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UNIDAD EDUCATIVA FISCOMISIONAL ‘’LA

DOLOROSA’’
Integrantes: Ronald Guerrero – Daniel Zarate – Bryan Castillo
Curso: 3 B.G.U ´´E´´
Fecha: 23/10/17
PROBLEMTIZACION
Antecedentes
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante 1998, se infectaron
con el VIH cerca de 6 000 000 de personas en el mundo.1 De los seropositivos para VIH/SIDA, 90 %
vive en países subdesarrollados, en los que se han producido 95 % de todas las defunciones
causadas por el SIDA. Los jóvenes se ven afectados de una forma desproporcionada por el VIH y el
SIDA. Aproximadamente la mitad de las nuevas infecciones por el VIH se producen en personas de
15 a 24 años, período en que la mayor parte de las personas inician su vida sexual. En 1998, fueron
casi 3 000 000 los jóvenes infectados por el virus, lo cual equivale a más de 5 hombres y mujeres
cada minuto del día, todos los días del año. El futuro de la epidemia de VIH está en manos de los
jóvenes, porque los comportamientos que adopten ahora y los que mantengan durante toda su
vida sexual determinarán la evolución de la epidemia en las próximas décadas. Continuarán
aprendiendo unos de otros, pero su comportamiento dependerá en gran parte de la información,
los conocimientos y los servicios con los que la generación actual de adultos dote a sus hijos. El
comportamiento sexual más sano está pasando a ser la norma habitual entre los jóvenes de los
países desarrollados. En diversos estudios realizados en Europa Occidental,2 se ha observado que
alrededor de 60 % de los jóvenes utilizan en la actualidad preservativos en su primera relación
sexual, y ello constituye un aumento de 6 veces respecto a lo que ocurría a comienzo de los años
noventa. En 1997,3 en los jóvenes de los EE.UU. de escuelas superiores, 63 % de los muchachos
indicaron que habían utilizado un preservativo la última vez que habían tenido relaciones sexuales,
en comparación con 55 % que dio esta respuesta 6 años antes. En las muchachas, el uso de REV
CUBANA MED TROP 2002;54(2):152-7 151 preservativos pasó de 38 a 51 % en el mismo período.
La adolescencia es un período en el que muchas personas experimentan, no solo con diferentes
formas de relación sexual sino también con las drogas.4,5 Aparte del riesgo asociado al uso
compartido de agujas, se sabe que el alcohol y las drogas psicoactivas pueden influir también en el
comportamiento sexual y aumentar el riesgo de que una persona contraiga la infección por el VIH
u otra infección por transmisión sexual (ITS). El consumo excesivo de alcohol reduce las
inhibiciones, aumenta la agresión, reduce la capacidad de uso de la información importante
aprendida acerca de la prevención del SIDA y deteriora la capacidad de tomar decisiones respecto
a la protección. En Colombia,6-11 el mecanismo de transmisión más frecuente es la vía sexual, el
cual representa 70 % de los casos notificados, situación que refleja una iniciación de vida sexual a
muy temprana edad sin ninguna medida preventiva.
Actualmente, aunque existen otras vías de transmisión, las relaciones sexuales, y en
particular la heterosexual, constituyen la principal fuente de contagio para el VIH/SIDA
y determinadas ETS, como las causantes de ulceración genital, que pueden además
influir en su transmisión, por lo cual un sexo más seguro y responsable serían las
principales armas para su prevención.

La mitad de los jóvenes que viven con VIH se encuentran en sólo seis países: Sudáfrica,
Nigeria, Kenia, India, Mozambique y Tanzania.
El número de muertes de adolescentes a causa del sida se ha triplicado desde el año
2000, según los datos del Fondo para la Infancia de la ONU (UNICEF).
Esta enfermedad es la principal causa de muerte entre los adolescentes en África y la
segunda entre los jóvenes de 15 a 19 años a nivel mundial, ha asegurado la
organización, y ha aclarado que entre las poblaciones afectadas por el VIH, los
adolescentes son el único grupo en el que las cifras de mortalidad no disminuyen.

NACIONAL

El 70% de los infectados es de 15 a 35 años, en Guayas. Datos del Ministerio de


Salud Pública muestran que es la provincia donde hay más pacientes con VIH. En
Guayaquil existe el 80%, le sigue Durán, Milagro y Playas. En este año, de enero a
septiembre se contabilizaron 266 madres portadoras del virus. El 5% de estas nuevas
madres es de adolescentes. Como parte del programa nacional de VIH se plantean el
análisis de mujeres embarazadas. A partir de las 14 semanas se inicia la terapia
antiviral. Esto se realiza con la finalidad de que los menores no sean portadores del
virus. Prevención, la clave Mensualmente, la Fundación VIHDA en Guayaquil realiza de
130 a 160 pruebas gratuitas de presunción del virus. La edad promedio de los
solicitantes es de 25 a 30 años, según Silvia Rivera, directora administrativa de la
organización. “A medida que hemos avanzado con las pruebas, notamos que muchos
jóvenes vienen con síntomas y ya se han hecho un test antes”, dice Rivera. La
directora agrega que la recomendación es precisamente aplicarse una prueba
rápida, que “es la mejor herramienta de prevención”. Con el resultado la fundación
deriva a los jóvenes a una consejería. El especialista los ayuda a sobrellevar la
enfermedad y al lugar que deben asistir para obtener un diagnóstico final. Si no
están afiliados al Seguro Social son enviados a los hospitales del Ministerio de Salud
en los que se ejecuta el programa nacional de sida. En el país hay 22 unidades
integrales del MSP, en las que se entregan antirretrovirales, se realizan pruebas
gratuitas de laboratorio. Además, se fortalece la consejería a los infectados. La
directora de VIHDA indica que la prevención se efectúa en los colegios como una
actividad extracurricular y se basa en crear agentes multiplicadores para que enseñen
a los otros estudiantes cómo deben protegerse del virus. “El ABC de la prevención es
abstinencia, fidelidad y el uso correcto del condón, las tres en igual
importancia”, expresa Rivera. Javier Ponce, de 17 años y estudiante del Técnico
Simón Bolívar de Guayaquil, reconoce que la mejor manera de prevenir la enfermedad
es usando preservativos.
LOCAL

En la provincia de Loja hay 250 casos acumulados que son conocidos por el Ministerio de Salud.
Solo en el 2015 se conocen 43 casos de personas que han adquirido el virus en la provincia de los
cuales 19 se registran en el cantón Loja.

En este año en el caso de la provincia ya han fallecido dos personas infectadas. Constan tres
mujeres jóvenes embarazadas y siete que no lo están.

De acuerdo a las estadísticas, son jóvenes de 15 a 39 años, los que están contagiados. Hay ocho
estudiantes, ocho comerciantes, empleados públicos, personas privadas de la libertad,
comerciantes y albañiles. Hay 21 personas homosexuales, dos bisexuales y en 20 heterosexuales.

“El VIH es una enfermedad que nos causa mucha alarma porque es causada por un virus que
anula las defensas de las personas y de a poco pierde las fuerzas y fallece”, explica Marlene
Moreno Ortega, analista de vigilancia epidemiológica del Distrito de Salud de Loja.

Ante esta situación la funcionaria explica que están realizando acciones a nivel nacional en lo que
se refiere a entrega de información de cómo es el contagio que es a través de mantener relaciones
sexuales sin protección, por contacto con sangre infectada y de forma vertical, es decir, de la
madre embarazada infectada al niño.

El VIH es una enfermedad que se puede controlar a través de antirretrovirales que les permite
mantenerse por varios años. “El Ministerio tiene como objetivo disminuir esta incidencia de casos
y evitar la mortalidad”, asevera.

Toda persona que le diagnostican con VIH en cualquier entidad de salud es referida al hospital
Isidro Ayora en donde existe la clínica del VIH que es atendida gratuitamente por personal
capacitado y le dan el medicamento.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Organización Mundial de la Salud. La salud del adolescente y el joven. El SIDA y


otras enfermedades de transmisión sexual. Ginebra: OMS, 1995:273-81
(Publicación Científica; 552).

Maddaleno M, Munist Serrano C, Silber T, Suárez EN, Yones J. La salud del


adolescente y el joven. Manual de la Adolescencia. Washington DC: OPS,
1995:1-17. (Publicación Científica;525).

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