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¿Éxodo masivo en Venezuela?

Por: Misión Verdad


En este artículo: Campaña mediática, Colombia, Estados
Unidos, Migración, Migrantes, Refugiados, Venezuela, Wall Street
16 febrero 2018 | 19 |
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Imagen de una calle venezolana. Foto tomada de Misión Verdad.

Varios medios internacionales repiten mentiras al unísono sobre Venezuela


para alimentar el caos y el expediente de la “crisis humanitaria”. Una de
ellas, la que ha tenido mayor peso en los últimos meses, es el supuesto
“éxodo masivo” de venezolanos.

“Cientos de miles” son las mentiras

En el contexto de la guerra psicológica que se desarrolla contra Venezuela en este


momento, matrices de opinión se lanzan desde el propio país como un búmeran
que viaja hasta los Estados Unidos a validarse en sus empresas de comunicación
y retornar para confundir a la población, con el objetivo de sembrar miedo e
incertidumbre.

Esta es la ruta que recorrió la más reciente “noticia” sobre la emigración


venezolana: el domingo 12 de febrero el periódico colombiano El Tiempo publicó
una entrevista a un sociólogo venezolano que aporta datos inciertos y
tendenciosos sobre la emigración venezolana: dice que cuatro millones de
venezolanos han emigrado, casi la mitad en los últimos dos años. Cabe
acotar que éste es un periódico recientemente vendido por la familia del
presidente Santos, que ha sido su propietaria histórica, pero como parte del
acuerdo de venta se conserva en la directiva desde donde define la línea editorial.
Al día siguiente, el 13 de febrero en la madrugada, The Wall Street Journal (WSJ)
tomó ese mismo artículo, citó los mismos datos falaces pero enfatiza en la
comparación con la situación de Siria. La matriz que recorre el eje Colombia-
Estados Unidos llega a Venezuela a través de los medios de la
oposición como La Patilla, que publicó una traducción de la versión de WSJ.
¿Pero quién aporta las declaraciones para generar esta matriz de
opinión? Se trata del sociólogo Tomás Páez, quien como profesional se ha
dedicado a investigar sobre empresas y emprendimientos, pero que en los últimos
años ha incursionado en el tema de la “diáspora venezolana”, por supuesto con
un evidente sesgo político que comienza a evidenciarse cuando asegura que el
97% de la emigración venezolana ha salido del país desde el triunfo
del Comandante Chávez.
Además este catedrático devenido en opinador se presenta en la citada entrevista
como representante del Observatorio Hannah Arendt. Esta organización, dirigida
por el conocido sacerdote golpista Luis Ugalde, entregó en el año 2015 el Premio
Heinz Sonntag de la Juventud 2015-2017 “en reconocimiento por su trayectoria
y constancia en la defensa de los valores democráticos, la convivencia y la
paz” nada menos que a David Smolansky, exalcalde de El Hatillo y dirigente
nacional de Voluntad Popular.

Los números en las sombras


Imagen de una calle venezolana. Foto: Ueslei Marcelino/ Reuters.

Wall Street Journal utiliza las cifras de inmigración dadas por Colombia para
simular el “éxodo masivo”, según el gobierno del vecino país 550 mil
venezolanos emigraron a Colombia, lo que le permite comparar a Venezuela
con los desplazados de Siria y Myanmar.
Estas cifras han sido tan contradictorias que el gobernador del Departamento de
Bolívar, miembro del partido liberal, denunció la semana pasada su inconsistencia.
Aproximadamente el 70% de las personas que ingresan por la frontera con
Colombia son nacidas en este país, es decir, lo que sucede en realidad es un
retorno de colombianos o de familias “mixtas”, no un crecimiento épico de la
inmigración venezolana como quiere hacer ver el WSJ.
Pero si a pesar del evidente compromiso político del vocero se pretende rescatar
los datos que aporta, se imponen algunos retos intelectuales.

El primero es asumir equivocamente -como lo hace el WSJ- que un “migrante” y


un “refugiado” son lo mismo, lo que es un error vergonzoso para cualquiera que
maneje una mínima información sobre el tema. El propio Alto Comisionado de
las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha instado al uso correcto
de términos tan diferentes cuyo mal uso conlleva a graves consecuencias para
ambas poblaciones.
Por ejemplo, una diferencia importantísima que deben valorar quienes solicitan
refugio es que, una vez concedido el refugio, el país otorgante no le permite
regresar a su país de origen so pena de revocar el status. Pensar por ejemplo que
son igual que migrantes, los millones de refugiados de Siria, Myanmar y Sudán,
resulta cuando no una gran muestra de ignorancia, una caricatura insensible e
irrespetuosa con poblaciones que han sido víctimas de masacres y hasta
violaciones masivas, como puede con más seriedad conocerse en las fuentes que
aporta Naciones Unidas.
La comparación de la emigración venezolana con los desplazamientos hacia fuera
de Siria o Myanmar no sólo busca situar a Venezuela en una zona de conflicto
internacional, también encubre una enorme debilidad argumentativa: las razones
para emigrar no vienen a partir de alguna persecución del Estado -o grupos
mercenarios o terroristas- contra decenas de miles de personas por sus
condiciones étnicas, nacionales o de afiliación política, motivos que las agencias
de la ONU utilizan para calificar a un contigente de personas como “refugiados”.
Situación que si cabe en medio del conflicto sirio, donde grupos radicales
financiados por EEUU como el Estado Islámico o al-Qaeda cometen violaciones
contra la vida de la población por ser sirios, quienes en última instancia deben
desplazarse para preservar su vida.
Foto: Jorge Silva/ Reuters.

Caso muy distinto al de Venezuela, donde la emigración está motivada por el


bloqueo financiero inducido por EEUU y las manipulaciones en el mercado
cambiario que han agudizado el cuadro inflacionario del país, una estrategia que
en 2017 voceros de la oposición venezolana reafirmaron como necesarias para el
cambio de régimen.
El otro reto intelectual que plantea el Wall Street Journal es aritmético. El señor
Páez presenta cifras de Consultores 21 según las cuales “el porcentaje de familias
que tienen un miembro emigrante es del 29”, lo que hace suponer que el restante
71% tienen menos que eso. Pero luego este columnista de El Nacional dice que,
según la misma consultora, “el promedio de personas emigradas por familia
llega a 1,97”.
En suma, esta matriz de opinión creada por la oposición venezolana, publicada
por la prensa colombiana vinculada a Juan Manuel Santos, refrendada por la
prensa estadounidense y luego redifundida por los medios opositores de
Venezuela, se basa en mentiras mal construidas que retan categorías sociológicas
establecidas por organismos internacionales y hasta la aritmética básica.
Pero hay más. No conformes con indiscriminar el término “refugiados” con
“inmigrantes”, confunden también “inmigrantes” con “nacionales que retornan”:
personas que entran a establecerse al país con quienes quieren un trabajo
temporal para regresar en pocos días al país donde continúan viviendo -en este
caso Venezuela-, o simplemente transitar hacia otros países menos empobrecidos
y violentos que Colombia.

(Tomado de Misión Verdad)

http://www.cubadebate.cu/especiales/2018/02/16/exodo-masivo-en-venezuela/#.WotRTvnOWj6

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