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La palabra “TOLERANCIA”, viene del latín “TOLERARE” que significa “sostener, aguantar o
resistir”. También significa llevar o sobrellevar, tanto algo material como espiritual, llevar una
carga o sobrellevar una pena o un sufrimiento.
Se relaciona entonces con la tolerancia en cuanto que lo tolerado es siempre algo malo que hay que
soportar, en este caso define el grado de aceptación frente a un elemento contrario ya sea cultural,
psicológico, espiritual, físico, entre otros.
Tolerancia en la historia
La noción de la tolerancia es algo que se discute desde los antiguos griegos, los romanos y persiste
en nuestros días. Se estima que las antiguas civilizaciones trataban de aceptar la diversidad sin
mayores problemas.
En el caso de los romanos la diversidad de cultos no era sancionada y además las cuestiones
políticas podían ser debatidas en el Senado con total libertad.
La tolerancia fue también un tema de suma importancia durante el período de la Ilustración. Con
la primera edición de la Enciclopedia, se publica un apartado completo dedicado a la tolerancia.
Se creía que la tolerancia era una cuestión de prudencia, ya que la intolerancia significa una batalla
constante contra las opiniones. Es por ello que el fanatismo, sea por la patria o la religión, entre
otras, se vio condenado en este capítulo.
La noción de tolerancia también fue abordada por Freud. El psicoanalista define a la intolerancia
como un “reflejo narcisista”, que debe ser tratado como un tema social y no de manera particular,
ya que es una cuestión que afecta a la sociedad.
Que es tolerancia:
La tolerancia es la cualidad de aceptar y respetar las opiniones, las creencias y los sentimientos de
las demás personas, especialmente cuando estos no coinciden con los propios. Tener esta cualidad
resulta fundamental para la vida en sociedad, en la medida que son muchas las cuestiones que no
pueden resolverse con un criterio de “verdad única comprobable e irrefutable”. Tolerar significa
aceptar las diferencias individuales.
La tolerancia es el respeto y la aceptación que se tiene hacia opiniones, creencias, sentimientos o
ideas de otros, incluso cuando difieren o son antagónicas a las propias.
Por ello, la tolerancia es un concepto amplio que significa aceptarse y respetarse a uno mismo y
luego a los demás, sin importar el status social, la religión a la que adhiera o a la etnia a la que
pertenece. Para practicar la tolerancia es necesario escuchar a los que opinan y sienten de manera
diferente, apreciando su punto de vista.
Tipos de tolerancia:
Existen distintos tipos de tolerancia según el ámbito en el que ésta se refleje. Resaltan la tolerancia
social, racial, sexual, religiosa y de pensamiento.
1. Tolerancia de pensamiento
La base de la tolerancia de pensamiento o ideas está en comprender la posibilidad de que otras
personas tengan creencias distintas a las propias, y aceptar la convivencia armoniosa con dichas
personas, a pesar de que su pensamiento sea distinto, e incluso contrario a lo que una persona
profesa.
Los principios sobre los cuales una persona basa sus ideales pueden generarse como consecuencia
de distintos aspectos: bases morales provenientes de la familia, experiencias sociales, estudios
académicos o aprendizajes obtenidos en el ámbito laboral, entre otros escenarios.
Ante la distinta gama de creencias e ideales que pueden tener las personas, la tolerancia se hace
necesaria para poder coexistir en un mismo contexto, e incluso poder tener la disposición para
generar un enriquecimiento mutuo.
Ejemplo
En un país conviven personas que pueden tener ideas distintas relacionadas con la mejor forma de
ejercer un gobierno.
Entre todos los ciudadanos es posible conseguir personas que tienen posiciones completamente
opuestas, así como otras cuya inclinación de pensamiento es más conciliadora.
Si se quiere generar progreso para un país, es necesario ser tolerante con los conciudadanos.
Aceptar las diferencias es el primer paso para generar una noción de entendimiento y comprensión,
que llevará a reconocer el objetivo común que existe en este caso: crear un ambiente productivo y
armonioso en el que los ciudadanos de un país puedan progresar y ser felices.
2. Tolerancia racial
La tolerancia racial está vinculada a las relaciones que pueden existir entre personas de distintas
razas o etnias. Se trata de interactuar de forma armoniosa con personas que tienen orígenes raciales
diferentes.
Estos orígenes implican tanto las características físicas de una persona como las formas de
comportamiento y códigos a través de los cuales estas personas se desenvuelven.
Ejemplo
Un escenario en el que es necesario aplicar la tolerancia racial es cuando se trata de la integración
de estudiantes extranjeros en una institución educativa de un país en específico.
Los estudiantes extranjeros deben adaptarse a una nueva cultura y, en ocasiones, también deben
adecuarse a un idioma y un clima distintos.
Una amplia tolerancia será clave para promover la adaptación de estas personas al nuevo ambiente
que se les presenta.
Está demostrado científicamente que un alto nivel de tolerancia incidirá positivamente en estos
estudiantes extranjeros, les permitirá un mejor desenvolvimiento, y tendrán un mejor rendimiento
académico.
3. Tolerancia religiosa
En el ámbito de la religión, la tolerancia está vinculada con el respeto y la aceptación de credos
religiosos distintos.
Las religiones corresponden a formas de comprender el mundo y la relación del hombre con los
fenómenos que están por encima de su entendimiento.
Existen muchas religiones que plantean distintos puntos de vista, y condicionan el comportamiento
de las personas.
Dado que la religión forma parte esencial de la vida de muchas personas, ser tolerante en este
sentido es importante porque significa reconocer y respetar al otro.
Ejemplo
El mayor ejemplo de intolerancia religiosa está enmarcado en la Segunda Guerra Mundial, cuando
el partido Nazi lideró en Europa la persecución y el exterminio de distintas personas, especialmente
judíos.
Actualmente, Alemania es un país que refleja alto nivel de tolerancia religiosa. Como ejemplo de
esto resalta el proyecto “House of One”.
Esta propuesta se trata de la construcción en Berlín de un edificio en el que se lleven a cabo
ceremonias judías, musulmanas y cristianas.
4. Tolerancia social
La tolerancia social se refiere a la aceptación entre personas que pertenecen a distintas clases
sociales.
Históricamente ha habido muchos casos de intolerancia social, que se refleja en la sensación de
superioridad que tienen algunas personas sobre otras que consideran de menor rango por tener
menos recursos económicos.
La intolerancia social genera resentimientos, prejuicios y miedos que conllevan a una importante
división entre las personas, lo que hace que sea imposible una convivencia en armonía, basada en
el respeto y el reconocimiento del otro.
Ejemplo
Las universidades son espacios en los que las personas tienen la posibilidad de interrelacionarse,
obtener una conciencia social, entrar en contacto con distintos tipos de personas y tener una idea
de cómo es el mundo en cuanto a variedad de pensamiento.
Es posible que en una misma universidad convivan personas de distintos estratos sociales, que se
ven obligados a interactuar, debatir ideas, discutir conceptos y trabajar en equipo.
La tolerancia social en este ámbito es fundamental para un buen rendimiento académico, y para
sentar las bases que soporten a una sociedad más inclusiva y respetuosa hacia el prójimo.
5. Tolerancia sexual
Este tipo de tolerancia tiene que ver con el respeto entre personas de distintos sexos, y en la
búsqueda de una convivencia constructiva con iguales oportunidades.
Dentro de esta clasificación se incluye también la aceptación de la diversidad sexual, partiendo del
hecho de que cada quien tiene la potestad de decidir sobre sus inclinaciones sexuales y sobre cómo
percibe su propia identidad.
Ejemplo
En el ámbito laboral suele haber intolerancia sexual reflejada en la asignación de menores salarios
a las mujeres con relación a los hombres, aun cuando realicen la misma labor y tengan las mismas
capacidades.
Sin embargo, la tolerancia va en aumento dado que existen países que han variado sus políticas
laborales, reconociendo la igualdad laboral entre hombres y mujeres.
Ejemplo de esto es Noruega, que paga lo mismo a todos los trabajadores, independientemente del
género.
Tolerancia en la actualidad
La tolerancia deja de ser solo un tópico relacionado a lo ético para tener también un valor jurídico
fundamental cuando a partir de la formación de los primeros estados liberales, los principios
jurídicos que los sustentaban, tenían como principio fundamental la libertad y el respeto.
La tolerancia en la actualidad es fundamental en aspectos políticos y éticos, para poder aceptar y
respetar por ejemplo a los pueblos originarios de nuestras tierras y darles los medios de expresión
que requieren.
La tolerancia, según algunas posturas, requiere de una distinción entre lo correcto y lo incorrecto,
del bien y el mal. El mal, la mentira o lo incorrecto, no pueden ser tolerados.
La tolerancia debe buscar un bien supremo, pero de una manera correcta, es por ello que en esta
postura no se acepta la frase “el fin justifica los medios”. Además, los defensores de esta posición
sostienen que la tolerancia no puede ser un mero hecho teórico sino que debe verse reflejado en las
acciones.
Frustración:
El concepto de frustración se define como el sentimiento que se genera en un individuo cuando no
puede satisfacer un deseo planteado. Ante este tipo de situaciones, la persona suele reaccionar a
nivel emocional con expresiones de ira, de ansiedad o disforia, principalmente.
Considerando como un aspecto inherente a la vida humana el hecho de asumir la imposibilidad de
lograr todo aquello que uno desea y en el momento en que se anhela, el punto clave reside en la
capacidad de gestionar y aceptar esta discrepancia entre lo ideal y lo real. Así, el origen de la
problemática no se encuentra en las situaciones externas en sí mismas, sino en la forma en la que
el individuo las afronta. Se entiende, desde esta perspectiva, que la frustración se compone tanto
de una situación real ocurrida como de la vivencia a nivel emocional elaborada a partir de dicha
situación.
Adicciones.
Erróneamente se dice a veces que ciertas cosas crean adicción, cuando la realidad es que la mayoría
de las cosas a las que las personas son adictas no son sustancias adictivas en sí mismas. E incluso
en el caso de serlo, el ser humano cuenta con la capacidad para controlar sus impulsos si aprenden
el modo de hacerlo, como demuestran los ex alcohólicos, ex fumadores o ex toxicómanos, etc. que
han logrado aprender a controlar impulsos muy fuertes a hacer algo.
En las investigaciones realizadas sobre la personalidad de los adictos, la baja tolerancia a la
frustración ha sido siempre el rasgo más típico y consistente.
Supongamos una persona con baja tolerancia a la frustración y problemas de habilidades sociales.
En situaciones interpersonales siente una ansiedad de la que quiere huir a toda costa. Entonces
descubre que un modo de hacerlo es recurrir al alcohol. Cuando bebe se desinhibe, se tranquiliza y
puede disfrutar de sus relaciones con los demás. Conforme pasa el tiempo su dependencia del
alcohol aumenta, su deseo de huir del dolor (en este caso la ansiedad interpersonal) es mayor que
cualquier otro; pensar en el daño que le está haciendo el alcohol es sumamente desagradable... por
tanto, mejor no pensarlo... mejor centrarse sólo en el ahora; y ahora se siente bien. Una vez
adquirida la adicción, aparece un problema añadido: el síndrome de abstinencia, magnificado
también por su baja tolerancia al sufrimiento, es algo que no quiere soportar. Ya no bebe para
sentirse a gusto con los demás, sino porque lo pasa mal cuando no recibe la dosis que le pide su
cuerpo. Es como un callejón sin salida que va a más. El sufrimiento es cada vez mayor, el deseo de
aliviarlo también. Pero, paradójicamente, aquello que causa el dolor es lo mismo que lo alivia. Por
eso para el adicto es tan difícil escapar de su adicción.
Dejar un hábito es difícil y frustrante, significa dejar de hacer algo hacia lo que nos sentimos
impulsado. Significa, en definitiva controlar un impulso que puede estar siendo provocado por
muchos desencadenantes ambientales, como comer, de modo que cuanto más baja sea la tolerancia
a la frustración de esa persona más difícil le resultará dejarlo. Es una molestia demasiado grande
que muchos no están dispuestos a soportar. Centrados más en el ahora, en satisfacer el deseo del
momento, prefieren no pensar en las consecuencia a largo plazo, que es un pensamiento que
produce malestar.
El juego patológico.
“Pensaba que tenía el control de mi vida e iba ascendiendo en mi empresa. Entonces me vi envuelto
en una horrible tragedia y mi mejor amigo se suicidó. Aquello que creía tener controlado fue
descontrolándose rápidamente. Antes de darme cuenta, lo único que me preocupaba era el juego.
Jugaba por la mañana, al medio día y por la noche. Pasaba cada momento pensando cómo y dónde
haría mi siguiente apuesta”, cuenta un ex jugador.
Los ludópatas piensan a menudo en el juego: hacen planes, idean nuevos modos de jugar, piensan
en las deudas contraídas, en cómo recuperar el dinero perdido, etc. Cada vez necesitan apostar
mayores cantidades de dinero y se ponen irritables si alguien intenta empujarlos a dejarlo. Suelen
ocultar a los demás el alcance de su implicación en el juego y algunos cometen actos delictivos
para conseguir el dinero que necesitan.
Utilizan el juego como una forma de escapar de los problemas y sentirse mejor, aliviando de ese
modo sentimientos negativos como tristeza, culpa, o cualquier otra emoción que no quieren sentir.
Cuando ganan alardean de sus victorias, su autoestima aumenta, se sienten bien y se olvidan de
todo lo demás. El juego llena sus vidas y su mente y no deja sitio para los problemas que puedan
tener y que les están causando un dolor que no quieren sentir y para el que no encuentran otro modo
de escapar.
Tricotilomanía
Consiste en el impulso a arrancarse el pelo, principalmente de la cabeza, cejas y pestañas, aunque
también de otras partes del cuerpo. Suele comenzar durante un periodo de estrés. Cuando aparece
el impulso, sienten una ansiedad que es aliviada una vez arrancado el pelo. Para entenderlo, imagina
que sientes un gran nerviosismo y piensa en esos pequeños gestos que todo el mundo hace en esas
situaciones. Tocarse el pelo y juguetear con él es uno de ellos. Prueba ahora a arrancar un vello de
tu antebrazo. Sientes una sensación que apenas es dolor pero que es capaz de sacar de tu mente
cualquier otra cosa, incluido el motivo de tu nerviosismo. La Tricotilomanía puede desaparecer
una vez superado el periodo de estrés, o bien puede persistir hasta convertirse en un hábito, en cuyo
caso la situación se complica, pues pueden empezar a hacerlo de manera inconsciente, mientras
ven la tele, cuando están aburridos, etc. Pero su origen fue el mismo que en los casos anteriores:
huir de algo demasiado doloroso que no queremos soportar.
Automutilación
Se trata de personas que se dañan a sí mismas de forma intencionada mediante cortes, quemaduras,
golpes, etc. Es más frecuente en mujeres y en personas que han sufrido algún trauma en la infancia,
como abusos, muerte de un padre, etc. Suelen ser personas perfeccionistas, insatisfechas con su
apariencia física y con dificultades pare expresar y controlar sus emociones. El desencadenante
más típico es el rechazo de su pareja o de uno de sus padres. En estas ocasiones sienten un dolor
emocional muy intenso que no son capaces de soportar y que alivian a través del dolor físico que
sí pueden controlar y que suprime todo lo demás. En algunos casos va a más, con cortes cada vez
más profundos hasta llegar al suicidio. Suelen describir este comportamiento como adictivo.
Cleptomanía
Consiste en la incapacidad para resistir el impulso de robar un objeto que no necesita para su uso
personal ni por su valor monetario. Tampoco existe ningún motivo como venganza, etc. No planean
el robo sino que actúan siguiendo un impulso que intentan evitar sin conseguirlo. Como suele ser
habitual en estos trastornos, sienten una gran tensión cuando aparece el impulso y un gran alivio
una vez cometido el robo. Después, pueden sentirse culpables y suelen esconderlo, tirarlo, regalarlo
o devolverlo a escondidas. Es una trastorno poco frecuente. Muchas de estar personas padecen
también una depresión o un trastorno bipolar. En otros casos parece estar más relacionado con un
trastorno obsesivo compulsivo. Aunque ha sido poco estudiado, probablemente se trate, como en
los casos anteriores, de un modo de provocar una sensación de alivio durante una etapa de
sufrimiento emocional que no sabe cómo manejar o evitar. El impulso a robar, en cambio, produce
una gran tensión que la persona que la siente sí sabe cómo aliviar, de modo que el hecho de ceder
ante el impulso da lugar a una sensación agradable que es, en definitiva, lo que va buscando:
evadirse de una situación o circunstancia en su vida que les está causando sufrimiento. Podríamos
compararlo con la técnica de relajación por tensión, en la que para relajar un músculo, primero lo
tensamos con fuerza hasta que no podemos mas, luego soltamos, y sentimos que dicho músculo se
relaja completamente.
Compra compulsiva
El psicólogo cognitivo John Watkins expone el caso de un comprador compulsivo que había
acumulado una deuda de casi 10.000 dólares en facturas. Decía que no podía resistir el impulso de
comprar cosas. Al caer en bancarrota comprendió que había perdido el control y decidió buscar
ayuda.
Según un estudio realizado por la doctora Helga Dittmar, de la Universidad de Sussex, la compra
compulsiva es un modo de ensalzar la propia imagen. Comprar los hace sentir mejor, por eso suelen
preferir objetos como ropa, joyas, etc., que les ayuda a sentirse más como las personas que desean
ser. Pero esta sensación no suele durar mucho. Su autoestima sigue siendo baja y su concepto de si
mismos sigue siendo pobre. Además, aparece la culpa por haber gastado más de la cuenta y por no
haber sido capaces de resistir el impulso. En estas personas suele darse una mayor discrepancia
entre como creen que son y cómo les gustaría ser que en el resto de las personas. “Suelen tener
valores más materialistas y piensan que adquirir bienes materiales es un buen modo de lograr mayor
éxito, identidad y felicidad”, afirma la doctora Dittmar. “Personas con alta discrepancia respecto a
sí mismas pero que son poco materialistas tendieron hacia otras estrategias de compensación, como
puede ser el alcohol”.
2. Utilizar técnicas de relajación. Todos hacemos frente de una forma más positiva si
estamos relajados. Debemos aprender a elevar su tolerancia a la frustración con la relajación
del cuerpo.
3. Aprendr a pedir ayuda. A algunas personas les cuesta pedir ayuda, mientras que otros la
piden constantemente y de inmediato. Debemos aprender a intentar encontrar la solución
primero. Se enfocará en el “debo intentarlo otra vez”. Si a pesar de intentarlo, se encuentran
dificultades que van más allá de la experiencia personal, es necesario pedir ayuda. Cuando
alguien se siente frustrado en alguna tarea, debe aprender a tolerar la frustración en lugar
de enojarse o abandonar dicha tarea.
Licda. LucreciaRodríguez
ACTIVIDAD 2
EL JUEZ ACUSADOR.
Es una actividad para explorar conocimientos previos de una temática en específico.
Se ubican a los participantes en un círculo. El director de la actividad es el juez acusador y debe
recorrer el círculo para encontrar a un “acusado” al que se le realizará una pregunta específica
señalando a dicha persona.
Como en un juicio, el que responde no es el acusado, sino el abogado defensor. El compañero que
se encuentre a la derecha deberá responder la pregunta realizada, mientras que el acusado guarda
silencio.
ACTIVIDAD 3
EJERCICIO DE RELAJACIÓN:
La respuesta del cuerpo a la relajación natural es un potente antídoto contra el estrés. Las técnicas
de relajación como la respiración profunda, visualización, relajación muscular progresiva, la
meditación y el yoga pueden ayudar a activar esta respuesta de relajación.
La respiración profunda para eliminar las tensiones
La respiración profunda es una simple, pero potente, técnica de relajación. Es fácil de aprender,
se puede practicar en cualquier lugar y proporciona una manera rápida de mantener los niveles de
estrés bajo control. La respiración profunda es la piedra angular de muchas otras prácticas de
relajación de otros y se puede combinar con otros elementos relajantes como la aromaterapia y la
música.
¿Cómo practicar la respiración profunda?
La clave para la respiración profunda es respirar profundamente desde el abdomen, obteniendo
todo el aire fresco posible para sus pulmones. Cuando respiras profundamente desde el abdomen,
en lugar de respiraciones cortas desde tu parte superior del pecho, inhalas más oxígeno. La
próxima vez que te sientas estresado, tómate un minuto para disminuir la velocidad y respirar
profundamente:
* Siéntate cómodamente con la espalda recta. Pon una mano en el pecho y la otra en el estómago.
* Inhala por la nariz. La mano sobre el estómago debe levantarse. La mano en el pecho debe
moverse muy poco.
* Exhala por la boca, expulsando el aire tanto como puedas mientras contraes los músculos
abdominales. La mano sobre el estómago debe moverse al exhalar, pero la otra mano debe
moverse muy poco.
* Continúa respirando por la nariz y exhalando por la boca. Trata de inhalar suficiente aire para
que la parte baja del abdomen se eleve y contraiga. Cuenta lentamente mientras exhalas.
Si tienes dificultades para respirar desde el abdomen mientras estás sentado, trata de acostarte
sobre el suelo. Coloca un pequeño libro sobre tu estómago y trata de respirar de manera que el
libro se eleve mientras inhalas y caigas mientras exhalas.
2) La relajación muscular progresiva para aliviar el estrés
La relajación muscular progresiva es otra eficaz y ampliamente utilizada estrategia para aliviar el
estrés. Se trata de un proceso de dos etapas en las que, sistemáticamente, se tensan y relajan los
músculos de diferentes grupos en el cuerpo.
Con la práctica regular, la relajación muscular progresiva te da una íntima familiaridad con lo que
la tensión representa a tus músculos, así como una relajación total que sientes en diferentes partes
del cuerpo. Esta toma de conciencia ayuda a detectar y contrarrestar los primeros síntomas de la
tensión muscular que acompaña a la tensión. Y como tu cuerpo se relaja, también tu mente.
Puedes combinar la respiración profunda con la relajación muscular progresiva para un nivel
adicional de alivio del estrés.
Pasos a seguir:
* Afloja la ropa, quítate los zapatos y ponte cómodo.
* Tómate unos minutos para relajarte, respirar y realizar respiraciones lentas y profundas.
* Cuando estés relajado y listo para empezar, centra tu atención en tu pie derecho. Tómate un
momento para observar cómo lo sientes.
* Poco a poco tensa los músculos de tu pie derecho, apretando tan fuerte como puedas. Mantén la
posición contando hasta 10.
* Relaja el pie derecho. Concéntrate en cómo la tensión se evapora y siente cómo tu pie se queda
sin fuerzas y suelto.
* Permanece en este estado de relajación por un momento, respirando profunda y lentamente.
* Cuando estés listo, mueve tu atención a tu pie izquierdo. Sigue la misma secuencia de la tensión
muscular y la liberación.
* Muévete lentamente a través de su cuerpo: piernas, abdomen, espalda, cuello, cara. Contraer y
relajar los grupos musculares sobre la marcha.
ACTIVIDAD 4
REFLEXIÓN Y CONCLUSIONES
Se ubicarán a los estudiantes en círculo, dándoles el espacio para poder brindar sus aportes y
reflexiones sobre el tema, así también podrán incluir anécdotas sobre la Tolerancia a la Frustración.
ACTIVIDAD 5
EVALUACIÓN
Se darán tarjetas de papel de colores para la actividad PNI
Donde ubicarán un color para lo POSITIVO de la actividad.
Otro color para lo NEGATIVO y uno más para lo INTERESANTE.