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La antracnosis, del griego “carbón” es una enfermedad limitante para los frutos de papaya, afectando la

vida útil de éstos; es causada principalmente por Colletotrichum gloeosporioides, sin embargo es posible
encontrar otras especies de Colletotrichum causando enfermedades en un mismo cultivo. Por ejemplo
en Yucatán, se encuentran al menos dos especies de Colletotrichum, que causan antracnosis en papaya
Maradol, estas especies son identificadas como Colletotrichum gloeosporioides y Colletotrichum
dematium5.
Colletotrichum gloeosporioides se caracteriza por tener estructuras reproductivas o esporas, llamadas
conidios, dispuestos en acérvulos, las cuales participan en el proceso de infección de la planta. Durante
la colonización de la planta se presenta la fase inicial o biotrófica en la cual el hongo se alimenta de las
células vivas de la planta y el patógeno se establece en la planta, y la segunda fase necrotrófica en donde
los recursos se obtienen de las células muertas de la planta a causa del ataque del patógeno, observandose
los primeros síntomas de la enfermedad.

Los síntomas inicialmente se presentan en forma de exudados gomosos y luego pequeñas lesiones de
1cm de diámetro de aspecto aceitoso y luego estas se tornan de color café con halo amarillo que tienden
a hundirse en el borde; con el tiempo las lesiones coalescen y se extienden a varias zonas del fruto. En
la zona central de la lesión se observa un pequeño hundimiento y el centro es de color gris a café con
puntos de color salmón o rosa en donde se ubican los acérvulos y en el interior los conidios (estructuras
reproductivas). A medida que el fruto madura se presenta ablandamiento de la epidermis y a medida que
aumenta el ablandamiento el hongo coloniza más el fruto presentándose lesiones mayores a 3cm.

La fuente de inóculo del hongo (conidios) puede encontrarse en otras partes de la planta como hojas
cloróticas o secas, tallos y ramas afectados o hospederos alternos, posteriormente el inóculo pude
dispersarse por medio del viento o el agua. Una vez dispersadas éstas se adhieren a la superficie del fruto
y pueden germinar a las 24 horas produciendo el tubo germinal el cual penetra la cutícula del fruto.
Después de la penetración de la cutícula las hifas pueden colonizar la pared celular del fruto; los primeros
síntomas (periodo de incubación) pueden ser visibles después de 8 días aproximadamente y la
producción de estructuras reproductiva del hongo dentro de la lesión (periodo de latencia) se presenta a
partir de los 15 días aproximadamente.
Adicionalmente, C. gloeosporioides tiene la capacidad de quiescencia, es decir, permanece invernando
en los restos de plantas infectadas, desechos vegetales, así como en las semillas permitiendo sobrevivir
por largo tiempo y causar infección cuando se presenten las condiciones adecuadas, que generalmente
es el momento de la maduración del fruto.
Las condiciones ambientales juegan un papel importante en el desarrollo de la enfermedad, en el caso
de antracnosis la duración de la humedad sobre la superficie de la hoja es la que influye directamente
sobre el proceso de infección y crecimiento del patógeno sobre la planta, por lo tanto periodos
prolongados de lluvia incrementan el desarrollo de la enfermedad. Se ha reportado que las altas
temperaturas (27°C) y alta humedad (80%) al momento de la maduración de los frutos favorecen la
infección y propagación del hongo.
Por otra parte, en poscosecha la fruta debe ser almacenada o transportada bajo ciertas condiciones
ambientales para evitar la aparición de esta enfermedad teniendo en cuenta la característica de
quiescencia del hongo, estas condiciones son: temperatura de 13°C, 3-5% de O2, 5-8% de CO2 y 60%
de humedad relativa4.

Dentro de las prácticas de manejo en campo para evitar la aparición de la enfermedad en el cultivo de la
papaya están:
 Realizar drenajes, para evitar que en condiciones de alta precipitación el agua se estanque
aumentando así la humedad relativa del cultivo.
 Poda fitosanitaria, eliminar las hojas cloróticas y las senescentes las cuales son frecuentemente las
hojas bajeras de la planta.
 Recolección de hojas senescentes, frutos enfermos y frutos caídos, pues son fuente de inoculo.
 En el momento de la cosecha es importante evitar golpear la fruta o dejarla caer al suelo, por tanto se
recomienda cosechar fruto por fruto y envolver frutos en papel para evitar el roce con otros frutos.
 Disponer los frutos en canastillas aislándolos del suelo.
 Adecuada fertilización principalmente de elementos como Ca y B los cuales juegan un papel
importante en la formación de la pared celular de los frutos, confiriendo rigidez.
 Aplicación de fungicidas con diferentes mecanismos de acción.
 cloro o sales cuaternarias.
 Lavado de la fruta. Cuando la fruta llega al empaque debe lavarse con una solución clorada a una
concentración de 100 ppm.

Aplicación de fungicidas. La fruta después de ser lavada es sumergida en una solución con
fungicidas. Algunos fungicidas empleados son los Tiabendazoles (No más de 2000 ppm de
ingrediente activo), o Procloraz (250 a 750 ppm de ingrediente activo), aunque de igual forma se han
empleado otros fungicidas como Clorotalonil, Azoxystrobin, Trifloxystrobin, entre otros, donde las
dosis dependerán de las concentraciones a las que se formulen dichos productos. Se debe tener una
rotación de estos fungicidas para no generar resistencia del hongo a los fungicidas. Es importante
mencionar que la aplicación de estos productos en precosecha ayuda a una menor incidencia del
patógeno en postcosecha (aplicaciones cada 2 o 4 semanas). Tratamiento térmico. Consiste en un
precalentamiento por 30 minutos a 42 °C, seguido por 20 minutos a 49 °C. El tiempo entre una y
otra inmersión no debe sobrepasar los tres minutos. El fruto tolera este tratamiento térmico que
inactiva de manera efectiva las infecciones latentes. Enfriado de la fruta. Si los frutos son enfriados
inmediatamente después de ser cosechados a 13 °C, el crecimiento del patógeno y los cambios en
la maduración son lentos. Se debe evitar madurar a la fruta a temperaturas de 15 a 17 °C, debido a
que el hongo puede desarrollarse de manera considerable durante el periodo que le tome a la fruta
madurar a esas temperaturas. Atmósferas controladas. La concentración más adecuada de gases es
de 3 a 5 % de oxígeno y de 5 a 8 % de dióxido de

Control de la antracnosis.
Cuando las condiciones climáticas predisponentes están en su máxima expresión es casi que imposible controlar a la
antracnosis, eso se estudia a profundidad en el artículo sobre la pirámide la enfermedad.
Los fungicidas retrasan la aparición de los síntomas pero si las condiciones de alta humedad persisten no se logra control
alguno.

En el caso de frutas como los melones, los bananos, el plátano y la lechosa representa una gran ventaja cosechar la fruta
verde o pintona y hacer el lavado de los frutos para retirar la mayor cantidad de esporas posible, en el caso de los mangos
se ha llegado a hacer tratamientos con agua caliente que además de la mosca de la fruta también acaba con la antracnosis
y otras enfermedades que surgen en la postcosecha.

Entre las sustancias químicas que se han utilizado para el control de la antracnosis sobre las frutas ya cosechadas está el
cloro, el amonio cuaternario y ciertos fungicidas autorizados por los países donde se venden las frutas. Hay fuertes
regulaciones sobre la presencia de residuos de sustancia químicas en los alimentos en practicamente todo el mundo.

Las frutas verdes no son susceptibles al hongo y cuando maduran si se han realizado los tratamientos antes indicados ya se
ha eliminado todas las esporas por lo que el lote madura sano y sin manchas evidentes.

El uso de maduradores como el etileno, aceleran la maduración de la fruta y no da tiempo para que se establezca el hongo y
dañe cosméticamente a las frutas, el consumidor debe ingerir rápidamente estas frutas que con el madurador ven acortada
su vida postcosecha.

Después de cosechados los frutos, los cuales generalmente se cosechan en grado de maduración 3 (escala
para Colombia) estos pueden ser lavados o sumergidos en una solución con agua limpia más fungicida,
generalmente de ingrediente activo Tiabendazol o Procloraz; es importante cambiar constantemente la
solución para evitar contaminaciones y usar protección adecuada. Posteriormente a la inmersión los
frutos se dejan secar y se protege cada fruta con mallas o espumas que eviten el golpe de las frutas. Se
empacan en cajas, formado solo una capa de fruta (evitar disponer una fruta sobre otra) evitando daños
mecánicos.
Después de empacada la fruta debe entrar a cadena de frio entre 12-14°C, lo ideal es mantener la
temperatura constante puesto que si se presenta un incremento en la temperatura se genera un aumento
en la respiración de la fruta y por tanto condensación del agua en el empaque, condición ideal para el
crecimiento de antracnosis. Adicionalmente, es indispensable evitar golpes de las frutas para evitar el
ablandamiento de la epidermis.
Otra medida poscosecha de control de antracnosis es el tratamiento térmico, para esto los frutos se
sumergen en agua caliente 49°C por un tiempo de 10 minutos, o también realizar un choque térmico
introduciendo la fruta en agua fría 4°C por 5 minutos y enseguida sumergirla en agua caliente.

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