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ESTRUCTURAS
Jaime Cervera
Con
ebir y analizar estru
turas
Jaime Cervera Bravo
Departamento de Estru
turas de Edi
a
ión
Es
uela Té
ni
a Superior de Arquite
tura
Universidad Polité
ni
a de Madrid
2
ÍNDICE GENERAL 3
Índi
e general
I Bases 6
1. Introdu
ión 7
1.1. Con
ebir y
omprobar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
1.2. Lenguaje y per
ep
ión: el papel del análisis . . . . . . . . . . . . 9
1.3. Analizar estru
turas para
omprenderlas . . . . . . . . . . . . . . 10
1.4. La teoría de proye
to de estru
turas . . . . . . . . . . . . . . . . 12
II Análisis 45
Bases
6
Capítulo 1
Introdu
ión
La
on
ep
ión y el proye
to de estru
turas requieren una visión de su
om-
portamiento que usualmente se adquiere por experien
ia, auque puede a
elerarse
uando se
omprenden las bases geométri
as de la respuesta estru
tural. Este
texto trata de presentar
ono
imientos que, al
abo de los años, he llegado a
onsiderar bási
os para al
anzar di
ha
omprensión. Presento, por un lado, las
bases y las herramientas de análisis de estru
turas sus
eptibles de empleo gene-
ralizado, apli
adas fundamentalmente a tipos ligados a la edi
a
ión. Por otro
lado estudio las generaliza
iones que pueden derivarse, empleando di
hos mé-
todos, sobre la rela
ión entre el
omportamiento estru
tural y la forma de la
estru
tura. El presente texto
ontiene la base de un breve seminario de do
to-
rado de 10 horas impartido desde el año 2004. Sus pretensiones no al
anzan,
sin embargo, las de ser un texto
ompleto en ningún tipo de re
orrido , sino
1
más bien una sele
ión personal, a ve
es de regularidades, en otros
asos de
singularidades, de
ará
ter teóri
o,
apa
es de guiar el difí
il traye
to orientado
a intuir la rela
ión entre forma y
omportamiento.
En esta introdu
ión, entendiendo la distan
ia que media entre
on
ebir y
omprobar las estru
turas, se argumenta la ne
esidad de dominar las té
ni
as de
análisis en su forma más general
omo modo de interiorizar el
omportamiento
estru
tural.
En el primer
apítulo se revisan los
on
eptos bási
os
omunes a los diferentes
métodos de análisis, poniendo de maniesto sus rela
iones.
En los
apítulos siguientes se desarrollan
on mayor detalle métodos elás-
ti
os y plásti
os apli
ables a estru
turas típi
as de edi
a
ión,
omo son las
estru
turas de pisos superpuestos, y las de
ubierta.
Más adelante se emplean tales métodos para evaluar y estimar el
ompor-
tamiento general de los tipos de estru
tura señalados, en base a sus
ualidades
geométri
as o de forma.
Finalmente se
on
luye revelando algunas de las bases formales más generales
que pueden
onsiderarse responsables del buen
omportamiento estru
tural.
Es pre
iso re
ono
er aquí el papel fundamental que, para este texto, ha
supuesto la do
en
ia en el Departamento de Estru
turas de Edi
a
ión de la
Es
uela Té
ni
a Superior de Arquite
tura de la Universidad Polité
ni
a de Ma-
drid, en el que han germinado, de la mano de mis
olegas, mu
has de las ideas
1 Pueden apre
iarse múltiples
aren
ias si se observa
on la perspe
tiva de lo que podría
onstituir un texto de introdu
ión al
omportamiento estru
tural.
7
CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN 8
omproba
ión
las de progresivamente menor poten
ia, y progresivamente mayor pre
isión, y
en el que la , sea sobre la totalidad del objeto, sea sobre partes
o abtra
iones del mismo, debe permitir su valida
ión frente a los objetivos o
requisitos a
umplir.
Trasladando tales ideas a las estru
turas resulta fá
il entender la dialé
ti
a
entre su
on
ep
ión y su valida
ión. En di
ha dialé
ti
a, la fase de
on
ep
ión
intera
túa
on el resto de los aspe
tos arquite
tóni
os
onsiderados en el pro-
ye
to del objeto que se pretende edi
ar, siendo los requisitos estru
turales sólo
parte de los requisitos generales a que el proye
to responde.
La fase de
omproba
ión, sin embargo, goza de autonomía propia: podemos
asegurar la validez de una estru
tura sea experimentalmente, sea analíti
amente
al margen de otras
onsidera
iones, si bien di
ha validez meramente estru
tural
no asegura la validez del proye
to, la
ompatibilidad de la estru
tura
on otros
elementos de éste, et
.
3 Ahora bien, la
omproba
ión estru
tural exige mu
ha
pre
isión en el diseño, mu
ho detalle en la deni
ión del objeto proye
tado. El
aso más extremo lo representa el análisis experimental: es pre
iso produ
ir un
objeto real
ompleto o un modelo a es
ala para el experimento. Las teorías
2 Con
eptos identi
ados en los
ursos impartidos por Ri
ardo Aro
a en la ETSAM.
3 Di
ho sea de paso, esta autonomía permite la existen
ia de una
asta de espe
ialistas
que, en tanto a
túan
omo tales, se sitúan al margen del resto de las
onsidera
iones a que
responde el proye
to, lo que da origen a no po
os problemas de
omuni
a
ión.
CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN 9
de análisis estru
tural permiten dis
ulpar la
onstru
ión del objeto, al prede
ir
teóri
amente el resultado del experimento en él sobre la base de experimentos
previos y de las generaliza
iones que la teoría aporta, pero el análisis requiere
mu
ha deni
ión. Hoy día pueden realizarse análisis sobre modelos teóri
os o
simulados informáti
os de estru
turas de todo tipo, pero los métodos más
generales, para asegurar sus predi
iones, requieren de tal
úmulo de informa-
ión, que el detalle o pre
isión
on que debe estar denido el objeto a analizar
es muy alto. Por otro lado los pro
esos de
omproba
ión, sean experimentales
o analíti
os, son en
ierta medida
iegos u os
uros: la arma
ión de validez o
invalidez, aporta en mu
has o
asiones muy po
a informa
ión sobre las
orre
io-
nes a realizar: un ejemplo
lási
o es el de los pórti
os de gran altura sometidos
a viento en los que el fallo de los pilares inferiores debe a
onsejar el aumento
en las dimensiones
antos de las vigas de las plantas más bajas,
on
lusión
invisible
omo resultado del análisis.
Resulta evidente que la toma de de
isiones en el desarrollo de la estru
tura,
realizada en el
urso del proye
to
ompleto, debe fa
ilitar que las de
isiones de
inmuni-
mayor poten
ia las que responden a los parámetros geométri
os y tipológi
os
dad
fundamentales puedan tomarse pronto
on garantías de validez,
on
frente a las de
isiones de pre
isión mayor que se tomen posteriormente: por
ejemplo, es deseable a
ertar en las dimensiones de vigas de hormigón, previas a
su posterior armado, aun
uando es en el pro
eso de armado en el que se validan
di
has dimensiones.
Dado que la mayor parte de las
omproba
iones a que se someten los modelos
en las fases ini
iales de proye
to se basan en su deni
ión geométri
a, resulta de
gran valor asegurar la idoneidad estru
tural a partir de parámetros geométri
os:
dimensiones, propor
iones, tamaños . . . , de modo que las potentes de
isiones
ini
iales tengan una buena garantía de validez posterior.
Esto permite entender la importan
ia que supone la
omprensión del
om-
portamiento estru
tural, en lo posible desde la forma de la estru
tura, en las
fases ini
iales de
on
ep
ión, y la importantísima diferen
ia de
ono
imiento
visión
que esta
omprensión supone frente a la
apa
idad general de análisis. Es es-
te
ono
imiento el que puede
on
eptuarse
omo del
omportamiento
estru
tural.
en la
omplejidad del mar
o mismo, y su mejor
apa
idad de adapta
ión para
des
ribir nuevos aspe
tos de la realidad.
De este modo la per
ep
ión y el lenguaje tienen una extrema ligazón en
todos los
ampos de la
ultura,
ien
ia in
luida. Sólo se per
ibe
on pre
isión lo
que puede des
ribirse
on análoga pre
isión, es de
ir, aquello sobre lo que puede
apli
arse un lenguaje espe
í
o.
El lenguaje
umple no sólo el papel de estable
er el entramado que ha
e po-
sible la per
ep
ión; es responsable de la
apa
idad de des
rip
ión,
onsiderando
tanto la introdes
rip
ión aso
iada a la
omprensión de lo per
ibido,
omo la
extrades
rip
ión, base de la
omuni
a
ión
on otros.
La
omprensión del
omportamiento estru
tural y la
apa
idad de
omuni
ar
di
ho
omportamiento está íntimamente ligada al lenguaje que permite expresar
he
hos sobre resisten
ia o deforma
ión de las estru
turas, y por lo tanto, el
análisis de estru
turas juega un papel
entral en di
ha
omprensión.
No es posible una per
ep
ión
ompleja e inteligente de las estru
turas sin
una seria
apa
idad de análisis de éstas. Se trata, por supuesto, de una
ondi-
ión ne
esaria aunque no su
iente. No por ser buen analista se asegura una
apa
idad de
omprensión e innova
ión estru
tural, pero es ése un paso en la
buena dire
ión.
Un objetivo primordial de este texto es, por tanto, profundizar en di
ho
lenguaje, tratar de dominarlo, al menos apli
ado a los tipos estru
turales que
liberarse
aborda.
Pero las posiblidades de de las
onstri
iones que el propio lenguaje
impone están ligadas a la
apa
idad de abstra
ión y generaliza
ión de di
ho
lenguaje. Así pues, no sólo por razones de
omuni
abilidad, sino por razones aún
más egoístas, de libertad personal, de
apa
idad de innova
ión, de
apa
idad
para desembarazarse del análisis mismo, es ne
esario avanzar en el grado de
abstra
ión
on que se
onsidera el análisis.
En esta línea es sorprendente
onstatar el es
aso número de
on
eptos fun-
damentales que sustenta toda la reexión sobre las estru
turas, y su elevada
versatilidad. Unos po
os elementos presentan disfra
es aparentemente muy di-
feren
iados en estru
turas de tipos diferentes, pero nuestra a
tual
apa
idad de
abstra
ión permite entenderlos
omo aspe
tos diferentes del mimo tipo de
on-
epto, y no sólo entenderlos de di
ha forma
omún, sino de operar
on ellos de
la misma forma. Los a
tuales programas de análisis por elementos nitos basan
su universalidad pre
isamente en la generalidad de apli
a
ión de unos po
os
muy po
os
on
eptos bási
os, semejantes en todos los tipos de
omporta-
miento estru
tural a que pueden apli
arse.
Trataremos de avanzar en el grado de abstra
ión
on que se
onsideran y
tratan las
uestiones estru
turales, bus
ando des
ribir su fun
ionamiento general
re
urriendo a objetos de interpreta
ión global, por tanto más
omplejos.
de
empleado para
ategorizarlas, hay también que saber hablar de ellas: no sólo
las
hay que entender estru
turas, de teoría estru
tural; para proye
tar hay que
entender estru
turas.
CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN 11
omprender
frente a las que es
apaz de sobrevivir. Cali
ar y
omprender una estru
tu-
ra exige medir su
omportamiento y, por lo tanto, una estru
tura
supone anti
ipar de
ualquier modo intuitivo las medidas de des
riben di
ho
omportamiento.
Ahora bien, las
ualidades de superviven
ia de las estru
turas, ligadas a las
medidas de sus esfuerzos y movimientos, están íntimamente ligadas a su for-
ma además de a los materiales de que está
onstituida. Es parti
ularmente
la forma lo que interesa al arquite
to en las fases primordiales de
on
ep
ión,
puesto que es la forma la
ualidad primordial de
ontraste
on los requisitos
uantitativa
estable
idos a la obra, y la que será responsable de su
apa
idad para emo-
ionar. Por ello, los parámetros bási
os de des
rip
ión , de análisis
ualitativa
de la estru
tura, deberán ser geométri
os si pretendemos que la
ara
teriza
ión
de su
omportamiento pueda ser aprehendible desde la forma misma.
De este modo el
ono
imiento y dominio de las diferentes té
ni
as de análi-
sis no es un objetivo en sí mismo: se trata por un lado de una herramienta de
per
ep
ión, de aprehensión de las estru
turas que tratamos de proye
tar. Pero
por otro lado, mediante su empleo repetido sobre estru
turas su
esivas, o me-
diante su apli
a
ión sistemáti
a a
ole
iones o géneros estru
turales, el análisis
es una herramienta que permite desarrollar arma
iones de viabilidad sobre di-
hos géneros o tipos, estable
iendo pro
edimientos aprehensibles y
apa
es de
prede
ir su
omportamiento
omo fun
ión, o resultado inmediato, de sus pará-
potentes
metros formales más esen
iales o bási
os, aquellos que hemos denominado más
.
CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN 12
estru
tural
riterios de seguridad, se impone un elemento de
ompara
ión ajeno a la
satisfa
ión de éstos. Di
ho requisito no es otro que la e
ien
ia
on
uantitativa
que la estru
tura resuelve el problema a
ometido. Serán preferidas las solu
iones
de mayor e
ien
ia frente a las de menor, y la medida de la e
ien
ia
al
anzada tratará de prede
irse a partir de los parámetros bási
os de la forma
elegida.
Este objetivo exigirá una
ara
teriza
ión rigurosa del
on
epto u objeto
on
el que trataremos de medir la e
ien
ia, así
omo un desarrollo teóri
o posterior
en lo posible
ontrastado experimentalmente que permita poner en rela
ión
las medidas de este objeto
on los parámetros libres en las fases de diseño, y en
espe
ial
on aquellos de mayor poten
ia en el mismo y que requieran la menor
Geometría
13
CAPÍTULO 2. BASES DEL ANÁLISIS 14
sustenta
ión
miento esté
oa
ionado en alguna región de la super
ie Γ s o del volumen Ωs
de la estru
tura, región a la que denominamos . En la literatura
lási
a es usual referirse a la sustenta
ión sólo
omo una parte de la super
ie
sustentado
exterior de la estru
tura, y no
omp parte del volumen de ésta, pues siempre
puede eliminarse del modelo estru
tural
ualquier punto o
oa
io-
nado, dejando sólo los de
onta
to
on la región no sustentada. La estru
tura
está formada enton
es por un volumen Ω delimitado por una super
ie Γ que
puede des
omponerse en dos partes separadas, la super
ie
orrespondiente a la
sustenta
ión, y la super
ie denominada libre, Γ = Γs ∪ Γl , siendo Γs ∩ Γl = ∅ .
Respe
to de la sustenta
ión supondremos al menos ini
ialmente una
oa
ión perfe
ta, es de
ir, una
oa
ión que impide totalmente su movimiento:
U X = 0; ∀X ∈ Γs . Más adelante podrá analizarse lo que su
ede en
aso de
oa
ión imperfe
ta, o de movimiento impuesto a través de la sustenta
ión a la
estru
tura.
Ahora podemos distinguir entre las a
iones y las rea
iones: las primeras son
las ejer
idas sobre la estru
tura por elementos externos, por el uso, los agentes
atmosféri
os, et
. Son las
ono
idas a
iones gravitatorias, de viento, o sísmi
as,
. . . , mientras que las rea
iones son las que apare
en ejer
idas por el elemento
que
oa
iona el movimiento de la estru
tura, usualmente el terreno.
De este modo la estru
tura tiene regiones en las que existe movimiento U,
que no es
ono
ido antes de pro
eder al análisis de la estru
tura, y sobre las que
se ejer
en
argas o a
iones F que sí son
ono
idas previamente a di
ho análisis,
aunque pueden ser nulas en alguna región de la estru
tura. Se denominan regio-
nes libres de la estru
tura, aun
uando no son en rigor libres realmente, pues su
movimiento debe a
ompañar al del resto de la estru
tura. Pero no sufren
oa
-
iones externas a la estru
tura misma. Tiene además regiones en las que, por
el
ontrario, se
ono
e el movimiento ini
ial de la estru
tura U s, movimiento
1 La determina
ión de la posi
ión de un
ierto punto material tras la
arga puede ha
erse
tanto referen
iando su posi
ión antes de la
arga,
omo después de ella. En edi
a
ión es
usual referirse a la posi
ión original, usándose F = F (X 0 , t) es de
ir, se identi
a la
arga
apli
ada en el instante t al punto de
oordenadas ini
iales X0 . Esto fa
ilita la identi
a
ión
del punto material
onsiderado, pero puede originar
onfusiones
uando los desplazamientos
del mismo no son despre
iables, pues en di
ho
aso la
arga a
túa físi
amente en Xt .
CAPÍTULO 2. BASES DEL ANÁLISIS 15
que puede
onsiderarse nulo, por estar
oa
ionado por elementos ajenos a la
estru
tura misma, mientras que se des
ono
en las fuerzas de rea
ión que entran
en juego ne
esariamente para restringir para anular di
ho movimiento.
Hay que señalar que desde la perspe
tiva geométri
a, tanto el movimiento
UX
omo la a
ión FX que
orresponde a
ada punto X está representado por
una magnitud ve
torial de tres dimensiones, longitudes una, fuerzas la otra
denidas en su
aso
omo densidad de fuerza por unidad de super
ie (presión)
o de volumen, de modo que puede
onsiderarse
on propiedad el produ
to
es
alar de una magnitud por la otra
omo un trabajo densidad de trabajo por
unidad de super
ie o de volumen en su
aso. Veremos más adelante que di
ho
produ
to, di
ho trabajo, está
argado de sentido. En resumen, en todo punto
hay dos magnitudes ve
toriales, una
ono
ida y otra des
ono
ida antes de
pro
eder al análisis, ambas tienen igual número de
omponentes, y su produ
to
es un trabajo.
agregados
A menudo los modelos estru
turales responden a simpli
a
iones de lo des-
rito anteriormente, mediante el sen
illo re
urso de generar , o sumas:
por ejemplo un soporte verti
al
ilíndri
o, ma
izo, y de área A, sometido a pre-
sión uniforme τ en la se
ión
orrespondiente a su
úspide, y sustentado en su
base, es un elemento de tres dimensiones que puede redu
irse a una línea se
elige la que une los
entros de gravedad de las se
iones, o dire
triz de la pieza
R
sometida a una
arga en su punto superior
A τ dA = τ A, y sustentada en su
F =
punto inferior. Esto redu
e la dimensión del problema el
onjunto de puntos
a
onsiderar en el análisis.
En este
aso el agregado se realiza mediante los
on
epto de se
ión y reba-
nada, siendo la se
ión la super
ie que agrupa a todos los puntos de un
orte
realizado perpendi
ularmente a la dire
triz, y rebanada el volumen situado entre
a
umulando
dos se
iones innitamente próximas. La
arga sobre el modelo simpli
ado se
identi
ando
obtiene todas las ejer
idas sobre la se
ión extrema
argada en el
modelo original. Mejor que a
umulando debiera de
irse , es de
ir,
sustituyendo el
onjunto de las
argas ejer
idas sobre la se
ión original por
una resultante equivalente a todas ellas, y situada en el punto sele
ionado. Se
eligen para lo
alizar las rebanadas los puntos que se sitúan en la dire
triz. En
agregado
general
aso de ser las
argas ex
éntri
as, por ejemplo el equilibrio exige
trasladado
que el o resultante de las
argas in
luya momentos, dado que un sis-
tema de fuerzas a un punto requerirá ser representado en él por tres
omponentes de fuerza y tres de momento.
El movimiento de la rebanada será el que represente el de su
onjunto, de-
nido por el movimiento de sus se
iones que se supone mantienen su geometría
pero no su posi
ión. De este modo, la parte de movimiento rígido de la rebanada
ex
luida la deforma
ión, que será la diferen
ia de movimiento de las se
iones
que la denen estará
ompuesto de un desplazamiento tres
omponentes y
2
una rota
ión nuevamente tres
omponentes . De este modo, nuevamente las
a
iones F, que ahora in
luyen tres
omponentes de fuerza y tres de momento
en el
aso general, y los movimientos U,
on tres
omponentes de desplaza-
miento y tres de rota
ión, mantienen la
orrela
ión en sus sentidos físi
os, de
modo que otra vez puede obtenerse un trabajo
omo produ
to es
alar de unas
por otros, y, puesto que
onstruimos di
ho agregado
omo simpli
a
ión de la
2 Es importante que la ele
ión del punto de referen
ia elegido sea inequívo
a para
ualquier
desarrollo posterior. Por ello se emplea de forma sistemáti
a el
entro de gravedad de la se
ión,
que está siempre unívo
amente determinado.
CAPÍTULO 2. BASES DEL ANÁLISIS 16
estru
tura, y no
omo altera
ión de ésta puesto que tanto las fuerzas
omo los
movimientos en ambos modelos no son más que representa
iones alternativas de
lo mismo el trabajo a
umulado obtenido en ambos será idénti
o. Volveremos
sobre esta
uestión más adelante. Baste ahora
on
onsiderar a F y U
omo
representa
iones generalizadas de las a
iones y los movimientos en
ualquier
modelo estru
tural, re
ordando la rela
ión existente entre las
omponentes de
las unas y de los otros .
3
Los ve
tores F y U agrupan la totalidad de las a
iones y desplazamientos
relevantes del modelo estru
tural, manteniendo la
orresponden
ia en las posi-
iones de unas y otros. El índi
e que los re
orre señala, en la misma posi
ión
en
ada uno de los dos ve
tores, a la misma
omponente de fuerza o de despla-
zamiento, y
orrespondiendo al mismo punto, de modo que el produ
to es
alar
U ·F tiene sentido. Por ejemplo, en estru
turas en las que la
arga se hubiese
apli
ado en su totalidad en la posi
ión ini
ial de la estru
tura, di
ha magnitud
mediría el trabajo realizado hasta la posi
ión de equilibrio nal, es de
ir, mediría
la pérdida de energía poten
ial de la
arga apli
ada, al moverse la estru
tura.
3 Tanto fuerzas
omo movimientos están des
ritos sobre el
onjunto de puntos que represen-
ta la estru
tura. Si este
onjunto es innito, se tratará de un modelo
ontinuo, y la deni
ión
de la
arga estará he
ha
omo densidad salvo en
aso de
argas puntuales
omo límite de
argas distribuidas
uando la región en que se distribuyen tiende a una dimensión nula por
lo que emplearemos
omo unidades
omponentes de fuerza (o de momento) por unidad de
longitud, o de super
ie, o de volumen. Si el
onjunto de puntos es nito, se tratará de un
modelo dis
reto, y la
arga será siempre de
ará
ter puntual sobre di
hos puntos,
on uni-
dades de fuerza o de momento. Por ahora
onsideramos indistintamente ambos
asos, aun
uando, en rigor, podríamos denotar las fun
iones de
arga o desplazamiento en los
asos
ontinuos
on símbolos diferen
iados. En
aso de ne
esidad emplearemos τ para las fun
iones
que representan las
argas y υ para las que representan los desplazamientos
4 Nuevamente podrá darse el
aso de que queramos distinguir entre una des
rip
ión res-
tringida a un
onjunto nito de valores, aso
iados al
orrespondiente
onjunto de puntos, o
una des
rip
ión generalizada a un
onjunto innito de puntos a través de las
orrespondientes
fun
iones. Usaremos f y σ para los esfuerzos y u y ǫ para las deforma
iones, reservando
las letras griegas para la des
rip
ión distribuida mediante fun
iones o familias de fun
iones,
aunque seguiremos
on letras latinas si no hay ne
esidad de pre
isar.
CAPÍTULO 2. BASES DEL ANÁLISIS 17
de la elasti
idad
5 siendo, en los
asos de pequeñas deforma
iones,
σx τxy τxz εx bxy bxz
σ = σij = τyx σy τyz ; ε = εij = byx εy byz ; (2.1)
τzx τzy σz bzx bzy εz
donde (x, y, z) no son más que las tres
oordenadas
artesianas
onsideradas
antes, las tensiones normales y tangen
iales se representan
omo es usual en
elasti
idad, mediante las
omponentes de presión sobre las tres
aras de un
ubo
elemental que rodea al punto, y las deforma
iones in
luyen los alargamientos εi
1
y las
omponentes de distorsión bij = γij .
2
Para nuestra representa
ión podemos suponer representado el
onjunto de
esfuerzos f
omo un ve
tor
uyas
omponentes son las del tensor
onsiderado6:
f = (σx , τxy , τxz , τyx , σy , τyz , τzx , τzy , σz ), y análogamente para las deforma
io-
nes u = (εx , bxy , bxz , byx , εy , byz , bzx , bzy , εz ). Alternativamente podríamos
on-
siderar la simetría de ambos tensores y representar f = (σx , σy , σz , τxy , τyz , τzx );
u = (εx , εy , εz , γxy , γyz , γzx )7 , en un formato muy usual.
5 Consúltese alguno de los texto
lási
os de esta teoría,
omo [Timoshenko, 1934℄ o
[Gar
ía de Arangoá, 1964℄. Del autor es [Cervera, 1987℄. Versiones más a
tuales y extensas
de la teoría de la elasti
idad usadas en
ursos avanzados,
omo [Valiente Can
ho, 2000℄, sue-
len abordar desde el ini
io la teoría ne
esaria para problemas grandes deforma
iones, derivando
de éstas las propiedades de la elasti
idad para pequeñas deforma
iones. Aunque rigurosos y de
extrema utilidad para el
ono
imiento en detalle de materiales o problemas me
áni
os a
tuales
omo los aso
iados a la biome
áni
a resultan sin embargo inne
esariamente
omplejos para
abordar los problemas habituales en las estru
turas de edi
a
ión. Para éstas, sin embargo,
los
on
eptos
lási
os que soportan la teoría en pequeñas deforma
iones, y entre éstos los
aso
iados a la
omprensión de las propiedades de las magnitudes de
ará
ter tensorial fren-
te a los
ambios del sistema de referen
ia, junto
on el manejo de los instrumentos
lási
os
desarrollados para di
ha
omprensión el Cír
ulo de Mohr resultan de gran utilidad.
6 Una representa
ión
lási
a alternativa a la propuesta y de mayor poten
ial expresivo,
aunque de mayor di
ultad de manejo, es la tensorial, que tiene grandes ventajas para la
representa
ión
ompa
ta de objetos
omplejos, pero en ella las rela
iones de rigidez material
se formulan
on objetos de
uatro dimensiones. La estrategia adoptada aquí permite que
las rela
iones de rigidez empleadas resulten siempre expresadas mediante matri
es de dos
dimensiones.
7 representa
ión en la que hemos a
umulado las medias distorsiones b + b = γ , b =
ij ji ij ij
1
bji = γ , de modo que la densidad de trabajo de deforma
ión obtenida en
ualquiera de
2 ij
las representa
iones a partir del produ
to es
alar de deforma
iones por tensiones se mantenga
invariable.
CAPÍTULO 2. BASES DEL ANÁLISIS 18
stress
aras. La versión española tan en boga del término
on que se denomina a la
estresada
tensión en el mundo anglosajón, , es bien expresiva: la rebanada queda
a lo largo de toda su longitud por razón de las fuerzas de signo
on-
estrés
trario ejer
idas sobre sus
aras. En general siempre podemos observar ese doble
signo de la soli
ita
ión que da origen al o esfuerzo interno si
onsidera-
mos alternativamente las fuerzas ejer
idas por el resto de la estru
tura sobre la
tensión
región analizada, o las ejer
idas por di
ha región sobre el resto de la estru
tura.
presión
Podemos re
ordar que el término es equivalente en sentido al anterior,
y distinto del de , para mantener la denomina
ión tradi
ional.
En regiones extensas el esfuerzo interno tiene
ará
ter análogo al de la ten-
sión en un punto, pero es ahora una magnitud resultante un agregado. Por
estrés
unidad de lenguaje, en este texto denominamos en lo su
esivo esfuerzo interno a
di
ho interno, mientras que usaremos el término soli
ita
ión para referir-
nos a alguna de las a
iones de la estru
tura sobre la región objeto de análisis,
una de las dos partes del esfuerzo en juego, usando para ellos el símbolo f si
no hay posibilidad de
onfusión, o los símbolos f y S respe
tivamente en
aso
ontrario.
El doble
ará
ter del esfuerzo y de la soli
ita
ión puede observarse también
estrés
en
uanto
onsideramos las deforma
iones, que pueden verse bien internamente
omo efe
to del , del esfuerzo interno, o bien
omo movimientos de unas
partes de la región respe
to de otras: el ejemplo de la rebanada es signi
ati-
vo: sometida a momento, la deforma
ión interna es la
urvatura, que impli
a
que
ada
ara de la rebanada presenta un giro relativo respe
to de la otra. La
urvatura es una propiedad de punto, de unidades inversas a las de longitud,
mientras que los giros se miden en unidades angulares adimensionales. En
este
aso es más evidente aún la diferen
ia: la
urvatura se predi
a de todos y
ada uno de los puntos de la longitud de la rebanada, mientras que los giros de
las
aras se reeren sólo a éstas. Ambos términos se igualan numéri
amente si se
onsideran tramos de longitud unidad: el alargamiento unitario en uno de tales
tramos
oin
ide
on el alejamiento relativo de una
ara respe
to de la otra.
Hemos señalado que, al igual que en el
aso de las a
iones y las rea
iones,
a menudo los esfuerzos internos se des
riben en forma agregada: un ejemplo ya
itado es el de los alargamientos y
urvatura de las rebanadas, que resultan de
la
onsidera
ión
onjunta de todos los alargamientos diferentes de las distintas
bras que la
omponen. Al
onstruir di
hos agregados se asegura que el trabajo
representado por las sumas extendidas a
ualquier región de la estru
tura del
produ
to es
alar u·f se mantenga en las distintas representa
iones.
Pueden imaginarse y de he
ho se emplean
on profusión agregados de
mayor
alado,
omo son las barras individuales en una estru
tura, y en este
aso
se expresa la totalidad de sus esfuerzos o deforma
iones a partir de unos po
os
parámetros,
omo son sus fuerzas de extremo y los movimientos relativos de sus
extremos, pudiendo llegarse a la situa
ión en que los ve
tores de esfuerzos f
y de deforma
iones u que serán ahora más
laramente ve
tores que agrupan
soli
ita
iones de extremo y movimientos relativos entre extremos
ontengan
en sus
omponentes elementos su
ientes para representar la totalidad de los
esfuerzos internos de la estru
tura
ompleta. Más adelante veremos varios ejem-
plos
orrespondientes a uno de los modos de formular el análisis matri
ial de
estru
turas de barras. En ese
aso, el produ
to es
alar de ambos ve
tores u y f
mide, a salvo del fa
tor 1/2 si el
omportamiento es elásti
olineal, la energía
de deforma
ión total de la estru
tura.
Hasta aquí hemos denido las
ara
terísti
as geométri
as, posi
iones, et
., y
me
áni
as, fuerzas y movimientos, de una estru
tura genéri
a.
En los apartados siguientes estable
eremos las
ondi
iones que ha
en que
di
has
ualidades respondan a las requeridas en una estru
tura, a saber, el tri-
ple
onjunto
onstituído por las
ondi
iones de admisibilidad: el equilibrio, la
ompatibilidad, y las llamadas e
ua
iones de
onstitu
ión de los materiales es-
tru
turales o
ondi
iones de admisibilidad material. Di
has
ondi
iones permiten
formular las e
ua
iones que determinan la solu
ión al problema estru
tural, y
uya formula
ión y solu
ión es el objeto del análisis.
gión, in
luyendo las externas apli
adas a la propia región, y las apli
adas
omo
soli
ita
iones por el resto de la estru
tura a la misma a través de la super
ie
omún, deben tener resultante nula.
9
Las
ondi
iones de equilibrio se apli
an a la región deformada,
onsidera-
da
omo si fuese un sólido (ya) indeformable sometido al
onjunto de fuerzas
enun
iado, y
onsisten en las
ono
idas seis e
ua
iones del equilibrio en sólidos
tridimensionales, a saber, las tres de equilibrio de fuerzas en las tres dire
iones
del espa
io, y las tres de equilibrio de momentos en torno a tres ejes ortogonales
entre sí, y situados en un punto arbitrario y elegido previamente.
Es usual en estas e
ua
iones
onsiderar separadamente las a
iones externas
F de las soli
ita
iones ejer
idas sobre la región que se aísla para el análisis, S,
soli
ita
iones que en las super
ies de sustenta
ión
orresponden a las rea
iones
ejer
idas por la sustenta
ión sobre la estru
tura. En este
aso las e
ua
iones
genéri
as de suma de fuerzas nula, y suma de momentos nulo suele es
ribirse en
el formato F + S = 0, equivalente a F = −S que expresa que la resultante de
las fuerzas apli
adas, y la resultante de las soli
ita
iones apli
adas a la región
deben ser iguales y
ontrarias para que exista el equilibrio.
En el análisis del equilibrio es usual
onsiderar efe
tos resultantes de se
-
iones
on
retas, de partes de la estru
tura, o de la estru
tura
ompleta y,
puesto que se trata de e
ua
iones sobre regiones
onsideradas a estos efe
tos
omo sólidos rígidos, di
has resultantes tendrán en general seis
omponentes
fuerzas y momentos si la región es de tamaño nito en alguna de sus di-
mensiones. Sólo en el
aso de que la región analizada sea de tamaño puntual se
onsiderarán en el equilibrio sólo las tres
omponentes de fuerza o de densidad
de fuerza apli
adas pre
isamente en di
ho punto
10 .
FX 0 = (F , M )X 0 = (Fx , Fy , Fz , Mx , My , Mz )X 0
9 En el
aso de estru
turas en movimiento, deben in
luirse entre di
has a
iones las fuerzas
de iner
ia.
10 Aunque pueden
on
ebirse modelos teóri
os en los que el momento se apli
a de forma
puntual, por ejemplo para representar fenómenos de polaridad mole
ular, no se emplean tales
modelos en el análisis
lási
o de estru
turas.
11 Para asegurar la
onsisten
ia en los signos,
onsideramos siempre signos positivos para los
sentidos
orrespondientes a los valores
re
ientes en los ejes: la
ara positiva de una rebanada
será la de
oordenada mayor, y la tra
ión en di
ha
ara es, por tanto, de signo positivo. Los
momentos positivos en torno al eje X llevan el Y sobre el Z, los positivos en torno al eje Y
llevan el Z sobre el X, y los positivos en torno al eje Z llevan el eje X sobre el Y.
12 Esta representa
ión no supone, por supuesto, que di
has fuerzas se ejerzan materialmente
sobre di
ho punto, sólo estable
e la equivalen
ia entre las fuerzas
onsideradas
on la resultante
que las representa en di
ha referen
ia.
CAPÍTULO 2. BASES DEL ANÁLISIS 21
Fx1 = Fx0
Fy1 = Fy0
Fz1 = Fz0
Mx1 = Mx0 + Fy0 (z1 − z0 ) − Fz0 (y1 − y0 )
My1 = My0 + Fz0 (x1 − x0 ) − Fx0 (z1 − z0 )
Mz1 = Mz0 + Fx0 (y1 − y0 ) − Fy0 (x1 − x0 )
e
ua
iones que, di
ho sea de paso, pueden formularse mediante la expresión
matri
ial
Fx1 1 0 0 0 0 0 Fx0
Fy1 0 1 0 0 0 0 Fy0
Fz1 0 0 1 0 0 0 Fz0
Mx1 = (2.2)
0 z 1 − z 0 −(y 1 − y0 ) 1 0 0 Mx0
My1 −(z1 − z0 ) 0 x1 − x0 0 1 0 M y0
M z1 y1 − y0 −(x1 − x0 ) 0 0 0 1 M z0
Si en vez de trasladar el punto de referen
ia, lo que ha
emos es rotar los ejes
de referen
ia, lo que tenemos es la
ono
ida e
ua
ión:
Fx1 αxx αxy αxz 0 0 0 Fx0
Fy1 αyx αyy αyz 0 0 0 Fy0
Fz1 αzx αzy αzz 0 0 0 Fz0
M x1 = 0 (2.3)
0 0 αxx αxy Mx0
αxz
M y1 0 0 0 αyx αyy αyz M y0
M z1 0 0 0 αxx αzy αzz M z0
en la que es fá
il
omprobar que las
omponentes de momento se proye
tan de
forma análoga a las
omponentes de fuerza, siendo los αij los
osenos dire
-
tores
orrespondientes a proye
tar las
omponentes en i sobre las j ejes de
CAPÍTULO 2. BASES DEL ANÁLISIS 22
ar
omo punto de referen
ia alguno para el que se anulen una o varias de las
que se emplea
on
ierta fre
uen
ia
onsiste en
omponentes de momento XY
. Supongamos por ejemplo que el plano es el plano
horizontal en que se sitúa la
imenta
ión de un
ierto elemento estru
tural: es
el punto de
útil representar la
arga de di
ho elemento sobre la
imenta
ión en el punto de
Mx , My .
apli
a
ión de la resultante de la
arga sobre la
imenta
ión
di
ho plano para el que se anulan los momentos Éste sería
ex
entri
idades
, y las distan
ias a
la dire
triz del elemento estru
tural, las de la
arga. De este
punto
modo, las
omponentes de fuerza, que no
ambian, y las ex
entri
idades, esta-
de paso
rían representando parte de la resultante: las
omponentes de fuerza, y su
por el plano. Nótese que para que esto sea posible, es ne
esario y
su
iente que la
omponente Fz ortogonal al plano sea no nula, pues de lo
ontrario la fuerza sería paralela al plano. Di
ha estrategia de representa
ión
se emplea también en elementos
omprimidos
on exiones aso
iadas pilares,
ar
os, et
. y, en este
aso, el plano al que se reere la resultante es el plano
que representa una se
ión en estudio: en este
aso la existen
ia de
ompre-
sión, ortogonal al plano, asegura la
ondi
ión ne
esaria para poder emplear la
representa
ión planteada.
Es fá
il
omprender que la representa
ión denida es aún insu
iente para
dar
uenta de las seis
omponentes de la resultante del sistema de fuerzas,
pues sólo
ontamos
on tres
omponentes de fuerza y dos ex
entri
idades
orrespondientes a los momentos e
tores
uando hablamos de los esfuerzos de
torsor
una se
ión por lo que falta aún la
omponente ne
esaria para expresar el
momento en torno al eje ortogonal al plano y situado en el punto de paso
de la resultante. Aunque en estru
turas de edi
a
ión di
ha
omponente de
torsión suele ser po
o o nada relevante
13 , no puede ignorarse y si, por ejemplo,
se pretende elaborar un sen
illo programa para dibujar en tres dimensiones las
resultantes de un
ál
ulo
omo forma de resumir grá
amente los resultados
obtenidos, deberá ser tenida en
uenta.
Hay mu
hos formatos posibles para representar di
ha sexta
omponente.
El modo
anóni
o
onsiste en imaginarla
omo un momento torsor apli
ado en
torno al eje denido por la dire
ión y posi
ión de la resultante (tal
omo resulta
dada por sus otras
in
o
omponentes, las tres de fuerza y las dos de posi
ión).
De este modo la resultante puede imaginarse desplazándose sobre su eje, sin
ve
tor deslizante
altera
ión en di
ha
omponente. La resultante será enton
es equivalente a un
puntos para los que el momento resultante es mínimo pues en efe
to en
ual-
quier otro punto el momento resultante estará
ompuesto por di
ho torsor más
el momento que ejer
e en di
ho punto la resultante situada en el eje
entral
Vamos a repasar esta representa
ión, en la que la resultante tendrá
omo
omponentes Fx , Fy , Fz
on ex
entri
idades en el plano XY de valores ex =
x1 − x0 , ey = y1 − y0 respe
to de un punto de referen
ia en di
ho plano que
probablemente represente la interse
ión de la dire
triz de la pieza
onsiderada
on di
ho plano. Tendremos z1 = z0 , puesto que se trata de dos puntos en
un mismo plano. A di
ha fuerza y posi
ión se añadirá el torsor en torno a ella.
El torsor en torno al eje denido por la resultante tendrá tres
omponentes que
deberán ser propor
ionales a las Fx , Fy , Fz dado que el eje de rota
ión es el
eje de a
ión de di
ha fuerza resultante. Por ello representaremos al torsor, de
magnitud t
mediante el fa
tor de propor
ionalidad
τ , denido
de modo quesus
Fx Fy Fz tFx tFy tFz
omponentes, paralelas al ve
tor unitario
|F | , |F | , |F | sean |F | , |F | , |F | =
(τ Fx , τ Fy , τ Fz ). Hay que señalar que puede interpretarse τ
omo una espe
ie
de ex
entri
idad, sin más que suponer sustituido el torsor por un par de fuerzas
de módulo igual al de la resultante, situadas en un plano perpendi
ular a ésta,
y separadas por el brazo τ 14 .
De este modo la resultante queda denida por sus
omponentes de fuerza,
el eje de a
ión de ésta, que queda denido por su interse
ión por un plano
ualquiera por dos
oordenadas en di
ho plano y por la ex
entri
idad en
torsión. La resultante denida antes por
FX 0 = (F , M )X 0 = (Fx , Fy , Fz , Mx , My , Mz )X 0 (2.4)
14 Es fá
il determinar su valor. Puesto que las
omponentes de fuerza son invariables,
on-
sideramos sólo las de momento, siendo el problema el de determinar las ex
entri
idades y el
torsor a partir de las
omponentes de la resultante, que se suponen
ono
idas y referidas al
punto X0 .
Tenemos pues, según la e
ua
ión 2.2
Mx1 = τ F x = Mx0 − F z ey
My 1 = τ F y = My 0 + F z ex
Mz1 = τ F z = Mz0 + F x ey − F y ex
que puede es
ribirse también en la forma
Mx0 = F z ey + τ F x
My0 = −Fz ex + τ Fy
Mz0 = +Fy ex − Fx ey + τ Fz
o, en formato matri
ial
2 3 2 32 3
Mx0 0 Fz Fx ex
4My0 5 = 4−Fz 0 Fy 5 4ey 5
Mz0 Fy −Fx Fz τ
sistema de e
ua
iones a partir del que pueden determinarse las ex
entri
idades bus
adas.
Para resolver el sistema basta invertir la matriz
uadrada,
uyo determinante vale ∆ =
Fx2 Fz + Fy2 Fz + Fz3 = |F |2 Fz , y premultipli
ar
on ella al ve
tor de
omponentes de los
momentos referidos al punto ini
ial, resultando
−Fx2 − Fz2
2 3 2 32 3
ex Fx Fy Fy Fz Mx0
1 4Fy2 + Fz2
4 ey 5 =
2
−Fx Fy −Fx Fz 5 4My0 5
τ |F | Fz Fx Fz Fy Fz Fz2 Mz0
La expresión permite determinar unívo
amente las ex
entri
idades bus
adas siempre que la
omponente ortogonal al plano sea no nula,
omo se ha estable
ido más arriba y
omo resulta
evidente de la propia expresión.
CAPÍTULO 2. BASES DEL ANÁLISIS 24
verti
al horizontal
omponentes, y que resulta de gran utilidad en trazados grá
os,
onsiste en
lo
alizar la
omponente de dire
ión z en una posi
ión, y la ,
de
omponentes x, y en otra diferente. De este modo la fuerza y los momentos
se resuelven ahora en dos fuerzas separadas, una de
omponentes (0, 0, Fz ),
que
ruza el plano z = 0 en un punto de
oordenadas determinadas por las
′ ′
ex
entri
idades ex , ey , respe
to del punto
onsiderado, y la segunda, de valor Fh
y
omponentes (Fx , Fy , 0), desplazada perpendi
ularmente respe
to del eje z en
′
la distan
ia τ , de modo que ahora el equilibrio impli
a
Mx0 = Fz e′y
My0 = −Fz e′x
Mz0 = τ ′ Fh
Las dos representa
iones son
onsistentes y útiles,
oin
idiendo sólo en el
aso de que M z0 = 0 .
F = Hf (2.6)
Se trata de una forma que rela
iona las a
iones F
on las soli
ita
iones f
mediante un operador o matriz H que es
ara
terísti
o y se determina a partir
de las
ondi
iones de equilibrio de la estru
tura.
Pues efe
tivamente, si las soli
ita
iones y las a
iones están en equilibrio
será porque sus representa
iones o resultantes generales estable
idas para el
onjunto de regiones aisladas que
ara
teri
en la estru
tura serán iguales y
opuestas. Como hemos visto que podemos representar resultantes de fuerzas
o de soli
ita
iones en puntos arbitrarios mediante expresiones que son li-
neales, las e
ua
iones de equilibrio resultarán ser lineales para la hipótesis de
pequeños desplazamientos, en las que
onsideramos el equilibrio en la geometría
original
15 .
Hay que ha
er notar que las
ondi
iones de equilibrio deben, en puridad,
analizarse en la geometría deformada de la estru
tura. Es de
ir, tanto las
ar-
gas
omo las soli
ita
iones deben
onsiderarse apli
adas en las posi
iones que
al
anza la estru
tura una vez deformada
uando al
anza efe
tivamente el
equilibrio Ahora bien
uando puede asegurarse que el efe
to de la deforma
ión
de la estru
tura en la situa
ión de equilibrio y en los esfuerzos es su
ientemente
pequeño suele despre
iarse di
ho efe
to, simpli
ando el problema, y
onsiderar
omo geometría de equilibrio la de la estru
tura sin deformar, geometría que
es
ono
ida a priori. A esta simpli
a
ión
orresponden los análisis en primer
orden. Las e
ua
iones de equilibrio son lineales en este
aso,
omo hemos visto,
y podrán representarse en la forma matri
ial des
rita
16 .
15 En el
aso en que estemos trabajando
on des
rip
iones distribuidas de las fuerzas τ y
los esfuerzos internos σ, las e
ua
iones de equilibrio rela
ionan las
orrespondientes fun
iones
mediante un operador lineal, de modo que podemos es
ribir τ = H(σ)
16 Los problemas tendrán representa
iones no lineales
uando la geometría de referen
ia no
oin
ida
on la del equilibrio real, situa
ión habitual
uando se des
ono
e a priori la situa
ión
CAPÍTULO 2. BASES DEL ANÁLISIS 26
u = BU (2.7)
u − B sU s = Bl U l
ut tensio si
vis
Hooke, que ha
e propor
ionales los alargamientos a los esfuerzos de extensión,
mediante la
ono
ida fórmula de , o en su a
tual formula
ión,
σ
más pre
isa, de ǫ = E . Las rela
iones entre esfuerzos y deforma
iones en las
primeras fases de la deforma
ión mantienen la propor
ionalidad, de modo que
pueden representarse mediante e
ua
iones lineales. El formato más generalizado
de las e
ua
iones que expresan esta rela
ión para
ada material
onsiderado
e
ua
iones de
onstitu
ión del material, o e
ua
iones
onstitutivas es
f = ku (2.8)
Punto elásti
o:
σx 1−ν ν ν 0 0 0 εx
σy E ν 1−ν ν 0 0 0 εy
= (1 + ν) ν ν 1−ν 0 0 0
σz εz
1−2ν
τxy (1 − 2ν) 0 0 0 0 0 γxy
2
1−2ν
τyz 0 0 0 0 0 γyz
2
1−2ν
τzx 0 0 0 0 0 2 γzx
Las expresiones anteriores son del mismo tipo
uando se
onsideran agrega-
dos de mayor importan
ia,
omo es el
aso de las barras aisladas, sometidas a
agregados
soli
ita
iones en sus extremos, y
onsiderando los movimientos relativos entre
di
hos extremos. Las rela
iones de rigidez en di
hos se representan
mediante las expresiones empleadas en el
ál
ulo matri
ial de estru
turas de
barras
18 :
EA
N = l u
N A 0 0 u
E
M1 = 0 4I 2I θ1
M2 l 0 2I 4I θ2
Los ejemplos pueden
ontinuar en buen número. Hay que señalar aquí que en las
e
ua
iones anteriores se observan
asos en que los diferentes grupos de variables
son independientes por ejemplo, en el
aso de las anteriores expresiones de
barras, la rela
ión entre esfuerzos normales y alargamientos está desligada de las
rela
iones entre los momentos y los giros de extremo mientras que otras están
a
opladas las rela
iones entre los momentos de extremos y los giros en los dos
extremos de una barra lo que puede observarse
on fa
ilidad en la formula
ión
.
.
N
A . 0 0
u
· · · E · · · · · · · · · · · ·
· · ·
= .
M1 l 0
. θ1
. 4I 2I
M2
.
θ
2
.
0 . 2I 4I
onstitutivas
los esfuerzos y deforma
iones
orrespondientes a di
ho estado satisfa
en di
has
e
ua
iones, también denominadas e
ua
iones de
onstitu
ión, o
para el
aso del punto material.
20 Un ejer
i
io interesante a este respe
to es diagonalizar las rela
iones des
ritas por una
matriz no diagonal: en el
aso de la matriz de rigidez de una barra di
ho ejer
i
io lleva a
la des
omposi
ión del movimiento de exión en dos partes no a
opladas, a saber, la parte
simétri
a más la antimétri
a, resultando
2 3 2 32 3
N E A 0 0 u
4 Ms 5 = 40 2I 0 5 4 θs 5
Mh l 0 0 6I θh
CAPÍTULO 2. BASES DEL ANÁLISIS 31
que
onsiderar la estru
tura: globalmente
omo
onjunto, o en sus partes o
om-
ponentes, y a su vez dos grupos de variables para expresar su
omportamiento,
me
áni
o uno fuerzas . . . y
inemáti
o el otro.
A lo largo de di
hos apartados hemos he
ha reiteradamente alusión a un
prin
ipio ordenador permanente: el trabajo. Cada pareja de grupos de variables
onsiderada se ordena de modo que el produ
to es
alar del ve
tor que representa
las variables ma
áni
as por el que representa las variables
inemáti
as ya sea
desde la perspe
tiva global, ya desde la lo
al, representa trabajo me
áni
o.
Desde la perspe
tiva del análisis estru
tural di
ho trabajo puede emplearse
omo medio alternativo al estudio del equilibrio y la
ompatibilidad, tal
omo
veremos en la se
ión siguiente, mediante el prin
ipio denominado de los trabajos
virtuales. Se trata de la forma más extendida de empleo del
on
epto, siendo de
apli
a
ión general en medios
ontinuos o dis
retos, en
omportamiento lineal o
no lineal, . . .
energéti
as
Los
on
eptos de trabajo y energía se emplean asimismo en aproxima
iones
a determinados problemas, tanto en los
asos elásti
os,
onservati-
vos aunque no ne
esariamente lineales a través de los
on
eptos de energía
poten
ial y energía poten
ial de deforma
ión,
omo en los
asos plásti
os, disi-
pativos, a través de los
on
eptos de energía o poten
ia disipada plásti
amente.
de energía. Por ello en tales
asos puede
onsiderarse para el análisis de un
ier-
to estado su des
omposi
ión en estados separados más simples, obteniendo el
estado
omplejo mediante la superposi
ión de aquellos.
trabajos virtuales
iones alternativas, de los desplazamientos virtuales, o de las fuerzas virtuales.
Sin embargo su denomina
ión
omo re
oge ambas perspe
ti-
vas, por lo que es el a
tualmente empleado.
El prin
ipio de los trabajos virtuales estable
e que si se
onsideran en una
misma estru
tura dos estados diferentes y usualmente independientes, el prime-
ro de esfuerzos y
argas en equilibrio, (f , F ), y el segundo de deforma
iones
y movimientos
ompatibles, (u, U ), el trabajo realizado por las fuerzas (y es-
fuerzos) del primer estado en los movimientos (y deforma
iones) del segundo es
nulo, o lo que es análogo, que el trabajo externo
argas por desplazamientos
iguala al trabajo interno esfuerzos por deforma
iones
Estable
e que di
ha igualdad entre trabajo interno y externo se produ
e si,
pero sólo si, se
umplen las
ondi
iones de equilibrio y de
ompatibilidad de los
estados
onsiderados, sin ne
esidad en todo
aso de que se traten de estados
reales o virtuales de la estru
tura, si es que tales
ali
ativos pueden tener
algún tipo de sentido: los estados
onsiderados no tienen por qué tener rela
ión
alguna entre sí; sólo debe ser equilibrado el estado me
áni
o, y
ompatible el
inemáti
o.
La primera demostra
ión del prin
ipio, debida a John Bernouilli
21 es muy
sen
illa: si
onsideramos un sistema de puntos materiales sometidos a fuerzas
mutuas, y en equilibrio, y lo deformamos desplazando arbitrariamente unos res-
pe
to de otros, el trabajo total produ
ido en esa deforma
ión es nulo, puesto
que al tratarse de fuerzas equilibradas aportan resultante nula en
ada pun-
to, resultante que por tanto produ
e trabajo nulo. Si en ese sistema de puntos
aislamos una región interna,
onsiderando internas las fuerzas mutuas entre
los puntos de di
ha región que estará en equilibrio
on el resto de fuerzas
externas y la deformamos, debido al anterior razonamiento, el trabajo total
debe ser nulo, y por lo tanto el trabajo desarrollado por las fuerzas externas
debe ser igual y
ontrario al desarrollado por las fuerzas internas. Si
onsidera-
mos ahora un sistema en el que la arma
ión anterior es
ierta el trabajo es
nulo para
ualquier deforma
ión arbitraria que supongamos el sistema debe
estar en equilibrio, pues basta suponer que la deforma
ión es su
esivamente el
movimiento aislado de
ada punto, que, por desarrollar trabajo nulo, debe estar
demostra
ión
sometido a fuerzas de resultante nula, y por ende, en equilibrio.
La anterior puede ser
ontestada en el ámbito de los medios
ontinuos, en el que no
abe identi
ar puntos materiales en número nito, y en
el que, por tanto, el razonamiento no sería apli
able al no poder re
orrerse en
tiempo nito un
onjunto innumerable.
Vamos a dedu
ir por tanto el prin
ipio en la forma innitesimal
lási
a em-
pleada en los textos de elasti
idad, a partir de un estado equilibrado en el
ontinuo de la estru
tura, al que sometemos a un movimiento arbitrario, a lo
largo del que suponemos se mantiene el estado equilibrado original.
Se denomina prin
ipio, pues tanto podemos dedu
ir éste a partir de las
on-
di
iones de equilibrio y de
ompatibilidad,
omo al revés, es de
ir, dedu
ir lo que
son el equilibrio o la
ompatibilidad a partir del
umplimiento de los enun
iados
de di
ho prin
ipio. O di
ho
on más pre
isión, se treta de una rela
ión triangu-
lar: equilibrio y
ompatibilidad permiten dedu
ir el enun
iado del prin
ipio, y la
on
urren
ia del prin
ipio
on el equilibrio o
on la
ompatibilidad en uno
de los estados permite dedu
ir la
ompatibilidad o el equilibrio en el otro.
En la formula
ión de métodos de análisis aproximado es usual esta segunda pers-
pe
tiva, estable
iendo las
ondi
iones de equilibrio a través del
umplimiento de
los enun
iados del prin
ipio de los trabajos virtuales.
En 2.1 representábamos las tensiones y deforma
iones en un punto en dos
formatos
lási
os: el tensorial σ = σij , ǫ = ǫij , y en la forma apropiada para
su tratamiento usando matri
es de no más de dos dimensiones, usando por
T
ello f = (σx , σy , σz , τxy , τyz , τzx ), uT = (ǫx , ǫy , ǫz , γxy , γyz , γzx ). Frente a las
anteriores, las
argas apli
adas F
pueden ser
argas de masa, apli
adas de forma
T
distribuida sobre el volumen Ω
de la estru
tura (F Ω = (px , py , pz )), o
argas de
T
super
ie, apli
adas en su
ontorno Γ (F Γ = (τnx , τny , τnz )).
Los desplazamientos U se representan mediante ve
tores aso
iados al punto
T
que se desplaza: U = (υx , υy , υz ).
En los textos
lási
os de elasti
idad se analiza el equilibrio del
ubo elemen-
tal sometido a las tensiones en sus
aras y a las
argas apli
adas al volumen
obteniéndose las expresiones siguientes,
Z Z Z Z
T
U F Ω dv + ux σnx dS + uy σny dS + uz σnz dS+
Ω
ZΓ ZΓ Γ
∂ux ∂ux ∂ux
Z
− σx dv − τyx dv − τzx dv+
Ω ∂x Ω ∂y Ω ∂z
∂uy ∂uy ∂uy
Z Z Z
− τxy dv − σy dv − τzy dv+
Ω ∂x Ω ∂y Ω ∂z
∂uz ∂uz ∂uz
Z Z Z
− τxz dv − τyz dv − σz dv = 0.
Ω ∂x Ω ∂y Ω ∂z
∂ui ∂ui
= ǫi , i ∈ (x, y, z); = bij , i, j ∈ (x, y, z);
∂i ∂j
por lo que los términos negativos expresan, en negativo, el trabajo interno de
deforma
ión de la estru
tura
Z
Wi = uT f dv (2.10)
Ω
peque-
mente nota
ional, para distinguir el
ampo de desplazamientosdeforma
iones
ños parte
usado, aun
uando en la literatura es habitual hablar de desplazamientos
desplazamientos virtuales
si,
omo es usual, se los
onsidera de los reales de la estru
tura. Se
habla en esa literatura de prin
ipio de los . Pero nada
en la demostra
ión requiere que haya rela
ión alguna entre di
ho
ampo y el de
argasesfuerzos: sólo se emplean las e
ua
iones de
ompatibilidad en el primero
y las de equilibrio en el segundo, para la misma geometría. Podríamos haber
δ
fuerzas virtuales
usado el símbolo para denotar el
ampo equilibrado y estaríamos hablando del
trabajos virtuales
prin
ipio de las . Se trata obviamente de dos formas de ver un
úni
o prin
ipio, hoy
ono
ido
omo de los . Es sustan
ial en el
razonamiento que tanto el equilibrio
omo la
ompatibilidad puedan expresarse
en sus respe
tivos
ampos en la forma diferen
ial apuntada,
omo que la geo-
metría de referen
ia para ambos
ampos sea idénti
a. Pero no se ha empleado
requisito alguno de admisibilidad material, dado que no se exige ningún tipo de
demostra
ión
ligadura entre ambos
ampos. Puede verse además, repasando los razonamien-
tos utilizados, que la no emplea más que el re
urso a lo que puede
verse
omo un
ambio de sistema de referen
ia aunque
omplejo para medir
desde dos perspe
tivas distintas una magnitud
on
reta preelegida.
De los razonamientos anteriores se dedu
e efe
tivamente que trabajo externo
o trabajo interno no son más que dos modos alternativos de
ara
terizar el traba-
jo desarrollado por las fuerzas equilibradas de la estru
tura en el desplazamiento
ompatible, y que, por tanto, si se respeta el equilibrio de fuerzas y soli
ita
iones
y la
ompatibilidad de movimientos y deforma
iones, lo que se ha
e al pasar de
una perspe
tiva a la otra es sólo un
ambio legítimo de referen
ia, por lo que
ambos trabajos externo e interno son idénti
os, y su diferen
ia nula.
Si observamos el mismo asunto desde la perspe
tiva energéti
a, y
onside-
ramos por ejemplo,
omo sistema
ompatible, un
ampo de desplazamientos en
el que las
argas pierden energía poten
ial, resultará que el trabajo interno de
la estru
tura
orresponderá a una ganan
ia de energía poten
ial elásti
a. De
este modo el trabajo realizado, nulo, es la suma de una pérdida de energía y de
una ganan
ia de energía simultáneas, y la varia
ión en el
onjunto de la energía
poten
ial, igual y
ontraria al trabajo realizado, resulta igualmente nula:
se
onsidera la energía poten
ial total del sistema
argasestru
tura deformada,
y se dene
omo fun
ión de la deforma
ión, la energía poten
ial total está en un
punto
ríti
o máximo o mínimo o lo que es lo mismo, el estado de equilibrio
al
anzado por la estru
tura debe
orresponder a un punto esta
ionario de la
energía poten
ial total. Desde la perspe
tiva termodinámi
a, y en virtud del
segundo prin
ipio, la energía útil o exergía es mínima en el equilibrio y, en
las estru
turas entendidas
omo sistemas aislados, esta energía útil es la energía
poten
ial total que, por tanto, debe ser mínima.
En general el prin
ipio se apli
ará
onsiderando dos estados independientes,
uno equilibrado (f, F ) y otro
ompatible (u, U ), y estable
iendo la identidad
entre el trabajo realizado por las variables internas trabajo interno
on el
realizado por las variables externas trabajo externo, expresión que, para el
aso en que di
has variables sean dis
retas, tendrá la sen
illa forma siguiente:
uT f = U T F (2.14)
F = Hf
ū = B Ū
T
ūT f = Ū F .
Si en la ter era de las e ua iones sustituimos las dos pre edentes, resulta
T T
Ū B T f = Ū Hf .
Nótese que,
omo esta igualdad debe darse en todo
aso, para
ualesquiera Ū , f ,
debe resultar que
B T = H. (2.15)
externas
des
rip
ión del problema estru
tural que, por un lado, tenemos magnitudes que
internas
podríamos denominar ,
omo son las F y las U ,
argas y desplazamien-
tos, y por el otro tenemos las que podríamos denominar , que son las de
libres
las f y las u, esfuerzos y deforma
iones. Respe
to de las primeras sabemos que
de sustenta
ión
en algunos puntos
ono
emos las
argas pero des
ono
emos los desplaza-
mientos, mientras que en el resto de los puntos , des
ono
emos
las
argas, que ahora son las rea
iones, mientras que
ono
emos los desplaza-
mientos, al estar
oa
ionados. Sea D el número de términos de
ualquiera de
las dos magnitudes F o U :
ono
emos D en total, y des
ono
emos otras tantas.
Hemos visto también que siempre podemos redu
ir el problema eliminando
de las e
ua
iones los términos
orrespondientes a la sustenta
ión, por lo que
es usual
onsiderar sólo los puntos libres. En todo
aso
onsideraremos que D
expresa el número de in
ógnitas
onsideradas.
En rela
ión
on las magnitudes f y u, antes del análisis des
ono
emos tanto
unas
omo otras. Sea d el número de términos de
ualquiera de estas últimas
magnitudes. Vemos que tenemos in
ógnitas en un número a
umulado de D + 2d.
Por otro lado, al
onsiderar las rela
iones entre magnitudes hemos visto que
podemos estable
er las D e
ua
iones de equilibrio F = Hf .
datos F
En el
aso de que D = d tenemos
on las e
ua
iones de equilibrio tantas
in
ógnitas f
e
ua
iones
omo in
ógnitas: el número de términos en los
oindide
on
el número de las y el problema es isostáti
o y por lo tanto puede
resolverse sin ne
esidad de re
urrir a
ondi
iones de deforma
ión: las
argas
determinan los esfuerzos, éstos determinan las deforma
iones, y de éstas pueden
dedu
irse los desplazamientos empleando el resto de las e
ua
iones obtenidas en
apartados anteriores.
En el
aso de de que D > d, tenemos más e
ua
iones que in
ógnitas. Es
imposible por tanto obtener solu
iones salvo para
ondi
iones parti
ulares de
la
arga, por lo que existen
asos de
arga para las que no hay equilibrio. El
sistema es un me
anismo. Se trata de un sistema hipostáti
o. Podríamos de
ir
que no hay posibilidades de deforma
ión
22 para algunas de las dire
iones de la
arga. Esto puede verse
on mayor
laridad si se observa que la e
ua
ión dual,
T
de
ompatibilidad u = BU , o lo que es lo mismo, u = H U es un sistema
de d e
ua
iones que ligan los d modos de deforma
ión
on los D desplazamien-
tos. Al ser mayor el número de desplazamientos libres, resulta posible
onseguir
ombina
iones no nulas de éstos para los que las deforma
iones son nulas, y
por lo tanto no existe respuesta estru
tural
apaz de oponerse a di
ho desplaza-
miento. Di
has
ombina
iones
orresponden a los modos de desplazamiento del
me
anismo.
En el
aso de de que D < d, tenemos menos e
ua
iones que in
ógnitas.
Esto signif
a que el equilibrio para
ualquier
ondi
ión de
arga es siempre
posible, pero además, que pueden darse mu
has solu
iones alternativas a las
ondi
iones de equilibrio, para distintas
ombina
iones de esfuerzo. El problemas
es hiperéstáti
o, y no queda su
ientemente determinado
on sólo las e
ua
iones
22 Debe entenderse aquí el término deforma
ión en su sentido pleno de respuesta estru
tural,
respuesta que se materializa por a
umula
ión interna de energía de deforma
ión.
CAPÍTULO 2. BASES DEL ANÁLISIS 38
de equilibrio.
En este
aso bastará
onsiderar los tres grupos de
ondi
iones, es de
ir, las
de admisibilidad estáti
a,
inemáti
a, y material, que aportan
ada una de ellas
un número de D, d y d e
ua
iones respe
tivamente, su
ientes para determinar
las D + 2d in
ógnitas del problema.
De este modo, en general, las e
ua
iones de equilibrio,
ompatibilidad y de
onstitu
ión material son las e
ua
iones ne
esarias y su
ientes para resolver de
forma
ompleta
ualquier problema estru
tural, si bien, en los
asos isostáti
os,
bastaría
on las primeras para determinar los esfuerzos sin ne
esidad de re
urrir
a
onsidera
iones
inemáti
as o de
onstitu
ión material, que sí se pre
isan si
se desea determinar deforma
iones y movimientos. En el
aso general de que la
estru
tura sea hiperestáti
a es ne
esario
onsiderar
onjuntamente la totalidad
de los aspe
tos del problema para obtener solu
ión a
ualquiera de ellos.
En el
aso de que los movimientos no sean despre
iables en la des
rip
ión
del
omportamiento de la estru
tura, es fá
il ver que las matri
esH y B T son
realmente matri
es de fun
iones que dependen de la posi
ión de la estru
tura,
omo queda ilustrado
on el ejemplo del pilar esbelto: empleando el
riterio de
representar los esfuerzos de extremo de barras en ejes alineados
on la re
ta
que liga sus dos extremos, resulta que la e
ua
ión de equilibrio depende del
desplazamiento en
abeza:
δ δ
F = N cos + T sin
h h
de grandes desplazamientos
La expresión es dependiente de los desplazamientos. Problemas de estabilidad de
este tipo, o los denominados , responden a situa
iones
en los que el análisis del equilibrio debe realizarse en la situa
ión deformada,
y resultan en ellos rela
iones no lineales entre las variables, in
luso aunque los
no linealidad geométri
a
materiales presenten
omportamiento perfe
tamente lineal en todas las fases
de la deforma
ión. Se trata de problemas
on , en los
CAPÍTULO 2. BASES DEL ANÁLISIS 39
que F = H(U )f , donde puede veri
arse la no linealidad en los produ
tos de
variables pro
edentes de U (f ) y f. Problemas
lási
os de este tipo son los de
inestabilidad, o pandeo, los del
omportamiento de los
ables, o de estru
turas
atirantadas esbeltas, et
.
En este tipo de problemas puede
onsiderarse que el
omportamiento repre-
sentado por las e
ua
iones puede des
ribirse
on grados
re
ientes de aproxi-
ma
ión si imaginamos desarrolladas en series polinómi
as las expresiones mate-
máti
as que las representan. Pues en efe
to, si se expresan todas las e
ua
iones
en términos de los movimientos pequeños, resultan expresiones
on térmi-
nos lineales primer orden
uadráti
os segundo orden y su
esivos . . . ,
segundo orden
términos en los que el orden mayor impli
a menor inuen
ia en el
omporta-
miento observado. Es relativamente usual denominar análisis de
primer orden
al empleado para obtener la primera aproxima
ión no lineal en problemas de no
linealidad geométri
a, mientras que el análisis de sería el análisis
puramente lineal.
De manera totalmente independiente puede resultar que, aun
uando los
movimientos sean despre
iables y por tanto lineales las rela
iones geométri
as
entre fuerzas y esfuerzos, o entre deforma
iones y movimientos no lo sean
sin embargo las rela
iones entre esfuerzos y deforma
iones por depender del
estado de la deforma
ión: si el material no es elásti
o, su rigidez varía
on la
no linealidad
deforma
ión, de modo que las e
ua
iones de
onstitu
ión material resultan de la
f = k(u),
material
forma nuevamente no lineal. Se trata de problemas de
. Son problemas
lási
os de este tipo todos los que tratan de aprove
har
las fases últimas del
omportamiento de los materiales, tanto en los dú
tiles
aprove
hando la plasti
a
ión en el a
ero y en las se
iones su
iente armadas
en hormigón armado
omo en los frágiles asumiendo la apari
ión
ontrolada
de suras en hormigones o fábri
as, et
...
Por supuesto que pueden
ombinarse ambos orígenes,
omo podría ejempli-
ar una estru
tura de
ables realizada
on materiales
ompuestos, de
ompor-
tamiento altamente no lineal.
estáti
amente
giones que plasti
an,
onsideradas
omo sólidos indeformables que se
one
tan
admisibles
entre sí mediante los esfuerzos de plasti
a
ión. Los modelos serán
si respetan el equilibrio.
Las e
ua
iones de
ompatibilidad serán ahora e
ua
iones que ligan los movi-
velo
idad
bios entre posi
iones su
esivas de la estru
tura en el pro
eso de ini
io de
olapso,
hablándose, por tanto, de de deforma
ión, o de desplazamiento.
Las e
ua
iones de
onstitu
ión material las de rigidez en el
aso del aná-
lisis elásti
o deben representar ahora la
ondi
ión de plasti
a
ión, es de
ir,
la postula
ión de deforma
ión plásti
a si, y sólo si, los esfuerzos se
orrespon-
admisibilidad material
den
on los que dan origen a la plasti
a
ión para los materiales y se
iones
empleados. La se dará si plasti
a
iones y esfuerzos se
orresponden entre sí de a
uerdo
on las
ualidades materiales empleadas: es de-
ir, si no hay plasti
a
iones en se
iones
on menor esfuerzo de los de rotura,
ni hay esfuerzos mayores a los de rotura en ninguna se
ión de la estru
tura.
Veremos más adelante que, en estas
ondi
iones, el
onjunto de rela
iones
des
ritas permite, nuevamente, formular los problemas de forma
ompleta y ob-
teniéndose solu
iones úni
as sólo si se respetan el
onjunto de las tres
ondi
iones
de admisibilidad reseñadas.
para las
ondi
iones en que se
umplen las tres
ondi
iones de admisibilidad
de
. En
efe
to,
ono
idos los desplazamientos generales, la e
ua
ión de
ompatibilidad
permite obtener las deforma
iones, y la de rigidez los esfuerzos, de modo que el
estado
ompleto de la estru
tura queda determinado.
En general habremos
onstruido un modelo en el que tanto U
omo F repre-
sentan valores en los puntos libres de la estru
tura, aunque puede haber
asos
en que sea de mayor
omodidad in
luir tanto los puntos libres
omo los de la
sustenta
ión,
aso que
onsideraremos posteriormente.
Puesto que el estado bus
ado es equilibrado y
ompatible debe
umplirse el
prin
ipio de los trabajos virtuales, tanto
onsiderando desplazamientos
ompati-
bles respe
to de la situa
ión bus
ada,
omo
onsiderando varia
iones tensionales
equilibradas. Supondremos, por tanto que ū = B Ū representa uno de di
hos
CAPÍTULO 2. BASES DEL ANÁLISIS 41
T
ūT f = Ū F
T T
Ū B T ku = Ū F
T T
Ū B T kBU = Ū F .
La última expresión debe ser
ierta para
ualquier Ū arbitrario, por lo que
resulta de inmediato que
De este modo puede
onstruirse la matriz K que expresa las rela
iones entre
las
argas y los desplazamientos de la estru
tura
onstituyendo un sistema de
e
ua
iones
uya solu
ión determina los movimientos U.
F l − K ls U s = K ll U l
F s = K sl U l + K ss U s .
internos
aíslan para el análisis de aquélla. En este
aso existe un
onjunto de puntos,
onexiones
a la subestru
tura, que no tienen
onta
to
on el resto de la estru
tu-
ra, mientras que otro
onjunto
orresponderá a las
on el
onjunto
estru
tural restante.
CAPÍTULO 2. BASES DEL ANÁLISIS 42
Ahora bien, el resto de la estru
tura no ejer
e a
ión dire
ta ninguna sobre los
puntos internos. Para éstos podemos imaginar que el habitual pro
eso de
arga
desdoblado en dos fases a saber, una primera fase de empotramiento perfe
to
sin desplazamientos, para las
argas apli
adas a la subestru
tura, y una segunda
fase de desplazamiento sin
arga, se resuelve ahora en tres fases, dos internas y
una
onjunta de la estru
tura, que serán, su
esivamente:
K ii U i + K ic U c = 0
U i = −K −1ii K ic U c
F c = K ci U i + K cc U c
F c = −K ci K −1
ii K ic + K cc U c
CAPÍTULO 2. BASES DEL ANÁLISIS 43
que
onstituye una expresión que rela
iona esfuerzos y movimientos en los pun-
tos de
onexión, y que por lo tanto
onstituye una expresión
ompleta de rigidez
para la in
orpora
ión de la subestru
tura en la estru
tura
ompleta, en la forma
−1
f = ku
on k = −K ci K ii K ic + K cc , para los movimientos y esfuerzos de las
onexiones U c, F c.
Las
argas sobre las
onexiones obtenida en la segunda fase de análisis serán
argas sobre la estru
tura en la ter
era. Obtenidos los movimientos generalizados
de las
onexiones Uc en la ter
era fase de análisis, pueden determinarse los de
los puntos internos de la subestru
tura U i, y por tanto pueden determinarse
todos los esfuerzos internos.
omportamiento interno
Internoexterno: Cualquier modelo ha
e empleo de una doble perspe
tiva
en la reexión, la que
orresponde al estudio del
de regiones limitadas de la estru
tura, sometida a esfuerzos f en sus
on-
ta
tos
on el resto de la estru
tura y a
argas lo
ales en equilibrio
on
la ley de varia
ión de éstos aunque usualmente se simpli
a el proble-
ma
onsiderando nulas tales
argas, que se atribuyen a la estru
tura y
omportamiento externo
a deforma
iones u aso
iadas a di
hos esfuerzos, y la que
orresponde al
o
onjunto de la estru
tura, representado por el
de un
onjunto a
otado de puntos en los que se pres
riben las
argas Fl
o los desplazamientos U s, y
uyos movimientos U l , en el primer
aso
y rea
iones F s en el segundo representan los de la estru
tura en su
onjunto.
Prin
ipio del trabajo virtual: Estable
e que el trabajo interno realizado
por un sistema esfuerzos internos f en una deforma
ión dada u es igual
al trabajo externo realizado por las
argas F en el movimiento U siempre
que el sistema estáti
o f, F esté equilibrado y el sistema
inemáti
o
u, U sea
ompatible.
interno externo
informa
ión sobre el
omportamiento de la estru
tura entre dos sistemas
alternativos, el y el .
u ←− COMPATIBILIDAD(B) ←− U
ց l ւ
MATERIAL ↓ k Trabajo interno = Trabajo externo ↓K (2.17)
ր l տ
T
f −→ EQUILIBRIO(B ) −→ F
Análisis
45
Capítulo 3
agregados
puede ha
erse
onsiderando niveles progresivos de generaliza
ión, a través de
parti
ión
lo que en el
apítulo anterior hemos llamado , y que ahora podemos
des
ribir
on más pre
isión. Todos ellos responden al
on
epto de o
región de la estru
tura, región que, en el
aso de máxima amplitud, puede llegar
a abar
ar toda la estru
tura.
La rela
ión entre magnitudes en regiones
ada vez más amplias se dedu
e a
partir de las de regiones más redu
idas, y simpre en base a los mismos re
ursos:
se estudian las magnitudes agregadas de deforma
ión y soli
ita
ión que denen
el estado en el
ontorno de la región mayor, y se determinan sus rela
iones a
partir de las ya estable
idas en su interior. Se trata en mu
hos
asos de redu
-
iones de las expresiones de volumen a las del
ontorno de
onexión de la región
estudiada. En el
apítulo anterior hemos empleado
omo ejemplos mu
has de
di
has rela
iones, que ahora revisamos en forma más sisteméti
a.
46
CAPÍTULO 3. ELEMENTOS EN ESTRUCTURAS DE EDIFICIOS 47
varia
iones
hando las propiedades del prin
ipio del trabajo virtual,
onsiderando los estados
de deforma
ión o esfuerzo bus
ados, y sus que, en tanto mantengan
el equilibrio y la
ompatibilidad, deben produ
ir trabajo total nulo al restar
trabajo externo y trabajo interno dando lugar a métodos de
orte varia
ional,
que son los empleados sistemáti
amente en los llamados métodos aproximados,
omo es el de los elementos nitos.
Se remite a los textos de teoría de la elasti
idad para su análisis detallado.
Aquí interesa el
omportamiento del punto
omo peldaño ini
ial para el análisis
de la pieza.
Se
onsideran por tanto, ahora, los aspe
tos aso
iados a las estru
turas de
barras. En éstas, la dimensión longitudinal es grande en rela
ión a las dimen-
siones transversales, por lo que es e
iente simpli
ar el
omportamiento tridi-
mensional de la barra al
omportamiento a lo largo de su dire
triz la línea
que une los su
esivos puntos en que se sitúa el
entro de gravedad de las se
-
iones planas ortogonales a la longitud de la barra, en puridad, ortogonales a la
dire
triz misma. En las barras los estados de tensión responden bási
amente a
las apli
adas sobre tales se
iones, despre
iándose el efe
to lo
al de las tensio-
nes apli
adas
omo
argas a las
aras laterales de la barra,
omo veremos en el
siguiente apartado.
CAPÍTULO 3. ELEMENTOS EN ESTRUCTURAS DE EDIFICIOS 48
agregado
sometida a
arga, que equilibra mediante leves diferen
ias entre los esfuerzos en
ambas
aras. Di
ha región
onstituye un de puntos materiales,
uyo
análisis
onjunto podríamos llamarle
ole
tivo simpli
a el estudio de las
barras de forma muy apre
iable.
Se denomina bra a toda región innitesimal paralela a la dire
triz entre
ambas
aras de la rebanada.
Las resultantes de fuerza posibles sobre una de las
aras determinan los
esfuerzos posibles, que son las 6 resultantes posibles de fuerzas en el espa
io:
normal, fuerzas tangentes o
ortantes, momento torsor, y momentos e
tores
(Nx , Ty , Tz , Mx , My , Mz ). A di
has resultantes de fuerza deben a
ompañar, se-
gún los
riterios estable
idos en el
apítulo anterior, seis
omponentes de defor-
ma
ión que
orrespondan en términos energéti
os a las anteriores
omponentes
de esfuerzo, y que serán el alargamiento, y las distorsiones para los términos de
fuerza, que suponen desplazamientos relativos de las
aras
onsideradas, y las
rota
iones relativas entre di
has
aras, a saber, la torsional, y las de exión
ambios de
urvatura que se
orresponden
ada una de ellas
on los términos
de momento (ǫ, γy , γz , ηx , cy , cz ). Para asegurar medidas
onsistentes se
onside-
ran movimientos relativos entre
aras, en ejes referidos a sus
entros de gravedad,
y en
aras distantes en la unidad, por lo que los términos de deforma
ión son
términos unitarios, y por tanto adimensionales para las fuerzas: alargamiento
unitario, o distorsiones angulares, pero tienen dimensiones inversas a las longi-
tudes para los términos
orrespondientes a los momentos:
urvatura, o rota
ión
por unidad de longitud. De este modo, al obtener el produ
to entre esfuerzo
y deforma
ión el trabajo por unidad de longitud para la rebanada de
tamaño unidad deben resultar magnitudes que dimensionalmente son fuerzas
tanto en los desplazamientos
omo en las rota
iones, para que al integrarlas a
lo largo de las longitudes reales resulten trabajos.
Si
onsideramos el estado de tensiones posibles de un punto situado en una
ara de la rebanada, observamos que apare
en tres de las seis
omponentes del
tensor de tensiones: f = (σx , τxy , τxz ), mientras que las otras tres, (σy , σz , τyz ),
resultan indenidas en el
orte. Las tres
omponentes que no apare
en en el
orte
CAPÍTULO 3. ELEMENTOS EN ESTRUCTURAS DE EDIFICIOS 49
pueden dedu
irse una vez estable
idas las tensiones que sí quedan representadas
en él, a través del equilibrio y
onsiderando la forma en que se apli
an las
argas
al
ontorno de la rebanada, pero usualmente son de valores tan pequeños en
rela
ión
on las otras tres que pueden despre
iarse, suponiéndolas nulas.
El equilibrio exige que las fuerzas representadas en una
ara de la rebanada
sean pre
isamente resultantes de las tensiones existentes, por lo que
onsideran-
do la
ara positiva resulta inmediato que
1
Z Z Z
Nx =
σx dA; Ty = τxy dA; Tz = τxz dA;
Z Z Z Z (3.1)
Mx = yτxz dA − zτxy dA; My = zσx dA; Mz = − yσx dA
Dado que en las barras reales, esbeltas, las deforma
iones a
umuladas
omo
distorsiones la energía de deforma
ión a
umulada en las distorsiones son
pequeñas en rela
ión
on las demás, suele pres
indirse en el modelo de rebana-
da de las distorsiones, lo que obliga en
ontrapartida a no emplear los
ortantes
omo variables, y por lo tanto, a dedu
ir los
ortantes ex
lusivamente del equi-
librio
on el resto de esfuerzos en parti
ular, si la barra es re
ta, del equilibrio
de momentos de la rebanada, por el que el
ortante es dire
tamente la derivada
de los momentos De este modo los esfuerzos bási
os que representan el
om-
portamiento de la rebanada son F = (Nx , Mx , My , Mz ) que se
orresponden
on las deforma
iones U = (ǫ, ηx , cy , cz ).
Puede observarse que, en las deforma
iones
onsideradas relevantes, las de
torsión responden a movimientosesfuerzos tangen
iales en las bras, mientras
que los alargamientos y los
ambios de
urvatura se derivan de movimientos lon-
gitudinales en las bras. Di
ha diferen
ia sugiere dos aproxima
iones separadas
al
omportamiento: torsiones por una parte, y esfuerzos normales y exiones
2
por la otra .
1 Las rela
iones que siguen pueden estable
erse re
urriendo al prin
ipio de los trabajos
virtuales, multipli
ando dire
tamente las fuerzasesfuerzos por un estado arbitrario de defor-
ma
ión que por ejemplo, en el
aso de esfuerzos aso
iados a las tensiones normales, podemos
denir por el desplazamiento y rota
ión de una
ara respe
to de la otra en ejes y , z denidos
en el
entro de gravedad de la se
ión, por elonga
ión de la barra, y su
urvado: (ε̄, c̄y , c̄z ).
Igualando trabajos externo e interno:
ZZ
ε̄Nx + c̄y My + c̄z Mz = (ε̄ + c̄y z − c̄z y)σ dy dz.
Como las rela
iones deben ser válidas para
ualquier deforma
ión arbitraria, basta anular
su
esivamente todas las
omponentes de deforma
ión supuestas menos una para obtener las
expresiones bus
adas.
2 Se trata del enfoque apropiado para la llamada torsión uniforme, de Saint Vénant, o
torsión sin alabeo, representativa del
omportamiento de las piezas hue
as o ma
izas, aunque
insu
iente para des
ribir el
omportamiento en torsión de las se
iones delgadas abiertas.
CAPÍTULO 3. ELEMENTOS EN ESTRUCTURAS DE EDIFICIOS 50
son sólo tangen
iales τ que deben ser paralelas por equilibrio a la tangente al
tubo, y que suponemos
onstantes en el espesor, aunque puedan variar para
ada
posi
ión sobre la se
ión del tubo. Un
orte longitudinal en el tubo permite ver
la tensión rasante
orrelativa de la que apare
e en la se
ión, y el equilibrio
longitudinal de un trozo de tubo obtenido
on dos de di
hos
ortes permite ver
′ ′
que el produ
to τ e es
onstante (para
ualesquiera posi
iones, τ e = τ e ).
de donde resulta la ono ida rela ión que determina la tensión en ada punto
Mx
τ= (3.2)
2eAe
donde Ae representa el área en
errada por la línea media del espesor del tubo.
Si queremos obtener ahora la rela
ión entre el momento torsor y la rota
ión
por unidad de longitud de la barra, bastará igualar, para el modelo que elijamos
para el
omportamiento del material, la energía de deforma
ión vista desde el
interior de la barra,
on la energía de deforma
ión vista desde los esfuerzos en
las
aras de la rebanada, debiendo ser ambas iguales. En el
aso de materiales
de
omportamiento regido por la ley de Hooke tenemos:
1 1
ZZZ
Mx ηx = uT f dv
2 2
ZZ
Mx ηx = τ γe ds dl
Mx 4A2 G
= H eds = GIT (3.3)
ηx e
N = EA ε
3 Puede ha
erse notar que el he
ho de haber elegido el
entro de gravedad de la se
ión
omo punto de referen
ia para situar los esfuerzos y las deforma
iones es una ele
ión posible,
alternativa a otras. Podríamos haber sele
ionado un punto en la bra inferior, y habríamos
obtenido otras rela
iones, válidas
omo alternativa. En éstas, la rota
ión supondría simultánea-
mente elonga
iones y
ambios de
urvatura, y, por lo tanto, las rela
iones entre elonga
iones
y rota
iones
on normales y momentos resultarían a
opladas, no pudiendo aislarse unos pa-
rámetros de otros. Es de he
ho una ele
ión que se realiza en o
asiones,
omo en el análisis
de ar
os
on resisten
ia nula en tra
ión y resiten
ia innita en
ompresión, porque en ese
aso el extremo de la junta se
omporta
omo una rótula, resultando igualados y anulados los
efe
tos del normal por la elonga
ión más el momento por la rota
ión. La ventaja de la ele
ión
realizada para el
aso general radi
a en que, siendo el
omportamiento elásti
o, la rela
ión
entre alargamiento y esfuerzo normal resulta independiente de la existente entre el
ambio de
urvatura y el momento.
CAPÍTULO 3. ELEMENTOS EN ESTRUCTURAS DE EDIFICIOS 52
al estar referidos los ejes al
entro de gravedad y resultar por tanto nulos los
dos últimos sumandos de la integral por serlo sendos momentos estáti
os. Para
las rota
iones de las
aras de la rebanada derivadas de las
urvaturas en ambos
sentidos tendremos:
Z Z
My = zσx dA =
zǫx E dA =
Z Z
z(ε + zcy − ycz )E dA = z 2 cy E dA
My = EIy cy
Z Z
Mz = (−y)σx dA = (−y)ǫx E dA =
Z Z
(−y)(ε + zcy − ycz )E dA = y 2 cz E dA
Mz = EIz cz
dado que las integrales de los términos lineales en y o en z deben anularse por
igual motivo que antes y siendo igualmente nulo el término en yz si los ejes son
los prin
ipales de iner
ia .
4
Agrupando las rela
iones obtenidas en estos dos últimos apartados resultan
las que vimos re
ogidas en la se
ión referida a la rebanada en el apartado 2.4
sobre
onstitu
ión material.
4 La magnitud I
» – Z » 2 –
Ixx Ixy x xy
I= = 2 dA
Iyx Iyy yx y
se
omporta ante
ambios de ejes
omo» 2 un tensor
– »
omo es fá
il ver
onsiderando
ómo serían
–
x xy x ˆ ˜
los
ambios de referen
ia del objeto = x y , re
ordando el formato que tenía
yx y 2 y
en la e
ua
ión 2.3 la proye
ión de un ve
tor sobre ejes rotados respe
to a los ini
iales.
Por ello las expresiones resultan
orre
tas sólo en los ejes prin
ipales de iner
ia para las que
el término
ruzado es nulo.
CAPÍTULO 3. ELEMENTOS EN ESTRUCTURAS DE EDIFICIOS 53
M = EIc. (3.5)
q = EIz IV . (3.6)
Las
argas, suma de las estable
idas sobre las barras más las rea
iones y
sus
ontrarias, que se anulan, suman las
argas originales
Las deforma
iones son
ompatibles y respetan las
ondi
iones de susten-
ta
ión, pues ambos estados separados lo ha
en,
Se
umplen las
ondi
iones de rigidez, por razón del prin
ipio de superpo-
si
ión,
onsiderado se
ión a se
ión
EIz IV = 0. (3.7)
EA
N= u
l
En el
aso de las deforma
iones transversales
onsideraremos separadamente
los movimientos transversales en ambos planos de exión.
l3 l2 l
−a +b −c +d=0
8 4 2
l3 l2 l
a +b +c +d=0
8 4 2
l2 l
3a − 2b + c = θi
4 2
l2 l
3a + 2b + c = θd
4 2
es de
ir
3
l2
− l8 4 − 2l 1 a 0
l3 l2 l
1 b 0
8 4 2 =
3l2
−l 0 c θi
4 1
3l2
4 l 1 0 d θd
2
− l23 1 1
a l3 l2 l2 0 θi + θd
b 0 0 − 2l1 1
− 2l − θi + θd
= 3 0 = 2 2
c − 3
−4 1
− 14 θi − θi − θd .
2l 2l 4 4
1 1 l
d 2 2 8 − 8l θd θi
8 − 8
θd
x3 x2 x l
z = (θi + θd ) 2
+ (−θi + θd ) + (−θi − θd ) + (θi − θd ) .
l 2l 4 8
expresión que ahora podemos emplear para analizar la rela
ión entre el
om-
portamiento interno de la barra y su
omportamiento externo, referido a los
movimientos y esfuerzos de sus extremos, que son
on los que la barra
one
ta
on la estru
tura.
Una ex
elente forma de ha
erlo
orresponde a la té
ni
a empleada en el
método de los elementos nitos (MEF) del que hablaremos en el apartado 4.2
en el que nos referiremos a este ejemplo, y que es la forma que vamos a emplear.
Si, a partir de la expresión anterior, des
ribimos las deformadas
orrespon-
dientes a un giro unidad en uno de los extremos y giro nulo en el otro obtendre-
mos, para
ada uno de los extremos, las expresiones
x3 x2 x l
ni (x) = 2
− − +
l 2l 4 8 (3.8)
x3 x2 x l
nd (x) = 2 + − −
l 2l 4 8
y podremos es
ribir
z = θi ni (x) + θd nd (x).
o, en formato matri
ial,
θi
z = ni (x) nd (x) (3.9)
θd
CAPÍTULO 3. ELEMENTOS EN ESTRUCTURAS DE EDIFICIOS 58
interpolan
desplazamientos son la deformada,
on una sola
omponente las fun
iones N
son fun
iones que el
ampo de desplazamientos partiendo en
ada
una de ellas de un solo movimiento unidad de entre los de un
onjunto, que se
elige para representar el movimiento
ompleto, y los valores a son los movimien-
tos efe
tivos de di
hos puntos prejados, de tal modo que la
ombina
ión lineal
representada por Na des
ribe el desplazamiento
ompleto z.
base
man, en la té
ni
a del MEF, , y no son otra
osa que una
que permite representar, mediante sus
ombina
iones lineales, todas las
deformadas posibles de la barra por rota
ión de sus extremos, empleando
omo
oe
ientes de la
ombina
ión lineal los propios giros de extremo .
8
Ahora podemos tratar de des
ribir el
omportamiento de la barra sin
ar-
gas mediante los parámetros
orrespondientes a los movimientos y esfuerzos de
extremo θi , θd , m i , m d .
La barra estará equilibrada en di
ha
ondi
ión
on una deforma
ión z
om-
patible denida por la e
ua
ión 3.9, deforma
ión que además responde a lo largo
de toda la barra a la
ondi
ión de rigidez adoptada para sus rebanadas.
Si suponemos movimientos en ambos extremo sean por ejemplo los giro
θ̄i θ̄d y adoptamos una deformada
ompatible
on di
hos movimientos (de-
notada por z̄ , a la que
orresponde la
urvatura c̄ = z̄ ′′ ), podremos emplear el
prin
ipio de los trabajos virtuales para igualar el trabajo externo, el realizado
por los momentos de extremo mi , md en el movimiento,
on el trabajo interno,
es de
ir, el desarrollado por los esfuerzos internos en la deforma
ión adoptada.
We = Wi
mi
Z l/2 Z l/2
z̄ ′′ M dx.
θ̄i θ̄d = c̄M dx =
md −l/2 −l/2
Z l/2
mi
z̄ ′′ EI z ′′ dx.
θ̄i θ̄d =
md −l/2
∂2
θ̄i
z̄ ′′ = ni (x) nd (x)
∂x2 θ̄d
8 Como las fun
iones que estamos empleando se han obtenido representando de forma exa
ta
las
ondi
iones internas de equilibrio,
ompatibilidad y rigidez, el análisis aportará rela
iones
exa
tas entre el
omportamiento externo y el interno de la barra. Cuando el problema geomé-
tri
o es de mayor di
ultad, lo que es usual en problemas super
iales o volumétri
os, pueden
usarse
omo fun
iones de forma aproxima
iones que relajan algunas de di
has
ondi
iones,
resultando solu
iones sólo aproximadas,
uyo análisis de validez es una de las
uestiones que
debe abordar el MEF.
CAPÍTULO 3. ELEMENTOS EN ESTRUCTURAS DE EDIFICIOS 59
" #
∂2
∂ 2 ni (x) n′′i (x)
′′
ni (x)
∂x2
z̄ = θ̄i θ̄d = θ̄i θ̄d = θ̄i θ̄d
∂x2 nd (x) ∂ 2 nd (x) n′′d (x)
∂x2
y por lo tanto la e
ua
ión que iguala los trabajos es, empleando la e
ua
ión 3.9
para denir la deformada real
Z l/2
n′′i (x)
mi θi
EI n′′i (x) n′′d (x)
θ̄i θ̄d = θ̄i θ̄d dx
md −l/2 n′′d (x) θd
expresión que, una vez desarrollada resulta, para módulo de elasti
idad
ons-
tante, en la
R I ′′ ′′ I ′′ ′′
R
I0 ni (x)ni (x) dx I0 nd (x)ni (x) dx
mi θi
θ̄i θ̄d = θ̄i θ̄d EI0 R I ′′ ′′
R I ′′ ′′
md I0 ni (x)nd (x) dx I0 n d (x)n d (x) dx θ d
6x 1 6x 1
en la que n′′i (x) =
l −
′′
l , nd (x) = l + l , y en la que pueden, por tanto, ob-
tenerse
on fa
ilidad las integrales denidas, que en el
aso de iner
ia
onstante
R l/2 6x 1
6x 1
son del tipo
−l/2 l ∓ l l ∓ l dx dando lugar a la expresión
mi EI 4 2 θi
θ̄i θ̄d = θ̄i θ̄d .
md l 2 4 θd
Como la
ondi
ión expresada por la anterior e
ua
ión debe
umplirse para
ualquier movimientodeforma
ión denido por parámetros θ̄i θ̄d arbitrarios,
resulta que debe
umplirse
mi EI 4 2 θi
= (3.10)
md l 2 4 θd
Hemos visto que una
uestión
entral en el paso de des
rip
iones
ontinuas
a dis
retas,
omo es el
aso de las barras que ahora analizamos, está en
on-
siderar las
ondi
iones de
arga lo
al apli
ada en la barra en el elemento
de dimensiones nitas
onsiderada. Hemos de
onsiderar, en efe
to, el esta-
do de deforma
ión de ésta sometida a las
argas apli
adas lo
almente, para
la
ondi
ión de inexisten
ia de movimiento en sus extremos empotramiento
perfe
to, estado en el que se ejer
en sobre la barra esfuerzos de extremo, de
empotramiento perfe
to, además de las deforma
iones lo
ales ne
esarias para
9 En general estamos usando, por
onsisten
ia, el produ
to es
alar de desplazamientos por
movimientos o deforma
iones por esfuerzos en el orden uT f . En el
aso que nos o
upa la
ur-
vatura se multipli
ará por los esfuerzos, pero en un problema que tuviese varias
omponentes
de deforma
ión, se emplearía la expresión traspuesta de las
omponentes de deforma
ión para
multipli
ar por los esfuerzos.
CAPÍTULO 3. ELEMENTOS EN ESTRUCTURAS DE EDIFICIOS 60
que,
omo debe ser válida para
ualesquiera giros de extremo, exige que los
momentos de extremo sean
R R
Mi Md = qni (x) dx qnd (x) dx . (3.11)
h R l/2 x3 x2
R l/2 x3 x2
i
− x4 + 8l dx q −l/2 x l
Mi Md = q −l/2 l2 − 2l l2 + 2l − 4 − 8 dx
h 2 i
ql2 .
Md = ql
Mi 12 − 12
En efe
to, puede representarse el nudo por un punto, pero a menudo las
barras no
on
urren en uno sólo, tanto en estru
turas de barras sometidas sólo
nudo extenso
a esfuerzos axiales,
omo en estru
turas sometidas a esfuerzos de exión. Debe
onsiderarse la posibilidad de lo que se ha dado en llamar (ver
[Cervera, 1995℄).
Para ello se elige
omo base de representa
ión del nudo un punto arbitrario,
y unos ejes de referen
ia en él. El punto elegido es usualmente el extremo de una
de las barras, aunque puede ser
ualquier otro,
omo podría ser uno relevante
en el replanteo de la estru
tura. Los ejes de referen
ia pueden ser los generales
de la estru
tura o
ualesquiera otros.
Al nudo se aso
ian todos los movimientos que pueden suponer deforma
iones
en las barras, de modo que, en estru
turas arti
uladas en las que los extremos de
las barras
oin
iden en los nudos, los movimientos posibles de
ada uno de éstos
son sólo desplazamientos. Sin embargo, si los extremos de barras no
oin
iden,
las rota
iones del nudo pueden suponer varia
iones en los esfuerzos de las barras,
omo puede verse en el ejemplo 2 de la gura 3.6, por lo que di
ho nudo debería
representarse por sus desplazamientos y su rota
ión.
Si estamos
onsiderando estru
turas de barras e
tadas, en general se
onsi-
derarán aso
iados a los nudos tanto desplazamientos
omo rota
iones (sólo una
si el modelo es plano). Las barras que a
ometen al nudo tienen sus extremos en
puntos que no tienen por qué
oin
idir
on el que representa al nudo, pero se
onsideran rígidamente unidas al mismo, o lo que es lo mismo, los movimientos
del nudo indu
en movimientos de los extremo de las barras, que a
ompañan a
aquél rígidamente. De este modo, si el nudo se desplaza, los extremos de barra
se desplazan en la misma magnitud, y si el nudo rota, los extremos de las barras
rotan salvo si la unión es arti
ulada y si no
oin
iden en posi
ión extemo de
barra y nudo, la rota
ión del nudo impli
a además desplazamiento del extremo
de la barra.
De he
ho, en los párrafos anteriores no hemos he
ho más que des
ribir ver-
CAPÍTULO 3. ELEMENTOS EN ESTRUCTURAS DE EDIFICIOS 62
balmente las
ondi
iones de
ompatibilidad entre los movimientos de los nudos
que representarán el movimiento U de la estru
tura y los movimientos de
extremo de las barras, que representan las deforma
iones u de las partes que
omponen di
ha estru
tura.
Esto nos permite estable
er que la representa
ión de la estru
tura se redu
e
a la des
rip
ión de los movimientos y fuerzas
on ellos rela
ionadas a que están
sometidos los nudos que la des
riben, siendo sus esfuerzos y deforma
iones los
orrespondientes a los extremos de las barras que a
ometen a di
hos nudos.
De este modo, hemos de
onsiderar
omo
argas sobre la estru
tura
ua-
lesquiera de las duales energéti
as de los movimientos que suponemos posibles
en los nudos, y sólo éstas. Cuando las
argas se apli
an dire
tamente a los nu-
dos, nos bastará representarlas mediante la resultante que
orresponde al punto
elegido para representar el nudo.
Cuando las
argas se ejer
en sobre las barras, lo que es bastante usual,
hemos de re
urrir a desdoblar el análisis en dos fases,
omo ya hemos he
ho en
el apartado anterior.
empotramiento perfe
to
En la primera fase supondremos que los nudos no se desplazan de ningún
modo es la fase de y las barras se deforman someti-
das a las
argas apli
adas a ellas mismas más los esfuerzos de empotramiento en
sus extremos que impiden el movimiento esfuerzos que podemos denominar re-
a
iones de empotramiento perfe
to pues son las que se ejer
en sobre el extremo
en di
ha
ondi
ión.
En la segunda fase, y
onsiderando ahora la estru
tura
ompleta sin
argas
sobre las barras, se apli
an a los nudos las resultantes de la totalidad de los
esfuerzos opuestos a los de empotramiento que
oa
ionaban a las barras, situa-
dos en los extremos de éstas esfuerzos que podemos denominar a
iones de
empotramiento perfe
to por ser opuestas a las
orrespondientes rea
iones y ser
la a
iones que las barras van a ejer
er sobre los nudos, esfuerzos que deberán
ser desplazados
onvenientemente para ser representados en los puntos elegidos
para representar el nudo si éste no
oin
ide
on el extremo de la barra. De este
modo puede analizarse la estru
tura
onsiderando
omo se ha di
ho más arriba
los movimientos de los nudos, para un estado de
argas apli
adas a los mismos
nudos, y la posterior superposi
ión de ambos análisis empotramiento perfe
to,
y movimientos de la estru
tura resuelve el problema, pues ha
e que, nalmen-
te, en los extremos de las barras que a
ometen a los nudos no se aplique
arga
externa alguna, al sumarse los esfuerzos de empotramiento y sus
ontrarios.
Un modo muy prá
ti
o de estable
er las
argas apli
adas
orrespondientes a
ada movimiento libre estable
ido a
ada grado de libertad de la estru
tura
onsiste en estimar el trabajo que produ
en las
argas en el movimiento aislado
que se
onsidera, dando a éste valor unidad. Dado que las
argas distribuidas
sobre las barras resultan ser, a los efe
tos del
omportamiento general de la
estru
tura, equivalentes a las a
iones de empotramiento perfe
to, para la esti-
ma
ión apuntada es indiferente
onsiderar el efe
to de
ada movimiento unidad
en las barras a lo largo de su longitud y obtener el trabajo de las
argas apli
adas
a éstas, que estimar el efe
to del movimiento unidad del nudo en los movimien-
tos de extremo de las barras y obtener el trabajo realizado por las a
iones de
empotramiento perfe
to. Di
ho pro
edimiento permite obtener sin di
ultad las
argas equivalentes en los
asos en que se redu
en los grados de libertad de la
estru
tura agrupando varios movimientos en uno sólo, sea por
ondi
iones de
simetría, de inextensibilidad, u otras.
CAPÍTULO 3. ELEMENTOS EN ESTRUCTURAS DE EDIFICIOS 63
estable
er las
argas F
omo
argas sobre los nudos mismos, si es pre
iso
partiendo de las
argas apli
adas por las barras
omo a
iones de empotra-
miento perfe
to. El término de
arga aso
iado a
ada movimiento aislado
será igual al trabajo de las
argas en el movimiento
onsiderado
on valor
unidad;
Las anteriores opera
iones son las ne
esarias y su
ientes para denir un
modelo de la estru
tura: a partir de aquí la determina
ión del
omportamiento
de ésta será puramente
omputa
ional.
EA
Esfuerzos normales,
on N= l υx
GIt
Esfuerzos de torsión,
on Mx = l θx
CAPÍTULO 3. ELEMENTOS EN ESTRUCTURAS DE EDIFICIOS 64
Esfuerzos de exión,
on
Myi EIy 4 2 θyi
= , o
Myd l 2 4 θyd
Mzi EIz 4 2 θzi
= ,
Mzd l 2 4 θzd
según sea el sentido de la exión a
onsiderar. Los
ortantes se obtienen
a partir de la varia
ión de los momentos, por lo que no se
onsideran
separadamente
baja,
omo se verá más adelante, y la rigidez en torsión resulta por ende baja
en rela
ión
on el resto, de modo que
uando existen medios alternativos a
la torsión para equilibrar las
argas, las mayores rigide
es para estos medios
movilizan fra
iones muy superiores a las que movilizan los me
anismos que
requieren de torsiones, que sólo son impres
indibles
uando no existen medios
alternativos para materializar el equilibrio. Una estru
tura tridimensional puede
in
luir en su modelo la rigidez en torsión de las barras, pero si las torsiones que
apare
en en ellas son importantes, resultará siempre, bien de un error en el
modelo usual en los modelos tridimensionales que generan los programas de
ál
ulo que parten de dibujos de estru
turas,
uando la
ontinuidad entre barras
no queda bien des
rita en el modelo bien de un error en la
on
ep
ión de la
estru
tura. Por ello no es usual
onsiderar las rigide
es en torsión en la mayor
parte de las estru
turas de edi
a
ión usuales.
En rela
ión
on los términos de rigidez que apare
en en las expresiones teó-
ri
as, su sentido en solu
iones metáli
as es inequívo
o, pero no es así en el
aso
de las solu
iones de hormigón armado: en éstas es habitual realizar el análisis
onsiderando las se
iones brutas de hormigón, sin
ontabilizar las armaduras,
aunque luego se estiman las deforma
iones
onsiderando las se
iones suradas,
lo que
onstituye un enorme
ontrasentido: los esfuerzos obtenidos
orresponden
a un modelo que no es
onsistente
on el utilizado después para armar, y para
determinar las deforma
iones. Sin embargo los teoremas del análisis plásti
o que
veremos en el
apítulo 5 permiten asegurar que los armados obtenidos de este
modo
oneren a la estru
tura la seguridad ne
esaria, y por otro lado, en rela-
ión
on las deforma
iones, la in
ertidumbre en los límites aso
iados a los daños
debidos a deforma
ión ex
esiva es mayor que la in
onsisten
ia apuntada para el
modelo de análisis, por lo que es prá
ti
a habitual y re
ogida en la normativa
a
eptar la in
onsisten
ia apuntada.
Un modelo que representaría
on mayor
onsisten
ia la realidad en hormigón
armado sería mantener en pilares la rigidez bruta
onsiderada puesto que al
estar bási
amente
omprimidos tendrán es
asa sura
ión, de modo que la rigidez
del hormigón es una buena aproxima
ión a la rigidez del pilar pero
onsiderar
en vigas la rigidez surada
omo aproxima
ión mejor a ésta, dado que en vigas
se espera que el a
ero trabaje en tra
ión en niveles de tensión que no son
ompatibles
on la no sura
ión del hormigón. Una muy buena aproxima
ión a
2
la rigidez K = EI de las se
iones de una viga es la expresión K = 0, 7 Es As d
siendo Es , As el módulo de rigidez y el área de a
ero y d el
anto útil de la se
ión
de referen
ia para la pieza
onsiderada el empotramiento en voladizos, y el
entro del vano en todos los demás
asos
Esta última estrategia impli
a mayores momentos en los nudos, o mejor
di
ho, impli
a que una parte mayor de los momentos de extremo de la viga
debe equilibrarse
on momentos de extremo en los pilares, y por lo tanto
on
importante
ambio de posi
ión en la resultante de
ompresión a través del nudo,
e in
luso,
uando llega a apare
er una
ara tra
ionada en el pilar, tra
ión
que estará en
aras opuestas a ambos lados del nudo, será ne
esario el
ambio
de sentido en las fuerzas del
orrespondiente par. Esto sólo será posible si el
nudo es de dimensiones apropiadas, y si el armado en el nudo está denido
ade
uadamente en fun
ión de las fuerzas que
onforman di
ho equilibrio. Por
ello, aun
uando la estrategia de emplear rigide
es brutas en pilares y suradas
en vigas puede resultar más
onsistente desde la perspe
tiva de las barras, puede
no serlo tanto desde la perspe
tiva de los nudos, y de he
ho es una estrategia
CAPÍTULO 3. ELEMENTOS EN ESTRUCTURAS DE EDIFICIOS 66
extenso
entre nudos, denidos por los ejes o dire
tri
es de las barras. En modelos más
sosti
ados,
omo el del nudo , las dimensiones de las barras siguen sien-
do mayores que la luz libre al ser la luz libre más, en
ada extremo, al menos
medio
anto, o la distan
ia al eje de las barras que
on
urren al nudo, eligiendo
la menor de di
has dimensiones.
De este modo podía despre
iarse la deforma
ión material interna al nudo
físi
amente nito, u analizar la unión
onsiderando ex
lusivamente si la
oa
ión
aportada por la unión existe o no.
unión
ión en absoluto, podemos plantear la
lasi
a
ión tradi
ional en tres tipos
generales de o más bien de
ondi
ión de extremo de barra, a saber
arti ula ión ilíndri a (se libera sólo el giro en torno al eje del ilindro
...
y puede verse que el
onjunto de
ombina
iones posibles es muy elevado (en
6
términos estri
tamente teóri
os el número de op
iones posibles sería de 2 = 64).
En el
uadro siguiente se indi
an movimientos y nombres a los que
orresponden
distintas
ondi
iones usuales de
oa
ión denotadas por 1 o no
oa
ión
denotadas por 0
υx υy υz θx θy θz
extremo libre 0 0 0 0 0 0
apoyo 0 0 1 0 0 0
rótula esféri
a 1 1 1 0 0 0
rótula
ilíndri
a 1 1 1 1 1 0
empotramiento 1 1 1 1 1 1
Hay que tener presente que la deni
ión de la unión responde siempre a la
oa
ión apli
ada. Una
oa
ión
ompleta impli
a una
ondi
ión de
ompatibi-
lidad
ono
ida para una
ondi
ión des
ono
ida de esfuerzo interno a la unión,
o de extremo de barra rea
ión si la unión es de sustenta
ión. La
oa
ión
impli
a un movimiento relativo nulo entre las piezas que a
ometen al nudo. Por
el
ontrario la libertad de movimiento o falta total de
oa
ión impli
a el des-
ono
imiento del movimiento produ
ido o del movimiento relativo entre los
unión
extremos de las barras
onsideradas a
ambio de
ono
erse el esfuerzo de in-
tera
ión
orrespondiente, o esfuerzo interno a la que será nulo. Es de
ir
que para el
onjunto de uniones denidas, de los dos términos de la intera
-
ión entre los dos elementos unidos el movimiento relativo y el esfuerzo de
intera
ión se des
ono
e uno de ellos mientras que se puede asegurar el valor
nulo del otro.
resortes
las estru
turas metáli
as, pero sobre la que hay po
o
ono
imiento estabilizado.
Di
hos estarán
one
tados
on
oa
ión
ompleta a los extremos de las
barras o elementos
barras que
one
tan, y el modelo de la estru
tura se realizará en forma análoga
sin más que
onsiderar estas adi
ionales y emplear
omo
movimientos libres de la estru
tura los distintos a
ada lado de la unión.
semirrígidos
En la se
ión 3.3.3 se desarrolla a modo de ejemplo una doble estrategia
para a
ometer el análisis
on nudos de rigidez in
ompleta en
la nomen
latura generalizada por el Euro
ódigo 3 mostrando
ómo pueden
in
luirse las rigide
es de los nudos en la formula
ión de la rigidez general de la
barra,
onsiderando el
onjunto nudobarranudo
omo una barra alterada de
nuevo tipo
uya rigidez
onjunta puede determinarse
on las té
ni
as de análisis
de las subestru
turas, y que se in
orpora de la forma habitual al modelo de la
estru
tura.
Para el segundo de los
asos presentados al prin
ipio de este apartado suele
ser su
iente plantear ade
uadamente las
orrespondientes
ondi
iones de
om-
T
patibilidad B y por
onsiguiente las de equilibrio B estable
iendo
omo
movimiento libre de la estru
tura pre
isamente ese movimiento
ombinado.
Para el primero de los
asos, lo que se obtiene
omo
ondi
ión adi
ional a las
e
ua
iones de
ompatibilidad u = BU , equilibrio F = B T f y rigidez f = ku
es una e
ua
ión que liga las
omponentes sea de F, sea de f, sea de unas
on
otras. Esto exige un tratamiento algo diferente que no abordamos aquí en forma
general.
Un problema diferente se presenta en el
aso en que la unión puede suponerse
su
ientemente rígida
omo para asegurar la
oa
ión exigida entre los extremos
de barra que
one
ta, por ser de
omportamiento rígido en los primeros es
alones
de la
arga, pero resulta in
apaz de desarrollar resisten
ia su
iente para los
esfuerzos de intera
ión resultantes en el análisis.
En este
aso pueden emplearse las estrategias del análisis elásti
o re
hazar
la unión y rediseñarla, reha
iendo el
orrespondiente análisis o del análisis
plásti
o admitir plasti
a
ión par
ial sin rotura de la unión lo que exige
reha
er el análisis desde el enfoque plásti
o para obtener esfuerzos equilibrados
que no superen los de plasti
a
ión,
omprobando la existen
ia de du
tilidad
su
iente en las se
iones y uniones en las que se produ
e di
ha plasti
a
ión.
Puede en este
aso atribuirse la plasti
a
ión, en vez de a la unión misma, al
extremo de una o varias de las barras impli
adas en la unión, empleando la
estrategia
lási
a. Un ejemplo de este enfoque es el empleado en sus le
iones
por el profesor D. José Luis de Miguel en el análisis de uniones a los pilares la-
terales de pórti
os de hormigón armado, en los que el análisis del nudo revela la
CAPÍTULO 3. ELEMENTOS EN ESTRUCTURAS DE EDIFICIOS 69
que
Para
errar este apartado, vamos a
onsiderar el
aso de uniones de rigidez
no
umple los requisitos de una unión rígida o una arti
ula
ión, dados en los
redu
ida. El Euro
ódigo 3 se reere a una unión semirrígida
omo aquella
semirrígido
límites en rela
ión a la rigidez de la barra que se une, límites que dejan a una
parte sustan
ial de las uniones habituales dentro del
ampo .
El mismo Euro
ódigo analiza la rigidez de
iertos nudos, estable
iendo mé-
todos de estima
ión para ésta, que os
ilará entre
ero arti
ula
ión e innito
unión rígida
La propuesta de emplear explí
itamente las rigide
es de los nudos sugiere
onsiderar
omo elemento de barra al
onjunto formado por un modelo de re-
sorte en
ada uno de los nudos, más la barra situada entre ellos, y, empleando
té
ni
as de
ondensa
ión estáti
a al modo utilizado para tratar
on subestru
tu-
ras,
ontruir un modelo de barra modi
ado que in
luya las anteriores rigide
es.
Realizamos
omo ejer
i
io el desarrollo de ese tipo de
ondensa
ión. Esta-
ble
emos para ello en primer lugar los parámetros relevantes para di
ha formu-
CAPÍTULO 3. ELEMENTOS EN ESTRUCTURAS DE EDIFICIOS 70
la
ión:
θni mni θi Mi
θnd mnd θd Md
u=
θib ;
f =
mib ;
U =
θib ;
F =
Mib
θdb mdb θdb Mdb
Por sen
illez de nota
ión usaremos para los nudos la siguiente
10 :
EI EI
kni = κi ; knd = κd . (3.12)
l l
De este modo la rigidez
onjunta resulta ser, tras operar,
κi 0 −κi 0
EI 0 κd 0 −κd
K = B T kB =
l −κi 0 κi + 4 2
0 −κd 2 κd + 4
Ahora bien,
omo el momento de un mismo nudo es úni
o, resulta que visto
desde el exterior, el momento de extremo de barra y el del nudo en
onta
to
on
ésta se equilibran entre sí, de modo que
Mi κi 0 −κi 0 θi
Md EI 0 κd 0 −κd θd
=
0 l −κi 0 κi + 4 2 θib
0 0 −κd 2 κd + 4 θdb
10 En las versiones más re
ientes del Euro
ódigo y otras normas derivadas de éste
omo el
CTE DBSEA o la EAE, el rango de los nudos semirrígidos
orresponde a los valores de κ
omprendidos entre 0,5 y 8 para estru
turas arriostradas, y entre 0,5 y 25 para el
aso de las
no arriostradas.
CAPÍTULO 3. ELEMENTOS EN ESTRUCTURAS DE EDIFICIOS 71
e
ua
ión que permite determinar los giros de extremo de las barras en fun
ión
de los de los nudos;
0 −κi 0 θi κ +4 2 θib
= + i
0 0 −κd θd 2 κd + 4 θdb
−1
θib κi + 4 2 κi 0 θi
=
θdb 2 κd + 4 0 κ d θd
−1 !
Mi EI κi 0 −κi 0 κi + 4 2 κi 0 θi
= +
Md l 0 κd 0 −κd 2 κd + 4 0 κd θd
de donde resulta
Mi EI 1 4κi (3 + κd ) 2κi κd θi
= (3.13)
Md l (12 + 4κi + 4κd + κi κd ) 2κi κd 4κd (3 + κi ) θd
que tiende a los
ono
idos límites para barras
on nudos innitamente rígidos,
empotrados, o innitamente exibles, arti
ulados.
Puede, mediante la misma estrategia, obtenerse asimismo los equivalentes a
los momentos de empotramiento perfe
to, es de
ir, los esfuerzos
on que ini
iar
el análisis en el supuesto de no existen
ia de giro en el nudo, aunque los extremos
de la barra sí girarán por efe
to de la relaja
ión que supone el nudo elásti
o.
Para este análisis suponemos apli
ados por los extremos de la barra, y
omo
arga
orrespondiente a la fase de empotramiento perfe
to, los momentos de
empotramiento de barra −Mei , Med , de modo que
Mi κi 0 −κi 0 0
Md EI 0 κ d 0 −κ d
0
−Mei = l −κi
0 κi + 4 2 θib
Med 0 −κd 2 κd + 4 θdb
on lo que
−1
θib l κi + 4 2 −Mei
=
θdb EI 2 κd + 4 Med
por lo que el resorte del nudo rotará redu
iendo momentos, que se equilibra-
rán en los valores de empotramiento semirrígido, que podemos obtener al ser
opuestos a las rea
iones Mi y Md en la misma expresión:
−1
Msi Mi −κi 0 κi + 4 2 −Mei
=− =−
Msd Md 0 −κd 2 κd + 4 Med
Msi 1 κi (4 + κd ) −2κi −Mei
= (3.14)
Msd 12 + 4κi + 4κd + κi κd −2κd κd (4 + κi ) Med
expresión que tiende a mantener los valores de los momentos de empotramiento
para rigide
es innitas, a anularlos para valores nulos, o a aumentar el momento
en un nudo rígido en el valor de la mitad del momento del nudo que se relaja
CAPÍTULO 3. ELEMENTOS EN ESTRUCTURAS DE EDIFICIOS 72
hasta apare
er
omo arti
ula
ión,
omo se observa sin más que obtener los lími-
tes
orrespondientes. Por ejemplo ha
iendo tender a innito la rigidez del nudo
dere
ho tenemos
κi
1 κi (4 + κd ) −2κi 0
lı́m = κ−2
i +4
κd →∞ 12 + 4κi + 4κd + κi κd −2κd κd (4 + κi ) κi +4 1
grado de empotramiento
Podemos plantear las rela
iones de rigidez anteriores de forma más intuitiva
si, en lugar de hablar de la rigidez del nudo, hablamos de
de la barra, que se hará igual a uno si el nudo es innitamente rígido, y se
anulará para nudos arti
ulados. Se trata de un
on
epto relativo más sen
illo
de manejar, aun
uando su formula
ión rigurosa requerirá referirlo a rela
iones
entre la rigidez del nudo y la de la barra
11 .
Para estable
er de forma rigurosa este
on
epto podemos denirlo
omo
el
o
iente entre el momento de empotramiento de la barra unida a un nudo
semirrígido, siendo rígido el otro nudo, y el momento de empotramiento perfe
to
de la barra, para el
aso de ser ambos nudos rígidos, es de
ir
Msi
gi =
uando κd → ∞
Mei
de modo que,
κi κd
gi = ; gd =
κi + 4 κd + 4
4gi 4gd
κi = ; κd =
1 − gi 1 − gd
grado de
empotramiento
resultando que las rela
iones de rigidez en fun
ión de los valores del
propuesto, son
EI 1 4gi (3 + gd ) 8gi gd
f = ku
on k= (3.15)
l 3 + gi + gd − gi gd 8gi gd 4gd (3 + gi )
Podemos estable
er una pequeña tabla
omparativa de valores para los
oe-
ientes de la matriz de rigidez:
kl/EI gi = 0 1/2 1
0 0 12/7 0 3 0
gd = 0
0 0 0 0 0 0
0 0 25/15 8/15 7/2 1
1/2
0 12/7 8/15 25/15 1 2
0 0 2 1 4 2
1
0 3 1 7/2 2 4
Fnalmente, las rela
iones ke que determinan los momentos de empotramiento
semirrígido en fun
ión de los momentos de empotramiento perfe
to son, por el
mismo pro
edimiento que antes:
Msi 1 4gi 2gi gd − 2gi Mei
= (3.16)
Msd 3 + gi + gd − gi gd 2gi gd − 2gd 4gd Med
11 Una a
ep
ión para el término que ha sido usual en la normativa
lási
a, empleada en esti-
ma
iones de rigide
es apli
ables en pandeo de pilares en pórti
os de nudos rígidos, y apli
ada,
por tanto a la
oa
ión que el
onjunto de barras que
on
urren en un nudo ejer
e sobre una
barra dada, ha sido la rela
ión que se obtiene dividiendo el
o
iente entre iner
ia y luz de la
barra por la suma de
o
ientes de iner
ia a luz a
umulada en el nudo.
CAPÍTULO 3. ELEMENTOS EN ESTRUCTURAS DE EDIFICIOS 73
Podemos igualmente aportar una tabla resumen de los fa
tores que determi-
nan el momento de empotramiento semirrígido en ambos nudos en propor
ión
al valor del de empotramiento perfe
to para
arga simétri
a, y en fun
ión de los
valores, sean simétri
os o no, de los grados de empotramiento en ambos nudos:
1
ke gi = 0 1/2 1
−1
0 6/7 3/2
gd = 0
0 0 0
0 2/3 5/4
1/2
−6/7 −2/3 −1/2
0 1/2 1
1
−3/2 −5/4 −1
En
ualquier
aso, la apli
a
ión de éste u otro enfoque al problema requiere
de la existen
ia de amplia informa
ión experimental o analíti
a basada en
modelos rigurosos realizados por elementos nitos aún por elaborar y difundir.
Análisis basados en el
equilibrio elásti
o
En el presente
apítulo desarrollamos el análisis de estru
turas de barras
ualesquiera empleando las formula
iones obtenidas en los anteriores. Los ejem-
plos que se desarrollan permiten ha
erse una
lara idea de los métodos, que se
desarrollan en un formato lo más sen
illo posible, al objeto de poderse apli
ar
on medios ele
tróni
os bási
os, a saber,
on
al
uladoras manuales dotadas de
rutinas de opera
ión
on matri
es, o
on programas de hoja de
ál
ulo, que, en
las versiones más a
tuales in
orporan fun
iones que permiten igualmente operar
on matri
es. El formato empleado permite además mantener la
laridad en el
tratamiento del
onjunto de
ondi
iones requeridas para resolver los problemas
abordados equilibrio,
ompatibilidad y rigidez.
74
CAPÍTULO 4. ANÁLISIS BASADOS EN EL EQUILIBRIO ELÁSTICO 75
de vías alternativas para la formula
ión de la solu
ión haya sido extensa, dando
lugar a solu
iones diversas adaptadas mejor o peor a
lases dadas de proble-
mas. Las alternativas de
onsiderar
omo variables des
riptoras del problema,
sea las fuerzas hiperestáti
as internas en la estru
tura las fuerzas redundan-
tes que ex
eden las determinables por equilibrio sea los desplazamientos de
la estru
tura, y rees
ribir todas las e
ua
iones en base a éstas, resolviéndo pos-
teriormente los sistemas resultantes, ha dado lugar a versiones diversas de los
llamados métodos de las fuerzas, o de los desplazamientos.
En el primero de ellos se des
one
ta la estru
tura de las
ondi
iones redun-
dantes, sustituyéndolas por las
orrespondientes fuerzas in
ógnita, y se estable-
en los movimientos aso
iados a las
argas y a
ada fuerza (redundante) unidad
exibilidades de la estru
tura empleando para ello las e
ua
iones de equi-
librio (lo que es posible al
onsiderarse sólo una de las fuerzas redundantes por
vez) y de rigidez. Dada la linealidad, los movimientos de las fuerzas redundantes
reales serán propor
ionales a los obtenidos para la fuerza unidad. El problema se
resuelve estable
iendo las
ondi
iones de
ompatibilidad que aseguren la
one-
xión de la estru
tura: puede estable
erse una e
ua
ión de
ompatibilidad por
ada
onexión, e
ua
ión que puede aso
iarse a la
orrespondiente fuerza in
óg-
nita, obteniéndose tantas e
ua
iones
omo in
ógnitas. Este método, al tratar
on el mínimo número de e
ua
iones simultáneas, ha sido el preferido en épo
as
en las que las herramientas de
ál
ulo numéri
o se redu
ían a la regla de
ál
ulo.
libres
En el segundo enfoque, se estable
en
omo in
ógnitas todos los desplaza-
mientos de la estru
tura, y se determinan las fuerzas en ésta aso
iadas
a
ada desplazamiento unidad
onsiderado aisladamente, empleando las e
ua-
iones de
ompatibilidad y rigidez. Los desplazamientos distintos de la unidad
darán fuerzas propor
ionales a los primeros, y asimismo, las
ombina
iones de
desplazamientos darán lugar a esfuerzos fruto de la
ombina
ión lineal de los de
los desplazamientos aislados impli
ados. El problema se resuelve estable
iendo
el equilibrio
orrespondiente a las
argas y los esfuerzos derivados de los despla-
zamientos in
ógnita, habiendo tantas e
ua
iones
omo desplazamientos libres.
Dada su generalidad y abstra
ión éste es el enfoque preferido desde la apari
ión
de los instrumentos ele
tróni
os de
ál
ulo.
Vamos a
onsiderar una versión parti
ular de este método general, de ex-
tremada utilidad si se dispone de medios que permitan realizar opera
iones
on
matri
es. La razón es sen
illa: las formula
iones matri
iales permiten empaque-
tar
onjuntos de e
ua
iones en objetos de
ierto tamaño,
on el mismo grado
de abtra
ión para todos los problemas, de modo que estable
ida una
ierta
me
áni
a operativa,
ualquier problema puede resolverse. Si el problema es de
pequeño tamaño número de desplazamientos independientes puede resol-
verse manualmente
on
al
uladora
on mu
ha sen
illez.
Vamos por tanto a presentar, mediante ejemplos, la forma de operar en
problemas típi
os hiperestáti
os,
on re
urso a pequeñas
al
uladoras
apa
es
de trasponer, multipli
ar, e invertir matri
es.
Para ello
onsideraremos su
esivamente las e
ua
iones de equilibrio, las de
ompatibilidad que veremos en detalle
ómo se
orresponden
on las de equi-
librio en virtud de la dualidad estable
ida en el apartado 2.7.1, nalmente las
de rigidez, resolviendo posteriormente los sistemas resultantes.
CAPÍTULO 4. ANÁLISIS BASADOS EN EL EQUILIBRIO ELÁSTICO 76
Viga ontinua
y representamos igualmente las soli
ita
iones tal
omo las hemos denido, es
de
ir los momentos sobre los extremos de las vigas que
omponen
ada tramo de
1 Una interesante alternativa sugerida por Mariano Vázquez en sus notas a mi borrador
onsiste en usar para las variables internas los esfuerzos internos existentes en los extremos
y no las fuerzas de extremo, por lo que los signos positivos
orresponderían a los momentos
on tra
iones en la
ara inferior (o dere
ha) de la viga, siendo por ello de igual signo ambos
sobre
momentos de extremo de una barra sometida a exión uniforme y
on momentos opuestos
ambos extremos y en equilibrio. Esto ha
e que, por
onsisten
ia, los giros de extremo
positivos
orrespondan a los que llevan la región
ontigua de la viga ha
ia abajo (o a la
dere
ha) y por tanto a rota
iones opuestas en ambos extremos, lo que exige una matriz de
rigidez modi
ada
» –
EI 4 −2
k=
l −2 4
. Otra alternativa tal vez mejor aún, puestos a
ambiar el formato de esta última matriz, sería
des
omponer los valores de extremo entre las
omponentes simétri
a y antimétri
a tal
omo
se sugiere en nota al pie de la página 30.
CAPÍTULO 4. ANÁLISIS BASADOS EN EL EQUILIBRIO ELÁSTICO 77
la viga
ontinua mediante uno
ualquiera de los dos ve
tores
olumna siguientes:
m11 m11
m12 m12
m22 m21
f =
m23 ;
f =
m22 .
m33 m31
m34 m32
Nótese que en las listas anteriores las a
iones
ontienen un subíndi
e que
designa el nudo
orrespondiente, mientras que las soli
ita
iones
ontienen dos
subíndi
es: el primero designa el tramo o la barra que se
onsidera, y el segundo
el nudo a que
orresponde el extremo
onsiderado. En la primera de las listas
anteriores se ha designado el nudo
on idénti
a denomina
ión que para las a
io-
nes el número de nudo según la numera
ión general de nudos en la estru
tura
analizada aunque lo usual es más bien numerar los nudos de
ada barra desde
la perspe
tiva de la barra misma,
omo en la segunda de las listas, resultando
por tanto un ve
tor
olumna en el que el segundo subídi
e designa el extremo
izquierdo o dere
ho inferior o superior, et
. de
ada tramo, y estable
er la
orresponden
ia entre ambas numera
iones la propia de la barra, y la de la
estru
tura en el momento en que sea pre
iso en el análisis.
Así las
osas, las e
ua
iones de equilibrio que pueden formularse
orrespon-
diendo a
ada movimiento des
ono
ido de la estru
tura serán
M1 − m11 = 0
M2 − (m12 + m21 ) = 0
M3 − (m22 + m31 ) = 0
M4 − m32 = 0
o lo que es lo mismo
M1 = m11
M2 = m12 + m21
M3 = m22 + m31
M4 = m32
CAPÍTULO 4. ANÁLISIS BASADOS EN EL EQUILIBRIO ELÁSTICO 78
si bien una expresión equivalente
on más interés desde nuestro punto de vista
es la siguiente, en formato matri
ial
m11
M1 1 0 0 0 0 0 m12
M2 0 1 1 0 0 0 m21
=
M3 0 0 0 1 1 0
m22
M4 0 0 0 0 0 1 m31
m32
e
ua
iones en las que αni representa el
oseno del ángulo que la barra n
orientada desde su extremo libre ha
ia el otro forma
on la dire
ión i.
Pórti o simple
Fx = T1 + T2
Por otro lado los equilibrios de momento en los nudos pueden estable
erse
on fa
ilidad de igual forma que en el
aso de la viga
ontinua
onsiderada
anteriormente, siendo iguales a la suma de los momentos de extremo de las
barras que a
omenten al nudo. De este modo
m11
1 1 1 1
m12
Fx h h h h 0 0
m21
M1 = 0 1 0 0 1 0
m22
M2 0 0 0 1 0 1
m31
m32
deforma
iones
las
ondi
iones de
ompatibilidad entre los desplazamientos U de la estru
tura
onsiderada en su
onjunto, y las internas u de las barras de
di
has estru
turas, des
ritas en términos de los movimientos de sus estremos.
Retomando el primer ejemplo del apartado 2.2, estable
emos
omo movi-
mientos representativos de la estru
tura los giros de
ada uno de los nudos
CAPÍTULO 4. ANÁLISIS BASADOS EN EL EQUILIBRIO ELÁSTICO 80
Al igual que en el
aso anterior, suponemos
omo signos positivos para los
desplazamientos de nudos de la estru
tura los que fueron así
onsiderados para
las fuerzas. Para los esfuerzos internos, si la de tra
ión era positiva, ahora lo
será el alargamiento.
De este modo, tal
omo se ve en la gura, podemos estable
er
u1 α1x α1z
U
u2 = α2x α2z x ,
Uz
u3 α3x α3z
Pórti o simple
Apli
ando los mismos
riterios que en los ejemplos anteriores, debemos, en
éste, estable
er
omo movimientos de la estru
tura el desplazamiento horizontal
del tablero, y los giros de los nudos superiores. Asimismo, los movimientos de
extremo de barras a
onsiderar no son otros que los giros de extremo en éstas,
medidos en rela
ión a la línea que une ambos extremos.
1
θ11 h 0 0
θ12 1 1 0
h1 Ux
θ21 0 0
= h1 θ1
θ22 0 1
h θ
θ31 0 1 0 2
θ32 0 0 1
Viga ontinua
Análogamente al
aso pre
edente, basta apilar las matri
es de todas las ba-
rras que forman la estru
tura, de modo que
EA1
l1 0 0
EA2
k= 0 0
l2
EA3
0 0 l3
Pórti o simple
La té
ni
a es siempre la misma
4EI1 2EI1
l1 l1 0 0 0 0
2EI1 4EI1
0 0 0 0
l1 l1
0 4EI2 2EI2
0 l2 l2 0 0
k=
2EI2 4EI2
0 0 0 0
l2 l2
0 4EI3 2EI3
0 0 0 l3 l
3
2EI3 4EI3
0 0 0 0 l3 l3
equilibrio F = BT f
ompatibilidad u = BU
rigidez f = ku
e
ua
iones en las que los
oe
ientes B , k son
ono
idos, en las que las
argas F
también lo son, y en las que se des
ono
e el resto de variables: los movimientos
U, las deforma
iones o movimientos de extremo u, y los esfuerzos de extremo
de las barras, f.
Ahora bien, las e
ua
iones obtenidas permiten realizar la se
uen
ia de ope-
ra
iones estable
idas en el apartado 2.9 que permiten resolver el problema, pues
una vez presentado el problema en el formato
F = KU , siendo K = B T kB (4.1)
CAPÍTULO 4. ANÁLISIS BASADOS EN EL EQUILIBRIO ELÁSTICO 84
−1
f = ku = kB B T kB F
Emplearemos letras romanas para designar valores dis
retos
omo son los
momentos de extremo de una viga. Las más repetidas son las ya utilizadas
u y U para designar deforma
iones y movimientos, f y F para designar
esfuerzos y
argas, y k y K para designar las rigide
es, barra a barra,
o
ombinada de la estru
tura. Puede verse que las minús
ulas se reeren
a los elementos, barras,. . . mientras que las mayús
ulas se reeren a la
estru
tura
ompleta.
Utilizaremos letras griegas para designar las fun
iones que des
riben va-
lores
ontinuos a lo largo de un
ierto dominio. Nuevamente, y ordenando
on el mismo
riterio que en el punto anterior, utilizaremos de forma siste-
máti
a ǫ y υ para expresar deforma
iones y desplazamientos, σ y τ para
designar esfuerzos y
argas, y κ para designar las fun
iones que denen las
rela
iones lo
ales y distribuidas de rigidez entre deforma
iones y esfuer-
zos las llamadas e
ua
iones
onstitutivas si el modelo
onsiderado es el
de la deforma
ión elásti
a del punto material Nótese que al
ontrario
que
on las fun
iones de
argasesfuerzos y movimientosdeforma
iones
ahora no
abe emplear una expresión fun
ional para la rigidez
ompleta
externa de la estru
tura sino sólo de las
ondi
iones
onstitutivas lo-
ales internas. Todas las fun
iones denidas son usualmentes de varias
omponentes, y de ahí su es
ritura en negrita.
desplazamientos υ
argas τ
deforma
iones ǫ
esfuerzos σ
Además de las anteriores deni
iones disponíamos en el análisis de la viga
de varias expresiones para rela
ionar las fun
iones denidas.
En primer lugar
ontamos
on una expresión para representar la rela
ión
entre deforma
iones y esfuerzos, denida por σ = κǫ ≡ M = EI c. Para el
punto material, la rela
ión entre tensiones y deforma
iones queda denida por
la e
ua
ión
onstitutiva del material empleado: σ = κǫ es pre
isamente la de-
nida en el apartado 2.4, expresión que puede generalizarse para otros tipos
estru
turales.
En segundo lugar, en el problema de la viga, a las anteriores rela
iones de
rigidez podíamos añadir las e
ua
iones de
ompatibilidad, en la forma ǫ = ∂υ ≡
∂2z
c = z ′′ = ∂x 2 . Hay que ha
er notar aquí que en la expresión el término ∂ alude
∂u
ǫx =
∂x
∂v
ǫy =
∂y
∂w
ǫz =
∂z
∂u ∂v
γxy = +
∂y ∂x
∂v ∂w
γyz = +
∂z ∂y
∂w ∂u
γzx = +
∂x ∂z
que pueden expresarse en la forma
∂
0 0
ǫx ∂x
∂
ǫy 0 ∂y 0
∂ u
0∂ 0
ǫz
ǫ = ∂υ ≡ ∂z v
γxy = ∂
0
∂y ∂x w
γyz 0 ∂ ∂
∂z ∂y
γzx ∂
0 ∂
∂z ∂x
equilibrio: τ = ∂T σ
ompatibilidad: ǫ = ∂υ
rigidez: σ = κǫ
De las fun
iones anteriores, son
ono
idas las
argas en las regiones libres,
y los desplazamientos en las regiones sustentadas. Los métodos
lási
os de la
elasti
idad
onsistirían en enlazar las e
ua
iones obtenidas y pro
eder a su inte-
gra
ión apli
ando
omo
ondi
iones de
ontorno las anteriormente
itadas, pero
es una estrategia que no puede obtener resultados generales salvo en unos po
os
asos
anóni
os.
Como alternativa a di
ha estrategia el desarrollo de los métodos varia
ionales
ha llevado a
on
ebir primero, y a desarrollar de forma extensísima después,
métodos alternativos entre los que desta
a el de los elementos nitos.
La estrategia
onsiste en bus
ar no ya solu
iones exa
tas desde la perspe
tiva
matemáti
a, sino sólo aproxima
iones a las fun
iones que expresan los desplaza-
mientos de la estru
tura, y a partir de tales aproxima
iones, determinar el resto
de las fun
iones que
ara
terizan el problema.
Pues en efe
to, si pueden obtenerse fun
iones ῡ su
ientemente aproximadas
a las υ que resuelven el problema, es de
ir, si
υ ≈ ῡ
CAPÍTULO 4. ANÁLISIS BASADOS EN EL EQUILIBRIO ELÁSTICO 88
ǫ ≈ ǭ = ∂ ῡ
σ ≈ σ̄ = κǭ
Hay que ha
er notar aquí que, dado que las deforma
iones se obtienen
omo
derivadas de los movimientos
omo diferen
ias en regiones innitesimales
los errores obtenidos en deforma
iones y esfuerzos son inevitablemente mayores
que los obtenidos en la expresión de los movimientos.
En
ualquier
aso, la estrategia ade
uada para resolver las fun
iones de des-
plazamiento bus
adas
onsiste en estable
er éstas
omo
ombina
ión lineal de
un
onjunto nito de fun
iones estable
idas a priori, y
apa
es de satisfa
er las
ondi
iones de
ontorno geométri
as del problema.
Es de
ir, se formula que los desplazamientos ῡ se obtengan mediante la
ombina
ión lineal
ῡ = N a.
En esta expresión, las N son las fun
iones estable
idas a priori, y pueden ser
onsideradas
omo una base del espa
io de desplazamientos que la aproxima
ión
es
apaz de representar, que puede in
luir o no el desplazamiento teóri
o de la
estru
tura que se bus
a. A su vez los parámetros a, ini
ialmente des
ono
idos,
serán los valores a determinar bus
ando la máxima aproxima
ión posible entre
los desplazamientos aproximados obtenidos y los bus
ados. Pueden
onsiderarse
a di
hos parámetros
omo las
oordenadas que lo
alizan el desplazamiento apro-
ximado en el espa
io de todas las formas de desplazamiento que la aproxima
ión
es
apaz de representar. Hemos visto un ejemplo en la forma que hemos emplea-
do para determinar la matriz de rigidez en exión de una viga en el apartado
3.1.3, en el que el desplazamiento verti
al z se obtenía mediante el produ
to de
un
onjunto de fun
iones N que llamábamos fun
iones de forma por los
parámetros que en ese problema se tradu
ían en los giros de extremo. En di
ho
problema, puesto que la ele
ión de las fun
iones de forma se hizo asegurando
el
umplimiento de la e
ua
ión de la deformada elásti
a 3.7 el espa
io de des-
plazamientos que las fun
iones pueden representar in
luye todas las deformadas
elásti
as posibles sin
arga, y la aproxima
ión produ
irá resultados exa
tos. Pero
podríamos haber es
ogido para las fun
iones de desplazamiento otras aproxima-
das y, apli
ando la misma té
ni
a, habríamos obtenido expresiones aproximadas
para las rela
iones bus
adas.
Efe
tivamente eso es lo que haremos en el
aso general: elegiremos
omo
fun
iones de forma fun
iones que satisfagan las
ondi
iones geométri
as y que,
al menos en los límites que
orresponden a los
asos de deforma
ión
onstante,
satisfagan las
ondi
iones del problema elásti
o planteado.
Con di
has fun
iones postularemos la existen
ia de la aproxima
ión
ῡ = N a
los representables, las opera
iones de diferen
ia
ión que estable
e ∂ pueden
apli
arse separadamente a las fun
iones N ,
ono
idas, de modo que la e
ua
ión
que aproxima las deforma
iones resultará ser
ǭ = (∂N )a = Ba,
en la que pueden ser obtenidas las fun
iones B,
omo vimos en el ejemplo de la
viga.
De este modo resultará
σ̄ = κǭ = κBa,
expresión que in
orpora las e
ua
iones de
ompatibilidad y de rigidez
orres-
pondientes a la aproxima
ión.
Para resolver el problema se tratará ahora de in
orporar la e
ua
ión de
equilibrio, pero la estrategia ahora no
onsiste en emplear la formula
ión di-
feren
ial de di
ha e
ua
ión: se re
urre ahora a formular el equilibrio mediante
la apli
a
ión del prin
ipio de los trabajos virtuales, por el
ual el produ
to de
un desplazamiento
ompatible por un estado equilibrado debe produ
ir trabajo
nulo o trabajo interno igual al trabajo externo, salvo signos
Tenemos pues el estado de equilibrio aproximado denido por las
argas τ
y los esfuerzos σ̄ , y
ualquier estado de desplazamientos
ompatible denido
por los deplazamientos υ̃ y las
orrespondientes deforma
iones ǫ̃, por lo que
podemos pro
eder a postular el equilibrio, obteniendo
Z Z
υ̃ T τ dΓ = ǫ̃T σ̄ dΩ
Γ Ω
Ahora bien, la última expresión debe ser
ierta para
ualesquiera valores de
los parámetros ã que representan todos
asos de desplazamiento
ompatible
on
las
ondi
iones geométri
as planteadas. Como además, nuevamente, los paráme-
tros a son valores numéri
os, no fun
iones, pueden extraerse de la integral, que
podrá eje
utarse resultando por tanto
Z Z
T T
N τ dΓ = B κB dΩ a
Γ Ω
F = Ka
on
Z Z
F = N T τ dΓ, K= B T κB dΩ.
Γ Ω
apli
ar a un modelo en el que la viga sea una
omponente
omo las rela
iones
de rigidez entre momentos de extremo y movimientos de extremo, es de
ir, la
matriz k.
En estru
turas genéri
as la estrategia planteada exigiría produ
ir fun
iones
apa
es de representar movimientos generales
umpliendo las
ondi
iones de
ontorno de sustenta
ión, de adapta
ión a la geometría real, et
. Como
esto es muy difí
il es habitual denir las fun
iones por regiones, por elementos
omo la barra del ejemplo, o en regiones poligonales sen
illas en los
asos
super
iales de modo que
ada grupo de fun
iones está aso
iado a un elemento
ha
iéndose nulas en el resto. De este modo la anterior integral puede realizarse
elemento por elemento
XZ X Z
N T τ dΓe = B T κB dΩe a.
e Γe e Ωe
F = KU ,
U = K −1 F ,
dedu
iéndose los desplazamientos mediante las expresiones ya estable
idas para
la aproxima
ión, y permitiendo determinar, a partir de éstos, el resto de las
fun
iones que representan el estado de la estru
tura.
Capítulo 5
Análisis basados en la
disipa
ión plásti
a
Como alternativa a los métodos de análisis elásti
o, que responden a las
propiedades en el origen de la grá
a tensión deforma
ión, se presentan en este
apítulo los métodos de análisis que tratan de representar por el
ontrario las
fases nales de di
ha grá
a, métodos
uyos modelos más sen
illos están basados
en el análisis de la disipa
ión de energía plásti
a en el pro
eso de
olapso .
1
Se presentan en primer lugar modelos sen
illos de rotura lo
al para, en fases
posteriores, extraer
onse
uen
ias de las propiedades de di
hos modelos. Entre
éstas deben desta
ar, por su generalidad y poten
ial predi
tivo, los teoremas
del análisis límite que, por derivarse de
on
eptos energéti
os, presentan una
formula
ión dual que ya hemos apre
iado en métodos anteriores.
1 Para una introdu
ión más extensa y general a las bases del
omportamiento plásti-
o de los materiales y a las diversas teorías que tratan de modelarlo puede
onsultarse
[Sán
hez Gálvez, 1999℄.
91
CAPÍTULO 5. ANÁLISIS BASADOS EN LA DISIPACIÓN PLÁSTICA 92
la grá
a de tensión deforma
ión. El área en
errada por éstas mide la energía
disipada plásti
amente.
Si la grá
a no es horizontal, el material presenta un endure
imiento que
puede apre
iarse en
ada estado de
arga en el que se supere el límite de tensiones
al
anzado en alguna fase pre
edente: el límite elásti
o aparente se al
anza en
ada fase
on tensiones superiores.
Aunque la plasti
a
ión no apare
e brus
amente
omo un vérti
e en la grá-
a, salvo en materiales metáli
os y en el
aso de problemas muy sen
illos, es po-
sible denir de forma
onven
ional un punto en el que la deforma
ión remanente
al
anza un límite prejado. Ha sido ésta la té
ni
a empleada en denir el límite
elásti
o
onven
ional en los a
eros estirados en frío, pero puede generalizarse.
Di
ha generaliza
ión puede in
luso extenderse a situa
iones de plasti
a
ión de-
pendientes de un parámetro un esfuerzo agregado que involu
ren regiones
amplias de una pieza,
omo puede ser el
aso de la exión por momento en una
pieza, en el que la grá
a de momento
urvatura en la región más soli
itada
tiene propiedades que se aproximan a las anteriores, aunque la plasti
a
ión
involu
ra de he
ho regiones amplias de la pieza en torno a la se
ión de máxi-
mo momento; in
luso la grá
a
argadesplazamiento en estru
turas sen
illas
su
ientemente dú
tiles presenta propiedades semejantes.
Si el material está sometido a estados de tensión que no pueden denirse por
un solo parámetro, las grá
as pueden realizarse para
ada pareja o
onjunto
de parámetros. En este
aso es usual tratar de
ara
terizar las
ondi
iones de
plasti
a
ión en los valores
ombinados de tensión
orrespondientes a los estados
planos o triples en los que la deforma
ión remanente supera un límite dado.
En el
aso de las estru
turas de edi
a
ión, en el que la mayor parte de los
estados
ombinados de tensión más
omplejos suelen ser planos, bastará usual-
mente la representa
ión plana de las tensiones prin
ipales
orrespondientes a
los distintos estados en que se produ
e la plasti
a
ión. Di
ha
ombina
ión de
estados delimita una
urva que
ara
teriza la plasti
a
ión, denominada super-
ie límite, super
ie de uen
ia, o
riterio de plasti
a
ión y se representa
por la fun
ión que la dene, f (σ) = 0. Modelos
lási
os de esta
urva son los
orrespondientes a los
riterios de Von Mises la rotura se produ
e al superarse
un límite en la densidad de energía de distorsión y de Tres
a la rotura se
produ
e al superarse un límite en la tensión tangen
ial para el plano en el que
ésta es máxima. El mismo
on
epto de super
ie límite puede generalizarse,
y apli
arse a la representa
ión de los estados límite o de rotura denidos en
CAPÍTULO 5. ANÁLISIS BASADOS EN LA DISIPACIÓN PLÁSTICA 93
elasto-plásti
o
Al no
onsiderarse endure
imiento y suponer horizontal la rama plásti
a,
estamos adoptando un modelo de
omportamiento , y la super
ie
límite que representa los posibles estados de rotura será úni
a. Un punto en el
interior de di
ha super
ie,
on f (σ) < 0, es un punto
uyo estado es posible,
siendo el
omportamiento elásti
o para el estado de esfuerzos representado.
Un punto de di
ha super
ie representa un posible estado de plasti
a
ión,
un estado en el que se produ
e movimiento de
olapso generalizado,
on di-
sipa
ión de energía a través de los pro
esos de ujo plásti
o
on deforma
ión
plásti
a irreversible e importante disipa
ión de
alor, y los puntos exteriores a
di
ha super
ie,
on f (σ) > 0, representan estados imposibles de al
anzar.
límite, para esfuerzos normales
entrados, pero rompe
uando la ex
entri
idad
de la
arga supera un límite, que, si las tensiones de trabajo son bajas, puede
onven
ionalmente situarse en el límite de la se
ión,
omo si la resisten
ia a
tensión normal de
ompresión fuese innita siendo nula la resisten
ia a tensión
normal de tra
ión.
aso
iada
des
ribir por tanto la geometría del pro
eso de
olapso.
Di
has velo
idades se dedu
en de la regla de ujo que, en plasti
idad
se deriva de la super
ie de uen
ia mediante la expresión
∂f
ǫ̇i = λ
∂σi
Esta expresión, denominada usualmente regla de ujo de von Mises , mani-
esta la ortogonalidad entre el ve
tor de velo
idad de deforma
ión, y el que
representa las varia
iones de estado de tensión, que deben mantenerse dentro
de la super
ie de uen
ia mientras se mantenga el estado de plasti
a
ión del
punto
onsiderado.
Z
ǫ̇ ⊥ σ̇ P =⇒ ǫ̇T σ̇ P = 0 =⇒ ǫ̇T σ̇ P dV = 0
Ω
∂D = u̇ · ∂f = 0
Como además
ualquier estado de esfuerzos debe permane
er permanente-
mente en la super
ie límite, tendremos igualmente que
f (f ) = f (f + ∂f ) = 0
y por tanto
∂f
· ∂f = 0
∂f
.
Comparando di
has expresiones resulta que
∂f
u̇ = λ
∂f
y tendremos que para que la disipa
ión sea máxima (esta
ionaria) la defoma
ión
de
olapso debe ser ortogonal a la super
ie de uen
ia.
2 Usamos aquí el
riterio de representar la deforma
ión plásti
a y los esfuerzos en los
orres-
pondientes puntos o se
iones mediante un
onjunto nito de valores más que
omo un
ontinuo des
rito mediante fun
iones de punto. Por lo tanto, ahora f representa el
onjunto
de esfuerzos de
olapso y u̇ el
onjunto de velo
idades de deforma
ión de la geometría del
olapso.
3 Resulta igual expresión si
onsideramos el prin
ipio de los trabajos virtuales apli
ado a los
ampos de esfuerzos equilibrados denidos por ∂f y de movimientos
ompatibles estable
idos
por u̇
CAPÍTULO 5. ANÁLISIS BASADOS EN LA DISIPACIÓN PLÁSTICA 96
me
áni
o
arga mayorada mediante un
oe
iente de seguridad que podemos denominar
. La
omproba
ión, en el formato de las normas tradi
ionales era del
f
tipo σd ≤γ , y a éste formato pueden redu
irse, en los
asos lineales, las
om-
f
proba
iones pres
ritas en la a
tual normativa σd (Qγf ) ≤
γ m . El pro
edimiento
es inseguro en situa
iones en las que,
omo en el equilibrio de los ar
os, la segu-
ridad es más bien un problema geométri
o. En el
aso de los ar
os sin resisten
ia
a tra
ión se trata de que la resultante de las presiones
orrespondiente a los
estados de
arga previstos esté su
ientemente dentro de la se
ión,
omo para
asegurar que no se produ
e la rótula aso
iada al pro
eso de
olapso. No se trata
de un problema de resisten
ia: el
olapso podría produ
irse aun
on material
geométri
o
de resisten
ia innita si la se
ión resulta insu
iente. En este
aso lo que se
está ha
iendo es
ongurar un
oe
iente de seguridad que opera
en el sentido de redu
ir la geometría de la se
ión disponible. La
omproba
ión
ahora es que la geometría
onsiderada para el
ál
ulo permita el equilibrio,
on
g
gd ≤ γ . Pero di
ha estrategia no es su
ientemente segura en el problema rese-
ñado en los
asos de
argas de pequeña magnitud si no se
ombina este modelo
de seguridad ade
uadamente
on la previsión de hipótesis alternativas de
arga,
hipótesis en las que se tenga en
uenta la in
ertidumbre sobre su magnitud y
posi
ión real.
Los
asos
itados
orresponden a situa
iones en las que el origen de la grá
a
de esfuerzos o de
argas está próximo a una de las posibles situa
iones de
olapso. En
asos en los que el origen se sitúa relativamente
entrado respe
-
to de las situa
iones de
olapso, las estrategias anteriores pueden
onsiderarse
inter
ambiables.
Una estrategia alternativa
apaz de dar ade
uada
uenta de la seguridad
en todas las situa
iones apuntadas
onsiste en estable
er la seguridad mediante
una redu
ión de la región o
upada por la super
ie límite obtenida, no por
la vía de la redu
ión de los esfuerzos máximos, o de la geometría disponible,
sino por la vía de la redu
ión del poten
ial representado por la fun
ión f (σ),
adoptando por tanto
omo super
ie límite para el
ál
ulo la redu
ida f (σ)−γ =
0. Esta estrategia impli
a, en el
aso que hemos
itado del equilibrio de un ar
o
sin resisten
ia a tra
ión, que obtener la seguridad requerida va a exigir la
existen
ia en
ualquier
aso de un nivel de
arga mínimo, sin el que la seguridad
es inal
anzable. En la gura 5.5 podemos observar
on
laridad la muy diferente
forma
on que se aborda la
orre
ión de una situa
ión límite partiendo de
ada
CAPÍTULO 5. ANÁLISIS BASADOS EN LA DISIPACIÓN PLÁSTICA 97
Figura 5.5: Corre
ión de una situa
ión insegura dependiente del
riterio em-
pleado.
Por lo visto en las anteriores guras, si el punto de esfuerzo nulo
oin
ide
on el
entro de la super
ie de rotura, el
oe
iente de seguridad no es más
entro
que un fa
tor entre dos guras homólogas, la de rotura, y la de rotura empleada
para el
ál
ulo, versión redu
ida en tamaño de aquella, siendo di
ho el
de la redu
ión. Si di
ho punto de esfuerzo nulo no es el
entro de la super
ie
de rotura, debemos
orregir el
riterio de
omproba
ión de seguridad; las líneas
siguientes aportan una línea sen
illa para ha
erlo.
Sea σ un estado de esfuerzo o de
arga seguro, y sea f (σ) ≤ 0 la super-
entro
ie de rotura
orrespondiente a las variantes posibles para di
ho estado
uyo
o posi
ión de máximo alejamiento a di
ha super
ie esté lo
aliza-
do en σ0. El estado σ
orrepondería a un estado de rotura en el
aso de una
margen de seguridad
redu
ión de la super
ie a una homóloga menor, y la rela
ión entre las dimen-
siones lineales de di
has super
ies puede dar la medida del
orrespondiente al estado σ.
El gradiente a la fun
ión que dene la super
ie en el punto de rotura más
próximo al punto
onsiderado dene un ve
tor g ortogonal al plano tangente
CAPÍTULO 5. ANÁLISIS BASADOS EN LA DISIPACIÓN PLÁSTICA 98
g · (σ − σ 0 + αg)
γ=
g · (σ − σ 0 )
Ahora bien, si
onsideramos el plano tangente
omo una aproxima
ión de
la super
ie de rotura en el entorno
onsiderado, la
omproba
ión tendrá
omo
forma general la expresión g ·σ −d ≤ 0 en la que si g fuese unitario representaría
el versor del plano, y la
omproba
ión diría que la proye
ión del ve
tor que
representa el estado sobre di
ho versor debe ser menor que la distan
ia del
origen de
arga a di
ho plano. Para este plano, el punto de rotura más próximo
al del estado analizado se representa
on (σ + αg) y para di
ho punto de rotura
se daría la igualdad
g · (σ + αg) − d = 0
expresión en la que podemos determinar α fá
ilmente:
d−g·σ
α=
g·g
CAPÍTULO 5. ANÁLISIS BASADOS EN LA DISIPACIÓN PLÁSTICA 99
Resultará que
si α = 0, el estado es de rotura
g · (σ + αg) − g · σ 0 d − g · σ0
γ= =
g · (σ − σ 0 ) g · (σ − σ 0 )
De este modo, si podemos determinar los gradientes a la super
ie los
planos tangentes a ésta en las regiones de interés y las distan
ias de los planos
tangentes más
er
anos a los estados a
omprobar, la determina
ión del grado
de seguridad es sen
illa, no presenta los in
onvenientes derivados de la mayor o
menor proximidad del punto de
arga nula a la super
ie límite, y la expresión
propuesta es
onsistente
on los modelos al uso en los
asos en que el punto de
arga nula y el
entro de la super
ie límite
oin
iden .
4
la super
ie de uen
ia. Esto invalida la suposi
ión de que se produ
e el
olapso
bajo las
argas, demostrando el teorema
Para que el teorema sea de apli
a
ión, no deben produ
irse fenómenos de
inestabilidad (pandeo), y las se
iones que plasti
an deben presentar du
tilidad
su
iente para que se produz
an deforma
iones plásti
as apre
iables sin rotura.
Una
onse
uen
ia extremadamente importante del teorema es que basta es-
table
er un sistema equilibrado
on las
argas, y asegurar resisten
ia su
iente
para el mismo, para asegurar que la
arga de rotura no es al
anzada, siempre
que haya su
iente du
tilidad. De he
ho es esta
on
lusión del teorema la que,
paradóji
amente, ha
e válidas las solu
iones del análisis elásti
o. Pues efe
tiva-
mente, los requisitos de la informa
ión ne
esaria para asegurar la validez de los
modelos de rigidez empleados en el análisis elásti
o no siempre pueden
um-
plirse: por ejemplo, en las estru
turas de hormigón armado es usual realizar el
análisis
on las rigide
es brutas de la se
ión del hormigón, aunque luego se ar-
marán di
has se
iones de forma variada, resultando rigide
es variables en muy
amplia medida, máxime
onsiderando la sura
ión del hormigón. De he
ho la
rigidez de las piezas en exión que se emplea para la determina
ión de defor-
ma
iones es la surada, aun
uando se emplea
on los resultados obtenidos del
análisis realizado
on se
iones brutas no suradas. . . Tanta
ontradi
ión sería
ina
eptable de no ser porque el teorema estáti
o asegura que el estado equilibra-
do obtenido por el método elásti
o, junto
on la su
iente resisten
ia en todas
las se
iones adoptada a partir del mismo
onstituyen
ondi
ión su
iente para
asegurar que la
arga
on que rompe la estru
tura es mayor que la
onsiderada
en el análisis.
y por otro lado, en virtud del prin
ipio de los trabajos virtuales, la e
ua
ión de
igualdad entre los trabajos externo e interno en el produ
to de la deforma
ión
de
olapso
ompatible
onsiderada, por el estado equilibrado que existirá
aso
de no haber tal
olapso:
Z Z
T
υ̇ τ dS = ǫ̇T σ dV
Γ Ω
que resulta ser nuevamente imposible por razones idénti
as a las del
aso ante-
rior.
Esto demuestra el teorema.
Una apli
a
ión inmediata del teorema
onsiste en la estima
ión de
argas de
rotura por el sen
illo método de suponer una geometría de
olapso, y determinar
las
argas que pierden tanta energía
omo la disipada plásti
amente. Desgra
ia-
damente se trata de una estima
ión que está en el lado de la inseguridad: la
arga de rotura es igual o menor que la estimada, por lo que el pro
eso debería
repetirse
on geometrías alternativas eligiendo la menor
arga de las obteni-
das. Salvo que se pueda asegurar que se han
onsiderado todas las geometrías
posibles, el resultado será siempre inseguro.
Sin embargo, siempre se puede volver a usar las propiedades del teorema
anterior, y, a partir de los valores estimados que lo serán en sólo algunos de los
puntos de la estru
tura, re
onstruir el equilibrio
ompleto en todas sus partes
lo que será posible mediante las e
ua
iones de equilibrio, puesto que ya se han
empleado las de
ompatibilidad para determinar los esfuerzos plásti
os, elimi-
nando así la indetermina
ión hiperestáti
a y asegurar resisten
ia su
iente en
todas las se
iones para los esfuerzos así obtenidos: en este pro
eso obtendremos
usualmente posi
iones diferentes para las regiones que plasti
an,
on mayores
esfuerzos de los obtenidos en el análisis de la
inemáti
a del
olapso que había-
mos elegido arbitrariamente, y que no
orresponderá al del
olapso real. Bastará
ha
er más resistentes las
orrespondientes se
iones para que sea de apli
a
ión
el teorema estáti
o.
Como en el
aso del análisis elásti
o, los dos teoremas pre
edentes supo-
nen una visión dual del problema,
uya
on
urren
ia determina una solu
ión
ompleta del problema, hiperestáti
o en general.
por darse las
ondi
iones del teorema estáti
o la
arga de rotura debe ser
igual o mayor que la
onsiderada la
arga empleada en el análisis es un
límite inferior para la
arga de rotura
por darse las
ondi
iones del teorema
inemáti
o, la
arga de rotura es
igual o menor que la
arga
onsiderada la
arga empleada en el análisis
es un límite superior para la
arga que produ
e la rotura-.
Puesto que
oin
iden en un mismo valor el límite superior y el límite inferior,
di
ho valor es la
arga de rotura.
Hay que ha
er notar que las
ondi
iones del teorema de uni
idad reprodu
en
en el análisis plásti
o las tres
ondi
iones que usábamos en análisis elásti
o para
determinar las solu
iones, a saber
la admisibilidad material, representada por que los esfuerzos son los que
provo
an la plasti
a
ión en las regiones en que se postula di
ho estado,
y menores a aquéllos en el resto de la estru
tura.
parásitos
e in
ongruen
ia de algunos de los datos empleados, o a la no
onsidera
ión de
los estados de tensión ini
iales
5 previos a la
arga, pueden en
ontrarse
mu
hos ejemplos en los que su sen
illez justi
a sobradamente su apli
a
ión.
Vamos a re
orrer los ejemplos ya usados en el anterior
apítulo destinado al
análisis por métodos elásti
os.
5 Por ejemplo las tensiones residuales de lamina
ión en los perles laminados.
CAPÍTULO 5. ANÁLISIS BASADOS EN LA DISIPACIÓN PLÁSTICA 104
ql2 1 1
8
2
2 2 1 0 m21
0 1
= 0 0 −1
m22
0 0 1 0 −1 m2v
0 0 0 1 −1 Mp
energía, sin más que igualar el trabajo de las
argas en el movimiento de
olap-
so
on la energía que disipan las rótulas en di
ho movimiento, o
onsiderando,
por el prin
ipio de los trabajos virtuales, que en ese movimiento
ompatible de
olapso el trabajo de las
argas se iguala al trabajo interno movilizado en las
rótulas.
En el
aso del ejemplo anterior tendríamos
omo e
ua
iones
qll ql l
θ21
We = 2 4 2 4 θ22
θ21
Wi = m21 + m2v m22 + m2v
θ22
e
ua
iones en las que se han ignorado los signos para los
omponentes de los pro-
du
tos de momentos y giros, que son de igual sentido, o se han supuesto posi-
tivos los sentidos de rota
ión prejados en el me
anismo de
olapso imaginado
al
onsiderar positivas las energías disipadas. Por
ompatibilidad, si la rótula
de vano está en el
entroθ21 = θ22 y si se añaden las
ondi
iones de resisten-
ia, m21 = m22 = m2v = Mp , lo que nos lleva a la solu
ión ya
ono
ida. Si la
suposi
ión de rótulas fue in
orre
ta el valor de resisten
ia obtenido es menor
que el estri
tamente ne
esario para soportar la
arga, y en alguna región de la
estru
tura los esfuerzos requeridos para asegurar el equilibrio son, por tanto,
mayores.
o bien
Fx α1x α2x α3x 0 f1
Fz α1z α2z α3z 0 f2
=
0 0 1 0 −1 f3
0 0 0 1 −1 fp
dependiendo de
ual sea la segunda barra en plasti
ar.
Si la solu
ión fuese la representada por el segundo sistema de e
ua
iones,
resultará que el empleo del primero derivaría en un valor para f3 mayor que
el de la resisten
ia obtenida fp por lo que di
ha barra no
umpliría las
ondi-
iones pres
ritas y sería
laro que debe apli
arse la e
ua
ión de resisten
ia a la
misma. Esto permite imaginar que el pro
edimiento a apli
ar en una situa
ión
de estru
tura de barras hiperestáti
a en la que quisiésemos
ontar
on la reser-
va plásti
a
onsista en añadir las
orrespondientes a e
ua
iones de resisten
ia
para eliminar el hipertestatismo junto
on la in
ógnita añadida, las en las que
las barras elegidas para estable
er el
riterio de resisten
ia de plasti
a
ión
se eligen arbitrariamente, e ir sustituyendo su
esivamente di
has las, eligiendo
siempre la barra más soli
itada de entre las que no
umplen el
riterio de resis-
ten
ia y eliminando de la
ondi
ión de resisten
ia alguna de las barras elegidas
arbitrariamente, lo que deberá que ir ha
iendo
re
er la resisten
ia requerida ,
8
hasta que se al
anza la situa
ión de que todas las barras tienen soli
ita
iones
iguales o menores a la resisten
ia obtenida.
Sin embargo en este tipo de estru
turas pasa a ser
ríti
o el problema de ase-
gurar la su
iente du
tilidad, de forma que pueda veri
arse que no se superan
las elonga
iones que dan origen a la rotura nal: estamos por tanto presentando
un pro
edimiento teóri
o
uya apli
a
ión a estru
turas reales resulta insegura:
para poder asegurar el difí
il
umplimiento de di
ho requisito es pre
iso un aná-
lisis paso a paso, midiendo en
ada paso los alargamientos plásti
os a
umulados
ne
esarios hasta que se al
anza la elonga
ión de rotura. Dado el fenómeno de
estri
ión, por el que la elonga
ión plásti
a se
on
entra en una región peque-
ña, di
ho margen es muy pequeño, y no resulta por ello prudente
ontar
on la
reserva plásti
a en este tipo de estru
turas.
Pórti o simple
En
aso de haber voladizos
on
arga, las e
ua
iones serían las mismas, sin
más que estable
er M1 y M2
on los valores
orrespondientes a la a
ión de
di
hos voladizos.
Como se ve, el grado de hiperestatismo es tres, de modo que para al
anzar
el
olapso ha
en falta
uatro rótulas, o lo que es lo mismo, si bus
amos la resis-
ten
ia mínima requerida para sostener las
argas en el límite antes del
olapso
tenemos
uatro in
ógnitas más que e
ua
iones, que se
ompletarán por tanto
on las
uatro e
ua
iones de resisten
ia
orrespondientes a las se
iones en las
que supongamos que se produ
en las rótulas.
Suponiendo un me
anismo de
olapso por desplazamiento del tablero y rótu-
las en
abeza y base de los pilares, el sistema
ompleto sería, siguiendo el mismo
pro
edimiento que en
asos anteriores:
1 1 1 1
Fx h h h h 0 0 0 m11
M1 0 1 0 0 1 0 0 m12
M2 0 0 0 1 0 1 0 m21
0 = 1
0 0 0 0 0 −1
m22
0 0
1 0 0 0 0 −1
m31
0 0 0 1 0 0 0 −1 m32
0 0 0 0 1 0 0 −1 Mp
e
ua
iones en las que es fá
il ver que pueden redu
irse por sustitu
ión a Fx =
4 Fx h
h Mp ,
on Mp = 4 .
En el
aso de que el tablero estuviese sometido a
arga verti
al, para el
análisis del equilibrio habría que haber introdu
ido un punto adi
ional en di
ho
tablero a n de expresar el que se produ
e entre
argas y momentos en forma
similar a la empleada en el
aso de la viga
ontinua. Una alternativa a la forma
de rotura
onsiderada en el párrafo anterior sería aquella en la que se forma
una rótula a momentos positivos en el tablero en sustitu
ión de la situada en la
abeza del pilar a sotavento. Todas las
onsidera
iones señaladas en el ejemplo
de la viga
ontinua sobre las
onse
uen
ias del a
ierto o desa
ierto al jar la
posi
ión de la rótula del vano serían igualmente válidas en este
aso. Cabe
añadir a este problema una
onsidera
ión adi
ional: dado que en piezas en que
intera
ionan esfuerzos N y M el momento último depende del esfuerzo axial,
el sen
illo estado de
olapso obtenido sin
onsidera
ión de di
ha intera
ión
aportará valores de momento tal vez inal
anzables en las rótulas
omprimidas,
e in
luso el estado obtenido puede no
orresponder al estado de
olapso real.
Parte III
Proye to
109
Capítulo 6
Teoría de proye to
110
CAPÍTULO 6. TEORÍA DE PROYECTO 111
De entre todos los requisitos, son los de estabilidad, resisten
ia y rigidez los
más fá
iles de estable
er de a
uerdo a las razones de la me
áni
a.
Hemos hablado de las agresiones de tipo físi
o ligadas a fuerzas o a
am-
bios dimensionales al estable
er las
ualidades estru
turales. Estas agresiones se
denominan a
iones y tienen naturaleza y origen variados.
Existen a
iones aso
iadas a sistemas de fuerzas vivas, o de iner
ia gravi-
tatorias, eóli
as, sísmi
as, impa
tos, vibra
iones,. . . , a
iones ligadas a
am-
bios dimensionales térmi
as, reológi
as, a
iones que, además, modi
an las
ualidades estru
turales de los materiales, fuego, altera
iones quími
as,. . .
1 Como muestra la regla del notario de Antonio Valero y José Manuel Naredo (ver
[Naredo, 1994, Valero, 1994℄), no podemos
onar sólo en las expresiones del
oste, dado que
no existe una rela
ión lineal entre el
oste y el
ontenido físi
o de materia o energía agregado a
produ
tos o servi
ios: más bien la rela
ión supone mayores in
rementos de pre
io en las fases
nales y de menor
ontenido físi
o de la genera
ión de valor. Pero no es sólo esto: en tanto no
se
ontabili
en también en los
ostes reales el equivalente a la reposi
ión a su estado primitivo
de las fuentes naturales de materiales o energía, la
ontabilidad sobre el impa
to ambiental y
físi
o de nuestras a
tividades no podrá estar aso
iada al mero
oste monetario de éstas.
CAPÍTULO 6. TEORÍA DE PROYECTO 112
esfuerzos derivados de las a
iones, que son los que determina un análisis
on
reto,
on
omitantes
esfuerzo delimitadas deben atribuyen valores de esfuerzos aso
iados o que
a
túan
onjuntamente
omo es el
aso de los estados de
momentonormal en soportes. En este
aso una delimita
ión pre
isa de la
región límite envolvente
onsistiría en una super
ie denida en una grá-
a de tres dimensiones que representen la dire
triz del pilar, y la pareja
2 Por ejemplo, en la normativa se miden los efe
tos del uso en una planta mediante una
intensidad de
arga que se des
ribe
on una sobre
arga uniforme, lo que es perfe
tamente
ade
uado
uando se resuelve el problema estru
tural mediante una losa plana sometida a
exión. Si pres
indimos de la realidad de la forma de las a
iones y
onsideramos sólo la
arga uniforme
onven
ional, podríamos vernos tentados a dar
omo solu
ión estru
tural una
bóveda de dire
triz parabóli
a, buena estru
tura para una
arga realmente uniforme, pero
es
asamente ade
uada para una sobre
arga real de uso. Para evitar este tipo de problemas, la
normativa, mediante el uso de hipótesis alternativas, impli
a el uso extenso de envolventes de
esfuerzos
3
on pre
isión habría que de
ir el máximo absoluto para
ada signo posible del esfuerzo sea
éste positivo o negativo,
on su signo propio. Es de
ir el mayor valor positivo y el menor valor
negativo, y por ende el máximo y mínimo,
on la salvedad de que si ambos valores son de igual
signo, el mínimo sería el
ero si tal
aso de esfuerzo es posible en alguna de las situa
iones de
arga posibles para la estru
tura.
CAPÍTULO 6. TEORÍA DE PROYECTO 113
a priori
y Mi
hell, de 1890, 1904, . . . que permite
lari
ar la obten
ión de estru
turas
mínimas para sistemas de fuerzas
ono
idos , y ello sirve al menos para
jar ideas fundamentales que deben estar presentes en el pro
eso de diseño, aun
uando sólo puedan apli
arse dire
tamente en raras o
asiones.
Finalmente, no debe olvidarse que, en general, las
ondi
iones de uso son
absolutamente prioritarias, y que en o
asiones determinan la forma hasta tal
punto que no es posible estable
er un pro
eso de optimiza
ión propio o aislado de
los elementos estru
turales. O visto de otro modo, las restri
iones impuestas por
el uso pueden a
otar ampliamente el
ampo de explora
ión de solu
iones, a ve
es
in
luso simpli
ando de forma muy importante la obten
ión de un óptimo que
respete tales restri
iones, que no será en puridad óptimo estru
tural. Pese a ello,
y pese a que la
alidad de un diseño estru
tural no puede
alibrarse mediante un
úni
o
riterio de medida, puede armarse sin duda que la
onsidera
ión del
oste
omparado de solu
iones alternativas a un mismo problema va a propor
ionar
CAPÍTULO 6. TEORÍA DE PROYECTO 114
La sola
omproba
ión de que los elementos de deni
ión espa
ial permiten
que se
umplan los requisitos estru
turales.
El diseño de elementos espe
í
os que puedan dar lugar a una parte dife-
ren
iada, in
luso en el pro
eso de deni
ión y
onstru
ión: la estru
tura.
a priori
y por otra que el análisis estru
tural, desarrollado y fa
ilitado en importante
medida
on la ayuda de los ordenadores, permite veri
ar y justi
ar
el
umplimiento de éstos
on un grado de abilidad razonable, anti
ipando por
tanto los resultados de di
ha experimenta
ión inevitable.
ál
ulo
Conviene re
ordar aquí la naturaleza real del pro
eso de análisis, que a me-
nudo queda enmas
arada por la palabra : una parte
entral de los datos
del problema es la propia realidad físi
a del objeto del análisis. Salvo
ontadas
CAPÍTULO 6. TEORÍA DE PROYECTO 115
ex
ep
iones no
abe
on
ebir un pro
eso que tenga
omo resultado la deni
ión
de una estru
tura sin que previamente haya sido tomado un número
onsidera-
ble de de
isiones sobre la misma, por lo que no se trata prá
ti
amente nun
a
de un problema de
ál
ulo, sino del análisis de un objeto que debe ser denido
plenamente
on anterioridad. En este sentido puede de
irse que el análisis no es
más que una herramienta para la
ríti
a de un objeto estru
tural previamente
denido, aunque verdaderamente se trata de una muy poderosa herramienta,
sobre la que existe un amplio
onsenso avalado por sus posibilidades de predi
-
ión. Solamente en algunos
asos se a
omete realmente un pro
eso de
ál
ulo
de parte de los
omponentes de la estru
tura,
omo es el
aso del
ál
ulo de
las armaduras en las estru
turas de hormigón armado, que es posible en tanto
se atribuyan las
ara
terísti
as de
omportamiento de una pieza a la geometría
de la envolvente de hormigón. Sin embargo en este mismo
aso hay una toma
previa de de
isión sobre esta envolvente, en la que la simpli
a
ión de suponer
que el armado no inuye sustan
ialmente en la rigidez ha
e
ometer importan-
tes errores en la estima
ión de la situa
ión tensional de la estru
tura, aunque,
om ya hemos visto, sin
onse
uen
ias importantes sobre el grado de seguridad
a rotura de la misma.
Podríamos de
ir, pues, que pueden
on
ebirse dos vías diferentes para pro-
du
ir solu
iones estru
turales:
al
ula
En el primer
aso estamos en un pro
eso de análisis y
omproba
ión, y
sólo en el segundo en un verdadero pro
eso de
ál
ulo se la forma,
la solu
ión al problema, mediante opera
iones de las que se deriva tal forma
omo resultado. Ahora bien,
omo ya se ha di
ho, sólo algunas fases lo
ales
del pro
eso de diseño
ompleto pueden ser formalizadas a tal punto, e in
luso
para ello han de denirse
on pre
isión diversos
riterios aparte de los referidos a
asegurar el estri
to
umplimiento de los requisitos estru
turales. Entre éstos, la
minimiza
ión del
oste o esfuerzo ne
esario para la implanta
ión de la estru
tura
aporta una vía de uni
ar aspe
tos muy diversos de
ada problema y, en
asos
limitados, de aportar la solu
ión. En la mayor parte de los problemas no es
posible un pro
eso tan dire
to, y es pre
iso produ
ir propuestas de objetos
más o menos
ompletas, para pro
eder a su evalua
ión, mediante el análisis de
su
omportamiento futuro, y la
omproba
ión de que
umplirá los requisitos
pres
ritos.
Con herramientas de análisis ade
uadas y mediante un sistema de prueba y
error puede llegar a en
ontrarse una estru
tura su
ientemente estable, segura,
rígida, y
ompatible
on otros requisitos de uso, e in
luso que se sitúe en un
oste
razonable, siempre que se destinen a ello los medios y el tiempo ne
esarios.
Los
uatro primeros requisitos son obviamente ineludibles, pero para evaluar
el último debe
onsiderarse también el propio
oste del pro
eso de diseño. En
fun
ión de los medios a emplear puede llegarse a un punto en que el ahorro de
materiales sea menor que el aumento de
oste del pro
eso de diseño, punto que
depende del número de objetos iguales que hayan de produ
irse. En todo
aso el
CAPÍTULO 6. TEORÍA DE PROYECTO 116
4 Se impone aquí una breve reexión sobre los términos empleados. El sentido que la Real
A
ademia asigna a la palabra minimizar : disminuir el valor de una
osa, o frivolizarla, no
último
a
onsejaría emplear este neologismo en el sentido matemáti
o de ha
er mínima una expresión.
minimar
Y puesto que la raíz presenta analogías
on la del término , para el que existe ultimar
minima
ión
omo verbo que expresa la
orrespondiente a
ión, pare
ería
orre
to emplear y
proximidad
y de la misma manera las expresiones y para referirse a las de estable
er
un óptimo. Habría una
ierta
on los términos aproximar y aproxima
ión, estimar
y estima
ión. . . . Dado que la literatura re
iente no ha a
eptado estos términos mantengo los
más usuales pese a su mayor fealdad
CAPÍTULO 6. TEORÍA DE PROYECTO 117
una des
rip
ión paramétri
a del objeto a investigar, que
onsiste, bien en
des
ribir el objeto en fun
ión de un
onjunto nito de parámetros que
pueden variarse (por ejemplo, un pórti
o de longitud total dada y número
de vanos
ono
ido podría des
ribirse en fun
ión de los valores arbitrarios
o variables de las lu
es de los vanos), bien, en
asos más generales, a
través de un
onjunto de fun
iones de
ampo que des
riben sus
ara
te-
rísti
as (por ejemplo, la lámina de hormigón que
ubre un re
into plano
dado
ontenido en el plano horizontal OXY podría des
ribirse a través de
dos fun
iones z(x, y) y e(x, y) que asignarían a
ada punto de
oordena-
das (x, y) del re
into la posi
ión z y el espesor e de la lámina sobre di
ho
punto).
gj (x) ≥ 0 j = 1, . . . , m
hj (x) = 0 j = m + 1, . . . , p
(en el
aso de fun
ionales las ligaduras de las fun
iones pueden estar restringidas
Una solu
ión x = (x, y, z) para un problema de tres parámetros puede ser
representada por un punto.
Los métodos apli
ables pueden ser analíti
os, numéri
os, o pueden
ombinar
ambos aspe
tos. En este último
aso el método numéri
o se apli
a a la resolu
ión
de una versión del problema original transformada por métodos analíti
os.
Los métodos analíti
os permiten en algunos
asos obtener solu
iones ge-
nerales para problemas sen
illos, solu
iones que, por su forma, des
riben
on
laridad los aspe
tos impli
ados en la
onse
u
ión del mínimo, al estable
er la
totalidad de las rela
iones entre las diversas magnitudes en juego. Se trata de
las solu
iones preferibles en el
aso de ser posibles.
CAPÍTULO 6. TEORÍA DE PROYECTO 119
Los métodos numéri
os permiten obtener solu
iones parti
ulares para pro-
blemas
on
retos, si bien en la mayoría de los
asos tales solu
iones no permiten
la extrapola
ión de
on
lusiones a problemas nuevos o próximos al original. Las
solu
iones numéri
as tienen siempre un
ierto grado de os
uridad, tanto mayor
uanto mayor es la
omplejidad de las fun
iones impli
adas.
En los
asos en que pueden aunarse desarrollos analíti
os
on métodos nu-
méri
os, que son mu
hos, se
ombina el planteamiento analíti
o de
iertas
ondi-
iones abordando por esta vía el tratamiento de algunas de las planteadas en el
riterios de optimidad
problema,
on el re
urso a métodos numéri
os para la obten
ión de una solu
ión
al
onjunto de
ondi
iones. Los llamados
5
orresponden
riterios de optimidad
a situa
iones de este tipo, pues
ombinan el desarrollo de las
ondi
iones que
a-
ra
terizan al óptimo los ,
onstruidos usualmente por
métodos varia
ionales, multipli
adores de Lagrange, et
.,
on métodos numéri-
os de aproxima
ión métodos de
olo
a
ión
omo los de mínimos
uadrados,
et
.. En todo
aso di
hos métodos exigen nalmente el empleo de pro
edi-
mientos numéri
os para resolver los
oe
ientes que denen la aproxima
ión.
Métodos numéri os
5 Optimality
riteria.
6 En términos des
riptivos aunque no ne
esariamente en términos operativos
omo muestra
la larga historia trans
urrida hasta nuestros días desde las primeras ideas de Kantorovi
h
(1930) y V. Neumann (1944) que permitieron a G. B. Dantzig la primera formula
ión del
método simplex en programa
ión lineal en 1947,
uyas versiones a
tuales siguen batiendo en
e
a
ia en problemas reales a métodos más re
ientes y teóri
amente más e
ientes
omo el
del los elipsoides de L.G. Kha
hiyan de 1979.
CAPÍTULO 6. TEORÍA DE PROYECTO 120
el método simplex
tratan numerosos textos. Por enun
iar en forma somera la familia de mé-
todos más difundida, , diremos que se trata de métodos
que bus
an la forma más
ertera de avanzar por los vérti
es del polie-
dro partiendo de un
ierto vérti
e ini
ial, de forma que en
ada paso se
produz
a una disminu
ión en la fun
ión objetivo. En efe
to, Cuando son
1
f (x) = f (x0 )+∇T f (x)|x=x0 (x−x0 )+ (x−x0 )T ∇∇T f (x)|x=x0 (x−x0 )
2
CAPÍTULO 6. TEORÍA DE PROYECTO 121
donde
xT = (x1 , x2 , . . . , xn ),
∂f ∂f ∂f
∇T f (x) = ( , ,..., ),
∂x1 ∂x2 ∂xn
∂2 f ∂2f ∂2 f
∂x21 ∂x1 ∂x2 ... ∂x1 ∂xn
∂2 f ∂ 2
f ∂2 f
∂x ∂x ∂x22
... ∂x2 ∂xn
∇∇T f (x) = 2. 1 . .. .
. . . .
. . .
2 2 2
∂ f ∂ f ∂ f
∂xn ∂x1 ∂xn ∂x2 ... ∂xn 2
Obtener el mímimo exigirá que la derivada par
ial de la fun
ión respe
to
de
ada variable sea nula, de modo que
ve
tor de resi-
resuelve el problema si se
ono
en en algún punto ini
ial x0 los valores de
∇f (x)
duos hessiana
gradiente de la fun
ión f , también denominado
7 y de
∇∇T f (x) matriz 8
de f . Nótese que también
podría obtenerse el mínimo planteando
omo
ondi
ión la anula
ión del
gradiente en el mínimo, ∇f (x) = 0, y resolviendo el sistema así obteni-
do. Pero esto exige
ono
er el desarrollo de ∇f (x), mientras que para la
apli
a
ión anterior basta
ono
er su valor en un punto ini
ial, junto
on
T
el valor de ∇∇ f (x) en el mismo punto, que son problemas de solu
ión
usualmente más sen
illa y sistemáti
a.
método de búsqueda
minista,
omo el método de NelderMead
ono
ido originalmente
omo
multidire
ional
simplex, aunque reseñado en textos re
ientes
omo
para evitar la
onfusión
on el método de igual nombre
en problemas de programa
ión lineal o de
ará
ter probabilista,
omo
7 La denomina
ión pro
ede del
ontexto de los métodos de análisis aproximado. En análisis
de estru
turas el fun
ional es la energía poten
ial total y los parámetros variables son los
desplazamientos de unos
iertos nodos, de modo que para
ada estado posible de la estru
tura,
la derivada de la energía respe
to de di
hos desplazamientos los residuos no es más que el
ve
tor de
arga no equilibrada, o residual en di
ho estado, diferen
ia entre las
argas apli
adas
pro
esos
que son pre
isamente las de mayor probabilidad. De este modo se
onstru-
temperatura
yen esto
ásti
os que simulan la evolu
ión en la probabilidad de
transi
ión de una
ongura
ión a otra según des
iende la del
sistema. Siempre se a
eptan transi
iones a situa
iones de menor valor en
la fun
ión objetivo, pero a altas temperaturas la probabilidad de a
eptar
una transi
ión en la que la fun
ión objetivo aumenta es relativamente al-
ta, redu
iéndose di
ha probabilidad según des
iende la temperatura. Esto
permite al algoritmo explorar ini
ialmente amplias regiones del espa
io de
las solu
iones, adoptando por tanto situa
iones globalmente más adapta-
das para al
anzar los mínimos globales
uando la temperatura des
iende.
El algoritmo genéti
o emula la evolu
ión de genera
iones su
esivas de una
pobla
ión en la que la
apa
idad de superviven
ia y reprodu
ión de
a-
da individuo está aso
iada a su mejor adapta
ión al mejor valor de
la fun
ión obtenida
on sus propiedades individuales y en las que las
ualidades de distintos individuos se
ruzan para la genera
ión siguiente,
obteniéndose de este modo grupos de pobla
ión de
ualidades semejantes
agrupados en torno a propiedades
omunes que
orresponden a mínimos
de la fun
ión.
Entre los segundos tendríamos los métodos de explora
ión orientada por
el gradiente de f línea de máxima pendiente, gradiente
onjugado . . .
y los orientados por las primeras y segundas derivadas de f . El método de
Newton o de NewtonRaphson, en sus diferentes modi
a
iones apli
a de
forma iterativa e in
remental en mu
hos
asos el segundo de los pro-
edimientos numéri
os
itados en este apartado. Son métodos apli
ables
suave
en situa
iones en los que la fun
ión explorada varía de forma relativamente
.
uasi newtonianos
Hessiana ∇∇
Los métodos apli
an idénti
o pro
eso empleando apro-
T
xima
iones de la matriz f , o de su inversa, aproxima
io-
nes que se obtienen en
ada
aso por pro
edimientos re
ursivos diversos.
Un repaso a las diversas rela
iones re
ursivas utilizables puede verse en
[Himmelblau, 1971℄.
Los métodos apli
ables son de muy diverso tipo. Cabe
itar
omo
lási
os
los que emplean
riterios de optimidad, el método SUMT
10 , los derivados
de la teoría del
ontrol [Carmi
hael, 1981℄, o los métodos de explora
ión
ombinatoria
on restri
ión sobre el árbol de búsqueda, propios de la
Inteligen
ia Arti
ial.
gj (x) + Yj2 = 0 j = 1, . . . , m
es
ribiéndose enton
es
p
X
L(x, λj , Yj ) = f (x) + λj [gj (x) + Yj2 ]
j=1
∂L
= gj (x) + Yj2 = 0
∂λj
∂L
= 2λi Yj = 0
∂Yj
De este modo, para un estado en que una
ierta restri
ión es a
tiva, la
variable de holgura es en ese
aso nula, y por lo tanto Yj = 0, gj = 0,
debiendo ser en tal
aso λj ≥ 0, puesto que al tratarse de un mínimo
∂2L
debe ser
∂Yj2
= 2λi ≥ 0. En estados en que, por el
ontrario, una
ierta
restri
ión no es a
tiva o es pasiva, Yj 6= 0, y λj = 0 de modo que las
dos últimas
ondi
iones pueden rees
ribirse en la forma
λj ≥ 0, λj gj = 0.
10 [Fia
o and M
Cormi
k, 1968℄
CAPÍTULO 6. TEORÍA DE PROYECTO 124
p
∂L X
= ∇f (x) + λj ∇gj (x) = 0
∂x j=1
gj = 0
m p
X 1 −1/2
X
P (x, rk ) = f (x) + rk + rk h2j (x)
j=1
gj (x) j=m+1
La des
rip
ión de los métodos de explora
ión
ombinatoria, y las diversas
té
ni
as empleadas para limitar la explosión
ombinatoria en tales méto-
dos es tarea que desborda los objetivos de este apartado. Baste señalar que
se trata de métodos próximos o que emplean sistemáti
amente té
ni
as de
la denominada Inteligen
ia Arti
ial. En estos métodos la explora
ión se
realiza avanzando paso a paso a partir de algún estado a
eptable ini
ial, y
modi
ando su
esivamente el estado los valores de las variables me-
inteligentes, y manteniendo
bondad
diante reglas de
ambio de estado más o menos
un registro de los pasos realizados así
omo una medida de la de
retro
eso
ada estado al
anzado, de modo que, si la explora
ión lleva a un
amino
sin salida, se produ
e un al mejor estado alternativo al que se
utilizó para ini
iar tal
amino. La explora
ión se reanuda a partir de di
ho
estado, y la búsqueda se termina
uando se satisfa
e un
ierto
riterio de
onvergen
ia.
CAPÍTULO 6. TEORÍA DE PROYECTO 125
Debe emplearse el aparato del
ál
ulo varia
ional. La teoría demuestra que,
si hay diferen
iabilidad su
iente, un mínimo en un fun
ional impli
a que el gra-
diente del fun
ional para la fun
ión (fun
iones)
orrespondientes al mínimo ha
de ser nulo, o lo que es lo mismo, que el diferen
ial del fun
ional en el mínimo es
nulo para varia
iones en
ualesquiera dire
iones en que puedan ser modi
adas
admisibles
las fun
iones que veri
an di
ho mínimo. Por lo tanto la varia
ión del fun
ional
es nula para
ualesquiera varia
iones en tales fun
iones. De este modo
queda
ara
terizado el mínimo, y pueden ser apli
ables diversos métodos analí-
ti
os a la obten
ión de la solu
ión, siendo el más
lási
o el pro
edimiento basado
en resolver las e
ua
iones diferen
iales que expresan las
ondi
iones del mínimo
en forma lo
al las e
ua
iones de equilibrio para el
aso de bus
arse el mínimo
en la energía poten
ial de un sistema estru
tural, por poner un ejemplo. Estas
se denominan E
ua
iones de Euler del problema, y su integra
ión,
aso de ser
posible para las ligaduras del problema, lo resuelve. No es éste lamentablemente
el
aso de los problemas usuales.
Métodos numéri os
base
que todas las fun
iones
ontenidas puedan expresarse
omo
ombina
ión lineal
de un número nito de ellas que
onstituyen una del mismo En este
aso la búsqueda se apli
ará a la determina
ión de los
oe
ientes de la
om-
bina
ión que
orresponde a la mejor aproxima
ión. De este modo el problema
onsta de tres partes, a saber,
base
1. sele
ionar el subespa
io de búsqueda o lo que es lo mismo, sele
ionar
las fun
iones que forman la del mismo,
2. formular las
ondi
iones que propor
ionan la mejor aproxima
ión a la so-
lu
ión en di
ho subespa
io, y
3. determinar los
oe
ientes numéri
os que
orresponden a tales
ondi
io-
nes.
Aunque se
omprende que los tres aspe
tos se hallan fuertemente rela
ionados
dependiendo del tipo de problema, es fá
il ver que solventar los dos primeros sig-
ni
a transformar el problema original en un problema de minimiza
ión de una
fun
ión de varias variables que serán los
oe
ientes numéri
os bus
ados,
por lo que la última parte puede ser abordada por
ualquiera de los pro
edi-
de forma
La sele
ión de las fun
iones del subespa
io de búsqueda, las
, es el primero de los problemas. Estas pueden hallarse denidas de
CAPÍTULO 6. TEORÍA DE PROYECTO 126
P
z≈ ai f i ,
on fun
iones f denidas en todo el dominio (1), o denidas por
subdominios (2).
forma
ompleta en todo el dominio del problema, o bien estar sólo denidas por
subdominios. Una vez elegidas, es usual plantear
omo
ondi
iones de la mejor
aproxima
ión aquellas que ha
en mínimo el error de la misma, es de
ir, las que
minimizan la distan
ia entre el resultado aproximado y la solu
ión. De este mo-
do se llega
on naturalidad a la idea de los residuos ponderados, que
onsisten
en integrar el error
ometido en
ada punto del dominio, ponderándolo mediante
pro
edimientos diversos: mínimos
uadrados, mediante las mismas fun
iones que
forman la base del subespa
io de búsqueda,
olo
a
ión por puntos, et
., pro
edi-
mientos que desembo
an, según los
asos, en métodos
omo el de los elementos
nitos fun
iones de forma denidas por subdominios que se emplean igual-
mente para la pondera
ión, las diferen
ias nitas
olo
a
ión por puntos,
et
. Un mayor grado de detalle requriría una extensión inapropiada para los
objetivos de inventario de este texto, por lo que no se desarrolla ulteriormente
esta exposi
ión. Un mayor desarrollo puede en
ontrarse en [Zienkiewi
z, 1980℄.
Desde esta perspe
tiva, es
laro que los métodos analíti
os pueden aportar
herramientas de reexión apropiadas a los objetivos propuestos, y que serán
por tanto los más apropiados a éstos, a
ambio de simpli
ar en buena medida
los problemas a abordar. Ahora bien, de entre los métodos numéri
os des
ritos,
también el más trivial de todos ellos la explora
ión numéri
a de
ampos de
valores admisibles, mediante la realiza
ión de tablas. . . puede aportar infor-
ma
ión
apaz de ser interiorizada y empleada en la
rea
ión de reglas de diseño.
En este texto se emplean bási
amente los dos últimos métodos
itados en la
medida en que puedan ser útiles, y de manejo sen
illo, mientras que, al
ontrario,
no se ha
e empleo de los métodos numéri
os más generales. Pues si bien éstos
pueden ser utilizados más que prove
hosamente en las tareas de investiga
ión de
la teoría, en la medida en que solu
iones parti
ulares a
ole
iones de problemas
pueden aportar luz sobre
uestiones más generales, son métodos que sin embargo
no pueden tener un papel relevante en ella dada su es
asa
apa
idad expli
ativa.
De los métodos apli
ables, el analíti
o apli
ado a la realiza
ión de análisis
genéri
os de estru
turas
orrespondientes a tipos predenidos es
on mu
ho el de
mayor
apa
idad expli
ativa y, por tanto es el que
onsideramos a
ontinua
ión.
propor
iones radi
almente nuevas que, sin embargo, nun
a serían exploradas,
dado el des
rédito teóri
o a que Galileo las sometió.
Sin embargo no puede despre
iarse di
ho enfoque,
omo demuestran no sólo
la validez de las reglas antiguas de
onstru
ión, o en otros
ampos de la físi
a
en los que las rela
iones
omplejas de propor
ión que pueden dedu
irse
on las
té
ni
as del análisis dimensional han demostrado su utilidad. De he
ho
abe
de
ir que
ualquier teoría físi
a debe basarse en algún sistema de medida, y
todo sistema de este tipo no puede basarse más que en propor
iones entre la
magnitud efe
tivamente medida y la empleada
omo unidad. Una ade
uada
ele
ión de la magnitudes a
onsiderar, y de las unidades empleadas puede ser
extremadamente e
iente en la presenta
ión de di
hos problemas en formatos
que hagan fá
ilmente per
ibible la evolu
ión geométri
a de las solu
iones, al
modo que lo ha
ían las reglas de propor
ión para a
otar las solu
iones posibles.
Di
ho formato es tanto más fá
il de estable
er
uanto más próximos se en-
uentran los problemas tratados, por lo que puede
omprenderse que el desa-
rrollo del método propuesto, la apli
a
ión de las té
ni
as del análisis a modelos
genéri
os para obtener
on
lusiones también generales, a
onseja estable
er una
lasi
a
ión de tipos denidos por el uso.
El primer tipo estru
tural abar
a la mayor parte de la produ
ión usual, y
está fuertemente
ondi
ionado por tener que mantener super
ies de planos rígi-
dos paralelos y de relativamente pequeño espesor. Se trata de un
ondi
ionante
muy fuerte para una estru
tura, ya que en la mayoría de los
asos su geometría
no vendrá di
tada por requisitos puramente estru
turales, sino por razones del
uso o la estéti
a del proye
to. La
ontrapartida a estas fuertes limita
iones en el
proye
to es que pueden denirse estas estru
turas
on muy po
os parámetros, y
en
onse
uen
ia pueden estable
erse,
omo veremos más adelante,
riterios muy
pre
isos sobre las rela
iones existentes entre los valores de los parámetros que
denen la estru
tura y el
onsumo de material. Este tipo estru
tural permite,
en mayor medida que los otros, presentar el problema estru
tural
on indepen-
den
ia de la solu
ión adoptada. Ello
orresponde más a un problema
lási
o de
ál
ulo, y fa
ilita la resolu
ión del mismo.
En orden
re
iente en los siguientes tres tipos, la solu
ión adoptada inuye
en las a
iones sobre la estru
tura, produ
iéndose una
ierta polariza
ión de
solu
iones que no son tan fá
ilmente
omparables entre sí. El último tipo, pese
a su interés prá
ti
o que queda de maniesto en ser uno de los destinatarios de
varias de las reglas
lási
as de propor
ión, no tiene sin embargo ex
esivo interés
desde la perspe
tiva arquite
tóni
a.
CAPÍTULO 6. TEORÍA DE PROYECTO 130
Pero es desde esta perspe
tiva desde la que la segunda familia, la de las
estru
turas de
ubierta, al
anza su máximo interés. Pues efe
tivamente las
u-
biertas de los edi
ios singulares in
orporan en un sólo objeto,
uyas
ualidades
físi
as se determinan en buena medida en base a los requisitos estru
turales, un
buen
úmulo de roles arquite
tóni
os añadidos, entre los que el
ará
ter sim-
bóli
o del edi
io o área que
ubren juega un importante papel. Desde esta
perspe
tiva, la explora
ión sobre la
apa
idad que la forma aporta al
omporta-
miento de la estru
tura en las
ubiertas es del máximo interés, no sólo para la
teoría del proye
to de estru
turas sin también para la
ríti
a arquite
tóni
a más
general. Pues efe
tivamente la forma no sólo estará en la base de la estabilidad
de la estru
tura sino que o
upará un papel
entral en la signi
a
ión del espa
io
ontruido, uno de
uyos aspe
tos bási
os es su propia estabilidad estru
tural,
onviertiendo por ello a la estru
tura no sólo en la responsable de la estabilidad,
rmitas
sino en signo explí
ito de ésta, en instrumento privilegiado para ha
er per
ibir
la al observador.
Cono
er, por tanto, las
ualidades de la forma, relativamente libre, que se
aso
ian a las solu
iones de
ubierta se
onvierte en un elemento de extremado
interés, al ser sus
eptible de aportar mayor riqueza a la reexión arquite
tóni
a
ligada al proye
to.
magnitud de la estru
tura prevista, abstraída de las
ara
terísti
as del material
on
reto a emplear en ella. Debiendo realizarse aparte, e independientemente,
minimizadas
la reexión sobre las inversiones relativas requeridas por
ada solu
ión material
para las solu
iones estru
turales estudiadas, y si ha lugar.
En general, si todos los puntos de un elemento estru
tural se en
uentran
trabajando a la misma máxima tensión, se obtiene una mayor e
ien
ia
en el empleo del material. Siempre que estemos en
ondi
iones de organizar
una estru
tura a base de elementos
omprimidos o tra
ionados, estaremos en
ondi
iones de a
er
arnos a un bajo
onsumo de material. Por el
ontrario,
y aparte de las
onsidera
iones explí
itas que realizaremos más adelante para
la exión, ésta da lugar a tensiones variables en la se
ión, y por lo tanto a
aprove
hamientos de
ientes del material.
En piezas de hormigón o a
ero soli
itadas en exión, las tensiones de tra
ión
y
ompresión se en
uentran muy
on
entradas, siendo fá
ilmente sustituibles
z,
brazo (de palan
a)
sin
ometer gran error por resultantes situadas a una distan
ia denominada
. En otros materiales madera puede ha
erse algo pare
ido:
basta situar las resultantes en su posi
ión en el bloque de tensiones el
entro de
gravedad de éste, si bien en este
aso no existe ni
on
entra
ión ni uniformidad
de tensiones.
En la medida en que siempre podemos tradu
ir el
omportamiento de una
estru
tura a una serie de re
orridos de fuerzas según las dire
tri
es de los elemen-
tos más adelante veremos
on detalle
ada
aso, una ex
elente magnitud
apropiada para medir estru
turas en los
asos en que éstas están
onstituidas por
P
barras sometidas a tra
ión o
ompresión será |F |l, que mide simultáneamen-
12 El ejemplo de la gura 6.9 re
uerda vivamente la deni
ión que Des
artes maneja de fuerza
omo base de su
on
ep
ión de la estáti
a
on
epto equivalente a nuestro a
tual
on
epto
la misma que puede levantar un peso, por ejemplo de 100 libras a una
de trabajo en
arta a Mersenne de 12 de Sept. de 1938,
itada en [Duhem, 1905℄, en la que
altura de dos pies puede también levantar uno de dos
ientas libras a la altura de un pie.
arma que fuerza
Capítulo 7
132
CAPÍTULO 7. CANTIDAD DE ESTRUCTURA 133
La
antidad de estru
tura es una medida del volumen de la estru
tura que
no se halla aso
iada al material utilizado, siendo propor
ional al volumen en
estru
turas estri
tas.
En efe
to, sea un material de
omportamiento simétri
o en tra
ión y
om-
presión
uya tensión de trabajo sea σ. Para una estru
tura estri
ta, en toda
se
ión el área será
|N |
A=
σ
y el elemento de volumen
dV = A ds,
de modo que el volumen de la estru
tura será
|N | W
Z Z
V = A ds = ds = (7.2)
σ σ
tanto si admitimos σ
onstante,
omo si
onsideramos en la expresión su valor
medio ponderado.
Si se trata de una estru
tura de barras la
itada magnitud es la suma para
todas las barras del produ
to esfuerzo por longitud de la barra. Se trata de
una magnitud
on dimensiones de trabajo, y es una mejor medida teóri
a de
la
antidad de estru
tura que se invierte en resolver un problema dado que el
volumen, en la medida en que no depende del material empleado en la estru
tura.
De este modo en una Estru
tura Estri
ta el volumen de la estru
tura es
dire
tamente la
antidad de estru
tura dividida por la Tensión de
servi
io.
Si no es posible asegurar idénti
a tensión en todos los puntos, el volumen
será mayor que di
ho
o
iente, pero estará gobernado por la magnitud W.
dW
Z
V = , σ variable. (7.3)
σ
Veremos más adelante que en el
aso de una estru
tura formada, bien por
materiales diferentes en
ompresión o tra
ión, bien por un material de
ompor-
tamiento no simétri
o en ambos estados, siendo σt y σc las tensiones en servi
io
CAPÍTULO 7. CANTIDAD DE ESTRUCTURA 135
en tra
ión y
ompresión, el Volumen de la Estru
tura V es una fun
ión lineal
re
iente de W. En todo
aso, basta aquí realizar las sumas por separado para
tra
ión y
ompresión, y evaluar independientemente los volúmenes y
ostos de
las dos partes de la estru
tura.
Una expresión muy próxima a la anterior, y empleada a menudo es,
omo
señala Vázquez en [Vázquez, 1994℄, la de volumen estru
tural W. La inter-
preta
ión preferible para di
ho término es la que la rela
iona dire
tamente
on
el produ
to del volumen de la estru
tura
on la tensión de trabajo del mate-
R dW
rial: W = σV = σ
σ ≥ W . La
antidad de estru
tura es, por tanto, una
ota inferior al volumen estru
tural que,
omo aquella, no depende del material
empleado, sino sólo de la ley que en
ada punto aso
ia la tensión efe
tivamen-
te existente
on la tensión de trabajo del material. El
o
iente entre ambas
magnitudes W/W es una medida de la e
ien
ia en el aprove
hamiento de la
resisten
ia del material empleado. Di
ha medida, sin embargo es po
o o nada
representativa de las
ualidades de e
ien
ia global de la solu
ión.
W
P = ρV = ρ
σ
expresión que es más usual es
ribir en la forma
W
P = (7.4)
σ/ρ
pues efe
tivamente, la magnitud σ/ρ es una
ualidad del material
ru
ial en la
solu
ión de los problemas de peso propio, que tiene unidades de longitud. Esta
última
ualidad la ha
e muy apropiada para
ara
terizar los materiales,
omo
veremos más adelante.
Minimizar W signi
a minimizar el
onsumo de material, lo que no signi
a
ne
esariamente minimizar el
oste, ya que no existe propor
ionalidad dire
ta
entre
onsumo de material y
oste, bien por la
omplejidad de la estru
tura,
bien porque tra
iones y
ompresiones puedan realizarse
on materiales de
ostes
diferentes y de distinta forma de utiliza
ión.
o que impli
a
onsidera
iones parti
ulares para el
aso de las
ompresiones en
uestiones de estabilidad: vamos a ver que la rela
ión entre ambas magnitudes
permite realizar arma
iones muy generales sobre las estru
turas que
ompiten
para resolver el mismo problema.
Número de Maxwell
Obsérvese que ahora usamos el valor del esfuerzo
on su signo (tra
iones posi-
tivas y
ompresiones negativas). Si desglosamos la integral entre las dos partes
tendremos
Z Z Z Z Z
M N ds = N + ds + N − ds = N + ds − |N − | ds
M = W+ − W−
lo que es admisible dado que los esfuerzos N y las longitudes dl de las barras
están alineadas, por lo que los signos de sus tres
omponentes son simultánea-
mente iguales si la barra está tra
ionada, o simultáneamente opuestos si está
omprimida.
Llamamos
antidad de estru
tura verti
al Wk a la parte verti
al de di
ha
expresión Z
Wk = |Nz | dz
X
Wk = |Niz |liz
X X
W= = |Nix |lix + |Niy |liy
X X X X
F i ei = Fxi Xi e + Fyi Yi e + Fzi Zi e
Por otro lado la deforma
ión interior en
ada
omponente de la estru
tura será
e,
onstante en toda ella. El trabajo de deforma
ión interno a la estru
tura será:
dV
Z Z Z Z
U = σe dV = e σ dV = e N = e N ds
A
y por lo tanto si el trabajo total debe ser nulo resulta
Z X X X
M= N ds = Fxi Xi + Fyi Yi + Fzi Zi . (7.5)
CAPÍTULO 7. CANTIDAD DE ESTRUCTURA 138
Nótese que σ puede ser variable sin que ello afe
te al razonamiento.
En las anteriores expresiones, suponiendo una estru
tura dada a la que se
P
apli
a la expansión uniformee, es evidente observar que U , y por lo tanto P F i ei
no dependen del sistema de ejes de referen
ia elegido. Como a su vez F i ei
no depende de la estru
tura elegida, resulta ser M independiente de ésta, por lo
que es una
onstante del problema, que no depende de su solu
ión. A la
antidad
M la denominamos,
omo hemos visto, número de Maxwell del problema.
De di
ho teorema se derivan importantes
orolarios:
1. Una estru
tura de Maxwell que sea estri
ta, sólo tra
ionada o sólo ex-
tendida es ya una estru
tura mínima, y todas las diferentes estru
turas
que puedan proponerse en estas
ondi
iones para el problema de Maxwell
dado son equivalentes. En este
aso el número de Maxwell
oin
ide
on la
antidad de estru
tura.
Z
1: W = |N | ds = N h,
(
4N h N a2
W − = 2 cos α 2 cos α = N h + h ;
2: 2
W + = Nha
√
2
√
1: W = 4lN 2 ; 2: W = 2N l 2
W = W + + W −;
M = W+ − W− (
onstante);
Podemos ver ahora que en el
aso de una estru
tura dimensionada estri
-
tamente y formada, bien por materiales diferentes en
ompresión o tra
ión,
bien por un material de
omportamiento no simétri
o en ambos estados, siendo
σt y σc las tensiones máximas admisibles en tra
ión y
ompresión en valores
absolutos, el Volumen de la Estru
tura V es una sen
illa fun
ión lineal de W,
de modo que la estru
tura de mínimo volumen es también la de menor
antidad
de estru
tura.
En efe
to el volumen será
|N | dW
Z Z
V = ds =
σ σ
y por lo tanto
1 1
Z Z
V = dW + dW
σt t σc c
W+ W−
V = +
σt σc
Como
M = W+ − W−
CAPÍTULO 7. CANTIDAD DE ESTRUCTURA 141
resulta
(σt − σc )M = (σt − σc )W + − (σt − σc )W −
y
omo
2σt σc V = 2σc W + + 2σt W −
resulta, sumando ambas expresiones
y de este modo
σt + σc σt − σc
V = W− M (7.6)
2σt σc 2σt σc
Es fá
il ver nalmente que, así
omo en problemas de sólo tra
ión o sólo
om-
presión W y M
oin
iden, salvo signos, en los problemas de sólo exión M es
nulo (gura 7.5).
Cuando se
omparen solu
iones hay que
er
iorarse que de he
ho se esté
resolviendo el mismo problema. El ejemplo de la gura 7.6 puede a
larar esta
adverten
ia. En él aparentemente puede resolverse el problema
on sólo
om-
presiones
on múltiples valores para W = M.
F h
Fb = , s= para
ada barra
2 cos α α
cos
Fh a h 1
W− = = Fa + = Fa k +
cos2 α h a k
dW 1
= 0 =⇒ 2 = 1; k = ±1
dk k
Problema de Maxwell
fuerzas inherentes a
ada
aso son distintos en fun
ión del empuje: no estábamos
resolviendo el mismo .
CAPÍTULO 7. CANTIDAD DE ESTRUCTURA 142
F a
H= tan α =⇒ W + = F a tan α = F a
2 h
+ − 1
W = W + W = F a 2k +
k
Aquí pare
en
ontrade
irse nuevamente los prin
ipios enun
iados, ya que el
valor mínimo para el tirante , y por lo tanto la
antidad mínima en tra
ión, no
orresponde a la altura dedu
ida, sino para h = ∞, en que su tra
ión se haría
nula. En este
aso la longitud innita de los elementos en
ompresión haría
innito su
onsumo. La
ontradi
ión surge debido a que, aunque las fuerzas
son ahora las mismas para
ualquier solu
ión, su posi
ión en el espa
io no lo
es, de modo que, nuevamente, estamos resolviendo problemas distintos. Apli
ar
el teorema de Maxwell exige que el sistema de fuerzas exterior esté totalmente
determinado en
uanto módulo, dire
ión, sentido y posi
ión.
Si el enun
iado del problema in
luye la posi
ión de las fuerzas en el espa
io,
ualquier solu
ión del tipo de 2 en la gura 7.8 tiene mayor tra
ión en el
tirante verti
al, y por lo tanto mayor
antidad de material. Planteado el pro-
blema en esta forma, la diferen
ia entre estru
tura tra
ionada o
omprimida
de
ualquier solu
ión será la misma.
De este modo los valores posibles para la
antidad de estru
tura W , in
luyendo el
orrespondiente a la estru
tura mínima
ontenida en el re
into quedan a
otados
inferiormente por δU/e .
Ahora bien, si es posible en
ontrar una estru
tura
uyas deforma
iones se
in
rementen en la deforma
ión virtual estable
ida, 1:
on el mismo valor (µ = e)
en todos los puntos, y 2: en el mismo sentido que las deforma
iones originales,
resultará que en el desarrollo anterior los signos ≤ se modi
an a =, por lo que
CAPÍTULO 7. CANTIDAD DE ESTRUCTURA 144
di
ha estru
tura tiene
omo
antidad de estru
tura la
itada
ota inferior, y es
por lo tanto la estru
tura mínima.
De este modo la
ara
teriza
ión de una estru
tura
omo mínima mediante
el Teorema de Mi
hell exige que una estru
tura dada pueda
onfrontarse
on
una deforma
ión test
uyas dire
iones prin
ipales
oin
idan en todas partes
on las deforma
iones de las barras y
on el signo de los esfuerzos de éstas, y
uyos valores prin
ipales sean
onstantes en todo el ámbito de la estru
tura,
en valor absoluto, aunque no ne
esariamente en orienta
ión, y mayores o
iguales a las deforma
iones pri
ipales del resto del espa
io
onsiderado.
De la
lase de estru
turas que pueden ser sometidas
on éxito a una defor-
ma
ión test del tipo
itado, Mi
hell presenta dos sub
lases:
1. Las estru
turas sometidas a esfuerzos de igual signo en todos sus barras
Para éstas la deforma
ión test es una
ontra
ión o una dilata
ión uniforme
del espa
io Tales estru
turas se
ara
terizan ya
omo mínimas
on el
teorema de Maxwell.
2. Las estru
turas formadas por barras en dire
iones ortogonales antes y
después de la deforma
ión, para las que la deforma
ión test es igual en
valor, y de igual u opuesto signo en tales dire
iones. Veremos más adelante
alguno de los
asos más importantes, para problemas de exión, de los que
en la gura se in
luyen algunos de los
asos óptimos más típi
os.
El teorema de Mi
hell tiene gran importan
ia, puesto que permite estable
er
un método de prueba para garantizar si una estru
tura es o no óptima para un
problema dado. Pese a que no ofre
e una guía denitiva en la búsqueda de so-
lu
iones óptimas, tiene, sin embargo, un gran valor heurísti
o en la misma. En
efe
to, puesto que en la solu
ión óptima y estri
ta, la deforma
ión real y la
deforma
ión test
oin
iden salvo un fa
tor de es
ala, los óptimos
orrespon-
derán a situa
iones en las que las dire
iones de las barras
oin
idan
on aquellas
en que se produ
en las máximas deforma
iones
onsiderando la deforma
ión
de todo el espa
io que a
ompaña a la estru
tura. De este modo existe una
guía para la modi
a
ión en posi
ión de las barras. Por otro lado, dado que
en estru
turas planas el estado de deforma
ión test o no del espa
io
on-
siderado es en todos sus puntos un estado plano, es inmediato
omprobar que
las dire
iones de máxima tra
ión y máxima
ompresión
orresponderán a las
CAPÍTULO 7. CANTIDAD DE ESTRUCTURA 145
X
δe = αi δi
X
δe = Pi δi
C: Energía Complementaria
5 Un ejemplo maniesto de esta arma
ión es el Puente del Alamillo en Sevilla,
uya es
asísi-
CAPÍTULO 7. CANTIDAD DE ESTRUCTURA 148
2. Si para un tipo estru
tural dado, el límite en un pro
eso de modi
a-
ión de su geometría en que tal tipo deja de ser utilizable por razones
e
onómi
as en
ompeten
ia
on otros tipos
orresponde a un esque-
ma en el que se
umplen los requisitos de deforma
ión sin ne
esidad de
disminuir las tensiones en sus se
iones, di
hos requisitos de deforma
ión
se
umplen igualmente en todos los esquemas utilizables de di
ho tipo,
pues
orresponderán a estru
turas de menor
oste, por tanto, de menor
antidad de estru
tura, y por ende de menor deforma
ión. Un ejemplo
inmediato de este
orolario es la inutilidad de
omprobar las e
has en
ar
os
uando se emplean en
ompeten
ia
ontra vigas, pues su ámbito
de apli
a
ión
orresponde a esbelte
es para las que las deforma
iones son
en apli
a
iones usuales totalmente
ompatibles
on los usos.
3. Si una estru
tura estri
ta para un problema dado presenta una deforma-
ión dada δ
on un
onsumo en volumen de material de V , y otra
estru
tura estri
ta para el mismo problema presenta una deforma
ión αδ ,
(α > 1), lograr
on el segundo esquema la misma deforma
ión que la
orrespondiente a la primera supone un
onsumo de material medido en
volumen de α2 V . Pues la
antidad de estru
tura del segundo esquema
es W2 = αW1 , por hallarse los volúmenes en igual rela
ión para iguales
tensiones de trabajo. Y puesto que el volumen es fun
ión dire
ta de la
antidad de estru
tura y fun
ión inversa de la tensión de trabajo del ma-
terial, disminuir α ve
es la tensión de trabajo al objeto de disminuir la
deforma
ión en la misma medida supone aumentar nuevamente α ve
es
el volumen.
Una interesante apli
a
ión de este teorema es la demostra
ión de que todas
los trazados de vigas apoyadas dire
tamente en un úni
o
ontorno
ir
ular, a
6
igualdad de
anto, son inter
ambiables ,
omo se dedu
e de la gura, y
omo
se verá en el apartado 8.5.2. El mismo razonamiento permite estimar la ventaja
obtenida al apoyar en los
uatro lados de un
ontorno
uadrado, frente al apo-
yo en sólo dos lados,
omparando las medidas del volumen en
errado entre la
deformada y la horizontal ini
ial.
anto
En la explora
ión de alternativas formales a problemas estru
turales es sa-
bido que una de las de
isiones fundamentales está en la determina
ión del
ma rigidez una viga
olgada de una ménsula es la base de todos sus defe
tos estru
turales,
pese a la indudable belleza que posee
omo objeto
uando se le ve a distan
ia.
6 Esto amplía el
ampo de apli
a
ión de las transforma
iones formales legítimas a que
aludíamos al hablar de las apli
a
iones del teorema de Maxwell.
CAPÍTULO 7. CANTIDAD DE ESTRUCTURA 149
de la estru
tura. Vamos por ello a analizar las transforma
iones de forma más
sen
illas apropiadas a di
ho objetivo, a saber, las transforma
iones anes, y
analizar tanto las
ondi
iones de equilibrio
omo de
onsumo en
antidad de
estru
tura derivadas de tales transforma
iones. No vamos a ha
erlo de forma
sistemáti
a y total, dado que la transforma
ión que tratamos de entender es
en parti
ular la derivada del
ambio de
anto de la estru
tura manteniendo los
demás parámetros de forma inmutables. Respe
to del problema general, baste
aquí re
ordar que
ualquier transforma
ión afín que modique simultáneamen-
te fuerzas (a
iones, esfuerzos axiales y rea
iones) y longitudes apli
ada a una
estru
tura en equilibrio produ
irá una nueva estru
tura que estará igualmente
en equilibrio.
Consideramos la transforma
ión de las
omponentes verti
ales de fuerzas y
longitudes al afe
tarlas por un fa
tor α: si el fa
tor es menor que 1 se tratará
de una redu
ión de
anto, y si es mayor, de un aumento de
anto. Para di
ha
lase de transforma
iones podemos estable
er el siguiente:
Teorema 8 (Teorema del
anto óptimo) Si a partir de una estru
tura so-
metida a
argas y rea
iones sólo verti
ales
onsideramos todas las formas
que pueden obtenerse manteniendo la topología original y el punto de apli
a
ión
de las
argas relativo a di
ha topología, y que alteren la geometría mediante
transforma
iones anes que sólo afe
ten al
anto de la estru
tura, la estru
tu-
ra óptima entre éstas será la que
umpla la
ondi
ión de que las
antidades de
estru
tura verti
al y horizontal se igualan.
Di
ho teorema asegura que una
ondi
ión ne
esaria, aunque no su
iente,
para el óptimo en las estru
turas que resuelven problemas en los que las
argas
se sitúan y son perpendi
ulares a un mismo plano es el que tengan igual
antidad
de estru
tura verti
al ortogonal a di
ho plano que horizontal paralela al
plano pues en
aso
ontrario podría estable
erse una transforma
ión de
anto
en el sentido de igualarlas que redu
iría la
antidad de estru
tura en virtud del
teorema. O lo que es lo mismo, toda estru
tura óptima para esos problemas tiene
igual
antidad de estru
tura verti
al que horizontal, aunque no toda estru
tura
on di
ha
ualidad es óptima sólo es la mejor de entre las que se obtienen
on
ambios anes en el
anto.
Para demostrar el teorema es
ribimos las e
ua
iones de equilibrio
onside-
rando las fuerzas que a
túan sobre
ualquier región de la estru
tura, in
luyendo
las
argas P y las
omponentes ejer
idas por los esfuerzos N sobre los
ortes
que aislan di
ha región. Las
omponentes horizontales de fuerzas y dimensiones
se mantienen sin altera
ión. El equilibrio de fuerzas horizontales de la estru
tu-
ra original se mantiene pues en la transformada. Las
omponentes o distan
ias
horizontales no
ambian, por lo que los equilibrios de momentos respe
to a un
eje verti
al se mantienen igualmente. Las e
ua
iones siguientes valen por tanto
igualmente para el equilibrio original, y para el transformado:
X X
Pix + Nix = 0
X X
Piy + Niy = 0
X X X X
yi Pix − xi Piy + yi Nix − xi Niy = 0
En el
aso de las fuerzas verti
ales totales que a
túan, in
luyendo las
ompo-
nentes verti
ales de los esfuerzos ejer
idos en los
ortes realizados, así
omo en
CAPÍTULO 7. CANTIDAD DE ESTRUCTURA 150
en las que α representa el fa
tor de
ambio de
anto adoptado por lo que, para
el valor 1 representa la estru
tura original. Ahora bien, en este
ambio se ha
alterado el valor de las
argas, al
ambiar sus
omponentes verti
ales, por lo que
la nueva estru
tura no resuelve el mismo problema que la anterior.
Debemos remediar la situa
ión volviendo a restaurar a su valor ini
ial a las
omponentes verti
ales de las
argas, que ahora son αPiz , para lo que bastaría
dividirlas por α. Sin embargo esto alteraría el equilibrio de fuerzas verti
ales, a
la vez que los equilibrios de momentos respe
to de los ejes horizontales, por lo
que la altera
ión requiere ajustes adi
ionales.
Para mantener el equilibrio de fuerzas verti
ales se requerirá que las
ompo-
nentes verti
ales de los esfuerzos se alteren en igual modo, restaurándolas a su
valor original:
X αPiz X αNjz
+ =0
α α
Esto exige además, para mantener la alinea
ión de los esfuerzos
on las barras,
que las
omponentes horizontales de tales esfuerzos se alteren en igual medida, al
igual que las
omponentes horizontales de las
argas y las rea
iones. De modo
que la altera
ión de las dimensiones verti
ales al multipli
arlas por un fa
tor
α sin
ambio en las
omponentes verti
ales de las fuerzas impli
a, para que
se mantenga el equilibrio, un
ambio inverso en las
omponentes horizontales
1
de fuerzas y esfuerzos (que se multipli
arán por
α ). En estas
ondi
iones las
e
ua
iones de equilibrio vuelven a
umplirse,
omo
omprobamos a
ontinua
ión
en el equilibrio de fuerzas:
X Pix X Nix
+ =0
α α
X Piy X Niy
+ =0
α α
X X
Piz + Niz = 0
y de momentos:
X Piy X
X X Niy
yi Piz −
αzi + yi Niz − αzi =0
α α
X Pix X X Nix X
αzi − xi Piz + αzi − xi Niz = 0
α α
X Pix X Piy X Nix X Niy
yi − xi + yi − xi =0
α α α α
Por tanto una redu
ión de
anto impli
a un aumento de las fuerzas y es-
fuerzos horizontales en un fa
tor inverso para que se mantenga el equilibrio
on
CAPÍTULO 7. CANTIDAD DE ESTRUCTURA 151
las
argas verti
ales del problema ini
ial. Si
onsideramos sólo
argas gravita-
torias verti
ales el ajuste de esfuerzos y de rea
iones en
aso de tener
omponentes horizontales,
omo en el
aso de los empujes de ar
os supondrá
una altera
ión en la
antidad de estru
tura que ahora podemos analizar. Las
antidades de estru
tura ini
iales, horizontal y verti
al se alterarán de forma
fá
ilmente prede
ible a partir de los valores originales:
X
Wαk = |Niz |αliz = αW k
X 1 X 1 1
Wα= = | Nix |lix + | Niy |liy = W =
α α α
Se observa que ambas
omponentes se modi
an de forma inversa, mientras
una
re
e la otra de
re
e, de modo que podemos armar que su produ
to se
mantiene
onstante. Dado que la
antidad de estru
tura total es la suma de
ambas partes, el óptimo se obtendrá
uando éstas sumen el valor mínimo. Ahora
bien, el mínimo de la suma de dos
antidades
uyo produ
to es
onstante se
produ
e
uando ambas son iguales,
omo puede
omprenderse si se
onsidera la
suma
omo el semiperímetro de un re
tángulo y el produ
to
omo el área del
mismo. A igualdad de área el perímetro mínimo es el del
uadrado .
7
De modo que los valores óptimos de la
antidad de estru
tura verti
al y
horizontal son la media geométri
a de las originales
p
Wok = Wo= = W kW =
El orrespondiente fa tor de altera ión en las dimensiones verti ales resulta ser
7 Puede estable
erse algebrai
amente la
ondi
ión de mu
hos modos. Como ilustra
ión de
algunos de los métodos
itados en 6.3.2 el problema de obtener a, b que ha
en
mı́n(f = a + b) on ab = k ( onstante)
puede rees
ribirse
omo obtener las a, b que ha
en mı́n φ siendo φ la fun
ión obtenida em-
pleando el multipli
ador de lagrange λ para la ligadura estable
ida:
φ = f + λ(ab − k) = a + b − λ(ab − k)
8 ∂φ
< ∂a = 0
>
mı́n(φ) = mı́n(a + b − λ(ab − k)) ≡ ∂φ∂b
=0
: ∂φ
>
∂λ
=0
que
orresponde al sistema de e
ua
iones
1 − λb = 0
1 − λa = 0
ab − k = 0
de las que se dedu
e
1
b=a=
λ
1
=k
λ2
√
b = a = k.
En parti
ular la
onstante puede obtenerse a partir de un
aso
ono
ido
ualquiera
on lo que
p
b=a= a0 b0
CAPÍTULO 7. CANTIDAD DE ESTRUCTURA 152
k
Wo
αo =
Wk
El
anto óptimo de la estru
tura se alterará en propor
ión a di
ho valor, y por
ende la esbeltez óptima, que es igual al
o
iente entre el tamaño (invariable) y
el
anto óptimo, resultará de multipli
ar la esbeltez original por el inverso de
di
ho valor, resultando
√
Wk W kW =
λo = λ √ =λ
W kW = W=
Hay que ha
er notar aquí que la
ondi
ión geométri
a empleada para la
transforma
ión se
umple en piezas trianguladas a
osta de un
ambio en los
ángulos de la triangula
ión. Por la misma razón, las transforma
iones de
anto
optimidad
de piezas de alma llena no pueden ser
onsideradas en rigor in
luidas entre éstas,
dado que los
ambios de
anto no alteran la en los ángulos implí
itos
en el material del alma, que sigue trabajando
omo dos familias tra
ionada y
◦
omprimida a 45 .
Pero además puede asegurarse que en la transforma
ión planteada se man-
tienen las deforma
iones unitarias de las barras, de modo que el terorema es
apli
able a estru
turas hiperestáti
as en las que se
ambien las se
iones pro-
por
ionalmente al
ambio en esfuerzo apare
ido. Pues efe
tivamente si
on el
ambio de
anto se mantiene la deforma
ión unitaria preexistente, los desplaza-
mientos verti
ales
re
en
on el aumento de
anto, manteniéndose idénti
os los
horizontales,
on lo que la transforma
ión afín es apli
able tanto a la estru
tu-
ra original
omo a la deformada, lo que asegura la
ompatibilidad. Puesto que
hemos demostrado la existen
ia del equilibrio, sólo queda asegurar que defor-
ma
iones y esfuerzos respetan las rela
iones de rigidez, lo que sólo exige usar
el material en la estru
tura transformada
on idénti
o nivel de tensión al que
tenía en las barras originales, y modi
ar las se
iones en igual medida que los
esfuerzos.
W +k = W += = W −k = W −= = 1
W = W + + W − = W +k + W += + W −k + W −= = 4
Wk = W= = 2
Ahora bien, si unimos ahora ambas mitades, resultará que las dos piezas
horizontales tirante del ar
o más
ordón
omprimido del hilo dejan de ser
ne
esarias, puesto que en
ada apoyo el empuje del ar
o pasa a equilibrarse
on
la
omponente horizontal del an
laje del hilo. El tirante y
ordón horizontal
omprimido, al superponerse, se transforman en línea neutra sin esfuerzo. De
este modo eliminamos la estru
tura que antes
orrespondía al tirante, es de
ir,
la mitad de la (
antidad de) estru
tura horizontal,
on lo que las
antidades
= k
de estru
tura en la estru
tura transformada pasan a ser Wt = 1, Wt = 2,
Wt = 3. Evidentemente no se trata de un óptimo aunque hemos disminuido
la
antidad original en un 25 %. Por ello podemos determinar el
ambio afín
en el
anto que optimiza la solu
ión.
CAPÍTULO 7. CANTIDAD DE ESTRUCTURA 154
Se logrará el óptimo on
k =
q
k
√
Wto = Wto = Wt Wt= = 2
√
Wto = 2 2
k √
Wto 2 1
αo = k
= =√
Wt 2 2
Wk 2 1
λo = λt √ = λt √ = λ √
W kW = 2 2
√
Es de
ir que, aumentando el
anto
√ original en 2 (redu
iendo la esbeltez en
2) la
antidad de estru
tura total se redu
e en el mismo fa
tor. El he
ho de
tener
urvatura en ambos
ordones, es de
ir el he
ho de poder apoyar
arga
transversal en ambos, mejora apre
iablemente la e
ien
ia de la estru
tura. La
simetría respe
to de la horizontal aumenta la e
ien
ia de la forma ini
ial.
W = ψQl
y podemos estable
er una rela
ión entre el tamaño de la estru
tura l y su di-
mensión transversal o
anto, que llamamos esbeltez λ que adopta el valor λo
para di
ho
anto óptimo. Para situa
iones
on otras dimensiones resultará que
la esbeltez variará
on un
ierto fa
tor α que por jar ideas podemos imaginar
mayor que la unidad
on lo que la esbeltez aumenta
on α,
λ = αλo
1
de modo que el
anto varía
on
α y la
antidad de estru
tura variará al variar
las
omponentes verti
al y horizontal en la forma vista en el apartado anterior:
1
la
antidad verti
al variará disminuirá
on
α mientras que la horizontal lo
hará aumentará
on α. Así pues
1
W = W = + W k = αWo= + Wok
α
1
W = Wo= α +
α
= λ λo
W = Wo +
λo λ
2
λ λ
W = Wo= 1 + 2o .
λo λ
λ2
1
W = ψo Qlλ 1 + o2
2λo λ
2
λ
W = φQlλ 1 + 2o .
λ
bajos, de modo que las estru
turas reales resultan
on esbelte
es apre
iablemen-
te mayores a éstas, pues en tales problemas deben optimizarse
onjuntamente
otros parámetros del problema del proye
to,
omo la super
ie envolvente que
debe
errarse, o el volumen que debe a
ondi
ionarse, que mejoran apre
iable-
mente aumentando la esbeltez. De este modo el segundo término del sumando,
que nun
a al
anzará la unidad, se ha
e po
o relevante en buena parte de las
situa
iones reales, y la expresión es, por ello más ade
uada a la
omprensión de
las variables en juego.
La
antidad de estru
tura es, por tanto, dire
tamente propor
ional a la
arga,
el tamaño la luz en los
asos de exión y la esbeltez utilizada, salvo un
pequeño fa
tor
orre
tor que tiene es
asa inuen
ia en esbelte
es altas alejadas
de la óptima teóri
a.
Veremos esto
on más detalle en el próximo
apítulo.
ρ
P = W
σ
Además hemos visto que la expresión para la
antidad de estru
tura es del
tipo
W = γQlλ
on γ
onstante en algún
aso espe
ial por ejemplo si se
onsideran sólo los
or-
dones de solu
iones de
anto
onstante,
omo veremos en el próximo
apítulo
pero en general fun
ión de λ, aunque dependiente sólo levemente de ella en los
asos de esbeltez alta.
Consideraremos ahora las rela
iones posibles entre la
arga total Q y el peso
propio P. El
aso de referen
ia más sen
illo
onsiste en suponer que la forma
on que ambas
argas se distribuyen es análoga, es de
ir que en todo
aso la
arga total y el peso mantienen a lo largo de la luz de la estru
tura la misma
propor
ión, por lo que supondremos a partir de aquí que tal analogía de forma
es aproximadamente
ierta.
8 Ignoramos en lo que sigue los efe
tos lo
ales
omo pueden ser los de exión se
undaria
de las barras que forman la estru
tura, que supondremos sigue manteniendo
omportamiento
lo
al uniaxial.
CAPÍTULO 7. CANTIDAD DE ESTRUCTURA 157
la
arga total, es la
antidad de estru
tura por el peso espe
í
o y dividido por
la tensión de servi
io.
ρ
W = γP Lλ = γW Lλ
σ
por lo que eliminando W y despejando la luz L a la que
orresponde di
ha
situa
ión tenemos
1 σ
L=
γλ ρ
Cualidad importante de la expresión es que di
ho tamaño es independiente
de las dimensiones de las se
iones de la pieza: vale para
ualquier W o
ualquier
P es independiente de W y de P , es independiente, por tanto del propio
al
an
e
peso de la estru
tura
onsiderada y por ende vale
ualquiera que sea el área
dimensionado
bási
a de la ley de dimensionado elegida. El primer resultado es que el
de la estru
tura es independiente de su .
Es fá
il
omprender esto, ya que si suponemos que una
ierta estru
tura
dimensionada estri
tamente
on todas sus se
iones sometidas a la máxima
tensión admisible está en su límite de resisten
ia sólo
on su peso, aumentar
todas las se
iones propor
ionalmente manteniendo por tanto la misma ley
de dimensionado ha
e aumentar en la misma forma peso y resisten
ia, por
lo que la estru
tura sigue estando en el límite de resisten
ia. De este modo el
tamaño máximo que puede al
anzar no depende del dimensionado mismo.
Puede
omprenderse además que si
ambiásemos la resisten
ia del material,
disminuyéndola por ejemplo a una fra
ión χ de la ini
ial, la luz al
anzable sería
sólo esa misma fra
ión χ de la luz anterior L. Por la misma razón es fá
il ver que
la fra
ión de la tensión que
orresponderá al peso propio en una estru
tura de
luz l = χL es pre
isamente σp = χσ , quedando el resto de la tensión disponible
para resistir
argas adi
ionales.
tamaño insu-
De este modo el problema del peso propio puede tratarse geométri
amente
perable al
an
e
omo un problema de tamaño. En di
ho problema, al
anzado un
, o , la tensión del material se destina sólo a soportar el propio
peso, siendo inviable la estru
tura para un tamaño mayor. Para tamaños meno-
tamaño al
an
e
res al insuperable, o límite, la tensión empleada en sostener el propio peso es a
la resisten
ia total diponible
omo el es al .
l σp
χ= =
L σ
Es importante señalar aquí que en la expresión del al
an
e apare
en
omo pa-
longitud al
an
e
rámetros de la geometría de la estru
tura los términos adimensionales γ y λ, y
que la dimensión la longitud la aporta la del material, su
σ/ρ.
de inmediato que la rela
ión entre la
arga total y la
arga apli
ada ajena al
propio peso depende sólo del parámetro χ.
Q σ 1
= = σ
R σ − σp 1 − σp
Q 1
=
R 1−χ
La expresión puede interpretarse
omo un fa
tor de amplia
ión de la
arga exter-
na ajena al propio peso, amplia
ión ne
esaria para in
orporar di
ho peso propio.
tamaño al
an
e
Es un fa
tor de amplia
ión no lineal que depende de la propor
ión existente en-
talla
tre el de la estru
tura y el de la solu
ión empleada, propor
ión
al
an
e talla χ
que ha sido denominada en alguna o
asión.
e
ien
ia
Nótese por tanto que tanto el de la estru
tura L,
omo la ,
son magní
os
andidatos para denir la de la estru
tura, en tanto
que permiten prede
ir, para
ualesquiera tamaños del problema, la rela
ión entre
arga soportada y peso propio, rela
ión que según vimos es una de las expresiones
al
an
e L
más utilizadas para evaluar la e
ien
ia relativa de las solu
iones estru
turales.
talla
Pues en efe
to, dado el tamaño pretendido para la estru
tura, l , y el ,
χ
al
an
e
su
o
iente (su ) permite obtener di
ha rela
ión de e
ien
ia, siendo ésta
tanto mayor
uanto mayor es el
P
R Q−P 1− Q
= = P
P P Q
R 1−χ 1
= = −1
P χ χ
Sin embargo en la medida del al
an
e de una estru
tura o su talla queda in
luida
una dimensión pro
edente del material, por lo que para independizar el paráme-
tro de medida de e
ien
ia de la forma respe
to de las
ualidades del material
habremos de
onsiderar sólo los términos dependientes de la estru
tura, a saber,
γ, derivado de las propiedades geométri
as generales del tipo empleado, y λ, su
esbeltez, siendo la e
ien
ia inversamente propor
ional al produ
to de ambos.
La e
ien
ia de un tipo estru
tural se mide, pues, por el inverso del produ
to
de los parámetros de forma de la estru
tura que hemos denotado por γ y λ.
W = γQlλ.
ine
ien
ia
armar
on pre
isión que la
antidad de estru
tura invertida es propor
ional
tanto al tamaño del problema,
omo a la
arga apli
ada,
omo a la
empleada en la solu
ión, ine
ien
ia que nun
a al
anzará el valor
ero en las
obras humanas.
La
antidad de estru
tura depende por tanto dire
tamente de los términos:
λ La esbeltez de la pieza.
esquema
la geometría genéri
a de la se
ión, et
.,
ondi
iones todas ellas a las que
podríamos englobar en la denomina
ión de la solu
ión.
dimensionado espesor
De los términos anteriores el término de
arga remite, en forma que no
abe detallar más ahora, al
on
epto o idea de o de la
dimensionados
estru
tura. La razón de ello es sen
illamente que, para igual problema, distintas
argas supondrán distintos , y que si el resto de las
ondi
iones son
iguales, es de
ir que, si esquema, tamaño y propor
ión son iguales, la diferen
ia
de
arga entre dos solu
iones sólo supondrá diferen
ias entre los dimensionados
de las se
iones que mantendrán igual rela
ión de propor
ionalidad entre sí
que la que mantengan las
argas totales apli
adas en las dos solu
iones. Puede
on
ebirse, por tanto, que las se
iones de las piezas dependen de una ley o
fun
ión denida para
ada posi
ión de la estru
tura, ligada a esquema y esbeltez
de la estru
tura, y que puede estable
erse para una
ierta
arga total dada
denida
omo unidad, y que las se
iones reales serán el resultado de multipli
ar
di
ha fun
ión por la
arga total
onsiderada.
Vemos por lo tanto que pueden quedar des
ritos ini
ialmente
omo paráme-
tros esen
iales de la forma estru
tural los siguientes:
Propor
ión Esbeltez, rela
ión luz-
anto, propor
ión del re
uadro re
tangular
que
ir
uns
ribe la geometría de la solu
ión, vista en alzado.
Esquema Cara
terísti
as geométri
as, y
asi topológi
as del tipo de solu
ión
adoptado tipo estru
tural: veremos más adelante que in
orpora el tipo de
se
ión, la forma de la
arga, las
ondi
iones de apoyo. Se
ara
teriza por
CAPÍTULO 7. CANTIDAD DE ESTRUCTURA 160
un fa
tor de forma que resulta espe
ialmente sensible a las
ondi
iones
de
ontinuidad de las piezas e
tadas,
omo veremos en el
aso de las
vigas. Es igualmente sensible, aunque
on menos variabilidad, a las
on-
di
iones de apoyo disponibles bordes paralelos o
ontorno de un re
into
errado y depende nalmente
on sensibilidad menor aún de otros as-
pe
tos tipológi
os,
omo el trazado de la estru
tura siempre que éste
responda a formas estru
turales globalmente
orre
tas, et
.
Dimensionado o espesor o grosor de la solu
ión estru
tural. Este término pue-
de pre
isarse más y de forma adimensional, aunque no lo hagamos ahora
rigurosamente,
omo la rela
ión entre el espa
io o
upado por la estru
tura
y el máximo disponible para
olo
arla, una vez jados los parámetros an-
teriores. Este sería el
aso por ejemplo de la rela
ión entre el an
ho de una
serie de vigas re
tangulares paralelas que soportan un forjado dado, y la
separa
ión entre las mismas. Deriva dire
tamente, una vez jados los ante-
riores parámetros de forma, del valor de la
arga apli
ada a la estru
tura,
y tiene una relevan
ia nula en las
uestiones aso
iadas a la
ompara
ión
de la e
ien
ia estru
tural de tipos o solu
iones alternativas.
talla
terminan el al
an
e o tamaño insuperable del tipo estru
tural y la propor
ión
elegidas, siendo el
o
iente entre el tamaño real y el insuperable, la de la
estru
tura, la magnitud
lave en la determina
ión de la rela
ión entre el peso
propio y
arga útil que la estru
tura es
apaz de soportar.
Consumo en tipos
estru
turales bási
os
Vamos a re
orrer ahora algunas estima
iones de las
antidades de estru
-
tura en tipos estru
turales bási
os. Dada la deni
ión aportada en el
apítulo
anterior para esta la magnitud, sólo se están
onsiderando en la explora
ión de
los tipos estru
turales
orrespondientes las ne
esidades derivadas del
riterio de
resisten
ia. Es de
ir que estaremos hablando de
argas, leyes de momento o
or-
tante pre
isas para el equilibrio, et
., sin
onsidera
ión aquí de las
uestiones de
rigidez o estabilidad, aunque ya hemos visto la íntima rela
ión entre la rigidez
y la e
ien
ia medida por el inverso de la
antidad de estru
tura, rela
ión que
podremos emplear en
aso ne
esario.
W = |N |l
La sen
illez de la expresión es válida sólo en la medida en que le
orrespon-
de una sen
illez análoga en el diseño de la barra, de se
ión
onstante. No se
onsideran aquí las ne
esidades de rigidez en el
aso de la
ompresión, de
ara a
ombatir el pandeo, o las pe
uliaridades de la realiza
ión de los nudos
on que se
enlazan las piezas
on otras, que pueden suponer restri
iones adi
ionales
omo
uando, en
iertos
asos de piezas tra
ionadas, la unión tiene menor resisten
ia
que la se
ión de base que enlaza.
162
CAPÍTULO 8. CONSUMO EN TIPOS ESTRUCTURALES BÁSICOS 163
Diseño espe
ializado y separado de
ordones y del alma que une éstos.
Es el úni
o
aso en que pueden obtenerse solu
iones estri
tas de modo
general,
onstituyendo, por tanto, el
aso paradigmáti
o de la teoría de
diseño. Correspondería al
aso de piezas trianguladas o, en menor medida,
al diseño de vigas armadas de
hapa. Las de
isiones de diseño sobre
anto,
espesor o se
ión de las alas, y espesor del alma son independientes.
Diseño regido por la sele
ión de una se
ión de entre una serie monóto-
na de ellas,
omo por ejemplo, al elegir entre se
iones propor
ionales de
ualquier tipo, o en una de las series estandard de perles
onsiderada ais-
ladamente. En este
aso la de
isión sobre
anto está ligada a las de
isiones
sobre espesor de alas y espesor de alma.
Aunque los tres
asos son de interés, en lo que sigue se analiza sólo el primero
de ellos, dado que un objetivo de este apartado es preparar herramientas para
al
anzar en el próximo
apítulo una visión
ole
tiva de las solu
iones alternativas
a formas de
ubierta, en las que este primer
aso es de espe
ial relevan
ia.
que el onsumo real de material de estru tura en la viga estará aso iada a la
|M | M̃
Z Z
WM = |N | dl = 2 dl = 2
z z
denotando
on M̃ al área de la grá
a de momentos.
M̃ MI l
WM = 2 = 2ψ = 2ψMI λ
z z
La importan
ia de esta expresión es que ofre
e una posibilidad inmediata
de interpreta
ión en fun
ión de
ualidades del problema y del diseño adoptado,
omo son el momento isostáti
o, la esbeltez y las
ondi
iones de extremo y de
diseño de los
ordones.
T 2T
Z Z
WT = dl = dl
sin α cos α sin 2α
WT > 2T̃
WT > 4MI
CAPÍTULO 8. CONSUMO EN TIPOS ESTRUCTURALES BÁSICOS 166
sobre
ostes
tri
to. Algunos de estos fa
tores de ine
ien
ia son fá
iles de dedu
ir,
omo los
derivados del empleo del dimensionado
onstante frente al estri
to,
sin más que
omparar las respe
tivas áreas de
ortante efe
tivamente resistidas.
En el
aso de triangula
iones no óptimas, o de ángulos diferentes según familias
de diagonales o montantes, basta ha
er la suma de
ada familia, resultando los
sobre
ostes ̺ de la tabla siguiente.
Los sobre
ostes por ine
ien
ia en el ángulo deben multipli
arse por los deri-
vados de sobredimensionar el alma respe
to de la estri
tamente ne
esaria para la
ley de
ortantes existente
uando se dan simultáneamente ambas
ir
unstan
ias.
2̺
Wv > ψQφlλ 1 + .
ψλ
1 1 1
Resulta φ
igual a 2 para
arga puntual en el
entro, 4 par
arga uniforme, y 6
para
arga triangular entre el
entro y el apoyo, tal
omo se representan en la
gura 8.1.
CAPÍTULO 8. CONSUMO EN TIPOS ESTRUCTURALES BÁSICOS 167
dT
Z Z
Wa = Hl − z dx = Hl + pz dx
dx
En la integra
ión por partes se ha empleado el he
ho de integrar entre dos
puntos que tienen, bien
ortante
ero el eje de simetría de la estru
tura;
bien
ota verti
al
ero los apoyos del ar
o de modo que el resultado
onrma
la arma
ión: la
antidad de estru
tura del ar
o es igual a la del tirante Hl más
la de las péndolas, que es la que resulta medida por el segundo sumando.
Veamos pues el valor que resulta para el
onjunto
ompleto;
dT dz
Z Z Z
WA = 2 Hl + pz dx = 2 Hl + z dx = 2 Hl + T dx
dx dx
Z 2 !
T 1 T dx
Z
WA = 2 Hl + T dx = 2T0 l +α
H α T0 l
λ2
WA = 2MI λ 1 + 2o
λ
que puede demostrarse es de apli
a
ión
ualquiera que sea la ley de
argas
onsiderada, y la
orrespondiente forma del ar
o trazado. Basta expresar la
omponente horizontal y la
ota z del ar
o en fun
ión de la ley de momentos
M, el momento isostáti
o MI , y el
anto máximo del ar
o h:
CAPÍTULO 8. CONSUMO EN TIPOS ESTRUCTURALES BÁSICOS 169
M
Z Z
WA = 2 dx + 2zp dx
z
MI z hM
Z Z
WA = 2 dx + 2 p dx
zh MI
R
lM p dx
WA = 2MI λ + 2
M λ
R I
lM p dx
WA = 2MI λ 1 +
MI2 λ2
on óptimo para
qR
lM p dx
λo =
MI
lo que prueba la expresión.
El interés de ésta
onsiste en que,
omo hemos di
ho antes, en situa
iones de
simetría, el momento isostáti
o es igual a la rea
ión la mitad de la
arga
multipli
ada por la fra
ión φ de la luz
orrespondiente a la distan
ia media de
la
arga al apoyo, distan
ia que queda jada por el tipo de
arga. De este modo
MI = T0 φl = Q/2φl, y resulta
omo expresión para la
antidad de la estru
tura
la siguiente:
λ2
WA = φQlλ 1 + 2o
λ
expresión que tiene una altísima expresividad . Re
ordemos que φ vale 1/2
on
argas puntuales, 1/4
on
arga uniforme, y 1/6
on
arga bitriangular.
grá
o
en rela
ión
on las ya estimadas, por lo que vamos a
ambiar la forma del
razonamiento, para a
er
arla a un formato más , y por tanto más potente
en su
apa
idad des
riptiva.
Re
ordamos que hemos obtenido expresiones tanto para vigas
omo para
ar
os, de las que
onsideraremos ahora las
orrespondientes a estru
turas di-
mensionadas estri
tamente.
En el
aso de las vigas la
antidad de estru
tura in
luía dos partes. La prime-
ra parte
orresponde a los
ordones, responsables de la resisten
ia a momentos,
on
anto
onstante y por tanto
omponente horizontal variable propor
ional a
di
ha ley. La segunda parte
orresponde a las diagonales y montantes, respon-
sables por tanto de la resisten
ia frente a los
ortantes.
La expresión W = 2M̃I /z + 2T̃ = 2M̃ /z + 4MI puede representarse en una
gura en la que se sombrea el área de la grá
a de momentos, y el área de la
de
ortantes, que estarán entre sí en propor
iones que pueden dedu
irse
on
CAPÍTULO 8. CONSUMO EN TIPOS ESTRUCTURALES BÁSICOS 170
α 23 16
= 3λ
2
1 1
8
α= 2
λ
Puede verse en las
orrespondientes guras la
antidad de estru
tura aso
iada
a la existen
ia en
ordones de la
omponente horizontal,
onstante en el ar
o, y
variable en la viga.
Con estas ideas podemos ahora estimar la reper
usión de de
isiones formales
diferentes,
omo es la
er
ha
orrespondiente al
u
hillo español, o el
lási
o
triángulo en las solu
iones de diente de sierra. En ambas puede
onstatarse, en
la posi
ión del apoyo en el que
on
urren el
ordón horizontal y el in
linado
que, desde el punto de vista estru
tural,
orreponden a apoyos idénti
os a los
ar
o
que representaría un ar
o tangente a di
hos
ordones en el arranque. Dado que
la
arga es uniforme y el diagrama de momentos parabóli
o, di
ho tiene
anto mitad que el de referen
ia en el
entro del vano en el
aso del
u
hillo
español, y
anto igual a un
uarto de aquél en la forma triangular,
antos que
pasan a ser igual al de la viga de referen
ia en el
entro, y en el otro apoyo
CAPÍTULO 8. CONSUMO EN TIPOS ESTRUCTURALES BÁSICOS 171
respe
tivamente. En ambas posi
iones, pues, la
antidad de estru
tura horizontal
quedará reejada por un punto adi
ional, similar al de la viga de referen
ia
en la misma se
ión. Entre ambos puntos, la línea a trazar, que representa la
omponente horizontal a lo largo del
ordón inferior es fá
il de determinar:
dado que el produ
to de la fuerza horizontal por el
anto debe dar una ley
parabóli
a de momentos, y dado que el
anto sigue una ley lineal, la fuerza
horizontal seguirá igualmente otra ley lineal. Esto ja inmediatamente la grá
a
orrespondiente a la
omponente horizontal en
ordones.
en estru
tura en forma análoga a las
argas que han de sostenerse, sino en el
problema de la esbeltez lo
al implí
ita por una importante lejanía de la solu
ión
adoptada respe
to de la que sería óptima, y que
omo hemos visto
orrespon-
◦
dería a un ángulo en el arranque de 90 , puesto que
on
urren dos barras, una
arga
omprimida y otra tra
ionada, defe
to que además se produ
e en el punto don-
de la es mayor, y donde por tanto las exigen
ias de ajuste de la forma son
mayores, es de
ir en el apoyo.
De este modo una importante
on
lusión será la ne
esidad de
uidar ade-
uadamente las
ondi
iones en el arranque de la estru
tura que serán, junto
on
las
ualidades globales de la forma, determinantes en el
onsumo nal.
M̃
W =2 + 2T̃ = 2ψMI λ + 4MI
z
Si referimos el problema a la unidad de longitud en el
ontorno, resulta que la
rea
ión es la
arga lineal unitaria máxima multipli
ada por la luz y dividida por
4; la resultante de la
arga está
olo
ada a una distan
ia del apoyo equivalente a
2 2
un sexto de la luz, de modo que el máximo momento es ql /24 frente al ql /8
de las vigas paralelas
on ley de momentos de ter
er grado. El fa
tor ψ es, pues,
3/4. Por unidad de longitud del
ontorno el ahorro del dimensionado estri
to
frente al dimensionado
onstante de los
ordones es de 1/4. Para el dimensionado
de la triangula
ión la
arga triangular supone una rea
ión igual a la
arga lineal
máxima multipli
ada por un
uarto de la luz, y la ley de
ortantes parabóli
a
supone un área estri
ta igual al ter
io de la
orrespondiente al dimensionado
onstante.
Resultan pues, para dimensionado
onstante, y llamando Q a la
arga total
sobre
ada
er
ha:
ql2 1
WM = 2 λ = Qlλ;
24 6
ql
WT = 2 l = Ql
4
Los ahorros sobre estas
antidades
orrespondientes al dimensionado estri
to
son de 1/4 en
ordones y 2/3 en la triangula
ión.
CAPÍTULO 8. CONSUMO EN TIPOS ESTRUCTURALES BÁSICOS 174
pla
a
El
aso de la pla
a mere
e aten
ión, pues se trata de una alternativa bidire
-
ional a la red radial de
er
has. Consideraremos aquí
omo una solu
ión
bidire
ional triangulada, no ne
esariamente isótropa (por diferen
ia de dimen-
sionado en dire
iones ortogonales). Dada la simetría axial, se trata más bien
de un emparrillado de vigas radiales y
ir
unferen
iales, en el que, al
oin
idir
pla
a
las dire
iones prin
ipales de rigidez
on las dire
iones prin
ipales de esfuer-
zos, el
omportamiento es de . Pero se trata de un problema que, desde
la perspe
tiva del análisis es hiperestáti
o, lo que exige para éste un dimensio-
nado detallado. Ahora bien, desde la perspe
tiva del diseño los
asos que son
hiperestáti
os para el análisis no suponen por el
ontrario mayor problema en
ninguna de las
ir
unstan
ias en que usualmente se presentan. Pues en efe
to, lo
que estable
e la teoría es que en las estru
turas hiperestáti
as deben
umplirse
simultáneamente las
ondi
iones de equilibrio, las de
ompatibilidad, y las que
expresan las rela
iones materiales, y esto puede estable
erse dire
tamente en las
restri
iones del diseño que se adopta.
A
tuamos, pues así. Para ello debemos estable
er un sistema de esfuerzos en
equilibrio entre sí y
on las
argas. Debe igualmente estable
erse un dimensiona-
do de la estru
tura que, para este sistema de esfuerzos, haga que las deforma
io-
nes resultantes de las
ondi
iones que regulan las rela
iones entre deforma
ión y
esfuerzo rela
iones
onstitutivas de los materiales sean dire
tamente
om-
patibles.
Usemos
omo forma de referen
ia la primera versión de las de la gura 8.9
y elijamos
omo sistema de esfuerzos equilibrados los que resultan de igualar
todos los momentos e
tores
ir
unferen
iales es de
ir, exa
tamente el siste-
ma de esfuerzos que el modelo de pla
as en rotura atribuye a la pla
a
ir
ular
isótropa. Como rela
iones
onstitutivas emplearemos las que ligan momentos
on
urvaturas, ignorando las que ligan
ortantes
on distorsiones . Elegimos
1
1 Podemos observar que los
ortantes están sólo en las dire
iones radiales y que la distor-
sión que les
orresponde no afe
ta a las longitudes de los
ordones de la versión de pla
a
onsiderada de entre las reejadas en la gura 8.9.
CAPÍTULO 8. CONSUMO EN TIPOS ESTRUCTURALES BÁSICOS 175
Resulta enton
es que los
ortantes son iguales a la
arga del se
tor esféri
o
que soportan y los momentos
ir
unferen
iales son iguales en toda se
ión radial
2
a ql /24. Los momentos radiales pueden determinarse a partir de éstos y de los
ortantes, resultando una ley parabóli
a
on máximo en el
entro, que, expresada
en fun
ión del diámetro φ
onsiderado, queda de la forma
2 !
ql2 φ
Mr = 1− .
24 l
Con todo ello podemos pro
eder. Tendremos en primer lugar que la
antidad
de estru
tura que resulta en montantes y diagonales en la solu
ión estri
ta será
la misma que la ya obtenida en el
aso anterior, al tratarse sólo de
ortantes
en la dire
ión radial. En efe
to, si el dimensionado es estri
to,
omo la ley de
ortantes es
θr2
T rθ = ,
2
qr
T =
2
tendremos que el doble del volumen de
ortantes en toda la pla
a será
qr R3 1
Z
WT = 2 2πr dr = 2πq = Ql
2 3 3
La
antidad de estru
tura teóri
a para dimensionado
onstante
uando
la densidad de barras del alma es isótropa e igual en toda la super
ie a la
requerida junto a los apoyos sería:
1
WT = 2πR2 Tm = QR = Ql
2
La
antidad de estru
tura en
ordones resultará de la suma de la de los
ordones radiales y la de los
ir
unferen
iales. Si empleamos la expresión de dos
CAPÍTULO 8. CONSUMO EN TIPOS ESTRUCTURALES BÁSICOS 176
Por otro lado, para enun
iar las prin
ipales rela
iones entre esta magnitud
y las
ualidades de la forma nos basta por ahora
on los
asos anteriores, que
habrá todavía que analizar
on más detalle desde
on
eptos propios de la forma
misma.
In
luimos en
ualquier
aso aquí una pequeña tabla resumen de valores ob-
tenidos hasta el momento, y apli
ados ya a la
ompara
ión de solu
iones es-
tru
turales. Por ello la tabla se apli
a sólo a problemas de
arga
omparable: a
problemas de
arga uniforme por unidad de super
ie.
En todos los
asos uni
amos el formato a expresiones dependientes de la
arga total Q, la luz l , y la esbeltez λ.
λ2
W ≥ φQlλ 1 + 2o = γQlλ (8.1)
λ
La última forma de la expresión, idénti
a a la dedu
ida teóri
amente en el
apartado 7.3 es de apli
a
ión aun siendo γ fun
ión de λ, si se
onsidera que en
los
asos más usuales la esbeltez real será alta en
ompara
ión
on la óptima,
y el término que disminuye
on la esbeltez resultará pequeño despre
iable
in
luso a ve
es en
ompara
ión
on el otro.
Podría
onsiderarse una forma algo más
ompleja si se
ompleta el polinomio
entre paréntesis
on el término del grado que falta, que por suponer
onsumo
onstante e independiente de la esbeltez no afe
taría al óptimo para lo que
abe proponer la forma más general, aunque menos expresiva que la anterior:
α λ2
W ≥ φQlλ 1 + + 2o = γQlλ
λ λ
179
CAPÍTULO 9. PLANOS PARALELOS: SOLUCIONES ADINTELADAS 180
l : Luz de la viga
h : Canto de la viga
b : An ho de la viga
3
I : Iner
ia de la se
ión. (bd /12 en este diseño.)
α1 : Fa tor por ondi ión de extremo en el ortante (1 en ondi iones simétri as)
ls β1 τ 1
≤2
hb α1 q 1 + hρ
qs/b
l2 s β2 σ 1
2
≤8
h b α2 q 1 + hρ
qs/b
l3 s β3 E 1
3
≤ 384
h b α3 q 1 + hρ
qs/b
Llamamos
λb al
o
iente s/b, λh al
o
iente l/h; ha
emos asimismo µ =
hρ
1+ qs/b ; de este modo µq es la
arga total, in
luido el peso propio y µ vale
3 El
onsiderar la
arga total
arga externa más peso propio
omo una amplia
ión de
la
arga externa resultará extremadamente útil,
omo se verá más adelante, y
omo se intuye
de lo expuesto en el
apítulo 7.
CAPÍTULO 9. PLANOS PARALELOS: SOLUCIONES ADINTELADAS 182
λt =
K2 σ
K1 τ
; Esbeltez base
, o esbeltez
ríti
a a
ortante
(9.3)
K3 E
λl = ; Esbeltez límite
K2 σ
Hay que ha
er
onstar que los anteriores
on
eptos, aun estable
idos para
un
aso parti
ular de proye
to, a saber, se
iones homogéneas y re
tangulares
de un material isótropo, pueden igualmente estable
erse para otras situa
iones
en las que,
omo hemos di
ho al prin
ipio, puedan desligarse las de
isiones sobre
el
anto de la estru
tura de las de
isiones sobre su an
hura y espesor. Por ejem-
plo, si
onsideramos vigas de hormigón armado, y analizamos el
ontrovertido
problema de la e
ha, tenemos los siguientes pasos en la
omproba
ión:
2
qsl
f 1 α1 qsl4 α1 8 l
= =
l l 384 K 48 0,7Es As d2
f α1 Mi l
=
l 48 0,7Es α0,85d
2 Mi 2
d
l
Si denotamos ahora
d = λ′ , resulta
f α1 λ′
=
l α2 40 Ef s
s
f α1 λ′
=
l α2 30000
donde la ultima expresión es válida para a
ero BS500, y donde se
omprueba
que el requisito de e
ha se al
anza por
riterios de esbeltez si se usa toda la
apa
idad de resisten
ia del material. Esto muestra que la esbeltez límite puede
estable
erse por
ualquier
riterio a
eptable, y,
ono
ida la expresión ade
uada
para dimensionar las se
iones por exión expresión que puede estable
erse
por pro
edimientos análogos a los empleados para la se
ión re
tangular isótro-
pa, pero apli
ados a expresiones de la resisten
ia de piezas armadas
on
uantías
prejadas puede derivarse de ella y de la esbeltez límite la
orrespondiente
expresión para dimensionar por razones de limita
ión de deforma
ión, al obte-
σ
nerse K3 = λl K2 E = λl K2 ǫ. De igual modo puede estable
erse la ne
esidad de
se
ión para asegurar la
apa
idad resistente a
ortante mediante las expresiones
que limitan la
ompresión de las bielas en el hormigón, expresiones que imponen
un límite mínimo a la se
ión requerida por
ortante, obteniendo expresiones
semejantes y dimensionalmente
onsistentes
on las del
aso isótropo. La
on-
lusión es que las
omproba
iones pueden formularse en formatos bási
amente
geométri
os.
τ
λh λb ≤ K1 = Kτ ;
q
σ
λ2h λb ≤ K2 = Kσ ; (9.4)
q
E
λ3h λb ≤ K3 = Kδ ;
q
Como se ve se trata de estru
turas en las que existe propor
ionalidad entre
las solu
iones, dado que las
ondi
iones de
omproba
ión determinan la forma
anto, dimensionado en términos de propor
iones.
Para estru
turas sin
arga externa las expresiones pueden rees
ribirse en
términos del tamaño de la estru
tura. Consideremos por ejemplo el
aso de la
CAPÍTULO 9. PLANOS PARALELOS: SOLUCIONES ADINTELADAS 184
τ τ
l≤ K1 ; l ≤ K1 ;
ρ ρ
1 σ σ
l ≤ K2 ; lλh ≤ K2 ; (9.5)
λh ρ ρ
1 E E
l ≤ K3 2 ; lλ2h ≤ K3
λh ρ ρ
Resulta por lo tanto que l , la luz solu
ión el tamaño máximo al
anzable
sólo depende de la esbeltez geométri
a de la pieza de su propor
ión en alzado
y de otras
ondi
iones, todas ellas ajenas al dimensionado,
omo se vio en el
apítulo anterior.
Re
ordamos ahora el he
ho fundamental de que, para dimensiones menores
a la máxima, la fra
ión de la tensión empleada en soportar el peso propio es
igual a la fra
ión entre la luz real de la pieza y la que
orresponde a su tamaño
máximo. En efe
to, para di
ho máximo, la tensión es la máxima admisible del
material, y el tamaño al
anzado es propor
ional a di
ha tensión. Redu
ir la
tensión admisible a una
ierta fra
ión de aquélla impli
a redu
ir el tamaño
posible a una fra
ión idénti
a. De este modo, la propor
ión entre tamaños es
igual a la que existe entre las tensiones requeridas para soportar el peso de la
estru
tura.
Vemos reprodu
ida la importantísima
on
lusión de que si
ono
emos el ta-
maño que no puede ser superado teóri
amente por una solu
ión estru
tural
on
reta, una estru
tura propor
ional de tamaño menor tendrá una reserva de
resisten
ia para resistir
arga externa que podrá medirse por la propor
ión entre
la dimensión que le falta a la estru
tura para al
anzar di
ho tamaño máximo y
éste mismo.
Es de
ir, si llamamos L, Al
an
e, a di
ho tamaño máximo, y l al tamaño de
la estru
tura
onsiderada, y llamamos σ , σp , y σq respe
tivamente a la tensión
de servi
io del material, y a las partes de tensión empleadas en soportar el
peso propio y la
arga externa, resulta que
omo σ = σp + σq se veri
an las
rela
iones:
l σp σp 1 1
= = = =
L σ σp + σq 1 + σq /σp χ
Consideremos ahora que tanto τ /ρ,
omo σ/ρ, o E/ρ son longitudes que
dependen del material elegido, y que los demás términos en Ki dependen sólo
del problema y del tipo de solu
ión elegidos. Se
omprenderá enton
es el interés
del análisis realizado: podemos abordar las
omproba
iones de la viga, tanto
si
onsideramos sólo la
arga ajena al propio peso
omo si
onsideramos sólo
CAPÍTULO 9. PLANOS PARALELOS: SOLUCIONES ADINTELADAS 185
Figura 9.2: Rela iones entre tamaños y efe tos del propio peso.
τ τ
λh λb ≤ K1 = Kτ ; l ≤ K1 = Lτ
q ρ
σ 1 σ
λ2h λb ≤ K2 = Kσ ; l ≤ K2 = Lσ
q λh ρ
E 1 E
λ3h λb ≤ K3 = Kδ ; l ≤ K3 2 = Lδ
q λh ρ
Am
2
qs + (Ac + cos α )ρ l Ac
≤ σz
8 2
8 Ac
l2 ≤ Am
σh
2 qs + (Ac + cos α )ρ
Ac σ
l2 ≤ 4 Am ρ h
2
hs q 1 + (Ac + cos )
α qs
Ac σ
λ2h ≤ 4
hs µq
expresiones en las que se ha identi
ado aproximadamante z brazo de palan
a
entre
ordones
on h
anto.
En la última expresión se re
ono
en de inmediato los términos ya des
ritos
de esbeltez, esquema, dimensionado, así
omo la amplia
ión de
arga derivada
del tamaño relativo, resultando
omo último término de la misma el
o
iente
σ/q o σ/µq si se
onsidera el peso propio que expresa la rela
ión entre
las intensidades de presión
orrespondientes a la resisten
ia del material y a la
arga.
dimensionado
Las anteriores
onsidera
iones estable
en una interesante pre
isión sobre el
objeto estru
tural de la propiedad denida
omo , espesor, o gro-
sos, que no es otra que aportar la
apa
idad para resistir las
argas existentes
aprove
hando el margen de resisten
ia que se deriva de usar tamaños menores
CAPÍTULO 9. PLANOS PARALELOS: SOLUCIONES ADINTELADAS 188
rmitas
semánti
o
omo elemento arquite
tóni
o impli
ado en el estable
imiento de la
de la obra.
Esta
ualidad simbóli
a de las grandes
ubiertas ha sido una
onstante de la
arquite
tura, aun
uando la extrema diversidad de solu
iones formales sea sólo
una realidad re
iente, puesto que requiere del uso de materiales e
a
es tanto
189
CAPÍTULO 10. CUBIERTAS: SOLUCIONES CURVAS. 190
en tra
ión
omo en
ompresión para al
anzar toda su virtualidad. En las edi-
a
iones del pasado di
ha diversidad quedaba par
ialmente limitada al quedar
restringida por las
apa
idades de los materiales
ompresibles fábri
as, o a
las posibilidades de ensamblaje de la madera.
Para ha
er el re
orrido formal
onsideraremos
omo referen
ia uno de los dos
problemas
lási
os de resisten
ia de materiales desde Galileo: el
ru
e de un vano
on solu
iones biapoyadas. (El otro es el voladizo). Se
onsideran su
esivamente
diferentes versiones de la forma apoyada en dos extemos del re
into, sus varian-
tes
uando el apoyo se lleva al
ontorno
ompleto del re
into, y las alternativas
anillo-radios-malla
que se dedu
en de las reglas de transforma
ión vistas en anteriores apartados,
de viga en ar
o
a saber la regla de identidad que aporta
ambios de geo-
metría en planta o la transforma
ión
on
ambios en el
alzado. Vimos en el apartado 7.2.1 que la primera, representada en la gura
7.4, era un importantísimo
orolario del teorema de Maxwell. Hemos podido
omprobar también, en el apartado 8.4, que la segunda de estas transforma-
iones no supone diferen
ias muy importantes en la
antidad de estru
tura, a
igualdad en las
ondi
iones de idoneidad en el apoyo y de
ontinuidad, por lo
que ambas transforma
iones son opera
iones legítimas si pretendemos re
orrer
formas estru
turales
omparables en e
ien
ia. El re
orrido que aquí presenta-
mos es por ello esen
ialmente
ualitativo, basado en las ideas
onstruidas en los
anteriores
apítulos.
10.1.1. Viga
La solu
ión de viga, en el
aso de
ubiertas, puede ser de se
ión ma
iza
aso de la madera o aligerada, por triangula
ión o refuerzo, y en dimensiones
pequeñas y medias es insustituible. La viga debe desdoblarse para redu
ir la
dimensión transversal, y las separa
iones entre vigas tratan en general de mini-
mizar los
ostes de las siguientes familias, situándose en un rango difuso entre
1/3 de la luz y 2 metros más 1/8 de la luz.
Las solu
iones de viga pueden aprove
har la
ontinuidad, redu
iendo el área
de momentos si es posible
olo
ar soportes en el interior, lo que debe ha
erse
siempre que el uso lo permita.
CAPÍTULO 10. CUBIERTAS: SOLUCIONES CURVAS. 191
10.1.2. Emparrillado
El desdoblamiento de las vigas y su
ambio de dire
ión da lugar al emparri-
llado que, a igualdad de otras
ara
terísti
as, tiene un
oste teóri
o levemente
menor dado que la proximidad de las
argas al apoyo mejora. La redu
ión
se aso
ia al fa
tor de di
ha mejora, que pasa a ser
er
ano aunque mayor
a 1/6, frente al 1/4 de la solu
ión pre
edente, a
ambio de mayor
ompleji-
dad y di
ultad
onstru
tiva, en parti
ular en lo que se reere a la ne
esaria
ontinuidad de los
ordones tra
ionados.
Hay ventaja adi
ional en la redu
ión del problema de pandeo del
ordón
omprimido, y las solu
iones que resuelven el
erramiento de la super
ie me-
diante elementos
uadrados
on
uerdan razonablemente
on el tipo, ade
uado
por tanto para soportar paños de vidrio.
Figura 10.7: Ar os
10.1.4. Ar
os
ruzados.
El paso al
omportamiento bidire
ional, en la misma forma en que se lo-
graba en vigas, puede a
ometerse
on
anto variable, en ar
os, pero ahora la
restri
ión de mantener los
ordones a la misma
ota en los puntos de
ru
e
obliga a modi
ar el
ontorno del apoyo, pasando a formas poligonales o
urvas,
en las que la más sen
illa será la
ir
unferen
ia para
ubrir super
ies
ir
ulares.
Ahora bien, a partir de esta solu
ión, la malla de tirantes puede ser sustituida
por un anillo, que será en gran medida equivalente a la malla pre
edente para
las
argas predominantes, si bien deberá soportar las exiones derivadas, en
los
asos de
arga alternante, de las diferen
ias de regularidad en los empujes
radiales que resultan. Igualmente a los
asos anteriores, la rigidez del ar
o puede
exigir se
iones que
onvenga aligerar mediante una triangula
ión lo
al.
Pero además ahora puede
onsiderarse la posibilidad de invertir las dos fa-
milias de ar
os para
rear una malla de
ables
argada
ontra un anillo en
ompresión, solu
ión de es
asa rigidez, o invertir sólo una de ellas y
rear una
familia de ar
os
ompartiendo
arga
on una familia de
atenarias. Si además
onsideramos el empleo de materiales de alta resisten
ia en tra
ión, la solu
ión
CAPÍTULO 10. CUBIERTAS: SOLUCIONES CURVAS. 194
anillo
de las gravitatorias.
En esta geometría, el exterior se transforma en un ar
o in
linado
sometido a
argas en la dire
ión de la super
ie de
erramiento,
argas que son
transversales a la dire
triz del ar
o en la
lave, y que se a
er
an progresivamente
a la tangente a di
ha dire
triz en las
otas inferiores. Este ar
o, en general,
tendrá puntos de apoyo o tirantes en su proye
ión verti
al, pero lleva la parte
bási
a de su
arga a sus puntos de apoyo, que se han solu
ionado en los ejemplos
onstruidos
on variantes diversas, siempre
on una importante menor e
ien
ia
general a la de las familias anteriores al haberse alejado seriamente las
argas
de los puntos nales de apoyo en la
imenta
ión.
zados por ar
os radiales, para,
on la misma e
ien
ia, obtener una solu
ión que
onstru
tivamente es más regular, salvo en el punto singular en que se
ruzan
tales ar
os. Di
hos ar
os pueden requerir igualmente su rigidiza
ión lo
al, lo que
ompli
a aún más el en
uentro en el punto úni
o de
ru
e que
ongura la
lave.
Di
ho punto singular, de imposible fa
tura, se resuelve sustituyendo lo
al-
mente los ar
os
onvergentes por un anillo de
ompresión la solu
ión
lási
a
en las
onstru
iones históri
as de piedra
onsiste en un ma
izo que fun
iona
omo dis
o
omprimido biaxialmentede modo que se resuelve el en
uentro de
los n medios ar
os por n en
uentros iguales al anillo
entral, que puede ser de
las dimensiones requeridas para fa
ilitar la unión.
Pero ese anillo puede igualmente ser sustituido por una malla super
ial, y
una vez ini
iado ese
amino, pro
eder a extender la malla a toda la super
ie
que
ubre la solu
ión, dando origen a las
úpulas.
Las
úpulas aportan ahora una variante de altísima importan
ia, al añadir
anillos a lo largo de toda la altura: ahora la forma puede ser rígida si lo es la
forma del apoyo, de modo que se ne
esitan dimensiones mayores para forzar el
salto de
omplejidad que supondría desdoblar las barras individuales en piezas
ompuestas, siendo usual que el siguiente salto en
omplejidad venga denido
por la ne
esidad de rigidez
onjunta de regiones amplias de la super
ie envol-
vente, lo que exigirá pasar a solu
iones de doble (en
asos extremos de triple)
apa. En este
aso las dos
apas son en la mayor parte de los
asos las
aras de
una solu
ión que lo
almente es análoga a los emparrillados o mallas de pirámide
uadrada.
CAPÍTULO 10. CUBIERTAS: SOLUCIONES CURVAS. 196
Pueden sustituirse, sin pérdida de e
ien
ia, parte de los esfuerzos radiales
de los
ordones
omprimido y tra
ionado por esfuerzos en anillos intermedios,
dando lugar a solu
iones
on mayor número de piezas y de e
a
ia análoga,
pero más ade
uadas por su mayor densidad a las situa
iones que requieren
dimensionados mayores, apli
ables por tanto a las solu
iones
on
anto limitado.
10.1.7. Catenarias
La otra alternativa de forma es
ambiar la forma de los
ordones. Puesto que
ya vimos el
aso de los
ordones
omprimidos
urvos, los ar
os radiales,
urvamos
el
ordón tra
ionado y tenemos las solu
iones de
atenaria radial, en las que
muy a menudo el anillo
entral interior es de gran tamaño, dejando abierta
una fra
ión muy importante de la super
ie
ubierta. Si unimos, nalmente,
ar
os y
atenarias, tendremos el origen de las solu
iones lenti
ulares, en las
CAPÍTULO 10. CUBIERTAS: SOLUCIONES CURVAS. 197
des ribir los prin ipios bási os del análisis estru tural,
y todo ello nos ha permitido re
orrer formas alternativas para resolver un mismo
problema
on
ono
imiento y
ontrol su
iente sobre las reper
usiones de las
altera
iones realizadas al pasar de unas solu
iones a otras.
En di
ho re
orrido se ha podido estable
er un importante
úmulo de in-
forma
ión relevante en los pro
esos de proye
to de la forma estru
tural, que
podemos
atalogar en varios apartados
11.0.9. Análisis
Las
ondi
iones de equilibrio,
ompatibilidad y rigidez son ne
esarias y
su
ientes para resolver
ualquier problema estru
tural que no sea es-
tri
tamente isostáti
o, aun
uando su formula
ión resulta diferente en los
enfoques elásti
o o plásti
o.
El prin
ipio de los trabajos virtuales propor
iona una poderosa herramien-
ta para la des
rip
ión y manipula
ión de estados equilibrados o
ompati-
bles, apta en
ualquier método de análisis.
Los prin
ipios del análisis plásti
o garantizan la seguridad de las solu-
iones aun
uando las rela
iones de rigidez empleadas sean impre
isas o
in
orre
tas, siempre que estén su
ientemente garantizados el equilibrio,
la estabilidad y la du
tilidad
199
CAPÍTULO 11. GEOMETRÍA Y ESTRUCTURA. CONCLUSIONES 200
Con todo ello, las posibilidades que propor
iona el análisis son de enverga-
dura su
iente para abordar
asi
ualquier problema
on
ebible, aunque el
oste del análisis puede ser de
ierta importan
ia, por lo que ya es relevan-
te estable
er una fase previa al análisis que reexione sobre la pertinen
ia
y utilidad del análisis mismo.
11.0.10. Proye
to
La forma estru
tural tiene relevan
ia fundamental en el
omportamiento
de la estru
tura,
onsiderando
omo parte de di
ha forma tanto la dispo-
si
ión de los elementos de la estru
tura
omo la disposi
ión de las
argas.
Hemos visto que los parámetros bási
os del
oste, que se dedu
en de las
expresiones de la
antidad de estru
tura y de las que
ara
terizan el tamaño
máximo de una estru
tura eran
Propor
ión Esbeltez, rela
ión luz-
anto, propor
ión del re
uadro re
tangular
que
ir
uns
ribe la geometría de la solu
ión, vista en alzado. El
oste
estru
tural depende íntimamente de di
ha magnitud, siendo
asi dire
ta-
mente propor
ional a ella
uado su valor es alto.
Esquema Cara
terísti
as geométri
as, del tipo de solu
ión adoptado, del tipo
estru
tural. Contiene
omo
omponentes esen
iales
La forma del apoyo,
ara
terizado por el ángulo que forman entre sí
los elementos tra
ionados
on los
omprimidos, en las proximidades
de éste, de modo que los ángulos de 90º
ara
terizan los óptimos,
on
sobre
ostes importantes para ángulos menores, que pueden estimar-
se mediante las esbelte
es implí
itas en tipos de análogo ángulo de
arranque.
201
Apéndi
e A
202
de estru
tura
ompleta, y de rela
ión entre esfuerzos y
argas son las siguientes:
0, 866 0 0
−0, 5 0 0, 6428 EA
H= k= , 1 0 0
0, 866 1 0, 766 l2
0 0 0, 766
f1 −0, 8138 0, 358
EA 0, 53300 0, 0021887 F
K= , f2 = −0, 00196 0, 476 x .
l2 0, 0021887 2, 09892 Fz
f3 0, 9226 0, 278
Para el pórti
o, el diagrama de momentos de equilibrio es el de la gura.
203
Apéndi
e B
dire
iones
Sin embargo di
has
onstantes sólo determinan tres puntos de la super
ie
de uen
ia,
orrespondientes a tres de esfuerzo independientes, y la
forma habitual de
ombinar esfuerzos
orrespondientes a di
has dire
iones es
puramente lineal, es de
ir, limitando las resisten
ias al plano que pasa por los
tres puntos reseñados.
dire
iones
La región de la super
ie
ompleta real para un
ierto perl limitada por el
triedro
oordenado
orrespondiente a di
has podría estar represen-
tado por la super
ie de trazos de la gura B.1. En ella se identi
an regiones de
ompresión dominante, A y C, o de exión dominante B y D, y puede intuirse
el muy probable sobredimensionado que se produ
irá en las situa
iones en las
que no haya un predominio importante de alguno de los esfuerzos
onsiderados.
Una aproxima
ión sen
illa a la super
ie de rotura real puede venir dada por
su trun
amiento a los planos denidos por las líneas
ontinuas de la gura
itada,
planos que quedan determinados por
uatro puntos adi
ionales para distintas
ondi
iones de
ombina
ión de esfuerzos. Podemos determinar las
onstantes
me
áni
as ne
esarias para
ara
terizar di
has
ondi
iones eligiendo las
orres-
pondientes situa
iones de rotura, por ejemplo, tal
omo se representan en la
gura B.2. En ella se identi
an las
onstantes adi
ionales requeridas para iden-
ti
ar las
ondi
iones de rotura plásti
a a partir de la existen
ia de máximos en
las tensiones, de signo opuesto, de a
uerdo a los
riterios de diferen
ia de
olor
estable
idos.
Consideremos ahora para
ualquier estado de
arga a que se vea sometido
el perl el ve
tor que representa el triplete de esfuerzos NE MEy MEz . El
oe
iente de seguridad será el
o
iente entre la longitud del segmento que une el
origen
on la posi
ión de
orte de la re
ta que
ontiene a di
ho ve
tor y la super-
ie límite, entre la magnitud del ve
tor, opera
ión que resulta fá
il de realizar
204
Figura B.1: Aproxima
ión a super
ie límite en perles
205
en un
ontexto informáti
o, sin más que re
orrer los seis planos representados
que denen di
ha super
ie límite. La ventaja de realizar esta
omproba
ión
puede observarse
omparando en las guras de B.3 la super
ie límite frente
al resultado habitual de
ombinar linealmente los efe
tos para
ada una de las
omponentes del triplete de esfuerzos.
Como ilustra
ión prá
ti
a de las posibilidades que aporta el empleo de las herra-
mientas genéri
as de mayor utilidad disponibles en el
ontexto de unix linux, se
reseña el trazado de la primera de las guras de B.3. La gura se ha generado
on
gnuplot, aprove
hando las posibilidades que brinda una base de datos de perles mante-
nida mediante Postgresql, en la que se ha implementado una fun
ión de
omproba
ión
omo la sugerida arriba. La gura se obtuvo mediante la instru
ión siguiente:
splot [a=0:1℄[b=0:1℄[0:1℄ 1-a-b t 'modelo lineal' lt 0 , \
"< psql -t -
\"sele
t p.id, \
a.a*
omprob_plasti
o_fq(p,p.a*a.a,p.wply*b.a,p.wplz*(1-a.a-b.a)), \
b.a*
omprob_plasti
o_fq(p,p.a*a.a,p.wply*b.a,p.wplz*(1-a.a-b.a)), \
(1-a.a-b.a)*
omprob_plasti
o_fq(p,p.a*a.a,p.wply*b.a,p.wplz*(1-a.a-b.a)) \
from perfiles p, lista a, lista b \
where p.id ~ 'HE100B' \
order by a.a,b.a; \" \
baseperfiles | awk '$5==0 {print \"\";print} $5!=0 {print}' " \
using 3:5:7 title 'HEB 100 plásti
o' with lines lt 1 , \
"< psql -t -
\"sele
t p.id, \
a.a*
omprob_plasti
o_fq(p,p.a*a.a,p.wply*b.a,p.wplz*(1-a.a-b.a)), \
b.a*
omprob_plasti
o_fq(p,p.a*a.a,p.wply*b.a,p.wplz*(1-a.a-b.a)), \
(1-a.a-b.a)*
omprob_plasti
o_fq(p,p.a*a.a,p.wply*b.a,p.wplz*(1-a.a-b.a)) \
from perfiles p, lista a, lista b \
where p.id ~ 'HE300B' \
order by a.a,b.a; \" \
baseperfiles " using 3:5:7 t 'HEB 300 plásti
o'
Se re
ono
e en el texto de la orden el trazado del plano lineal por la primera línea
de la instru
ión splot de gnuplot, la alimenta
ión a éste vía < de los datos de la
super
ie límite a
omparar, sele
ionados mediante la
láusula using del listado
generado por el uso del
liente de Postgresql psql. El
liente determina, mediante
la instru
ión sele
t, la mejora en el ve
tor de
arga derivada del modelo plásti
o
de
omproba
ión. Los valores se obtienen operando la base de datos baseperfiles
que
ontiene los de los laminados elegidos. Se observa nalmente, y para el
aso del
perl pequeño, el empleo del ltro de textos awk, que formatea la salida de psql a
la requerida por gnuplot para trazar la malla que aproxima la super
ie partiendo
de la matriz de puntos vertida por psql, matriz que se
orresponde
on las listas de
oordenadas a y b denidas en la tabla lista, en dé
imos entre 0 y 1. Para el perl
grande no se usa tal
ambio de formato, por lo que el trazado resultante es sólo de
los puntos elegidos los
uadrados de la grá
a. Puede verse igualmente que la
fun
ión
omprob_plasti
o_fq fa
tor de
arga en
omproba
ión plásti
a emplea
uatro parámetros, a saber, el perl p, y los valores de los esfuerzos salvo tensión de
ompara
ión, ˆN /f M /f M /f ˜. La fun
ión devuelve el
orrespondiente
fa
tor de
arga para tales esfuerzos. Los datos suministrados para generar la grá
a
E y Ey y Ez y
son los de las
oordenadas de
ada
aso límite para el supuesto lineal, y es di
ho ve
-
tor, aumentado en el
orrespondiente fa
tor de
arga, el que representa el punto de la
super
ie límite en el supuesto plásti
o.
Se adjuntan a
ontinua
ión tablas de propiedades me
áni
as de varias series
de perles, in
luyendo las propiedades identi
adas en la gura B.2. Los valores
se aportan en las unidades habituales para este tipo de tablas.
206
modelo lineal
Mz /f Wplz HEB 100 plásti
o
HEB 300 plásti
o
1
0,5
1
0
0
0,5
0,5 My /f Wply
N/f A
10
modelo lineal
Mz /f Wplz 2xUPN 100 plásti
o
2xUPN 300 plásti
o
1
0,5
1
0
0
0,5
0,5 My /f Wply
N/f A
10
Figura B.3: Super
ie límite en se
iones formadas por HEB o por perles UPN
en
ajón
207
DUPN h b tw tf a avz wely welz wply wplz Iy Iz iy iz amy wnply amz wnplz wmplywmplz amm wnmplywnmplz
80 80 90 6 8 22,04 9,8 53,2 47,05 64,6 67,88 212 211,74 3,1 3,1 7,64 51,8 12,44 40,3 51,8 40,3 11,02 32,3 33,94
100 100 100 6 8,5 27 12,92 82,4 75,99 98 93,15 412 379,97 3,91 3,75 10 77,8 15 56,4 77,8 56,4 13,5 49 46,58
120 120 110 7 9 34 17,6 121,4 109,73 145,2 132,6 728 603,54 4,62 4,21 14,2 109,9 17,2 86,5 109,9 86,5 17 72,6 66,3
140 140 120 7 10 40,8 20,82 172,8 143,73 206 173,4 1210 862,35 5,45 4,6 16,8 156 21,2 110,7 156 110,7 20,4 103 86,7
160 160 130 7,5 10,5 48 25,2 232 186,61 276 223,68 1850 1212,95 6,21 5,03 20,7 204,1 24 147 204,1 147 24 138 111,84
180 180 140 8 11 56 30,18 300 239,02 358 284,48 2700 1673,16 6,95 5,47 25,2 260,3 27,2 190,1 260,3 190,1 28 179 142,24
200 200 150 8,5 11,5 64,4 35,42 382 298,27 456 353,6 3820 2237,02 7,7 5,89 29,9 325 30,4 240,6 325 240,6 32,2 228 176,8
220 220 160 9 12,5 74,8 41,24 490 370,3 584 438,3 5380 2962,6 8,48 6,29 34,8 415 35,2 299 415 299 37,4 292 219,15
240 240 170 9,5 13 84,6 47,42 600 449,6 716 530,4 7200 3821,87 9,22 6,72 40,4 502 39 366 502 366 42,3 358 265,2
208
260 260 180 10 14 96,6 54,24 742 543,7 884 641,4 9640 4893,06 9,99 7,12 46,2 620 44,6 442 620 442 48,3 442 320,7
280 280 190 10 15 106,6 58,56 896 629,1 1064 743 12560 5976,72 10,9 7,49 49,6 755 50,6 504 755 504 53,3 532 371,5
300 300 200 10 16 117,6 63,54 1070 725,7 1264 858,5 16060 7256,9 11,7 7,86 53,6 909 57,6 570 909 570 58,8 632 429,25
320 320 200 14 17,5 151,6 94,22 1358 949,6 1652 1121,8 21740 9495,62 12,1 7,91 81,6 1059 62 833 1059 833 75,8 826 560,9
350 350 200 14 16 154,6 101,68 1468 1007 1836 1175 25680 10069,7 12,9 8,07 90,6 1069 56,6 911 1069 911 77,3 918 587,5
380 380 204 13,5 16 160,8 106,46 1658 1084,6 2028 1257,5 31520 11063,31 14 8,29 95,5 1188 58,2 977 1188 977 80,4 1014 628,75
400 400 220 14 18 183 117,1 2040 1313,7 2480 1528,1 40700 14451,2214,9 8,89 103,8 1513 71 1154 1513 1154 91,5 1240 764,05
Cuadro B.1: Propiedades estáti
as de doble perl UPN en
ajón
IPE h b tw tf a avz wely welz wply wplz Iy Iz iy iz amy wnply amz wnplz wmply wmplz amm wnmply wnmplz
80* 80 46 3,8 5,2 7,64 3,58 20,03 3,69 23,22 5,82 80,14 8,49 3,24 1,05 2,86 17,89 3,04 5,53 14,27 4,13 2,86 8,95 4,13
100* 100 55 4,1 5,7 10,3 5,08 34,2 5,79 39,41 9,15 171 15,92 4,07 1,24 4,03 29,56 4,1 8,73 24,63 6,47 4,03 14,78 6,47
120 120 64 4,4 6,3 13,2 6,31 52,96 8,65 60,73 13,58 317,8 27,67 4,9 1,45 5,14 45,8 5,28 13,01 37,81 9,68 5,14 22,92 9,68
140 140 73 4,7 6,9 16,4 7,64 77,32 12,31 88,34 19,25 541,2 44,92 5,74 1,65 6,33 67 6,58 18,48 54,84 13,79 6,33 33,5 13,79
160 160 82 5 7,4 20,1 9,66 108,7 16,66 123,9 26,1 869,3 68,31 6,58 1,84 7,96 92,6 8 25,12 77,6 18,66 7,96 46,3 18,66
180 180 91 5,3 8 23,9 11,25 146,3 22,16 166,4 34,6 1317 100,9 7,42 2,05 9,34 125,2 9,54 33,4 103,8 24,84 9,34 62,6 24,84
200 200 100 5,6 8,5 28,5 14 194,3 28,47 220,6 44,61 1943 142,4 8,26 2,24 11,5 162,8 11,2 43,1 139,2 31,9 11,5 81,4 31,9
220 220 110 5,9 9,2 33,4 15,88 252 37,25 285,4 58,11 2772 204,9 9,11 2,48 13,16 213,3 12,98 56,2 178,7 41,7 13,16 106,7 41,7
240 240 120 6,2 9,8 39,1 19,14 324,3 47,27 366,6 73,92 3892 283,6 9,97 2,69 15,58 270,7 14,88 71,7 231,2 52,9 15,58 135,4 52,9
209
270 270 135 6,6 10,2 45,9 22,14 428,9 62,2 484 96,95 5790 419,9 11,23 3,02 18,36 358 17,82 94,1 305,1 69,7 18,36 178,9 69,7
300 300 150 7,1 10,7 53,8 25,68 557,1 80,5 628,4 125,2 8356 603,8 12,46 3,35 21,7 464 21,3 121,5 396,2 90,3 21,7 232,2 90,3
330 330 160 7,5 11,5 62,6 30,81 713,1 98,52 804,3 153,7 11770 788,1 13,71 3,55 25,8 586 24,75 149,2 511,3 110,4 25,8 293 110,4
360 360 170 8 12,7 72,7 35,14 903,6 122,8 1019 191,1 16270 1043 14,95 3,79 29,52 750 28,8 185,5 644 137,6 29,52 375 137,6
400 400 180 8,6 13,5 84,5 42,69 1156 146,4 1307 229 23130 1318 16,55 3,95 35,9 939 34,4 221,8 837 164 35,9 470 164
450 450 190 9,4 14,6 98,8 50,85 1500 176,4 1702 276,4 33740 1676 18,48 4,12 43,3 1208 42,3 266,7 1098 197,6 43,3 604 197,6
Cuadro B.2: Propiedades estáti
as de perles IPE
HEB h b tw tf a avz wely welz wply wplz Iy Iz iy iz amy wnply amz wnplz wmplywmplz amm wnmplywnmplz
100 100 100 6 10 26,04 9,04 89,91 33,45 104,2 51,42 449,5 167,3 4,16 2,53 6,04 90 6 50,6 59,2 37,5 6,04 45 37,5
120 120 120 6,5 11 34,01 10,96 144,1 52,92 165,2 80,97 864,4 317,5 5,04 3,06 7,61 143,9 7,8 79,7 93,3 59,4 7,61 71,9 59,4
140 140 140 7 12 42,96 13,08 215,6 78,52 245,4 119,8 1509 549,7 5,93 3,58 9,36 215 9,8 118,1 137,9 88,2 9,36 107,5 88,2
160 160 160 8 13 54,25 17,59 311,5 111,2 354 170 2492 889,2 6,78 4,05 12,65 305,8 12,8 167,5 201,1 124,8 12,65 152,9 124,8
180 180 180 8,5 14 65,25 20,24 425,7 151,4 481,4 231 3831 1363 7,66 4,57 14,85 418 15,3 227,8 272,2 170,1 14,85 209,2 170,1
200 200 200 9 15 78,08 24,83 569,6 200,3 642,5 305,8 5696 2003 8,54 5,07 18,08 555 18 301,9 365 225 18,08 277,5 225
220 220 220 9,5 16 91,04 27,92 735,5 258,5 827 393,9 8091 2843 9,43 5,59 20,64 718 20,9 389 468 290,4 20,64 359 290,4
240 240 240 10 17 106 33,23 938,3 326,9 1053 498,4 11260 3923 10,31 6,08 24,4 910 24 493 598 367 24,4 455 367
260 260 260 10 17,5 118,4 37,59 1148 395 1283 602,2 14920 5135 11,22 6,58 27,4 1103 26 596 731 444 27,4 552 444
280 280 280 10,5 18 131,4 41,09 1376 471 1534 717,6 19270 6595 12,11 7,09 30,6 1320 29,4 710 874 529 30,6 660 529
300 300 300 11 19 149,1 47,43 1678 570,9 1869 870,1 25170 8563 12,99 7,58 35,1 1602 33 862 1068 641 35,1 801 641
320 320 300 11,5 20,5 161,3 51,77 1926 615,9 2149 939,1 30820 9239 13,82 7,57 38,3 1842 36,8 929 1228 692 38,3 921 692
340 340 300 12 21,5 170,9 56,09 2156 646 2408 985,7 36660 9690 14,65 7,53 41,9 2054 40,8 974 1381 726 41,9 1027 726
210
360 360 300 12,5 22,5 180,6 60,6 2400 676,1 2683 1032 43190 10140 15,46 7,49 45,6 2278 45 1019 1544 759 45,6 1139 759
400 400 300 13,5 24 197,8 69,98 2884 721,3 3232 1104 57680 10820 17,08 7,4 53,8 2707 54 1086 1878 810 53,8 1354 810
450 450 300 14 26 218 79,66 3551 781,4 3982 1198 79890 11720 19,14 7,33 62 3310 63 1176 2328 878 62 1654 878
500 500 300 14,5 28 238,6 89,82 4287 841,6 4815 1292 107200 12620 21,19 7,27 70,6 3960 72,5 1266 2833 945 70,6 1982 945
550 550 300 15 29 254,1 100,1 4971 871,8 5591 1341 136700 13080 23,2 7,17 80,1 4530 82,5 1311 3325 979 80,1 2266 979
600 600 300 15,5 30 270 110,8 5701 902 6425 1391 171000 13530 25,17 7,08 90 5130 93 1355 3860 1013 90 2565 1013
650 650 300 16 31 286,3 122 6480 932,3 7320 1441 210600 13980 27,12 6,99 100,3 5760 104 1400 4442 1046 100,3 2878 1046
700 700 300 17 32 306,4 137,1 7340 962,7 8327 1495 256900 14440 28,96 6,87 114,4 6410 119 1445 5117 1080 114,4 3210 1080
800 800 300 17,5 33 334,2 161,8 8977 993,6 10230 1553 359100 14900 32,78 6,68 136,2 7590 140 1493 6430 1114 136,2 3800 1114
900 900 300 18,5 35 371,3 188,8 10980 1054 12580 1658 494100 15820 36,48 6,53 161,3 9080 166,5 1582 8040 1181 161,3 4540 1181
1000 1000 300 19 36 400 212,5 12890 1085 14860 1716 644700 16280 40,15 6,38 184 10410 190 1627 9650 1215 184 5210 1215
Cuadro B.3: Propiedades estáti
as de perles HE serie B
Glosario
Γ Super
ie exterior de la estru
tura, o
upa todos los puntos o regiones de
la estru
tura
ontigüos a elementos o regiones exteriores a ella misma,
página 13
Ω Volumen o
upado materialmente por la estru
tura. O
upa todos los pun-
tos o regiones interiores a ésta, página 13
grados de libertad
omponentes la totalidad de las
argas que a
túan sobre las posi
iones
libres de la estru
tura o , página 14
u Ve
tor que re
oge todas las
omponentes de las deforma
iones internas
de un punto o se
ión de la estru
tura. Se apli
a igualmente al ve
tor
que re
oge en sus
omponentes todas las deforma
iones de una región
elemental de la estru
tura. En su máxima generalidad re
oge las de-
forma
iones internas de todas las regiones elementales en que puede
des
omponerse la estru
tura, página 18
211
a
ión Fuerza o momento apli
ado sobre un punto libre de la estru
tura. Ver
rea
ión, página 14
análisis Pro
eso de explora
ión del modelo geométri
o o numéri
o de una es-
tru
tura para determinar los esfuerzos y movimientos que experimente
sometido a un
onjunto de
argas, y sus
ualidades de estabilidad, resis-
ten
ia, o rigidez frente a las mismas, página 9
equilibrio Condi
ión que reúnen la totalidad de las fuerzas apli
adas a una re-
gión arbitraria de toda estru
tura,
uando se
onsideran tanto las a
io-
nes externas apli
adas a di
ha región,
omo las soli
ita
iones internas
que el resto de la estru
tura ejer
e sobre la región
onsiderada a través
de la super
ie de
onta
to, página 20
semirrígido
barra unida a un elemento inmóvil mediante un nudo no
ompletamen-
te rígido ( y el momento de empotramiento perfe
to en ese
mismo extremo, para
arga simétri
a, y siendo rígido el nudo opuesto.,
página 72
pre
isión Cualidad de una de
isión de diseño aso
iada al grado de renamiento,
de detalle, que introdu
e en el mismo, página 8
rea
ión Fuerza o momento apli
ada sobre la estru
tura sobre un punto de la
sustenta
ión de ésta,
omo resultado de la
oa
ión que la sustenta
ión
impone al movimiento de di
ho punto. Ver a
ión, página 14
sustenta
ión Región de la estru
tura
uyo movimiento está impedido por algún
elemento exterior a ella usualmente el terreno, página 14
212
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áni
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idad y vis
oelasti
idad
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ho, 2000℄ Valiente Can
ho, A. (2000).
. Es
uela Té
ni
a Superior de In-
genieros de Caminos, Canales y Puertos, Universidad Polité
ni
a de Madrid.
214
Índi
e de guras
2.1. Tensiones y deforma
iones del punto . . . . . . . . . . . . . . . 17
2.2. Trasla
ión del punto de referen
ia . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
2.3. Resultante de un sistema de fuerzas en un plano . . . . . . . . . 24
2.4. Representa
ión diédri
a de la resultante de un sistema de fuerzas 25
2.5. Trabajo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
2.6. No linealidad geométri
a . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
215
6.8. Tipos según uso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
6.9. Consumo en estru
tura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
216
A.1. Solu
ión numéri
a
on auxilio de una hoja de
ál
ulo . . . . . . 202
A.2. Momentos e
tores del pórti
o . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203
217
218