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LIBRO POLÉMICO: "La promesa incumplida"

Mauricio Cortina, Hernán Solís Garza y Guillermo Delahanty Matuk

LAS TRAMPAS DE LA FE

La promesa incumplida de Erich Fromm es un intento sostenido, valiente y apasionado pero

finalmente decepcionante por parte de Victor Saavedra, de encontrar una explicación a la
discrepancia que existe entre la promesa de un análisis radical y humanista de Fromm y la
realidad de un proyecto que no germinó y que todavía necesita ser elaborado. Comparto con
Saavedra varias de las criticas que hace a Fromm, pero también tenemos diferencias
marcadas. Antes de analizar los puntos en común y las diferencias es importante señalar por
qué difieren nuestros criterios. Saavedra apoya su critica de Fromm en Lacan y en una
perspectiva neo-kleiniana (Meltzer, Etchegoyen), en cambio mi posición se basa en la obra de
Fromm y su metodología dialética y coincide en términos generales con un modelo relacional-
conflictivo2. Usamos este modelo para integrar lo mejor de la corriente de las relaciones
interpersonales con elementos de la teoría de las relaciones objétales del grupo Británico
"independiente" de Falrbairn, Guntrip, Winnicott y sobre todo de Bowlby3.

Quisiera indicar una limitación seria de la critica que hace Saavedra a Fromm. Su posición es
curiosamente provinciana al no poner a Fromm dentro del marco histórico del movimiento
psicoanalítico. Fromm no invento el modelo de entrenamiento psicoanalítico (como lo menciona
Saavedra) que es en parte responsable del anquilosamiento de diferentes escuelas
psicoanalíticas. Si Fromm no cita a otros autores dentro del psicoanálisis en ello no se
comporta de manera diferente a la de los kleinianos o lacanlanos que menciona Saavedra.
Cabe preguntar, ¿en donde esta citado Fromm en esas escuelas psicoanalíticas? La falta de
apertura del grupo "frommiano" en México sufre de muchas de las limitaciones que han
afectado, en mayor o menor grado, a otros grupos psicoanalíticos. Esta situación fue tal vez
acentuada por un sistema de patronazgo que existe en nuestras sociedades latinoamericanas.
Aunado a estas influencias, Fromm formó parte de una generación de analistas que
defendieron su postura como el de "expertos". Aun cuando Fromm hizo hincapié en el papel de
analista como "observador participante", como observador nunca dudó de su rol de experto. No
ha sido sino hasta los últimos 10 a 15 años que han habido esfuerzos de crear una apertura
entre diferentes escuelas psicoanalíticas4 y de cuestionar el papel privilegiado de experto en el
dialogo psicoanalitico5. Atribuir todas las deficiencias que señala Saavedra al carácter de
Fromm, sin esta perspectiva histórica, me parece ingenuo e injusto.

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Saavedra critica la meta Dsicoanalítica de Fromm, de alcanzar una visión inmediata y no

deformada de la realidad, como una quimera roussoniana. Si bien es cierto que esta es una vi-
sión utópica, Fromm al mismo tiempo reconoció que todo verdad es sólo una aproximación a la
realidad y que el proceso histórico Invariablemente refleja un desequilibrio entre la lucha por
avanzar las aspiraciones legítimas del hombre y las condiciones socio-económicas que limitan
o deforman estas aspiraciones. Aquí, como en muchos aspectos de la obra de Fromm, encon-
tramos una contradicción entre lo que Maccoby ha definido como la voz analítica y la voz
profética de Fromm6. La voz analítica descubre los elementos conscientes e inconscientes del
pasado que explican el presente. La voz profética se perfila hacia el futuro y es una expresión
de la esperanza.

En ocasiones las dos voces de Fromm están en armonía y el resultado es una percepción
profunda de la realidad con una visión renovadora del futuro. Su análisis del fascismo7, su revi-
sión dialéctica-existencial del concepto del hombre que suplantq la meta-psicología energética
de Freud8 y su análisis del Antiguo Testamento9 son ejemplos de lo mejor de Fromm. En otras
ocasiones las dos voces son discordantes y el moralismo suplanta al análisis. Tal vez estas
contradicciones se hicieron mas evidentes en la practica clínica por muchas de las razones que
señala Saavedra.

Saavedra piensa que Fromm minimiza la importancia de la experiencia infantil en el desarrollo

de la personalidad. Ignorando el fenómeno de la "compulsión a la repetición". También piensa
que al equiparar Fromm el fenómeno de transferencia con el concepto de idolatría "fabrica una
abstracción" y el fenómeno de transferencia pierde su utilidad clínica. A mi parecer, la critica de
Fromm a la ortodoxia psl-coanalítica -que de ninguna manera son solamente una caricatura-
son una reacción a sus excesos. Las posturas "clásicas" f reudiana y klel-niana enfatizan casi
exclusivamente el análisis "genético" de la infancia -lo que Mitchell llama "la metáfora del
bebe"- Ignorando en gran medida la personalidad adulta del paciente10. Lo único que tiene
vigencia son las realidades in-tra-psíquicqs y las "fantasías" de los pacientes. Fromm corrige
esta miopía al sostener que la experiencia de desamparo no solamente es un fenómeno
infantil, sino que es parte integral de la condición humana. El fenómeno de transferencia no
puede reducirse solamente a patrones establecidos en la niñez. Creo que Saavedra tiene
razón, que Fromm al acentuar la importancia del carácter social, acaba por minimizar lo que es
único e idiosincrótico en el paciente. Pero en vez de echar por la borda a Fromm, creo que lo
prudente es ver los excesos de ambas posiciones y tratar de encontrar un balance entre "un
delicado privado" y la realidad "profundamente social" dentro del encuadre psicoanalítico11.

Esta falta de un juicio balanceado también se manifiesta en la crítica que hace Saavedra de
Fromm en el uso del concepto de actividad y enajenación aplicado a la práctica clínica.
Saavedra piensa que con su "hermenéutica" marxista, Fromm escamotea la importancia de la
regresión y la transferencia. A mi manera de ver, el problema de Fromm no es con su episte-

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mología marxista y su concepción de adaptación como proceso activo y dinámico, al contrario,

estas son algunas de sus contribuciones mas importantes al psicoanálisis. Otros autores, sin
citar a Fromm, han llegado a considerar el concepto de la actividad como una alternativa a la
metapsicología Freudiana12, David Shapiro, un analista experto, considera la enajenación como
elemento fundamental de la neurosis13.

La importancia del concepto de la regresión en la génesis de la neurosis y como elemento de

curación en el proceso analítico es otro ejemplo donde Saavedra no se percata de que la crítica
de Fromm estaba bien encaminada. Conceptos contemporáneos de desarrollo y psi-
copatología han ampliado el concepto de Anna Freud de "líneas de desarrollo" como una
alternativa a los conceptos de regresión y fijación14. En buena medida el carácter puede en-
tenderse como el resultado de estrategias interpersonales que se originan en la niñez y que se
utilizan en modelos intra-psíquicos de la realidad15. Pienso que el concepto de regresión sólo
resulta útil para entender la patología con pacientes "limítrofes" o muy enfermos y no para en-
tender estados neuróticos. Por otro lado el grupo analítico Mt. Zion en San Francisco, ha
propuesto y demostrado empíricamente un modelo de psicoterapia en donde se da un cambio
progresivo cada vez que el analista ayuda al paciente a desconfirmar sus modelos
distorcionados de la realidad. Esta progresión consiste en una mayor esperanza y la
disposición a asumir pasos valientes-dentro y fuera del consultorio- por parte del paciente16.
Estas concepciones son perfectamente congruentes con las recomendaciones de Fromm de no
promover la regresión y de estimular la adaptación activa.

A mi manera de ver, el problema fundamental con la práctica clínica de Fromm, fue que
confundió su labor de profeta del movimiento psicoanalítico con su labor de analista. Su deseo
era producir un cambio radical en los pacientes y en sus discípulos hasta transformarlos en
"caracteres revolucionarios". Con este cambio Fromm esperaba que sus estudiantes pudieran
unirse en su cruzada para construir un humanismo socialista. Desgraciadamente el paciente
muchas veces quedó atropellado en este proyecto mesiánico. Este es el punto en que coincido
plenamente con Saavedra. En donde rompemos la compañía es en el afán de Saavedra de
emprender su propia cruzada contra Fromm y los frommianos. En el camino Saavedra ha
perdido de vista la enorme importancia - todavía no suficientemente reconocida- de la
aportación de Fromm al psicoanálisis ?

Mauricio Cortina

Medico de la Facultad de Medicina

UNAM.

Psiquiatra graduado en la Clínica

Menninger.

Profesor y Director de la clínica Eugene

Meyer de la Washington School of

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Psychiatry.

Miembro del Instituto Mexicano de

Psicoanálisis A.C.

[1] Título de PAZ, O. a la Biografía de Sor Juana Inés de la Cruz. FCE México, 1982.

[2] MITCCHELL. Stephen A., Relational Concepts in Psychoanalysis, Cambridge, Harvard

University Press, 1988.

[3] CORTINA. Mauricio and MACCOBY, Michael Mac-coby (Eds.) A Prophetic Analyst, Erich
Fromm's Contributions to Psychoanalysis, New York Aronson (en proceso de publicación).

[4] Ver por ejemplo GREENBERG. J. and MITCHELL. S. Object Relations in Psychoanalytic
Practica. Cambridge, Harvard University Press 1983, y PINE. F., Orive, Ego, Object and Self. A
Synthesls for Cllnlcal Work. New York, Basic Books, 1990.

[5] Ver como ejemplos GILL, M.M., The Analysis of Transference, Vol 1, New York, International
University Press, y STOLOROW R., BRANDSCHAFF, B. and ATWWOD, B., Psychoanalytic
Treatment: An Inter-subjective Approach. Hillsdale, NJ., The Analytic Press, 1987.

[6] MACCOBY, M., "The two Voices of Erich Fromm" en CORTINA, M. y MACCOBY, M. ob.
cit. (en publicación).

[7] FROMM, E., (1941), El miedo a la libertad, Buenos Aires, Paidós, 1957.

[8] ídem.

[9] FROMM. E.(1956), Psicoanálisis de la sociedad contemporánea. México, FCE, 1957.

[10] Véase MITCHELL, S.. ob.cit., cap 3: "Infantilismo" pp. 123-151.

[11] MILLAN, S.. "The Social Dimensión of Transference". en A Profetic Analist, op. cit.

[12] SHAFER, R., A New Language for Psychoanalysis, New Haven. Yale University Press.
1976.

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[13] SHAPIRO. D.. Psychotherapy of the Neurotic Char-acter, New York, Basic Books, 1989.

[14] STROUFE. L.A., "Pathways to Adaptation and Mala-daptation: Psychopathology as

Developmental De-viation", en CICCHETTI, D. (comp.) The Emergence of DicipHne: Rochester
Symposium of Developmental Psychopathology, Vol.l Hillsdale NJ., Lawrence Erlbaum, 1989,
pp. 13-40.

[15] MAIN. M., KAPLAN. N. & CASSiDY. J., "MI. Security in in-fancy. childhood and adulthood.
A move to the le-vel of representaron'. Monographs for the Society for Research in Child
Develoment. Vol. 50, pp 66-104, 1985.

[16] WEISS. J.. How Psychotherapy Works. New York, Guil-ford Press. 1993.

MÁS ALLÁ DEL PARAÍSO PERDIDO

"Fromm nunca dejó de funcionar como cardenal Mazarino, quien detrás del trono seguía
siendo el último arbitro de lo que acontecía en el grupo" (Saavedra, 1994, La promesa
incumplida de Erích Fromm, pág. 156).

Hemos creado dioses. Dios mío, a semejanza nuestra, y nos han traicionado; el diablo también.
Esa droga universal llamada fantasía mesiánica engendra tal grado de psicodepen-dencia en
dichos non plus ultra, que cuando a ellos les aqueja el terrible síndrome de abstinencia -léase
ausencia de adoradores- se sienten, y no sin justicia, mesías indignamente descontinuados,
por su demasiada experiencia. A veces, ciertos Narcisos pavos reales que creen no ser de este
mundo, redactan para la posteridad un testamento divino, y suelen existir alumnos que al
principio transmiten el evangelio, después lo modifican, mas adelante lo cuestionan y, al final, lo
niegan. Escrito está: tiempo hay de seguir y tiempo de ser seguido. Hemos construido
instituciones del mundo psi. piedra tras piedra, y cual producto idéntico a nuestra condición
humana, ellas nos han derrotado; esas ruinas que ves, estimado doble geronte, ya no te verán
volver, pues jóvenes dobles deidades fundaran una nueva iglesia e Importaran otro santón del
mas allá. Así, repitiendo se repite per sécula seculorum, la infinita historia del hijo de la mujer
del Hombre. Sobre ello versa el libro La promesa incumplida de Erích Fromm. creación de
Víctor Saavedra. Obra valiente, que todavía las hay.

Sé decir de mí, que de dioses conozco, pues habito en el Olimpo Didáctico de la Asociación
Regiomontana de Psicoanálisis, hija bastarda del centralismo azteca de la A.P.M. (Asociación
Psicoanalítica Mexicana). Cual Te-rencio redivivo he de agregar que nada de lo relatado por el
colega Saavedra me es ajeno, excepción quizá del- hecho que Fromm fue unigénito y, por
ende. Dios único, aunque oficiaba detrás del trono (Jones, 1913, The God Com-plex), mientras
que en el séptimo cielo de la A.P.M., existieron varios demiurgos epígonos de Freud, quienes

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nos crearon a similitud de ellos. Si, nos han dado la vida analítica con el sacrosanto aval de la
Asociación Psicoanalítica Transnacional; por ello, debemos cumplir un día sí y otra noche
también, el exigido primer mandamiento: In Freud we trust. A la vez parieron diablos; y aquí, en
Monterrey, cuando esto se escribe, el calores infernal...

"En cuanto a la promesa que no cumplió, la de elaborar una técnica psicoanalítica, la postura
de Fromm es de oposición ante cualquier sistematización" (Saavedra, 1994, pág. 170).

Muy al inicio de mi entrenamiento psiquiátrico descubrí en el extranjero a Erich Fromm (The

sane soclety. Colorado State Hospital, 27-11-60. Escape from freedom. Buffalo State Hospital,
27-11-61). A eso seguirán una docena de textos más y críticas a él dedicadas, una de las
cuales provenía de la A.P.M. (Torres, Mauro, 1960, El ¡nacionalismo de Erich Fromm). A pri-
mera vista, me pareció Fromm un pensador analítico epidérmico; no he cambiado de mirada.

Entrenándonos ya en el bosque de los olivos, Chagoyán, Estrada, López, Vives, y quien esto
reseña, solíamos expresar, frente a un busto de Freud, que entre candidatos frommia-mos y
freudianos había una enorme diferencia; los primeros se veían como cromos de salud mental;
nosotros bastante regresivos. No extraña entonces que Saavedra acote y destaque en cursivas
la duda hamletiana del apóstol José Gutiérrez -uno de los doce discípulos- acerca de si Fromm
no sería un psicote-rapeuta no analítico (pág. 110). En años ulteriores, después de cantar el
gallo, lo refutarían también con virilidad Fortes, Derbez y Ve-lazco Alzaga. El testimonio de
Abraham Fortes es meridiano y digno de elogio, incluido su retrato hablado de Avelino
González.

En 1956 con The sane society (Psicoanálisis de la sociedad contemporánea) nace el

psicoanálisis humanista, quien había sido expulsado de la International Psychoanalytical
Association por revisionista, (al este del paraíso fue arrojado a la vez Lacan; decreto que con el
dedo de Freud se escribió). Entiendo yo por humanista, el derecho humano postulado por
Fromm de conservar indemne el inconsciente, puesto que algunas interpretaciones freudianas
y sobre todo kleinianas pueden representar delitos de lesa humanidad tipificados como:
allanamiento de morada inconsciente, daños en propiedad ajena y acoso sexual.

El juicio de Saavedra -opinión compartida-es que dicho psicoanálisis humanista nunca

aconteció; no pasó de ser una psicoterapia idealizada en espejeo narcisista con el dios Fromm:
sugestión, imitación, pseudoidentifica-ciones, relación intersubjetiva as 11 (como si); troquelado
todo ello por el dictum frommiano "el analista es en realidad el método, el analista es la
medicina" (pág. 56). El supuesto laca-niano -incontrovertible desde el asociar- es renegado,
pontiflcándose como indiscutible agalma al analista, a decir, él, como indispensable sujeto
saber ideal.

Del psicoanálisis clásico poco quedó; Víctor Saavedra es demoledor en su crítica: el

inconsciente se convierte en sociocultural; la compulsión a repetir conductas caracteriales es

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soslayada; la transferencia y su contratransferencia son minimizadas, apreciándose al transferir

negativo como ataque personal; las "interpretaciones" directivas comprenden al analizando,
familiares, amigos, ideologías, etc., siendo ¡deopáticamente adoctrinantes; los "análisis"
devienen interminables, más si se paga bien (algunos de veinte años o mas); el milieu
catequista es intelectual, sin vivencia transferencial mutativa, razón por la cual el sujeto lo
entiende todo o cree entenderlo, como acto de fe, pero no cambia (pie del que cojeamos mas
seguido de lo deseable freudianos, laca-nianos y sigue un interminable etcétera).

La práctica de Fromm fue de modalidad endogámica-incestuosa, pues aparte de que se casó

con su analista, trató, además, a Mariane Eckard en New York, hija de quien fuera su amante
por varios años, Karen Horney. Ya en México, atendió sin rubor manifiesto a Alfonso Millón
(padre) y a Ignacio Millón (hijo); éste infortunadamente moriría de un alcoholismo galopante. No
obstante, seamos parejos. De los analistas freudianos pioneros fueron actuadores sexuales
Jung, Ferenczi, Jones, Fenichel, Rado, Reich, etc. Freud "analizó" a su hija Anna; Hermi-ne
Hug Hellmut se hizo cargo de un sobrino que terminó matándola; Melanie Klein fue terapeuta
de sus hijos; Otto Rank aprovechó información financiera confidencial para especular en la
bolsa parisina, psicopatía, por cierto, bastante socorrida en la actualidad.

Fromm tampoco comulgaba ante las asociaciones libres -continúa Victor Saavedra- y mucho
menos con el diván, pues sus terapias eran cara a cara. En Grandeza y limitaciones del
pensamiento de Freud. Fromm se autode-fiende declarando que si bien al maestro vienes le
resultaba difícil "resistir ser mirado de frente durante muchas horas al día (quizá se podría decir
de Fromm que cambió a la técnica de frente a frente porque no podía resistir que no lo miraran
durante tantas horas" (Saavedra, 1994, pág. 158).

"Ramón de la Fuente, quien en una transferencia negativa no resuelta con Fromm, la

desplazaba a los favoritos, tronaba contra el psicoanálisis y hacía todo lo posible por denigrar y
destruir a este grupo" (Ibid, pp. 164-165).

Cultura, deriva de cultus= cultivo; partiendo de dicha raíz valoramos a la agricultura como la
manifestación prístina del homo cu/fus. En el grupo evangelista frommiano el cultivo que se
implantó fue el culto a la personalidad de Fromm. Lo anterior se eternizó mediante el supuesto
básico de dependencia y su forma aberrante (Bion, 1955, Group dynamics). Los doce
apóstoles entronizaron a Fromm cual representante terreno de Dios y, al no recibir ellos el
maná milagroso del autocrático analista, se escindieron e invistieron simbólicamente al instituto
de entrenamiento y su preclaro magister. como pechos todopoderosos que gratificarían los
deseos de la realidad psíquica inconsciente; total, el mito del eterno retorno al paraíso
perdido. Tal modalidad de acting out institucional, "llamada forma aberrante, consiste, en el
caso del grupo de dependencia, en el intento de presionar a través de la acción sobre algún gru-
po externo, para influirlo o ser influido por éste" (Grinberg.SoryTabak, 1973, Introduction to the
work of Bion: 1993, New introduction to the work of Bion). Cuando todo fracasó, la angustia
esquizoparanoide klelniana emergió, heralda-da por los núcleos psicóticos del supuesto básico
de lucha y fuga. En efecto, ocurrieron combates fratricidas y deserciones lamentables; empero,
no porque Fromm les haya fallado, no, un Dios nunca se equivoca, los que pifiaron fueron los
hombres de barro. Acoto en dicha línea tres declaraciones acerca de los grandes iniciados:"...
probablemente sin análisis unos estarían en la cárcel, otros en un sanatorio psiquiátrico,

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alguien mas se habría suicidado..."

(Aramoni) (Saavedra, 1994, pág. 166); "...si hubieran hecho una aplicación, como después se
hizo, hubieran sido rechazados..." (Narváez) (Ibld, pág. 166);"... doce niños malcriados, suspi-
caces, resentidos. Algo pasó con los alumnos de Fromm que ya estaban enfermos..." (Velazco
Al-zaga) (Ibid, pág. 167). En nuestro solar freudiano pionero, esa utopía nombrada normalidad
no brilló ni por su ausencia, pues fallecieron de muerte natural, entiéndase suicidio, Stekel,
Tausk, Feder, Honneger, Silverer, etc., etc., y las instituciones psicoanalíticas se vieron
invadidas por esa droga llamada poder, narcofreudismo que aún impera.

Colofón: los seres entran a los libros de la memoria oral o escrita porque se mueren; si vivieran
por siempre nunca serían historia, se desgastarían como billetes viejos; a los dioses su
eternidad también los desprestigió. Solo resta esperar, como simples mortales, a que en la urna
solitaria de algún recuerdo, alguien recoja el humilde polvo de nuestros nombres. ¡Vale! ?

Hernán Solís Garza

EL DERRUMBE DE LA IDEALIZACIÓN

El propósito de mi crítica es develar las reflexiones del autor que me parecen correctas y los
errores del texto desde mis enfoques de referencia: la teoría pslcoanalítica del yo y la teoría
crítica de la Escuela de Frankfurt.

Me parece que la importancia del libro de Víctor Saavedra es la exposición de los testimonios
dramáticos de los psicoanalistas analizados por Fromm y de la transcripción de algunas frases
del seminario que Fromm dictó en el Instituto Mexicano de Psicoanálisis durante el primer
semestre del 4 de febrero al 18 de mayo de 1968. No obstante a que el autor considera que
Fromm no escribió sobre la técnica psicoanalítica, si dejó sus planteamientos técnicos en un
seminario en 1974, en Europa, recientemente publicados por Rainer Funk biógrafo y editor de
la obras postumas de Fromm.

El análisis Víctor Saavedra se ubica en el contexto de la residencia mexicana de Fromm y la

implicación de la institución psicoanalítica dominante de uno de los dos grupos con poder

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Instituto Mexicano de Psicoanálisis y Asociación Mexicana de Psicoanálisis, en pugna perma-

nente hasta que se diluyó su poder por el brote de la moda lacaniana. Sin embargo, es curioso
que al comienzo del texto Lacan se encuentra agazapado, como un arlequín, detrás de los au-
tores kleinlanos en que se apoya el autor para después saltar y dar un zarpazo.

El método de análisis crítico sobre la praxis psicoterapeuta de Fromm se apoya en dos líneas
teóricas divergentes: Melanie Klein y La-can. Sin embargo, considero que es una crítica
periférica eludiendo el interior del corpus técnico fromniano. Mezclar a los dos autores,
añadiendo a Fairbairn, sin diferenciar los niveles epistemológicos en sus aportaciones se presta
a confusión. Por ejemplo, cuando menciona que la idea de Fromm del sujeto de conocimiento
no es un sujeto escindido olvida que desde la teoría marxista de la enajenación el sujeto es
escindido, tampoco marca la diferencia del yo escindido de la teoría kleiniana confundiendo con
el sujeto escindido (p. 87).

Es curioso que Saavedra primero se adhiera a los grupos teóricos de Klein y Lacan para criticar
a la teoría del yo pero que al final se apoye en los distinguidos discípulos de Rapoport que han
criticado la metapsicología de Freud, a saber, Shafer, Holt, Gilí y George S. Klein que los
reconoce como importantes por sus aportaciones en la teória y técnica del psicoanálisis.

En un comienzo dice que Fromm escamoteó la primera infancia (p. 65). sin embargo, al final
del texto menciona la importancia que concedió a la relación materna-infantil, incluso asume
que admitió la sensación de desamparo que Freud iniciaimente ocotó, sobre esto Fromm trae
agua para su molino.

Por otra parte, cuando argumenta sobre las aportaciones teóricos-sociales de Fromm para
criticar a su propuesta técnica, desvia el foco porque analiza desde otra mirada el asunto.
Incluso, observo un distanciamiento o fractura en el autor con sus planteamientos
epistemológicos freudomarxistas iniciales cuando era discípulo de Fromm1. Por lo tanto, el
autor desconoce ahora uno de los valores fundamentales de la teoría crítica de Fromm, a
saber, de como las condiciones sociales con sus mecanismos de explotación enajena al sujeto.

Cuando el autor supone que Fromm despreció las vicisitudes cotidianas nos sorprende porque
un lector atento de Fromm descubre justamente que su texto está particularmente relacionado
con la vida diaria, el arte de amar, la desobediencia, la esperanza, el sueldo asegurado, para
Fromm como para los miembros de la Escuela de Frankfort, fue importante el aspecto de
mediación entre los procesos psíquicos y la estructura social, en concreto, la familia.

Cuando insiste que Fromm empleo la especulación de Marx el autor desconoce o pretende
ignorar la propuesta teórica-práctica desde Marx y no desde el idealismo de Hegei. Es preciso
reconocer que Fromm conoció de primera mano la edición de los Manuscritos Económicos-
Filosóficos de 1844, publicados conjuntamente por el Instituto de Investigación Social de Frankf
urt y los Archivos de Marx-Engels de Moscú. Con todo, para Marx la transformación social a

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través de la praxis fue esencial.

Aunque el autor acusa a Fromm de su silencio sobre Marx en los años de exilio
norteamericano, de 1935 a 1955, como un aspecto paranoide, en realidad fue importante como
protección del macartismo. Recordemosque Wittfogel fue testigo a favor de los juicios contra
los "comunistas". Para emitir un juicio implacable de esta naturaleza, primero, es preciso com-
prender al exiliado que perdió su tierra, su idioma y su familia, y, segundo, no obstante a la
barrera de protección Fromm publicó los Manuscritos en Estados Unidos en 1961 y militó en el
Partido Socialista. Además es conveniente recordar que Fromm, desde 1947 radicó en Méxi-
co.(p. 142).

Saavedra escribe sobre Foucault y Deleuze, sin la cita correspondiente. En ocasiones expresa
generalidades sin el sustento rigurosos de la fuente y se apoya en el trabajo de F. Moreno
como fuente importante, por ejemplo, "Prácticamente todos los comentaristas de Fromm y
todas las alusiones que a él hacen otros antropólogos marxistas consideran que,
efectivamente, el hombre de Fromm es una abstracción, un ideal que ha perdido su base real"
(p. 113). Cuando menciona que, Wilhelm Reich no fue su maestro ni su supervisor (p. 122)
desconoce la historia porque ambos fueron colegas, se reunían en la casa del primero junto
con otros piscoanalistas, entre ellos Fenichel, en Berlín.

A mí me paree que sí existe un elemento básico en Fromm en su inscripción en la religión

judía, especialmente por sus estudios rabínicos. Es un psicoanalista-rabino.

Es común encontrar una crítica de la ética psicoanalítica con la sanción de que sí en una
ocasión no se respetó la abstinencia, contaminando la relación analítica para descalificar al
psicoanalista desde el lugar del juez, sin comprensión. La historia del psicoanálisis ha
descubierto cómo ha habido casos de contaminación, a saber, Freud analizó a su hija Anna,
Melanie Klein a sus hijos, Reich se casó con su paciente Annie, y el mismo Fromm se unió en
matrimonio con su psicoanalista Frida Fromm-Reichmann, y Lacan durante la primera
entrevista ofrecía una copa de vino o invitaba a cenar al futuro paciente. El que esté libre de
contaminación que tire lq primera jerga.

Uno de los problemas que trazan el libro son los juicios morales desde el lugar del censor,
entonces el autor se erige en juez implacable y no con un planteamiento comprensivo ?

Guillermo Delahanty Matuk

[1] En mi libro Psicoanálisis y Marxismo. Mécico, Plaza y Valdés y Universidad Autónoma

Metropolitana Xochimilco. 1987. utilizo la referencia del estudio epistemológico de Saavedra en el
ámbito de su adhesión freudomarxista.

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