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En torno a los orígenes de la Revolución Industrial

Se niega la Revolución Industrial en una especie de oscurantismo o moda por que hay una
desconfianza generalizada por las revoluciones.
El argumento principal se da porque el capitalismo se remonta a épocas anteriores (1760) y alcanzó
su evolución tiempo después de 1830, es decir, lo que se dio fue una simple “evolución acelerada”

 Todos los países subdesarrollados sienten la necesidad de los cambios imprevistos que trae
consigo una revolución, para dejar de ser subdesarrollados.
 Aparecen muchos partidarios del “desarrollo gradual”
 Hay que dejar claro que muchos de los cambios o desarrollos tecnológicos que se efectuaron
se dieron en el “sistema de fábrica”, es decir, tocaron a los obreros y a los grandes
empresarios.
 “El síntoma decisivo de la revolución industrial es el vuelco ascendente, imprevisto y franco,
de todas las curvas de indicadores económicos cuyas estadísticas se poseen, y el hecho de
que, tras este salto, el desarrollo continúa con un ritmo nuevo y sin precedentes.”
 la revolución industrial británica no es un problema general: al contrario, se trata de
un problema específico, por tres motivos: 1) es el problema de un país individual, en
una situación particular; 2) no es sólo el problema del "desarrollo económico" sino
además del "despegue" imprevisto y revolucionario: 3) no es ya el problema de una
revolución industrial en condiciones sociales indefinidas, sino en las condiciones sociales
del capitalismo
 Una pureza clásica del desarrollo capitalista y, por consiguiente, un desarrollo único y
particular, caracterizan a la revolución industrial británica.
 Sin duda los intereses industriales británicos eran nacionalistas, y es verdad que
consideraban al aparato estatal británico como una máquina para eliminar a sus competidores
extranjeros y potenciar al máximo las ganancias de sus mercados externos.
 si bien la tendencia a negar el valor o la existencia real de la revolución industrial no es muy
seria, la inclinación a tratarla como una consecuencia automática del desarrollo económico
sigue sien- do fuerte. Demasiado a menudo todavía, la revolución industrial es vista como un
fenómeno inevitable de "combustión espontánea" que se produce cada vez que los
ingredientes1 necesarios (crecimiento de la población, expansión del comercio, acumulación
de capitales, progreso económico y clima social adecuado) 14 se combinan en cantidad
suficiente o aumentan a un ritmo propicio.
 La explicación demográfica ha seducido considerable- mente a los investigadores, en los
últimos tiempos y, por consiguiente, la población ha sido objeto de un análisis más intensivo
que cualquiera de los demás as-pecios del origen de la revolución industrial (con la excepción
quizá de la agricultura)18. La causa es, en parte, que un modelo simple de desarrollo,
derivado de un único factor exógenamente generado, tienta a los teóricos; y en parte, también,
se debe a que la teoría marxista del origen de una fuerza de trabajo industrial puede ser
fácilmente rebatida con el argumento de que el nacimiento del proletariado se debió, no
a la "expropiación" sino al "exceso natural de población"
 "¿Creó la revolución industrial su propia fuerza de trabajo? ¿O fueron los caprichos del clima
y las epidemias quienes produjeron un exceso de población que estimuló a la revolución o,
por lo menos, coincidió casualmente con una revolución de origen distinto?" Causa
revolución industrial.
 La mayoría está de acuerdo en que el estímulo particular que impulsa a una industria a cruzar
el umbral de la revolución indus- trial sólo puede producirse en determinadas condicio- nes
económicas y sociales, que no necesitamos discutir extensamente aquí, porque no son
actualmente objeto de controversia, al menos en lo que respecta a Gran Bretaña, en cuyo siglo
XVIII no faltó ninguna
 El textil fue el sector más preparado para despegar hacia la industrialización.
 Por esta razón es cada vez más claro que los orígenes de la revolución industrial de Gran
Bretaña no pueden ser estudiados exclusivamente en términos de historia bri- tánica. El árbol
de la expansión capitalista moderna creció en una determinada región de Europea, pero sus
raíces extrajeron su alimento de un área de intercam- bio y acumulación primitiva mucho más
amplia.
 Por qué Gran Bretaña era la potencia avanzada industrialmente
o la argumentación debería conducirnos a reconsiderar la naturaleza y la importancia
del mercantilismo británico; es decir, la política sistemática de expansión económica
belicista y colonialismo, y la no menos sistemática protección de los industriales,
comerciantes y armadores británicos.
o la presencia de una burguesía potente y dinámica, en cuyo seno privaban los
intereses manufactureros nacionales, fue decisivo.
 La industria algodonera, que se consolidó como una de las más importantes del siglo XIX
tuvo a favor la participación de las colonias norteamericanas en la producción de materias
primas para llevar a la industria.

 Pero es probable que el camino más útil para -estudiar la segunda etapa de la revolución
industrial, que proporcionó una base adecuada de bienes de capital para la industria británica,
sea el análisis de la acumulación de capitales combinado con el estudio de las exigencias del
transporte.
Revolución industrial y revuelta agraria

 Los trabajadores agrícolas ingleses del siglo XIX no eran nadie, no representaban nada para
la sociedad y por eso la historia los ha ignorado
 “Sabemos poco acerca de ellos, porque están' muy alejados de nosotros en el tiempo. Sus
contemporáneos más ilustrados sabían poco más; en parte porque, como hombres de las
ciudades, ignoraban lo que sucedía en el campo o no se preocupaban por saberlo; en parte
porque, como gobernantes, no se les permitía entrar en el mundo independiente de las clases
subalternas o porque, como clase media rural, las despreciaban”
 “En cuanto al hombre de las ciudades, su ignorancia era pasmosa. Los políticos liberales de
la década de 1840, siempre ansiosos de comentar los abusos del hacendado y el párroco en
beneficio del libre comercio, y a fin de paliar los horrores de sus propios pueblos, hacen a
menudo despliegue de una indiferencia acerca de los hechos de la vida del trabajador, que
refleja tanto una falta fundamental de interés como una ausencia casi total de conocimiento.”
 Revueltas de 1830: allí es donde aparece la figura del capitán Swing

 Lo que sucedió fue más bien que una sociedad rural, que era en algunos sentidos tradicional,
jerárquica, paternalista, y en muchos aspectos resistente a la lógica total del mercado, se
transformó, bajo el ímpetu de un extraordi nario auge agrícola (y las consiguientes aunque
temporarias rece- siones), en otra en la cual prevaleció el nexo económico, al menos entre
arrendatario y trabajador. El obrero se vio al mismo tiempo proletarizado -por la pérdida de
la tierra, por la transformación de su contrato, y-también de otras maneras- y privado de
aquellos modestos derechos como hombre, a los cuales se había considerado siempre
acreedor. Esto aconteció en un momento en que su situación económica se deterioraba
agudamente. No sólo se convirtió en un proletario cabal, sino también en un individuo
pauperizado y en algunos casos sin empleo, y por cierto en la época del levantamiento de
1830 conservaba poco de su estatuto anterior; excepto el derecho a la ayuda de la parroquia,
aunque hasta esto había de serIe quitado en unos pocos años. Era aún un proletario sólo en el
sentido econó- mico más general. En la práctica, la naturaleza de su trabajo y de la sociedad
rural en la cual vivía y padecía hambre le privaban hasta de la relativa libertad del pobre
industrial y urbano, y le hacían muy difícil desarrollar o aplicar aquellas ideas y métodos de
autodefensa colectiva que el hombre de la ciudad era capaz de descubrir.

 El objetivo de estos movimientos no era revolucionario. Su propósito inmediato era


económico, aunque la clase de los proletarios no los dominó claramente hasta 1830, cuando
la exigencia casi universal. era en el .sentido de salarios más altos, de mejor empleo y/o de
mejoras en el sistema de seguridad social (es decir, la Ley de Pobres). La anticuada hostilidad
hacia aquellos a quienes se.consideraba responsables de los precios elevados -tenderos e
intermediarios-e-, que era aún muy importante en 1816, había cesado de tener significación
alguna para entonces. Nadie pretendía la tierra (antes de 1830 nadie lo había hecho aún). La
reforma de la tierra era entonces, como más tarde, un sueño nostálgico de los hombres de las
ciudades, pero no una preocupación seria de los proletarios rurales. Pero por lo menos hasta
1830, y quizás hasta 1834-35, detrás de estas exigencias inmediatas y virtualmente gre-
mialistas, había un objetivo más amplio: la defensa de los derechos consuetudinarios de los
pobres rurales como ingleses libres y la restauración del orden social estable que hasta
entonces, o al menos así parecía en una visión retrospectiva, los había protegido. Era este un
objetivo que los trabajadores compartían con otros estratos de la sociedad rural y que dio al
levantamiento de 1830, en algunos condados, un cierto aire de manifiesto general del condado
contra la ciudad, del pasado contra el futuro, llevado a cabo por los trabajadores pero firmado
también por arrendatarios y hasta por la burguesía rural.

 La nueva Ley de Pobres de 1834 colocó los últimos clavos en el ataúd de su antigua creencia
de que la desigualdad social podría combinarse con el reconocimiento de los derechos
humanos. Después de 1830, y especialmente después de 1834, los trabajadores sabían ya que
tenían que luchar solos -o, en todo caso, sin aliados rurales- o no luchar en absoluto. Durante
unos veinte años más llevaron adelante una campaña silenciosa, amarga y vengativa de caza
furtiva, incendios y terror rural -ahora dirigida realmente contra la bur- guesía. misma-, que
estalló en epidemias de incendios provocados y de matanzas de ganado en momentos de
aguda inquietud, sobre todo en1843-44. Pero éstas fueron acciones de retaguardia de una
minoría. La mayoría permaneció inerte y pasiva hasta el levan- tamiento de los sindicatos de
los obreros agrícolas en la década de 1870.

 Sin embargo, la aldea inglesa de comienzos del siglo XIX no era evidentemente un oscuro
remolino totalmente aislado del conocimiento y el contacto con los sectores más dinámicos
de la sociedad. Los radicales de las aldeas (y con la misma frecuencia los zapateros, cuya
ilustración e intelectualismo eran proverbiales), los artesanos radicales y los tenderos de las
pequeñas ciudades-mercados propor- cionaron un vínculo con el mundo exterior y
formularon ideas y programas que los trabajadores hicieron a veces suyos, si bien sólo a causa
de que los artesanos rurales y otros individuos de la misma clase actuaron frecuentemente
como sus voceros y organizadores.

 Por lo tanto, lo que hemos tratado de hacer es describir y analizar toda una época de la historia
de los trabajadores agrícolas ingleses, la del surgimiento y la caída de sus improvisados,
arcaicos y espon- táneos movimientos de resistencia ante el triunfo total del capita- lismo
rural,' a la luz del mayor movimiento de este tipo, que se acerca tanto a un movimiento
nacional, como podía hacerlo un levantamiento tan espontáneo y desorganizado. Porque. los
límites de su difusión no fueron los de la organización o la ideología sino los de la estructura
económica.

 "Swing" fue un movimiento rural. Quizás su gran tragedia fue que nunca logró vincularse
con la rebelión de las minas, los talleres y las ciudades. Pero no es tarea del historiador
especular sobre lo que podría haber sido. Su deber consiste en mostrar lo que pasó, y cómo.
Y nosotros hemos tratado de hacerlo.

La Inglaterra agrícola

 En otras palabras:' el típico trabajador agrícola inglés era un asalariado, un proletario rural.
No hay duda de que junto a él sobrevivían toda clase de pequeños propietarios -(pero con la
misma frecuencia éstos podían ser pequeños artesanos" rurales, comerciantes, carreteros, etc.,
que poseían una huerta oun campo de heno y que no se consideraban a sí mismo granjeros),
y algunas personas que podían ser clasificadas como campesinos. Sin embargo, socialmente
hablando, los miembros marginales de una clase media rural se asimilaban al resto de las
"clases bajas" y se distinguían de los granjeros."

 Ha sido motivo de discusión durante mucho tiempo cuál fue el momento preciso en que
desapareció el campesinado inglés y la producción rural inglesa comenzó a estar dominada
por la triple división en terratenientes, agricultores arrendatarios y obreros asalariados. La
opinión más común actualmente es que esta estructura comenzó a existir en líneas generales
hacia mediados del siglo XVIII, para citar la fecha más tardía, es decir antes del comienzo de
la revolución industrial.4

 "El campesino -según se ha señalado- no dirige una empresa en el sentido económico; maneja
una casa, no un negocio".

 La primera consecuencia importante de los cambios agrarios durante la Revolución industrial


fue casi con certeza que el problema desapareció, porque el miembro característico de la clase
pobre rural era ahora un proletario sin tierra, que dependía casi exclusivamente de su trabajo
asalariado o de la Ley de Pobres para ganarse la vida. "El cercamiento --dijeron los
Hammond- fue fatal para tres clases: el pequeño arrendatario, el cottager y el advenedizo".

 La historia social de la aldea del siglo XIX en gran parte de Inglaterra es la historia de las
tentativas de los hombres pobres para escapar a la dependencia económica y social de
aquellos que les daban empleo y ayuda. Y, de todas maneras, según lo atestigua este libro, el
empleo en las aldeas disminuía y se tornaba cada vez más incierto.

 Pero Inglaterra ya no era esa clase de sociedad. Se alejaba rápidamente de lo Que había
conservado .de una sociedad semejante en el pasado. En lugar de la comunidad de' aldea
(simbolizada por las tierras comunales y el campo abierto), había ahora cercados. En vez de
la ayuda mutua y la obligación social, estaba ahora la Ley de Pobres administrada
exclusivamente por los gobernantes de la campiña.* En vez de la familia, el patronato o la
costumbre, estaba ahora el nexo directo de los salarios, que ligaba ·a los desposeídos con el
poseedor.

El pobre rural

 El aspecto más significativo pero también el más oscuro de este cambio es la trasformación
de las relaciones que existían entre el rico rural y el pobre rural, entre los arrendatarios y su
fuerza de trabajo, en una relación puramente mercantil entre el empleador y el proletario. La
mejor manera de ejemplificar este hecho consiste en analizar tres importantes aspectos del
mismo: la separación entre empleador y trabajador, el contrato de trabajo y los métodos de
pago de salarios.
 Las razones de esta implacable proletarización del trabajador agrícola pueden ser analizadas
más detalladamente de, lo que hemos hecho hasta ahora. Estas razones fueron económicas,
sociales e institucionales, en ese orden de importancia. La naturaleza misma de la expansión
de la agricultura -según hemos visto, fundamentalmente la expansión del cultivo de los
cereales- intensificó la trasformación del sirviente en trabajador ocasional, porque el-cultivo
de los cereales minimiza el trabajo regular durante todo el año y maximiza la fluctuación
periódica de demanda de mano de obra.* Pero económicamente, los dos impulsos más
poderosos para la trasformación de los sirvientes internos en trabajadores, de la remuneración
en especie en pago en efectivo y de los contratos largos en breves, fue el aumento del precio
de los productos agrícolas y el creciente ejército de reserva de mano de obra. Con el aumento
de los precios, era evidente que al agricultor le convenía vender la mayor cantidad posible de
sus productos en el mercado, pagando a sus trabajadores en efectivo y dejándoles que
comprasen sus propios alimentos; o, en otras palabras, echando sobre ellos la carga de la
inflación.

 Existía una contradicción fundamental en el corazón de la sociedad agraria inglesa, durante


el período de la Revolución industrial. Sus gobernantes querían ser al mismo tiempo
capitalistas y estables, tradicionalistas y jerárquicos. En otras palabras, querían que Inglaterra
estuviese regida por el mercado libre universal de los economistas liberales (que era
inevitablemente tanto un mercado de tierras y de hombres como de mercancías), pero sólo en
la medida en que conviniese a los nobles, los caballeros y los arrendatarios; propugnaban una
economía que implicaba a' clases mutuamente antagónicas, pero no querían destruir una
sociedad de rangos establecidos

 En consecuencia, el sistema consiguió lo peor de los dos mundos. El orden social tradicional
degeneró en un pauperismo universal de hombres desmoralizados, que no podían caer por
debajo de la escala de ayuda, hiciesen lo que hiciesen, pero que tampoco podían elevarse por
encima de ella; hombres que no tenían ni siquiera la garantía nominal de un salario de
subsistencia, dado que la "escala" podía ser -y con la creciente alza de los impuestos llegó a
ser lo reducida a lo que los ricos aldeanos creían adecuado para un trabajador. El capitalismo
agrario degeneró en una locura general, en la cual se incitaba a los arrendatarios a pagar lo
menos posible (dado que los salarios debían ser completados por la parroquia), y utilizó a las
masas de trabajadores empobrecidos como excusa para no elevar su productividad; mientras
que sus cálculos más racionales serían cómo obtener del resto de los contribuyentes el mayor
subsidio posible para su lista de salarios. Por el contrario, los trabajadores. Se veían alentados
a trabajar lo menos posible, dado que nada podía elevarlos por encima del mínimo oficial de
subsistencia. Si es que trabajaban, lo hacían sólo porque sus padres lo habían hecho antes que
ellos y porque la propia dignidad de un hombre así lo exigía.
El mundo aldeano

 Los ingleses de las zonas rurales vivían -con escasas excep- ciones- en parroquias, es decir
en unidades territoriales cuyo centro administrativo era la iglesia anglicana (donde se
celebraban y regis- traban sus nacimientos; bautismos, defunciones y matrimonios; donde
asistían a los oficios religiosos y donde recibían las comuni- caciones provenientes de las
autoridades). Todos vivían en parro- quias gobernadas formalmente por los comités locales
de los contri- buyentes más ricos (administradores y veedores de los pobres) que organizaban
la administración social de la parroquia y cumplían otras funciones colectivas tales como, por
ejemplo, la designación del condestable de la parroquia o el mantenimiento de los caminos.

La parroquia era la que ponía los límites de los trabajadores, lo que estaba por fuera
no les concernía y fue importante para la Ley de Pobres

 Pero, si bien el horizonte del trabajador estaba limitado por el "pequeño universo" más que
por la parroquia, e incluía por lo tanto al mercado local, a la feria, y quizás a cierta zona
situada a quince o veinte millas de distancia, es probable que después de 1815 la creciente
dependencia de la Ley de Pobres le adhiriese más fuertemente a su territorio natal, haciéndole
en consecuencia más dependiente de aquellas personas cuyos movimientos y horizontes
estaban menos circunscriptos: los artesanos, tenderos, carreteros, buhoneros, y todos aquellos
que venían del gran mundo exterior.

 Además, había al menos un tipo de aldea en la cual el control y la estructura social eran
proverbialmente libres: las grandes aldeas .llamadas "abiertas",'quea menudo vivían en una
suerte de simbiosis con las parroquias vecinas, más pequeñas o "cerradas", y que les
proporcionaban mano de obra, La gran aldea era, a veces por su tradición y estructura mismas,
y al igual que el pequeño pueblo provinciano, mucho menos una propiedad de monopolio de
la nobleza y de la burguesía, especialmente cuando tenía una feria o era un pueblo en
decadencia.

Ya empezábamos a ver las similitudes en el control social que se planteaba desde las aldeas
parroquiales que limitaban la capacidad de acción de acción de las clases trabajadores pobres que
hacían parte de ellas.
En las parroquias cerradas no había tanta delincuencia como en las grandes

 No obstante, en la aldea tradicional se había mantenido un equilibrio de la tensión y la


cooperación entre los diferentes grupos. Los horrores del período que va de 1760 a 1830 lo
destruyeron. Los escritos del siglo XVIII sobre la sociedad .agrícola inglesa no insisten en el
sombrío odio de los pobres hacia los ricos. Los registros del siglo XIX, en cambio, lo hacen
cada vez más, espe- cialmente en ciertos condados. "Ha cesado toda relación amistosa entre
los arrendatarios y los pobres" se informó desde Burghclere (Hants.) a la comisión de la Ley
de Pobres. "Venganza", se dijo en Bramshaw;"falta de buenos' sentimientos" entre las clases,
en Minstead, ambas poblaciones del mismo condado."
 Nosotros nos atrevemos a decir que los trabajadores hubiesen preferido tener otros derechos
que defender. Pero los hombres que presionaron, y a veces aterrorizaron a los notables
aldeanos en defensa de' su subsistencia constantemente amenazada, .estaban demostrando no
degradación moral sino lo contrario: auto-respeto colectivo. Y aunque existen algunas prue-
bas de que las parroquias, en las cuales la acción informal en defensa de la ayuda a .los pobres
fue más exitosa, fueron aquellas en las cuales los movimientos más formales tuvieron menos
influen- cia en 1830,34 la defensa de sus derechos a la ayuda fue proba- blemente la mejor
escuela de que dispusieron los militantes aldeanos en potencia en muchas regiones del sur y
del este de Inglaterra.

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