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JACOBO ARENAS

DON DE MANDO FARIANO

¿Qué entendemos por Don de mando?

El Don de Mando se da no sólo en los militares sino en muchas otras personas. En los militares
el Don de Mando adquiere singular importancia. Sin él, los militares, quienes siempre estarán
dando ordenes, andarían como hablando un idioma que nadie entiende ni querría entender.
Vamos a definir cómo se da el Don de Mando:

A.

El Don de Mando se da en dos vertientes principales: Una como ATRIBUTO PROPIO, del que
nace con él, es decir, que tal atributo es parte de su personalidad, de su carácter, de su estado
anímico, de su estado interno, psicológico. Que es así y no de otra manera. Es como quien dice:
Su ilusión, su modo de ser, y se da en la persona que manda tropas como se da el talento en el
músico, en el pintor, en el escultor, en el poeta, en el escritor o simplemente en aquellas
personas que responden preguntas o interrogantes, y esas respuestas son de profundidad y
como tales, despiertan interés, promueven inquietudes, porque llegan a la psiquis, a la mente de
la gente, como una semilla presta a germinar, es decir presta a nacer, crecer y expandirse en el
pensamiento, en la conciencia de los demás.

El atributo Don de Mando se da en muchas personas, aunque aquellas no sepan qué es Don de
Mando, aunque no hayan leído o estudiado los libros, los manuales (muy limitados por ciento)
que tratan esta importantísima cuestión, mucho más importante si se trata de militares. Este
atributo propio y que en algunas personas es parte de su personalidad, dado en esta vertiente,
irá incrementándose en calidad y talento en el proceso de la práctica, a través de la experiencia.

B.

La otra vertiente en que se da el atributo Don de Mando, es la práctica, la experiencia,


adquirida cuando se mandan tropas, grupos de hombres, que tengan como base una
organización militar.

En la práctica se adquiere Don de Mando, pero se necesita que quien manda, lo haga con cierta
dosis de talento.

¿Qué es talento?

1.

En la historia hallamos muchos hombres de talento. Entre los grandes maestros de la música
hallamos a Beethoven, Mozart, Schubert, Albéniz, Rimsky Korsakov, no igualados hasta ahora.
Esto no quiere decir que no haya otros músicos de talento. Los hay, pero los de mayor talento
son los nombrados.

De la misma manera hay pintores geniales y talentosos como Leonardo da Vinci, Miguel
Angel., Pablo Picazo, David Alfaro Sequeiros, Diego Rivera, no igualados hasta ahora. Esto no
quiere decir que no haya otros pintores de talento. Los hay, pero los de mayor talento son los
nombrados.

En literatura hallamos hombres y mujeres de talento como Dante Alighieri, Henry Barbuse,
Emilio Zolá, Shakespeare, Simone de Beauvoir, Miguel de Cervantes Saavedra, Balzac y
muchos otros.
De la misma manera entre los poetas, entre los filósofos y economistas como Marx, Engels y
Lenin; entre los ideólogos, políticos., Estadistas, escritores, y entre los militares como
Napoleón Bonaparte, Bolívar, San Martín, Shukov, Kóniev, Timochenko, genios del arte
militar hasta ahora no superados. Hay muchos otros hombres de talento militar, pero los de
mayor talento han sido los nombrados. De la misma manera en todas las manifestaciones de la
vida, la ciencia, las matemáticas, la física, la medicina, la biología, la sociología, la sicología
etc.

2.

De Bertha Sigerman se dice y escrito que es la poetisa y declamadora de mayor talento en el


mundo. De Irma Sumac se dice y escrito que es la mujer de mayor talento en el mundo como
soprano y es una india peruana. En la narrativa y en la novelística se dice, que Gabriel García
Marquez es el escritor de mayor talento en los últimos tiempos. ¿Por qué? Porque sus obras
responden al nivel de desarrollo técnico, científico, cultural y humano de la sociedad y,
además, porque la técnica narrativa de García Marquez ha logrado encarnar en sus personajes
lo común de los hombres y fenómenos de estas sociedades subdesarrolladas, y porque va
directo a la psiquis del lector y pone en acción sus más hondas fibras humanas.

3.

Cuando alguien hace cosas bien hechas, cosas que sirven de ejemplo, cosas que perduran en la
mente de la gente, cosas a conciencia, con suficiente inteligencia, cosas que llaman la atención
en todo sentido, cosas que revelan acierto, se les dice que es alguien de talento.

4.
2
En lo militar un cuadro de talento será aquel quien todo lo que haga sea ejemplo de raciocinio,
de acierto, de elaboración de pensamiento, de sensatez, de claridad, de precisión, de
objetividad; realista, concreto, preciso, oportuno, audaz, cuya labor sea de beneficio individual
y colectivo y produzca satisfacción en los individuos y en las colectividades.

5.

El Don de Mando se manifiesta a plenitud cuando quien manda es obedecido con satisfacción,
con agrado. Si es al contrario el Don de Mando no se expresa, es decir, quien manda no tiene
Don de Mando.

Hay aquí una relación directa, anímica, psicológica entre el mando y el subordinado, entre el
que ordena y el que ejecuta la orden. Si esta relación no tiene lugar a plenitud, tampoco la
orden se cumple a plenitud aun cuando parezca que se ha cumplido desde el punto de vista de
su realización concreta, pero es posible que haya cumplido a costa de producirse algún
fenómeno psíquico en el subordinado, que más tarde puede tomar otras formas de reacción
negativa y alterar la relación entre quien manda y quien ejecuta. Esto ocurre cuando la orden es
recibida y cumplida por temor, como algo impuesto contra la voluntad, como una agresión a la
personalidad, y es cuando las reacciones psíquicas adquieren diversas manifestaciones y hacen
aparición más tarde en los diversos órdenes de la vida del subordinado que puede, inclusive,
llegar a ser mando, pero afectado por grandes complejos psíquicos de inferioridad y
superioridad. Esta es una cuestión de suma importancia y debe tenerse en cuenta si es verdad
que nosotros trabajamos con vista al futuro, con vista a la forjación de un ejército
revolucionario grande.

6.

Lo anterior no puede ser entendido si uno no conoce un poquito de psicología humana. La


inmensa mayoría de la gente tiene o tenemos complejos. En unos son marcados complejos de
inferioridad y en otros marcados complejos de superioridad. Todo el mundo dispone de unos y
de otros. Ocurre que todos nosotros hemos sido, de una u otra manera afectados en nuestra
psiquis, en nuestra mente, por una o una serie de pequeños o grandes problemas en nuestra
vida.

Lo primero que nos ocurre a todos los seres vivientes, es aquel espectáculo de la naturaleza
cuando uno nace. Ha estado nueve meses en el vientre materno bajo comodidades que no se
dan para nadie en lo externo. Allí uno no se ocupa de nada. Todo le es dado a manos llenas por
la naturaleza. Está en reposo y al mismo tiempo en desarrollo. Ni siquiera sufre las
consecuencias del hambre, del calor, del frío; no sabe qué es el sufrimiento, ni se tiene
conciencia del dolor. Y al nacer, se encuentra con que ha llegado a un medio completamente
distinto, hostil. Hasta el aire que antes recibía a través de la madre, ahora se le hace fastidioso.
Antes no tuvo que buscar alimentarse y ahora comienza a hacerlo y en ello encuentra grandes
dificultades, grandes problemas y frente a los cuales se halla impotente.

Como dice el poeta: “Brota por entre el convulso valle de las piernas, con la frente arrugada
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como si adivinara el difícil conato de vivir”.

De este espectáculo, de lo nuevo no conocido, de un ambiente enrarecido para el recién nacido,


queda en la psiquis el primer trauma humano. Y luego de acuerdo a como uno se ha criado,
tratado, conducido, formado, educado, tendrá más o menos traumas y en consecuencia más o
menos complejos.

Pero volvamos a la cuestión del Don de Mando.

Muchos piensan que el Don de Mando se da en quien más grite, más gesticule, aparentemente
sea más enérgico, tenga buena presencia y hable de lo que sabe o de lo que no sabe. Pero no, el
Don de Mando lo posee quien manda y es obedecido con satisfacción, con agrado. De esta
manera la orden se cumple a cabalidad. Así mismo surge en el subordinado la iniciativa
creadora, se siente orgulloso de cumplir la orden de su superior, comprende la relación entre el
mando y él, quien la va a materializar en la práctica, esto es, la orden verbal que ha recibido se
va a materializar, sale de la mente y se transforma en algo concreto. He aquí el atributo de
saber mandar.

D.

Para que el Don de Mando vaya adquiriendo nuevas dimensiones, nuevas cualidades, hay la
exigencia de que quien manda tenga la suficiente autoridad, autoridad que proviene del
carácter, del estado anímico de quien manda, de su vida limpia, sin objeciones, de su modo de
ser con los compañeros, de su espíritu solidario para con los demás, de su sana camaradería, de
su disposición de ánimo, de su firmeza y al mismo tiempo de su jovialidad, de su valentía, de
su desarrollo cultural, de sus avances en el dominio del conocimiento, del respeto que observe
para con los demás, acompañado todo aquello de dominio político, ideológico, de solidez en el
conocimiento del mundo y de su país, de saber con que fin manda, por qué, en razón de qué y
para qué.

Como quien dice, autoridad sólida, autoridad que necesariamente debe provenir de la suma de
cualidades ya dichas, para que no vayamos a confundir otras formas de autoridad que pueden
darse en muchos cuadros sin la suma de las cualidades de que venimos hablando. Esta sería
también autoridad, pero como adolecería de las cualidades básicas, en cualquier momento
deteriora, termina.

Esta cuestión de la autoridad se manifiesta no solamente en lo militar sino en todas las


manifestaciones de la sociedad, más exactamente en toda la actividad del hombre.
Los cuadros militares deben tener muy en cuenta cuestión tan importante con el fin de evitar
equivocaciones en cuanto a la autoridad de los mandos militares revolucionarios.

E.

Quien manda está obligado a saber a quién manda, cómo está compuesta su unidad, qué modo
de pensar, de proceder, tiene cada uno de sus hombres, qué dificultades y problemas tiene cada
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uno y cual es el origen de aquellas dificultades y problemas, cómo es el carácter de cada uno,
cómo reacciona cada uno, para que el mando sepa cuando manda, a quién manda y cómo debe
mandar.

F.

Las formas autoritarias y militaristas del mando, las formas discriminatorias y lesivas de la
personalidad no son formas de mando comunista.

Tampoco las formas liberales. Quien hace concesiones para congraciarse con sus subordinados,
para aparecer agradable y bueno, no tiene Don de Mando. Quien es enérgico y exigente y al
mismo tiempo inhumano, no hace más que rebajar su autoridad de cuadro al mando.

El verdadero Don de Mando no puede darse sino cuando se han creado determinadas
condiciones, determinado ambiente psicológico. Si no media esta circunstancia, la orden, la
instrucción, el mandato, no pueden ser recibidos con satisfacción. El que esto escribe tuvo una
experiencia notable de hombres de mando en el Ejército.

Había un Coronel ejemplo de Don de Mando. Cuando íbamos a orden abierto o cerrado. A una
instrucción cualquiera de orden militar, mandaba círculo en torno de él, hacía poner cómodos a
los hombres de tropa y comenzaba a contar hermosas historias guerreras, sobre gestas
militares, sobre grandes hombres conductores de ejércitos, sobre victorias y también derrotas.
En ocasiones disertaba sobre cuestiones del arte y la literatura, sobre ciencia y sus últimos
adelantos, sobre política, filosofía, historia.

Era un hombre diserto y muy culto. Seguramente era un hombre muy leído y un conversador
apasionante. En medio de la conversación preguntaba: “¿Tienen sed? ¿, ¿Qué piensan?, ¿Se ha
entendido bien lo que he hablado? Quien no esté claro dígalo para aclararle, tengo el mayor
gusto”.

Contaba cuentos muy agradables. De pronto ordenaba formar y en la formación decía: “Vamos
a trabajar un poco pero duro, vamos a dar todo lo que tengamos para ser los mejores de la
guardia presidencial" Y comenzaba a mandar y no hubo entre 700 hombres de tropa quien no
realizara su mandato con satisfacción... se podría agregar... con honda satisfacción, y uno veía
que él se crecía cuando mandaba y uno se sentía crecido con él. Quien esto escribe se percató
de que este fenómeno psíquico se da, porque en el hombre al mando hay el atributo conocido
como el verdadero Don de Mando.

G.

La gente tiende a copiar, a parecerse a sus instructores, a sus profesores, a sus maestros.
Copiamos ciertos rasgos de estilo, del mismo carácter, manera de ser, gestos, mímicas, que al
educando le parecen interesantes y se van fijando en su propio estilo, y si se quiere, modelando
un nuevo estilo.

Si uno oye un discurso o una conferencia, una disertación que le lleguen a la conciencia, le
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produzcan estímulos psíquicos, le obliguen a reelaborar pensamientos, uno, aun cuando no lo
quiera, tiende a copiar a quien oye y lo copia con satisfacción, aun cuando después no pueda
reproducir el personaje tal cual es, pero si en sus rasgos más generales, más característicos. Se
puede estudiar el caso de las personalidades fuertes, atrayentes, carismáticas. Uno copia todo lo
que parece interesante. Lo que puede más tarde descartar, lo que cree puede mejorar su
personalidad. Es la condición del hombre. Aquí en Colombia hay una cantidad de oradores que
tratan de copiar a Gaitán o a Laureano Gómez, o a Carlos Lozano, verdaderos monstruos de la
palabra.

Hay casos psíquicos de personalidades atrayentes, carismáticas, que la gente oye o ha oído con
deleitación, con entusiasmo, con agrado, con satisfacción, aun cuando lo oído no vaya en
beneficio directo de la personalidad del oyente.

Ese fue el caso del antisemitismo, del racismo, del militarismo, del fascismo. Todos sabemos a
qué abismos ha conducido esa concepción reaccionaria del mundo y del hombre. Pero los que
escribieron, los que llevaron esas ideas reaccionarias a las masas, especialmente en Europa,
fueron personalidades carismáticas. Por ejemplo, Hitler fue un enfermo mental, un paranoico
de la misma manera Mussolini, pero carismáticos. Por eso la Segunda Guerra Mundial resultó
tan atroz y tan sumamente costosa. ¿Que tal un maestro, un educador, un instructor militar, un
mando que tenga grandes defectos, cometa errores y faltas, sea ligero, irresponsable y, en vez
de aciertos cometa desaciertos? ¿Si la tendencia de la gente es copiar a las personalidades
superiores qué le pasaría a la gente en este caso?

H.

Lo anterior es lo determinante en cuanto al atributo Don de Mando. Pero en la lucha por el


perfeccionamiento de este atributo se pueden agregar otras cosas de mucha importancia como:

1. Claridad y precisión en quien manda u ordena.

2. Capacidad de verificación del mando en el sentido de cerciorarse de sí sus ordenes han


llegado claras, nítidas y precisas al cerebro de quien las recibe. Porque si el mensaje, esto es, la
orden, no ha llegado clara, precisa, nítida al cerebro, y no distorsionada, confusa, o que se
preste a confusión, así es reflejada en el cerebro de quien va a ejecutar la orden y en
consecuencia será cumplida incorrectamente, no cumplida, o cumplida de manera distinta o
simplemente convertida y cumplida en otra orden distinta. ¿Cómo cerciorarse de que uno ha
dado una orden clara, precisa, nítida, que el subordinado cumplirá correctamente? Uno debe
decir al subordinado: “¿Está claro?, ¿Ha entendido bien?, Repita lo que he dicho, ¿qué es lo
que va a hacer? ¿Explique cómo entendió lo que va a hacer?” En fila”: ¿Está claro para todos?
¿, ¿Quién no está claro?, ¿Quieren que vuelva a repetir?”

I.

Cuestiones de la voz clara, enérgica. Una voz débil no tiene atributo de mando. Uno cuando
manda tropas tiene que respirar vida, energía.
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Pero no una energía postiza, una energía de momento, sino una energía que se exprese en todo,
en la actividad consciente del cuadro. La voz fuerte y clara es atributo del mando. No el grito
estentóreo o de mal gusto.

J.

La presentación. Si uno está dando ordenes con la bragueta desabotonada, la camisa


por fuera, las botas con los cordones sueltos, etc. está lesionando su posible Don de Mando.
Pero si exagera su presentación, si pierde la modestia., La sencillez, el humanismo, también
está lesionando su posible Don de Mando.

K.

Cuando está mandando debe estar absolutamente seguro de que lo que manda no puede dejar
margen de duda, tiene que hacerlo a conciencia porque de lo contrario no podrá ser claro., Si
no confuso. Si uno tiene seguridad de que quien recibe la orden no está en posibilidades reales
de cumplirla., Psíquicamente no está ejerciendo influencia en la mente de quien está recibiendo
la orden y en consecuencia éste no podrá cumplirla a cabalidad. Esto también hace parte del
talento del mando.

L.

Hay mandos, inclusive mandos nuestros, que le hablan horas enteras a su unidad sobre uno o
diversos temas, sin despertar el menor interés en sus oyentes. Ni siquiera se percatan de que la
gente puede experimentar cansancio y siguen hablando solos, y así pierden su tiempo y se lo
hacen perder a los demás. Por eso el método es pensar bien, muy bien, primero qué es lo que
uno va a decir, lo que va a explicar.

Aquí surge una cuestión de máximo interés para aprender a dirigir a las personas, para plantear,
explicar, hablar sobre uno o varios temas. Generalmente la gente tiende a resolver las cosas en
su pensamiento y quien no disponga del método adecuado, de la misma manera va hablando, y
es cuando surgen los planteamientos imprecisos, borrosos, sin contenido. En estas condiciones
lo que uno esté diciendo es confuso, borroso, y así va al cerebro de los oyentes, y por eso lo
que uno está diciendo no despierta interés en el oyente.

Por eso toda disertación, todo lo que se habla, puede tener estructura, por ejemplo: uno debe
acostumbrarse a decir en toda conversación o instrucción en fila:

Voy a exponer primero los temas que hoy vamos a tratar. Por ejemplo, decir: Hoy vamos a
tratar cuestiones relacionadas con la disciplina, en cuanto a la guardia, en cuanto al excesivo
ruido que hacemos, en cuanto a los problemas relacionados con el casino y en cuanto a nuestro
plan militar de emergencia, es decir, que trataremos hoy cuatro temas importantes que les
explico así:

Primero: la cuestión de la disciplina, de acuerdo con el reglamento de régimen disciplinario...


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etc.

Segundo: En cuanto al ruido... ya que por ningún motivo debemos continuar así, por estas o
aquellas razones.

Tercero: En cuanto al casino, esto o lo otro... y se explica.

Cuarto: En cuanto a nuestro plan militar de emergencia... Esto y lo otro y se explica. Acto
seguido la conclusión o conclusiones y ahí mismo preguntar: “¿Hemos quedado claros?, quien
tenga alguna duda diga, para explicarle, que lo haré con el mayor gusto”.

Finalmente digamos algo sobre el Régimen Interno

El mando no tiene por qué reemplazar con una orden tras otra el habitual régimen interno
general, que como régimen interno particular actualiza para las condiciones concretas del lugar,
del cuartel, del campamento, de la Columna, de la Compañía o de la Guerrilla en orden público
o en campamento, actualiza, decimos las normas de comando.

Las Normas Internas de Comando contienen el Régimen Interno General de todas las
unidades de las FARC, esto es, de todo el movimiento, pero no son el Régimen Interno
Particular de cada unidad.

El régimen interno de cada unidad lo elabora el mando de cada unidad.

Pero si todo el personal de un Frente está en un solo campamento, habrá un solo régimen
interno para tal campamento.

Si un Frente destaca a diferentes tareas, Columnas, Compañías. Guerrillas, Escuadras, cada una
de estas unidades dispondrá de su régimen interno particular que se elabora por el mando bajo
el espíritu del Régimen Interno General, o sea las Normas de Comando.

Los guerrilleros tendrán dificultades para entender el Régimen Interno Particular de su unidad,
si antes no se han hecho conciencia del Estatuto de las FARC, del Reglamento del Régimen
Disciplinario y las Normas Generales de Comando.

Por eso una de las tareas diarias de los comandantes al mando de tropas farianas es la de
inculcar la letra y el espíritu de estos documentos fundamentales en la formación de la
disciplina militar proletaria de los combatientes farianos.

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Manuel Marulanda Vélez

FUNCIONES DEL MANDO Y DON DE MANDO

Algunas recomendaciones sobre las funciones del mando y parte del Don de Mando, con base
en la experiencia de muchos años de lucha que hemos visto de los años 50 hasta 1983.

1.

La autoridad de mando sólo se puede conseguir mediante el acierto u análisis de todos los
fenómenos políticos y económicos del país, a raíz de la realidad, producto de un profundo
estudio marxista y leninista aplicado a nuestras propias condiciones político-militares para
poder mantener las tropas a nuestra responsabilidad armadas de la teoría revolucionaria, así
como a las grandes masas que están en busca de un cambio de importancia.

Puesto que los mandos o comandantes que piensen que las luchas se pueden dirigir sin antes
conocer muy bien parte de todo el desarrollo político del cual todos los revolucionarios tienen
que estar atentos, aprovechar cualquier coyuntura favorable para hacer de él una poderosa arma
de combate en defensa de los intereses de las masas, cuando es necesario más urgente la
acción, ya sea en la parte política o militar, pero siempre teniendo en cuenta que estas dos cosas
son combinadas. Así, el comandante no puede ser una persona ciega, desorientada y siempre
sus actividades tienen que estar ligadas al estudio permanente y confrontándolo con las
realidades que viven.

2.

La autoridad de mando solo se consigue mediante la destreza con que cada uno de los mandos
político-militares dirijan una parte del movimiento: Ya sea una Columna, Compañía, Guerrilla
o Escuadra, con base en los planes militares y políticos emanados de los organismos
superiores, donde todas las tropas salgan triunfantes de cada una de las acciones y en

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cualquiera de los campos. La táctica, la pericia, el grado de preparación para las tropas, el
trabajo para la capacidad o por capacitar a todos sus combatientes, el orden, el espíritu de
sacrificio, la fidelidad a los principios básicos y el respeto, con todo ello son los elementos que
le pueden dar un buen Don de Mando y escalonar posiciones respetables en todas sus
actividades.

3.

La autoridad de mando tiene que ver con la planificación y disposición combativa de sus
unidades para atacar al enemigo o defenderse de él, donde el personal se sienta seguro cuando
va al combate bajo la dirección de un comandante o comandantes con base en el cumplimiento
de los planes generales por los frentes u otros organismos superiores. Sobre la base de que él o
los subordinados comprendan la misión muy claramente y que la cumplan como un deber con
los principios y no como una imposición de una persona u organismo superior, sino porque
tiene un compromiso con la revolución por la emancipación de un pueblo. Porque cuando uno
cumple una tarea por voluntad propia y por ser un deber con el cual se ha comprometido como
revolucionario y lo hace por temor a los organismos o a una persona, esta tarea no funciona
muy bien, porque cuando se presentan las dificultades las cosas para uno son insolubles.

Porque cuando un comandante pierde autoridad con sus tropas en el campo del combate y por
los desaciertos en la aplicación de los planes, nadie de las tropas quiere estar a su mando,
porque lo considera un fracaso para sus vidas. Y perdida la autoridad ante el enemigo.

Las tropas que siempre un comandante las conduce al éxito, está cumpliendo con su deber y
además adquiere Don de Mando.

4.

La autoridad de mando se consigue mediante el buen entendimiento con todos sus subalternos,
miembros de dirección medios y organismos superiores. Con base en la buena aplicación de
todos los planes. Porque comandante que no cumple ni hace cumplir los planes de los
organismos superiores es comandante que encontrará el rechazo de sus unidades, porque dentro
de ellas hay quienes son conscientes de dicha misión y este impide el buen desarrollo de las
actividades. Además, se presenta para una serie de conjeturas de sus unidades. Con una
suficiente armonía, cordialidad, sencillez, fraternidad, seriedad y trato correcto a todos los
problemas grandes o pequeños, encontrará el respaldo y apoyo total de unidades y organismos
superiores, y así estará cumpliendo con funciones del mando y adquiriendo el Don de Mando
requerido para la conducción de tropas al buen éxito.

5.

La autoridad de mando se consigue mediante el buen análisis de cada una de las situaciones
que se presenten dentro del área de operaciones a su cargo, ya sean de carácter militar o
político u organizativo, antes de que por falta de análisis político cause estragos una
orientación, cualquiera sea, en las tropas de combate. El medio que utilice el mando para
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sostener la situación y su eficacia con que lo haga y se entienda pueda ayudarle en el Don
manteniendo mayor autoridad en las tropas a su mando. Todo ello tiene que ver con las
orientaciones a su debido tiempo y con prontitud de acuerdo a la gravedad de la situación,
cuando hay situaciones que requieren de pronta solución.
Las medidas para solucionar la variedad de problemas que a diario se presentan no pueden
dejar de pasar en ninguno de los planes en marcha.

6.

La autoridad de mando se consigue mediante la capacidad que se tenga y habilidad para


resolver los problemas individuales y colectivos del personal, porque comandante que no
resuelve ni uno ni otro caso pierde autoridad en todas sus unidades al mando. Si estas cosas son
resueltas favorablemente, de acuerdo a la situación, este mando cuenta con autoridad para el
desarrollo de las actividades diarias conforme a la vida reglamentaria. La experiencia enseña
que los mandos tienen que mantener ocupados de los planes generales y además hasta de
algunas pequeñeces de la vida cotidiana, porque tanto lo uno como lo otros tienen que generar
una completa dinámica en todo el mando para poder cumplir con todas las funciones del
mando.

7.

La autoridad del mando se consigue mediante la capacidad psicológica que se tenga para
introducir en sus tropas el espíritu de trabajo, dando cada uno lo que tiene, haciendo de ello el
trabajo creador y progreso para el futuro de la nueva sociedad, puesto que cada uno de los
comandantes debe dejar algo para las nuevas generaciones, porque comandantes que no
piensen en esas condiciones están muy atrás de lo que corresponde al desarrollo de las
condiciones de vida de la nueva sociedad.

De la misma manera ocurre con la instrucción militar y política para poder colocar las tropas en
condiciones de combatir con cualquier enemigo el tiempo que sea necesario. Puesto que, si las
tropas están armadas de la teoría revolucionaria y militar, están llamadas a triunfar en
cualquiera de los terrenos.

Esto les da seguridad y confianza a los combatientes en las orientaciones a sus comandantes y
así el mando tiene una gran garantía puesto que hay mutua confianza entre tropas y
comandantes.

8.

La autoridad de mando se logra mediante el buen entendimiento con todos los organismos
políticos y militares, manteniendo la unidad y cohesión de todos en pro de un gran proceso, en
pro de salir de una de las situaciones difíciles con éxito y porque las cosas nunca tengan un
gran retroceso.

Cumpliendo eficazmente las decisiones de los Frentes u otros organismos con gran espíritu de
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partido, de sacrificio, dando cuanto sea necesario para la causa, suficiente talento, sin ir a una u
otra parte, para evitar el desvío de los principios revolucionarios que norman las actividades de
los comunistas conscientes de causa.

9.

La autoridad de mando se consigue mediante un buen trato a la población civil, respetando sus
intereses, escuchando sus quejas y resolviéndolas favorablemente sin ningún compadrazgo.
Tomando una línea recta para todos los asuntos, ya sean grandes o pequeños, de conformidad
con todos los principios que caracterizan a los revolucionarios con base en el mandato de los
organismos superiores. Puesto que la base de masas es donde todos los revolucionarios se
nutren de todos los ingredientes para el desarrollo de sus fines políticos y militares cuando así
lo exigen las condiciones de acuerdo a la situación.

10.

La autoridad de mando se consigue mediante la corrección de todo género de indisciplina


dañina a la colectividad, mediante la buena enseñanza en todos los aspectos hasta la superación
de todo el personal. Si un comandante acepta la violación de la disciplina, la descomposición,
la chismografía, la corrupción, la embriaguez, el despilfarro, la libertad en forma liberal u otra
forma, el maltrato entre compañeros y muchas otras cosas que tienen que ver con la
indisciplina, es comandante que está llamado al fracaso y así nunca adquiere el Don de Mando
en lo interno menos en lo externo.

El buen comandante no es aquel que no presta atención a todas estas cosas en referencia,
cuando estamos buscando un cambio de lo malo por lo bueno y de gran beneficio. Hay que oír
y hacerse oír tratando los problemas con sencillez, pero con seriedad y suficiente claridad.
Estas son bases que permiten mejorar su condición de mando. Pero también resolviendo los
medios de subsistencia de acuerdo a sus condiciones presupuestales. Compartir las alegrías y
también las amarguras de los combatientes cuando se presentan. Ya sea de carácter familiar o
por fracaso en la guerra.

La autoridad de mando se consigue mediante la capacidad que se tenga para resolver los
diversos problemas políticos y militares que de sorpresa se presenten, ya que las cosas en
permanente movimiento, puesto que hay momentos en que los cambios lo sorprenden a uno y
para ello es necesario actuar sin salirse de los marcos que lo rigen.

Estos cambios no solo se presentan en lo político sino en la aplicación militar, puesto que la
tecnología es cada vez más avanzada en este campo.

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