Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Tercera parte
Babilonia en la historia bíblica
Esta es la tercera parte de la serie de artículos
publicados en ¡Despertad! sobre las siete potencias
mundiales de la historia bíblica. Su objetivo es
demostrar que la Biblia es confiable e inspirada por
Dios y que transmite el esperanzador mensaje de que
por fin acabará el sufrimiento causado por la cruel
dominación del hombre por el hombre.
EN UNA fértil llanura a unos 80 kilómetros (50 millas) de la actual
Bagdad se erguía antiguamente la impresionante ciudad de
Babilonia. Parecía inexpugnable, rodeada como estaba por
descomunales muros dobles y un enorme foso. Era una de las
ciudades más grandes del mundo antiguo y se hizo célebre por
sus majestuosos templos, jardines colgantes y zigurats (torres
templo). No es de extrañar que últimamente haya recibido el
calificativo de ciudad de maravillas.
Representación artística de la antigua ciudad de Babilonia
Historia fiable
El libro bíblico de Daniel habla de un rey de Babilonia llamado
Belsasar (Daniel 5:1). Pero tiempo atrás, algunas fuentes profanas
afirmaban que Belsasar, aunque poderoso, nunca fue rey. ¿Estaba
equivocada la Biblia? Veamos. En las ruinas de la ciudad
mesopotámica de Ur se desenterraron unos cilindros de arcilla.
En uno de ellos aparecía grabada en escritura cuneiforme una
oración del rey babilonio Nabonido en favor de su hijo, que en
parte decía: “Bel-sar-ussur [es decir, Belsasar], mi hijo mayor”.
Hallazgos arqueológicos posteriores confirmaron que Belsasar
“actuó como regente durante más de la mitad del reinado de su
padre, durante cuyo tiempo era, en realidad [...], rey”, según
comenta el Nuevo Diccionario Bíblico Certeza.
Profecía confiable
¿Cómo reaccionaría usted si alguien le dijera que una capital
importante —como Pekín, Moscú o Washington— va a quedar
deshabitada y en ruinas? Seguramente no se lo creería. Pues eso
fue justo lo que se predijo de Babilonia. Con unos doscientos años
de antelación, alrededor del 732 antes de nuestra era, Jehová Dios
inspiró al profeta hebreo Isaías para que pusiera por escrito una
profecía sobre la caída de la poderosa Babilonia. Esta decía en
parte: “Babilonia, la decoración de reinos, [...] tiene que llegar a ser
como cuando Dios derribó a Sodoma y Gomorra. Nunca será
habitada, ni residirá por generación tras generación” (Isaías
13:19, 20).
BABILONIA LA GRAN