Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
De acuerdo con el Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra) los casos más frecuentes que
ameritan un trasplante de órganos son: la insuficiencia renal crónica y cardiaca, padecimientos
que afectan la forma y transparencia de las córneas, y generan problemas en los riñones o el
hígado. En México se realizan trasplantes médula ósea, hueso, válvulas cardiacas, riñón, corazón y
pulmón. Existen más de 400 hospitales sociales, públicos y privados, que llevan a cabo operaciones
de este tipo. Uno de los criterios que se utilizan para aprobar la operación es el tiempo de espera
que ha tenido el paciente. Otros motivos a tomar en cuenta son de orden médico y se refieren a la
urgencia ante la inminente pérdida de vida, a la oportunidad del trasplante, los beneficios
esperados, así como la compatibilidad entre el órgano donado y el receptor.
Los órganos y tejidos que se utilizan en este método son producto de las donaciones que realizan
las personas, quienes pueden gozar de una excelente salud, padecer una enfermedad terminal o
que han perdido la vida. Lo más importante, es que se debe contar una previa autorización de ellas
o de la familia para utilizar su cuerpo.
Un caso insólito
En agosto pasado se registró un hecho inédito para la medicina mexicana. Una persona
hospitalizada en el Centro Médico Nacional “La Raza” necesitaba un trasplante de corazón; sin
embargo éste se encontraba en un hospital de la Secretaría de Salud de Guanajuato.
Por tal razón, diversas instituciones de salud, judiciales y de seguridad pública se organizaron para
trasladar vía aérea el corazón, salvaguardado por cuatro médicos. Lo insólito del caso es que este
órgano fue trasladado en un tiempo récord, debido a que tiene una tolerancia muy reducida en
cuanto al tiempo que puede permanecer fuera del organismo humano, sin perder su
funcionalidad.
http://www.salud180.com/salud-z/trasplante-de-organos-es-vital-para-la-sociedad
Qué es un trasplante?
Un trasplante consiste en trasladar un órgano, tejido o un conjunto de células de una persona
(donante) a otra (receptor), o bien de una parte del cuerpo a otra en un mismo paciente. Existen
muchas razones por las cuales un paciente deba someterse a un trasplante; sin embargo, una de
las razones más comunes es tratar de reemplazar algún órgano o tejido enfermo o lesionado y
sustituirlo por uno sano. El donador del órgano o tejido a trasplantar no necesariamente debe ser
una persona con vida. Si una persona donadora sufre muerte cerebral, sus órganos pueden ser
conservados por medio de diversos métodos con la intención de que su funcionamiento no se vea
afectado y sea de utilidad para otro paciente que los requiera. La lista de órganos y tejidos
trasplantables incluye: pulmón, corazón, riñón, hígado, páncreas, intestino, estómago, piel,
córnea, médula ósea, sangre, hueso, entre otros, siendo el riñón el órgano más comúnmente
trasplantado a nivel mundial. Aún y cuando la idea de trasplantar un órgano o un tejido pueda
parecer sencilla, existen diversos limitantes que hacen que esta no sea una tarea fácil. Cuando el
órgano o tejido donado no proviene de la misma persona o de alguien genéticamente idéntico (un
gemelo), antes de realizar cualquier procedimiento se debe tomar en cuenta la “compatibilidad”
que exista entre el donante y el receptor. De no ser así, el sistema inmunológico del receptor
reaccionará de manera negativa al trasplante y lo rechazará poniendo en riesgo el procedimiento y
la vida del paciente. Los trasplantes, como cualquier procedimiento quirúrgico, suponen riesgos
que deben ser discutidos detenidamente con el médico tratante. Sin embargo, son un método
terapéutico que puede ofrecer beneficios importantes y mejoras en la calidad de vida del
paciente.
Se trata del reemplazo de un órgano vital enfermo, sin posibilidad de recuperación, por otro sano.
Es un tratamiento médico indicado cuando toda otra alternativa para recuperar la salud del
paciente se ha agotado, que sólo es posible gracias a la voluntad de las personas que dan su
consentimiento para la donación.
Los órganos que se trasplantan en Argentina son: riñón, hígado, corazón, pulmón, páncreas e
intestino. Los tejidos: córneas, piel, huesos, válvulas cardíacas. En ambos casos, los trasplantes se
efectúan a partir de donantes cadavéricos. También se trasplantan células progenitoras
hematopoyéticas –de médula ósea o sangre periférica–, cuya modalidad de donación es distinta a
la de los órganos y tejidos, ya que su extracción se realiza en vida.
En cuanto a la donación de vivo, de acuerdo con la normativa vigente que prevé y regula esta
posibilidad, se limitará a situaciones en las cuales puedan esperarse grandes posibilidades de éxito
del trasplante. En principio, puede ser donante vivo cualquier persona adulta y sana, que sea
compatible con el receptor, aunque no se puede olvidar que esta situación también comporta una
serie de riesgos, como cualquier operación quirúrgica.
¿Qué es la donación?
La donación es un acto altruista por el cual una persona, o su familia, manifiesta la voluntad que, a
partir del momento de su muerte, cualquier parte de su cuerpo que sea apta para el trasplante
pueda ser utilizada para ayudar a otras personas. Además del trasplante procedente de donante
cadáver, una persona enferma también puede recibir un órgano o un tejido de donante vivo. La
inmensa mayoría de los trasplantes son de donante cadáver, pero en determinadas circunstancias
se puede obtener un órgano (un riñón, por ejemplo) o una parte de un órgano (parte del hígado) a
partir de un donante vivo, siempre que este hecho no represente poner en peligro su vida.
¿En qué circunstancias tiene que producirse la muerte para poder donar los órganos y
tejidos?
Para poder donar los órganos y los tejidos, el donante tiene que morir en un hospital (después de
una parada irreversible de las funciones cerebrales o de las funciones cardiorespiratorias, sin que
haya posibilidad de recuperación). Sólo de este modo podrá mantenerse el cuerpo artificialmente
desde el momento de la muerte hasta el de la extracción.
Cuando una persona se plantea la posibilidad de ser donante y decide hacer donación de sus
órganos y tejidos con el fin de que sean trasplantados para ayudar a otras personas, la primera
cosa que tiene que hacer, y la más importante, es comunicar su decisión a la familia y los amigos
más íntimos. Ellos serán los primeros a quienes se consultará la posibilidad de la donación después
de la muerte, esperando que respeten la voluntad del donante.
También se puede rellenar un carné de donante y llevarlo siempre con la documentación personal
como prueba de la decisión tomada. Es un carné que no le compromete y del cual puede
deshacerse en cualquier momento si cambia de opinión.
¿Cómo se respetará la voluntad del donante de órganos y tejidos después de su muerte?
Cuando se ha hecho todo lo posible, se han utilizado todos los medios para salvar la vida de una
persona y los médicos no relacionados con los trasplantes confirman el carácter irreversible del
proceso, se certificará la muerte de acuerdo con los criterios médicos y legales establecidos en
estos casos. Una vez certificada la muerte, el equipo médico de trasplantes valorará qué órganos y
tejidos pueden servir para mejorar la salud o curar a otras personas. Si la donación es posible, el
coordinador hospitalario de trasplantes comprobará la voluntad expresada en vida por el donante
con todos los medios a su alcance, pero principalmente lo consultará a su familia.
No hay ninguna diferencia en relación con otra muerte hospitalaria. La extracción de órganos y
tejidos, que se hace en condiciones estériles y en una sala de operaciones apropiada, es una
operación practicada por un equipo médico y de enfermería calificado. El cuerpo no queda
desfigurado y siempre se trata con el máximo respeto.
La manera más justa y equitativa de distribuir los órganos que se obtienen es seguir el
orden de la lista de espera de forma que, cuando hay un órgano disponible, se adjudica
al paciente que ocupa el primer lugar o al que necesita el trasplante más urgentemente. Por
otro lado, los órganos extraídos después de la muerte no se pueden conservar
indefinidamente y se tienen que trasplantar en un intervalo de pocas horas. Por lo tanto, no
se pueden destinar a alguien en concreto en el caso de donante cadáver. Sólo en el
trasplante de un órgano de donante vivo se puede adjudicar a alguien en concreto,
generalmente un familiar directo (padre o madre, hijo o hija, hermano o hermana) o un
amigo o amiga.
En principio, no hay límite de edad para ser donant, mientras se sea mayor de edad.De
hecho, durante los últimos años se ha constatado un aumento de la media de edad de los
donantes.
Se trata de destinar los órganos más adecuados a cada paciente de acuerdo con su situación
clínica y su estado general. El equipo médico valora en cada caso la presencia de cualquier
problema de salud (determinadas infecciones, cánceres, envejecimiento excesivo del
órgano, etc.) que pueda invalidar un órgano o un tejido para el trasplante.
Si una persona desea donar su cuerpo a la ciencia se debe poner en contacto con las
facultades de medicina o centros de investigación de su ámbito.
¿Qué es un trasplante?
¿Qué es un trasplante?
Todas las personas enfermas con insuficiencia renal que son tributarias de un tratamiento
de diálisis tres veces por semana para poder sobrevivir; las personas enfermas que sufren
determinadas enfermedades incurables de corazón, hígado o pulmón con una esperanza de
vida corta; las personas enfermas con una diabetes no controlable que las puede conducir a
la ceguera y a la insuficiencia renal; las personas enfermas ciegas por diferentes causas, y
también quienes, debido a la enfermedad que sufren, requieren la reposición de algún tipo
de tejido.