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En esa misma línea, ANACLETO GUERRERO señala que la finalidad del juicio
ejecutivo no consiste en lograr un pronunciamiento judicial que declare la
existencia o inexistencia de un derecho sustancial incierto, sino en obtener la
satisfacción de un crédito que la ley presume existente, en virtud de la peculiar
modalidad que reviste el documento que lo comprueba. Por ello, los dos extremos
principales que ha de reunir el título son suficiencia e integración; es decir, debe
bastarse a sí mismo, sin que pueda ser completado con prueba de otra índole,
porque el título mismo es una suerte de prueba.[2]
Siendo que cuando el artículo 690-A del Código Procesal Civil indica que a la
demanda se debe acompañar el título ejecutivo, además de los requisitos y
anexos provenientes en los artículos 424 y 425 y los que se especifiquen en las
disposiciones especiales, es por qué en este tipo de procesos señala PAREDES
INFANZÓN el contradictorio se invierte. La sola afirmación contenida en la
demanda y sustentada en el título que se adjunta es suficiente para que el órgano
jurisdiccional expida el mandato ejecutivo.[10]
De lo hasta aquí expuesto, los títulos ejecutivos deben contener como requisito
indispensable, una obligación cierta o veraz, expresa es decir indubitable y
exigible, por lo que, si está sujeta a plazo debe encontrarse vencido y si la
obligación está sujeta a condición, ésta debe haberse cumplido. Cuando se trata
de un título que contiene una obligación de dar suma de dinero, ésta debe ser,
además, líquida o liquidable mediante una simple operación aritmética.
Siendo que dichas resoluciones deben establecer una condena, es decir, aquellas
en la que se tenga que cumplir una obligación de dar, de hacer o de no hacer.
Son aquellos acuerdos totales o parciales a los que arribaron las partes, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 30 de la NLPT, teniendo las mismas la
autoridad de cosa juzgada y que se ejecutan exclusivamente también ante el juez
que conoció la demanda y dentro del mismo expediente. De igual manera, que en
el caso anterior si la demanda se hubiese iniciado ante una Sala Laboral, sería
competente el Juez Especializado de Trabajo, en forma aleatoria en la medida que
ya no existe el turno, como forma de determinar la competencia.
c) Los laudos arbitrales firmes que, haciendo las veces de sentencia, resuelven un
conflicto jurídico de naturaleza laboral.
En palabras de ARÉVALO VELA, el laudo puede definirse como decisión final que
emiten los árbitros dentro de un proceso arbitral condenando a una de las partes a
cumplir una obligación de dar, hacer o no hacer.[12]
Sin embargo, debemos estar frente un laudo arbitral firme, por el cual se haya
resuelto un conflicto jurídico y no aquellos que resuelvan conflictos económicos de
naturaleza laboral, el que va ser tramitado conforme a la norma general de
arbitraje, prevista en el Decreto Legislativo N° 1071, en los que no se haya
otorgado facultades de ejecución a los árbitros, según inciso 1) del artículo 67 del
referido Decreto Legislativo, pudiéndose tratar de laudos arbitrales firmes emitidos
en derecho o en equidad.
Por su parte, entre otro supuestos cuando estamos frente a una controversia
jurídica entre el empleador y el trabajador, ambos acuerden firmar un convenio
arbitral y la remuneración mensual del trabajador supere las setenta (70) unidades
de referencia procesal, el laudo arbitral que se emita, una vez firme, constituirá un
título ejecutivo.
Son títulos ejecutivos en este caso las transacciones extrajudiciales, cuando las
mismas aborden asuntos laborales, no debe tratarse de aquellos casos en los
cuales ya existe un proceso judicial, sino previas al mismo y que contengan
concesiones recíprocas y no equivalentes.
En ese sentido, el artículo 27 del citado Decreto Legislativo señala que el área de
Conciliación Administrativa, está destinada a promover el acuerdo entre
empleadores y trabajadores o ex trabajadores a fin de encontrar una solución
autónoma a los conflictos que surjan en la relación laboral. La asistencia del
trabajador y del empleador a la Audiencia de Conciliación es de carácter
obligatorio. La Audiencia de Conciliación puede ser solicitada por el trabajador, ex
trabajador, la organización sindical, por el empleador o por ambas partes. Para la
realización de la Audiencia de Conciliación debe notificarse a ambas partes, con
una anticipación no menor de diez (10) días hábiles.
La NLPT viene siendo implementada en nuestro país y no dudo que con éxito, sin
embargo, la misma fue diseñada bajo el criterio de especialidad y bajo el modelo
del Despacho Judicial Corporativo, conforme a la Resolución Administrativa N°
127-2012-CE-PJ de fecha 4 de julio del año 2012, dicho modelo requiere de al
menos un Juzgado de Paz Letrado y un Juzgado Especializado de Trabajo para
su funcionamiento.
Sin embargo, resulta ser que aproximadamente el noventa por ciento (90%) de los
expedientes que conocen los Juzgados de Paz Letrados, están referidos a la
cobranza de aportes previsionales del Sistema Privado de Pensiones, situación
que se ha visto acentuada con lo acordado en el Segundo Pleno Jurisdiccional
Supremo en Materia Laboral, que en el Quinto Tema del mismo, en relación a la
competencia de los Juzgado de Paz Letrados, se precisó lo siguiente: “5.1. ¿Son
competentes los juzgados de paz letrados para conocer pretensiones no
cuantificables? El pleno acordó por unanimidad: Los juzgados de paz letrados no
son competentes para conocer pretensiones no cuantificables, pues de
conformidad con el artículo 1 de la Ley N° 29497, Nueva Ley Procesal del Trabajo,
sólo son competentes para conocer pretensiones cuantificables originadas en
demandas de obligación de dar sumas de dinero y títulos ejecutivos, cuyas
cuantías no sean superiores a cincuenta (50) Unidades de Referencia Procesal
(URP). 5.2. ¿Son competentes los juzgados de paz letrados para conocer
pretensiones no cuantificables acumuladas con una pretensión cuantificada que sí
es de su competencia por la cuantía? El pleno acordó por unanimidad: En la
Nueva Ley Procesal del Trabajo, los juzgados de paz letrados no son competentes
para conocer pretensiones no cuantificables acumuladas con una pretensión
cuantificada que si es de su competencia por la cuantía; pues éstos únicamente
pueden conocer las materias expresamente señaladas en el artículo 1 de la Ley
N° 29497”; en conclusión, los juzgados de paz letrados no pueden conocer
pretensiones no cuantificables, aún estas estén acumuladas con pretensiones
cuya cuantía no supere las cincuenta (50) Unidades de Referencia Procesal, lo
que casi convierte a los mismos en órganos jurisdiccionales a exclusividad para
conocer la cobranza de aportes previsionales del Sistema Privado de Pensiones,
significando que la mayoría de las pretensiones sean conocidas por los Jueces de
Trabajo, los que tienen que afrontar una gran cantidad de procesos, atentando con
ello el principio de celeridad que inspira al nuevo proceso laboral, lo que hace
necesario una modificación legislativa al respecto, para que los Juzgados de Paz
Letrados asuman competencia frente a pretensiones no cuantificables acumulada
a una cuantificable no mayor a cincuenta (50) Unidades de Referencia Procesal,
dado que son órganos jurisdiccionales que han sido creados bajo el criterio de
especialidad en dicha materia.
En ese sentido, siguiendo el principio que rige para la solución del conflicto de
normas, que la norma especial rige sobre la norma general,[17] se tiene que
habiéndose establecido expresamente en la norma especial, incisos c), d) y e) del
artículo 38 del Texto Único Ordenado de la Ley del Sistema Privado de
Administración de Fondo de Pensiones, aprobado por Decreto Supremo N° 054-
97-EF, que para la ejecución de los adeudos contenidos en la Liquidación para
Cobranza de aportes previsionales del Sistema Privado de Pensiones que si se
formula contradicción, el juez expedirá sentencia dentro de los cinco días de
realizada la absolución o sin ella, no se efectuará audiencia y que
independientemente de la cuantía de la pretensión, conocerá la apelación el Juez
de Trabajo, quien expedirá sentencia dentro de los diez días de recibido el
expediente, no admitiéndose informe oral, primando dichas normas especiales,
sobre cualquier otra de carácter general.
Es importante resaltar por otro lado, que las normas del Código Procesal Civil, no
son de aplicación supletoria en forma directa a la cobranza de aportes
previsionales, en la medida que existe normas especiales que establecen el
proceso a seguir, su aplicación estará supeditada a que al respecto no exista nada
regulado ni en la norma especial, ni en la NLPT.
Sin contradicción: El segundo supuesto que puede generar dudas sobre el tipo de
resolución a emitirse, es aquel en el cual no se ha formulado contradicción y se
emite resolución ordenando llevar adelante la ejecución, supuesto no señalado en
la norma especial, pero siguiendo la misma lógica, si interpuesto el recurso de
apelación contra la citada resolución, está debe ser resuelta por el Juez de
Trabajo por una sentencia, no puede ser la resolución materia de apelación un
auto sino una sentencia, por cuanto dicha resolución también al igual que en el
primer supuesto, resuelve llevar o no adelante la ejecución. Por otro lado,
cualquiera sea la posición que se adopte tratándose de una resolución que pone
fin al proceso de ejecución, interpuesto el recurso de apelación debe ser
concedido con efecto suspensivo conforme al artículo 371 del Código Procesal
Civil y no sin efecto suspensivo y sin la calidad de diferida, en cuyo caso se
remitirá un cuaderno de copias certificadas, lo que atenta contra los principios de
celeridad y economía procesal que inspiran al nuevo proceso laboral, conforme al
artículo I del Título Preliminar de la NLPT.
Si bien el inciso b) del artículo 38 del Texto Único Ordenado de la Ley del Sistema
Privado de Administración de Fondo de Pensiones, aprobado por Decreto
Supremo N° 054-97-EF, señala que a la contradicción se deberá presentar
acompañada de la prueba instrumental que acredite sus fundamentos, salvo los
casos a que se refiere el numeral 2 del citado artículo (nulidad formal o falsedad
de la liquidación para cobranza) y el inciso 3 del artículo 446 del Código Procesal
Civil (referido a la excepción de representación defectuosa o insuficiente del
demandante o del demandado), suele suceder que la presentación de la
documentación que acredita la cancelación de la deuda, inexistencia del vínculo
laboral o el error de hecho en la determinación de monto consignado como deuda,
se realiza no con la contradicción, sino con la apelación, esto quedaría
solucionado de raíz, si como sucede con el Sistema de Planillas Electrónicas Web
(PLAME), los Jueces Laborales contaran con el Sistema AFP Net, sin embargo,
ello no se encuentra previsto, ni existe convenio alguno entre el Poder Judicial y la
Superintendencia de Banca, Seguros y AFP, pero que sin embargo, se hace
necesario por cuanto directamente se contaría con la verificación de haberse o no
realizado el pago de los importes materia de cobranza, es decir, se accedería no
sólo a lo declarado sino a lo efectivamente pagado y la oportunidad del mismo.
Mientras ello sucede, queda en manos del Juez de Trabajo, adopte alguna
alternativa de solución, la formal sería simplemente que al no haberse
acompañado las documentales con la contradicción y no encontrándose los
documentos presentados en alguno de los supuestos previstos en el artículo 374
del Código Procesal Civil, es decir, se trate de medios probatorios referidos a la
ocurrencia de hechos relevantes para el derecho o interés discutido, pero
acaecidos después de concluida la etapa de postulación del proceso o
documentos expedidos con fecha posterior al inicio del proceso o que
comprobadamente no se hayan podido conocer y obtener con anterioridad,
procederá a confirmar la sentencia apelada y ordenar se prosiga con la ejecución.
Finalmente, en el artículo 63 de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, señala que los
derechos accesorios a los que se ejecutan, como las remuneraciones devengadas
que son conocidas también como salarios caídos no percibidos por el trabajador
durante el periodo en que no prestó efectivamente servicios por razón de haber
sido despedido y encontrarse siguiendo un proceso para lograr su readmisión en
el empleo[25] y los intereses, se liquidan por la parte vencedora, la cual puede
solicitar el auxilio del perito contable adscrito al juzgado o recurrir a los programas
informáticos de cálculo de intereses implementados por el Ministerio de Trabajo y
Promoción del Empleo.
Vencido el plazo el juez, con vista a las liquidaciones que se hubiesen presentado,
resuelve acerca del monto fundamentándolo.
XI.- Conclusiones.
El proceso de ejecución es aquel referido a una serie o sucesión de actos
procesales, mediante los cuales se pretende hacer cumplir forzosamente y
consecuentemente materializar, lo contenido en el título ejecutivo.
X.- Recomendación.
Debe realizarse una modificación legislativa, para que los Juzgados de Paz
Letrados asuman competencia frente a pretensiones no cuantificables acumuladas
a una cuantificable no mayor a cincuenta (50) Unidades de Referencia Procesal,
dado que son órganos jurisdiccionales creados bajo el criterio de especialidad en
materia laboral.
[1] ARÉVALO VELA, Javier. “Comentarios a la Nueva Ley Procesal del Trabajo,
Ley N° 29497”, Juristas Editores, febrero 2011, página 249.
[2] ANACLETO GUERRERO, Víctor. “Manual de Derecho del Trabajo”, LEX &
IURIS Grupo Editorial, agosto 2015, página 772.
[5] PAREDES INFANZÓN, Jelio. “Análisis de la Nueva Ley Procesal del Trabajo,
Ley N° 29497”, Edición 2010, Editorial Multiservicios La esperanza S.A.C, página
360.
[18] GOZAINI, Osvaldo Alfredo. “La Prueba en el Proceso Civil Peruano”, Normas
Legales, setiembre 1997, Página 146. Sobre el particular señala citando a Devis
Echandía: “Para que la prueba cumpla su fin de lograr la convicción del juez sobre
la existencia o inexistencia de los hechos que interesan al proceso, en forma que
se ajuste a la realidad, es indispensable otorgar libertad para que las partes y el
juez puedan obtener todas las que sean pertinentes, con la única limitación de
aquellas que por razones de moralidad versen sobre hechos que la ley no permite
investigar, o que resulten inútiles por existir presunción legal que las hacen
innecesarias, o sea claramente impertinentes o inidóneas”.
[20] Obra citada. PRIORI POSADA, Giovanni F.; CARRILLO TEJADA, Santiago;
GLAVE MAVILA, Carlos; SOTERO GARZÓN, Martín; PÉREZ-PRIETO DE LAS
CASAS, Roberto. Página 282.
<p>
Magister en Derecho Civil y Comercial por la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos, con estudios concluidos de Pedagogía y Doctorado en Derecho en dicha
Universidad, Abogado con más de 21 años de experiencia, actualmente
desempeñándose como Juez Titular del Segundo Juzgado Permanente de
Trabajo – Zona 01 (San Juan de Lurigancho) del Distrito Judicial de Lima Este e
integrante del equipo de implementación de la Nueva Ley Procesal del Trabajo en
dicho distrito judicial, se ha desempeñado como Fiscal Adjunto Superior Titular de
la Fiscalía Superior Civil y Familia de Cañete y de Tacna, como Juez Provisional
Especializado del Sexto Juzgado de Familia y Juez Titular del Tercer Juzgado de
Paz Letrado de la Molina y Cieneguilla de la Corte Superior de Justicia de Lima.
Ha escrito artículos en diferentes revistas especializadas y en diarios de
circulación nacional, así como, ha realizado estudios de especialización en la
Escuela Judicial de Costa Rica, de Investigación Criminal en Colombia y Becario
del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Expositor, ponente,
panelista y docente en eventos académicos de Derecho Constitucional, de
Familia, Violencia Familiar y del Niño, Niña y Adolescente, Procesal Civil, Procesal
Laboral y Laboral.