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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito


Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Índice

Presentación.................................................................................................................................... 1

Introducción..................................................................................................................................... 4

Justificación .................................................................................................................................... 9

Objetivo ........................................................................................................................................... 12

Planteamiento del problema...................................................................................................... 13

Hipótesis ......................................................................................................................................... 19

Marco Teórico ............................................................................................................................... 21

Desarrollo ....................................................................................................................................... 27

Participación Política de las Mujeres .................................................................................. 32

La Ciudadanía de las Mujeres ............................................................................................... 39

Cronología de las mujeres sufragistas mexicanas ......................................................... 66

Lección de Democracia Sentencia 12624 .......................................................................... 72

Legislación con perspectiva de Género ............................................................................ 77

Condición Étnica ...................................................................................................................... 81

Carencias y Pobreza ................................................................................................................ 90

Migración y Género ................................................................................................................. 99

Participación Política a Nivel Mundial .............................................................................. 106

Empoderamiento en el Ámbito Local................................................................................ 119

Municipios Gobernados por Mujeres................................................................................ 128

Gobiernos con Perspectiva de Género ............................................................................ 144

Acciones Afirmativas ............................................................................................................ 148

Conciliación familiar Vs. Carrera Política ........................................................................ 151


“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

La nueva Economía Familiar ............................................................................................... 162

Violencia Política de Género ............................................................................................... 166

Recursos de Género en Partidos Políticos ..................................................................... 178

Retos y Desafíos......................................................................................................................... 186

Recomendaciones ..................................................................................................................... 193

Ciudades Seguras. ................................................................................................................. 197

Formación y Capacitación ................................................................................................... 199

Conclusiones............................................................................................................................... 205

Pruebas Empíricas o Cualitativas de las Hipótesis .......................................................... 213

Anexos Fuentes de información ............................................................................................ 262


“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Presentación

Los resultados electorales de los últimos años y su impacto político, hacen


evidente el Estado patriarcal en el que vivimos. La política mexicana se delinea
desde la noción androcéntrica, para la abogada feminista costarricense Alda Facio
el androcentrismo es una de las formas más generalizadas de sexismo y consiste
en ver el mundo desde lo masculino tomando al varón de la especie como
parámetro o modelo de lo humano.

A veces esta forma de sexismo degenera en misoginia, que como su raíz latina lo
indica, es el odio o desprecio a lo femenino, o en ginopia: la imposibilidad de ver lo
femenino o imposibilidad de aceptar la existencia autónoma de personas del sexo
femenino. La incorporación de la cuota de género como una estrategia para
avanzar en los temas de equidad e igualdad aún está pendiente.

En este contexto, es visible la escasa presencia de la mujer en los puestos de


decisión y poder político, por lo que hay que asegurar el pleno ejercicio de los
derechos humanos, particularmente los de las mujeres y reconocer las
condiciones de género que favorecen prácticas discriminatorias y de violencia,
además del origen étnico y económico.

La diferencia sexual ha sido utilizada para justificar la subordinación femenina.


Mientras que cada día hay mayor conciencia del racismo y de la falsedad de sus
argumentaciones que utilizan a la biología con fines discriminatorios, todavía es
poca la conciencia sobre el sexismo [y] el ingreso de los hombres al ámbito
público. (Lamas, 2005, pp. 26-27).

Esta investigación “Participación Política de las Mujeres en el Ámbito


Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”, tiene como objetivo
sensibilizar a las mujeres y varones desde la perspectiva feminista y de género,
para que se comprenda la urgencia de dotar de herramientas teóricas y prácticas
que ayuden a construir una sociedad igualitaria que erradique la violencia por
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razón género, articulada con otras opresiones como la clase, la raza, la edad, la
pertenencia geográfica, se busca pues, detectar desafíos y obstáculos para la
plena y libre participación política de las mujeres.

Así también se apuntala a fortalecer la igualdad de género mediante un análisis


comparativo que permita la identificación de obstáculos pero también de
oportunidades para que las mujeres accedan e incrementen su porcentaje de
participación en los espacios de dirección y representación política.

Este trabajo describe a través de la presentación de datos el contexto actual de las


mujeres las razones que pueden motivar a las mujeres a participar socialmente y a
involucrarse en la construcción de sus ciudades desde la política y acceder a los
espacios de poder en el ámbito municipal, ―ocupados casi siempre por sólo
varones― así como destacar los desafíos y obstáculos a los que se enfrentan.

Mucho se ha comentado sobre la apatía de las mujeres a participar en los asuntos


públicos, sin embargo, a lo largo de la historia innumerables experiencias de
participación social femenina contravienen ese precepto de la cultura patriarcal
dominante, que excluye a las mujeres de la participación política.

A pesar de ello, el ámbito político sigue siendo aún un círculo de difícil acceso
para las mujeres, pero también de complicada permanencia. La “forma” de hacer
política habitualmente responde a estilos masculinizados de negociación y toma
de decisiones.

Las mujeres que se incorporan a la política suelen adoptar esos estilos


masculinos, ya sea en el modo de comunicarse -especialmente en los discursos-,
en la forma de vestir, en el carácter, en las formas de establecer negociaciones y
pactos, y hasta en la priorización de problemas.

La incursión política de las mujeres en el ámbito local, tiene grandes rezagos, aun
así, poco a poco las mujeres van ganando terreno, algunas lo hacen movidas por
el deseo de contribuir al cambio y al desarrollo comunitario, por un fuerte
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compromiso social y público, porque desean y ven en la política una oportunidad


de auto realización personal, porque cuentan con el apoyo de organizaciones
sociales y también con el apoyo de sus familias, entre otras razones.

Otras por una construcción personal y colectiva de empoderamiento que las hace
desear ser ámbito reconocidas en el espacio público; el anhelo de poder y mejoría
en lo laboral dejó de ser un exclusivamente masculino.

Cabe mencionar que la presencia de un mayor número de mujeres en la política


no está relacionada con niveles más bajos de corrupción, lo que se observa es la
existencia de una correlación entre sistemas políticos democráticos y niveles de
corrupción reducidos, ambos elementos además de beneficiar a la sociedad en su
conjunto, crean a su vez un entorno propicio para incrementar la participación de
las mujeres.

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Introducción

El poder, tratándose de mujeres, siempre es emblemático en algún nivel. Un


hombre jamás representa a su género: una mujer lo hace de manera casi
inevitable porque al ser secretaria de Estado, presidenta municipal o senadora, es
una excepción o una concesión a la demografía, y la excepcionalidad, le confiere
un perfil simbólico (Monsiváis, 2000).

Hoy, en México se evidencia que acciones afirmativas como el derecho al voto,


políticas públicas con equidad de género y el empoderamiento de las mujeres, no
son suficientes en el avance por los derechos, ni en la composición de los
Congresos locales y/o las Cámaras Legislativas. ¿Seguimos en la guillotina?

Como en el siglo XVIII en Inglaterra, en México sigue la idea de que el lugar propio
de la mujer es su hogar, el trabajo doméstico sigue siendo una actividad no
compartida y por tanto recae en gran medida en las mujeres.

Persiste en mayor o menor medida, la idea del siglo XIX en los Estados Unidos de
América, de que “las mujeres no debían dejarse ver demasiado y que no se las
debía oír en absoluto... nunca vemos mujeres bonitas entre esas que claman por
sus derechos” (Lloyd, 1970, pp. 11; 25).

Mientras que en México, en el medio de la discusión sobre la función social de la


mujer mexicana, algunas voces se hacían escuchar.

Los reservados ministerios para los que había sido creada [y según Agapita Cantú
de Cisneros éstos eran] regar las flores para derramar torrentes de amor y ternura,
para endulzar la existencia y hacerle más llevadera la vida a su compañero [y] no
debían olvidarse de su dulce misión: amar y consolar (Villalobos Calderón, 1975,
pp. 51; 54; 50).

Otras voces, las menos oídas, exigían los mismos derechos reservados a los
hombres, ellas, las mujeres, las menos, que se resistían al statu quo (educarlas
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para ser hijas, esposas, madres y conductoras de la humanidad) se oponían a la


figura de la mujer-esposa, aquella que en todos los casos debía por su esencia de
mujer ser pasiva, sometida, dulce, modesta, abnegada, generosa y hacedora de
gracias; “el buen hijo, el fiel esposo, el buen ciudadano y el constante benefactor,
son obra de la mujer virtuosa, ella es la única que puede formar el corazón del
hombre” (Villalobos Calderón, 1975, p. 51) alentadas por las ideas de libertad y
derechos, principalmente el derecho al sufragio y dedicarse a oficios y
profesiones; fundaron y se agruparon en torno a periódicos, semanarios y revistas.
También organizaron acciones en luchas donde se reconocen “ciudadanas
tortilleras de esta población, reasumen su soberanía y decretan [siete artículos] de
nuestra tortilleril autonomía”, según un documento curioso (Anónimo, 1873, citado
por CEHSMO, 1975, p. 3).

Cabe señalar que en esta larga lucha por lograr los derechos ciudadanos y por no
ser consideradas menores de edad, ni por ello negarles personalidad jurídica,
destacan las mujeres obreras, quienes además de sus bajos salarios e infamantes
condiciones laborales, enfrentaron el rechazo de ciertos sectores, que criticaban el
que ellas dejaran el hogar por un ingreso económico.

Es importante tener presente algunas nociones: sexo son las diferencias


biológicas, anatómicas, fisiológicas y cromosómicas. La morfología (forma) en
siglos definió dos sexos; ser mujer o varón dependía de las formas, por ejemplo:
los varones producen espermatozoides y las mujeres óvulos.

El cuerpo femenino procrea, y la maternidad la podemos regir a voluntad.

De ahí entonces que, en este estudio sobre participación política de las mujeres
en el ámbito municipal: obstáculos, oportunidades y desafíos, no es sinónimo de
mujer, es una categoría de análisis que visibiliza la simbolización de la diferencia
sexual; explica la opresión y la estructura relacional jerarquizada; denota la
percepción de cada sexo biológico en lo social, político, religioso y cotidiano.

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La presente investigación la enriquecen Notas en torno a la participación política


de las mujeres en México, con particular énfasis en los resultados de la elección
de julio 2012.

Contiene también recomendaciones de lecturas que facilitan el espacio de


discusión y posibles acuerdos acerca de la participación política de las mujeres y
la formación de liderazgos en el camino hacia la democracia social y política. Así,
como una cronología del movimiento de las mujeres sufragistas mexicanas.

Esta es una herramienta de aprendizaje teórico vivencial con el propósito de


fomentar desde la perspectiva de género, el análisis de la situación política de las
mujeres, e identificar el papel del rol y los estereotipos de género.

Para la metodología de la investigación, se optó por un análisis cualitativo, con


tres formas de abordar la hipótesis de trabajo:

1. Recopilación y análisis de información de gabinete

2. Entrevistas clave a mujeres participando en política

3. Aplicación de cuestionarios a informantes

Se anexan encuestas, aplicadas a mujeres de diferentes entidades federativas


participando activamente en política así como a simpatizantes, que aunque no
militan están interesadas.

Diversas orientaciones estratégicas se han planteado para minimizar las


desigualdades de género presentes en las diferentes facetas del desarrollo
humano.

Las preguntas que continuamente salen a la superficie son:

-¿Es posible la Igualdad de oportunidades?

-¿Se está aplicando en todos los niveles de poder la transversalidad de género?


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-¿Qué tanto se ha avanzado en el empoderamiento femenino?

-¿Es válida la discriminación positiva?

A lo largo de la presente investigación iremos respondiendo las interrogantes, que


dejarán más clara la realidad de las mujeres participando en política a nivel
municipal, los retos y desafíos a través del tiempo, hasta nuestros días.

Sin lugar a dudas la democracia de género constituye hoy por hoy una corriente
que intenta ir más allá de los enfoques de género que están destinados finalmente
sólo a la población femenina, en esta medida, la democracia de género podría
encuadrarse en medidas que se orientan a atacar la problemática de las mujeres
considerando todo el espectro de actores sociales y otros factores que determinan
las situaciones de inequidad.

La idea de la Democracia de Género es producto de nuestro tiempo, un cambio de


siglo signado por múltiples transformaciones y la urgencia de elaborar nuevas
respuestas.

Nace de la percepción que se genera de que también en el campo de la acción


para la equidad de género ha llegado el momento de ajustar el enfoque para
reimpulsar el avance de su extensión al conjunto de la sociedad.

La percepción de que se está llegando a una encrucijada, se expresa en


manifestaciones que se orientan en diferentes sentidos.

Desde quienes, como Betty Friedan, la abuela del feminismo norteamericano,


consideran que ya ha llegado la hora de abandonar el combativo enfoque de
género y alcanzar la pacificación comunitaria de mujeres y hombres; hasta
quienes se mueven en el sentido contrario para hacer del concepto género un
elemento de inclusión que abarque a todos los seres humanos y deje de ser un
asunto de mujeres, entre mujeres, para mujeres, ajustando ópticas o estrategias
de acción. Es importante dejar clara la definición de igualdad de género:

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“Es un principio constitucional que estipula que hombres y mujeres son iguales
ante la ley, lo que significa que todas las personas, sin distingo alguno tenemos
los mismos derechos y deberes frente al Estado y la sociedad en su conjunto”.

Sabemos bien que no basta decretar la igualdad en la ley si en la realidad no es


un hecho. Para que así lo sea, la igualdad debe traducirse en oportunidades
reales y efectivas para ir a la escuela, acceder a un trabajo, a servicios de salud y
seguridad social; competir por puestos o cargos de representación popular; gozar
de libertades para elegir pareja, conformar una familia y participar en los asuntos
de nuestras comunidades, organizaciones y partidos políticos.

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Justificación

La participación de las mujeres en política no es asunto de buenas prácticas y del


bien común, se trata de una urgente impartición de justicia. A lo largo de la historia
las mujeres hemos sido excluidas de los campos importantes de la vida donde se
toman decisiones sobre nuestra vida misma, nuestros cuerpos; discursos
filosóficos, académicos, biológicos, religiosos han sustentado la idea de la
inferioridad femenina frente a los hombres, no sólo una inferioridad física, sino de
razón, de talentos y esto ha traído como consecuencia la confinación de la mujer
al campo de lo privado, sin que se valore su aporte en conocimientos y cuidados.

El objeto del presente estudio, busca visibilizar la desigualdad social, la opresión,


el dominio, la discriminación, condiciones que actúan para fortalecer la
desigualdad entre hombres y mujeres, afectando a estas últimas, dado que la
figura masculina se ha categorizado en la historia como lo universal; las mujeres
viven en desventaja y posición inferior de las diversas formas de vida; sin
embargo, en los estudios de género:

“Nos hemos dedicado más a probar y describir las condiciones de las mujeres,
que existen tantos estudios plenos de cifras y estadísticas que las demuestran
(aunque desafortunadamente la mayoría de la gente ni siquiera lee esta
documentación porque consideran que la opresión de las mujeres es secundaria,
poco importante), mientras que existe poca teoría desde las mujeres
latinoamericanas, que explique el porqué de la posición inferior de la mujer con
respecto al hombre” (Facio, 1992: 14-15).

Este estudio no queda fuera de este análisis descriptivo, ya dimos un primer paso
estamos convencidas que estamos en desventaja y más que probar esas
desventajas, vemos conveniente evidenciar el panorama para conocer nuestra
historia y encontrar salidas a los obstáculos que se presentan a las mujeres antes,
durante y después de haber participado en la política.

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También se expresan las principales dificultades de las mujeres para permanecer


en política y se comparten historias de éxito de algunas mujeres que han podido
trascender en este campo.

La relevancia social y las aportaciones teóricas del estudio serán de apoyo para
que las instituciones encargadas de fomentar la participación de las mujeres en la
vida pública tengan mayores elementos e información, así como los institutos
políticos en los diferentes estados del país, ayuden a resolver algunos de los
problemas de origen cultural que están presentes en la población y así generar
políticas públicas y recursos económicos para incidir con perspectiva de género en
los diferentes espacios de influencia, ya que el impacto económico y de bienestar
social es en beneficio no solo de la mitad de la población mundial que somos las
mujeres, sino en bien de toda la sociedad.

Los gobiernos progresistas no puede presumir serlo si no incluye en sus procesos


de desarrollo la capacidad y talento de las mujeres; el cambio es gradual, pero con
información y difusión las aproximaciones sucesivas serán cada vez más grandes.

Con este trabajo, se busca dar muestra del amplio panorama en torno al proceso
Inacabado que implica el pleno reconocimiento de los derechos políticos de las
mujeres. El sufragio femenino, las cuotas de género y más reciente, la lucha por la
paridad democrática, indagando en sus distintas vertientes, subterfugios e incluso,
en algunas de sus tortuosidades.

Vale la pena analizar e internarse en estos terrenos y ser conscientes de lo que


significan, en especial, las cuotas de género y la paridad democrática —dos
términos que van de la mano pero que, definitivamente, no son iguales— para
evitar caer en la trampa y pretender su cumplimiento con dolorosas simulaciones.
Es necesario empezar por admitir que, por el momento, si bien en términos
jurídicos mujeres y hombres gozamos de iguales derechos, esto no se traduce, ni
siquiera pálidamente, en la presencia y participación igualitaria en los espacios de
poder y representación política en ninguno de los ámbitos de gobierno.
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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Son numerosas, y demasiado arraigadas, las barreras que obstaculizan el


empoderamiento de las mujeres y su participación en los espacios de poder. No
se trata sólo de “querer estar” sino de “poder estar” presentes en la toma de
decisiones que afectan la vida cotidiana de hombres y mujeres.

Bajo estas consideraciones, el presente estudio busca contribuir pues, al análisis y


a la reflexión en torno a la definición e implementación de acciones y medidas que
contribuyan a garantizar la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres en la
esfera de la política. De tal manera que en el apartado de Desarrollo se
presentan de manera concisa los avances en el ámbito internacional
concernientes al reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres, a través
de diversos instrumentos internacionales cuya relevancia se expresa ya sea por su
carácter jurídico vinculante o por su carácter político.

Se trata de un conjunto de instrumentos que comprometen a los distintos países


de la comunidad internacional, incluyendo México, a salvaguardar los derechos
políticos de las mujeres.

Finalmente, se presentan las conclusiones del estudio, las cuales ponen énfasis
en la implementación de medidas encaminadas a garantizar la paridad de género
en la participación política, a fin de hacer vigente de manera plena los derechos
políticos de las mujeres en el marco de un Estado moderno y democrático.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Objetivo

Detectar y evidenciar a través de análisis y encuestas, los Obstáculos,


Oportunidades y Desafíos persistentes para la participación política plena de las
mujeres en el ámbito municipal de México.

Objetivos específicos

• Recomendar acciones afirmativas para la plena y permanente participación


de las mujeres en la política en los tres ámbitos geográficos, de manera
particular en el municipal.
• Mostrar un panorama crítico desde la perspectiva de género de la situación
y condición de las mujeres a lo largo de los últimos cien años en la política.
• Trazar una ruta de análisis y comprensión para entender, enfrentar y
superar los problemas que se presentan a las mujeres en la vida política, en
el ámbito municipal.

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Planteamiento del problema

El desafío de la democracia no radica sólo en promover la participación de las


mujeres, sino también en reconocerlas e incorporarlas en las instituciones donde
se toman las decisiones (CEPAL, 2007:10)

En el caso específico de las mujeres, los procesos de redemocratización han


permitido cristalizar la importancia del rol femenino más allá de la reproducción y
se ha logrado que poco a poco las instancias públicas abran paso a su
incorporación y participación como ciudadanas de hecho.

Sin embargo, la ciudadanía plena es un reto presente para las mujeres que, a
pesar de los logros conseguidos, no se consolida con garantías que la respalden e
igualdad de oportunidades que las ubiquen como coprotagonistas en el escenario
político contribuyendo de este modo al fortalecimiento de la sociedad civil y, como
señala Judith Astelarra, a la ampliación de la democracia (2002:9).

Son numerosas, y demasiado arraigadas, las barreras que obstaculizan el


empoderamiento de las mujeres y su participación en los espacios de poder. No
se trata sólo de “querer estar” sino de “poder estar” presentes en la toma de
decisiones que afectan la vida cotidiana de hombres y mujeres.

Diversos estudios han abordado la significativa incorporación de las mujeres a la


vida pública, su participación social y ciudadana, el incremento de
representatividad femenina en cargos de elección popular a nivel nacional y local;
la mayoría de ellos sin considerar un enfoque holístico de las condiciones que
propician u obstruyen una efectiva democracia genérica.

La democracia de género (paridad) prevé la inclusión tanto de hombres y mujeres


como objetos y sujetos de nuevas relaciones sociales y pactos de género. Con la
democracia de género se plantea el inexcusable rol que deben jugar también los
hombres en la facilitación y optimización de oportunidades para las mujeres.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Considerando que las mujeres poseen particularidades, características y


necesidades distintas a las de los hombres, resulta necesario reconocer asimismo
que su marginación no podrá ser resuelta buscando que éstas se equiparen a los
hombres o traten de igualarlos cual modelo se intenta imitar.

La paridad en la participación política de las mujeres, demanda acciones de todos


los actores sociales, hombres y mujeres desde sus distintos ámbitos de actuación,
sean públicos o privados, políticos o sociales, comerciales, etc. Así, por su parte,
las familias como núcleos primarios de la sociedad, tienen la responsabilidad de
transmitir a sus hijos e hijas, y entre los pares, relaciones de equidad de género,
respeto a la diferencia y, sobre todo, dejando de educar de manera diferenciada a
niñas y niños en torno a sus derechos para erradicar así los estereotipos culturales
de género.

Las instituciones de gobierno tienen la responsabilidad de promover políticas de


equidad de género, facilitando espacios para el desarrollo igualitario entre
hombres y mujeres, creando recursos de empoderamiento para las mujeres
(empleo, vivienda, educación, microcréditos, oportunidades políticas, etc.)
previendo asimismo que los hombres apoyen en vez de obstaculizar esa
promoción femenina.

Las organizaciones no gubernamentales, comunitarias, o voluntarios de base,


tienen la responsabilidad de contribuir a la identificación de circunstancias
privadas y sociales de desigualdad, discriminación y violencia de género, velando
a su vez por un desarrollo comunitario basado en valores democráticos de
equidad.

Para ello será precisa la cooperación entre los diversos actores locales, quienes
desde sus contextos deberán propiciar también la toma de conciencia sobre la
equidad entre hombres y mujeres, generando recursos y estrategias que la
promuevan.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Las empresas deben fomentar y facilitar la igualdad de oportunidades, allanando


el acceso al empleo para las mujeres, eliminando la diferenciación remunerativa
en función del género, facilitando la conciliación familiar-laboral y promoviendo la
participación femenina en los espacios de toma de decisiones y cargos directivos.

Diversos informes demuestran que las empresas con un equilibrio de género


tienen un beneficio de explotación un 56% más elevado que las empresas
exclusivamente masculinas.

Ernst & Young analizó las 290 más importantes empresas que cotizan en Bolsa. El
resultado fue que los beneficios de las empresas con, al menos, una mujer en el
consejo de administración eran significativamente superiores a los de aquellas que
no tenían ningún miembro femenino en el consejo.

Los cuerpos de seguridad, por su parte, tienen la responsabilidad de eliminar


relaciones de poder y autoridad que vulneren la condición femenina, mientras que
los órganos de justicia tienen la responsabilidad de reconocer y castigar los
hechos que quebranten los derechos humanos, laborales y civiles de mujeres y
hombres, cuando éstos sean contravenidos en razón de género.

Los partidos políticos, tienen la responsabilidad primaria de propiciar la


participación política de las mujeres y su promoción hacia los cargos directivos de
las estructuras de poder interno, apoyando sobre todo su liderazgo comunitario y
su candidatura a cargos de representación popular.

En este contexto, los hombres juegan un papel crucial desde la perspectiva de


género, ya que deben tomar conciencia de la necesidad de abrir espacios a la
participación femenina, mientras que ello implica a la vez que deban ceder
espacios de poder; espacios tradicionalmente masculinos.

Los medios de comunicación, detentan un poder enorme. Son industrias


mediáticas que actúan en un mercado cada vez más y más monopolístico y
globalizado, además entran diariamente en nuestros hogares, condicionando
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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

profundamente nuestra manera de ver el mundo. Tanto las personas adultas como
la infancia y la juventud pasamos muchas horas al día mirando la televisión,
transformando esta actividad en una más en el conjunto de las actividades diarias.

Aún más potente resulta la revolución en curso si pensamos en el desarrollo que


ha tenido y sigue teniendo un instrumento de comunicación como internet, por ello
los medios de comunicación tienen enorme poder e influencia en la percepción de
los roles de género, tienen la responsabilidad de informar, pero asimismo de
formar sobre las actitudes y comportamientos positivos de las personas en torno al
respeto por las diferencias.

Sus mensajes pueden alterar o fortalecer las costumbres y el comportamiento


social, y movilizar a los ciudadanos para adoptar medidas progresistas.

Lo ideal sería que los medios de comunicación se caracterizaran por su veracidad


e imparcialidad, pero en realidad su cobertura informativa no suele ser muy
precisa, incluso en lo referente a las mujeres y a sus perspectivas. Las mujeres
que se dedican a la política, por ejemplo, pueden no aparecer mucho en las
noticias, ya sea antes de las elecciones o después de ellas.

De hecho, es posible que sólo se presente a las mujeres como víctimas o


celebridades.

Para sumarse a la lucha por la igualdad de oportunidades, deberán, en este


sentido, propiciar la eliminación de los mensajes e imágenes que denigren la
condición de la mujer, ya sea como objetos sexuales, subvaloración sin
fundamentos, como así también promover la visibilidad femenina cuando ésta sea
respetuosa con su condición y contribuya axiomáticamente a fomentar la igualdad.

Las instituciones académicas y de investigación tienen la responsabilidad de


formar líderes científicos/as que trabajen en la producción de estudios de género y
de dar respuesta a las necesidades de la sociedad sobre los conocimientos e
información que necesita se transmitan, siempre con perspectiva de género.
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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Los órganos legislativos y cargos ejecutivos electos tienen la responsabilidad de


establecer marcos políticos y leyes que fomenten y garanticen la equidad de
género en todos los ámbitos, estableciendo mecanismos para que los organismos
gubernamentales y privados asuman y cumplan sus responsabilidades
individuales y colectivas. Por eso la importancia de tener legisladoras que apliquen
la perspectiva de género para abrir el camino a nuevas generaciones de mujeres
participando en la vida pública en beneficio de las sociedades.

Además se deben comprometer recursos y estrategias para apoyar o promover


iniciativas que persigan el empoderamiento femenino y la erradicación de la
desigualdad de género.

La democracia de género demanda así el compromiso personal, social y político


para con la equidad entre hombres y mujeres desde una perspectiva holística,
puesto que no podría tener lugar la igualdad si no se comprende la magnitud de la
problemática que segrega especialmente al género femenino y propician su
perpetuación.

Todas las enunciaciones aquí mencionadas constituyen premisas para que las
mujeres puedan lograr su empoderamiento, ser partícipes en igualdad de
condiciones, acceder a los espacios de poder y, sobre todo, saber reconocerse
como personas capaces de tomar decisiones de relevancia pública y política,
alcanzando así niveles equitativos de representatividad con el consecuente
compromiso de trabajar en pos de la equidad de género.

Como pregunta de investigación en este trabajo nos planteamos ¿qué obstáculos


presentan las mujeres para participar y permanecer en la política de sus
municipios?

Nuestra delimitación va en dos sentidos: el primero geográfico, este análisis parte


de las experiencias de las mujeres de todo el territorio mexicano y en cuanto al
tiempo, nos enfocamos del inicio del siglo, es decir, del año 2000 al presente.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Diversos estudios han abordado la significativa incorporación de las mujeres a la


vida pública, su participación social y ciudadana, el incremento de
representatividad femenina en cargos de elección popular a nivel nacional y
ministeriales; la mayoría de ellos sin considerar un enfoque holístico de las
condiciones que propician u obstruyen una efectiva democracia genérica.

Los escenarios municipales, que actualmente han sido fortalecidos por los
procesos de descentralización como motores del desarrollo, no han favorecido el
perfeccionamiento democrático que, paradójicamente, pudiera ser más propicio en
el ámbito municipal. A menor escala territorial, más invisibilidades se reproducen y
las mujeres generalmente sufren la mayor relegación.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Hipótesis

La hipótesis que motivó la presente investigación plantea que, a pesar de los


esfuerzos políticos y legales por promover el empoderamiento femenino, existen
aún ciertos patrones socio-culturales que ejercen una fuerza de relegación de las
mujeres de la esfera política local. Junto a ello, la condición económica y el status
social de las mujeres influyen determinantemente en la accesibilidad a ejercer
cargos electos.

El contexto de participación política de las mujeres en México es patriarcal, las


instituciones siguen dominadas por figuras masculinas, no sólo hay una práctica
que subordina a las mujeres al espacio privado, de servicios domésticos y de
cuidados de manera voluntaria y gratuita sino que el ambiente para fomentar la
participación política de las mujeres es violento, jerárquico y autoritario.

Las mujeres están sometidas a combinar su vida personal, a veces marital con el
espacio público, trabajando una doble jornada que demerita su plena realización,
la falta de solidaridad y conocimiento complica aún más su estancia en la política.

Cada vez es mayor el número de mujeres que acceden al poder público pero son
los cargos jerárquicos los que todavía son detentados, en su gran mayoría, por
hombres. La presencia de ciertas mujeres en dichos cargos, ha representado
algún suceso aislado pues en general el imaginario social tradicional de la mujer
obediente permanece. Existen serias limitantes que están sustentadas en ese
imaginario: desde la carga simbólica de los espacios de poder hasta los
obstáculos en lo real que experimentan las mujeres para acceder a él.

Es la modernidad tardía en donde más se manifiestan los intentos por ingresar al


ámbito del poder pero también en donde más se muestran las limitantes tanto
subjetivas como sociales, que se ven expresadas a través del llamado Techo de
Cristal.

19
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

El término «techo de cristal», o «Glass ceiling barriers» en el original en inglés,


apareció por primera vez en un artículo del Wall Street Journal en 1986 en los
Estados Unidos. El artículo describía las barreras invisibles a las que se ven
expuestas las mujeres trabajadoras altamente cualificadas que les impedía
alcanzar los niveles jerárquicos más altos, independientemente de sus logros y
méritos.

A partir de entonces, varias estudiosas de la sociología han descrito este concepto


como referido al trabajo femenino dado que las mujeres representan la mitad de la
población mundial pero ocupan un ínfimo porcentaje de los cargos directivos. El
techo de cristal está construido sobre la base de rasgos que son difíciles de
detectar, por eso no se ve y se llama de cristal.

Esta barrera invisible aparece cuando las mujeres se acercan a la parte superior
de la jerarquía y les bloquea la posibilidad de avanzar en su carrera profesional
hacia cargos de poder y decisión. Romper el techo de cristal para las mujeres es
un reto común al que se enfrenta la economía en general. Ya no podemos
permitirnos malgastar el talento femenino.

En estos momentos de grandes desafíos, lo que está en juego es demasiado


importante como para mantener el statu quo.

Statu quo: Expresión latina con que se hace referencia al estado o situación de
ciertas cosas, como la economía, las relaciones sociales o la cultura, en un
momento determinado.

20
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Marco Teórico

Bajo estas consideraciones, el presente estudio busca contribuir al análisis y a la


reflexión en torno a la definición e implementación de acciones y medidas que
contribuyan a garantizar la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres en la
esfera de la política. De tal manera que el Capítulo I se centra en la exposición de
algunos planteamientos conceptuales formulados desde la teoría de género y los
derechos humanos.

La teórica feminista mexicana, Marcela Lagarde explicó que las mujeres tiene una
situación y condición genérica, la condición de las mujeres debe ser entendida
como el conjunto de circunstancias, cualidades y características esenciales que
definen a la mujer como ser genérico, como producto cultural histórico, abarcan
desde formas de comportamiento, actitudes, capacidades intelectuales y físicas,
hasta su lugar en las relaciones económicas, sociales y políticas.

Mientras que la situación se refiere al conjunto de características que tienen las


mujeres a partir de su condición genérica, la situación expresa la existencia
concreta de las mujeres particulares, a partir de sus condiciones de vida reales;
las mujeres comparten como género la misma condición genérica, pero difieren en
cuanto a su situación de vida y grados de opresión (Lagarde, 2005: 77-79).

Históricamente las mujeres han compartido condiciones, como la negación del


derecho al voto, a la educación, a heredar bienes, sin embargo, su situación ha
sido diferente, en cuanto a mujeres blancas, de clase media o alta, de las zonas
urbanas; las mujeres con cuerpo racializados por el color, la pertenencia étnica,
obligadas a trabajar dentro y fuera de su casa están en una situación de mayor
desventaja, de ahí que muchas mujeres se sientan más identificadas con sus
compañeros de clase que con sus compañeras de género.

La condición y situación de las mujeres está marcada por una ideología de género,
por un sistema de ideas, conocimientos, valores y creencias difundidas que
21
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

caracterizan a una persona, a un grupo de personas o a todo un sistema o


generación, en este caso la ideología que caracteriza a lo femenino y a lo
masculino.

Usar el concepto de ideología en el siglo XXI puede generar escozor en cierto


sector de la academia, particularmente pienso que usar el concepto de ideología
nos ayuda a entender ese sistema de valores jerárquicos que rigen y polarizan a la
sociedad por pertenencia étnica, de clase, de género, de edad, de capacidades y
de todo aquello que pueda dividir a la sociedad en valores antagónicos, donde uno
saca ventaja del otro. En su obra, La Plusvalía ideológica, Ludovico Silva, uno de
los teóricos más brillantes sobre ideología, conceptualiza que ideología es aquel
sistema de valores y representaciones que tienden a preservar la estructura social
existente y que presionan al individuo y a la sociedad desde su preconciencia,
impregna todas las actividades humanas, comprendiendo entre ellas la práctica
económica y la práctica política (Rojas, 2011: 66).

La ideología nos remite a un campo de acción mental y social, reproducimos


ciertas ideas y creencias el ser y estar en el mundo, sin cuestionar lo que somos,
la ideología es el velo que oculta relaciones de poder en los mensajes, en las
relaciones mismas de ahí su valía como mirada teórica para comprender la
realidad.

La ideología busca tener hegemonía que es la capacidad de una clase-clasificada


(hombres, ricos, blancos, adultos) para convertirse en dirigentes en el plano
político, moral e ideológico de los procesos históricos, implica para ello la
combinación del ejercicio del poder y la generación de consenso.

Para Gramsci la supremacía de un grupo social se manifiesta de dos maneras:


como dominación y como dirección intelectual y moral, sobre otros grupos
considerados subalternos, el grupo dominante genera y construye consensos,
valores generales tan amplios que atrae el apoyo de otros grupos, disemina un
modo y concepción de vida (Fontana, 2004: 43-44).
22
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Hay estructuras específicas que ayudan a difundir formas de pensar y creencias


de los grupos dominantes, los llama como hombre de su tiempo influenciado por el
marxismo, aparatos ideológicos y hegemónicos que son y deben ser también
aparatos de control económico, el aparato de propaganda de las ideas
hegemónicas reúne una serie de sistemas de difusión como son los medios de
comunicación masiva y las instituciones educativas y científicas, le agregaría, las
instituciones religiosas.

El patriarcado como poder hegemónico produce una ideología de sexo-género


binario, hay elementos dominantes en el entorno socio-cultural que forman y
remarcan la diferencia entre hombres y mujeres, que esencialisa el ser hombre y
el ser mujer, explica la esfera social de cada uno, el espacio público y de dominio
para los varones y el de lo cotidiano y de la subordinación para las mujeres.

Los elementos de la ideología de género dominante se estructuran por distintos


ejes, su grado de elaboración, aceptación, negociación y rechazo tienen que ver
con el acceso de las personas a su capacidad crítica y creativa para interpretar y
crear a partir de los elementos dados, nuevos conceptos y procedimientos,
también influye de manera decisiva la clase, el género, nacionalidad, adscripción
lingüística, edad, grado de escolaridad, fuentes alternas de conocimiento y sus
formas particulares de concebir el mundo.

El patriarcado es el sistema jerárquico de relaciones sociales, políticas y


económicas que tomando como excusa la diferencia biológica sexual y su
significado genérico establece, reproduce y mantiene al hombre como parámetro
de la humanidad, otorgándole una serie de privilegios e institucionalizando su
dominio (Conferencia de Facio en San Cristóbal de las Casas, México, 12-02-12).
Se caracteriza por la práctica del sexismo, que es la creencia fundamentada en
una serie de mitos y mistificaciones que toma al hombre como modelo de lo
humano que a su vez tiene como fundamento en la creencia consciente o

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

inconsciente de la superioridad del sexo masculino, de esta manera lo masculino


es central a la experiencia humana.

El sistema patriarcal, tiene una estructura arquitectónica jerárquica, vertical y


autoritaria que devalúa, menosprecia e invisibiliza a las mujeres y a todo aquello
asociado a la feminidad. Las mujeres adquieren en el patriarcado conciencia-
conocimiento crítico de su entorno social, de su opresión, de su posición de
subalternas frente a la cultura hegemónica masculina.

Marcela Lagarde define a la opresión como un conjunto enmarcado de la situación


de subordinación, dependencia vital y discriminación de las mujeres en sus
relaciones con los hombres, se sintetiza en la inferiorización de las mujeres frente
al hombre constituido en paradigma social y cultural de la humanidad.

Las mujeres están subordinadas porque se encuentran bajo el mando de “otro”


(hombres, instituciones, normas, deberes y poderes patriarcales) bajo su dominio
y dirección bajo el mando, las órdenes en la obediencia, bajo sus leyes su
funcionamiento está dinamizado por hombres, están fuera de sus instituciones
políticas y jurídicas.

La opresión se concreta y realiza en la discriminación y la exclusión que consiste


en formas de repudio social y cultural, de desprecio y maltratos a los cuales están
sometidas las mujeres por estar subordinadas, por ser dependientes, por ser
consideradas inferiores y por encarnar simbólicamente la inferioridad. La opresión
de las mujeres se expresa y se funda en la desigualdad económica, política, social
y cultural de las mujeres.

Desde esta opresión, las mujeres adquieren conciencia de su ser, y esto les puede
permitir complementar, cuestionar, negociar o rechazar la ideología patriarcal,
dado que la opresión se da en un contexto de privación de derechos y vejaciones.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Lagarde señala que la concientización de la opresión les ocurre a las mujeres sin
definirse feministas, confrontan el ideal de mujer con la mujer que son; unas lo
viven, otras lo fantasean, otras sufren por no alcanzarlo.

La ideología de género dominante hace que las mujeres no piensen que el


sistema está mal, que es necesario cambiarlo, no; la interiorización de la ideología
dominante de género hace que las mujeres de manera individual resuelvan sus
conflictos en aras de alcanzar su ideal de la feminidad que crea sueños y
fantasías, encierros, en las mujeres y en los hombres; la ideología de la felicidad,
nos dice Lagarde lleva incluso a que las mujeres, se sientan felices con su
opresión.

A lo largo de su vida las mujeres viven distintos procesos, de acuerdo a su


situación como existencia concreta, a partir de sus condiciones de vida reales y
particulares, de sus relaciones de clase, de su tipo de trabajo vital, sus niveles de
vida, sus definiciones políticas, conocimientos, capacidades de aprendizaje
personales, profesionales y de prácticas laborales.

El poder patriarcal no se limita a la opresión de las mujeres, sino que deriva en


relaciones de dependencia desigual de otros sujetos sometidos al poder patriarcal,
este poder patriarcal se expande en cualquier relación opresiva, por eso se
articula o imbrica con otras opresiones de clase, étnica, religiosa, política,
lingüística, racial, de edad, a la opresión del poder patriarcal se suma cualquier
hecho que otorgue poder, distinción que confiera valor real o simbólico (Lagarde,
2005: 90-91).

El patriarcado ha tomado de manera histórica los espacios considerados


importantes, prestigiosos, de toma de decisiones, de construcción y reproducción
de significados; uno de los espacios que reúne por excelencia esa articulación de
poder es la política.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Sin embargo, justo en este campo de poder las mujeres hemos empezado a
gestionar una de las primeras demandas que conformó el movimiento feminista, el
derecho al voto y a la participación política, más de dos siglos después, en
distintos países las mujeres más menos hemos logrado a costa de la vida y los
ánimos de nuestras ancestras espacios asegurado dentro de la política, entendida
como la forma de participación en el Estado para el bien común.

La igualdad de oportunidades en materia cívica y política podría afirmarse que,


todavía es una quimera que si bien se alimenta de una creciente sensibilización
social, no alcanza a ubicar a las mujeres en un plano igualitario de protagonismo
público. A la lucha por lograr el equilibrio democrático entre hombres y mujeres
han contribuido diversos acuerdos y normas internacionales orientadas a
promover los derechos de las mujeres, y a los que los Estados han debido
incorporar a sus agendas dado el carácter vinculante de algunos de estos
acuerdos.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Desarrollo

Entre los acuerdos más importantes firmados por México se pueden mencionar:

Convención sobre los derechos políticos de la mujer (1952). ONU Reconoce


que todas las personas tienen derecho a participar en el gobierno de sus
territorios, ya sea directamente o bien a través de representantes elegidos,
salvaguardando el disfrute y ejercicio de los derechos políticos. En sus tres
primeros artículos establece:

• Artículo I: Las mujeres tendrán derecho a votar en todas las elecciones en


igualdad de condiciones con los hombres, sin discriminación alguna.
• Artículo II: Las mujeres serán elegibles para todos los organismos públicos
electivos establecidos por la legislación nacional, en condiciones de
igualdad con los hombres, sin discriminación alguna.
• Artículo III: Las mujeres tendrán derecho a ocupar cargos públicos y a
ejercer todas las funciones públicas establecidas por la legislación nacional,
en igualdad de condiciones con los hombres, sin discriminación alguna.

Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos (1996)

Asamblea General de la ONU El artículo 26 dice: “Todas las personas son iguales
ante la ley y tienen derecho sin discriminación a igual protección de la ley.

A este respecto, la ley prohibirá toda discriminación y garantizará a todas las


personas protección igual y efectiva contra cualquier discriminación por motivos de
raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier índole, origen
nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición
social”.

Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación


contra la mujer, CEDAW (1979)

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

En el convencimiento de que la máxima participación de la mujer, en igualdad de


condiciones que el hombre, es indispensable para el desarrollo de las naciones,
este tratado internacional refrenda la importancia de erradicar la discriminación por
razones de género y promover el empoderamiento femenino en todas las esferas.
Entre los puntos enfocados a la participación política, podemos destacar: Art. 2:
“Consagrar, si aún no lo han hecho, en sus constituciones nacionales y en
cualquier otra legislación apropiada el principio de la igualdad del hombre y de la
mujer y asegurar por ley u otros medios apropiados la realización práctica de ese
principio; (...)”

Art. 3: “Los Estados Partes tomarán en todas las esferas, y en particular en las
esferas política, social, económica y cultural, todas las medidas apropiadas,
incluso de carácter legislativo, para asegurar el pleno desarrollo y adelanto de la
mujer, con el objeto de garantizarle el ejercicio y el goce de los derechos humanos
y 93 las libertades fundamentales en igualdad de condiciones con el hombre”.

Art. 4. “La adopción por los Estados Partes de medidas especiales de carácter
temporal encaminadas a acelerar la igualdad de facto entre el hombre y la mujer
no se considerará discriminación en la forma definida en la presente Convención,
pero de ningún modo entrañará, como consecuencia, el mantenimiento de normas
desiguales o separadas; estas medidas cesarán cuando se hayan alcanzado los
objetivos de igualdad de oportunidad y trato”. (Refiriéndose a medidas como las
cuotas, consideradas de discriminación positiva). Art. 7: “Los Estados Partes
tomarán todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la
mujer en la vida política y pública del país y, en particular, garantizarán a las
mujeres, en igualdad de condiciones con los hombres, el derecho a: a) Votar en
todas las elecciones y referéndums públicos y ser elegibles para todos los
organismos cuyos miembros sean objeto de elecciones públicas; b) Participar en
la formulación de las políticas gubernamentales y en la ejecución de éstas, y
ocupar cargos públicos y ejercer todas las funciones públicas en todos los planos

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

gubernamentales; c) Participar en organizaciones y en asociaciones no


gubernamentales que se ocupen de la vida pública y política del país”.

Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre Población y


Desarrollo (El Cairo, Egipto 1994)

ONU El Capítulo IV, referido al mejoramiento de la condición de la mujer, señala:


“La habilitación de la mujer y el mejoramiento de su condición constituyen en sí un
fin de la mayor importancia y son indispensables para lograr el desarrollo
sostenible. Los objetivos son: lograr la igualdad y la equidad entre el hombre y la
mujer, y permitir que la mujer realice plenamente sus posibilidades; incorporar
plenamente a la mujer en el proceso de formulación de políticas y adopción de
decisiones y en todos los aspectos de la vida económica, política y cultural, como
formuladoras activas de las decisiones y como participantes y beneficiarias
activas, (...).

Entre las medidas recomendadas figuran la creación de mecanismos que


garanticen la participación de la mujer en pie de igualdad y su representación
equitativa en todos los niveles del proceso político y de la vida pública; (...)”

Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, China 1995)

La plataforma de acción fruto de esta última Conferencia Mundial sobre la Mujer,


dedica un capítulo integrador del análisis de la situación de la mujer en el ejercicio
del poder y la adopción de decisiones, y señala, entre otras cosas:

• La necesidad de una participación igualitaria tanto de hombres y mujeres en


la toma de decisiones, de manera que puedan ser incorporados los
intereses de ambos.
• Que las prácticas discriminatorias y las actitudes estereotipadas respecto a
las diferencias de género presentes en las dinámicas de los partidos
políticos constituyen el principal obstáculo para la participación de la mujer
en la vida pública.
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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

• Que la división sexual del trabajo en el seno del hogar bloquea las
oportunidades de empoderamiento femenino. Y con el fin de revertir este
panorama, establece medidas que deberán adoptar tanto gobiernos, como
partidos políticos, empresas, sindicatos, instituciones académicas y de
investigación, ONG y organismos de cooperación internacional:
• Adoptar medidas positivas para aumentar la representación paritaria en los
órganos de gobierno y administración pública.
• Incorporar medidas en los sistemas electorales a fin de que los partidos
políticos integren equilibradamente a hombres y mujeres en cargos
electivos
• Establecer mecanismos para controlar el acceso igualitario a los
nombramientos públicos
• Fomentar la capacitación y el readiestramiento de las mujeres a fin de
lograr su empoderamiento.

Convención Interamericana para prevenir, erradicar y eliminar todas las


formas de discriminación y violencia contra la mujer “Convención Belem Do
Para” (1994).

Entre los ámbitos de violencia contra la mujer, la Convención celebrada en Brasil


reconoce, entre otros, “el derecho a tener igualdad de acceso a las funciones
públicas de su país y a participar en los asuntos públicos, incluyendo la toma de
decisiones”.

Declaración de los Objetivos del Milenio (2000).

ONU Los objetivos enunciados por Naciones Unidas y suscritos por 189 países en
el año 2000, dedican uno especial referido a la cuestión de género: “Promover la
igualdad entre los sexos y el empoderamiento de la mujer”, aunque sus metas
específicas se concentran en la educación y plantea un solo indicador de
participación política femenina, reducido a la representación en los parlamentos
nacionales.
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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Esto ha dado lugar a numerosas críticas por parte de movimientos feministas,


entre las que se destaca la ausencia de un reconocimiento por parte del reporte
acerca de la importancia de este objetivo, clave para el cumplimiento de los 95
otros siete. Se cuestiona también la omisión de diversas variables que atentan
contra la igualdad además de la educación, manifestadas en las brechas
salariales, la diversidad (mujeres discapacitadas, indígenas, negras, pobres), la
violencia, etc.

De todos modos, más que ambiciosos, los Objetivos del Milenio pretenden ser
realistas con la situación de los países más afectados y sus posibilidades de
alcanzarlos, por cuanto más allá de los vacíos que puedan presentar tales metas,
reflejan probabilidades concretas de cumplirlas, aunque siendo el plazo el año
2015, el recorrido logrado hasta el ecuador de dicho periodo dista mucho de lo que
debiera haberse avanzado.

Convención Interamericana sobre la concesión de los derechos políticos a la


Mujer, emanada de la IX Conferencia Internacional Americana (1948).

OEA. Carácter vinculante. Señala en su artículo 1 “....el derecho al voto y a ser


elegido para un cargo nacional no deberá negarse o restringirse por razones de
sexo”.

Declaración de la Cumbre de las Américas (Québec, Canadá 2001).

Los Jefes de Estado y de Gobierno de América reafirmaron en esta Cumbre su


compromiso con la protección de los derechos humanos, y señalan: “Nos
comprometemos a erradicar todas las formas de discriminación (...), así como a
promover la equidad de género y a lograr la plena participación de todos los
individuos en la vida política, económica, social y cultural de nuestros países”.

Consenso de Quito (Ecuador, 2007).

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Emanado de la X Conferencia Regional de la Mujer de América Latina y el Caribe,


los países participantes acordaron, entre otras cosas: - “Adoptar todas las medidas
de acción positiva y todos los mecanismos necesarios, incluidas las reformas
legislativas necesarias y las asignaciones presupuestarias, para garantizar la
plena participación de las mujeres en cargos públicos y de representación política
con el fin de alcanzar la paridad en la institucionalidad estatal (poderes ejecutivo,
legislativo, judicial y regímenes especiales y autónomos) y en los ámbitos nacional
y local como objetivo de las democracias latinoamericanas y caribeñas.

Ampliar y fortalecer la democracia participativa y la inclusión igualitaria, plural y


multicultural de las mujeres en la región garantizando y estimulando su
participación y valorando su función en el ámbito social y económico y en la
definición de las políticas públicas, adoptando medidas y estrategias para su
inserción en los espacios de decisión, opinión, información y comunicación”.

En 1976 se constituye el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la


Mujer - UNIFEM – que surge como respuesta al llamado de las organizaciones
participantes de la “I Conferencia de la ONU sobre las Mujeres” celebrada en
México, 1975).

Participación Política de las Mujeres

Las luchas por la emancipación de la mujer mexicana demandaron educación,


acceso a oficios y profesiones, acceso a la participación política, y por eso se
preguntaron: ¿Por qué sólo en la vida material debían ayudar al hombre?, ¿Por
qué el despotismo masculino?

Desde la cuna del género humano hasta la presente época, ¿qué ha sido, y qué
es la mujer en sociedad? Un ente desgraciado. No porque la naturaleza la haya
hecho inferior al hombre, sino porque éste, abusando de la fuerza, la ha
sumergido en despótica servidumbre (Julia Monteros citada por Villalobos
Calderón, 1975, p. 52).

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Aun así, con todo y la participación de las mujeres en la Revolución Mexicana de


1910, el nuevo contrato social ―por algunos de sus novedosos artículos (3, 27,
123, por ejemplo)― el Congreso Constituyente de Querétaro (1917), negó el
derecho al voto para las mujeres, argumentando su falta de preparación política y
que no había salido del reducido ámbito del hogar; las fracciones del artículo 123
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos con todo y lo
novedoso, impidieron que las mujeres y los jóvenes varones menores de 16 años
trabajaran, en el turno nocturno, o cumplieran labores insalubres y peligrosas o no
cubrieran horario extra. Empero, estas medidas legales con todo y que manifiestan
el sentido popular de la época, parecieran más restricciones para competir en
igualdad de oportunidades.

En la década de 1930, el sentido de unidad nacional homogénea, se asentó en la


conciliación de diferencias y desaparición de las identidades étnicas. “Contra esas
tendencias faccionalistas, el gobierno o como entonces se decía, la familia
revolucionaria, reclamó unidad y obediencia a nuestra madre común: La
Revolución” (Los primeros brotes de nacionalismo, 2001).

En 1936, sectores significativos de mujeres organizadas se habían coordinado en


el Frente Único Pro Derechos de la Mujer (FUPDM), desde donde impulsaron
candidaturas de mujeres en las entidades federativas, crearon el Consejo Nacional
del Sufragio Femenino y realizaron el Primer Congreso Nacional de Mujeres.

Entre otras reivindicaciones y logros, resalta la polémica desatada en torno a la


propuesta de conceder el voto con restricciones entre los juristas del país, las
mujeres conservadoras, los “revolucionarios”, entre otros sectores, había quienes
opinaban que el voto exclusivamente lo deberían tener las mujeres revolucionarias
y las mujeres trabajadoras.

En 1947, el entonces Presidente Miguel Alemán Valdés (1946-1952) promueve a


través del Senado, una adición al artículo 115 de la Constitución, el derecho a la
mujer de votar y ser votada en elecciones municipales. Durante la administración
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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

de Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958) se dio una reforma al artículo 34


constitucional de la siguiente manera:

“Son ciudadanos de la República los varones y las mujeres que, teniendo la


calidad de mexicanos…”, así a nivel nacional en 1953 las mujeres ejercieron por
primera vez su derecho al voto, mediante una reforma constitucional del Congreso
de la Unión.

En la década de 1970, hubo otras acciones del movimiento de mujeres y


feministas, se incorpora en la investigación universitaria y de educación superior
los estudios de género, como categoría de análisis de la diferencia sexual.
Cambios en el período 1970-1976, en donde el gobierno modificó el artículo 4
constitucional con igualdad entre los hombres y las mujeres y libertad sobre el
número y esparcimiento de los hijos.

En 1981, el gobierno mexicano ratificó varios tratados:

La Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer (1952) en su artículo I,


dice que “las mujeres tendrán derecho a votar en todas las elecciones en igualdad
de condiciones con los hombres, sin discriminación alguna”.

En su artículo II, dice que “Las mujeres serán elegibles” y en su artículo III “que
tendrán derecho a ocupar cargos públicos y a ejercer todas las funciones públicas,
en igualdad de condiciones con los hombres, sin discriminación alguna” (ACNUR,
1954).

Está también el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966), en la


parte 2, artículo II, dice:

1. Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a


respetar y a garantizar a todos los individuos que se encuentren en su territorio y
estén sujetos a su jurisdicción, los derechos reconocidos en el presente Pacto, sin
distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra


condición social.

El 18 de diciembre de 1979, la Organización de las Naciones Unidas (ONU),


aprobó la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación
contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) que en su artículo 7, dice:

Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para eliminar la
discriminación contra la mujer en la vida política y pública del país y, en particular,
garantizando, en igualdad de condiciones con los hombres el derecho a:

a) Votar en todas las elecciones y referéndums públicos y ser elegibles para todos
los organismos cuyos miembros sean objeto de elecciones públicas;

b) Participar en la formulación de las políticas gubernamentales y en la ejecución


de éstas, y ocupar cargos públicos y ejercer todas las funciones públicas en todos
los planos gubernamentales;

c) Participar en organizaciones y asociaciones no gubernamentales que se ocupen


de la vida pública y política del país (CEDAW, 1981).

Hay que señalar que la CEDAW, solicita a los Estados Parte, informes sobre sus
medidas y recomendaciones.

Claro que ha habido avances desde la década de 1950, en cuanto a ocupar


cargos de elección popular en calidad de regidoras, presidentes municipales,
gobernadoras, diputadas y senadoras, así como mujeres candidatas a la
Presidencia de la República:

1. Rosario Ibarra, en 1982 y 1988

2. Marcela Lombardo y Cecilia Soto, en 1994

3. Patricia Mercado, en 2006

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

4. Josefina Vázquez Mota, en 2012 (PNUD, 2012)

Desde la década de 1970, se registra la presencia de mujeres en puestos altos de


la Administración Pública Federal en calidad de Secretarias de Estado. No se diga
en la década de 1990, en cuanto a la reforma política en materia de cuotas de
género que hizo posible tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados,
aproximarse a la representatividad de las mujeres y abrir las Comisiones de
Equidad y Género y obligar a los partidos políticos, a brindar Capacitación,
Promoción y el Desarrollo del Liderazgo Político de las Mujeres (CPDLPM), a
tratar de no exceder el 70 por ciento para un mismo género (Art. 5-Fr. XXII. 1996).

Crear las condiciones para que se diera la igualdad efectiva entre los géneros en
la política tampoco fue obra de los hombres, celosos siempre de sus privilegios,
sino de las mismas mujeres que fueron imponiendo, en la medida en que su
representatividad crecía y se afianzaba, diversas medidas de carácter legal que
las acercara a la igualación con el otro sexo; lo más decisivo comenzó a darse
cuando esas medidas comenzaron a traducirse en disposiciones legales que
aseguraban, por lo menos en parte y gradualmente, el progreso político de su
género (Córdova, 2012, p. 12).

En la primera década del siglo XXI, estudios como el de Graciela Vélez Bautista,
titulado Género, subjetividad y poder: Participación política de las mujeres,
señalan que hay que mejorar el esquema de cuotas de género ― superar el fin
electorero que sólo pretende conquistar votos a su favor ― e impulsar a la mujer a
cargos de elección popular, así como a los trabajos de partido, Ahora, aunque hay
indumentaria más práctica y derecho al voto sin base de igualdad, no
discriminación, ni diversidad en los parlamentos. Hay “ajustes estructurales”, por
ejemplo, de “al menos el cuarenta por ciento de candidatos propietarios de un
mismo género, procurando llegar a la paridad” (Art. 219.1. 2008) entre los
“hombres” y las mujeres.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

La definición tácita de la mayoría de los puestos de dirección supone una forma de


levantar la cabeza, de modular la voz, seguridad, desenfado, el “hablar para no
decir nada”, y si ella habla con más intensidad de la cuenta, con seriedad o
ansiedad, eso resulta inquietante.

Sin analizarlo siempre, las mujeres resienten todo esto, a menudo en sus cuerpos,
como una forma de estrés, tensión, sufrimiento, depresión (Pierre Bordieu, 1998,
entrevistado por Portevin, 2000).

En el periodo electoral (julio 2012), que las mujeres llegaran a puestos políticos y
de decisión, tuvo cierta importancia la histórica sentencia emitida el 30 de
noviembre de 2011 (Sup-JDC-126240/2011 y acumulados) por el Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), “al exigir a los partidos a
cumplir con la cuota de género, independientemente del método interno que usen
para seleccionar candidaturas” (Gómez Mena, 2012, p. 8), y al Instituto Federal
Electoral (IFE), exigirle que vigile el cumplimiento de las disposiciones para que
haya “pago de multas” y se elimina cualquier tipo de excepción al cumplimiento de
la cuota de género:

Propietario y suplente de un mismo género (mínimo 40 por ciento del total), no hay
posibilidad de que mujeres propietarias sean substituidas por sus suplentes
varones.

El máximo de candidaturas de un mismo género en las elecciones uninominales


se estableció en 120 (para diputados) y 26 (para senadores); mientras que para
las plurinominales habría planillas de cinco por cada una de las cinco
circunscripciones de las que dos integrantes serían del mismo género,
resguardando así los porcentajes fijados en el primer párrafo del artículo 219.

Las sanciones están claramente establecidas: habrá dos amonestaciones para los
partidos que no cumplan con la cuota y, finalmente, se les anulará el mismo

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

número de candidaturas que se hayan negado a dar a cada género (Córdova,


2012, p. 12).

En la última elección presidencial, en México, hubieron comentarios del candidato


al Senado por Morelos quien dijo:

“no hay mujer bonita que no llegue a ser meretriz” (Méndez, 2012, p. 3) o
denuncias como: “haya hombres que incorporen en las listas a sus mujeres, a sus
novias, a sus secretarias con quienes comparten la cama” (Muñoz, 2012, p. 3) o
escándalos al confirmarse que los partidos políticos incumplieron la cuota de
género (Urrutia, 2012).

De manera que los partidos políticos por primera vez acataron la resolución del
IFE, les dio de plazo 48 horas para cumplir la cuota de género en senadurías y
diputaciones federales y locales. Aunque se observa que los partidos políticos
entienden a su manera la regla, en el caso del Partido Acción Nacional (PAN),
entregó una relación con 60 por ciento de hombres y 40 por ciento de mujeres, la
dirigencia nacional trabajó en los ajustes.

Al Partido de la Revolución Democrática (PRD), no le alcanzaron los tiempos y


registraron candidatos, aun sabiendo que no cumplían con la cuota de género.

Por su parte, las mujeres de los partidos políticos coincidieron en su


inconformidad, demandaron incluir perfil y trayectoria, también la mitad o al menos
40 por ciento de candidaturas para las elecciones federales de ese julio.
Insistieron en que no querían ser vistas como “relleno” ni a que las sigan
postulando en distritos electorales no competitivos (Véase Muñoz, 2012).

Aunque haya la inserción en la Administración Pública de instancias como el


Instituto Nacional de las Mujeres (2001), los institutos estatales y municipales de la
mujer y las únicas instancias elevadas a Secretarías (Guerrero y Chiapas) caen en
la “concepción determinista en la que las fronteras entre lo biológico y lo social, se

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

borran, y el ser humano de uno u otro sexo es visto tan sólo como el resultado de
su naturaleza biológica” (Muñoz Rubio, 2011).

Otro ejemplo de que aún no llegamos al estado de igualdad plena, es la


aprobación de leyes a granel: Ley Federal para Prevenir y Eliminar la
Discriminación (2003), la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres
(2006), la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia
(2007) y la Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas (2007), que ante
problemas como la trata de personas1, ― fenómeno que desde la Colonia se
aplicó a mujeres de todas las edades, particularmente indígenas y africanas,
comerciadas como mano de obra, servidumbre y explotación sexual― de alguna
manera se entrampan, porque los propios gobiernos y sus políticas públicas las
propician al provocar la migración ilegal a otros territorios.

La Ciudadanía de las Mujeres

En la Declaración de los sentimientos se afirmaba “La historia de la Humanidad es


la historia de las repetidas vejaciones y usurpaciones por parte del hombre con
respecto a la mujer, y cuyo objetivo directo es el establecimiento de una tiranía
absoluta sobre ella, para demostrar esto someteremos los hechos a un mundo
confiado”. Lo bien cierto es que muchas de las reivindicaciones planteadas por los
hombres y mujeres que se reunieron en Séneca en 1848 se han incorporado a la
letra de las leyes de buena parte del mundo.

No obstante tenemos que seguir sometiendo a consideración muchos déficits,


muchas discriminaciones que se practican cotidianamente y que vienen a suponer
que el concepto de ciudadanía, rico en sus contenidos, no tiene una plasmación
en la realidad que colme las expectativas crecientes de las mujeres.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Al relacionar a las mujeres y la ciudadanía recordamos una historia de exclusión,


si antiguamente se cuestionaba que las mujeres tuvieran alma, posteriormente se
les reserva su lugar en la naturaleza y se les impide el paso a la cultura, a “lo
público”. Según Rousseau, las mujeres vinculadas como están en la familia no
pueden pensar en el bien común, son incapaces y por lo tanto deben mantenerse
en un estado de pasividad, no debe tener derechos, deben incluso por su propio
bien permanecer bajo la autoridad simbólica y real de los varones.

Afortunadamente una mujer sabia, Mary Wollstonecraft (1792) al escribir la obra


fundacional del feminismo como filosofía política, reivindicando los derechos de las
mujeres, argumentó que si la libertad, los derechos y la ciudadanía se consideran
un bien, no hay ninguna razón ni en la naturaleza ni en otro lugar por la cual
excluir a la mitad de la humanidad de ese bien.

A Olympia de Gouges, su compromiso y “osadía” al escribir, frente a la excluyente


Declaración de Derechos del hombre y del ciudadano, la “Declaración de los
Derechos de la Mujer y la Ciudadana, le llevó a la guillotina. Junto a algunas
mujeres excepcionales, incluyendo también a Madame de Stael, algunos hombres
como Condorcet y posteriormente, en el XIX, John Stuart Mill, (este último en
colaboración con su esposa H. Taylor), filósofo del sufragismo, teorizaron acerca
de la ilegitimidad de la exclusión. La conquista de los derechos políticos, del
derecho al voto, como es sabido costó tiempo y sufrimientos, fue un proceso lento
y doloroso, desigual y en algunos lugares de la tierra y a pesar de las
Declaraciones internacionales, sigue existiendo la exclusión.

Estamos todavía lejos de conseguir la autonomía personal, de alcanzar la


ciudadanía plena, del respeto a la diversidad.

Ser mujer, adquirir un compromiso intelectual o político, continúa entrañando


dificultades, pero a pesar de la intermitencia, por la amplitud y profundidad de los
retos que comporta, la indolencia, el aburrimiento y la autocomplacencia no tiene
cabida.
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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Plantear la política de las mujeres, con las mujeres, partiendo no de lo que le falta
a las mujeres sino de lo que las mujeres tienen, no de la miseria sino de la
riqueza, no de la humillación sino del orgullo.

Por otra parte desde el feminismo se sigue debatiendo, reflexionando, realizando


propuestas sobre el mundo que se requiere, porque todo nos incumbe, desde los
valores, la utilización de la riqueza y la energía hasta cómo organizar nuestras
vidas, nuestras relaciones, nuestros espacios.

El concepto de ciudadanía y su inicial carácter excluyente que condiciona


posiciones posteriores, concepto complejo y ambivalente, que se adjetiva,
tensiona y amplia.

En la actualidad hablamos no solo de derechos políticos sino también de derechos


civiles y sociales, para cuya consecución, impulso y plasmación real son
necesarios los debates sobre su contenido, propuestas, planes estratégicos y
medidas políticas.

Cristina de Pizan, contra la misoginia, proyectó una ciudad para las mujeres, más
sólida que la sociedad construida por las valerosas amazonas. Las propuestas
actuales o contemporáneas con las que más nos identificamos abarcan a todas
las mujeres, a los seres humanos, implican la transformación urbana, un salto
desde el punto de vista físico, económico, social y cultural, política urbana que
contribuya a hacer de las ciudades estructuras sociales más igualitarias, no sólo
entre clases sino entre géneros, como dicen M. Castells y J. Borja.

Donde la diversidad sea enriquecedora y donde la dignidad sea posible. Si en las


grandes ciudades se hicieron visibles por primera vez las mujeres solas,
desencadenando prejuicios, temores, sospechas, en difíciles condiciones vitales,
hoy surgen nuevas marginaciones y exclusiones protagonizadas por mujeres.

Por todo esto es importante señalar algunos propuestas como lo es que se haya
elaborado la Carta europea de la mujer en la ciudad, una Declaración de 12
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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

puntos que propugna la ciudadanía activa y la ciudad como memoria organizada.


Pretende contribuir a una nueva filosofía de planificación urbana, para alimentar
de forma constructiva un verdadero debate democrático que tenga en cuenta las
necesidades y las aspiraciones de los ciudadanos y ciudadanas, nuevos
equilibrios, una sociedad más emancipada, más libre, con mayor cohesión y
armonización social.

En Italia se redactó la Carta itinerante de la mujer y un proyecto de ley sobre los


tiempos, con la finalidad de crear un marco de compatibilidad, un nuevo sistema
de valores y nuevos estilos de vida, a partir de la idea de que el tiempo no es
dinero, es sobre todo y fundamentalmente vida, riqueza personal y social.

Afortunadamente, como en otros ámbitos se puede constatar la pluralidad de


propuestas, tendencias sobre el propio concepto de ciudadanía, sus contenidos,
posibilidades de ejercicio del conjunto de derechos que comporta o comportaría la
pertenencia de pleno derecho a una comunidad.

No parece extravagante partir de la base de que la concepción de la ciudadanía


está impregnada de los valores definidos por el Ethos masculino, y en
consecuencia es necesario revisar su significado y lo que implican los conceptos
que de ella se derivan, tales como intervención y participación política o intereses
y necesidades políticas.

Como afirma Evangelina García Prince constituye una categoría compleja que
plantea la crisis de los paradigmas tradicionales, que al estar vinculada a los
orígenes del pensamiento político, los conceptos, nociones y categorías que la
articulan, tales como derecho, estado, civilidad, gobierno, democracia etc.

Al mismo tiempo contiene todas las virtualidades para ser ampliada y vinculada a
la autonomía individual, los derechos humanos de las mujeres, además del
ejercicio y reconocimiento de los derechos políticos en sentido estricto.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Como primer paso convendría configurar una ciudadanía real que palie el déficit
histórico entre los sexos, consecuencia de las relaciones disimétricas de poder.

Como dice Elena Simon, el mundo moderno ha contraído una serie de deudas con
las mujeres, negándoseles la entrada en el mundo de los derechos, en la etapa de
la ciudadanía civil en el XVIII, la ciudadanía política en el XIX y también la etapa
de la ciudadanía social a partir de la segunda mitad del siglo XX.

También en la actualidad se pueden observar serias dificultades para el ejercicio


pleno de la ciudadanía por parte de las mujeres que comportaría desde el reparto
del trabajo y la riqueza hasta la reforma de costumbres, valores, mentalidades,
cultura y el propio ejercicio de la libertad.

Si los grupos privilegiados trazaron el concepto de ciudadanía, los grupos


silenciados, entre ellos las mujeres, explícita o implícitamente parecen quedar
fuera de la definición y ejercicio de una ciudadanía plena. Las causas de este
destierro guardarían relación con aspectos económicos y culturales, aspectos en
los que habría que profundizar para avanzar en la constitución de una ciudadanía
inclusiva que incorpore la diversidad como base de una sociedad más igualitaria.

En cualquier caso hay una amplia coincidencia en la importancia y la necesidad de


revisión del propio concepto de ciudadanía. Francoise Collin afirma:

“La constitución de un espacio verdaderamente común a hombres y mujeres que


fue, y sigue siendo, el objetivo primordial del feminismo, recurre inevitablemente a
las teorías de la igualdad. Pero esta igualdad debe entenderse como igualdad de
derechos, no con igualación de identidades, que por lo demás, se hará en
provecho de la identidad masculina ya existente. Debe dejar lugar al juego de las
diferencias individuales o colectivas sin por ello predefinirlas. El siglo XX viene así
a modificar el concepto de igualdad del siglo XVIII, cuyo fundamento es la noción
de ciudadanos abstractos. La problemática de los sexos, como de las razas, las

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

culturas e incluso de las religiones, obliga a una redefinición de democracia y de


ciudadanía”.

T.S. Marshall hacía referencia a la ciudadanía social como conjunto de derechos y


de deberes que va unido a la pertenencia plena a una comunidad y definió la
ciudadanía como aquel estatus que se concede a los miembros de pleno derecho
de una comunidad, siendo sus beneficios iguales en cuanto a los derechos y
obligaciones que implica.

En los últimos años se ha producido una explosión de interés sobre el tema


llegándose a afirmar que la ciudadanía está de moda. Se proponen términos como
ciudadanía democrática radical, la ciudadanía cosmopolita, la ciudadanía plena, la
ciudadanía inclusiva, la ciudadanía multicultural, y la ciudadanía sexualmente
diferenciada.

Incluso se ha mantenido que hay tantas formas de ciudadanía como


interpretaciones de los principios ético-políticos de la moderna democracia.

Desde algunos sectores del feminismo se ha denunciado la insuficiencia del


reconocimiento de los derechos individuales desde la perspectiva universalista.

En esta línea Iris Marion Young, partiendo de que la diferenciación de grupos es


un proceso inevitable y deseable en las sociedades modernas al existir grupos
privilegiados y oprimidos, plantea que es necesario prestar atención a la diferencia
para hacer posible la participación y la inclusión.

A su vez Carol Pateman afirma que por tratarse de una categoría patriarcal,
construida a partir de la imagen del varón, ha generado la devaluación de las
tareas y cualidades de las mujeres, a pesar de que en las democracias liberales la
ciudadanía formal ha sido ganada dentro de una estructura del poder patriarcal.

Propone una concepción sexualmente diferenciada de la ciudadanía que


reconocería a las mujeres como mujeres, con sus cuerpos y todo lo que ello

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

simboliza, que implicaría dar significación política a la capacidad de la que carecen


los hombres, es decir la maternidad.

Estas concepciones han sido ampliamente difundidas y criticadas, ya que


contradicen los principios liberales básicos, siendo impracticable en el terreno
político. Celia Amorós, entre otros argumentos, aduce que hay grandes
probabilidades de que un Estado que tenga la ciudadanía “qua madre” te dé
consignas de cómo tienes que ejercerla.

Chantal Mouffe cree que un proyecto de democracia radical y plural no necesita un


modelo de ciudadanía sexualmente diferenciado en el que las tareas específicas
de hombres y mujeres sean valoradas con equidad, sino una concepción
verdaderamente diferente de qué es ser un ciudadano y de cómo actuar como
miembro de una comunidad política determinada.

La distinción público - privado, actuó como un poderoso principio de exclusión, y


como es sabido, desempeñó un importante papel en la subordinación de las
mujeres. Propone profundizar la revolución democrática y dar cabida a la
multiplicidad de las demandas democráticas que existen. Considera que los
problemas con la construcción liberal de la distinción publico/privado no se
resolverán con descartarla, sino solo al reformularla de una manera más
adecuada.

La ciudadanía es un principio articulador que afecta a las diferentes posiciones del


agente social al tiempo que permite un conjunto de lealtades específicas y el
respeto de la libertad individual.

Cada situación es un encuentro entre lo privado y lo público. Los deseos,


decisiones, opciones son privados porque son responsabilidad de cada individuo,
pero sus realizaciones son públicas porque tienen que restringirse dentro de
condiciones especificadas por una comprensión específica de los principios éticos,
políticos del régimen que provee la gramática de la conducta de los ciudadanos.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Por su parte una interpretación democrática radical hará hincapié en las


numerosas relaciones sociales donde existen situaciones de dominación que
deben ser puestas en tela de juicio si se aplican los principios de libertad e
igualdad.

Por ello habrá que tener en cuenta las diferentes maneras en que se construyen
las relaciones de poder y revelar las formas de exclusión para estar en
condiciones de abordar de una nueva manera nuestras identidades como
ciudadanos.

Para Silvina Alvarez cualquier intento por conseguir el ejercicio pleno de la


ciudadanía tendrá que contar con el presupuesto de la autonomía personal, y con
una nueva concepción de la ciudadanía que reconozca la especificidad femenina.
Coincide con Ursula Vogel cuando mantiene que la ciudadanía seguirá siendo una
ilusión para las mujeres sino se diseñan modelos de participación que contemplen
la singularidad de la mujer en su relación con la reproducción de la maternidad y la
vida familiar y se plantea al mismo tiempo el rol del varón en el ámbito privado, en
la vida familiar y doméstica, para que los derechos de ciudadanía sean efectivos
para las mujeres será necesario que los Estados les concedan pleno
reconocimiento.

Coincidiría con Carme Adán cuando afirma que la experiencia de las mujeres
parece un instrumento válido si se evitan los excesos de uniformización o
unificación apriorística y no se olvida que uno de los objetivos fundamentales de la
reflexión feminista es la emancipación.

Siguiendo el planteamiento de Hannah Arendt, en cuya virtud ser ciudadano,


retomando la etiqueta latina del término, supone utilizar una máscara que oculta el
semblante pero permite la resonancia de la voz, el feminismo de los 90 propone,
según Cristina Sánchez que la voz se muestre como tal, pues solo a través de
nuestra identidad diferenciada puede alcanzarse una ciudadanía no excluyente, en

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

la que el paria pueda ser un ciudadano/a de pleno derecho y reconocimiento y al


mismo tiempo, construir una política de contestación desde esa misma identidad.

También se ha hecho referencia a la ciudadanía inclusiva que crítica al concepto


clásico de ciudadanía como espacio estático y excluyente respecto a aspectos
como lo privado, lo afectivo, lo alternativo o lo diferente y a una ciudadanía más
extensa y ambiciosa.

Con frecuencia encontramos referencias al carácter ambiguo y ambivalente del


término. Chiara Saraceno señala como primera ambivalencia la relacionada con el
concepto de individuo libre y dueño de sí mismo, sobre el cual se basaría el
concepto de ciudadanía, y con la proclamada igualdad entre el conjunto de los
individuos. Relaciona este concepto de ciudadanía con la capacidad de
independencia económica.

Posibilidad tradicionalmente negada a las mujeres, declaradas dependientes


económicamente por la devaluación del trabajo vinculado a la reproducción,
circunstancia que se ha mantenido a pesar de la conquista del voto.

Mª Ángeles Durán, afirma que la libertad es un bien tutelado por la constitución


pero si carece de las adecuadas bases económicas, la libertad no puede
ejercitarse aunque se tenga derecho a ella.

La ciudadanía social en la que se basa el Estado del bienestar se ha construido


con fuertes dosis de etnocentrismo y androcentrismo.

Según se desprende del concepto de ciudadanía social todos y todas tendrían que
poder vivir la vida de un ser civilizado, como dice Simón, acceder a la cultura, al
empleo, al amor, tres aspectos que toda persona necesita tener cubiertos para
considerarse y ser considerada como un ser civilizado y libre.

La ciudadanía social proviene del patrimonio común pero necesita ser delimitado,
cultivado, enriquecido y repartido, sin relegar a las mujeres, porque si no

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

estaríamos en un sistema que se aproxima a la democracia ateniense. A pesar del


Estado del Bienestar, muchos grupos sociales, como mujeres e inmigrantes,
tienen dificultades para acceder a una educación de calidad, empleo, vivienda,
crédito.

Seguimos hablando de la feminización de la pobreza ya que mujeres son los dos


tercios de los pobres que residen en países del primer mundo, representan el 70
por ciento de la inmensa pobreza que existe en el mundo.

Berthe Siim propone la participación en el poder político desde la base, con una
visión del Estado del Bienestar que combina el concepto de ciudadanía universal y
diferenciada capaz de generar alternativas. Señala que en los países nórdicos se
ha pasado de ciudadana madre a ser mujer ciudadana-funcionaria y trabajadora y
los hombres han adquirido nuevos papeles de ciudadanos padres.

Otras visiones feministas se centran en la afirmación de que la experiencia y la


identidad de las mujeres suponen una esperanza, analizándose la posición
marginal de las mujeres en el juego de las ciudadanías como una ventaja. Las
mujeres no se sienten ligadas al orden existente y representan una fuerza de
cambio que va más allá de las fronteras nacionales.

“como mujer mi país es el mundo entero”.

V. Woolf

Por su parte Meehan, ofrece una percepción de la ciudadanía europea que se


centra en unos derechos sociales basados no solo en la participación en el
trabajo, sino también en la preocupación por los demás. En la línea de la
construcción de la ciudadanía europea Judith Astelarra, partiendo de las cuatro
formas que históricamente ha tenido el concepto de igualdad.

Igualdad ante la ley, igualdad de trato, igualdad de oportunidades, igualdad de


resultados (que la igualdad se convierta en realidad), insiste en la idea de que esta

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

no solo afecta a la conducta de los individuos sino que requiere de reformas


sociales y económicas estructurales.

El problema de la igualdad entre hombres y mujeres es un área donde también se


podría buscar que la ciudadanía europea supere las limitaciones que han existido
hasta ahora en la aplicación de los principio de igualdad.

Europa podría así construirse avanzando un paso más hacia la igualdad, lo que
haría que los europeos pudieran considerar que su ciudadanía europea es algo
que les comporta beneficios reales. Sería importante no desaprovechar la
oportunidad de plasmar estas propuestas en la futura Carta de Derechos
Fundamentales de la Unión Europea, en proceso de redacción, de manera que
suponga un avance y no un retroceso respecto del Tratado de Amsterdam.

Donna Haraway es una de las autoras más visionarias en la idea de que, al hacer
partícipes a las mujeres en la discusión sobre el concepto de ciudadanía se
abrirán las fronteras en el mundo del futuro, más allá del estado, se construye más
allá del género, las etnias, las opciones sexuales.

Todo sería diferente si las mujeres accedieran al poder y se identificaran con este,
romperían con los límites de lo establecido se abrirían múltiples alternativas para
el futuro.

Las impulsoras del proyecto Eleusis, mantienen que si el llamado ciberespacio


genera un nuevo orden, jurídico, económico, cultural o de ocio, es decir un espacio
político, las mujeres no podemos otra vez permanecer al margen o estar solo
como usuarias receptoras.

Nos proponen crear un ecosistema informacional, crear u obtener poder


inmaterial, generar empresas y crear empleo, reelaborar un concepto innovador de
ciudadanía, construir no un estado sino una ciudad, un espacio de civilidad y
convivencia, en el que el requisito para otorgar la ciudadanía es solamente estar
allí o querer estar.
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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Como dice Marcela Lagarde en el umbral del milenio, el horizonte cultural


feminista es universal por primera vez en la historia y, más allá de las agendas
comunes, los temas, la vocaciones y las semejanzas iconográficas y estéticas,
cada quien experimenta el feminismo a su manera, desde su especificidad
personal, social y cultural.

La diversidad es patente, la diversidad entre los seres humanos, entre las mujeres
y de cada una consigo misma. Entre las mujeres de carne y hueso y las
representaciones simbólicas y normativas que se les asignan, la diversidad que
queremos y según Lagarde, implica los soportes de la mismidad y las
especificidades, la ciudadanía real de todos los anhelantes construida por voluntad
de respeto mutuo y la capacidad de universalidad.

Ser universales es la base de una diversidad de nuevo cuño solo posible si


compartimos un paradigma que no es la suma de causas y sujetos aislados y
ajenos, sino por la asunción colectiva de valores de convivencia con recursos
disponibles y circulantes, de un compromiso mutuo de reconocimiento influyente y
la consolidación de libertades de acción en la vida y en el mundo.

Muchas de estas propuestas o concepciones, nos presentan nuevas formas de


ciudadanía, en las que el género tenga influencia en la realidad, sin estructurar de
forma jerárquica las relaciones de poder.

Como dice Evangelina García para el tránsito de la histórica condición pre-cívica


de las mujeres hacia la ciudadanía plena habrá que sufrir o pasar por auténticas
transmutaciones objetivas y subjetivas, más allá de lo femenino, el esfuerzo
deberá alcanzar a los hombres.

Si planteamos la equidad como principio, camino y aspiración, parece necesario


“desempoderar” en palabras de Lagarde al género masculino, a los hombres y las
instituciones excluyentes y eliminar los poderes de dominio, resignificar a los
hombres y a las instituciones con derechos y responsabilidades de convivencia y

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

desarrollos colectivos. En ese esfuerzo es importante una especial atención de


nuevo a “lo privado “que no es extrasocietario, ya que el poder masculino también
es el poder dominante en lo privado doméstico.

Refiriéndose a nuestro país Judith Astelarra afirma que es importante que se


asuma la dimensión de los privado en una redefinición de la ciudadanía que
permita que hombres y mujeres también compartan el trabajo que en él se realiza,
habrá que corregir los sesgos que se han producido en el Estado de Bienestar en
el mundo y si se asume que hay que desarrollar derechos en el ámbito privado, es
importante que cambie la cultura política que es la base del ejercicio de la
ciudadanía.

En efecto el lema lo personal es político tiene vigencia, porque no estamos


escindidas, porque el origen de la subordinación es política, las trabas son
políticas, y porque para alcanzar la plena ciudadanía es preciso propiciar el
cambio de las condiciones de vida de las mujeres.

Las necesarias transformaciones culturales, los cambios de mentalidad, el cambio


de los procesos de socialización, precisan reformas legales e impulsos políticos de
diversa índole. Las dificultades y obstáculos para la plena ciudadanía vienen en
buena parte de “lo privado”, de ahí la importancia de propiciar la conciliación entre
la vida pública, profesional o laboral y familiar, el reparto del trabajo remunerado y
no remunerado, cuyo verdadero alcance implica cambios legales, estructurales y
culturales profundos.

Las mujeres hemos venido realizando enormes esfuerzos para hacer compatibles
ambas esferas, ahora se deberá implicar y comprometer a los hombres a asumir
las tareas y la responsabilidad. Por otra parte, si nos referimos a la conquista y
efectividad de los derechos políticos, entre ellos a la de ocupar cargos de
responsabilidad pública, tendremos que referirnos a los obstáculos que dificultan
la participación de las mujeres en las estructuras de poder y de toma de

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

decisiones, en suma al ejercicio de la ciudadanía activa y por supuesto al


liderazgo.

En la Declaración de Atenas y en el estudio “Women in politcs and Decision


making in the late Twenty century” realizado por Centro para el Desarrollo social y
Asuntos humanitarios de las Naciones Unidas de 1992 se indica la conexión entre
la elegibilidad como condición de la ciudadanía y la posición y proporción de
mujeres en los procesos de toma de decisiones, señala que la intervención de las
mujeres es un indicador importante de la calidad cívica y de la calidad de la
democracia misma y enuncia cinco argumento que justifican la reclamación de las
mujeres para participar en la toma de decisiones como derecho ciudadano.

1. No hay democracia auténtica si las mujeres que son la mitad de la


población no están proporcionalmente representadas. El reconocimiento de
su plena ciudadanía tendría que reflejarse en su presencia efectiva en las
jerarquías y espacios de la vida política.
2. La infrarrepresentacion de las mujeres resta validez al sistema democrático,
ya que crea un distanciamiento real y una disparidad entre electoras y
elegidos.
3. Las orientaciones que generalmente toman los procesos e intereses de la
vida política responden más a un Ethos masculino que femenino y por
tanto, no reflejan las necesidades de las mujeres.
4. Las mujeres están más capacitadas para ser más críticas a la orientación
tradicional de las agendas políticas y por lo tanto pueden reorientarlas hacia
diferentes ámbitos de interés.
5. las mujeres representan la mitad de los talentos y las potencialidades
humanas de cualquier sociedad y ninguna de estas puede darse el lujo de
excluir estas capacidades. Ello produce el empobrecimiento de la vida
pública y además, inhibe el desarrollo de una sociedad justa.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Entre los diferentes Convenios y documentos de carácter internacional, que han


venido produciéndose en los últimos 20 años, cabe mencionar también la
Convención para la eliminación de todas formas de discriminación contra la mujer,
CEDAW.

La CEDAW establece claramente el marco de los derechos ciudadanos; ninguno


de ellos está por fuera del ámbito de la ciudadanía y esta es el hecho político por
excelencia que ha marcado la diferencia entre el acceso y la exclusión a lo
público-político.

En efecto sabemos que desde principios del presente siglo, el interés de los
esfuerzos femeninos se ha dirigido principalmente a la ciudadanía social y política
(derecho al voto, derecho a la educación y derechos laborales, principalmente). A
medida que el tiempo ha avanzado y las iniciativas de las mujeres se han
multiplicado, estos horizontes se han tornado más complejos y los propósitos de
las luchas se han afinado en su orientación estratégica.

En tiempos relativamente recientes ese interés se ha ampliado hacia contextos


más inclusivos que se identifican con la relación “Mujer y Poder”.

La señalada discusión sobre la situación y posición de las mujeres, ha pasado por


diferentes etapas. A partir de los años 70, el debate se ha interesado en el
tratamiento que los gobiernos han brindado a las necesidades de las mujeres en
las políticas públicas, y se ha concluido, en términos generales, el carácter
incompleto o parcial de lo intentado hasta el presente.

Hoy, el énfasis no está en una sola dimensión del problema, se tiende a una visión
y tratamiento integral. Y sin duda, dentro de tal integralidad, una de las prioridades
más claras es la incorporación de la mujer al poder, a la toma de decisiones y, en
general, al ejercicio del liderazgo en todas las esferas de la acción colectiva.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

En los últimos 20 años en las Conferencias internacionales, colocaron al Estado


en el papel de protagonista fundamental en la definición de los cambios que
debían producirse en la situación de las mujeres.

En todas estas convocatorias, la participación en el poder y en la toma de


decisiones fueron temas incluidos en las agendas, lo aprobado refleja, en parte, la
evolución registrada en los organismos públicos sobre el asunto.

Desde la Primera Conferencia Mundial en México, (1975), hasta la Cuarta


celebrada en Pekín (1995) y la última celebrada en New York, en junio del 2.000
(Pekin + 5) sobre “La mujer en el año 2000: igualdad entre los géneros, desarrollo
y paz para el siglo XXI”, ha habido pronunciamientos cuyo carácter detallado y
pertinente, en la mayoría de los casos, dan gran relieve a la participación de las
mujeres en la toma de decisiones, como factor decisivo en los cambios hacia una
sociedad más democrática y equitativamente desarrollada, tal como se deduce del
examen de sus principales conclusiones.

La Conferencia de la Unión Intearparlamentaria Mundial “Towards Partnership


Between Women and Men in Politics”, India, febrero de 1997, concluyó que la infra
representación de las mujeres en los procesos de la vida política, constituye un
serio “Déficit democrático” que sólo podrá ser remediado cuando el número de
mujeres en los Parlamentos alcance el volumen de una “masa crítica”, estimada
por las naciones Unidas en un 30%.

Aun cuando hubo divergencias con relación a las “cuotas”, el punto de vista que
logro consenso se refirió a la necesidad de establecer estructuras políticas que
brinden a las mujeres mejores oportunidades para ser electas, en este sentido se
mencionaron los sistemas de elección proporcional o sistemas electorales mixtos.

Un interesante estudio realizado en la Comisión Interamericana de Mujeres, bajo


el título “La participación de las mujeres en las estructuras de poder y toma de
decisiones” recoge el resultado de un cuestionario amplio realizado a 132 mujeres

54
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

y 41 hombres, en el que se incluye la aproximación a un perfil preliminar del


liderazgo de las mujeres cuya síntesis me parece importante reproducir porque
plantea las cuestiones centrales en torno al liderazgo.

Así se afirma en las mujeres han demostrado una considerable capacidad de


liderazgo en cargos públicos, organismos no oficiales y organizaciones
comunitarias.

Se trata de un liderazgo emergente cuya presencia es más visible en los espacios


de la vida pública vinculados al sistema político y en posiciones vinculadas
principalmente a toma de decisiones técnicas. Gran parte de la contribución de los
liderazgos de las mujeres permanece invisibilizada y no recibe reconocimiento por
parte de la sociedad.

Sobre algunas mujeres líderes pesan prejuicios de la formación de género que las
lleva a no reconocerse con iguales capacidades que los hombres para
desempeñarse en posiciones equivalentes de liderazgo frente a los hombres en
todos los sectores.

Los costos que las mujeres deben soportar para llegar y mantenerse en
posiciones de liderazgo se vinculan en una medida importante, con la existencia
de situaciones insatisfactorias en su vida familiar y en su sana integración
personal.

Una proporción considerable de las mujeres que ocupan posiciones de liderazgo


viven a plena conciencia el desafío que su actividad representa a los patrones
culturales prevalecientes que promueven, valoran y prestigian los valores
masculinos y desvalorizan rasgos de la identidad de género femenino y hay
mujeres en esas posiciones que no perciben con claridad estas circunstancias.

Las mujeres líderes no han logrado aún legitimar ante la percepción de la


sociedad, la contribución positiva que pueden dar y están dando en algunos
casos, en los cambios de los patrones de ejercicio del liderazgo y el poder.
55
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Las oportunidades para el ejercicio del liderazgo por las mujeres siguen siendo
restringidas, no sólo por los factores del marco cultural general excluyente, sino
por culturas políticas, administrativas y organizacionales que reproducen los
valores androcéntricos de la cultural general y que se reflejan fielmente en leyes,
normas y procedimientos institucionales y que son efectivas barreras a la igualdad.

Existen objetivas brechas de género, en perjuicio de las mujeres, en materia de


experiencia, capacitación, conocimiento y práctica política en el ejercicio del
liderazgo, que afecta la calidad y la productividad social y personal del mismo, en
muchos casos.

Las mujeres líderes consideran que las principales condiciones, atributos y


vocaciones que deben cultivar las mujeres que aspiran llegar al poder y/o tener
éxito en él son: Seguridad en sí mismas; preparación, formación intelectual;
honestidad, autenticidad; control emocional; capacidad para actuar en público;
solidaridad; capacidad organizativa; perseverancia, relaciones adecuadas,
afectividad, intuición, buena presencia, capacidad ejecutiva.

Con relación a las tres principales debilidades, déficits o problemas que deben
atacarse para incrementar y potenciar la presencia de las mujeres en el poder y la
toma de decisiones, las mujeres líderes responden que son: los patrones
culturales sexistas, excluyentes y discriminatorios; la falta de apoyo para
solucionar necesidades familiares o ausencia de mecanismos que permitan a las
mujeres aliviar sus responsabilidades en los roles domésticos o resolver los
conflictos entre los roles domésticos y los del espacio público; las fallas de las
mujeres en experiencia y capacitación para ejercer posiciones de dirección.

También se mencionaron en proporciones significativas, las siguientes prioridades


a atacar:

-la escasa presencia de mujeres en posiciones de toma de decisiones políticas, el


sexismo en la educación, el bajo nivel de organización solidaria de las mujeres

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

para luchar por objetivos políticos, escasas iniciativas gubernamentales para


apoyar los liderazgos de las mujeres, la baja autoestima que caracteriza al género
femenino, las culturas política rígidas de los partidos políticos.

En la Unión Europea, según el informe realizado recientemente y dirigido por Mª


Ángeles Durán, “Conciliación entre vida familiar y política” dentro del IV Programa
de acción comunitaria para la igualdad de oportunidades se comprueba que las
mujeres que quieren participar activamente en política tienen que resolver solas ,
por prueba y error, y a base de bricolaje organizativo las dificultades de
acumulación de lo privado y lo público, llegándose a la conclusión de que será
necesario establecer mecanismos de conciliación , medidas legislativas de diversa
índole para cuyo estudio me remito al interesante informe citado.

También se afirma que las causas que establece la desigualdad son múltiples, en
definitiva desigualdad vida política, es una traducción de la desigualdad en la vida
privada.

Resulta muy significativa la tasa muy baja de permanencia de las mujeres en los
Parlamentos con la consiguiente dificultad de formación y consolidación de
liderazgos.

En los estudios e informes, debates a los que he tenido acceso existe una práctica
unanimidad en considerar que las responsabilidades familiares son un obstáculo.

Aunque en la actualidad existen distintas formas de organización de la convivencia


a la familia tradicional, familias diversas, la familia se considera como un núcleo de
tensiones y conflictos, pero también de solidaridad y afecto y en la que todas las
personas que la componen deberían tener responsabilidades y gozar de derechos.

Si perfilamos el tema relativo a las mujeres y la política y relacionado con el


liderazgo, van surgiendo una serie de cuestiones. Se trata de incorporar a las
variables tradicionales del análisis político, el género como categoría propia de
análisis.
57
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Como nos explican las expertas, y concretamente, como apuntan Edurne Uriarte y
Arantxa Elizondo en el estudio “Mujeres en política”, publicado en 1997, en
general carecemos de estudios sobre el reclutamiento de las elites políticas, falta
una mayor o más profunda reflexión sobre las vías de acceso al poder y no solo
sobre la forma en que este acceso se facilita o sobre las dificultades existentes,
sino también sobre los valores y actitudes, motivaciones, que empujan a las
mujeres a intentar acceder al poder político, o la influencia de las mujeres en las
políticas públicas , ni sobre la influencia de la presencia de mujeres (fuera de las
instituciones específicas para la mujer) en el contenido y dirección de las políticas
de Estado en todas sus vertientes.

Queda mucho por hacer, por ejemplo conocer en profundidad las implicaciones del
cambio de rol de las mujeres en nuestra estructura social y política.

Ya que, como afirmaron las citadas autoras, el aumento creciente efectivo de las
mujeres ha dado lugar a suposiciones, contradicciones y pocos datos
sistemáticos, ideas generalizadas.

Incluso existen razones para el escepticismo sobre que las mujeres políticas
transforman la política (de ahí la importancia del acceso de mujeres
comprometidas, líderes transformacionales).

Se ha ido avanzando en estos temas, libros ya clásicos, como “Elites


discriminadas”, “Mujer y Poder”, publicaciones colectivas, tesis doctorales, un
estudio realizado en el Congreso de los diputados en España, sobre “Diferencias y
similitudes entre hombres y mujeres en sus estilos de liderazgo”, a cargo de
Edurne Uriarte y Cristina Ruiz se señalan como diferencias, que las políticas son
más dialogantes, menos autoritarias que tiene capacidad para integrar y estimular
a sus subordinados.

Resulta difícil clasificar en modelos de carrera política, actitudes o estilo de


liderazgo y agenda política, en cuanto a las diferencias de estilo, motivaciones,

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

valores, eficacia, todavía no hay trabajos exhaustivos a nivel internacional y la


gran mayoría de los existentes ponen en duda que haya diferencias de liderazgo
entre hombres y mujeres, entre ellos el conocido libro de M. Genovese. Parece
clara la dificultad de evaluar correctamente hasta que no haya una presencia
importante.

Respecto a la evolución que en estos años, según el informe de la Organización


de Estados Americanos, han tenido los diversos enfoques que han ido
apareciendo y superponiéndose, en un proceso de complejidad creciente, podrían
distinguirse algunos ejes que son, en términos generales, los siguientes:

El enfoque tradicional principalmente interesado en la evaluación cuantitativa de la


presencia de mujeres en procesos y en posiciones visibles o de alto nivel en las
organizaciones que dominan la vida pública y política.

Otro enfoque, que aparece hacia los años 70, se ha interesado en examinar el rol
del liderazgo de las mujeres en el cambio social y sobre todo en su influencia en la
condición de las otras mujeres, a través de la presencia o ausencia de la
consideración de las mujeres y sus intereses en las agendas públicas.

Un tercer eje que se inicia, aproximadamente, en la misma década citada,


desarrolla especial interés en el análisis del proceso de llegar al ejercicio del
poder.

Este enfoque abarca diversas temáticas que incluyen el examen de los criterios y
mecanismos de selección de candidaturas, los canales y prácticas que permiten
llegar al poder y los obstáculos que enfrentan las mujeres para llegar a la toma de
decisiones en las diversas esferas de desempeño público y privado.

Un cuarto tipo de intereses en el tema se ha concentrado en el fenómeno del


liderazgo propiamente dicho. Este es un enfoque más reciente y abarca el análisis
de hechos tan diversos como:

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

las actitudes y conductas de las mujeres sobre el liderazgo, las condiciones que se
exigen a las mujeres para ocupar posiciones de liderazgos en partidos políticos,
empresas, sindicatos, etc., los mecanismos de sucesión en el liderazgo de
hombres y mujeres, los modelos de liderazgo, los liderazgos compartidos y la
capacitación que requieren las mujeres para el ejercicio del liderazgo.

Finalmente, está el enfoque que apunta al análisis de la relación Mujeres-Estado,


que abarca amplias temáticas como las de: Reforma del Estado, Políticas
Públicas, Derechos Humanos y Derechos Políticos, Legislaciones Igualitaristas,
Ciudadanía y temas conexos.

En la actualidad la gran mayoría de los partidos se declaran partidarios de la


presencia y participación de las mujeres, por motivos electorales, por compromiso
o convicción, ideológicos, por reivindicación de las propias mujeres
fundamentalmente.

Los partidos considerados de izquierdas presentan más candidatas y se muestran


partidarios de medidas de acción positivas, como las cuotas, o el establecimiento
de unas nuevas reglas del juego como la democracia paritaria, sin duda el
mensaje se ha ido universalizando y se ha producido el efecto contagio.

La amenaza más importante sin embargo aunque aumenta el interés institucional


es la resistencia de los hombres a aceptar liderazgo de las mujeres, por temor a
sentirse desplazados o simplemente porque supone más competencia, incluso por
el manejo de los hombres para sus propios intereses de las posiciones de poder
de las mujeres.

En cuanto a la percepción de la ciudadanía, en algunos trabajos recientes se


sostiene que en USA hay una idea generalizada de que las mujeres son más
compasivas y cooperativas, y esto se considera una ventaja porque se espera que
“limpien” la política tradicional. También se opina que son más sensibles y

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

amables, que buscan más la cooperación que el conflicto, más colaboración que
jerarquía, más honestidad que sordidez.

En principio, no se debería evaluar en función de expectativas diferentes a


mujeres y hombres, porque el género no es el único factor que influye en las
mujeres políticas, ideología, partido político, procedencias y lealtades diversas.
Además del derecho a la maldad, como diría Amelia Valcárcel, cuyas reflexiones
sobre el poder, así como las de la profesora Amorós, son importantes.

Sin embargo en cuanto al estilo de liderazgo, sabido es que cualidades admiradas


en los hombres, como la fuerza y determinación cuando se refieren a las mujeres
se califican de rigidez y falta de sensibilidad.

Las mujeres, se ha afirmado, viven la experiencia de liderazgo con una enorme


contradicción. Han ganado respeto, han ganado prestigio, pero de alguna manera
se han sentido lesionadas, sufren una especie de reprimenda oculta, con un cierto
sentido de la culpabilidad.

En ello tienen que ver los temores inculcados, las limitaciones transmitidas a
través de los siglos, ya que el poder patriarcal precisaba de la subordinación de
las mujeres, se nos negó la palabra, hablar en público ha sido durante muchos
años una actividad masculina, y por ejemplo, las primeras sufragistas
escandalizaban a la sociedad por manifestar su opinión públicamente.

Temor a ser juzgadas, ser criticadas, no ser apreciadas, temor a la reacción.


Cuestiones que se relacionan con la agresividad y la violencia, en suma, lo cual no
supone que no seamos capaces de luchar por unos ideales, por unas
convicciones. Frecuentemente, como se reflejaba en un estudio, dirigido por
Evangelina García, las mujeres que participaron en el mismo identificaban como
características más cercanas a lo masculino la fuerza, la firmeza o la
determinación, la visión y la claridad de objetivos, la seguridad personal, la
elevada autoestima.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Sin embargo pensaban que las características femeninas que las pueden apoyar
en el liderazgo son la sensibilidad, la tolerancia, la flexibilidad, la disposición a
buscar consenso, a negociar soluciones, la intuición, la empatía. Esto, dice la
autora citada, corresponde a los estereotipos dominantes en la sociedad pero eso
no significa que no funcione en la individualidad y en los grupos.

También dentro de esta reflexión se incluyen como fortalezas reconocidas la


transparencia, intuición, habilidad para manejarse en situaciones críticas, y
establecimiento de relaciones interpersonales.

Mientras que se identifican como debilidades la baja autoestima, falta de


confianza, inseguridad, limitadas por relaciones obligaciones familiares, no asumir
riesgos, demasiado emocionales, tendencia a autoexcluirse, no inclinadas a
competir.

Todo esto supone compartir una gama infinita de formas de estar en el mundo,
una fenomenología, nunca una esencia, ya que compartimos una posición
genérica y una voluntad de abolir sus aspectos degradantes y para ello la
formación del nosotras es imprescindible.

Como señalaba Elizabeth Guigou, son llamadas en tiempos difíciles, no aspiran al


poder por el poder sino para transformar la sociedad, por hacer algo útil,
acompañado de un sentido de relatividad de las cosas y la necesidad de vivir con
pasión, todo lo cual excluye el cinismo en la política.

Dice H. Fisher, aunque restringe estas capacidades de las mujeres a la


intervención en la sociedad civil, se caracterizan por la mejor utilización del tiempo,
la interactividad, el pensamiento en red por ser menos competitivas, menos
agresivas, tener menos ambición, ser menos cómodas con la jerarquía y la rigidez
y estar más inclinadas a fomentar la participación.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

También sobre esta cuestión es interesante la obra “El siglo de las mujeres” de V.
Camps y las ácidas y sabias reflexiones de Germaine Greer en “La mujer
completa”.

En cualquier caso hay un nuevo paradigma de liderazgo, que debería reunir las
habilidades positivas de ambos géneros, aquellas características que posibilitan el
poder compartido que es el poder del liderazgo transformacional, flexible,
negociador, dador, relevador.

Frente al autoritarismo, Evangelina García Prince postula la creación de modelos


flexibles, abiertos y plurales donde aparezcan la diversidad de necesidades que
los seres humanos requieren para su desarrollo integral.

Ante las nuevas situaciones debe haber nuevas perspectivas de análisis que
desde la globalidad puedan articular proyectos y experiencias parciales y globales.
Vivimos en un momento caracterizado por la complejidad, se produce el tránsito
de doctrinas seguras a doctrinas inciertas, y hay una creciente valoración de la
conciencia intuitiva, precisaremos un liderazgo, una nueva capacidad estratégica
que tenemos que aprender.

Negociadora, mediadora, eficiente en el manejo de la crisis y la incertidumbre, que


releve la dimensión humana que pueda dar respuesta a la turbulencia actual; un
liderazgo con capacidad para fomentar y construir coaliciones, redes, equipos.

Las mujeres, dice la psicoanalista Baker-Miller, necesitan el poder para avanzar en


su propio desarrollo, pero no para limitar el desarrollo de los demás. No obstante,
puesto que parten de una posición de demandadas, necesitan una base de poder
desde la que dar el primer paso, para desde este ir a más poder todavía:

El de hacer posible un desarrollo pleno.

El patriarcado perjudica a hombres y mujeres, perjudica la convivencia y el


entendimiento y por ello la deconstrucción del patriarcado se hace imprescindible

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

para la consecución de valores como la autonomía, la libertad, la igualdad y la


interdependencia. Se afirma también que cuando las mujeres comparten
responsabilidades públicas, los hombres se liberan de los roles de opresión y de
los estereotipos que limitan el desarrollo personal, pierden privilegios pero
también cargas tradicionales, descubren satisfacciones emocionales.

En política hoy las capacidades de las mujeres son centrales y necesarias y no


superfluas y añadidas, la mera presencia, el aumento cuantitativo no determina
automáticamente ninguna modificación real en los modos de hacer política. No se
trata solo de resolver una discriminación.

Tenemos capacidad para pensar el mundo no solo en función de lo que necesitan


las mujeres sino lo que necesita la sociedad. Satisfacer las necesidades vitales,
redistribuir, cooperar y eliminar violencias y discriminaciones pero desde nuestro
compromiso, desde nuestros sueños y proyectos diversos y compartidos.

La política de las mujeres está orientada a conseguir un aumento de fuerza, redes


contractuales de acreedoras deudoras entre las mujeres creando sociedad,
propiciando la autoridad, piedad, libertad, como dice A. Bochetti. Aproximar la
política a la vida, repensar la democracia más fácil para una mujer porque conoce
la fuerza de la exclusión, recuperar la política que también se puede identificar con
el amor y cuidado del bien común y arte de estar juntos, en palabras de S. Weil.

Unidas por los saberes se pretende fomentar las redes, sustituir el sistema de la
culpa por la responsabilidad. Tender puentes, no despreciar ningún instrumento
que haga posible la construcción de la subjetividad para las mujeres.
Investigación, difusión, rebeldía, insumisión, trasgresión, políticas diferentes,
reconociendo la importancia de la gran masa de acciones de mujeres anónimas
que van cambiando la sociedad.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Concediendo autoridad a las mujeres, incorporando el cuidado y fomentando los


pactos, en la triple dimensión propiciada por Simón, intrapsíquico, intragenérico,
intergenérico.

Partiendo, por supuesto de la aspiración a la democracia paritaria y a la equidad el


respeto a la diversidad y el cumplimiento de los derechos humanos y de los
derechos de las mujeres incluidos en los mismos, fomentando la equidad frente al
privilegio, el bienestar y la vida buena en una dimensión personal y colectiva.

Como plantea Dolores Juliano precisamos luchar contra nuestros prejuicios,


desarrollar estrategias de supervivencia y autoafirmación, concretamente propone
dos grupos de estrategias reivindicativas de género, implícitas y explícitas, no solo
no tiene que verse como incompatibles, sino que a través de su diversidad pueden
complementar y dinamizar el largo camino de las mujeres hacia su reconocimiento
social.

Luchar contra prejuicios implica también reconocer y aceptar las aportaciones que
a las luchas de género han hecho y continúan haciendo las mujeres de la mayor
parte de la humanidad.

Como dice A. Valcárcel, el feminismo es un movimiento difuso, de arco social y


temporal amplio, es una ideología, una tradición política. No es solo una teoría, es
un movimiento en el que se integran una masa de acciones que crece cada vez
que una mujer se ha opuesto a una pauta jerárquica heredada o ha aumentado
sus expectativas de libertad en contra de la costumbre común.

Queda pendiente una agenda de mínimos consensuados, que evite perdidas,


refuerce el asentamiento de los logros, impedir los retrocesos y cumplir los
acuerdos, iluminación de los mecanismos sexistas de la sociedad civil, el mercado
y la política.

Todo ello supondrá la transformación de la política y de las relaciones de poder,


una mayor democratización en las instituciones, incluidos los partidos políticos.
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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Implica también poner en la agenda política las cuestiones relacionadas con el


cuidado; poner en valor los esfuerzos realizados por las mujeres en el ámbito
doméstico, visualizar los problemas que las mujeres resuelven a la sociedad.

Desafortunadamente el progreso, la globalización no ha comportado una


disminución de las profundas desigualdades en la tierra, más bien viene
produciéndose el fenómeno contrario, y las mujeres siguen siendo las más
perjudicadas.

La pobreza, la precariedad laboral condicionan la autonomía personal y por tanto


la libertad, principio a cuya realización seguimos aspirando y que tiene pocas
posibilidades de ejercitarse, sin unas condiciones mínimas.

En definitiva, nos planteamos la equidad como principio y aspiración, y


consideramos que al hablar de ciudadanía tenemos que hablar de poder,
responsabilidad, autonomía y dignidad, equivalencia, diversidad. Términos que
cobran nueva fuerza y significación.

Quizás una de las ventajas de la globalización sea la posibilidad de estableces


redes, alianzas solidarias entre mujeres, difusión de los saberes y movilizaciones
internacionales, para exigir el cumplimiento de compromisos internacionales y la
difusión de interesantes e imaginativas propuestas ante la nueva sociedad de la
información, que las mujeres participen en la toma de decisiones, que accedan al
poder y configuren, una ciudadanía más plena y más real.

Cronología de las mujeres sufragistas mexicanas

1884-1887.- En la primera revista femenina Violetas del Anáhuac, fundada y


dirigida por Laureana Wright González y escrita solamente por mujeres, se planteó
la demanda del sufragio para la mujer y la igualdad de oportunidades para
hombres y mujeres.
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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

1910.- Diversas asociaciones feministas se unen a Francisco I. Madero, entre ellas


el Club Femenil Antireeleccionista, Las Hijas de Cuauhtémoc. Poco tiempo
después, las integrantes del Club protestan por el fraude en las elecciones y
demandan la participación política de las mujeres mexicanas.

• Dolores Jiménez y Muro funda Regeneración y Concordia, organización Pro


Derechos de la Mujer.
• Las sufragistas mexicanas solicitan a Emilio Vázquez Gómez se les otorgue
el voto.

1916.- Primer Congreso Feminista (13 de Enero), impulsado por el general


Salvador Alvarado como Gobernador de Yucatán, y las organizadoras fueron
Consuelo Zavala, Dominga Canto, Adolfina Valencia de Ávila, María Luisa Flota,
Beatriz Peniche, Amalia Gómez, Piedad Carrillo Gil, Isolina Pérez Castillo, Elena
Osorio, Fidelia González, Candelaria Villanueva, Lucrecia y Adriana Badillo,
Rosina Magaña y Consuelo Andrade.

Uno de los principales acuerdos a los que se llegó en este Primer Congreso
Feminista fue demandar que se otorgará el voto ciudadano a las Mujeres.

1917.- Posteriormente a la promulgación de la Constitución Política de 1917, en


abril del mismo año, se expidió la Ley de Relaciones Familiares según la cual los
hombres y las mujeres tienen derecho a considerarse iguales en el seno del
hogar.

• Hermila Galindo lanza su candidatura para diputada por el V distrito


electoral de la Ciudad de México.
• Aun cuando la Constitución del 17, no negó la ciudadanía a las mujeres y,
en consecuencia, el derecho a votar y ser elegidas, tampoco se le otorgó el
voto expresamente.

1922.- Durante el gobierno de Felipe Carrillo Puerto en el Estado de Yucatán


(1922-1924), se produjeron también importantes avances en la lucha por los
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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

derechos de las mujeres a través de la creación de las Ligas Feministas, que


tenían por objeto ser autogestoras del mejoramiento de la situación de la mujer en
todos los aspectos. También, durante este período se produjo un gran escándalo
en el ámbito nacional, al intentar introducir temas relativos a la educación sexual y
planificación familiar, por lo que fue instaurado el 10 de mayo como el Día de las
Madres, desde entonces para contrarrestar dicho escándalo.

1923.- Del 20 al 30 de mayo de 1923, la Sección Mexicana de la Liga


Panamericana de Mujeres, convocó al Primer Congreso Nacional Feminista, que
se reunió en la Ciudad de México, con la asistencia de 100 delegadas. Sus
principales conclusiones en lo político estuvieron referidas a impulsar las
siguientes solicitudes:

• La igualdad civil para que la mujer pudiera ser elegible en los cargos
administrativos (en ese momento, los ayuntamientos eran cargos
administrativos, no políticos).
• Y el decreto de la igualdad política y la representación parlamentaria por
parte de agrupaciones sociales.

Como consecuencia del Congreso Nacional Feminista, el 13 de julio de ese mismo


año, el gobernador de San Luis Potosí, Aurelio Manrique, expidió un decreto en el
que se concedía a las mujeres del estado el derecho a votar y a ser elegidas en
las elecciones municipales. En Yucatán, unos meses antes, Elvia Carrillo Puerto,
Beatriz Peniche de Ponce y Raquel Dzib Cicero, figuraban como candidatas a
diputadas al Congreso del Estado de Yucatán. Elvia Carrillo Puerto, resultó la
primera mexicana electa diputada al Congreso Local por el V Distrito, el 18 de
noviembre de 1923. Sin embargo, después de desempeñar su cargo por dos años
renunció debido a las amenazas de muerte que recibió.

1925.- La legislatura del Estado de Chiapas, [el 14 de mayo], concedió a la mujer


mayor de los 18 años y en todo el territorio de la entidad, igualdad de derechos

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

políticos con el hombre [el derecho de sufragio y de ser electa para los cargos
públicos].

• Elvia Carrillo Puerto, cambia su residencia a San Luis Potosí y es elegida al


obtener la mayoría de votos, pero el Colegio Electoral no reconoció su
triunfo.

1928.- Siendo presidente Plutarco Elías Calles (1924-1928), se redactó un nuevo


Código Civil, en el que se dispuso que la mujer no queda sometida, por razón de
su sexo, a restricción alguna en la adquisición y ejercicio de sus derechos; y que al
llegar a la mayoría de edad tiene la libre disposición de su persona y sus bienes,
estando capacitada para celebrar toda clase de contratos.

1929.- Surgen nuevas asociaciones de mujeres, cuyo principal objetivo es obtener


los derechos políticos plenos: el partido Feminista Revolucionario y el Bloque
Nacional de Mujeres Revolucionarias.

1934.- Durante la campaña presidencial del General Lázaro Cárdenas (1934-


1940), se conforma el Frente de Mujeres Mexicanas.

1935.- Por primera vez las mujeres participan en las votaciones internas del
Partido Nacional Revolucionario (PNR).

• El Frente Único Pro Derechos de la Mujer, reúne a 800 agrupaciones


femeninas de todo el país y de diversas posturas ideológicas que
comparten un mismo objetivo: conquistar el derecho a votar y ser elegidas.
• En México, se conmemora por primera vez el 8 de marzo, día internacional
de la mujer, por las mujeres militantes del PNR, y del entonces Partido
Comunista Mexicano (PCM).

1936.- En Veracruz dos mujeres lanzan su candidatura para diputadas locales:


María Tinoco y Enriqueta L. De Pulgarín. El registro fue aceptado por el

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Departamento Electoral Nacional, pues la Ley Electoral no incluía ningún capítulo


sobre las mujeres.

• En el estado de Puebla, se concedió el voto a la mujer en ese territorio.

1937.- El Presidente Lázaro Cárdenas, envió a la Cámara de Senadores la


iniciativa para reformar el artículo 34 constitucional, se reconociera la igualdad
jurídica de las mujeres y su ciudadanía.

• El 10 de diciembre tan sólo se emite un dictamen donde se decide


posponer el debate hasta pasada la Asamblea Nacional Constituyente del
PNR.

1938.- El Frente Único Pro Derechos de la Mujer, decide incorporarse al PNR,


considerando que bien valía perder la autonomía, en aras de hacer ver a los
opositores del movimiento femenino, que no eran ni mochas ni comunistas y que
su lealtad estaba con la revolución.

• Aurora Meza Andraca, se convierte en la primera Presidente Municipal en


Chilpancingo, Guerrero.
• El 18 de octubre, en el estado de Sinaloa, se concedió el voto a la mujer en
ese territorio.

1940.- El Comité Nacional Femenil, apoyó la candidatura presidencial del General


Manuel Ávila Camacho

(1940-1946). -Para entonces, se habían formado ya las grandes centrales afiliadas


al Partido de la Revolución Mexicana. Al principio de ese gobierno, las secretarías
femeniles de las organizaciones CTM, CNOP, CNC, FSTSE, CGT, SNT,
constituyeron la Alianza Nacional Femenina, que sostuvo un programa de 10
puntos.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

1946.- El 24 de diciembre, la Cámara de Diputados aprobó la iniciativa enviada por


el Presidente Miguel Alemán (1946-1952), en la que se adicionó el artículo 115
constitucional, que entró en vigor el 12 de febrero del siguiente año. Se establecía
que en las elecciones municipales participarían las mujeres en igualdad de
condiciones que los varones, con el derecho a votar y ser elegidas.

1947.- A partir de la reforma del artículo 15 de la Constitución, las mujeres


comenzaron a ocupar cargos de elección en los Ayuntamientos:

• En Aguascalientes, María del Carmen Martín del Campo se convierte en la


primera Presidente Municipal de esa ciudad.
• En el Distrito Federal, Aurora Fernández es nombrada Delegada de Milpa
Alta y Guadalupe I. Ramírez de Xochimilco.

1948.- El 23 de febrero en el estado de Hidalgo, se concedió el voto a la mujer.

1951.- El 25 de julio en el estado de México se concedió el voto a la mujer.

• En el estado de Tamaulipas se concedió el voto a la mujer.


• El 17 de octubre en el estado de Guerrero se concedió el voto a la mujer.

1952.- El 6 de abril, siendo candidato a la presidencia de la República, Adolfo Ruiz


Cortines (1952-1958), prometió ante 20 mil mujeres asistentes a un mitin de
campaña, la ciudadanía sin restricciones para las mujeres.

1953.- El 17 de octubre, se publicó en el Diario Oficial el nuevo texto del artículo


34 constitucional: son ciudadanos de la República los hombres y las mujeres que,
teniendo la calidad de mexicanos, reúnan, además, los siguientes requisitos:
haber cumplido 18 años, siendo casados, o 21 si no lo son, y tener un modo
honesto de vivir.

1955.- En las elecciones del 3 de julio, las mujeres acuden a emitir su voto a las
urnas, para elegir Diputados Federales XLIII Legislatura.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Lección de Democracia Sentencia 12624

La sentencia de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la


federación (TEPJF), la 12624/2011, fue una entre los casi 16 mil asuntos que se
resolvió durante 2011, la sentencia es singular y única por el momento en que fue
emitida (año anterior a la renovación de los poderes Ejecutivo y Legislativo
federales), así como por las consecuencias políticas que produjo para los partidos,
sus candidatos y el proceso democrático de México.

La sentencia obligó a todos los partidos políticos a respetar la cuota de


representación por género establecida en la fórmula 40-60 del Código Federal de
Instituciones y procedimientos Electorales (Copife). A pesar de que la disposición
señalaba con claridad que los partidos postulasen mujeres al menos 40% de sus
candidaturas ¿porque hubo de intervenir el Tribunal? la respuesta está permeada
por la tensión permanente entre la legalidad y las costumbres y resistencias
culturales a la participación de las mujeres y los avances democráticos construidos
durante años.

Las cuotas de género representan un mecanismo de redistribución del poder y una


vía de acceso para su cabal ejercicio.

La igualdad entre mujeres y hombres las demanda como pieza angular en la


construcción de la democracia, sin embargo los hombres se asumen despojados
de lo que, consideran, les corresponde por derechos partidistas.

Esto dio paso a que diversos partidos acordaran al interior sustituir a las mujeres
propietarias, por sus suplentes varones una vez que éstas hubieran sido electas,
lo que dio lugar al llamado "fenómeno de las juanitas".

La red de Mujeres en Plural tomó la decisión de intervenir con una novedosa


estrategia que implicaba la utilización de los mecanismos que la legislación
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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

electoral provee para defender los derechos de la ciudadanía, y en este caso, de


las militantes de los partidos.

Los tribunales eran terreno nuevo para la larga lucha por los derechos de las
mujeres, se debió vigilar de cerca las publicaciones del Diario oficial de la
federación para proceder a actuar en tiempo y forma, visitar, dialogar, argumentar
y persuadir a quienes habrían de tomar la decisión final, los magistrados y
magistrada de la Sala Superior del TEPJF.

El 30 de Noviembre de 2011, se emitió la Sentencia 12624 construida con


acciones y estrategias de litigio, se buscó un cambio social y éste se obtuvo en la
coincidencia de jueces y juezas, activistas y actrices políticas, mujeres y hombres,
pintando un nuevo horizonte contra el retraso, la sentencia colocó a México entre
los primeros 20 países que incluye mujeres en sus órganos de representación
proporcional.

Persisten muchos subterfugios que impiden que la democracia se garantice


plenamente. Aún permanecen impedimentos, incluso formales, desde las
instituciones, por ello es necesario dimensionar la Sentencia del TEPJF y
profundizar en la construcción de una democracia en un sentido amplio, que
incluya en la cultura política del país la necesidad inaplazable de consolidarla.

Desatar procesos institucionales que fortalezcan la ciudadanía de las mujeres, que


se ha convertido en una prioridad que rebasa la lógica partidista.

Cómo señala la magistrada María del Carmen Alanís, la Sentencia 12624,


establece que no puede haber excepciones al principio de igualdad garantizado en
el artículo 1º Constitucional:

Una cuota no puede tener una excepción, en tanto que es una acción afirmativa
que busca, precisamente, reducir la brecha de desigualdad entre hombres y
mujeres en el terreno de la participación política, en eso no puede haber una
excepción...
73
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

La persistencia de una cultura de limitado apoyo político y subordinación de las


mujeres, que impacta valores, normas y prácticas en el ámbito de lo político,
permite apreciar las dificultades para integrar a las mujeres e otros espacios
(Tarrés, 2006). Existe un desfase entre los mecanismos jurídico-institucionales
establecidos y los resultados concretos de la situación desfavorable que viven las
mexicanas.

“El derecho al cuerpo como un derecho civil que debe ser constitucional”
(Monsiváis, 1980).

No podemos dejar de tener presente que habitamos en un país donde ser mujer
es peligroso; ser madre o casarse implica riesgos mortales, y que hay quienes
afirman que el ascenso de las mujeres al poder hace sospechar que el prestigio de
la política está en declive. Ha pasado igual con otras profesiones, como la
medicina y los niveles de educación. Los puestos que van dejando libres los
varones, los ocupan las mujeres; lo cual no desmerece la voluntad política de
incluir mujeres en las listas, mientras no invadan la empresa privada y los puestos
de banqueros y el fútbol (humor popular).

No es una guerra de sexos, es un encuentro para explicarnos que la biología no


es destino. Que aprendemos según situaciones y vivencias económicas, políticas
sociales y culturales. No estamos determinadas. Es cuestión de justicia y
redistribución del poder y los recursos para empezar a transitar de la equidad a la
igualdad.

Urgente es reconocer que la violencia de género es mayor contra las mujeres,


estudios muestran que no sólo es una actividad de bandas criminales, sino
también de familiares, de las calles, centros de trabajo, escuelas… y en materia de
delitos de género, las policías, los agentes del Ministerio Público y los juzgados las
revictimizan, es decir, las hacen sentir culpables en calidad de víctima de
violación, estupro y secuestro.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Además, “los juzgados suelen imponer penas, 25 por ciento más graves a las
mujeres que a los varones; se señala a las mujeres como ‘provocadoras’ de los
delitos de los que son víctimas.

[Los hombres son] seres de instintos irrefrenables, sujetos que, por razones
misteriosas, no pueden actuar racionalmente, sostiene el Consejo Nacional para
Prevenir la Discriminación (Conapred) en el estudio Igualdad para las mujeres.

En América latina la ONU se ha vuelto a plantear la cuestión de la participación en


política y de la desigualdad de género respecto del poder político. Se sugieren
medidas para mejorar esta situación, entre las que tradicionalmente se considera
el sistema de cuotas. Que son porcentajes mínimos de representación por género,
lo que en algún momento se llamó "discriminación positiva" o "acción afirmativa".

El avance definitivo no se producirá hasta que no se genere y se cumpla


puntualmente legislativa y constitucionalmente la paridad de género respecto de
los altos cargos públicos y los puestos de representación política.

Es decir que los cupos se distribuyan en términos iguales entre hombres y mujeres
o al menos con mínimas diferencias porcentuales.

De designación, no se trata de una cuestión mecánica, pero sí la tendencia


debiera ser en todos los altos cargos públicos y no debiera En el caso de cargos
permitirse una variación mayor a un 10%.

En este sentido, lo que parecía un paso interesante —la legislación de cuotas que
diversas organizaciones políticas y también países han ido adoptando, sin dejar de
reconocer el papel importante en incentivar la participación de las mujeres—
parece haberse quedado atrás y ser insuficiente.

Urge avanzar respecto tanto del aumento de la conciencia sobre la igualdad de


género, como de los requerimientos en la participación de las mujeres en el poder
político. Pero tanto las cuotas como la paridad, para ser efectivas y pasar del

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

principio de la equidad al de la igualdad, deben abordar dos problemas, a los que


la paridad responde claramente mejor y en forma menos engorrosa.
El primero consiste en que no basta con asegurar la cuota o la paridad de género
en las candidaturas, sino que debe ser paridad de resultados, es decir, que los
cupos se distribuyan paritariamente.

El segundo problema tiene que ver con la aplicación del principio de paridad
cuando se trata de cargos unipersonales de elección, como presidente,
gobernador o alcalde.

La salida fácil consiste en decir que en este caso el principio no puede aplicarse.
En cambio, la salida a la que habrá que propender estrujando la escasa
imaginación institucional de nuestros países, sería la aplicación del principio en
períodos sucesivos, donde se elige una vez a alguien de determinado género y en
la próxima elección a alguien del otro. De más está señalar la importancia que
tienen las elecciones unipersonales en la formación de liderazgos, en el impacto
en la opinión pública y en la determinación de políticas públicas.

Se puede argumentar desde dos ángulos la importancia del principio de paridad:


El primero desde el punto de vista de la justicia de género frente al poder político,
que es una manera de respetar y garantizar la igualdad formal de derechos entre
personas individuales.

El segundo, que añade una dimensión cualitativa, desde la perspectiva que cada
género tiene un modo de ver la sociedad y la política (recordemos los célebres
análisis de la distinta visión que hombres y mujeres tienen de la justicia: las
mujeres, más preocupadas de la motivación de las acciones; los hombres, más
dados a aplicar las reglas universales) y que ambas deben estar presentes,
porque así también mejora la calidad de la política.

Cualquiera que sea el argumento, habrá quienes digan que con esto se abre un
camino para que cualquier otro grupo que se sienta discriminado vaya a exigir su

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

propia cuota, lo que ha sido un gran debate en otras latitudes. Por supuesto que el
principio de paridad debiera hacerse efectivo también al interior de las directivas
de los partidos en sus diversos niveles. Pero también hay que estar conscientes
de que la igualdad de género en política no basta y que ella debe ser un
instrumento para la igualdad en otros planos.

También hay que estar conscientes de que la igualdad de género en política no


basta y que ella debe ser un instrumento para la igualdad en otros planos.
Es posible ver la historia de estas relaciones como la confrontación de
monopolios, de lo público y del poder económico y político por parte de los
hombres, y de la afectividad y del mundo de la paternidad/maternidad por parte de
las mujeres. Es deseable que tal como se rompa el monopolio que los hombres
han tenido sobre el mundo de la política, se vaya rompiendo también el de las
mujeres sobre el terreno afectivo, emocional y familiar.

Legislación con perspectiva de Género

En el marco de la reciente reforma político-electoral que inició con cambios


sustantivos a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y culminó
con la aprobación de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales
(LGIPE) y la Ley General de Partidos Políticos (LGPP), México se suma a un total
de seis países en América Latina que han adoptado el principio de paridad de
género en candidaturas a cargos de elección popular.

Si bien cada país prevé distintos criterios según el tipo de norma adoptado, ámbito
y cargos de aplicación (nacional y/o gobiernos subnacionales) y existencia o no de
sanciones por incumplimiento, constituye un hecho histórico digno de
reconocimiento en el avance de los derechos políticos de las mujeres mexicanas.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

La Leyes aprobadas prevén un conjunto de criterios y reglas para garantizar el


principio de igualdad entre hombres y mujeres en candidaturas a cargos internos
del partido como de elección popular.

Sin embargo, y contra todo pronóstico, se aprecian también omisiones importantes


como las siguientes:

1. Paridad en candidaturas a cargos edilicios (listas ayuntamientos).

2. Paridad en los órganos de dirección y cuerpo decisorio de los partidos


políticos.

3. Paridad en los órganos electorales (consejos), tanto administrativos como


jurisdiccionales, del INE y de los Organismos Públicos Electorales Locales.

Asimismo es destacable que la LGPP no incluyó definiciones explícitas sobre los


métodos de selección de precandidaturas, solo consigna el derecho de la
militancia a postularse cumpliendo con las disposiciones que cada partido político
estipule en sus propios estatutos internos, quedando como prerrogativa de los
partidos definirlos libremente (Freidenberg 2014: 3).

La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales y la nueva Ley


General de Partidos Políticos (Nueva Ley publicada el 23 de mayo de 2014

Declaratoria de invalidez de artículos por Sentencia de la SCJN notificada para


efectos legales 10-09-2014 y publicada en el DOF 13-08-2015).

SENTENCIA dictada por el Tribunal Pleno en la Acción de Inconstitucionalidad


22/2014 y sus acumuladas 26/2014, 28/2014 y 30/2014, así como los Votos
Concurrentes y Particulares y Concurrentes formulados, respectivamente, por los
Ministros Luis María Aguilar Morales, Jorge Mario Pardo Rebolledo, José Ramón
Cossío Díaz y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

En las que se destacan los siguientes criterios y reglas para regular el principio de
paridad en candidaturas como se muestra en los siguientes cuadros:

Cuadro 1: Reglas aplicación paridad en la LGIPP

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Cuadro 2: Reglas aplicación paridad en LGPP

Si se parte de la premisa según la cual, el paso de aspirante a candidata es el que


presenta la disminución más dramática en el número de mujeres con posibilidades
de continuar en una contienda electoral, la omisión de reglas claras puede
presentar algunos reveses de naturaleza jurídica como en el pasado reciente. Sin
una definición clara, precisa, explícita y con carácter de obligatoriedad, es
altamente probable que los partidos cumplan con la paridad de género
incrementando el poder de las directivas nacionales (voto directo/internas
cerradas) en detrimento de la participación de la militancia (voto abierto/consulta
ciudadana).

80
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

La evidencia en el ámbito internacional y nacional (OEA 2003) parece comprobar


que mientras más abierto y democrático es el método de selección, no solo es
más costoso, sino que termina perjudicando más a las mujeres. En concordancia
con lo anterior, si la elección de candidaturas recae en la voluntad discrecional de
un grupo de personas el costo del proceso será menor, y en este supuesto
representa un mecanismo más efectivo para garantizar paridad entre mujeres y
hombres, particularmente si se trata de un sistema mixto de representación
proporcional con listas cerradas y no abiertas.

Será entonces un mecanismo ‘menos democrático’ siempre y cuando se


reconozca que el principio de igualdad y no discriminación es un mandato
constitucional que no admite pacto en contrario. La norma debe ser interpretada
favoreciendo en todo tiempo a las personas otorgando la protección más amplia,
cumpliendo con la obligación que tiene el Estado y sus instituciones políticas de
promover, respetar, garantizar y proteger los derechos humanos conforme los
principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad
contenidos en la Carta Magna.

Condición Étnica

Las minorías se traducen en sinónimo de exclusión social padeciendo el síndrome


de la invisibilización que las mantiene marginadas de las políticas públicas.
Diversas etnias conviven en las diferentes regiones y todas comparten
problemáticas comunes o similares. Ser discapacitado/a, indígena, negro/a,
homosexual, anciano/a, inmigrante, campesino/a o pobre, significa para una
persona formar parte de una minoría cuya condición se invisibiliza aún más si se
es mujer.

La vulnerabilidad de los pueblos indígenas frente a la discriminación está


determinada por su condición étnica y de clase. Más aún, las mujeres indígenas
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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

sufren una triple segregación dada también por los estereotipos de género y
pobreza. Así pues, junto a las circunstancias antes descritas de la caracterización
indígena, las mujeres sufren una triple invisibilización que se revela en la
discriminación racial reforzada por la condición de ser pobre y mujer.

A pesar de ello, muchas mujeres indígenas se han destacado como dirigentes de


sus comunidades, representando sus demandas a la vez que reivindican, al
interior de sus organizaciones y de la sociedad en general, la igualdad de
oportunidades entre hombres y mujeres cambiando aquellas tradiciones que las
excluyen y oprimen tanto como por ser mujer como por ser indígena. En este
punto es preciso destacar que si bien dentro de sus propias comunidades no es
reconocido el rol público de la mujer indígena, lo es menos aún en otros grupos
sociales.

A nivel continental, Rigoberta Menchú se ha constituido en el referente regional,


no sólo de la lucha por los derechos indígenas, sino también por los de sus pares
femeninas.

La premiada Nobel afirmaba que:

“las mujeres indígenas no están siendo consideradas en las agendas de las


mujeres” (Menchú, 1995)

Denunciaba la ausencia de las mujeres indígenas en Beijing. En este sentido, el


movimiento de las mujeres indígenas demanda su inclusión en las luchas
feministas, al considerar ésta última como un “discurso feminista urbano” (Castillo
Salgado, 2002) que no tiene en cuenta la manera en que la clase y la etnicidad
marcan las identidades de las mujeres indígenas.

Así pues, la construcción del modelo de mujer occidental entendida en el


feminismo hegemónico, provoca resistencia en la cosmovisión indígena pues
atenta contra los valores culturales de sus pueblos, sin considerar la configuración

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

de las relaciones y reciprocidad entre hombres y mujeres, ancianos y jóvenes,


hermano mayor y hermano menor, entre otros vínculos de jerarquía.

Es preciso tener presente que las representaciones culturales son determinantes


en la construcción de la identidad femenina y es el concepto de subjetividad el que
podrá contribuir a la comprensión de estas identidades (Loría Saviñón, 2005).

En este sentido, la lucha de las mujeres indígenas está estrechamente ligada a las
necesidades y tradiciones de sus comunidades. En el marco internacional,
activistas indígenas trabajan por el fortalecimiento de la participación de las
mujeres indígenas a través de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la
Mujer de las Naciones Unidas (CSW por sus siglas en inglés) en la que, a su vez,
buscan incrementar sus capacidades de influir en las decisiones de gobiernos a fin
de que éstos se comprometan con los derechos indígenas.

A nivel nacional, en México se organizan a través de la Coordinadora Nacional de


Mujeres Indígenas, mientras que en otros países lo hacen a través de
organizaciones mixtas, tales como la Confederación de Nacionalidades Indígenas
del Ecuador (CONAIE) y la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC),
la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), la Asociación
Nacional de Indígenas Salvadoreños (ANIS), entre otras.

No obstante, es preciso señalar además ciertas costumbres al interior de las


comunidades indígenas, las mujeres indígenas carecen de espacios de
sociabilización que les permita desarrollar sus capacidades como ciudadanas que
participan en la toma de decisiones y acciones que les afecten.

Sin embargo, la migración estacional de los hombres ha implicado su ausencia


durante varias épocas del año, tendiendo a dejar cada vez mayores espacios a la
participación de las mujeres. Son muchas ya las comunidades indígenas lideradas
por mujeres que se configuran en los planos locales y regionales procurando el
desarrollo comunitario, la autogestión y la lucha por los derechos de sus pueblos.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Es el caso de las mujeres zapatistas, en Chiapas, México, que se han levantado


en un movimiento junto a sus comunidades por la lucha de sus derechos
humanos, la reivindicación de la identidad cultural y la resistencia agraria y
campesina.

A su vez, el movimiento zapatista se caracteriza por una notable conciencia de


género que ha permitido el agenciamiento de la problemática de las mujeres, su
rol social dentro de las comunidades y su participación en el proceso de desarrollo
(Millán, 2006).

Así, el movimiento zapatista fue asumido por numerosas mujeres que se sumaron
a las filas militares, convencidas de la necesidad de actuar en defensa de los
derechos de sus pueblos.

Ha sido tal la participación femenina, que en 1994 se da a conocer la Ley


Revolucionaria de Mujeres, a través de la cual se incorporan sus demandas de
igualdad y justicia.

Respecto a la participación política, la comunidad indígena ha estado marginada


incluso en sus derechos civiles. En la mayoría de los países latinoamericanos, la
aprobación del sufragio universal no tuvo lugar en el mismo momento que se
reconoció el derecho al voto por parte de las mujeres.

Los/as ciudadanos/as analfabetos/as no gozaban de este derecho y la población


indígena, lamentablemente, entraban en ese perfil. Así pues, aunque las mujeres
pudieran votar, aquellas que eran indígenas no podían hacerlo.

Esta exclusión ya ha sido en parte erradicada, puesto que aunque sí está


reconocido constitucionalmente este derecho, la realidad es que en algunas
comunidades es el esposo quien emite el voto por su mujer, apersonándose en los
comicios con la documentación de su esposa, y ejerciendo en su nombre la
voluntad de ésta.

84
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Por otro lado, aún son pocas las mujeres que ganan prestigio público por mérito
propio. La mayoría lo logra gracias a su posición consorte y la función de sus
maridos como autoridades comunitarias, volviendo a reflejar con ello la alta
subordinación femenina.

Tales circunstancias constituyen barreras de base en el acceso al poder por parte


de las mujeres indígenas y son insuficientes e ineficaces las medidas que se han
promovido para propiciar su empoderamiento.

Pero las mujeres indígenas no sólo deben enfrentar la exclusión misógina de las
sociedades, sino que además deben afrontar que ésta sea protegida legalmente.

En el estado de Oaxaca, la Constitución reconoce el sistema de Usos y


Costumbres en su artículo 25, el que dispone:

"La ley protegerá las tradiciones y prácticas democráticas de las comunidades


indígenas que hasta ahora han utilizado para la elección de sus ayuntamientos”.

Entre tales tradiciones, algunos municipios privan a la mujer de poder participar en


las elecciones locales, lo que supone que no pueden votar y tampoco postularse a
un cargo de elección popular. 418 de los 570 municipios oaxaqueños se rigen por
los usos y costumbres en donde conviven más de 15 grupos étnicos.

En el municipio de Santa María Quiegolani, de 1300 habitantes aproximadamente,


una mujer indígena, joven, y profesionista, se postuló en noviembre de 2007 a la
presidencia municipal, retando así las milenarias tradiciones que invisibilizan a las
mujeres de la vida pública.

Usos y Costumbres

El tema de los usos y costumbres y los derechos políticos de las mujeres saltó a la
agenda nacional cuando se supo que a Eufrosina Cruz con 27 años y un título

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

universitario decide volver a su pueblo natal después de 16 años para trabajar por
su comunidad desde el poder local.

Pero los usos y costumbres que rigen en Santa María Quiegolani no le habían
permitido gobernar a pesar de haber ganado una elección. El caso de Eufrosina
Cruz hizo evidente la necesidad de replantear los usos y costumbres al interior de
las comunidades étnicas.

Un trabajo pionero es el de Velásquez (2004), quien señala que en 10 por ciento


de los municipios costumbristas de Oaxaca las mujeres no votan y tienen nula o
escasa participación política; en 9 por ciento no votan pero ocupan cargos
comunitarios; en 21 por ciento sí votan pero su grado de participación es escaso o
nulo; finalmente, en 60 por ciento sí votan, ocupan cargos y participan en la vida
política de sus comunidades.

Los Usos y Costumbres contribuyen a la construcción de una ciudadanía


diferenciada donde factores como el sexo, el lugar de residencia (pertenecer a una
agencia y no a la cabecera municipal), la edad y la religión, pueden funcionar
como elementos de discriminación.

Los cargos administrativos formalmente son asignados a hombres adultos,


casados, católicos y que residen en la cabecera, por lo que en determinados
municipios se justifica que las mujeres y algunos hombres con atributos distintos a
los mencionados mantengan un estatus ciudadano incompleto, es decir, que
asistan a asambleas pero no puedan votar, o puedan votar pero no asumir cargos.

Estas normas están en evidente conflicto con la ley electoral que señala que todo
ciudadano mayor de 18 años, sea hombre o mujer, tiene derecho a elegir a sus
gobernantes y a ser elegido como representante (Hernández y López, 2006).

Sin embargo, la inequidad de género en grupos indígenas se manifiesta no sólo


cuando los hombres excluyen a las mujeres de procesos de toma de decisiones

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

sino también cuando, en el sistema partidista tradicional, el jefe de familia asiste a


las urnas con las credenciales de los integrantes de su familia en edad de votar y
llena sus papeletas a pesar de que según la legislación el voto es individual, libre y
secreto.

La discriminación en contra de las mujeres indígenas es producto de su triple


opresión (de clase, etnia, género), es decir, no dependen sólo de su adscripción
étnica. "Por ejemplo, muchos cargos comunitarios tienen requisito de escolaridad
mínima que no cumple la mayoría de las mujeres de la comunidad. El sistema
educativo nacional está muy lejos de superar el problema de discriminación por
género y el acceso inequitativo".

La discusión sobre Usos y Costumbres y derechos políticos de las mujeres nos


ubica en medio de dos caballos de fuerza, entre dos visiones discrepantes de la
cultura indígena. Por un lado, ésta es concebida como una limitante de la
participación política femenina.

Por ejemplo, Tlaxcala tiene una fuerte organización indígena que inhibe la
participación femenina en las estructuras formales de decisión política; hay cuatro
comunidades donde las mujeres no pueden votar ni ser votadas, ya que sólo lo
pueden hacer "los cooperantes" es decir, los hombres. Algunos estudiosos del
tema asignan un papel más neutro a los Usos y Costumbres, al señalar que el
acceso de las mujeres al poder en municipios oaxaqueños que se rigen por ellos
es coyuntural y responde a otros factores.

Aunque se trata de mujeres con trayectorias de liderazgo y antecedentes


familiares en la política, entran a gobernar en un momento en el que los grupos
políticos que tradicionalmente han ostentado el poder no se pueden poner de
acuerdo.

Las indígenas neozapatistas han buscado la armonización de los derechos


humanos de las mujeres con el derecho indígena a la autodeterminación, es decir,
87
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

la defensa de la equidad de género en el interior de sociedades culturalmente


distintas.

Parten del reconocimiento de su triple opresión, por lo que piden una mejora en
sus condiciones de vida, la defensa de su ciudadanía por el Estado mexicano y el
respeto a su dignidad como mujeres dentro de sus comunidades. Desde los años
ochenta estas mujeres han comenzado a hacer la distinción entre las buenas y las
malas tradiciones.

La comandanta Esther no podría ser más explícita: las malas tradiciones incluyen
"los golpes y las brutalidades contra las mujeres. Hay la concepción de que la
mujer es un objeto que se compra y se vende, hay la tradición de casar a las
mujeres a la fuerza, sin su consentimiento, hay también la costumbre que les
impide participar en asambleas y salir de la casa".

En los Diálogos de San Andrés (1996), La Marcha por la Dignidad (2001) y la


Convención Nacional Democrática (2006) las neozapatistas insistieron en que "los
hombres no hablen por nosotras", que "los usos y costumbres sólo serán
respetados en la medida en que respeten la dignidad de la mujer" y "que los usos
y costumbres no [deben ser] un pretexto para violar los derechos humanos de las
mujeres, especialmente en aquello que atañe a nuestra participación política".
Vale aclarar que en México, se conoce informalmente como sistema de usos y
costumbres, a la forma de autogobierno practicada por muchos municipios de
población indígena para normar la vida de la comunidad. Esto está sustentado en
el artículo segundo de la Constitución política mexicana. La introducción del
sistema de elecciones por las costumbres y tradiciones es vista como una de las
grandes victorias para el indigenismo.

El sistema electoral de México cuenta con tres formas distintas de votación: la


directa, cuando el ciudadano sufraga por el candidato de su preferencia,
denominado “de mayoría relativa”; la indirecta, cuando se vota por las listas de un

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

partido para elegir a diputados de “representación proporcional”, y la de usos y


costumbres, que es exclusiva de las comunidades indígenas del país.

En Chiapas, Guerrero, Oaxaca y otros estados del país, las comunidades


indígenas colocan a las mujeres por usos y costumbres en una situación de
vulnerabilidad social, cultural, patrimonial y económica, generando un desequilibrio
de poder aun mayor entre los géneros.

"Para mí ya es abusos y costumbres, exijo que nosotras, las mujeres de allá de la


montaña, tengamos el derecho de decidir nuestras vidas y no solamente el
derecho de votar y de ser votadas, porque dice la constitución que tenemos ese
derecho". Eufrosina Cruz.

Es importante contar con la cosmovisión de las y los indígenas, pues tienen en la


mayoría de los casos mayor conciencia sobre el cuidado de la comunidad y de la
tierra. En el mundo se está perdiendo la vida en comunidad y la vida en familia.
Pocos pueblos son los que practican la solidaridad y la complementariedad entre
las personas y de ellas con la naturaleza.

Las religiones y espiritualidades del mundo son el resguardo moral de la sociedad


en la construcción de una cultura de paz y cultura de vida, de diálogo a la solución
de la crisis climática y a la crisis social que destruye la vida y nuestros valores
comunitarios, y crea desequilibrios y conflictos en las sociedades, empobreciendo
a las personas, sobre todo a las más vulnerables, niñas, niños, adolescentes,
víctimas de la trata, el tráfico de órganos y de la discriminación.

En un escenario donde el planeta Tierra se encuentra más herido y el futuro de la


humanidad se ve en mayor peligro, los pueblos indígenas del mundo deben seguir
dialogando y deben ser incluidos en la toma de decisiones para defender la vida.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Carencias y Pobreza

Para enriquecer con datos recientes la presente investigación usamos información


del programa Cruzada Contra el Hambre y el Censo 2010, para documentar las
prioridades de la política social, como referencia del entorno donde se
desenvuelven las mujeres mexicanas, ya que estas marcan las pautas de su
participación política, los retos y desafíos a los que se enfrentan.

De los ocho indicadores y acciones de la Cruzada contra el Hambre, fueron


seleccionados datos e información censal del año 2010 que son de interés en las
labores de planeación, coordinación, organización y apoyo en general, en la
operación de la Cruzada contra el Hambre en los estados, municipios y
localidades del país seleccionados por la Estrategia. Al respecto, esta información
responde a los primeros 6 indicadores de la Cruzada y sus respectivas acciones, a
saber:

1. Carencia por calidad y espacios de la vivienda

2. Carencia por acceso a los servicios básicos en la vivienda

3. Carencia por rezago educativo

4. Carencia por acceso a los servicios de salud

5. Carencia por seguridad social

6. Carencia por acceso a la alimentación

El Censo de Población y Vivienda 2010 por su parte, contiene un total de 191


categorías o indicadores de información censal. De todos estos, se seleccionaron
como muestra algunos indicadores censales.

90
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Adjunto cuadros y gráficas de los municipios de Michoacán, Chiapas, Campeche,


Oaxaca y Chihuahua como una pequeña muestra de los que atiende la Cruzada.
Es un ejercicio comparativo entre esos municipios de una selección de indicadores
de Carencia Social que trabaja CONEVAL (Consejo Nacional de Evaluación de la
Política de Desarrollo Social).

Es importante ver las carencias que se viven en los municipios de pobreza


extrema en nuestro país, ya que un gran porcentaje de los hogares son
responsabilidad de mujeres madres solteras, jefas de familia que son aún más
vulnerables a padecer el acceso a la educación, la salud, bienestar social,
alimentación de calidad y vivienda digna, todo lo mencionado es básico para cubrir
las necesidades básicas de cualquier persona y así poder tener oportunidad de
prepararse y participar en la vida pública de nuestro país.

De acuerdo con el Global Gender Gap 2014, México ocupa el lugar 80 de 142
países en materia de desigualdad.

Los peores resultados se obtienen en Participación de la fuerza laboral (lugar


118); Igualdad Salarial para Trabajo Similar, el ingreso obtenido por las mujeres
fue de apenas el 46 por ciento del que perciben los hombres. Sobre la
participación laboral, la mujer ocupa un 48 por ciento mientras que el hombre 83
por ciento.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Carencias y Pobreza Extrema Oaxaca

El Inegi (2014) revela que el grado de discriminación salarial para las mujeres en
México fluctúa de manera significativa de acuerdo con el tipo de trabajo.

Así, por ejemplo, el salario para las mujeres en actividades industriales o como
operadores de transporte es 30 por ciento y 24 por ciento inferior al de los hombres,
respectivamente.

92
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Carencias y Pobreza Extrema Chihuahua.

Actualmente existen sólo 16 millonarios en México. Lo que va en aumentado es la


importancia y la magnitud de sus riquezas. En 1996 equivalían a 25 mil 600
millones de dólares; hoy esa cifra es de 142 mil 900 millones de dólares.

Esta es una realidad: en 2002, la riqueza de cuatro mexicanos (Slim, Larrea,


Salinas Pliego y Bailleres) representaba el 2 por ciento del PIB; entre 2003 y 2014
esa proporción subió al 9 por ciento. Se trata de un tercio del ingreso acumulado
por casi 20 millones de mexicanos.

Según datos del 2006 hay 2.5 millones más mujeres que hombres viviendo en
situación de pobreza.

93
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Carencias y Pobreza Extrema Chiapas.

Carencias y Pobreza Extrema Campeche.

Las cifras sobre desigualdad extrema son escandalosas. Combatir la desigualdad


para reducir la pobreza es una tarea que nos implica a todas y todos y beneficia a
toda la población. México necesita un gran pacto nacional por la IGUALDAD.

Resulta que al 1 por ciento más rico le corresponde un 21 por ciento de los
ingresos totales de la nación. El 10 por ciento más rico de México concentra el
64.4 por ciento de toda la riqueza del país.

Entre 2007 y 2012 la cantidad de millonarios en México creció en 32 por ciento.


En el resto del mundo y en ese mismo periodo, disminuyó un 0.3 por ciento.

94
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

En una economía tan desigual como la mexicana los hogares pobres pueden
terminar pagando, en forma de impuestos más que los hogares ricos.

Además de aplicar IVA del 16 por ciento en alimentos procesados, que son casi
todos, otro golpe al bolsillo de las mujeres pobres, que reduce el poder
adquisitivo de los salarios y aumenta la desigualdad.

El diseño de la estructura impositiva tiende a favorecer a las personas que más


perciben y cuyas fuentes de ingreso son gravadas a tasas inferiores a las de las
personas de ingresos bajos o medios, quienes derivan la mayor parte de sus
ingresos de fuentes laborales.

Eso tiene que cambiar hacia una política fiscal progresiva y una distribución más
90.0

80.0

70.0

60.0

50.0
Escárcega
40.0
Carmen
30.0
Campeche
20.0

10.0

0.0
Pobreza Rezago Carencia en Carencia en Carencia en Carencia en Carencia en
Extrema Educativo Salud Seguridad Vivienda Servicios Alimentación
Social

95
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Carencias y Pobreza Extrema Michoacán.

Coneval emitió las mediciones de pobreza 2014 y en ellas no sólo se observa un


aumento de 600 mil personas con carencia por acceso a la alimentación entre
2012 y 2014, sino que es una carencia que afecta a 28 millones de mexicanos,
esto es, aproximadamente una cuarta parte de la población no logra tener en todo
momento acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, inocuos y
nutritivos para satisfacer sus necesidades energéticas diarias para llevar una vida
activa y sana, que dicho sea de paso es la definición de seguridad alimentaria.

96
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Carencias y pobreza Extrema Jalisco.

La desigualdad de género representa un obstáculo para que las mujeres puedan


vivir libres de pobreza. Muchas mujeres carecen de los recursos y del poder
económico necesarios para cuidar de su familia y de sí mismas, incluso para
decidir sobre su propia vida. La discriminación de género, los roles y estereotipos
tradicionales de género en México se conjuntan con una falta de educación que
dificulta sus posibilidades de conseguir un trabajo con un buen salario.

La tasa de analfabetismo de mujeres sigue siendo alta, especialmente para


adultas mayores, mujeres indígenas, y para aquellas que viven en zonas rurales.
El 7,6% de las mujeres mayores de 15 años son analfabetas, comparado con el
4,8% de los hombres.

97
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Menos mujeres trabajan fuera de la casa que hombres y/o ganan ingresos
menores, lo cual limita sus posibilidades de superar la pobreza. En zonas urbanas
en México, solamente 51% de las mujeres en edad de laborar están ganando un
salario en comparación con 81% de los hombres, generalmente las mujeres ganan
menos ingresos en las mismas actividades y muchas veces trabajan en
ocupaciones precarias e informales.

En México, hay 8 millones más mujeres que hombres que trabajan y no cuentan
con seguro médico y/o derecho a una pensión, convirtiéndose en dependientes
durante la enfermedad y vejez, tal dependencia se combina con otros fenómenos
relacionados con la desigualdad de género como la violencia; la falta de recursos
económicos propios muchas veces obstaculiza las posibilidades de las mujeres de
salir de estas situaciones.

En 1993, la Declaración de Viena dejó muy claro que el derecho de vivir libre de
pobreza es un derecho humano:

“la existencia extendida de la pobreza extrema inhibe el disfrute completo y


efectivo de los derechos humanos. Su alivio inmediato y erradicación eventual se
debe mantener como una alta prioridad para la comunidad internacional”.

A nivel internacional, la CEPAL informa que América Latina y el Caribe lograron en


el último decenio notables avances en materia de desarrollo social. Sin embargo,
aún hay un largo camino por recorrer.

Persisten, como desafíos ineludibles, la definitiva superación de la pobreza y la


sustancial reducción de la desigualdad que, además de ser un imperativo ético,
constituyen una condición imprescindible para avanzar en el desarrollo sostenible,
en sintonía con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, recién aprobada por
la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Pese al actual escenario económico mundial, más complejo e incierto que el de los
años anteriores, es fundamental asegurar los avances en materia de desarrollo
98
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

social alcanzados en el último decenio y no postergar las asignaturas pendientes


en ámbitos en que el progreso ha sido insuficiente.

Pero lo social no se juega solo en lo social, sino que también en la economía, en


la política y en el medio ambiente. Tampoco la diversificación productiva y el
cambio estructural se deciden solo en el campo económico: el desarrollo social
inclusivo y la mejora de las condiciones de vida de la población son un requisito
necesario para asegurar la prosperidad económica.

Un estudio reciente de Arceo y Campos (2014) ha estimado la brecha salarial por


género con base en la información de los censos económicos de 1990 a 2010. De
acuerdo con sus resultados, la brecha salarial en México en 2010 entre mujeres y
hombres fue de 26 por ciento. Se considera que la desigualdad extrema que se
vive en México y la concentración de la riqueza es producto de la falta de
crecimiento económico y genera mayor pobreza.

Migración y Género

Según estimaciones, en la actualidad existen a nivel mundial más de 175 millones


de migrantes internacionales, lo cual significa que uno/a de cada 35 habitantes
entra en dicha categoría, incluyendo personas refugiadas y otros/as migrantes
internacionales. Se calcula que en 1960 las mujeres conformaban el 47 por ciento
de cada 100 migrantes que vivían fuera de su país de origen.

Desde entonces, de la totalidad de migrantes internacionales, la cantidad de


mujeres ha aumentado levemente hasta el 49 por ciento en el año 2000 (OIT
2003).

La migración puede ser voluntaria cuando las personas migran en busca de una
vida mejor o para reunirse con sus familiares; o puede ser forzada si la gente es
desplazada a causa de los conflictos o por haber sido traficada. A menudo, la

99
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

decisión de migrar radica entre ambas situaciones y se toma en respuesta a una


combinación de presiones ya sea para permanecer en el mismo lugar o mudarse a
otro. Las relaciones de género juegan un papel en estas presiones y en las
decisiones subsiguientes.

El género tiene un efecto en las experiencias de la migración que es mayor que el


provocado por el país de origen o de destino, la edad, clase, raza o cultura. En la
actualidad, las mujeres migrantes conforman casi el 50 por ciento de la totalidad
de migrantes y con más frecuencia migran como individuas en vez de
dependientes de otros familiares.

La migración puede ser para ellas una experiencia que las empodera, ya que les
brinda independencia económica y nuevas experiencias. Al mismo tiempo, al
migrar enfrentan más peligros que los hombres y son más vulnerables a abusos
físicos, sexuales y verbales.

Diversas organizaciones recomiendan enfocar el trabajo a favor de las mujeres en


la migración en tres ejes o temas: la violencia, la unidad familiar y la identidad.
Uno de los efectos de la migración menos estudiados es la manera en que
produce cambios en la identidad de las mujeres. La participación de las mujeres
en la migración, conlleva cambios en actitudes debido a que se enfrentan a
entornos, estructuras sociales e institucionales diferentes, lo que en el largo plazo
influye de manera importante en la identidad.

Los efectos en la unidad familiar han recibido la atención de algunos especialistas


en el tema de la migración. Sin embargo, las políticas migratorias todavía
experimentan un rezago. Por ejemplo, en México, la legislación contempla
facilidades para la regularización del estatus de los padres de niños(as) nacidos
en México. Sin embargo, la situación de las familias binacionales todavía entraña
retos considerables.

100
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

La violencia está presente prácticamente a lo largo de todo el continuum de la


migración, la modalidad de violencia en contra de las mujeres migrantes más
difundida por los medios de comunicación es aquélla que ocurre durante el
tránsito, de la que son objeto principalmente las mujeres que viajan sin
documentos.

Pero la violencia puede permear la estructura social del lugar en el que viven,
puede darse de manera emocional y psicológica para las mujeres que
permanecen en las comunidades de origen por quedarse “solas”, al igual que en el
país de destino tanto en el hogar como en el ámbito laboral, e incluso durante el
retorno. La debilidad del sistema de justicia en México, ocasionada por la falta de
recursos, la impunidad y corrupción, inhibe a las mujeres para acudir a las
autoridades cuando se ven inmersas en una situación de violencia.

La desconfianza de la autoridad, el temor a la deportación y a la “pérdida” de


derechos, entre otros factores, contribuyen a la mínima denuncia de la violencia en
contra de las mujeres en la migración, en especial de las migrantes en situación
irregular.

Mujeres migrantes en cifras

Según cifras del INEGI, en 2010 la población extranjera en México ascendía a


961,121 personas dentro de una población de 112.3 millones de habitantes, de las
cuales, la mitad son mujeres.

Para el Instituto Nacional de Migración (INM) la población extranjera residente en


México alcanzó solamente un total de 262,672 personas en 2010, de las cuales
las mujeres representaron el 45% del total.

La discrepancia entre las cifras según las fuentes consultadas es una de las
dificultades básicas en el diseño de medidas para garantizar a las personas
migrantes un acceso irrestricto al ejercicio de sus derechos.

101
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Dicha discrepancia se debe, en parte, a los diferentes métodos de generación de


estadísticas ya que en el conteo del INEGI se incluye a extranjeros con estatus
migratorio irregular, pero las cifras del INM no los incluyen. Además, el INEGI
incluye en su metodología a los niños y niñas que tienen ciudadanía
estadounidense, mientras que las cifras del INM no incluyen a estos niños y niñas
como extranjeros(as).

En general, los y las inmigrantes son personas calificadas, (23% de la población


extranjera en México tiene grado de licenciatura), 45% forma parte de la población
económicamente activa y 69% está empleada en el sector servicios.

La participación femenina es mayor en el sector de servicios, en el que 6 de cada


10 personas empleadas en el sector son mujeres, mientras que en la manufactura
la proporción desciende a 2 por cada 10, y en agricultura solamente se encuentra
1 mujer por cada 9 hombres.

La mayoría de las mujeres que pasan por México con la intención de llegar a los
Estados Unidos provienen de Centroamérica. Si bien el INM estima que en 2005,
aproximadamente 430,000 migrantes provenientes de esa región cruzaron la
frontera Guatemala-México sin autorización, para 2010 se estima que esta cifra se
redujo a 150,000 principalmente a raíz de la recesión económica de los Estados
Unidos.

En 2010, el 91.9% de las personas extranjeras que estuvieron alojadas en


estaciones migratorias del INM eran originarias de Centroamérica (15.1% de El
Salvador, 41.6% de Guatemala, 33.9% de Honduras y 1.5% de Nicaragua. Si bien,
los datos no están desglosados por sexo, es posible inferir que la proporción de
centroamericanas entre las mujeres detenidas es similar.

Tanto las 470,000 mujeres extranjeras que viven y trabajan en México, como las
cerca de 20 mil que cruzan la frontera sur del país cada año para llegar a Estados

102
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Unidos, tienen necesidades específicas derivadas de su condición como mujeres


al igual que por ser migrantes.

La posibilidad de aprovechar los aspectos positivos de la migración dependen de


que las medidas de política pública minimicen, por un lado los riesgos y faciliten,
por otro, el acceso de las mujeres a los beneficios que ofrece la migración.

México tiene la obligación legal de proteger a las mujeres en la migración en todas


estas situaciones, a través de la Constitución y los instrumentos internacionales
que ha ratificado.

Esta protección debe darse en diferentes ámbitos, ya sea que las mujeres se
encuentren en territorio mexicano como migrantes regulares o irregulares.

Independientemente si permanecen en sus comunidades de origen, o si se


encuentran en tránsito o en el país de destino, las mujeres enfrentan obstáculos y
retos legales muy similares: son sujetas a discriminación por ser mujeres y por ser
migrantes, enfrentan problemas para comprobar su identidad, para acceder al
sistema de justicia, y a servicios de educación y de salud. Al agregar el estatus
migratorio irregular tanto a la condición de género como la de ser migrante, se
crea una condición de vulnerabilidad que requiere de programas muy específicos
para garantizar el pleno acceso a derechos y servicios que ofrecen los Estados.

La migración debe ser considerada como un proceso fluido en el que las


personas, independientemente de las categorías conceptuales, normalmente
experimentan retos legales tanto en el país de origen como en el país de destino.
El derecho a la identidad, al nombre y a la nacionalidad, así como a la unidad
familiar son derechos básicos de toda persona y que a menudo se ven
atropellados en el caso de los y las migrantes. En el caso del derecho a la
identidad, las mujeres migrantes enfrentan obstáculos en los países de tránsito y
de destino al carecer de estatus legal y no contar con documentos de identidad.

103
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

En el caso de los hijos e hijas de mujeres en estatus irregular, la legislación en


México estipula que los jueces del Registro Civil tienen la obligación de registrar a
los hijos e hijas de extranjeros(as) aún si no cuentan con un documento que
compruebe su legal estancia en el país. Aunque esta normativa es aplicable a
nivel nacional, en algunas regiones los jueces del Registro Civil aún notifican a las
autoridades de migración al momento en que personas extranjeras
indocumentadas se presentan a registrar a sus hijos.

La integridad de la familia se ve amenazada a lo largo de todo el proceso


migratorio. Durante el traslado, los traficantes suelen separar a las madres de sus
hijos(as), porque en algunos casos es más fácil cruzar a los niños y niñas por los
puntos de internación con documentación falsa, mientras los adultos son dirigidos
por rutas con mayores riesgos. De manera similar, la separación familiar se da en
los países de destino en tanto las deportaciones de padres y madres sin
documentos les apartan de sus hijos e hijas. La integridad familiar es uno de los
aspectos clave a los que debe atender una política migratoria que verdaderamente
vele por los derechos humanos de las personas migrantes.

Las familias de carácter transnacional son cada vez más numerosas y enfrentan
grandes dificultades para mantener su cohesión, desde el efecto de los cambios
del entorno cultural, las presiones económicas y la separación temporal de sus
miembros hasta los cambios en las políticas de los países de destino. Las políticas
de control migratorio restrictivo son un obstáculo para la unidad familiar ya que al
aumentar el costo de la migración irregular inhiben el retorno temporal de los y las
migrantes a sus comunidades de origen.

Por otro lado, los procedimientos de detención frecuentemente dejan de lado la


unidad de las familias, sobre todo cuando no se cuenta con las instalaciones
adecuadas. De manera similar, las políticas de deportación fallan en proteger el
derecho a la unidad familiar en los casos en que extranjeros y extranjeras son
deportados por carecer de documentos que acrediten su legal estancia.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

En los casos en que los padres o madres de hijos(as) nacidos en México no


cuenten con un documento migratorio vigente, el marco legal debe crear las
facilidades para la regularización de su estancia, tal como lo establece la Ley de
Migración en su artículo 133.

La Ley de Migración, publicada el 25 de mayo de 2011 en el Diario Oficial de la


Federación cuenta con varios artículos en los que se menciona la situación
específica de las mujeres, como por ejemplo la obligación de la Secretaría de
Gobernación de implementar acciones para dar “atención adecuada a los
migrantes que por diferentes factores enfrentan situaciones de vulnerabilidad,
como son las niñas, niños y adolescentes migrantes no acompañados, las
mujeres…” (Artículo 73).

También establece la necesidad de coordinación institucional entre el Instituto


Nacional de las Mujeres y el Instituto Nacional de Migración para “atender la
problemática de las mujeres migrantes,… avanzar en el cumplimiento de los
tratados y convenios internacionales…, promover acciones dirigidas a mejorar la
condición social de la población femenina migrante”, entre otras. (Artículo 30).

Aún si reconoce algunas necesidades de las mujeres en la migración, la Ley


carece de un enfoque de género integral.

Desde la perspectiva de IMUMI, es necesario resaltar la visibilidad de las mujeres


en la migración en el contexto mexicano a fin de propiciar los cambios necesarios
en políticas públicas que resuelvan adecuadamente sus necesidades. Una manera
de hacerlo es promover cambios en el marco legal sobre migración.

En diciembre 2010, IMUMI participó en la elaboración de una propuesta de


modificaciones a la iniciativa de Ley de Migración que fue presentada a las
autoridades por el Grupo de Trabajo sobre Política Migratoria, una coalición de
organizaciones de la sociedad civil comprometidas con políticas migratorias con
enfoque de derechos humanos. Actualmente, IMUMI colabora con otras

105
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

organizaciones para incidir en la preparación del Reglamento de la Ley de


Migración, el cual está por publicarse a finales de 2011.

Es importante visibilizar también que el problema de la migración de los hombres


da la pauta para profundizar en la problemática social que hace de algunos
estados un lugar de mujeres solas y madres solteras.

Por ejemplo en Zacatecas, la migración está generando crisis sociales que aún
deben estudiarse a fondo, existe un déficit de hombres en municipios donde el
éxodo es intenso, donde se estima que por cada 100 mujeres solo hay 40
hombres. El problema social desencadena un desgarramiento con la separación
de las parejas que acarrea dificultades en los procesos de construcción de
identidad de los hijos, convirtiéndose en un estado de mujeres solas, que cargan
con la responsabilidad económica de sus hogares.

Con un desplazamiento promedio de 136 mil personas al año, Puebla ocupa el


quinto lugar nacional de movilización interna en el país, es decir, existe un
fenómeno social en torno a la migración que no se debe pasar por alto, al diseñar
programas de gobierno, políticas públicas y legislar con perspectiva de género.

La legislación con perspectiva de género favorece el ejercicio de una lectura crítica


y cuestionadora de la realidad para analizar y transformar la situación de las
personas, en especial de las mujeres.

Se trata así de crear nuevas construcciones de sentido para que hombres y


mujeres visualicen su masculinidad y su femineidad a través de vínculos no
jerarquizados ni discriminatorios.

Participación Política a Nivel Mundial

Hechos y cifras: liderazgo y participación política.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Sólo un 22 por ciento de las y los parlamentarios eran mujeres en agosto de 2015,
lo que significa que la proporción de mujeres parlamentarias ha aumentado muy
lentamente desde 1995, cuando se situaba en un 11,3 por ciento a nivel mundial.
En agosto de 2015, 11 mujeres eran Jefas de Estado y había 13 Jefas de
Gobierno. Rwanda es el país del mundo con mayor número de parlamentarias (un
63,8 por ciento de los escaños de la cámara baja).

A escala mundial, en agosto de 2015 había 37 Estados donde las mujeres


representaban menos de 10 por ciento del total de las y los parlamentarios en
cámaras individuales o cámaras bajas, incluyendo 6 cámaras con ninguna mujer
en absoluto. En enero de 2015, sólo un 17 por ciento de los cargos ministeriales
estaban ocupados por mujeres; la mayoría de ellas se ocupaba de los sectores
sociales, como la educación y la salud. La representación de las mujeres en los
gobiernos locales ha influido favorablemente.

Una investigación sobre los panchayats (consejos locales) de la India puso de


relieve que el número de proyectos de abastecimiento de agua potable en zonas
en los que dichos consejos están liderados por mujeres era un 62 por ciento
mayor que en el caso de aquellas cuyos consejos están liderados por hombres. En
Noruega se encontró una relación de causalidad directa entre la presencia de
mujeres en los consejos municipales y la cobertura del cuidado infantil.

En general, se considera que la “masa crítica” con respecto a la representación de


las mujeres se sitúa en el 30 por ciento. En enero de 2015, 41 países, de los
cuales 11 se encuentran en el continente africano y 9 en América latina, habían
alcanzado dicho porcentaje de referencia.

De esos 41 países, 34 habían aplicado algún tipo de cuota, lo que incentivó el


aumento de la participación política de las mujeres. En concreto, 17 usaron cuotas
para las y los candidatos legislativos; 6 hicieron uso de reservas; y en otros 11, los
partidos adoptaron cuotas voluntarias.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

En países con sistemas electorales de representación proporcional, las mujeres


representaban 25,2 por ciento del total de las personas electas.

Como puede observarse, este porcentaje es superior al 19,6 por ciento obtenido
mediante el sistema electoral de pluralidad y mayoría, así como al 22,7 por ciento
registrado en el caso de un sistema mixto. A diferencia de lo que suele suponerse,
la presencia de un mayor número de mujeres en la política no está correlacionada
con niveles más bajos de corrupción. Lo que se observa, más bien, es la
existencia de una correlación entre los sistemas políticos democráticos y
transparentes y unos niveles de corrupción reducida; y ambos elementos crean a
su vez un entorno propicio para un incremento de la participación de las mujeres.

Ana Güezmez, directora regional de ONU-Mujeres y Nuria Saenz, representante


de UNESCO en México, exhortaron a las parlamentarias reunidas en esta capital a
trabajar por la igualdad y promover el desarrollo económico, social y a seguir
trabajando para que otras mujeres lleguen a cargos de decisión y hagan frente a
los retos, también promover que los presupuestos tengan enfoque de género, a
legislar para eliminar el matrimonio infantil ya que ayudará a que menos niñas
fallezcan durante el parto, a que más niñas asistan a la escuela y cuenten con un
futuro más igualitario y próspero. La agenda de género se podrá hacer realidad si
se cuenta con financiamiento, el liderazgo y la participación de las mujeres, tanto
políticas, dirigentes comunitarias, las que están en las redes sociales, las artistas,
las científicas y también con los hombres aliados de éstas causas.

“La meta es que una niña que nazca hoy, cuando tenga 15 años, en el año 2030,
pueda experimentar un mundo totalmente distinto”

“El cambio está ocurriendo, somos la primera o segunda generación que estamos
viviendo bajo leyes de igualdad, con mecanismos para el avance de las mujeres,
con leyes que penalizan la violencia; no podemos perder la oportunidad de abrir
puertas y ventanas para un cambio profundo, estructural”.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Güezmez.

Es necesario tomar en cuenta la trasmisión del conocimiento, y enseñar a las


niñas y las adolescentes sus saberes y experiencias en la lucha por los derechos
de las mujeres, niñas y adolescentes.

En relación a las nuevas generaciones, aunque el panorama es más abierto,


todavía se manifiestan actitudes que no concuerdan con la necesidad de la
autogestión. Aunque tienen mayor motivación al logro, pues hay un mayor acceso
a la educación para las niñas que en el pasado, que todavía en los hogares
prevalecen ideas como ‘no estudies, si de todas maneras te vas a casar’, ‘para
qué desperdiciamos el dinero, si quien debe mantenerte es tu esposo´’.

El empoderamiento de la mujer es benéfico a nivel colectivo, pues está ligado a un


enfoque más centrado en las competencias individuales, lo cual puede traducirse
en mayor competitividad a nivel profesional.

Cada vez hay más mujeres cursando estudios superiores, en algunas carreras
claves ya superan a los hombres, y las nuevas técnicas son sus aliadas porque
desplazan el esfuerzo físico a un segundo plano, lo que permitirá que la
competencia sea por habilidades y destrezas pero no por fuerza. A pesar de lo
cual romper una cultura que dominó por siglos y siglos no es una tarea sencilla. En
las últimas décadas se han registrado logros notables, pero persisten rezagos.

En México la evolución es notable aunque dispareja y no se han dado los pasos


definitivos.

En el siguiente mapa podemos dar una idea de cuánto poder disponen las mujeres a nivel
gubernamental en todo el planeta. (Elaborado por la organización internacional Unión
Interparlamentaria).

109
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

La estadística indica que al 2012, el promedio mundial de bancas ocupadas por


mujeres en los parlamentos del mundo es de 19,7% y el continente americano en
su conjunto llega al 22,6%. Dentro de este porcentaje se debe destacar al aporte
de países como Nicaragua (40,2%), Costa Rica (38,6%) y Argentina (37,4% en la
cámara baja y 38,9 en la cámara alta o senado). Destaca Cuba, que figura al tope
de la lista de países latinoamericanos con un 45,2% de curules para mujeres.

No obstante, todo esto dentro de una asamblea unidireccional por el sistema de


partido único. En el ránking mundial, a Nicaragua se le puede apreciar en el tercer
lugar, a Costa Rica el número 14, Argentina el 17. Más atrás, aparece Ecuador en
el puesto 22, México 31, Bolivia 37, Perú en el 58 (con 21,5% de mujeres en el
Congreso) y Chile 88. Brasil ocupa el puesto 116 con 8,6% de diputadas y 16% de
senadoras.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

El mapa de la UIP también muestra en qué países las mujeres ejercen la


presidencia o jefatura de Gobierno, y en cuáles presiden una de las cámaras
legislativas.

En este rubro, América Latina tiene 4 jefas de Estado: en Brasil, la Argentina,


Costa Rica y Trinidad y Tobago. Y otros tantos países caribeños, las mujeres
presiden las legislaturas.

A Nuestro Mundo le falta Equilibrio.

Desde la Segunda Guerra Mundial, nunca ha habido al mismo tiempo tanta


riqueza y tanta desigualdad; actualmente hay más mujeres educadas que nunca
pero, a nivel mundial, las mujeres siguen luchando por encontrar un trabajo. Las
tasas de desempleo se encuentran en máximos históricos en muchos países,
incluidos los de Oriente Medio y África del Norte, en América Latina y el Caribe, y
en el sur de Europa.

En los casos en los que las mujeres tienen un trabajo, cobran en promedio y a
nivel mundial un 24 por ciento menos que los hombres. En su mayoría, las
mujeres de todo el mundo ocupan un puesto inseguro y mal remunerado, como en
la agricultura a pequeña escala o el trabajo doméstico, un sector en el que
representan el 83 por ciento de la fuerza laboral. ¿Por qué las mujeres no tienen
cabida en la economía mundial?

Diversos estudios de investigación analizan lo que significa este fracaso y entre


las posibles soluciones, se propone adoptar un enfoque innovador y holístico para
analizar las políticas económicas y sociales y sus implicaciones en toda la
economía.

En especial, hay que considerar la economía “invisible” del trabajo doméstico y de


cuidado no remunerado, que son trabajos básicos para todas las economías y
sociedades. Históricamente, las mediciones convencionales como el PIB han

111
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

obviado el importante porcentaje de trabajo que realizan las mujeres y las niñas, y
no han prestado atención a las voces que abogan por asignar recursos públicos
de ayuda en este sentido, por ejemplo, mediante inversiones destinadas al acceso
al agua y la energía limpia.

Resulta imperante aplicar una perspectiva de derechos humanos a la resolución


de problemas económicos, con la acción por parte del gobierno y el sector privado,
para que el progreso conseguido conduzca a trabajos decentes con salarios
igualitarios, sin acoso sexual ni violencia, y respaldados por servicios sociales de
buena calidad. Nuestros recursos públicos no se dirigen allí donde son más
necesarios: por ejemplo, para garantizar agua segura y saneamiento, atención
sanitaria de calidad, y servicios de asistencia decentes para la infancia y las
personas de edad. Si bien el agua es fundamental, existen otras necesidades.

Hay que alimentar a las familias, atender a las personas enfermas, educar a las
niñas y los niños, y cuidar de las madres y padres ancianos. Cuando no existen
servicios públicos, las carencias se ceban principalmente en las mujeres y las
niñas. Esta falta de servicios castiga injustamente a las mujeres cuando el Estado
no ofrece recursos, y afecta a miles de millones de mujeres en todo el mundo.

Necesitamos políticas que faciliten que las mujeres puedan cuidar de sus
personas queridas sin tener que sacrificar su propia seguridad económica,
prosperidad e independencia.

Nuestra economía globalizada parece aplicar una visión universal de los derechos
de las mujeres con fines contradictorios; en lugar de facilitar dichos derechos, los
limita. Donde no hay alternativas, existen pocos derechos.

Se tienen que proponer y ejecutar una serie de medios específicos con los que
movilizar recursos para pagar servicios públicos y transferencias sociales: por
ejemplo, reforzando las obligaciones fiscales existentes, volviendo a priorizar los

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

gastos y ampliando la base fiscal general, también mediante préstamos


internacionales y asistencia al desarrollo.

Las empresas de alcance mundial también desempeñan un papel fundamental en


calidad de empleadoras que ofrecen oportunidades y salarios igualitarios. Los
grupos de accionistas pueden y deben exigir a las empresas que actúen de forma
responsable en los países en los que operan. Los ingresos tributarios anuales
correspondientes a los países en desarrollo que se pierden como consecuencia de
la manipulación de los precios comerciales, una de las estrategias utilizadas por
las empresas para evitar pagar impuestos, se estima entre los 98.000 y los
106.000 millones de USD. Esto se traduce en casi 20.000 millones de USD más
que los costos anuales de capital necesarios para garantizar la cobertura de agua
y saneamiento universales.

Con la combinación adecuada de políticas económicas y sociales, los gobiernos


pueden lograr el cambio transformador, se pueden generar empleos decentes
para las mujeres y los hombres y asegurar que se reconozca y se respalde el
trabajo de cuidado no remunerado.

Si se aplican medidas bien diseñadas como las prestaciones familiares y


pensiones universales, se puede mejorar la seguridad de ingresos de las mujeres,
y su capacidad de realizarse plenamente y ampliar sus opciones vitales.

Las políticas macroeconómicas pueden y deben respaldar el cumplimiento de los


derechos de las mujeres, creando economías dinámicas y estables, generando
empleos decentes y movilizando recursos para financiar servicios públicos
esenciales. Promover los derechos de las mujeres no sólo logrará que las
economías sean efectivas para las mujeres, también beneficiará a las sociedades
en su conjunto creando un futuro más justo y sostenible. El progreso de las
mujeres es el progreso de todas y todos.

113
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Para enriquecer éste apartado, enfatizaremos en lo que son los derechos de las
mujeres. La Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana (en
francés Déclaration des Droits de la Femme et de la Citoyenne) es un texto
redactado en 1791 por Olympe de Gouges parafraseando la Declaración de
Derechos del Hombre y del Ciudadano del 26 de agosto de 1789, el texto
fundamental de la revolución francesa.

Es uno de los primeros documentos históricos que propone la emancipación


femenina en el sentido de la igualdad de derechos o la equiparación jurídica y
legal de las mujeres en relación a los varones.

La evolución del concepto de los derechos humanos, originado entre los juristas
de la escuela de Salamanca del siglo XVI y extendido por los pensadores sociales
del XVII y los ilustrados del XVIII, con las primeras revoluciones liberales fue
recogido en textos normativos:

La Declaración de Derechos de Virginia, en el contexto de la Independencia de


Estados Unidos (1776), y la Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano, en la revolución francesa (1789). En ninguno de estos documentos se
consideró a las mujeres.

1- La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos. Las


distinciones sociales sólo pueden estar fundadas en la utilidad común.
2- El objetivo de toda asociación política es la conservación de los derechos
naturales e imprescriptibles de la Mujer y del Hombre; estos derechos son
la libertad, la propiedad, la seguridad y, sobre todo, la resistencia a la
opresión.
3- El principio de toda soberanía reside esencialmente en la Nación que no es
más que la reunión de la Mujer y el Hombre: ningún cuerpo, ningún
individuo, puede ejercer autoridad que no emane de ellos.
4- La libertad y la justicia consisten en devolver todo lo que pertenece a los
otros; así, el ejercicio de los derechos naturales de la mujer sólo tiene por
114
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

límites la tiranía perpetua que el hombre le opone; estos límites deben ser
corregidos por las leyes de la naturaleza y de la razón.
5- Las leyes de la naturaleza y de la razón prohíben todas las acciones
perjudiciales para la Sociedad: todo lo que no esté prohibido por estas
leyes, prudentes y divinas, no puede ser impedido y nadie puede ser
obligado a hacer lo que ellas no ordenan.
6- La ley debe ser la expresión de la voluntad general; todas las Ciudadanas y
Ciudadanos deben participar en su formación personalmente o por medio
de sus representantes. Debe ser la misma para todos; todas las ciudadanas
y todos los ciudadanos, por ser iguales a sus ojos, deben ser igualmente
admisibles a todas las dignidades, puestos y empleos públicos, según sus
capacidades y sin más distinción que la de sus virtudes y sus talentos.
7- Ninguna mujer se halla eximida de ser acusada, detenida y encarcelada en
los casos determinados por la Ley. Las mujeres obedecen como los
hombres a esta Ley rigurosa.
8- La Ley sólo debe establecer penas estrictas y evidentemente necesarias y
nadie puede ser castigado más que en virtud de una Ley establecida y
promulgada anteriormente al delito y legalmente aplicada a las mujeres.
9- Sobre toda mujer que haya sido declarada culpable caerá todo el rigor de la
Ley.
10- Nadie debe ser molestado por sus opiniones incluso fundamentales; si la
mujer tiene el derecho de subir al cadalso, debe tener también igualmente
el de subir a la Tribuna con tal que sus manifestaciones no alteren el orden
público establecido por la Ley.
11- La libre comunicación de los pensamientos y de las opiniones es uno de los
derechos más preciosos de la mujer, puesto que esta libertad asegura la
legitimidad de los padres con relación a los hijos. Toda ciudadana puede,
pues, decir libremente, soy madre de un hijo que os pertenece, sin que un
prejuicio bárbaro la fuerce a disimular la verdad; con la salvedad de

115
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

responder por el abuso de esta libertad en los casos determinados por la


Ley.
12- La garantía de los derechos de la mujer y de la ciudadana implica una
utilidad mayor; esta garantía debe ser instituida para ventaja de todos y no
para utilidad particular de aquellas a quienes es confiada.
13- Para el mantenimiento de la fuerza pública y para los gastos de
administración, las contribuciones de la mujer y del hombre son las mismas;
ella participa en todas las prestaciones personales, en todas las tareas
penosas, por lo tanto, debe participar en la distribución de los puestos,
empleos, cargos, dignidades y otras actividades.
14- Las Ciudadanas y Ciudadanos tienen el derecho de comprobar, por sí
mismos o por medio de sus representantes, la necesidad de la contribución
pública. Las Ciudadanas únicamente pueden aprobarla si se admite un
reparto igual, no sólo en la fortuna sino también en la administración
pública, y si determinan la cuota, la base tributaria, la recaudación y la
duración del impuesto.
15- La masa de las mujeres, agrupada con la de los hombres para la
contribución, tiene el derecho de pedir cuentas de su administración a todo
agente público.
16- Toda sociedad en la que la garantía de los derechos no esté asegurada, ni
la separación de los poderes determinada, no tiene constitución; la
constitución es nula si la mayoría de los individuos que componen la Nación
no ha cooperado en su redacción.
17- Las propiedades pertenecen a todos los sexos reunidos o separados; son,
para cada uno, un derecho inviolable y sagrado; nadie puede ser privado de
ella como verdadero patrimonio de la naturaleza a no ser que la necesidad
pública, legalmente constatada, lo exija de manera evidente y bajo la
condición de una justa y previa indemnización.

116
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

La "Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana", constituye por sí


misma un alegato brillante y radical en favor de las reivindicaciones femeninas y
una proclama auténtica de la universalización de los derechos humanos.

Su autora denunciaba que la revolución olvidaba a las mujeres en su proyecto de


igualdad y libertad. Defendía que la mujer nace libre y debe permanecer igual al
hombre en derechos y que la Ley debe ser la expresión de la voluntad general;
todas las Ciudadanas y los Ciudadanos deben contribuir, personalmente o por
medio de sus representantes, a su formación.

Reclamaba un trato igualitario hacia las mujeres en todos los ámbitos de la vida
tanto públicos como privados:

derecho al voto y a la propiedad privada, poder participar en la educación y en el


ejército, y ejercer cargos públicos llegando incluso a pedir la igualdad de poder en
la familia y en la Iglesia. Sólo algunos de los derechos fueron aceptados, pero eso
fue unos cuantos años después.

Sin embargo, parece que Olympe de Gouges no creía que mujeres y hombres
fueran iguales. Al contrario que la mayoría de las teóricas de la igualdad, pensaba
que había dos naturalezas distintas para hombres y para mujeres, y que la de las
mujeres era superior. Esa convicción de las dos naturalezas es palpable en el
texto que precede a la declaración.

El planteamiento feminista no era compartido por los varones que dirigían la


revolución, ni siquiera los más radicales. Olympe de Gouges fue acusada de
traición a la revolución por oponerse a la pena de muerte contra el rey Luis XVI.

Si bien las mujeres tienen todos los derechos reconocidos en el derecho


internacional de los derechos humanos, éstos por sí solos eran insuficientes para
dar una respuesta adecuada a la diversidad, especificidad y complejidad de la
problemática de la mujer.

117
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Para construir una sociedad realmente igualitaria era indispensable, entonces,


adoptar unos instrumentos especiales para las mujeres que consideraran su
vulnerabilidad, tanto en las esferas públicas como privadas, que reconocieran sus
necesidades particulares.

En algunos países la mujer ha tardado muchos siglos en conseguir igualdad,


aunque solo sea teórica, ante la ley. Y aún cuando la ley hable de igualdad, suele
haber un gran abismo entre la teoría y la práctica.

La publicación de las Naciones Unidas titulada The World’s Women—1970-1990


dice:

“Esta brecha [en la política gubernamental] ha quedado recogida en gran parte en


las leyes que niegan a la mujer la igualdad con el varón en lo que respecta a sus
derechos de tenencia de tierras, solicitud de préstamos y firma de contratos”.

Una mujer de Uganda declaró:

“Seguimos siendo ciudadanas de segunda clase... o de tercera clase más bien,


pues nuestros hijos varones van delante nuestro. Hasta los burros y los tractores
reciben a veces mejor trato”.

El libro Men and Women, editado por Time-Life, dice: “En 1920, la Decimonovena
Enmienda de la Constitución de Estados Unidos garantizó a las mujeres el
derecho al voto, mucho después que en bastantes países europeos.

Pero en el Reino Unido no se les concedió ese privilegio hasta el año 1928...”.
Como protesta por la injusticia política a la que se sometía a las mujeres, Emily
Wilding Davison, sufragista británica, se echó delante del caballo del rey en el
derby de 1913, y perdió la vida. Se convirtió en una mártir en la causa de la
igualdad de derechos para la mujer.

118
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Empoderamiento en el Ámbito Local

Ahora bien, como ya se ha señalado ampliamente en éste documento, la histórica


relegación de las mujeres de la esfera pública ha sido consecuencia de la
asignación de un rol meramente hogareño y familiar ante el que la mayoría ha
debido acatar y resignarse, marcada por una opresión culturalmente patriarcal que
ha dominado tanto el ámbito privado como el público.

En este sentido, diversos estudios sociológicos diagnosticaron una suerte de


apatía femenina hacia los asuntos públicos dadas sus características emocionales
y su intrínseco compromiso familiar. Entendido de este modo, las diferencias entre
hombres y mujeres podrían ser las causales de la escasa presencia femenina en
el poder político. Sin embargo, es la propia visión androcentrista de la política la
que ha relegado a las mujeres al no tener en cuenta sus necesidades e intereses.

“La participación social de las mujeres se debe abordar, entonces, tanto desde la
perspectiva de su ausencia social, del ámbito público, como de su presencia social
en el ámbito privado” (Astelarra, 2002:12).

Ausentes ellas del espacio público y por ende de los pactos sociales, su
segregación al ámbito privado ha respondido principalmente a la carencia de
atracciones en el plano social y político, lo cual actualmente tiende a cambiar.

Las mujeres ganan espacios tanto en el medio laboral como académico, por
ejemplo, y ello ha provocado que sus intereses traspasen la esfera de lo privado y
asuman una perspectiva colectiva de las necesidades. Lo anterior se pone de
manifiesto cuando las mujeres, a pesar de no tener una equiparada participación
oficial dentro del marco político formal, lo hacen en la vida comunitaria, trabajando
por el desarrollo y luchando por los derechos de los más desfavorecidos,
fortaleciendo, de este modo, su conquista ciudadana.

119
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Así pues, podría afirmarse que la incursión femenina en la esfera pública está
originariamente determinada por las necesidades de lucha por la protección y
desarrollo colectivo de grupos deprimidos social y económicamente.

Esto ha dado lugar a una fuerte movilización comunitaria representada


mayormente por mujeres, ha haciendo redes, generando una activa ciudadanía
social que ha contribuido a fortalecer las relaciones civiles entre las mujeres y el
Estado, y en las cuales las primeras han ejercido un gran poder de influencia en
las políticas públicas, presión, pactos y adquiriendo, asimismo, prestigio social y
habilidades de dirección y liderazgo.

La participación de mujeres organizadas, ha generado la incorporación de los


problemas del ámbito privado en las agendas públicas, lo que ha repercutido en
una gradual conciencia de género.

Los años setenta y ochenta dieron lugar, asimismo, a diversos movimientos


sociales en defensa de los derechos humanos que estaban siendo vulnerados por
dictaduras y regímenes déspotas. La incansable protesta de cientos de mujeres en
reclamo de justicia y libertad, como es el caso de las Madres de Plaza de Mayo en
Argentina, constata el poder que hasta el día de hoy han llegado a mantener en el
orden político. Esta es la primera y más activa forma participativa que las mujeres
han ganado en el plano social.

En Centroamérica, las guerras civiles supusieron décadas de difícil posición para


las mujeres: muchas se sumaron a la lucha armada mientras se ocupaban
también de sus hijos y la manutención de sus familias.

En El Salvador, un tercio de las fuerzas revolucionarias estuvieron representadas


por las mujeres, alcanzando en Guatemala al 18%. Su fuerte compromiso civil en
el conflicto bélico ha perdurado también en la postguerra trabajando en la
reconstrucción del desarrollo y la reinserción social de todos los grupos excluidos,

120
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

ejerciendo un papel preponderante en los Acuerdos de Paz, la mayoría firmados


en la década de los 90.

En Nicaragua, la revolución sandinista abrió espacios a las mujeres a partir de la


década del 80, y algunos mandos de dirección estratégicos estuvieron a cargo de
mujeres, siendo Violeta Barrios de Chamorro la principal referencia como
presidenta de la nación.

Derivado de períodos bélicos o no, otro fenómeno tiene lugar en los espacios
públicos: las mujeres trasladan su rol doméstico y materno a acciones
comunitarias que persiguen el bienestar y desarrollo de los más desfavorecidos a
través de servicios auto gestionado que buscan brindar atenciones tanto de
carácter alimentario, como de protección, sanidad, etc.

Son innumerables las evidencias empíricas a todo nivel donde las mujeres han
propiciado asociaciones para atender solidariamente necesidades básicas
insatisfechas, a través de comedores públicos, atención primaria de la salud,
educación popular, etc.

Ese trabajo ha generado en las mujeres una suerte de perspectiva integral del
desarrollo comunitario, incorporando en sus gestiones la destreza administradora,
conciliadora y participativa que han germinado en el entorno familiar y doméstico.
Estas nuevas agentes del bienestar social surgidas sobre todo en el ámbito local,
se apuntalan así como protagonistas de luchas solidarias ejerciendo una razón de
fuerza social. Junto a ello, se han convertido en interlocutoras de sus
organizaciones comunitarias con los respectivos gobiernos, lo que les ha otorgado
a la vez cierto poder político.

Es común que muchas mujeres pongan más énfasis en participar en la


construcción democrática que en llegar a decidir en ella (Ranaboldo y Solana,
2008). Asimismo, nos alerta sobre esta situación que, aunque permite la
participación social de las mujeres, transforma este trabajo invisible y “en una

121
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

forma de reproducción de la subordinación y el clientelismo” al no reconocer una


remuneración para dicha labor que en principio debiera ser satisfecha por el
Estado.

Podría reconocerse que el trabajo comunitario representa para muchas mujeres


un espejismo de escape a la vida pública que aún espera la valorización de esa
contribución al desarrollo de las comunidades. De todas maneras, el ámbito local
ha supuesto así la apertura de espacios al involucramiento y la participación de las
mujeres, y en el que han podido adquirir con ello destrezas de liderazgo. Es
importante distinguir las organizaciones de mujeres cuyo principal propósito es la
promoción de políticas de bienestar, basadas en el asistencialismo, y donde la
apertura a la participación está limitada y encuadrada en una cultura clasista, o
que bien son dirigidas por partidos políticos que orientan sus recursos según sus
intereses electorales.

La participación femenina es trascendental cuando a través de ella se propicia el


empoderamiento, lo que conlleva jugar un papel decisivo en la determinación de
necesidades, y búsqueda de soluciones, fortaleciendo así las capacidades de
expresión, conciencia pública y autoconfianza.

Ahora bien, podría afirmarse que las formas participativas potencian el papel
público de las mujeres y sirven como plataforma para reforzar su empoderamiento
en una carrera política. Y si en el ámbito local de la Región, la participación
femenina se ha caracterizado generalmente por el trabajo comunitario, solidario y
voluntario, también es cierto que ha servido como punto de partida y vehículo para
la participación política.

Así lo demuestran los casos en que formas de liderazgo en organizaciones


comunitarias actúan como “trampolín” a los sistemas políticos formales.

El empoderamiento es el conjunto de procesos vitales definidos por la adquisición


o invención e interiorización de poderes que permiten a cada mujer o colectivo de

122
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

mujeres, enfrentar formas de opresión vigentes en sus vidas como la exclusión,


discriminación, explotación, abuso, acoso, falta de oportunidades, medios,
recursos o bienes. Decimos que una mujer o grupo de mujeres está empoderada,
cuando esos poderes ya no le son externos, se le vuelve cuerpo y subjetividad,
manera de ser y de vivir.

“Si una mujer entra a la política, cambia la mujer, si muchas mujeres entran a la
política, cambia la política”. Michelle Bachelet

La teoría política otorga un lugar preeminente a las instituciones municipales, al


considerar que en ellas la ciudadanía adquiere los principios básicos de la
democracia, participa en la solución de problemas locales y se restringe la
interferencia del poder centralizado. Por ello, el municipio es considerado "una
escuela para la democracia". La pluralidad política tiene mayores posibilidades de
desarrollarse en elecciones municipales, en la medida en que la oposición vaya
obteniendo más victorias y tome parte de la responsabilidad de gobernar. De
hecho, fue en el terreno municipal donde empezó a brotar la pluralidad política
mexicana (Massolo, 1998a).

El municipio es la célula básica de la organización política y administrativa del


Estado. Consta de dos partes: el ayuntamiento —espacio del poder municipal
compuesto por presidente, síndico y regidores— y la propia administración. El
síndico coordina la comisión de hacienda, vigila la recaudación y aplicación de
fondos públicos, el cumplimiento de la ley, además de ejercer la personalidad
jurídica del municipio junto con el presidente municipal.

Las facultades y obligaciones de las regidurías no están muy claras en la ley, pero
sus atribuciones consisten en participar con voz y voto en las sesiones de cabildo,
desempeñar comisiones, vigilar el cumplimiento de las leyes y presentar iniciativas
de modificación de reglamentos, entre otras. Pueden ser de mayoría relativa y
representación proporcional y su número varía de acuerdo con el tamaño del
municipio. Gobiernan por un periodo de tres años y pueden ser reelectas. Las
123
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

regidurías se han manejado como reparto de cuotas de poder, pago de favores,


premio de consolación y decoración en torno al Ejecutivo (Massolo, 1995, 1998b).

La otra parte del municipio es la propia administración, en la cual se ocupan


puestos directivos y se realizan funciones que son competencia de los gobiernos
locales establecidas en el artículo 115 de la Constitución: registro civil, cobro de
impuestos de propiedad, obra pública, entre otros.

El gobierno municipal interactúa con autoridades auxiliares (delegaciones,


comisarías, agencias) y diversos comités y asociaciones ciudadanas (Massolo,
1995). Sin embargo, a pesar de dos reformas al artículo 115 (en 1983 y 1999)
para incrementar su ámbito y libertad de acción, la gestión municipal aún sufre
severas limitaciones debido a la falta de autonomía de los ayuntamientos; su
subordinación a las instancias federales y estatales; la carencia de un marco
normativo adecuado a las demandas de la ciudadanía y de recursos económicos
para trabajar, y la incapacidad de enfrentar la complejidad del México actual, entre
otros.

Las reformas "otorgaron al municipio nuevas facultades, pero no avanzaron en la


creación de un diseño institucional que otorgara incentivos y estableciera reglas
para que este órgano constitucional asumiera sus nuevas responsabilidades"
(Rodríguez, 2008, 2).

Las mujeres mexicanas participan ampliamente en la política informal, pero de


manera coyuntural, indirecta y anónima. Su participación tomó forma en los
setenta y adquirió especial relevancia durante el terremoto de la ciudad de México
(1985), el movimiento por la democracia centrado en las elecciones presidenciales
(1988) y la rebelión neozapatista (1994).

Los trabajos de Bernal (2000), Acuña (2000), Islas (2001), Canabal (2002), Bonfil
(2002), Aguirre (2003), Espinosa (2000, 2002, 2004) y Millán (2006), entre otros,
dan cuenta de ello; tienen en común partir de la perspectiva de género para

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

examinar la transformación (o falta de) de los papeles tradicionales de género a


raíz de la participación femenina en espacios públicos, así como analizar la forma
en que distintos sectores (campesino, indígena, colono, feminista) incorporan a las
mujeres en sus filas y retoman sus demandas.

Los resultados de estas investigaciones nos muestran la existencia de una


estructura piramidal masculina en organizaciones sociales; la reproducción de
espacios y tareas tradicionalmente femeninas en el activismo; la problemática de
una doble o tripe jornada en la vida de mujeres líderes; el sentimiento de culpa
que éstas experimentan al asumir roles públicos, ya que no siempre pueden
conciliar su papel de madre-esposa con su actividad política, y la insistencia de
algunas mujeres (por ejemplo las indígenas chiapanecas en el seno del
neozapatismo) en cuestionar la inequidad entre géneros.

Los estudios sobre la participación femenina en la política formal mexicana son


más escasos. Según Fernández esto se debe a la idiosincrasia de la vida política
del país. Durante muchos años, el régimen se distinguió por ser autoritario y
antidemocrático, por acompañarse de partidos comparsa en simulaciones de
procesos electorales, por mantener a la población alejada de la toma de
decisiones o cooptada mediante mecanismos clientelares.

Las mujeres organizadas de la sociedad civil no se involucraron en el espacio


formal de la política porque ésta suponía la existencia de individuos
independientes, autónomos, libres y jurídicamente iguales, características que las
mujeres que conforman las bases de movimientos sociales generalmente no
tienen.

Además, participar en política formal requiere admitir que la competencia electoral


es una forma legítima de lucha, algo que para muchos sólo fue posible a partir de
1988 en la historia reciente del país. A esto hay que añadirle las peculiaridades de
la ciudadanía femenina mexicana. Las mujeres obtuvieron el derecho al voto hace

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

apenas medio siglo (1947 en elecciones municipales, 1953 en federales), bastante


más tarde que en otros países de América Latina.

Una de las dificultades para documentar la participación de mujeres en cargos de


elección popular en el ámbito municipal es, simplemente, la falta de datos, ya que
todavía no se reconoce la necesidad de registrar, actualizar y difundir de manera
sistemática la información sobre mujeres que acceden a cargos en gobiernos
locales (Massolo, 2003).

Actualmente el Sistema Nacional de Información Municipal, a partir de una base


de datos asociada con el Instituto Nacional de las Mujeres, proporciona el sexo del
presidente, no así del secretario, tesorero, síndico ni regidores. Esta situación se
complica aún más en el caso de las mujeres indígenas.

En los 803 municipios del país que tienen 30 por ciento o más de hablantes de
lengua indígena no existen datos sobre cuántas de las presidentas, síndicas o
regidoras hablan alguna lengua indígena o se consideran pertenecientes a algún
grupo étnico (Barrera, 2006).

En 1995, Alejandra Massolo señalaba que era "inaceptable e incongruente la


exclusión del tema de la mujer en la agenda del gobierno municipal democrático".

En aquel entonces proponía realizar estudios sobre "la situación, la problemática


y los requerimientos de las mujeres (y familias) que habitan el territorio municipal,
mediante convenios con universidades, centros de investigación y ONG,
difundirlos y vigilar que éstos se tomen en cuenta para sustentar la toma de
decisiones en materia de políticas y programas de bienestar y desarrollo local"
(Massolo, 1995, 144).

Un poco más tarde señalaba que "el quehacer cotidiano de las mujeres en los
ayuntamientos y la administración municipal... es un mundo por descubrir"
(Massolo, 1998a, 19).

126
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Algunos años después seguía insistiendo en el asunto, al señalar que el vacío de


información prevaleciente impide desarrollar argumentos y hacer propuestas sobre
la manera en que puede incrementarse la presencia de las mujeres en los
ayuntamientos.

Dalia Barrera ha contribuido con más de diez años de trabajo a documentar el


tema. Según ella, a principios de la presente década aún nos encontrábamos en la
fase de "hacer visibles" a las mujeres en la política municipal, "pues apenas
comienza a considerarse el papel que éstas desempeñan en la construcción de la
ciudadanía dentro de la llamada 'transición democrática' de nuestro país" (Barrera,
2000, 12).

La autora apunta hacia la necesidad de hacer más estudios cuantitativos y


cualitativos sobre la construcción de liderazgos femeninos, la relación de las
mujeres con el poder y el acceso de las mujeres a cargos en gobiernos locales.

También resalta la importancia de realizar estudios de caso en el ámbito estatal,


ya que las proporciones de presidentas municipales varían por región, grados de
marginación y niveles de pluralidad política.

De acuerdo con esta autora, el ámbito municipal es el más "duro", de mayor


cerrazón, donde se combinan mecanismos de control masculino con formas
autoritarias y caciquiles de ejercer el poder.

"El entorno de lo local es así el más cercano a las mujeres, pero también el más
pesado reto a la equidad de género, entendida como igualdad de oportunidades
entre hombres y mujeres" (Barrera, 2007, 13). Por esa razón, "los esfuerzos [de
las mujeres] para formar parte de los ayuntamientos en todo el país requieren
mayor análisis" dicho análisis es imprescindible porque probablemente las mujeres
"son más sensibles a las necesidades específicas de las demás mujeres y a
plantear una agenda, tan necesaria pero aún no desarrollada, para las mujeres a
nivel local".

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

El contacto directo con la ciudadanía invita a concebir el municipio como “la casa
grande” donde habitan las y los ciudadanos; si una mujer puede llevar el control de
una casa y sus habitantes, entonces también podría administrar de manera natural
los recursos y organización municipal.

Municipios Gobernados por Mujeres

Las especialistas han hecho un importante esfuerzo para determinar qué tipo de
municipios son gobernados por mujeres en términos de tamaño, grado de
marginación, ubicación en el país y afiliación política.

Tamaño

En 1995, más de la mitad (62%) de los municipios gobernados por mujeres tenían
menos de 20 000 habitantes. En 1998 el porcentaje se redujo a 51 por ciento
(Fernández, 2003) y para 2002 subió a 74 por ciento de los municipios (Barrera y
Aguirre, 2003b). En contraste, las ciudades capitales muy rara vez son
gobernadas por una mujer. En los tres trienios anteriores a 1995 hubo sólo tres
alcaldesas (Toluca, Aguascalientes, Mérida).

En marzo de 2002, dos mujeres gobernaban la capital de un estado: Mérida y


Tuxtla Gutiérrez. Otras ciudades medias gobernadas por mujeres en este
momento eran Gómez Palacio, Durango; Uruapan, Michoacán; Cuautitlán, Estado
de México, y Agua Prieta, Sonora (Barrera y Aguirre, 2003b).

Las diferencias en tamaño de los municipios son difíciles de explicar, puesto que
pueden estar asociadas con un sinfín de factores, como el crecimiento de la
población y su distribución en el país, entre otros. Es decir, habría que determinar
el tamaño promedio de los municipios para cada año estudiado y analizar los
porcentajes a la luz de ese dato. Sin embargo, dado que en los tres años
reportados (1995, 1998, 2002) los porcentajes de municipios con menos de 20 000
128
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

habitantes superan 50 por ciento, es posible afirmar que la mayoría de las mujeres
que gobiernan municipios lo hacen en localidades pequeñas.

En 1995, Massolo (1995, 139) señalaba: "parece que a las mujeres les
corresponde 'naturalmente' lo marginal y menos importante, ya que no se ha
modificado la tendencia a abrirles oportunidad de candidatura y elección
preferentemente en municipios de menos de 30 000 habitantes y pocas ciudades
medias".

En 2003 (refiriéndose a toda Latinoamérica) apunta que el patrón territorial de


ubicación de las alcaldesas sigue sin modificarse, ya que son pocas las que
acceden a gobiernos locales de grandes ciudades o metrópolis (Massolo, 2003).
En el caso mexicano, es importante actualizar los datos para corroborar si sigue
siendo así.

Grado de marginación

En 1995, más de un tercio de los municipios gobernados por mujeres presentaban


un grado de marginación alto o muy alto, en 2002 el porcentaje era de 22.2 por
ciento. Desconocemos si la diferencia se debe a avances en la reducción de la
marginación o bien a la diversificación del tipo de municipios gobernados por
mujeres, por lo que es imposible establecer una relación entre grado de
marginación y posibilidades políticas de las mujeres a partir de estos datos. Es
necesario actualizarlos y hacer un análisis que retome estas cuestiones. Al
hacerlo, es importante preguntarse sobre las implicaciones que tiene para las
mujeres gobernar municipios con carencias de infraestructura y servicios en
relación con su desempeño y carrera política.

Ubicación

Respecto a la ubicación de los municipios gobernados por mujeres, los datos son
aún más intrigantes. En 1995 los municipios gobernados por mujeres se
concentraban en la región norte del país, donde eran 5.3 por ciento del total de los
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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

presidentes (Fernández, 2003). Para el año 2002 Barrera y Aguirre (2003b) dan
los siguientes porcentajes: norte 5 por ciento, centro 2.6 por ciento y sur 3.4 por
ciento. En términos absolutos, más de la mitad de las presidentas gobernaban un
municipio del sur, pero esto se debe a que en esta región el número es mayor.

Algunos estados destacan por el número de presidentas municipales que han


tenido. Durante 1995 se registraron porcentajes superiores a 10 por ciento en Baja
California; en 1998 en Tamaulipas, Querétaro y Tabasco; en 2000 en Colima,
Querétaro y Quintana Roo (Espinosa, 2003). En 2002 sucedió lo mismo en
Sonora, Campeche y Yucatán (Barrera y Aguirre, 2003b). En 2007, Yucatán volvió
a superar la cifra de 10 por ciento. Este es el único estado que se repite en los
distintos periodos analizados y es necesario investigar qué sucede ahí respecto al
acceso al poder municipal por parte de las mujeres.

Son pocos los estudios realizados a nivel estatal. En Tlaxcala las mujeres
comenzaron a ser elegidas poco después de que la ley lo permitió (trienio 1950-
1952), pero su presencia en la presidencia municipal ha sido errática y nunca ha
superado 10 por ciento del total de los ayuntamientos. Este porcentaje incluye no
sólo el cargo de presidentas, sino también de regidoras y síndicas. Su
participación se caracteriza por "la subrepresentación, la baja presencia a medida
que aumenta la responsabilidad del cargo y la menor presencia en los cargos
como propietarias en relación con las suplencias" (Sam, 2003, 219). En el trienio
1999-2001 había presidentas, síndicas o regidoras en trece municipios; la mayoría
se ubica en el rango de los 5 000 a los 15 000 habitantes.

Perfil y trayectoria de las Presidentas Municipales

Otro esfuerzo ha estado dirigido a caracterizar a las mujeres que han ocupado
presidencias municipales. Barrera (1998) estudia siete alcaldesas y siete regidoras
de diversos estados de la república que participaron en el encuentro Mujeres
gobernando municipios, celebrado en 1996. Las alcaldesas tenían 43 años en
promedio y las regidoras, 38; la mitad (siete) eran casadas; sólo ocho habían
130
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

nacido en el municipio que gobernaron; la escolaridad de las alcaldesas era más


alta que la de las regidoras (licenciatura versus carrera técnica); todas menos una
habían tenido experiencia laboral antes de ocupar el cargo; siete tenían
antecedentes familiares de participación política; todas habían militado en algún
partido y tenían experiencia de participación social.

En un estudio posterior Barrera y Aguirre (2003a) describen el perfil de quince


alcaldesas que participaron en el Primer Encuentro Nacional de Presidentas
Municipales, realizado en 2002. Tenían 44.6 años en promedio; diez eran casadas
y el mismo número habían nacido en el municipio; 14 tenían estudios
profesionales o técnicos y todas habían tenido experiencia laboral; seis tenían
antecedentes políticos en la familia y nueve contaban con militancia partidista.
Finalmente, Barrera (2003) trabaja con una muestra de 21 presidentas de todo el
país y describe perfiles similares: 44.5 años como promedio de edad; dos tercios
(14 de 21) eran casadas; 20 de 21 tenían estudios técnicos o universitarios; cinco
de 21 habían nacido en otro municipio; sólo 17 de las 21 proporcionaron
información laboral, de las cuales 13 tenían experiencia en este ámbito; un tercio
(siete de 21) tenía antecedentes familiares en la política y dos tercios (14 de 21)
tenían militancia partidista o experiencia de trabajo en algún tipo de organización
(profesionales, gremiales).

Otros trabajos se han centrado en mujeres de un estado en particular. Catorce


alcaldesas de Veracruz (trienio 2001-2004) tienen entre 30 y 60 años, "casi todas
cuentan con estudios profesionales y antes de ser alcaldesas se desempeñaban
en diferentes actividades como maestras, comerciantes, administradoras"
(Rodríguez y Cinta, 2003, 200). La muestra más extensa hasta el momento es la
de Sam (2002a), que incluye a todas las mujeres que en el trienio 1999-2001
ocuparon cargos en el estado de Tlaxcala, 61 en total. Están entre los 36 y los 43
años, dos tercios (63%) son casadas; un poco más de la mitad (54%) tiene
estudios de bachillerato o licenciatura; la mayoría (85%) tiene militancia en el

131
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

partido que las llevó al poder y dos tercios (67%) tienen antecedentes familiares
en la política.

El Centro Nacional de Desarrollo Municipal ofrece datos en el ámbito nacional


pero sólo en relación con dos aspectos: edad y escolaridad. La edad promedio de
las alcaldesas del país en 1998 era de 44 años y 71 por ciento tenía estudios
universitarios o técnicos. Con base en datos de este centro, señala un hecho muy
interesante: el nivel de estudios de las presidentas es más alto que el de los
presidentes municipales.

En 1995, 39 por ciento de los presidentes tenían estudios universitarios,


comparados con 55 por ciento de las mujeres. Aunque las cantidades no
necesariamente son comparables porque las mujeres son verdaderamente
escasas, este hecho podría interpretarse como un indicador de que a las mujeres
se les exige más o de que su clase social pesa más que su género para acceder
al poder municipal.

En este tema hay bastante avance en el sentido de que se ha comenzado a


teorizar sobre los factores que facilitan el acceso de las mujeres a cargos de
elección popular en la política municipal, se enumera las siguientes "puertas de
entrada" para el caso de Colombia: educación formal, de preferencia profesional;
experiencia previa en la administración pública; antecedentes políticos en la
familia, y trabajo comunitario previo. Rodríguez y Cinta (2003) añaden a la lista la
clase social (media alta o alta) de las mujeres, la militancia en algún partido
político y la duración de ésta. Briceño (2007, 91) coincide: las presidentas
municipales son "integrantes de élites intelectuales o reconocidas por su
participación social".

Los estudios aquí reseñados indican que entre las presidentas estudiadas en
México hay buena presencia de solteras (habría que comparar con la media
nacional); movilidad física (buena parte nació o vivió fuera del municipio); niveles
altos de escolaridad (habría que comparar con la media nacional, especialmente
132
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

para zonas rurales), y trayectoria laboral remunerada, de trabajo político y social


(casi todas la tienen). Cabe hacerse las siguientes preguntas: ¿Ser casada
obstaculiza la participación política femenina en los gobiernos municipales? ¿Es
común que las presidentas no sean originarias del municipio? ¿Por qué? ¿Qué
influencia tiene esto en su desempeño? ¿Es equiparable el nivel escolar de las
presidentas con la media nacional? En caso negativo, ¿es la baja escolaridad un
obstáculo para las mujeres que tienen aspiraciones políticas? Otro tema de
discusión son los antecedentes familiares: ¿Influyen en la carrera política de las
mujeres? ¿Cómo y hasta qué punto?

Para responder estas preguntas habría que trabajar con una muestra más amplia
y comparar con medias nacionales. Considerando el tamaño de los municipios que
gobiernan las mujeres, la comparación tendría que poner atención a las distintas
realidades del campo y la ciudad.

Desde un punto de vista cualitativo, falta ponderar cada factor mencionado aquí:
¿qué pesa más, los años de militancia o un título universitario? ¿El trabajo
comunitario o el trabajo propiamente partidista? ¿Qué combinaciones se producen
entre estos factores en cada caso, estado o región? ¿Cómo influye en esta
combinación la coyuntura política del estado, región y país, y los avances de las
mujeres en su acceso a la educación formal?

Actualmente todas estas preguntas y conceptos están siendo revisados por


distintas corrientes teóricas vigentes dentro de los Estudios de la Mujer, las que en
trazos gruesos podrían clasificarse como igualitaristas y de la diferencia. Los más
críticos sostienen que las metas y los métodos en los que se basan las políticas de
igualdad de oportunidades consideran el comportamiento masculino, en especial
en el ámbito público, como modelo o estándar positivo universal, y en ese sentido
promueven la adaptación o identificación de las mujeres con ese modelo sin
cuestionarlo previamente.

133
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Los enfoques basados en la igualdad que buscan eliminar las diferencias entre los
sexos argumentando que nuestra preocupación es la liberación humana, corren el
riesgo de reducir la categoría humana a la masculina marginando o borrando a las
mujeres una vez más.

Otras críticas sobre las políticas oficiales basadas en la igualdad de


oportunidades, estiman que estas son fundamentalmente de naturaleza liberal y
reformista, «...conservan las jerarquías sociales e incrementan las diferencias
entre las mujeres». En el mismo sentido, se cuestiona que convalidan un orden
meritocrático, individualista y basado en la competencia.

En el otro extremo están quienes ponen el énfasis en las diferencias entre los
sexos, diferencias que serían categorías uniformes, opuestas y no cambiantes a lo
largo del tiempo.

Afirman que las mujeres, por razones biológicas y/o culturales han desarrollado
características de personalidad y modos de relación y conducta social que
deberían ser revaluados como un componente fundamental de la experiencia
humana, y eventualmente extendidos al conjunto de la comunidad. En algunos
casos, llegan a idealizar los atributos femeninos.

Además de los problemas teóricos que presenta, esta concepción puede tener
consecuencias indeseables en el sentido de reforzar un trato discriminatorio hacia
las mujeres y su marginación de posiciones de poder e influencia social, ya que,
como es sabido, las diferencias biológicas entre ambos sexos han sido utilizadas
históricamente como una justificación de su inferioridad y subordinación.

También es sabido que la retórica de idealización de la «superioridad» moral o


espiritual de la mujer ha sido -y sigue siendo- un argumento seductor a la hora de
ocultar su real y concreta discriminación para evitar así un reparto de poder más
equilibrado entre los sexos.

134
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

En una posición intermedia estarían quienes entienden la igualdad de


oportunidades en el sentido de «igualdad de valor social». Su punto de partida es
el reconocimiento de la existencia de diferencias tanto biológicas como
psicológicas y culturales entre los sexos. Pero a partir de allí subrayan la
necesidad de que las instituciones sociales asignen y garanticen igual valor a
estas diferencias. En términos concretos, esta idea significaría revaluar el valor
social y económico de las tareas que desempeñan ambos sexos y asignar igual
salario por trabajo de igual valor.

En el plano educativo se expresaría, por ejemplo, en la revalorización de áreas de


conocimiento, habilidades e intereses que han sido tradicionalmente femeninos
como la crianza y el cuidado de la familia y del medio ambiente, la preservación de
la vida, etc.

Estos aspectos deberían ser componentes tan importantes del currículum como lo
es la enseñanza de las ciencias o los avances tecnológicos; y
complementariamente debería incentivarse el interés de los varones en ellos.

En otras palabras, la propuesta implica cuestionar la jerarquización de saberes y


destrezas que imparte la escuela, entendiendo que la misma reproduce o espeja
diferencias jerárquicas entre los géneros. La crítica a la educación va mucho más
allá que el marco de igualdad de oportunidades, cuestiona no sólo la distribución
del conocimiento o el acceso al mismo, sino también las relaciones de poder que
sostienen estas estructuras. La igualdad de oportunidades en este contexto se
refiere no sólo a las pautas de elección del currículum, incorporar a las niñas en la
ciencia y la tecnología, o las actitudes de docentes y alumnos hacia los roles
sexuales; en cambio, considera las relaciones de género entre docentes y
estudiantes y entre éstos entre sí.

Afiliación política

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

En 1995, 88 por ciento de las presidentas municipales gobernaban por el PRI, 6


por ciento por el PAN, 3 por ciento por el PRD y el resto por otros partidos. Para
1998, tan sólo tres años después, el predominio del PRI ya había bajado a 78 por
ciento y el de otros partidos había subido (13 por ciento del PAN y 8 por ciento del
PRD) (Fernández, 2003).

Cinco años después (2002) el porcentaje de alcaldesas priístas se había reducido


a un poco más de la mitad del total (56.8%), seguidas por el PAN (17.3%) y el
PRD (7.4%); el resto era de otros partidos, usos y costumbres (en Oaxaca) o por
coalición.

En el sur “existe una mayor pluralidad política que en las regiones norte y centro,
además de la presencia importante del sistema de usos y costumbres y de
coaliciones como propulsores de mujeres al cargo de alcaldesas” (Barrera y
Aguirre, 2003b, 77).

Esta diferencia puede deberse, de nuevo, a la gran variedad que existe en el


número de municipios por región: a mayor número de municipios, la probabilidad
de pluralidad política también es mayor. Aun así, en términos generales el PRI ha
dejado de ser la principal vía de acceso al poder municipal para las mujeres, para
darle cabida a otras opciones políticas que, sin embargo, siguen siendo
minoritarias. Esto es algo que seguramente también ha sucedido con los hombres,
puesto que corresponde con los cambios ocurridos en el ámbito político nacional
en los últimos años y en particular desde julio de 2000.

Gobiernos Municipales en Cifras

A lo largo de dos décadas el número de presidentas municipales ha aumentado


únicamente un punto porcentual:

De 2.9 por ciento en 1986 a 3.8 por ciento en 2006. La cifra es significativamente
baja, comparada con otros espacios (en 1985, 10.5 por ciento de los diputados
federales eran mujeres; en 2006 el porcentaje ascendió a 25.8 por ciento). En
136
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

2002, 6.8 por ciento de los síndicos eran mujeres, así como 15.9 por ciento de los
regidores; para 2004 estos porcentajes habían ascendido a 11.5 y 28 por ciento,
respectivamente.

Puede verse que cuanto más alto es el cargo en el ayuntamiento, menor es el


acceso de las mujeres (Barrera y Aguirre, 2003a). En pocas palabras, la
presidencia municipal destaca como un espacio de muy difícil acceso para el sexo
femenino.

Las cifras reflejan una verdadera paradoja de la democracia mexicana: es en el


ámbito de los gobiernos municipales donde las mujeres tienen una participación
ciudadana más activa y, sin embargo, su número en puestos de poder es muy
reducido (Rodríguez y Cinta, 2003).

Las políticas de ajuste estructural implementadas en los años ochenta impulsaron


a las mujeres a involucrarse en programas comunitarios, destacándose en
actividades de gestión ante gobiernos locales. Sin embargo, es difícil encontrarlas
en los niveles más altos de poder (Sam, 2000).

La transición democrática mexicana tiene, entre sus principales retos, aumentar la


participación de las mujeres en gobiernos locales, como un elemento fundamental
para consolidarse.

En palabras de Massolo (1998b, 46), “la pluralidad política y la pluralidad de


género deben caminar juntas a favor de ayuntamientos democráticos autónomos y
eficaces”.

El tema de la participación de las mujeres en el ámbito formal de la política se


constituyó en objeto de estudio, no sólo en México sino en toda América Latina, en
los años ochenta, pero fue en los noventa cuando se pasó de la comparación
numérica de la presencia masculina y femenina en estructuras de poder, al
análisis de dicha presencia desde un enfoque de género.

137
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Una de las dificultades para documentar la participación de mujeres en cargos de


elección popular en el ámbito municipal es, simplemente, la falta de datos, ya que
todavía no se reconoce la necesidad de registrar, actualizar

Y difundir de manera sistemática la información sobre mujeres que acceden a


cargos en gobiernos locales (Massolo, 2003). Actualmente el Sistema Nacional de
Información Municipal, a partir de una base de datos asociada con el Instituto
Nacional de las Mujeres, proporciona el sexo del presidente, no así del secretario,
tesorero, síndico ni regidores.

Esta situación se complica aún más en el caso de las mujeres indígenas. En los
803 municipios del país que tienen 30 por ciento o más de hablantes de lengua
indígena no existen datos sobre cuántas de las presidentas, síndicas o regidoras
hablan alguna lengua indígena o se consideran pertenecientes a algún grupo
étnico (Barrera, 2006).

En 1995, Alejandra Massolo señalaba que era “inaceptable e incongruente la


exclusión del tema de la mujer en la agenda del gobierno municipal democrático”.
En aquel entonces proponía realizar estudios sobre “la situación, la problemática y
los requerimientos de las mujeres (y familias) que habitan el territorio municipal,
mediante convenios con universidades, centros de investigación y ong, difundirlos
y vigilar que éstos se tomen en cuenta para sustentar la toma de decisiones en
materia de políticas y programas de bienestar y desarrollo local” (Massolo, 1995,
144). Un poco más tarde señalaba que “el quehacer cotidiano de las mujeres en
los ayuntamientos y la administración municipal… es un mundo por descubrir”
(Massolo, 1998a, 19). Algunos años después seguía insistiendo en el asunto, al
señalar que el vacío de información prevaleciente impide desarrollar argumentos y
hacer propuestas sobre la manera en que puede incrementarse la presencia de
las mujeres en los ayuntamientos (Massolo, 2003).

Dalia Barrera ha contribuido con más de diez años de trabajo a documentar el


tema. Según ella, a principios de la presente década aún nos encontrábamos en la
138
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

fase de “hacer visibles” a las mujeres en la política municipal, “pues apenas


comienza a considerarse el papel que éstas desempeñan en la construcción de la
ciudadanía dentro de la llamada ‘transición democrática’ de nuestro país” (Barrera,
2000, 12). La autora apunta hacia la necesidad de hacer más estudios
cuantitativos y cualitativos sobre la construcción de liderazgos femeninos, la
relación de las mujeres con el poder y el acceso de las mujeres a cargos en
gobiernos locales (Barrera, 2000, 2002). También resalta la importancia de realizar
estudios de caso en el ámbito estatal, ya que las proporciones de presidentas
municipales varían por región, grados de marginación y niveles de pluralidad
política (Barrera y

Aguirre, 2003c).

De acuerdo con esta autora, el ámbito municipal es el más “duro”, de mayor


cerrazón, donde se combinan mecanismos de control masculino con formas
autoritarias y caciquiles de ejercer el poder. “El entorno de lo local es así el más
cercano a las mujeres, pero también el más pesado reto a la equidad de género,
entendida como igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres” (Barrera,
2007, 13). Por esa razón, “los esfuerzos [de las mujeres] para formar parte de los
ayuntamientos en todo el país requieren mayor análisis”

“Las mujeres son más sensibles a las necesidades específicas de las demás
mujeres y a plantear una agenda, tan necesaria pero aún no desarrollada, para las
mujeres a nivel local”.

Rodríguez y Cinta (2003, 174).

La información sobre la presencia de mujeres en los gobiernos municipales es


escasa, se tienen datos sobre el porcentaje de presidentas municipales a lo largo
de dos décadas (cuadro 1).

Datos sobre síndicas y regidoras son de épocas más recientes (cuadro 2) y su


participación en la administración municipal ha sido muy poco sistematizada.
139
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Sabemos que entre 1995 y 2001 el promedio de participación de mujeres como


síndicas del ayuntamiento fue de 4.9 por ciento, y 14.8 por ciento de regidoras. La
gran mayoría (89.9%) de las mujeres en cargos directivos de los 450 000
empleados municipales no duran más de tres años en el cargo (Gadsen, 2003).

Cuadro 1
Alcaldesas en México
1986- 2006
Año Porcentaje
1986 2.9
1989 2.1
1991 2.0
1993 2.8
1995 3.7
1996 3.6
1997 3.6
1998 3.5
1999 3.6
2000 3.7
2001 3.9
2002 3.3
2004 3.5
2006 3.8

Fuente: elaboración propia con base en Fernández


(2003), Barrera y Aguirre (2003b, 2003c), Massolo

140
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Cuadro 2
Síndicas y Regidoras en México
1998- 2004 (porcentaje)
Año Síndicas Regidoras

1998 N.D. 12.0

2001 4.9 14.8

2002 6.8 15.9

2004 11.5 28.0

Fuente: elaboración propia con base en Fernández (2003), Barrera y Aguirre (2003b,
2003c), Massolo

En 1998 Massolo (1998b, 41) escribió lo siguiente: “a lo largo de más de una


década, la proporción de alcaldesas prácticamente no ha variado, manteniéndose
así alrededor de 3.5 por ciento, con un descenso en 1989 y 1991… y un leve
aumento en 1995”. Diez años después puede decirse lo mismo: la proporción de
alcaldesas no ha variado a lo largo de dos décadas.

El mismo Instituto Federal Electoral (2003) indica que 74 por ciento de los
municipios mexicanos puede ser catalogado como de “supremacía masculina” (40
por ciento, todos los funcionarios son hombres), “dominación masculina
abrumadora” (9 por ciento, uno de cada diez funcionarios son mujeres) o
“presencia femenina como minoría dominada” (dos de cada diez son mujeres).

¿Cómo se compara México con el resto de América Latina? Para 1991, el


porcentaje de alcaldesas mexicanas estaba por debajo del promedio latino
americano que era de 6 por ciento (Martínez, 1993).

Algunos países, como Bolivia, El Salvador, Honduras y Uruguay superaban 10 por


ciento de alcaldesas (Massolo, 1998a). En 2003, Massolo (2003) da cifras
similares: 5.3 por ciento de las alcaldesas del continente eran mujeres, y México
de nuevo estaba debajo de ese porcentaje.
141
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Tres países (Costa Rica, Chile y Panamá) tenían más de 10 por ciento. El patrón
continúa hasta nuestros días. En 2007, el número de alcaldesas de 14 países
latinoamericanos estaba por debajo de 10 por ciento. Sólo Ecuador y Brasil
alcanzaron o superaron los dos dígitos (Llanos y Simple, 2008). Ninguno de los
países coincide en los tres momentos analizados (1994, 2003, 2007) y queda la
duda de a qué se deben estas variaciones.

Lo que sí puede decirse es que México comparte con el resto del continente los
escasos avances numéricos en este ámbito. En palabras de Massolo (2003, 41),
“la proporción promedio en América Latina y en cada país poco ha variado y
aumentado desde la década de 1980”.

Está pendiente determinar hasta qué punto el ámbito local sirve como base para la
carrera política de las mujeres; es necesario conocer la trayectoria de vida de más
de ellas. Desconocemos por qué hay municipios con “supremacía masculina” y
qué es lo que hace que en otros, aunque sean pocos, las mujeres estén mejor
representadas. Es importante hacer estudios comparativos para establecer
tendencias y patrones en estos aspectos.

Respecto a la discrepancia entre las candidatas y las mujeres que realmente


llegan al poder, se ha señalado que las primeras son menos que las segundas
porque, para cumplir con el sistema de cuotas de género, los partidos suelen
poner a las mujeres en posiciones perdedoras, como suplentes, o incluso, si van
como titulares, renuncian al cargo una vez concluida la elección (Huerta, 2007).
Esto es cierto para el ámbito legislativo, pero en el municipal está mucho menos
documentado.

En palabras de Massolo (2007, 44), "no se conocen estudios ni registros que den
cuenta de la aplicación de las cuotas para las candidaturas plurinominales a las
elecciones municipales, en aquellos estados que tienen una disposición específica
en sus códigos electorales".

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

A partir de datos de Fernández (2003) y Barrera (2007) podemos dar un pequeño


ejemplo: en 1997, 27.7 por ciento de los candidatos a regidores y síndicos eran
mujeres y en 1998, 12 por ciento de las regidoras eran mujeres (no hay datos
sobre síndicas).

Hay una diferencia de 15 por ciento entre las candidaturas y los puestos
ocupados. Es necesario conocer las particularidades de las elecciones
municipales (que se manejan por planilla cerrada y bloqueada y donde la
orientación del voto determina la ocupación por partido de puestos de mayoría
relativa y de representación proporcional) e investigar más sobre el sistema de
cuotas para explicar esta diferencia.

La política municipal generalmente tiene como escenario comunidades pequeñas,


donde la mayor parte de la gente se conoce y las relaciones humanas son más
estrechas. El control que se ejerce sobre las mujeres que transgreden las normas
de género al participar en la política asume tintes particulares: se les acusa de
libertinas, fáciles, locas, indecentes, chismosas, argüenderas. Las mujeres son
agredidas en su persona, familia y creencias, cita a una presidenta:

"se me adjudicaron cosas terribles, en el sentido de que me rompieron mi


dignidad, que me quebrantaron lo poquito que yo tenía, que eran mis
sentimientos".

Los ataques están dirigidos también a la familia y en especial a la pareja de la


mujer. Si le "meten miedo a marido", comenta una presidenta municipal que se
deja acompañar por un regidor "por ahí sí me acaban de tronar". La alcaldesa que
gobernó Hermosillo en el trienio 2003-2006 dice que si tiene que "ver a un
compañero varón para alguna cosa, es en la comida o desayuno... siempre he
sido muy formal y muy cuidadosa con esas cosas, porque creo que ese sí es un
riesgo que tenemos las mujeres, que las cosas no se interpreten correctamente"
(en Briceño, 2007, 97).

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Un político puede ser apreciado por sus colegas por tener relaciones con más de
una mujer, pero la vida personal de las mujeres que participan en política es
seguida muy de cerca y cualquier actitud "sospechosa" se convierte en tema de
dominio público (Dalton, 2003).

Las mujeres identificaron dos factores que limitan su actividad política: la violencia
y el machismo. Diez de las 15 mujeres catalogaron como "graves" las campañas
de difamación realizadas en contra de las mujeres que participan en política,
presenta evidencias más contundentes: los principales problemas de las 61
mujeres que participaron en gobiernos municipales en el trienio 1999-2001 del
estado de Tlaxcala son "la crítica de su propia comunidad a la labor que
desempeñan, seguida de la falta de apoyo de las mismas mujeres. En tercer lugar
refieren ataques a su persona".

Los tres principales partidos del país tienen una plataforma distinta hacia las
mujeres. Muchos de los logros a favor de las mujeres en el PRD se deben a la
presión de las feministas. Este fue el primer partido en adoptar el sistema de
cuotas de género, el cual se aplica menos en el terreno municipal y estatal que
federal y al interior de la estructura del partido.

Las mujeres panistas generalmente acceden a puestos en el partido a través del


sistema de parentesco, por lo que tienen posiciones ambiguas en torno al sistema
de cuotas (Hidalgo, 2003). En lo que se refiere al PRI, las cuotas constituyen "un
gran logro más que una buena práctica", porque aunque se encuentra estipulada
en los estatutos del partido aún hay resistencias para implementarla (Cerva,
2008).

Gobiernos con Perspectiva de Género

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Es importante institucionalizar el enfoque de género en la administración pública,


en particular en el ámbito municipal. De acuerdo con la Constitución, los estados
están obligados a crear instancias locales para lograr la participación igualitaria de
hombres y mujeres en la solución de problemas locales. Sin embargo, solamente
en Guerrero y baja California las leyes orgánicas municipales obligan a crear un
programa para las mujeres, sólo en baja California se retoma, aunque de manera
limitada, la perspectiva de género para elaborar este programa (En 2002 había 31
instancias estatales y 475 municipales de atención a la mujer en el país. Esto es
producto de la movilización femenina para construir espacios de atención aunque
la estructura y el funcionamiento de cada instancia varían mucho entre sí
(Güémez, 2003).

Hay una ausencia de políticas y acciones orientadas a la equidad de género a


nivel municipal, a pesar de que éste es el más adecuado para ello. El DIF es en
muchos casos el único espacio de participación para las mujeres, pero ha sido
criticado porque reproduce papeles tradicionalmente femeninos (mediante la
promoción de talleres de costura, panadería, etcétera).

En este contexto cabe preguntarse: ¿qué papel desempeñan las mujeres que
ocupan o han ocupado una presidencia municipal en la promoción de la equidad
de género? Las respuestas aún son poco coincidentes, argumenta que la llegada
de las mujeres a un puesto de poder no por fuerza responde a una conquista de la
ciudadanía femenina, sino a relaciones de parentesco y clientelismo por lo que las
presidentas no necesariamente van a actuar en favor del sexo femenino.

La participación de las mujeres no siempre conlleva cambios en la política


municipal. Si las mujeres no tienen base social que las apoye, pueden convertirse
en títeres de los varones. Incluso siendo la mitad del cuerpo edilicio, las mujeres
son relegadas de las decisiones importantes:

"son ellos los que deciden y nosotras los apoyamos", dice una integrante del
cabildo de Córdoba, Veracruz (en Rodríguez, 2000, 273).
145
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Algunas presidentas practican (de manera informal) una política de acción


afirmativa, al buscar mujeres para ocupar cargos en su gobierno;
lamentablemente, no siempre las encuentran debido a los requisitos que hay que
cumplir (saber leer y escribir, aceptar una vida pública).

Las presidentas detectan en mayor o menor medida cómo las prácticas y el


discurso machistas afectan su ejercicio del poder, por lo que emprenden proyectos
en favor de las mujeres.

La alcaldesa de Hermosillo estudiada por Briceño (2007) dice haber llegado al


poder gracias al voto de las mujeres, por lo que triplica los recursos destinados a
desarrollo social durante su gestión promoviendo guarderías, refugios para
mujeres golpeadas y programas de capacitación para mujeres mayores de 50
años.

No todas las presidentas tienen las herramientas para armar un plan de gestión
municipal con enfoque de género. Sólo dos de las 21 alcaldesas estudiadas por
Barrera (2003) habían realizado un diagnóstico sobre la situación de las mujeres
en su municipio.

Las presidentas recurren entonces a los programas federales o estatales que


están a su disposición, por ejemplo el de colposcopías gratuitas realizado por una
presidenta municipal de Tlaxcala por ejemplo. Oportunidades (antes Progresa), el
Programa de Mujeres en el Desarrollo Rural de la sagarpa (ahora inexistente).

"Existe cierto compromiso con las mujeres... el cual no necesariamente se expresa


con una agenda específica para las mujeres ni en pro de la equidad de género
sino con cierta voluntad de ayudar a mejorar las condiciones de vida de las
mujeres" (Barrera, 2003, 17).

Cuando una presidenta se apoya abiertamente en las mujeres de su comunidad y


las empieza a defender en asuntos como la violencia doméstica, entonces rompe

146
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

esquemas, se vuelve un desacato mayor y acaba pidiendo licencia o es destituida,


como sucedió con dos presidentas de Oaxaca.

Los esfuerzos de las muy escasas mujeres que por circunstancias diversas llegan
al poder difícilmente podrán ser suficientes para contrarrestar las fuerzas
estructurales que marcan el papel de las mujeres en la sociedad. Se requieren
esfuerzos mucho más coordinados.

Es recomendable la creación de espacios propios de las mujeres, la capacitación,


la promoción del servicio civil de carrera en igualdad de oportunidades, la
sensibilización en género de funcionarios y la ejecución de políticas de equidad.
En el sexenio de Fox, el Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y
no Discriminación contra las Mujeres (Proequidad) se propuso dos objetivos
respecto a los gobiernos municipales:

Incrementar la participación de mujeres en alcaldías e incorporar la perspectiva de


género en planes, programas, proyectos y mecanismos de gestión del
ayuntamiento.

La participación política de las mujeres es un primer paso hacia la creación de una


nueva conciencia de género. Es necesario reivindicar la "política de la presencia",
es decir, la simple existencia de mujeres en puestos de decisión.

Pero esta reivindicación debe ir acompañada de un proyecto más amplio que


implique la introducción de temas de género en la agenda nacional (Lamas, 1994).
Cuando el ingreso femenino a puestos de poder es significativo (se habla de una
masa crítica de 30 por ciento para tener importancia) comienzan a producirse
iniciativas coordinadas en pro de la equidad de género.

Las posibles líneas de investigación en este campo son innumerables y de interés


estratégico para las mujeres. Mucho de este trabajo ha sido hecho y ya hay
experiencias rescatables (véanse Barrera y Massolo, 2003a, 2003b; Álvarez y
Castro, 1999).
147
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Apuntamos solamente algunos de los temas relevantes sobre los que conviene
seguir trabajando. Habría que conocer y sistematizar la ley orgánica municipal de
cada estado, difundirla, hacer estudios comparativos y nuevas propuestas de ley
que beneficien a las mujeres.

El papel del DIF y la opinión que las mujeres tienen de su labor es otro tema
relevante, puesto que hasta ahora ha sido uno de los canales más importantes
para su participación.

Hay que retomar las experiencias de programas como Proequidad en los


municipios donde tuvo relevancia, evaluar los mecanismos utilizados para
implementarlo y los avances logrados en los últimos años.

Acciones Afirmativas

Es importante dedicar un espacio a comprender el por qué y para que de las


acciones afirmativas o discriminación positiva, partiremos de que una de las
cuestiones más polémicas en el derecho constitucional es la adopción de
“medidas especiales de carácter temporal”, también llamadas de acción afirmativa
o de discriminación inversa, que son normas jurídicas que tienen como fin
combatir los procesos históricos de exclusión de ciertos grupos y garantizar su
consideración igualitaria en la sociedad.

La afirmación aristotélica de “tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales”,


quienes las defienden argumentan que el Estado está obligado no sólo a prohibir
cualquier forma de discriminación ante la ley en un sentido formal, sino a remover
los obstáculos que impiden el logro de una igualdad sustantiva entre las personas.

En este sentido, las “medidas especiales de carácter temporal” se materializan a


través de políticas de igualación en procesos de selección que favorecen a
quienes forman parte de un grupo tradicionalmente discriminado en el acceso a la

148
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

escuela, al empleo o a servicios de salud, así como en el establecimiento de


cuotas reservadas a dichos grupos, como pueden ser espacios garantizados en
las universidades y en el registro de candidaturas para puestos de elección
popular, en éste caso nos referimos a las mujeres. Si bien diversos instrumentos
de derechos humanos, tanto en el sistema universal como en el sistema
interamericano, han reconocido la necesidad de recurrir a acciones afirmativas
para remediar situaciones estructurales de desigualdad, existen corrientes de
pensamiento que cuestionan su legitimidad.

Desde estas posturas se sostiene que estas disposiciones vulneran el principio de


tratamiento igualitario y utilizan criterios prohibidos para establecer
diferenciaciones en la ley, como son la raza y el sexo.

Asimismo, denuncian que las acciones afirmativas no toman en cuenta el mérito


de las personas, sino simplemente la pertenencia a un grupo determinado como
factor decisivo en la distribución de los beneficios sociales, lo anterior lo
consideran injusto.

Al respecto, Iris Marion Young cuestiona la idea hegemónica de que las posiciones
sociales deben distribuirse de acuerdo a la capacidad y al mérito de las personas.

La politóloga estadounidense cuestiona los criterios de evaluación de quienes


deciden quién cuenta con la capacidad y quién tiene el mérito. Afirma que quienes
defienden dicha premisa asumen que la división del trabajo es justa siempre y
cuando se garantice que ningún grupo recibe privilegios derivados de la lotería
natural o de características arbitrarias como la raza o el sexo, sin considerar
ningún otro criterio.

La pregunta obligada es ¿pueden existir criterios para medir la capacidad de las


personas de manera objetiva e independiente de los valores culturales? Young
considera que las evaluaciones sobre el mérito personal no están desprovistas de
prejuicios y cuestiona la supuesta neutralidad científica de los métodos

149
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

cuantitativos y estandarizados. En su opinión, dichos criterios reproducen la


experiencia de los grupos privilegiados que son quienes los diseñan e
implementan, asimismo, considera que, a pesar de que se erigen como
imparciales, las evaluaciones miden un tipo de inteligencia: aquella que
corresponde, precisamente, a la cultura de las personas que evalúan.

Así, se recompensa la competitividad, el trabajo individual, la velocidad, el alto


nivel de abstracción y determinadas habilidades verbales.

Young concluye que el proceso “normalizador”, que pretende encuadrar a todas


las personas en una medida común y en una única escala, hace de quienes no se
adaptan a ella, y de la diferencia en sí, una desviación o devaluación. De ahí que
no resulte extraño que si, en la mayoría de los casos, el estándar de inteligencia
está basado en la experiencia del prototipo del hombre blanco, educado
formalmente, de clase media y sin discapacidades físicas ni mentales, las
habilidades y fortalezas de las mujeres, de las personas indígenas o
discapacitadas o de otros grupos desaventajados resulten “mal calificadas”.

Si bien la propuesta de Young no pretende eliminar la utilización de criterios y


evaluaciones para medir el mérito personal, sí alerta sobre sus limitaciones. El
criterio de mérito es, finalmente, una construcción social que se alimenta de una
serie de factores sobre la cual las personas no tienen control, tales como el talento
o dotación natural, el entorno familiar, la educación recibida y el acceso a los
recursos económicos. Por ello, el mérito no puede ni debe ser el único criterio para
la distribución de los beneficios sociales.

Desde el derecho constitucional, las preguntas que se plantean son: ¿cómo


pueden corregirse las desigualdades sin generar nuevas distinciones no
razonables o discriminatorias? ¿Cómo “nivelar el terreno” sin afectar otros
derechos constitucionales? Las respuestas a estas interrogantes constituyen uno
de los mayores retos para los tribunales federales, quienes deben dar pleno
sentido al principio de igualdad.
150
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Como refuerzo de la norma de igualdad entre el hombre y la mujer, la Constitución


Federal prohíbe categóricamente toda discriminación motivada por el género de
las personas. Así, queda proscrita de nuestro sistema jurídico la posibilidad de
excluir a ciertos sujetos, en razón de su género, de la titularidad de derechos
fundamentales tanto en las leyes como en los hechos.

En la Recomendación General 23 del Comité para la Eliminación de la


Discriminación contra la Mujer, “Vida política y pública13”, se señala que:

“En todas las naciones, los factores más importantes que han impedido la
capacidad de la mujer para participar en la vida pública han sido los valores
culturales y las creencias religiosas, la falta de servicios y el hecho de que el
hombre no ha participado en la organización del hogar ni en el cuidado y la crianza
de los hijos. En todos los países, las tradiciones culturales y las creencias
religiosas han cumplido un papel en el confinamiento de la mujer a actividades del
ámbito privado y la han excluido de la vida pública activa”.

Conciliación familiar Vs. Carrera Política

Desde su nacimiento, la sociología ha puesto de relieve cómo las barreras y


compulsiones de la naturaleza y la tradición han ido perdiendo progresivamente su
fuerza con el desarrollo de la modernidad. Ante el individuo moderno se abre, en
efecto, todo un campo de opciones y posibilidades de elección no limitado por la
biología, los sistemas de creencias religiosas o las normas tradicionales.

La emancipación del individuo es, ciertamente, uno de los vectores fundamentales


de ese proyecto que se ha convenido en denominar modernidad. De ahí la
dinámica que hace de la vida, en las sociedades avanzadas, algo a planificar y a
construir por cada persona a partir de sus propias elecciones.

151
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

El conflicto entre vida familiar y vida laboral posee una enorme trascendencia. La
tensión no resuelta entre el trabajo reproductivo (el propio del ámbito familiar y
doméstico) y el trabajo productivo (el propio del ámbito laboral y mercantil, exterior
a la familia) encierra una amenaza para la reproducción misma de la sociedad: es
decir, el conflicto entre vida familiar y vida laboral pone en cuestión el contrato
entre sexos y el contrato entre generaciones sobre los que descansa,
básicamente, la reproducción social.

En este sentido cabe preguntarse qué tienen que ver entre sí la relación
intergeneracional y la relación entre sexos.

La mayoría de las mujeres que trabajan en el mercado laboral lo hacen también en


el ámbito privado, ocupándose de las cargas domésticas que siguen adoptándose
como una responsabilidad intrínsecamente femenina y que, en el mejor de los
casos en los que tales tareas son compartidas con los hombres, podría afirmarse
que las mujeres las asumen en su mayoría de manera desproporcionada.

Actualmente, la mujer si logra insertarse en el mercado de trabajo, dobla su


jornada laboral, e incluso la triplica. Su participación en el sistema económico, el
social y el político, no la absuelve de continuar con sus responsabilidades en el
hogar.

Sin embargo el hombre ha sido, culturalmente, “liberado” de las cargas domésticas


en razón de que su principal responsabilidad es la de sustentar económicamente a
su familia.

Lamentablemente, tal argumento no es aplicado igualmente a las mujeres que


aportan ingresos a sus familias. Incluso aquellas que generan más ingresos que
sus parejas, siguen ocupándose de las tareas del hogar con mayor dedicación que
sus maridos, y es que hasta que la labor doméstica no remunerada que prestan
mayormente las mujeres no sea reconocida como un trabajo, con un valor real en
los sistemas productivos, y su contribución al bienestar y el desarrollo de

152
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

capacidades humanas, y sea asimismo redefinida una nueva división sexual del
trabajo, difícilmente puedan las mujeres lograr el ansiado equilibrio en el ámbito
público.

Relación entre número de hijos/as, inactividad, ocupación y género

Comparando a las mujeres españolas por ejemplo, que tienen hijos/as con las que
no los tienen, se observa que si la llegada del primer hijo/a afecta relativamente
poco a la tasa de empleo de las mujeres, que baja en torno a dos puntos
porcentuales, el cambio definitivo parece producirse con la llegada del segundo
hijo/a, a partir de la cual desciende notablemente la proporción de ocupadas y
aumenta de manera importante el porcentaje de inactivas en esta situación.

Así, entre las mujeres españolas con dos hijos/as (siendo el/la más joven menor
de dos años), la proporción de ocupadas, era en 2003 del 42,5%, lo que se
distancia mucho (unos 12 puntos) de la media de las españolas sin hijos/as y 9.4
puntos respecto a las que sólo tienen un/a hijo/a de menos de dos años.

Comparando con la media de las mujeres europeas con el mismo número de


hijos/as, la proporción de españolas ocupadas con dos hijos/as de esta edad es
6,4 puntos inferior. Por su parte, el porcentaje de inactivas pasa del 31,5% en las
mujeres españolas sin hijos/as al 46,9% entre las mujeres con dos hijos/as de
corta edad (cifras similares a la media de las madres europeas).

La existencia de hogares con dos y más hijos/as, especialmente de corta edad,


parece estar claramente asociada a la inactividad de las madres. En España, entre
1994 y 2004, se ha incrementado el número y la proporción de mujeres que han
abandonado la ocupación por “razones personales o responsabilidades
familiares”, especialmente a partir de 1997.

La desigual posición de las mujeres en el ámbito productivo y en el reproductivo se


realimenta de forma constante: la asunción de un doble rol por parte de las
mujeres —o simplemente su dedicación prioritaria a las tareas domésticas y de
153
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

atención a los miembros de la familia— limita su empleabilidad; limitación que a su


vez tiende a reforzar la dedicación al ámbito doméstico, provocando incluso el
abandono de la ocupación y, en definitiva, reproduciendo la desventaja de su
posición en el mercado de trabajo.

Si en la esfera privada el principio de la equidad no se cumple, menos aún podrá


transcender al ámbito social y político. En los años sesenta el movimiento
feminista plantea la necesidad de cuantificar y visibilizar el tiempo que las mujeres
dedican al trabajo doméstico.

Como consecuencia de estas demandas surgen investigaciones que desarrollan


estadísticas desagregadas por sexo junto a otras variables tales como la edad,
etnia, nivel socio-económico, etc. Surgen así las Encuestas sobre Uso del Tiempo,
que intentan reflejar el trabajo doméstico, reconociendo no sólo el tiempo que
efectivamente dedican hombres y mujeres a las labores del hogar y la crianza de
los hijos y otras personas dependientes, sino que pretenden asignar un valor
económico por la prestación de tales servicios que, hasta ahora, vienen siendo
ejecutados de manera voluntaria y sin recibir retribución alguna. (Economía del
cuidado).

Es así como las Encuestas del Uso del Tiempo (EUT) adquieren relevancia desde
el enfoque de género pues se transforman en una herramienta fundamental para
el desarrollo de un conocimiento más comprensivo sobre todas las formas de
trabajo y empleo, brindando la posibilidad de generar indicadores de calidad de
vida.

Además tienen gran potencialidad para la construcción de indicadores de riesgo


de empobrecimiento. Por otro lado, la invisibilidad del trabajo doméstico en las
estadísticas oficiales está sustentada en la errónea conceptualización del trabajo,
que no considera como tal a aquél que no produce valores monetarios o no está
vinculado al mercado, es decir, se asocia trabajo con empleo.

154
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Esto ha llevado también a que en la medición de las cuentas nacionales no se


considere al trabajo doméstico no remunerado, eludiendo así uno de los factores
determinantes del desarrollo social y humano, infravalorando su valor productivo.
Algunos países han comenzado a realizar estimaciones del valor del trabajo
doméstico a partir del cálculo del tiempo invertido en su desarrollo.

Las primeras cifras señalan que la inclusión del trabajo doméstico representaría
entre el 20% y el 50% del Producto Bruto Interno (PIB). De ello se desprende
también el valor de la “protección social” realizada especialmente por las mujeres
mediante el trabajo doméstico, educativo y asistencial que desarrollan de manera
subsidiaria, pudiendo entenderse que tal protección debiera ser cubierta por el
Estado.

Otra opción para suplir el rol de las mujeres en el hogar sería la contratación de
estos servicios en el mercado, lo cual viene a confirmar que dicho trabajo es
susceptible de representar un valor económico tangible.

En este sentido, según la última Encuesta Nacional realizada en México sobre Uso
del Tiempo que levantó el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática (INEGI) a petición del Instituto Nacional de las Mujeres, el valor del
trabajo doméstico, si se pagara, equivaldría al 21,6 % del Producto Interno Bruto
(PIB).

De los resultados también se desprende que las mujeres aportan el 80,2 % y los
hombres el 19,2 %. De este modo, un nuevo debate se orienta a la asignación de
valor monetario a la producción de bienes y servicios realizada al interior de los
hogares.

En este sentido, se plantea la elaboración de una Cuenta Satélite de los Hogares


en la que se exprese la medición del valor monetario asignado al trabajo
doméstico que, además, sirva para compararlo con otros agregados nacionales
tales como el producto bruto interno, la renta nacional, entre otros.

155
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Por su parte, el Estado poco ha facilitado la participación femenina en el ámbito


público, la ayuda social para suplir el trabajo doméstico que la mujer deja de
realizar cuando se incorpora al mercado laboral, resulta insuficiente. La carencia
de guarderías infantiles, residencias para enfermos y mayores, entre otros, ha
provocado que las mujeres se vean obligadas a continuar trabajando en sus
hogares después de hacerlo fuera.

Esto se vislumbra especialmente en el espacio local, donde las mujeres que tienen
una vocación política tienen serias dificultades para conciliarla con la vida familiar,
puesto que muchas carecen también de los recursos que puedan suplir su
ausencia en el hogar. Distinto es el caso de aquellas mujeres que aspiran a un
espacio nacional dado que, en la mayoría de los casos, sus trayectorias políticas
están más bien respaldadas por una más holgada situación profesional y laboral.

Sin embargo, muchas otras encuentran en el espacio local la oportunidad para


participar políticamente, puesto que la cercanía les permite conciliar de una
manera más llevadera su vida pública con la familiar.

Tal como indica un informe de la FLACSO (2004:47)22, numerosas mujeres


prefieren no comprometerse en postulaciones políticas, buscando más bien
participar de manera secundaria de tal manera que no se vea afectada su
responsabilidad familiar y doméstica, impuesta culturalmente.

Esa misma responsabilidad para con la familia y el hogar provoca que muchas
mujeres tampoco se mantengan en el poder cuando lo han conseguido, la carrera
política supone de alguna manera dedicación casi exclusiva que muchas mujeres
no están dispuestas a asumir.

Por tanto, su paso por un cargo electo no avizora a largo plazo luchar por la
permanencia o aspirar a puestos de mayor jerarquía, pues la vida política entraña
postergar otras vocaciones, como la maternidad que, al igual que en otros ámbitos
del desarrollo laboral y/o profesional de la mujer, es difícil de conciliar.

156
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

En todo caso, la mayoría de las mujeres con vocación política igualmente trabajan
en este ámbito, con hijos o sin ellos, con recursos económicos o desde la pobreza,
con formación o habilidades de liderazgo. Son incontables las experiencias
políticas de mujeres que han superado todo tipo de vicisitudes logrando
posicionarse en los espacios de poder y toma de decisiones.

La vocación de muchas que, ante las diversas dificultades que presenta el ámbito
político, desalienta su vocación de servicio público. Es el caso de Paraguay, donde
las protecciones del Código Laboral con respecto a los derechos por maternidad,
no son extensibles a las mujeres que ejercen un cargo electo popularmente
(Informe Sombra CEDAW, 2005).

Es por tanto, imprescindible:

“Integrar la dimensión de género del ámbito privado a la política”. Judith Astelarra


(2002:13)

Entendiendo con ello que es necesario replantear la división sexual del trabajo y
las relaciones de poder entre hombres y mujeres, buscando la igualdad de
oportunidades que, en cualquier caso, no podrá ser efectiva hasta tanto las
competencias de la esfera doméstica sean asumidas de manera equilibrada, de
igual modo que se espera deben producirse en la esfera pública.

La política es el espacio donde "se adoptan las decisiones que tienen proyección
social, es decir, donde se define cómo se distribuyen los bienes de una sociedad,
o sea, qué le toca a cada quien, cómo y cuándo" (Pechard, 2001, 9). En el sistema
político denominado "democracia", el ejercicio de la política comúnmente se hace
a través de tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Incluye también la
militancia partidista, participación en manifestaciones, apoyo a candidatos, votar y,
en un sentido más amplio, toda acción encaminada a tomar decisiones
relacionadas con el ejercicio del poder (Fernández, 1995).

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informa que el trabajo no


remunerado en hogares fue de 3.061 billones de pesos en 2012, lo que representa
el 19.7% del Producto Interno Bruto (PIB) del 2015 en nuestro país. En 2011 el
trabajo doméstico no remunerado representó 19.9% del PIB, mientras que en
2010 fue de 20 por ciento.

El trabajo doméstico no remunerado es definido como "el tiempo utilizado en las


labores domésticas y los cuidados realizados por los miembros del hogar para
producir servicios destinados al consumo del mismo, sin obtener un pago o
remuneración, y que se encuentran fuera de la frontera de la producción de la
contabilidad nacional".

Por lo tanto, estas actividades no son contabilizadas dentro del PIB y no son
consideradas para la medición del crecimiento de la economía nacional. El
Instituto informa que esta Cuenta Satélite del Trabajo No Remunerado de los
Hogares en México tiene como objetivo "proporcionar información sobre la
valoración económica del trabajo no remunerado que los miembros de los hogares
realizan en la generación de servicios requeridos para la satisfacción de sus
necesidades, mostrando la importancia de este tipo de trabajo en el consumo y en
el bienestar de la población".

Para poner en perspectiva el valor del trabajo no remunerado, el INEGI menciona


que su proporción al PIB es superior a la de industrias como la manufacturera,
minería, comercio y construcción. Las labores realizadas por los menores entre 5 y
11 años corresponden principalmente a quehaceres domésticos. Aunque también
están presentes proporcionar cuidados a otras personas, dar mantenimiento al
hogar y brindar servicio a la comunidad.

En tanto, por actividades destinadas al autoconsumo se entiende la producción de


dichos bienes y la autoconstrucción en la vivienda.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Finalmente, en las labores domésticas y cuidados, la principal actividad son los


cuidados y apoyos a otras personas, seguido de la alimentación, y la limpieza y
mantenimiento de la casa.

También se incluyen las compras y administración del hogar, limpieza y cuidado


de la ropa y calzado, y la ayuda a otros hogares y trabajo voluntario.

Al abordar la cuestión de la conciliación, la sociología ha partido de la constatación


de la persistencia de una estructura tradicional de valores, normas, creencias e
identidades, que son inherentes a un sistema de estatus y roles de género, para
poner en evidencia los síntomas de transformación de tal estructura:

La constitución de una cultura de la emancipación como característica de la


modernidad (emancipación del individuo en general y de las mujeres, como sujeto
colectivo, en particular) y el proceso masivo de incorporación femenina al mercado
de trabajo, a la vez reflejo y motor del cambio de roles de género.

La existencia femenina se define así como un “ser-para otros”. Tal sería la


orientación ética del rol asignado a las mujeres, para los hombres, el papel
socialmente asignado es el de proveedor de recursos para la familia.

Provisión que acontece en el escenario de la vida pública, ámbito del mercado de


trabajo y la ocupación remunerada. Esta estructura de roles se ha reproducido —y
se continúa reproduciendo— de generación en generación, por medio de los
procesos de socialización primaria acontecidos en el seno de la familia, pero
también a través de la escuela y los medios de comunicación.

En el proceso de socialización temprana se transmiten a los hijos inequívocos


mensajes de género, lo que sucede de manera consciente o inconsciente,
explícita o tácita.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

En cuanto a la contribución por géneros, las mujeres son quienes más aportan a
esta cuenta, ya que 15 de los 19.7 puntos que representa del PIB fueron
realizados por ellas. Mientras que los 4.7 puntos restantes corresponden a los
hombres.

Esto pese a que sólo el 52.8% de los trabajos domésticos son hechos por
mujeres, aunque les dedican más horas.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

En efecto, aunque aparentemente la sociedad actual acepta la incorporación


laboral de la mujer, se siguen transmitiendo una serie de imágenes y estereotipos
que culpabilizan a las mujeres que desarrollan una actividad en el ámbito público.

El desempeño de este trabajo puede calificarse como “abandono familiar” la


dedicación a la familia no debe quedar condicionada por los intereses laborales de
la mujer. Sus oportunidades de promoción laboral, que en muchos casos

Implican una cierta movilidad geográfica, están supeditadas a su función


“principal”: ser madre y esposa.

Procesos de individualización y cambio social

La cuestión del cambio es asimismo clave para explicar el problema de la tensión


moderna entre vida familiar y vida laboral. Obviamente, la estructura tradicional de

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

roles, estatus e identidades de género está sometida a un proceso dialéctico de


transformación.

Los cambios en la trayectoria vital de las mujeres son el resultado de un largo


proceso histórico, iniciado con las revoluciones que dieron lugar a la sociedad
moderna. Tales cambios no constituyen algo aislado, no pueden delimitarse en
ámbitos concretos de la vida social (el trabajo, la familia) sino que se extienden
prácticamente por todas las esferas de la existencia cotidiana, la estructura social
y la psicología individual. Se trata además de un proceso irreversible: el camino de
retorno hacia el rol tradicional de la mujer es ya algo impensable.

Los estudios sobre el tema tienden a coincidir en que la dinámica de cambio en los
roles sexuales procede, unilateralmente, de las mujeres. A los hombres se les
hace más difícil cambiar su comportamiento orientado hacia el ejercicio de una
actividad profesional remunerada y, en definitiva, hacia el cumplimiento de sus
expectativas tradicionales de rol (papel del hombre como proveedor).

Los hombres tienden a considerar (tácita o expresamente) que los conflictos


derivados de la conciliación de la vida familiar y la vida laboral han de ser
resueltos ante todo por sus compañeras, su posición es más bien de resistencia al
cambio.

La nueva Economía Familiar

Es probable que la aplicación más relevante de una perspectiva estrictamente


económica para el estudio de la conciliación de la vida familiar y la vida laboral se
encuentre en las teorías de la nueva economía familiar, desarrolladas en la
década de los años 80, en pleno auge del neoliberalismo, e inspiradas en los
trabajos del premio Nobel norteamericano Gary Becker, los estudios de la nueva

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

economía familiar tienen su fundamento conceptual en la teoría económica


neoclásica y en las teorías del capital humano.

Concebida como una entidad racional, la unidad familiar va a tomar sus decisiones
—relativas a la natalidad o a la dedicación de sus miembros al trabajo productivo o
reproductivo— a partir de métodos de análisis de costes. El carácter economicista
de la nueva economía familiar se hace evidente en la aplicación de estos métodos
como modelos explicativos de las decisiones tomadas en el seno de la familia. En
efecto, cuando se realiza un análisis económico del trabajo doméstico se lleva a
cabo un cálculo orientado a la monetarización o salarización de las tareas
domésticas.

Tres son los métodos más utilizados para monetarizar las actividades domésticas:

1- El método del coste de oportunidad, según el cual el valor de las horas


dedicadas al trabajo doméstico realizadas por un miembro de la familia se
corresponde con el salario que hubiese obtenido si hubiese dedicado esas
mismas horas en una ocupación laboral remunerada en el mercado.
2- El método del coste de reemplazamiento, que valora el trabajo doméstico
con referencia al salario de un sirviente que realizase todo el trabajo
necesario en el hogar.
3- El método del coste de servicios, muy similar al anterior, procede a
desagregar el trabajo doméstico según las distintas funciones en que puede
descomponerse, cuantificando en términos monetarios su valor de acuerdo
con el salario que se paga en el mercado por los servicios que cubren tales
funciones.

De este modo, los miembros de la familia van a evaluar el interés —esencialmente


económico— de que sus miembros se dediquen al trabajo productivo o
reproductivo, o de que simultaneen ambos tipos de trabajo, y lo harán estimando
el costo implicado en cada una de esas decisiones: por ejemplo, los costos
derivados de las oportunidades de beneficio perdidas cuando las mujeres toman la
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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

decisión de abandonar la ocupación; o los costos derivados de la contratación de


servicios domésticos y de cuidado familiar, cuando la permanencia en la
ocupación hace difícil la realización de dichas actividades reproductivas.

Así, para la nueva economía familiar el costo de abandonar el mercado de trabajo


será mayor en el caso de aquellas mujeres que hayan efectuado elevadas
inversiones en su formación —y en general en su carrera profesional— y cuyo
trabajo en el mercado posea un alto valor, elevados niveles de retribución:

La decisión de abandonar la actividad profesional para dedicarse al ámbito


doméstico implica en estos casos elevados costos de oportunidad.

Al mismo tiempo, el costo de contratar mano de obra para ejecutar las tareas
domésticas es asumible, dada la retribución obtenida en el mercado.

En consecuencia, la propensión a mantenerse en la ocupación será mayor en el


caso de mujeres con niveles capacidad y de retribución mayores.

Sin embargo el sistema vacila, mucho se ha hablado de la incidencia de un


cambio en las representaciones sociales y en la situación objetiva de las mujeres,
fruto de su propio movimiento de emancipación y de su incorporación al mercado
de trabajo.

Estos procesos innegablemente están modificando el cuadro, pero precisar el


alcance de ese cambio no es fácil: la propia esencia dinámica del cambio vuelve
imprecisas las cuantificaciones.

Además, las transformaciones no se distribuyen de forma homogénea por la


estructura social: dependen de ciertas variables, afectan a unos estratos y
posiciones sociales más que a otros.

Con todo, sí parece haber un límite en los cambios, marcado precisamente por la
estructura tradicional de estatus y roles de género: a pesar de la incorporación

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

femenina al ámbito de la producción, a pesar de la asunción de un nuevo rol,


permanece insistentemente arraigada la asignación a la mujer del ámbito
reproductivo y doméstico, su orientación prioritaria hacia el cuidado de otros.

“Las mujeres cuando trabajan fuera de casa y tienen familia, tienen que pagar un
precio, en muchas ocasiones, elegir entre trabajo o familia. En otras ocasiones, la
familia limita la promoción laboral”.

(Responsable asociación de mujeres).

Se requieren de manera seria, prácticas educativas, con el fin de eliminar la


asignación sexista de roles e identidades desde las edades más tempranas: es
decir, desarrollar una política de educación en la igualdad.

El tratamiento transversal de este objetivo en los centros de enseñanza y en los


libros de texto debe ser adecuadamente vigilado y evaluado de forma continua.

También debería ser objeto de vigilancia la transmisión de contenidos sexistas en


los medios de comunicación (muy especialmente en la publicidad, ámbito en el
que la estereotipia de rol es evidente).

Asimismo es necesaria la realización de campañas de comunicación dirigidas a


modificar los puntos críticos de las actitudes y representaciones sociales relativas
al género, tanto en lo que concierne a la población en general como a los/as
empleadores/ as: arraigo de la desigualdad en el reparto de tareas domésticas y
de cuidado familiar, persistencia de los prejuicios empresariales, importancia de
facilitar la conciliación de la vida familiar y la vida laboral en los centros de trabajo,
etc.

Por otro lado, el apoyo a las mujeres que han abandonado el mercado de trabajo
por razones familiares debería concentrar una mayor atención en el diseño y
ejecución de las políticas activas de empleo, todas estas medidas deben ser
acompañadas de una política orientada al control de las situaciones de

165
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

discriminación por razones de género en los centros de trabajo (discriminación


retributiva, en los procesos de selección, por cargas familiares, etc.).

El refuerzo de la inspección de trabajo es esencial en relación con este objetivo, a


partir del cual podría incluso definirse un ámbito de especialización en las
funciones de inspección laboral.

Violencia Política de Género

La violencia es el acto más denigrante contra la integridad de las personas, y


lamentablemente se da a diferentes escalas, con fines totalmente egoístas y con
una total displicencia. La violencia está en las guerras, en la delincuencia, pero
también en el seno de los hogares, el ámbito político no es ajeno a la violencia, y
la fuerte competencia e intereses en el poder siguen siendo motivo de
enfrentamientos, zancadillas, y hasta peleas físicas que en numerosos casos han
saltado al escándalo mediático, pero que en otros se callan por temor a más
represalias.

Dentro de este último ejemplo, bien caben los casos de aquellas mujeres que son
víctimas de acoso y violencia política que, como consecuencia de la lucha por el
poder, constituyen un blanco débil y fácil de atacar dada su condición femenina.

El acoso y violencia política en razón de género no sólo atentan contra la


capacidad de conducción política de las mujeres, sino que además atropellan los
derechos humanos, agravados por el hecho de provenir de personas en las que se
deposita la confianza – al ser elegidos- para representar y promover el bienestar
colectivo. Para ejercer violencia se han utilizado todo tipo de hostigamientos,
desde el acoso sexual, agresiones físicas, insultos, secuestros, atentados en sus
bienes (incendios, robos, corte de servicios), violaciones y constantes amenazas
utilizadas a modo de presión para lograr que las autoridades femeninas se

166
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

atemoricen y dimitan a favor de los suplentes hombres que aguardan ejercer el


poder.

Resulta interesante descubrir según diversas encuestas, que a mejores niveles


educativos alcanzados por las mujeres, más casos de acoso o violencia política se
producen en razón del género.

Ello lleva a repensar en las luchas de poder entre los sexos, pues las mujeres
actualmente están mejor preparadas para competir profesional y políticamente,
representando virtudes para ellas mismas, pero amenazas que hacen temblar la
cómoda incorporación de los hombres a los espacios de poder.

En este sentido, las mujeres con mejores recursos intelectuales para gobernar
eficazmente, suelen encontrar diversos obstáculos en el entorno político y pagan a
fuerza de persecuciones psicológicas y físicas su postura.

En Oaxaca, un caso trascendió fronteras para denunciar la misoginia de la que fue


víctima Elizabeth Márquez González, síndica municipal de San Pablo Huitzo. Tal
como le exige su responsabilidad pública, la síndica, en el intento de vigilar la
tesorería municipal, y no pudiendo hacerlo, informó a la ciudadanía la falta de
acceso a la información de los estados financieros del municipio, la usurpación de
funciones de algunos empleados, el manejo fraudulento de los contratos para las
obras públicas y los obstáculos que tienen los regidores y ella misma para poder
desempeñar sus funciones como es debido.

Como respuesta, la síndica fue blanco de constantes hostigamientos que se han


manifestado asimismo públicamente, denigrando su integridad femenina con el
objeto de conseguir su renuncia (CLADEM, 2008).

Las mujeres que sufren el acoso y las agresiones dada su condición política son,
generalmente, atormentadas tanto por su responsabilidad pública como familiar.
Aquellas que tienen hijos son las más propensas a flaquear y desistir de su lucha
política a cambio de protegerles.
167
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Ante el desafortunado aumento de la violencia hacia las mujeres en el ámbito


político, las autoridades de este país tienen el enorme reto de potenciar las
garantías que les permitan contender a cargos de elección popular, empezando
por asegurar su integridad física.

Es preocupante de que a la par del desarrollo legal y jurisprudencial de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, la Sala Superior, las Salas Regionales y
los tribunales estatales para favorecer la paridad de género y la participación de
las mujeres, se ha incrementado la violencia política contra ellas para evitar que
puedan efectivamente gobernar.

“Entre mayor participación política de las mujeres, entre mayor número de mujeres
que acceden a cargos de elección popular hemos visto de manera muy
desafortunada que ha crecido la violencia política en contra de las mujeres, a
niveles muy graves como la privación de la vida de quienes han ganado en las
urnas su lugar, fundamentalmente, en los ayuntamientos”, (Carrasco Daza).

Es reprobable en nuestra democracia toda conducta que ha impedido el acceso de


las mujeres a los cargos políticos.

Existen diversas formas de violencia política durante el desarrollo de los procesos


electorales, tanto en la confección de candidaturas al seno de los partidos, como
de candidatas independientes, como de candidatas a cargos de dirigencia;
también vemos otras formas de violencia política, como el acoso político para que
no emerjan como una opción en nuestro sistema político.

La respuesta de las autoridades tiene que ser integral, con la conjunción del
esfuerzo legislativo y de los tribunales electorales para que las mujeres cuenten
con mejores condiciones de participación política que les permita contender y
gobernar.

“El artículo 1º constitucional exige a todas las autoridades que integran el orden
político mexicano garantizar los derechos humanos de todos los ciudadanos.
168
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

¿Cómo se potencia esta garantía en el caso concreto? En redoblar las garantías,


favoreciendo todas las condiciones que les permitan, a partir de asegurar su
integridad, ejercer el gobierno, pero fundamentalmente en los espacios donde se
instrumenta el acceso de las mujeres a los cargos de elección popular.

Hay un sistema político que funciona fundamentalmente a través de partidos como


los vehículos del acceso al poder público, a través de las elecciones de las y los
ciudadanos. La inclusión de las candidaturas independientes a los cargos de
elección popular genera una nueva vitalidad, una nueva dinámica en el sistema
que provoca que el alto índice de litigiosidad aumente las posibilidades de
participación política.

Actualmente las candidaturas independientes llegaron para quedarse y fueron una


respuesta ciudadana que venció muchas resistencias y alimentó las expectativas
de participación política.

Las candidaturas independientes hoy son una verdadera opción de participación


política y está por verse en el desempeño de las candidaturas independientes, por
su participación en los congresos estatales, al presidir órganos municipales, al
presidir gobiernos estatales, creo que está por venir la pluralidad, que es una de
las mejores virtudes que implica la adopción de estas candidaturas en nuestro
sistema político mexicano.

La ventaja ante esta situación la tienen los hombres que han trabajado una
imagen política a través de los años, y en pocos casos algunas mujeres con
trayectoria e imagen en los medios, nuestra democracia debe avanzar para dar
cabida a ciudadanas libres que tengan interés y perfil político, para que en un
ambiente libre de violencia y presión social, estas puedan representar a sus
comunidades, gobernar e incidir directamente en las decisiones que mejoren las
condiciones locales para mayor participación política de mujeres.

169
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Basta de improvisar candidatas, y de enviarlas a las contiendas sin recursos ni


fortalecimiento y respaldo, las mujeres deben transitar a ser protagonistas en
elecciones y ganadoras sin sufrir acoso para ceder el poder en muchos de los
casos a los esposos, que permiten que sean candidatas para cubrir la paridad
electoral simulando una democracia de género.

Es importante señalar que el Senado de la República aprobó una reforma que


tipifica por primera vez en México "la violencia política de género" que se vive al
interior de los partidos, campañas electorales, dependencias públicas e incluso en
el ámbito legislativo.

Por unanimidad, el Senado de la República aprobó reformar la Ley General de


Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, así como el Código Federal
de Instituciones y Procedimientos Electorales, a fin erradicar la “violencia política
de género” y los obstáculos que impiden a las mujeres acceder a cargos de
elección popular o funciones públicas.

El dictamen, define a la violencia política de género como las acciones y


conductas agresivas que causen daño físico, psicológico o sexual en contra de las
mujeres o de sus familias para impedir o restringir el ejercicio de su cargo o
inducirla a tomar decisiones en contra de su voluntad o de la ley en el ejercicio de
la representación política.

En este sentido, se consideran como actos de este tipo los que presionen o
induzcan a las mujeres electas o designadas a presentar su renuncia al cargo o
impidan su incorporación cuando hagan uso de una licencia justificada.

Además, incurrirán en estas trasgresiones quienes divulguen o revelen


información personal o privada de las mujeres candidatas, electas, designadas o
en el ejercicio de funciones político-públicas, con el objetivo de menoscabar su
dignidad como seres humanos y utilizar la misma para obtener contra su voluntad
la renuncia y licencia al cargo que ejercen o postulan.

170
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Nos encontramos a 60 años de que se reconocieron los derechos políticos de la


mujer y aún se requiere que esta participación no tenga obstáculos en el ejercicio
de sus funciones, ya sea en cargos de elección popular o como funcionarias
públicas.

Ésta es una de las reformas más trascendentales, pues construye nuevos


paradigmas sociales y culturales, además de que trastoca una visión en donde las
mujeres habían estado conferidas a los ámbitos domésticos y privados.

El dictamen aprobado se remitió a la Cámara de Diputados para sus efectos


constitucionales.

“En un país democrático es aberrante y vergonzoso que mujeres que deciden ser
parte de la vida política corran el riesgo de vivir violencia. La violencia política
hacia las mujeres es una expresión del machismo que refleja una profunda
misoginia"

Lorena Cruz Inmujeres.

Desde siempre, las mujeres han sido víctimas de descalificaciones, humillaciones


públicas, golpes, secuestros, amenazas y asesinatos, situación inadmisible que
debe enfrentarse con todo el rigor de la ley. De ahí la importancia de impulsar
reformas a la legislación electoral, conceptualizar la violencia política, definir sus
alcances e implicaciones y delinear mecanismos que sancionen a quienes ejerzan
este tipo de conductas hacia las mujeres, la impunidad de los delitos contra las
mujeres es en sí misma un delito.

La violencia abierta, implícita e indirecta hacia las mujeres, no pueden erradicarse


en el corto plazo, sobre todo porque los cambios normativos en muchos casos
avanzan con mayor rapidez, que la práctica política en cuanto tal junto con las
mentalidades culturales.

171
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

"Por eso necesitamos un cambio de cultura cívica, un cambio que refleje el


impacto de los nuevos enfoques de la educación cívica, que no requiera
necesariamente reformas constitucionales para convertirse en nuevas actitudes en
el día a día" Lorenzo Córdova, el consejero presidente del INE.

El dominio masculino en los partidos políticos

Los partidos políticos están formados de diversos elementos y cumplen múltiples


funciones, tales como representar a la sociedad y propulsar el sistema político, en
su doble papel de agrupar las élites y elegirlas, y aplicar los derechos políticos de
los ciudadanos. Por todo ello, los partidos políticos son un referente obligado en el
reconocimiento de los derechos políticos de la mujer.

En lo que respecta a la afiliación a los partidos políticos, en general son más los
hombres afiliados que las mujeres afiliadas. En los cargos directivos de los
partidos, la presencia de la mujer es más escasa que en la militancia, lo cual
indica que a medida que se asciende en la jerarquía del partido disminuye el
número de mujeres, tendencia ésta responde al nombre de "ley de la diferencia
aumentativa".

Los resultados de los estudios realizados para analizar las diferencias


porcentuales de las mujeres militantes y directivas de los partidos demuestran que
el mencionado contraste se suele dar en todos los casos, y en ocasiones con
diferencias realmente importantes.

Una de las principales consecuencias extraídas de los estudios realizados es la


gran influencia que tiene la ideología del partido en la afiliación y presencia de la
mujer en la estructura interna.

Sin olvidar que en casi todos los supuestos la afiliación masculina ha sido superior
a la femenina, a lo largo de la historia las mujeres afiliadas a los partidos de la
izquierda han sido menos que las afiliadas a los de la derecha. En los partidos de

172
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

la derecha, sin embargo, la presencia de la mujer en los cargos directivos ha sido


inferior que en los partidos de la izquierda.

En general, y si bien habría que hacer matizaciones, la desproporción entre las


mujeres afiliadas y las que ostentan cargos directivos es más acentuada en los
partidos derechistas (Bashevkin, 1993: 151). El hecho de que en los partidos
izquierdistas haya más mujeres directivas, aun cuando haya menos afiliadas,
responde a la proximidad de estos partidos respecto a los postulados del
movimiento feminista, adoptando, en consecuencia, más cuotas y medidas.

La sub representación femenina en el ámbito político no acaba de ser atacada con


la aplicación de cuotas a pesar de que con ello se ha dado un claro impulso a la
participación política de las mujeres.

En esto tienen mucho que ver los partidos políticos y la tradición que aún se
mantiene en dicho ámbito a través del cual se promueve y facilita el liderazgo
masculino, relegando la participación femenina a un plano secundario.

Las mujeres están éticamente mejor valoradas que sus pares varones, lo cual da
cierta confianza a los electores cuando éstas respaldan un proyecto de gobierno
durante las campañas electorales, no obstante, son los hombres los que
mayormente son cabeza de las listas de candidaturas y las mujeres son ubicadas
al final de dichas listas con el propósito de cumplir, por un lado, con las cuotas
legalmente impuestas, y por otro, de demostrar la apertura de espacios a ambos
sexos.

“la ausencia de mujeres en niveles de representación y decisión política no tiene


tanto que ver con el hecho de que éstas no sean elegidas por el voto popular, sino
con el hecho simple de que, para empezar, no son incorporadas en las nóminas
de candidatos presentadas por los partidos políticos, ni respaldadas”.

Actualmente las mujeres son bienvenidas a las filas de los partidos políticos, pero
no se produce por ello su promoción para alcanzar las instancias más altas de
173
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

poder, por el contrario, en muchas ocasiones se propicia que las mujeres se


mantengan en niveles no decisorios o de escasa relevancia.

Tal relegación impide asimismo que se asuma un compromiso institucional por la


equidad de género, lo cual repercute en las agendas políticas, programas de
gobierno y finalmente en las políticas públicas que afectan a la población. La
inaccesibilidad a las élites partidarias por parte de las mujeres constituye a su vez
el “cuello de botella” para que éstas se conviertan en potenciales candidatas y
logren un cargo electo popularmente.

De lo anterior se desmitifica también la idea de que las mujeres no se interesan


por la política. Su participación, casi paritaria en los partidos políticos con respecto
a los hombres, no se traduce de la misma manera en cargos representativos.

Su papel, en consecuencia, poco trasciende de la militancia de base, dedicándose


a la logística y el apoyo en campañas electorales, con poca o inexistente
incidencia en la toma de decisiones.

A su vez, estas funciones generan en las mujeres escasas oportunidades de


empoderarse dentro de sus partidos, lo que lleva a evidenciar la persistencia a
favorecer modelos masculinos de poder, en donde se potencia el liderazgo de los
hombres y poco o nada se hace por promover liderazgos femeninos. La mayoría
de los partidos políticos no realizan acciones positivas a favor del empoderamiento
femenino, como por ejemplo a través de formación política o apoyo financiero, o
bien mediante la conformación de comisiones de género. La mayoría de los
partidos busca "eludir" la obligación de invertir el 3% de sus recursos anuales, en
la capacitación y formación de cuadros de mujeres militantes y futuras candidatas.

Entonces, ¿hasta dónde tienen obligatoriedad las leyes de cuotas establecidas?


La respuesta está en la deficiencia de los sistemas de control, el cumplimiento de
la paridad por parte de los partidos y los ocultos casos de negociación para no
impugnar listas que no completen el 50% de candidatas, atenta contra la igualdad

174
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

de oportunidades para hombres y mujeres. Además, la cuota impuesta no se ve


reflejada finalmente como cupo en los cargos electos, que es donde realmente el
sistema debiera tener impacto.

Lamentablemente esta exclusión no sólo se da en las elecciones populares, sino


en las propias estructuras de poder internas de los partidos políticos y en sus
dinámicas de actuación, lo cual contribuye al asentamiento de liderazgos
masculinos y la participación subvalorada de las mujeres en mandos medios y/o
aquellas cuestiones estereotipadas sexualmente. Ante este contexto, la paridad
representativa sólo podrá ser posible cuando las mujeres logren posicionarse en
las cúpulas de los partidos políticos, constituyendo una efectiva masa crítica capaz
de ser portavoces de las necesidades de los más excluidos - entre ellos las
mujeres-, revirtiendo a la vez el dominio androcentrista del poder político y la toma
de decisiones.

La censura por parte de algunos hacia la paridad se basa en el principio de


universalidad que fundamenta la democracia, siendo su sentido el del ser humano.
Sin embargo, el enfoque feminista plantea la paridad en el campo de la
ciudadanía.

La CEPAL (2007:4) advierte:

“La paridad, más que un concepto cuantitativo, es la expresión de la redistribución


del poder en tres ámbitos específicos: el mercado de trabajo, la toma de
decisiones y la vida familiar”.

Tal como ha podido exponerse a lo largo del presente documento, difícilmente


podrán las mujeres alcanzar la paridad representativa si no se erradica la
exclusión estructural de la que son objeto.

La dicotomía entre lo femenino y lo masculino, lo público y lo privado, el aporte


productivo y el reproductivo, nos emplaza como ciudadanos y ciudadanas a un

175
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

ineludible contrato social en el que las interrelaciones entre una frontera y otra
sean compartidas de manera equitativa entre hombres y mujeres.

Sólo así podrá lograrse la anhelada democracia paritaria, esto implica además que
el concepto de ciudadanía se extiende a la universalidad de derechos humanos,
reproductivos, sexuales y de ciudadanía entendida ésta última desde la óptica
jurídica. Por ello las políticas públicas comienzan a traspasar la frontera privada y
empieza a ocuparse de cuestiones como la violencia doméstica, los derechos
sexuales y reproductivos, entre otros.

No hubiera sido posible alcanzar la conciencia por la equidad de género si miles


de mujeres no hubieran, y estén en todo el mundo, luchando por participar en la
toma de decisiones. Sin embargo, son muchos los desafíos pendientes para que
las mujeres puedan considerarse ciudadanas de pleno derecho.

El camino por recorrer es aún largo, pero la efectiva equidad de género podrá ser
más factible en un contexto de paridad representativa.

La paridad representativa se plantea como un derecho democrático que sustente


la equidad entre hombres y mujeres, en el sentido de que éstas últimas
representan el 50% de la población en la mayoría de los casos. En consecuencia,
la responsabilidad pública pasa a ser compartida por ambos sexos, lo cual se
espera repercuta en la igualdad de oportunidades y mejores condiciones de vida
para las mujeres y en una conciencia de género en las sociedades actuales.

Pero, haciendo un ejercicio entre la realidad y la utopía, nos preguntemos: ¿qué


representaría lograr la paridad en las estructuras de poder?

Por un lado, podría afirmarse que la mayor presencia femenina en la toma de


decisiones reconocería al fin su condición ciudadana en el supuesto del
universalismo democrático, ya que hasta ahora dicho fundamento no fue del todo
sustentado al estar el principio de la igualdad balanceado a favor de los hombres.
Por otro lado, la paridad se supone redundaría en el agenciamiento de las
176
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

demandas equilibradas de género, posibilitando en este caso a las mujeres


mejores oportunidades para su desarrollo humano.

De este modo, el aporte femenino a la comprensión política no sólo podría


contrarrestar las brechas de género que han asestado desfavorablemente a las
mujeres, sino que además podría favorecer la compensación de responsabilidades
compartidas entre hombres y mujeres a todos los ámbitos.

Asimismo, la incorporación de la mujer al escenario político no debería sólo


relacionarse a la conquista femenina, sino sobre todo a un logro social, pues su
participación contribuye al perfeccionamiento de la democracia, y desde donde
comienza a asumir la alícuota de responsabilidad que le conciernen como
ciudadana, aportando su perspectiva del desarrollo, que no es otra que la de la
mitad de las poblaciones.

Los logros obtenidos por las mujeres a lo largo del siglo XX son sin duda alguna
múltiples e importantes, pero aun cuando las leyes y constituciones actuales
proclaman la igualdad de todos los ciudadanos, en la realidad social la
discriminación sexual permanece vigente. Entre los graves problemas que sigue
padeciendo la mujer (pobreza, altas tasas de paro, violencia, etc.) se encuentra el
de su escasa presencia en los órganos políticos.

Durante estos últimos años se han lanzado diversas propuestas a este respecto, y
algunos partidos han acordado adoptar una serie de medidas, entre ellas las de
las polémicas cuotas, además de haber promulgado leyes tendentes a garantizar
su presencia política. Toda esta serie de medidas tiene por objeto asegurar la
presencia de la mujer en los núcleos políticos de decisión, entre otras razones por
el derecho que tiene la mujer a plantear sus propios problemas y reivindicaciones,
si bien el motivo principal se basa en las negativas consecuencias que produce la
ausencia de la mujer en el ámbito político tanto en su imagen como en su
valoración.

177
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Ni la discriminación de la mujer atañe sólo a las instituciones políticas, ni la función


de los movimientos feministas puede limitarse a la paridad. La magnitud de la
política es así y todo mucho mayor que los demás ámbitos, por tratarse del campo
que mejor refleja los problemas y planteamientos de la sociedad. La paridad
política puede traería consigo el respeto hacia la mujer y se daría un paso más en
la reivindicación de la dignidad que toda persona merece.

Recursos de Género en Partidos Políticos

La reforma político electoral publicada el 10 de febrero de 2014 en el Diario Oficial


de la Federación y la consecuente publicación de leyes secundarias, trajo consigo,
además de la transformación de un sistema electoral federal a uno nacional, la
inclusión de temas trascendentales y el establecimiento de reglas inéditas con la
finalidad de propiciar una mayor participación ciudadana y contiendas más
equitativas. En materia de género, el Poder Legislativo Federal estableció que
para capacitación, promoción y el desarrollo del liderazgo político de las mujeres,
cada Partido Político Nacional debe destinar el 3% del financiamiento público
ordinario, es decir, incrementó 1% respecto del planteado con la reforma electoral
de 2007-2008.

Sin embargo ay una resistencia de los partidos políticos para que exista una
perspectiva de género y elecciones paritarias en la contienda electoral. “La
rendición de cuentas con perspectiva de género” hace visibles a través de la
función fiscalizadora, las circunstancias de hombres y mujeres en los informes de
campaña.

Este análisis enfatiza el acceso inequitativo a los recursos, lo que impide la


participación política en igualdad de circunstancias entre hombres y mujeres, esta
inequidad se convierte un obstáculo para el aumentar el bienestar social y
entorpece las posibilidades para que la mujer participe políticamente.

178
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

"Una democracia con perspectiva de género, es un proceso por el cual las mujeres
tenemos una lucha muy importante de muchos años para lograr más que una
democracia con perspectiva de género, sino una democracia paritaria, en las que
las mujeres participemos en igualdad de circunstancias que los hombres en las
contiendas políticas, que nuestro sexo no sea una limitante para participar o para
ser excluidas en las elecciones de las candidaturas, dado que los partidos políticos
no promueven la participación de la mujer desde su interior, es más muchas veces
las hacen a un lado o las minimizan, por eso debemos luchar para que las
acciones afirmativas, como son el caso de las cuotas de género, sean una
realidad y ahora y se hable de una exigencia de la Ley y los partidos tengan una
democracia paritaria tanto en lo horizontal que en lo vertical, en lo vertical sería en
las candidaturas a diputaciones locales o federales y lo horizontal tiene que ver
con las alcaldías o las planillas, con las sindicaturas o las regidurías".

Enriqueta Burelo Melgar, colaboradora de la Red Chiapas por la Paridad Efectiva.

Uno de los problemas más notables son las graves restricciones que hay en las
dirigencias de las instituciones partidarias, que no hacen crecer las habilidades
políticas de las mujeres y cuando ven los liderazgos los constriñen para mandarlas
a perder en municipios donde no son aceptados. Los partidos se acostumbraron
durante muchos años a que la política, a pesar de ser la política, era un territorio
masculino.

Estamos ante un momento histórico donde a pesar de que muchos partidos


intentan eludir la responsabilidad de aplicar la paridad de género argumentando
que no hay mujeres que quieran participar, está siendo evidente que no es un
argumento válido.

"Niego rotundamente que los partidos no tengan cuadros. Yo soy política he


estado dentro de un partido, yo te podría hablar más claramente sobre el PRI, el
PRI tiene suficientes mujeres en sus cuadros y mujeres con trabajo, mujeres con

179
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

liderazgo, con trabajo, con presencia, mujeres con militancia comprobada, el PRI
no puede decir que no hay mujeres". (Enriqueta Burelo)

Todavía a las mujeres les falta hacer alianzas, pelear por las candidaturas,
desarrollar una red de andamiaje que permita acceder a esos espacios de poder,
es una asignatura pendiente. La democracia paritaria no solamente son las
candidaturas de elección popular, sino también hay una ausencia de mujeres en
las titularidades de la administración pública.

La rendición de cuentas con perspectiva de género, hace visibles a través de la


función fiscalizadora, las circunstancias de hombres y mujeres en los informes de
campaña. Este análisis enfatiza el acceso inequitativo a los recursos, lo que
impide la participación política en igualdad de circunstancias entre hombres y
mujeres. Esta inequidad se convierte un obstáculo para el aumentar el bienestar
social y entorpece las posibilidades para que la mujer participe políticamente.

En México el INE se encargará de fiscalizar los recursos de los partidos políticos


no sólo a nivel federal, como sucedía antes de la reforma, sino también a nivel
local. Para generar resultados más oportunos, el INE realizará la fiscalización de
forma expedita, es decir, en el transcurso de las campañas y no una vez que
terminen. De acuerdo al Código Federal de Instituciones y Procedimientos
Electorales (COFIPE), La Unidad de Fiscalización de los Recursos de los Partidos
Políticos del INE tiene, entre otras las facultades de:

1) Vigilar que los recursos de los partidos tengan origen lícito y se apliquen
estricta e invariablemente a las actividades señaladas en el Código.
2) Recibir los informes trimestrales y anuales, así como de gastos de
precampaña y campaña, de los partidos políticos y sus candidatos, así los
demás informes de ingresos y gastos establecidos en el Código.
3) Ordenar la práctica de auditorías, directamente o a través de terceros, a las
finanzas de los partidos políticos.

180
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

4) Ordenar visitas de verificación a los partidos políticos con el fin de


corroborar el cumplimiento de sus obligaciones y la veracidad de sus
informes.

La labor de fiscalización de los recursos de los partidos políticos será una de las
prioridades por lo que es recomendable que se apoyen, entre otros aspectos, de la
información con que cuenta el sector financiero a través de sus procesos de
monitoreo de operaciones con recursos de procedencia ilícita, especialmente
tratándose del realizado a personas políticamente expuestas, entre las que se
consideran, de acuerdo a la Unidad de Inteligencia Financiera a los presidentes,
secretarios generales o sus equivalentes y responsables de finanzas de partidos
políticos así como candidatos y candidatas a diversos puestos de elección
popular.

En materia de personas políticamente expuestas las últimas recomendaciones del


Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) de febrero de 2012 mencionan
que las instituciones financieras, entre otras actividades, deben tomar medidas
razonables para establecer la fuente de riqueza y de los fondos así como llevar a
cabo un monitoreo continuo intensificado de la relación comercial.

También se menciona que los requisitos aplicables para personas políticamente


expuestas deben aplicarse también a los miembros de la familia o asociados
cercanos de dichas personas, situación que amplía el ámbito de monitoreo para el
caso concreto de representantes de partidos políticos y candidatos. Asimismo la
reciente Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con
Recursos de Procedencia Ilícita y sus ordenamientos secundarios establecen
diversas obligaciones para los partidos políticos nacionales o agrupaciones
políticas, así como a aquellos partidos políticos que se constituyan en las
Entidades Federativas.

La rendición de cuentas puede plantearse en dos vertientes: por un lado, con la


lógica del dilema de Madison y conforme al cual sólo el poder puede contener al
181
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

poder mismo, de manera que son los órganos del Estado los que, a partir de su
respectiva legitimidad de origen y funciones contrapuestas, generan contrapesos y
controles mutuos. Y, por el otro, a través de la responsabilidad de los gobernantes
frente a los ciudadanos, lo que supone desde la existencia de elecciones
periódicas, mediante las cuales el electorado cambia o ratifica a sus gobernantes,
hasta procedimientos y mecanismos para que el desempeño de aquéllos se
someta al escrutinio ciudadano.

Por lo que hace al Estado de Derecho, éste sirve como instrumento que prescribe
el comportamiento de toda autoridad y, al hacerlo, establece límites a su
actuación.

No sólo define en norma las atribuciones de los distintos órganos del Estado, sino
que por esa vía delimita su actividad, precisamente para preservar la esfera de las
libertades de los individuos.

Es evidente que tales planteamientos resultan claves dentro del conjunto de


valores propios de la modernidad que prosperan y se desenvuelven en ésta, y
muy particularmente en el ámbito de las prácticas democráticas. Sin el
reconocimiento del principio fundante de la soberanía popular, todo el
razonamiento anterior carecería de sustento. Lo significativo es que tal articulación
de ideas se vea orientada y reforzada por el propio desarrollo político de las
naciones.

La extensión de las democracias en las últimas décadas del siglo pasado y las
primeras de éste ha implicado una ampliación de la esfera de las libertades. Y
desde esa misma perspectiva, resultan comprensibles los más elevados niveles
de exigencia y de capacidad de decisión de las personas.

La “caída del sistema” en la elección presidencial de 1988 se convirtió en el punto


de quiebre en el diseño y funcionamiento de las instituciones electorales en el
país. La incertidumbre en torno al resultado de aquella elección determinó la

182
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

necesidad de integrar un organismo de carácter autónomo que se hiciera cargo de


la futura organización de los procesos electorales.

No obstante, la incredulidad, cuando no la abierta desconfianza en los procesos


electorales hasta entonces realizados, obligaron también a la novel institución a
desarrollar un amplio catálogo de medidas y acciones que revirtieran tales niveles
de escepticismo.

Una de las vertientes más significativas en la implementación de tales medidas


radicó precisamente en transparentar su funcionamiento y toma de decisiones,
aun cuando el término en sí mismo no formara parte del glosario político del
momento.

Con mayor o menor énfasis, se puede afirmar que desde el diseño del INE se
concebía que una de las mejores maneras para generar confianza en su actuación
radicara en dar visibilidad a sus procedimientos, deliberaciones y acciones, a
efecto de que cualquier ciudadano, sin ningún tipo de calificación particular,
pudiera reconocer la efectividad del sufragio.

No es casual que en 1991, en la primera elección federal organizada por el INE,


se comenzara a usar la urna transparente para la recepción de los votos,
precisamente como un primer mecanismo para dar certeza a los ciudadanos y a
los partidos de que la voluntad de los electores no sería suplantada.

La visibilidad de las decisiones y actuaciones del Instituto fue ampliándose con


cada una de las reformas electorales subsecuentes. El sobrentendido era que sin
transparencia en los procesos electorales no habría credibilidad.

Desde la publicación en diarios nacionales de los listados de funcionarios de


casilla y de la ubicación de las mismas, pasando por la vigilancia ciudadana en la
depuración de las listas nominales, así como su intervención como observadores
electorales, acompañados de visitantes extranjeros, por no hablar de la publicidad
de los estudios acerca de las boletas electorales o la tinta indeleble, y los
183
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

monitoreos sobre espacios noticiosos que daban cobertura a las campañas y de


los promocionales de los partidos, todos esos actos fueron muestra patente de la
apuesta del INE por fortalecer la confianza ciudadana a través de la transparencia.

Nada ejemplifica mejor lo anterior que el diseño y perfeccionamiento del sistema a


través del cual se contabilizan y anunciaban los votos la noche misma de la
jornada, es decir, el Programa de Resultados Electorales Preliminares (prep).

Si en 1988 pasaron varios días antes de tener una idea del resultado de la
elección, el PREP tuvo por objeto último y crucial transparentar el proceso de
escrutinio y cómputo de la elección.

Con dicho programa, hoy es posible que cualquier persona en el mundo con
acceso a internet dé seguimiento a las tendencias en el resultado de la elección,
conforme se vayan concluyendo los procesos de cómputo.

No obstante, la cerrada diferencia en los resultados de la elección presidencial de


2006 revivió los cuestionamientos y dudas de antaño, y a pesar del nuevo conteo
de boletas que llevó a cabo el Tribunal Electoral de aquellas casillas impugnadas
por la oposición, los señalamientos sobre presuntas irregularidades se
mantuvieron, con un añadido:

La existencia de una ley de transparencia con base en la cual distintas


organizaciones y ciudadanos demandaron el acceso a la totalidad de las boletas
electorales. Dichas solicitudes debieron esperar hasta que el propio Tribunal
determinó su improcedencia.

Aun cuando se puedan observar resistencias en cuanto a la transparencia de los


partidos, éstas no les son exclusivas y, como se pudo apreciar en las páginas
precedentes, ni siquiera determinantes.

De hecho, el propio régimen de pluralismo político ha sido el motor para que el


derecho a la información se amplíe y fortalezca en todos los ámbitos, incluido el

184
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

relativo al del funcionamiento y vida interna de los propios partidos, en tanto que
en esta materia las resistencias de un partido suelen ser motivo de
cuestionamiento por parte de otro.

Por ello, quizá los principales dilemas no se encuentren tanto en la esfera y lógica
propia de los partidos políticos como en su entorno, bien sea el electoral en
primera instancia, pero también el social, el jurídico e incluso el cultural. Así, por
ejemplo, la eventual difusión sobre recursos empleados ha observado dificultades
no tanto por una actitud reacia al derecho de acceso a la información, como por
las posibles implicaciones de orden electoral que ello acarrea.

La mejor muestra de lo anterior son las dificultades que la propia autoridad


electoral ha enfrentado para llevar a cabo dicha revisión.

En el mismo sentido, las reticencias sobre la difusión de los padrones de militantes


observan dificultades en virtud de las implicaciones sobre la identificación de la
filiación partidista de las personas, que, siendo un dato personal particularmente
sensible, puede dar pie a actos de marginación o discriminación.

Lo anterior quiere decir que la solución de estos dilemas en términos de derecho


de acceso a la información requiere, de manera previa, resoluciones en otros
ámbitos, y en la medida que se tenga claro lo anterior, podrán ser atendidos con
mayor facilidad. No obstante, lo anterior no implica que desde la perspectiva del
derecho a la información no haya nada que hacer. Por el contrario, al menos se
pueden considerar dos rutas inmediatas y perfectamente viables.

185
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Retos y Desafíos

Los escenarios municipales, que han sido fortalecidos como motores del
desarrollo, no han favorecido el perfeccionamiento democrático que,
paradójicamente, pudiera ser más propicio en el ámbito municipal. A menor escala
territorial, más invisibilidades se reproducen y las mujeres generalmente sufren la
mayor relegación, quedando desplazadas a la esfera privada, en tanto la política
sigue concibiéndose desde la perspectiva androcentrista.

El derecho al voto y la gradual conquista femenina en otros ámbitos, tales como el


educativo y el laboral, no han sido suficientes para que las mujeres se posicionen
políticamente en el marco del poder y la toma de decisiones.

Junto con los procesos democratizadores y las reformas de Estado se viene


impulsando la descentralización, por la que se fortalecen las instancias estatales y
municipales, más cercanas a la ciudadanía, abriendo nuevas posibilidades de
control y oportunidades para la participación social y contribuyendo así al
perfeccionamiento de la democracia.

El municipio se constituye en la principal organización gubernamental capaz de


captar las problemáticas e idear métodos apropiados para responder a las
especificidades de cada segmento social a ser atendido.

Esto se da gracias a la cercanía del municipio con la realidad de las personas y su


comunidad.

“El éxito de la misma no debe medirse en relación con los estándares técnicos de
los funcionarios, sino en contraste con el grado efectivo en que se satisfacen
necesidades sentidas de la población, y que los funcionarios deben ser sensibles
a las mismas y tratar de aprender continuamente de las señales que les llegan de
la ciudadanía”.

186
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

A lo anterior se suma la capacidad del municipio de actuar como un espacio que


facilite la participación, el respaldo a sus formas primarias, su ejercicio real, el
ajuste en función de la experiencia, todo ello puede hacerse mejor desde el
contacto “cara a cara” con las formas asociativas creadas por la población, que la
dimensión a escala humana del municipio permite.

El énfasis en la municipalización de servicios y la autonomía local han sido los


principales canales por los que se ha pretendido transitar los procesos
descentralizadores.

Todo esto supone que la integración y la construcción de redes sociales tienen


mayores oportunidades de expresión en el ámbito municipal, pues, en ese marco
acotado y controlable, resulta más fácil palpar los resultados derivados de la
integración de distintos sectores (salud, educación, trabajo, seguridad, etc.).

Esto es así por la dimensión física, social y familiar que sólo se da en la ciudad.
Sin embargo, el espacio local en comunidades no ha ratificado esta presunción,
puesto que siguen existiendo aún grupos sociales excluidos no sólo de las
agendas públicas, sino además de los espacios de participación.

Así lo demuestra lo acontecido en Bolivia como consecuencia de la aprobación de


la Ley de Participación Popular, la cual pretendía fortalecer las instituciones
municipales mejorando, asimismo, la accesibilidad de los grupos marginales al
poder. Dicha Ley entrañó para ello la transferencia de recursos a los municipios, lo
que provocó una feroz lucha por el poder atribuido en alcaldías y concejos;
órganos políticos que los hombres consiguieron dominar dadas sus ardides
políticas y destrezas para cooptar a otros líderes, en este caso, mujeres (Baldéz y
Brañez, 2005).

Así, en 1995 el porcentaje de mujeres concejalas cae de un 26,7% (1993) a un


8,3%. Hizo falta la Ley de Cuotas para que el nivel representativo femenino en los
municipios bolivianos volviera a alcanzar estándares aceptables.

187
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

No obstante, es importante reconocer que dicha Ley sí favoreció una mayor


inclusión de la población indígena, desde la ampliación de la democratización de
la toma de decisiones a nivel municipal, hasta el incremento de la
representatividad indígena que ha logrado posicionarse políticamente a nivel
nacional.

Es en este sentido que cobra fuerza la idea del empoderamiento de las mujeres, a
través del cual se entiende se refuerzan las capacidades femeninas, tanto
educativas, como económicas, sociales, laborales y políticas, y para lo que es
preciso no sólo un cambio personal sino toda una conciencia y acción colectiva
proclive a propiciar tal empoderamiento. La Declaración de Pekín (1995) impulsó
el empoderamiento femenino como estrategia clave del desarrollo.

En su epígrafe 13 se versa:

“El empoderamiento de las mujeres y su plena participación en condiciones de


igualdad en todas las esferas de la sociedad, incluyendo la participación en los
procesos de toma de decisiones y el acceso al poder, son fundamentales para el
logro de la igualdad, el desarrollo y la paz”.

Fortalecer su autoestima, su autonomía –tanto económica como emocional, sus


capacidades sociales a través de la formación, forman parte del conjunto de 37
estrategias que pueden aplicarse desde los gobiernos, las ONG´s y la cooperación
internacional para posibilitar democracias incluyentes.

En este caso, empoderar a las mujeres para su plena participación ciudadana y


política, empieza por ejercer su derecho al voto, el cual refleje elecciones imbuidas
de información y formación, que asimismo les posibilite candidatearse como
eventuales representantes del gobierno.

Para ello será preciso concienciar sobre la equidad de género tanto a las
estructuras de poder de los partidos políticos, como a la misma sociedad,

188
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

reconociendo en estas mujeres sus capacidades como lideresas y gestoras del


desarrollo.

Esto podrá tener lugar una vez que sean impulsadas agendas de género en las
políticas públicas, lo que ineludiblemente dependerá también del nivel de
compromiso que asuman quienes por el momento ostentan el poder, la "voluntad
política".

A su vez, se requerirán presupuestos sensibles al género, a través de los cuales el


gasto público deberá considerar asignaciones que aboguen por la igualdad de
oportunidades entre hombres y mujeres, atendiendo apropiadamente las
necesidades específicas de éstas últimas.

En cualquier caso, son diversas las variables que inciden a favor de la inclusión
política de las mujeres en las instancias de gobierno local, pero también existen
dificultades a superar que van más allá del marco político municipal. En el siglo
XXI sobreviven impedimentos sociales y culturales para la igualdad de
oportunidades que son necesarios vencer. En el ámbito político, se distinguen tres
tipos de obstáculos que dificultan la participación de las mujeres:

1- Obstáculos de partida, que consisten en la carencia de las mujeres de una


serie de destrezas, conocimientos y oportunidades para entrar en el juego
político en igualdad de condiciones con los hombres y que son resultado de
la socialización diferencial de hombres y mujeres.
2- Obstáculos de entrada, que son los impuestos por la cultura en términos de
los estereotipos sobre las esferas de acción y los papeles que deben
cumplir las mujeres y que las aleja del mundo de lo público.
3- Obstáculos de permanencia, que encuentran las mujeres una vez han
logrado entrar en la política y que son las características y dinámicas
mismas del quehacer político con las que estas mujeres muchas veces no
se sienten identificadas y se constituyen en la razón principal por lo que la
mayoría decide retirarse a la esfera privada o al trabajo comunitario.
189
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Barreras que en su conjunto conforman el denominado “techo de cristal”, con el


que topan las mujeres cuando aparentemente están consiguiendo la igualdad.

Es decir, cuando el poder está -al parecer- al alcance de cualquier mujer, se


manifiestan estas barreras que de manera muy sutil (o no) le impiden acceder al
mismo. Asimismo, estas barreras son casi invisibles, por lo que es preciso tener
conciencia de género para que ese cristal pueda ser palpable.

Es importante reconocer que la política “se negocia” en ámbitos a los que las
mujeres les es difícil acceder. Muchas de las decisiones son tomadas en círculos
pequeños, informales y cerrados, en los que la desenvoltura política, característica
en los hombres, deja a la participación femenina prácticamente descartada.

Es en los clubes, comidas e incluso reuniones familiares, donde se sentencian la


mayor parte de los acuerdos y las estrategias a seguir y donde se señalan los
nombres de quienes liderarán una lista candidata a las elecciones.

Las mujeres deberán entonces emplear diversas tácticas para adentrarse en


dichos círculos. En este sentido, muchas sufren también el acoso, ya sea social o
sexual, por parte de quienes “confunden” la búsqueda del crecimiento profesional
con el viejo mito de “trepar”.

No es casual encontrar casos en que las mujeres incursionan en la política, pero la


abandonan cuando deben enfrentar los prejuicios sociales que condenan su
actuar público en núcleos predominantemente masculinos.

“La censura social es más fuerte para una mujer”.

La vida privada de la mujer es más cuestionada y controlada socialmente,


lamentablemente, este tipo de convencionalismos es más común en el espacio
local que en las grandes urbes, por cuanto la cercanía facilita el juicio público de
los asuntos privados dando lugar, incluso, a las difamaciones.

190
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Asimismo, el horario de las reuniones políticas en muchas ocasiones no suele ser


compatible con la carga familiar y las responsabilidades domésticas que enfrenta
la mujer, pues suelen ser reuniones nocturnas.

Con relación a los horarios, resulta imperioso reconocer que la función pública, y
en este caso con un cargo político, demanda una alta dedicación de tiempo y
espacios, lo que para la mayoría de las mujeres supone sacrificios que a muchas
las lleva a distraerse de las responsabilidades que ello implica.

Por otro lado, la mujer que ejerce un cargo político, sea electivo o no, es siempre
representativa de todo su género, y sus actos, resultados y errores son
categorizados en función de las capacidades o ineptidudes que se atribuyen
culturalmente al sexo femenino

(CEPAL, 2007).

No sucede lo mismo con los hombres, cuyos errores, en ningún caso, son
vinculados a las competencias masculinas. Asimismo, la participación política de
las mujeres no es valorada igualmente que la de los hombres.

“Es necesario que la participación de la mujer en un cargo político sea tomada


socialmente como un trabajo, ya que hoy el hombre “trabaja” en política, mientras
que nosotras “acompañamos un proyecto”.

En el terreno político subyacen formas de entender la negociación y toma de


decisiones desde una visión androcentrista que, sin ser explícita, determina
mandatos y arreglos de poder que marginan a la mujer aunque ésta ejerza un
cargo electo.

De este modo, la mujer queda relegada de la toma de decisiones, pues los


hombres que han compuesto tradicionalmente las élites de poder no tienen en
cuenta sus opiniones, en el convencimiento de que éstas carecen de experiencia y
destrezas políticas y por tanto no tienen nada que aportar.

191
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

En consecuencia, aquellas mujeres que no poseen una actitud fuerte,


autoconfianza y argumentos incorporados acerca del papel que juegan en sus
respectivos puestos, corren el peligro de convertirse en marionetas de sus colegas
políticos varones, sobre todo de sus propios compañeros de partido, que no sólo
pueden convencerlas de sus ideas y decisiones, sino que además “callan” la
voluntad de las mujeres, bien no considerándolas, o bien acosándolas.

Resulta imperioso, en este sentido, reconocer que existen factores de índole


estructural que relega la participación política de las mujeres y que provoca que
éstas no alcancen el equilibrio representativo, aun cuando existan esfuerzos
personales, jurídicos o institucionales por fomentar su empoderamiento.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Recomendaciones

El empoderamiento de las mujeres ganado en otros ámbitos, tales como el laboral,


el profesional, educativo y social, ha favorecido que éstas a su vez conquisten el
derecho a tener voz en los espacios de decisión política. Sin embargo, lejos están
las cifras de alcanzar la paridad.

Las mujeres, tanto en el nivel local, como regional o nacional, enfrentan múltiples
barreras que obstaculizan su incorporación a la vida pública y su empoderamiento
político.

Los sesgos representativos de género advierten que las mujeres no gozan de


“igualdad de oportunidades” para acceder a los espacios de poder e instancias
decisorias.

Las más desfavorecidas, en todo caso, son las mujeres con escasos recursos
económicos, no sólo porque tienen dificultades para conciliar la vida público-
privada, sino porque además corren con desventajas comparativas en la
financiación de sus campañas electorales.

Entre éstas, coinciden además menores niveles educativos alcanzados, lo que no


sólo repercute en su condición económica, sino también en las capacidades de
socialización y habilidades para el liderazgo. Pero sin lugar a dudas la
subrepresentación femenina es aún más negativa para las mujeres indígenas.

El hecho de ser mujer, pobre e indígena, supone para éstas una triple
discriminación.

Son los estereotipos y las relaciones de género con perspectiva androcentrista los
que han propiciado la división sexual del trabajo, la relegación de las mujeres al
ámbito privado, la feminización de la pobreza, su escasa presencia pública y
política y, en consecuencia, su invisibilidad en las agendas de gobierno.

193
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Asimismo, tales condiciones han contribuido a que las mujeres tiendan a carecer
de autoestima y confianza propia para sentirse valiosas y se animen a luchar en el
campo político, tornándolas inseguras a asumir retos que impliquen competir y,
menos aún, para exponerse al juicio de la sociedad, tal como podría entenderse
asimismo el proceso de elección de representantes.

La impronta cultural que ha signado en las mujeres su rol reproductivo y doméstico


supone todavía una carga que marca la primera barrera para que éstas traspasen
esa frontera por propia iniciativa. Es por tanto, insoslayable, el que las agendas de
gobierno propicien políticas tendentes a concienciar a las sociedades sobre la
noción de la equidad de género, al tiempo que se fomenten pautas culturales que
la sostengan erradicando los estereotipos de género y la desigualdad.

El escenario local, como se ha observado a lo largo de este documento, presenta


barreras a la participación política femenina, pero a la vez constituye un espacio
de oportunidades para las mujeres comprometidas con el desarrollo de sus
comunidades, lideresas, visionarias que merecen y buscan ganar posición en la
toma de decisiones.

Las barreras que encuentran las mujeres en el contexto local son particularmente
difíciles, pero, el municipio puede llegar a ser aún más aislante para las féminas,
pues es más fácil que perduren en éste culturas conservadoras, machistas y
patriarcales; sobre todo en los municipios más pequeños, rurales y de constitución
poblacional indígena.

De todas maneras, el espacio local brinda, en contrapartida, mejores condiciones


para favorecer el empoderamiento femenino. Resulta imprescindible que aquellos
sistemas que aún no lo contemplan, incorporen normativas sobre secuencia y
alternabilidad, la paridad horizontal y vertical.

De modo que las mujeres puedan ser ubicadas en las listas en puestos con
posibilidades ciertas de resultar electas. Aún más preciso, los sistemas electorales

194
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

deberían aplicar listas cremalleras, que supongan la alternancia uno a uno entre
hombres y mujeres.

También es cierto que otras tantas mujeres están asumiendo cargos gracias a las
mismas cuotas establecidas en las listas electorales, y en este sentido es
necesario reconocer que lamentablemente muchas mujeres son utilizadas, sin
tener verdadera vocación (o preparación) política, para completar listas, o ellas
ocupan el cargo sustituyendo a su esposo, que es quien en realidad gobierna sin
tener el "membrete".

La discriminación positiva es una estrategia, pero debe ir acompañada de


empoderamiento en base a formación, promoción de la participación ciudadana y
de la organización social, apoyos para la conciliación familiar y el trabajo o la
carrera política, etc.

Es oportuna, entonces, la construcción de agendas de mujeres para el cambio. En


consecuencia, la igualdad de hombres y mujeres en la toma de decisiones
depende de garantías jurídicas pero también socio-culturales: medidas educativas,
culturales, un reparto más equitativo de las responsabilidades familiares y del
empleo, y la transformación de los partidos políticos en espacios reales de
participación.

Las mujeres, por su parte, tienen como desafío reconocer sus capacidades para
liderar y gobernar, fortaleciendo a su vez un modelo femenino de gobierno que ya
no tenga que masculinizarse para ser considerada en los ámbitos de poder.

Resulta impostergable, asimismo, actuar desde ya reconociendo el acoso y


violencia política contra las mujeres como un delito que debe ser rechazado y
sancionado con el fin de exterminar actuaciones de este tipo que atentan contra la
gobernabilidad democrática. Existen diversas iniciativas de ley que deben ser
impulsadas y contar con los reglamentos necesarios para su eficacia.

195
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

En esta lucha cobran relevante importancia las instituciones políticas, asociativas y


de cooperación. Los partidos políticos, que deben manifestar su repudio hacia
estos hechos y sancionar a quienes los promueven y aplican.

Las asociaciones municipalistas y femeninas deben brindar información sobre los


derechos políticos, asesoramiento, apoyo y protección para quienes sufren el
acoso y la violencia. Y los organismos de cooperación deben apostar más
esfuerzos por la capacitación y el empoderamiento femenino en los espacios de
negociación y adopción de decisiones.

Los partidos políticos tienen una fuerte responsabilidad en materia de igualdad de


oportunidades, en sus manos está la oportunidad de propiciar el empoderamiento
equitativo de hombres y mujeres en la dirigencia, promoviendo una mayor
participación de las mujeres en la toma de decisiones ampliando con ello los
procesos de democracia interna.

En este sentido, será preciso, además, invertir en capacitación y programas de


sensibilización de manera que tanto hombres y mujeres adquieran aptitudes de
liderazgo para gobernar.

Del mismo modo, sería apropiado que los partidos políticos prevean la
institucionalidad del género dentro de sus estructuras, creando comités u oficinas
encargadas de las problemáticas de las mujeres que dirijan, además, agendas
sensibles a la equidad de género que más tarde puedan ser replicadas en los
programas de gobierno de candidatos y candidatas.

En cuanto a los vacíos de información existentes respecto a los indicadores de


género, las asociaciones en municipios, como de mujeres autoridades locales
debieran incluir este déficit como reto parte de sus agendas, en tanto los
gobiernos nacionales deben asumir la responsabilidad de que todos los
indicadores (políticos, sociales, económicos, etc.) estén desagregados por género.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

En cualquier caso, el desafío implica propiciar un marco social en el que convivan


e interactúen mujeres y hombres en un plano de igualdad y complementariedad,
enriquecido por las diferencias que distinguen a unos y a otros pero que, a la vez,
son necesarios para el fortalecimiento de la democracia.

La gobernabilidad democrática constituye en sí misma una meta de inclusión y


equidad, en donde mujeres y hombres puedan ser partícipes de la construcción de
ciudades pensadas desde la perspectiva del género.

Ya no se concibe la gobernabilidad democrática entendida desde el pensamiento


androcentrista. Tal vez, el perfeccionamiento de la gobernabilidad democrática
tenga que ser refundado desde los espacios locales, ya que es allí donde las
relaciones familia-sociedad-gobierno pueden ser más estrechas, por lo que, en
función de ello, son mayores las posibilidades de provocar una mayor participación
y conectividad entre los diversos actores buscando, en cualquier caso, el bienestar
de las personas y el desarrollo de los ciudades.

Las mujeres, no pueden, ni deben, estar ausentes de la construcción de sus


ciudades, puesto que ello implicaría la segregación generacional ilimitada de su
género. Por tanto, es ineludible repensar las ciudades desde y con la perspectiva
de género, por lo que las mujeres, indefectiblemente, deben formar parte del poder
local para que junto a los hombres se pacte un nuevo contrato social y se planteen
y fomenten políticas de igualdad (Ciudades con perspectiva de género).

Ciudades Seguras.

México se ubica entre los países latinoamericanos reconocidos como


democráticos, sin embargo es una de las regiones más inequitativas del planeta.
Las profundas desigualdades afectan el ejercicio de los derechos de la ciudadanía
y en particular de las mujeres.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Las brechas de género son aún grandes abismos que requieren por un lado el
compromiso firme de los gobiernos en la aplicación de leyes, políticas públicas y
presupuestos etiquetados para lograr la igualdad entre los géneros, y por otro lado
la participación de la sociedad civil organizada.

Los delitos a los cuales son más propensas las mujeres a ser víctimas según la
encuesta de ICESI son: Delitos sexuales, robo a casa habitación y robo a
transeúnte, delitos que han presentado un aumento considerable en los últimos
años. En cuanto a la violencia de género, según la Encuesta Nacional sobre la
Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2006 (ENDIREH), del total de mujeres
de 15 años y más, el 62.2% han sufrido violencia en cualquiera de los siguientes
contextos: violencia de pareja en 34.2% de los hogares; violencia comunitaria
35.1%; violencia familiar 14.3%; violencia patrimonial 9.8%; violencia escolar
12.5% y 12.3% violencia laboral. La misma encuesta establece que el porcentaje
de mujeres casadas o unidas que a lo largo de su relación han padecido de
violencia extrema es de 26.4% a nivel nacional, de las cuales 84.3% no denuncian
la agresión.

En los espacios comunitarios, según la misma ENDIREH 2006, la violencia contra


las mujeres alcanza niveles extremos como son los casos de violaciones y el
sometimiento de mujeres para obligarlas a prostituirse.

La inseguridad y los problemas urbanos derivados del fuerte crecimiento


poblacional, alimentado principalmente por flujos migratorios, han generado un
deterioro en la calidad de vida. Las mujeres no están siendo incluidas en la vida
pública de las entidades federativas, las prácticas políticas actuales se encuentran
en estado de crisis y estancamiento democrático.

No se ha avanzado en la incorporación de la pluralidad social y las mujeres siguen


siendo excluidas de la toma de decisiones. Existe una propuesta del Centro
Nacional de Prevención del Delito que considera indispensable implementar un
programa específico que atienda la problemática desde la Seguridad Ciudadana,
198
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

que implica el desarrollo de una cultura de la prevención de la violencia en el


corto, mediano y largo plazo, así como la reeducación sobre como la ciudad es el
espacio donde se ejerce la ciudadanía, el respeto, la democracia y la libertad.

Desarrollar la propuesta de Seguridad Ciudadana Integral con perspectiva de


género que incluya recomendaciones, contenidos, capacitación, diseño y
mecanismos de difusión, tomando en cuenta el contexto particular de cada ciudad,
que permita mejorar el impacto en la vida cotidiana de la ciudadanía en general y
de las mujeres en particular.

El Objetivo del Proyecto se plantea: Coadyuvar en la prevención y erradicación de


la violencia hacia las mujeres en los territorios urbanos e impulsar la participación
organizada de la ciudadanía, promoviendo la articulación social para el
establecimiento de estrategias ciudadanas integrales, con perspectiva de género
que permitan recuperar la seguridad ciudadana.

Incluir la visión de las mujeres en los modelos de ciudad segura va vinculada a su


participación política en los gobiernos locales, desde los espacios de poder y de
toma de decisiones se puede incidir directamente en el bienestar de mujeres,
adolescentes y niñas en lo particular y en toda la sociedad en lo general.

Formación y Capacitación

La gestión pública demanda actualmente responsables idóneos, que posean


destrezas y habilidades capaces de dirigir políticas de desarrollo, no meras
administraciones prestadoras de servicios, sino instituciones democráticas con
auténtica visión de progreso y competitividad territorial.

La capacitación viene a sostener el arte de gobernar llenando los vacíos que tanto
políticos como técnicos tienen respecto a la labor pública.

199
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

En este paradigma, resulta importante extraer los datos sobre niveles educativos
alcanzados, los que reflejan mejores cotas para las mujeres que para los hombres.

Con ello, podría afirmarse que, de manera general, las mujeres tienen mejores
aptitudes para lograr el reconocimiento y competir con los varones en las
contiendas políticas, pero no sucede lo mismo en los espacios locales, sobre todo
rurales.

En éstos últimos, suele haber una alta tasa de analfabetismo entre las mujeres, y
la mayoría alcanza a completar sólo el ciclo primario de formación. Suele suceder
lo mismo con los varones, pero éstos corren con ventaja frente a las mujeres dada
la desenvoltura con que manejan las relaciones de poder.

Aquí cabe la justificación más solvente de la capacitación, preparar a quienes


quieren ejercer la representación política y los actuales responsables de la gestión
pública, no sólo van a propiciar que ésta sea dirigida eficientemente, sino que
además repercutiría en beneficio de la propia población.

No obstante, las mujeres necesitan formarse para gobernar, pero también


formarse para reconocer la identidad de su género desde la sororidad, para poder
promover, asimismo, democracias incluyentes desde la óptica de la igualdad.

Del mismo modo, la escolaridad alcanzada por las autoridades femeninas a nivel
municipal está signada también por su residencia en pequeños poblados o
grandes ciudades donde, en éstas últimas, es donde las mujeres logran completar
más niveles educativos, completando en este caso estudios universitarios y de
postgrado.

Es en los municipios más pequeños donde las mujeres consiguen completar


apenas la primaria o vagamente la secundaria, lo provoca a su vez que en los
contextos más reducidos las mujeres tengan menos representatividad, pues sus
vidas se circunscriben mayormente al ámbito doméstico tras un breve paso por la
escuela que tiene como objeto su alfabetización, más no su profesionalización.
200
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Se recomiendan cuatro prácticas fundamentales para asegurar la efectiva


participación política de la mujer:

1. Asegurar que las elecciones, tanto locales como nacionales, sean


imparciales y de libre acceso para las mujeres.

Promover medidas especiales transitorias, como establecimiento de cuotas,


sanciones aplicables a los políticos que no cumplan las normas, exención de pago
de derechos en el trámite de presentación de candidaturas, acceso a los medios
públicos de difusión, y acceso a recursos públicos, a fin de acrecentar la
participación de las mujeres, tanto en calidad de funcionarias electas como de
funcionarias designadas en instituciones políticas.

Asegurar los procesos de empadronamiento para posibilitar que las mujeres


ejerzan su derecho democrático al voto. En colaboración con órganos de gestión
electoral y con partidos políticos, considerar la adopción medidas para responder a
los factores que impiden la participación de las mujeres en política (violencia
contra la mujer, prejuicios de género en los reportajes en medios de difusión,
prácticas no transparentes de los partidos políticos, falta de financiación de
campañas políticas).

2. Apoyar a las organizaciones de la sociedad civil de mujeres a fin de


promover los intereses de la mujer

Proporcionar asistencia a la elaboración de temarios para políticas colectivas, por


ejemplo, Cartas de la Mujer, o a la celebración de Convenciones Nacionales sobre
la Mujer. Las mujeres comparten prioridades, por encima de cualquier diferencia
que puedan tener.

Esas prioridades compartidas pueden ser las relativas a su derecho a ocupar


cargos públicos o a tener acceso a servicios mejorados de atención de la salud y
cuidado de los niños.

201
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Es importante que las mujeres coordinen acciones, creen coaliciones, colaboren y


aseguren la emisión de mensajes en común en tiempos de cambio. Fomentar la
capacidad e impartir cursos de capacitación y desarrollo de aptitudes prácticas, a
fin de promover aptitudes de gestión y comunicación, así como las capacidades de
organización interna de los grupos y movimientos de mujeres.

3. Fomentar en las instituciones públicas la rendición de cuentas en cuanto a


la vigencia de los derechos de la mujer.

Asegurar que los procesos de revisión constitucional consideren las


repercusiones de las estructuras de instituciones políticas, judiciales y otras
instituciones públicas sobre la participación de las mujeres, así como sobre el
ejercicio de sus derechos sociales, políticos y económicos.

Velar por que las revisiones constitucionales aseguren la armonización con las
normas internacionales de derechos humanos. Promover mecanismos de
rendición de cuentas y reforma de la gobernanza que respondan a las
necesidades de las mujeres; por ejemplo, prestación de servicios que tengan en
cuenta las cuestiones de género, acceso a la justicia, presupuestación y acceso a
la información.

Asegurar que se establezcan procesos de responsabilidad por conducto de los


cuales las autoridades públicas rindan cuentas de su desempeño con respecto a
los compromisos nacionales en pro de la igualdad entre los géneros y los
derechos de la mujer.

4. Apoyar a las mujeres líderes políticos a fin de ampliar su influencia.

Apoyar el desarrollo de aptitudes y capacidades, tanto en las candidatas como en


las líderes electas. Este apoyo abarca la capacitación con fines de adquisición de
aptitudes (debate y modalidades del lenguaje parlamentario, promoción), así como
las aptitudes con respecto a la incorporación de las cuestiones de género, los

202
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

compromisos internacionales en pro de la igualdad entre los géneros y las


estrategias que pueden ser útiles.

El apoyo también abarca la promoción de mecanismos, entre ellos los


agrupamientos de mujeres parlamentarias o las redes de mujeres en las
instituciones de servicio social, así como la creación de mecanismos
gubernamentales dotados del mandato, las capacidades y la ubicación en el
gobierno que posibiliten una eficaz promoción de políticas favorables a los
intereses de la mujer. Considera la posibilidad de dar formación a los hombres en
los principios y la práctica de la perspectiva de género y el empoderamiento de las
mujeres.

La democracia requiere que se escuchen las voces y los intereses de los


ciudadanos, y que se delibere y legisle al respecto. Las mujeres constituyen la
mitad de la población mundial y, por ende, su voz debe ser escuchada en el
proceso democrático.

La democracia necesita a las mujeres para preservar su autenticidad y las


mujeres necesitan la democracia para cambiar los sistemas y las leyes que les
impiden, y le impiden a las sociedades en su conjunto, lograr la igualdad.

"En el mundo moderno, el empoderamiento de las mujeres no es meramente una


meta, sino una piedra angular del crecimiento democrático. Esto es porque las
mujeres plantean asuntos que otros pasan por alto, dedican energía a proyectos
que los demás ignoran, se acercan a los electores que los demás descuidan, y
ayudan a las sociedades a avanzar juntas.”

—Madeleine Albright, Presidenta de la Junta Directiva del NDI- (Instituto nacional


Demócrata para Asuntos Internacionales).

La capacitación les ha proporcionado a las mujeres habilidades de comunicación


prácticas, tales como la capacidad de hablar en público y de relacionarse con los

203
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

medios de comunicación, las cuales a su vez les han ayudado a construir


autoestima, confianza en sí mismas y capacidad de enfrentar nuevos desafíos.

Las mujeres al informarse, se han familiarizado mucho más con la necesidad de


que participen en igualdad de condiciones en el proceso del desarrollo
democrático y las conexiones entre género y política —conocimiento que con
frecuencia lleva a que las labores de incidencia aumenten la participación de las
mujeres en la vida pública y política.

En varios casos, las mujeres utilizan la capacitación para ganar puestos de


liderazgo, influir en la toma de decisiones y modificar un statu quo que
previamente podría haberlas excluido del círculo íntimo de la organización.

Además se propicia la creación de "redes de apoyo" entre mujeres, para crear y


promover Agendas de Género, que desde sus ámbitos de competencia pueden
impulsar.

La capacitación no es la única opción para satisfacer las necesidades de las


participantes, se pueden incluir programas y clubes de debate, por ejemplo,
introducen a las participantes a una gama de habilidades políticas importantes,
tales como la oratoria, la investigación y la creación de mensajes, con frecuencia
dentro del contexto de temas específicos de importancia en su municipio.

204
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Conclusiones

El Cambio Cultural Tarea Pendiente

Con todo y las reformas legales y los pendientes en México, en cuanto a la ruptura
del esquema binario y la tradición heterosexual del altar y el reclinatorio. En la
lucha por los derechos políticos y del cuerpo “las mujeres están, por lo general,
muy poco satisfechas con sus cuerpos, les parecen demasiado grandes o
demasiado gordas; los hombres, por el contrario, se muestran insatisfechos con
las partes de su cuerpo que consideran demasiado pequeñas” (Pierre Bordieu,
1998, entrevistado por Portevin, 2000), muestra también que no es posible
explicar la diversidad sexual desde las relaciones entre personas sexuadas. “Uno
de los puntos de una verdadera revolución sexual y social está en la ruptura con
tal binariedad, con dejar de preocuparnos por saber de qué sexo somos y mejor
preocuparnos por lo que deseamos” (Muñoz Rubio, 2011).

Así también, solicitudes ante la ONU para que sus países integrantes pongan alto
a la violencia, a las sanciones criminales y a las violaciones a los derechos
humanos, basadas en la orientación sexual y la identidad de género, con todo y a
que en 1994, se afirmó que “la orientación sexual es un área protegida contra la
discriminación, siguen los abusos, asesinatos, tortura, violaciones, violencia,
desapariciones y discriminación”.

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navanethem Pillay,


opina que “se trata de enfrentar los obstáculos que evitan que millones de
personas disfruten los mismos derechos humanos que sus congéneres, sólo por el
hecho de que son lesbianas, gays, bisexuales o transgénero” (Agencias, 2011).

Mecanismos legales que han permitido desnudar a la hegemonía masculina y el


poder hetero sexista, así como formular políticas públicas con perspectiva de
género y garantizar presupuestos con indicadores de género, que permiten saber
a través del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) que:
205
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

El 42.6 por ciento de las mujeres se sienten inseguras en su colonia; 71.9 por
ciento se sienten inseguras en su estado, que en 2010 se registraron 25 mil 701
homicidios, de los cuales 9 por ciento está relacionado con mujeres. Ese mismo
año se duplicaron homicidios de mujeres con respecto a 2007, al pasar de dos por
cada 100 mil habitantes a 4.2 en 2010, y en el caso de los hombres se triplicó
(Ballinas & Becerril, 2011, p. 11).

Sin embargo, con todo y “el DVD, el Internet, la televisión regular, el cable, los
viajes, las revistas, el seguimiento de la moda, la noción de libertades anímicas y
corporales” (Monsiváis, 2010), hay trabas económicas y políticas e insuficientes.

Pese a que las mujeres, según el IFE, son el 51.16 por ciento de la población en
México e integran 51.7 por ciento del Padrón Electoral, ―inscripción para obtener
su credencial― 51.9 por ciento de la Lista Nominal, ―ciudadanía que solicita
inscripción al Padrón y cuenta con su credencial― y, con base en el análisis de las
listas de votación de las elecciones de 2009, éstas representaron el 55.7 por
ciento de las personas votantes en dicha contienda (Véase PNUD, 2012).

De ahí, que es importante acercarnos a la historia de la mercadotecnia política2,


donde, uno de sus expertos, el venezolano, Juan José Rendón o J.J. Rendón,
primer extranjero en obtener visa como consultor político independiente en
México, con 25 elecciones presidenciales en América Latina, con esta experiencia
de:

Hemos ganado 23 y perdido dos, duda que la sociedad mexicana esté lista para
ser gobernada por una mujer, por el perfil que se requiere para combatir al
narcotráfico: no debería haber discriminación, pero he visto estudios y en tiempos
difíciles alguien podría pensar que unas características de género en el hombre le
permitirían abordar ciertos problemas de una manera más efectiva (Herrera
Beltrán, 2012, p. 10).

206
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Los partidos políticos en México recurren al voto de las mujeres en calidad de


número, las sujetan a estereotipos de género según roles tradicionales y no como
ciudadanas. Esto es evidente en el pasado proceso electoral por la candidatura
presidencial, las mujeres ausentes en el discurso, salvo mínimos spots donde
fueron enunciantes.

2 “el resultado lo garantiza el candidato, el manejo del dinero, del tiempo, de la


estrategia, las alianzas, el manejo de las líneas de elección y la organización del
partido en la campaña”. Categoriza las campañas sucias, en las que todo se vale y
las define como delincuenciales, –implican falsificar documentos, difamar,
calumniar, etc. –Otras, atacan aspectos de la persona, y por último menciona las
negativas –que sí aprueba– porque permiten resaltar contradicciones, errores e
inconsistencias del candidato o del partido.

Otro aspecto a considerar de importancia es el medio de información, en los


últimos años los partidos políticos han estado viendo como en el llamado cuarto
poder, el de los medios de información (sobre todo la televisión), definen
candidatos que son ratificados por las encuestadoras, y las redes sociales
muestran que no son todavía tan fuertes como sí lo son los llamados medios
tradicionales.

La empresa Berumen & Asociados aplicó la Encuesta Nacional de Preferencias


Electorales financiada por el Observatorio Universitario Electoral (OUE), trabajó
sobre una muestra estrictamente probabilística, que reveló:

Con 3 mil 480 entrevistas efectivas, realizadas entre el 30 de mayo y el 6 de junio,


se obtuvo que el 80 por ciento de los votantes se entera de noticias a través de la
televisión, mientras que el resto lo hace por radio (7 por ciento), por periódico (6
por ciento), a través de redes sociales (2 por ciento) y por medio de familiares y
amigos (3 por ciento). El dos por ciento restante no se entera (García Hernández,
2012, p. 11).

207
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

El panorama tras las elecciones de julio, muestran que en “nuestras sociedades


alienadas, la inmensa mayoría tiene una baja autoestima que se compensa
ilusoriamente al ser fan del equipo campeón o haber votado por el candidato
ganador” (Boltvinik, 2012, p. 26) y que la guerra de Independencia (1810) y la
Revolución Mexicana (1910), hacen su propuesta mirando el futuro:

El ideal del Hombre Nuevo, consistente en lo básico en la suma de equivalentes


civiles de la conducta ideal de los militares: valentía (ya no suicida), arrojo, fe en el
Pueblo, virilidad sin mancha, desprecio a la debilidad. (Monsiváis, 1997).

Además la evidente desigualdad de ingreso por género en tanto mujeres y


varones en México, según el Banco Mundial: La diferencia en las remuneraciones
por género no sólo pone en evidencia un fenómeno de discriminación, es
incorrecto, perjudicial para la economía.

Las mujeres trabajadoras en México reciben en promedio una remuneración 20


por ciento menor que los varones, donde una mujer percibe en promedio 80
centavos de dólar por cada dólar que gana el hombre (González Amador, 2011, p.
34). Más aún, en México viven 57.5 millones de mujeres que cotidianamente
enfrentan problemas como violencia, bajos salarios, limitaciones educativas y falta
de acceso a puestos directivos; la mitad tiene menos de 26 años, aunado a la
cada vez notoria presencia de millones de hogares en México encabezados por
una mujer, quien además de cumplir con su papel de madre y esposa trabaja para
costear gastos familiares (Véase Díaz & Olivares, 2012).

Actualmente este contexto integra las recientes discusiones en torno a la laicidad


del Estado, en donde hay quienes opinan que no se ha de depender ni de la
religión mayoritaria de la población, ni de la creencia particular del gobernante en
turno. La laicidad es un régimen social donde impera la voluntad general de un
pueblo.

208
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

En ese sentido, se da una separación entre la religión y la política. La laicidad no


es anticlerical, no es antirreligiosa, es simplemente una división. Estas libertades
laicas incluyen varios elementos: libertad de conciencia, libertad de información,
libertad de decisión, libertad de actuar, y el Estado tiene que ser garante de esas
libertades laicas. La libertad religiosa es solamente una de ellas (Gaytán Alcalá,
2012).

Están las dificultades de armonización entre la legislación internacional con las


exigencias de las entidades federativas en materia electoral, además de los
mecanismos necesarios para el monitoreo del cumplimiento de las leyes, ello
afecta en su conjunto aún más la acción de garantizar los derechos humanos de
las mujeres, como el ser electas con paridad (50 por ciento mujeres, 50 por ciento
hombres).

Este último, es uno más de los compromisos contraídos por México con CEDAW,
para que las mujeres estén representadas en la vida política y pública de manera
paritaria. Claro que son un endeble aliciente de justicia en la igualdad de género,
hay estudios como la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (Enadis),
que en 2010, preguntó: “¿cuál es el principal problema hoy en día de las
mujeres?”, en tercer lugar, se colocó al abuso, acoso, maltrato y violencia, incluida
la sexual, con el 11.6 por ciento, antecedido por el empleo, con 21.2 por ciento; es
decir: dos de cada 10 mujeres consideran que su principal problema es la falta de
empleo; la inseguridad ocupó el segundo lugar con 14.9 por ciento (Véase Ballinas
& Becerril, 2011).

La presencia de las mujeres en funciones de liderazgo y puestos de decisión no


figuran en la lista de prioridades de los países que como México, más del 50 por
ciento de esos puestos los ocupan los varones, sino que se caracterizan porque la
violencia de género se presenta en forma institucional. La asesoría de la ONU
para la región México, Centroamérica, Cuba y República Dominicana, establece
que “la carencia de datos sobre crímenes contra mujeres y la impunidad en la que

209
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

se encuentra la mayoría de los delitos contra ese sector – sobre todo homicidios y
violaciones sexuales – evidencian una falla estructural en las instituciones
públicas” (Román, Et al., 2011, p. 45).

Los tres primeros lugares de la medición correspondieron a Canadá, Alemania y


Gran Bretaña (Véase Camacho Servín, 2012), ello se conjuga con el informe de
las expertas del Comité de la Convención sobre la Eliminación de todas las formas
de Discriminación contra la Mujer de la ONU, y matizando que los desafíos son
aún enormes.

En México, pese a la reciente reforma constitucional de derechos humanos de las


mujeres aprobada en junio de 2011, por la cual adquieren rango constitucional los
derechos humanos y las garantías protegidas por los tratados internacionales,
como es el caso de la promulgación de la Ley General de Acceso de las Mujeres a
una Vida Libre de Violencia, con sus protocolos de investigación criminal y de
búsqueda de personas desaparecidas:

Protocolo Alba y Alerta Amber, así como del Banco Nacional de Violencia contra
las Mujeres, a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública, cada vez se observa
que en la violencia de género, específicamente en cuanto a mujeres, el Estado
mexicano carece de respuestas concretas y de datos claros de la efectividad de
las acciones gubernamentales para eliminar la discriminación hacia las mujeres,
no tiene protocolos en atender las agresiones a las periodistas y las defensoras de
derechos humanos, quienes están siendo de las más agredidas.

Sin embargo, México va muy distante en demostrar la culpabilidad del Estado


mexicano y acceder a la justicia de una democracia incluyente, articulada no ya
con base a la igualdad —lo uno que excluye lo otro— sino mediante el principio
democrático de equivalencia, el cual implica lo uno y lo otro, es decir, la
aceptación de las diferencias en igualdad de derechos.

210
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

“La falda, es un corsé invisible que impone en los modales una atención y una
retención, una manera de sentarse, de caminar. Tiene finalmente la misma función
que la sotana. Se te recuerda constantemente tu estatus con ese trozo de tela que
interfiere entre tus piernas; La falda muestra más que un pantalón y es difícil de
llevar justamente por lo que puede llegar a mostrar. He ahí, toda la contradicción
de la expectativa social respecto de las mujeres: deben ser seductoras y
moderadas, visibles e invisibles (o en otro registro, eficaces y discretas). La falda
corre siempre el riesgo de mostrar más de lo que muestra. ¡Hubo una época en
que bastaba vislumbrar un tobillo!”

Pierre Bordieu, 1998, entrevistado por Portevin, 2000.

El pasado proceso electoral (julio 2012), es la prueba de que hay que avanzar en
la igualdad con iniciativas desde la diversidad sexual, y no sólo desde la noción
binaria, ni sólo confinar a las mujeres al espacio doméstico “por su propio bien”.
Hay ciertos grupos de poder que no reconocen factores como género, condición
étnica, edad y orientación sexual de las personas, porque consideran que a las
mujeres mexicanas no se les debe nada, antes bien se les ha alejado de la vida
pública, para evitarles tentaciones y penurias, por eso, adentrarse en el mundo
público y en puestos de decisión, implica ser: Femenina, pero no demasiado, debe
afirmar su autoridad conservando su feminidad, sometiéndose por ejemplo a las
obligaciones de vestimenta a las que también los hombres se someten (cortes
rígidos, colores sobrios), pero con una ligera sospecha de los detalles femeninos.

La incorporación de la equidad de género en el pleno ejercicio de los derechos de


la ciudadanía de las mujeres, pese al avance en la participación política de las
mujeres mexicanas, figura la constante, de que es poco visible en los espacios de
representación y toma de decisiones, de los ámbitos ejecutivo, judicial y
legislativo, así como en el terreno de los partidos políticos, de las organizaciones
sociales, de los medios de comunicación y de las instituciones públicas y privadas.

211
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Las políticas públicas dirigidas a las mujeres están planeadas en términos de un


sexenio, y de estereotipos de género, que sitúan a las mujeres en el cuidado, la
atención, la entrega, la abnegación, el sacrificio, etcétera; hay falta de voluntad
política para dedicar los recursos a los programas de género; hemos de luchar,
entre otras batallas, por una reforma electoral que garantice la democratización de
los espacios de toma de decisiones, el acceso a recursos y condiciones de
igualdad, y por la reversión de las desigualdades de género y las disparidades de
ingreso, mediante servicios de guarderías, acceso de las mujeres a la propiedad
de la tierra y al crédito, al igual que a los derechos sexuales y reproductivos.

212
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Pruebas Empíricas o Cualitativas de las Hipótesis

En esta sección compartimos a través de los datos que fueron recolectados, en las
encuestas realizadas a actoras políticas de diferentes estados, la realidad que se
vive en diversas entidades federativas en México.

Los resultados de las encuestas demuestran que la hipótesis que motivó la


presente investigación que plantea la existencia de patrones socio-culturales que
ejercen una fuerza de relegación de las mujeres de la esfera política local se
mantiene vigente en el quehacer diario de las mujeres participando en política, se
comprueba también en el apartado de Conciliación familiar & carrera Política que
la condición económica y el status social de las mujeres influyen
determinantemente en la accesibilidad a ejercer cargos electos e incluso a
permanecer en ellos.

Las instituciones siguen dominadas por figuras masculinas, además de que no hay
una sensación de confianza en las instituciones electorales para que cumplan con
la ley de paridad en cargos de elección popular.

En el apartado de Carencias y Pobreza se comprueba que las mujeres están


sometidas a combinar su vida personal, a veces marital con el espacio público,
trabajando una doble jornada que demerita su plena realización, la falta acceso a
servicios básicos, educación y empleo bien remunerado complica su incursión en
la política.

Las encuestas se aplicaron a mujeres políticas y a otras que no militan en ningún


instituto político, ellas exponen la falta de difusión de las mujeres que participan en
política dentro de sus municipios. A continuación exponemos 5 muestras de cada
encuesta y en anexos se adjuntara el resto.

213
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

ENCUESTA #1

MUJERES PARTICIPANDO EN POLÍTICA EN EL ORDEN MUNICIPAL

Información de contexto.

• Municipio: Puebla

Entidad Federativa: Puebla

• Nombre de la entrevistada: Marina Cortés Torres

• Edad : 43 años

• Estado civil: Casada

• Hij@s.: Si Número: 1

• Institución política a la que pertenece: Movimiento Ciudadano

• Tiempo de militancia : 3 años

• Militancia en otro/s partidos. Si_x__ No___Duración 20 años

• ¿Motivos del cambio de militancia? No me sentía identificada con su nueva


forma de hacer política alejada del principio de bienestar social.

Preguntas Guía.

1. ¿Cuánto tiempo tiene participando en la vida política de su municipio? 23


años

2. ¿Cuál ha sido su participación más relevante?

Asesora Jurídica de la Dirección General de Gobierno como mediadora de


conflictos en los Ayuntamientos del Estado.

214
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

3. ¿Cuál/es es/son el/los obstáculo/s más difíciles de enfrentar en su


participación política?

Anteriormente los espacios a cargo de elección popular eran ocupados por


hombres lo que acceder a esos espacios era complicado y aunque ahora los
escenarios cambian con la paridad de género y el 50/50 igual nos enfrentamos a
prácticas machistas y de discriminación al igual que las mujeres no se organizan y
apoyan a otra mujer al igual que brechas generacionales en las que hay que
trabajar para reeducar en aspectos de género.

4. ¿Ser mujer es o ha sido un obstáculo para su participación política? ¿Por


qué?

Porque anteriormente los espacios eran ocupados en su mayoría por hombres,


afortunadamente hoy en día ya hay más mujeres que queremos participar en
política generando un cambio.

5. ¿Cuál es o sería su máxima aspiración política? Ser Diputada

6. ¿Hasta dónde considera que usted podrá llegar en la vida política de su


municipio? (techo de cristal)

Ocupar puestos que permiten estar en la toma de decisiones es importante y


llegaré hasta donde me sigan apoyando y proponiendo los y las ciudadanas de mi
distrito ya que ellos son quienes me motivan a continuar al igual que el deseo que
tengo por cambiar mi entorno a una sociedad más justa.

7. ¿Usted lleva en su vida política una agenda por la igualdad de género?


¿cuáles son los tres principales aspectos que promueve para la igualdad? Talleres
de capacitación con transversalidad de género, identificar mujeres líderes natas,
empoderar a otras mujeres.

8. ¿Conoce mujeres en su municipio, de su partido o de otros, que hayan


alcanzado participaciones relevantes en la política? ¿En qué posiciones? ¿Cuál ha
sido su desempeño? ¿Han tenido agendas para la igualdad de género?

215
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Si presidentas de colonia, de juntas auxiliares, regidoras, presidenta municipal,


diputadas locales y federales, senadoras, magistradas, todas tienen agendas de
género.

9. ¿Qué considera usted que se necesita para que las mujeres avancen en
sus derechos políticos a nivel municipal, estatal y/o nacional?

Que las mujeres participen, que hagan valer su derecho y que otras mujeres
apoyen a otras mujeres y el tema de una agenda de género es indispensable para
tener los objetivos claros en la construcción de mejores oportunidades para las
mujeres.

216
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

ENCUESTA #2

MUJERES PARTICIPANDO EN POLÍTICA EN EL ORDEN MUNICIPAL

Información de contexto.

• Municipio: Chihuahua

• Entidad Federativa: Chihuahua

• Nombre de la entrevistada: Abril Iveth Padilla Amador

• Edad: 33

• Estado civil: Casada

• Hij@s. Si X No______ Número: 2

• Institución política a la que pertenece:

• Tiempo de militancia

• Militancia en otro/s partidos. Si___ No X Duración_______

• ¿Motivos del cambio de militancia?

Preguntas Guía.

1. ¿Cuánto tiempo tiene participando en la vida política de su municipio? Poco, meses.

2. ¿Cuál ha sido su participación más relevante? Actualmente precandidatura diputación

3. ¿Cuál/es es/son el/los obstáculo/s más difíciles de enfrentar en su participación


política? Autocrítica, crítica y falta de confianza por parte del entorno.

4. ¿Ser mujer es o ha sido un obstáculo para su participación política?

¿Por qué? No

5. ¿Cuál es o sería su máxima aspiración política? Diputación Federal


217
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

6. ¿Hasta dónde considera que usted podrá llegar en la vida política de su municipio?
(techo de cristal) regiduría, diputaciones

7. ¿Usted lleva en su vida política una agenda por la igualdad de género? ¿Cuáles son los
tres principales aspectos que promueve para la igualdad? Preparación en igualdad,
espacios, análisis de realidad de la vida de las mujeres en municipio para encontrar áreas
de participación.

8. ¿Conoce mujeres en su municipio, de su partido o de otros, que hayan alcanzado


participaciones relevantes en la política? ¿En qué posiciones? ¿Cuál ha sido su
desempeño? ¿Han tenido agendas para la igualdad de género? Si si conozco y han
hecho cosas importantes, tomando muy en cuenta el Género Femenino,

9. ¿Qué considera usted que se necesita para que las mujeres avancen en sus derechos
políticos a nivel municipal, estatal y/o nacional?

Bases y estudios, capacidad política que deje de lado el género, demostrar que no es
cuestión física la buena participación en políticas públicas. Defender la equidad y nuestros
derechos.

10. ¿Conoce los avances en la legislación local y nacional para el avance de la


participación política de las mujeres? Si, a nivel general.

11. ¿Qué propondría a su partido político para el avance de las mujeres en la política?

Preparación, estudios, cursos, talleres, armas intelectuales para el desarrollo de las


mujeres, una agenda que contemple la equidad de género, inclusión del género
masculino.

218
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

ENCUESTA #3

MUJERES PARTICIPANDO EN POLÍTICA EN EL ORDEN MUNICIPAL

Información de contexto.

* Municipio: Benito Juárez.

* Entidad Federativa: Quintana Roo.

* Nombre de la entrevistada: E. Jeanette Ramos Jiménez.

* Edad: 40

* Estado civil: casada.

* Hij@s. Si X No___Número 2

* Institución política a la que pertenece: Movimiento Ciudadano.

* Tiempo de militancia: No me he afiliado aun.

* Militancia en otro/s partidos. Si___ No X Duración_______

* ¿Motivos del cambio de militancia?

________________________________________________________________________

Preguntas Guía.

1. ¿Cuánto tiempo tiene participando en la vida política de su municipio? 1 año 4 meses.

2. ¿Cuál ha sido su participación más relevante? Delegada Estatal de Mujeres en


Movimiento Quintana Roo.

3. ¿Cuál/es es/son el/los obstáculo/s más difíciles de enfrentar en su participación


política? Falta de presupuesto para programas de mujeres.

219
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

4. ¿Ser mujer es o ha sido un obstáculo para su participación política? ¿Por qué? Si,
porque no nos dan el valor que tenemos y merecemos.

5. ¿Cuál es o sería su máxima aspiración política? Seguir participando y accediendo a


puestos de elección popular en todos los niveles posibles.

6. ¿Hasta dónde considera que usted podrá llegar en la vida política de su municipio?
(techo de cristal) Presidenta Municipal.

7. ¿Usted lleva en su vida política una agenda por la igualdad de género? ¿Cuáles son los
tres principales aspectos que promueve para la igualdad? Si, 1) Lograr la igualdad de
géneros

2) Empoderar a mujeres y niñas

3) Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y niñas
incluidas la trata y la explotación sexual.

8. ¿Conoce mujeres en su municipio, de su partido o de otros, que hayan alcanzado


participaciones relevantes en la política? ¿En qué posiciones? ¿Cuál ha sido su
desempeño? ¿Han tenido agendas para la igualdad de género? Si conozco en otro
partido, Maribel Villegas Diputada local, no ha llevado agenda para la igualdad de género.

9. ¿Qué considera usted que se necesita para que las mujeres avancen en sus derechos
políticos a nivel municipal, estatal y/o nacional?

Paridad de género e igualdad de derechos.

10. ¿Conoce los avances en la legislación local y nacional para el avance de la


participación política de las mujeres?

Que está aprobado en el congreso el 50% mujeres y 50% hombres.

11. ¿Qué propondría a su partido político para el avance de las mujeres en la política?

Que eleven los recursos que se destinan para las mujeres.

220
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

ENCUESTA #4

MUJERES PARTICIPANDO EN POLÍTICA EN EL ORDEN MUNICIPAL 

Información de contexto. 

• Municipio CUERNAVACA

• Entidad Federativa MORELOS

• Nombre de la entrevistada MODESTA RUÍZ SANTOS

• Edad 40

• Estado civil  VIUDA

• Hij@s. Si X No______Número 2

• Institución política a la que pertenece PARTIDO ACCIÓN NACIONAL

• Tiempo de militancia 12 AÑOS

• Militancia en otro/s partidos. Si___ No X Duración_______

• ¿Motivos del cambio de militancia?

__________________________________________________________________

Preguntas Guía. 

1. ¿Cuánto tiempo tiene participando en la vida política de su municipio?  7


AÑOS

2. ¿Cuál ha sido su participación más relevante? EN ESTOS MOMENTOS


DESEMPEÑO EL PUESTO DE REGIDORA EN EL MUNICIPIO CAPITALINO
DEL ESTADO DE MORELOS, CONSIDERO QUE MIS APORTACIONES HAN
SIDO DE SUMA IMPORTANCIA PARA LA VIDA POLÍTICA DE LA MUJER Y
PARA LA SOCIEDAD.

221
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

3. ¿Cuál/es es/son el/los obstáculo/s más difíciles de enfrentar en su participación


política? LA FALTA DE COOPERACIÓN ENTRE MIS COMPAÑERAS, A SU
VEZ, EL NULO APOYO DE LOS HOMBRES, BUSCANDO ELLOS SIEMPRE
ALGO DE POR MEDIO.

4. ¿Ser mujer es o ha sido un obstáculo para su participación política? ¿Por


qué? NUNCA ME HE DETENIDO POR LOS COMENTARIOS EMITIDOS POR
LAS PERSONAS, SIEMPRE HE TRABAJADO CON LA FRENTE EN ALTO,
BUSCO LA MANERA DE APOYAR A LAS DEMÁS MUJERES, PARA QUE DE
ESA MANERA, SU CAMINO POR RECORRER NO SEA TAN DIFÍCIL COMO
HA SIDO EL MÍO.

5. ¿Cuál es o sería su máxima aspiración política? SENADORA DE LA


REPÚBLICA

6. ¿Hasta dónde considera que usted podrá llegar en la vida política de su


municipio? (techo de cristal) PODRÍA LLEGAR A SER DIPUTADA LOCAL,
DIPUTADA FEDERAL, SENADORA O PRESIDENTA, PUESTO QUE EL
VOTO SERIA EMITIDO POR MIS CONCIUDADANOS.

7. ¿Usted lleva en su vida política una agenda por la igualdad de género?


¿Cuáles son los tres principales aspectos que promueve para la
igualdad? FRATERNIDAD, IGUALDAD Y SOBRE TODO SOLIDARIDAD;
CONOZCO EL GRAN RETO QUE TENGO ENTRE MANOS, PERO NO POR
ESO VOY A DEJAR DE LUCHAR POR CUERNAVACA.

8. ¿Conoce mujeres en su municipio, de su partido o de otros, que hayan


alcanzado participaciones relevantes en la política? ¿En qué posiciones?
¿Cuál ha sido su desempeño? ¿Han tenido agendas para la igualdad de
género? CLARO QUE SI, EN ESTOS MOMENTOS UNA GRAN AMIGA MIA
DESEMPEÑA UN CARGO DE DIPUTADA FEDERAL, CONSIDERO QUE FUE
PUNTUAL SUS PARTICIPACIONES Y APOYOS, ES UNA AMIGA DEL PAN Y
LA VERDAD NO CONOZCO SU AGENDA DE PARIDAD.

222
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

9. ¿Qué considera usted que se necesita para que las mujeres avancen en sus
derechos políticos a nivel municipal, estatal y/o nacional? EN PRIMERA
INSTANCIA SOLIDARIZARNOS ENTRE NOSOTRAS, HACER QUE LOS
HOMBRES NOS RESPETEN NUESTROS DERECHOS POLÍTICO-
ELECTORALES Y ANTE TODO, SABER POR LO QUE VAMOS A LUCHAR.

10. ¿Conoce los avances en la legislación local y nacional para el avance de la


participación política de las mujeres? EL MÁS RELEVANTE, QUE ES EL
CINCUENTA PORCIENTO DE LAS CANDIDATURAS A TODOS LOS
CARGOS DE ELECCIÓN POPULAR PARA LA MUJER; PERO TAMBIÉN
CONOZCO QUE TUVIMOS UN RETROCESO EN QUINTANA ROO, NO
CONCIBO QUE NINGUNA DE LAS LEGISLADORAS LOCALES SE
LEVANTARA PARA DEFENDER ESTA INJUSTICIA.

11. ¿Qué propondría a su partido político para el avance de las mujeres en la


política? AL MOMENTO DE HACER ELECCIONES INTERNAS, LAS
MUJERES SEAMOS TOMADAS EN CUENTA SIN BUSCAR PARENTESCO
CON OTRAS PERSONAS, DEBERÍAN TODOS LOS PARTIDOS VER ANTE
TODO LA CAPACIDAD QUE TENEMOS.

223
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

ENCUESTA #5

MUJERES PARTICIPANDO EN POLÍTICA EN EL ORDEN MUNICIPAL

Información de contexto.

* Municipio LEON

* Nombre de la entrevistada NORMA ELENA NOLASCO ACOSTA

* Edad.- 43 AÑOS

* Estado civil: CASADA

* Hij@s. Si XX No______Número 2

* Institución política a la que pertenece: MOVIMIENTO CIUDADANO

* Tiempo de militancia 16 AÑOS

* Militancia en otro/s partidos. Si XX No Duración 6 MESES

* ¿Motivos del cambio de militancia? ME MOLESTO EL HECHO DE QUE EN LAS


ELECCIONES DEL 2009 NO SE DIERA PREFERENCIA A LAS MUJERES DE MI
PARTIDO, PREFIRIENDO A LAS EXTERNAS E INCLUSO A LAS QUE VENÍAN
DE OTROS ENTRES POLÍTICOS Y ACEPTE UNA CANDIDATURA CON UN
PARTIDO DIFERENTE

Preguntas Guía.

1. ¿Cuánto tiempo tiene participando en la vida política de su municipio? INICIE


COMO PROMOTORA DEL VOTO EN LAS ELECCIONES DE 1997

2. ¿Cuál ha sido su participación más relevante? TODAS HAN SIDO MUY


IMPORTANTES Y HE SIDO CANDIDATA A DIPUTADA FEDERAL EN 5
OCASIONES

224
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

3. ¿Cuál/es es/son el/los obstáculo/s más difíciles de enfrentar en su participación


política? LOS ECONÓMICOS, NUNCA HE TENIDO UNA CAMPAÑA CON
APOYO ECONÓMICO, TODAS HAN SIDO MUY PRECARIAS

4. ¿Ser mujer es o ha sido un obstáculo para su participación política? ¿Por qué?


SI, YA QUE EL MACHISMO INVISIBILIZA A LAS MUJERES

5. ¿Cuál es o sería su máxima aspiración política? HACER VISIBLE EL ROSTRO


INVISIBLE DE LAS MUJERES, LLEVANDO UNA POLÍTICA DE INTEGRALIDAD
Y TRANSVERSALIDAD DE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO

6. ¿Hasta dónde considera que usted podrá llegar en la vida política de su


municipio? (techo de cristal) QUIERO SER LA COORDINADORA ESTATAL DE
MOVIMIENTO CIUDADANO

7. ¿Usted lleva en su vida política una agenda por la igualdad de género? ¿Cuáles
son los tres principales aspectos que promueve para la igualdad? LA
PROMOCIÓN DE LA IGUALDAD ENTRE MUJERES Y HOMBRES, EL IMPULSO
A LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LAS MUJERES, EL EMPODERAMIENTO
DE LAS MUJERES

8. ¿Conoce mujeres en su municipio, de su partido o de otros, que hayan


alcanzado participaciones relevantes en la política? ¿En qué posiciones? ¿Cuál ha
sido su desempeño? ¿Han tenido agendas para la igualdad de género? SI
CONOZCO MUJERES QUE HAN LUCHADO MUCHO POR OBTENER UN
CARGO DE ELECCIÓN POPULAR Y LO HAN LOGRADO, CONOZCO OTRAS
QUE NI PIZCA TIENEN DE PERSPECTIVA DE GENERO PERO SE HAN VISTO
BENEFICIADAS POR LA CUESTIÓN DE LAS CUOTAS, CONOZCO OTRAS
QUE MASCULINIZAN SUS CARGOS AL MOMENTO DE OBTENERLO Y
CONOZCO OTRAS POCAS QUE HACEN AGENDA DE GENERO.

9. ¿Qué considera usted que se necesita para que las mujeres avancen en sus
derechos políticos a nivel municipal, estatal y/o nacional?
225
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

QUE SE ELIMINE LA VIOLENCIA POLÍTICA DE GENERO COMO PLANO


PRINCIPAL, QUE SE REALICE CAPACITACIÓN DIRIGIDA A MUJERES PARA
INCENTIVAR SU PARTICIPACIÓN POLÍTICA, QUE SE CREEN PROGRAMAS
PARA LAS MUJERES JÓVENES.

10. ¿Conoce los avances en la legislación local y nacional para el avance de la


participación política de las mujeres? SI, DE HECHO HE PARTICIPADO EN LA
MODIFICACIÓN DE CÓDIGOS Y LEYES, HE REALIZADO PROPUESTAS PARA
LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LAS MUJERES Y PARTICIPO EN LA RED
PLURAL DE MUJERES POLÍTICAS EN EL ESTADO DE GUANAJUATO

11. ¿Qué propondría a su partido político para el avance de las mujeres en la


política? QUE SE ABRAN MAS ESPACIOS PARA LA PARTICIPACIÓN DE LAS
MUJERES EN COMUNIDADES.

226
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

ENCUESTA #6

MUJERES PARTICIPANDO EN POLÍTICA EN EL ORDEN MUNICIPAL

Información de contexto.

* Municipio: Manzanillo

* Entidad Federativa: Colima._

* Nombre de la entrevistada: Maria Isabel Rivera Solorzano

* Edad: 52

* Estado civil: Casada

* Hij@s. Si: xx No: _____Número: Una

* Institución política a la que pertenece: Movimiento Ciudadano.

* Tiempo de militancia: Seis meses.

* Militancia en otro/s partidos. Si: XX No___Duración: 7 años.

* ¿Motivos del cambio de militancia?

Me invitaron a hacer un cambio y observando que el PRI y el PAN en Colima son los
mismos en la toma de decisiones del el país, observe que se ocupa un verdadero cambio,

Preguntas Guía.

1. ¿Cuánto tiempo tiene participando en la vida política de su municipio? Todo el tiempo,


pero más activamente 7 años.

2. ¿Cuál ha sido su participación más relevante? Presidenta Municipal Interina en el año


2009...Durante un periodo de cinco meses y medio.

3. ¿Cuál/es es/son el/los obstáculo/s más difíciles de enfrentar en su participación


política? El llegar a cubrir el puesto de un presidente que no invita a su suplente a trabajar

227
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

en el mismo ayuntamiento….cuando llegue no tenía idea de un Ayuntamiento. Y observar


que mucha gente no le parece.

4. ¿Ser mujer es o ha sido un obstáculo para su participación política? ¿Por qué?


SI…porque la mayoría de las personas ven como si la mujer no tienen la capacidad de
lograr esos puestos.

5. ¿Cuál es o sería su máxima aspiración política? Ser Diputada Federal o Senadora de la


Republica.

6. ¿Hasta dónde considera que usted podrá llegar en la vida política de su municipio?
(techo de cristal) Diputada Estatal…

7. ¿Usted lleva en su vida política una agenda por la igualdad de género? ¿Cuáles son los
tres principales aspectos que promueve para la igualdad? Por el momento no estoy en
uno reto donde tendré que incluir todos estos puntos.

8. ¿Conoce mujeres en su municipio, de su partido o de otros, que hayan alcanzado


participaciones relevantes en la política? ¿En qué posiciones? ¿Cuál ha sido su
desempeño? ¿Han tenido agendas para la igualdad de género? Si tenemos algunas
mujeres políticas y tenemos ahorita presidenta municipal pero no trabajan mucho estos
temas.

9. ¿Qué considera usted que se necesita para que las mujeres avancen en sus derechos
políticos a nivel municipal, estatal y/o nacional? Lo principal es prepararse, conocer la
problemática de su Municipio y Estado. Involucrase y buscar soluciones.

10. ¿Conoce los avances en la legislación local y nacional para el avance de la


participación política de las mujeres? NO pero considero que hoy en día nos están
ofreciendo ustedes una plataforma para conocer y capacitarse.

11. ¿Qué propondría a su partido político para el avance de las mujeres en la política?
Involucrarlas, capacitarlas, ofrecerle herramientas para mayores conocimientos pero
sobre todo ayudarlas y tomarlas en cuenta…

228
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

ENCUESTA #7

MUJERES PARTICIPANDO EN POLÍTICA EN EL ORDEN MUNICIPAL 

Información de contexto. 

• Municipio TUXTLA GUTIÉRREZ

• Entidad Federativa CHIAPAS

• Nombre de la entrevistada ALEJANDRA PERALTA VELASCO

• Edad 43

• Estado civil  SOLTERA

• Hij@s. Si X No______Número 3

• Institución política a la que pertenece MOVIMIENTO CIUDADANO

• Tiempo de militancia 3 AÑOS

• Militancia en otro/s partidos. Si___ No X Duración_______

• ¿Motivos del cambio de militancia? NUNCA HE PARTICIPADO EN OTRO


PARTIDO.

________________________________________________________________

Preguntas Guía. 

1 ¿Cuánto tiempo tiene participando en la vida política de su municipio?  10 AÑOS

2¿Cuál ha sido su participación más relevante? FUI TITULAR DE LA


SECRETARÍA PARA EL DESARROLLO Y EMPODERAMIENTO DE LAS
MUJERES.

229
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

3¿Cuál/es es/son el/los obstáculo/s más difíciles de enfrentar en su participación


política? LA FALTA DE INTERÉS EN INCLUIR MUJERES EN ESPACIOS
PÚBLICOS DE TOMA DE DECISIONES.

4¿Ser mujer es o ha sido un obstáculo para su participación política? ¿Por


qué? SI, SE SIENTE UNA EXCLUSIÓN PARA TOMAR EN CUENTA NUESTRAS
OPINIONES O APORTACIONES, HAY UN REZAGO TODAVÍA EN TOMARNOS
EN CUENTA.

5¿Cuál es o sería su máxima aspiración política? SER PRESIDENTA MUNICIPAL.

6¿Hasta dónde considera que usted podrá llegar en la vida política de su


municipio? (techo de cristal) VEO MAS POSIBLE SER DIPUTADA LOCAL O
FEDERAL, POR QUE HAY MUCHA RESISTENCIA TODAVÍA A VOTAR POR
MUJERES.

7¿Usted lleva en su vida política una agenda por la igualdad de género? ¿Cuáles
son los tres principales aspectos que promueve para la igualdad? SI, PROMUEVO
SOBRE TODO UNA VIDA LIBRE DE VIOLENCIA Y LA PARTICIPACIÓN
POLÍTICA.

8¿Conoce mujeres en su municipio, de su partido o de otros, que hayan alcanzado


participaciones relevantes en la política? ¿En qué posiciones? ¿Cuál ha sido su
desempeño? ¿Han tenido agendas para la igualdad de género? SI, YA HUBO UNA
PRESIDENTA MUNICIPAL DEL PAN HACE VARIOS AÑOS.

9¿Qué considera usted que se necesita para que las mujeres avancen en sus
derechos políticos a nivel municipal, estatal y/o nacional? PREPARARNOS,
CAPACITARNOS Y EMPODERARNOS HACIENDO ALIANZAS PARA ONTENER
RECURSOS ECONÓMICOS Y ESPACIOS POLÍTICOS.

10¿Conoce los avances en la legislación local y nacional para el avance de la


participación política de las mujeres? EL AVANCE MAS SIGNIFICATIVO
RECIENTEMENTE FUE LA APROBACIÓN DE LA LEY DE PARIDAD EN TODO
EL PAÍS..

230
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

11¿Qué propondría a su partido político para el avance de las mujeres en la


política? AL MOMENTO DE HACER ELECCIONES INTERNAS, LAS MUJERES
SEAMOS TOMADAS EN CUENTA SIN BUSCAR PARENTESCO CON OTRAS
PERSONAS, DEBERÍAN TODOS LOS PARTIDOS VER ANTE TODO LA
CAPACIDAD QUE TENEMOS.

231
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

ENCUESTA #8

MUJERES PARTICIPANDO EN POLÍTICA EN EL ORDEN MUNICIPAL

Información de contexto.

* Municipio: ____San Martín de las Pirámides.___

* Entidad Federativa: __Estado de México.______

* Nombre de la entrevistada: __Gloria Juárez Torres. ____

* Edad: ______46 años.____

* Estado civil ___Unión libre.____

* Hij@s: Si___X___No.______Número ____uno._________

* Institución política a la que pertenece: Movimiento Ciudadano__

* Tiempo de militancia: ___11 años.____

* Militancia en otro/s partidos. Si__X_ No___Duración__17_____

* ¿Motivos del cambio de militancia?

____Militaba en el PRI, pero aunque en mi municipio hubiera militantes priistas que


hacíamos las cosas bien, se nos tachaba de corruptos por otras corrientes políticas,
gracias a la fama nacional y estatal del PRI. Y eso nos molestaba, y es que sí, en realidad
había prácticas de dedazo y de corrupción que empezaron a hacer prevalecer los interés
de unos sobre los otros, y eso nos motivó a salir un buen grupo del PRI municipal a
finales de 2005, desfundándolo desde dentro y mandándolo a cuarta fuerza y metimos en
2006 por primera vez, un regidor de Convergencia.____

Preguntas Guía.

1. ¿Cuánto tiempo tiene participando en la vida política de su municipio? ___ Desde los
18 años._________________

232
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

2. ¿Cuál ha sido su participación más relevante? Fui Candidata suplente electa a cuarta
regidora 2003 – 2006, fui Contralora Interna Municipal en mi municipio en 2004 – 2006, y
después de ahí me fui a otros municipios a ocupar distintos cargos de administración
pública y a estudiar la maestría en Gobierno y Asuntos públicos, Diplomados en Hacienda
Pública Municipal, etc. Fui la primer Mujer Presidenta de un partido político mi municipio
en 2006, y fue por Convergencia y luego por Movimiento Ciudadano hasta 2012. Fui
candidata a Presidenta Municipal en 2012, (en donde con actos ilícitos me bajaron de la
candidatura y metieron a un hombre en mi propio partido a nivel estatal, lo impugné y
gané por resolución del Tribunal Federal electoral en el último día de campaña, por lo que
no tuve oportunidad de hacer campaña yo) logrando aun así sacar una valiosa votación, y
meter un regidor.

3. ¿Cuál/es es/son el/los obstáculo/s más difíciles de enfrentar en su participación


política? ____El machismo, el patriarcado, que los hombres son los primeros en oponerse
a que haya más mujeres participando en política para acceder a los cargos públicos y a la
toma de decisiones., aun nos quieren ver en el ámbito de lo privado, no nos ven con
agrado en lo público.

4. ¿Ser mujer es o ha sido un obstáculo para su participación política? ¿Por qué? ____Sí,
por todo lo mencionado en puntos anteriores, he notado que las Mujeres nos cuesta más
trabajo llegar a los cargos para los que tenemos probada capacidad y trayectoria, muchas
de las que llegan es porque hay un líder hombre que las respalda, pero también al que le
deben el favor, y por lo tanto responden a sus intereses, y no a ayudan a más mujeres.

5. ¿Cuál es o sería su máxima aspiración política? ____Ser senadora de la República, me


gusta más la legislación que el poder ejecutivo.

6 ¿Hasta dónde considera que usted podrá llegar en la vida política de su municipio?
_____Pues confío en que los tiempos vayan cambiando, en las zonas semi urbanas (o
aun rurales como el mío) es más difícil, pero aun así ya fui candidata a Presidenta
Municipal, y aspiro a ser Diputada Federal o local por mi distrito y por ende ayudar a más
mujeres de mi municipio.

7. ¿Usted lleva en su vida política una agenda por la igualdad de género? ¿Cuáles son los
tres principales aspectos que promueve para la igualdad? ____Si,
233
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

* Elaboro proyectos en los municipios para bajar a los Institutos municipales de las
Mujeres recursos económicos para capacitación con perspectiva de género a las mujeres
a través del programa de Fortalecimiento a la Transversalidad de la perspectiva de género
del INMUJRES ($300 mil pesos por municipio).

* Como delegada Estatal de Mujeres en Movimiento, llevo a cabo un plan de trabajo para
fortalecer la capacitación (Foros, encuentros, talleres, para las Mujeres de todo mi estado,
para motivar la participación política de las mismas y el empoderamiento.

* Me sumo a las luchas feministas y contra la violencia y feminicidios en mi Estado, fui


parte de las marchas y movimientos sociales que orillaron a la SEGOB y al Gobernador a
declarar Alerta de género en once municipios de mi Estado.

* En la búsqueda de candidatas mujeres, me he esmerado porque sean más del 50 por


ciento de propuestas mujeres, mujeres de lucha social, de fuerte activismo y liderazgo,
mujeres empoderadas e independientes, mujeres académicas , mujeres profesionistas,
etc., que busquen al igual que yo la igualdad de oportunidades para todas.

8. ¿Conoce mujeres en su municipio, de su partido o de otros, que hayan alcanzado


participaciones relevantes en la política? ¿En qué posiciones? ¿Cuál ha sido su
desempeño? ¿Han tenido agendas para la igualdad de género? ____Pues no, aquí no
han ocupado cargos más altos que de Síndico Municipal, y hubo una diputada local que
entro por suplencia, porque el diputado en funciones se fue a contender a otro cargo. Solo
una que se desempeñó como Síndico, trae un agenda que considera cuestiones de la
igualdad de género, en una Asociación civil de ella, que ayuda a mujeres a desarrollarse
en el empoderamiento económico.

9. ¿Qué considera usted que se necesita para que las mujeres avancen en sus derechos
políticos a nivel municipal, estatal y/o nacional? Que se respeten las cuotas de género
(vertical y horizontalmente), que se amplíen las acciones afirmativas que permitan
desarrollar políticas públicas para ir avanzando en la igualdad.

10. ¿Conoce los avances en la legislación local y nacional para el avance de la


participación política de las mujeres? ___Si, la nueva Ley en materia electoral obliga a
llevar a cabo las cuotas de género, y las reformas constitucionales para incidir en los

234
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

presupuestos con perspectiva de género y programas de fortalecimiento a la


transversalidad de la perspectiva de género, estrategias y acciones públicas
implementadas para la igualdad de género a través de los Institutos, como el
INMUJERES, el Consejo Estatal de las Mujeres, y los Institutos para La Protección de los
Derechos de las Mujeres en los Municipios. Los análisis de las políticas públicas desde el
Congreso de la Unión en materia de protección a los derechos humanos de las mujeres,
las leyes federal y estatal para eliminar la violencia contra las Mujeres, etc.

11. ¿Qué propondría a su partido político para el avance de las mujeres en la política?
Que se hagan a un lado los intereses de los hombres que siempre han ostentando el
poder y solo se turnan en los cargos y le den verdaderas oportunidades a más mujeres de
llegar, no postulándolas solo en distritos o municipios perdedores, sino llevándolas a
mejores condiciones de desarrollo electoral y político.

235
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

ENCUESTA #9

MUJERES PARTICIPANDO EN POLÍTICA EN EL ORDEN MUNICIPAL

Información de contexto.

* Municipio___Chiautempan.

* Entidad Federativa: Tlaxcala.

* Nombre de la entrevistada: Silvia Avelina Nava Nava.

* Edad: 55.

* Estado civil: Soltera.

* Hij@s. Si______No__x__Número ______.

* Institución política a la que pertenece: Movimiento Ciudadano.

* Tiempo de militancia 4 años.

* Militancia en otro/s partidos. Si___ No_x Duración_______

* ¿Motivos del cambio de militancia?

________________________________________________________________________

Preguntas Guía.

1. ¿Cuánto tiempo tiene participando en la vida política de su municipio?

De mi Estado y municipios. Formalmente14 años.

2. ¿Cuál ha sido su participación más relevante? _

Avanzada y jefa de seguridad de Candidato y posteriormente Gobernador; Coordinadora


de Control de Gestión y Seguimiento del Despacho del C. Gobernador. Tlaxcala 2005-
2011. Coordinadora de la Red de Mujeres de la Sociedad Civil de Candidata Presidencial

236
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

en Tlaxcala, 2012. Candidata a Diputada Federal por el II Distrito en el Estado de Tlaxcala


por Movimiento Ciudadano.

3. ¿Cuál/es es/son el/los obstáculo/s más difíciles de enfrentar en su participación


política?

Intolerancia masculina, inequidad en la valoración de esfuerzos (aún entre mujeres),


violencia económica, discriminación por origen, edad y apariencia física.

4. ¿Ser mujer es o ha sido un obstáculo para su participación política?

Inicialmente sí. Me tocó toco ser precursora de los cambios que hoy nos brindan apertura.

¿Por qué?

Las mujeres que participaban en política eran decorativas o con un antecedente de


prostitución personal para alcanzar espacios políticos.

5. ¿Cuál es o sería su máxima aspiración política?

Dirigir Movimiento Ciudadano en el Estado de Tlaxcala para hacer intenso trabajo de


campo y ser Diputada Federal.

6. ¿Hasta dónde considera que usted podrá llegar en la vida política de su municipio?
(techo de cristal)

Actualmente es posible llegar a donde uno quiera.

7. ¿Usted lleva en su vida política una agenda por la igualdad de género?

Sì.

¿Cuáles son los tres principales aspectos que promueve para la igualdad?

Inclusión, no discriminación y promoción de igualdad real.

8. ¿Conoce mujeres en su municipio, de su partido o de otros, que hayan alcanzado


participaciones relevantes en la política?

237
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Sí. De mi municipio y de mi Estado.

¿En qué posiciones?

Presidentas municipales, presidentas de comunidad, funcionarias. Ex diputadas.

¿Cuál ha sido su desempeño?

De satisfactorio a regular.

¿Han tenido agendas para la igualdad de género?

No, creo que no. Aunque tuvieron buena intención.

9. ¿Qué considera usted que se necesita para que las mujeres avancen en sus derechos
políticos a nivel municipal, estatal y/o nacional?

Capacitación, tolerancia a la propia diversidad femenina, el ejercicio pleno del derecho a


la paridad (dentro y fuera de las organizaciones políticas) y la firma de compromisos sobre
agenda.

10. ¿Conoce los avances en la legislación local y nacional para el avance de la


participación política de las mujeres?

Sì, Creo que tengo conocimiento de los aspectos más relevantes.

11. ¿Qué propondría a su partido político para el avance de las mujeres en la política?

Abrir más y mejores oportunidades a liderazgos femeninos e intenso trabajo de campo.

238
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

ENCUESTA #10

–Cuestionario- con mujeres simpatizantes de la participación política de las


mujeres, no militantes, mujeres en general.

* Municipio_____COYOACÁN_____Entidad Federativa____CDMX________

* Nombre de la entrevistada (opcional)

* Edad 23 AÑOS

* Estado civil SOLTERA

* Hij@s. Si______No___X___Número_______

* Ocupación___________AUXILIAR CONTABLE

* Nombre del o la encuestadora______KAREN B. BELTRÁN

Preguntas

1. ¿Sabes cuándo fue la elección próxima anterior a presidente municipal en tu


municipio?

Si___X____No______Año_________

2. ¿Sabes cuántas mujeres participaron en la elección pasada como candidatas?

Si____X_____No________Número______2____

3. ¿Sabes quiénes eran estas mujeres? ¿Conoces su trayectoria?

Si________No____X____Describe su trayectoria______NO CONOZCO SU


TRAYECTORIA, SÓLO SÉ QUE ERAN CANDIDATAS POR EL PRI Y
MORENA__________________________________________________________

239
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

__________________________________________________________________
__________________________________________

4. ¿Te sientes identificada con estas mujeres? Si_______No_______X______

¿por qué?___________NO CONOZCO SU


TRAYECTORIA_____________________________________________________
___________________________________________________

5. ¿Votaste por alguna de ellas? Si________No______X____¿Por qué?


____PORQUE CONOCÍ LA PROPUESTA DE OTRO
CANDIDATO_______________________________________________________
____________________________________________________________

6. ¿Sus propuestas de campaña incluían derechos de las mujeres?


Si_______No_________¿Cuáles?____NO LO SÉ

7. ¿Si volvieran a ser candidatas votarías por ellas? Si__X___No_________

¿Por qué?____ME INTERESARÍA MÁS EN SUS PROPUESTAS QUE


INCLUYERA DERECHOS DE MUJERES PERO SIN QUE SUS PROPUESTAS Y
SU CAMPAÑA ALUDA SÓLO AL
FEMINISMO____________________________________________________

8. ¿Quiénes son mejores candidat@s? Mujeres_______Hombres_________

¿Porqué?____NO CONSIDERO QUE LOS CANDIDAT@S SEAN MEJORES POR


SU GÉNERO, SINO POR SUS VALORES, PROPUESTAS Y QUE SE BUSQUE
LO MEJOR PARA TODOS SIN DISTINGUIR EN HOMBRES Y MUJERES.

9. ¿Conoces servidoras públicas? Si__X______No________¿Sirven igual, mejor o


peor que los hombres? Igual___X__Mejor________Peor_________

240
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

¿Por qué?____EXISTEN QUIÉNES “SIRVEN MEJOR” Y QUIÉNES “SIRVEN


PEOR”, IGUAL QUE LOS HOMBRES. La diferencia lo hace sus valores y
profesionalismo

10. ¿Qué le pedirías a las mujeres políticas de tu municipio?____________SEAN


HONESTOS, NO OLVIDEN EL BIEN COMÚN, NO PONGAN EL INTÉRES
PERSONAL SOBRE EL COMÚN.

241
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

ENCUESTA#11

–Cuestionario- con mujeres simpatizantes de la participación política de las


mujeres, no militantes, mujeres en general.

* Municipio_DELG IZTAPALAPA __Entidad Federativa_CIUDAD DE MÉXICO

* Nombre de la entrevistada (opcional) ANGELICA GONZÁLEZ LILI

* Edad 25 AÑOS

* Estado civil SOLTERA

* Hij@s. Si______No__X____Número_______

* Ocupación: ASISTENTE

* Nombre del o la encuestadora__KAREN BERENICE ELTRÁN

Preguntas

1. ¿Sabes cuándo fue la elección próxima anterior a presidente municipal en tu municipio?

Si_______No__X____Año_

2.-¿Sabes cuántas mujeres participaron en la elección pasada como candidatas?

Si_________No____X____Número__________

2. ¿Sabes quiénes eran estas mujeres? ¿conoces su trayectoria?

Si________No_____X___Describe su
trayectoria_______________________________________________________________
__

3. ¿Te sientes identificada con estas mujeres? Si_______No__X_________

¿por qué? ________ NO LAS CONOZCO BIEN

242
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

4. ¿Votaste por alguna de ellas? Si__ ______No__________¿Por qué?


________________________________________________________________________
_______________________________________________________________

5. ¿Sus propuestas de campaña incluían derechos de las mujeres? Si__


____No_________¿Cuáles?_____________________________________

6. ¿Si volvieran a ser candidatas votarías por ellas? Si_______No_______

¿Por qué? ________ ME GUSTARIA CONOCER MAS DE ELLAS QUE LAS


PROMUEVAN EN MEDIOS DE COMUNICACIÓN, POR QUE ASI VOTARIA POR ELLAS.

7. ¿Quiénes son mejores candidat@s? Mujeres____X__Hombres_________

¿Porqué?____TIENE QUE HABER UN CAMBIO

8. ¿Conoces servidoras públicas? Si___X_____No________¿Sirven igual, mejor o peor


que los hombres? Igual X___Mejor________Peor_________

¿Por qué?____SON MÁS OBSERVADORAS DE LO QUE PASA A ASU ALREDEDOR .

10.-¿Qué le pedirías a las mujeres políticas de tu municipio?__

QUE SE INVOLUCRARÁN MÁS EN LA VIDA POLITICA DE MI MUNICIPIO.

243
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

ENCUESTA#12

MUJERES PARTICIPANDO EN POLÍTICA EN EL ORDEN MUNICIPAL

Información de contexto.

* Delegacion: Iztacalco

* Entidad Federativa: Ciudad de México

* Nombre de la entrevistada: Patricia Barragán Pacheco

* Estado civil: Soltera

* Hij@s: No

* Institución política a la que pertenece: Movimiento Ciudadano

* Tiempo de militancia: 3 años

* Militancia en otro/s partidos: No

Preguntas Guía.

¿Cuánto tiempo tiene participando en la vida política de su municipio?

R= 3 años.

¿Cuál ha sido su participación más relevante?

R= Delegada Estatal de Mujeres en Movimiento.

¿Cuál/es es/son el/los obstáculo/s más difíciles de enfrentar en su participación política?

R= La misoginia de hombres y mujeres.

¿Ser mujer es o ha sido un obstáculo para su participación política? ¿Por qué?

R= No.

244
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

¿Cuál es o sería su máxima aspiración política?

R= Una gubernatura.

¿Hasta dónde considera que usted podrá llegar en la vida política de su municipio? (techo
de cristal)

R= Hasta donde yo me lo proponga.

¿Usted lleva en su vida política una agenda por la igualdad de género?

R= Si.

¿Cuáles son los tres principales aspectos que promueve para la igualdad?

R= Un trato justo equitativo e igualitario en la vida laboral.

Combatir en contra de la violencia de género.

Acciones afirmativas para el empoderamiento económico de las mujeres.

¿Conoce mujeres en su municipio, de su partido o de otros, que hayan alcanzado


participaciones relevantes en la política?

R= Si. ¿En qué posiciones?

R= Delegadas, Diputadas, Senadoras.

¿Han tenido agendas para la igualdad de género R=Si.

¿Qué considera usted que se necesita para que las mujeres avancen en sus derechos
políticos a nivel municipal, estatal y/o nacional?

R=Políticas públicas negrales que nos permitan desarrollarnos equitativa e igualitaria.

¿Conoce los avances en la legislación local y nacional para el avance de la participación


política de las mujeres? R= Si.

¿Qué propondría a su partido político para el avance de las mujeres en la política?

245
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

R= Un punto de acuerdo en donde se estimulen fiscalmente a las empresas que den un


trato justo e igualitario a las mujeres que laboran con ellos.

246
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

ENCUESTA#13

MUJERES PARTICIPANDO EN POLÍTICA EN EL ORDEN MUNICIPAL

Información de contexto.

* Municipio Aguascalientes

* Entidad Federativa______________Aguascalientes

* Nombre de la entrevistada_____Ana Rosa Cabrales Martínez

* Edad ___36

* Estado civil soltera______________

* Hij@s. Si x No______Número _____________

* Institución política a la que pertenece ___Movimiento Ciudadano

* Tiempo de militancia __10 años

* Militancia en otro/s partidos. Si___ No x Duración_______

* ¿Motivos del cambio de militancia?

Preguntas Guía.

1. ¿Cuánto tiempo tiene participando en la vida política de su municipio? _____ha sido de


manera intermitente

2. ¿Cuál ha sido su participación más relevante? _participe como subdelegada de


mujeres hace 5 años

3. ¿Cuál/es es/son el/los obstáculo/s más difíciles de enfrentar en su participación


política? __________El poco apoyo para operar el trabajo, hay un presupuesto
legalmente proporcionado pero en lo operativo es complicado bajarlo, o en lo personal no
he sabido cómo debe ejecutarse

247
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

4. ¿Ser mujer es o ha sido un obstáculo para su participación política? ¿Por qué? _si,
porque se cree que al tener un hijo, no trabajaremos de una manera óptima, siempre el
obstáculo ha sido referente a cuestiones de género y no de capacidad, y al vernos de esa
manera en muchas ocasiones optamos por bajar la guardia, en mi caso así fue en varias
ocasiones

5. ¿Cuál es o sería su máxima aspiración política? __por el momento mi siguiente escalón


es pertenecer a la comisión operativa de mi Estado para después poder presidirla.

6. ¿Hasta dónde considera que usted podrá llegar en la vida política de su municipio?
(techo de cristal) __a una diputación

7. ¿Usted lleva en su vida política una agenda por la igualdad de género? ¿cuáles son los
tres principales aspectos que promueve para la igualdad? __he trabajado en cuestiones
legales para pensiones alimenticias, y a su vez en pláticas ya que me he dado cuenta que
el principal discurso que se le da a las madres, incluso de parte de otras mujeres es un
falso feminismo, hacen creer que si crías, mantienes, educas a tu hijo o hija tú sola eres
mejor mujer, cuando la principal víctima en eso ha sido el menor, he trabajado sobre
alienación parental, parto digno y últimamente sobre suicidios de mujeres que en
ocasiones son feminicidios.

8. ¿Conoce mujeres en su municipio, de su partido o de otros, que hayan alcanzado


participaciones relevantes en la política? ¿En qué posiciones? ¿Cuál ha sido su
desempeño? ¿Han tenido agendas para la igualdad de género? _dentro del medio de la
comunicación donde me he manejado durante muchos años por ser mi profesión he
conocido a varias mujeres q actualmente tienen un cargo tres de ellas, he tenido
acercamiento, hemos trabajado en la cuestión de la alienación parental, logramos muy
poco, con otra de ella tratamos lo de pensiones donde logramos que en menos de 48
horas se resolviera la pensión provisional.

9. ¿Qué considera usted que se necesita para que las mujeres avancen en sus derechos
políticos a nivel municipal, estatal y/o nacional?

Posicionamiento en los puestos operativos, porque en la ley se dice pero a la hora de


aplicarla siempre hay un vivo que sabe cómo darle la vuelta

248
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

9. ¿Conoce los avances en la legislación local y nacional para el avance de la


participación política de las mujeres? _no del todo

11. ¿Qué propondría a su partido político para el avance de las mujeres en la


política?_________que se aplicará el 50-50, dentro de los puestos operativos, que se
logrará un 50-50 de mujeres en las coordinaciones estatales, eso sería un gran avance.

249
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

ENCUESTA #14

. MUJERES PARTICIPANDO EN POLÍTICA EN EL ORDEN MUNICIPAL

Información de contexto.

* Municipio: Durango

* Entidad Federativa: 10

* Nombre de la entrevistada: Brenda Elizabeth Herrera Gallegos

* Edad: 32 años

* Estado civil: Casada

* Hij@s. Si: X No______Número: 2

* Institución política a la que pertenece: Movimiento Ciudadano

* Tiempo de militancia: 7 años

* Militancia en otro/s partidos. Si___ No__X_Duración_______

* ¿Motivos del cambio de militancia?

________________________________________________________________________
________________________________________________________________________

Preguntas Guía.

1. ¿Cuánto tiempo tiene participando en la vida política de su municipio? 10 años

2. ¿Cuál ha sido su participación más relevante? Candidata a Diputada Local

3. ¿Cuál/es es/son el/los obstáculo/s más difíciles de enfrentar en su participación


política? El manejo de influencias, nepotismo, corrupción.

250
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

4. ¿Ser mujer es o ha sido un obstáculo para su participación política? ¿Por qué? Si, en
mi caso siempre han obtenido las mejores oportunidades los hombres, los mejores
sueldos, las mejores posiciones y cuando fui candidata ellos eligieron primero los distritos
q tenían más votos opositores y después luche con las mujeres recomendadas o con las
que se tenía un compromiso previo aunque no formaban parte de la estructura ni eran
militantes de Movimiento Ciudadano, me dieron el distrito priista de toda la vida y no tuve
opción de elegir nada solo decir sí o no participaba.

5. ¿Cuál es o sería su máxima aspiración política? Senadora de la República.

6. ¿Hasta dónde considera que usted podrá llegar en la vida política de su municipio?
(techo de cristal) Diputada Local

7. ¿Usted lleva en su vida política una agenda por la igualdad de género? ¿cuáles son los
tres principales aspectos que promueve para la igualdad? Empoderamiento,
Oportunidades reales de Participación política y fomento y defensa de los derechos
humanos de las mujeres.

8. ¿Conoce mujeres en su municipio, de su partido o de otros, que hayan alcanzado


participaciones relevantes en la política? ¿En qué posiciones? ¿Cuál ha sido su
desempeño? ¿Han tenido agendas para la igualdad de género? Si, en MC tenemos una
regidora del Mpio. de Durango, llegó a ese puesto por ser la hermana del Coordinador
Estatal y candidato a la Presidencia Municipal en esa elección, su desempeño ha ido de
menos a más porque fue aprendiendo sobre la marcha y aunque ha tenido aciertos
siempre ha tenido la sombra de que en esa elección fue evidente para la ciudadanía y
medios el nepotismo al quedar 3 hermanos en cargos públicos y otro más ser coordinador
estatal de MC. Y En mi municipio hay más mujeres que han llegado a cargos públicos
pero no todas han fomentado agendas de igualdad de género.

9. ¿Qué considera usted que se necesita para que las mujeres avancen en sus derechos
políticos a nivel municipal, estatal y/o nacional? Oportunidades de Participación reales,
Confianza y que no nos vean como rivales sino como compañeras que podemos aportar
mucho y ayudar a mejorar el trabajo.

251
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

10. ¿Conoce los avances en la legislación local y nacional para el avance de la


participación política de las mujeres? Si

11 ¿Qué propondría a su partido político para el avance de las mujeres en la política?


Apoyo y fortalecimiento para que las mujeres que participamos en MC podamos
desarrollarnos, que revisen la situación real de cada una en su Estado y se les escuche
en sus necesidades, las luchas que cada una libramos dentro de nuestro Comité y que se
asigne un presupuesto y seamos nosotras quienes manejemos ese recurso sin tener que
pedir permiso o un consentimiento que siempre termina en un No hay dinero.

252
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

ENCUESTA #15

MUJERES PARTICIPANDO EN POLÍTICA EN EL ORDEN MUNICIPAL

Información de contexto.

* Municipio: Campeche ________

* Entidad Federativa: Campeche

* Nombre de la entrevistada: Lourdes del Carmen Balan Baas

* Edad 61

* Estado civil Soltera

* Hij@s. Si X No______Número 3

* Institución política a la que pertenece Movimiento Ciudadano

* Tiempo de militancia 15

* Militancia en otro/s partidos. Si___ No X Duración_______

* ¿Motivos del cambio de militancia

Preguntas Guía.

1. ¿Cuánto tiempo tiene participando en la vida política de su municipio? 15 años

2. ¿Cuál ha sido su participación más relevante? Delegada de mujeres

3. ¿Cuál/es es/son el/los obstáculo/s más difíciles de enfrentar en su participación


política?

La falta de oportunidades y que las misma compañeras muchas veces no apoyan.

4. ¿Ser mujer es o ha sido un obstáculo para su participación política? ¿Por qué?


253
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Los hombre siempre quieren ocupar los mejores cargos.

5. ¿Cuál es o sería su máxima aspiración política? Coordinadora Estatal

6. ¿Hasta dónde considera que usted podrá llegar en la vida política de su municipio?
(techo de cristal)

Primero Regidora y después Presidenta

7. ¿Usted lleva en su vida política una agenda por la igualdad de género? ¿cuáles son los
tres principales aspectos que promueve para la igualdad?

1.- El empoderamiento de las mujeres en sus comunidades

2.-Talleres de equidad de género

. 3.-Talleres en contra de la violencia de género

8. ¿Conoce mujeres en su municipio, de su partido o de otros, que hayan alcanzado


participaciones relevantes en la política? ¿En qué posiciones? ¿Cuál ha sido su
desempeño? ¿Han tenido agendas para la igualdad de género?

En el trienio pasado la Presidenta Municipal, emanada del PRI, con un desempeño


pésimo y no tuvo agenda de género.

9. ¿Qué considera usted que se necesita para que las mujeres avancen en sus derechos
políticos a nivel municipal, estatal y/o nacional?

Que se respeten todos los acuerdos, sobre todo que haya paridad.

10. ¿Conoce los avances en la legislación local y nacional para el avance de la


participación política de las mujeres?

. Un poco, pero necesitamos más información

11 ¿Qué propondría a su partido político para el avance de las mujeres en la política?

254
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Que se nos trate igual que a los hombres, en lo económico, pero sobre todo que nuestras
opiniones sean tomadas en cuenta, para poder desempeñar un buen papel.

255
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

ENCUESTA #16

–Cuestionario- con mujeres simpatizantes de la participación política de las


mujeres, no militantes, mujeres en general.

Información de contexto.

* Municipio_MAGDALENA CONTRERAS __Entidad Federativa_CIUDAD DE MÉXICO

* Nombre de la entrevistada (opcional)

* Edad 36 AÑOS

* Estado civil SOLTERA

* Hij@s. Si______No__X____Número_______

* Ocupación: EMPLEADA

* Nombre del o la encuestadora__KAREN BERENICE ELTRÁN

Preguntas

1. ¿Sabes cuándo fue la elección próxima anterior a presidente municipal en tu municipio?

Si___X____No______Año_2014-2015

2. ¿Sabes cuántas mujeres participaron en la elección pasada como candidatas?

Si_________No____X____Número__________

3. ¿Sabes quiénes eran estas mujeres? ¿conoces su trayectoria?

Si________No_____X___Describe su
trayectoria_______________________________________________________________
________________________________________________________________________
________________________________________________________________________
________________________________________________________________________

256
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

________________________________________________________________________
_

4. ¿Te sientes identificada con estas mujeres? Si_______No_________X____

¿por quéPORQUÉ NO LAS CONOZCO Y CREO QUE LLEGARÁN PARA CUMPLIR CON
LA CUOTA DE GÉNERO, PERO NO ESTABAN COMPROMETIDAS NI PREPARADAS.

5. ¿Votaste por alguna de ellas? Si__X______No__________¿Por qué?


________________________________________________________________________
________________________________________________________________________
________________________________________________________________________
________________________

6. ¿Sus propuestas de campaña incluían derechos de las mujeres?


Si__X_____No_________¿Cuáles?_____________________________________

7. ¿Si volvieran a ser candidatas votarías por ellas? Si_______No__X______

¿Por qué? PORQUE NO ME IDENTIFIQUE Y SOLO VOTE PORQUE LAS PROPUSO


MOVIMIENTO CIUDADANO

8. ¿Quiénes son mejores candidat@s? Mujeres_______Hombres_________

¿Porqué?____ES IGUAL, HAY MUJERES BUENAS CANDIDATAS Y MALAS, AL IGUAL


QUE LOS HOMBRES, NO ES ASUNTO DE GÉNERO

9. ¿Conoces servidoras públicas? Si___X_____No________¿Sirven igual, mejor o peor


que los hombres? Igual X___Mejor________Peor_________

¿Por qué?____EL SERVICIO PÚBLICO NO ES DE GÉNERO ES DE VALORES Y


PREPARACIÓN

10.-¿Qué le pedirías a las mujeres políticas de tu municipio?__

257
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

QUE SE PREPAREN MÁS, QUE SE INFORMEN Y QUE ROPONGAN PROGRAMAS


DIRIGIDOS A MUJERES, A NIÑOS Y JÓVENES, QUE NO HABLEN MAL DE LOS
HOMBRES SINO QUE HAGAN SUS TRABAJOS SIN PREJUICIOS.

258
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

ENCUESTA #17

–Cuestionario- con mujeres simpatizantes de la participación política de las


mujeres, no militantes, mujeres en general.

Información de contexto.

* Municipio_DEL AZCAPOTZALCO __Entidad Federativa_CIUDAD DE MÉXICO

* Nombre de la entrevistada (opcional) EDITH ANGUIANO AGUILAR

* Edad 48 AÑOS

* Estado civil MADRE SOLTERA

* Hij@s. Si__X____No______Número______1_

* Ocupación___________ASISTENTE ADMINISTRATIVO

* Nombre del o la encuestadora__KAREN BERENICE ELTRÁN

Preguntas

1. ¿Sabes cuándo fue la elección próxima anterior a presidente municipal en tu


municipio?

Si___X____No______Año_2014-2015

2. ¿Sabes cuántas mujeres participaron en la elección pasada como candidatas?

Si_________No____X____Número__________

3. ¿Sabes quiénes eran estas mujeres? ¿conoces su trayectoria?

Si________No_____X___Describe su
trayectoria_________________________________________________________
__________________________________________________________________

259
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

__________________________________________________________________
______________

4. ¿Te sientes identificada con estas mujeres? Si_______No_________X____

¿por qué?______________________NO SÉ QUIENES


SON__________________________________

5. ¿Votaste por alguna de ellas? Si________No__________¿Por qué?


__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________

6. ¿Sus propuestas de campaña incluían derechos de las mujeres?


Si__X_____No_________¿Cuáles?_____________________________________

7. ¿Si volvieran a ser candidatas votarías por ellas? Si____X___No_________

¿Por
qué?______________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________

8. ¿Quiénes son mejores candidat@s? Mujeres___X____Hombres_________

¿Porqué?____SON MÁS TRABAJADORAS, ORGANIZADAS Y MÁS HONESTAS

9. ¿Conoces servidoras públicas? Si___X_____No________¿Sirven igual, mejor o


peor que los hombres? Igual______Mejor_____X___Peor_________

¿Por qué?____SE COMPROMETEN MÁS CON EL PAÍS

260
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

10.-¿Qué le pedirías a las mujeres políticas de tu municipio?___QUE LUCHEN


POR LA IGUALDAD DE GÉNERO, PARA QUE TENGAMOS LAS MISMAS
OPORTUNIDADES EN TODOS LOS NIVELES.

261
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

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Recuperado de http://www.jornada.unam.mx/2008/05/08/ls-reportaje.html

Siller, Pedro. (1975). Testimonios: Juana B. Gutiérrez de Mendoza. México.

CEHSMO. Urrutia, Alonso. (27 de marzo de 2012a). La Disputa por los Pinos: Da
el IFE a partidos 48 horas para cumplir con cuotas de género. La Jornada.
Recuperado de http://www. jornada.unam.mx/2012/03/27/politica/002n1pol

Urrutia, Alonso. (28 de marzo de 2012b). Presenta el PRI recurso contra orden de
cumplir cuota de género y recula. La Jornada. Recuperado de
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Vance, Carol. (4 de octubre de 2012). Tráfico y prostitución. La Jornada.


Recuperado de http://www.jornada.unam.mx/2012/10/04/ls-opiniondos.html

Velasco C. Elizabeth. (18 de marzo de 2013). Urge tipificar feminicidios y crímenes


por homofobia en estados: Conapred. La Jornada. Recuperado de
http://www.jornada.unam.mx/2013/03/18/politica/013n2pol

Villalobos Calderón, Liborio. (1975).

267
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

La mujer y el movimiento obrero mexicano en el siglo XIX. México. CEHSMO. -


Libro "Contigo Aprendí"

Lecturas Complemetarias

Díaz, Ariane. (19 de julio de 2012). Preocupa a CEDAW la violencia hacia las
mujeres en México. La Jornada. Recuperado de
http://www.jornada.unam.mx/2012/07/19/sociedad/042n1soc

Activistas y comunicadoras son las más vulnerables, señala. Preocupa a


Cedaw la violencia hacia las mujeres en México. Asegura el gobierno que sí
hay avances en la materia.

Las expertas del Comité de la Convención sobre la Eliminación de todas las


formas de Discriminación contra la Mujer de las Naciones Unidas (Cedaw, por sus
siglas en inglés) manifestaron su preocupación ante la situación de violencia que
viven en México las mujeres, particularmente las periodistas y defensoras de
derechos humanos, afirmaron integrantes de la delegación mexicana de
organizaciones civiles que acudieron a Nueva York a la presentación ante ese
organismo del informe del Estado mexicano, así como de los informes sombras
preparados por las agrupaciones.

Aseguraron que la Cedaw cuestionó al Estado mexicano por la ausencia de


protocolos para atender las agresiones a periodistas y defensoras de derechos
humanos, así como de información puntual en la materia.

En tanto, el Instituto Nacional de las Mujeres –cuya presidenta, Rocío García


Gaytán, encabezó la delegación del gobierno mexicano– y la cancillería
informaron que durante la sustentación del 7° y 8° informe consolidado de México
sobre el cumplimiento de la Cedaw, efectuado el pasado martes en la sede de la
ONU, México reafirmó su compromiso para promover los derechos humanos de

268
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

las mujeres, subrayando importantes avances en esa materia y reconociendo


desafíos, que se están atendiendo.

García Gaytán afirmó que entre los avances se encuentran la reforma


constitucional de derechos humanos de 2011, por la cual adquieren rango
constitucional los tratados internacionales, y la promulgación de la Ley General de
Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

En un boletín, afirmaron que ante la preocupación del comité por la situación se


dio una amplia explicación de la nueva ley en la materia, incluyendo la descripción
del alcance de las medidas de protección que actualmente se otorgan. También se
expuso la aplicación de los protocolos de investigación criminal y de búsqueda de
personas desaparecidas: Protocolo Alba y Alerta Amber, así como del Banco
Nacional de Violencia contra las Mujeres, a cargo de la Secretaría de Seguridad
Pública, que cuenta con más de 75 mil registros. Sin embargo, en opinión de la
coalición Cedaw –integrada por 113 organizaciones civiles que prepararon los
informes sombra– ante los cuestionamientos del comité, el Estado mexicano no
dio respuestas concretas ni datos claros que demuestren la efectividad de las
acciones gubernamentales para eliminar la discriminación hacia las mujeres.

Marusia López, de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos, dijo en


entrevista que si bien en términos generales la violencia fue el tema que generó
mayor inquietud entre las expertas, también se abordó el respeto a los derechos
sexuales y reproductivos de las mujeres, así como la criminalización de quienes
deciden interrumpir un embarazo.

La delegación oficial mexicana reconoció desafíos en diversos temas, como el


acceso a la justicia y el perfeccionamiento en el combate a la violencia de género.

Miguel, Pedro. (9 de septiembre de 2007). Navegaciones: Palancas y botones.


La Jornada. Recuperado de

269
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

http://www.jornada.unam.mx/2007/09/09/index.php?section=opinion&article=036o1
soc

Caducidad de Arquímedes y de Freud Ars amandi y Guía sexual de Durex.

En tiempos recientes Arquímedes ha sido severamente vapuleado. Hace tres


años, científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts y de la Universidad de
Arizona intentaron reproducir, sin éxito, las lupas y los espejos que el sabio griego
diseñó, según la leyenda, para incendiar las galeras del general romano Marcelo
que sitiaban Siracusa. Para colmo, algún físico moderno ha calculado las
condiciones bajo las cuales sería posible cumplir la frase arquimediana “dadme un
punto de apoyo (fulcro) y moveré el mundo”, y sus conclusiones son
desalentadoras: de poderse se puede, pero para que un humano de fuerza
mediana pudiera mover un centímetro esta pelota de 6 mil trillones de toneladas
tendría que hallar el fulcro adecuado, luego construir una palanca con una longitud
de 10 millones de años luz, es decir, 100 veces más larga que el diámetro de
nuestra galaxia, y después la mano que moviera esa palanca debería recorrer un
arco de un billón de años luz (ojo, chato, que ese trayecto te toma un tiempo
equivalente a 10 veces la edad del universo), y sí, a la postre conseguiría alzar un
centímetro este planetucho de porquería.

Pese a sus limitaciones, esa ley de Arquímedes se mantuvo vigente en las


interfases de la tecnología hasta mediados del siglo XX y el poder de la palanca
fue tan apreciado que se convirtió en metáfora del poder a secas: “tener
palancas”. Se empleaban en toda suerte de maquinaria, desde hornos de
fundición hasta máquinas de escribir, como interruptores eléctricos, y aún se les
puede ver, muy orondas ellas, emergiendo de la caja de transmisión de los
automóviles. Esa popularidad es consistente con el hecho de que, desde el
Neolítico y creo que hasta la fecha, vivimos en sociedades preponderantemente
falocráticas en las que la porción masculina de la humanidad ha tenido la sartén

270
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

por el mango y en las que el control sobre los demás se representa por medio de
cetros, báculos, férulas, varas y bastones de mando.

En pleno esplendor del Rey Vergara un célebre neurótico de Viena ideó la fantasía
perfecta para explicar las diferencias en el desarrollo de los dos géneros: “Si
investigamos hasta una profundidad suficiente la neurosis de una mujer,
tropezamos frecuentemente con el deseo reprimido de poseer, como el hombre,
un pene. A este deseo lo denominamos ‘envidia del pene’ [...]. En otras mujeres no
aparece este deseo, pero sí el de tener un hijo, deseo cuyo incumplimiento puede
luego desencadenar la neurosis. Es como si hubieran comprendido – cosa
imposible en la realidad– que la naturaleza les ha dado los hijos como
compensación de lo que hubo de negarle. Por último, en una tercera clase de
mujeres averiguamos que abrigaron sucesivamente ambos deseos. Primero
quisieron poseer un pene como el hombre, y en una época ulterior, pero todavía
infantil, se sustituyó en ellas a ese deseo el de tener un hijo [...]. No nos es difícil
indicar el destino que sigue el deseo infantil de poseer un pene cuando la sujeto
permanece exenta de toda perturbación neurótica en su vida ulterior. Se
transforma entonces en el de encontrar marido, aceptando así al hombre como un
elemento accesorio inseparable del pene.” Y lo que en la mujer era envidia por no
tenerlo, en el hombre era un pánico a perderlo que nuestro autor llamó “complejo
de castración”.

Si Segismundo hubiera tenido noticia de los millones de dólares que se mueven


en el mercado actual de productos y tratamientos dudosos para ensanchar y
alargar el miembro masculino –desde pastillas de hierbas hasta cirugía, pasando
por plomadas y bombas de vacío–, se habría dado cuenta de que la envidia del
pene causa muchos más estragos entre los hombres que entre las mujeres y que
buena parte de los primeros viven en la añoranza de una mayor palanca
arquimediana con la (falsa) ilusión de que con ella moverán el planeta.

271
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Quién sabe si la naturaleza humana imita al arte o si es al revés, pero a mediados


del siglo pasado el mundo se dio un golpe en la cabeza y el poderío masculino
empezó a remitir. Coincidencia o no, la mecánica fue cediendo su sitio a la
electromecánica y ésta, a su vez, a la electrónica, y con ello las palancas fueron
remplazadas en los mecanismos de mando (es decir, de poder) por componentes
más sutiles: interruptores redondos que requerían de menores recorridos y de
menos fuerza. Un momento clave en ese proceso fue cuando la energía
demencial de las armas atómicas quedó localizada, así fuera en el imaginario
colectivo, en el botón nuclear. En forma paralela al creciente acceso de las
mujeres al poder, las interfases tecnológicas experimentan la poda de las
palancas y el florecimiento de los botones.

Al principio éstos se asociaban con funciones específicas y las consolas de control


eran unas enormes mazorcas de granos luminosos. Poco a poco, se ha llegado al
predominio del botón genérico que otorga el mando sobre cientos, miles o millones
de botones virtuales: la tecla “enter”, el clic del mouse, el mecanismo de control de
los iPod y de los celulares modernos. La palabra botón tiene significados varios:
designa a la pieza que permite abrir y cerrar las prendas de vestir, al dispositivo
que activa funciones y a la flor que no ha abierto sus pétalos. Tal vez resulte
exagerado y mecanicista ver en este cambio sostenido un síntoma del tránsito de
una era fálica a una clitoriana. Pero no necesariamente por estas
representaciones del poder, sino también por la capacidad de placer, acaso no
esté lejano el día (algo se ha esbozado ya por ahí), en que alguien acuñe el
concepto de la envidia masculina del clítoris.

Ese sentimiento pudo ser responsable de que se relegara al olvido conocimientos


ancestrales y básicos de la anatomía femenina. En The-clitoris.com se lee: “La
revelación de Master y Johnson de que el orgasmo femenino es casi por completo
clitoriano habría sido algo común para todas las comadres del siglo XVII y había
estado anticipado en considerable detalle por los investigadores del XIX. Por
alguna razón, descendió una gran amnesia sobre este tema en los círculos
272
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

científicos alrededor de 1900, de manera que las verdades de los ancianos podían
ser ovacionadas como impactantemente nuevas en la segunda mitad del XX”.
Publio Ovidio Nasón recomendaba en su Ars amandi: “Si das en aquel sitio más
sensible de la mujer, que un necio pudor no te detenga la mano; entonces
observarás cómo sus ojos despiden una luz temblorosa; luego vendrán las quejas,
los dulcísimos murmullos, los tiernos gemidos”. Parece mentira que 2 mil años
después la Guía sexual, de Durex deba lamentarse porque “muchos hombres no
tienen ni idea de donde localizarlo” y que formule un consejo brutal: “Si no lo
encuentras, pregunta”.

Con esa clase de preceptos no es de extrañar si algunos incurren en un error


semejante al de los vendedores a domicilio que se pasan 20 minutos con el dedo
pegado al timbre sin enterarse que hay un corte de energía eléctrica en toda la
zona. Las referencias de todo esto están en la versión hipertexto de la entrega, en
navegaciones.blogspot.com.

Aparte de su capacidad para el placer, lo más hermoso de este órgano (y lo más


amenazante para las seguridades masculinas) es la incertidumbre: la interacción
con él no puede reducirse a mapas, instructivos, horarios ni recetas infalibles, ni a
cualquier otra herramienta de la pragmática, salvo, tal vez, la de rendirle tributo
con el corazón antes que con otra parte del cuerpo. Legítimas propietarias: sean
benevolentes y piadosas con nuestra torpeza y nuestra bastedad, que muchas
veces son expresión de impaciencia y de ignorancia. No juzguen con severidad
excesiva a quienes lo confunden con el botón de encendido de una lavadora. Con
exasperante frecuencia los hombres somos ínfimos y tontos. Acaso, como ocurre
con los vendedores de los que hablaba, nadie nos enseñó a tocar con cortesía y
consideración los timbres del Paraíso.

Flores, Javier. (24 de abril de 2012). Los significados de desorden. La Jornada.


Recuperado de http://www.jornada.unam.mx/2012/04/24/ciencias/a03a1cie

273
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Cada vez es más frecuente encontrarnos ante algún desorden. En la medicina, por
ejemplo, distintas entidades clínicas se agrupan hoy en nuestro idioma bajo este
término. Así, han aparecido los desórdenes por déficit de atención/hiperactividad,
los de la conducta, alimentarios, visuales, auditivos y un larguísimo y desordenado
etcétera. Debo confesar que esto me ha llamado la atención a partir de que
también ha proliferado para referirse a condiciones que tienen que ver con la
sexualidad, la reproducción y la identidad sexual. Por ejemplo, los desórdenes
orgásmico femenino y su contraparte masculina, el del piso pélvico, o el de
identidad de género, entre muchos otros. Lo primero que es importante aclarar es
que no se trata solamente de una palabra, sino de un concepto que ha venido a
ocupar un espacio en la evolución de las nociones sobre lo normal y lo patológico,
las cuales se encuentran entre los mayores desafíos, no sólo para la medicina,
sino para el conocimiento acerca de lo humano.

Pero, ¿cuáles son los significados de este concepto? Examinemos primero una
dificultad planteada por el idioma. El término desorden en las entidades clínicas a
las que me referí arriba proviene de la traducción un tanto irreflexiva del término
en inglés disorder, que se emplea en la medicina anglosajona. En español,
desorden significa confusión o falta de orden y también disturbio o alteración del
orden público, lo cual, aunque resulta tentador para pensar que se identifica a la
salud con el mantenimiento de cierto orden y, por ejemplo, a los desórdenes
sexuales como atentados o disturbios contra un orden establecido, no es una
interpretación correcta.

El Diccionario panhispánico de dudas, de la Real Academia Española (RAE),


advierte acerca del desorden: “… Es incorrecto su empleo con el sentido que
corresponde a las voces trastorno, dolencia o enfermedad, error frecuente en
textos médicos por calco del inglés disorder”. Lo anterior significa que el término
empleado en la medicina anglosajona no corresponde con el significado de
desorden en nuestra lengua. Por ejemplo, en el caso de los llamados desórdenes
de la identidad de género, como el travestismo o el transexualismo, sería un error
274
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

interpretarlos como una desviación o atentado con respecto a cierto orden, pues
su significado es otro (el cual, por cierto, tampoco corresponde con lo que piensa
la RAE).

Así, las claves de este concepto se encuentran en inglés.

Desafortunadamente los diccionarios de ciencias médicas anglosajones ayudan


muy poco a entenderlo. Consulté varios de ellos, como los publicados por
Saunders, Houghton Mifflin, Mosby, Elsevier y McGraw-Hill. En la mayoría el
significado de disorder tiene que ver con desarreglo, trastorno, anormalidad,
alteración, interferencia, o estado mórbido respecto de las funciones normales del
cuerpo o la mente. En otras palabras, difieren muy poco de la idea tradicional de
enfermedad.

Hay excepciones. Por ejemplo, en el Mosby’s Dictionary of Complementary and


Alternative Medicine se le identifica escuetamente como: Una condición física o
mental atípica, con lo que se elimina la connotación de enfermedad. Pero
curiosamente, donde apareció una luz que brillaba intensamente fue nada menos
que ¡en un diccionario de veterinaria! En efecto, en la tercera edición del Saunders
Comprehensive Veterinary Dictionary, publicada en 2007, se asienta:

Disorder: “… Se utiliza como un eufemismo cuando no es seguro que la


anormalidad sea de hecho una enfermedad, o cuando las relaciones públicas
sugieren que es probable que la palabra enfermedad resulte perturbadora”…

Pero dejemos por un momento los diccionarios y vayamos a un terreno más


seguro. La reciente introducción del término disorder en algunos campos médicos
y científicos en naciones angloparlantes nos brinda la oportunidad de indagar los
significados específicos que se le asignan. En 2006 fue sustituido el término de
intersexualidad (cuando una persona posee simultáneamente atributos biológicos
masculinos y femeninos, incluyendo el hermafroditismo y seudohermafroditismo),
por el de disorders of sex development (abreviado DSD).

275
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Es lo que ahora llamamos en español desórdenes del desarrollo sexual. La


modificación fue el resultado de un estudio muy riguroso realizado por las dos
sociedades médicas más importantes en el mundo en el área de la endocrinología
pediátrica.

En el estudio se define a los DSD como “… las condiciones congénitas en las que
el desarrollo del sexo cromosómico, gonadal o anatómico es atípico” (Pediatrics
118 (2): e488-e500, 2006). Lo anterior significa que el hermafroditismo y otros
estados intersexuales ya no son considerados estrictamente enfermedades, sino
condiciones atípicas. ¿A qué obedece este cambio? El mismo estudio responde a
esta pregunta: a) los avances en la genética molecular en la identificación del sexo
previamente considerado anormal, b) una mayor conciencia de las cuestiones
éticas y c) la consideración hacia los pacientes, pues la nomenclatura anterior
podría resultar peyorativa. Argumentos científicos, éticos y la defensa de los
pacientes (por cierto, impulsada por ellos) respaldan lo que a mi juicio representa
uno de los cambios más trascendentales en las nociones sobre lo normal y lo
patológico en el siglo XXI.

Saldierna, Georgina. Et al. (28 de marzo de 2012). Sustituye el PAN con


mujeres 35 candidatos a diputados y 9 al Senado. La Jornada. Recuperado de
http://www.jornada.unam.mx/2012/03/28/politica/013n2pol

El PRD realiza los cambios pertinentes en tiempo y forma. Sustituye el PAN


con mujeres 35 candidatos a diputados y 9 al Senado El PAN sustituyó a 35
candidatos a diputados de mayoría y a nueve aspirantes a senadores por el
mismo principio, para ubicar en esos lugares a mujeres y de esta manera cumplir
con la cuota de género.

El presidente del PAN, Gustavo Madero, señaló que habló con los dirigentes de
los comités estatales panistas del país para pedirles su apoyo en la sustitución de
candidatos.

276
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Al mismo tiempo, el presidente del PRD, Jesús Zambrano, descartó que esté en
riesgo el registro de candidatos de la coalición Movimiento Progresista por no
cubrir la cuota de género. Aseguró que los cambios se realizan en tiempo y forma,
y sostuvo que en el caso del Senado estamos cubiertos.

En la Cámara de Senadores, representantes de PRI, PRD y PAN advirtieron que


los partidos deben cumplir la resolución del Instituto Federal Electoral (IFE) sobre
cuotas de género, ya que tuvieron tiempo para definir las candidaturas.

La senadora priísta María de los Ángeles Moreno recalcó que en caso de no


cumplir la sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación se
corre el riesgo de que la elección sea por tómbola. Aquí el problema es: se respeta
la ley o se modifica. Y mientras se encuentre vigente, debe respetarse.

A su vez, las senadoras panistas Beatriz Zavala y Judith Díaz consideraron que es
preferible que se pierdan los registros a renunciar al derecho que han ganado las
mujeres de acceder al Congreso. Es el colmo que los partidos no respeten la
equidad, manifestaron.

En tanto, Gustavo Madero dijo que mediante las conversaciones con los líderes
estatales del PAN se lograron renuncias voluntarias de hombres y en otros casos
hubo cancelación de candidaturas.

Agregó que este miércoles la representación del PAN ante el IFE entregará la
nueva lista con la que se cumple con la cuota de 120 mujeres candidatas a
diputadas de mayoría y 26 abanderadas para el Senado.

En cuanto a los candidatos a diputados y senadores por el principio de


representación proporcional, el PAN no tuvo problemas para cumplir con la cuota
de género y desde el principio entregó una relación con 60 por ciento de hombres
y 40 por ciento de mujeres.

277
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Por otra parte, entrevistado en la sede nacional del PRD, Jesús Zambrano admitió
que si como partido tenemos dificultades para tomar decisiones, cuando
participamos con otros la complicación es todavía mayor. Esto es lo que nos llevó
a que no nos alcanzaran los tiempos y a que registráramos (candidatos), aun
sabiendo que no cumplíamos con la cuota de género, cuando vencía el plazo para
entregar las solicitudes ante el IFE.

El dirigente perredista indicó que se reunió con integrantes del Frente de Mujeres
Progresistas –que acusan a los partidos de izquierda de violar los derechos
políticos del sector femenino– con la finalidad de recibir sus propuestas de ajustes
en las listas.

De lo que se trata, agregó Zambrano, es de tener perfiles adecuados para que


tengan un mejor papel en la campaña.

El TEPJF se adhiere a la campaña He For She de ONU Mujeres - OEM en


líneaCiudad de México.- El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
(TEPJF) se adhirió a la campaña internacional He for She de la Organización de
Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer
(ONU Mujeres) y reafirmó su compromiso por una sociedad igualitaria como base
de una sociedad de derechos.

Constancio Carrasco Daza, magistrado presidente del TEPJF y Ana Güemez,


representante de ONU Mujeres en México encabezaron la ceremonia de adhesión
de los Magistrados electorales de la Sala Superior al movimiento solidario para la
igualdad de género, en el auditorio José Luis de la Peza de este órgano
jurisdiccional, acompañados por la magistrada María del Carmen Alanis y los
magistrados Manuel González Oropeza y Pedro Esteban Penagos López. El
magistrado presidente, Constancio Carrasco Daza, explicó que en el orden
estrictamente jurisdiccional, en México, la participación de las mujeres en política
ha obligado a los partidos a dar cabida efectiva en el ejercicio pleno de sus
derechos de votar y ser votadas a cargos de elección popular. Precisó que el
278
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

proyecto He for she pone el acento en concientizar a toda la sociedad, en que la


erradicación de toda forma de violencia y discriminación contra las mujeres no es
una asignatura que corresponda sólo a las mujeres. Sin duda, impone una
consciencia y vocación integral. La perspectiva igualitaria se incluyó en la reforma
constitucional, al garantizar el principio de paridad de género en las candidaturas a
diputaciones federales y locales y la línea jurisprudencial del Tribunal Electoral se
fortaleció través del principio de igualdad horizontal y vertical; vertiente que ha sido
fundamental en las candidaturas a los cargos en los ayuntamientos, dado que en
el país existen 2 mil 457 ayuntamientos que constituyen el corazón de la
organización administrativa y política en nuestro país. Por otro lado, expresó el
Magistrado Presidente que existe un aspecto de la vida pública, en el cual, la
discriminación contra la mujer adquiere su faceta más cruel: la falta de
readaptación social de las mujeres en prisión, ya sea por prisión preventiva o por
la compurgación de penas, ámbito de la vida social que hoy impone la
implementación de una irrenunciable garantía a su favor por todas las autoridades
del Estado.

Reseñó como en el Tribunal Electoral se ha venido cincelando, a través de la


jurisprudencia el reconocimiento de los derechos políticos de personas privadas
preventivamente de la libertad, pero únicamente ha podido consolidar en casos
aislados que llegan al tribunal, con lo que la situación de desigualdad se mantiene,
dado que aquellas mujeres derechos políticos, particularmente, el de votar,
indispensable de ser asegurado en una sociedad de derechos. Por su parte, Ana
Güemez, hizo un reconocimiento a la ampliación de los derechos de las mujeres
en los marcos jurídicos, lo que se ha llamado "igualdad ante la ley. Han reducido la
brecha.

Muchos países han convertido la violencia contra mujeres en delito, esas son
buenas noticias".

279
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

"Se tiene que llegar a 2030 con un planeta 50-50, ampliando oportunidades y
aumentando la participación en todos los procesos de desarrollo. Todos los países
en América Latina y El Caribe han ratificado la Convención sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación contra las mujeres y han sido pioneros en
adoptar la Convención Interamericana Para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra las Mujeres, expresó. Güemez dijo que a la fecha se han unido al
movimiento más de 560 mil hombres en el mundo y en México cerca de 16 mil.
"Queremos sumar a 55 millones de mexicanos a este compromiso", añadió. La
adhesión a la campaña He for She, se suma a las acciones del Tribunal Electoral
para maximizar los derechos políticos de las mujeres y de asegurar las
condiciones que permitan materializar la igualdad sustantiva, no sólo material.
Entre ellas destacan la emisión de tesis y jurisprudencias de paridad de género en
concordancia con el artículo 41 de la Constitución Política y el reconocimiento de
la paridad horizontal en la integración de candidaturas a cargos de elección
popular, en todos los niveles.

Se compromete TEPJF a realizar acciones para garantizar el principio de paridad


para garantizar el principio de paridad de género y las mejores condiciones de
desarrollo, el TEPJF asumió los compromisos siguientes: Inscribir el principio de
paridad de género como eje rector en todas las etapas de la carrera judicial, desde
el ingreso, la promoción y el desarrollo; incorporar acciones afirmativas que
permitan a las mujeres trabajadoras, especialmente a las madres, contender para
el ingreso y promoción a la carrera judicial; y generar condiciones laborales que
permitan conciliar el desarrollo profesional y la vida familiar. A través de acciones
afirmativas, el TEPJF desarrolla procesos de actualización y profesionalización
que generen igualdad de condiciones para el ingreso a la carrera judicial;
licencias; horarios escalonados; capacitación, formación y preparación integral
para los exámenes; mecanismos incluyentes en las convocatorias; y acciones,
programas y medidas que aseguren la paridad para cubrir vacantes. Asimismo,
para conciliar el desarrollo profesional y la vida laboral se prevén espacios físicos
con el equipamiento necesario para la lactancia y la asistencia infantil de hijas e
280
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

hijos de mujeres trabajadoras que cursen educación primaria, cuando no asistan al


centro escolar. A la adhesión electrónica del Magistrado Presidente y los
Magistrados de la Sala Superior se sumaron los Magistrados de las Salas
Regionales de Guadalajara, Xalapa, Monterrey, Distrito Federal y Especializada,
así como personal del TEPJF. - See more at:
http://www.oem.com.mx/eloccidental/notas/n4022273.htm#sthash.ronzYctn.dpuf

El triunfo cultural de Carlos Monsiváis. (1 de julio de 2010). La Jornada.


Recuperado de http://www.jornada.unam.mx/2010/07/01/ls-central.html

La pluma de Carlos Monsiváis recorrió todos los temas posibles de reflexión. Su


pensamiento crítico lo convirtió en la referencia obligada que ayudaba a
comprender, a partir de la ironía y la reflexión cáustica, todo cuanto sucedía en el
país y, especialmente, en la capital mexicana.

Sobre los derechos sexuales, la diversidad sexual y el VIH/sida, la voz de Carlos


Monsiváis se dejó escuchar en reiteradas ocasiones. El combate a los prejuicios
homofóbicos fue una de las múltiples causas que abrazó con ímpetu, pero su
mirada siempre estuvo abierta a cuestionar la “moral” sexual mexicana en general.
En su última colaboración en el principal noticiario de Televisa criticó severamente
la quema de libros de biología de la SEP en Guanajuato, por organizaciones
ultraconservadoras que consideraron la información sobre sexualidad demasiado
explícita para la niñez. Monsiváis se mofó en muchas ocasiones de la triunfal
declaración del PAN cuando Vicente Fox asumió la presidencia, proclamando el
hecho como el “triunfo cultural” de la derecha. Aun en los temas más delicados,
Monsiváis jamás tuvo miedo a las palabras. Las dominaba, las usaba a su antojo y
en formas insospechadas. A manera de homenaje, transcribimos algunas
muestras de la lucidez de su pensamiento.

281
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

De los crímenes de odio “Los crímenes de odio se dirigen contra una persona y
hacia lo que simboliza, representa y encarna, y son en este sentido acciones de
furia contra la especie. Los victimarios no conocen previamente a la víctima y al
liquidarla se sienten en posesión de ese poder sin límite, el exterminio del mal (en
el vocabulario homicida el mal es el comportamiento detestado y es la debilidad
física y social de las víctimas. Los crímenes de odio más conocidos como los
enderezados contra los gays, y este agravio histórico cobra cada año en México
decenas de víctimas. Pero nada supera en número y en continuidad a los
asesinatos de mujeres solas, en especial jóvenes, lo que se llama justamente
feminicidios, un término que corrige el patriarcal de homicidios, pero insuficiente
para describir el fenómeno.” (Libro Los mil y un velorios)

De la homofobia “Por homofobia no se entiende las antipatías o las desconfianzas


o los recelos morales que los gays suscitan, algo inevitable por enraizado y de
muy difícil eliminación incluso entre los propios gays, sino la movilización activa
del prejuicio, la beligerancia que cancela derechos y procede a partir de la
negación radical de la humanidad de los disidentes sexuales.” (Libro Los mil y un
velorios)

“El ghetto gay, tan útil para el enaltecimiento de la norma, ve en el desprecio el


primer reconocimiento público de existencia. Y también, para que el cielo de la
heterosexualidad exista, se requiere fijar, con saña minuciosa, el infierno de los
homosexuales, consistente en lo básico en búsquedas, desprecios y acoso social.”
(Del libro Salvador Novo. Lo marginal en el centro) “Los homosexuales pertenecen
entonces sin discusión a la contranatural, porque asumen, queriéndolo, el estigma
de lo femenino. Según los guardianes de la Norma, un homosexual se degrada
voluntariamente al asemejarse a las mujeres, y el registro público y privado de tal
envilecimiento justifica la condena machista. El joto amenaza la continuidad de la
especie y los valores fundamentales, y su impudicia lo lleva a exhibirse allí, donde
era inexistente por invisible.” (Del libro Salvador Novo. Lo marginal en el centro)

282
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Sobre el feminismo “Al feminismo la tendencia ha sido no verlo orgánicamente


sino como suma de querellas: despenalización del aborto, igualdad de condiciones
laborales, respuesta legal al problema de la violación, igualdad de condiciones
jurídicas, en fin, los puntos hoy más destacados. Se piensa que resueltas más o
menos estas disputas, el feminismo carecerá de cualquier sentido. Esta decisión
de ver en el feminismo un sindicalismo queno-se-atreve-a-decir-su-nombre se
exhibe con claridad en el caso del aborto.

Para defender la despenalización se arguyen razones económicas y sociales, pero


casi nadie acepta como válido que una mujer decida abortar en pleno uso de sus
recursos corporales. El derecho al cuerpo se maneja con mucha tibieza o de modo
muy retórico, pero pocos creen en él como un derecho civil que debe ser
constitucional”. (El machete, mayo 1980)

La izquierda y los homosexuales “A la izquierda en México la integran mexicanos.


Esta brutal y legalista obviedad te describe de entrada una formación homofóbica,
el odio/temor a lo diferente y la sensación de superioridad instantánea ante los
“raros”, los “otros”. Si frente al feminismo, causa finalmente de masas, la izquierda
no mostró mayor sensibilidad durante décadas, ante la existencia de una minoría
invisibilizada no cabía esperar sino lo que se dio: burla, incomprensión,
repugnancia ante el mero tratamiento del tema.

(…) Los grabados de Posada sobre la redada en el baile de los 41 ratifican y


sostienen una imagen popular: el homosexual es el señorito afeminado, el colmo
del ocio de la clase alta que pervierte proletarios con su dinero. A esta imagen
predominante se añade otra, servil y complementaria: el joto de burdel, el
infortunado producto de una tragedia biológica. No hay términos medios. Y entre
estas dos visiones, el aristócrata lascivo y decadente que abusa de la urgencia
económica que acompaña a la virilidad popular, y la víctima infeliz de la biología
que repta y se contonea patéticamente, la conclusión es drástica. La

283
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

homosexualidad es anuncio de la desintegración burguesa o broma pesada del


destino” (El machete, mayo 1980)

De la Revolución Cubana “En 1962, entrevistado por Lee Lockwood, el


comandante Fidel Castro expresó su desconfianza categórica hacia los
homosexuales. Pronto se consideró oficialmente a la homosexualidad como “delito
ideológico” y a mitad de los sesenta se creó el UMAP (Unidad Militar de Ayuda a la
Producción), especie de campos de trabajos forzados para “lacras sociales”. El
UMAP duró algunos años, aprovisionado por continuas redadas de “antisociales”,
homosexuales, católicos recalcitrantes, Testigos de Jehová, vagos. En su
insospechable alegato revolucionario, En Cuba, Ernesto Cardenal transcribe una
declaración del obispo de La Habana, Francisco Oves, a propósito de unos
seminaristas que en la isla de Pinos trabajan en una unidad de lacra social, en
canteras de mármol: ‘Son prácticamente trabajos forzados —dice Oves— En
condiciones muy duras. Es muy molesto para ellos estar con homosexuales,
rateros y otros tipos antisociales’. Cardenal también recoge el testimonio de un
católico y un marxista a este respecto.” (El machete, mayo 1980) De la Revolución
Mexicana “Aunque sin equivalente en lo mínimo a los edictos de la Revolución
Soviética y la Revolución Cubana, la Revolución Mexicana (sus intérpretes
sociales y culturales) emite el ideal del Hombre Nuevo, consistente en lo básico en
la suma de equivalentes civiles de la conducta ideal de los militares: valentía (ya
no suicida), arrojo, fe en el Pueblo, virilidad sin mancha, desprecio a la debilidad o
la blandenguería. Del paisaje mítico de Recios Varones, se desprende el mito
nacional y nacionalista, el Mexicano Macho hasta las Cachas que la industria
cultural prodiga y cuyas resonancias aún ahora son tan costosas y trágicas. Para
juzgar el grado de inquina contra lo diferente, conviene examinar la forja
legendaria del machismo muy dependiente, a partir de los años treinta, de la
industrialización del folclor revolucionario: Si me han de matar mañana, que me
maten de una vez”. (Debate feminista, octubre 1997)

284
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Las mujeres y el poder “El poder, tratándose de mujeres, siempre es emblemático


en algún nivel. Un hombre jamás representa a su género: una mujer lo hace de
manera casi inevitable porque al ser secretaria de Estado, gobernadora o
senadora, es una excepción o una concesión a la demografía, y la
excepcionalidad le confiere un perfil simbólico”. (Debate feminista, abril 2000).

“El poder necesita ejercerse, y entre las mujeres, ese conjunto mayoritario tratado
como minoría, la meta y el medio de las transformaciones requeridas es el
empoderamiento, vocablo que me resulta disonante y que ya es inevitable.

El empoderamiento es la acción colectiva sin la cual no se produce el cambio, es


la distribución más democrática de los poderes en la sociedad”. (Debate feminista,
abril 2000)

De la experiencia gay “El gay que se urbaniza atraviesa el espacio secreto y


público a la vez, donde la “raza maldita” se reconoce gracias a la mirada posesiva
y la mirada braguetera, y a partir de allí se palpa febrilmente, sitúa su identidad
con el apoyo inevitable de la burla y el choteo, se asegura de su lugar en la
sociedad atendiendo a los atropellos policiacos, usa del melodrama como
intermediación literaria, y si no va al límite es porque, en los convenios de su
cultura formativa, el límite ha sido su punto de partida”. (Debate feminista, octubre
2000)

“El gay está al tanto de lo que es porque le gusta lo prohibido. Al inscribir su


impulso en la esfera de la fatalidad, no lo que es sino lo que debió ser, el gay
pobre o de provincia ignora sus derechos básicos, y se considera inmerso en una
pesadilla.

¿Qué aniquilamiento de las pretensiones más adecuado que el hacinamiento en


baños de vapor, en cines de segunda o tercera, en las calles y avenidas que son
ghettos ambulantes’ La sordidez es el más vindicativo de los clósets, y son

285
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

precisamente la pena y el gozo que de allí se desprenden los que evitan la


observación racional del deseo”. (Debate feminista, octubre 2000)

Sobre el sida “Conmemoramos el intransferible sentido de la pérdida, y


celebramos la decisión de politizar cada día más la lucha, de refrendar el sitio de
la solidaridad en nuestras vidas. Todos los presentes, estoy seguro, en los años
del sida hemos conocido la desolación irreparable y hemos reconstruido nuestro
sentido ético, al comprobar cuán escasamente preparados nos hallábamos para
las crisis extremas, las oleadas de miedo, las presiones del moralismo salvaje con
su cauda de linchamientos. Y todos, también, hemos advertido con alegría
compromisos inesperados y la acción humanista de personas, de grupos, de
sectores.” (Palabras pronunciada en la VII Caminata Nocturna Silenciosa en
memoria de los fallecidos a causa del sida. 1994, Hemiciclo a Juárez).

“Los amigos muertos se adueñan de la memoria convertidos en imágenes


circulares, rostros, gestos, frases, escenas cuya calidad memorable ahora
aquilatamos. De ellos, de los desaparecidos en las brumas hirientes de la plaga,
vamos sabiendo lo que nos negó la cercanía: la firmeza y la coherencia de sus
actitudes, el estilo de vivir mucho más armonioso de lo que jamás supusimos, la
delicadeza de su trato, la generosidad.

Los amigos muertos son el diálogo incesante y la melancolía de las


conversaciones pendientes. Y son la certeza de que, si es verdad la metafísica, se
encuentran ahora, con su mirada entrenadísima y la experiencia cinegética, en la
esquina del Más Allá y la Lujuria Pendiente.” (Perfil de La Jornada. Noviembre de
1994)

Monsiváis, Carlos. (8 de abril de 2010). La República laica. La Jornada.


Recuperado de http://www.jornada.unam.mx/2010/04/08/ls-opinion.html

De alguna manera se le debe agradecer a la derecha mexicana, alto clero incluido


en primer término, la nueva y muy amplia preocupación por la laicidad, el laicismo

286
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

y las libertades en México. Nada pasó cuando Vicente Fox, que, a su divagada
manera, presidió la República, mencionó “la tontería esa del Estado laico”, ni
cuando tanto se insistió, incluso de parte de funcionarios del PRD, y de
intelectuales como Pablo Latapí, en qué Estado laico debía contener también la
educación religiosa en las escuelas públicas, porque sin eso, se alegó, no se
sustentaba la formación moral. Y apenas se tomaron en cuenta las declaraciones
desmesuradas de gobernadores, alcaldes, diputados, senadores, todos felices por
estrenar convicción pública o por encabezar una procesión o por tener clases de
catecismo en el Palacio de Gobierno o por regalarle a la Iglesia católica por cuenta
del erario 95 millones de pesos para un santuario o por, tal y como lo hizo el
presidente Calderón, asegurar que sólo hay un tipo de familia en México, con lo
cual y por ejemplo, las madres solteras, que no escasean, debían ser
consideradas “soledades de convivencia”. Todo esto ocurrió sin mayor respuesta,
pero en el tiempo reciente el alud contra el Estado laico ha reanimado el espíritu
de laicidad y el ánimo del laicismo. Se ha desestimado de un modo carente de
argumentos la formación ética que el Estado otorga y puede otorgar. En 2006,
todavía secretario de Gobernación, el licenciado Carlos Abascal, el mismo que en
enero de 2009 expulsó a un elemento frívolo de la vida nacional (“El condón,
además de que no sirve para infecciones de transmisión sexual constituye una
herramienta para trivializar el ánimo”), aseguró: “México ha sido un Estado laico
que respeta las creencias de la población, pero con reminiscencias del laicismo,
una tendencia exacerbada que tiende a proscribir o socavar cuestiones de libertad
de asociaciones religiosas… Es necesario recuperar con absoluta libertad de
credos la religión como el espacio que propicie la vinculación, la revinculación del
ser humano con su destino trascendente para que le dé sentido a los valores
éticos que han de comprometer su existencia diaria.” La estrategia no admite
dudas, y ahora se refuerza con el rechazo del adjetivo laico en la Constitución de
la República:

Insistir en la libertad religiosa definida como el derecho a impartir educación


religiosa en las escuelas públicas. No lo dicen con tanta claridad, para no perder
287
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

fama de astutos, pero tal es el sentido de su batalla. No podemos, insisten,


abandonar el sistema educativo en manos de la laicidad negativa, aquella al
margen del sometimiento a la ley de Dios, exaltada otra vez, el 11 de enero de
2010, por el arzobispo primado Norberto Rivera, a propósito de la igualdad ante la
ley: “No, no podemos callar, pues podemos escapar de los tribunales de los
enemigos de Cristo, pero no evadiremos el tribunal supremo de Dios…

Nosotros, pastores del pueblo de Dios, tampoco podemos obedecer primero a los
hombres y sus leyes antes que a Dios, pues la ley suprema y perenne es la de
Dios. Toda ley humana que se le contraponga será inmoral y perversa, pues al ir
contra su voluntad termina por llevar a la sociedad a la degradación moral y a su
ruina”. El cardenal Rivera levanta, desventajosamente, la ley de Dios contra la
Constitución de la República, sin notificar cómo en la práctica se salvará a la
sociedad de la degradación moral, que si nos atenemos a lo dicho por sus
antecesores, no empezó en 2010 sino bastante antes, tal vez en 1830. Así como
todavía no hay tácticas de costura para remendar el tejido social, tampoco la
ofensiva salvacionista ha trascendido hasta el momento las acciones en contra de
los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, así se esmeren localmente
las campañas de odio, el hostigamiento a las disidentes, la red de insultos, el alud
de e-mails y telefonemas anónimos, las agresiones en la lucha por el estado laico
---Violencia, mujeres y VIH Terreno fértil para la epidemia --- Opinión La República
laica Carlos Monsiváis --- LA CONTRA Incontinencia urinaria, padecimiento oculto
--- Calidad de vida Cumbre VIH 2010 Eficacia de los tratamientos antirretrovirales -
-- Editorial Tiro al blanco Crónica Sero Católicas por el Derecho a Decidir Reseña
Directorio Números anteriores calle, las pintas en las casas heréticas, los
enardecimientos contra la heterodoxia. Se quiere “aislar moralmente” a la Ciudad
de México y, sobre todo, se quieren instrumentar los métodos que corresponden a
la expresión de Benedicto XVI: “El matrimonio de homosexuales puede poner en
peligro a la Creación”. Pero los temas hoy muy visibles (el control de la natalidad,
el condón, la legalización del aborto, el matrimonio lésbico-gay, la adopción de
niños, la eutanasia), no obstante su importancia, son apenas parte del plan
288
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

general: devolver el país entero (leyes, costumbres, libertades ya ampliamente


ejercidas, secularización) al regazo donde “lo prohibido” carezca de derechos, y la
evolución de la sociedad se detenga hasta que pase el Santo Viático. El Proyecto
Retorno al Index vive ya en el fracaso, lo que se advierte en la tolerancia creciente
y, también, muy positivamente, en el paso de la tolerancia al respeto a los
derechos constitucionales; sin embargo, en el fracaso de casi todas sus
campañas, la derecha eclesiástica y la derecha civil insisten: el enemigo es el
Estado laico en su versión juarista y en su versión actual. Si no lo pueden derribar,
algo fuera de su competencia y sobre todo de su incompetencia, sí obtienen
islotes de retroceso, que en el caso de los derechos reproductivos de las mujeres
significa la cadena de sufrimientos, peligros de muerte, ejercicios de
clandestinidad, humillaciones, dramas familiares y sensaciones de marginalidad,
ya no como antes pero todavía bastantes. Se insiste: la capital de la República es
distinta al resto del país. En el sentido de los avances muy probablemente, pero la
secularización y la modernidad y el conocimiento de los derechos humanos no se
detienen en el Valle del Anáhuac, ni aceptan cinturones geográficos. Lo que la
derecha no admite es un hecho múltiple:

la provincia conocida ha desaparecido o está en franca agonía. Quedan bastiones


paradigmáticos, en el Cinturón del Rosario especialmente, pero ya ni allí funciona
el aislamiento del mundo. El DVD, el Internet, la televisión regular, el Cable, los
viajes, las revistas, el seguimiento de la moda, la noción de libertades anímicas y
corporales, todo esto va más allá de la sociedad intolerante y sus linchamientos
morales. Ahora los gobernadores de Sonora, Jalisco, Guanajuato, Morelos y
Tlaxcala, curiosamente del PAN, inician la demanda de inconstitucionalidad de los
matrimonios de personas del mismo sexo. Su razonamiento, si así hemos de
acreditarlo, es textualmente el siguiente: “En virtud de las reformas aprobadas en
la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, se podría obligar a los estados a
reconocer y conceder plena validez a los matrimonios entre personas del mismo
sexo, celebrados en el DF”. Gran medida epidemiológica: si se deja sin control a
las leyes del DF, contagiarán a todas las demás leyes del país (se recomienda, en
289
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

recuerdo de las medidas contra la influenza, el uso del tapaleyes). Y como todavía
no hay vacunas jurídicas, procede el hundimiento del foco de infección.

Alegato impecable: muerta la rabia, que le pongan el bozal al perro, o algún otro
refrán de los que abundan en las zonas del alto pensamiento de Kelsen y John
Rawls según la derecha mexicana. * Texto presentado en el foro Laicidad y
democracia: 150 aniversario de la libertad de pensamiento, realizado en el Senado
de la República el 18 de febrero de 2010.

Portevin, Catherine. (4 de mayo de 2000). Existir para la mirada masculina: la


mujer ejecutiva, la secretaria y su falda. Entrevista con el sociólogo francés
Pierre Bourdieu. [Tr. Carlos Bonfil]. La Jornada. Recuperado de
http://www.jornada.unam. mx/2000/05/04/ls-bourdieu.html

ENTREVISTA CON EL SOCIÓLOGO FRANCÉS PIERRE BOURDIEU

Si bien nos congratularnos de los innegables avances de la condición femenina en


los últimos 50 años, y militamos por la paridad en política y por el reparto de las
tareas domésticas, seguimos determinadas por una visión masculina del mundo
que establece la diferencia entre los sexos. Justamente es esa dominación
masculina, a la que la historia ha querido conferir un carácter natural, un arbitraje
cultural y una construcción sociológica, la que la familia, el Estado y la escuela se
empeñan hoy en reproducir. Le hemos pedido al sociólogo Pierre Bourdieu (La
dominación masculina. Anagrama, 1999) declinar e ilustrar su teoría a partir de
algunos personajes (la directora ejecutiva, la secretaria, la enfermera), y del
análisis de un objeto emblemático: la falda.

A menudo se dice que una mujer que obtiene un cargo de importancia tiene que
ofrecer mayores pruebas de excelencia que un hombre, como si debiera
compensar con mil cualidades algún defecto.

En efecto, las mujeres que acceden a cargos de poder son “sobreseleccionadas”,


se le piden más distinciones profesionales a una mujer que a un hombre para un
290
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

cargo de dirección ejecutiva. También se les da mayores prestaciones sociales al


inicio para no tener que acumular las desventajas. Así, casi necesariamente, ellas
están más calificadas que los hombres que ocupan puestos similares, y su origen
es más burgués. Lo mismo sucede con los ministros. Esto no deja además de
plantear problemas en el debate sobre la paridad en política, pues se corre el
riesgo de remplazar a hombres burgueses por mujeres todavía más burguesas.
No se hace lo necesario para que esto cambie realmente: por ejemplo, un trabajo
sistemático, sobre todo en las escuelas, para dotar a las mujeres de instrumentos
de acceso a la palabra pública, a los puestos de mando. Sin ello, tendremos los
mismos dirigentes políticos con sólo una diferencia de género.

Para hablar de la mujer ejecutiva, ¿cuáles son las estrategias, a menudo


inconscientes, que se utilizan para negarle legitimidad a su ejercicio del
poder? Se trata de mil pequeños detalles, basados todos en el postulado de que
una mujer en el poder, una mujer que da órdenes, no es algo evidente, no es algo
“natural”. En la definición de una profesión hay también todo aquello ligado a la
persona que la ejerce. Si está hecha para un hombre con bigotes y llega a
ejercerla una jovencita con minifalda, pues ¡no está bien! Siempre faltará el bigote,
la voz grave y sonora que conviene a una persona con autoridad: “¡Hable más
fuerte, no se le oye!”, ¿qué mujer no ha padecido esta exclamación en una reunión
de trabajo?

La definición tácita de la mayoría de los puestos de dirección supone una forma de


levantar la cabeza, de modular la voz, seguridad, desenfado, el “hablar para no
decir nada”, y si ella habla con más intensidad de la cuenta, con seriedad o
ansiedad, pues eso resulta inquietante. Sin analizarlo siempre, las mujeres
resienten todo esto, a menudo en sus cuerpos, como una forma de estrés, tensión,
sufrimiento, depresión...

Y obviamente una mujer con fuertes responsabilidades profesionales deberá


sacrificar alguna otra cosa...

291
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Cierto feminismo ha concentrado sus críticas en el espacio doméstico, como si el


hecho de que un marido lave los trastes bastara para suprimir la dominación
masculina. Muchos fenómenos sólo se comprenden si ponemos en relación lo que
sucede en el espacio doméstico y lo que se da en el espacio público. Se dice que
las mujeres cumplen con dos jornadas de trabajo. Esa es la manera sencilla de
explicar el problema. En realidad se trata de algo más complicado. En el estado
actual de las cosas, la mayoría de las conquistas femeninas en el espacio
doméstico deben pagarse con sacrificios en el espacio público, en la profesión, en
el trabajo, y al revés. Si hacemos economía del análisis de esta articulación entre
los dos espacios, nos condenamos a sólo tener reivindicaciones parciales, las
cuales pueden conducir a medidas en apariencia revolucionarias y que en realidad
son conservadoras. Todos los movimientos de dominados --la descolonización, los
movimientos sociales—a menudo han obtenido así beneficios, pero con efectos
perversos.

Al otro extremo de la mujer ejecutiva, que ejerce un “oficio de hombre”, hablemos


de la enfermera. ¿Por qué y cómo se trata de un “oficio de mujer”? Su
pregunta me remite a la reflexión, espléndidamente tautológica, de una
adolescente a la que una vez yo interrogaba: “¡Hoy en día no hay muchas mujeres
que hagan oficios de hombres!” Los oficios de mujer se ajustan, por definición, a la
idea que se tiene de ella, son los menos “oficios” de todos los oficios. Y es que los
oficios verdaderos son oficios de hombre. Un oficio de mujer es un oficio femenino,
es decir, subordinado, a menudo mal remunerado; y es finalmente una actividad
donde supuestamente debe la mujer expresar sus disposiciones “naturales” o
consideradas tales.

En estadísticas que en Estados Unidos clasificaban las profesiones de acuerdo


con el grado de feminización, la de enfermera ocupaba un primer lugar de la lista
(la enfermera de niños estaría todavía más arriba). En efecto, ella satisface todos
los requisitos: los cuidados, la atención, la entrega, la abnegación, etcétera. Es el
oficio de mujer por excelencia. Sobre todo porque se ejerce en un medio
292
“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

extremadamente masculino. Los hospitales, sobre todo en Francia, están todavía


dominados por una visión militar del mundo, un mundo muy jerarquizado... La
visita del “patrón” es un ritual en el que se despliega esta jerarquía. Exactamente
como un general que revisa sus tropas. El patrón es este personaje central, total,
rodeado de mujeres, como conviene a las leyes de la distinción social.

¿Es lo mismo ser femenina para una mujer ejecutiva que para una
secretaria? No, para nada. Los límites están ligados a la función. La directora
ejecutiva debe ser mucho menos femenina que la secretaria, o más bien, debe
serlo de manera muy distinta. Femenina, pero no demasiado, debe afirmar su
autoridad conservando su feminidad, sometiéndose por ejemplo a las obligaciones
de vestimenta a las que también los hombres se someten (cortes rígidos, colores
sobrios), pero con una ligera sospecha de los detalles femeninos (la falda, el
maquillaje tenue, la joya discreta, etcétera). Y como la sumisión se inscribe de
modo muy profundo en el rol femenino, particularmente en lo sexual, la sumisión
profesional que se le exige a la secretaria no plantea ningún problema. A menudo
ésta se acompaña incluso de una sumisión inconsciente más completa, de la
espera de una relación casi amorosa (o maternal).

¿Pierre Bourdieu, para qué sirve la falda? Es difícil comportarse correctamente


cuando se lleva una falda. Si usted es un hombre, imagínese en una falda, más
bien corta, y trate de ponerse en cuclillas, de levantar un objeto del piso, sin
moverse de la silla y sin abrir las piernas... La falda es un corsé invisible que
impone en los modales una atención y una retención, una manera de sentarse, de
caminar. Tiene finalmente la misma función que la sotana. Llevar una sotana es
algo que realmente transforma la vida, y no sólo porque uno se vuelve cura a los
ojos de los demás. Se te recuerda constantemente tu estatus con ese trozo de tela
que interfiere entre tus piernas, y que para colmo es una interferencia de tipo
femenino. ¡No puedes correr! Todavía veo a los curas de mi infancia levantándose
las faldas para jugar a la pelota vasca.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

La falda es una suerte de recordatorio. La mayoría de los dictados culturales


sirven para recordar el sistema de oposición (masculino/femenino,
derecha/izquierda, alto/bajo, duro/blando..) en que se funda el orden social.
Oposiciones arbitrarias que terminan por prescindir de justificativos y que se
registran como diferencias de naturaleza. Por ejemplo, en el “Coge el cuchillo con
la mano derecha” se transmite toda una moral de la virilidad, y en esa oposición
entre la derecha y la izquierda, la derecha es “naturalmente” el lado de la virtus
como virtud del hombre (vir).

¿La falda es también un taparrabo?

Sí, pero eso es secundario. El control es mucho más profundo y más sutil.

La falda muestra más que un pantalón, y es difícil de llevar justamente por lo que
puede llegar a mostrar. He ahí toda la contradicción de la expectativa social
respecto de las mujeres: deben ser seductoras y moderadas, visibles e invisibles
(o en otro registro, eficaces y discretas). Hemos hablado mucho de este tema, de
los juegos de seducción, del erotismo, de toda la ambigüedad de lo exhibido y lo
oculto. La falda encarna muy bien todo eso. Un short es algo mucho más sencillo:
oculta lo que oculta y muestra lo que muestra. La falda corre siempre el riesgo de
mostrar más de lo que muestra. ¡Hubo una época en que bastaba vislumbrar un
tobillo!...

Usted menciona a una mujer que dice: “Mi madre jamás me dijo que no abriera las
piernas”; y sin embargo, ya ella sabía que “para una joven” no era conveniente
hacerlo. ¿De qué manera se reproducen las disposiciones corporales?

Las conminaciones en materia de buena conducta son particularmente poderosas


porque se dirigen en primer lugar al cuerpo sin pasar necesariamente por el
lenguaje o por la conciencia. Las mujeres saben sin saberlo que al adoptar tal o
cual comportamiento, tal o cual vestimenta, se exponen a ser percibidas de tal o
cual manera. Hoy, el gran problema de las relaciones entre los sexos es que

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

existen contrasentidos, en particular de parte de los hombres, sobre lo que


significa la vestimenta femenina.

Muchos de los estudios consagrados a asuntos de violación han mostrado que los
hombres ven como provocaciones actitudes que de hecho están conformes a una
moda en la vestimenta. Muy a menudo las mujeres mismas condenan a las
mujeres violadas con el pretexto de que ellas “se lo buscaron”.

Añádase a eso la parte judicial, la mirada de los policías, y luego la de los jueces,
muy a menudo hombres... Se entiende que las mujeres vacilen en levantar una
demanda por violación o por acoso sexual...

¿Ser mujer es entonces ser percibida? ¿La mirada masculina hace a la


mujer? Todo el mundo se somete a miradas, pero esto con mayor o menor
intensidad según las posiciones sociales y sobre todo según los sexos. En efecto,
una mujer está más expuesta a existir a través de la mirada ajena.

Por eso la crisis de adolescencia, que tiene que ver justamente con la imagen de
sí que se brinda a los demás, es a menudo más aguda en las jóvenes. Lo que se
describe como coquetería femenina (¡el adjetivo está de más!), es la manera de
comportarse cuando se está siempre en peligro de ser percibido.

Pienso en el trabajo notable de una feminista estadunidense a propósito de los


cambios en la relación con el cuerpo que produce la práctica deportiva y en
particular la gimnasia. Las deportistas se descubren otro cuerpo, un cuerpo para
estar bien, para moverse, y no ya para la mirada de los demás, y en particular la
de los hombres. Pero en la medida en que se liberan de la mirada, se exponen a
ser vistas como masculinas. Es el caso también de mujeres intelectuales a las que
se reprocha no ser lo suficientemente femeninas. El movimiento feminista ha
transformado un poco esta situación al reivindicar el look natural, que como el
black is beautiful, consiste en poner de cabeza la imagen dominante.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Esto se percibe por supuesto como una agresión y suscita sarcasmos del tipo “las
feministas son feas, todas son gordas”...

Habrá que pensar que en aspectos tan esenciales como la relación de las mujeres
con sus cuerpos, el movimiento feminista no ha triunfado...

Porque no ha llevado el análisis lo suficientemente lejos. No ha medido bien el


ascetismo y las disciplinas que impone a las mujeres esta visión masculina del
mundo por la cual navegamos todos y a la que no cuestionan lo suficiente los
señalamientos generales al “patriarcado”. En La distinción mostré que las mujeres
de la pequeña burguesía , sobre todo cuando pertenecen a las profesiones de
“representación”, invierten mucho tiempo y dinero en cuidados corporales. Estos
estudios muestran que las mujeres están, por lo general, muy poco satisfechas
con sus cuerpos. Cuando se les pregunta qué partes les gustan menos, son
siempre aquellas que les parecen demasiado “grandes” o demasiado “gordas”; los
hombres, por el contrario, se muestran insatisfechos con las partes de su cuerpo
que consideran demasiado “pequeñas”. Y es que todo mundo da por sentado que
lo masculino es grande y lo femenino pequeño y delicado. Si a esto añadimos los
cánones, cada vez más estrictos, de la moda y de las dietas, comprenderemos
entonces cómo el espejo y la báscula han substituido, para las mujeres, al altar y
al reclinatorio.

Tomado de la revista francesa Télérama. Julio-agosto, 1998. Traducción: Carlos


Bonfil.

Herrera Beltrán, Claudia. (2 de abril de 2012). La sociedad mexicana no está


lista para ser gobernada por una mujer. J.J. Rendón/II. La Jornada.
Recuperado de http://www.jornada.unam.mx/2012/04/02/index.php?
section=politica&article=010n1pol

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

En México se sobrevalora la influencia de las redes sociales, considera el


venezolano. La sociedad mexicana no está lista para ser gobernada por una
mujer: J.J. Rendón

Juan José Rendón o J.J. Rendón, como es más conocido, fue el primer extranjero
en obtener visa como consultor político independiente en México.

El venezolano relata que era tan novedosa su presencia que intentaron aplicarle el
artículo 33 para expulsarlo del país. No obstante, desde hace unos 12 años
asesora a candidatos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y de Nueva
Alianza.

Pocos pueden presumir su récord: 25 elecciones presidenciales en América


Latina, y es de los que asumen triunfos y derrotas con exactitud matemática:
hemos ganado 23 y perdido dos. Con esta experiencia traza un mapa de la
historia de la mercadotecnia política tanto en Estados Unidos como en México y
desmenuza el proceso electoral de julio.

Duda que la sociedad mexicana esté lista para ser gobernada por una mujer, por
el perfil que se requiere para combatir al narcotráfico. Ojalá me equivoque, no
debería haber discriminación, pero he visto estudios y en tiempos difíciles alguien
podría pensar que unas características de género en el hombre le permitirían
abordar ciertos problemas de una manera más efectiva.

Aunque también defiende la tesis clásica del consultor: en esta elección nada está
dicho, y al contrario de lo que mucha gente piensa, que el PRI ya ganó, que
Josefina (Vázquez Mota) no tiene posibilidad o que Andrés Manuel López Obrador
se pasmó, esto se acaba cuando se acaba.

Inequidad política

Desde Miami –fue entrevistado vía telefónica– observa que la injerencia del
presidente Felipe Calderón cuando mencionó que Vázquez Mota se encontraba a

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

cuatro puntos de Enrique Peña Nieto es un rasgo de inequidad política que puede
ser motivo de queja. También considera antidemocrática la ley que impide las
campañas negativas más no la guerra sucia, y hace una amplia definición de la
diferencia entre éstas.

Cuando se le menciona que algunos lo llaman el rey de las campañas negras,


responde: Todos los que han dicho eso seriamente tienen demandas
multimillonarias, para que estemos claros. Si lo afirmas (se ríe) eres sujeta a
demanda, y añade que dichas acusaciones son parte de una guerra sucia.

Aunque se le vincula a la campaña de Nueva Alianza, acota en entrevista


telefónica que él sigue ligado al PRI y podría pasar que termine en una de las dos
o en ninguna. Tengo una relación cercana y de respeto con la maestra (Elba
Esther Gordillo), pero no he trabajado con ella desde 2006. Rendón se convierte
en noticia cuando se conoce que es el estratega de alguna campaña.

De 48 años de edad, es opositor al régimen de Hugo Chávez, razón por la cual se


autoexilió en Miami y viste de negro.

Discípulo de Joseph Napolitan, pionero de la mercadotecnia política en Estados


Unidos, reseña que una primera generación tuvo a su cargo las campañas de
Richard Nixon y Ronald Reagan. La siguiente fue una combinación de alumnos de
aquellos padres de la disciplina y de egresados de comunicación política.

Luego surgieron muchos cursos y lo bueno es que se está desmitificando la


profesión y se aprende técnicamente. Lo malo es que esta actividad se difunde de
manera iniciática, es como un apostolado. Cuando contratas un estratega, más
que conocimiento recibes experiencia, y eso se aprende en el manejo de crisis.

En el caso de México, explica que el PRI no tuvo muchos cuadros, porque los
consultores de Estados Unidos iban y venían. Mario Elguerresta
(cubanoestadunidense) asesoró a Carlos Salinas y a Ernesto Zedillo; después
Dick Morris a Francisco Labastida.
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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Ubica a Ralph Murphy, Jaime Durán Barba y Santiago Nieto colaborando con la
izquierda, a José Luis Sanchis con el Partido Acción Nacional (PAN) y a J.J.
Rendón –explica en tercera persona– con el PRI. Hay otro grupo más reciente, en
el que se encuentra el español Antonio Sola.

Como las neuronas no tienen nacionalidad, cree que se quedaron en el pasado las
dudas sobre las aportaciones de un consultor extranjero. Además, antes no había
experiencia, porque la gente se reciclaba dentro del país.

Como en otros lados, dice, en México se sobrestiman las redes sociales. Así lo
cree tras haber trabajado al lado del presidente colombiano Juan Manuel Santos,
quien derrotó a Antanas Mockus no obstante que se perfilaba como ganador por
tener una fuerte presencia en Internet.

“Hay un montón de vendedores de espejitos que han ido pasando por las
recientes elecciones en América Latina promoviendo las redes. Yo digo que es
importante tomarlas en cuenta como parte de la estrategia, pero no descuidaría
los medios tradicionales.

Siempre voy a pensar que el resultado lo garantiza el candidato, el manejo del


dinero, del tiempo, de la estrategia, las alianzas, el manejo de las líneas de
elección y la organización del partido en la campaña.

Hace una categorización de las campañas sucias, en las que todo se vale y las
define como delincuenciales, pues implican falsificación de documentos,
difamación, calumnia, etcétera. Otras, también de guerra sucia, atacan aspectos
de la persona, y por último menciona las negativas –que sí aprueba– porque
permiten resaltar contradicciones, errores e inconsistencias del candidato o del
partido.

Tras describir este panorama, define las críticas a la vida privada de Peña Nieto
en el ámbito de una guerra sucia, pero no se sorprende. Esto es de librito, por eso
no hay que confiarse y solventar todo antes de una campaña.
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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Y sitúa la estrategia seguida por Sola en 2006 en la línea muy tenue de campaña
negativa y sucia, porque dónde está lo objetivo de decir que Andrés Manuel López
Obrador es un peligro para México.

A propósito del tabasqueño, define su república amorosa como “cursi y


sesentosa”.

Al pedirle detalles de sus campañas en México, contesta: preguntas mucho, esto


por los contratos de confidencialidad que firma con sus clientes, y prefiere
mencionar sólo a Boltvinik, Julio. (30 de marzo de 2012). Economía Moral:
Seminario entre encuestadoras y analistas políticos en El Colegio de México.
La Jornada.

Recuperado de http://www.jornada.unam.mx/2012/03/30/opinion/026o1eco
Economía Moral Quinto poder: las encuestadoras y la construcción social de
ganador Seminario entre encuestadoras y analistas políticos en El Colegio
de México

En el seminario con el título que encabeza esta entrega, organizado por la


Asociación de Académicos Daniel Cosío Villegas (AADCV) y realizado el pasado
martes, el tema central a debate fue si las encuestas electorales influyen en las
decisiones de voto de los electores; si, por tanto, contribuyen a la construcción
social del ganador; y si se les puede calificar como quinto poder.

El cuarto poder en este esquema son los medios y se sabe que las encuestadoras
tienen la mayoría de los medios. En una nota periodística se señaló que el
seminario se llevó a cabo en medio de severos cuestionamientos sobre
metodología, opacidad en su elaboración y tendencias amañadas acorde a sus
clientes. Al seminario asistieron tres dirigentes de empresas encuestadoras:
Berumen, Abundis (Parametría) y Covarrubias. También asistió Luis Everdy, de
ADNPolítico, que opera la encuesta de encuestas
(www.adnpolitico.com/encuestas) que sistematiza la información de todas las

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

encuestas públicas con una útil herramienta. Asistieron, además, Juan Reyes del
Campillo, académico que ha sido funcionario electoral; Luis Mochán, uno de los
‘matemáticos’ (físico de la UNAM) que alertó muy temprano del extraño
comportamiento de los datos del PREP en el 2006; los analistas políticos Juan
Antonio Crespo y Lorenzo Meyer; el intelectual y director de Memoria, Héctor Díaz
Polanco; el demógrafo Agustín Porras, de la UAM; y el que esto escribe. La mesa
fue encabezada por las organizadoras del seminario: Marisela Connelly y Araceli
Damián, quien moderó la mesa.

Crespo, Díaz-Polanco y Boltvinik fueron particularmente claros al afirmar que las


encuestas, en efecto, construyen al ganador. Crespo puso énfasis en que la
información de las encuestas determina las categorías de voto útil y voto inútil que
explican el traspaso de votos de Cárdenas a Fox en 2000 y de Madrazo a López
Obrador y a Calderón en 2006. Díaz Polanco y yo coincidimos en una tesis más
fuerte: en la idea de que hoy se está tratando de construir la inutilidad del voto por
AMLO al ubicarlo sistemáticamente las encuestadoras (salvo Covarrubias) en
tercer lugar. Si no puede ganar, entonces muchos votantes traspasarán su voto al
que consideren menos malo entre Vázquez Mota y Peña Nieto. En SDPNoticias se
señala que Covarrubias dijo en el seminario que un mal uso de las encuestas es
desmoralizar al oponente y, habría que añadir, a sus votantes que, en
consecuencia pueden cambiar su voto. A mí me parece que es un uso inevitable.
Abundis negó rotundamente que las encuestadoras sean el quinto poder, al
rechazar que influyan en el ganador. Pero las encuestadoras son empresas con
fines de lucro que necesitan clientes. Para ser cliente hay que disponer de mucho
efectivo, lo cual cumplen los medios (como Televisa, El Universal, El Sol de
México), los poderosos económicamente y los poderosos políticamente. La regla
de oro para todo empresario que vende un bien o servicio, es conservar al cliente,
lo que se agudiza cuando se tienen muy pocos o un único cliente. Los clientes no
son neutrales políticamente y prefieren que los resultados de las encuestas sean
consistentes con sus preferencias. Las encuestadoras, consciente o
inconscientemente, se pueden ver inclinadas a dejar contento al cliente, como lo
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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

señala Luis Estrada en su artículo (en ADNPolítico) denominado El sesgo de las


casas encuestadoras, que argumenta con datos de las encuestas de la elección
de 2006 (La Gráfica muestra el sesgo de GEA-ISA por Calderón y de Demotecnia
por Madrazo).

Encuentro dos líneas de explicación para esta (inevitable) función constructora (y


a veces distorsionadora) de las encuestas públicas. Una de carácter universal y
otra basada en la sicología del ser humano. Parto de la escisión entre la ‘clase
política’ y el resto de la sociedad (de la enajenación de la inmensa mayoría de la
cosa pública) y me apoyo en George Soros, especulador multimillonario y
pensador notable. También parto de una caracterización (caricaturesca por falta
de espacio) del régimen político que prevalece en México. Éste es mucho más una
pluriarquía (opuesto de monarquía) que una democracia (literalmente gobierno del
pueblo). En términos políticos la sociedad mexicana está escindida en dos: por un
lado la clase política (los políticos como profesión, como rama de la división social
del trabajo) y los miembros de la sociedad civil (que suelen ser despolitizados). La
pluriarquía en que vivimos consiste en elecciones periódicas para constituir los
poderes Ejecutivo y Legislativo.

Formalmente, los partidos políticos postulan a sus candidatos y los ciudadanos


elegimos entre ellos que, se supone, nos representan. En los últimos años los
partidos políticos han estado viendo cómo el cuarto poder (sobre todo la tv),
haciendo mancuerna con las encuestadoras, les ha arrebatado la función de
definir los candidatos: como lo muestra paradigmáticamente el caso de Peña
Nieto. Su candidatura fue construida por la tv y su carácter de potencial ganador
fue ratificado por las encuestadoras. Así, en la construcción y consolidación de la
candidatura de Peña Nieto, el PRI ni las manos metió. Se encontró con un hecho
consumado y un precandidato único.

Soros nos ayuda a entender la función inevitable de las encuestas electorales


públicas. Sostiene que el funcionamiento social no puede entenderse si se parte

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

de una concepción de la relación entre pensamiento y realidad como la que se da


en la física. Ello es así porque, a diferencia de las partículas y los astros, los seres
humanos (objeto de estudio de las ciencias sociales) actúan intencionalmente para
conocer y manipular la realidad. Soros sostiene que ello hace necesaria la teoría
que él ha postulado de la reflexividad (circularidad entre creencias de los actores y
la realidad que su propia conducta determina). En las elecciones (aún más cuando
los periodos de precampaña y campaña son largos, las encuestadoras
periódicamente difunden la realidad de las intenciones del voto (o lo que quieren
hacer creer que son tales intenciones). Una parte de los votantes potenciales tiene
preferencias duras (y sí van a votar el día de la elección) pero otra (la mayoría) es
bastante indiferente a las elecciones y puede votar o no, o bien puede cambiar a
última hora su voto. Los primeros sólo cambiarán su voto si se sienten seguros
que su candidato va a perder (dada la cantidad y constancia de las encuestas que
predicen eso) para evitar que su voto sea un voto inútil. Los demás sólo irán a
votar con un voto ahora endurecido si perciben que el resultado de las elecciones
puede afectar sus vidas. Esto, como lo señaló Covarrubias en el Seminario,
explica la alta participación electoral en 1994 y el amplio triunfo de Zedillo: la
insurgencia del EZLN y los asesinatos de Colosio y Ruiz Massieu habían hecho
creíble la propaganda priísta que sostenía que si el PRI no ganaba se perdería la
paz. Sin las encuestas que en 2005-2006 daban como ganador a AMLO, no
habría habido guerra sucia y AMLO hubiera ganado por mucho mayor margen,
haciendo el fraude imposible.

La segunda explicación es la tendencia, derivada de un rasgo humano (quizás


universal) a admirar al triunfador y convertirse en su seguidor. Como lo expresa el
dicho popular: al campeón hasta que pierda. En nuestras sociedades alienadas, la
inmensa mayoría tiene una baja autoestima que se compensa ilusoriamente al ser
fan del equipo campeón o haber votado por el candidato ganador. Es un
narcisismo derivado como la madre o padre que siempre presume los logros de
sus hijos, a falta de logros propios.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Díaz, Ariane & Emir Olivares. Viven en México 57.5 millones de mujeres; la
mitad tienen menos de 26 años. La Jornada. Recuperado de http://www.
jornada.unam.mx/2012/03/08/sociedad/047n1soc

Violencia, bajos salarios, limitaciones educativas, entre los problemas que


enfrentan. Viven en México 57.5 millones de mujeres; la mitad tienen menos
de 26 años. Ganan entre 4 y12 por ciento menos que los hombres, de
acuerdo con datos del INEGI. Pese al aumento en la matrícula escolar, su
liderazgo no es reconocido con cargos públicos.

En México viven 57.5 millones de mujeres, la mitad de menos de 26 años, y


cotidianamente enfrentan problemas como violencia, bajos salarios, limitaciones
educativas y falta de acceso a puestos directivos, señalaron especialistas
universitarios.

Tres de cada 10 son madres antes de cumplir 20 años. El porcentaje de


nacimientos registrados entre adolescentes en 2010 fue de 18.8; una década
antes era de 17.1 por ciento. Una de cada cuatro adolescentes no utiliza
anticonceptivos.

En 2006 (fecha de la encuesta más reciente en la materia), 67 de cada 100


mujeres de 15 años y más habían padecido alguna vez en su vida algún tipo de
violencia de su pareja u otras personas. El 70 por ciento de los casos de violencia
física o sexual de pareja contra mujeres son de severidad grave a muy grave.

Si bien hoy las mujeres tienen mayor acceso a la educación superior (representan
49 por ciento de la matrícula), esto no se refleja en mayores ingresos.

Ana Buquet, coordinadora del proyecto Equidad y Género de la Universidad


Nacional Autónoma de México e integrante del Programa Universitario de Estudios
de Género de la institución, refirió que datos del Instituto Nacional de Estadística y
Geografía (Inegi) muestran que en el país las mujeres ganan entre cuatro y 12 por
ciento menos que los hombres.
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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Esas diferencias salariales se profundizan por sectores, y llegan hasta 52 por


ciento en las labores relacionadas con el comercio. En puestos de funcionarios o
directivos, tanto en el sector público como en el privado, el salario femenino
debería incrementarse 24.9 por ciento para equiparar las percepciones
masculinas.

Otras cifras muestran que en 2011, 41.8 por ciento de las mujeres de 14 años y
más formaban parte de la población económicamente activa. Dos de cada tres son
subordinadas y remuneradas; de ellas, 44.4 por ciento no cuentan con acceso a
servicios de salud y más de la tercera parte carecen de prestaciones.

En el foro Rompiendo el techo de cristal, organizado por la Federación de Mujeres


Universitarias, Adrián de Garay, de la Universidad Autónoma de México, señaló
que la presencia femenina en la educación superior se ha incrementado en cuatro
décadas: en 1970 sólo 6 por ciento accedían a ese nivel y para 2010 alcanzan 30
por ciento.

Según cifras de la CNDH, 7 millones de hogares son encabezados por una mujer
Foto Carlos Cisneros A pesar del incremento en la matrícula, su liderazgo no es
reconocido con cargos directivos. En las universidades Autónoma Metropolitana y
de Guadalajara más de 90 por ciento de los puestos de dirección corresponden a
los hombres, mientras en la Nacional Autónoma de México y Autónoma del Estado
de México la cifra de varones en puestos altos es de 69 y 65 por ciento,
respectivamente.

Datos oficiales muestran que el nivel de escolaridad de la población femenina de


15 años y más indican que 8.1 por ciento carece de instrucción, 12.7 tienen
primaria incompleta, 16.5 primaria terminada, y 26.5 por ciento cuentan con algún
grado aprobado de secundaria. Sólo una de cada cinco presenta estudios medios
superiores y una de cada seis al menos un grado aprobado a nivel superior.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Al participar en el ciclo Mujeres en movimiento, también efectuado en la UNAM,


Paola Velasco, de Amnistía Internacional, lamentó que una de cada tres mujeres
en el mundo sea golpeada, obligada a mantener relaciones sexuales o víctima de
algún abuso.

Subrayó que la Organización Mundial de la Salud reporta que 70 por ciento de los
asesinatos de mujeres son perpetrados por sus parejas o ex parejas y es la
principal causa de muerte entre las mujeres de entre 16 y 44 años de edad.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos informó que 7 millones de


hogares en México son encabezados por una mujer, quien además de cumplir con
su papel de madre y esposa en muchas ocasiones debe trabajar para sufragar
gastos familiares.

En un comunicado, el organismo agregó que promueve diversas actividades


educativas y de difusión para promover la igualdad entre los géneros.

Díaz, Ariane. (18 de agosto de 2012). En el pasado proceso electoral las


mujeres no fueron vistas como ciudadanas: académica. La Jornada.
Recuperado de http://www. jornada.unam.mx/2012/08/18/politica/008n1pol

Realizan mesa de análisis sobre la imagen femenina en las campañas


políticas. En el pasado proceso electoral las mujeres no fueron vistas como
ciudadanas: académica.

Durante el pasado proceso electoral, las mujeres fueron utilizadas como


instrumento para el mercado de la política electoral y no consideradas como
ciudadanas por los candidatos presidenciales, en cuyo discurso y propuestas
estuvo ausente el tema de género, consideró Aimée Vega Montiel, investigadora
del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la
UNAM.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

En términos cuantitativos, dijo, son muy pocos los spots donde las mujeres llevan
un papel central, lo cual indica que no hay una preocupación de los actores
políticos de impulsar la ciudadanía de las mujeres.

En la mesa de análisis La imagen de las mujeres en las campañas electorales en


México, realizada el pasado jueves por el Instituto Nacional de la Mujeres, la
experta señaló que Josefina Vázquez Mota, candidata del Partido Acción
Nacional, hizo un uso deliberado e irresponsable de su calidad de género, cuando
no hubo consistencia en sus propuestas.

Detalló que en su campaña en televisión, la panista presentó a las mujeres


desempeñando roles tradicionales: en sus hogares, acompañadas de sus hijos; en
el ámbito laboral las situó en pequeños negocios, como papelerías o tiendas, y en
el ámbito público las ubicó en plazas y parques, acompañadas de otras mujeres,
mientras que los varones aparecían solos o realizando actividades del campo.

En sus spots, a las mujeres se les interpela como ciudadanas sólo en siete por
ciento de ellos.

Las campañas de los abanderados de los partidos Revolucionario Institucional y


Nueva Alianza, Enrique Peña Nieto y Gabriel Quadri, respectivamente, fueron
casos más claros de invisibilidad política de las mujeres, pues en un porcentaje
mínimo de los anuncios televisivos las mujeres fueron enunciantes.

En el caso del abanderado priísta, 94 por ciento de los spots tuvieron como
proponentes a los hombres, mientras que el 6 por ciento restante tuvo enunciantes
mixtos y hubo una tendencia a estereotipar a las mujeres en roles tradicionales,
puntualizó la académica.

Quadri, por su parte, sólo se refirió a las mujeres como ciudadanas en 3 por ciento
de los spots y en el único anuncio dirigido a ellas aludió a la violencia de género y
las colocó en un papel de víctimas.

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“Participación Política de las Mujeres en el Ámbito Municipal: Obstáculos, Oportunidades y Desafíos”

Por lo que toca al candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, en


sólo 8 por ciento de sus spots las mujeres aparecieron con propuestas y 36 por
ciento de los anuncios se dirigieron explícitamente a público masculino.

La especialista señaló que la reforma electoral por venir debe garantizar la


democratización de los espacios, así como el acceso a recursos y condiciones de
igualdad para el ejercicio de la autonomía de la mujer.

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