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reino?
3. Mickey Mouse.
5. ¡Rafa, no me jodas!
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Tags | Efecto Mandela, cultura,
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memoria colectiva
Relacionadas
Criptomnesia: Cuando
plagiamos sin darnos activista por la lucha de los derechos de
cuenta
¿Has tenido una gran idea que
luego resultó ser de otro? No
estás solo, este sesgo cognitivo
los negros, falleció el 5 de septiembre de
conocido como criptomnesia
(recuerdo oculto) es más
común de lo que crees.
16
2013 por una infección respiratoria. Pero
17 75 4 4 0%
Object 18
Object 19
Object 20
Object 22
| Fuente: Youtube
Aun con estos elementos, los creyentes de en el efecto
Mandela suelen preguntarse: ¿Cómo se explica que mucha
gente comparta el mismo recuerdo falso? Enunciado así,
suena alucinante. Pero es preciso tomar en cuenta que todos
los casos de efecto Mandela constituyen una variación
puntual en el acontecimiento. Una palabra de más. Una
recombinación. Mucho antes de las neuroimágenes, los
psicólogos concluyeron que la mente completa aquello que
la memoria borronea. Incorpora lo que parece probable,
esperable, lo que tiene sentido; lo que, narrativamente,
encaja. Nuestra memoria hace una edición final de todas las
cosas que nos importan. Incluso de los momentos que ya se
han editado, como el pasaje de una película. Todos creemos
conocer bien escenas clásicas, como aquella de Darth Vader
y Luke. Pero al recordarlas, no somos para nada como aquel
personaje de Cinema Paradiso que repetía de memoria los
diálogos. Nos apropiamos de esos momentos, los aislamos,
los preservamos en esencia que luego podremos comunicar
a nuestros amigos. Y esa edición “Luke, I am your father”
funciona mejor como unidad de sentido que la versión
original, que contesta una pregunta. La edición mental,
hecha de tanto recordar, y de oír a otros recordándola, es
poderosa. Tanto así que incluso el actor que personificó a
Vader, James Earl Jones, recuerda claramente haber dicho
“Luke”.
En el caso de Queen, la línea final desaparecida de We are
de champions dejó perplejo a George Clooney. En efecto,
ninguna grabación de estudio contiene ese “of the world” al
final. Pero sí está a la mitad de la canción, después de
primera estrofa y eso genera, tal vez, una expectativa de
repetición. Además, si uno ve el concierto en Wembley
(véanlo antes de seguir, si quieren), notarán que la línea
cierra el tema. Y no se trata de una versión menor. La
imagen de Freddy Mercury ante la multitud es parte de
nuestra memoria colectiva, entre otras cosas porque
sabemos que en pocos años morirá. Su frase final es un
cierre más perfecto. El recuerdo de la versión de estudio se
funde con el otro. Es fascinante que al pensar en la
grabación —aquel disco del escudo de la reina— podamos
“oír” en nuestra mente algo que nunca estuvo. Pero no hay
nada de paranormal: es la extraordinaria normalidad de
cómo recordamos.
Hoy es claro que hay tantas noticias que es difícil incluso
saber cuáles son verdaderas y cuáles no. Y con tal cantidad
de informaciones dudosas o falsas, aumenta la posibilidad
de que nuestra memoria futura contenga recuerdos dudosos
o falsos.
•
Somos máquinas de construir memorias confusas, recuerdos
que se adaptan, que buscan la redondez para sobrevivir. Y
por primera vez en la historia, estamos viviendo en una
época en que es imposible recordar sin tener, al mismo
tiempo, un montón de imágenes de interferencia. El efecto
Mandela —es decir, que mucha gente esté dispuesta a
creerlo— parece ser el primer síntoma de lo que ocurre con
personas que han vivido toda su infancia y juventud con
demasiada información, fotografías, escenas de películas.
La realidad se vuelve traslúcida, dudosa. Si esta es la
reacción hoy, habría que imaginar cómo será en unas
décadas (en el futuro de quienes hoy son jóvenes). Es ya
bastante asombroso que alguien a quien se le presenta el
documento —un disco, un casete, un recorte de periódico—
prefiera pensar que su memoria está en lo correcto y más
bien que esos materiales están trucados (o que fueron
manipulados por el programador de la Matrix). Pero hoy al
menos tenemos a la mano esos materiales. En la era digital,
los registros se pierden con más facilidad, nada de lo escrito
va a ninguna parte, las canciones y las imágenes no son más
que fugaces golpes de bits en un río continuo.
El efecto Mandela no demuestra una conspiración en
marcha. Pero sí muestra que esa conspiración es más o
menos realizable. Hace varios años, Nicholas Carr advirtió
que la sobrecarga de información impedía las condiciones
de atención necesarias para que nuestro cerebro formara
memorias sólidas. Hoy es claro que hay tantas noticias que
es difícil incluso saber cuáles son verdaderas y cuáles no. Y
con tal cantidad de informaciones dudosas o falsas, aumenta
la posibilidad de que nuestra memoria futura contenga
recuerdos dudosos o falsos. Los relatos que nos bombardean
se quedan, intervienen en la ventana de consolidación, no
importa la valoración crítica que hagamos después. No es
descabellado pensar que nuestra vejez estará llena de
versiones contradictorias, líneas divergentes en la historia,
universos paralelos.
Lo cual es perfecto para quien pretenda sembrar relatos,
insertar recuerdos colectivos. No será necesaria tecnología
sofisticada. Recientemente, la psicóloga canadiense Julia
Shaw resumió una serie de avances en la manipulación de
los recuerdos en el concepto de “hackeo” de memorias. En
una época en el que miles de consumidores de contenido
pueden dudar de la realidad solo por lo que dice una experta
en fantasmas y temas paranormales, no falta mucho para
que gobernantes y corporaciones puedan emprender el
hackeo de los recuerdos colectivos. Convencernos de que en
el pasado existió algo que en realidad no existió tiene
ventajas: venderte chucherías como si fueran parte de tu
historia personal, por ejemplo; crear circuitos paralelos de
nostalgia, descubrir cosas que supuestamente “olvidaste” y
ofrecértelas. Cuando la funcionaria de Donald Trump habla
de “hechos alternativos” (alternative facts) en público, hay
una cuota de cinismo. Pero también hay una lectura de los
tiempos que corren. El que se descuide, acabará con los
recuerdos cambiados. Y no tendrá cómo saberlo
Efecto Mandela, Líneas de Tiempo Paralelas,
Dimensiones Alteradas
El efecto Nelson Mandela consiste del miembro
En un gran Número de Individuos Que Tienen
Un recuerdo muy Vivido de Algo que, de
Acuerdo a todos los registros existentes, no ha
ocurrido.
Este término acuñado por Fiona FUE Broome y
otra persona de la estafa del dragón , En
Donde se encontraban Con Un Grupo de las
Personas Que Todas recordaban la trágica
muerte de Nelson Mandela En Una cárcel en
Sudáfrica. Ahí FUE CUANDO Comenzo el
debate. Sabemos Que Nelson Mandela sin Murió
En Una Cárcel, Sino Salio Que de ella y se
convirtio en presidente de Sudáfrica y Murió en
el año 2013, los AEE Pero claramente las
Personas recordaban claramente Que El habia
muerto En Una Prisión.
Aparentemente se refieren a las teorías de Que
Hay Diferentes líneas de tiempo o Líneas de
Tiempo en La que ocurren Hechos los antes o
DESPUÉS Lo Que Provoca Que Un Número de
personas Tengan memorias Diferentes, por
Ejemplo, la muerte de Mandela, el retrato de
Enrique VIII con Una pierna de pavo o El caso
del “hombre del tanque” de la plaza de
Tiananmen Que mucha gente Recuerda haberlo
visto por televisión en las noticias, de Como El
tanque pasaba Sobre el Hombre y dejaba la
ONU charco de sangre, Pero al Revisar los
vídeos se nota Que El en Realidad hombre se
monta Encima de tanque.
Como AES personajes recuerdan eso, los
muchas heno Personas Que recuerdan: hechos
o Situaciones y afirman Que Han Pasado de otra
forma. Muchos Dicen Que Es Colectivo de error
de la ONU, en la vereda Los Medios de la
conspiración Dicen que ESTO SUCEDE Porque
heno Distintos universos Que se entrelazan y
miembro En un universo Las cosas hijo
Ligeramente Distintas Y Por eso recordamos
Cosas Distintas una cola hijo Mín En Esta
Realidad.
Object 23
Eran 6. ¿Sorprendido?
¿Cómo se llama realmente la cadena de restaurantes de
comida rápida? ¿McDonald’s,o MacDonalds?
¿Dudas?
No, en realidad
la cadena se llama McDonald’s.
O esta otra. ¿Cómo se llamaban esos entrañables dibujos
animados? ¿Looney Tunes, o Looney Toons? ¿Dudas
también?
La forma de
escribirlo correctamente es Looney Tunes.
Hay otros casos, aunque quizá algunos no resulten muy
familiares fuera de los Estados Unidos, como por ejemplo el
número de estados de la Unión. Muchos americanos están
convencidos de que son 52, aunque en realidad son sólo
50. O también la manera correcta de escribir el nombre de
una serie de dibujos animados famosa allí: muchos creen
que se escribe “The Berestein Bears” cuando en realidad se
escribe Berestain, con “a”.
Fiona
Broome,
gracias
por
tanto...
El origen del nombre "Efecto Mandela" surge en el
año 2010 gracias a la bloguera Fiona Broome en la
convención "Dragon Con". Mientras realizaba su
conferencia, explicó que la mente a veces nos juega
malas pasadas y que ella pensaba que Nelson
Mandela había muerto en la cárcel en 1987, cuando
en realidad años después salió de la misma y en ese
momento se encontraba vivo (murió el 5 de diciembre
del 2013 a la edad de 95 años, 23 años después de
salir de prisión).