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HISTORIA
^M V N D O
Αν έ ο ό
U KLCIA
/ ^ n r r i A
Director de la obra:
Julio Mangas Manjarrés
(Catedrático de Historia Antigua
de la Universidad Complutense
de Madrid)
Diseño y maqueta:
Pedro Arjona
m
Indice
I. La cultura m in o ic a ........................................................................................... 9
1. In tro d u c c ió n ....................................................................................................... 9
2. Período palacial primitivo (2000-1700 a. J. C.) ....................................... 11
3. Período palacial tardío (1700-1400 a. J. C . ) .............................................. 16
B ibliografía................................................................................................................. 69
El mundo del Egeo en el segundo milenio 7
Introducción
Siempre es muy difícil com enzar a es res, basándose en el hecho de que es
cribir la historia, ya que todo límite, posible que dos sociedades sean prác
todo corte cronológico posee un ca ticamente idénticas —como puede ser
rácter m eram ente convencional. Y si el caso de las de la Edad del Bronce
esto es cierto aplicado al estudio de Tardío y la cultura micénica, aunque
cualquier pueblo y de cualquier épo en la prim era de ellas esté ausente la
ca, la dificultad se acrecienta enorm e escritura. Lo que habría que buscar,
mente cuando de lo que tenem os que pues, no serían los textos que nos
hablar es de los orígenes, de los pri transm itan los acontecim ientos histó
meros principios, del punto de parti ricos, ya que, curiosam ente, las ta
da a partir del cual se puede com en blillas micénicas no recogen direc
zar a hablar de una historia tan llena tam ente ningún acontecim iento histó
de connotaciones de todo tipo como rico trascendental, por ejem plo, sino
lo es la Historia de Grecia. ¿D ónde otros criterios basados en los diferen
comienza, en efecto, la historia del tes grados de la evolución de las so
pueblo griego? En este caso, como en ciedades.
otros similares, se han utilizado dife Y así es como se desarrolló el se
rentes criterios para establecer un lí gundo de los criterios de delimitación
mite a partir del cual comenzaría a entre la Prehistoria y la Historia: el
tener sentido el hablar de la Historia criterio arqueológico. D e acuerdo con
de Grecia. él, la evolución de la hum anidad ten
El prim ero de estos criterios, de dría lugar a través de diferentes eta
una supuesta validez general, es el pas de progreso tecnológico, que ven
que afirma que el tránsito de la drían marcadas por el tránsito de una
Prehistoria a la Historia tiene lugar economía recolectora y depredadora,
cuando se produce la aparición de los la de las sociedades de cazadores, a
prim eros docum entos escritos, en otra economía productora, la de las
cuyo caso la Historia griega tendría sociedades agrícolas y ganaderas del
sus comienzos a finales de la Edad del Neolítico, pasando luego al desarrollo
Bronce y más o menos a mediados de las sociedades urbanas, que seña
del segundo milenio, cuando en los larían el comienzo de la Historia, pa
palacios micénicos comienza a desa ra culminar por fin en la revolución
rrollarse el tipo de escritura conocido industrial. D e acuerdo con este crite
como Lineal B. Este criterio ha sido rio, el comienzo de la Historia en el
puesto en duda por numerosos auto Egeo tendría lugar con el desarrollo
8 Aka! Historia del Mundo Antiguo
del urbanismo y de las culturas pala criterio se fundiría con el prim ero.
ciales de Creta y el continente griego. Pero es que, adem ás, las teorías de
Por último aún cabe un tercer este tipo incurren en un defecto lógico
criterio delimitador: el lingüístico y que podríamos denom inar como fina-
étnico, según el cual la H istoria de lismo, puesto que sostienen que el
Grecia comenzaría con la llegada a la pueblo griego no es, como todos los
H élade de un pueblo, el griego, reco demás pueblos, el resultado de un lar
nocible por su idioma, sus costumbres go proceso histórico, sino que ya des
y sus características físicas y espiritua de un principio nace, como A tenea, de
les. De acuerdo con este criterio la la cabeza de Zeus, perfectam ente de
Historia comenzaría en Grecia en un sarrollado, anunciando desde sus orí
fecha que, como verem os, puede os genes su futuro destino.
cilar desde el Neolítico al Heládico Sea cual sea el criterio que tom e
—o Edad del Bronce— Tardíos, perío mos podrem os com probar que en
dos en los que los diferentes autores cualquier caso la Historia griega halla
tienden a situar la posible llegada de sus comienzos en la Edad del Bronce,
los invasores helénicos. Este criterio en el segundo milenio antes de nues
ha sido igualmente fuertem ente criti tra Era, tanto en el propio continen
cado, ya que, por una parte, es muy te griego como en la isla de Creta.
difícil delimitar lo que puede ser Com enzarem os precisam ente hacien
«griego» desde el punto de vista físico do referencia a esa isla, ya que en
— a menos que se utilice un criterio ella, como en el resto del Egeo, se
racista— , o desde un punto de vista produce antes que en la Grecia conti
espiritual, y por otro lado porque, si nental el fenómeno de la revolución
recurrimos a un criterio lingüístico, la urbana y el florecim iento de la cultu
única forma indudable de dem ostrar ra palacial, siguiendo unas pautas que
que un pueblo concreto hablase grie podrem os considerar como arquetípi-
go en determ inada etapa de su histo cas de todo el mundo egeo, para pa
ria es que haya unos docum entos que sar posteriorm ente a estudiar las pri
recojan su lengua, con lo cual este meras etapas de la Historia griega.
Disco de terracota,
procedente de Festos
(en torno al 1600 a.C.)
Museo Nacional de Atenas
El mundo del Egeo en el segundo milenio 9
I. La cultura minoica
• Afrata. Guverneto.
Hagia Marina. · Lera.
Galatas. *Cania.
«Calami.
Debía. ►
Estilos. Hagia Pelagia.
©
Plativola.
• Pigi. Amnisos
Esclavocampos. •Pirgo-
Gazi. >*lsopata.*®urri
Cnossos
• Trimbocampos. •Arcanes.
Atsipades. Elenes
© Çan^arés. •Prinias. •Vatipetro.
Sacturia Apodulu. • Damania.
®Voios.
Hagia Tríada. Festo. .G ortina.
Cam ilari.· *Platanos.
© *Porti.
Cornos.
®
Lebena.
íM a lia . _
•F u rn e .
2. Período palacial primitivo
»C arf¡.
• T ra p e za . P a leca stro . (2000-1700 a. J.C .)
M odos. • C a m a iz i.
^M irsine.
V ro c a s tro T rao s talo s. La principal fuente de que dispone
• G u r n ia . mos, tanto para el estudio de este pe
# A n o V ían o s . • V a s ilik i. Z ac ro s. ríodo como para el de los períodos
« C o n d ro s .
•H a g ia Fotia. posteriores, la constituye la arqueolo
• M irto s.
gía. Por ello será necesario comenzar
examinando las evidencias que ésta
nos proporciona, para pasar poste
riorm ente a la deducción de las posi
bles conclusiones históricas que el
análisis de estos materiales nos pueda
permitir formular.
Decíamos anteriorm ente que es
te período se inicia con la construc
La Creta Minoica ción de los palacios. U n palacio cre
tense se compone de una serie de in
sulae agrupadas en torno a un patio,
pero independientes entre sí y po
seyendo cada una de ellas una finali
dad propia. Así, por ejem plo, en el
Reconstrucción de la
palacio de Cnossos (ver plano) tene
fortaleza de Dímini mos que su ala E está constituida por
(Según Hawkes) el sector doméstico y en el palacio de
12 AkaI Historia del Mundo Antiguo
Samos.
Alaleh.
©
• Ú g arit. .M a r i.
• B iblos. ’• •B a b ilo n ia .
C irenaica.
M en fis.
Teb as.
Relaciones y rutas fu e a c u ñ a d a p r in c ip a lm e n te p o r
comerciales entre Creta y el A. Evans y otros arqueólogos británicos
Egeo en el Minoico Medio
(Según F. Schachermeyr)
que reunieron una serie de datos y los
agruparon trasladando inconsciente
cualquier caso estas conclusiones se m ente sobre ellos el modelo económ i
guirían siendo igualmente válidas, se co del imperio colonial inglés, de ca
produce una pausa en el desarrollo de rácter comercial y supuestam ente pa
la glíptica, lo que indica la readapta cífico, al igual que el minoico. La teo
ción de este grupo al nuevo poder ría posee, sin em bargo, un origen mu
central. cho más antiguo, ya que se halla ex
El mundo del Egeo en el segundo milenio 15
puesta por el propio Tucídides, quien, ser sustituidos paulatinam ente por los
a su vez, partiendo igualmente del micénicos.
imperio comercial ateniense, concibe Estos últimos intercam bios co
el desarrollo de la primitiva historia merciales se llevaron a cabo a través
griega como una sucesión de talaso- de dos rutas: la llamada directa, de
cracias. Sin embargo, en la actuali C reta a Egipto, únicam ente practica
dad, y tras la publicación de un im ble —debido al régimen de los vien
p o rtan te artículo de C. G. Starr tos existente en esta parte del M edite
(1953) y el análisis de los nuevos da rráneo— en este sentido, y la ruta del
tos arqueológicos se ha llegado a la E ste: C reta-R o d a s-C h ip re-E g ip to ,
conclusión de que esta hipótesis care practicable en ambos sentidos.
ce de sentido.
E n efecto, lo que sabemos del
comercio minoico de un modo indis
cutible en este prim er período es lo
siguiente. En prim er lugar tenem os
registrada la existencia de un com er
cio con las Cicladas, m ediante la pre
sencia de cerámicas minoicas de ex
portación. Sin em bargo, es posible
observar que este intercam bio no tu
vo que ir acompañado de la existencia
de una hegemonía política. Tam bién
se m antiene un comercio con el M edi
terráneo Oriental, atestiguado tanto
por la presencia de la cerámica como
por los posteriores asentam ientos y
por los propios documentos escritos
orientales. Pero se trata únicam ente
de un comercio de tipo diplom áti
co, de un intercam bio de presentes
entre diversos príncipes, al igual que
ocurre en el caso de las relaciones con
Egipto.
Las relaciones entre Egipto y el
mundo egeo prehelénico comienzan
en torno al 2400 a. J. C. y son muy
débiles hasta el año 1800, aproxim a
dam ente. Se hallan atestiguadas en
los textos egipcios, en los que los cre
tenses son llamados Keftiou, y m e
diante la presencia de hallazgos ar
queológicos, así como por la existen Sellos minoicos con
cia de evidentes influencias artísticas. representaciones religiosas
Museo Nacional de Atenas
Estas relaciones se m antendrán
entre el 1800 y el 1580, ya en el perío
do posterior de desarrollo de los pala Egipto im portó de C reta plata,
cios, a pesar de la presencia de los oro, lapislázuli, piedras preciosas y
Hyksos en Egipto, intensificándose a obsidiana, así como un remedio medi
partir del 1500 para alcanzar sus m á cinal, que no podem os identificar, pe
xima intensidad en torno al 1400, ro las exportaciones que debió llevar
cuando los minoicos com enzarán a a cabo en contrapartida nos resultan
16 Akal Historia del Mundo Antiguo
ta naturaleza en el desarrollo de la
arm ería ofensiva y defensiva, con la
m ejora del arm am ento y la introduc
ción del carro de guerra. Hechos és
tos que poseerán un gran interés his
tórico, ya que indican la existencia de
un increm ento de la inseguridad ge
neral y un deterioro de las condicio
nes sociales.
El desarrollo de esta inseguridad
está en estrecha correlación con la
existencia de una serie de cambios
políticos que van a tener lugar en la
esfera internacional, y en relación con
Sellos minoicos con
representaciones religiosas
los cuales debemos poner al fenóm e
Museo Nacional de Atenas no de la expansión micénica por el
M editerráneo, de la que luego habla
dactasen en papiros, y por ello se han remos. Los micénicos comenzaron a
perdido, y dado que el Lineal A con desplazar a los minoicos en los inter
tinúa todavía sin descifrar,. De todos cambios comerciales de toda esta área
modos puede suponerse, sin riesgo de y llevaron a cabo un proceso de ex
error, que el palacio recibía cereales, pansión que culminará con la propia
aceite y especias como tributo y que, ocupación del palacio de Cnossos. Es
a su vez, los redistribuía entre sus ar ta ocupación no parece haber sido
tesanos, funcionarios y esclavos, tan violenta, sino que más bien da la im
to como m aterias primas — aceite y presión de que los micénicos, aprove
especies vegetales para la fabricación chando la confusión producida por el
de perfumes— como en concepto de terrem oto del año 1500 a. J. C., cau
salario. sado por la explosión del volcán de la
Los palacios poseían sus propios isla de Thera (Santorini), y que po
talleres de tejidos, cerámica y trabajo seyó una enorm e virulencia, pudieron
de la piedra. A ctuaban como centros haber ocupado el palacio. De ser ello
económicos de una región agrícola y así, su destrucción posterior, que ten
como canalizadores del comercio, lo dría lugar en el año 1380, tendría que
que puede explicar la gran cantidad haber sido provocada por una revuel
de almacenes que poseen los mismos ta, pero en ambos casos estamos m e
en estos momentos. ram ente ante hipótesis. Pero, sea ello
A nivel comercial se m antienen, como fuere, lo que sí está claro es
como habíamos indicado para el pe que los palacios cretenses dejarán de
ríodo anterior, las relaciones con existir a partir de esa última fecha,
Egipto, mientras va disminuyendo la llevándose consigo el recuerdo de la
intensidad de las relaciones con el cultura que los vio nacer y dejando,
mundo M editerráneo O riental, y con además de las aportaciones artísticas
cretam ente con Siria y C hipre, a la y de un sistema de escritura, quizá un
vez que se increm enta la densidad de vago recuerdo de su existencia re
los contactos con las costas anatolias. flejado en algunos mitos griegos agru
En el terreno religioso, como es pados en el ciclo del rey Minos.
de suponer, dado el carácter estable de De ahora en adelante el papel
este tipo de fenómenos,' no se intro preponderante corresponderá en el
ducen cam bios fu n dam entales con mundo egeo a los griegos continenta
respecto al período anterior. Por el les; pasemos pues a estudiar el origen
contrario, se observan cambios de es- de su cultura.
El mundo del Egeo en el segundo milenio 19
II. Grecia en la
Edad del Bronce
TRACIA
• C a v a la
• V a r d a r o f ts a
MACEDONIA
CALCIDICA
• C r it s a n a
Lemnos
EPIRO
•R a c m a n i
•D o d o n a A rg isa
© L a ris a
TESALIA Dlmii*i¡
T sa n i M a g u ía • •V o lo
• T e b a s F tió tida
• Z e r e li a
ACARNANIA
• L ia n o c la d i
L eu cas
• N id r i FOCIDA
H a g ia M a rin a EUBEA
• ^ B E O C IA
•A s ta c o C ir r a · O rc o r • M a n ic a
P e licata T eb as
® « D ra m e s i
Itac a E u tresis
•D im e ATICA
ACAYA
ELIDA C o rin to A ten a s
• E lis Φ © G o n ia • A s c ita r io
•N e m e a C a c H a la s a
O lim p ia
»Fía © M ic e n a s
ARCADIA • T ir in to
•L e rn a
® H e re a
ARGOLIDA
•A s e a
© M alti
M ESENIA
LA CO NIA
•M e to n e • H a g io s Estófano s Filacopi
^ •D e m e n a g a c i
M elo s
El mundo del Egeo en el segundo milenio 21
sión del trabajo, y tam bién perm itirá metal. No será, por el contrario, éste
la m ejora de una serie de técnicas, el caso de otras técnicas, como la ar
sobre todo en el campo de la guerra y quitectura o la construcción naval, en
la fabricación de objetos de lujo, ya las que la introducción de las herra
que, al menos en un principio, la agri mientas de bronce supondrá un bene
cultura no se verá m ejorada en abso ficio directo gracias a la m ejora de las
luto por la difusión de las técnicas del técnicas de carpintería.
Junto al cobre se introducirán a
la vez el plomo en Grecia y el Egeo,
muy útil para la elaboración de rem a
ches, porque posee un punto de fu
sión muy bajo (327° C), y la plata.
La metalurgia llegará al Egeo
desde fuera, pero muy pronto comen
zaría a desarrollarse siguiendo un ca
mino propio y con sus propios tipos
metálicos. D urante el Heládico Primi
tivo el cobre, mezclado o aleado con
ciertas cantidades de otros metales,
pero no con estaño, se utilizaría pa
ra la fabricación de diferentes tipos
de armas y de vasos metálicos. Pero
tam bién se elaboraron con él anzue
los y otra serie de herram ientas que
•Troya beneficiarían a producciones como la
TROADE de los tejidos y el curtido.
Los trabajadores del metal fue
ron desde un principio sedentarios.
En un principio los vemos formando
•Termi asentam ientos independientes, pero
en una fase posterior pasarán a estar
plenam ente integrados en los palacios
micénicos. La m etalurgia entrará ade
más en com petencia con otras artesa
# E s m ir n a
nías tradicionales, como las industrias
del trabajo de la piedra o el hueso, e
incluso con la cerámica, lo que de
m uestra su impacto económico, pero
Sam os.
es que, además en este terreno, su
•H e re o
trascendencia será enorm e debido a
que posibilitará la acumulación y el
•Y a s o transporte de riquezas, favoreciendo
consecuentem ente el desarrollo del
bandidaje y la piratería en el Egeo.
Pero tam bién a nivel agrícola se
introducirá en Grecia un cambio im
portante a comienzos de la Edad del
B ronce, gracias a la introducción
del cultivo de los árboles frutales, entre
los que habría que destacar la vid y
el olivo, dos de los tres pilares de la
agricultura micénica y griega poste
22 Akal Historia del Mundo Antiguo
Zakyn th os
La Grecia Micénica
(Según R. Hope Simpson)
■ Ciudades o palacios
□ Otros lugares fortificados
Θ Otros yacimientos o tumbas importantes
• Yacimientos de menor importancia o no excavados
O Otras tumbas
30 Akai Historia del Mundo Antiguo
(T. B. L. Webster, 1962), pero todo ello cia un in crem en to dem ográfico,
se explica por la existencia de una acompañado de una expansión econó
koiné cultural en todo el M editerrá mica de base agrícola más que co
neo Oriental. Es decir, que los pue mercial. Ese proceso trae consigo el
blos del Heládico Tardío, y más tarde desarrollo de una mayor diferencia
los micénicos, poseían una cultura ción social y la concentración de la
muy similar, en sus artes, literatura, riqueza y el poder en manos de un
religión y pensamiento, e incluso a ni grupo que se aglutina en torno a los
vel de sus instituciones económicas y palacios, dando lugar de este modo a
sociales, a la de los pueblos del Próxi la aparición de nuevos sistemas admi
mo Oriente. La cultura griega no se nistrativos y al surgimiento de nuevos
ría pues, ni el producto de un «mila grupos sociales, como los escribas,
gro», ni una aportación de algunos funcionarios, sacerdotes, etc. Esa éli
grupos de invasores provinientes del te impulsa el desarrollo de las relacio
Centro-Europa, sino el fruto de un nes internacionales y los contactos, ya
largo proceso de desarrollo, en el preexistentes, con las culturas del en
que los elementos autóctonos se fun torno político circundante, favore
dieron con las ap ortaciones fruto ciendo así la asimilación de elementos
de los contactos con las culturas cir culturales de todo tipo. Y como resul
cundantes. tado de todo ese proceso y gracias a
No hay pues hipótesis global al la fusión de esos nuevos elementos
guna que nos explique el nacimiento con los preexistentes tiene origen la
de la sociedad micénica. Y ello es así cultura micénica.
porque para comprenderlo no debe-., Pero esa cultura no permanecerá
mos imaginarnos ningún misterio que confinada en el continente griego, si
haya de ser desvelado a través de nin no que se expandirá por el M editerrá
guna clave secreta. Lo que nos dicen neo; veamos pues cómo se produjo su
los hechos es que se produce en G re expansión.
El mundo del Egeo en el segundo milenio 33
4. La expansión micénica
Desde Sicilia y el Sur de Italia hasta
A natolia y desde el Bosforo a Egipto,
todo el M editerráneo es testigo de la
difusión de los productos micénicos
—fundam entalm ente la cerámica, y
sobre todo, el tipo de vasija conocido
con el nom bre de «jarra de estribo»—
que pueden ir o no acompañados de
asentam ientos de población. ¿Cuáles
pueden haber sido los motivos de esa
súbita expansión? ¿Se trató de la m a
siva difusión de algún producto conte
nido en esos tipos de jarras? Diversas
hipótesis se han ido formulando en Tumbas Reales de Mlcenas
ese sentido, pero la mayor parte de Círculo A
ellas tienden a buscar una explicación
a través del comercio.
Este es el caso de Stubbings palacial se orientase básicamente al
(1975) y C. G. Thomas (1970). El se comercio de exportación, y como
gundo de estos autores afirma que el tampoco los restos arqueológicos con
mundo micénico careció de unidad firman ese comercio masivo, pode
política, lo que es cierto; es decir, que mos concluir afirmando que la hipóte
Grecia sólo fue en estos momentos un sis de la expansión comercial carece
conglomerado de pequeños reinos, de validez. Los autores que la formu
que llegarían a enfrentarse bélica laron tendieron a agrupar una serie
m ente, como en los casos de Tebas y de datos de acuerdo con el modelo
Pilos — ese enfrentam iento estaría ex histórico de las guerras contem porá
presado en algunos mitos griegos, co neas ocasionadas por rivalidades co
mo el de las expediciones de los Siete merciales. Pero, como ya hemos indi
contra Tebas— , a causa de su rivali cado en otro lugar (1979), esos m ode
dad comercial. Sin em bargo, pode los resultan totalm ente inaplicables al
mos afirmar que esta teoría presenta mundo antiguo.
innum erables problemas (ver J. C. Si la expansión micénica no estu
Berm ejo, 1979), pues para que fuese vo impulsada por mecanismos comer
cierta se requeriría: 1) que existiese ciales, cabrá suponer que sus causas
un mercado y una economía de m er pudieron haber estado relacionadas
cado, en la que establecer la com pe con la existencia de una posible pre
tencia comercial, en la Grecia micéni sión demográfica, ocasionada por el
ca, y 2) que la economía de los dife increm ento de la población. Los mi
rentes reinos se basase en la exporta cénicos no habrían llegado pues a di
ción, ya fuese de productos agrícolas ferentes puntos del M editerráneo co
(aceite y vino) o artesanales. mo pacíficos comerciantes — aunque
Conociendo, sin em bargo, las en muchos casos se llevasen a cabo
condiciones geográficas de Grecia y intercambios— , sino probablem ente
las características generales del co como guerreros, asentándose por la
mercio antiguo, lo más lógico será su fuerza en aquellas regiones en las que
poner que, de existir algún producto no existía un poder político fuerte, o
agrícola exportable, éste sería el acei bien en la tierra de nadie que consti
te o el vino. Pero como las tablillas tuía toda la costa del M editerráneo
no nos dem uestran que la economía oriental en el segundo milenio.
34 Akal Historia del Mundo Antiguo
B ry y o i c.1 200
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Scodra
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Mazaraki · ; • Agrilla
Kaslrilsa
• Dodona
MI Pelion
lolcus
c .1 230 to Rhodes
and Dodecanese
C e p h allenia
Z a cyn th o s
factores habría que sum ar la existen giones con otras y conflictos entre los
cia de innegables tensiones internas. elem entos fundam entales de la es
El crecimiento y la presión dem ográ tructura social micénica: nobleza, pa
fica parecen haber sido muy fuertes y lacio y damos. La acción conjunta de
la economía de los palacios, por una todos estos elem entos pudo, como se
parte, se había vuelto bastante opresi ñala P. B etancourt (1976), dar origen
va con respecto a la población, y por al colapso económico y administrativo
otro lado se había especializado de de los palacios y a que la nobleza ru
masiado y carecía de capacidad de ral asumiese el papel dirigente en la
reacción ante situaciones nuevas, co sociedad, tal y corno ocurrirá poste
mo las producidas por una serie conti riorm ente en el período conocido con
nua de malas cosechas o la agresión el nom bre de Edad Oscura.
de elementos externos. La desaparición de los palacios
Pudieron, pues, haberse aunado arrastró consigo a la escritura y puso
en un período de tiem po más o m e en funcionam iento las nuevas formas
nos amplio factores de diferentes ti de organización social que serán ca
pos: malas cosechas, agresión exterior racterísticas del período geométrico,
y tensiones internas, que habrían ori a nivel arqueológico y que aparecerán
ginado enfrentam ientos de unas re reflejadas en los poem as homéricos.
Sarcófago pintado
de Hagia
Tríada
El mundo del Egeo en el segundo milenio 39
•E s c in o .
►M értica
• V a s ilic o . C o ra c u .
• g • C a la m a c i.
K
M u ra lla m ic é n ic a .
,N e m e a .
© Ziguries. • C a t a c a ll.
y fa s d é M ic e n a s .
^ M ic e n a s .
‘• H e r e o .
M id e a . ►D im e n a .
« A rg o s .
P a le a ED id avros.
( * ) T ¡ r in t o .
•N a u p lio n . ^ P u e n te • E p id a u r o ,
d e M ic e n a s .
•L e rn a . Poros.
T e m p lo d e P o seid ón.
• Elio castro.
• C e la d ía .
►Termisi.
^H erm ione.
>Furcania.
H id ra .
E s petsas.
La Argólida
El mundo del Egeo en el segundo milenio 41
la cabra, el cordero, el cerdo y el ca vidad económica, pero para que pue
ballo constituía otra rama de la eco da llevarse a cabo es necesaria la in
nomía palacial. El palacio no sólo se tervención de los grupos humanos
encargaba de controlar el consumo de que al participar en la producción ge
todos estos tipos de animales, sino neran unas relaciones de producción
tam bién de vigilar su crianza, ya que deteim inadas. Para poder analizar
en los textos micénicos aparecen una esas relaciones será necesario centrar
serie de personajes como el a-mi-re-u, nos en el estudio de dos problemas: la
seleccionador de los corderos, y el propiedad de la tierra y la fuerza de
e-ka-ra-e-u, castrador, especializados trabajo.
en labores de zootecnia.
La documentación de los pala
cios también nos perm ite conocer
aquellos sectores de la actividad arte
sanal que están bajo su esfera de in
fluencia, debido a su importancia mi
litar, como es el caso de la m etalur
gia, o simplemente económica. Los
forjadores del reino de Pilos nos son
bien conocidos gracias a los trabajos
de M. Lejeune y A. Hurst (1968),
que nos muestran cómo esos artesa
nos compatibilizan sus labores agríco
las con el trabajo artesanal, como lo
dem uestra el hecho de que aparezcan
inscritos como contribuyentes en el
catastro de imposiciones sobre la acti
vidad agrícola. El palacio es quien les
suministra la materia prima, los lingo
tes en forma de piel de buey, provi-
nientes norm alm ente de la im porta
ción, y les encarga el núm ero de obje
tos, así como los diferentes tipos, que
las necesidades dem anden. Existe un
funcionario, el qa-si-re-we, o basileus,
personaje de importancia secundaria
en la administración provincial, que Vaso de plata con decoración
se encarga de la distribución y el con repujada
(Siglo XVI a.C.)
trol de las materias primas y los ins Museo Nacional de Atenas
trum entos y armas elaborados.
Los sectores restantes del mundo
La propiedad de la tierra
de la producción económica debieron
seguir funcionando igual que antes, La propiedad de la tierra en el reino
sin ser controlados ni estar centrali de Pilos, el único en el que podemos
zados por el palacio, pero precisa conocerla, plantea una complejísima
m ente por ese motivo nos resultan serie de problemas que no están en la
prácticam ente desconocidos, ya que, actualidad totalm ente resueltos. Exis
al caer fuera de los intereses del ten hipótesis encontradas y es muy di
palacio, no aparecen reflejados en la fícil reducir todos los datos a un siste
docum entación. ma unitario, por lo que nos lim itare
La producción de bienes consti mos a exponer los hechos fundam en
tuye solam ente un aspecto de la acti tales.
42 Akal Historia del Mundo Antiguo
s'
t,.
1Λ* - ,
i V > ; V,
1
El mundo del Egeo en el segundo milenio 45
dad sagrada de Pa-ki-ja-na, debiendo
2. La estructura social y de estar además su función concebida
política de los reinos como perteneciente al dominio de lo
sagrado.
micénicos Vemos, pues, que el rey posee
Las estructuras económicas no actúan funciones económicas y religiosas. A
en el vacío ni poseen una existencia ellas debemos añadir sus funciones
propia, sino que, en realidad no for m eram ente adm inistrativas, como el
man más que uno de los aspectos de nom bram iento de funcionarios y la
las estructuras sociales. Para lograr, supervisión de la administración. Y
pues, la comprensión de lo que pudo también será necesario indicar que
haber sido un reino micénico será por este m onarca, al contrario que otros
tanto necesario tratar de reconstruir monarcas orientales de su época, por
los elem entos fundam entales de su ejem plo, no desem peña función mili
organización social y política. tar alguna.
Considerando estos hechos, K.
2.1. La monarquía Wundsam (1968) ha llegado a la con
clusión de que la m onarquía micénica
A la cabeza de la sociedad micénica corresponde al modelo de las m onar
aparece el rey, designado norm al quías indoeuropeas analizadas por G.
mente con el térm ino wa-na-ka. Dumézil, en las que los reyes desem
Suele ser una idea muy difundida peñan básicamente funciones jurídi
que el rey micénico, al igual que los cas y administrativas, o son deposita
faraones egipcios o los ensi mesopotá- rios de supuestos poderes mágico-reli
micos, era considerado como una per giosos, m anteniéndose siempre aleja
sona sagrada, llegándose incluso a tri dos del dominio de la guerra. De ser
butarle culto. En favor de esta hipó válida esta hipótesis presentaría un
tesis, algunos autores como P. Walcot gran interés histórico, ya que podría
(1967) aducen los supuestos testim o entonces darse el caso de que la so
nios de mitos griegos posteriores, co ciedad micénica conservase el antiguo
mo el de la concepción de Heracles esquema trifuncional característico de
por Zeus, muy sem ejante en su opi las primitivas sociedades indoeuro
nión a la de H atshepsut por A m ón, y peas.
las innum erables leyendas en las que Veamos, pues, si es ello cierto,
Zeus visita a num erosas princesas. examinando otra im portante figura,
Sin em bargo, si nos limitamos a con la del ra-wa-qe-ta.
siderar, lo que constituye el método D urante algún tiem po se creyó
correcto, los datos presentes en las ta que el ra-wa-qe-ta, jefe del ra-wo o
blillas, veremos que en ellas la situa laos, es decir, com andante del pueblo
ción es muy diferente. en armas, sería algo así como el co
Podemos apreciar en ellas cómo m andante en jefe de los ejércitos mi
existe, efectivam ente, una relación en cénicos de una determ inada locali
tre el wa-na-ka y los santuarios y cul dad. Pero la realidad es mucho más
tos de la Potnia y de Poseidón. El rey com pleja, ya que, ateniéndonos a los
recibe ciertas cantidades de aceite pa datos de las tablillas, no es dem ostra
ra su uso y el del palacio y para el ble que este personaje posea una fun
culto de esos dos dioses, así como pa ción militar. El ra-wa-qe-ta, al igual
ra la celebración de la fiesta del to- que el wa-na-ka, posee un te-me-no, y
no-e-ri-jo, de la que luego hablare desempeña un im portante papel en la
mos. Pero además de ello el rey po concesión de ko-to-na ke-ke-me-na.
see tam bién una función cultual, ya De él dependen artesanos y personal
que lleva a cabo sacrificios en la ciu cultual, y en cierto modo podría de
46 Akat Historia del Mundo Antiguo
H A B H A B H A B
L 1 L 44 L 76
AB 18 N N AB 11 A A ¥ AB 40 b5
L 2 L 45 L 77
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L 6 L 47 L 78
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L 22 L 55 L 85
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L 26 L 59 L 91
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L 29 L 62 L 94
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L 30 L 63 L 95
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50 Aka! Historia del Mundo Antiguo
en general a los artesanos del lawage- en todos los campos, religioso, artísti
tas o ra-te-we ra-wa-ke-si-jo. Los pri co, económico, entre la sociedad mi
vilegios consisten en franquicias fisca cénica y las del Próximo Oriente. Lo
les (e-re-u-te-ra), en descuentos de mismo podría afirmarse en el terreno
impuestos a esos grupos profesionales social. Las tensiones entre una noble
y a algunos de los tipos de contingen za centrífuga de carácter militar y una
tes señalados anteriorm ente, como monarquía centralizadora o centrípe
los ke-ki-de y los ko-ro-ku-ra-i-jo. ta son características de todas las so
El monarca y su palacio parecen, ciedades orientales, hasta el punto de
pues, disponer de poder militar y no que constituyen la clave de los proce
de un modo limitado, sino hasta tal sos de formación y descomposición de
punto que consiguen coordinar todas muchos de sus sistemas políticos. Los
las iniciativas bélicas, ya que los no grandes imperios y reinos correspon
bles combaten como jefes y oficiales den norm alm ente a aquellos mo
en su ejército. Resulta, pues, absurdo, mentos en los que la centralización
también en este sentido, hablar de triunfa, y los interludios, períodos de
una sociedad feudal. Si queremos decadencia y períodos intermedios, a
comprender el papel de la nobleza aquellas otras ocasiones en que los
micénica deberemos, pues, recurrir a poderes locales consiguen imponer
otros criterios. sus tendencias centrífugas. Y el mun
Es evidente que la nobleza existe do micénico no será en ello ninguna
como grupo y que parecen darse ten excepción, puesto que, como hemos
siones entre ella y la monarquía, pero visto, su repentino fin no será más
ese tipo de tensiones forman parte de que la conjunción de toda una serie
un sistema económico y social más de factores externos con el predomi
amplio, que es el que nos permite nio de las tendencias centrífugas de
comprender su sentido. Habíamos in los nobles locales que acabarán por
dicado anteriormente con frecuencia conseguir la plena independencia de
que se puede hablar de paralelismos sus dominios (oikoi).
El mundo del Egeo en el segundo milenio
2 .4 . El D am os
H asta ahora hemos examinado cómo
funcionaba dentro del m undo micéni
co la I Función, la función soberana a
nivel político y religioso, que sería de
sem peñada por el wa-na-ka y la clase
sacerdotal, auxiliados por los cuerpos
de escribas y funcionarios. Tam bién
hemos hablado de la guerra y la no
bleza, es decir, de la II Función en
la terminología dumeziliana, destacan
do cómo en esa actividad participa
ban, por una parte, grupos de guerre
ros profesionales que seguram ente
com batirían —o al menos se despla
zarían hasta los campos de batalla, tal
y como ocurre en los poem as hom éri
cos— en carro, junto con levas de
soldados libres que probablem ente
perteneciesen al da-mo. Vaso do los segadores,
de Hagia Tríada
¿Pero qué es el da-mo? Sería (Siglo XVI a.C.)
muy fácil suponer que simplemente
debería corresponder con la III Fun su denominación e im portancia, por
ción o con la clase productiva, pero que los catastros no hicieron el inven
ello no es así porque en el mundo mi tario de las mismas. Si nos centram os
cénico el da-mo no es una clase social, en los hechos conocidos tendrem os
sino una entidad jurídica. En tanto que afirmar que en el caso del damos
que tal, es poseedora de tierras, tanto sólo conocemos la existencia de tie
los individuos que lo com ponen como rras que serían explotadas en colecti
tierras comunales. Estas tierras eran vidad, ignorando si, junto a ellas, sus
del tipo ko-to-na ke-ke-me-na, y en miembros —o al menos parte de
am bos casos se hallaban distribui ellos— poseían otras tierras a título
das en o-na-ta, o parcelas trabajadas individual.
por una serie de individuos, que en El da-mo, fue, como habíamos
el caso de las tierras comunales se indicado, una entidad jurídica, que
rían, en opinión de L ejeune, esclavos podríam os definir como una corpora
del da-mo. ción que agrupaba en su seno a los
Además de este tipo de ko-to-na, ko-to-no-o-ko. Es decir, una agrupa
el da-mo tam bién poseía otro tipo de ción de campesinos libres que contro
tierras, las ka-ma, propiedad de per laban una parte de las tierras y m an
sonas particulares, que a su vez esta tenía a nivel tanto individual como
ban divididas en o-na-to-ka-ma. Esas colectivo una serie de relaciones con
tierras no eran realm ente del da-mo la administración del distrito, a la que
considerado como entidad jurídica, debía pagar una serie de impuestos.
sino, por ejem plo, de un santuario Estos im puestos serían devengados
que las daba a particulares para su tanto por el da-mo como entidad jurí
cultivo. dica colectiva como por cada uno de
En realidad desconocemos gran sus miembros, damoi, como renta
parte de lo que pudieron ser las tie procedente de la explotación de las
rras del damos destinadas a perm ane parcelas individuales y comunales.
cer en colectividad, nada sabemos de En ocasiones los impuestos no
54 Akal Historia del Mundo Antiguo
como el da-mo, y en este sentido ca las mo-ra, o tierras de la nobleza y las
bría distinguir entre esclavos públicos parcelas de algunos campesinos libres
y privados. pertenecientes al da-mo y de algunos
Estos son en síntesis los datos grupos de población de carácter más
que poseemos acerca de los esclavos; o menos marginal.
a nivel general podríam os decir que La existencia de esos tipos de tie
las tablillas dan testimonio de su exis rras posee una gran im portancia por
tencia, pero no perm iten hacer cálcu que en ellas residían por un lado cam
los seguros ni acerca de su núm ero, ni pesinos que podían quedar al margen
sobre su papel en el conjunto del pro del control del palacio y por otro po
ceso productivo. Sin em bargo, si re blaciones que cultivasen las tierras de
currimos a la com paración de esos es los nobles, cuya actividad casi exclusi
casos datos con los testim onios de las va debía de ser la guerra, junto con la
culturas próxim o-orientales, podría participación en la administración del
mos afirmar, como ya hem os visto, reino. Está claro que esas poblaciones
que la situación de los esclavos en es existen, pero tam bién lo está que nos
te m om ento debió ser mucho mejor resultan muy mal conocidas por no
que en la época clásica y muy similar aparecer reflejadas en las tablillas.
a la de los esclavos de las grandes mo Sin embargo, disponemos de algunas
narquías orientales, que podían po posibilidades para su estudio (ver
seer bienes, e incluso contraer un m a J. C. Berm ejo, 1978), si analizamos
trimonio legal. algunos materiales arqueológicos y al
Estos son, pues, todos los grupos gunos términos de parentesco.
sociales docum entados en las tabli Tanto en el m undo minoico co
llas; su análisis nos ha perm itido ob mo en el micénico han llegado a ser
servar la estructura social y política conocidos, gracias a los trabajos de
de un reino micénico en todos los as P. Faure, Rutkowski y Dietrich, nume
pectos de la actividad económica y so rosos cultos que funcionaron a nivel
cial controlada por el palacio, pero rural no sólo de un modo indepen
sería erróneo considerar que esos gru diente, sino en ocasiones como alter
pos coincidan con el conjunto de la nativa ante los cultos practicados en
sociedad de este m om ento. De ser los palacios y los templos. Esos cul
ello así, el final del m undo micénico tos, tributados en cuevas, cumbres
habría tenido todas las características montañosas y santuarios rurales de
de una gran catástrofe, ya que habría pequeñas dim ensiones, cubrían las
supuesto el trastocam iento de todas y necesidades en m ateria de religión de
cada una de las piezas del sistema so campesinos, pastores, artesanos, y en
cial; sin embargo, ello no debió de ser algunos casos soldados, que aparecen
así por las siguientes razones. como los detentadores de una cultu
ra, de una religión popular, que que
da al margen de los cultos rendidos
2.6. Más allá del tem plo y en los palacios y los templos de las
el palacio: el m undo rural capitales del reino.
Pero ¿cuál es el significado so
Habíamos indicado cóm o los escribas ciológico de esos cultos? Caben dos
micénicos designaban con el término posibilidades. En prim er lugar es po
a-ko-ro al campo y a todos los grupos sible que los campesinos, pastores y
sociales que vivían en él. Y también artesanos que participasen en ellos es
habíamos visto cómo dentro de un tuviesen bajo el control del palacio
reino micénico existía una serie de desde el punto de vista económico y
tierras que quedaban totalm ente al social, como contribuyentes, e incluso
margen del control del palacio, como como soldados reclutados en m om en
El mundo de! Egeo en el segundo milenio 57
tos de peligro. Y por otra parte es válidas, al menos a un nivel parcial.
posible que junto a ese tipo de cam En prim er lugar parece claro que
pesinos también participasen en los la sociedad micénica posee un carác
cultos de ese tipo aquellos otros que ter patriarcal. Son los hom bres quie
trabajasen los dominios nobiliarios o nes detentan m ayoritariam ente el p o
que poseyesen sus propias tierras. En der político y económico, aunque
cualquier caso nos encontraríam os también algunas m ujeres, como la sa
con unas poblaciones que no necesi cerdotisa e-ri-ta, adm inistren parte de
tan del palacio, ni desde el punto de él. Es además esta cultura de natura
vista económico, ya que son ellos los leza patrilineal; la filiación, que pode
que producen los alim entos, ni desde mos conocer a través del uso de p a
el punto de vista social e ideológico, tronímicos, y, en consecuencia, la h e
ya que poseen su propia organización y rencia, se transm itieron por línea
sus propios cultos, y por ello no ten masculina.
dría nada de sorprendente que en un Por otra parte, cabe suponer a
determ inado m om ento hubiesen visto nivel de hipótesis que algunas institu
con alivio, e incluso hubiesen contri ciones de parentesco, como la gens,
buido —por ejem plo, negándose a pudieran estar atestiguadas de un m o
pagar impuestos en períodos de malas do indirecto en las tablillas. Así, por
cosechas, y rebelándose contra los ejem plo, los miembros de una misma
funcionarios— a la desaparición de ko-to-na podrían pertenecer a una
un sistema político y administrativo misma gens, la distribución de los dis
del que no parecen haber obtenido tritos podría corresponderse con la
ninguna ventaja. existencia de catorce tribus y las de
P ero, ¿cómo se organizaban? curias de los o-ka podían estar rela
Nada sabemos ni de su organización cionadas con las fratrías (C. Gallavo-
económica; por ejem plo, si trabaja ti, 1961). Si la existencia de esas insti
ban para los nobles, lo que es lógico tuciones fuese plenam ente dem ostra
suponer, en qué concepto lo hacían ble, lo que no es así (J. C. Berm ejo,
— m ediante rentas o corveas— , ni de 1978), tendríamos entonces prueba de
sus instituciones sociales concretas, su im portancia, ya que el reino de Pi
pero sí es posible form ular algunas hi los las habría reutilizado dentro de
pótesis. sus esquemas administrativos, proba
Sabemos en la actualidad que las blem ente, como suele ocurrir en estos
estructuras del parentesco constituyen casos, debido a la fuerza que poseían,
la base de la organización social de la que haría muy difícil prescindir de
mayor parte de los pueblos prim iti ellas. Pero, además de eso, de confir
vos. Parece claro que sociedades co marse su existencia tendríamos atesti
mo las correspondientes a la Edad del guada la presencia de unas formas de
Bronce griega se organizaron m edian organización social, que en el mundo
te estos sistemas, y la sociedad hom é antiguo siempre fueron acompañadas
rica vuelve, como ha dem ostrado Fin- de cultos propios, que quedarían al
ley, a estar constituida de este mismo margen del palacio, y sobre las que
modo. ¿Qué podem os saber en este quizá antes y después de la aparición
sentido de la sociedad micénica? y decadencia de los palacios los gru
No disponemos de genealogías, pos sociales debieron organizarse.
ni de historias familiares para poder La sociedad rural es, pues, para
estudiar las reglas del m atrim onio, la nosotros una gran laguna; algunas hi
herencia y los diferentes tipos de la pótesis nos perm iten vislumbrar as
zos entre parientes propios de este pectos de su estructura, pero nada
m om ento, pero las tablillas nos pro podemos saber de ella a un nivel más
porcionan una serie de informaciones concreto. Con ese gran paréntesis
58 Akal Historia del Mundo Antiguo
rado: así, por ejem plo, la po-ti-ni-ja propios poemas homéricos, y ya que,
u-po-jo y la po-ti-ni-ja pa-ki-ja-na por otra parte, ningún testimonio mi-
pueden ser o bien dos diosas o bien cénico puede confirmarla.
la misma diosa en su relación con el Sólo conocemos un panteón mi-
caballo y en su advocación en un lu cénico, el de Pilos y su santuario Pa-
gar concreto. ki-ja-na, pero ño debemos olvidar
E incluso la localización de los que junto a ese modo de organización
dioses puede plantear dificultades de los dioses pudieron haber existido
cuando un nombre designa a la vez al otros, que, de conocerlos, nos pro
rey y a un dios, como en el caso del porcionarían el conocimiento de las
wa-na-ka. No siempre es fácil distin variaciones religiosas regionales del
guir los nombres divinos de los hum a mundo micénico.
nos, ni los del personal cultual de los En Pa-ki-ja-na nos hallamos con
de los trabajadores ordinarios, por lo el dios Poséidon y con la Potnia, que
que deberem os extrem ar nuestras según algunos autores podría identifi
precauciones. carse con D em éter por ser como esa
Además, dado que en época mi diosa hippia, es decir, de forma equi
cénica parece existir ya un sincretis na, y porque en época posterior cono
mo, tendrem os que tener en cuenta cemos la unión de Poseidón con una
para la localización de los dioses que, D em éter equina en M esenia. Pero
por ejem plo, a-re y e-nu-wa-ri-jo junto a ambos aparecen numerosos
pueden no ser dos dioses, sino el dios dioses locales, cuyos cultos debieron
Ares y su epíteto Enyalios. entrelazarse de diversos modos. E n
Por último también puede darse tre las diosas, por ejem plo, aparece
el caso de que en las tablillas, además una po-si-da-e-ja, que podría ser un
de estar atestiguados todos los olímpi aspecto de la diosa anterior, y otras
cos, excepto A tenea, Hefesto, H er como pe-re, i-pe-me-de, e-ra, di-u-ja,
mes, Apolo y A frodita, de modo ex ma-na-sa, do-po-ta y do-qe-ja.
plícito, también se encuentren una se A su vez la po-ti-ni-ja aparece
rie de divinidades desconocidas en el con diferentes nom bres, aparte del de
panteón griego ulterior. I-qe-ja, como po-ti-ni-ja u-po-jo, ne-
A hora bien, una vez conocidos wo-pe-o y da-pu-ri-to-jo. De entre es
los hechos generales que nos dem ues tas advocaciones se ha identificado a
tran la existencia de buena parte de a-ta-na con A tenea con cierta verosi
los dioses griegos en época micénica, militud y a la señora del laberinto
¿cómo se articulaban esas divinidades (da-pu-2-ri-to-jo), que podría ser
en un panteón? Afrodita.
Ya señalaba Nilsson (1929) que A hora bien, los térm inos a-ta-na
el Olimpo y su organización se re y da-pu-2-ri-to-jo no aparecen en las
m ontaban a época micénica; para lo tablillas de Pilos, sino en las de Cnos-
que partía del supuesto de que si los sos, las que, junto a ellos, nos pro
dioses se organizaban bajo un poder porcionan los nom bres de otras diosas
de carácter m onárquico, su sociedad tam bién conocidas en épocas poste
debería hallar su origen en una etapa riores, como por ejem plo, Eleuthia,
histórica en la que la m onarquía fuese Erinu y Pipituna.
la forma política dom inante. Sin em Continuemos, pues, con la enume
bargo, esta hipótesis puede conside ración de los dioses del santuario de
rarse como muy endeble, ya que el Pilos. Nos encontram os con que el
Olimpo homérico puede explicarse dios principal no es en él Zeus, sino
perfectam ente mediante los caracte Poseidón, lo que no quiere decir que
res de la sociedad helénica de la épo fuese el dios principal del panteón mi
ca oscura, tal y como la retratan los cénico, puesto que Pa-ki-ja-na podría
El mundo del Egeo en el segundo milenio 61
ser un santuario particular de este con un nom bre de oficio. A nte esta
dios, que consecuentem ente tendría pobreza documental, muchos intérpre
que aparecer como el dios principal, tes tienden a establecer con muy poca
lo que en cierto modo continuaría precaución paralelismos con la reli
siendo así en épocas históricas poste gión griega posterior o con religiones
riores. orientales, sobre todo la hitita, pero
Este Poseidón, llamado e-ne-si- el uso indiscriminado de esos parale
da-o-ne wa-na-ka, o sim plem ente lismos puede conducirnos fácilmente
e-ne-si-da-o-ne, sería un dios muy dife hacia la arbitrariedad, puesto que al
rente a su homónimo hom érico, ya m ero nombre de una divinidad le po
que no se relacionaría en absoluto demos atribuir las propiedades que
con el m ar, sino con la tierra y la fe más convenientes nos parezcan. Te
cundidad. De la naturaleza del dios nemos tam bién atestiguados en el
no podemos precisar más, porque en santuario de Pa-ki-ja-na a otros dio
su caso, como en el de los demás dio ses, como a-re-ja e-ma-a-2, es decir,
ses micénicos, nos encontramos con algo así como «Hermes areios», inter
que la mención de su nom bre es muy pretación que, de ser aceptada, po
escueta. Aparece el nom bre del dios seería un gran interés, pero de la que
y las asignaciones de aceite, lana u tampoco se puede decir mucho. Y
otros productos destinados a su culto, también se hallan presentes Ares,
por lo que en ocasiones puede con Zeus y Dioniso y otros nom bres de
fundirse incluso con una persona o dioses y advocaciones de dioses me
nos conocidos, como Trisheros y di-
pi-si-jo, pero de ellos tam poco se po
dría dar más que el nom bre.
La existencia de dioses y diosas
con el mismo nom bre podría interpre
tarse en dos sentidos. O bien soste-
% . í¡
Λ Idolo de las Cicladas
Museo Nacional de Atenas
62 Akal Historia del Mundo Antiguo
niendo que Di-we y Di-u-ja son dos 3.2. Algunos asp ecto s del
formas de un dios que carece de sexo
en concreto —en este caso Zeus y su culto y el ritual
«Zeusa»— , o bien, lo que es más pro Tras un largo período de tiem po en el
bable, afirmando que cada dios posee que se creyó que en los mundos mi
una com pañera a la que se designa noico y micénico no existirían los
con el mismo nom bre. No obstante la tem plos, ya que sus funciones serían
cuestión dista mucho de ser sencilla, desempeñadas por los palacios, se ha
porque en las tablillas aparece, por llegado a una situación en la actuali
ejem plo, Zeus asociado con H era, dad en la que la existencia de ese tipo
con lo cual la existencia de una diosa de edificaciones cultuales es amplia
llamada Di-u-ja se hace mucho más m ente reconocida. En efecto, tene
problem ática, aunque podría darse el mos todo un vocabulario micénico del
caso de que la asociación con H era tem plo: i-je-ro (hierón), na-wi-jo
fuese posterior e incluso que hubiese (nays), w o(i)-ko (oikos) do (do),
sido forzada por el palacio. o-pi-e-de-i (hédos), como ha puesto de
Esto es, en síntesis lo que sabe manifiesto S. Hiller (en «Hagg-Mari-
mos acerca del panteón de Pilos. Jun natos», 1981). Y además tenem os
to a él existieron otros diferentes en pruebas arqueológicas suficientes de
los distintos reinos micénicos, y ade la presencia de templos dentro de las
más sabemos también que junto a los propias ciudadelas, como ocurre en el
panteones oficiales convivieron otros caso de Micenas.
de carácter popular. A la hora de en A nteriorm ente habíam os m en
frentarnos con el conocimiento de to cionado la presencia de sacerdotes y
dos ellos nos encontram os con un sacerdotisas por el papel económico
mismo problema: la inexistencia de y social que desem peñaban. La filolo
mitología. gía micénica tam bién nos proporciona
Para lograr la comprensión de la todo un vocabulario en este sentido.
figura de un dios es necesario conocer Los sacerdotes (i-je-re-u) y sacerdoti
sus atributos y las m odalidades de su sas (i-je-re-ja) son designados por el
actuación. El único camino de que nom bre del santuario en el que sir
disponemos para ello consiste en el ven, como la i-je-re-ja pa-ki-ja-na o
estudio de la mitología. Pero no hay por el de la divinidad a la que tribu
una mitología micénica, porque las tan culto, como la i-je-re-ja po-ti-ni-ja.
tablillas, como docum entos adminis Pero dentro del cuerpo sacerdotal
trativos que son, no recogen lógica existe una especialización por funcio
m ente narraciones de este tipo. Si se nes. Así, por ejem plo, tenemos al
hubiesen conservado narraciones épi sacerdote i-je-ro-wo-ko (sacrificador),
cas micénicas, lo que sería, por cier numerosos sacerdocios que se desig
to, imposible en el silabario lineal B, nan con el nom bre de la divinidad
ya que no puede recoger todos los con term inaciones en jo, je-u y je-wi-
matices lingüísticos que intervienen jo, como po-si-da-i-je-u (el sacerdote
en la formación de un verso como el de Poseidón) y nom bres colectivos de
hexám etro, en el que pudo haberse colegios sacerdotales, como los ki-ri-
desarrollado una épica micénica, en te-wi-ja, ra-pte-re, y otros de funcio
tonces podríamos analizar los relatos nes prácticam ente desconocidas.
y en consecuencia analizar las figuras Tam bién hay otros sacerdocios o
divinas. Pero en el estado actual de cargos muy especializados, como el
nuestros conocimientos debem os de de la ka-ra-wi-po-ro, «portadora de la
conformarnos con conocer la existen llave» y una serie de acólitos como el
cia de algunas divinidades y algunos keryx (m ensajero), los tamiai (tesore
aspectos de su culto. ros), etc.
El mundo del Egeo en el segundo milenio 63
Algunos autores habían venido con térm inos totalm ente diferentes. Y
sosteniendo, siguiendo las primitivas ello es así porque el sacrificio a los
hipótesis de Evans, que el rey micéni- dioses olímpicos es un sacrificio en el
co sería un dios o por lo menos un que se trata de establecer una unión,
personaje de importancia capital en el un acto de comensalidad con los dio
ejercicio de las funciones del culto. ses, mientras que a los m uertos, hé
Pero en la actualidad tendrem os que roes y dioses infernales se les hacen
afirm ar, de acuerdo con los datos de sacrificios para satisfacerlos y para
las tablillas, que si bien es cierto que que se m antengan alejados de los
el rey, el ra-wa-qe-ta y otros funciona hom bres, razón por la que los anim a
rios llevan a cabo funciones relaciona les se les inmolan íntegros.
das con el culto, también lo es que la
parte fundamental del mismo debió
estar en manos del cuerpo sacerdotal.
Pero, ¿en qué consistía ese cul
to? En las religiones antiguas los ac
tos básicos del culto los constituyen la
plegaria y el sacrificio. Es evidente
que, debido a la falta de textos litera
rios micénicos, no poseemos ninguna
plegaria, pero la arqueología minoica
y micénica viene en nuestro socorro
en este sentido, proporcionándonos
estatuillas y representaciones de oran
tes en las que unos personajes alzan
las manos en gesto de plegaria, utili
zando para ello la misma actitud que
en la religión griega clásica. Sarcófago procedente de
El sacrificio es conocido en la re Gournia
ligión micénica (ya hemos visto que (De en torno al 1350 a.C.)
existía un sacrificador), en sus dos
m odalidades, como sacrificio incruen
to, realizado mediante la presenta En el caso de la religión micénica
ción de ofrendas vegetales, y como no podemos establecer matices de im
sacrificio sangriento de distintos ani portancia capital en el culto como és
males. El ritual sacrificial se halla re tos en el caso de los sacrificios. Si
presentado con profusión de detalles exam inam os los restantes rituales
en el sarcófago de Hagia Tríada, pero contenidos en las tablillas nos encon
en ese caso se trata, como ha señala trarem os únicam ente con dos, el to-
do Ch. R. Long (1974) de un sacrifi no-e-ke-te-ri-jo de la tablilla Fr 1222 y
cio funerario o de carácter heroico. el re-ke-to-ro-te-ri-jo. El prim ero de
Sería de gran interés el poder saber si ellos está dedicado a los dioses wa-na-
en la religión micénica se m antenía so-i y se interpreta como un cerem o
una distinción tan tajante entre el sa nial de instalación de un trono real, o
crificio sangriento, destinado a los de unción del trono de esas diosas
dioses celestes y el destinados a los dio reales, o bien, según P. Faure (1981),
ses funerarios y héroes como en la como una fiesta de desplegamiento
religión griega clásica. En ésta, a pe del velo. El segundo de los rituales
sar de la semejanza de los gestos y de consistía en la preparación de un le
los actos, esos dos tipos de sacrificios cho en honor de Poseidón con el fin
se conciben como actos de diferente de que el dios participase en un ban
naturaleza, e incluso se los designa quete sacrificial, que podría ser simi
64 Akal Historia del Mundo Antiguo
Tabla cronológica
Grecia
Paleolítico Cueva de Franchthi 15000
Halieis (Tirinto) 9476 ± 268
Heládico Tardío 1
(Micénico i) Tumbas de fosa 1600
Hcládico Tardío o
Reciente 11 Comienza en: 1500
(Micénico II) Primer palacio en Micenas
Hcládico Reciente III A
(Micénico III Λ) Destrucción y reconstrucción del
palacio en Micenas. 1400
Micénicos en Chipre. Palestina y
Egipto (Tell el Amarna)
Hcládico Reciente III B Asentamientos en Chipre y
Ras Shamra. 1300
(Micénico III B) Destrucción de Micenas y
saqueo de Pilos 1200
Heládico Reciente III C Asentamiento micénico en Acaya 1180
Fuerte migración micénica a Chipre
Incursiones dorias
Destrucción final de Micenas 1100
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Bibliografía
A ntïgvo del conjunto más amplio en el que está inserto o bien como una
monografía. Cada texto ha sido redactado por el especialista del
tema, lo que asegura la calidad científica del proyecto.