hahfu Mticipado. L"l ruptura con cl pn:>ndo va logr6 ndose por de M l lu turo. ln~ isto en que Ia socicdnd, como conjunto, es un
tma coniintra :.ucc~i6n de fnfimos c~unb ios aparcnlc menle con- cm:rpo rnuy sensible y sensa to, en cl que todos s us individuos-
tinui~liJS. •E11 todo lo que Ia Naturalcza hncc, nada se hace y no s61o los mas pcrccptivos- licncn t';'lpacidad par:l presentir
bnrsc:unc.>nlc• (Lamarck).2• Ins lfncas de fuer7_a que emcrgcn d('( prcscntc y haccn concebir
Ia post twa de acomodaci6n neccsaria para adecuarse a] futuro.
Ll:lmc"' wmido comt4n o ins1i111o de c<m.,en·acion, Ia gente dicta
Oportunismo anticipatrro -~in sabcrlo- las normas de comportamiento que cada mo-
mcnro pn-ci~ para ir compensando los eiTOrel> del presente y
131 cambio t•n I~ cosas y las cosrumbrc~ c~ pcnnanente, si h;~cer po,ible el futuro. A Ia larga. nada puctle afianzarse en
bien.!'"'' no t·ambian bruscamenre y '61o cnrai.-.a un cambio contra de c'ta ~nsata voluntad con-.en,ual de Ia :.ocredad. Aun-
Ira\ un lal"l!o procc:.o de acumulaci6n obser\.aliva de aqueUos quc, a vccc~. haya modos y modas que, en Ia escao,a escalade
pcqucnu' hcch<>:> que difieren de lo que llamamos usual y que nucstra' vid.l!>, nos parezcan ctcrna\. S61o pcrdura y se pro-
vamos advirticndo v tolerando progrcsiv<tmcntc ha~ta que se longa mtb all6 de unas gencracionc~ nqucllo que cnfasa con ese
acomod:m e n Ia atm6sfera cotidiana. A nivc l no consciente, el ~cntir ~nbio colectivo, lo demas durar:\ ha~ta tanto cl atcnto sis-
hombre dcstaca loin usual de lo usual, porquc lo inusual, por su rem~ 'Cn'>or de Ia sociedad dctectc Ia dcsvioci6n. Las lfneas de
si ngul:1ridt~d, ~llrae mas s u atenci6n. La repc tid6n fn:cuen te de fucr-za de Ia cvoluci6n las maroa Ia socicdnd que i n~uyc. callada-
un h~·clw inusun l va haciendo lo habilllfll. por lo que va per- mcntl', y sugicre, sin decirlo,lo que h:1 de cM imul;:u-se o enmen-
diendo ~u lacuhad de cxtrafiamos y poco :1 poco sc incorpora a d:u...,c
lo u~ual v asl acabamos accptandolo. l .o inhabitual sorprende
ha\la que 'll 1citcraci6n lo haec familiar. \1arccl Prou~t !>ugiere La~ indil'idualidades creati\·as, awndit•ndo e-.e mudo men-
Ia n:l<tci6n mtrc habilual y habitable · C'cst rhabrtude que rend sajc, dcben <.er capaces de imaginar aqudlos , ;.,tern~. modos y
les licu't habrtablt....., . !) Asf. poco a poco. ~ cr ca cl ambiente pro- c~s que ene<~JCn con lo que pudiera cstar anhclando esa socie-
picio par a que lo inhabitual sea aceptable ~ '>C con-.olide el cam- dad stlmno.\Q. Hoy, como siempre. el usu:.rio, ~be distinguir lo
bio que cs;~ i11-lzabitualidad compona. P;u ece que exista para que lc es uti I t:uando lo usa, pero no sicmpre cs capaz de antici-
todo lo inno\ador una suene de sala de c'pcra en que aguarde par que t.., lo que podr.i serle util. Es dt•sde una perspectiva cre-
hnsta t:lnto dcjc de sorprendernos y por lo tanto deje de ser ativa que sc h:ln de pre-ver las pr6ximas m•cc:.idatles que a Ia co-
nuevo, p<lra a~ l pcnctr·ar en nuestras cu .. tumbrcs. en nuestra kctividad de pronto le urgira. Un:. alt:nr:• e inspiracla lectura de
form:. de vivi r. latraycctol'ia cvolutiva de las cosas a ntmp6gcna~ asr como una
66 LA AVENTURA CR£ATIVA: LAS RAiCES DEL DISENO LASCOSAS 67

perspicaz percepci6n de las incomodidadcs que Ia realidad en- Nuestro presente esta siempre condicionado tanto por las
cierra solapadamente, permi ten al creativo anticiparse a los realidades que nos !ega el pasado como por las expectativas que
acontecimientos. La misi6n del individuo, en su acepci6n crea- suscita nuestro fu turo. El presence es s6lo el Iinde entre el
tiva, es, p<ecisamente, saber dctectar esas tendencias y estas mundo concreto de lo ya hecho y el mundo abstracto de lo que
tensiones. «[. . .] puede esperarse del hombre que imagine·antes de puede hac.erse. Es ese momento en el que e) futuro bascula y se
que surjan, las sorpresas que este entorno le reserva. Puede espe- muda en pasado. El presente s61o es el destello que irradia ese
rarse soluciones originilles para situaciones nuevas (Henri Labo- continuo transitar del manana al ayer. Cuando vemos en su i:li-
rit).» 1 mensi6n de pasado lo que en su dfa fue futuro, es decir, cuando
obsen•amos Ia H.istoria, comprendemos que esta encierra algo
En cierto modo, quienes asumen Ia responsabilidad crea- mas que hechos casuales. Lo que hoy calificamos de azar, .;no
tiva, es decir, de deciclir c6mo senin las cosas que otros utiliza- seni mas bien un detenninismo que no sabemos explicar a (In?
ran, han de saber ac tuar con un oportunismo anticipativo. Nuestro devenir posee una directdz, ignorada, pero existente. La
Quien crea objetos ha de saber aportar, en cada mome nto, Ia huella que la especie va dejando tms de si 1·evela una coherencia
respuesta insnumen tal justa que cada colectividad humana va a evolutiva y confirma Ia re.alidad de una trayectoria pertinente y
requedt: Aquellas precisas cosas que esa sociedad esta en dispo- magistTal que, qwzas, el propio Hombre vaya trazando: aquel se
sici6n de asumir y de inco1-porar en su modo de vida, sin que hace camino al anda,-, de Machado. Las cosas que el hombre
suponga un asallo a su modo de vida. AqueUo que e) hombre crea, como instrumental para ese devenir, se rigen tambH!n por
podn'i aceptar como Ia pr6xima y esperada etapa evolutiva. «Lo las normas de esa misma congruencia. Asimismo los objetos
mejor que encierra Jo nuevo es aquello que responde a un anti- evolucionan y, en su evoluci6n, tam bien lienden hacia algo.
guo deseo» (Paul Valery).
Asi, es posible imaginar que el progreso de lo artificial
tienda hacia un ut6pico porvenir de perfecci6n, en que cada ca-
El apogeo evolutivo rencia, cada cues ti6n, obtendra su adecuada respuesta, dentro
de un eqwlibrado sistema instrumental, sin fallos, en que todo
Nuest1·os actos no son hechos inconexos, sin ilaci6n ni des- se enlace, complete, potencie y respete. Un autentico ecosistemil
tino. Aun cua ndo no seamos conscientes de ello, nuestras accio- artificial que atienda globalmente a! hombre y vele por su total y
nes y decisiones significantes estan enmarcadas y encauzadas definitivo bienestat: Tambien, claro esta, podtian vaticinarse fu-
en una trayectoria global que nuestra especie va persiguiendo turos menos optimjstas, yo mismo conjeturaba que cabrfa un
en busca de progreso. EJ Hombre, guiado por su sentiJ· intuitive porven.ir hipotetico de las cosas artiliciales, totalmente al mar-
y su sabe1· rellexivo, va consnuyendo asi un futw·o mejorado. Es gen del Hombre, al que ya no necesitarfan para existir. Lo cicrto
en Ia materialidad de las cosas que confonnan nuestro entorno es que hoy aun nos hallamos en los inicios de una Era Secunda-
que se hace patente ese progreso. La cultura hwnana va dando ria de lo antrop6geno, en que las cosas solo empiezan a <<cefali-
forma a] devenir de la especie. «EI hombre esta condenado a in- zarse»: en medio de un proceso evolutivo bastante ca6tico e
ventar a cada instante al hombre[ ...] hay un porvenir por hacer, inestable, como corresponde a una fuse a(in primiti'Va de Ia evo-
un porvenir virgen que agLiarda» (Jean-Paul Sartre).lO luci6n filogenetica de esas «especies» que componen nuestra
•fauna objetuah. Una fauna aun hoy muy diversa y morfol6gi-
68 l.A AVENTURA CRI.:ATIVA: LAS RAICllS OPL. DISE!NO LAS t'OSoiS 69

camcntc distante, pcro que provicnc de Ia nu~ma ccpa: de esos


guijarros tallad~. de los que, por sut:c!>ivas mutacione!> c hibri-
dacioncs, ~e han scgregado las d1stintas ramas de lo antropO-
gena, cada una ~icndo un phylum que a su 'e7 pod ria ordenarse
distinguicndo: cia~. 6rdenes, familia.s, gcncros ~ C!>pecies.

Ha\ un momenta en que esta andadura C\Oiutiva cesa. Lo


obscl''"amos en aquellos objetos de origenes mu' n:motos que ya
ban cubic110 esc largo rccorrido C\olutim lJUe les ha llevado a
una suc11c de apog~'O de pcrfccci6n a partir del que )a noes po-
sible mcjorarlos. Par<..'CC como si Ia cvoluc16n de Ia.' casas male-
A
rial<!!> tuvicra lJUl' culminar en una :;Oiucion impctfl.'Ctiblc, alcan-
7.ando asi un chma-t t'I'Oiutn·o que \cndna a 'iCr pn:cisamcote el
objetivo finalt~ta de todo el proccso. E:> como ,; cada ttpo de ob-
jeto alcanara C'iC clima~ cuando -dentro del marco de sus pro-
pias carnctcri'>licas (prcstaciones + tt!cllic.h + matcrias}-la su-
peraci6n de Ia (thim•• wluci6n hallada ~.,uhe ya imposible.

Ast, cicno' obJclo,, tras muhtplcs ,oJucioncs tr;msilorias


de tantco, llcgan a una soluci6n conccptu;Limcntc insuperable.
El hach;1 e~ un dam cjcmplo de clio. Cuttn cs..:asa cs Ia diferen-
cia en tre una hncha ncolilica y una hacha ;~ct ual. A pcsar de los f'llmrl/11 dt• 1111 ''OIIIpC.HP/0(A) tlr fun• 11'/ICIW Ia m1~111a estrnctura
dt•l ltadw Jndd,ttnim (/l).
siglos tnurscurridos. su forma es pr:lcticamcntc Ia misma y. lo
un ico que ha ca mbia do, han sido los mah:rialcs y Ins t~cnicas de
clabo racion. Es una hcrramienla que IlL-go, haec siglos, a un Lo mismo ocur1<' ton nu rclms o lr·;rs hc n-a mic ntas y enseres
maximo nivcl de dcpuntci6n y de dkac ia opcr:a ti v;l q ue es im- clcmcnt;tlcs qm· usamos a diario v lJlll' .,c rcmontan tambien a
posiblc mt•jorar. b cvidcntc que para cortaro talar disponemos tk·mp~" mu~ kjanu,. E~to., miles de a r1o., de tantcos lcs hanido
ho\ de rnuchos mn" medics. m;l~ 1 apt do'~ mcnO!> £atigosos, dnt<~ndu de un;" "H-:lCit'ri,trcas lormalt'' <iptimas. Pa.rcce como
pe~o e~IO'> nut'\O' apat-atos no son una mc)Or<l del hacha. No " pa1.1 un dt•h:rminadn problt•ma OJ'k.'r ,tt iH) \ en base a unos
pcrtenecen a 'u mi,ma Cl>pecie• ), por tanto. no 'iC han produ- matcrialcs \ cunocimit•nto~ 'impl'"· ,(\Jo pudiern existir una
cido como una evolucion de ~ta. lnaug\lran ou-a filiaci6n gene- unica ,u)udon pcr-fecta. La!- <lema' h;Lbtan sido pane del pro-
ratha. Parten de un prop6sito dhtinto, m~ ambicioso, tributa- ceso de tan teo: titilcs moment;~ncanll'nte, hast a tanto no apa-
rio de otra tecnologia. A ~r de Ia aparici6n de nuevas I'<'Zt:a otra suluci6n que Ia~ mciorc.' asi succ~ivamcnte basta
herramienta' mas sofisticadas. c1 hacha 'c ha trnnsmitido a lo dar n>n/a \(>/uciml' aqudla lJUe llil lnj!radu rranqucar Ia barrera
largo de 20.000 ~:wneracioncs y l>igue aun sicndo im.ustituible deltkrnpo' cun,olida~ en una conhg\11 ,1ci<>n dd1nith·a. Dado
como hcrrnmic01a usual, inclu:.o en los pat'iCs m:b ll'cnificados. qu<.: d l'lJUip;uni<?nto objelllal "-' csrabk·t.<' sicmprc en funci6n
70 L.,\ AVENTUIV\ CREAT!VA: LAS !WCES DEL DIS6~0 LASCOSAS 71

de un dctcrminado contexto socio-tecnol6gico - hccho de nece- proca. Scm estas relaciones las que haem que, a panir de cienos
sidadcs y posibilidades- no se puede ascgurar que el objeto ([mites e11 las condiciones de utili.zaci6tt, d objeto encwmtre obs-
que haya alcanzado esc apogeo evolulivo haya Jogrado tambien uiculos e11 e/ interior de su propio [tmcionamiento. En las incom-
su eterna vigencia. Lo Unico que nos dice es quo: esa •especie• patibilidade.~ que nacen de Ia sa1uraci611 progresiva del sistema de
ha agotado su potencialldad evolutiva. subconjtmiOS es donde reside e./ juego de las limitaciones, cuyo
franqueamielllo consrituye el progreso. •

CohereJJcia estructuraJ Por estc rccorrido acu mulativo que suma 6rganos dlversos
e indcpcndicntes, no sera posible akanzur Ia plenilud de una
Las Co!>aS matcrialcs se crean para cumpli r deter·mi nad a optimi7aci6n conclus iva el decu.rso pertincntc cs otro. Seglin Sj-
fcm c i6n (rt il. Para q ue nos ayud e n c::n Ia r·ca li zac i6n de a lgu na mondon, Ia cvoluci6 n de la cosa liknica ~c haec «pol' convergen-
acci6n pr~cl ica con Ia maxima econom1a de med ios y de esfuer- cia y por· :u.laptacion a sf misma; sc u nifica intcriormcnte seg\Jn
zos. Lo que las cosas precisan para sernos (rt ilcs lo define su un principio de rcsonancia intema>• y, ut ilizando e l cjcmplo del
propia funci6n. II an de cortar, sujewr, presiouar, iluminar, gua· motor· de gasolina, compara los prirneros motorcs con los ac-
recer, y muchas y mas diversas accioncs. Sabemos que para con- rualcs, en los que ya se manHiesta uo proceso de concrezhaci6n,
scguir cualquiera de esas funciones bast:mi con que a cada tma cs dccir, que cada elemento estructural cumple varias funciones
de elias se lc aplique el dispositivo funcion:~l que esta compro- y no tmn sola. • El objeto 1ecnico concreto es aquel que no estd en
bado tiene Ia capacidad que precisa para cumplirla: un filo para luella co11 si mismo, a.quel en el que ningtill e{ecto secundario per-
cortar, un muelle para presionar, una inc:~ndesccncia para ilu- JUdrca el {tmcionamie111o del conjwuo [ ... ] (en cambio) en el ob-
minru: Asf, a primera vista, parece que lo que el Hombre crea jelo tecnic·o abslracto, cada estmclllra cmnple una sofa fimcwn
pudiera componerse sencillamente sumando los diversos c lc· ese~rcial y pqsitim, degrada el {t.mcionamiemo del conjunro; en los
mentos funcionalcs requeridos en cada cnso. E~ cier tamcnte objetos u!crticos concretos, todas las (unciones que cumple la es-
factible, pero siguiendo esta pau ta las cosas no alcanzarfan ja- l l'UC/Ura $Orr posilivas, esenciales e integrt~das en el func io na-
mas esa optimi zaci6n evolutiva que s u porvcnir encier-ra. Es u n m iemo deL conjunto."
mt!todo primario de composici6n a clitiva que csq uiva las cxi-
gencias de Ia concordancia sine1·gica q ue han de tcner entre si EJ progr·cso de los obj clos tecnico~
sc consigue por Ja re-
los distin los componen res. Esa sincrgia entre componemes es Ia duction pr·ogresiva de las divergencias in tcrnas entre sus ele-
(rnica vfa que posibilita que las cosas <lCccdan n esc climcuc evo- mentos cstnrcturalcs. S6lo asf podriin ak!ln~..ar una plena cohe-
lutivo. rcncia glob:~ I.

Gilbert Simondon, en su obra Du mode d'exi.stence des ob- Como ejemplo menciona Ia C\'oluci6n del motor de com-
jel.s techniques. cxplica con mucha clarividencia Ia genesis de los bustion. En cJ motor antiguo •las piezas so11 como perso7UIS que
objetos t~cnicos -que dlferencia de los obje10s e"teticos- )' ba- trabajaran cada una en. Stt mome1110, pero que 110 se conocieran
bla de esa cohcrencia intema que han de posecr: «el objeto sur- en/re si, las rmas a las ol1'QS» y anade, •cada rmidad tecnica mate-
gido de 1417 rrabajo absrrac·w de organizacion de subconjuntos es rial ha sido tratada como u11 todo abso/11to, acabado en una per-
el escenario de em cierro numero de relaciones de ra11 .5ulidatl reef- {eccion intrfnseca que, para su fimc iOil(lllriento, precisa estar
72 I \A\ ENTl RA CRI' \l1VA: LAS R,\ICES DLI l'liSI·NO 73

com/1/uitlll t'll .• istema n·rrado. lA i11te~mci611 a/ conjtmtcJ pre- #Jtr> It nmco (lo que ...:na pmpio ck· la alaa, e11 1011/o que a/eta}, pero
.<t'llla ,., t<t' caso tma sene Je problemas por rt':>"l' -.:r. que .<on lla- penmllt'lldo tambit?t wz addga:pmicmo de Ia culata (to que es /o
mmfa, pmblemas ticnicos y que de ltecho w11 pmblemtu de com- JITOJ>W de Ia a/eta e11 tamo que ucn·adzua). •
patibtlulad ewre COIIJllmos ya exi~tentes. £11 wt motor actual,
coda pieza imponautt' estti 1011 ligada a las demtf.,, por mten·am-
bio.\ ll'CIJ11'CICM de e11ergfa, que no puede ser vtm que Ia que es.• Bcllcz.n d e to eflca:~;

l.a, ale las de Ia C1Jiata, por cjcmplo. cumplen '~'da., misiones E~ta neccsidad de lograr una concordanci:. de funcion es
a b wt: no tan s6lo :,ir\'cn para cl mejor enf1iamil·nto dd bloque qu•· comc1jan en una result ante cohen~ntc no~.: limita a Ia ime-
dd motm, ,;no que, adcmi.<>, pos<.'Cn una funci6n llll-.:;mic:a. al re- l.tctivid<~d tecnol6gic~l entre los subconjunto:. que cncicrran los
[m-,.u Ia c.:ulata y e\'il.'lr 'u deformacion bajo Ia pr6i6n de los ga- ob]Cto~ r.:'Cnicos. No e!> algo corvlado propiu Jc lo,. objctos com-
~cs: •••/ de.1arrollo de l'sta t>stmcwm 1mica no~'·' d '''-"tltwlo de wt plcjos. E' una carnctcristica que hade poscer totla obra de fac-
comrmmli.1o, si11o de mw concomitwtcict y tie ww t·rml't'rl!t'ttcia: Ia tu r a humana pam que alcancc cse clfltuvc t•volutlvn. lncluso ha
cul11ta rwn·ada puede ser mas de/gada que 111111 t•ulaltt liStl con de c\btir en los mas c lemenl:lles utcnsilios fom1ados por tma
Ia m11111a rigidez; y por otro /ado, wta ctLlata tlt!lgmltz Jll:nllite inter- 'ol:1 pieza monolilica. csta convergencia sc cstablcce entonces
ctllllbW.\ tcnnicos mtis e{icace.s que los que podnim lograrse con entre ~ubzonas de Ia propia forma. Un:ll. subzon:~s que se com-
zma culata gruesa, Ia esmJctum btmle/1/e alelll-ll<'rl'<Jtlwa mejom el J'IOIIan \ tratan igual que los ~ulxonjuntos que conticne el ob-
e11{nami<·mo. 110 solameme atmll'ltta•ulo Ia ~up•:rfictt' Jd tlllacam- wto t<~nico. E.sra concordanda entre l:ll. part'-",., una sinergia
qm· lo abarca todo. dcsde lo-. materiale:., su conshtcncia. sus
cu.thdac.lcs, hasta 1:~ forma t.>xtcma. Forma que no cs sino Ia
tona opcrati\·a en Ia que 'C t•jcrccn las divers:~s funciones: de
m~n ll)hr::t, de protcccion, de con tc nc ion , dl! informaci6n y, ade-
m a:., d e significac i6n . Es prccisamen tc est n mh.ma coherencia
~ i nl'rgicn q ue admiramos e n las obras de Ia N;llu ro leza. En elias
~l' logra Ia in legraci6n v Ia pote nciaci6n de 11 11:1 l' lcna eficacia
upc1 at iva' de una ma\ima cconomfa de matt• ria' y de energfas.
Tudo clln en una ubra l"esUh.mtc cstructura:lonna. armoniosa y
'<·n<.:ilb a Ia \C7- Dd mi\mo modo. cada obra .u1iflcial encierra
l'll 'u luturo csa posiblc apoteo~is condusha' pr~-.:isamente
hac.:ia dla tienden lo, e,fucrLO" cr<·ati\'os cunst:mtc!> del Hom-
hi c . Todo sistema organizado alcanza su apogco evolutivo
cuando rcsulta operati\'a e intnnsecamente in,upcrable. Posec
cntonces, en plenitud, esa genuina coherencia global hccha de
l'quilibl-ios v annonias c~;dcntel'o. Toda esa contl•nida esencia de
pk·nitudcs dcstaca y sc pcrcilw. de tal manl'l<t, que su sola con-
tcmplaci6n cs Ia que pmduce Ia fn1ici6n cstctica.
74 l.J\ 1\V£NTURA CREATIVA: LAS RAfCES DEL DISENO 7.:)
"

E.'Ciste nsl una singular relaci6n entre p<!r(eccion operativa y perfecci6n opcrativa y, a Ia vez, una cstctica sublime. La forma
perfecci(m tm!tica. Una intima rclaci6n entre bdlew y e{icacia. es pn:ciMI ) suficiente, cl gcsto c'acto ' depurado, y no solo
Es como :.i l:l optimiz:lci6n de Ia eficacia, en los -.ere.~ y las co- todo clio agr-:~da a nuestros sentidos. sino tambi~n sonIa forma
sas, :.e expre,;~ra en Ia belle7.a de sus fonnas ode 'liS gestos. Por y cl geMo que mejor cumplen el cometido pr.ictico que los ha
ejemplo. ~>abemo' que Ia hennosa morfologi:l y los clegantes moth'3do. Allf, cl cntomo, las cosa.-.. los gcstos wn los espacios,
mo,;micntos dd jaguar o del tiburon encicnan una tremenda objetos \ movimientos min.imos y esencialcs para acometer ese
eficacia. En su anatomia yen ~us gestos, todo c' funci6n, nada acto con Ia m:hima economia objctual y gcstual. Asi, un acto en
es superfluo y a Ia vcz todo es bello. Para alc:ln7.llr su maxima apariencia domestico y rutinario, alcana1 una dimension y un
eficacia, las caracteristicas biol6gicas (los m1isculos, por ejem- contcnido simb61ico y estc!tico unico. Sin llcgar a este refina-
plo, o Ia dimen,i6n de sus miembros) han de ser tales que lo- miento trasccndcnte que Ia cuhura oriental ha conferido al arte
gran l>U m~himo rcndimiento en cl momento en que tam bien los de vi vir, tambi(!n podcmos observar, en otr-os ambitos, como en
CODl>ideramOS de maxima beJieza. U Carrera de Un felino tu- el de Ia pr.icticn de una actividad deport iva, como cl tener ces-
Uido no s61o l>Ct-:i menos r.ipida sino que, ademois, de menor ca- tilo• posibilita, v a Ia vez revela, ellogro de un maximo rendi-
Udad estctica. miento con un menor esfueno. Un perfecto drive en tenis, o
.swiug en golf, o godille en esquf, no solamente son unos movi-
Esta sugercntc rclaci6n que parece c:otistir entre e{icacia y miento- bellfsimos, sino que, adem:\:., son aquellos que Jograr.ID
perfecci6tt fonnal tambi~n pucde ob.scrvar.c en Ia t!litructura una ma~ima cficacia. Asimismo, Ia carrcra del leopardo es la
mhma d<· nue,tra mh intima materia viva. Porejemplo.la neu- mfu. \dOL del rei no :1nimal y a In vet Ia mfu. bella.
roftsiologia ha pucsto de manifiesto que d cerebro humano esra
constituido por tre' 7onas dislintas, trc~ capas supcrpuestas y
complement arias: 1) el archic6rrex, que nos provicnc de los rep-
tiles y que rige nnestra~ reaccioncs m:ls prim::u·ias; 2) cl paleo-
cortex, que hcmos heredado de los pri mero~ mamffcros y que
nos ha dorndo de los instin tos elementalcs (ndem:is del olfa to y
del sabor). y 3) c i ii<!Ocortex, •padre de Ia abslracci6n y madre de
Ia inv<·nci6n• (profe!>or MacCiea n) y que c~ en dondc an ida Ia
concicncia. Pues bien, l:1s ncuronas que componcn cl archic6r-
tcx (bulbo rJqufdco, ccrcbclo, rn~dula) se h;~llnn di~pue~tas en
un complcto dc~orden, Ia~ del paleoc6rte\ (hipotjlamo, hip6fi-
sis) ya -.c c\lructUran mas ordenadamcntc ), por 1Htimo. las del
neoc6nex -.e hallan ~rfectamcnte ordenad~ y alineadas.

Tambien en las e'prcsiones de Ia cultura se manifiesta este


peculiar· vinculo. En Ia ceremonia del tc -al margen de su alta
carga simb<1!Jca se h:1 llegado a sublimar cad;~ objcto y cada
gesto, a travcs de los siglos, hasta hacerlc:. alcamar una maxima LA·oparr/o f'<'l'<l/!,lllmdo 511 prr.,a: ..(icana y 1><:1/e;.a a Ia •-ez.
76 LA AVENTURA CREATIVA: LAS RAfCES DEL DISEÑO LAS COSAS 77

Como toda ap•·eciación humana, el concepto de lo que es E l resumen de lo expuesto podría ser:
bello o no lo es puede ser relativizado. Sin embargo, me atreve-
da a decir que hay casos en que la valoración de la belleza es- a) que todo objeto útil tiende, por pt·opia lógica evolutiva,
capa y excede a cualquier estimación reflexiva o singula.-idad hacia una perfección total, hacia su clímax;
cultural y proviene de alguna pauta innata propia de la condi- b) que este clímax se alcanza cuando la saturación de su
ción humana. llay momentos en que captamos la belleza de eficacia operativa se ha logrado con una máxima econo-
algo sin tener que referirlo a ningún orden de valores. Por ejem- mía de medios;
plo, cualquier persona occidenta l es capaz de distingui r cuál de e) que esa meta sólo es posible c uando existe una óptima
los ejecutan tes dt: una danza guerrera masa"i es el mejor danza- cohe•·encia interna, y externa, del objeto;
lin. i\ la inversa, un masa·¡ podr·ía iden tificar ni mejor bailalin d) que es ta coher·e ncia sólo puede se r Facilitada cuando
en la troupe del Bolc hoi. Parece como s i algo en nosotros nos ex iste una adecuada concordancia enu·e los distintos
permita intui1· esa relación directa que existe entre es/ética y efi- eleme ntos en juego; y, ñnalmcn te,
cacia. Como~¡ supiéramos que cuando a lgo cxtc.-ioriza belleza e) que cuando todo esto se consigue, se alcanza tam bién la
es porque ha alcanzado el clímax de su eficacia. La eficiencia, belleza.
como concepto cualitativo abstracto, se concretizada entonces
de un modo aparente ~n la belleza. En biología, cuando las cualidades biológicas que precisa
un organismo para existir se cumplen todas fundiéndose en tma
resultante morfológica armoniosa en la que ya no es posible dis-
tinguir cada subfunción se habla de onomor{fa. Al alcanzar el
apogeo evolutivo se accede también a la belleza formal.

Rituale.\ o deportivos los gestos son siempri' mñ~t e~léticos


cutmdo alcanzan la per{ecddu.
11
Los años de la
revolución industrial,
1760-1830
a cuestión planteada en el capítulo anterior encuentra respuesta,
L aunque parcial, en las palabras de T. S. Ashton, uno de los princi-
pales analistas de la revolución industrial. Tras detallar los cambios
acaecidos en dicho periodo, observa: "Se podría discutir ampliamente
si una serie tal de cambios debe llamarse o no 'revolución industrial'.
Los cambios no fueron sólo 'industriales', sino también sociales e
intelectuales. La palabra 'revolución' implica un cambio súbito que
no es propio de los procesos económicos. El sistema de relaciones
humanas que algunos llaman capitalismo tuvo su origen mucho antes
de 1760 y alcanzó su pleno desarrollo mucho después de 1830; por
tanto se corre el riesgo de dejar de lado el hecho esencial de su conti-
nuidad. Sin embargo, la expresión 'revolución industrial' ha sido adop-
tada por un gran número de historiadores y se ha afianzado de tal
modo en la lengua común que sería pedante ofrecer un sustituto de la
misma" .1 Nuestra intención no es tal, sino la de sostener que la revolu-
ción industrial no supuso una verdadera división entre artesanado e
industria, como parece indicar implícitamente el fragmento citado.
Dicho esto, aludiremos a las características peculiares de este perí-
odo y a su relación con el fenómeno del diseño. Como es sabido, la
tecnología moderna nace en Inglaterra en los años de la revolución
industrial y se vincula a inventos importantes, como veremos más
adelante. Como ha observado Michael Polanyi, "la invención es una
obra que se escenifica en un teatro lleno de gente"/ dando a enten-
der que no es nunca el fruto del trabajo de un solo individuo, sino de la

1 T. S. Ashton: lA rivoluzione industria/e, 1760-1830. Bari: Laterza, 1970, p. 8.


2 Cit. en ibid., p. 20.
colaboración de muchas fuerzas concurrenres. Ashton utiliza esta idea
para explicar el nexo entre ciencia y técnica que está en la base de la
revolución industrial, a la que consideracorn:o el concurso de diversos
factores interrelacionados.
"Los inventos", escribe, "aparecen en todas las fases de la historia de
la humanidad, pero es ,¡:'áfo\que surjan en una comunidad de sencillos
campesinos o peones. GCÉoyuntura cristaliza sólo cuando la división
del trabajo ha alcanzado tal grado de desarrollo que los hombres se
dedican a un único producto o proceso productivo. Esta división del
trabajo existía ya a principios del siglo XVIII, y la revolución industrial
fue en parte causa y en parte efecto de una acentuación y extensión del
principio de especialización (... ]. La corriente del pensamiento científico
inglés que nace de las enseñanzas de Francis Bacon y se engrandece por
el genio de Boyle y Newton fue una de las principales aportaciones de la
revolución industrial[... ]. La filosofía natural empezaba a liberarse de
sus vínculos con la metafísica y a subdividirse -otra aplicación del
principio de la división del trabajo- en las distintas disciplinas de fisio-
logía, química, física, geología, etc. Las ciencias, sin embargo, aún no se
habían especializado hasta el extremo de perder el contacto con el len-
guaje, el pensamiento y las actividades de la gente corriente( ... ]. Físicos
y químicos como Franklin, Black, Priestley, Dalton y Davy estuvieron
en estrecho contacto con los principales personajes de la industria britá-
nica: el trasiego entre laboratorios y oficinas era constante; y hombres
como James Watt, Josiah Wedgwood, William Reynolds y James Keir
se defendíán bien en ambos ámbitos. Los nombres de ingenieros, mera-
lúrgicos, químicos industriales y fabricantes de utensilios que figuran en
el registro de socios de la Royal Society evidencian cuán estrechas fue-
ron las relaciones entre ciencia y prácrica en aquella época" 3
Del mismo modo en que ciencia positiva y tecnología, junto al libe-
ralismo, al industrialismo y al capitalismo, formaron un "sistema"
económico-productivo coordinado que incidió en la vida de toda la
comunidad, los resultados de las innovaciones tecnológicas consiguie-
' ron modificar en breve tiempo la propia distribución de la población
en el territorio y formar la llamada civilización urbana. Benevolo escri-
be al respecto: "En la primera mirad del siglo xvm Inglaterra sigue
siendo un país principalmente r-ural y la industria se asienra funda-
mentalmente en el campo. Mientras se utilizó el carbón de madera en
la elaboración de los minerales de hierro, los altos hornos se empla-
2~-?Fabricaci~n de carbón de madera en una ilustración de la Encyclopédie.
3 T. l.l--6. Dos tuladoras de rueda del siglo xvm.
S. Ashton: La rivo[¡¡zione industriale, op. cit., pp. 21-21.

37
18. Tejeduría del siglo xvm en un dibujo de \Y/. Hogarth.
29. Hiladora de Crompwn (1799).
17. Telar inglés de lanzadera volante del siglo xvw.

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30. Diseño de telar de R. Arkwright. 32. Diseño de locomotora de G. Stephenson.


31. Instrumentos típicos de la primera indusrria doméstica. 33. J. Emslie. locomowra, 1848.

41
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zaron cerca de masas forestales; la industria textil se basaba en una meras aplicaciones técnicas del hierro, y proyectado por el arquitecto
organización del trabajo a domicilio y los propios campesinos y sus Thomas F. Pritchard, se trata de un arco central de 30 metros de altu-
familiares alternaban los trabajos del campo con la hilatura y el tejido ra, formado por dos semiarcos de una sola pieza construidos en hie-
mediante aparatos manuales de su propiedad o arrendados a los que rro y fundidos en la vecina herrería Madeley de Abraham Darby en
suministraban el trabajo. Sin embargo, cuando el hierro se empieza a sólo dos años, de 1777 a 1779. Erigido en uno de los distritos indus-
elaborar con carbón fósil, los altos hornos se concentran en los distri- triales más activos y celebrado, entre otros, en numerosos paisajes de
tos carboníferos. Cuando en 1768 R. Arkwright encuentra el modo de pint~res románticos favorables a la presencia del esquemático "objeto"
aplicar la energía hidráulica a la hilatura y E. Canwright a la tejeduría mecamco en el contexto natural, el puente se convirtió en una especie
en 1784, tales actividades se concentran allí donde hay disponibilidad de monumento de la revolución industrial. Pero, más allá de su signi-
de agua corriente. A su vez, cuando la máquina de vapor de Watt, ficado Yvalor históricos, el puente sobre el Severn inaugura, por decir-
patentada en 1769, comienza a explotarse como sustituto de la fuerza lo así: un tercer sector del diseño industrial y su correspondiente pro-
hidráulica entre 1785 y 1790, la concentración puede producirse en blemanca. Nos referunos a aquellas construcciones, primero clasificables
cualquier luga~ incluso lejos de los cauces de agua. La red de canales sin más en el dominio de la arquitectura y después en el de la ingeniería,
construida a partir de 1759, que abarata el precio del transporte inclu- que Incorporan elementos producidos industrialiuente.
so para los materiales pobres, reduce ulteriormente la dependencia 'El caso del famoso puente inglés nos permite plantear un interro-
industrial de un enclave específico. Los ámbitos de concentración gante: ¿se puede hablar de diseño industrial también en el caso de lás
industrial se convierten en centros de nuevas aglomeraciones humanas construcciones y productos únicos, es decir, aquellos carentes del
de rápido desarrollo, o bien, al surgir junto a las ciudades ya existentes, carácter de serialidad? Ciertamente, esto último constituye un aspec-
provocan un aumento desmesurado de su población".4 to fundamental del diseño; aún así, una manufactura que requiere de
Pero ¿qué es lo que afecta más o menos directamente a la naciente un notable esfuerzo proyectual y productivo, de alta tecnología, del
"cultura del diseño" del gran crisol de acontecimientos científicos, tecno- concurso de varios especialistas, etc., entra por el conjunto de estos
lógicos, económico-financieros, sociales, etc., surgidos en este periodo? esfuerzos en el ámbito del diseño, independientemente de su unicidad
Las propias máquinas industriales suponen una primera implica- Yfalta de serialidad. Por otra parte, la mayoría de buques, implantes
ción con el diseño, al nacer bajo la impronta de su gran funcionalidad paruculares, "máquinas" para nuevas experimentaciones, etc., siguen la
y eficiencia y, por tanto, con una modesta pretensión "estética n que misma lógica: la proyección y tecnología más sofisticadas al servicio de
conquistará el favor de la crítica más moderna. De hecho, de los artí- una realización única.
culos presentados en la Gran Exposición de Londres de 1851 será Volviendo al período 1760-1830, se debe subrayar que a pesar del
precisamente la maquinaria, casi totalmente exenta de preocupaciones nacimiento de nuevas tipologías de productos, del empleo de nuevos
estilístico-decorativas, la que marcará el progreso real, incluso en lo materiales y del invento de nueva maquinaria, los sectores productivos
que a gusto se refiere, durante el período de la revolución industrial. Lo que remiten con mayor inmediatez a la cultura y al fenómeno del dise-
veremos en el próximo capítulo. ño son los que presentaban una mayor continuidad respecto a la tradi-
Un segundo sector de la producción de ese periodo relacionado _ción, aquellos en que mejor se apreciaba al paso del artesanado ala
con el diseño es el de aquellos productos que, gracias al empleo de nue- industria. Así, la historia del diseño en esre período coincide, como
vos materiales como el hierro fundido, el hierro o el acero, experi· corroboran varios autores, con la industrialización de una de las manu-
mentan una notable transformación y sustituyen a muchas manufactu- facturas más antiguas: la cerámica. Además, observamos que a pesar
ras realizadas anteriormente en madera o piedra. En este sentido, es del mdudable movimiento colectivo que contribuyó al nacimiento de la
emblemático el puente sobre el río Severn en Coalbrookdale. primera civilización industrial, fueron casi siempre diseñadores pro-
Probablemente ideado por John Wilkinson, el mayor artífice de las pri- ductores, empresarios e incluso comerciantes individuales, qui~ne$' ..•die-
i ron identidad distintiva al diseño en su desarrollo; como sigue suce·
~L. Benevolo: Storia dell'architettura. Roma·Bari: Latcrza, 1973, pp. 71-72. diendo actualmente.

43
Josiah Wedgwood (1730-95), amigo de Boulton y de Watt, fue una
de estas personalidades y sin duda 11no de los mayores ~)(E2.!1'-ntes de
io<foerffióvimiento de la revolución-íiidustriaCDescendiente de una
tamilJa de -cerannstas activá desde principios de! siglo XVII, se ocupó del
desarrollo de Potteries, el distrito de Staffordshire especializado en la
---z prodll(:ción de cerámica, fundando enT769T;~Í~bretábrica Etru~ia
cérea de Henl~Y,--(i;;~debe considerarse junto a CoolbroOkdaF,
Cromford y Soho, un modelo para muchas otras empreSas, Sin ten~
una formación científica, siguió con vivo interés los inventos y avances
tecnológicos de su tiempo, sobre todo el de la máquina de vapor cuya
energía utilizó para triturar los materiales y accionar los tornos de su
fábrica. Él mismo inventó un pirómetro para medir la temperatura de
los hornos, lo que le valió la incorporación a la Royal Society en 1783.
Más allá de sus méritos industriales específicos, de los que nos ocuP.a·
remos más adelante, debemos a Wedgwood la construcción de una de
lás primeras colonias obreras, una gran inversión en la mejora o cons·
tr~cción de nuevas carreteras y, sobre todo, la finalización del Grand
Junction Canal, cuya apertura en 1777 mejoró enormemente las comu-
nicaciones y transportes en el distrito de Potteries. De orígenes humil-
des, al final de su carrera había cosechado una notable fortuna gracias
a la transformación de una fábrica rudimentaria en una de las mayo-
res industrias nacionales.
Consideremos la actividad de Wedgwood atendiendo a los cuatro
parámetros del diseño: el proyecto, la producción, la venta y el consumo.
En cuanto a los aspectos dasificables en el ámbito del "proyecto",
la producción de Wedgwood presenta un doble rasgo: el ornamental
y el utilitario. Al primero, de raíces culturales, artísticas y de estilo
elitista, contribuyó la asociación de Wedgwood con Thomas Bentley,
un comerciante de Liverpool bien introducido en los círculos intelec-
tuales y descrito como un "hombre de gusto excelente, perspicaz y
con buena disposición de ánimo", 5 Fundada oficialmente en 1768, la
sociedad comportó una especie de división de funciones: Wedgwood
se ocupaba principalmente de los aspectos económicos y productivos,
y Bentley de los proyectuales, promocionales y comerciales. Como
señala Klingender; "es interesante ver cómo en la correspondencia
entre Wedgwood y Bentley ya se habla de problemas comunes a los
comparuifospor-disénadOres de hoy, problemas relativos a las con-
diciones laborales o.. a-----
los derechos de propiedad de las ideas del artista_
- ----------------------- .
34. Máquina de vapor, hacia 1830.
5 Cit. en H. Read: Arte e Industria. Milán: Leric~ 1962, p. 38. 35. Esbozo de la máquina de vapor de doble . .
de carbón mineral. etecto de Dlmmendhal para el rranspone

· ' •-rf\ 1 01{)


Ambos socios andaban siempre en pos de talentos inéditos y tenían una masa de personas que las más comprometidas muestras de ar-
buen olfato para reconocerlos" .6 quitectura y decoración.
Desde el punto de vista estilístico, la producción de Wedgwood se Pero junto a toda la gama de productos artísticos, decorativos y
inicia con la imitación de modelos del pasadú,(fe!Os chino-saTos ornamentales destmados a un publico de aficionados y coleccionistas,
ar
etrliSCos;liasraflegar NeocíaSicisffiü, queacabó por-car.cteri;;:;:ro:- · que encontrará su lugar definitivo en las colecciones de los museos la
tafffieñíe los productos de la empresa hasta el extremo de convertirse producción de Wedgwood presenta, como apuntábamos antes, o~ra
en la mejor expresión del Neoclasicismo en el campo de la cerámica. gama de objetos nacidos con la intención de ser utilitarios y funcionales.
En dicha orientación del gusto también se deja sentir la personalidad Yes aquí aollifeiñé]or-se manifiesta l~g~;;iali&!d de Wedgwood: par-
de ambos socios. De hecho, según Klingende~ "lejos de los elemen- nendo de la ex_penen<:la personal y de la tradición local supo encontrar
tos que en la segunda mitad del siglo XVIII hicieron del reviva/ clásico, la manera de adecuar ¡ifogresivamentelaforñi;;-é!e-ios -productos cerá-
patrocinado por intelectuales como J. J. Winckelmann (1717-68) y micos a su función, a través de un proceso de continuas reducciones y
Denis Diderot (1713-84), una expresión de la creciente influencia del s1mplíhcaciones, ajustando la cantidad y reduciendo el precio como exi-
'iluminismo' burgués, el motivo que empujó a Wedgwood a imitar a ge la producción en serie. Para la historia del diseño este segundo tipo de
los antiguos fue el deseo del emprendedor industrial que quiere supe- pr()d'::~~s es el ~e más interesa. Ya en 1924, en el libro English Pottery,
iiii'T:isme¡ ores obfiisproaU:Cíd;s-e-ñ-Cliafq;;;~rTugary-éil cualquier Herbert Ready Bernard Rackham sintetizaron las características de
é)J"cíca"?laíñsp!ració-;; neoclásicaael"iñi:e!eéliíal"-:Bent!eysería estas cerámicas de uso común: "Wedgwood fue el primer 'alfarero' que
másarticulada. Como escribe Herbert Read, "bajo la tutela de Bentley, ideó formas que se adaptaban completamente a su finalidad y que al
Wedgwood fue introducido en el círculo de sir William H:~n;-¡¡~Q!b que mismo tiempo se podían reproducir con absoluta precisión en cantida-
jusro·e:ñi:éiñCíS éSíabá-pübliC:indo sus
mapas !hmr~do~. de-la antigüe- des ilimitadas, de manera que pudieran ser distribuidas a la escala que
daagríéga yetrusca: A través de esta actividad, el ministro británico exigía la extensión de mercado que él mismo había ampliado de este
en·Najíoles·teriñiiíó por instaurar una costumbre cuyo significado modo( ... ). L>Js formas solían ser extremadamente prácticas y muchas de
Wedgwood no tardó en comprender. En la historia del arte, la cerámi- ellas -co_~O_IJ()r_eJ_"_r:'piOia-garratapanzuda cle-cuellocortoy ancho y
ca había sido el medio de expresión del más alto genio artístico de una se
eloorde curvo, apropiada pariescan(:iafyfáéil delímpiar.:. han man-
nación: la urna griega se había convertido en el símbolo de toda la tenido como formas estandarizadas hasta nuestros días. En cada uno de
gracia y la serenidad del mundo antiguo. Wedgwood decidió que el
arte de la cerámica sería de nuevo elevado a aquel~altmaS::t:fue así
como encargó a los mejores artistas del país, con John Flaxma~ a la
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los detalles de su estructura se nota eficiencia y economía de medios" .9 .
El hecho de que estas cualidades y características fueran aprecia-
das en los años veinte del siglo xx, en pleno debate sobre el diseño, no
cabeza, copiar los antiguos prototipos o adaptar!~~ mo- es sorprendente; más significativo resulta que asombraran a un poeta
dernos. En cierto sentido lo hicieron demasiado bien, ya que se im- del siglo XV!l~ Nova lis, que llegó incluso a comparar a Wedgwood con
puso una moda clásica sobre todo el arte decorativo del mome~ Goethe: "Goethe es un poeta completamente práctico: sus trabajos son
¡)OOríaliiCluso afirmar que se tuvo que mventar un esnlo arquitectó- como los objetos de decoración doméstica ingleses, extremadamente
nico y una aecoraCioiique se adaptaran a los productos de Wedgwood simples, nítidos, prácticos y duraderos; ha conseguido para la literatu-
que invadían el mercado". 8 El juicio resulta algo exagerado, pero el he- ra germánica lo que Wedgwood ha hecho para el arte inglés; como
cho es que un objeto relativamente pequeño, un artículo de cerámi- éste, Ysólo gracias a su inteligencia, ha adquirido un buen gusto que es
ca, halló un modo mucho más efectivo de penetrar y difundirse entre económico por su propia naturaleza; ambos hombres tienen muchas
cosas en común, están unidos por una estrecha afinidad entendida casi
en sentido químico". 1o
6 F. D. Kligender: Arte e rivoluzione industria/e. Turín: Einaudi, 1972, p. 66.
9
'/bid., p. 68. Ci(. en ibid., p. 39.
8
H. Read: Arte e Industria, op. cit, p. 38. lO [bid., p. 36.

47
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36. Panorama deCoalbrookdale, 1758. 38. El puenre sobre el río Severn en Coalbrookdale. 1777.
37. Máquina de vapor construida por la empresa Fenron & Co., Leeds, 1827. 39. La fábrica Etruria de Wedgwood sobre el canal Trent·Mersey.

49
Aunque este paralelismo pueda considerarse una exageración, no hizo posible, por primera vez, un control perfecto de la temperatura de
deja de ser un hecho que una actividad extremadamente práctica como los hornos. Como pionero de los grandes planificadores industriales,
la del industrial inglés fue vista en clave de alta cultura. Wedgwood dio una gran importancia a la formación de la mano de
En cuanto a la cerámica de Wedgwood como fenómeno de pro- obra; a la colaboración de artistas y diseñadores, entre los que recorda-
ducción, cabe destacar en primer lugar su interés por abastecerse de mos al ya mencionado John Flaxman, John Flamas, John Bacon,
materia prima: importó tierras especiales áe vanas reglonesde Europa . Webber y Placet; a la selección de los directivos y los vendedores; y,
y delilllérlca, pero~;;¡;;~·roció'(l(, Com~alle~~seg;¡f:indosé la mayoría quizás más importante, al esfuerzo por evitar el derroche. En conclu-
deías-ácciones.deíacompaníaiié-arcill~sq;,e operaba allí. Su interés -~ sión, la racionalización de los procesos de trabajo, la serializaciórr de
por la finalización .del canal Trent-Mersey en 1777 se debe también al los prototipos más conseguidos y la creación de la demanda donde
hecho de que tal infraestructura independizó casi plenamente la pro- -\
~--
antes no existía, sintetizan y completan la obra de este precursor de la
ducción de los proveedores locales de materia prima. Utilizó la maqui- cultura del diseño.
naria hasta donde era posible en los procesos previos de la elabora- Err lo tocante a promoción, venta y consumo, el ejemplo de Wedg-
ción, como la trituración del sílice, la tamización y la mezcla de tierras, wood tampoco pudo superarse durante mucho tiempo. Parte de la docu-
pero allí donde no consiguió mecanizar todo el proceso productivo lo mentación relativa a estos sectores se encuentra en la ya citada correspon-
subrogó con el principio de la división del trabajo: moldeadores, tome- dencia con Bentley, responsable de la oficina de ventas de la empresa en
ros, forjadores, decoradores, encargados de los acabados y asist;;;;tes, Londres.
susííiu:ye~onTifigu~;-&;:¡;, delVíejOartesano~eramísta. Al hablar a A medida que aumentaba el capital invertido en instalaciones y
favor de lad!visioií del trabafó; uno-defosbal;;,;-;,1:;; ideológicos de equipamiento, Wedgwood, como todos los industriales, empezó a ocu-
Adam Smitli y principio base de la producción industrial, T. S. Ashton parse de que no permaneciera inactivo. Por otro lado, la demanda del
parte precisamente del ejemplo de Wedgwood: "Dividió la elaboración mercado aumentaba, ya fuera por el mayor nivel de vida de los habi-
de la cerámica en una serie de procesos diferenciados; cada uno de los tantes, como por el perfeccionamiento de muchos productos gracias a
cualesreq-uería úüaa¡iti!üd. espécíaíyaTgüñüüil c~~s~mado talento las nuevas máquinas, que podían introducir en el mercado urra gran
~o. Péro esta emergencia .de ¡;uevas cua[ificaciones no tuvo kgar cantidad de mercancías a un precio lo suficientemente bajo como para
a expensas de los oficios que no empleaba la gran industria: la cons- que fuera asequible para la mayoría de compradores. Wedgwood se
trucción de las fábricas requería la pericia de albañiles y carpinteros, adapta e incluso contribuye con su producción de cerámica "útil" a la
del mismo modo que para equipadas se precisaba la habilidad de tor- lógica del trabajo industria~ calcular la producción y reducir los pre-
neros, gente que elaborara herramientas y utensilios y un sinnúmero de .cios para producir más en menos tiempo. Como observa Ashton, "una
artesanos que trabajaban por cuenta propia o en pequeñas empresas. de las principales características psicológicas de la revolución indus-
Cuando alguna vez se ha dicho que la revolución industrial elirrünó la trial fue precisamente un nuevo sentido del tiempo" .12 Aún diremos
cualificación en el trabájo, no;ólÓ-;e ha afirmado algo que no e;~;~- más, la mayor diferencia entre artt;;a.'riad()e íridustriapuede reducirse
to, sino algo diametralmente opuesi:9 ª-1ay_enhd". 11 - ae
justamffireaunC'il.mbio ritmo de pr()_<!~fill!L
En la fase de la producción es donde Wedgwood sacó partido.d~ La lógica de la productividaáno fue ajena en sus inicios a dificul-
su_ e!(l?,EJ:~j::-Q<:i~'!- coa :ientí&<::os_e_~n~~ntores. Como ag_ort~i?. ~~1~~12St> tades e interferencias. Como escribe Klingende~ "el problema más gra-
c~úles a la tecnologta de la industria cerámica hay que mencionar el ve que acarreó el aumento de la producción nació de la necesidad de
------- ------- ----·
------------~---·-----~-
estudio y mejora ~!:los compuestos químicos de las 3rcilla?xlos
--
'negociar, trocar, intercambiar', en resumen, la compra-venta que
ésíñaltes;erperfeccionamiento del torno; la inrroduc~ión del banco Adam Smith había reconocido como el factor esencial concomitante a
'iutante; el descubrimiento de nuevos tipos de cerámica como los la subdivisión del trabajo" .13 En el centro de esta fase comercial está la
'basaltos negros' y los 'jaspes'; la invención del citado pirómetro que
" /bid., p. 106.
11 13 F. D. Klingender: Arte e rivolu.zione industriale, op. cit., p. 66.
T. S. Ashton: La rivoluzione industriale, op. cit., pp. 129-130.
40. (sup. izda.). Jarras de basalto negro diseñadas por J. Flaxman para Wedgwood en 1775
(reproducciones modernas). 44. Wedgwood, reproducción del jarrón Pon:land (1793).
41-42. {sup. dcha.) Servicio de cocina y tetera de Wedgwood, diseñados en 1768 y todavía en 45. Primer catálogo de los modelos Wedgwood que ilustra los motivos para el servicio
producción. de cerámica de la reina (1773-1814).
43. (inferior). Juego de té de Wedgwood en cerámica negra., 1778·80.

53
moda,/ q¡y'!.impgrtancía
/ '\
fue entendida inmediatamente por Wedg- percibe una belleza distinta. Pero es cierto que dentro de la variedad y
wooct: "La moda",:escribe en 1779, "es en muchos aspectos superior al los capnchos_ del gusto hay ciertos principios básicos de aprobación 0
'mériio',r.mil-ej¡{rnplos demuestran que sí usted tiene un hijo predilec- desaprobacwn, cuya mfluencia puede ser apreciada por una mirada
to sobre el que desea atraer el afecto y la atención del público, sólo atenta en todas las operaciones del espíritu" .17 Para comprender tales
debe escoger un buen padrino"." Evidentemente, toda la cuestión pro- pnnCipws, Hume se remite a la naturaleza de los sentimientos: "En
mociona! y publicitaria había sido valorada con-;;;,niente~;;:te por toda cria:ura ha Y__':':¡¡_e_s~do _s•_':':()_ y~tro jefectuoso y se puede supo:-
n';,esrro noriilire. c<imenraiia<n,-ste1ragmento;1Zlmgender prosigue: ner quesoTOei pnmero es capaz de darn_gs u1!_a_v"'Qidéfa-regiá-sobre-
"Aullijue lalñstigaran, Wedgwood, Boulton y otros fabricantes de el gusto Y__eíséñtíiíiiento;' _-18-Peroel gusto debe ser educad~-y-esr:;r libre
mercancías de lujo [...]seguían dependiendo fuertemente de la propia de prejuicios: "ESdeFer del 'sentido común' neutralizar la influencia de
moda. Ya en la segunda mitad del siglo XVIII el ver <:Lidero ~rbitro del éstos; y desde este punto de vista, como desde muchos otros, la razón,
gusto no era el diseñador o el fabricante, sino el hombre de negocios, aun sin ser parte esencial del gusto, es por lo menos una condición
cuyo cometido era adivinar las oscilaciones del gusto en la opinión para que esta facultad pueda funcionar[ ... ]. Sólo el sentido común
pública para anticipar, cuando era posible, el cambio e influenciar la sumado a un sentimiento educado por la práctica~:Períéccíonado por éi
moda con un flujo continuo de 'novedades'" .15 hábito del cotejo y liberado de todos los prejuicios, puede conferir a los
A pesar de las limitaciones proyectuales, productivas, de venta y de críticos esta cualidad preciosa; y la sentencia unánime de éstos, allí
consumo propias de esta primera época de la industrialización, la feno- donde se dé, es la verdadera regla del gusto y de la belleza". 19
menología del diseño ya se había desplegado enteramente. Frente a Más allá de las inexactitudes e incoherencias, se trata de una posi-
otros fabricantes menos sagaces, Wedgwood había intuid()_ que la pro- ción emblemática del pensamiento del momento. De hecho, la estrecha
ducción no podía ceñirse a un nivel elitista (de ahí su interés por la relación entre buen gusto y sentido común traza un ideal humano
ceraffiíca"-Jit!P;y p;;pular)y que ei arte, iuntocon la moda, jugaba un típico de la sociedad burguesa que empieza a afianzar sus valores. El
rol determinante en la actividad-industriaL - · · · - --- análisis de Hume, como se deduce del título del ensayo, intenta en la
-- -FiiúilmerÍte,-~~ los afio'~ de l~ re~olu¿íó~ industrial hay que resaltar práctica nivelar el gusto con parámetros medio-altos que pretenden
la emergencia de una estética o de cierta orientación estética entre influenciar los comportamientos sociales y los productos de una socie-
aquellos mejor adaptados al dise~g:~0derao\ En este sentido, destaca dad determinada. El intento de Hume de confiar al gusto y al sentido
el pensamiento expresado por David Hum?{~711-76). En su famoso común la búsqueda del placer sensible o "belleza" -y recordemos que
ensayo Of the Standardo(Tqste'ae-1-75-1; cóirÍo empirista convencido, la estética ll_~errecisamente como ciencia de la perfección ~f!rrsible y
Hume no s~preocupa-ÍJor defi;;¡, la idea de lo bello, sino de encontrar su
no como ciencia del arte- hace que coniíibuéiÓnri:sÚlte, a la postre,
i los fundamentos del juicio estético, del gusto que está en la base del muy actual. Así, awlalmente parece haber acuerdo al menos sobre un
'pÍacei ydeldesag~ado.Tras--constatar lagran variedad dé gustos, se puntoJa-belleza,ei place~ el g~stú;':entendidos como componentes
pLiñieieljiióbleina de buscar una "regla del gusto[ ... ] mediante la estéticos del diseño, pertenecen a una esfera extenaiaa-ae la estética-y
. cual se puedan conciliar los diferentes sentimientos de los hombres o, no a la del arte emergente; de ahí la confirmación por otro conducto,
al menos, se pueda llegar a una decisión que, cuando se exprese, con- mcluso en los últimos estudios de estética gue sostienen la distinción
firme un sentimiento y condene otro" _16 De hecho, no existen reglas a entre lo artístico y lo estético, de que ~T_diseii"oes -''1ite ~pli~ad~
priori a las que remitirse: la belleza "no es una cualidad de las cosas "c!_~corativo ", "i~?-~~t_rial", etc., atributos, pÜf-SUp-uesto~--deSpOjadOS- / ¡-)//
_,. ·'
mismas, existe sólo en la mente de quien las contempla y cada mente de las connotaciones negativas o reduccionistas que tanto se discutieron

17
14 Letters o{ fosiah Wedgwood, edición. de Lady Farrer, 1903, vol. U, p. 382. lbid., p. 3l.
18
15
E D. Klingender: Arte e riuoluzione industria/e, op. cit., p. 66. !bid., p. 34.
19
ló D. Hume: La regoÚJ del gusto {1757). Bari: Laterza, 1967, p. 30. !bid., p. 43.

1 n<> :1ñn-:; d,~ b revolución industrial. 1760-1830 55


en el XIX. Es más, en algunos casos tales connotaciones incluso han
cambiado de signo: la expresión favorable del arte aplicado frente al
arte puro es el caso más re~elador;¡=;n un escrito de Argan se explica
claramente este cambio: "A! arte puró ·se le ha reconociclo. generalm~n­
te un grado de valor y de dignidad más elevado que al arte -- - aplicado\
' )

el propio concepto de aplicado implica la idea de cierta precedencia ael


arte puro y de un posterior empleo de sus formas en la producción de
objetos de uso. Este juicio se debía a la valoración de la técnica como
mera manualidad, privada ae todo é;;;:ácter_y_f~e~~~¡;¡;:;¡_ el siglo En
¡)ásado, éiiandc;t~nía lugar la-revolución industrial, ese orden devalo-
res se invirtió: la técnica y la práctica, uniéndose a la ciencia positiva
que era el gran ideal del siglo, asumieron un valor ideal, al tiempo que
el antiguo jdeal estétk(> decaía, como es sabido, hacía un academicis-
. mo inútil. '!,.os puentes,' los viaductos, los grandes alrnªCe!les, en suma
:·:! 1 las primera's"coristruccioiies eñ fí!erfoy·~~;;;ento son el precedente
- , .... · diféiio (lefdiseiio industrial; su 'belleza' depende de su perfecciÓn téc-
nica y de su adecuación a una función práctica, y dado que litéCnica y
li práctica implican un hacer, la idea de lo bello se relacionÓ con el
hacer y ya no con el contemplar" ,2°
Cuanto se expone en esta cita explica el cambio de actitud respecto
a las artes aplicadas, pero no puede r~gis!~arw~ tormentosa fue la
polémica sobre la relación entreaúe e ind~ aún sin resolver.
Tampoco puede decirse que la posición aeHume refleje el pensamien-
to que se tenía sobre esta materia entre los siglos XVIII y XIX. Sin
embargo, no es casual que precisamente en los inicios de la revolución
industrial sea un filósofo inglés quien anticipe algunos puntos del deba-
¡
rt
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te y establezca en el binomio buen gusto/sentido común la base de la '¡ ¡
llamada estética industrial. · '~
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1!

lO G. C. Argan: Il disegno industria/e, op. cit, p. 133.

;6 Los ailos de la re\·olución industrial, 1760-1830


PRIMERA REVOLUCIÓN SEGUNDA REVOLUCIÓN TERCERA REVOLUCIÓN
CRONOLOGÍA 1760 - 1830 1870 - 1914 1945 - HASTA NUESTROS
DÍAS
MATERIAS Se usan nuevas materias En esta segunda etapa, las Las materias primas
PRIMAS primas inorgánicas cómo el materias primas utilizadas utilizadas en esta
carbón y el petróleo. Otras son las mismas que en la etapa siguen siendo las
materias primas importantes primera Revolución. Éstas mismas que las
fueron: la madera, con la son naturales. En esta anteriores, pero hay
que se construían barcos y etapa aparecen materias una importante
el algodón, de donde se primas derivadas del investigación para
sacaba el hilo para usar en petróleo y otras que no conseguir el
los telares. provienen de la naturaleza. abaratamiento de las
Aparecen las materias materias primas, y que
primas químicas, cómo el estas sean más ligeras
plástico y otros tipos de y resistentes.
tejidos que se van a usar
en la industria textil. La Algunos ejemplos son:
madera deja de usarse y la la fibra óptica, la
utilización de minerales fibra de vidrio, nuevas
aumenta. cerámicas, aluminio,
acero, cobre, mercurio,
etc.…
FUENTES DE El carbón es la fuente de Sobre todo se usa la Se siguen usando las
ENERGÍA energía utilizada en esta electricidad y el petróleo. mismas que en la 2ª
fase por excelencia, ya que Esto significa que hubo una Revolución, pero se le
era el combustible de la gran variación con respecto añade la energía
máquina de vapor, la gran a la etapa anterior. El natural, la energía
máquina descubierta en esta carbón se seguía usando, atómica y la energía
etapa (1785) por James Watt. porque era el combustible atómica. Aparte de
También se utilizó la de la máquina de vapor, todas estas energías
energía del agua y la pero fue sustituido por las tradicionales, surgen
mecánica (producida por el fuentes anteriormente las energías
hombre), que hacían nombradas y por la energía alternativas, cómo son
funcionar las primeras hidráulica, ya que el agua la eólica, la solar ,la
máquinas de vapor se acumulaba en las cuencas hidráulica, etc.…
fluviales.
Todas estas energías
tienen en común que son
naturales, inagotables
y limpias. La energía
solar es la más
utilizada en España
MÁQUINAS Se busca la mecanización. Se busca la automatización. Se busca la
automatización y la
Las Revoluciones En esta etapa se siguen robotización.
industriales surgieron con descubriendo grandes
el fin de conseguir que la inventos con el fin de La maquinaria de hoy en
producción fuese más rápida mejorar la producción. día es cada vez más
y abundante. Se produjo una Estos son: precisa y requiere la
mecanización que quería más alta tecnología.
eliminar la mano de obra que La dinamo: Transformaba la Para una buena
realizaba el hombre por una energía mecánica en energía mecanización, las
máquina que realizara la eléctrica. industrias requieren un
misma función. La máquina gran capital, ya que se
más importante es la máquina -El motor de explosión: invierte un gran
de vapor, que influyó en los Extraía la energía del capital en maquinaria ,
transportes, fabricación, petróleo y fue el al contrario que en
etc… Otras máquinas responsable de la invención mano de obra.
importantes relacionadas con del automóvil.
el mundo textil son la
lanzadera volante o el telar -El cinematógrafo y el
mecánico.
teléfono: Fueron inventos
que revolucionaron el mundo
de las telecomunicaciones y
se siguen utilizando
actualmente.
LA INDUSTRIA El objetivo de esta etapa es Las industrias más Se modernizan las
Y SU producir mucho y barato. importantes de la anterior industrias
APLICACIÓN Esta industria depende de etapa siguen a la cabeza de tradicionales (tanto la
los inventos de la época y esta segunda fase. ligera, o de uso y
las que más se desarrollan consumo, cómo la
son la siderúrgica y la La novedad es la aparición pesada, o de bienes de
textil. de la industria química que equipo).
incrementó adelantos en la
La siderurgia: sufrió muchos agricultura, cómo mejores Se aplica una nueva
cambios, cómo el uso del abonos para una mejora del maquinaria y aparecen
coque, el pudelado, y la cultivo. nuevos tipos:
fabricación de acero.
También tuvo influencia en La industria en fase
La textil: Sufrió la medicina, que supuso un expansiva o industria
importantes cambios, adelanto en esta ciencia. punta
dependiendo de las mejoras
de las máquinas. Esta industria requiere
una alta tecnología,
Se alcanzó una mayor por lo tanto una alta
producción gracias a la inversión. Se aplica a
máquina de vapor. sectores industriales,
como la aeronáutica,
que influye en la
mejora de las
comunicaciones, la
salud y la medicina, la
óptica, o el mundo
científico, que
requiere aparatos de
precisión
PROTAGONISTAS Los protagonistas de esta Los protagonistas son la Los protagonistas son
etapa son la burguesía y los alta burguesía y los las personas que tenían
obreros. Frente a los terratenientes, que eran alguna especialización
primeros, que eran ricos y los que disponían del y que renovaban los
un elevado estatus social, dinero necesario que les conocimientos de su
los segundos trabajaban 14 daba un papel privilegiado profesión.
horas al día, durante toda en esta sociedades.
la semana, llegando incluso La aplicación de las
a manejar peligrosas Otros protagonistas son la innovaciones afecta a
máquinas y trabajando en clase media y la pequeña la sociedad y hay un
situaciones deplorables. burguesía, que regentaban aumento del paro, que
pequeños negocios, y la hoy en día sigue
Los encargados de las clase popular que mejoró la suponiendo un problema.
fábricas explotaban a niños, situación de la etapa
pero las Leyes de las anterior a esta.
fábricas, evitaron estos
acontecimientos.
TIPOS DE Aparece la propiedad privada Las empresas son propiedad Hay una convivencia
EMPRESAS y la pública. de grandes grupos de entre los distintos
empresarios, no cómo tipos de empresas.
El objetivo era obtener ocurría en la etapa
mayor beneficio abaratando anterior. Estos se El dominio lo tienen
la materia prima. agruparon formando trust, las grandes
cárteles y holdings. multinacionales, ya que
En un principio, los dueños tienen e invierten un
de las empresas, eran los Cada empresa trataba de mayor capital.
responsables de los medios agrupar el mercado mundial
de producción, pero estos para que hubiera menos
pequeños comerciantes se competencia.
unieron y fueron formando
empresas más grandes que se
dividían en acciones, para
poder repartir de igual
forma los beneficios.
PAÍSES La industrialización comenzó Aparecen nuevas potencias, Actualmente la
en Inglaterra, extendiéndose como son Alemania, Estados industrialización se da
por Europa occidental, Unidos y Japón que en todos los
Estados Unidos y Japón. destronaron a Inglaterra. continentes, a
excepción de los países
subdesarrollados.
CULTURA En esta época la cultura es Antiguamente había una Los medios de
un privilegio, y sólo la cultura elitista, en la que comunicación son los
gente con dinero tiene la sólo unos pocos eran los que forman parte de la
oportunidad de ser culta. privilegiados. cultura de masas, ya
que la televisión
pretende unificar los
comportamientos
globales.

ETAPAS DE LA REVOLUCION INDUSTRIAL


Capítulo Tres viesen ante un callejón sin salida frente a una mario dé·óbra nativa
no sólo indisciplinaday sin tradiciones laborales, sino también rea-
cia a aprender pericias o recibir conocimientos técnicos. De modo
realista, los maestros extranjeros optaron casi siempre por traer con-
¿ne artesanos a técnicos? sigo sus propios técnicos y obreros, aún en contravía de las disposi-
ciones oficiales para que las primeras "fábricas" se convirtieran en
escuelas de "aprendizaje" de los oficios modernos.
· .I ;¡;¡~'fábricas de hierro" o ferrerías del siglo XIX neogranadino
se constituyeron, por ende en las primeras "escuelas" de aprendi-
zaje in situ de los oficios modernos, si bien no en las únicas'. Fue-
Las aspiraciones de los intelectuales "ilu~trados". españoles, ron, propiamente hablando, el sitio de confrontación de las destre-
tanto los de la península com(} los de las colo mas amencanas, res- zas coloniales en carpintería, herrería, albañilería y cantería con las
pecto a la creación de una infraestructura material discurrieron en pericias modernas en fundición, moldeo, torneado y laminación.
dos tendencias dispersivas ~ contradi~torias: por una parte la re~r­ Varios cientos de agricultores y artesanos colombianos pasaron por
ganización y la "puesta al d1a" del_anugu_~ taller artesano, _Y al miS- las ferrerías, pero el resultado fue magro: después de casi cien años
mo tiempo, por otra parte, la achmataaon en suelo peml}s~lar e el pais sólo podía darse el lujo de contar... con un solo téaJico fimdidor
incluso en e!Nirreinato de la Nueva Granada de la forma t1p1ca de de corte modemo, el cual terminó sus dias como agricultor.
producción moderna, la tabri~. , · . . . ' .. . No todo, sin embargo, se puede atribuir al atraso del país. La
Emulando a sus pares de Europa -'Valga decir FelJÓ y otra cara de la moneda es que los maestros extranjeros, incluso
Campomanes--, refonnadores ~omo Francisco Sil-:estre e int~léc­ cuando fu.eron ingenieros, no siempre estuvieron dispuestos a transe
tuales criollos como Pedro Fennm de Vargas, Antomo de Narvaez y mitir sus conocimientos y pericias. A este egoísmo "profesional" se
La Torre y José Ignacio de Pombo, pronto advirtiero~ q':'e la fuerza añadió, por lo demás, la indisciplina en cuanto al cumplimiento de
de sus naciones no estaba sólo en el ordenado pero lim1tado taller las obras y de los contratos, el derroche de materiales e incluso el
artesano sino, ante todo, y frente a la competencia inglesa o sueca, engaño deliberado. ·
en la productividad de las máquinas, es decir, que la única fonna de
afrontar el avasallamiento económico externo no estaba sólo en la
producción manual sino en la producción mecanizada. L El canto del gallo de la Revolución Industrial: el hierro
Pero los pensadores criollos dieron un paso más adelante. Para
ellos "máquina" y "fábrica" fueron sinónimos, s~ultáneame~te, de A tal punto hierro y vapor se constituyeron en los símbolos
independencia política, empezando por la tabnca de las fábncas, es más ostensibles de la RevoltJción Industrial europea, en .el último
decir, por la producción de "fierro y azero" que posibilitaba no sólo cuarto del siglo XVIII. y durante el primer tercio del siglo XIX, que
la "modernización" de sectores productivos tradicionales como la ningún intelectual del período se atrevía a concebir el triunfo del
minería de oro y plata y la agricultura, sino la creación de otros nue- capitalismo y de la "civilización" en su propia nación sin antes dar
vos como la rama de elaboración de herramientas y máquinas. por sentado el dominio de su producción y utilización masivas.
Empero, en su entusiasmo modernizante e independe~tista España y sus colonias no fueron la excepción. Producir hie-
los intelectuales criollos no plantearon claramente de dónde 1ba a rro se convirtió en una obsesión tanto para los ilustrados y gober-
salir la mano de obra calificada y disciplinada que manejara es~ nantes hispánicos como para sus delegados en las colonias ameri-
máquinas y fabricara esas herramientas. Los recursos cosmopoli- canas, así como para los intelectuales criollos. El taller del herrero y
tas de traer maestros extranjeros expertos o de enviar los nativos a
Francia o Suecia resultaban, a todas luces, insuficientes. De ahí
que no fuese casualidad que cuando aparecieron en las últimas l. Las primeras "f.ibricas" colombianas del siglo XIX, distintas a las de hierro,
décadas del Virreinato de la Nueva Granada fonnas productivas . han sido ya objeto de estudio cuidadosp como para enttar en reiteraciones innece-
sarias. Véase de Frank R. Saffonl, "Commerce and Enterprise in Central Colombia,
prefabriles -distintas técnicamente del taller artesano-- c_omo la 1821-1870", Ph. D. Thesis, Columbia Urúversity, 1965, microfilmada, especial-
fragua, la f01ja, la fimdidón y la terrería, los maestros extranjeros se D.lente el capítulo cuarto.

66 67
1
delliojalatero no eran suficientes: había que pensar en grande. Y los costos, hubo criollos que empapados no sólo de la Ilustración
puesio que la producción española de hierro de fmes del siglo xvm española sino francesa interpretaron la importancia estratégica del
era limitada y precaria, el modelo a imitar eran las "fábricas de hie- hierro no tanto para fortalecer a España como para independizarse
rro" de Inglaterra y de Suecia. de la misma, vislumbrando en su producción interna una "cabeza
No fue por azar, en consecuencia, que la percepción de la de playa" de la independencia nacional. El más claro de todos fue
importancia estratégica del hierro para asegurar el poderío militar Pedro Fermín de Vargas (el "soberbio" discípulo de Mutis -en pa-
y político de las naciones fuera extraordinariamente lúcida en fun- labras de éste mismo-, algo periférico al círculo de influencia dis-
cionarios de la Corona española como Francisco Silvestre, quien en ciplinante del "taller de pintura" mutisiano pero no exento de ella).
su ya citada Re/adán llam~b<;t la atención sobre la materia P,ril_na Quien, en sus Pensamientospolíticos sobre agricult:ura. comerr:ioy mi-
"por excelencia" cuyo domm10 era el secreto de la supremae~a m- nas del VIrreinato de Santa Fe de Bogotá, no sólo mostró comprender
glesa y cuya carencia era la debilidad española: la interrelación del sector del hierro con los demás sectores de la
economía en conjunto, sino que llevando más adelante los plantea-
Las Minas de hierro y acero son abundantísimas en Vizcaya, Monta- mientos de Silvestre vio en dicho metal, más que en el oro o en la
ñas de Santander y Asturias, que por su escabrosidad son las menos plata, las raíces de la fortaleza política de las "naciones" america-
fértiles de España en otros artírulos. Aunque no faltan éstas en Al?é- nas.
rii::a, y en el Reino de Santa Fe lo he visto llevar como sale de la Mina Agricultura, minería y oficios artesanales, empezaba dicien-
a la Fragua, y hacer luego clabos, no se trabajan, ni podría salir bara-
to. Consúmese allí mucho de este género, y se consumiría más mante-
do V<ngas, debían su atraso en el VIrreinato al empleo de la madera,
niéndose barino, como ahora; pues se harían en las Ciudades princi- y no del hierro, en sus instrumentos de trabajo:
pales, las rejas y balcones de las Casas, que ahora son de madera.
Como este metal es elprincipalgénero para todos los instrumentos de A excepción de los lugares inmediatos de Santafé y algunas de las
labor de las minas y campos, de la industria y de los oficios y de uso Provincias de Tunja, en los que llamamos tierra fría, en todo lo demás
. general para todas las cosas, debería fomentarse en aquellas Provm- del Reino no se conoce el uso del arado. Aún en aquellos parajes en
cias, como lo hace la de Cataluña, no sólo su labor primordial sino la donde se valen de él para sus siembras, muchas veces se ven obliga-
de todas las otras que componen toda clase de herramientas, para los dos a fabricarlo de madera, como sucede en Tequía, en algunas partes
Oficios, Máquinas, Cuchillería, estuches, agujas, Armas, qjas de lata, de Antioquia y otros lugares, por no tener medios con que comprar el
y quantas cosas menudas, o de quinqallería nos vienen de los Extran- hierro. La escasez de éste hace también que los artífices trabajen im-
jeros especialmente de los In~leses, que nos sacan de ellas tanto dine- perfectamente sus obras, viniendo a ser la falta del hierro la causa
ro que casi sería incalculable . · principal de la poca agricultura e industria que tenemos, pues cual-
quiera concibe fácilmente lo poco que se profundizará y compondrá
Silvestre era, pues, consciente de la superioridad inglesa en la tierra con arados de madera'.
el dominio de esta materia prima así como en la fabricación deriva-
da de instrumentos metálicos, además de que percibía con clari- Como los elevados costos del material importado eran la ra-
dad el vínculo económico de la industria del hierro con otros secto- zón principal del escaso uso del hierro, vargas proponía su explota-
res como la agricultura, la minería, el sector productor de medios ción directa .en el VIrreinato aduciendo no sólo que las leyes de
de producción, sin escapársele incluso el propio sector artesano. Indias no lo prohibían expresamente', sino que su existencia y abun-
España, por consiguiente, no sólo debía fabricar su propio hierro, dancia en el VIrreinato eran irrefutables:
sino también fmjarlo y laminar!o, siendo indispensable para ello el
envío de españoles a Alemania, Suecia y Escocia para el aprendiza- 3. Pedro Fennínde Viugas, IbJsamíentos políticos sobre la agricultura, comea:io
je de la Química y la Metalurgia, así como la traída a suelo peninsu- y minas del Vmeínato de Santafé, ( 1791 ), Universidad Nacional de Colombia, Bogo-
lar de maestros extranjeros. · tá, 1968, pp. 8'9.
Pero si Silvestre descartó casi del todo su pro_ducción en el 4. "Algunos que no están instruidos en las leyes de Indias han creído que la
extracción del hierro estaba prohibida en.estos dominios. Ni la naturaleza ni la
Virreinato de Santa Fe, siendo el impedimento fundamental el de humanidad del Gobierno de España podrían prOhibir una cosa que tanto influye
sobre la agricultura, minas y demás ramos de la industria. El hieri"o es el primero de
2. Francisco Silvestre, Relación de la Provincia deAntioquía, loe. cit, pp. 546- todos los metales, p·ues sin su auxilio pennanecerán los demás sepultados en las
547. (Destacado del autorde este ensayo). entrañas de la tierra". Ibídem, p. 73.

68 69
Nadie ha trabajado hasta ahora minas de hierro entre nosotros, y por fuego como los indios salvajes, anúguos habitantes de estas regiones.
eso no se sabe a punto fijo cuáles _serán las ~ej'?res, pero que lo hay, e~ Ya tengo apuntado arriba que en varias partes de este Reino las rejas
evidente. En la hacienda de Dmma, del distnto de Ibagué, se hallo que usan son de madera, ignorando en otras el uso del aiado por f.ilta
en años pasados una papa o bola de h!erro de un_ pes? extraordina- del hierro•.
rio, que juzgo se h~la hoy en el gabmete ?e H1stona NaturaL Es
probable que no lejOS de allí se hallase la rm?a: a menos que se _su-
ponga que la tal bola es algún producto volcamco, lo que no _es un- Aparte de la argumentación claramente económica en lo re-
probable. En el núsmo Distrito de la dudad de Ibagué, y no !~os del laúvo a los costos y precios del hierro, Vargas expresaba un acento
lugar que llaman Valle de San J';""', se ~s~ variedades de pje- velado pero fuertemente independentista ya que, en el fondo, lo
dras de imán, que son la matnz del hierro y aun una de las senas que quería decir era que la fuerza de los Estados residía, en ade-
menos equivocadas de su existencia. En las cercanías del pueblo de lante, en el dominio.de metales como el hierro, mientras que su
Ubaté, en la jurisdicción de Zipaquirá y en las ~erras frí_as, se hallan carencia la virtual indefensión ante las potencias extranjeras.
unas piedras negras de gran peso y en apan-:ncta ferrugmosas. Éstas Vargas concluía entonces, por fuerza de necesidad, que la fortale-
las exanúné siendo niño, y conservo la espec¡e de que son verda?ero za política de las colonias americanas se encontraba en su explo-
núneral de hierro. En otras muchas partes se han encontrado mdi- tación:
cios de este metal, pero sólo en la provincia de Anúoquia lo han
llegado a fundir con tanta perfección, como el mejor de España. De Es pues muy conforme a las nobles ideas que van reinando en este
este hierro se renúúeron muestras al Excelentísimo señor Virrey Caba- siglo, el que se establezcan ferrerías en la zona tórrida para el con-
llero, pero no se adelantó el asunto. El paraje donde se halló se llama sumo y abasto de la Anlérica. N o es justo que por no perjudicar a
Los Osos por aquellas gentes'. la Metrópoli en lo que realmente no es suyo sino de la Nación del
Norte, se perpetúe la debilidad y decadencia de las colonias en
Era el "espíritu" de la Ilustración el que hablaJ;>a aquí: ate~r:-s términos de ser útiles al Rey, ni a la misma España7 •
observaciones, inferencias ingenuas a falta de estudiOs, recoleccw?-
de muestras, curiosidad, espíritu de experimentació~, en fin, g;ab!- Pero hasta aquí llegaban los planteamientos de Vargas. No
netes de Historia NaturaL Vargas expresaba la angust¡a de los ilus- entraba en mayores detalles sobre el dispositivo técnico de esas
trados" de saber que sin conocimientos científicos no se podía avan- ferrerías ni mucho menos sobre las personas que las manejarían.
zar el dominio de la naturaleza, pero había que intentarlo como Tampoco lo hicier~m sus contemporáneos y colegas como Juan
fuese. Así, propuso la creación de "f~bri_cas de hierro" o -"~er~~·:, José D'Elhuyar o Angel Díaz, limitándose el primero de estos a
en América para lo cual estimaba md1spensable la uU!tzacwn si- traer una "fragua" de dimensiones superiores, en todo caso, a los
multánea de bosques y la explotación paralela de carbón, como talleres existentes en el Virreinato•, con el objeto de fabricar he-
combusúbles: rramientas para las minas. Francisco José de Caldas, por su par-
te, estableció una "fundición" de hierro en Antioquia, con fines
Supuesto, pues, que en el Reino se halla un mineral tan necesario _a militares, aunque su voluntad expresa de establecer una Escuela
los usos de la vida h = y que por las leyes mumapales está ~emu­
úda su extracción, no alcanzo el por qué no se promueve el culuvo de de Minería en la cual se enseñara, entre otras la metalurgia, pone
las núnas de hierro. ¿Qué país más a propósito para una ferrería que al descubierto que pensaba en témicos altamente calificados, en inge-
los de este Reino, en donde la leña y el carbón se hallan tan a mano
y baratos? Si ha de entrar fierro en Anlérica de las núnas de Suecia: y 6. Ibídem, pp. 74-75.
otras que no son de la Nación, ¿por qué ~o ,se conced': est~ benefiao 7. Ibídem, p.75.
a los vasallos contribuyentes del Estado? <Cómo se culuvaran los cam- 8. El inventario de la fragua traída en 1784 por D'Elhuyarpara instalarla en
pos, las núnas y los demás ramos de la industria, si el fierro, este Manta comprendía 3 yunques, 2 tornillos de banco, 1 entenellada, 1 fuelle de
metal tan útil a los hombres, nos ha de venir de más de dos tnilleguas Barquín, 1 fuelle de dos vientos, 5 machos, 5 martillos, 14 tenazas, 8 tajaderas, 2
de distancia, y al precio que quieren los comerciantes? De esta mane- claveros, 2 toveras, 3 rompederas, 2 sufrideras, 1 destorniliador, 3 cucantillones, 1
allegador, l par de tijeras, 1 repartidor, 2 cinceles, 1 manera y 6 docenas de lunas.
ra, en caso de alguna guerra de alguna duración, será preciso que "Documentos relativos a la venida de los ingenieros de minas don Juan José
todos los trabajos cesen, o que volvamos al uso de pedernales y del D'Elhuyar y don Angel Díaz, acerca del ensaye y .experimento de los metales proce-
den~es de muchas minas del Ecuador y Nueva Granada". Manuscritos orig¡nales y
copiados, Vol.1, Fondo Pineda, Sección Raros y Curiosos, f. 7r, Biblioteca Nacional
5. lbKiem, p. 74. de Colombia.

70 71
rúeros, y no en artesanos•. Y mucho menos en cómo salvar distancias Entretanto eso se logra, debe protegerse la entrada de esta primera
entre _esta alta cultura témica y la artesana. Habría que esperar a José materia pará las artes, como dejamos propuesto; y auxiliarse con todo
Igna~o de Pombo para que se adelantara algo respecto a los témiros y género de favor y premios las fábricas que se establescan de clavazón
tra~adores con los que se esperaba operar las ferrerías y otras fabricas. y cerrajeria; de instrumentos de agrirultura y demás artes; de armas
Aparte de entonar un himno entusiasta a la "fábrica" 10 y de de todas clases; de trapiches, y otras máquinas; de convertirlo en
repetir los planteamientos de Vargas de considerar al hierro como el acero, y depurarlo; de hojas de lata, etc., a las que son consiguientes,
más útil de todos los metales, pues "todas las artes, todos los oficios, las de merceria fina. Conviene se empiece por las más groseras y
romunes, como las más útiles y necesarias por su mayor ronsumo.
y aun las cienáas mismas reciben de él mil beneficios", y de que
Tenemos en el maestro Pedro Romero, y en su hijo Esteban, dos
"para_cualq~era nación culta y libre no puede darse una dependen- attistas inteligentes en el género, o mejor diremos, dos hombres ex-
era mas sensible que el carecer de este metal tan necesario", además traordinarios, que la fuerza de su ingenio y aplicación los ha elevado
de anotar que "las Naciones que no lo han conocido, han hecho a un grado de perfección y delicadeza, verdaderamente admirables;
muy pocos progresos (... ]de que nos dan el mqor testimonio los que son capaces de fonnat otros artesanos iguahnente perfectos en sus
antiguos peruanos, y mexicanos", Pombo llevaba su optimismo más talleres; que cuando más estos se aumenten, y mejoren, será mayor el
allá de toda estimación prudente. Apelando a la autoridad de auto- número de aquéllos; y que por todas estas ronsideraciones son acree-
res como Chaptal, según el cual el hierro se encontraba esparcido dores a la protección del gobierno"".
por toda la naturaleza, Pombo hacía juicios categóricos como el de
que "lo hay y en grande abundancia en las cuatro cordilleras de los La concepción del "taller" como sitio de aprendizaje estaba
Andes que corren separadas por entre el Magdalena, el Cauca y el aún anclada, sin duda, en el siglo XVIII, así como su dependencia
Atrato" o el de que "la América que en todas direcciones se halla respecto a un "maestro" experintentado. Y aunque el texto incluye-
cor!'lda de las más altas montañas, y regada de los primeros ríos del ra el término preciso para designar la novísima forma de transfor-
Umverso, es capaz de proveer al mundo entero del hierro"". mar las materias primas, a saber, la máquina, no se indica'\Ja si una
Si _montañas querían decir hierro, era fácil hacer otro juicio materia prima como el hierro debía ser transformada medi~te má-
co~comitante: ~a sola pre~e~ci~ de miner_o~ y maestros "inteligen- quinas, y no de forma meramente manual: Antes bien, el contexto
tes en el Vl!~mato era smommo de facilidad en su exploración, del informe sugiere que la venida de maestros, peritos tanto en el
t:t:a:nsformaaon y ~sporte 12 , y, en lo que atañe al punto, de posi- hierro como en el cobre y otros metales, estaría orientada a enseñar
bilidad de transmitir sm problemas las pericias para su manejo: a derretirlos, batidos y hacer con ellos manualmente utensilios, he-
rramientas o al menos aparatos 14 •
9. En el inventario de la biblioteca dejuanjosé D'Elhuyar, efectuado en Sería injusto, no obstante, exigirles desde hoy tanto a Vargas
1786, ~se ~ncue.ntra~ en un total de l65libros, 15 relativos a mela.lurgia. química como a Pombo que hubiesen respondido al problema de si pensa-
metaluqr.ca, htstona y geografias mela.lúrgicas, así co~o de fundición y ensayes. ban que era posible sacar de un artesano colonial un témico o un
Ver de Bernardo Caycedo, D'Elhuyar y el siglo XVIII neogranadino, Ministerio de obrero industrial, si antes no hubieran respondido a un problema
Educación Nacional. Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, xxm, Bogotá,
. 1971, pp. 303-308. previo que era el de si dentro de la tradición hispana era posible
10. "Las fábricas que nos hacen principalmente falta, las que son capaces integrar exitosamente un contexto industrial, es decir, de máqui-
de sacaf!IOS de la actual mise_ria, las que ren:tediará!l todos nuestros males, y nos nas, a "maestros" que no sólo dominaran completamente un ofi-
proporciOnarán (los beneficios) de la de la mdustna que deseamos son fábricas cio, sino que alcanzasen la calidad exigida en los productos. Es
~e sabiduría[ ... ). Son pues de absoluta necesidad". José Ignacio de Pombo,
Informe del Real ~onsulado de Cartagena de Indias a la Suprema junta Pro- decir, si estos maestros, al enseñar, no estaban meramente reprodu-
VIncial de la llllSma , ( 181 0), en Escritos de dos economistas coloniales... , loe. cit., ciendo los oficios antiguos o si estaban creando nuevos oficios par-
pp.167-168. cial o totalmente mecanizados.
11. Ibídem, pp.182-183. Cuando se fundaron las printeras ferrerías en la Nueva Gra-
12. "Lo que necesitamos es de mineros inteligentes que exploren dichas nada se vio claro que estos problemas resultaban casi insolubles, a
mon~ñas, que n~ hagan conoc~r las minas que haya en ellas de él, y que nos
ensenen su beneficio, roya operación corresponde al gobierno haciéndolos traer a
su c~o:ta de dond~ los haya. En cualquier punto de ellas que encuentre dicho metal 13. Ibídem.
es fácd su beneficio y transporte". Ibídem. 14. Ibfdem, pp.l84-185.

72 73
menos que se contase con maestros de otras tradiciones culrurales, no se cuenta con una descripción fiable del procedimiento ni del
por ejemplo, alemanes,_ ingleses o franceses. Pero aún con éstos, el tipo de productos ni de la clas<e de trabajadores que empleó para ello,
excepto la rápida alusión antes citada, a las instalaciones y los elemen-
material criollo disponiBle-difícilmente pudo hacer el tránsito ha-
tos que afirma haber elaborado de 1822 y 1827. En la escrirura de
cia los tipos modernos de oficios en la rama del hierro y derivados.
asociación de Wíesner con empresarios neogranadinos en 1822 se es-
pecifica la disponibilidad de "cinco hornos", y se menciona a Wíesner
como director de la empresa, sin mostrar otros detalles 18 • Apenas en
n. Aspiraciones públicas y privadas de extender los oficios 1827 cuando se crea la "Sociedad Anónima Franco-Colombiana para
siderúrgicos la explotación de fierro de Cundinamarca y Boyacá" 19 , merced a un
privilegio otorgado por el Congreso de la República para un lapso de
Sea que los últimos funcionarios de la Corona española o bien 15 años, se hace referencia por primera vez al aprendizaje de los ofi-
los primeros de la nación recién independizada hubiesen sabido de cios siderúrgicos en el país. En efecto, el 20 de agosto de 1827, el
los fracasos de uno de los primeros grupos de "maestros" extranje- Congreso expidió un decreto en uno de cuyos artírulos establecía:
ros venidos al país 15 , sea que supiesen que el carácter irreductible
de los trabajadores neogranadinos hubiese hecho fracasar no po- ''Art. 5°. Quedará obligada la compañía a recibir en cada una de sus
cas ernpresas 16 , el hecho es que para la instalación de la primera oficinas doce jóvenes naturales de Colombia, en calidad de apren-
ferrería en la Nueva Granada se puso corno condición el aprendi- dices sin exigirles cosa alguna por el aprendizaje"'0 •
zaje in sim o en el exterior de un grupo de nacionales.
De la malograda misión de mineralogistas alemanes que arri- El entronque del aprendizaje "criollo" con la alta cultura
bó en la década de 1780 quien logró volver realidad las aspiracio- alemana, personificada en Wíesner era prometedor pero no se
nes "ilustradas" de hacer el tránsito de la producción de oro y plata sabe si esto llegó a cumplirse . Lo cierto es que ya hacia 1830 los
empresarios empezaron a pensar en cambiar el procedimiento de
a la del hierro fue J acobo Wíesner, quien descubrió by accident los
la "fm:ja catalana" por el más sofisticado del "alto horno", para
ricos yacimientos de ese mineral en la localidad de Pacho 17 • Inclu-
cuya construcción
sive estableció allí un primer montaje para reducir el mineral ferroso
al parecer mediante la técnica de la "forja catalana". Por desgracia se envió a Francia por oficiales, prácticos en la fundición y afinación
de aquellos metales ("fierro y azero"] y por las máquinas precisas.
15. Respecto al nombre y otros detalles de estos ocho "mineralogistas", Entre tanto resolvió hacer él primer establecimiento en la Parroquia
contratados en Friburg por especial licencia del Elector de Sajonia, y llegados al país de Pacho, Cantón de Zipaquirá, donde halló excelentes minas de
en 1788, véase el citado documentos del Fondo Pineda. En la correspondencia fierro. Mientras que adelantaba los edificios necesarios, llegaron de
entre D'Elhuyar y Mutis, así como entre aquel y el Virrey Gil y Lemos, se habla de Francia los oficiales, director y fundidores de fierro conduciendo las
que "estos sujetos no entienden nada del beneficio de los minerales'' y de que, su máquinas. Y entonces los trabajos se continuaron con la mayor activi-
traída fue un fracaso. Bernardo J _Caycedo, op. cit, pp.l7l-l7 5. dad y con las esperanzas más lisonjeras de un feliz resultado. El eccito
16. Como se sabe, Roben Stephenson, ingeniero e hijo del gran inventor ha correspondido a ellas, porque el6 del corriente han comenzado
inglés, Jmge Stephenson, estuvo en 1826 en las minas de Mariquita, y debió utili- las fundiciones de fierro y a hacerse barras por medio del martinete y
zar expedientes indirectos para tener una mano de obra permanente, entre ellos, demás útiles precisos (...]Aunque la ferrería que está realizada es por
dar grandes fiestas y distribuir alimentos con prodigalidad. Véase de Samuel Smiles, ~: ahora bajo de una escala pequefia, podemos asegurar a V. E. que he-
Vida deJorge Stephenson, Sopena, Barcelona, l 909, PP- 232-233_ mos hecho ha seis meses una contrata para fabricar un horno alto de
17. Hay un documento original trascrito que da fe de las actividades de
Wiesner: "Pacho, 15 de julio de 184!. Certifico que Usted- U· Wiesner] pasó a otros
·sitios en busca de cobre, y descubrió que también había una gran cantidad de 18. AG.N., Escrituradel18 de septiembre de 1822, Notaría 3a. de Bogotá,
·hierro aparente para acer~ e hizo usted todos los ensayos en el hierro y en el acero. tomo 363, ff. 236-238. ·
En el año de 1823 volvió usted a esta parroquia, con el objeto de principiar los 19. AG-N., Escritura del20 de septiembre de 1827, Notaría 3a de Bogotá,
edificios y establecimientos de la fábrica de ferreria [ ... ]y en efecto construyó una tomo 369, ff. 263-266. En el artículo decimosexto se habla de perfeccionar la
enramada de 50 varas de largo, con dos cuartos a las extremidades, en la cual hizo manufactura de fundición de fierro y acero, sin enrrar en detalles.
usted un horno y fundió allí mineral de hierro[ ... ]. Mariano Barragán". Domingo 20. "Deereto del Senado i la Cámara de Representantes de la República de
Peña, "Biografia de don Jacobo Benjamín Wiesner", Bo/eán de Hjstoria y Andgüeda- .Colombia" del 20 de agosto de 1827- Hoja impresa, J. A. Cualla, Bogotá, año de
des, Vol XVI, Bogotá, 1927, p. 730. 1827. AG.N., República, Miscelánea, tomo 120, f. 191. .

74 75
fundición que nos dará serca de cuarenta quintales diarios de fierro lo pusieron en funcionamiento en 1837 existe evidencia indire.!:ta
colado, y además las barras de fierro y azero que necesiten los Depar- que enseñaron algo a eselavos. Por lo demás, existen documentos
tamentos del centro de la República". que demuestran que en el trabajo de construcción del alto horno
participaron albañiles nativos que sí sabían lo que estaban hacien-
Como se desprende de la anterior cita, a los "oficiales, direc- do. De la siguiente advertencia de un maestro al administrador de
tor y fundidores" de hierro que iban a operar el "alto horno" y las la fábrica se desprende que se dominaba el punto de consolidación
"máquinas" hubo que buscarlos en Europa, pues el país no conta- de los materiales y que existía cierto compromiso para acabar bien
ba con ellos. La más costosa tecnología del "alto horno" obligaba a la obra:
recurrir a préstamos nacionales y extranjeros, a aceptar nuevos so-
cios y a conformar una nueva sociedad, que se denominó "Socie- Pacbo, Octubre 27 de 1835.
dad Granadina de Ferrería de Pacho"". El gobierno colombiano, a Señor Don Jorge Campuzano.
su vez, aprobó un préstamo de treinta mil pesos para la construc- Muy respetado Señor: -
ción del alto horno aceptando como condición, de parte de la em- En virtud de que dije a V. esta mañana, que mañana cargaba el
omo con el material de ladrillo; me. dise el maestro Pedro Cortes
presa, que diese un auxilio para escuelas varias y específicamente que no aga tal cargadura, por motivo que el omo está todabia muy
para una Escuela de Minería en Bogotá, sin que se hiciera mención umedo, que me espongo a que se cuarte el omo y por conciguiente
ya del aprendizaje de oficios siderúrgicos: a que se ·caiga, que por eso me abisa, porque endespues se lo
atribuiran a ·el mal echo, que el no tiene la culpa del material que
ArL 4° Se acepta la donación que ofrece la compañía privilejiada, de le dieron berde25 •
seiscientos pesos anuales para las escuelas de Pacbo i Subacboque, i
de seiscientos también anuales para una escuela de mineria en esta Si para ciertos oficios coloniales, como la albañileria, la tran-
capital, desde que el alto horno comience a producir hasta la conclu-
sión del privilejio, la cual donación tendrá lugar siempre que se veri- sición a tareas industriales fue gradual y sin exigencias técnicas es-
fique el empréstito"'. . peciales, para los oficios propiamente modernos como fundición,
manejo de hornos o máquinas industriales se requirió el entrena-
Tampoco es posible establecer si se efectuó el empréstito y miento por parte de técnicos extranjeros'". En la ferrería de Pacho,
sus consecuencias. Lo real es que la Escuela de Mineria no llegó a que desde 1837 pasó a manos de súbditos ingleses y, por consi-
fundarse24 • Abandonada, al parecer, la idea de entrenar neograna- guiente, dispuso de un grupo de ocho a diez técnicos de ese país,
dmos en la ferreria de Pacho por medio de compulsión oficial, aque- el adiestramiento de nativos en oficios especializados que implica-
lla se dejó a la buena voluntád de los maestros siderúrgícos extran- ban el manejo de máquinas y de procesos llegó a ser una política
jeros. De los franceses que construyeron desde 1835 el alto horno y deliberada, confiada sin duda a los expertos de fuera. En efecto, en
1853 el ingeniero colombiano Ramón Guerra Azuola contratado
por la ferreria de Pacho para trabajos de canalización hidráulica
2 L AG.N ., "Comunicación de Leandro Egea, Bernardo Daste y Compañía
del lO de marzo de 1830", Miscelánea, República, tomo 120, f. 192 r. y v. encontró en la empresa, aparte de las tareas del director y del in-
22. En 1835la compañía se obligaba a "construir a sus propias espensas tendente, oficios como el de fundidor de alto horno, dos horneros
un horno de ferrería con la correspondiente altura, longitud y latitud bajo la del horno de pudlar, un amoldador, un tornero, un laminador y un
dirección del señor Merlín, director actual de las minas de Pacho, o de otra perso-
na intelijente, lo mismo que las ramadas[ ... ] indispensablemente necesarias, la
f01ja y demás utensilios para poner el citado horno en esmdo de producir fierro 25. Carta de José Maria Barragá¡l a Jorge Campuzano, Pacho, octubre 27
y acero". A.G.N., Escrituradel23 de octubre del835, Notaria la., tomo 271, f. de 1835. Archivo familiaCampuzano, Medellín. La "albañileria" se integraba, así, a
490 V. lo "moderno".
23. Leyesydecretosespedidospare/Congreso Conslitadonaldela Nueva Granada 26. El historiador Frank R. Safford menciona que ciertos oficios de la mineria
enelañodel8!J4, Bogotá, 1834,p. 210. como la carpinteria, la construcción, la herreria y la mecánica de minas, fueron enseña-
24. Un decreto de 1923 aprobaba la fundación de dicha escuela pero esta dos por ingenieros ingleses en las décadas de 1830y 1840. Por otra parte, añade que
nunca se realizó. Cuerpode/eyes de la Repúbh"ca. de Colombia, tomo n, Imprenta de M. propietarios de empresas del centro del paíS, incluida la ferrería, insistieron en un tipo
Calero, Londres, 1823, pp. 95-99. Resulta notable la bifurcación inicial entre esta de "aprendizaje forzado" para jóvenes como remedio contra la vagancia. Véase, F. R.
alta cultura técnica ingenieril y la cultura "práctica" de los artesanos. Safford, "'· cit, pp. 152y 177.

76 77
herrero27 , oficios claramente mecanizados que, si bien Guerra no lo
dice, estaban siendo desempeñados por aquellos ingleses 28 • Mas ya
en 1854 el empresario Jorge Bunch se mostraba preocupado por el
entrenamiento de mano de obra colombiana en aquellos oficios
especializados y mecanizados, según se desprende de un dramáti-
co documento en que Bunch le solicitaba al encargado de.negocios
británico, Charles O'Leary, que intervenga ante el gobierno colom-
biano para evitar que las guerrillas de Melo continúen haciendo
leva forzosa no sólo de sus peones sino, ante todo, de los trabajado-
res nativos que con mucho esfuerzo venía calificando. Tras men-
cionar que aquellas tropas entraron en la ferrería ordenando abrir
todas sus puertas, Bunch afirma:
·'
Se dio la orden de levar y llevar a la ciudad todos los hombres que
estaban trabajando en el alto horno, el único horno encendido en -~
domingo; todos fueron llevados con la consecuencia de que nos vi-
mos obligados a apagar el horno lo que causa pesadas pérdidas por-
-~
que no podrá ser encendido de nuevo basta que pongamos un nuevo
crisol, y como a consecuencia de los desórdenes y la constante leva de
hombres, no disponemos de un pulidor de piedra (Stone-Cutter) para
trabajar en Cipaquirá donde se hallan las únicas piedras indicadas
para el crisol, no disponemos de uno preparado y requeriremos de al
menos tres meses para prepararlo cuando se encuentre a algúien dis-
puesto a trab;Jar; esta pérdida es igual al producto de tres mil quinta-
les de hierro . · ·

El pulidor del material refractario (Stone-Cutter) era, sin duda,


un oficio manual, pero por los conocimientos exigidos sobre el
material especial y sobre la forma del mismo, no podía asimilarse
sin más al "cantero" colonial especializado, ciertamente, en pulir
piedras para iglesias, casas y otras construcciones pero no en pie-
dras refractarias. Sea quien fuese, requería de tres meses de entre-
namiento y, lo que es más importante, se tenía calculada su eficien-
cia en términos de producción bruta. Sin embargo, el testimonio
más elocuente del acaso primer grupo de colombianos entrenados

27. Ramón Guerra Azuola, "Apuntamientos de viaje", en Bo/etfn de Historia y


Antigüedades, año IV, N° 38, Bogotá, agosto de 1906, p. 71.
28. Estos ocho "técnicos"? cuya trayectoria se estudia con detalle en el si-
guiente apartado, tenían distinws oficios desde herreros y carpinteros -hasta
fundidores de alto horno. AG.N., Carta de Robert Bunch y V. Wilson al Cónsul
de Inglaterra, Bogotá, noviembre 15 de 1852. República, Miscelánea General,
tomo 43, ff. 6 v y 66r.
29. AG.N., Carta de Patrick Wilson y Robert H. Bunch a Charles O'Leary,
Bogotá, agosto 5 de 1854, República, Miscelánea General, tomo 43, f. 75 r. Traduc-
ción del autor de este ensayo. Entre paréntesis van los nomhres originales en Perfil de un alto horno (tomado de A Guenyueau, Prindpios gene-
inglés para designar los oficios. rales de metalurgia, París, 1843.)

78 79
Por sustracción de materia, es de pensar que los restantes
en las tareas especializadas y complejas del manejo del alto horno
oficios de la ferrería de Pacho, como el de ·amoldador; tornero, ·
fue dado también por el mismo Bunch, en la mism;t carta: ·
laminador y herrero, continuasen bajo la responsabilidad de los "téc-
Los hombres llevados fuera de la fábrica son Nicolás Muñoz y Lústico nicos" ingleses. Bunch insistía que la ferrería no podría reanudar
Castillo, ambos horneros (iümace keepers); Gregorio Rodríguez y Pa- sus actividades hasta que no se reintegraran aquellos "técnicos"
blo Rodríguez, los horneros del horno reveiberatorio (che Júmace keepers colombianos, "los cuales habían sido entrenados con grandes sa-
for che Reverberatory fümace) que calienta el hierro para los cilindros; crificios y costos en sus diferentes especialidades, y si no retoma-
el primero estaba ocupado en la carga del alto horno, un puesto con- ban a la fábrica no podrían ser reemplazados porque difícilmente
fidencial; éstos son cuatro hombres que han sido entrenados en su se encontrarían similares en el resto del país"' 1 •
oficio, y no tenemos otros que puedan reemplazarlos. CristóbaiAidana La evidencia empírica disponible no permite establecer si la
también empleado en la carga del horno (charging che fümace); José ferrería de Pacho continuó su política interna de formar "cuadros
María Rodríguez que aprovisiona el carbón vegetal para cargar el hor- técnicos" calificados, hasta su cierre definitivo en.l889. Como "ese
no, Ferrer Rodríguez ocupado en la trituración de caliza en la rueda cuela" de aprendices y de obreros especializados tampoco sirvió de
hidráulica (breaking che Lime stone at che waterwheel¡ para el flujo del emulación para las demás ferrerías del centro del país, la de La
horno, José María Márquez el cortador (che shing/d¡, el único que ·Pradera y la de Sarnacá, a las cuales tampoco el gobierno obligó a
tenemos. Unos pocos peones [... ] que se éncontraban esperando por
su paga (e) intentaron escapar( ... ] fueron abaleados de la forma más .adelantarla limitándose a sugerir en forma .vaga que se debía' auxi-
bárbara y tratados como si fueran perros30• liar a los "obreros" extranjeros que transmitiesen sus conocimien-
tos en escuelas de artes y oficios. Así qued6 patente en la Ley 22 de
He aquí, en medio del dramatismo de la época, la mejor des- 1879 que luego de aprobar auxilios económicos a dichas ferrerías
cripción de los nuevos oficios industriales siderúrgicos. Ni por la decretó en su artículo segundo:
manera como se relacionaban con las materias primas ni por los
destínanse veinticinco mil pesos ($25.000) para que de tal canti-
conocimientos y pericias exigidas se podía tratar de oficios arte- •dad se hagan los gastos necesarios del viaje de las f¡unilias o de los
sanales. En primer lugar, estaban los "horneros del alto horno", obreros que han venido a trabajar en la ferrería de S;ur¡acá, o que
quizá el puesto más importante en la siderurgia por cuanto era de en adelante vengan con el· mismo objeto a Olos ..Estados de
su responsabilidad no sólo la extracción del mineral fundido, sino Cundinamarca i Boyacá, o con el de dar enseñanza en" el !nstituto
también otras tareas colaterales en la base del alto horno como con- agrícola, o en cualquiera otra de las escuelas de artes i oficios de
trolar la temperatura, saber en qué momento se ·extraía el hierro dichos Estados"" . · ·
fundido y en qué momento la escoria. Los horneros del "horno
reverberatorio" debían recalentar el hierro para ser laminado en los . En la ferrería de La Pradera la pericia siderúrgica se logró
cilindros; uno de ellos ocupaba el importantísimo puesto de carga- por parte de los colombianos,. como en casi todos los. casos, me-
dor del alto horno, denominado también "brigde-stockei'', "oficio diante observación y aprendizaje prácticos aliado de los técnicos
confidencial" no sólo por estar encargado de la preparación de las . ingleses y norteamericanos. De todos modos, el hecho de que en
materias primas y su elevación, mediante rampa, a la parte supe- 1894a raíz de un daño grave del alto horno y de la salida consi-
rior del alto horno, sino igualmente de la carga efectiva de éste, guiente de los técnicos ingleses los técnicos nacionales asumieran, ·
para lo cual debía saber muy bien las proporciones del mineral de por cuenta propia, el manejo del alto horno y demás instalaciones,
hierro, caliza y carbón vegetal. De otro l<ido, varios oficios colatera- mdica que la asimilación de la experiencia europea in situ había
les al funcionamiento del alto horno, si bien no directamente inci-
dentes en éste, se hallaban así mismo en manos de colombianos: . , • . 31. lb!dem, f. 76v. Bunch menciona también entre los detenidos a un carpin-
cabe mencionar al triturz.dor de caliza mediante máquina hidráuli- . tero colombiano, de nombre Francisco Umina (carpenter ofche Establishment¡, al
lado del c:upintero inglés Kinsey. Lo propio de nn c:upintero de una f<irrería era
ca, llamado "Iimestone breakei' y al cortador de hierro mediante tije- construir "modelos" en madera de partes y piezas que serian moldeadas sobre
ras, "shinglei'. Por regla general, para cada uno de estos oficios ~na,. para l? rual se necesitaba no sólo destreza para su "diseño" sino finuz:a m.~··
principales se contaba con la asistencia de peones o ayudantes. acabado de precisión casi "milimétrica". . . . · • ".<: ·· , ·
•., 32.Leyesde/osEstadosUnidosdeColomhiaexpedidasenelañode1879,Fil. •
30. Ibídem, ff. 75 v. y 76 r. Oficial, Imprenta de Geranio Núñez,Bogotá, 1879, pp.23-24 .; · • ·. ·

80 81
sido suficiente para que un grupo reducido de colombianos se en- ña de los técnicos colombianos que no sólo registró la prensa sino
cargara de la dirección técni<;a de la ferrería. _ que incluso mereció una fotografia para la. posteridad. Hay que
En efecto, en ese año elJefe del alto horno, de apellido McCall, aclarar, de todos modos, que dentro del grupo firmante se encon-
W. E. Worral, director de la ferrería, así como el ayudante Robert traban 3 técnicos ingleses a los que hay que añadir los técnicos de
McCall, fueron despedidos de la empresa debido a que no pudieron alto horno Thomas Benjamín Corradine y Edmundo Corradine,
poner en funcionamiento el alto hornO. Se creía que la empresa, por su hijo, y el fundidor Baker, quienes contribuyeron al sonado éxito.
ese entonces con un número de trabajadores cercano a los 500, en- Entre los colombianos es posible identificar profesionalmente a
traría en receso por aquella causa Pero un grupo de técnicos e inge- Eladio González, pudlador o refinador, y a Vicente Cuenca, inge-
nieros colombianos (con algunos ingleses que no se retiraron) ofre- niero de la Universidad Nacional quien había cursado en Europa
ció sus servicios a los propietarios de la ferrería a fin de que ésta no estudios de especialización en Metalurgia"_ Aunque no se encon-
se cerrara, evidenciando no sólo arrojo suficiente sino también segu- trasen entre los firrnantes, no es posible pasar por alto la presencia
ridad en las pericias adquiridas mediante la experiencia: en La Pradera de los hermanos Barreto yAureliano Páez, verdade-
ros "diseñadores" industriales, es decir, algo más que los meros
Señores Pablo y Julio Barriga.. dibujantes a los males se alude en la "Instrucción General para los
Presentes. . "i . gremios" de 1777.
Los infiascritos empleados de la ferreria de que sois propietarios,
convencidos de que nuestros conocinúentos en el manejo del alto Finalmente, la experiencia de la ferrería de Amagá en
horno son ya suficientes para atender c_on bueri éJ<i~ a ~a- nueva Antioquia fue algo distinta de la del resto de las ferrerías del país en
prendida de éste, os suplicamos pongáis a nues~ ~spos1aón los la medida en que su fundación (1865) coincidió con la de la Escue-
elementos con que se cuenta pará ello, y nos autonce~s para traba- la de Artes y Oficios de Medellín y se establecieron algo así como
jar en el sentido de volver a poner en actividad el horno, b~jo vasos comunicantes entre una y otra, posibilitando que la transi-
nuestra sola dirección e inspección . -- Que el horno puede funao- ción del artesano a técnico se diera en un contexto más favorable
nar con buen éxito está comprobada por la experiencia; y que no que en los demá~ casos. Adicionalmente, la ferrería de Amagá fue
está perdido ni dañado y que en consecuencia do:be funcionar com?
anteriormente y dar fierro como el que produJO en el mes de di- sitio de prácticas. de las prinieras capas de ingenieros de la Escuela
ciembre del año pasado, es lo que nos proponemos demostrar; Nacional de Minas, algunos de los cuales llegaron a ser sus geren-
demOstración que deseamos verificar en provecho común de los tes y directores técnicos, con lo que los trabajadores estuvieron bajo
dueños de la empresa y en satisfacción del orgullo nacional l---1- . influencias muclio más intelectualizadas.
La Pradera, Julio de 1894. · Puesta en marclia con técnicos e ingenieros franceses, y en
pequeña escala, sus exigencias de mano de obra nativa calificada no
William Parks, Eladio González, Tomás Loson, Luciano Herrera, fueron mayores, habida cuenta de que en los primeros diez o quince
Constantino Cifuentes, Ricardo Vélez, Adolfo de la Torre Olaya, años los oficios principales los asumieron aquéllos. Entre los trabaja-
Alipio González, Juan Ne!:-a, Vice_nte Cu<;?ca, Ricarc;Io '_!homas, dores colombianos se destacó Nepomuceno Rodríguez quien, como
Francisco Daza, Pedro ClaVIJü, Narazo ClaVIJO, Pedro Pinzon, Fran-
cisco Velandia, Emiliano Velandia, Eliécer Meza, Leopoldo Conde, se verá más a fondo en el primer apartado del siguiente capítulo,
Daniel Cobos, Medardo Velandia, Clímaco Velandia, Daniel Coril aprendió junto a los franceses durante nueve años tras los males
[siguen otras firmas]"_ llegó a ser profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Medellín,
. llevando allí sus experiencias y conocinllentos en metalurgia. Fue,
El alto horno era el eje de la empresa y ponerlo en funciona- sin embargo, hacia 1880 cuando probablemente con la salida de los
miento y pr.oducción, como efecu.·vamente lo hicieron, alcanzando franceses la empresa se vio ante la urgente necesidad de preparar
más de 700 toneladas en 24 días de tareas, fue una verdadera haza- ruadros técnicos en el área de la afinación del hierro, señal clara de
que la Escuela de Artes no contemplaba diclia especialidad en sus
33. La Patria, Bogotá, N°41, agosto 28 de 1894, pp-163-154. El prototipo estudios. El director de la ferrería, Eduard Amours, tuvo entonces
del alto horno de La Pradera no era elemental. Habla sido adquirido en Staffordshire que aceptar un reto que se creía iniposible de superar:
y tenía todos los adelanws de la época: inyección de aire caliente mediante máqui-
nas de vapor; carga mediante elevador mecánico; reciclaje de gases; estructura
externa metálica, etc. 34. El Relator, Bogotá, N° 585, octubre 20 de 1891, pp. 419-420.

82 83
El Consejo [de la empresa] me propuso entonces hacer con la So- "hice", "acerté", "fabriqué", etc.), reduciendo a los alUI11J10S a nn
ciedad un nuevo contrato por dos años, comprometiéndome a en- papel pasivo, es claro que las características del aprendizaje de un
señar a los peones de la Ferrería el arte de la afinación. Esta tarea técnico siderúrgico colombiano del siglo XIX se reducía simplemen-
era más difícil que la primera, hasta tal punto que varios accionis- te a observar e imitar al maestro, aprendiendo "en la práctica".
tas la creían imposible; sin embargo tuve la confianza en la inte- Nada se dice de libros o manuales, aunque el texto sugiere que en
ligencia y actividad de los peones antioqueños, y me encargué de la última fase de enseñanza el profesor hizo las cosas un poco más
ella"'. . experimentalmente dejando intervenir en la producción de hierro
· afmado a sus pupilos ("conseguimos apropiarlo", "hemos fabrica-
Hacer de un peón un "afinador" era, sin duda, una tarea ardua, . do"). Tampoco se dice nada del tiempo que duró laenseñanza,
máxime en condiciones témicas deplorables, pues tuvo que empezar dato muy importante para saber en cuánto tiempo era posible "ha-
por reconstruir el taller de afinación con el o~eto de darle un medio bilitar un peón como afmador", es decir, a alguien de una califica-
adecuado a la enseñanza. Incidentalmente, se aprecia que no siempre ción menor que un artesano como técnico siderúrgico. El técnico
se tomó a los artesanos disponibles para recalificarlos como "témicos": francés, por lo demás, rebosaba de optimismo con los resultados
de su experiencia docente: "la empresa no necesita ya de obreros
El taller de afinación estaba completamente anuinado; como seis años
hacía ya que no se afinaba en La Clara, y hasta la rueda hidráulica se '.e:c:tranjeros para fabricar fierro fundido y fierr?_malea~le, y la So-
había roto. Empecé a hacer de nuevo dicha rueda, dándole un pié .. aedad puede obtener desde ahora notables utilidades ••.
más de anchura[... ]. Hace más deunañoque la rueda hace andar los .. mn qué se diferenciaban, entonces, el aprendizaje de un ar-
martillos, y no ha necesitado ninguna composición. Consolidé los
martillos y las ruedas de aspas, e hice el crisol de afinación según las
reglas de la ciencia Reformé el reverlJero de manera que fuera posible
. 1
~~ ::::~Jei~ni;e~~l :tall~er de su maestro y el de un técnico "moderno" en
1 de las ferrerías del siglo pasado? Al parecer, en nada.
efecto, si hay que atenerse al testimonio del mencionado técni-
caldear en él, y acerté en la operación,.. metalúrgico Nepomuceno Rodríguez,.operario de la ferrería de

~
·•·E~~~~d;~urante nueve o diez años, durante los cuales tuvo la opor-
Reproducidas, pues, las condiciones del taller como las de de estar con los mejores metalurgistas que vinieron a
una Escuela de Oficios, empezó propiamente el entrenamiento: y al país, la tendencia principal fue la de reproducir los
"si1st(,mas artesanales" de enseñanza, basados en los "secretos del
Entonces comencé a enseñar a los peones las reglas de la afinación. nh;r;,,", el "largo aprendizaje", la "imitación" y la "práctica":
Tuve al principio grandes difirultades, porque no quedaba para afinar
sino un fierro fundido blanco, completamente rebelde a la afinación. En el transcurso de diez años pennaneó con los señores ingenieros E.
Sin embargo, conseguimos apropiarlo para la operación, refundiéndo- Bonett, P. Brossemenet, E. I.ux, S. Dervieux,J. Tusett,J. Meros, R Wolf
lo en el revemero. Desde marzo último hasta la fecha hemos fabricado y J. Chavanix. Estos señores son de varias naciones y tal vez los más
todas las espigas de los pisones y todo el fierro que ha necesitado el entendidos que han venido a nuesrro país en mineralogía, metalwgia y
estableánúento. Además, fabriqué algunas platinas de fierro maleable mecánica. A pesar del largo tiempo que permaneó con ellos, no pude
que los herreros de esa ciudad, a donde las mandé, calificaron de muy profundizamle bien en estas materias, ni con nú demasiada aplicación,
bueno. Hubiera podido fabricar más fierro de esta clase pero me en- porque estos señores siempre trataban de esquivarse; pero por la dema-
contraba casi siempre sin carbón de leña y por otra parte, el fierro siada necesidad que tenian de mí, se veían en el caso de que yo viera
fundido estaba al agotarse. Hoy cuenta la rerreria con cuatro afinadores hacer mudlas operaciones, y por el deseo de saber las aprendía: pero
formados y bastante entendidos" . en muchas ocasiones se me ocurrió el caso de tener que preguntar
alguna cosa, y la contestación que se me daba era "que el hombre que
Aunque el técnico francés no es muy explícito, pues todo deseaba saber, pensaba y debía ser callado y esrudioso"; quedaba, pues,
parece haberlo hecho él mismo ("empecé", "consolidé", "reformé", reducido nú aprendizaje a lo único que practicara. Esta es la razón por
qué es necesario de largo tiempo para poder aprender algo que merez·
ca atención, si a uno le tocan hombres como éstos" .
35. Véase el "Informe del Director de la Ferrería de Antioquia al Consejo
Administrativo", en InfOrme del Consejo Administrativo de la Fi:rreria de Antioquia,
Medellín, 1881, pp. 9-10. 38.lbídem,·pp.14-I5. · .
36. Ibídem, p. 1O. 39. N epomuceno Rodriguez, Informe relativo a la Ferreria de Samacá, Im-
37.Ibfdem. prenta de M. Rivas, Bogotá, 1883, p.27.

84 85
·Hacían falta aquí (de no ser exagerada la alegaci6n de
Rodríguez) todos los elementos parala f(lrmacióll del técnico mo- TRAITE COMPLET
derno: ante todo, un saber teórico, conceptual y sintético -me-
diante libros, textos o fórmulas-, que fundara la adquisición de
.. pericias prácticas, el dominio de materias primas y la comprensión
de procesos y mecanismos; un diálogo maestro-alumno que posibi-
litara un aprendizaje controlado, a través de experimentos y co- MÉTALLURGIE
rrecciones; un acortamiento del tiempo de apren.dizaje, con base a
los dos elementos anteriores: y, en fm, una afinidad entre maestro
y alumno basada en la posibilidad para este último de progresar en ·
...
conocimientos y pericias en vez de estar fundada sobre el presu- · LE D' J. PERCY
puesto (como parece ser el caso de .los franceses) de que existía tina · Ptofeseur eJe ff:c.ule de$ llinc-s du. go:.u.Temellk!nl, ¡ l.oa.dfti;
distancia insuperable entre el saber teórico-práctico de ellos y la ig-
norancia irrecuperable de los colombianos. . ·· • ·
·N o obstante, en la última década del siglo XIX, la ferrería
1 \'EC ID'RODI!CliO!l, NOTES ET ~lliCE
de Amagá pudo contar con los primeros ingenieros de minas,
formados en el exterior o educados ·en la Escuela Nacional de
Minas, que probablemente alteraron el sistema de enseñanza
...
MM. E. PETITGAND A. RONNA
anterior. Quizá no haya sido azár, entonces, que durante los años
. noventa la ferrería dispusiera de un núcleo de técnicos netáinente .......... &T

colombianos, bajo la dirección del ingeniero metalúrgico Pedro


- ao uu oo!l:----
!)!el Ospina como gerente y delingeniero de minas Antonio J.
Alvo;.rez, cotllo director técnico. Es significativo que ambos hi- 1 - • de IFICDres- le tezte
cieran circular en la ferrería el fámoso Tratado de Metalurgia de
Percy 40 y, aunque no consta que llegase a los trabajadores y téc-
nicos las posibilidades de acercamiento de éstos a la cultura téc- TOliE TROISitME
nica ingenieril resultan latentes.
En todo caso entrel894y 1896 el alto horno fue atendido,
con la supervisión de Alvarez, por el hornero Luciano Madrid, a
quien secundaba su hijo de igual nombre, junto a Emilio Ma-
drid, Maximiliano Madrid y Juan C. Zapata como oficiales de
alto horno; fungían de amoldadores Daniel León y Félix
Hernández; como cerrajero se. desempeñó Carlos Arango, tam- .PARIS ET LIÉGE
bién herrero y carpintero, y como pesador de productos un tra-
bajador de apellido Franco; otros carpinteros eran Nicanor Villa
y el "Maestro" Hurtado, con toda certeza profesor de la Escuela •-u..... v.--
IJBiltBIR l'Ot[ IWlililQIJE D& NOBLET ET B!DDB.T, DlliEllliS

1865
40. En 1894 informa Pedro N el Ospina al administrador de la ferrerla: .r7-t'V- mru.:HP.Mt/:;.~~ rr ~
"También me entregaron la obra de Metalurgia, por Pen:y". Un año después le E. Ll.C~('IlX ?o:•:eur
envía el libro al ni.Ievo" administrador. ingeniero Alvarez: "Le mando la Metalurgia ¡;;, ,.... ."""""...... ¡¡¡.
de Percy". Véanse las canas de Pedro N el Ospina a José María Unbe, fechada en
Medellín, 22 de junio de 1894 y a Antonio J. A!varez, también fechada en Medellín
el5 de abril de !895, Archivo-General Pedro Nel Ospina, AG.P.N.O., C/5, Co-
rrespondencia enviada, Copiador, Ferrerla, mayo 1894-julio 1896, FAES, ff.. 4 y ~r~da del Tratado c_ompleto de metalurgia, de J. Percy. Fue el más
366. utihzado en Colombta durante el siglo XIX.

86 87
-de Artes y Oficios de Medellín 41 • A esta última institución ha~ '}ru1díca<:IOJles del Director"44 • Atmque el maestro Hurtado fue fi-
biía, por cierto, que atribuirle buena parte de la. responsabili- l)ll.lmen:te expulsado de la ferrería, en los años siguientes el proble-
dad en la formación de ese núcleo de "técnicos" siderúrgicos de ·. m•: u<" diseño de modelos en madera continuó siendo una dificul-
relativo· éxito. Parecía un hecho, de todas maneras, que un gru- ficl g1rancde y los reemplazos no tuvieron mucilo efecto.
po colombiano había logrado sustituir eficientemente al extran- '· . Ahora bien, "si la lección del extranjero", es decir, esa que se
jero, tal como había sucedido en La Pradera. 1''8_upo1nía debían tomar los nacionales sea yendo al exterior sea tra-
Ahora bien, una cosa era ser egresado de una Escuela de Ar- "maestros" duchos de fuera, no siempre fue benéfica ni efi-
tes y Oficios, otra dominar del todo un oficio y otra más adaptarse ~;~~a;~::~~~ los antiguos artesanos nativos sus ritmos y cos-
a una disciplina de fábrica. En el caso del carpintero Manuel Hur- ;U tradicionales, habría que preguntarse por los antecedentes
tado, de la ferrería de Amagá, es posible ver estas cosas más de 'lllturales.los rasgos psíquicos y las tradiciones laborales de los obre-
cerca. Pedro Nel Ospina no se cansaba de elogiar, entre 1894 y . · técnicos e ingenieros siderúrgicos que arribaron al país a lo largo
1896, la pericia del·"maestro" Hurtado en grado tal que es admisi- u:auuu<~·pasada.
ble pensar la gran dependencia que tenía la empresa con respecto
de sus habilidades aún en trabajos difíciles:
··.Los metalúrgicos extranjeros en Colombia: ¿workmen,
El gusano interior y el tambor en espiral de la máquina para trillar · · . iron-masters, engineers or craftmen?
(que modela actualmente el maestro Hurtado) exigen suma preci-
sión para que la máquina quede buena. Averigüe si Daniel, otro
empleado allá, o tal vez Hurtado, sabe amoldar con yeso muy ba- conjunto, en las cuatro ferrerías se experimentó el arribo a
rato, en la Ferrería, y con eso haríamos para las piezas difíciles de . · de núcleos de técnicos siderúrgicos extranjeros, proce-
las máquinas modelos muy fieles y convenientes". . de al menos tres países: mglaterra, Francia y Estados Unidos.
ferrería de Pacilo dispuso de un primer núcleo llegado de una
Al mismo tiempo, Ospina se quejaba de los ritmos laborales y .. _ regiones siderúrgicas más adelantadas de Francia: Grenoble.
las demandas salariales de Hurtado, más ancladas en el ambiente al orientarse por la tecnología inglesa incorporó técnicos de
del taller artesano que en el de la "fábrica": ~·<:-.'"y de Staffordshire,junto con otros lugares de origen no iden-

El carpintero (Hurtado) es bueno, pero muy despacioso; gana un En La Pradera y Samacá, por otra parte hubo variadas expe-
jornal superior a su trabajo. Hay que ponerle al lado uno o dos ~enta'<ts de ese genero, las ata!es se iniciaron con antiguos técnicos
oficiales que aprendan con él a hacer modelos; y cuando esto se tg!(oses de la ferrería de Pacilo y prosiguieron con técnicos, inge-
logre en debida forma, proponerle a Hurtado una rebaja de suel- y obreros tanto norteamericanos como ingleses, pero de dis-
do sin la cual no debe seguir en la empresa". origen regional. En fm, Amagá trajo un núcleo inicial francés
_ue provc~nía, al parecer, de Paris.
, Ospina se quejaba al nuevo administrador, el ingeniero ¿Qué implicaba en cuanto a tradiciones culturales, intelec-
Alvarez, que "los empleados u obreros de los varios talleres están )}~Uales y laborales que provinieran de un país un otro, y dentro de
mal acostumbrados a trabajar sin vigilancia y con poco tesón. Gra- 2Yf~:Sio,s, de una u otra región? ¿Traían consigo una formación letrada
dualmente -·para no irritarlos- hay que quitarles esa costumbre y escuelas técnicas, de escuelas de ingeniería o iletrada recibida
habituados a una labor constante y a oír y atender toda clase de la Por último, ¿fueron todos o, al menos, la mayoría
(i';i~t~~-~~~: iron-masterso se trataba de simples cilarlatanes, aventu-
41. Verdeürietta Maria López, "Escuela de Artes y Oficios de Medellín. Un '} e incluso estafadores? Y, en síntesis, ¿sus orígenes culturales,
proyecto de modemización";Tesis de grado en Historia, Universidad Nacional, i'''i;'lllonmaao'n técnica y su propia disposición anímica les posibilita-
Medellín, 1992, p. 86.. o los indisponía para vencer los tremendos obstáculos para acli-
42. CaiJas de Pedro Nel Ospina a José Maria Uribe, 22 de marzo de 1895,
y a Antonio J. Alvarez, 28 de marzo de 1895, Medellín, AG.P.N.O., loe. cit., ff. 240y el hierro aquí y, sobre todo, para insertar, en las tradi<;iones
251..
43. Ibídem, f. 251. 44. Ibídem.

88 89
:; .

artesanales colombianas, modificándolas, el carácter moderno de


los nuevos maestros industriales? ·
¡ tos peritos pues ni la experiencia de adiestramiento de "esclavos" ni
· el material colombiano disponible servían48 • Como, a raíz de un plei-
Hacia i830, los empresarios de la "Compañía Franco-colom- .J · to jurídico, la ferrería de Pacho fuese embargada Bunch se qu~ó del
biana de Ferrería", en Pacho, optaron por el procedimiento del altísimo costo que suponía mantener ociosos, entre 1851 y 1852, a
"alto horno" para reducir el mineral de hierro, descartando
el más elemental de "forja catalana". Así, y casi desde su prin- .;¡
:t ocho técnicos británicos (" workmeii', los llama) que con seguridad
fueron los encargados de dirigir los procesos del hierro el año si-
cipio, la producción nativa de hierro se desvinculó, quizá sin ;;¡ guiente. Es necesario citar el documento in extensupara apreciar con
que nadie lo advirtiese, de las altas tradiciones científicas y ;¡ precisión las características salariales y fumiliares de este "primer con-
técnicas que encarnabaJacobo Wiesner, quien salió de la em- ;, tingente" extranjero experto en siderurgia:
presa. Pero nuevos oficios emergieron con la puesta en mar-
cha de la nueva tecnología, pues un visitante constató, ya en Jaime Bruce, natural de Escocia, Salario $125 por mes, mujer y 12
1837, la presencia en la ferrería de dos horneros franceses, hljos. No hai contrato, pero como Superintendente es necesario para
más dos fundidores moldeadores, uno francés y otro inglés, y las obras.
un carpintero mecánico inglés, junto a tres negros libertos Martín Perry, natural de Inglaterra. Salario $135 por mes, mujer y 4
que "estaban aprendiendo" el manejo del crisol delasforjas y lújos. Contrato que debe correr por tres años.
a fundir el metal 45 • Eduatdo Corradine. Natural de Inglaterra, salario $115 por mes. Mujer
Se sabe con certeza que el primer director técnico era el fran- y tres hljos. Contrato por tres años.
cés Cipriano MedardoMerlín, quien tuvo como asesores a tres o Juan James. Natural de Inglaterra. Salario $100 por mes. Mujer y
cuatro franceses más, entre los cuales ha sido posible identificar a cinco hljos. Contrato por tres años.
Santiago Champion y a un individuo de apellido Picoté46 • Los do- Guillermo Wittigham. Natural de Inglaterra. Salario $100 por mes.
cumentos señalan que habían arribado de París, pero la tradición Mujer y dos hljos. Contrato por tres años.
oral recogió la versión de que procedían de Grenoble -uno de los . Samuel Kinsey. Natural de Inglaterra. Salario $60 por mes. Mujer y
centros de mayor importancia en la siderurgia francesa-, por lo un hljo. Contrato por tres años.
cual la ferrería de Pacho era llamada la "fábrica de Grenoble", alu- Tomas Jones. Natural de Inglaterra. Salario $140 por mes. Sin fami-
diendo al origen de aquéllos. Su estadía, sin embargo, fue muy cor- lia. Contrato por un año. . ·
ta como para pensar que dejasen algo duradero en materia de en- Guillermo Tyacke. Natural de Inglaterra. Salario $124 por mes49 •
señanza. ·
Entre 1837 y 1840 asumió el control de la empresa el ciu- Que hubiesen venido con sus familias sugiere que esperaban
dadano británico Roberto H. Bunch, quien empezó la contrata- permanecer un tiempo considerable en Colombia. Pero si se
ción de técnicos ingleses para la modernización del alto horno, reordenan los mismos datos desde el punto de vista salarial y la
la mecanización de la preparación de materiales, la incorpora- duración del contrato, al igual que en relación con las informacio-
ción de un nuevo sistema de inyección de aire al alto horno, así nes disponibles sobre su oficio, se perciben (véase el Cuadro N° 5)
como la traída de nuevos procesos para laminar y tornear el hie- otros matices. Valga decir que tanto J ones, a quien se esperaba rete-
rro mecánicamente. Por ello, en su visita de 1853 Guerra Azuola ner poco tiempo en el país, como Perry, debían ser los más califica-
constató que todos estos procesos estaban operando al mando dos del grupo como para ostentar los mayores salarios. Resulta
de un "director, un intendente, un fundidor, dos horneros del cirrioso que el superintendente Bruce no obstante su elevado sala-
horno de pudlar, un amoldador, un tornero, un laminador y un
herrero" 47 , casi todos ingleses. Bunch debió haber acudido a es- 48. "El fundidor que hay está viejo y enfermo: que aunque se fabricase
nuevamente el crisol, se volviera a hacer otro ensayo en el horno alto Y- se.consi-
45. Visita de Pío Domínguez, citada por Tatiana Machler, "La Ferreria de guiese [... ] gran cantidad de fierro[ ... ] no serviría cuando no hay los ferrones
Pacho", Tesis de grado en Econonúa, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, necesarios que la redu sean a maleable". Acta al contrato de fabricaCión de hierro y
1984, p. 85. . . acero entre la Sociedad Granadina de Ferreria y Roberto Bunch, 19 de octubre de
46. Luis Oijuela, Minuta. histórica zipaquireña, Bogotá; Imprenta de La 1837. A.G.N., Notaria la, Bogotá, 1837, tomo 280, f. 289 v. .
Luz,l909, p. 61, nota l. 49. Carta de Robert H. Bunch y Powles Wilson al Encargado de Negocios
47. GuerraAzuola, op. dt., p. 71. ·Británico, Bogotá, noviembre 15 de 1852, loe. dt.

90 91
rio -en comparación con el de los demás-, permaneciera sin con- ·: · · · Edmundo Corradine, quien al momento de su matrimonio en 1839
trato, cuando otro técnico en su mismo oficio, Corradine, sí había . figuró como "puddlei'' o afinador; en 1845 como fiJmace man (peosiblle-
firmado uno. El salario más reducido correspondía al carpintero ·· mente~~oekepe~y,en~miil~~.mo~a>mc>roJ~Jnu~~:-4odo
Kensey, lo cual tampoco se compadece con la importancia de su cual indica un amplio dominio en sidenngia, propio los iron-
oficio en la ferrería. · i'{'~. :~~:~ era hijo a su vez del shut iron mUer (laminador u operario de
f: de laminación), James Corradine". Eduardo Edmundo
por lo demás, vino acompmado de su esposa Ana Banks, hija
, al parecer también sidenírgico, lo que
Trabajadores británicos contratados por la ferrería de Pacho, (:Sllgiere un cierto exclusivismo en los lazos matrimoniales de un mismo
en 1851, por salario, duración de contrato y oficio ir:o,tiao. En este sentido, no existe evidencia de que el grupo de ingleses
·fut~ULCOJ[Itull:adlm engrupoconuniron-masteralacabeza, peroelhecho
NOMBRE SAlARIO* CoNTRATO ÜFICIO de c(Ueclm de ellos, Corradiney Ierry, procedieran de Bilston, Sttafonlshire,
;'Sí ·P<><lría indicar cierta procedencia regional homogénea.
J.Jones 140 1 año Proceder de la región siderúrgica de Staffordshire en la primera
M. Perry 135 3 aiios lng. métalúrgico >;n;;,..,;¡ del siglo XIX sí indica, con certeza, venir de uno de los medios
S. Bruce 125 ninguno Puddler
G. Tyacke 124 ¡~:;~~~~c:~on mayor tradición inventiva de Inglaterra. Allí no sólo se
con grandes reservas de mineral de hierro y con "ferrerías"
E. Conadine 115 3 aiios Puddler
100 3 aiios escala y de gran éxito, como la mayoría de las 39 que
J. James
· G. Wittingham 100 3 años , sino - f ante todo- con una tradición de invenciones
S. Kinley 60 .3 aiios Carpintero . sidt!IÚI:gicas como la StafliJrdshire tuyere(tobera de inyección de aire al
hornc>): el "crisol redondo" del alto horno en vez del cuadrado,
• Cifras en pesos. '~;~~~~~~~~::Gibbonsmiembrodeunafamiliadeiron-mastersdela
Fuentes: Carta de Robert H. Bunch y Pow!es Wilson al Encargado de :!> en fin, los revolucionarios procesos de mt;joramiento del hierro
Negocios Británico, Bogotá, Noviembre 15 de 1852. AG.N., Repú-. · ~moldeaclo de J oseph Hall introducidos en el proceso de "pudelado"" .
blica, Miscelánea General, tomo 43, f. 72 r. v. Hay versión inglesa. Proceder de Staffordshire daba carácter y, en verdad, Eduar-
"Solicitud de Agustín Landínez", en "Interior. Boyacá", Diario de Corradine durante el úempo que sirvió a la ferrería de Pacho,
Cundinamarca, N° 2786, Bogotá, Noviembre 10 de 1880, p. 763. >liesde 1851 hasta la fecha de su muerte en 1873, se caracterizó por
"Registration of Marriage of Edmund Corradine and Ann Banks", inclinación por la tecnología en punta. Así, en la década de 1860
1839, Bushbury, County ofStafford, General Register Office, London, ·->
·.m,rPl'P haber sido el promotor del cambio en la ferrería de Pacho
Copy, 1978. Archivo Familia Corradine, Bogotá. · -~
la inyección de aire frío al alto horno por la ya extendida mun-
Es muy probable que Jorres y Perry fuesen ingenieros, con (diltlm,ente técnica del hot blast(aire caliente), aunque sus más atreví-
estudios avanzados, según sugiere la tradición oral, sobre todo en sugerencias de pasar a la producción de acero a parúr del hierro
el caso del segundo50 • Si no hay certeza en ello, en cambio de Eduar- ¡:,]; collado; con procedimientos avanzados como los convertidores Bessemer
do Edmundo Corradine sí existe documentación como para soste-
ner que provenía de una familia de iron-masters, del condado de
Stafford, población de Bilston, con indudables antecedentes de
hombres prácúcos e ingeniosos a la vez. Efecúvamente, Eduardo
.
;~~f:t!~~;~~%;E~E~~~
•.· · Stafford, como la
de matrimonioSarah
Corradíneand se encuentra tanto
Túl, 1875, la Regístration
Sedgley, County of
ofBírth ofEnoch Corradíne, 1845, Bilston, Connty of
· Stafford, General Register Office, London, 1878. An:hivo Familia Corradine.
1
52. "Registration ofMarriage ofEdmund Corradine... ", loe. dt. ·
. 50. Agustín Landínez asílo sostiene en su "Solicitud" de 1880, loc. dt., y teiúa 53. "Registration ofMarriageofEdward Corradine... ", loc. dt. 1
•. -.-.tíl.··

54. Gríflith 's Cuide to the !ron Trade ofGreat Britaín (1873), David & Charles,

1
por qué saberlo porque con Perry estuvo entre los fundadores de la Ferreria de .

Samacá, como ~verá. En la memoria familiar de la familia Corradine se afirma lo 1967, pp. 253-256.
mismo; véase el capítulo "Otras referias" en Ana García Núñez "de Corradine, Algo 55. Véase ·al respecto, de W. K. V. GaJe, The Black Countly /ron Industry. A
sobre la industria del hienv en Colombia y suspioneros, sin editorial y sin paginación, TechníaJ Histoiy, Tbe MetalsSociety, London. 1979, capítuloS y The British !ron and
Bogotá, 1976. Steel Industly, David &Charles, NewtonAbbot, London, 1967, capítulo 4.

92 93
y el Open Heart, no fueron escUchadas56 • Esta tendencia a la acepta- · .extranjeros, de los cuales sólo se tiene noticia del amoldador inglés
ción de innovaciones y a su adaptación rápida la heredarian su hijo y ·· Tomás Eyre, oriunclo igualmente de Bilston, Staffordshíre, y a quien
nietos, llevándola a las otrasferrerías del país. Los témicos ingleses que • se contrató por cinco años, con pasaje pago desde Europa y salario
trajo Robert H. Bunch a Pacho en la década de 1850, por tanto, lejos de .··• .... de 4libras esterlinas.semanales60 •
ser simples workmen, eran verdaderos Íron-masters, altamente califica- • · • > . En su última fase de funcionamiento, entre 1886 y 1888, la
dos, y con capacidad para fundar por ruenta propia ferrerias y sostener- · .ferrería de Pacho contrató al ingeniero inglés Thomas Edwards para
las témicamente, como sucedió con Ierry y Bruce en Samacá y James una readecuación total de la empresa61 , en tanto que la producción
en la Pradera. No se tiene noticia de que alguno de ellos se hubiese corrió a cargo de Antonio J ouve, Mr. Baker y Mr. Cornelius, cuyas
fugado sin cumplir los contratos, como sucedió con Benjamin Davis en · ;tareas y nacionalidad no ha sido posible establecer". También co-
184057 , indicio de procedencia de una extracción socialo regional laboraron en esta fase.final de la ferrería de Pacho Carlos Corradine,
proletarizada, como sucedió con las capas de trabajadores ingleses· traí- de Edmundo Corradine, y Jacobo Wiesner, nieto del mine-
dos a las minas de Mariquita en las primeras décadas del siglo58 • ralo~rtsta del mismo nombre63 •
En las siguientes tres décadas, la ferrería de Pacho nunca vol- Un segundo núcleo de extranjeros se formó alrededor de la
vió a disponer de un grupo tan calificado como el de 1850 y su · llenrería de La Pradera, cuyo mont<9e inicial a fmes de la década de
operación fue irregular, alternando cierres prolongados éon activi- .. '"''u"·v corrió a cargo del ex-técnico de la ferrería de Pacho, John
dad frenética. Así, en 1864 se reorganizó como "Compañía de la ¡;:(.J"un:., · con el herrero Samuel Sayer y Wright Forrest, al pare-
Ferrería de Pacho", al parecer con Eduardo Edmundo Corradine tarnbién ex-trabajador de Pacho, quienes construyeron un alto
como director del alto horno y quien ese mismo año levantó un '· ch<>ITLO sumamente elemental64 , al parecer experimental o para pro-
detallado inventario de las instalaciones fabriles que sólo podía halbelr · '· ..... ·. en pequeñísima escala. Si se cruza este dato técnico con el
hecho un experto en la materia59 • No se sabe de otros ·.
·.• ··<otro criterio disponible, el salarial, se podría conjeturar que James
extranjeros. En 1870, luego de otro cierre temporal, la empresa·. .
· ··;no era de los más calificados del grupo de ingleses. El examen del
reinicia trabajos en grande escala para lo cual contrata operarios ·
;. ,, J:<>ntraJco de .constitución de la nueva ferrería revela, además, la ten-
dencia a entablar el negocio no tanto en términos de empresa capi-
56. Ana García Niiñez de Corradine, op. d~ capítulo "Ferrerfa de Pacho". . .
57. Véase el poder que entregó Robert H. Bunch a Ramón Zapata para . sino de taller artesanal. En efecto, mientras que en algunas
hacer devolver a Benjamin Davis a la ferrería de Pacho. A.G.N., Notaría 2a., Bog<>- :
tá, 1840, tomo 248, f. 297 v. · .
. 58. Samuel Smiles describe el tipo de obreros ingleses con quienes el hijo · . ... . 60. Contrato entre Percy Brandon y Tomas Eyre, 20 de agosto de 1870,
de Jorge Stephenson debió vérselas en Mariquita: "Por último, llegó la partida de · ·London. A.G.N:, República, Ministerio del Interior, tomo 80, ff. 714r. yv., 715 r.
mineros que Stephenson esperaba d~ Inglaterra; pero éstos le dieron todavía :·· ·· 61. "Las mejoras", dice Aníbal Currea, "que ellngeniero buscado y contra-
más trabajo que los mismos obreros del país. Era gente ruda, dada a la bebida e · tado en Londres por mi cuenta, Señor Tomas Edwards, ha llevado a cabo en la
ingobernable. En seguida los puso a trabajar en la mina de 'Santa Ana', instalán- · _y~rrería consisten: en la reconstrucción del alto horno; montaje del martillo y
dose allí entre ellos, con el objeto, segúll decía, de ver si era posible apartarlos del . _ .,9_lindros; construc<;ión d~ la nueva muralla y otras reparaciones de menor impor-
detestable vicio de la embriaguez, el cual, si no se le ponía freno, llegaría a ser la .. tanéia". "Señores Arbitras", disputa entre Lorenzo Manrique y Arubal Currea.
ruina de todos. Paia aumento de males, el capataz que de Europa ·había venido A.G.N., Notaría 2a, Bogotá, 1889, tomo 528, f. 943 r.
con los mineros, era hombre díscolo e intratable, que, a menUdo,· reñía de pala- 62: En las cuentas aparecen dichos nombres. Ibídem, 945 v.
bx:a y aun de obra con ellos, fal$doles al respeto, hasta al mismo i~geniero, a _- _ 63. Lorenzo Manrique afirma que tanto Corradine comoWiesner "pa-
quien llegaron a decir en su cara, tanto éste como algunos de sus compinches, ~aban por ser los llamados a poner en movimieilto con m~s celeridad esa fábri-
que siendo él natural del Norte y no de CornwalL como ellos, no podía entender ca". Y, efectivamente, ambos.aparecen en las cuentas de la ferreria.1bídem, ff.
de minas". Samuel Smiles, op. dt., pp. 233-234. . . .. 914 r, 934 v y 945 v. Puede consultarse también de Lorenzo Manrique, De cómo
59. Edmund Corradine y Pamón Posada Gutiérrez, "Inven&lrio de la ferrería de se hace para no rendirse ante una cuenta, hnprenta de La Luz, Bogotá, 1890, pp.
Pacho en 23 de marzo de 1864''. A.G.N., Notaría la, 1864, Bogotá, tomo 368, ft: 106a ··.
11 l. Corradinedescribe así los aparatos para producirelhotb~ innovadónruyo méritilde · ·:;:· · 64, Un examen reciente de este alto horno, que.aún subsiste conlo prueba
haberla inooducido en Colombia cabe a la fexrería de Pat:ho: "Horno para calentar el .de la solidez con la que fue edificado, así lo confirma pues no mide más de cinco
viento para el horno alto, todo su interior es de tubos de hlerro i su esterior de ladrillo.i - : _·: . de alto, su estructura es de piedra y su interior es circular y no en forma de
hierro. 2 aparatos de trompas para soplar el horno alto, una a la derecha i otro a la · . conoS truncados unidos por la base que era lo nonnal en el siglo XIX. Véase de
izquiada, cada uno con nueve trompas. Todo con sus calicantos i demás pertenencias. Michael Stratton, Ironworks andhidustriafMuseums in Colombia. Reportofa Swdy
Ambos nuevos". Ibklem, f 107 v.. VLSi~ The Ironbridge lnstitute, Telford, Shmpshlre, 1994.

94 95
'
cláusulas los socios se obligaban "a no ocultar las invenciones i ~ ferrerías ya_ no como asun~o de los iron-masters, sino de inge-
métodos que supieren para mejorin' la empresa" y a ~o ·:empren- ; meros espe~ad?s que hubtesen cumplido un aprendizaje en las
der negocio alguno ni ocuparse en asuntos que peiJUdtquen e~ empresas stderurg:tcas de ese país. Codazzi fue tal vez el primer
manera alguna ni distraigan el tiempo que deben ocupar exclusi- . col~mbi~o que ~iajó al exteri~r a adquirir "conocimientos prácti-
vamente en la producción de hierro", en otras se obligaban "cada ·'COS en stderurg:¡a, en contravta de la norma ya común de traer
uno por su parte a no ocuparse en otras empresas de herrería ni a ' maestros extranjeros al país.
hacer indicaciones a ningún individuo o compañía sobre el modo ·. Si las ferrerías tuvieron su punto de partida bajo el influjo de
de elaborar el hierro" 65 • Este primer intento empresario de James y la Expedición Botánica, con mineralogistas y iron-masters como
Forrest tuvo una existencia brevísima y de los dos técnicos se perdió .· J~cobo Wiesner, hacia fmes del siglo XIX el nuevo aliento de la Mi-
toda noticia en la década de 1860. stón C<:>rográfica, con ntatemáticos y geógrafos como Lorenzo
La ferrería de La Pradera se reactiva en 1877 con la sociedad · Codazz_I, puso su suerte en manos de ingeniería y tecnología nor-
"Manrique-Agnew", siendo este último un ingeniero norteameri- . teamencanas. ·
cano que habiendo asumido el negocio como uno más entre mu- Hierro e ingeniería asociados hizo pensar que la lógica y exitosa
chos que adelantabá en el país66 , parece haber carecido de la expe- · irtterr~!la•ción lograda en suelo norteamericano entre ambas con los
riencia siderúrgica indispensable para traducir los planos de la plan- "'"'Ft>r·rn<·:mriJ,.. podría tener en Colombia los tnismos excelentes re-
ta a los equipos convenientes cuando viajó a los Estados Unidos a ~.ww.utus. La ferrería de La Pradera se lanzó, así, desde 1882, a la
conseguirlos; en cambio, trajo consigo al moldeador Juan Kirk y a j>J:odluoción de rieles conduciendo, con ellos, al país "definitiva-
un albañil de apellido Brown, de mejor desempeño en sus funcio- ;;:~i~~~~~~~~~ se afirmaba en la prensa de la época, a la "revolución
nes67. Lo importante de anotar es que con Agnew el negocio de las '.: . Sólo que los términos de esa revolución se yuxtapusie-
ferrerías en Colombia se convirtió, en adelante, en asunto de inge- de una parte, los ~l!evos empresarios viajaron a New York
nieros. En efecto, ante el fracaso de Agnew en la puesta en marcha ';...ju:sto cuando la electnadad comenzaba a utlizarse en la siderur-
de los equipos de inyección de aire para el alto horno, entró como ¡;i~ia--paraadqutirir maq~aria movida a vapor, como tomos, mar-
nuevo socio de la ferrería Lorenzo Codazzi, ingeniero militar co- , . dt; h~erro; de otra parte, trajeron consigo inge-
lombiano, quien no sólo aplicó sus pericias a la construcción de .. .tecnJCos esp~ciahzados, planos para montaje de equipos y
represas y canales para la energía hidráulica necesaria, sino que Idea model?a (aJ_ena a los p~cipios de los "maestros") de la
viajó a los Estados Unidos "en febrero de 1880 trayendo un sopla- ' )lnteb•a de reststencra de matenales69 . Por último, se estimaba ya
dor más y una turbina de 26 pulgadas, y bastantes conocimientos ;:,¡t:onditio ~:íJ_1e t7ua non el concepto del geólogo o del quúnico para los
prácticos adquiridos al pie de los altos hornos y de boca del inteli- ¡¡n;ilisis qulffilcos de las muestras de los yacitnientos de mineral de
gente y hábil ingeniero que había hecho los planos" 68 . . ~Lier:ro, carbón y caliza, en lo cual la ferrería de La Pradera tomó las
Como se ve, el viraje hacia la tecnología siderúrgica norte- '( ]prt>vi<ie¡¡ci;as del caso 70 . Como figura indiscutible en La Pradera
americana obligó a asumir la construcción y puesta en marcha de 'i)!!ntcln<:es, entre 1883 y 1884, el ingeniero norteamericano Lewis
i{d\1iller, director técnico de la tnisma, y quien en este último año
65. AG.N., "Contrato de compañía para la elaboración de hierro en la
hacienda de La Pradera, 11 de marzo de 1861", Notaría la., 1861, Bogotá, tomo 69. Diario Olida], No 5.312,. Bogotá, marzo 30 de 1882, p. 10.299.
360, f. 357 v. . 70. El mmeralog~Sta colomblallo Liborio Mejía destacó en su informe sobre
66. Thomas Agnew. cuya especialidad se desconoce, posi~lemente ingenie- la fe~ería de. La Pradera que los minerales de la región habían sido ensayados por
ría civil, se dispersó durahte la década de 1870 en la construcción de redes de gas ~1 mmeral~sta Walter Hamilton,. de New York, con resultados tan alentadores que
y acueduCto, así como en el montaje de máquinas de vapor y prensas de acuñación ).~cluso MeJI~ se atrevtó a aconseJar a los empresarios "intentar la fabricación de
para la Casa de la Moneda de Bogotá. Adentás, era accionista de la Compañía de hierro dulce I de ac.e~ po~ el proced_imiento Bessemer, que reúne a la economía,
Alumbrado de Bogotá. Ver Boleún Industrial, Bogotá, Nos. 216y 217,julio 31 y . ))/.}"a]pidez de .las operaaones 1b~~a calidad de los productos, la ventaja de prescindir
septiembre 24 de 187 4. Diario de Cundinamarca, Bogotá, Nos. 2191-2194, octubre . . pu?elaje, que es la operac1on más dificd en la fabricación del hierro". Diario de
de 1877, pp. 605-613, y N" 2206, noviembre 20 de 1877, p. 34. Diario Olida!, . Cundmamarr:a, Bogotá, N" 3.488, septiembre 10del884, p. 343.TambiénFrancis-
Bogotá, N° 4557, noviembre 8 de 1879. ~ Cisnerós y otros, "Una visi[a a la ferrería de La. Pradera". en La industria, NO'J3,
67. La Industria, Bogotá, N"l7,jimio 14 de 1883, p.l39. ano 11, Bogotá, 5 de septiembre de 1884, pp. 604-605. Aquí se menciona que quien
68. lbidem. llevó las muestras fue el moldeador Juan C. Kirk.

96 97
logró la hazaña -registrada por los artistas de la época- de fabri- en el país de origen de ambos75 • Worrall, de una parte, era ingenie-
car el primer riel en Colombia, y quizá en Suramérica. Con el mis- ro mecánico, y proven.ía de Wolverhámpton, Staffordshire76 , en tanto
mo ingeniero Miller se emprendió la construcción de máquinas al que Tomás Benjanún Corradine, aunque nacido en Pacho enl854,
fundirse allí cilindros, ejes, base y volante de un tren de laminación -recibió de su padre, Eduardo Edmundo Corradine, todo el conoci-
de rieles, dándose así los primeros pasos hacia el sector miento prácúco de los iron-masters, pero también una cultura side-
metalmecánico moderno 71 • Conscientes, sin embargo, el ingeniero rúrgica letrada que iba más allá de lo convencional, si se toma como
norteamericano y sus técnicos de que mucho iba de su bagaje cul- punto de referencia su biblioteca especializada. El úpo de manua-
tural y de sus destrezas a los conocimientos de los colombianos, les y tratados de que disponía y la manera de estudiarlos y em-
trataron no de cerrar esa brecha sino de mantenerla como meca- plearlos, sugiere que Tomás Corradine contaba con suficientes co-
nismo de negociación de mayores salarios, dado el carácter impres- nocimientos químicos y fisicos. . ·
cindible de sus habilidades72. Así, en forma simultánea a la firma Tomando como ejemplo el libro, A Treatise on the Metallmgy of
de contratos por los cuales se otorgaba a los ext:r.injeros un salario ./ron de H. Bauerman77 , de propiedad de Tomás Co;radine, es po-
fijo y "primas" por su producción, apareció el chantaje en úempos sible establecer que éste no sólo elaboró su propio "Indice" (super-
de "campañas" prioritarias del alto horno o de fabricación exclusi- puesto al índice original del tratado), que demuestra uná lectura
va.
Ante el despido de los norteamericanos, se vuelve de nuevo atenta y selecúva poco común, sino que llenó el texto de conúnuas
anotaciones y aclaraciones en los márgenes de las páginas. Así, en
hacia 1885 a la ingeniería y técnica inglesas, produciéndose el sin-
gular caso de fábricación de hierro con tecnología norteamericana los capítulos de su mayor interés -los relaúvos al diseño y úpos de
y con técnicos ingleses. No obstante lo cual, con el ingeniero mecá- altos hornos, a su capacidad, a su producción y al consumo de
nico inglés W E. Worrall, y su equipo de técnicás en amoldado, combusúble y distribución del calor en los mismos-, y en los cua-
pudelación y laminado, entre los que se contaban individuos de les se exigía del lector una compresión sintéúca a punta de fórmu-
apellidos James y Crossley, así co;no Thomas Benjamín Corradine, las, el propio Corradine anotaba al margen varias más (seguramen-
la fe1Tería de La Pradera alcanzó éxitos notables como una produc- te extraídas de otros tratados), de esta clase, por ejemplo: del consu-
ción en pequeüa escala pero estable, la fabricación. en Colombia de
la primera máquina de vapoP y los ensayos "de laboratorio" de los
l,,. mo de combusúble del crisol del alto horno, de este úpo: FP= T x
F'/P y P =TxF'/Ff, sobre el consumo de combusúble en el crisol de
primeros rieles allí fabricados. Los experimentos de ensayo de re- l. · alto horno78 , fórmulas que aplicaba a los distintos protoúpos de
sistencia de rieles, adelantados en La Pradera, hicieron de éste pro- ~ altos hornos disponibles. O bien, allí donde el tratado expresaba
bablemente la primera empresa industrial donde se efectuara tal -~ con palabras" óxido carbónico" o "ácido carbónico", Corradine leía
tipo de prueba, al tiempo que incitó la presencia de ingenieros na- .l y anotaba CO o C02, etc. En general, las anotaciones al margen
cionales y suscitó uno de los prin1eros acercamientos entre la in- revelan una lectura inteligente cuyo primer objeúvo era, ciertamen-
dustria y profesores de la Universidad Nacional74 • ·~ · te, el dominio conceptual de la eficiencia operaúva de los altos hor-
Que el ingeniero Worral trabajara "hombro a hombro" con el ·.;i nos, pero sobre la base de un saber sintéúco quínlÍco cuantitaúvo.
técnico Tomás B. Corradine en los" experimentos" adelantados con ·;. Si este saber acercaba al técnico siderúrgico con el ingeniero, en
los rieles de La Pradera no era un mero símbolo; significaba, real- , verdad lo alejaba de la cultura artesanal tradicional.
mente, el entronque entre la ingeniería y los iron-masters, por tanto,
las afmidades entre la alta cultura técnica y la cultura técnica práctica 75. Durante gran parte del siglo XIX, el manto que mediaba entre los "inge-
nieros" y los artesanos ingleses fue menor, hablando en ténninos culturales y
71. Francisco Cisneros et al, op. ci~ loe. cit., N°. 80,31 de octubre de 1884, p. sociales, que el que mediaba entre los primeros y los individuos d~ alta cultura
662. cientifica. Véase de Eric Ashby, La tecnologfa y los académicos, Monte Avila, Caracas,
72. Ibídem, p. 663, nota. 1969, capítulo 111. .
73. Rafuel Nieto París, "Máquina de vapor fubricada en la ferrería de La 76. Nieto París, "Máquina de vapor... ", loe. cit, p. 181.
Pradera", Anales de Ingeniena, N° 29, Vol. 111, Bogotá, diciembre 1° de 1889, pp.181- 77. H. Bauerman, A Treatíse ofthe Metallurgy of!ron, Virtue and Co.,
l82. London, 1868. ·
74. Rafuel Nieto París, "Rieles de hierro de La Pradera", Anales de Ingeniena, 78. SegUn el mismo Conadine, Ft' = pies cuadrados; T = producto en toneladas
N° 29. loe. cit, p.l60 y ss. Otros ingenieros que laboraron en La Pradera por la .en 24 horas; F' = combustible consumido por tonelada de hierro, y F" = combustible
década de 1880 fueron julio Barriga y Valerio Arango. consumido porárea en pies. Ibídem, pp.l98-199, nOiaS manuscritas.·

_98 99
No fue casual, por consiguiente, que Tomás Corradine, lle-. · En la ferrería el encargo de rejas, ruedas, volantes, cilindros, ejes,
gara a ser téciJ.ico del alto horno de La Pradera en 1888; que asis- piñones, máquinas enteras, es incesante. Y para fabricar todas esas
obras es otro el procedimiento. Empecemos por el principio: sabien-
tiera al ingeniero Worrall eit los ensayos de resistencia de los rie-
do cuál es la obra que se tiene que hacer, el ingeniero dibujante de la
les79, y que fuese el encargado de viajar a Inglaterra a comprar en Ferrería, que lo es el inteligente joven doctor Aureliano Páez, quien,
la región de Stafforshire el nuevo y moderno alto horno que exigía al decir de.sus superiores, es en su ramo igual, si no superior, a los
la ampliaCión de la empresa, recomendando los procedimientos . ingenieros extranjeros, dibuja el plano de la obra con sus diferentes
modernos de producción de acero con base en los convertidores .. eones y fija las dimensiones exactas que haya de tener. Este dibujo
Besemer o Siemens 80 • · · . · · .
pasa al carpintero, que lo es el señor don Luciano Herrera, de reco-
La modernización tecnoÍógicá y la reorganización adminis- nocida habilidad, y éste· hace en madera el molde de la obra cuyo
trativa lograda por La Pradera eritre 1891 y 1893, la situaron ya plano se le da. Este molde pasa al director de la fundición de moldes,
como una típica fábrica de hierro (ironwroks), muy moderna según •· señor doctor VicénteCuenca [... ], quien pasó varios años en Europa
los parámetros de la época aunque. sin llegar a ser una acería perfeccimiándose en el estudio de la Metalurgia. El doctor Cuenca es
(steelworks), casi totalmente mecanizada, con cerca de 600 trabaja- . .... jefe de una multitud de trab,Yadores que se ocupan en enterrar dentro
dores distribuidos _en nueve departamentos en la jefatura de los · de arena humedecida los moldes de madera, los cuales siempre van
cuales se hallaban ingenieros y técnicos, tanto ingleses como co- divididos en dos panes, que van superpuestas. Se saca de la arena el
lombianos: molde y queda el hueco. A ese hueco se arroja, por un orificio abierto
en la superficie, el hierro derretido en los cubiloteS". ·
W. E. Worrall, ingeniero, director técnico general.
Roben Worrall, ayudante del director. trabajo de los antiguos artesanos, como el carpintero,
H. McCall, hornero, jefe del alto horno. ~ h:allitba sin duda dentro de coordenadas cualitativamente distin-
Juan Crossley, operador del elevador del alto horno. No obstante, en esos y otros observadores se yuxtaponía la vi-
Vicente Cuenca, ingeniero, jefe de fundición. moderna de La Pradera, como resultado de la división de la
Mr. Baker, fundidor. · · ·· · ·
Eladio Gonzále:z, puddler,jefe de Puddlaje. productiva del trabajo, con el anhelo frustrado por una "es-
Aureliano Páez, ingeniero, dibujante. · de artes y oficios":
Eústasio Barreto y hermano, dibujantes.
Mr. Parks, encargado de los tomos en cerrajería. El orden que reina en todo el establecimiento es completo y la disci-
.. Luciano,Herrera, carpintero. plina perfecta. Trabajan en él unos pocos obreros ingleses, muy inte-
Teófilo Alvarez, contador. ligentes; los demás son colombianos y en lo general nada dejan que
Camilo González, cajero81 • desear como maestros, cada uno en su ramo. Esta es, sin duda, la
verdadera y única escuela deanes y oficios del país, en todo lo que se
En medio de su entusiasmo, los observadores y los visitantes relaciona con la industria del hierro y la mecánica".
más aguzados de la época advertían allí la forma del trabajo mo-
derno, el trabajo combinado y "en equipo", más eficiente que el La suerte fmal de la ferrería de La Pradera parece, paradóji-
trabajo artesano individual: ¡<;amt~nte, haber estado asociada a la lucha entre estas dos visiones
dJ.stinltas, es decir, entre el anhelo de formar "cuadros" técnicos
· 79. El ingeniero Nieto París, testigo presencial y autor de los complicados · pac¡onalles, así fuesen tradicionales, y la dependencia con respecto
cálcul_os matemáticos sobre la resistencia de los rieles expresó que ~debo hacer .
~encrón de la inteligencia y el tino con que dispuso lo necesario para dichos expe~
nmentos el señor W. E.. Worrall, ingeniero mecánico, y de I.a: maestria con que
82. "Visita a La Pradera", El Relator, N° 585, loe. cit, p.4!9. La combinación
ej~taba y hacía ejerutar las diferentes operaciones el señor: Tomás Corradine"- . :
trabajo de ingenieros y técnicos, de destrezas mentales y pericias manuales, de
Nieto París, "Rieles de hierro ... ", loe. dt, p.l61. proporciones y de agudeza sensible, en el man<jo del "alto horno" de La
d'I:adt·r:~~ se encuentra muy bien descrita en la carta del dibujante Eustasio Barreto
80. Ana Garría Núñez de Corradine, op. dt, capítulo "Ferreria de.La Pradera".
81. "Visita a La Pradera", El Relator,. Nos. 578y 585, Bogotá, octubreS y 20 S3Ioti¡Igo Ueras publicada en El Relator, N° 909, Bogotá. agosto 1° de·J893,
de 189!. F. González Benito, "La Pradera.· Informe". El Telegrama, N° 2028, Bogo-
tá, julio 31 de 1893. 83. F. GonzálezBenito, op. dt,p. 8078.

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a los expertos extranjeros altamente calificados, pues el ingeniero . "· ...,~ Company" -&;_los Estados Unidos, quienes fundaron una ferrería
Worrall estimaba que el éxito de la empresa estaría en seguir tra- , con el ampul~~o ni:ulo de "C:ompañía Consnuctora de Obras de Hie-
yendo "obreros entendidos, ingleses o europeos", en tanto que los ••••••.•..I,TO de Samaca '. co~prometténdose ~ <l:dicionaral antiguo alto horno
técnicos nacionales se sentían ya con suficiente capacidad para : un taller de ~a~on, a traer especialistas extranjeros y a dar trabajo
manejar la ferrería por menta propia, como efectivamente sucedió ·. · al me~os a un ~gerueroy a un naturalista colombianos87 • Este contra-
a partir de 1894. to fue m~plido por los norteamericanos, por ruya razón una parte
En la ferrería de Samacá, por contraste con la apreciación de •de l?s técrucos (ocho en total), el ingeniero York y el contador Stewart
Worrall, se contó quizá con el contingente extranjero cuantitativa y .· · d~~teron retomar a su país88 • El ingeniero Brown, por su parte, suscri-
rualitativamente más destacado, pero el resultado fmal fue un ro- bto ~ nuevo co~trato con el Estado de Boyacá en el que se compro-
ttmdo fracaso. Allí, ni los ingenieros ni los maestrOs ni los témicos meno a consttutr un nuevo alto horno de caracteristicas completa-
ni los obreros.de Estados Unidos o de Europa nunca lograron, de- mente m_odemas, para lo rual viajó a los Estados Unidos a contratar
liberadamente o no, hacer que la temología siderúrgica moderna un supenntendente y obreros calilicados. Dos compromisos adiciona-
diera los mismos frutos que en su patria de origen. . . revelan un mayor control sobre el negocio: obligación de hacer
Los comienzos fueron auspiciosos, porque a Samacá llegaron . de por_lo _menos 22ID:uestras de minerales y de propagar en el
de la mauiz difusora de la ferrería de Pacho, junto con los · los ~o~oarment<;>s prácttcos en fundición y laminación adquiri-
1Ilent2.dos técnicos franceses 84 los mejores del núcleo inglés de en fabncas acreditadas89 •
Martin Perry y Santiago Broce, roya experiencia como ingeniero y Los seis nuevos témicos norteamericanos llegados a Samacá
pudelador-superintendente respectivamente, les permitió consnuir , 1880, y qu~ se sumaron al ~ecánico Hennan Sontang y al
un montaje témico de alto horno, hornos de pudelaje, represas y ·~...<_lib1~_i an1te. mecámco ~emardo C~e~ghton que sobrevivían del pri-
canales, que duró más de vein~e años85 .Sin embargo, ni Perry ni . contingente, veman en condtaones salariales extraordinarias
Cruce parecen haber enu·enado a nacionales en el manejo de la . no sólo ~e les pagaba un s<?brecosto del 70% de lo que gana:
ferrería (si se exceptúa a Jorge Perry, hijo del primero), ya que en el . •. , . en su pats y se les subvenctonaba el viaje, sino que ganaban
período posterior a su muerte ia ferrería de Samacá funcionaba tan :· extrasueldo por tonelada producida y podían disponer de "peo-
precariamente que se clamaba por la traída a ella de p1JrdGUe1·s, subcontratados. Tales témicos fueron:
86
amoldadores y hmneros exu·a:;;jeros •
Cuando la ferrería pasó a se1· propiedad del Estado Soberano Richard _Bowater, laminador, $2000 anuales de salario, más un
de Boyacá, en 1878, se pudo colmar esa aspiración, ya que en el porce;"taJe por tonelada de hierro laminado. Por exigencia de éste
muy corto petiodo de 1878 a 1834 pasaron por sus talleres cerca de se trajeron dos ayudantes del laminador con salario de $1000 anua:
30 ingenieros y témicos nortearrtericanos e ingleses, tal vez el les para cada uno.
tingente más calificado con que pudo contar ferrería alguna co- Mdaarnnd· Rihi.?>ards, poll-tumer, $1500 anuales y porcentaje por tone-
lombiana en el siglo XIX que, sin embargo, no dio ningún resultado la e erro procesado.
efectivo. La tragedia témica de la ferrería de Samacá comenzó, en Thomas] ones, heater, con $1800 anuales:
efecto, con la asociación del Estado de Boyacá con dos ingenieros Thdaomas ~tCkey, puddler, con $1500 anuales y porcentaje por tone-
norteamericanos, Charles Otto Brown y Levi David York, ingeniero 1a de hierro pudlado90.
en jefe y superintendente en su orden de la empresa "Passaic Rolling
·· · Los nuevos trabajadores entraron en conflicto con el ingenie-
84. Agustín Landínez, "Boyacá", Diario de Cunclinamarr:a, N° 2786, Bogotá, Brown Y se ne~ron a obedecer sus órdenes, posiblemente ante
noviembre 10 de 1880, p. 763. Los dos franceses fueron, al parecer, Champion y salanales pues Brown era el contratista que estipula-
Picoté. los sueldos, ante lo rual el gobernador de Boyacá José Eusebio
85. El contrato de asociación se firmó en 1856. Notaría Única de Villa de
Leyva, N°77, agosto 2 de 1856. tomo correspondiente a 1856.
86. La mortuoria de Broce revela que tenia una cultura letrada, pues entre 87. !flBoyacense, No 15, Tunja,junio 18 de 1878. .
sus libros se encontraban dos tomos de la Historia Natural de Buffon y otros más. \.:.<rla •:1<. ·S88. I?[0 fl';de la Comisión nombrada para practicar una visita a la Ferre-
Lo más destacado fue, sin duda, el completísimo taller de fragua que dejó a amaca,, · o!;"cense, N~ 562,julio 15 de 1880.
fantilia. "Mortuoria de Santiago Bruce", Notaría la. de Tunja, 1858, N° 115, tomo 89. Ibiclem, N 585, TunJa, agosto 11 de 1880. ·
90. El Boyacense, No 600, Tul\ia, agosto 28 de 1880.
252.
103
102
Otálora optó por despedir a Brown pues le resultaba más costoso hierro i adornados con in~cripciones, grabadas en piedra 1tundidas
contratar "un nuevo cuerpo de mecánicos" 91 . · · . e':! hierro, que para na~ srrven [·:.J .. Los obreros se ocupan ahora en
La tragicomedia de la ferrería deSamacá continuó cuando pmtar el frente de los edifi?os pnnapales; he visto muchas ferrerías,
en 1881 el gobierno del Estado de Boyacá suscribió un nuevo con- 1 hasta ahora no conozco nmguna cuyos edificios de ladrillo se hayan
trato con el ingeniero Brown, cuya primera medida .de retaliación pmtado; es un gasto enteramente inútil94 •
fue despedir a los técnicos rebeldes y la segunda fugarse con los
planos de las construcciones de la ferrería y otros implementos. Los técnicos extranjeros, de cuya pericia Nichols no dudaba
Brown fue detenido, pero rápidamente liberado ante una eventual p_or h~erla cc;mstatado en siderurgias norteamericanas, permane-
reclamación internacional, lo que recuerda el caso de la ferrería de aan oaosos sm alcanzar la productividad para la que habían sido
Pacho en 185492 . · contratados. Otros habían retomado a su país al no encontrar en la
Hacia 1881 la presión política sobre Otálora era irresistible, ferr-=:ría ocupación ado::cuada a sus destrezas 95 • Fmalmente, la co-
ya que tras de casi cuai:ro años de inversión de cuantiosos recursos media de errores culmma con la contratación en 1882 de cerca de
el resultado era magro: contratos incumplidos, sublevación de téc- tre~ ing-=:nieros y técnicos ingleses, a la cabeza de los cuales estaba
nicos, fuga de los ingenieros York y Brown, despido de técnicos, un mgemero como Thomas Soutban, cuya pericia es tanto más
obras inconclusas y, como colofón, ningún tipo de enseñanza téc- doloroso co~statar cuanto que en el corto tiempo que estuvo en
nica a los nacionales. . .. Samacá no hiZo_ nada adecua_do a su amplia ex~e~encia siderúrgi-
Los opositores de Otálora lograron del gobierno central la . :.ca y ~ sus capaadades mventJ.vas. Comenzaba draendo el ingenie-
integración de numerosas comisiones para investigar qué sucedía .ro Drego Fallon:
en Samacá, lo que produjo una verdadera lluvia de informes, refu-
taciones y aclaraciones, pro et contra. El naturalista Liborio. Zerda y He tenido ocasión de permanecer por algunos días aliado del Sr.
el mineralogista Vicente Restrepo constataron, por ejemplo, que Sout!'an, a~al director de la Ferrería de Samacá. La cirCunstancia de
los constructores de la fábrica se habían dejado llevar por los as- mediar relaaones entre este señor y los propietarios de las ferrerías
pectos "externos". del capitalismo: de M1ddles~orough y de Stockto~ on Tees, a quienes, a mi vez, estoy
ligado con vmculos de anugua annstad, por haber sido su compañero
El día 5 de junio llegamos a la Ferrería y fuimos sorprendidos agra- de traba~o durante algunos años en las factorías de Newcasde on Tme,
dablemente con el aspecto imponente y la elegante construcción dio '."?Uvo a recuerdos de mucho interés[ ... ]. El señor Souhtan fue
de los bellos edificios que constituyen la fábrica[ ... ] pero nuestra co~s10nado por Netdef<;>lds para elegir un terreno, comprarlo y, en
sorpresa se convirtió en profundo pesar al contemplar la construc- segmda, plantear y orgarnzar allí una Ferrería; todo lo ruai ejecutó en
ción de estos edificios en las pésimas condiciones de su suelo de- corto nempo, y aquel estableallliento es hoy uno de los más próspe-
leznable y la ninguna solidez de sus cimientos". ros de lnglater;ra. Otras comiSI~nes análogas a ésta, ba desempeñado
tanto en su prus como en Esc~a y EsJ?~a. Dos viajes ha hecho a Jos
Por su parte, otro ingeniero, Thomas B. Nichols, fue mucho e!
Estados Urudos [... ]con objeto de VlSltar las principales ferrerías y
más punzante al revelar que tras esas "apariencias" se escondía la manufacturas de aquel pms. En uno de esos establecimientos se cons-
ociosidad de los técnicos extranjeros: . truyeron los aparatos y se comprobó prácticamente la eficacia de una

En lugar de construir edificios baratos para protejer la maquinaria i 94. Thomas B. Ni~hols, "Informe Oficial sobre la Ferrería de Samacá", Dia-
emplear el dinero en esa parte de las obras que fuera productiva, se ba ··••''u""'Cundmamarr:a, N 3030, Bogotá, febrero 18 de 1882. También el N" 3031
empleado una gran parte en hacer edificios costosos, cubiertos de ');>t:~~";~~ 21 de 1882. Destacados del autor de este ensayo, salvo "en pintar" subra:
en el ongmal. . '
••• ro~--' 95. "Debo decirenjustici~"· sostenía Nichols, "que el señorBroden, a quien
91. "MenS?,je del Presidente del Estado a la Asamblea Legislativa en sus mucho en los Estados l!mdos como metaluijista calificado i por sus trabajos
sesiones de 1881", El Boyacense, N" 959, Tunja, noviembre 9 de 1881. suceso en ..ei.maneJo y cons~cción de altos hornos, no ha estado en
92. Ibídem. En el Diario de Cundinamarca, Bogotá, 22 de mayo de 1880, se (en) los últtmos dos meses! sm que baya tenido que hacer nada ni en la
sostenía que Brown era ingeniero militar y no metalúrgico. Véase "Boyacá. Ferrería d~l.horno m en la elección de sus inútiles materiales". Thomas B.
deSamacá". · at Sob_re el .~egre~o de los otros norteamericanos, véase nota del
93. üborio Zenla y Vicente Restrepo, Último infonne sobre la Ferrería de Tnbune de Pittsburg, El Boyacense, N° 747, Tunja, febrero 24
Samacá, Imprenta de Medanlo Rivas, Bogotá, 1884, p. 4.

104
105
invención del señor Soúthan, privilegiada en Inglaterra, relativa al William Miller, 32 años, moldador, 300 libras anuales. Funciones:
arte de reducir mineral de hierro. En consecuencia, los empresarios · moldador en marga-arena y bronce, erigir copeles para el cubilote y
le han propuesto compra del privilegio, y el negocio pende aún de hacer mezclas minerales. · ·
la voluntad del Sr: Southan. El comisionado para resolver mediante John Ellory, 51 años, director de cubilote, 216libras anuales. Funcio-
prolijos y delicados experimentos la interesante cuestión de las hor- nes: manejar el cubilote y vaciar los moldes. . ·
nillas de gas inventadas por Siemens, en cotejo con las de Head & Joseph Williams, 28 años, ingeniero m=ínico, 264libras anuales. fun-
Fox, fue el Sr. Southan. Se distinguió también entre los nombrados ciones: erección, composición y funcionamiento de toda la maquinaria.
para fabricar y remitir a la Exhibición de París, las muestras de hie- Eduard Horton, 41 años, tornero, 264 libras anuales. Funciones:
rro inglés que allí figuraron, entre las cuales llamó la atención un tornero de todas las especies y lantinador.
Th~mas Klbble, 30 años, puddler, 168libras anuales. Funciones: manc;jo
rollito de alambre que siendo hecho de una libra de hierro, medía
y cmdado de los hornos de pudlar y ayudante de taller de cualquier área.
una legua y un tercio de longitud. El hierro que para fabricar este James Guy, 27 años, puddler. Igual al anterior. ·
alambre se preparó bajo la dirección del Sr. Southan fue pudlado Robert Lewis, 30 años, minero, 144 libras anuales. Funciones: so-
por Juan Kibble, uno de los obreros que aquel señor há traído con- brestante minero, abrir pozos y extraer mineral y carbón°7 •
sigo a Samacá96 •
A éstos se agregaron el hijo del director, el minero W. Southan
De ser cierto este testimonio, Southan era un verdadero iran- y el herrero W. Weller, con todos los cuales se emprendio la recons-
master (pues su título de ingeniero resulta dudoso), con gran inicia- trucción del alto horno, que Southan estimaba deficiente la insta-
tiva, capacidad inventiva y alta reputación, a lo cual se sumaba un lación de máquinas de soplar y de cuatro calderas. El 19 de sep-
grupo de trabajadores subcontratados dispuestos a trabajar en cual- . ,tiembre st; puso ~ego al alto horno y el 12,de octubre se obtuvo,
quier país, y, por tanto, conscientes del alto precio que debían ha" por fm, hterro gns y blanco, en una cantidad que alcarizó las 120
cerse pagar por sus pericias. En efecto, en marzo de 1882 arribaron t~neladas 98 • ~ero el crisol del alto horno quedó tan averiado que se
los ingleses (ante lo cual debieron irse.los norteamericanos, excep- hizo. necesano apagarlo y ya nunca más volvió a encenderse.
to el amoldadorStanfields), cuyos oficios; edades, salarios, condi- El desenlace de. la historia de los témicos que desfilarOn por
ciones contractuales y funciones, revelan que provenían, sin duda, Samacá era e~ presurmble; S~uthan.cc;mvenció al gobierno d~ Boyacá
de la aristocracia obrera inglesa del hierro y del acero: para despedir al~os te~uco~, vtaFr a Europa a consegúir otros

Thomas Southan, 40 años, 600 libras esterlinas en el primer año e


incremento de 100 anuales si su desempeño era satisfactorio. funcio-
nuevos y a adqumr maqumana moderna. El témico colombiano
J~ N.epomuceno ~odríguez constat?, en efecto, en 1883 ,n~:;n
l<l; n<:>mma de este ano ya no estaban ru Thomas y Joseph Wí · s,
·
nes: Director de todas las obras, incluyendo las minas. n~ Kibble, Guy y Lewis, pero aparecían otros ingleses como Thomas
Thomas David Brown, 27 años, químico e ingeniero civil, 200 libras Riddl~, puddl~dor; A Gues~ey, ing;eniero; S. Barratza, minero y el
anuales. Funciones: las propias de sus dos profesiones. menaonado hiJo de Southan . Debtdo a que en diciembre de 1882,
J ohn Brown, 40 años, 400 libras para el primer año e incremento de
50 anuales. Funciones: trabajar en el alto horno y dirigir su personal. 97. Carta de Enrique Cortés, El Bo=cense, N°1017 Tun;a marzo 17 de
Joseph Brown, 35 años, 312libras anuales, ayudante del alto horno. 1882. r ' " '
Thomas Wílliams, 40 años, laminador, 420 libras anuales. Funciones: y}
98. Thomas Southan osé A Vargas, lnfonne del Director de la Ferrerfa de
erección, dirección y manejo de los laminadores. ~cáy del Rt;presenwue de Gob!emo en ella, Imprenta M. Rivas, Bogotá, 1883, p.
John King, 35 años, albañil, 312libras anuales. Funciones: erección y 4. Vease tamb1en de Maria Rosa Otálora de Corsl,José Eusebio Otiilora, Bogotá Ed.
ABC, 1984. '
reparación de toda clase de hornos y demás obras de albañilería.
99. Jt;an Nepomt;ceno Rodrí¡;uez, op. dt., p.23. Rodríguez se quejaba de
que la ~errena de Samaca fuese a~nnms.trada por 14 técmcos extranjeros y sólo 4
96. Diego Fallon, "Ferrería de Samacá", El ConseiVador, N°l41, Bogotá, 12 colombtcu;.os, y de que en,tr~ los ~tl~os apen~ .hubi~~ un técnico, el maquinista S.
de agosto de 1882. El informe de Fallon se continuó en los Nos.144, 148 y !52 del C~rrea, vrrt:uahnente el umco tecruco colombiano adiestrado que dejaron los 30 y
mismo periódico. El Diario Oficial, N" 373, Bogotá, 8 de julio de 1865, p.!452, mas_ extranJeros que pasaron por allí. De otra parte, la tradición oral en Samacá
sostiene_que un ex-operario de la ferrería de Pacho, Guillenno Wittingham llegó a
reprodujo la noticia "El papel de fierro", donde se atribuyó la hazaña a] ohn Brown ::er técn_Ico de la nueva Compañía Textil de Samacá, que se· creó con base en las
y a Evans, de Sheffields, quienes al par~er_ fueron los mismos que vinieron a · mstalac10nes de la fenecida ferrería. Ningún documento disponible en el A.G.N.
Samacá un tiempo después. sobre la creactón_de esta empresa textil así lo confuma.

106 107
y durante un año el nuevo gobierno del Estado de Boyacá, ordenó señor. Vrno éste como soáo de la Compañía de Samacá, que juzgán-
la suspensión de actividades en la ferrería, los técnicos ingleses pre- · dolo competente lo encargó de los trabajos de los talleres que debía
sionaron. el. pago de sus sueldos, encabezados por Soutban y su establecer según contrato.con el Gobierno de Boyacá. Resultó, sin
hijo quienes presentaron una cuenta de cobro exagerada, que fue, embargo, que este señor, lejos de obrar de acuerdo con los intereses
ronpagados. totalmente por orden expresadeJosé Eusebio Otálora, de la Compañía, se dio al despilfurro, cometiendo mil desatinos en el
. a la sazón ya Presidente de la República. La Ferrería Ianguideáó desempeño d~ su d~tino [...]. llegó hasta tomar para gastos propios
del todo en la administración del químico e ingeniero ávil Thomas la suma de diez nul pesos ($10.000) en el trascurso de seis meses.
David Brown, bajo cuyas órdenes se efectuaron algunas últimas ta- Cuando la Compañía descubrió esto i [... ]lo llamó a cuentas[... ] él
reas de mantenimiento de maquinaria con los técnicos Hansen y viéndose en una mui tirante i vergonzosa situación resolvió fugarse de
Weber (al parecer, nuevos); pero los técnicos ingleses tendían a fu- · . Boya?í [... ].Dígnese usted disimular el contenido de esta carta, cuyo
garse, como lo hizo el minero Samuel Barret"JO. Todavía en1884 el. ObJenvo es eVItar que el señor York vaya a ejecutar actos semejantes en
químico inglés Brown abrigaba la esperanza de reabrir operacio- ese Estado [...]. De usted mui atentos servidores, Brown & Ramosi".
nes, pero bajo las mismas condiciones de comprar nuevos equipos
y traer técnicos nuevos 101 • La comedia era demasiado real como Muy pronto Brown ~e dio también a la fuga. ¿podrían, en ton-
para repetirla. Así terminó la corta vida de la ferreiia de Samacá, artesanos o peones cnollos esperar algún tipo de enseñanza de
cuya historia técnica fue una sombría profecía de lo que sería Acerías proletariado "trashumante" y sin honor?
Paz del Río un siglo después, en el mismo escenario y con los des- La historia técnica de los ingenieros y expertos ext:rarYeros
cendientes de los mismos actores. lle¡¡anln :da Ferrería de Antioquia, también llamada Ferrería de
Bien vale la pena hacer una última reflexión sobre la" calidad ;.~;ti~g"; Y ~e sus _ram~cados_ efectos sobre el mundo laboral y edu-
humana" de estos. técnicos o supuestos "ingenieros" que vinieron :ic' antwquenos, d1scurnó por carriles muy distintos. N aáda
al montaje de la siderurgia. Razón tenía julio Garavito en prevenir los favorables auspicios de conceptos técnicos como los emití-
a los empresarios colombianos que supiesen distinguir los verda- por el ingeniero francés Boudelot, desde 1855, y del ingeniero
deros "engineers", o sea, según Garavito, ingenieros entrenados en ~~~~:~~e:~ s~e~o <?arios Se~mundo De Greiff, en 1865104, y
Facultades y Escuelas superiores o universitarias, distintos de los ·~ ~ pn~ilegw conced1do por el gobierno regional, la Fe-
"engineers" empíricos, verdaderos mecánicos o maquinistas 102 • En de Anuoqma se fundó en 1865 trayendo al ingeniero francés
esta última categoría habría, entonces, que ubicar al átado Levi ¡,)!:t1gene Bonnet para encargarse del montaje de un alto horno, se-
York, según se desprende de esta carta pública: . los "modelos i~gleses", el cual fue puesto en operación en
con. grandes dificulta~es técnicas, lo que hizo pensar a los
Estados Unidos de Colombia. Estado Soberano de Boyacá-Samacá, ;.~lnp•re:sar.ios t;n la contrataCión ~e otro ingeniero francés, Eugene
octubre 15 de .1879.
Señor Secretario de Gobierno del Estado· Soberano de Antioquia, qmen vmo a apoyar al pnmero de los mencionadosi 0' . Los
Medellin. · ingenieros franceses, sobre cuya especialidad y procedencia no
Señor:
Ha~iendo llegado a nuestro conoámiento la nueva de que el señor
LeVI D, York, ex-director de la empresa de Samacá en Boyacá, se ha 103. Registro Oficial, Diario de Gobierno, año m, N° 268, Medellín, 9 de
detenido en su marcha a Norteamérica, con el objeto de examinar U1ici•ombre de 1879. Para consuelo nuestro, los brasileros también fueron esta-
po_r aventurer~s suecos en ferrerias como la de Ipanema (1814). Véase
algunas minas de ltierro en ese Estado, nos apresuramos a dar al Francisco Magahlaes Gomes, Historia da siderurgia do Brasil, VSP, Sao Paulo,
gobierno del que usted hace parte algunos informes acerca de aquel
104. Julio Unbe S., "Informe al Secretario de Hacienda y Fomento en 1888"
100. Maria Rosa Otálora de Corsi, op. dt, pp. 208-209. · ~~~a;g~:;~~de la Secretaria de Hacienda, 1879 a 1888, tomo 1, 1458, Palacio de 1~
101. Thomas D. Brown, "Presupuesto de gastos para completar d estable· 1!] Mc;~~llín. Carlos S. cl_e Greiffy Pascasio Uribe, "A la Sociedad Empresaria
cimiento de la Ferreria de Samacá", en Liborio Zerda y Vicente Restrepo, op. dt., Ferrena , LaRestauraaon, Nos. 28, 29, 32, 34y 36, Medellín, febrero 16y 25,
p.18 y SS.. · . . · 16 y 30 y abril13 de 1865.
102. Este punto se e~cuentra en varios de sus aitículos para los Anales de · .· 105. Concesión de privilegio, Boletín Olida!, Medellín, año 1, N°56, 2o de
Ingenierfa de la década de 1890. Al respecto Garavito tiene razón frente a Frank . sepnembre de 1864, pp. 425-426, y año n, N°121, 25 de septiembre de 1865 p.
Safford y Alberto Mayor. ·.uJio Un'beS .,op.at.
. 447] · '

108
109
···. guían latentes, por cuanto si bien se disponía del francés Edouard
hay acuerdo unánime 106 ' contrataron a su vez a un cuerpo de .téc- :
. Amours, de quien ya se habló a propósito del entrenamiento de
· nicos franceses que en 1869 llegó a un número de ocho con los
., cuatro afinadores nacionales, éste fue contratado casualmente por-
siguientes oficios y salarios, incluyendo al director: · ·.< que se encontraba en Antioquia y no había otra persona a: quién
;. , recurrir; sus resultados no fueron los esperados" 0 •
· Eugenio Bonnet, director, $160 pesos mensuales. .
Julio Fouzet, afinador, $20 mensuales y $0.50 ctvs. por <JIIl!ltal ~:~ Hasta 1886 se encuentran ingenieros y técnicos extranje-
Pedro Renaud, afinador, $20 mensuales y $0.50 ctvs. por qumtal aJ .. ros'" en la Ferrería de Amagá, pues en adelante los empresarios
Salomon DeiVieux, (¿mecánico?), $70 mensuales. •.: ·. no volvieron a contratar personal foráneo, sino que subsistieron
Juan B. Moroge, emecánico?), $70 mensuales. por cuenta propia en razón de los resultados precarios bajo la
Lorenzo Hanny, mecánico, $70 mensuales. asesoría extranjera. Ahora bien, si el influjo de los ingenieros y
Simon Robert, (?), $30 mensuales. técnicos franceses en la preparación de mano de obra práctica se
Juan Chabanis,' (?), $64 mensuales. redujo tal vez al entrenamiento de los a,finadores antioqueños que
Clemente Kuzinger, (?), $64 mensuales 107 • alistó E. Amours, pues aquel grupo de franceses fue justamente el
que Juan Nepomuceno Rodríguez calificó de egoísta, distante y
Los citados técnicos contaban, además, con el de poco dispuesto a comunicar sus secretos metalúrgicos, su influen-
empresa para ·sus viajes a Franc_ia. Entre 1867 y 18?5: la •· cía alcanzó otros ámbitos en la figura del ingeniero Eugene Lutz,
experimentó un desarrollo relanvamente precarw, s1 b1en los . quien extraído sin duda de la alta cultura ingenieril francesa, orien-
pietarios siempre tuvieron en alto concepto ~to a Bonnet como . ;'·· : tó sus esfuerzos intelectuales en la divulgación de las matemáticas
Lutz, cuyos informes técn.icos revelan la senedad con que . . ·· en Antioquia. Su más célebre discípulo fue el ingeniero
peñaban sus tareas y funcio~es 108 • En 187;'> Bo.~et y Lutz matemático José María VIlla, y entreéste y Lutz se encargaron
plieron sus contratos y se remaron de la drrecoon de la fe1rrería:; · . · llevar conocimientos prácticos en matemáticas tanto a la clase
asumida por el también ingeniero francés Léon ~u! B¡·osseinenl • . dirigente regional como a los artesanos. En efecto, como se verá
cuyo recuerdo quedó consignado por los empresarios de esta el capítulo siguiente, Lutz fue director de la Escuela de Artes y

~
nera agria: "Quizo nuestra mala suerte que el recomendado en r :r:·:,d;e Medellín y su influjo en la preparación técnica de los
para un nuevo director tropezase con el Sr. Paul Brossement, 'l'u~u de la región resultó decisiva, pues apuntó a las bases
probablemente ni siquiera conocía una ferrería; a lo que se a~~ega de su formación, a saber, la fundamentación matemática,
que por sus demás condiciones era el hombre ID:enos. ~par~nte fuesen matemáticas elementales y prácticas. En suma, por el
dirigirla"'09. Aún en 1880 los problemas de d1recaon tecn1ca k ten·ito•ri·o de Colombia pasaron durante el siglo XIX de 75 a 80
y técnicos siderúrgicos, con distintas especialidades
W6. La discusión estriba tanto en si eran egresados de la École Central o el Cuadro 6).
la École Polytechnique de Paris, como en si eran ingenieros metalúrgtcos o no. . La gran mayoría regresó a su país de origen y su tiempo de
Índice, serie9, N°113, 1narzo 24de 1869, publicóunamemoriadeLutzsobreelbaJO. óest:adi[a fue muy corto, en promedio, como para que arraigaran en
Nus sosteniendo que era ingeniero civil egresado de la Escuela Imperial Central de· :;c:·.·.ouoO<v nacional las pericias que traían consigo. Muy pocos perma-
Parí;. Por su parte, el matemático Luis de Greiff Bravo lo cree ex-alumno de · ,m!CÍ<~ro>n en Colombia definitivamente, y su contribución para que
Escuela Central de París; ver"Las matemáticas enAntioqnia", Dyna, N° 80,
marzo de 1966, p. 56. , . . . , . artesano colombiano pasara de artesano o peón a técnico fue
107. AH.A, Documentos sobre la ferrena de Ant10qma, Secretana de Ha· · ·:;litrúta:da, fuese que conservaran costumbres del antiguo artesanado
cienda La cuenta de la ferreña de Antioquia en el año de 1870, Fondo los limitaba para comunicar sus "secretos", fuese que pertene-
Federa'! Serie Documentos, tomo 1982, Documento N° 2, Legajo 37. Los ~fqe:ndlo a una cultura técnica más elevada como la ingenieril pensa-
ses ya n~ estaban en 187 4 porque la empresa pensaba ~olicitarle a L'!tz el resideño.
del alto horno. El Heraldo, año v, PRIMER TRIMESTRE, N 203, Medellin, marzo que la distancia con el país receptor era insalvable. El Cuadro 7
1874:, p. 826. . . . . .perm.i't:e forjarse una idea aproximada de los cargos técnicos que
108. Eugenio Bonnet "Informe", La Resta.uradón, N° 113, Medellin, 17 de
enero de 1867. pp. 456-457. Contrato entre el Secretario de Hacienda y el ingenie-
ro Eugenio Lutz, Boletín O!idaf: N° 376, Medellín, 22 de enero, de 1870, 18. . 110. Ib!dem.
Eugenio Lutz, "Informe", Boletín Olida/, Nos. 424 y 430, Medellm, octubre 111. Bonnet fue contratado nUevamente y se desempe(J.aba como director
diciembre5de1870,pp.215y137. . . ;, . · 1886. La WJzdeAntioquia, N° 82, Medellin, septiembre 23 de 1886, p.129.
109.Julio Uribe S., "Informe al Secretano de Haaenda... , /oc. at ~' llonmel murió en 1888.

110 111
......
...... Cuadro N° 6
N

Nú111ero de técnicos e ingenieros siderúrgicos extranjeros en Colombia por oficio y nacionalidad

NACIONAUDAD
ÜFICip TOTAL
ALEMANA INGLESA FRANCESA EsTADOUNIDENSE DESCONOCIDA

Mineralogistas 1 1
Herrero 1 l.
Ingenieros 6 3 4 13
Ingeniero y químico 1 1 '
Horneros 9 1 10
Puddluso afinadores 6 1 7
Contador 1 1
Laminador 1 2 3
Hearer 1 1
Amoldadores 2 2 4
Carpintero 1 1
Albaiüles 2 1 3
1
Mecánicos 3 1 4
Torneros 2 1 3
Dibujante 1 1
Mineros 3 3
Sin clasificar 8 9 3 20

TOTALES 1 43 14 15 44 77

Fue11,tes: Las citadas en el texto.

Colombianos en cargos técnicos en las ferrerías del siglo XIX.

CARGOS PACHO lA PRADERA SAMAe á AMAGá TOTAL

Albafiiles 2 2
Carpinteros 1 1 3 5
Mécanicos 1 1
Horneros 4 1 2 7
Fundidores 1 1
Cargador del alto horno 1 1 2
Preparador de !alto horno 1 1
Cortador de refractarios 1 1
Puddkr 1 1
Ingenieros 1 3 2 6
Dibujantes 3 3
Cortadores 2 2
Afinadores 4 4
Amoldadores 2 2
Cerrajeros 1 l
TOTALES 12 10 1 16 . 39.

......
...... Fuentes: Las citadas en el texto .
. "'
asumieron los colombianos en las ferrerías durante el siglo pa-
sado, sin derivarse de ello que hubieren consertado un mismo ofi- Regreso, no en una semana sino en 1m mes, procurando darle tiem-
cio a todo lo largo de su desempeño laboral po a sus compromisos, pero reitera estar aún muy oCupado. Sin rodeos
Respecto a los extranjeros ¿conservaron su oficio? Sólo la expresa que élmismo cortará las tablas y que el "ensamble'; en que yo
familia de los iron-masters Corradine pudo llevar al siglo xx colom- . puedopartid¡xn;serámestióndedosdías.Entreveoenelloquenoquiere
biano el fuego prometeico de la industria a base de hierro, fundan- divulgardett:os"seaetos"básicosdelotido.Miroasushfjosquienesenel
do talleres metalmecánicos e incluso una nueva ferrería-fundición, entomodeltallerayudanenlasierraeléctricaoeneltomo,buscandouna
la denominada "Siderúrgica Corradine", en Pacho en 1940. Pero la explicadónalinmmplimíentodelpadre.IerocaDan,porr¡ueéleseljetey
mayoría de sus descendientes e incluso los mismos iron-masters tienelaúltimapalabra.Mecausamriosidadverestemismomediodfaala
Corradine, compraron tierras y dedicaron gran parte de ellas a la esposa delmaestmlaborandoen el tomo, y no en/a cocina, pañueleta en/a
agricultura y a la ganaderia 112 . Edmundo Corradine Tul, hijo de cabeza para evitar el asenín. Intenta una explicadón que parece una
Tomás Benjamín Corradine, hizo estudios especiales de siderurgia protesta: "Debo pregarporJos h§os que esllldian en la capita!sus carreras
en Inglaterra, e incluso diseñó el alto horno de la siderúrgica men- profesionales. El (don Eusebio) no quiere que sean 'doctores: sino que
cionada, pero terminó sus días en negocios de café y en investiga- aprendanelarteconéJ':Sinembargo,medireeDadespués, "amedidaque
han idoaprendiéndololos echa deltallerpatemoportemorasurompeten-
ciones zootécnicas. Su hijo, Enrique Corradine Wíesner, sería el da. Deoen pagarpor usar otros talleres delpueblo': El tiempo parece,
que fundaría finalmente la empresa. Las otras familias de ingleses pues, detenerse. Jerosimultáneamenteromprendola temerídaddemipnr
que permanecieron en territorio nacional -los Perry, los Bunch, puesta ymán intruso soy en ese m1mdo.
los Crossley, los Morris y los Wíesner- se dedicaron casi completa-
mente a la agricultura. El trópico humedeció, pues, la llama de la
Revolución Industrial y ésta quedó aplazada indefinidamente en
Colombia.

Villa de Leyva, junio 29 de 1996


U>y al tallerpor/a caBe empedrada, ilusionado con que elaprendizaje
en elcotteyensamblaje de/a maderapodrápronto danne alas a obrasmás
grandesy atrevidas. !ero/apdmeradase aún no empieza, pues don Eusebio
direesl3rmuyocupadohoycon unosencngoswgentes.Mesugiereregresar
en/a siguiente semana.
VIlla de Leyva,julio 27 de 1996

ll2. Esto puede seguirse en el mencionado libro de Ana María García


Núñez de Corradine. Si bien el inventario de Eduardo Corradine, el primero de los :<::
maestros del hierro en Colombia. confirma que sólo poseía una finca, otras escritu- -::\~
ras comprueban que incluso este iron-master inglés iniciQ desde muy pronto los ~tf
negocios de tierras. Véase la "Mortuoria del Señor Eduardo Corradine", Notaria
de Pacho, N• 79, octubre de 1882, Zipaquirá. En varios folletos es posible consta-
tar la e~tencia de litigios por tierras que involucran a la familia; véase Ramón
CalderónAngcl, Cuestióngravededm:chosobremaaimonioypeddón: a/egafDpresen/3.-
do a!TnbunalSuperior de Omdinaman::a enieferenci3 a la sucesión de Henoc Corradine,
Bogotá, Imprenta de La Luz, 1893, y también el Alegato de los apoderados delseñor
Carlos Corradine B. y de la señora Ana Banks de Curradin e, Bogotá, Imprenta de
Medardo Rivas, 1893.

114 115
312 Nueva Historia de Colombia. Vol. V Ca (tillo /3 313

gimiento y la caída de la República Li- dida en que fueron los trabajadores


beral, no fueron la simple consecuen- quienes forjaron su propia historia.
cia de las acciones de la élite política. Los trabajadores cafeteros influyeron
Tampoco se puede atribuir el progreso profundamente en la historia laboral y
de la reforma social y la reacción du- nacional durante los años treinta y
rante estos años principalmente a la cuarenta, a través de su lucha por con-
visión de algunos dirigentes y las trai- quistar las libertades elementales del
ciones y conspiraciones de otros. La ser humano, libertades hasta ahora al-
lógica interna de todo el período, y su canzadas en forma muy imperfecta en
trágica culminación en la Violencia, se cualquier sociedad contemporánea,
torna verdaderamente comprensible a bien sea capitalista o la denominada
la luz de la lucha democrática y en socialista. Buscaron la libertad para
gran medida victoriosa que llevaron a concebir y ejecutar un trabajo produc-
cabo los trabajadores cafeteros por el tivoyparadisfrutarelfruto de ese traba-
control de la tierra. Es allí donde yace
la terrible ironía histórica de este pe-
ríodo central de la vida nacional.
jo. Es cierto que su lucha fue canaliza-
da hacia la pesadilla destructiva de la
Violencia. Pero en la comprensión de
Historia de la industria
Pero las implicaciones políticas de
esta forma de ver el período Í930-1946
no tienen por qué ser pesimistas. A di-
cómo la promesa democrática de su
lucha fue distorsionada, transformada
y, en última instancia, ignorada, yace
colombiana. 1886-1930
ferencia de las interpretaciones tradi- la esperanza de su realización en el
cionales, que contribuyen a realzar el futuro.
poder, no de los trabajadores, sino de Alberto Mayor Mora
sus opresores de clase, la explicación Traducción:
que ofrecemos aquí demuestra la me- Adriana Arias de Hassan
La promesa (1886-1902)

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ñez, significaba tomar como perspec- vor de la Ferrería de Samacá, en Bo-
314 Nueva Historia de Colombia. Vol. v Capftulo 13 315

yacá; la 38 de 1881 y la 52 de 1884 para ser el único dueño, mientra que en la rninado y máquinas complejas que la que, la iraca o el cuero se transfor-
la Ferrería de La Pradera, mostraban de Pacho la má an tigua de todas, los desestabilizaron económicamente y la maban a base de herramientas como el
la decidida voluntad de Núñez de apo- embrollos jurídicos entre u propie- condujeron al cierre en 1897. Al do- martillo, el mazo, cuchillos o tijeras,
yar, mediante subsidios en dineros, tarios la llevarían al cierre defi nitivo blar el siglo, Amagá sobrevivía porque que eran simple prolongación de la
exenciones y contratos especiales, la en 1889. Para alimentar el fuego de los había tomado el camino más realista: mano del hombre; o mediante apara-
aclimatación en el suelo nacional de la alto hornos, La Pradera adoptó como reparado el viejo horno, producía hie- tos como el telar de madera, la rueca
fabricación del hierro. combu tibie la leña, en tru1to que rro colado para piezas toscas de tra- o la hiladora rudimentaria, cuya direc-
Pero entre 1880 y 1900 las cuatro fe- Amagá , cuyo depó ita carboníferos piches, pisones de las minas, parrillas, ción y movimiento dependían del tra-
rrerías que producían hierro, más que no servían como coque , hubo de com- fogones, baterías de cocina, e impor- bajador. La fabricación predominante
abrir una nueva época, daban la im- prarlo de mala calidad a productores taba hierro maleable de superior cali- era el batán: costalería y cordelería,
presión de estar cerrando otra. El con- individuales, lo cual casi la lleva a la dad para fabricar despulpadoras, tri- alpargatería, artefactos de cuero , te-
jun to de la ferrerías de La Pradera, ruina en 1877. Los altos hornos usados lladoras, ruedas Pelton y otros equi- jidos ordinarios de lana y de algodón.
Samacá Pacho , en el centro del país no eran siempre los más avanzados. El pos. Pero ya Amagá no tenía el as- Solamente en Santander había, en
y Amagá en Anlioquia, correspon- de Samacá hizo su primera fundición pecto de una ferrería moderna, sino el 1892, cerca de 5.000 tallercitos de te-
día como equipo , producción y mru1o de ciento veinte toneladas en 1 82, de un establecimiento en parte ferre- jidos del fique y 1.300 de sombreros
de obra al d.e un mediano taJler in pero quedó tau averiado que e le re- ría, en parte antigua forja de cacha- de jipijapa. EnlaszonasruralesdeAntio-
perspectivas de éxito . Condiciones ne- tiró el aux ilio nacional y la empresa rros, en parte taller de fundición que, quia también abundaba la elaboración
cesarias para fabricar hierro eran la cerró ·en 1884. El de Amagá, un viejo como los ya existentes hacia 1900 en de artículos del fique o la cabuya,
presencia de yacimientos de hierro y y pequeño mod lo inglés requería de Girardota, La Estrella, Caldas, Ma- como costales, cuerdas y lazos, alpar-
de carbón así como la disponibilidad treinta horas para el proceso de re- nizales , Medellín, Bucaramanga o Cú- gatas y mochilas. En fin, en áreas
de corrientes fluviales o motores de ducción del mineral de hierro que de- cuta, importaban su hierro maleable y montañosas y poblados se fabricaban
vapor pa ra la fuerza motriz. Minas y b!a cumplirse en dieciocho. Mejor fusionaban metales para fabricar los monturas y zurriagos de cuero. Casi
altos h rnos formaron casi siempre suerte parecían tener los do alto hor- aparatos y herramientas de la produc- todas las producciones anteriores las
una sola y misma empre a en los casos nos de La Pradera, el primero de los ción cafetera y minera. efectuaba el artesano en su hogar, con
de La Pradera y Amagá, cuyos dueños cuales alcanzaba ya, en 1882, de cua- No era aún, pues, el momento del instrumentos de trabajo de su propie-
instalaron Jos hornos en sus propias tro a cinco toneladas diaria , y el se- anunciado reinado del hierro, porque, dad y con el empleo de la mano de
hacienda , ricas en depósitos de mi- gundo adaptado de de 890 para em- entre otras cosas, tampoco había co- obra de algunos miembros de la fa-
nerales de hierro. E n la de Samacá, plear c..·ubón mineral lograba hierro menzado en Colombia el reinado de milia. Una típica producción artesanal
cuyos yacimientos resultaron de baja de mejor calidad. Pe.r este último las máquinas ni el de las fábricas. En era la de sombreros de iraca o jipija-
calidad, el estado de Boyacá llegó a horno se desplomó en 1896, con pér- Europa, el hierro y el acero hicieron pa, los llamados sombreros «pana-
dida de vidas. Para convertir la fun- posible la construcción de máquinas má», muy extendida en los pueblos de
dición en hierro maleable, La Pradera cuya generalización dio origen al mo- Santander y de Antioquia. Un obser-
Estado tU"tua/
de las viejas disponía, hacia 1885, de laminadores numento característico de la gran in- vador de 1884 describe cuán rudimen-
instalaciones accionados por una máquina de vapor, dustria moderna: la fábrica, instala- taria era su técnica de fabricación . Las
de la Ferrería mientras que Amagá usaba un obso- ción donde se disponía un sistema de hojas de iraca, que crecían silvestres
de La Pradera, leto martinete del siglo anterior con el máquinas vigiladas por obreros y ac- en zonas templadas , se cortaban y con
Cundinamarca, cual era imposible producir hierro ma-
que recibió todo cionadas por una fuerza motriz cen- la mano se desprendían algunas fibras.
el estímulo del leable a costos convenientes. Altos tral. Manifestaciones inequívocas de Mientras en Antioquia se cortaban las
presidente Rtifael hornos, laminadores y demás equipos la revolución industrial iniciada en el hojas en tiras muy delgadas con una
Núñez, una de cuyas eran manejados por operarios nacio- siglo XVIII eran, por tanto, el dominio herramienta metálica sencilla parecida
metas de gobierno nales, como en La Pradera, con seten- de la máquina sobre otros instrumen- a un peine, en Santander se cortaban
era la fabricación ta y tres en 1886, dirigidos por inge-
. de hierro . tos de trabajo; de la fábrica sobre ta- con un cuchillo de madera y se ras-
Así, por la ley 52 nieros ingleses o por técnicos nacio- lleres artesanales e industrias domés- paban con un ripiador de hueso. ~as
de-..! 884, se dieron nales empíricos, como en Amagá. En ticas; y de la ciudad sobre el campo. tiras se secaban y empezaba propia-
a J.i¡ Pradera 1885 se presentaron dificultades finan- En Colombia, lo que a mediados de la mente el tejido de los sombreros. En
subS'idios cieras que condujeron casi a la liqui- década de 1880 podía llamarse en sen- Santander, el aparato de tejer era el
y e~nciones. dación de Amagá, y guerras civiles tronco de un árbol, pulido y cortado
tido técnico industria, es decir, trans-
.. que interrumpieron los subsidios a La formación de materias primas, era la en forma de trípode, sobre el cual des-
Pradera. De las dos ferrerías sobrevi- producción manual adelantada en mi- cansaba la horma que era una piedra
vientes a fines del siglo, la de Amagá les de tallercito ar tesa nales , que no se plana y pesada. En 1892, se exporta-
nunca pudo obtener hierro maleable habfan liberado de la trabas orgánicas ron a países como Estados Unidos,
de buena calidad, y La Pradera, cuan- del trabajo humano : ritmos irregula- Cuba e Inglaterra cerca de 320.000
do lo produjo, se lanzó a una política res, rutina, imprecisión. Allí, materias sombreros «panamá», la mitad de los
ambiciosa de fabricación de hierro la- primas como el algodón, la lana, el fi- cuales provenía de Antioquia. La im-
3 /6 Nueva Historia de Colombia. Vol. V Ca (tillO 13 317

portancia de esta industria y el gran operaciones necesarias para su fabri- la fundición La Estrella, fundada cer- de la revolución industrial: los inven-
número de mano de obra que absor- cación, se tratara de muebles finos 0 ca de Medellín en 1896, que utilizaba tos, fabriquillas como las que Indale-
bía, sobre todo mujeres, llevó a fun- baratos, piezas de madera o vestidos. maquinaria alemana y norteamericana cio Uribe había establecido, entre
dar algunas escuelas para difundir el Por lo demás, en estos talleres no ha- accionada por la fuerza hidráulica de 1880 y 1882, en cercanías de Medellín
arte de tejer sombreros, aunque en bía diferencias sociales muy marcadas una rueda Pelton. Las máquinas de la y en Bogotá, constaban por lo 'común
ellas se tendía a reforzar los antiguos entre dueños y obreros, predominan- • fundición de la Escuela de Artes y Ofi- de cardadoras, hiladoras y telares, con
métodos en lugar de enseñar nuevas do las relaciones cara a cara relativa- cios y la Casa de Moneda de Medellín estructura y piezas de madera de des-
técnicas productivas. Herramientas y mente cálidas. Martillo, cepillo, serru- usaban el vapor para el movimiento. gaste rápido y movimientos desigua-
aparatos de madera, piedra, hueso y cho y escoplo: eran las herramientas Se insinuaba ya el establecimiento fa- les, inventadas por él mismo a base de
algún metal: el país no había llegado, típicas del carpintero o del ebanista bril moderno; pero para el tránsito del pura ingeniosidad mecánica. No exis-
ciertamente, a la edad de hierro. En seguramente importadas, pero ya n~ taller artesanal a la especialización y tía la asociación entre ciencia y técnica
un nivel técnico no superior se encon- tan sencillas como las del fabricante de agrupación para el trabajo en locales como fundamento de esas invencio-
' traba la industria doméstica de tejidos
ordinarios de lana y algodón, la se-
sombreros de iraca. Había artesanos
urbanos finos como los relojeros, ce-
distintos al domicilio obrero había -
sido requisito indispensable la existen-
nes, pero ya era un adelanto que Lo-
renzo Márquez, dentista, relojero y
gunda en importancia después de la rrajeros y fabricantes de pianos, cuyo cia de un mercadp seguro y de una am- orfebre, llevara sus inventos de una
del fique. Muy extendida en los po- aprendizaje distaba del de la fabrica- plitud mínima. Este lo ofreció la pro- máquina de coser y de otra para cortar
blados de Cundinamarca, Boyacá y ción de sombreros, que un niño de sie- ducción cafetera, la minería y la agri- cuero a la fundición de la Escuela de
Santander, hacia 1893 se calculaba en te años podía dominar en seis meses. cultura, que requirieron trilladoras y Artes y Oficios de Medellín; o que Vi- Molino de cacao
más de 30.000 las personas dedicadas Pero la base técnica era igual a la del despulpadoras, molinos y ruedas Pel- cente de la Rache hiciera copias exac- en la fábrica de
a esa producción en los pos últimos batán: simples o complejas, las ope- ton, prensas y trapiches, arados y aza- tas de máquinas devanadoras y tela- chocolates
Chaves & Equitativa,
departamentos. En Santander se con- raciones de esos artesanos urbanos de- dones. res, importados de Francia, en la fun- hacia 1924.
taron, en 1892, cerca de 1.640 peque- pendían de la fuerza, destreza, rapidez Una evolución similar se dio en dición de Girardota. La figura del em- Un ejemplo de
ños talleres donde las mujeres, ope- y seguridad del operario individual en aquellas fabricaciones de alimentos presario-inventor de la revolución pequeña fábrica
rando primitivos telares manuales de el manejo de su herramienta. De ahí que, iniciadas a escala mediana en las industrial de Europa se reproducía que se beneficia
madera, elaboraban bayeta, frazadas, que la queja más común contra ellos, últimas décadas del siglo, como Cho- aquí, deformada por el atraso, sin con- del adelanto
técnico y de la
lienzo crudo, mantas, ruanas, sobreca- en el siglo pasado, era la impuntuali- colate Chaves y La Equitativa, en Bo- tinuidad, pero había casos todavía más asociación de
mas y hamacas. A pesar del aislamiento dad. Sin embargo, empezaba a adver- gotá, sin instalaciones costosas y con nítidos como el del inventor, en Ma- capitales,
geográfico, a fines del siglo produccio- tirse en algunas ciudades la figura de mínimo equipo, como Cervecería Ta- nizales, en 1899, de una máquina des- fenómeno que se
nes domésticas como las de tejidos or- un artesano más evolucionado y más mayo, Molinos de Carlos C. Amador armable para hacer velas de cebo, inicia en los
dinarios jugaban un papel importante especializado. En Medellín, en la dé- y Chocolates La Antioqueña, en Me- que era, al mismo tiempo, propietario últimos veinte años
del siglo XJX.
en los intercambios internos. cada de 1880, el mecánico más cono- dellín, comenzaron a trasladarse al de una ferrería. Más evolucionada que
En contraste con la artesanía do- cido no sólo sabía construir molinos de ámbito de la pequeña fábrica en la me- las fabriquitas de Indalecio Uribe es-
méstica del batán, esparcida en zonas pisones, arrastres y bombas para las dida en que la asociación de capitales taba la empresa de hilados y tejidos de
rurales y semirrurales, el artesanado minas, sino que también ofrecía sus y adelantos técnicos, como molinos Samacá, creada en 1886 a partir de los
urbano presentaba características es- servicios para fabricar trapiches de mecánicos para el cacao y el trigo o equipos e instalaciones aprovechables
peciales. Medellín tenía, en 1880, al- hierro y demás accesorios, incluyendo embotellamiento a presión de la cer- de la fracasada ferrería del mismo
rededor de 119 talleres artesanales; los edificios. Sin duda, este tipo de ar- veza, hicieron competitivo el pequeño nombre. En 1890 tenía ya cien obreros
Bogotá 371 en 1881, y Barranquilla tesanos operaba ya con un utillaje más establecimiento semifabril en el mer- y algunos técnicos extranjeros, pero
apenas unos 25 en 1888, constituyendo sofisticado que el del carpintero o za- cado. El paso hacia la concentración sobrevivía, más que por sus ventas, a
los carpinteros, ebanistas, cerrajeros, patero, e incluso en instalaciones dis- de trabajadores se efectuó también en base de las subvenciones dadas por el
zapateros, sastres y herreros los ofi- tintas a su domicilio. En efecto, aun- fabricación de cigarros y cigarrillos y gobierno regional. Justamente artícu-
cios más numerosos. Precisamente, le- que no pasaban de seis o siete en el en lacerías como la de Caldas, que los como el 185 de la Constitución de
yes de la Regeneración, como la 40 de país, estaban surgiendo en las últimas contaba con maquinaria y técnicos ale- 1886 ordenaban a las Asambleas De-
--.. 1880, habrían de proteger actividades dos décadas del siglo talleres artesa- manes, y la de Santuario que, iniciada partamentales «dirigir y fomentar, por
como la zapatería, la fabricación de nales especializados donde empeza- en 1880 con un pequeño horno y un medio de ordenanzas y con los recur-
muebles y la talabartería mediante la ban a emplearse, ocasionalmente, al- molino movido por un buey, pudo ha- sos propios del Departamento[ ... ], las
elevación de los derechos de aduana a gunas máquinas importadas. Así, la cia 1888 ampliarse con dos molinos y industrias establecidas y la introduc-
productos extranjeros similares. Por Fundición de Girardota, en Antio- un horno más y treinta obreros. ción de otras nuevas». A pesar de lo
lo general, estos artesanos reunían quia, fundada en 1888 por un pequeño En la industria textil no se pasaba que se hizo, tales medidas no alcan-
tres o cuatro individuos en su propio capitalista y un hábil mecánico, aten- del nivel artesanal; pero en Antioquia zaban para que el montaje de fábricas
taller, comúnmente sus hijos y un día el mercado local de trapiches de se instalaron en la década de los dejara de ser un riesgo; de ahí que mu-
aprendiz ajeno a la familia, con quie- bronce y de equipo minero empleando ochenta pequeñísimas fábricas donde chas de ellas fundadas durante el pe-
nes obtenían el producto en su totali- máquinas como el torno de metales, fue perceptible, en pequeña escala, ríodo terminaran en fracaso, aun antes
dád ejecutando cada uno todas las importado de los Estados Unidos. O una de las manifestaciones esenciales de empezar operaciones.
318 Nueva Historia de Colombia .. Vol. y ca ftulo 13 319

La empresa que contrasta en el dé- mostró una meta a los empresarios ~a hilos telegráficos, switch, electricidad,
bil entable industrial del país es Ea- ci?n~es.- Los balbuceos de la indu : dinamos. Pero el gobierno de Reyes
varia, fundada en Bogotá en 1889 por tnalizactón en grande eran evidentes buscaba justamente eso: que la curio i-
un grupo de industriales alemanes. Per<;> todo este débil impulso habrfa d~ dad se convirtiera en asombro.
Desde su puesta en marcha, dos años sufnr un. nuevo retroceso, añadido a la Quizá más que en el periodo ante-
después, concentró en un mismo es- ya estructural falta de mercados: la rior las decisiones de la politica eco-
tablecimiento la fabricación de cerve- guerra de los Mil Días qu..:, e-ntre 1899 nó~ica de Reyes contribuian al fo-
za en gran escala, los ochenta obreros y 902, con su reclutamiento (,"'rzado mento de la industrialización del país,
y la maquinaria moderna alemana, te- de obreros y fundición de las máquj. llevando al plano de la eficacia el sis-
nida en ese entonces por extraor- nas, no sólo postergó el montaje de fá> tema proteccionista apenas iniciado
dinariamente avanzada. Condición brica en grande, como la textil de Be. por Núñez. Pero entre las medidas
esencial para la producción era el alto ll.o en An~o9u:i~· o suspendió opera. económicas del Quinquenio, las del
Leo Sigfried Kopp fomento a las grandes empresas in-
11858-1927),
grado de especialización técnica alcan- cmne~ de vtdnenas. co~o Fenicia, per-
fundador de la zada con la incorporación, desde los tenectente a Bavana; smó que incluso dustriales y agrícolas tenían como ob-
empresa Bavaria inicios, de maestros y técnicos cerve- llegó a averiar las instalaciones de jetivo cent~~l y deli?erad~ atenuar las
en 1899, institución ceros alemanes, expertos no sólo en el otras más como la textil de Samacá y pugnas pohttcas del mmed1ato pasado.
que contrasta con el «arte» de la fabricación de la cerveza la ferrería La Pradera, que intentaba Atraída la imaginación popular por la
débil entable y de la malta, sino también especialis- ordenada disposición de las máquinas, ingenios azucareros Central Colombia,
industrial del país,
reactivarse. Al comenzar el siglo el Instalaciones de la
tas en el montaje de ollas de cocción, dominio del tallercito artesanal, es 'de- por la multitud de piezas que las com- en la costa atlántica, y San Joaquín, fábrica Bavaria,
en su época , Cervecería Alemana
"Desde su puesta en cavas de fermentación y maduración, cir, de la madera, piedra, hueso y de ponían, por sistemas de ejes y trans- ventajas y exenciones iguales. El sos-
de Kopp, en las
marcha dos 011os calderas de vapor para la fuerza mo- la energía humana, continuaba. Lo su- misiones accionados por la energía tenimiento de una clase social política- cercanía; de la
de.1pués, concentró triz y sistemas de enfriamiento, pro- cedido en La Pradera en 1884 había eléctrica, por la rapidez y perfección mente necesaria aunque poco numero- recoleta de San Diego,
en un mismo cesos todos que relevaban, por lo de- sido un espejismo. del funcionamiento de la maquinaria, sa: la de los empresarios industriales, se en Bogotá,
establecimiento se procuraba colocar en un plano dis- hacía a costa de las otras clases. Así, los hacia 1899.
la fabricación de
más, una compleja división del traba-
artesanos rurales y urbanos, a pesar de "Expresión del sentido
( erl'eza en gran escala, jo .. Expresión del sentido capitalista El primer impulso (1902-1909) tinto las luchas políticas a la vez que
capitalista con el que
los ochenta obreros con el que se creó Bavaria fueron no suscitar el interés por las empresas de venir disminuyendo de 305.824 en 1870 se creó Bavaria
y la maquinaria sólo el estímulo a las siembras de ce- La inauguración oficial de Coltejer, el largo aliento. La cuestión primordial a 190.301 en 1910, continuaban siendo fueron no sólo el
moderna alemana •.. bada, la adquisición y explotación de 19 de septiembre de 1908, por el pre- del impulso dado por Reyes a la in- la industria numéricamente más impor- estímulo a las
Condició11 esencial dustrialización era, pues, la paz. Por tante; pero no recibía ningún apoyo ofi- siembras de cebada.
para la producción
las minas de carbón de Zipacón para sidente Reyes, tuvo las dimensiones
ello, decretos legislativos como el 15, cial. Por el contrario, la competencia la adquisición
era el alto grado de alimentar sus calderas, sino también el de un prodigio. Sin necesidad de ir a y explotación de las
e;pecialización montaje, en 1896, de la fábrica de vi- Medellín, el general Reyes oprimió a el 27 y el 46 de 1905 elevaron tarifas extranjera los deterioraba aún más. minas de carbón de
técnica alcanzada drios Fenicia, para autoabastecerse de cientos de kilómetros de distancia un de aduanas para productos extranje- El hecho técnico nuevo que entraba Zipacón para alimentar
desde los inicios envase. Fábrica, maquinaria, utillaje, botón eléctrico que puso en movi- ros o concedieron subsidios directos a distinguir a las fábricas que se esta- sus calderas, sino
por maestros y en dinero, toma de acciones, primas ban fundando en el período 1902-1909 también el montaje,
técnicos cerveceros
materias primas y fuentes de energía, miento todas las máquinas, milagroso
de exportaciones y garantías de ren- era el uso generalizado de la energía en 1896, de la
alemanes .. . " concentrados en posesión del empre- suceso que el cronista de la Familia fábrica de vidrios
sario alemán Leo S. Kopp y socios ex- Cristiana registró así: «Ha llegado el dimiento de capital, para fomentar fa- eléctrica. El país, sin haber acabado Fenicia, para
tranjeros, empezaron a figurar tam- momento sensacional, señores, acer- bricaciones de tejidos, bebidas, tabaco de asimilar plenamente el impacto de autoabastecerse
bién desde un principio en términos de caos a observar el fenómeno. El ge- y azúcar. Decretos como el 1.143 de la primera revolución industrial, em- de envase."
su valor monetario, en términos de ca- neral Reyes tiene en sus manos un bo- 1908 autorizaron la exención de de- pezaba a sufrir las consecuencias de
pital fijo, en el asiento de su contabi- tón eléctrico ... , se pasan dos minu- rechos aduaneros para maquinaria y una nueva revolución técnica a la que
lidad: «Señor Juez de este Circuito: tos ... , de repente un electroimán ac· materias primas no producidas en el la industria de los países avanzados se
Yo, Leo Siefried Kopp, de esta vecin- tivo por la corriente que viene de Bo- país, siempre que se tratara de im- había visto arrastrada durante el últi-
dad y comercio, presento a Usted los gotá por los hilos telegráficos atrae plantar nuevas industrias. Varias em- mo cuarto del siglo XIX. Por ejemplo,
... libros en que va a llevarse la contabi- una palanca, ésta deja libre un peso presas grandes se instalaron o se reac- el ingenio La Manuelita apenas estaba
: lidad de la fábrica de cerveza alemana que al caer cierra el switch que da en- tivaron con las medidas: la Fábrica cambiando en 1901 sus ruedas hidráu-
llamada Bavaria Kopp's Deutsche trada a la electricidad proveniente de Textil de Bello, con un empréstito por licas por motores a vapor para mover
Bierbraverei... Bogotá, abril 20 de la instalación medellinesa, lo cual po· c.ada huso y cada telar en funciona- los trapiches. Como la primera, la
1891.» (Archivo de Bavaria). Como niendo en ejercicio los dinamos cuyos miento; las fábrica textifes La Esprie- nueva revolución modificaba esencial-
empresa lucrativa, Bavaria se preo- ejes están en conexión con los de la lla, en Cartagena , y de Samacá, con mente las fuentes de energía para la
cupaba, pues, por controlar su renta- maquinaria, produce vertiginoso mo- subvenciones en dinero; la pequeña producción y los transportes: petróleo
bilidad en el orden administrativo. vimiento.» Asombrado, el periodista fábrica de Fósforos Olano con exen- y electricidad comenzaban a sustituir
-Aunque Bavaria era una excepción, empleaba, sin comprenderlos, los sím- cio.nes por dos años para i~portar ma- al carbón y al vapor para mover rue-
al concentrar en sí misma todos los bolos más expresivos del cambio de qum.aria y materias primas, además de das y máquinas. Por tanto, desde fines
rasgos típicos de la empresa moderna situación; botón eléctrico, electroimán. medtdas para evitar l;;t competencia; los del siglo el motor de explosión y el
320
Nueva Historia de Colombia. Vol. V Co [tufo 13 321

motor eléctrico empezaban a relegar a de locales adecuados para aprovechar carla en el exterior. De ahí se entiende El resto de fábricas de importancia
un segundo plano a los motores pri- la energía hidráulica y la instalación de que las empresas textiles que comen- que se levantaron durante el período __ __.¿~ .. -
marios, movidos a vapor. En las pri- motores eléctricos no eran problemas zaron a fundarse a comienzos del siglo de Reyes no contaron con previsión ni COMPA~IA tk TEJIIH ~~
meras fábricas del país este impacto técnicos que se pudieran dejar ya en xx no tuvieran ninguna vinculación niveles técnicos semejantes a los de DE ROSELLON
fue de igual y casi siempre Jos nuevos manos de artesanos hábiles. El cálculo con la antigua artesanía textil de San- Bavaria o la Fábrica de Bello, sino que ....---- --
motores entraron a funcionar al lado del caudal por segundo de los riachue- tander o Boyacá, ni tampoco con los en- recurrieron en algunos casos a la sim-
de los antiguos. Pero ya había con- los; el de la pendiente de las caídas de sayos manufactureros de Bogotá o Me- ple imitación. Coltejer, fundada por
fianza en los empresarios nacionales agua; el de la dilatación por calor de dellín de la segunda mitad del siglo XIX. comerciantes en café, empezó en pe-
para colocar sus capitales en plantas las tuberías; la fijación de la altura de Importar maquinaria extranjera fue queña escala en 1907 con unos pocos
eléctricas, inicialmente para la ilumi- la fábrica y la colocación de las vigas precisamente lo que hicieron los fun- aparatos; telares y máquinas manuales
nación pública de ciudades como Bo- para adecuarlas a los sistemas de ejes dadores de la Fábrica Textil de Bello, de tejido de punto; pronto pudo ser
gotá, Barranquilla, Medellín o Carta- y poleas; en fin, la instalación eléctrica algunos de ellos comerciantes, cafe- construida en un tamaño mayor a base LJ\.5 MEJORES TP.Li\S
gena; luego, para usos industriales. In- de generadores, dinamo y transfor- teros o ganaderos, con la cual se inició de una copia exacta de los planos y kO$ Mli!ORI!S PRP.CIOS
cluso hubo concejos municipales, madores; todo esto requería de cono- propiamente en Antioquia la gran in- dispositivo técnico de la Fábrica de
como el de Medellín en 1890, que los cimiento científicos aplicados de in- dustria moderna, es decir, la transfor- Bello. Del mismo modo, la fábrica de
apoyaron mediante derechos especia- genieros o de especiali tas extranje- mación de materias primas mediante Fósforos Olano, fundada mediante
les en el empleo de las aguas. No fue Instalaciones de la
ros. En regiones como Antioquia, la el uso generalizado de máquinas. Por privilegios especiales del gobierno de Compañía de Tejidos
casual entonces, que los mismos ca- existencia de núcleos reducidos, pero las provisiones que se t~maron para su Reyes, se construyó a partir de "la vi- Rose/Ión, en un aviso
pitalistas que montaron las primeras calificados, de ingenieros facilitó tanto organización y el montaje de su dis- sita que su fundador hizo a la Fábrica del "Album de
compañías de electricidad empezaran, el diseño de locales como el montaje positivo mecánico, esta empresa fue el Nacional de Fósforos de Marsella, en Medellín"; de 1925.
casi de inmediato , a agitar la idea de Inició actividades
hidroeléctrico de fábricas, pequeños punto obligado de referencia para las Francia, donde copió a escondidas las en 1914, con cien
construir fábricas. Así, quienes fun- talleres e incluso trilladoras de café. demás fábricas textiles que se funda- fórmulas químicas, tipo de máquinas y telares mecánicos.
daron en 1909 la primera fábrica de Si el símbolo industrial de Núñez ron en .la región hasta 1920. El pro- procesos de fabricación. Con maqui-
cemento del país, Cemento Samper, fue el hierro el de Reyes pareció ser yecto fue elaborado por un ingeniero naria importada sin impuestos y con.la
habían creado cinco años antes la la electricidad. Poca atención recibió antioqueño, antiguo subdirector de asesoría de un técnico extranjero, Fós-
Compañía de Energía Eléctrica de Bo- en efecto, la siderurgia y, más bien, 1~ una fábrica textil francesa; otro inge- foros Olano inició operaciones en Me-
gotá, la cual, mediante concesiones de ferrería de La Pradera que intentaba niero y posterior presidente de la Re- dellín en 1909 con fuerza motriz un
la Asamblea de Cundinamarca y del recuperarse de los efectos de la gue- pública, Pedro Nel Ospina, estudió y tanto tradicional: una rueda de carpin-
Concejo de Bogotá, utilizó el río Bo- rra, tuvo que cerrarse definitivamente seleccionó en Inglaterra la maquina- tería movida a mano y un pequeño
gotá para montar la planta hidroeléc- en 1905 ante la exigencia del gobierno ria, desde donde fue importada libre motor americano de vapor accionado
trica de El Charquito, con 400 kilo- del reintegro de los auxilios dados. La de impuestos. El edificio de la fábrica, por una caldera de vapor. La expe-
watios. En la costa atlántica, Evaristo de Amagá, fundada de nuevo en 1905 las instalaciones hidráulicas, los mo- riencia de esta fosforería sirvió, a su
Obregón promotor de la empresa de y estimulada por la expansión cafetera tores eléctricos y los 2.640 husos y 102 vez, para la fundación de dos e:qlpre-
Energía Eléctrica de Barranquilla, de 1906, tuvo que pasar, sin embargo, telares fueron montados por ingenie- sas fosforeras más en Medellín, pues
fundó despué en 1910, la empresa a nuevos propietarios en 1908. Se lan- ros y técnicos ingleses de acuerdo a los el mecánico que trabajó en su montaje
Tejidos Obregón. En fin, entre los zó a la producción de hierro gris para planos enviados por la Dobson & Bar- violó el compromiso de no revelar. los
fundadores y propietarios de la Com- competir con el importado, para lo low. Como parte de la m:J.quinaria se secretos de fabricación. Lo mismo su-
pañía Antioqueña de Instalaciones cual compró un potente ventilador averió durante el viaje, la Fundición y cedió con Bavaria, donde, a pesar de
Eléctricas de Medellín, dueña de la Root que obtenía un viento uniforme Talleres de Robledo reconstruyó e in- los contratos de "exclusividad que im-
planta de Santa Elena, estuvieron los y de buena presión para el horno; y cluso fabricó piezas nuevas, revelán- posibilitaban a los técnicos cerveceros
posteriores fundadores de la Fábrica aumentó la fuerza del motor hidráu- dose así\ la habilidad y conocimiento alemanes para trabajar dependiente o
Textil de Bello, de la Cervecería Antio- lico a 100 caballos de fuerza. El hierro técnicos de los mecánicos nacionales. independientemente en el ramo de la
queña y de Coltejer. gris no fue de igual calidad que el ex- El empleo de maquinaria moderna, cerveza, en un radio de 200 kilómetros
Fue visible , pues desde esta época tranjero, en tanto que el hierro blanco que pronto ascendió a los 5.000 husos a la redonda de Bogotá, uno de ellos,
la tendencia entre la fábricas privadas se usaba para piezas de rápido desga - y 200 telares, determinó que las dos Rudolf Kohn, instaló en 1905 su pro-
a atender por sí mismas la provisión de te. El problema seguía siend , pues , Ja operaciones básicas, hilatura y tejido, pia empresa, Germanía.
su energía motriz, usando instalacio- falta de mercado para sus productos. no requirieran demasiada destreza ni Fue común en las empresas fabriles
nes eléctricas de mediana escala y cos- Mejor suerte te1úan Jos talleres de fun- mano segura ni fuerte: 150 trabaja- que comenzaron en este período co-
to. De otra parte, el aprovechamiento dición, algunos de los cuales contri- dores, en su mayoría mujeres y algu- locar en ellas todos los recursos hu-
de la fuerza hidráulica determinó cier- buyeron en Antioquia a la construc- nos niños. A pesar del número, las manos y físicos de una misma familia,
to tipo de localización inicial de la in- ción de piezas y al mantenimi~nto de antiguas costumbres de convivencia en generalmente con vastos intereses co-
dustria fabril colombiana al lado de las maquinarias textiles. Pero un he- términos relativamente íntimos y per- merciales, mineros o cafeteros, como
pequeños riachuelos, en las cercanías cho fue evidente desde entonces: la sonales entre patrón y obreros se man- en las fábricas textiles antioqueñas
~de las ciudades. Pero la construcción maquinaria moderna había que bus- tenían en estas primeras fábricas. aunque no exclusivo de éstas. En Bo-
312 Nueva Historia de Colombia. Vol. V 323
CapTmlt> 13

Muestras de
baldosas y tubos
nicam nte más rentable eguía limi- dora que dividía el tabaco en rama en
de Cementos Samper, tado por la desarticulació~ de los mer- partículas invariablemente exactas;
en la visita de cados y por la competencta de los pro- luego observó otra que tomaba el pa-
miembros del ducto extranjeros, no obstante los es- pel de un cilindro, lo desenvolvía y lo
gobierno a la fuerzos de Reyes de impulsar la cortaba a la vez que distribuía auto-
Exposición Nacional
de agosto de 1919,
construcción de ferrocarriles y carre- máticamente la picadura, liaba los ci-
organizada en el teras que facilitaran el tránsito de las garrillos, los engomaba y marcaba; ¡en
Hospital San José, mercancías. Pero 900 kilómetros de un minuto hizo 320 cigarrillos! Por úl-
de Bogotá. vías férreas no podían constituir aún la timo, terminó por maravillarse ante
La empresa Samper base de un mercado interior. otra de hacer cigarrillos que, «con
inició actividades
en 1909, con una
El experimento proteccionista del uñas suaves de dama pulida y delica-
producción inicial general Reyes concluye parcialmente da», doblaba la punta de cada uno ha-
de 60 000 sacos con la caída de su régimen en 1909, ciendo los pliegues, siempre iguales,
de 50 kilos al atlo. cuando empiezan a desmontarse pri- perfectos, sin que la mano humana to-
vilegios y concesiones. El gobierno ha- cara el producto. A E.A. Gaviria le
bía corrido con los riesgos iniciales de pareció, entonces, que no sólo la
muchas empresas industriales, varias mano sino incluso el cerebro humano
de las cuales subsisten aún hoy como estaban siendo sustituidos por las má-
prueba del impulso dado. Los objeti- quinas: «todas dan la impresión de ce-
vos políticos de pacificación parecían rebros metálicos superiormente orga-
también estarse consiguiendo, pues la nizados que piensan y obran con una
gotá, la misma familia de comercian- Santa Ana, iniciada cerca de Zipaqui- curiosidad por las «fábricas» fue tan eficiente matemática que el cerebro
tes que había fundado la primera com- rá en 1908, y la de San José de Suaita, grande que, por ejemplo, en Antia- humano no alcanza». Al salir de la fá-
pañía de energía eléctrica de la ciudad en Santander, la cual fue fundada en guia, el propietario de la Fábrica Tex- brica, no pudo evitar elevar una ora-
ta!llbién levantó la primera fábrica de asociación con capitales franceses en til de Bello vendía a la gente boletos ción «a la divinidad del trabajo que
semento del país, Cemento Samper. 1908; y las dos fábricas de tejidos de de entrada a cincuenta centavos cada salva y redime a los pueblos y a los
Esta inició actividades en 1909 en una punto establecidas en Cartagena, La uno para visitarla los sábados. hombres». Parecía, pues, que el ins-
pequeña planta situada en el centro de Espriella y Visbal, en 1909, subvencio- tinto religioso heredado disputaba en
Bogotá, dispuesta con un horno ver- nada la primera con dinero en efectivo En búsqueda E. A. Gaviria la expresión natural del
tical, tipo «de botella», que produjo al por el gobierno de Reyes durante tres de terreno firme (1909-1920) hombre ante la perfección silenciosa
comienzo cerca de 60.000 sacos de 50 años. También recibió privilegio ex- de las máquinas.
kilos al año. Otros capitales se asocia- clusivo para su montaje la refinería de E. A. Gaviria, desprevenido ciuda- En Colombia, la fabricación de ci-
ron para reactivar empresas fabriles petróleo Cartagena Oil Refining Com- dano de Medellín, visitó un día la fá- garrillos había sido desde el siglo XIX,
que se habían arruinado o cerrado de- pany en 1905. En fin, en Bogotá se ha- brica de la Compañía Industrial Unida y aún lo era, un laboreo enteramente
bido a crisis como la de 1904, produ- bían fundado La Industria Harinera, de Cigarrillos y quedó tan conmovido manual, donde el cierre de las puntas
cida por la inestabilidad monetaria. en 1908, y la Compañía de Chocolates de lo que vio que no pudo menos que de los cigarrillos con «uñas de lata», su
Tales fueron, en Medellín, Gaseosas Chaves y Equitativa, fruto de la fusión escribir una crónica sobre sus impre- empaque y la pegadura de las cajeti-
Posada Tobón y la Cervecería Antio- de las dos empresas en 1905. Las pe- siones personales en el periódico El llas los efectuaban cientos de hábiles
queña, la última de las cuales resurgió queñas artesanía texti'les, por su par- Correo Liberal, el18 de junio de 1916. artesanos en decenas de domicilios y
con modernos equipos con capacidad te, se sostenían diffcilmente debido a Encontró lo que iba siendo ya normal pequeños establecimientos. De un día
de embotellar trece mil hectolitros la competencia extranjera, cuyos pro- en las primeras fábricas grandes de la para otro, en medio de la rutina de las
diarios, con un administrador alemán ductos eran preferidos en algunos sec- época: un edificio de vastas proporcio- ciudades de comienzos de siglo, al-
y con producción propia de vidrio, tores sociales por su mayor duración, nes, amplios depósitos de olorosa pi- guien notaba el contraste. E. A. Ga-
..... desde 1909, para solucionar la escasez en tanto que las industrias más toscas cadura cubana y nacional, 250 obreras viria experimentaba, pues, el sobre-
de botellas, como había sucedido en del batán resistían su desaparición de- y 80 obreros divididos ordenadamente salto de aquella gente que veía con-
Bavaria. Por todo el país se notaba, bido a su importancia en los comercios en los salones de trabajo bajo la atenta frontados en forma abrupta los anti-
pues, un agitado interés por fundar fá- regionales. Incluso, hacia 1906, un in- dirección del administrador y super- guos métodos de trabajo con la técnica
.~
bricas, aun de pequeño tamaño, como geniero antioqueño inventó, quizá tar- visores y, en fin, una elevada produc- aparentemente perfecta, que le era
las textiles Ponce de León, creada en díamente, una máquina, la Desfibra- ción de diez millones de cigarrillos y ajena. A pesar de todo, la industria-
Bogotá en 1905, y la de Jericó en dora Antioqueña, para solucionar un millón de cigarros mensuales. Pero lización avanzaba en el país sólo va-
Antioquia , en 1909, que operaban con ciertos problemas técnicos en la des- su sorpresa aumentó cuando en el sa- cilantemente, circunscrita a determi-
equipos encillos para producir tejido fibrada del fique. Al igual que estas lón de máquinas pudo examinar más nadas regiones y localidades como
de alg0dón, lana e incluso fique. De pequeñas industrias, el establecimien- de cerca algunas de las 18 ahí dispues- Medellín o Bogotá. En ese mismo año
amaño un poco mayor fueron la de to de empresas fabriles de tamaño téc- tas. Primero vio una máquina corta- de 1916, el ministro de Hacienda hizo
-
32.J
Nueva Historia de Colombia. Vol. V opfm/o 1J .'.!5

el predominio de las empre as textiles. compañía de Tejidos de Rosellón, Sol, en Bogotá, y La Colombiana, en
Por eso , tal como había ucedido en la que inició actividades en 1914 con 100 Cartagena, que tuvieron que recurrir
revolución industrial europea, en Co. telares mecánicos, pero sin departa- a la utilización de materias primas na-
lombia la primera JJegada a la meca. mento de hilados. La coyuntura de la cionales como la madera, ante la im-
nización tuvo como súnbolo el telar. primera guerra mundial pareció ade- posibilidad de importarla. Fue carac-
Pero el telar mecánico, accionado por más favorecer la aparición, en Bogotá, terístico también el surgimiento de
electricidad. En las diez principales fá- de dos empresas de tejidos de lana, La verdaderas fábricas allí donde había
brica de textiles del país había en Magdalena con 70 obreros, y Paños predominado el taller artesanal o la
1916 un total de 923 telares mecáni- Colombia, dotada de 100 husos y 90 manufactura. Así, medidas proteccio-
cos· en unos pocos establecimientos telares. En 1915, la pequeña fábrica nistas como la rebaja a la importación
semifabriles se continuaban u ando La Garantía, instalada apenas con 15 de cueros o altos impuestos al calzado
como auxiliare de Jos telares mecá~ telares para tejidos de punto, inició extranjero posibilitaron la aparición
nicos , unos 44 telares manuales de ma- prácticamente en Cali la producción de la fábrica La Corona, en Bogotá,
dera, último vestigio de la inventiva de de tipo fabril. A menor escala produc- en 1912, equipada con maquinaria
Indalecio Liévano. Pero ya era evi- tiva y casi con características de taller moderna y con más de 120 obreros
dente para los fabricantes colombia- artesanal o, a lo sumo , de instalación que elaboraban, en 1916, cerca de
Talleres de la
nos que el moderno telar empleaba semifabril, se crearon antes de 1920 6.000 pares mensuales de zapatos; en
una exacta radiografía de 123 de las in- menos de la mitad de tiempo y quizá otras empresas, como Tejidos Unión, Barranquilla, la Fábrica Nacional de
Compañía Colombiana
de Tabaco, Medellín,
dustrias que había en Colombia. Du- muchisjmo menos para hacer la mi ma Fábrica de Tejidos Hernández, Teji- Calzado, con 40 operarios que pro-
hacia 1922. rante el siglo xvm , en Europa el tér- tarea que el tejedor manual. Así, en dos Montoya Hermanos, Tejidos ducían 1.500 pares a la semana; y en
Esta empresa se mino fábrica hahfa Uegado a ser sinó- 1917, un ingeniero calculó la velocidad Arango y Tejidos Montoya y Com- Envigado, Antioquia, la Compañía
originó en la nimo de máquina. En el paí a un lo- del tipo de telares mecánicos usados pañía , todas ellas en Antioquia. De- Industrial de Calzado, fundada en
Compañía Industrial cal con 4 obreros qu laboraban 12 ho-
Unida de Cigarrillos, en Samacá en 200 pasadas por minuto dicarse a la tejida de hilazas importa- 1915, donde operaban 60 trabajadores
que inició producción
ras diadas y en el que e habían y el tiempo de fabricación de una yar- das, es decir, de materias primas se- al frente de 80 máquinas, bajo la di-
con cuantioso invertido 1.000 pesos ow, u dueño lo da de telas en ocho minutos. Si el te- mielaboradas en el extranjero fue el rección de dos técnicos extranjeros, en
capital, maquinaria llamaba ampulosamente Fábrica de jedor nacional podía alcanzar, al Eren- gran negocio de la década de 1910. tareas parciales, exactas y desmenu-
eléctrica y obreros Bebidas Gaseo a de Támesis Antia- te de lo telares mecánicos, rendi- Por haberse dedicado exclusivamente zadas que insinuaban ya la producción
especializados; quía, y lo mismo sucedía con la ma-
en 1919 absorbió miento que uperaban do y más ve- al tejido sin efectuar el proceso com- en serie. Aunque no se amenazaba la
varias plantas
yoría de e os 123 establecimiento que ces al antiguo tejedor manual no fue. pleto a partir de la hilada del algodón, posición del zapatero manual, se em-
cigarrilleras no pasaban de ser meros talleres ar- extraño que entre 1909 y 1920 se fun- la industria textil fue llamada «artifi- pezaba a producir calzado ciertamente
del país y lomó te anales, donde operaban tres o cua- daran cerca de O nuevas fábrica tex- cial». Cuando la ley 93 de 1920 efectuó más barato y en mayor número. De
el nombre de tro obrero a base de herramientas· o tiles en el pafs , ca i todas con equipo un alza más fuerte a las hilazas impor- otro lado, la producción de dulces y
Coltabaco . simples manufacturas , que organiza- modernos. A esto no fue ajeno el nue- tadas, prácticamente todas las princi- galletas en escala fabril no fue cono-
ban us fabricacione de vela , cho- vo gobierno porque i bien con la caí- pales fábricas textiles estaban equipa- cida en el país sino hasta 1913, cuando
colate zapatos o fósforos mediante da de Reyes e eliminaron mucho pri- das ya con sus hilanderías; lo único se fundó en Medellín la empresa Noel.
una división cuidadosa de las opera- vilegios, leyes como la 117 de 1913 que se continuaba importando era Antiguas empresas como Cemento
ciones sin empleo de máquina ; o , a confinnaron Ja tarifas aduaneras an- gran parte del algodón, aunque algu- Samper y la Vidriería de Caldas hicie-
lo máximo industria semifabriles con teriores que facilitaban a las fábricas nas empresas por cuenta propia esta- ron ensanches que les permitieron
uso simultáneo de aparato y máqui- textiles la importación de hilazas ex- ban estimulando su cultivo nacional. duplicar la producción. Durante la
nas. Los término no correspondían a tranjeras. Política económica favora- Hacia 1920, ·pues, las dos operaciones década de 1910 se inició el proceso
las realidades, pero el equívoco era la ble y maquinaria moderna estimula- básicas, hilado y tejido, se efectuaban de concentración financiera, es decir, de
mejor expresión del trán ito que ex- ron la creación de una empresa como ya en el país, lo cual atenuaba un poco la posesión por una misma empresa
perimentaba la indu tria nacional. Tejidos Obregón de Barranquilla , en el carácter artificial de esta industria. de varias fábricas situadas en distintas
Sólo unas 36 empresas eran verdade- 1910, cuya organización y montaje .en El cierre de importaciones de pro- ciudades del país, sin necesidad de
..... ra fábricas como .la de la Compañía grande fueron precedidos de una aten- ductos extranjeros durante la guerra concentrar la producción en una sola
industrial Unida de Cigarrillos es de- ta ob ervación de fábricas similares de europea de 1914-1918 favoreció, glo- fábrica de gran tamaño. Así, Gaseosas
cir sus propietarios habían invertido Inglaterra y de una cuidadosa elec- balmente, a la industria del país, si se Posada Tobón tenía hacia 1920 cuatro
... cuantioso capitales en maquinaria ción de la maquinaria más avanzada. toma como punto de referencia el año o cinco fábricas en diferentes ciuda-
moderna accionada por electricidad y En 1913, tenía en operación 200 tela- de 1910: de 289 fábricas, manufactu- des; Chocolates Chaves y Equitativa
sus numerosos obreros cumplfan dis- res mecánicos ingleses , con capacidad ras y establecimientos semifabriles se también controlaba varias pequeñas
cipJinadamente tarea especializada . para producir 10.000 yardas diarias de pasó a 442, diez años después. Algu- plantas en el país. A lo largo de la mis-
Ese número no bastaba para afir- tela; tres años después había llegado a nas de las nuevas empresas eran ver- ma década, gran parte de las empresas
mar que la nación se había industria- los 300 telare y a los 450 obrero . daderas manufacturas, como en el fabriles antioqueñas, que eran por lo
lizado ya; pero lo más signHicativo era Otra nueva empresa antioqueña fue la caso de los fabricantes de fósforos El común sociedades de carácter fami-
~

..
326 Nueva Historia de Colombia. Vol. V Ca (tulo 13 327

liar, empezaron a transformarse en so- de trabajo libre, es decir, de obreros obras de lo o:ganizadores de las in- a las principales fábricas antioqueñas,
ciedades anónimas con el fin de captar que libremente establecían un contra dustrias amencana ~ . fran~esa , _lo la primera de las cuales fue la mencio-
el ahorro de accionistas privados. La to de trabajo con sus patrones, aunque Principi,os de la Admm.tstraccón Czen- nada Compañía Industrial Unida de
que inició esta modalidad fue Fósforos la reglamentación. de ciertos aspectos tifica de F. W. Taylor y la Administra- Cigarrillos que desde 1919 absorbió
Olano, en 1914; luego Coltejer en laborale no estaba aún muy definida· ción General e Industrial de H. Fayol. varias plantas del país y tomó el nom-
1914; Posada Tobón en 1917, y Ro- por ejemplo, la jornada de trabajo e~ Era sólo el comienzo. Pero resultaba bre de Compañía Colombiana de Ta-
seBón, en 1919. Las artesanías tradi- las fábricas del país fluctuaba, en paradójico que en una época en que baco. Una cosa era ya clara para sus
cionales tuvieron suerte desígual du- 1916 entre 9 y 12 e incluso 13 horas apenas empezaba a consolidarse en dueños y directivos: no bastaba con te-
rante la guerra mundial , pues mientras diarias . Además, en e] caso de la in- Colombia la fábrica, se comenzara si- ner la maquinaria más moderna para
la fabricación de sacos de cabuya se fa- dustria textil, las obreras ganaban un multáneamente a entender que la me- producir cigarrillos o las materias pri-
voreció con el crecimiento de las ex- salario apena la müad que el de los dida del trabajo y costo por unidad de mas extranjeras de mejor calidad o las
portaciones de café, la producción de hombres. La disciplina del trabajo de producto, más que la introducción de instalaciones más cómodas, sino que
sombreros de jipijapa decayó al per- la primeras huestes del obrerismo fa- la fábrica como tal, eran los que otor- era necesario disponerlas unas y otras
der varios mercados internacionales. bril se obtenía mediante los métodos gaban a la. i~d~stria moderna s_u sig- de tal manera que se asegurara que
Concentradas ciertas industrias en convencionales aparecidos en otros nificado d1stmt1vo como medw de el trabajador colombiano, resultase
determinadas ciudades, como la textil países: multas y campanas, vigilancia vida. Era de nuevo el problema de los lo más productivo posible. Esta fue la
en Medellín o la tabacalera en Buca- y estímulos en metálico, uspensiones países que sin terminar las tareas de la clave del éxito de Coltabaco desde
ramanga, la fuerza de trabajo empezó y expulsiones. Con la aparición de Jas· anterior revolución industrial sufrían el momento mismo de su nacimiento.
a especializarse. Así, en Medellín el primeras fábricas en la ciudades sur- el impacto de las exigencias de la si- El período termina con la crisis eco-
oficio del tejedor era cada vez más gieron al mismo tiempo in tituciones guiente. De todas maneras, las ideas nómica del año de 1920, que tuvo gra-
predominante, aunque ciertos oficios como la Caja de Ahorros del Círculo de medir lo que el obrero producía por ves repercusiones sobre toda la eco-
preindustriales como el de obrera de de Obreros de Bogotá, en 1905, y el hora, por día o por mes frente a un nomía del país y, en particular, sobre
trilladoras de café continuara siendo Patronato de Obreras de Medellín, en equipo dado y la de mejorar sus mé- empresas fabriles que, como Fabrica-
numéricamente mayor. La tejeduría 1912, donde mediante la hábil com- todos de trabajo fueron aplicadas por to, fundada ese mismo año, debió
era un oficio básicamente femenino y, binación de estímulos religiosos con los ingenieros antioqueños durante la aplazar su comienzo hasta 1923; o
como en la revolución industrial del si- incentivos temporales la Iglesia cató- coyuntura de la guerra europea de como Rosellón que, habiendo com-
glo XVIII, la primera manifestación de lica alentó obras como las escuelas do- 1914 a 1918 en empresas no fabriles prado en 1919 las dos pequeñas fábricas
la aplicación lucrativa de la maquina- minicales, la lucha contra el alcoholis- como el Ferrocarril de Antioquia y en Tejidos Hernández y Compañía de Te-
ria en la industria fabril colombiana mo y el control del tiempo libre a fin la compañía minera El Zancudo. De jidos y Encauchados, debió cerrar sus
fue el trabajo femenino e infantil: en de preservar las energías del trabajo. ahí, esa experiencia organizativa pasó tres plantas debido a las bajas ventas.
1916, de los 630 obreros de las dos fá- Mano de obra barata, energía eléc-
bricas textiles más grandes de Mede- trica a bajos costos maquinaria efi-
llin, 500 eran mujeres y el resto hom- Fábrica de tejidos
ciente y apoyo oficial para importar de los Hernández,
bres y niños. En ese mismo ario de las materias primas: todo esto favoreció, en Medellín,
2.056 obreras empleadas en fábrica y a pesar de la fTagmentación de los fotografía de
talleres de Medellfn 200 eran niñas mercados, un rápido enriquecimiento Benjam(n de la Calle.
menores de 15 años y algunos niños de de lo primeros empresarios fabriles. Adquirida por
5 años de edad. Aliado de la tejedu- Tejidos Rose/ión
Pero a ello se agregó un rasgo todavía en 1919, esta planta
ría, cuyas tareas principales en el telar más significativo. Núcleos importantes debió ser cerrada
mecánico eran el reemplazar las bo- de empresarios comprendían ya que la po,· falta de ventas
binas vacías o empatar revientes, otras «artificialidad» de la industria colom- en la crisis
especialidades nuevas eran el mante- biana no consistía sólo en que estuvie- económica del
nimiento y repa ·ación de maquinaria ra demasiado protegida, sino más bien año siguiente.
., y de equipos eléctrico como dinamos,
: en que la técnica importada no daba
generadores, transformadores y redes, en el país los mismos rendimientos ni
aunque fue normal que los primeros producía tan barato como en el exte-
dueño de las fábricas o sus adminis- rior. Por ello, en ciudades como Me-
tradores hicieran las veces de técnicos dellín, grupos de industriales se con-
mecánicos y electricistas. Un caso elo- centraron alrededor de periódicos
cuente fue el de Eduardo Echavarría, como La Otganización. que, como Jo
quien durante treinta y dos años fue indica su nombre, divulgó entre 1903
admini tractor y técnico de Coltejer. y 1913 método moderno para alcan-
De otra parte, iba siendo normal que zar una producción más eficiente. E l
las empresas fabriles operaran a base paso siguiente fue el estudio de las
329
328 Nueva Historia de Colombia. Vol. v ca (tulo J.J

Fábrica de Hilados y
,• • ,jlillf. El arranque defmitivo (1920-1930) do en los Estados Unidos también Tejidos Samacá,
' 1.!:11'_, antiguo gerente de Ja Ferrería d~ fundada el 23 de
1 ' . diciembre de /905,
E11 de abril de 1924, apenas ocho me- Amagá y de la Cervecería Antioqueña
1 ' 1
''!'
!111'.l.!,.!.~ '
1
ses después de haber empezado acti- e impulsor de la Fábrica Textil de Be.
durante el gobierno
de Rafael Reyes.
~, vidades Fabricato, su administradoi y llo, se proponía ahora desde la presi- Allí se efectuó· una

~:.
L j 1 ,. 1 1
copropietario Jorge Echavarría escri- dencia reorganizar a Colombia en los de las primeras
bía en su Diario personal: «He tenido órdenes económico y administrativo, huelgas en la historia
industria( del pa(s,
una gran sorpresa con el récord de monetario y fi cal, empezando por en /921, ya en plena
yardas de producción de este mes: uno que estaba en la raiz de los demás: recuperaci6n de
148.392 7/8 yardas, y 5.915.3 kilogra- el desarrollo de las vías de comunica- la crisis económica
mos de peso. De acuerdo con los ca- ción, fáciles y baratas , para romper las de /920.
tálogos de la Draper, estamos produ- economías cerradas de lo diversos
Transformador ciendo con una eficiencia del91.7 %». centros de producción. El programa
de 500 kw, en la Un año más tarde, el21 de octubre de de obras públicas del general Ospina,
planta de El Charquito, 1925, volvía a anotar en su agenda ín- que aumentó en cerca de 629 kilóme-
de la Empresa de
Energía de Bogotá.
tima: «Hoy saqué producción en el día tros las lineas ferroviarias, departa-
La adición de una de 12 telas, y diome un resultado del mentales y nacionales, y en 392 las ca-
planta termoeléctrica 95 % que es una verdadera maravilla. rreteables. sentaría así la bases de
a este complejo Mi sorpresa fue gratísima, pues no creí una industrialización más firme al fa-
fue un índice del pasarnos del average: 90 %.»¿Qué es- cilitar el movimiento rápido, a través
auge industrial
taba sucediendo en Fabricato como de largas distancias, de los productos adicionó también' una planta termoe- manual. El tiempo para producir una
de los años veinte.
para que se estuvieran superando los industriale fabricados en el país, a la léctrica a la de El Charquito, y se yarda de tela se habJa dis~~nuid~ se~­
rendimientos establecidos por las ca- vez que permitía el tran porte, sin de- estaba pensando ya en el proyecto siblemente en el pms: qmza a se1s ml-
sas vendedoras de máquinas? Jorge terioro, de la maquinaria pesada para nutos. Esto, traducido a rendimientos,
Salto l. era lo que causaba la sorpresa de Jor-
Echavarria, nacido en Medellín en la industrial nacional. La base técnica de ramas industria-
1889, era el típico representante de la Con esta cobertura, la base indus- les como la textil comienza a experi- ge Echavimía. Las den:tás e~presas
egunda generación de empresarios trial del país se va ampliando durante mentar una transformación sin ante- textiles tenían que seguu el eJemplo
fabriles antioqueños que comprendía la década de ·1920, sobre todo entre cedentes debido a la introducción de de Fabricato ó verse irremediable-
que para asumir riesgos y tener éxito 1925 y 1930, período considerado equipos automáticos. Fabricatq, como mente atrasadas. El paso de de 1.600
en los negocio~ era necesario trabajar como uno de los de más rápido creci- se vio inicia esta innovación desde telares existentes en Colombia en 1923
con la técnica más avanzada y llevar miento económico en toda la historia 1923 ¿on la compra y montaje, con a 3.583 en 1930, de los cuales 1.140
las cuentas claras. La brújula de los nacional. Otro de los pilares fue la técnicos extranjeros, de 100 telares eran ya automáticos, fue la mejor se-
negocios señalaba hacia el norte, hacia energía eléctrica, cuyo abastecimiento Draper, 4 Crompton y 2 J~ggers, to?os ñal de que empresas como Coltejer,
los Estados Unidos, país al que de jo- se incrementó al pasar el número de automáticos, con sus eqmpos de hila- La Espriella y Tejidos Obregón ha-
ven había sido enviado a estudiar por plantas eléctricas de 252 en 1925 a 409 dos técnicamente equivalentes. En un bían tomado también el camino de la
sus padres, negociantes cafeteros, y al en 1928, con una generación de 42.327 momento en que la mayoría de las em- producción a bajos costos y con mejor
que en 1922 había regresado para caballos de fuerza. Medellín, ·ciudad presas textiles nacionales manten~a sus calidad.
comprar la maquinaria textil más que se situaba en la avanzada del pro- viejos equipos, algunos con mas de Las consecuencias de la crisis de
avanzada: hiladoras y telares auto- ceso, pudo convertir sus 750 kilowa- veinte años, introducir en el país el te- 1920 fueron, por fortuna, de corta du-
mático de la casa Saco Lowell Shop. tios de 1920 en más 4.220 en 1929, lar automático significaba una peque- ración; de ahí que ya desde 1922 ~e no-
El telar mecánico inglés parecía un merced a sucesivas ampliaciones y a la ña revolución técnica: dos operaciones taran en casi todos los sectores mdus-
tanto atrasado ya. Jorge Echavarría nueva planta de Piedras Blancas ade- que en el telar mecánico estaban en triales signos de reactivación. Inclusi-
actuaba, pues convencido de que lle- lantadas por sus ya oficiale Empresas manos de la tejedora, a saber, el cam- ve la primera serie de huelgas en l_a
vando cuidadosos controles, diarios y Públicas. A pesar de ello, el servicio bio de bobinas y la detención de la má- historia industrial del país no desam-
mensuales, de eficiencia y costos, de electricidad estaba copado y se em- quina, pasaban a ser efectuadas en mó a los empresarios: en 1920, las
aquella técnica moderna podía alcan- pezó la hidroeléctrica de Guadalupe, adelante automáticamente por el nue- huelgas en la Fábrica Textil de Bello
zar en Colombia los mismos e incluso razón por la cual una empresa como vo telar. La tejedora colombiana de y en Tejidos Obregón; en 1921, en Te-
superiores resultados que en u patria Fabricato , que no podía permitir el 1923 pasó por primera vez del manejo jidos Samacá; en 1923, un conato de
capitalista de origen. paro de sus costosas máquinas apro- simultáneo de uno a dos telares me- huelga en Fabricato; y en 1924, .en La
El caso de Fabricato era expresión vechó una caída de agua vecina y em- cánicos al control de 20 telares auto- Garantía y en San José de Sualta. A
de aquel clima de reordenamiento ge- pezó con una planta hidráulica propia máticos, quedando en capacidad de pesar de ello, nuevas f~?ricas ~pare­
neral que se respiraba en el país desde de 200 kilowatios, a la cual agregó en producir tal vez diez veces ~ás que• la cieron, como la Compama de Hdad~s
1922, cuando un individuo como Pe- 1925 otra unidad generadora gemela. tejedora mecánica y una c1fra mcal- y Tejidos de Caldas S. A., en Mam-
dro Nel Ospina, antioqueño y educa- En Bogotá, la Empresa ti c . nergía culablemente superior que la tejedora zales, en 1924, y la fábrica de paños

331
330 Nueva Historia de Colombia. Vol. \1 ca ft11lo 13

eonstrucción de la década en otras empresas. como la fácilmente controlables por el propio


obras y tanques de Compañía Fosforera Colombtana, que patrón y unos pocos empleados. Hubo
la nueva planta de huelgas que apenas duraron uno o dos
Barrancabermeja, controlaba el 75 % de la producción
según fotografía nacional; Posada Tobón, con más de días, como la de las obreras de Rose-
tomada en octubre 20 plantas en el país; y lo mismo Ba- llón, en junio de 1929, donde por lo
de 1929. El oleoducto varia y la Compañía Nacional de Cho- demás se notaba en las relaciones in-
Barrancabermeja - colates. Las mayores dimensiones pro-. dustriales la ambigüedad de las situa-
Mamona/, con sus ciones de transición, ya que el admi-
537 km., inicia en ductivas alcanzadas por estas empre-
el país el típico sas no sólo determinaban ya el tipo, nistrador fue acusado de atrasar el re-
fenómeno contemporáneo ·calidad, volumen e incluso distribu- loj para prolongar la jornada de tra-
del gigantismo en ción de cultivos como el algodón, la bajo, mezquina estratagema muy co-
proyectos industriales. cebada, el tabaco o el trigo, sino que mún en las fábricas europeas de
también amplias zonas del campo, comienzos del siglo XIX. Coltejer, en
como la costa atlántica, iban siendo cambio, dispuso a mediados de la dé-
transformadas en función de las deci- cada de un moderno reloj London Na-
siones tomadas en las ciudades. En al- tional, en el que cada obrero marcaba
gunos casos, sin embargo, el lento de- sus horas de entrada y salida. En po-
sarrollo vial hacía más barato importar cas empresas, quizá Bavaria y Colta-
Santa Fe, en Medellín, en 1928. A través de 537 kilómetros, integró de- materias primas extranjeras. baco, se advertía ya la necesidad de
tono con la recuperación económica, finitivamente con el exterior el petró- Con el crecimiento de la base in- trasladar las tareas de administración,
se crearon empresas como la Cerve- leo colombiano explotado por la Tro- dustrial, la fuerza de trabajo urbana estadística y contabilidad de costos a
cería La Libertad, en Medellín, en pical Oil Company. De esta manera, seguía en aumento. Medellín y sus zo- sitios específicos y bajo la responsa-
1924, en tanto que Bavaria, que seguía a través de la indu tria se manifestaba nas aledañas concentraban en 1929 bilidad de especialistas. La oficina
siendo la principal empresa cervecera en el país un típico fenómeno contem- unos 6.000 trabajadores, en su mayo- empezaba, así, a diferenciarse de los
nacional, se preparaba para nuevos poráneo: el gigantismo. Aunque tam- ría mujeres. Con todo, globalmente el salones de trabajo de la fábrica y a
ensanches para lo cual incorporó entre bién fue visible en los transportes con número de obreros fabriles nacionales concentrar ejecutivos con una mayor
1920 y 1930, desde Alemania, veinte la -construcción en 1929 del túnel de La era aún reducido en relación con los calificación, quienes, situados entre
nuevos maestros cerveceros, técnicos Quiebra, en el ferrocarril de Antia- 197.000 artesanos de 1925, incremen- patronos y obreros, sustituían ya las
de planta y técnicos de montaje de quía. Un sector industrial que debía tados de nuevo por una rápida expan- antiguas relaciones personales y pa-
equipos, todos ellos altamente adies- haber estado a la base de estas expan- sión de las manufacturas después de la triarcales de los talleres. La industria
trados en fábricas y escuelas de cer- siones, el siderúrgico, no sólo no lo- primera guerra mundial. La fisonomía del país podía para entonces confiar
vecería de ese país. Ingenios como La graba superar el nivel del taller arte- de las principales ciudades comenzó a en ese grupo calificado de empresarios
Manuelita transformaron sustancial- sanal especializado sino que, por el modificarse desde estos años con la y ejecutivos, a pesar de que el sistema
mente sus procesos productivos al pa- contrario, vio cerrar definitivamente aparición de los típicos barrios obre- bancario, recientemente reformado
sar, entre 1927 y 1929, de la energía en 1927 la última de las ferrerías mon- ros, alrededor de las fábricas, que em- por Ospina, no se especializaba aún en
térmica a la eléctrica para accionar sus tadas desde el siglo XIX, la de Amagá. presas como Coltabaco o Fabricato y operaciones industriales o de que las
trapiches. El ingenio azucarero elec- En el ramo del hierro y del acero, el organizaciones como el Círculo de deformaciones de los mercados obli-
trificado fue en adelante la norma téc- país seguía dependiendo del eJtterior. Obreros de Bogotá se encargaron de gaban a las empresas a tener excesivos
nica para los nuevos fundados en Si geográficamente Antioquia se fomentar. Esta política orientada a inventarios y a asumir la distribución
1928, Providencia y Riopaila, también consolida en el primer pue to de la in- arraigar al obrero y evitar que emigra- de sus productos. Empresarios como
en el Valle. La industria del cemento, dustria textil , también lo logra en la ra con facilidad fue complementada Jorge Echavarría, que sabían vincul~r
estimulada por el crecimiento urbano, del tabaco. En efecto a pesar de que con las primeras escuelas nocturnas el espíritu de empresa con la contabi-
vio aparecer una nueva fábrica en en Santander se concentraba la ela- gratuitas, destinadas a elevar la edu- lidad, comprendían también que, con
Cundinamarca en 1927, Cementos boración de cigarro y cigarrillos, con cación de los trabajadores; pero tam- el apoyo de la política económica del
Diamante, a la vez que Cemento Sam- 58 fábricas medianas y 512 fabriquillas bién los talleres de los ferrocarriles na- gobierno, montar una fábrica no era
per garantizó su abastecimiento de de cigarrillos así como 4 fábricas de ci- cionales, las escuelas de artes y oficios ya una aventura sino un negocio. Por
materias primas mediante la construc- garros en 1927, era Col tabaco la que, y los colegios técnicos salesianos em- eso, cuando sobrevino la crisis eco-
ción de un cable aéreo de diez kiló- absorbiendo una serie de plantas en pezaban a preparar las primeras capas nómica mundial de 1929, la industria
metros que transportaba la piedra des- todo el país, colocó a la industria ta- de obreros calificados, como electri- nacional había alcanzado el grado de
de las minas hasta Usaquén, primera bacalera de Antioquia a la cabeza de cistas, mecánicos o torneros. El nú- solidez indispensable que le permitió
obra de tal magnitud para fines indus- todo el mercado colombiano en forma mero de trabajadores por fábrica se convertir los nefastos efectos de la de-
triales. Obra similar pero de mayor tan completa como la industria textil. mantenía tan bajo, 220 en promedio presión en otras tantas fuerzas positi-
extensión fue en 1927 el oleoducto Este movimiento hacia la concentra- en las diez principales factorías de Me- vas para dar un salto adelante en su
pe Barrancabermeja-Mamonal que, a ción financiera se consolida a fines de dellín, en 1923, que los conflictos eran desarrollo.
332

-V.:
Nueva Historia de Colombia. Vol.
Co fwlo 14 333

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Alberto Mayor Mora Restrepo, fundador
en 1933, con Luis
Palacio, de la fábrica
La década decisiva de calcetines Pepa/,
que daría origen en
de la industrialización (1930-1939) /9.16 a /afirma
Pepa/fa S.A .

E l peor año para Colombia de la


crisis financiera y comercial mun-
dial fue 1932. Se reduce la producción
"Ingenieros tejiendo
medias: era el sfmbolo
de la crhis de
industrial nacional, se cierran varias comienzos de 1930 .. . "
empresas y aumenta el desempleo. En
Medellín, dos jóvenes ingenieros, re-
cién egresados y sin perspectivas de
encontrar trabajo en la empresa pri-
vada o en las obras públicas, también
deprimidas, deciden acometer el es-
tablecimiento de una industria para teniendo como primer producto la me-
sobrevivir. Cobijados por las medidas dia «Pepal», sigla que se armó con las
proteccionistas del gobierno de Olaya cinco primeras letras de los apellidos
Herrera, optaron por crear una fabri- de los dos ingenieros, Peláez y Pala-
quita de medias para hombre, para lo cio. Cuando la calcetería se amplió,
cual compran ese año 1932 una má- fue denominada Tejidos Pepal, S. A.;
,-.•
quina Scott & Williams, una máquina y en 1936, al fusionarse con otra pe-
remalladora y una horma para plan- queña empresa similar, Alfa, S. A ., se
.:-.. char. Instalaron esos equipos en casa denominó Calcetería Pepalfa, S. A.
de familia y catálogo en mano estudia- Ingenieros tejiendo medias: era el
ron los mecanismos hasta que logra- mejor símbolo de la crisis de comien-
ron tejer personalmente trozos de me- zos de 1930. Surgida Pepalfa de una
dia, lo que les alentó para solicitar crisis, lejos estaban sus fundadores,
otras diez máquinas tejedoras al ex- ingenieros Luis Peláez R. y Luis Pa-
terior. En 1933, empezaron a operar lacio Cock, de pensar que exactamen-
la fabriquita con nueve obreras, ob- te cincuenta años después el latigazo
.•
334 Nueva Historia de Colombia. Vol. V Ca fw/o 14 335

Santiaxo Samper Cemento Samper adelantaba en esos ralmente en 1931, mientras que en el pacto fue sobre una industria en for-
Brush, uno de los años la construcción de su nueva plan- mación y no sobre una industria ya
fundadore~· de
cemento se estableció un arancel de 1
Cemento Samper, ta en La Siberia, y estaban llegando a centavo por kilogramo importado. Las consolidada. Por lo demás, sectore ya
que inició puertos colombianos los pedidos de medidas proteccionistas iban, pues, relativamente desarro.Uad s como el
actividades en maquinaria hechos desde 1927 y 1928. reservándole a la naciente industria un cervecero, adoptaron medidas como
1909, con una Ante la paralización de los créditos, la importante mercado en expansión. En la fusión entre empresas para hacer
pequeña planta frente a la crisis: tal fue el caso de Ea-
en el centro de
empresa no pudo otorgar financia- 1938, la Junta de Control de Cambios
Bogotá . Fue él mientos adicionales y hubo de «flotan- y Exportaciones emitió dos resolucio- varia, que se organizó en 1930 como
quien adelantó tizarse», es decir, contar con capitales nes de restricción a las importaciones consorcio aglutinando numerosas plan-
gestiones para nuevos distintos a los de la familia extranjeras y de defensa de la indus- tas de cerveza que operaban en todo el
adquirir la mina Samper. Pero a pesar del apoyo de tria nacional, lográndose en el caso de país; o el de Cervecería Unión, que re-
caliza de La Calera, sultó de la fusión de las cervecerías La
por la cual se
empresarios bogotanos y antioqueños, la industria textil reducir las importa-
pagó, en ese año, la empresa se vio forzada a suspender ciones en cerca de 41 millones de me- Antioqueña y Libertad en 1930.
diez mil libras la construcción de La Siberia en 1930. tros de tela. El país asistió, pues, casi desde los
esterlinas a Igual situación de apremio vivieron los Considerada América Latina de mismos años de la crisis a una extraor-
Arcadio Céspedes ingenios azucareros. La caída de los modo global, el impacto que tuvo la dinaria recuperación industrial sin an-
(Oleo de Inés tecedentes en su historia. En el caso
Acevedo Biester
precio del azúcar fue muy fuerte, ge- gran depresión mundial de 1929 fue,
en la colección nerándo e una competencia muy agu- sin embargo, mínimo sobre los países de la industria textil, las inversiones y
de la Cruz Roja da entre los ingenios del Valle del Cau- del área, comparados con los países el cambio técnico fueron dos de los
Colombiana). ca y los de la costa atlántica. Ingenios capitalistas avanzados. Por ello, los factores que determinaron su creci-
como La Manuelita superaron sus di- hechos más notorios en la historia de miento. Las compras de maquinaria y
de otra convulsión económica borraría ficultades no sólo gracias a la expe- la industria colombiana fueron la ra- de equipo textil crecieron en forma
definitivamente su obra. Sin embargo, riencia acumulada por más de sesenta pidísima recuperación acaecida entre marcada a partir de 1930 y 1931. Fa-
durante medio siglo dicha empresa ha- años, sino también por la política pru- 1931 y 1934 y el notable crecimiento bricato prácticamente duplicó su stock
bría de dar empleo no sólo a sus fun- dente sobre distribución de utilidades. industrial iniciado desde 1932, el cual de maquinaria entre 1928 y 1932. Algo
dadores sino a multitud de obreros y En este panorama poco esperanza- fue uno de los más altos en América similar sucedió en Coltejer, que co-
colaboradores que pasaron por sus dor se inició el gobierno de Olaya He- Latina y tal vez el más elevado de la menzó en 1932 su ensanche de hilados
instalaciones. rrera, el cual de inmediato adoptó historia del país. Por ejemplo, el di- y tejidos y adquirió en Checoslovaquia
El 29 de octubre de 1929 se había drásticas medidas restrictivas como el namismo del sector textil fue tal que la primera maquinaria de estampación
presentado, en efecto, en Nueva York cierre de bancos, el control de cam- dobló el conjunto de la industria co- de telas que se conoció en el país. En
la famosa catástrofe bursátil conocida bios, la moratoria a los pagos al ex- lombiana. Las razones de este fenó- 1933, Rosellón también dispuso el de-
como el «martes negro», que precipitó terior y dentro del país, y la expedi- meno radicaron en un aspecto esen- sarrollo de un segundo plan de ensan-
la gran crisis financiera y comercial ción de un nuevo arancel aduanero cial: la crisis mundial alcanzó a Co- ches. La inversión textil se elevó con
mundial. El profundo receso que si- abiertamente proteccionista para la lombia en el momento mismo de su la fundación de Tejicóndor, creada
guió en toda la economía internacio- naciente industria del país. Con la Ley despegue industrial, es decir, el im- por el empresario Jesús Mora en 1934,
nal llegó hasta Colombia y toda Lati- 62, de mayo de 1931, los aranceles de Planta de Cementos
noamérica. Para varias textileras co- las telas crudas de lana subieron un Samper en La Siberia
lombianas, la crisis no sólo paralizó su 6 % y los de los paños de lana un (La Calera,
Cunditwmarca), cuya
expansión sino también obligó a su 43 %. Los decretos 1.706 y 2.194 de construcción hubo
cierre parcial. Así, la fábrica de Sa- ese mismo año incrementaron nueva- de ser suspendida
macá se vio constreñida a recortar su mente dichos aranceles, en tanto que temporalmetzte
jornada semanal de trabajo a tres días; los textiles de seda quedaron con un a ra{z de la crisis
en tanto que la fábrica de paños Santa recargo del129 %. A la sombra de estas mundial de los
años 1929 r 30.
Fe, en Medellín, suspendió operacio- medidas proteccionistas habrían de Pero ya en 1933
nes en 1931. Al tiempo, la crisis sig- germinar, precisamente, empresas se reiniciaron las
nificó el fin de la prosperidad de las como Pepalfa, Indulana, en 1933, y obras y. bajo lo
primeras textileras: Bello, Obregón o Paños Vicuña, en 1935, en Medellín, dirección del ingeniero
Samacá, y el reordenamiento en favor al tiempo que se reactivaba en 1934 H ermann Bohlen se montó
el primer molino de
del liderazgo de las antioqueñas: Fa- Paños Santa Fe. Posteriormente, ha- tipo horizontal,
bricato y Coltejer. Bavaria, por su brían de surgir industrias de medias de marca Polysius, con
parte, licenció trabajadores, e incluso seda como Cotenal, en Bogotá, y Se- capacidad de 200
rebajó salarios en 1931. deco, en Medellín en 1937. En el caso toneladasldfa, que
En el sector del cemento, los pre- de· la industria cervecera, sus impor- empezó producción
en abril de /934 .
• cios cayeron de manera dramática. taciones quedaron prohibidas tempo- ·
Ca iwlo 14 337
336 Nueva Historia de Colombia. Vol. \1

Equipo del ingeniero


acondicionados a los equipos textiles.
alemán Hermann Bah/en, Otro contratiempo que tuvo la indus-
o//te 1'1 primer hamo tria textil fue la escasez de agua, que
Polysius instalado por no permitía operar a plenitud las sec-
él en Ceme/ltos Samper, ciones de hilados; en tanto que la irre-
abril de 1934.
gularidad del servicio de energía eléc-
trica, restringida por la asignáción de
cuotas máximas de consumo, obligó a
empresas como Fabricato y Coltejer a
invertir en sus propias plantas.
La expansión textil desbordó la
oferta nacional del algodón en rama,
debiendo cubrir la diferencia las im-
portaciones de algodón extranjero. A mayor apoyo a la empresa. En la crea- Julián Cock Aran¡¡o.
lo cual se agregaba que la fibra pro- ción de Argos confluyeron también el Jorge Arango
Carmsquillo
ducida en Colombia presentaba baja talento investigativo, la mentalidad y Carlos Sevillano G ..
uniformidad. De otra parte, entre experimental y la capacidad empresa- fundadores de
1936 y 1943, el número de obreros rial de un grupo de ingenieros antio- Cementos Argos.
ocupados en la industria textil se tri- queños de la Escuela Nacional de Mi- Cock también fue
plicó. Ya en 1939 había 13.173 traba- nas de Medellín, a la cabeza de los fundador de Simesa
y de Cementos El Cairo.
jadores textiles. Un hecho significati- cuales estuvieron Jorge Arango Ca-
vo era la paulatina disminución de la
fuerza de trabajo femenino No era
casual, entonces, que el trabajador

-
masculino empezara a ser asociado
empresa que operó en gran escala des- ducciones en los costos que en Colte- con los movimientos huelguísticos
de sus inicios. jer, en 1935, 30 yardas de determinada cada vez más numerosos.
Pero la inversión no se limitó a las tela cuya fabricación costaba 0.481 pe- La industria del cemento también
empresas antioqueñas, sino que texti- sos en un telar mecánico, salía a cua- conoció una importante expansión.
leras como La Espriella y Obregón re- tro veces menos, es decir, en 0.1122 Cemento Samper reinició en 1933 los
novaron sus plantas. La Garantía de peso.s ~n un telar automático. La pro- trabajos de su nueva planta debido a
Cali se aprestaba, en 1938, a abrir una ductividad del obrero textil también se la vinculación de una compañía ale-
nueva fábrica en Pereira. El exceso de incrementó notablemente, pasando el mana que, ante las medidas oficiales
inversiones en las empresas antioque- quántum de tela producida anualmen- de imposibilidad de repatriar utilida-
ñas las obligó a un acuerdo, en 1933 te por trabajador de 4.496 metros en des, invirtió en Cemento Samper y así
según el cual cada una de ellas se com~ 1926 a 14.055 metros en 1942. Es de- la empresa obtuvo la financiación ne-
pro~etía a no importar más maqui- cir, se triplicó la productividad del tra- cesaria para continuar las obras . Bajo
nana en el lapso de dos años. Entre bajo textil. Paralelamente, hubo licen- la dirección del ingeniero mecánico
1933 y 1943, las ocho principales fac- ciamiento de m~no de obra, como en alemán Hermann Bohlen, un equipo
torías textiles nacionales triplicaron Rosellón, donde en 1932 la supresión de técnicos alemanes y de ingenieros
sus equipos, alcanzando la cifra de de 116 telares mecánicos significó el colombianos organizó el montaje del
4.840 telares. despido de 86 obreros. Se dieron me- primer molino de tipo horizontal,
Sin embargo, el aspecto fundamen- didas «racionalizadora » complemen- marca Polysius, con capacidad de 200
tal del liderazgo textil lo constituyó el tarias como la refundición de empleos, toneladas diarias, el cual empezó a
salto técnico que significaba la gene- la creación de jornadas extras de tra- producir clinker el 1 de abril de 1934.
ralización del telar automático que im- bajo, premios por asistencia y rendi- Al lado de los técnicos alemanes, los
ponía sustanciales reducciones en lo miento. Se presentaron tres movi- trabajadores colombianos iban adqui-
,;.,
costos. A nivel internacional, durante mientos huelguísticos: en Coltejer, en riendo nuevos hábitos de trabajo
el período comprendido entre las dos 1935, en Rosellón y otra vez en Col- como el de verificar cada mañana lo Fábrica de Cementos
que habían hecho el día anterior. Una Argos, en Medellín,
guerras mundiales, la industria textil tejer, en 1936, en gran parte motiva- fundada en 1934 por
experimentó pocas innovaciones téc- dos por una fuerte resistencia a la dis- empresa cementera nueva fue Argos, ingenieros formados
nicas importantes. En Colombia, por ciplina industrial que se buscaba ins- fundada en Medellín en 1934 y cuyo en la Escuela Nacional
el contrario, el cambio del telar me- taurar. Los sindicatos querían la su- nombre resultó de la contracción del de Minas, de esa

cánico al automático permitió tales re- presión de los contadores mecánicos nombre Arangos, familia que dio el ciudad.
338 JJC)
Nueva Historia de Colombia. Vol. V C11 Jfwlo Ji/

alemanes Schmidt y Jacobs. Por su na [... ] ocasionada por [... ] los trust durante el conflicto bélico. Con sólo
parte, Ja industria azucarera se expan- más poderosos de Europa». Esto era tres fábricas en 1939, durante la gue-
dió no sólo con la fundación de los in- parcialmente_ c~erto, pues el e11_1pobre- rra fundaron otras tres más: Cementos
genios Berástegui, en el actual depar- címiento cromco que expenmenta- del Valle, Nare y Diamante, en Bu-
tamento de Córdoba en 1932 y Pa- ban los artesanos colombianos se debía, caramanga, con las cuales no sólo
jonales, en el Tolima, hacia 1939, sino en última instancia, a la mayor produc- atendieron la demanda nacional sino
con la instalación de modernos pro. tividad con que operaban tanto las fá- que incluso pudieron exportar volú-
cesas de fabricación en La Manuelita bricas nacionales como extranjeras. menes significativos a países vecinos.
los cuales, unidos a la aplicación de 1~ Con excepción de Argentina, todos
técnica agronómica, le permitieron La prosperidad de la guerra los demás países latinoamericanos so-
elevar su producción anual de 200.000 (1939-1945) licitaban a los fabricantes colombianos
a 300.000 quintales, cifra que repre- el envío de cemento, sin discutir el
sentaba la mitad de la producción total El hombre de negocios caldense Fer- precio. Internamente, en ciudades
del valle del Cauca. Como en el caso nando Mazuera Villegas narra en sus como Medellín, se construía el hotel
textil, se produjo también un reorde- memorias, tituladas Cuento mi vida, la Nutibara y 15 edificios similares más; en
namiento definitivo del liderazgo azu- manera como durante los años de la Bogotá, numerosos edificios comercia-
carero en favor de los ingenios de esa guerra logró enriquecerse mediante la les en la avenida Jiménez y en la carrera
región. especulación con materias primas tex- 7. 3 ; en Cali y Barranquilla, numerosos
A partir de la crisis del 29, emergie- tiles que debido al cierre de los mer- barrios residenciales. La demanda in-
ron sectores industriales nuevos como cados internacionales escaseaban en el terna se satisfizo igualmente.
el del caucho, con empresas como país: «Dominábamos el mercado y, En la industria textil, la llegada de
Cauchosol en 1935, y Croydon, en por consiguiente, imponíamos los pre- la segunda guerra mundial quebró de-
1937, ambas en Bogotá, y co.n Grulla, cios a nuestro libre albedrío. Estando finitivamente el abastecimiento me-
Ingenio de Providencia, rrasquilla, Carlos Sevillano y Julián en 1939, en Medellín. El país vio apa- yo en Nueva York, recibí un día una diante telas importadas. Ganancias
de la Central Azucarera Cock Arango, no por casualidad apo-
del Valle S.A., recer, por fin en pequeña e cala la llamada de uno de los corredores de extraordinarias percibieron las empre-
Palmira, 1945. yados por el qufmico alemán Wokit- producción siderúrgica con la funda- Philadelphia, quien me ofreció, muy a sas líderes del sector textil, pues de un
tel, quien realizó vario estudio geo- ción de Simesa, S. A. o sea la Side- finales de la guerra, unas libras de hi- momento a otro se cerró la oferta ex-
lógicos previos. Aparte de la previsión rúrgica de Medellin , fruto de la inicia- laza de nylon de segunda. Como yo sa- terna y las fábricas se encontraron en
y cálculo tomados para erigir esta em- tiva, orga11ización y puesta en marcha bía que el gerente de una importante capacidad de abastecer la creciente
presa, fue decisiva la participación del del ingeniero antioqueño Julián Cock fábrica colombiana estaba sumamente demanda. En principio, la guerra sig-
municipio de Medellín y del Ferroca- A. quien había descubierto importan- necesitado de un producto parecido y nificó dificultades para conseguir ma-
rril de Antioquia, quienes no sólo to- tes reservas de mineral de hierro en el se hallaba en ese momento en el hotel quinaria textil, pues las fábricas ex-
maron acciones en la compañía, sino valle de Medellín. Con todo, la em- San Francis de San Francisco, Califor- tranjeras se orientaron a la producción
que· también establecieron tarifas di- presa empezó a operar en 1939 con un nia, Jo llamé por teléfono, le vendí de material de guerra. Por ejemplo,
ferenciales para el transporte férreo horno de arco marca Brown Boveri, esas hilazas y en 20 minutos que gasté Fabricato, que no pudo importar un
de materias primas y en el costo de la de 1.000 kilogramos, que fundía cha- en tres conversaciones, me gané la en- solo telar durante el conflicto. Otras,
energía eléctrica. tarra para obtener hierro y acero. tonces y hoy también maravillosa como Coltejer, llegaron a acuerdos
En la cerveza, el Consorcio Bavaria Bajo la dirección técnica del propio in· suma de 74.000 dólares. No tuve más con el gobierno norteamericano y, a
se expandió en base a la capacidad ins- geniero Cock, comenzaron a fundir que presentarme en downtown, donde cambio de producir uniformes para su
talada desde la década anterior, pero desperdicios de hierro y acero 32 obre- los agentes de esta empresa antioque- ejército, pudieron adquirir equipos en
desde 1937 invirtió en maquinaria y ros, y se obtuvo acero estructural en ña y recibir mi cheque. Los años de la ese país. Así, Coltejer introdujo
trajo más técnicos alemanes. En el forma de varillas y pequeños perfiles. guerra nos dieron frutos en ese nego- 20.000 husos, 120 telares, otras dos es-
campo laboral; Bavaria dio un paso También empezó Imusa en Medellín, cio extraordinario, y ya cuando venía tampadoras y modernos equipos de
pionero al institucionalizar la acción en 1934, con la fabricación de artículos la decadencia, a la llegada de la paz ... tintorería, mercerización y blanqui-
sindical, e ·timulada por .l as reforma domésticos de aluminio. vendimos la fábrica en valor muy ha- mento. Las utilidades de empresas
de la República Liberal de López Pu- Los sectores artesanales continua- lagüeño a la firma Pepalfa de Mede- como Coltejer y Fabricato durante la
marejo, en el marco del control y es- ban, aunque sin desaparecer, en su lu- llín.» Surgida de los negocios de la guerra fueron elevadísimas, ganancias
,; . .
trategia global de la empre a. Tam- cha con las mercancías extranjeras. guerra, la nueva clase social de nego- que constituyeron la principal fuente
bién en eJ sector cervecero y en plena Así, en 1931, la Federación Nacional ciantes como Mazuera Villegas se ca- de financiación en una época en que
cri is, surgió el de pués llamado grupo de Zapateros comunicaba que «más racterizaba por la audacia más desen- los créditos de fomento aún no exis-
Santodomingo al comprar, en 1932, la de 80.000 familias que derivan su sub- fadada y por su capacidad para la es- tían. La emisión y venta popular de
Cervecería Barranquilla y la Cerve- sistencia diaria de la industria de fa· peculación financiera. acciones fueron considerables, llegan-
cería Bolívar, en éartagena, organi- bricación de calzado. . . yacen en la Industriales como los del cemento do Coltejer a pasar de 65.000 acciones
1ándose con los técnicos igualmente más absoluta miseria, debido a la rui- obtuvieron también pingües ganancias en 1937 a más de tres millones en
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Nueva Historia de Colollll>ia. Vol. 11 Ca ftulo 14 3·11

1945. En este crectmtento, la absor- E n 1940 se inició en el paí la con. La guerra significó, por otra parte,
ción de otras empresas, más rezagadas fección de vesti.do «en erie)) con la la entrada mucho más decidida del ca-
técnicamente y con dificultades de fundación de Everfit, que inició ope. pital extranjero en la industria del
aprovisionamiento de materias pri- raciones con 30 obreros bajo el mando país. Eternit Colombia empezó, en
mas, fue determinante: Fabricato de un técnico nortea mericano, y con 1943, la fabricación de productos de
compró en 1939 la antigua Fábrica de una producción inicial di ari a de 30 tra. asbesto y cemento impulsada por la
Bello y en. 1942 Paños Santa Fe; por je . La producción de vestidos en serie iniciativa de un ingeniero colombiano
su parte, Coltejer adquirió en 1942 implicó no sólo intr ducir en el país y el aporte de capital suizo. El proceso
Ro ellón, fábrica d tamaño similar al forma de trabajo nuevas, desmenu- de mezcla y prensado de artículos pla-
suyo, y en 1944 Sedeco , empre a de zadas , simples y en cadencias rápidas nos de asbesto-cemento determinó
tejidos de fibras de rayón. Hacia 1945, sino también la mayor opresión eco: una localización especial de este tipo
Fabricato creó la empre-sa Confeccio- nómica de artesanos urbanos como los de plantas al lado de abundantes fuen-
nes Fabricat , S. A ., dedicada a teji- sastres, quienes no podían competir tes de agua requerida por el proc_eso
do de punto y confecciones. Como en con los bajos costos de la fabricación mismo. Ello explica la localización de
el caso del sector cemento, la industria en serie. Por lo demás, industrias Eternit en las afueras de Bogotá, en la
textil nacional llegó a exportar duran- como E verfit que al finalizar la guerra zona del Muña. Similar situación ex-
te los años de la guerra cerca de 12 mi- abastecía 35 almacene del país, entra- perimentó Cartón de Colombia, fun-
llones de metros de tela. Al comenzar ron a modificar lo hábitos de consu- dada en Medellín en 1944, y trasla-
la conflagración mundial , Fabrica to mo del colombiano medio al acostum- dada poco después a la zona de Yum-
era la mayor textilera del país; al fi- brarlo a adquirir los trajes en mejores bo, en las afueras de Cali, aliado del
nalizar lo era Coltejer. La acumula- condiciones de precio y de crédito . río Cauca. Cartón de Colombia fue nes, ante la debilidad de la acumula- Planta de Cicolar
ción extraordinaria de capital que al- La guerra mundial afectó de modo fruto de empresarios nacionales como ción de capital en Colombia, fundan (Compañía Colombiana
canzó Coltejer le permitió incluso di- diferente a otras empresas del país. A el antioqúeño Eduardo Uribe Botero en 1940 el Instituto de Fomento In- de Alimentos Lácteos
versificarse tempraname nte al f undar S.A .) filial del
partir de la entrada de los Estados y el vallecaucano Manuel Carvajal Si- dustrial, IFI . Hierro, llantas y produc- grupo suizo Nestlé,
en 1945, en colaboración con empre- Unidos en el conflicto, el compromiso nisterra; pero también del norteame- tos químicos que, entre otras cosas, Bugalagrande, Cauca,
sarios privados, el Banco Industrial Co- del país con los aliados permitió con- ricano Frank Carder, representame de eran los productos que las potencias hada 1945 .
lombiano y Suramericana de Seguros. trolar, bien en manos de nacionales la Container Corporation of America, mundiales estaban racionando a me- Un eiemplo del
Una de las palancas del éxito indus- bien bajo la influencia de los mono- una de las principales compañías del dida que avanzaba el conflicto, fueron incremento de la
trial de empresas textiles como Col- industrialización
polios norteamericanos, sectores ramo en los Estados Unidos. Cicolac las áreas prioritarias del IFI. Así, la Si- en Colombia ,
tejer, durante la guerra, fue la alta como el químico, el de aviación o el fue fundada como subsidiaria del gru- derúrgica de Medellín recibió el apoyo después de la
productividad alcanzada por su «obre- cervecero, donde dominaba el capital po suizo Nestlé en la zona rural del económico del instituto, en tanto que primera Guerra Mundial .
ro colectivo», el cual no sólo aumentó alemán. La Handel, propietari a de la Valle del Cauca, municipio de Buga- en Bogotá, también bajo su iniciativa,
pasando de 1.217 obreros en 1939 a mayoría de acciones del Consorcio Iagrande. También entraron al país se fundó la primera fábrica de llantas
5.880 en 1945, sino que se caracterizó Bavaria fue pue ·ta bajo administra- Maizena, de la Corn Products Cor- del país, Icollantas, creada en 1942.
por u capacidad inventiva y creativa. ción fiduciaria. Correlativamente , em- poration, y Colgate-Palmolive, ambas En el sector químico, se impulsó la
Ante la e casez de repue to se ins- pezó en 1943 la angría de técnicos en 1943. En Cali, ·inició actividades primera planta de cloro electrolítico
talaron «buzones de ugerencias» que alemanes que desde la fund ación de la Goodyear de Colomhia . S. A., en en Bogotá, en 1943: la Industria Na-
po ibilitaron que obrero como Her- compañía habían sido su columna ver- 1945, con tres prensa~ rle vulcaniza- cional de Cloro. Pero la mejor expre-
nando Grisales inventara esmaltes fo- tebral. De 40 técnicos alemanes que ción y con una producción de 45 llan- sión de los esfuerzos mancomunados
tográficos imposibles de importar des- había en las 7 plantas al comenzar la tas diarias. En la industria textil, Te- del Estado y de los industriales pri-
de Alemania; un procedimiento me- guerra ólo qtledaron 4 al fin alizar. jicóndor se asoció en 1940 con la firma vados colombianos fue también la pro-
diante el cual las lanzaderas de los te- Cada salida le ignificó al paí la pér- norteamericana Grace, en tanto que moción de la primera fábrica de ácido
lares escasa en el paí , p dían utili- dida irreparable de un expe rt . Sin en 1944 Fabricato , en asociación con sulfúrico, Sulfácidos, creada en 1941,
zarse por ambos lados con lo que e e mbargo , de modo paralelo , la empre- la también estadounidense Burlington apoyada por el IFI, pero resultado de
dupücó su vida (ttil , inventado por un a atendió a La formación de la que Milis Corporation , fundó Pantex, cada la iniciativa del ingeniero Luis Santia-
upervisor de la empresa. El aumento quizá es la primera generació n de cer- firma con el 50 % de las acciones. go Botero 0., quien con clara men-
de obreros, obre todo migrantes, de- veceros colombianos. Bajo la direc- Los grandes negocios de la guerra talidad empresarial había presentado
te rminó la aparición de e pecialistas ción de uno de los técnicos alemanes implicaron, sin embargo, no sólo el lu- como tesis de grado en la Escuela de
en el control de la vida fuera de la fá- que quedaban, Wilhelm Schmitt, se cro de los capitalistas nacionales y de Minas de Medellín un proyecto para
brica de'l trabajador; surgieron , así, las formaron en el arte ingenieros civiles, los extranjeros, sino también el for- una fábrica de ácido sulfúrico .
primeras visitadoras sociales que, bajo pero también químicos e ingenieros talecimiento del capitalismo de Esta- La creación del IFI indicaba , por
el mando de los capellanes, ayudaban químicos que el sistema universitario do, desplegado bajo la dirección po- tanto, que los industriales colombia-
a adaptar al obrero recién llegado del nacional había empezado a educar lftica de Eduardo Santos y de su mi- nos sabían ya que podían utilizar al
fampo al medio L1r bano . desde comienzos de la década de 1940. nistro Carlos Lleras Restrepo, quie- Estado para la consecución de sus fi-
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tores como el de Ja madera o el eléc- tratados de comercio, y señalan l~s aparato estatal a las mismas. Con e_sta
t rico, i bien empezaron e n pequeña orientaciones que se hayan de seguu carta abierta del Estado y fortalecida
escala , fueron progresivamente con- en las conferencias aduaneras, y son con los negocios de la guerra, durante
solidándose. Como pequ eño taller de Jos llamados a declarar como voceros la cual había acumulado 180 millones
reparación de ar ticulas eléctricos que del punto de vista oficial en las comi- de dólares como reserva, debido a los
in ta ló en 1941 en Medellín José Ma- siones legislativas o a señalar las con- buenos precios internacionales del
ría Acebedo inició ope raciones Ha- diciones en que el capital extranjero café la clase social de los industriales
ce b. La ent rad a paulatina al negocio puede venir a competir con ellos mis- colo~bianos se aprestó a gastar esa
en 1943 y 1953 de Jo hermanos del mos. Hace cinco años representantes suma en el ensanche de las fábricas ya
fundador · riginó precisamente la sigla de la CTC y de los gremios de em- existentes y en el montaje de otras
de la em]Jresa, Hace b Herm an0s pleados se sentaban en las junt~s eco- nuevas. Los industriales conocieron,
A ce bedo. También como una peque- nómicas integradas por el presidente en la posguerra, una segunda edad de
ña sociedad familia r, Camacho Rol- López, al lad~ de los delegado~ de la oro.
dán come.nzó la que con el tiempo Lle- Andi, de las camaras de comercio y de La emisión popular de acciones se
garía a ser la principal fábrica de mue- las sociedades agrícolas. Ahora los de- había constituido en uno de los prin-
bles de l pafs Artecto, fundada en Bo- legados obreros y de la clase media no cipales mecanismos de financiación de
gotá en 1941. C uando terminó la e. asisten.» la industria nacional, ciertamente.
gunda guerra mundial, el paí había Tenía razón el periodista Galindo. Hubo emisión y venta indiscriminada
cambiado drásticamente u panorama El gobierno de Ospina Pérez hab!a de acciones y era normal en regiones
Vista panorámica industrial. El censo industrial de 1945 sido el gobierno de los industriales. El como Antioquia que viudas, obreros,
nes particulares. Justamente la unifi- encon tró que exist(an en Colombia
del complejo
cación de intereses y la conciencia de se había rodeado de sus pares, pues el huérfanos, sirvientas y campesinos es-
industrial de cerca de 7.849 establecimiento indus- mismo presidente venía de las filas de tuvieran pendientes de la cotizac~ó!l Convencionistas
Ca/tejer, en su poder como clase social se manifes- triales de pequeño , medi ano y gran ta-
Medellfn, a finales taren con Ja fundación , no por casua- la capa empresarial más dinámica en de sus acciones y del reparto de divi- liberales reunidos
maiio, que emple~ban uno 135.400 esas décadas, la antioqueña. Era ape- dendos. En verdad, en ninguna otra en Apulo,
de los años 50. lidad en Medellin , de la Asociación trabajadores. Una par.te muy impor- parte del país las empresas industriales Cundinamarca.
En este momento, Nacional de Industriales, Andi el 11 nas natural, entonces, que el gobierno visitan las
las empresas tante de éstos , más de 30.000, se en- elegido desde 1946 estuviera al tanto alcanzaron tal desarrollo en socieda-
industriales alcanzan de septiembre de 1944. Era la culmi- contra ban en las fá bricas de Antia-
instalaciones de
nación lógica no sólo del enriqueci- de las principales oportunidades eco- des anónimas abiertas. Empresas Cementos Diamante,
altísimo desarrollo quía . E n los años de la guerra, in em
como sociedades mj ento y poder económico que le ha- nómicas de la posguerra y adecuara el como Coltejer operaban de la siguien- en julio de /93/.
bargo, una nueva re lación de domi-
anónimas abiertas: bían deparado los negocios de la gue- nación se había consolidado: el do-
pronto las utiliaades rra sino t ambién de la confluencia c1e
llegarán a superar minio de la fá brica sobre la ciudad. E n
el 100% del capital.
intereses por parte de los distintos gru- 1943 , Coltejer tenía ya 4. 500 obreros,
pos de industriales colombianos, que de cada uno de los cuales dependían
ante de 1944 car cian de criterios uni- en promedio 6 personas. Por tanto ,
ficados y permanecían relativame nte sólo de Coltejer deriva ban u subsi -
aislados en asociaciones regionales tencia 27.000 personas, o sea, más del
como la Industria Nacional en Mede- 16 % de la población de Medellín.
Uín o la A ociacíón de Productores y
Fabricant es en Cali. H ab fa que p re- La edad de oro
pararse , entonces, de manera profe-
sional para asumi-r y dirigir lo nego-
de la sociedad anónima (1945-1953)
cio . Y así como Medelün contó du- Alberto G alindo periodista y político
rante mucho t iempo con la E scuela de liberal, no cesó de hostigar desde las
Minas para proveerse de sus cu·a dros páginas edi toriale de El L iberal, de
ejecutivos y empresariale Bogotá Bogotá, aJ gobierno de M ariano Os-
empezó a hacer lo mismo con la fun- pina Pérez, acusándolo de estar ínte-
dación , en 1943, de La Escuela de Ad- gramente en manos de los altos poten-
ministración Jndu trial y Comercial tados de la Andi. En un editorial de
del Gimnasio Moderno cuyo primer abril de 1949, afirmaba: «Ahora son
director f ue tampoco por ca ualidad , única mente los personeros de l gra n
Carlos Lleras R estrepo . capital y de la industria protegida los
La. iniciativa empresarial colombia- que tienen acceso a los consejos pri-
na· llegó a sectores donde antes ba bía vado , los que estudian la política eco-
~redomin ado el taller arte anal. Sec- nómica de l go bierno y nego"cia n lo
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te manera: primero, e traía la ma- extranjero. Esta penetración del ca-


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Nueva Historia de Colombia. Vol. "
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quinaria con crédito otorgado pat1e en pital foráneo en suelo anti queño, tra- cffico y Goodyea r en 1945 · roydon dos se iniciaron con la creación, por
Colombia y parte por lo fabricantes dicionalmente renuente a su entrada del pacífico,_en 1946_; Cartón de Co- iniciativa del IFI, de la Planta de Soda
extranjeros. Un a vez que entraba a n era sino un síntoma de lo que es~ lombia y Uruón Car~1de , en 1947· Ce- de Zipaquirá, cuyas operaciones em-
trabajar la maquin aria se emitían ac- taba sucediendo en todo el país. En lanese, en 1950; Ch1clets Adam en pezaron en 1953 utilizando el proceso
ciones, y la utilidad que producía la Antioquia con tinuaba la modalidad de t953· Facomec, en 1954; ademá de de amoníaco Solvay que, además de
nueva maquinaria podía atender a Jos empresas mixtas, como en el caso de numerosos laboratorios ~ industrias soda cáustica, producía carbonato y
dividendos de .las viejas acciones, a las Peldar. Fundada en 1939 por lo her~ qufmicas europeo y amencanos como bicarbonato de sodio. La creación de
nuevas y aun aumentarlos para ambas. mano Pedro uis y Darlo Re trepo, Abbot Squibb y Hoechst entre otros. la siderurgia de Paz del Río, con la
De esta manera, se alcanzaron enor- de cuyo nombres tomó su razón • En otros casos la penetra7ión de~ .c!l- que se entraba definitivamente a la
m s ganancias. Hubo empresas indus- cial: Pedro Luis y Darío , se asoció en 0 pital foráneo contó con la ImprevisiOn edad del acero, pareció ser fruto de
triales que durante la posguerra logra- 1949 con la gigantesca empre a nor- de los empresarios de la región, como una de las primeras decisiones de ra-
ron utilid ades que llegaban a más del teamericana Owens- llinois, de la en el caso de Cartón de Colombia, zón de Estado que conoció el país.
ciento por ciento de su capital. Cinco mayores del mundo en fabricación de empresa constituida inicialmente con Proyectada para redimir una de las re-
empresas, a aber, Coltejer, Fabrica- vidrio . Se iniciaba, a í, el pr ceso de 50 % de capital nacional y 50 % ex- giones más deprimidas industrialmen-
to , Compañía Colombia na de Tabaco, ab orción por parte del capital extran- tranjero. La introducción, en 1950, de te, el oriente colombiano, pronto dejó
Cemento Diamante y Azucarera del jero de indu trias gestada por la ini- los equipos Foudrinier, los más avan- de ser un símbolo regional para cons-
Valle, con un capital de 54 millone de ciativa nacional. zados para producir cartón_ y ~apel tituirse en una bandera nacionalista
pesos obtuvieron e n el corto lapso de kraft, llevó a la empresa casi al cierre enarbolada contra las misiones y ban-
En la zona central del país, su em- debido a la estrechez del mercado co- cos internacionales opuestos a su ins-
1947 a 1949 utilidade de 123 millone presa bandera, Bavaria, no sólo se ex-
o sea, del 226 % sobre el capital pro- pandió mediante la creación de diez lombiano y a la caída de los precios in- talación. Todos los estudios prelimi-
pio. E n caso · particulares Col tabaco nu va plantas sino que también e ternacionales. La única salida fue ven- nares confirmaban las magníficas con-
logró un porcentaje de utilidades de modernizó su ·tituyendo los gerentes der parte de las acciones al socio nor- diciones, casi únicas en el mundo, en
360 % Fabricato de 289 % y Coltejer empírico por i.ngeniero , in troducien- teamericano, que quedó finalmente cuanto a los costos de acopio, es decir,
de J 78 %. Las accione de e tas tre con el 66 % de ellas. los costos de extracción de materias
do campañas de seguridad indu tria1 y El caso de Cali expresaba un fenó- más los de su transporte. Existía, en
empresas valían, conjuntamente, 290 seleccion ando u personal con p icó-
millones de pesos en 1949. meno crucial que empezaba a acon- efecto, abundante disponibilidad en
logo del In tituto de Psicología de la tecer en el país. El acelerado proceso Boyacá de carbón, caliza, mineral de
En la zona antioqueña se produje- Univer idad Nacional . Por lo demás,
ron grandes ensanches de las fábricas 'las medidas gubernamentale de Os- industrial en Colombia a partir de la hierro y agua. En 1948 se dictó la Ley
textiles y e inició la producci'ón d fi- pina Pérez de prohibir la fabricación posguerra se estaba haciendo en estre- 45 de 15 de diciembre creándose la
bra artificiales con la fundación de de bebida artesanales, como la chi- cha relación con las multinacionales Empresa Siderúrgica Nacional de Paz
Colterayón , filial de Coltejer en 1947. cha puso a dispo ició n de Bavaria norteamericanas y en conformidad del Río, en la cual el gobierno subs-
La imposibilidad de obtene r rayón de mercados como los de Cundinamarca con la política exterior de los Estados cribió el 51 % de las acciones y el resto
buena calidad y un presunto engaño y Boyacá, de cien millones de litros Unidos. Durante la segunda guerra y el IFI y particulares. En 1949, se adop-
de Jos proveedores de la maquinaria anuales de consumo de bebidas fer- la inmediata posguerra, los Estados tó el novedoso sistema de eximir par-
Jlevar0n al cierre de la fábrica en 954, mentadas. Era una carambola de va- Unidos venían siendo el centro prin- cialmente del pago de impuestos de
y us equipos fueron cambiados por rias bandas, pues al Estado le era más cipal de una nueva revolución indus- renta y patrimonio a los contribuyen-
acciones con la compañía lndurayón , cómodo también cobrar impuesto a trial, la revoluciót;~ científico-técnica,_Y tes que subscribieran acciones de la
de mejor éxito fundada en Barran- un a sola empresa que a ciento de pe- comenzaban a eJercer el monopolio empresa siderúrgica.
quilla en 1940. casi absoluto de las nuevas tecnologías Sin embargo, el concepto adverso
queños estabJecirnjentos. Ademá , se que, aplicadas a la industria, empe- a Paz del Río presentado en 1950 por
E l grupo de industriale vinculado a inducía al puebl a adquirir hábito de
Simesa emprendió la fabri.cación de bebida má higiénico . zaban a cambiar por completo las ba- la misión Currie, que en vez de una
refractario llico-alumino o para ob- ses de la producción mundial. Lo que siderúrgica integrada recomendaba
La posguerra pre ·enció la irrupción acontecía en ciudades como Cali, en la plantas medianas a base de hornos
tener una integración mayor con la a la vid a industri al de una ci udad que
producción siderúrgica· para lo cual no parecía tener mayor vocación para posguerra, era las primeras avanzadas eléctricos, pareció detener la empresa.
fundaro n E reco en 1946. Cementos ella: Cali . Sus pocas fábricas manu· de las empresas norteamericanas que, La sensibilidad de la opinión pública
A rgos fundó otras ub idiaria como facturas o arte anías habían ido pro- beneficiarias de las enormes inversio- nacional, que venía siendo preparada
Cementos Caribe, en Barranquilla en movidas por extraño a la región, anti.o- nes del Estado para la investigación, por la prensa para la realización de la
949, y se asoció un año de pué con queño y judíos, ita lianos y españoles, empezaban a ejercer su dominación obra, se sintió herida en lo más hondo.
Cemento· El Cairo, con tituyéndo e libanese y turcos. Esto antecedentes ~conómica sobre los países pequeños. La controversia sobre Paz del Río se
en el gn1po ce.mentero más poderoso quizá expliquen el verdadero trans- El período de la posguerra s_eña~ó convirtió entonces en un problema na-
del país. En 1949 fue creada en Me- plante de capital norteamericano y eu- también la primera gran expenencia cional, y el país en general entró a res-
dellín )a emp resa de empaques de ropeo que se dio en Cali durante la del Estado colombiano como empre- paldar la empresa como símbolo de
plástico y papel. Shellmar con capital posguerra, empezando con Etcrnit Pa- sario. Áreas químicas prioritarias soberanía económica y del derecho a
F como la producción de soda y deriva- la industrialización. La conmoción po-
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. 346 Nueva Historia de Colombia. Vol. ~ ca (wlo JI/

litica u citada re ordaba, aunque en campo, donde l fenómeno de la Vio. En este contexto, se fundó en 1946
esca la má ampliada la exaltación pú- lencia a la par que la mecanización de la Unión de Trabaj~d<?res de C?lom-
blica producida a raíz de la fabricación la agricultura e taban dejando entre b'a UTC cuyo crec1m1ento se h1zo en
del primer riel durante el gobierno de 1945 y 1955, in tierra y sin oportuni- ~an medida a expensa de la comba-
Nt1ñez. Se desistió del capital nortea- dade de trabajo a enorme capa de f¡va pero ya decadente CT . La ~a­
mericano y e acudió al francé . La población camp sina. La grandes in. yor complejidad _?e las relaciones In-
fuerza poJiticas nacionalistas se ha- du tria que e n ancharon o las nue. dustriales se mantfe tó con la promul-
bían constituido de e te modo en la vas fábrica que e crearon durante la a~ión, en 1950, del Códi~o Su tanti-
partera de la nueva sociedad que daba posguerra ab orbieron débilmente ~0 del Trabajo , que estatuta la contra-
su tránsito hacia la edad del acero. esos contingentes de migrantes, debi- tación colectiva, el salario mínimo y
No menor debate causó la tercera do a que peraban con técnica de alta que, en general, entraba a regular .de
experiencia empresarial e tatal la or- productividad. Pero el fenómeno del una manera más moderna las relaciO-
ganización de Ecopetrol. En 1920 ha- dualismo indu trial, es decir la persis- nes obrero-patronales recogiendo en
bía ido entregada por el gobierno de tencia en distinta ramas pr ductivas sí misma toda la legislación laboral an-
Colombia la oncesión de Mares a la de empre as modernas y de pequeños terior. Hacia 1951 se produjo una
Tropical Oil Company para ser explo- es~~blecimiento con t cnica muy pri- fuerte recesión mundial que fue apro-
tada por treinta años, al cabo de lo mlttva o artesana les fenómeno que vechada por las empresas del país para
cuales el campo petr tero y toda las se acentuó a partir de 1945, permitió racionalizar sus costos de producción.
in talacione debían r verlir al Estado asimilar gran parte de los mígrantes El capital criollo había aprendido la
colomb iano. E tabl.ecida con este fin del campo. El desarrollo de pequeñas lección de saber utilizar aun las cir-
en 1950 la Empresa Col.ombiana de y mediana industria , con técnicas cunstancias más difíciles como con- El presidente
diciones favorables para su repro- de cal a sus alrededores. ¡Esto era el
Petróleos Ecopetrol, los e ntrato de atra ada y alto volumen de mano de Mariano Ospina Pérez
prodigio! Consulté mis libros de estu- visita las
a e oría técnica que u cribió con la obra, se empezó a dar pref rencial- ducción.
dio varias veces, para constatar que no instalaciones
Standard Oil Company para explora- mente en actividades complementa-
era una ilusión, y quise llorar porque siderrírgicas
ción y refinación fueron vistos por al- rias a la gran industria de la cual e El salto brusco a la revolución me di cuenta de la magnitud de la he- de Paz del Río,
guno sectores de la opinión pública e nvertían en verdaderos atélites. industrial (1953-1960) _ proyecto que fue
rencia, de este inmenso caudal que
-como el aguerrido sindicato de Eco- Las grande empre as continuaron puesto en marclw
petral y la USO- como a ·tutas ma- con . u programas de bienestar para el Según la tradición oral boyacen~e, ~u.e dejo a Colombia.» durante su gobiemo
n'obras de la multinacionales petro- el ingeniero Olimpo Gallo, un mdlVl- La célebre observación de que los y que significó
trabajador en vivienda alud , pre ta-
duo muy pobre que, por lo mismo, ha- países atrasado~ y pobres están pobla- la enrrada del país
leras para perpetuar e en el dominio ciones bonificacione y ahorro pero
bía tenido que estudiar su carrera por dos de masas de ignorantes subidos so- a etapas más avanzadas
de la empresa. Con todo, Jos primeros desde 1951 con la creación del Insti- de la revolución
correspondencia, quien ~es~ubrió e? bre montañas de oro parecía corro-
año de funcionamiento independien- tuto Colombiano de Seguro Sociale industrial .
la década de 1930 ~os yapm1entos mi- borarse una vez más. El arribo a las
te de la empresa arrojaron excelentes el Estado asumió las re pon abilida-
nerales de Paz del Río. El mismo gus- etapas más avanzadas de la revolución
re ultado productivo si se toma de de salud y prestaciones obrera .
taba de repetir la historia: «Se me industrial se producía, por tanto, de
como indicador el hecho de que Co- La mano de obra vinculada de tiempo
nombró para construir el puente Ola- una manera casual, por azar. Los go-
lombia continuaba siendo el octavo atrás a la empresa industriales y ca-
ya Herrera donde es hoy Paz del Río. biernos de Ospina Pérez, Laureano
productor mundial de petróleo. A pe- racterizada por una gran tradición de
Allí trabajaba y estudiaba con ahín- Gómez y Rojas Pinilla se encargaron
sm de Jo cual, ciertos fenómeno ad- lucha sindical fue ometida a mayores
co ... cuando de pronto advertí que de embarcar al país en una aventura
ministrativ interno · indicaban que la controles. Aparecieron en empresas
modernización del stado colombiano una piedra se resistía a los golpes de tecnológica sin precedentes, inaug~­
como Bavaria lo ' departamentos de
la almadana y al cincel acerado. Di al- rando el último de ellos la planta si-
no iba a la par con la de la industria : relaciones industriale mediante lo
gunas órdenes sobre cómo continuar derúrgica de Belencito el 13 de octu-
en Ecopetrol cargos administrativo cuales e observaba al trabajador, se
los trabajos; y, podría decir, me lancé bre de 1954. De un solo golpe, sin
principales e incluso puesto técnic conocían u necesidade y aspiracio-
d alta re pon abilidad empezaban a en compañía de un peón por esos transiciones, se colocaban en manos
nes y e e cucbaban sus quejas todo
montes, a investigar y analizar el t~­ de técnicos y obreros colombianos
ser adjudicado con criteri de pre- lo cual permitía integrarlo mejor a la
rreno; subí a la loma y más era mi toda suerte de innovaciones técnicas
benda política. empresa y obtener de este modo ma-
asombro. Desde ese miércoles por la avanzadas: un mezclador de 500 to-
La ampli ción del sistema indu trial yor armonía y paz industriales. La in-
tarde y durante nueve días seguidos neladas para recibir el arrabio líquido,
durante la posguerra se reflejó en el troducción de técnicas modernas
anduve recorriendo el terreno, toman- tres convertidores Thomas, un horno
censo de 1953 cuando se detectaron como la del «color en la industria»
do datos y haciendo planos. Dieciocho para cocer los fondos de los converti-
11.243 establecimientos industrial.e procuró también controlar el compor-
kilómetros de extensión por sesenta dores, un horno eléctrico, una planta
incluyendo aJguno de carácter arte- tamiento del obrero y del empleado
metros de alto. La montaña de hierro de calcinación de dolomita y otra de
san~ con cerca de 200.000 trabaja- cambiando los estimulo ambientales
dore . . Esos nuev contingentes del de más alta calidad obtuve como re- preparación de escoria Thomas. L!l ~i:
de acuerdo a la psicología del instinto,
sultado. Además, veneros de carbón y derúrgica de Paz del Río se convutJO
obrerismo prov oían in duda del muy en boga en esos af1o .
349
348 Nueva Historia de Colombia. Vol.~
Cttp_flllitJ 14

en una pequeña Babel, donde acudie- quier forma, que educar pueblos para Colombia. Así, también en .la década centralizada, implicaba la prohibición
r n inicialmente más de 6.000 obre- el uso ordenado y prudente de su pro. de 1950 irrumpieron por pnmera vez de toda sugerencia, enmienda _o co-
ro , técnico , ingenieros y administra- ducción. Todo l<J demá , i no es un
11
gran escala los métodos que a ca- rrección suscitadas por el trabaJador.
dores de todo el país y de muchas na- riesgo , e cuando meno un gran des. e ienzos del siglo xx, habían revol~­ Buzones de sugerencias y taylorismo
cionalidades. 1 abía ingenieros y téc- pilfarro, una auténtica orgía de mate- ~onado la organización del trabaJO al tiempo en una misma fábrica era un
nicos franceses, mexicanos, america- riaJe costosos, condenados a la des. humano. Los tres elementos b'as1cos
Cl · contrasentido., Pero aun así, se alcan-
nos y alemanes. En 1956, Paz del Río trucción.» En efecto, el papel que del sistema taylorista, llamado así p~r zaron récords de eficiencia extraordi-
contaba ya con 6.463 trabajadore , la tuv la mano de obra en e a operaci.ón su inventor, el ingeniero norteam~n­ narios como los de los obreros colte-
mayoría de Boyacá, y 576 empleados deficiente de Paz del Río pareció er cano Taylor, empezar~n a se~ aphc~­ jerianos Jaime David o Bernardo Ce-
administrativos y técnicos. No faltaron determinante. La experiencia prein- dos masivamente en _la m_du~tna textil, ballos que llegaron a trabajar 120 uni-
a la cita con el acero los minero del dustrial de Jos primero contingentes la del caucho y la stde~~rgtca: obser- dades, es decir, que estaban ~n capa-
Chocó, llevado equivocadamente por obreros de la iderúrgica no uperaba vación cuidadosa, anáhsts y toma del cidad de hacer en sesenta mmutos el
un ingeniero alemán quien había oído en verdad, el laboreo de la tierra con tiempo de los ~ovimie~tos de cada equivalente de un trabajo de dos ho-
hablar de la gran capacidad minera del bueyes y con arados de madera, la trabajador; med1da precisa d_el costo ras. A otros se les aumentaron lascar-
negro de esa región. Nadie le aclaró confección doméstica de tejidos, y las de cada operación y, por últtmo, es- gas de trabajo, pasando del manejo si-
que Jo eran ciertamente pero de río. actividades minera a pico y pala. Esa tablecimiento de standard~ basad?s en multáneo de 10 telares al de 40.
Este último error no fue, empero el poca adaptación al trabajo indu trial estos cálculos. En Medelhn, textlleras En general, la industria textil co-
má grave de los cometidos inicial- e reflejó en la alta accidentalidad, como Coltejer, Fabricato, Tejicóndor, lombiana obtuvo enormes ahorros de
mente. La operación deJa planta fue, que en algunos meses de 1954 y 1955 Sedeco y Vicuña contrataron un_a costos, de tiempo y de _trabaja~or~s,
en efecto durante us primeros diez llegó a 30 muerto mensuales. La ines- compañía norteamericana, la Amer~­ con la aplicación de la mgemena m-
años, una verdadera calamidad. Lo tabilidad era enorme pasando por la can Associated Consulta~ts, p~r~ a~h­ dustrial. Coltejer prescindió d~ nu-
cual demostraba que el paJ no podía planta Jos tres primero años más de car los métodos de la mgemen~. m- merosos trabajadores, que pudteron
dar el alto a la revolución industrial 14.000 trabajadores. Otros obrero se dustrial que se empezaron a ut1hzar haber sido más si no hubiera inaugu-
abreviando etapa tecnológicas me- retiraban , volvían a sus faenas agrí- desde 1955 sobre una población ob~e­ rado en 1957 tres nuevas plantas,
diante decretos oficiale . Iniciada las colas y retornaban un tiempo después ra fabril de cerca de 15.000 trabaJa- Doña María, Coltehilos y Planta. de
operaciones en 1954 un año después a la siderúrgica. dores antioqueños. Hubo fábricas Acabados, que absorbieron parcial-
la planta no había alca112ado siquiera A pesar de todo el impacto regio· como la de Sedeco, subsidiaria de Col- mente el personal cesante. Por lo de- Planta de fundición
la mitad de u capacidad nominal de . nal y nacional de la creación de la i· tejer, donde se alcanzaron verdade~~s más esas nuevas plantas indicaban un de accesorios en
récords de eficiencia y de productlVl- may~r ·proceso de diversificación y
Simesa, Siderúrgica
100.000 tonelada pue sólo había derúrgica de Paz del Rfo fue conside- de Medellín.
producido 35.175 toneladas de acero. rable sobre todo en lo que e refiere dad. En 1955, antes de implantatse el centralización de capitales. La reac-
En marzo de 1956, se presentó un tro- a la diversi_ficación en la producción de sistema, Sedeco era una planta con
piezo en eJ funcionamiento del alto artfculo metáli.cos mecánicos y aun 450 telares y 18.000 husos, operados
horno que significó una disminución químicos. Después de 1954, empiezan por 1.400 tr~baja~or~s,. Luego de t~es
del 50 % en la cantidad de arrabio a aparecer un sinnúmero de fábricas años de racwnahzacwn del trabaJO,
producido durante do meses. A fi- medianas y pequeñas de mueble me- Sedeco aumentó sus telares a 1.000,
nales de e e mismo año , debido a tálico herramientas agrícola y ar- duplicándolos, y elevó el número de
errores de diseño la planta lavadora tículo domé tico . Cuando en 1959 se husos a 25.000, pero ya tan sólo con
de carbón pre entaba deficiencias en desató otra ola emocional en favor de 1.250 obreros. En Fabricato, salones
su rendimiento. Lo mismo suced(a, en la compra de un equipo de Jamina- de producción de lOO o~erarios, 3 su-
1957, con el horno léctcico. En 195 , ción se adujo que 1.500 industrias de- pervisores y un jefe p_udteron ~er o~e­
uno de los generadores de la central pendían d esa adquisición. Lo cierto rados, después de aplicarse la mg~me­
d fuerza sufrió un grave daño en tan- e que una empresa como Carboquí- ría industrial, con sólo 60 trabaJado-
to que el revestimiento del alto horno mica empezó operaciones en Bogotá, res. Incluso los obreros y supervisores,
e de ga tó antes del término calcula- en 1956 aprovechando un ubproduc- en este último caso, llegaron a sugerir
..... do. Desde su itio de aislamiento im- to de la cockería de Paz del Río para no menos de 20 iniciativas para me-
puesto por la dictadma militar A lber- fabricar benzol , toluol xilol y naftali- jorar las condiciones de trabajo. Aquí
to Lleras Camargo como un eco de na· o Metalúrgica · Boyacá que entró se daban los evidentes contrastes del
las advertencias de la mi ión Currie, a funcionar en 1963 con materia· pri- atraso. Pues el taylorismo se basaba
,1+ afirmaba en 1957: «Los directore de ma ciento por ciento sumini tradas en la norma de que el obrero no es-
la revolución industrial de los pafses por Paz del Río. taba pagado para pe~sar ~ino para
infradesarrollados tienen responsabi- La entrada en la dad del acero operar y ejecutar las d1rectnces ema-
lidades morales mucho más pesada y coincidió con la puesta al día del país nadas del centro de planeación de la
compleja· ... Su misión no termina en en otra etapas tecnológica cuyas empresa, que piensa por el ob~er~. La
producir. Tienen también en cual- consecuencia aún no repercutían en concepción taylorista, autontana y
350 Nueva Historia de Colombia. V9 Capfw/o 14
351

ción de los trabajadores frente al tay- la conservación preventiva de los equj Sena, por su parte, se encargó des_d~ peciales para los equipos. Fabri~at?,
lorismo se expresó en una serie de pos. Otra medida complementaria . sa misma época en preparar y cahft- entre tanto, parecía dudar. En JUlliO
huelgas presentadas en 1958. Las exi- la instauración de una oficina de p · ~ar el personal obrero requerido por la de 1960 salió desde Nueva York en
gencias extremas del Sindicato Único cología dedicada al enganche, selc~ industria. _ .
barco con destino a Cartagena el «Ce-
de Trabajadores de Coltejer, en su ción y promoción de personal. Ést¡ rebro Electrónico» IBM 650 para Col-
Mientras tanto, el capital extranJero
pliego de peticiones de febrero de era una medida vital, pues Paz del ~~~ continuaba su penetración en e~ país tejer. Y, efectivamente, el29 _de agos-
1958, iban más bien contra el carácter en sus seis primeros años de operació¡ mediante la creación de nuevas fumas to de ese mismo año se pusieron en
autoritario del sistema que contra el tuvo un promedio de un 40 % de anal como Sherwin Williams, en 1955; Al- funcionamiento en Coltejer los nuevos
sistema mismo: «Se solicita a la Com- fabetos a su servicio. Como en los kan Collins, en 1956; ~ourroghs de y maravillosos equipos electrónicos,
pañía que, debido a los pésimos re- sos anteriores, la creación de comité! Colombia, en 1954; Kapttol, en 1958, compuestos por las máquinas calcula-
sultados que la Ingeniería Standard ha de evaluación paritarios fue una de l~t~ entre otras. Pero tanto las ~mpr_esas doras 650 y 655, dos impresoras 407 y
dado por medio de su sistema de tra- medidas provisionales para amorti. multinacionales como las nativas tban la 533 como fuente de entrada y salida
bajo, la Empresa se abstenga de hacer guar los conflictos suscitados. Por ló produciendo en función de sus nece- de datos. Fabricato, que parecía haber
uso de tales mét dos [ ... ] Y para efec- demás, el sindicato de Paz del R!o sidades una verdade!a transformaci?n perdido la carrera, contiJ?-uó en su ~m­
tos de carga de trabajo o precio de los mostró mucha iniciativa en estas ne. de la geografía nacional, en espe~Ial peño, pero para aventaJar a su n_val
oficios , etc. se deberá negociar entre gociaciones alrededor de la ingeniería por sus exigencias de energía eléctnca. decidió solicitar, ya no la 650, smo
el Sindicato y la Empresa.>> En mayo industrial, pues no sólo envió a sus de. Así, en 1949, se inauguraba la central otro equipo más avanzado. Y, en ~fec­
de ese mismo año, los 1.800 trabaja- legados a los Estados Unidos a COilO. Guadalupe II y en 1952 la de Ríogran- to un año después que su competidor,
dores de Tejicóndor, mucho más de- cer el sistema, sino que también entró de ambas en Antioquia. En el Valle ed septiembre de 1961, instaló su «ce-
cididos que los de Coltejer, se lanza- en contactos con sindicatos internacio. del Cauca, se daba al servicio la de rebro» totalmente transistorizado,
ron a una huelga contra la ingeniería nales del acero, como el de United Anchicayá, en 1955, en tanto que en dotado' de una unidad de sistematiza-
industrial que duró varios meses. El13 Steelworkers of America, quienes les este mismo año se creaba la Corpo- ción 1401, una unidad lectora-perfo-
de ese mismo mes de mayo estalló en suministraron los manuales de incen· ración Autónoma Regional del valle radora de tarjetas 1402, una impr~sora
Cali la huelga de los 1.563 trabajado- tivos, curvas de salarios y métodos de del Cauca, CVC, para generar y trans- 1403 y la unidad de almacenamtento
res de Croydon del Pacífico, también negociación del obrero siderúrgico mitir energía eléctrica, regular aguas,en cinta magnética 729. De este modo,
contra el taylorismo. A partir de estos norteamericano. si bien Coltejer instaló primero sus
desecar e irrigar tierras en el valle del
conflictos primeros contra el sistema En este complicado panorama tec- río Cauca. En la zona central del país, equipos electrónicos, Fabricato instaló
Taylor, se crearon los comités parita- nológico no faltaron iniciativa mucho se dieron ampliaciones en 1955 en la los más modernos.
rios de obreros y delegados de la em- más avanzadas para solucionar lo planta hidroeléctrica de Sueva Il. Al De una manera quizá un tanto apa-
presa para el estudio y aceptación de problemas de rendimiento ec nómico mismo tiempo, empresas como C?l- ratosa, la industria del país entraba en
los incentivos y cargas de trabajo. De ele empre a como Paz del Río. En tejer y Fabricato insta~aban o a~pha­ la era de la automatización y de la
todas maneras, a largo plazo, los con- efecto, e ugirió desde 1958 emplear ban sus unidades térmicas obtemendo computación. Otra empresa, Bavaria,
flictos generados en esta década nunca la programación lineal mediante la energía eléctrica a partir del carbón por esos mismos años también, había
se solucionaron del todo y emergieron aplicación de modelo matemáticos a quemado en sus calderas. En 1955, la dado el paso a la moderna computa-
una y otra vez. la producción, pero aún era temprano primera de esas dos empresas produ- ción. Poder calcular rápidamente los
Para otra empresas, como Paz del para que rindiera frutos. Se carecía de cía y consumía más energía eléctrica costos y mejorar los balances era la ra-
Río , la aplicación de la ingeniería in- e peciali ta para u apli.cación. Más industrial que cualquier ciudad de Co- zón de esa carrera, pero había algo
dustlial fue cue tión de vida o muerte. inmediata para el istema industrial lombia, con la excepción de Bogotá, más no tan evidente: más que entrar
Como e ha vi to el manejo y el man- colombiano, al que e e taban incor- Barranquilla y Medellín. al ámbito de la tercera revolución in-
tenimiento de Ja planta no eran Jos porando cerca de 150.000 trabajado- dustrial, esa carrera no hacía sino co-
más eficiente . Hacia 1957, el Banco res al año , egúo la pren a era la ne- Hacia la concentración industrial rroborar la dependencia cada vez ma-
Mundial y el ExporL-lmpo.rt Bank cesidad de preparar 15.000 dirigente yor de la industria del país respecto a
con los que se ge tionaban nuevos repartidos en posicione de media y (1960-1968) las innovaciones tecnológicas de las
préstam s para la ampliación de la alta gerencia. No fue casual entonces, Los primeros años de la década de los multinacionales norteamericanas que,
- ~. Aceda, condicionaron su apoyo al me- que se fundara11 a finales de lo ailos sesenta presencian el fin de una ver- como en el caso de la IBM, vinculaban
joramiento de la eficiencia administra- cincuenta otras escuelas de adminis- tigino a carrera emprendida , desde estrechamente la investigación cientí-
tiva y operativa para aumentar así la tración y negocios como la Eafit y la l956 por do importantes empre ~~· fica pura a las aplicaciones comercia-
capacidad de pago de la empresa. La Facultad de Ingeniería Administrativa Coltejer y F abricara por la adqw J- les. Automatización del proceso pro-
finna norteamericana lnternational en Medellín, en 1959; la facultad de ción del primer equip de comp~ta­ ductivo y utilización de una nueva
Business ColsuJtant emprendió una Ingeniería Industrial en la Universi- ción electrónica. Parecía una cuestión fuente de energía, la nuclear, eran dos
gigante ca tarea de racionalización del dad lndu trial d antander; la Escue- de prestigio. El proveedor era el mis- de las manifestaciones claves de la
n:abajo colocando como área, prio- la de Administración PúbHca, Esap, mo, la IBM. Coltejer pareció tomar la nueva revolución científica y técnica.
ritarias la supresión de per onal su- en Bogotá y otras má . La creación delantera cuando anunció que empe- El trabajo humano era eliminado en ~l
perfluo , la capacitación del personal y del ervicio Nacional de Aprendizaje. zaba a construir las instalaciones es- ciclo completo del proceso producti-
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Nueva Historia de Colombia. Vol. 11.

vo empeza ndo por la ustitución en 1960 , ~u e e _ti muió mediante exencio.


11pftulo 14 15.1

tranjero era dominante, lo cual lleva- enfrentó la industria nacional parecen


la ' ficinas del trabaj intelectual de nes ~r!~utanas y _ar~ncela ri a y apoyo ba a la pérdida del co ntrol nacional d haber inducido a que la gran capaci-
empleados contadores y verificado- credttlcto y cambtano el desarrollo de decisión en actividade básica como dad interna en mantenimiento, con-
re , mediante lo computadores , tal e tares specífico como el metal. el cauch , petroquímica, p r duetos servación y reconstrucción de equipos,
como e me nzaba a suceder en Fabri- mec?nica o el del papel. A su calor farm acé uticos refin ación de petróleo, en germen desde la segunda guerra, se
cato, Coltejer y Bavaria. Habría que surgt_eron empresas como Incolma , en electrónica, papel y vidrio. En algunos transformara en algo cualitativamente
esperar a la década del setenta para Mamza les· Vanylon , en Barranquilla· casos, las deficiencias de la iniciativa diferente: en empresas metalmecáni-
aplicaciones más radicales de la com- Papeles Nacionale en Pe reira · Jie. nacional facilitaron la intervención del cas completamente autónomas. Así
putación en la industria colombiana n·agro,_ en Manizales; Laminaco , en capital foráneo, como en la industria sucedió en Bavaria, Fabricato, Peldar
que implicaran la sustitución de man~ Medelltn , o Pr pal, e n ali . En el im. automotriz, donde dos firmas, Col- y Coltejer, en la última de las cuales
de obra. tr aspecto clave qu reveló pulso a este úl timo ecLor, el del papel motores y Leonidas Lara e Hijos , in- los antiguos Talleres Centrales dieron
la carrera mencionada fue que sólo y cartón , el tFI tendría una destacada cumplieron los contratos suscritos con origen a Futec, en 1963 . En esta di-
podían tener acce o a la innovaciones p articipación, pu su cribió con Car- el gobierno en 1956 y 1960, respecti- versificación hacia sectores muy dis-
técnicas de la tercera revolución in- tón de Colombia y la e nta in r Or· vamente, de montar plantas de ensam- tintos jugaron papel fundamental la
dustr~al las compa~ías nacionales que p~ ratio n of America un capital de 20 blaje de gran capacidad. Lo cual dio capacidad financiera de las empresas
estuvieran economicamente bien con- mtllones de dó.l ar , e n partes igual paso a la empresa norteamericana mencionadas, así como la decidida
solidadas, con suficiente respaldo fi- para fundar Pulpapel fá brica de ti~ Chrysler para que adquiriera el 60 % orientación a concentrar en núcleos
nanciero y dispuestas a diversificarse nada a la prod ucción de pulpa a ba e de las acciones de Colmotores y em- reducidos de control un buen número
productivamente . d~ maderas tropica le . Ademá , 1go- pezara a ensamblar, desde 1965, au- de empresas.
Justamente, durante la década del bterno le entregó una conce ión de tomóviles Dodge . Alrededor de la in- Durante la década de 1960, las ra-
sesenta, la economía del país se inter- 15.000 h ctáreas de bosque en la co . dustria automotriz surgieron una gran mas industriales ya consolidadas antes
nó cada vez más profundamente en el ta del Pacífico para utilizar las made- cantidad de pequeñas y medianas em- de 1950 dedicaron gran parte de su in-
proceso d_e indu trialización adoptan- ra nati va . La upermodero a pla nta presas satélites complementarias, un versión en la reposición de equipo de-
do e~ ~a~mo de la diver ificación , que de Pul papel, que inició operaciones en ejemplo de las cuales fue Kapitol, fun- preciado, modernizando las viejas ins-
modifico la e tructura pr ductiva tan- 1963 en la zona indu tria! de Yumbo dada en Bogotá en 1958 para fabricar talaciones. Así, la industria textil que
to en ramas tradicionales como ali- requirió para su manejo d trabaja- radiadores. Entre las pequeñas em- mantuvo durante esos años sesenta un
me nto textiles, editoriale ·y aun con- dores de elevada cultura técnica, ya no presas y las grandes se empezaban a ritmo sostenido de exportaciones mer-
ecci ne , lo mismo que n sectore estTecham nte e pecializados capaces configurar relaciones de alianza, su- ced a que era competitiva internacio-
rel ati ~a m ~nte m~evo como papel de move r e de un plano a otro de la bordinación y dominación. nalmente, introdujo entre otras inno-
m ~q~111 a n a, equtpos de tra nspoxte producción. Era la avanzada en Co- Un fenómeno crucial para la indus- vaciones técnicas el telar sin lanzade-
qwnuca y productos metálic . El l mbia d un nu vo tipo de obrero re- tria en la década de 1960 fue la escasez ra , que aumentaba extraordinaria-
contraste entre una empresa que se di- ultante de la tercera revolución in· de divisas, lo cual ponía en evidencia mente la productividad del trabaja-
versificaba y otra que no lo hacía lo dustrial. Esos obreros, con elevados que el proceso de industrialización co- dor. Dicho telar, fabricado por la casa
daban Everfit y Manhattan: mientras salarios, no irían a vivir ya en barria- lombiano, surgido de un volumen de Draper y de los cuales Coltejer im-
la primera confecci naba trajes de das suburbanas sino en edificios mul· divisas cada vez mayor para la impor- portó 100 en 1960, tenía un 40 % me-
preci. mediano , sin gran diferencia- tifamiliares, dispondrían de vehículo tación de maquinaria y materias pri- nos de piezas, más duración para la
ción del pr du eto la segu nda . e de- propio e incluso asistirían a universi- mas, se caracterizaba ciertamente por máquina por menor cantidad de mo-
dicó a trajes de precios elevados para dades nocturnas. el dominio creciente de la industria so- vimientos, menos puntos de desgaste
un mercado de alto ingre o , pre en- Como en el ca o de Pulpapel otra bre la agricultura, pero, simultánea- y funcionamiento más suave de sus
tando un a amplia gama de productos empre a mod rna que e fundó en mente, por la subordinación de la in- piezas. Todo lo cual se traducía, pro-
y un a rápida in trodu cción de artículos 1960 fue Propal, que empez La pro· dustria a la agricultura de exportación. ductivamente, en que en 24 horas el
nuevos que desplazaban a los ya exis- du cci ~ n de pulpa de celulo a y papel Ante todo, la del café, aunque las ex- telar sin lanzadera fabricaba 150 yar-
tentes. La diversificación fue uno de a partir del abundante bagazo de caiía portaciones de azúcar conocieron un das de popelina mientras el telar au-
... 1?~ principale~ mecanism~s de expan- qu e facilitaba la indu tri a azuca re ra de auge inusitado a lo largo de la década. tomático producía sólo 112. El sector
!
swn de las antiguas ramas mdustriales . la región vallecaucana. La creación de Ante esta situación, decretos oficiales siderúrgico se modernizó también no
Por el contrario , en nuevas indus- Pulpapel y Propal no sólo reveló fe- como el 444 de 1967, durante el go- sólo con la creación de la Siderúrgica
trias que empezaron la fabricación de nómen ~e virtual monopolio que en- bierno de Carlos Lleras Restrepo, es- del Pacífico, Sidelpa, en Cali, y Forjas
e mp~ qu es produc,t~ químico o equi- lr<l ban a eJercer p cas e mpre a en de- tablecieron un severo pero racional de Colombia, en Bucaramanga, am-
pos mdustrtales basteas, parte y pi - terminadas ramas , sino también pro- control de las divisas. mejorando el bas en 1961, sino también mediante
za , la pro tección d 1 Estado fue vital ce o de de nacionalización de la in- manejo de las exportaciones e impor- ensanches y nuevos procesos produc-
pue afr ntaban el problema de la re- dustria colombiana. En efecto entre taciones mediante Proexpo y el Cat, y tivos en Simesa, que desarrolló un
ducida dimensión d us mercados. 1958 y 1968, los mayores rit~os de regulando las inversiones extranjeras proceso autóctono de fundición de
Así se promulgaron medidas como la crecimiento industrial se efectuaron mediante un régimen selectivo. La es- hierro nodular, y en Paz del Río, que
~ Ley 81 de Reforma Tributaria de en aquellas firmas donde el capital ex· casez de divisas y otros problemas que pareció vivir tiempos mejores . Las
.
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Nueva Historia de Colombia. Vol. V c11piuilo N 355

ampliaciones comenzadas desde 1964 fabricación de papel y cartón, dos bancos. Por ejemplo, desde 1963, Ce-
que comprendieron laminadoras, plan~ compañ.ía , . Cartón de Co.lombia y mento Samper, agobiado por los cos-
ta de _trituración, hornos de foso y de ProP_al , reaJ1zaban el 86.5 % deJa pro- tos laborales y con dificultades finan-
recocido y una línea de galvanización, ducción . La alta concentración indus.. cieras para renovar sus equipos, deci-
aumentaron enormemente la produc- tria! no impedía, sin embargo, la exis- dió entrar en la actividad financiera
tividad del trabajador siderúrgico de tencia de una multitud d pequeña y aumentando su participación en el
Paz del Río, la cual pasó de 18.5 to- mediana empre. as atélite con las Banco de Colombia y comprando ac-
neladas anuales de lingote per cápita cuale la gran indu tria concentrada ciones en Seguros Bolívar. Poco des-
en 1962 a 30 toneladas en 1967; y en e tablecía un amplio mercado de sub- pués, ante el éxito alcanzado, compró
aceros terminados ascendió de 17.5 to- contratación. La alta concentración acciones en el Banco de Bogotá, ven-
neladas anuales en 1962 a 23.5 en indu trial tenía que llevar por fuerza diendo las del Banco de Colombia. El
1967. El sector del cemento se diver- de nece idad a que el control de la país presenciaba, paralelamente, la
sificó con la creación en 1961 de Car- firma industriales e tuviera cada vez aparición de un nuevo tipo de ejecu-
buro de Colombia y de una planta de más en un número menor de propie- tivo y de empresario, con una visión y
polivinilo en Cajicá, Cundinamarca, tarios es decir a la centralización del arrojo más rapaces, que con un hábil
por parte de las empresas Argos, Ca- capital, cuya manifestación más clara movimiento de acciones era capaz de
ribe, N are y El Cairo. El panorama de a 'finales de lo enta fue el surgi- apoderarse no sólo de empresas com- tria! no había acabado con la artesa- Mdquina de tejer
la industria química fue igualmente de miento de los llamad (<congl mera- petidoras sino también de las compa- nía. Todo lo contrario, su expansión Sulzer, sin lanzadera,
expansión, continuándose la tenden- d ». Hacia 1968 Coltejer, Bavaria ñías símbolo de alguna región. Una se daba >lO en las regiones pobres sino instalada en
cia a dominar allí el capital foráneo. Fabrica/o, de Medellín,
Gra co, In ercol Ne tlé Celane e nueva moral de los negocios aparecía, en los departamentos de más rápido 1976.
Sin embargo, el acontecimiento más Philip y G.race eran ya típicos couglo~ entonces. La figura del pionero indus- desarrollo. Relaciones de complemen-
importante en esta rama fue la crea- merados, e decir un conjunto de uni- trial estaba ya relegada a la pequeña y tariedad y no de competencia parecían
ción de la ciudadela industrial de Ma- dades de producción y de di tribución mediana industria. Con todo, en al.: darse, aunque también la existencia de
mona!, donde empezaron a concen- organizado en varias empre a baj~ gunas regiones que habían llegado tar- mercados cautivos sobre todo" allí don-
trarse desde la década del sesenta em- nombres diferentes pero obedeciendo de a la industrialización, como el Valle de la población no tenía medios sufi-
presas como la Petroquímica Colom- a un centro de decisión único. Coltejer del Cauca, el esfuerzo de sus líderes cientes para comprar los productos de
biana, Aboco!, Dow Colombiana Ca- inició temprano su centralización me- para educar los cuadros ejecutivos y la gran industria.
bot, Polimer S. A., Daniel LemaÚre y diante la absorción de Rosellón y Se- empresariales llevó, por ejemplo, a Fuertes conflictos laborales se pre-
Compañía, y la Planta de Soda. En la deco: en 1959 absorbió Fatesa y la que Manuel Carvajal Sinisterra trajera sentaron a lo largo de la década de los
industria editorial el hecho más nota- convirtió en Coltehilos; en 1961 fundó a figuras mundiales como Peter F. sesenta, constituyéndose la regióll" de
ble fue la transformación en grandes Furesa, que comenzó a fabricar tela- Drucker, que inició la formación ad- Valle del Cauca en uno de los centros
e_mpresas de compañías que habían res, y en 1965 Futec; en 1963 creó Del- ministrativa de la primera generación principales. Hubo varias medidas para
sido fundadas en pequeña escala, sien- maíz y en 1965 Industrial de Yuca; fi- de aquellos cuadros de la comarca. apaciguar y controlar la animosidad de
do ~1 caso principal el de Carvajal, en nalmente, organizó Polímeros Colom- El· patrón de industrialización co- los trabajadores de este último depar-
Cali. Fundada en 1904, adquirió en 1960 bianos, en 1964, y Textiles Rionegro, lombiano durante la década de 1960, tamento, la principal de las cuales fue
rotativas offset, y en 1962 componedoras en 1969. Bavaria, en la que cada vez caracterizado por el montaje de plan- la inauguración, a comienzos de la dé-
fotográficas, las primeras en Latinoamé- era más importante el dominio del tas altamente tecnificadas y por la in- cada, de los Juegos Industriales del
rica; fabricó formas continuas para equi- grupo Santo Domingo de la costa at- corporación de técnicas elevadamente Valle de Cauca, en los cuales partici-
pos de computación y aplicó, en 1966, la lántica, había llegado al campo inmo- ahorradoras de mano de obra, deter- paban trabajadores de casi todas las
investigación de operaciones para opti- biliario con Edificadora San Martín, y minó una baja absorción de trabaja- factorías. El deporte se constituía, así,
mizar el corte de rollos. al metalmecánico con Unial. dores. Efectivamente, durante el pe- en uno de los mecanismos más efec-
El fenómeno productivo más im- A través de estos grupos y conglo- ríodo 1958-1968, la industria fabril co- tivos de control social, tanto por sus
portante de la década de 1960 fue, sin merados fue más estrecha la vincula- lombiana sólo creó 66.000 empleos, es efectos sobre la recuperación psicofí-
embargo, la tendencia hacia la con- ción entre el capital financiero y el in- decir, aumentó en un 29 %. El desem- sica del obrero, como por su versati-
.)'
centración de la producción industrial dustrial. Al modificarse el sistema pleo empezaba ya a constituirse en lidad para la manipulación masiva de
en unas pocas firmas. Los casos más bancario tradicional colombian , se uno de los grandes problemas nacio- la población. El trabajador colombia-
elocuentes eran la producción cerve- facilitó la organización de grupo fi- nales. La pequeña y mediana indus- no, en general, empezaba a experi-
cera realizada por cinco firmas en 23 nancieros diversificado que apoya- tria, pero sobre todo las actividades mentar, de este modo, las consecuen-
plantas; una sola firma, Bavaria, con dos en un banco, entraban en toda artesanales, con su alta asimilación de cias de la cultura de masas: televisión,
16 plantas realizaba el 68.2 % de la suerte de actividades comerciales, fi- mano de obra, amortiguaron parcial- deporte, novelas en serie de mala ca-
producción bruta nacional; la indus- nancieras e industriales. Los bancos mente el problema. Se calculaba que lidad, literatura y cine pornográficos,
tria de cigarrillos tenía una firma, Col- empezaron a comprar empresas indus- en 1964 existían en el país-372.120 ar- revistas amarillas de gran tiraje, que
tabaco, que con 7 plantas originaba el triales, pero también estas últimas en- tesanos urbanos y rurales. La irrup- tendían a ocupar una fracción cada vez
~ 88.3 % de la producción; en fin, en la traron a dominar y a apoderarse de ción en Colombia del sistema indus- más importante de su tiempo libre.
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356 Nueva Historia de olombia. Vol. \1
Co 7ímlo 15 357

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La población colombiana publicado en el
"Papel Periódi('o
a fines del siglo x1x. Ilustrado". Los largos
La decadencia demográfica períodos de guerras
civiles hacen que entre
l finalizar el siglo XIX? la po~la­
A ción colombiana refleJaba el Im-
pacto de los lar~?s perío~o.s de guerras
1870 y 1905 el país
alcance el crecimiento
de población más bajo
de su historia: sólo
civiles inestabilidad pohtica y estan- del 13 por mil.
camie~to económico atenuado sólo
por fugaces p~r~odo~ de bonanzas eco-
nómicas y fragiles mtentos de recon-
ciliación política. Entre 1870 y _19.05 el
país alcanza el ritm? de creci!llie~to
demográfico más baJo de ~u histona,
igual al de 1851-70, con un mcremento
anual promedio de tre~e per_sonas por
cada mil habitantes. C1en anos antes,
a finales de la Colonia, el crecimiento
... de la Nueva Granada era sensiblemen-
!
te superior. Superadas las luchas ~e la
conquista, se inicia dura~t~ los siglos
XVII y XVIII una fase de _ra~Ida expan- Este cuadro de acelerada recupera-
sión demográfica, mestizaJe y pobla- ción demográfica dur~nte 1~ Colonia
miento progresivos. Hacia 1778 la po- varía en cuanto a su mtensidad, con
blación del país as~endía a cerca_de el ini,cio de las luchas de la indepen-
ochocientos mil habitantes, y dos anos dencia y se acentúa con el prolonga?o
antes del grito de independ~~cia se es- período de guerras civiles que sucedie-
timaba, quizá con exageracwn, en un ron a las gestas emancipadoras. _L~s
.•
millón trescientas mil personas . censos levantados durante la Repubh-
- ... _ ... ____ .

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CID_ UNIVERS~DAD VERITA~


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INTRODUCCION. LA AURORA DE LA CONCIENCIA


ESTUICA Y LA PREHISTORIA
LA ESTéTICA prehistórica es quizá un problema inexisterite: es
obvio que no hay autores en el arte prehistórico; sin embargo,
es posible extraer una ciencia del arte de las obras de arte que
han llegado a nosotros. Podemos representarnos la mentalidad
y la sensibi!jdad de Jos hombres que han creado· tales obras, in-
cluso si esta mentalidad es inconsciente. La creación de una obra
de arte cualquiera supone siempre cierta dirección de las ener-
gías del hombre, y esta dirección corresponde con gran exactitud
a aquello que esperamos de la estética.
Por otra parte, si la Prehistoria no posee autores de estética,
los testimonios materiales que nos han legado nuestros lejanos
antepasados constituyen, en cierta medida, textos; y su análisis
no solamente nos muestra que el Nomo sapiens prehistórico tenía
un innegabe sentido de las formas, de los volúmenes y colores,
sino también que los artistas obedecían a ciertas normas dicta-
das por esta o aquella. concepción de las represemaciones anima-
les, humanas o simbólicas. Claro está que con vista a fines
prácticos, pero quizá también para ilustrar alguna idea de lo
bello.
Un primer problema se plantea por la evolución de los instru-
mentos y la búsqueda progresiva de perfección que representa.
Desde el Paleolltico Inferior, el hombre utilizó probablemente, en
primer lugar, la madera, más tarde la piedra sin pulir; las usaba
para hacer flechas, mazas, hachas . . . Fue modificando poco a
poco los instrumentos que le proporcionaba la naturaleza y llegó
a elaborar útiles de una precisión relativamente notable: yun·
ques, percusores, raederas, raspadores, picos, cuchillos, cinceles,
taladros, buriles, etc. Con estas herramientas trabajaba la ma-
dera, la piedra, el hueso, el marfil del mamut, el cuerno de reno,
en ocasiones el ámbar. Al mismo tiempo perfeccionaba sus ar-
mas y sus aperos de caza y de pesca.'
Las primeras manifestaciones de esta actividad técnica se ha-
bían mejorado ya durante el Paleolítico Medio; en el Paleolítico
Superior, los retoques sobre núcleos y ante todo sobre astillas
ofrecen tipos ya muy elaborados; nace y se desarrolla, a la vez,
el instrumentario m icrolítico que se irá complicando en el curso
del Mesolítico. Siguen el Neolltico, en que el hombre pule la pie-
dra y se inicia en la alfarería, y finalmente la Edad de los
Metales.
1 Breuil, H. y Lantier, R.: Les l10mmes de la pierre ancienne. Pa-
léolithiqlle y Mésolithiqr.¡e. Payo!, París, 1951, pp. 111-117 y 162-!82.
9
CID. UNIVERSIDAD
10 AURORA DE LA CONCIENCIA EST~TICA AURORA DE LA CONCIENCIA EST~TICA 11

Podría considerarse, a primera vista, que los instrumentos en en Francia, los vestigios m:ls antiguos conocidos se remontan al
sí no pertenecen al arte. El instrumento, o el arma, se fabrica Solutrense Medio. Trátese de representaciones animales (mamut
con un fin práctico determinado, orientado hacia lo útil. Sin de Predmost en Moravia, los renos de Bruniquel en Tarn-et-Ga-
embargo, si se pretendiera que nada tiene en común con el arte, ronne, osos, felinos, bisontes y caballos de Isturitz en el País
al menos mientras no se decore de alguna manera, empobrecería Vasco, etc.) o de representaciones humanas (como las Venus de
toda la estética. Lo que constituye el arte es la creación y el des- Brassempouy, de Lespugue en Fr:10cia, de Willendorf en Austt:ia
interés, pero se ha mostrado que el instrumento ha sido una de o de Vestonice en Moravia), Jos caracteres realistas, naturalis-
las ralees del arte y que toda especie de arte ha sido interesado en tas o figurativos del arte "móvil" del Paleolltico Superior tienen
un principio. La creación consiste en modificaciones intenciona- sus correspondencias en la ornamentación de las paredes de las
les que el espíritu humano imprime en objetos de la naturaleza. cuevas y refugios. El a.r te mural fue durante mucho tiempo
El desinterés se va desarrollando poco a poco y no llega a ser ja- desconocido y posteriormente menospreciado. Hoy día se sabe
más radical. Aun más, si observamos desde mayor cercanía los que las más hermosas cavernas adornadas, de las que hasta ahora
instrumentos prehistóricos y comprobamos que se van haciendo se conocen, se encuentran en el suroeste de Francia y norte de
cada vez más adecuados a su función, podremos darnos cuenta España y, de acuerdo con el abad Breuil, deben distinguirse dos
de la satisfacción que debe de haber experimentado el hombre ciclos sucesivos e independientes: el primero abarca el Auriña-
cuando llegó a elabor:1r un instrumento que respondía a su fi- eiense y se prolonga hasta el Solutrense; el segundo se inicia ha-
nalidad. cia el momento de auge del Solutrense y continúa su expansión
Kant objetaría que existe una diferencia entre la perfección en el Magdaleniense.
y lo bello. Es posible que esta diferencia sea válida para una Cuando nos en frcn tamos a las obras estéticas desde un
obra de arte moderna, aunque sea discutible, ya que hay siem- punto de vista muy general, nos parece que cuanto más nos re-
pre cierta fitness en esta especie de perfección, es decir, una con- . montamos en el tiempo, tanto más simbólico es el arte y menos
cordancia de un gran número de elementos para formar una capaz es el hombre de ver las cosas tal como son: es un fenó-
unidad. Pero esto no vale para el arte pi'ÍI1litivo. Existe, por meno de "mentalidad prelógica". Sin embargo, es justamente
otro lado, un cuidado por obtener simetría y lineas agradables a Jo contrario Jo que nos muestran los descubrimientos de la Pr~
la vista, historia y del arte griego. Uno de los caracteres esenciales del
Esta simetría no puede deberse a la imitación, ya que no arte prehistórico es el realismo: la representación de un gran
se encuentra en la naturaleza, ni a la perfección. Hoy día se ciervo común en Al tamira o de un caballo en Combarelles basta
explica el origen de la simetría por la conciencia que el hombre para probamos que el artista es a la vez cazador y que ha pintado
tiene de la simetría de su propio cuerpo, por una modificación . la presa de una manera Instantánea, tal como se presenta du-
original de aquello que nos ha dado la naturaleza. rante la cacería. A p1imera vista, este realismo parecería con-
Las hermosas puntas de pedernal, de dos caras en forma de tradecir la hipótesis de la visión mágica, ya que ésta debe inter-
hojas del Solutrense, los arpones de cuerno de reno con doble ponerse 'entre el ojo y la realidad; veremos, sin embargo, que no
hilera de puntas procedentes del Magdaleniense, sirven de ejem- ocurre tal cosa. Más aún, el arte prehistórico es un arte intelec-
plos de este gusto por la simetrJa armoniosa. No debemos ol- tual en el sentido de que el artista se concede cierta libertad para·
vidar, por otra parte, que a medida que se adapta paulatina- deformar esta o aquella parte del animal con el fin de darle
mente a sus objetivos técnicos, el instrumento y el arma se mayor fuerza o expresión. Veremos igualmente que las preocu·
decoran con frecuencia: los mangos de cuchillos y espátulas, el paciones de índole mágica han tenido que intervenir para exa·
ángulo del Janzadardos y las azagayas dan fe de ello. Final- gerar más todavía estas deformaciones intencionales.
mente, el hombre de la Edad del Reno no se confonna con ador- El arte mural figurado tiene sus ralees en la imitación de los
nar con grabados y esculturas los instrumentos. A partir del gestos, actitlldes e incluso gritos. Un ser vivo -observa el abad
Auriñaciense Inferior m:ls antiguo gr:¡ba figuras de animales, de Breuil- imita a otro. La imitación hizo surgir la danza con
seres humanos y de símbolos en placas de piedra o en Jos omó- máscaras, en ocasiones el d1sfraz con la piel del animal imitado:
platos de animales; esculpe estatuillas en marfil, hueso o piedra es probable que al principio se hiciera con el deseo de engañar
blanda. Al lado de este "arte móvil" desarrolló también el arte a la presa, después para influir en la presa y atraerla. <;ltra
"inmueble" o rupestre. fuente de representaciones, también de orige_n mág¡!», P,roy¡ene
En el Paleolítico Superior, o Edad del Reno, la estatuaria de la reproducción de las huellas que los arumales UDprurueron
animal se inicia en el centro de Europa desde el Auriñaciense; en el suelo o tambi~n las manos de los propios cazadores; el
CID -.UNIVERSIDAD VERITf.S
12 AURORA DE LA CONCIENCIA ESTETICA AURORA DE LA CONCIENCiA eS'fETICA 13
hombre primitivo llega a descubrir una pieza ile caza siguiendo animales constituyen una mayoría; sin embargo, no faltan silue-
sus huellas. tas humanas o semibumanas con máscara o cubienas con la piel
El ane rupestre se desarrolló, pues, gracias a[ prpfundo cono- de algún animal. Muchas tienen los brazos levantados y se
cimiento que los cazadores tenían de las formas 'y las costum· transforman de figuras humanas en seres espirituales. Los gru-
bres de los animales; el ane de la caza es el tema principal en pos no forman escenas compuestas; están yuxtapuestos o su·
las cuevas adornadas. Se ha cliscutido a menudo sobre si el ob- perpuestos, por . lo cual es posible determinarlos por orden
jetivo perseguido por el grabador, escultor o pintor primitivo cronológico.
fue exclusivamente mágico o si nos encontramos en presencia En la cueva de Font-de-Gaume, en la Dordoña, a dos kilóme-
de un arte por el arte. ·De hecho, estos dos objetivos no son tros de los Eyzies, frecuentada asimismo durante todo el Paleo-
incompatibles; el arte prehistórico tenía, ante todo, un carácter lítico . Superior, la galería principal está ornamentada con una
social ; no se habría podido crear si la sociedad no lo hubiese · serie de bisontes grabados y policromndos, rodeados de peque-
considerado útil. ños mamuts de época posterior y grabados con mayor fuerza .
Debemos mencionar que en esta cueva hay una gran canttdad
Este arte es sumamente completo, y puede decirse que es un de imágenes tectiformes. A 1 400 metros de Font-de-Gaume, las
arte lib•·e, análogo a nuestro arte. Se ha intentado explicar de cavernas llamadas Combaulles presentan numerosos grabados,
diversas maneras cómo los artistas, partiendo de la simple modi· a veces realzados con lineas negras o de color: se han podido
ficación, llegaron a una creación de extraordinario realismo. Un reconocer hasta ahora 300 figuras, de las que 116 son caballos,
argumento, a primera vista insuficiente, señalaba que Jos caza. 37 bisontes, 19 osos, 14 renos, 13 mamuts y algunos felinos (uno
dores trogloditas disponían de mucho ocio, durante el cual po- de ellos espléndidamente trabajado). Las figuras humanas po-
dían entregarse a la creación de obras artísticas. Una segunda seen uo valor artístico menor; una de ellas, con todo, es notable
explicación, válida en grado mucho mayor y adoptada en nues- por la interpretación que sugiere: se trata de la silueta de un
tros días, ve en el ane una magia: se representa a los ~imales hombre frente a un mamut, lo cual simboliza, sin duda, un ca,
deseados para actuar sobre ellos, pa.r a llamarlos. En cuanto zador a punto de cumplir algún rito mágico.
mayor preocupación, la búsqueda de piezas de caza debía suge- La gruta de LascaiL"t (que fue llamada "la Capilla Si~ tina de
rir ritos que garantizaran por anticipado una cacería fructuosa; la Prehistoria"), t ípica representante de arte del Péngord o
la mayor parte de las cuevas, si no todas, eran santuarios. Se Auriñaciense Superior, se abre bajo unn planicie que domina el
representaban allf además, por un deseo de bendición, las mora- Vézere, a dos kilómetros de Montignnc. Fueron grabadas y pin-
das de los espíritus ancestrales; ésta podría ser una interpreta- tadas en ella numerosas figuras de animales; el color fue so-
ción válida de las imágenes "tectiformes" (es decir, en forma de plado con ayuda de un tubo de hueso o de algún vegetal. Los
techo). Recordemos algunos ejemplos del ane de la caza toma- animales son de' c'olor rojo, ocre, ahumado o bicromados (negro
dos dé las cavernas ornadas, justamente de aquéllas que el abad y rojo). Por otra pane, puede verse en Lascaux algo sumamente
Breuil designa como las "Seis grandes", a saber: Altamira, Font· raro: una verdadera composición escénica, en la que se descubre
de-Gaume, Combarelles, Lascaux, Trois-Freres y Niaux.• a un hombre mueno, con las armas en el suelo, entre un fu.
La cueva de Altamira en España, a unos treinta kllómetros rioso bisonte y un rinoceronte.
de Santander, fue frecuentada durante toda la Edad del Reno, Las cuevas de Trois Freres y Niaux se encuentran en el Ariege.
ya que sus estratos van del Auriñacieose al Magdaleniense. Deo· En la primera de ellas, a la que habla entrado ya el hombre
tro de la gran sala se encuentran los más hermosos frescos po- auriñaciense, los artistas magdalenienses han ejecutado autén·
licromados con la técnica más avanzada. Usando las desigual- ticos "camafeos". En el "santuario", protegido por leones de gran
dades naturales de las paredes para acentuar la imagen de un tamaño, un hechicero o ellos, íntegramente grabado, con colores
animal, el artista empleó como colorantes el carbón de madera, irregularmente repartidos, simboliza sin duda un espíritu pro-
el ocre, la bematita y el manganeso. Bisontes, caballos salvajes, tector que dirige las expediciones de caza y cuida de la multipli-
siervos machos y hembras, cabras monteses y, con menor cación de las futuras presas. En el famoso "Salón negro" de
frecuencia, toros salvajes, jabalíes. lobos y alces se representan Niaux, algunos bisontes y otros animales fueron pintados con
con una grtm preocupación por la exactitud. Las figuraciones pincel: varios animales se presentan heridos a flechazos.
De un modo general, tanto en el arte mural como en el arte
• Brcui l, H.: Qualre cent sii!c/es d'a..r parit!tal, Les Si.t Céants. "móvil" de la Edad del Reno, las figt~ras humanas están tra.za-
Monlignnc, 1952. das con bastante torpeza. No obstante, existen algunas excepcio-
14 AURORA DE LA CONCIENCIA ESTeTICA AURORA DE LA CONCIENCIA ESTeTICA 15
nes: en las plaquetas magdalenienses grabadas de la cueva de entre Europa y el Africa meridional; y se ha creído encontrar
La Marche, por ejemplo, en Lussac-les-Ch1\teaux (Vienne), la fi. en el arte rupestre del Sabara (refugios de Fezzan, Tassili y Hog·
gura humana ocupa un lugar muy notable con sus hermosos gar, de Tibeste, Ennedi y los oasis líbicos) a este intermediario.
perfiles de cabezas no cubiertas por máscaras, retratos de carac- En los últimos años, Henri Lhote puso en tela de juicio esta
teres humanos que se salen por entero de lo común. En cuanto hipótesis, quedando aún sin solución el problema.• Pero es nece-
a las representaciones femeninas, tan frecuentes en la estatuaria, sario insistir en el gran interés de este arte sahariano con sus
el hecho de que se trate generalmente de mujeres encinta y de espaciosas composiciones escénicas como las de Sefar y su Gran
que el artista paleolítico haya modelado y labrado tantas se debe Dios. Tal parece, igualmente, que ciertas pinturas en Sefar y
probablemente a que tales efigies se hallaban en alguna rela· Jabarrén, en la región de Tassili, atestiguan alguna influencia
ción con las ideas de fecundidad y fertilidad, o sea que tenían procedente de Egipto debido a su colorido gris azulado, rojo y
un valor mágico. Tales características se presentaron con nitidez blanco así como por su estilo. En su periodo más arcaico, el
en el bajorrelieve del refugio perigordiense de Laussel (Dor- arte del Sabara aparece como un arte neto de cazadores, mien·
doña), ejecutado en altorrelieve, y en otros lugares más. Una tras que en su fase posterior, neolítica, se presenta como un arte
mujer desnuda, de anchas caderas y desarrollados senos, sostiene de pastores, criadores de ganado bovino y poseedores de carros
en la mano derecha un cuerno de bisonte y apoya su otra mano en tirados por caballos. En tiempos aun más recientes, las pinturas
el vientre. En un bajorrelieve magdaleniense de Angles-sur· rupestres representan camellos y camelleros. En efecto, en el
l'Anglin (Vienne), tres "Venus" están. sobrepuestas a unos bison- Sabara húmedo y fértil de aquellos dfas pudieron realizarse
tes. Las· estatuillas de Venus, como la de Willendorf (Austria) grandes movimientos de grupos humanos.
o la de Lespugue (Alto Garona), la primera de ellas labrada en Al remontarse a los orígenes del arte prehistórico y conside-
calcárea blanda, la segunda en marfil de mamut, responden al rar principalmente el Paleolítico Superior clásico, algunos estu·
mismo simbolismo mágico: senos voluminosos, vientre promi· diosos han intentado explicar el nacimiento de la pintura a par·
nente, región glútea exuberante, muslos adiposos y, en cambio, tir del gusto por la ornamentación: se descubrió el eslabón uni-
brazos delgados, piernas que se van afilando hacia sus extremos, ficador entre lo útil y lo desinteresado: la preocupación esencial
cabeza sin rostro y cubierta de cabello. Las partes del cuerpo del arte consiste en agradar a los demás. Se ha propuesto la
que, desde el punto de vista de la representación mágica de la hipótesis ·de que los hombres, al pintar sus propios cuerpos y
fecundidad femenina, carecen de importancia fueron, pues, sis- dejar sobre las paredes de sus refugios huellas de los colores
temáticamente descuidadas. Se han encontrado estatuillas del con que estaban manchadas sus manos, se sintieron seducidos
mismo género no sólo en Francia, sino en Italia, en la Europa por el efecto producido y comenzaron a aplicar desde entonces
Central y hasta en medio de la Siberia meridionaJ.S sistemáticamente los colores sobre las paredes. Esto, sin em·
El arte rupestre francc>-cantábrico plasmó sobre todo la figura bargo, no explica el carácter particular del arte paleolítico. Es
· aislada, generalmente animal y rara vez humana; apenas si pu~> posible que el sentido de la simetría haya nacido principalmente
den citarse algunos ejemplos de arreglo escénico como el de del tatuaje; lo decorativo ha sido, sin duda, una etapa necesaria
Lascaux. Por el contrario, las rocas pintadas del oriente de Es- entre la modificación de los objetos de la naturaleza y la libre
paña, arte al aire libre, ofrecen una abundancia de representa· creación artística. Pero, en definitiva, el origen profundo del
ciones humanas y escenas diversas, como son las de cacería, arte ¿no reside, acaso, en la calidad de la sensación, en la seguri-
guerra, vida familiar y social. Este arte de cazadores desconoce dad de la memoria .y la importancia del mimetismo?
los animales domésticos; expresa asimismo claramente el juego Una primera explicación puede sugerirse por la analogía entre
de gestos y actitudes, algo simplificados, pero observados de un la mentalidad del hombre prehistórico y la del "hombre pri·
modo sumamente pintoresco. mitivo", con todas las reservas que el término "primitivo" im·
Se ha señalado cierto grado .de parentesco entre el arte rupes- plica, y aun con la mentalidad del niño. Entre los pueblos lla-
tre de la España oriental, posterior al Auriñaciense típico del mados primitivos (los australianos y Jos melane.sios, al igual
Paleolítico Superior clásico, y el arte rupestre de los bosquima· que los antiguos bosquimanos, conocían la práctica del arte ru·
nos surafricanos. Exagerando la similitud de éste con el arte pestre), el primer rasgo consiste en la extraordinaria seguridad
mural francc>-cantábrico, se ha buscado un intermediario posible
• La peinture préhistorú¡ue du Sallara (Misión Henri U!ote en
• M. Boule y H. Vallois: Les lwmmes tossiles. Masson, París, 4• .rassili ), con prefacio del abad Breuil. Museo de Artes Decorativas,
ed., 1952, pp. 324-329.. París, 1958.
AURORA DE LA. CONCIENCIA ESTl?.TICA 17
16 AURORA DE LA CONCIENCIA ESTeTICA
e!" la cap~ación sensible, por lo que debemos suponer su existen- primitivo se siente místicamente unic!o a su grupo social y ~ la
Cia tamb1én entre los hombres prehistóricos. Mientras nuestra especie animal o vegetal de la que el grupo cree haber descendido,
manera de ver se ha hecho intelectual, o sea que añadimos algo y en general hasta se siente ligado ~ todo lo que .::stá fuer.a de
a lo que ve'?os, los _puebl?s primitivos no creían más que lo él y que percibe como si fuese él Dl!Smo; su pnnop10 de 1den·
~cían : el reheve, 1:1 !ntens1dad del tono, en una palabra : una tidad era, pues, vacilante. Del mismo modo, nuestros ancestro~
¡usteza en la sensac1ón. Entre los prehistóricos hallamos al prehistóricos se convertían,. sin duda, en ~31J_luts, ~ballos, b>-
lado d~ rep~semacio~es muy exactas y por en'tero realistas sontes, lo cual explicaría qUtzá el extraordinano reahsmo de su
una scne de 1mágenes mexactas. Pero en este caso la insuficien· ane.
cía. del artista cuando traduce su visión proviene' de que entre Por orro lado, en l3s representaciones de este arte no se des-
la 1'?agen y su tradu~clón se interponen creencias y tradiciones cubre huella alguna de una imagínación creadora y productiva.
má¡pcas. La percepoón no es enteramente pura interviene un l?.sta es muy rara también en el nl11o. Resulta asl necesario des-
a;;pec_to afectivo, continuo y fuerte, en todas las' tomas de con· truir la leyenda que pretende que los pueblos primitivos son
ctenc1a: todas las representaciones son místicas. ihcapaces de ver las cosas como son. Claro está que hay una es-
En el hombre prehistórico, la memoria se hallaba muy des- tilización en el arte prehistórico, pero esta estilización segura-
arrollada desde todo punto de vista. En las cavernas no había mente se presenta, si no como un mejoramiento, al menos como
modelos; todo tenía que representarse por memoria visual en una búsqueda de tipo estético.
todo~ los artistas notables y en algunos de ellos perfecta.' La
mím1ca del homo sapiertS prehistórico estaba más desarrollada
que la nuestra. ~e . ser:vra, sin duda, de un lenguaje de ges-
!O~, p~r lo que la •m•t~c1ón fonnaba parte de su vida. Pero esta
1m1tac1ón era a veces mexacta: el artista prehistórico reproduce
con frecuencia l~s movimientos más fáciles, pone un círculo para
representar el o¡o. Para ~1. no se trata de un estudio sino de
un sím?olo. Descuida los detalles y no traduce más qu~ aquello
q~e le Jnte:esa: Por otro !~do~ aflade partes que no exis ten, por
e¡emplo se1s p1ernas para mdJcar el movimiento.
El sentimi.ento que llevó a nuestros lejanos antepasados a
proyectar. la 1m~ge.n que tenían de un animal, a exteriorizarla.
a convertirla en 1m1tac•ón externa y material, es sumamente fuer·
te, tal como ocurre en los niños y también en los artistas moder·
nos. El origen ~el a;te, según dijimos, reside en la sensación, el
recuerdo y el m1mensmo: no obstante, el ejercitamiento de estas
facul~ades en fonna de arte, la exteriorización de estos estados
anlmtcos, recl~ma a su vez una explicación y una coordinación.
~n la percepción de los hombres "primitivos", el carácter afec-
tiVO es ya bastante marcado. El interés notorio por Jos animales
con !~s que y de los que vivlan, la magia, los conceptos totémicos
o m1t1c~s, todo ello contribuyó a fijar la atención de los prime-
ros artistas. e~ s~s representaciones y nos permite comprender
por qué la 1mttac1ón es tan perfecta. En las sociedades primiti·
vas, en efecto, la menor transformación se considera como un
v_erdadero sacrilegio: la "participación" mística implica la iden·
t1dad del to!e~ o del a~t~pasado· mítico con su representación
a ~ID de. rec1bn· su bend1c1ón y p_rotección. Por consiguiente, el
ar~sta, l'?p:egnado de estas. noc1~nes místicas, no distingue, o
cas1 no distingue entre la ex1stenc1a y la no existencia, entre el
Yo y el No Yo, desde el punto de vista metafísico. El hombre
1
La impresión como
diseño

uando se traza la historia de una actividad cultural y productiva se


C suele partir de ciertos precedentes para mostrar que aquella no
nace en un momento y por una causa únicos, sino por un conjunto de
motivos y aportaciones graduales. De este modo, al tratar de discernir
los antecedentes del diseño industrial, nos podríamos remontar a los
tiempos más antiguos en los que se reconocen señales de una indus-
tria primitiva, hasta llegar a los trabajos más sofisticados de los siglos
xv, XVI y xvn, cuando además de una maquinaria más perfeccionada,
ya existen instalaciones altamente especializadas que anticipan la divi-
sión moderna del trabajo e incluso la cadena de montaje actuaL
Por otro lado, es una opinión extendida que "no es posible discutir
de diseño industrial remitiéndose a épocas previas a la revolución
industrial, por más que desde la antigüedad hayan existido algunos
objetos elaborados en serie y con la intervención de maquinaria pri-
mitiva, como el torno, la barrena, el torno de alfarero y la prensa
manual de los hornos para ladrillos" .1
Aunque sea cierto que la revolución industrial, convencionalmente
datada entre 1760 y 1830, marca la gran línea divisoria entre produc-
ción artesanal e industrial (con los problemas que apuntaremos luego),
existe al menos un sector; el de la imprenta, que anticipa en más de tres
siglos dicha revolución y que puede considerarse a todos los efectos
como actividad clasificable en el ámbito del diseño.
Como ha sido observado, la imprenta "ha constituido el acta de
nacimiento de la industria, pues la mecanización del arte de escribir fue
probablemente la primera reducción de un trabajo en términos mecáni-

1 G. Dodles: lntroduzione al disegno industria/e. Turín: Einaudi, 1972, p. 15.

17
cos". Además, desde su nacimiento "la imprenta comportó una revo-
lución en la propia concepción de la producción. Con la imprenta apa-
rece la noción de multiplicación por medio de series idénticas de un
mismo objeto uniforme y repetible. El papel impreso producido en
copias innumerables y la invención de una herramienta que no precisa
de la mano del hombre han transformado efectivamente la propia idea
de producción".2
En todo caso, la mejor exposición de nuestra tesis se obtiene al
considerar la imprenta en relación al paradigma planteado en la
introducción como constante de la fenomenología del diseño: el pro-
yecto, la producción, la venta y el consumo. Y puesto que se originó
con una intención eminentemente práctica y a partir de un invento
técnico, iniciamos nuestro examen cotejándola con el parámetro de la
"producción".
Los comienzos de la "escritura artificial", como se denominó origi-
nalmente a la imprenta, son inciertos y controvertidos. Según ciertos
autores, la imprenta de caracteres móviles deriva directamente de la
xilografía, floreciente ya en el siglo xrv. Ésta utilizaba como matriz una
tablilla de madera con letras entalladas que, debidamente tintada y
prensada sobre una hoja de papel, permitía reproducir varias veces un
texto con sus imágenes. Otros autores cuestionan este origen, como
Febvre y Martin: "Dado que las primeras xilografías aparecieron
mucho antes de la invención de la imprenta, nos podríamos ver tenta-
dos a establecer una filiación del libro impreso respecto de la xilogra-
fía: los grabadores en madera, cansados de tener que grabar nuevos
caracteres para cada página, habrían acabado pensando en extraer de
la tablilla los caracteres que debían grabar o bien en grabar caracteres
aislados que se pudieran combinar para formar un texto. Hecho lo
cual, bastaba únicamente sustituir la madera por el metal" .3 Sin
embargo, son precisamente las dificultades que comporta dicha susti-
tución, el hecho de que los prototipógrafos fuesen originalmente plate-
ros (empezando por Gutenberg), la pervivencia de la xilografía incluso
después de la invención de la imprenta y muchas otras razones técni-
cas, los motivos que llevan a los autores citados a negar la descenden-
cia directa de loscaracteres móviles tipográficos de la página xilográ-
fica unitaria y estática.

2 R. Barthes, E. Marty: entrada "OraleJscrirro" de !a Enddopedia Einaudi. Turín: Einaudi, 1982,


vol. X, p. 84. 1. Johann Gensfleisch, llamado Gutenberg.
3 L. Febvre, H. J. Martin: La nascita del libro. Roma-Bari: I.aterza, 1977, voL 1, pp. 41-42. 2. Amanuense y vendedor de libros en una xilografía, I49l.
1•
1
;
1;
La propia figura de Johann Gensfleisch (1394-1468), conocido
como Gutenberg y nacido en Maguncia, como inventor de la impren- ~- 1'
t
Además, permitió la estandarización de un elemento normalizador y
constructivo, la corrección de un punto preciso del texto, la introduc-
m
ta, plantea algunas incertidumbres. Según ciertos documentos, hacia .'i\
;~ f ción del principio de la "pieza intercambiable", fundamento de la suce-
1436 ya se habrían realizado los primeros experimentos. tipográficos ;; ~ siva producción seriada de cualquier clase. En resumen, al considerar
en Estrasburgo. Se menciona, por ejemplo, un instrumento para o'"' el carácter móvil como núcleo de la impresión por sus características
~
f
~ ~
Trucken (imprimir), de formas fundidas. En cualquier caso, desde técnicas, productivas, económicas y estéticas, cabría concebirlo direc-
1452 Gutenberg se dedicó a la impresión de una obra magna, separan- t~
;-;
~ -~-- tamente como prototipo metodológico de cualquier categoría de dise-
'~
do así de forma neta el periodo de los manuscritos con el de la autén-
tica impresión. Se trata de la célebre "Biblia de 42líneas", compuesta
J~
t:
~: ño posterior. Evidentemente, desde una perspectiva productiva la
,, impresión no se limita a los mentados apuntes técnicos.
'
en dos columnas, inicialmente de 40 y 41 líneas y luego casi todas de ~-
-~ Si consideramos el libro como pr~ducto--tipo de la impresión vista
~-
42. Para completar el trabajo, terminado en 1456, Gutenberg dispuso ;~
''
~
como diseño, éste nace como fruto de la cultura humanista con la
de seis cajistas y debió fundir no menos de 290 signos diferentes. La (; E' idea de plasmar por medios mecánicos la bella escritura o "caligrafía"
obra consta de dos volúmenes de gran formato, de 324 y 327 páginas
respectivamente. A falta de documentación completa, la técnica ini-
cial de la imprenta debe extraerse directamente de estos primeros ejem-
-~- !
~
de los amanuenses, aunque también y sobre todo como "mercancía",
producto de una auténtica industria que pretende multiplicar los
modelos, fabricarlos con mayor diligencia y rebajar su precio de venta.
plares producidos. " "Desde su origen, la impresión surge como una industria regida por las
"Aunque no tengamos detalles sobre el modo en que Gutenberg ~-- mismas leyes que el resto, y el libro como una mercancía que producí-
resolvió el procedimiento de impresión, el hecho de que la tipografía .' an algunos hombres para ganarse la vida, incluso cuando eran también
no sufriera modificaciones sustanciales durante largo tiempo nos lleva humanistas y eruditos, como en el caso de los Manuzio y los Esrienne.
a pensar que afrontó y resolvió prácticamente todos los problemas que '' En primer lugar, debían encontrar el capital para poder elaborar e
?
se le presentaron. El molde 'a fundir' para obtener los caracteres debía imprimir libros que satisficieran a su clientela, a precios qpe permitie-
comprender un espacio vacío donde verter el plomo fundido, al tiem- ran lidiar con la competencia. El mercado del libro siempre fue pare-
po que una pared era extraíble para poder introducir la placa grabada cido a cualquier otro. A los industriales que fabricaban libros -los tipó-
en relieve, correspondiente a una letra o signo. Por otra parte, Guten- grafos-, a los comerciantes que los vendían -libreros y editores-, se
berg debió resolver también el problema de la alineación de los carac- les planteaban problemas de coste y financiación[ ... ] que condiciona-
teres, pues los renglones de sus composiciones aparecen perfectamen- ron la propia estructura de la elaboración del libro" .5
te dispuestos. También debió contar con un regla componedor y con Algunos datos ofrecen la prueba más convincente del carácter
las cajitas para los caracteres; en tanto que para la impresión se sirvió industrial del producto examinado y de la desaparición simultánea
de la prensa que solía utilizarse para muchas otras actividades"' del artículo único e indiferenciado. En los talleres de los grandes impre-
Más allá de las aportaciones técnicas, la clave del invento radica en sores, como los Koberger, los Froben o los Plantin, los encargados de
la concepción y realización de la unidad gráfica mínima, aislada y la prensa entregaban entre 2.500 y 3.500 páginas en las doce a dieci-
móvil; en el hecho de haber extraído de un contexro más amplio ya séis horas de su jornada laboral, con un producción media de una hoja
adoptado para la reproducción en serie (la página), una segmentación cada veinte segundos, tal como se precisaba en el contrato de trabajo.
ulterior (la letra) que facilita enormemente el proceso de serialización, En 1471, Vindelino da Spira imprime mil copias de los comentarios del
agilizándolo, abaratándolo, mecanizándolo y haciéndolo, por decirlo Panormita a la primera y segunda Decretal; Manuzio, a principios del
así, más proyectual. Gracias al invento de los caracteres móviles fue siglo XVI, tira mil copias de volúmenes de su colección de clásicos· en
posible el uso reiterado de un solo diseño de letra, en el que se con- 1515, Froben imprime en Basilea la primera edición del Ma:iae
centra, como veremos, buena parte de la proyección de los tipógrafos. Encomium de Erasmo con mil ochocientos ejemplares, y la Biblia de

4
E. Gianni: Conoscere la stampa. rvtilán: Poligono, 1943, pp. 10-1 L ; L Febvre, H. J tv1an:in: La nascita del libro, op. cit., p. 129.

2I
Erasmo con cuatro mil; ya a finales del siglo xv los grandes editores
internacionales, como los Koberge~ imprimen una media de mil qui-
nientas copias de los libros más importantes. En un recuento sintéti-
co, Escarpit sostiene que la media de libros impresos no llegó a superar
las mil copias hasta mediados del siglo XVI, en tanto que en el XVII se
situaba entre las dos y las tres mil copias, que no se superarían hasta
mediados del siguiente siglo. 6 Resultan más esclarecedores los cálcu-
los y consideraciones aportados por Febvre y Martin: "Nos han llega-
do entre treinta y treinta y cinco mil obras de impresiones distintas
completadas entre 1450 y 1500, que suman entre diez y quince mil
textos diferentes. Teniendo en cuenta las obras perdidas, serían quizá
muchos más. Considerando una tirada media de quinientas copias, se
trata de unos veinte millones de ejemplares, impresos antes del1500.
Un número impresionante incluso para nosotros, hombres del siglo xx.
Todavía más si tenemos en cuenta que Europa, conviene no olvidarlo,
estaba mucho menos poblada que hoy día: seguramente, menos de 100
millones de habitantes en los países donde se había difundido la
imprenta, de los que sólo una minoría sabía leer". 7
Igualmente interesantes resultan el tipo de libros y los temas trata-
dos. En la producción anterior a 1500, convencionalmente definida dé I)E
los incunables (o de la infancia de la tipografía), el 77 por ciento era en IMITATIONE
latín, el 7 por ciento en italiano, entre el5 y el6 por ciento en alemán,
del4 al5 por ciento en francés y algo más del 1 por ciento en flamen- CHRISTI
co. Entre las obras, dominan las de carácter religioso, un 45 por cien- LIBER PRIMVS.
to, seguidas por las de género literario, un 30 por ciento, por las de Admoniciones ad fpíriruakm viwn vt:ib.
derecho, algo más del10 por ciento, y por los textos científicos, tam-
bién alrededor del10 por ciento. CAPVTI.
Así, la industria librera no propone de entrada una nueva literatu- De imiwione Chrijli, & contemptu
ra, sino que traduce en términos mecánicos, seriales y comerciales los omnium wnittJtum mundi.
mismos temas y géneros tratados anteriormente por los amanuenses,
con un paralelismo que volveremos a encontrar al pasar de los conte-
nidos a las formas, del parámetro de la producción al del "proyecto".
Antes de dar ese paso, ocupémonos del libro en sus fases de venta y
consumo.
. Chrilli,qui·
bus admonemur, qua[enus viram
El motivo principal del éxito de la difusión de libros impresos en el A
Renacimiento radica en el hecho de que, como ya vimos, en su mayo-
ría estaban escritos en latín, lo que permitía el comercio libresco a
3-4. (superior). Biblia de 421íneas de J. Gurenberg, Mainz, 1456.
6 Véase
5. (inf. izda.). Primera edición completa de la Biblia de Lurero (Hans Lufft, Winemberg, 1534).
R. Escarpit: La rit·oluzione del libro. Pádova: Marsilio, 1965, p. 20
6. (inf. dcha.). El De lmitatione Christi de Tomás de Kempis, en la edición de la Imprimerie Royale
7
L. Febvre, H. J. Martin: La nascita del libro, op. cit., vol. H, p. 316. (París, 1640).

23
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~

escala internacional. Las nuevas condiciones creadas por el arte tipográ- t'
1f ~ La clasificación del grafismo, el arte de la impresión, el libro y sus
fico, el incremento de clientes individuales, de universidades y de biblio-
>
¡¡
\\
!~- derivados dentro del ámbito del diseño viene dada por el contraste
entre trabajo artesanal e industrial en la fase proyectual. Aunque el
tecas, el mayor volumen de mercancías que debían distribuirse, etc., 1?.
~;
hallaron sistemas de venta, de transporte y de pago que, aunque toda-
vía rudimentarios, eran tan importantes como los técnicos y proyec-
1
t

~:
artesano proyecte antes de ejecutar, su interés se centra en la realiza-
ción de la pieza única, que se va perfeccionando a medida que se com-
~ ;;
tuales. A menudo, los grandes envíos de libros se hacían con las hojas ~
,;~
pleta: su calidad se calibra a menudo por el resultado del "toque final".
sin encuadernar y embaladas en barriles. Con· frecuencia, esas hojas per- ;f.

w:
\ Por contra, el diseñador concentra todos sus afanes en la fase proyec-
tenecían a textos distintos y era el destinatario quien debía recomponer- "'
}'
~:
,. tual. En teoría, el proyecto debería contener, junto a las características
> t
los, encuadernarlos, elaborar portada y tapas para otorgar a cada copia 1 del producto, todas las previsiones relativas a las diversas fases de la
~ ·'~
su consistencia de libro. Posteriormente, la red de distribución y venta
~ ,'
¡
..i\ elaboración, hasta el punto de no precisar la intervención de otros
se fue perfeccionando con la creación de agencias y de agentes, regis- ,; técnicos y expertos excepto en calidad de ejecutores. El corolario de
V
trando su momento de mayor actividad con ocasión de las grandes ~
f * tales prerrogativas son la serialidad del producto y su valor social: el
ferias, como las de Lyon, Frankfurt o Leipzig. Para tales eventos, se E.
~ diseñador ya no proyecta para un cliente o clase específicos, sino,
imprimían catálogos que indicaban, junto a los títulos de producción
regular, las novedades editoriales. Entre las agencias literarias más
i
[••
Ji
¡
potencialmente, para todo el espectro social. Como escribe Argan, "en
el proceso productivo industrial, el proyecto es una especie de idea pla-
~
importantes estaban Koberger en Nuremberg y Amerbach en Basilea. tónica, ne varietur: se sabe que la máquina no podrá más que impri-
~>" mirlo en miles de ejemplares, sin que puedan darse modificaciones ni
Otras cifras muestran el éxito del libro desde el punto de vista del
consumo. La primera edición del Nuevo Testamento de Lutero, de sep-
'f: correcciones en el curso de su confección. De este modo, el proyecto
tiembre de 1522, vendió cinco mil copias en pocas semanas; a los tres debe contener en su propio trazado la conciencia de todas las condicio-
meses, se compuso la segunda edición, y a los dos años la obra alcanzó ,~ nes técnicas inherentes a su realización. También debe implicar la ade-
las catorce ediciones autorizadas y sesenta y seis plagiadas. También tex- cuación del objeto a todas las exigencias prácticas a las que debe servir,
tos de menor relieve alcanzaron cifras de venta sorprendentes. En 1585, no únicamente las de un individuo o grupo social determinados, sino a
en solo ocho meses, el libro ABC and Little Catechism vendió diez mil la media de las exigencias colectivas, plantearse como estándar.
copias. Uno de los casos de mayor éxito en términos de venta y consumo Igualmente, debe prever y resolver todas las condiciones inherentes a la
fue el libro de Tomás de Kempis, De Imitatíone Christi: impreso por pri- materia, pues no deben existir distinciones ni desajustes entre el mun-
mera vez en Augusta en 1471, alcanzó antes de final de siglo noventa y do ideal, o del espíritu, y el mundo práctico, de la materia. Y quizá
nueve ediciones, entre las que hubo dos traducciones, una francesa en debamos recordar que el objeto producido por la industria no se pro-
1488 y otra italiana en 1491. Ello indujo a Steinberg a considerarlo "el duce jamás con una materia 'natural', pues la materia natural se pres-
primer libro impreso que merece el apelativo de 'best-seller"' 8 ta al naturalismo del artesanado, en tanto que la industria forma las
Así, respecto de la producción, la venta y el consumo, el libro, asu- propias materias en el mismo instante en que determina las propias
mido como prototipo de la impresión como diseño, refleja ya~ticipa formas, reclama materias 'sintéticas' para sus formas 'sintéticas,' .9
literalmente el concepto moderno de diseño, sobre todo si considera- Estas consideraciones generales sobre el proyecto se adaptan perfec-
mos que los procedimientos técnicos, industriales y comerciales siguie- tamente a la impresión. ¿Qué es lo que en ésta puede definirse especí-
ron siendo sustancialmente idénticos durante más de tres siglos, para ficamente como proyecto? Fundamentalmente, dos cosas: el diseño de
desarrollarse luego en perfecta sintonía con la industria editorial de los los caracteres y las reglas combinatorias con las que se componen entre
siglos xvm y XIX. Sólo nos queda afrontar nuestra tesis desde el pará- sí y se complementan con las imágenes. El diseño de los caracteres y
metro principal del diseño, por su orden generalmente prioritario:_elae · la paginación son operaciones típicamente proyectuales pues se fijan
la impresión como proyecto. completamente antes del proceso productivo; son operaciones en las

9
s S. H. Sceinberg: Cinque secoli di stampa. Turín: Einaudi, 1962, p. 113. G. C. Argan: «I! disegno industria[e", en Progetto e des!Íno. Milán: 1[ Saggiatore, 1964, p. 137.


,.
que todo debe estar predispuesto y previsto, ya que no es posible inter-
,.
~
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venir durante la fase de ejecución. Como observa Barbieri, "otro ~ 1
aspecto notable, especialmente en la impresión de textos, es el hecho
de que el valor estético del producto depende igualmente de la calidad
de los elementos prefabricados (caracteres) y de su composición en la
i
¡,
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t
'~
¡-;
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página (paginación), cuya ·configuración está siempre en relación con '~ f
una función más compleja, que va de la facilidad de lectura a la inteli- t
gencia del texto". Subraya también el concepto central de nuestra tesis: "~
¡,
(

"Por la utilización de elementos prefabricados y de procedimientos téc-


nicos, así como por los modos de organización del trabajo y por el ",'t
carácter serial de la producción gráfica, las artes gráficas deben consi-

~-
derarse como la primera forma histórica de diseño industrial [... ]. t-.

Estructuralmente, la naturaleza de la imprenta proviene de la reduc- '~


ción de la escritura manual a letras aisladas, así como de un ulterior ~
proceso de estilización y simplificación, que tiende a obtener todas las t
[i
letras alfabéticas de un reducido número de signos combinables. En f.
este sentido, podemos decir que el carácter tiene valor de estándar" .10 ,
Una vez aclarados estos puntos que determinan inequívocamente el t
componente proyectual del producto tipográfico, vemos que en los
albores de la imprenta se revela un fenómeno común a todos los secto-
res del diseño: el grafismo del libro aparece como representación de otra
escritura, la del manuscrito, según una lógica que caracterizará todas
las modalidades de producción industrial, en cuanto a la imitación por AJir~ea.ción izquierda --+--lt\
Remate o terminal -+-'\ll
parte del nuevo producto de su precedente artesanal. "El carácter escru-
pulosamente mimético que dificulta muchas veces la distinción entre los
libros impresos entre 1450 y 1490 y los manuscritos, surgió bien de
problemas de competencia en el mercado con el producto de los ama-
nuenses, bien de la desconfianza que muchos bibliófilos albergaban ~--+- Cara anterior
..•
hacia los libros 'artificialiter impressi', que llegaba al extremo de provo- o

car la reescritura a mano de algunas ediciones impresas. Por tanto, la o
5

j
o
similitud entre el impreso y el manuscrito era, para los prototipógra- ~ ~
fos, prueba de habilidad técnica y garantía de éxito comercial".U Cran PllllC!pal
Con la segunda generación de impresores, el factor proyectual Oan secuJldano

renuncia al modelo caligráfico para remitirse a otros referentes, que


marcan el comienzo de la búsqueda estilística relativa al diseño de los
'':--=:-:-,,---~---'- ................. --
espesor
10 F. Barbieri: entrada "Grafica e arre dellibron de la Enciclopedia Universale dell'Arte. Venezia-
Roma: Istituw perla collaboracione culturale, 1958, vol. VI, col. 509.
11G. D'Ambrosio, P. Grimaldi, C. Lenza: "Ese Gutenberg fosse un designer?",en la revista Op. cit., 7. Una imprenta, de un grabado del siglo XVII.
n" 58, septiembre 1983. 8. Carácter tipográfico manual en su forma y nomenclarura actuales.
AENE•
P abuLt pa~ let¡;ns,nidisi! loqlldábus e{ats,
E tnuncportlcibus UttCUis,nunc bumltLt árcum
S fltgná [onat,fimilis medios Iuturna per bofks
F ertUr equis,r~tpidoif uolans óbit omnittcurru.

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~ ~s credidit Auditm nofl:ro: &
uelatumefl:,Erafcendirftcurviraultum
radix de rerradeferti: Non erar f~rmaet,
ABCDEFGHlKLMN urbe Protinu; ahfiendere,non Exaudito Re-
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OPQRSTUVXYZ
. ·. ..
-- v1ABC'D E FGHJI KLr..5'rt MNOP
IIU•iu e
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rt U e t1
ABCDEFGHIKLMN Auguftijn Romeyn N•. 1.
Utlllik k ... rr l i (( OPQRSTUPXYZJJ. Alexander aute faélus annorumduodecim,rc-
illtlf .... ,,._.
~~llli~~~~·il ¡ •• 1 i 1 i 1 llWabcdefghilmnopqtsr
i~llff•••••··••iti uvz De arriba a abajo:
13. Caracteres utilizados por A. Manuzio para las ediciones aldinas.
14. "Alphabeto dignissimo a mico" de L. Pacio!i.
15. Carácter diseñado por CL Garamond en 1531.
16. Carácter diseñado por Christoffe! van Dyck en 1650.
9-12. De la caligrafía a los caracteres de imprenta.

. J".
caracteres y a la paginación. Tales referentes son '¡a epigrafía antigua,
1
¡:;
¡.
f,,
la arquitectura y todos los principios y reglas estéticas propias del ¡
gusto renacentista: la modularidad, el antropomorfismo, la simetría, la
euritmia y demás.
Revisemos con un rápido excursus la evolución del gusto que se
'
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¡;
llluína
PlOPOltione .
manifiesta en el diseño de los caracteres y de los otros elementos presen-
tes en la página impresa. Con Gutenberg y otros impresores alemanes,
la página nació en estilo gótico, aunque pronto asumió el equilibrio, la
amplitud, el ritmo calmo y reposado de la arquitectura renacentista.
Los caracteres se hacen "itálicos", esto es, de derivación romana, modi-
i
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ra: H rcbi¡eauN: (ll ufica: e
ali«:.m atbanaace: rw
uíllfma:fottile:cad
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ficados según la revisión formal del Renacimiento y empiezan a bauti- ~ i mírabllc 'ooctrina
conftquira: e'Oc
zarse con el nombre de sus creadores. Así, los diseñados por Aldo ¡;
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lanuiúft:có••
ríe qudlionc
Manuzio y, sobre todo, por Aldo el Viejo, se llamaron aldinos, como ~
t ¡ 'o.:fccraiffi
ma.fdm
se denominaron aldinas todas las ediciones de este humanista-tipógra- ! !¡' ria.
fo, al que cabe adscribir también la creación en 1501 de una colección f
~
"de bolsillo" de textos clásicos. Tras el italiano, es el Renacimiento f.L Antonio C¡pc!fz audinlT. rm:nÍCII:c:

francés, ya impregnado de manierismo, el que dicta ley en cuestión de


¡' l
~
A. P~M~iu.s PzgJninus Ow.aa,·
bu~c:lcgmti!fmis =.m&i
r me inlptin.dut.
caracteres y de paginación. El tipógrafo francés Claude Garamond t
'
i
~
modifica los caracteres aldinos, acentuando su redondez y la densidad
''
;-
de las astas. Su ejemplo fue seguido y desarrollado por el belga
Cristóbal Plantin, uno de los tipógrafos más importantes del siglo XVI.
A principios de ese siglo, el libro no se valoraba únicamente por la
belleza de los caracteres, por su disposición espacial, por la relación de Cento, situata Carrara, piccola Ci(-
la columna escrita con sus márgenes más o menos amplios, sino tam-
ta d'ltalia, con titolo
bién por un nuevo elemento que pasó a enriquecer el arte tipográfico: el vicino al Fiu- di Principato. Ai Du-
frontispicio. Al principio, el frontispicio no es más que un índice que
precede al texto, pero poco a poco se dinamiza con ornamentos, letras meReno,ede chi di Massa della Ca-
mayúsculas, juegos decorativos, hasta convertirse en una verdadera sa Cibo apparteneva
portada. Los motivos dominantes en el frontispicio son de naturaleza patria del ce- questo Principato, ed
arquitectónica: frontones, portales, columnas, fachadas. Una vez estan- e
ora del Duca di Mo-
darizados los caracteres y el tipo de paginación del texto, la fantasía leb. Francesco dena. Carrara e cele-
de los tipógrafos se desarrolla en este apartado, llegando a solicitar oca-
sionalmente diseños a arquitectos y pintores. Una secuencia de frontis- Barbieri, det- bre per li suoi marmi
picios se convierte en un muestrario del gusto arquitectónico, una suer- da scolpir S(atue: gia-
te de catálogo que evoluciona del Renacimiento al manierismo y al to il Guercino ce sopra una collina.
Barroco, en ocasiones anticipados en estas arquitecturas impresas.
Volviendo al diseño de los caracteres, es de gran importancia el 17. (sup. izda.). Frontispicio del Hypnerotomachia Poliphili de Francesco Colonna
desarrollado por el grabador holandés Christoffel van Dyck y adopta- impreso por A!do Manuzio en 1499. '
do por los Elzevir, que apreciaron su extrema claridad, la armonía de 18. (sup. dcha.). Frontispicio del De divina proporlione de Luca Pacioli {Venecia, 1509).
19-20. {inferior). Páginas del ManWJle tipogr4co di Giovanni Batrista Bodoni, 1788.
las relaciones espaciales y su gran eficacia visual. Gracias a estas propie-

JI
da des, este tipo de letra podía imprimirse en un cuerpo muy reducido
sin perder claridad y, por tanto, permitía imprimir libros de pequeño
formato, manejables y económicos, además de bellos. Tal como apun-
ta Veronesi, "es, pues, con los Elzevir, libreros inteligentes y hábiles
comerciantes en toda Europa, además de impresores de gusto excelen·
te, cuando se inicia la impresión del libro moderno. De hecho, tanto sus
tipos como los propios formatos originales de sus libros se siguen lla·
mando e/zevir en tódas partes"." Mientras que el siglo XVII cierra con
esta importante producción, el siguiente se centra nuevamente en el
ámbito de los frontispicios. Con el estilo rococó desaparecen las gran-
des decoraciones arquitectónicas para dejar paso a motivos más libres
y fantasiosos, como nubes, drapeados o querubines, y los propios
caracteres se espacian con un estilo liberado del rigor tradicional y
adaptado al gusto general del momento. El neoclásico halla su mejor
intérprete en Giovanni Battista Bodoni, quien ajusta el arte de la ímpre·
sión a su propia función, la de permitir una lectura fácil y placentera.
Sus caracteres derivan de aquellos del siglo xvm del francés Pierre·
Simon Fournier, rediseñados en diversas variantes, pero acentuando
siempre el claroscuro, con astas más negras respecto al hilo y una cur·
vatura más intensa, típicamente bodoniana. Más allá de los caracte·
res, el estilo neoclásico de Bodoni se muestra en la severa elegancia de
los frontispicios, de los que se excluye prácticamente todo elemento
que no sea de naturaleza tipográfica. A lo sumo, aparecen ocasional·
mente un medallón con un retrato y una fecha o una orla liviana para
culminar la paginación de estas composiciones rigurosas. Las ediciones
bodonianas, coincidentes con el estilo imperio, se difundieron rápida·
mente entre las cortes europeas, incluidas la napoleónica y la pontificia.
Antes de concluir, se plantea un interrogante problemático. Una vez
reconocido que la impresión se ciñe a todos los efectos al ámbito del
diseño, o bien la admitimos como fenómeno de diseño industrial ante
litteram, tan aislado como importante, o bien, admitiendo que una pri·
mera forma de diseño completa (quizá no tan aislada) apareciera en
pleno Renacimiento, estemos tentados de revisar toda la periodización
de la historia de la industria y acabar reconociendo que proyectos,
maquinaria, empresas, intercambios y actividades comerciales de todo
tipo se consolidaron algunos siglos antes de la revolución industrial,
precediendo a la máquina de vapor de Watt, emblema de la industrio·
sa Inglaterra del período 1760-1830.

12 G. Veronesi: "Lo stile grafico nel tempo", en E. Gianni, op. cit., p. 87. 21-23. Papel, impresión y encuadernación de libcos, de !a Encyclopédie, 1771.

La imDresión como diseño 11


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L IMAGEN E IMAGINACIÓN

1 l. Formarió11 dt la imagm

HABLAR de "imagen" - a propÓsito de la creacJO n y trui-


ción artÍsticas- como de una entidad en sí misma, autó-
noma, suma total de los datos creativos, de observación,
simbólicos, mneméticos, me parece una manera de esqui-
var el grave obstáculo que sale al paso de quienes, corno
yo, pretenden establecer un principio provisionalmente
indivisible -para nuestro fin- capaz de incluir iodos los
fermentos y los rasgos peculiares del devenir del arte. 1
Ñáturaimenre, una vez adoptado ese término en esa
acepción. quiero anriciparme a precisar que no ince nto
considerar la imagen como necesariamente figurativa o
eidética , es decir, como un e lemento que deba traducirse
e n "figu ración" aun cuando ·se produzca como reacción
sensorial _d iferente a la de lt~- visión, o se desvíe hacia
obras de música y poesía lejanas del mundo visual. Éste
es, en efecro, el equívoco en que incurre n muchos críti-
'. cos y artistas que al hablar de la image n no saben pres-
' cind ir de su aspecto figurativo.
Por el contrario, e 11 mi opinión, existe una éxtensa
,r gama de imágenes qu e tomando e n cul!nta esas conside-
'.. raciones, podremos cal ificar, sin incurrir en Jo merafó-.
rico, como imágenes musicales, poé ticas, plás ticas, a las
que considero embrio nes formales no totalm ente encar-
nados, aún en espera de traducirse e n obras de arte, y
que carecen, por tanto, de muchos de Jos atribucos de la
' . obra definitiva. Admiro, además, que a quien goza del
arce le es posible formar sus propias imágenes estéticas,
identificables con su capacidad de adaptación a las cuali-
dades formativas de la obra de ane que le es ofrecida y
en la cual participa.
Si el error de mucha de la psicología clásica fue el de
referir toda imagen a su apariencia perceptible, despojada
19

1 .
20 EL DllVIlNIR DE LAS ARTES
_,
,.¡-·
. <
IMAGEN B IMA G INAC IÓN 21

de autOnomía, reduciendo usí la imaginación arttsnca a prescindir de roda implicación gnoseológica y de todo
una mera e laboración de datos sensoriales, sería también mecanismo operativo.
peligroso admitir la posibilidad de una imaginación (crea- Resultan , pues, superfluas las distinciones ulteriores
dora) desarraigada de todo elemento fenomenologico.
Considero, en efecto, que es esencial establecer distin-
ción entre los dacos fenomenológicos (como nos Jos des-
[ enrre imágenes eidéticas e imágenes alucinatorias, enrre
percepción y alucinación -d istinciones cuyo interés cae
de lleno en el campo de la neuropatOlogía• El hecho de
criben Husserl o Merleau-Ponty! por ejemplo, en sus que las ··imaginaciones'", en el sentido que he formulado
especulaciones) y la posible presencia de una corriente de imágenes artísticamente creadoras, incluso exrraper- ·
imaginativa aurónoma, autocreadora, autócrona, para la ceprivas, pueden originarse en elementos seudo o rrans-
que los datos de la experiencia pueden a lo sumo servir perceprivos (como puede suceder en algunos estados alu-
como premisas, base o puntO de partida. 3 cinatorios, espontáneos o inducidos) no disminuye su im-
Y aquí, en mi opinión, surge la necesidad de una dis- portancia para las succsiv¡tS formulaciones de la obra de
tinción más precisa entre la imagm (considerada en gene- arre. Antes bien, opino que esra distinción es la única
ral como derivada del dato perceptivo) y la imaginación, que nos permite conferir a la actividad creadora del
que es accividad creadora exrrapercepriva. • hombre su dignidad y autonomía propias, exrracognosci-
Naturalmente este punto de vista no contradice ni la rivas y extraperceptivas.
posibilidad de admitir como suficientemente válidas las
formulaciones ··gestálticas" de la forma percibida, consi- 2. Imaginación y percepción
derada como totalidad y plenitud, ni las más recientes
teorías transaccionisms, que -<:omo tendremos ocasión de Si, por el contrario, fijamos nuestra atención en la impor-
comprobar- asignan cada día mayor importancia a datos tancia que tiene e l e lemento perceptivo en el disfruce de
de experiencias pasadas, hipótesis o supuestos, premoni- la obra de arr.e, e n especial por su constante mutabilidad
ciones, anhelos y a tOdo -tam bié n a lo creador- capaz de ' en el transcurso del tiempo, es preciso conceder suma
acrccenrar el valor y la plenitud de la imagen. importancia al exame n de las transformaciones que se
Si limiramos, pues, nues?ro razonamiento al campo del presentan ante nuestra actitud - no sólo psicológica sino
arre (aunque creemos que debiera tener validez rambién puramente fisiológica hacia el mundo externo, y de ahí la
fuera de él), veremos cómo esto nos permitirá una vez mucación incesante, aunque imperceptible, de nuestros
más asentar nuestro punto de visra sobre la concepción modos de percepción.' '
goerhia11a del proceso formati<·o, como lo hicimos en nues- Tiene gran importancia, para )a comprensión de las
tro anterior volumen. • formas artísticas de cualquier época, tener en cuenta la
En efecro, proceso formativo -<> Ges1altu11g- no quiere diversidad de las percepciones que al hombre se le ofre-
decir únicamente forll'latividad ese ncial, connatural, pre- cen. Lo he afirmado muchas veces, y sobre este punto
sente. er. codo proceso, tanto en ·el que realiza la natura- abundan los esrudios. 8
leza como en el que el hombre elabora, sino que a la vez Hay ejemplos clásicos -sobre los que tendremos oca-
significa formatividad de la imaginación, de esa cualidad sión de volver en los capítulos respectivos- de la diversi-
de la menee humana activa aun más allá del dato '"feno- dad de l<~.s reacciones a la consonancia y a la disonancia
ménico'", presente también en el momenro del suspenso en algunos trozos musicales, de la diferente reacción a
a que nos obliga la percepción (dicho con más claridad, a la sonoridad de un verso, a los estímulos del espacio y la
la época en que ésta se presenta), y activa también para perspecriva, ere., datos que de "hecho no es posible elimi-
22 ' DE LAS ARTES
EL DEVENIR
IMAGEN E IMAGI NACIÓN
nar y ~cerca de los que existe abundante documentación
(bastaría recordar. la curiosa comprobación del hecho de ' 3. Percepción y transacción
que" en los albores de la fotografía la "lectura" de la
misma, era difícil para algunas personas 9 y la existencia, ¿Hasta qué punto podemos considerar nuestra vida con-
todavía fác il de comprobar, de análoga dificultad de "lec- dicionada por el ambiente, por las experiencias pasadas,
tura" del cinemarógéafo en ind ividuos no habituados a por las intenciones futuras, y hasta cuál liberada nuesrra·
ese medio, para no hablar de las diversidades morfológi- conciencia de Jos daros de nuestra memoria? ¿Hasta· qué
cas y estructurales de la audición y la visión entre pue- punto, por el contrario, nuestro gesto, bien sea en su más
blos "bárbaros" o cualesquie ra otros sin contacto con humilde acepción de gesro u rilitario y de comporra-
nuesrra civilización). A ese propósito quiero anticipar que mienro, bien en la de gesto creador y artístico, adquiere
es imposib le pretender que n~esrra acritud perceptiva, di- un significado, únicalllente como resu ltante de gestos pa-
ferente, como es lógico, de las de los ind ivid uos de otras sados, estímulos vividos, y actividad imaginada?
épocas, cuyas obras han llegado hasta nosotros, pueda ser Si la percepción se halla en la base de todas nuestras
equiparada a la de aquéllos, es decir, retrotraerla a "sus man.ifesraciones conscienres, ¿hasta qué punro está consti-
días"'. No hay duda de que los elementos de ritmo , sime- tuida por elementos autónomos, a los cuaJe~ nuestra par-
tría, asimetría, contraste cromácico, perspectiva, escala, ticipa~ión no añade ni dimensión ni valor, y hasra qué
etc., han sido erlebt (vividos) de manera un tamo d iversa punto está en cambio relacionada con nuestro pasado y
por los hombres de épocas le janas; esto nos hace dudar co n nuestro ·futuro, pero vinculada a una direcr'riz de la
grandemente de nuestra posibilidad de juzgar y apreciar que jamás podremos sustraernos? La respuesta a estas
críticamente esas antiguas mat'lifestaciones creadoras. Du- preguntas y . a otras semejan res que iluminan ·¡a relación ·~
i .
dar, se enciende, de la posibilidad de que nuestros juicios entre percel:'ción y significado, entre significado y acción,
sean superpooibles con los del pasado; oo dudo en cam- nos llevaría muy lejos, haGia se nderos peligrosamente '··
bio que sea lícito exponer un juicio actual acerca de abruptos, hacia resbaladizas pendientes. Bastan estas dos
óbias que ya no son actuales, siempre que tal actualidad
de juicio no pretenda ser también actual idad pe,·ceptiva.
elementales metáforas para expresar cómo toda nuesrra
capacidad significativa, comu.nicariva y de disfrute está
...
,. Podemos, por consiguiente, aceptar la actualidad perenne basada eo experiencias vividas - por nosotros o por otros .,
antes que nosotros- de cualquier modo hechas nuestras: -~
de la obra de arre, por aquellos de sus componentes for-
males capaces de salvar los milenios y provistos de una experiencias innegables que únicamente adquieren sabor,
capacidad informativa y comun icativa rrasconceprual y significado, valor, cuando están ligadas a nuestra habitual
trascronológica; pero no podemos pretender qu e nuestra facultad de ideación. ·
acritud respecto a tales obras coincida con la de los hom- Greo, en efecto, que la eficacia de las experiencias pa-
bres de aquellas épocas. Esto nos perm ite, sobre todo, sadas, para determinar y construir el sustrat0 de los daros
.. .;.
sostener que la acritud respecto a tales obras coincida con perceptivos y 'Cognoscitivos válid os, c~mo base de nuestra
la de los hombres de aquellas épocas. Esro nos permite, rora! .actividad presente y futura, y la persistencia de tal ·
sobre todo, sostener que lá actitud del público y la "fun- bagaje de experien€ia, sirven para determinar en rodas las
ción" asumida por el arre fueron diferentes en las diver- situaciones, 1<! coexistencia d·e una premisa -con frecuen-
sas épocas, fu nción que creemos hoy poder identificar ciá inconsciente- construida lentamente a través de cada
con la de la nuestra mediante una grave '"violación" histó- una de las etapas .d e nuestra vida pasada y de la última y
rica y psicológica. 1 o más reciente experiencia(. presente.' ' Podremos, pues, .~
conce bir la totalidad de nuestra ~OI)Cienc ia casi como una

h .. -
24 EL DEVENIR DE LAS ARTES I~AGEN E IMAGINACIÓN 25

·- gruesa perla culrivada que se ha ido desarrollando y con- siderado, aceptando, al menos en parte, 1:15 opiniones de
densando en rorno de un núcleo inicial preconsriruido la escuela rransaccionista,12 como una incesante coniente
(que en nuesrro C:ISO es ese quid que el ambienre, la he- de "transacciones" en la que participa el i,ndividuo y de
rencia y la atmósfera c~tural nos trasmiten), al derredor las que provienen muchas de sus experi~ncias. Por lo
del cual se van deposilando, poco a poco, los estratos tanto, roda transacción lleva implícitas numerosas cuali-
concéntricos de las sucesivas impresiones sensoriales, dades cooperantes y hace que roda circunstancia de la
hasta llegar a la ú ltima capa perceptiva, que lo es única- vida pueda verificarse solamenre a través de una deter-
mente por cuantO el imperceprible proceso de creci- minada acción, basada a su vez sobre un complejo de da-
miemo, al cual se hallan sometidos los daros de nues- ros perceptivos, dcrerminados por hipótesis y supuestos,.
tras sÜcesivas percepciones, se ha derenido momentánea- a su vez extraídos de experiencias pasad:IS.
mente. Esto no quita valor ni peso a los daros reunidos en su
(A modo de inciso digamos también que el complejo tiempo por la psicología de la Gestalt 13 que tan notoria
fenómeno de la creación arrísrica, sobre el que en breve importancia tuvieron para la Estética. El hecho de soste-
volveremos, podr:í represenrarse, por un proceso análogo ner que codo objeto artístico, todo inicio de creación
de consrrucción, por esrratos concéntricos superpuestos. tiende a asumir una determinada configuración; el carác-
Mejor que discutir la· existencia de un momento inicial y ter de integridad y totalidrrd de la forma y el concepto de
de otro final de la obra, mejor que insisrir e n la ideal "campo de fuerzas" que tiende a mantener un estado de
terminación de la misma desde el momenro en que se equilibrio estable, la rcnden'cia a la "buena forma", la or-
concibe, o viceversa, en la inutilidad del exame n de los ganización demro de rodo campo configurativo, etc., son
sucesivos esrraros de sedimenración, podremos en verdad datos que de hecho han servido para esclarecer notable-
considerar que el núcleo inicial de la obra equivale al mente la comprensión del mecanismo creador y de dis-
corp~sculo, acaso de vil mareria, iniciación del naci- frute de la obra de arte (y en general de la compleja
miento de la perla, aunque en sí mismo no era otra cosa formación de las percepciones). Y sin embargo es esencial
que "cuerpo excraño"; como no era otra cosa que ele- darse cuenta de que e l gestalti.uno no sarisfacía plenamente
mento sensorial, neutro y amorfo, el embrión que debía la cumplida interpretación de muchos elementos percep-
dar origen a la subsiguiente obra de arre. En tanto que tivos y esréricos que alteraban el orden previsto por tal
podemos considerar "obra lograda" la que se obtiene a éscuela. Entretanto en las investigaciones de Ames y sus
través de una superposición determinada de "estratos" discípulos reaparecieron antiguos conceptos (como' los
su,esivos; aun cuando no sea posible dererminar cu:í.l sea sustentados por Helmholtz) según Jos cua les las expe-
el estrato definitivo -<¡ue con frecuencia no existe en rea- rienci:IS pasad:15 contribuyen ¡¡ plasmar la percepción pre-
lidad ya que el proceso de la creación puede prolongarse sente, ya que (si~mpre según el genial cienrífico alemán),
aún, si no indefinidamenre, sí con basranre duración. A ésta es la ilación insrantánea einconscienre, formada so-
veces sucede que el boceto de la obra puede considerarse bre todos !os datos sensoriales trasmitidos por el am-
ya plenamente como obra acabada y desarrollada aunque, biente.
sin· embargo, lo esté parcialmenre, mas nada nos vedará Lo que más cuenta en estas concepciones, ya bosque-
opinar que tanto su valor como su esplendor hubieran jadas en las teo rías he lmholtzianas, es la confirmación de
podido enriquecerse con la incorporación de estratos su- la persistencia de los daros asignables a las experiencias
cesivos.) pasadas y su actuar en un nivel, acaso inconsciente, con
Evidentemente, el mismo proceso viral puede ser con- energía .Y eficacia raJes, que continúan siendo v:ílidos aun

.. .
26 EL DEVENIR DE LAS ARTES IMAGEN E IMAG INAC IÓN 27
cuando el individuo tome co nocimiento de u na verdad de 4. lmagm y signifirado,forma y tslrlltf!lra
'techo que contradice Jos propios daros por él percibidos. •
Por esto, cuando Helmholtz ,. señalaba e l fenómeno
producido al mirar un paisaje con la cabeza hacia abajo, a
Naturalmente, el sencillo ejemplo de que m<:< be valido
no escá limitado solamenre al campo de las acres visuales,
..
través de las piernas separadas y observaba cómo en esta sino que puede apl icarse a cada una de las arces, igual-
posición anormal se percibía ese "panorama abstracco" mente, a rodas nuestras accividades de pensamiento y ra-
especial, ran diverso del realista percibido habitualmeme, ciocinio. Examinemos de manera precisa cómo puede
daba en el fondo una respuesta premonitoria a la cono- generalizarse este principio de relación entre acción y
cida observación de Kandinsky al mirar invenida una de percepción," y cómo es pasible valerse de cales puntos
sus pinturas. Y es curioso, e importante a la vez, el he- de partida psicoJógicos para los efectos de un análisis '!lás
cho de que, canco b ciencia oficial como la "herética", amplio del comportamiento humano y de su actividad
que con tanta frecuencia se asombran con los experimen- creadora en el campo del arre.
tos y descubrimientos de los arriscas, hayan observado en Esrablecer la relación enrre acción y percepción, pOdría
dos épocas bastante cercanas un fenómeno casi análogo, considerarse, en efecto, como típico de un proceso ulte-
que habría de cener explicaciones y desarrollos inespera- rio r de reCtificación del alcance de nuestra experiencia -.
dos en los campos de la estética• y de la psicología. ' cognoscitiva que nos permitiría suponer una continua
La observación de Kandinsky, en realidad, tuvo impOr- mediación enrre el sujeto y el ambienre circundante, en-
tancia, no tanto por el hecho de que él se percatara de la tre el objeto percibido y el sujeco que percibe. El indivi-
configuración de un esq uema abstracto - y · sin embargo duo establecería, pues, siempre cierras ilaciones en corno
"significativo", abstractamemc significativo, y ya no re- al mundo en que vive, de rivadas, de prestar una determi-
presentativa y semánti came nte- , s ino porq ue precisa- nada sign ificación a codo estímu lo a.•flbiencnl. Entran e n
mente en aquella época, en los albores de nuestro siglo, juego, por co nsiguiente, en el mismo "modo de percep-
se presentaba la ocasió n, el punw de partiJa para afian- ción", de manera constante, no scÍ>Io los fe nómenos pe r- • j
zarse en la hipótesis de rmbajo que roma <:<n cuenta el ceptivos elementales, sino las presuntiones en que ésros
' elemento que ahora bien podría llamarse, a la luz de las se sustentan. Si la naturaleza específiLa de la percepción se
diversas teorías , la fusión de las inves rigacion<:<s gestállit·as considera como la me diación e nrre el su jeco y el am-
Y trallsacciollislas. La obra pictórica invertida sign ificaba, biente, estará por ello colmada ~e significado y no será
de una parte, la incles tru cci ble permanencia de una Ges- un simple datO sensorial desrinado a se r sometido a un
taft (como lo era In del paisaje visco cabeza abajo, a tea- proceso interprera'rivo ulterior.
ves de las piernas y, por consiguiente, no "legible" como Todo lo que précedc nos permite exrender y ampliar el
paisaje, pero, sin embargo, legible como "todo" co nfigu- concepto mismo de fruición esr6tica liberado del impasse
rativo) y de otra la obligación y la necesidad de admitir la de la vieja polémica entre "emocionalisras·· y .. congnosci-
presencia de elementos asociativos, presuntivos, premoni- rivistas".,. En efeno, si admitimos que nuestra función
torios y, en definiriva, rransaccionalo:s, que, entretejidos perceptiva está car¡¡ada ya de por sí de sigmfirados, esro
con la imagen primordial, padían dar expresión y signi fi- nos permire considerarla completamente diferente de la
cado a aquella pintura abstracta, de otea manera indesci- simple estimulación sensorial de nuescro oído o de nues-
frable e ilegible. tros ojos -estimulaciones puramente sensoriales y des-
provistas de ct:alidad significante- e indinarnos hacia una
discinción entre la "sensación" irracional, al nivel fisioló-
•. •
28 EL DEVeN IR DE LAS ARTES !MACEN E JMAGINA€JÓN 29

gico, y la percepción, siempre constituida por la suma de de quebrantar la 'tendenciá normal del espectador a la
datos sensoriales con elementos mneméricos, volitivos, "lectu ra" uniraria. ' 8 ·
éticos y, por consiguiente, también estéticos." Las obras de arre de 10das las épocas se justifican más
Mas lo que qu iero subrayar, además, es e l hecho de cumplidamente, al comprobar el contraste de la tendencia
que todo elemento perceptivo está liberado de la ele- creadora con las que, en apariencia o en realidad, podrían
mental y a veces excesivamente rígida constancia gestál- ser leyes de nuestra vida perceptiva, esto es, la presencia
tica en que se le aprisionaba y así adquiere una posibili- de una tstrurtura. aun en los casos en que se infringe la
dad interpretativa más libre y fluidi ¿Cómo negar que Gutalt, o sea, de un proceso formativo que se organi:ta
gran parte de nuestra activa facultad de pensar y, con incluso al margen de las tendencias perceptivas normales
mayor razón, nuestra actividad anísricamenre creadora, y "fisiológicas", que tiende a la rramacción entre el mo-
están sometidas a una continua proliferación autónoma, mento creador autónomo y las leyes formales del medio
en la que el elemenro unitario está intencionalmente es- expresivo empleado.
cindido, roro, fragmenrado, con el fin preciso de crear Y, por lo que a eso roca, creo que es oporruno señalar,
unidades nuevas, nuevos organismos "molares", nuevos cuando menos, aquellas que, en mi opinión, se deben
niveles de perceptividad? considerar como diferencias fundamentales entre Gestalt
Si la "roralidad" gestáltica nos había permitido librarnos y estrurtura. sobre todo hoy que se ha venido afirmando
del molesto y engorroso planteamiento molecular del cierta "moda estrunuralisra", eras el despenar del interés
mecanismo perceptivo e ideacivo, podemos superar, tam- por los estudios lingüísticos de Ferdinand de Saussure, •
bién, la hi pócesis con frecuencia dictatorial de la prede- lo mismo que de los formalistas rusos (Sklovskij, Zir-
terminada y absoluca tOtalidad formal, y juzgar como pre- munskij, Jakobson, ere.) y de los norteamericanos (Sapir,
rrogativa nuestra, humana, la de poder añadir e integrar, Bloomfield, Whorf).' 0
de modo continuo, lo que nos ofrecen los daros de nues- Entonces, me parece que, por existir diversos puntos
tra sensorialidad con rodo lo que el am bie nte y la expe- dt: conta cto en tre ambas teorías, deberemos comprobar
riencia nos va imponie ndo. Y. no sólo eso, sino que este que la forma esré implícita e n la "estructura" y no a la
claro conrrasre con la tendencia norma l a la visión unita- inversa. L'l estructura es, así, algo más que una forma:
ria y plena del ind ividuo, nos perm ite justificar la crea- constituye un sistema que puede no serlo formalmente;
c.ión de estructuras complejas ideadas en contradicción corresponde -pam valerse de un· paralel ismo fisiológico
con la "lógica de la forma" tal como la co nciben los ges- fácil- el "sistema nervioso" comparado con una sola neu-
taltistas; operación que me parece bastante frecuente en rona, un solo ganglio. Podremos, pues, admirir.la presen-
el arre de rodas las .;pocas, y con mayor razón en el de cia de una esrructu ra global y unitaria wmbién en pre-
ahqra. El troceado de la estru ctu ra, llevado a cabo en las sencia de "formas diversas", de elementos que no constitu-
nunca bastante mencionadas monedas célticas, o el efec- ye~ una Gtstalt única. Lo cual, por cuanro se refiere al
tuado por el cubismo (subd ivi sión de una figura unitaria problema del arte, me parece de importancia decisiva.
en subunidades arbitrarias en contraste con las normal- De ahí el hecho de que, por parte de muchos estructu-
mente visualizadas) es uno de esos ir.:entos. Otro ejem- ralistas recientes (Lévi-Strauss, Banhes, Jakobson), se
plo sería el de la búsqueda, en varias pinturas abstractas tienda a identificar la estructura artística, antropológica,
(y ames ya en diversas obras decorativas de la antigüe- biolÓgica, con la lingüística; es decir, se busca sobreponer
'. dad) de imágenes "ambiguas" en las que el acento se co- a los diversos lenguajes artísticos las reglas y los princi-
loca precisamen\C sobre la ambigüedad, sobre el intento pios encontrados válidos para el lenguaje hablado; y .que,

1
30 EL DEVENIR DE LAS ARTES IMAGEN E IMAGINAC IÓN 3t

además se llegue a poder proponer la distinción saussu- SIOn manual para dibujar, ere.) que nada tiene que ver
riana entre /angut y parolt (entre lengua institucionalizada con la verdadera capacidad creadora de los mismos.
y lengua "inventada" subjetivamente) también en las arres La confusión entre estados oniroides y estados creado-
que no pertenecen a la palabra, me parece interesante res, entre alucinaciones y seudoalucinaciones, sólo ha ser-
1 desde un punro de vista experimental, pero un tanto vido para complicar este aspecto de la estética "psicoló-
arriesgado si se qwere dar a esas investigaciones un ca- gica". Existen, par consiguiente, además de las verdaderas
1
rácter normarivo como ha ocurrido con frecuencia. imágenes, preimágenes, como existen imágenes recurren-
1 Creo que, en esre punto, es importante intentar esta- tes e imágenes póstumas, rodas susceptibles de ser inter-
blecer una distinción emre el significado que atribuimos cambiadas o confu ndidas, co n la actividad imaginativa
a la obra arrísrica, que puede csrar totalmente alejado de creadora de la que el artista está, o puede estar, dorndo,
cualquier implicación conceptual y que mejor designa- Con bastante frecuencia algunas de esas preimágcmes· in-
ríamos con el té rmino "significación" (de acuerdo con el· terpuestas entre la image n· y la percepción, son absoluta-
conocido punto de vista de Clive Bell) y el "significado"
propio de un razonamiento lógico, cienrílico, matemático.
Es indiscutible que pueden producirse percepciones "con
mente in<lependienres de la voluntad y según Ehrenfels
estarían basadas en un con renjdo sensible, ligado a la pre-
sencia, en nuestra conciencia, de elementos cualitativos
-
1 el rabillo del ojo", de las que, sólo parcialmente, somos preexistentes a los que se suman, después, propiedades
conscientes, o totalmente ioconsciemes, pero que perma- formales ya más articuladas.
1
necen en un sustrato marginal de nuestro bagaje de im- ¿Cuál es, entonces, el destino de las imágenes y de qué
1 presiones sensoriales y llegan finalmenre a comribuir a la modo es posible concebir su eficacia? Ciertamente, su
creación del complejo patrimonjo de imágenes en que se destino es su devenir, es decir, su capacidad de metamor-
• articula nuestra rotal experiencia. Pero esa distinción fosearse en algo más preciso y articulado que poco a
•1 debe ir aún más lejos, hasta llegar a distinguir entre la
que hemos llamado "imagen artística" (cargada de pecu-
poco, va adquiriendo las características definitivas de la
obra de arte. Por esro creo que es posible considera r la
liar contenido patético y fantástico) y la imagen eidética imagen como ímimamente ligada a ese pr9ceso formativo
1'
normal que, según las conocidas investigaciones de y simbólico que permitirá trad ucir un primer esquema
•, .
·-.
1-
Jaensch, tiene más vivacidad en unos individuos que en
otros, pero que de cu<1lqu ier manera no debe ser confun-
" indiferen ciado" en una es tructura orgánica y homo-
génea.
dida con una caracter ístiCa de vitalidad artística ni de pre-
cisión. La eidttiJfbe A 11/agt, que es la cualidad precisa que
tienen algunos sujetos para la captación de imágenes vi-
suales y su representación neta y casi piCtórica, nada
tiene que ver con la que puede ser cualidad imaginativa
del pintor ca¡>az de imaginarse la imagen artística, aun an-
• tes de comenzar a pintar.
Muy a menudo, en efecto, se establece una evidente
confusión enrre las peculiares acrirudes de artistas céle-
1 bres, derivadas de esa aguda e hipernormal facultad sen-
sorial (la memoria musical de Mozart, la memoria visual
• de distinguidos artistas e hisroriadores de arre, la preci-

1
IV. Art Nouveau

Si la curva larga, sensitiva, evocadora del taUo de un lirio, de una ante-


na de insecto, del filamento de un capuUo o, en ocasiones, de una
llama sutil, la curva ondulante y flúida que, entrelazándose con otras,
brota desde los rincones y cubre asimétricamente todas las superficies
aprovechables puede considerarse el leit motiv del Art Nouveau, enton·
ces la primera obra Art Nouveau que puede señalarse es la cubierta
del libro de Arthur H. Mackmurdo sobre las iglesias urbanas de Wren,
publicado en 1883 e ilustrado en la página 86 como un ejemplo de
las Artes y Oficios en Inglaterra. El nuevo mensaje de libertad y ori-
ginalidad, de línea delicada y, q~izá, de terminación y rdffinement fin
de siecle, partió de Mackmurdo · y otros pocos diseñadores ingleses
como, por ejemplo, Heywood Sumner, 1 y llegó hasta ese brillante
décadent Aubrey Beardsley,2 que tuvo sólo ocho años para mostrar su
genio cuestionable antes de morir, en 1898, a la edad de veintiséis.
Había comenzado como un trasnochado continuador de los prerrafae·
listas y roto con ellos en 1892 mientras estaba trabajando en las ilus·
traciones de la Morte d'Arthur. En su viñeta La violoncelista, de 1893
(lám. 37), la influencia de Rosselli y Burne-J ones es todavía visible,
aunque la forma de la cabeza es más alargada, las manos más largas
y nerviosas, y los contornos de la figura componen, junto con los
esbeltos tallos de los girasoles, un diseño casi independiente de las
referencias naturales. Este hecho enlaza especialmente a Beardsley con
los ideales del Art Nouveau. Un ejemplo muy completo de su caligra-
fía excesivamente personal y outré es el d ibujo Sigfrido (lám. 36).
publicado en 1893 en el primer número de The Studio. La disposición
de las breves curvas en e, de las florcitas y las líneas de puntos dimi-
nutos, es diferente de la modalidad de cualquier otro artista. El modo

63
.,

cómo Beardsley cubre los troncos de los árboles, los tallos de las flores vital. En Munch, pintor fuerte, sano y poco ~rtificioso, ésta fué una
y el cuerpo del monstruo con ornamentos delicados, muestra cuánta fase pasajera. Pronto desechó los manierismos del Art No uveau Y de él
es su indiferencia por el significado de la escena representada. Su retuvo sólo las cualidades genuinamente decorativas, ben~ficiosas para
única preocupación es la decoración: un gracioso despliegue de virtuo- el desarrollo de s u estilo monumental. Incidentalmente, lo mismo pued~
sismo gráfico. Todo eso nada tiene que ver con Sigfrido ni con Wagner -decirse de Hodler, para quien, de un modo similar, el Art Nouvea~ -s1
y sólo muy poco con la seriedad de los prerrafaelistas, Morris y las podemos llamar Art Nouveau a su estilo de la última década del Sl~lo:­
Artes y Oficios.3 fué sólo un medio de conseguir la claridad ornamental de sus paisaJes
y pinturas murales posteriores.
Beardsley tiene un planteamiento y un estilo gráfico semejantes a los
de Toorop en esos mismos años, como será evidente para quien re- Pero el Art Nouveau como movimiento no pertenece exclusivamente al
cuerde ·La je vacilante, citada en el capitulo anterior (lám. 34) . arte pictórico ni, a decir verdad, el término se aplica, por re_gla gene-
Las tres novias, una pintura hecha dos años después, es decir en 1893 ral, a la pintura. Significa habitualmente una mo~a _decorativa br~ve
(lám. 39), muestra, quizás aún con mayor claridad, las características pero muy importante, y si las obras de pintores y d1bu1 antes h~n tenHl._o
del A rt Nouveau en términos de una composición de figuras. Desaten- aquí precedencia sobre las de arquitectos y diseñado:es, la ~azon es qu_e
diendo por ahora el contenido místico de la tela, necesitamos ?Ólo mi- la nueva moda ornamental apareció en cuadros, 1lustrac10nes de li-
rar sus largas. curvas, la esbeltez de las proporciones, la delicadeza bros, etc., antes que en las primeras obras de sus dos creadores.
floral de los cuerpos y miembros, y los perfiles extrañamente oblicuos,
para reconocer las mismas fuentes inglesas que en Beardsley y el mis-
Éstos fueron Louis Sullivan en Chicago y Víctor Horta en Brusel~s-_
4

mo esfuerzo consciente por obtener un diseño complicado, sinuoso,


entrelazado y cubriendo toda la tela. Es pro bable que Sullivan -
(1856-1924) haya sido esencialmente ong1·
1 T
1 nal, pero Horta (1861-1947) debió estar bien informado d~ os u ti·
i
_¡ mos progresos alcanzados en Inglaterra y e~ el continente.~ El art_e
O miremos de nuevo El elegido de 1-Iodler (lám. 33), únicamente desde
ornamental de Sullivan permaneció aislado, mientras el de Ho~ta suscl·
el punto de vista de las formas que prefiere su autor. Reconoceremos
taba un furor que por unos pocos años inflamó a la mayo:la de lo:
como Art N ozweau las líneas alargadas de las vestiduras y el cabello de · · como
' SulllVan llego
, d l contm'ente Sigue siendo un mlsteno
los ángeles, el fino tallo del arbolito del centro, alguilas de las flores 1 pa1ses e · · f
a desarrollar esas curiosas marañas de zarcillos, berzas, hops esto·
sostenidas por manos largas y delicadas y los tor tuosos movimientos
de esas manos. 1 nea das y arrec1'fes d e coral.o ¿·Pueden descansar realmente sobre terre-
nos más promisorios que la Botánica de Gray? Por l~ época en q~e
O tomemos El grito de Munch {lám. 35) . Ya hemos subrayado la im- diseñaba los interiores del edificio del Auditorio en ChlCago, ~ decir,
portancia de las amplias curvas como portadoras de expresión. Esa 1888 su estilo ornamental había alcanzado ya su madurez (lam. 40).
importancia es todavia mayor en su litografía Madonna (!ám. 38), eje- ~ arec: de nuevo en la sinagoga de Anshe Ma'ariv de 1890-91 y, en
cutada en 1895 según una pintura de 1894.. El largo pelo ondulante y to~a su libertad, en la tienda Carson Piric Scott, de 1903-04, _de la cual,
el movimiento sinuoso de la figura, las líneas oscilantes del fondo y, por razones muy diversas, añadiremos algo más tarde. El . Ideal orna-
sobre todo, el extraño marco con el embrión y los flotantes espermato- mental de Sullivan era una "decoración orgánica, apropiada a una
• • " 7 y por eso
zoides, hacen de esta obra uno de los ejemplos más notables de pin- estructura compuesta sobre líneas amphas Y macizas ' d
tura Art Nozweau, de aspecto original y cautivante, independiente de la no podemos comprender su teoría de funcionalismo riguroso, trata a
tradición, Ilero cuestionable en cuanto a su equiiibrio moral y su valor en un capí,t ulo anterior, sin una atenta mirada a su fluyente ornamento,

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64
t,

'
1
XIX. En efecto, puede trazarse una línea que va desde la tracería de
varios artistas franceses venían trabajando independientemente siguien-
. , hierro fu ndido fabricada por la Coalbrookdale lron Company y em-
do tendencias parecidas. Emile Gallé (1846-1904), en el arte del vidrio,
y Auguste Delaherche (nacido en 1857), en, el de la cerámica, son los 1 pleada, por ejemplo, por P orden en Eaton Hall (1803) y en Eccleston
Church (1809) , 14 hasta los comienzos de la fundición de hierro orna-
nombres más importantes. Gallé, en efecto, había comenzado a exponer
objetos de cristal de _colores fantásticos y de una delicadeza en modo mental por la Manufactura del Estado Prusiano en 1804, que culminó
alguno victoriana, ya en 1884.1 1 Sus formas (lám. 44) se basaban en en el monumento de Schinkel a las víctimas de Berlín en la guerra
la profunda fe de Gallé en la naturaleza corno única fuente legítima de napoleónica ( 1821), contínuando hasta la rica ornamentación de hierro
inspiración para el artesano - algo de la fe en lo orgánico que hemos . de la Coal Exchange de Bunning en Londres (1847-49) 15 Y el Oxford
encontrado en Sullivan y van de Velde. Museum (1857-60), por ejemplo, y así hasta la Maison du Peuple de
Horta en Bruselas, de 1896-99, la Old England Store de Paul Saintenoy,
La influencia de los trabajos de Gallé ~ sin duda amplia, aun antes de 1899, también en Bruselas, y la tienda Samaritai"ne de Frantz Jour-
de que Bing abriera su comercio en 1896 y los expusiera de modo dain en París, de 1905. En todos estos casos la naturaleza dúctil del
permanente. Pues Louis Comfort Tiffany (1848-1933) había comen· metal f ascínó a los diseñadores. Horta no hubiese podido obtener las
zado a producir su cristal Favrile ya en 1893 (lám. 45 ) .12 Uno de los libres contorsiones en tres dimensiones de la parte superior de la esca-
diseñadores de Tiffany, según se dijera el profesor Hitchcock, trabajó lera de la rue de Tu rín N9 12, si no hubiese utilizado el hierro.
más tarde para Bing. ..
Siendo así que la dependencia de Francia respecto de Bélgica, tanto en
Entre 1895 y los primeros años d~l siglo XX, el A rt Nouveau estaba lo tocante a este punto como en todos los que conciernen al A rt Nouveau,
tan en boga en Francia como en Bélgica.1 3 La exposición de 1900 en parece ahora, en. conjunto, establecida, 16 lo interesante acerca de Ale-
París está llena de él. El Métro construyó sus nuevas entradas de esta- mania es que, a pesar de haberse incorporado al movimiento también
ción en estilo francamente Art Nouveau, según los diseños de Héctor después que Bélgica, mantuvo una actitud sorprendentemente in transi-
Guimard (1867-1942), uno de los arquitectos más interesantes del mo- gente en las obras de ·s us mejores artistas. En 1895, es decir, dos años

'
vimiento. Proyectó también el Castel Béranger, g rupo de casas de antes de que una exposición celebrada en Dresde en 1897 hiciera co-
departamentos en la rue La Fontaine N9 16 en Passy, París (Iá- · nocer a van de Velde en Alemania, un grupo de jóvenes artistas ale-
mina 46). Esos bloques, edificados en 1894·-98, son menos satisfacto- manes había dado comienzo a su carrera con objetivos similares a los
rios, arquitectónicamente, que la casa de Horta en la rue de Turín, suyos.17 Sólo pueden darse aquí unos pocos nombres. 18 Otto Eckmann
pero presentan las mismas desbordantes efusiones ornamentales. Y, en y Hermann Obrist son las dos personalidades más interesantes durante
muebles, la moda fué tan grata para los artesanos como Louis Majo- los años 1895-98. Después de esa fecha, la Sezession vienesa pasó a la
relle (1859-1926) y Augustin Daum (1854-1909) de Nancy, y para los
vanguardia. Eckmann 19 (1865-1902) había sido pintor hasta 1894.
diseñadores como Charles Plumet (1861-1928) (lám. 47) y Tony Sel-
Luego, igual que Morris y van de Velde, se convirtió: quemó todos
mersheim (1840-1916) , como para los fabricantes inescrupulosos.
sus cuadros y se· dedicó a diseñar. Cuando, en 1895, Meier-Graefe
pudo dar comienzo a la publicación de Pan, una revista de arte Y lite·
En la arquitectura de exteriores la contribución más notable del Art
ratura modernos en Alemania, Eckmann diseñó la decoración de varias
Nouveau va unida a su estimación p or el hierro. El uso del hierro en (
páginas · (lám. 48) . Su estilo ornamental es completamente diferente del
las fachadas no era nada nuevo. (Sus aspectos funcionales se discutirán
de Horta y van de Velde y, sin embargo, original e imponente, es
en el próximo capítulo) . Las ventaj as ornamentales del hierro para los
igualmente representativo del Art Nouveau : de nuevo un diseño plano,
frentes tampoco fueron un descubrimiento de los últimos años del siglo
69
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1
ni comprender su ornamento sin un vívido recuerdo de la austeridad láminas 42 y 43 fueron fabricadas para su propia casa en Uccle, cerca
de los bloques y líneas principales de sus edificios. de Bruselas, en 1894 ó 1895. Son Art Nouveau en el libre juego de sus
cur vas, pero al mismo tiempo esas curvas están llenas de una tensa
En eso se diferencia de Horta, el cual es siempre -si no por com· energía que es muy diferente de la gracia voluptuosa de las líneas de
pleto, al menos primordialmente- un decorador. El magnum opus de Horta. El ornamento del genuino Art Nozweau es un fin en sí mismo,
Horta es su primer edificio, la casa de la calle Turín N9 12, Br uselas el de van de Velde se propone ilustrar la función del objeto o parte
(lám. 41). Su fecha es 1893, y la decoración de su interior, especial- del objeto al que va aplicado. Van de Velde postula un arte ornamen-
mente la memorable escalera, depende enteramente de ese leit motiv del tal basado en leyes casi científicas de atracción y repulsión y, por lo
Art Nouveau que hemos analizado a propósito de los diseños de Mack- tanto, tan poco arbitrario como lo es la creación del ingeniero. Aquí
murdo, Beardsley y Toorop. No se · sabe hasta qué punto podía estar se hace visible la conexión que existe entre su admiración por la má-
Horta informado de ellos, pero Henry van de Velde, su aliado más im- quina y su propio estilo artístico, 10 una conexión que difícilmente hu-
portante en la lucha por la imposición del nuevo estilo ornamental, había bieran hecho sospechar la mayoría de sus obras ultradecoradas de alre-
visto las primeras obras maduras de Toorop con el más vivo deleite, dedor de 1900. Con todo, en la época en que su fantástico interior de
según dijo el mismo van de Velde al autor de este libro. la barbería de Haby en Berlín era nuevo (1901), el público estaba
terriblemente escandalizado por la franca exposición de las cañerías
En cuanto a las relaciones de los j óvenes belgas con Inglaterra, van de de agua y de gas y de los conductos para la instalación eléctrica. "Uno
Velde las ha descrito así : 8 A. W. Finch (nacido en 1854.) fué quien no lleva sus tripas como cadena de reloj , de una parte a otra del cha-
descubrió el renacimien•o de los oficios que se había p roducido en leco", fué el comentario de los berlineses sobre esa extraña mezcla de
Inglaterra. Era un pintor de ascendencia semi-inglesa, que más tarde funcionalismo y Art Nouveau.
llegó a ser ceramista. Compró unos pocos objetos que impresionarán
fuertemente a sus amigos. Eso fué alrededor de 1891. Poco después, En las sillas de Uccle, predomina el aspecto funcionalista de las acti-
Serrurier-Bovy en Lieja, fabricó los primeros muebles bajo la influen- vidades de van de Velde. La unidad de gracia y energía de tales obje-
cia inglesa. Muy pronto, escribe van de Velde, el estilo extranjero ~e tos inspiró a E. de Goncourt su excelente y profético término "estilo
transformó en algo belga. Al decir esto, alude evidentemente a sí mis- yate", que acuñó cuando las obras de van de Velde fueron dadas a
mo. Pues guarda completo silencio sobre el papel que repre~entó Horta conocer por primera vez al público de París. El reconocimiento de van
y también sobre Paul Hankar (1861-1901) , el primero en recoger el de Velde se debió a S. Bing, mi. comerciante en objetos de. arte de
estilo de la calle de Turín. 9 Aun4ue esta omisión dismin1.1yc sin duda Hamburgo, que abrió un comercio de arte mode~no en la rue de Pro-
el valor histórico de la relación de van de Veldc, no por eso es menos
vence en 1896. Bir.g y el crítico de arte alemán l\~eier-Graefe habían
cierto el hecho de que la suya fu6 la inteligencia más amplia y filosó- descubierto la casa de van de Velde en Uccle, y el primero invitó al
fica entre los jóvenes arquitectos y di~eñadorcs de Bélgica.
artista a diseñar cuatro habitaciones para su galería. El efecto en
Francia fué inmediato : furiosas críticas por un lado, dirigidas por
Ya lo hemos encontrado como teórico. Como artista, empezó pintando
Octave Mirbeau ·en el Figar~, y entusiasta imitación por el otro. Los
en el estilo de Barbizon y luego en el de los neoim;:>resionistas. Fué
adversarios previnieron a todos los diseñadores contra el peligro de
probablemente en 1893 - tenía entonces treinta años-- cuando Wiliiam
sucumbir al encanto, y señalaron la excelente posición comercial que
Morris y su doctrin~ atraj eron s u atención y lo hicieron renunciar a la
el arte industrial de Francia había alcanzado permaneciendo fiel a las
pintura para consagrarse al arte aplicado. Diseñó empapelados, bro-
tradiciones del siglo XVIII. Los simpatizantes convencidos del nuevo es-
cados, ·a ecoraciones de libros, muebles. La~ sillas que vemos en las
tilo pusieron de relieve el hecho de que desde hacía ya algún tiempo
66
67

1
.
f'

con largas curvas graciosamente entrelazadas, y en el que se siente medad decorativa conocida como l'Art Nouveau".22 Ello es por cierto
una vez más la alegría de trazar muchas líneas armoniosas.
digno de atención (y sin duda debido a razones de carácter nacional) ,
pues las fanciones de las Artes y Oficios en Inglaterra y del Art Nou·
Pero Eckmann estaba del lado de Gallé y contra van de Velde en su
veazi en el· continente fueron en gran parte las mismas. Ambos cons·
fe en la naturaleza. Hace con hojas y tallos lo que van de Velde ha-
tituyen el estilo de tranúción entre el historicismo y el Movimiento
cía por medio del arte abstracto. Este contraste entre van de Ve!de
Moderno.23 Como las Artes y Oficios en Inglaterra, también el Art
y Eckmann y entre "veldianos" y "eckmanitas" ya ha bía sido adver·
Nouveau en el continente tiene el mérito de haber restaurado el tra-
tido en ~903.
20
No está claro dónde encontró Eckmann sus ideas
bajo manual y el arte aplicado. Indudablemente, las Artes y Oficios,
iniciales. Cuando comenzó no conocía a van de Velde y probablemente
al luchar por la honestidad de trabajo y la simplicidad de la forma,
también M~nris le era desconocido. Tampoco tenemos noticias de que luchaban por valores morales rnlis altos que el Art Nouveau. Las Artes
haya existido alguna conexión con Gallé. Pero puede ser útil recordar
y Oficios representan un esfuerzo social; el Art Nouveau es esencial-
que Toorop expuso en Munich en 1893, y que la famosa expos1c10n
mente el arte por el arte mismo.24 Esto es lo que condujo a su fracaso
de Munich en Berlín, que dió origen a tanta controversia, se celebró
final y obligó a los mejores artistas a abandonarlo para seguir ade-
en 1892.
lante en su evolución. Sin embargo el Art Nouveau, al menos en un
aspecto, fué más lejos que las Artes y Oficios. Se opuso, enfática-
En ese año, Obrist (1863-1927), cuyo posterior entusiasmo por el
mente, a toda imitación o inspiración de época. Las Artes y Oficios
arte maquinista ya ha sido mencionado, estaba en Florencia instalando
no lo hicieron. Inglaterra, fiel a su conservadorismo innato, intentó
un taller de bordado que fué transferido a Munich en 1894. El orna-
ser moderna y conservar no obstante las tradiciones. Por esa razón
mento de sus almohadones y colgaduras (Iám. 49) es también menos
y no p~r otra, el Movimien to Moderno pudo encontrar su expresión
abstracto que el de los belgas y franceses. Pero sus formas favoritas
justa sólo fuera de Inglaterra.
tienen sólo vagas remíniscencias de formas determinadas de la natu-
raleza. Evocan tallos tanto como conchas, lo mism~ la piel dentada
Empero, nadie veía entonces esas diferencias entre Inglaterra y el
de los reptiles que el burbujeo y la espuma. 21 Su influencia sobre
continente. Los dos movimientos, Art Nouveau y Artes y Oficios, apa-
Endell es evidente y de importancia históric.a. Cualquier descripción
recían juntos dondequiera que se organizaran exposiciones de arte
del Art Nouveau sería indudablemente incompleta si no se recordase a
decorativo en el continente y nacieran revistas dedicadas a él.
Endell. Con todo, su contribución al Movimiento Moderno propia-
mente dicho, es mucho más esencial que su contribución al Art Nou- El mismo hecho de que aparecieran súbitamente tantas revistas, tu-
veau. Por esa razón, tanto él como otros dos de los más fascinantes vieran lugar tantas exposiciones y tanta gente concurriera a ellas,
diseñadores del Art Nouveau, Olbrich en Viena y Mackintosh en Gran
muestra el vigor de la renovación en el continente. La primera de
Bretaña, deben dejarse para un capítulo posterior.
las nuevas revietas fué, por supuesto, inglesa : The Studio, fundada
en 1893, justo antes de que comenzase la influencia inglesa en el con-
En lo que concierne a Gran Bretafia, se habrá observado que todavía
tinente. Entre los artistas allí discutidos en 1893 y 1894 pueden re-
no ha aparecido en absoluto en esta . revisión del diseño y la decora-
cordarse los siguientes : Beardsley, Crane, Voysey, Toorop, Khnopff.
ción del Art Nouveau. · La razón es·· que, si bien por alg unas de las
Otros artículos se refería~ a los nu~vos muebles de Liberty, al rena-
creaciones de sus Artes y Oficios ayudó a formar el Art Nouveau, se
cimiento de la cerámica en Francia, a la Sezession de Munich, al New
mantuvo, no obstante, apartada casi permanentemente de él, una vez
English Art Clu,b. La primerá de las revistas del continente, Pan, vió
que se hubo afirmado. Walter Crane habla de "esa extraña enfer- la luz en Alemania en 1895. ! ugend y Simplizissimus, ambas princi-
70
7l

1
~ 1

palmente satíricas, siguieron en 1896. En 1897, Art et décoration y


cho muy revelador- la expos1C10n incluyó por primera vez algunos
l!Art décoratif aparecieron en Francia, Deutsche F..."unst und Dekora-
objetos de vidrio coloreado, bordados, cerámica (Delaherche) y libros
tion y Dekorative Kunst en Alemania. Por otra parte, la Revue des
ilustrados (Horne, Image) . Después de ese valiente principio, la expo-
arts décoratifs de París fué reformada en 1897, y en Viena comenza-
sición de 1894 presentó, además de obras de Beardsley y Toorop, em-
ron a aparecer, un año después, Kunst und Kunsthandwerk y Ver
papelados y manufacturas de Morris, platería de Ashbee, libros de la
Sacrum, la revista de la Sezession vienesa. 25 Unos pocos ejemplos de lo
Kclmscott Press, affiches de Lautrec y un interior completo de estudio
que trataban esos periódicos pueden dar alguna idea de los múltiples
amueblado por Serrurier.
intereses de ese momento. En sus primeros años Pan publicó poesías
de Verlaine y Mallarmé, de Dehmel, Liliencron y Schlaf; ilustraciones de ,¡
1' Sólo dos años después de esa muestra asombrosamente completa de
Künger, von Hofmann y Stuck; decoraciones de Eckmann y Th. Th.
las nuevas tendencias, las primeras exposiciones de características se-
Heine; artículos sobre Munthe, Obrist y Tiffany. En Dekorative Kunst
mejantes se celebraron en Alemania y Francia. En Alemania, Munich
und Delcoration encontramos artículos sobre lámparas inglesas, porce-
se puso a la cabeza, reservando para el arte aplicado, dos habitaciones
lana de Copenhague, Voysey, ensaygs .de Endell y Bing, ilustraciones
pequeñas en la Exposición del Palacio de Cristal de 1897. Entre los
de obras de van de Velde, Hankar, Lemmen, Serrurier y Plumet, de
artistas representados allí estaban Eckmann, Endell, Obrist, Th. Fis-
Brangwyn, Ashbee y Cobden-Sanderson, y de Melchior Lechter, el
cher, Dülfer y Riemerschmid. En mayor escala fué organizada la
ilustrador del grupo de Stefan George. En Art et décoration se habla
Exposición de Drcsde, también en 1897, a la cual los organizadores
de Horta y· de van de Velde, y también de La libre esthétique de Bru-
habían llevado secciones enteras de la galería de Bing. Esta galería,
selas, de las Artes y Oficios ingleses, de los primeros cristales de·
que ya ha sido mencionada más de una vez, señala el comienzo en
Lalique y de los muebles de Plumet y Selmershcim. Al mismo tiempo,
París. La fecha de su apertura fué 1896 y su nombre, L'Art Nouveau,
The Studio ilustraba la obra de Tiffan y, Plumet, Aubert y Selmers-
dió su denominación a todo el movimiento, al menos en Inglaterra
heim Y la de algunos representantes alemanes del Art Nouveau.
y Francia. El término alemán /ugendstil fué tomado de /ugend que,
como se ha dicho, apareció en el mismo año 1896; y e1 término ita·
. En la historia de las exposiciones, Inglaterra ocupó otra vez el primer
liano Stile Liberty proviene, hiuto curiosamente, de Liberty, la tienda
puesto. La Sociedad Expositora de Artes y Oficios exhibió obras de
y mueblería que estaba entonces en el Strand de Londres y que du-
artesanía artística en 1888, 1889, 1890, 1893 y 1896. En el conti-
rante la última década del siglo favoreció materiales y colores ade-
nente las más audaces exposiciones de arte de esa época fueron orga-
cuados para los propósitos del Art Nouveau. Así, por pura casualidad,
nizadas por el grupo Les XX de Bruselas, llamado La libre esthétique
26 libertad, novedad y juventud aparecían juntas en los nombres dados
desde 1894·. Exponían cuadros de Khnopff, Ensor, Whistler y Lie-
a este movimiento notable, si bien breve y transitorio.
bermann ya en 1884; de Raffaelli, Uhde, Manzini. y Kroyer en 1885;
de Monet, Renoir, Israels, Monticelli y Redon en 1886. La aparición
simultánea de hombres como Renoir y Whistler por una parte y Ensor
y Redon por la otra, muestra cuán curiosamente entremezclados esta-
ban el impresionismo y el postimpresionismo en s u repercusión sobre
los países extranjeros. En 1887 Les XX habían invitado a sus exposi-
ciones a Sickert y Seurat, en 1888 a Toulouse-Lautrec y Signac, en
1889 a Gauguin, Steer y Klinger, en 1890 a Cézanne, van Gogh, Se-
gantini, Sisley y Minne, y en 1891 a Crane y Larsson. En 1892 - he-

72
73

)
un desarrollo en una dirección tan distinta de la tomada por el Mo-
vimiento Moderno, que uno se desconcierta siempre que trata de asig-
narle un lugar histórico. Sin embargo, es un hecho innegable q11e
sus ornamentaciones en hierro de casas tales como El Capricho en
Comillas, 1883-85, y la casa Güell en Barcelona, 1885-89 (lám. 133)
son, en cada pedazo, tan sorprendentes y originales como las de Mack-
murdo y Sullivan e igualmente cercanas al Art Nouveau. Pero forma
parte de edificios de un loco historicismo pirenaico de derivación
medieval y barroca. El frenesí del estilo de Gaudí se fué haciendo
más y más desconcertante con el lento crecimiento de la iglesia de
la Sagrada Familia, aunque ahora se puede reconocer, quizá, que él
salva la distancia que va desde el historicismo de fines del siglo XI X
a ese Expresionismo de 1920, al cual volveremos por un momento al
final de este capitulo. Para Gaudí ver: Josep F. Rafols, Antoni Gaudí
(Barcelona), 1928 ; para la iglesia de la Sagrada Familia: l . Puig Boa-
da, El Temple de la Sagrada Familia, Barcelona, 1929.
5 M. le Baron Horta, en una carta dirigida al autor, fechada en Ene-
ro 23, 1936, dice que su única intención al proyectar la N9 12 rue
a
Turín fué "de jaire oe_uvre personnelle d'architecte, l'égale du peintre
et du sculpteur qui ne souciaent que de voir avec leurs yeux et sentir
avee lez¿r coeur . .. ", aunque, al mismo tiempo, enfatiza el planteo ra-
cional y la construcción de la casa. Agrega que V oysey y Beardsley
eran desconocidos para él cuando creó sus primeras obras. No men-
ciona a Toorop, tampoco, de manera positiva ni negativa.

IV. Art Nouveau 6 Ciertamente ello tampoco ha sido resuelto por Hugh Morrison en
su Louis Sullivan, Nueva York, Museo de Arte Moderno, 1935, o
en el artículo de Henry R. Hope "Louis Sullivan's Architectural Or-
J tVé:se su decoración de un pórtico y una caja de escaleras en Chal- nament", en el Magazine of Art, XL, 1947, págs. 110-117 (reproducido
o_n S . Peter, 1888. Ilustrado en The British Architect XXXIII 1890 en The Architectural Review, CII, 1947, págs. 111-114).
pags. 26-27. • · • ,
7 Sullivan, op. cit., pág. 189.
2 The Early Work of Aubrey Beardsley Londres 1899 TI 8 Van de Velde, Die Renaissance .. . , pág. 61 y sig.
Later W ork of Audrey Beardsley, Londres, i90l. ' ' y te
9 Ch. Conrady y R. Thibaut, Paul Hankar, Edición Texhuc, Révue
3 Sin _embargo, él podría haber estado todavía impresionado aún
en ~s~ epoca, pdor algunos trabajos tales como los de Rossetti 'y los La Cité, 1923.
gra a os en ma era para la edición Moxon de los Poems de Tenn lO Y también, incidentalmente, la conexión entre su estilo y el hecho
(Londres, 1857), especialmente The Lady oj Shalott pág 75 y;~n de que él proponía la reforma de un estilo "orgánico" en las r opas
P alace of Art, pág. 113. • · • Y e
femeninas.
4 (1852-1926)
dí Un tercero debiera
P 'dproba blemen~e, agregarse a ellos: Antonio Gau- 11 Todavía no puede decirse hasta dónde fué enteramente personal
. ;ro, . esde el comJenzo de su carrera hasta su muer- en estas innovaciones. El autor, en sus investigaciones sobre la obra
te, se mantuvo mas b1en e ~ de Christopher Dresser (ver nota 6, capítulo Il), se encontró con foto·
diferente de cualquiera de omo un exlrano, con una formación tan
los otros pioneros de fines del siglo XIX y grafías de algunos vasos Clutha de Dresser realizados entre 1880 y

214 215
1890, que son extrañamente similares a los de Gallé. Un vaso está
ilustrado en The Architectural Review, LXXXI, 1937, pág. 184. Puede 22 Walter Crane, William Morris lo Whistler, Londres, 1911, pág. 232.
haber sido inspirado por Gallé o independientemente de él. 23 Sin embargo, no es correcto decir en todos los casos, que los
diseñadores verdaderamente creativos en la moda Art Nouveau encon·
12 The Art Work of Louis C. Tiffany, Nueva York, 1914; también traron un camino obligado desde él hacia el Movimiento Moderno.
un prospecto con ilustraciones titulado Tiffany, Favrile Glass, 1896. Hay, también, unos pocos ejemplos individuales de artistas que des-
13 Para una visión americana contemporánea véase A. D. F. Ham· arrollaron sus versiones del Art Nonveau directamente en ese extraño
lin, "L'Art Nouveau, lts Origin and · /)evelopment", The Craftsman, y salvaj e idioma arquitectónico característico de los primeros años
III, 1902-03, págs. 129-143. después de la Primera Guerra Mundial y paralelo al Expresionismo
en la pintura alemana. Los ejemplos son Antonio Gaudí en Barcelona
14 Marcus Whiffen, Stuart and Georgian Churches Outside London, (véase nota 4, capítulo IV), y, de manera aún más sorprendente, H. P.
Londres (1947-4.8), págs. 77-78; también, John Gloag y Derck Brid- Berlage en Amsterdam. Desde la década del 90 Gaudí se había ins-
gewater Cast /ron in Architecture, Londres, 194.8; Richard Sheppard, pirado en la Edad Media catalana, el Barroco español y la arquitec-
Cast lron in Building, Londres (194·5) y ]. Summerson y otros, The tura india, y luego procedió a mezclarlos en una frenética trama sola-
Official Architect, VIII, 1945, pág. 235 y sig. Sobre Berlín véase H. mente posible en la tierra de Churriguera. La iglesia de La Sagrada
Schmitz, Berliner Eisenguss, Berlín, 1917. Familia de Gaudí quedará, sin duda, como un anacrónico monumento
al eterno Barroco meridional. En Berlage no hay nada meridional ni
15 Henry-Russell Hitchcock, "London Goal Exchange", The Archi- exuberante. Sus fuentes históricas fueron las formas nórdicas del la-
tectural Review, CI, 1947, págs. 185-187. drillo de fines de la Edad Media, sobrias, firmes y severas. Sin em-
16 A. D. F. Hamlin en su artículo de hace 45 años (citado en la bargo en su edificio más famoso, el Exchange en Amsterdam, de 1398,
y más aún en su propia casa en el Oude Scheveningsche Weg en La
nota 13) exageró la originalidad y la importancia de Francia. Des-
Haya, que también data de 1898 (lám. 134) , inventó curiosas formas
pu~ de todo, se dice a sí mismo que, ya en 1895, había aparecido un
ornamentales dentadas y puntiagudas, no sinuosas como las de Gaudí
articulo en París abogando por una restauración de la independencia
y el Art Nouveau, pero igualmente originales y atrevidas. Éstas fue-
de los diseñadores franceses de los belgas. Por lo menos uno de los
ron exageradas luego en un estilo completamente fantástico por arqui-
principales representantes franceses del Art Nouveau, era belga: Jean
Dampt. tectos tales como van der Mey (Edificio de la Marina Mercante, Ams·
terdam, 1912) y de Klerck, conduciendo desde allí un camino recto
17 Van de Velde está equivocado al decir (Die Renaissance . ... hacia Dudo k y el año 20. Sobre Berlage ver K. P. C. de Bazel y otros :
pág. 15) que an tes de la Exposición de Dresde "nadie en Alemani~ Dr. H. P. Berlage en zijn W erk, Rotterdam, 1916; J. Havelaer: Dr. H.
había pensado en un renacimiento de la artesanía artística". P. Berlage, Amsterdam (1927).

18 . Para mayor información consultar a Schmalcnbach, op. cit., y más 24 Una ilustración más curiosa y estéticamente más atractiva de esta
recientemente las memorias personales de Friedrich Ahlers-Hestermann inconsistencia es la viñeta del primer libro de C. R. Ashbee (lám. 135) .
Stilwende, Berlín, 1941, y de Karl Scheffler, Die fetten und die mage~ El libro se llama A Few Chaplers on W orkshop Reconstruction and
ren ! ahre, Leipzig, 1946. Citizenship y apareció en Londres en 1894. Trata de la necesidad so-
cial de reintroducir la artesanía y combatir los males de la civilización
19 F. Fendler, edición especial de Berliner Architektur-Welt, 1901. moderna. Sin embargo Ashbee el artista contradice en términos vi-
suales a Ashbee el reformador. El humo de las chimeneas de las fá-
20 Schmalenbach, op. cit., pág. 26. bricas se eleva en curvas Art No!Lveau tan bonitas, el negro hollín
desciende desde las nubes tan delicadamente y la anacrónica barcaza
21 Su forma más eruptiva es el Monumento Oertel de 1901·02, ilus-
trado en Karl Scheffler, Die Architektur der Grosstadt Berlín 1913
. 182, y Ahlers-Hestermann, op. cit., pág. 63. Debe ser' entendido
'
1 con las velas hinchadas por el viento responde tan sensiblemente al
movimiento de la linea de la costa que todo celo reformista es atem-
pag. en'
perado por la satisfacción estética.
conjunción con el ornamento contemporáneo de Sullivan, por una
parte, y de Gaudí por la otra. 25 Por esa época puede notarse un cambio similar de tendencia en
el periódico alemán lnnendekoration. Esta publicación fu é iniciada por
216
217
..

Alexander Koch (1860-1939) en 1890.' Mientras los primeros años


están enteramente dedicados a la decoración de la época, hay, en 1894,
algunas pocas ilustraciones de la obra de Ernest Newton y George
& Peto, y también de papeles para pared impresos por Jeffrey y Essex.
Desde 1895 en adelante comienzan a introducirse las formas del Art
Nouveau. En 1896, Alexander Koch agregó a la lnnendekoration su
Deutsche Kunst und Dekoration. La victoria del nuevo estilo en el
Innendekoration está señalada por la publicación de Koch de las ha-
bitaciones para el palacio de Darmstadt, obra de Baillie Scott y Ashbee.
Él fué en gran parte co·responsable de la fundación de esa colonia de
artistas en Darmstadt que se menciona en las páginas 196 y 197.
Ernst Michalski, cuyo artículo sobre el ]ztgendstil ("Die entwicklungs-
geschichtliche Bedeutung des ]ugendstils", Repertorium für Kunstwis·
senschaft, XLVI, 1925, págs. 133-149) es una contribución sumamente
constructiva a la solución de los problemas del Art Nouveau, fué lo
suficientemente amable de dejarme examinar los volúmenes de Innen·
dekoration.
26 Ma us, op. cit.

1
CAPITuLO 7

LA APORTACIÓN DE LA VANGUARDIA

1 La idea de vanguardia va precisándose a Si bien es cierto que no hablamos de lo


medida que se va definiendo la de modemi~ mismo cuando nos refetimos a lo moderno
dad, resultando imprescindible señalar los per~ e~ arte y en diseño, pues la modernidad en
files de esta Ultima para comprender el senti- una y otra disciplinas adquieren distintos sig-
do y contenido de la primera. Es necesario, nificados, sí es verdad que comparten su
por tanto, adentramos en el núcleo constitu- principal caractelÍstica: 1?- utilización de la
yente de lO moderno para averig-uar los lími- novedad como categoría estética. Tauto el
tes y caractelisticas-de la vanguardia; y el nú- arte cÓmo el diseño modernos se despren-
cleo de lo moderno reside sin duda en [a cate- den defmitivamente del lastre del historicis-
goría de lo nuevo, en io que en cada tiernpu mo para adentrarse en un lenguaje cons-
J' emerge como distinto. truido para su propia época. En arte, esta
La novedad como categoría estética se ha construcción se traducirá en una sucesión
propuesto en diversas <X:a!:iiunes a lo largo de vertit,rinosa de movimientos de vanguardia,
la histmia, ateslii-,ruándose en lodos los mo-- a veces de rasgos muy personalmente expre-
mentos en que, h·ente a lo ~~tiguo, st celebra sivos y en otras ocasiones aliados a la razón,
el auge de lo d~tinto y propio de la époC>t, de pero siempre atenta a proponer una fonna
lo oliginal y lo reciente. Pero si la novedad ha distinta de la que la precede. En el diseño,
sido un eje en lomo ai cual han brirado algunos por su parte, la modemidad se entendió, a!
momentos de la historia de las kmnas, ha sido menos inicialmente, como un proceso que
en el si&rlo XX cuando, de la mano de la van- encontraba su base en la razón~. En e>te sen-
guardia, lo nuevo adquiere otro significado, W) tido, no siempre podemos hacer coincidir !as
significado que une .novedad a drástica ruptu- pwpuestas de vanguardia artística con las pro-
ra, que atenta cOntra todo lo que se babia con· puestas de vanguardia en diseño. La moder-
siderado vigente hasta el momento, que va nidad en ane era, además de la lógica cons-
contra la tradición global del arte. La van~ tructivista, el grito nihilista de los dadas. En
guardia es la hija radical de la modernidad. diseño, sin embargo, la modernidad era e!
Para Adamo, a partir del primer capilak producto acoplado a las exigencias funcio-
mo, toda obra que pretenda prosperar no pue- nales de su tiempo y que, consecuentemen-
. de dejar de advertir la novedad que le ofrece te, variaba su forma y métodos conslrucd-
su tiempo~ El éxito dependerá del aprovecha~ vos en beneficio de la función. Cuandlf ha·
miento de los elementos más progresisla.S que blamos del nacimiento de lo moderno en
aparezcan en su época Adamo encuentra en arte, estamos hablando de movimientos que
la sociedad btrrguesa capitalista lUla revuelta se oponen entre sí, aun compartiendo el
contra la tradición, y por tanto el arte que ideal común de lo nuevo. Cuando habla-
aquélla proporcione dudará también de la tra~ mos del otigen del diseño moderno nos en-
dición en el plano estético. La autoridad de lo contramos, sin embargo, frente a gTupos
nuevo será «lo históricamente necesario» 1, la que se miran los unos a los otros, preten-
tradición ya no es en modo alguno justificable diendo extraer lecciones de las miradas que
desde el punto de vista de su necesidad. se dirigen.
164 • HISTOlUA DEL DISEÑO INDUSTRIAL.: UNA APROXIMAC[ÓN LA Al'ORTACIÚN DE LA VANGUARDlA • 165
......
ceptos diversos: el que vincula la vanguar~ «objetos de ansiedad», esto es, en productos por tanto, de implicarse en la lucha sociaL La
;:. dia a lo social y define como vanguardistas a que generan estupor o duela en el espectador, vanguardia es mucho más que una estética:
aquellos que buscaban un modelo de trans- que no puede aplicar los conocidos arg1nnen- es un modo de' vida y un programa de actua~
foanación política en busca de un modelo tos clásicos para juzgarlos. Obviamente, po- ción individual del ser humano. Una cuarta,
más justo de sociedad, y el que se refería di- demos recurrir al modelo Duchamp para en la leclura del sistema maquinista hereda-
rectamente a los avanzados del arte. Ambas ejemplifiv.1.r la anomalía de lo que lradicio- do de la revolución indtL<;triaL Y en este últi-
acepciones de vanguardia coinciden en su 11almente llamamos arte. Cuando sus objetos mo punto encontramos un daro vinculo en-
estado inicial y se perfilan a través de hu industriales, como el urinario [!Tlj, despla- tre arte y diseüo, pues al fin y al cabo el dise-
~deas de los saintsimonianos, retomadas a zan el objeto artístico, la tradición se voltea y· ño se construye sobre la experiencia de la
partir de la revolución de !830. la identidad del arte parece tambalearse. Al máquina. En el momento en que los diseña-
Sin embargo, la palabra vanguardia fue introducir un objeto cotidiano (por más señas dores se encontraron con wtas formulacio-
concretando su significado a través de la de carga escatológica) en una sala de exposi- nes artísticas que también aplaudían su uso,
creación attística A partir del último terciO ciones, con el objetivo de ser contemplado, se produjo wta confluencia casi natural que
del siglo XIX, el arte se ha apropiado del tér· cambia nuestro modo de mirar. Para Octavio nos ha legado algunos de los más significati-
mino y los avanzados sociales han tenido Paz, los ready-made de Maree! Duchamp son vos objetos dentro de la historia de nuestra
I73. Marcel Duchamp. Futnle, 1917. que autodenorninarse con otros nombres. Si «objetos anónimos que el gesto gratuito del disciplina. Con la vanguardia, la máquina.
bien en !919 Lenin se refiere al partido co- artista, por el solo hecho de escogerlos, con~ adquiere un valor cultural universal, abando-
munista como «vanguardia del proletariado•), vierte en obra de arte))~_ Pero, también en nando ese carácter maldito que había tenido
en el uso más genérico de la palabra tanto co- afumación de Paz., tal gesto disolvería la mis- para tantos artistas anteliores, inmersos en
Las razones del arte y las razones del dise- munistas corno socialistas, anarquistas o libe- ma noción de obra; el interés de estos obje- un sentimiento romántico que no quería de-
ño no pueden ser nunca las mismas, porque rales han dejado de ser -al menos tenninoló- tos dejcuia de ser plástico para convertirse en jar resquicio a cualquier posible síntoma de
el arte -por más que se alíe a sobrias pro- gicamente- vanguardia, para ceder la pala~ crítico o filosófico. deshumanización. Para la vanguardia, la má-
gramáticas- se expande en funciones estéti- bra al arte. Desde que el ténnino van0>Uardia A pesar de todo, la obra de arte es, y ten- quina no deshumanizaría, sino que estaria
cas o simbólicas, mientras que el diseño, se propone como paraguas bajo el que se am- drá una segunda marca que la identificará aliada al pr9greso y contlibuiría a la libera-
ahora más que nunca, y ésa será su gran no- paran los artistas de lo nuevo, se ha buscado como de vanguardia: el rechazo o ruptura ción del ser humano, destenando el exceso
vedad, va a desplegarse en funciones prácti- una caracteiización, un elemento o grupo de frente al movimiento que lo precede, y con- de trabajo y procurándole ocio para crear.
cas. Y ese despliegue condicionará una for- elementos susceptibles de convertirse en sus secuenlement(; la búsqueda de lo nuevo. La Acabamos de delinear, no obstante, las
ma que, por otra parte, predica can insisten- predicado~ unos rasgos que definan las obras idea del cambio, de la mptura, no es exclusi- ca¡acteristicas básicas de las distintas van-
cia que la belleza puede muy bien derivarse consideradas v~rruardistas. va de los movimientos vanguardistas, está guardias artísticas. En diseño, la palabra
de ese tipo de funciones. Con todos los mati- En este sentido, y desde cualquier posi- t:tmbién en la base de todos los románticos. vanguardia adquiere Olla serie de connot.:1.-
ces que queramos añadir, el Movimiento ción que se adopte, una cuestión si parece En una brillante pirueta dialéctica, Paz nos ciones que nos advierten de la disimilitud de
Moderno en diseño se basa, precisamente, clara: la diferenciación entre unas primeras hace ver, sin embargo, la diferencia que se sus procesos. Vanguardia, en diseño, es ir ha-
en la convicción de que la belleza se halla an- agrupaciones vanguardistas que se han deno- establece entre ambos tipos de 111ptura, pues- cia delante en procesos fonnales, pero sin que
tes en ia fom1a que, resuelta conveniente- minado «históricas» y que se extenderían to que si es el romanticismo el primero que los objetos resultantes se conviertan en objetos
mente, sigue a una función, que en una fun- desde los primeros años del siglo XX hasta la apuesta por el rechazo, las vanguardias, al re- de ansiedad. Vanguardia, en diseño, no es tan-
ción anómalamente resuelta por querer enfa- Segunda Guerra Mundial y otras englobada' tomarlo sistemáticamente como punto de to rechazar lo anterior .sino incluir (o positivo
tizar rasgos formales. genéricamente bajo los rótulos «post» o «neo» partida, lo que están haciendo es contribuir a de otros movimientos en su propia rcaüdad.
La vanguardia es, en arte, la culminación -más tarde «trans»-, y que finalmente han que la apolo¡,•ia del cambio se convierta en Pero vanguardia, en diseúo, puede ser tam-
del proceso hacia la búsqueda de lo nuevo sucumbido también ante el arte actual, priva- tradición. La ruptura devendria, pues, tradi- bién ser consciente de los valores sociales
que inicia la modernidad. Pero tiene otras do de denominaciones genéricas. Nuestras ción, pero la negación que se imponía desde para abordarlos convenientemente, y desde
implicaciones, otras bases sobre las que re- obseiVaciones van a referirse a las vanguar- las vanguardias era de tal calibre que ya no luego es, como hemos visto, aceptar el pro-
flexionar, empezando por su misma base se- dias históricas, gestoras de unos plantea- podría ser superada: «La van,s'Uardia es la ceso indust1ializador. Según estas conexio-
mántica Hasta que el término adquirió su mientos que en ocasiones hallaron en el dise- gran ruptura y con ella se cierra la tradición nes, advertiremos que lo que a veces llama-
definitivo cariz de vínculo con lo artístico ño un eco convincente. La primera marca de ia ruptura»·>. mos vanguardia en arte no tiene ninguna re-
tuvo que superar un periodo en el que se en- vanguardista es la de convertir sus obras, tal Una tercera característica de la vant,'llardia lación con lo que denominamos vanguardia .
globaban, bajo la misma palabra; dos con- como sancionó en su tiempo Rosenberg\ en residiría en la idea de vincular arte-vida y, en diseño, mientras que en otras ocasiones
166 • HISTOR.IA DEL 0[SEÑO [NOU~lRIAL: UNA APROXIMACIÓN L-\ APORTACIÓN DE U .. VANGUARDIA • 167

puede coincidir. En las líneas que siguen va- el primero de sus Manifiestos. Enseguida se Por el contrario, para Marinetti y los futw.is· mundo, un ser concebido en el gow de la
mos a abordar no lo que sería un diseño de advirtió que el nuevo movimiento cj_ueria ser tas asume connotaciones de agresión y des- fornicación y nacido entre los dolores del
vanguardia, sino cómo determinados movi- algo más que una nueva manera de interve- tntctividad, de modo que se produce una parto que ofrezca un aspecto más deslum-
mientos artísticos de vanguardia generaron nir en el arte. Lo que buscaba era abordar de contradicción entre el sentido positivo apor- brante y más espléndido que el que presen-
un diseño con las características previas ela- una fonna global la vida de los individuos. tado por los valores tecnológicos y otro nega- tan las dos locomotoras incorporadas a la lí-
boradas desde el campo del arte. De hecho, sus manifestaciones fueron mu- tivo que vendria dado por la consideración nea del fet,-ocarril del NOtte? Una de ellas, la
Dentro del contexto de la vanguardia his· cho más allá del campo del arte, la literalu- de la técnica como un bien en sí, sin impor- llamada Crampton, es una rubia adorable,
tórica se produce una conexión entre arte y ra o el diseño, puesto que flirteó con los más tar su efectivo acoplamiento o fin sociaL Ma- de voz '\,"llda, de cuerpo esbelto y delica-
diseño, a veces de forma muy tangencial, diversos campos de la experiencia humana, rinetti parece aceptar un mundo tecnológico do... »!1. Pero el estela Des Esseintes odiaba la
como pueda ser en el caso del expresionis- desde los propiamente creativos hasta los al que no ha sometido a examen moral, preo- algarabía de la multitÚd que, los domingos,
mo, o muy _focalizada, como ocurre con el políticos, e igualmente los relativos a la vida cupándose tan sólo por conceder a la máqui- acudía al pueblo a la estela de la estación.
sUrrealismo/ pero en otras ocasiones de ma· cotidiana En este sentido -por lo que tie- na un estatus superior, en cuanto potencial Muy por el contrario, el futtuista Matinetti
nera muyltírecta. De hecho, en el desarrollo ne de relación arte-vida, arte-sociedad- va ilimitado, indiscutible, de carácter casi divi- veria en el rumor de la masa la más exquisi-
de algunas de las más significadas agrupacio- a recoger una idea heredada del Romanti- no. Como diosa que es, el ser humano la ta de las músicas.
nes vanguardistas, corno la constructivista, el cismo, pudiéndosele considerar como el pri· adora sin reservas. Dice Marinetti: «Se ha Ciertamente, en los futuristas asistimos al
diseño alcanza un papel determinante. Pero mer grupo vanguardista que, de manera podido constatar en la gran huelga de los fe- desplazamiento desde un mundo antropo-
no podemos trasladar sin más los predicados efectiva y consciente, basó en dicha relación rroviarios franceses, que los organizadores céntrico a otro tecnocéntrico, lo que conlleva
de la vanguardia artística al diseño que se su peculiar idiosincrasia_Ante todo, preten- del sabotaje no lograron inducir ni siquiera a dos importantes consecuencias para el atte y
produjo a partir de esta vanguardia En su de invertir el orden establecido, tanto en e! un solo maquinista a sabotear su locomoto- el diseño: primeramente, se va a transferir el
desarrollo, el diseño que parte del desarrollo plano artístico como extraartístico, y asimis- ra./ Esto m~ 'parece absolutamente nonual. concepto de belleza desde la mujer o la natu-
de las vanguardias artísticas tomó o dejó de mo empleará para ello tantos medios artísti· ¿Cómo haS#'~ podido uno de estos hombres raleza --que parecían, durante siglos, haber
lado los rasgos que le convenían o eran más cos como extraartísticos. No es de extrañar herir o matar a su gran amiga fiel y devota, de poseído su monopolio- a la máquina, mo-
significativos para re'lolver los problemas entonces que los futuristas llegaran a consti- corazón ~.diente y dispuesto: la bella máqui· delo, para ellos, del mundo moderno. En se-
constructivos que, en cualquier caso, tenían tuir su propio partido pol[tico: el Partido Fu- na de acero que tantas veces había brillado de gundo lugar -y en COITelación con tal prin-
que atender a una función de uso que no se turista Italiano, cuyo objetivo era «una Italia voluptuosidad bajo su caricia lubrificante?)/_ cipio-, se valorarán ahora como bellos los
le demandaba al atte. libre y fuerte, no sometida nunca más a su Estas palabras de Marinetti encuentran una atributos propios de una máquina: la veloci-
Entre los movimientos de vanguardia que Pasado, al extranjero demasiado estimado y curiosa analogia en las de illl personaje ficti- dad, la eficiencia, etc. Ese desplazamiento es
contaron entre sus filas a diseñadores o que de a los curas en exceso tolerados: una Italia cio, el ya mencionado Des Esseintes de Huys- fundamental a la hora de valorar las creacio-
algún modo marcaron el camino para su desa- fuera de toda tutela, absolutamente dueña de mans, que, en su interés por alzar lo artificial nes de los futuristas, puesto que sus mejores
rrollo creativo, encontramos el futurismo, el todas sus energias y dirigida hacia su gran frente a lo natural -como por otra parte ya obras, en consecuencia con su poética, trans-
suprematismo, el constructivismo yel neoplas- porvenir»6• habia hecho Baudelaire en su <Elogio del miten toda la fuerza de estos presupuestos.
ticismo. Además, cubistas, dadás y surrea!i$tas Dentio del contexto de grupos de van· rnaquillaje»8- , nos dice: «Sin ningún género As[, tanto la pintura como la escultura y la ar-
nos han legado, aparte áe una muy interesan- guardia, fueron los futuristas quienes más de duda, la naturaleza, esa sempiterna vieja quitectura se empeñan en ofrecemos los re-
te producción, unos presupuestos teóricos de directamente apostaron por un mundo don- chocha, ha agotado ya la paciente admira- sultados de esta nueva ley. Por su parte, el di-
gran incidencia en muchos planteamientos ac- de la mecanización llegara a su máximo de- ción de los verdaderos artistas, y ha tlegado seño debemos entenderlo precisamente a
tuales. I.a herencia de la vanguardia en el dise- sarrollo. Su lucha contra la tradición ad· el momento de sustituirla, siempre que sea partir de las pautas marcadas por las discipli-
ño es, pues, de capital importancia, y sin em- quiere un carácter de adoración a la máqui· posible, por el artificio./ Y además, si tene- nas anteriores, pues sus claves se derivan de
bargo sigue lamentablemente ocupando illl re- na. Si esto, en principio, no tiene por qué mos en cuenta la que se considera como la las manifestaciones rutísticas y, así, hacen uso
ducido número de páginas en su historia resultar negativo, sí lo es cuando el símbolo más exquisita de sus obras, es decir, la mujer, de su manera de entender el color, la forma,
«máquina}> se alía, en ellos, al fenómeno de cuya belleza es, según opinión universal, la etc. Por tanto, si definimos las principales ca-
la guerra, cuando se convierte en un síntoma más original y la más perfecta de las creacio· racteristicas de la pintura, la escultura y la: ar-
7.!. ELFUTURISMO de su adhesión a la estética o a la ideología de nes de la naturaleza, ¿es que acaso el hombre quitectura, estamos definiendo las pautas que
!aguerra no ha llegado a construir por sí mismo un ser guían a lOs diseñadores, quienes, por otra
El acta fundacional del movimiento futuris- Para la vanguardia en general, la máquina animado y artificial que, desde el punto de parte, provienen del mundo del arte, son «ar-
taseremontaa 1909,cuando Filippo Tomma- era un síntoma de esperanza y la tecnología vista de la belleza plástica, podria ser clara- tistas que diseñan», cosa que queda muy cla-
so Marinetti (1876-1944) publica en Le Fígaro se concebía corno superadora de conflictos. mente equivalente? ¿Existe acaso, en este ra en su producción. El diseño futurista tiene
L-\ A1'0RTACIÓN DEL-\ V:\..."'GUARDrA • 169
!68 • HISTORIA DEL DISEÑO INDUSTIUAL: UNA APROXIMACIÓN

174-. Giacomo Baila. ExpansiOn dindmiai + veloddml, 1913.

un estilo al que se sirve, el que desan·olla el


arte, y esto redundará, como es obvi~, en la 17/i. Antonio Sant'E!ia. La ciudad nueva, e.>tudio, !9 !-t !77. Antonio Sant'Elia. Cenlral dictrica, l!J 1-1-.
escasa atención a la función de los objetos.
la pintura futurista se caracteriza por su
gran vitalismo y energia: en ell~ todo se De nuevo, pero esta vez exacerbado, apare- námicas y poseen, para él, una potencia emo-
mueve, las lineas oblicuas se aduenan del es- ce el concepto ban-oco de obra abierta Los tiva mi! \'eces superior a las perpendiculares
pacio [174]. Los colores son muy fuertes, vio· objetos se prolongarían más allá de ellos mis- y horizontales. Por otra parte, buscaba abolir
lentos, contribuyendo a comphcar todavta mos. La escultura futurista es una escultura la decoración que, como cualquier cosa su-
más la imagen. Umberto Boccioni (1882·1916), del movimiento y del ambiente que procla- perpuesta a la arquitectura, no sería sino un
que sería el más importante de los pl~to­ ma «la absoluta y completa abolición de la lí- absurdo. Finalmente, pretende inspirarse eíi
res futuristas, afirmaba que un cuerpo quteto nea fmita y de la estatua cerrada. Abtimos de los elementos del novísimo mundo mecáni-
se mueve tanto como uno que se desplaza, y par en par la figura y encerramos en ella el co. De hecho, en los proyectos que nos héi
que la pintura debe expresar también esta es- ambiente» 10. dejado se observa no sólo el inrert's por !a ex·
pecie de IDO\-imiento intetior. Por o~ patte, Dentro del futurismo, la arquitectura de pelimentación con los mateliales ~-las f::nma.J
se intenta que la temática tenga una vmcula- Antonio Sanl'Eiia {IBBB·I!I Hi) se presenta, audaces, sino el deseo de tonwrtir el entor-
ción con el mundo maquinista, pero no se hoy todavia, con una fuerza sorprendente no, a lraves de automóviles, trenes, n•:iones ..
trata de reproducir máquinas sin más, sino [176 y 177]. Aunque su audacia en la pro~'ec­ en un lugar donde la máquina ocupe el lugar
que se adivine su presencia, que están allí: h~­ ción de edificios y ciudades no tuvo una plas- principaL
ces, ráfa,<>aS de objetos que se desplazan. edr· mación efectiva -sus ideas nunca pasaron Las caracteiisticas fijadas en las disciplinas
ficios en construcción, dinamismo en suma. del boceto-, nos bastan éstos para hacer- precedentes, especialmente en pintura y es-
También Boccioni sintetizó los principios de nos idea de su pensamiento arquitectónico. cultura, se asoman al campo del diseiio fuw"
la escultura {175j, y añadió una nueva pauta Apreciamos su deseo cons!.ruir a base de lí- 1ista, curas· realizaciones no fueron mu~- nu-
!7.1. Umbe1to Boccioni. I!Omw.; únicas df: coutimúdad en a las señaladas para la pintura: la de apertura neas oblicuas y elípticas, puesto que son di- merosas pero que, \·ist<L<; con !a persp!!ctivct
despacio. !9!J o prolongación de los objetos en el espacio.
170 • HISTORIA DEL DISENO INDUSTRI.'\.L: UNA .\PROXIMACIÓN lA Al'ORTAClÓN DE Lá,. VANGUARDL~ • 171

170. Giacomo Baila. Aparador, \918.

iSI. Fortunato Ocpcro. Rinocerontes y oso Guguetes), I!J~J.

!79. Giacomo Baila. Silla, \918.

«Ricostmzione futurista deH'Universo», ela- especie de muñequitos articulados con for-


del tiempo, nos hacen reflexionar acerca de borado junto al también futmista Fortunato mas de animales que parecen haber llegado
las futuras libertades que fórmulas como las Depero (1892-19f>O). En éL tras señalar que intactos al recuerdo de algunos de nuestros
postmodernas aplicaron a su trabajo. Giacomo el plano único de la tela, esto e'l, el cuadro, diseñadores actuales.
Balla (1871-1958) es el autor más prolífico, lle- no pennite ofrecer en profundidad el volu- Depero también hizo algunos diseños de
gó a elaborar numerosos muebles cuyos perfi- men dinámico de la velocidad, se proponen ropa [182], aunque destacó sobre todo en el
les se quebraban o curvaban para evitar el do- una se1ie de altemalivas no lo suficientemen- diseño gráfico, con carteles tan significativos
minio de los ángulos rectos [178 y 179], al te explicitadas pero que hablan del deseo de como los de Campari. En uno de ellos, un di-
tiempo que sus superficies aparecían pintadas llevar al objeto las propuestas dinámicas del námico personaje con tul paraguas invertido
como si de cuadros futuristas se tratase [180]. futu1ismo. Destacan en el manifiesto la~ di" en forma de cuenco fantasea con la posibili-
También hizo algunos objetos ornamentales, rectas referencias al mundo del juguete, gue dad de que la lluvia se convierta en aquella be-
como las «flores fu turistas», curioso estallido debe acostumbrar al niño a reír abiettamente, bida [183]. Todavia más contundentemente
vital de maderas pintadas. Además, sus vesti- a la máxima elasticidad, al impulso imaginati~ modernos se presentan las banquetas y la
\'O. al coraje físico ya la lucha ya la t,ll.lena. 11• En mesa [18-1] que Enrico Prampolini (1894-1956)
dos futuristas sintetízan de nuevo los princi-
pios pictólicos del movimiento, tra'5ladando este sentido se proponen una serie de jub'Uetes., hizo para su casa. Saliéndose esta vez de los
al objeto tridimensional sus conocimientos como los llevados a cabo por Depero [181] parámetros que hemos observado para el
de pintura, la principal de sus actividades. con un gran sentido dinámico, aunque afor- resto de futuristas, nos sorprende con unas lí-
Su interés por el objeto tridimensional con tunadamente no poseen esa carga tan agTesi- nea:¡ muy soblias, geométricas, acompaña-
180. Giacomo Salla SifJmbiJ (,IJn linea de veWádad). va que se desprendl' del rnanifiesto. Son una
fines no escultóricos se plasma en el te>.io das de tonalidades igualmente discretas. Es
Óleo sobre tela 191 í.
LA APORTAClÓN DE LA VANGUARDIA • 173
l72. 1-JISTORIA DEL DISE.t'\10 INDUSTRIAL: UNA APROXIt.t<\ClÓN

contemplados desde varios de ellos, sin que


ninguno goce de un predomirúo absoluto, tra·
tando de capm su esuuctura interna.
El primer cubismo, llamado «analítico»
[1851, se desinteresa por el color, mientras
que los objetos o seres retratados se descom-
ponen en faoetas angulares hasta llegar pcicti-
camente a la abstracción, aunque el cubismo
nunca quiso ser abslracto. El segundo, deno-
minado «sintético», se tradujo en una pintura
que volvía a reconstruir los objetos, diferencia-
dos ahora por su color local. De estas dos ten·
dencias cubistas, el e5(3SO diseño que se pro-
dujo entonces según las pautas del movimien·
to está más a<:orde oon la primera, puesto que
su desmembramiento del objeto recuerda
antes la especie analilica que la sintética
Si bien el cubismo tendría una larga in-
1>1 fluencia en el diseño, por la geometrización

BI'{~Er <AMPA21
que impone a sus formas 12, durante los años
en que se desarrolla el movimiento única-
mente en un lugar, Praga, se produjeron
una serie de objetos que podemos asimilar
182. Fortunato Depero. Chaleco, \92-t \tl3. Fortunato Depcro. Se lo. pioggia fo.-;se di Biller Cam-
185. Pablo Picasso. Hombre con viohi1, 1911-\912. a la poética cubista [186]. En esta ciudad,
pari, 192U.
muy activa durante aquellos años, un grupo
de arquitectos encabezados por Pavel Janák
obvio el recuerdo constructivista, movimien- 7.2. EL CUBlS!I-10 (1882·1956) desarrolló, durante un espacio
nor medida escultórico, llegó también al ám- de cinco año~ desde !9!0 a 19!5, un fenó·
to del que quizá tuviera conocimiento, aun-
El cubismo es uno de los movimientos que bito del diseño. Gestado entre los años !906 meno proyectual mediante el cual lleva-
que lo más probable es que fuera el resultado
más influencia han tenido en el siglo XX. Aun- y !908 por Braque y Picasso, introdujo un cam· ron hacia el mWldo del diseño sus ideas artís-
de una reflexión propia, a fin de deetr cosas
que es fundamentalmente pictórico y en me- bio radical en el arte. Desde el Rena<:imiento,
diferentes.
la perspectiva había sido uno de los oonceptos
fundamentales de la pintura El espacio rena·
centista era el de la geomeuia euc~diana, y así
permaneció hasta los cubistas. Pero ya en tomo
a 18:10 se había ido gestando una nueva geo·
metria que diferia de la de Euclides por su em-
pleo de más de tres dimensiones. Como el
científico, el artista intuye que las concepciones
clásicas del espacio y la tradicional idea de vo--
lumen son unilaterales y limitan la compren-
sión de los objetos. Tal convicción apareció de-
finitivamente en la pintura de los cubistas, que
ya no intentarán reproducir la apariencia de los
objetos como· si sólo pudiéramos dis&utarlos 11:\6. Proyecto de escritorio. Mo'<imiento cubista che-
desde un único punto de vista, sino que desean co, 1917-1919.
IB-t Emico Prampolini. Banquetas y me:>a para la ca~a del artista, 192:í-\!l11i.
L'\ Af'ORTACIÓN DEL"- Vt\..t'JGUARDlA • 175
174 • HlSTOR[A DEL DISEÑO INDUSIR.IAL: UNA APROXlMAClÓN
ran el privilegio de dedicarse exclusivamen- y arquitectones [187J. También se adentra en
ticas. Contamos con diversos productos que partir de la Revolución de Octubre de 1917 y te a pintar, sino, en todo caso, seres humanos el campo puramente objetuaL Al tomar la es-
siguen las premisas cubistas, destacando entrehasta el advenimiento del estalinismo. Las que, entre otras cosas, también pintasen. fera y el cubo como módulos básicos para
vanguardias que se desarrollan entonces, fun·
ellos los muebles de patas quebrada' del citado Así las cosas, algunos artistas de la Rusia realizar los productos sin tener en cuenta la
Janák y los de Vlatislav Hofman (1884-1964) 13•damentalmente el constructivismo, aunque revoluciona1ia optaron por desarrollar la vía especificidad de los diferentes productos, nos
El grupo, formado además por el arquitecto también, previamente, el suprematismo, tu- del realismo (arte que comprendiera el pue- encontramos con extraños y muy poco fun-
Josef Gocar (1888-1945) y por el pintor An- vieron una importancia especial para el dise- blo, susceptible de portar un mensaje, y por cionales objetos, que nos demuestran que la
tonín Procházka (1882-1945) fundó en 1912 ño si bien ni la evolución económica del tanto «útil»); sin embargo, los constructivis- sola utilización de la geometría no tiene nada
una sociedad semejante a la Wiener Werstatte. p~s ni la del propio sistema comunista les tas, que habían optado por la abstracción que ver con el funcionalismo y la razón prag-
El mobiliario que proponían se distinguía permitió conocer el desarroUo práctico que geométrica, no podían transmitir mensajes mática Algunos de sus discípulos, como Sue-
«por el abandono de las reglas compositivas hubiera sido deseable. entendibles, pero sí trasladar sus formulacio· tín, proyectan mobiliario partiendo de la trans-
tradicionales: las superficies se modelaban Estas vanguardias se sitúan, temporalmen- nes geométricas y abstractas a los campos de formación del cuadrado en cubo. Los resul-
según perfiles muy agudos, patas y respal- te, entre dos academicismos, ambos populis- la arquitectura y el diseño. Al abandonar tados, como era previsible, no fueron satis-
dos curvados, el objelO desmembrado en tas, tanto el que se daba bajo los zares como toda tentación mimética en el arte, están es- factmios, pues un buen diseño no puede
sus componentes, de acuerdo con las indi- el que pronto impondria el realismo socialis- tableciendo unos principios que también pa-
caciones del cubismo analítico, y luego re- ta. En el espacio de tiempo comprendido en- recen convenir al diseño, que, como hemos
compuestos en una figuratividad inéditaJ~ 1 ~­tre ellos, nuevos e impetuosos movimientos ido viendo, no debe basarse en la copia de la
Dificiles de conslmir, no correspondían des- artísticos salieron de las manos de la que qui- naturaleza, siendo ésta, en todo caso, tan sólo
de luego a pautas racionales y apenas tuvie- zá haya sido la mejor generación de creado- uno de sus recursos.
ron proyección. Sin embargo, las propues- res rusos. Desmarcándose de la influencia Las fórmulas constructivistas hallan sus an-
tas cubistas tendrían un eco conb.mdente en occidental, los nuevos artistas comienzan a tecedentes inmediatos en el suprematismo,
el Art Déco, que apostó decididamente por crear de una forma autónoma, interpretando creado por Kasímir Malévich (1878- 1935)
la geometrización de las formas. De hecho, sus propias melodías. Les habían precedido a poco antes de la Revolución. Defensor de la
en el Salon d'Automne de 1912, dos diseña- p1incipios de siglo los neoptimitivistas y los abstracción, se apresura a desmontar la fala-
dores que ya se pueden adscribir a un pro- rayonistas. Ahora alcanzan autonomía creati- cia que, para él, resulta del arte figurativo: «El
to-déco, André Mare y Louis Süe, colabora- va con los nuevos -y abstractos- «ismos», arte ya no quiere estar al servicio de la reli-
ron en la Maison Cubiste con los artistas de especialmente con el constructivismo. gión ni del Estado; no quiere seguir ilustran-
esta tendencia Ravmond Duchamp-Villon Hoy, cuando hablamos de constructivis- do la historia de las costumbres; no quiere sa-
(artífice de la arquitectura),Jacques Villon omo, nos referimos especialmente al desarro- ber nada del objeto como tal, y cree poder
Paul Vera André Mare se ocupó del inte- llo de este movimiento en pintura y escultu- afirmarse sin la "cosa"» 16 • Estos planteamien-
riorismo. No obstante, a pesar de su explíci- ra, olvidando que tales disciplinas fueron tos exigen imágenes no figurativas, pues la fi-
to nombre, la casa cubista no rememora dejadas de lado por los planteamientos radi- guración, históricamente, habría servido úni-
ciertamente secuencias de este movimiento, cales de muchos de sus practicantes, que camente para plasmar los intereses de unos
sino que: «A juzgar por las fotografías, el pensaban que pintura y escultura carecían de pocos. Para Malévich, al arte se le habría cer-
efecto general de los interiores no fue en ab- un fin socia~ y que por tanto debedan ser re- cenado su autonomía al no reconocérsele
soluto cubista, y debla recordar a los ante- leQddas a favor de la arquitectura y el diseño, otra función que la de estar al servicio de la
riores conjuntos art nouveau que realizaron fa~etas en donde se descubria la mejor salida religión o el Estado, o «ilustrar la hist01ia de
los nabis para las producciones teatrales de posible para la creación, ya que en ellas se las costumbreS>~.
Lugné-Poe y Paul Fort en la década de los podían combinar las dimensiones funciona- Consecuente con sus ideas, elabora unas
noventa)~ 15 • les y estéticas. Surgido en la Rusia comunis_ta espléndidas pinturas basadas en puras rela-
que nace tras la Revolución, el constructins- ciones geométricas y de color. Desplazando
mo va a querer integrarse en el gran proyec- más adelante sus intereses al campo tridi-
7.3. L-\S VA.t\IGUARDIAS RUSA.."i: to socialiSta, que demandó a los artistas una mensional, proyecta lUla serie de paralelepí-
SUPREMATISMO Y CON!::iTRUCflVISi\'10 contribución efectiva a la nueva sociedad y pedos de diferentes formas y tamaños que
que recordaba cómo Marx y Engels estaban semejan edificios o extraños ~ impredecibles
Uno de los mejores momentos del arte con- convencidos de que en una sociedad comu- complejos urbanos. Son los llamados plnnites !H7. Kasimir MalCvich. Arquikctcues, h. lY'l.i
temporáneo se selló en la Unión Soviética a nista no debería haber individuos que tuvie-
¡
J.
LA APORTACIÓN DE LA VANGUARDIA • 177
176 • HISTORIA DEL DISEÑO INDU~TRIAL: UNA AJ'ROX.IMACIÓN

futw.istas, aspiran a crear la nueva cultura pro- cepción utópica de Morris se traduce en Ru-
tenderse separadamente del fondo, sino que
letaria. Las necesidades urbanísticas, asi como sia en ténninos industriales. Surgen movi-
el mismo fondo forme parte de ellos. Quie·
las de agitación y propaganda, fueron asumidas mientos y escuelas, como el Proletkult (Mo-
ren construir, no pintar. También es definiti-
vo en ellos su rechazo del color como ele-
por los artistas. El consb.uctivismo, en W1 prin- vimiento Cultural Proletario) y ellNKHUK
cipio síntesis de normas heterogéneas, empieza (Instituto de Cultura Artística), que en un prin·
mento pictórico, pues el color «es un acci-
···., a perfilarse dentro de estas coordenadas. Como cipio demuestra, de la mano de Kandinsky,
dente que nada tiene en común con la
snbrayaria uno de los personajes más directa- un gran interés por las cuestiones psicológi-
esencia más íntima del objeto» 17•
mente implicados en el momento revoluciona- cas de la percepción. El principal debate se
Si los principios formales del constmctivis-
rio, Gan: «Entra en escena el Constmctivismo, situaba, no obstante, entre lo que significaba
mo son muy semejantes para todos sus prac-
digno hijo de la cultura industrial. Durante mu- composición y construcción. Había quienes
ticanles, no ocurre lo mismo con la idea acer-
cho tiempo el capitalismo le ha perseguido, defendían que la construcción podía darse
ca de cómo plasmar la nueva gramática. Se
oblioaándolo a moverse en la clandestinidad. La en un medio bidimensional, mientras que
produce una división entre un grupo de artis-
·.·, Revolución lo ha liberado. Empieza lUla nueva un nutrido grupo lo dudaba. Lo que en rea·
tas que entendiero11; que la única posibilidad
era a partir del25 de octubre de 1925»19• lidad se estaba cuestionando era la posibili-
de actuación era la que contribuyera de una
A principios de siglo tenia ya lugar en Ru- dad de una pintura constructivista. En el
manera útil a la causa del proletariado (y por
sia una polémica sobre la relación de arte y caso de que ésta no fuera posible, la conside-
tanto se decantaron hacia el diseño y la ar-
diseño. Strakhov llega a la conclusión de ración ttidimensional del movimiento se de-
quitectura, abandonando la pintnra de caba-
que los artistas deben recibir una fom1acíón cantaría hacia una mayor valoración del di-
llete y la escultnra u<rdicional), y otros que si-
técnica y los ingenieros una estética La con- seño industriaL
t,ruieron considerando el arte como un .valor
absoluto e independiente. Son las tendencias
«productivistas» de un Tatlin o un Rodchen-
ko, frente a las idealistas de Pevsner y Gabo.
188. Nikolái MijáiiO\'ich Suetin. Recado de escritorio, Si los primeros hacen análisis políticos y de
t9?..3.
clase alrededor del arte, los segundos se
preocupan por los aspectos formales y no
podrian estar de acuerdo con Tatlin (como
derivarse de una postura tan mecanicista No tampoco lo hubiera estado Malévich) cuan·
obstante, los suprematistas manifiestan un in- do aquél exige al artista que fabrique objetos
terés por dotar al lenguaje del diseño de una funcionales. Así lo expresa Ikonnikov: «Con-
gramática propia, aunque la construcción de forme a su principio "productivo", los cons-
la frase, en este caso, estuviera equivocada. tructivistas pensaban que, más que reflejar la
Mejores resultados se obtuvieron en la deco- realidad, el nuevo arte debería orientarse ha-
ración cerámica [!88], pues aquí de lo que se cia la producción a frn de crear el medio ma-
trataba era de «irnplimir» los previos presu- terial adecuado para la vida e incluso de or-
puestos pictóricos a las diversas superficies. denar la vida misma Defendían los objetos
El constructivismo desanolla igualmente titiles, en lugar de las obras de arte en el sen-
principios de abstracción geoméb.ica, aun- tido tradicional. La utilidad ascética., atribui-
que debemos distinguirlo del suprematismo. da por los constructivistas a la forma de las
Si ambos se perfilan a través de bases geomé- cosas, era para ellos una característica de la
tricas y no representativas, el constmctivis- cultura proletaria» 1ll.
rno, además, renunciará a la idea de «compo- la Revolución de Gctubre agrupruia a toda
sición>> para defender la de «construcción». la vanguardia intelectual-y artística La activi-
Esto es, si el suprernatismo sigue distinguien- dad cultural se intensificaria, a pesar de la situa-
do entre figuras y fondo, quedando limitadas ción económica El Proletkult encabezado por
las primeras por el segundo, el constructivis- Bogdanov y el LEF (Frente de Izquierdas de las lS!J. Alcxandr Rodchenko. Disclio de un cf.u.b o~rcro. Expo,i.ciOn tmcmacional de .·\ttcs Decorati\"3.:>. Pill'Í:>. !!JLi.
mo pretende que sus objetos no puedan en- .-\rtes), en tomo al cual Maiakovski agrupó a los

'.!f..
178 • HISTORIA DEL DISEÑO INDUSTRBL: UNA APROXIMACIÓN L>\ APORTACIÓN DE LA VANGUARDIA • 179

cualificados que pudieran atender a la fabri- A pesar de su interés productivista, la obra Alemania se había llegado a perfeccionar el
H. UYHHH
cación de un tipo de productos modernos. por la que hoy se recuerda especialmente a sistema de curvado de acero para estructuras
Como pieza emblemática del diseño cons- V!adímir Tatlin (1885-1953) es la maqueta del mueble; aquí, por la escasez de medios,
tructivista cabe destaorr el interiorismo y mobi- de una utopía, el Monumento a la Tercera ln!er· se opta por un material más común, pero
liario del Cbúi obrero [189! de Alexander Rod- nacional[ 1901, proyecto que nunca se realizó, menos idóneo para este tipo de objetos, la
chenko (1891-1956), presentado en la Expo~­ pero del que conservamos numerosos boce- madera De Tatlín se conservan también
ción Internacional de Artes Decorativas de tos. De haberse construido hubiera sido un proyectos visionarios, como un ingenio vola-
París en 1925. Los clubes de trabajadores eran inmenso monumento industrial de casi cua- dor llamado Letatlin, o diseños de ropa para
el centro del nuevo modo de vida comunista trocientos metros, espiral de acero que con- las clases populares.
Debían mostrar cómo deberian construirse los tendlia tres estructuras geométricas acristala- Otro de los símbolos del nuevo Estado
espacios para el pueblo. Aqtúse ofrece una de das con movimiento individualizado. Ten- socialista fue el proyecto de la Tribuna ik Le·
mostración práctica de la relación arte-vida, or· dría dos puntos de vista, uno frontal, donde nin [l93J, ideado por El Lissitzkv. Está elabo·
ganizada según los principios constructivistas: predominaría el efecto de una figura pira- rad.o a partir de un diseño previo de Casník.
economía de espacio, con piezas plegables, re- midal, y otro lateral, en el que se produciría Tiene elementos suprematistas como el cubo
convertibles y fácilmente almacenables; utili- la impresión de que toda la estructura se in- de la base y la composición por aproxima-
dad (muebles de madera con ~licidad de clinaba, con los mismos gTados del eje te- ción de volúmenes y superficies en varios
uso, seriación, y posibilidad de ampliar o redu· rrestre. Las estructuras geométricas, habi- puntos; también recuerdos tatlinianos en el
cir el número de sus partes). Pero además: utili- táculos de grandes dimensiones, albergarían materia~ en el dinamismo y la ausencia de
zación de formas geomélricas propias del cons· distintas actividades relacionadas con la or-
tructivismo y de colores constructivistas -blan- ganización política y revolucionaria la obra,
co, rojo, gris y negro- que fueron una especie como se ha dicho, «entra directamente en la
de canon cromático del movimiento. A Rod- leyenda, sea por el impacto visual directo
cbenko se deben multitud de experimen!Ds es· que provoca en cuanto objeto, sea por la su-
paciales y formales, como los de sus curióSas gestión que se deriva por lo que consigue
COT!Struo:iones co/giJJlfts, y también diversos obje- evocar en cuanto proyecto. A la forma y a
!90. Vladimir TatHn. Monumento a la Tercera Internacio- tos de ti,"Ufosa sencillez y funcionalidad las dimensiones de la obra se asocian de in-
naL Contraportada del libro de Nikolái Punin sobre el mediato significados simbólicos (de progre·
proyecto, 1920. so, de fe en la técnica, de poder creativo, etc.).
La Torre de Tatlin está destinada a convertir-
se en uno de los iconos más populares de lo
Muy interesante resulta la experiencia de rnoderno>}211.
los VJUTEMAS ¡Talleres superiores artísti- Tatlin, aun compartiendo teóricamente las
cos y técnicos del Estado), que representan bases constructivistas, no las sigue en una
un intento de formar una escuela de diseño obra que, al menos para el objeto de diseño,
en la Rusia postrevolucionaria. No prolife- parece fundirse con vías orgánicas. Es el
raban maestros constmctivistas en las disci- caso de los biberones [19 q que proyectó
plinas de pintura y escultura, pues los gustos para una casa cuna. El organicismo se obser-
de los alumnos eran tradicionales, y como va también en la si/k volada [19~! de 19~7,
la elección de los maestros era libre, difícil- ideada por uno de los estudiantes de su taller,
mente los elegian. Pero en arquitectura, ma- Rogozhin. L1 pieza, de madera curvada con
dera y metal, se contó con profesores como asiento moldeado, se puede estudiar en pa-
Rodchenko, El Líssitzky y Tatlin. Al princi- ralelo con las primeras sillas de este tipo
pio el Centro poseía un carácter de arte apli- elaboradas desde la escuela de la Bauhaus ale-
cado o artesanal, pero luego· se introdujeron mana, que durante estos mismos ail.os se inte-
los principios de producción mecánica en resaba en procedimientos similares. que rom- 1~!1. Rogozhin {eu e! taller de Tatlin). Silla volada,
masa con el propósito de fOlmar especialistas 191. VladímirTatlin. Biberón., 1928-1929. píanlos habituales sistemas de patas. Pero en 1!!11.
180 • HISTORIA DEL DISEN'O INDUSTRlAL: UNA .-'\PROXIMAClON LA APORTACIÓN DEL-'\ V.-'\NGUARDIA • 181

i'io gráfico tuvo una gran importancia en sus


programas; su lenguaje fonnal es aprovecha-
do en la tipografía y la crutelística, lográndo-
se espléndidos trabajos. Utilizando únicamen-
te la fuerza visual de las palabras, cuyas letras
aparecían simplificadas, sobriamente colo-
readas y perfectamente organizadas en el es-
pacio, se consiguieron unas imágenes con
una identidad fonnal muy diferenciada. A ve-
ces la tipografía admitia figuras esquematiza-
das e incluso claras referencias figurativas,
con lenguajes cercanos al fotomontaje. Tam-
bién es reseñable, en el trabajo de los cons-
tructivistas, los decOrados que hicieron para
el teatro revolucionario, así como el vestua-
rio. Las escenografías, que olvidan cualquier
planteamiento figurativo, se articulan como
gigantescas atracciones contemporáneas, y
gozaban de la posibilidad de transformación
espacial
En los diseños textiles, de vestuario y esce-
nográficos, intervinieron algunas de las me-
jores representantes del movimiento, como
Natalia Goncharova (l88l-l962), Liubov 194. El Lissitzky. Proyecto paia los apoyanubes, 1924-1925.
Popova [l96J (l889-l924) o VaiVara Stepa-
193. El üssitzky. Tribuna de Lem, 1920. nova (l894-l9S8). Por primera vez en la his-
toria de las vanguardias y del diseño obser-
vamos una generación de mujeres que desa-
rrollan una actividad paralela a la de sus cia, el movimiento, en cuanto potenciaba la
color. Tan sólo tres meses después de la compañeros varones, si bien es cierto que abstracción, acabó siendo barrido en abril
muerte de Lenin hace un fotomontaje de su para ellas el acceso a la arquitectura o al dise- de 1932 cuando, a través de un decreto del
proyecto que incluye una fotografía del polí- ño industrial era más dificil, practicando Partido, Stalin impuso el realismo socialista
tico, con lo cual se convierte en un homena- otras vertientes creativas donde eran mejor como única vía posible para las manifesta-
je póstumo. De gran versatilidad y audacia, aceptadas [l9i]. El obligado exilio de mu- ciones artisticas de su tiempo. El decreto, «titu-
le debemos también a este arquitecto pro- chas de ellas tras el triunfo del estalinismo lado "Acerca de la reesbucturación de las or-
yectos como los apoyanubes [l94], especie de hizo que se decantaran definitivamente hacia ganiza.ciones artístico-literaliasn, significó una
rascacielos horizontales que a modo de arcos actividades con una salida comercial, mien- condena a muette para toda la vanguardia
debeñan haberse dispuesto en las entradas tras que sus compañeros exiliados pudieron msa. El documento demandaba una disolu-
de Moscú. Igualmente son suyos los denomi- mejor sobrevivir en el campo del arte, de- ción de todos los gntpos creativos, y su reuni-
nados espacios proun [l95], cmiosas decora- mostrando de nuevo las dificultades que im- flcación bajo una centralizada unión de artis-
ciones de presupuestos suprematistas que ve- pone el género dentro del campo creativo2 1• tas controlada por el aparato del Pattido»2't.
nían a cubrir los lugares antes ocupados por Las fótmulas constmctivistas fueron te- Descorazonados, muchos de los que habían
la pintura. niendo cada vez más problemas en una so- fmmado parte de la fértil generación artística
Si, como vemos, la arquitectura simbólica ciedad que exigía del artista y del diseñador msa marcharon a Alemania, donde recalaron
• de objetos fueron intereses priori-
y el diseño un compromiso explícito con la sociedad. en la Bauhaus, o a Estados Unidos, país en el 15l'i. El Lissitzky. Habitación praun, para la Exposi-
tarios de los constructivistas, también el dise- Después de una década de dificil superviven- que se les abrieron nuevas posibilidades. ción de Berlín. 1923.
182 • HISTORIA DEL DISEÑO INDUSTRIAL: UNA APROXIMACIÓN LA APORTACIÓN DE LA V.-'\NGUARDIA • 183

vertiente más del constructivismo, en reali- mos lineales que conforman el planeta, la
dad, si atendemos al pensamiento de Piet fuerza hmizontal y el movimiento vertical, a
Mondrian (1872-1944), tiene más puntos de la par que reconoce el valor de los tres colo-
confluencia con el suprematismo. Nunca res principales: el amariUo, el rojo y el azul.
renuncia a hacer arte, aunque su vertiente Se hallan aquí definidos los dos puntales de
de diseño adquirió una gran importancia, la sintaxis de Monchian: la preeminencia or-
teniendo en el futuro una gran repercusión. togonal y la preferencia por los primarios.
Mondrian [198[, aproximándose a Malé- Para Schoenmackers, la naturaleza, aunque
vich, va a concebir el arte como expresión puede parecemos superficialmente alterada,
de valores metafísicos. La historia o el indivi- responde siempre, en lo fundamental, a una
duo dejaban de contar en unas construccio- absoluta regularidad. Esta regularidad seria
nes tendentes a eliminar los momentos sub- la que pretende Mondrian traspasar a sús
jetivos en la elaboración de las obras, que de- cuadros. Se ha acusado a Mondrian de rigi-
ben ser preformadas en la mente antes de su dez, pero él no considera que sus trabajos es-
ejecución, sin recibir nada de la natwo.leza ni tuvieran desprovistos de atractivo emocio-
incluir en ella aspecto alguno de sensualidad. nal. Pero la emoción que descubrimos en las
A la hora de hacer pinturas, éstas deben ba- obras no deriva de las cualidades expresivas
sarse en planos y colores, esforzáfidose en
ofrecer una claridad absoluta La organiza-
ción del cuadro debe seguir principios racio-
nales y no operar impulsivamente. Fuerte-
mente impregnado de ideas teosóficas, llevó
adelante su abstracción geométJ.ica con fer-
196. Liubov Popova Esceuografia para El cornudo vor casi religioso.
La filosofla cartesiana había primado las

·~··
1922.
Tfl4:,q¡¡áí¡il7W,
fmmas de conocimiento elaboradas sobre
!97. Lubo\· Popova. Diseño de ~·eslimenta, !921. una base lógica como la geometría. Los neo-
plasticistas retoman esta posición intelectua-
lista, pero simplificando al máximo lo que le
Í Á. EL NEOPLASTIC!Sii:Iü ofrecían estas disciplinas. El ángulo recto va
a resumir sus búsquedas en cuanto a la for-
ma Los tres colores primarios más el blan-
- De Stijl (apelativo que en la práctica asimi-
lamos al de neoplasticismo) es uno de los mo- co y el negro constituyen sus preferencias
respecto al color. Vieron el ángulo recto:
vimientos más coherentes e influyentes en el
«•.. como nadie lo había visto hasta enton-
arte, la arquitectura y el diseño del siglo xx.
ces. Han tomado contacto con esta verdad
Se funda en Holanda el mismo año que tiene
preexistente para erigirla en símbolo univer-
lugar la Revo\udón rusa de Octubre. El
sal: la verticalidad del hombre de pie sobre
nombre de la ag1upación, De Stijl, es homó-
la horizontalidad de la tierra. El dualismo, la
nimo del de la revista donde sus miembros
tensión equilibrante que se encuentra en
verterán sus opiniones y propósitos perfilan-
todo, se resume en el signo horizontal-verti-
do un credo fundamental: no a las in-egula-
cal: hombre-mujer, espíritu-naturaleza, día-
res formas naturalistas, no a las cap1ichosas y noche)):;:!_
temperamentales fon_:nas artísticas, sí en cam-
Por otra parte, debemos reconocer en
bio a lo que puede medirse y preverse de un
Mondrian la influencia del teósofo-cristósofo
modo objetivo. A pesar de que el neoplasticis-
Schoenmackers, que subraya los dos extre- !98. Piet Mondrian. Tabkau!, 19'11, óleo sobre lienzo.
mo es considerado por muchos como .una
184 • HISTORIA DEL DISEÑO INDUSTRIAL: UNA APROXIMACIÓN LA APORTACIÓN DE LA VANGUARDIA • 185

fue el espíritu fuerte que llevó adelante De De la silla Roja y a._"TUl conocemos un proto-
Stijl, incluso a pesar de las reticencias inicia· tipo que podernos fechar en tomo a 1918.
tes del propio Mondrian, que por otra parte Carece de color y tiene todavía paneles late-
se dejó calar por ciertas propuestas de Van rales. Más tarde, al tiempo que la aligeró con
Doesburg, tal como demuestran sus compo· la supresión de estos últimos, la pintó, a la
sidones romboidales. manera mondriana., a base de primarios más
Si la cuarta dimensión quedaba como ele- el negro. Constituye sin duda la mejor ver-
mento que indagar, la tercera queda asegura- sión neoplasticista en el sector del mueble,
da con las exploraciories arquitectónicas de transmitiendo una estética reductiva pero fuer·
varios miembros del grupo, las escultóricas temente presencial. El oportuno color amarillo
de Georges Vantongerloo (1886-1965) y las de culminando las secciones de las barras de
diseño a cargo de Gerrit Rietveld (1888-1964). madera supone puntos de referencia visuales
Este último hizo su primera aparición públi- muy precisos, que hasta cierto punto dejan
ca en el grupo a través de la revista del mes abierta la composición. En el mismo año 1923
de julio de 1919, donde se publicó la folúgra· en que Rietvel dio color a esta silla, fabricó
fía de una de sus piezas, una silla de niño que otra muy simple, de carácter anónimo, para
se reprodujo acompañada de un b¡eve texto. una academia militar, utilizando la prolon-
La imagen nos recuerda, por su verticalidad gación de las patas traseras. Más anclada a
y elementos repetitivos en fonna de escalera, la poética del gmpo fue la silla Berlín, com·
el sentido que autores como Lloyd Wright o posición muy abstracta conseguida a base de
incluso Mackintosh le dieran a sus piezas, sofisticados juegos de formas ortogonales y
pero el uso del color le conferia una dimen- colores neutros. Otra pieza importante fue la
sión muy diferente. Como señala Overy, «La silla Zig·zag [20 1J, de 1934, que visualmente
199. Theo van Doesburg. Cine·sala de baile del café AuheUe, Estrasburgo, 1926· !928.
trona infantil, hecha en 1918, fue probable· responde al movimiento que su nombre in-
mente su primera pieza de mobiliario en in- dica Está construida a partir de cuatro ele-
corporar color. Se pintó en verde con cuero mentos, utilizando ensamblajes reforzados
rojo))S_ Parece, sin embargo, que fueron una
de fonnas y colores, sino de la estructura u tuvieron una importancia clave sus explora- serie de juguetes los primeros objetos que
organización del conjunto. Se le ha acusado ciones sobre la cuarta dimensión, sus expe- pintó con colores primarios, si bien fue la
también de alejarse de la vida, pero la vida riencias arquitectónicas y sus intercambios y famosa silla Roja y ll<fi[ [200Jla que pareció
para Mondrian, al igual que para Malévich o conlaclús con El Lissitzky. De su búsqueda sintetizar mejor, por su forma y color, el
Kandinsky, es pura actividad interior, y el re· de una arquitectura dinámica y de sus inda- traspaso de la teoria de la pintura neoplasti-
flejo de nuestra actividad interior es abs- gaciones sobre la cuarta dimensión proceden cista al objeto tridimensionaL En esta silla,
tracto. sus contraposiciones y la inauguración de la Rietveld experimenta con éxito un sistema
La perspectiva neoplasticista encontró una poética elementarista con la que intentó ex- de construcción de muebles basado en la ar-
variante en el elementarismo, promovido presar el cambio y el tiempo»u. Las pautas ticulación de tableros y listones de sección
por Theo Van Doesburg (1883·1931) [199J. con las que Van Doesburg buscaba transfi- regular ensamblados mediante espigas o pa-
Se basa, tal como ammcia su creador, en la gurar el neoplasticismo fueron un motivo de sadores sueltos. Sistema que en la actualidad
negación de lo positivo y lo negativo me- fricciones con Piet Mondrian, y supusieron continúa, dada su facilidad para insertarse en
diante la diagonal y con respecto al color un alejamiento entre ambos, que hoy ya for- una cadena de producción y montaje sin
mediante la disonancia. En todo ello subya· ma parte del anecdotario de la vanguardia complejidad alguna. Posteriormente pasaria
cía el interés que desde hacía tiempo mostra- En el fondo, lo que se señalaba era un en- a experimentar, también en el campo del
ba el autor hacia la exploración de la cuarta frentamiento entre el ({puritano» Moodrian mueble, con otros métodos como el de con-
dimensión; a este respecto leemos en Charo y el «díscolo» Van Doesburg. La solidez trachapado de madera, así como, para el sec-
Crego: «Es indudable que en el cambio pictó· del trabajo del primero ha dejado en un se· tor de la constmcción, con paneles prefabri-
rico que Van Doesburg inició en 1923 y 1924 gundo plano al segundo, que sin embargo cados. 200. Rietwld. Silla Roja .Y aqd, I91~.
L\ APORTACIÓN DE !.A VA.J.'lGUARDIA • {87
186 • HISTORIA DEL DISEÑO INDUSTRIAL: UNA APROXIMACIÓN
¡nientos ortogonales, contribuye a unificar
El mejor ejemplo de la arquiteclura neo- un espacio brillantemente concebido.
plasticista también se debe a Rietveld, en Además de Rietveld, otros neoplastic~tas ar-
este caso colaborando con Truus SchrOder, quitectos, e incluso pintores, se interesaron por
quien era también la propia diente del en- el diseño. Así jan Wils (1891-1972), decidida-
cargo, una casa [202] que finalmente seria co- mente asimétrico, oJJ P. Oud (1890-1963),
nocida con el nombre de ambos. Hacia fines cuya fachada del café De Unie [204] en
de 1923, Rietveld recibe el encargo de la se- Rotterdam está compuesta siguiendo la es-
ñora Schrüder de construir una casa en las tructura formal pictórica del grupo. Sin em-
afueras de Utrecht Él se encargaría del diseño bargo, en el futuro, no serian tanto el diseño
general y ella de la innovadora planta abierta o la arquitectura, entre las disciplinas proyec-
del piso alto (203]. El proyecto es una mues- tuales vinculadas a De Stijl, las que tendrian
tra de flexibilidad, pues los únicos volúme- una mayor repercusión. Esta se daría en el
nes fijos que hay en la planta superior son el ·campo de la comunicación gráfica. Toda la
cuarto de baño y la escalera. El resto es una planimetría neoplasticista, los colores pu-
amplia zona que puede subdividir~e en volú- ros, líneas y articulaciones ortogonales que
menes más pequeños mediante paneles. Te- creaban espacios y definían funciones ar-
nía que ser un espacio con capacidad de quitecturales servirán en el diseiio gráfico
transformación, que se fuera acoplando a las para vehiculizar mensajes de gran claridad
necesidades de SchrOder y sus hijos. En exte- comunicativa. De ahí que las normas que
rior e interior se emplean los colores prima- sus representantes fijaran para la pintura ha-
rios y los neutros, blanco, gris y negro. En el yan alcanzado una gran repercusión a través
201. Rietveld Silla Zig-,ag, 1934.
exterior, los colores sirven para subrayar pic- de una de las formas de comunicación que
tóricamente los lúnites de los planos, mien- más se dio a lo largo del siglo xx: el diseño
tras que en el interior atañen a mayores su- gráfico a favor de los mensajes publicitarios,
para unir los ángulos de la base. A pesar de perficies, implicando a los elementos de de- uno de los sectores donde las te01ías neoplas-
lo simple de su apariencia, su construcción es coración. Todo el equipamiento mueble de ticistas han tenido más éxito.
muy complicada, pues requiere un máximo la casa, donde podernos apreciar algunas
de precisión para el acoplamiento de las pie- de las piezas más emblemáticas de Rietveld,
zas y su oportuna sustentación. entre ellas la original lámpara de entrecruza- 7.5. DADA Y SURREALISMO
204. Jacobus Johannes Píeter Oud Café De Unie, t925,
Aunque en apariencia puedan parecer Rotterdam.
opuestos, el dadaísmo mantuvo con el cons-
tructivismo y el suprematísmo más lazos de
los prev~ibles". A través de las páginas de tos que, sin embargo, no son sinónimos de
De Stijl se dio a conocer el trabajo de los da- superficialidad.
daistas franceses y alemanes e incluso el mis- E! movimiento dadá nació en plena
mo Van Doesburgse creó un alter ego y, bajo guerra mundial en un Zúrich neutral. Esta·
un seudónimo, actuaba como dadaísta. Segu- rnos en 19!6 y un cabaret, el Voltaire, fue su
ramente, el activo temperamento de este ar- trinchera. Allí se celebraban tempestuosas
tista se prendó del espíritu inquieto de los reuniones de curioso carácter pacifista-futuris·
dadás, aunque no fue el único, pues el mis- ta; pero aunque utilizaron medios futuristas
mo Mondrian mostró en alguna ocasión para propagarse, nada tenían que ver con ellos
sus simpatías hacia ellos. Y es que era difí- si no era por la provocación que ambos gru·
cil sustraerse al aspecto bullicioso y rompe- pos emplearon para hacerse notorios. Si la ra·
dor que caracteriza al movimiento, elemen- zón y la lógica habían Uevado a la guerra, fue-
202. R.íer>eld. Casa Schri:ider, t92t 203. Rietveld. Interior de la Casa SchrOder, 192-lc.
LA APORTACIÓN DE LA VANGUARDIA • 189
188 • HISTOlUA DEL DISENO INDUSfRIAL: UNA APROXIMACIÓN

Segunda Guerra Mundial. Se desarrolla, en-


pueden, para los dadás, ser rute. También un
tre otras, en áreas como la pintura, la escultu-
diseño gráfico gestado con una función de
ra, la literatura y la música, y aunque no se
uso, como un biltete de tren, puede ser pa1te
interesó específicamente por el diseño -po-
integrante de una obra de arte. Igualmente un
demos exceptuar, con reservas, a Dali-, lo
objeto natural, como un tronco de árbo~ pue-
cierto es que su manera de abordar el objeto
de incorporarse como un elemento más en un
influyó en proyectos posteriores tanto indivi-
objeto artístico. Al fin y al cabo, se trata de
duales como colectivos. Prácticamente a to-
adentrarse en un «conocimiento de todos los
dos los surrealistas les atrajo la composición
medios hasta ahora rechazados por el sexo
de objetos, manipulados a fin de ofrecer a
púdico del compromiso cómodo y la corte-
través de ellos una dimensión onírica Algu-
sía»211. La cuestión de las fronteras se diluye y
nos de los más significativos nos los ha deja-
la consideración de los objetos sufre una con-
do Meret Oppenheim (1913-1985), cuya taza
vulsión que los SUlTealistas no pueden por
de pie~ de 1936, bautizada por Breton como
más que pacificar en cierto modo, utilizando
Ledéjeuner enfourrure[206J, es tu1o de los sún-
a su vez el mundo objetual pero separando
bolos más conocidos del movimiento. La di-
muy bien la consideración entre lo que es
mensión imposible de un plato, una taza y
arte y lo que es indushia.
una cucharilla forrados en pie~ es claro ex-
Los objetos surrealistas, al contralio que
ponente de las ideas surrealistas en lo refe-
los dadás, h-ansmiten poesía en su capaci-
rente a las cosas. Años más tarde, la indómita
dad de sugerencia. No encontramos en
Oppenheimn «se tomó la libertad de paro-
ellos la «objetividad» desconcertante de los
diar su propio mito. En 1970, creó con varios
objetos dadás, escogidos precisamente por
títulos tm Souvenir du dijeuner en fourrure. Se
su neutralidad, sino la manipulación que
205. Man Ray. RegaúJ, 1921. trata de una versión kitsch en miniatura de la
les presta el artista. El surrealismo será el
taza fmTada de pelo, esta vez convertida en
paso de la negación a {a afinnación, la cons- 207. Dalí. Composición rostro de Mae WesL Museo
un juego de café bidimensional con piel sin- de Figueres.
trucción de un sistema de conocimiento
tética cubierto con un cristal y que recuerda
rala razón y la lógica. Su alternativa política: la concebido para explorar lo inexplorado: lo
WlO de esos productos en serie de las tiendas
anarquía; su alternativa vital: las emociones inconsciente, lo alucinado, lo maravilloso,
de los museos. El hecho de que Oppenheún zas dalinianas, que, obviamente, buscan ante
naturales y la intuición. Sus ralees cultura- el sueño ...
alejara la seductora superficie del Déjeuner en todo W1 resultado estético, no haciendo lli1 es·
les: Jarry, Rimbaud y Apollinaire. Su estética: El movimiento fue creado en Francia por
fourrnre del alca:nce del tacto representaba un tudio sobre las funciones de uso. Dali extrae de
el bruitismo, el principio de simultaneidad y el André Breton en l92l y se prolonga hasta la
burlesco recordatorio de que consumo no es sus cuadros o esculturas los motivos que luego
azar. Más una postura filosófica y vital que lo mismo que placeP>~ 9 • se han retransfmmado en objetos tridimensio-
un mo,.imiento plástico o literatio, el dadaís-
Estos objetos no tendrían la pertinente nales. El sofá LalrWs de Mae W"t tenia su ver-
mo tiene sin embargo una relación muy di- transposición hacia la vertiente funcionaL sión primera en un retrato que Dali hizo de la
recta con el mundo del objeto industtial, y la
r.~r otra parte, se basaban en la manipula- actriz, en el cual su rostro aparece convertido
tiene gracias a la consideración que se le da ClOll sensorial y emocional. La noción de en una habitación, escenificada después en el
al objeto encontrado por la calle o en las arte quedaba intacta Como igualmente que- Museo de Figueres [207J. Uno de sus mejores
tiendas, un objeto reconvertido en artístico da intacta en los diseños que pergeñara Sal- arJU,UOS de la época parisina, Jean Michel
de un modo que supone, para Benjamín, vador Dalí, aunque en éstos sí existiera la di- Frank, lo convirtió en objeto, que se e:-..puso en
«una destrucción sin miramientos del aura mensión funcional que hace que podamos la muestra surrealista de 1938. Aunque hubo
de sus creaciones>/'. Se acabó la fuerza de lo señalarle, también, como diseñador. alguna otra versión, la que el mismo Dali
original y se impone la de lo cotidiano y sus- Una de las vertientes del surrealismo, la más certifica como auténtica es el Sali:vasofá dise-
ceptible de ser repetido mecánicamente. Un conocida, se basa en explorar lo onírico, plas- ñado por él mismo en 1972, apoyado por
objeto industrial con alguna o ninguna mani- mar el mundo de los sueños, la extrañeza... to- Osear Tusquets, con el objetivo frustrado de
pulación, como tu1a plancha [205J o una rue- 206. Meret Oppenheim. Taza de desa;.1mo t'tl píd,
das estas cualidades las obseiVamos en las pie- sacarlo al mercado. Previamente, había fase!-
da de bicicleta encaramada a un taburete, l93ü.
190 • HISTORIA DEL DlSEÑO INDUSTRIAL: UNA APROXIMACIÓN L~ APORTACIÓN DE U\ VANGU.'\RDL\ • 191

la joyeria e incluso la escenografía Respecto


al primero, apunta Luis Revenga: «En su
Diario de un genio, septiembre de 1958, Dalí
anota una pregunta que le hacen: "¿Qué es la
moda?", y él que conote perfectamente el
mundo de la moda -había wlaborado con
Schiaparelli, 1937, y con Dior, en 1950, que
había sido úrtimo amigo de Coco Chane!-,
no duda en responder: "iLo que pasará de
moda!" La creación del sombrero-zapatilla,
para Schiaparelli, fue una vez más producto
de un sueño de su infancia y de una fotografía
de Gala niña tocada con una boina, que en la
imagen semeja una zapatilla»Jo_ Significativa-
mente, los productos de Dalí, incluso los pre-
tendidaroente funcionales, tienen su origen en
algo ajeno al mundo del diseño, o al menos de
la idea de diseño más consolidada, esto es, en
las circunstancias personales, en sus vivencias
de infancia, en sus sueños... la vertiente

... 108. Dalí. Lámpara.


autoexpresiva cobra cuerpo en su obra
El diseño de joyas ocupó también a Daü, 209. Erich Mendelsohn. Torre de Einstein, !9!9-l920.
esta vez de manera bastante intensa. Tras 210. Emmy Roth. Azucarero, 1929.
muchas vicisitudes, su colección se encuen-
rtádo a los pop yal diseño radical italiano, uno tra ahora en su Fundación. Se trata de peque-
··· decuyos gmpos, el Studio 65, hizo el sofá &e- ñas esculturas enigmáticas convertidas en por los objetos simples y populares, que él puede hacer servir correctamente a la imLa____
caen el año 197!. Actuahnente el mismo Tus- broches o colgantes. Su Ojo del tiempo, de fi- ~sfo~ó en_ únicos, contraviniendo los prin-
gen incluso a través del desconcierto; y, des-
quets lo ha versionado para BD, introdu- nales de los años 40, puede leerse como una CipiOs mdustnales. El pintor chileno Roberto
de luego, en el mundo de la publicidad, que
ciendo variaciones en el color. También se ha declaración de intenciones: el tiempo que Sebastián Malta (191!-2002) entró en con-
contmuamente lo revisita para ofrecemos sus
propuesto, junto a BD, Ediciones de Diseño, todo lo observa, que pennanece por encima tacto con los sun·ealistas en la década de los 30. imágenes paradójicas.
materializar los diseños de muebles que Dalí de la vida individuaL que interrelaciona pa- ~u~do, años más tarde, se interesó por el
Habíamos dicho antes que otros movimien-
había dibujado para Jean Míchel Frank De sado y presente, que permanece mirando al 1 diseno de muebles, produjo piezas tan curio-
tos de vanguardia, como el expresionismo, se
este modo han surgido la silla y la mesita futuro. La constante imbricación entre pasa- sas como la MAgriTTA., de 1970, siUa ins-
h~ían acercado de fmma muy tangencial al
Leda, extraídas del cuadro de 1935 Femme á kt do y presente es lo que vemos también en la pirada en la obra de René M'<,'Titte y que
diseño, pero en cualquier caso, la arquitectura
tite rose, así como las preciosas lámparas de pelicula Recuerda de Hitchcock, donde un recoge algunos de sus más poderosos sim-
sí recogió muchos de sus presupuestos. Gaudí,
muletas y cajones [2081, signos que aparecen atribulado personaje revive momentos esce· bolos, como los del sombrero v la manzana
entre otros, utilizó los fuertes contrastes de lu-
en sus trabaJos pictóticos )' también escultóri- nografiados por Dalí, cuyos decorados con- que en esta obra aparecen, re;pectivamente~
~es y sombras y las estructuras quebradas e
cos (recordemos, por ejemplo. la Venus de Ws tribuyeron a potenciar el carácter de desaso- como continente y contenido.
mestables que caracterizan el movimiento. Al-
cajones). El principio de metamorfosis que siego del film a partir de gigantescos ojos y La huella sun·eahsta se encuentra en mu·
gunos arquitectos alemanes, que intercambia-
guía estos objetos, su carácter de extraúeza, de muebles que muy bien podría haber fir- chas piezas de diseño contemporáneo, en
ron experiencias vitales con los cineastas nos
nos hacen remitirnos a los principios más pu- mado años después AllenJones.. aquellas donde se nos muestran elementos
dan cuenta de una forma fantástica de c¿nce-
ros del surrealismo, que en este caso· se im- No sólo Dalí, de entre los clásicos del me~órfi~os, de extrañeza onírica, de pro-
bir el espacio que de alguna forma nos lleva a
pregna,_ sólo casualmente, de la función. surrealismo, se interesó por explorar las po- porctanes musuales entre sus partes. No obs-
"ivencias propias del expresionismo. El caso
Pero las experiencias ton el diseño de Dalí sibilidades de los objetos de uso. Desde otro tante, el lugar en el cual más repercusión ha
de Mendelsohn [209[ (cuva torre de Eúrsteúr
no acaban con estos objetos restatados de sus punto de vista, el también catalánJoan Miró tenido este movimiento ha sido en el diseno
se compara con el azuc~ero de Roth) [2 IO[
obras. También flirteó con el diseño de moda, se apasionó igualmente, desde la escultura, gráfico, donde la imaginación del creador
nos ofrece lll1 contw1dente ejemplo:l 1_
CA P1TU L O 11

Diseño industrial y diseño del producto

La rd.ac1Ón entre d~·tlo ) tccnolo~i.~ no t"\ umbtcr:.l. Los dcs.uroUos tcc-


nológtcos no dctcrnun.m lo que el fJbricantc desea producir. ru determina
I<Ct form,¡.) que el dhcri.~dor crea. L.t nucv.t dcctrómca y los nue,·os ma-
tetUlc..-.. tun lilxudo de tr.Jb,h .1 IJ formJ, t.:l ~1ilo ) b función. Esu:· capí-
tulo ofrece unil brc:n· \ ''"'" d ..· tOrtiunto de C'SO'i CJmbios y de cómo h~n
[:' BULLETIH: Jfccudo J hh da\t·ti.adc..uc.."' tlcl producto\ d.1do formJ .JI ""'tilo desde 1945.
~ cllqlll:t.l\ qut• hcniO\ puc.....,IO .l ~;¡., (kc.td.,, deo;.dc b Scgun<b Guerra
Mundial muntriln 1.1 ri'Jit(."/,1 d ..· l.& tt.•t;nOI~ía moderna: IJ era ;uónua. b
t"Ta del jct. I.J n;i c..k b tcl\:n,•ón. b cr.t c~p.tcial y IJ t:ra de la :mtom~tiza­
ción l.ít-nbién \C hJn .1plic.tdo d("(icripcione' meno~ cot'! cretas. tales como
la era de IJ inform.1etÓn. l.t t.' ría ¡m~- Ford y los años del crcp(tsetdo de la
indu~trializ,1C1Ót1 1 .1 tccnologí.l de VJnguJrdia 4l m~.·did,l que :Jvanzamos
h.u:i.l el ,iglo XXI prob.ablcmcn1e , ..·d b iol<lgic;l. Sin ernhargo. un tCillól h:;a
~ido con~t.lnh.' dc...dc 1945 d iu tll.lt l(l 1ihct.1dor de la muuaturizadón de
lo~ mt·carU~mth-, .u.otnp.aihdo por tul.l nueva cbnd;ad y rt:fiii:'IIU ierl{O de
IJ c;tr<:.•~·' tlm.' lo~ .llOJ-l.
Ba!)ta .:ch:u un vi ~t.IZO ,, l.t:o. bomb ill.t:o.. En los úhimos cincuc..·ma ailos
hemos pasado c.h: ha bornbill:l de fil:uncnco de volframio, hinch:1da como
una C;l t\b.v••• :-1 luho nuorc~ccntc (General Ekcc ric. EE. u u .. 1938;), y a
una nueva Kt:n.:ración d<..· nunuu bo~ fluo•·csccmcs que a parcckron a co-
mienzos de IJ déc.lcl:l de.• 11JH4.l, que.• pueden encajarse t•n 1.:x:qucflos obj ecos
dom6lico~. U nta fuc.:ntc dt· lut rav;•l. l.•~ bombill.•s dt• h:t16geno-volfra-
nno, .lp.•rccit.:ro n en l.a d~c;u.b de 1960. y. en ),, de 1980. fue ro n revolucio-
nada, pot· l.i int roducdórl de.· pcqucilo~ u,u tsfnrmadorcs qu.: toleran bom-
18 bl ~·hJ~II\U pum '1'·'1 ti,• lll'i ,lhmw" .1!1<'" h 1"''''' <"Wl\'<.•nir d ordcnJdor en •f~cll de billas de b;.ljo volt,IJC q ue proporcionan wu iluminación de precisión
uuhur•. El Applc M.1c "t C:J\.'0 dr•d.auu.:nh.· un.1 rcpu!JCI6n en b d&ldJi de 1980, ~· l os deücJ.d..t y fino r,1yo de lu:~ p;•ra ho¡:t3rcs, o ficinas y uendas.
nuc\~ u1oc.ld()'o, u1duuln d ( """'''• ,1rrilu,l.1 H'll-.(t\'MVIl '-'n 1.& lk 1990.
Un segundo ttm.l con~l.mtt: 11c tu csr.1do dc.·s.nrolb ndo en )a escala y la
n.aturalo,, lil' l.a Í.lhric.u::tóu •tn \Cric*. LJ mtroducción de herranúcntas
lliJOl"JJ.d;a~ por ordcn.ador lu 'iigmfie.ado t¡ue \C pueden h.lct.•r series de
f.1bnc.:.ac1Ó11 mcnort:\ y ~..:ríe' d tfcrenh:' de productos simibrt•s pero no
id¿nti(()) de nuncr;a cconónuc.1 1· \CO tu .lninudo el marketing dirigido a
un objctavo concreto }' tM ht"<hO mclb en el monolínco concepto de la
f.1bnc.1C1Ón en sc:nc y d nurkeung nu~Í\'o.

33
19 c ...l ~l..·r 1 hll. t. ¡•rml~f.l~)UillQn Jc crH:rgi.l
nud..·.1r .1 N-.iLI l~Hhl '>ltlll J~; \.r-an UrcufLl y Jel
mundo, M: m,lu¡tur,:, tn J\1'56,
20 Ll J&:.1~b dt 195il ' l ü)ll\'lftiÓ en la • dé<.:;1d:1
d\.' l ,1 (d.:\' i"\~n· 1011 tvdoJ Ocn\l~; u lc. En tos
i.'.SIJd OS Um~lu-. l..l!i fi~UI',JII\' .Ill y CX61ic:'IS
l.'ilnp.u•.1, ci..:- 1d n••-.w• .u).t~ lu.!I'On color .t l os
P,lfl'·•tko)\Jtd '(,'li dd fl!b\1 lk f,I)'('S l ~lll'tdJCOS.
21 1 O\ ,,lldltt'i .11 11111 1.1lcs lun tr.1n,form.u.l11 );~.¡;
('CI IIIIIIli\.I(UIIl\ ' \ l) d IIIUII tiU Y b 111\CMit;J.OOO

metrortl)Cl~~~~~. d un1ht0 ,¡mbn n l ~l y b bú.-.qucda


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!2 U f..l'lorl~--.,)n JU(()I1Uttz.¡d.t y el d<s.lrroJ.Io
& tih.tt·mJ" lt'ft'lkou mtouno~onudos 'K!II1 un
C"un ''"'""I.,.:t~o d.: b f'l""l!'ktt.l
2} l .o~ J'CUiu;ru'< U.lii'''Wh..... mmu.u.ln'i pu1
Pero e~ dtfTcil luccr u tu v.&lor,KIÚn compiL·ca dd impacto de la lC<:- \ll~ i.m <tltUfo en ~1 L•IJ,,r,,h\riH d,• Udl
nologí.a modcru.t cu el <.h'iCt1o, cspeci:llmeuh: en la mformatización. Las rdcphuoc. f-_,t,hl o:o~ UmJ.O'\, d l3 tk' thn~ m brt•
implic.tcaonc.) tt"'.b ;;amplia' de la rc\•olución de lo~ ordenadores personales d.. ¡9-*7, ..e Hn pl'imuHrt")t; p~:ro
q ue tuvo lug;u ~n JJ déc;~da de 19HO. por ejemplo, no puede valorarse r<''-llu.:•on.-1'01] IJ mtlu$lrt• ~k..trum'~ )'
porque lu n ~i do c..,,,a...uuentl' cxplouc.lo.,_, Todos podemos reconocer lo tlll'lburQn nuC'otm e)ulo J.¡; .,-,J,l lo..
tt~L.;tvn.~ amplurunJ.¡, w.:n.1k~ d ..·,tn'"' .-1
C\· tdcnu.·: en l.a fJbnc.a d onlcn.ldor h.l tr.lu.. form;ado 1.1 mgenicría dd dise--
h.u.:(ri2s r.n.ff .1. Ct.I\C') JC' ~t:riiiiiH,,, Uft
ii.o }' IJ f.tbrtcJuón: t'l't b oficmJ lu .lCder.ldo d intcrc.unbio de informa- n 1.tt.:n.d sc:m~o.vlkhlllt,r wi1Jn.
ción ) HO\ h.a prova ..co dt• puhhuctOill"'\ de Ncrirorio; incluso h.ast:a cieno
punto h.a cntr~do en el hog.u.
Pero ccr.an~fonn.ar.i d ordcn~dor pcr..on:al (PC) las nddS de Jos indivi- 2.f Futl'm'IKn..~utu «
un dup de mcmon.:~ de
duos de IJ nu~nu nurtcr;a en quC" lo ha hecho el coche? El coche tu\·o onkludot dcwrroii.Kk' put IUM '1""' "i'l(_U un
consccucncUs m.b imporr~nctot; Cr<tn\fonnó d rntomo dd campo y de la
UT.l} de mcrnoru «
C:Ul('O rrulklnc> d.. ltlll' ~w
r-i~"d.ll CWllud.l. Ou".,.lot~tr"'- c:n b
oud~td. y htx·ró ;a 1~ mda\'iduo<ii que \C m.uch:aban en :;;us coches por attnUtun.z.aooA c:ln'th•ll•.l 1n,.;h1~,,, d
millont.~. UJIO!of'utn' IN~'(.)'} (l''"'l ck C~nn lln."UU.I d
En pnncapto. uno ptu.·tk m.ardaar'\t.' c.·on su ordcrudor. Slcvc Jobs~ or pnnt~r •-.rclw..tdtw en un diiJ' Jd munJn. ( ·¡,h

fuml.1dor de l.:a ApJ'Ic Compuccr Comp.111y. tc:ní~ b t-spcnnz.a d<" que su u-.u"J->Utt"r tWU(' 2t• )_(W• t u,mu;.tcu,, en uel
auhm<.'1ro ouJndo de: "Jhn•na
innov~dor ordt:n.u-t or ApJ'Ik M.lomosh sc-rb. para lo"> orden~dorcs: lo que
el Ford modelo T fue p.u., lO\ cocht·\. jobs umbién comparó el orden-ado r
person.. J en tanto hC"rrJmicnta con mucha.; po~ibilidadt-s con la inn·nción
de la imprcnu.
El primer o t·dcn;ldOt thf.t!l.\1 l'il'<tróntco ~l' oonsrruyó en 1945 en la Uni..
vc•·std.ad de Pl·nn'iylv.ma,l. 1:~n m.íquuu dt• crcint.t rondadas contenía m i-
le~ de luhch dl• voado u:rm iómcoo:: (~imillrc~ .1 l.ao:: vicj,1:, V<Íivul.as dl· radjo
o o
de cri ~ul ) y ..:,t.l!l.l l.lh<u io.;.u n<.·nct· prog ramado con ta~jetas perforadas.
Es;as mÁquinJ:, Ct\m ~r.llldCl\, pe ro no n my poderosas. Los ordenadores. al
iguol qu4..: coda:, l,t:, mJquinao:: d ccHó nic.l:S, fueron transformados por d
cransi!'>tor.
El trdnsistot· l\C crc6 l'll d bh~>t".t lono d<.· Ucll Tdcphonc de los Esc:'ldos
Unido!» Cll lrc lo'i <U tO:, ltJ47 y 1951. 1 lecho dl~ :silicona, rl·quiac bJjo voh.a-
jc y, por lo u nco, e:. mu y dicicmc. 1 l:lci:-~ íincs {h; la d.:c~'da de 1950. las
radio~. los t.'t.IUÍJ><''! d l• .t1t.l lidcl kl.~d y, por s upuesto. los ordcn:uJores. fue-
ron tr.msbtori z.ado~. ~e cle~.u· t·oll.,ron otr:a~ fonn~u de transistores para
utJliu rlos t·n horno) d~ccrico~. IJvador,¡..; y otros aparatos domé-seicos ca-
l ~ corno mohmJio:, d<.· c:Jfé, licu:ador;tS y cougcladort'S.
Lo" o rdcnJdorc~ llcg.uon .l IJ mayorta de edad en la década <k 1960 y
erJn en ciato modo un ~Ín'lholo de n.uu<i pJr:l I.J<i corpor,tclone~. El mcr-
e~do c:-.tah.1 <.loutin.1do por 1tlM. pero uno de lo~ primeros miniordenádo-
rc~ fue di\l'ta,ulo en 19(,.8 por 1)&~lt.ll L:.quapmcm Corpor:uion (DEC), ha-
Ciendo u~o del uuícroc:hip• ÍU\'t'ntJdo diez años .unes. Para 1957.
núentu.s el ~obicruo de l<h E\c.ld()') Umdos c.-sc.-ab.J horrorizado ante la
notio;~ de que l.1 Uruón Sovit!cica había IJnzado al cs~cio un sacélitc artifi-
ci.JI (Sputnik 1). L1 lll.I>'OrÍ,I de Jo, 'crLHiorC\ \:"'lJdouniden..~cs iguo r,lbd.n
que ') ll p.lÍ.') ru rtiv.unen cc h.lbÍJ con~l·guido. otra VC'/ en la Tinra. un lide-
rato m.h unpor1,unc: d c~l.ldouuic.kn~c Jack Kilby rc-ali:ló el pnmcr m i-
crochip cfcc:civo, d urcuito imc¡:;uc.lo de M.'rruconductor. E~ce invento fue
l.a b,1:;c de 1.1microde(.ln)nic.:.J.
En 1971 lo~~ lnu.·l Cor¡mr.aciun ( rt:..U U. ) imrotlujo el microprocesador,
que b.hic.tnh:nu: c.:' uu.l fOrnu d..: t:.tlc.ul.•dou dcccrónica en un ~olo chip
dl· uiJcon.1. Su prmu.·r.1 tonwC\JCnu.l ful· mu gc.'lll'r.tción comcrc:ialml·ntc
v~o~blc.· de.· pc..-qucil."· ~ luq.~o rnu> pc:-quci"u..,, CJkui<Jdora.:> de bolsillo. Sa-
guicroal lth rdojC\ diKU.alc... Apl~e.u·aonl-s menos \'i~ihle) dd miCroproce--
s.ador ~ rc.-Jiu.aron en b crc.ación de 1.1\ pnmcns fornlls de l:n·adoras.
Jutornóvdc~. m.íqum.l\ de CO'\.c.·r. rosudor.h ) hornos eléctricos •inteli-
~entc....,•. fl nucroproet"\Jdor proporcion;a un.l mcmon.1 ,. proporciona
comrol. P~rmuc.• .1 un.1 l.w.1dor.1 Ct'nc:r d'-·ü:n.a~ de progr:un.h di~tmtos o a
un AutomóHI n·.alu.ar dpu.l<h dloai<X que .IJlhl<ln los fre-nos o b su~pcn­
sión tll• nunc.·r..1 .¡utom.íuc.a Jl.lr.a c.'\'liJr que el conduccor p1c.·rda d comrol
cuando tom.l un.;¡ cur\'.l o ircn.1 hnh<.:..amc.·mc- Es.to elimina un~ serie de
mcCJni~mm. que ocup.an {'~p~cio.
La ll1 1Croc:1c:ctrónica lu afccudo l l di'>eilador de tres m~ncras. La rninia-
tu riución de b..; J'l.tn\"< que componc.·n lm objeto ha significado que éste
J1Ul'<k· I1Jn·r~c m.h pt·qul'i'io o que puede con"'-'rt ir:-,c c.·n o bjcro d t" curiosi-
d.ld: l.1 fo l l11,1l'Xtc..·IIU y.a 1m Cll'JH.' que ~cguir lo~ dic1ados de Jos compont"n-
tl'S interno"'. En .1l_guno~ C.l~(h, Ll llllll1Jhlrizaci6n t.amhi¿n h;• «dc.·valuado»
l.a l'Stlmación H<'Ut l',ll de ciertos htcnc~~ .1... í. !.1:-, baratas radio~ pequeil<as. e interruptores, d1.1k) }' p.•l.ulC~•"· l'.uuhu:n se cculraron en la prcCJsJOn,
l11cl\l'lU l.a,. b.1r~H.1:-, C:llcui.Jclor.•" m.b pcqucii:1s de bolsallo escán aprox imán- Cu.:~ksquic.•rJ fut·r.ul los tll,lllTLllcs madera, acero prensado. aluminio
dose al st.1 1 u~ dd bolí~;r:1fo cu térnuno:-. de d isponibilid;ad. E l diseñador, hilado y lut..:go pl.í:;l ico~ , lo)\ di"cihdo,·cs y los ingenieros del producto
por lo tanto, y;' uo lt;lb.lja e n un \)bj cw precioso. El t:e rcer impacto se exigían .1cccsorio~ y c.~rc~ba~ b ien hcdH..l'i, y nds re fin amiento en general
produtl' sobre d d i:,t'li.•dor I'CI'~On:llmcul l!; el podt·r inforndrico d~ los ..:n el montaje dl· lo-: ardtulo:, pnHiucido"' en ~cric. Pero el último refin:.-
nul'vos ordcll.ldOI'C~ dl'\:'lfí:, Ml'i h.ahi lidadcs. t ..a iu ll uenda d d d iseño por mÍ<.'nh), d de ,,.-linun;•r d VCllnmcu, se les csc:•pab.l. (De hecho, :'algu nos
o rcknado•·..f:lb•·icaciün por o rd..:lutlo •· (CA D-CA M) St' h:1<:c más y rn~s di:-.l·iiJdon.•, csl.du n cu dc~:\l ucrLio con lo!\ consumidores en esta cuestión.
fuerte c.~d., .li...o . Uno (k lo:, .lV.HICl'~ lti:Í'i intl'fl'S:tm cs es la :'animación por El \·olumcn puede exp1·cs.n· ~cue ro..;id.1d, ü:-H:ntacic)n, lujo: en las nl'VL'ras
o rdcn.ador q ue, cu.uu.lo ,.e .li1.tde :1 los progr.nn;,~ de simul:lcióu por ord'-._ >'los (Ochc:-, gundc:-,, po1· c.jcmplo. l.tl\ coches Arandcs -como los ale ma-
uador. pc.·rmitc ,, un d i~cihclor-ingcniero ver lo~ t•fcctos q ue el desgaste y nc., Mcrccdc' y .UMW - .uí n dL'IIIuestr:lt) q ue el volumen puede ser muy
e l cicmpo tc.·ndrdn en d d il'!clio. preferido por lo:; r•co;; pcr~piC.lCC~.)
Despul's de Joa Scguud.1 C.ucrr.1 Mundí.ll. la primer:a gener.ación de dise- Dur.mtc .li... O<t 1.1~ poo.;ibihdJdl"" de mmtJturu.•ción ~cm.ricron limitadas
Ji.adorc~ cmi">olid.ada cu l<h F."t.Hio" Unido~ (hombres como Raymond {aunque.· lo~ m otorc' cléurico' \C 1b.m rcdu<.icndo. u n proceso que habí.t
L<X'\\ y. \V.dc'-•r l>orwin Tc.1~uc y 1knq. LJrq•ftL~$) y luego l,1 nut'v<a gc- C')tJdo c.·n prep.ar.&ClÓII 4.k"idl• IJ tk~ud.1 de.• 1920). La~ principak!'i opciones
ncrdCIÓn qu~ C'\l.alu 'urgiendo en Europ.a (l"Spc.-ci.llmcmc Aler11.mia e ha- d... dl\C"ilo se.· n·ntrJb.an en 1.1 (.',lfC.:.J\.11.
Ji.•) c:oml·nz.aron J tr.1ur d di~·úo de protluuo:, dt· consumo con dos a- l:.J hacn lo:-, obJelo-. c."<tt.lll<:t)"> ~ \Ohllluno...o~ mt'n<h moh.~tos 3)udó a
rJtu:rÍ.stlc.a.s en mcuu.· Cuo~~lquicr.1 fucrJ el <'~ulo dcgido. enf.uizab.m 1~ dctcrn:mur Id form.1 dd Al.lúd de BIJncJnic,·~ ( l956) dt" Br..un. la radio r
línc.1.s pur.1.s )"IJ prc\ciiiJción ordcrud.1 de la-; pJCil"S funcionales: botones, toudi""' combon•do-. SK4. Oi-..,o1Jdo por Dictcr R>ms} Hans Gugclot.

39
el At.1úd ck Ul.mc.micvc' c-.ru"o cu 1.1 ,,í,pidc de b ~cr:l del n.msistor~. AJ
d.uk .al fo n6gr.afo unJ tJPJ de plcxigl.í~. con una caja de madera de color
ciMo y rucul pu11.1do d..: biJnco. ltull\ y Gugdot habían ido tan lejos
como cro1 po~ibk ..:n 1.1 b(l';quedJ del <-JUll'Uo;mo del drn·ño uciliz;mdo tcc-
nologí., .mugu.l. Trc> .lfiO'l m.i\ urde, en otr~l r;ldio y toc:tdisccx cornbina-
d<:n,, H..HII\ lkvo fll.l' h:jo' \U quil·ti\mo: la radio de bolsillo podía $e-
paur~c dd ft>nÚt!r.•fn ) Jo, c.ln' JUnto~ .tpc.·nao, cr.m m.b grJndn que un
bolso de s.cflorJ dc.:I~.Hio. En el 1111\IU() oiÜO. 1959. Sony bnzó d primer
tdc:n~or toulmcntc: tuntthtoriudo del mundo. • Reducido :a los ciernen-
lOS '-"'SCIICI.ak~ dd nabc., ' l;a p1l;a C'\lrcch;tmc:mc c:nfundados ro una caja
mct.ílic.-.. y con d .t~;a. l<h bo1oncs, b .m tena ) d wpone dtspuC'Stos según
la función c:xagadJ. ~le: modelo de ocho pulgad3s ddstiamente reducido
fut con,ldc.:r.tdo c.·n t."'·' c..~ p<x:.t .a\tunbrott.lntc:ntc ligero, JI pesar sólo 5, 900
kilos.•
Serí.J crróm.'O \Uf.tCtlr que el nuyor ,l\ .mee en el di\Cilo de b d~,~d~ de:
1950 'l' p•tt•<k C.1r.1C'Ic.."rll.U J'<lr d dJ.,.c-i\o sobrio defendido por R2ms o la
Sony Coqmrauon. Euccmu"t, UlUlO ,lhou. hubo un.1 vam."<bd ck estilos
y. c~pccialmcntc en Jo, E!!oud<h Unido,, b nuyor parte de los produaos
de con,umo. ·•J".lMl' ,1r1Ículo, como ncYeras. eran coloridos y visrosos. 2f• 1 u1c.1. ,k ol;;ul..ldm..l' tk"tlronu ..1 \ ct..• "--ultblr, 1cn 2- l;~ c ccnolo~U f<.unt'nt<l u n~ lót,tie2
...
E!
lo!. di~c ilJdo rc..•, Ct.•ndíJn .l .ac.h')JHilr l'Jd.l nuvt.•<bd c<·cnoló!:,.;C.l «.'n su pro- ~
~r;¡ un l'lUtn)c·,tiiCI C.>
pio bi,.'ndk•o Luc¡.;o tcmpl.1han 1.1 cecnolo~Í:l con icfc.h propias o del p<l- ......
(.)
-:.•do. t.·n t.•c..·rto ulot.lo •.:n rt.'"-puc..·,u .1 IJ reacción del plahlico. E.otro cs:t;i. C.>
1
1 ..0
cjem plili c.1d~) c..·n l.l t.'V\)Iu<Hln de.· 1.1 indu,cna dd rdoj d<.· cuarzo digiral que atracth•o. Ur.&un 'JC:Ó 1urtido dt.· l'\tc..• pLKc..'r m.,.dnuvo .11 mini:uuriz:~r y
irrumpió l'll IJ déc.1d.1 de ICJ70. ~:-.1.1 .lm('n;att) ton 'uprinu r 1::~ c..--sft.~ra dc.·l ndin.•r su" producto~ h.•~t.l 1111.1 (.1hd,1d de joy:t. '-! 1
rdoj .analógaco. l'n pMIC porque la noved1d d e ccncr números q ue bril bn En d uni i'Uc..llvc.l lih ro de DC)'·lll Sudjic. Cull Objats (1985). se dta la f
en c ri:..u k, de d1odo~ emho1·cs de luz (LEO. <>ig las en inglés de Liquid C;llculadora dectr6nic:' ET22 de Uraun como la que proporciona la res- '~·· ~
Elcctronic IJi"'pl.ty) I'Ojos 1\C pu:-.o m uy de moda, y t~n partl' porque los
rdoJC..'S chg:naks l'l'otn rn,b f:tcilcl\ de fl bric:l r. Pero Jos relojes :u't:'l lógicos
pue~ta dcfinitiv.l a lo q ue Ull.l (.';lkui;HIOr.l dchcríl p:-. rccersc. Diseñada por
Dk·ccr H:uus (1 977) . uo e:- 1,, calcul:ldo ,·l ml~ peque1la posib le ni la más .
e,
~

c.•r;)n m.i~ r.kik·s <k kc..·r y P,li\C,lb,m como o~jctos cl.ísicos, lo que i lldttio :l
un c:.un h io .l nuuicttt('~ de..• l.t dé(.';td.l de PJBO pM.l combinar el aspecto
~H1 ti guo COII 1,1 II UeV,\ tCOIOiogÍ,I,
delgada (cu l.1 d.:t.td.l de 1990 .d~unH calcul;¡dor:l" son <mOréxiC<"!S, t..'l ll
pcqul·ñas. qul' rc"'uiL:UI pr.kcic.un~.·nre in(uilc..·'\) .
L.t crcJción dl· ltma' dchí.lllllllho .1llr.1haJn de Clivc (CU. n. 1 9~10) y dc-
,, e
t-
n
(]
Lo~ pcc1ue110.) componcnc~:t eléctrico' pc nn ireu :t lo .. di~cñ~1dores daS\:- bin Sindair ((jB, u. I'-J4J), que di,ciiaron y f.'lb1·icaron la p rimera calcub- ""
.....,
.
:-...
ñ.•r cos.as compleja:, que caben t•n IJ. nuno. Los arcilugio'O se hicieron así dor,ode bobillo ( 1972) del n><mdo. Er• de sólo u n centí metro de grosor y -·
~.

¡;cmcjal'ltc:, ;_a juguete..~ Pao 1.1 mancr.l levemente dcspecriva e n q ue las


C.ÍI11.1t<1'\, cJicui.Jdouo;, .lft.'lt.l<lor.l... cléctnc.l'lo, radaos. televisores v teléfo-
duc~ ccncímctro" de l.ugo. La c.1lculadora m.í-, compleja de su época po-
seí.. un circuito inte¡;rJdO de 7 . 000 tr.m,•storc... y fue 1:-. primera accionada "'
nos port.ítik"i \OH rcch.t/,ldth en u nto jugul'te:"Jo rropÍl-za con una ~u<·stión por un.1 dcl~.adí,inu pil.a .
lmport.mtc: lo' hum.uto-. Jdulto., <.Omp.trtc..•n con ~u:, lujos un placer .mi- \.livc ~md.ur. utvc..·mur " c..·mprn.trlO, 1.1mhién participó en la cxplon-
mal b.blco .1l m.uupul.u flhJCUh •}C<.Juciio.. , confortable..-... y rccon fonantt.~ ción dd ()rdc..·n.ador pc..:r...on.tl . Su' ordcn.\dorc.-..¡ ZX Spcctrum ~, ZX 8 1.
que t•encn forrn.t~ • Jm.lbll"\• )' ccxtur.l¡; .lgr.~d.:ablc". Si lo.. aspeet<» funcio- prc5ot:ntJdo, J cOHlll'II/O' dC" l., dc..!.c,\tb de 1980.11c,·ó mformjti<:a econórni-
n;alc:) e~tJn b1cn da:,áiJdO\ • .,¡ - por ejemplo- lo~ botones se presionan c.t a ucntoi de nuk.. de ho~.uc-, de todo el mundo. Los L.X er;an pequeñas
con IJ Cl"Sbtcna;a cx;acu a bs punus de los dedos, cmonces el objero es caj.'ls.ncgr.u, pr.íctic:amcntc sin conur.ts. Ni 'itqUJera el1ec.lado estaba con-

~1
fo rnh.' cun l,l ~Upl'rfic:ic. pw..·-. l;a11 tcd.1-. otlmpl<.· mcml.' se h:db ban impr(;:sas
en el exterio r c.:omo de c.wcho. Pero b11 tcd .a:, t(:nía n un cacto bland o y
húmedo. c r.m d ifici)c, de pul"'.tr con precis ión )'. por lo tanto. eran un
error crgon6 nuco q ue 13rJun uun<.J debc:ri.1 haber cometido.
Scml.'j.unc frJc.a...o de l.t crgonomí.1 fue un frJCJ!loO del diseño particular-
mcnt<.· importJnll' el fr.u.:.l\0 J reconocer que: cmr..· 1.1 caja ncgr.1 y clusw-
no lubi.1 (IUC: (hn·r'a.lr uu umduuo dl· enrcndímicruo. Aquí fu<.' donde l.1
comp.uli,a Aprlc obtu\O 'u nrt.~nw mcr<"Odo.
A liun de l.a dt~.1d..1 ck IC)7() luhi.l '\'.UI.I' clases d<" ordC1udores persona-
IC" .t."«]uihlt-s. pno rcqul'ri.m hora'i de .JprendiuJc pua uóliz;¡rlos. Stevc
jobs ,. ~u comp.ailcro StC\·c \'('otnlak qucriln un ordenador que cualquiera
pudicr.1 potM.:r en m;¡rch.t ) u'Jrlo. de .aquí d proyecto Macintosh.
l.t.s nrulcrÍ"illl.l' ck di'K'Iin dd .\ttcinto...h t:m~run tod.ts de la dctenm-
n.:.uón de Jo~ de "tu.u ..1 U"iU.tno Jnct~ que a b hxnologia ..-n d ccmro del
di\ot.·ño. l'()f 'uput"'\10. ~m 1.1 te< m)l<)~:i.l. b~ posibilid.1des p;¡n su uso n o
podri.1n produuN.'. 1x·ro lo' dt'\l"iudon,."'\ c.ld •Applc f..b c• no iban .1 S('f
gm.1do' por IJ tl'Cnolo~i.l
Uru ~r~ctcrÍ~IIC.llmport:UIIC del Apple M ac fu e el • r.ltÓn•: el dispositj-
vo de control l)(')n.iu l q ue ~e empuja de aquí pua allá como un cochecito
c..k JUg uete. PMA J o h .... é'll' rc:produá J )a(i accio nes)' los m ovim icnros d e la
nuno: d U\ U,If iO h.ltl~l qu ~ Ull.l n t.'thJ 'll'aÍJ IJ.I'J Cll la panr.tll.l p;ua ::.ekccio-
IU.I' el :-CI'VK i ü d1.' 'l'.1do. \1..ao t1 .1 c:.u ,lth.T Í,llc J 1111po nanrc crau lo... g dfico::.
Cío lc::. p.u;J d u ... U.IIIO, .al u llh/ .11' p.1lahras y t n:tdro" q ut• ..·s tab:m rd:rciona-
clo.:: cvn la~ tan.·J~ y propch ilth de un.l o ficina co n·icutt .
L1 c:-.l r:n~.·gí.• c..k tr.í::. dt: CI<Ott: di.::cil o ('f:l, po r lo tanto. el uso dt... lo «fami-
li:u .o co mo un couducco de t·ntc ndirnicmo cntrl' d usuario y el orde nador.
El error d t.· Sincl.li r h.•hín ltido no ofrecer al u su:'lrio s..·ndcros fiuniliares
h:tcia los l:ICC:Tl'to~ iutt·a·io rcs ele ..,u 1u ágic:1 c:ti:1 ncR,t:l .
C u:mdo st· c~t.tb:a dt~d\.tudo el Appk M:.-.c. :1 comicnz<)S d ~ 1... década
dt· I'JHO. lo:-. ch ip:-. dt• n 1c mol'in c;l',m c.ll'o~. lo qu(· limitaba la c:rpacid:)d de
nu:mori,a po"'iblc. h n co ah l't:ucnci,l, lo <; d io;ctt:ldOn.·~ dl· so ftware tenían que
disc:aiat ::.uo; p•·o gr;.uu .,-. ..:011 una dcganci.1 q ue lincb b:1 con l;1 poesía para no
utili1:1r tod;.1 l.t po1cncia de mc111orí.• del o 1·d cnador e n intt rt:S de la facili-
dad pJrJ el usu.ar1o. L.1csrética -en d s..•ntido de una búsqued:~ del refina-
m iento- .1yu<L1 l'U todo~ lo~ n iveles del d1s<'aio.
L.1 cstiliZJción fi,kJ dt.•IJ cJj.l dd Apple M,1c C!lotli VO influenciada por la
,afic1Ón de Job~ .11 tl~c:lll' M l·ru:<.k"'C. Le d ijo ,l J ohn S<:ullq•. u n colega de
Applc:: • l~~.ltt.' en IJ t:"itilu.acu.l n del Me rcedes, la propordón entrc detalles
.lngulo-.,.h y línc.l.) 0 UtdJ,, A lo largo de los aiios h;an hecho las lín<.-as más
~U .l VClt, ¡x.·ro lrn, dct.lllt.~ mj,. ..ev(.·ros. Eso es lo que tenemos qu<' hacer con
el Mac•.
;r. El U 1lk.rrun de \mi) , rn:wnt..,.L' .-n t'm '~ ,.unccpc.o M dU!lUOÓil que- anpkó
42 b t«nooOftú C'l~l.'lll\·
- - - - - -- - - - - -- - --------

'
50n,1l fue un com:cptu de.: t.:.;ulií'JlÍ()n, t.:OillO un.l prcnd:. de la V<.'Stimc:nta
pC~OnJ.I. ruc \HU lll,IUCI',I de rc(Íc(.lr Ull ti'OZO de tCCOOiogÍJ existente
(tr.m-.istot. dcttr6nic.l de CMJdo ~ólido) en una :;egund:t generación de
ptoducto ... )' s.ac.~r g.m.anCIJ..
l..t!> primcrJ!) grJbJdor.h cll· r.l,l'Cl'' f.1brlc.1tb~ por Son y en la década de
1'170 tcnío~n <.:JJh dl• .1luminio. pero. luci.t nu·dJJdo!> de l.t de 1980, como
con ).¡ mJ)'OI' f'Jrll' de l<h rroduUO~ d~ lOO,UtllO t¡uc induyérl dmaras de
litO v.1lor, el pl.i.suco ,._. c:onuruú c.·n 1.1 nornu. E..to proporcionó la. n·m;a-
j<t t.mto de hgcrcl.l tlUUO de l'UlnOmÍJ..
Sm cmb..argo. dur.mh: uru décoJdJ dC'"i:pué~ de b Xg\mda GueTra Murl-
di.al. el da\c1io dt: los b1cr~ de con,umo 1¡1~ como mlquirl.J..~ de escribir.
r.tdl'l,.,, nc,·c-r.u ,- lc.·lc\'Í'()n,~ l"\l.lh.l muy re<\tringido por d t.tmaño de los
JllC'(.anismO\ uuniOh"'· ),¡, hmu.lcton~ del m.ucrial de la C.Jr('.:l"i:l y el pro-
C\."W de f.thriuoón. l\1uchn' •d.l\K"O\• dd dt~"tiO del periodo d~: 1930 a
1955 ct.·ní.m un p.ll'<."t'l<h_ ) nmy de.· f.umlu porque lo10 discihdorcs tcní.tn que
c~n-Jt.U con 1.-., tl~UU' d'-= f.•hru••u:u,ln d~ b épon. que pcrmn:Í.;a a los f.--.bri-
antc."' prnl\Jr y doblar ¡,¡, hoj.t4+ de mcuJ «Ofl(;miC.lmC'rlle ~ólo si prc-
vd.in curvu ligcr.t~ en lugu dc c<:rr.ldJ,,
28 R1dkv \wu, du't"cccn de IJI.M< R11mto (J~~). m.i\ urde Mbbnnl ~'" d l;munumto dcl Pero las lmHUC1onc41 de una tccnologb manufacrurcr.1 tenían q ue ser
ApplcMo~<" accpt.1blc' pul el con,umidor De: modo qm~ el dt'>Cñ:tdor debía elaborar
en función del l~tilo t JU<.' ~;a, m.íc¡unl.l" ele b f.íb rlca podían rt•atizar. L<l:-.
Fu.: b nndn l'tl l\IH4, con nn :mdaz :~nuncio puhlica1:mo .:n tekvisión ünca:, rcdond<.\ld ••, )' h~l·r.h 'l' \H~.lHÍJ;lrOJl en un estilo -.ll'rodin:ímic<'l-
que cnfariuba UIM rciJnán t'llli'C el Appk Mac y la libcn ad. nidJcy Scon. quc \C' t(mvirc ic) en UIU rnct.ífor.• p.u.1 alg uno-. de.· lo" v;tlorcs de la época.
d tmc.ll>tJ (;_m10.so por filme' cou ao A lié'll y IJimlt· Rumu:r. hizo el anuncio Se pasó de modJ cu.mdo o tro, m(wdo' de f.lb• ic:~ción llegaron a hacnse
pubhcit~u·io. que id<:nt1fic.1ba todos lo~ OCI'OS o rdenadores de fácil utiliza- J.scquiblcs.
ción con In visión d~.: cont rol de la mc:ncc de 198-1 de George O n veH. El L:l) cé-cruc.oas del bJiido del mee-al que p•·oduccn las formas redondeadas y
Applc M ac. por :-,upu~)tO, fue prc"cnt:'•do tomo la fuerza liberado•·a de la orgánlcJ~ d.: l:l clup;• mcdhc.a fuC I'On c~ulift,ad:t<: en :.Jgunos clásicos no-
ind ivid ualltl:ld . tJbb del d isdio. M.ored lo Niuol i (lt.oli.o, 1 887- 1 96~) d iseñó pora O tiveu.i
Pl.'so por pt'M), lo, rttodcrno' ordenadores. radios. equipos de :~Ita fiddi- )J m.íquinJ dt..' l')Ctlbu· l t..•xkou 8t) ( 1 94R)~ b scootcr Vt:sp~l. diseiiada po•·
d ,ld. o mc.no•·c-. ~..k coche!- rl.'~tllndo-. d cctrón icamente. dan mucho m:ís
que st•l> nntcpasado:-, d~ h;trc vcmcc ailo!-. éMc: h;a :.ido \:1 gran regalo del
cecnólogu clctcró•'lt{'O J los d isc11:ldorc-.: los medios pJr<a cn-ar iconos fun-
cional c~ d~.: libcrt;•d pcr~onnl mcdi.1mc energía y porrabilid:1d muy inccnsi..
ficada. el ahorJ dhiro ej~..·mplo de: c~to es d casete Walknun de Son y.
La p rc:,cntJtión del \VaiJ..man en 197~ fue una línea divisoria en el d ise-
ño j.lpOnt..~. l)u r.mtc 1.1 décadJ de 1950 )·. ha,t3 ctcrto punto en la de 1960.
1:. indthtr1J J-lpur•cs.• h.1bi.1 rriunf.1do JI rc-.ponder dpid.anlcnt<.· con nuevo:;
2'-' U inno'Y4Jor ..ll·u:nu d1. (_"urn~lm•• J'/\...,.an,u
produuo. . b.1 ....1du' c.:n uucvo~ .1v.1ncc' de b tecnología. Apc:na'> se había
p.ITJ. l.i k\1\>h.r V('r'-'• 11~•. r'l>llolH\;tvllu'm
pr<.·ocupado por 1.1 c.:,tiluaoón. al menos no en el '\.Cntic.lo dd estilo que trMt,'\P.,"'fh: mJncJu~l b.u lfU )' Wt=Uh.• \11 UIU
añade v,¡Jor o \t!ttHficJdo .11 producto. Sin embargo, con el Walkmao. la ~m qu' l.1 rn.nori.l ~ l0<1 ubrcr~ cun
estilización fue imporc;uuc; c.lc hecho. la nooón global de un estéreo per- d.:-rn.nu.Jq roben p.au ('Pmrru ur1 u 'le h..:
- - - -- - - - - - - - - - - -- - - - - -- - - -

Corr.1eliuo d 'A,<.-.HIIO (h.du, IH<J I-IlJSI) y rc;lli?:lCb por la cornp:u1Í:l Piag-


gio en ICJ46. dchic) <.:ompccir con 1.1 L.:uubrc.·ua. q ue ap;•reci6 t'n 19-H.
. Lo:, f.abnc.mtc~ pcdí:~n cconomí.1 de f;\briC.lCIÓn a los d iseñador<."S e inge-
mcro\ del producto. El d iwri.1<lor e·n:tdouu idcnsc Harold v::tn Doren
(EE.UU .• 1895-1 957) cxplic<; en ¡,,¡,,,,¡"¡ De;(~" ( 19-19) cómo algunos de
l<h .arquetipo<; del tli,t·rio l"'\t.ulounidt:u'.: dt• 1.1 posHut:rra c.~tJban casi ro--
ulmcnu.• th,:ccrnun.ado' por 'l" mémdo'\ dt• producción. Tomó como
t:jc:mplo f.¡ U)'o.C.ador.a déunu~ V.1ri00t. m()(lclt.,, dc l;a J>O"iguerr,a h:.1bían
\1do prc..-~·ut.adt'h 'ubre.· un.l b.hc de.· pJ.i,uco fcnólico. c.·n IJ cual se monu-
b;,)n lo'> dc.·mcriiU) de c.llcf.lccaún, ccrrn<ht;.)tO\ y p.~ncs mccimc.;as. luego se
cubrúu con un.l s1mph.• C\Ípula mvcrridl de acero embutido• .
.EJ meul \tn t·mb.ugo. c,t.á ,,l·ndo rccmpbz3c.IO por 1,¡ cada ,.e? más
.antpl1.a f.Jn11lr.J dt: m.Un1~lo con h.t-.(' c.h.• JXllímcros. El 1rab¡¡jo pionero en
pl.isuco\ '4.' rc.·.aluú .lnh...... tll· 1.1 ~·gund.1 Gul'r-rJ {\lundi.tl ) b b¡¡qucliu se
c.·mplt"Ó p.u.1 c.uc.·,t\A't de.· r.lth(h .llim"' de IJ dé-c.ad.t de 1920. l:>cspuc.~ d<.·la
guc.··rn. l.n cxi~t·ttc. l.l\ dc.• l.l <OillJlCHOv.a f~bricación en '('rll'.jumo con b~
CSOt~riC.h 11l~l~Íd.ldC.'\ de.• J.r\ mdU<i(ri;h de dc:fl"tl~J. impul<i3r()n la creación
de nuevo, m~tcri.llc:s com f\UC'~to' con base de polímc.·ros. Ésros lun rCC"m-
pl,.ttado su~unci.llnu.•ntc.· l.t f:1bric.ad6n mctiljc.l en una ;amplia serie de bie-
nc~ dom~~oco,, y e n 1.1 .um~hd.1d el'ot.Ífl ,u,uruyc.·ndo a Jo, componcmes
meláliCO<i Ul .HICOtiiC.)VIh."\ ) ' .IVIOill.....
El CO!)l C del UH.'I.II th: l.h "·m···"·" h:1 .n1mcm.1do bru~camente desde la
~Ut'l'r-.1 . ulit.·ntl\1:- ..¡m· In~ ;W.HlCl' ' en 1., til·nci:1 de los polimc.·ro~ ha signifi-
Cddo q ue ht, plhuco., 'c.' puc.·<h.·n m o ldc.u en rorm.a.;; complcj:1s ·• un precio
rdJt ivamcntc económiCO. De ru.mcr.l gencr:~l, ILl }' do.;; clases de <~ plásti­
cos»: tl·nnopl.hdco:.. q ue Sl' lucen male~•blcs con el c-alor. y plásdcos ler-
moc,t.lblc~. en lo:. que uu,1 n·;u:ción químicol está implicada en el moldea-
do y :1ju,tc dl.· l.1 (orlll,l . l.;h Vl'r~ioncs lll()(!('rna:. de esta c:u ..:goría de
plást icos 'c utili ~:u• l'tl d i,críO'\ l.'n loo;; {)Ul' t.~-; import,mtt' b rcsiste11CÍ<"l al
fill'gü.
Uu .•v.mc<.· 1'<..\IIÍí",lclo tk o;lk• 19·15 ~~el dc.•,,.rroJio de los pl:hticos <.'sponjo-
sos. para lo q ul' se atí.Hk·u libr,t~ y g.•scs :• un polímero para cn·ar un cmpL~ac.lo ,, tr.w6 de UIM <.k tc.·rmi•Md,, tobc•·:t o m:lCI'iz (extrusión), hilado.
plástico dcn-,o pero rí~rdo que Ut'nc una hucna rd.ación peso/resistt·ncia: pulverizado. compriu1ido o inyccudo e n un mo lde.
lo:. vo!Jntc:-. de dirección de lo, automóviles so•1 un cj<·mplo de s u uso. Una const'Clh.'ncü cslilí,tic:a de la cxpan5ión de los plásticos (que, e n uso
Qttít,Í'> d uso,,,,¡;¡ cxcr.l v.lg.lnt~ dci Jll.í..,tico cspo1yoso fue cuando Gaec:1no volumétrico. JCtu.llmemc supcr.l al dd mc,al) C!'!o <JUC b mayor pa rte de las
Pc,cc (h•h•. n. 1939) dbdió >U< ,;ll.h DahL1 (1980) de espuma de po liure- form,\:, son redondc.ul,b y orgjnrCJ\, pt•ro . .l ml·did.t C..JUC b producción ha
tano rígid..1: pdtc:Ccu fOH IO \ 1 hub•c~cn 'tldu dt'(Cnid.ls t::rurc lo5 procesos de ;~umcnc.ado. c:l dctJlk ~e h.• vuelto m.h mJrt.tdo y mucho mi~ claro. Esto
esfum.u:-.c.· o '>l'r dn·udt.h .IIJ dd.1. h;~. pc:rmitido .1 lo~ d t.'>di.adorc..., dd produteo introducir un nivel de rcfina-
El procc.·~o b.i,ico dt.: 1.1 f.1bncación de .artículo) de pl.ístico rntplica núcnto al C:)pc't1fic.~r un.1 .ara,t.l, un modelo de <iuperficic .íspcra. o un níti-
abbnd,;ar d m.ucn.al de políml·ro por medio dl· su calcmamiento. luego do c<~mbru de ni\'cl. de: m:ancr.t que pueden abordar la crt"3ción de un
m traducirlo en un molde de mc:ul y enfriarlo. El material es estntiado o objeto c.a.si como un Jrquitecto :.bord:a un edificio: pcn.sando en términos

47
- -- - -- --- ---

de dd in ir y .111i m.u 'u ' up<.·rtio<.' y fornu mccliancc b cn.·;ació n de rasgos


p.ar.a .atr.ap.ar L1 luz y (.rc.H 1\0ill hr.a,, LJ nuyor paree del mo ldeo :tCCt:SOrio
de l.a c.trc.a:.J de un ordenador pcro;on:tl. un cqmpo c:,tt:rrofónko pon ácil o
hg 1
una cJlcuiJdor.ad1.• bul-,illu C."\ cscilí">rico. no csrructural; por lo gcncral csd
.1llí p.ar.a d.ar form.1 mold4.•.mdo l.t lu1 q ue rcvcl.1la form a.
Alguno~' d.b(.") de pl.hüco-. uc.·n~·n mu .aha rc:,isrcncia a los gol¡x.'S
(pucdcn \.t:f ~ui¡~·JtiO'I, .1porrcJdO' o r.l\.u,lo, <:on poco perjuicio). ocr~
pueden r"'"'i.,tir tl'lll("-:rJtur.a' m u~ .alu .... Con un 'uid.ado.,o d1scño de ingc-
rucri.a se pueden rcJh7.ar moldnh t:omplcjos. incluyendo cuactcrisuc.a.s
como bt\.Jsr.a~ o .,,~tcnlols de ctcrrc mtc.·~r.u.IQ!) y ocultos. con gr:tn ex."letJ-
tud y fin u u. Uno "le los pl.inlco-s mj, pdcticos actualmente en uso es el
U.am.1do <."'!ttircnobut.adt\:no-.acnlonnnlo (Al3S). Tiene un brillo fucnc-. es
rigtdo y -.e uuhu como 'lt-.IÍIUl() dd mt·l~l t•n b-, c.1j.1.-.; de radios. alcub-
dou!l>. tdCfomh ~ (~tc.knltiOrC'!t. lJ F~ñ ~ 1 ~J'IX' ••lt\.0.1"' r.nt m..._lo., f'&'" ci ~,. rrt lkYn:k1kt) mcd.umc b compr('SI()n
Lo) pU!~>tico' th.....,lfi.ut .1l <h"-(·H.1dor J)()rquc ,u, inn:u.1 .. y 111\l)' provecho- dr b l..t¡•.a. de ..u IUI'I'T\\ ,au:, I'H''
u .. prop~e.-d.tdc.~ pcrnl.trh:Cc."ll ('t(ult.a' .1 m<."flO) quc sc.1n rc,·dad.l~ mediantc
lo!) csfucr1o' dt.•l <.h,di.1dor (.a d1fcrcnct.t de 13 m.adt·ra, cuya veta es c,~iden­
tc. los mcuk~ que CU\"CJ<..·n·n poco .1 poco co11 un:a p.á1ína q ue se ,.a acumu- cst.i su)tJIUyt.•ruto rJpidJmcmc .1 lu t ciCtJ!o de metal. Según C"xphcan los
lando, o Jo~ rnct.alc' que ofrecen b rillo\ lusrro"os o profu ndos reflejos). inger1iero~ dl~ producto" en J>J(Jm't .\t~ttrrials (1988). considerando q ue una
U n primer t:'<HO c.·n IJ t":"I.:J'I Iouci6n de ,)lgun;~'\ de las virn 1dcs de los tcu·u de- cunpo ck llll·C.tl r~'l!HKrl' v.lnO' p 1occdimicmos de fabricación, la
pl.htico) lo lo~ró d indu,l n.ll c.. 1.1doumdcn~e Earl S. T u pper. q ut• ('lllplcó pfhtH..ot ltl'Jic.' l.l '('lll.~j.l de q ul"' 'e puede mo ldea r <.'ll una pk-za ~ pa ra pro-
p(">hu;n o p,u.l l'(.',lhl.lf rcc. ipi~·nc(·, p.1r;l Jh mcntos: Tup pcrw:m~. L.:• cbvt• porcion;~r cu.1ctc..·rí,tic.a' J Ll\ t u.lk' .Kopl.1r d dl'tll<.'niO eléctrico y el cn-
par;l d ~ . . iw t h: l''HJ\ 1\.'(.lptcniC'l C'f(UI<.Ítnico,, .lt r.~eti vos y ligeros residía <"hufl·. y propordon.l un .lt ;1h.Hio t·oloriclo. , 1 u n cosrc considerablemente
c.·n d cierre hcl m.:ti< ~). p.lC<.'nl.ldo po1' T uppcr en 1949, y <k-scrito como: menor lJUC d t h.' l.l p.1rll' mct.íl ic.l•.
«un cie rre he rmético p.H'.I rnipicnte~ en la fo nn:l de un u pó n <dwl·<:ado t•n Entre la v.u il'~bd de polímc.:ro11 cq án loo; acrílico'i lr;msp<'li'Cn tes [:lles
el que CI1C.otj~• el dedo y que lÍI.!rlC cb~1icidad y fll..xibilidad con u na lene:. corno el Pc rs pcx (1 936) , que h,al1.1m:1d0 la Jtc ución de los diseñadore-s que
velocidad de rccupcr.lcitSn p.un proporcionar u n tipo dl· capa silenciosa quiertttl moscr,1r lo~ cl cmenco~.; iru crio •·cs de un aparato como una mane ra
(illl' se..· aplic:1 :1 1.1 Jl:lrCc :-.lllll"riOr dd recipiente m edi:lllH.: :tc..h pt.•ci6n manual de decor.1ción. f ,·,mco A lhini (lmli:a, 1()()5- ICJ77) d iscii6 una radio de vi-
>' ~1 uc. por lo t.mlo, l'>C JHil'(k quit.lr ¡ncdi,)IHc un pi'Occd imicnco similar~~ drio "'" I<J38. pc i'O dl·-:pu6 de 1,1 Sl•gunda Cu~·rr:~ Mundi:-11 .se hic ieron (en
de pd .••·•. C;mtid,•dcl> hmit,u.l,•:,) v.lrl.i"i r ;h h th y cd cvi¡,orcs con la'i cajas de acrílico
El disdlo <Id T u prl·rw.m..·. en [érnli n<h de l,a n.·I.K16n volu men/propor- tr.mspatl'lltC. Eu 1CX.S, 1 con;ardo l;;io ri di~cí\6 una d cgantl' cómod:.a d e
ció n . es t.m bueno nmH~ d q ue :.e puede cncon rrar éu lo 'i n:c•pkntt•s d isc- plhHco tl',lt"P·Ht:ntl'. Y c urre lo~.; relojes compkt.:.amcntc de plástico
ii.-do:, .1 l,1 m ,lfll..'l'.l d .bic.l I'C,JJí.c;.lCIO" en los tr;ldicion:~fcs nrciUa o \"idrio. ~w.uch que ~l' hickron popul:.rc~ durante 1~• dl-c.;lda de 1980 . los más bus-
los plásuco.s dc~.urolbdo, de-,dc 1945 pul·dcn u rili2arse en ambientes cados !iUn los cr,msp.arcncc~ q ue m ueMr.an el mec:mismo interior. El env-ase
de c.llo r y do nde ~e requieren propicd.1dc~ mcclmcas (tales con1.o en aside- •cul.ím in.b .d VJCÍO*. r or tjl'Htplo. "e u1iliz:~ p:tr.l envasar y presentar una
ros o mJngo,). ' 'donde«<.: necc,il.l .w.l.u1uemo cJ.:nrico. o resistencia a los enorme lítiCJ de obJChh pl'~l uciio... dc,dc pilas pa r.) rJdJos a pcnd1entes.
p roducto~ quínHuh, l.1 g-rJ\J p.u.1 codn.u o lo-,. ,1br.1:,ivos. Las corrientt<>s Con frco1e n<.i.1 "' d\:-,,1rroll.1 un con'\cn~.;o entrl' lo, d~.:,cñ:tdor(.""$ }' los
tCtt'r.l~ de COCUIJ dt.• p(,j,(I(;O Ul'l1el1 VJri,h de f,..-..._(.h Vlft\ldt.... f;.ab nl.mtc' .1ccrc.a de lo>t u'o" .1prop1Jdo' d<· un nm·vo malerial: las o n odo-
Un di:,cúo de <:OCIIM t."On nín tk IJ déc.tdJ de 1980 que habria asombrado xu.., surgen "orprcnck·nu.·mcmc r.ip1do, de modo que. por cjemplo. el •cn-
..1 un dbCtl.ldor dc produU<.l"' <..k l.t déc.1d.1 de 19:50 es la teter.a dC:ctrica de \";~se,- en l.imin.u .al v o~ do~& '-<' con nene t•n l.1 mo~ncn convencional de cn\·a-
ploá.suco (copolímcro de ,lt;ct.ll) moldcJd.t por inyección. un diseño qu-e s.a.r ' comcrci.;ali.zu produccO\ toncrctCh. Por fortuna, generalmente- hay

49
P Loo, rd(l)l~ 'lW,•Kh, .ll•gu:JI qu<.· las caku l;~do~s
)' r.adu~ \.k' bolsillo, plt\'l""Cn cast un do.:"rr..~h.lbles un puJ1Jdo de di-.dl.ldorc., .1lrcdcdor de qmcn ado pt.l u na nucv;a o rtodoxia.
wmo len boHgr.a~~; uru .actltull qu~: 1.- pr<ocup:aoón y bJCC con "·l1.1 llll movinucnto l.ncral. 0Jnicl \Vd i (Argentina, n. 1953).
t.•rolót.;~o l u wm<:nudo lhora;, wc:suotur. tos ~ ¡,. aau.tlidad profc)or de l),,cño ludu,tri:tl en el Royal Collcgc of An .
11
·- · .!tiJ~o-u l<l'i dc:1ech.lblo h.m inv<'l"tido b nO<"ión de
\ ~~~'~' 1nn.uo P~rn :s~la nhJ.td dt: f.abncaoón }'
Londrt-s. conu.·n16 mtrodudcudo r:H:lio~ y relojes en bolsas de plástico.
fum•'l'ln.uHi..•ncc) ot.i.l"l ~.~.untit:w;los, cltmcré,. c.·n el
Pn'!;Cimhó de IJ, tJrc.&~.b durJo;; )' opJcJ' e hizo un.a l"Spec•c de joy:ts elec-
flr«oJUttn n~'Tll' que ..c-r (-nn~UJltCmcntc t(f'll)\'.ldo trónir.;as dt" lo:; componc:nu.·"· t.¡uc pamJncd.m profegidos por la bolsa
mnfa 11\((' UIU "''"\' .. C!itl)l2.lOÜII. \u.n-e. tlt:xibk ' cr.ut,p.trc:nh: (pero J pruebJ de poh·o e impermeable).
lcni..:a (Hr.l~ tdc.t' .Kc:f(.l de IJ 1.Uihudón de 1.1 UJttsp.ucna;a como un elc-
Wt"ffiO funuorul .ul.adido )' un rccuNO 1.1mo d('COrJti\'O como didáctico.
Por ejemplo. sugmú que b fom.mc:rí.a dcberí:a '-Cr transparente: uno debía
poder ver dónde..• c'ub¡n ob~rnud.h In C<XJS r/o poder hacer una dccora-
oón .uúrquic~• d" los do.ccho\ y d Jgu;t mirnu;a~ r«Orrí:m la ClSl y salían
do:db
El <k\.urollo de..• m.uc.:n.lif•..., U'Unruc-stos h.l producido urn nuc\';a gc-
n~-t.J.don de m.uc:no~l~ 1•~-tcro-.. pero tnmcthlmcnlc ftl('nt~ y ~lmeturales.
que lk-g,.uon a sc..·r .nnpli.amcmc..· uuh1ado' c..·n l.t fabriClciÓrl civil de fines
c..k b. déc..1d.1 d4.~ 19M«). Un rn.alenJI compuC"iiO combina las propiedades de
dos o m~'i tnaterial.::o. unido,, (El hormigón. por <'jcmplo. es un compues-
to d..: ~otra\' a, arena y ccm<'ntO.) l.O'i nuevo~ compuf"'IOS con b ase de polí-
mcro~ ~on n.~m~h poJírnc.:r.h macl.ld.h COl) fibras: se uriliun diferentes
llPQ\ y lon¡.tilUdc~ d.: fihr.h. de ACuerdo con las c:x•gt.·nn;¡, CJUCla ingeniería
\ 'J a h.u.:er ,llrn.lte,'J'i,ll. Ll\ fihr.a.¡; dl' c.arb6n \OH rígidas. la fibra de vidrio es

(kxibk·. Lo~ C<l<iCO\ p!'Oll'C.Wn.''i, l.1~ r,¡q uc:L'I' de ccnis y toda clase: de artícu-
lo1¡ <kpo,·llvo' tou li.1u en lo1¡ m.ucrhlc:. comput·stos. cm
Loco m:ucrialc~ compucMo~ m.l~ m odcm o:-. fucrou dcsa n olbdos por las
industrias de dcfcn.Stl para cub rir b~ uccc,idadc"S de las fuerzas aéreas q ue
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qu~rf.w ,1\tÍOuc~ qu<.' pu<.tiCJ':tU vol:ll' m:i-: :~leo, con mayor autonomí::'l. 1nás b<..) •
carg.1 útil. y con nuy~)l' m:miobr.ahilid:ad qn'-' 1::1 que podí:1u h:tcc•· frcncc las (
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~t ructLH',l'i de 111ctal n IILH.1CJ',1 t.·xi<itcutc..·.... Un compu~,.':'lto refo,·z:tdo con car- l
bón de: .Lito rc..•ru:lumcuw c .... pl~O por llC~O. ~cís veces más fu crtt• que d acero.
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El lllCt.al u o h.a ¡.;ido olv1dado del codo. Complctam t•ntl' .1partc d tod:l v Í:l :
Mttplio .1b,mic~'l ~le u'o~ c ...cruc[Ur.llc.;; primanos del acero, también hay
progrc!)o~ en m:~tcrialc~ de ;1lununio y de compuestos de acero. Estos '
compuesto~ mct.í.l•cos ~on de lli4.'Jl0\ relev,ltiCi:t p:~r:1 el envasado de bienes
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de con~umo que: par;.~ 1.1 tun,trucoón de :ltHomóvilcs, av1oncs y sistem:lS •
de tr.msportc p~íbl u:o. Sin c.'lll hJr~o. en los ap.u.uos dd hog.tr o b o ficina. ¡:
un .ac.1b.ado rtlc..·c.ilic.:o, 1.111.1 !;U.unid<ln mct.íhca o un.1 c.trc-.t:>l meúlica aña- e
~
de ímr~ot:w ,;a un produuo. Y en 1M J\'ancc,. rt·.ahl.tdos en la tecnología
de 1~ pl.i,tÍCO'>I dur.mtc: 1.1 déud.1 <k 1980 t"\t.lb.m IO'i nuevos métodos de :,.¡
meuliz.\ctón de '-Upcrficic' pl.i<iUC..I\, un uómco giro en redondo: d ma-
tcri;)l su~tituto imit.mdo ;al que h.l rc...~mpluado.

51
33 Ao~:ukJO!> <le n·r-.,llllt".'l J'.II J. \'1 Jl~l:uni..·ue~' d<·lai but.adt•r;~s ~-sp;aci.aks de b NASA: 3-1 La um:\'.1 tn·u<,lt>ltr.a ,Jc l.1 ••l't.•J.IId.hl v1rt11ll• pucdt er,u\sf•)nll:ll' la.s indusrrüs de la
l:a l'ruducc~tlu '" 1'"~.uul .1plu ·'lb .1 h cc"•~ ·lo~b .u•.u~t,ad.1 d J~i\0 }' \.'1 IH.'IU,
i:l.hll.ltl{'ll,

Lt tHu.·v.t H:cnolo~ía )':-.u' m.Hcri.dc;; ''m como l:e arcilb . r :1 arcilla t::s un lo:-. vu.~o:-. movi111i<.•nlO\ <_k .arte..·.; y oficio"' -argum~..·ntos q ue tocbví:l ccnían
m~.,.·dio cno t'Utcnl<.'JHl' lllak..thlc y vt·r;¡:icil; .,._; k. pucd<.~ , •sculpir. modd:. r en alglua uso ~,.·utrt· lo.; di-.~_.•¡i,lCIOrc"i cu la déc.ld.l d<: 1950 al interesarse por
d tumo. ~l'r..rl,t h.t~l.a convNtirl.t en polvo y soplarl,t d<.·ntro de mold<.'S lo!) m.Hct·haks. y 1.1 iu tcgrid.ad del di"il'ti o. ti viejo m:arco - de honc.:sti~l.ad.
medi,mtt· equipos Jucotn.uiz,¡dos. moldcJrla J presión y. en sus nuevas no forz.u los m:ncrulc~ en tOrm,,.., uupropi:ldls, no envasar los. m.-uenlles
forma~. us.trb p.ar.t 1'-lS hoj;l~ de cuchillo;¡, la-; prorecciones dd calor de tas en \m cnva\e ap.trcntcmcmc no runcion!ll - se dcrru mb6. l ..os modernis-
IJnz.adcr;a;; co;pJci.Jk'! o lo~ <:omponcutc:\ de un :automó\'il. En resumen, tas h;•bí.an colg.1do un.ll<.h.:olo~í·• écic.1 .1"iÍ como tJm bíén eslética en el viejo
pu<:dc .tdopc..r cu.altpucr J'Orm.t c.1uc ;;e ~t.~ ~..·xij.1. U 11 montón de nuc\'a cec- nurco; cu.mdo l.a u:..:uol<lgÍ,, derribó d rn:arco, .1l mi')mo t iempo demolió
nnlogíJ C"' ... iuul.tr en 'u' libcrt,Hil·,: IJ alu tc..·cnologí;• pul'dc ir \'CStida, no bética m.1tl'f1Jiht.a c.ld modcrni,mo
de m•n·o di'l"liO. \litO c.lc .mu~uu. L1 tccnc.llog:ÍJ da a los discñ.adon.-s la
libcr-c.ad de 'ol n:r .a tr.lh.lJ.tr c... u lo ... dc..·l p.1 ....1d0 h.lst.-. clmfimto: esto S<' d ..~tx·
a que no d1ctJ "'" propa.1 c..·\céuc.l.
l.J. uuc:,·.¡ h.'cuologí.a h,¡ uuroducido el dc....,..ordm en los argumentos de

52
1
¡'

IV
Alemania-EE.UU.
1900-1929

Una nación-empresa

S i la Inglaterra de la era victoriana es el país-guía en el ámbito de las


artes aplicadas, en la primera mitad del siglo xx Alemania toma el
relevo hasta llegar al nacimiento del verdadero diseño moderno. Por
otra parte, al tiempo que acoge y ofrece los mejores presupuestos cul-
turales para tal diseño -del Arts and Crafts a la estética de la Einfüh-

¡ lung, del Art Nouveau o JugendstiGi rígido clasicismo que se remonta


a Fiedler, de las aportaciones de Semper a las de Riegl, del Proto-
rracionalismo al Racionalismo, etc.-, la nación alemana mira a EE.UU.
1 como modelo único a seguir por sus inventos, tecnología, espíritu empre-
sarial, organización científica del trabajo en la fábrica, producción indus-
f 1 trial masiva, en una palabra, por su "productividad". De modo que la
historia del diseño alemán de los primeros treinta años del siglo está ínti-
';<: 11 mamente entrelazada con la historia de la industria americana, a la que
l' 1
también nos referiremos en este capítulo.
!~:
1 Sin embargo, por la necesidad de limitar una materia tan vasta y
'
' 1 de relatar al mismo tiempo los principales fenómenos productivos
,. 1
americanos, al tratar sobre la experiencia alemana (será más tarde
' cuando los americanos se conviertan en el país-guía en diseño), adop-
taremos el artificio historiográfico de considerar el diseño de toda la
nación alemana como si fuera el de una empresa unitaria, con el fin
de facilitar la aplicación de los cuatro parámetros de la fenomenolo-
gía del diseño; a excepción del análisis específico de empresas como
AEG, Wiener Werkstátte y, en cierto sentido, la propia Bauhaus, que
como casos particulares pueden ser descriros y analizados siempre
según dichos parámetros.

qq
En Alemania, la relación entre producción industrial y diseño vista "E!ectivamente, una parte no desdeñable de la industria alemana se
como problema nacional queda evidenciada por la gran cantidad de gma por la1dea de fondo de que la competencia sólo es posible bajan-
iniciativas y de publicaciones sobre el tema, de modo que la idea de do los precios. Se olvida o prácticamente se ha olvidado de que el otro
nación-empresa no se aleja mucho & la realidad. cai~uno, el mantenlffilento de los precios con un aumento de la calidad,
Un primer testimonio de ello y de los primeros contactos con América esta Igualmente abierto y que, comercialmente hablando, suele alcan-
surge en los años setenta del siglo XIX, cuando Alemania se sirve de la zar su ob¡euvo. El mdustrial debe escoger entre un principio u otro. El
organización militar de la victoriosa guerra franco-prusiana para la segundo canuno, que sólo siguen unos pocos de nuestros empresarios y
industrialización del país. Se trata del reportaje que Franz Reuleaux1 que esconde el secreto de su fortuna comercial, es el único válido desde
envía a la prensa alemana durante su visita a la Exposición Internacional un punto de vista industrial y de política económica. Tiene como con-
de Filadelfia celebrada en 1876. Este infoune, que se convirtió en una
importante publicación con el títuloJ;lriefe aus Philade/phia, contiene la
información más significativa sobre la situación industrial en el último
!
'
secuencia un cr:cimiento constante, no sólo de la calidad de los produc-
tos, smo tamb1en de la capacidad productiva de cuantos participan en
la producción". 3 En la cuarta carta (31 de julio de 1876) Reuleaux
cuarto del siglo XIX y sobre la relación Alemania-EE.UU. vista desde la expresa su admiración por la industria americana y estable;e otras sig-
perspectiva de un experto técnico e industrial europeo. mficattvas comparaciones: "La industria mecánica americana también
En la primera carta (2 de junio de 1876) Reuleaux escribe: "No hay está magníficamente representada en el campo de las máquinas-herra-
que ocultar[ ... ] que Alemania ha sufrido una gran derrota en Filadelfia n;ientas. A~uí les corresponde probablemente el trofeo del vencedor, no
[... ] quisiera tan sólo esbozar en líneas generales las objeciones que le solo en el amb1to de la exposición, sino en general [... ]. Las mayores
han sido dirigidas. El sentido de todas ellas se resume en el siguiente jui- posibilidades, de rivalizar con estos constructores de máquinas-herra-
cio: la industria alemana ha escogido como principio fundamental 'a mientas qm~a las tenga, precisamente, Alemania [... ].Hace muy poco
buen precio y de mala calidad'. Desgraciadamente, a grandes rasgos, que nos hablamos apropiado de la tipología inglesa del utensilio desa-
nuestra industria ha hecho realmente suyo este eslogan, al menos en lo rrollándola en su se~tido más específico, y habíamos empezado 'a pro-
que respecta al 'buen precio' y, en consecuencia, la 'mala calidad'[ ... ]. ceder de manera autonoma en este campo. Nacía así lentamente un esti-
Segundo enunciado: en las artes plásticas y en el artesanado Alemania lo alemán. Sin embargo, con sus ideas innovadoras, América ha
no conoce otros motivos que los chovinistas y patrióticos, que no tie- destronado de un plumazo a Inglaterra y a Alemania· deb~~~s ade-
nen sentido en un contexto de cotejo internacional[ ... ]. Incluso en el cuarnos al nuevo :istema si no queremos perder el tre;. Hemos emp~:
pabellón de las máquinas casi todo el espacio está dedicado a los gigan- zado b1e':' pero aun estamos le¡ os de la meta; nos espera un infatigable
tescos cañones de Krupp, las killing machines como han sido definidas, traba¡o solo para llegar a estar a la par con los americanos".• En la déci-
que aquí, en medio de tantos productos-pacíficos de las otras naciones, ~a carta, Reuleaux plantea las propuestas más claras de su informe:
¡seyerguen como una amenaza! [... ].Tercer enunciado: ausencia de La mdustna alemana[ ... ] debe utilizar la máquina o, más concreta-
gusto en las artes aplicadas y de progreso en el campo puramente téc- mente, el a~arato técnico-científico, en todos aquellos casos en los que
nico".2 En la tercera carta (19 de julio de 1876), Reuleaux retoma la sustltucwn de la mano del hombre sea beneficiosa para el producto
más analíticamente el tema billing und schlecht, que para él significa es dem, c~ando ~u ponga aliviar o eliminar el trabajo físico y cuando 1~
"a bajo precio y, por ello, de mala calidad". En esta carta sostiene: produccwn mas1va constituya la base de la producción; por contra,
debe uuhzar la fuerza espmtual y la habilidad del trabajador para el
acabado de los productos y tanto más cuanto más se acerquen al arte".s
1 Fue un ingeniero alemán, profesor de construcción de maquinaria en varias universidades y
destacado representante de la indusrria nacionaL Fue miembro del jurado en la Exposición
Universal de París de 1867, en la de Viena de 1873 y en la de Filadelfia de 1876. En 1879 fue ) /bid., pp. 147-148.
comisario del gobierno alemán en la Exposición Universal de Sydney. 4
Ibid., PP- 148-149.
z E Reuleaux: Briefe aus Philadelphia. Brauschweig: F. Vieweg und Sohn, 1877. Cir. en E Dal Co: 5
Teorie del moderno. Architettura. Germania 188011920. Roma-Bari: Lateaa, 1982, pp. 146-147. !bid., p. 150.

IÓI
CO(llO puede observarse, desde las primeras aproximaciones alema- con 145.000 afiliados. Un caso particular de estas instituciones fue l~
nas al país de la productividad por antonomasia, Estados Unidos, e Colonia de Artistas creada en Darmstadt en 1901 y patrocinada por
incluso para un observador muy atento a los problemas prácticos que el gran duque Ernst Ludwig von Hessen.
este país iba resolviendo, emerge el dualismo entre mur¡do de la máqui- El espíritu que animaba a esta institución era victoriano, no sólo
na y mundo del espíritu, entre industria y artesanado -aunque limita- porque el gran duque era sobrino de la reina Victoria y había recibido
do aquí a dos fases distintas de la elaboración: la del proyecto y la del una educación puramente inglesa, sino también porque intentó mate-
acabado-, que caracterizará el debate europeo durante la primera rializar la idea del Guild of Handicrafts perseguida por victorianos
treintena del siglo xx. En cualquier caso, cabe resaltar tres indicacio- clásicos, de Ruskin a Morris, llegando a los seguidores de este último
nes: a) la '"mpresa industrial debe comprometer los esfuerzos de toda la Baillie Scott y Ashbee, por cuyas largas estancias en Darmstadt podrí:
naciÓn; b) el reconocimiento generalizado del rol de la máquinil; e) la an considerarse los consejeros del gran duque y quizá los propios
importancia de la calidad por encima de todos los demás valores de la instigadores de la Colonia de Artistas. Remitiendo a la historia de la
producción. Sin embargo, po se afronta aquí el problema que caracte- arquitectura los avatares de la construcción del lugar, obra de J. M.
rizará el debate desde comienzos del siglo XX: el del papel del arte en Olbrich, subrayaremos aquí los fines programáticos que dieron forma
el proceso de cualificación del producto industrial. a la iniciativa. Pueden resumirse en el más conocido y aclamado ide-
Después de esta introducción decimonónica, afrontamos la descrip- al de la mística de la belleza y la unidad de las artes y en el fin, menos
ción del modelo alemán de empresa-nación a partir del Werkbund, al conocido pero igualmente incontestable, de naturaleza económica.
que cabe considerar el componente "proyecto" de dicha empresa, en el "Ernst Ludwig deseaba incrementar la producción, mejorar la cali-
sentido más amplio del término. dad, aumentar las ventas del artesanado de Hesse y, por tanto, los
El Werkbund no nace por sí solo, sino que viene precedido por una artistas que reclamaba en Darmstadt debían trabajar en ese sentido,
serie de proyectos, instituciones y programas que es necesario mencio- siendo a un tiempo modelos insuperables y maestros fecundos. El
nar. En él confluyeron todas las iniciativas desarrolladas en Alemania significado de la Colonia de Artistas de Darmstadt hay que interpre-
desde 1870 en el sector de las artes aplicadas. Sector que se prioriza tarlo dentro de este campo de tensión entre pura estética y cálculo
por encima de las bellas artes en el intento de potenciar la naciente económico. Porque Ernst Ludwig perseguía un objetivo preciso: hacer
industrialización y la competitividad en los mercados extranjeros, coincidir la nueva visión estética de la vida con el resurgimiento de la
siguiendo el principio de que tanto los obreros como el público debí- economía en Hesse". 6
an instruirse y actualizarse mediante la visión directa y la más amplia Tras estas aclaraciones sobre la organización artístico-industrial
posibilidad de comparar. Siguiendo la línea iniciada por Henry Cale en alemana y las distintas iniciativas que intentaba introducir la "empresa-
los años cincuenta del siglo XIX, se abrieron numerosas escuelas de estado" Alemania en el mundo de la producción industrial internacio-
artes aplicadas, a las que se sumó una vasra red de museos de objetos nal-de las primeras industrias que adoptaron abiertamente la elabora-
industriales y artísticos de varios tipos y procedencias. El criterio de ción mecánica hablaremos al referirnos al componente "producción"-,
aprender (la escuela) comparando (el museo) dio vida a aquella institu· ya puede analizarse el Werkbund, entendido como momento del "pro·
ción típicamente decimonónica que era el "museo artístico-industrial". yecto" en el proceso del diseño de la mencionada empresa-nación.
Esta organización expositiva se vinculaba al Museo Imperial de Artes El creador del Werkbund fue el arquitecto Hermann Muthesius
Decorativas de Berlín, cuya colección alimentaba las escuelas regiona- (1861-1926). Después de trabajar en Japón, fue enviado a Londres en
les y varios museos estatales, de los que dependían los museos munici- 1896 como agregado cultural de la embajada alemana con el cometido
pales y los de las sociedades artístico-industriales. Entre estas últimas, específico de estudiar la arquitectura y el movimiento de las artes apli-
representando la parte más práctica y activa de todo el sistema, hay cadas inglesas. A su regreso a la patria fue nombrado superintendente
que recordar la Deutscher Kunstgewerbe Verein de Berlín con 1.263
socios y la Bayerischer Kunstgewerbeverein de Munich con 1.713. A 6
H. W. Kruft: "'La Colonia deg!i arristi suUa Mathildenhóhe", en Werkbund, Gemuznia Austria
principios del siglo xx el número de tales sociedades ascendía a 178 Svizzera (edición de L. Burckhardt). Edizioni La Bienna[e di Venezia, 1977, p. 26.

IOJ
del comité prusiano de la industria para las escuelas de artes y oficios. va dirigido en primer lugar a todo el sector de la industria de los pro-
Publicó entonces los tres volúmenes del libro Das englische Haus ductos acabados y, particularmente, al llamado arte aplicado". 7
(1904-1908) y llevó a cabo una actividad incansable como periodista Se hacía eco de este programa, incluso lo anticipaba si nos atene-
y conferenciante, mediante la que tiende a afirmar la importancia de la mos a la cronología, la afirmación según la cual "el arte deseaba aco-
fabricación industrial como la única capaz de resolver el problema plarse a la industria, ponerse a su servicio, porque el arte, como dijo
socio-económico de las artes aplicadas. Schumacher en su discurso de inauguración del Werkbund, no era un
En la más famosa de estas conferencias, impartida a principios de ..
~;
lujo sino, también, una fuerza económica. El propio Schumacher lo
1907 en la Escuela Superior de Comercio de Berlín, con el título Die
Bedeutung des Kunstgewerbes (La importáncia del arte aplicado),
.
:--;
definió como la fuerza económica más importante". 8
Se unieron al Werkbund hombres de diferentes procedencias: políti-
ataca el eclecticismo historicista de las organizaciones productivas cos como Friedrich Neumann; industriales como Bruckmann o Schmidt;
alemanas en este campo; el gusto de la burguesía por los objetos de -> escritores y críticos como J. A. Lux; artistas y arquitectos como Behrens,
\
lujo; la ornamentación, considerada como derroche de materiales y Riemerschmidt, Olbrich, Hoffmann, Fische¡; Schumache¡; Kreis, etc. En
de fuerza de trabajo; y, en general, el viejo y nuevo formalismo, inclui- 1919, la asociación contaba con 731 miembros, de los que 360 eran
-~
do el Jugendstil. Al mismo tiempo afirma el valor artístico, cultural y 1 artistas, 276 industriales y 95 expertos. Evidentemente, cada uno de ellos
!
económico del arte industrial y se dirige a los fabricantes exigiéndoles
un esfuerzo ético-estético en interés de la producción y aún más de la
economía nacional. La conferencia supuso una ruptura importante en
el mundo del Kunstgewerbe alemán y dio pie a que el ala más progre-
tl planteaba sus propias demandas, que se convertían en nuevos compo-
nentes del programa, sin duda algo difuso a pesar de las repeticiones.
Existe una abundante literatura sobre las distintas interpretacio-
nes del "proyecto" Werkbund. Nos limitaremos a recordar la conocida
i%
sista del movimiento fundara, en octubre del mismo año, el Deutscher .•; controversia entre quienes, como Muthesius, apoyaban la estandariza-
::-;
Werkbund. En su edición de 1910, el programa de la nueva asociación, ;i ción, la Typisierung, y quienes, como van de Velde, defendían la liber-
'~ tad creativa del artista también en el sector de las artes industriales.
que agrupaba a artesanos, productores, comerciantes, periodistas y ·}
políticos, es el siguiente: La crítica más reciente sigue dividida entre los que ven en la asociación
"El Werkbund realizará una selección de las mejores fuerzas que ' alemana una enésima expresión de idealismo y los que no la conside-
~~
haya en el arte, la industria, el artesanado y el comercio. Abarcará lo ran más que el fruto de una eficiente organización industrial y naciona-
:4
mejor del trabajo artesanal por calidad y compromiso. Representa el lista. Entre los juicios más significativos sobre el Werkbund está el
centro de reunión para todos aquellos que están dispuestos y son capa- expresado por Maldonado:
ces de desarrollar un trabajo de calidad, para todos los que conside- "El conflicto entre 'permanencia' (Konstanz) y 'cambio' (Veriinderung)
ran el trabajo productivo un elemento, y no el menos importante, del será siempre recurrente en el desarrollo del Werkbund [... ].Pero se equi-
trabajo cultural en general, que desean crear para sí mismos y para vocaría quien quisiera ver en este debate sólo una querelle d'artistes, un
los demás un centro para la defensa de los propios intereses bajo la mero conflicto entre los seguidores del 'orden' y los de la 'aventura', en-
enseña exclusiva de la calidad. Por ello, la finalidad del Werkbund es el tre los seguidores de la 'norma' y los de la 'libertad', en definitiva, entre
ennoblecimiento del trabajo productivo a través de la cooperación clásicos y románticos. Conscientemente o no, los protagonistas de este
entre arte, industria y artesanado, mediante la formación, la promo- conflicto habían sacado a la luz el problema fundamental del capitalis-
ción y una toma de posición unitaria ante varios problemas. Así, el mo moderno: ¿debe la producción industrial apoyar la disciplina o la
Werkbund, como órgano representativo de trabajadores especializa- turbulencia del mercado? ¿Debe orientarse hacia una estrategia de pro-
dos, actúa por un fin cultural que en verdad trasciende el interés más
inmediato de sus afiliados, en favor sobre todo del trabajo productivo 7
Cit. en H. M. Wingler: Il Bauhaus, Weímar Dessau Berlina 1919-1933. Milán: Feltrinel!i,
en sí. El Werkbund busca sus colaboradores sobre todo en aquellos 1972. p. 24.
campos donde el trabajo productivo se muestra susceptible de ennoble- 8
J. Posener: "Tra arte e industria il Deutscher Werkbund", en Werkbund, Germanía Austria
cimiento mediante la preocupación por la forma artística. Por lo tanto, Svizzera, op. cit., p. 11.

IOj
fundización controlada o de expansión incontrolada? ¿A una estrategia
de pocos o de muchos modelos de productos?[ ... ]. Llegados a este pun-
to, debemos recordar que la característica más distintiva del capitalis-
mo alemán (y europeo en general) en los primeros veinticinco años del
siglo xx, fue su progresión errática, oscilante, pendular, entre una alter- : -.•
nativa y otra. El fenómeno se explica, al menos en parte, por el hecho
de que, a diferencia de lo que sucediera en Estados Unidos, ninguna de r
las dos alternativas fue nunca tratada en términos económicos, sino que 1
más bien se insertaron en un discurso vagamente 'cultural', el típica-
i
mente alemán de Wille zur Kultur. En resumen: era un discurso en el
que los problemas del 'reino de la industria' eran afrontados siempre
como problemas del 'reino del espíritu'. De este modo, los contrastes
entre las dos alternativas se suavizaban y los roles respectivos pasaban
a ser intercambiables" .9
El propio catálogo de productos patrocinados por el Werkbund
durante los años siguientes supone una confirmación de este juicio.
Junto a la lámpara de arco de Behrens, los automóviles de Neumann,
las locomotoras y los compartimentos para coches-cama de Gropius
o el aeroplano de Rumpler, figuran aún ejemplos de las artes aplica-
ENTWU:(r ftiR CNEN 'i'I~U'I
das más antiguas: las ilustraciones de Erler, las lámparas de araña de UND VltN \TO<.Ktftl.N.
hierro forjado, las vidrieras coloreadas, etc. En suma, el Werkbund no
fue aquella institución que cada cual quería que fuese según su orienta-
ción, industrial o artesana~ productiva o cultura~ filo o ami-alemana,
sino el conjunto de muchos temas y problemas, de conquistas y contra-
dicciones propias de la naturaleza del diseño. Tanto es así que muchas
de ellas se replantean hoy casi en los mismos términos.
Hay tres aspectos que nos parecen signos incontestables de un giro po-
sitivo en la historia del diseño. En primer lugar, el haber planteado por
primera vez el problema del diseño en toda su compleja y contradictoria
fenomenología. En segundo lugar, el reconocimiento explícito de que sin
la presencia determinante de la industria y de sus intereses no existe dise-
ño industrial. El tercer aspecto, menos estudiado y por tanto más signifi-
cativo, es el hecho de que el verdadero diseño nace en los años y en el ám-
bito de una· corriente del gusto orientada según los cánones de la
"visibilidad pura", de un clasicismo renovado, del Protorracionalismo.
Si hasta ahora hemos hablado del Werkbund como "proyecto"
general organizativo, ético-estético, económico, etc., ya es momento de
enfocarlo como proyecto formal en el sentido más estricto, como línea
102-103 (superior). R. Riemerschmidt, diseño de lámpara y sección de compartimento de tren.
104. (inf. izda.}. R. Riemerschmidt, silla.
9
T. Maldonado: Avanguardia e razionaúúi, op. cit., pp. 4042. 105. (inf. dcha.). J. Hoffmann, proyecto de amueblamiento para viviendas populares, 1900.

Aleman1a-EE.UU. 1900-1929 107


de gusto dominante, al menos en el periodo que va de 1907 hasta el fin
de la primera guerra mundial. Se ha observado que Muthesius celebra
las formas simplificadas y reducidas de mucha producción inglesa de
finales del siglo XIX que, sin embargo, poco o nada conserva del estilo
Arts and Crafts, como también se ha observado que supera la corrien-
te Jugendstil, homologada con otros tipos de formalismo: ¿Cuál es
entonces la línea proyectual que informa al más amplio proyecto del
Werkbund? En la obra y los escritos de Behrens hallamos una res-
puesta significativa. Franciscano escribe al respecto:
"Está claro que para Muthesius y los otros miembros del Werkbund
la idea de un estilo eficaz para la máquina no contempla sólo los medios
de producción. La precisión, la simplicidad y regularidad de formas son
vistas no sólo como necesidades funcionales de la máquina, sino tam-
bién como exigencias expresivas e incluso simbólicas(... ]. En conjunto,
dada la naturaleza asistemática y, de algún modo, ecléctica de las teorí-
as del Werkbund, no resulta muy productivo intentar establecer distin-
ciones sutiles entre las concepciones artísticas sostenidas por sus diseña-
dores. Por contra, Peter Behrens nos proporciona una aclaración
bastante interesante. En contraste con los habituales informes históricos
de la época, e incluso intentando refutarlos, Behrens identifica los oríge-
/
nes de la vanguardia ya no en el movimiento Arts and Crafts de inspira-
/ ción gótica o en el alemán de corte romántico que, según él, iba unido
/ al anterior, sino en el arte clásico y especialmente en la decimonónica
Raumiisthetik neoclásica, que tiene sus raíces en el círculo de Hans
von Marées, Conrad Fiedler y Adolf Hildebrand. El Movimiento
Moderno, dice Behrens, persigue un nuevo arte clásico, representado
por artistas cuyo objetivo es 'readaptarse a las condiciones de los tiem-
pos actuales y actuar en armonía con toda la complejidad de las condi-
ciones humanas'. En la práctica, esto equivalía a una explícita adopción
del clasicismo como estilo más adecuado a las exigencias de la época
moderna[ ... ]. Según la idea de Behrens, como de casi todos los grandes
diseñadores del Werkbund, una decoración rica es inaceptable para for-
mas obtenidas mecánicamente. Por lo tanto, el diseño industrial debe
encontrar sus propios valores en 'una simplificación que favorezca unas
relaciones proporcionales nítidas (massverhiiltnisse) de las partes indi-
viduales'. Método que era válido para un estilo moderno, además de
responder a las exigencias de la producción mecánica" .10
106. Cartel de la exposición del Oeurscher Werkbund en Colonia, 1914.
10 M. Franciscano: \Va/ter Gropius e la creaúone del Bauhaus. Roma: Officina Edizioni, 1975,
tú?. {inf. izda.). Logotipo del Werkbund Jahrbücher de 1912.
108. (inf. dcha.). Logotipo del Werkbund de 1925. pp. 64-65.

AIPn1:mi;~-FF_{I{j_ 1900-1929 !09


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,._ Si, en el ámbito de la cultura histórico-crítica alemana, el clasicismo


de la "visibilidad pura" resulta ser el precedente más válido y directo
de la línea emergente del Werkbund, aún se revela más significativa la
asociación del clasicismo de Fiedler -una teoría estética que persigue
más la conformación que la representación- a un campo como el del
1 diseño, en el que el proyecto posee un gran valor. En general, entre
los siglos XVIII y XIX el Neoclasicismo resulta el estilo más apropiado
para la producción arquitectónica, la de ingeniería y la de manufac-
turas que se desarrolla en los años álgidos de la revolución industrial,
ya sea porque asume una indudable racionalidad en sus reglas imper-
sonales, objetivas y fácilmente co~unicables, o porque su repertorio
formal se adapta mejor que ningún otro a las posibilidades de la nueva
tecnología. Además, como señala Argan, "la verdadera técnica del
artista es la de proyectar, todo el arte neoclásico está proyectado ri-
gurosamente. La ejecución es la traducción del proyecto mediante ins-
trumentos operativos que no son exclusivos del artista, sino que for-
man parte de la cultura y del modo de vida de la sociedad [... ]. Este
proceso de adaptación técnico-práctico elimina necesariamente el
acento individual, la voluntad genial de la primera invención, aunque
lo compensa por el interés directo que cobra la obra para la colectivi-
dad, cumpliendo con aquel cometido de educación civil que la estética
iluminista asigna al arte en lugar de su antigua función religiosa y
didáctica [... ]. El artista ya no aspira al lugar privilegiado del genio,
sino al rigor del teórico: no da al mundo inventos para admirar, sino
! proyectos para realizar [... ]. La adaptación de la técnica del arte a la
técnica (o al método) de la proyectación marca la separación definiti-
va entre el arte y la tecnología y producción del artesanado, y la pri-
i 1
1
mera posibilidad de conexión entre el trabajo creativo del artista y la
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naciente tecnología industrial" . 11
J 1
Si esto es correcto para el Neoclasicismo, aún resulta más válido y
¡!' 1 probado cuando hacía ya más de un siglo que la revolución indus-
t 1 trial se había extendido y afianzado y cuando del clasicismo sólo que-
í 1 daba la "esencia", habiendo perdido, gracias al Art Nouveau, su con-
~
¡
notación histórico-ecléctica. Se comprende así lo que quiere decir
~
Behrens al hablar de un nuevo clasicismo: una tendencia racional,
impersonal, reduccionista, antidecorativa, particularmente apropia-
da, por su lógica y simplicidad, a los instrumentos de la producción
industrial. Así, junto a artistas como Wagner, Olbrich, Loos y, sobre
109~ 111. Muebles y objetos ilustrados en el catálogo Deutsc:hes Warenbuch de 1912,
publicación de la Dürerbund-Werkbund..Cenossenscha&. u G. C. Argan: L'arte moderna. 1770-1970. Florencia: Sansoni, 1970, pp. 19-21.

III
112-115. Objeros ilustrados en el catálogo Deutsches Warenbztch de 1916. 116-117. Objetos ilustrados en el Deutsches Warenbuch de 1916.

todo, Hoffmann, por citar sólo algunos, instaura un nuevo estilo, al que
todavía no se puede definir ni etiquetar, pues este nuevo clasicismo no es
otra cosa que el Protorracionalismo: tendencia que, con los nuevos tiem-
pos y gustos, resulta la más idónea para que nazca en su seno el autén-
tico diseño industrial. No es éste el único valor del Protorracionalismo.
Además de ser el estilo de la ausencia de "genio", de la artisticidad
difusa frente a la visible, el "lugar" de todas las adaptaciones de lastra-
diciones pasadas y, por tanto, el más apropiado para las nuevas instan-
cias productivas, es, ante todo, la tendencia del gusto más poderosa del
Movimiento Moderno. Del Protorracionalismo descienden, aunque
sea en muy diferentes grados, el Wienerstil, el Art Déco, el "estilo
Novecento" italiano, el Racionalismo y, de ahí, incluso el Styling ame-
ricano. La confirmación de que el Protorracionalismo -en cierto modo,
una tendencia "moderada" y con escasos puntos de unión con la van-
guardia histórica, pero que coexiste con otras tendencias más distintivas
y aún vigentes (el propio Racionalismo o el movimiento orgánico)- no
es fruto de la industria sino de la más amplia cultura centroeuropea, se
encuentra en la Wiener Werkstiitre, a la que dará origen y que progra-
máticamente tendrá poco o nada que ver con la industria. ::;_

Así, asumido el Werkbund como la función "proyecto" del diseño


relativo a la nación-empresa alemana -aunque según algunos críticos
no fue más que una asociación creada directamente por la industria
-~
alemana como sostén de su propia política-, ¿quMenómenos pueden
considerarse el componente "producción" de este proceso a princi-
pios de siglo? La empresa que mejor encarna la actividad productiva
industrial del periodo es AEG, a la analizaremos separadamente.
Aparte de esta prestigiosa firma, también se produjeron en América y
en Alemania, en parte como reflejo, en parte autónomamente, inconta-
bles acontecimientos técnicos, inventivos, de organización producti-
va, etc., que es lícito considerar como puramente productivos.
En Alemania, antes, durante y después de la fundación del Werkbund,
destacaron numerosas empresas por su transición del artesanado a
la industria. De entre ellas, la más emblemática fue la Deutscher
Werkstiitte, fundada en 1898 por Kari Schmidt en Dresde. Fue la pri-
mera industria europea del sector del mueble que mecanizó sus instala-
ciones, estandarizó las partes componentes de los productos y los cons·
truyó según el programa de su propia modularidad. La orientación
técnica nacía de la económica, de la política del mueble barato. Así,
en 1900, sirviéndose todavía de una elaboración artesanal, la Deutscher
Werkstiitte exponía en una muestra de arte aplicado el acondiciona- 118. E. Neumann, Umusina, 1913.

Ali>mania-FF_T!Il. 1900-1929 rr<


miento completo de una casa popular a precio muy reducido. En 1906,
en otra muestra en Dresde y gracias a la mecanización de las instalacio-
nes y a la contribución en el proyecto de Richard Riemerscbmidt, Hans
Tessenow o Joseph M. Olbrich, entre otros, la producción expuesta
resultaba aún más económica. En el catálogo, Karl Schmidt definía
orguUosamente estos muebles como "hechos a máquina" para subra·
yar su ejecución con maquinaria de aira precisión. Según parece, es la
primera vez que en Alemania se asocia a la producción mecánica el tan
ambicionado Qualitiitsarbeit, recomendado desde los tiempos de
Franz Reuleaux y eje de numerosos debates del Werkbund. Entre otros
logros de esta empresa pionera. hay que recordar la serie de muebles
desmonrables UNIT, diseñada por Riemershmidt y Tessenow y produ-
cida para las casas de los trabajadores de la misma empresa. En suma,
consumó la mecanización del mueble de uso doméstico, extendiéndola
a equipamientos enteros, mientras en América la mecanización se
había linúrado a estanterías, a muebles de oficina o piezas aisladas. El
ejemplo de la Deutscher Werkstatte fue seguido inmediatamente por
otras empresas, siendo laprimera Kart Bertsch de Munich, especializa·
da en equipamientos domésticos.
r .,O"bviam~nt~, en "':ta relación Alemania-EE.UU. el factor "produc-
i cwn del d1seno se v1o muy favorec1do por los mventos que v1eron la
, luz entre 1850 y las primeras décadas del siglo xx, debidos en gran
· · parte a alemanes y americanos. Recordemos algunos de los más impor-
tantes: la máqnina de escribir (1855), la dinamo (1856), la máquina de
coser (1858), el pozo petrolífero (1860), el automóvil (1862), el plás-
tico (1862), el cemento armado (1867), el celuloide (1869), el motor
de combustión interna (1876), el frigorífico (1879), la lámpara eléctri-
ca (1879), la central eléctrica (1881), el motor de gasolina (1884), la
; pluma estilográfica (1884), la bicicleta y la motocicleta (1885), el neu-
mático, la fotocopiadora y la fotografía (1888), el motor diese! (1893), í
el cine (1894), la radio (1895), la maquinilla de afeitar Gillette (1901),
el aeroplano (1903), la lavadora eléctrica (1906), la iluminación de 1
peón (1910), etc. '[.
Además de estos inventos, revisados y actualizados continuamen- 'f
te, también son muy significativos para nuestro discurso sobre la "pro- ~
ducción" los métodos de fabricación industrial. Como observa Giedion,
"lo que distingue la mecanización europea de la americana es evidente
tanto en los inicios del siglo XVII! como un siglo y medio más tarde.
Europa avanza a partir de la mecanización de los oficios sencillos: hila-
tura, tejeduría, producción siderúrgica. Desde el principio, América se 119. W. Gropius, compartimento de coche-cama, 1914.

A!emania-EE.lJU. 1900-1929 II7


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comporta de otro modo. Arranca su mecanización a partir de oficios mercantiles completamente nuevos, otra característica destacada de la
complejos" .12 El sistema técnico-productivo más emblemático de ésta 1 :; industria americana es la de haber tendido siempre a la "gran mayo-
orientación es la cadena de montaje (assembly line) que, según Giedion, 1 ría", a producir para un público indiferenciado socialmente, pero bási-
"conecta las diversas fases de la fabricación. Su finalidad es la de unifi- 1 camente conformista en su orientación y elecciones. Una tercera tenden-
car la industria en un único organismo en el que estén coordinadas las cia que viene de Estados Unidos es el poco interés de los productores
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diversas fases de producción de cada máquina. Este fraccionamiento de \ por vincularse a las formas de la tradición y el desinterés por el artesa-
la producción en procedimientos parciales y su integración sin que se nado, que nunca tuvo el mi.smo peso, fuerza, ni prestigio que en
interfieran es la clave de la producción masiva contemporánea. El fac- Europa. Aún tuvo menos incidencia sobre la producciónla literatura
tor tiempo juega un papel importante porque la velocidad de las máqui- crítica, fuera de tipo social, cultural, estético, etc. En resumen, la fun-
nas debe sincronizarse"Y Trasladando a este entorno los aspectos téc- cionalidad, la practicidad, la confortabilidad y la economicidad son los
nicos de la cadena de montaje (el uso de la cinta transportadora, el valores que priman en la industria americana en las primeras décadas
montacargas, la rós<;a de Arquímedes, las grúas móviles rorantes, etc.) del siglo. De esta ideología o, mejor dicho, falta de ideología, surge la
percibimos los principios básicos de los sistemasde trabajo america- proyectación anónima de la gran mayoría de los objetos, que aún pre-
nos. Estos pueden resumirse en el antiguo criterio de la división del tra- domina en gran medida. Es en este contexto donde el componente
bajo, en el de la cadena de montaje -ya practicada en el trabajo en "producción" se impone claramente sobre el "proyecto", pues no sólo
equipo (team work) artesanal, es decir, antes de que la tecnología aparecen nuevos sistemas de fabricación, sino que también hay una
estuviera en condiciones de convertirla en una operación mecánica-, gran cantidad de nuevos objetos inventados y perfeccionados por los
y en los relativos a los estudios sobre los tiempos de trabajo llevados a fabricantes o, más frecuentemente, por el diseñador y fabricante unidos
cabo por TayloL en una misma persona. De los muebles plegables y multifuncionales, a
Dichos principios se hubieran quedado en meramente teóricos y los coches-cama y a los vagones-restaurante de los trenes (G. M.
técnicos si no hubiera intervenido una política indispensable para el Pullma11n); del mobiliario de oficina al de hospital; de los ascensores a
incremento de la producción. En ese sentido, podemos decir que en las máquinas de escribir; de los utensilios para el trabajo agrícola a
EE.UU. se adoptaron esencialmente dos caminos. El primero, seguido aquellos para las tareas domésticas; de los aeroplanos a los automóvi-
por Taylor, se centraba en la mejor organización de la producción; el les; de los electrodomésticos a cualquier tipo de equipamiento. En defi-
segundo, que aplicó precisamente Henry Ford, consistía en concen- nitiva, todo lo mecánico que existe actualmente puede considerarse en
trar muchos esfuerzos productivos en la construcción de un nuevo pro- gran parte fruto de la producción industrial americana.
ducto que se suponía de gran demanda: el automóvil. Como se ve, a De este modo, mientras que en Europa aún se planteaban los temas
diferencia de la primera línea de actuación que resulta "científica" y morrisianos, se discutía sobre la legitimidad y conveniencia de usar
muy ambigua, pues no está claro si tendía a facilitar el esfuerzo laboral las máquinas en lugar del artesanado, se debatía la vexata quaestio de
o a exprimir al máximo la fuerza de trabajo, la segunda intenta resol- la relación arre-industria, y hasta el Werkbund, como se ha visto, esta-
ver los problemas de producción vinculándolos directamente a la ven- ba indeciso entre el "mundo de la industria" y el "mundo del espíritu",
ta. Retomaremos este enfoque cuando nos ocupemos de este "compo- en América, por decirlo en palabras de Giedion, "la mecanización asu-
nente" específico de la fenomenología del diseño; en particular, en el mía el mando".
apartado dedicado a Henry Ford. Indudablemente, no se puede optar estrictamente por los plantea-
Cabe considerar otros aspectos de la política de productividad ame- mientos europeos ni tampoco alinearse ciegamente al pragmatismo
ricana. Además de la mencionada tendencia a concentrarse en ocupa- americano, en el que la producción parece haberlo fagocitado todo. Así,
ciones complejas, de donde nace la cadena de montaje, y a sectores el cotejo entre estas dos orientaciones contrarias permite apreciar las
iniciativas que intentaron una vía intermedia (el Werkbund) y, sobre
!2 $. Giedion: L'era de la meccanizzazion_e, op. cit., p. 46. todo, las que realizaron una integración; la empresa AEG en primer
13 !bid., p. 82. lugar. Por lo demás, salvo algunas excepciones, el componente produc-

AIPm::~ni::~-FF liT! 1900-1979 IIO


tivo del diseño alemán es reconocido abiertamente como una imita-
ción del americano. Aunque con una reserva que encuentra en las pala-
bras de Friedrich Naumann su expresión más notoria: "¡Tenemos nece-
sidad de artistas alemanes que comprendan América hasta tal punto
que sepan trabaja~ como alemanes, para América!". 14
Respecto al factor "venta" de la empresa-nación alemana durante
el periodo a caballo entre los dos siglos, deben recordarse otros aspec-
tos significativos. El viejo eslogan librecambista, "todo va bien mientras
se venda", sufre las primeras correcciones. Como se ha señalado: "La
reestructuración del comercio especializado se ve favorecida por lacre-
ciente importancia que adquieren los grandes almacenes como conjun-
to de tiendas especializadas y por la organización de los intereses eco-
nómico-políticos de las categorías profesionales, de los obreros, de los
empleados, de los funcionarios, de los empresarios. Se crearon grandes
cooperativas de compra al por mayor, que liberaron definitivámente a
los compradores, aunque también a los revendedores, de la necesidad
de comprar al producto~ asumiendo el papel de mediadores a través de
ferias especializadas, sobre todo la de Leipzig, y de revistas técnicas. En
el sector de los utensilios domésticos, el comerciante de Nuremberg
Theodor Wieseler tiene el mérito de haber creado el 'Nürnberg Bund'
en 1901, una representación político-industrial de pequeñas y media-
nas empresas y de haber sustituido la política de la competitividad
por la idea de la compra al por mayor como medio de racionalización
económica" .15 Además de estas formas más modernas de venta, todo
el comercio alemán se interesaba por las asociaciones artístico-produc-
tivas como el Dürerbund y el Werkbund, que acabaron creando autén-
ticas organizaciones de venta con sus propias secciones comerciales. En
ese sentido, es significativo el caso de la asociación Dürerbund-Werk-
bund-Genossenschaft. En 1912 el Dürerbund inauguró en Hellerau,
junto a Dresde, un punto de venta propio y publicó un catálogo titu-
lado Objetos de calidad para el hogar. En él se declaraba: "Para el
Dürerbund, la creación de un punto de venta colectivo tiene tres obje-
tivos: se pretende ofrecer a los compradores buenos productos a un
precio adecuado; se quiere estimular a los empresarios a producir; nos
proponemos poner a disposición de iniciativas de utilidad pública las
eventuales ganancias que se deriven de la intermediación". A este pro-

14
F. Naumann: "Werkbund und Welfhwirtschati:", en Werke. Colonia-Opladen: 1964, vol. VI,
p. 349; cit. en F. Da! Co: Teorie del moderno, op. cit., p. 31.
120. Modelo de máquina de coser Singer de 1865.
121. Modelo americano de máquina de coser, 1878. IS T. Buddensieg: "Zig-Zag, strisce e sagome", en Rassegna, n" 14, 1983.

IH
grama se unieron otras firmas comerciales dando vida a una segunda
asociación, la Dürergenossenschaft, que con la posterior adhesión del
Werkbund se convirtió en Dürerbund-Werkbund-Genossenschaft, es
decir, la unión de dos organizaciones culturales más otra comercial. En
1916, la actividad de este centro de venta que fomentaba el "trabajo de
calidad" aparece documentada en un importante catálogo, en cuya
introducción Ferdinando Avenarius, el principal artífice de la institu-
ción, escribe: "Con este Deutsches Warenbuch, ofrecemos a nuestro
pueblo lo que aún no tenía y que ningún otro tiene: un inventario
ricamente ilustrado de los mejores productos en todos los sectores de
la producción. Con ello se pretende favorecer la difusión de la cali-
dad: es un programa apoyado por más de 150 empresas comerciales,
pero que sigue siendo expresión de una comisión examinadora total-
mente autónoma[ ... ]. Por otro lado, los miembros de la Dürerbund-
Werkbund-Genossenschaft se han propuesto marcar con un sello los
productos aquí reseñados cuya compra juzgamos conveniente. De tal
manera que los distintos productores, desde los de mercancías refina-
das a los de objetos más comunes, se verán inducidos a aumentar su
esfuerzo por conquistar el favor del público, algo que no puede conse-
guirse por la simple vía capitalista y comercial". 16
El comentario de estos episodios, tendentes bien a la racionaliza-
ción de las ventas, bien a promover un trabajo de calidad, bien a una
especie de pedagogía de la relación producción-consumo, nos lleva a
examinar el último aspecto de la fenomenología del diseño en la
empresa-nación alemana: el "consumo". Sin embargo, antes de afron-
tar este tema es oportuno qne nos fijemos en cómo se "vendía" en los
otros países. "En París, hacia mediados del siglo XIX", escribe Gregotti,
"existían ya muchos centros comerciales baratos y alejados del centro
(Magasins Réunis, Au Siege de Corynthe, Au Bon Marché, etc.), que
convivían con los más céntricos y caros, casi todos nacidos en la prime-
ra mitad del siglo (La Belle Jardiniere, Trois Quartiers, etc.). En Italia,
en el caso de Milán, los grandes almacenes estaban unidos a un 'mer-
cado' que superaba los límites de la ciudad y que alcazaba a la clase
burguesa de un amplio territorio que empezaba a dotarse de una den-
sa red de transportes urbanos e interurbanos. Los catálogos periódicos
de 'Citta d'ltalia' llegaban a muchas poblaciones de Lombardía. En
cambio, es probable que los posteriores de 'Alle citta d'ltalia' de Roma,
122-123. (superior). Sidecar americano de carreras (Sulky). Moddo de bicicleta de 1879.
16 F.
Avenarius: "Vorworr" en Deutsches Warenbuch. Dresden-Hetlerau: Dürerbund-Werkbund- 124-125. {centro). Automóvil Benz de 1885. El vehículo experimental realizado en 1889 por Daimlet:
Genossenschaft, 1916; cit. en F. Da! Co: Teorie del moderno, op. cit., pp. 190-91. l26-127. (inferior). Automóvil Benz de 1893. Fiat 3 1/2 CV, 1899.
se dirigieran a una clientela principalmente urbana. Estos centros
comerciales se apoyaban sobre todo en la naciente industria de la con·
fección por tallas (los Mele de Nápoles estaban especializados en tra-
jes) y recurrían a nuevas y astutas estratagemas para atraer a los clien-
tes: sistemas de crédito, premios a los clientes más fieles y, sobre todo,
la entrada libre" .17
Volviendo a Alemania, todo el esfuerzo de esta considerable máqui-
na organizativa, del Werkbund entendido como "proyecto" de la mis-
ma, de las citadas sociedades entendidas como "producción", de sus
organizaciones de venta, no es suficiente para hacernos una idea de su
influencia real sobre el público y, por ende, sobre el consumo de los
productos que promovía. Sin duda, Alemania se convirtió en uno de los
países más industrializados del mundo, su índice de exportaciones fue
de los más boyantes, a la vez que la constante referencia a América indi-
ca que sus empresarios habían escogido el modelo apropiado. Pero,
¿cuántas de estas operaciones que deben considerarse un activo pue-
den adscribirse a la "cultura del diseño", a la organización colectiva, al
Qualitiitsarbeit, a la Sachlichkeit, etc., y no a la más pura lógica de la
oferta y la demanda, al hecho de que los consumidores acomodados
continuaban prefiriendo los modelos tradicionales y costosos (según la
teoría de Veblen), rrúentras que los menos pudientes debían contentarse
conlos modelos "baratos", unos y otros faltos del factor calidad? Por
otro lado, si el consumo se mide por las elecciones y la orientación del
público y éstas, en cierto modo, por las indicaciones de los grupos más
influyentes, no puede decirse que tales indicaciones fueran unívocas. La
cultura alemana del cambio de siglo es tan ecléctica y compleja que no
se puede reducir a la utopía del Werkbund, que aspira por encima de
todo a la unión de las tendencias más dispares. La fragilidad del apara-
to de la "cultura del diseño" se reveló en 1918. Como observa Posener,
"la guerra y la catástrofe del18 cortaron bruscamente las alas a la espe-
ranza en la marcha triunfal de la industria alemana. Sin embargo, los
dos sectores opuestos presentes en el Werkbund coincidieron en la
interpretación del conflicto: lo entendieron como producto de la indus-
tria [... J. Había llegado la hora del 'retorno del arte' (Adolf Behne). Es
decir: en el seno del Werkbund ya no se hablaba de forma funcional, de
estética de la máquina y de diseño industrial, sino de calidad del traba-
jo artesano y del trabajo artístico, de cualquier trabajo, en definitiva,

17V. Gregotri, L. Bern~ P. Fariña, A. Grimald~ F. Raggi: "'Per una sroria del design italiano, 1860- 128. Aeroplano de los hermanos Wright, 1909.
1914. Le industrie e le grandi esposizioni"', en Ottagono, n° 33, junio 1974. 129. Máquina de daguerrotipos, 1839.
que crea pacientemente un objeto y le da forma. En suma, el Werkbund consumo, convirtiéndose en el caso más exitoso de la historia del
había vuelto a su punto de origen: a Morris y al Arts and Crafts" .18 El diseño industrial.
mismo autor sostiene: "Gropius decidió entonces volver a acercar las Examinándola bajo estos parámetros, visto que el componente téc-
artes al artesanado y, con esta finalidad, fundó en Weimar su Bauhaus, nico es fundamental, hay que relatar su historia partiendo del momen-
cuyo nombre hacía referencia al taller medieval de tipo gremial. Poelzig, to productivo. Cabe señalar de entrada que, a diferencia de otras
por su parte, recordaba que el Werkbund no podía olvidar la instancia empresas que trataban con productos tradicionales y que trasladaron
a la que debía su nacimiento; esto es, a un movimiento espiritual, no a a nuevas formas y tecnología viejas manufacturas, la AEG producía
uno económico-comercial [... ] y definía como espiritual al artesanado, artículos completamente nuevos, nacidos precisamente con la tecno-
mientras juzgaba la técnica como hostil al espíritu". Sin.duda, se trata- logía industrial moderna: los vinculados al aprovechamiento de la
ba aún de algunas interpretaciones que, para colmo, eran expresadas en energía eléctrica con el fin de iluminar, calentar, comunicar, alimentar
un momento de crisis profunda. Sin embargo, estas contradicciones de los mismos motores que producían esta energía.
los hombres~a permiten deducir fácilmente cuál sería la desorienta- En este amplio campo de aplicaciones es básica la bombilla incan-
ción del público ante el consumo. descente que, después de una serie de inventos y perfecckmamientos,
La contribución del Werkbund (y, a través de él, de todo el movi- encontró en 18791a versión definitiva en la del americano Thomas Alva
miento alemán de las dos primeras décadas de siglo) ha sido funda- Edison. El ingeniero e industrial alemán Emil Rathenau (1838-1915),
mental para la "cultura del diseño", pero ésta no habría sobrevivido de después de la Exposition lnternationale d'Eiectricité celebrada en París
no ser por los episodios menos ideológicos y más vinculados a la pro- en 1881, obtiene los derechos de explotación en Alemania de las paten-
pia lógica de la industrialización, así como al nacimiento y desarrollo tes de Edison, entre las que estaba el sistema de i!Ulllinación con bombi-
de nuevos y populares sectores mercantiles: la industria de la electrici- llas incandescentes. En 1882 funda la Gelegenheits-Gesellschaft, como
dad (AEG) y la automovilística (Ford). sociedad de estudios experimentales para las primeras instalaciones; en
1883, Rathenau crea la DEG (Deutsche Edison-Gesellschaft für ange-
wandte Elektricitat), especializada en la producción de bombillas (en
AEG tres años pasa de 60.000 a 300.000 unidades) que, tras una reorganiza-
ción financiera y la reestructuración de sus instalaciones, se convierte en
Mientras que en la historia del diseño el Werkbund representa el 1887 en AEG (Allgemeine Elektricitiits-Gesellschafts). Evidentemente,
momento más problemático y toda su actividad, en cuyo seno la antes de producir las bombillas tuvieron que instalarse las líneas y
cultura incide como estímulo y rémora a un tiempo, que en definitiva construirse las centrales eléctricas, además de establecer un complejo
no trasciende la esfera intelectual, el fenómeno de la gran empresa sistema de distribución.
berlinesa Allgemeine Elektricitiits Gesellschaft (AEG) representa el Así, un año después de su fundación, junto a las lámparas de arco
momento más concreto, coherente y productivo de dicha historia. voltaico, que requerían una instalación general más simple, la firma
Esquemáticamente podría decirse, sin quitarle ningún mérito a la afa- AEG inicia la producción de dinamos, motores eléctricos, cables y de
mada asociación, que ésta surge del mundo de la cultura sin traducir- todos los accesorios necesarios para la producción de energía eléctrica
se al de los negocios, mientras que AEG parte de éste último y llega y para la construcción de las redes de distribución. Todo ello fue reali-
a escribir una página importante en la historia de la cultura. Dicho de zado con extrema rapidez y eficiencia por la joven empresa berlinesa,
otro modo, todo lo que el Werkbund, animado incluso por intereses como lo demuestra la ampliación de sus instalaciones y, especialmente,
prácticos, propone, debate y divulga a través de congresos, publica- el hecho de que a principios de siglo la producción de bombillas llegara
ciones y exposiciones, AEG lo realiza en los parámetros propios de la a 7.000.000 de unidades al año.
fenomenología del diseño: el proyecto, la producción, la venta y el Una vez encauzada la elaboración de los artículos básicos, la empre-
sa enriqueció su catálogo con todo tipo de productos relacionados con
ts J. Posener: Tra arte e industria, op. cit., pp. 11·13. la electricidad: de lámparas de todo tipo a ventiladores, de relojes a cua-

!27
dros de control, de instrumentos técnicos a todos los electrodomésticos
de la época. Toda la gama era tecnológicamente vanguardista: la fabri-
cación era de ciclo continuo, siguiendo los criterios de la estandariza-
. ción, de la cadena de montaje e incluso de la automatización. En poco
tiempo se convirtió en un verdadero monopolio-piloto del sector elec-
tro-técnico, junto a Siemens & Halske y Siemens-Schukkert, y, a través
de un acuerdo con la General Electric Company americana, exportó sus
productos a todo el mundo.
Además de los numerosos avances tecnológicos, de la experimen-
tación con prototipos y del estudio de todos los aspectos que atañen a
una producción de gran volumen, hay que señalar que en 1891 entra-
ron en vigor en Alemania las normas que obligaban a cubrir con un
armazón los mecanismos de las máquinas y, por tanto, de los objetos
motorizados, con el fin de evitar accidentes, tanto en el trabajo como
en el entorno doméstico. Así, el uso de la "carrocería", antes que a un
hecho estético, se debe a criterios de seguridad vinculados a la nueva
tecnología productiva.
En cuanto a los aspectos promocionales y de venta, que anteponemos
intencionadamente a los relativos al proyecto, fueron los que más esti-
mularon la política de diseño de AEG, convirtiéndola en un caso para-
digmático. Los problemas promocionales eran múltiples. Por un lado,
incluso fabricando productos que se vendían fácilmente por su utilidad y
su elevado nivel técnico, se estableció pronto un régimen de fuerte com-
petencia y la empresa sintió la necesidad de destacar los productos que
lanzaba al mercado; por otro lado, por su propia novedad, se imponía la
necesidad de darlos a conocer mejor al mayor número posible de con-
sumidores. Además, dado que la firma fabricaba una extensa gama de
productos, era necesario unificarlos de manera inconfundible para con-
ferir a AEG una imagen homogénea y singular. Seguramente, los direc-
tivos de la empresa, y especialmente Felix Deutsch, cuidaron mucho la
asistencia técnica y una red de puntos de venta con filiales en todo el
mundo, pero esta misma organización acrecentaba el problema de la
imagen unitaria. No en vano, cuando en 1907 Paul Jordan contrató a
Peter Behrens como asesor artístico de AEG (previamente, el cargo lo
desempeñó Otto Eckmann, con Alfred Messel en el aspecto arquitectó-
nico), los primeros encargos que se le confiaron, aparte de algunas lám-
paras de arco voltaico, tenían que ver principalmente con el grafismo
publicitario. En particular, ideó las portadas de las dos revistas de la
130. (sup. izda.). La bombilla de Edison de 1879.
131. (sup. dcha.).la bombilla de A. Cruto de 1880. empresa, una serie de opúsculos, manifiestos y boletines de información
132~133. (inferior). Las bombillas de Swan y Edison, 1884. sobre la bombilla de filamento metálico y tres logotipos de la firma.

AlP-mania-FF.IJIJ 1900-1979 129


Según algunos autores, esta aportación fundamental de Behrens
al campo del grafismo puede considerarse como la matriz de toda su
contribución a la empresa. Del grafismo y la rotulación habrían sur-
gido el diseño de los objetos e incluso las fábricas que realizó des-
pués como arquitecto. Desde nuestro punto de vista, las distintas
aportaciones de Behrens no son distinguibles. Tampoco prevaleció
una sobre otra, ya que, por programa, tanto los directivos como el
diseñador se atenían a dicha imagen empresarial unítaria; la cual fue
posible por la elección certera de una inspiración clasicista: aquella
de la "reorganización de lo visible", sobre la que Behrens teorizaría
más tarde.
Completan estos apuntes sobre el tema de la venta los distintos
pabellones, tiendas, stands expositivos, etc., que Behrens proyectó para
la empresa, entre los que debemos destacar el pabellón de AEG en la
muestra de construcción naval alemana de 1908 y los establecirníentos
de Postdamer Strasse y Koniggriitzer Strasse de 1910. En cualquier caso,
es lícito considerar que toda la arquitectura de AEG -desde la célebre
Turbinenfabrik, llena de valores simbólicos conjugados con acentos
clasicistas, hasta los barrios para los empleados de la empresa- preten-
día igualmente reforzar su imagen publicitaria.
Vayamos a la vertiente proyectual de los productos de Behrens.
Como ya comentamos al referir las polémicas en el seno del Werk-
bund, Behrens es de los primeros en cuestionar la atribución del ori-
gen del Movimiento Moderno, en cuanto a su relación con las artes
aplicadas y el diseño, a Morris y el Arts and Crafts, discerniendo tal
origen en todo el conjunto de la cultura clasicista alemana que va de
la Raumiisthetik de Lipps al purovisibilismo de Fiedler, von Marées y
Hildebrand, sin olvidar remitirse a autores más recientes como Alois
RiegL El clasicismo moderno representa para él la sustitución del
momento expresivo por el conformativo (Gestaltung); es decir, por
una configuración que corresponde al espíritu y al producto elaborado
mecánicamente, impersonal y objetivo, entendido también como volun-
tad de arte (Kunstwol/en) del tiempo que le es contemporáneo.
Esta clara base ideológica permite al proyectista de AEG afrontar
de una manera completamente nueva los problemas del diseño en
todos sus componentes.
Por tanto, por técnico que fuera, un producto de la famosa indus-
tria berlinesa no debía carecer del valor formal que distingue a un
artículo de calidad. Behrens recordaba una significativa recomenda-
ción de Paul Jordan, quizá expresada con ocasión de su ingreso como 134. Interior de la fábrica de pequeños motores AEG.

IJI
asesor artístico en AEG: "Tras adquirir un motor, no piense que el te para formular un juicio y delegara en el revestimiento externo el
ingeniero se dedica a desmontarlo para supervisar sus partes. El técni- cometido de persuadirle".20
co también compra según la impresión que recibe. Un motor tiene Evidentemente, este modo de concebir el proyecto de los productos
que ser bello como un regalo de cumpleaños" .19 Una vez asumido este nace también de la normativa de protección ya mencionada. En resu-
principio fundamental, por las citadas razones promocionales y para men, el nacimiento, la difusión y la casi permanente presencia del
conferir a los distintos productos de la empresa la deseada imagen uni- "envoltorio" están motivados tanto por razones técnicas y de seguridad
taria, vemos como, en la práctica, Behrens concilia en la producción como por otras de fudole estética o de gusto. En relación a las normas
las exigencias técnicas con las estéticas. de protección, Maldonado escribe: "DJ'esta manera, una configuración
El proceso gracias al cual Behrens trasciende el binomio forma-fun- formal esconde la configuración técnica del objeto y se establece así una
ción del que parte, aunque sin descuidarlo y, al mismo tiempo, sin dicotomía que no se limitará al campo de los utensilios mecánicos. Se
enfatizado, se puede recabar de lo que escribe Tilmann Buddensieg, convertirá incluso en la característica dominante de casi todas las tipo-
que merece una cita textual: logíasde objetos de la civilización industrial. Nace así la "carrocería",
"El gran ingeniero de AEG, Michael von Dolivo-Dobrowolskj, nos es dec¡r, un envoltorio adicional que frecuentemente será tratado como
ha legado una definición muy clara: los elementos constitutivos de una forma sin ninguna, o poca, relación con el contenido". 21
un cartucho de calefacción, de una caja de reloj, de una lámpara de •Aunque estas últimas consideraciones aluden a algunos casos, por
arco voltaico y de un motor han sido necesariamente "estandariza- asillamarlos, degenerativos --<:omo el fenómeno del Styling, para con-
dos" dado el volumen en que eran producidos, desmontados en piezas siderarlo también bajo el prisma de prácticas más recientes-, la distin-
intercambiables, para ser montados y fabricados perfectamente y ción hecha por Behrens y por los técnicos de AEG tenía otros significa-
con facilidad, de modo que el concepto tradicional de identidad entre dos más positivos. Según Buddensieg, tres únicos diseños "le bastaban
forma y función se vino abajo por sí mismo. En la medida en que su a Behrens para imprimir, con la ayuda de un complicado mecanismo
función era sencillamente proteger un mecanismo delicado, el aspecto una pieza de chapa con 81 variantes para un ingenioso sistema d~
exterior de un voltímetro o de un amperímetro resultaba irrelevante. hervidores redondos, ovalados, labrados, niquelados, en cobre, latón,
Las agujas de estos contadores y relojes no eran muy diferentes desde pulidos, martilleados y tacados con soplete. Behrens, además de dise-
el punto de vista formal debido a la multiplicidad de funciones que ñar el envoltorio estético del complicado mecanismo de varios utensi-
debían cumplir. Se trataba, por tanto, de inventar un indicador o agu- lios Yherramientas -mecanismo definido por él como feo, confuso des-
ja-tipo óptimo para todas las posibilidades de uso en los distintos con- de el punto de vista formal y dividido en partes "estandarizadas" cada
textos formales en los que podía aparecer. Esta desvinculación, dicta- vez más pequeñas-, construye series de productos como los ventilado-
da por las condiciones tecnológicas del envoltorio de los mecanismos, res y los hervidores; según la calculada economía de sus partes, crea
su reducción a una función meramente protectora del delicado engra- una infinidad de variantes del mismo producto. De esta manera eleva a
naje y del usuario ante los peligros de la energía eléctrica, permitió principio estético un procedimiento proyectual que el ingeniero de
una libertad desconocida hasta entonces en la proyectación de la for- AEG von Dolivo-Dobrowolskj definía, casi en el mismo periodo, como
ma de los objetos. De hecho, la forma sólo debía colocarse sobre o el principio básico de toda fabricación industrial en serie; la variabili-
alrededor del mecanismo como un marco y, por tanto, podía centrar- dad de una serie, por ejemplo de un voltímetro, debe estar en relación
se en mayor medida en la satisfacción de los deseos de posesión, de inversa a la estandarización de sus partes. Este triunfo logrado por
identificación y de uso del usuario o comprador, es decir, las necesida- Behrens de la libertad estética sobre las leyes que constriñen la produc-
des estimuladas a través de un proceso completamente nuevo y sin- ción en masa consigue convertir la banalización formal de las partes en
gular. Al mismo tiempo, el creciente grado de complejidad técnica de
los utensilios hacía que el comprador fuera cada vez menos competen- 20
T. Buddensieg: "I prodoni", en Cultura e industria, Peter Behrens e la AEG. 1907-1914.
Milán: Electa Editrice, 1979, p. 31.
21
19
P. Behrens: "Zur Asthetik des Fabrikbaus", en Gewerbefleiss, no 7-9,1929. T Maldonado: Disegno industriale, op. cit., pp. 29-30.

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135. (sup. izda.). P. Behrens, canel para la bombilla de filamento metálico, 1907.
136. (su p. dcha.). P. Behrens, portada de un catálogo de lámparas de arco, 1908.
137. (inf. izda.). P. Behrens, ilustración para bombillas de filamento metálico con logotipo hexagonaL 139. P. Behrens, tetera/hervidor eléctrico, 1909.
138. (in f. dcha.). P. Behrens, portada de un catálogo de instalaciones eléctricas para teatros, 1908. 140. Taladro eléctrico de dentista.

AIPm::~ni::~-FF.( !(J. 1900-1929 IJj


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A.E.G:-SCHEINWERFER
MIT ZEISS-5PIEGEL

144. (sup. izda.). Lámpara de arco de luz semidirecta, 1907.


1 145. (sup. dcha.). Lámpara de arco de llama, 1908.

141. Diseño de P. Behrenspara la Turbinenfabrik, 1908.


' 146. {inf. izda.). Portada del folleto de AEG en la exposición de las construcciones
navales alemanas, 1908.
142-143. Falleros para reflectores, 1909-11. 147. (inf. dcha.). Ventilador de mesa, 1908.

Alemania-EE.UU. 1900-1929 1 137


una infinidad de combinaciones que cabe presentar como riqueza de sible presuponer una mayor garantía de orden, solidez y permanencia
posibilidades y libertad de elección para el consumidor" :n relativos a una marca industrial.
Como se ve, Behrens logra convertir la lógica de los procedimientos Como hemos comentado, ese estilo consistía en una especie de da-
técnicos en una lógica estética y también ofrecer nunerosas posibilida- sicismo moderno que Behrens recupera de la tradición cultural alema-
des de elección, articulando unos pocos elementos en una gama relati- na, correspondiente, salvo por los galanteos de un Heimatkunst
vamente amplia de soluciones distintas. Esta última consideración nos romántico, a un gusto por el orden, la perfección y la racionalidad con-
permite adentrarnos en el cuarto parámetro de la fenomenología del cebidos como sentidos, por así decir, innatos a todo hombre (sobre
diseño: su uso o consumo. todo si es consumidor), sea o no alemán.
Es sobradamente conocido que la producción de AEG gozó de Un tercer motivo del éxito de los productos AEG hay que atribuirlo
buena aceptación pública, como demuestra su amplia difusión en con toda probabilidad al propio sector en que operaba. La fenomeno-
muchos países y su presencia, aún hoy día, en el mercado internacio- logía del diseño encuentra aquí su primera y más completa realización,
nal. Pero, más allá de los datos cuantitativos y estadísticos, interesa 1
en buena medida porque se manifiesta en un sector productivo com-
determinar las razones de tal éxito. La respuesta positiva del merca- 1
pletamente nuevo, libre de hipotecas del pasado. Lámparas, ventilado-
do hay que buscarla sobre todo en el correcto planteamiento del pro- ·¡ res, hervidores, electrodomésticos; son objetos que tienen poco o nada
yecto. Behrens, superando una concepción individualista del arte, que 1 en común con los muebles y el ajuar tradicional de la casa. En cierto
todavía alimentaba la intervención del Jugendstil en la producción modo, Behrens lo tiene fácil a la hora de conferirles un cariz artístico
industrial, reconoce todo el potencial de la técnica aunque, como ya innovador, sin terier que remitirse a la mitología y el simbolismo que
dijimos, rechazando el determinismo semperiano. Haciendo una refe- 1
suelen asociarse al ambiente doméstico. Libres de tales hipotecas, estos
rencia evidente al Kunstwollen de Riegl, observa: "Queremos una téc- productos son acogidos favorablemente por todos y, en consecuencia,
nica que no recorra el camino sola, sino que sepa entender la voluntad se producen a gran escala, resultando cada vez más económicos y, por
artística de los tiempos"Y En otras palabras, como se ha señalado, tanto, asequibles para una población más vasta. Para entender estos
"la técnica y el arte deben fundirse y no separarse. Sin embargo, la aspectos del consumo social de los productos de AEG basta comparar-
técnica está sujeta al arte y es la Formwille (la voluntad de forma) la los con los de la Wiener Werkst:iitte. Éstos se circunscriben al mundo
que encuentra la técnica más adecuada" .24 Por un lado, parece absur- del hogar y también aspiran ~ un estilo unitario, que sólo consiguen a
da la adopción de esta tesis en la producción de una empresa cuya costa de una producción necesariamente artesanal y, por tanto, inevi-
fuerza residía en la organización y cuyo planteamiento era altamente tablemente más cara, accesible sólo para una élite.
tecnológico, pero por otro se puede atribuir precisamente a esta tesis
el valor promociona! de los productos AEG y la recompensa que le
brinda el público. El caso Ford
Una segunda causa de su éxito radica en la imagen unitaria que el
arquitecto y los directivos de la empresa consiguieron darle a cualquier Como todos los acontecimientos significativos de la historia del diseño,
expresión de la misma. Así, desde el grafismo publicitario y la forma de la actividad de Henry Ford (1863-1947) relativa a este campo presen-
los productos, hasta los edificios industriales (campo exclusivo hasta ta los cuatro requisitos de la fenomenología del diseño y, por añadi-
entonces de la técnica y la ingeniería), se ofrece al público un "micro- dura, de la forma más práctica y concreta, es decir, exenta de cualquier
cosmos" tan unitario y estilísticamente coherente que tal vez sea impo- tipo de intelectualismo. Típico ejemplo del self-made-man, el obrero
Ford, hijo de agricultores, en 1896 ya construyó un primer modelo de
automóvil. En 1899 fundó la Detroit Automobile Company, y en 1903
22 T. Buddensieg: "1 prodoni", op. cit., p. 32. la Ford Motor Company, que pronto se convirtió en la mayor fábrica
23 Cit. en S.1intori: "Técnica ed espressione nell'opera di Behrens", en Casabella, n° 240. del mundo con más de 200.000 empleados. Omitiremos por ahora
24 M. Borissavlievitch: Les théories de l'architecture. París: Payot, 1926, pp. 20-21. los factores adicionales que lo convirtieron en un magnate de la indus-

n8 Alemanía-EE.UU. 1900-1929 139


tria internacional, en el jefe de un imperio económico que también principales ideas de Ford acerca de la estética, la función y el sentido tan-
aglutinaba empresas de otros secto~es. . to del proyecto como del producto, se pueden extraer de unas pocas ci-
El Ford proyectista siempre ha s1do menos cons1derado que el pro· tas de sus escritos. Respecto a uno de los temas fundamentales del deba-
ductor y, sobre todo, que el vendedor. Pero hay que partir de su a~tivi­ '
<i
! te europeo, la relación utilidad-belleza, escribe: "La pregunta es esta: ¿es
1 ~
dad como diseñador, perfectamente contextuahzable en el amb1ente .'{
__,_ t mejor supeditar lo artístico a la utilidad, o bien la utilidad a la belleza?
,~.
I: ?¡
americano, para comprender sus ideas, su política productiva e inclu- -~-
?i ¿Cuál sería, por ejemplo, la función de una tetera cuya boca, a causa de
so sus grandes intuiciones en el sector de la venta. ~ J una intervención artística, no permitiese verter el té? ¿O la de una pala
-'~
En cuanto a la herencia autóctona americana, no se puede ignorar .g cuyo mango ricamente adornado hiriese la mano de quien la usara?[...].
que es precisamente allí donde ~orario Greenough transfier~ _la !ór- \>_.
~
":§
N
Un automóvil es un producto moderno y no debe construirse para repre-
mula del naturalista Lamarck, la forma depende de la func10n , al sentar algo, sino para poder prestar el servicio al que está destinado" .28
campo de la arquitectura, del arte y de las manufacturas. Hacia 1850, ···~
~·t
La afirmación es intencionadamente polémica y las preguntas retó-
este autor comentaba que si comparamos la primera forma de una ricas. Muchos otros, a partir de Lodo!~ ya habían distinguido la "fun-
11:'-i"
máquina "con un nuevo y más perfeccionado modelo del mismo apa- ción" de la "representación" y, en caso de incompatibilidad, habían
~p
rato, observaremos, al examinar las fases del perfeccionamiento, cómo ·t
-~
optado por la primera. Otros más -<:omo la vanguardia histórica, el
el peso se ha reducido allí donde hay menor necesidad de fuerza, cómo -~ Futurismo, el Constructivismo, el Esprit machiniste teorizado por Le
las funciones se han aproximado entre s~ sin que se estorben, Ycómo ;;;_
~,
Corbusier- habían enfatizado la "función" pura. Sin embargo, rara-
¡
los planos se han curvado y las curvas se han enderezado hasta que el '
-~ mente se había considerado como un fin en sí misma, sino más bien
incómodo y renqueante artilugio se transforma en una máquina sóli- ¿ como portadora de nuevos símbolos y valores: el antipasado, el antün-
¡
da, eficiente y bella".2s ¿Cómo no pensar en la exaltación de la máqui- 1 :~, dividualismo, el activismo, el experimentalismo, etc., en una palabra, la
na que Whitruan hace en A locomotive in winter o en la descripción de 1 tendencia a la "reducción", que caracteriza el lado más "racional" de la
un automóvil Ford con algunas décadas de adelanto? En cualquier 1
! vanguardia. El mérito de Ford no radica en su teorización del funcio-
caso, la aplicación al diseño de la tesis según la cual "la forma depen- \ nalismo, sino en haberlo plasmado en productos tangibles, en haber
i
de de la función", no tiene en América ninguna de las ambiguas inter- ofrecido ejemplos reales de esta reducción a lo esencial que luego otros
pretacione.s europeas posteriores, en el sentido de que, como dice de han teorizado. Más importantes son las ideas de Ford sobre el perfec-
nuevo Greenough, "por belleza entiendo la promesa de la función, por cionamiento continuo de un único modelo, ideas que, probablemente
acción entiendo la presencia de la función y por carácter entiendo el motivadas por una elección "estética" inicial, encierran también razo-
rastro de la función". 26 nes productivas y sociales. En su autobiografía se lee: "Si el plan cons-
Si es cierto que el proyecto de los automóviles Ford nace al amparo tructivo de un objeto está bien estudiado, los cambios serán muy esca-
de tales presupuestos, se comprende mejor su estética de anonimous de- sos y se llevarán a cabo sólo en las gruesas secciones de las juntas; en el
sign, que es la de los barcos, la del yate, la del cabriolé de carreras y de proceso de producción, por contra, los cambios serán bastante fre-
tantos otros instrumentos deportivos. Es más, en el propio proyecto está cuentes y completamente espontáneos [... ]. Mis socios no estaban
ya la idea de continuo perfeccionamiento de la máquina citado en el frag- convencidos de que nuestros automóviles pudieran limitarse incluso a
mento de Greenough. No puede ser de otra forma, pues Ford no piensa 1 un solo modelo[ ... ]. Es mi orgullo que cada pieza, cada artículo que
en las oscilaciones del gusto, sino en un modelo cada vez más perfecto: produzco esté bien elaborado y sea robusto, y que nadie se vea obliga-
"En el pasado, cada día acariciaba la idea de un modelo universal'' .'7 Las 1 do a cambiarlo. Un buen automóvil debería durar tanto como un buen
!: reloj" .29 Este fue el caso de su producto más famoso, el modelo T, que
25H. Green.ough: The Travels, Observations and Experiences o( a Yankee Stonecutter; cit. en ¡ se fabricó entre 1908 y 1927. Aun siendo el primer utilitario reducido
F. O. Manhiessen: Rinascimento americano. Milán: Mondadori, 1961, p. 220. ¡
"/bid., p. 221. 1 28
H. Ford: To-day and To-morrow, 1926; cit. en T. Maldonado, ibid., p. 45.
H. ford: My Life and Work, 1922; cit. en T. Maldonado: Disegno industria/e, op. cit., p. 45.
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29 H. Ford: My Li(e and \Vork, op. cit., pp. 44-45.

Alcmania·EE.UU. 1900-1929
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140
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a lo esencial, estaba construido con materiales de gran resistencia: ace-
ro de vanadio y metales con tratamiento especia~ que le conferían lige-
reza y resistencia. Su aspecto formal recuerda a los primeros modelos
experimentales, de ahí su extrema funcionalidad mecánica, pero al mis-
'
mo tiempo representa una "reducción" de los modelos lujosos -pién-
sese en el Silver Ghost de Rolls-Royce (1907)-, de ahí su gran comodi-
dad teniendo en cuenta que era un vehículo de uso populaL
En cuanto a la producción del modelo T, emblemática de toda la
actividad empresarial de Ford, supuso la introducción de la cadena de
montaje en la industria automovilística. En 1913, en la factoría Ford de
Highland Park (Detroit) tuvo lugar el mayor vuelco productivo en el
sector automovilístico. Anteriormente, la construcción de un automóvil
era ejecutada por un grupo de operarios que montaba las diferentes
partes del coche sobre el chasis de un único ejemplat El proceso reve-
laba falta de coordinación entre las distintas operaciones, estorbos entre
movimientos y pérdida de tiempo. En la fase siguiente, más evoluciona-
da, las distintas partes que componían el producto se disponían ordena-
damente sobre el pavimento y se montaban sobre una especie de carro
que otros obreros transportaban a mano. Se formaba así una cadena de
montaje artesanal que, además de acelerar la fabricación del coche,
también permitía con la utilización de otros carros el montaje de más
unidades, aunque fuera lentamente. La fase aún más avanzada de fabri-
cación consistía en la sustitución del carro por una cinta continua mecá-
nica, una plataforma móvil con un riel que se desplazaba desde arriba y
colocaba sobre el armazón transportado por la cinta las distintas piezas
del chasis. ABí, cada obrero permanecía en su luga~ encargado de una
serie específica de funciones, y la fabricación ya no se limitaba a un úni-
co automóvil sino que se extendía a una serie en continuo proceso de
preparación. A estas ventajas de la cadena de montaje, se unían las de
utilizar partes fabricadas en otro lugar. Como recuerda Arthur J. Pulos,
"el principio de ensamblar un automóvil con componentes fabricados
en otro sitio, que debe ser considerado el factor esencial de la produc-
ción en masa, había sido experimentado desde 1899 por Ransom E.
Olds. El procedimiento se pulió en 1913-1914 en las factorías Ford de
Highland Park, en Michigan, como una extensión en el siglo xx de la
práctica ya bien codificada de la estandarización de las partes y de la
especialización del trabajo" .30 Esta tecnología de la fabricación en serie,

J. Pulos: American Design Ethíc. A History of Industrial Design. Cambridge: The MIT Press,
30 A. 148. Reconstrucción del taller en el que Ford construyó su primer automóvil.
!983, p. 151. 149. Terminal externo de la línea de montaje del modelo Ten los talleres de Highland Par\.; 1924.

I4 ~
que integraba el estudio sobre los tiempos de Taylor con los sistemas dores. Ford entendía perfectamente que si los trabajadores disponían
de cintas transportadoras, los rieles, las grúas móviles, etc., así como la de mayores medios económicos y de más tiempo libre, serían más
adopción de piezas prefabricadas externamente, lograron que, en el autónomos y aspirarían a una casa en propiedad que tratarían de dotar
transcurso de pocos años, el tiempo de ensamblado del modelo T pasa- de todo el confort que requiere cierto nivel de vida" .32
ra de doce horas y media a una y media, lo que permitió alcanzar en La importancia del argumento merece una atención adicional.
1915la cifra de un millón de coches anuales. En esta misma fecha, en la Taylo~ que muere en 1915 cuando la industria de Ford está en su máxi-
Panama-Pacific Exposition de San Francisco, Ford enseñó por primera ma expansión, piensa en una política de salarios altos teniendo en meri-
vez su cadena de montaje en público, demostrando que su sistema per- te únicamente el aumento de la producción en el ámbito de la empre-
mitía poner el coche al alcance de todos. sa. Al contrario, cuando se solicita a Ford que combata la competencia
Giedion, enlazando la parte de la "producción" con la de la "venta", con una línea de salarios bajos, rechaza la idea porque ve la medida
escribe que "el mérito de Ford fue, principalmente, reconocer la posi- no sólo como freno a la eficiencia productiva, sino también como dis-
bilidad de democratizar el vehículo, que hasta entonces se había con- minución del poder adquisitivo y, por tanto, reducción del mercado
siderado únicamente para privilegiados. El concepto de transformar interno. Así, los salarios altos, la participación de los obreros en los
un mecanismo complejo como el automóvil de artículo de lujo a obje- beneficios de la empresa, el trabajo en serie, etc., son ingredientes de
to de uso corriente y la adecuación de su precio al poder adquisitivo una idea política general (fordismo), pero, ante todo, permiten que los
medio, como cualquier artículo de los grandes almacenes, habría propios empleados de una industria en tan rápida expansión sean los
sido inconcebible en Europa. La confianza para transformar el auto- primeros compradores de su producto. En este sentido hay quien sos-
móvil en un artículo de producción masiva, con la consecuente pers- tiene que la riqueza de una nación depende de la fortuna de la industria
pectiva de revolucionar profundamente la producción, otorga a Ford automovilística y Ch. E. Wilson, uno de los presidentes de General
su lugar en la historia". 31 Motors afirma "lo que va bien para el país, va bien para la General
Para alcanzar este objetivo, era necesario acompañar las conquistas Motors y viceversa". Giedion destaca que "Ford va más lejos, ve pro-
tecnológicas con una política salarial revolucionaria, dos factores inter- ducción y venta como una unidad y, antes del reforzamiento general de
relacionados. Pulos señala al respecto: "Los métodos de producción en las técnicas de venta (salesmanship) en los años treinta, funda una
masa de Ford garantizaban la paga, inaudita para la época, de cinco sociedad mundial para la venta de sus productos organizada con la
dólares por una jornada laboral de ocho horas, en lugar de una cifra misma atención y eficiencia que la cadena de montaje" .33
menor por la jornada habitual de nueve horas (lo que permitía a Ford Aunque era un personaje excepcional, Ford no es el único que
contar con tres turnos de trabajo al día en lugar de dos, e incrementar concibe una filosofía productivo-comercial como la descrita. Su ami-
así la capacidad productiva de la fábrica en un 50%). Esta política go Thomas A. Edison, otro pionero de la industria americana, aun-
salarial suscitó desórdenes entre los obreros a los que Ford no podía que alejado de la automoción, escribe: "Al servirnos de máquinas en
ofrecer un puesto de trabajo[ ... ]. Causó una avalancha de protestas del lugar de seres humanos y contar con una instalación que realiza el
resto de industriales, que lamentaban su utopismo y desatención hacía trabajo de 250 hombres, permitimos que los empleados gocen de
la praxis habitual. Pero Ford se mantuvo firme. Al pagar a sus obre- beneficios reales[ ... ] La época en la que los seres humanos eran usa-
ros un salario más alto por un menor número de horas de trabajo, dos como motores va quedando atrás. Estamos cerca de transferir el
hacía un mejor uso de las instalaciones, al tiempo que fabricaba un cerebro a las máquinas y estamos sustituyendo con maquinaria la
producto del que podían disfrutar sus propios empleados[ ... ]; estaba energía de miles de hombres; sólo son necesarios unos pocos para con-
convencido de haber democratizado la industria, y advertía que si los trolar el correcto funcionamiento de la maquinaria[ ... ]. Máquinas
industriales no se ocupaban de elevar los salarios y de reducir los pre- cada vez mejores[ ... ] permitirán que los hombres trabajen menos
cios y las horas de trabajo se limitaría el número de posibles compra- ' 1
32
A. J. Putos: American Design Ethic, op. cit., pp. 252-56.
31 S. Giedion: L'era del/a meccanizzazione, op. cit., p. 117. l.l S. Giedion: t:era della meccaniwzione, op. cit., p. 118.

141
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horas y que se produzca más[ ... ]. Las máquinas son la salvación del El caso debe analizarse en contexto. Aunque sea cierta la proverbial
industrial americano". 34 resistencia de Ford a los cambios dictados por la moda, su modelo T,
El consumo, como siempre, ratifica de manera concreta el éxito de una apodado Tin Lizzie (Lizzie de lata), en los años de su producción -<le
producción. De 1908 a 1927 se venden 15 millones de ejemplares del mo- 1908 a 1926- pasó por numerosas y notables modificaciones a fin de
delo T, que cuesta inicialmente 850 dólares para abaratarse, rápidamen- resistir el paso del tiempo. No estaba, pues, tan alejado de su rival, el
te gracias a los procesos productivos y comerciales, hasta los 260 dólares. Chevrolet, aunque éste le acabara enterrando. Por tanto, el cambio en
El éxito también estaba asegurado por la extrema facilidad de manejo del la producción de Ford no se debe á una gran diferencia morfolÓgica
1
cocbe y por su adaptabilidad a cualquier tipo de carretera, las cuales tam- -<:omo la que puede apreciarse hoy dia entre el último "Escarabajo" de
bién fueron impulsadas por los negros utilitarios de Ford, al demandar la Volkswagen y los demás productos de la firma-, sino más bien a un
creación de una red nacional de autovías. Además, la introducción de sis- cambio de política productivo-comercial mucho más significativo y
temas de fabricación cada vez más automatizados contribuyó a la pros- sintomático.
peridad de toda la industria automovilística y a elevar la renta del país. Como escribe Maldonado, "cualquiera que observe el desarrollo
Es precisamente el factor "consumo" el que nos permite abordar de la producción capitalista a partir de 1930, podrá constatar que
uno de los aspectos más problemáticos del caso Ford: el paso del mode- el fordismo no fue una carta ganadora, sino quizá lo contrario.
lo T al modelo A, cuyas implicaciones van mucho más allá de una mera ¿Dónde ha ido a parar, por ejemplo, la filosofía fordiana del produc-
innovación estético-productiva. to, es decir, la idea del producto esmerado y construido de tal modo
Según Pulas, "quizá ningún otro episodio ha mostrado mejor el rol que 'nadie se vea obligado a cambiarlo'? ¿Qué ha sido de su recha-
determinante que tuvo el aspecto formal en la producción automovilís- zo a la caducidad anual de los modelos? ¿Y la importancia atribuida
tica, como la lucha hasta el último dólar entre la Ford Motor Company a los factores técnico-económicos, técnico-constructivos, técnico-
y la General Motors a mediados de los años veinte. El modelo T de productivos? ¿Y su defensa de la utilidad y funcionalidad frente al
Henry Ford [... ]ya había entrado en la historia del estilo. Conducido decorativismo invasor? ¿Y su sueño de un modelo universal?" .36 Las
por millones de automovilistas, era tan ensalzado como medio de trans- razones de estos cambios son muchas y las reSpuestas que aporta el
porte por excelencia como criticado por su apariencia anticuada. Henry mismo autor a estos interrogantes son a su vez cuestionables. Una
Ford no consideraba siquiera la cuestión, autocrático e inflexible en su interpretación de la crisis del fordismo la sugiere Maldonado al sos-
rechazo a cualquier recomendación sobre la modernización estilística tener que el productivismo de Ford contribuyó a la prosperidad de
de su producto. Le bastaba el hecho de que su doméstico cochecito ven- los años veinte, pero que esa misma prosperidad acabó por volverse
diese más de un millón de unidades al año, mientras su rival más próxi- en su contra. En otras palabras, entre un público que se ha enrique-
mo, el Chevrolet de General Motors, vendía sólo una tercera parte. cido (algo que coincide extrañamente con la gran crisis económica de
Sin embargo, en 1923 Alfred P. Sloan se convirtió en presidente de 1929), los valores propuestos por Ford se ven superados por otros ten-
General Motors y se propuso alcanzar la cifra de ventas de Ford. En dentes a la novedad y la variedad de los productos: "Una cosa es cier-
1926, General Motors dio un gran paso adelante en la línea estilística ta: mientras que antes de la crisis la industria americana, en el sector
del automóvil, presentando un nuevo, vistoso y coloreado Chevrolet, automovilístico y en el de los electrodomésticos, se orienta funda-
en competencia directa con el modelo T. Aquel año, Chevrolet vendió mentalmente hacia una política de pocos modelos de larga duración,
más que Ford. Henry comprendió el mensaje y retiró el modelo T. Un después de la crisis lo hace hacia una política de muchos modelos de
año después, introdujo en el mercado el modelo A, más elegante, inau- corta duración[ ... ] [en cuanto a la venta, se pasó] de una estrategia que
gurando una nueva táctica de venta consistente en cambiar cada año de apostaba por la reducción del precio a la que se basaba en la promo-
modelo y en la búsqueda de un estilo específico" 35 ción del producto". 37
36 T. Ma!donado: Disegno industriale, op. cit., p. 46.
H T. A. Edison, en el New York Times delll de enero de 1914.
3'
>S A. J. Pulos: American Design Ethic, op. cit., p. 324. lbid., pp. 47-48.

Ali"mania-EF.{H/. 1900-1919 147


150. Ford, modelo T {Tin Lizzy), 1913. 152. Ford, modelo Ten un diseño de Agostino de Rosa.
151. Modelo T, versión deportiva, 1914. 153. Ford, modelo A, 1927.

149
Aun compartiendo la aseveración de Maldonado, no querríamos
ver en Ford al perdedor de un sistema económico-productivo del que
fue promotor indiscutible. Su éxito empresarial también se manifiesta
en las numerosas actividades adicionales en que se involucró: fábricas
de tractores y de neumáticos (1937), producción de mercurio y magne-
sio (1939), de mota"resde aviación (1940) y, durante la última guerra
mundial, de todoterrenos, de carros de combate, de aeroplanos, ade-
más de un gran proyecto de desarrolló urbanístico-territorial, en la
zona de Muscle Shoals cercanaal río Tennessee, que hacia 1920 fue
centro de un gran interés político-económico. Dicho esto, cabe consi-
derar el cambio en la línea de su empresa a mitad de los años veinte,
como propio de la lógica industrial americana. De hecho, el episodio
de la competencia con los modelos de General Motors debe verse
como un mero eslabón evolutivo en la filosofía del productivismo. i
Respecto al movimiento del diseño europeo, el Werkbund en par- 1

ticular, Ford está decididamente orientado a dejar a un lado el compo- i


nente "estético" como valor secundario, vinculándolo a la técnica, la
1
función y la estabilidad también formal del producto industrial. De
este modo, logra, superado quizá por muy pocos productores, el obje-
tivo de popularizar incluso bienes de naturaleza compleja y de alto
coste como el automóvil. Posteriormente, cuando ya se ha creado un
amplio espectro de consumidores, la competencia ya no se basa en el
bajo precio y el propio automóvil se ha convertido en un bien al alcan-
ce de casi todos, Ford será el primero (o el segundo, después de
General Motors) en comprender que la competencia se basaba en
"otra cosa": la demanda del consumidor, la exigencia de novedad y
posibilidad de elección, las propias aportaciones del diseño industrial
naciente que, como veremos, trascendieron las meras cuestiones cos-
méticas del tan despreciado styling.

La Wiener Werkstiitte

El mayor acontecimiento austriaco de la historia del diseño no debería,


como tal, formar parte de un capítulo dedicado a Alemania y a sus
relaciones con Estados Unidos, ni siquiera, ateniéndonos a una cierta
ortodoxia, considerarse pertinente en el desarrollo del propio diseño.
Pero aunque la firma Wiener Werkstiitte sea uno de los fenómeno más
característicos del gusto y la cultura austriacas, en realidad presenta
tantas conexiones con lo sucedido en aquellos años en Alemania -bas- 154. Taller de encuadernación de la Wiener Werksiirre, 1903.

&!~n-...,n1-._J:J: Tlll 1Q{l()_1CrJQ !ji


te pensar en su relación con el Werkbund alemán- y ejerce una influen- todo el programa de la Wiener Werkstiitte, redactado por Hoffmann y
cia tal sobre el desarrollo americano posterior a los años treinta, que su Moser en 1905, y considerado el proyecto "general" de la empresa. En
revisión en este capítulo es del todo legítima. Hay que despejar las él se lee, entre otras cosas: ·
dudas sobre la pertenencia de la Wiener Werkst:iitte al campo del dise- "El inmenso daño causado, por un lado, por la deteríoración de la
ño, provenientes de su producción de cariz artesanal y no serial. La producción en masa y, por el otro, por la imitación servil de los esti-
contribución de la famosa firma vienesa al tema que estudiamos es los del pasado asuela el mundo como una gigantesca riada[ ... ]. La
tan importante que, incluso cuandoplantea incongruencias, resulta ilí' mano ha sido sustituida por la máquina, el artesano por el comer-
cito excluirla del ámbito del diseño, aunque éllo significara modificar ciante. Sería una locura querer nadar a contracorriente. A pesar de
la definición del mismo. Es más, esta asociación es la confirmación más ello, hemos fundado nuestro taller[ ... ]. Queremos establecer una rela-
ilustre de que la experiencia del diseño puede darse igualmente en la ción estrecha entre el público, el proyectista y el artesano, y producir
elaboración artesanal y no necesariamente en serie. objetos de uso doméstico, sencillos y de calidad. Nuestro punto de
Aunque la actividad de la Wiener Werkstatte no responda a la defi- partida es el uso del objeto, la primera condición es la funcionalidad,
nición corriente de diseño industrial (de cuya fragilidad llevamos nuestra fuerza consistirá en la armonía de las proporciones y en la
hablando desde la introducción), refleja, no obstante, los cuatro esta- excelente calidad de fabricación. Cuando se dé el caso, intentaremos
dios de su fenomenología. añadir ornamentos, aunque sin forzarlos y no a cualquier precio [... ].
El factor "proyecto" de esta empresa cooperativa, fundada en 1903 Es necesario volver a reconocer y apreciar el valor del trabajo artístico
por el arquitecto Joseph Hoffmann (1870-1956), el pintor Koloman y de las ideas. El trabajo del artesano deberá ser valorado en igual
Moser (1868-1918) y el banquero Fritz Waerndorfer, recoge en el plano medida que el del pintor y el escultor. No nos preocupa la competen-
formal los resultados del Atts and Crafts, del Liberty inglés y, en particu- cia de la producción barata que va en perjuicio sobre todo de los tra-
lru; de la obra deMackintosh (de ahí el epíteto de Quadratl-Hoffmann), bajadores, y creemos que nuestro más alto deber es el de devolverles la
del Att Nouveau internacional, del Jugendstil, de la Secesión vienesa y alegría por el trabajo y una existencia digna de un hombre. Todo esto
también de restos Biedermeier y hasta de influencias del Heimatkunst sólo puede conseguirse gradualmente[ ... ]. Los sucedáneos que supo-
con influjos de la tradición local, magia~ bohemia y eslava. Aunque éstos nen las imitaciones de estilos del pasado sólo pueden satisfacer a los
sean los precedentes lingüísticos, la Wiener Werkstiitte aplaca su influjo, advenedizos. El burgués de hoy, como el obrero, debe poseer la orgu-
al tiempo que reelabora un nuevo clasicismo y aporta la mayor contribu- llosa conciencia de los valores propios y no debe tender a la emulación
ción al nacimiento del protorracionalismo, del que descienden el Art de otras clases sociales, cuya misión cultural ya se ha cumplido y que
Déco, el "estilo Novecento" e incluso las formas de los estilistas ameri- conservan por derecho propio el recuerdo de un espléndido pasado
canos que trabajan en los años treinta y cuarenta. artístico. Nuestra burguesía aún está lejos de haber cumplido su
Pero más allá de los aspectos lingüísticos de la Wiener Werkstiitte y, misión artística. Ahora le toca consumar esta evolución [... ].
más en general, del Wienerstil--<¡uizá la manifestación más rica y com- Finalmente, permítannos subrayar que también nosotros somos cons-
pleja de toda la historia del gusto figurativo contemporáneo-, el pro- cientes de que en determinadas circunstancias se pueden produci~ con
yecto de la cooperativa austriaca interesa por muchos otros factores. ayuda de las máquinas, productos en serie dignos, a precios asequi-
En orden cronológico, hay que señalar primero la toma de posición de bles; a condición de que en ellos se note claramente el carácter de su
Hoffmann frente a Morris. El arquitecto austriaco fue un gran admi- fabricación singular [... J. Utilizaremos todas nuestras fuerzas para salir
rador de aquél, aun declarando en nombre de su grupo que los proble- adelante, pero sólo podremos avanzar con la ayuda de todos los ami-
mas de la sociedad los "debían resolver los políticos" y no concernían gos. No podemos construir castillos en el aire. Tenemos los pies en el
a los artistas. 38 Es el acento moderado, burgués y realista que aflora en suelo y esperamos encargos" .39

38
Véase O. D. Egbcrt: Arte e sinistra ín Europa, dillla Rivoluúone francese a/1968. Milán.- 39
Cit. en W. J. Schweiger: Wiener Werkstiitte. Arte e artigianato a Vienna, 1903-1932. Milán:
Feltrinel!i, 1975, p. 612. Edizioni di Comunici, 1983, pp. 42-43.

f<2. I5J
Este Arbeitsprogramm se refiere, en lo material, a las primeras
manufacturas realizadas en la joven empresa: orfebrería, encuader-
nación, carpintería (extraña comunión debida evidentemente a los
primeros artesanos disponibles para colaborar). Con todo, sus princi-
pios fueron seguidos incluso cuando se incorporaron a la empresa,
además de los mayores artistas vieneses de Klimt a Kokoscka -uno
como "interno" el otro como indepencliente-, los propios alumnos de la
Kunstgewerbeschule, donde enseñaban Hoffmann y Moser. Junto a los
grandes sectores productivos también se incorporaron todos los ámbi-
tos de trabajo vinculados con una elaboración de gusto y de fantasía:
de la decoración a la moda, de los tejidos al grafismo, de la mantele-
ría a las postales ilustradas.
Lo que aglutinaba tantas energías creativas y tan distintos sectores
productivos era la idea del Gesamtkunstwerk, la obra de arte total, en
la acepción más amplia del término, que implica justamente las expe-
riencias de diversos artistas con la más vasta tipología de objetos,
todos afines a un único estilo. Es significativo que esto fuera aprecia-
do por Hermann Muthesius quien, con ocasión de una exposición
que tuvo lugar en Viena en 1908, escribe: "El espíritu de la Wiener
Werkstatte está presente por doquier en la Kunstschau de Viena. En
todas las salas encontramos el mismo lenguaje formal, la misma sensi-
bilidad cromática, la misma elegancia. A primera vista parece que toda
la exposición sea obra de Hoffmann y Mose~ pero después descubri-
mos que, si bien existe una contribución notable de ambos artistas, la
mayor parte de lo expuesto se debe a un ejército de jóvenes salidos de
la escuela de Hoffmann. Uno percibe atónito que ya se ha formado
una traclición local: está delante de nosotros como algo acabado; una
vez más resulta evidente que también los cambios de estilo de una épo-
ca, al fin y al cabo, surgen de personalidades individuales y que la J.- ,......._-.-:¡_,..;!_;
1"'-'-:.l- ;-r
propia época, en el conjunto general de la cultura, no es otra cosa que ~)~¡-.:.-
su trasfondo. Este arte moderno vienés es probablemente el más unita-
rio y completo que nuestro tiempo haya sabido producir hasta hoy". 40
En efecto, dos características emergen del "proyecto" de la coope- ·r<'F.-
f.f,.-.r.) / ;'.-;.r._
rativa austriaca: la primera se refiere a un acento programático más rea-
lista, en comparación con otras iniciativas coetáneas, de la Colonia de
Darmstadt al mismo Werkbund; la segunda es esta unidad de estilo que,
en cierto sentido, la compensa de su carácter fragmentario en tantos
155. (sup. izda.). J. Hoffmann, silla para el sanatorio de Purkersdorf (1905).
~oH. Muchesius: "Die Architektur auf den Austellung im Darmstadr, München und Wien", 156. (sup. dcha.). J. Hoffmann, sil!a para el cabaret Fledermaus (1905).
en Kunst und Künstler, Berlín, septiembre 1908. 157. (inferior).j. Hoffmann, proyecto para botella y vasos {1912).

rs4 A!emania-EE.UU. 1900-1929 I\1


otros aspectos: la obra del artesano individual, la unicidad de cual- de la empresa, activa de 1903 a 1932, aun pasando por momentos eco-
quier objeto producido, además de la exclusividad de muchas manufac- nómicos difíciles. Ya en sus primeros actos oficiales se manifiesta el
turas, de la joya al mueble, construidas para un cliente particular. La carácter "industrial" de la empresa. El párrafo 3 del estatuto de la coo-
capacidad de conciliar una unidad estilística tan fuerte-que, como vere- perativa declara que su "objetivo es la promoción de los intereses eco-
mos, es llevada al paroxismo- con la realidad del objeto "exclusivo", es nómicos de sus miembros por medio de la preparación y formación
otro punto central del componente proyecto de la Wiener Werkstiitte. de los mismos en el campo del artesanado artístico, por medio de la
Como se ha dicho, "el sello de este arquitecto (Hoffmann), incansable producción de objetos de todos los géneros artesanales según los pro-
experimentador de formas, parece ser la variatio permanente, la desvia- yectos artísticos llevados a cabo por los miembros de la cooperativa,
ción infinitesimal: la variedad ilimitada que, sin embargo, no elimina el por medio de la apertura de talleres y, en definitiva, por medio de la
sentido de la repetición y de la continuidad que constituyen la esencia venta de las mercancías producidas" .43 El párrafo 5 del mismo docu-
económica de la empresa. La obra de Hoffmann resulta así, con una mento dice: "Joseph Hoffmann y Koloman Mose~ profesores regio-
mirada sincrónica, siempre idéntica y siempre distinta a sí misma. A imperiales de la Kunstgewerbeschule de Viena, quedan registrados
partir de una misma forma, por ejemplo, es capaz de producir constela- como directores y Friedrich Waerndorfer, industrial vienés, como
ciones que giran en torno a la matriz, una familia de réplicas que no administrado~ todos con derecho a firma a efectos estatutarios"."
pertenecen necesariamente a series homogéneas de objetos. De hecho, Los talleres -inicialmente, como hemos señalado, de orfebrería, de
bajo esta perspectiva, puede suceder que las arquitecturas potencien elaboración de metales, de encuadernación, de carpintería, además
sobremanera los objetos y, viceversa, que un mueble, una caja, un cofre del estudio de arquitectura de Hoffmann- mostraron enseguida un
sean arquitecturas en miniatura".41 gran interés por el orden, la higiene y el gusto de los propios espacios:
Por otra parte, la obra de arte total, la Gesamtkunstwerk, co- cada uno estaba pintado de un color, que aparecía también en los
bra, como ya señalamos, tintes exagerados. Los críticos de entonces impresos (registros, resguardos de pedidos y entregas) relativos a cada
subrayaban el hecho de que una persona desaliñada pudiera desvir- cual. Esta organización ejemplar y el espíritu de la producción son
tuar el orden impecable de los interiores acondicionados por la reivindicados en el primer artículo dedicado a la joven empresa, firma-
Wiener Werkstarte, o que para vivir en ellos se precisara manual de do por el crítico J. A. Lux y que apareció en la revista Deutsche Kunst
instrucciones, o incluso que este tipo de vivienda, "artística" a la par und Dekoration: "Sin aspavientos[ ... ] se ha creado en Viena una
que molesta, requería la constante presencia de una dirección aten- empresa de artesanado artístico de gran estilo. En medio del estruendo
ta. En suma, el único elemento todavía sin configurar en esta obra de las fábricas se desarrolla, más silencioso y creativo, el trabajo
de arte total era el hombre. Y visto que, como señalaba sin ironía K. E. manual del artesano. Es cierto que tampoco faltan las máquinas en la
Osthaus -cuya mujer vestía diseños de van de Velde-, "ay de la dama Wiener Werkstiitte, y que está perfectamente equipada con todas las
que osase entrar en una de esas estancias sin armonizar perfectamente técnicas que pueden ser útiles a la empresa; pero aquí la máquina no es
con ella desde el punto de vista arrístico",42 en 1910 la Wiener Werk- dominante ni tirana, sino más bien ayudante y sierva obsequiosa. No
stiitte abrió también su propia sección de moda, dirigida primero es ella quien determina la fisonomía de los productos, sino el espíritu
por el arquitecto Eduard Wimmer y después por el más famoso Dago- de sus creadores y la precisión de las manos ejercitadas en el arte. Es
bert Peche. mejor trabajar diez días en un objeto que producir diez objetos al día:
Respecto a la "producción", en la cooperativa vienesa asumió esta es la significativa regla fundamental de la Wiener Werkstiite, que
mayor relieve del que tenía en las organizaciones inglesas y alemanas debe enseñarse a todos los obreros para obtener una prestación cada
similares, como demuestran las pautas del programa y la longevidad vez mejor. Como consecuencia, cada objeto evidencia el máximo nivel
de capacidad técnica y artística, y su valor artístico radica precisa-
41
A. D'Auria: "![fantasma del nuovo, Hoffmann dall897 al1910", en D. Baroni, A. D'Auria:
43
fose{ Hoffmann e la Wiener Werkstiitte. Milán: Electa Editrice, 1981, pp. 77-78. lbid., p. 26.
42
Cit. en W. J. Schweiger: Wiener Werkstiitte, op. cit., p. 90. 4-1 lbid.

Alem:wi<~-FF.liiJ 1900-19?9 117


mente donde raramente suele encontrarse y donde en realidad se ten- jaban en estos nuevos talleres, aunque podían experimentar sobre sus
dría que buscar: no exclusivamente en la parte decorativa externa, en investigaciones aprovechando libremente los espacios, la maquinaria y
oropeles formales, sino en su contenido conceptual y en la seriedad y los materiales puestos a su disposición por la empresa -madre, estaban
cuidado del trabajo manual. Cada objeto lleva la impronta de ambos, obligados a ceder en exclusiva los productos escogidos por Hoffmann
y no lo diseña únicamente el artista-proyectista, sino también su eje- y no recibirían hasta 1922 ningún tipo de compensación fija. En otras
cutor, el artesano, el obrero, que lo ha fabricado. Esto es un signo más palabras, con la nueva iniciativa se pretendía utilizar al mismo tiempo
de la sabiduría político-social de los fundadores". 45 las fuerzas artísticas independientes de la escuela estatal, formar una
El fragmento dice mucho acerca del aspecto productivo inicial de la especie de escuela privada y crear una súerte de centro de estudio, del
empresa, pero debe completarse con otras consideraciones. La firma que se aprovechaba y pagaba sólo aquello que gustaba. Al decir esto,
vienesa, a pesar de su indudable inspiración en los modelos ingleses (el no se pretende desmitificar otro de los bastiones del Movimiento
Century Guild, el Art Workers Guild, el Guild & School of Handicrafts, Moderno, ni rebajar el énfasis con que la prensa de la época elogiaba
etc.) y también en los modelos alemanes respecto a la organización pro- las diversas actividades de la empresa, sino mostrar cómo ésta, a pesar
ductiva, (la Deutsche Kunstgewerbe Verein, la Vereinigsten Werkstiitten de la retórica sobre ética artesanal, se valía de todos los medios a su
für Kunst im Handewerk, etc.), se diferenció claramente de ellos. En alcance y estaba totalmente integrada en la lógica propia de la mayor
relación a los modelos ingleses abandonó del todo aquel espíritu de parte de las empresas industriales.
gremio medieval portador de una especie de misticismo, para presen- El componente "venta" de la Wiener Werkstiitte tiene también un
tarse como experiencia completamente "mundana", en el doble senti- sello puramente industrial, e incluso estaba a la vanguardia en este sen-
do del laicismo de sus propósitos y del carácter elitista de su clientela. tido. Como uno de los fenómenos más vistosos de aquellos años de la
En relación a los precedentes alemanes, en los que los valores artístico- finis Austriae, excepcionalmente ricos en todos los sentidos, la firma se
industriales estaban fuertemente integrados a la organización didácti- aprovechó de todos los medios publicitarios, promocionales y divulga-
ca, a aquellas escuelas de artes aplicadas de estructura casi militar, la tivos que permitía la época. Así, si se considera el hecho de que el
Wiener Werkstiitte mantiene netamente separada la Kunstgewerbeschule gran talento de Koloman Moser era el grafismo, se comprende que las
de los intereses artístico-comerciales privados de la propia empresa. etiquetas, los impresos, los carteles publicitarios, las exposiciones, etc.,
Dicho de otro modo, una cosa es la actividad de los profesores regio- ilustraran y recomendaran la firma vienesa mejor que cualquier otro
imperiales Hoffmann y Moser, y otra su labor como artistas-empresa- producto; hasta el punto de que una factura comercial suya era quizá
rios; de hecho, entre las numerosas causas que llevaron a Moser a más "bella" que un interior completo de Hoffmann. Acogida y segui-
dejar la sociedad en 1907 estuvo también la dificultad de compaginar da con consenso unánime por la crítica y la prensa de la época (tanto
ambas funciones. que incluso adquiere mayor relieve el desacuerdo de unos pocos, entre
Sin duda, la experiencia de los dos "fundadores" en la Kunstgewe- los que estaba Loos), la Wiener Werkstiitte participó en casi todas las
reschule y la iniciativa de utilizar la energía de jóvenes formados allí exposiciones que se celebraron desde el año de su fundación hasta el de
fueron la base de la creación de la cooperativa, aunque dicha energía su quiebra comercial. Estuvo presenre, gracias al principio del
no se aprovechara plenamente. De los 100 obreros que la Wiener Gesamtkustwerk, en todas las muestras que abarcaran de la arquitec-
Werkstiitte tenía en 1905, sólo 37 eran Meister y artesanos con marca tura a la decoración, de cualquier sector de las artes aplicadas al teatro,
propia. En el transcurso de su azarosa existencia, los principales del grafismo a la moda; el principio de "reorganización de todo lo visi-
creadores no provendrán de la schule vienesa, sino que serán arqui- ble" que Behrens sintetizó en el ámbito de AEG, fue extendido por la
tectos, artistas y artesanos independientes. Como confirmación de cooperativa vienesa a casi todos los aspectos de la vida cotidiana.
esta orientación de la empresa está la fundación en 1912 de la Aparte de las sedes en Viena, la Wiener Werkstiitte tuvo filiales y
Kunstlerwerkstiirten, anhelada por Hoffmann. Los artistas que traba- puntos de venta en Zurich, Marienbad, Breslau, Lucerna, Trieste,
Berlín y Nueva York. Esta úlrima fue dirigida por Joseph Urban, arqui-
45 J. A. Lux: en Deutsche Kunst und Dekoration, vol. 15, n° 1, octubre 1904. tecto de Ziegfield y proyectista de algunos rascacielos Art Déco, uno de

I\9
tantos intermediarios entre el Protorracionalismo austriaco y el gusto
franco-americano Art Déco que, como veremos, incidirá en el styling
estadounidense de los años treinta y cuarenta.
En cuanto al fenómeno "venta", resulta significativo por manifestar-
se en un doble sentido. Desde sus principios fundacionales, Moser insis-
tía en la idea de trabajar únicamente bajo pedido, como suele darse
entre profesionales liberales y en un taller artesano. Esta línea toma
cuerpo en los distintos trabajos de Hoffmann, en las villas de la Hohe
Warte, el sanatorio de Purkersdorf, el "fabuloso" palacio Stoclet, etc.,
donde el proyecto de arquitectura y el de interiorismo se realizan con
productos construidos en los talleres de la Wiener Werkstatte, y emple-
ando a equipos enteros de ebanistas, marmolistas, expertos en mosai-
cos, talladores, tapiceros, etc. Además, en cada uno de estos proyectos
arquitectónicos, los elementos de decoración, creados expresamente,
constituyen otros tantos prototipos para una virtual producción en
serie. La segunda línea es la que, mediante la muestra de los productos
en las exposiciones, en las tiendas, en los catálogos de la empresa, se
lanzaba a la más compleja aventura de la venta basada en el binomio
oferta-demanda. Es en este segundo campo donde se pone de manifies-
to la dispar fortuna de la empresa, la sucesión de varios financiadores
y administradores, la anticipación o seguimiento del gusto del público;
en definitiva, una línea comercial discontinua que condujo a la quiebra
de la empresa, debidamente recogida en las crónicas del momento y que
ha sido objeto de los más perspicaces comentarios.
Entre los muchos que merecen nuestra atención, el primero es del
propio Moser, que dimite alegando precisamente su desacuerdo con
la política comercial de la firma. "A mi juicio", escribe, "la actividad se
estaba diversificando demasiado y dependía demasiado del gusto de los
clientes, tanto más en cuanto que el público, en la mayor parte de los
casos, no sabía muy bien lo que quería. Estas peticiones imposibles de
los clientes y otras diferencias de opinión me han[ ... ] llevado a dejar la
Wiener Werkstatte" 46
Las preguntas sobre el gusto de este público y la identidad de sus
miembros nos llevan al último parámetro de nuestro esquema de inda-
gación, al componente "consumo" que, como ya hemos señalado, sue-
le ser el indicador del éxito de una producción industrial.
El hecho de que los productos de la Wiener Werkstatte no llegasen
nunca al gran público invalida la comparación de la empresa de

158. Reproducción de una facrura de la Wiener Werkstátte, 1909. ~6 K. Moser: Mein Werdegang; cit. en W. J. Schweiger: Wiener Werkstiitte, op. cit., p. 69.

I6I
Alemania-EF.J 111. 1900-1929
Hoffmann ccinla de Morris. De hecho, mientras la vocación socialista
de este último casi le impedía considerar que un buen trabajo artesano
no pudiera estar al alcance de todos los bolsillos, el sentido práctico del
maestro vienés le hacía plenamente consciente de ello; incluso le indu-
cía a producir objetos voluntariamente costosos para un público acau-
dalado. En el Arbeitsprogramm, escribe: "Desgraciadamente, nuestra
época se ha acostumbrado a productos tan decadentes que un mueble
de discreta factura nos parece demasiado costoso. Debemos recordar
al respecto que la decoración entera de una casa de dimensiones con-
siderables cuesta, por ejemplo, lo que vale construir un coche-cama. Se
entiende, por ello, la imposibilidad de trabajar sobre bases sólidas.
Mientras que hace sólo cien años por una salita cualquiera de una
casa se gastaban cientos de miles de florines de entonces, hoy se
tiende a acusar al arte moderno de ser poco elegante y sin valor,
cuando podría lograr resultados inimaginables si obtuviera los encar-
gos necesarios". 47
Volviendo a las preguntas que dejamos en suspenso, podemos
hacernos una idea de quienes eran los consumidores de los objetos de
la Wiener Werkstatte por los nombres de sus clientes más famosos.
Además del bien conocido Adolphe Stoclet, fueron clientes y financia-
dores de la empresa los Waerndorfe~ los Primavesi, los Grohmann; tam-
bién figuran los Wittgenstein, los Rothschild de Nueva York y muchas
otras familias de magnates de la industria. El elenco incluye museos,
estudios de decoración austriacos y alemanes, arquitectos particulares,
grandes almacenes de varias ciudades, de París a Los Angeles, y, ade-
más, personajes distinguidos como Arthur Schnitzler, Ida Roland,
Eleonora Duse, Alma Mahler y otras conocidas señoras inmortalizadas
en los retratos de Gustav Klimt.
Es bien sabido que el éxito de la Wiener Werkstatte se debió a la bur-
guesía, pues burgueses fueron sus artistas, sus socios y sus clientes; un
hecho, por lo demás, obvio dado el lujo de los productos, su exclusivi-
dad y su elevado precio. Pero la palabra "burgués" no denota sólo un
estrato social, sino también una actitud cultural y de gusto, generalmen·
te conformista y filistea. Entre los méritos de Hoffmann y de Moser, y
posteriormente de Peche y del resto de protagonistas de la Wiener
Werkstiitte, está precisamente el de haberse orientado hacía la buena
situación económica de la burguesía del momento, elevando sus prefe-
rencias culturales y de gusto. Les facilitó la tarea el hecho de que en la

47
Cir. en W. J. Schweiger: Wiener Werksúitte, op. cit., p. 43. 159. C. O. Czeschka, collar y aguja, 1905.

r62 Alemania-EE.UU. l900-l929 r63


decadente Viena existía un cierto grado de homogeneidad entre las
,\'
personas cultas, fueran intelectuales o burguesas, al contrario de lo
que pasaba en los mismos años en otras ciudades, donde entre los
intelectuales radicales y los burgueses filisteos había una gran tensión,
que contribuyó en gran medida al nacimiento de las vanguardias. Es
emblemática de este "compromiso", de esta consonancia entre pro-
ductores y consumidores, la "reducción" practicada en el mueble en
sus líneas esenciales. Como se ha apuntado con justicia, "el mueble
simple de buen diseño -lo podemos decir retrospectivamente'- no va
destinado de entrada a la Arbeitwohnung, al hogar del proletariado,
ni está mucho menos vinculado, como estilo, a la identidad de las §
clases menos pudientes que, como sabemos, suelen sentirse atraídas
por las imitaciones y los sucedáneos de estilos ajenos. No obstante, en
la década de 1890 a 1900 -los años en que el fantasma del socialis-
mo recorre Europa con más presión que nunca-, el interiorismo pobre
existe, ciertamente no como destino real, sino como imagen previa-
mente interiorizada en la más avanzada producción burguesa, que
neutraliza de este modo, podríamos decir, toda ostentación culpa-
ble" .48 La Wiener Werkstiitte extiende durante más de treinta años los
valores contenidos en este ejemplo emblemático: se permite y permi-
te a su público de clientes la ornamentación de aquel mueble inicial-
mente "pobre", pero su estructura simplificada permanece como la § § § 8o
base del diseño moderno y será el símbolo de aquel Protorracio-
nalismo del que derivan los movimientos posteriores. Desde esta óptica,
las polémicas loosianas se redimensionan y la distancia entre la Wiener
Werkstiitte y la Bauhaus, como Adorno ya señaló por otros motivos, no § §
resulta tan insalvable.
Como conclusión, podemos decir que la empresa vienesa realiza el
sueño de la elaboración manual inglesa, extendiéndolo a la esfera
social más apropiada para acogerlo y, amparándose en el ideal de la
obra de arte total-que también se puede interpretar como la más
moderna exigencia de una metodología unitaria-, predispone el pro-
yecto, la producción, la venta y el consumo que serán los propios,
mutatis mutandis, del diseño racionalista, con todas sus adquisiciones
y renuncias respecto al modelo de la Wiener Werkstiitte. Un modelo "
que, tras la crisis de la ideología racionalista, vuelve a encontrarse hoy §
en numerosos ámbitos.

4
s A. D'Auria: "Il fantasma del nuovo"', op. cit., p. 76. 160. j. Hoffmann, cubiertos de plata, 1904.

Alemania-EE.{fll. 1900-1979 165


~"';--··

Bauhaus

La gran cantidad de literatura sobre la célebre escuela fundada por


Gropius, y que duró exactamente lo mismo que la República de
Weimar (1913-1933), parece haber escudriñado hasta el menor detalle
de esta institución y haber tratado todos los temas desde todos los
enfoques posibles, del hagiográfico al filológico desmitificador. Aunque
conscientes de la enrarecida coyuntura socio-política -la Bauhaus
sólo se comprende en el contexto de la Alemania de entreguerras, de
ahí su discontinuidad con acontecimientos como el Werkbund, el
Protorracionalismo, la Sachlichkeit, etc.-, de las tendencias artísticas
y de los distintos campos de interés de la escuela (la arquitectura, el
teatro, la escultura y la pintura decorativa), aquí pretendemos centrar-
nos en los aspectos que atañen estrictamente al diseño. Concretamente,
trataremos la cuestión del diseño en la Bauhaus desde nuestros cuatro
parámetros.
No debe sorprender que una institución didáctica sea juzgada des-
de la misma perspectiva con la que estudiamos una empresa industrial
o una organización productivo-comercial, pues en las propias inten-
ciones pedagógicas de la Bauhaus estaban presentes tales componen-
tes. En otras palabras, aunque sea posible la distinción entre la acti-
vidad didáctica de la Bauhaus -la de la auténtica escuela, que aquí
omitiremos-, y la productiva -a la que dedicaremos las páginas que
siguen-, cabe recordar que la acción productiva surge de la propia
o o o orientación didáctica, siendo ambas el legado de una tradición más
antigua. Maldonado indica numerosos precedentes: "Entre 1900 y
1910 nace el movimiento de la Arbeitschule (escuela del trabajo),
que retoma algunas ideas típicas de la Kunsterziehungbewegung
(movimiento de la educación artística), como por ejemplo el anti-inte-
lectualismo, llevándolas a sus últimas consecuencias. Según la
Arbeitschule, se aprende haciendo, no leyendo; de ahí el famoso eslo-
gan 'Arbeitschule gegen Buchschule' (la escuela del trabajo contra la
escuela de los libros)( ... ]. Educación por medio del arte, la acción, el
trabajo. Estas son las constantes que pueden extraerse del pensamien-
b
to pedagógico de los maestros de la Bauhaus. Sirven para testimoniar
que [... ]la contribución de la Bauhaus no nació ex nihilo, sino que
tiene raíces evidentes en el pensamiento pedagógico que se desarrolló
entre finales del siglo XIX y los primeros años del xx. Se reconoce, por
161. J. Hoffmann, mecedora (producción Kolu, 1905). ejemplo, la influencia del 'movimiento de formación artística' fundado
162. J. Hoffmann, diseño de [a buraca con respaldo redinable (producción Ko!u, 1908). por Marées y Hildebrand, la del 'movimiento de la escuela activa' de
Kerschensteiner, la del 'activismo' de Maria Montessori y la del 'pro-
gresivismo' de Dewey" ,49
Varios documentcis atestiguan la transferencia de esta pedagogía al
productivismo. En unas notas de Gropius de 1921 se lee: "En mi pro-
grama, la cuestión del trabajo por encargo está tratada con toda clari-
dad. La Bauhans, en su forma actual, se sostiene o cae [la cursiva es
nuestra] dependiendo de si aceptamos o rechazamos la necesidad de
admitir trabajos por encargo. A mi juicio, sería un error que la Bauhaus
no se midiera con el mundo real y se considerase a sí misma como una
entidad aislada. Este es el error de los institutos de arte tradicionales,
°
que alimentan parásitos del Estado" .5 Como se ve, y como atestiguan
otros documentos, el hecho de asociar la didáctica a la producción
responde a una orientación pedagógica, pero también a la exigencia
de complementar la aportación económica relativamente modesta que
la administración pública daba a la escuela, tanto en Weimar como en
Dessau, con los ingresos que recababa cediendo modelos o colaboran-
do con la industria privada. Por otro lado, si la orientación pedagógi-
ca consistía en "aprender haciendo", era inevitable que el cúmulo de
productos de ese "hacer" hallara una salida al exterior, mediante su
producción y venta.
Con lo dicho-( se citarán más adelante otros testimonios acerca del
productivismo de la Bauhaus), tenemos suficiente para iniciar el aná-
lisis de todo lo relativo al campo del diseño desarrollado en los talle-
res de la escuela, según los parámetros "proyecto, producción, venta

¡ y consumo".
Más allá de todas las pretensiones técnicas y prácticas (muchas
1 veces con resultados modes"tos y decepcionantes), el "proyecto" se
1 revela como el aspecto más significativo de toda la institución, cuyo
mayor valor resta en cualquier caso en los aspectos de orden creativo,
ideológico y cultural.
Aunque en todos los talleres la presencia directiva de un artista
siempre fuera complementada por la de un técnico práctico, persona-
lidades como ltten, Feininger, Marc, Muche, Klee, Kandinsky, etc.,
siempre lograban destacar, no sólo en la enseñanza y en las realizacio-
nes de escultura y pintura decorativa, o sea, en campos no clasifica-
bies en puridad como diseño, sino que su influencia más o menos

49T. Maldonado: "Arte, educazione, scienza- verso una nuova creativita progettua!e", en
Casabe/la, n"' 435, 1978.
163. G. T. Rierveld, silla azul y roja, 1918. Reedición de Cassina (foto: M. Carrieri).
164. M. Breuer, si!la con brazos, 1922. so Cit. en H. M. Wingler: Il Bauhaus, Weimar Dessau Berlino, op. c.it., p. 62.
directa también llegaba a los sectores específicos del diseño. Tanto es
así que las acciones más emblemáticas hacia la orientación producti-
va de la escuela, vinieron más tarde de la mano de profesores que se
habían formado en ella (siendo el caso de Maree! Breuer el más repre-
sentativo) y/o de personalidades "menores" educadas en la lógica de
los procesos industriales, de la fabricación en serie, de la funcionali-
dad, del bajo precio, etc.
En el periodo de Weimar, las tendencias prebélicas desempeñaron
un papel destacado en la dimensión "proyecto": el Protorracionalismo
de Behrens y el de la Wiener Werkskstiite, el Expresionismo -en el cual
militaron todos los maestros citados anteriormente, aunque con
mayor o menor implicación- y el Constructivismo ruso, especialmente
De Stijl. Estas influencias disminuyeron con el traslado de la escuela de
Weimar a Dessau.
En Weimar, los proyectos relacionados con el taller de carpintería
reflejan una gran influencia del Neoplasticismo: los muebles de
Dieckmann, de Albers, de Brendel, del propio Gropius, manifiestan
claramente su deuda con el gusto neoplástico, por no hablar de la
butaca de Breuer de 1922 que deriva directamente de los modelos de
Rietveld. Más articuladas son las fuentes de inspiración de los objetos
proyectados en el taller de metales. Las teteras, los juegos de té, las './
vasijas y demás artículos metálicos parecen remitir al gusto de Behrens, '
de Hoffmann, del Art Déco, del clasicismo novecentista, sin concesio-
nes a las disimetrías geométricas de De Stijl. No obstante, es precisa-
mente del taller de metales de donde emergen algunos de los mejores
diseñadores de la Bauhaus: Christian Del, Joseph Knau, Otto
Rittweger, Marianne Brandt, K. J. Jucker y Wilhelm Wagenfeld, inicia-
dores estos últimos de un género, el de las lámparas, destinado a tener
gran éxito. El taller de cerámica, que no tenía su sede en la escuela de
Weimar sino que estaba ubicado en el vecino castillo de Dornburg,
donde había hornos y demás instalaciones, promueve durante el pri-
mer periodo del instituto una significativa evolución proyectual. De
hecho, hasta 1922los productos cerámicos, por género y decoraciones,
siguen vinculados a modelos artesanales; progresivamente, por obra
sobre todo de Theodor Bogler y Otto Lindig, se presentan con formas
más simplificadas y son ideados claramente para responder a las exi-
gencias de una producción y un consumo en serie. El sector gráfico
puede considerarse una especie de puente entre el periodo de Weimar y
el de Dessau. De hecho, antes de 1925, aunque influenciado por el 165. Ch. Del!, juego de té, 1924.
Neoplasticismo y el Dadaísmo, se inicia por obra de Moholy-Nagy, 166. J. Knau, cetera con hormilla, 1924.

170 Alemania-F:E.lHJ. 1900-19JCJ


de Herbert Bayer y de Joost Schmidt, la búsqueda del grafismo publi- perfeccionado y maduro; no en vano se ha convertido en uno de los
citario que convertirá en fundamental la aportación de la escuela en productos más difundidos del diseño doméstico. Digamos como inciso
este campo- Además, se proyectan los 14 Bauhausbücha; cuya realiza- que, además de Breuer, también Stam y Mies estuvieron vinculados a
ción se ejecuta en Dessau entre 1925 y 1930, en gran parte a cargo de la Bauhaus, uno como profesor en el curso 1928-29 y el otro como
Laszlo Moholy-Nagy. director de 1930 a 1933.
El periodo de Dessau marca la madurez de muchas experimentacio- El taller de muebles produjo proyectos y prototipos cada vez más
nes iniciadas en Weimar y un giro decisivo en todos los sectores pro- orientados en sentido económico y serial bajo la dirección de Josef
yectuales, tanto por la afirmación de un gusto completamente nuevo, Albers (1928-29) y de Alfred Arndt (hasta 1931). En aquellos años
como por el abandono de todo acento artesanal en favo.r del industrial. se experimenta con sillas de madera curvada compuestas de varios
El taller de carpintería, dirigido de 1925 a1928 por.Marcel Breuer, materiales, en una línea de gusto ya popular por causa también de
es quizás la sección más emblemática de tales cambios. La introducción agentes externos a la Bauhaus.
del tubo de acero en la fabricación de algunos muebles, y en concreto de La investigación proyectual en el taller de metales es más constan-
algunas sillas, además de liberar al proyecto de cualquier reminiscencia te, especialmente en el estudio de las lámparas. Del primer aparato
del gusto anterior y de conferir a los productos un carácter más desta- de iluminación diseñado por K. Jucker en 1923 hasta las lámparas
cadamente serial y mecánico, revoluciona el propio trabajo de carpinte- de mesa de Jucker y Wagenfeld, pasando por los modelos creados
ría hasta el punto de que, en adelante, ya no se hablará más de taller por Marianne Brandt -lámpara de suspensión (1926), con sistema de
de carpintería sino de "fábrica de muebles"_ poleas, lámpara de noche Kandem (1927), los "globos" (1927-28), con
El objeto que mejor encarna este cambio es la butaca en tubo de brazos orientables, etc.-, hay toda una sucesión de prototipos que res-
acero niquelado, con asiento, respaldo y brazos en tela, diseñada por ponden a una línea unitaria de gusto y función. Al respecto, Wingler
Breuer en 1925. Es curioso señalar -también como indicio revelador escribe: "La forma de las cosas, de las lámparas y de los objetos de uso
del complejo funcionarrúento de la escuela- que este modelo, conver- está determinada, sin concesiones de ningún tipo, por conceptos estéti-
tido prácticamente en símbolo de la Bauhaus, no fue proyectado en su cos convencionales y sin la ambición artística de crear 'cuerpos' en el
taller pertinente sino fuera, como experimento privado que Breuer sentido de la escultura, sobre la única base de la finalidad del objeto y
concibió y realizó con la ayuda de un forjadoL El episodio del asiento de las modalidades técnicas de producción" .51 La originalidad de las
con tubo metálico no se lirrúta a este acontecimiento. Previamente, en lámparas citadas y de muchas otras, más allá de la lección de Behrens,
1924, el arquitecto holandés Mart Stam había realizado un modelo radica sobre todo en su desvinculación de cualquier tradición. Se trata
de silla en voladizo, hecha con un único tubo doblado para que se de objetos cuya parte de cristal suele ser esférica o semiesférica, mien-
sostuviera sin los montantes traseros, lo que le otorgaba una elastici- tras la metálica es cilíndrica, a la vez que van suspendidos del techo por
dad notable. El segundo modelo de este tipo es de Mies van der Robe, medio de elementos tubulares finos. Esta reducción a lo esencial, que
quien lo presentó en 1927 en el edificio diseñado por él en el barrio permitió una gran producción en serie, responde sólo parcialmente a
experimental de Weissenhof en Stuttgart. La silla de Mies van der un patrón estético. Esta vez los diseñadores de la Bauhaus no tienen
Robe se diferencia de su precedente holandés porque los dos tubos necesidad de fijarse en la morfología de De Stijl; dan forma a un nuevo
montantes tienen forma semicircular y se empalman a ellos otros dos mecanismo, el de la iluminación eléctrica, presente desde los tiempos
que hacen las veces de brazos, recordando a la mecedora de Thonet. El del Art Nouveau, pero que sólo en los años veinte parece haber encon-
tercer modelo con estructura en voladizo se debe a Breuer (1928) que, trado la "carrocería" apropiada. De hecho, estos artículos de ilumina-
haciendo suyo el principio según el cual un solo tubo metálico curvado ción no son más que una forma apta para hacer seguro, manejable y
puede sostener toda la silla, lo corta al nivel del respaldo, devolviéndo- cómodo un engranaje más rudimentario, convirtiéndolo al rrúsmo tiem-
le a éste y al asiento el carácter representativo del mueble. Su armazón, po en un objeto que ocupa un espacio, un objeto que se "muestra", un
inspirándose en Thonet, es de madera con la superficie de mimbre.
Posterior a las sillas de Stam y de Mies, la de Breuer es el modelo más 5tH. M. Wingler; I/ Bauhaus, Weimar Dessau Berlino, op. cit., p. 440.

172 Alemania·EE.UU. 1900·1929 I7>


,;

169. (superior). M. Brandt, tetera, 1924.


167. O. Rinweger, juego de té, 1924. 170. {inf. izda.). K. J. Jucker y W. Wagenfeld, lámpara de mesa, 1923.
168. M. Brandt, juego de té y de café, 1924. 171. (inf. dcha.). K. J. Jucker, aplique lumínico, 1923.

174 Alemania-EE.UU. 1900-1929 !75


elemento de decoración. No falta, pues, intención estética, pero ésta
se manifiesta en la adecuación, también física, al mecanismo funcio-
nal. También en este sentido los proyectistas de la Bauhaus se diferen-
cian de Behrens.
El taller de tejido, contrariamente a los otros examinados, presenta
estudios y modelos bastante dispares en las sedes de Weimar y Dessau.
Como aproximación, podemos decir que de 1919 a 1924, en la confec-
ción de tapices, manteles, telas, es decir, objetos bidimensionales, la
tarea creativa se confió a los pintores, encabezados por Georg Muche,
director del taller durante todo el.periodo de Weimar. En este sector
trabajaron principalmente mujeres, entre las que destacaron Líes
Deinbardt, Martha Erps, GertrudHantschk, Tuth Hollos, Benitra Otre
y Gunta Stiilzl. El sello artesanal de las manufacturas de este periodo se
debía además de a la influencia de los artistas, Muche y Klee en parti-
cular, al hecho de que el instituto disponía únicamente de telares
manuales. En Dessau se cambió sensiblemente la orientación anterior:
Gunta Stiilzl asumió la dirección del taller; el género de los tapices y los
manteles se descuidó en favor de las investigaciones sobre los materia-
les y las tramas más idóneas para la elaboración de tejidos particular-
mente adecuados para la decoración; se mecanizaron los telares; en
general, la línea artístico-artesanal fue sustituida por otra especialmen-
te atenta a las exigencias de la producción industrial; los mismos pin-
tores creadores de los motivos fueron los mejor orientados en tal senti-
do (pensemos en la contribución de Josef Albers). Las más activas del
nuevo periodo fueron, entre otras, Otti Berger, Anni Albers, Lis Beyer
y Helene Nonné-Schmidt. El gran desarrollo de la fotografía, un cam-
po dominado por los experimentos de Moholy-Nagy, acabó por inci-
dir considerablemente, aparte de en las aplicaciones inmediatas como
el grafismo y la publicidad, en la arquitectura y en el teatro y en casi
todos los sectores del diseño genuino del que nos estamos ocupando.
Como conclusión del componente "proyecto" relativo al diseño de
la Bauhaus, hay que mencionar la compleja cuestión del estilo. Como es
sabido, Gropius fue siempre contrario a que su escuela se caracterizase
por una orientación estilística, dicho de otro modo, a que se impusiera
un "estilo Bauhaus" en paralelo a otros. Pero como es inevitable que
roda idea se traduzca o, si se quiere, "degenere" en una forma o que
varios principios conformadores de los productos comporten ineludi-
blemente un estilo, el propósito de Gropius no pasó de mera utopía
pues, a pesar suyo, la Bauhaus generó un estilo reconocible y preciso,
incluso paradigmático para mucha producción del siglo XX. Disintiendo 172. M. Breuec, butaca de tubo metálico y tela, 1925.

I76 Alemania·EE.UU. 1900-1929 I77


en parte de esta conclusión, Argan expresa un juicio digno de reseña:
"La coherencia estilística, al no derivarse ya de la armonía de lo crea-
do o de una idea de lo bello, era únicamente imaginable como econo-
mía, exactitud, ausencia de derroche mental en la producción artística.
No ha existido nunca, y Gropius lo ha afirmado varias veces, un estilo
de la Bauhaus; pero no falta el sello de coherencia, exactitud o econo-
mía mental y, sobre todo, de la infalible seguridad en la elección de la
imagen, en la obra de todos los que, aun sin poseer una personalidad
artística destacada, pasaron por aquel perfecto mecanismo didáctico". 52
Para compartir este juicio se podría concluir de manera conciliadora
que no hubo un estilo "apriorístico" porque le faltaron los referentes
tradicionales, pero cuando éstos fueron sustituidos por otros, la racio-
nalidad, la economía, la exactitud, etc., éstos se plasmaron necesaria-
mente en nuevas formas que, en conjunto, constituyeron un estilo, por
así decir, "a posteriori".
En cuanto al estudio del diseño en la Bauhaus desde el punto de
vista de la "producción", debe precisarse que al no tratarse de una.
industria propiamente dicha, su actividad productiva se limita a los
prototipos; igualmente, cuando nos ocupemos del parámetro "venta",
no trataremos de la venta al público, sino de la de los prototipos a la
industria. En cualquier caso, al no poder considerar el instituto como
un estudio de diseñadores sino como un lugar donde se elaboran obje-
tos, aunque sea en forma de prototipos, esta actividad presenta, aun-
que sea a pequeña escala, muchos problemas propios de la produc-
ción industrial.
El primero de estos problemas, íntimamente conectado al compo-
nente del "proyecto", es el paso de la fase artístico-artesanal a la técni-
co-industrial, que ya hemos señalado al examinar algunos objetos
realizados en la escuela en sus distintas fases. Este paso no está sólo
relacionado con la renovación del gusto, sino también con una evolu-
ción tecnológica y, por tanto, potencialmente productiva al afectar a
cuestiones como el coste de las instalaciones, la seriación, el bajo pre-
cio, etc. Ahora bien, mientras la escuela estuvo bajo la influencia del
Expresionismo, del experimentalismo construcrivista, de la Wiener
Werkstiitte y hasta de De Stijl, la introducción de una tecnología más
actualizada se pudo considerar prescindible; pero se convirtió en una
173. (sup. izda.). J'vL Sram, primer modelo de silla en voladizo, 1926.
174. (sup. dcha.). L. Mies van der Rohe, estructura de la silla presentada para e! barrio necesidad cuando en muchos talleres se empezó a pensar en términos
Weissenhof de Srua:gan, 1927. de unificación, de estándar e incluso de tiempos productivos tayloris-
175. (inf. izda.). M. Breuer, silla en voladizo con respaldo y asiento en tela.
176. (inf. dcha.). M. Breuer, sil!a en voladizo formada por bastidor de madera y mimbre, 1928. 52 G.C. Argan: Walter Gropius e la Bauhaus. Turín: Einaudi, 1951, pp. 46-47.

Alemania-EE.UU. 1900-1929 TOO


"1" "2'1:,
-: [~

1
tas. En suma, para ir hacia un "estilo Bauhaus" y para realizar prototi- los requisitos del proyecto, de la producción, de la venta y del consu-
1
pos que contuvieran en esencia todas las exigencias de la producción mo; al reflejarse, como sabemos, cada fase en todas las demás.
industrial se necesitaban máquinas, muchas máquinas, dada la multi- El documento que mejor recoge las dificultades de la escuela en su
plicidad de campos hacia los que el diseño de la Bauhaus tendía a dimensión productiva es un articulo que explica las razones de la dirni-'
extenderse. No bastaban los llamamientos a una metodología tan uni- sión de Gropius en 1928. En él se lee, entre otras cosas: "Es cierto que
taria como imprecisa, ni los eslóganes del tipo "de la cuchara a la ciu- la Bauhaus se encuentra en crisis y su crisis no es temporal sino dura-
dad", ante los equipamientos tecnológicos que cada sector requería. dera: desde que surgió no ha dejado de luchar[ ... ]. Hoy día, la Bauhaus
En este sentido, como testimonio de las dificultades productivas de la es, o se propone ser[ ... ], un taller para la fabricación y la experimenta-
escuela, incluimos un importante informe redactado en 1924 por ción de modelos útiles que la industria puede producir en serie a un coS"-
Gropius y por el administrador Necker: "No se trata aquí de un solo te sustancialmente menor. Por tanto, la Bauhaus no produce diréct'a
artículo o de algunos artículos, sino de cambiarle la cara a todas las sino indirectamente, como los institutos de investigación y los laborato-
ramas de la producción. Está claro que ello requiere una gran canti- rios experimentales de la universidad y de las grandes industrias. No
dad de trabajo experimental y un largo periodo de tentativas. En[ ... ] el está en condiciones, como ya se presumía en Weimar, de mantenerse
caso de la Bauhaus estatal se añade el hecho de que, a diferencia de lo con su propio trabajo, porque la producción de piezas de valor único
que sucede normalmente en la industria, aquí se tiene que trabajar sin está fuera de su campo de intereses, y la producción en masa de mercan-
la financiación necesaria y todo debe nacer, por así decirlo, de la nada. cías está fuera de sus posibilidades y tampoco la asume como cometi-
Los costes del trabajo experimental fueron aún mayores debido al do propio. Por consiguiente, la Bauhaus cuesta mucho y, para poder
hecho de que por falta de máquinas e instalaciones, más importantes trabajar, necesita una importante financiación[ ... ]. En verdad, de un
en un taller experimental que en cualquier otro, tuvieron que fabri- año a esta parte, los modelos de producción patentados han crecido
carse fuera muchas piezas indispensables para el trabajo. Además, las considerablemente (más de 40 modelos del taller de metal han sido pro-
materias primas sólo pudieron comprarse en cantidades muy pequeñas ducidos industrialmente y aún es mayor el número de muebles metáli-
y, por tanto; no resultaron baratas. Los ingresos se tuvieron que inver- cos y otros, así como de productos textiles), pero aún no hay perspecti-
tir en las adquisiciones para crear un aparato productivo eficiente y, va alguna de poder conseguir por esta vía una financiación regular para
por tanto, no pudieron explotarse como capital de trabajo [...]. El insu- nuevas experimentaciones"_ 54
ficiente material en los talleres, la irracionalidad de las compras al por El articulista continúa apuntando otras dificultades: la incompren-
menor, la imposibilidad de disfrutar de condiciones de mercado favo- sión de la industria, la ineficacia de las instituciones públicas, el ostra-
rables, incidían por fuerza en el precio de las mercancías producidas, cismo por parte de las fuerzas políticas, etc.; motivos que llevarían a
creando así un grave obstáculo para las ventas". 53 Gropius a dejar la escuela, seguido por Moholy-Nagy y por Breuer.
Como se ve, en el interior de la institución se planteaban, a peque- Antes de afrontar el problema de la "venta" de los prototipos, que
ña escala, todos los problemas de la producción industrial, con el agra- aparece en varias ocasiones como el único modo de hacer frente al défi·
vante de que se necesitaban fondos adicionales para la experimenta- cit económico y a la escasa financiación pública, hay que citar las firmas
ción y de que la comprensión por parte de empresas y público hacia los pioneras en la producción de los modelos de la escuela.
rasgos innovadores de la Bauhaus era escasa. Estas dificultades, que Quizá el primer taller en iniciar la colaboración con la industria
evidencian los informes contables, las memorias, las encuestas sobre fue el de cerámica, pues en 1923 la fábrica de azulejos de Venten-
tiempos de.producción, demuestran por otro lado que la fenomenolo- Verdamm produjo algunos modelos de recipientes cerámicos proyecta-
gía del diseño, ya desde su fase experimental, no es tal si no responde a dos por Theodor Bogler. En el mismo año, en el sector del grafismo, el
Banco Internacional de Tutingia imprime billetes de banco con diseño
53"Relazione sulle prospettive economiche del Bauhaus", apéndice del folleto publicado en 1924
H \Y./. Oexel: "Perché Gropius se neva? (Sulla situazione al Bauhaus)", en Frankfurter Zeitung,
por el ministerio del Tesoro de Turingia: Re/azjone su/la verifica del/a contabdita al Bauhaus sta-
tale di Weimar; ci(. en H. M. Wmgler: Il Bauhaus, Weimar Dessau Berlino, op. cit., p. 107. n" 209, 192S; cit. en H. M. Wingler, ibid., pp. 162-63.

r8r
de Herbert Bayer. También en 1923, a raíz de la primera exposición
de las actividades de la Bauhaus, la firma Schott & Gen comenzó la
producción en serie de recipientes de cristal. En 1926, una empresa
berlinesa, Standard-Mobel, inició la producción de todos los mue-
bles metálicos de BreueL En este mismo periodo, la firma berlinesa
Schwintzer & Griiff puso en marcha la producción de 52 modelos de
lámparas de globo proyectadas en la Bauhaus, y en 1927 la fábrica
Korting & Mathiesen de Leipzig inició la producción en serie de una
de las piezas más famosas nacidas en la escuela, la lampara de noche
Kandem, diseñada por Marianne Brandt. En 1928, Thonet produce la
silla en voladizo con asiento y respaldo en caña de Indias. En cuanto
al sector textil, hacia 1930 las industrias Polytextil-Gesellschaft de
Berlín, Pausa de Stuttgart y Deutscher Werkstatte de Dresde comenza-
ron a producir muchas telas, diseñadas en gran parte por Otti Berger. '1
Y la lista podría continuar con productores menores, realizaciones
publicitarias, escenografías, etc.
Respecto al factor "venta", no está de más reproducir el significati-
vo artículo recogido por Wingler en su relación de documentos sobre la
Bauhaus: "Para facilitar las relaciones entre la industria y la Bauhaus,
la propia escuela creó una organización comercial, que se ocupaba de
la venta de los modelos a los sectores industriales que pudieran asumir
su producción en serie y su venta. Las ganancias obtenidas por esta
producción de patentes sirven a la Bauhaus para ampliar los talleres y
para gratificar el trabajo de los estudiantes en los propios talleres[... ].
La base de financiación de la Bauhaus como institución escolar queda
garantizada por los medios que aporta la ciudad de Dessau. La indus-
tria empieza a darse cuenta de la importancia del trabajo de experimen-
'tación y proyectación de la escuela y decide apoyarlo, colaborando en
la producción técnica de nuevos modelos y en la investigación. Se pre-
vé, entre otras cosas, que los talleres cierren por su cuenta contratos
de opción de compra con los correspondientes sectores de la industria.
El taller se compromete a ofrecer para su venta un modelo de cada nue-
vo producto en primicia a la empresa con la que haya cerrado el con-
trato; en contrapartida, la empresa está obligada a pagar anualmente
una cierta suma en concepto de derecho de opción. Si a la empresa no
le interesa el modelo que se le ofrece, el taller es libre de ofrecerlo don-
de quiera[ ... ]. Visto que una escuela-talle~ beneficiaria de financiación
oficia~ no debería asumir las competencias de un agente de negocios en
el seno de una economía libre, la dirección de la Bauhaus sugirió la fun-
dación de una sociedad de responsabilidad limitada, con sede en 177. L Mies van der Ro he, butaca Barcelona, producida por Knol!, 1929.

AlPm::~ni~-FF.TIIL 1900-19?.9 ISJ


Dessau-Anhalt. Ésta llevaba el nombre de la institución y asumió la
tarea de explotar económicamente los modelos producidos por la
Bauhaus, es decir, facilitar su reproducción en serie con la ayuda de la
industria privada y su venta". 55 De este modo, en 1926 nace una sec-
ción comercial autónoma de la Bauhaus, prevista desde los tiempos de
WeimaL Ya hemos visto cuáles eran la tipología y los modelos de obje-
tos vendidos por la escuela a la industria privada. Ahora nos interesa
referir a través de qué canales y actividades promocionales entró la
Bauhaus en contacto con las empresas productoras. Una primera y
significativa actividad fue la realizada por los críticos de arte y los ase-
sores de empresa, entre los que destacó Heinrich Kiinig. Las exposi-
ciones suponen un segundo canal promociona!, a partir de la organi-
zada en 1923. Ésta se articulaba en varias secciones: en primer lugar,
la exposición de trabajos realizados en el curso precedente y en los
talleres (primera manifestación relativa al diseño), además de una
muestra internacional de arquitectura, quizá la primera en su género,
ambas alojadas en el viejo edificio proyectado por van de Velde, con
muchos espacios oportunamente readaptados; en segundo luga~ esta-
ba la construcción de la Haus am Horm experimental, realizada por
una empresa privada, con proyecto de Georg Muche, bajo la dirección
de Adolf Meyer y decorada por los talleres de la Bauhaus (otra mani-
festación referente al diseño); por último, había una segunda exposi-
ción de obras artísticas libres, situada en el museo del Land. Todo ello
se englobaba en la manifestación más amplía de la Bauhauswoche
(semana de la Bauhaus), que incluía conferencias, conciertos, espectácu-
los teatrales y una convención del Werkbund. "Weimar daba la impre-
sión de ser dominio exclusivo de la Bauhaus y de sus muchos huéspedes
eminentes", señala Wingler; y el joven Giedion añade: "Quien haya
participado la recordará mientras viva: toda la frescura, toda la espon-
taneidad de un mundo que nace fueron para los asistentes la revelación
y el encanto de aquellas jornadas. Yo tuve la impresión de haber visto
por primera vez el universo del arte contemporáneo". 56
Si la primera exposición de la Bauhaus fue esta de Weimar en 1923,
la sección alemana organizada por el Werkbund en el Salan des
Artistes Décorateurs, celebrada en París en 1930, puede considerarse la

55"'L'organizzazione de \le vendite ('la posizione del Bauhaus nell'odiema vita economica')", en Vivos
voco {Lipsia), voL V, U0 8-9, 1926; cit. en H. M. Wingler: 11 Bauhaus, Weimar Dessau Berlino, op.
178. (izda.). M. Brandt y H. Przyrembel, lámpara de polea, 1926.
cit., p. 129.
179. {sup. dcha.). M. Brandt, aplique articulado, 1927.
56 S. Giedion: Walter Gropitts. Milán: Edizioni di Comunicl, 1954, pp. 31-32. 180. (inf. dcha.). M. Brandt, lámpara de noche Kandem, 1927.

Alemania-EF..(fl!. 1900-19?9
última. Aunque de hecho fuera ajena a la Bauhaus, la presencia de tos experimentos de diseño, al público le atrajeron otros aspectos más
Gropius como comisario y de Breuer, Herbert Bayer y Moholy-Nagy inmediatos de la escuela: su sede arquitectónica, la sección de teatro, los
como curadores de la muestra de los productos de la industria alema- ballets de Schlemmer, las experimentaciones fotográficas de Moholy-
na, convertía la exposición, aunque fuera virtualmente, en una enési- Nagy, el grafismo publicirarío, etc. (que por otro lado congeniaban más
ma muestra de la célebre escuela de Dessau. con aquella insólita comunidad, a veces anárquica y pintoresca, de
Aparte de las exposiciones, también pueden considerarse como maestros y alumnos). La labor de experímenración sobre el diseño, que
una actividad promocionallas numerosas "fiesras" organizadas dentro algunos lustros más tarde será la más apreciada, no lo fue suficiente-
y fuera de la escuela, aunque dudamos que el carácter pintoresco de mente durante los años en que se estaba ejecutando. Aunque el sector
estas performances, que derivaban ocasionalmente en juerga goliárdi· del diseño fue el que acaparó los mayores esfuerzos por parte de los
ca, actuara como reclamo positivo para la industria privada. Esta rarea directivos, adntinistradores y creadores, revelándose como la cuestión
de reclamo corrió a cargo del teatro de Schlemmer, una de las imágenes más compleja de la institución, se difundió escasamente hacía el exte-
más emblemáticas de la Bauhaus y, sobre todo, del grafismo publicira- rior -señalemos como inciso que durante los mismos años Le Corbusíer
rio, cuyos motivos principales eran los objetos, temas e investigaciones todavía no hablaba de "diseño", sino que usaba la circunlocución "arte
de la propia escuela. decorativa sin decoración"-y, por ello, resulra perfectamente compren-
Vayamos al último de nuestros cuatro parámetros: el "consumo", stble que el público anduviera escasamente informado.
entendido más que nunca como adhesión al gusto, la compra y el uso La Bauhaus, a pesar de las muchas dificultades económicas, del
por parte del público de los productos derivados de los prototipos de ostracismo sufrido por parte de las instituciones oficiales ' del enfrenra-
.
la escuela. miento entre sus dirigentes y los políticos, de las disensiones entre profe-
Es lícito creer que estos productos no fueran muy populares en su sores y de las oposiciones partidistas tanto de derecha como de
época. En el clima deprimido de la Alemania de Weímar; en los años izquierda,57 fue el gran fenómeno cultural que conocemos, aunque su
de la crisis del29 que, desde América, convulsionó todos los países aportación a la cuestión del diseño, especialmente desde la óptica del
occidentales, mientras Alemania padecía una inflación monetaria presente estudio, fue inferior a la considerada posteriormente. A pesar
extrema; entre un público que, por otro lado, seguía apegado al estilo de todos los esfuerzos realizados para integrarse en el mundo de la pro-
Bíedermeíer, la acogida de los muebles metálicos, de las lámparas ducción y de crear incluso, como ya vimos, una organización de venra,
esquemáticas y de unos objetos más propios del ambiente laboral que la sección de diseño tuvo resultados muy inferiores a las expectativas
del doméstico, fue fría e incluso hostil. El propósito de abaratar los generadas que, de algún modo, no se correspondieron con las energías
precios no se logró nunca del todo al no existir una seriación producti- empleadas. El diseño en la Bauhaus quedó como una cuestión "interna"
va adecuada. Los precios, aunque moderados, eran elevados para una de la escuela, un fenómeno encerrado, a su pesar, en un ámbito elitista.
población que a duras penas podía acceder a los productos de prime- Aunque supuso un serio adelanto a su tiempo, cuando fue mundialmen-
ra necesidad. La propia dimisión de Gropius en 1928, motivada por te bienvenido tras la segunda guerra mundial se reveló envejecido yana-
las razones apuntadas, puede también entenderse por su decisión de crónico. Ante las nuevas circunstancias históricas, las exigencias del nue-
dedicarse menos a la enseñanza y al diseño en beneficio de la arquitec- vo entorno donde los mayores exponentes de la escuela se habían
tura, de las casas populares y de las Siedlungen, opción que respondía establecido, los nuevos procesos tecnológicos y la propia demanda del
más a la demanda y a las necesidades básicas del público. público, para bien y para mal condicionada ya por la "cultura de
En su momento, junto a la propia sección escolar de la institución y masas" (en la acepción que cobró tras la guerra), todos los componentes
a sus aportaciones en los campos de la arquitecrura y del teatro, tam- del diseño Bauhaus se redujeron a la dimensión única del "proyecto",
bién el componente productivo de la Bauhaus tuvo un cierto éxito, en que preservó su gran relevancia y, de hecho, no ha sido superado.
particular el relativo al diseño, aunque no pueda medirse desde la pers·
pectiva de las ventas. No sólo por los motivos ya vistos, sino también 57
Para los significativos aspectos políticos de la Bauhaus, véase la correspondencia Gropius-
y quizá ante todo porque, frente a los más laboriosos y menos explíci- Maldonado publicada en Controspazio, n° 4-5, 1970.
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i.

DARD-MOBEL
LENGYEL & CO.
BERLIN W 62
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181. G. StO!z~ tapiz, 1927. 182. Página publicitaria de la empresa Standard MObel.

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Nacida con objetivos realistas, la Bauhaus (sector productivo) ha Esta introducción a los escasos apuntes ofrecidos sobre la
quedado como movimiento ideal e incluso ideológico a causa de todo Hochschule für Gestaltung, no sirve sólo para integrarla en la estructu-
lo dicho, escrito o inventado después con la intención de ofrecer una ra expositiva del libro, sino también para llamar la atención acerca de
interpretación de los hechos o con la pretensión de descubrir cómo se algunas "anomalías" propias de la concepción y de la gestión de la ins-
desarrolló realmente. Pero, aunque ideológico, la Bauhaus permanece titución: continuidades y diferencias respecto a la Bauhaus, oportuni-
como el gran punto de referencia hacia o contra el cual se ha movido dad de su fundación, disensiones en el cuerpo docente orientación
luego toda la cultura del diseño. científica y socialista de la escuela en una Alemania que ~rganizaba su
reconstrucción sobre el modelo productivista americano, etc. Más
allá de nuestra admiración por este último experimento de una nueva
El caso de Ulm escuela de diseño, cabe decir que muchos obstáculos con que topó, tan
apremrantes como para reducir la vida de la institución a sólo trece
Si el discurso sobre la Bauhaus permite apliear los cuatro parámetros a~os, ya esta?an potencialmente incorporados en su propia concep-
de nuestro esquema, no se puede decir lo mismo de otras escuelas de cwn y, de algun modo, en su anacronismo.
diseño (o dedicadas en gran medida al mismo) como Vchutemas -la Nacida de la Fundación Hermanos Scholl promovida por Inge
institución más próxima a la de Gropius, surgida en la URSS en los Sch?ll en memoria de sus hermanos Hans y Sophie -asesinados por los
años siguientes a la revolución soviética- o la Hochschule für Ges- nazts en 1943 por su acttva participación en el grupo de resistencia La
taltung de Ulm. Principalmente, porque fueron instituciones casi exclu- Rosa Blanca-, la escuela tiene que afrontar desde su creación una serie
sivamente didácticas. de_ problemas. "En la HfG de aquellos años (1955-1956)", escribe To-
Sin embargo, la contribución de la escuela de Ulm, creada en mas Maldonado, el mayor protagorusta de esta experiencia, "se admite,
Alemania en 1955 -<lespués de las tentativas americanas de crear ins- en principio, la tesis de continuación (respecto a la Bauhaus), pero se
tituciones tipo Bauhaus, de las que hablaremos más tarde-, es tan rechaza aceptarla en términos de mera restauración. Es decir, concordan-
importante que no puede pasarse por alto, ni siquiera en una obra aje- cia con la Bauhaus, pero sólo después de una severa revisión de la
na a la vertiente pedagógica del diseño. Además, el "caso Ulm" ocupa actualidad y de sus bases didácticas, culturales y organizativas. Sin
una posición excéntrica respecto a la construcción cronológica de ·embargo, esta exigencia revela una situación bastante anómala y sin
nuestra historia, en la que los casos nacionales son tratados en el duda paradójica: ya funciona un excelente edificio dotado de aulas
momento de su mayor efervescencia: la Inglaterra de la revolución laboratorios y talleres perfectamente equipados, con un primer grup~
industrial y de la era victoriana, la Alemania que va del Werkbund a de docentes Yestudiantes, y se descubre entonces que todavía debe
la Bauhaus, la Francia del Art Déco, la América del Styling y del Estilo verificarse la validez del modelo escogido, la Bauhaus. La ambigüe-
Internacional, la producción escandinava de los años cincuenta y el dad de tal situación crea un clima de impaciencia y también de recípro-
fenómeno del diseño italiano en estos últimos años. También es excén- ca intolerancia entre sus protagonistas. Nacen así los primeros enfren~
trico respecto a la construcción de nuestra historia por las propias tamientos entre Bill y los colegas más jóvenes: O. Aicher, H. Gugelot,
materias enseñadas en paralelo a aquellas tradicionalmente más "téc- T. Maldonado y W. Zeischegg. Así, por diversas razones, incluidas las
nicas": historia de la cultura, cibernética, teoría de la información, teoría diferencias de carácte~ estas confrontaciones se hacen en breve insalva-
de los sistemas, semiótica, ergonomía, etc., disciplinas tan actuales que bles, hasta que en 1956 Bill deberá dejar el cargo de rector" 5 8 De esta
llevarían el discurso acerca de Ulm al último capítulo del libro. De manera, Max Bill, autor del proyecto de la sede de la escuela, ex alum-
todos modos, aunque una serie de motivos -<:omo la diversa proceden- no de la Bauhaus y denodado defensor de la gute Form en oposición al
cia de profesores y alumnos- sitúen la escuela en un cuadro cultural Styling americano, así como principal valedor de la línea de continui-
internacional, su vinculación inmediata con Alemania aconseja incluir- dad con la escuela de Gropius, se ve obligado a abandonar la institu-
la en el presente capítulo dedicado al caso alemán, justo después del
58
discurso sobre la Bauhaus. T. Maldonado: Disegno industriale, op. cit., p. 78.

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rqr
ción después de apenas dos años en la dirección. En síntesis, la aporta-
ción de sus colegas más jóvenes radica en la progresiva transformación
del Grundkurs, o curso preliminar común a todas las ramas de espe-
cialización, en otro que desde el inicio ya orienta a los alumnos hacia
los distintos tipos de laboratorios y talleres. Un segundo cambio radical
es la introducción de las nuevas disciplinas mencionadas antes, que
atraen a los mejores especialistas del momento para pequeños cursos
complementarios; una tercera innovación, ligada a estas nuevas expe-
riencias científicas y epistemológicas, es la división de la escuela en dos
grandes líneas, la de proyectar los productos y la de proyectar la comu-
nicación. Aunque sobre otra base, la HfG retoma de la Bauhaus la cola-
boración con la gran industria y, en este sentido, hay que recordar la
provechosa colaboración que la escuela establece con la fuma Braun.
Sin detenernos en otros avatares didácticos y culturales, tratare-
mos el comienzo de la crisis de la escuela, pasando por alto los errores
de valoración de sus dirigentes y centrándonos en aspectos más gene-
rales relacionados con la didáctica y la propia cultura del diseño.
Los escritos de Maldonado son bastante clarificadores respecto a
las erróneas valoraciones socio-políticas. En la reseña de un ensayo de
1958 aparecido en la revista Ulm con el título "Neue Entwicklungen in
der Industrie un die Ausbildung des Produktgestalters ", señala: "El
presente texto expresa mejor que cualquier otro publicado aquí las
contradicciones en las que me debatía, junto con los demás colegas de
la HfG, en aquel primer periodo de nuestro experimento en Ul¡n.
Aquel periodo coincide, en Alemania, con la fase más progresiva de la
llamada 'era Adenauer': los años en que, con el apoyo de Estado¡
Unidos, Alemania se encaminaba hacia el neocapitalismo. Lo que la
industria alemana pretendía entonces de nuestra institución no variaba
mucho de lo que había pretendido, cuatro décadas antes, de la
Bauhaus: contribuir a crear una coartada vagamente cultural para el
programa productivista. Nosotros éramos conscientes de ello, pero nos
ilusionábamos [... ]con que sería posible hacer converger los intereses
productivos del neocapitalismo naciente con los de los usuarios. Algo
que se revelará más tarde como un grave error de valoración. Cuando
nos dimos cuenta y adoptamos una actitud de denuncia y hasta de
rebelión [... ], el destino de nuestra escuela quedó marcado. De ahí al
escándalo de su clausura en 1968 no hay más que un paso". 59

59 T. Maldonado: "Disegno e le nuove prospetrive industriali", en Avanguardia e razionaliti:,


op. cit., p. 55. 183. N. Kurtz, composición para el curso de comunicación visual, 1964.

. .. :. r:c THT 10I'II'I_1Cl')q


193
En efecto, a pesar de la limitación de estas previsiones, desde el pun-
to de vista socio-político la mayor aportación de la HfG fue la elección
del llamado "encargo alternativo", que consistía en privilegiar el pro-
dueto industrial de uso público sobre el privado, algo que, desde
entonces, ha sido el objetivo sempiterno de los técnicos de izquierda en
el campo del diseño.
' Sobre el debate que siguió al cierre de Ulm -atribuido a las causas
más dispares, hasta la publicación del manifiesto Bauhaus Weimar
Exodus I- Hochschule für Gestaltung Ulm Exodus II, redactado por
profesores y estudiantes como declaración. de clausura en 1968, donde
denuncian como responsables del hundimiento de la escuela a la pro-
pia Fundación, a los círculos conservadores de la ciudad de Ulm, a los
miembros del Pa.rlamento de Baden-Württenberg y hasta al Gobierno
federal de Bonn-, apuntaremos que las limitaciones de la HfG, como
1
las de la Bauhaus y las de Vchuternas, son sustancialmente las de su
difícil si no imposible coexistencia con otras instituciones didácticas r '\_
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u~l ~~([)
tradicionales. Desde nuestro punto de vista, el mejor juicio acerca del
cierre de la escuela está expresado en el artículo de un autor impar-
cía~ Claude Schnaidt: "Es sorprendente constatar la existencia de una ü?
'
profunda analogía entre las características y los avatares de las tres ~ l
escuelas: Bauhaus, Vchutemas y HfG. Estas tres escuelas habían sur- ...;;:~
gido de la hipótesis que ciertas profesiones, hasta entonces enseñadas y r ..,..
~ ~
ejercidas separadamente, compartían un sustrato común: la proyecta-
ción y la organización de la vida material del hombre. Se trata de 1
cometidos que escapan del ámbito tradicional de arquitectos y pro-
yectistas y que sólo pueden afrontarse con un objetivo común; por tan-
to, la formación de estos grupos profesionales debe fundarse sobre
nociones científicas y grupos de trabajo interdisciplinares [... ]. Gracias
a sus características de marginalidad, de flexibilidad y de independen-
cia administrativa[ ... ], estas tres instituciones han conseguido reali-
zar algunas novedades importantes[ ... ]. Éstas se ubican en el punto
de encuentro entre pensamiento y acción, entre arte y ciencia, entre
provecho individual e interés público. Por ello se han visto sacudidas
por enfrentamientos internos y discordias que las han convertido en
sospechosas. Han sido escuelas en continuo movimiento y, como no
paraban de transformarse, no estaba nunca muy claro qué eran ni
qué querían. No eran escuelas de artes decorativas, ni institutos poli- 184. (sup. izda.). HfG de U!m (depanamento de diseño industrial), boquereles
técnicos, ni academias de bellas artes, ni escuelas de arquitectura, para sunidores de gasolina, 1964-1965.
sino que todas se antojaban como bastardos imposibles de encua· 185. (sup. dcha.). HfG de Ulm, N. Roericht, vajilla, 1959 (proyecto de fin de carrera).
186. {centro). HfG, dibujo analítico de un ventilador de mesa proyectado por la firma Braun.
drar en los compartimentos estancos previstos por el sistema escolar 187. (inferior). T. Maldonado y R.. Scharfenberg, excavadora, 1964.

Alemania-EE.UU. 1900-1929
195
vigente [... ]. Esto· explica la obstinación con que se trataron dos
aspectos: que estas escuelas 'anormales' fueran anexionadas a orga-
nismos ya existentes o bien que simple y llanamente fueran cerradas
para evitar duplicidades"~ 60
El autor prosigue afrrmando que "sólo un pueblo amo de su propio
destino podrá hacer que se aproveche la herencia de estas institucio-
nes". Aquí queremos concluir de una manera más realista. Las escue-
las de diseño pueden integrarse a las instituciones ya existentes donde
su experimentalismo cederá frente a la burocratización o bien instituir-
se como organismos pr\vados donde su "diversidad" pagará el precio
de las leyes del beneficio y la lógica del mercado. Según la experiencia
históriCa, no parece que se haya practicado una tercera vía.
Volviendo a la HfG, queremos terminar con una observación de
Giovanni Anceschi, ex alumno de Ulm, que, al percibir la cantidad de
protagonistas de la escuela que trabajaron después en Italia y su gran
influencia sobre el diseño de este país, escribe: "Exagerando un poco,
podríamos aventurarnos a afirmar que Italia ha ejercido para Ulm el
papel jugado por Estados Unidos con la Bauhaus". 61

60Cl. Sdmaidt: "La Hochschule für Gestaltung a 10 anni dalla chiusura", en Casabe/la, n° 435,
abrill978.
"G. Anceschi e P. G. Tanca: "Ulm e \'Italia", en Rassegna, rv, septiembre 1984, número mono-
gráfico dedicado a "II conrributo del!a scuola di Ulm".

Alemania·EE.UU. 1900·1929
' CAPÍTIJ!J) PRIMERO
(;
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DEliMITACIÓN Y ASPECTOS GENERALES
~.·,-;;
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l' Puede afinnarse que el diseño nare al mis- jeto de diseño industrial es aquel que se obtiene,
mo tiempo que el ser hwnano, puesto que des~ exclusivamente, merced a la intervención de la

~
de que éste comienza a elaborar los primeros máquina &te proceso se inicia en Inglaterra en
instrumentos, desde un utensilio de cocina a el último tercio del siglo XVlii, aunque es
uno de caza, ha prestado a tales objetos uoa en el XIX cuando comienza su expansión. Por
~ configuración especial, una fonna determina- tanto, es en este lugar y en este momento do -

~
da que sirve a su función especifica, pero que de debemos situar el principio de la hiswria
además es el resultado de una opción personal diseño industrial. Pero seríamos ingenuos ,¡:¡::
del individuo que los ha collSiruido o de las considerásemos que la revolución industrial, :?
personas que han procurado su construcción. por si, conllevó la aparición del diseño ind ~
Esa opción personal contribuye a diferenciar trial En absoluw. Su concepw es tan arnpli ~
los objetos, que aun pudiendo servir para un sus implicaciones tantas, que, con toda propi ro
1
~
mismo fin, adquirirán aspectos diferentes. dad, no podemos señalar la autonomia de es ::S
Cuando el sociólogo Georges Sinnnel ana- djsciplina hasta el siglo XX, cuando definiti
liza el fenómeno de la moda, efecllla algunas mente se separa de otras áreas creativas que
apreciaciones que podúan muy bien encajar en dian considerarse, de algón modo, afines.
<
Ci O
O
....:¡

~ nuestro discurso. Afirma que cada fonna de


vida tiende, por una parte, a la igualdad, y, por
~u
(/)¡¡¡
' j otra, a la singularidad. En la igualdad con los
demás, en la necesidad de fundirse con el gru·
1.1. FoRMA, FUNCióN y RAZóN
Dentro de la historia y la teoria del dise
et:Ci
d!
po, la pen;ona encuentra seguridad, pero no es · se planteó, ya desde sus mismos inicios,
P!. menos cierto que también encuentra otras dilema que se ha convertido en un «dásíc Z
~
' compensaciones cuando, oponiéndose al gru- entre las demás controversias. Se trata de
~
¡ po, muestra su individualidadl A través de los cuestión de la jimna y la fimción: la disyunti a
P¡ objetos que utiliza el ser humano reafinna su de si debemos ocupamos anre todo en hacer
~
ai1'
ancestral conclición genérica de homo hohilis; un objeto atractivo, susceptible incluso de in-
pero también, merced a los objetos ·que com- corporar un estilo, el del propio autor o el de
~
p¡ pra y utiliza, con5truye su individualidad El una determinada época, o si, por el contra-
di diseño proporciona al ser humano la facilidad rio, el objeto debe permanecer ajeno a cual-
.ti de acción, la cualidad funcional; al tiempo que quier estilo y/o pecuharidad que apunte a la
satisface su afán de diferenciación. Diseña! es autoría concreta, debiendo proyectarse, ante
si
construir, pero a la v~ es aportar diversas re- todo, pensando en la estricta adecuación al
~ soluciones estéticas; diseñar es diferenciar. fin al que va a ser destinado.
~
La palabra «diseño•, o dar forma a los obje- Ya en la antigüedad griega podemos dife-
ll tos de uso, cambia su sentido cuando le añadi- renciar entre autores o corrientes filosóficas
D~
mos el apellido de «industrial••. De diseño in- que inciden en la naturaleza fonnal de la he·
i' dustrial sólo podemos hablar a partir de uoa lleza y otros que aluden a su condición fun-
¡: época bien determinada; la que vive el proceso cional. Para los pitagóricos, la belleza de un
( de industrialización ymecanización, pues el oh- . objeto se deriva de sus propiedades forma-.

L
14 • HISTORIA DEL DISEÑO INDUSTRIAL: UNA APROXIMACIÓN DEUMITACIÓN Y ASPECTOS GENERALES • 15

les, fundamentalmente de la armonía ---<!! en el mundo del arte como en el de los pro- mo•• no son términos idénticos, ni siquiera tares efimeros de los estilos y las modas. En
equilibrio entre las partes- que depende de ductos funcionales. Estos objetos encajarian equivalentes. Podría afirmarse que el racio- consecuencia, se propusieron eliminar todos
la proporción, que a su vez depende de la quizá mejor dentro del concepto de •arte apli- nalismo, en general, ha prinrado la funciona- los elementos ornamentales, reduciendo la
medida; y ésta del número, el cual era consi- cado», que para muchos no tiene nada que lidad de los objetos -aunque incluso esta forma de los objetos a la simplicidad y clari-
derado el principio clave del univen;o. En ver con el diseño y que, en todo caso, se basa afirmación, como veremos, ha sido cuestio- dad estructrual de las figuras geométricas.
cambio, Sócrates, además de las cosas que en planteamientos diferentes. Pero no sólo en nada por algunas criticas de los postmoder- De este modo, el funcionalismo racionalista
son bellas por su proporción, nombra a el XIX se bebe del estilo. En el siglo xx, cuan- nos-; pero lo que resulta históricamente in- no expresa sólo un ideal, sino que constiruye
aquellas que lo son por su utilidad: •-<Y tú do el diseño industrial alcanzó una identidad negable es que no todas las reivindicaciones un método eficaz (y racional) de producción
crees que lUla cosa es el bien y otra la belle- diferenciada respecto a las artes aplicadas, de la funcionalidad han optado por la vía de objetos adaptados a su función. El racio-
za? ~e pregunta Sócrates a Aristipo de Cire- encontramos también etapas de clara orien- racionalista. Restringir todas las variantes nalismo, cuyo concepto tampoco resulta uní-
ne]. iNo sabes que todas las cosas son bellas tación formalista Las razones pueden ser va- del funcionalismo al racionalismo es un re- voco, pues existen diversas escuelas y mo-
y buenas para un mismo fin? En primer lu- rias. Los estilistas norteamericanos de los trein- duccionismo que logró imponer el Movi- mentos con ideas diferenciadasj, tenía como
gar, la virtud no es buena en uri sentido y be- ta y cuarenta, por ejemplo, buscaban renovar miento Moderno' del cual hablaremos más meta garantizar la funcionalidad del objeto
lla en otro. En segundo lugar, se considera a las fonnas de los productos con el objetivo pri- adelante. y mejorar su producción industrial. Obvia-
los hombres helios y buenos en lo mismo y mordial de volverlos más atractivos y mejorar El funcionalismo tiene div:~m9fl_J_Q.~IT9s y mente, al aseverar que sólo la pureza de la
respecto a lo mismo, y en los mismos aspec- las ventas, aunque muchas de suS realizaciones una--larga historia dentro del diseño. Ya geometría era la vía adecuada para alcanzar
tos en que los cuerpos de los hombres pare- aerodinámicas optaran también por compo- Morris, en la segunda mitad del siglo XIX, este doble objetivo, redujo las posibilidades
cen hennosos y buenos, en esos mismos as- nentes funcionales. En cualquier caso, este tipo desarrollaba sus pioneras tesis en las que de- expresivas; pero su finneza en la defensa de
pectos todo cuanto utilizan los hombres se de diseño representa un claro ejemplo de esa fendía el valo; funcional de los objetos. Sin la estricta funcionalidad resultó determinan-
considera hermoso y bueno respecto a aque- visión cosmética de la actividad del diseñador embargo, no apelaba a los procesos pro- te para apuntalar la autonomía de la reciente
llo para lo que tengan utilidad. 1 -<Enton- encarrtinada a vestir el producto con la forma ductivos del maquinismo, que bien pronto disciplina del diseño. Sin embargo, su pre-
ces, un capacho para transportar estiércol es más apetecible para el gusto del momento. Al- despertarian el entusiasmo entre los racio- SlUlto dogmatismo ha provocado numerosas
también algo hermoso? 1 -Sí, por Zeus, y gunas décadas más tarde, en los ochenta, el di- nalistas. Morris seguía deseando un objeto reflexiones: «El método racional· {afirma
un escudo de oro es algo feo desde el momen- seño postmoderno también muestra con cla- artesano, y éste se perfilaba como poco John Christopher Jonesj te da la impresión
to en que el capacho está bien hecho para su ridad una vocación formalista, pues la di- operativo en un mundo con una creciente de que puedes resolver el problema de dise-
uso y el escudo no lo está>? Como vemos, mensión estética del producto y la capacidad demanda objetual y en el que, por tanto, ño con certeza 1 con matemática certeza 1
toda una exégesis protofuncionalista: el objeto expresiva ligada a su aspecto exterior adquie- era necesaria la producción industrial. Ade- y el tipo de persona que gusta de eso 1 no es
de uso será hermoso cuando cumpla bien su ren primacía sobre cualquier otra considera- más, no excluía la ornamentación, siempre realmente un diseñador. 1 Es una pen;ona
cometido, una funcionalidad correcta propor- ción. Y aun diríamos que esta vocación se pro- que tuviese una elaboración artesanal y no que nunca deberia haben;e metido con el di-
cionará unas formas atractivas de por sí. longa en nuestros días con esos objetos de es- dificultase la función que debía desarrollar seño. 1 El diseño no tiene nada que ver con
A lo largo de la historia del diseño ha ha- tética amorfa y translúcida con que nos asalta el producto. la certeza. 1 Diseñar consiste en crear lo
bido épocas en que los objetos de la industria el último diseño. AWique, en este caso, la ver- En el primer tercio del siglo XX, el funcio- ' nuevo. 1 Lo nuevo siempre es incierto 1 ésa
se han dejado prender por los estilos actisti- tiente de uso efectivo siempre está presente. nalismo se volvió racionalista. Se atendió al es la idea 1 y necesitas la racionalidad 1 pero
c~s del momento; esto es, se han elaborado Sin embargo, desde una perspectiva fun- uso del objeto pero también a sus procesos necesitas que te permita tener el coraje 1 el
siguiendo unas normas ajenas a su propia cionalista, según la célebre frase de Lo~is constructivos tratando de simplificarlos y ha- coraje de expandin;e. 1 La racionalidad es
esencia: se trataba de «acoplar» una función a Sullivan -aunque también se le atribuye a cerlos más efectivos. Para los defensores del útil para ayudarte a seguir el camino 1 de
unas formas preestablecidas. Así, podemos otros pioneros-, <<la forma sigue a la .fun- funcionalismo racionalista -Le Corbusier, mayores inseguridades»6•
encontrar una serie de artilugios cuya fun- ción••3, las caracteristicas formales de un ob- los miembros de la Bauhaus y demás repre- . Caeríamos en un error si pensáramos que
ción práctica quedaba relegada ante el deseo jeto dependen de su finalidad, del uso que se sentantes del Movimiento Moderno-, la con la llegada de los planteamientos funcio-
de estilo, aunque en ocasiones el estilo pro- vaya a hacer del mismo. No se trata de crear forma de un producto debe derivarse eXclu- nalistas y/o racionalistas el diseño perdió be-
porcionara tambié"n comodidad. En la époc~ formas y de introducir en ellas una función, sivamente de sus premisas objetivas, enten- lleza. Lo que se evidenció. es que ésta no se
victoriana., primera etapa histórica donde se sino de que el objeto cumpla bien esta última diendo por éstas, la mayoría de las veces, las manifiesta del mismo modo en el mundo del
consolida la producción industrial de los ob- y que la fonna se derive de ella Hov día se necesidades materiales. La forma., como si se arte que en el del diseño y que, en todo caso,
jetos, éstos apar~cen mayoritariamente si- presenta al funcionalismo racionalistt como tratase de la conclusión lógica de una deduc- la belleza es un concepto problemático y
guiendo las pautas formales impuestas por el paradigma de esta concepción del diseño. ción matemática, es necesaria (no puede ser desde luego variable. No obstante, la exacer-
gusto de la época, que se manifestaba tanto Sin embargo, <<funcionalismo)• y «racionalis- de otro modo) y está por encima de los ava- bación dogmática de algunos de sus princi-
16 • HISTORIA DEL DISE&O INDUSTRIAL: UNA APROXIMACIÓN DEUMITACIÓN Y ASPECfOS GE.!'ffiRALES • l7

pios derivó, con el tiempo, en lUla proposi- conocer a qué tipo de público va dirigido el han encargado de convertir a éste y otros ob- condicionarian la evolución del aparato; y, en
ción falsa: este objero es funcional, luego es objeto e intentar satisfacer con él no sólo una jetos en piezas de museo. este caso, las modificaciones de lUla forma
bello. Y en otra discutible: no existe otra ra- utilidad práctica; sino otro tipo de necesida- Obviamente, existen objetos industriales de perfectamente adaptada a la función no resul-
zón que justifique la forma que no sea la fun- des como puedan ser las estéticas o simbóli- tipo ornamental, que no cumplen ninguna tarían pertinentes.
ción. cas. Seguiremos a Lobach8 para establecer función práctica Por ello, desde algunas ins· El estar al servicio de la funcionalidad del
Tanto el formalismo como el funcionalis- las diferencias entre las funciones prácticas, tancias se ha propuesto eliminar el coeficiente producto no elimina, sin embargo, la creati-
mo, si se toman de forma excluyente, resul- estéticas o simbólicas de los productos induS- utilitario para definir el diseño. Pero esros ob- vidad del diseñador, como algunos pueden
tan agresivos. Proyectar un objero es, desde triales. Cuando un diseñador subraya la fun- jeros pertenecen a un grupo muy delimitado estar tentados de pensar. Muy bien esta crea-
luego) atender a su función, pero ésta puede ción práctica busca establecer una relación dentro de esta disciplina y no podemos con- tividad puede estimularse ante el reto de lo·
admitir, sin que se la distorsione, lUla serie «fisiológica>} entre el consumidor y el pro- vertir la función decorativa que cumplen en grar la máxima funcionalidad del producto.
de elementos que no le son estrictamente ducto. Esto es, potenciar la comodidad y la punto de partida para calificar a la gran masa Atu1que algunas caracterizaciones, corno la
necesarios. Restringir la variedad formal de economia de esfuerzos g.ue el objeto pueda de producros industriales. Además, el estudio defendida por Bruno Munari9, rechazan que
los objetos industriales implica reducir su reportar al usuario. Con la función estética, no de los objetos industriales meramente orna- el diseñador deba tener estilo, en realidad
potencial atractivo y limita las posibilidades sólo se pretendería este tipo de bienestar, sino mentales tendría que efectuarse relativamente podemos decir, de alguna forma; que tiene
de elección del consumidor que, al fin y al sobre todo la satisfaccjón visual y también al maigen del resto, entre otras cosas porque muchos, prácticamente tantos como los deri-
cabo -y más en nuestra época-, busca di- emocional del usuario; es decir, convertir el la tarea del diseñador que se dedica a proyec- vados de las resoluciones funcionales .9.~
ferenciarse, aportar al reducto de su casa, o objeto en algo _atrayente, independiente en al- tarlos se asimila -parciahnente-- a la del ar- pueda otorgar a un objeto. La imaginación
a su entorno inmediato, su propio aire per- guna medida de la comodidad Por último, la tista, pues le guia; al igual que a éste, el facror creativa queda salvaguardada por el hecho
sonal. En este sentido, resulta adecuada la .función simbólica buscaría ofrecer una deter- estético; un facror que en el diseño de objeros de que una misma función admite multitud
observación de Terence Conran: «~e gus- ~ada imagen del usuario, el cual demostra- utilitarios es sólo uno más entre los que se de- de formas. ·
ta pensar que el 98% del diseño es sentido Íía a través de la posesión del objeto su perte- ben tener presentes.
cOmún. Lo que reahnente lo haCe tan inte- nencia a lU1 detemúnado grupo social o inclu- De cualquier modo, los diseñadores en-
resante y lo convierte en W1 reto es el 2% so ideológico. La utilización que hace Uibach cuentran un amplio margen de maniobra for- 1.3. EL DISENO ENTRE OTROS ..\,.'.-ffilTOS
restante, lo que se podría llamar la "estéti- de tres objeto~ concretamente tres sillas (la pri- mal sin apartarse del uso práctico del objero. CREATIVOS
_ca" [...] Es este 2% el que marca ia diferen- mera de las comunidades Shaker, para ejem· Sobre todo algunos sectores, como el del
cia entre algo que es perfectamente acepta- plificar la función práctica, la segunda la !Wja y mueble, pueden conjugar perfectaffiente ele- Parafraseando a Anna Calvera10, resulta
ble y aquello otro tan especial que todo el Az¡dde Rietveld, a fin de mostrar la función es- mentos funéionales y formales. Es evidente casi imposible abordar el diseño sin tener en
mru1do quiere tene~ 7 • Efectivamente,_ po- tética, y la Bartdona de Mies van der Rnhe, que no es lo mismo, por ejemplo, proyectar cuenta su relación con el arte. Aunque ya ha
demos convenir en que el sentido comúfi es con objero de ejemplificar la función simbóli- una mesa que una plancha Tal como afirma- transcurrido illl tiempo suficiente desde que el
la cualidad fundamental que debe guiar al ca) son concluyentes ejemplos de sus tesis. ba Sottsa:¡s, puede que una mesa necesite cua- diseño adquiriera su autonomía, la constante
diseñador o diseñadora. Y este sentido, en Por otra parte, resulta particularmente in- tro patas para funcionar, pero las cuatro patas aparición de «objetos de frontera» 11, en los
el caso que nos ocupa; está muy ligado al teresante resaltar la existencia de objetos en no tienen por qué ser iguales. En el diseño de cuales las cualidades formales yexpresivas ga-
concepro de utilidad práctica. No obstante, los que se funden dos o incluso las tres fun- la mesa, aunque el diseñador conserve la fun- nan terreno a las fimcionales y estandarizables,
para que un producto se diferencie, para ciones, así como la de otros de difícil clasifi- ción para la que ha sido destinada, puede as- hace que el disomo alrededor de este tema no
que no presente una apariencia monótona cación o en los que,. con el tiempo, ha ido pirar a la fantasía; existen, de hecho, mil for- se haya agotado. Las ya clásicas argwnentacio-
o anodina, tiene que poseer el factor de di- prevaleciendo una función u otra. En este mas que pueden permitirle seguir cumplien- nes de Munari 12 acerca de lo que para él son
ferenciación que le concede una forma es- sentido, son notables esos objetos que, des- do su misión: va.J.iados ptmtos de apOyo, ámbitos tan diferenciados no encuentran hoy
pecial o novedosa. bancados por la emergencia de la tecnología, pluralidad de materiales, formas geométricas lUl eco lUlánirne, tal como se pone de mani-
han quedado como un símbolo del pasado. diversas, etc. Pero si quisiéramos proyectaJ~_ fiesto en las polivalentes argumentaciones del
La no tan lej<ll"l;ft~áquina de _escribir Valenti~. una plancha, tendríamos que pensar cuál seria libro editado por Calveral'.
1.2. W fUNCIONES DE WS OBJETOS ~ de Ettore Sottsass y Perry A_ King, que el mejor asidero, el material más adecuado, Para el teórico italiano, arte y diseño presen-
INDUSTRIALE.S hasta hace muy poco tiempo cumplia perfec- las proporciones idóneas; y los resultados ob- tan realidades diferentes. En primer lugar,
~ente su funció14 poseyendo además un tenidos, aun variando, guardarían una eviden- respecto a la actitud y a la diferente metodo·
La función que pueden cumplir los obje- alto bagaje estético, se ha convertido hoy en. te similitud. En este caso, serian los adelantos logia empleada por el artista y por el diseila·
tos industriales !lO tiene por qué ser única- una pieza que tiene para su poseedor el valor tr· técnicos los que -junto a nuevos estudios y dor, Munari considera que el carácter subjeti·
mente práctica De hecho, el diseñador debe simbólico de un clásico. Los ordenadores se Di mejoras en antropometria y ergonometria- vo de la obra del artista\" ::;u voluntad de esri-
18 • HISTORIA DEL DISEÑ'O INDUSTRIAL: UNA APROXThtACIÓN DELLMITACIÓN Y ASPECfOS GENERALES • 19

lo es~an fuera de lugar en el diseño, que ción de la belleza; si acaso, ésta es un valor el expresionismo; pero no es generalizable al industrial son dos actividades diferentes aun-
debe seguir un método racional para solven- añadido. Sin embargo, como advierte el pro- conjtmto del arte, en el que encontrarnos otros que presentan paralelismos y vasos comun~­
tar un problema funcional. Además, el artista pio Tatarkiewicz, esta interpretación es cues· planteamientos, como es el caso de los cons· cantes entre ambas. Y segundo: la amplitud
resuelve la obra con sus manos, desde el prin- tionable incluso para el propio arte, ya que la tructivistas, contrarios a mostrar en sus obras del objeto y la variedad de las manifestaCio-
cipio hasta el final, mientras que la pieza de misma noción de belleza es ambigua S~ se· cualquier aspecto subjetivo. En el caso del di- nes de ambas actividades se traduce en la di-
diseño, en su ejecución última, depende de los gún las teorias subjetivistas, lo bello es lo que seño, la autoexpresión no tiene sentido, puesto ficultad práctica de acotarlas en u-na defini-
operarios, que la concluyen con máquinas a gusta, no todo el arte seria bello, pues no todo que los objetos que comprende dificilmente ción que recoja satisfactoriamente toda su
partir del proyecto inicial del diseñador. nos gusta a todos. S~ de acuerdo ron el obje- permitirán que «leamos» a lravés suyo la expe- complejidad.
En segundo término, Munari alude a las tivismo, decimos que lo bello es lo que goar- riencia emocional del autor. Pese a todo, en la Pasemos, pues, a la relación entre diseño
diferencias entre los objetos artísticos y de di· da relaciones annónicas, tampoco entonces historia del diseño encontrarnos momentos industrial y artesanía Muchos diseñadofes
seño. Observa que la obra de arte no tiene todo objeto artístico seña bello, pues no to- --d diseño postrnodemo de los ochenta, por actuales que no rehuirían lUl.a cercanía con el
casi nunca una función de uso, mientras que dos goardan estas relaciones1'- Además, han ejemplo- en los que se ha incidido en la ex- arte, desdeñarían quizá su vínculo con la ar-
el objeto de diseño (excepto en el caso del di· sido numerosas las vangoardias artisticas del presividad de los objetos y de sus creadores. tesanía. Sin embargo, como afirma Dorfles,
seño ornamental) la tendrá siempre. Si aña- siglo xx que han relegado la belleza, dando Ante la imposibilidad de incluir gnm pme el artesanado sería el «auténtico progeni- ·
dimos a esto el carácter de seriación del dise- primacía a otros valores. de la producción artística del siglo XX dentro tor)) 20 de muchas obras pertenecientes en la:.
ño frente a la propuesta exclusiva del arte, las I.a misma problemática encontramos en la los anteriores esquemas, se adujo que el rasgo actualidad al diseño induslrial. La artesanía
diferencias se acentúan más todavía. Ade- caracterización que afirma que «d rasgo distinti· distintivo del arte era producir un «choque>•. -a diferencia del arte, que pof lo general
más," y en tercer lugar, ni siquiera los recep- vo del arte es que éste produce /¡¡ experiencia estiti- Efectivamente, la provocación ha estado en la produce objetos únicos- mantiene en co-
tores del diseño y del arte son los mismos. El ca»16. Prácticamente, nadie defendeña que la intencionalidad de muchos movimientos ar· mún con el diseño la producción en serie.
artista sabe que se dirige a una minoría de la liualidad del diseño consiste en provocar esta tístiros de varígoardia, pero también resultaria Ahora bien, también aquí resulta curioso ob-
sociedad, y trabaja para ella, aunque tam· experiencia estética, entendida como lUla acti- Wla perspectiva reduccionista convertirla en servar cómo ciertos artesanos confluyen con
bién para sí mismo; en cambio, el diseñador tud exclusivamente contemplativa en la que la categoria central de todo el me. Por lo que los artistas. Si el mUndo del diseño, en su de-
trabaja para una mayoría, de cuyas necesida- no interfieren ni intereses prácticos ni cognos- concierne a la historia del diseño, este cornpcr seo de producir objetos «de firma», se apro-
des no puede prescindir. citivos; atUlque no es menos cierto que algu- nente no es asumible, aunque en algunos mo- xima en dertos momentos -y en alguna
No se nos escapan las múltiples objeciones nos objetos induslriales pueden provocarla del mentos las propuestas provocadoras -como rama concreta como puede ser la del mue·
que podrían efectuarse a las argwnentaciones mismo modo que los artísticos. las creaciones de los grupos del diseño radical ble- al arte, no es menos cierto que algunas
de Munari, desde la evidente subjetividad y el La caracterización tradicioual según la italiano que criticaban el diseño «burgués» e manifestaciones de la artesania actual, pre-
estilo presentes en muchos productos industria- rual el «rasgo disl.irúivo del arte es que representa, ir0nizaban sobre las limitaciones del funcio- tendiendo apartarse de moldes seculares,
les, hasta la innegable existencia de una gama oreproduce, la retúüúubP resulta, hoy día, una nalismo racionalista- han servido como ins- buscan significarse en la experimentación, lo
de productos de la industria dirigida a la élite, reliquia del pasado. El arte ha dejado de ser trnmento de reflexión y de debate. cual se traduce en el abandono de las series y
que cuestionaría el supuesto plus «democráti- copia, de mimeti.zar el mtmdo exterior. Por En cuanto a la caracterización que con- en planteamientos originales. Históricamen-
co, de la actividad proyectual sobre la artisti· lo que atañe al diseño, la prioridad de resol- vierte «la creación de formas•, 19 en el rasgo dis- te, se puede constatar la existencia de un di-
ca. En cualquier caso, tal vez resulte más fruc- ver problemas funcionales lo alejaria de los tintivo del arte, es tan general que podría seño y de una artesanía de carácter artístico,
tífero establecer los paralelismos y las diver· moldes figurativos. Los objetos de diseño se· aplicarse también al diseño -y a la artesa- aunque la gnm masa de productos de uno y
gencias entre arte y diseño tornando como parecen a sí mismos, no a formas naturales; nía, a la arquitectura y rrluchas otra<; activida- de otra tiene tma condición propia muy preci-
punto de partida los diferentes rasgos con los son fundamentalmente abstractos. No obs- des- sin aproximamos a su idiosincrasia es- sa, que se aparta del proceder artístico. Cierta·
que, según Tatarkiewicz, se ha tratado de de- tante. tanto en su nacimiento, cuando aún no pecífica. Por lo demás, esta caracterización mente, el empeño de algunos diseñadores
finir al rute a lo largo de la historia. Veamos. se habían desprendido de su unión con el abrirla la cuestión de cuál es la peculiaridad (sobre todo de la década de los ochenta del si-
El autor recoge, en primer lugar, una tesis me, como en la actualidad -bwtksign, neoor- de las formas artísticas y la de las formas in- glo xx} en explotar el deseo de diferenciación
clásica: «el rasgo disq!!!iv_o del arte es que produ- ganicismo- podemos encontrar ejemplos de dustriales que, presumiblemente, nos reen- del consumidor, provocó la irrupción de en-
u belfe¿a [... j La belleza essu propósito, su lo· productos que copian, imitan o se inspiran en viarla a la cuestión inicial sobre la fonna y la carecidas series limitadas de objetos «de fir-
gro y su valor principal» 14. Si aceptamos este formas naturales. función. ma» que adquilieron casi el cariz de obra de
rasgo como criterio, arte y diseño d.ivergirían En cuanto a la posición, más reciente, que . A falta de una fórmula concluyente, este arte. Resulta cmioso observar cómo, desde
en su finalidad, pues, evidentemente, muy hace de 1~ «expresión» 1 ~ el rasgo distintivo del l
. intento de establecer semejanzas y diferen-·
cias entre arte y diseño nos deja un par de
ielativamcnte hace pocos años, se habla de
<<objetos de diseño» para calificar este con-
pocos ~e atreverían a decir que el propósito y arte, ha sido potenciada por algunos movi- &
objetivo principal del diseño es la consecu- mi:ntos históricos como el romanticismo y cosas manifiestas. Primero1 que arle '! diseño junto de productos de alto precio y formas
20 • IITSTORIA DEL DISENO INDUSTRIAL: UNA APROXIMACIÓN DELL.\UTACIÓN Y ASPECTOS GENERALES • 21

originales -a veces extravagantes-, olvi- los avances tecnológicos y está en continua fruida- por los seres humanos, requiere lUla incluso, en ocasiones, puede propiciar el sur-
dando que otros objetos mucho más comu- evolución. Aquí también las últimas décadas labor de diseño. No obstante, no todos los gimiento de nuevas necesidades. No obstan-
nes son también producto del diseño, al.Ul- han introducido nuevas perspectivas desde proyectos de los ingenieros necesitan del di- te, raramente el público se equivoca: no pen-
que no alardeen ostentosamente de tal califi- las que la artesarúa deja de ser vista como señador; en los objetos donde la relación con samos que existan objetos de diseño que,
cativo. reaccionaria y se considera que los materiales el usuario no es inmediata (esto es, no tienen siendo ineficaces, hayan sido incorporados
La elaboración del objeto artesano, aun más avanzados pueden convivir con las pau- por qué ser visualizados por él), tal colabora- de fonna definitiva al entorno. Cierto que la
con la colaboracióll parcial de la_máquina, tas artesanales' 1• Desde las últimas tendencias ción se diluye e incluso desaparece. El dise- moda ha podido inducir a la masiva adquisi-
continúa realizándose fundamentalmente ..5o. del diseño -éste es el caso de Droog Design ñador colabora con el ingeniefo allí" dOnde ción de objetos innecesarios o que no cum-
.mano. De ahí que cada uno de estos objetos y Snowcrash, por ejemplo-, se insiste en la lis..óbias que han de realizarse tienen ruta di- plieran bien su función, pero lo que perma-
sUela mostrar diferencias respecto de los de- posibilidad de la convivencia de la alta y baja mensión humana: «El diseño es el medio por nece es el objeto bien planteado y que res-
más, aun cuando sea en tul mínimo detalle. tecnólogia. -eTqlíé"-O~denamos nuestro entorno, remode- ponda a unas necesidades específicas.
Esto, que sin lugar a dudas contribuye al en- Los lúnites que separan el trabajo del dise- lando los materiales naturalés para satisfacer De lo expuesto se deducen algunas carac-
canto de las piezas artesanas, no se conside- ñador industrial y el del arquitecto resultan nuestras necesidades y lograr nuestros propó- teristicas del diseño industrial, pero no una
raba aceptable hasta hace poco en la produc- en ocasiones difusos por la interacción de los sitos. Surge en la wna intermedia entre la hu- definición concluyente de lo que éste pueda
ción industrial, cuyas series de objetos tenían distintos profesionales de cada uno de estos manidad y el entorno natural y expresa las in- ser. En general, se le suele concebir como un
que ser necesariamente idénticas, conside- campos; y, a menudo, por la coincidencia de tenciones, deseos y esperanzas humanas>>22• p~oceso de creación que contribuye a trans-
rándose un fallo cualquier diferencia Pero ambas actividades en una misma persona Debemos resaltar esta dimensión humana formar nuestro entorno para acoplarlo a
en la actualidad esta frontera puede difwni- En países como Italia y Estados Unido~ los y social del diseño indlll.trial. Afirma Uibach nuestras necesidades. A través del diseño se
narse, pues los procesos de customizadón ha- arquitectos han desempeñado un papel prin- que el diseño industrial es un «proceso de producirían una serie de objetos, provenien-
cen que se personalice el objeto industrial. cipal en el desarrollo del diseño industrial, adaptación de productos de uso de fabrica- tes de un proyecto previo y que necesaria-
En la actualidad, la seriación repetitiva si- llegando a establecer, como Ernesto Natban ción industrial a las necesidades físicas y psí- mente se fabricarían mecliante técnicas in·
gue siendo la estrategia fundamental de la Rogers, una continuidad entre las dos profe- quicas de los usuarios y grupos de usua- dustriale~ siendo posible hacerlo de forma
industria, pero no es ·tma condición sine qua siones. En general, la arquitectura acude al rioS»23. El diseñador se convierte, pues, en ilimitada Pero, aunque hayamos dicho que
non del diseño industrial. Las piezas ya no diseño para nutruse de los elementos estan- W1 intennediario entre la técnica y las necesi- el cometido propio del diseñador es el de
se proyectan siempre para ser multiplica- darizados que éste produce para los edificins: dades humanas. Debe tener siempre muy proyectar el objeto, el diseño no se agota con
das, sin variaciones, por las máquinas. Sin cerramientos, sanitarios, griferías, etc. Pero presente el público al que va dirigido el pro- esta afirmación. En primer lugar, porque el
embargo, por lo general, parece subsistir también es a veces producto del mismo dise- d11;cto, pensando no sólo en que los objetos mismo acto de ..e:_~yectar requiere importan-
-una diferencia entre diseño y artesanía El ño, en aquellas construcciones, generahnen- producidos puedan ayudarle a resolver cues- tes conocimientos en otros dominios que no
proceso de elaboración de la artesanía no se te transportables, construidas a base de ele- tiones fisicas y materiales, sino tratando de son los propiamente resolutivos. El profesio-
puede dar por concluido hasta que la pieza mentos prefabricados y por tanto suscepti- satisfacer otra serie de valores, como el de- nal de la materia tiene que dominar multitud
experimenta los últimos retoques por parte bles de seriación. seo, lícito en este caso, de la diferencia Cada de campos que le permitan elaborar un pro-
del artesano, mientras que el diseño consis- En algunos países -Alemania,Japón- el .persona o grupo de personas puede tener yecto con viabilidad técnica y, al mismo
te fundamental-arutque no únicamente- diseño ha desarrollado Wl vínculo más estre- unas apetencias, unos gustos que el diseña- tiempo, con poSibilidades comerciales. Esto
en la proyección del objeto para que, luego, cho con la ingenieria. El trabajo del diseña- dor debe conocer y disponerse a interpretar. supone un nuevo problema: parece práctica-
la ejecución del mismo sea llevada a cabo dor que colabora con un ingeniero en la Acerca de estas necesidades el diseñador tie- mente imposible que en una misma persona
por los operarios. El diseñador acaba su ta- construcción -por ejemplo, de tm puente- ne que documentarse para responder a lo puedan coincidir esa serie de conocimientos
rea sobre el papel; el artesano sobre el objeto consiste en acoplar las necesarias solucio~es que se le demande. Su tarea tiene un ineludi- necesarios para plantear cualquier tipo de ob-
en sí. técnicas a un sistema visual acorde con el ~n­ ble cariz sociológico. Lo que el arte no ten- jeto industrial. Desde esta perspectiva, hay
Por otra parte a menudo se señala que la torno y, al mismo tiempo, incorpOrar l~ dria por qué hacer: buscar la aceptación del quien propugua no estudiar el diseño partien-
artesanía suele. contar con un fuerte c~o­ pautas de modernidad f:Stética imperantes público (bajo pena de desvirtuarse), para el . do de una pretendida unidad metod~lógica,
nente de tradición; así, aWique exista Un arte- en el momento. El profesional del diseño de- diseño es necesario. No se tratariet¡ sin em- sino desde los cllversos sectores que éste com-
sanado InodemO que experimente fónnulas sempeña aquí una tarea mediadora entre la bargo, de una aceptación pasiva Muchas ve- prende. Sin embargo, la historia. nos habla
nuevas, normalmente gusta de repetir las ya técnica y el humanismo, teniendo muy pre- ces el diseñador adivina, antes que los mis- más de concepciones Unitarias que de frag-
aprendidas_ ~L~e han demostrado eficaces y sentes los aspectos comunicativo, psicológico mos grupos sociales tomen conciencia, cuáles mentarios pluralismos y, además, los mismos
rentables...~J- diset'íO, por el contrario, tiend~ y estético. Desde el momento en que una van a ser sus necesidades o deseos inmediatos. diseñadores nos vienen a confirmar la men-
hacia el futuro, depende en gran medida de obra de ingenieria tiene que ser utilizada -y Puede, en este sentido, marcar tendencias; cionada posición, puesto que suelen verter su
22 • IDSfORIA DEL DISEÑO INDUSTRIAL: UNA APROXIMAClÓN

actividad en la proyección de lUla gran varie- del mismo. Por este motivo, historiar el di-
dad de objetos. Pero resulta innegable que el seño es hablar también de técnieas, de sociolo-
hecho de que el diseño industrial sea una dis- gía, de economía, de estética y de marketing;
ciplina relativamente joven que desarroUa algo que requiere un planteamiento inter-
una actividad abierta -en el sentido de que _disciplinar, como se nos advierte desde una
requiere en muchos proyectos lUla interven- aproximación clásica:
ción multidisciplinar- aumenta los proble- «El diseño industrial es una actividad
mas de acotación a los que antes aludíamos. creativa cuyo objetivo es determinar las
Consciente de la dificultad de una delini- cualidades de los objetos producidos por la
c_tó.n, <<por otra parte siempre desmentida industria, Unas cualidades formales que no
pOr los hechos», Renato de Fusco24 propone consisten sólo en la apariencia exterior
hablar de los factores o momentos que con- sino, principalmente, en-las relaciones es-
fluyen en el proceso y que serían: el proyec- tructurales y funcionales que convierten un
to, que tiene que pasar del papel a la produc- sistema en una unidad coherente tanto para
ción; más ~de a la venta y al consumo. To- el fabricante como para el usuario- El dise-
dos estos aspectos, alejados en mayor o ño industrial preténde abarcar todos los as-
menor medida de lo que es el propio traba- pectos del entorno humano que están con-
jo «de estudio», forman parte, no obstante, dicionados por la producción industrial»25•

1
!

1
1
C.u>truLO 3

LOS DISCURSOS DEL SIGLO XIX

3.1. HACIA LA. DEfiNICIÓN DE UN PROCESO riales sustitutivos hacen su aparición en In-
glaterra entre 1820 y 1850. La confusión de
Las respectivas parcelas del arte y de la in- los instintos es claramente reconocida por
dustria, y en consecuencia las del arte y el di- los Ref01mistas ingleses alrededor de 1850.
seño, no habían quedado delimitadas en la A través de la crítica y del estímulo, se hacen
época de la revolución industriaL Los obje- intentos para influenciar directamente a la
tos de diseño, muchos de los cuales se iban a industria» 1•
producir en adelante por procedimientos in- Pero no debemos juzgar ese fenómeno de
dustriales (aunque todavía tardarán en mini- una forma totalmente negativa; al fin y al
mizarse los artesanos), no tuvieron, en prin- cabo, esa imitación de las complejidades for-
cipio, una autonomía en ruanto a forma se males que se encontraban en el arte fueron
refiere. Tendieron a adoptar, por el contra- todo un campo de experimentación para los
rio, los mismos cánones que guiaban a losar- industriales del diseño, que manejaron con
tísticos, y ni siquiera experiencias precurso- soltura los procedimientos técnicos a fin de
ras como las de Wedgwood pudieron hacer conseguir unos objetos plenos de historicis-
que se cambiara tal situación. A medida que mo pero que también participaban del espí-
van avanzando las primeras décadas del si- ritu de los nuevos tiempos. Por otra parte, la
glo XIX, observamos que, junto al progreso pregnancia histoticista no es algo que deba
de los sistemas de producción industrial, no extrañamos: el objeto industrial era una ad-
se produce una quizá previsible autonomía quisición reciente de la hlUUanidad, mientras
en los planteamientos del diseno. La imita- que el objeto artístico se remontaba a sus
ción de modelos artísticos produjo inexora- mismos orígenes. Cuando las máquinas em-
blemente un falseamiento de las cualidades pezaron a producir masivamente sus artícu-
del objeto industtiaL Los empresarios ~sin los, existía una resistencia a que éstos aban·
dar prioridad al espíritu investigador e inno- donasen esa dimensión estética y cultural que
vador de los primeros años de la revolución portaba el arte consigo.
industrial- quisieron reproducir, con plan- La consolidación de la clase media, con
teamientos estéticos derivados de los artísti- la consecuente estabilidad de su economía,
cos, objetos que no potenciaban la especifici- contribuyó a la proliferación de los objetos
dad que ya hubiera podido adivinarse en el fabricados industrialmente. El modelo estéti·
campo del diseño. Especialmente a partir de co en que esta clase se miraba era el de la cla-
la segunda década del siglo XIX, los empre- se alta, y por tanto intentaba imitar en sus ho-
sarios se empeñaron en una mecanización gares los modelos que ésta le proporcionaba
del adorno cuyo único objetivo era copiar el Dado que la máquina podía repetir mecáni-
que previamente había ideado el artesano o camente las antiguas fonnas artísticas y arte-
el artista, impidiendo así la presumible auto- sanas a precio moderado, era fácil obtener y
nomía formal de los objetos cotidianos: «El expandir la simulación. A la par que las
mal uso de la mecanización para imitar la máquinas conseguían imitar objetos suntua-
producción artesanal y el empleo de mate- rios, las clases medias que los encargaban
LOS DlSCURSOS DEL SlGLO XIX • 55
54 • HISTORIA DE:L DISEÑO INDUSTRIAL: UNA APROXIMACIÓN

desarrollaban el sentido esnob de la imita- de «diseño~~ en el uso común que actualmen- -~~.. ,.
• ' ¡;o - ' '

ción hacia las más elevadas, a las que con- te le damos a la palabra. No existía una auto- '¡ ·'

sideraban «naturalmente}) superiores. Así nomía creativa de esta disciplina, una fonna
lo puso de manifiesto William Thackeray, creada a consecuencia de los nuevos siste-
cuya sátira hacia la sociedad de su tiempo mas productivos. Lo que había era arte, arte- '
alcanzó grados de gran brillantez en El libro sanía, o copia industrial de productos artísti-
dt Ú!s esnobs. Ridiculiza éste la inveterada cos- cos o artesanos. Por otra parte, hasta la se-
tumbre de algunos de ofrecer comidas fue- gunda mitad del siglo XIX la adopción de la
ra de su presupuesto, comidas que signifi- máquina en los distintos sectores productivos
can todo un suplicio para quien las ofrece, no se produjo de fonna masiva, no prestán-
temerosos todo el tiempo de que la simula- dose demasiada atención a los objetos deli-
ción de sus vidas -y por supuesto de sus vados de ella.
vajillas: «La plata no es ·plata, sino metal Pero la reflexión acerca de la nueva disci-
blanco brillante de Birminghru.n})2- que- plina creativa comenzó a plantearse relativa-
dase de pronto al descubierto por algún mente pronto. La cuestión se presentaba
error de cálculo. como un arduo problema de amplias repercu-
Se fabricaron así una serie de objetos cuya siones y afectaba a las relaciones entre la in-
función simbólica se alzaba por encima de la dustria y la sociedad, entre el pasado y el pre-
práctica; objetos, muchos de ellos, con esca- sen~, entre el mundo artístico y el mundo de
so sentido en un entorno común, pero que la máquina Los distintos ámbitos sociales e
en cualquier caso supusieron la irrupción de intelectuales se implicaron en una polémica
lo industrial en el foro doméstico. La certeza de proftmdos matices planteada en tomo a la
de las posibilidades industriales convivió con especificidad de los objetos y la moralidad del
otra realidad: la que ahora denominariamos nuevo sistema maquinista Flotaba en el am-
kitsch. Cuando la industria pretende imitar al biente la posibilidad de separar la ética y la 29. John Nash. Pabellón real de Brighton, t8t8-l82l.
arte o la artesanía mediante sus procedimien- estética, conceptos que hasta el momento
tos, obtenemos el premio de la afectación, la habían estado amparados bajo el contexto
victoria de apariencias. Pero también el kitsch global de la fdosofia3• El conflicto se plasma-
La controversia continuó viva durante influencia, en el diseño británico y aun fue·
tuvo sus más fervientes adeptos en las últi- rá, tal como subraya Pevsner, a través de dos
toda la época victoriana (calificativo con el ra de éL
mas décadas del XX, de ahí quizá ese nuevo grupos que podríamos denominar prOf5TTUÍli·
que se denomina el periodo de la reina Vic- Durante el pñrner tercio del siglo, en Gran
interés por las fónnulas que aquellos decimo- coso refonnistas y utópicos. Los plimeros pen-
toria, cuyo reinado se extendió desde 1837 Bretaña, encontramos una gran variedad de
nónicos años nos dejaran. Pero no adelante- saban que era necesario aprovechar las nue-
a 1901), y no pareció solucionarse sino has- referencias estilísticas, tanto en arquitectura
mos acontecimientos. vas tecnologías para fabricar objetos de uso,
ta principios del siglo xx, fuera ya de Gran como en diseño. Desde luego continuaba el
Por supuesto, en los hogares de las clases planteando que éstos podían tener un valor
Bretaña, con el advenimiento de los inicia- gusto neodasicista, que ya vimos en algunos
más altas los objetos no caían en este tipo de estético; los segundos se cuestionaban el que
les programas racionalistas. Con todo, ni los de los productos de Wedgwood y Boulton y
propuestas, puesto que los sistemas de fabri- la máquina tuviera que intervenir en proce-
pragmáticos ni los utópicos fueron los que que había representado de fonna tan clara
cación seguían siendo, mayoritariamente, ar- sos hasta ahora reservados al ser humano o,
elaboraron la gran masa de productos de Robert Adam. Ahora, en arquitectura, este
tesanales o artísticos y gozaban, en conse- en todo caso, no aceptaban que los objetos
uso de la época. Los primeros, herederos estilo está magníficamente expuesto por el
cuencia, de un carácter específico, aunque es cotidianos perdiesen su carácter personaliza-
de los empresarios-diseñadores ingleses de complejo arquitectónico diseñado por John
cierto que incluso estas clases ~e dejaron do. Ambos posicionamientos coincidían, no
fines del xvrn, pretendían una simplifica- Nash (1752-1835) en el Regent's Park de
prender por la manipulación industrial de obstante, en un punto: en considerar el arte
ción del producto que no fue posible en Londres a partir de 1820. Pero este gusto
los objetos, que, acertadamente, se identifica- como algo superior al hacerlo portador de
aquel momento. Los utópicos -ya bien en- más sobrio convivía con otros, hacia los cua-
ba con progreso. De cualquier fo1111a, obser- valores inherentes a la propia condición hu-
trada la segunda mitad del siglo XIX- en- les incluso se volcó el mismo Nash. que tra-
vando globalmente la producción industrial mana Así resultaba muy difícil -corno
contrañan un referente en la paradigmática bajó, entre 1818 y 1821, en la expansión del
del momento en su vínculo con el objeto de bien puede suponerse- que el diseño in-
figura de Morris, quien sí llegó a tener gran pabellón real de Brighton [29], elaborado
uso, comprobamos que no podemos hablar dustrial caminara hacia su autonomía.

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56 • HISTORIA DEL DlSEÑO INDUSTRIAL: UNA APROXIMACIÓN LOS DISCURSOS DEL SIGLO XIX • 57

ta, Honoré de Balzac, el gusto británico por hacia 1835, se habría encontrado ante una
fue el rococó, de ascendencia gala. La Revo-
lución Francesa había acercado este delicado la apariencia estaría unido a un aprecio por difícil elección. El mobiliario a la venta por
a la vez que alambicado estilo a la aristocra- lo transit01io. El literato francés, en su inaca- entonces abarcaba el estilo griego de Hope,
cia británica, que d~puso de la oporturúdad bado Tratadn de Úl vida elegante, cuyas páginas en una versión más pesada, también llamada
de comprar muchas piezas a buen precio. se escribieron a inicios de los aiios treinta del moderna; una nueva versión del gótico; una
Pronto el aire general del rococó se incorpo- siglo X[X, reconocía en los ingleses esta cua- del Tudor, y ou·a del Luis XIV. Existía asi-
ra a algunos palacios. En 1824, Benjamín lidad. Cree observar que ya había pasado la mismo un tipo "sin estilo" al que se dio pos-
Dean Wyatt es llamado por la duquesa de época de los muebles enfundados a fin de terimmente el nombre de naturalista. A par-
Rutland para rediseñar una de sus posesio- cuidarlos hasta el extremo. Ahora son «más tir de 1840 se popularizó una variante del
nes, y se emplearon motivos de este tipo. ligeros, menos caros, fáciles de reemplazar.. estilo Renacimiento. El coleccionismo de mue-
Pero en los años 40, y al decir de Crowley, el y las familias ya no se han visto deshereda- bles antiguos era ya la afición fa volita de al-
resurgimiento rococó pleno «fue principal- das del capital. 1 Este cálculo, digno de una gunos. Por otra parte, la producción de mue-
mente burgués. Nwnerosos manufactureros civilización avanzada, ha tenido sus últimas bles nuevos a partir de fragmentos de tallas
utilizaban el estilo rococó para dar a sus pro- consecuencias en InglatetTa. En la pattia de antiguas se había convertido en un pingüe
ductos un aire de cara elegancia>}~_ Como co- lo confortah!t, el material de la vida está con- negocio. Muchos de los muebles del estilo
menta este autor, no se trataba de efectuar siderado como un inmenso vestido, esencial- llamado Tudor se ejecutaron así}>9.
recreaciones históricas, sino de la aplicación mente mudable y sometido a los caprichos De los estilos citados, uno de los que en·
de principios generales del estilo. Estos prin- de la fashi.on. Los licos cambian cada año sus contró mayor fortuna en la época inmediata
cipios de excesos expresivos llegaron incluso caballos, sus coches, sus muebles... y hasta a ese 1835 fue el gótico, que nunca se había
a penetrar en las clases más económicamente los diamantes son reengarzados: todo adopta
débiles, que solicitaban objetos con estas ca- una nueva fomta [...}. Por nuestra patte, to-
racterísticas, lo cual conllevaria una progresi- davía no hemos alcanzado este grado de
va falsificación del estilo, que se imitaba ahora ciencia))5• Por otra parte, es muy significativo
mediante materiales poco nobles. El gusto por cómo seüala, para la Francia de su época, los
la apariencia ganaba la partida entre una so- principios de la vida elegante: uno de ellos
ciedad que no queria quedarse al margen de será la sencillez (aunque relativa): «El princi-
las propuestas es~ticas de la época Cierta- pio constitutivo de la elegancia es la unidad. 1
mente, la exageración formal fue una bandera No hay unidad posible sin la corrección, sin
victoriana, una enseña contra la que se alzaría la am10nía, sin la sencillez relativa,P. E igual-
30. Filigranas de papier machi, panel de Jackon & Sons, el sobrio Movimiento Moderno, pero precisa- mente señala, enfatizando este plincipio:
The Art}oumal !llustrated Catalogue, 1851. mente la exigencia de simulación procuró el «Cuando PeeF entró en casa del vizconde de
desarrollo de métodos constructivos específi- Chateaubriand y se encontró en un gabinete
cos. El auge de las técnicas decorativas lom-ó donde todos los muebles eran de madera
o
que se redujese el precio del producto, llegán- de roble, al ministro treinta veces millonario
bajo las pautas de un palacio hindú, prueba dose a producir masillas que, una vez modela- le pareció de pronto que los mobiliatios de
evidente de la falta de unidad estilística de das y pintadas, imitaban las maderas, a la par oro o plata maciza que abarrotaban Inglate-
la época Con cúpula en forma de bulbo en la que el papkr mádui [30J contribuía a los ara- rra quedaban aplastados bajo el peso de esta
sección central y rodeado de otras cúpulas y bescos del mobiliario, como lo haria también, sencillez,.".
peculiares husos y fantasías, el edificio habla- si bien experimentalmente, la gutapercha [3lj, Durante la primera mitad del XIX en ln-
ba un lenguaje e~ótico que volvetía a apare- extraída de la savia de un árbol y que tendria glaten·a conviven neoclasicismo v neorroco-
cer en los años siguientes. Por su parte, el esti- otras aplicaciones. En cualquier caso, los más có, a la par que se afianza el neoiótico ---que
lo neoclásico no fue totalmente abandonado diversos métodos contribuían a unos resulta- recibió grandes apoyos teóricos-, lo chines-
en los años del victoriano, sino que se convir- dos visuales que en la mayoría de los casos co, etc. Con todos estos precedentes estilísti-
tió en uno más de los recursos historicistas. resultaban exagerados. cos, no nos extraña que Lucie-Smith afirme:
Otro de los estilos que dispusieron de una Cierto que, según parece. y a partir de la «Una pareja inglesa joven que hubiese aspi- 31. Aparador, de la Guua Percha Company, h. lil-fL
an1plia cobertura en la primera mitad del X1X idea que nos da un privilegiado comentaris- rado a amueblar una vi'víenda de buen tono, de I7u ArtjouTTUlllliustrated CatalrJgue, ¡::-;51.
WS DISCURSOS DEL SIGLO XIX • 59
58 • HISfORIA DEL DISEÑO INDUSTRIAL: UNA APROXIMACIÓN

[...j no haría sospechar sus elaborados dibu- to que en el diseño de piezas de carácter reli-
En sus escasos cuarenta años de vida,
jos góticos y su exuberante· decoración» 11. gioso existe una gran carga simbólica que
Pugin se convirtió en uno de los personajes haóa inevitables determinados ornamentos,
En efecto, si observamos la sala Medieval
más influyentes del diseño de su época. Su
[33j que preparó para la Exposición Univer- también lo es que la proliferación de ador-
conversión al catolicismo le hizo más rígido
sal de 1851, así como los objetos eclesiásticos nos contradice su propia doctrina. No obs-
en sus tesis, que abogan por una arquitectura
[34j de metal que diseña, nos damos cuenta tante, las ideas de Pugin convulsionaron !a
sin adornos, que deben ser evitados a menos
de que sus ideas sobre lo que resulta preciso teoría del diseño de la época, contribuyendo
que constituyan un enriquecimiento de la
para el objeto tienen muy poco que ver con a fmjar un tiempo nuevo. En este sentido,
construcción esencial del edificio. Repetida-
las actuales ideas al respecto. Si bien es cier- advierte Scmton, confrontando las ideas de
mente, y no vamos a ser una excepción, los
historiadores que analizan esta época se remi-
ten a sus libros: Contrasts, de 1836, y 17u True
Principies of Pointed of Christian Architecture,
de 1841. Dice Pevsner: «Los principios de
32. August W. N. Pugin. Mcsagoticista, h. !835. El di- Pugin eran claros y sólidos. En el comienzo
seño aparece en Gotltit; Forniture, del autor, !835. de Contrasts leemos: "La gran verificación de
la belleza arquitectónica es la adecuación del
diseño para el fin al que estaba destinado", y
también al comenzar los Trne Priru:iples lee-
ausentado de Inglaterra desde mediados del mos que "todas las formas realmente bellas
siglo XVUI pero que en el XIX, y a partir en arquitectura se basan en los más sólidos
del primero de sus gTandes activistas, August principios de utilidad''>~ 10 • El autor también
W. N. Pugin [32j (1812·1852), alcanzó un propone, en este texto, un principio de gTan
brillo inusual, sobre todo por la dimensión importancia: que no existan en un edificio
moral con que lo revistieron sus defensores. -hagamos la oporhma transposición al ob-
Pero el gótico, si fue un elemento más del jeto- elementos que no sean necesarios para
eclecticismo de una época, fue ante todo un la conveniencia, las exigencias constructivas
sistema autónomo que se impuso a través de o el decoro. Por otra parte, ironiza sobre los
autores como el citado Pugin y más tarde objetos industriales construidos en falso esti-
de Ruskin y Morris. <{Construir en gótico» lo gótico.
no iba a consistir, para Pugin, en dotar a las Pevsner considera que este planteamiento
obras de unos determinados recursos estilís- de Pugin no era nuevo en aquel tiempo,
ticos, sino que tendría que convertirse en una «sino consecuencia directa del principio ra-
especie de deber para una sociedad enferma cionalista que informa la arquitectura fran-
Pugin establece un paralelismo entre la caída cesa de los siglos XVII y XVIII», y que en
de los valores estéticos de su época y el decli- cualquier caso su propósito no era «alegar
ve que, para él, vive el país a nivel moraL Un en pro del funcionalismo sino del neogótico
arte de calidad sólo podría surgir en una so- como expresión del resurgir católico» 11_ Pero
ciedad de calidad. El modelo propuesto para serviría tanto a los partidarios del neogótico
ser retomado, el gótico, respondería a un como a los funcionalistas. En otro de sus
momento histólico en el que el ser humano textos, Pevsner, advirtiendo la paradoja que
vivía en armonía consigo mismo y con su en- envuelve no sólo a este autor, sino a muchos
tomo en unas ciudades hechas a su medida y otros defensores de lo gótico, dice: «Es asom-
con un sistema de trabajo, el gTemial, que broso cuán a menudo la teoría funcionalista
potenciaba la unidad y la colaboración. El del siglo XIX, contradice realizaciones orna-
gótico seria, a su juicio, el símbolo de la so- mentales libres. Pugin es el primer caso. Su
JJ. Sala Medieval de! Crystal Palo.a, lH.SI, preparada por August W._ N. Pugin.
ciedad cristiana, la mejor sociedad posible. profesión de fe por lo estrictamente ajustado
60 • HISTORIA DEL DISEÑO INDUSTRIAL: UNA APROXIMACIÓN LOS DlSCURSOS DEL SIGLO XIX • 61

afirma Benevolo, es que el pensador cree que


las causas de este mal están no en «algunos de-
fectos del sistema industrial, sino en el sistema
industrial mismo, y se convierte en adversario
de todas las nuevas formas de vida introduci-
das desde la revolución industrial. Por 1lll error
común a la cultura de su tiempo, lransforma
un juicio histórico en 1lll juicio universal, y se
pone a combatir no las condiciones concretas
y circunstancias de la indusb.ia de su tiempo,
sino el concepto abstracto de industriaJ'. Pero
habria una época, la medieval, en que los pro-
cesos de producción resultan satisfactorios,
consecuentemente propone el neogoticisrno
como remedio a los males del presente. En Las
sie!R. lámparas de Úl arquitectura, obra de !849,
analiza la producción de su tiempo y las false-
dades que, a su juicio, ésta contiene. Uno de
sus funestos lugares será el empleo de orna-
mentos hechos a máquina, absolutamente re-
cusables; otro el fingimiento de los materiales
35. Henry Cole {bajo el seudónimo de Felix Suounerly), piezas de servicio de te y café, 1846.
34. August W. N. Pugin. Cáliz, s/f. y también -hablarnos de arquitectura-la su-
gerencia de un tipo de estructura o sostén dis-
tinto del real En Las piekas de Venecia, precio-
so texto que revela a través de una mirada tan
Pugin con las de Viollet-le-Duc, Su!livan y interesante como parcial algunos de los para- cisiva en Morris y se sitúa como uno de los tánicos de diseño y conllibuyó a poner de
determinados aspectos del Movimiento Mo- jes e historias más significativos de la bella ciu- referentes ineludibles del movimiento de Ar- manifiesto sus carencias. contradicciones y pa-
derno, exponentes, en arquitectura, de que la dad italiana, desdice la idea más común de tes y Oficios. Los dos hombres pusieron de radojl$. Había trabajado en temas diversos,
forma sigue, expresa o materializa la fun- que los arcos apuntados y tecbos abovedados manifiesto tanto las contradicciones del tra- como el del franqueo postal, el ferrocarril o
ción: «Tenemos también el funcionalismo del estilo sólo erao propios de las construccio- bajo del obrero como la inadecuación de los la edición de postales de Navidad o juguetes
más sutil de Pugin y los medievalistas, según nes religiosas. Por el contrario: «Tanto el ban- objetos de uso cotidiano producidos por mé- y libros para niños. Para nosotros, resulta de
el cual la referencia a la función es necesaria dido, como el señor feudal, vivían bajo los todos industriales, que no harían sino falsear gran interés su paso al mundo del diseño (o
como criterio del gusto, como medio de dife- mismos techos abovedados que abrigaban la su propia identidad. No pensaron que la má- lo que él llamaría arte aplicado a la industria)
renciar el ornamento legítimo de la ociosa plegaria de los monjes, sin que la cúpula tuvie- quina podóa ofrecer alternativas válidas para a través de la creación de un juego de té [3Sj,
excrecencia» 13• ra que ser considerada como particularmente la elaboración de utensilios y plantearon la que, en l8-Hl, expuso en la Society of Arts
Otro autor nostálgico del gótico y muy propia a la orgía o a los salmos, puesto que ella we!ta al trabajo manual. bajo el seudónimo de Felix Summerlv. El
influyente en su época fue John Ruskin era la forma que se daba en esta época a todo No obstante, podríamos decir que estamos juego, de blancas y simples fonnas a 1~ par
(1819-1900). Aunque no tiene buena opinión techo sólido. 1 Hemos destruido la bella arqui- en el inicio de las primeras reflexiones sobre que de estudiada ergonomía (fueron muy co-
de Pugin como arquitecto, coincide con él en tectura de nuestras ciudades para sustituirla el diverso tipo de funciones que deben cum- mentadas sus múltiples visitas al Museo Bri-
la apreciación del modelo gótico, al tiempo con otra, carente de belleza y de expresión, y plir los objetos. Entre los que atendían a su tánico para estudiar los asideros de las piezas
que continúa soñando con una reforma social meditamos sobre el extraño efecto que nos función práctica debemos referimos, con de bruTo griegas}, es todo un referente para la
basada en el ejemplo de los gremios. También producen los fragmentos conservados por for- toda la cautela, al pensamiento de diversos historia del diseño por su sencillez, rota tan
Ruskin advierte en su época una cultura artís- tuna en nuestras iglesias»!.>. autores situados en tomo a la polifacética fi- sólo por los omamentos aparecidos en la jarra
tica desintegrada, y busca sus causas en las Este Ruskin que recusaba la arquitectura gura de Henry Cole (1808-1882). Su perso- y tazas y sobre todo en la tetera, que se viste,
condiciones económicas y sociales en las que de su época y que observaba las desventajas nalidad imprimió carácter a unos años deci- tanto en la tapa como en el asa y el pitorro,
ese arte se produce. Lo que ocurre, tal como del sistema industrial influyó de manera de- sivos para la clarificación de los procesos bri- de recuerdos de la naturaleza.
62 • HlSTORIA DEL DISEÑO INDUSTRIAL: UNA APROXIMACIÓN LOS DISCURSOS DEL SIGLO XIX • 63

su actividad en eljouT1Ull ofDesign and Manu- minados., pero contradictoriamente no deja-


Jaaures, publicación que empezó su trayecto- ron de reproducir algunos de los rasgos que
ria en 1849 y que mantenía una línea critica desaprobaban.
con el diseño de la época, abogando por su El objeto de la critica de estos autores esta-
adecuación a los nuevos tiempos. Al igual ba muy claro: el diseño del momento, un di-
que ya hiciera Pugin, se recordaba el carácter seño ecléctico y sin norma aparente, histori-
secundario del adorno en el objeto. Nos esta- cista, recargado y complejo [37j, que quería
mos moviendo en una nueva esfera, aWlque contar historias a través de jarras o aldabones
muchas de las realizaciones de los que inter- de puertas. Este gusto, muy bien sintetizado
vinieron en eljournal contradijesen la teoría por Pevsner (y que muchos bautizan como
que de éste se desprende. · propio de la época victoriana, hasta el punto
Cole fue la figura más representativa de de devenir un estilo), constiluía una especie
un importante grupo con ideas similares, y de apología del «horror vacui}}' que este au-
que trabajaron también en el proyecto de la tor describe así: «Una sustitución universal
revista. Ricbard Redgrave (1804-1888) fue su de la línea recta por la curva es una de las ca-
director, y colaboraron; entre otros, Matthew racteristicas principales del diseño a media-
Digby Wyatt y Owen Jones, a quien más dos de la era victoriana. A diferencia de otros
adelante nos referiremos. También hay que estilos que favorecen la curva, la curva victo-
destacar la compañia del arquitecto alemán riana es generosa, plena o, como se ha dicho
Gottfried Semper [36] (1803-1879), a lasa- ya más de una vez, protuberante. Represen-
zón en Inglaterra tras los sucesos de Dresde ta m1a clase próspera, bien alimentada y se-
de 1848. Para todos ellos, estaban fuera de gura de sí misma, y supo agradar a ésta. Un
lugar los excesos ornamentales de sus coetá- peculiar peso en la parte superior, muy fre-
neos y emprendieron una campaña para eli- cuente, es tan sólo un caso especial de esta
afición a las protuberancias abundantes.
Otro sello distintivo de 1850 resulta igual-
mente indicador. Debe haber decoración su-
perficial o en grueso relieve en todas las su-
perficies disponibles., cosa que, obviamente,
realza el efecto de riqueza» 16• El plantea-
36. Gottfried Semper. Cahinet. Panel central de George 38. Plato de postre Narciso, de Smith & Nicholson, de
miento, por tanto, era sobrecargado, de for-
Gray. The Art}oumo.llllustrated Calalogue, 1851.
mas pesadas. En él se observaban constantes
préstamos estilísticos de épocas anteriores,
como la renacentista o la barroca. Aprove-
Pero, en cualquier caso, sus experiencias chando la ductilidad de los metales, tratados mas que la época producía A él se han uni ·
pueden retrotraemos a las dejosiah Wedg- ahora mediante procedimientos indushiales, do en sus apreciaciones otros teóricos mo-
wood, a quien Cole admiraba y al cual que- se podían imitar formas que hasta el mo- dernos, deudores de postulados racionalistas
ría emular contratando, en la empresa que mento estaban reservadas para la habili- y, por tanto, ajenos a la extrav~oancia de
pronto pondría en marcha -bajo el nom- dad manuaL Tal facilidad llevó, en un mun- ciertas f01mas victorianas. Pero los plincipios
bre de Art Manufactur~. a buenos artistas do -como decíamos antes- de aparien- de los victorianos no sólo fueron los citados.
del momento para ennoblecer el utensilio de cias, a multiplicar los adornos, que se También estaban fascinados por la inventiva
uso diario. Pero la maymía de los productos convirtieron en la principal razón de ser de e innovación. Les guiaba una curiosidad que
que de allí salieron no dejaron de estar aten- las piezas [38]. debe situarse en el germen de posteriores de-
tos al gusto vict01iano, reforzando el histori- Pevsner, a través de sus obras, escenifica tu1 sarrollos en el mundo del diseño. La vertiente
37. Cama de latón de la R. W. Winfield, diseño de
cismo y el gusto por el ornamento. Otra de Matthew Digby Wyatt. en lndustriolArtr ofthe Nilul«nd1
criterio antivictoriano: no le agradan las exa- positiva del victoriano ha sido subrayada, en-
las experiencias de Cale se sitúa en torno a Century, IR'il. geraciones propias del XIX y rechaza las for- tre otros, por David Crowley en su Introducción
64 • HISTORIA DEL DlSEÑO INDUSTRIAL: UNA APROXIMACIÓN LOS DISCURSOS DEL SIGLO XIX • 65

al estilo victoriano, donde afirma: «A pesar del tenían un carácter nacional, debido a las li-
receptivo gusto popular por lo nuevo, lo in- mitaciones que ponían muchos países frente
novador y lo exótico, el periodo victoiiano al comercio exterior, tratando de proteger la
ha sido frecuentemente tratado de forma in- industria local. Pero las posibilidades abier-
justa))17. Considera que algunos autores, entre tas por el comercio internacional son muy
ellos Pevsner, no han sabido apreciar las no- impmtantes y atraen a un grupo cada vez
vedades que aportaron los autores victoria- más numeroso de empresarios, a la par que
nos. Para dar más énfasis a sus apreciaciones, se plantea como una necesidad de Estado.
Crowley añade lo interesante que resulta ob- Con este nuevo espíritu se abre esta gran
setvar cómo la predominancia del Movi- muestra londinense. La exposición fue pro-
miento Moderno se ha extinguido, mientras movida por el piÍncipe Alberto, marido de la
cada vez se presta más atención a las fórmu- reina Victolia, y por Henry Cole, quien ha-
las victorianas, desenterrándose tanto sus bía convencido al consorte de la oportuni-
principios como a sus autores. Al tiempo, ve dad de la idea El príncipe, como presidente
cómo el eclecticismo, tan querido por los vic- de la Sociedad Real de las Artes, disponía de
torianos, es aupado por autores de la post- la posibilidad de intervenir en las cuestiones
modernidad, como Sottsass. que atañían directamente a la promoción del
En cualquier caso, el gusto de la época era arte, e intentó vincular esta faceta a la propia-
recargado y complejo. Por ello, resulta lógico mente industrial-] tullo a Cole, miembro de la
que se adaptase más adecuadamente a los Sociedad, proyectó lUla serie de muestras que
objetos decorativos que a los de estricto uso. culminaron en la Gran Exposición de 1851,
Pero incluso en estos últimos se procura que tendría lUl carácter internacional e indus-
ocultar su fllllción detrás del ornamento, de trial. Tras conseguirse el imprescindible apo- 39. Litografia de! Crystal Pa/ace de Joseph Paxton en Hyde Park, 185!.
manera que no parezcan lo que son. En ello yo financiero, a inicios de 1850 se puso en
vendria a radicar su gracia. marcha una comisión organizadora presidida
por el principe Albflto.
El edificio que deberia albergar la exposi- se remite a los principios aprendidos, si bien obras) se levantó un edificio cuya superficie
3.2. LA ExPOsicióN UNIVERSAL ción fue la primera apuesta que había que so- otorgándole una dimensión hasta ahora des- se situaba en ·tomo a los sesenta y dos mil
DE LoNDRES, 185!. lucionar. Se abre lU1 concurso internacional conocida, tanto por tamaño como por con- metros cuadrados, buscándose que su longi-
{NDUSTRIA Y ESTETICISMO al que se presentan 245 proyectos. Pero nin- cepto. El edificio posee un aire peculiar que tud fuese de L851 pies íla fecha de la Expo-
guno de ellos llegó a realizarse_ El comité de le aproxima al tipo constructivo de viveros, sición)!&. Su recepción fue muy positiva y la
En este contexto vamos a referimos a un selección los rechazó y propuso elaborar una tanto por la utilización del cristal como por historia lo señala como un verdadero hito en
acontecimiento clave en el siglo: la Expo- síntesis de algunas de las mejores ideas. Tras su estructura general. El hierro y el cristal, la historia de la arquitectura: «El Palacio de
sición Universal de Londres de 185 L Las diversas vicisitudes, se aprobó el proyecto de dos materiales punteros, aparecen en esta Cristal fue la realización de una nueva con-
grandes exposiciones internacionales nacie- Joseph Paxton (1801-1865), que contaba con obra, que rompe los viejos cánones del clasi- cepción de la técnica constructora, de la cual
ron de la necesidad, por parte de los indus- el apoyo del ingeniero Robert Stephenson. cismo imperante en las construcciones del no existía precedente alguno. Fue, además,
triales, de mostrar sus productos, inmersos No es extraño que a éste le impactasen las li- momento. Con todo, su principal novedad el primer edificio de tales dimensiones cons-
como estaban en un sistema comercial don· neas atrevidas de un edificio que resultó im- es que está construido mediante elementos truido con cristal, hierro y madera, monta-
de ya existía una gran diversificación. Se tra- presionante, el Crystal Palaa (39J, que final- prefabricados en los talleres, ensamblados dos sobre armaduras de hierro fundido y la-
taba, ademis, de dar a conocer los últimos mente seria la sede de la Exposición. Obtuvo después in situ, a pie de obra Se convertía así minado, enlazados cuidadosamenie [401- Las
avances de la técnica. Nos movemos, en de- alguna c1ítica feroz, pero pesaron más los en- en el primer edificio que podríamos llamar posibilidades latentes en la moderna civiliza-
finitiva, en un mundo donde la competencia cendidos elogios. Joseph Paxton se habia de «arquitectura industrial)), todo un inequí- ción industrial no han sido otra vez que yo
desempeñaba un gran papel y las exposicio- dado a conocer sobre todo por la construc- voco síntoma de la nueva época En un cor- sepa, por lo menos, expresadas de manera
nes de este tipo se convertían, en realidad, en ción de los invernaderos de Chatsworth, des- tísimo espacio de tiempo (a finales de sep- tan clara Por aquel entonces se reconoció
una especie de feria de muestras. Durante la tinados a la protección de plantas tropicales, tiembre de 1850 se alzó la piimera columna que esta combinación de madera, cristal v
p1imera mitad del siglo xrx las exposiciones y cuando proyecta la sede de la exposición y seis meses más tarde se concluyeron las hierro -que incidentalmente se resolvia e~
LOS DISCURSOS DEL SIGW XIX • 67
66 • HISTORIA DEL DISENO INDUSTRIAL: UNA APROXIMACIÓN

clausuró. La visitaron más de seis millones bían ofrecido 200 guineas para quien fuese técnicos. De la India [421 se mostraron mag-
de personas, que pudieron contemplar más capaz de forzarla A Hobbs, su «actuación)) níficos tejidos y diversas piezas, de otros paí-
de cien mil productos distintos de cerca de e le pennitió publicitar su propia cerradura, ses su artesan(a. Con la mirada de nuestro
catorce mil expositores. Todo un récord para que se convirtió en uno de los éxitos de la tiempo, la gran exposición internacional de
esta primera gran muestra intemacional de e muestra internacionaL Poco más tarde, Linus la industria quizá podria denominarse de la
la industria Si bien más del cincuenta por Yale, de Filadelfia, consiguió abrir con toda industria y artesanía, pero era todo un signo
ciento de lo expuesto correspondía a produc- facilidad el artilugio de Hobbs, pero aunque, del cambio, aunque: «Todo estilo concebido
tores británicos, la presencia internacional por su parte, hizo otra que nadie conseguía de rute decorativo estaba a la vista: encua-
fue muy numerosa y significativa. Entre las abrir, pensaba que una cerradura de llave y dernaciones en gótico eclesiástico; elegantes
secciones extranjeras despertó un gran inte- orificio a la vista siempre podda ser abierta, umas de estilos griegos; servicios de té italia-
rés la estadounidense, acogida lriam.P.!lte en así que"pergeñó la cerradura de combina- nos; cuberterías de plata en estilo renacentis-
un principio, entre otras cosas por las dificul- ción de discos, sistema que no era descono- ta, ilustradas con cupidos y escenas arcádi-
tades que tuvo para llegar a la cita, inaugu- cido pero sobre el que investigó a fondo y cas; innumerables sillas, escritorios y mesitas
rándose la exposición sin muchos de los pro- desarrolló de fom1a conveniente. Estas preo· en el estilo de moda Luis XIV; cajas lacadas
ductos que finalmente formaron parte de la cupaciones de los norteamericanos por resol- japonesas, gruesas alfombras apiladas y telas
misma Se distinguía del resto de expositores ver problemas del dia a día acabaron siendo ricamente decoradas con motivos florales»21 •
por el interés que prestaba a productos funcio- muy apreciadas en Europa. Pero además, la corte medieval de Pugin, la
nales, si bien, como ya hemos tenido oportu- El creciente interés por la propuesta de sección de maquinaria, aparte de objetos
nidad de observar, no se había dejado, en Estados Unidos fue recogido en la prensa lon- científicos y algunos otros verdaderamente
40. Joseph Paxton. Interior del Dystal Palaa;al fondo, Nortearnérica, de mirar a la metrópoli y pro- dinense, que confirmaba: «Se ha producido un estrafalalios.
la fuente de cristal de F. Y. C. Osler, 1851. ducir objetos directamente derivados de sus cambio en la atracción comparativa entre los
planteamientos, tanto estéticos como fundo· varios departamentos. Antes los pabellones
nales. Como piezas destacadas se señalaron más visitados solían ser el francés y el austria-
la segadora McConnick [4lj, los productos co, mientras que la galería que ofrecía las
una técnica de exposición admirablemente
de caucho Goodyear, el revólver Colt y los muesuas del país de las estrellas y las barras es-
idónea- sugería nuevas formas de la fanta-
sistemas de la cerradma de Hobbs. Este últi- taba casi desierta; ahora los visitantes del
sía que fueron una verdadera expresión del
mo logró abrir, dentro de las actividades de "BrotherJonathan" se llenan a diario con ava-
espíritu de aquella época)) 19•
la misma Exposición, y tras un mes de es- lanchas de visitantes. A la enh-ada, acicalados
El día 1 de mayo de l85l se inauguró la
fuerzos, la cerradura Bramah, considerada hombres de negocios se agrupan alrededor del
Exposición, con la presencia de la reina Vic-
de máxima seguridad y cuyos fabricantes ha- cerrojo de Hobbs; en el lado opuesto, el ruido
toria Cinco meses y diez días más tarde se
del gatillo de los revólveres de Mr. Colt no
cesa de oírse, confmme el exhiliidor muesb:a
la facilidad con que se puede conseguir que
cumplan su mortífera misión; y al fondo, gru-
pos de felices granjeros de anchas espaldas se
arremolin..m en tomo a la segadora de McCor-
mick., y escuchan con apacible embobamiento
su maravillosa hazaña en T1prree Hall y en
Leicester, trabajando sobre tierra dura y terre-
no suelto, por entre caballones y surcos))11 '.
Además de prestarse atención al pabellón
estadounidense, otros países atrajeron a la
prensa y al pUblico. De Francia se destacó
su virtuosismo en la talla de madera y sus
delicados trabaJos en marfil, a la par que de- ..l-~. Esp;tda de Rajputana (India) expuesta en la Gran
{l. La segadora McCormicl imagen de ¡¡.:st en D~t !Uuslrated úmdon News.
mostraba no est.<h- muy atenta a los avances Exposiclón de Londres en iK"íl.
68 • HISTORIA DEL DISEÑO INDUSTRIAL: UNA APROXIMACIÓN WS DISCURSOS DEL SIGW XIX • 69

tos expuestos se bañaban de extravagancia, En el grupo de Cole, estaba Owen Jones


lo cual no era un buen presagio para esa (l809-l874), que también intervino en el Pa-
armonía entre arte y diseño que él quería a lacio de Cristal, para decorar con colores pri-
hallar. Pero los apologistas del victoriano y la a marios algunas partes de la estructura de
propia clase media victoriana ensalzaron hierro del edificio. Fue autor de la decisiva
unos productos impregandos de historicismo o Grammar ofOrnament [45[ (l856), donde re-
y que no renunciaban casi nunca al recuerdo coge patrones de diseño de las más diversas
artístico o artesano, aun habiéndose realiza- inspiraciones y culturas, a la par que propo-
do mediante procedimientos industriales. La ne algunas creaciones propias. En el libro,
sensación que sintiera Cole y su grupo ante entre la multitud de motivos decorativos de
los objetos expuestos ha sido retomada, a lo distintas épocas, encuentra raso-oso invaria-
largo de la historia, por diversos teóricos, que bies, con un punto de confluencia en la natu-
acuden a la muestra londinense para señalar raleza, pues ésta es la que proporcionaría, en
un punto de partida del debate generalizado su disposición, la fuente de todo orden y
en torno a la función del diseño industriaL gracia. Parece que diseño y geometría esta-
Significativamente, lo hace también Tomás rían regidos, así, por un principio superior
Maldonado, que fue director de la Escuela ~sa Naturaleza de origen divino- aun-
de Ulm. Observa cómo a esta Gran Exposi- que la geometría, como algo más específico,
ción se le han dedicado extensos capítulos podría ser el punto de referencia concreto
dentro de las diversas historias del diseño, del diseño.
H. Autor desconocido. Esta silla fue, posiblemente,
pero confirma que esto no se debe a la eleva- En el fondo, en el debate del diseño de la
mostrada en la Gran Exposición de !&51 en Londres.
da calidad de los objetos que en ella se mos- época subyacía una cuestión básica que, por
traban, sino a ser un escaparate del mal gus-
to dominante, que ponía de manifiesto una
degradación estética notable. El mismo au-
tor, sin embargo, y haciéndose eco de los cri-
43. Sala de maquinaria del CrystalPalace, 1851. ticas del momento, nos hace notar cómo en
la Muestra se presentan toda una serie de
interesantes seccion~ sobre todo las dedica-
das a las máquinas [43!, instrumentos técni-
Tras la Exposición, el palacio fue desmon- cos y muebles de serie que, en conjunto, con-
tado y vuelto a montar en Sydenham, al sur figuran un importante momento en la histo-
de Londre< ~ounos habían insistido en que ria de nuestra materia Por otra parte, y en
debía permanecer en Hyde Park, pero tam- cuanto sirvió de revulsivo frente al estado de
bién se adaptó muy bien a la nueva ubicación cosas, se debe considerar como un aconteci-
y sólo la maJa íortuna (llil incendio lo destru- miento muy positivo, que contribuyó a la
yó antes de la Segunda Guerra Mundial) hizo divulgación de nuevas técnicas y produc-
que no podamos verlo actualmente. Otras tos:n. Quizá, además (no está claro si se pre-
construcciones emblemáticas (como la torre sentó aquí o en la siguiente Exposición Uni-
Eiffe~ construida para la Exposición de París versal celebrada en Londres once años más
de 1889) tuvieron mejor suerte. tarde V\ los asistentes a la Muestra pudieron
Al finalizar la exposición quedó patente la haber visto una silla de hierro [44[ de diseña-
división del gusto entre un significativo gru- dor desconocido que, con su diseño en can-
po de teóricos y/o productores (entre ellos el tilever, anticipa claramente las sillas de ace-
propio Cote) y una mayoria de tabticantes y ro de la Bauhaus, y más en concreto el mo-
usuarios. Henry Cole observó que los obje- delo MR20de Mies van der Rohe. -J..). Di•·ersos patn1nc~ dt la Grammar o[Onumwutde Ü\;·enjones, ttl.i!i.
70 • HISTORIA DEL DISENO INDUSTRIAL: UNA APROXIMACIÓN LOS DISCURSOS DEL SIGLO XIX • 71

otra parte, se detectaba también en la reflexión creía que los objetos, externamente, tenían buena parte no sólo de la teoría, sino de la
sobre el arte. Se trata de la cuestión de la mi- que responder a las formas naturales, y que prnxis de nuestra d~ciplina_ No obstante, su
mesis, si los objetos deben o no recoger en sí el individuo gozaba más con objetos que vi- labor, al resultar aislada, no obtuvo la reper-
las referencias visuales a lo conocido. Este sualmente lo engañaran acerca de su función CUSIOn que hubiera merecido. Gran Bretaña
tema encuentra una larga tradición en la his- o que incluso fueran capaces de ofrecerle se enfrascaba en otro tipo de actitudes frente
toria de la Estética y se retrotrae a la d~tinta una lección moral o de historia al d!seño, ~u~ dejaban al margen los proce-
visión que sobre el tema tienen los griegos El desprendimiento de la copia naturalista sos mdustrializa.dores: estamos ante el movi-
Platón y Aristóteles. Para Platón, el artista es en los objetos de uso corre paralelo al que miento de Arts and Crafts (Artes y Oficios),
un imitador de la idea o forma pura, pero se tiene lugar en el mismo arte, y sólo a princi- denominación bajo la cual se incluiría prácti-
aleja de esa idea más que el artesano, que pios del siglo XX, cuando la abstracción se camente toda la producción artesanal inglesa
imitaría «de primera mano» esa idea o for- abre paso en la imagen artistica, el ~eño a partir de 1860.
ma, mientras que el artista imita a partir de toma conciencia de sí mismo y comienza a Sin embargo, antes de introducir este mo-
una imitación, pues al elaborar una obra se eliminar de los objetos cualquier referencia vimiento, haremos referencia, por los víncu-
basa en la copia de lUla pieza concreta del ar- a la naturaleza, demostrando que puede partir, los con Dresser, al Aesthetic Movement, tér-
tesano y no en la idea_ En La Repúhlial ad- al igual que el arte, de leyes autónomas. Re- mino bajo el que se incluye la producción de
vierte que «todo arte mimético realiza su sulta significativo observar cómo en ambas algunos diseñadores que durante las décadas
obra lejos de la verdad, y que se asocia con disciplinas la modernidad pasa por el des- de 1870 y 1880 buscaron unas particulares
aquella parte de nosotros que está lejos de la prendimiento de la copia de lo que llama- formas de belleza, reinterpretando de ma-
sabiduria»24• Esta condena del arte imitativo mos realidad, aunque este alejamiento no se nera subjetiva influencias orientales. Las
ha infiuido de modo defmitivo en la historia basa, ahora, en razones platónicas. controvertidas figuras del pintor James Ab-
del arte, y en las etapas que podemos califi- Las ideas de Jones influyeron en el mejor bot McNeill Whistler (1834-1903) y del es-
car de neoplatónicas el arte se ha vuelto pre- ~eñador de las últimas décadas del siglo XIX: cntor Osear Wilde (1854-1900) se sitúan en
ferentemente simbólico. Aristóteles se iba a Chrntopher Dresser (1834-1904), que contri- 46. Christopher Dresser.Jarra en plata y cristal, 1879. el centro de una manera de entender no
separar de estas ideas. El arte no es sólo co- buyó con algunas láminas a la Grammar del s~lo ciertas formas de arte y de diseño, sino
pia, y en todo caso esta copia no es nociva, primero, en las que mostraba motivos flora- Ciertas formas de vida. Ambos tuvieron que
puesto que la mímesis es algo innato en los les con nítidos perfiles. Si bien su eclecticis- soportar la presión de la sociedad de la épo-
seres htunanos. As~ asegura en la Poética: «El mo hace que algún autor como Crowley le ca, que cuestionaba abiertamente su morali-
imitar, en efecto, es connatural al hombre considere más bien un victoriano:!!i, lo cierto este país) fue muy importante en la evolu- dad. Whistleres autor de originales y delicadas
desde la niñez, y se diferencia de los demás es que muchas de sus piezas son un claro re- ción de su trabajo. Las series de teteras gal- pinturas. La Peacock Room [48] (1876-1877) que
animales en que es muy inclinado a la imita- ferente para la modernidad. Es verdad que vamzadas realizadas para la Dixon Com- decoro para el ma,<>nate Frederick Leyland
ción y por la imitación adquiere sus primeros nos recuerda al modernismo, especialmente pany of Sheffield hacia 1879, anticipan los
conocimientos, y también el que todos dis- a través de sus series de vidrios, donde resal- diseños que la Bauhaus alemana produjo
fruten con las obras de imitación»25• tó las cualidades brillantes del mismo, pero durante los años 20. Estos geométricos reci-
La recuperación del pensamiento aristoté- el siglo XX se fijó sobre todo en sus jarras [46] pientes que parten de la exploración del ci·
lico en los últimos siglos medievales conllevó yjuegos de té, que constituyen todo un ejem- lindro, esfera y aproximaciones cúbicas, tie-
una aproximación naturalista al arte que se plo de simplicidad y adaptación, y sólo el én- nen un aire de modernidad apabullante, a
habia olvidado durante la mayor parte de fasis por la novedad formal hace que en oca- lo que también contribuye la disposición de
sus asas [47].
este periodo. De nuevo, el arte se aproxima- siones nos podamos desdecir de tal afirma-
ría a la realidad terrenal, y en ella encontra- ción puesto que, en busca de soluciones . Además del metal y el vidrio, trabaja la ce-
ría su más claro reflejo y el máximo aplauso estéticas, perdió de vista, a veces, cuestiones ram¡ca., donde se advierte su conocimiento
de los nuevos consumidores. Por su parte, en como la ergonomía del producto. En cual- de las culturas orientales, pero también de
el diseño del siglo XIX, las posibilidades que quier caso, se preocupa por la manejabili- las precolombinas. Es sin duda en esta mez-
las máquinas otorgaban para la copia natura- dad de los objetos, procurando no encare- cla de referencias donde algunos encuentran
lista impulsaron a los empresarios a reflejar cerlos, comprendiendo las ventajas de los al Dresser victoriano, quien, durante los más
en los objetos esta circunstancia También en procesos industriales. Su conocimiento de de cuarenta años que dura su actividad como
el diseño, por su cercanía inicial al arte, se las manufacturas japonesas (había viajado a diseñador --desde 1860 hasta 1904-, sienta 47. Christopher Dresser. Tetera. h. 1879.
72 • HISTORJA DEL DlSEÑO INDUSTRIAL: UNA APROXIMACIÓN WS DrsCURSOS DEL SIGLO XIX • 73

trate de aproximarse al objeto artístico que se ideas y recursos de aparador y estantería,


le muestra con elevados bloques cúbicos que le dan un
Si bien los seguidores del movimiento esté- aspecto de vilrina, resulta de una moderni-
tico fueron satirizados a menudo en las publi- dad smprendente, además de por sus formas
caciones de la época, estamos con Raizman precisas, por un color que no se presta a con-
en que no debe subestimarse su importancia, cesiones. Godwin fue también diseñador de
dada su influencia en la fmja de actitudes ha- ropa y quizá tuvo entre sus clientes a ese
cia las artes decorativas tanto de artistas Osear Wilde, que tanto cuidaba su apariencia
como de fabricantes y licos consumidores. y que aliado de sus obras más conocidas nos
Partidarios de las reformas del diseño, pero dejó numerosas reflexiones sobre el traje. Uni-
también de la subjetividad de los creadores, do a la figura del escritor estuvo, ilustrando su
los diseñadores asociados al movimiento Salomé [50], Aubrey Beardsley (1872-1898),
«adoptaron una aproximación más libre y cuyas lineales fi,auras, volátiles y seductoras,
más individual hacia los estilos históricos enayan formalmente en los planteamientos
y una mayor libertad en el uso de los mate- del modernismo menos exuberante, a la par
riales y decoración. Ellos también explora- que reflejan un mundo que parece hallar en lo
ron la dimensión expresiva de las artes deco- exquisito su principal punto de referencia
rativas y abogaron por la igualdad entre las En ocasiones no podemos delimitar de
bellas artes y las artes aplicadas»28 . forma estricta los contornos del movimiento
La figura más sugerente del diseño «estéti-
co» es Edward W. Godwin (1833-1886), que
en sus mejores piezas reinterpreta btillante-
mente la estela japonesa, a la par que antici-
pa algunos rasgos de la futura escuela de
Glasgow, que tuvo a Mackintosh como prin-
48. James McNeill Whistler. Peo.cock Room, 1976-1877. cipal figura El gusto por la disposición orto- 51. Jarrón de la Rookwood Pottery, pintado por
gana~ e incluso en escalera, confirma estas Harriet Elizabeth Wilcox, 1890.
referencias. Su trabaJo más conocido, una
pieza de mobilialio de ébano [49] que mezcla
anticipa el movimiento modernista en su si- estético y del de Artes y Oficios, dado que
nuosa linealidad y espiritu decorativo. Wilde confluyen en una nostalgia estética que les
nos ha dejado imp'\,oables obras en las que aproxima. Especialmente en el primero se
reflexiona sobre la belleza y la creación, al observa un puente hacia el gusto modernis·
tiempo que hace un canto al individualismo ta, que también tuvo en el arte japonés una
más extremo: «Una obra de arte es el resul- de sus referencias más fuertes, sobre todo a
tado único de un temperamento único. Debe través del grupo de Glasgow. «Claramente,
su belleza a que el autor es lo que es, y nada hubo elementos comunes en el trabajo del
tiene que ver con el hecho de que otros ten- movimiento de Artes y Oficios y en el del
gan necesidad de esto o aquello [...]. El arte movimiento estético, y vaiios diseñadores
es la forma más intensa de individualismo como Margan, Sir Edward Burne:fones
que ha conocido el mundo [... J. El arte no (1833-1898) y Walter Crane parecieron mo-
debe intentar nunca ser popular. El público verse confortablemente en los dos. Pero
es quien debe intentar hacerse artista>)21. Wilde también hubo diferencias, al menos en tér-
aboga por la libertad total del artista -y en minos de énfasis y audiencia. Para Morris,
su caso concreto del escritor- para abordar 50. Aubrey Beardsley. Ilustración para la Salomé de los artistas con una conciencia social po·
la obra, y sólo pide al público que, si acaso, .!,!l. E. W. God\\·in. Aparador, 11. 1867. Osear Wi!de, 1893.
drían -dirigir mejor sus esfuerzos siendo ar·
LOS DISCURSOS DEL SlGLO XIX • 75
74 • HISTORIA DEL DISEÑO INDUSTRJAL: UNA Al'ROX.IMACIÓN
del diseño, personas que se relacionaron en- El movimiento de Artes y Oficios se plan-
tesanos, donde sus productos servirian me- para mujeres económicamente necesitadas. tre sí -muchas veces siguiendo estructuras tea, de nuevo, el problema de la forma y la
jor a las necesidades sociales y proporciona- Ésta fue la propuesta de Candace Wheeler, gremiales, aunque también asociativas o em- función, al igual que el de la decoración, que
rían la satisfacción de un trabajo con sentido. quien llegó a colaborar con Tiffany y acre- presariales- con el fin de intentar recuperar estaría relacionado con la primera, siendo a
Para el d~eñador estético, las artes decorati- ar una sociedad fonnada por mujeres cen- la relación, ahora perdida, entre los seres hu- la vez distinto y complementario. Para Monis
vas eran el velúculo para aportar fonnas con- tradas en el sector textil. Tarnbién se había manos y los enseres por ellos utilizados. Esa (la figura ineludible en la formación teórica
cretas, con otros medios distintos de los pic- interesado por comercializar la pintura de relación perdida tenía que ver tanto con el de los nuevos gru}X'S «artesanos}>), es impres-
tóricos o escultóricos, a la visión subjetiva del porcelana. y es que el sector cerá~ic~ fue hacedor del objeto (que ya no controlaba el cindible atender a la funcionalidad de los ob-
artista, afirmando su independencia de la muy importante tanto para el rnovt~tento proceso de fabricación) como con el usuario jetos; la fonna se acoplará a ella de modo
motivación económica o del reconocimiento artesano en sí como para la promociOn del (que, al parecer de los integrantes del movi- sencillo y adecuado. Esto no será un obstácu-
trabajo femenino dentro de éL Además de miento, consumía productos falsificados por lo para que el ser humano adorne los artícu-
oficial»~.
Estas pautas de comportamiento formal se Marie Longworth, contamos con muchas la máquina). los utilitarios, cosa que no ha dejado de hacer
otras mujeres implicadas en este sector. '.
observan en el diseño norteamericano de la 1 Durante siglo~ el ser humano había tenido desde el principio de los siglos, puesto que, se-
época, donde el Aesthetic Movement tuvo Una de las más destacadas fue Mary Louise una relación directa con el objeto manufactu- gún Monis, es consustancial en él buscar la
una concreta repercusión en Louis Comfort Mclaughlin (1847-1939), de Cincinnali, «cu· rado. Pero el advenimiento de la industria le belleza Para este autor, si el adorno está reali-
Tiffany (1848-1933), que había estado en yos experimentos para reproducir la ~e~o­ había convertido en un mero intermediario zado por la mano de las personas, si responde
Londres en los años en que el movuruento ración mediante plantillas antes del v¡dna- entre la máquina y el producto final, le había a sus espontáneas exigencias; s~ en una pala-
estético se hallaba en pleno auge y regresó do en piezas de loza de Haviland constitu- procurado un carácter anónimo y srnnergid.o bra, es <<auténtico'\ los objetos alcanzan Wla di-
simpatizando con sus ideas, aunque ensegui- yeron el prototipo de la decoració~ de l~ en un dificil sistema de relaciones sociales. mensión artística, se convierten en algo único
da pasó a ser el mejor representante estadou- cerámica artística en el cuarto de stglo si- Contra esta situación se alzan los presupuestos y personalizado que procura satisfacción al
nidense de un nuevo estilo en ciernes, el mo· guiente en Estados Unidos}>~ 1 • No obstante, del movimiento de Artes y Oficios, que recha- usuario. La unión, incluso terminológica, con
dernismo. Un eco más prolongado tuvo en habría de transcurrir mucho tiempo para za la industrialización y todo lo que de ella se Ruskin está clara Éste se había planteado en
la cerámica a partir de la actividad de muje- una casi normalización de las mujeres en la deriva Con una filosofía de tintes románti- Las siek úímpa:ras de la arquitectura la diferencia
res como Marie Longworth (1849-1932), fun- esfera creativa. Pero esta mujer, junto a cos, utópicos, con la mirada puesta en otros entre construcción y arquitectura La primera
dadora en 1880 de la Rookwood Pottery [511. otras diseñadoras y artistas, contribuyeron tiempos de mayor annonia, sus integrantes equivaldrá a la función y la segunda se dará
Accede a la cerámica casi por casualidad, a hacer de Cincinnati un importante centro quieren creer que todavía es posible el man- cuando aparezca la decoración. Morris se
pero su empresa, donde inicialmente trabaja- de producción. tenimiento de unas estructuras de trabajo de plantea la diferencia entre la vertiente funcio-
ban mujeres aficionadas, llega a ser una de carácter artesanal, que contenten tanto al ha- nal (construcción) y estética (ornamentación)
las mejores de su tiempo, proponiendo una cedor de objetos como al usuario al que van respecto al objeto: la búsqueda de belleza es
obra que sigue las preferencias de Marie, 3.3. EL MOVIMIENTO DE ARTES Y OFICIOS destinados. Dotados de una intensa preocu- algo a lo que no se debe renunciar, y el ser hu-
asumiendo rasgos paradójicamente delica- pación social desean ennoblecer los produc- mano se esfuerza en transmitirla a través de
dos y contundentes, a la par que un gusto ja- El movimiento de Artes y Oficios es un fe- tos de uso cotidiano, pretendiendo que lleguen los objetos de uso. Como afirma Calvera:
nómeno que, aunque típicamente británico, al mayor número de gente posible. «Belleza y utilidad constituyen dos atributos
ponizante.
Las mujeres norteamericanas, con más po- tuvo ecos convincentes en otros países, espe- Sin embargo, irunediatamente vemos la independientes, aunque no necesariamente
sibilidades de acción y movimiento que las cialmente en Estados Unidos. Su historia se contradicción que, en la práctica. va a deri- antagónicos. Desde el punto de vista artísti-
europeas, desempeñarían un interesante pa- halla ampliamente estudiada. sobre lodo a varse de tales planteamientos: el objeto arte- co, es la belleza el atributo determinante,
pel en el desarrollo en su país del movimien- través de la personalidad de William Monis sano -y más todavia el de las caracteristicas mientras que la utilidad establece los límites
to de Artes y Oficios -que, como estamos (1834-1896), pero a lo largo de su existencia propuestas por Arts and Crafts- no puede del verdadero confort Posiblemente, esta
viendo, confluye con diversas premisas del el movimiento desarrolló tantas propuestas competir, en cuanto a precio, con el indus- autonomía de la belleza impidió a Morris
movimiento estético: <<El American Arts and que no podemos remitir su historia a las ide- trial. Su adquisición va a quedar reservada, descub1ir el tipo de belleza llamada mecáni-
Cra.fts Movement fue más estilístico que as de un solo individuo, ni tan siquiera a las por tanto, a un sector económicamente fuer- ca presente en la mayoría de objetos de la
ideológico 1---1 Pero ofreció a las mujeres de de un grupo relativamente amplio. En ge- te. De hecho, la producción de los gremios producción estándar y de todos los que
la clase media una salida oficialmente respe- neral, amparamos bajo esta denominación a¡tesanos encuentra su principal clientela en- aceptan las premisas formales derivadas de
table y humanitaria a sus producciones artís- a una manera de entender el diseño que se tre las filas de la alta burguesía, aunque tam- la mecanización»32_
ticas»30. -Era un modo de acceder a la vida la- dio durante los últimos cuarenta años del si- bién, progresivament~ •. e~ el interior de la Pero, para Morris, la máquina no puede
boral y de que detemlinados beneficios de glo XIX, en Gran Bretaña. y que agm?ó.a~u­ clase media fabricar productos auténticos; su carácter se
las empresas que entonces se fo~aron fueran merosas personas vinculadas a la dtsctphna
WS DISCURSOS DEL SIGLO XIX • 77
76 • HISTORIA DEL OlSEÑO INDUSTRIAL: UNA APROXIMACIÓN
entre aquellos que advierten el cambio que utilizaba la totalidad de un hombre para la
define por la falta de pasión, por el automa- res que, como Pevsner, han visto en Monis se produce en él cuando su pensamiento se producción de un objeto, y no pequeñas par-
tismo, por la indiferencia De ella no puede el inicio dellillo conductor que conduciría al vincula a las ideas socialistas. Como es sabi- tes de muchos hombres; se desarrollaba la
esperarse nada que se aproxime al a~e- ~de­ Mo\-imiento Moderno desde Morris a Gro- do, Marx confía en la máquina y su potencial inteligencia total de cada trabajador según
más, duda de si podrá siquiera contnbmr, ya pius. Negando esto dice: «Para algunos criti- emancipador para la sociedad. Anna Calve- sus capacidades, en vez de concentrar su
en el plano meramente material y técnico, a cas, especialmente- Pevsner, esta noción se ra expresa su punto de vista respecto a este energía en una relación unilateral con una
la überación del ser humano. Ciertamente, remonta ineludiblemente al siglo XIX y a las iema, diciendo que la crítica de Morris hacia parte trivial del trabajo»37 _ Esta consecuencia
se ha vencido la batalla contra la naturale- actitudes de Monis y el movimiento de Ar- las máquinas se centraba antes en su uso de la división del trabajo aparta al ser huma-
za, pero ¿cuál es la ventaja de tal victoria? tes y Oficios. Desde mi punto de vista, esto abusivo que contra la máquina como herra- no de la relación con el objeto que elabora,
¿Quién comprueba el aumento de la fel~­ es una falsa perspectiva. Morris y sus colabo- mienta En este sentido, asegura que Morris procurando insatisfacción y frustraciones.
radores intentaron rechazar un proceso que, ~-
cidad? ¿Quién nos la demuestra? Morns se interesaba por las máquinas en cuanto a Por tanto, no es de extrañar que Morris dije-
considera, paradójicamente, que la única po- con cierta razón, consideraban dañino. Su instrumentos técnicos. Además, es de la opi- ra: «Aparte del deseo de producir cosas be-
sibilidad del futuro está en una vuelta atrás, actitud fue la de negación>).'i_ nión de que incluso antes de su reconversión llas, la mayor pasión de mi vida ha sido y es
que para él no si.,onificaría un retroceso, sino En esa búsqueda por unir annónicamente al socialismo había dejado de lado primeras el odio a la civilización moderna»38•
una voluntad de retornar el progreso desde fmma, función y decoración, los integrantes animadversiones. A Williarn Monis hay que estudiarle en la
el mismo punto en que se había abandona- de Arts and Crafts recurrieron a uno de los Las lecturas que podemos hacer de Monis doble vertiente de hombre profundamente
do: desde el momento de la pérdida del hu- estilos históricos, el gótico, que para ellos re- son, pues, cambiantes, como cambiante es la interesado tanto por los problemas sociopolí-
manismo. presentaba el momento en el que el arte ha- propia actividad de este polifacético persona- ticos como por cuestiones de arquitectura,
A pesar de esta mirada hacia el pasado, bía sabido sintetizar esos principios. Esta as- je. Pero, en cualquier caso, siempre abogó arte y diseño. En reaüdad, no sabríamos de-
Pevsner ve en Morris a uno de los precurso- cendencia medieval deriva directamente ¡x>r un entorno armónico para el ser hwna- cir cuál de las dos facetas es la desencade-
res del Movimiento Moderno. Y es que de los planteamientos de Pugin. Tal tipo de no, y en ese entorno es necesario el objeto co- nante de la otra, pues ya desde muy joven se
William Monis no fue un pensador unidirec- planteamientos son los que hemos rastreado tidiano, para cuya belleza el nuevo artista-me- confunde su voluntad de servicio con el afán
cionaL Partiendo de la premisa de que el a¡te enjohn Ruskin. Sus escritos influyen decisi- sano tiene que trabajar. Esta idea aparece co- de servir a través de unas actividades concre-
no tiene que ser para illlOS pocos __¿«Qué nos vamente sobre \rVilliam Morris, el personaje rroborada en uno de sus textos fundamentales, tas. Preocupado por los más diversos temas,
importa el me si no podemos participar de más interesante de todo este entramado, «El me bajo la plutocracia», escrito en 1883. éstos parecen confluir, sin embargo, en torno
él todos?»33, afinna- llega a la convicción dado que a sus teorias añade una intensa ac- Tras decir que el arte, a grandes rasgos, se di- a una idea general: el deseo de que los seres
dequelamiradaal pasado es un punto depar- tividad práctica dentro del diseño. vide en dos clases, el denominado arte inte- humanos encuentren la armonía Es sinto-
tida para dignificar el objeto cotidiano y, por No obstante, las relaciones del movimien- lectual y el llamado me decorativo, afirma mático que, ·después de unos iniciales estu-
tanto, la vida del ser humano. En este punto to de Artes y Oficios y los procesos industria- que ha habido naciones que carecen del pri- dios religiosos, se decidiera, como alternati-
interviene Pevsner: «Hasta aquí Monis es el les no fueron siempre homogéneas. De he- mero pero ninguno del segundo. El intelec- va, a emprender los de arquitectura, movién-
verdadero profeta del siglo xx, el parhe del cho, algunos de los integrantes de su segunda tual es aquel que está al servicio de nuestras dole una misma preocupación: la de poder
Movimiento Moderno. A él le dehemos que ueneración no renunciaron a introducir en
o necesidades mentales, mientras que el deco- ejercer un oficio social. Vocación esta que se
la vivienda del hombre común haya llegado sus talleres los nuevos sistemas de mecaniza- rativo también apelará a la mente, pero se confirmará, ya en 1883, con su decisión de
a ser, una vez más, un objeto ~ono del pen- ción. Pero nunca olvidan dotar al objeto de encuentra en objetos cuya intención prima- adherirse formalmente al socialismo, cuyas
samiento del arquitecto, y una silla, un em- una dimensión humana y procuran que los ria es estar al servicio del cuerpo. Constata ideas habían estado en la base de sus plan-
papelado o un vaso, un objeto digno de la procesos no estén asignados totalmente a las que el arte intelectual y el decorativo se en- teamientos sociales y laborales~ no obstante,
imaginación del artista>} Pero anade: «ésta es máquinas. En realidad, como observa Anna cuentran ahora separados, y que esta cir- su socialismo, tei'iido de un tinte anárquico,
sólo una mitad de la doctrina de Morris. La Calvera;¡(;' el mismo Monis, cuya ptimera cunstancia detennina no sólo la clase de tra- molesta a Marx y a Engels, a la sazón en In-
otra mitad quedó sujeta al estilo y a los prejui- empresa tuvo una organización totalmente bajo que cada uno hace, sino la posición so- glaterra y preocupados por consolidar sus
cios del siglo XIX»34 _ En este sentido, sus pro- artesana, cambió más tarde su sistema para cial de quien lo hace. Si antes el público del posturas frente al anarquismo. Durante los
puestas tendrían una fuerte dosis de histori- pemlitir una estructura empresarial y pro- arte intelectual también era el pueblo, ahora últimos años de su vida Monis cree ql..!e sólo
cismo y lli1 pensamiento antiindustrial que· lo ductiva más acorde con los tiempos, traba- ya no ocurre esto, las artes se han distancia- la revolución va a ser capaz de cambiar el ac-
separan del pensamiento moderno y que hace jando a base de stocks, diversificando produc- do, creando públicos d~tintos, y la belleza se tual estado de cosas, radicalización que, por
que algunos críticos le descarten como pre- tos, etc. Sin embargo, nunca utilizó la impe- ha bolTado del arte decorativo. Antes, a los una parte, le separa de muchos de sus com-
cedente del Movimiento Moderno. Este des- rante máquina de vapor. La versión de un trabajadores «les estaba permitido hacer el pañeros de Artes y Oficios, y, por otra, de
cante puede servir a alguno~ como a Conway Morris totalmente enemigo de la máquina trabajo de modo placentero y reflexivo~ se tantos marxistas que consideraban que el
Lloyd Margan, para refutar también a auto- ha encontrado sus antagonistas, sobre todo
78 • HlSTORIA DEL DISEÑO INDUSTRIAL: UNA APROXIMACIÓN
LOS D!SCURSOS DEL SIGLO XIX • 79

momento no era todavía el adecuado para la po sentimientos ambivalentes: por un lado le


revolución. atrae su carácter fraterno, por otro rechaza su
En el entomo de Monis se sitúan una se- decadentismo, ese cariz en exceso esteticista
rie de interesantes personajes que, junto a él, que le aparta del pueblo; en todo caso, el
proponen una nueva visión de la arquitectu- único gran cuadro al óleo de Monis, el retra-
ra, el arte y el artesanado. Desde muy joven to de Jane Burden refigurando a la reina Gi-
entra en contacto, entre otros, con los pinto- nebra, se inscribe plenamente dentro de la
res Rossetti y Bume:Jones -prerrafaelistas, poética prerrafaelista".
respectivamente, de la primera y segunda La mención a Burden [52] nos lleva a
generaciones- y con el arquitecto Philip planteamos el papel de las mujeres en el mo-
Webb (l83l-l9l5), estableciendo con ellos vimiento de Artes y Oficios. El mismo Morris,
mucho más que una relación de trabajo. En que anunció que un día la distancia entre los
ese deseo de restituir unos lazos vivenciales sexo~ tanto en el ámbito del trabajo fuera de
entre los seres humanos, llegan a constituir casa como en el doméstico, se bomuia., no
vínculos muy estrechos, aunque a veces con- supo o no le interesó cambiar la situación 53 y 54. Phil.ip Webb. Casa roja, diseñada para William Monis. finalizada en 13!i0.
flictivos debido a las interferencias sentimen- dentro de las empresas que dirigió. Las mu-
tales. Nos hallamos en un momento en que jeres del movimiento, en su mayoría familia-
surgen grupos como el recién mencionado res de Morris o de otros de sus integrantes, se to de manifiesto Anthea Calkn: «Aunque el La primera gran obra donde vemos con-
de los prerrafaelistas -cuyo máximo expo- dedicaron, casi «naturalmente», a los talleres movimiento de A.ttes y Oficios fue en muchos vergir el trabajo del núcleo micial del movi-
nente es el mismo Rossetti- que poseen ca- de bordado, mientras que los hombres se ocu- aspectos social y artisticamente radical, al mis- miento que luego se llamará Arts and Crafts
racterísticas de hermandad muy pronuncia- paban del diseño de producto y del mueble, mo tiempo, de hecho, reprodujo, perpetuó y fue la llamada Casa roja [53 y 54], construc-
das y responden, como se ha observado des- así como de la parte económica y, por supues- reforzó la dominante ideología victoriana pa- ción encargada en el 1858 por Morris al ar-
de distintas esferas, a planteamientos de tipo to, de las disquisiciones teóricas. A la misma triarcal. Recreó las divisiones del microcos- quitecto Philip Webb. No sólo el edificio,
iniciático. Morris guarda respecto a este gru- Jane, que trabajó junto a su marido (William mos tradicional entre los roles masculinos y sino los muebles y el ajuar, constituyen toda
Morris) en el trabajo del bordado, sobre el femeninos, como puede verse en el diseño, una declaración de intenciones de los miem-
que se tuvo que efectuar arduas investigacio- producción, a1tesanía, ingresos y dirección» w_ bros del grupo. La Casa roja, a diferencia de
nes a fin de calibrar las técnicas antiguas de las
que se partía, poco reconocimiento se le otor-
ga a este trab3:io, que sin embargo se le conce-
de a Morris. Por otra parte, no está muy claro
si May Morris, hija de William, que dirigió el
taller de bordado, cobró por su trabajo, hecho
que nos parece especialmente significativo,
dado que sólo la independencia económica
puede procurar la independencia de las muje-
res. Seguimos dentro de la concepción de la
'ida propia del periodo victoriano, donde de
nuevo la mujer tiene que soportar estrategias
del halago que al fin y al cabo la conducen a
la marginación. Durante esta época, la mujer,
considerada un diamante que preservar, no
podía acceder a actividades que pudieran
hacerle perder su brillo. Por tanto, vivía en
los márgenes concedidos por la sociedad
52. Dante Gabriel Rossetti. Perlascura ¡retrato de Jane bienpensante y su trabajo debía limitarse
Burden), 1371. al socialmente correcto. Así, y como ha pues- .JS. Philip Webb. Vasos producidos por laJ. PoweU & Sons., 1859.
80 • HlSTORIA DEL DISEÑO INDUS'ffilAL: UNA APROXIMACIÓN WS DISCURSOS DEL SlGLO XIX • 81

y definitivas del diseño de Artes y Oficios. THE SUSSEX RUSH-SEATED CHAIRS


A fin de producirlos para la venta se crea,
en 1861, la empresa MotTis [57[, Marshall,
Faulkner & Co., que prospera rápidamente. MORRIS ANO COMPANY
Muebles, vidrios de colores, tapices, alfom- ++9 OXFORD STREET, LOJ'\DOJ\', \\'_
bras, papeles pintados, trabajos en metal, así
como también decoraciones murales y escul-
tura aplicada a la arquitectura, serán los prin-
cipales sectores de intervención de la Com-
pañía, en cuyo manifiesto inaugural se vuelve
-
a insistir en la belleza que debe desprender
incluso el objeto más humilde.
56. Philip Webb. M= de pru:ed, h. 1861.
Los distintos productos de la empresa de
Morris poseen, como es lógico, unas caracte-
rísticas diferentes, pero en general se observa
las casas de campo de la época, no era de en todos eUos esa pasión hacia lo medieval a
gran tamaño, respondiendo a la «medida hu- la que hemos hecho referencia, al tiempo
mana» solicitada por Morris. Nada hay en que expresan un gusto por la tradición ver-
ella de ostentación y sí un deseo de acopla- nácula. En general, las formas de Artes y Ofi- "Z<<>''-.fll .t.X .. o<lU.,<. ~~-- .. ~~....._.,ji.. ,,.,....,.,l>C-1..,,......,11'. 5l""-"~ .t.UHl!M'-
·~ ~· .. ·~. 14,-... !~ ~u.tl<. IO.t>- ·~ ~=-~.:. ;·, Il< nAO:. ~9-
miento al entorno, para lo cual se emplean cios se expresaban preferentemente a través
elementos vernáculos que la hicieran fami- de líneas sencillas, mientras la decoración se
liar. El goticismo se traduce en detalles como inspiraba en elementos de la naturaleza Para

il
la disposición de vanos ojivales y volúmenes Sparke: <En la forma más pura del estilo, la
alilados. La utilización del ladrillo visto, del decoración era un derivado de la construc-
color que da nombre a la construcción, y los ción., de manera que los clavos y clavijas for-
austeros perfiles generales, pueden anticipar maban diseños en la superficie de los muebles;
algunos temas del Movimiento Moderno en en los objetos metálicos, las marcas del marti-
arquitectura {que tantas veces ha convertido llo creaban la textura de la superficie; y en la
a Morris en su pionero). Rossetti describe cerámica los colores brillantes se fi.mdían con
esta construcción como una obra de gran no- el cuerpo durante el proceso de cocción»41 • En
bleza, lugar admirable para vivir que es más este sentido, por ejemplo, los muebles eran a
una poesía que una casa. veces confonnados a base de simples uniones
En su equipamiento general intervino un de listones de madern, siendo sus junturas, o >•.~ ~~~T <1U11<. ,,.~.._, -a-:Klt, ~H- Ól'-. «·'<- ~-"'~'· '""~ ~...., •• ,;¡,~¡>
numeroso grupo de personas -destacando sus remaches, los propios elementos decorati- !~ "',,;¡:. ;:;:-. :""'-'-""-'",¡.·
el mismo Webb [55 y 56j- que, siguiendo vos. Si la inspiración gótica impulsaba lo li-
unos principios generales de sencillez y eco- neal, la vernácula estimulaba el valor de lo 57. Página del Catálogo de la Morñs & Co., 1862.
nomía, elaboraron toda la serie de artículos propio, incluso de lo rústico. Además, fuentes
necesarios a fin de hacerla habitable. Para su naturalistas, que en la segunda generación ad-
fabricación se optó por los materiales de pro- quirieron alguna dimensión exótica o rrútica, inicialmente no se concedía -bajo el prejui- incursiones que los diseñadores efectuaban
cedencia local, prefiriéndose las arcillas de la completaban las fuentes de las que bebían los cio antimaquinista- espacio a la maquinaria por las viejas carpinterias de la zona La re·
wna a las porcelanas y optándose, en los ob- nuevos productos artesanos, que en bastantes moderna gión de Sussex fue una fuente constante de
jetos metálicos, por los humildes peltre y la- ocasiones poseían también una cierta pesan- Uno de los modelos más complejos que inspiración para los nuevos artistas artesa-
tón. Las notas de color vienen de los borda- tez derivada de las fonuas medievales. El lujo produjo Morris fue un sillón ajustable [58[, nos. El boceto de este sillón en concreto fue
dos y de algunos objetos pintados. era algo fuera de lugar y, sin embargo, las pie- datado hacia 1866. Esta pieza, como sucedie- enviado por el entonces director de la em·
A través de estos productos ya se van ex- zas resultaban caras debido al mismo proceso ra con otras, supone una recreación de uno presa de Morris a Webb, que lo red~eiió. Sus
plicitando las que serán las lineas principales de fabricación, largo y dificultoso, en el que de los modelos encontrados en las periódicas cojines reposaban sobre piezas transversales
82 • HlSTORIA DEL DISEÑO INDUSTRV\l.: UNA APROXL.\IlACIÓN
WS DfSCURSOS DEL SIGLO XIX ~ 83

que debían servir al plano, distinguiéndose


de los recursos de la pintura
William de Morgan (1839-1917), amigo
de Morris, compartió también su interés por
la Edad Media Su actividad se centró en el
diseño cerámico, sobre todo el azulejo [61].
Sus motivos favoritos, al igual que en el res-
to de sus compañeros, están tomados de ele-
mentos florales y de fauna, donde claramen-
te se observan las fuentes medievales -si
bien reelaboradas por una fecunda imagina-
ción- e igualmente la influencia islámica e
hispano-morisca, reviviendo las técnicas de
brillos o reflejos.
Alrededor de 1880 surge una segunda ge-
neración de diseñadores del movimiento
de Artes y Oficios que, significativamente,
se agruparon bajo el nombre g·enérico de
gremios. A pesar de que intentaron mante-
58. Morris Adjust®le Ckair, producido por la Monis 59. Silla Sussex, factoría Monis, h. 1864-1865. ner la estructura artesanal de sus anteceso-
& Co., h. l8fKi. res, y que incluso algunos hicieron profe- 60. Wi!tiam Monis. Chintz ThcStrawheny Thief, 1883.
sión de fe en torno a la artesanía y a un
modo de vida asociado a ella, otros no qui-
sieron prescindir, buscando ser competiti-
de madera, su respaldo era reclinable. Tam· Con inspiraciones medievales, pero también
vos, de la colaboración con la industria Y es
bién de tradición vernácula es el célebre mo- de otros momentos históricos, los diseños
delo denominado sin más Sussex [59], ante· son composiciones muy equilibradas, aun-
rior al asiento reclinable, y que se atribuye en que a la vez de un aspecto visual complejo.
ocasiones a Monis al haber salido de su em- La repetición de un motivo principal a lo lar-
presa, aunque parece más probable que sea go de la tela produce una cierta sensación de
de Ford Madox Brown o del mismo Webb. «horror vacui», pero en ningún momento re-
Es una silla con brazos de boga y madera tor· sulta agobiante debido, precisamente, a la es-
neada, de color negro o más tarde tintada de tricta disposición de los motivos. Recorde-
verde, dejando la veta vista Con cierto aire mos al respecto, por ejemplo, su diseño para
de familia, pero con un aspecto más regio y tela de algodón a dos colores Tk Strawberry
pictólico, nos encontramos con la diseñada 17zief[60]: alternancia rítmica de pájaros con
por Rossetti por la misma época Junto a la los picos abiertos y cerrados, que siguen,
sencillez de estos productos, hallamos tam- dentro de la profusión morfológica de la es·
bién piezas mucho más ornamentadas dirigi- cena, un ordenamiento preciso que permite
das específicamente <<al hyo de Jos ricoS>\ distinguir con cla1idad el entrelazamiento or-
aunque desde luego no constituyeron la prin- namentaL Por otra parte, se deshace cons-
cipal aportación de la Compañía. cientemente de los recursos textiles de su
Pero los productos monisianos que han lle- época, que buscaban proporcionar una im-
gado con más fuerza a nuestros días han sido presión tridimensional a objetos que se ca-
los tejidos. El mismo Morris aprendió a tin- racterizan precisamente por la bidimensión.
tar, tejer y estampar, no contentándose con Sus diseños olvidan este efecto ilusionista
ti l. Wi\liam de Mo%'1lll. Dibujo para azulejos, ISH:).
ser el dibujante del elemento ornamentaL para concentrarse en una línea y un color
84 • HISTORIA DEL DISEÑO INDUSTRIAL: UNA Al'ROXIr-.IACIÓN LOS DISCURSOS DE.L SIGLO XIX • 85

~-

;;-

62. AH Mackmurdo. Portada de WrenS City Clwrches,


1883.

64. W. R Lethaby. Sillón de roble, 1891.

aquí cuando encontramos un importante


punto de inflexión en ese movimiento.
Uno de los más importantes gremios que
65. Charles F. A. Voysey. Servicio de mesa, 1907.
se fundaron fue la Century Guíld, cuyo
miembro principal fue Arthur H. Mack-
murdo (1851-1942), que debe ser recordado
por su genial anticipación del modernismo. años más tarde, no sin antes habemos pro- Otro de los gremios con más proyección
El diseño de una portada para un libro de porcionado algunos de los diseños más im- fue el de Trabajadores del Arte, cuyos miem-
s
arquitectura: Wren City Churches [62], está portantes de las dos últimas décadas del XIX. bros trabajaron ya de forma individual. For-
elaborado utilizando un sinuoso dibujo de Amparados bajo el tipo de estructura de as- mado en 1884, intervinieron en él figuras
tallos en forma de latigazo rematados con cendente medieval, tanto este gremio como como Wilham Lethaby [MI (1857-1931) y
una especie de cúpulas florales, elementos los restantes que entonces surgieron preten- Walter Crane {1845-1915). Entre sus plan-
tan característicos del modernismo. El mis- dían elaborar y promocionar sus trabajos teamientos se debe citar su interés por los
mo diseño se observa en el respaldo de una como fruto de esfuerzos colectivos, lo que procesos educativos, en los cuales señala-
silla de esta misma época [63]. El Gremio en muchas ocasiones dificulta identificar a ban el peligro de que la industria dejase de
li3. A H. Mackmurdo. Silla de caoba, 1882-1883. del Siglo nació en 1882 y se disolvió seis los autores de las distintas piezas. lado las fructíferas relaciones entre artistas,
86 • HJSfORlA DEL DISEÑO INDUSTRIAL: UNA APROXIMACIÓN LOS DISCURSOS DEL SIGLO XIX • 87

69. Talleres de Gust.w Stickley. Aparador, IH05·1910.

66. Charles F. A. Voysey. Mueble de roble. 67. W. A. S. Benson. Lámpara de aceite, 1890. 68. C. R. Ashbee.J""' h. 1904-1905.

artesanos y arquitectos. Sin duda hay que te- Por iniciativa de algunos de los integran- Finalmente, cabe citar el Gremio de Artesa-
ner muy en cuenta a Charles F. A. Voysey tes de este último gremio, especialmente de nos fundado por Charles Robert Ashbee [68]
(1857-1941), uno de los más significativos ar- Williarn Benson (1854-1924), se creó una (1863-1942) en 1888. Siguiendo las ideas de
quitectos y diseñadores del momento. Inter- asociación, la Sociedad de la Exposición de Monis, el gremio buscaba lograr la satisfac~
vino en múltiples sectores, tanto en metal [65[ Artes y Oficios, que quería dotarse de un ción del artesanado en relación con su traba-
como en textil y mobiliario. De gran proyec- espacio para mostrar sus objetos al público. jo, e incluso llegó a formar una pequeña co-
ción, había colaborado con Morris en el dise- Benson ya nos da una medida de los nue- munidad utópica, que fracasó, pero no así los
ño de algunos muebles de lujo de caracteristi- vos tiempos que se proponían, pues no re- ideales de Artes y Oficios, que habían llega-
cas neogóticas, y atmque no se dejó dominar nunciaba a la mecanización y es uno de los do fortalecidos al fin de siglo: «No obstante,
por el estilo, en sus objetos, especialmente las más interesantes diseñadores vinculados al al cambio de siglo los ideales de Arts and
sillas, se observa un sentido de verticalidad sector de la iluminación, donde precede a las Crafts se hablan "institucionalizado" en In-
propia de aquél, a la par que, siguiendo los experiencias modernistas [67\. Podríamos gla1etTa. hasta el punto de que casi todos los
plincipios de Artes y Oficios, obtiene la de- decir que este diseñador fue el gran pione- puestos clave de las escuelas de arte aplicado
coración a base de subrayar los principios ro dentro de los sistemas de iluminación y de diseiio de todo el país estaban ocupados
consb.uctivos de los objetos. Sus piezas nos para las casas, pues para ellas crea moder- por artesanos. Por otra parte, la mayor parte
hablan de su extraordinaria simplicidad, por nos accesorios que complementan las lám- de los funcionarios y de las organizaciones
ejemplo uno de sus armarios de roble, un pa- paras. Su labor fue muy apreciada por implicados en la defensa de la calidad del di-
ralelepípedo ornamentado con una sencilla Hermano Muthesius, el 'CrÍtico alemán que seño en la industria británica estaba conven-
moldw:a apoyado sobre una especie de tabu- muy pronto iba a conmocionar el diseño cida de que, como había sostenido Ruskín,
rete ligeramente más ancho para dotarlo de alemán, dotándolo de argumentos raciona- era "labor del industrial tanto formar el mer-
estabilidad [66[. listas. cado como abastecerlo"»~1 . íO. Hennanos Gr~11e. Chiffonitr, h. 190~l.
88 • HISTORIA DEL DISEÑO INDUSTRlAL: UNA APROXL\1ACIÓN

El movimiento de Artes y Oficios tuvo en revista, The Craftsman, que sostuvo teólica-
Estados Unidos -que seguía mirando a la mente el movimiento nortea.melicano de Ar-
metrópoli- una fuerte repercusión. Durante tes y Oficios y que supuso un referente inex-
la Exposición del Centenario celebrada en Fi- cusable para los diseñadores de la época.
ladelfia en 1876, los norteamericanos tuvieron También en Nueva York se instaló el poli-
la ocasión de ver genuinos productos de la frr- facético y controvertido Elbert Hubbard
ma de Monis, y tomaron buena cuenta de (1856-1915), quien asimismo había viajado a
ello~ al fin y al cabo el nuevo sentido construc- la metrópoli y se había quedado prendado de
tivo encajaba muy bien con su manera de en- las doctrinas artesanas. No siendo artesano ni
tender los objetos funcionales. Uno de los más diseñador, contribuyó sin embargo a mante-
conocidos artesanos fue Gllstav Stickley ner la comunidad Roycroll, que multiplicó sus
(1858-1942), que produjo un mobUiario ex- ámbitos de intervención desde la edición has-
tremadamente soblio [69] que enlazaba ade- ta los muebles, cerámica o trabajos en metaL
más con la tradición Sllllkr. Algunas de sus Los hermanos Charles Sumner Greene
obras expresaban a la perfección los mejores (1868-1957) y Hemy Mather Greene (1870-
ideales de Artes y Oficio~ al prescindir del 1954) [70], por su parte, unieron las cualida-
adorno superfluo y resolver la ornamentación des formales de Artes y Oficios con la inlluen-
únicamente a través de los propios elementos cia japonesa, dando un toque de delicadeza a
constructivos. Tras visitar Gran Bretaña esta- unas piezas que, sin embargo, conservaban
blece, en 1901, un taller en el estado de Nue- todavía la impronta que Morris soñara un
va York, publicando además una influyente día para el objeto cotidiano.

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