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1.

2 Marco Teórico
El Contrato
1.2.1 Antecedentes
"Originalmente, la voz contractus no parece haber poseído un preciso significado
técnico jurídico. Etimológicamente contractus es el participio pasivo del verbo
contrajere, por lo cual designa genéricamente lo contraído. Lo contraído es un negocio
o una obligación. Contractos es, aquella situación que da origen a ese especial
vinculum iuris en que la obligatio consiste".1

Derecho romano
En Roma no se conoció un concepto general del contrato, sino que se fueron creando,
conforme a las necesidades prácticas, determinados tipos contractuales. Por otra parte,
el mero acuerdo de voluntades dirigido a crear una obligación, no era suficiente para
crear obligaciones amparadas por una acción, denominándose pacto, convención y no
contrato a dicho acuerdo. Aparecen pues en el derecho romano distintas las figuras del
pacto o convención y del contrato. El primero es un simple acuerdo de voluntades del
cual no surgen obligaciones. El segundo, además del acuerdo de voluntades, requiere
otro requisito (causa civilis), que podía consistir en una forma especial (contratos
formales) o en la entrega de una cosa (contratos reales). Se comprende, por tanto,
fácilmente que las fuentes romanas no nos hayan legado una definición del contrato,
carente aquel derecho de una noción genérica del mismo, y que, en cambio, sí exista
del pacto, al que definieron como duorum vel plurtum in idem placitum consensus.
La convención “es el acuerdo de voluntades que recae sobre un negocio jurídico que
tenga por objeto crear, modificar o extinguir algún derecho, destinado a producir
efectos, es decir, a reglar los derechos de las partes” 2. Era un negocio bilateral o
multilateral por cuanto requería el concurso de dos o más voluntades. Constituye el
género con respecto a los contratos.
Es también necesario para aclarar el verdadero sentido de la convención, establecer su
contenido y alcance frente a otras expresiones análogas como pacto y contrato. El
pacto, se diferencia de la convención, ya que se refiere a aquellas relaciones que
1
Aguilar Guerra, Vladmir Osman. El negocio jurídico, Guatemala: Ed. Serviprensa, S.A., 2006. Pág. 33
2
Espín Canovas, Diego, Manual de derecho civil español, Vol. III, pág. 347
carecen de acción, ya que solamente engendran una excepción. Con el paso del
tiempo, el pacto se fue asimilando al contrato al otorgarle acciones para exigir su
cumplimiento.
El hecho de que la voluntad de las partes constituya el elemento fundamental de las
convenciones, de donde se infiere que la convención forma ley entre las partes, y las
obligaciones conforme a las disposiciones que contiene. Este principio es reconocido
por los romanos como de derecho natural, y por lo tanto admite que toda convención no
reprobada, hace nacer una obligación natural entre las partes contratantes; pero para
que la obligación tuviese fuerza ejecutoria en el derecho de los quirites, era preciso que
además tuviese una causa civil. Estos eran los contratos (contractus).
El contrato se aplica a todo acuerdo de voluntades reconocido por el derecho civil,
dirigido a crear obligaciones civilmente exigibles. Estos llegaron a constituir una de las
fuentes mas fecundas de los derechos de crédito. Estaba siempre protegido por una
acción que le atribuía plena eficacia jurídica, cosa que también ocurría con algunos
pactos que no entraban en la categoría de contratos, pero existía también un gran
número de convenciones o pactos que, a diferencia de los contratos, no estaban
provistos de acción para exigir su cumplimiento y carecían de nombre.
No todo acuerdo de voluntades era considerado contrato, sino solamente aquellas
relaciones a las que la ley atribuía el efecto de engendrar obligaciones civilmente
exigibles. En el derecho justiniano, “el contrato es el acuerdo de voluntades capaz de
constituir a una persona en deudora de otra, incluyendo como tales a toda clase de
negocio que tuviera por fin la creación, modificación o extinción de cualquier relación
jurídica.”3
“El nexun fue el primer contrato romano que se caracterizaba por las rígidas
solemnidades que debían seguirse para su perfeccionamiento, como la pesada del
cobre y la balanza y la presencia del librepiens y de los cinco testigos. Una derivación
del nexum es la sponsio que era el contrato que consistía en el empleo de palabras
sacramentales, como ¿spondes?, a lo que el obligado contestaba spondeo, sin
necesidad del per aes et libram. Pero como este contrato podía llevarse a cabo entre
ciudadanos, aparece la stipulatio para que también pudieran contratar los no

3
Peña Guzmán y Argüello, Derecho romano, pág. 261
ciudadanos, donde las partes podían interrogarse usando cualquier expresión, a lo que
el obligado contestaba siempre: promitto. De esta manera nacieron los contratos
verbales.”4
De la práctica de que un ciudadano romano llevara un libro de registro doméstico, el
codex accepti et expensi, donde anotaba los créditos contra el deudor, así nos
encontramos con la nómina transcriptitia que era usada cuando el obligado era otro
ciudadano, y con la chirographa o syngrapha para el deudor extranjero. De estas
formas de celebrar una convención cuyo perfeccionamiento radicaba en las
anotaciones, de esta forma se derivan los contratos literales.
Posteriormente, se agregaron el mutuo, el comodato, el depósito y la prenda, que
surgen cuando deja de ser el nexum el medio más idóneo para celebrarlos, bastando la
simple tradición de una cosa. Éstos constituyen los contratos reales.
Finalmente, cuando la evolución del derecho romano hizo del acuerdo de voluntades el
elemento característico del contrato, se acepta que puedan ser perfeccionados por el
mero consentimiento de las partes, apareciendo así, los contratos consensuales.
"En el Derecho Romano, no se conocía el arrendamiento, sino que existía el contrato de
locación de cosas, de obra y de servicios. En Roma, el arrendamiento se confundía con
la compraventa en el sentido de que se entregaba una cosa, a manera de venta, pero
por un tiempo determinado. Las conquistas, el auge comercial, la inmigración y otros
factores sirvieron para que adquiriera identidad este contrato en atención a la necesidad
de vivienda para aquellas personas de escasos recursos. Se daba una casa para el
uso, con la obligación para el usuario de pagar una renta.
Luego, se agruparon bajo el concepto de locatio conductio: la cesión para de una cosa
su goce, la prestación de un trabajo o servicio y la de una obra, todas a cambio de una
remuneración o renta. En el siglo II antes de Cristo, la locatio conductio se definía como
el contrato por el cual una persona (locator) se obliga a ceder temporalmente a otra
(conductor) el disfrute de una cosa corporal o incorporal, mueble o inmueble, a cambio
de una retribución (merces)".5

4
Carmes Ferro, JM; Curso de derecho romano, pág. 149
5
Viteri Echeverría, Ernesto. Los contratos en el derecho civil guatemalteco, pág. 279.
Luego se agruparon bajo el concepto de la Iocatio conductio la cesión para su goce de
una cosa, la prestación de un trabajo o servicio y la de una obra (rei, operarum,
operaris), mediante una remuneración o renta.

1.2.2 Doctrinas o Teorías


El Contrato
En el ordenamiento jurídico guatemalteco es contemplado como un acuerdo de
voluntades. El derecho es el reino del contrato, de manera que donde acaba el contrato
acaba también el derecho y comienza el reino de la arbitrariedad y de la fuerza. Las
limitaciones a la libertad de contratar serán consideradas como atentados a la libertad
de la persona. Se considera que el contrato es un acuerdo entre dos o más personas,
por medio del cual se derivan derechos y obligaciones de cumplimiento forzoso, los
cuales quedan contenidos en un contrato de carácter público o privado, con la
intervención de un notario que da fe de las actuaciones que se derivan de la voluntad
de los intervinientes quedando escritas en ese instrumento.
“Ocurre, con el concepto de contrato, lo que algunas de las ideas más fundamentales
del derecho que, no obstante su aparente sencillez, encierran, sin embargo, una gran
complejidad para lograrlas. Y es que, en realidad, para formarnos una idea exacta del
contrato, es necesario situarnos en las principales fases de su evolución jurídica; pues
no es lo mismo el concepto de esta figura en el mundo romano, por ejemplo, que el que
se tenía en la época liberal, y el que supone hoy en día”. 6
“Como todos sabemos el individualismo, es una doctrina económica, política y filosófica,
que considera al individuo como el eje central de su reflexión, desplazando los valores
de solidaridad, bienestar común y solidaridad; doctrina económica impregnada de un
liberalismo, extendiendo cada vez más la creencia en la libertad esencial del hombre,
fundamentada en la no intervención del Estado en la actividad económica dejando a las
leyes del mercado regularse en sus leyes naturales. En ese momento histórico, nada de
extraño tiene que el contrato fuera el instrumento adecuado para elaborar toda clase de
instituciones jurídicas, incluso el Estado por medio del contrato social de Rosseau…”
Prescindiendo de los tiempos anteriores al derecho de Roma, - en los que el contrato

6
Puig Peña, Federico, Compendio de derecho civil español, pág. 324.
solo se manifiesta como una solución pacífica al casus belli provocado por el delito– y
concretándose al mundo jurídico al Pueblo Rey, se observa que el contrato, en ese
derecho, tiene una significación especial, referida a aquellos supuestos en los que el
acuerdo de voluntades podía producir plena obligatoriedad. Sabido es, en efecto, que la
mera convención o pacto (pactum convenio) era sólo el simple acuerdo, que por si solo
no genera acción ni vínculo obligatorio. Para que esta convención se transformase en
contractus era necesaria una causa civil”.7
Al respecto, Diez Picazo, citado por Vladimir Osman Aguilar Guerra, dice: "Contrato es
todo acuerdo de voluntades por medio del cual los interesados se obligan. El contrato
así concebido se convertirá en la institución central, en la piedra angular, no solo del
Derecho Civil, sino de todo el ordenamiento jurídico. El ordenamiento jurídico es
contemplado desde esta perspectiva como una trama o una urdimbre de contratos que
los particulares celebran. El derecho, es el reino del contrato, de manera que donde
acaba el contrato acaba también el derecho y comienza el reino de la arbitrariedad y de
la fuerza. Las limitaciones a la libertad de contratar serán consideradas como atentados
a la libertad de la persona”.8
Evidentemente, el contrato, es una institución jurídica de mucha importancia y
necesaria para la seguridad de las personas en sus relaciones de interés económico y
patrimonial, pero nos parece, que lo expresado por el autor citado, responde a una
ideología económica extremadamente liberal e individualista, fundada en la libertad
absoluta de las personas, sin ninguna ligación legal ni moral a la autonomía de la
voluntad de los particulares y con esta concepción del contrato, sería reconocer el
imperio sin límite del arbitrio individual; ésta concepción responde a presupuestos de
una economía liberal fundamentada en el principio de dejar hacer, dejar pasar y en la
creencia de que las partes al contratar, lo hacen en igualdad de condiciones, lo cual no
es cierto, en la mayoría de casos, por eso la idea del contrato en el momento dominante
de la doctrina liberal, ha sufrido una crisis, intentado modificar las paredes maestras del
edificio contractual.
Aún cuando sigue siendo la autonomía de la voluntad concordado su fundamento
doctrinario, se deja en aspecto puramente individualista y se considera al contrato como
7
Ibid, pág. 325.
8
Ob. Cit; pág. 37.
el instrumento de satisfacción económica, que como todas las instituciones
fundamentales, quedan articuladas en la sociedad para el bien común.
Corresponde a Kelsen el mérito de haber establecido la distinción entre el contrato
como acto y el contrato como norma. La palabra contrato encierra un equívoco, pues se
refiere tanto al acto que los contratos realizan como el resultado normativo o
reglamentario que con ese acto se produce. Desde el primer punto de vista, el contrato
se nos aparece como un acto jurídico, como una acción de los interesados a la que el
ordenamiento atribuye unos determinados efectos jurídicos. Desde el segundo punto de
vista, el contrato se nos aparece como un precepto o una regla de conducta contractual,
como una determinada ordenación a la cual las partes someten su propia conducta.
"En efecto, la mera voluntad de las partes no genera por sí sola obligaciones
jurídicamente exigibles. Aunque una visión apegada a ciertas concepciones éticas vea
en el contrato la proyección de la fidelidad a la palabra dada, el deber de cumplir lo que
previamente como deber se ha asumido, dando a la voluntad manifestada en un
consenso entre dos o más personas fuerza eficiente para exigirse jurídicamente el
cumplimiento de lo pactado (es decir, recurriendo, se llega el caso, a los medios que el
aparato del Estado proporciona para los supuestos de incumplimiento de las
obligaciones, y muy especial los medios que son competencia del poder judicial), tal
idea pertenece a la fase final de la evolución del concepto de contrato, tal como hoy lo
entendemos, y ni siquiera es enteramente exacta si entendemos que la fuerza eficiente
de la voluntad a que antes nos hemos referido, la tiene voluntad por sí sola, sin más
aditamentos ni requisitos".9
Se llega de esta manera, a la concepción moderna del contrato. En este sentido, Díez-
Picazo afirma que "contrato es todo acuerdo de voluntades por medio del cual los
interesados se obligan". El contrato así concebido se convertirá en la institución central,
en la piedra angular, no sólo del Derecho Civil, sino de todo el ordenamiento jurídico. El
ordenamiento jurídico es contemplado desde esta perspectiva como una trama o una
urdimbre de contratos que los particulares celebran. El derecho es el reino del contrato,
de manera que donde acaba el contrato acaba también el derecho y comienza el reino

9
Aguilar Guerra, Ob. Cit. pág. 39.
de la arbitrariedad y de la fuerza. Las limitaciones a la libertad de contratar serán
consideradas como atentados a la libertad de la persona". 10
Se considera que el contrato es un acuerdo entre dos o más personas, por medio del
cual se derivan derechos y obligaciones de cumplimiento forzoso, los cuales quedan
contenidos en un contrato de carácter público o privado, con la intervención de un
notario que da fe de las actuaciones que se derivan de la voluntad de los intervinientes
quedando escritas en ese instrumento.
El Código Civil guatemalteco establece en el Artículo 1517: “Hay contrato cuando dos o
más personas convienen en crear, modificar o extinguir una obligación”. La obligación
es el vínculo jurídico por el cual una persona es constreñida hacia otra a dar, a hacer o
a no hacer alguna cosa.

El Contrato de Arrendamiento
El Artículo 1880 del Código Civil establece que el arrendamiento “es el contrato por el
cual una de las partes se obliga a dar uso o goce de una cosa por cierto tiempo a otra
que se obliga a pagar por ese uso o goce un precio determinado”. El contrato de
arrendamiento o (locatio-conductio) por su denominación originaria en latín) es un
contrato por el cual una de las partes, llamada arrendador, se obliga a transferir
temporalmente el uso y goce de una cosa mueble o inmueble a otra parte denominada
arrendatario, quien a su vez se obliga a pagar por ese uso o goce un precio cierto y
determinado.
El precio puede consistir en una suma de dinero pagada de una sola vez, o bien en una
cantidad periódica, que en este caso recibe el nombre de renta. También puede
pagarse la renta en cualquier otra cosa equivalente, con tal de que sea cierta y
determinada, por ejemplo, con los frutos que produce la cosa arrendada (renta en
especie); que a la vez puede ser una cantidad fijada previamente o un porcentaje de la
cosecha (aparcería).
Viteri Echeverría, cita a los siguientes autores, con la definición que cada uno de ellos
aportar para enriquecer el presente estudio.

10
Fundamentos del derecho civil patrimonial, pág. 121.
- Para Borda, "el contrato de locación es aquel por el cual una persona llamada locador,
se obliga a entregar el uso y goce de una cosa durante un cierto tiempo a otra llamada
locatario que a su vez se obliga a pagar un precio en dinero". 11
- Sánchez Medal, refiere "que por el contrato de arrendamiento, una persona llamada
arrendador se obliga a conceder el uso o goce temporal de una cosa al arrendatario, a
cambio de un precio cierto precio".12
- Puig Brutau, manifiesta "que es el contrato de tracto sucesivo por el que una de las
partes se obliga a mantener a la otra en el goce o uso de una cosa, durante un tiempo
determinado, a cambio de un precio cierto, generalmente pagado por períodos y en
cuantía proporcional a su duración". 13
- Diez Picazo y Guillón, transcribe la definición del Código Civil español en el artículo
1543, "cuando señala que por el arrendamiento una de las partes se obliga a dar a la
otra el goce o el uso de una cosa por tiempo determinado y precio cierto". 14
- Barbero, refiere que "la función de este contrato es consentir al propietario de la cosa
que no necesite o no estén condiciones de recabar de ella una utilidad directa, un
disfrute indirecto, mediante obtención de un equivalente del goce concedido a otro, sin
perder la propiedad de ella y por otra parte, extender la posibilidad de goce de las cosas
a quien no puede o no quiera adquirir la propiedad, a cambio de un precio (renta) y el
arrendatario se beneficia del uso y goce de la cosa, pagando por ello, un precio". 15
"La función de este contrato es consentir al propietario de la cosa, que no necesite o no
esté en condiciones de recabar de ella una utilidad directa, un disfrute indirecto,
mediante obtención de un equivalente del goce concedido a otro, sin perder la
propiedad de ella y, por otra parte, extender la posibilidad de goce de las cosas a quien
no pueda o no quiera adquirir la propiedad". 16
El Artículo 1880 del Código Civil Decreto Ley 106, define el arrendamiento como el
contrato por el cual una de las partes se obliga a dar el uso o goce de una cosa por
cierto tiempo, a otra que se obliga a pagar por ese uso o goce un precio determinado.

11
Viteri Echeverría, Ob. Cit; pág. 280.
12
Ibid.
13
Ibid.
14
Ibid.
15
Ibid.
16
Borda, Guillermo. Tratado de derecho civil, pág. 487
La renta o precio del arrendamiento debe consistir en dinero o en cualquiera otra cosa
equivalente, con tal que sea cierta y determinada.
Existe una gran variedad de criterios con relación a las diferentes clases de
arrendamiento, una de las de más fácil comprensión es la que dan Ambrosio Colin y H.
Capitant, en la que distinguen dos clases de arrendamientos:
a. El arrendamiento de cosas.
b. El arrendamiento de obras,
Indicando con relación a esto, lo siguiente: que el arrendamiento de cosas a la vez se
subdivide en las cuatro variantes siguientes:
- Arrendamiento de cosas o partes de casa, conocido con el nombre de arrendamiento
urbano o arriendo en alquiler. Usualmente, el locatario o arrendatario recibe, en este
caso, el nombre de inquilino, y la remuneración que satisface se llama alquiler.
- El arrendamiento de tierras de explotación agrícola, llamado arrendamiento rústico.
- El arrendamiento de muebles.
- El arrendamiento de ganados.17
Los autores mencionados distinguen una distinta categoría del arrendamiento que el
arrendamiento de obras el que se desarrolla a pesar de no ser materia de estudio del
trabajo de investigación y al respecto indican lo siguiente: El arrendamiento de obras se
define así: “Un contrato por el cual una de las partes se compromete a hacer algo con
destino de la otra, a cambio de un precio entre ellas convenido.” 18

El contrato de arrendamiento en Guatemala


El derecho patrimonial se divide en derechos reales y en derechos personales. El
derecho real es el derecho con el cual cuenta una persona sobre una cosa y el deber
del resto de personas de respetarlo y surge solamente cuando exista disputa y por ende
se convierte en una obligación sobre los demás, en relación de las facultades que la ley
otorga frente al bien. Los derechos personales hacen referencia a las relaciones entre
las partes, siendo estas las que nacen en beneficio de los contratos.

17
Colín y Capitant. Curso elemental de derecho civil, pág. 277.
18
Ibid.
“El propietario que cuente con la capacidad legal para contratar, puede dar bienes en
arrendamiento, así como también el que mediante ley o pacto tenga dicha facultad en
relación a los bienes que administra”.19
El plazo del arrendamiento tiene que fijarse mediante las partes. El arrendatario cuenta
con el derecho de renovar el contrato por un nuevo plazo, siempre que se haya
cumplido de forma voluntaria con todas las obligaciones que contrajo en beneficio del
arrendador.
El Artículo 1887 del Código Civil regula: “Vencido el plazo del arrendamiento, si el
arrendatario no devuelve la cosa y el arrendador no la reclama y, en cambio, recibe la
renta del período siguiente sin hacer reserva alguna, se entenderá prorrogado el
contrato en las mismas condiciones, pero por plazo indeterminado. La prórroga del
contrato por voluntad expresa o tácita de las partes, extingue las fianzas y seguridades
que un tercero haya prestado para garantizarlo, salvo que el fiador se obligue
expresamente”.
El Artículo citado indica que después de vencido el plazo estipulado en el contrato de
arrendamiento, si el que arrienda no lleva a cabo la devolución de la cosa y el
arrendador no la reclama y sigue percibiendo la renta sin llevar a cabo reserva alguna,
se entiende por prorrogado el contrato.
Las cláusulas del contrato que sean dudosas en relación a la duración del contrato de
arrendamiento, se interpretan a favor del arrendatario que no haya sido moroso al pagar
la renta.
El arrendatario puede subarrendar en todo o en parte de la cosa arrendada si no le ha
sido prohibido de forma expresa, pero no puede ceder el contrato si no existe en
consentimiento expreso del arrendador.
El subarriendo parcial o total no menoscaba los derechos ni tampoco las obligaciones
que correspondan respectivamente al arrendador y al arrendatario, ni tampoco altera
las garantías constituidas para la seguridad del contrato de arrendamiento. Después de
terminado el arrendamiento caducan los subarrendamientos, auque su plazo no se
encuentre vencido, a excepción del derecho del subarrendatario para poder exigir del
arrendatario la indemnización respectiva.

19
Soto Álvarez, Clemente. Introducción al estudio del derecho y nociones de derecho civil. Pág. 24
Si ocurre que durante el arrendamiento el arrendador enajena la cosa, entonces el
nuevo dueño no puede negarse a mantener en uso de ella al arrendatario mientras no
expire el término del contrato.
Cuando el arrendatario abandona la cosa arrendada, entonces el contrato se tiene por
resuelto y el arrendador tiene el derecho a que se le entregue judicialmente.

Rescisión del Contrato


Rescisión de los Contratos: Una de las formas de extinción de los mismos por causas
sobrevinientes después del perfeccionamiento de aquellas. En sentido mas concreto, la
20
expresión hace referencia a la extinción del contrato anulándolo por lesión.
No se debe confundir con la Resolución. La Rescisión se da por causa de lesión o
alguna causa sobreviniente. La Resolución se da porque la misma esta en las cláusulas
del contrato.21

Concepto
Es un efecto de la lesión. La Rescisión es la disolución de los contratos bilaterales
sinalagmáticos perfectos de carácter oneroso y conmutativo por el no restablecimiento
del equilibrio económico en la prestación desproporcionada que goza el beneficiario de
la lesión.22
Rescindir es la acción de impedir las consecuencias de un acto, o bien la culminación
de lo convenido, o la ejecución de un contrato.
Para Cabanellas “la Rescisión es la anulación, invalidación, privar de su eficacia
ulterior, incluso con efectos retroactivos, a una obligación o a un contrato.” 23
El Derecho ecuatoriano lo define como “derecho para reclamar la invalidación de un
acto o contrato, consignado por el ordenamiento jurídico en favor de la parte
perjudicada por dicho acto o contrato cuando adolezcan de vicios que produzcan
nulidad relativa.”24

20
Osorio, Manuel. Diccionario de. Pág. 669
21
MACHICADO, Jorge,"La rescisión", Apuntes Juridicos™, 2013
https://jorgemachicado.blogspot.com/2013/04/res.html consultado: 20 de junio de 2017
22
Ibid.
23
Cabanellas de Torres, Guillermo. Diccionario Jurídico Elemental. Pág. 376
24
Op. Cit.
“La finalidad de la Rescisión es el equilibrio patrimonial, no la nulidad relativa ni la
nulidad absoluta.
Busca solamente el equilibrio de Las prestaciones y contraprestaciones económicas. Si
no existe este equilibrio. Recién pueden darse la nulidad absoluta o la nulidad relativa y
en casos de 1) lesión y 2) contrato concluido en estado de peligro.” 25

El delito de Extorsión, una afectación en el contrato de Arrendamiento

La extorsión es un fenómeno que en los últimos años se ha venido incrementando


rápidamente afectando a todos los sectores de la sociedad guatemalteca. La extorsión
está relacionada directamente con el comportamiento y las dinámicas de la
criminalidad, que se ha venido trasformando debido al accionar de los actores ilegales,
considerando que los cambios en las dinámicas del conflicto y la necesidad de
adaptarse a un nuevo entorno, han transformado las formas de operación y financiación
delincuencial influyendo directamente en la expansión, desarrollo y evolución de este
delito.
Históricamente, los propietarios de negocios, ya sean pequeños, medianos o grandes,
han sido objeto constante de este delito afectando tanto a sus empleados como a sus
operaciones en diferentes zonas del país, debido a su estatus como actores
económicos y eventuales fuentes de financiación. En este sentido, los mismos se han
convertido en una importante fuente de recursos, que por medio de la extorsión
alimentan la violencia en forma directa, generando que la extorsión a los negocios se
convierta en una práctica delictiva, rentable y efectiva para los actores armados ilegales
y los delincuentes.
Por otro lado, es importante resaltar que la extorsión vulnera de manera directa el
derecho al desarrollo de libre empresa, pero también afecta la operación y
funcionamiento de las empresas, en tanto que tiene importantes repercusiones en los
ámbitos de seguridad, legal y de reputación para las empresas.

25
Op. Cit.
La extorsión ha sido definida en el documento de la Política Nacional de Defensa de la
Libertad Personal, como “el constreñimiento que se hace a una persona con el fin de
hacer, tolerar u omitir alguna cosa para obtener provecho ilícito o cualquier utilidad ilícita
o beneficio ilícito, para sí o para un tercero. Es un delito que afecta la libertad tanto
como la propiedad y la integridad física. Se debe considerar como una de las múltiples
formas de coaccionar la libertad individual. Tiende a presentar permanencia en el
tiempo y puede adoptar formas esporádicas, intermitentes o continuas” 26
Es así como la comisión constante del delito de extorsión ha lesionado o ha puesto en
peligro el patrimonio de los individuos y aún cuando no llegue a configurarse un
menoscabo patrimonial efectivo, este ha afectado bienes jurídicos individuales, tales
como la autonomía personal y la economía; de igual forma ha afectado derechos
colectivos de familias y de propietarios de empresas pequeñas, medianas o grandes,
sean estas formales o informales de diversos sectores y niveles económicos y sociales,
los que en general, son arrendatarios de casas, apartamentos o locales comerciales en
que tienen establecidos sus negocios o empresas. En esta problemática derivada por el
delito de extorsión, los arrendatarios tienen que dejar su vivienda o negocio para
resguardar su seguridad personal, la de los integrantes de su familia o en el caso de
las empresas, la de sus empleados; y a su vez al estar ligados los arrendatarios a un
contrato de Arrendamiento, sufren una afectación adicional a la extorsión, por estar
obligados al pago de todas las rentas pendientes o no poder rescindir el contrato hasta
el plazo señalado en el mismo cuando su duración se cuente por años forzosos y
voluntarios.

1.2.3 Base Legal


Marco Jurídico Nacional
Constitución Política de la República de Guatemala, Asamblea Nacional Constituyente,
1,985. Los artículos 1, 2, 39, 44, de nuestra normativa Constitucional servirán de base
legal en la presente investigación en virtud de que el Estado de Guatemala establece
como fin supremo el bien común, garantizando, la justicia, la paz, el desarrollo integral

26
Política Nacional de Defensa de la Libertad Personal: 2011-2014. Colombia. Pág. 34
de la persona y otros derechos que, aunque no figuren expresamente en ella, son
inherentes a la persona humana.
Código Civil Decreto Ley número 106. Los artículos 1517, 1518, 1519, 1574, 1575,
1579, 1582, 1585, 1880, 1881, 1886, 1888, 1905, 1928. En los artículos antes
mencionados analizaremos la figura del Contrato en sus generalidades, así como el
Contrato de Arrendamiento y su forma de rescisión.
Código Penal Decreto numero 17-73. Artículo 261. Se analizará el delito de extorsión, el
cual en la presente investigación se considera es una afectación al Contrato de
Arrendamiento.
Marco Jurídico Internacional
Código de Derecho Internacional Privado Decreto 1575. Artículos 175, 182, 185, 186.
En los artículos antes mencionados se analizará lo referente a los contratos en general
en el derecho Internacional privado.
Convención Americana sobre Derechos Humanos, Pacto de San José de Costa Rica
Decreto 6-78. Artículo 21. “Derecho a la Propiedad Privada. 1 toda persona tiene
derecho al uso y goce de sus bienes. La ley puede subordinar tal uso y goce al interés
social.”
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre. Artículo 23. “Derecho
de Propiedad”. Toda persona tiene derecho a la propiedad privada correspondiente a
las necesidades esenciales de una vida decorosa, que contribuya a mantener con
dignidad de la persona y del hogar.”

1.2.4 Datos que reflejan el problema


El informe de labores del segundo año de la administración de Thelma Aldana señala
que de los resultados operativos obtenidos de julio del año 2015 a marzo del 2016 las
zonas más afectadas por el mencionado delito son la zona 18, con 19.4% de casos; la
1, con 16.2%; la 6, con 12.2%, y la 7, con 11.6%.27

27
http://www.prensalibre.com/guatemala/justicia/extorsion-afecta-mas-a-la-capital consultado: 24-05-2017
En el referido documento la Fiscalía indica que la transgresión que con mayor
frecuencia se reporta es la extorsión.
De los seis mil 350 casos registrados en el informe, dos mil 963 corresponden a
Guatemala; 405 a Escuintla; 347 a Huehuetenango y 270 a Sacatepéquez.
La Fiscalía Contra las Extorsiones registró un aumento de denuncias por extorsión en el
primer bimestre del año. Entre enero y febrero recibieron 378 de estas quejas, 86 más
que las 292 recibidas en igual periodo de 2016. Los datos corresponden a la atención a
los agraviados en la sede central del Ministerio Público.
El aumento se evidencia también en las denuncias recibidas entre 2015 y 2016 a nivel
nacional, de acuerdo con las estadísticas proporcionadas por el Ministerio Publico. Esos
datos muestran que el 65 por ciento de estas se concentra en seis departamentos:
Guatemala, Chimaltenango, Escuintla, Suchitepéquez, Huehuetenango y
Quetzaltenango.
La jefa de la Fiscalía, Emma Flores, manifestó que las cifras suponen un compromiso,
ya que al denunciar el ciudadano confía en que se va a identificar a los responsables
por extorsiones, y que se las brindará el apoyo necesario. “La información que aportan
los agraviados es fundamental para resolver su caso y el de otras personas que no han
denunciado”28
Los representantes de la Fiscalía contra las Extorsiones del MP indicaron que el 60 por
ciento de las extorsiones se evidencian en Mixco, Villa Nueva y en el municipio de

28
https://elperiodico.com.gt/nacion/2017/03/02/nota-5-21/ Consultado: 20-05-2017
Guatemala. Asimismo, indicaron que el gran porcentaje de llamadas extorsivas salen de
los centros carcelarios.
Las extorsiones en Guatemala continúan desalentando el comercio, ya que del 100%
de denuncias realizadas en el Ministerio Publico y la Policía Nacional Civil, al momento
solo el 29% ha recibido sentencia en el Organismo Judicial, lo que refleja que la lucha
contra este crimen es poco efectiva.

1.2.5 Derecho comparado


El derecho romano consideró el contrato como una fuente de obligaciones, por lo que
no se designaban como contratos otros actos consensuales tendentes a crear
relaciones de derecho reales o familiares. Recogiendo esta tradición romanista, el
Código Francés definió el contrato como una convención por la cual una o varias
personas se obligan hacia otra u otras, a dar, a hacer o a no hacer alguna cosa. En este
mismo sentido, una parte de la doctrina francesa considera que el contrato es el
acuerdo productor de obligaciones. Así pues, la identificación que desde el punto de
vista del valor del consentimiento se había producido en el derecho moderno, entre la
convención y el contrato, vuelve a desaparecer desde este otro punto de vista del
objeto sobre el cual puede recaer, el consentimiento. Según esta dirección, “que cuenta
con numerosos partidarios en la doctrina moderna, la convención es el género y el
contrato la especie, cuando el acuerdo verse sobre la creación de obligaciones, existirá
el contrato; cuando recaiga sobre la modificación o extinción de aquéllas o sobre la
creación de relaciones jurídicas reales o familiares, existirá la convención.” 29
Otro sector de la doctrina moderna, en cambio, identifica la convención y el contrato, no
ya desde el punto de vista de la fuerza obligatoria de aquélla por el mero
consentimiento, sino desde este nuevo punto de vista del ámbito del contrato,
cualquiera que sea la materia de ese acuerdo, es decir, bien sea la creación o
transmisión de un derecho real o la constitución de una relación familiar. En esta
dirección se inspiró el Código Italiano de 1865 al definir “el contrato como el acuerdo de
dos o más personas para constituir, regular o resolver un vínculo jurídico entre las
mismas.”30
29
Op. Cit.
30
Carmes Ferro, Op. Cit. Pág. 2
Entre ambas posiciones extremas se ha mantenido una posición ecléctica, según la
cual el ámbito del contrato lo constituirían las relaciones jurídicas patrimoniales,
quedando fuera del mismo las extrapatrimoniales. De esta forma se comprenderían en
el contrato no solamente las relaciones obligatorias, sino también las referentes a los
derechos reales y por otra parte, no sólo se incluirían los acuerdos tendentes a crear
obligaciones (o derechos reales) sino también los referentes a la modificación o
extinción de tales relaciones. Este criterio ha inspirado al nuevo Código Italiano, según
el cual “el contrato es el acuerdo de dos o más partes para constituir, regular o extinguir
31
entre sí, una relación jurídica patrimonial.”

1.2.6 Cierre
Con la investigación a realizar espero llegar a concluir que el delito de extorsión ha

lesionado o ha puesto en peligro el patrimonio de los individuos y aún cuando no llegue

a configurarse un menoscabo patrimonial efectivo, este ha afectado bienes jurídicos

individuales, tales como la autonomía personal y la economía; de igual forma ha

afectado derechos colectivos de familias y de propietarios de empresas pequeñas,

medianas o grandes, sean estas formales o informales de diversos sectores y niveles

económicos y sociales, los que en general, son arrendatarios de casas, apartamentos o

locales comerciales en que tienen establecidos sus negocios o empresas. Por lo que se

hace evidente la necesidad de una cláusula especial de rescisión en el Contrato de

Arrendamiento, por lo que de esta manera al rescindir el contrato por la afectación del

delito de extorsión se podrá proteger el patrimonio del arrendatario logrando con ello

disminuir su afectación.

31
Ibid.

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