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La posibilidad de pensar el psicoanálisis desde un contexto histórico-cultural y dimensionar lo que en su

época representó el pensamiento freudiano, eso ha significado el primer trimestre de la Licenciatura en


Teoría Psicoanalítica. Pienso en la palabra emergencia, el lugar donde emergió el psicoanálisis, en la
época moderna, en el pensamiento moderno, donde es el sujeto mismo que le quita el dominio a lo
divino para entregárselo al mismo sujeto, ahora es mediante su pensamiento que tiene que comenzar a
elaborar su lugar en el mundo, ¿de dónde y hacia dónde? Es menester introducir una estructura de ese
pensamiento, un ordenamiento que dé cuenta de un avance, de inventar una historia, de explicarse, de
hacer filosofía. Siguiendo a Politzer, podemos decir que ha triunfado el materialismo, que es ahora la
razón la que reina, es en este reinado que el pensamiento tiene que ser obra del sujeto mismo, por lo
que se instaura una filosofía del sujeto. ¿Quién es el que le proporciona al sujeto la capacidad de pensar?
Lo divino ya no está solo en la mesa de respuestas, tendrá que compartir con otros pensamientos poder
hablar del origen y el devenir. Entonces tenemos una época donde el pensamiento que, antes tenía el
límite en lo sobrenatural, es ilimitado, donde hay una euforia, como diría Villoro, por poder averiguar
nuevos horizontes de explicación, a través de la omnipotencia de la razón. Todo tiene un porqué, sólo
hay que pensarlo y podremos controlar la naturaleza.
En los tiempos de Freud había un fenómeno que no era explicado desde la ciencia del momento, no
alcanzaban los supuestos para darle un sentido que convenciera, este fenómeno era la Histeria. A Freud
le interesó explorarlo. Para eso tuvo que revisar todos los estudios que se habían hecho y los que estaban
vigentes en ese entonces, esas fueron las herramientas que Freud revisó para aproximarse al fenómeno,
desde el asociacionismo inglés y alemán, hasta el fundamentalismo en Estados Unidos, pero fue el
encuentro con Charcot el que le abrió un panorama diferente a Freud, esto lo podemos encontrar
extensamente en el trabajo de Bercherie de la Génesis de los conceptos freudianos. Sin embargo lo que
Freud le va a entregar a la ciencia es la existencia de un aparato psíquico, del descubrimiento del
inconsciente, le dice a la civilización que sus actos no están regidos por la razón, y que una muestra de
eso es el sueño.
Este descubrimiento abre un universo, el universo de lo inalcanzable, lo inaccesible, para esa
todopoderosa razón. Pero, ¿por qué tuvo ese impacto una teoría que a simple vista no resuelve el
problema? Si la aproximación razonada y hacia la asequibilidad del fenómeno tiene su valor, lo que
propone Freud estaría fuera de esa modalidad. Al parecer Freud avanza hacia la oscuridad. Y es que
Freud no le habla a la razón, a lo comprensible, a lo sabido, sino le habla a lo desconocido que vive en
cada sujeto y que el impacto tendrá que ver con la vivencia, es sentir algo y no saber qué es. Es a eso a
lo que Freud le da una voz. Es interesante pensar que después de que el sujeto mismo se comenzó a
pensar desde lo infinito, para él eso le es insoportable, el hombre necesita balizas de su existencia, pero
lo que descubre en su experiencia, en su sexualidad con Freud, le choca, habría de buscar formas para
esconderlo, desaparecerlo, educarlo, darle un cauce, una explicación externa. El psicoanálisis pone el
dedo en la llaga, la única llaga del hombre, su sexualidad. La situación es que esa sexualidad va siempre
un paso adelante, en cuanto la pienso ya es la misma sexualidad que condena mi acto de pensar. Y es en
esa delantera que el hombre siempre pierde, y por tanto, la civilización también. Pero es una pérdida
que trae una ganancia. Por lo que Freud inaugura la posibilidad de pensar que el sufrimiento más feroz
en el hombre trae consigo algo del orden de la satisfacción. ¡Aquí está lo estético de la creación humana!
Vaya construcción de ese hombre para lograr una satisfacción. Como diría la Dra. Heyser, lo más
horroroso es sublime dentro de la experiencia subjetiva.
¿Cómo es que Freud, siendo un científico alemán, da con estos descubrimientos, si él parte de una
revisión de la psicología positivista del siglo XIX? Hay que pensar que si Freud a lo que apunta es siempre
a la vivencia, en él tuvo que existir una. Por lo que para pensar una epistemología del psicoanálisis hay
que atravesar una historia de los conceptos y una mirada a esa vivencia subjetiva en Freud, por lo que
Assoun dirá que la epistemología del psicoanálisis será un phantasieren.
Utilizo algunos extractos de las asignaturas del primer trimestre para hilar un punto que quisiera pensar,
de ese panorama histórico-cultural del que emerge el psicoanálisis, ¿qué queda para el siglo XXI? ¿Hay
posibilidad del psicoanálisis para este siglo? ¿Cuál sería ese lugar para el psicoanálisis? Si partimos por
denominar a esta época posmoderna, desde Lipovetsky, la era del vacío, donde hay un valor por lo
individual, de la realización personal, disfrutar al máximo de la vida, es el triunfo de una ideología
individualista. Ahora la sexualidad está psicologizada, lo ominoso que, a partir del psicoanálisis, resultaba
estético cada vez es menos claro y sólo se le deja a esferas extremistas, por ejemplo, el cine gore. Es
decir, la población tiene derecho a vivir y consumar su deseo, sea cual sea este. Ante esta
homogenización de lo individual, se ha perdido el verdadero sujeto, ese de Lacan, sujeto del
inconsciente. Ya se hace uso de los conceptos freudianos como algo cotidiano, algo que vive con
nosotros, pero no despierta interés alguno. Esa vivencia a la que apuesta Freud ahora se ha convertido
en algo light, se le ha perdido el valor.
Uno podría irse en la finta de que la supremacía de lo individual le daría un espacio absoluto al
psicoanálisis, pero lo que ha delimitado a esta individualidad ha sido el capitalismo y la ciencia, dos
discursos que han desubjetivizado, que ponen al hombre al servicio del consumo y de la creencia.
He partido este escrito por decir que este primer trimestre me ha hecho pensar en ¿qué es del
psicoanálisis hoy?, pero también he de cuestionarme de dónde he hecho ese recorrido, es decir, por qué
esa pregunta. A lo que debo responderme, como analista en formación, ¿qué lugar le doy a mi vivencia
al haber estado en contacto con el psicoanálisis? Y ¿qué responsabilidad tengo por sostener el discurso?
Es también, como hombre de la modernidad, el lugar que me voy a dar en este mundo a partir de lo que
me ha hecho estar en contacto con un psicoanalista. Y a partir de esto poder formalizar un tema y
realizar una tesis.
CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y ESTUDIOS LACANIANOS, A.C.

Escrito sobre el primer trimestre de la Licenciatura en Teoría Psicoanalítica

Correa Cardoso Héctor Miguel

Abril 2016

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