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Acerca de la obra

«Lo que InterWorld consigue recrear


con exactitud es el miedo infantil de que
si nos encontramos fuera de nuestro
entorno y alejados de nuestras familias
durante demasiado tiempo, nuestras
familias y aquellos a los que amamos
podrían acabar por olvidarse de
nosotros e incluso podría ser que nunca
consiguiéramos volver. El propósito de
la novela no es hacer que este miedo
tenga una base sino darle a los lectores
un irresistible incentivo que para que
ellos solos quieran dar esos primeros
pasos en los mundos impredecibles que
les esperan…»
Joey Harker no es un héroe. De THE NEW YORK TIMES
hecho es el tipo de chico que es Nota de los autores
capaz de perderse en su propia La presente es una obra de ficción. Sin
casa. Pero un día, Joey sí que se embargo, dado el número infinito de
pierde; en serio. Sale de este mundos posibles, bien podría ser real en
mundo para meterse de lleno en alguno de ellos. Y si una historia
otra dimensión. El paseo que Joey ambientada en un número infinito de
se da entre dos mundos no es universos posibles es cierta en uno de
habitual y su extraña habilidad hace ellos, entonces debe serlo en todos. De
que dos fuerzas enemigas mortales modo que, a lo mejor, a fin de cuentas,
se enfrenten para hacerse con ese no tiene nada de ficticia como creímos
poder. Los ejércitos de la ciencia y en un principio.
de la magia quieren aprender cómo PRIMERA PARTE
trasladarse entre realidades de la Capítulo 1
misma manera en que él lo hace y Una vez me perdí en mi propia casa.
parece que sus únicas opciones son Supongo que suena peor de lo que
unirse a los unos o a los otros. Sin fue. Acabábamos de ampliar la casa
embargo, pronto descubre que hay (con un pasillo y un dormitorio para el
muchos como él y que a pesar de renacuajo, mi hermano pequeño, también
sus formas y tamaños, comparten conocido como Kevin)…, aunque,
muchas similitudes con el propio bueno, en realidad ya no había
Joey… carpinteros y hacía un mes que las aguas
El maestro Neil Gaiman se une al habían vuelto a su cauce. Mi madre nos
ganador de un Emmy y escritor de había avisado de que la cena estaba lista
ciencia ficción Michael Reaves para y yo salí corriendo escaleras abajo.
crear una deslumbrante historia Cuando llegué a la segunda planta, sin
sobre magia, ciencia, honor y el embargo, me fui hacia el lado contrario
destino de un chico muy especial… y me encontré en un cuarto empapelado
y de todos los demás que se con nubes y conejitos. Al darme cuenta
parecen a él. de que había girado a la derecha en vez
Neil Gaiman y Michael de a la izquierda, me apresuré a cometer
Reaves de nuevo el mismo error y darme de
InterWorld bruces con el vestidor.
ePub r1.1 Para cuando llegué abajo Jenny y
Horus 22.04.16 papá ya estaban allí y mamá me dedicó
Título original: InterWorld La Mirada. Decidí que iba a ser peor
Neil Gaiman y Michael Reaves, 2007 dar explicaciones, de modo que cerré el
Traducción: Julia Osuna Aguilar pico y me concentré en mis macarrones
Editor digital: Horus gratinados.
ePub base r1.2 En cualquier caso, supongo que
A Neil le gustaría dedicar este habréis captado el problema: no tengo
libro a su hijo Mike, quien, muy desarrollado lo que la tía Maude
entusiasmado por el solía llamar «brújula interior»; es más,
manuscrito, no paró de creo que nunca la he tenido imantada.
animarnos y preguntarnos ¿Que si distingo el norte del sur y el este
cuándo iba a poder leerlo en del oeste? Ni en sueños, ya bastante
un libro de verdad. tengo con diferenciar la derecha de la
A Michael le gustaría izquierda. Resulta muy irónico teniendo
dedicárselo a Steve Saffel. en cuenta el devenir de los
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acontecimientos… a favor y seis en contra: Dimas
Pero me estoy adelantando. Vale, conservará su puesto. Tengo la garganta
voy a escribir este relato tal y como nos destrozada.
enseñó el señor Dimas, quien nos dijo Mamá le preparó un té y Jenny le
que no importaba con qué se empezase preguntó por qué había defendido al
siempre y cuando se empezase…, de señor Dimas.
modo que comenzaré con él. —Mi maestro dice que siempre está
Estábamos a finales de octubre, ya dando problemas.
en mi segundo año de instituto, y todo —Y es verdad —corroboró papá—.
discurría con normalidad a excepción de Gracias, cariño. —Le dio un sorbo al té
educación cívica, lo cual, por lo demás, y prosiguió—: Pero también es uno de
tampoco era de extrañar. El señor los pocos profesores que se preocupan
Dimas, el profesor de la asignatura, era por lo que hacen, y además es un hombre
conocido por poner en práctica métodos con la cabeza bastante bien amueblada.
de enseñanza poco convencionales. En —Señaló entonces con la pipa a mi
los exámenes del primer semestre nos hermana y le dijo—: Duendecilla, a la
había vendado los ojos para que cama, que ya ha pasado la hora de las
pinchásemos una chincheta en un brujas.
mapamundi y luego escribiésemos una Así era mi padre: aunque solo
redacción sobre el sitio donde se había ocupaba un puesto de concejal, tenía
clavado. A mí me tocó Decatur, una más influencia sobre la gente que el
ciudad de Illinois. Hubo quienes se propio alcalde. En otros tiempos agente
quejaron porque les cayeron sitios como de bolsa en Wall Street, todavía les
Ulan Bator o Zimbabue, pero no eran gestiona las acciones a algunos de los
conscientes de su suerte: ¡a ver quién es ciudadanos más prominentes de
el listo que escribe diez mil palabras Greenville, entre ellos varios miembros
sobre Decatur, Illinois! de la junta escolar. Como el cargo de
El señor Dimas siempre andaba concejal solo le lleva unos cuantos días
tramando cosas por el estilo. El año al mes, durante gran parte del año
anterior había sido portada del conduce un taxi. Una vez le pregunté
periódico local y había estado a punto para qué lo hacía si con sus inversiones
de ser despedido por convertir en llegábamos de sobra a fin de mes (y eso
feudos litigantes dos clases que debían sin contar el negocio de mi madre: la
intentar negociar la paz durante todo un venta a domicilio de joyas); me
semestre. Al final las conversaciones de respondió que le gustaba conocer a
paz fracasaron y ambos bandos acabaron gente nueva.
declarándose la guerra en el patio de Quien crea que el señor Dimas se
recreo. La cosa se desmadró un poco y achantó por haber estado a punto de ser
corrió sangre de algunas narices. Los despedido se equivoca; nada más lejos.
noticiarios locales recogieron las Lo que se le ocurrió para el examen
declaraciones del señor Dimas: «A final de educación cívica fue radical
veces la guerra es necesaria para incluso para él. Dividió la clase en diez
enseñar la importancia de la paz, y en equipos de tres, volvió a vendarnos los
ocasiones hay que aprender el ojos (tenía un máster en el tema) e hizo
verdadero valor de la diplomacia para que un autobús escolar nos fuera
evitar la guerra. Yo prefiero que mis dejando en distintos sitios de la ciudad.
alumnos aprendan estas lecciones en el En teoría desde allí teníamos que llegar
patio de recreo que en el campo de a ciertos puntos de control en un tiempo
batalla». determinado sin valernos de ningún
En el instituto corrió el rumor de que plano. Cuando otro profesor le preguntó
iban a despedirlo. Hasta el alcalde qué tenía eso que ver con la educación
Haenkle pilló un buen cabreo (la nariz cívica, el señor Dimas le respondió que
de su hijo fue una de las que sangró). absolutamente todo tenía que ver con su
Mamá, mi hermana pequeña Jenny y yo asignatura. Antes de empezar nos
nos quedamos los tres despiertos hasta confiscó móviles, tarjetas de teléfono y
tarde, bebiendo leche con cacao a la de crédito y dinero en metálico para que
espera de que papá volviese de la no llamásemos a nadie ni cogiésemos un
reunión del ayuntamiento. El renacuajo autobús o un taxi. Estábamos solos ante
no había tardado en dormirse en el el peligro.
regazo de mamá, que todavía le daba el Y ahí fue donde empezó todo.
pecho por aquel entonces. Era Tampoco era que fuésemos a
medianoche pasada cuando papá entró enfrentarnos a grandes peligros, al fin y
por la puerta de atrás, lanzó el sombrero al cabo el centro de Greenville no es el
sobre la mesa y anunció: centro de Los Ángeles ni de Nueva
—La votación ha sido de siete votos York, ni tan siquiera de Decatur
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(Illinois). Lo peor que podía sucedernos ellas han sido del tipo «Perdona, se te
era que una anciana arremetiese contra ha caído» o «Lo siento, ¿estabas sentada
nosotros con su bolso si hacíamos la aquí?». Vamos, muy lejos de las frases
tontería de intentar ayudarla a cruzar la con las que se construyen los grandes
avenida 42. Fuera como fuese, me romances, aunque las conservo todas y
habían puesto en el grupo con Rowena cada una como oro en paño.
Danvers y Ted Russell y la cosa Sin embargo, quizá tenía ahora ante
prometía ser interesante. mí la oportunidad de cambiar eso, de
Cuando el autobús del instituto se convertirme en algo más que un bip
detuvo en medio de una nube de humo de anónimo en la pantalla de su radar. Yo
diésel, nos apeamos y nos quitamos las casi había cumplido ya los quince años,
vendas. Estábamos en el centro: hasta y ella era mi Primer Amor, lo juro, y
ahí podíamos deducirlo solos. Era estoy hablando muy en serio. O eso
primera hora de la tarde de un día fresco creía por entonces. No se trataba de un
de octubre y no había mucho trasiego, ni cuelgue cualquiera: no solo estaba
de personas ni de vehículos. Lo primero enamorado de Rowena Danvers, lo
que hice fue buscar el letrero de la calle, estaba completa, profunda y
que nos indicó que nos encontrábamos apasionadamente. Hasta se lo conté a
en la esquina del bulevar Sheckley con mis padres, y eso es echarle valor. Les
Simak. dije que, si ella se fijaba en mí algún
Y supe dónde estábamos. día, el nuestro sería el romance más
Fue tal mi sorpresa que por un sonado del siglo. Como se dieron cuenta
momento no conseguí articular palabra. de que hablaba en serio, no se burlaron
Yo era el típico que de pequeño se de mí; es más, lo comprendieron y me
perdía yendo al buzón de la esquina, desearon suerte. Yo sería Tristán y ella
pero en ese momento vi claramente Isolda (quienquiera que fuesen; eso lo
dónde nos encontrábamos: justo enfrente dijo mi padre); yo Sid y ella Nancy
de la calle del dentista al que habíamos (quienquiera que fuesen; lo dijo mi
ido Jenny y yo dos días antes para madre). Quería impresionarla, y poco
hacernos una limpieza de boca. me importaba si demostrarle que sabía
Antes de acertar a decir algo, Ted se cruzar una calle en la buena dirección no
sacó la tarjeta que nos había dado a era una gesta digna de una obra de
cada uno el señor Dimas, en la que Shakespeare. Me contentaba con
ponía la ubicación donde debían cualquier cosa.
recogernos. —Yo sé dónde estamos —anuncié
—Tenemos que llegar a la esquina por fin.
de Maple con Whale. Eh, lo mismo Ted y Rowena me miraron con
podemos llamar a tu padre para que desconfianza.
venga a recogernos, Harker. —Sí, ya, claro. Antes prefiero
Lo único que necesitáis saber sobre ponerme otra vez la venda. Vamos,
Ted Russell es que no sería capaz de Rowena —le dijo Ted cogiéndola por el
deletrear «WC»; y no porque sea tonto brazo—, todo el mundo sabe que Harker
—que lo es; no lo es más porque no se no podría encontrarse ni el culo con
entrena—, sino porque le daría pereza. ambas manos atadas a la espalda.
Era repetidor, un año mayor que yo, y yo Rowena se zafó de Ted y se quedó
sabía que de él solo podía esperar mirándome. Comprendí que no tenía
bromas de mal gusto que ni un niño de ganas de andar con Ted Russell ni cinco
primaria reiría. Pero, por muy capullo o seis manzanas, pero que tampoco
que fuese, estaba dispuesto a aguantarlo quería pasarse el resto del día vagando
con tal de estar allí —o en cualquier sin rumbo por el centro.
otra parte— con Rowena Danvers. —¿Estás seguro-seguro de que sabes
Supongo que las habrá más guapas, dónde estamos, Joey? —me preguntó.
más listas o mejores en el instituto de ¡Mi amada pidiéndome ayuda! ¡Me
Greenville, pero nunca me he molestado sentí capaz de encontrar el camino de
en mirarlas. Por lo que a mí respecta, vuelta a casa desde la cara oculta de la
Rowena es la única chica que existe; luna! —Segurísimo —le respondí con la
aunque, tras dos años de esfuerzos, confianza del pobre pavo que cree que
todavía no he logrado convencerla de va a pasar un estupendo día de Acción
que soy algo más que un extra de de Gracias—. Seguidme, ¡vamos! —Y
segunda en la película de su vida. No eché a andar calle abajo.
era que me odiase ni que le cayese mal: Rowena dudó por un instante pero
no llegaba a ser tan importante para dejó atrás a Ted y empezó a seguirme. El
nada de eso. Dudo que hayamos chico la miró estupefacto por un
intercambiado más de cinco frases en momento y luego agitó el brazo como
todo el curso, y probablemente cuatro de diciendo «¿De qué vas?».
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—Vais apañados. Le diré a Dimas si habría alguna manera de explicarle lo
que mande un equipo de rescate —gritó, sucedido sin quedar como un completo
y a continuación se echó a reír y a hacer idiota. Sin embargo, no la había, y no me
aspavientos. (Debe de ser divertidísimo quedaba más remedio que volver con
ser tu propio público). ella y confesarle que estábamos
Cuando Rowena me alcanzó perdidos. Tenía tantas ganas de
seguimos caminando un rato en silencio. decírselo como de ir a la revisión anual
Después de atravesar el parque del dentista.
Arkwright nos dirigimos al norte —creo Al menos la niebla se había disipado
—, hacia la calle Corinth. cuando volví a la calle perpendicular
Seis manzanas después me di cuenta jadeando y sin aliento. Rowena seguía
de algo importante: está bien tener claro donde la había dejado, mirando el
dónde te encuentras pero es mejor aún escaparate de una tienda de animales, de
saber a dónde vas. Y yo, por supuesto, espaldas a mí. Crucé la calle corriendo,
no tenía ni idea: en cuestión de minutos le di un toquecito en el hombro y le dije:
me vi más perdido que nunca en mi vida; —Perdona. Supongo que tendríamos
y lo que era peor, Rowena se dio cuenta, que haberle hecho caso a Ted, y sé que
se lo noté en los ojos. era lo último que esperabas oír.
Empezó a entrarme el pánico porque Se dio la vuelta.
no quería defraudar a Rowena pero Me acuerdo de que una vez, siendo
tampoco quería quedar mal. yo bastante pequeño —me refiero a un
—Espera aquí un minuto —acerté a crío, cuando vivía en Nueva York, antes
decirle, y salí corriendo antes de que de mudarnos a Greenville y antes
pudiera responder. incluso de que Jenny existiera—, iba
Deseaba con todas mis fuerzas siguiendo a mi madre por los almacenes
reconocer alguna calle u otra referencia. Macy’s. Habíamos ido a hacer las
Doblé la esquina y, al ver un edificio compras de Navidad, y yo juraría no
que me resultó familiar al final de la haber apartado los ojos de ella, que
siguiente manzana, seguí por esa misma llevaba un abrigo azul. La seguí por toda
vía —el bulevar Arkwright, pegado al la tienda hasta que me asusté por la
parque— para asegurarme. barahúnda y la cogí de la mano. Y
En Greenville el tiempo es, como poco, cuando miró hacia abajo…
raro. La razón es la proximidad al No se parecía en nada a mi madre;
Grand, un río que tiene a bien regalarnos era una mujer a la que no había visto en
la industria cervecera y el turismo que mi vida que llevaba un abrigo azul muy
viene a hacer senderismo y a ver las parecido y el mismo corte de pelo. Me
cataratas, pero también la bruma que se eché a llorar y me llevaron a una
extiende por la ciudad en cuanto se oficina, donde me dieron un refresco y
levanta un poco de fresco. me ayudaron a encontrar a mi madre.
Y sobrevino justo en la esquina de Aunque todo acabó felizmente, nunca
Arkwright con Corinth. Encaré la podré olvidar ese momento de
neblina de frente y sentí las gotas frías desorientación, de esperar ver a una
en la cara; por lo general suele volverse persona y encontrarme con otra.
más ligera una vez que estás dentro, Así me sentí en ese momento.
pero no fue el caso: me pareció andar a Porque la que tenía ante mí no era
través de un humo denso, cegador y gris. Rowena, pese a que se parecía mucho a
Continué atravesándola sin darle ella —casi como una hermana— y
mayor importancia, porque, a fin de llevaba la misma ropa; incluso una gorra
cuentas, tenía cosas más relevantes en la negra semejante a la suya.
cabeza. Desde el interior distinguí Pero Rowena siempre andaba
resplandores de muchos colores. Es presumiendo de su larga melena rubia y
curioso cómo se ve una ciudad cuando no paraba de decir que se la dejaría
lo único que se vislumbran son luces. crecer hasta donde fuese posible y que
Al doblar por la siguiente esquina y jamás se la cortaría.
entrar en la calle Fallbrook, salí de la Aquella otra chica, en cambio, tenía
niebla… y me detuve. Estaba en una el pelo rubio pero corto, muy, muy corto;
parte de la ciudad que no me sonaba de y ni siquiera se parecía a Rowena, al
nada, donde había un McDonald’s que menos cuando la mirabas de cerca. Mi
no había visto en mi vida, con un gran amada tiene los ojos azules y esa otra
arco de cuadros escoceses por encima. los tenía castaños. No era más que una
«Será alguna promoción sobre Escocia chica cualquiera con un abrigo marrón y
o algo parecido —me dije—. Qué raro». una gorra negra que estaba mirando los
Pero por mucho que me fijé, no lo llegué cachorrillos del escaparate de una
a procesar: estaba demasiado ocupado tienda de animales. Totalmente
pensando en Rowena y preguntándome desorientado, retrocedí y le dije:
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—Perdona, creí que eras otra metálicos, en naranja, verde pistacho o
persona. amarillo limón. En todo el camino no vi
Me miró como si acabase de salir de un solo coche negro o plateado; de
una alcantarilla con una careta de hecho, pasó un coche patrulla con la
hockey y una motosierra en la mano, sirena y las luces encendidas y era verde
pero no dijo nada. y amarillo, no rojo y azul.
—Lo siento mucho, de verdad —me Después de eso decidí fijar la vista
excusé de nuevo—. Ha sido culpa mía, en el cuero gris y cuarteado que tenía
¿vale? delante. A la mitad de mi calle me
Asintió sin decir ni pío y se fue obsesioné con la idea de que mi casa no
acera abajo hasta que llegó a la iba a estar en su sitio, que solo habría un
perpendicular, sin parar de mirar atrás a solar vacío o —y eso era más
cada tanto. Acto seguido echó a correr inquietante aún— una casa distinta; o
como si la persiguieran todos los perros bien que, si había gente, no serían ni mis
del averno. padres ni mis hermanos sino unos
Quise pedirle perdón por el susto desconocidos; que no sería ya mi hogar.
que le había dado pero ya tenía bastante Me bajé en la parada y recorrí a la
con lo mío: estaba perdido en el centro carrera las tres manzanas que me
de Greenville, me había separado del separaban de casa. Por fuera parecía
resto de miembros de mi unidad y no igual: mismo color, mismos parterres y
tenía ni una sucia moneda. Había jardineras, el mismo carillón colgado
suspendido educación cívica. del techado del porche delantero. Del
Solo podía hacer una cosa, así que alivio que sentí, a punto estuve de
la hice: me quité el zapato. echarme a llorar. No me importaba que
Debajo de la plantilla guardaba la realidad entera se derrumbase a mi
doblado un billete de cinco dólares. Mi alrededor, mi hogar seguía siendo un
madre me obliga a llevarlo para casos refugio.
de emergencia. Saqué los cinco pavos, Empujé la puerta de la calle y entré.
volví a calzarme, conseguí cambio y me Olía igual que mi casa, no como la de
subí a un autobús que me dejaba cerca unos extraños. Por fin pude relajarme.
de casa mientras iba rumiando qué Por dentro también tenía el mismo
decirles al señor Dimas, a Rowena e aspecto…, aunque, de pronto, allí en
incluso a Ted, y preguntándome si medio del pasillo, empecé a fijarme en
tendría algún golpe de suerte en las algunas cosas, en detalles sutiles, ese
próximas doce horas que me hiciese tipo de cosas que pueden parecer
coger una enfermedad tan contagiosa que producto de la imaginación… Se me
me impidiese volver al instituto hasta pasó por la cabeza que tal vez la
final de semestre… alfombra tenía un estampado ligeramente
Sabía que mis problemas no distinto, pero ¿quién recuerda bien el
acabarían al llegar a casa, pero al menos dibujo de una alfombra? En la pared del
ya no estaría perdido. salón, donde antes había una fotografía
Resultó, sin embargo, que no tenía ni mía de la guardería, colgaba ahora la de
idea de lo que significaba esa palabra. una chica de mi edad. Se parecía un
Capítulo 2 poco a mí…, pero, bueno, al fin y al
El trayecto de vuelta a casa lo pasé cabo mis padres habían hablado de
medio en trance. A las pocas manzanas hacerle una a Jenny…
de subirme dejé de mirar por la Y entonces me sobrevino, y fue igual
ventanilla para quedarme con la vista que aquella vez hacía un año, cuando me
fija en el respaldo del asiento de delante tiré por las cataratas y el barril en el que
porque las calles no parecían estar bien; iba chocó contra las rocas, se partió en
al principio no podía señalar nada dos y de repente el mundo se volvió muy
concreto que me perturbase, era solo brillante y del revés, y acabé
que todo parecía un tanto… fuera de malparado…
lugar, como la tela escocesa de los arcos Sí que había una diferencia, una que
del McDonald’s; ojalá hubiese oído algo no se veía desde fuera: la ampliación de
sobre esa promoción. esa misma primavera, donde estaba el
Y luego estaban los coches. Papá dormitorio de mi hermano pequeño
cuenta que cuando era pequeño sus Kevin, había desaparecido.
amigos y él distinguían perfectamente un Miré escaleras arriba. Normalmente
Ford de un Chevrolet o un Buick. Hoy en si me ponía de puntillas y doblaba el
día, en cambio, todos tienen el mismo cuello hasta que me dolía un poco, se
aspecto, independientemente del veía el pasillo nuevo desde allí. Lo
fabricante. Pero allí era como si alguien intenté e incluso subí un par de peldaños
hubiese decidido que había que pintar para tener mejor visión, pero de nada
todos los coches de los mismos colores sirvió: la ampliación no estaba por
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ninguna parte. casa. Comoquiera que fuese, la realidad
«Si se trata de una broma —pensé habí cambiado y los señres Harker
para mis adentros—, la ha tenido que tenín ahora una hija mayor, no un hijo:
tramar un millonario con un sentido del Josephine, no Joseph.
humor de lo más delirante». La señra Harker… (quéraro pensar
Oí un ruido a mis espaldas y, al en ella con ese nombre). En fin, la
volverme, vi a mi madre. señra Harker me estaba escrutando con
Pero no era ella. la mirada. Parecí desconfiar pero a la
Al igual que Rowena, tenía un vez se le notaba cierta curiosidad.
aspecto distinto. Llevaba unos vaqueros Normal, claro: habrí visto el parecido
y una camiseta que no le había visto en mi cara.
nunca, y el corte de pelo era el mismo —o… ¿e conozco?
pero las gafas no; como ya he dicho, Arrugóel ceñ intentando ubicarme.
pequeños detalles. Al cabo de un minuto averiguarí por
Excepto lo de la prótesis del brazo, quéle resultaba tan familiar, recordarí
que distaba mucho de ser un detalle. que la habí llamado «mamá» y, al igual
Era de plástico y metal y empezaba que el mío, su mundo se vendría abajo.
justo por debajo de la manga de la No era mi madre, por mucho que yo
camiseta. Se percató de que la estaba quisiera que lo fuese, por mucho que lo
mirando y su mirada de sorpresa —pues necesitase; esa mujer tenía tanto de mi
no me reconocía más de lo que lo había madre como la mujer del abrigo azul de
hecho Rowena— pasó a ser de recelo. los almacenes Macy’s.
—¿Quién eres tú? ¿Qué haces en Eché a correr.
esta casa? Aún hoy sigo sin saber si hui porque
A esas alturas ya no sabía si reír, no podía soportarlo más o porque quería
llorar o ponerme a chillar. ahorrarle el sofocón de saber lo que yo
—Mamá —la apelé desesperado—, sabía: que la realidad se había astillado
¿no me reconoces? ¡Soy Joey! como la superficie de un espejo cuando
—¿Joey? Mira, chico, yo no soy tu se golpea con un martillo, y que le puede
madre. Y no conozco a nadie con ese pasar a cualquiera, porque acababa de
nombre. pasarle a ella… y a mí.
Como no sabía qué contestar ante Perdí de vista a la mujer, y la casa, y
aquello, me limité a mirarla sin más. la calle, y seguí corriendo. Quizá tenía
Antes de poder articular una respuesta la esperanza de que, si corría lo
escuché otra voz de chica a mis suficientemente rápido y lejos, podría
espaldas. volver atrás en el tiempo, a antes de que
—¿Mamá? ¿Pasa algo? toda aquella locura empezase. No sé si
Me di la vuelta, y creo que en cierto lo habría conseguido porque nunca tuve
modo, en el subconsciente, esperaba ver la oportunidad de averiguarlo.
lo que vi. Algo en aquella voz me hizo De repente el aire delante de mí se
adivinar quién estaría en lo alto de las onduló, tembló igual que cuando las
escaleras: se trataba de la niña de la ondas de calor se vuelven plateadas y de
fotografía, que tampoco era Jenny repente se rasgó en dos, como si la
porque tenía el pelo rojizo, pecas y cara propia realidad se hubiese desgarrado.
de estar en la luna, como si pasase Vislumbré un extraño telón de fondo
demasiado tiempo dentro de su propia psicodélico en el interior lleno de
cabeza. Era de mi misma edad, así que formas geométricas flotantes y colores
no podía ser mi hermana. Se parecía —y palpitantes.
tuve que admitir entonces lo que ya me Y entonces de él salió un… no sé
figuraba— …se parecí a mísi yo qué, un hombre tal vez, no estaba seguro.
hubiese sido chica. Llevaba gabardina y sombrero y, al alzar
Los dos nos quedamos mirádonos la cabeza para mirarme, le vi el rostro
aturdidos. Vagamente, como si la voz bajo el ala.
llegara de muy lejos, oía su madre Tenía mi misma cara.
decir:— Sube arriba, Josephine; aprisa. Capítulo 3
«Josephine». El desconocido llevaba una especie de
En ese momento lo comprendí no sé cóo, pero máscara que le cubría toda la cara de un
me sobrevino y supe que era material reflectante parecido al
cierto. mercurio. Resultaba de lo más
Yo ya no existí, de un modo u otro inquietante mirar ese semblante plateado
me habín cortado del montaje de mi e inexpresivo y ver reflejado mi propio
propia vida; aunque era evidente que rostro, que me devolvía a la vez la
algo habí fallado porque seguí allí mirada, torcida y distorsionada.
Sin embargo al parecer yo era el úico Pude ver así la cara de tonto que se
que me creí con derecho a estar en esa me había quedado: una constelación
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líquida de pecas, una mata de pelo romperme la rodilla? —Habría echado a
rojizo, grandes ojos castaños y la boca correr pero lo de salir por patas
torcida en una mezcla caricaturesca de requiere dos piernas en buenas
sorpresa y —admitámoslo— miedo. condiciones. Respiré hondo e intenté
Lo primero que pensé fue que se calmarme.
trataba de un robot, uno de esos de metal —Dos de esas cosas son culpa tuya.
líquido que salen en las películas; y Yo esperaba alcanzarte antes de que
luego creí estar ante un extraterrestre, empezases a caminar, pero no me ha
todo eso antes de empezar a sospechar dado tiempo. ¿A quién se le ocurre
que se trataba de algún conocido que se planear de esa manera? De un plano a
había ocultado tras una máscara de otro como si nada; has hecho saltar
última tecnología. Esa última idea todas las alarmas de la zona.
arraigó en mí al oírle hablar, pues me No tenía ni idea de qué me estaba
sonaba su voz a pesar de no poder hablando; la última vez que había
reconocerla por estar demasiado planeado fue en vacaciones, cuando
distorsionada por la máscara. Pero lo fuimos en avión a ver a la tía Agatha.
supe.—¿Joey? Me froté la rodilla y le pregunté:
Intenté decir «¿Sí?», pero apenas me —¿Quién eres? Quítate la máscara.
salió un ruidillo de la garganta. Pero no me hizo caso.
—Escúchame —me dijo —Llámame Jay —me dijo,
acercándose aún más—: me imagino que limitándose a extender la mano de
todo esto debe de estar pasando nuevo, como si quisiera que se la
demasiado rápido para ti, pero tienes estrechase.
que confiar en mí. Me pregunto si habría llegado a
«¿“Pasando demasiado rápido”? dársela o no, porque nunca tuve la
Vaya eufemismo, colega», quise decirle. oportunidad. Un repentino fogonazo de
Mi casa no lo era ya, al igual que mi luz verde me cegó y tuve que parpadear,
familia y mi novia (bueno, nunca lo y al momento un sonoro estruendo me
había sido, pero tampoco era el dejó también los oídos fuera de
momento de ponerse puntilloso). En circulación.
definitiva, todo lo estable y permanente —¡Corre! —me gritó Jay—. ¡No,
de mi vida se había vuelto de gelatina y por ahí no! Por donde viniste. Yo
estaba «a esto» de perder por completo intentaré darles esquinazo.
la chaveta. Pero no corrí, me quedé allí parado
Pero cuando el personaje de la con los ojos fuera de las órbitas.
careta me puso una mano en el hombro A unos tres metros por encima de
la distancia entre estar «a esto» y estarlo nuestras cabezas había tres discos
se evaporó. Dejó de importarme si era voladores, plateados y destellantes; y
un conocido o no: le pegué un rodillazo montándolos, cual surfistas cogiendo una
con fuerza, tal y como el señor Dimas ola, hombres con monos grises y una
nos había enseñado —tanto a chicos especie de redes muy voluminosas en la
como a chicas— por si alguna vez nos mano (parecidas a las de pescar, o a las
veíamos en una situación de peligro de los gladiadores, pensé).
físico con un varón adulto. («No —Joseph Harker —me interpeló por
apuntéis a los testículos —nos dijo ese mi nombre uno de los gladiadores, con
día el profesor, como el que habla del voz plana e inexpresiva—. Resistir es
tiempo—. Apuntad al centro del improcedente. Por favor, no se mueva de
estómago, como si intentaseis llegar donde está. —Para recalcar sus palabras
hasta él “a través” de los testículos. Y zarandeó la red, que rechinó y despidió
luego no os quedéis a ver si está bien o chispas azules de los puntos en los que
no. Salid corriendo.»). la malla se rozó.
A punto estuve de romperme la Al ver aquellas redes supe dos
rótula, porque resultó que aquel tipo cosas: que eran para mí, y que me iban a
llevaba puesta una armadura o algo hacer daño si me atrapaban.
parecido bajo la gabardina. Jay tiró de mí y gritó de nuevo:
Chillé de dolor y me agarré la —¡Corre!
rodilla derecha. Lo peor de todo era que Y esa vez no titubeé: di media vuelta
sabía que, bajo aquella máscara y salí disparado.
reflectante, el chalado aquel estaba Uno de los hombres dio un grito de
sonriendo. dolor y, al mirar por un instante hacia
—¿Estás bien? —me preguntó con atrás, vi que estaba cayéndose al suelo,
aquella voz familiar. Daba la impresión sin que por ello el disco dejara de girar
de estar más divertido que preocupado. en el aire por encima de él. Me imaginé
—¿Aparte de no saber qué está que Jay habría sido el responsable.
pasando, haber perdido a mi familia y Los otros dos volaban justo por
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encima de mí, pisándome los talones; no pizza y chándal sudado. Y sí, si no doy
necesitaba alzar la vista para saberlo, la impresión de tener en mucha estima a
veía sus sombras. mi instituto, supongo que será porque no
Me sentía como una fiera salvaje — se la tengo. Con todo, debía admitir que
tipo león o tigre— perseguida por en esos momentos estar allí suponía un
hombres con dardos tranquilizantes en alivio para mí.
un documental de la naturaleza; todo el Subí las escaleras sin perder de
mundo sabe que lo acorralarán si sigue vista el cielo, por si aparecían los
corriendo en línea recta. Por eso decidí gladiadores voladores, pero ni rastro.
driblar hacia la izquierda, justo en el Cuando entré nadie me hizo mucho
momento en que una red aterrizó donde caso. Era quinta hora y no había mucha
estaba antes. Al caer me rozó la mano gente por los pasillos. Me encaminé
derecha, que se me quedó dormida; no hacia el aula de Dimas todo lo rápido
sentía los dedos. que pude sin llegar a correr. Aunque
Y entonces «me trasladé». nunca había sido mi profesor favorito —
No tuve muy claro cómo lo había las extravagantes pruebas a las que nos
hecho, ni siquiera qué había hecho. Por sometía no eran plato de mi gusto—,
un momento experimenté de nuevo una siempre me había dado la impresión de
sensación de más niebla, luces titilantes ser alguien que no perdería los nervios
y el sonido del carillón del porche, hasta en una crisis. Y si aquello no era una
que vi que me había quedado solo; los crisis, no sé qué puede serlo. Además,
hombres del cielo habían en cierto modo había sido culpa suya,
desaparecido… al igual que el ¿no?
misterioso Jay de cara reflectante. Era No aminoré el paso hasta que llegué
una tranquila tarde de octubre, con hojas al aula y lo vi por la ventanilla de la
húmedas pegadas a la acera, y, como de puerta: estaba en su mesa corrigiendo
costumbre, no sucedía nada en la una montaña de deberes. Cuando llamé a
aburrida Greenville. la puerta, dijo sin siquiera mirar:
El corazón me latía con tanta fuerza —¡Pase! —Y siguió corrigiendo.
que temí que me fuera a estallar el Abrí la puerta y me aposté ante el
pecho, pero seguí mi camino por la calle escritorio sin que se molestara todavía
Maple, mientras intentaba recuperar el en apartar la vista de los papeles.
aliento y me frotaba la mano dormida —¿Señor Dimas? —Hice un
con la otra, al tiempo que hacía un esfuerzo por que no me temblase la voz
esfuerzo por procesar lo que acababa de —. ¿Tiene un momento?
pasarme. Levantó la vista, me miró a los ojos
Mi casa ya no era mi hogar y la y al instante dejó caer el bolígrafo. Me
gente que la habitaba tampoco era mi agaché para recogérselo y se lo puse en
familia. Además, había unos malos que el escritorio.
volaban sobre tapas de alcantarilla y un —¿Ocurre algo? —le pregunté.
tipo con la entrepierna acorazada y la Estaba pálido y —me llevó unos
cara reflectante. instantes constatarlo— asustado.
¿Qué podía hacer? ¿Ir a la policía? Boquiabierto, empezó a menear la
«Claaaro», me dije. Se pasan el día cabeza, en un gesto que mi padre llama
oyendo historias por el estilo, sí, pero «sacudirse las telarañas», y luego
¿qué hacen con la gente que se las volvió a mirarme. Extendió entonces la
cuenta? Mandarla al locódromo. mano derecha y me dijo:
Solo me quedaba, por tanto, una —Dame la mano.
persona con la que poder hablar. Al —Um, ¿señor Dimas…? —De
doblar la esquina vi el instituto de repente se apoderó de mí el temor de
Greenville ante mí. que también él formase parte de toda
Me disponía a hablar con el señor aquella locura, y la sola idea me dio
Dimas. tanto miedo que apenas me tuve en pie.
Capítulo 4 Necesitaba que alguien hiciese el papel
El instituto de Greenville se construyó de adulto inmediatamente.
hace casi medio siglo. Desde entonces Me fijé en que a mi profesor, que
solo estuvo cerrado unos meses siendo seguía con la mano extendida, le
yo pequeño, cuando el ayuntamiento le temblaban los dedos.
hizo quitar el amianto. En la parte de —Cualquiera diría que ha visto
atrás hay un par de módulos usted un fantasma —comenté.
provisionales que albergan el taller de Me miró con reprobación.
manualidades y el laboratorio de —No tiene gracia, Joey. Si es que
ciencias, hasta que se consiga la eres Joey… Dame la mano.
financiación para una ampliación. Está Se la di y me la apretó con tanta
un tanto ruinoso y huele a humedad, fuerza que me hizo daño, sentí la carne y
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todos los huesos. Cuando me la soltó había hecho yo antes. «Esto es lo que se
volvió a mirarme y me dijo: dice correr como alma que lleva el
—Eres de verdad, no una diablo», pensé.
alucinación. ¿Qué significa todo esto? Miré al señor Dimas, que me
¿Eres Joey Harker? Desde luego, devolvió la mirada, pasó un pie por
parecerte te pareces. detrás de la pata de una silla cercana y
—Pues claro que soy Joey. —Tengo la arrastró hacia mí.
que admitirlo: estaba a punto de —Siéntate y baja la cabeza. Respira
echarme a lloriquear como un crío. lentamente.
Aquel desvarío, fuera lo que fuese, no Le hice caso y me sentó bastante
podía estar afectándolo también a él; el bien, porque el mundo —o al menos
señor Dimas era el colmo de la aquella aula— se me había vuelto un
cordura…, bueno, de un tipo de cordura. tanto borroso. Al cabo de un minuto la
(Cuando el alcalde Haenkle lo calificó cosa se estabilizó y levanté la cabeza
en su columna del periódico Greenville para encontrarme al señor Dimas con la
Courier de «más excéntrico que pasar el vista clavada en mí. Salió entonces de la
quitanieves en junio», supe a qué se habitación y volvió unos segundos
refería). después con un vaso de papel encerado.
Pero tenía que contarle a alguien lo —Bebe.
que estaba pasándome y el señor Dimas Cuando me bebí el agua, me sentí
seguía pareciéndome la mejor opción. algo mejor.
—Mire —empecé a decir con —Y yo que pensaba que estaba
cautela—, hoy ha sido… muy raro todo. teniendo un día raro. Esto pasa ya de
He pensado que usted sería la única castaño oscuro. ¿Puede explicarme algo
persona que sabría qué hacer. de lo que está pasando aquí? —
Aunque seguía más blanco que un pregunté.
vaso de leche, asintió. Pero en ese Mi profesor asintió y me dijo:
momento alguien llamó a la puerta y —Sí, por supuesto, algo sí que
dijo: —Pase. —Pareció aliviado. puedo explicarte; o, al menos, la
Era Ted Russell, que no se molestó reacción de Edward, y la mía. Verás,
en mirarme antes de decir: Joey Harker se ahogó hace un año en un
—Señor Dimas, tengo un problema. accidente en las cataratas del río Grand.
Si me suspende usted la educación Agarré mi cordura y me aferré a ella
cívica, no me comprarán el coche. Y con ambas manos.
algo me dice que tiene pensado —Yo no me ahogué. Me llevé un
catearme. buen susto y me tuvieron que dar cuatro
Por lo visto había cosas que no puntos en la pierna. Y mi padre me dijo
cambiaban ni en realidades alternativas: que eso me enseñaría una lección que
era evidente que Ted seguía con nunca olvidaría, y que intentar bajar las
problemas para terminar el instituto. El cataratas en un barril era la estupidez
señor Dimas me había parecido más gorda que había hecho en mi vida;
desconcertado al ver entrar a Ted, pero yo le dije que no lo habría hecho si Ted
ahora estaba molesto: hubiese dejado de llamarme gallina…
—¿Y por qué, si puede saberse, iba —Te ahogaste —dijo el señor
a ser eso problema mío, Edward? Dimas sin mudar el tono—. Yo ayudé a
Ese era el señor Dimas que yo sacar tu cuerpo del río y dije unas
recordaba. Me sentí aliviado y sin palabras en tu funeral.
pensarlo intervine en la conversación: —Vaya… —Ambos nos quedamos
—Tiene razón, Ted. Además, un momento callados, hasta que el
mantenerte apartado del volante es silencio se hizo insoportable y tuve que
bueno para la comunidad. Eres un añadir—: ¿Y qué dijo? —Vamos,
atropella-abuelas en potencia. ¿vosotros no habríais preguntado lo
Cuando se volvió hacia mí, tuve la mismo?
esperanza de que no me pegara en —Cosas buenas —me respondió—.
presencia del señor Dimas. A Ted Dije que eras un muchacho de buen
Russell le gusta pegar a los que son más corazón y les conté que te pasaste tu
pequeños que él, y eso implica a un buen primer semestre aquí perdiéndote un día
porcentaje de la población escolar. sí y otro también. Que teníamos que
Levantó la mano… pero entonces vio mandar equipos de rescate para
que era yo. conseguir que llegases a salvo al
Se detuvo, con la mano en el aire, y gimnasio o a la sala de usos múltiples.
dijo (lo oí claro como el agua): Me puse colorado.
—Ay de mí, el Señor me está —Estupendo —dije con todo el
castigando. —Y se echó a llorar, para al sarcasmo del que pude hacer acopio—.
cabo salir disparado de la sala como Justo como siempre he querido que me
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recuerden. poco agradable teniendo en cuenta que
—Joey, ¿qué estás haciendo aquí? le dejaba a la vista buena parte de la
—me preguntó con voz serena. barriga, y esta…, en fin, ¿cómo decirlo?,
—Pues teniendo un día muy extraño, refulgía, igual que una medusa. Se le
ya se lo he dicho. veían los huesos y los nervios a través
Me dispuse a explicárselo todo (y de la piel gelatinosa. Le miré a la cara y
apostaría cualquier cosa a que algo se era lo mismo. Su piel parecía un
olió), pero, antes de poder decir esta ungüento aceitoso sobre huesos,
boca es mía, la habitación empezó a músculos y tendones, que se veían por
oscurecerse, aunque no como si el sol se debajo, ondeantes y deformes.
hubiese ocultado tras un nubarrón, o en La mujer los miró como si estuviese
plan «Eh, qué oscuro se ha puesto, qué esperándolos y me señaló con un gesto.
tormenta va a caer», ni oscuro de «Me —Lo tengo. Ha sido más fácil que
juego algo a que así es como se ve en un sacar ambrosía de un elemental. Tirado.
eclipse de sol». Aquella oscuridad se Nos seguirá adonde queramos.
podía tocar; era algo sólido, tangible y El señor Dimas se levantó e
frío. intervino:
Y había ojos en medio de la —Oiga, perdóneme, señorita. No
penumbra. pueden ustedes… —Y entonces la mujer
La oscuridad se dio forma a sí hizo otro gesto que lo dejó petrificado, o
misma: una silueta de mujer con el pelo algo parecido… Vi que le temblaban los
largo y negro y los labios gruesos, como músculos, como si se esforzara en
los de las actrices de las películas moverse con todas las células de su
antiguas cuando estaba de moda tenerlos cuerpo, pero sin conseguirlo.
así. Era menuda y más bien delgada, y —¿Dónde nos recogen? —les
tenía los ojos tan verdes que parecían preguntó a sus compinches. Tenía voz de
lentillas. Semejaban los de una gata, y niña pija, cosa que no me agradó mucho,
no me refiero a que tuviesen la misma sobre todo porque a partir de ese
forma, sino a que me miraban igual que momento tendría que pasarme la vida
un gato a un pájaro. siguiéndola.
—Joseph Harker —me interpeló. —Fuera, al lado de un roble muerto
—Sí —respondí. Y probablemente —le contestó el hombre medusa como si
no fue lo más inteligente que pude decir, eructase barro a la vez que hablaba—.
porque acto seguido me embrujó. Tenemos que esperarlos allí.
No puedo describirlo mejor. Movió —Bien —dijo la mujer, que a
un dedo en el aire, como dibujando una continuación me miró. Como si
figura —un símbolo que parecía medio estuviese hablándole a un perro que no
chino, medio egipcio— que se quedó le cayese muy bien me ordenó—:
flotando y resplandeciendo en el aire Síguenos.
cuando el dedo paró, al tiempo que Acto seguido dio media vuelta y
decía algo; las palabras se quedaron salió de la estancia.
también suspendidas, vibrando y A ciegas, como un niño obediente,
nadando por la estancia. Todo en fui tras aquella mujer, odiándome por
conjunto, las palabras y el gesto, me ello a cada paso.
inundaron la cabeza y supe que tendría Interbitácora
que seguirla durante el resto de mi vida, Fragmento del diario de Jay
adondequiera que fuese: la seguiría o Tuve que regresar a Ciudad Base bien
moriría en el intento. entrada la noche. La mayoría de los de
La puerta se abrió y entraron dos mi habitación dormían ya, salvo Jai,
hombres. Uno de ellos llevaba solo un que meditaba levitando en el aire con
taparrabos, una especie de pañal las piernas cruzadas (aunque bien
alrededor de la cintura. Era calvo; de podía estar durmiendo también). Entré
hecho, hasta donde pude ver, no tenía un de puntillas, me desvestí y me di una
solo pelo y ya todo eso le hacía parecer ducha de veinte minutos para quitarme
salido de una pesadilla, incluso sin tener el barro y la sangre reseca que tenía en
en cuenta los tatuajes. Porque estos lo el pelo. Después rellené el parte de
empeoraban aún más: le cubrían cada daños y pérdidas para explicar qué
centímetro de piel desde la coronilla había pasado con mi chaqueta y mi
hasta las uñas de los pies, en desvaídos cinturón (la primera la cambié por
tonos azul, verde, rojo y negro, imagen información, mientras que el segundo
tras imagen. Aunque no estaba a más de he de confesar que me vino muy bien
metro y medio, no logré distinguir qué como torniquete). Luego caí rendido en
representaban. la cama y dormí hasta que me desperté
El otro llevaba unos vaqueros y una solo en el cuarto.
camiseta varias tallas más pequeña, algo Es una tradición: no se levanta a
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nadie de vuelta de una misión. Nos dan bala perdida y va a estar disparando
un día para informar y otro entero libre las alarmas y tropezándose con
para nosotros. Es casi sagrado. Aunque trampas a cada paso que dé.
lo sagrado puede irse al traste cuando Estudié la hoja: un diseño
te convoca el Anciano, y cuando me planetario apto para humanos bastante
desperté descubrí junto a mi litera una sencillo, un mundo medio, de la parte
nota del color naranja que usa el gruesa del Arco, nada fuera de lo
Anciano en la que se me pedía que me normal; las coordenadas tampoco
personase en su despacho cuando tenían mayor complicación. Sobre el
tuviese a bien (lo que significaba papel se trataba de una misión
«inmediatamente»). bastante asequible.
Me puse el uniforme y me encaminé —¿Hay que pescarlo?
al despacho del comandante. El Anciano asintió.
Somos quinientos en la base, y —Exacto. Y rápido. En cuanto se
todos y cada uno moriríamos por el enteren de que está rondando por ahí,
Anciano. Pero no porque él así lo ambos enviarán equipos para
quiera: nos necesita en la misma atraparlo.
medida que nosotros a él. —En teoría hoy tendría que
Supe que se encontraba de mal entregar el informe sobre el trabajo en
humor en cuanto llegué a la antesala Lucero.
porque su ayudante me hizo pasar a su —Joliet y Joy están en ello. Si
despacho nada más verme, sin necesito saber más, me pondré en
saludarme ni ofrecerme un café; solo contacto contigo. Esto es prioritario. Y
recibí de ella un «Te está esperando, cuando termines podrás tomarte dos
pasa». días libres.
La mesa del Anciano ocupa la Me pregunté si sería verdad,
mayor parte de la estancia y la tiene aunque lo mismo daba…
llena de montañas de papeles y —Entendido. Se lo traeré.
carpetas con las esquinas dobladas y —Puedes retirarte —me dijo el
atadas con gomillas. A saber cómo Anciano, de modo que me levanté
encuentra las cosas en medio de tanto pensando ya en la rápida incursión que
desorden. tendría que hacer al arsenal antes de
En la pared de detrás hay un entrar en materia e ir al Entremedias.
cuadro enorme de algo a medio camino Sin embargo aún no había llegado a la
entre un remolino y un tornado, o, más puerta cuando añadió—: Recuerda,
bien, igual que el agua cuando se va Jay, te necesito de vuelta de una pieza,
por el desagüe. Es una imagen del y cuanto antes. Un Caminante más o
Altiverso: el modelo que todos juramos menos no supone el fin de los mundos,
proteger y guardar con nuestras vidas pero un oficial superior menos tal vez
si es necesario. sí. Ten cuidado. Regresa e informa de
Me escrutó con su ojo bueno y me tu misión a las siete en punto de la
dijo: mañana.
—Siéntate, Jay. —Sí, señor —le respondí, y cerré la
El comandante aparenta unos puerta tras de mí.
cincuenta años, aunque podría ser La ayudante del Anciano me tendió
mayor porque está bastante la instancia para el arsenal y luego me
desmejorado. Tiene un ojo artificial, sonrió. Se llama Josetta.
una construcción binaria de metal y —Te digo lo mismo, Jay. Vuelve
vidrio en la que parpadean unas luces sano y salvo. Necesitamos a todos los
verdes, moradas y azules. Cuando te oficiales que tenemos.
mira con él, te hace darle un repaso a El intendente proviene de una de
tu conciencia y sentirte como si las Tierras más densas, donde uno se
tuvieras cinco años. Pero lo mismo siente como si pesara doscientos kilos
ocurre con su ojo de verdad, que es (en realidad, la mayoría de sus
castaño, como los míos. habitantes los pesan). Me saca dos
—Llegas tarde —refunfuñó. palmos en su cuerpo de tonel, y cuando
—Sí, señor. He venido en cuanto he lo miras es igual que verte en uno de
recibido su mensaje. esos espejos deformes de la feria, de
—Tenemos un nuevo Caminante — los que te aplastan y te ensanchan a la
me informó, antes de coger una carpeta vez.
del escritorio, hojearla, sacar un folio Solicité un traje de contacto y le vi
azul y pasármelo—. Arriba creen que bajarlo como si no pesase nada. Lo
podría estar caliente. cogí y a punto estuve de caerme hacia
—¿Cómo de caliente? atrás porque debía de pesar unos
—No estamos seguros, pero es un treinta y pico kilos. Me figuré que
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estaba enfadado conmigo por haber Cuando alcé la vista, el barco más
perdido la chaqueta de combate y el grande que el salón de actos que se
cinturón. estaba materializando en el aire me
Cuando firmé por el traje de pareció la viva imagen del típico bajel
contacto, me quedé en camiseta y pirata de las películas antiguas:
calzoncillos, me lo enfundé y lo activé; maderamen sucio, grandes velas
sentí cómo me recubría el cuerpo de la hinchadas y un hombre con cabeza de
cabeza a los pies. Y luego me concentré tiburón por mascarón de proa. Se
en el chico nuevo, lo puse en el punto deslizaba hacia nosotros como a metro y
de mira y empecé a Caminar hacia él… medio del suelo y, a su paso, el césped
En el Entremedias hacía frío, y esa del campo de fútbol ondeaba adelante y
vez me supo a vainilla y leña quemada. atrás como la superficie del mar.
No me costó mucho encontrarlo pero A mi yo grande le traían al pairo los
después todo salió mal. barcos fantasmas que surcaban los aires
Capítulo 5 siempre y cuando la bruja no se apartase
Iba siguiendo de cerca a la bruja, con el de su lado. Mi yo pequeño, en cambio,
señor Medusa y el tatuado a la zaga, el que estaba atrapado en el fondo de mi
pegados a mis talones. cabeza, tenía la esperanza de que todo
Era como tener a dos personas aquello no fuese más que una mala
viviendo en mi cabeza. Una era YO, un reacción a algún nuevo medicamento
gran yo enorme que por alguna extraña que unos buenos doctores estaban
razón había decidido que lo más probando con él en la institución mental
importante en su vida era y siempre donde lo tenían encerrado.
sería la bruja a la que estaba siguiendo De un lado del barco cayó una
hasta las puertas del instituto. La otra escala de cuerda.
también era yo, pero un yo diminuto que —¡Arriba! —me ordenó la bruja, y
gritaba sin voz, atemorizado como arriba que subí.
estaba por la bruja, el tatuado y el señor Cuando casi había llegado a la
Medusa, y que quería huir a toda costa y borda del barco unas manazas me
ponerse a salvo. agarraron y me arrojaron en cubierta
El problema era que mi yo pequeño como si fuese un saco de patatas. Al
estaba ladrando a la luna. Atravesamos levantar la vista vi a hombres con
el campo de fútbol, en dirección a un cuerpo de forzudos vestidos igual que
viejo roble al que le había caído un rayo los piratas de las películas, con
hacía un par de años y se levantaba pañuelos en la cabeza, jerséis y
contra el cielo cual diente podrido. pantalones harapientos y pies descalzos.
Aunque el sol acababa de ponerse Con la bruja se mostraron más
todavía quedaba algo de luz. Me delicados; la subieron con cuidado hasta
temblaba todo el cuerpo. el barco y luego se apartaron. Me supuse
—Scarabus, contacta con transporte que no querrían tocar ni al hombre
—le ordenó la bruja al de los tatuajes, medusa ni a Scarabus, el de los tatuajes,
que inclinó la cabeza. y, la verdad, no podía reprochárselo.
Me fijé en que el tatuado tenía la Uno de los marineros me miró y
carne de gallina bajo una de esas preguntó:
imágenes desdibujadas. Se llevó un —¿Para esto tanto jaleo? ¿Por este
dedo a una que tenía en el cuello y la microbio?
distinguí entonces con claridad: se —Sí —le respondió con frialdad la
trataba de un barco con las velas bruja—, este microbio es el motivo de
desplegadas. Cerró los ojos y, al tanto jaleo.
abrirlos, le brillaban las pupilas. —¡Por mis barbas! —exclamó el
—El barco Lacrimae Mundi está a marinero—. Entonces, ¿lo vamos a tirar
vuestra disposición, milady —dijo en por la borda cuando zarpemos?
una voz distante como de emisión —Tú hazle algo antes de llegar a
radiofónica. Maldecimal y hasta el último brujo del
—Tengo bien atada a nuestra presa. Ventisquero querrá un centímetro de tu
No se demore, capitán. pellejo. Morirá a nuestra manera.
—Como deseéis —respondió el Además, ¿con qué te crees que funciona
tatuado con la voz lejana. A este barco tuyo? Bájalo a mis
continuación cerró los ojos y retiró la habitaciones. —Después se volvió hacia
mano del tatuaje; al abrirlos de nuevo, mí y me dijo—: Joseph, tienes que ir
habían recuperado la normalidad—. con este hombre y quedarte donde él te
¿Qué ha dicho? —preguntó en su propia diga. Si me desobedecieses, me harías
voz. muy desgraciada.
—Que viene de camino —le explicó La sola idea de hacerle daño hizo
el hombre medusa—. ¡Mirad! que se me encogiera el corazón,
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literalmente: sentí que se me hacía un y hubiese visto que no estaba
ovillo. Supe que jamás podría hacer esperándola. La idea de decepcionarla
nada que la hiciera desgraciada. La me atravesó el corazón como un
esperaría hasta el día del juicio final si cuchillo, y corrí a la puerta y me quedé
era necesario. allí en posición de firmes, a la espera,
El marinero me condujo por unos deseando que volviese pronto; estaba
escalones hasta un pasillo estrecho que convencido de que si no venía me
olía a pescado y cera para suelo y tenía moriría.
una puerta al fondo. Tras esperar otros veinte minutos
—Hemos llegado, mi querido por fin la puerta se abrió y la felicidad
microbio —me anunció al tiempo que en estado puro me embargó. Lady Índigo
abría la puerta—. Estas son las estaba allí, acompañada por Scarabus.
habitaciones de lady Índigo para el No me dedicó ni una mirada. Se
viaje de vuelta a Maldecimal. Espérala sentó en la camita rosa mientras el
aquí. Si necesitas aliviarte, ahí detrás tatuado se quedaba de pie ante ella.
por esa puerta tienes un excusado; úsalo, —No sé —le dijo, al parecer en
no vayas a poner esto perdido. Bajará respuesta a una pregunta que le había
cuando haya acabado. Tiene que trazar hecho el otro en el pasillo—. No veo
la ruta de regreso con el capitán. que nadie pueda encontrarnos aquí. Y en
Me hablaba como quien le habla a cuanto lleguemos a Maldecimal,
una mascota o a un animal de granja, dispondremos de los mejores guardias y
única y exclusivamente para oír el custodios de todo el Altiverso.
sonido de su voz. —Aun así —refunfuñó el tatuado—,
Se fue, y al poco se produjo una Neville ha dicho que ha captado una
sacudida y por el ojo de buey del perturbación en el continuo y que algo se
camarote pude ver que el cielo nocturno está aproximando.
se disolvía en estrellas, miles de ellas, —Neville —le respondió milady
flotando en una oscuridad violeta: nos dulcemente— es un caramedusa que se
movíamos. agobia por cualquier cosa. El Lacrimae
Debieron de pasar horas mientras Mundi está regresando a Maldecimal a
esperaba junto a la puerta. través del Noquier: somos casi
En cierto momento me di cuenta de indetectables.
que tenía que ir al servicio y fui a la —Casi —murmuró el otro.
puerta que me había indicado el La bruja se levantó y se me acercó:
marinero. Supongo que me esperaba un —¿Cómo estás, Joseph Harker?
cuartucho destartalado y viejo, pero lo —Muy contento de verla de nuevo,
que en realidad me aguardaba tras el milady —respondí.
umbral era un baño pequeño pero lujoso —¿Ha pasado algo fuera de lo
con una gran bañera rosa y un pequeño normal durante mi ausencia?
váter de mármol rosa. Lo usé, tiré de la —¿Fuera de lo normal? No lo creo.
cisterna y me lavé las manos con jabón —Gracias, Joseph. No vuelvas a
rosado que olía a rosas y me las sequé hablar hasta que te lo diga. —Frunció
con una esponjosa toalla de baño del sus carnosos labios y regresó a la cama
mismo color. —. Scarabus, ponme con Maldecimal.
Y entonces miré por la escotilla: el —Sí, milady.
barco estaba rodeado por arriba y por El hombre se llevó la mano a un
abajo de estrellas, diminutos puntitos tatuaje de la barriga, un dibujo con
titilantes. Había más de las que jamás reminiscencias de las Mil y una noches,
había imaginado, y todas eran distintas. el castillo de Drácula y el mundo visto
No conseguí distinguir ninguna de las desde el espacio. Cerró los ojos y, al
constelaciones que mi padre me había abrirlos de nuevo, las pupilas
enseñado de pequeño. Muchas estaban despidieron una luz parpadeante, distinta
imposiblemente cerca, tanto que sus al brillo permanente que tenían cuando
círculos eran más grandes que el sol, había pedido el barco en el campo de
aunque, de algún modo, seguía reinando fútbol.
la noche. A continuación empezó a hablar con
Me pregunté cuándo llegaríamos a una voz profunda, como si Darth Vader
dondequiera que fuésemos. Y por qué se hubiese caído en un tonel de jarabe
tenían que matarme una vez allí (y en de arce.
algún remoto rincón de mi interior el —¿Índigo? ¿Qué ocurre?
diminuto Joey Harker gritaba y chillaba, —Tenemos al chico Harker, milord
entre sollozos, intentando reclamar la Dogodaga. Un Caminante de primera,
atención de mi cuerpo). podría propulsar varios barcos a la vez.
Tenía la esperanza de que lady —Bien —respondió el resuello
Índigo no hubiese vuelto en mi ausencia almibarado. Incluso bajo el extraño
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embrujo que me poseía, aquella voz a Scarabus cayéndose en redondo al
hacía que se me pusiese el vello de suelo. El hombre que entró llevaba
punta—. Estamos preparados para sombrero y gabardina y tenía la cara
comenzar el asalto a los mundos plateada.
Lorimare. Los portales fantasmas que Tras saludarme con la mano, se quitó
crearemos imposibilitarán todo a toda prisa el impermeable y el
contraataque o rescate. Cuando se les sombrero y vi que iba cubierto de pies a
confiera poder, las coordenadas cabeza por una especie de uniforme
habituales de Lorimare abrirán dominios plateado, igual que el hombre que vestía
nocionales ocultos que estarán bajo de espejo. Hizo rodar a Scarabus
nuestro control. Ahora que disponemos inconsciente tras la cama y le echó la
de otro buen Harker tendremos la gabardina por encima.
potencia necesaria para que nuestra flota Oí el agua correr en el lavabo y supe
entre en batalla. Además, ya tenemos al que milady Índigo se estaba lavando las
imperator de los mundos Lorimare de manos con aquel jabón que olía a rosas.
nuestro lado. Tenía que avisarla de que el hombre
—Tenemos la Causa, lord parecido a Jay estaba allí y quería
Dogodaga. hacerle daño. Intenté hablar pero, como
—Tenemos la Voluntad, lady Índigo. ella no me había dado permiso, no me
¿Cuánto tardaréis en atracar? brotaron las palabras de la boca.
—No menos de doce horas. Jay (si era aquel el hombre del traje
—Excelente. Dispondré una cuba reflectante) se llevó la mano al uniforme
para el Harker. y ajustó algo por encima del pecho.
La bruja me miró y me sonrió, y el El traje pareció fluir, cambió de
corazón me dio un vuelco y se puso a forma y…
trinar como un cardenal en primavera. … de repente volvía a tener ante mí
—Me gustaría quedarme con un a Scarabus. Si no hubiese sido porque
recuerdo de este Harker —pidió—. Un desde allí veía el pie del verdadero
mechón de pelo o un nudillo. hombre tatuado a un lado de la cama,
—Daré órdenes a tal efecto. Buenos habría pensado que Jay era él; tan
días, pues. —El tatuado cerró entonces preciso era el espejismo.
los ojos y, al abrirlos, dijo con su propia Lady Índigo salió del baño.
voz—: Au, qué dolor de cabeza me ha «Dime que hable —le supliqué para
dado. ¿Qué tal Dogodaga? mis adentros—, dime que hable y te
—Muy bien. Está planeando el avisaré de que estás en peligro. Él no es
asalto a los mundos Lorimare. tu amigo, yo soy la única persona que se
—Pues entonces está mejor que yo preocupa por ti de verdad, y no puedo
—observó Scarabus, que se frotó la sien advertirte».
—. Auu. Me vendría bien un paseíto por —Lista. Subamos a cubierta. ¿Cómo
cubierta, un poco de aire fresco. va ese dolor de cabeza?
—Sí —coincidió lady Índigo—. Me El hombre disfrazado de Scarabus se
he pasado las últimas dos horas abajo en encogió de hombros, y supuse que el
la sala de mapas oliendo las cebollas disfraz no funcionaba con las voces.
crudas y el queso de cabra del capitán. Lady Índigo no ahondó en el tema, se
—Me miró y añadió—: Pero no quiero dio media vuelta y salió de la
dejar solo al Harker. habitación.
Scarabus encogió sus esmirriados —Vamos, esclavo Harker, pegadito
hombros rojos y azules. a mí. La seguí hasta cubierta, pues ni por
—Pues traedlo con vos. un segundo se me habría ocurrido no
La bruja asintió y dijo: hacerle caso. (El Joey enterrado en lo
—De acuerdo, pero dame un minuto. más hondo de mi ser sí que podía; de
Fue al pequeño baño rosa y cerró la hecho, no paraba de chillar y gritarme
puerta tras ella. que tenía que plantarle cara, correr, lo
El tatuado se quedó mirándome y me que fuera. Pero seguí caminando sin que
dijo: —Pobre muchacho…, eres como un sus palabras me hicieran mella alguna).
cordero camino del matadero. Por encima de nuestras cabezas los
Lady Índigo no me había dado campos de estrellas danzaban,
órdenes para que hablase de modo que parpadeaban y giraban en espiral. En
no respondí. cuanto nos vio, Neville, el hombre de
En ese momento, sin embargo, se gelatina, corrió a nuestro encuentro.
produjo un golpeteo en la puerta del —He revisado todos los
camarote y Scarabus fue a abrir. No vi instrumentos y los augurios —dijo con
lo que pasó a continuación porque la tono engolado y voz de chupar barro—,
puerta me tapaba la vista, pero se oyó un así como el astrolabio, y todos
porrazo, un grito ahogado y acto seguido coinciden: llevamos un polizón. Hace
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una hora llegó una presencia al descubierto un amasijo de circuitería y
Lacrimae Mundi, justo cuando dije que piel ensangrentada. Vislumbré por unos
estaba notando algo en la barriga. segundos las insólitas figuras deformes
—Eso sí que es una barriga mágica de lady Índigo, Neville y Scarabus
—comentó el hombre de espejo reflejadas en la espalda de Jay, que en
remedando la voz de Scarabus. (Me ese momento me dejó en el suelo.
equivocaba: el disfraz sí que imitaba Estábamos contra la borda del barco
voces). y al otro lado de las cuadernas del
—Pasaré por alto ese comentario — mismo estaba… la nada: solo estrellas,
le respondió el hombre de gelatina al lunas y galaxias hasta el infinito y más
supuesto Scarabus. allá.
—¿De qué clase de polizón estamos Lady Índigo alzó una mano y vi
hablando, Neville? —le preguntó lady cómo le surgía un pequeño fuego verde
Índigo. de la palma.
—Podría ser algún secuaz de Zelda, Neville, por su parte, blandía en una
la Grácil, que estuviese intentando mano una enorme espada bastante
hacerse con el Harker y llevarse así preocupante que no sé de dónde se sacó,
todo el mérito —intervino Scarabus—. pero que brillaba y se ondulaba como su
Todos sabemos lo mucho que te odia. Si propia piel. Empezó a avanzar hacia
llevase a tu Harker de regreso a nosotros.
Maldecimal, quedaría por encima de ti. Oí algo por encima de nuestras
—Zelda. —Lady Índigo puso una cabezas y miré hacia arriba: las jarcias
mueca como si le hubiese dado un estaban plagadas de marineros, cada uno
bocado a algo que hubiese resultado con un cuchillo en ristre.
estar lleno de gusanos. Sin duda el asunto se había puesto
Neville se abrazó a sí mismo con sus bastante feo.
manos de medusa y torció el gesto. Oí un traqueteo en cubierta y a
—Quiere mi pellejo. Lleva años continuación los gritos del verdadero
deseando hacerse un abrigo con él para Scarabus, que apareció tambaleándose.
poder presumir de cuerpo sin pasar frío. —¡No les dispare, milady! ¡Detenga
Antes de que pudiese proseguir, el fuego!
Scarabus —Jay disfrazado de él— me La verdad es que era la última
miró con los ojos entornados y dijo: persona que esperaba que nos salvase la
—Milady, ¿cómo sabe que sigue vida. —Por favor, déjeme a mí. La
siendo un Harker? ¿Y si lo han sustituido ocasión requiere algo especial. —Y
por otra cosa? Nos podrían haber entonces extendió uno de sus brazos
robado ya al chico y habernos dejado tatuados y se llevó la otra mano al
uno que se le pareciese, un ser bíceps, donde tenía un dibujo borroso de
embrujado quizá. No es difícil de hacer, una enorme serpiente enroscada por el
ni siquiera aquí. brazo. Comprendí en el acto que, si
Lady Índigo frunció el ceño y me tocaba el tatuaje, el animal se haría real,
miró. Acto seguido hizo una floritura en sería muy grande… y tendría mucha
el aire con una mano mientras entonaba hambre.
tres notas bien claras. Solo teníamos una opción y no nos
—Ahora todo hechizo que pesase lo pensamos: saltamos.
sobre ti o a tu alrededor se ha disipado. Interbitácora 2
Veamos quién eres en realidad. Fragmento del diario de Jay
Comprendí que podía volver a Echando la vista atrás, he de admitir
hablar si quería, y hacer todo lo que que cometí un par de errores bastante
desease. graves. Y el peor fue aguardar a
Me sentía con las pilas recargadas… interceptar al chico una vez que
Qué sensación más buena. hubiese salido de la casa de sus padres
—Muy bien, Joey —me dijo el falso en el nuevo mundo en el que se había
Scarabus, que de repente volvió a su colado.
cara y su cuerpo plateados. Esperaba que no hubiese empezado
—¿Eres tú, Jay? a Caminar para cuando lo alcanzase.
—Pues claro. ¡Vamos! —Me cogió Pero las esperanzas no dan réditos,
en volandas y echó a correr. como dice el Anciano. («La esperanza
Ya habíamos llegado casi hasta la es para cuando no se tiene nada que
barandilla cuando se produjo una perder —nos aleccionó una vez—. Pero
pequeña explosión verde, como el si queda cualquier otra alternativa, por
estallido de un petardo, y Jay ahogó un favor, ¡escogedla!»). Y Joey ya había
grito de dolor. Miré hacia su otro empezado a Caminar.
hombro y vi que la cobertura de espejo No había ido muy lejos, no
había desaparecido y había dejado al obstante, pues había hecho lo que
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hacen la mayoría de Caminantes matones binarios: Caminó entre
novatos: colarse en un mundo en el que mundos una vez más.
no existía. Es más complicado entrar No me costó mucho librarme de los
en un mundo en el que vive uno de tus tres reciarios. Sin embargo, luego tuve
yoes; es igual que cuando los polos que volver a buscarlo y, si la primera
magnéticos iguales se repelen. vez me pareció difícil, en esa ocasión
Necesitaba una vía de escape y acabó fue peor porque Joey había embestido a
colándose en un mundo en el que no ciegas el Altiverso, abriéndose camino
existía. a desgarrones por cientos de capas de
Por eso tardé cuarenta minutos más probabilidades, como si fuesen
de la cuenta en localizarlo, porque tuve pañuelos de papel. Vamos, igual que un
que Caminar de un plano a otro. Por elefante en una cacharrería… o en
fin di con él en un autobús urbano, de varios miles de cacharrerías idénticas.
camino a su casa; o lo que él creía que De modo que salí tras él… una vez
era su casa. más. Es raro pero había olvidado el
Y me aposté a la salida. Supongo coraje que me dan los nuevos
que di por hecho que se mostraría más Greenvilles. En el que yo me crié
dispuesto a entrar en razón una vez todavía había hamburgueserías con
hubiese visto lo que le esperaba dentro. camareras sobre patines, los
Pero, como había dicho esa misma televisores eran en blanco y negro y
mañana el Anciano, debía de haber ponían El avispón verde en la radio. En
despertado todas las alarmas los Greenvilles de ahora las antenas
existentes en cuanto empezó a Caminar. parabólicas pueblan los tejados de las
Por lo demás, cuando salió de casas y la gente conduce coches que
aquella casa no estaba por la labor de parecen huevos gigantes o todoterrenos
escuchar a nadie, con lo que nos hipermusculados, sin siquiera un
convertimos en presas fáciles para los alerón. Tienen televisores en color,
reciarios binarios y sus redes, que videojuegos, cine en casa e Internet,
llegaron en sus gravitrones. pero lo que les falta es una ciudad,
Dadas las alternativas, no sé cuáles porque ni siquiera se han dado cuenta
me parecen más detestables, si los de que la suya ha muerto.
binarios o los maldecimales. Pasé por un Greenville algo más
Los maldecimales nos cogen a los lejano y por fin lo sentí en mi cabeza
jóvenes Caminantes y nos cuecen a como una llama. Cuando Caminé hacia
fuego lento hasta reducirnos a caldo; y él, vi el barco de Maldecimal, con las
lo digo literalmente: nos meten en velas desplegadas y las jarcias
calderos enormes (como en esos maltrechas, disipándose en el Noquier.
dibujitos de caníbales que salían en la Había vuelto a perderlo, y esa vez
contraportada de los periódicos) y nos probablemente para siempre.
envuelven en una maraña de hechizos y Me senté en el campo de fútbol y
conjuros. Luego nos hierven hasta que me devané los sesos. Tenía dos
solo queda nuestra esencia —nuestras opciones: una fácil y otra bien chunga.
almas, si se prefiere—, que almacenan Podía volver y decirle al Anciano
en botes de cristal para utilizarla como que no lo había conseguido y que
combustible de barcos y demás Maldecimal había capturado a un
vehículos en sus viajes multimundiales. Joseph Harker que tenía más habilidad
Los binarios tratan a los caminatoria que diez Caminantes
Caminantes de manera distinta, que no juntos; que no había sido culpa mía. El
mejor. Nos enfrían hasta -237 grados, asunto se cerraría tarde o temprano, y
poco por encima del cero absoluto, nos tal vez me echaría una bronca, quizá
cuelgan en ganchos de carne y después no, pero estaba convencido de que él
nos confinan en unos hangares enormes sabía que yo mismo me castigaría
en su mundo de origen; no contentos durante mucho, pero que mucho más
con ello, nos pasan tubos y cables por tiempo de lo que él podría hacerlo. Esa
la nuca y nos dejan allí, sin llegar a era la fácil.
morir pero muy lejos de estar vivos, O podía intentar lo imposible. Hay
mientras nos chupan la energía y la una larga travesía de regreso hasta
emplean para sus viajes interplaneales. Maldecimal en uno de esos galeones.
Si es posible odiar dos coaliciones Podía intentar encontrar a Joey Harker
del mismo modo, entonces eso era lo y a sus captores en el Noquier. En la
que yo sentía. base solemos bromear con eso porque
Y lo cierto es que Joey hizo lo más nunca lo ha hecho nadie, jamás se ha
inteligente que pudo hacer —aunque logrado.
sin saberlo, fue muy acertado por su Pero no me sentía capaz de admitir
parte— cuando aparecieron los delante del Anciano que la había
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fastidiado. Me resultaba más fácil brillaban a través de la fina neblina que
probar lo imposible. teníamos bajo los pies. A nuestra
Y eso fue lo que hice: adentrarme izquierda se produjo un estallido verde
Caminando en el Noquier. que nos zarandeó y nos lanzó hacia la
Y descubrí algo que ninguno derecha, pero no nos hizo nada porque
sabíamos, que los barcos dejan una cayó demasiado lejos. Por encima de
estela a su paso, una especie de dibujo nosotros, el barco se encogió
o perturbación en los campos de rápidamente hasta el tamaño del tapón
estrellas que surcan; es muy leve, solo de una botella y después se desvaneció
un Caminante puede sentirla. en la oscuridad. Y Jay y yo continuamos
Tenía que contárselo al Anciano, sin frenos por la oscuridad inferior.
era importante. Me pregunté si los ¿Sabéis lo mucho que los
platillos volantes de los binarios aficionados a la caída libre pregonan
también dejaban un rastro para poder que es igualito que volar? Pues bien, en
seguirlos por el Estático. ese momento constaté que mentían; es
La única ventaja que tenemos los como caerse y punto. El viento te aúlla
de InterMundo sobre el resto es que en las orejas, se te mete en la boca y la
podemos llegar a cualquier lado antes nariz y no te cabe ninguna duda de que
que nadie. Lo que a ellos les lleva seguirás cayendo hasta la muerte. Por
horas, días o semanas de viaje por el algo lo llaman «velocidad terminal».
Estático o el Noquier, nosotros Vale que no era ningún salto con
podemos recorrerlo en segundos o paracaídas y que no estábamos ni en la
minutos a través del Entremedias. Tierra ni en ningún otro planeta, pero sin
Di gracias por el traje de contacto, duda estábamos cayendo y cayendo.
que minimiza el roce del viento y el Debíamos de llevar unos cinco minutos
frío; además, me había protegido de las largos de bajada cuando por fin Jay me
redes de los reciarios. cogió de los hombros y tiró de mí hasta
Vi el barco a lo lejos, con las que tuvo la boca muy cerca de mi oído.
banderas de Maldecimal ondeando en Me gritó algo pero, aunque sus labios
la nada. En mi cabeza sentía a Joey estaban a solo un centímetro de mi oreja,
arder como una antorcha. Pobre no me enteré.
chico… Me pregunté si sabría lo que le —¿Qué? —grité a mi vez.
aguardaba si fracasaba en mi intento. Se pegó aún más a mí y me chilló:
Aterricé en el barco por abajo y por —¡Hay un portal debajo de
detrás; me quedé agarrado entre el nosotros! ¡Camina!
timón y el costado de la popa y esperé La primera y última vez que intenté
un rato. Tendrían al menos un par de caminar por el cielo tenía cinco años:
magos de primera en el barco y, si bien me paseé tan campante por el borde de
el traje de contacto me mantendría a un muro de cemento de casi dos metros
cubierto hasta cierto punto, no podría de altura y me llevé una clavícula rota
ocultar el hecho de que algo había de regalo. Dicen que gato escaldado del
cambiado. Les di tiempo para que agua fría huye, y supongo que algo tiene
registrasen el barco y no encontraran de cierto porque desde luego no volví a
nada. Después entré por una escotilla y intentar volar.
seguí la estela hasta donde tenían al Hasta ese momento, en que no quedó
chico. más remedio.
Estoy grabando esto en el Era evidente que Jay debía de saber
Entremedias de regreso a la base para lo que me pasaba por la cabeza.
facilitar la elaboración del informe. —¡Camina, colega, o seguiremos
Recordatorio para el Anciano: cayendo por el Noquier hasta que el
quiero los dos días libres cuando viento nos desuelle vivos! ¡Camina!
acabe. Me los merezco. Pero no con las piernas… ¡con la mente!
Capítulo 6 Tenía tanta idea de lo que me estaba
Bueno, en honor a la verdad, no diciendo como una rana toro de croar la
«saltamos» exactamente: Jay saltó y, suite del Cascanueces. Sin embargo, en
como me tenía cogido de la cazadora, no algo había que darle la razón: no parecía
me quedó más remedio que seguirlo. Mi haber ninguna otra forma de salir de
salida estuvo más en la tradición de los aquel entuerto, así que respiré hondo e
Tres Chiflados que en la de Errol Flynn. intenté concentrarme.
De haber aterrizado seguro que me No ayudó mucho no tener ni la más
habría partido el cuello. mínima pista de en qué debía
Sin embargo no cayó esa breva concentrarme. «¡Camina!», me había
porque no había donde aterrizar. ordenado Jay. Sin embargo, si quería
Seguimos precipitándonos sin más y, al andar necesitaba algo sólido sobre lo
mirar hacia abajo, distinguí estrellas que que hacerlo; resolví centrarme en eso,
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en mis pies pisando tierra firme. metro había una figura geométrica más
Al principio no cambió nada pero grande que mi cabeza que palpitaba y
luego noté que el viento aullador que tenía ora cinco, ora nueve, ora dieciséis
nos golpeaba desde abajo amainaba lados. No sabría deciros de qué estaba
ligeramente al tiempo que la bruma se hecha, de la misma manera que no sería
espesaba. Dejé de ver las estrellas de capaz de explicar por qué hacía lo que
debajo y noté una extraña luminiscencia hacía. Supongo que se podría decir que
que parecía provenir de la niebla que estaba hecho de amarillo, porque ese era
nos rodeaba. el color del que estaba saturado. Lo
Ahora más que caer flotábamos. Era toqué cuidadosamente con un dedo y
como caer en un sueño, y a ninguno nos sentí que tenía la misma textura que el
sorprendió posarnos en lo que parecía linóleo.
una nube. Miré hacia otro lado… y tuve el
Supongo que no era la primera vez tiempo justo de esquivar un «algo»
que Jay hacía cosas tan raras como esa, giratorio que pasó zumbando a mi lado,
y que por eso se lo tomó tan bien, por casi rozándome antes de rodearme y
así decirlo. Por mi parte, había perderse en el caos circundante.
alcanzado mi punto de saturación, ni más Momentos después caía en una piscina
ni menos. Teniendo en cuenta lo que de lo que parecía mercurio, salvo
llevaba pasado ese día, por fin llegué a porque era de color canela y formaba un
la conclusión de que todo aquello me ángulo de 45 grados con la senda en la
estaba ocurriendo entre una oreja y la que estaba yo. Las ondas y las gotitas
otra, de que se me había fundido la que levantó en la caída se fueron
placa base del cerebro y lo más normal ralentizando conforme se esparcían,
era que en ese momento estuviese hasta quedarse congeladas.
vistiendo una chaqueta gruesa con Todo ese tipo de cosas nos rodeaba
candados en vez de botones. Lo más por doquier, sin parar. Lo que me
probable era que me tuviesen encerrado pareció una boca estilizada se abrió en
en el sanatorio de Rook’s Bay, y que me medio de la nada no lejos de Jay, y
encontrase en una habitación muy blanda bostezó de tal manera que los labios se
alimentándome de comida muy blanda. separaron tanto que se plegaron hacia
Una perspectiva bastante deprimente atrás y se tragaron a sí mismos. Al mirar
pero con una ventaja: ya nada podría hacia abajo comprobé que el caos
sorprenderme. continuaba a mis pies: formas
Aquel pensamiento me proporcionó geométricas que vagaban y daban
un par de minutos de paz…, hasta que la volteretas al tiempo que cambiaban de
niebla se disipó por completo y vi forma o se fundían en otras, colores
dónde estábamos. palpitantes y el aire cargado de olor a
Ya había vislumbrado un destello de miel, trementina, rosas… Era como una
ese ¿lugar?, ¿condición?, ¿estado de colaboración en 3D de Dalí, Picasso y
conciencia?, cuando Jay apareció por Jackson Pollock, con una buena dosis,
aquella grieta en el aire. Era igual, solo por si fuera poco, de El Bosco y de los
que esa vez los dos estábamos en medio. dibujitos antiguos de la Warner.
—Bien hecho, Joey —me felicitó Demasiado para alegar locura,
Jay—. Hemos llegado aquí gracias a ti, comprendí. No podía ser: no estaba
lo has conseguido tú solo. tumbado en ninguna camilla viendo una
Contemplé todo lo que nos rodeaba: película en mi cabeza mientras esperaba
había mucho que ver. a que un médico viniese a ponerme un
Ya no estábamos en una nube sino en palo almohadillado en la boca y a
un camino morado que serpenteaba, enchufarme suficientes voltios en la
aparentemente apuntalado sobre la nada, sesera como para revivir al monstruo de
y se perdía hasta… el infinito. No había Frankenstein. No, no, aquello era real;
horizonte alguno —dondequiera que tenía que serlo: nadie, en su sano juicio
estuviésemos no parecía haber límites o no, sería capaz de imaginar todo
—, ni tampoco cielo. La distancia se aquello.
perdía en más distancia. Jay estaba a mi Mi vista no era lo único que se veía
lado sobre una franja magenta que superado. Había también una continua
zigzagueaba en la misma dirección; a cacofonía en marcha: cosas que
veces pasaba por debajo y otras por chirriaban, campanas que doblaban,
encima de mi sendero. Los colores eran abismos bostezantes, pozos sorbiendo
muy vivos, y ambos caminos tenían el ruidosamente… Dejé de intentar
brillo del poliuretano tintado. identificar cada sonido, igual que había
Pero eso no era todo, ni la milésima renunciado a ver todo lo que sucedía a
parte. mi alrededor. No solo habría necesitado
A la altura de mis ojos y a casi un ojos en la nuca, sino ¡hasta en la suela
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de los zapatos! la realidad. Llámalo «hiperespacio» o
¡Y qué decir de los olores! Me «agujero de gusano», si lo prefieres. Son
asaltó un penetrante tufo a menta, los espacios oscuros entre las
seguido de olor a cobre caliente. convoluciones de tu cerebro o el lugar
Aunque la mayoría ni siquiera podía donde el mago guarda el conejo antes de
identificarlos, pues buena parte de las sacarlo del sombrero. No importa
visiones, sonidos y olores eran mucho qué nombre le pongas: lo
sinestésicos: oía colores y veía sabores. importante es atravesarlo y volver a la
El bueno del señor Telfilm, un vecino de sede de InterMundo. ¡Eso es lo que
mi calle, siempre se había declarado tienes que hacer, Joey!
sinestésico y no había cejado en su —De verdad, creo que te has
empeño de intentar explicarle a la gente equivocado de persona —intenté
que escuchaba lo fuerte que olía el cielo explicarle—. Yo no podría encontrar el
o que el sabor de la pasta era turquesa y dorso de mi mano ni aunque me
sonaba a do bemol. Por fin entendí lo escribieses las indicaciones en la palma.
que quería decir. —Porque tu talento no es navegar en
De pronto me di cuenta de que Jay los planos sino entre ellos. Y ahí es
me había cogido del brazo con el suyo justo donde estamos ahora. Presta
bueno y me estaba zarandeando: atención —prosiguió ignorándome cada
—¡Joey! Escucha: tenemos que vez que intentaba interrumpirlo—: el
movernos. No tienes traje protector y no Entremedias es un lugar peligroso.
aguantarás mucho así en el Entremedias. Hay… seres… que viven aquí, o medio
—¿El qué? viven. Los llamamos «fóvims», de FVM,
Me negaba a apartar la vista de lo las iniciales de «forma de vida
que se me antojaba un imaginario multidimensional». Una denominación
gráfico realmente formidable: enormes un tanto absurda, por otra parte… Al fin
torres que se formaban de la nada y y al cabo, todos somos formas de vida
escalaban solo para fundirse luego en multidimensionales, ¿no te parece?
lagos de azogue, y vuelta a empezar. Jay Salvo que nosotros podemos movernos
me agarró con fuerza y clavó su mirada libremente en tres dimensiones (y
metálica en la mía. linealmente en una cuarta), mientras que
—¡Tenemos que irnos! Yo no puedo ellos tienen libertad absoluta en no sé
llevarnos hasta la base principal de cuántas, incluso en la cuarta, en muchos
InterMundo con este brazo como lo casos.
tengo. El dolor es tan fuerte que me La mayoría de lo que estaba
desconcentra y ni con un puñado de contándome estaba tan por encima de mi
medicinas conseguiría abstraerme. cabeza que temí por el tráfico aéreo. Por
Tienes que ser tú quien encuentre el lo menos, como había visto las
camino. reposiciones de La dimensión
Lo miré sin salir de mi asombro. A desconocida, sabía cuál era la cuarta
unos quince metros un trapezoide dimensión.
acorraló a un romboide más pequeño y —¿Quieres decir que pueden viajar
se lo «comió» fluyendo tranquilamente a en el tiempo?
su alrededor y sobre él. Justo por —Creemos que algunos sí. Aunque
encima de mi cabeza apareció de la es difícil saberlo porque hay cierta
nada una ventana de bisagras corriente y flexibilidad temporal entre los planos
moliente, con las cortinas recogidas, la que pueden afectarnos a todos. Uno
hoja abierta y, detrás, una negritud aprende a compensarla cuando Camina;
impresionante de la que salían gritos, en caso contrario, te puedes pasar un
gemidos y llantos lastimeros. Llegué a la mes en un mundo y descubrir a la vuelta
conclusión de que o era una ventana que en otro solo han transcurrido un par
abierta al infierno, o bien estaba de días. Puede resultar bastante confuso
mirando el interior de mi propia mente. si se hace en un espacio breve de
No habría sabido decir qué era peor. tiempo, por eso intentamos utilizarlo
—¿Cómo voy a encontrar un camino solo cuando es estrictamente necesario.
en medio de todo este… este…?, ¿cómo »Pero eso ahora no importa. Lo que
lo has llamado? quería decirte es que no te acerques a
—El Entremedias —me explicó Jay los fóvims. No son muy inteligentes pero
con la voz amortiguada por la máscara pueden ser peligrosos. Por lo general no
metálica. Se sostenía el brazo herido salen del Entremedias pero algunos
con el otro y, aunque no estaba pueden colarse en los distintos mundos,
sangrando mucho, la herida no tenía como una pasta de dientes
buena pinta; iba a necesitar algo más que polidimensional.
un par de tiritas—. Son los pliegues Me sentía un poco sobrepasado por
intersticiales entre los varios planos de tanta información y empecé a
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preguntarme en qué medida lo que comparación, hacía que el salto del
estaba contándome Jay era real y hasta barco pareciese una tontería. Sin
qué punto me tomaba el pelo. embargo, como lo veía brillar
—Ya, y lo siguiente que vas a claramente en mi cabeza, aguanté la
decirme es que son los responsables de respiración y di un paso adelante.
todas las leyendas de hadas, duendes y Mi estómago quiso trepar por mi
toda esa pesca —dije, esperando que garganta y escapar, mientras todo el
Jay se echara a reír, pero no fue así. Entremedias daba un giro de noventa
—No, eso es más cosa de los grados en varias direcciones a la vez…
exploradores maldecimales. Los hasta que «abajo» dejó de ser abajo.
binarios suelen considerarse más Floté entre las formas geométricas
«hombres grises» y todo ese rollo del ambulantes, pasé al lado de lo que me
pueblo de Roswell. Aunque yo diría que pareció un armario entornado por el que
algunos de los cuentos sobre demonios se entreveía una puerta interior que daba
pueden buenamente haber surgido por a un maravilloso paisaje soleado y
algún fóvim. Pero ya darás todo eso en continué guiándome por el mapa que
tus estudios básicos del Altiverso. tenía en la cabeza hacia una especie de
Ahora lo importante es asegurarnos de vórtice.
no encontrarnos con ninguno, o salir Jay me seguía muy de cerca. Era
corriendo si vemos uno. —Me agarró, evidente que no estábamos en un estado
me giró y me empujó—. ¿A qué esperas? de ingravidez absoluta —
Ya he tenido bastantes sustos por hoy, y sorprendentemente, dado lo que nos
esta quemadura maléfica está rodeaba—, porque había leído que
empezando a dolerme de verdad. Quiero intentar nadar en gravedad cero no lleva
un baño caliente y analgésicos en vena. a ninguna parte, que todos los
¡Así que andando que es gerundio, movimientos se anulan; hay que ir
Caminante! ¡Ya sabes por dónde se va! apoyándose con las manos y los pies en
¡A correr! algún punto, o, mejor aún, que te
Me dispuse a decirle de nuevo que propulsen de una forma u otra.
se equivocaba de persona… pero me Nosotros no teníamos nada de eso y
detuve. Miré hacia el frente, hacia aquel aun así surcábamos el espacio sin
disconjunto de Mandelbrot llamado problemas y sin que nos impulsase nada
Entremedias, e inesperadamente me di más que una rectitud que nos venía dada.
cuenta de que tenía razón: sí que conocía Pero empecé a ponerme nervioso
el camino. cuando vi que nuestra ruta iba hacia
Aunque no sé cómo… ni siquiera aquel remolino, maelstrom, tornado o
sabía cómo sabía que lo sabía. Pero allí comoquiera que se llamase (es muy fácil
estaba la ruta, clara y resplandeciente quedarse rápidamente sin palabras en el
ante mí. Esa vez no era tampoco Entremedias).
autoengaño: era de lo más real. Jay estaba justo detrás de mí y,
Al mismo tiempo que aquella cuando me detuve —para lo que solo me
constatación me di cuenta de otra cosa: hizo falta pisar los frenos mentalmente
que Jay estaba en lo cierto respecto a —, se chocó conmigo.
los fóvims. Por allí había bichos que nos —¿Qué pasa, Joey?
comerían en dos bocados y usarían —Eso de ahí. —Le señalé el
nuestras tibias de mondadientes. No embudo giratorio, y me di cuenta
quería encontrarme ninguno y, cuanto entonces de que no podía imaginarme ni
más tiempo siguiésemos en el remotamente de qué estaba hecho.
Entremedias, mayor sería el riesgo. Aunque tampoco cabía extrañarse: no
Podían localizarnos con sentidos para sabía de qué estaban hechas el noventa
los que ni siquiera teníamos nombres. por ciento de las cosas del Entremedias.
Empecé a moverme y Jay me siguió. Materia oscura, posiblemente… Eso
Saltó a mi sendero morado y nos explicaría bastantes cosas, ¿no?
ceñimos a él durante un tiempo, Pero, por mí, como si estaba hecho
agachándonos bajo cintas de Moebius de pudin de tapioca. No tenía la menor
arrugadas y botellas de Klein gana de tirarme de cabeza a aquel
palpitantes. La gravedad —o la fuerza embudo; debía existir una forma más
que fuese que nos mantenía en el fácil de llegar a Oz.
sendero— parecía encenderse y Jay miró hacia «abajo», hacia el
apagarse. Cuando comprendí que era embudo. Parecía prolongarse hasta el
hora de abandonar la rampa morada, la infinito en su interior, mientras que las
única forma de hacerlo era saltar, cosa convoluciones rotatorias parpadeaban
que requería agallas, todo hay que de tanto en tanto como si fuesen
decirlo: daba la impresión de que ibas a relámpagos.
precipitarte a un abismo que, en —¿Se sale por aquí?
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—Eh… sí. Por aquí. —No tenía a la cabeza y se inclinó para escrutarme
sentido intentar rodearlo. Solo le faltaba desde detrás del óvalo plateado que
tener un gran neón luminoso con llevaba por máscara—. Un momento…
«Salida» en intermitente. ¿no creerás que tiene alcohol? —
Con esa voz que seguía siéndome tan Cuando asentí, se echó a reír—. ¡Por el
perturbadoramente familiar, Jay me dijo: Arco! ¡Tiene gracia! Joey, confía en mí;
—Algunas cosas son iguales estés en esto se parece tanto al alcohol como la
el mundo que estés. Y una de ellas es penicilina al aceite de serpiente. ¿Por
esta: la forma más rápida de salir suele qué, en el nombre de la cordura, iba a
ser por en medio. —Dicho esto, me darte a beber un veneno teratogénico
adelantó flotando y se lanzó al vórtice. cuando existen tantas otras maneras de
O cayó o fue succionado; en generar moléculas de etilo sin producir
cualquier caso sucedió rápido. Su efectos secundarios horribles?
cuerpo parecía disminuir de tamaño más Acto seguido abrió la petaca,
rápido de lo que debiera. Me recordó a remedó un brindis y le dio un trago. Lo
una fotografía hecha con perspectiva que más me fascinó fue que no se quitó
forzada y me olió a chamusquina. ¿Y si la máscara sin rasgos: el líquido dorado
era alguna singularidad? Todo lo que la atravesó sin más y fluyó por la parte
quedaría de Jay —y de mí, si lo seguía inferior como por debajo de una
— sería un rastro infinito de partículas membrana transparente —con el líquido
subatómicas, como un largo collar de dorado mezclándose con la plata y
cuentas. formando dibujos dignos del test de
Pero, visto que mi otra opción era Rorschach— hasta disiparse. A
quedarme en aquella tierra de locos, no continuación volvió a ofrecerme la
me pareció una alternativa muy viable. petaca y me decidí por fin a darle un
Jay me había salvado la vida: cuando buche.
menos, debía intentar devolverle el Cuando me jubile, que no se
favor. molesten en concederme una pensión:
Respiré hondo lo que quiera que que me dejen tener una tabernita en
hubiese en la atmósfera del Entremedias algún mundo del tramo medio del Arco y
y me lancé al vacío. me otorguen una licencia para vender
Capítulo 7 ese brebaje. Me alivió la garganta y se
Caí de un trozo resplandeciente de cielo me asentó en el estómago con tanta
a unos dos metros del suelo. Jay tuvo el suavidad como si llevase allí viviendo
buen juicio de apartarse rodando nada toda la vida, y a partir de ahí se extendió
más aterrizar, de modo que fui a dar por todo mi ser —incluidas uñas de pies
contra la tierra dura y se me cortó la y manos— una sensación de relajación,
respiración. energía y confianza que me hizo sentirme
Mi compañero me dio unas el último hijo de Kripton. Me entraron
palmaditas en la espalda para ganas de saltar un rascacielos de un solo
asegurarse de que no se me hubiese brinco, hacer malabares con furgonetas
obstruido la tráquea y luego se sentó a Volkswagen y formular una teoría de
mi lado como un indio. Al cabo de un cuerpos unificada…, y luego seguir con
par de minutos mis pulmones recordaron cualquier otro desafío. Lo que hice, no
su mecanismo de funcionamiento y obstante, fue devolverle la petaca a Jay.
volvieron a su ser, si bien un tanto a —Uauu.
regañadientes. —Entra bastante bien —reconoció
Jay esperó a que respirase con toda Jay—. Existe un mundo cerca de los
normalidad para tenderme una petaca. confines de los dominios maldecimales
No sé de dónde se la sacó porque aquel donde hay un lago, y en ese lago hay una
traje de espejo le iba tan ceñido que no isla y en medio de la isla, un árbol. Da
podría haber guardado ni una caja de frutos cada siete años, y en InterMundo
cerillas. Miré la petaca con se considera un honor para cualquier
desconfianza y se la devolví. equipo ser escogido para Caminar hasta
—No, gracias, no bebo. allí y volver con cestas llenas de sus
Pero no quiso cogerla. manzanas. Son el ingrediente secreto de
—Pues a lo mejor va siendo hora de este pequeño reconstituyente. —Se
que empieces. Vas a descubrir muchas levantó y añadió—: Ahora vuelvo. Voy a
cosas nuevas, y algunas no serán fáciles cambiarle el agua al canario. —Se alejó
de encajar. —Al ver que seguía sin unos tres metros y me dio la espalda.
cogerla, insistió—: Lo digo en serio, Me pregunté por qué no se habría
Joey. Todavía no has tenido tiempo de ido detrás de una roca, pero entonces
procesar el impacto, pero viene hacia ti miré por primera vez a mi alrededor y vi
como un tren descarrilado y estás atado que no había ninguna roca grande.
a las vías. —De pronto le vino una idea Estábamos en medio de una llanura
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polvorienta que se extendía en todas todos los mundos que contiene. El
direcciones hasta donde alcanzaba la Altiverso es la porción del Multiverso
vista y estaba rodeada por una que abarca las miles de Tierras, y te
cordillera de montañas lejanas que la aseguro que son muchísimas. —Hizo una
convertían en la ponchera de los dioses. pausa y tuve la sensación de que me
Me pregunté si sería muy calurosa y miraba con reprobación—. ¿Sabes lo
miré hacia el cielo, en busca del sol. que es la distancia cuántica?, ¿el
Pero no había ningún sol. principio de incertidumbre de
Ni tampoco cielo, la verdad. En su Heisenberg?, ¿las líneas de mundo
lugar los colores se arremolinaban y alternativas?
fluían como el aceite en el agua, con un —Eh… —Habíamos dado algo de
espectáculo psicodélico de luces que se eso en la clase de ciencias del señor
expandía de un horizonte a otro. Aunque Lerner, y recordé un artículo que había
no había ninguna fuente de luz, todo leído en la página web de la revista
estaba iluminado por alguna radiación Discover. Además, había visto el
sutil e ilocalizable. episodio clásico de Star Trek en que
Miré hacia Jay y vi que parecía estar Spock lleva barba y la nave Enterprise
hablando con algo que tenía en la mano, va llena de piratas. Pero, sumando todo
una grabadora, posiblemente. Me eso, sabía poco más que mi gato.
llegaron retazos de palabras pero no Se lo dije y Jay hizo un gesto como
logré hilarlos. Empecé a preocuparme: restándole importancia.
¿estaba registrando lo que yo había —No importa. Ya asimilarás lo que
hecho como prueba para algún juicio necesites saber por ósmosis cultural. Lo
amañado? ¿Podía considerarlo un amigo que tienes que recordar es que algunas
de verdad? Estaba claro que me había decisiones (importantes, las que
salvado la vida pero ¿y si lo había consiguen generar ondas mayores en el
hecho para atraparme en beneficio de su flujo temporal) pueden hacer que
propio bando, en vez de para el de lady mundos alternos se escindan en
Índigo? Por lo que se veía, yo constituía continuos espacio-tiempo divergentes.
una posesión bastante valiosa…, aunque Recuerda lo que voy a decirte o te
era incapaz de figurarme por qué. quedarás paralizado cada vez que tengas
Durante toda mi vida escolar había sido que escoger: el Altiverso no va a crear
el típico al que escogían el último en los un mundo nuevo así de la nada a raíz de
juegos por equipos; incluso los tu decisión de ponerte calcetines verdes
gamberros como Ted Russell me elegían o rojos; o, si lo hace, el mundo solo
como último recurso cuando ya le durará unos cuantos femtosegundos antes
habían pegado al resto. de reciclarse en la realidad de la que se
Me desembaracé de la paranoia escindió. Pero si el presidente de tu país
momentánea y decidí confiar en Jay. No está intentando decidir entre si
sé exactamente por qué pero tenía algo bombardear o no a algún buscabullas de
que me hacía fiarme de él. Oriente Próximo, tomará la decisión en
Regresó al cabo de unos minutos y dos sentidos: porque se crearán dos
me dijo: mundos donde antes había uno. Por
—Bien, ponte cómodo porque esto supuesto el Entremedias los mantiene
nos va a llevar un rato. —Él mismo alejados, para que nunca se sepa.
siguió su propio consejo—. Empecemos —Un segundo… Tal y como lo estás
con grandes pinceladas y ya luego planteando, cualquiera diría que la
iremos concretando. creación de mundos alternativos nuevos
—¿Y por qué no mejor por el es una decisión consciente.
principio? —sugerí. —No lo estoy planteando, lo estoy
—Por dos razones. Primus: este afirmando. ¿O es que no has prestado
cuentecito no tiene un verdadero atención?
principio y probablemente tampoco un —Pero ¿de quién es la consciencia?
fin. Secundus: es mi historia y la contaré ¿De Dios?
como me venga en gana. Jay se encogió de hombros y los
No parecía que pudiese rebatir colores líquidos del cielo corrieron por
ninguno de sus argumentos, de modo que sus espaldas destellantes.
me recosté contra una piedra y esperé. —Es una cuestión de física, no de
—Por lo menos podrías quitarte la teología. Llámalo como te parezca:
máscara. Dios, Buda, el Monstruo de Espagueti
—No, todavía no. Bien, veamos: el Volador, el Primer Motor…, todo junto.
cuadro entero es lo que llamamos el Lo mismo me da. La conciencia es un
Altiverso, que no hay que confundir con factor de todos los aspectos del
el Multiverso, que quiere decir el Multiverso. Las matemáticas cuánticas
infinito entero de universos paralelos y no funcionan sin un punto de vista. Tú
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limítate a recordar que no debes surgiendo del vací má ráido que las
confundirla con el ego; son dos cosas burbujas del champá.
completamente distintas… y, de las dos, »Maldecimal estágobernado por el
el ego es la prescindible. —Quise Consejo de los Trece, mientras que en
hacerle más preguntas al respecto pero Lo Binario reina una inteligencia
no me dejó hablar—. Piensa en esa artificial que se hace llamar 01101.
porción del Multiverso como un arco…, Ambos quieren una sola cosa: controlar
con varias dimensiones adicionales, todo el cotarro. Lo que se niegan a
claro. —Hizo un gesto como si estuviera aceptar es que el Altiverso funciona
estrangulando una serpiente—. En cada mejor cuando las fuerzas de la magia y
extremo del arco están los mundos de la ciencia está en equilibrio. Y ahí es donde
donde habitan las dos hegemonías entra InterMundo.
(imperios que controlan cada uno una —a lo has mencionado antes.
pequeña parte de las Tierras —xacto. Yo trabajo para ellos…, y
individuales del arco). Uno se llama Lo ahíes adonde vamos.
Binario y se vale de tecnología muy Parópara tomar aliento. Yo tení
avanzada (y cuando digo «avanzada» me má preguntas que Tierras existín, pero,
refiero en comparación con la que el antes de que pudiera hacéselas y de que
resto de Tierras ha desarrollado) para é retomara la conversació, oíos un
viajar por el arco e ir conquistando todo bramido.
a su paso. Estuviste a punto de conocer a Fue un sonido lejano, que no se
un par de ellos en la Tierra en la que parecí a nada que hubiese oío jamá
Caminaste…, aquellos que te dijeron pero que sin duda pertenecí a una
que «resistirse es improcedente», los de bestia rapaz, y probablemente serí tan
los discos voladores. Les encanta decir grande que nos verí a los dos como un
cosas por el estilo. El otro imperio se plato combinado. Mi compañro se puso
hace llamar Maldecimal y su artillería en pie de un salto.
está basada en la magia: hechizos, —amos. —ncluso con la mácara
talismanes, sacrificios… puesta su nerviosismo era palpable—
—Uau. —Formé una «t» con ambas Este mundo estátodaví en los bordes
manos, rogándole un tiempo muerto—. del Entremedias, y eso es demasiado
Para el carro. ¿Magia? ¿Como cerca para mi gusto.
«abracadabra», «hocus pocus» y todo Empezamos a andar a paso ráido
eso? por el valle cocido y resquebrajado.
Aunque el lenguaje corporal de Jay ¿uélo habrí cocido?, iba
dejó entrever cierto hastío, su tono de preguntádome. La temperatura era
voz siguió siendo paciente. agradable, incluso ligeramente fresca;
—Bueno, nunca he oído a ninguno calculéque debímos de rondar los
diciendo «abracadabra» pero, sí, esa es veinte grados. Miréhacia el cielo
la idea. abigarrado pero ya no me pareció fascinante;
Sentía como si se me estuviese daba la sensació de que
derritiendo el cerebro y me estuviese todos aquellos colores podín caer
saliendo por las orejas. sobre nosotros en cualquier momento,
—Pero eso no es… como plomo hirviendo precipitádose
—¿Posible? Pues cuando te saqué desde las almenas de un castillo. Sentí un
del Lacrimae Mundi parecías creerlo a escalofrí y aligeréla marcha.
pies juntillas. Lo bueno del sitio donde estáamos
Abrí la boca pero decidí cerrarla al es que no podí aparecer nadie de detrá
ver que no salía nada. Jay se recostó, de algo. Asíy todo, seguí sin gustarme.
como aliviado. Estáamos tan indefensos como un par
—Bien. Por un momento he creído de cobayas en una pista de hockey.
que te ibas a poner racional conmigo. Anduvimos y anduvimos, y las montañas
Recuérdalo siempre: en una infinidad de no parecían acercarse nunca.
mundos, no es solo que cualquier cosa De pronto percibí un titileo de color
sea posible, es que es preceptivo que así por el rabillo del ojo. Al mirar a un lado
sea. vi algo que me hizo pararme en seco. A
»Sigo: Lo Binario y Maldecimal primera vista se me antojó una pompa de
está en guerra, tanto abierta como jabón del tamaño de una pelota de
veladamente, por el control absoluto del baloncesto que parecía estar surgiendo
Altiverso. Llevan asísiglos y avanzan de una gran grieta en el suelo. Sin
bastante despacio, dada la magnitud de embargo solo ascendió un pequeño
la empresa. Creo que el útimo censo trecho, hasta detenerse y quedarse
que interceptamos hablaba de en torno a cabeceando como un globo que intenta
varios billones de trillones de escapar de su amarre.
Tierras…, y con otras muchas má —¿Qué es eso? —le pregunté.
23
Jay volvió su cabeza bañada en plata plateado se le notaba que estaba
hacia la burbuja. Estaba lo cabreado. Sobre nuestras cabezas el ser
suficientemente lejos de él para verme burbuja parecía alterado. Solté el hilo,
reflejado de cuerpo entero en la curva que estaba algo pegajoso y me recordó a
de su mejilla y su mandíbula. una telaraña.
—Ni idea, nunca había visto nada —Es inofensivo, lo sé —le expliqué
igual. Tiene que ser algún tipo de fóvim, a Jay—. Solo hay que verlo.
supongo. Lo que quiere decir que damos Jay suspiró; estaba a metro y medio
por hecho que es peligroso y nos de mí.—
largamos corriendo. Puede que estés en lo cierto pero
Cuando Jay retomó la marcha, le di hay algo en todo esto que me huele mal.
una última mirada a la pompa («Parece ¿Cómo crees que se quedó aquí
casi viva», pensé), me volví y lo seguí. enganchado? ¿Y por qué?
De algún punto a lo lejos llegó La hebra empezó a vibrar y acto
entonces un traqueteo que me recordó seguido se produjo un bramido tan fuerte
una serpiente de cascabel o a alguien que casi me rompe los tímpanos.
arrastrando una cadena muy grande Entonces me di cuenta de que había
sobre unas rocas. llamado a algo al tirar del hilo. Yo
Me volví para mirar, pues el sonido pensaba que estaba liberando al
se había producido a nuestras espaldas. pequeño fóvim, cuando en realidad no
No vi nada susceptible de armar tanto había hecho más que golpear el gong de
jaleo, pero sí que vi a la burbujita «¡A cenar!».
tirando desesperadamente hacia un lado Un monstruo apareció por la sima.
y otro, como intentando escapar de algo. Aunque sé que suele abusarse de la
Su superficie esférica palpitaba a toda palabra «monstruo», no hay otra más
velocidad en colores saturados, en su adecuada para aquella cosa. Tenía una
mayoría tonos rojos oscuros y naranjas cabeza a medio camino entre la de un
tirando a morados. tiburón y la de un tiranosaurio sobre un
Estaba aterrada; no sabría decir cuerpo de ciempiés tan robusto como un
cómo lo supe pero vi clarísimo que furgón de reparto. No sé cómo era de
aquella cosita estaba sufriendo de un largo, pero lo suficiente para surgir de
modo u otro. un abismo que parecía no tener fin; y
Me di la vuelta y me encaminé hacia conforme cada segmento de su cuerpo
la grieta. iba saliendo de la roca, repiqueteaba y
—¡Joey, no! —me gritó Jay detrás reverberaba por la hendidura como una
de mí—. ¡Vuelve aquí! cadena muy grande. En mucho menos de
—Creo que le pasa algo —le grité a lo que lleva contarlo se levantó por
mi vez—. No es peligrosa. —Y seguí encima del borde unos dos metros y
hacia la pompa. medio largos. Me miró desde arriba con
Me paré delante de la grieta, que unos enormes ojos compuestos grandes
resultó estar más cerca y ser más grande como mi mano.
de lo que pensaba. Pude ver entonces Y luego embistió.
que el ser burbuja estaba anclado de Tenía la cabeza del mismo tamaño
algún modo a las rocas del borde de la que el taxi de mi padre y boqueaba
sima por un fino hilo de protoplasma, revelando unas mandíbulas con varias
ectoplasma o algo parecido. filas de dientes, cada uno largo como un
—¡Joey! ¡Esa cosa es un morador cuchillo de carne. A pesar de su tamaño,
del Entremedias! ¡Un fóvim! ¡Vuelve se abalanzó sobre mí con la velocidad
aquí inmediatamente! de un ascensor directo. Estaba a punto
Hice oídos sordos. de convertirme en un canapé cuando
El hilo era transparente y fino, como sentí que alguien me empujaba por
de saliva. Daba la impresión de que detrás y me impulsaba casi hasta el
bastaría con mirarlo mal para cortarlo y borde del abismo.
liberar al pobre ser burbuja. Me volví rápidamente y vi a Jay
—¡Se ha quedado enganchado! —le apostado en el sitio donde yo estaba
grité a Jay—. Creo que puedo liberarlo. hacía un instante. Después, el enorme
Mi compañero estaba viniendo hacia buche abierto de la bestia lo envolvió y
mí, así que, si quería salvarlo, tenía que empezó a cerrarse…
ser rápido. Alargué la mano y tiré del Y entonces la pompa de jabón
hilo, que era más fuerte de lo que apareció a mis espaldas y comprendí
parecía en un principio. que al caerme debía de haber roto la
—Eh —llamé a Jay—. ¿Tienes un hebra que la mantenía anclada.
cuchillo? Seguro que con uno puedo Arremetió contra el monstruo y se
cortarlo. aplastó en su morro como un emplasto
No me respondió; a pesar del traje traslúcido.
24
El bicho retrocedió con un gruñido No… no lo conseguiremos. He
rabioso y soltó el cuerpo de Jay. Seguía sangrado… como un… tres cochinos. Y
con la boca abierta; aquellas quijadas creo que ese bicho era venenoso. No
letales no se habían cerrado del todo puedes ni imaginarte… cómo duele…
sobre él y tenía que mantenerlas así para —Hablaba con apenas un hilo de voz.
respirar, pues el fóvim le había tapado —¿Qué puedo hacer? —le pregunté
la nariz con la sustancia pegajosa y desesperado.
translúcida de su cuerpo. El monstruo —Ponme la mano en… la arena.
dio varios tumbos rezongando por la Tengo que enseñarte… cómo llegar… a
frustración mientras intentaba la distancia final…
desembarazarse de aquella especie de Le llevé la mano a ras del suelo,
ameba. Consiguió tirar de algunos donde dibujó algo con movimientos
colgajos de sustancia, que estaban espasmódicos.
unidos por unos zarcillos elásticos, solo Luego se detuvo para descansar,
para que volviesen a pegársele en la supuse. No podía sentirme más inútil.
nariz. Por mucho que cueste creerlo, —¿Jay? No te pasará nada, de
aquella bola de Blandiblub transparente verdad, te lo aseguro. —No quería
¡estaba evitando que la serpiente de mentirle, lo decía con la esperanza de
Midgard nos comiese vivos a Jay y a mí! que al expresarlo en voz alta se volviese
El monstruo regresó bajo tierra y, más probable.
por los sonidos y por cómo tembló el De repente se incorporó sobre un
suelo en repetidas ocasiones, pareció codo, mientras con la otra mano me
estar intentando zafarse del pequeño agarró de la pechera de la camisa con
morador del Entremedias restregando su una fuerza asombrosa hasta que mi cara
morro escamoso contra las rocas. No me estuvo a unos centímetros de su máscara.
quedé a ver quién de los dos ganaba. Una vez más me vi los rasgos reflejados
Corrí hacia Jay, lo agarré por los brazos grotescamente en la superficie del traje.
y lo puse en pie. Se apoyó en mí y nos —Dile… al Abuelo… siento…
alejamos a trompicones de la acción. haberle… dejado con un oficial menos.
Intuí que a aquella pompa de jabón con Dile… que mi sustituto… va con todas
sobrepeso no le quedaba mucho de vida. mis… recomendaciones.
Nos detuvimos a medio kilómetro de —Se lo diré, quienquiera que sea —
la escena. Jay se sentó como pudo en la le prometí.
arena, mientras seguían llegándonos los —Pero ¿me harías un favor a
gruñidos y temblores del monstruo. Vi cambio? —Ladeó ligeramente la cabeza,
surgir nubes de polvo y fragmentos de como interrogándome.
roca que salían disparados desde abajo. —Quítate la máscara. Déjame que
La cosa podía haber sido divertida vea quién eres.
salvo por algo en lo que no me había Vaciló un poco antes de llevarse la
fijado hasta ese momento: un rastro de mano a la cara y tirar por debajo de la
sangre, denso como pintura y ancho barbilla del material del traje, que
como mi mano, extendiéndose sin cambió de un plateado reflectante a un
interrupción desde el borde de la sima gris metalizado y se encogió en un anillo
hasta el cuerpo de Jay. alrededor del cuello.
Ahogué un grito y me arrodillé junto Lo miré fijamente pero no vi
a él. Tenía el traje plateado perforado diferencia alguna. La máscara seguía en
por ambos lados, con dos orificios su sitio; o al menos eso fue lo primero
enormes en el costado izquierdo y tres que pensé, llevado por la conmoción de
en el derecho, justo por encima de las ver el rostro de Jay. Era mi propia cara,
caderas. Los dientes del monstruo le claro; aunque no idéntica: Jay parecía
habían practicado agujeros de más de por lo menos unos cinco años mayor que
dos centímetros y medio de diámetro por yo. En la mejilla derecha tenía una
los que la sangre de Jay salía a cicatriz y en uno de los lóbulos un
borbotones. No tenía modo de detenerla, queloide aún mayor. Pero no existían
aunque tampoco sé si habría valido de cicatrices suficientes para ocultar quién
algo, pues ya había perdido bastante era.
cantidad. Era yo. Por eso su voz me resultaba
Muy débilmente levantó una mano y tan familiar, porque era la mía. O, mejor
se la cogí. dicho, era mi voz dentro de cinco años.
—Te llevaré de vuelta a InterMundo Me pregunté por qué no lo había
—le prometí, sin saber bien qué otra comprendido antes, y me di cuenta de
cosa decirle—. Iremos a través del que, hasta cierto punto, sí que había sido
Entremedias, llegaremos enseguida… consciente. Por supuesto que era yo,
Yo… lo siento… aunque más listo y valiente. Y había
—No te molestes —murmuró Jay—. dado su vida por mí.
25
Me miró con los ojos entornados: del mundo. Sería san Francisco de Asís,
—Tienes que… irte. —Sus susurros Gautama Buda y todos sus imitadores
eran apenas audibles—. No podemos… juntos.
perder ni un operario más… demasiado Pero se le cerraron los ojos y dejó
peligroso. Dile que… la Noche de de respirar; ya no se movía y poco
Escarcha… se acerca… importaba lo que hubiese prometido o lo
—Se lo diré, te lo prometo —le bueno que fuese a ser en el futuro.
aseguré, pero había cerrado ya los ojos Nada importaba ya.
y estaba inconsciente. Estaba muerto.
No importaba, las promesas eran Capítulo 8
vinculantes, daba igual si Jay la había No podía dejarlo allí.
escuchado o no. Yo me había oído a mí Os parecerá ridículo pero no podía.
mismo haciéndola y no quería pasarme Tal vez fuese lo más sensato y, quizá si
el resto de la vida intentando hubiese podido cavar una tumba o algo
justificarme por no haber hecho lo así, no me habría importado dejar a Jay
correcto. en un desierto en los límites del
Le bajé el cuerpo y me quedé en el Entremedias. Pero el suelo estaba duro
sitio con un repentino nudo en la como una piedra, era arcilla cocida y
garganta. No sé cuánto tiempo estuve recubierta por una leve capa de arena.
así, respirando sin más. Intenté tirar de él pero no se movió
Después estudié los símbolos que ni un milímetro. Sabía que pesaba más
había dibujado en la arena. Debían de que yo pero aun así le había ayudado a
ser importantes, pero por mucho que los llegar hasta allí desde el borde del
miraba no les veía el sentido. Parecían abismo no hacía ni diez minutos…,
una ecuación matemática: aunque también probablemente había
{IW}:=Ω/∞ empleado en ello hasta el último
Aunque no entendía lo que querían miligramo de adrenalina, comprendí.
decir, los símbolos se enraizaron en mi Pasado el peligro, tenía las mismas
cerebro y se quedaron brillando como posibilidades de moverlo que de tirar
neones en mi mente. del Titanic con los dientes.
En aquel paraje rocoso estaba todo Me pregunté si sería el traje
en silencio. Podía oír los jadeos de Jay metálico lo que lo hacía tan pesado. Lo
y el silbido de la arena levantada por el inspeccioné en busca de alguna abertura,
aire, poco más. No sabía cuánto tiempo una cremallera o algo parecido.
llevaba así pero sí que la lucha desigual Nada.
entre el dinomonstruo y el pequeño En ese momento oí un cuchicheo
fóvim solo podía haber acabado de una detrás de mí y me volví: era el pequeño
manera. Sentí lástima por el ser burbuja: morador del Entremedias. El fóvim
primero atrapado como cebo y luego estaba flotando en el aire a mi lado,
engullido al intentar salvarnos del como una ameba del tamaño de un gato,
monstruo. brillando con todos los colores del
Me levanté, me di la vuelta y miré arcoíris.
hacia atrás. No había rastro de ninguno —¡Eh! Vaya, al menos tú estás bien.
de los dos. Avancé con cautela para Pero Jay ha muerto. Tenía que haberte
intentar ver mejor. dejado allí con aquel tiranosaurio raro.
No había nada más que tierra La pompa de jabón cambió de color
posándose… a una tonalidad de morado ceniza.
A Jay le había cambiado de color la —Yo no quería… Pero era… mi
piel, que ahora tenía un tono azulado. amigo. De hecho, él era yo en cierto
Como había dicho él, seguramente los modo. Y ahora está muerto y no puedo
dientes del monstruo le habían inyectado llevarlo de vuelta a su casa, pesa
veneno. Si le hubiese hecho caso y no demasiado.
hubiese sido un estúpido, nunca habría El color morado fue volviéndose
tenido que lanzarse a las fauces de la más cálido hasta que aquella cosa
muerte para apartarme a mí de ellas. El resplandeció con un tono dorado suave.
necio es atrevido…, y Jay había muerto Extendió algo que no era una extremidad
por eso, por mi culpa; yo era el único ni tampoco un tentáculo —más bien
responsable. sería un pseudópodo, supongo, si es que
Miré al cielo e hice otra promesa, a eso significa lo que yo creo— y tocó el
lo que quiera que hubiese allá arriba, a traje de metal por encima del corazón.
quienquiera que estuviese —Sí —le dije—. Está muerto.
escuchándome. Prometí que si Jay vivía, Palpitó en dorado, un dorado de
si salía de esa, si le conseguía asistencia frustración, y volvió a rozar el mismo
médica y se ponía bien, me convertiría punto del traje.
en la persona más buena y trabajadora —¿Quieres que lo toque ahí?
26
Volvió a cambiar de color, a un hechizo de lady Índigo, y por los puntos
celeste sereno, una especie de azul donde estaba perforado.
satisfecho. Rocé con el dedo donde me A través de la máscara especular la
había señalado con el pseudópodo y el ameba parecía más rara aún, como si la
traje se abrió como una flor al sol. Jay mirase por unos binoculares puestos del
llevaba puestos unos calzoncillos grises revés. No era más grande que un gato,
y una camiseta. Se le veía tan blanco el eso lo sabía, pero de algún modo no
cuerpo… Le quité el traje como pude. podía quitarme de la cabeza la idea de
Pesaba un quintal (bueno, quizás que en realidad tenía el tamaño de un
algo menos…). La ameba seguía rascacielos, solo que a quince
pululando, como si intentara decirme kilómetros de distancia. ¿Tiene algún
algo. Extendió el pseudópodo escarlata sentido?
hacia el tejido plateado del traje, que —¿Te llamas de alguna manera? —
estaba tirado sobre la tierra roja, y luego le pregunté.
me lo señaló mientras unas venas Resplandeció en cientos de colores
plateadas cruzaban su cuerpo de globo. y lo interpreté como un sí. El problema
—¿Qué? —le pregunté muy era que yo no hablo el idioma de los
frustrado—. Ojalá hablases. colores.
Volvió a señalar el traje plateado, —Voy a llamarte Tono —le dije—.
ahora con un gris más apagado, y Es un chiste, o un juego de palabras más
después a mí una vez más. bien. Cuando resplandeció en dorado,
—¿Quieres que me lo ponga? deduje que no le parecía mal.
Brilló en azul, con el mismo tono de Me incliné, cogí a Jay y me lo eché a
antes. «Sí, póntelo». los hombros. Aunque seguía notando el
—Había oído lo de hablar por los peso tenía la sensación de que era el
codos, pero no lo de por colores. traje el que soportaba la mayor parte.
Cogí entonces el traje, que se me No me pesaba más de unos trece kilos.
antojó un abrigo con forma de estrella Acto seguido pensé:
de mar, y me lo eché encima. Pesaba IW}:=Ω/∞
tanto que me hacía daño en la espalda, … y emprendí el camino hacia la
era como taparse con una manta de base con el cuerpo de Jay a cuestas
plomo. Estaba frío e inerte. Con aquella como un cazador sioux con un ciervo de
cosa no había manera de dar más de vuelta al campamento.
doce pasos hacia ninguna parte. Tono me acompañó por el aire un
—¿Y ahora qué? —le pregunté a la tiempo hasta que llegué a un camino que
ameba. sentí que me conduciría a la Tierra
Se volvió primero de un color verde donde se encontraba la base de
perplejo para luego pasar a una rápida InterMundo.
sucesión de amarillos y carmesíes. A Ojalá pudiese explicarlo mejor… Lo
continuación señaló dubitativo un punto sentía de la misma manera que cuando te
en medio del traje, sobre el pecho. Lo tocas con la lengua un hueco de un
toqué pero no pasó nada. Sin embargo, diente caído. Más que sentirlo lo
volví a tocarlo, lo golpeé, lo froté, lo palpaba.
apreté entre el dedo y el pulgar tan Había llegado la hora de Caminar,
fuerte como pude… hasta que de repente así que Caminé.
el manto de plomo que me cubría cobró Lo último que vi fue a Tono
vida; fluyó, rezumó y me recorrió el cabeceando detrás de mí, con cierta
cuerpo cubriéndome de la cabeza a los tristeza, me pareció. Y luego el
pies. Se me oscureció la visión cuando escenario cambió por…
me tapó la cara y por un momento sentí Nada…
auténtico pánico y asfixia, pero La orilla de un río…
enseguida volví a ver, incluso mejor que El destello de una ciudad…
antes, y recobré asimismo el aliento. Miles de ojos cerrándose y
Al mirarme el cuerpo, vi la abriéndose cada uno a su aire, todos
cobertura plateada pero también el clavados en mí…
interior. Se parecía un poco a los Una llanura cubierta de hierba y, a lo
dispositivos que los pilotos de combate lejos, montañas moradas.
utilizan en sus cabinas. Distinguí la Y de repente estaba allí, fuera donde
botella dorada y lo que parecía una fuese aquel «allí». Lo supe, lo sentí en
extraña pistola y varios objetos que no mi cabeza.
reconocí y que estaban en una especie {IW}:=Ω/∞
de bolsillos. Y pude ver mi propio no me llevaría más allá.
cuerpo. Pero no había nada a mi alrededor,
Ahora estaba guarecido, salvo por el estaba solo en medio de una pampa
hombro izquierdo, dañado por el desierta. Dejé el cuerpo de Jay sobre la
27
hierba y barajé dos posibilidades: que tiene color avellana. Vestía una túnica
los de su base —los de InterMundo, blanca y estaba sentado con las piernas
fuera lo que fuese aquello— viniesen a cruzadas; es más, flotaba con las piernas
por mí o que no apareciesen, y de cruzadas a unos cuarenta y cinco metros
repente, francamente, comprendí que me del suelo.
daba igual una cosa que otra. —He venido a inquirirte sobre tu
Puse el dedo en la parte blanda de bienestar —me dijo en su tono siempre
debajo de la barbilla y sentí cómo el amable—. Esta lluvia dificulta
traje se me retiraba de la cara y la levemente el ascenso. Si deseases
dejaba al descubierto bajo la brisa finalizar la subida en esta coyuntura, no
cálida. Y entonces, allí solo, a billones se consideraría demérito por tu parte.
de kilómetros de cualquier parte, me Me castañeteaban los dientes como
eché a llorar: por Jay, por mis padres, dados en un cubilete; apenas le oía.
incluso por Jenny y el renacuajo; y por —¿Qué?
Rowena, Ted Russell, el señor Dimas; —¿Quieres parar?
por todos… Como he dicho, resultaba tentador,
Aunque más que nada lloré por mí. pero ya tenía bastantes problemas para
Lloriqueé y sollocé hasta que no me que encima me tachasen de cobarde.
quedó nada por dentro con lo que nutrir —Seguiré adelante —le contesté—,
mis llantos. Después me senté, con las aunque no lo cuente.
lágrimas secándose en mi cara, —Esa no es una opción —me
sintiéndome vacío y hecho polvo, hasta reprochó. Jai era un poco cargante, pero
que el sol se puso y una ciudad bajo una al menos reconocía mi existencia. Subió
cúpula de cristal sobrevoló la pampa flotando hacia el campamento que había
levitando en silencio a casi dos metros en la cima del collado.
del suelo. Se paró a quince metros y un Proseguí la escalada hasta llegar a
destacamento de personas con cierto una grieta profunda en la roca por la que
parecido a mí llegó, nos recogió y nos continué trepando dejándome en ello la
llevó con ellos. piel de brazos y espalda. Tras lo que me
SEGUNDA PARTE pareció una pequeña eternidad, llegué a
Capítulo 9 un saliente a veinte metros del punto
Estaba aferrado a la pared del anterior y vi a mi compañera de subida,
acantilado como si me fuera la vida en que se había agazapado en un lado de la
ello. Iba vestido con un mono gris y cornisa, al resguardo del aguanieve; muy
botas de montaña y llevaba enganchada cómoda, sin embargo, no estaba, e
al cinturón una cuerda que a su vez intenté no regodearme en ello. No se
estaba atada a la escaladora que tenía a molestó en mirarme cuando llegué,
unos seis metros por encima de mí; no le siguió contemplando el cielo sin más.
caía bien, y ella me lo hacía ver —¿Tienes algún plan para hacer
cortésmente. Pero, claro, aquello cima? —le pregunté mirando con recelo
complicaba las cosas, teniendo en la pared de piedra que se cernía sobre
cuenta que a treinta metros de ella nosotros.
estaba la libertad, el calor, la comida —La lista de gente con la que no me
sólida y el camino de vuelta a la base. hablo es bastante corta. Pero, mira tú
En mi estado los treinta metros bien por dónde, tú estás en ella —me soltó, y
podían ser cien. Tenía hambre y frío y se volvió para seguir contemplando la
me dolían los dedos de manos y pies, tormenta inmutable.
por no hablar de todo lo que había entre Vale, perfecto… Abrí la bolsa
medias… térmica que me colgaba del cinturón y
En la frente llevaba una cinta de red me eché una taza de reconstituyente sopa
neural programada para impedirme de búfalo humeante. No le ofrecí;
caminar si se me presentaba la ocasión. primero porque tenía su propia comida
Cosa que no me habría importado colgada del cinturón y segundo porque
porque, creedme, era bastante tentador, ¡que le diesen!
sobre todo cuando empezó a caer Me bebí la sopa a sorbos pequeños
aguanieve: una lluvia heladora mezclada para no quemarme la boca —aquel
con nieve que me caló hasta los huesos y mejunje se calentaba muy rápido— y me
luego me dejó congelado. Ideal. Empecé quedé mirando a Jo, en particular las
a temblar tanto que apenas lograba dos cosas que la hacían tan distinta a mí.
mantenerme agarrado. —¿Tengo monos en la cara?
Oí una tos a mi espalda y con mucho —Lo siento… Es que donde nací
cuidado me volví para ver de quién se nadie tiene alas.
trataba. Me miró como si yo fuese algo que
Era Jai, uno de los que se parecen un hubiese encontrado en la suela del
montón a mí, salvo por la piel, que la zapato. Jo pertenece a uno de los
28
mundos mágicos. No son las alas —unas Volví a mi camastro de lona y me
grandes, blancas y con plumas, iguales senté. Me encontraba en una especie de
que las de los ángeles de los cuadros— hospital, hasta ahí podía deducirlo;
lo que la mantiene en el aire cuando además, estaba en la base de la cúpulaburbuja
vuela, aunque pueda utilizarlas para y había visto el funeral de Jay.
planear y transportarse; lo que la Llamaron a la puerta.
sustenta es, según dijo el Anciano una —Pase —dije.
vez, la convicción de que puede volar. Era el hombre mayor, el que había
Eso, y el hecho de que en su mundo dado el discurso, vestido con un
realmente la magia flota en el aire. uniforme extremadamente almidonado y
Siempre me daban ganas de preguntarle pulcro.
si su pueblo descendía de simios alados —Hola, Joey —me saludó—.
—al igual que la raza de Jakon provenía Bienvenido a Ciudad Base. —Tenía un
de un mundo lobuno—, o si todo empezó ojo castaño como los míos mientras que
cuando a algún brujo se le ocurrió un el otro era artificial, un racimo de LED
buen día ponerle a un crío alas de cisne de colores encajado en la cuenca del
en la espalda. Sin embargo, dado que me ojo.
miraba con el mismo afecto que a una —Usted también es yo —comenté
cepa del virus Ébola, no era muy con asombro.
probable que llegase a despejar mis Inclinó la cabeza en un gesto que
dudas. podría pasar por un asentimiento.
Solo llevaba diez días en el campamento —Joe Harker. Aquí me llaman el
pero me parecía toda una vida; y no muy Abuelo, la mayoría a mis espaldas.
dichosa, la verdad: más bien era una de Dirijo esto.
esas vidas que convencen a cualquiera —Siento lo de Jay. Traje su cuerpo.
de que en una encarnación previa fue —Hiciste bien. Y también su traje de
Gengis Kan y todavía está pagando la contacto, que era incluso más
deuda kármica por ello. importante, porque solo tenemos doce.
Diez días antes de estar allí, en Ya no los fabrican, el mundo que los
aquel precipicio bajo la lluvia, me había hacía ha… desaparecido.
levantado en una especie de camastro de Hizo una pausa y me figuré que me
lona en una habitación blanca que olía a tocaba a mí decir algo, de modo que le
desinfectante con el sonido de fondo de pregunté:
una banda, una lúgubre música, —¿Que ha desaparecido? ¿Un
conmovedora y triste a la vez. mundo entero?
Se trataba de una marcha fúnebre. —Los mundos son efímeros, Joey.
Cuando acabó, salí de la cama y, con Suena horrible pero la mayoría de las
paso tambaleante, fui hasta la ventana cosas horribles tienen algo de cierto. Lo
para mirar por ella. Binario y Maldecimal los consideran
Había unas quinientas personas en bastante efímeros, y la vida más efímera
una gran explanada, todas muy distintas aún… Pero volvamos a ti. Hiciste bien
entre sí. Formaban filas en torno a una en traer el cuerpo, así tuvimos algo de lo
caja donde había un cuerpo cubierto por que despedirnos. Y el traje contenía sus
una bandera negra. últimos mensajes. —Volvió a hacer una
Supe a quién pertenecía, y por quién pausa—. ¿Te acuerdas de cuando te
había dado su vida. trajimos aquí? Estabas delirando y no
En un estrado había un hombre que parabas de llamarme.
se parecía a mí si alguna vez llegaba a —¿De verdad?
la cincuentena. Comprendí que estaba —Sí. Nos dijiste que habían matado
acabando de decir cosas buenas sobre a Jay por tu culpa, por salvarte. Y nos
Jay pese a que apenas oía sus palabras. contaste lo del fóvim y la serpiente
Y luego la gente empezó a gritar, en tiranosáurica. Que fuiste un estúpido y
quinientas voces distintas, un chillido lo metiste en problemas.
sin palabras que era un llanto por la Bajé la mirada y musité:
pérdida y al mismo tiempo un hurra —Así es.
triunfal; quinientas gargantas que Consultó un cuaderno y prosiguió:
gritaban, chillaban y gemían. —Jay te dijo que le pidieras perdón
Y entonces la caja que contenía el al Abuelo, que le dijeses que sentía
ataúd parpadeó, resplandeció y se haberlo dejado con un oficial menos.
deslizó levemente para al cabo arder y Dijo que su sustituto merecía su más
desaparecer por completo. enérgica recomendación.
La banda retomó la música, aquella —¿Yo le conté todo eso?
marcha fúnebre, aunque esa vez con un —Sí. —Volvió la vista al cuaderno y
ritmo más animado, como queriendo me preguntó con cierta perplejidad—:
trasmitir que la vida sigue. ¿Qué es la Noche de Escarcha?
29
—¿La Noche de Escarcha? No lo sé, —Em… Yo, Joseph Harker…
Jay me pidió que le dijera eso: que no —Al entender que debe existir
puede perder más oficiales y que la equilibrio en todas las cosas, declaro
Noche de Escarcha se acerca. aquí y ahora que haré todo lo que esté en
—¿No dijo nada más? mis manos por defender y proteger el
Sacudí la cabeza. Altiverso de quienes quieran
El Abuelo me daba miedo. Vale, sí, perjudicarlo o someterlo a su voluntad.
era yo pero un yo que había visto Haré todo lo posible por apoyar a Inter-
muchas cosas. Me pregunté cómo habría Mundo y los valores que encarna.
perdido el ojo, aunque luego me dije que Lo repetí lo mejor que pude, si bien
tal vez no quisiera saberlo. él me ayudó cuando titubeé.
—¿Puede hacer que vuelva a mi —Estupendo. Espero que la fe que
casa? —quise saber. Jay depositó en ti esté justificada.
Asintió con la cabeza y luego Tendrás que pedirle tu uniforme al
añadió: intendente de turno. Los pertrechos están
—Poder, podemos. Nos costaría en el edificio cuadrado al otro lado de
bastante, y significaría un fracaso para la explanada. Ahora mismo son las once
nosotros. Tendríamos que borrar tus en punto, tienes tiempo de sobra para
recuerdos, toda la información sobre instalarte en tu barracón y tenerlo todo
este lugar; y habría que despojarte de ordenado para las once y cuarenta y
todas tus habilidades de Caminante de cinco. El almuerzo se sirve a las doce en
Mundos. Pero sí, podríamos hacerlo. Es punto. A las doce y cuarenta empieza el
posible que, de volver, se preguntasen entrenamiento básico.
dónde has estado, pero el tiempo no Se levantó y se dispuso a salir pero
pasa a la misma velocidad en los yo todavía tenía una pregunta que
distintos mundos. Probablemente por hacerle.
ahora no lleves fuera más de cinco —Señor, ¿me culpa usted de la
minutos… —Debió de ver la esperanza muerte de Jay?
dibujada en mi cara—. Pero ¿desertarías Su ojo de LED destelló con un azul
así sin más? glacial.
—Señor, no se lo tome a mal pero ni —¿Eh? Sí, claro que te culpo. Al
siquiera le conozco. ¿Qué le hace pensar igual que las otras quinientas personas
que yo querría unirme a su de la base. Tendrás que esforzarte para
organización? compensarnos por ello —me dijo, y acto
—Bueno, has llegado con la mejor seguido salió del cuarto.
recomendación posible, de parte de Jay. Era como ser nuevo en un colegio que
Y tal y como él mismo dijo, no podemos odias; o peor aún, ser nuevo en un
permitirnos perder otro oficial. colegio que odias y que está
—¿Yo… soy yo el sustituto del que administrado por un ejército de
habló? principios levemente sádicos donde
—Me temo que sí. todo el mundo es de un país distinto y
—Pero si lo mataron por mi culpa. solo tienen una cosa en común: todos te
—Pues ya tienes una razón más para odian.
quedarte y compensarlo por ello. Perder Podría ser peor, al fin y al cabo no
a Jay ha supuesto una tragedia… me escupían en la comida, ni me
Perderos a ambos sería un auténtico llevaban a rastras detrás de los
desastre. barracones para darme una paliza, ni
—Me hago cargo… —Pensé en mi siquiera me metían la cabeza en un váter
casa, la de verdad, no en sus y tiraban de la cisterna. Pero nadie me
innumerables versiones fantasma—. hablaba a no ser que no le quedase más
Pero ¿podría llevarme de vuelta? remedio. Ni me ayudaban: si me
—Sí. De hecho, si no superas los equivocaba de camino para ir a clase,
estudios, no nos quedará más remedio. nadie me lo advertía; y cuando me veían
Si cerraba los ojos todavía podía corriendo alrededor de la explanada,
ver a Jay mirándome desde abajo, desde sudando y jadeando, porque había
la tierra roja sobre la que murió. Suspiré llegado cinco minutos tarde…, pues
y dije: bien, esa era la única vez que arrancaba
—Cuente conmigo. Pero no lo hago una sonrisa de mis compañeros reclutas.
por usted, sino por Jay. Si chocaban contra mí sin querer
Alzó la mano e hice ademán de mientras subía por una cuerda; si me
estrechársela pero en lugar de eso me daban el disco repelente de gravedad
envolvió la palma en su enorme y fuerte más flojo en carrera de discos; si me
mano y me miró a los ojos. tocaba la varita más vieja, cutre e inútil
—Repite después de mí: yo, Joseph en primero de magia; si comía solo en
Harker… una mesa en medio de un comedor
30
abarrotado… no era nada que no me cuatro veces. Y dio su vida por traerme
pasase todos los días. hasta aquí pero no creo que él me
Pero no me importaba; es más, me hubiese tratado así, ni que me hubiese
alegraba. No me castigaban más de lo dejado tratarme a mí mismo de esta
que yo creía merecer. Jay me había manera.
salvado la vida; primero me había Se hizo el silencio y me miró a los
rescatado del barco aquel en medio del ojos con los suyos, que eran castaños y
Noquier y luego me había salvado de mi me daban la impresión de estar
propia necedad en más de una ocasión. mirándome en un espejo.
Y yo se lo había pagado conduciéndole —Tienes razón, yo tampoco lo creo.
a la muerte. Correré la voz.
Era normal, pues, que la gente Después de eso subimos hasta la
hiciese cola para odiarme, y yo el cumbre sin cruzar palabra pero fue un
primero. silencio agradable.
Una gota de aguanieve me cayó en la Tras esa conversación las cosas
cara y decidí entonces ajustarme de mejoraron, no mucho, y no del todo,
nuevo la taza al cinturón y volverme pero algo sí.
hacia la pared rocosa. Capítulo 10
—Bien. Hora de volver arriba. Y yo que pensaba que las pruebas del
Jo no respondió; sacudió las alas señor Dimas eran duras…
para quitarse el agua helada y encaró la Los exámenes de InterMundo harían
pared. Subió y, pasados unos minutos, tragar saliva a cualquier superdotado de
yo hice lo propio. mi mundo y que les saliera humo de las
Aunque seguía temblando, ahora me orejas a nuestros mejores cerebros.
resultaba más fácil: Jo parecía tener un ¿Cómo se responde a una pregunta del
instinto natural para encontrar apoyos de tipo: «¿El factor de improbabilidad de
manos y pies, de modo que solo tuve que un mundo de tiempo revertido es
seguirla. La cosa fue bien hasta que solipsista o fenomenológico?»? O a:
empezó a llover con más fuerza aún. «Describe seis usos del pandemónium
Miré hacia arriba y vi que la roca en antielemental». O ¿qué tal: «Explica la
la que estaba apoyada iba a gnosis de los seres qlippóticos de
desprenderse de un momento a otro. séptimo orden»?
—¡Eh! —le grité haciéndole señas Pues imaginaos devanarse los sesos
desesperadas para que quitase el pie con esas historias cuando eres alguien
cuanto antes. que ha aprobado economía doméstica
Pero no me hizo caso, y cuando la por los pelos.
roca cedió Jo se escurrió y cayó hacia Ya llevaba unas veinte semanas en el
atrás en una lluvia de piedrecillas, justo campamento de adiestramiento de
encima de mí, lo que hizo que ambos nos InterMundo; veinte semanas de ejercicio
precipitásemos barranco abajo. las 24 horas, clases de artes marciales
Era una caída larga e íbamos que no había oído en mi vida (uno de
bajando velozmente y a la par. nuestros instructores era de un mundo en
La cogí por la cintura y me impulsé el que Japón se había unido con
con las piernas para apartarme de la Indochina para crear, entre otras cosas,
pared. A ella se le ocurrió lo mismo y estilos de lucha que hacían que el
empezó a batir con fuerza las alas. Tal taekwondo pareciera un baile de salón),
vez no pudiera mantenernos así mucho técnicas de supervivencia, diplomacia,
tiempo pero no faltaba tanto para llegar magia y ciencia aplicadas y un montón
arriba. de cosas más que no están en la
Aterrizamos en el saliente donde me programación de ningún instituto… ni
había tomado la sopa. siquiera del Instituto Tecnológico de
—He intentado avisarte —le Massachusetts, a decir verdad.
reproché. Tras veinte semanas de comida de
—Ya. Sabía que estabas tratando de InterMundo, ejercicio intensivo, estudio
llamar mi atención, pero es que no tenía intensivo…, en resumen, de todo
ganas de mirarte. intensivo, me quedé más chupado que
Estaba temblando bajo la lluvia. una barrita de cecina e iba camino de
—¿Cómo conociste a Jay? —le tener la musculatura y los reflejos que
pregunté. había visto anunciados en la
—Igual que todos. Un día empecé a contraportada de los cómics viejos y
Caminar y él vino y me trajo hasta aquí. que siempre había soñado con pedir por
Y de paso, como a la mayoría, me sacó correo. También tenía la mollera llena
de unos cuantos apuros. de hechos, costumbres y otros secretos
—Pues sí, así también me encontró a que, en teoría, me permitirían pasar por
mí, y me salvó la vida de paso, tres o nativo en un buen puñado de Tierras en
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las que los humanos se parecían a mí. Hay peores sitios donde tener que ir
Por supuesto mis recién adquiridas a clase.
habilidades de subterfugio e integración Nos desplazábamos hacia el este y
no me valdrían de mucho en otras estábamos a punto de cambiar de fase,
Tierras conocidas, como la de Jakon cosa que ocurría siempre puntualmente.
Haarkanen, quien parecía el producto de Mientras observábamos el paisaje, el
lo que habría pasado si un lobo se mundo que teníamos ante nosotros
hubiese cruzado en mi árbol genealógico parpadeó, se derritió luego y por último
treinta mil años atrás. Era elegante y se fundió un instante en un fogonazo del
asilvestrada, y pesaba como treinta y paisaje psicótico del Entremedias antes
cinco kilos, todos ellos puro músculo de volver a la realidad. Cuando la
fibroso y recubierto por un oscuro aurora se disipó nos vimos flotando
pelaje corto. Era una bromista sobre una tundra yerma con el sol bien
empedernida: le encantaba colgarse de alto sobre nuestras cabezas. Vi una
las vigas del dormitorio de arriba y manada de uros en estampida y un
sorprenderte cayendo sobre ti y puñado de temibles mastodontes
tirándote al suelo justo cuando pasabas afanados en destrozar un gran sauce.
por debajo. Y aunque tenía los dientes Sentí el aire más frío y, conforme nos
afilados y los ojos de un verde vivo, acercábamos, fui distinguiendo en la
también se parecía a mí. distancia precipicios titilantes de
Tal y como podréis deducir por mi glaciares montañosos, resplandecientes
descripción, Jakon era una de mis cual icebergs bajo el sol.
primas más lejanas. Era el mismo valle pero en un
En aquel momento me encontraba mundo distinto.
con Josef Hokun, Jerzy Harhkar y ella en A menudo sorprendemos a los
uno de los balcones más altos de Ciudad lugareños cuando entramos; de ahí que
Base, donde estábamos haciendo una de nos ciñamos a líneas temporales
las escasas pausas del estudio y prehistóricas, donde hay menos
contemplando una manada de animales probabilidades de que nos descubran.
muy parecidos a antílopes que Todo forma parte de las medidas de
atravesaban en estampida un estrecho seguridad que InterMundo toma para
valle fluvial. Era cerca de mediodía y evitar que Lo Binario y Maldecimal nos
habían abierto ligeramente las defensas encuentre. Las ciudades-cúpula navegan
para que corriese algo de brisa por el al azar por varios miles de Tierras de la
planeta. A mi lado tenía una idesia mitad inferior del centro del Arco. Por
cargada de bayas anaranjadas, mientras eso, a pesar de mis habilidades de
ante nosotros se extendían parterres Caminante del Entremedias, había
llenos de nenúfares gigantes, necesitado ayuda para encontrar el
madreselvas, brotes de flores de Júpiter mundo en concreto en que estaba Ciudad
y loto azul; había también cicas, Base.
coníferas y flores que en la mayoría de La ayuda me había venido bajo la
Tierras no existían desde hacía años. forma de aquella extraña ecuación que
Todas sus fragancias mezcladas Jay había dibujado con sangre en la
bastaban para marearme, sobre todo arena. Como muchas cosas en
después de estar respirando el aire InterMundo, funcionaba por una
filtrado de las plantas inferiores. combinación de magia y ciencia.
Ciudad Base, como las tres o cuatro {IW}:=Ω/∞
ciudades-cúpula que sobrevuelan los no era exactamente una ecuación
territorios por donde se extiende matemática pero tampoco llegaba a ser
InterMundo, no tiene una localización un conjuro mágico. Se trataba de una
fija sino que flota por medio de una ecuación paradójica, como la raíz
combinación de magia y ciencia sobre cuadrada de menos uno; un abstracto
mundos en que los humanos todavía se combinatorio, un enunciado científico
divierten despiojándose los unos a los creado con medios mágicos.
otros. Era como vivir en un eterno {IW}:=Ω/∞
circuito guiado por una reserva natural era un talismán memético que todos
tamaño planeta, con panorámica tras llevábamos en nuestras cabezas y solo
panorámica de bellezas naturales en ellas, y que nos permitía volver «a
espectaculares. Pasábamos rozando casa» a través de las últimas capas de
bosques que ocupaban medio continente; realidad para llegar a Ciudad Base,
nos quedábamos suspendidos sobre unas estuviera donde estuviese. Era una llave,
cataratas que nunca se llamarían y para abrir el cerrojo tenías que ser un
Niágara; contemplábamos a salvo, desde Caminante. Los barcos voladores
arriba, erupciones volcánicas, tornados, impulsados con energía de Caminantes
inundaciones… embotellados no podían acceder, ni
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tampoco las naves espaciales que Aunque lo cierto es que era bastante
surcaban el Estático del bajo espacio listo… tenía que serlo para estar a la
propulsadas por Caminantes muertos en altura del resto de Joeys.
un 99 por ciento y criogenizados. Hay —¿Te rindes?
que ser un auténtico Caminante para —Lateralidad no es, ¿verdad? —
llevar la llave en la cabeza, lo que hace preguntó sin mucho entusiasmo.
que sea casi imposible que ambos —Sí, es eso.
imperios encuentren InterMundo. O al —Me toca —intervino Jerzy—.
menos, así era en teoría. ¿Qué son los isorritmos subliminales y
Todo eso explicaba la sensación de cómo afectan a los Caminantes?
seguridad que nos permitía sentirnos a —Esa me la sé… —respondí—.
gusto allí fuera al aire libre, mientras los Espera, no me lo digas…
cuatro nos hacíamos preguntas sobre los Jerzy hizo una mueca y dijo:
exámenes del día siguiente: teoría —No te preocupes que no pienso
básica de asimetría multifásica en hacerlo.
planos de realidad polarizados y ley del Estaba mucho más cerca de mí en la
trapezoide indeterminado vista en la autovía evolutiva. La principal
ceremonia de los Nueve Ángulos. diferencia entre la humanidad de su
A pesar de que habían pasado ya mundo y la mía era que en su caso la
cinco meses la mayoría de reclutas gente tenía plumas en lugar de pelo. Ah,
seguían mostrándose fríos conmigo. Ya y que las mujeres ponían huevos en vez
no me dejaban solo en la mesa del de gestar a los hijos en su vientre. Es
comedor pero tampoco era que viniesen probable que esté relacionado. No
corriendo a sentarse conmigo; y, si bien dejaba de sorprenderme al ver aparecer
me hablaban y eran educados, seguía a Jerzy a la vuelta de la esquina: tenía la
notando cierta reserva que no podía cara muy parecida a la mía, si bien con
ignorar. Era uno de ellos…, es más, era los pómulos y la nariz más afilados y los
ellos, y uno no puede odiarse para párpados caídos y suaves, mientras que
siempre. Aunque tampoco tienes por qué su pelo consistía en coloridas matas de
gustarte todo el tiempo. Lo cierto es que plumas de unos veinte centímetros de
había aprendido a vivir sabiendo que largo con las puntas de un escarlata
nunca ganaría el premio a la fuerte. A grandes rasgos era una persona
popularidad. Las tres versiones distintas muy brillante, muy rápida y mordaz.
de mí mismo —el término que empleaba Probablemente era lo más parecido a un
nuestro preparador del primer curso de amigo que tenía en varios millones de
niveles de realidad era Tierras.
«paraencarnaciones»— que estaban —Un isorritmo es algo relacionado
conmigo en el atracadero eran lo más con lo altas que son las cosas, y los
parecido a amigos que tenía, lo cual los subliminales son los que permiten a los
colocaba más o menos en la categoría de Caminantes ir de un mundo a otro sin
«no enemigos». acabar a siete metros bajo el suelo. Es
—Bien, enumera los atributos que lo que nos mantiene a flote vayamos
permanecen constantes cuando se adonde vayamos.
cambia de plano —le pedí a Josef. Hizo un gesto extraño y dijo:
—Em… —titubeó mi compañero, y —Bueno, sí, más o menos. Pero
se rascó la nariz—. ¿Todos? tienes que afinar mejor las palabras. Eh,
—Pero si son solo cuatro. ¿habéis visto eso de ahí arriba?
Era oriundo de una Tierra más densa —¿Dónde? —Yo no había visto
que la mía y tenía por tanto un campo nada. —Algo ahí arriba en el cielo.
gravitacional mayor. La constitución de Parecía… No sé… Una especie de
Josef semejaba un tonel con patas y burbuja… Pero ha desaparecido.
probablemente era más fuerte que ningún Escruté el cielo azul pero no vi
otro humano. Una vez me lo explicó; me nada.
habló de ligaduras de tendones más En la última semana se habían sucedido
anchas, proporción aumentada de los exámenes y había tenido que
músculo estriado y liso, mayor densidad quedarme despierto hasta tarde, después
ósea, etcétera. Lo único que sabía es que de todo el entrenamiento físico del día.
me doblaba en altura y tenía fuerza El programa de ondas delta al que nos
suficiente para darse la vuelta y sometían durante las tres o cuatro horas
levantarse por detrás. que dormíamos de media (y eso con
—Simetría, quiralidad, suerte) ayudaba, pero no quedaba más
correspondencia y… em… remedio que combinarlo con un poco del
Tenía cara de poder ganar a un hincar los codos de toda la vida si se
gólem a las damas, siempre y cuando quería aprobar. Nunca en mi vida había
alguien le tapase los ojos al bicho. trabajado tanto… tenía la sensación de
33
que me ardía el cerebro. Me despertaba de la que yo provengo.
a medianoche murmurando «movimiento Cuando terminamos los exámenes (y
perpetuo y piedra filosofal», o «es una no, nunca nos dieron las notas, cosa que
entidad ctónica» o «el bajo espacio todavía sigue reventándome), nos
(también conocido como “Estático”) y el llevaron a la sala de juntas a los 110
Noquier no son más que caras de alevines, y volví a ver al Abuelo por
percepción a noventa grados el uno del primera vez desde que hiciera el
otro». Estudiaba demasiado, y los demás juramento en la enfermería.
tampoco se quedaban atrás. Me pareció mayor.
Entonces, para empeorar las cosas, —Bienvenidos, damas y caballeros
empecé a tener problemas con J/O HrKr. —nos saludó—. Ahora estáis todos
Se parece bastante a mí, es decir, guarda preparados para participar en la gran
cierto parecido conmigo: una cabeza lucha.
algo más pequeña, de la misma altura »No paran de surgir nuevos mundos,
que yo a su edad, misma nariz, mismas algunos en los que impera la ciencia —
pecas. Aparentaba unos once años y era vi cómo J/O alzaba la cabeza bien alto,
más joven que yo —y que casi todo el orgulloso—, y otros en los que la magia
mundo—, y tal vez eso era lo que le es la fuerza motora. La mayoría de los
irritaba. Al menos a una parte de él, mundos son una mezcla de ambas cosas.
porque en realidad era un medio Aquí en InterMundo las consideramos
ordenador o, como él lo llamaba, una igual de respetables. Lo que no podemos
«entidad bionanótica». En su mundo consentir es la actitud tanto de
todos eran así. Maldecimal como de Lo Binario, ya que
—Tiene sentido —me comentó un los dos pretenden imponer en otros
día que estábamos haciendo una sesión mundos su sistema de creencias y sus
en la zona de riesgo—. Al fin y al cabo, métodos de realidad, bien recurriendo a
tú llevas un reloj en la muñeca, así que la guerra la mayoría de las veces, bien,
¿por qué no iba yo a llevar esa misma en ocasiones, por medios más sutiles.
información en un visor retinal? »La razón de ser de InterMundo es
Me lancé hacia delante y rodé para mantener el equilibrio. Somos un grupo
esquivar un amasijo de cables de acero guerrillero, y nos superan tanto en
que salió de repente del suelo sobre el número como en armas. En una
que pisábamos. Los cables se combaron confrontación directa nunca podríamos
hacia J/O y se extendieron para ganar a ninguno de los bandos. Pero
envolverlo. Levantó la mano derecha, tampoco es lo que queremos. Sin
que tenía recubierta por una capa de embargo, podemos ser el azúcar en el
malla metálica, y se produjo una luz rubí depósito de gasolina, el chicle en la
cegadora y un sonido como de panceta silla y el clavo por el que se pierde una
chisporroteando en la sartén; y cuando herradura.
se me aclaró la visión no quedaba nada »Protegemos el Altiverso y
de los cables salvo cabos ennegrecidos mantenemos el equilibrio. Esa es nuestra
y olor a ozono. misión: contener las mareas gemelas de
—Por mí como si te pones un reloj la magia y la ciencia y asegurar la
de sol en la cabeza —le dije, al tiempo combinación de ambas allá donde
que daba una voltereta hacia atrás para podamos.
esquivar una llamarada que surgía de la »Queridos reclutas, habéis superado
pared—. Yo solo digo que no es justo el grado uno de entrenamiento básico y
que tú saques microimágenes de los os felicito por ello. Buen trabajo.
libros de texto y te las almacenes en tu Mañana os dividiréis en equipos y
ROM, mientras nosotros tenemos que seréis destinados a misiones de
memorizarlos. entrenamiento. Será parecido a estar en
—Eso es problema tuyo, caracarne una operación de campo real, salvo
—me dijo—. Yo tengo el mejor sistema: porque, naturalmente, no correréis
silicona e ingeniería de espín molecular ningún peligro auténtico. Iréis a Tierras
en vez de proteínas, nucleótidos y amigas o neutrales y se os asignará un
conexiones nerviosas. Es el futuro, objetivo alcanzable, cuando no
chaval. directamente fácil, dentro de un tiempo
Menudo plasta. Se comporta como si estipulado. Tendréis veinticuatro horas
él lo hubiese inventado todo, en lugar de para completar la misión y regresar a la
simplemente venir de una cultura donde base.
nada más nacer te inyectan ordenadores »Cada equipo constará de cuatro
y máquinas del tamaño de una molécula reclutas y un operario más
de agua. Aunque la Tierra de J/O no es experimentado, por si algo va mal…,
un satélite de Binario —de momento—, cosa que, me apresuraré a añadir, no
está mucho más avanzada que la Tierra ocurrirá…
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Después del discurso me senté al lado habí vuelto a hablarme desde aquel dí
de Jerzy en el comedor. en el precipicio pero que tampoco me
—¿Alguna vez te entra morriña? — ignoraba activamente, y Jakon, la chica
le pregunté. lobo. Me podí haber tocado un grupo
—¿Por qué iba a entrarme? —me peor. En ese momento sonóel timbre y
preguntó desconcertado—. Si no todos salimos en estampida hacia el
estuviese aquí, tampoco estaría en mi laboratorio de práticas de taumaturgia.
casa: habría muerto. Le debo la vida a La alarma sonómedia hora antes del
InterMundo. amanecer y me despertóde un sueñ
—Es cierto —le dije, sintiendo inquietante en el que me habí mudado
cierta envidia, porque yo sí que tenía con mi familia, por alguna oníica razó,
nostalgia todo el rato, a veces hasta el al Entremedias. Paséde intentar subir
punto de tener un dolor en la barriga que las escaleras del vestíulo, que se
disparaba mis biosensores y preocupaba habín convertido en un aguafuerte de
a los médicos. Pero no pensaba Escher, a sufrir una charla de mi madre
admitirlo, de modo que cambié de tema en la que me decí que si sacaba malas
—. Ojalá nos pongan juntos mañana en notas vendrín unos demonios y me
el ejercicio de entrenamiento. comerín. Tení un aire muy picassiano,
—¿Por qué elucubrar y cogitar de con ambos ojos a un lado de la nariz,
esa manera fútil —dijo una voz suave a mientras que Jenny se habí convertido
nuestras espaldas— cuando con tan solo en una chica lobo y el renacuajo en una
desplazarse hasta el tablón informativo rana de verdad que viví en una charca.
en las profundidades del pasillo La verdad es que me alegrósalir de la
podríais poseer el pleno conocimiento cama.
de todos los hechos? —Jai inclinó la Hicimos cola para las gachas de
cabeza, sonrió y se fue. avena, salvo mis paraencarnaciones
—¿Ha dicho que ya han colgado la carníoras, que tomaron carne de uru,
lista con los equipos? —me preguntó bien cocinada o, como en el caso de
Jerzy. —Eso creo —respondí, y ambos Jakon, cruda. Despué recogimos
salimos corriendo hacia el tablón de nuestros pertrechos y nos reunimos en la
anuncios, donde se apiñaban ya el resto explanada en grupos de cinco.
de reclutas, que copiaban la información Los equipos a los que les iban dando
importante en sus cuadernos y se el visto bueno para marcharse se
gritaban cosas como «¡au! Estoy con perdín de un salto en el Entremedias.
Joliette, serámejor que lleve ajo» o Pero entonces saliócorriendo del
«Eh, Jijoo, ¡os ha tocado juntos!». despacho del Abuelo su ayudante y lo
Jerzy sacudióla cabeza y graznó llamó Su grupo estaba muy cerca del
— !Me ha tocado en el equipo del nuestro, de modo que le oídecir:
Abuelo! —e gritó — .No pueden? ¿hora? Bueno, si
Al parecer el comandante tambié se no hay má remedio… Cuando llaman
harí cargo de un grupo de cuatro los de arriba… Diles que voy
reclutas. Sentíenvidia pero a la vez un enseguida.
poco de alivio de que no me hubiese — .Puedes llevar a uno má? —e
caío a mí el Abuelo seguí dádome preguntóla ayudante a Jai.
miedo. A J/O tambié le tocócon é, así como a Nuestro superior asintió Ya tení el
J’r’ohoho. Este útimo era un sobre sellado con las ódenes para
centauro, y la semana anterior nos habí nuestra misió de entrenamiento.
amenazado con que, si volví a oí en el El Abuelo volviócon su grupo, le
comedor frases del tipo «me comerí un dio la noticia y luego fue señlando
caballo», nos harí un tatuaje de distintos puntos de la explanada.
herradura en la cara. Supuse que el Por un momento alberguéla
Abuelo habrí elegido a los alumnos esperanza de que asignaran a Jerzy a mi
má prometedores para su equipo, y la grupo, pero fue J/O quien vino hacia
verdad es que no me sorprendióque no nosotros.
me hubiese escogido; no podí culparlo. —h, equipo nuevo —os saludó ..
El operario experimentado de mi Bueno, yo estoy listo. Los que van a
equipo era Jai, una persona enigmáica morir y esas cosas…
que una vez se describióa símismo —o digas eso ni en broma —e
como «sesquipedáico». «Significa que regañ o Jai, que me dio una palmadita en
utiliza palabras de muchas síabas», el hombro: significaba que yo serí el
explicóen su momento J/O, que podí Caminante del grupo— Emprende
consultar varios diccionarios en su nuestra excursió intradimensional.
cabeza. — .Cóo? —reguntóJo.
Aparte de mí estaban Josef, má Jai sonrióy se explicó
grande que un toro, la alada Jo, que no —ue nos saques de aquí
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Respiréhondo, abríuna puerta a la instrucciones. Sacó un papel y tiró el
locura con la mente y, en fila india, sobre (al que le salieron alas y se fue
fuimos internádonos en el Entremedias, volando; es muy difícil dejar basura en
donde hací frí y sentíun ligero sabor a el Entremedias). Tras echarle un vistazo
vainilla y leñ quemada al Caminar. a la carpeta con las órdenes, nos dijo:
Capítulo 11 —Tenemos que avanzar hasta las
Había vuelto al Entremedias en varias siguientes coordenadas —anunció, y
ocasiones desde mi primera incursión pasó a leerlas—. Se trata de uno de los
aterradora; para entrenarme, pulir mi mundos neutrales de la confederación
habilidad para encontrar entradas y Lorimare. Una vez allí, recuperaremos
salidas, aprender en qué superficies no tres antorchas que han sido colocadas en
debía pisar (los grandes discos malvas un perímetro de un kilómetro cuadrado y
que surcaban el espacio a modo de medio desde nuestro punto de partida.
frisbees grandes como coches parecían Cogí la hoja y la leí. Se pueden
un transporte muy cómodo, pero en deducir ciertas cosas sobre el destino
cuanto ponías el pie encima te con solo ver las coordenadas. Si se
succionaban como voraces arenas piensa en el Arco —lo que llamamos el
movedizas) y cómo reconocer a los Altiverso— como uno de caza, más
fóvims y otros peligros. Aquel sitio grueso por el centro y más fino conforme
seguía sin gustarme, era demasiado se acerca a las puntas, aquella Tierra en
extraño e inestable. En una de las concreto se encontraba hacia la mitad de
muchas clases de supervivencia la la curva, en la parte más ancha. Los
instructora describió la navegación por mundos de los extremos eran o muy
el Entremedias como «imponer por mágicos o muy tecnológicos, mientras
intuición órdenes direccionales en un que la diferencia se hacía más difusa
hiperpliegue fractal incoado». Yo hasta llegar a solaparse cuanto más al
comenté que a mí me recordaba más a centro estuviesen. Más allá de los
intentar encontrar un camino en medio extremos, Lo Binario y Maldecimal
de una lámpara de lava gigante, a lo que gobernaban millones de Tierras donde
ella me respondió que, para el caso, era no había lugar para la ambigüedad; sin
lo mismo. embargo, a medida que se avanzaba
Pero, me creáis o no, había formas hacia el centro más se relajaban sus
de atravesarlo y salir por donde querías. cepos de hierro. Había Tierras donde
No era fácil, y menos para alguien como gobernaban en la sombra unos u otros y
yo, a quien le costaba llegar a la tienda sus cabezas visibles eran o los
de la esquina en una cuadrícula de dos illuminati o los tecnócratas. Por otra
dimensiones como era la superficie de parte, había mundos cuyas civilizaciones
mi Tierra. Aunque nadie estaba muy se basaban en la ciencia o la brujería
seguro de cuántas dimensiones pero no habían sido asimiladas por
comprendía el Entremedias, los ninguno de nuestros enemigos. Mi Tierra
cerebros más brillantes de Inter-Mundo era de esas, y un poco más avanzada en
habían determinado que existían al la curva de la ciencia que la de la
menos doce, y posiblemente otras cinco magia. El mundo al que nos dirigíamos
o seis replegadas en varios rincones y se encontraba más cerca aún del centro
recovecos subatómicos. Estaba lleno de del Arco y su balanza civilizacional se
hiperboloides, cintas de Moebius, había inclinado pronto hacia la ciencia,
botellas de Klein…, lo que daban en aunque también podría haberlo hecho
llamar formas no euclidianas. Uno tenía hacia el otro lado, hacia la magia.
la sensación de estar atrapado en las Jai me señaló una vez más y me
peores pesadillas de Einstein. ordenó:
Desplazarse por él nada tenía que ver —Por favor, escóltanos hasta
con mirar una brújula y decir «Por nuestro destino verídico, Caminante.
aquí»; no había solo cuatro direcciones, Asentí, ajusté las coordenadas en mi
ni ocho ni dieciséis. Había un número cabeza y dejé que me llevasen de un
infinito de formas de ir a un punto, y lado a otro, como una varilla de zahorí
hacía falta concentrarse, como para psíquica. Apunté hacia el nódulo de
encontrar a Wally en medio de la selva. salida que quería, a un toroide a cuadros
Es más, había que echarle imaginación. que palpitaba en el extremo de lo que
En cuanto entramos por el portal parecía un campo ondulante de barritas
(que esa vez se parecía a las puertas de tofu. Luego fuimos saltando de uno en
giratorias de unos grandes almacenes, uno desde el dodecaedro hasta un
solo que con los cristales de colores y neumatóforo que flotaba en una mansa
salpicados de gotas), nos encontramos corriente dorada. Estaba a punto de
sobre la cara de un dodecaedro gigante llevarlos de allí al toroide, cuando de
donde Jai procedió a abrir las repente algo pasó zumbando junto a mi
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cabeza y dejó tras de sí una estela intentar meter un pulpo gigante en una
multicolor. lata de sardinas, o eso esperaba…
—¡Un fóvim! —gritó Jakon—. ¡A —Bueno —concedió Jai con cierta
cubierto! reserva.
Su naturaleza hizo que ella misma Todos se apiñaron a mi alrededor, a
ignorara su propia orden, se pusiera a pesar de que ninguno tenía muchas ganas
cuatro patas y gruñera como un lobo, de estar cerca de Tono.
mientras olisqueaba de dónde provenía —¿Y ahora adónde vamos? —
el peligro. preguntó Josef.
Jo, Jai y Josef la imitaron al tiempo —Por allí. —Señalé un donut a
que J/O se agachó, levantó su brazo cuadros escoceses y a continuación Jai
láser y rastreó el lugar con su radar saltó por él con los pies por delante.
ocular intentando localizar la amenaza. Uno a uno fueron imitándolo hasta que
Se quedó desconcertado cuando me puse me quedé a solas en el Entremedias.
delante de su línea de tiro y grité: Me volví hacia Tono, que seguía
—¡Espera! ¡No dispares! ¡Es amigo flotando a mi lado, tornasolado en
mío! azules y verdes de alegría.
El resto me miró con el mismo —Lo siento, coleguilla, pero tengo
asombro. unos asuntos pendientes en el mundo
—¡Es un fóvim! —exclamó Jai, real. A lo mejor nos vemos a mi vuelta.
aunque intentando no ofuscarse ante el En realidad lo dudaba bastante: las
estado de emergencia—. Son todos probabilidades de encontrármelo de
peligrosos. nuevo en la inmensidad inescrutable e
J/O intentó rodearme para poder inubicable del Entremedias eran, como
dispararle a Tono. Me desplacé para mucho, de cero… Lo que significaba
evitarlo mientras el ser burbuja que él había tenido que buscarme y
escrutaba angustiado por encima de mi localizarme de algún modo…
hombro. La idea me conmovió en la misma
—Es el morador del Entremedias medida en que me turbó. En mis estudios
del que os hablé. El que… —Me detuve no había leído nunca nada sobre fóvims
al darme cuenta casi demasiado tarde de que buscasen a alguien, o que
que no era el momento de recordar lo desarrollasen afectos. Con todo,
que le pasó a Jay—… el que me salvó teniendo en cuenta que la suma de todo
la vida. —Terminé la frase como pude lo que se sabía sobre ellos quedaría
—. Confiad en mí, no os hará ningún holgada en el ombligo del virus de la
daño. Aunque mostraron cierta reticencia, gripe, tampoco había de qué extrañarse.
al final mis camaradas fueron saliendo Aun así le había cogido cierto
poco a poco de sus escondites. Tono cariño a la criaturita y albergué la
tuvo la prudencia de quedarse detrás de esperanza de que se quedara
mí. Le hablé con mimo, para darle un esperándonos allí.
poco de ánimo: —Adiós, Tono —me despedí antes
—Eh, Tono, ¿cómo va eso? Me de lanzarme por el donut…
alegro de verte otra vez. Ven, que te voy … y atravesar el portal que se cerró
a presentar a la peña. hasta el tamaño de una cabeza de alfiler
Ese tipo de cosas. Su tonalidad se y se desvaneció tras de mí. Pero justo
avivó pero no se apartó de mí más de antes, una diminuta pompa de jabón se
unos centímetros. Su escala cromática coló por él, se expandió rápidamente
palpitó con colores ansiosos, la mayoría hasta el tamaño de Tono y cayó hacia
en tonos morados con vetas turquesas. donde yo estaba.
—Mirad —les dije al resto—, ya Al principio no reparé en su
casi hemos llegado al portal, y Tono no presencia porque, como solía pasarme,
va a salir del Entremedias. mi barriga se había confabulado con el
Me abstuve de mencionar que Jay y resto de vísceras para amotinarse y me
yo lo habíamos visto por primera vez en llevó un minuto aplacarla. Luego mis
un mundo limítrofe, de los que tienen oídos internos negociaron un tratado de
algunas características del Entremedias independencia y por fin pude ponerme
pero que, en resumidas cuentas, era más en pie, aunque algo tambaleante, y mirar
parecido a la realidad normal. Esperaba a mi alrededor.
que Tono no pudiese abandonar por Me fijé en las caras de mis
completo el Entremedias. Al fin y al compañeros un instante antes de ver a
cabo era un fóvim, una forma de vida Tono. —Dijiste que no saldría del
multidimensional, circunstancia esa que Entremedias —me reprochó Jo.
debía impedirle comprimirse Me encogí de hombros mientras
cómodamente en las cuatro dimensiones Tono se parapetaba tras ellos, en lo que
de los planos terrestres. Sería como estaba convirtiéndose en su posición
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típica. —¿Qué queréis que os diga? No sé Mientras descendíamos, Jai sacó un
cómo quitármelo de encima. Si alguien dispositivo del tamaño y la forma de un
tiene alguna sugerencia, soy todo oídos. dedal y se lo puso en la palma de la
Como nadie dijo nada, Jay decidió mano. Al cabo de unos instantes empezó
que era mejor concentrarse en la misión a flotar en el aire, con un pequeño LED
y ponerse a buscar la primera antorcha. que parpadeó varias veces y señaló
Me dispuse a advertir a Tono de que se hacia el frente.
portase bien pero las palabras no me —Ubicador activado —anunció—.
salieron de la garganta cuando divisé lo El objeto de adquisición reside en la
que tenía a mi alrededor. antepenúltima planta de este inmueble.
Era una visión impresionante: —¿Te costaría mucho recortar un
estábamos en un tejado sobre un paisaje poco el número de sílabas cada vez que
urbano que no podía parecerse más a la quieras decirnos algo? —le pidió Jo,
portada de un viejo cómic de cienciaficción. que no podía evitar mover las alas de la
Torres esbeltas y elegantes irritación.
como mezquitas se levantaban con una —Eso —terció J/O—. Tengo el
majestuosidad que recordaba mucho a último chip del Merriam-Webster con
Manhattan y se conectaban por medio de veinte teras de diccionarios, tesauros,
toboganes y tubos de papel cebolla. glosarios y qué sé yo, compatible con
Coches voladores —biplazas sesenta planos de realidad, y aun así
deslumbrantes en forma de lágrima— algunas frases tuyas siguen dándome
despegaban de aeródromos y surcaban error.
el aire libre. Jai sonrió alegremente y repuso:
Sin embargo ninguno quiso quedarse —¿De qué sirve el vocabulario si no
mucho tiempo admirando las vistas se usa?
porque, aunque aquel mundo no parecía En ese momento la puerta se abrió y
especialmente peligroso, tampoco lo uno por uno fuimos entrando a un
parece una serpiente coral, con sus laboratorio tan reluciente, pulcro y
hermosos colores esmaltados, y acaba equipado que el doctor Frankenstein se
mordiendo. A casi un metro teníamos habría echado a llorar de la envidia. Al
una especie de templete redondeado, igual que el resto de la ciudad, aquel
fabricado en un metal reluciente y sitio parecía haberse construido hacia
rematado con veletas art déco. En un 1950 para luego saltarse unas cuantas
letrero ponía «hueco del ascensor» (por décadas y aterrizar a finales del siglo
suerte en aquella tierra utilizaban una XXI. Un sinfín de luces lo iluminaba
forma idiomática legible). La puerta todo desde el alto techo y arrojaba un
corredera estaba cerrada y no parecía resplandor demasiado deslumbrante. En
haber rastro alguno de un mecanismo de una pared se sucedía una hilera de
apertura. puestos con ordenadores y enormes
—Dejadme a mí —intervino J/O, rollos de cinta magnética. Había
que acto seguido apuntó con su brazo asimismo condensadores, terminales de
láser a la intersección entre la puerta y electrodos que de vez en cuando crujían
el templete—. Mirad cómo reviento esta por la energía, unidades refrigerantes
belleza. muy voluminosas y otros aparatos que
—¿Eres irremediablemente no supe reconocer.
antisocial? —le reprendió Jai—. Somos Por extraño que parezca, a pesar de
forasteros en esta localidad. La toda aquella maquinaria activa, no había
destrucción gratuita de propiedades nadie. Jakon nos lo hizo ver pero Jai se
particulares se consideraría vandalismo encogió de hombros y dijo:
injustificado. —Tanto mejor para nosotros. —
A continuación nuestro superior Luego fue repasando el cuarto con el
cerró los ojos y tocó la puerta, que se dedo hasta que la luz del dedal se
abrió al instante. No había ascensor estrechó en una línea recta—. Ahí arriba
alguno, solo unos peldaños metálicos —nos señaló.
por los que empezamos a descender, «Ahí arriba» era en lo alto de varias
planta tras planta, con los refunfuños de estanterías de unos seis metros, a dos
fondo de J/O, contrariado porque no le tercios de la altura de la sala
habían dejado usar su brazo láser. Tono aproximadamente.
nos siguió levitando sobre nuestras —Yo la cojo —se ofreció Jo, que
cabezas. En una ocasión en que se sin más se adelantó, extendió las alas
acercó demasiado a Jakon, el gruñido (cuidando de no rozarse con la corriente
lobuno de esta le hizo retroceder seis chirriante de un generador de Van de
metros hacia arriba por el hueco. Me Graaff) y se elevó.
pregunté cómo algo tan indefenso Al verla alzarse con una gracia
lograba sobrevivir en el Entremedias. increíble en aquellas plumas blancas de
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metro y medio, pensé que la Tierra de la soluciones químicas en retortas y tubos
que provenía debía de ser lo más de ensayo se transformó en un armario
parecido al Cielo de todo el Altiverso. de roble con cazuelas de barro y
Jo se detuvo, se quedó suspendida ampollas llenas de polvos, sales y
en el aire y rebuscó tras varios objetos. elixires varios. Por su parte, una cámara
Tono parecía fascinado por la habilidad de contención de radiación y material
de la chica para volar, pero acompañó tóxico se transmutó en un círculo de
su curiosidad de cautela y se limitó a ladrillos dorados plantados en el suelo y
mantenerse apartado y observar. La grabados con símbolos cabalísticos de
chica alada sacó un pequeño trasto que protección. La ola, que era ya más bien
parecía parpadear, aunque tampoco lo una burbuja expansiva, con nosotros en
veía bien porque los flashes parecían el medio, aceleró conforme fue
casi ultravioletas, en un extremo de la creciendo y en cuestión de segundos el
luz visible. Resultaba en cierto modo laboratorio futurista pasó a ser el
desazonador, y no pude evitar apartar la sanctasanctórum de un hechicero.
vista y mirar más allá de la consola de Y la cosa no se quedó ahí. Al mirar
control y del monitor para atisbar por por la ventana vi cómo la ola se
una ventana. expandía en todas direcciones por la
Había algo que me tenía intranquilo ciudad, como la explosión radiactiva de
aunque no lograba saber qué… una bomba nuclear. Los rascacielos
Como el laboratorio estaba a solo modernistas y sus agujas se retorcieron,
tres plantas del tejado, divisaba casi se ondearon y se convirtieron en torres
toda la ciudad por la ventana. Oí el góticas de mortero. Los toboganes y los
aleteo de Jo al aterrizar detrás de mí y tubos aéreos se esfumaron, mientras que
aquella vaga sensación de desazón que los coches voladores se
tenía en el fondo de la cabeza empezó a metamorfosearon en seres alados
tomar fuerza cuando mi compañera le emparentados con el dragón que
tendió la antorcha a Jai. llevaban pasajeros humanos en su lomo.
—Una menos, solo faltan dos —dijo En cuestión de un minuto o menos la
Jakon, o más bien, medio dijo, medio resplandeciente ciudad de cienciaficción
gruñó. se transmutó en un pueblecito
—La prueba debe de tener algo más medieval, con su castillo en el centro y
de miga —rumió Josef, que parecía nosotros en su torre más alta. Hasta la
decepcionado. ventana por la que estaba mirando era
Y yo quise decirle «Y la tiene, ahora un orificio con barrotes cruzados
seguro que la tiene… No bajéis la en lugar de cristales. Todo había
guardia», pero no sabía bien por qué. Y cambiado.
justo entonces, al ver descender en «No —pensé entonces—, cambiado
picado uno de aquellos pequeños no». No se podía cambiar lo que
artefactos voladores, lo supe. siempre había sido, y aquel había sido
Pero era demasiado tarde. siempre un mundo regido por la magia,
Me giré en redondo y acerté a decir: no por la ciencia. Mi subconsciente se
—¡Nos han tendido una trampa! — había dado cuenta cuando Jo había
Pero hasta ahí llegué, porque entonces volado para coger la antorcha; sus alas
todo… eran demasiado pequeñas para soportar
… cambió. su peso en términos de elevación y
Fue como ver una onda que presión aérea. El pueblo de Jo había
empezaba en la antorcha de la mano de evolucionado en un mundo en que la
Jo, una ola que se extendió en todas magia flotaba por doquier, y ella solo
direcciones y lo bañó todo a su paso, podía volar cuando ese poder
incluidos nosotros. No sentí nada más transmundano estaba presente.
que un frío pasajero y cierta Como allí.
desorientación, y tampoco pareció —¡Volvamos al tejado! —grité y, al
afectar a ninguno de mis compañeros. volverme hacia el hueco del ascensor,
Aunque sí al resto de cosas. Aquella me encontré en su lugar con una escalera
onda que no paraba de crecer se de caracol llena de guardias con lanzas,
convirtió en una marea transparente que espadas y ballestas apuntadas contra
pasó por encima de los aparatos y la nosotros.
parafernalia científica y lo transformó Me llamé idiota con todos los
todo a su paso. La claridad despiadada sinónimos que se me ocurrieron. ¡Con
dejó paso a la luz amarilla y razón no se veía a nadie salvo a los que
parpadeante de unas velas. Un monitor volaban a lo lejos en los coches! ¡Y con
de vigilancia de largo alcance se rizó y razón toda la ciudad estaba tan
se convirtió en una bola de cristal, reluciente! Habían echado un glamour
mientras que un estante de sustancias y por todo el tinglado exclusivamente para
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nosotros: un hechizo de visión para y, al poco, lentamente, a temblar. La
hipnotizarnos la vista y el cerebro y que energía que estaba empleando para
viésemos una fachada falsa. Al coger la mantener el escudo estaba pasándole
primera antorcha —un talismán factura.
encubierto, seguramente— habíamos Luego sonó un «¡pop!» y el escudo
activado la disolución del hechizo y se desvaneció en una llamarada carmesí
habíamos avisado a Maldecimal de que y Jai se desmoronó en el suelo.
habíamos caído en sus redes. Oí un gruñido y me volví para ver
¡Con razón todo había sido tan fácil! cómo Josef había cogido a Jakon, la
Tono planeó ansioso por encima de chica lobo, y la había lanzado escalera
nuestras cabezas cuando los guardias arriba como si fuese una bola de bolos.
armados se hicieron a un lado para dejar Se parecía a un juego que habíamos
paso a dos personas a las que tenía la jugado en la base central, solo que ahora
esperanza de no volver a ver en mi vida: era real. Tumbó a una docena de
Scarabus, el increíble Hombre Viñeta, y arqueros con sus volteretas gimnásticas
Neville, aquella versión a tamaño y se apresuró a volver dispuesta a
natural, andante y parlante de la maqueta derribar también a Neville; sin embargo,
del cuerpo humano que me habían al impactar contra la carne gelatinosa, se
regalado unas Navidades. Cuando quedó petrificada, como si le hubiese
bajaron por las escaleras cada uno se picado una medusa. Neville la cogió
apostó a un lado de la entrada, como como si fuese un juguete, la sacudió con
esperando a alguien; no me costó mucho fuerza y la dejó caer. Nuestra amiga no
adivinar quién sería. volvió a moverse.
Se oyó un frufrú de sedas y una Josef gruñó y embistió al hombre de
figura encapuchada se materializó desde gelatina en lo que pareció la carga de un
la oscuridad de la escalera de la torre. tanque, pero nuestro enemigo apenas se
Avanzó bajo la luz fluctuante de los inmutó. Probó entonces a hundir con
candelabros, se retiró la capucha de la fuerza el puño en el barrigón del otro,
cara y nos repasó con la mirada hasta que simplemente se distendió a cámara
detenerse en mí y sonreír. lenta sin mayor repercusión.
—Vaya, volvemos a vernos las El hombre medusa se carcajeó con
caras, Joey Harker —me dijo lady una risa embarrada y burbujeante.
Índigo—. Qué sorpresa más agradable. —¡Han mandado a niños a luchar
¡Y qué detalle, esta vez te has traído a contra nosotros!
unos amiguitos! Al cabo extendió las manos y su
Capítulo 12 carne gelatinosa se disparó y cubrió la
—¡Poneos detrás de mí! —gritó Jai cara de Josef. Vi a mi amigo debatirse
demostrando una vez más que era capaz por respirar, con los ojos hinchados,
de decir lo más apropiado en el pero al poco también él se derrumbó.
momento justo. Jo se impulsó hacia arriba y voló
Suspendido como estaba a unos hasta las vigas del techo, donde se
quince centímetros del suelo, en ese resguardó de las flechas en una esquina.
instante alzó ambas manos y una especie Lady Índigo chasqueó los dedos y
de enorme paraguas translúcido tomó Scarabus se arrodilló a sus pies. La
forma ante él. Según me contó una vez el bruja le tocó entonces con un dedo un
propio Jai, sus habilidades dibujo que le subía por la columna, el
psicoquinéticas no dependían ni de la tatuaje de un dragón.
magia ni de la ciencia, aunque eran más Y al cabo Scarabus desapareció y en
fuertes en los mundos mágicos; de su lugar surgió un dragón enorme y
hecho, las había calificado de siseante con el lote completo: alas, patas
«espirituales». En fin… Yo me terminadas en garras y cuerpo de pitón.
conformaba con que mantuviesen a raya Aleteó y voló en espiral hacia las vigas,
a lady Índigo. a una velocidad vertiginosa y Jo,
Una lluvia de flechas de ballesta se aterrada, tuvo que retroceder contra la
abalanzó contra el escudo paraguas, se pared.
ralentizó en el aire y cayó al suelo Casi con pereza, el animal se
desprovista de toda fuerza. enroscó en ella, la estampó contra la
Lady Índigo hizo una floritura con la pared y regresó al suelo con el cuerpo
mano y de su palma surgió una llama inconsciente de la chica. Una vez
bermellón, que se llevó a los labios, aovillado en tierra firme, se sacudió y
sopló e hizo que el fuego saliera volvió a ser Scarabus. Jo estaba tirada
disparado contra nuestro escudo. Al en el suelo a su lado.
chocar explotó en una especie de llama Todo se quedó en silencio.
carmesí almibarada. Jai parecía estar Quise hacer algo, pero ¿qué? Yo no
apretando los dientes y empezó a sudar poseía ningún poder o habilidad
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especial como los demás, ni tan siquiera más ideal. Tenía la esperanza de cazar a
llevaba armas. Ninguno tenía, salvo J/O, algún Caminante de calidad en nuestra
que las llevaba de serie. A fin de pequeña batida pero tú eres más de lo
cuentas, supuestamente estábamos en una que podía esperar. Te necesitan en
misión de entrenamiento. Maldecimal, y cuanto antes. Nos
—Qué monos tus amigos —me dijo estamos preparando para una buena, y
lady Índigo—. Y además son todos contigo… contigo podremos propulsar
Caminantes. Ninguno tan poderoso o una flota entera de barcos de guerra.
dotado como tú, pero, una vez hervidos Dentro de una hora parte una goleta
y embotellados, seguro que tiran de un correo y tú irás de pasajero. Aunque
barco o dos. ¿No os parece? antes tendremos que paralizarte.
Aunque contarlo lleva un tiempo, ¿Scarabus?
todo había sucedido en unos segundos y El hombre tatuado asintió y dijo:
ya solo quedábamos J/O y yo. Puede que —Está todo dispuesto, milady.
hubiese tenido mis roces con el mocoso —Estupendo. —Y nada más decirlo
—aunque supongo que yo también lo era me echó una especie de hechizo.
un poco a su edad—, pero en ese Supongo que debió de ser de
momento solo nos teníamos el uno al parálisis pero no lo sé a ciencia cierta,
otro…, y a Tono, que se había hecho un porque, antes de que me alcanzase, Tono
ovillo del tamaño de un bolo y había se interpuso y lo interceptó. Al impactar
adoptado un matiz gris traslúcido contra él, el hechizo disparó centellas
aterrador. doradas y se evaporó en la nada.
—No, no me lo parece —respondió Tono se puso del mismo color que
J/O a la pregunta de lady Índigo, y acto las toallas esponjosas del cuarto de
seguido la apuntó con su brazo láser, en baño de lady Índigo, y me pregunté si
cuya punta apareció un leve resplandor sería algún tipo de broma fóvim.
rubí pero poco más. Decidí que no era A ella, sin embargo, no pareció
el momento de hacer notar que en gran hacerle mucha gracia. Miró a sus
medida la tecnología no funciona en los esbirros y les preguntó:
mundos con sólidos pilares mágicos. —¿Qué clase de cosa es esta?
J/O dijo una palabra que debió de ¿Neville?
sacar de alguno de sus diccionarios —Nunca había visto nada parecido
mentales, porque desde luego a mí no —admitió el hombre gelatina, que a
me la había oído. continuación lanzó un gran vaso canopo
Y luego lady Índigo dijo otra que verde a Tono.
tampoco se encuentra en ningún Al tocar la burbuja, el proyectil
diccionario, al tiempo que movía titubeó por un instante y se quedó
mínimamente una mano, lo justo para congelado en el tiempo y en el espacio
que J/O se quedase muy quieto y para al cabo desvanecerse por
esbozase una expresión bobalicona. completo. La piel traslúcida de Tono
—Llevadlos a las mazmorras —les cambió de verde a dorada y luego a rosa
ordenó a sus soldados—. Que los metan hasta volverse completamente blanca.
a cada uno en una celda distinta y los Tono se quedó allí cabeceando en el
encadenen. —Se acercó a J/O y espacio por unos instantes, como
prosiguió—: Acompaña a estos hombres mirando a la gente de la estancia y
tan agradables hasta la celda que te han pensando qué hacer a continuación.
preparado y ayúdalos a encadenarte. Y entonces cayó en picado sobre mí.
Cuando te hayas acomodado iré a Por un momento rocé su superficie,
visitarte. fría y escurridiza, aunque
J/O la miró como un spaniel miraría sorprendentemente nada desagradable…
a un dios. Me asqueé al pensar que yo y entonces el mundo explotó.
debía de haber tenido esa misma cara Vi un montón de cosas a la vez,
cuando Jay me rescató del barco pirata. como superpuestas: vi a lady Índigo y el
Pero ¿sabéis lo que más me asqueó? sótano, el mundo con el glamour
Os lo diré: que me dejaran para el científico, a mis compañeros caídos…
último porque no les preocupaba lo más Pero lo veía desde todos los ángulos,
mínimo. Los demás suponían un desde arriba y desde abajo, por ambos
problema que resolver, una molestia que lados y hasta por dentro. Y era como si
atajar: yo era una minucia insignificante. pudiese verlos también a través del
—¿Y yo qué? —le pregunté. tiempo, con todas las encrucijadas que
—Ah, sí, nuestro pequeño Joey los habían llevado a estar allí en aquel
Harker. —Vino hacia mí y se plantó momento.
demasiado cerca, tanto que pude Y desde ahí me deslicé a otro mundo
percibir su perfume, una mezcla de rosas que derrochaba sentido: centrado,
y putrefacción—. Qué sincronización cuerdo y completamente lógico. Y supe,
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en cierto grado, que estábamos en el y le conté lo sucedido. Palideció y se
Entremedias, solo que visto a través de apresuró a hablar con alguien por el
los ojos de una forma de vida walkie-talkie.
multidimensional, tal y como Tono lo A continuación me llevó a una
veía. Nuestras mentes se tocaban, y habitación que estaba detrás de los
empezaba a atisbar lo que era Tono en almacenes y que era lo más parecido
realidad… que había en Ciudad Base a la celda de
… cuando… una cárcel. Sacó un artefacto bastante
Me caí en lo que se considera el similar a la típica pistola de mi Tierra y
suelo en el Entremedias y, en ese caso me ordenó que me sentara en una silla
concreto, sobre una fina capa de polvo de plástico que constituía el único
de cobre que parecía mantenerse unida mueble de toda la habitación, mientras
por la tensión de la superficie. Un tropel ella fue a apostarse junto a la puerta sin
de minúsculas espirales incongruentes dejar de apuntarme con el arma.
se desencadenó desde los cielos. —Como intentes Caminar te vuelo
Aquel lugar no tenía ya ningún los sesos —me dijo en un tono que no
sentido y eso me aliviaba dejaba lugar a la contestación.
profundamente. Tono flotaba a mi lado, Lo peor de todo, sin embargo, era
pendiente de mí; o puede que fuese un que en algún lugar de la infinitud de
Tono del tamaño del estado de Vermont mundos posibles, en una mazmorra de
y estuviese a miles de kilómetros de mí, piedra al otro lado del foso de un
resplandeciendo en una tonalidad azul castillo, los miembros de mi equipo
reconfortante. Moldeó un pseudópodo, estaban encadenados, heridos y
lo extendió lentamente en un abanico de abandonados a su suerte.
formas dactilares, lo desplazó en una Capítulo 13
media luna de arrepentimiento y después Cuando vinieron a hacerme preguntas,
volvió a guardarlo en la burbuja que las respondí lo mejor que supe. Aunque
tenía por cuerpo. se parecía un poco a informar sobre una
—Gracias por sacarme de allí pero misión, se trataba sin duda de un
he de volver a por ellos. Son mi equipo. interrogatorio.
Si una pompa de colores sin rasgos Se presentaron tres individuos, dos
puede encogerse de hombros, eso fue lo hombres y una mujer; todos eran yo pero
que hizo Tono. en mayores.
Me concentré entonces en las Y no pararon de preguntarme lo
coordenadas del portal del mundo… mismo una y otra vez: «¿Adónde los
… pero no ocurrió nada. Era como llevaste?», «¿Cómo escapaste tú?». Y
si ya no existiera y las coordenadas cientos de veces: «¿Dónde están?».
hubiesen perdido todo sentido. Yo se lo conté todo: que pensaba que
Me concentré aún más sin resultado había llevado a mi equipo al lugar
alguno. correcto; que Tono, el pequeño fóvim,
—¿Dónde estamos, Tono? ¿Qué ha me sacó de allí; que intenté volver para
pasado allí? —El fóvim parecía haber salvarlos pero no pude regresar.
perdido interés en mí. Dio varias —Sabes que ya hemos enviado allí
vueltas, con una difusa música de un equipo de rescate y nos han
carillones, y de repente desapareció—. informado de que se trata de un mundo
¡Tono, Tono! —grité, pero de nada tecnológico normal y corriente, como
sirvió: el fóvim se había ido. tantos otros cientos de miles. Nos han
Intenté una última vez llegar al contado que tu equipo nunca ha estado
mundo donde habían capturado a mi allí y que a ti nunca te han visto.
equipo pero de nuevo sin resultado —A lo mejor no fuimos allí, yo solo
alguno. sé que parecía el sitio del que nos
Con el corazón apesadumbrado, habían dado las coordenadas. Que
pensé entonces: semejaba un mundo tecnológico pero de
{IW}:=Ω/∞ repente… cambió. Y nos atraparon. Pero
y regresé a la base en busca de yo no lo hice aposta, ¡lo juro!, ¡yo no
refuerzos para intentar liberar a los hice nada!
miembros de mi equipo de las garras de Me interrogaron durante horas y, al
lady Índigo. irse, cerraron la puerta con llave tras de
Al llegar, la base estaba abarrotada de sí.
los equipos que regresaban triunfales y No lograba entender qué sentido
con sus antorchas de sus viajes tenía echar la llave: al fin y al cabo,
rutinarios. Vi pasar a J’r’ohoho, el podía buenamente Caminar, pues en los
centauro, con un chico sobre su lomo planetas de InterMundo hay portales
que podía haber sido yo. potenciales por todas partes. Tal vez
Corrí hasta la primera oficial que vi fuese una cuestión simbólica. En
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cualquier caso, yo no quería ir a ninguna dicho que me iban a quitar los ojos, no
parte. habría sido peor.
Abrieron la puerta a la mañana siguiente —Eso me temo. No queremos que te
y me sacaron de mi celda. Al salir, la luz hagan daño, y, si vuelves a Caminar,
que atravesaba la cúpula me cegó. Y me serás como una antorcha. Podrías
condujeron al despacho del Abuelo, llevarlos de nuevo hasta tu Tierra…, o
donde solo había estado en una ocasión. incluso traerlos aquí a InterMundo.
El escritorio ocupaba gran parte de la »De modo que te enviaremos a tu
estancia y estaba cubierto de montañas casa sin molestarnos siquiera en ajustar
de papeles y carpetas. No vi ningún el desfase temporal. Será mejor para
ordenador ni bola de cristal, aunque eso ti…, solo te habrás perdido un tiempo.
no significaba que no estuviesen allí. Intenté esgrimir algo en mi defensa
Pese a aparentar unos cincuenta pero lo único que se me ocurría era:
años, el Abuelo es mucho mayor, incluso «Pero si yo los llevé a las coordenadas
en tiempo lineal. Se nota que ha vivido que me dieron, de verdad. Y no escapé y
lo suyo y que, a pesar de la los dejé allí». Sin embargo ya lo había
reconstrucción celular, está bastante dicho el día anterior a demasiada gente,
estropeado. El ojo izquierdo es una demasiadas veces.
tecnoarquitectura, con luces verdes, En lugar de eso pregunté:
violetas y azules que parpadean en su —¿Cuándo van a borrarme la
interior. Hay leyendas de todo tipo sobre memoria?
lo que puede hacer: que si disparar Me miró con unos ojos llenos de
rayos láser y hechizos de compasión y me respondió:
transfiguración, que si leerte el —Ya lo hemos hecho.
pensamiento, que si ver a través de las Miré entonces desconcertado al
paredes… ¡escoged vuestra favorita! extraño de ojos desparejados que tenía
Quizá lo haga todo… o nada de eso. Lo ante mí.
único que sé es que, cuando te mira, —¿Quién…? —empecé a decir,
quieres confesar todo lo que has hecho creo.—
mal en tu vida e inventar otras cuantas Lo siento —me dijo.
cosas más, por si acaso. Y entonces todo se fundió en negro.
—Hola, Joey —me saludó el —La amnesia es un fenómeno
Abuelo. curioso —comentó mi médico de
—No lo hice aposta; yo no quería cabecera, el doctor Witherspoon, el
perderlos, señor; de verdad. E intenté mismo que había traído al mundo al
regresar. renacuajo, había tratado a Jenny del
—Eso espero, que no lo hicieses sarampión y me había dado puntos en la
adrede —dijo en voz baja. Se detuvo pierna el año anterior cuando fui tan
entonces antes de añadir—: Verás… estúpido de tirarme por las cataratas del
aquí había gente que, tras la muerte de río Grand en un barril—. En tu caso has
Jay, tenía sus dudas sobre que recibieses perdido treinta y seis horas. Si es que no
instrucción como Caminante. Les dije te lo estás inventando todo…
que eras joven, impetuoso y sin —No me he inventado nada —le
experiencia, pero que tenías potencial dije. —Te creo. Como ya te he contado,
para llegar a ser uno de los mejores. Y toda la ciudad se volvió loca
que, en cierto modo, tal y como el buscándote. No creo que Dimas
propio Jay quiso, de ese modo te conserve esta vez su puesto después de
convertirías en su sustituto. Uno por uno. semejante tontería. Anda que mandar a
»Pero ahora estamos ante un uno por unos niños a la ciudad y decirles que
seis… y, bueno, el coste es demasiado busquen el camino de vuelta… en fin. —
elevado. Los llevaste al lugar Me examinó los ojos con una linternita
equivocado, los perdiste, y da la —. No veo síntomas de conmoción
impresión de que saliste corriendo para alguna. ¿No te acuerdas de nada de antes
salvar el cuello. de ir a la comisaría?
—Sé lo que parece pero no fue eso —Lo último que recuerdo es
lo que sucedió. Mire, puedo perderme con Rowena. Y después de
encontrarlos…, déjeme que lo intente. eso todo se vuelve borroso, como
—No. —Sacudió la cabeza—. Lo cuando intentas acordarte de un sueño.
siento pero no puedo. Hasta aquí hemos Consultó sus papeles y frunció los
llegado. No te licenciarás y, en lugar de labios. En ese momento sonó el teléfono
eso, te borraremos los recuerdos de este de al lado de la cama y lo cogió.
lugar y de todo lo que te ha sucedido —Sí. Parece que está bien… Vamos,
desde que dejaste tu Tierra. Además te querida, es un adolescente; son
quitaremos la capacidad de Caminar. prácticamente indestructibles. No te
—¿Para siempre? —Si me hubiese preocupes. Claro, mujer, puedes venir a
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recogerlo dentro de una hora o así. — Se le iluminaron los ojos de la rabia.
Colgó el aparato y me dijo—: Era tu —Vale, si eso es lo que quieres…
madre. —Apuntó algo en mi gráfica y Yo creía que éramos amigos, pero no
luego añadió—: Bueno, pues quizá tienes que fiarte de mí si no te apetece.
recuperes la memoria, o tal vez hayas Haz lo que quieras. —Y se fue muy
perdido para siempre treinta y seis horas enfadada mientras yo no podía quitarme
de tu vida. Ahora mismo no puede de la cabeza la frase «Sé cómo te
saberse. quedaría el pelo muy, muy corto». Y
»Estás más delgado de lo que te luego me preguntépor quése me habrí
recordaba. ¿Te preocupa algo? ¿Quieres ocurrido algo así
contarme alguna cosa? Una mañna —omo a los dos dís
—No dejo de pensar que he perdido de que emitieran aquel telediario local
algo —le confesé—. Pero no sé qué es. —Ted Russell se pasóde la raya. Creo
Hubo gente que pensó que mentía. En el que me odiaba por acaparar tanta
instituto contaban que había hecho atenció; o a lo mejor tení acumulada
autoestop hasta Chicago, y lo cierto es má mala leche que una mofeta con
que me quedé un tanto intranquilo, pues, dolor de muelas y hací mucho tiempo
al fin y al cabo, hasta donde yo sabía que no la soltaba.
bien podía ser verdad; o podría haber Sea como fuere, entre clases se me
ido incluso más lejos aún. acercópor detrá y me pegóun puñtazo
En el telediario local de las once me en un riñ on.
dedicaron un especial, con entrevistas al Y luego lo cierto es que todo ocurrió muy ráido.
alcalde Haenkle, al jefe de la policía y a Bajémi centro de gravedad
un abuelo que explicó con una maqueta doblando ligeramente las piernas, di un
cómo me había abducido un platillo paso atrá y deslicémi otro pie hasta
volante. una postura de gato modificada (no me
A Dimas no lo echaron porque preguntés cóo conocí aquel
resultó que había puesto un chip de nombrecito). Lo cogíde la muñca, se la
rastreo en las tarjetas que nos había retorcíhacia un lado para el que no
repartido y supo en todo momento dónde está acostumbradas a doblarse, lo
estaba cada uno. mandéal suelo y le puse el borde de la
Menos yo, por supuesto. Mi puntito otra mano en la nuca. En cuestió de
rojo había desaparecido de la pantalla segundos Ted habí pasado de hacerme
de su portátil (estaba dando vueltas en dañ a estar retorciédose en el suelo a
su jeep para asegurarse de que ninguno mis pies. Pulséel piloto automáico que
subíamos a un autobús o llamábamos a se habí apoderado de míjusto a tiempo
nuestra casa para que nos recogiesen). Y para evitarme hacer el útimo
no volvió a aparecer. Fue uno de los movimiento de la secuencia, que supe (y
argumentos que el viejo del platillo de nuevo, no me preguntés cóo) que
volante esgrimió como prueba de que habrí resultado en un Ted muerto y
me habían llevado al espacio. rematado.
A Ted Russell le pareció de lo más Se levantó me mirócomo si me
hilarante. Empezó a llamarme «niño hubiesen salido tentáulos verdes y sin
platillo», «capitán espacial», «Obi Wan- má saliócorriendo de la sala mientras
Harker» y cosas por el estilo cada vez yo me quedaba allípetrificado. No tení
que me veía. Me esforcé por ignorarlo. ni idea de quéhabí hecho ni cóo. Se
Me hice bastante popular, pero igual dirí que mis múculos sabín lo que
que podía haberlo sido un oso en una tenín que hacer y yo no les hací ni la
jaula. Hubo chicos que de repente menor falta.
querían ser mis mejores amigos y otros Me sentíaliviado de que no lo
que se quedaban mirándome y hubiera visto nadie má.
señalándome en medio del comedor. Las cosas siguieron asíotras dos
Rowena Danvers se me acercó un semanas.
día después de clase de matemáticas, al —endrín que secuestrarte má a
final de esa primera semana, y me menudo los extraterrestres —e dijo mi
preguntó: padre una noche mientras cenáamos.
—Entonces, ¿qué?, ¿adónde fuiste? — .Por qué
¿Fue lo del platillo volante o lo de —obresalientes por primera vez
Chicago? ¿U otra cosa? desde que el mundo es mundo. Si no lo
—No lo sé —le confesé. veo no lo creo.
—A mí me lo puedes contar. Fui yo —h. —n cierto modo a míno me
la que te estuve esperando como una parecí tan estupendo. Ahora las tareas
idiota media hora en una esquina. No se del instituto me resultaban muy fáiles:
lo contaré a nadie. era como si supiese lo difíiles que
—Es que no lo sé. Ojalá lo supiera. podín ser y de quéera capaz yo. Me
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sentí como un Porsche que se habí mudado sin ti. Seguro que a vosotros
enterado de que no era una bicicleta también os pasa, no puedo ser yo el
pero seguí participando en carreras de único…
bicis. — .Quéclase de respuesta es «ah»? —Eh, renacuajo. Voy a cuidarte un
— mamáno se le pasaba ni una. par de horitas. ¿Quieres hacer algo en
—o sé —emovíun ramillete de especial?
bróoli; a veces, si le das muchas —Burbujas —dijo, aunque sonó más
vueltas, no se dan cuenta de que no te lo a «brujas».
está comiendo— Son solo —Renacuajo, estamos en diciembre.
matemáicas, lengua, españl y esas No es el tiempo ideal para salir a hacer
cosas. No es geometrí pompas.
hiperdimensional ni nada de eso. —Brujas —repitió con cara de pena.
— .Que no es qué En realidad se llama Kevin. Parecía
Penséen lo que acababa de decir y decepcionado.
solo pude esgrimir un: —Solo si te pones el abrigo y los
—i idea. Lo siento. mitones, ¿vale?
La mayor parte del tiempo me —Vale.
olvidaba de mis 36 horas perdidas, De modo que bajé a la cocina y
menos cuando me acostaba por las preparé un cubo con mezcla de pompas:
noches y, a veces, al despertarme por la jabón líquido de lavar los platos, un
mañna: las sentí en la nuca, y me chorrito de glicerina y una cucharada de
picaban, me hacín cosquillas. Me daba aceite de cocinar. Luego nos pusimos los
la sensació de haber perdido un abrigos y salimos al patio.
miembro de mi cabeza; como un ojo que El renacuajo tenía un par de varitas
se hubiese abierto solo para cerrarse de plástico para hacer burbujas que
para siempre. llevaba sin utilizar desde septiembre,
Estaba bien salvo cuando me tendí así que tuve que buscarlas y lavarlas
en la cama en la oscuridad. Pero luego porque estaban llenas de barro. Para
empezóa dolerme de verdad: habí cuando lo tuvimos todo para hacer las
perdido algo grande e importante. El pompas, se había puesto a nevar
problema era que no sabí quépodí ligeramente, grandes copos que caían en
ser. espiral desde el cielo gris.
— .Joey? —e llamómamá .. Te está —Tutu —balbuceó el renacuajo—.
haciendo demasiado mayor para Joey, Bru-jas. Tú.
pronto habráque llamarte Joe. Introduje entonces la varita en el
Se me erizóla piel de los brazos. cubo y la agité en el aire hasta que del
Aquello habí vuelto, fuera lo que fuese. aro de plástico empezaron a salir
— .Sí mamá enormes burbujas de muchos colores
— .Puedes cuidar de tu hermano un que se iban flotando en el aire. El
par de horas? Voy a salir con tu padre a renacuajo hacía ruidillos de felicidad
ver al proveedor de gemas. Por lo visto que eran medio palabras, medio
hay una piedra semipreciosa de cualquier otra cosa. Los copos de nieve
Finlandia que yo no conocí y que dice caían sobre las pompas y a veces hacían
que me vendrí muy bien. explotar las más pequeñas mientras que
¿e mencionado ya que mi madre otros aterrizaban en las grandes y se
diseñ y hace joyas? Es un hobby que ha deslizaban por los lados; y cada burbuja
ido a más con el tiempo y ha acabado de jabón que se iba flotando en el aire
pagando la ampliación de la casa. me hacía pensar en…
—Claro. … algo…
El renacuajo es un niño que mola, y Me iba a volver loco si seguía sin
de hecho es bastante divertido para tener saber qué era.
solo un año y seis meses. No gimotea Y entonces el renacuajo rio, señaló
(mucho) y no llora a no ser que esté una burbuja y dijo:
cansado, y tampoco va siguiéndome por —¡Tunu!
ahí todo el rato. Además, siempre —Es verdad, se parece a Tono. —Y
parece encantado cuando juego con él. era cierto. Me lo habían quitado todo de
Subí a su cuarto, en la ampliación. la cabeza pero no habían podido con
Por alguna extraña razón cada vez que Tono. Aquel globo de aire era idéntico
iba por esas escaleras me preguntaba si a…
seguiría allí su habitación. … idéntico al fóvim, que era…
Era como esas paranoias que te «una forma de vida
vienen a la cabeza cuando no están multidimensional»…
pasando muchas cosas, como cuando vas Se lo oí decir con su voz, bajo aquel
de vuelta a casa desde el instituto y te cielo pintado con pintura de dedos
preguntas si tus padres se habrán gris…Jay.
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Me acordé de él sangrando en la tenía una firma psíquica exclusiva y
tierra roja después del ataque del rastreable. Me imaginaba que Lo
monstruo… Binario tendría a todas sus
Y entonces me vino. Me sobrevino computadoras centrales buscando mi
todo de golpe mientras estaba allí configuración, al igual que Maldecimal
jugando con las pompas bajo la nieve en habría dispuesto con el mismo fin a una
compañía de mi hermano pequeño. caterva de brujos de guardia las 24
Me acordé… de todo. horas del día. No podía exponer a mi
TERCERA PARTE familia y a mis amigos a ese peligro.
Capítulo 14 Si no volvía a Caminar jamás, las
Podía Caminar de nuevo. posibilidades de que alguno de los
No me preguntéis cómo. Igual el bandos decidiera conquistar mi mundo
cacharro que habían utilizado para en particular eran de un trillón a una.
limpiarme el cerebro estaba estropeado. Podía estar prácticamente seguro de que
A lo mejor Tono era una variable crecería, me casaría, tendría hijos, me
imprevisible que no habían programado haría viejo y moriría sin volver a oír
(o desprogramado)… Ni idea. Lo único mencionar el Altiverso.
que sé es que allí en medio del patio, Pero no Caminar nunca jamás…
con el repelús del frío bajo aquel ligero No sé si os habré dicho ya que
polvo de nieve, mientras contemplaba Caminar suponía para mí hacer algo que
cómo mi hermano cazaba felizmente se me daba muy bien, y por eso lo
pompas de jabón, se me encendió una disfrutaba tanto. Me sentaba de
traca de fuegos artificiales en la cabeza maravilla y se me antojaba justo y
y a cada estallido se me iluminó en la necesario utilizar mi mente para abrir el
memoria un recuerdo que no tenía antes. Entremedias y saltar de un mundo a otro,
Lo rememoré todo: los fatigosos y a otro. Los maestros del ajedrez no
días y noches de estudio y ejercicio, la juegan por dinero, ni siquiera por la
diversidad infinita de mis compañeros competición: lo hacen por el amor que
de clase (todos ellos variaciones sobre sienten por el juego. Los sabios de las
el tema Joey Harker), la diminuta matemáticas no se divierten con la
supernova que parecía vagar en el ojo jardinería sino que hacen malabares en
artificial del Abuelo, la desbordante la cabeza con la teoría de conjuntos o
locura en tecnicolor que era el fantasean con pi elevado a tropecientos.
Entremedias… Al igual que un gimnasta profesional,
Y la misión rutinaria que se había ahora que había recordado mi habilidad,
torcido, cuando lady Índigo me había me moría por ponerla en práctica.
capturado una vez más y Tono me había No me imaginaba una vida sin
salvado solo a mí. volver a Caminar.
Me quedé paralizado allí en medio Pero tampoco me la imaginaba sin
del patio, temblando por un frío que ver a mis padres, ni a Jenny o al
nada tenía que ver con la temperatura e renacuajo. Ya me había alistado en una
introduciendo mecánicamente la varilla ocasión…, aunque lo había hecho
de las pompas en la solución jabonosa, llevado más que nada por la culpa por la
al tiempo que me preguntaba qué debía muerte de Jay, sin ser consciente de
hacer a partir de entonces. dónde me estaba metiendo.
Reviví la vergüenza y la indefensión Ahora lo sabía muy bien.
que había experimentado al volver sin Ya me habían licenciado una vez
mis compañeros de equipo. ¿Qué les pero no sería tan fácil a la segunda. Si
habría pasado? ¿Qué habrían hecho lady me presentaba en Ciudad Base, lo más
Índigo y lord Dogodaga con ellos? ¿O a probable era que me sometiesen a un
ellos? Quería averiguarlo a toda costa, y consejo de guerra. Sí, vale, tienen un
sabía que podía, que sería capaz de nombre distinto, pero un pelotón de
Caminar de nuevo y regresar al fusilamiento no es ni más ni menos que
Entremedias. Tenía la fórmula para un puñado de gente apuntándote con un
encontrar Ciudad Base grabada a fuego fusil. Dudaba de si, llegado el caso,
en la cabeza. Podía llegar, ¡y tanto que pediría que me vendasen los ojos o no,
podía! pero tampoco tenía ganas de
Pero ¿quería? averiguarlo.
Si volvía a irme de la Tierra, no Si me quedaba, sin embargo, tendría
podría regresar jamás. Cada vez que que vivir con el peso de saber que había
abría un portal era como enviar una dejado en apuros a gente que me
señal de humo a Maldecimal y a Lo importaba.
Binario, y eso solo serviría para Deseé que aquellas tontas pompas
convertirme en cebo para los malos. Me de jabón no hubiesen disparado el
habían contado que cada Caminante circuito donde almacenaba esos
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recuerdos. Tal vez la ignorancia no fuese hipotético. ¿Sigue siendo así?
la felicidad, pero al menos se me —Em, sí, señor. —Pensé que quizá
antojaba mejor que los remordimientos al contarle mi historia con un amigo
que me carcomían. imaginario como protagonista en mi
Me quedé mirando una pompa que lugar le resultaría más fácil de asimilar
Kevin intentaba cazar. Estaba más alta —. Resulta que… este amigo mío está
que el resto, casi a la altura del tejado realmente entre Escila y Caribdis. —Me
del garaje. Se fue hacia las ramas penetró con la mirada y comprendí
desnudas de un roble cercano y esperé a entonces que había empleado una
verla estallar en silencio. expresión que me habían enseñado en
Pero no lo hizo. Ciudad Base—. Así pues —me apresuré
En lugar de eso se quedó suspendida a añadir—, ¿qué cree que debería hacer
allí por un momento para luego bajar mi amigo?
lentamente hacia donde me encontraba. Dimas encendió la pipa antes de
El renacuajo corrió hacia ella, entre contestar. Cuando por fin se decidió a
gemidos de frustración por no poder hablar, lo hizo con una pregunta:
cogerla. La burbuja se desplazó en —De modo que, según los
contra de la ligera brisa que se había instructores de Ciudad Base, el universo
levantado, se detuvo y se quedó ante mí. solo genera mundos repetidos cuando se
—¡Hola, Tono! —lo saludé. toman decisiones importantes, ¿he
El fóvim se puso naranja de la comprendido bien?
alegría y luego, de repente, salió —Em… grosso modo. Lo que pasa
disparado y sobrevoló el tejado. Me es que en el momento cuesta saber si es
volví y doblé el cuello todo lo que pude importante o no. O sea, está lo de la
para seguirlo pero ya no estaba. mariposa que bate las alas en Bombay y
—¿Bru-ja? —lloriqueó Kevin—. genera un tornado en Texas…, y si por
¿Bru-ja? ¡Tunu! casualidad uno pisase esa mariposa
Asentí. antes de que levantase el vuelo…
—Exacto, renacuajo. —Bajé la Mi profesor asintió, me miró
mirada y lo vi restregándose la nariz en fijamente y me dijo:
la manga del abrigo—. Ya es hora de —Sé que te va a sonar raro pero
entrar en casa. hazme un favor, Joe. —Últimamente
Pasé gran parte de la noche en vela, mucha gente había empezado a llamarme
dándole vueltas y más vueltas a mi así, aunque no entendía muy bien por
dilema. No podía contárselo a mis qué, y me costaba acostumbrarme.
padres: son estupendos, pero si ni —Claro que sí.
siquiera entre los dos reunían —Quítate la camiseta.
imaginación suficiente para lidiar con un Pestañeé un poco perplejo pero
solo Joey; con una infinidad ya ni luego me encogí de hombros. No
hablamos. ¿Con quién más podía entendía muy bien adónde quería llegar
conversar? Con mis compañeros del con todo aquello aunque —y en cierto
instituto desde luego que no. A mi modo era triste— sí sabía que, en
orientador lo habían pillado llorando en cualquier lucha, justa o injusta, él no
su despacho el pasado semestre y tenía nada que hacer conmigo.
todavía no habían traído a un sustituto. A Me quité la chaqueta y la camiseta
la mayoría de mis profesores no les holgada que llevaba. El señor Dimas me
podías sacar de su asignatura. Tras escrutó sin decir nada y después me
cinco meses bajo el látigo en Ciudad indicó por gestos que volviera a
Base, sabía más de lo que ellos vestirme.
llegarían a saber nunca, o podrían —Te has puesto bastante más fuerte
procesar. De todo el claustro solo había —observó—. Y tienes más músculo, al
una persona que quizá me escuchase sin menos todo el que puede tener un chico
llamar a los del manicomio. de tu edad, que no es el máximo.
El señor Dimas se recostó en su asiento Todavía estás programado
y se quedó mirando el revestimiento del genéticamente para crecer más a lo largo
techo. Tenía cierta expresión de pasmo, que a lo ancho.
y la verdad es que no podía culparle por Decidí que lo mejor que podía hacer
ello; a fin de cuentas lo que acababa de era callar y esperar, y desear que en
relatarle no era algo que se oyese todos algún momento respondiese a mi
los días. pregunta.
Pasado un minuto me miró por fin y Así fue.
me dijo con mucho tacto: —En cuanto a tu amigo hipotético,
—Cuando has empezado a hablar me estoy de acuerdo contigo en que es una
has pedido que considerase lo que ibas decisión muy dura de tomar. Pero si
a contarme como un supuesto meramente vamos al fondo del asunto me da la
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impresión de que a lo que tiene que algunos parientes muy lejanos y que no
responder tu amigo es a la pregunta: ¿la sabía cuándo volvería. Me abstuve de
felicidad de una persona, o la vida de añadir «si es que vuelvo». Tal vez
solo una, pesa más que el destino de debería haberlo hecho pero quien crea
mundos infinitos? que es fácil despedirse de sus hermanos
—Pero es que yo…, o sea, él no pequeños —quizá para siempre— se
sabe seguro si pasará eso o no. equivoca de medio a medio.
—Él sabe que existe la posibilidad. Con mamá y papá fue peor aún. No
No me malinterpretes…, me hago cargo podía llegar y decirles sin más que me
de lo doloroso de esta situación. Y a iba de casa, posiblemente para siempre
algunos hombres les queda bien la jamás. Además quería que supiesen que
barba. —Al ver mi mirada inquisitiva, iba a estar bien (aunque ni yo mismo
me aclaró—: Para no tener que verse la podía asegurárselo al cien por cien).
cara en el espejo cuando se afeitan. A decir verdad armé una buena. Les
Asentí porque comprendía lo que conté que iba a alistarme en «una
estaba diciéndome y sabía que tenía especie de» ejército. Mi padre me dijo
razón. Vi más claro cuál era mi deber, que lo dudaba mucho, y que ya haría él
aunque no por ello me resultaba más las llamadas pertinentes para evitarlo,
fácil, ni por asomo; pero más claro sí «caballerete». Mamá se limitó a llorar y
que lo tuve. a preguntarse en qué había fallado como
Me levanté y le dije: madre.
—Señor Dimas, es usted un profesor Supongo que no debería haberme
que te cagas. sorprendido mi manera de fastidiarla; al
—Muchas gracias. Aunque el fin y al cabo hasta la fecha no tenía un
consejo escolar no siempre te daría la historial muy brillante en lo referente a
razón, ellos también han utilizado las no hacer daño a las personas cercanas.
palabras «señor Dimas» y «cagarse» en Al final terminé prometiendo que no
la misma frase, y bastante a menudo. — haría «nada precipitado» esa noche y
Le sonreí y me dispuse a irme cuando que «ya lo discutiríamos más a fondo
me preguntó—: ¿Te veré mañana en por la mañana».
clase? Sin embargo no podía esperar, tenía
Vacilé antes de negar con la cabeza. que hacerlo rápidamente, «mientras
—Eso me parecía. Bueno, entonces tuviese las espaldas anchas», como
que tengas suerte, Joey. Y buena suerte decía mi abuelo. Me quedé despierto
también para todos tus yoes. hasta las dos de la madrugada, hasta
Quise decir algo inteligente pero mucho después de que todos se hubiesen
como no se me ocurrió nada me limité a acostado; luego me vestí y bajé.
estrecharle la mano y salir de allí lo más Mi madre me estaba esperando
rápido que pude. abajo, sentada en un sillón junto a la
Me senté en el borde de la cama y le di chimenea apagada y envuelta en la bata.
al renacuajo mi vieja armadura de Al principio tuve la terrible sensación
plástico y mi pistola láser de Star de haber Caminado sonámbulo y
Blazers con todos sus complementos. La haberme colado en una Tierra paralela
pistola disparaba un rayo infrarrojo que, porque vi a mi madre fumar, cuando
si apuntabas bien, captaba y registraba hacía ya cinco años y pico que lo había
un sensor del peto. dejado.
Estaba que no se lo creía, él siempre Me quedé helado, inmóvil bajo la
lo había querido. luz de la salita como un conejo ante los
—¡Joeee, grasia! —Aunque todavía faros de un coche. Al mirarme no vi
le venía un poco grande, ya tendría enfado en sus ojos, solo cierta
tiempo de crecer. resignación. Lo que, por supuesto, era
Y al menos, me dije, en cierto modo diez veces peor que lo primero.
yo iba a contribuir a que así fuese. Sin embargo sonrió al fin, sin que
Le dije a Jenny que podía quedarse sus ojos se alegrasen ni por asomo, y me
con mi colección de CD y DVD si dijo: —¿Qué clase de madre sería si no te
quería. En cine teníamos un gusto muy leyese como un libro abierto? ¿De veras
parecido: básicamente todo lo que creías que no sabía que ibas a irte?, ¿o
acabase con la Estrella de la Muerte o que si me dormía iba a quedarme sin
similar volando por los aires. Lo de la decirle adiós a mi hijo?
música era más complicado pero podía Se me pasaron miles de respuestas
o bien venderla, o bien acabar por la cabeza, algunas verdaderas, otras
apreciándola con el tiempo. falsas, y en su mayoría una mezcla de
Mi repentina generosidad le pareció ambas. Por fin me decidí a decir:
de lo más sospechosa, ni que decir tiene. —Mamá… Es muy largo de contar, y
Le expliqué que tenía que ir a ver a además no te creerías nada…
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—Ponme a prueba. Cuéntamelo, contestó:
pero todo y que sea verdad. —Toda la vida he tenido la ilusión
De modo que eso hice: le conté todo de saber criar a unos hijos que supieran
lo que se me pasó por la cabeza, de distinguir el bien del mal, que cuando
principio a fin. Mientras, ella se dedicó tuvieran que tomar decisiones
a fumar y toser, con un aspecto algo importantes hicieran lo correcto. Te
enfermizo (sin yo saber si era por el creo, Joey, y estás haciendo lo correcto.
tiempo que llevaba sin fumar o por el ¿Qué sentido tendría querer
disgusto que estaba dándole). impedírtelo?
Cuando terminé mi relato nos »Vayas donde vayas, y te pase lo que
quedamos en silencio. te pase, tienes que recordar una cosa:
—¿Un café? —me preguntó. que te quiero, Joey, y siempre te querré,
—Qué va, ya sabes que no me gusta y creo…, es más, sé que estás haciendo
nada. —Ya te gustará. A mí me pasó lo lo que tienes que hacer. Lo que pasa es
mismo. que… que duele, eso es todo.
Se levantó, fue a la cafetera y se Cuando terminó me dio un abrazo.
echó una taza. Sentí mi cara húmeda y no sabría decir
—¿Sabes qué es lo peor? —me si las lágrimas eran suyas o mías.
preguntó apremiante, como si —No volveremos a vernos,
hubiésemos estado discutiendo algo y ¿verdad?
ahora volviese con ello—. Lo peor no Sacudí la cabeza.
es preocuparme de si te has vuelto loco, —Ten. Te lo he hecho, es un regalo
me estás mintiendo o cualquier otra de despedida. No sabía qué darte.
cosa. Porque mintiendo no estás. A ver, Sacó del bolsillo una cadena con un
Joey, te conozco desde hace mucho y sé colgante de piedra que parecía negro,
lo que haces cuando mientes, y esta vez pero al darle la luz brilló en azul y
no lo has hecho. —Le dio un trago al verde, como el ala de un estornino. Me
café—. Y loco tampoco estás, porque yo lo pasó por el cuello y cerró el broche.
he conocido a muchos locos y no te —Gracias. Es muy bonito. —Y
pareces en nada. acerté a añadir—: Te echaré mucho de
Sacó otro cigarro del paquete pero, menos.
en vez de encendérselo, empezó a —Como no podía dormir me he
partirlo en pedazos mientras hablaba, a entretenido haciéndolo. Yo también te
rasgar el papel, sacar el tabaco, hebra echaré de menos. Vuelve si puedes…
por hebra, hasta dejarlo todo —papel, cuando hayas salvado el universo.
tabaco y filtro— en una montañita Asentí y le pregunté:
ordenada sobre el cenicero. —¿Se lo vas a contar a papá? Dile
—Así que mi pequeño se va a la que lo quiero, y que ha sido el mejor
guerra… Bueno, evidentemente, no soy padre que se puede tener.
la primera madre que pasa por eso. Y, —Se lo diré. Si quieres puedo
por lo que cuentas, ni siquiera soy la despertarlo…
primera… la primera yo a la que le Sacudí la cabeza.
pasa. Pero lo peor de todo es que desde —Tengo que irme.
el momento en que salgas por esa puerta —Esperaré aquí un rato, por si
habrás muerto para mí, porque no vas a vuelves.
volver nunca. Porque si… si te matan al —No lo creo.
intentar rescatar a tus amigos, o al luchar —Ya lo sé, pero aun así esperaré.
contra el enemigo o en tu Entremundo Salí a la noche.
ese…, nunca lo sabré. Fuera hacía menos de cero grados. Me
»Las madres espartanas les decían a colé en la parte de mi mente de la que en
sus hijos: «Regresa o con el escudo o teoría me habían despojado y empecé a
sobre él». Pero tú te vas para no volver, tantear en busca de un portal potencial.
con escudo o sin él. Y nadie va a mandar Tenía la esperanza de que hubiese
aquí una medalla o un… (no sé qué alguno cercano porque no me hacía
enviarán ahora que ya no se usan los mucha gracia la idea de tener que
telegramas), un mensaje que diga caminar (en minúscula) con aquel
«querida señora Harker, sentimos tiempo. No puedo abrir un portal en el
comunicarle que Joey ha muerto como Entremedias donde me venga en gana.
un… como un…». Ojalá, pero no funciona así. Algunos
Por un instante pensé que iba a puntos transdimensionales del espaciotiempo
echarse a llorar pero respiró hondo y se tienen que ser congruentes y eso
quedó callada. varía cada dos por tres. Es como coger
—¿Me vas a dejar marchar? —le un taxi: puedes tener suerte y parar uno
pregunté. justo delante de la puerta de tu casa, o lo
Se encogió de hombros y me más probable es que tengas que andar un
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poco, a veces incluso hasta el hotel o el sincero sentí cierto alivio.
restaurante más cercano con una parada Que no se me entienda mal; le debía
de taxis delante. Hay sitios en los que mucho a aquel pequeño ser pero si
existen más posibilidades de encontrar nunca lo hubiese conocido…, en fin,
portales potenciales; por desgracia no seguramente mi vida habría sido mucho
siempre son restaurantes u hoteles. pero que mucho más sencilla. Y entre
Por extraño que parezca no me otras cosas, Jay seguiría vivo, y tal vez
permití darle vueltas a la conversación yo podría estar viviendo en mi casa con
que había mantenido con mi madre. Eran mi familia y no intentando salvar el
muchas las sorpresas por procesar, y Multiverso, o lo que quiera que
notaba cómo mis plomillos amenazaban estuviese haciendo allí.
con fundirse cada vez que hacía amago Estaba montado sobre una roca que
de pensar en eso. Preferí concentrarme olía a orégano fresco y daba vueltas por
en encontrar el portal. la locura del Entremedias en un sonoro
No sentía el leve hormigueo en la arpegio de música de contrabajo.
cabeza que solía indicarme que estaba Cabalgué sobre ella como un surfista en
cerca de alguno, de modo que eché a su tabla mientras meditaba sobre adónde
correr calle abajo dejando nubes de dirigirme a continuación.
vaho a mi paso. Me sorprendí Aunque he dicho que me acordaba
preguntándome qué les pasaría a las de todo, no era completamente cierto;
pompas de jabón que había hecho con el más bien de casi todo. Por mucho que
renacuajo a temperaturas inferiores a rebusqué en mi cabeza, no encontré la
cero grados. llave que me permitiría regresar a
Al poco tiempo lo averigüé…, más Ciudad Base. (Había algo… no sé
o menos. cómo… pero era tan huidizo como la
Tono apareció como un bólido en la forma de un hueco en el diente después
noche y se quedó suspendido sobre mí. de ponerle un empaste, o el nombre de
Palpitó en un espectro de colores que alguien que sabes que empieza por
denotaban urgencia: verde, naranja, ese… o por ele, uve o uve doble. Se me
amarillo, nácar. Pensé que tal vez su había borrado, y supongo que tenía
código era más complejo de lo que sentido porque era natural que, de todos
había supuesto, que en lugar de mis recuerdos, la llave para la sede de
simplemente indicar estados InterMundo fuese el secreto mejor
emocionales básicos en realidad se guardado).
trataba de todo un lenguaje. Sin duda Entre tanto, en el fondo de mi mente,
estaba intentando decirme algo. oía una voz como un resuello gaseoso y
Cuando se aseguró de haber captado azucarado: «Estamos preparados para
mi atención, salió disparado y se fue comenzar el asalto a los mundos
parando a cada tanto para comprobar Lorimare. Los portales fantasmas que
que lo seguía. Nos detuvimos en un crearemos imposibilitarán todo
parque diminuto, poco más que un contraataque o rescate. Cuando se les
césped sin casa, a unas seis manzanas de confiera poder, las coordenadas
la mía. Tono pareció quedarse a la habituales de Lorimare abrirán dominios
espera. nocionales ocultos que estarán bajo
Entendí lo que quería. Tanteé el nuestro control. Ahora que disponemos
terreno en busca del portal incipiente de otro buen Harker tendemos toda la
que supe que estaría allí… y lo potencia necesaria para que nuestra flota
encontré. entre en batalla. Además, ya tenemos al
Miré hacia arriba, a Tono, que imperator de los mundos Lorimare de
flotaba pacientemente, y le dije: nuestro lado».
—Gracias, colega. Cuando oí las palabras de lord
A continuación introduje mi mente en Dogodaga saliendo de la boca de
aquella congruencia transdimensional — Scarabus me habían sonado a chino,
igual que una llave en un cerrojo—, la como una de tantas otras cosas que no
giré y el portal se abrió de par en par. entendía. En esos momentos, sin
Al otro lado había un paisaje embargo, a la luz de todo lo que había
cambiante y desvencijado que me ocurrido, tenían todo el sentido, y daban
recordó a los cómics del Doctor realmente miedo.
Extraño. Enderecé los hombros, miré Puertas espectrales que se abrían a
por última vez a mi alrededor, tomé dominios nocionales ocultos… O lo que
aire… era lo mismo: mundos fantasmas como
… y me puse en Camino. aquel en que acabaron seis chiquillos
Capítulo 15 que buscaban tres antorchas para una
Cuando entré en el Entremedias no vi a misión de entrenamiento. Creímos que
Tono por ninguna parte, y para ser estábamos yendo a un mundo Lorimare y
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en lugar de eso acabamos en una Tono.
dimensión fantasma. Habíamos visto de Por su superficie parpadearon el
pasada el concepto como una verde y el rosa fluorescentes, como si
posibilidad teórica en una de las clases tratara de prevenirme.
de Ciudad Base: se llamaban también —Tono, tengo que atravesarla.
«mundos muertos», por los «brazos La superficie del fóvim cambió, se
muertos» de extrañas formas que dejan a estiró y se aflojó y de repente me vi
veces los meandros cuando un río mirando algo que parecía un muñeco de
cambia de cauce. Pensad en el río como lady Índigo hecho con globos. Después
una corriente de tiempo y en el meandro la imagen estalló y desapareció.
abandonado como una porción de la —Antes no he podido volver porque
realidad que se desgaja y queda me lo has impedido tú, ¿no es así?
condenada a fluir por un bucle infinito Un sentido asentimiento bermellón.
de existencia, una y otra vez, desde unos —Mira, entiende que tengo que ir.
pocos segundos a años e incluso siglos. Puede que hayan muerto hace tiempo, o
Lo más importante es que se queda lo mismo solo hace cinco minutos que
cercado y aislado del resto del les han puesto las cadenas (ya sabes lo
Altiverso y pasa a ser igual de enrevesado que es el tiempo cuando te
detectable o accesible que el universo desplazas de un mundo a otro, y sobre
teórico del interior de un agujero negro. todo en estos dominios fantasmas). Pero
Si los brujos de lord Dogodaga son mi gente, y fui yo quien los llevó
habían conseguido abrirse camino hasta allí. Lo menos que puedo hacer es
uno de esos dominios fantasmas, podrían liberarlos…, o morir en el intento.
haberle echado un hechizo de similitud Se contrajo como si estuviera
para hacerlo parecer lo que ellos pensando y, al poco, se elevó y me dejó
quisieran…, y luego sacarnos de allí y pasar. Parecía un poco triste.
arrojarnos a uno de los mundos de —Pero, eh, si quieres venir
Maldecimal. Que era justo lo que habían conmigo… Siempre es bueno tener a un
hecho. No podíamos haber detectado el amigo al lado.
truco de ninguna manera, ni mediante Tono pasó por un rápido abanico de
aparatos ni Caminando: la trampa colores vivos que no creo que se vean
perfecta. en otro sitio que no sea el Entremedias y
Sin embargo, una vez abierto, el dio un brinco para ponerse rápidamente
dominio fantasma deja de ser sobre mi hombro izquierdo.
inaccesible, y yo todavía recordaba Entramos juntos en lo desconocido y
cómo llegar. me sobrevino un frío repentino, como
A InterMundo no podía volver cuando metes el pie en un río en pleno
porque no sabía cómo, de acuerdo; pero verano y el mundo titila y cambia.
eso no me impediría empezar a buscar a Me encontraba en un tejado de un
mis amigos. mundo que parecía sacado de los
Visioné las coordenadas que nos dibujos de Los Supersónicos. Tono se
habían llevado a la trampa y, poco a puso delante de mí y se transformó en
poco, las fui abriendo con la mente. una especie de lente de largo alcance
Una enorme puerta ovalada se por la que miré el mundo y vi…
materializó a un par de metros de mí con … un cielo cubierto, y que en
un zumbido que sabía a chocolate realidad me hallaba en una torreta de un
amargo. castillo de aspecto sombrío. Parecía
No la atravesé, me limité a observar estar en unos decorados vacíos y
y esperar. Pasado un momento, la puerta abandonados, sin un alma por ninguna
volvió a cerrarse para luego encogerse y parte.
desaparecer por completo. En lugar de —Venga —le dije a Tono—, vamos
la puerta, sin embargo, había un sitio a buscar las mazmorras.
oscuro como una sombra que se rizaba y Capítulo 16
ondeaba igual que una bandera en una Si alguna vez tenéis a algún amigo
tormenta. pasando un tiempo a la sombra en un
Esa era la trampilla, el portal que castillo, esto es lo que hay que hacer
daba al dominio fantasma en el que para encontrar las mazmorras:
habían atrapado a mi equipo. Intentad que no os vean, encontrad
Y hacia ella me dirigí. Caminé en unas escaleras traseras y continuad
pos de la puerta fantasma pero, justo bajando hasta que no haya nada más
antes de entrar, algo se interpuso de abajo, hasta donde los pasillos son
pronto en mi camino, suspendido en el estrechos, huele a humedad y orín y está
espacio. Era un globo del tamaño de un tan oscuro que sin la extraña luz que
gato grande y me estaba bloqueando el lleváis con vosotros (con suerte, del
paso.— fóvim que os acompaña) no se ve nada.
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Una vez allí, tened por seguro que las extensa ruta para viajar entre los planos.
mazmorras están justo a la vuelta de la —Bueno, pero, aunque estuviesen
esquina. ahí, no tengo manera de llegar.
El castillo estaba medio abandonado. Aunque… ¿no me había seguido Jay
Solo en una ocasión oí unas pisadas al a mí? Él me sacó del Lacrimae Mundi,
fondo de un pasillo y tuve que luego se podía hacer.
agazaparme para que no me viesen, pero Pero no sabía cómo. Solo conocía la
eso fue todo. Y los que pasaron tenían forma de Caminar por el propio
más pinta de ser de una empresa de Entremedias. Llegar al Noquier
mudanzas que otra cosa: vestían monos requeriría un conocimiento de todo un
blancos e iban transportando sillas y cúmulo de coordenadas
lámparas. Daba la impresión de que multidimensionales distintas por parte
estuviesen echando el cierre a aquel de alguien familiarizado con dichos
tinglado. niveles de realidad…
Tardé unos veinte minutos en Alcé la vista y dije:
encontrar las mazmorras sin muchas —¿Tono?
complicaciones. El fóvim se alejó lentamente de mí,
Salvo una pequeña: que estaban pasito a pasito, hasta que llegó al fondo
vacías. de la galería húmeda. Y luego se
Había nueve celdas, nueve zulos sin propulsó hacia mí con la rapidez de una
ventanas excavados en roca viva, con maceta cayendo desde un alféizar.
gruesas puertas de hierro macizo, cada Aunque sabía lo que pretendía, no pude
una con un ventanuco con barrotes. evitar retroceder cuando llenó mi visión
Estaban todas vacías y los únicos y se produjo un…
sonidos que se oían eran los chillidos y … «¡popp!»
roces de las uñas de las ratas y el agua … y mi mundo estalló en estrellas.
que caía por las piedras florecidas. Si bien no veía a mi amigo, el fóvim,
Probé a llamarlos por sus nombres: por ninguna parte, todo me resultaba
—¡Jai, Jo, Josef! extremadamente familiar. Tuve la
Pero no obtuve respuesta. Me senté sensación de déjà vu, de «yo he estado
entonces sobre el suelo de piedra de la aquí antes», pero, por supuesto, no era
mazmorra y no me avergüenza reconocer cierto: la última vez que me precipité
que se me llenaron los ojos de lágrimas. por el Noquier me acompañaba Jay en la
Tono hizo «plop» y cabeceó en el aire a caída y nos habíamos lanzado desde el
mi lado, con partes de su superficie Lacrimae Mundi.
iluminadas. En esos momentos el viento entre
—He llegado demasiado tarde, ambos mundos me azotaba la cara y me
Tono. Lo más probable es que ya estén hacía llorar; y las estrellas (o lo que
todos muertos, que los hayan o bien quiera que hubiese al otro lado del
hervido hasta la muerte, como Noquier) se difuminaban al pasar. Me
amenazaron con hacer los de debatí y pataleé, aterrado por
Maldecimal, o hayan muerto de viejos encontrarme en aquel vacío lleno de
esperando a que regresase a por ellos. Y nada, aunque más asustado aún porque
todo por… —Iba a decir «mi culpa» no estaba cayendo desde ninguna parte.
pero la verdad es que no lo tenía muy Lo estaba haciendo hacia alguna
claro. parte.
Tono intentó llamar mi atención Imaginaos una rosquilla o un
flotando delante de mí y agitando sus neumático…, vamos, el típico toroide.
pequeños pseudópodos multicolores. Pintadlo con algo negro y ligeramente
—Tono, me has ayudado un montón viscoso y después coged cinco iguales,
pero creo que hasta aquí hemos llegado. retorcedlos y mezcladlos todos juntos
Una rojez irritada sobrevoló la como hacen los artistas callejeros que
pompita del fóvim. modelan formas con globos para los
—¿Es que no lo ves? ¡Los he niños (aunque para mí que, si hacéis uno
perdido! ¿Qué quieres que haga? Dime así para un crío, se echará a llorar como
tú dónde están. un poseso). ¿Me seguís? Vale, pues
La superficie de Tono se iluminó y ahora imaginadlo todo del tamaño de un
de pronto se llenó de remolinos y superpetrolero. Para terminar cubrid
montones de estrellas por encima y por toda la superficie curva de lo que habéis
debajo de un cielo nocturno. Reconocí obtenido —un gran horror tubular negro
aquel sitio: era lo que Jay y lady Índigo — con perforadoras, torres, muros con
habían llamado el Noquier y los matacanes, ballestas, cañones, gárgolas
binarios denominaban el Estático. y…
Independientemente del nombre, era la ¿Os hacéis una idea?
zona marginal del Entremedias, la Pues no es algo a lo que querríais
52
estar cayendo, os lo aseguro. Más bien Desde luego «bastante sencillo» es
desearíais caer en sentido contrario, y lo un concepto relativo en una escuela
más rápidamente posible. donde hasta las clases de recuperación
Pero no tenía alternativa. harían que les saliese humo de las orejas
Con los ojos entornados por el azote tanto a Stephen Hawking como al mago
del viento, vi dos o tres decenas de Merlín. Con todo, había aprendido lo
barcos pequeños —galeones como el suficiente como para saber que el sitio
Lacrimae Mundi— y naves más donde me encontraba estaba gobernado
pequeñas y rápidas, todos ellos por la magia en estado puro. Un
dispuestos en torno a una gran cosa «subespacio» que se regía más por las
negra. Semejaban patos escoltando una normas de una conciencia colectiva que
ballena. por principios mecanicistas.
Sabía que tenía ante mí la armada de Voluntad, esa era la clave.
asalto y el acorazado de lord Dogodaga; «Tú tienes mucha —me susurró Jay
no podía ser otra cosa. Estaban en la cabeza—. Utilízala».
preparados para lanzarse al ataque de Aquella especie de rosquilla gigante
los mundos Lorimare. maligna se hacía cada vez más grande
Por fin había encontrado el sitio conforme caía hacia ella. No tenía un
donde tenían presos a mis amigos aspecto especialmente blando y
(siempre y cuando no hubiesen hecho esquivarla parecía difícil con ganas.
con ellos sopa de Caminante). El Vale, bien. Decidí que no intentaría
problema era que dentro de un minuto evitarla porque no estaba cayendo hacia
iba a impactar contra aquel barco como ella sino elevándome lentamente. Tanto
un melón caído de un rascacielos y no que cuando tocase la superficie sería
podía hacer nada por evitarlo. El como un vilano de cardo posándose
Noquier no es el espacio exterior; tiene sobre la hierba o una pluma aterrizando
aire y algo parecido a la gravedad. Si en una almohada; con tanta delicadeza
chocaba contra el barco, moriría. Si no que casi parecería que no estaba allí.
—y de eso tenía las mismas Lo único que tenía que hacer era
posibilidades que una hormiga de no convencer a esa parte del Altiverso de
caer en un campo de fútbol—, seguiría que no estaba precipitándome hacia mi
cayendo por siempre jamás, a no ser que condena final.
abriese un portal en el Entremedias, y Lo que implicaba convencerme
tampoco tenía garantías de que eso también a mí mismo…
pudiese ocurrir; la vez que lo había «No estoy cayendo —me iba
conseguido había sido porque Jay estaba diciendo—. Estoy elevándome, tranquila
conmigo. y livianamente. Suave, despacio…»
«¿Qué haría Jay?», me pregunté. Y logré ignorar a la vocecilla
«Creía que no ibas a preguntármelo sensata que chillaba de pánico en el
nunca», me respondió una voz en el fondo de mi cabeza.
fondo de mi cabeza; era muy parecida a No estaba cayendo, no estaba
la mía, solo que con diez años más e cayendo…
infinitamente más sabiduría. No era ni Me pareció que el viento que me
Jay ni su fantasma; se trataba de mí azotaba la cara amainaba. Y entonces,
mismo, ni más ni menos, con una voz de repente, todo dio un giro de 180
que no podía ignorar. grados, y mientras mi barriga intentaba
«Te encuentras en una región mágica asimilarlo…
—prosiguió la voz de Jay—. La física Di contra el barco con mucha más
newtoniana es más una sugerencia que fuerza que un cardo sobre la hierba; de
una norma estricta. Aquí lo que cuenta hecho, tan fuerte que me quedé sin aire
es la fuerza de voluntad». en los pulmones y sin resuello. Pero no
Era un refrito de las clases prácticas me rompí nada. Le di las gracias a la
de taumaturgia, o de primero de magia. voz de Jay desde el suelo del barco,
«La magia no es ni más ni menos que donde estaba tirado y agarrado a una
una forma de hablarle al universo con cuerda e intentando recobrar el aliento.
palabras que no puede ignorar —nos Por fin pude incorporarme y otear el
había dicho el instructor citando a horizonte. No encontré a Tono por
alguien cuyo nombre no recuerdo—. ningún lado; de hecho no lo veía desde
Algunas partes del Altiverso escuchan: que me había transportado de la
esos son los mundos mágicos; otras, en mazmorra al Noquier. En fin… estaba
cambio, no lo hacen y además prefieren solo… y en aquel barco.
que se las escuche a ellas: se trata de los ¿Y ahora qué?
mundos científicos. Una vez que se La respuesta no tardó en llegar: de
comprende esto, todo resulta bastante repente una mano me agarró por el
sencillo». cuello y otras me alzaron por los pies.
53
Me retorcieron los brazos en la espalda bailar en el parque con Mary Poppins en
y me llevaron hasta una torreta por una película de Disney.
donde bajamos unas escalerillas Lord Dogodaga me sonrió con unos
estrechas hasta el corazón del inmenso dientes que no podían estar más afilados
acorazado y me condujeron a una y me dijo en una voz de gas de los
estancia enorme a medio camino entre pantanos en almíbar:
una sala del mapa, una cámara de tortura —Nos apenó mucho que no cayeses
y el salón de actos de un instituto. en la trampa del mes pasado, Joseph
La habitación olía como si algo Harker. Muchísimas gracias por volver.
hubiese muerto allí hacía meses y no —Volvió su cabeza de hiena para añadir
hubiesen encontrado los restos…, o no —: Teníais razón, lady Índigo. El
les importase lo más mínimo. Apestaba Caminante más potente desde hace dos
a podrido, descomposición y moho. lustros. Lo huelo, es ideal para
Por supuesto allí estaban lady Índigo propulsar nuestro Maléfico.
y Neville, el hombre de gelatina, así Cuando se volvió de nuevo hacia mí
como más de cincuenta personas a las a punto estuve de chillar al
que nunca había visto; algunas parecían reencontrarme con aquellos ojos
humanos bastante normales mientras que hediondos.
otras eran muuucho más peculiares. —Eres un chico con suerte —
Y después había alguien a quien no prosiguió—. No hay otro barco mejor
había visto nunca pero al que reconocí equipado para despojarte de toda la
nada más entrar. Era la persona más morralla superflua de tu cuerpo,
descomunal que había contemplado en desollarte, quitarte pelo, huesos y grasa
mi vida: tan grande y perfectamente y reducirte a tu esencia absoluta: el
proporcionado que daba la impresión de poder que te hace Caminar de un mundo
que el resto de los que estábamos en la a otro, y que es a la vez la energía que
estancia no éramos mayores que críos. nos permite a nosotros viajar por el
Túnicas negras y encarnadas le cubrían Noquier. El Maléfico no tiene rival.
un cuerpo que era humano y tenía la »Lleváoslo —ordenó entonces. Acto
musculatura del David de Miguel Ángel; seguido, se me acercaron varios
era impecable. lacayos, me agarraron y se dispusieron a
Su cara, sin embargo… ¿Cómo sacarme a rastras de la sala.
describirla? De verlo, jamás lo Sin embargo de pronto se produjo un
olvidaríais. Reptaría hasta vosotros centelleo multicolor sobre mi cabeza y
nada más quedaros dormidos y os reconocí los remolinos arcoíris. El
levantaríais pegando un grito. corazón me dio un vuelco de alegría:
Imaginaos a un hombre que ha Tono había aparecido y estaba
empezado a transformarse en hiena — suspendido sobre mí. Deseé que
igual que cuando un licántropo se estuviese planeando teletransportarme
convierte en lobo— y pensad luego en de algún modo para sacarme de allí,
una instantánea captada en medio de la igual que había hecho cuando lady
transmutación: la cara con un hocico Índigo nos capturó.
interrumpido, la barba con un medio —El fóvim, milord —anunció lady
pelaje de perro, los dientes afilados, Índigo sin denotar preocupación alguna.
ideales para roer carroña. Tenía ojos de —Por supuesto —respondió
cerdo con reflejos rojos y vetas tranquilamente lord Dogodaga con su
horizontales, como un hurón. De nariz espesa voz glotal—. No esperaba
aplastada, mantenía la mandíbula torcida menos.
en una mueca perpetua que era una Dicho esto, alzó una mano y dejó a
horrible parodia de una sonrisa. la vista una pequeña pirámide de cristal,
Me recordaba a unos dibujos, una especie de prisma. La puso en el
aunque distorsionados, que había visto suelo y retrocedió un paso al tiempo que
de Anubis, el dios egipcio con cabeza musitaba una única palabra, algo así
de chacal que conducía a los muertos al como: «unguiculadoris-tragaldabas»,
Juicio Final. Tal vez sea la descripción aunque seguramente no se parecía en
más ajustada, puesto que eso era, a nada. A continuación se produjo un
grandes rasgos, lo que tenía pensado estallido de luz negra, pero no de esa
hacer conmigo. morada con la que iluminas los pósters
Sin embargo, no era su aspecto para que brillen los colores en la
exterior lo que prometía pesadillas oscuridad, sino negra de verdad, como
infinitas, sino la sensación de lo que rayos de obsidiana o una bombilla que
había detrás de ese horrible rostro se apaga en negativo. Envolvió a Tono,
mutado: saber que para aquel engendro, que empezó a ponerse blanco, a
aquel monstruo, esas pesadillas eran el encogerse y a cambiar.
más dulce de los entretenimientos, como Supe que, si mi amigo hubiera
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podido gritar, lo habría hecho en ese la sala. Se apreciaba lo podrido por
momento. debajo del olor a tierra.
—¡No! —chillé, pero de nada Nunca en toda mi vida me había
sirvió. dado algo más miedo que él. Puede que
Los rayos de negritud comprimieron aquel pavor estuviese un poco subido de
de algún modo al pequeño fóvim y lo tono por la magia, pero, si ese era el
estrujaron en una dirección en ángulos caso, la verdad es que no le hacía falta.
rectos con las tres dimensiones de aquel —En lo que te resta de vida —
mundo. Después los rayos negros prosiguió lord Dogodaga—, es decir, en
empezaron a proyectarse hacia el prisma los próximos treinta o cuarenta minutos,
del suelo y, en cuestión de segundos, quizá te alivie saber que tu esencia (tu
desaparecieron dejando tan solo una alma, si lo prefieres), acompañada de
impresión blanca en mi retina. las de otros pequeños Caminantes,
Lord Dogodaga recogió el prisma e, propulsará los barcos y los veleros que
incluso desde donde me encontraba, permitirán a mi pueblo y a mi cultura
pude distinguir una burbuja diminuta en conquistar la tan merecida supremacía
su interior con un crisol de rojos sobre todo lo existente. ¿Te alegra
indignados y carmesíes furiosos. saberlo, muchacho? —No le respondí.
—Me habían contado que la cosa Sus colmillos amarillentos se abrieron
esa… te había cogido cariño, muchacho, en una parodia de sonrisa amigable—.
por eso me he traído un tanque de Te propongo una cosa: arrodíllate ahora
contención. Los utilizamos hace muchos mismo y bésame los pies; promete
pero que muchos años, sí, cuando servirme por siempre jamás y no te
intentamos colonizar algunas de las mataré. Tenemos ya combustible
zonas desquiciadas entre los mundos. Su suficiente para propulsar esta invasión.
raza era un auténtico incordio. El tanque Hemos traído a la fiesta todas las almas
este no lo retendrá mucho tiempo…, embotelladas que hemos encontrado.
diez o veinte mil años como mucho, ¿Qué me dices? ¿Un besito en los
pero me da que ninguno de nosotros piececitos? —Removió uno de sus
estaremos aquí para verlo salir. —Se enormes pies delante de mí: lo tenía
metió el prisma en un bolsillo interior cubierto de pelo negro y las uñas eran
de la túnica y me dijo—: Siempre he más bien garras.
tenido la esperanza… Supe entonces que iba a morir
Pero no creo que pueda explicaros porque no pensaba besar aquellas
realmente lo inquietante y horroroso que pezuñas. Le miré a los ojos y le dije:
resultaba que me hablase a mí —Pero si de todas formas me vas a
directamente, mirándome a los ojos. Si matar. ¿Qué quieres?, ¿humillarme
cuando parlamentaba con toda la sala ya antes?
era horrible, al fijar la vista en mí tuve Se carcajeó —y toda la sala se llenó
la sensación de que él conocía todo lo del hedor a carne rancia— y se
malo que había hecho en mi vida, y más palmoteó la pierna como si acabase de
allá: que sentía que las cosas malas que contarle el mejor chiste del mundo.
había hecho eran los únicos pedazos de —¡Pues sí! —exclamó
mí que importaban y todo lo demás era desternillándose de la risa—. ¡Te voy a
insignificante y estúpido. matar de todas formas! —Luego tomó
—Siempre he tenido la esperanza — aire antes de decir—: Ay, qué bien me
repitió— de que algún día lleguemos a ha sentado reírme. Es estupendo que te
domar a los fóvims. Si pudiésemos hayas podido pasar por aquí. Llevadlo a
utilizar su energía igual que la de los la sala de procesado —ordenó a los que
Caminantes, dominaríamos fácilmente me tenían sujeto—. Ya va siendo hora de
cualquier mundo o universo: toda la resecarlos y reducirlos a caldo a todos,
gloriosa panoplia de la creación sería a él y a sus amigos. Y no reparéis en
nuestra. Sin embargo, por desgracia, no dolores. —Se volvió hacia mí, me guiñó
parece factible. Una vez lo intentamos de nuevo un ojo y me explicó como
pero en el sitio en que estaba la Tierra quien charla con un amigo—: Hemos
donde hicimos la tentativa ahora no averiguado que, si se les infligen
queda más que polvo cósmico, apenas grandes dosis de dolor a los Caminantes
una pelota de béisbol. Así que tenemos durante el procesado, avivamos sus
que conformarnos con las esencias ánimos una vez embotellados. No sé,
vitales de críos como tú. quizá les dé algo en lo que concentrarse.
Al terminar la frase me guiñó el ojo En fin… Adiós, chaval —se despidió, y
como si me estuviese contando un chiste alargó la mano para pellizcarme la
verde. Me percaté entonces de que el mejilla casi con afecto, como si fuese mi
olor a muerto revenido provenía de él, tío.
ese hedor que había notado al entrar en Pero después me la apretó más y
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más fuerte. Me prometí no gritar pero el Sin Tono las posibilidades se reducían
dolor era tan insoportable que acabé a… cero.
pegando un chillido y él volvió a Pese a ser consciente de todo ello, la
guiñarme el ojo más lentamente, como si sola idea de que tal vez siguiesen con
acabásemos de compartir un chiste que vida me animó.
nadie más de la habitación hubiese No cabía duda: las plantas inferiores
pillado. del Maléfico tenían algo de infernal;
Cuando por fin me soltó la mejilla, empecé a pensar que olía de verdad a
mis carceleros me retorcieron los brazos azufre y a sulfuro. Pero entonces los
en la espalda y me sacaron de la guardias que me precedían abrieron una
habitación. Sentí tal alivio de alejarme pesada puerta de madera con herrajes de
de lord Dogodaga que, por un momento, bronce y me empujaron por ella de mala
no me importó hallarme de camino a la manera; sentí que el hedor se
sala de procesado. intensificaba.
Cuando de pequeño al leer me Imaginaos el infierno tal y como lo
encontraba en algún libro la frase «un habéis visto en vuestras cabezas desde
destino peor que la muerte», siempre me pequeños y luego que la peor cámara de
parecía extraño y me decía: «Pero, a tortura se encuentra en una sala no más
ver, si no puede haber nada peor ni más grande que el aula de un instituto. Con
definitivo que la muerte…». Con todo, solo haceros a la idea de que la diseñó
la idea de que te maten, te hiervan y te un flipado de las películas de miedo de
reduzcan a lo que quiera que te haga ser serie zeta, de esas en blanco y negro que
tú, para luego pasar el resto de la ponen de madrugada, podréis visualizar
eternidad en una botella a modo de la sala de procesado.
generador cósmico… hace que la muerte No tenía ventanas —al igual que el
se te antoje menos desagradable, noventa por ciento del resto de estancias
creedme. que había visto en el barco— y de las
Capítulo 17 paredes colgaban herramientas e
Los pasillos se fueron haciendo cada instrumentos varios, tan grandes y
vez más estrechos y oscuros conforme afilados como acongojantes. No las
bajamos de planta. También aumentó el estudié con detenimiento pero tenían
calor, como si aquel acorazado titánico pinta de servir para «reducirnos» una
fuese a vapor, lo que hizo que la vez dentro de la olla, cuando
sensación de estar descendiendo a los hubiésemos roto a hervir. Al fondo de la
infiernos se acrecentase. Desde que sala, sobre una rejilla elevada, había un
había pisado el Maléfico, lo oscuro y lo caldero de tomo y lomo forjado en
lúgubre habían sido el orden del día, y bronce y con sus buenos tres metros de
no hizo sino empeorar a medida que diámetro, como la marmita de un gigante
bajamos. o la típica de los caníbales de los
Seguimos por más tramos aún de tebeos, apoyado con todo su peso sobre
escaleras estrechas: la «sala de un trébedes metálico. Dentro bullía un
procesado» debía de estar en una de las extraño líquido que, por el olor, no era
plantas más bajas del barco. Lo agradecí agua; de eso no cabía duda. El hedor era
porque así tuve más tiempo para pensar. una mezcla de azufre líquido, amoniaco
Tenía a dos guardias por delante y otros y formol. Yo diría que también contenía
dos por detrás. Los pasillos y las sangre (el tipo de magia que se
escaleras formaban un auténtico practicaba en aquel barco extraía mucha
laberinto, así que me convencí de que energía de la sangre). El fuego de
estaba irremediablemente perdido. debajo debían de avivarlo con sales y
Con todo, por muy angostos y polvos varios, porque desprendía llamas
agobiantes que fuesen, no eran nada ora verdes, ora rojas o azules, según
comparados con el circuito para hámster iban arrojándole sustancias químicas. El
que tenía en la cabeza. humo y los vahos formaban una gran
Lord Dogodaga había mandado que nube que me escocía los ojos y me
nos matasen «a todos». Solo podía emponzoñaba los pulmones. Un ser
significar una cosa: que mi equipo pequeño a medio camino entre un sapo y
seguía con vida. Y si era así, todavía un enano avivaba el fuego con polvos,
quedaba un resquicio de esperanza. cuidándose de echar tan solo un puñado
Aunque solo uno. Cinco versiones pequeño a cada vez.
de mí mismo apresadas contra quién Ninguno de los encargados del fuego
sabía cuántos miles de soldados, brujos y del brebaje era humano. Aunque
y demonios maldecimales…, la verdad costaba reparar en detalles al no haber
es que con solo enfrentarnos con lord más luz que la que daban las llamas bajo
Dogodaga y lady Índigo ya hubiésemos el caldero, distinguí tentáculos y
tenido todos los pronósticos en contra. antenas. No sabía si provenían de
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mundos marginales muy apartados del un traspié hacia delante y luego le pegué
Arco o si los habían transformado en una patada con toda mi fuerza a la pata
seres a los que no les afectaban los más cercana del trébede donde estaba
humos químicos, el aire chamuscado o apoyado el caldero gigante.
lo que quiera que hicieran allí abajo. No Ojalá pudiera contaros que tenía un
creo que importe mucho. Los que sí que plan brillante, pero no es así. Mi idea
se mostraron poco amigos del humo y era simplemente ganar un poco de
del ambiente cargado fueron mis tiempo, o hacer algo, de un modo u otro.
guardias: dos de ellos se quedaron Fue como un accidente de tráfico,
fuera, cada uno a un lado de la puerta todo sucedió a cámara lenta:
cerrada, mientras que los demás, los que La pata del trébede se ladeó y volcó.
me hicieron pasar dentro, llevaban Vi a mis guardias, que vinieron a por
pañuelos tapando boca y nariz y tenían mí entre toses y resoplidos.
los ojos llenos de lágrimas. El caldero empezó a inclinarse.
Una cosa se nos acercó, algo que El medio sapo, el que echaba con
podría haber sido una mantis religiosa si tanto esmero las sales al fuego, tiró la
las fabricasen tan grandes y con ojos bandeja entera de polvos a las llamas al
humanos. Reprobó a mis captores con caerse a un lado y fue a aterrizar justo
una voz estridente: encima del guardián más cercano, que
—Fuera de aquí. No respirar. maldijo y chocó con la mantis al
Procesado comenzar ya. Fuera. tropezar hacia atrás.
Abandonar lugar. ¡Cri, cri, cri! Aquí ya Me eché a un lado del caldero
no para vosotros. mientras los polvos de las llamas
En ese momento se despejó el humo ventosearon como una pequeña traca de
por un instante y los vi al otro lado del fuegos artificiales…
caldero. El corazón me dio un vuelco: Y lenta y majestuosamente, sin que
allí atados de pies y manos y tirados en nadie pudiera detenerlo, el caldero
el suelo, como conejos listos para la volcó del todo.
olla, estaban mis compañeros de equipo. Nunca olvidaré cómo el guardia alzó
De un solo vistazo comprobé que la mano para evitar que se le cayese
estaban todos: Jai, Jakon, J/O, Jo y encima, pero no sirvió de nada; ni
Josef. Y estaban conscientes, a pesar de tampoco el mejunje fundido que salpicó
su aspecto demacrado y desesperado. y se derramó por doquier ni los gritos de
No sabía cuánto tiempo llevarían allí — los seres cuando los alcanzó. Porque
¿días, semanas, meses?— pero no daba aquello quemaba y bien que quemaba,
la impresión de haber sido una estancia hasta los huesos.
muy agradable. Todos habían Me estaba asfixiando, apenas podía
adelgazado, hasta el pequeño J/O. respirar. El mundo nadaba a mi
Tampoco se sorprendieron mucho al alrededor y me corrían las lágrimas por
verme; a lo mejor ya había corrido el las mejillas. Pero seguí adelante.
rumor de que me habían capturado, o tal Cogí del suelo un cuchillo que
vez se lo esperaban. Con la de veces parecía de trinchar y empecé a cortar los
que lo había fastidiado todo, no era de amarres de mis amigos. Fui primero a
extrañar que lo hubiese vuelto a hacer por Jo, a quien le quité las cuerdas que
una última y definitiva vez. Se me le sujetaban las alas y luego la mordaza.
quedaron mirando sin más y sus caras de —Gracias —me dijo.
resignación me partieron el alma. —Alas —boqueé—. Aire, abanica,
Lo peor de todo es que yo sabía que aire. —Seguí con Jakon.
tenían razón, que de aquel sitio uno no Jo asintió, extendió las alas y
se escapaba de repente, a última hora. empezó a batirlas para alejar de
Era más bien el típico sitio donde nosotros el humo asfixiante. Por la
acababas teniendo una muerte dolorosa, rejilla entraba aire fresco —para
lenta y quejosa. alimentar el fuego, supongo— y lo
Uno de mis escoltas me soltó, se tragué con ganas, al tiempo que me
adelantó y dijo: restregaba los ojos y seguía serrando las
—Tenemos otro para la olla. cuerdas con el cuchillo. Jakon parecía la
Órdenes de lord Dogodaga. más animada del grupo, no paraba de
El fuego de debajo del caldero retorcerse en sus ataduras y rompió las
eructó sulfuro y el otro guardia me quitó últimas cuerdas de un tirón antes de que
las manos de encima para restregarse yo pudiera terminar.
los ojos llorosos. Acto seguido se liberó de la
Y entonces decidí entrar en acción. mordaza, emitió un gruñido profundo y
Bueno, «entrar» no es la palabra se abalanzó sobre mí.
exacta pero suena mejor que «tropezarse Cuando me agaché, la chica lobo me
y dar una patada», que es lo que hice. Di pasó por encima de la cabeza y desgarró
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a la mantis, que venía a por mí duda de que nuestro repentino
blandiendo una cuchilla de carnicero. levantamiento revolucionario habrá
De un zarpazo rabioso la decapitó y el activado numerosos sortilegios de
cuerpo del bicho se tambaleó todavía alarma.
con la cuchilla en la mano, pero ciega y —No podremos salir con vida de
enrabietada. este barco tan grande —comentó Jo—
El siguiente al que liberé fue a Josef. pero es mejor morir luchando que en una
Las cuerdas que lo tenían aprisionado olla de sangre burbujeante.
eran gruesas como maromas. Cuando le —No vamos a morir ni luchando ni
desaté las manos le di el cuchillo para en ninguna olla —le dije—. No es una
que él mismo se liberase los pies. Se opción. Pero la única puerta está al otro
frotó las muñecas con una mueca de lado del fuego.
dolor y luego cortó el resto de amarres —En realidad —intervino J/O con
el doble de rápido de lo que lo habría cierta alegría en la voz— hay una puerta
hecho yo mismo. oculta justo allí debajo. Vi salir por ella
Por el rabillo del ojo vi cómo nos a uno de esos bichejos inmundos cuando
protegía Jakon, igual que una loba a sus nos trajeron.
cachorros, con todos los pelos erizados —Qué ojo. Pero ¿cómo la abrimos?
y los colmillos sacados. Mientras, Jo Seguro que está protegida por conjuros
seguía aventando con las alas al tiempo o algo parecido, ¿no?
que, con una pica que había cogido de la Al otro lado de las llamas, el
pared, embestía a todos los bichos que guardia que seguía en pie y varios de los
se atrevían a acercársele, que no eran monstruitos se habían reagrupado y nos
muchos, la verdad; la mayoría se habían miraban mientras dialogaban. Ya no
agazapado en un rincón y se limitaban a teníamos el factor sorpresa de nuestra
mantenerse apartados del río de llamas parte: debíamos movernos
que nos separaba. inmediatamente, hacia donde fuese.
Cuando liberé a Jai, se echó al suelo Josef se encogió de hombros y a
y se restregó por él. continuación se escupió en las manos, se
—Me encuentro parestético, me agachó y tiró de la rejilla. Se le tensaron
aguijonea todo. Estoy en deuda contigo, los músculos del cuello, gruñó del
por cierto. esfuerzo y al cabo se echó hacia atrás.
—No es nada. Ante nosotros vimos el contorno de una
A continuación le quité la mordaza a trampilla, donde la rejilla estaba pegaba
J/O, quien lo primero que dijo fue: a la pared. Apretó los dientes y luego le
—Típico, dejarme para el final. Y pegó una patada con toda su fuerza.
todo porque soy el más pequeño, te Se materializó ante nosotros un
parecerá muy justo. Mmmhh, mmmh, agujero del tamaño de una trampilla en
mmmmmhh. —Esto último lo dijo así la pared.
porque volví a ponerle la mordaza en la —Una cosa son los conjuros y otra
boca. —En realidad —repliqué— lo que bien distinta la fuerza bruta. Vamos.
has querido decir es «gracias». Y si no Los que no teníamos armas cogimos
lo dices, me olvidaré de liberarte y te las que quedaban en las paredes de la
dejaré aquí sin querer queriendo. sala de procesado. Me detuve para
Cuando le quité la mordaza, abrió guardarme un saquito de cuero colgado
los ojos como platos. de la pared que contenía algún tipo de
—Gracias —me dijo con la boca polvo.
pequeña— por volver y liberarme. —¿Qué es eso? —me preguntó J/O.
Gracias. —Ni idea pero yo diría que es lo
—De nada. No hay de qué —le que echaban al fuego, una especie de
respondí, y le corté entonces las pólvora o algo parecido. No nos hará
ataduras de pies y manos. ningún daño llevárnoslo.
El humo empezaba a disiparse y el Mi compañero hizo una mueca y
fuego se comportaba ya más como un replicó:
fuego y no tanto como el Vesubio. Mis —Yo no creo que sea pólvora,
compañeros y yo nos agrupamos. parece más bien algo mágico, ojo de
Imaginé que la sala de procesado debía tritón y esas cosas. Mejor déjalo.
de estar asegurada por hechizos a Sus palabras me dieron el empujón
prueba de fuego porque las llamas no se definitivo para echármelo al bolsillo y
habían extendido ni por las paredes ni seguir al resto por el agujero, a través
por el techo ni por el suelo; además, de un pasaje estrecho poco más grande
empezaban a disminuir. que un conducto de ventilación.
—Debemos ineludiblemente J/O iba en cabeza mientras Jakon
desplazarnos con toda la premura cerraba la marcha. El resto hacíamos lo
posible —opinó Jai—. No cabe ninguna que podíamos entre medias,
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chocándonos unos con otros en la que había visto de las salas de máquinas
oscuridad. de viejos transatlánticos como el
—Te has tomado tu tiempo — Titanic… salvo porque en esas no había
comentó Jo, cuyas alas oía rozarse con troles ni trasgos manejando la
el techo. maquinaria.
—He venido en cuanto he podido. Jai me tocó entonces el brazo y me
¿Qué os ha pasado? señaló hacia un lado. Cuando me volví
—Nos llevaron a una especie de vi lo que movía los motores: una pared
cárcel —me contó J/O— y nos metieron llena de arriba abajo de lo que parecían
en celdas individuales. No nos dejaban grandes tarros de botica o frascos de
ni hablar ni leer ni nada. Y la comida… sidra de vidrio grueso. En el interior
¡puaj! Me encontré un bicho en el plato. había una especie de resplandor de
—Los bichos eran lo mejor de todo luciérnaga pero sin insecto: una suave
—prosiguió Jakon—. Ni siquiera se luminiscencia que palpitaba al ritmo del
molestaron en interrogarnos; era martilleo de la maquinaria. Eran de
evidente que nos querían para la olla. — muchos colores, de verdes luciérnaga a
Vaciló y noté cómo temblaba en la amarillos y naranjas fluorescentes y
oscuridad—. Vi a lord Dogodaga, que morados chillones. De la tapa de cada
nos dijo que estaba deseando vernos tarro surgía una gran cañería que daba a
sufrir. una enorme tubería en el techo y bajaba
Recordé aquella cara hedionda de luego hasta el corazón del motor.
trasgo con los ojos fijos en mí. —Son nuestros hermanos… —
—A mí me dijo lo mismo. Que era murmuró Jai.
combustible de primera. —Me alegró —Y hermanas —apostilló Jakon.
que no pudiesen verme la cara en la Probé a tocar un tarro frío con la
penumbra. mano y nada más rozarlo resplandeció
—Teníamos la esperanza de que con un naranja muy vivo, como si me
volvieses a por nosotros —continuó Jo reconociera. Los tarros contenían el
—, o de que regresases a InterMundo y combustible que propulsaba el
enviasen una patrulla de rescate. Pero al acorazado: la esencia de Caminantes
ver que las semanas pasaban y no como yo, despojados de sus cuerpos,
venías, perdimos toda esperanza. embotellados y esclavizados.
Cuando nos llevaron al cuartel general El cristal, o el material que fuese,
de Maldecimal y nos metieron en el parecía vibrar ligeramente. Lo único en
Maléfico supimos que éramos que lo que podía pensar era en la escena
Caminantes muertos. de cientos de películas de miedo en las
Les expliqué brevemente lo que que alguien que ha sido poseído tiene un
había ocurrido, que Maldecimal había momento de cordura y ruega:
utilizado un dominio fantasma para «¡Matadme!».
despistarnos, que me habían licenciado —Podíamos ser nosotros —gruñó
y borrado la memoria y la había Jakon. —Y todavía podemos —masculló
recuperado luego gracias a Tono. Estaba Josef. —Es una abominación —intervino
terminando mi relato cuando J/O divisó Jo—. Ojalá pudiésemos hacer algo por
una luz en la lejanía. ellos. —Y podemos —replicó Jai con la
Al resto nos costó verla otros diez boca torcida por la indignación. Con lo
minutos de caminata: la cibervisión de afable que parecía siempre, en ese
J/O era mucho más sensible a la luz que momento sentíamos su rabia en el aire
el ojo normal. Sin embargo al final igual que la electricidad estática antes
todos salimos del túnel y contemplamos de la tormenta.
con asombro lo que había a nuestros Arrugó el ceño y miró fijamente un
pies. Estábamos en una plataforma en alto tarro de cristal que teníamos poco por
que sobrevolaba lo que debía de ser la encima de nuestras cabezas. Me pareció
sala de máquinas. Aún hoy no sé cómo verlo temblar, mientras Jai se
funcionaba el Maléfico pero, solo por su concentraba cada vez más y cerraba los
tamaño, aquellos motores parecían tener ojos hasta que… el tarro estalló con un
potencia para dar y regalar: eran sonoro «¡pop!», como un petardo. En su
descomunales. La sala debía de ocupar lugar se quedó suspendida una luz que se
toda la planta inferior del barco y estaba agitó nerviosa, como si no estuviese muy
plagada de pistones y válvulas inmensas acostumbrada a la libertad.
y engranajes grandes como la rotonda Miré a los demás y todos estuvimos
principal de Greenville. Salía vapor a de acuerdo.
chorro de válvulas de drenaje gigantes El cacharro de hierro que había
al tiempo que barras colectoras cogido de la sala de procesado
entrechocaban entre sí con un ruido semejaba una alabarda, con una cuchilla
ensordecedor. Me recordó a las fotos a un lado de la cabeza y un martillo
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romo en el otro: la herramienta ideal la vez. Me gusta recordarlo de ese modo
para la tarea, que diría mi padre. Di un porque, en gran medida, ellos eran
paso adelante y grité al tiempo que la nosotros —o lo habían sido en otro
blandía, con un alarido de salvaje que tiempo, antes de ser masacrados y
casi ahoga el sonido del arma al chocar utilizados para propulsar un barco a
con los botes. De una primera embestida través de los mundos—, y nos vimos
saltaron hechos añicos unos cinco. El contagiados por sus pensamientos.
resplandor del interior refulgió hasta el Pensaron en «venganza», pensaron
punto de dejarme una imagen residual. en «destrucción» y «odio». Y,
El resto del equipo se puso a la tarea observándonos, nos trasmitieron con sus
con el mismo entusiasmo o más. El aire pulsaciones una sensación muy similar a
se llenó de cristales volando y luces un «gracias».
estroboscópicas. Me detuve un momento Las luces de las almas empezaron a
para mirar hacia atrás y contemplar el brillar con más fuerza, tanto fue así que
maremágnum que estaba apoderándose todos menos Jakon y J/O tuvimos que
de la sala de máquinas. Los pistones apartar la vista. A continuación se
titubeaban, bombeaban desacompasados movieron todas a una y me pareció oír el
o se paraban del todo. De varias silbido del viento a su paso.
válvulas salía vapor con cada vez más Abajo, entre las máquinas, los troles
furia hasta hacer explotar algunas y los trasgos salían disparados por
tuberías. Trasgos, diablillos y demás doquier llevados por el pánico. No se
secundarios de cuentos infantiles iban de salvarían ni aunque el infierno se
un lado para otro aterrados, como gatos helase… literalmente. Cuando las luces
escaldados. cayeron sobre ellos en picado, fueron
La máquina grande empezó a estallando en lo que parecía una imagen
detenerse. de rayos X que se iluminaba por un
En aquel momento no me importó, lo momento y luego desaparecía.
único que quería era liberar las almas Las luces se abalanzaron sobre las
de todas las versiones de mí mismo de máquinas. Supongo que yo también las
sus prisiones de cristal. Cada vez que odiaría si hubiese estado accionándolas
rompía un bote, me sentía más fuerte y con todo lo que tenía, con todo lo que
enérgico, más completo; más vivo en era. Cuando las centellas alcanzaron los
definitiva. motores, desaparecieron, como si de
Me fijé en que Josef cantaba al algún modo el acero, el hierro y el
tiempo que iba rompiendo frascos. Tenía bronce se las hubiesen tragado.
una voz alta, de tenor. Me pareció oír —¿Qué hacen? —preguntó J/O.
que cantaba algo sobre una anciana, su —Chist —repuso Jakon.
nariz y varios arenques; y me pregunté —Siento ponerme pragmático y eso
de qué clase de mundo vendría mi —tercié—, pero es probable que lord
amigo. Dogodaga y lady Índigo hayan mandado
Y luego reparé en otra cosa: las más tropas por el túnel. De hecho, me
luces no estaban apagándose al salir de extraña que no…
los botes sino que se quedaban —Calla —replicó Jo—, creo que va
suspendidas en el aire; si acaso, se a explotar.
hacían más brillantes en sus colores Y estalló, y fue maravilloso, como
palpitantes de gusanos de luz. Además, un espectáculo de luces, un castillo de
se estaban congregando por encima de fuegos artificiales y la destrucción de la
nuestras cabezas. No sabía si lo que torre de Sauron, todo junto…, hasta
había quedado de ellos era consciente donde alcanzaba nuestra imaginación.
de lo que estábamos haciendo, pero Las máquinas del Maléfico empezaron a
poco importaba: nosotros sí que lo disolverse en luz, llamas y magia, todo
sabíamos. ello seguido de un estruendo que se
Jakon rompió el último frasco, que volvió un rugido prehistórico… hasta
se abrió y se partió en dos liberando el que explotaron.
alma de su interior, que fue a reunirse —Se trata indefectiblemente de una
con el resto. conflagración supereminente —dijo Jai
Todo rezumaba electricidad. Y me con una gran sonrisa en la cara.
refiero literalmente, porque era como si —Qué bonito —coincidió Josef—.
el aire estuviese sobrecargado. Tenía Es hermoso.
todo el vello del cuerpo erizado y me Si los motores del Maléfico tenían
daba cosa tocar algo por si lo reducía algún tipo de garantía, estaba quedando
sin querer a cenizas. Mientras, las luces invalidada a base de bien.
seguían sobre nosotros. Entonces, cuando el polvo se posó,
Tal vez nos lo imaginásemos pero, lo sentí en la mente: justo donde estaban
de ser así, todos imaginamos lo mismo a antes los motores divisé un portal al
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Entremedias, el más grande que había desperdiciar tu vida neciamente por
visto nunca. rescatar a una forma de vida
—Ahí abajo hay una entrada — multidimensional de compañía
informé al resto—. Supongo que todo el proveniente de… —No terminó porque
tejido del espacio-tiempo ha estado tuvo que encargarse de otro puñado de
presionado por los motores y ahora que monstruos soldados realmente feos a los
han desaparecido han dejado sitio para que fue cogiendo de uno en uno,
que pasemos. teletransportando y lanzando por la
Jakon gruñó desde lo más profundo barandilla en diversos estadios de
de su garganta y dijo: muerte.
—Pues entonces mejor que nos —Sí, supongo que sí —respondí.
vayamos yendo. Huelo a todo un Suspiró e intercambió una mirada
batallón de escoria viniendo a por con Jo, que dijo:
nosotros por el pasadizo. —Por mí, bien.
—Y además —añadió Jai—, yo creo —Por mí también —se unió Josef—.
que nuestras amigas no han hecho nada Estoy… eh, ¡sooo! —y envió a otro
más que empezar a luchar. soldado de vuelta al pasillo llevándose
Miré y vi que tenía razón, que las de paso por delante a unos cuantos
centellas de almas brillaban más que hombres como si fuesen bolos.
nunca mientras se elevaban desde donde —Di por favor —me pidió J/O.
habían estado los motores y se abrían —¿Cómo?
paso por el techo hasta la siguiente —Que si me lo pides por favor te
planta. ayudaré a encontrar a tu animal de
—Yo puedo llevarme a J/O volando compañía.
—dispuso Jo—. Jai puede —Por favor —le rogué.
teletransportarse con Joey y Jakon. Pero Al cabo blandí mi alabarda y otro
Josef es demasiado grande para que lo bicho soldado cayó entre gritos. Nos
lleve nadie. quedamos esperando pero no llegó nada
Josef se encogió de hombros y más por el pasillo. Al parecer habían
respondió: decidido abandonar esa estrategia.
—No pasa nada, puedo saltar. —Mejor que nos demos prisa —nos
Todos sabíamos que era capaz de instó Jakon—. Me da que este barco no
sobrevivir al salto. Mi única va a seguir en pie mucho tiempo. Y lord
preocupación era que atravesase el Dogodaga seguro que no se queda para
suelo y se colase en el Noquier. verlo. Conozco a los de su calaña.
Pero no había tiempo para titubeos o —Nadie ha mencionado todavía el
para dudas. Oía cada vez más cerca el verdadero problema —repuse.
traqueteo de las botas por el túnel. Jai sonrió y preguntó:
Teníamos que irnos, y además el portal —¿De qué verdadero problema
no seguiría allí mucho tiempo porque estaríamos hablando?
parecía bastante inestable. —Estamos en el fondo del barco y
—Chicos, lord Dogodaga tiene a tenemos que llegar a la cubierta
Tono y no pienso irme sin él —les superior. Y lo más probable es que el
anuncié—. Me ha salvado la vida varias camino más rápido sea por el pasillo
veces…, a todos en realidad. Lo siento. por el que hemos venido.
Si queréis os ayudo a atravesar el portal —No tiene por qué —terció Jo, que
pero yo me quedo. señaló entonces hacia abajo—. Mirad
Y en ese momento el primero de los allí.
soldados atravesó la puerta. Había una puerta muy aparatosa que
Capítulo 18 daba a la sala de máquinas, un armatoste
Se produjo un estruendo por encima de de cobre que justo se abría en ese
nuestras cabezas y un gran trozo de momento, muy lentamente, con unos
tubería se desprendió y cayó, pero sin engranajes o goznes que chirriaron y se
llegar a darnos. Me pregunté qué quejaron como la malvada Bruja del
estarían haciendo con el resto del barco Oeste. Cuando se hubo abierto, la
las almas liberadas. Después me volví traspasó un pequeño pelotón de
hacia la catástrofe más próxima. soldados maldecimales que se
En cuanto el primer soldado dispusieron en filas. Sin embargo no
traspasó la apertura, Josef lo agarró hicieron ademán de atacar, se quedaron
igual que un niño coge a un soldadito de sin más formando una sólida pared de
plomo y lo lanzó al suelo por un lado de carne y armas de cara a nosotros.
la plataforma. Se le oyó gritar Tras unos segundos de tensión en los
ligeramente en la caída. que nadie se movió, los soldados
—De modo que —me dijo Jai— rompieron filas y dejaron a la vista a un
declinas acompañarnos con el fin de único hombre, un ser cuya carne desnuda
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vibraba con las pesadillas que contenía. olía que tenía un plan y solo podía
—Muy buenas, Scarabus —le grité esperar saber con tiempo de qué se
intentando sonar lo más confiado trataba.
posible, a pesar de que me temblaba la —¿Tú? —gruñó Jakon con cierto
piel tanto como a él—. ¿Qué tal va el desprecio en la voz—. Dejádmelo a mí
crucero? Luego hay bingo y petanca. y le desgarraré la tráquea.
—Desde el principio tuve la —¿Perdona? —intervino Josef—.
sensación de que Neville y lady Índigo ¿Os dice algo el más grande y el más
te subestimaban, chico —me gritó a su fuerte? Venga, chicos, haced la cuenta
vez—. Me habría encantado que me multidimensional.
demostrasen que me equivocaba. —No es una cuestión de fuerza —
Puso la mano en una imagen pequeña replicó J/O—, es de manejo de la
de una cimitarra tatuada en el bíceps espada. ¿Alguien se ha enfrentado
izquierdo y al instante estaba blandiendo alguna vez con una cimitarra? —Nadie
una de verdad en la mano derecha, con respondió—. Pues bien, yo fui campeón
la hoja grasienta y reluciente. olímpico de esgrima. Y he recreado
—Has destruido el Maléfico y has combates históricos con sables,
echado por tierra la conquista de los espadas… y cimitarras.
mundo Lorimare —prosiguió—. Lord —Estamos en una ubicación mágica
Dogodaga tiene la intención de ocuparse muy fuerte, y tú ya estás un tanto
de vosotros en persona. Creedme, vais a debilitado y eres el más pequeño, J/O.
desear haber acabado en la olla. Este mundo no reconoce tus habilidades.
«Bien —pensé—. Lord Dogodaga —No se trata de nanocircuitería ni
sigue en el barco». de reflejos aumentados —insistió J/O—.
Jai me dio un toquecito en el hombro Es una cuestión de destreza, y me siento
y me hice a un lado. Fijó entonces la muy capaz.
vista en Scarabus y le habló sin subir el Todos se volvieron hacia mí y yo a
tono, aunque con una voz que se mi vez interrogué con la mirada a Jai,
proyectó por toda la sala: que asintió.
—Queremos ofreceros un trato a J/O puso toda la cara de suficiencia
todos vosotros. que puede poner un ciborg.
—No creo que estéis en posición de —Jo, ¿puedes bajarme volando?
negociar nada. —Scarabus cortó el aire La chica asintió.
con la cimitarra. —Pues venga, pedidles una espada.
—Pues yo creo que sí. Uno de Me encogí de hombros y grité:
nosotros luchará contigo y, si nuestro —¡Eh! ¿Tenéis una espada de sobra
paladín gana, tú mismo, y solo tú, nos para nuestro paladín?
escoltarás hasta lord Dogodaga como Uno de los soldados desenfundó una,
hombres libres. En caso contrario avanzó un par de pasos, la dejó en el
podrás llevarnos ante vuestro señor en suelo y volvió a su sitio. Las risas
calidad de prisioneros. fueron a más.
Scarabus se quedó mirando un —Gracias —les dije—. Que
instante a Jai antes de echarse a reír. Era disfruten ustedes del espectáculo. ¡Y no
evidente por qué: desde su punto de olviden dejarle propina al camarero!
vista, ganara quien ganase, él nos Jo cogió a J/O y voló con él hasta el
empujaría a las garras de lord suelo, donde el ciborg cogió la espada
Dogodaga. Yo tampoco entendía muy —que era casi tan larga como él de alto
bien la diferencia. Al señor de — y le hizo una reverencia a Scarabus.
Maldecimal se le podía tachar de Los soldados se rieron con más
muchas cosas, la mayoría desagradables fuerza aún. Si hubiese sido posible
—y mejor decirlas si no estaba delante matar a alguien de la risa, ya habríamos
—, pero desde luego tonto no era. ganado. Scarabus alzó la vista hacia
—¡Que se adelante vuestro paladín! nosotros y nos preguntó:
—gritó Scarabus. —Pero, bueno, ¿me mandáis al más
Jai sacudió la cabeza y repuso: pequeño con la esperanza de que me
—Antes de nada tú y tus hombres apiade de él o qué? —Sonrió de oreja a
tenéis que prometer que no nos haréis oreja y replicó—: ¡Pues nada más lejos!
daño en caso de que ganemos. —Y acto seguido levantó la cimitarra y
Los soldados miraron a su jefe, que cargó contra nuestro amigo.
asintió. Era bueno, muy, muy bueno.
—¡Lo juro! El problema era —y pronto resultó
—¡Y yo! ¡Y yo! —fueron repitiendo evidente tanto para nosotros como para
uno por uno los soldados, que parecían el tatuado y sus soldados— que J/O era
estar pasándoselo en grande. mejor. Desde que se cruzaron por
—Estoy listo —le dije a Jai. Me primera vez las hojas, fue mucho pero
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que muchísimo más rápido. Daba la sus ojos no pudieron disimular su goce.
impresión de que sabía exactamente Echamos a correr, todo lo rápido
dónde estaba la cimitarra de Scarabus que se podía, por un estrecho tramo de
en todo momento del combate y se escaleras de madera. En cada piso que
cuidaba de estar en cualquier otro lado. pasábamos veíamos caos: gente y cosas
Lo que más recuerdo es el ruido de que no eran gente huyendo despavoridas
la pelea. Cada vez que entrechocaban y gritando.
los aceros, la sala reverberaba con el Scarabus nos maldijo y nos pidió
sonido del metal contra el metal. que redujéramos la marcha porque se
Todavía puedo oírlo. había quedado muy atrás. Lo ignoramos:
Scarabus no tardó en abandonar la al Maléfico no le quedaba mucho
noción de pelea de espadas elegante e tiempo.
intentar ganar aprovechándose de su —Esto se parece más al Titanic que
tamaño y su fuerza, con unos golpes que al Maléfico—le comenté a Jo entre
mi ciberyo apenas alcanzaba a esquivar jadeos. Había un montón de escaleras.
o bloquear. —¿El Titanic?
Pero entonces J/O tropezó y —Un barco muy grande de mi
Scarabus preparó la estocada final, bajó Tierra. Chocó contra un iceberg y se fue
el acero con toda su fuerza, gritó a pique, sobre 1920 o así.
victorioso… y nuestro amigo se echó —Ah, ya. Como la catástrofe del
hacia un lado más rápido que el viento King John.
al tiempo que levantaba la espada. —Sí, bueno —le dije, justo cuando
El hombre viñeta quedó empalado un trozo de barco se desprendió al lado
por la espada de J/O y no llegó a de nosotros y cayó al Noquier dando
terminar su grito triunfal. No chilló ni bandazos.
emitió sonido alguno, se limitó a asir el Seguimos corriendo por más
metal con ambas manos y mirar a su escaleras, pasillos y peldaños hasta que
contrincante con cara de asombro. nos encontramos allí: a las puertas del
Cuando cayó al suelo el infierno se salón de actos, donde había visto a lord
desató: la piel le hirvió, como si todos Dogodaga hacía una hora.
los tatuajes hubiesen estado presos en su Me detuve y los demás me imitaron.
carne y se liberasen con su muerte. —Eh, ¿qué pasa? —quiso saber
Monstruos, demonios, cosas a las que no Josef. —Está ahí dentro —respondí—.
sabría poner nombre se alzaron y se Pero no me preguntéis cómo lo sé.
alejaron de él expandiéndose y Jai asintió y dijo:
materializándose… —Estupendo.
Hasta que se paralizaron y se Josef tiró la puerta de una patada y
congelaron por un instante en pleno entramos todos a una.
vuelo. Y entonces fue como ver una Capítulo 19
película rebobinada: los tatuajes La sala estaba a oscuras y la única
volvieron a su origen en un remolino de fuente de luz provenía de un resplandor
tintas y formas y en cuestión de segundos verde luciérnaga que llegaba desde el
estaban de nuevo al resguardo de su otro extremo. Esperamos junto a la
piel. Scarabus se incorporó sobre un puerta, sin querer avanzar hasta que se
codo, tosió sangre y se la enjugó con una nos acostumbrasen los ojos a la
mano ilustrada. penumbra.
—Me has costado una vida —le dijo De repente un gruñido almibarado
a J/O—. ¡Toda una vida, sabandija susurró en la oscuridad:
enana! —Hola, niños —nos saludó lord
A mi lado Jai le preguntó con toda la Dogodaga—. ¿Qué? Habéis venido a
calma del mundo: regodearos, ¿no?
—¿Serías tan amable de Avanzamos y vimos una silueta negra
acompañarnos en presencia de lord perfilada contra el resplandor verde.
Dogodaga sin hacernos nada? —No —repuso Jo—. Nosotros no
—No me queda más remedio. Os he nos regodeamos, somos los buenos de la
dado mi palabra, y aquí hay demasiada película.
magia viva en el aire como para Se oyó un bufido y la luz se hizo más
retirarla. intensa.
Dos soldados le ayudaron a ponerse Vi entonces lo que estaba
en pie, mientras Jai, Josef, Jakon y yo ocurriendo: las almas de los
nos reunimos con J/O abajo en la sala de Caminantes, las que habían salido de los
máquinas. tarros, estaban suspendidas en el aire y
—Bien hecho —felicité a J/O, y se hechas una piña como un enorme
lo dije en serio. enjambre de abejas. De cara a ellas, con
El chico se encogió de hombros pero las manos hundidas en el centro de la
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colmena, estaba lord Dogodaga, que divertida. Podía verlo cavilar sobre el
parecía estar conteniéndolas allí; sin hecho de que tenía en su poder algo que
embargo el esfuerzo era tal que lo estaba yo deseaba.
pagando con energía y sudor. Resollaba —Ajá… O sea que no habéis venido
más de lo habitual y no se volvió para hasta aquí solo para presenciar mi
mirarnos cuando nos acercamos. muerte. Quieres a tu mascota.
—Estas mosquitas muertas me están —Sí.
dando bastantes problemas —comentó Un rayo de luz refulgió en el
entre jadeos lord Dogodaga—. Al enjambre de almas y lord Dogodaga se
liberar los espíritus me habéis hundido estremeció.
el barco y la invasión a los Lorimare. —Pues entonces sácame de aquí si
—¿Y la Noche de Escarcha? —le quieres a tu amiguito. Tendrás que
pregunté. liberarme porque ahora mismo ni
Se volvió para mirarnos y el siquiera puedo darte el prisma, con las
enjambre aprovechó para palpitar con manos ocupadas como las tengo.
más fuerza. Una de las luces diminutas —¿Por qué deberíamos fiarnos de
se apartó del resto, se abalanzó sobre la ti? —replicó Jakon.
cara de Dogodaga y le arañó la mejilla. —Ni podéis ni debéis. —Hizo una
El señor de Maldecimal pareció a punto pausa, gruñó e intentó concentrarse, pero
de caerse pero recuperó el equilibrio y entonces lanzó un gemido. Era lo más
ladró:— cerca que había visto a lord Dogodaga
No. La Noche de Escarcha vendrá de una muestra de debilidad, de
igualmente, no importa lo que me pase a sufrimiento. Tengo que admitir que no
mí. me dio tanta satisfacción como había
Se produjo un temblor y una colisión imaginado; con todo, distaba mucho de
al derrumbarse algo bajo nuestros pies; sentir pena por él—. Si quieres a tu
cada vez eran más frecuentes los sustos mascota, ¡por lo más sagrado, ayúdame!
así. No aguantaré mucho más. Es más dolor
—¿Qué hace aquí? —le pregunté—. del que puedo soportar. Y soy capaz de
¿A estas alturas no debería estar en un resistir bastante…
bote salvavidas o algo por el estilo? Vacilé un instante.
Era como el bramido de un toro o el —Ni siquiera sé si puedo ayudarle.
gruñido de un tigre. ¿Por qué no nos da el prisma y nos
—¿Es que no tienes ojos en la cara, dejamos de historias?
chico? Esta absurda pelota de espíritus —Bueno, entonces tendrás un prisma
rehogados me tiene atrapado. con un uróboros dentro. Tengo que
Rezongó e intentó en vano hacer abrírtelo yo.
fuerza para apartarse pero la luz verde El barco dio una sacudida repentina
luciérnaga brilló con más intensidad y y todo se ladeó cuarenta y cinco grados.
empezó a tirarle de los brazos mientras Me resbalé en el suelo de madera y fui a
se extendía lentamente como un aceite dar contra la pared. Me aparté rodando
verde. Tenía sentido: si a mí me hubiese justo a tiempo para esquivar a lord
tenido metido en un bote de cristal Dogodaga, que fue a parar al mismo
durante años —después de infligirme sitio solo que con más fuerza. Se
dolor a espuertas para ayudarme a incorporó como pudo entre gañidos.
«centrarme»—, sé lo que me habría Quise probar a meter la mano en la
gustado hacerle: causarle daño en la luz resplandeciente.
misma medida en que él me lo hubiese Odio.
causado a mí. Lo habría dejado en el Y el odio me embargó la mente.
barco hasta que explotase, se viniese Deseo de venganza.
abajo o lo que quiera que hagan en el Todos los espíritus —y eran unos
Noquier los barcos saboteados. cientos en el enjambre— seguían
Josef me tocó en el hombro. retorciéndose y debatiéndose con el
—¿Joey? Esto es cosa tuya. Lo que dolor. Estaban llenos de odio: hacia el
vayas a hacer es ahora o nunca. barco, hacia Maldecimal, hacia lord
Asentí, respiré hondo y di un paso Dogodaga y lady Índigo; el odio era lo
adelante para enfrentarme a aquellos único que lograba distraerlos del dolor.
ojos del color del cáncer, de la bilis, del Era horrible tener en mi mente a
veneno. Los miré fijamente a pesar de cientos de versiones de mí mismo
que cada fibra de mi cuerpo me pedía a gritando. Debía ponerle fin.
gritos que echara a correr. —Se acabó —les dije, sin saber
—Quiero que me devuelvas a mi muy bien qué estaba diciendo—. Nadie
fóvim —le exigí. volverá a haceros daño. Sois libres,
Toda su cara de hiena se contrajo dejadlo estar, seguid vuestro camino.
por un momento en una expresión Intenté pensar en cosas buenas para
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secundar los pensamientos que estaba y estaba tan cerca de él que vi unos
enviándoles: cálidos días de verano, gusanos microscópicos reptando por
noches de invierno junto a la chimenea, ellos.—
tormentas… Al rato me quedé sin A mí no me des las gracias,
tópicos emotivos y me concentré en mis microbio —susurró desde su hocico
recuerdos familiares, como el olor de la machacado—. La próxima vez que nos
pipa de mi padre, la sonrisa del veamos te chuparé la cara hasta dejar
renacuajo, la piedra que me colgaba del solo el cráneo y usaré tus tripas de hilo
cuello, la que me había dado mi madre dental. Me has costado muy caro, así
antes de partir. que no te atrevas a darme las gracias en
La piedra… tu vida.
Sin poder explicarme el por qué, me Ladeó la cabeza como si estuviese
llevé la mano al cuello y la saqué. Al escuchando algo y de repente aulló con
colgar de mi mano destelló con los fuerza cual lobo enloquecido.
parpadeos y las palpitaciones de las —Vienen mis camaradas —anunció.
almas. Y entonces me fijé en algo —Abra el prisma de Tono o les digo
peculiar: la piedra no estaba reflejando a los espíritus que vuelvan.
las luces sino que estaba acompasada Sus dientes afilados destellaron con
con ellas, armonizaba con los destellos la luz de las velas.
de colores. Reparé también en que las —Mientes, no puedes hacer eso.
luces de luciérnaga empezaron a Tenía toda la razón, desde luego. Yo
cambiar, a palpitar y arder en sincronía. no era capaz pero él tampoco podía
De haber sido un sonido en lugar de una saberlo a ciencia cierta. Agarré el
luz, habría escuchado dos melodías en colgante de piedra con la mano que tenía
contrapunto materializándose poco a libre y lo amenacé:
poco. —Vamos a averiguarlo.
Estaban a punto de creerme, podía Aunque me penetró con sus ojos
notarlo; a punto pero no del todo. rojos, fue el primero en ceder. El prisma
—Deje de combatirlas —le ordené a empezó a adquirir un tacto helado, como
Dogodaga. el casco de una nave espacial.
—¿Qué? —No se abrirá del todo en mi
—Mientras siga luchando contra presencia —gruñó lord Dogodaga, que
ellas no cesarán en su empeño de me cogió entonces y me levantó del
destruirlo. En cuanto pare, lo dejarán en suelo—. Así que me temo que es hora de
paz. que te despidas, Caminante.
—¿Por qué… —tomó aire—… por Me tiró como un lanzador olímpico
qué habría de creerte? de jabalina desecha un mondadientes.
—¿Otra vez con lo mismo? Deje ya Recorrí volando toda la habitación, con
de combatirlas. tanta fuerza que de haber impactado
Así lo hizo: relajó todos los contra la pared del fondo me habría roto
músculos y sentí al instante, casi la oí, la mitad de los huesos del cuerpo. Por
cómo se desvanecía la tensión. «¿Lo fortuna Jo lo evitó al lanzarse a por mí
veis? —les dije a las centellas en mi volando y detenerme. Aterrizamos
cabeza, sin darme cuenta de que no les suavemente y al cabo de un momento ya
hablaba en voz alta—. Ahora soltadlo». estaba rodeado por todo mi equipo. Me
La luz empezó a brillar con más puse en pie pero de no ser por Jakon,
fuerza hasta llenar la habitación de una que me agarró, me habría vuelto a caer
refulgencia cegadora. Cerré los ojos y porque el barco se tambaleó una vez
los apreté con fuerza pero el resplandor más. Ahora todo temblaba y por doquier
me ocupaba cabeza y mente. Después se veían abrirse grietas y desprenderse
creí oír una especie de adiós, aunque tal trozos del casco.
vez lo imaginé. La luz se desvaneció a Dogodaga volvió a aullar y la pared
continuación y también la piedra de mi del fondo estalló hecha astillas. En el no
madre se apagó. espacio junto al barco había algo
Toda la estancia se quedó a oscuras. colgando, una especie de alfombra
—Cógelo —me dijo la voz de lord mágica reconvertida en bote salvavidas.
Dogodaga al tiempo que notaba algo Distinguí a lady Índigo, Scarabus,
afilado y frío en la mano. Neville y un puñado de bichos que
—Gracias —le dije sin pensar. debían de ser otros gerifaltes de
Algo parpadeó y un candelabro Maldecimal.
cercano se encendió de golpe. Vi que Lord Dogodaga gruñó y saltó a la
tenía a Dogodaga a mi lado, con su balsa con tanta fuerza que al pisar
aliento pestilente y tal odio catapultó al Noquier a un bicho que
reconcentrado en los ojos que podía estaba en el borde del bote.
haber apagado el sol. Sacó los colmillos Y después, como un mal recuerdo, la
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balsa desapareció y el Maléfico siguió pero allí estaba. Qué alivio me dio…
cayéndose a pedazos a nuestro —¡Tono, has vuelto! ¿Estás bien?
alrededor. Un leve sonrojo rosado se extendió
—¿Dónde está el portal? —gritó Jai. por la superficie de la pompa del fóvim.
Iba a decirle que lo teníamos justo —Creo que está dolorida —comentó
debajo cuando me di cuenta de que Jakon.
había cambiado de sitio y se había Me pregunté por qué habría hablado
desplazado hacia mi derecha, a varios en femenino pero no había tiempo de
cientos de metros. abordar un tema que se prometía
—¡Está por allí! —respondí complejo.
señalando al portal. —El camino más rápido es por aquí
En ese momento el techo empezó a —les indiqué señalando la pared.
venirse abajo y echamos a correr. J/O se adelantó y apuntó con su
—¡Fuera! —aulló Josef—. brazo armado. No vi lo que hizo porque
¡Vayamos hacia la cubierta! ¡Es nuestra el humo era tan denso que no se
única oportunidad! distinguía nada, ni tampoco resultaba
—Menos hablar y más correr — fácil respirar.
aconsejó Jakon. —¡Aprisa! —grité entre toses.
Sentía el prisma cada vez más frío y Al instante vi un fogonazo de luz
húmedo en mi mano. Era una sensación morada a través de mis párpados
extraña, familiar, aunque no era el cerrados, oí una especie de «fiuuuuu» y
momento de pararse a mirarlo, de repente sentí aire fresco en la cara.
corriendo como estaba para no Alguien me empujó hacia delante y
quedarme atrás. Sin embargo entonces aparecimos todos en la cubierta de proa
empezó a gotear: era hielo, comprendí del Maléfico.
conmocionado; nada más que hielo —Ahí está el portal —anunció Josef
derretido. Esperaba que lord Dogodaga —. Mirad.
no me la hubiese jugado. Lo vislumbramos a un lado del
Una parte del suelo empezó a barco, a varios cientos de metros,
derrumbarse bajo nosotros. J/O, Jakon, refulgiendo en la singularidad del
Jai y Jo lograron cruzar hasta la escalera Noquier.
más cercana, mientras que Josef y yo nos —¿Cómo vamos a llegar hasta allí?
quedamos atrapados al otro lado, con un —Jo, ¿puedes navegar en el éter? —
hueco entremedias de unos tres metros preguntó Jai.
de ancho por el que surgían llamas que —¿Que si puedo volar hasta allí? —
estaban propagándose por el suelo a La chica vaciló—. No lo sé, es probable
nuestra espalda. que no.
—Jamás saldremos de aquí con vida —Es absurdo —gruñó Jakon—.
—dijo alguien. (Creo que fui yo…) Vamos a morir en este barco hediondo
Los tablones bajo mis pies con un portal en nuestra cara.
empezaron a desprenderse y di un paso Volví a mirar el «agujero» en el
hacia atrás, hacia lo que creí que era un «cielo». Parecía más pequeño, como si
apoyo más firme, aunque no fue así. nos hubiésemos alejado, pero no se
Debajo no tenía más que fuego pero, trataba de eso: era la puerta la que
antes de caer en él, alguien me cogió del estaba encogiendo.
cinturón al tiempo que la cubierta Miré a Tono y le pregunté:
desaparecía por completo. —¿Podrías sacarnos de aquí?
—Eh, relaja el cuerpo o tendré que Palpitó en un gris taciturno; era
soltarte —me dijo Jo. evidente que el tiempo en el prisma le
Le hice caso y entonces batiendo las había pasado factura.
alas se apartó del agujero y me dejó en —Bueno, y ¿acercarnos hasta el
una parte intacta de la cubierta. Al cabo portal?
regresó para rescatar a Josef, que estaba De nuevo el gris cenizo en respuesta.
colgado de un palo. No, no podía ni con eso.
—¿Estás bien? —me preguntó —Vale, ¿y podrías llevar al menos a
Jakon. Asentí, y abrí entonces la mano uno?
donde llevaba el prisma. Había Hubo una pausa y luego un azul
desaparecido. positivo le iluminó la superficie.
—Me ha engañado —balbuceé—. —Estupendo —dijo J/O—. De
Me la ha jugado. modo que tú vives y nosotros la
Jakon sonrió y me dijo señalando palmamos. Es genial, vamos… Y con
hacia arriba: genial, por si os queda alguna duda, me
—No lo creo. refiero a que vaya mierda.
Cuando alcé la vista vi a Tono —Qué pena —repuse—, porque
suspendido en el aire: pálido y gris, estabas empezando a caerme bien
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después de la lucha de espadas. Vamos a —Tono, tienes que quedarte aquí en
salir todos de aquí, y a quien quiero que la cubierta y llevar luego a Josef una vez
se lleve Tono es a Josef. que nos haya lanzado —le expliqué—.
—¿A mí? —se asombró Josef con el ¿Podrás hacerlo?
ceño fruncido. Por una esquinilla resplandeció en
—Eso es —corroboré. Se produjo verde.
otra explosión a nuestros pies y otro —¿Cómo sabes que te entiende? —
trozo grande de barco se desintegró en me preguntó Jo.
astillas—. Rápido, necesitamos aquellas —¿Tienes una idea mejor? —repuse,
jarcias de allí y… ¡sí! Hay un trozo de pero mi compañera sacudió la cabeza.
mástil, también nos va a hacer falta. Empujamos el mástil hasta un lado
Jakon cogió las jarcias, que eran del del barco con la punta ligeramente
tamaño de un par de sábanas enredadas, inclinada hacia arriba, hacia el portal,
y Jai, con poco esfuerzo, hizo levitar uno que seguía palpitando en la desolación
de los extremos del mástil roto por como el holograma de una nebulosa, a
encima de la montaña de palos partidos unos cientos de metros.
y maderas. Jo lo cogió del otro lado y —Vamos allá —le dije a Jo. Todos
Josef y yo lo acarreamos hasta el punto salvo Josef nos montamos en el mástil y
que les había indicado. nos agarramos con fuerza a las jarcias.
Envolví el mástil con las jarcias y —Venga, Josef. Dale fuerte.
las até por ambos extremos. No ganaría Mi compañero cerró los ojos, gruñó
ningún premio al diseño pero y ¡nos propulsó!
serviría…, esperaba. Lentamente nos fuimos alejando del
—Bueno, y ahora crucemos los barco, medio cayendo, medio volando,
dedos para que no haya mucha inercia en medio surcando el Noquier hasta el
el Noquier. Josef, ¿cómo se te da el portal.
lanzamiento de jabalina? —¡Funciona! —gritó Jakon.
—¿Por qué? Sir Isaac Newton fue el primero (al
—Porque quiero que nos lances menos en mi Tierra) en enunciar las
hasta el portal —le expliqué. leyes de la mecánica. Son bastante
Todos se me quedaron mirando sencillas: un objeto (pongamos por caso,
como quien ha depositado sus últimas un trozo de mástil con cinco jóvenes
esperanzas en alguien solo para montados a lomos de él), si se deja a su
descubrir en el peor momento que está aire, según la primera ley, se mantendrá
como una cabra. en una condición inalterable; la segunda
—Tú estás chalado. La luna te ha ley señala que un cambio en el
nublado la razón —repuso Jakon. movimiento significaría que algo (como
—No —les respondí a todos—. Josef) ha actuado sobre el objeto; la
Tiene todo el sentido. Nosotros nos tercera afirma que a cada acción le sigue
agarramos de las jarcias y Josef lanza el una reacción de exactamente la misma
mástil contra el portal. Todavía es fuerza pero en dirección contraria.
bastante grande, aunque se está A mi entender la primera ley
encogiendo a gran velocidad. Llegamos significaba que tendríamos que haber
allí, lo abro y luego Tono trae a Josef. seguido flotando hacia la entrada
Intercambiaron una mirada y al cabo menguante hasta alcanzarla. Es cierto
Jo dijo: que había aire o éter, o lo que
—Visto así, suena de lo más sensato. estuviésemos respirando, pero la simple
—Suena como si los gusanos le fricción atmosférica no nos ralentizaría
hubiesen roído el cerebro —terció hasta el punto de detenernos antes de
Jakon. —Ha petado —coincidió J/O—. Un llegar. Así que mi plan era infalible,
colapso nervioso del sistema. ¿no?
—Josef, ¿crees que podrías Como he dicho antes, el problema es
lanzarnos hasta tan lejos? —le preguntó que hay sitios donde las leyes científicas
Jai. no cuentan más que una opinión
El chico se agachó para calibrar el cualquiera, y bastante cuestionada, por
peso del mástil, que era muy largo pero lo demás; y sobre todo en lugares donde
más delgado que un poste de teléfonos. el potencial mágico supera en poder a
Aunque gruñó por el esfuerzo, acabó las leyes científicas, como el propio
asintiendo. Noquier…
—Sí. Yo creo que sí. Puede ser. Y los miembros de Maldecimal lo
Jai cerró los ojos e hizo varias sabían.
respiraciones profundas, como si Estábamos todavía a nueve metros
meditara, antes de anunciar: del portal cuando nos detuvimos en seco
—Muy bien, lo haremos como ha y nos quedamos suspendidos en el
propuesto Joey. espacio.
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En ese momento, a nuestras resplandeciente. Sentí que se me alzaban
espaldas, oímos una voz tan dulce como las manos y empezaban a hacer un gesto
un caramelo envenenado; una voz de la de obediencia hacia ella, lord
que no hacía tanto habría matado por Dogodaga, Maldecimal…
oírle unas palabras de alabanza. Por la Tenía que distraerla de alguna forma,
cara del resto supe que habían pasado de modo que miré a mi alrededor en
por lo mismo. busca de algo que tirarle para mermar su
—No, Joey Harker —dijo la voz—; concentración. Me metí la mano
de escaparse en el último minuto ni izquierda en el bolsillo, pese a saber
pensarlo. que sería inútil… y entonces mi puño se
Todos a la vez, los cinco y Josef en cerró en torno a una bolsita de polvo.
el Maléfico, nos volvimos… Apenas lo pensé, actué sin más:
… para ver ante nosotros a lady saqué el saquito del bolsillo y se lo
Índigo. arrojé.
Capítulo 20 No sabía qué pasaría, en el caso de
Estaba suspendida en el aire entre que realmente ocurriese algo. Fue un
nosotros y el Maléfico, aunque escorada gesto desesperado, ni más ni menos.
hacia un lado. Seguía con un brazo Como he dicho, lo más que pretendía era
alzado, todavía en la postura de acabar lograr distraerla por unos instantes.
de echar un conjuro para detenernos. Pero fue mucho más allá.
Mientras hablaba, levantó el otro brazo Cuando la bolsa le dio, se evaporó y
y empezó a alejarse del Maléfico para soltó un extraño polvo carmesí que la
acercarse a nosotros. rodeó y la envolvió en un tornado en
—Te felicito, Joey Harker. Has miniatura; pareció asombrada y luego
hecho lo que nadie creía posible: acabar asustada. Movió los brazos para
con el Maléfico y su misión. Lord defenderse y abrió la boca para invocar
Dogodaga ha regresado ya al cuartel un hechizo en contra pero no le salió
general de Maldecimal y me ha sonido alguno. El polvo giró más y más
encargado que te lleve ante él. Estoy rápido y sentí cómo iba disminuyendo la
deseando hacerlo, créeme. Ahora que la eficacia de su influjo. Miré al resto y
invasión de los mundos Lorimare ha comprobé que también ellos estaban
quedado abortada, no tendrá otra cosa saliendo.
en que ocupar su tiempo que en planear Teníamos pues una oportunidad, la
su venganza contra ti. única, para escapar.
Se posó en el borde del mástil y El portal, que había tenido treinta
empezó a trazar en el aire el camino metros de ancho cuando estábamos en la
luminoso del mismo sortilegio que había sala de máquinas y algo menos de la
usado contra mí en una de las mitad cuando dejamos el barco atrás,
innumerables Greenvilles alternativas. empezaba ya a evaporarse.
Mientras gesticulaba, comenzó a —¡Jo, aletea! —grité—. Y Jai…
declamar el conjuro que una vez más ¿puedes llevarnos levitando hasta el
habría de convertirnos a los seis en sus portal?
esclavos. —No estoy enteramente seguro —
Sabía que tenía que actuar o admitió.
estaríamos perdidos. Una vez frustrada —Pues tendrás que estarlo. Pon toda
la misión de conquista, nada evitaría que la carne en el asador.
lord Dogodaga utilizara todo su En cuanto a mí, me concentré en el
potencial y sabiduría para arrancarnos portal: al fin y al cabo yo era Caminante.
de la mente el secreto de InterMundo. Si Sondeé, hice fuerza hasta tocarlo con la
lady Índigo completaba su conjuro, el mente y, valiéndome de todos mis
juego se habría acabado para todos, y recursos, mantuve la puerta abierta.
para todos los mundos. Y con una lentitud horrible —pero
Pero no sabía cómo pararla. Con una realmente horrorosa, como un tren
breve ojeada a mis compañeros de atravesando un pueblecito sureño en un
equipo comprobé que ya habían caído caluroso día de verano—, el mástil
bajo su influjo: tenían los ojos vidriosos empezó a avanzar hacia el portal.
y los músculos tensos. Y sentía —¡Funciona! —chilló J/O.
asimismo cómo la voluntad de ella me Miré de reojo a lady Índigo para
cosquilleaba las esquinas de la mente, asegurarme de que no nos causara más
susurrándome seductora lo fácil y problemas. No tenía pinta: en los
adecuado que sería hacer todo lo que me torbellinos carmesíes se disparaban
dijese… flashes de luces y todos parecían estar
Casi había terminado el conjuro y su iluminándola desde dentro, como si
sonido reverberaba en el aire y tuviese la carne traslúcida y se le vieran
palpitaba al ritmo del signo los huesos. Se retorcía en agonía, con la
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boca abierta en un grito que nadie oía. Capítulo 21
El portal, sin embargo, se estaba Estábamos todos reunidos en la antesala
cerrando y yo no podía hacer nada más. del despacho del Abuelo: Jai, Josef, Jo,
—¡J/O, Jakon! —grité—. Jakon, J/O y yo. Llevábamos allí
¡Ayudadme, que no se cierre el portal! esperando casi una hora; nos habían
Noté cómo la fuerza de sus mentes convocado justo antes del desayuno y
hacía un esfuerzo conjunto con la mía, habíamos venido directamente. Y allí
mientras la entrada seguía encogiéndose estábamos… espera que te espera.
y desvaneciéndose. Por fin se oyó un zumbido en el
No íbamos a conseguirlo, no nos despacho y la asistente entró para
daría tiempo y… regresar al punto y venir hacia mí.
El Maléfico explotó arrojando una —Quiere hablar primero contigo a
gran nube negra y grasienta que se solas. Los demás, esperad aquí.
expandió en todas direcciones como un Sonreí de oreja a oreja a mis amigos
hongo atómico. Creo que si nos hubiera mientras entraba. Si no iba andando a
ocurrido lo mismo en el Estático o en un dos palmos del suelo era porque iba a
mundo con más fe en la ciencia, la ola tres o… ¡que sean cuatro! Porque,
expansiva nos habría matado. Allí, en bueno, puede que no llevase mucho
cambio, sentí una ráfaga de aire muy tiempo en Inter-Mundo pero sabía que
tórrida que propulsó el mástil, y a había —habíamos— conseguido algo
nosotros con él, hasta el portal… ¡y a realmente alucinante. Los seis solitos
través de él! habíamos vencido a las tropas de
Con la misma facilidad que girar una invasión de Maldecimal y habíamos
llave en un cerrojo, nos deslizamos por destruido el Maléfico. Al menos una
el portal hasta la locura acogedora del decena de mundos conservarían su
Entremedias. libertad gracias a nosotros.
El mástil y las jarcias se evaporaron No es que me guste alardear pero
en cosas que se escabulleron, como por ese tipo de cosas es por las que te
arañas y gruñidos caricaturescos con dan medallas.
sabor a pomelo. Miré hacia atrás por la Fantaseé con qué diría si me colgaba
cada vez más estrecha rendija del portal, una medalla: ¿le daría simplemente las
pero ya no se veía por ninguna parte a gracias o me extendería y le contaría que
lady Índigo, o a lo que quedara de ella. era un honor y que solo había hecho lo
Luego el portal parpadeó y hasta hoy que cualquiera en mi lugar habría
sigo sin saber lo que ocurrió más allá. hecho? ¿Tartamudearía abochornado
—¿Qué pasa con Josef y Tono? — como los actores cuando ganan un
preguntó Jo. Oscar?, ¿o me quedaría callado?
En ese momento se oyó un sonido No podía esperar para averiguarlo.
efervescente y se produjo una lluvia de ¿Y qué había de un ascenso?
centellas esmeraldas. Josef cayó del «Asumámoslo: yo sería un líder de
cielo delante de nosotros rodeado por equipo estupendo». Levanté ligeramente
una delgada forma redonda que se fue la cabeza y saqué pecho. Pura carne de
encogiendo ante nuestros ojos. Vino oficial.
hacia mí y se acopló en la locura, En el despacho del Abuelo no había
cabeceando como un globo en una brisa cambiado nada. Allí seguía el escritorio
primaveral. enorme que ocupaba media habitación,
—Ya estoy aquí. Volvamos a casa — con todos los papeles, carpetas, discos
dijo Josef. repartidos en montículos y montañas; y,
¿A casa? Sentí una punzada de dolor al otro lado, el Abuelo tomando notas.
cuando pensé en mis padres y mis Como no pareció darse cuenta de mi
hermanos, en sitios y personas que presencia, me quedé allí de pie
probablemente no volvería a ver. Me esperando.
llevé la mano al cuello y a la piedra que Y así seguí varios minutos hasta que
me había dado mi madre en mi última por fin cerró la carpeta que tenía delante
noche. «Estás haciendo lo correcto», me y alzó la vista.
animó en el recuerdo. —Ah, Joey Harker.
«Gracias, mamá», dije para mis —Sí, señor. —Intenté sonar humilde
adentros, y el dolor se alivió, si bien pero me costó lo suyo.
nunca se iría del todo. —He leído tu informe, Joey, y hay
Pensé entonces en mi casa, mi nuevo una cosa que no me queda clara. ¿Qué
hogar. estímulo exactamente fue el que hizo que
{IW}:=Ω/∞ recuperases la memoria?
nos llevaría de vuelta, donde quiera —¿La memoria? —La pregunta me
que estuviese oculto. había pillado por sorpresa—. Fue la
Caminé y el resto me siguió. pompa de jabón, señor. Me recordó a
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Tono y a partir de ahí me volvió todo lo —¿Y bien?
demás. —Estimo que ejecutamos una misión
Asintió y anotó algo en el informe. notable, señor —opinó Jai.
—Tendremos que tenerlo en cuenta El ojo del Abuelo destelló.
para futuros condicionamientos —¿Ah, sí? ¿Eso crees? —le
amnésicos. Ignoramos muchas cosas preguntó antes de respirar hondo y
sobre los fóvims. Por ahora te empezar.
dejaremos quedarte con el tuyo en la Nos dijo lo que pensaba él de un
base pero el permiso puede ser equipo que no podía completar ni una
revocado en cualquier momento. simple misión de entrenamiento sin
El ojo de LED despidió un destello. armar un cisco; que todo lo que
Hizo otra anotación y volvió a la habíamos logrado había sido por pura
escritura mientras yo seguía allí de pie potra; que habíamos quebrantado todas
preguntándome si se habría olvidado de las normas de los libros y algunas que ni
mi presencia. siquiera se les habría ocurrido poner en
La cosa no estaba yendo como había un manual o en un código por mero
imaginado. sentido común; que si existiese una
—¿Señor? pizca de justicia en alguno de los
Alzó la vista. millones de mundos nos habrían hecho
—Me pregunta si…, bueno, he puré y nos habrían metido en frascos;
pensado que quizá debamos recibir que nos habíamos comportado como
algún… No sé, en fin, volamos por los unos presuntuosos, unos pardillos y unos
aires el Maléfico y… ignorantes; que habíamos asumido
Lo dejé estar. Sin duda la reunión riesgos absurdos. En definitiva, que
distaba muy mucho de la idea que me nunca deberíamos habernos metido en el
había hecho. follón en que nos metimos y que, ya
Suspiró largo y tendido, con un gesto irremediablemente metidos, tendríamos
de agotamiento y sabiduría, el mismo que haber regresado ipso facto…
suspiro que te imaginarías que dio Dios, Siguió así durante un buen rato pero
tras seis días de duro trabajo y unas sin llegar a subir el tono, porque
ganas tremendas de descansar, cuando tampoco le hacía falta.
de repente un ángel le trajo un parte de Había entrado a cuatro palmos del
incidencias sobre alguien que se comió suelo y para cuando terminó no me
una manzana. sentía más grande que un ratón (y uno
—Llama al resto y que pasen. lisiado y jorobado, lo más bajo de lo
Mis compañeros entraron en el más bajo).
despacho y tuvimos que apiñarnos para Cuando terminó el silencio era tan
caber todos bien. espeso que se podría haber llenado con
Nos dio un buen repaso con la él un mar entero y habría sobrado para
mirada. Se me hizo extraño que él varios lagos grandes y algún que otro
estuviese sentado y nosotros de pie, mar interior. Nos escrutó uno por uno sin
cuando en realidad parecía todo lo mediar palabra. Tuvimos que
contrario: como si se cerniera sobre concentrarnos bastante para no mirarlo
nuestras cabezas. ni intercambiar miradas.
A Josef, Jo y Jakon se les veía a —Con todo —añadió por fin—,
gusto consigo mismos, mientras que J/O creo que los seis como equipo tenéis
lucía una sonrisa tan grande que parecía potencial. Bien hecho. Retiraos.
untada por su cara como mantequilla de Y salimos de allí en tropel sin
cacahuete. El único que no daba mirarnos a los ojos.
muestras de estar muy emocionado era Nos paramos en medio de la
Jai. explanada en un corrillo. El sol estaba a
—Bien —empezó el Abuelo—. Al la mitad del cielo y soplaba una brisa
parecer Joey es de la opinión de que fresca por toda Ciudad Base. La cúpula
vosotros seis merecéis algún tipo de en perpetua travesía navegaba a la
medalla, o al menos un reconocimiento, deriva sobre una selva frondosa que
por el trabajo tan espectacular que daba la impresión de extenderse durante
habéis hecho. ¿Alguien más comparte muchas leguas. Al pasar por encima de
esa visión? un claro vimos un animal, una especie
—Sí, señor —intervino J/O—. ¿Le de rinoceronte con sobrepeso y dos
ha contado cómo le gané a Scarabus con cuernos a cada lado, que se nos quedó
la espada? Les dimos para el pelo. mirando.
Los demás corroboraron con Creo que estábamos conmocionados.
murmullos o se limitaron a asentir. Tono giraba plácidamente en el aire
El Abuelo hizo un gesto de a unos diez metros de nuestras cabezas.
entendimiento y luego miró a Jai. Al vernos bajó hasta quedarse poco por
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encima de mi hombro derecho. cuando el primero estaba haciendo una
Alguien tenía que decir algo pero serie de animación para DreamWorks y
nadie quería ser el primero. Neil trabajaba en Londres en la ficción
Por fin Josef sacudió la cabeza y para televisión Neverwhere. Pensamos
preguntó: que podríamos convertirla en una
—¿Qué ha pasado ahí dentro? aventura televisiva divertida y, así,
Jai esbozó de repente una gran conforme la década fue avanzando,
sonrisa de dientes perfectos. fuimos contándoles nuestra idea a
—Ha dicho que somos un equipo. distintas personas, explicándoles cómo
Tras una pausa, Jakon añadió sería una organización compuesta por
orgullosa: decenas de Jo/e/y Harkers que intentaría
—Y ha dicho que tenemos potencial. mantener el equilibrio entre magia y
—Y me ha dejado quedarme con ciencia a través de un número infinito de
Tono —añadí. realidades posibles. Todos sin falta
—Entonces somos siete en el equipo pusieron los ojos en blanco: decidimos
—comentó pensativa Jo, al tiempo que que había ideas que se le pueden contar
extendía las alas al sol de la mañana—, a la gente de la televisión e ideas que
no seis. Y ha dicho «bien hecho», ¿no? no. Cuando la década tocó a su fin, a uno
El Abuelo nos ha dicho «bien hecho» a de nosotros se nos ocurrió otra idea:
nosotros… ¿por qué no escribir una novela? Si
—¿Lo estás oyendo? —le pregunté a contábamos la historia con sencillez,
Tono—. Tú también formas parte del incluso un ejecutivo de televisión podría
equipo. entenderla. Así fue como un día que
Tono se onduló lentamente nevaba Michael viajó a la parte del
desplegando por su superficie de pompa mundo donde habita Neil, pertrechado
de jabón naranjas y carmesíes de con su portátil, y en lo más crudo del
satisfacción. No tenía ni idea de si invierno escribimos el libro.
entendía lo que estaba pasando pero me Pronto supimos que los ejecutivos
daba la impresión de que sí. de televisión tampoco leen libros, de
—Yo sigo pensando que les hemos modo que suspiramos resignados y
dado para el pelo —insistió J/O—. Y, seguimos con nuestras vidas.
en cualquier caso, tenemos potencial, así InterWorld permaneció en las
que ¿quién necesita medallas? Yo tinieblas varios años pero cuando, no
prefiero veinte veces tener potencial que hace mucho, se la enseñamos a gente,
medallas. esa misma gente se la enseñó a otra que
—¿Quedará algo de desayuno? — podía estar interesada. La sacamos pues
cambió de tema Josef—. Me muero de de las tinieblas, la pulimos y ahora
hambre. esperamos que disfruten con ella.
Todos menos Tono teníamos un Neil Gaiman y Michael Reaves
hambre feroz, así que nos fuimos 2007
corriendo a desayunar. NEIL GAIMAN. Es un escritor y
Casi habíamos terminado de comer guionista inglés dedicado al mundo del
cuando se disparó el timbre de la cómic, la literatura fantástica y el terror.
alarma. Corrimos a la pantalla de Comenzó su carrera como crítico y
información que había al fondo del colaborador de diversas revistas
comedor y vimos cómo cambiaban las dedicadas al mundo del cómic, pasando
imágenes y se formaban nuevas. de ahí a trabajar como guionista,
—Hay un equipo en apuros — primero de manera independiente y
informó Josef—. Un ataque de Lo luego para DC Cómics en EEUU con
Binario contra una coalición de Orquídea Negra.
Mondolinde. Se trata de Jerzy y En 1989 crea la serie Sandman, su obra
J’r’ohoho. más conocida dentro del mundo del
La voz del Abuelo resonó por un cómic, y que le valdría el
altavoz: reconocimiento a nivel internacional.
—Joey Harker, reúna a su equipo Con 75 números y varias novelas
para entrar en acción inmediatamente. gráficas derivadas, Sandman ha
Miré a mi alrededor y vi que estaban cosechado numerosos premios y está
todos tan preparados como yo. considerada una obra singular en la
El equilibrio ha de prevalecer. historia del cómic contemporáneo.
Me concentré… y el Entremedias Tras el éxito de Sandman, Gaiman
floreció ante nuestros ojos. comenzó su carrera como escritor,
Caminamos. primero con una colaboración con Terry
Postfacio Pratchett, Buenos Presagios (1990), la
Michael y Neil hablaron por primera novelización de su serie para la BBC
vez de InterWorld en torno a 1995, Neverwhere (1996), consiguiendo el
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Premio Stoker y el Hugo con American
Gods (2001).
En 2009 volvió a ganar el Premio Hugo
con su novela juvenil El libro del
cementerio, que le ha consolidado como
uno de los escritores más populares en
habla inglesa.
Su novela corta Stardust, así como su
libro para jóvenes adultos, Coraline,
han sido llevadas al cine con gran éxito
de público a nivel internacional.
Como guionista ha participado en
películas como Beowulf y Mirrormask,
dos arriesgadas propuestas de
animación.
MICHAEL REAVES (San Bernardino,
1950), escritor y guionista americano, ha
trabajado en series de animación como
Gárgolas o Batman, además de publicar
varios libros de fantasía y ciencia
ficción, tanto para adultos como
dedicadas a jóvenes adultos, y también
para franquicias como Star Wars.
Comenzó su carrera en Star Wars
trabajando en varias producciones de
televisión. Co-escribió «Tail of the
Roon Comets», un episodio de Star
Wars: Droids serie de televisión
animada. También escribió en Star
Wars: Ewoks los episodios titulados
«The Raich» y «Hard Sell». También ha
escrito varias novelas de Star Wars,
incluyendo Darth Maul: Shadow
Hunter y la Trilogía de las Noches de
Coruscant. Con Steve Perry, ha
coautorizado MedStar Duology, Death
Star, y la historia corta MedStar:
Intermezzo.__

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