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LA CMUZAC10M
GRIEGA EN LA
EPOCA CLASICA
Esta historia, obra de un equipo de cuarenta profesores de va
rias universidades españolas, pretende ofrecer el último estado
de las investigaciones y, a la vez, ser accesible a lectores de di
A ntïgvo del conjunto más amplio en el que está inserto o bien como una
monografía. Cada texto ha sido redactado por el especialista del
tema, lo que asegura la calidad científica del proyecto.
Diseño y maqueta:
Pedro Arjona
Domingo Plácido
Indice
in troducción............................................................................................................... 7
I. La P o e s ía ............................................................................................................. 10
1. La lírica. P in d a r o .............................................................................................. 10
2. La tra g e d ia .......................................................................................................... 15
— E s q u ilo ........................................................................................................... 18
— Sófocles ......................................................................................................... 22
— E u ríp id e s ....................................................................................................... 24
3. La com edia. Aristófanes ................................................................................. 30
C onclusión.................................................................................................................. 43
Apéndice .................................................................................................................... 45
B ibliografía................................................................................................................. 55
La civilización griega en la época clásica 7
Introducción
El contenido del término «civiliza la primera mitad del siglo XX, y sobre
ción» es múltiple por diversos con todo en Alemania, a establecer una
ceptos; en primer lugar, como con diferencia entre civilización, como
secuencia de la m ism a evolución conjunto de medios materiales por
histórica, a partir del m om ento en los que el hom bre actúa sobre la na
que empezó a utilizarse en la segun turaleza, y cultura, donde se incluye
da mitad del siglo XVIII. Su origen más bien la vida espiritual.
está íntimamente vinculado a la Ilus Dentro de la colección en que se
tración, para que la que representa un encuentra este escrito, ya existen otros
valor absoluto frente a la barbarie o dedicados a la historia política y so
primitivismo. El uso del término en cial, a la historia en el sentido tradi
plural, o en singular acom pañado de cional. Son los que tratan de la Pente-
un adjetivo especificativo, que no r contecia, la guerra del Peloponeso, etc.,
malmente es el de un pueblo, nación, en que, sin duda, habrá referencias a
región más o menos amplia, o época, aspectos de «civilización». Con esta
o varios de estos elementos sumados, exclusión, tampoco se tendrá en cuen
corresponde a la mitad del siglo XIX, ta la división arriba mencionada, sino
y no es ajeno al desarrollo de los n a que, más bien, trataremos de la civili
cionalismos y a las tendencias que zación como el conjunto de la activi
ponen de relieve sus peculiaridades dad cultural, intelectual y artística de
culturales. En la historiografía, una un pueblo en un tiempo y un espacio
obra que incluya en su título el térmi delimitados, con el propósito especí
no civilización puede depararnos los fico de que se encuentre en todo m o
más diversos contenidos, sobre todo mento inserta dentro del resto de las
cuando se expone en el título general actividades h u m a n a s, económicas,
de una colección: «Pueblos y civiliza políticas, etc., y del contexto social.
ciones», «Historia general de las civi La delimitación espacial está re
lizaciones», son norm alm ente Histo presentada por Grecia, lo que es, al
rias generales con un enfonque más o mismo tiempo, una definición cultu
menos «total», en que la atención no ral. Razones que se sustentan en las
se dirige a los hechos políticos o mili posibilidades reales de conocimiento
tares de modo dominante. De otro y en las mismas características de la
lado, el uso del término «cultura» ha civilización griega antigua, hacen ine
experimentado un proceso muy simi vitable que dentro del territorio que el
lar. Sin em bargo, ha existido u n a pueblo heleno ocupaba, la atención
cierta tendencia, principalm ente en dirigida hacia la civilización que se
8 Akal Historia del M undo Antiguo
m anifestaba dentro.de la' ciudad esta carácter fue motivo de deform aciones
do y que se expresaba por m edio de la idealizantes entre los m ismos griegos
escritura; ello im pone unos nuevos lí y, m ás aún, entre los rom anos. N eo
mites dentro de los que, prácticam en clasicism os y neoaticism os proliferan
te, sólo se incluyen las ciudades de en épocas posteriores. Así, el clasicis
Asia M enor y de las islas del Egeo, las mo propiam ente dicho, el que corres
colonias de Sicilia y la M agna G recia ponde a nuestro período, ha sido ob
y, de un modo m uy especial, la ciu jeto de definiciones deform antes, que
dad de Atenas. El protagonism o de sólo a partir de R. B ianchi-B andine-
ésta últim a no se debe sólo a las razo lli, h an com enzado a experim entar
nes prácticas y m ateriales que se des un proceso de rectificación. El arte
prenden de nuestras posibilidades de clásico real, no el que reproducían o
conocer m ejor los fenóm enos cultu im itaban los griegos o rom anos de
rales que en ella se m anifestaron; es, épocas posteriores, y con él todas las
por el contrario, un elem ento funda dem ás m anifestaciones culturales, era
m ental para com prender la civiliza naturalista, y no idealista. Su princi
ción griega de la época clásica el co pal característica está en encontrarse
nocim iento del hecho m ism o de que íntim am ente relacionado con la rea
Atenas se convirtió en el eje por el lidad social en que se desenvuelve.
que p asaban todas las actividades in Sin atenernos a esquematism os for
telectuales y todos los criterios artísti males, el contenido del presente cua
cos del resto de los griegos. derno puede dividirse en tres partes:
Períodos clásicos existen en la his poesía, prosa y artes plásticas. En los
toria de todas las civilizaciones. Son prim eros decenios, existen todavía
épocas que, por unas razones o por m anifestaciones im p o rtan tes de la
otras, en tiem pos posteriores tratan poesía lírica, sobre todo representada
de im itarse en renacim ientos o neo por la inigualable figura del tebano
clasicismos, aunque tam bién, en otros Píndaro, pero es preciso notar que la
m om entos, se degradan com o caren m ayor parte de las creaciones del gé
tes de vida o excesivam ente sim bóli nero pertenecen a la época arcaica.
cas de un academ icism o esterilizante. La poesía significativa de la época
En la historia general de las civiliza clásica está en el teatro, en la tragedia
ciones, la época clásica por excelen y en la comedia. Tam bién hay que te
cia es la correspondiente a la G recia y ner en cuenta que la obra im portante
la Rom a antiguas. Esto ha tenido sus está concentrada en el siglo V. De las
ventajas y sus inconvenientes, de los conservadas, sólo las últim as com e
que no es el m enor la consideración dias de Aristófanes se representaron
estática, elevada y pura de sus crea en el siglo IV.
ciones culturales. Pero, tam bién d en D entro de la expresión en prosa, la
tro de la antigüedad clásica, se distin oratoria y el pensam iento científico y
guen épocas clásicas y neoclasicismos. filosófico tuvieron m anifestaciones
El sentido de esta realidad afecta a m uy significativas del proceso histó
nuestro período, porque de él se trata rico vivido. Es preciso destacar el m o
cuando se trata de G recia en la época vim iento sofístico, por su carácter en
clásica: h a b itu a lm e n te están co m cierto m odo interm edio, expresión de
prendidos los años entre 480 y 323, un pensam iento im portante y creador
entre el final de las guerras médicas y de fórm ulas retóricas adecuadas a la
la muerte de Alejandro, fechas con ciudad. En el siglo V, sin em bargo, el
vencionales, pero significativas en to género en que la prosa está represen
dos los cam pos de la civilización y de tada de m odo m ás duradero es el de
la historia en general. C om o en el la historiografía. Sólo de éste se h an
caso de la «Antigüedad clásica», este conservado obras enteras. El pensa-
La civilización griega en la época clásica 9
I. La Poesía
los que conocen, empero, por aprendiza hacer versos, sino porque tiene capa
je, cual dos fieros cuervos graznen en vano cidad para hacer revelaciones de pri
con charlatana lengua contra el ave divina m era im portancia de las que él es el
de Zeus». único que está inform ado gracias a la
divinidad. En Olímpica XI, 8-10, se
P índaro sería el ave divina de Zeus m uestra la colaboración y solidari
y los otros poetas los cuervos ch ar dad entre am bas actividades:
latanes.
Parecido es lo que dice en Olímpica (...) «Por un lado, mi lengua
IX, 100-102, ahora con referencia a a fuer de pastor quiere darles sustento,
los triunfos en los juegos: mas el hombre igualmente (atleta y poeta)
con la ayuda de Dios florece en sabios
«Por naturaleza nos viene todo cuanto es pensamientos».
mejor. Pero la mayoría de los hombres con
aprendidos recursos se esfuerzan por lo El poeta está próxim o a los sacer
grar la gloria». dotes de los san tu ario s oraculares:
C on ello, la lab o r del poeta y la ac «¡Di, M usa, tu oráculo, y yo seré tu
tividad del atleta se colocan al m ismo intérprete!» (Frag. 150). En la socie
nivel. dad aristocrática, el poeta desem peña
Desde luego, el poeta cree, dentro u na función que es propia de aristó
de determ inadas condiciones, en la cratas, y desdeñé a los advenedizos
transm isión de los conocim ientos. En que, con los cam bios sociales, vienen
la Olímpica VIII, 59-61, a propósito a suplantarlo de m anera «profesio
del triunfo de un niño, se elogia la la nal», tanto en el triunfo atlético como
bor del maestro: en el banqute, com o era el caso de
Simónides.
(...) «La enseñanza, por cierto, es más fácil H abida cuenta de los cam bios re
para el que sabe; y el necio es el que des conocidos en la ley, y del carácter es
precia aprender: cada vez más vano, en table de la naturaleza, am bas pueden
efecto, es el espíritu de los inexpertos». llegar a chocar. La naturaleza del no
ble es heredera del héroe. En el difícil
Ahora bien, tal aprendizaje ha de y discutido fragm ento 169, se trasluce,
contar con las condiciones naturales a pesar de todo, la contraposición en
propias del noble, según se ve en Ne tre la ley y la actuación de Heracles:
mea III, 40-42:
«La Ley, Rey de todos, de mortales e
«Por innata nobleza pesa uno mucho. inmortales,
Mas el que sólo posee lo a p re n d id o condenando la suma violencia
— hombre oscuro que anhela ora esto, ora lo guía todo con soberana mano. Lo infiero
aquello— jamás con pie firme bajó a la pe de las hazañas de Heracles; pues los
lea, y miles de hazañas ensaya con mente bueyes de Gerión
sin meta». llevó a los Pórticos Ciclópeos de Euristeo,
sin haberlos ganado ni comprado».
Jaeger ve aquí un verdadero prece
dente del pensamiento platónico, cuan Para la com prensión del conteni
do el filósofo se opone a los sistem as do, conviene recordar el contexto en
de enseñanza representados por los que el fragm ento se nos ha transm iti
sofistas. do. En el Gorgias de Platón, 484b, C á
Tanto en el atletism o com o en la lleles lo cita en apoyo de su teoría de
poesía, la techne es insuficiente. Es la ley del m ás fuerte, y com enta: «en
precisa una sabiduría innata, propia la idea de que es justo por naturaleza
de su calidad com o noble. En el poeta que las vacas y todas las dem ás pose
se m anifiesta, no sólo porque sepa siones de los peores y m ás débiles
La civilización griega en la época clásica 13
sean del m ejor y m ás fuerte». Más nicio, en cierto modo, se conserva el
adelante (488b), Sócrates considera prestigio individual y fam iliar y, si se
que están de acuerdo P índaro y C áll alude a la ciudad, és para resaltar que
eles y la interpretación de lo que es su gloria depende de la de los indivi
justo p or naturaleza: que el m ás fuer duos de su clase aristocrática. En este
te se lleve, p o r m edio de la violencia, sentido, el poeta desem peña el mismo
las cosas de los m ás débiles, que el papel que en la sociedad arcaica. Es
m ejor m ande sobre los peores... Esta m uy frecuente, por ejem plo, que la
sería la in terp retació n correcta del celebración del triunfo se haga por
fragm ento de P índaro. En las Leyes, m edio de un banquete que reviste los
Platón vuelve sobre el tema: «El quin caracteres del banquete aristocrático.
to (m odo de m ando) pienso que es Pero lo m ás significativo es que los
que el fuerte m ande y el débil obedez
ca... y el que está m ás extendido entre El Diadumenos de Policleto,
todos los seres vivos y se da conform e según una copia romana
Museo Nacional de Atenas
a la naturaleza, según dijo en otro
tiem po el tebano P índaro» (690b), y
«Píndaro... justifica la m ayor violen
cia, reduciéndola a norm a de la natu
raleza» (714E). Tenemos, pues, el pri
m er ejem plo claro de un contraste
entre la ley y la naturaleza, en que la
superioridad se atribuye a esta última.
La obra de P índaro pertenece al gé
nero de la lírica coral, canción acom
pañ ad a de lira, destinada a ser inter
pretada por un coro con ocasión de
una fiesta de la com unidad. En época
de P índaro, la poesía había adquiri
do carácter panhelénico y, en las dis
tintas fiestas, se contrataba a poetas
famosos que se m ovían por toda G re
cia o en v iab an sus com posiciones.
De las obras de P ín d aro, las odas
conservadas pertenecen al género de
los epinicios, destinados a los vence
dores de los juegos. Estos son fiestas
panhelénicas en que participan los
nobles de toda Grecia. Conservan por
ello el carácter propio de la fiesta
colectiva, a la que hay que añ ad ir el
factor de estar superpuesta a las co
m unidades particulares de la polis, y
adem ás el de que el poem a se indivi
dualiza en la persona concreta del
vencedor, aunque tam bién suele alu
dirse a la ciudad de origen. El resto
del canto coral suele dedicarse a los
dioses, representativos del espíritu de
la com unidad. Esta adquiría así un
protagonism o situado p or encim a de
las fam ilias aristocráticas. En el epi
14 Akal Historia del Mundo Antiguo
configurada com o género; Su origen Otro m odo de salir a la luz tuvo lugar
se rem ontaría a la sociedad prehistó en la época de los tiranos. La política
rica. A pesar de que se trata de un de éstos, de potenciar la vida urbana
tem a muy debatido, parece que pue e integrar a la población cam pesina,
den detectarse rasgos identificables hizo que se prom ovieran y u rb an iza
con rituales prim itivos y fiestas, d o n ran las fiestas agrarias. A unque no
de se representan los cam bios que ex perfectam ente definida, existe una re
perim enta el individuo a lo largo de lación entre el origen de la tragedia y
su vida y que hacen alterar su papel el ditiram bo, him no a D ionisio que
dentro de la sociedad, y se entienden cuenta su dram a, y que tam bién reci
com o procesos de m uerte y resurec- bió la protección de los tiranos, como
ción iguales a los de la naturaleza en el caso de Laso de H erm ione en
con el ciclo estacional. A partir de los A tenas, ya citado. Para u n período
rituales, se crean m itos que sirven anterior, H erodoto (I; 23-24) cuenta la
para describir la acción representada, h isto ria de A rión de M etim na, de
en historias com o la de D ionisio, vin quien dice que fue el prim ero en com
culada a la tierra y a la agricultura, poner un ditiram bo, lo que segura
donde el dios sufre el m ismo proceso m ente quiere decir que le dio forma
de m uerte y resurrección. Lo que en m ás o m enos canónica, dado que Ar-
principio es u na práctica colectiva de quíloco, en el siglo VII, dice (Frag.
la com unidad, con el desarrollo de la 219 A drados) que sabe cantar el diti
civilización de la época arcaica, pare ram bo, la herm osa canción de D ioni
ce quedar reducido a determ inados sio, cuando su cabeza vacila por el
círculos que conservan rituales secre vino. C uentan que este A rión pasó la
tos, lo que daría paso a los cultos m is m ayor parte de su vida en la corte de
téricos, posteriorm ente extendidos por P eriandro, según H eródoto, lo que
la ciudad e incluso por toda Grecia. ocurrió a com ienzos del siglo VI.
El Teseo
Estatuilla de bronce representando a Zeus
en actitud de lanzar el rayo,
procedente de Dodona
(Hacia el 460 a. C.)
Museo Nacional de Atenas
si nace un hijo suyo de Tetis, éste será nas se interpreta com o intencionado,
más fuerte que él. La tensión dram á para celebrar la alianza entre am bas
tica es verdaderam ente fuerte. Prome ciudades.
teo encadenado es la prim era tragedia En el Agamenón, al anuncio de la
de un a trilogía. Los fragm entos de las victoria y de la llegada del rey, se opo
otras dos m uestran que al final se lle ne el contrapunto del coro, que re
ga tam b ién a u n a conciliación. El cu erd a cóm o Z eus h a d ad o a los
conflicto de derechos term ina con un hom bres la enseñanza por el sufri
acto de cesión. Es de sabios ceder, m iento (177) y rem em ora el sacrificio
aconseja el coro (1036, ss.). Tanto Zeus de Ifigenia, en el m om ento de la sali
com o Prom eteo com eten violencia. da de la expedición hacia Troya. La
La solución es conocerse a sí m ism o y victoria queda m arcada por la injusti
adaptarse, según aconseja O céano a cia. La victoria, por lo dem ás, tanto
éste últim o. Prom eteo cabe en el nue para C litem nestra com o para el coro,
vo orden si se somete a Zeus. Así, se significa el peligro de la violencia, los
llega al establecim iento de su culto en excesos y la esclavización. El coro
Atenas. prefiere no ser destructor de ciudades
La única trilogía conservada com ni verse som etido (471-4). Al llegar,
pleta de toda la tragedia griega es la A gam enón rechaza los honores exce
Orestía, que obtuvo el prim er prem io sivos, pero term ina cediendo, y pide
el añ o 458. Q ue el conflicto de la que se trate bien a C asandra, a la que
ciudad de Argos se resuelva en Ate trae com o prisionera. Esta recuerda
22 A kai Historia del Mundo Antiguo
y liberados por Odiseo para dedicarse Egeo desem peñaran un papel im por
al servicio de Baco. Los cíclopes se ta n te , sa lv a d o r, el co n flic to tien e
caracterizan porque ni obedecen a com o protagonista a una m ujer b á r
nadie ni el poder se distribuye entre bara, con lo que se hacía incom pren
el demos: son nóm adas; ni siem bran sible para el ciudadano. Sus actitudes
cereales, sino que se alim entan de le parece que debían de ser poco asim i
che, queso y carne (119, ss.)· A veces, lables para el público ateniense. Sin
la obra se ha puesto en relación con em bargo, en la obra hay problem as
las fechas de las vísperas de la expe reales y actuales, com o los que expo
dición ateniense a Sicilia. ne la propia M edea en el famoso m o
La obra más antigua conservada y nólogo sobre la condición de la m ujer
datada es Alcestis, del año 438, que se (230, ss.). También se encuentran plan
representaba en cuarto lugar, com o si teadas, com o telón de fondo del d ra
se tratara de un d ram a satírico. Ante m a personal de M edea, la cuestión de
la negativa de los padres ancianos de la ciudadanía y el extranjero, y la de
Adm eto a sustituirlo en el destino im los esclavos y sus relaciones persona
puesto por la muerte, se ofrece su es les con el dueño. Parece que E urípi
posa Alcestis, en un rasgo convertido des ve tam bién los peligros del con
en m odélico del am or conyugal. Ju n flicto interno en la ciudad: la nodriza,
to a ello, el egoísmo de A dm eto hace al principio, al referirse a las relacio
de la obra en el prim er ejem plo de nes entre esposos, dice que la salva
cómo Eurípides se plantea las contra ción viene cuando no hay tal conflic
dicciones entre valores tradicionales to. Las ventajas de la sabiduría se
y valores reales en las relaciones h u ponen en duda en varias ocasiones,
m anas. La superioridad m oral queda así com o la utilidad persuasiva de las
aquí encarnada en la m ujer, que la palabras. El problem a m ás insistente
opinión tradicional griega considera m ente tratado es el de la am istad: los
ba inferior. Sólo la presencia de un m alos amigos, la conversión de am i
factor externo, la llegada de Heracles, gos en enemigos, la carencia de am i
resuelve el conflicto. Dicearco consi gos, lo horroroso de que exista discor
deraba que este final feliz era el que dia entre los amigos, la dificultad para
justificaba su calificación com o d ra el pobre de tener amigos, el rechazo
ma satírico. de los amigos, etc. Son los tem as de la
El estreno de Medea se encuentra época, tanto en las relaciones im pe
datado con seguridad en las G randes rialistas de Atenas, com o dentro de la
Dionisias de 431, año del com ienzo ciudad, entre las diferentes capas so
de la guerra del Peloponeso. En m e ciales en que está e stru c tu ra d a la
dio del violento dram a de la muerte población. Eurípides, com o poeta, co
de sus propios hijos por M edes, que m ienza a ver en germ en las contra
hace de ésta una de las obras más dicciones de la sociedad ateniense
«trágicas», se destaca con frecuencia cuando todavía no se han m anifesta
la alabanza de Atenas y el papel que do. Pero tal vez las expresó de un
la ciudad desem peña com o acogedo m odo excesivamente crudo y el p ú
ra de los desgraciados (827, ss.), ciu blico ateniense no fue capaz de inte
dad donde reina la H arm onía (832). grarse en esa preocupación. Al final,
Es la definición del papel im perialis M edea se salva gracias a Atenas, con
ta tal com o es concebido en el discur una intervención mecánica inesperada.
so fúnebre de Pericles: obtenem os Heraclidas puede estar situada entre
amigos haciendo el bien, no recibién 430 y 427. El protagonism o de Atenas
dolo. La obra no obtuvo el prem io y a es m ás patente. El rey D em ofonte se
A ristóteles no le g u stab a el final. encuentra en la situación dram ática
A unque la ciudad de Atenas y el rey de que, si cum ple con su suprem a m i
La civilización griega en la época clásica 27
sión de ayudar a los amigos, existe el de la obtención fraudulenta del apo
peligro del conflicto interno. yo popular, representado por Odiseo;
El personaje protagonista del Hipó pero, tam bién, la obtención de rique
lito, del año 428, joven aristócrata puro zas aprovechándose de la derrota y la
y alejado de la política de la ciudad, cuestión de la venganza justificada.
refleja las preocupaciones del autor Heracles, en la tragedia de su nom
por algo que estaba ocurriendo en la bre, pasa de ser el salvador de los su
vida ateniense. Los jóvenes nobles yos a destruirlos por su propia mano.
pertenecientes a las familias ilustres El rey Lico se apoyaba en los pobres.
se h ab ían alejado de la vida pública y La lucha contra él lleva al protago
sólo h ab lab an en sus pequeños círcu nista a su propia destrucción. En Su
los restringidos a las «heterías», por plicantes es especialm ente conocido el
lo que com enzaban a representar un debate entre Teseo y el heraldo teba-
peligro para la concordia interna. no. El prim ero establece una distin
A unque no está firm em ente esta ción entre ricos y pobres, pero des
blecida la fecha de la Andrómacci, son taca el hecho de que am bos estén
m uchos los autores que, con más o integrados en la ciudad. En cambio,
m enos margen, la sitúan en torno al el heraldo insiste sobre la im posibili
año 427. Volvemos a en c o n trar un dad del cam pesino pobre para la p ar
am biente de tensión entre lo privado ticipación política. Seguram ente es
y lo público. La protagonista no en cierto que el poeta com parte la opi
c u e n tra s o lu c ió n m ás que en los nión puesta en boca de Teseo, pero el
«amigos», que desem peñan un papel dram a se fundam enta en que la reali
im portantísim o y constante en sus es dad es más compleja.
peranzas y desdichas. C uriosam ente, Tal vez de 419 ó 418, aunque hay
existe un contrapunto en la figura de quien la data m ás tardíam ente, es el
M enelao, que alude a la com unidad Jon. En el com plicado dram a repre
de bienes con los amigos, el apoyo en sentado por el tema de la paternidad
amigos y parientes. En am bos casos, del fundador de la estirpe jónica, se
con distintos m atices, se encuentra destaca la im portancia de Atenas y su
reflejada la actitud solidaria de los espíritu im perialista triunfante; pero
grupos que, de algún m odo, im pide tam bién se han señalado ciertos ver
una solidaridad m ás am plia. El coro sos (854-6), en que algunos autores
advierte frente a ello (1041-3): no eres han querido ver, detrás del espíritu de
tú sola ni tus amigos los que han so igualdad de la hum anidad para defi
portado crueles dolores; toda Grecia nir la relación entre esclavos y libres,
soportó una auténtica plaga. Pero el el inicio de una tendencia a hacer de
dram a surge porque, frente a la am is saparecer esta diferencia sobre el fun
tad, está la discordia que enfrenta a dam ento de que, en la Atenas de la
los ciudadanos entre sí. Eurípides p a guerra del Peloponeso, la igualación
rece reflejar los problem as de una de esclavos y libres significaba real
Atenas que, en el escenario dram áti m ente la pérdida de los privilegios
co de la guerra, sufre el conflicto del dem os com o ciudadano. En el
representado por la am istad y la dis conflicto bélico, el ciudadano pobre
cordia, d o n d e la altern ativ a no es trata de conservar su situación privi
sencilla, pues la am istad im plica falta legiada sobre el fundam ento del do
de solidaridad. m inio ateniense y la existencia de la
D esde 425, E urípides tiene com o esclavitud. El dom inio de Atenas en
tema lo que podría denom inarse los estos m om entos había de conservarse
«horrores de la guerra». En Hécuba con la guerra. La postura pacifista te
está presente la prepotencia del ven nía, pues, otra cara, que consistía en
cedor, donde se interfiere el problem a el debilitam iento de tales fundam en-
28 Akal Historia del M undo Antiguo
II. La Prosa
III. Arte
tem plos y de la Acrópolis. En este cisos, para las que tiene que aplicar
proyecto desem peña un papel muy proporciones artificiales, a las que ve
im portante la persona de Fidias, figu rosím ilm ente se refiere Platón cuan
ra m uy relacionada con Pericles, con do com enta el carácter fantástico de
d enado, com o A n ax ágoras, p o r su las obras de grandes proporciones, en
proxim idad a él. Su obra se encuentra el Sofista, y com para la phantasia de
relacionada con el político tam bién los escultores con la de los sofistas.
desde el punto de vista ideológico: es En el Partenón se ha llevado a cabo
el sím bolo de la superioridad de G re una ruptura de la regularización m a
cia sobre los bárbaros, pero tam bién tem ática, que introducía m odificacio
de la superioridad de Atenas sobre el nes adecuadas a la percepción, consi
resto de Grecia, por m edio de la iden derando com o paradigm a al hom bre,
tificación de la ciudad con la diosa y no el m odelo exterior. Tam bién en
Atenea, cuya estatua se realiza gra la escultura se introduce la phantasia,
cias a la aportación financiera de todo que era propia de Fidias, Praxiteles y
el imperio. En la Acrópolis, destacan Lisipo, que representaba a los hom
los Propileos y el Partenón, tem plo de bres «como parecían». En alguna oca
la diosa. En los frontones se represen sión se llegó a com parar la innova
ta el nacim iento de Atenea y la dispu ción de Fidias con la capacidad de
ta entre ésta y Posidón por el patro engaño m ediante la retórica por parte
nazgo de la ciudad. de Gorgias.
En las m etopas se representan di Platón, que elogiaba por el contra
versas luchas: dioses y gigantes, lapi- rio la inm ovilidad del arte egipcio,
tas y centauros, griegos y troyanos, aconsejaba a los artistas la búsqueda
griegos y am azonas. En el friso se en de un paradigm a exterior. Para él, la
cuentra la procesión p anatcnaica que sim etría se opone a la fantasía. La si
o frece 'el peplo a la p a tro n a de la metría puede identificarse con el ca
ciudad, con la representación de dio non de Policleto, que busca un orden
ses y mortales. más allá de la experiencia. El kairós,
El tem plo de Atenea Nike, aunque la oportunidad, es la consecuencia de
proyectado en 449, no se construyó la aplicación directa de la sim etría, y
hasta 420, y suele relacionarse el pro en P índaro se opone a apate, o el en
yecto con la paz «vencedora» de 449. gaño por la persuasión. Se trata de la
es decir, con la paz de Calías. El Erec- aplicación de un pensam iento de rai
teo, com o el anterior de estilo jónico, gam bre pitagórica. C om o P índaro.
iniciado en 421 en relación posible tam bién Policleto se dedica p rin ci
mente con la paz de Nicias, no se aca palm ente a tem as altéticos.
bó hasta 405. Entre sus formas irregu En la pintura, puede hacerse asi
lares destaca el pórtico sur, con las m ism o una diferenciación que sitúa
C ariátides. en un lado a los preferidos por P la
En el Agora destaca el templo de tón, Polignoto y Parrasio, que son ca
Hefesto (llam ado Teseo). A Ictino, ar paces de reflejar el étos, m ientras que
quitecto del Partenón, se le atribuía en el otro estaría Apolodoro, el crea
tam bién el tem plo de Apolo en Basas. dor de la skiagraphía, literalm ente, la
E n la escultura exenta, M irón se pintura de som bras, cuyo contenido
considera el prim ero en alcanzar la real no está bien determ inado, pero
form a clásica en un equilibrio, indi que a P latón parecía engañosa. Se
cativo de la com posición a través de gún Plinio, Apolodoro y Fidias fue
ritmos rigurosos que acentúan la po ron innovadores en un sentido pare
sibilidad de movimiento. cido. Zeuxis siguió el cam ino abierto
Fidias es considerado el creador de por Apolodoro, y lo llevó a su m ayor
estatuas colosales con m ateriales pre gloria.
La civilización griega en la época clásica 43
Conclusión
en lo que se quería que fuera el pre estático. Si una forma de pensam ien
sente: estático, armónico, bello; y se to está unida a la ciudad de Atenas en
ha dejado de lado la realidad de que su m om ento de esplendor es la repre
esa belleza lo era por la riqueza con sentada por el movimiento sofístico,
tradictoria que expresaba, de que la norm alm ente denostado o sim ple
arm onía era una coyuntura existente m ente olvidado por los creyentes en
porque, en ciertas condiciones, era el clasicismo estático, y por quienes
posible que confluyera en algunos consideran que lo griego no es com
objetivos com unes lo que habitual patible con unas formas de pensa
mente eran intereses contrapuestos, y m iento tan excesivam ente « hum a
de que su estatismo es puro espejismo nas» y apegadas a la realidad. Con
procedente de los deseos de los que lo todo esto está relacionado el concep
convirtieron en modelo «clásico». Si to de hum anism o. Si éste es válido, lo
la época clásica es valiosa, se debe a será en tanto en cuanto acepta lo h u
que refleja una realidad móvil, ines m ano en su co ntradictoriedad, no
table y de una belleza hum ana, con cuando intenta crear modelos estáti
todo lo que ello tiene de dram ático y cos y puros en el pasado, que sirvan
conflictivo. Píndaro vive la realidad de pauta a actuaciones y actitudes
atorm entada de una clase que necesi presentes, dispuestas a aceptar sin
ta el pasado para autoafirm arse ideo crítica una im agen de determ inadas
lógicam ente; la tragedia refleja el épocas anquilosada por la ideología.
conflicto insoluble; la comedia está El hum anism o m oderno puede adm i
vinculada a una ciudad en guerra y rar la época griega clásica, pero preci
en disensión intern a constante. El sam ente en todo aquello que tiene
pensam iento de la época clásica re de hum ano.
presenta la tensión entre la acepta
ción de la variedad real o el rechazo
esquemático que se refugia en un ser Cabeza del Doríforo de Policleto
La civilización griega en la época clásica 45
Apéndice
E podo
Epod.
Todos los seres, em pero, que no ama
Zeus, se aterran cuando la voz A los hombres que suben a un barco es
oyen de las Piérides, tanto en la tierra un gozo prim ero
com o que, al com enzar la ruta, les llegue
en el mar invencible, acom pañando
15 incluso aquél que en el horrible Tártaro un viento favorable, pues es probable
yace, 35 que tam bién se tenga al final un regreso
el enem igo de los dioses, mejor. Razonamiento tal
Tifón, el de cien cabezas, a quien antaño sobre estos prósperos sucesos trae la
crió la gruta famosa de Cilicia. Mas ahora esperanza
por cierto de que en futuro tiem po será por las
los escollos cercados del mar ante coronas hípicas ciudad famosa
Cumas y renom brada en sus banquetes de
y Sicilia le oprim en bellas canciones.
el pecho velludo, y la colum na celeste le ¡Licio y de Délos señor,
aprisiona, Febo, que amas del Parnaso la fuente
20 el nevado Etna, todo el año nodriza de Castalia,
punzante hielo. 40 quieras poner en tu mente estos votos y
hacer rica
esa tierra de buenos varones!
Esîr. 1»
Eslr. 000
De sus cavernas son vom itados de fuego
inabordable Pues de los dioses vienen todos los
manantiales purísimos; y sus ríos de día medios a las humanas
50 Aka! Historia del M undo Antiguo
excelencias, por ellos nacen los hombres 60 ¡Vamos, encontrem os después un himno
sabios y de brazos grato al rey de Etna!
vigorosos y hábiles de lengua. Y al
desear yo enaltecer
a ese hom bre fam oso, confío Estr. IV
no de modo cualquiera lanzar fuera de
pista Para él, en la libertad establecida por los
la jabalina de mejillas de bronce, tras dioses, esa ciudad
blandiría en mi mano, fundó Hierón según las leyes de la
45 sino con mi largo tiro superar a los plom ada de Hilo:
rivales. quieren los descendientes de Pánfilo
Pues ojalá el tiem po todo venidero así la y, en suma, de los Heraclidas
dicha que habitan bajo las cum bres del
y la dádiva de riquezas le encam ine Taigeto,
rectas, y le otorgue el olvido a sus persistir para siempre en las normas de
fatigas. Egimio,
65 com o Dorios. Y ocuparon A m id a s
dichosos
Ant. desde el Pindatacando, y de los hijos de
Tíndaro
Ciertamente podría el tiem po recordar en — jinetes de blancos corceles— son muy
qué batallas, en guerras, famosos
se mantuvo él con calma resitente, vecinos, y floreció la gloria de sus lanzas.
cuando encontraron
por manos de los dioses (Hierón y los
suyos), un honor Ant.
cual ninguno de los helenos cosecha,
50 de su riqueza corona arrogante. Ahora, ¡Zeus cum plidor, que siempre junto al
por cierto, agua del Amenas
de Filoctetes la guisa siguiendo, la tal debida suerte conceda a
en cam paña se puso. Y en la necesidad ciudadanos y a sus reyes
alguno, el relato veraz de los hombres!
aun siendo un egregio varón, le halagó ¡Que con tu favor ese valiente caudillo
com o amigo. pueda en verdad,
Cuentan que a traerle de Lemnos, por su 70 dando mandato a su hijo, conducir al
llaga pueblo con honor
torturado, acudieron a la arm ónica Paz!
¡Otorga, te suplico, Crónida, que en
pacífico
Epod.
hogar se contenga el fenicio y de los
tirsenos
unos héroes sem idivinos al hijo de
el grito de guerra, ya que ha visto
Peante, el arquero,
el orgullo gim iendo en sus naves delante
que destruyó la ciudad de Príamo, y
de Cumas!
acabó
los sufrimientos a los Dáñaos,
55 aunque con cuerpo enferm o cam inaba,
pero así era el destino. Epod.
Talmente haya para Hierón un dios
enderezador Cuáles dolores sufrieron dom inados por
durante todo el tiem po venidero, y la el Señor de Siracusa,
excata medida que de las naves de rum bos veloces al
le dé de cuanto él desea. mar
Musa, tam bién ahora sígueme para les arrojó su juventud.
cantar ante Dinómenes 75 a Hélades librando de esclavitud
la victoria, recom pensa de’ esa cuadriga; gravosa. Ganar quiero
que no es ajeno gozo el triunfo que el en recompensa, junto a Salamina, el
padre reporta. favor
La civilización griega en la época clásica 51
de los Atenienses, y en Esparta recuerdo por m edio de cronistas y cantores. No se
las luchas al pie del Citerón, extingue de Creso
en las que fueron batidos los Medos, la grandeza amante de prudencia.
los de curvos arcos, 95 Pero al que en un toro de bronce (a los
y cabe la rivera de buen agua hombres) torraba,
del Hímera acabar deseo mi himno a los al de mente cruel, a Fálaris, odiosa fama
hijos de Dinómenes, doquiera le apresa,
80 que por su valor lo merecieron, vencidos ni las liras, que bajo los techos resuenan,
ya los enemigos. lo acogen
com o am able com pañía con los cantos
de los jóvenes.
Estr. V Sentir el éxito es el prim ero de los
premios;
Si a sazón anuncias lo preciso, los escuchar alabanzas es la segunda parte.
términos de muchas cosas Y el hom bre que lo uno
con brevedad tensando, menor será el 100 y lo otro encuentra y consigue, la má alta
reproche corona ha recibido.
de la gente. Porque el exceso
interminable em bota
las raudas esperanzas, IV. PINDARO, Pítica, VIII
y de los ciudadnos apesadum bra el
Estrofa
ánim o en secreto
lo que se oye en demasía sobre dichas El más bello preludio para la estirpe
ajenas. potente
85 Pero, con todo — pues mejor que la de los Alcm eónidas es Atenas, la gran
com pasión es la envidia— ,
ciudad,
no abandones las bellas empresas. Rige 3 /4 cuando hay que echar cimientos de
con justo canciones
timón a tu pueblo, y en no engañoso en honor de los caballos.
yunque forja tu lengua. 5/6 Pues ¿qué patria, qué casa habitando
podrás tú nom brar
que en Hélade sea oída
Ant. com o más gloriosa?
trae así al hom bre lo uno igual que lo 25 la gloria desde el principio. Pues en
otro. m uchos certámenes
portadores de victorias, y en rápidas
contiendas,
V. PINDARO, Pítica, VIII es ella cantada, la que los más sublim es
Estrofa héroes criara.
Bibliografía