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Brasil ha pasado por dos fenómenos que merecen destacarse cuando se habla de ambientes

urbanos: la rápida industrialización, experimentada a partir de la posguerra, y la urbanización


acelerada que siguió. En el curso de este proceso, reflejo de las políticas desarrollistas vigentes
entonces, no se respetaron o incluso no se tuvieron en cuenta una serie de reglas de protección
del medio ambiente.
En los años 70, Brasil comenzó a interesarse por los temas ambientales, de saneamiento y de
control de la contaminación, logrando su primer intento con el Plan Nacional de Saneamiento
(Planasa), al conseguir abastecer con agua tratada a cerca del 80% de la población urbana
brasileña.
A partir de entonces, los grandes problemas ambientales del país están siendo identificados y
controlados, aunque no siempre con la velocidad e intensidad que merecen.
Desde los años 50, la formación de las ciudades brasileñas constituye un escenario de
contrastes, típico de las grandes ciudades del Tercer Mundo. La forma en cómo se produjo la
creación de la mayoría de los municipios, acabó atropellando los modelos de organización del
territorio y gestión urbana tradicionalmente utilizados, y se mostró inadecuada. El resultado ha
sido la aparición de ciudades sin infraestructura y disponibilidad de servicios urbanos capaces
de soportar el crecimiento provocado por el contingente poblacional que emigró a las ciudades.
Entre las décadas de los 50 y 90, la proporción de población brasileña que vivía en ciudades ha
crecido del 36% al 75%, de forma que en 1991 nueve regiones metropolitanas poseían más de
un millón de habitantes cada una. No obstante los evidentes desequilibrios ambientales como
consecuencia de este proceso, los espacios urbanos no han recibido en la misma proporción la
debida atención por parte de los medios de comunicación y de los gobiernos.
Cuando se trata de lo urbano, la complejidad de lo que se denomina problemas ambientales
exige tratamiento especial e interdisciplinar. Las ciudades no son sólo espacios donde se
manifiestan problemas sociales. El propio ambiente construido desempeña un papel
preponderante en la constitución del problema, que trasciende al medio físico contribuyendo las
cuestiones culturales, económicas e históricas.
Los grandes asentamientos urbanos concentran también los mayores problemas ambientales,
tales como contaminación del aire, acústica e hídrica; destrucción de los recursos naturales;
desintegración social; desempleo; pérdida de identidad cultural y de productividad económica.
Muchas veces, las formas de ocupación del suelo, la dotación de zonas verdes y de ocio, la
atención a las zonas de riesgo, el tratamiento de aguas residuales y el destino final de la basura
recogida dejan de ser tratados con la prioridad que merecen.
En las metrópolis con gran concentración industrial se agudizan los problemas de degradación
ambiental, tráfico, inundaciones, chabolismo y asentamientos en lugares inundables, de riesgo
y carentes de saneamiento. Como centros de producción, esas ciudades muestran saturación
de industrias en zonas restringidas, causando diversos problemas a sus habitantes, provocados
por los altos índices de contaminación que presentan.
En las ciudades costeras con vocación al turismo, las condiciones de salubridad de las playas
están siendo comprometidas cada vez más por los vertidos de aguas residuales y por las
precarias condiciones de limpieza pública y recogida de basuras. En ellas es donde los intereses
especulativos inmobiliarios fuerzan la ocupación de zonas de protección ambiental,
desfigurando el paisaje y destruyendo ecosistemas naturales.
Ciudades históricas y religiosas como Ouro Preto (Minas Gerais), Olinda (Pernambuco) y
Aparecida do Norte (São Paulo) también sufren con la especulación inmobiliaria, con el
chabolismo y con el turismo indiferente a la conservación del patrimonio cultural y ambiental. En
la Amazonia las actividades de extracción de minerales y el avance de la frontera agrícola han
producido ciudades de crecimiento explosivo, que se convierten en paradigmas de la
degradación de la calidad de vida en el medio urbano.
Los problemas ambientales y sus causas no son exclusivos de Brasil. Otros países han vivido
problemas semejantes y han buscado soluciones que garanticen la calidad de vida de los
ciudadanos y el crecimiento económico simultáneo. La diferencia es que, por ser un país joven,
Brasil ha comenzado sólo al final del último milenio a afrontar el desafío de un desarrollo
socioeconómico que respete el patrimonio natural del país para sus próximas generaciones. Los
brasileños están abandonando sus antiguas posiciones para entrar en una nueva era.
La globalización de los mercados, el milagro de las telecomunicaciones y la estabilización de la
economía son factores que se deben analizar cuidadosamente si el objetivo buscado es el
llamado desarrollo sostenible. Brasil, por medio de acciones gubernamentales y de iniciativas
de la población, está buscando alternativas que respeten el patrimonio natural del país y hagan
posible el crecimiento económico.
En la búsqueda de reversión de la crisis ambiental urbana, se está llevando a cabo diversas
acciones, con la participación de la sociedad civil. Se están discutiendo y aplicando políticas
para saneamiento y medio ambiente en todo Brasil, desde los años 70, aunque no con la
velocidad y efectividad compatibles con el crecimiento que el país viene experimentando en las
últimas décadas. Este diferencial ha creado un vacío que comienza a ser llenado con una mejor
y más completa comprensión por parte de la población y de los administradores respecto a los
derechos, deberes y responsabilidades con el medio ambiente. El país ya reconoce sus
problemas ambientales, tiene instrumentos legales para resolverlos y, sobre todo, intenta
aplicarlos efectivamente.
3.- LOS CONTRASTES REGIONALES.
LA POBLACIÓN:
Con más de 150 millones de habitantes, después de haber contado con sólo 71 millones en
1960 y con menos de 4 millones en 1800, la población experimenta un rápido crecimiento, aún
más acelerado desde 1950. Esta población está muy irregularmente repartida, oponiendo un
Brasil poblado a un Brasil vacío. El primero es el Brasil atlántico, lo que se explica por el propio
origen del grupo humano, nacido de las inmigraciones de la época colonial. Estos inmigrantes
formaron núcleos de población repartidos a lo largo del litoral atlántico, que se multiplicaron
después por el fenómeno del crecimiento natural resultante del exceso, cada día más
importante, de los nacimientos en relación con las defunciones. A pesar de este crecimiento,
las inmigraciones interiores no consiguieron invertir la situación original.
El primero de los grandes núcleos de población se sitúa en el sudeste y concentra a unos 60
millones de individuos. Allí las densidades son con frecuencia superiores a 25 habitantes por
kilómetro cuadrado, e incluso, a veces, a 50 habitantes por kilómetro cuadrado. El segundo
núcleo de población es el del nordeste, comprende unos 40 millones de habitantes. Finalmente,
el tercero está representado por la parte meridional de Brasil.
Estos tres núcleos tienen orígenes distintos: el nordeste constituyó, en la época colonial, el
punto inicial de doblamiento; el sur de Brasil fue esencialmente poblado por la segunda ola de
inmigración, a finales del siglo XIX; el sudeste recibió las influencias de estas dos grandes fases
de formación del grupo humano. Las zonas intermedias, que separan estas tres regiones de
fuerte población en el mismo interior de Brasil atlántico, sólo representan densidades inferiores
a 10 habitantes por kilómetro cuadrado, incluso 5 habitantes por kilómetro cuadrado, en el
espacio comprendido entre el núcleo de población del sudeste y el del nordeste.
Pero el contraste más acusado es el de este Brasil poblado con el conjunto de la Amazonia que,
en una superficie que abarca aproximadamente la mitad del territorio brasileño, sólo contiene la
vigésima parte de la población total del país. También la meseta interior tiene densidades rara
vez superiores a 1 habitante por 2 kilómetros cuadrados, formando por ello una zona en la que
la escasa población dificulta el aprovechamiento de los recursos naturales.
Esta población, tan desigualmente repartida, tiene un índice de crecimiento cada vez más fuerte,
a pesar de la sensible disminución de la inmigración. El índice de crecimiento natural, que se
acercaba al 2 % en el período entre las dos guerras, pasó progresivamente al 2,5, al 3 y al 3,2
% entre 1945 y 1970, para descender al 2,1 % entre 1984 y 1989. Los índices de natalidad
hasta 1980 fueron muy elevados (40 ‰) para descender en 1989 al 18,8 ‰. Desde 1945, la
revolución de los antibióticos, la mejora de las condiciones sanitarias y la lucha contra las
grandes endemias, hicieron disminuir los índices de mortalidad. La población brasileña es
singularmente joven; más de la mitad de ella tiene menos de veinte años.
Evolución de la población total
1870 9 797 000
1890 14 199 000
1920 27 404 000
1940 41 236 000
1960 70 967 000
1970 93 205 000
1980 119 100 000
1990 150 100 000
El rápido aumento de población en zonas ya pobladas, origina una presión demográfica que
provoca emigraciones. Éstas se producen, a veces, hacia zonas más vacías y permiten la
aparición de un primer frente de roturación, como el que se apunta actualmente con la apertura
de la carretera Belem- Brasilia o como los que existían muy importantes, al extenderse el cultivo
de café en São Paulo y después al norte del estado de Paraná.
Una pequeña parte de esta población sobrante, tiende pues a poblar el Brasil vacío; pero la
mayoría de las emigraciones se dirigen a las grandes ciudades, contribuyendo a aumentar su
congestión. Y es que, en efecto, las emigraciones interiores actuales del Brasil son, ante todo,
provocadas por la miseria, debidas a las precarias condiciones de vida de los campesinos sin
tierras, que marchan a las ciudades con la esperanza de encontrar empleo. Ahora bien, estas
ciudades son con frecuencia incapaces de dar satisfacción a esta esperanza, pues no existe
relación directa entre la capacidad de atracción de la gran ciudad (debida a la mayor posibilidad
de empleo) y la importancia del número de inmigrantes expulsados del campo por la miseria.
En estas condiciones, las grandes ciudades aumentan desmesuradamente y proliferan en ellas
los barrios de hábitat espontáneo, de chabolas. Así, en el período de 1950 a 1960, mientras el
aumento de la población brasileña fue del 34 %, el de las seis ciudades más grandes (São
Paulo, Río de Janeiro, Recife, Salvador, Pôrto Alegre y Belo Horizonte) alcanzó el 80 %.
LOS CONTRASTES REGIONALES
Sin pretender agotar toda la variedad de los paisajes y de las formas de organización del
territorio brasileño, se puede presentar una rápida visión de conjunto, describiendo las cinco
regiones que constituyen, prácticamente, los cinco grandes tipos de terrenos característicos de
Brasil. Estas grandes regiones son la Amazonia, todavía despoblada y sometida al peso de una
naturaleza llena de dificultades; la meseta interior; también despoblada, a pesar de las
posibilidades naturales que ofrece a la agricultura; el nordeste, donde el subdesarrollo abruma
al hombre; el sudeste, zona de crecimiento y desarrollo de las actividades modernas, y el sur,
cuyos caracteres originales son el resultado de las condiciones de población y de la importancia
de la inmigración europea a finales del siglo XIX y principios del XX.
AMAZONIA
Es la zona de clima ecuatorial, y el dominio del gran bosque ecuatorial. El bosque oculta, bajo
la exuberante vegetación, suelos muy frágiles, poco conocidos y que se deterioran pronto en
cuanto se ven privados de la cobertura que los ha protegido durante mucho tiempo. A la
peligrosa fauna se le añade la abundancia de microorganismos, que constituyen un factor de
insalubridad.
En este bosque amazónico, enemigo del hombre, se refugiaron los indios que poblaban Brasil
en tribus dispersas antes de la penetración portuguesa y que fueron expulsados de las tierras
explotadas por los colonos. Por ello decimos, que si los europeos han penetrado en este
bosque, jamás se han instalado en él de manera definitiva, contentándose con hacer incursiones
para la tala de maderas preciosas. En la actualidad, los indios del Amazonas son poco
numerosos, en torno a unos 50.000, de razas diferentes, pero comprendidos esencialmente en
el grupo “tupi”.
Amazonia tuvo una población blanca más o menos diseminada y temporal en la época colonial,
debido a la búsqueda de maderas preciosas, que se hizo más permanentes e intensa a finales
del siglo XIX, al producirse el descubrimiento del Hevea brasiliensis, que crece en estado natural
en el bosque amazónico y cuya savia produce la materia prima para la fabricación del caucho.
La Amazonia media, que es donde más abundan estos árboles, experimentó entonces un gran
auge económico, con la afluencia de una fuerte inmigración de mano de obra, para recoger la
savia de los árboles dispersos en el bosque. La ciudad de Manaus creció rápidamente y se
convirtió en la capital del caucho. Pero esta época de prosperidad fue de corta duración, pues
la competencia de las plantaciones de árboles de caucho en Malasia, en el segundo decenio
del siglo XX, provocó la ruina de esta explotación.
La mano de obra pobre, ante la imposibilidad de marcharse de allí, constituyó un grupo humano
disperso a lo largo de los ríos (que eran el único medio de comunicación) y empezó a practicar
una pequeña agricultura de subsistencia, talando el bosque en una profundidad no superior a
unos cientos de metros de las orillas. Por esto Amazonia está ahora salpicada de estos grupos
de población es las márgenes de los ríos.
Como el único medio de comunicación era todavía el barco en 1970- 1971, las dos grandes
ciudades, Manaus y Belem, son puertos. Manaus, situada a unos 1 500 Km tierra adentro,
constituye un punto de transbordo entre la flotilla de pequeñas embarcaciones tradicionales que
surcan continuamente el Amazonas y los barcos modernos que remontan el río hasta aquella
ciudad. El puerto moderno, equipado con diques flotantes que reciben, en mitad del río, los
barcos de mediano tonelaje, contrasta con el puerto de la orilla, que acoge a las pequeñas
embarcaciones fluviales.
Aunque Belem cuenta con una población mucho más importante, las dos ciudades conservan
la huella de la prosperidad de finales del siglo XIX y principios del XX, por el predominio de las
construcciones de esa época, mientras que el escaso número de inmuebles de más de diez
pisos refleja la debilidad del desarrollo reciente de la región. Incluso en Manaus, las grandes
avenidas trazadas al producirse el boom del caucho han sido invadidas de nuevo por la
vegetación natural y aparecen flanqueadas por míseras chozas de paja.
Sin embargo, la prospección petrolífera puede tener un futuro importante en el futuro de la
Amazonia (interesada también el la construcción de una carretera trans-amazónica) y
transformar su fisonomía, si se confirman las esperanzas provocadas por esa fosa de
subsidencia.
LA MESETA INTERIOR
Constituye la zona de clima tropical con estación seca, de la sabana más o menos poblada de
árboles, de las grandes mesetas horizontales sin más accidente que la red hidrográfica o
las chapadas. Al oeste de todos los núcleos de población, la meseta interior se caracteriza, en
la organización de su espacio, por la falta de hombres. Al no haber sido valorada por un grupo
humano importante, sirvió también de refugio a los grupos indígenas más o menos protegidos
por el gobierno y que tienen el mismo género de vida y las mismas clases de relaciones con el
mundo exterior que las tribus de Amazonia. Pero la meseta interior es, ante todo, el dominio de
la ganadería extensiva de tipo especulativo, practicada en las mayores haciendas de Brasil.
Actualmente, a falta de actividades distintas de la ganadería y la agricultura de subsistencia de
la mano de obra agrícola, las ciudades son esencialmente centros administrativos relacionados
con la división de la zona en estados.
Estas capitales que, además de centros administrativos, lo son comerciales y culturales, tienen
un nivel bastante modesto de vida urbana. Las otras aglomeraciones son pueblos de pequeñas
dimensiones, pues el bajo nivel de vida de toda la región impide que se formen verdaderos
centros de actividades terciarias. Sin embargo, dentro de esta organización tradicional del
espacio, la ciudad de Brasilia, ubicada en el corazón de la meseta, puede construir un germen
de transformación.
EL NORDESTE
Formado por la punta de Brasil que se adentra en el Atlántico, el nordeste comprende un número
bastante grande de estados de dimensiones muy variadas. Se caracteriza ante todo por un
grupo humano importante y muy pobre. Es la región de la pobreza, del éxodo rural hacia las
grandes ciudades o las otras regiones; la región del hambre en los períodos de sequía
particularmente acentuada; en una palabra, la región del subdesarrollo. Cierto que la mayor
parte del nordeste, constituida por la zona de clima semiárido, donde a la escasez cuantitativa
de lluvia anual se suma la gran irregularidad de ésta, se halla condicionada, para su explotación
agrícola, por estas condiciones climáticas. Sin embargo, éstas no bastan para explicar el bajo
nivel de vida de la región. En efecto, el nordeste tiene también una zona litoral cálida y húmeda,
así como una zona intermedia que goza de una naturaleza aún más favorable para el hombre;
pues bien estos tres medios naturales ofrecen idéntico espectáculo de miseria. Se trata,
sobretodo, de la miseria rural, la miseria del hombre de la tierra, derivada de las formas de
explotación resultante de la estructura heredada de la época colonial.
La zona de los llanos litorales, la zona de mata, es decir, la “zona de bosque”, es el lugar elegido
para los grandes cultivos de caña de azúcar. Allí se encuentran las casas de campo
tradicionales y las fábricas para la transformación de la caña de azúcar, junto a las grandes
plantaciones. Pero allí vive también el obrero agrícola que no cobra salario, que mora a la orilla
de la plantación, en una pobre cabaña rodeada de un pedazo de tierra concedido a título
precario para sus cultivos de subsistencia, y el obrero agrícola sin tierra, instalado en barracones
o en las antiguas residencias de los esclavos, y retribuido con un salario tan irrisorio que su
miseria es aún mayor que la del obrero no asalariado y cuyo pedazo de tierra le asegura la
comida.
La zona intermedia, la agreste, es el dominio de la ganadería, actualmente orientada a la
producción de leche, o del policultivo de subsistencia, que produce excedentes comercializados
de las grandes ciudades del litoral. Ciertos sectores más húmedos se dedican también a
plantaciones de cafetos. En las grandes haciendas ganaderas, así como en las pequeñas
propiedades dedicadas al policultivo, el nivel de vida es muy bajo debido a las relaciones de
trabajo, a los modos de remuneración, a la falta de medios económicos y la falta de conocimiento
técnico de los campesinos.
Por último, la zona interior del nordeste, que abarca casi el 90 % del territorio de esta región,
forma el sertão, la zona seca, donde predomina la gran propiedad que practica la cría de ganado
vacuno o de cabras. Al bajo nivel de vida de los trabajadores de estas grandes haciendas se
añade la perpetua amenaza de una sequía más acentuada, que, al destruir los pequeños
policultivos de subsistencia que aseguran la alimentación de los campesinos, provoca el éxodo
de familias enteras que emigran a las grandes ciudades del litoral del nordeste (Recife y
Salvador) o a otras regiones.
EL SUDESTE
Goza de condiciones naturales bastante variadas, tanto climáticas (el clima tropical de estación
seca poco marcada del litoral, contrasta con el clima tropical de estación seca más marcada del
interior) como topográficas con relieves de media montaña, cuenca interior y llanura litoral. El
sudeste debe su unidad a los factores humanos y económicos que le convierten en el polo de
atracción del Brasil.
Actualmente cuenta con unos 40 millones de habitantes, o sea, cerca de la mitad de la población
total, sobre una superficie que representa la décima parte de la extensión nacional. Posee las
dos ciudades más grandes, São Paulo y Río de Janeiro.
En esta región se concentran casi las tres cuartas partes del potencial industrial del país, todas
las sedes sociales de las grandes empresas y todas las actividades terciarias superiores.
También vive allí la aristocracia brasileña, lo que ocasiona la localización, en el interior de este
espacio, de todas las raras actividades terciarias derivadas de la capacidad de consumo de este
grupo humano de elevado nivel de vida.
Sin embargo, las etapas de explotación de esta región imprimieron, en su espacio, dos tipos de
organización que permiten distinguir un sudeste “antiguo” y un sudeste “reciente”. El sudeste
antiguo ha sido explotado desde el siglo XVIII por la búsqueda de oro en el interior, que forma
el estado actual de Minas Gerais, y por el desarrollo de las plantaciones de cañas de azúcar,
alrededor de Río de Janeiro en un principio, y después, en el este y en el sur de estado de Minas
Gerais, antes de ganar la zona más meridional de São Paulo y de provocar la explotación de
esta región convertida ahora en el nuevo sudeste.
El sudeste antiguo está dominado por la influencia de Río de Janeiro, hacia donde converge la
red de carreteras y de ferrocarriles, y que es el centro principal de exportación y de importación.
El café ha desaparecido prácticamente de esta parte del sudeste, debido al agotamiento del
suelo, que ha vuelto a utilizarse recientemente para la cría de ganado vacuno lechero. Cerca
de la costa, alrededor de Río de Janeiro, se han recuperado las tierras para grandes
plantaciones de naranjos y de bananeros.
Por último, el sudeste antiguo encierra dos grandes centros industriales importantes; uno
alrededor de Río de Janeiro, y el otro alrededor de Belo Horizonte, sin que ninguno de los dos
pueda rivalizar con el gran centro del sudeste nuevo, alrededor de São Paulo.
Partiendo de São Paulo, se constituyó una verdadera red urbana, parecida a las que existen en
las regiones de los países desarrollados. La actividad agrícola del sudeste nuevo se funda ante
todo en el café; pero, desde hace algunos años, la explotación de la parte meridional de Minas
Gerais, ligada al sudeste nuevo por la atracción de la ciudad de São Paulo, se efectúa en forma
de una agricultura cada vez más diversificada, encaminada a alimentar los grandes mercados
urbanos.
EL SUR
Es una región original por sus condiciones naturales y sus factores humanos. Presenta, en
efecto, un clima caracterizado por la existencia de un invierno en marcado contraste, desde el
punto de vista térmico, con la estación cálida, más próxima al clima templado y que puede
explicar, en parte, la instalación en esta zona, prácticamente despoblada hasta finales del siglo
XIX, de la mayoría de los europeos de la segunda ola de inmigración.
La explotación agrícola de esta región refleja los diferentes orígenes de la población. Así, las
zonas de población predominantemente italiana se dedican especialmente al cultivo de árboles
frutales y de la vid, asegurando la parte esencial de la producción vinícola brasileña. Las zonas
de colonización alemana presentan una gama de cultivos más variada. Existen también zonas
de colonización de orígenes más complejos, pero, en todas ellas, la tención particular prestada
a los cultivos imprime al paisaje un aspecto diferente al de los paisajes agrícolas del resto de
Brasil.
En los sectores interiores, poco afectados por esta implantación europea, domina todavía la
ganadería bovina extensiva, practicada en el marco de las grandes propiedades, tendente a la
producción de carne y utilizando la pradera natural que cubre esta parte del sur de Brasil. En
las zonas intermedias, y en particular en la cuenca del Jacui, las grandes propiedades están
dedicadas al cultivo comercializado del arroz y del trigo. Debido a que disponen de medios
técnicos mediocres, obtienen rendimientos bastante bajos.
La parte meridional de Brasil, tan diversificada por sus condiciones de explotación, está
dominada por la influencia de la ciudad de Pôrto Alegre.
Esta rápida visión de los contrastes regionales muestra la gran diversidad del inmenso espacio
brasileño, tanto en sus medios naturales como en sus condiciones de población y de
explotación. Las disparidades de nivel de desarrollo pesan fuertemente en la vida económica
de Brasil, pues la zona de crecimiento tiende a transformar el resto del país en un mercado que
le esté reservado y, en lo que atañe al nordeste, en una fuente de mano de obra. Por otra parte,
el espacio brasileño está dominado por la oposición entre las zonas pobladas y las zonas
actualmente vacías, donde se plantean agudamente los problemas de puesta en marcha de la
explotación y de la población, problemas más fáciles de resolver en la meseta interior que en la
Amazonia, marcada por sus duras condiciones naturales. Dada la presión demográfica, se hace
cada día más apremiante acabar con la oposición entre el Brasil poblado y el Brasil vacío, y
llegar a una verdadera explotación del conjunto del territorio, cuyas tres cuartas partes se
encuentran al margen del desarrollo económico.
4.- REGIONES METROPOLITANAS IMPORTANTES DE BRASIL.
BRASILIA
En 1960, Brasilia sustituyó a Río de Janeiro en las funciones de capital de Brasil. Brasilia nació
a partir de una decisión política encaminada a dar a Brasil una capital situada en el interior del
país, con el fin de paliar el desequilibrio que presentas u red urbana. Como resultado de la
época colonial, la mayoría de las grandes urbes son ciudades ubicadas en el litoral del territorio.
Brasilia está enclavada en el corazón de la planicie brasileña, en una región hasta entonces
prácticamente deshabitada y cuya economía, en extremo precaria, se basaba en la cría
extensiva de ganado.
Con más de 1 900 000 habitantes en la actualidad, Brasilia es ya una ciudad importante. Es
ante todo una ciudad administrativa, donde se reúnen los poderes políticos y donde radica la
mayoría de los diferentes ministerios, provocando de este modo la migración de los funcionarios.
Esta población con ingresos relativamente altos ha generado el desarrollo de otras actividades
terciarias: el comercio y servicios diversos.
Además de esas actividades terciarias, Brasilia posee algunas actividades industriales, a
menudo relacionadas con la construcción de la ciudad, que no está aún acabada. Tratándose,
pues, de una función industrial temporal, la finalización de la ciudad planteará un delicado
problema de reconversión industrial. De modo general, se puede constatar cierta falta de
armonía entre las funciones de la ciudad; Brasilia, de momento, sólo vive en función de capital
federal, a la que se vinculan otras actividades derivadas de esa función principal, y no unas
funciones equilibradas, con sus propios factores de implantación y dinamismo.
Sin embargo, Brasilia ya está unida a la mayoría de las grandes ciudades de Brasil por medio
de carreteras, algunas asfaltadas y bien conservadas (carreteras hacia Río de Janeiro, São
Paulo, Pôrto Alegre), y por una carretera más precaria a Belem; otras, en proceso de
construcción, permitirán a la capital federal extender sus radios hacia todo el país. Por lo pronto,
esas carreteras deberían haber permitido que Brasilia se convirtiera al menos en un polo de
desarrollo de la zona que la rodea. De hecho, la debilidad de la población y sin duda alguna la
precariedad del suelo también han impedido hasta el momento un verdadero progreso de la
agricultura en la región, que no ha tenido aún el impacto decisivo de la gran ciudad.
La ciudad ha sido construida en base a un plano que ha fijado, de modo muy preciso, la
utilización de cada fracción del espacio. El lugar ha sido acondicionado por el hombre: una
presa, construida más abajo del punto de confluencia de cuatro ríos, permitió inundar sus valles;
así es como nació el lago con forma de dedos que rodea al promontorio en donde se levanta
Brasilia.
La circulación está muy planificada. La ciudad ofrece un sistema de vías sin pasos a nivel, ya
que el centro forma una encrucijada articulada en tres niveles. El eje principal está constituido
por completo, con la zona de bancos y ministerios, la del comercio y la de cultura y espectáculos.
Por el contrario, las dos alas residenciales están avanzadas a distintos grados. El ala sur está
prácticamente acabada, mientras que el ala norte muestra menos espacio edificado. El plano
piloto no da cabida a una población de bajo nivel de vida, dado el tipo de construcciones que
prevé. Por eso, fuera del espacio urbano han ido creciendo unas ciudades satélite que agrupan
a la mayoría de la población. Estas ciudades están hechas de chabolas o, si también han sido
planificadas, tienen casitas precarias que corresponden al nivel de vida real de este vasto sector
de la población que no tiene acceso a los empleos administrativos. Estas ciudades satélite
cuentan con más de 400 000 habitantes, frente a los 100 000 de la ciudad misma.
En esa forma, a la ciudad planificada, organizada a la perfección, pero concebida en el marco
de una sociedad desarrollada, se opone la realidad actual de un país aún subdesarrollado, en
donde las desigualdades sociales se manifiestan en la organización del espacio. Brasilia será
tal vez la gran metrópoli de un país económicamente equilibrado, pero por ahora no es más que
la capital, un poco artificial, de un país subdesarrollado.
Arquitectura de Brasilia
Los grandes espacios abiertos y la arquitectura vanguardista caracterizan a la ciudad de
Brasilia, la capital de Brasil. El gobierno la erigió sobre un terreno despoblado durante finales
de la década de 1950 y comienzos de la de 1960 con el fin de alentar el asentamiento en las
regiones del interior del gigante sudamericano. La imagen muestra una escultura de la cabeza
del presidente brasileño Juselino Kubitschek, durante cuyo mandato se efectuó la construcción
de la ciudad, situada en la plaza de los Tres Poderes.
Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005.
SÃO PAULO
Se trata de un estado de Brasil situado en el Sudeste. Es la región más dinámica de Brasil, el
estado se extiende sobre una superficie que equivale aproximadamente a la mitad de España.
Durante el siglo XX ha experimentado un desarrollo económico espectacular, debido, en parte,
a la revalorización agrícola de su espacio y también al extraordinario crecimiento de la ciudad
de São Paulo, capital del estado.
Sobre una superficie que apenas representa el 3 % del territorio nacional, el estado de São
Paulo concentra a más de la quinta parte de la población total de Brasil, más de la cuarta parte
de su población urbana y más de la mitad de su producción industrial. Pero, en el interior del
propio estado, casi la mitad de la población y más de dos tercios de la producción industrial
están localizados en la región urbana de la capital, lo cual provoca un desequilibrio económico
y demográfico dentro de este mismo espacio.
A continuación hablaremos de São Paulo como capital del estado.
Actualmente, con más de 8 millones de habitantes, São Paulo es la principal ciudad brasileña.
Es asimismo el primer centro industrial del país, contribuyendo en más del 40 % del valor de la
producción nacional y aglutina a más del 35 % de la población del sector secundario (casi un
millón de personas). Gracias a su poderosa economía se ha convertido en la verdadera
metrópoli económica de Brasil; asimismo, ejerce la función de metrópoli regional de la parte más
moderna del sudeste brasileño y forma una gigantesca aglomeración urbana que presenta
gravísimos problemas a los responsables de solucionar las dificultades actuales surgidas en su
área metropolitana.
Al contrario que la mayoría de las otras grandes ciudades latinoamericanas que han crecido en
emplazamientos a orillas del mar, São Paulo está instalada en una depresión alta y abierta
rodeada por las altas tierras el Brasil tropical atlántico. Durante mucho tiempo fueron zonas
pantanosas, pero el crecimiento urbano terminó por conquistarlas tras diversas obras de
saneamiento.
El centro urbano sigue ocupando la colina histórica, que representa el origen de la ciudad, pero
las pequeñas casa rodeadas de jardines han dado paso a grandes rascacielos que, con
frecuencia se levantan en calles estrechas. Esta evolución del centro, que se ha convertido en
zona principal de la actividad terciaria, ha motivado el alejamiento de los barrios ricos, primero
hacia el norte de la ciudad, donde han crecido vastos sectores residenciales de viviendas
individuales que reflejan, por sus dimensiones y sus características arquitectónicas, la riqueza
de sus habitantes. Con la extensión de la ciudad, estas zonas del norte y del oeste se han
apartado todavía más en busca de espacios tranquilos y fuera del contacto de los barrios donde
se instala la población más pobre. La creciente masa de habitantes pobres y de la clase media
ha motivado la extensión desmesurada en torno a la ciudad de barrios modestos que al principio
sólo se localizaban al este, pero que en la actualidad proliferan en todas direcciones.

São Paulo, Brasil


La aglomeración urbana de São Paulo, al sureste de Brasil, ha experimentado un rápido
crecimiento de población desde la década de 1920 hasta convertirse en la actualidad en la
ciudad más grande de América del Sur. La avenida Paulista es el centro financiero de esta gran
urbe.
Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005.
En la actualidad, la ciudad de São Paulo ha quedado soldada a su periferia y constituye una
auténtica región urbana de 30 Km de radio a partir del centro. Es cierto que existen todavía
algunos espacios libres a pesar de la amplitud de los complejos industriales y de los núcleos de
residencia, pero su acondicionamiento plantea serias dificultades a las que trata de hacer frente
el servicio público responsable de la organización del espacio en esta área metropolitana. Dicho
servicio trata de controlar un crecimiento que tal vez hará que, en un futuro próximo, São Paulo
se convierta en la primera ciudad del mundo. A pesar de los grandes gastos de los fondos
públicos y de las inversiones de infraestructuras, parece dificil enfrentarse a este crecimiento
gigantesco. Ante la amenaza de asfixia, resultante del carácter ilimitado de dicho crecimiento,
se ha llegado a pensar que tal vez sería preferible situar a la ciudad dentro del marco de un
ordenación general del espacio regional y nacional y buscar una forma de frenar su crecimiento,
en lugar de tratar únicamente su ordenamiento aceptando su ritmo actual.
RÍO DE JANEIRO
Capital del estado de Río de Janeiro (10 217 000 habitantes; 14 060 000 en el estado). Fue
capital de Brasil hasta 1960, fecha en que fue reemplazada oficialmente por Brasilia.
Es una gran ciudad, situada en el sudeste, la zona más activa de la nación, que fue la primera
en recibir el impacto de las formas modernas de producción y que, en la actualidad, se encuentra
desplazada en cierta medida por el “nuevo sudeste”, alrededor de la ciudad de São Paulo.
Desde hace más de dos décadas, esta última ha superado ampliamente a Río de Janeiro en su
papel de metrópoli económica del conjunto del territorio brasileño.
Río de Janeiro está emplazada en un lugar único por su belleza natural, por los contrastes entre
el mar, las playas y las montañas. Esta organización a determinado formas de urbanización muy
originales, donde, a los contrastes naturales, se añaden las violentas oposiciones sociales entre
ricos y pobres.
Los servicios concentrados en Río de Janeiro, la convierten en una gran metrópoli terciaria, pero
los mecanismos de relación con la clientela son muy complejos. En la actualidad, los ministerios
y las embajadas se encuentran en Brasilia; sin embargo, cierto número de grandes servicios
administrativos han quedado en la antigua capital. En consecuencia, los servicios se dirigen en
primer lugar a la clientela de la ciudad.
La ciudad de Río de Janeiro desempeña un papel particularmente importante en el campo
sanitario, al igual que en el universitario. Los productos alimenticios proceden mayoritariamente
de la región de Río de Janeiro, lo que ha provocado el desarrollo alrededor de la ciudad, de un
verdadero cinturón agrícola, consagrado a la producción intensiva de frutas y derivados lácteos,
siguiendo técnicas transformadas por la influencia del gran mercado urbano.
Río de Janeiro no es sólo una gran metrópoli terciaria; es también un gran centro industrial, que
coloca a la aglomeración en el segundo lugar de Brasil, aunque muy por debajo de la
aglomeración de São Paulo.
En 1972, la ciudad era nueve veces más populosa que São Paulo; en el año 1950, contaba aún
con 100 000 habitantes más que la metrópoli paulista. Pero en la actualidad, Río de Janeiro ha
sido ampliamente aventajada pos São Paulo, que cuenta con más de 15 000 000 de habitantes.
Sin alcanzar las tasas de las ciudades del nordeste de Brasil, la población de Río de Janeiro
comprende una fracción de marginados: son adultos potencialmente activos, pero que, no
pudiendo integrarse de forma permanente en la economía urbana viven de “pequeños oficios”
o del salario de uno solo de los miembros de la gran familia. La presencia de esta fracción muy
pobre de la población se refleja en la organización urbana por la existencia de barrios de
chabolas, las favelas. Las bolsas de pobreza se formaron, básicamente, por la migración masiva
de 2,5 millones de pobres procedentes de todo el Noreste.
El centro comercial de Río de Janeiro se sitúa sobre la orilla occidental de la bahía de
Guanabara, un poco antes de la desembocadura del mar. En él se encuentran grandes
rascacielos que albergan las funciones bancarias, comerciales y otras actividades del sector
terciario.
Al sur del centro comercial, se han ido desarrollando en forma progresiva las zonas
residenciales, donde se concentra la fracción acomodada de la población “carioca”. Los barrios
ricos ocuparon los valles y, sobre todo, las playas; inicialmente, en la orilla meridional del centro
comercial, en el interior de la bahía y, después en las playas a mar abierto. La playa de
Copacabana fue primero una zona de villas, a ambos lados de las calles que bordeaban el
litoral. Pero la estrechez del espacio libre provocó una subida del precio de los terrenos y las
villas fueron reemplazadas por edificios residenciales de unos diez pisos situados en la orilla de
la misma playa.

Playa de Copacabana, Río de Janeiro


Al sur de Río de Janeiro, y a orillas del océano Atlántico, está la turística playa de Copacabana,
en la que además están ubicados los barrios más elegantes de la ciudad.
Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005.
De esta manera Copacabana es hoy en día un enorme barrio, abandonado por la gente rica en
provecho de la clase media acomodada. La alta burguesía se ha trasladado a las playas del sur
de Copacabana. Pero no todo el espacio del sur es aprovechable para un tipo de urbanización
que busca el confort y las construcciones de lujo, ya que las playas están separadas unas de
otras por colinas de pendientes muy escarpadas. Éstas están ocupadas por las favelas, zonas
de construcciones precarias de madera, sin urbanización ni infraestructura, cuyas chabolas
constituyen un contraste muy violento con las residencias de las zonas bajas. Es el caso, entre
otros, de Copacabana, donde la playa se halla apoyada en un escarpe rocoso, cubierto
enteramente por chabolas.
La zona norte de Río de Janeiro es la zona industrial y también donde se encuentra la mayor
concentración de favelas.
Favelas en Río de Janeiro
Favelas de Catumbi, un distrito muy pobre de la ciudad de Río de Janeiro (Brasil). Con el nombre
de Providencia surgió en 1895 la primera «favela» de Río de Janeiro. Estas «favelas» realmente
son chozas hechas con hojalata y aglomerado de madera que han ido multiplicándose sobre la
ladera de las colinas. En terrenos abandonados o terrenos que «recuperan», construyen sus
chozas los pobres que llegan a Río en busca de futuro, trabajo o dinero. Aunque no están
consideradas como comunidades «per sé», constituyen la tercera ciudad de Brasil en cuanto a
población se refiere.
Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005
5.- LOS PROBLEMAS GENERADOS EN LAS REGIONES METROPOLITANAS
La capacidad habitacional de determinadas áreas del globo terrestre ha sufrido presiones hasta
casi su límite en las regiones metropolitanas. Hace décadas se produjo un evidente movimiento
de urbanización, que en los días actuales ocurre con menor intensidad, tal y como demuestran
estudios poblacionales recientes.
Los inmensos abismos creados entre las diversas áreas que componen las grandes regiones
metropolitanas han generado serias divisiones sociales, acentuando las carencias e induciendo
a movimientos que engendran ocupaciones desordenadas de terrenos, crecimiento anómalo sin
infraestructura ni planificación primaria, provocando, consecuentemente, un desequilibrio
ambiental y la posibilidad evidente de la aparición de desastres sociales.
Las posiciones extremas que fueron acentuadas por esos desequilibrios ambientales crean
presiones sobre el Gobierno en lo que se refiere a los servicios básicos que éste ofrece (agua,
saneamiento básico, transporte, salud, etc.), no siendo posible solucionarlos en el plazo exigido
y con los recursos existentes. Sin embargo, trabajar en la recuperación de áreas deterioradas
en las regiones metropolitanas lleva a una mayor racionalidad en la aplicación de recursos, si
lo comparamos con la urbanización de nuevas áreas.
Por lo tanto, la solución de los problemas, de forma que sea más rentable y justa, está en la
organización regional de esos municipios, cuyas áreas urbanas están distribuidas en forma
continua en las denominadas Regiones Metropolitanas. Se busca, de esta forma, generar un
mínimo de demandas para el Gobierno, desarrollar un conjunto de acciones para disminuir los
desequilibrios y las dificultades inherentes a estos grandes centros urbanos.
CIUDADES DE CRECIMIENTO EXPLOSIVO
Brasil ha vivido durante muchas décadas el fenómeno del crecimiento explosivo. El ejemplo
más significativo ha tenido lugar en la Amazonia, donde las ciudades se expandieron tras la
construcción de las carreteras Belém-Brasilia, Transamazónica, Cuiabá-Porto Velho, Cuiabá-
Santarém y Porto Velho-Manaus. Además, ha habido una catastrófica ocupación territorial a lo
largo de la carretera BR-364.
La ciudad de Altamira, en Pará, por ejemplo, tenía en 1970 (según datos del IBGE) 5 816
habitantes y, en 1993, 70 000. Itaituba, también en Pará, ha pasado de tener 3 843 a 103.000
habitantes en el mismo periodo: lo que representa crecimientos del 1.103% y 2.580%,
respectivamente, en veintitrés años. Los problemas generados por estos bruscos cambios en
la distribución poblacional son enormes y diversos, y a escalas tan enormes que hacen
irrelevante cualquier práctica de planeamiento urbano.
Los reflejos ambientales más evidentes se refieren a la escasez de servicios sanitarios,
deficiencias de viviendas y servicios básicos, falta de seguridad y degradación ambiental,
además de la vulnerabilidad a accidentes y desastres naturales.
LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE
La protección y la mejora de la calidad de los medios (aire, agua y suelo) en Brasil tienen su
dirección compartida por los componentes del SISNAMA (Sistema Nacional del Medio
Ambiente). El Ministerio del Medio Ambiente es el organismo central del Sistema, siendo el
IBAMA (Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables) el
organismo federal ejecutivo. Los demás organismos estatales y municipales también componen
el SISNAMA, formando una gran red que se complementa a beneficio de la mejora ambiental
del país.
La calidad del aire es producto de la interacción de una serie de factores, entre los cuales
destacan la magnitud de las emisiones de las fuentes móviles (vehículos), de las emisiones de
las fuentes estacionarias (industrias) y de las fuentes ocasionales (incendios, gasolineras, etc.),
además también influyen la topografía y las condiciones meteorológicas de la región.
En las regiones metropolitanas brasileñas, a pesar de las restricciones impuestas por el
PROCONVE (Programa de Control de la Contaminación del Aire por Vehículos Automotores -
legislación federal sobre la emisión de contaminantes), el crecimiento de la producción de
vehículos convierte a las fuentes móviles en el principal factor contribuyente. Se puede sumar
a este escenario la constatación de los últimos informes demográficos, que han indicado un
aumento de la población de las regiones metropolitanas con más receptores sujetos a los
efectos dañinos de la contaminación del aire.
El área metropolitana más grande de Sudamérica, São Paulo, abarca 39 municipios y un 10 %
de la población del país. A pesar del claro proceso de cambio de centro industrial a centro de
servicios, como está ocurriendo en la mayoría de las áreas metropolitanas del mundo,
solamente provocó modificaciones en el perfil de conjunto de contaminantes atmosféricos.
Dentro de ellos, los contaminantes denominados Oxidantes Fotoquímicos (Ozono
Estratosférico) han merecido una mayor atención debido al incremento que sufrió en las grandes
metrópolis y áreas cercanas.
En las tres regiones metropolitanas del Estado de São Paulo (São
Paulo, Campinas y Baixada Santista), donde viven cerca de 20,8 millones de habitantes, el
Gobierno del Estado, a través de la CETESB (Compañía de Tecnología de Sanidad Ambiental)
ha mantenido un programa preventivo de control de las fuentes de contaminación del aire e
incentiva la adopción, por parte de las industrias, de tecnologías más limpias y que produzcan
impacto potencial menor que el que existe actualmente.
En el esfuerzo para mejorar el tránsito del área metropolitana de São Paulo, el Gobierno del
Estado inauguró, en 2002, una parte de la Circunvalación Mário Covas que, cuando se
implemente en su totalidad, deberá retirar de la red urbana, gran parte de los camiones que hoy
transitan por ella. Esa retirada de fuentes móviles del centro de la región metropolitana debe
acarrear mejoras en la calidad del aire de esta área.
DESTINO FINAL DE LA BASURA
La cantidad y composición de los residuos domiciliarios de una región caracterizan a su
población en lo que concierne a su cultura y perfil de consumo. De este modo, con el desarrollo
del país y el aumento de la población, agravada por la concentración de ésta en determinadas
áreas urbanas, el problema de los residuos sólidos adquiere tal magnitud, que es considerado
como uno de los más importantes parámetros de sanidad ambiental.

Según la Encuesta Nacional de Sanidad Básica, llevada a cabo por el IBGE (Instituto Brasileño
de Geografía y Estadística) en 2000, sólo un 33% de los 5475 municipios recogen el 100% de
los residuos domiciliarios generados en las residencias urbanas de sus territorios.
De acuerdo a esa misma encuesta diariamente son recolectadas diariamente en el país 228
413 toneladas, distribuidas de la siguiente manera: 11067,1 t/día en la Región Norte, 41557,8
t/día en la Región Nordeste, 141616,8 t/día en la Región Sudeste, 19874,8 t/día en la Región
Sur y 14296,5 t/día en la Región Centro Oeste. De ese total recolectado de residuos
domiciliarios urbanos, cerca de un 20% es dejado de modo inadecuado en vertederos a cielo
abierto, aproximadamente 3% son enviados a unidades de compostaje y la incineración es el
destino de casi un 0,5%. Hacia los terraplenes son destinados aproximadamente un 73% del
total recolectado de residuos domiciliarios urbanos.
En los grandes centros urbanos del país la conjunción de la alta densidad demográfica y la
escasez de áreas para tratamiento y destino adecuado de residuos domiciliarios crean
presiones de las más diversas magnitudes en los diferentes sectores de la sociedad, así como
al medio ambiente.
En determinadas Regiones Metropolitanas, como la de São Paulo, no es recomendable la
utilización de una única solución para resolver el problema de los residuos domiciliarios, pues
el actual volumen producido, aproximadamente 14 000 toneladas diarias, exige el uso de
diferentes herramientas (que se utilizan en forma asociada) en la búsqueda de una solución con
mejor costo y efectividad.
Todo este escenario nos conduce a las herramientas clásicas que incluyen plantas de
separación, plantas de compostaje e incineradores. Además de estas herramientas es
fundamental la participación ciudadana en el proceso de reducción de residuos domiciliarios.
Las industrias brasileñas ya muestran tendencias a la adopción de Tecnologías Limpias con
mínima generación de residuos y economía en sus insumos.
INUNDACIONES
Tras varios estudios han quedado patentes las tres principales causas de las inundaciones que
asolan las grandes áreas urbanas brasileñas: impermeabilización del suelo, erosión y
eliminación inadecuada de la basura.

Tradicionalmente, el problema de las inundaciones se ha resuelto mediante sistemas de rápida


evacuación de las aguas de lluvia y de canalizaciones y rectificaciones de ríos y arroyos. Este
es el procedimiento seguido en la mayoría de las ciudades brasileñas y constituye un esfuerzo
más de los gobiernos por reducir los daños causados por las inundaciones. Sin embargo, con
el avance de la frontera urbana y la imposibilidad de aumentar indefinidamente la velocidad de
desagüe de las aguas recogidas, este tipo de solución comienza a mostrarse insuficiente, ya
que traslada los puntos de inundación cada vez más cerca de las desembocaduras.
Por eso, se están discutiendo soluciones alternativas, como una experimentada en Francia, en
la cual se procura retener el agua en vez de hacerla llegar de inmediato a los cursos de agua.
Ésta queda retenida en pequeños reservorios (o incluso en grandes "piscinas", como la de São
Paulo, en el barrio de Pacaembú), liberándose poco a poco, tras el pico de las lluvias. Este
concepto ha sido adoptado por varios países desarrollados, que no han abandonado, sin
embargo, medidas contra una impermeabilización excesiva de los suelos, el combate a la
erosión, la desocupación de las zonas inundables y un destino final adecuado a su basura
urbana.
SANIDAD Y SANEAMIENTO
Los indicadores de sanidad, a lo largo de la última década, indican un deterioro de los servicios
prestados a la población, tanto en cantidad como en calidad. La proyección sobre la tendencia
de estos servicios a medio y largo plazo revela dificultades crecientes incluso para el
mantenimiento de los niveles ya alcanzados.
Constatada la precariedad de los servicios de sanidad y saneamiento en el país, situación
agravada por el crecimiento significativo de la población, sobre todo en la periferia de las
grandes ciudades, el gobierno brasileño ha creado el llamado Proyecto de Modernización del
Sector Saneamiento (PMSS), que tiene como principales objetivos promover la modernización
del sector y el retorno de las inversiones a esta área.
El proyecto (con recursos previstos del orden de 500 millones de dólares USA) se comenzó a
implantar a mediados de 1993 y cuenta con el 50% de financiación del BIRD. El asunto central
del proyecto no está en la naturaleza del operador, si público o privado, sino en la eficiencia con
que se da la prestación del servicio. Es lo que se entiende por modernización. Al usuario no le
interesa quién presta el servicio, sino el acceso al mejor producto al menor coste. En esta nueva
óptica, la alternativa de las concesiones privadas se ha mostrado bastante atrayente, con
algunas experiencias prometedoras.
SALUBRIDAD DE LAS PLAYAS
Son innumerables los municipios de Brasil bañados por las aguas del mar, que son un atractivo
natural para los turistas que van en busca de ocio. Las playas brasileñas reciben millares de
personas durante el año entero y, especialmente, durante las vacaciones de verano. Este es un
buen motivo para hacer esfuerzos con el fin de preservar las condiciones ambientales de las
playas y garantizar la calidad de vida de los ciudadanos. Algunos estados mantienen programas
específicos de control de calidad de las aguas para evitar que los bañistas se expongan a la
contaminación.
En São Paulo, por ejemplo, la Compañía de Tecnología de Saneamiento Ambiental (Cetesb),
siguiendo lo determinado por la Resolución Conama 20/86, desarrolla un programa de control
de la calidad de las playas que atiende a todos los municipios costeros del estado, con un total
de 113 puntos de muestreo, distribuidos por cien playas. Semanalmente, las informaciones
sobre las condiciones de salubridad de las playas se distribuyen entre los medios de
comunicación y se publican en periódicos de gran tirada.
El servicio realiza cerca de doce mil análisis bacteriológicos, con el objetivo de determinar el
número más probable de Coliformes fecales(colonias de bacterias) presentes en el agua,
indicador de contaminación por vertidos. Algunas ciudades, como Santos (São Paulo) y Río de
Janeiro, disponen de sistemas de señalización para alertar a los bañistas respecto de la calidad
de las aguas.
POLÍTICAS DE SANEAMIENTO Y MEDIO AMBIENTE
El desarrollo de políticas ambientales en Brasil ya no es una prerrogativa sólo del gobierno. La
sociedad, preocupada con el futuro, se manifiesta continuamente, creando asociaciones de
protección de la naturaleza y promoviendo manifestaciones populares en defensa del medio
ambiente. Además, éste es siempre un asunto destacado en los medios de comunicación.
Estas políticas, expresadas en la legislación y organización institucional, definen los
instrumentos de intervención del Estado en la administración de los recursos y en la calidad del
medio ambiente. En la esfera del control de la contaminación ambiental, el Segundo Plan
Nacional de Desarrollo (1975-1979), en su capítulo sobre “el desarrollo urbano, control de la
contaminación y conservación del medio ambiente”, definió la prioridad del control de la
contaminación industrial mediante la adopción de normas anticontaminación y de una política
de localización industrial en las regiones densamente urbanizadas. Este planteamiento se vio
consolidado por los Decretos Federales 1.413/75 y 76.389/75, que definen las medidas de
prevención y control de la contaminación generada por las industrias. La legislación autoriza la
creación de sistemas de permisos en los estados y municipios para la instalación y
funcionamiento de actividades potencialmente contaminantes.
El establecimiento de la Política Nacional de Medio Ambiente (Ley 6.938, de 31/8/81) inauguró
una nueva fase para el tema ambiental en el país. En esta ley y en sus decretos se consolidan
las actuales estrategias y ordenamientos institucionales vigentes. Entre los instrumentos
adoptados para aplicar la ley destacan, por su carácter innovador, acotación y control del riesgo
ambiental y la evaluación de los impactos ambientales.
Otra iniciativa importante para la conservación del medio ambiente ha sido la introducción de la
responsabilidad criminal para las degradaciones ambientales, cuyos procedimientos define y
regula la Ley 7.347, de 03/6/85. Esta ley crea la acción civil pública de responsabilidad para los
daños provocados al medio ambiente, al consumidor y a bienes artísticos, históricos y turísticos.
Desde la aplicación de la Ley 6.938, el gobierno federal ha difundido entre la sociedad
diversas Resoluciones del Consejo Nacional de Medio Ambiente (Conama) para ordenar la
problemática ambiental del país. El análisis de los quince años de existencia de esta ley pone
de manifiesto que el tema ambiental es valorado en Brasil, sin embargo, pocos estados han
conseguido poner en práctica acciones efectivas y prepararse para afrontar una agenda
orientada a la conservación de los ecosistemas, ya sean naturales o creados por la acción del
hombre.
LAS FAVELAS
La favela existe, pero oficialmente no ha sido reconocida en el ámbito institucional hasta una
época reciente. Hace una década uno llegaba a una ciudad brasileña y solicitaba un plano o
mapa de la misma y el funcionario te entregaba un documento en el que la favela no aparecía,
bien por su situación periférica o bien porque si hay favelas en los intersticios del tejido urbano
formal, se omitía sin más. Aparecía el nombre geográfico o anterior a la ocupación por viviendas
informales y nada en el plano te indicaba que en aquel lugar vivían quizás decenas de miles de
personas. No se les reconocía la existencia, pues se consideraba que era un tipo de hábitat a
erradicar, lo cual en la práctica se ha demostrado una prueba de hipocresía social.
La favela es un modo de producción de la ciudad por parte de amplios sectores de las clases
populares, cuyos bajos ingresos no les permiten acceder a los barrios y a las viviendas formales.
La extrema desigualdad social y la debilidad de las políticas públicas de construcción de
vivienda y de urbanización básica ha hecho de la favela una respuesta real por parte de los
sectores pobres, en su mayoría no marginales, como a veces el imaginario tanto local como
internacional los considera.
La morfología vistosa de las favelas ubicadas en cerros y la alegría de vivir que se atribuye a
sus habitantes las ha dotado de una imagen “exótica” que oscurece una dura e injusta realidad.
Los habitantes de las favelas son en su gran parte familias trabajadoras, casi siempre con unos
ingresos por debajo del nivel de pobreza, con dificultades para acceder a la educación y a la
sanidad incluso públicas, que deben convivir con organizaciones delictivas y con el narcotráfico
que contaminan su imagen.
El urbanismo no puede resolver el conjunto de esta problemática, pero sí que puede contribuir
a iniciar un proceso de acceso de estos barrios y sus habitantes a la ciudadanía. El presidente
Lula ha planteado directamente dos tipos de actuación: el acceso a la propiedad mediante la
concesión de títulos sobre el suelo (casi siempre público) y la conexión con las redes de
servicios urbanos (agua, saneamiento, eliminación de residuos, acceso viario, transporte
público, dotaciones comunitarias, etc.). El reconocimiento del derecho de ocupación del suelo y
la legalización de la vivienda modifica la relación de la población con su entorno físico,
adquiriendo rápidamente comportamientos más cuidadosos con el espacio público y la propia
vivienda. La integración en las redes de servicios les hace más ciudadanos: cuando se va a la
escuela o se busca trabajo no es lo mismo decir que se vive en una favela que en una calle,
con número, con transporte para llegar a ella, situada en el plano.
No estamos hablando de una minoría de población; puede ser el 20 o el 30 % de la población
de la ciudad, o bastante más si consideramos la población periférica que vive en barrios
afavelados, unos legalizados, otros precarios, en municipios caciquiles y con poca capacidad
de gestión, alejados de los centros urbanos, más fácilmente olvidables. Esta población,
territorialmente excluida, puede representar el 50 % de la población urbana, como así ocurre en
Sao Paulo y en Río de Janeiro. En esta ciudad, al millón de personas que vive en favelas,
podríamos añadir gran parte de los que viven en la periferia norte, la Baixada Fluminense, con
sus 4 millones de habitantes.
LAS FAVELAS:
DE BOLSONES DE MISERIA A "REINOS" DEL NARCOTRÁFICO.

Sao Paulo- La falta de presencia estatal, los


brotes de violencia y la clandestinidad,
alimentados por la corrupción de las
autoridades, hicieron de las favelas un
“territorio de nadie”, donde quien tiene el
dinero y las armas goza del poder y el respaldo
Sao Paulo- La falta de presencia estatal, los brotes de violencia y la clandestinidad,
alimentados por la corrupción de las autoridades, hicieron de las favelas un “territorio de
nadie”, donde quien tiene el dinero y las armas goza del poder y el respaldo.
Waldheim García Montoya
Notimex
Sao Paulo- Las favelas de la ciudad brasileña de Río de Janeiro dejaron atrás su pasado como
bolsones de miseria para convertirse en "reinos" del narcotráfico, donde impera la ley del más
fuerte y los capos ejercen un control absoluto.
La falta de presencia estatal, los brotes de violencia y la clandestinidad, alimentados por la
corrupción de las autoridades, hicieron de las favelas un "territorio de nadie", donde quien tiene
el dinero y las armas, goza del poder y del respaldo popular.
Referente obligado de la ciudad junto a íconos turísticos como el Cerro Pan de Azúcar, el Cristo
Redentor de Corcovado o el estadio Maracaná, las favelas están incluidas dentro de las rutas
turísticas que realizan las agencias con los visitantes extranjeros.
Incluso la palabra "favela" ya se usa de forma frecuente en textos escritos en inglés, español o
francés, incorporándose como un extranjerismo cualquiera y ubicándose junto a otros términos
brasileños universales, como "samba" y "garota" (mujer joven).
Estos focos de miseria nacieron a fines de los años 60 con el conflicto rural, que llevó a muchos
campesinos a desplazarse a los centros urbanos, como la entonces capital Río de Janeiro
(hasta 1960), aumentando así el número de invasiones de terrenos.
Por entonces, la falta de electricidad, agua potable, televisor, nevera o un equipo de sonido eran
las principales necesidades de los moradores de las favelas, de acuerdo a testimonios recogidos
entre 1969 y 1972 por la antropóloga estadounidense Janice Perlman.
La autora del libro "El mito de la marginalidad", 32 años después de haber vivido seis meses
dentro de las favelas, regresó a los empobrecidos barrios y encontró que esas necesidades ya
eran suplidas por el Estado o por la "economía del narcotráfico”.
Hijos y nietos de esos moradores describieron ahora como sus prioridades el acceder a la
universidad, obtener un empleo digno, comprar un teléfono celular, ordenador, tener Internet o
un coche, con la diferencia que esas cosas ya las tienen muchos "favelados".
"Por eso en las favelas no existen desplazamientos masivos a otros lados, salvo cuando los
moradores son expulsados por los jefes de pandillas, la gente teme pero prefiere seguir viviendo
allí", señaló a Notimex el antropólogo argentino Ludovico Ferrer.
El investigador, quien prepara un trabajo visual y escrito sobre "el mundo de las favelas", como
él mismo lo llama, sostuvo que "el 70 % de los moradores no quieren irse del lugar, porque allí
los impuestos son baratos o simplemente no se pagan".
"Para los hijos, o como negocio, en las favelas se pueden hacer construcciones de hasta cuatro
plantas sin tener que registrarlas o declararlas al fisco y su precio va desde 1 400 (las de sólo
dos habitaciones) a 10 000 dólares (las de cuatro pisos)", explicó.
Con una vista envidiable sobre la ciudad, incluida la famosa playa de Ipanema, Mario Lucio
Mendes, de 43 años y apodado "Rambo", tiene en su caverna del barrio de favelas Rocinha,
una cama de matrimonio, nevera, estufa de gas y hasta aire acondicionado.
En el morro de Vidigal, Francisco Couto, de 70 años y conocido como "Chico da Pedra" vive
desde hace 18 años en una gruta con luz eléctrica y dirección para recibir cartas, mientras que
Severino Gomes habita al estilo "Tarzán" en las laderas del Pan de Azúcar.
La desigualdad del país también se pone de manifiesto en los límites de Rocinha (la primera
chabola del barrio de favelas más grande de Latinoamérica con un millón de habitantes) con el
lujoso barrio de Gavea, donde encontramos una mansión con vehículos importados en su
aparcamiento y los muros de seguridad en construcción de la lujosa Escuela Americana, con
mensualidades entre 600 y 1 033 dólares y matrícula de 2500 dólares por alumno.
Un modesto minimercado, con alquiler mensual de 150 dólares, contiguo a la mansión y al
colegio, dan comienzo a Rocinha, la favela que vivió a comienzos de año una desenfrenada
guerra de pandillas por el control del tráfico y obligó a la intervención militar.
En Rocinha se hacen casi a diario prácticas de tiro al blanco por parte de los pandilleros que
"cuidan" la ciudad, donde balas perdidas han cobrado la vida de inocentes, incluso de niños; y
para evitar ir a hospitales los capos tienen también sus propios médicos.
En la primera semana de agosto, la policía arrestó al médico francés Alain Berthier, quien estaba
de manera ilegal en el país y prestaba los servicios particulares al prófugo Erismar Rodrigues
Moreira "Bem-Te-Vi", por un salario de 700 dólares, libres de renta.
Bem-Te-Vi es el sucesor de Luciano Barbosa da Silva "Lulú", muerto hace poco cuando
intentaba huir de la policía y quien era famoso por su suite con piscina y todas las comodidades
de élite en pleno corazón de Rocinha.
Lulú, además de benefactor y constructor de obras sociales como canchas de fútbol iluminadas,
presidía todos los lunes una particular corte donde eran juzgados delitos y problemas de los
moradores, como divorcios, deudas, robos y hasta asesinatos. Trabajos domésticos o entrega
de bienes al perjudicado por la deuda, desalojo de la favela y, en casos extremos, la pena de
muerte sentenciada por la corte, eran las condenas aplicadas por Lulú y "la gente compartía y
respetaba la decisión", apuntó Ferrer.
Arsenales con todo tipo de armas, algunas de uso especializado por los militares como
lanzamisiles, señales de televisión por cable con mensualidades de cinco dólares y el veto para
que los políticos realicen campañas electorales son otros de los dominios del "reino".
6.- PROYECTOS PARA PROMOVER EL DESARROLLO EN BRASIL
PROYECTOS EN LAS FAVELAS
PROGRAMA FAVELA BARRIO
Es interesante comentar la experiencia de Río de Janeiro, que en el año 1994 inició
el Programa Favela Barrio, que puede considerarse un precedente exitoso de lo que ahora se
propone el gobierno de Lula para todo el país.
El Programa Favela-Barrio fue una iniciativa municipal, para “construir toda la infraestructura y
equipamientos de servicios públicos necesarios para transformar las favelas en barrios formales
de la ciudad”, no en algún aspecto puntual como se efectuó en políticas recientes, sino
abarcando la totalidad de las 608 áreas y la globalidad del proceso de adaptación a la ciudad.
Sobre esta base se formuló una estrategia de intervención físico-urbanística, con la idea de que
la integración formal, es decir, la normalización del espacio, favorecería la integración social, el
proceso de ciudadanía plena de sus habitantes. Para ello, la alcaldía consiguió un apoyo
financiero del Banco Interamericano de Desarrollo, préstamo que cubrió el 60% del coste total
aprobado para el programa, y que posteriormente fue complementado con una aportación de la
Unión Europea.
Los criterios que han orientado la realización de este programa son los siguientes:
1- Respetar y mantener las viviendas existentes, construídas por el esfuerzo de años de las
familias de las favelas, manteniendo los valores constructivos y espaciales propios de los
asentamientos.
2- Complementar o configurar la estructura urbana principal (saneamiento y accesibilidad
principalmente) y ofrecer condiciones físicas y ambientales para la consolidación del barrio
como parte del tejido formal de la ciudad.
3- Introducir en esas áreas valores urbanísticos propios de la ciudad formal como calles, plazas,
infraestructuras, servicios públicos y sociales.
4- Considerar la participación de diversos grupos sociales dentro del barrio en la formulación de
las propuestas físico-urbanísticas y en los programas de equipamiento.
5- Resolver los problemas de riesgo físico-ambiental por deslizamientos de terrenos,
inundaciones, etc. definiendo, en su caso, programas de realojo en el área.
¿Cuales fueron los resultados para la ciudad y para las favelas después de las
intervenciones?
El balance cuantitativo señala 124 kilómetros de canalización de torrentes y de conducciones
de aguas de drenaje, 800.000 metros de calles pavimentadas, 7.800 farolas de iluminación
pública implantadas, 58.000 metros de superficie de laderas estabilizadas, 292.000 metros de
alcantarillas para cloacas y 7.100 piezas de mobiliario urbano y señalización instaladas. Pero
junto a esta normalización infraestructural, hay que destacar 351.000 metros de nuevas áreas
de ocio, 6 centros de informática, un centenar de cooperativas de trabajadores locales, 3 áreas
deportivas de dimensiones olímpicas y 90.000 metros edificados para escuelas, guarderías y
viviendas para población a realojar (que sólo afectó a un 1% del parque total de viviendas de
esas favelas).
La población que ha accedido mediante este programa a un nivel de ciudadanía es de 500.000
habitantes. Se han concedido 80.000 títulos de propiedad y se han ejecutado 100 kilómetros de
nuevas calles. La dignidad ciudadana es hoy patrimonio de estos espacios. Los accesos al resto
de la ciudad rompen el gueto y permiten la entrada de otros ciudadanos, de ambulancias, de
bomberos, de policía. Las calles abiertas de dimensiones adecuadas, con aceras, arbolado,
escaleras e iluminación pública, papeleras y buzones. Calles pavimentadas donde hay
lodazales, con drenaje, cloacas, suministro de agua y electricidad, etc. En definitiva, calles como
cualquier otra de la ciudad. Y todo ello por el coste aproximado de una autopista urbana de 50
kilómetros o de uno de los grandes museos del primer mundo.
Verena Andreatta es arquitecta-urbanista, ex directora del Instituto Municipal de Urbanismo de
Río de Janeiro.
Jordi Borja es geógrafo-urbanista, asesor de planes estratégicos y proyectos urbanos
en diversas ciudades de Brasil, como Río, São Paulo,Santo André, Recife y Porto Alegre.
PROGRAMA DE DESARROLLO INTEGRAL PARA NIÑOS Y MADRES EN SITUACIÓN DE
PELIGRO EXTREMO EN LAS FAVELAS DE SAO PAULO, BRASIL.
Financiadores: Fundación Iuve - Junta de Castilla y León
Beneficiarios: 1.470 niños y 735 mujeres
Coste del proyecto: 75.967,93 €
Socio local: Asociación Tertio Millennio
Crear unas mínimas y dignas condiciones de vida para las personas más vulnerables de Sao
Paulo mediante la atención integral de los niños, la inclusión de la mujer en el desarrollo
socioeconómico y elevar su autoestima y el fortalecimiento de los núcleos familiares.
RESPUESTAS DE LA JUVENTUD DE LAS FAVELAS Y ZONAS PERIURBANAS A LA
VIOLENCIA
En el contexto de las respuestas civiles a la violencia, se vislumbra un importante y reciente
proceso de movilización de jóvenes de favelas y barrios periféricos. Éste consiste en proyectos,
programas o iniciativas locales basados en acciones culturales y artísticas, con frecuencia
desarrollados y coordinados por los propios jóvenes. Algunos ejemplos de esas iniciativas son
el grupo Olodum, de Salvador, y los grupos Afro Reggae, Nós do Morro y Companhia Étnica de
Dança, de Río de Janeiro, además de cientos de agrupaciones locales movilizadas en torno a
la cultura hip hop en la periferia de São Paulo, en las villas de Porto Alegre y en barrios de
Recife, Brasilia y São Luís.
Estos grupos se “disputan” a los jóvenes con el narcotráfico, ejerciendo otro tipo de seducción
y valiéndose de estrategias de atracción igualmente fuertes. Están comprometidos con una
cultura de paz, pero en sintonía con el espíritu y los intereses contemporáneos. Además de
cultura y arte, valoran Internet, la informática, la ropa y los calzados deportivos de moda, los
viajes y el intercambio regional e internacional.
Los grupos tienen, en general, cuatro características:
a) incentivan la generación de ingresos y empleo a corto plazo
b) un fuerte componente de afirmación individual, incluso la formación de artistas y líderes cuya
fama y éxito sirve de ejemplo y atracción para otros jóvenes del lugar
c) un fuerte componente de afirmación territorial, y frecuentemente las letras de los temas
musicales, los nombres de los grupos y sus líderes, las camisetas y otras prendas que usan
reafirman los nombres de las comunidades (Vigário Geral, Cidade de Deus, Capão
Redondo, Candeal) en señal de “compromiso” con el cambio en su comunidad
d) un fuerte componente de denuncia del racismo y de afirmación racial negra, ya sea en la letra
de las canciones, en su apariencia (cabello y ropa afro) o en el nombre de los proyectos (Música
Preta Brasileira, Afro Reggae, Companhia Étnica etc.).
Estos proyectos e iniciativas (heterogéneos y desarticulados entre sí, pero en constante
crecimiento en varias ciudades del país) se volvieron importantes no sólo como centros de
construcción de una cultura alternativa al narcotráfico, sino también como mediadores entre la
juventud y los gobiernos, la prensa e incluso actores internacionales, como fundaciones y
agencias de cooperación.
Estos “nuevos mediadores” están trayendo novedades al campo de las ONG's, la izquierda y
los movimientos políticos, sociales, sindicales y asociativos tradicionales, como el interés en el
mercado y en los emprendimientos, combinado con el compromiso comunitario, la afirmación
de la identidad territorial combinada con la identidad social, la trayectoria individual, el éxito y la
fama, combinado con el mundo de la cultura y el arte.
OTROS PROYECTOS
PROYECTO DE DESARROLLO INTEGRAL "MAE CRIANÇA" PARA MUJERES Y NIÑOS
ENSAO PAULO, BRASIL.
Financiadores: Fundación Iuve- Generalitat Valenciana 2000
Beneficiarios: 1.470 niños y 735 mujeres
Coste del proyecto: 577.344,25 €
Socio local: Asociación Tertio Millennio
El proyecto, bautizado programa "Mae e Criança", se centra en las mujeres como bastión de la
familia en el presente y en los niños como bastión de sus familias en el futuro. Este programa
permite adquirir, gracias a los Centros de Desarrollo, un conocimiento de las necesidades de
cada mujer de la comunidad, actuales y potenciales microempresarias, a las que se dará apoyo
crediticio y de capacitación.
PLANES, PROGRAMAS Y PROYECTOS DE COOPERACIÓN Y DESARROLLO
FRONTERIZO EN LA AMAZONÍA
Los países miembros encontraron en el Tratado de Cooperación Amazónica un marco
adecuado para promover la cooperación binacional en las zonas fronterizas a través de
proyectos de integración. A fin de establecer mecanismos para la ejecución de las acciones
fronterizas, fueron suscritos acuerdos bilaterales de cooperación, los cuales sirvieron de base
para la realización de estudios integrados binacionales.
Hasta el presente, los acuerdos bilaterales son: Colombia - Ecuador y Colombia - Perú, ambos
suscritos en marzo de 1979; Brasil - Colombia, en marzo de 1981; Brasil - Perú, en octubre de
1979; y Bolivia - Brasil, agosto de 1988.
En términos generales, los objetivos definidos por los países para los estudios binacionales de
integración fronteriza pueden ser sintetizados de la siguiente manera:
- Promover la gestión ambiental del área de los proyectos binacionales e incentivar su desarrollo
autónomo y sustentable, utilizando correctamente las potencialidades y respetando las
limitaciones que presentan los recursos naturales
- Contribuir a mejorar la calidad de vida de la población mediante la generación de actividades
productivas y de fuentes de trabajo, así como la mejora o la instalación de infraestructuras
físicas y sociales básicas que satisfagan las aspiraciones de los habitantes
- Promover la integración de cada área nacional en los respectivos países, asegurando que esa
integración sirva como elemento dinamizador del desarrollo
- Realizar la zonificación ambiental como base para la ordenación territorial y para la
implementación de modelos de producción que consideren la capacidad de los ecosistemas
amazónicos dentro de un proceso de desarrollo sustentable en el cual participen activamente
los grupos humanos asentados tradicionalmente en la región, incluyendo las comunidades
indígenas y nativas
- Conservar la biodiversidad de la región
- Fortalecer los organismos nacionales vinculados a la planificación ambiental y al uso de
recursos naturales e incentivar la creación de mecanismos de trabajo interinstitucional.
Todos los planes y programas binacionales responden a un mismo propósito y utilizan un
proceso de planificación estructurado que incorpora los elementos más importantes que afectan
el desarrollo de una región determinada, dando atención particular al manejo de la base de
recursos naturales.
Para hacer efectivos estos propósitos, cada país realizó estudios básicos sobre su área incluida
en el plan, que consistieron en la recopilación, organización y análisis de la información
procedente de entidades nacionales relacionadas con la cartografía, uso y manejo de recursos
naturales, e infraestructura física, social y económica. Como complemento, se preparó un
catálogo de estudios y proyectos existentes en el área del plan o programa. En todo este
proceso y aún en la etapa de elaboración del diagnóstico regional, se intensificaron los estudios
sobre las diferentes variables de los ecosistemas, dada la importancia del tema para el
desarrollo de la región amazónica.
En función del diagnóstico regional realizado para cada una de las áreas fronterizas y del
balance de sus potencialidades y limitantes, se elaboraron las directrices políticas y las
estrategias para estructurar los planes binacionales de desarrollo fronterizo.
Los procesos seguidos en cada plan o programa binacional fueron variados y se ajustaron
conforme a la secuencia usada por los Comités Técnicos - creados por los países para la
ejecución de los estudios - en cuanto a la definición de objetivos específicos. Se ha tenido en
cuenta las perspectivas y los aspectos críticos de cada región, así como el rol que desempeña
la misma en el desarrollo de los países y en el marco de las políticas regionales ya definido por
los acuerdos multinacionales y binacionales.
El conjunto de las acciones en el área de cada plan o programa se rige asimismo por las políticas
de los países involucrados tanto a nivel nacional como las que se refieren a la zona fronteriza
correspondiente. Igualmente, en lo que concierne al manejo de los recursos naturales de la
región amazónica, cada país dispone a su vez de un marco legal dentro del cual se ha venido
desarrollando el proceso de planificación.
En lo que respecta a la estructura operativa, el esquema general utilizado hasta el presente para
la ejecución de cada plan o programa binacional es el siguiente: la Comisión Mixta, integrada
por los representantes de los Ministerios de Relaciones Exteriores de los países, que constituye
el nivel superior de decisión en cuanto a la realización y coordinación de los programas;
una Comisión Ejecutiva, encargada de la coordinación de la ejecución de los estudios;
un Comité Técnico, que actúa como órgano bilateral de supervisión y compatibilización, y a cuyo
cargo está la ejecución de actividades y el análisis e integración de los trabajos que produzcan
los organismos técnicos; y las Unidades Técnicas, que funcionan en cada país, y están
integradas por un grupo de especialistas nacionales de las instituciones participantes, los
consultores nacionales e internacionales y personal administrativo.
Plan binacional en ejecución Brasil - Colombia:
El 12 de marzo de 1981, ambos países suscribieron el Acuerdo de Cooperación Amazónica
estableciendo que, "los países contratantes deciden emprender una dinámica cooperación para
la realización de acciones conjuntas y para el intercambio de sus experiencias nacionales en
materia de desarrollo regional y de investigación científica y tecnológica adaptada a la región
amazónica, con miras a lograr el desarrollo armónico de sus respectivos territorios amazónicos,
en beneficio de sus naciones y preservando adecuadamente la ecología de la zona." En la
primera reunión de la Comisión Mixta del Acuerdo de Cooperación Amazónica Colombo -
Brasileño (Leticia, 1987) los países aprobaron la elaboración del Plan Modelo Colombo -
Brasileño para el Desarrollo Integrado de las Comunidades Vecinas del Eje Tabatinga -
Apaporis.
El área comprendida por el plan abarca cerca de 28.285 km2, de los cuales 9.635 km2
corresponden a la parte colombiana y 18.650 km2 al Brasil. El área colombiana está ubicada en
el extremo Sur oriental del país, en el trapecio amazónico, y pertenece jurisdiccionalmente a los
Departamentos de Amazonas y Vaupés. El área brasileña pertenece jurisdiccionalmente al
Estado de Amazonas (ver Mapa 4). La zona del plan tenía en 1990 una población de 23.700
habitantes en la parte brasileña y 21.800 en la parte colombiana. Leticia (Colombia) y Tabatinga
(Brasil) conforman un área urbana única y constituyen el centro demográfico y económico de la
región. La población indígena representa el 40% del total o sea 18.200 habitantes.
Plan binacional en ejecución Brasil - Perú
El 16 de octubre de 1979 ambos países suscribieron el Tratado de Amistad y Cooperación, en
el que, con referencia a la región amazónica se establece que "Ambas Partes otorgan la más
alta prioridad al cumplimiento de compromisos que la vinculan al respecto de esa Región", y
manifiestan el interés en armonizar acciones en el campo bilateral. En julio de 1987 los
Presidentes de Brasil y Perú suscribieron la Declaración de Río Branco y el Programa de Acción
de Puerto Maldonado, estableciendo además la Comisión Mixta Brasileño - Peruana de
Cooperación Amazónica para realizar estudios de interés común. En la I Reunión de la Comisión
Mixta (Río Branco, Brasil, 1988) se decidió poner en marcha el Programa de Desarrollo
Integrado para las Comunidades Fronterizas Peruano - Brasileñas (Iñapari y Assis - Brasil).
El total del área comprendida en este programa asciende a casi 10.320 km2, de los cuales 3.900
km2 corresponden a Brasil y 6.420 km2 a Perú. El área brasileña corresponde a toda la
extensión del Municipio de Assis, Brasil (Sudeste del Estado de Acre). El área peruana está
localizada en la Región Inka, Departamento de Madre de Dios, Provincia de Tahuamanu. La
población asciende a 10.200 habitantes con una distribución aproximadamente igualitaria en
ambos territorios. La población es predominantemente rural y con presencia conspicua de las
comunidades indígenas.
Plan binacional en ejecución Bolivia - Brasil:
El 2 de agosto de 1988, los Presidentes de Bolivia y Brasil formularon una Declaración en la
cual resaltan la necesidad de dedicar atención constante a la cuestión ambiental de la región
amazónica. Se aprobó un Programa de Acción Conjunta, por el cual se resolvió iniciar la
ejecución de planes - modelo binacionales de desarrollo integrado de comunidades fronterizas,
en el ámbito de la Subcomisión de Cooperación Fronteriza de la Comisión Mixta Permanente
de Coordinación. Para ello, determinaron que tales planes se inicien en las siguientes
microrregiones: Brasileia - Cobija; Guajaramirim - Guayaramerín; y Costa Marqués - Triángulo
San Joaquín, San Ramón y Magdalena, todas en la región amazónica..
Por último, existen ONGs que se dedican a desarrollar proyectos tanto en el ámbito de las
favelas como en el ámbito de las comunidades más aisladas. Este es el caso del proyecto
IDEEAS de Fabio Rosa. Su propuesta es la siguiente (ver página siguiente):
7.- BIBLIOGRAFÍA:

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